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Summary:

Tim con el tiempo había llegado a creer que estaba condenado a simplemente vivir solo, sin conexiones reales en la vida, y estaba comenzando a abrazar esa realidad, pero luego apareció Ilay, con sus ojos verdes agradables y su actitud confiada y puede que espere un tiempo antes de decidir cerrar su corazón del todo.

o

Tim se topa con un omega interesante que lo llama cachorro y lo trata como a un niño pequeño

Notes:

este Fic ya estaba en creación cuando descubrí que el Tim Drake del canon y el Tim Drake del fanon son aparentemente muy diferentes :)

entre en crisis pero lo continúe de igual forma, es una advertencia para quienes disfrutan del Tim canon, este Tim, es mas del estilo fanon, porque no he leído ni un solo comic, espero les guste y comenten >3<

(See the end of the work for more notes.)

Chapter 1: una cuestión de instinto

Chapter Text

Había muchas cosas que Tim sabía, cosas que incluso en ocasiones preferiría no saber.

 

El más importantes tenía que ver con las historias de origen e identidad de los vigilantes de Gótica, un secreto que había cambiado su vida como ningún otro, y no era que al inicio hubiera sido malo, era una distracción bienvenida y muy apreciada, admiraba profundamente a Batman y sus Robins, de la misma forma en que admiraba al señor Wayne, pero en ese momento no entendía lo que sacrificaría, lo que significaba.

 

Cree que es un poco decepcionante saber que, a pesar de saberlo, en una situación de todo o nada, no cambiaría ni una sola cosa.

 

Descubrir a Bruce lo llevó a cosas grandes, cosas mucho más grandes que él en ese momento y tal vez incluso ahora, lo llevo a sus investigaciones, a involucrar su vida con villanos, héroes, amenazas mundiales o intergalácticas, pero también lo llevó a pequeñas cosas, cosas cotidianas y normales para las que curiosamente estaba mucho menos preparado que para las amenazas de muerte.

 

Con el tiempo Tim descubrió tres cosas de sí mismo, la primera, tenía una suerte, o muy buena, o muy mala, podía estar en un problema a nivel catástrofe y salir airoso solo por una coincidencia a su favor y también podía involucrarse en la cosa más simple de la vida y terminar en una situación de rehenes sin siquiera abrir la boca.

 

La segunda, su instinto era cosa de otro mundo, a tal punto que en secreto revisó su ADN en busca de alguna mutación genética, era sencillamente y en pocas palabras, increíblemente intuitivo. Como la vez en que sabía que debía ir al circo la noche del accidente de los Grayson voladores, y armó la primera pieza de su gran rompecabezas, o cuando, en busca de Robin y Batman, ciertos callejones  parecían llamarlo y guiarlo, dando oportunidad a fotografías que volaron su pequeña cabeza.

 

Y la última, era realmente bueno en recopilación de datos, las cosas simplemente se quedaban en su cabeza y en el momento adecuado, encontraban la forma de encajar entre ellas, dos casos completamente diferentes, encajando solo por orden de fechas, métodos o periodo de realización, de la misma forma, la comprensión de otras personas, sus motivaciones y objetivos, podrían ser la respuesta que necesita para crear perfiles eficientes.

 

Cree que pueden existir muchos motivos para todas sus habilidades, pero su mejor teoría, sin embargo, es que se derivan de la negligencia infantil. 

 

Amaba a sus padres, siempre lo hizo y cree que siempre lo hará, hacía lo que pedían y les daba lo que esperaban, quería que estuvieran orgullosos de él, cada castigo, cada mirada desaprobatoria, era un margen de mejora, más educado, más silencioso, más hábil, más perfecto.

 

Pero cuando ellos tomaban sus cosas y volvían a sus viajes, no quedaba nada más que un niño vacío y sin objetivos reales, en una enorme y fría casa, igual de vacía.

 

Entendió entonces, triste, solo y aferrado a sus mantas, buscando el calor de una persona y el olor de una manada que no tenía, que su vida era y siempre sería su problema, y si quería vivirla, debía jugar bien sus cartas.

 

Mientras era lo último en la lista de sus padre, consiguió una patineta, y caída tras caída aprendió a usarla, las rodillas raspadas estaban siempre acompañadas de una enorme sonrisa satisfecha cada vez que mejoraba, cuando ellos olvidaban su existencia, sacó su cámara y salió de excursión a las calles de Gótica, noches estrelladas, callejones oscuros y muchos, muchos secretos.

 

Cada celebración en soledad, cumpleaños, navidad, año nuevo, Tim se premiaba a sí mismo con un repaso de sus avances, bebidas energéticas, comida grasosa y barata, y muchas películas con restricción de menores de edad.

 

Las pocas y casi inexistentes llamadas con sus padres, eran recordatorios de su lugar como heredero Drake, que Tim acepta con sumisión y obediencia, enumerando sus muchos avances en actividades que dominaba a la perfección, cada vez más convencido, de que si les daba lo que querían, podía ser quien quisiera el resto del tiempo 

 

Con el tiempo, deja de preguntar si volverían y disfruto de los momentos, con solo esporádicos pinchazos de amargura y soledad, luego de entender su situación, su presencia se volvió un castigo en sí mismo.

 

Se asfixiaba con ellos en la mansión, incluso antes de ser Robin y necesitar huir sin ser cuestionado, su presencia en casa significaba ser criticado, castigado y sermoneado por cada pequeña cosa, significaba, no patineta, no fotografía, no película inadecuadas para su edad, ni comida chatarra, significa demostrara sus habilidades con la lectura, las matemáticas, el arte, la música, y saber que seria un bufón de la corte la próxima vez que lo arrastraran a una de sus agobiantes cenas sociales. 

 

Por cada suspiro aliviado que soltaba cada que la puerta se cerraba y ellos desaparecen en un auto camino al aeropuerto para no volver en otros largos meses más, su convicción crecía.

 

Estaba solo y era lo mejor, su omega estaba acostumbrado a la soledad, la falta de manada no era un problema y con el tiempo, dejó de pensar en una propia.

 

Este firme pensamiento se mantuvo mientras su vida se desarrollaba como fotógrafo clandestino que miraba a Robin con estrellas en los ojos, luego como el niño que descubrió a Batman y lloro a Jason, finalmente como quien enfrentó a Bruce por ser Batman, pero, cuando se convirtió en Robin, ese pensamiento se desdibujó en el fondo de su mente. 

 

Olvido su lugar, seducido por el cariño que Dick le predicaba, por la forma en que sonreía y lo invitaba a pasar tiempo con él, por Bruce, con sus miradas secretamente sorprendidas cuando Tim veía pistas que él no, y por Alfred y sus suaves y gentiles regaños y cuidados, desesperado por obtener más de lo que le corresponde, se permitió caer en la calidez de lo que por un tiempo, corto, maravilloso y falso, fue lo más cercano que tuvo a una manda.

 

Ahora era consciente de lo precaria que había sido su posición en el clan Wayne y aunque lo olvidó por un tiempo, el golpe de realidad fue tal, que luego del regreso de Jason y la llegada de Demian, jamás volvió a olvidarlo.

 

Tim estaba, al igual que siempre, solo, y eso estaba bien, era mejor de esa forma.

 

Si estaba solo no podía lastimarlo, no podían quitarle nada, tal vez si Tim hubiera sido solo un aliado, Dick habría creído en él cuando le aseguro que Bruce seguía vivo, cuando su instinto gritaba que buscara y encontrara, que había algo más que Batman sin vida.

 

Tal vez así no le habría arrebatado a Robin sin siquiera preguntar, tal vez lo habrían respetado más, a él y al legado que se esforzó por mantener, tal vez así se habría unido a él en la búsqueda y no habría tenido que correr fuera de su ciudad, con el corazón roto y punzante.

 

Se pregunta si de no ser por su desesperación y su dolor, hubiera considerado escuchar su instinto y no tomar la mano de Ra’s cuando le fue ofrecida.

 

El esperado fracasó de esa alianza aun lo dejaba viendo rojo, incrédulo ante su juicio nublado y su estupidez.

 

Su instinto había sido la única constante en su vida, su omega se aferraba a él como si de un hueso se tratara, gruñendo y arañando descontento cada vez que Tim tenía la audacia de ignorarlo.

 

Y Tim se pregunta cuán fuera de si tiene que estar para seguir haciendo precisamente eso, cuando es su instinto el que lo ha sacado de situaciones en las que directamente debería haber acabado con una bala en la cabeza o el cuello roto.

 

Aunque debe admitir, que es este también el motivo por el que muchas veces es visto como una persona imprudente, como tanto le había remarcado Bruce la primera vez que se vistió de Robin en una acto desesperado por ayudar. Para el resto del mundo, Tim era una especie de máquina, persistente, resiliente y constante, dispuesto a arriesgar su propia vida con tal de cumplir un objetivo, le divertía profundamente que para ellos fuera sobrehumano cuando él sabía que era simple y puro instinto.

 

Era en realidad ese mismo instinto lo que lo tenía vestido de civil, con cámara en mano, lista para tomar una fotografía por primera vez en meses.

 

Había salido de su departamento con una energía inquieta recorriéndolo, la sensación de picazón en las manos un indicativo de que específicamente deseaba hacer. 

 

Con la cámara cómodamente descansando en su pecho, caminó sin rumbo, dejando a sus piernas guiar, feliz de no tener alguien en casa que insista en un reporte constante de su posición u hora de llegada.

 

Ver el callejón del crimen lo hizo suspirar y girar los ojos fingiendo que una punzada de miedo no lo atravesó, pensando de forma ausente tal vez si debía ignorar su instinto esta vez

 

Terminó caminando sin rumbo, por callejones familiares y edificios peligrosos, la noche ya había caído sobre él hace horas y miraba nerviosamente cada esquina oscura que se cruzaba, a la espera de un casco rojo que por suerte parecía no estar cerca ese día.

 

Pese a su aprensión, se movía a paso calmado mientras se acurrucaba sobre sí mismo, el hielo del invierno colándose por su delgada sudadera, sus mejillas sonrojadas y frías por la brisa helada, aun así no se marchó, había algo que hacer en ese lugar y la emoción que lo recorría era prueba de ello.

 

Los sintió tras él tan pronto comenzaron a seguirlo, y por un pequeño momento, al doblar una esquina y percibir su presencia, el terror le recorrió, el casco rojo, el bastón bo, sangre, dolor, burlas y risas maniacas volaron a su cabeza como si de una película se tratase, con aterradora y absurda claridad.

 

Le tomó unos largos segundos de su corazón latiendo como el de un conejo asustado para notar los pasos demasiado descuidados y las respiraciones pesadas y poco amortiguadas, cuando finalmente el recuerdo de la torre desapareció y con él la aterradora sensación de vértigo, estaban demasiado aliviado como para preocuparse por un grupo de idiotas siguiéndolo. 

 

Gira unas cuantas veces, intentando perderlos sin mayor problema, pero permanecieron tras él con relativa persistencia para un trío de borrachos, a juzgar por su inestabilidad al andar.

 

No está tan sorprendido cuando unas calles más adelante y con el viento en dirección contraria, el olor a alfa llega a su nariz, haciéndole fruncir el ceño.

 

Se deja atrapar pocos metros más adelante, uno de los tres idiotas se había separado del grupo algunas calles atrás y se había movido para quitarle la salida, entrando por el otro lado del callejón en el que se había colado.

 

Lo ve primero, el olor golpea su nariz con fuerza, tierra, y un olor rancio por debajo, posiblemente debido al consumo excesivo de alcohol.

 

“Es una noche oscura para una criaturita tan pequeña” dice cuando sus miradas se encuentran, una sonrisa desagradable se curva en su rostro, se permite soltar un gruñido de advertencia desde el fondo de su pecho, retumba áspero debido al poco uso, por lo que se escucha ligeramente disonante, sopesa las posibilidades de golpearlos hasta el cansancio sin comprometer a Red Robin ni el estado de su cámara.

 

“¡Vaya!” Dice idiota numero dos desde atrás, su voz jocosa, Tim se gira sin cuidado, manteniendo la apariencia de civil nervioso y asustado, se topa con un hombre calvo, en sus treinta, con una cojera sutil y casi imperceptible que habla de una lesión de infancia. El tercero de ellos, el más alejado, tenía una característica nariz chata y unos ojos inquietantes y fijos “que sonido tan precioso ¿Por qué no vienes conmigo y haces más de esos?”

 

“Si esta es tu charla pre sexo, no me soprende que intentes echar un polvo bajo amenaza de violación” contesta rápidamente, porque aparentemente esta en busca de una paliza.

 

“¿Amenaza de violación?” Contesta idiota numero uno, esta vez más cerca de Tim, su voz está llena de diversión mientras da un paso más al frente.

 

“Esa es la vibra que da esta situación” contesta Tim, con un tambaleo deliberado en su voz “a no ser que esté equivocado y no me están acorralando y acosando verbalmente por alguna intención infame”

 

“Infame sería no darte lo que seguramente estas buscando” habla finalmente el de la nariz chata, quien a diferencia de los otros dos, no sonríe, pero mira a Tim con una incómoda intensidad que le eriza la espalda, analizándolo de pies a cabeza, nervioso, no, ansioso por lo que está por venir “un omega joven” continúa, un deseo oscuro y lujurioso en su voz “posiblemente virgen, en medio de la noche, en uno de los lugares más peligrosos de Gótica” 

 

“Claramente buscas que alguien te quite la picazón” completa el calvo mientras avanza otro paso, ignorante de la forma en que su compañero lo mira bruscamente, molesto por la interrupción, arrogante, posible narcisista y sádico sexual “puedo hacerlo para ti”

 

“Dime que no estás insinuando que eres un buen samaritano que quiere ayudarme” contesta, con inevitable incredulidad porque ¿no era ese un cliché de lo más usado? “porque créeme, si quisiera quitarme la picazón lo haría con cualquiera menos con uno de ustedes”

 

“Eso dicen, hasta que están jadeando y pidiendo más como las perras que son” hablan tras él, la emoción, en el aroma terroso esparciéndose sin cuidado.

 

Tim, incapaz de ignorar el desagradable aroma, espera el contacto antes de actuar, paciente como tanto le habían enseñado, cuando la mano áspera y más grande sostiene su hombro, se gira con rapidez y de un movimiento fluido, se asegura de advertir y corregir su grosería.

 

El grito desgarra el silencio de la noche, apuñala sus oídos y causa un eco por toda la calle, el olor terroso se desprende en oleadas teñidas por dolor mientras su dueño cae de rodillas sosteniendo su muñeca rota.

 

La sorpresa congela a los otros dos, que miran a su compañero con los ojos y la boca abierta, dándole tiempo a Tim para regodearse 

 

“tenías razón” concede mientras lo mira, los ojos vidriosos del alfa se levantan y lo observan con furia, dolor y humillación, mientras respira pesadamente, en un arrebato de satisfacción, contesta su mirada con una sonrisa burlona  “jadeas como una perra”

 

Finalmente los otros dos se despiertan, Tim se mueve y los esquiva, intentando no ser demasiado rápido, ni demasiado ágil.

 

Mantenlo sencillo se repite una y otra vez, mientras esquiva lento y golpea despacio, un baile sin gracia del que por algún motivo sabe no debe deshacerse.

 

Su entrenamiento se activa cuando está esquivando, el de la nariz chata parecía especialmente molesto por haber sido avergonzado, o haber perdido la oportunidad de follar con un omega joven, virgen y para nada dispuesto.

 

Está por moverse y esquivar el golpe que viene por atrás, cuando su instinto lo incita a permanecer quieto y en su lugar, para reprimir su memoria muscular, deja de medir su fuerza y ensarta un puñetazo satisfactorio en la cara del hombre, disfruta del crujido de su nariz mientras espera el agudo dolor por la espalda.

 

Pero en su lugar, un golpe seco suena con fuerza y mientras ve como el calvo se tambalea y el de la nariz chata, ahora sangrante y rota se para frente a él, más furioso y homicida, es jalado hacia atrás de un brusco tirón.

 

El olor cítrico es lo primero que capta, las naranjas frescas y deliciosas se pasan por su cabeza mientras se deja maltratar y es arrastrado tras una espalda ancha, omega aporta su cabeza, mientras lo mira.

 

“Tres adulto contra un niño, es realmente injusto” habla con voz profunda, engreída y traviesa, mientras da un paso al frente “tres adultos, perdiendo contra un niño, es realmente patético”

 

Ellos se mueven, lo atacan en simultáneo, gruñendo de forma amenazante, Tim se encuentra a un paso de intervenir, preocupado por el civil entrometido, pero se detiene en el mismo instante en que de movimientos rápidos y ágiles, el hombre los esquiva y burla, hay una sonrisa satisfecha y burlona en el rostro oscurecido por las sombras cuando los hace tropezar y chocar uno contra el otro.

 

Sintiéndose más seguro y confiado, revisa al hombre inconsciente que aparentemente planeaba golpearlo con un tubo demasiado oxidado para causar daño, se asegura de que respire con normalidad, aún al pendiente de la pelea, que poco a poco muere.

 

“sigue vivo” comunica en voz alta, cuando escucha los pasos del hombre acercarse, y levanta la cabeza para encontrar su mirada, no es voluntaria la decepción que refleja en su voz ante este hecho, pero no intenta fingir vergüenza por ella.

 

La curiosidad le pica mientras lo ve sonreír, su omega sentado con la cabeza inclinada, curioso por este hombre como por pocos. Con la escasa iluminación puede distinguir unos ojos verdes astutos, y una mirada amable, cabello castaño oscuro corto y era sorprendentemente bajo para la forma en que imponía, sólo media cabeza más alto que Tim, y Tim admitía que era mucho más bajo que el promedio.

 

“Mala mía” dice con disculpa en su voz, su sonrisa aún presente, lenguaje corporal relajado y amistoso, como si temiera asustar a Tim “aun soy nuevo en esto de matar gente”

 

Pese a su acostumbrada desconfianza, Tim se siente incapaz de no bajar la guardia ante el hombre y su claro intento por hacerse más suave para él.

 

Lo que hizo con mucha facilidad, hundiéndose en su enorme chaqueta estilo bomber que le hacía pensar en las películas de los ochenta, y encorvándose sobre sí mismo para hacerse más pequeño, su personalidad confiada y engreída de hace unos momentos, había desaparecido hasta solo dejar una actitud amable y cálida.

 

“No le diré a Batman si eso te preocupa” bromea Tim, intentando calmar la actitud disimuladamente preocupada del omega.

 

“Me preocupa mas Red Hood” admite con soltura, mientras echa una mirada tras él, hacia los inconscientes alfas y hace un ademán indicando a Tim que salieran del callejón, sin ninguna intención de tocar o acercarse más de la medida “pero estoy seguro de que me ayudaría a esconder los cuerpos”

 

Eso hasta que supiera a quien salvaste 

 

Se siente un poco como un idiota, al pensarlo, porque Jason es bastante firme con los limites en sus calles y a pesar de romper su regla de no lastimar niños, Tim sabe que el es la excepción, sabe que el no cuenta en la descripción de niños, no cuando tiene, tenía, a Robin…a pesar de que Demian si cuenta como niño, aun teniendo a Robin.

 

Muy bien, puede que sólo Tim sea la excepción, pero no es novedad y aún mantiene su punto.

 

“Entonces” dice el omega al salir del callejón, acercándose a una elegante motocicleta mal estacionada “¿Porque el cachorrito está fuera de su guarida tan tarde?”

