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Tres hombrecitos + un hombre = Mujer inesperada

Summary:

Con la salida del ffvii rebirth, aqui en mi pais (mexico) en algunos cines volvieron a proyectar ffvii advent children y como buena fan fui a verla; aunque eso ultimo es mentira y solo fui por mi husbando Sephiroth.

En fin esta idea nacio cuando volvia a casa y pense en un dilf sephiroth con los trillizos como hijos, se suponia que esto iba a ser corto no mas de 1500 palabras pero no podia parar de escribir sobre esto y hasta me dejo con ganas de hacer mas.

Notes:

Es un Modern Au.

Lucrecia y Vincent son canon en esta historia y les gusta cuidar de sus nietos trillizos. Sephiroth, bueno ya lo he dicho antes es un padre soltero.

Sephiroth x Oc plus size. Quizas sea algo ooc por parte de Sephiroth

Nombre: Mikaela Zaferan
Edad: 33

Su nombre Mikaela significa "quien se parece a dios"
Zaferan es del safranum que es arabe y se deviba de la palabra persa "Zarparan" que significa "cuerdas/hilos de oro" esto implica en la coloracion que tiene al hacer infusiones o de cuando se desflora la flor

Work Text:

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♡∙ Tres hombrecitos + un hombre = Mujer inesperada

Categoría: Fluff, Au Modern

Advertencia: Maldiciones, faltas de ortografía y gramaticales, mención de abandono e odio hacia los hijos por parte de la madre ∙♡

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            Todos conocían la gran empresa de Shinra, se podría decir que todos tenían el sueño de trabajar en esa gran empresa que hasta ahora era la cabeza en todas las demás compañías.

            —Y recuerden portarse bien con los abuelos —dijo Sephiroth mirando a sus trillizos quienes asintieron, ve a su madre que solo le sonríe—, gracias por cuidarlos el día de hoy, su niñera me cancelo en el último momento.

            —Descuida, además fue idea de Vincent… ya sabes lo cercano que es a Yazoo y por eso compro las entradas —responde sonriéndole—, hijo, sé que no quieres que vuelva a repetirlo pero en serio deberías sentar cabeza con alguien, los niños van a necesitar una madre en su vida.

            —Lo se madre, además muchos padres y madres como yo han sacado a sus hijos adelante solos —responde acomodándose su saco—, no quiero que alguien nuevo llegue a su vida y les haga sufrir de nuevo.

            Lucrecia solo guarda silencio, no dicen nada y Sephiroth se marcha no sin darles una mirada a sus hijos que le hace sonreír, durante en el camino pensó en lo que dijo su madre, fue el sonido del claxon de algo que lo saco de sus pensamientos y estaba por avanzar cuando por el retrovisor vio como el motociclista ya había pasado al carril derecho de forma muy lenta hasta quedar al lado de su auto, justo en la ventana bajada del copiloto.

            —Está en verde idiota —dice una voz femenina para acelerar en su moto y solo pone los ojos en blanco.

            —Bueno claramente, ese tipo de mujer no es mi tipo… aunque tiene buen gusto en motocicletas, se ve que es parte de esos grupos de bikers.

            『°*• ❀ •*°』

            Vincent y Lucrecia caminaban con los niños en la exposición vikinga, el motivo por que quisieron traerlos aquí fue porque últimamente los niños de 8 años estaban mostrando más sus cosas favoritas; Kadaj amaba las espadas y katanas por su padre así que Sephiroth le compro una de madera, Loz jugaba con motos o coches, e incluso a veces hace el sonido de una moto cuando va en su bicicleta, Yazoo por otro lado siempre fue el más tranquilo de los tres pero cuando descubrió la pistola de Vincent fue lo que le llamo la atención. Vincent le enseño herramientas que podía usar como la resortera o un arco, algo que llamo su atención y quiso probar el niño.

            —Abuelo si no me gusta ninguna.

            —En ese caso, podremos comprarte una de juguete —dice Vincent—, además aprenderemos cosas nuevas todos.

            El niño asintió sujetando más fuerte su mano, miro a sus hermanos quienes veían a los adultos vestidos de vikingos.

            La mujer había estacionado su moto para quitarse su casco, comenzó a caminar rápidamente por el lugar en busca de alguien hasta que lo vio a lo lejos.

            —Lamento la demora Cid, tuve unos inconvenientes —dice la mujer sonriendo—, además fue una gran sorpresa cuando me hablaste que serias invitado especial.

            —Si, me contrataron para hacer unos diseños de barcos vikingos y por eso me dieron pase de invitado —habla soltando una risa—, fue la primera vez que hago botes.

            —Vamos que tus diseños son los mejores, no estarías trabajando en una de las mejores industrias como ingeniero si no fuera por ello —comenta golpeándole el hombro—, como sea, tengo que irme antes de que mi socia venga a buscarme.

            Ambos se despiden, camina hasta llegar a un stand donde hay dos personas allí, una mujer con una canasta llena de flores y su amiga con quien comparte el stand.

            —Al fin llegas —dice Amelia para mirarla—, por dios no has venido como te dije —frunce el ceño y camina hasta donde esta una mesa con sillas, busca algo debajo para sacarlo—, vamos cámbiate.

            —Pero Amelia, tú sabes que-

            —¡Mikaela! —interrumpe Amelia—. Solo por hoy te lo pido, pedí una talla más grande así que espero no te incomode —comenta para ver a la mujer—, por cierto es Aerith, tiene un pequeño stand de flores.

            —Un gusto Aerith, bueno iré a cambiarme y en un rato más pasare por tu stand.

            Amelia era parte de esa comunidad de vikingos sobre la magia pagana e celtica, todos la conocían y junto a Mikaela quien era una artesana en hacer cuadernos, libros y restauración de ellos, tenían trabajos juntos en ediciones especiales de los libros que sacaba.

『°*• ❀ •*°』

            Había sido un día duro para todos, Mikaela ya no soportaba el vestido de época y como tenía flojera de quitárselo no lo haría hasta volver a su departamento. Solo estuvo un rato atendiendo hasta las cinco de la tarde pues Amelia se quedaría todavía; regresaba a su moto solo para ver a un pequeño admirando su motocicleta.

—¿Es tuya? —pregunta señalando la moto y asiente—. En serio, puedo montarla.

            —Claro —dice sonriendo—, o porque mejor no te doy una vuelta, aunque no deberías pedir ¿permiso?

