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¿Cómo había llegado a aquel aprieto? Gen tan solo buscaba el librarse de la tarea de conseguir una cita para aquel tedioso baile, quizá no fue su mejor idea invitar al genio en pociones que sin dudas daba miedo a casi todo Hogwarts.

Dicen que los amigos sirven para, aparte de hacerte la vida imposible, hacerte dar cuenta de tus errores, pero Gen creía que a Ukyo y a Nikki se les estaba yendo la mano con el asunto.

—De entre todos los chicos y chicas con quienes podrías haber ido al baile... ¡¿Vienes a elegir justamente a Senku Ishigami?!

Gen volvió a rodar los ojos por decime vez en el día, estaba seguro que si seguía haciéndolo sus ojos quedarían así para siempre, esperaba que a nadie se le diera el gusto de soplar o que algún viento invernal pasara.

—Solo lo hice y ya. — contestó con simpleza, recostándose sobre su asiento en la banca del patio interno mientras sus dos amigos Hufflepuffs seguían parados, mirándolo con reproche.

—Había mejores opciones allá afuera, Asagiri

—Hay algo que no entiendo…—murmuró Nikki, llamando la atención de sus dos amigos. — ¿Por qué Senku iría contigo? Nunca lo he visto hablar con nadie más que no fuera de su pequeño grupo de amigos.

—No lo sé, quizá vio la desesperación en mis ojos y se apiado de mi pobre alma.

—O fuiste la única persona que lo invitó; es lo más razonable, conociéndolo creo que tú eres el único estúpido que se le acercaría por gusto. —Ukyo se estremeció levemente, el Slytherin bien sabía que a su amigo no le agradaba Senku. Sabía que el muchacho tenía una reputación que lo precedía y su amigo había compartido clases de defensa contra las artes oscuras con él, no obstante, nunca había entendido el porqué de su actitud. 

Sin embargo, aunque Gen dijera que había invitado a Senku para poder escapar de Ryusui, dando la coincidencia que el de cabellos levantados justamente pasaba por ahí en el momento exacto; las verdaderas razones eran que Senku tenía algo que llamaba la atención de Gen. Además de ser sumamente aplicado de forma teórica en todas las asignaturas, también era grandioso a la hora de combate, logrando hechizos bastante avanzados para el curso al que ellos iban, ni hablar de su habilidad con las pociones, era casi nato como te podía decir las diferencias del ajenjo y la luparia de memoria. La curiosidad en el Slytherin había nacido hacia mucho tiempo atrás, pero sus amigos no necesitaban saber aquello.

—Creo que deberían dejar de regañarme y ponerse ustedes a buscar pareja. — comentó Gen, levantándose de su asiento y estirando el cuerpo. —El tiempo se les acaba.

—Yo iré en grupo con las chicas, Kohaku insistió en que vayamos todas juntas. —comentó Nikki, cruzándose de brazos.

—Seguramente Kohaku insistió porque sabía que nadie las invitaría.

—Iremos en grupo para pasarla mejor que con alguna cinta tonta, así que cierra el hocico, Gen. — La muchacha no se molestó en escuchar la réplica de su amigo, se dio media vuelta y entró dando zancadas al castillo.

— ¿Y tú?

— ¿Y yo qué? — preguntó un desinteresado Ukyo, comenzando a caminar hacia el castillo, siguiendo los pasos de Nikki.

— ¿A quién invitaras? Te has pasado la tarde regañándome, pero no me dijiste a quien tienes en mente.

— ¿Tengo algún motivo por el cual contarte?

—¡Ukyo! ¿Acaso no eres mi mejor amigo, mi otra mitad?

El de cabellos blancos negó varias veces con movimientos de cabeza antes de empezar a correr, Gen no se quedó atrás y lo empezó a perseguir, llamándolo a gritos y lloriqueando falsamente.

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—¡¿Es en serio?!

Senku estaba seguro de que el grito de Chrome resonó en todas las paredes del castillo, fue tan fuerte que hasta asustó al pobre de Taiju que estaba sentado a un lado suyo, ojeando un libro cualquiera.

—Estamos en la biblioteca Chrome, no grites, y si, es en serio. —Senku frotó su cien por quinta vez desde que sus amigos habían llegado a perturbar su queridísima sesión de estudio.

—¿Cómo lo hiciste?

—¿Cómo hice qué?

—Que Gen Asagiri, el perfecto de Slytherin, el chico que tenía a Ryusui Nanami persiguiéndolo por todo el castillo te invitara a ti al baile. —dijo Taiju.

—No habrás…— Chrome se llevó ambas manos a su boca. —Oh por dios, ¿hiciste amortentia? —preguntó en un susurro.

—¡¿Qué?! ¡Por Merlín Chrome! ¿Qué cosas dices? ¡Jamás usaría la magia para algo tan tonto como un baile! —Senku se sintió ofendido tras aquella acusación. 

—No creo que Senku haya tenido que usar magia para hechizar a Gen…

Todos giraron su rostro hacia Kohaku, se había mantenido callada en una esquina, mirándolos atentamente, ahora en su rostro descansaba una sonrisa amplia.

— ¿A qué te refieres?

—¿Acaso no se dieron cuenta? — la chica soltó una pequeña risilla irónica. —Gen se la pasa viendo a Senku durante clases, es más, les aseguro que están juntos en las mismas asignaturas… no sé cómo sabía a cuáles te anotarías…

—Eso es totalmente estúpido y mira que yo sé de cosas estúpidas. —Chrome fue el primero en romper el pequeño silencio que se había instalado en la habitación luego de las inquietantes palabras de Kohaku.

—Concuerdo totalmente con Chrome.

Chrome levantó su mano extendida al aire, buscando que Senku la chocara con la suya, pero al contrario de aquello, el rubio bajo la mano ajena, rodando los ojos.

—En realidad tiene algo de sentido... —Taiju frunció el ceño, pensativo.

—Ya grandulón, no te esfuerces… —Senku le palmeó la espalda con amabilidad. —Están dándole demasiadas vueltas al tema, Gen me invitó por simple conveniencia, se notaba a kilómetros que no quería ir con Ryusui y vio en mí una manera de escapar. Podría haberle pasado a cualquier desgraciado, simplemente me encontraba en el lugar y momento equivocado.

Kohaku había dejado de prestar atención desde el comienzo de la explicación de Senku, negándose a escuchar los contraargumentos que su amigo intentaba usar para negar lo que para ella era un claro flechazo por parte del Slytherin, luego le preguntaría a Nikki su opinión.

—Cambiando de tema. —Chrome decidió dejar el tema ahí, luego investigaría por su cuenta. —¿Ya invitaste a Yuzuriha, Taiju?

—Y-yo, y-yo, no digo, ¿tengo que hacerlo? —el grandote se había puesto nervioso y sus mejillas se encontraban completamente rojas.

—Claro grandulón, aunque ya estés saliendo con Yuzuriha, estoy segura de que ella espera una invitación formal de tu parte.

—Esto es como una doble confesión….

—Ya están juntos, te va a decir que sí, ¿o acaso Kohaku ya la invitó a su cita grupal? —Senku dijo lo último con un claro tono de burla, lo cual enojó a la Gryffindor.

—Cállate Senku, no la invitamos sabiendo que iría con Taiju.

