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Chapter Text

Las luces neones iluminaban las calles de la ciudad, dándole ese toque futuristico que Rui tanto odiaba. Aún si habían pasado varios años desde la primera revelación de la tecnología avanzada, jamás se podrá acostumbrar a lo rápido que se deterioró su hogar.

"¡Ciudadanos de Tokio! ¡Hoy nos complace presentar el nuevo prototipo humanoide! Este es capaz de nuevas mecánicas..." El chico observó con disgusto la gran pantalla en medio de la calle principal, donde el gobernador hablaba con entusiasmo.

Todos los habitantes que estaban alrededor aplaudieron ante el anuncio y Rui sólo pudo suspirar con molestia. ¿Cómo era posible que le lavaran el cerebro a casi todo el mundo? ¿Cómo no podían ver la ruda verdad detrás del gobernador actual?

Porque no había nadie más que Rui Kamishiro odiara tanto como a ese hombre.

Estaba decidido a arruinar todo lo que el gobernador había creado. El mundo lo adoraba sin saber la verdad, sin saber que en realidad era un tirano controlador que desaparecía a todo aquel que estuviese en contra de sus objetivos.

Jamás lo perdonaría porque así fue como perdió a una de las personas que más adoraba en su vida, una amistad irremplazable que jamás volvería a ver.

Y todo fue culpa de él.

Es por eso que ahora es un criminal buscado. Su cara enmascarada aparecía seguidamente en las pantallas de la ciudad, porque el gobierno ya quería deshacerse de él. ¿En qué mundo querer liberar a la población de una tiranía robotica era considerado un acto criminal? Lo tenían como territorista y en su opinión, eso era una exageración.

Destruir sus bases de datos no era tan malo como lo pintaban, ¿Verdad?

"Amia, ¿Podrías decirme que tan lejos estamos de la base?" Rui preguntó, mirando con diversión al pequeño dron con forma de murciélago que volaba a su alrededor.

Era su compañera más leal, una que había construido en honor a Mizuki.

A quién extrañaba tanto...

Amia hizo un sonidito de afirmación antes de mostrarle al chico el mapa de una base, al lado de este había una invitación con la inicial de K. "Hehe, me preguntó si esto es verdad o es una trampa..." Pensó con una risita mientras abría la carta.

El líder de una de las resistencias (también considerada criminal) más buscadas y temidas de la ciudad le había enviado una invitación con la intención de ofrecerle algo que le podría interesar. Rui nunca ha tenido interés alguno en unirse a una organización porque no necesitaba a ningún grupo para completar sus objetivos. Eso es algo que siempre ha tenido muy claro, pero la curiosidad que tenía por la invitación era bastante alta y terminó aceptando.

En fin, cualquier pensamiento que tenía llegó a su fin cuando entró a la cafetería que aparecía en el mapa. El lugar era bastante acogedor y daba las vibras de ser un sitio normal para tomar café.

O al menos eso pensaría cualquier persona común y corriente porque claramente había mucho más de lo que el ojo humano podía ver. Los lentes de contacto que Rui había creado podían confirmarlo, ya que con ellos podía ver el elevador escondido detrás del gran cuadro en medio del lugar.

Su sorpresa fue grande cuando una pequeña pantalla acompañada de una cámara salió de uno de los marcos y fue hacia el pelimorado, posicionándose frente a frente.

"¡Hola!" Saludó alegremente desde la pantalla una chica rubia con lentes oscuros. Se veía físicamente joven, seguramente era menor que él. "De seguro eres el chico que Kaito invitó, ¿Verdad?"

Rui asintió con una amable sonrisa ocultada detrás de su máscara y al mismo tiempo le hizo una señal a Amia para que le mostrará la invitación a la chica. "¡Estas en lo correcto! Tuve el honor de recibir esta invitación por parte de su líder."

La rubia soltó un suspiro acompañado de una leve risa. "¡Ay! ¡Que bueno que trajiste la invitación! Hubiese sido horrible tener que asesinarte por no ser la persona correcta..."

"¿Qué?" Fue lo único que pensó el chico, parpadeando seguidamente con sorpresa. Vaya, este lugar es más interesante de lo que creía.

"Ignorando ese comentario...quiero darte la bienvenida a nuestra base, Rui Kamishiro." El tono era tan dulce que daba una sensación de seguridad, de que la chica era una joven completamente normal y fuera de cualquier cosa ilegal. "¡Mi nombre es Rin Kagamine! Soy la chica de la silla de nuestra organización y seré quien te guíe hasta nuestro querido jefe. ¡Espero que disfrutes el tour!"