            —Oh.

            El niño mira a todos lados solo para darse cuenta que se perdió por admirar la moto, Mikaela sospecha de eso pero no dice nada y solo suspira.

            —Haremos esto de acuerdo, te daré una vuelta y después buscaremos a tus padres.

            —Está bien, pero vine con mis abuelos y hermanos.

            —En ese caso los buscaremos —dice para abrir el baúl trasero y sacar dos cascos—, quizás te quede grande.

            Ambos se colocan el casco y carga al niño para sentarlo frente a ella quien trata de acomodar la falda del vestido para tomar asiento, enciende la moto y comienza a conducir, observa como el niño ríe y suelta comentarios de lo genial que es.

            —Dios mío, creo que le marcare a Sephiroth —dice una preocupada Lucrecia—, como pudo ser esto posible.

            —Tranquila lo encontraremos —habla Vincent y ve a Yazoo—, quédate con tu abuela Kadaj y yo iremos a los lugares más lejanos, busquen por esta zona más cerca.

            Yazoo asiente, aunque Lucrecia espera que su hijo conteste su llamada y cuando lo hace por su llanto no puede explicarle bien lo que sucede, eso preocupa a Sephiroth y se excusa de su trabajo para irse temprano.

            —Eso fue emocionante señorita —dice el niño aun sentado en la moto.

            —Me alegro que te hayas divertido —comenta Mikaela empujando la moto—, si vez a tus abuelos o hermanos, no dudes en gritar para acercarnos a ellos.

            Asiente para ver a todos lados, para entonces todos están reunidos de nuevo y Sephiroth no tardó mucho en llegar, Vincent le explica que ya iban a regresar al auto cuando Loz se les perdió de vista en un segundo, Lucrecia estaba más tranquila pero aun así se sentía culpable.

            —Madre lo encontraremos —asegura Sephiroth poniendo su mano en su hombro y eso la relaja—, solo espero que no se haya metido en un problema.

            —¡Abuela! ¡Abuelos!

            Todos giran en dirección de los gritos para ver a un Loz alegre sobre una moto que está siendo empujada por una mujer, cuando se acercan más Mikaela lo ayuda a bajar y corre en dirección a su abuela quien lo abraza fuertemente, Loz les habla de la aventura que tuvo contigo y se disculpa por irse sin pedir permiso.

            —Gracias por traerlo de vuelta —dice Lucrecia.

            —Descuiden es un buen niño —comenta para mirarlo—, la próxima vez pide permiso y no te alejes de ellos.

            —Señorita, en verdad es suya —habla un niño de cabello hasta los hombros y asientes—, es genial, papá cuando sea grande quiero una de estas.

            —No lo harás, yo tendré la mía primero —dice Loz con orgullo—, ya sé lo que es subirse en una real y tu no.

            —Niños.

            Ante la voz autoritaria de Sephiroth ambos se calman, Vincent junto con Lucrecia regresan a su vehículo con los niños quedándose sola con el hombre.

            —Gracias de nuevo —dice a lo que Mikaela asiente.

            —Como padre y adulto responsable que soy, creo que tengo que decirte algo —dice y el arquea una ceja—, tu hijo Loz quiere venir conmigo a una reunión biker el próximo sábado, le explique que solo gente grande estaría allí pero no dejo de decir que ya era grande y aunque le repetí sobre pedir permiso, conociéndolo no creo que lo pida.

            —¿Así que me estas pidiendo permiso para que mi hijo vaya contigo? —cuestiona a lo que asiente—. ¿No crees que es algo irrespetuoso eso?

            —Oh, lo siento —dice avergonzada—, olvide mencionar que puede venir solo si un adulto lo acompaña.

            —Ya veo, lamento mi brusquedad —comenta, y lleva su mano a sus labios—, trabajo así que no podría acompañarlo y con lo que paso hoy no quiero estresar más a mi madre, Vincent lo haría pero tendría que lidiar con los trillizos solo ya que estoy seguro que los tres querrán ir.

            —¿¡Trillizos!? —exclama sorprendida—. Creí que tenían diferentes edades, digo tu niño de cabello largo parece el mayor por ser tranquilo, el otro chico el del medio al querer atención y Loz el pequeño.

            Sephiroth ríe por lo que dices, piensa por un momento como es que parecía conocerlos bien y entrecierra los ojos, todos sabían quién era él pero aparentemente ella no lo sabe porque no ha actuado extraño a su alrededor.

            —Señorita, es que no ¿sabes quién soy? —cuestiona mirándola, puede ver el rostro de sorpresa venir de ella.

            —Por dios, no puedo creer esto —responde y él sonríe esperando que diga su nombre—, oh… es él mal conductor que insulte en la mañana.

            —¿Qué?

            —Lamento mucho eso, pero iba algo tarde y si llegaba más tarde me iba a ir peor con Amelia… digo ya tuve que soportar el usar este ridículo vestido pero tengo la flojera suficiente para no cambiarlo porque quiero llegar a casa solo a relajarme.

            Sigue parloteando sin dejar que Sephiroth termine de hablar, la mira como una loca pero no deja de verla, nunca había conocido a alguien que fuera tan hablador o cuente sus desgracias en chistes. Levanta la mano haciendo que guarde silencio, ella lo entiende y vuelve a disculparse por no dejarlo hablar.

            —Lo de la mañana olvidémoslo y lo del sábado aún está en duda.

—En serio, genial ya quiero ver como se sorprenden los niños al ver todas las motos reunidas —dice sonriendo—, por cierto Loz tiene mi número de contacto, le pase una tarjeta de presentación mía pero mejor con dos —de la bolsa cruzada que lleva saca una tarjeta de presentación para entregársela—, estaré esperando su llamada… nos vemos.

            Mikaela mira el auto donde estas los niños y les hace una señal de adiós antes de subir a la moto, acomoda la falda del vestido para después ponerse el casco, le da una última mirada a Sephiroth para despedirse como los niños y enciende la moto.

『°*• ❀ •*°』

            Esa misma noche Loz no paraba de presumirles a donde Mikaela lo había invitado, los adultos solo miraban lo feliz que estaba el niño y de cómo Kadaj ahora discutía con él respecto a quien subiría en su moto.

            —Loz, de hecho hable con la señorita —interrumpió Sephiroth—, me dijo que tienes que ir con un adulto y después de lo de hoy jovencito, voy a tomarme la molestia de ir contigo y tus hermanos.