—Pero dejaste al pobre de Chrome sin poder invitar a Ruri, eso es muy feo.

—N-no me metan a mí.

—Como si Chrome tuviera las agallas, ni con una felix felicis podría hacerle frente a mi hermana.

Con las risotadas de Kohaku de fondo y las quejas en defensa de su honor por parte de Chrome, Senku juntó sus libros lenta y silenciosamente, queriendo escapar de aquel grupo de atolondrados que tenía por amigos. Lo estaba logrando cuando Taiju se dio cuenta y lo empezó a seguir, el rubio sacó su varita y tiró un par de libros de los estantes, dejando a su mejor amigo siendo regañado por la bibliotecaria.

Luego se preocuparía del enojo de Taiju, ahora quería irse a un lugar tranquilo, aunque sabía que ahora mismo medio Hogwarts ya se había enterado de su pequeña cita con Gen, lo atacarían a preguntas de todo tipo, adiós a su faceta de “nadie se me acerca”. Maldijo en su interior Maldito Slytherin.

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Ya todo Hogwarts estaba enterado de que Gen Asagiri había invitado a Senku Ishigami al baile, muy probablemente la noticia había llegado hasta a los habitantes de Hogsmeade y era seguro que ya estaban editando la noticia en el profeta.

Gen, por su parte, estaba acostumbrado a recibir atención, siendo el perfecto de su casa y un buen amigo de Ryusui era normal que la gente hablara o lo mirara. Distinta era la situación para Senku.

No es que el Ravenclaw fuera un don nadie, era bien reconocido por sus notas altas y excelente desempeño en pociones, era comúnmente nombrado por los profesores. Sin embargo, a pesar de no ser un nombre que pasara de largo en las conversaciones, pocas personas se animaban a hablarle o verlo directamente, pues los rumores sobre sus tendencias hacia la magia oscura no eran pocos. Las malas lenguas decían que las únicas personas que se habían animado a hablarle eran sus amigos. De Kohaku y Tsukasa decían que eran unos suicidas, Chrome porque era de esas personas que hablaban con cualquiera, de Taiju y Yuzuriha… había muchas teorías dando vueltas, pero ninguna parecía ser lo suficientemente verosímil.

Por lo tanto, aquella situación donde todas las miradas recaían sobre él y donde el ochenta por ciento de grupos de personas tenían a Senku Ishigami como tema de conversación, era demasiado agobiante para su persona.

Más de una chica se le había acercado a preguntarle si era cierto que Gen lo había invitado. Él intentaba entender, en serio lo intentaba, la propuesta del muchacho también lo había tomado por sorpresa, pero la gente ya empezaba a exagerar. Para cuando llegó la hora del almuerzo su paciencia ya estaba colmada y terminaba mandando con los basiliscos a toda persona que le preguntara algo sobre el muchacho Slytherin.

—Si un solo aborto de mandrágora más me llega a hablar, van a volar cabezas, ¿ok? — avisó Senku a Yuzuriha mientras salían de su clase de runas antiguas.

—No creo que debas ser tan rudo con ellos Senku, a la gente le encanta el romance adolescente, más en estas fechas, lo tuyo con Gen es la novedad.

Yuzuriha cree haber escuchado crujir el cuello de Senku cuando este giró a mirarla, con los ojos tan abiertos que parecían los de un búho.

—Entre Gen y yo no hay tal romance adolescente, solo iremos a un baile. —después de decir aquella oración con su voz más sombría, retomó su camino hacia el gran comedor donde ambos se encontrarían con Taiju y Chrome. Por pedido de este último, iban a intentar ayudarlo a invitar a Ruri.

Antes de siquiera poder entrar al comedor, fueron abordados por Tsukasa. El muchacho vestía su uniforme de quidditch, los tonos rojos y anaranjados brillaban con las luces que provenían del gran comedor, el talentoso Gryffindor fue quien habló primero.

—¿Es verdad? —el tono serio y grave del castaño asustó un poco a Yuzuriha quien seguía parada detrás de Senku.

—Buenos días, Tsukasa, no sé de qué verdad me estás hablando. —el genio en pociones se rascó las orejas, para él era normal que Tsukasa siempre fuera así de serio, o al menos él nunca se daba cuenta de sus cambios de tono.

—¿Iras con ese Slytherin al baile?

Mentiría si dijera que la pregunta no lo tomó por sorpresa, Senku nunca imaginó que Tsukasa le diera importancia a eventos sociales como el baile, mucho menos que le importara con quien iría él.

—Ah, ¿te refieres a Gen? Sí, me invitó.

—Pensé que no te interesaba el baile… fui un tonto. —murmuró lo último para sí mismo, apretando sus puños a sus costados, volviendo sus nudillos blancos.

—Realmente no me interesa, pero ya que me invitaron.

—No vayas, no con él.

Yuzuriha miraba apenada a Tsukasa, aquello era lo más parecido a una confesión, pero sabía que el despistado de Senku no se daría cuenta o no le daría importancia. Le daba un poco de pena el Gryffindor, sabía por parte de Taiju que a Tsukasa le gustaba Senku desde segundo año, pero nunca se animó a confesarse, el baile hubiera sido la oportunidad perfecta. Lamentablemente, Gen Asagiri le había ganado la mano.

—Una lástima, querido Tsukasa, pero ya dijo que si y no aceptamos reembolso. —¿Cuándo había llegado Gen? Ni siquiera Senku se había percatado de su presencia, seguramente llevaba un par de minutos cerca, dado que había logrado escuchar su conversación.

—¿En serio no hay reembolso? —Senku ignoró por completo lo dicho anteriormente por Tsukasa y se giró a hablarle directamente a Gen. —Por tu culpa medio Hogwarts me ha hostigado.

—Perdona Senku-chan, pero son las consecuencias de tenerme como pareja.

—No acabas de decir eso… por Merlín. —el rubio rio por lo bajo y sus orejas se tornaron de un color rosado.

Yuzuriha, que seguía detrás suyo, estaba completamente anonadada, ¿desde cuándo esos dos se llevaban tan bien? Senku estuvo molesto casi toda la mañana y en la clase anterior se la había pasado maldiciendo a Gen, pero ahora que lo tenía al frente, reía con él.

—Senku…—Tsukasa tenía una cara de dolor y tristeza que le partían el corazón a Yuzuriha, sabía que la palabra pareja salida de la boca de Gen lo habían lastimado.

—Perdón Tsukasa, pero Chrome y Taiju nos están esperando, te veré en el partido, estoy un billón por ciento seguro de que ganaran, aunque sea contra Ravenclaw.

Y sin darle tiempo siquiera a responder, Senku pasó por el lado de Tsukasa siendo seguido por Gen que le hablaba sobre que traje usaría en el baile, Yuzuriha se despidió del castaño y siguió a su amigo.

—Entonces, yo puedo ir con un traje negro y tú con uno blanco.

—¿Qué? ¿Iremos a un baile o a un casamiento muggle?

—Pero Senku-chan, la idea es destacar.

Los dos muchachos llegaron frente a la mesa Ravenclaw donde se encontraba Chrome ya junto a Taiju, ambos muchachos se miraron entre ellos con desconcierto para luego mandar una mirada interrogante a Yuzuriha. La muchacha tomó asiento al lado de la pareja de la semana y tan solo se encogió de hombros.