"El gusto es mío." Rui contestó, caminando hacia el elevador que apareció tan pronto el cuadro se abrió en dos partes. Parecía que la base estaba debajo de todo el lugar.

El corto transcurso del elevador hacia el salón principal fue bastante entretenido porque Rin le estaba contando un sin fin de cosas sin sentido. No podía negar que la chica si tenía un don para mantener a los demás cautivados en la conversación.

"Adentro está Kaito, no tienes que ponerte nervioso ni nada. A pesar de ser el líder, ese señor es muy amable para su propio bien." Rin le contó con una sonrisa, despidiéndose mientras la pantalla desaparecía a quienquiera sabrá donde.

Rui dejó salir un suspiro, hasta ahora todo había ido bien así que las sospechas de todo esto siendo una trampa habían bajado bastante. Aún así, su cuerpo se puso completamente en alerta cuando abrió la gran puerta del salón y lo primero que sus ojos captaron fue la decoración tan elegante que tenía el lugar. Parecía ser que el líder era una persona bastante refinada.

La voz firme y gentil del hombre sentado detrás del escritorio se hizo presente. "Bienvenido Kamishiro."

Kaito era un hombre adulto con cabello y ojos profundamente azules, parecidos a los de un mar profundo. A pesar de ser descrito como un líder amable por los integrantes de la organización, este no dudaría en asesinar a cualquiera con tal de proteger a un ser querido.

Rui decidió bajar la guardia, confiando en sus instintos que rara vez fallaban.

Y a pesar de la expresión amable que tenía el mayor, sus ojos tenían una sombra triste en ellos...como si hubiese perdido mucho durante el transcurso de su vida.

Eso es algo que Rui notó.

"Un gusto conocerle, es un honor ser invitado por usted..." El pelimorado habló educadamente, tomando un asiento frente al líder después de que este le hiciera una señal. "Tengo bastante curiosidad así que iré directo al punto, ¿Por qué estoy aquí?"

Kaito sonrío, los jóvenes siempre lo hacían sentir como un viejo de 80 años. "Por favor, no hay necesidad de ser tan formal conmigo. En cuanto a la segunda pregunta pues seré completamente honesto contigo, te tengo una propuesta."

Rui levantó ambas cejas con interés, su mano acariciando levemente al dron que estaba apagado en sus piernas "¿Una propuesta?"

"Así es, veo un gran potencial en ti, Rui. He visto tus creaciones y creo firmemente en que eres un prodigio cuando se trata de mecánica y tecnología y eso es algo extremadamente valioso." El mayor se levantó de su asiento y caminó hacia una de las estanterías, tocando los libros mientras continuaba hablando. " Pero aún más importante, tenemos el mismo objetivo...y ese es destruir al gobernador. Ambos creemos en que su manera de dirigir es una completa tiranía y eso es un error, múltiples personas han muerto solo por oponerse a sus ideas."

Morir solo por oponerse a las ideas del gobernador...

Eso es algo de lo que Rui fue testigo de primera fila.

"Tienes razón, compartimos objetivos. Pero, también deberías saber que trabajo en solitario. Jamás me ha interesado unirme a una organización, ¿Por qué debería hacerlo ahora?" Preguntó con un tono de voz divertido y expectante, pues le emocionaba escuchar la razones que podía darle el otro.

Kaito asintió con una sonrisa orgullosa, mirando al chico con un brillo en los ojos. "Sí, estoy enterado y es por eso es que decidí venir con la propuesta."

"¿Y esa sería?"

"Hemos localizado todas las bases centrales del gobernador y como seguramente deberías saber...con destruir la mayoría de ellas ese hombre ya estaría en completa desventaja." Kaito comenzó y Rui sintió su boca abrirse en shock.

Las bases centrales contenían todo tipo de información y también se usaban para controlar toda la tecnología de la ciudad, esa es la razón principal por las que estaban bien ocultas y casi nadie sabía donde se localizaban. El hecho de que la organización de Kaito poseyera esta información los volvía una completa amenaza.

Y ahora sí que el chico estaba dispuesto a escuchar la propuesta, Kaito tuvo que ocultar su sonrisa triunfante al notarlo. "Pero, para nosotros destruir esas bases es casi una misión imposible. La seguridad que tienen dentro es extremadamente buena, después de todo el gobernador no es estúpido. "

"Bueno, al menos lo sabe." El pelimorado pensó mientras negaba con su cabeza.