 

Se detiene a unos pasos de distancia, ya ideado una mentira, cuando al levantar la cabeza y abrir la boca para contestar, lo ve inclinarse y apoyarse en la motocicleta mientras esconde sus manos en los bolsillos de su chaqueta, la claridad dada por la única farola de luz fría oscurece su cabello pero ilumina sus ojos que efectivamente son verdes, muy verdes y muy intensos.

 

Levanta la cámara por impulso y toma una foto embelesado.

 

La oscuridad y el peligro de la calle tras él, la iluminación escasa y deplorable, pero su aún así elegante y conservadora apariencia en el centro.

 

“Espero que eso no termine en manos de Batman” dice el omega, muy lejos de estar ofendido como seguramente debería estarlo al ser fotografiado sin consentimiento por un extraño, en su lugar, borra los vestigios de su sorpresa, aún con una sonrisa en el rostro.

 

Tim se sonroja con fuerza, pero no puede evitar mirar la fotografía, sin editar, sin cortar, ningún adorno, solo un hombre, apoyado en una motocicleta con la luz más espectacular de la vida y es perfecta.

 

Sonríe, sintiendo una felicidad y una gratificación que solo obtiene de resolver los casos más complicados y elaborados.

 

Sin pensarlo demasiado se acerca al responsable y se ubica a su lado, tendiendo la cámara sin soltarla, le enseña la foto en silencio mientras le mira el rostro 

 

“Wow” dice, mientras se endereza, suave y lento, la sujeta con una de sus manos, una sonrisa asombrada adorna sus facciones, puede ver sus dientes, tiene colmillos afilados, pero los frontales son más grandes y sobresalientes, además de estar ligeramente corridos, es lindo y quiere desesperadamente tomar otra foto “esto es increíble”

 

“Está bien” dice con humildad, aun si siente que su pecho estalla en orgullo, Tim quiere moverse  lleno de emoción, y compartirlo por primera vez definitivamente hacía todo mucho más satisfactorio “salió bien”

 

“¿Bien?” alza la cabeza y volteando a verlo con un brillo incrédulo en sus ojos “niño, esto es asombroso, ni siquiera sabía que podía verme tan…bueno, bien”

 

Sonríe complacido y avergonzado, la calidez de su elogió recorriéndolo, recibe la cámara de vuelta mientras lo mira con atención, calcula unos cuarenta o cincuenta años, por sus marcas de expresión profundas y visibles, las arrugas en los costados de sus ojos se profundizan cuando sonríe y Tim piensa que puede ser el omega más atractivo que le ha tocado conocer.

 

Identifica el respeto que siente por el hombre en ese mismo instante, un respeto que se limitaba a sentir por Dick, Superman o Alfred, un respeto hacia las personas innecesariamente buenas y abnegadas, suaves y gentiles, dispuestas a ponerse en línea de fuego por unos desconocidos.

 

“Seguro lo has pensado una o dos veces frente a al espejo” bromea mientras cubre el lente de su cámara con el protector “no es que seas ciego”

 

“Podría serlo” contestó con una sonrisa, sus ojos se mueven a la mano de Tim, y de la misma forma lenta y cuidadosa, pide permiso en silencio para tomarla, se lo permite con un suave gesto, el hombre, con más confianza, revisa cuidadosamente sus nudillos, sus manos ásperas sosteniendo la suya en su lugar mientras hace un ruido desaprobatorio cuando ve las heridas “tienes que poner hielo o una compresa fría, o alguna cosa que baje la hinchazón” 

 

“Lo sé” responde en voz baja, repentinamente tímido, entiende que es muy común en personas con complejo de héroe preocuparse por desconocidos, ¡Tim es un vigilante que se preocupa por los desconocidos! pero no puede evitar que la preocupación del hombre, agite su estómago y lo haga sentir sonrojado “no es mi primer rodeo”

 

“Un cachorro que ha jugado con los perros grandes” sonríe mientras suelta su mano con cuidado “aunque lo supuse por la mano y la nariz rota de esos idiotas”

 

Se sonríen, y Tim tiene las palabras en la boca cuando su teléfono vibra con un mensaje y consiente de quien es, suspira mientras lo saca del bolsillo

 

B:¿Algo nuevo?

 

No entiende cómo siendo tan inteligente, Bruce no logra comprender lo que dos tics azules significan.

 

Por algún motivo, dos meses después de que se mudara oficialmente y dejará que los únicos lazos entre ellos fueran profesionales, Bruce había decidido que quería más.

 

Frunce el ceño y vuelve a guardarlo sin contestar, frustrado por su inconsistencia, pensaba que si en algo podía contar, era en que Bruce lo dejara en paz, en que no lo cuestionara, pero las cosas no resultaron de esa forma.

 

Aparentemente que Tim se tomará un tiempo para recuperarse era extraño, y esta bien, lo era, pero Tim tenía un sistema inmune a una infección de decir adiós, y no podía darse el lujo de arriesgarse, prefería tomar un mes en la banca, antes de una eternidad bajo tierra en un cajón, sin nadie que visite su tumba.

 

Y si bien el Tim que ellos conocen, es ese que a la semana de ser molido a golpes con su propio bastón bo, intento trabajar en uno de sus casos o en la dirección de WE, el que se tomó un tiempo libre para recuperarse, era uno que vivió largos y terribles meses llenos de traumas, intentando traer de vuelta a un hombre muerto y siendo activamente abandonado por sus únicos aliados, podrían considerar que quería un descanso bien merecido.

 

Agradeció que Alfred lejos de estar extrañado y escéptico, solo parpadeo un momento antes de alentar su reciente interés por su cuidado personal, alegando que era lo que todos deberían hacer y aprender.

 

Pero sin contarlo, el resto lo miró con extrañeza todo el tiempo que se tomó para dormir, descansar, deprimirse y decidir qué hacer en adelante.

 

Tim demoró un mes, en ese mes, encontró un lugar donde vivir y lo reformó para mantener sus actividades en privado, adaptándolo para ser lo más cercano a una guardia que podía conseguir, solidifico el nombre de Red Robin, sus zonas de patrulla y sus características, solo basto una semana de trabajo intenso y un caso de desaparición, para que los delincuentes supieran que si Batman era una sombra, Red Robin era un fantasma, donde Batman era brutal y vengativo, Red era práctico, rápido y eficiente, había pocas cosas que no supiera, por lo que no se detenía a pedir participación voluntaria en un interrogatorio y directamente los golpeaba hasta la inconsciencia.

 

Ellos no sabían que Tim había pasado días en sus círculos y clubes, con vestidos cortos y capas de maquillaje para ocultarse tras suaves rostros gentiles y labios deseables, escuchando conversaciones y secretos, mientras le sonreían y lo manoseaban.

 

Cambió su vestuario, pantalones negros con botas militares pesadas, firmes y resistentes,  hacia el pecho las líneas de rojo hace al dorado de los accesorios sobresalir y ocupa la clásica capa, pero de color negro, con una capucha grande para cubrir su cabeza.

 

Y luego de horas sopesando y considerando su ahora preocupante salud, decidió que una máscara de rostro completo sería mucho menos problemático y evitaría grandes problemas a futuro.

 

Lo que agradeció profundamente cuando semanas después de volver al campo, el polen del Joker decidió pasarle una mala jugada y no fue necesario desesperarse por una máscara de gas o retener la respiración, lo único que mejoró luego de ese encuentro fue una mejora en sus filtros.

 

Entendía porque a Red Hood le gustaba tanto su casco y precisamente por eso, la hizo con el mismo material, se aseguró de que fuera simple y que cambiará la percepción de sus rasgos, se anclaba rodeando su cuello como una mascara de gas, con el único detalle de que solo el podía quitarla, era sencilla, de un profundo color rojo casi negro y de no ser por los ojos rasgados y alargados, sería completamente vacía y neutral.

 

Perfecta para Red Robin, perfecta para Tim Drake.

 

“¿Todo bien cachorro?” salta sorprendido y voltea a ver al omega aún a su lado, mirándolo con preocupación poco disimulada en sus ojos “pareces…molesto”

 

“Todo bien” contesta al instante, sin una sonrisa, pero sin brusquedad, el dolor de cabeza comienza a aumentar y una tarde tranquila y perfecta, estaba arruinada “es hora de que vuelva por donde vine”

 

“Puedo llevarte” dice con gentileza y si antes no lo había notado, ahora estaba completamente expuesto, sabe al instante que ese hombre no es de Gótica

 

“Ser amable, puede matarte en esta ciudad” es lo único que dice, mientras mete sus manos en los bolsillos de su sudadera, intentando no estremecerse con una rafaga de viento helado “eres demasiado agradable para dejar que camines por aquí sin saberlo”

 

Se voltea sin esperar nada más y vuelve por donde vino, pasando de largo los cuerpos aun tirados en el suelo.

 

No contesto el mensaje de Bruce, en su lugar frunció el ceño y caminó a su casa, molesto con la insistencia del hombre. Cuando decidió alejarse de él y toda su familia, esperaba que lo dejaran en paz, y así fue, al menos las primeras semanas, luego llegaron las llamadas de Alfred, los mensajes sin sentido de Bruce, las ocasionales visitas de Dick a la escuela, e incluso Jason lo acosaba en medio de sus patrullas, intentando llevarlo a la cueva.

 

Tenía suerte de que Demian no formaba parte de ese circo y haber mantenido para sí mismo la dirección de su nuevo hogar, y aunque sabía que Alfred podía averiguarlo sin problemas, era demasiado educado para hacer algo como eso o dejar que otro lo hiciera.

 

Se sentía frustrado y contrariado, cuando estaba con ellos, apenas y lo notaban, las actividades en conjunto, eran siempre entre ellos, jamás pasaban tiempo con Tim o siquiera hablaban con él, parecía que solo existía cuando necesitaban ayuda con los casos o las patrullas, era difícil comprender su repentino interés.

 

Cuando todo comenzó y eran bruscos, secos y casi insensibles, se convenció de que era porque a la familia le faltaban miembros, primero Jason, luego Dick, Demian, y cuando todos estuvieron, Bruce desapareció, solo estaban rotos.

 

Cuando Bruce lo confundía con Jason y lo trato con terrible dureza por su propio desliz, solo era porque Jason murió y Dick lo abandonó.

 

Cuando Jason volvió y casi lo asesina, dejándolo en cama durante días, pero aun así nadie dijo nada, se dijo que era culpa del pozo y que unas cuantas heridas y huesos rotos no eran tan importantes.

 

Cuando apareció Demian e intentó asesinarlo constantemente, reiteradas veces y solo era reñido suavemente, se dijo que era un niño, que así funcionan las cosas y habían prioridades.

 

Cuando Bruce desapareció y lo tacharon de loco y Dick le arrebató a Robin y su derecho a elegir un digno sucesor, pensó que solo tenía que encontrar a Bruce y traerlo de vuelta.

 

Pero entonces Bruce volvió, y nada fue diferente, nadie le preguntó cómo, cuándo, dónde, Bruce solo le dio una palmada torpe, Jason gracias al cielo no lo miro, Dick siguió a su hermano menor, Demian lo trato con el desprecio acostumbrado, y Alfred estaba demasiado ocupado atendiendo a su hijo que creía muerto, nadie dijo nada, y Tim se quedó en el fondo, viendo como ellos reían, se abrazaban y bromeaban, y lo sintió antes de entenderlo.

 

Supo en ese momento, mientras ellos olvidaban a Tim, que mientras lo eran todo, Tim no era nada.

 

No faltaban piezas, no estaban rotos, Tim solo sobraba, era el niño incómodo al costado de la foto, por el que nadie preguntaba, por el que nadie se preocupaba.

 

Lo decidió en ese mismo momento, y en cuanto pudo, se fue, los dejo por el bien de ellos y el suyo mismo, se alejo porque de esa forma ellos no tendrían que lidiar con el niño que se había colado en su casa y en sus vidas, y Tim ya no tendría esa ilusión de familia que nunca le pertenecería. 

 

Aún trabajaba para WE, era una buena forma de ingresos y era un trabajo en el que era bueno, y aun recibe y se hacía cargo de casos que le enviaban, pero también se encargaba de sus propios casos, ya casi no visitaba la cueva, y nunca pedía la guía de Oracle, tenía sus propios informantes, y sus propios métodos, rara vez se cruzaba con los murciélagos y menos hablaba con ellos.

 

Tim finalmente era su propia persona, no tenía un legado que mantener, ni estándares imposibles que cumplir, era solo el y a pesar del dolor de la pérdida, ni siquiera su omega se quejó por la falta de manada, supuso que era difícil quejarse por la falta de algo que jamás tuvo.

 

Cuando finalmente entra en el interior de su hogar, se permite respirar, la luz de las ventanas es la única iluminación, puede ver el sillón mullido con mantas encima y la mesita llena de botellas de bebidas energéticas y cajas de comida rápida, se mueve en automático, entra en el baño blanco y estéril y se quita la ropa asegurándose de dejarla en el cesto de la ropa sucia, algo que había aprendido a la fuerza cuando un día despertó sin ni una sola prenda limpia y se vio en la obligación de faltar a la escuela por un día de lavado.

 

Permanece más tiempo del necesario bajo el agua caliente y solo se aparta porque comienza a enfriarse con el pasar de los minutos, se cambia de ropa, está demasiado cansado para realmente notar que la gran sudadera que está ocupando no es suya y se mete en la cama a dormir.

 

A la mañana siguiente hay más mensajes en su bandeja de entrada, varios de Dick preguntando si pasara para la noche de cine y otros de Bruce volviendo a preguntar por el caso.

 

Ignora los primeros, y a Bruce le envía un dedo hacia arriba, mientras desea poder enviar el archivo por mensajes y evitar cualquier contacto, pero sabiendo que era una idea mortalmente estúpida, la abandona de camino al baño mientras se mete nuevamente bajo el agua caliente.

 

Disfruta de ella hasta que se vuelve fría, y cuando está listo, ya llega tarde.

 

Es viernes, un viernes tedioso, las clases son lentas y los recesos también, bebe desde café hasta redbull sin descanso mientras escribe uno de los informes que le prometió a Lucius antes del final del día y cuando llega a su casa revisa los casos pendientes en los que trabaja.

 

Es más tarde, mientras se cambia de ropa y se arregla la peluca, preparándose para su día de recolección de información, que Tim nota sus nudillos, y hace una mueca.

 

Debió ponerse hielo.

 

Los días pasan y se olvida del encuentro en el callejón, a pesar de que reveló la foto en dos copias, entrega el infame caso a Bruce, o más bien se lo da a Dick para que se lo entregue a Bruce y se hunde en el trabajo hasta que pasa otra semana.

 

Las cosas habían estado tranquilas hasta que la actualización de uno de sus casos más constantes llevó la noche por otro camino, viéndose obligado a repasar el archivo que tantas veces había revisado.

 

Quince omegas, ahora dieciséis, encontradas sin vida, todas mujeres, todas relativamente jóvenes, entre sus veinticinco y treinta años, todas se habían encontrado en callejones diferentes, pero según testigos habían desaparecido en el mismo, siempre estaban perfectamente vestidas, pero con el cabello desordenado, la causa de la muerte siempre era desangramiento, eran apuñaladas y una vez sin vida, eran golpeadas y abandonadas.

 

Según sus conocidos y familiares todas las chicas vivían vidas diferentes, y ninguna se conocía entre sí, no compartían ni un solo lazo más que sus géneros y sus muertes.

 

Se creía que el responsable sería un hombre, alfa, en sus veinte, con posibles problemas de ira y una personalidad narcisista y arrogante, con una tendencia hacia los omegas femeninos, basado en su método y sus víctimas, se asume un oportunista.

 

A pesar del sentido y la lógica tras el perfil, algo no terminaba de encajar para Tim, algo estaba simplemente mal y cuando se encontró vagando por los archivos de asesinatos similares por la zona, incapaz de alejar su duda, descubrió el porqué.

 

Cuatro omegas masculinos, entre los cuarenta y cincuenta años, encontrados en las ruinas de diversos edificios abandonados, cortes irregulares como las causas de muerte, y contusiones post mortem, pero a diferencia de las víctimas femeninas, los omegas masculinos presentan claros signos de interacción sexual, encontrándose en distintos estados de desnudes, y con sus respectivos fluidos en sus cuerpos, además de esto, todos los omegas presentan condiciones de vida similares, nómadas, viajeros constantes, sin familia ni amigos permanentes, con solo lo que llevan puestos como única posesión.

 

El primero fue encontrado medio año antes de que los asesinatos de las chicas comenzarán, mientras que los otros tres fueron encontrados posterior a esto, sin aparente relación.

 

Tim noto las líneas de tiempo mientras la cafeína comenzaba a dejar de hacer el efecto esperado. El primer asesinato fue realizado medio año antes del inicio, pero en una linea de tiempo cronológica, era el primero, seguido de ese, llegaban los asesinatos de cuatro victimas femeninas, antes de intervenir con un omega masculino, y el patrón se repite, para ese momento con las ultimas cuatro victimas femeninas. 

 

Realiza un apurado esquema con fechas y orden cronológico, antes de suspirar con pesadez y busca su traje de Red Robin, se toma el cabello con un pensamiento ausente de recortarlo y se pone la capucha antes de salir en dirección a Wayne Manor con unas ganas gigantes de dar media vuelta y simplemente dejar que crean en su perfil errado.

 

debate todo el camino en motocicleta, mientras se dice a sí mismo que es lo correcto, aun duda cuando introduce su clave, esperando que no hubiera sido borrado aún, sorprendiéndose aliviado cuando este le permite acceso, revisa la hora mientras entra en la cueva, para ese momento, la mayoría de los murciélagos ya debieron haber terminado las patrullas.

 

Efectivamente se encuentra con Bruce de pie frente a la computadora con su mano en el hombro de Damian quien tecleaba furiosamente, Jason surge desde las duchas con el cabello húmedo y una toalla envuelta en sus hombros mientras habla de forma distraída con Dick.

 

Se acerca a ellos mientras camina más cerca de la mesa de reuniones, el silencio cae en la habitación cuando finalmente lo notan, Tim toma una de las tabletas que están tiradas por el lugar e ingresa en su propia base de datos y proyecta los archivos de ambos casos para que todos puedan verla.

 

Cuando alza el rostro, las personas a su alrededor aún están en sus lugares, con la diferencia de que ahora lo ven fijamente, Tim inclina la cabeza confundido y hace un gesto interrogante con el rostro que tarda un segundo en recordar está cubierto por completo.

 

“he descubierto algo que cambia el curso de uno de los casos” dice Tim a modo de explicación, su voz sale ronca por el desuso, llevaba horas sin hablar “pensé que debía compartirlo”

 

“¿y solo apareces?” pregunta Jason desde donde está, ahora con el ceño fruncido mientras lo mira, no parece hostil, pero Tim no se arriesga a perder de vista la salida “¿de la nada?”

 

“no puedo enviarlos por mensaje o email, es arriesgado” dice Tim lentamente, sin saber a que exactamente se refiere, tal vez está molesto por tenerlo ahí sin aviso previo, se sabe que los alfas son territoriales incluso cuando solo se trata de personas, Tim no creyó que molestara en la cueva que a menudo era un área neutra, pero tal vez las cosas eran diferentes ahora “puedo preguntar la próxima vez, pero no había tiempo, han encontrado otro cuerpo y creo saber cual será el siguiente”

 

“preguntar…” repite Jason como si las palabras de Tim fueran un acertijo, su ceño se frunce aun más “¿qué demonios te pasa, reemplazo?”

 

“yo…¿nada?” contesta, desconcertado, mirándolo fijamente, imita al hombre y frunce el ceño confundido “¿qué te pasa a ti?”