Los recién llegados empezaron a servirse comida apenas tomaron asiento. Tanto Taiju como Chrome seguían con las cejas alzadas, mirando con extrañeza todas las interacciones entre los dos muchachos frente a ellos. Gen y Senku parecían llevarse bien, extremadamente bien para nunca haber hablado antes. Yuzuriha pensó que sus comentarios sarcásticos rozaban el coqueteo. Senku no tardó en darse cuenta de que Gen y él se sumergían demasiado en su propia conversación, así que rápidamente sacó el tema de Ruri y Chrome.

El grupo de amigos empezó a hablar entre ellos, pero rápidamente Gen se les unió también. La conversación no fue para nada incomoda y los consejos del Slytherin fueron de bastante ayuda para Chrome.

En ese mismo instante, en la entrada del gran comedor, Ukyo y Nikki se encontraban buscando con la mirada a Gen. Ninguno de los dos había tenido noticias de su amigo desde la tarde anterior, al tener horarios tan diferentes tenían pocas oportunidades para cruzarse y aquel día habían prometido ir juntos al juego de Quidditch.  

—¿Crees que ya haya almorzado? —preguntó Ukyo, parándose en puntas de pie para intentar ver entre las largas mesas.

—Busquemos en la mesa de Slytherin.

—¡Ukyo! —se escuchó un grito que retumbó en todo el comedor, Ryusui Nanami llegaba dando zancadas.

—Ah, Ryusui, ¿Qué tal?

Los dos amigos se miraron de reojo, sabían que había una sola razón por la cual Ryusui les hablaría, Gen.

—¿Viste a Gen?

—Estamos en la misma, también lo buscamos.

—¿Sigue con la idea de llevar a Ishigami al baile? —preguntó, acercándose peligrosamente a Ukyo, tomándolo suavemente por los hombros y mirándolo con sus profundos ojos. El muchacho de ojos azules sintió su rostro arder y supo que sus mejillas estaban completamente rojas para ese momento.

—N-no sé… la-la verdad…

—Lamentablemente sí, no he podido quitármelo de encima. —fue el mismísimo Senku quién interrumpió las palabras de Ukyo. Para suerte suya, fue dejado de lado por Ryusui y su acelerado corazón le agradecía al muchacho de Ravenclaw por su intromisión.

—Ya veo… —Nanami entrecerró sus ojos al ver llegar a Gen.

—Ryusui amigo, tanto tiempo. —un sonriente Gen hizo acto de presencia y se interpuso entre ambos chicos, sabía que Senku no haría nada, puesto que estaba muy concentrado rascando sus orejas como siempre hacía. Pero su amigo Slytherin era una persona muy ambiciosa e impulsiva…

Ryusui había andado detrás de Gen desde que el director del colegio había anunciado que Hogwarts sería la sede para el torneo de los tres magos. El muchacho lo esquivaba todo el tiempo, nunca lo dejaba terminar sus invitaciones, huía si lo veía cerca, no quería lastimar los sentimientos de su amigo rechazándolo. Y en parte tampoco entendía por qué estaba detrás suyo, nunca había tenido la sospecha de que Ryusui gustara de él. Cuando invitó a Senku al baile pensó que eso sería suficiente para que su amigo entendiera el mensaje.

—Nunca imaginé que te gustara un Ravenclaw. — y fue momento de Senku de intervenir.

—No, no, en realidad Gen no gusta de mí, me invitó para no tener que rech-

El Slytherin se apresuró a tapar la boca de Senku antes de que terminara su oración, estaba bien que no le gustara Ryusui, pero tampoco quería humillarlo.

—No quería que Senku-chan me rechazara, por eso no les conté. — y Gen no estaba mintiendo, no es que estuviera enamorado de Senku o algo por el estilo, pero siempre pensó que acercarse al muchacho en el colegio era una causa perdida.

—Yo había pensado en invitarte.  

—Ya lo sabemos.

—¡Senku-chan!… Buuueno, ahora puedes invitar a alguien más, como a Ukyo, por ejemplo.

—¡¿Que a mi qué?!

Gen podía hacer como si no supiera, pero no tenía ni un pelo de tonto, conocía a Ukyo desde que este no sabía ni pronunciar wingardium leviosa, obviamente estaba enterado de los sentimientos de su amigo, eso sumaba más motivos por los cuales no quería ir al baile con Ryusui.

—Arreglen sus dramas adolescentes en otro momento, hay un partido de quidditch al cual asistir. —y sin más, Senku se fue arrastrando a Gen consigo, recién en ese momento Yuzuriha, Chrome y Tiaju llegaron junto con ellos.

—¡Nosotros aún no comimos! —gritó Nikki. —Supongo que nos veremos allá, ¿almuerzas con nosotros Ryusui?

Ukyo, que otra vez estaba rojo cual tomate, maldecía a todos los ancestros de Gen y de Nikki, ¿por qué no podía conseguirse otros amigos?

—Si no les molesta. —aunque hablo en plural, los penetrantes ojos de Nanami se dirigieron exclusivamente a Ukyo. El muchacho de Hufflepuff tragó grueso ante aquella mirada y se aclaró la garganta antes de hablar.

—No molestas, para nada… somos amigos, ¿no?

—Si, lo somos…Vayamos a la mesa de Slytherin, Francois nos espera.

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La nueva sensación de Hogwarts, la pareja del año iba caminando junta hacia el campo de Quidditch. Yuzuriha, Chrome y Taiju caminaban unos metros detrás de ellos, echándoles miradas a lo lejos, aún sin poder creer el buen humor de Senku y que actuara con tanta confianza a un lado de Gen. Ninguno de ellos había visto nunca a nadie tocar tanto a Senku, eran ronces mínimos, pero para tratarse de su amigo, eran toqueteos atrevidos, brazos que se rozaban, manos que tocaban espalda y hombros. ¡Alguien tenía contacto corporal con Senku y no recibía un maleficio!

—Quizá Kohaku tenía razón…—comentó Taiju.

—¿Sobre qué? —cuestionó Yuzuriha.

—Que a Gen le gusta Senku y que por eso lo invitó al baile, no para liberarse de Ryusui como piensa Senku.

—¿Ustedes creen? —Chrome miró a sus amigos, Taiju y Yuzuriha decidieron ignorarlo, a veces no sabían si Chrome era tan solo inocente o muy distraído.

—Empiezo a pensar que tiene sentido, con Senku compartimos casi todas las clases y la verdad que Gen está en varias; creo que solamente no comparten alquimia —dijo Yuzuriha repasando todas las clases en las cuales había visto a Gen. —Pero lo curioso acá no es lo que sienta Gen, sino lo que sienta Senku, ¿no creen?

—Si es verdad que actúa raro, no sabía que podía reír tanto, ¿ustedes? —comentó Chrome.

Llegaron todos juntos al campo de juego. Antes de subir a las gradas el grupo se tuvo que separar, puesto que Taiju era de Gryffindir iría a apoyar a su casa, por el contrario, el resto fue a la parte de las gradas donde estaba la casa Ravenclaw.  

—Hace mucho no tocaba un Ravenclaw contra Gryffindor, ¿no? Será raro no apoyar a Tsukasa y Kohaku.

—Pero debemos apoyar a Kinro. —acotó Yuzuriha.