"Entonces, ¿Para que me necesitas? Si es una misión casi imposible para ustedes, la organización más buscada por ser tan exitosa en interrumpir sus planes, ¿Cuál es el punto de traerme aquí?"

El mayor se cruzó de brazos con una expresión seria en su rostro mientras explicaba. "Cuando vi de lo que eras capaz instantáneamente supe que tenías el potencial necesario para formar parte de una unidad especial. El talento para crear junto a la inteligencia son dos características excepcionales que tú posees. Aún así, si estas solo, no hay oportunidad de que cumplas el objetivo de destruir las bases..."

Rui no comentó nada y decidió seguir escuchándolo. ¿Pero qué se andaba inventando este señor?

"Uno de mis integrantes más confiables tiene habilidades excepcionales de combate, es el más ágil que tenemos en la organización y pienso que si forma equipo contigo serían imparables, ambos tendrían una oportunidad." Su tono era tan firme que Rui sabía que estaba diciendo la verdad.

¿Formar equipo con otra persona? La manera en que Kaito hablaba de ello picó su curiosidad. ¿De verdad era tan bueno como lo describía? Porque de ser así...entonces su plan sí podría funcionar.

Rui debe admitir que a pesar de ser bueno creando cosas, haciendo planes y consiguiendo información, su debilidad se encontraba al momento de los encuentros físicos. Su estilo de hacer las cosas siempre ha sido desde la distancia, controlando a sus compañeros roboticos para luchar y destruir. Si contara con un compañero capaz de cubrir todo lo relacionado al trabajo físico entonces serían tremenda bomba.

Era tentador, muy tentador.

"Este integrante del que me estás hablando...¿De verdad es tan bueno como lo estas describiendo?" Rui preguntó con los ojos entrecerrados mientras se cruzaba de brazos.

Ante esto, una sonrisa orgullosa apareció en el rostro del hombre. "Nunca en mi vida había visto a alguien tan bueno como él. Es nuestra estrella."

¿Así que es un chico? Rui pensó hasta que la puerta fue abierta de manera abrupta.

Los dos observaron como un chico rubio, también enmascarado y un poco más bajito que Rui entró como si nada al lugar. El pelimorado hizo la anotación mental de que parecía tener su misma edad.

Espera, ¿Dónde había visto a este chico antes?

El rubio estaba leyendo unos papeles por lo que no notó la presencia de Rui en el lugar. "Kaito, ya te conseguí lo que sea que es esto...pero fue muy fácil infiltrarse ahí. ¿Cuando me dejarás hacer misiones más importantes que esta?" Sus ojos estaban entrecerrados con un poco de molestia.

"Tsukasa." Kaito llamó con una expresión suave en su rostro, el tono de voz siendo muy similar al que los padres usaban con sus hijos. "No seas maleducado, tenemos un invitado."

El mencionado levantó una ceja con confusión y Rui abrió sus ojos cuando por fin pudo recordar de donde había visto al otro. "¿De qué hablas? Si solo estamos nosotros..." No siguió hablando al darse cuenta de la otra presencia.

...

Ambos se miraron uno al otro con ojos completamente abiertos. Un silencio sepulcral invadió el lugar hasta que Rui decidió hablar con un tono feliz, juntando sus dos manos como si fuese a dar un aplauso. "¡Vaya pero si eres tú!"

En cambio Tsukasa dejó salir un grito tan alto que incluso Rin salió de su pequeña base para ver lo que estaba ocurriendo.

"¡Tú! ¿¡Pero qué haces aquí!? ¡No puede ser!" El rubio gritó en shock, señalando al otro mientras corría rápidamente hacia el lado de Kaito para susurrarle. "Hay un rarito en nuestra base..."

Rui dibujó una falsa expresión triste, hablándole al chico con un tono herido digno de un buen actor. "Pero que cruel eres...yo que estaba feliz de verte..."

"¿Se conocen?" El líder preguntó sorprendido ante la escena.

Oh pues claro que se conocían.

Todo empezó hace unos meses atrás, ambos chicos tenían el mismo objetivo de destruir una pequeña base en las esquinas menos pobladas de la ciudad. Al Rui trabajar en solitario, Tsukasa le pidió que le dejara el trabajo a él porque supuestamente tenía más experiencia.

Rui se negó y una pequeña discusión surgió.

Quedaron en que cada uno iba a hacer sus cosas a su manera, sin molestarse uno al otro. ¿Cuál fue el problema? Debido a lo diferente que eran sus métodos, terminaron arruinando todo. Su misión fracasó y terminaron peleándose como niños pequeños.