 

Jason abre la boca para contestar, pero la silla al costado de Tim suena cuando es arrastrada hacia atrás, haciéndolo saltar de sorpresa, retrocede y gruñe de forma instintiva, poco acostumbrado a no sentir a las personas a su alrededor

 

Bruce lo mira con los ojos azules sorprendidos, y Tim lo ve sosteniendo la silla abierta para tomar asiento, siente como su rostro se sonroja mientras su gruñido se apaga, había olvidado lo silencioso que el hombre podía llegar a ser, y al no vivir con más personas, la repentina presencia lo tomó por sorpresa, incómodo y avergonzado, se aclara la garganta y en afán de fingir que nada sucedió, se concentra en proyectar las imágenes de cada víctima en el orden correcto.

 

lentamente todos toman asiento en sus lugares, Damian parece malhumorado y Dick permanece en silencio, pero Tim no comenta nada mientras comienza a explicar la situación, la cronología, los tiempos entre cada asesinato y el nuevo perfil en algún momento Alfred apareció y con su calma acostumbrad, ocupó su lugar en la mesa.

 

“he llegado a la conclusión” dice mirándolos a cada uno, los nervios incómodos en el fondo de su pecho “de que en lugar de un alfa, el asesino es en realidad un beta” cambia las imágenes tras él a una muestra de los rostros de la víctimas “es muy probable que padezca de problemas de autoestima, posible complejo de inferioridad y un profundo rencor hacia los omegas” retira la capucha de su cabeza sin dejar de hablar, y luego quita la máscara dejando el antifaz, el aire fresco lo reconforta “lejos de creer que ellos son inferiores por su propia autopercepción superior, los denigra por el rencor nacido de una posición inferior para con ellos, tal vez una situación de vida o relación amorosa en la que se vio sometido a los omegas y creo que las víctimas escogidas son el reflejo de tanto una relación romántica, como parental”

 

“¿cuánto tiempo llevas investigando?” habla Bruce mientras mira la tableta en sus manos, repasando algo en ella, Tim se había asegurado de que los archivos que pueden ver fueran solo los seleccionados para ese caso, por lo que no se alarma “no tengo este archivo”

 

“es porque no es parte del original” aclara Tim con fingida calma, mientras proyecta los dos distintos archivos por separado “son investigaciones separadas” explica “había algo que no encajaba con el caso, así que me infiltre en los datos y me tope con este”

 

“puede que solo sea una coincidencia” finalmente habla Dick, mientras al igual que Bruce le frunce el ceño a su tableta “puede que solo lo encontraras y tu mente lo asocia por instinto o lógica”

 

“puedo asegurar que mi instinto y mi lógica no me jugaron una mala pasada” contesta con firmeza mientras la acostumbrada frustración lo recorre “no puede calzar exactamente en un orden cronológico tan exacto sin ser deliberado, y si lo descarto, puede que un omega masculino sea atacado y cuando lo descubra ya será un cuerpo frío y sin vida al que difícilmente podremos ayudar”

 

“no estoy diciendo que no es posible” hablar de forma distraída, aún peleándose con la tableta “solo digo que incluso si tiene sentido, el móvil y la victimología son diferentes” alza el rostro hastiado mientras suelta la tableta, dejándola sobre la mesa y mira a Bruce “B, hay un problema con el sistema, no puedo acceder a los demás archivos”

 

“el mío tampoco lo permite” asiente Bruce mientras mira a Tim, quien devuelve su mirada comprendiendo.

 

“es porque no es el sistema de Bruce” dice Tim con facilidad mientras se encoge de hombros “es mi sistema y son mis archivos, no todos están relacionados a los casos de Batman, así que no es necesario que accedan a ellos” 

 

“¿Trabajas casos en solitario y tienes tu propio sistema?” pregunta Jason mientras Dick abre los ojos sorprendido y Bruce permanece en un silencio expectante “¿desde cuándo?”

 

“desde siempre” dice Tim frunciendo el ceño confundido “¿como creen que desarrolle los casos e incluso como descubrí sus identidades? me gusta el viejo sistema de los diarios y tengo algunos, pero son inseguros”

 

“Tener un sistema y casos fuera de los murciélagos es demasiado…independiente” explica Jason como si Tim no lo supiera ya, le da una larga mirada de ¿ ya y…? que Jason aparentemente no sabe cómo contestar.

 

“¡Ese no es el punto!” insiste con frustración “el punto es que este sujeto está de caza, y si, su móvil difiere un poco, además de la victimología” continua mirando a Dick mientras intenta volver a lo importante “pero eso podría deberse a que en su mente, ambos tipos de víctimas, son diferentes personas-”

 

“si Drake tiene un sistema aparte del que no sabíamos y que contiene casos y archivos que pueden estar relacionados con nosotros” habla por primera vez Demian, interrumpiendo a Tim y llamando la atención de las personas en la mesa “¿no lo convierte en una fuga de seguridad?”

 

Tim tarda un momento en entender lo que quiere decir, y en el momento en que lo hace, un peso se instala en su pecho cuando nadie dice nada, los ojos de cada uno de los presentes viajan por la mesa en su dirección, sin afirmar o negar, Tim espera un momento y a falta de palabras, pregunta.

 

“¿Crees que soy una fuga de seguridad?” mira a Bruce, directamente a los ojos, esperando que por último si no lo considera su hijo, lo respete lo suficiente como para no creerlo tan estúpido.

 

“está claro que es peligroso que alguien fuera de la familia maneje información” continua Demian empleando como siempre su arma del hijo biológico, mientras su padre permanece en silencio, mirando a Tim “es aún más arriesgado fuera de la cueva-”

 

“estoy hablando con Bruce” corta a Demian, con una sequedad poco acostumbrada, pero lo ignora para concentrarse en mirar al hombre frente a él y es cuando este aprieta los labios y mueve sutilmente la mirada, incómodo y reticente a decir algo, que Tim obtiene una respuesta “lo haces, lo crees”

 

“Tim” comienza Dick mientras Tim se endereza, sin saber en qué momento se había apoyado en la mesa, y toma la tableta, para desconectarla de sus servidores, bloqueando a todos y cada uno de ellos “no es que no confiemos en ti…”

 

“sabes, no importa” dice Tim, mientras vuelve a su tono acostumbrado, deja una única copia del archivo sin sus observaciones en el almacenamiento del sistema de la cueva y recoge su máscara para ponerla en su lugar, mantiene la capucha abajo mientras termina de hablar “creí que era educado informarles de un posible cambio, pero no es mi responsabilidad convencerlos”

 

“no necesitas irte” dice Bruce mientras se pone de pie y sigue a Tim que ya había comenzado a caminar, poniendo su capucha nuevamente en su lugar “puedes explicarnos con más detalle y trabajar desde aquí en la cueva”

 

“no, no puedo” contestó con firmeza, mientras se vuelve de frente al hombre, agradecido por la máscara que cubre su rostro cuando lo ve a los ojos “de nada sirve si no confías en mi juicio, y se que ninguno de ustedes lo hace”

 

Eso es lo peor, el dolor de la decepción, la vergüenza y el rechazo que tanto intenta detener se expande por su pecho de forma dolorosa. Creyó ilusamente que si bien no era familia para ellos, sería un compañero o un aliado capaz, creyó que después de lo que sucedió, confiarían en su juicio y aprenderían a no subestimar su palabra.

 

“Eso es dramático, reemplazo” comienza Jason con un tono dividido entre la advertencia y la burla, y su corazón duele ante su condescendencia.

 

Tim siempre admiró a Robin, la luz de la oscuridad de Batman, admiró su sonrisa y su alegría, el símbolo de la esperanza en Gótica, pero el Robin de Jason siempre había sido su favorito, su Robin, su gentileza y su pasión lo hacían diferente y tan perfecto, cuando Jason murió, sintió que había perdido un compañero, un amigo, sintió que había perdido la luz y este sentimiento se fortaleció cuando Batman perdió el norte.

 

Fue esa misma admiración la que lo llevó a tomar el manto con tanta pasión y compromiso y así mismo, fue lo que lo llevó a descubrir lo que su Robin creía de él.

 

Si había algo que a Tim le rompía el corazón y hacía que su omega se retorciera y sollozara en una bola de tristeza, era saber que esa ilusión que creo de niño y que nunca borro del todo, jamás existiría, jamás sería el “hermanito” de Robin… o de Jason.

 

Fue desesperantemente desolador saber que lo único que tenía eran sueños y esperanzas, y verlas caer, era de las cosas más dolorosas en su vida.

 

“me lo dice el señor “intentó asesinar a un niño que nada tiene que ver con mi muerte” contesta con acidez y ve cómo retrocede físicamente, como si lo hubiera abofeteado, por un momento se siente ruin, la vergüenza tiñe su rostro cubierto, pero no se disculpa, la cicatriz en su cuello parece arder en respuesta.

 

“aguarda, te estas pasando un poco Timmy” protesta Dick, siempre al rescate, siempre el pacificador, siempre que se trate de cualquiera que no sea Tim “hablemos de esto, seguro podemos llegar a un consenso-”

 

“para ti, un consenso es decidir que hacer sin preguntarle al involucrado” contesta Tim y hay tanto dolor en su voz que se obliga a dar la vuelta  y caminar hasta su motocicleta, traga con dificultad y cuando su voz deja de temblar continúa “no gracias, la ultima vez que lo intente, me arrebataste a Robin”

 

“yo no-” se corta con sorpresa y Tim se pregunta qué cree que fue lo que hizo, sus ojos azules lo miran con un brillo confundido “yo no te arrebaté a Robin”

 

Es lo peor de Dick, la forma en que te lastima sin saberlo y cuando llega el momento de hablarlo, hay tanta honestidad en él y su confusión, que es difícil no perdonarlo.

 

Pero el daño se hizo y nunca se rectificó, Tim está cansado y nada lo puede cambiar.

 

“Creo que no quiero seguir con esto” dice con pesar, sin querer siquiera mirarlos más, no quiere exponer el dolor que causó y lo impactante que fue tenerlo todo a tener nada solo con unas palabras 

 

“Estoy de acuerdo” habla Alfred por primera vez, su acento marcado y tranquilo mientras da un paso al frente, su postura es perfecta y calmada, pero Tim cree ver un tic inquieto apenas perceptible en su mano “no es hora de mantener estas conversaciones, es momento de subir y descansar” mira a Tim con especial detalle, antes de continuar “su habitación lo espera, maestro Tim”

 

Se pregunta si Alfred siente sus palabras, o solo fluyó con la corriente al comenzar a llamarlo de esa forma, después de todo, Tim fue hijo adoptivo de Bruce por un tiempo, no sería tan extraño, y no debería significar nada.

 

“No me quedaré, no es correcto” habla nuevamente, el cansancio reflejado en su voz, no le gusta negarle cosas a Alfred, pero se niega a cruzar línea que tanto le a costado dibujar “mi habitación está en mi casa y no es aquí”

 

“Este es tu hogar” declaró Bruce al instante, lleno de convicción y odia la forma en que su corazón se estremece deseando creer en él “perteneces aquí”

 

Tim lo mira, mira esos ojos azules fijos y serios y ese ceño fruncido en obstinación y sabe que él no ve lo que Tim si, no entiende qué sucedió o cómo sucedió, el no comprende que Tim nunca pertenece, que no importa que tanto lo intente.

 

Y sabe que no solo no lo ve, sino que tampoco lo entiende, porque no lo siente, no es a él a quien se le rompe el corazón cada que es naturalmente desplazado, no es él quien llora en silencio, sintiéndose ridículo, cuando se ha lastimado pero jamás preguntan, no es él quien se siente tan necesitado pero no tiene a quien acudir en busca de contacto, no es él quien se siente desesperanzado y tan terriblemente solo.

 

Y tampoco le importa, porque cuando miraba a Tim no lo veía a él, porque Bruce no escogió a Tim, Batman no eligió a Tim, porque no era a Tim a quien quería. No tenía a nadie, Tim fue con lo que tuvo que conformarse.

 

“No hay espacio” dice finalmente con el pecho apretado y un nudo en la garganta, y deseando no haber salido de su casa “me gustaba pensar que si, pero nunca lo hubo”

 

El camino de regreso es eterno y al mismo tiempo, muy corto, su teléfono suena y vibra pero lo ignora mientras lo abandona en la sala sin siquiera mirar, se dirige directamente a la cama, se quita todas las prendas de ropa y deja que la máscara se golpee contra el suelo descuidadamente, para caer sobre sus suaves mantas que por algún motivo se sentían equivocadas. 

 

Cansado hasta los huesos, se retuerce en su lugar, buscando su almohada ciegamente, encontrándola demasiado dura, lo ignora con un gruñido disgustado y se cubre con su manta, que resulta demasiado áspera, todo es demasiado, y no suficiente, son muy pocas mantas y almohadas y las que tiene son ásperas o duras y su omega llora y se siente triste, solo y frustrado.

 

Finalmente se queda quieto, resignado y al principio lágrimas suaves caen de forma silenciosa y luego sollozos profundos que lo ahogan, hasta que lentamente se va calmando y cae rendido por el cansancio.

 

La mañana siguiente es una mierda, su cabeza se siente nublada, sus ojos hinchados y no tiene ganas de salir de la cama, el problema es que esta aun es incómoda y áspera y no quiere seguir en ella, así que suspira con cansancio y maldice la forma en que sus padres le negaron el acceso a un nido, hasta el punto en que no tiene el valor de entrar en una de esas tiendas para omegas y hacer el ridículo al no saber qué hacer en ellas.

 

Intentó comprar online, una tienda aparentemente confiable, con buenas reseñas que aseguraba ser suficiente, pero terminó con una cama completamente incorrecta y todo menos cómoda.

 

Se pregunta brevemente, mientras la amargura cubre sus pensamientos, si su vida hubiera sido diferente si hubiera nacido beta como sus padres, o si hubiera hecho que se interesaran más en cuidarlo.

 

Se sienta y mira a su alrededor, sus paredes están vacías, aún hay cajas en algunos rincones, sabe que en ellas hay algunas de sus cámaras y sabe que tiene que instalar el mueble para guardarlas, pero ha estado ocupado y cuando no lo está, no tiene ánimo de hacerlo.

 

Cree que le gustaría colgar alguna de sus fotografías, pero las que más le gustan, son de vigilantes que son famosos específicamente por no ser fotografiados y a pesar de que no planea que nadie viva con él o lo visite, es un riesgo que no quiere tomar, menos con la situación del día anterior.

 

Por un momento, sopesa la idea de quemar las copias físicas y eliminar las digitales, lo considera verdaderamente y con seriedad, pero es incapaz de hacerlo, lo sabe incluso mientras se forma la idea, es conocedor de su apego por ellas.

 

Abandona cualquier intención de asistir a clases y se traslada de la cama al sofá, enciende su computadora y el televisor, da vuelta por sus opciones para ver y finalmente decide llenar el vacío con una película cualquiera, mientras irrumpe en el sistema y cambia su inasistencia por asistente. 

 

Más tarde, mientras se prepara sopa instantánea, conecta su teléfono y se vuelve a sentar en el sofá, e intenta prestar atención a lo que tiene enfrente, salta sorprendido cuando el tono estridente de llamada lo alerta.

 

Se levanta ofuscado en busca de su teléfono y frunce el ceño mientras ve el nombre de Bruce en la pantalla, lo ignora y pasa a los mensajes, dos de Bruce, varios de Dick, una llamada del número de la mansión, lo que significa Alfred, dos llamadas de Dick y una de Lucius.

 

Los deja sin abrir y silencia su teléfono, y arregla los asuntos con Lucius por mensajes y correos, se permite olvidarlos hasta que es momento de salir a patrullar y se ve en la obligación de evitarlos activamente.

 

Los mira de lejos mientras pasean por sus zonas, y los sigue hasta que la abandonan, y sólo cuando los ha visto desaparecer en las suyas, se permite vigilar sin preocupaciones.

 

Cuando vuelve a su casa esa noche, sostiene la sudadera de Dick en sus manos y a pesar de lo mucho que quiere tirarla en el fondo de su ropero, se encuentra pasando la cabeza por el cuello y se recuesta con el ceño fruncido, mientras de mal humor, huele los frutos rojos de su aroma, antes de quedarse dormido.

 

A lo largó de los días la tristeza y la añoranza retuercen sus entrañas y se pregunta sin descanso si hay alguien que lo extrañe sin necesidad de recordarles hacerlo.

 

Pasó otra larga semana, y su entumecimiento a menguado, finalmente ha llegado el viernes, es noche de campo, son las peores noches, se ve en la obligación de pasear por las zonas exactas del caso en el que trabaja y debido a los lugares, a menudo lo confunden con prostituta, lo que no sería un problema si las personas aprendieran el significado de un no.

 

Pero esa noche en específico, está ese algo que lo emociona y lo mantiene inquieto, a trabajado hasta el cansancio en su último caso, reunido datos y perfiles, asegurándose de estar cubierto para el momento en que tenga que reconocerlo, mientras se viste y suaviza sus facciones con maquillaje, practicando el tono agudo de su voz, repasa el archivo.

 

Es una noche fría, más de lo normal considerando que es invierno, y se maldice por solo haber agarrado un suéter de hilo sobre un vestido corto de fiesta, está pensando en volver a casa cuando pasan de las tres y siente que perderá la nariz por el frío cuando lo ve.

 

Esta besándose con alguien, lleva la misma chaqueta que la vez anterior, pero los pantalones son negros esta vez, Tim se congela mientras ve como el extraño lo sostiene con fuerza y lo presiona contra su cuerpo, y el terror le recorre la columna cuando observa como lo guía al callejón, su instinto destella y la adrenalina lo recorre.

 

Tim conoce el patrón, sabe que no tiene porque significar nada, que no importa que sea el mismo callejón por el que pasaron las otras omegas porque es un omega masculino y esos solo se encuentran en áreas industriales, que está siendo paranoico y no importa que a dos calles encuentre una zona industrial clausurada en proceso de desintoxicación por culpa de la toxina del joker, y sabe que si llegara a ser así necesito pruebas y que debería dejar que suceda, pero todo en él grita no y su omega se vuelve loco.

 

Atraviesa la calle sin mirar a los lados y mientras capta rasgos faciales, marcas distinguibles y características únicas, se aferra al brazo del omega mayor.

 

“¡Tesoro!” Exclama en voz alta, alegre y arrastrada, bastante borracho a oídos extraños, tira del hombre y lo aleja del desconocido, la falta del intenso olor indica beta, encaja en el perfil “no esperaba encontrarte aquí ¡Que magnifica sorpresa!”

 

El omega lo mira confundido, sus ojos recorren el rostro de Tim y ve como intenta ubicarlo, Tim sabe que no lo reconoce, para eso es el maquillaje, pero lo usa a su favor, se mueve en un ángulo en el que el cuerpo del omega tapa la visión del beta y hace la mejor expresión de pánico y suplica que puede realizar 

 

“Deberíamos beber juntos, como esa vez hace dos años, celebrar nuestro reencuentro” su voz es chillona y emocionada, exactamente lo que Amanda, Amy para abreviar, tiene que ser, pero sus ojos se mueven, apuntando al omega hacia el beta y este finalmente capta con un pequeño brillo de entendimiento en sus ojos.

 

“¡No puede ser!” Dice mientras su voz se llena de sorpresa y alegría y Tim quiere llorar de agradecimiento cuando se acopla a su actuación “Lily, tesoro ¿Eres tu?”