            —Una salida familiar —dijo Kadaj alegremente—, papá me dejaras montar la moto de la señorita.

            —Solo si ella lo permite —responde para ver a sus padres—, lamento lo de hoy.

            —Hijo no tienes que esforzarte en ir con ellos —dice Lucrecia.

            —Puedo llevarlos, no hay problema —comenta Vincent tomando de su café.

            —No descuiden, esta vez quiero pasar tiempo con ellos —sonríe para ver a sus hijos—, además la señorita Mikaela y yo tenemos un incidente de conocernos.

            —¿En serio? —cuestiona Lucrecia miranda a su esposo y sonríe—. Son como unos socios.

            —No, me llamo idiota por quedarme parado en el semáforo en verde —responde honestamente y eso hace que Lucrecia jadee, ríe por eso—, descuida ya hemos arreglado eso… aunque es muy habladora.

            Lo último lo dijo más en susurro para sí mismo. Por otro lado Mikaela estaba en su departamento batallando con los listones en la parte trasera donde se ajustaba, maldijo al no poner quitarlos todos y solo se tumbó en su cama boca abajo para soltar un gemido de dolor.

            —Dioses, porque debo tener pechos tan gordos —se dice—, diables de nuevo con mi dismorfia corporal —cierra los ojos por un momento—, aún tengo trabajo que hacer y muchas encuadernaciones por hacer.

            Pensó en Loz y sus hermanos, eso hizo que sonriera ya que era hija única y solo se tenía a ella pues sus padres habían fallecido muy jóvenes, claro que tenía parientes lejanos pero no eran tan cercanos como para que se reunieran.

            —Se ve que son muy unidos, quisiera una familia así.

            Es lo último que se dice para cerrar los ojos y perderse en brazos de Morfeo.

『°*• ❀ •*°』

            Fue el día de reunión con los niños, esa misma mañana recibió la llamada de un numero extraño y era el padre de los niños, solo intercambio ubicación así como horario para verlos; eso nos lleva a la actualidad donde estaba esperando en un estacionamiento frente a un restaurante, todo el lugar está lleno de motos y Sephiroth sabía que todas eran costosas.

            —¡Señorita!

            Gira para ver a Loz llamándola, da unos pasos para ver como Loz compite con Kadaj y ver quien llega primero a sus brazos, aunque fue empate, abrazaba a los niños con mucha alegría mientras les decía que esperaba presentarle a sus amigos bikers. Sephiroth solo miro la escena, de hecho fue algo extraño para él ver eso pues sus hijos siempre fueron racios en conocer a otras “mujeres” cuando se acercaban a él o tenían intenciones de salir, pero con ella era distinto.

            —Es bueno verlos… lo siento…

            —Sephiroth, creo que nunca nos presentamos bien —dice mirando a sus hijos.

            —Un gusto, soy Mikaela —comenta para ver a Yazoo—, debes ser Yazoo, Loz me hablo de ustedes.

            —Un gusto.

            —¿Quieres subirte también?

            Mikaela sabía que el niño estaba siendo cautelosa con ella a diferencia de sus hermanos, se notaba que era el más tranquilo de los tres y ahora que los miraba con atención supo que eran el vivo retrato de Sephiroth.

            —Mis compañeros están adentro —señala el restaurante de su espalda—, pedí una mesa aparte solo para nosotros.

            Cuando entraron Mikaela les presento a sus compañeros, Alexander quien era el presidente de los bikers les aseguro que los llevarían a un recorrido, mientras comían Loz y Kadaj no dejaban de hablar sobre cuan bien se portaron para esto, pues fue la condición de su padre y ella miro a Sephiroth.

            —Como hare para llevarlos a los tres —dice mirando a los niños.

            —Podemos ayudarte con eso —dice Alex para ver a los niños—, bueno quien de ustedes quiere venir conmigo.

            Loz no pierde la oportunidad y escoge ir con él cuando ve la moto, Matthew tu amigo se une solo para decirle a Kadaj si vendrá con él y de inmediato lo sigue.

            —Ahora que lo noto, Seph ¿vendrás? —pregunta y por un momento cree que hizo algo malo por su expresión—, te molesta que te llame así, lo siento… es que Sephiroth-

            —Está bien —interrumpe—, puedes llamarme así y descuida puedo ir en el auto.

            —¿Seguro?

            Asiente para decirle donde harán la siguiente parada, toma la mano de Yazoo para llevarlo consigo. Luego de su travesía Yazoo parecía ya haberle tomado cariño a la mujer, el trio no dejaba de hablar con ella sobre lo genial que había sido y que debería invitarlos más seguido.

            Lo sabía, Sephiroth lo había sabido después de ese día, sus hijos se habían en cariñado demasiado con Mikaela al grado de siempre llamarla del teléfono de casa o de la laptop hacerle videollamadas.

『°*• ❀ •*°』

            Había vuelto a su rutina extensa de trabajo, sus padres cuidaban de los trillizos, pero había olvidado algo importante y era que sus padres saldrían de vacaciones, olvido de contratar una niñera pero también le preocupaba que tan desastrosos podían ser sus hijos ya que eran el terror para las niñeras. Suspiro para apoyarse en el respaldo de su silla, pensó en traerlos al día siguiente a la oficina pero reconsidero eso varias veces.

            —Creo que por esta ocasión la llamare.

            De su cartera saca la tarjeta, ve su nombre para comenzar a marcar los números como dice la tarjeta, suena unas veces hasta que respondo.

            “Buenas tardes, en que puedo ayudarle”

            “Soy Sephiroth” dice, espera una respuesta pero solo escucha algo caerse.

            “Seph, no sabía que eras tu puesto que los niños siempre me llaman de otro número” dice. “Agendare tu número en mis contactos, en que puedo ayudarte.”

            “Podemos vernos hoy, alrededor de las 9 de la noche” mira la hora en el reloj de pared de su oficina. “Siempre y cuando no estes ocupada, aunque creo que es un tema urgente para mí.”

            “Nueve de la noche, está bien” responde. “Aun sigo en mi taller, puedes darme los datos para llegar.”

            “Pasare por ti.”

            “Oh, de acuerdo” dice. “Te estaré esperando, maneja con cuidado saliendo.”