Desde ese día, cada vez que coincidían misiones (era bastante seguido) estas terminaban en un completo fracaso.

"Cada misión fallida que te he reportado ha sido por culpa de él." Tsukasa le explicó al peliazul con sus brazos cruzados, Rui levantó una ceja ante esto.

"¿Yo diría que es al revés?"

Ambos chicos se dieron una mirada de molestia y Kaito decidió apaciguar la discusión. No era buena idea que todo esto escalara y esos se pusieran tercos.

Vaya, que problema.

"Basta." El mayor dijo con un tono más serio, logrando silenciar a los dos menores con éxito. "Tsukasa, ¿Recuerdas el plan del que te hablé hace poco? ¿El de formar equipo con alguien?"

Tsukasa asintió todavía con sus brazos cruzados. "Sí, el que te dije que no era necesario porque podía hacerlo yo solo."

"Ese mismo, pues el chico del que te hablé es él..." Explicó mientras señalaba a Rui, quién sonrío divertidamente. "Rui será tu compañero de ahora en adelante, solo así tendremos una oportunidad de destruir las bases principales."

"¡¿Queeee?!" Tsukasa volvió a gritar en shock, dándole a Rui una expresión enojada al ver como se reía. "¿Pero es que no escuchaste lo que te acabo de decir? Cada vez que estamos juntos fallamos las misiones."

Por más peleas que ambos hayan tenido, incluso Rui estaba de acuerdo con las palabras del chico. No importa de qué lado lo vieran, la petición y teoría del líder parecía una cosa ridícula desde los ojos de ambos chicos. ¿Cómo iban a ser un dúo imparable si ya habían fallado antes sin siquiera conocerse?

Era imposible.

Kaito sonrío levemente ante esto, algo de esos dos actuando así le traía recuerdos a ciertos gemelos rubios que alguna vez cuidó. "Pienso que eso es porque no tenían planes y siempre hacían las cosas a su manera. Si aprenden a trabajar juntos, en equipo, de verdad serán un dúo imparable, solo necesitan tener paciencia." Explicó, poniendo su mano en el cabello de Tsukasa. "Quiero darles su primera misión como equipo ahora mismo, tomenla como una prueba. Si fracasan entonces tomaremos otras medidas, ¿Están de acuerdo?

Tsukasa solo pudo suspirar rendido mientras que Rui dejó salir una pequeña risita divertida. "Entonces Tsukasa, ¡Será un gusto formar equipo contigo! Ya tengo algunos inventos que podrías probar, ¿Te gustaría volar como un helicóptero? Es una buena manera de evadir a los guardias."

La expresión traviesa del pelimorado sólo le dio escalofríos al de menor estatura.

"Repíteme de nuevo el porqué tengo que hacer equipo con él." Tsukasa preguntó con una ceja levantada, claramente estando en desacuerdo con lo que el peliazul le estaba pidiendo.

Rui se rió levemente pero en su tono se podia escuchar un poco de molestia, el atrevimiento que tenía este rubio era increíble. "Fufu, me siento feliz de formar equipo con alguien tan encantador."

Kaito solo pudo suspirar, parece que las cosas iban a ponerse interesantes de ahora en adelante.

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Tsukasa Tenma tenía 12 años cuando presenció los cuerpos sin vida de su madre y hermana.

Era solo un niño cuando entró a la oficina de su padre y justo presenció el cómo éste le disparaba a las dos, asesinandolas de un solo tiro.

"Papá..." Fue lo único que el pequeño rubio pudo decir ante la imagen. Su voz quebrandose junto a los temblores de su cuerpo. No podía despegar su vista de los cuerpos ensangrentados de las dos personas que más amaba en el mundo.

El traje rojo de su madre...La pequeña mano de Saki agarrando el lápiz de colorear.

Era horrible, sus ojos se llenaron de lágrimas y por poco termina sacando la comida que había tenido en el almuerzo.

"Tsukasa." Su padre llamó mientras se daba la vuelta y lo miraba con una sonrisa gentil, como si no fuese hubiese acabado de asesinar a su propia familia. "Debes comprenderme, tu madre...ella trató de detener mis avances con la tecnología y tu sabes que eso es..."

¿Así que fue solo por eso? ¿Este hombre había cometido tal atrocidad solo porque su mamá trató de parar su visible obsesión con la tecnología?

"¡No quiero escucharlo!" Tsukasa le gritó con ira, sintiendo su corazón estrujarse ante la situación. "¡¿Y Saki que hizo?! ¿Qué culpa tuvo mi hermanita?" El aire poco a poco se comenzaba a sentir más pesado, le costaba respirar y apenas podía ver.