 

“Tu y tus bromas” se ríe Tim mientras lo arrastra sutilmente del brazo, alejándose del beta que mira con el ceño fruncido el intercambio “insistiendo siempre en llamarme Lily, Amy, ¡Amy!, uno creería que puedes recordar el nombre de tu amiga de fiestas”

 

“Tesoro, tengo mis años” dice jovial mientras se mueve con ella para salir de ahí “ten un poco de piedad por mi”

 

“Lo mismo dijiste cuando-” son interrumpidos cuando tiran del otro brazo del omega, se prepara mentalmente para una pelea, rogando que no sea así, necesita la fachada, necesita salvar al omega y atrapar a ese bastardo.

 

“¿Qué crees que haces? Estamos en mitad de algo” dice el beta mientras mira a Tim con un desprecio demasiado grande para ser simple molestia, luego se vuelve para mirar al mayor “¿Piensas dejarme así?”

 

“Lo siento, amigo” contestó él con simpleza mientras se encoge de hombros y quita su brazo de su agarre, el corazón de Tim salta con fuerza mientras finge confusión “ella tiene derecho de antigüedad”

 

Hay un largo momento, en el que Tim cree que el beta estallará en ira, la forma en que mira al hombre y luego a Tim y repite, antes de volverse rojo y venenoso

 

“¡Malditas perras!” exclama mientras se aleja unos pasos, humillado, por dos omegas, de diferentes sexos y edades, si no se encarga de él, las cosas no terminarían bien esa noche, pero Tim no puede exponer su tapadera, Amanda tenía demasiado recorrido y podría arriesgar la vida de muchos si la deja ir ahora “¡todas siempre iguales!”

 

Tim se serena y da un paso al frente, la mano del omega mayor se aferra a la suya, Tim le da un apretón firme antes de soltarse, esperando que entienda y no interfiera, prepara el rastreador en su palma y se acerca al beta, que sin importar lo furioso que parecía, retrocede un paso ante su cercanía.

 

Este bastardo había violentado y matado a dieciséis chicas y cuatro hombres, solo por su designación, pero cuando era una confrontación directa, actuaba como un cobarde.

 

“Lo siento guapo” ronronea coqueto mientras sube su mano y acaricia su hombro, dejando el dispositivo bajo el doble de la chaqueta y asegurándolo con un apretón que cubre con una sonrisa burlona “otro día te mojas el pene”

 

El hombre da un manotazo con fuerza, retrocediendo como si lo hubiera quemado, al mismo tiempo, Tim es tirado hacia atrás por el vestido, de la misma forma que esa noche en el callejón, el beta se aleja con prisa, el olor de la ira y la vergüenza empañando su sutil aroma, una chaqueta cae sobre sus hombros mientras lo ve huir, el olor cítrico de las naranjas lo reconforta y se toma un momento para sentirse envuelto en seguridad antes de ponerse en movimiento.

 

Tim gira sobre sus pies y toma la mano del omega que aún esperaba a sus espaldas, este no protesta cuando es arrastrado a uno de los baños públicos del lugar o cuando Tim lo empuja al interior y cierra la puerta tras ellos.

 

“¿qué está sucediendo?” pregunta, con los ojos verdes fijos en Tim, mientras este se mueve buscando su teléfono desechable en su bolso y cuando no recibe respuestas vuelve a preguntar “¿estás en peligro?”

 

Mientras abre el teléfono y marca el número que menos le gustaría, Tim lo mira poco impresionado

 

“debes aprender a preocuparte por ti” el hombre frunce el ceño y abre la boca en un gesto ofendido, que a Tim divierte, y parece querer contestar cuando Tim se adelanta, hablando por el teléfono, su voz suave y profunda, lejos del chillido agudo de Amanda, ve los ojos del hombre abrirse en sorpresa “soy yo” 

 

“Será mejor que tengas un buen motivo para molestar, luego de días desaparecido, reemplazo” dice Jason al otro lado del teléfono, suena ronco, y amenazante, pero siempre suena así para Tim “no creo haberte dado mi número”

 

“El caso de los omegas” dice como única explicación, antes de soltar la dirección y pedirle que se reúna con él, y como ocurrencia tardía le pide “se sutil”

 

Corta la llamada, y suelta un profundo suspiro, mientras siente que vuelve a relajarse, antes de ponerse en movimiento, busca detrás de los lavados hasta conseguir ropa de una bolsa  y luego camina hasta uno de los cubículos, sacando del tanque un desmaquillante y toallas húmedas.

 

“¿vas a sacar un secador del basurero?” pregunta el omega que ahora se apoya en la pared con los brazos cruzados, Tim sonríe mientras se acerca al espejo y comienza a quitar las capas de maquillaje “aun quiero una explicación”

 

Su voz se hace débil mientras mira a través del espejo, Tim había retirado los contornos y el iluminador que cambiaba la forma tosca de su rostro, y ya comenzaba verse más como él mismo, tanto para sí como para el hombre tras el, que lo miraba con los ojos bien abiertos y una expresión de sorpresa

 

“estoy seguro de que esto es mucho peor que estar vagando por callejones oscuros con catorce años” declaró luego de un momento en que lo único audible era el agua corriendo y la joyería de Tim chocando con cada movimiento, sus ojos verdes viajan al vestido que aún cubre el cuerpo de Tim y dice con desaprobación “cachorro, eso es demasiado corto para ti”

 

“que bueno que no soy yo quien lo usa” contesta Tim mientras se quita la chaqueta y la deja con cuidado sobre una mesa de maternidad, para volverse con una sonrisa a ver al mayor “si no Amanda”

 

“y dime, tesoro” dice el omega con ironía y la voz aguda mientras le da la espalda cuando Tim comienza a quitarse el vestido “¿cuántos años tiene Amanda?”

 

“suficientes” dice con soltura, acomoda el pantalón y termina de ponerse una sudadera “puedes voltear”

 

“¿qué sucede, chico?” pregunta con cansancio, mira a Tim a los ojos, y este se da cuenta de que es un hombre que estaba pasando un buen rato, un civil que fue interrumpido por un aparente extraño y que no comprende lo que está sucediendo “¿estás en problemas?”

 

“no, no estoy en problemas” afirma con un suspiro pesado mientras toma la bomber entre sus manos y la aprieta “es solo que-”

 

La puerta suena, un golpe rítmico que Bruce le había enseñado a cada uno de sus Robins en el inicio del entrenamiento, Tim se pone tenso, y el omega frente a él lo nota, su postura se vuelve defensiva al instante y se voltea para ver la puerta con ferocidad.

 

Tim avanza antes de que pueda hacer cualquier cosa y lo sostiene del brazo, cuando sus miradas se encuentran, le sonríe tranquilizador y se dice a sí mismo que solo se pone la cálida chaqueta con aroma a naranjas, para desviar la atención de Jason.

 

“Retrocede, no digas nada, y quédate quieto” instruye en un susurro, mientras quita el seguro de la puerta y la abre, se encuentra de frente con Jason, su cabello cae sobre su rostro, el mechón blanco resaltando con fuerza, lleva su chaqueta de cuero, y las fundas de sus armas, pero no hay casco rojo a la vista.

 

Tim no pierde más tiempo y le extiende el dispositivo de rastreo, esperando que lo tome al instante, se dé la vuelta y lo deje en paz, consciente de que su último encuentro no le había ganado mucha simpatía a su favor, pero en su lugar, su mano queda extendida entre ellos, y Jason lo mira de pies a cabeza con intensidad, sus ojos estrechados mientras busca algo en Tim, antes de inclinarse más cerca y jodidamente olfatearlo.

 

“¿¡qué carajo haces!?” dice, intentando mantener la calma y alejar el recuerdo de la última vez que Jason estuvo cerca de él, oliendo. 

 

Jason no se inmuta, pero si retrocede unos centímetros, sus ojos verdes brillantes fijos en los azules de Tim y su aroma a leña quemada chocando con intensidad contra su nariz, distraídamente se pregunta cómo habría olido cuando era Robin, cuando el Pozo no había dañado nada aun, sabia que era madera, pero nunca es solo un aroma con los matices activos de sus emociones.

 

“¿Cómo lo encontraste, Timbo?” pregunta, su voz suena como un gruñido bajo y amenazante, casi como si estuviera hablando a través del modulador de voz de su casco, Tim permanece quieto, y en silencio, con un rostro inexpresivo el aroma cítrico se intensifica a su lado, intenta activamente no reaccionar con pánico cuando nota la presencia más cercana del omega mayor, que había estado escuchando y aparentemente no había disfrutado del tono  antagonista de Jason “es de madrugada, no llevas uniforme y llevas esto contigo, estas haciendo trabajo de campo”

 

“¿Preguntas o afirmas?” Dice sin elevación en su voz, intentando ocultar su irritación, detesta cuando lo intentan analizar, aún más cuando lo hacen para controlarlo como si no fuera legalmente independiente.

 

“No deberías hacer trabajo de campo, no en este caso” gruñe Jason, reproche en su voz, el olor a leña quemada aumenta hasta que es una fogata en su lugar, pero le preocupa más la forma en que el olor de las naranjas se vuelve ácido, teñido en amenaza.

 

“eso no lo decides tú” contesta mientras junta mas la puerta, intentando que el aroma a omega agresivo permaneciera lejos del agudo sentido del olfato del alfa frente a él 

 

 “se como trabajas, reemplazo” dice con frustración, su mandíbula apretada, mientras mira a Tim con impotencia “no me sorprendería que te pusieras como carne de cañón, volverte un objetivo, con lo imprudente que eres, en realidad ni siquiera me sorprendería que le chuparas la polla para distraerlo” 

 

Está por pedirle amablemente que cierre la boca y se largue de una vez, pero antes de conseguirlo, un gruñido desde el interior del baño los congela en su lugar, Tim aprieta los labios con fuerza mientras que Jason inclina la cabeza con una expresión de desconcierto y curiosidad, que rápidamente se transforma en malvada diversión, mientras estira la mano para alcanzar la puerta y presumiblemente empujarla.

 

“ambos sabemos que soy perfectamente capaz de sobrevivir a los ataques inesperados y mucho más a mis planes como carnada” dice en voz alta mientras aprieta más la puerta en su mano y empuja la otra contra el pecho de Jason haciéndolo retroceder “asique deja de perder el tiempo, toma el rastreador y ve tras el asesino irritado a un segundo de asesinar al primero que se le ponga enfrente”

 

Jason frunce el ceño con fuerza, pero finalmente acepta el rastreador y lo guarda en su chaqueta mientras le da a Tim una última mirada.

 

“Hablaras con B sobre esto” amenaza mientras lo apunta con un dedo y luego le muestra su sonrisa más desagradable “y no creas que no había notado las naranjas ahí dentro”

 

“No tengo que hablar una mierda con nadie” dice antes de cerrar la puerta con fuerza mientras lo escucha alejarse, y una vez que se ha largado, se permite apoyar la cabeza sobre la puerta soltando un profundo suspiro, intentando ignorar el pensamiento que cuantifica los gérmenes que podría encontrar en ella.

 

“¿quién era ese imbécil?” pregunta el omega a su costado y Tim se vuelve para verlo, mientras se quita la chaqueta y se la entrega, la recibe sin quitarle los ojos de encima, parece ofuscado y preocupado a partes iguales “¿porque te trata de esa forma?”

 

“es complicado” contesta porque no era como si pudiera decir es uno de los Robins de Batman y el hijo muerto del príncipe de Gótica, me odia porque cree que ocupe su lugar y casi me mata por sus celos, pero tranquilo, no es su culpa, casi todo fue por la inestabilidad de ser lo más cercano a un zombie que hay si, no, aun no estaban en ese punto de su relación de desconocidos “pero está bien, es inofensivo”

 

en su mayor parte 

 

“no niego que parecía preocupado” dice el omega aun con el ceño fruncido y Tim solo mantiene su bufido para sí mismo por los años de práctica “pero eso no justifica su actitud de mierda”

 

“es un alfa” explica Tim mientras se encoge de hombros, porque puede que Jason sea completamente lo contrario a un alfa tradicional insoportable, pero es una buena forma de justificarlo ante las personas que no lo conocen “así son todos”

 

el omega lejos de seguir discutiendo, se ríe un poco y asiente comprensivo

 

“mientras no estés saliendo con él” dice en broma y Tim no finge las arcadas que la idea le provoca, haciendo que el hombre ría a carcajadas “muy bien, eres un cachorrito aun, no puedes dejar que alfas idiotas se involucren contigo tan joven”

 

Ambos salen al exterior caminando con calma, Tim se siente ansioso mientras piensa en el sujeto que dejó escapar y como debió detenerlo antes de que huyera, la idea de que alguien ya hubiera muerto por su culpa, le retuerce las entrañas.

 

“tengo una pregunta” habla el hombre, cuando habían llegado a donde tenía su motocicleta estacionada, estaba cubierta por cartones y no de no ser porque sabía lo que buscaba no la había visto, asiente distraído, mientras lo ve quitar todo de encima “¿que fue todo eso del asesino?”

 

“Ah, si, eso” dice Tim mientras retrocede, y piensa cómo decirlo sin ser demasiado brusco “el beta, es un asesino en serie”

 

En su defensa, era mucho más fácil lidiar con todos los problemas en WE que decirle a un hombre que el tipo que te estaba comiendo la boca y con el que planeabas follar, era un asesino y tu, su próxima víctima, no todos son Will Graham, a algunas personas, a las normales, les da nauseas y no las excita. 

 

“sabes, me gustaría decir que me sorprende” contestó luego de unos largos momentos en los que solo lo miro sin decir nada “pero en esta ciudad todos son, o asesinos, o lunáticos”

 

"¿parezco un lunático?” pregunta con una sonrisa, no importa el tiempo que pase, no deja de ser divertido escuchar a las personas hablar de su percepción de Gótica.

 

“tienes como doce años y estas metido con un sujeto que parece a un segundo de atravesar la cabeza a alguien con una bala y persigues un asesino en serie vestido muy convincentemente de mujer” resume con su cuerpo ya completamente sobre la motocicleta “si eso no es una completa locura, no se que carajos es”

 

“pase de catorce a doce años” dice Tim mientras le frunce el ceño ofendido “¿está bien tu vista, viejo?”

 

“mi vista está perfecta, mocoso” dice él mientras estira la mano y le resuelve el cabello “aunque no la necesito para ver lo dolorosamente pequeño que eres”

 

“solo eres media cabeza más alto” se defiende Tim apartando su mano sin verdadero fuego “y tienes como cien años”

 

“eres un mocoso mal educado” contesta el omega, pero sonríe con todos los dientes, luego apunta con su pulgar a su espalda “vamos, deja de ser un cachorro caprichos y sube”

 

“no puedo” contestó mientras retrocede un paso, el omega mayor abre la boca, posiblemente para protestar, pero Tim habla primero “tengo cosas pendientes”

 

“estas loco si te dejare aquí con lo que me soltaste” dice él con el ceño fruncido en una severidad que Tim hasta el momento no le había visto “eso es un rotundo no”

 

“que bueno que no tengo la necesidad de preguntarle a nadie” dice mientras le frunce el ceño de forma obstinada “además, aunque no lo creas, los asesinos en serie no son comunes en Gótica, los villanos extravagantes son lo nuestro”

 

“es no es tranquilizador como pareces creer” dice el mientras lo mira aun inconforme pero suspira con pesadez “solo déjame llevarte, puedes bajarte unas calles antes, así no sabré cual es tu casa”

 

“¿por qué insistes tanto?” pregunta mientras sopesa la idea de volver con el omega y perseguir a Jason con su traje y no como civil “no es tu responsabilidad”

 

“lo sentiré como mía cuando vea en el periódico tu cara por ser victima de un terrible asesinato que acabo contigo” dice el mientras le tiende un casco “sube y acabemos con esta noche”

 

“creo que es de mañana” dice Tim solo por decir algo mientras toma el casco y se lo pasa por la cabeza antes de subir a la parte trasera de la moto y rodear al hombre con sus brazos

 

“madrugada, sabelotodo” dice mientras enciende el motor, y Tim sorprendentemente se relaja contra su espalda mientras sale a la calle, el olor de las naranjas es suave y casi puedo saborearlo, distraídamente piensa que sería bueno olerlo antes de dormir.



Chapter 2: Bienvenida, Nueva Rutina

Summary:

Tim tiene que aprender a dejar que las cosas fluyan ¿no?

Notes:

holawas, volví muy pronto, la verdad pensaba dividir los capítulos porque siempre los hago muy largos pero si soy sincera me dio flojera.

espero les guste, comenten :)

(See the end of the chapter for more notes.)

Chapter Text

Tan pronto atraviesa la puerta de su departamento corre en busca de su traje, guiado por la memoria muscular se cambió de ropa, y con rapidez termina de colocar la máscara en su lugar antes de salir por la ventana y comenzar a correr por los techos de los edificios.

 

Recorre el camino de vuelta deseando con todas sus fuerzas que Jason atrape al beta, y al mismo tiempo, que no alcance a matarlo, se maldice a sí mismo una y mil veces por dejarse convencer por el omega mayor y haber cedido ante su ayuda, en lugar de emprender camino en busca de Red Hood, aun si no habría podido hacer mucho como Tim Drake.

 

Cuando finalmente llega al techo sobre el callejón donde lo había visto desaparecer, jadea ligeramente, decide entre bruscas respiraciones, que ningún sentido tiene correr sin un rumbo real, saca el teléfono desechable y mientras regula su corazón, marca el número de Jason.

 

“si sabes que no puedo atender las llamadas todo el tiempo ¿verdad?” dijo Jason con la voz rasposa gracias al casco “tengo cosas de señor del crimen que hacer, no creo que a tus dulces oídos les guste el sonido de mis asuntos” hay socarronería en sus palabras, pero Tim puede escuchar la tensión bajo ella “tal vez podrías volver a usar estos aparatitos super divertidos con los que nos comunicamos”

 

“¿dónde estás?” pregunta ignorando sus comentarios, por muy ciertos que fueran, y centrándose en lo importante “¿lo tienes?”

 

“sigue el camino amarillo” es su respuesta con la voz llena de diversión y antes de que Tim pueda preguntar a que idiotez se refiere, escucha el primer disparo que le pone los vellos de punta

 

“¡no lo mates!” se apresura a decir mientras corre en su dirección, al otro lado del teléfono escucha jadeos doloridos y sollozos, que claramente no pertenecen a Jason

 

“corre Dorothy” murmura de forma siniestra antes de cortar la llamada, Tim acelera el paso con la única idea de llegar a tiempo.

 

Sabe que sujetos como ese no merecen conmiseración, que aunque le guste fingir que no, también cree que estaría mejor bajo tierra, pero su creencia personal y su deber son dos cosas diferentes, pensamiento que Jason no comparte.

 

Escucha un segundo disparo, esta vez más cerca, por su cabeza pasan los rostros de los familiares y amigos de las víctimas, personas que jamás podrán ver al hombre a los ojos y no podrán tener más que un cadáver al que culpar, no, Tim quiere que el hombre sufra antes de perder el derecho a vivir, y lamentablemente, los pecados se pagan en vida.

 

Grande es su sorpresa y alivio cuando llega al callejón en el que Red Hood se encuentra, casualmente apoyado contra una pared con el Beta de antes, sollozando en el suelo, mientras se encorva sobre su mano.