—No importa a quien apoyemos, con Tsukasa como capitán de Gryffindor no hay quien les gane. —Senku estaba en lo cierto, llevaban medio año sin perder un solo partido, ni siquiera los amistosos.

—¿A Senku-chan le gusta el quidditch? —preguntó Gen, obteniendo como respuesta las carcajadas de Chrome.

—Ni siquiera puede subirse a una escoba.

—Tsk, como si me interesara.

—¿Es verdad? —Gen escondió una risilla tras la manga de su túnica. —A mí tampoco se me da bien el vuelo.

—Hay formas mejores de volar.

—Ah ¿sí?… no conozco ninguna, podrías mostrarme.

Gen y Senku compartieron una mirada profunda, el muchacho Slytherin le dedicó una sonrisa justo cuando el partido daba comienzo. Ambos equipos entraron a la cancha y todo se llenó de colores naranjas y azules; el público estalló en virotes y canticos. Cuando el bullicio fue tanto que Senku estuvo seguro de que no sería oído, dijo:

—Maldito Slytherin…

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Un año antes.

Los pasillos del castillo estaban completamente silenciosos y deshabitados, todos los estudiantes se encontraban en sus respectivas aulas o en la biblioteca, pues los exámenes estaban a la vuelta de la esquina y nadie quería malas notas. No obstante, aquella paz aparente fue rápidamente interrumpida por las fuertes pisadas que daba Gen, caminaba por el primer piso de Hogwarts totalmente colérico. Tenía la corbata desecha y llevaba su morral de cuero a cuestas.

Apresuró sus pasos hasta el baño de mujeres de aquel piso, apenas se adentró tiró su morral, esparciendo sus libros por el frio suelo.

—¡No lo soporto! ¡No lo soporto! —vociferó mientras se tiraba con fuerza de sus cabellos.

Luego se acercó a una de las bachas, abrió la canilla y se lavó la cara con agua fría. Observó su rostro enojado y mojado en el espejo, pero rápidamente sus ojos se toparon con algo más en aquel reflejo.

—¡Ah! —dejó escapar un grito agudo y se dio vuelta. —¿Qué haces aquí?

Cerca de los cubículos, en el medio de aquel baño vacío, sentado en el suelo junto a un caldero burbujeante y un montón de libros esparcidos alrededor se encontraba un muchacho, delgado, de ojos rojos y un cabello extraño, vestía el uniforme con los colores de Ravenclaw.

—Puedo preguntarte lo mismo, estoy aquí desde antes que llegaras.

—Touché. —más calmado y habiendo pasado el susto, Gen se acercó al muchacho y sin pedir permiso se sentó al frente suyo, guardando distancia con aquel caldero misterioso. —Me sorprendiste, suelo venir seguido y… nunca hay nadie.

—Por esa misma razón es que estoy aquí. —el muchacho ni se inmutó con su cercanía y prosiguió a seguir echándole ingredientes al caldero.

—¿Qué estás haciendo ahí?

—Poción multijugos.

—¿No es una poción muy avanzada?

—Estoy en cuarto año.

—¿Igual? No la vemos hasta llegar a sexto…

—¿Eso no responde tu pregunta? —por primera vez hizo contacto visual con aquellos ojos rojos. —Necesitaba un lugar donde nunca venga nadie para hacer la poción.

—Y decidiste hacerla en el baño de la cámara secreta. —el muchacho de Ravenclaw rodó los ojos.

—¿Y tú?

—¿Yo qué?

—¿Por qué estás aquí?

El silencio se hizo presente entre ellos, por un momento lo único que se escuchó fueron las viejas tuberías y el burbujeo del caldero.

—Me pelee con alguien… y necesitaba estar solo. —el muchacho tan solo asintió, sin hacer preguntas ni comentarios de más, Gen agradeció eso. —¿Y hace cuanto llevas preparando la poción?

—No mucho, está recién empezada…

Y ambos muchachos se sumaron en una charla animada donde Gen preguntaba todo lo que se le pasaba por la cabeza y el muchacho contestaba exhaustivamente.

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Ryusui caminaba por los largos pasillos de la biblioteca haciendo sonar sus botas militares con cada paso, a lo lejos divisó unos mechones de cabello blanco y negro, apresuró su caminar llevándose puesto a un par de estudiantes.

—¡Gen! —la potente voz del rubio resonó por toda la sala.

—Ryusui… Hola —contestó con un tono de voz más moderado.

—Llevo buscándote hace más de media hora.

—Hemos estado aquí todo este tiempo…—dijo Gen refiriéndose a él y a Ukyo que permanecía callado mientras los dos estudiantes de Slytherin hablaban.

—Cómo sea… toma. —Ryusui sacó de su morral de cuero un fajo de pergaminos mal enrollados. El muchacho de ojos azulados de pronto se colocó erguido y tomó apresuradamente los papeles que él le tendía. —Y por favor deja de faltar a Defensa contra las artes oscuras, se me están acabando las excusas y no quiero ser yo quien enfrente al profesor Stanley…

—¿Estás faltando a tus clases? —intervino Ukyo, levantando su vista por primera vez de su gran libro.

—No.

—Sí.

Las respuestas de ambos muchachos Slytherin se chocaron entre sí, Gen rodó los ojos y bufó por lo bajo.

—Gracias por los apuntes Ryusui, te los devolveré mañana a primera hora y no te preocupes por mis faltas.

—Si tú dices…—el rubio se encogió de hombros. —¡Ah! Tenemos que hacer un ensayo de diez páginas sobre licántropos para la clase siguiente, nos vemos.

Sin esperar respuesta, así como vino Ryusui se fue, dejando una calma ficticia entre los dos amigos.

—¿Y bien? —Ukyo acercó su silla a la del contrario. —¿Se puede saber por qué estás faltando a clases?

—No estoy faltando a clases. —Gen estiró el sonido sibilante, las cejas del estudiante de Hufflepuff se fruncieron. —Solo estoy faltando a defensa contra las artes oscuras.

—¿Sigues enojado con tu papá? —Gen bufó y Ukyo supo que había dado en el clavo. —¿Qué pasó esta vez?

—No quería decírtelo aún, pero… no voy a poder ir a Escocia este verano contigo y Nikki…

—Oh…—el gesto de Ukyo se suavizó, pero el reproche dio lugar a la decepción y sus siempre brillantes ojos verdosos se apagaron. —No pasa nada Gen, podremos ir en otra oportunidad.

—No se trata de eso… yo realmente tenía ganas de ir, pero a papá se le ocurrió esta estúpida idea de ir de viaje con… bueno, ya sabes.

El padre de Gen hacia un año aproximadamente había comenzado una relación formal con su profesor de pociones, él no estaba en contra de la pareja, hasta que se habían entrometido en sus planes con sus amigos.

—Ah, ¿irán de viaje juntos?

—Sí, a Albania o Grecia, no sé, una parte del continente, no recuerdo bien. —Gen se dejó caer sobre la mesa de madera antigua. —Yo quería ir a Escocia…

—Oh bueno, pensé que quizá tu papá no te había dejado por culpa de mis padres…—el de cabellos de dos colores giró su rostro para verlo desde abajo.

—¿Qué? ¿Por ser muggles? —las mejillas de Ukyo se colorearon y asintió. —Papá puede ser cruel, sanguinario, un salvaje, pero nunca un fascista. 