El hombre suspiró y caminó hacia el angustiado niño, poniéndose de rodillas para mirarlo directamente a los ojos. "¿Saki? Ah, tu pobre hermana solo estuvo en el lugar equivocado durante el momento equivocado. De verdad que es una pena...tan dulce que era mi niña."

Basta, Tsukasa no podía soportar su voz, su presencia, simplemente no podía ver al monstruo que tenía frente a él.

"Pero mi niño, ¿Tu sí me entiendes verdad? Sabes que esto es por una causa mayor, el mundo necesita control y yo estoy dispuesto a ejercerlo." Pausó por un segundo para poner la mano encima del rubio, revolcandole el pelo antes de seguir. "Pero, no puedo hacerlo solo porque necesito el apoyo de mi querido hijo."

El niño golpeó la mano y miró al hombre con horror. ¿Pero cómo se atrevía a decirle eso? ¿Cómo se le ocurría ignorar la muerte de su familia?

"Tsukasa." El mayor dibujó una expresión sombría al mismo tiempo que volvía a cargar la arma. Su voz tenía un tono amenazante ante la reacción de su hijo porque no le estaba gustando para nada. "Tú estás de mi lado, ¿Cierto?"

No...el rubio no lo estaba y jamás lo podría estar.

Pero, todo su ser le estaba gritando sobre el peligro que corría al quedarse aquí. Si no aceptaba lo que su padre quería entonces también acabaría siendo asesinado.

Así que, siendo el niño pequeño que era, Tsukasa huyó de esa oficina. Su acción siendo tan repentina que el hombre no logró reaccionar a tiempo para atraparlo.

"No lo dejen escapar." La voz del hombre resonó en los pasillos mientras le daba una orden a los nuevos prototipos de robots que había creado.

Tsukasa no quería dejarlas atrás, parte de su corazón se había quedado allí porque era injusto. Los llantos no paraban mientras corría lo más rápido que sus piernas le permitían, porque si lo atrapaban entonces sería el fin de todo.

"Alguien por favor. ¡No dejen que me atrape! ¡No dejen que el monstruo me atrape!" Era lo único que podía pensar, estaban cerca, esos robots estaban cerca.

No, no, no...lo iban a atrapar y forzar a estar con aquel hombre que se hacía llamar su padre y entonces...

Un pequeño sonido de sorpresa salió de su boca cuando fue bruscamente agarrado del brazo por alguien y sintió que lo estaban arrastrando por los pasillos aislados de su espacioso hogar. Naturalmente, el niño comenzó a forcejear con la persona, buscando liberarse del peligro.

"Shhh, tranquilo Tsukasa, soy yo." Una voz extremadamente familiar le susurró con suavidad, tratando de calmar al menor. "No hagas ruido o nos van a encontrar."

Los ojos del niño se llenaron de lágrimas al reconocer a Kaito, el cuál parecía llevar buscándolo desde hace un buen rato. El peliazul acarició su pelo al mismo tiempo que lo abrazaba, viendo como los robots los pasaban de alto y seguían con su camino.

El rubio escondió su rostro en el hombro del mayor cuando este lo cargó para sacarlo de ese lugar. "Kaito, mi papá...él..." Su voz se quebraba entre los sollozos, apenas y su mente estaba tratando de asimilar la situación pero estar en los brazos de alguien de confianza lo ayudaba mucho porque Kaito sí merecía ese título. Después de todo, la relación que él tenía con sus padres le permitió verlos crecer desde que eran unos bebés.

Kaito suspiró con tristeza, caminando con el niño mientras le daba pequeños sobos en la espalda. Había llegado muy tarde...aquel hombre ya se había salido con la suya y no pudo salvar a la familia de Tsukasa.

Así mismo como no pudo salvar la de él.

Y le dolía demasiado ver a aquel carismático niño en ese estado por culpa de la persona que sesupone que lo debía proteger.

"Mamá y Saki...Mamá y Saki ya no están." No había manera de calmarlo y el mayor lo sabía muy bien porque Rin estuvo en la misma situación cuando perdió a su amado gemelo.

Desde ese día el hombre peliazul supo que esto no podía quedarse así, que alguien debía crear un lugar donde sus, ahora, dos niños pudieran estar seguros. Aún si se volvían los enemigos del gobierno, aún si su nombre quedaba tachado como el de un criminal...nada de eso importaría porque sí o sí crearía una resistencia capaz de proveerles eso.