            Sonrió al oír eso y se despidió para terminar su llamada, un faltaban tres horas para que se reunieran así que decidió seguir con su trabajo, el pensamiento de como reaccionaria estaba en su mente o de si negaría su ayuda, aunque negó ese pensamiento puesto que los niños la querían mucho y ella también, incluso la conversación que tuvo con su madre cruzo por su mente.

            —Es una buena mujer, deberías invitarla a salir además los niños la aman y ella igual —dice Lucrecia sonriendo—, incluso luces algo diferente desde que salen con los niños.

            Cuando llego la hora de reunión la vio cerrar una puerta y se estaciono en frente para bajar el vidrio de copiloto, Mikaela se da la vuelta para verlo y se sube al auto, tienen una breve charla sobre su día hasta que llegan a su destino.

            —Espero no te moleste, hice la reserva en un lugar privado.

            —No para nada.

            Sabía que Sephiroth era alguien importante, pero cuando vio el lugar sentía de primera que no encajaba, siguieron a la hostess hasta llegar a su mesa privada y el mesero solo dejo la carta para retirarse, se siente incomoda y toma la carta nerviosa mirando el contenido pero casi quiere llorar por su tarjeta de crédito al ver los precios.

            —Descuida es mi turno invitar esta vez, siempre has hecho los gastos cuando llevo a los niños —dice sin mirarla.

            —Es porque siempre los invito, además gastar en ustedes es lo de menos para mi —comenta bajando la carta, gesto que imita Sephiroth—, además hay algo que me incomoda y no quiero arruinarle la cena.

            —Puedo saber que es.

            —Me he preguntado por ello algunas semanas, su esposa… está de acuerdo con esto, digo a una madre le importan mucho sus hijos y creo que incluso puede mal interpretar nuestra situación.

            —No creo que mal interprete nada y los niños están mejor sin ella —comenta, no quiere ser duro con ella así que suspira—, la madre de mis hijos era una persona narcisista, solo se preocupaba por ella y su carrera de modelaje; cuando supo del embarazo estaba más allá para interrumpirlo, pensé que se alegraría pero con la noticia que eran trillizos la golpeo muy duro, comenzó a odiarlos por arruinar su cuerpo y que prácticamente habían arruinado su carrera profesional —dice mirando a otro lado—pensé que cambiaría cuando viera a los niños, sabes muchas madres cambian al verlos y lo hizo pero de la peor manera, se negaba a alimentarlos y llego a abusar de ellos físicamente… cuando nos separamos ella dijo que no quería verlos nunca en su vida ya que era un recordatorio de como la arruinaron tanto en su carrera como en su cuerpo, durante estos ocho años nunca me contacto o los visito.

            —Seph yo lo siento, no sabía que fue duro para ti —dice levantándose para ir a su lado y abrazarlo—, lo lamento Seph, no quería que recordaras cosas malas… solo que pensaba que quizás podría arruinar tu matrimonio o algo que su madre pensara que le quitaba el amor a sus hijos.

            —Debí decirlo desde el principio, pero no sabias quien soy.

            —Eh… de que hablas, eres Seph, padre soltero de tres hijos maravillosos.

            “Deberían agradecer más a los grandes empresarios que trabajan en Shinra y de todo lo que hacen, en los últimos días Sephiroth ha hecho una gran donación para grupos de emprendedores y ha dado algunas ideas nuevas para más beneficios de estos” dice el locutor de las noticias.

            Mikaela mira la pantalla de tv para ver al mismísimo Sephiroth de la entrevista pregrabada, mira a Seph para volver a ver la pantalla y llevar sus manos a su boca para evitar gritar.

            —¿Por qué no me dijiste que eras así de importante? —cuestiona señalando la pantalla—. Tú el gran Sephiroth del que todo el mundo habla… ahora entiendo porque mis compañeros bikers me preguntaban por ti.

            Escucha a Sephiroth reír, pudo decir que sus mejilla se calientan ya que verlo sonreír en diferente a como lo hace ahora que incluso puede ver una luz detrás suyo.

            —Un ángel.

            —Oh, si me lo dicen a menudo —responde—, sobre todo las mujeres.

            —Diablos —dice golpeándose la frente—, yo y mi gran bocotá… lo siento, es que no veo noticias a menos que se relacionen con arte o cultura.

            Después de su pequeña charla fura de esto y la interrupción del mesero, la noche transcurre mientras hablaban su día de trabajo.

            —Bueno hablemos del punto de reunión después de mucho —dice a lo que Mikaela asiente—, mis padres saldrán de viaje mañana y no contrate una niñera, aunque mis hijos las odian y quizás harían lo posible para que renunciara.

            —¿Pensaste en sí podría cuidarlos? —cuestiona a lo que asiente—. Por supuesto, ¿solo mañana? —pregunta nuevamente y nota que se tensa—. Dos días.

            —Tres días contando desde mañana —responde y ella suspira—, puedes quedarte en nuestro hogar para que no gastes mucho.

            —Es lo de menos Seph, pero tengo trabajo también —dice—, mi trabajo es de estar en casa, pero si voy a la tuya tendré que ir con mis cosas de trabajo.

            —Solo dime que necesitas y te ayudare.

—En ese caso, puedes pasar mañana a las siete por mi taller.

『°*• ❀ •*°』

            Mikaela no era una persona madrugadora, de hecho iba contra su reloj de trabajo pues era noctambula y ese día solo había dormido a lo mucho unas tres horas; como lo prometió Sephiroth estaba esperándola, incluso al entrar a su área de trabajo se sorprendió ya que parecía muy hogareño, la vio tomar una caja para meter cosas.

            —Puedes ayudarme con la prensa —dice señalando el objeto de madera de un estante por donde estaba—, fue la primera presa que hice.

            Sephiroth toma la prensa, su vista se detiene en una foto familiar, sabe que la joven del medio es ella pero no reconoce a las dos personas de la foto, supuso que eran sus padres ya que él también tenía una foto similar con ellos.

            —Son mis padres —dice parándose a su lado—, fue una de las ultimas fotografías que tengo con ellos, fallecieron en un accidente mientras viajaban de noche.

            —Lamento tu perdida.

            —Aún viven sus lecciones dentro de mí y sus recuerdos.

            No dicen más y ambos salen del taller, Sephiroth la lleva hasta su residencia que una vez más la deja sin palabras pero no dice nada y se pregunta porque no tiene personal que cuiden de sus hijos. Tan pronto como la ayuda a bajar sus pertenencias le pide que se sienta como en casa ya que él tiene que ir a trabajar pronto y los niños estaban en sus habitaciones ya que no habían ido a la escuela.