Hubo un momento de silencio y de pronto los dos rieron, fue tanto el bullicio que la bibliotecaria tuvo que amenazarlos con echarlos si no bajaban el volumen. Cuando ya se calmaron, habló Ukyo.

—De todas formas, creo que deberías dejar de faltar a clase, aparte, ¿qué haces en esas horas libres? —Gen se encogió de hombros, aún con una sonrisa en su rostro.

—Me entretengo.

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A pesar de haberle prometido a Ukyo que dejaría de saltarse sus clases, aquella tarde se dejó ganar por la curiosidad. Cuando el reloj marcó el cambio de hora sus pies se apresuraron rumbo hacia la escalera caracol, entre el tumulto de gente se le hizo fácil perderse para no ser notado por Ryusui.

Al llegar al primer piso encontró el pasillo bastante más agitado que de costumbre, hizo un poco de tiempo hablando con unos estudiantes de primer año de su misma casa. Cuando ya el pasillo empezaba a vaciarse, se despidió de los pequeños y se dirigió al baño de hombres. Estuvo un rato parado dentro del cubículo esperando que los minutos pasaran.

Salió apenas lo creyó conveniente e hizo el ya conocido recorrido hacia el baño de niñas, aquel al que nadie iba.

Entró con calma, carraspeó levemente tratando de llamar la atención esperando que su intuición no hubiera fallado y el muchacho Ravenclaw se encontrara presente. Más la tranquilidad se esfumó por completo al recibir un empujón.

De pronto se encontró en el suelo del frío baño, su bolso esparcido y él apoyado en las palmas de sus manos para no golpearse la cara. El muchacho de extraño cabello que lo había llevado puesto también había quedado en el piso junto con todas las cosas que traía consigo.

—¡No! —el primero en reponerse fue el muchacho de Ravenclaw que rápidamente empezó a recoger sus libros. —Perdón… no te vi, pero tengo que apresurarme o las sanguijuelas…

A Gen se le fue el color de la piel, estaba blanco cual tiza y empezó a sudar frío, con una rapidez inédita se levantó del suelo y se apartó lo más que pudo del lugar donde ambos muchachos se habían caído. Y entonces lo notó, aparte de los libros había un gran balde de acero tirado con la mitad de su contenido dentro y la otra mitad esparcida en el suelo.

—¡¿Por qué andas con un balde lleno de sanguijuelas por el colegio?!

Su voz sonó un poco más aguda de lo normal, el muchacho de Ravenclaw soltó un suspiro mientras apartaba sus libros de la escena desastrosa.

—Son para mi poción, vine cargando muchas cosas y no esperaba encontrarme con alguien aquí dentro…—Gen no supo que expresión tenía su rostro, pero podía jurar que era una de espanto, pues el ceño fruncido que mantenía el muchacho al frente suyo se suavizó al verlo, parpadeó repetidas veces antes de dar un paso hacia él. —Son solo sanguijuelas, no creo que hayan llegado a tocarte…

—E-está bien… —Apartó su mirada de aquellos intensos ojos rojos que empezaban a quemarlo.

Ninguno dijo nada más, Gen sacó su varita de su bolsillo y con un Wingardium Leviosa levantó su bolso del suelo mientras el muchacho Ravenclaw terminaba de levantar todas las sanguijuelas.

El de Slytherin caminó hacia el fondo y tomó asiento en el borde de la ventana con sus pies colgados. Luego de unos minutos el otro muchacho se acercó, dejando primeros los libros junto a otra pila de estos y unos pergaminos, Gen no había notado que el caldero junto con otras cosas seguía allí desde la vez pasada. Con un movimiento de varita el estudiante de Ravenclaw prendió el fuego del caldero y dejó el balde de sanguijuelas en el suelo.

Para sorpresa de Gen, el muchacho tomó asiento a un lado suyo antes de carraspear.

—Perdona por el empujón, realmente no te vi…

—No te preocupes, yo ni siquiera te escuché entrar. —el silencio se instaló un rato entre ellos y por alguna razón Gen empezaba a sentirse inquieto, pensó que el muchacho se levantaría y seguiría con sus cosas, pero él seguía allí sin intención aparente de hacer o decir algo. —No sabía que la poción multijugos llevara sanguijuelas…

—Lleva pocas en realidad, pero traje varias por miedo a que sucediera algo…

—Oh, tienes buena intuición. —el muchacho rio.

—Más bien tengo mucha mala suerte.

—Ouch.

—¿Le tienes miedo a las sanguijuelas?

Fue turno de Gen de reír.

—Mira, que intuitivo eres. —esta vez su risa fue más fuerte y Gen quiso volver a decir algo gracioso. —Podríamos decir que no me gustan las cosas viscosas.

—No podríamos ser amigos entonces.

—¿Disculpa?

—Sacamos todas esas sanguijuelas del lago negro junto con un amigo.

—¡¿Todas esas?! —el rostro de Gen se desfiguró de la sorpresa, ante el asentimiento del muchacho quedó aún más anonadado. —Que tortura ser tu amigo…

—Oye… no es tan malo.

Y esta vez las risas fueron conjuntas.

Luego de que se calmaron el muchacho de Ravenclaw se paró y empezó a estirar sus brazos mientras se arremangaba las mangas de su camisa blanca.

—Bueno… manos a la obra.

Esta vez Gen se quedó donde estaba, sacó su ejemplar de “El oráculo de los sueños” que Ukyo le había regalado a principio de año y siguió con su lectura mientras el muchacho seguía su poción.

Ninguno se percató del paso del tiempo hasta que sus relojes marcaron el cambio de hora. El estudiante de Ravenclaw dejó de prestarle atención a su caldero para girarse a mirar al contrario, los penetrantes ojos del muchacho distrajeron a Gen de su lectura, cerró el libro con un golpe seco e hizo contacto visual.

—¿Tengo algo en la cara? —el muchacho negó con un movimiento de cabeza.

—Es el cambio de hora… ¿No tienes clases?

—Podría preguntarte lo mismo.

El Ravenclaw rodó los ojos, pero en su rostro se dibujó una sonrisa.

—Tengo un bache hasta la siguiente hora…

—Ya veo…. ¡oh!, mira, ¿no está hirviendo?

Gen se apresuró a señalar el caldero que empezaba a burbujear, por suerte eso fue suficiente para que el contrario se diera vuelta y volviera a concentrarse en su poción. Por esa vez pudo evitar dar una respuesta.

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Esa tarde cuando llegó al baño de mujeres del primer piso lo encontró completamente vacío, algo desilusionado caminó hacia el fondo. Se sentó al lado del último cubículo y desde el piso, en esa nueva posición pudo ver que en una esquina aún se encontraba el ya conocido viejo caldero junto con la pila de libros.

Aún no terminó la poción… se dijo para sí mismo, había pasado una semana de su último encuentro con el muchachito de Ravenclaw, Gen no había tenido muchas tardes libres para intentar encontrárselo por lo cual aquel día había decidido faltar una vez más a sus clases.

Estuvo el primer cuarto de hora leyendo un libro sobre la interpretación de presagios de fuego que su profesora de adivinación le había recomendado. De pronto se escuchó el rechinar de las puertas de madera y el muchacho de extraño cabello rubio con puntas verdosas se acercó hacia él.