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Los recuerdos de Tsukasa fueron interrumpidos por la risilla traviesa de Rui porque claro, aún si apreciaba muchísimo a Kaito, ese fue el mismo hombre cruel que lo metió en esta situación.

Genuinamente deseaba saber el cómo terminó en esto. ¿Qué crimen había cometido en su vida pasada para tener que formar equipo con el rarito de Rui Kamishiro?

"¿Tsukasa? ¿Holaaa?" El pelimorado lo llamó por tercera vez antes de suspirar alegremente. "¡Bueno! Tomaré tu silencio como una afirmación de que seguiremos mi plan.

"¿Eh? ¡Tonterías! ¡Tonterías! Nadie va a seguir tu plan." Tsukasa contestó con una ceja levantada, poniendo una mano en su pecho con orgullo. "Obviamente seguiremos el mío."

"¿Y eso por qué?"

El rubio se trago las ganas de reprocharle por la mirada incrédula que le estaba dando el otro y siguió hablando. "¡Es más que obvio! Mis planes son los mejores y siempre salen bien."

Rui no pudo contener la pequeña risa que se le salió, gracias a dios que su máscara le estaba cubriendo la sonrisa sarcástica que tenía pintada ahora mismo. "Eso no es lo que demuestran las misiones anteriores..." Susurró mientras apartaba la mirada.

"¡Hey! ¡Escuché eso!"

Ambos estaban frente a la base que Kaito les había asignado para la misión. Era bastante sencillo, solo tenían que destruir la computadora principal que estaba dentro pero, también requería de una buena estrategia y habilidad para lograrlo debido a los robots que habían dentro. No sólo eso, también debían ser sigilosos porque a la primera que los enemigos se percataran de la infiltración, estos llamarían a los refuerzos y todo se podría complicar terriblemente.

No era una misión peligrosa, Rui estaba consciente de que Kaito lo había hecho a propósito para no que ambos no corriesen el riesgo de salir heridos...pero también necesitaban trabajar en equipo para que poder completarla y pasar la prueba.

Y por como van las cosas...

"Te repito nuevamente que las misiones anteriores salían mal por tu obsesión con hacer todo a la distancia y con robots." Tsukasa argumentó con brazos cruzados y el de mayor estatura solo pudo suspirar porque ¿Cuál era el problema que tenía este rubio testarudo con su tecnología?

Aun así, tampoco iba a perder esta discusión porque claramente su plan era el que tenía más probabilidades de salir exitoso. "Fufu, ¿Pero qué tiene de malo usar la tecnología para todo? Es mucho más eficiente que ir directo a pelear con los enemigos, un método innecesariamente arriesgado y violento si me lo dices..."

"¡Eughh! ¡Rui!" Exclamó con frustración, agarrándose el cabello mientras trataba de no caerle encima al insoportable pelimorado. "Ya dije que mi plan es el que nos va a llevar al éxito así que vamos con el mío." Rui puso una mano en la barbilla, como si estuviese pensándolo y una pizca de esperanza apareció en los ojos del rubio.

"Hmm...¡Nope! Sigo firme con que deberíamos seguir el mío."

Los dos se acercaron uno al otro con miradas desafiantes, listos para continuar la discusión que seguramente escalaria a una pelea si alguien no intervenía ahora.

Afortunadamente, Kaito sabía que algo así podría pasar por lo que asignó a Rin como la policía de esos dos, encargada de reducir las probabilidades de la misión siendo un fracaso.

"¡Eh! !Hey! ¡Alto ahí!" La rubia repentinamente gritó desde el teléfono de Tsukasa, apareciendo como un holograma para mirar a los dos chicos que acababan de brincar asustados ante la proyección. "Por favor dejen de pelear...¡Ya llevan como 12 planes diferentes!"

"¡Rin! ¡No nos asustes así!" La chica se rió del grito que pegó el rubio.

"Hehe perdón Tsukasa pero es que si no aparecía iban a seguir peleándose como dos niños pequeños. ¡Después Kaito se queja de mí! Que injusticia." Rin miró a ambos chicos con molestia fingida antes de dirigirse a Rui y observar a la pequeña Amia volando alrededor. "Ya que no parecen llegar a un acuerdo, ¿Qué tal si dividen los planes de una manera que funcione para ambos?

Rui lo pensó por un segundo, ¿Una manera de que sus métodos diferentes le funcione a ambos? Eso sonaba un poco complicado pero...ahora que la chica lo mencionaba, sí era una buena manera de convencer al chico frente a él.