            —Esto es más enorme que mi departamento y el taller juntos —dice caminando por el lugar— dijo que ira al trabajo pronto y creo que no desayuno.

            Camina por la casa buscando la cocina hasta que la encuentra, comienza a buscar en el refrigerador algo que hacer para ver que hay cosas suficientes para hacerle un desayuno.

            —Espero que mi habilidad culinaria no este oxidada.

            Hace unos huevos revueltos con bistec, incluso corta un poco de verdura para saltearlas en mantequilla, Sephiroth estaba ya listo para irse y cuando bajo para buscarla el olor de comida lo guio a la cocina, estaba de espaldas moviendo el sartén y sea lo que hizo olía bien, su pulso se aceleró un poco al verla de esta forma y por primera vez en mucho tiempo no sintió la casa tan vacía.

            —Veo que regresaste, lamento haberme tomado en serio la frase de “estas en casa” —dice mostrándole los dos platos—, pensé que no habías desayunado, yo tampoco lo hice así que perdona que robe tu comida para alimentarme también.

            —Descuida puedes hacerlo, nadie cocina más que mi madre —dice a lo que Mikaela asiente.

            —Tus padres viven aquí.

            —No, viven en una casa más arriba, pero casi siempre se la pasan aquí o en su casa por los niños.

            —Espero te guste —dice pasándole la taza de café—, hace mucho no cocino ya que solo suelo comer cosas frías, no me gusta la comida caliente.

            Ambos desayunas tranquilamente, Mikaela le dice que se esforzara en hacerles una rica comida a los niños también y que la pasen genial. Ambos están en la sala de nuevo y ve como Sephiroth se pone su saco mas no la corbata.

            —Iras sin la corbata.

            —No me gusta usar eso —dice y ella suspira para ir a él—, no es tan importante así que-

            —No Seph, sin la corbata no tienes apariencia de ser lo que eres… ¿empresario? ¿Ceo? Nunca entendí eso de las jerarquías.

            Toma la corbata que Sephiroth había dejado para hacerlo agacharse a su altura, mira como hace el nudo rápido y fácilmente antes de jalar un poco para ajustar.

            —Listo —dice mirando orgullosa su trabajo—, ahora puedes irte, que tengas un lindo día y conduce con cuidado.

            Sephiroth solo la mira sin decir nada, se queda allí mirándola por un tiempo más hasta que decide irse, lo último que recuerda es verla por el retrovisor despidiéndose; porque cuando llega a su trabajo y sobre todo a su oficina privada no sabe porque no puede parar de pensar en ella, de su forma de actuar tan doméstica y recordó cómo su madre fue así tanto con su padre como con Vincent, lo llamaba pequeños detalles que haces por tu pareja o la persona que amas y eso hizo que su ritmo cardiaco se elevara como la última vez.

            —Es cálida.

            Mikaela había hecho un gran desayuno, fue una sorpresa para los trillizos verla pero de inmediato fueron a ella para abrazarla; ayudo a los niños con sus tareas, incluso jugaron juntos hasta que cenaron.

            —Su padre siempre llega tarde —comenta mirando a los niños.

            —Suele tener mucho trabajo —responde Yazoo—, a veces llega pasada las diez, es un hombre ocupado.

            —Si, papá suele llegar tarde pero siempre esta con nosotros cuando se lo pedimos —dice Kadaj sonriendo—, además yo soy el que está a cargo cuando no está, señorita Mika ¿vino en su moto?

            —Lo siento retoño, su padre fue por mi esta mañana y es quien me trajo —dice poniendo su mano en su cabeza—, además estaré con ustedes este fin de semana, creo que su padre no pudo encontrar niñera así que ayer me invito a cenar para decirme.

            —Papá y tu cenaron juntos —dice Yazoo a lo que asiente y mira a sus hermanos—, papá no suele hacer eso.

            —Lamento si eso les incomoda, se que es importante para ustedes.

            Yazoo la abrazo por su izquierda mientras Loz de su derecha, Kadaj solo se sentó en sus piernas y la miro, fue entonces que confesaron algo que ella desconocía.

            —Eres diferente a las otras mujeres que acosan a papá —dice Kadaj—, incluso las niñeras siempre tratan de quedar bien con él o nos hablan dulcemente frente a él pero en privado son feas.

            —Es cierto, las niñeras suelen ignorarnos e incluso una vez Yazoo casi fue agredido por una —comenta Loz, miro a Yazoo que no dijo nada pero ella paso sus manos sobre ambos niños para acercarlos—, me gusta pasar tiempo contigo Mika, eres mas agradable que esas mujeres.

            —Además siempre te preocupas por nosotros, nos llevas a lugares bonitos y nos dejas subir en tu moto —dice Yazoo.

            —También me gusta salir con ustedes, son unos niños muy adorables —les sonríe—, además si Loz no hubiera visto mi moto ese día quizás nunca nos hubiéramos conocido.

            Estuvieron un rato mas de esa forma, el sillón cama lo desmonto para dejar que los niños descansaban allí así que tomo su cárdigan para tratar de cubrirlos a los tres; fue por algunas de sus cosas para comenzar a trabajar. Sephiroth llego a su hogar solo para ver la luz de afuera encendida así como la de la sala, cuando bajo del auto y entro a su hogar apago la luz, fue a la sala para ver a Mikaela trabajar.

            —Bienvenido —anuncia ella sonriéndole, deja lo que hace para levantarse—, sé que es tarde pero, ¿cenaste algo?

            —No, la verdad el día fue algo duro —responde colocando su saco en el perchero—, espero que no hayan abrumado.

            —Para nada —dice para verlos y Sephiroth sigue su mirada—, no se que tanto te afecte la cafeína a esta hora pero ven conmigo.

            Ambos van a la cocina, prepara dos cafés con leche y uno se lo ofrece antes de ir por una caja de galletas que había ido a comprar con los niños.

            —Espero que mañana sea un mejor día —comenta a lo que Sephiroth asiente.

            —Aun así tenemos que llevar esos niños a sus camas —dice tomando del café—, también tengo que mostrarte la habitación donde te quedadas.

            —Déjame ayudarte con los niños al terminar, solo muéstrame donde estaré para ir por mis cosas tengo trabajo —comenta y Sephiroth la mira—, soy mas noctambula, me cuesta mucho dormir en la noche así que aprovecho para trabajar.