—Oh, hola. —saludo con algo de sorpresa en su voz, llevaba sus manos ocupadas por un jarro de vidrio y un cuenco de madera. Situó ambos recipientes en el suelo y de a poco fue acomodando sus pertenencias para ponerse manos a la obra nuevamente.

Gen dejó su libro a un costado y estiró el cuello, intentando ver el contenido nuevo que había traído. El muchacho se dio cuenta de ello y Gen escuchó nuevamente el sonido de su risa.

—Es piel de serpiente arbórea africana. —Gen asintió fingiendo que sabía que significaba aquello. —Y polvo de cuerno de bicornio.

—¿Cuánto te falta para terminar la poción? —El muchacho giró a mirarlo con una ceja levantada. —Escuché que lleva mucho tiempo prepararla…

—No me falta tanto, ya voy por la segunda fase.

El Ravenclaw se cruzó de piernas en el suelo, con el caldero prendido frente suyo tomó entre sus manos el recipiente de vidrio y comenzó a agregar piel de serpiente a la mezcla.

—¿Ya sabes para qué la usarás una vez esté lista?

—¿Debo tener un motivo?

—¿Por qué pasarías un mes entero preparando una poción sino?

No contestó de inmediato, simplemente revisó entre los pliegues de su túnica hasta sacar un pequeño tubo de vidrio con una especie de arena grisácea dentro, hasta que no hubo agregado todo el contenido del tubo en el caldero no volvió a hablar.

—Voy a ayudar a unos amigos.

—¿A qué específicamente?

—A confesarse.

Gen abrió sus ojos por la respuesta, completamente desconcertado, y la curiosidad fue tanta que se le puso la piel de gallina de pura emoción.

—¿Cómo es eso?

El muchacho terminó por agregar el polvo del cuenco de madera y subió al máximo la temperatura del caldero. Soltando un suspiro se giró para quedar frente a frente.

—Mis dos mejores amigos llevan años gustándose, pero ninguno se confiesa al otro.

Y el silencio se hizo otra vez, como si esa simple explicación bastara.

—Continúa.

—¿Con que cosa?

—¿Cuál es tu plan para que se confiesen?

—Me hago pasar por ellos y hago que se citen un mismo día en un mismo lugar.

—Oh… de hecho, es un buen plan…—Gen no pudo evitar el tono de voz de sorpresa.

—No pensaba ser yo quien tuviera que confesarme, eso sería … inmoral y algo repugnante. —el rostro del muchacho se frunció en un gesto que hizo a Gen soltar una carcajada limpia. —¿De qué te ríes?

—Es gracioso que te estes tomando tantas molestias por algo que te parece repugnante.

Se encogió de hombros.

—Solo quiero ayudar a mis amigos…

Adorable, no supo si lo dijo o lo pensó, por inercia su cuerpo se movió solo. Gen se levantó de golpe, asustando al muchacho que lo miró desde el suelo con la cabeza ladeada. El Slytherin tenía las mejillas coloreadas de rojo y sentía un sudor frío bajar por su nuca.

—Yo… ya me tengo que ir. —las palabras salieron atropelladas de su garganta y tomó sus cosas que seguían en el suelo.

El muchacho Ravenclaw tan solo asintió y murmurando un leve adiós volvió toda su atención al caldero, mientras Gen salía del baño de mujeres, rogando que su corazón se calmara antes de su próxima clase.

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—Ukyo me contó que no irás con nosotros a Escocia.

Se encontraba junto con su amiga Nikki sentados en las escaleras del patio central de Hogwarts, ya habían terminado sus clases del día y como aquella tarde el cielo se encontraba despejado decidieron salir a tomar aire.

—No me hagas recordar… ese tema es oscuridad y yo soy luz… —Nikki rio escandalosamente como de costumbre y le dio un golpe juguetón en el hombro huesudo de su amigo. No obstante, a Gen le dolió.

La muchacha Hufflepuff se calmó y quiso volver a hablar, pero se detuvo y en su lugar levantó una mano en forma de saludo. Gen movió su vista hacia la persona que saludaba.

Desde el puente colgante venían caminando dos figuras, una muchacha rubia que vestía los colores de Gryffindor que le respondía el saludo a su amiga con una gran sonrisa, a un lado suyo un muchacho que Gen rápidamente reconoció.

El muchacho de la casa Ravenclaw caminaba a un lado de la muchacha mientras no paraba de hablarle de vaya a saber Merlín que cosa, al no estar obteniendo respuesta de su amiga él también corrió su mirada y por primera vez azul y rojo se encontraron por fuera de esas cuatro paredes que era el baño de la cámara secreta.

La conexión de sus miradas duró lo que dura el aleteo de una lechuza, pero Gen sintió que se perdió en ese volcán carmesí el mismo tiempo que tarda un capullo en eclosionar. Cuando el Slytherin volvió en si mismo el muchacho Ravenclaw y la chica Gryffindor ya ni siquiera se encontraban en el patio.

—Nikki…

—¿Mhm?

—¿Quiénes fueron a los que saludaste?

—Solo saludaba a la chica, se llama Kohaku y es del equipo de Gryffindor, compartimos cuidado de criaturas mágicas.

—Ya veo… ¿al chico de Ravenclaw lo conoces?

—¿No lo conoces? —Gen se sorprendió ante el tono atónito de su amiga. —Es Senku Ishigami, el genio en pociones, el profesor Xeno lo vive nombrando a modo de ejemplo en sus clases…

—Nunca lo escuché…

—Ah cierto que Ryusui dice que te las pasas durmiéndote en sus clases, ser su hijastro no te salvará de reprobar…

—¡Oye!

Nikki volvió a reírse escandalosamente, pero a Gen realmente no le molestó, lo único en lo que pensaba era que el muchacho Ravenclaw al fin tenía un nombre.

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La semana siguiente Gen volvió a ir al baño de mujeres del primer piso, pero lamentablemente aquella tarde Senku no apareció.

Chapter Text

Y el día del baile llegó, el partido de quidditch del día anterior fue ganado por Gryffindor, como Senku predijo. Luego del juego Taiju invitó a Yuzuriha al baile y ella obviamente aceptó. El grupo de amigos no pudo volver a toparse con Tsukasa y Kohaku dado que ambos fueron raptados por los demás miembros del equipo para celebrar la victoria.

Sin Kohaku a la vista Chrome tenía la oportunidad perfecta para invitar a Ruri, pero antes de siquiera poder emitir palabra alguna, en un ataque de nervios, terminó vomitando. Ukyo y Nikki llegaron justo cuando intentaban acarrear a Chrome hacia la torre de la casa Ravenclaw y procedieron a llevarse consigo a Gen, alegando que los había dejado de lado por su nuevo entretenimiento. El Slytherin lloriqueó e hizo berrinche porque quería quedarse más tiempo con Senku-chan, aparte que el todo el suceso de Chrome y Ruri le parecía hilarante, no obstante, fue arrastrado a la fuerza por Ukyo.

Aquella mañana Senku se había despertado temprano como era costumbre, al ser el día del baile el director había decretado el día libre de clases, pero de igual manera el muchacho tenía intenciones de dirigirse a la biblioteca, puesto que se encontraba estudiando una nueva poción próxima a elaborar. Pasó primero por las cocinas de Hogwarts para tomar su desayuno junto a los elfos domésticos para luego dirigirse a su destino final.