 

“ya vienen por el” informa Hood mientras se despega de la pared y camina más cerca, el viento corre y Tim huele la anormal nada en su cuerpo mientras lo hace “espero que sepas que necesitan pruebas que no sean en el mejor de los casos insustanciales”

 

“¿conseguiste un nombre?” pregunta, consciente del poco tiempo que tienen antes de que las patrullas llegan por el 

 

“aún no” contesta, amenaza en su voz, pero antes de que pueda dar un paso al frente, Tim se adelanta, a paso firme, al instante recibe una protesta “puedo hacerlo”

 

“lo sé” contesta mientras mueve al hombre con el pie, gime lastimeramente ante el contacto y Tim siente la ira correr por sus venas, demanda con la voz plana y una octava más baja de lo normal “nombre”

 

El beta se estremece como si Tim lo hubiera electrocutado y le cuesta creer que sea el mismo imbécil que lo llamó perra solo un tiempo antes, los tipos como él siempre necesita solo un poco de dolor para perder cualquier valentía.

 

“dije” comienza y sin contemplaciones le pisa la mano claramente herida, al sujeto se le escapa el aire en un momento y Tim solo tiene que retorcer un poco el pie para que un grito desgarrador salga de su garganta, que se quiebra con un nuevo sollozo, cuando a bajado la voz y jadea silenciosamente, termina con la misma voz plana y vacía “nombre”

 

“G-George” susurra con voz temblorosa, apenas audible, ante su silencio posterior, Tim carga más peso sobre la muñeca y le arranca otro chillido de dolor antes de que prácticamente grité histérico y sollozando “¡Hall! ¡George Hall! por favor, te lo suplico”

 

“si resulta ser falso” advierte Tim sin emoción mientras presiona por última vez, antes de retroceder y sacar una brida de sus bolsillos para sujetar sus manos, asegurándose de que su máscara esté sobre su rostro deformado por el dolor y el miedo mientras está de cuclillas “estar encerrado en una prisión no te salvará” 

 

Finalmente se aleja cuando un gimoteo aterrado se le escapa y las sirenas le advierten de la cercanía de los oficiales.

 

Aguarda unos segundos, hasta que están casi frente a él, antes de tomar su gancho y escabullirse en las sombras de la noche hasta la parte superior del edificio.

 

“¿era necesario romperle cada dedo antes de romper su muñeca?” pregunta ya en el techo, mientras ven al hombre ser arrastrado por los oficiales a una de las patrullas 

 

La mano de George difícilmente volvería a ser la misma, con esa cantidad de huesos rotos y los posibles nervios atrofiados, tendría suerte si volvía a tener un mínimo de movilidad.

 

“¿era necesario actuar como un señor del crimen?” pregunta Jason de vuelta mientras ambos se enderezan 

 

“técnicamente somos criminales” contesta Tim porque, si, fue necesario, pero puede que hubieran otras formas de haber conseguido respuestas 

 

“no fue lo que pregunté” y por algún motivo se escucha demasiado divertido como para estar hablando con él “¿seguro que encaja en el perfil? parecía un bibliotecario con pésimo gusto”

 

“es el” contesta sin dudar, esta mas que seguro de eso, su instinto no es algo que no piense considerar, y toda esa ansiedad y emoción, es solo un indicativo extra “es un cobarde, un lobo con piel de cordero, sumiso con alfas y betas, incluso omegas, hasta que los ataca”

 

“una bala entre las cejas se le habría visto bastante bien” dice Jason con un tono de voz reflexivo, mientras se cruza de brazos.

 

“gracias por ayudar” dice Tim, mientras se prepara para volver por donde vino, necesitaba encontrar pruebas de la culpabilidad del hombre, o se vería en la obligación de hacerlo confesar, y era algo con lo que no quería lidiar “y por no matarlo”

 

“si el moría, no podríamos demostrar que es culpable” contestó con simpleza, y Tim agradece que el pozo no le robara lo racional, no para siempre al menos “además, es tradición que los presos se encarguen de su tipo”

 

Está seguro que debajo del casco brillante y rojo, hay una sonrisa sádica que Tim no puede culpar en lo más mínimo, los rumores de lo que viven los reos, estremece incluso al más salvaje de ellos.

 

Es bien sabido que en ambientes tan custodiados, los alfas y betas valoran las visitas de madres, parejas y cachorros, para todos ellos, que viven aislados de la sociedad, el consuelo de sus omegas es como un respiro de aire fresco, un asesino de omegas, es como una presa en una jaula llena de depredadores.

 

“será la perra perfecta de todos esos bastardos” continua con veneno en la voz, antes de volver su mirada a Tim “y tal vez ya no corras como civil tras asesinos peligrosos”

 

“sueña” resopla Tim acercándose a la orilla “si eres bueno y ruegas bien, quizá la próxima vez me maten”

 

“¿quién era?” finalmente pregunta, y Tim por un momento piensa que preferiría estar nuevamente tendido en el suelo, ensangrentado, con la garganta cortado para no tener que contestar esa pregunta en específico “no creas que lo olvidare”

 

“¿quién era quién?” contesta mientras se vuelve, tiñendo su voz de incertidumbre e inocencia, dispuesto a hacerse el tonto, todo el tiempo necesario “¿olvidar que?”

 

“el juego del amnésico no funciona conmigo, reemplazo” contestó con soltura mientras se quita el casco dejando solo su antifaz “¿quién era el omega con aroma a naranjas?”

 

“¿omega?” inclina la cabeza, aún con incertidumbre, consciente del ceño fruncido en el rostro del mayor, que ahora deja caer sus manos a los costados con irritación “¿olor a naranjas?”

 

“¿me crees imbécil?” pregunta el hombre, y Tim tiene que contenerse físicamente para no soltar una estupidez que lo llevaría a la tumba, a juzgar por la tensión en los puños cerrados “¿¡en el baño!?”

 

“¿cual baño?” no puede detener la sonrisa llena de dientes que crece cuando Jason suelta un gruñido de frustración, y agradece profundamente por milésima vez, la máscara de rostro completo. Tim sabe que debería tener cuidado, no por nada todos esta aterrados de Hood, pero tiene una reputación que mantener y no es precisamente ser prudente “no es asunto tuyo, Hood”

 

“¿no lo es?” pregunta mientras avanza un paso, aún irritado, pero aplacado por la repentina respuesta de Tim “no siento que sea así”

 

“culparemos a tu entrometida personalidad” responde encogiéndose de hombros, y antes de poder decir algo más, ve el destello inconfundible de azul, balanceándose por los tejados “mi señal”

 

“¿que?” dice confundido y se vuelve para mirar tras él justo cuando Dick aterriza en el tejado vecino, Tim aprovecha su distracción para escabullirse 

 

Es consciente de la inmadurez en su actuar y sabe que deberá mantener como mínimo una relación profesional con el hombre, pero el sentimiento de desconcierto, incertidumbre y decepción que sus acciones inconscientes y egoístas habían provocado, aún eran demasiado frescos como para ser olvidados.

 

Esto no quiere decir que Jason no actuó de forma errática, desconsiderada, y egoísta, y mucho menos que sus acciones no dañaron directamente a Tim, hasta el punto de causarle pesadillas, Jason lo hizo, pero Jason jamás rompió su confianza, porque nunca hubo una.

 

Se sintió traicionado cuando el héroe de su infancia lo atacó de forma asesina, pero Jason jamás alimentó su admiración, no pasó horas con Tim enseñándole a moverse con agilidad, no lo invitó a comer helado cuando tenían tiempo, no le dijo una y mil veces que confiara en él, Jason ni siquiera era consciente de la existencia de Tim. 

 

Cuando lo atacó, había pasado tres años siendo alimentado por el odio de una reconocida asesina y había salido del pozo de lázaro con las emociones tan distorsionadas que perdió el norte.

 

Tim tiene sus propios problemas con Jason, partiendo por el hecho de que jamás se disculpó por casi matarlo y dejarle una cicatriz en el cuello, exceptuando eso y el pavor que siente por el casco rojo, no tiene grandes problemas con el hombre fuera de su hostilidad. 

 

Dick era harina de otro costal, directamente había ido y había enterrado la mano en las inseguridades de Tim y había roto su confianza como si de nada se hubiera tratado. 

 

Todo el tiempo que paso con el, los meses en los que sentía alivio por el simple hecho de verlo sonreír, todas las veces en que lo hizo sentir cálido y querido, incluso después de la llegada de Jason y luego Demian, todo se tiñe con el sabor de la traición, el rechazo y tristeza.

 

No puede permitirse estar cerca de Dick, no hasta que su simple recuerdo deje de enviarlo a un espiral de auto desprecio infundado por sus inseguridades.

 

Esa noche no termina hasta bien entrada la tarde siguiente, trabaja sin descanso, entrando y saliendo de registros de sistemas de seguridad por cada vía posible, busca el rostro del beta en cualquier, foto, vídeo o cámara de seguridad que pueda haber estado en las zonas donde el asesinato, el secuestro y el abandono se realizo. 

 

Las primeras imágenes no circunstanciales, las encuentra en un viejo sistema de vigilancia en una tienda de refacciones que llevaba casi un años cerrada, las grabaciones estaban resguardadas en el sistema, intactas, sin haber sido alteradas, borradas o revisadas, por lo tanto, nadie sabía que en ella se encontraba grabado George Hall arrastrando a una de sus víctimas a uno de los edificios abandonados.

 

Solo basto encontrar ese pequeño metraje, para conseguir más pruebas, algunas más claras que otras, todas posicionando al hombre en el momento y lugar del asesinato.

 

Fue una gran ayuda que fuera un desgraciado que disfrutaba reviviendo su acto, por lo que además de las pruebas del momento, encontró registro de su presencia en cada una de las escenas, posterior a ser descubiertas.

 

Solo hicieron falta tres días, antes de que la prensa tuviera la historia, Tim se permitió leer los detalles en el diario, las noticias y las redes sociales, antes de adentrarse en los registros del caso y completar los espacios vacíos que dejó la información pública.

 

Aparentemente, a pesar de ser un cobarde, se mantuvo firme durante las veinte horas que a Tim le tomó encontrar evidencia de su culpabilidad, durante ese período de tiempo, permaneció firmemente en silencio, hablando solo para pedir atención médica, sin embargo, tan pronto estas pruebas fueron puestas bajo sus narices, cantó como gallo en madrugada, aceptando la culpa, revelando detalles, historia de origen, y justificaciones que de nada le sirvieron, puesto que fue arrastrado a prisión tan pronto se declaró culpable.

 

La satisfacción de haberlo atrapado y haber salvado la vida de su próxima víctima le dio una sonrisa durante los días posteriores, en ocasiones sentía destellos de inconformidad cuando leía la cantidad de personas que había matado y que por consiguiente Tim no había salvado, pero dejaba que se desvaneciera con el lento pasar de las horas.

 

Una vez la monotonía volvió y los siguientes casos comenzaron a desdibujar el triunfo del anterior, Tim volvió lentamente a su vida, trabajando por las tardes, en ocasiones en medio de los descansos de estudio, si se sentía especialmente animado o no había recibido alguna paliza considerable la noche anterior, se aseguraba de saltar el autobús y volver en skate a casa.

 

Estaba pensando en reemplazar las ruedas gastadas y cambiar el diseño de la tabla cuando la vio, una Kawasaki negra estacionada frente a su edificio, una motocicleta que él había montado y que había sentido vibrar bajo su cuerpo y que definitivamente no debería estar frente a su edificio.

 

Apoyado sobre ella, estaba el omega que no veía desde hace poco más de una semana, miraba su teléfono despreocupadamente, y a pesar de que Tim había estado preguntando que había sido del hombre, no era muy divertido haber sido engañado.

 

“pensé que habías dicho que no conseguirías mi dirección” dice con hostilidad, llamando su atención, mientras se quita los audífonos y se detiene para subir a la acera, a unos metros de distancia del hombre, sosteniendo su skate con fuerza.

 

“¿cachorro?” pregunta con los ojos abiertos y llenos de desconcierto, se endereza y su aroma es arrastrado por el viento, la sorpresa envolviendo las naranjas, mira el edificio frente a él y lo apunta con el dedo “¿vives aquí?” 

 

“¿vas a decirme que no lo sabías?” dice con el ceño fruncido, claramente poco impresionado ante su acto y extremadamente disgustado por la manera en que su omega simplemente parecía encantado con su presencia, sabe que de haber sido otra circunstancia, también habría estado feliz de velero, pero no era el momento.

 

“niño” dice, aparentemente notando como se veía la situación, alza las manos como si estuviera tratando con un animal salvaje y considerando que Tim estaba especialmente susceptible a la irritación cuando de traición se trata, es adecuado “no tenía ni la menor idea de que vivieras aquí, lo prometo”

 

“¿y que?” dice con bravuconería, alzando una ceja como clara muestra de su escepticismo “me vas a decir que, casualmente te detuviste frente a este edificio”

 

“en realidad, no” contesta con el ceño fruncido un un puchero ofendido, mientras deja caer las manos “estaba esperando a encontrar al dueño del lugar”

 

“¿el dueño?” pregunta con curiosidad, mientras se acerca un paso más “¿porque querrías hablar con el dueño?”

 

“he pasado por aquí antes” contesta, más relajado ante la cercanía considerablemente  menos hostil “las personas de los alrededores y mi mapa dicen que aquí había un taller”

 

“lo había” aclara Tim, aun recordando al hombre que reacio vendió el lugar, mientras miraba los rincones cubiertos de refacciones y herramientas con nostalgia “¿necesitas una ayuda con ella?”

 

Tim apunta la motocicleta, y frunce el ceño mientras la analiza, la idea de dejar que el omega la use cuando aparentemente tiene un problema le disgusta profundamente 

 

“¡Jamás! de ella me encargo yo” contesta con voz escandalizada antes de sonreír con orgullo “mi chica está perfectamente bien” asegura con una voz coqueta, sacándole una sonrisa a Tim “no, lo que necesito es trabajo”

 

“¿trabajo?” pregunta con sorpresa, Tim llegó a creer que el hombre había tomado sus cosas y había decidido que Gótica era demasiado problema para soportar más tiempo “pensé que te irías pronto”

 

“también lo pensé” le contesta con una sonrisa encantadora, llena de sincera diversión “pero esta ciudad es realmente interesante”

 

“¿los asesinos en serie y los villanos dramáticos te enamoraron?” pregunta con diversión, sin comprender del todo el sentimiento de complacencia que se extiende por su pecho ante la noticia “¿seguro estás cuerdo?”

 

“definitivamente esos son factores en contra, aun mantengo mi cordura, mocoso” contestó con fingida ofensa antes de encogerse de hombros “pero es cierto que hay cachorros imprudentes que me ayudaron a ver un lado diferente”

 

“si mal no recuerdo nos conocimos por tres potenciales violadores y nos reencontramos cuando un asesino en serie intento jugar a Jack el destripador contigo” contesta ignorando deliberadamente el sonrojo que quiere subir por su rostro “no sé qué tan positivo es eso”

 

“Puedes considerarme adicto a las emociones fuertes” responde con un encogimiento despreocupado de hombros acompañado de una sonrisa divertida 

 

“bueno, de igual forma, no hay trabajo aquí” apunta en dirección a la cortina de metal cerrada “ese taller cerró hace un tiempo”

 

“Oh, soy consciente” le dice, y Tim lo mira extrañado, inclinando la cabeza “no quiero ayudar en un taller, quiero abrir el mío”

 

“Oh” contestó con elocuencia, cambiando el peso de un pie al otro, jugando con las ruedas de su patineta, juega un poco con la imagen del hombre con un motor en frente “¿eres mecánico de verdad?”

 

“no parezcas tan sorprendido” se ríe, mientras retrocede relajado y vuelve a cargar su peso sobre su bicicleta, aparentemente decidiendo que el malentendido había quedado atrás y el peligro había pasado.

 

“en realidad te queda bien” contesta luego de meditarlo un momento “es un trabajo que se ajusta a tu estilo de vida, además te vistes como uno”

 

“¿vestirse como uno?” pregunta frunciendo el ceño con desconcierto “¿y qué quieres decir con estilo de vida?”

 

“eres un ambulante” dice con obviedad “no eres de Gótica, eso fue mas que obvio la primera noche” explica con calma “y luego lo de Jack el destripador, solo atacaba omegas masculinos cuando eran nómadas”

 

“cierto” dice el omega y de repente parece mucho más serio, Tim se golpea mentalmente por llevar la conversación por ese lado “nunca agradecí tu ayuda”

 

“no es necesario” le resta importancia, poco acostumbrado a recibir las gracias sin su máscara “cualquiera lo habría hecho”

 

“no lo habría hecho” contesta al instante, y hay una suave sonrisa en sus labios “y no es solo porque sean de Gótica” explica mientras mira el edificio y devuelve su mirada a Tim “es porque cuando no perteneces a ningún lado, a pocos le importa que suceda contigo”

 

Esas palabras pegan más fuerte de lo que seguramente el hombre espera, Tim piensa en todo lo que no tiene y todo lo que anhela, la amargura conocida de ser un solitario se aferra a la imagen del omega y se imagina su vida.

 

De lugar, en lugar, ciudades y pueblos, animales, personas, peligros, todo nuevo y efímero, nunca estable, nunca fijo, nunca suyo.

 

Es abrupto, el gran deseo que surge desde lo más profundo de su interior, arrasando con todo, deseando darle lo que no tiene, algo a lo que aferrarse, y en lo que apoyarse, para demostrarle que no está solo, aun si lo parece.

 

Sabe que está proyectando, es consciente del reflejo de su propio deseo de consuelo, pero eso no hace que sus ansias de brindar consuelo disminuyan.

 

“bien, por nada” finalmente responde luego de unos segundos de silencio demasiado largos, mientras devuelve la mirada con una timidez impropia de él.

 

“si vives aquí ” comienza el omega mientras se sacude los últimos rastros de su conversación anterior y apunta al edificio y Tim está enormemente agradecido por ello “¿debo asumir que conoces al dueño?”

 

“en realidad, si” dice con calma, un tono más elevado en su voz, que lo sorprende y que corrige antes de continuar “es mío”

 

“Oh, bien” dice con alegre sorpresa “¿le darías mi número a uno de tus padres?” pregunta con soltura y Tim tiene que hablar con él sobre decir eso en una ciudad en la que la mayoría de los adultos crían hijos por separado o decididamente solos, es Gótica, no Metropolis, los niños a menudo son huérfanos “que me contacten, para poder hablar sobre la posibilidad de un contrato de arriendo”

 

“Nop, no creo poder” contestar Tim, haciendo estallar la p en sus labios, antes de sonreír con aparente inocencia “una pena”

 

“¿ah, sí?” dice sonriente y juguetón luego de un pequeño momento de desconcierto, Tim reconoce la sensación de diversión y camaradería que viene con estar con alguien dispuesto a seguirle el juego “¿porque no?”

 

“Oh, ya sabes, lo típico” dice con soltura y solo un deje de fingido resentimiento adolescente en su voz, para darle efecto a su actuación, observa de cerca la expresión del hombre mientras suelta con indiferencia “demasiado ocupados estando muertos como para algo más”

 

Tal como lo pensó, esos intensos ojos verdes se abren con sorpresa, y su rostro borra su sonrisa juguetona mientras recorre el rostro de Tim en busca de malestar. Tim sabe que si él quisiera podría ocultar a la perfección cada una de sus emociones, pero no siente la necesidad de hacerlo y se deja leer por el omega.

 

No sería capaz de decir que las muertes de sus padres no dolieron, Tim, pese a lo muy abandonado que se sintió por ellos y a lo mucho que espero que las cosas cambiarán, los amo, ellos eran sus padres y aunque jamás olvidaría sus exigencias francamente crueles, también recordaba la forma en que su padre olía a perfume masculino y arcilla cuando a insistencia de Tim compartían una partida de ajedrez, o como su madre, en los momentos en que se sentía maternal, pasaba sus largos dedos por su cabello durante unos momentos antes de alejarlo. 