            —Y creí que yo tenía un mal habito del sueño.

            —Seph, tus hijos te aman demasiado y me contaron sus travesuras de las niñeras o las mujeres que se acercaban a ti.

            —Oh, supongo que ahora tu estarás de lado de los niños en sus travesuras —dice sonriendo de forma extraña—, es raro que inviten a un adulto a sus travesuras y acaso te contaron que sabía lo que siempre negué esa conductas porque sabía lo que querían realmente.

            —Padre protector —dice sonriéndole—, eres buen padre Seph y no, no seré cómplice de los niños, Loz quiere que le enseñe a manejar una moto cuando sea mayor y sus hermanos estuvieron de acuerdo con eso… pero la verdad soy pésima en eso de enseñar a conducir, de hecho suelo olvidar que manejo y a veces me accidento, incluso mi medido me ha dicho que a mis treinta y tres años mi cuerpo a pesar de no tolerar el dolor me recupero rápido.

            —Espera, tienes treinta y tres —dice sorprendido—, pensé que eras más joven que yo, pero no es así.

            —Ya se que soy una traga edad y… espera dijiste “que yo”… pues cuantos años tienes —comenta nerviosamente y Sephiroth suelta una risa que la hace quedarse quieta.

            —No es mucho la diferencia, un año —responde

            —Sabes por un momento pensé que dirías treinta —comenta—, iba a decirte que tuviste a los niños muy joven pero aun así fuiste joven para tenerlos.

            —No me arrepiento de ello.

            —Yo tampoco lo haría son unos hijos maravillosos.

            Ese comentario hizo que Sephiroth se sorprendiera, sintió su rostro calentarse y fue cuando Mikaela dijo un “lo dije” para verlo asentir, la mujer se apoyó en la cerámica solo para disculparse por decir lo que pensaba. Sephiroth ahora entendía porque le llamaba la atención, era una mujer que a pesar que su rostro era expresivo, hablaba sin pensar y eso era un arma de doble filo.

『°*• ❀ •*°』

            Kadaj había escuchado que Mikaela solo estaría con ellos hasta el día de hoy pues mañana temprano se iría y fue de inmediato a convocar una reunión con sus hermanos para una charla.

            —No podemos dejar que se vaya —dice Loz sollozando—, no quiero que mamá se vaya.

            Ese comentario dejo a Kadaj y Yazoo asombrados pero no dijeron nada, quizás fue el sentimiento de no tener una figura materna el que sintieron o era porque Loz lloraba pero ahora el trio no paraba de llorar.

            Sephiroth ese día había salido temprano y estaba con Mikaela hablando respecto como iban en sus trabajos, fue hasta que escucharon el llanto de los niños y fueron de inmediato a la habitación de Kadaj ya que estaban todos allí reunidos.

            —¿Qué paso? ¿Se lastimaron? —pregunta Mikaela pero no responden, solo fueron a ella para abrazarla fuertemente—. Todo esta bien, su padre está aquí.

            Yazoo y Kadaj se alejan pero Loz aun se aferra a ella con fuerza, Mikaela lo toma en sus brazos para arrullarlo.

            —Todo esta bien Los, ya no llores.

            —Pero vas a irte —dice aun llorando—, no me abandones, no nos dejes mamá.

            Esconde su rostro en su pecho para seguir llorando, Sephiroth solo miraba y se preguntó de donde había sacado esa idea Loz, pero al ver como Mikaela lo arrullaba para calmarlo le hizo sentir algo extraño en su pecho de nuevo.

            —Kadaj, Yazoo necesito que hablemos —dice mirando a sus hijos que lo miran.

            —Si padre.

            —Seph, no seas duro con ellos —comenta Mikaela pasando a su lado—, iré con Loz a su habitación.

            Una vez que Mikaela se marcha Sephiroth pregunta a sus hijos de donde Loz había sacado esa idea pero ellos alzan los hombros, Sephiroth los llama por su nombre hasta que suspiran.

            —Ayer que salimos, nos encontramos a unos compañeros de clase y nos preguntaron si la señorita Mika era nuestra mamá por cómo nos cuidaba ya que su madre hace lo mismo —dice Kadaj.

            —No queríamos decirte esto, pero antes nos molestaban por no tener mamá —revela Yazoo y Kadaj jadea para reclamarle de revelar ese secreto—, nos encargamos de ellos, pero… la señorita Mika es tan buena con nosotros y nunca nos ha visto como esas otras mujeres.

            —Niños, la señorita Mikaela y yo no estamos en ningún tipo de relación más que de amistad —dice suspirando—, hemos estado saliendo porque ustedes me lo piden o ella me habla de eventos para ir con ustedes a pasar un momento familiar.

            —¿Entonces la señorita Mika es familia? —cuestiona Yazoo—. Lo acabas de decir.

            —Si como amiga —responde Sephiroth—, así como lo es el tío Zack, Genesis y los amigos de papá.

            Ambos niños asienten, Sephiroth les pedí que vayan a limpiarse y sale de la habitación para ir a la de Loz, Mikaela está sentada en la orilla de la cama dándole la espalda hasta que se aclara la garganta.

            —Seph, se ha quedado dormido —dice Mikaela—, lo siento.

            —No tienes que disculparte —habla Sephiroth.

            —Oh ya veo.

            Mikaela sentía que quizás después de esto ya no querría verla, incluso pensó en sus acciones y que todo esto para otras personas podría ser un plan para ganarse a Sephiroth, se mordió el interior de su mejilla para tratar de pensar en que hacer… pero la respuesta vino rápido, una que siempre usaba cuando sentía que las cosas iban a salir mal.

            «Tienes que irte de nuevo, ya no va a querer saber nada de ti y solo te vera como que usaste a sus hijos» susurra esa voz en su cabeza, le hace detener su caminar. «Que crees que pensaran su padres, seguro que no les gustara que una mujer como tu se haya ganado a los niños y además tu apariencia no ayuda para nada»

            —¿Estas bien?

            Mira a Sephiroth que la está mirando, siente que sus ojos han cambiado y ahora la ven con algo que juzgar, asiente para excusarse con alistar sus cosas para irse.

            —Seph-iroth —dice para llamarlo por su nombre completo—, mañana me iré antes de lo previsto, no necesitas dejarme ya que iré a hacer unas entregas en paquetería solo tomare un uber hasta haya.