"Hmm, tengo una idea, pero solo podrá hacerse si Tsukasa aquí lo permite..." El tono determinado y travieso del inventor definitivamente levantó la curiosidad del mencionado, quién suspiró rendido antes de aceptar.

Este chico definitivamente le sacaba el peor lado a Rui porque el pelimorado genuinamente no sabía como no se le había ocurrido antes lo que iba a proponer. Su nuevo plan consistía en que Tsukasa fuese el único en infiltrarse dentro de la base, ya que él era mejor en cuestiones sigilosas y físicas. En cambio, Rui se encargaría de guiarlo desde el exterior, eliminando cualquier obstáculo tecnológico.

Después de todo, Rui era un estratega y Tsukasa como su caballero debería ser perfecto, ¿No? Esta era la única manera que se le ocurría para hacer esto sin pelearse por milesima vez.

Tsukasa le dedicó una expresión más tranquila después de escuchar el plan y esa fue su señal de que por fin iban por un buen camino, ya que el rubio estaba dispuesto a escucharlo. "Estoy consciente de que esto requiere de que pongas un nivel de confianza en mí por lo que entiendo si no quieres hacerlo."

"No...um, sí lo voy a hacer." La respuesta inmediata que dio Tsukasa dejó sorprendido al pelimorado, así que el rubio rápidamente trató de corregirse. "Pero solo porque lo considero digno, nada más."

¿Acaso había escuchado bien? ¿El orgulloso Tsukasa Tenma por fin había aceptado un plan suyo? Rui juraba que un ángel por fin lo había bendecido y la risa que dejó salir lo confirmó. "Vaya, vaya, que honor entonces."

"¡Al fin se pusieron de acuerdo! ¡Ay se va a acabar el mundo!" Los dos pudieron escuchar la voz aliviada de Rin venir nuevamente del teléfono del de menor estatura.

Y Tsukasa solo soltó un sonidito ofendido mientras que Rui se volvía a reír ante las exageraciones de la chica porque le recordaba mucho a alguien.

"Bueno, bueno, Tsukasa." Rui llamó, agarrandole la mano para colocarle un pequeño dispositivo. "Tu objetivo es colocar este cosito dentro de la computadora principal de la base sin llamar la atención de nadie. De seguro eres capaz de luchar con los guardias de manera silenciosa pero por si acaso, yo y Amia te estaremos guiando desde aquí."

"¡Haha! ¡Pues claro que seré capaz de hacer esto! No soy la estrella de la organización solo por decoración." El tono orgulloso de la autollamada estrella logró sacarle más risas a Rin, la cual estaba demasiado de entretenida con la interacción de ambos chicos.

"¡Entonces que comience el espectáculo!" Todos se pusieron en marcha después de las palabras que vinieron acompañadas del pequeño aplauso que hizo el pelimorado.

Y así mismo comenzó, no le tomó mucho tiempo al rubio infiltrarse silenciosamente a las áreas más profundas del lugar, especialmente si Rui se encontraba guiandolo a través del comunicador con ayuda de Amia y Rin, evitando que se encontrara con las amenazas más grandes. Tsukasa tuvo que tragarse todo su orgullo y admitir que ese rarito pelimorado hacia un trabajo espectacular como estratega.

Lo primero que sus ojos captaron cuando entró a la sala principal fue la gran computadora en el centro de todo y realmente no podía comprender el porqué ese bastardo del gobernador tenía que hacer todo tan obvio. ¿Tanta confianza tenía en que nadie era capaz de arruinar sus planes?

Tsukasa frunció el ceño con desagrado ante el recuerdo de aquel hombre y decidió ignorarlo para hablar a través del comunicador. "¡Rui! Ya estoy aquí..." Luego comenzó a caminar hacia la computadora que debía destruir. "Solo debo insertar la cosita esta que me diste, ¿Cierto?"

El pelimorado estaba verificando la ubicación del otro chico desde el exterior, viendo la pantalla frente a él con una leve sonrisa entusiasmada. "¡Sí, sí! Permítete tumbar el sistema para que lo puedas hacer. Una vez lo logres, sales y esto será una misión cumplida. ¿Viste que sencillo fue?"

Todos dejaron salir una pequeña risilla ante el comentario orgulloso y feliz que dejó salir el rubio ante la mención de una misión casi cumplida y Rui genuinamente estaba feliz de cómo habían logrado llegar hasta acá porque ambos chicos definitivamente ya tenían por hecho de que todo iba a ser un fracaso.

Pero, en ese pequeño transcurso que estuvieron sin pelearse, el inventor se dio de cuenta de que esto no le disgustaba tanto como creía.