—Me imaginé que te levantarías temprano. —Kohaku apareció de sopetón por medio de los estantes de libros, interrumpiendo su mañana serena.

—A mí me sorprende que estés levantada.

—¿Nervioso? —preguntó mientras tomaba asiento frente suyo.

—¿Por qué lo estaría?

—Por el baile, tu cita con Gen.

—Realmente no me interesa. —comentó despreocupado.

—Eso no parecía ayer…—dijo Kohaku, divertida ante la reacción de Senku quien por primera vez apartó su vista del gran libro. —Los vi juntos en la tribuna.

—¡¿Tienes ojos de halcón acaso?!

—Por algo soy la buscadora de mi equipo, pero no me cambies de tema ¿aún sigues dudando sobre lo que te dije hace dos días?

—Dices tantas cosas…

—Sabes a lo que me refiero. Le gustas a Gen.

—Tsk, no digas tonterías…

—Nikki piensa lo mismo. Nunca te das cuenta de estas cosas, he visto lo mucho que te mira y no hablo solo de ayer…

—¿A qué te refieres?

—Yuzuriha me ha contado que este año cursan casi todas las materias juntos.

—Si, es verdad, compartimos muchas materias con Slytherin, ¿qué con eso?

—Pero también te mira en clase o eso dice Chrome.

—¿Y tú le crees a Chrome?

—Oh vamos Senku, sé que esto viene desde hace mucho antes del baile, lo noto…

—¿Qué es esto? ¿Ahora eres buena en adivinación? ¿La profesora Trelawney te tiene de discípula? —Senku cerró su libro de un golpe seco que resonó en toda la sala y se levantó de su asiento. —No sé por qué de repente tienen tanto interés en mi relación con Gen, no nos conocemos hace tanto, lo único que sé sobre su invitación al baile es que Gen intentaba escabullirse de Nanami, sus intenciones ocultas detrás de eso me tienen sin cuidado.

Sin mas que acotar, tomó sus libros y se fue de la biblioteca dejando a Kohaku suspirando. Había algo de eso que no le cuadraba a la muchacha Gryffindor, si Asagiri quería simplemente huir de Ryusui, ¿por qué Senku lo estaba ayudando si ni siquiera se trataba de un amigo? ¿o si lo era?

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Mientras tanto, en las mazmorras de Slytherin, Gen acababa de levantarse. Había pasado toda la noche dando vueltas sin poder conciliar el sueño, en total debió haber dormido no más que seis horas, esperaba poder aguantar hasta la noche, pues la velada de hoy era importante.

Luego de los sucesos del año pasado y todo el verano, comenzó ese año con un único propósito, acercarse a Senku Ishigami. Lamentablemente no le había ido muy bien esos primeros meses del año pues, aunque compartían clases, el estudiante de Ravenclaw siempre andaba junto a alguno de sus amigos. Entonces el baile apareció como una oportunidad y todo resultó a su favor, a pesar de que él no planeara realmente nada. Luego de que Ryusui se pusiera extraño con él y tratara de invitarlo al baile, todo se dio de manera casual, intentando huir de su amigo divisó a Senku a lo lejos en los pasillos y completamente desesperado y armado de valor lo terminó invitando. Y sorprendentemente Senku había aceptado.

Ansioso porque la noche llegara, Gen sacó de su armario un traje negro, lo había comprado justamente para esa ocasión y había recogido jacintos y lirios de los jardines antes de que el invierno los azotara, se los regalaría a Senku para que los llevara en su traje. Anhelaba ver al rubio en traje, estaba completamente seguro de que el blanco le quedaría estupendo, por algo se lo había recomendado, pero si él al final iba con un traje negro tampoco se quejaría. Para ojos de Gen, Senku hasta con un taparrabos se vería genial.

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Luego de su conversación con Kohaku, Senku se había ido a leer a la sala común de Ravenclaw. Para cuando Senku se dio cuenta ya eran las cinco de la tarde y debía alistarse para el baile, entre libros su tarde se había pasado rapidísimo, afuera se podían ver los copos de nieve caer, sería una noche fría, aunque algo en su interior le decía que la pasaría bien, quizá se estaba dejando influenciar por los sentimentalismos de Taiju.

Al llegar a su habitación, guardó sus libros en el baúl y preparó su traje, el cual realmente era blanco como Gen le había propuesto, dicho traje se lo había mandado Byakuya hace aproximadamente un mes con una nota que decía “dudo que vayas al baile, pero por si las dudas, te compré un traje”, sabía que el viajo se caería de culo si supiera que fue y en una cita. Aun guardaba conflictos internos con aquella palabra, más aún luego de su conversación aquella mañana. No obstante, mentiría si dijera que Gen no le parecía una persona interesante, se sorprendía de lo bueno que era en Aritmancia y Adivinación, pero lo terrible que podía ser en Pociones. Era intrigante también como siempre parecía mostrar una faceta que no era realmente suya, a pesar de ello sentía que Gen era una persona honesta, al menos con él.

No tardó mucho en alistarse, se colocó el traje y se puso gel en el cabello para que quedara más presentable, le gustaba su pinta de hechicero loco, pero pensó que esta era una ocasión especial. Por alguna razón frente al espejo se vio parecido a Byakuya a pesar de que no compartieran ADN.

Luego de un rato, bajó junto con Chrome al Gran Comedor, los dos estudiantes de Ravenclaw fueron de los primeros en llegar.

—Pensé que como no invitaste a Ruri no vendrías al baile.

—Kohaku me invitó a su cita grupal, igual hubiera venido, no podía desperdiciar el traje. —el castaño traía un traje azul marino que le sentaba realmente bien.

—¡Chicos! —Taiju bajaba corriendo las escaleras con Yuzuriha detrás de él, la muchacha Ravenclaw llevaba un vestido morado con escote en forma de v en el pecho y un tajo en la pierna derecha, muy seguramente lo había elaborado ella misma. Taiju estaba de traje también, parecía una persona civilizada pensó Senku. —¿Por qué no entraron aún?

—Kohaku dijo que la esperara aquí.

—Yo estoy esperando a Gen.

Rápidamente la entrada del Gran Comedor se fue llenando, muchos empezaron a adentrarse y los campeones del torneo se quedaban esperando afuera. Entre ellos estaba Hyoga, campeón de Hogwarts y a su lado una muchacha de nombre Luna, la campeona de la Academia Beauxbatons, y del campeón de Durmstrang no había ni rastro.

 Kohaku, Nikki y Ruri no tardaron mucho en llegar y rápidamente decidieron entrar al salón junto con Chrome y la pareja de Taiju y Yuzuriha. Luego de un rato Senku vio pasar a Ukyo junto con Ryusui, parecía que el Slytherin había superado a Gen bastante rápido. Le urgieron las ganas de preguntarle a Ukyo sobre su pareja, dado que pronto comenzaría el baile, pero desistió.

No pasó mucho tiempo hasta que por una esquina apareció Gen, vistiendo un lindo traje negro que le quedaba esplendido y con un par de flores en las manos.

—¿Me esperaste mucho? —fue lo primero que dijo al llegar junto a Senku.

—Un rato…—el Ravenclaw se encogió de hombros. —¿Son Jacintos y lirios?