 

No fueron los mejores padres, ambos betas, jamás lo ayudaron como necesitaba, y tampoco lo intentaron, pero ellos seguían siendo sus padres, pese a esto, el dolor de su muerte solo se extendió ante el sueño de lo que pudo ser, esa ilusión de que algún día, cuando fuera mayor y alguien de quien sentirse orgulloso, ellos lograran verlo y amarlo como él los amaba.

 

“si es así” contesta recuperándose y sacando a Tim de su mente, decidiendo correctamente que no es un campo minado por el que preocuparse “¿de quién es lugar?”

 

“ya te lo he dicho” contesta poniendo los ojos en blanco, con fingido hastío “es mío”

 

“me estas diciendo que vives solo” pregunta con lentitud, su voz arrastra el juicio incrédulo al final de su oración, mientras frunce su ceño y lo mira atentamente “completamente solo, en este lugar”

 

“uno ya no puede decir que tiene un edificio porque te tachan de mentiroso” contestó Tim aun con hastío adolescente, internamente divertido.

 

“un niño de nueve años, en la ciudad más peligrosa, en una de las peores calles de dicha ciudad, viviendo solo” contesta el omega con la voz llena de incredulidad y horror en su expresión, y le gustaría tener su cámara a mano en este momento, desvía los ojos a lo lejos mientras carga su pecho en su pierna derecha “esta ciudad cada vez se pone peor”

 

“y ahora son nueve” dice con diversión mientras lo ve recomponerse, espera pacientemente a que deje de verlo con reproche y encuentre su mirada para sonreír con picardía “¿aún quieres quedarte?”

 

“ahora necesito quedarme, cachorrito” contesta con firmeza, sonriendo de forma divertida a pesar de tener el ceño ligeramente fruncido en preocupación, apoya una de sus manos en su cadera y lo mira con fingida y dramática severidad “tengo que enseñarte algo de autoconservación”

 

“lo veo difícil” contesta al instante alzando una ceja en un gesto de incrédulo “sobre todo porque eres el sujeto que se mete en una pelea callejera contra tres alfas bastante molestos, con una sonrisa en la cara”

 

“mejor que travestirme y perseguir asesinos en serie” dice cruzando los brazos sobre su pecho y Tim mira hacia los lados antes de acercarse 

 

“preferiría que mantuvieras eso para ti” dice con seriedad y ve una ceja divertida en el rostro del omega, mientras sonríe con una arrogancia que le recuerda momentáneamente a Jason

 

“¿por qué? ¿A tu padre le molesta tu tendencia transgénero?” ve claramente el momento en que se da cuenta de que, exactamente acaba de decir, el color huye de su rostro y lo mira con pánico, mientras Tim estalla en carcajadas sorprendidas.

 

“¡Oh, no!” dice mientras se sujeta el estómago y ríe sin cuidado, el rostro antes asustado, ahora muestra una mezcla de alivio e indignación con la esquina de la boca inclinada hacia arriba, en un sonrisa renuente, Tim ríe un buen rato antes de poder formar frases correctas, aún jadeantes “estoy mas que seguro que sabes pelear por necesidad y no por gusto”

 

“no se a que te refieres” dice, claramente entendiéndolo, pero actuando con ofensa, a pesar del alivio que esconde en su rostro y su aroma, y renunciando completamente a su aparente indignación se permite sonreír divertido.

 

“con una boca inteligente como esa” dice Tim entre suspiros, finalmente recuperando la calma “no dudo que fue difícil mantenerse lejos de los problemas”

 

“asumo que lo sabes por experiencia” contraataca, Tim suspira por última vez, forzando a dejar de reír, secando las lágrimas de sus ojos

 

“no tienes idea” contesta con una sonrisa misteriosa en sus labios, los recuerdos de todas las veces en que efectivamente su boca lo metió en problemas, pasa por su cabeza.

 

“serás mi muerte” le dice mientras mira al cielo como si pidiera fuerzas, antes de volver a verlo, esta vez menos juguetón “entonces ¿Cómo arreglamos lo del taller”

 

“no necesitamos arreglar nada” contesta Tim mientras acomoda la correa de su mochila y camina hacia la puerta que conecta al taller y al segundo piso.

 

“cachorro, enserio necesito el lugar” dice el omega, no una exigencia, más bien una súplica, y Tim confirma que es de esos tipos que nada toman por la fuerza “podemos hacer un acuerdo”

 

“no necesitamos hacerlo” contesta con lentitud, mientras se voltea a verlo, con la puerta abierta, una sonrisa divertida y un gesto de invitación “puedes tener el taller”

 

“tu…” se queda en silencio mientras lo mira largos momentos, aparentemente sin comprender, hasta que sus ojos se iluminan, el verde intenso brillante mientras sonríe “¿¡hablas enserio!?”

 

“¿porque no lo haría?” dice aún con una sonrisa, puede que nadie más que el, entienda, pero por la forma en que todo su ser e instinto tira en dirección del hombre, no dejaría que simplemente se largara “tu lo necesitas, yo me beneficio, todos ganamos”

 

“bueno” contesta, mientras asegura su motocicleta y con un pequeño salto en su andar se acerca a Tim “estoy seguro de que me dijiste en algún momento, que deberia ser mas cuidadoso”

 

“lo dije” contestó con solemnidad, ambos entran y la oscuridad del interior los recibe, en lo que Tim encuentra el interruptor del taller “y lo soy”

 

“entregando un lugar de trabajo a mi” dice no sin una ligera reprimenda en la voz “un desconocido, y sin siquiera revisar mis antecedentes”

 

“Soy de Gótica” dice con simpleza, acostumbrado a justificar su naturaleza cautelosa con su ciudad “tus antecedentes están en mi teléfono desde el primer encuentro”

 

“no es cierto” dice al instante y tiene razón, Tim no tiene sus antecedentes, pero solo porque eligió no buscarlos, deseaba saber todo de ese hombre por su propia boca y voluntad, se salva de contestar, cuando encuentra el endemoniado interruptor y los concentra en otra cosa “¡Wow!”

 

“Esta un poco empolvado” dice con un deje de vergüenza, mientras lo ve recorrer el lugar con su mirada y su boca estirada en una sonrisa emocionada, desde que descarto la idea de ocuparlo como su propio lugar, no lo había vuelto a ver, los escasos muebles están totalmente cubiertos de polvo, el sillón viejo de color verde oscuro, estaba cubierto por una sabana que Tim esta casi seguro era de color blanca y no gris y el lugar tiene ese característico olor a encerrado que generalmente tienen las bodegas “puedo ayudar a limpiar”

 

“me dices que soy el amable, cuando actúas así” dice con diversión, mientras levanta la mano y le revuelve el cabello “eres como mi ángel guardián o como esas señoras de las películas que son muy amables ¿me vas a ofrecer un poco de galletas y me harás reflexionar sobre mi vida autodestructiva?”

 

“la repostería no es lo mío” contesta en un encogimiento de hombros, sabe que está siendo demasiado confiado, pero si su instinto dice salta, Tim solo tiene que averiguar qué tan alto, y no es como si el omega fuera un sujeto desagradable, Tim cree que podrían llevarse realmente bien.

 

“viviendo solo, espero que la cocina lo sea” dice mientras se pasea por el lugar, recorriéndolo con la mirada como si fuera una maravilla y el piso no tuviera abolladuras y marcas permanentes de grasa “quiero creer que eres así de flacucho solo por genética”

 

“!no estoy flacucho!” contesta, verdaderamente ofendido, puede que no fuera Jason o Bruce, pero tiene sus músculos, es consciente de cómo en ocasiones sus compañeras lo notan y ríen estúpidamente por ello, no es flacucho, gracias.

 

“no estoy en posición de hablar” dice repentinamente serio mientras mira a Tim desde donde está de pie, a unos pasos de distancia, con el ceño fruncido en preocupación “pero es realmente peligroso, hacer esto con desconocidos”

 

“lo se” comienza Tim, intentando razonar consigo mismo y no frustrarse por la actitud condescendiente típica de un adulto. 

 

“hablo enserio” dice mientras da unos pasos más cerca y sube una mano para apoyarla en su hombro, Tim lo mira a los ojos y se concentra en su sinceridad “se que me beneficia, pero no todos los desconocidos amables son buenos, me lo recordaste la otra noche, una sonrisa no te asegura nada”

 

“se que no lo crees” dice Tim con una voz tranquilizadora, suave por dentro al notar auténtica preocupación, encuentra la mano del hombre en su hombro y la sostiene “pero te aseguro que se lo que hago”

 

“¿que? ¿las voces del más allá te lo dijeron?” dice luego de un momento en el que atentamente mira a Tim a los ojos, para luego sonreír con ligereza, aparentemente confiando en la palabra de Tim.

 

“Timothy” dice, extendiendo la mano, sin saber porque utiliza su nombre completo, cuando generalmente sólo utiliza su apodo “Timothy Jackson Drake”

 

“Vaya, cachorrito” dice con una sonrisa sorprendida y divertida, extendiendo la mano de vuelta y tomando la que Tim ofrecía, es cálida, firme y áspera, las manos de un mecánico “ese si que es un nombre aristócrata”

 

“voy a fingir que eso no sonó despectivo” contesta con una ceja alzada, sorprendido por lo acertado de su comentario.

 

“Ilay Beau Mitchell” finalmente dice antes de soltarse las manos, Tim “bueno, ahora ya no somos desconocidos”

 

“ya era hora” dice Tim con soltura, extrañamente más relajado mientras le dedica una sonrisa malvada “Beau”

 

“eres un terror” no hay ni una pizca de disgusto en su voz, mientras pone los ojos en blanco con hastío.

 

Cuando terminan de mirar alrededor y Tim le explica donde y como funciona y se encuentra cada interruptor, se acomodan en las escaleras, la mochila y patineta de Tim apoyadas unos escalones más arriba mientras arreglan los detalles.

 

Cuando Ilay sale por la puerta, el sol está casi escondido, el brillo dorado se extiende por todas las partes generalmente sombrías y le agregan color a su alrededor.

 

“tendré el contrato de arriendo listo en unos días” dice Tim mientras lo sigue hasta su motocicleta, donde se detienen para mirar nuevamente, Ilay le sonríe y como parece gustar hacer, lo alcanza y le revuelve el cabello 

 

“espero que nuestro acuerdo este tal como lo planteamos” dice mirándolo con severidad, Tim sonríe, habían estado discutiendo largo y tendido el costo de arriendo, Tim con su trabajo y sus ahorros, insistió en un precio bajo, Ilay con su orgullo y su protección paternal, insistió en algo más benéfico para Tim “nada diferente”

 

“si, ya entendí” contesta mientras rueda los ojos “un precio inferior hasta que tus ingresos se vuelvan más grandes y subiremos la suma”

 

“buen chico” asiente complacido, mientras se sube en su motocicleta y enciende el motor “nos vemos dentro de unos días cachorro, tienes mi numero”

 

“lo tengo” asiente mientras levanta el teléfono en confirmación “llamaré en caso de algún problema”

 

“no solo del contrato” asegura Ilay mientras lo mira, aun con el motor encendido “si necesitas cualquier cosa, llama”

 

“llevo viviendo solo un tiempo” asegura Tim, conociendo la línea de pensamiento del mayor, e intentando no decirle los muchos años de infancia negligente tras su afirmación, se aleja unos pasos y sonríe “estaré bien”

 

ilay lo mira con desconfianza, pero finalmente suspira, seguramente notando que no hay nada que hacer al respecto, y con un asentimiento y una sonrisa, se aleja y se reintegra en el tráfico, bajo la atenta mirada de Tim.

 

Vuelve al interior y finalmente sube sus cosas, acomoda su patineta en la entrada, lista para ser utilizada y camina con su mochila hasta su habitación, mira la hora en el despertador y decide mover sus hilos pronto.

 

Se contacta con un abogado discreto y de confianza que conoció a través del trabajo y le pide un contrato con los datos necesarios, antes de recordarle la necesidad de confidencialidad con extremada insistencia.

 

Está recibiendo pulgares arriba y una fecha estipulada, cuando una llamada interrumpe su mensaje, el nombre de Conner llena su pantalla.

 

“Eso fue rápido” dice a través del altavoz de su teléfono, una sonrisa en su voz, y Tim lo imagino tendido en algún sillón haciendo el flojo “¿te sientas todas las tardes a esperar que papi llame a casa?”

 

“Vuelve a hablar de ti en tercera persona, diciendo papi y te bloqueo” amenaza con una sonrisa en los labios, mientras se quita la chaqueta del uniforme y busca entre su ropa limpia amontonada en la silla en la esquina de su habitación “¿Alguien se está muriendo?”

 

“Solo nuestra amistad” contestó con fingida indiferencia mientras de fondo escuchaba los clásicos lloriqueos de Krypto que seguramente espera caricias tras las orejas.

 

“¿Quieres que te lleve una caja de pañuelos para que seques tus lágrimas?” pregunta distraídamente mientras finalmente encuentra lo que buscaba, hace la vista gorda a la vergüenza que quiere subir por su rostro cuando ve el símbolo de la “s” ya gastado por el uso y se pone la playera, antes de continuar buscando un pantalón.

 

“Si eso hace que traigas tu nariz por aquí, no me quejo” contesta y ahí está, verdadera queja en su voz, una sutil reprimenda oculta bajo sus bromas, Tim se detiene y el silencio al otro lado se extiende, permanece quieto y en silencio unos momentos, antes de finalmente tomar asiento en el borde de su cama, finalmente Conner abandona la falsa despreocupación y torna su tono de voz suave y serio “¿Que pasa Tim?”

 

“Han sido unos meses ajetreados” contesta en un murmullo mientras se deja caer hacia atrás sobre las mantas, no es que no confíe en Conner, es en una de las personas en las que más confía, y es precisamente por esto que no puede contarle su distanciamiento con los Wayne, él había visto a través de Tim y sabe lo mucho que ellos significan para él, si Tim le contara lo que estaba haciendo, sólo lo preocupa innecesariamente “lo siento, yo…se me paso”

 

“¿Solo es eso?” pregunta su amigo, con el cuidado que siempre utiliza con el, como si temiera que un poco de presión haría que Tim corriera lejos y se escondiera de él, sonríe un poco, ignorando convenientemente su corazón acelerado y las mariposas en el estómago

 

“Solo eso” asegura, y se dice mentalmente que necesita comenzar a hablar y verlos con más frecuencia, antes de que se cansen de su mierda y los pierda.

 

“Contigo nunca es solo eso” se queja, pero suena mucho más relajado, menos inquieto, se quedan en un silencio momentáneo y reflexivo antes de que lo rompa con un susurro suave “me gustaría poder distinguir tu corazón desde aquí” Tim siente como su respiración se detiene un momento, procesando sus palabras, antes de murmurar en asentimiento, incitándolo a continuar “me pone ansioso escuchar tantos latidos y que ninguno sea tuyo”

 

“¿puedes escucharlo ahora? ¿mientras hablamos?” pregunta en voz baja a pesar de estar solo en su habitación, hay un silencio al otro lado del teléfono antes de que un suspiro llegue a sus oídos 

 

“puedo” dice en el mismo tono bajo y confidente,  se sonroja y traga pesado, repentinamente consciente de sus latidos acelerados “lo escucho”

 

“Kon-El” llama, controlando el temblor en su voz, se pasa la mano por el cabello mientras dice suavemente “puedes llamar cuando estés inquieto, cuando lo necesites”

 

“¿puedo?” repite sin tono, como si procesara sus palabras en voz alta, y su tono plano lo hace sonreír.

 

“Si te hace sentir mejor” asegura, Conner suspira al otro lado del teléfono “solo intenta no llamar cuando esté encerrado en un almacén, sangrando y con un loco con cuchillo”

 

“eres horrible” dice, una sonrisa en su voz, se aclara la garganta luego de un momento y contesta en un tono de voz más alto “si, bien” carraspea nuevamente y puede escuchar su vergüenza “gracias, eso sería ¡es! Perfecto” 

 

Hay algo simplemente maravilloso en hacer que una persona tan confiada y engreída como Superboy, se sienta lo suficientemente nerviosa como para balbucear, un alfa tan orgulloso que se vuelve simplemente adorable cuando se deja ser.

 

“Cuando las cosas se calmen pasaré a ver a Krypto” le sigue el juego, dejando de lado los tonos suevos y serios, mientras se endereza aun con una sonrisa en busca de un pantalón.

 

Conversan durante largo tiempo, hablan y hablan, no de algo en específico, ni de cosas serias, solo se ponen al día con cosas tontas, como la música que han estado escuchando o las travesuras de Krypto, por momentos se quedan en silencio, cada uno haciendo lo suyo antes de volver a retomar la conversación.

 

Finalmente, luego de horas, en las que Tim decidió poner el teléfono en altavoz y hacer su vida mientras su amigo hablaba, se despiden, la hora de patrulla de Tim más cerca de lo que había pensado.

 

“mantente a salvo” se despide Conner antes de cortar la llamada y Tim quiere volver a llamarlo y molestarlo hasta el cansancio, pero sabe que eso solo sería tentar a su suerte, se conforma con enviar un mensaje y distraerse de las mariposas en su estómago probando el distorsionador de voz que había incorporado en su máscara.

 

La noche es fría cuando sale a ella, está despejada, la luna clara sobre su cabeza, las estrellas brillando débilmente debido a la contaminación lumínica, apenas visibles, su mente vaga en dirección al hogar de los Ken, y en las veces en que fue arrastrado por Conner para ver el cielo enorme y estrellado desde el techo del granero, la primera vez que lo vio la repentina comprensión de su insignificante existencia lo llevó directamente a una crisis existencial de la que le costó horas salir.

 

Se mueve ausentemente mientras vigila vagabundos y prostitutas, las calles alejadas están tranquilas, y silenciosas, mientras que las principales permanecen en su bullicio habitual, detiene dos atracos inofensivos y deja pasar las horas, frunciendo el ceño con extrañeza, horas más tarde, un escalofrío sube por su columna.

 

“Estas lejos de tu zona” habla, el modulador transforma su voz a un sonido suave y bajo, todo lo contrario de la voz de Red Hood “ve a cazar pájaros a otro lado”

 

“Esa es una pésima recibida” habla el diablo mientras se acerca a Tim, su casco rojo brillante a la luz de la luna, Tim se fuerza a no moverse incómodo “no hay cariño para mi”

 

“¿Qué necesitas?” pregunta, en lugar de seguir su juego, se tensa mientras se vuelve a mirarlo por completo, puede que estuviera bien con la presencia de Jason cada cierto tiempo, pero eso solo era cuando no invaden su territorio sin consultar primero “¿Está todo bien?”

 

“Define bien” dice con su ya acostumbrada socarronería, Tim no reacciona, esperando que descubra por sí solo que no tiene ganas de lidiar con él, lo que parece funcionar si su resoplido irritado dice algo “eres un amargado de lo peor”

 

Más silencio 

 

“Aquí” dice mientras saca del interior de su chaqueta un archivo muy doblado, se lo tiende y Tim lo recibe con cuidado y aprehensión, pero cuando finalmente mira su contenido se congela, Hood habla mientras pasa las fotografías y los informes de autopsias “lleva sucediendo unas semanas”

 

“¿Que mierda tiene Gótica con los asesinos seriales ahora?” Gruñe para sí mismo, mientras las imágenes de tres familias de tres aparece frente a él, los dos adultos sentados juntos, en ambos casos, alejados del cuerpo del niño de no más de siete años “¿no pueden permanecer con los villanos teatrales?”