Quizás, solo quizás, ambos podían formar un mejor equipo en el futuro...y quizás hasta una amistad.

No sonaba tan mal en la cabeza del chico, al menos por ahora.

Repentinamente el holograma de Rin se hizo presente frente a Rui, este estaba lleno de estática y apenas era entendible. "¡Esperen chicos! Algo esta tratando de..." Su voz llena de pánico se cortó completamente y la proyección se rompió en varios pedacitos.

Un mal presentimiento se hizo presente en la mente del pelimorado, quién rápidamente tomó el comunicador para avisarle al rubio sobre lo que estaba pasando. Esto no era normal y ninguno de los dos estaban equipados para algún tipo de ataque sorpresa por lo que tenía que sacar a Tsukasa de allá dentro lo más rápido posible. "¡Tsukasa! debes salir de ahí ahora mismo, no puedo comunicarme con Rin."

...

Silencio, eso fue lo único que se podía escuchar en el otro lado y Rui sintió su corazón irse a la garganta.

"¿Tsukasa?" Tras no recibir respuesta, rápidamente empezó a escanear la pantalla para tratar de localizar al otro chico y de paso identificar algún posible peligro.

Pero todo se apagó por unos segundos y repentinamente apareció un pequeño pixel al estilo de un video juego, este tenía la apariencia de una chica de pelo verde.

"Hackear esto fue más difícil de lo que pensé." El tono sarcástico de la chica se pudo escuchar a través del pequeño avatar y claramente se estaba burlando del pelimorado.

¿Pero qué demonios?

.
.
.

Tsukasa se encontraba frente a la computadora con una expresión llena de molestia porque llevaba más de cinco minutos tratando de comunicarse con su supuesto estratega. La sala se había oscurecido un poco y después de ahí sintió que algo raro estaba pasando.

"¿Rui? ¡Rui! ¿Hay alguien ahí? ¿Hey? Hey, hey, hey...¡Rui!" El chico exclamó, apretando sus dientes con frustración.

Sesupone que el inventor le iba a dar la orden de cuando podía insertar lo que sea que le había dado pero daba la casualidad de que se había desaparecido y la mente estresada y dramática de Tsukasa solo podía pensar que el otro le estaba jugando una broma de muy mal gusto.

"Eugh, ¿Cómo pude pensar que realmente quería formar equipo conmigo? Si lo único que lleva haciendo desde el primer día es jugar conmigo...solo es un payaso." Murmuró antes de soltar un sonido lleno de molestia porque no estaba pensando bien en lo que estaba diciendo.

No...probablemente ese no era el caso y algo muy pero muy en el fondo de su consciencia se lo estaba diciendo. Seguramente el rarito de Rui no era tan cruel como para dejarlo atrapado acá adentro, ¿Verdad? Además de que Rin no lo aprobaría.

Tsukasa suspiró mientras miraba el dispositivo, bueno con o sin Rui, tenía un trabajo por hacer. "¿Debería de simplemente insertar esto ahí o...? Ay, ¿Pero y si explota?"

El rubio se quedo quieto por unos segundos antes de negar rápidamente con su cabeza y posar orgullosamente. "¡Espera! ¿Por qué ando dudando? Una estrella como yo siempre debe estar segura de sus decisiones."

Una risa llena de diversión se escuchó en el lugar, interrumpiendo el discurso altamente vocal que Tsukasa estaba teniendo.

"¡Eres muy gracioso! ¡Que divertido!"

¿Pero cómo esta voz tan llena de energía se atrevía a faltarle el respeto y llamarlo un payaso? Tsukasa se dio la vuelta con una expresión ofendida y miró a la persona desconocida.

Su sorpresa fue grande al ver a una chica pelirosada de muy baja estatura mirándolo con una sonrisa entusiasmada.

"Disculpa, ¿Quién eres y qué haces aquí? Este lugar no es seguro para niñas pequeñas." El rubio le preguntó con un tono más gentil, maldiciendo su instinto de hermano mayor que lo hacia no poder evitar preocuparse por la chica, creyendo que estaba perdida o algo así. "En cualquier caso ¡No temas! Porque este increíble chico te ayudará a escapar de aquí."

La pelirosada volvió a reírse para luego transformar su sonrisa a una más traviesa y peligrosa, lentamente mostrando el gran martillo que estaba detrás de ella. Este chico era muy divertido y eso le emocionaba mucho. "¡Me presento! ¡Soy Emu y estoy aquí para detenerte!"

¿Qué?