            Sephiroth solo la mira sin decir nada, sabia que algo estaba pasando aunque pensaba que era por la situación, esa misma noche fue eterna para ambos los niños dormían profundamente y Mikaela seguía despierta, bajo al primer piso para sentarse en una de las sillas del jardín y ver el cielo estrellado; Sephiroth la miro por la ventana del pasillo, miro el reloj para ver que eran las tres de la mañana.

            —Es verdad que casi nunca duerme.

            Eran ahora cerca de las seis de la mañana cuando se levantó al baño, pero fue cuando regresaba que la vio aun allí, suspiro para bajar e ir con ella, llevándose la sorpresa que estaba dormida, en su cuello tenia una bufanda negra que tenia y como era lo que cubría casi su rostro, sabia que esa bufanda era suya y no tenia idea de donde la había conseguido.

            —Supongo que tendré que llevarla a la cama.

            La toma como si no pesada casi nada, incluso puede comparar el peso de sus tres hijos juntos o un poco más, la siente moverse en sus brazos solo para ver como su rostro se apoya en su pecho y la escucha suspirar alegremente mientras se acurruca más contra él.

            Cuando amaneció Mikaela cumplió su palabra de irse antes, incluso le conto a Sephiroth que era casi una de las primeras veces que había logrado tener un sueño reparador; a pesar de no haberse despedido de los niños prometió llamarlos en la tarde cuando volvieran de la escuela, sus padres volvían esa tarde pero no quería molestarlos así que sus amigos Zack y su pareja Aerith estarían cuidando de los niños esos dos días.

            —Oye Seph, tengo una pregunta para ti —dice Zack sonriendo para ver a Aerith negar con la cabeza—, ¿quién es esa chica de nombre Mika? Los niños no dejan de hablar de ella, sabes.

            —Es una amiga que hizo Loz cuando mis padres los llevaron a ese evento medieval —responde—, le dio un viaje en su moto, nos invito a su grupo de bikers una semana después y todo comenzó allí.

            —¿De verdad, amiga? —cuestiona—. Parece que los niños la quieren mucho por como hablar de ella.

            —Zack —advierte Aerith

            Sephiroth mira a sus hijos jugar y se pregunta si fue buena idea dejarlos al cuidado de Zack. La semana había transcurrido normal para él, sus padres habían vuelto y estaban de nuevo ayudándolo con los niños, antes de que se diera cuenta habían pasado dos semanas desde que no hablaba con ella.

            —Papá, ¿has hablado con Mika? —pregunta Kadaj a lo que Sephiroth niega y pregunta si paso algo—. Desde que se fue solo nos llamó ese día en la tarde, le hemos estado llamando pero no responde las llamadas y sus mensajes parecen no llegarle.

            —¿Le habrá pasado algo? —pregunta Loz.

            Es entonces cuando Sephiroth comienza a preocuparse por ella, pasa otro día mas cuando decidí ir a verla en su estudio pero para su sorpresa ya no alquila el piso, el local de abajo le contaron que parecía muy repentino que se fuera ya que tenia tres años con ese lugar y le afirmaron que parecía algo extraña.

            —Es como si hubiera desaparecido —dice tomando de su cerveza.

            —¿Acaso te preocupa ahora? —cuestiona Zack a lo que asiente—. Por los niños o son la excusa para ti.

            —¿Amigos? ¿Familia? —pregunta Aerith a lo que niega—. Como es que no conoces a sus amigos.

            —Solo menciono a su colaboradora Amelia y algunos de los bikers —dice—, ya busque con los bikers pero nadie la ha visto en estas dos semanas y la tal Amelia no tengo contacto.

            —Sephiroth, te conozco de hace tiempo y puedo decir en claro que te enamoraste de ella —asegura Zack—, nunca la conocí, pero como los niños hablaron de ella creo que es una buena persona y además como dijiste que no te conocía eso me sorprendió también.

            —Tienes razón Zack, creo que si estoy enamorado de ella y me tome mi tiempo para reflexionar sobre lo que siento.

            Esa confirmación hizo que Zack soltara su cerveza, Aerith jadeo en sorpresa y solo miro a Sephiroth preguntándose quien era su amigo ahora, a donde había ido el Sephiroth que siempre alejo a las mujeres por como miraban a sus hijos y lo veían como un banco.

『°*• ❀ •*°』

            Era un viernes, Sephiroth había salido antes de trabajar y regresaba a casa cuando la vio frente a la puerta, se sorprendió de verla, detuvo el auto para apagarlo y bajarse rápidamente, su paso fue igual de rápido y no le permitió hablar ya que la rodeo en un abrazo, Mikaela estaba pegada a él y pudo respirar su aroma, uno que le hizo sentir relajada e cerro los ojos para devolverle el abrazo, no sabia que pasaba pero cuando rompió el abrazo ambos se miraron.

            —¿Dónde estabas? —pregunta—. Los niños estaban tan preocupados por ti, incluso yo lo estaba y cuando fui a buscarte tu taller ya no estaba allí.

            —Sobre eso lo siento, me asaltaron y perdí mi móvil —dice—, aunque ya tengo una nuevo y el número de siempre, quise llamar pero mejor vine en persona a despedirme.

            —¿Despedirte? —cuestiona con miedo, incluso Mikaela puede ver esa inseguridad en sus ojos pero no sabe que es—. ¿Te iras?

            —Te lo dire una vez que estemos con los niños, no quiero que estén tristes.

            Asiente para decirle que estacionara el auto en lo que ella espera en la puerta, cuando entran los niños no podían creer lo que veían y de inmediato corrieron a ella abrazándola, Lucrecia y Vincent solo miraban lo que pasaba.

            —Debes ser Mikaela, los niños hablaron de ti —dice Lucrecia—, soy Lucrecia y él mi esposo, Vincent.

            —Un gusto conocerlos.

            Los tres adultos solo observaron como Mikaela hablaba con los niños, se ponía al día mientras se disculpaba por lo que paso; Lucrecia le pregunto a su sobre sus sentimientos pero cuando Sephiroth le dijo que Mikaela estaba por irse y esto era una despedida solo lo miro con asombro.

            —Creí que ustedes.

            —Se lo que siento, pero no quiero retenerla —dice—, aunque esa parte insana mía dice que la posea.

            —Nunca es tarde para decir algo —habla Vincent mirando a Mikaela.