 

“Es la nueva moda” gruñe Jason mientras se cruza de brazos, el cuerpo de su chaqueta cruje y Tim recuerda a Ilay y espera que esté bien enterrado bajo las mantas de su cama y lejos de peligro “trae un mensaje”

 

“Claro que trae uno” murmura mientras lo busca, es una simple hoja blanca, con las palabras “libertad” impresas en ella “dos familias, tres integrantes, la figura paterna muere primero, la materna después, el niño al final”

 

“¿venganza?” sugiere Jason desde su lugar, incluso mientras lo dice suena escéptico y Tim sabe porque

 

“sabes que no, de haber sido así, habría matado al niño primero y los padres al final” revisa las fotografías de cada uno de los integrantes de las familias “y uno de ellos habría tenido más heridas de las que tienen, ¿algún contacto con grupos peligrosos?”

 

“Investigue, no hay nada” dice Jason su voz sería, casi frustrada, Tim piensa que si recurre a él, es porque definitivamente está sobrepasado “todos son civiles normales”

 

“¿hay más familia?” Pregunta Tim, mientras busca las fotografías individuales de cada una de las victimas y las repasa, blancos, negros, mulatos, rubios, castaños, pelo negro, heteros, bi, trans, homo, cicatrices, tatuajes, ni una sola  semejanza, mas que la edad del infante.

 

“nadie, son una familia sin conexiones, ni un puto primo lejano” contesta y puede escuchar la tensión en su voz, seguramente eso no ayuda con el caso.

 

“El denominador en común es el niño” dice y recibe un gruñido de asentimiento, su cabeza comienza a ensamblar “puede que solo sea un sádico, o puede que esté proyectando directamente, lo que es muy probable es que ese esquema familiar tenga algo que ver”

 

“Lo puedo deducir Sherlock” dice Jason mientras se acerca, Tim se tensa y contrario parece  notarlo porque se detiene, nadie lo menciona “necesito saber que es”

 

“No soy una bola de cristal, no tengo las respuestas” dice mientras cierra el archivo y se lo tiende de vuelta “dependiendo de su edad y su perfil podríamos encontrar respuestas, tal vez trauma de infancia o pérdida familiar. Si es padre de familia, puede haber perdido a su pareja y su hijo en un accidente o puede haber perdido la custodia y obtenido el divorcio, si no es así, tal vez me incline por el maltrato” frunce el ceño mientras piensa “el hombre muerto puede ser su visión de sí mismo o de su compañero, pero aún está la posibilidad de trauma infantil”

 

“Eso es demasiado amplio” se queja Hood mientras lo mira inquietamente quieto “todos están traumados en esta ciudad de mierda”

 

“Sí bueno, necesito fotografías de los cuerpos” contesta mordiendo su lengua para no repetir que no es una fuente de información inagotable “quizá una victimología aclare las aguas” 

 

“Entonces aceptas ayudarme” pregunta, desde todos esos centímetros de distancia puede oler el estreñimiento emocional 

 

“No quiero la vida de esas familias en mi conciencia” responde y se pregunta si él es tan difícil de leer como lo es Jason con ese casco puesto “asumo que peinaste las calles”

 

“Lo hice” contestó mientras apoya su mano en su cadera “nadie vio ni escuchó nada, es como si se los hubiera tragado la tierra y los hubiera escupido en esas sillas, sin vida”

 

“Alguien vio algo y no lo sabe o lo esconde” eso llama la atención de Jason, pero no protesta, posiblemente pensó exactamente lo mismo, tantos personas desaparecidas y nadie sabe nada, no es muy realista “pídele a Oracle que busque y necesito los archivos completos” 

 

Jason desaparece poco después y Tim termina la noche, se asegura de dar vueltas innecesarias y desaparecer en diferentes callejones, solo por si acaso, cuando llega a su departamento quiere dormir tres días seguidos.

 

Finalmente consigue el contrato, lo revisa tres veces antes de llamar a Ilay y pedirle que se reúnan, las cosas son rápidas luego de que el omega firma el papel, una vez con el permiso conseguido, se traslada sin mucho problema, el primer día llega con una camioneta celeste de estilo retro, sencilla pero bonita y bien cuidada.

 

“y yo que pensé que solo podías estar sobre dos ruedas” dice mientras se topa de frente con ella una de las mañanas en las que sale corriendo para alcanzar el autobús, Ilay le da una sonrisa misteriosa desde donde está acomodando sus herramientas, la cortina de metal apenas abierta

 

“cualquier cosa que tenga motor y ruedas, es para mí” asegura y Tim sale por la puerta con una sonrisa en los labios, esa tarde, cuando llega con unas ganas enormes de tirarse en su incómodo colchón y no despertar hasta el año siguiente, la música sale a todo volumen del taller que ahora tenía la cortina completamente arriba.

 

sonríe incluso antes de encontrar la imagen dentro del lugar, las notas clásicas de AC/DC llegan al estribillo y una voz desafinada lo acompaña, Ilay está doblado mientras revisa el interior de un auto blanco pequeño y destartalado.

 

parece tranquilo y alegre, Tim intenta oler cualquier descontento en el aire, pero solo puede encontrar el dulce aroma de las naranjas maduras, da un paso adelante y mira a su alrededor, hay más mesas, algunas vacías, otras llenas de diferentes tipos de herramientas, al costado del viejo sofá verde descubierto, ahora había un pequeño sillón individual color café que en alguna vida lejana fue de algún color rojo.

 

sobre una de las mesas vacías podía distinguir unas cajas de pizza, algunas vacías y otras a medio comer, no lo pensó dos veces y sin mucha duda robo un trozo.

 

“eres un ratero, cachorro” lo reprende Ilay a sus espaldas, la música había bajado y el hombre lo miraba con las manos en las caderas, llevaba un mono de trabajo y unas botas militares negras y gastadas, le divirtió ver sus diferentes vestuarios para trabajar, en las escasas ocasiones en las que asistía a reuniones, llevaba traje de tres piezas y unos zapatos tan lustrados que podía verse en ellos “¿te matan de hambre en esa escuela para niños ricos?”

 

“algo así” dice con la boca llena de comida, por lo que sonó más como “ ago aji” Ilay hace una mueca y murmura adolescentes mientras se acerca y de una pequeña nevera escondida bajo una mueble cerrado, saca una caja de jugo y se la tiende, Tim sonríe y vuelve a hablar con la boca llena de forma deliberada “gracias”

 

“hay algo que quiero hablar contigo” dice mientras Tim termina de tragar su bocado, había estado hambriento, pero se había saltado el almuerzo cuando uno de sus compañeros lo invitó a un partido de basquetbol casual, solo tenia bebidas energéticas en el cuerpo y ya estaba pasando la cuenta “es sobre esto”

 

Se inclina y de la mesa alejada cubierta de herramientas, levanta una revista de farándula, antes de que le entregue la revista abierta, y Tim se tensa, ya consciente de que va a encontrar. 

 

“¿qué hay con eso?” pregunta con fingida indiferencia, sintiendo como el ambiente entre ambos se tensa y vuelve denso, baja el trozo de pizza que aún sostiene mientras continua con voz firme “¿que tiene de importante?”

 

“El afamado príncipe de Gótica, habla de sus primogénitos”

 

Era un título, burdo, bastante pobre para una revista con su alcance, pero el problema es que es muy bien sabido que si en las portadas aparece el Bruce Wayne y la palabra hijos, todos van a leerla, Tim ignoro el post que apareció en redes sociales, tan pronto vio el hashtag 

 

“no” declara Ilay con tranquilidad luego de un momento de silencio en el que sus ojos examinaron los de Tim, se llena la boca de pizza con indiferencia “solo quería que supieras que lo se”

 

“¿con qué fin?” pregunta, desconcertado y escéptico, si hubiera sido él, lo habría dejado estar y ya , pero sabe que otras personas preguntan y preguntan sin descanso, desesperados por el chisme 

 

“para evitar futuros problemas” contesta con obviedad, preocupándose de mostrarle a Tim como come y traga antes de hablar “en las películas esta clase de detalles siempre llevan a discusiones sin sentido”

 

Tim se ve obligado a tomar un momento para procesar bien sus palabras y saber que no está escuchando mal.

 

“estás guiando tu vida en base a las películas” pregunta incrédulo y con una inevitable sonrisa en la orilla de su boca 

 

“soy un nómada, un viajero, sin un hogar fijo” responde con soltura mientras se aleja con el trozo de pizza en las manos “¿que parte de eso no es hollywoodense?”

 

Tararea Livin’on a prayer de Bon Jovi mientras se mueve a su ritmo y Tim no puede contener la sonrisa incrédula que nace del alivio que siente ante su nulo cambio de personalidad, aunque bien podría ser por culpa de su poco conocimiento sobre las personas en Gótica.

 

“eres el cliché de un viejo” molesta mientras se afirma con soltura contra la mesa tras el y le da un sorbo a su jugo en caja, toma otra rebanada y se la lleva a la boca mientras lo ve voltearse con una mano en su pecho y un gesto de ofendido en su rostro, sus ojos verdes brillantes, Tim aclara “hablo enserio ¿Bon Jovi?”

 

“retira eso, mocoso sin cultura” le gruñe desde donde está recogiendo una de las herramientas para volver a hundir la cabeza en el motor “estos niños de hoy”

 

“¿cómo estuvo el día?” pregunta cuando ya han pasado tres canciones increíblemente clichés que se niega rotundamente a aceptar tarareo sin problema, acompañado del omega y pidió más pizza.

 

“mi primer trabajo” comenta mientras se acerca limpiando sus manos en un paño más sucio que limpio y se apoya contra la mesa en la que Tim había terminado sentado, levanta una botella de bebida y bebe el poco que aún tenía dentro “una chica joven, creo que es su primer auto”

 

“¿cuántos tiene, cuarenta?” pregunta con sorna, que fue devuelta con una sonrisa débil que tan pronto como apareció se esfumó

 

“no tiene más de veintitrés, me olió lo más sutil que pudo antes de dejar el auto” Tim frunce el ceño confundido, mientras el rostro de Ilay permanece serio, debe notar su confusión hace una mueca de dolor antes de explicar “es sabido que muchos omegas eligen otros omegas para revisar sus autos, evitan que les apeste la máquina o les ponga rastreador o cámaras”

 

“oh” es todo lo que puede decir, el sabe que esas cosas son extremadamente comunes, las ha visto en investigaciones, al final de la pagina, en las causas que llevaron a un secuestro o un asesinato, por algún motivo no pensó demasiado en ello, hasta que cayo en cuenta de las precauciones que deben tomar por ello.

 

Jamás necesito que un mecánico o un eléctrico revisará sus vehículos, su padre no le permitía acercarse a más de tres metros de los suyos y con los Wayne, era un trabajo en casa, aprendió a revisar sus vehículos sin la supervisión de un profesional, nunca recibió demasiados recordatorios de ser precavido, lo más cercano que tuvo fue su ama de llaves que le pedía que se cuidara cada vez que se iba por las tardes, las advertencias que recibió solo vinieron de parte de las películas que veía o las noticias que encontraba de vez en cuando, pero Robin absorbió tanto de él, que muchas veces olvida que hay mas peligro que payasos locos y acertijos asesinos

 

Intento hacer memoria de quien fue la persona que le explico que si necesitaba ayuda, tiene que gritar fuego, quien le enseñó a memorizar la matrícula de cada auto al que se sube de ser necesario, o rasguñar a su atacante en caso de renunciar a la esperanza de permanecer vivo, para arrancarle ADN con las uñas, está seguro de que no fue Bruce en su entrenamiento como Robin, ni su ama de llaves, ni Alfred, pero no logra entender quién fue, solo sabe que es lo que debe hacer, no como niño, ni como hombre, ni siquiera como Robin, es lo que todo omega sabe que debe hacer.

 

“¿Qué problema tiene?” pregunta de forma distraída, Ilay sale de su propia mente y lo mira con una seriedad afligida antes de relajar su mirada y revolver suavemente el cabello

 

“es un problema con el sistema eléctrico, pero creo que es solo un fusible” contesta mientras mira el pequeño y destartalado auto blanco “lo revisare y arreglar unas cuantas cosas mas, el motor hace un sonido extraño”

 

“no vas a cobrar el extra ¿verdad?” pregunta ya con una sonrisa en los labios, Ilay sonríe pero no contesta y vuelve al trabajo, Tim reflexiona distraídamente que es por personas como Ilay que no pierde la esperanza en las personas.

 

En algún momento entre el pedido y la llegada de más comida, sube y se cambia de ropa, y vuelve a bajar, inquieto con dejar al hombre solo con la cortina de metal abierta, aun si sabe que es perfectamente capaz de lidiar con los problemas por sí mismo, roba una de las cajas nuevas y se instala en el sillón rojo, se hunde en él, sorprendido por su suavidad, abre su computadora y revisa quejas de recursos humanos y el departamento de ventas, el sol baja cada vez más mientras come esporádicamente una rebanada de pizza, se asegura de aparentar indiferencia cuando cada cierto tiempo una cabeza curiosa se asoma por la entrada a preguntar algo que Ilay contesta siempre con una sonrisa en los labios.

 

“vas a quedar ciego” lo reprenden más tarde, mientras toma la caja vacía y la reemplaza por una sopa instantánea “la tarea puede esperar, estoy seguro de que no has comido nada a demás de pizza”

 

“en mi defensa, mi cuerpo no pide nada” contesta mientras deposita su computadora en la pequeña mesa de café gastada frente a él, cierra sesión y mira a Ilay sentado en el viejo sillón verde, tiene su propia porción “y esto no es mejor”

 

“eres peor de lo que pensé” comenta y le tiende otra caja de jugo, recién nota la oscuridad a su alrededor, la cortina de metal abajo y el espacio oscuro luego de terminar, en algún momento la noche había caído del todo “vas a morir de inanición” 

 

“sabes” comenta mientras bebe un sorbo antes de llenar su boca y por milésima vez recibir una mueca de asco cuando habla sin tragar “realmente no tengo nueve años, no necesito que me alimenten”

 

“podrías haberme engañado” gruñe mientras le tira una caja de jugo vacía a la cabeza, Tim se ríe mientras la esquiva y traga los fideos que había estado masticando.

 

Intenta recordar la última vez que compartió una comida con alguien mientras simplemente pasaban el rato, las cosas se habían puesto un poco complicadas durante un tiempo, perdió amigos y mentores, no había estado de ánimo y luego la distancia que parecía haber entre el resto del mundo y él lo hicieron aislarse, cree que la última vez que se rio y conversar con alguien de verdad mientras comía, comida asquerosamente grasienta o poco saludable fue con Kon y Bart. Su corazón dolió un poco por sus amigos.

 

“si no tienes nueve ¿Cuántos años tienes?” pregunta Ilay sacándolo de su mente, el hombre devuelve el teléfono al reposabrazos mientras lo mira con atención y se mete un pedazo de queso sobresaliente a la boca 

 

“dieciséis” contesta y lo ve abrir los ojos con sospecha que son devueltos con unos ojos en blanco de Tim “eres la única persona que está tan convencida de que tengo menos de catorce años”

 

“el resto son idiotas” responde Ilay sin cuidado mientras se encoje de hombres, puede que mintiera un poco, Jason también sugirió algo en algún momento, cree que fue mientras le quebraba los huesos, pero no está muy seguro.

 

La rutina crece a partir de ahí, Tim se encuentra cada vez más tiempo en el sillón rojo mientras Ilay arregla sus autos, en ocasiones la música resuena por todos lados mientras el trabaja, se encarga de la tarea o simplemente existe mientras lo ve moverse de lado a lado.

 

Si nota la forma en que sigue a cada uno de sus clientes y se asegura de recordar todos y cada uno de sus nombres, no lo menciona, así como Tim no menciona como Ilay se eriza cada vez que alguien mira demasiado en dirección a Tim, hasta el punto en que ha comprometido su impresionante cordialidad unas cuantas veces. 

 

Desde ese día, las tardes se ven exactamente iguales, Tim pide comida, lo que sea que quieran a esa hora, y comen juntos durante tiempos esporádicos, para cuando Ilay se va a su casa, la noche ha caído y Tim prepara su equipo para salir de patrulla, teniendo especial cuidado en no ser golpeado con demasiada fuerza, para evitar las miradas inquisitivas de Ilay.

 

Las que sí cambian son sus mañanas, medio mes luego de que Ilay comience a trabajar en el taller, Tim sale apresuradamente por la puerta y tropieza con sus pies por la escalera, lleva una barra de cereal en la mano, barra que sabe que no comerá, pero que lo hace sentir menos culpable por saltar nuevamente el desayuno.

 

“vas tarde” dice Ilay, como si los pasos apresurados de Tim no bastaran para saberlo, lo ignora mientras se arregla la corbata suelta alrededor de su cuello, y la mochila colgando de su hombro descuidadamente, gruñe cuando la corbata se resbala de sus dedos, Ilay lo mira intentando ocultar su sonrisa divertida mientras se acerca a él “Dios, cachorro, ven aquí”

 

Tim obedece sin pensar mientras acomoda su mochila correctamente y da unos pasos más cerca, preparándose mentalmente para la lucha del transporte público y deseando dejar de lado sus precauciones y actuación de estúpido y conducir un maldito auto a la escuela.

 

Ilay arregla su corbata, su camisa, que aparentemente estaba mal abotonada y acomoda su cabello que aún permanecía húmedo por la ducha apresurada que se había dado, intentando quitar la sangre que había permanecido en su cuero cabelludo. 

 

“siempre vas tarde” comenta mientras se aleja un paso y asiente conforme con su trabajo, Tim levanta su celular y suspira pesadamente mientras renuncia a cualquier carrera, aceptando su inevitable retraso

 

“no es cierto” dice con un puchero y el ceño fruncido mientras evita su mirada “he llegado unas cuantas veces con tiempo”

 

“llevo aquí más de un mes” contesta Ilay sin verse afectado por su malhumor mientras se aleja de Tim y camina hasta donde está su bomber, la toma y saca las llaves de su bolsillo mientras se acerca nuevamente “y siempre vas tarde”

 

“¿qué haces?” pregunta mientras es arrastrado al exterior del taller, ve a Ilay poner llave a la entrada y asegurar bien el candado de la cortina de metal que siempre está cerrada hasta después de las diez de la mañana, a pesar de que llega a las ocho en punto todos los días.

 

“arrastró a un cachorro desaliñado a su clase de la mañana” contestó con soltura mientras camina hasta su camioneta “tus profesores van a pensar que no hay adultos responsables en tu vida”

 

Tim lo mira desde la acera, la briza helada congelando su cabello húmedo, por algún motivo, subir a esa camioneta se siente mucho más grande que comer pizza y reir solo por sus conversaciones, no recuerda la última vez que alguien lo llevó a sus clases, recuerda a Dick yendo por él en las tardes algunas veces cada ciertas semanas, pero siempre fue solo a todos lados, clases de piano y violín, materia aplicada, escuelas de verano, trabajo. 