—Veo que sabes de flores…—Gen sonrió coqueto, aunque interiormente estaba sorprendido.

—Claro que sí, muchas flores son ingredientes en pociones.

—¿Y sabes algo sobre lenguaje de flores? —Senku frunció su ceño ante la pregunta y negó. —Deberías investigar… toma, son para ti.

El Ravenclaw abrió grande sus ojos ante la sorpresa de ver a Gen extenderle las flores.

—¿Por qué me miras así? Son para el traje. —Gen se tomó el atrevimiento de acercarse aún más a su acompañante y acomodar las flores en el bolsillo de su traje y otras en su muñeca derecha. —Por cierto, sabía que el blanco se te vería bien.

Tras decir eso, Gen tomó la mano de Senku y lo guío hacia dentro del gran salón.

Gen tenía suerte de que Senku no podía verlo de frente, ¡estaba completamente rojo! ¿de dónde había sacado las agallas para hacer lo que hizo? ¿acomodarle las flores? ¡lo estaba tomando de la mano maldita sea! Y ese maldito de Ishigami había ido con un traje blanco como él había sugerido… No se quería ilusionar, pero el hecho de que Senku no le estuviera negando el contacto físico lo hacía feliz.

Al entrar al gran salón pudo divisar la rubia cabellera de Ryusui a lo lejos y que grata sorpresa se llevó al verlo a un lado de Ukyo, charlando. Esa noche era de Senku y él, pero las ganas de ir a interrogar a su amigo se apoderaban de su mente.

Parecían ser los últimos en llegar dado que luego de que tomarán asiento en su mesa, la puerta del Gran Comedor se cerró con un fuerte estruendo y dio inicio al baile.

Como era tradición, los campeones fueron los primeros en abrir la pista, le siguieron un par de profesores y de a poco los alumnos se sumaron a danzar.

—¿Me concede está pieza? —preguntó Gen con una reverencia, haciendo reír a su acompañante.

—Que caballeroso resultase Slytherin. —Senku miró hacia la pista, suspiró y tomó la mano que se le tendía. —¿Cómo dicen los muggles? Ya que estamos en el baile…

—¡Bailemos!

Ambos muchachos se dirigieron al centro del salón, realmente Senku no había asistido a las clases de baile que dieron un par de semanas atrás, recuerda haber visto a Chrome practicar en la habitación, pero ese chico era tan torpe que no sabía si confiar en su observación. Para su suerte, Gen sabía un poco sobre el arte de la danza, se pisaron unas pocas -muchas- veces hasta que agarraron el ritmo. El genio en pociones pensó que aquello no estaba tan mal, nunca había sido muy afín al contacto físico, pero por alguna razón las manos de Gen sobre su cintura no lo ponían incomodo, el extraño pensamiento de que sus manos encajaban perfectamente con su cuerpo se coló por su mente, pero prefirió ignorarlo, al menos por ahora.

Luego de un rato bailando en silencio, Senku habló.

—Oye, Gen… —el muchacho tan solo murmuró un “mhm” para que siguiera hablando. —No sé si soy yo, pero creo que el profesor de defensa contra las artes oscuras no nos quita la vista de encima…

Oh mierda pensó Gen, se había olvidado de un pequeño -gran- detalle.

—¿Tú crees?

Senku le dedicó una sonrisa maliciosa al mismo tiempo que Gen sonreía de manera nerviosa. Para suerte del estudiante de Slytherin aquel primer baile terminó rápido y prontamente tuvieron que ir a sentarse para dar inicio al banquete.

Gen había quedado en la misma mesa que todo el grupo de amigos de Senku, al menos Nikki estaba entre ellos. Comieron las entradas y los primeros platos, el ambiente de la mesa se sintió realmente agradable y las conversaciones fueron fluidas y graciosas, como si Gen no fuera un completo extraño para casi todas esas personas. En medio de las risas y charlas sin sentido, de repente la mesa se sumó en un silencio sepulcral cuando una figura amenazante apareció por detrás de Gen.

—Linda velada, ¿o no? Alumnos.

De repente el color se le fue a Gen, quedó cual hoja de papel y sintió su estomago cerrarse en un nudo. Nikki intercalaba sus miradas entre el profesor y su amigo, sin saber que hacer, mientras el resto de los estudiantes seguían sorprendidos ante tal intromisión.

—Profesor Stanley, ¿cómo está? —es Senku quien decide romper el silencio.

—Senku…— el rubio profesor pronuncia lentamente el nombre, como saboreándolo en su paladar. —Muy bien, ¿tú? Veo que estas acompañado.

Gen tan solo quería gritar.

—Muy bien también, gracias.

—¿Y tu padre? Mándale saludos a Byakuya de mi parte.

Taiju que estaba tomando un vaso de agua casi se atragante, Yuzuriha tuvo que ayudarlo dándole golpecitos en la espalda. Kohaku a un lado de ellos se acercó a murmurar “¿cómo conoce al padre de Senku?”, Taiju, más recompuesto, niega con un movimiento de cabeza.

—Gracias, se los haré llegar.

Ante la escena casi letal para Taiju Gen decide intervenir.

—Ya papá, estás asustando a los amigos de Senku.

Y esta vez a los que se les va el color del rostro es a todos los amigos del muchacho Ravenclaw.

—¿Yo? Pero si no hago nada.

Gen que hasta ese momento estaba dándole la espalda a su padre, se gira para poder mirarlo con su ceño fruncido y sus labios en un puchero berrinchudo.

—Sé lo que estás intentando, ya déjanos disfrutar del baile.

—Que mandón… —fue apenas un murmullo, pero tanto Gen como Senku lo escucharon y el muchacho Ravenclaw no pudo evitar reír. —Bueno, dejo de molestarlos, que disfruten su velada, pero no demasiado. —dijo lo ultimo con un tono amenazante capaz de asustar hasta al mago más tenebroso.

Luego de que el profesor Stanley se fuera, el estudiante de Slytherin soltó un suspiro.

—Que pesado…

—¡¿El profesor Stanley es tu papá?! —se escuchó el grito de Chrome.

—Si… no es algo que se sepa mucho, pero tampoco es algo que oculto.

—¿Lo sabías? —preguntó Ruri a Nikki quien asintió.

—Tú lo sabías. —Kohaku señaló a Senku quien se llevaba un bocado de cerdo a la boca.

—¿Cómo lo sabías? —esta vez habla Yuzuriha.

—Porque ustedes dos ya se conocían. —Gen y Senku se dieron una mirada de reojo ante la afirmación de Kohaku. —Eso lo explica todo… por eso también conoce a Byakuya.

—¡Es cierto! —todo empieza a cuadrar en la mente de Chrome.

—No estoy entendiendo… —interrumpe Taiju. —Senku ya sabía que el profesor Stanley es el papá de Gen y el profesor Stanley conoce a Byakuya que es el papá de Senku, pero… ustedes recién se conocen, ¿no?

—Recién recién como que no…—dice Gen con un pequeño sonrojo en sus mejillas.

—¡Ajá! ¡Ya se conocían de antes! —Kohaku estaba completamente delirante con toda esta nueva información.

—Pues sí, pasamos todo el verano juntos. —comenta Senku. 

—¡¿QUÉ?! —el grito fue unísono por toda la mesa.