            La mujer solo respiro profundamente cuando les dijo a los niños que se iría, sabía que pondrían esa expresión de horror y les aseguro que era porque le salió un proyecto nuevo en otra ciudad, escuchar eso no solo destrozo a los niños sino también a Sephiroth, Mikaela había manejado bien a los niños que no lloraron tanto pero aun así se aferraron a ella para impedirle irse.

            —Bien, ahora debo buscar un trabajo temporal en la otra ciudad… será duro comenzar de cero otra vez —murmura para si misma—, no quiero irme, no quiero irme… no tengo nada allá e irme así de nuevo.

            Tenia una platica privada consigo misma, una charla que Sephiroth había escuchado pero no dijo nada, pensó que era porque sabia lo duro que era comenzar en un lugar nuevo.

            Ahora que había terminado de hablar con Amelia; quien era el contacto más cercano de Mikaela compendio sus palabras demasiado tarde.

            —Tiene problemas de inseguridad a la hora de establecer una relación romántica, suele huir para no regresar jamás por su miedo a repetir patrones de sus padre —dice Amelia mirando a todos lados—, se que Mika dice que sus padres murieron en un accidente y aunque lo fue, mientras estuvieron en vida eran padres donde las peleas eran constante, culpar a los hijos por arruinar la vida o criticarlos por no ser perfectos eran comentaros diarios. Mika me dijo que le pidió a su madre huir de su padre abusador pero al final su madre lo defendía llamándola a ella una mala agradecida.

            Esa revelación de su pasado dicho por otra persona le sorprendió, Amelia también le dijo que era la única amiga que tenia desde que eran pequeñas y por eso siempre la apoyo porque Mikaela fue la primera en apoyarla a ella; Sephiroth recordó su pasado con la madre de sus hijos y pensó en la buena suerte que tuvo al que ella no decidiera irse, porque no quería que sus hijos sufrieran como Mikaela lo hizo, pensó en su madre Lucrecia y de cuando se divorcio de un padre que nunca conoció porque él no quiso formar parte de su vida.

            —Mierda, no creo llegar.

            Y como lo supuso no había llegado a tiempo cuando el avión despego, se quedó esperando una, dos y luego se hicieron tres horas; si no hubiera hablado con Amelia jamás se hubiera enterado que su vuelo era ese mismo día, un vuelo que ni siquiera sabían cuál era el destino.

            —Mierda… no pude decirle lo que sentía —dice para si mismo—, me pregunto si volveré a tener otra oportunidad.

            Pensaba en lo patético que fui, comportándose peor que un adolescente que no es capaz de expresar lo que siente por la persona que ama y con la que quiere compartirlo todo.

            —Al final madre tenía razón y Vincent igual.

            Suspira para detener el auto, mira su hogar y solo niega con la cabeza, todo iba a volver a como era antes de que Mikaela entrara en sus vidas. Se detuvo frente a la puerta aun sin abrir cuando escucho risas, se pregunto que era eso que tenia a los niños tan emocionados así que entra para ver a sus hijos.

            —Al fin llegas.

            Dice la voz que lo hace abrir sus ojos con mucho asombro, allí junto a sus hijos esta la mujer que creyó perdida y aunque sus ojos picaban con sus lagrimas asomar bajo su mirada aguanto las lágrimas, Mikaela camino a él para sujetar su rostro en sus manos.

            —Seph te amo —dice—, me harías el honor de quedarme contigo y los niños.

            Se agacho a su altura para darle un beso que estaba siendo correspondido, era la primera vez que se sentía de esta forma, tan amado; cuando rompieron su beso Mikaela miro a los niños, Sephiroth miro a sus padres quienes le sonreían.

            —Ahora si puedo decir que tengo una gran mamá.

            —Tenemos —corrige Kadaj poniendo sus manos en su cintura—, mamá, verdad que nos enseñaras a montar en la moto.

            —Cuando sean mayores.

            Esa misma noche Mikaela le conto a Sephiroth que de hecho si iba a huir, pero dejarlo a él y los niños era como perderlo todo así que dio media vuelta, Sephiroth solo miro las maletas en la entrada cerca de la puerta y sonrió por la elección que hizo.

            —¿Así que nos escogiste?

            —Si y lo volvería hacer.

            —Fui a buscarte al aeropuerto, la idea era confesarte mi amor pero cuando llegue iba despegando —dice sonriéndole—, me alegro que nos hayas escogido.

            —Mi ángel.

            Con eso ultimo dicho de su parte, le sujeta el rostro para darle un beso que Sephiroth correspondido. Este solo el comienzo de su historia juntos.

『°*• ❀ •*°』

            Mikaela y Sephiroth habían llegado a casa, los trillizos se acercaron a su madre para ayudarle con las cosas que cargaba, Lucrecia camino junto a Mikaela para decirle que no se estresara, los niños solo miraban impaciente a su padre quien cargaba ese bulto de cobijas verde pastel.

            —Ya quiero conocerla —dice Yazoo, Sephiroth se sienta en el sofá para destapar lo que tapaba—, esa muy roja.

            —Así son los recién nacidos —responde Sephiroth.

            —¿Ya pensaron un nombre para su hermana? —pregunta Mikaela sonriéndoles.

            —Hay nombres muy bonitos —responde Yazoo—, pero si madre tiene uno en mente, seguro que es bonito.

            —Yo le enseñare muchas cosas —comenta Loz—, como el conducir una moto.

            —No, eso yo se lo enseñare —alega Kadaj.

            Ante la pelea de los hermanos la pequeña bebe se movió por el ruido y de inmediato guardaron silencio mientras Sephiroth la arrullaba.

            —Hestia —dice Mikaela—, es el nombre de la una diosa griega y el de su pequeña hermana.

            Los niños sonrieron para comenzar a hablarle a la bebe con ese nombre, incluso ya pensaban en un apodo para ella; Sephiroth y ella solo intercambiaron miradas para sonreírse, estos últimos dos años habían sido toda una travesía y ahora con un bebe sabían que tendrían más travesías.

            —Gracias por darme una hija tan bella —dice Sephiroth besando sus labios—, y por ser la madre de mis hijos.

            —Seph, te amo demasiado así como a nuestros hijos.

            Siempre que hacías esos comentarios sobre “nuestros” solo le hacían sentir un cosquilleo en el abdomen, se preguntaba quien le había puesto en su camino a una gran mujer. El haría lo que fuera por ella y por sus hijos, incluso si tendría que manchar sus manos de sangre lo haría con tal de que nadie les haga daño.