 

“no tienes porque hacer esto” se encuentra diciendo, no tienes porque estar ahí, no tienes porqué hacerme sentir bien, no tienes porqué importar, no tengo porque importarte su apuro estaba olvidado, la encrucijada en su cabeza lo reemplaza, una gota de agua cae de su cabello y le recorre la espalda, un escalofrío le eriza la piel, los ojos de Ilay son suaves mientras lo mira desde su lugar en la puerta del conductor 

 

“lo sé” contesta con simpleza, con toda esa simpleza que carga y lo vuelve tan gentil, tan amable, tan desinteresado, Tim se pregunta qué hace acaparando a un hombre como Ilay, un hombre con una sonrisa brillante y abierta, que lleva el corazón en la manga y se lo extiende sin dudar, de entre todas las personas que pudo conocer y encontrar, se lo extiende a él y Tim sabe, que si sube a esa camioneta no lo dejara ir, se volverá un perro con un hueso y se negará a soltarlo, Tim está demasiado roto, demasiado necesitado de amor como para perder un faro de calidez como Ilay, Tim se arrastrará entre sus costillas y permanecerá envuelto en su corazón, dispuesto a protegerlo hasta el final, tiene que decir que no, tiene que detener las cosas, mantenerse lejos, se acercó demasiado, muy rápido, algo va a salir mal, tiene que mantener su distancia “sube, cachorrito”

 

Pero lo quiere tanto, lo desea con tanta fuerza, la forma en que lo mira, la pura ternura en sus ojos y su voz, es solo un niño para Ilay, es solo un joven, solitario y perdido, no es un heredero, no es un reemplazo, no es la sombra de alguien, no es un héroe, un vigilante, un niño problema o un genio, solo es Tim, un poco incómodo, demasiado impertinente, con un humor oscuro e inadecuado, desordenado y amante de las bebidas energéticas.

 

Es Tim, huérfano, rechazado y poco comunicativo, dependiente y pegajoso, y tan, tan necesitado.

 

Mira la puerta del copiloto como quien mira la horca o la última cura del cáncer, anhela entrar y sólo ceder, pero el miedo corroe sus huesos y su mente, el recuerdo de los gritos de sus padres, las palabras mordaces de Bruce, los golpes de Jason, el odio de Demian y la traición de Dick.

 

Quiere entrar, quiere entrar con tantas ganas, pero no puede, no puede, no puede, no lo hará.

 

“está helado, cachorrito” la voz de Ilay lo sobresalta, voltea a verlo, ahora se encuentra a su lado, sus ojos aun suaves pero preocupados lo miran mientras lentamente le quita la mochila y deja caer su chaqueta sobre sus hombros, es cálida y huele como jugo de naranja fresco, Ilay lo ayuda a pasar los brazos y la cierra en el frente, el calor lo envuelve y se siente tan frágil mientras nota la forma en que cae por su cuerpo “sube, Tim”

 

y Tim obedece, se sienta en el copiloto y pone el cinturón en su lugar, abraza su mochila mientras Ilay pone la calefacción, el viaje es tranquilo, solo hablan para poner la dirección en el GPS el resto del camino la música llena el silencio.

 

“no, quédatela” dice Ilay mientras Tim intenta quitarse la chaqueta cuando baja de la camioneta, más temprano de lo que había llegado en meses.

 

“estas loco” protesta Tim jalando el zipper y mirándolo con el ceño fruncido “está helado como la mierda”

 

“da igual, no la ocupo en el taller” responde Ilay en su tono de voz definitivo que solo utilizaba de vez en cuando, Tim frunce el ceño pero no sabe qué más decir, es cierto que no lo ocupa en el taller, se pregunta cuánto costará cerrar la zona de los sillones y poner aire acondicionado para que Ilay tome sus descansos, pero eso impediría que Tim vigilará a los clientes de Ilay “llévala, cachorrito” insiste esta vez más suave y Tim sabe que no protestará más, Ilay sonríe como ganador cuando detiene su movimiento y lo alcanza para revolver su cabello, mucho más seco “nos vemos esta tarde”

 

“nos vemos” dice con lo que se niega a aceptar es un puchero, cierra la puerta y mira por la ventanilla abierta “gracias”

 

sus vidas se vuelven una rutina entremezclada, Tim es llevado todas las mañanas por Ilay, y cuida de su chaqueta hasta que llega por la tarde, cuando saludo y le roba comida, sube a su habitación, se cambia de ropa y baja con el trabajo del día, y espera a Ilay para comer cuando el sol se pone, con el tiempo, pequeñas cosas se agregan, hacen una lista de música que mezcle sus gustos y Tim le pide a Ilay que le mande un mensaje cuando llegue a su casa todas las noches, arman un menú de comida para pedir, pero los miércoles es día de pizza y los viernes tienen que probar algo que jamás hayan comido, lo que es especialmente difícil, porque ambos han consumido bastantes comidas de otros países y lugares.

 

Todo es tranquilo y normal, Tim está inevitablemente hundiéndose en la calidez del hombre y su omega cada vez da más señales de vida cuando de Ilay se trata, es tranquilo, cálido y divertido, lo hace sentir completo.

 

Hasta que una mañana, Ilay se presenta al trabajo, oliendo ligeramente diferente y su vida vuelve a cambiar.

 

Notes:

Estaba pensando en dejar un capitulo desde la perspectiva de Ilay, pero no se que les parece, creo que seria útil pero no estoy segura, comenten que les gustaría

tengo la necesidad de entregarle a cada personaje que me gusta, una figura materna, a algunas las mato y a otras no, pero siempre tienen una figura materna jaja

me mata siempre pensar en lo mucho que Tim debió sufrir creciendo practicante solo y si soy sincera, no se que hacer con Bruce en este fic >:C

ah, y quería exponer que no tenia ni puta idea de como coño se escribía George, ahí me tienes buscando la forma correcta de escribirlo, lol

Chapter 3: Ay, Mierda

Summary:

Tim sale de una y entra en otra

Notes:

lamento la demora, justo me pillaron en medio de las fiestas patrias en mi país, y eso significa fiesta de una semana, en este momento estoy escribiendo esta nota con mas alcohol en la sangre de lo que debería.

si soy sincera, estaba considerando dividir este capitulo en dos partes, pero finalmente decidí dejarlo en uno.

(See the end of the chapter for more notes.)

Chapter Text

Tim debió simplemente mandar a Jason a la mierda, y seguir con su patrulla normal, sin incidentes de mayor grado, pero se convenció de que necesitaba detalles del caso y la situación con los murciélagos, por lo que le permitió intervenir en su rutina sin demasiadas quejas. La idea era simple, compartían su información y sus teorías, Tim le entregaba los detalles de su investigación y Jason los avances en conjunto en la baticueva, una vez todo dicho, irían cada uno por su lado.

 

No tiene ni la más mínima idea de cómo terminó involucrado en una emboscada, una pelea de territorios, en la que aparentemente la cabeza de Hood era el premio mayor, lo que sí sabe, es que Jason se las pagaría.

 

No es que le moleste tener que maquillar los moretones del cuerpo, o la forma en que sus costillas están a un movimiento brusco de romperse y perforar uno de sus pulmones, tampoco le molesta falsificar su presencia en clases por los días que le tome recuperar un poco de su compostura, aun si se niega a faltar más de uno, es una rutina bien aprendida y que acepta como parte de ser quien es.

 

Lo único que le molesta, es la mirada de Ilay, de pie en su puerta.

 

“no fue nada” comienza, horrorizado con su estupidez al olvidar a la única persona que no comprendería porque tenía la cara como un membrillo colegial. Suena como un comienzo de mierda, pero considerando que le duele cada parte del cuerpo y su conmoción cerebral aún no está del todo curada, es un comienzo relativamente decente “no es tan malo como parece”

 

Aún hiere su orgullo no haber pensado en incorporar amortiguadores que impidieran que su propia máscara le rompiera la nariz y lo hiciera verse en la obligación de quitársela y recibir golpes que se suponía no debía recibir.

 

“No tienes idea los niveles de “malo” que acabas de superar” responde el hombre de forma tensa, su rostro prácticamente inexpresivo, congelado, al igual que el resto de su cuerpo que parecía haber detenido incluso su respiración, era un contraste muy marcado con la personalidad ligera y relajada de siempre y a Tim le da una idea exacta de lo muy mal que se debe de ver “¿te gustaría intentarlo otra vez? Esta vez prueba con la verdad”

 

Tim se encoge nerviosamente, había algo en Ilay que jamás hubo en otro adulto, sus padres lo hacían temblar y estremecerse, lo hacían sentir de los nervios solo con una mirada, la señora Mannigan, que por años lo había mirado con lástima y afecto, había sido su fuente de anhelo y soledad, siempre deseando que un día se lo llevara a vivir con ella, Alfred, era una fuerza a tener en cuenta, amable, educado y gentil, pero tan peligroso como el mismísimo Batman, Tim sentía un profundo respeto y admiración por el hombre, aun si en ocasiones le parecía tristemente distante, Bruce, por ultimo, le había causado más emociones que ningún otro, desde la absoluta admiración, al inofensivo resentimiento nacido de su indiferencia, con Bruce había querido tanto y había recibido tan poco que no se vea capaz de ser objetivo, de lo que sí se veía capaz, era de reconocer la forma en que, la furia y la decepción de Bruce jamás lo hicieron tan temeroso como la simple molestia y preocupación de Ilay. 

 

Cree que mucho de ello tiene que ver con ellos, poco importaba si se lastimaba o sufría, poco importaba si no era más que adecuado, no querían o no podían hacer nada por él. 

 

Cree que en el fondo, desde donde nació su decisión de alejarse de los Wayne, y desde donde se permitió dejar entrar a alguien más. Al ver a Ilay ve su última oportunidad, la última oportunidad de tener a alguien que no se desentienda de él con un simple asentimiento, de comprobar si el problema no es el resto, si el problemas es el, si está dañado, deficiente, roto.

 

Comprende, mientras su cuerpo de queja de dolor, mucho más sensible que minutos antes solo por el aroma a preocupación que desprende el omega frente a él, que el único motivo por el que abrió la puerta fue porque a un nivel inconsciente sabía que era Ilay, y esperaba que él lo viera y a diferencia del resto de personas que lo rodean, no asumiría que estaba bien, que sea lo que sea que sucedió, podía manejarlo y soportarlo, no, Ilay se preocuparía y lo rondaría como una gallina vigilando a sus pollitos.

 

No espero otras respuestas ante su aroma ácido a preocupación, no pensó en la forma en que se sentía repentinamente quejumbroso y suave, dispuesto a disculparse con palabras apresuradas y como su omega se queja en su interior, pequeño, lastimero y sensible, sólo para ser perdonado.

 

“yo…” comenzó, la mentira saltó en su lengua como respuesta automática, pero antes de que lograra continuar, su instinto que había estado tan callado, decidió hacer acto de presencia, se detiene, inseguro, no podía decir la verdad, no podía mentir, tenía miedo de que alguna palabra incorrecta terminara con esa estrecha relación que estaban forjando y que lo hacía sentir como en las nubes, pero también temía por sí mismo bajo esos intensos ojos, los segundo pasaban y se extendían hasta alcanzar los minutos y Tim finalmente bajo presión, escogió lo que considero un camino menos espinoso “¿Sucedió algo? ¿En que te puedo ayudar?”

 

Es un golpe enorme a su ego ser clasificado como el mejor detective después de Batman, un genio en cualquier círculo social que lo reconozca, pero es incapaz de inventar un mejor camino para salir de un problema bastante mundano.

 

No es necesario decir que Ilay lo miró con una incredulidad tal que por un momento se sintió preocupado por su salud, pero solo bastaron unos segundos para recuperarse, tensándose mientras su mirada se llenaba de diversos sentimientos.

 

Espero ansioso las palabras abrasivas, mientras veía la incredulidad pasar a preocupación, que muto a inseguridad para finalmente observar la forma en que cierra sus ojos mientras toma aire profundamente y relaja todas sus extremidades a medida que lo suelta, cuando sus ojos verdes volvieron a estar a la vista, era significativamente menos intenso, más tranquilo, aún podía oler su preocupación y aún podía verla, pero ya no sentía que estaba a segundos de un desastre inminente.

 

“estabas tardando en bajar, pero ya que ahora entiendo porqué…” señala los moretones con un movimiento de cabeza mientras se recuesta contra el marco de la puerta “ahora me gustaría saber porqué parece que estrellaste tu cara contra la puerta”

 

Sus palabras son suaves y calmadas, una postura amigable que él mismo ha pasado horas aprendiendo, una postura destinada a personas asustadas y temerosas, personas poco interesadas en interacciones bruscas, muchas veces víctimas.

 

A pesar de su negativa a ser percibido como tal, Tim no puede evitar agradecer desde muy a fondo, su falta de brusquedad y furia y dejar en su lugar, la suavidad con la que comúnmente lo trata.

 

“no,  yo…faltare hoy” dice con la voz baja, por algún motivo su corazón está pesado y la vergüenza aun no desaparece, no quiere ver a Ilay a los ojos asique no lo mira “no me siento bien”

 

“por supuesto que faltaras hoy” contesta con más fuerza en su voz, más animada y mucho menos molesta, hay dulzura mientras instintivamente extiende su aroma que rodea a Tim en un intento de consolarlo, Tim lo ve extender la mano y le permite tomar el mentón sin discutir, sus ojos se encuentran, mientras Ilay mira cuidadosamente cada uno de sus hematomas “y si la forma en que te encorvas significa costillas rotas, también lo harás mañana”

 

Se resiste instintivamente ante el control que el omega ejerce en sus palabras, pero retiene su lengua en el momento en que nota que más que una orden es una sugerencia preocupada e intensa.

 

“bien” su ligero disgusto se esfuma en cuanto la sonrisa complacida de Ilay se extiende por su rostro ante su obediencia, eleva su mano y le revuelve el cabello, un poco de sangre seca se le pega a la mano y Tim se congela mientras ve como la expresión alegre del mayor vuelve a tensarse “¡no es mía! bueno si es mía ¡pero no de ahora! No pude lavarme bien, ¡No es que no sepa! no puedo alcanzar bien mi cabeza, mis costillas ¡están bien! solo punza un poco”

 

Sus balbuceos se van apagando a medida que se hunde más profundamente en un hoyo del que difícilmente podrá salir, mientras Ilay se queda en su lugar aun congelado, se siente repentinamente agradecido y molesto con haber pasado tantos años sin la necesidad de mentirle a alguien con respecto a sus heridas, agradecido, porque no sabía lo difícil que era mantener un secreto de una persona que te mira con esa preocupación y vulnerabilidad en los ojos, y molesto porque no le habría venido mal un poco de práctica. Finalmente Ilay vuelve a respirar profundamente antes de exhalar.

 

“ve adentro” dice, su voz suave y aunque Tim aun está preocupado por su reacción, da un paso atrás mientras lo ve quitarse los zapatos en la entrada, como Tim se había acostumbrado a hacer con el tiempo, se queda parado torpemente en su lugar, cede finalmente al dolor y la incomodidad y sube su mano para sostener sus costado, donde su costilla dolorida punza sin descanso, Ilay da un paso en el interior y lo mira con la cabeza inclinada “¿no te molesta mojar esa ropa?”

 

Mira su ropa, la polera de Conner aún sobre su cuerpo y sus pantalones cortos gastados, había lavado ropa hace unos días atrás, tenía pijamas limpios así que negó lentamente, sintiéndose torpe y confundido y permaneció en su lugar, aun sin saber bien qué hacer.

 

“cachorro” llama Ilay, frunciendo el ceño, pero sonriendo levemente, sus ojos cálidos y preocupados mientras se acerca con cuidado, le toma el mentón y lo alza, Tim se lo permite sin discutir, su sonrisa desaparece un momento mientras mira sus ojos, posiblemente sus pupilas, lo suelta con cuidado y lo mira con seriedad, aun sin abandonar su suavidad anterior “¿estas mareado o confundido? tus pupilas son pequeñas, puede que tengas una conmoción leve ¿tienes dolor de cabeza o te molesta la luz?”

 

“no estoy mareado” contesta, recordando los chequeos de Alfred y Bruce durante o después de una patrulla “pero me siento un poco confundido, tengo sueño y no lo había notado pero tienes razón, las luces brillan demasiado y me están causando dolor de cabeza”

 

Ilay aprieta los labios pero asiente, le deja una suave caricia en el rostro antes de caminar hacia sus ventanas y cerrar las cortinas, el alivio que siente es instantáneo, y le roba un suspiro, Ilay vuelve a su lado.

 

“conmoción cerebral leve” declara y Tim gruñe en asentimiento, la doctora Thompkins lo había mirado severamente la noche anterior por su descuido “guíame al baño, cachorro”

 

Lo lleva sin protestar, al instante Ilay cierra la tapa del inodoro y lo sienta sobre ella, mientras busca una toalla en el interior del mueble donde Tim las guarda.

 

“voy a preparar el agua” dice con suavidad, hablando deliberadamente bajo, Tim asiente y él pregunta “¿puedes ir a buscar ropa?”

 

“sabes” dice con petulancia mientras le sonríe “no estoy invalido”

 

Ilay parece más aliviado por su respuesta cuando sale del baño camino a su cuarto, toma los primeros pantalones que encuentra y con esfuerzo se quita la polera de Conner para usar otra para el baño, mientras sale de su habitación, piensa distraídamente en lo bueno que fue no dejar el traje de Red Robin tirado por todo el suelo del lugar.

 

Ilay es suave con el, toma la ropa de sus manos y la aleja de la ducha, guía a Tim con cuidado al interior y deja que el agua tibia le caiga sobre el cuerpo, sus manos son suaves cuando limpian la sangre de su cráneo y su cabello, lo escucha suspirar de vez en cuando, en los momentos en que el agua se tiñe de rosa y se tensa, lo arrulla cuando sisea de dolor, increíblemente gentil y suave, pero no intenta entablar una conversación.

 

cuando termina, Ilay seca su cabello con suavidad antes de ayudarlo a salir sin importar lo mucho que Tim intentó evitarlo, lo sienta en el retrete y se aleja unos momentos para mirar a su alrededor

 

“no creo ni por un segundo que no tengas un botiquín” dice, aunque no se mueve para buscarlo, en su lugar espera que Tim le guíe, quien intenta recordar qué cosas poco normales y muy sospechosas tiene en dicho botiquín.

 

“¿qué pasa si te digo que es la primera vez que sucede esto?” dice mientras inclina la barbilla con desafío, Ilay se sonríe y niega con la cabeza

 

“te diría que eres un mentiroso y me digas si tienes vendas en tu botiquín” 

 

“si tengo” finalmente acepta mientras apunta al estante inferior al costado del lavamanos, Ilay se mueve y lo busca, Tim agradece su silencio ante su muy surtida variedad de analgésicos, agujas, paños antisépticos y solo se limita a buscar las vendas 

 

Decide que es infinitamente más fácil que otra persona te ayude con unas vendas que necesitan estar ajustadas, a hacerlo solo con las costillas fisuradas.

 

“¿te pusiste hielo?” pregunta Ilay mientras ajusta nuevamente las vendas, dándole tiempo a Tim entre pausas para respirar, asiente como respuesta recordando la compresa fría que se había puesto la noche anterior, solo había tenido ánimo y salud para un baño a medio realizar y una compresa fría antes de desmayarse agotado.

 

Ilay no pregunta nada más hasta que Tim está recostado en su sillón, a petición suya, la chaqueta de Ilay sobre sus hombros y el hombre en la cocina bufando y alegando por la mala alimentación de Tim, mientras prepara huevos revueltos.

 

“¿qué sucedió?” dice cuando lo único que se escucha es el aceite caliente y la cuchara de palo contra la sartén, su voz es tranquila, sin juicio, es casi plana, no le gusta como suena, guarda silencio y este se extiende a cada momento “cuando te deje aquí ayer, no había nada en tu cara” aclara aún con la voz plana, pero esta se pierde cuando en el momento siguiente algo muy similar a la angustia se le escapa “dime, por favor, dime, que no volviste a salir de anoche”

 

Es lógico que sea su primer pensamiento, y agradece su coartada del niño imprudente, porque al menos eso no lo mete en dirección a los vigilantes de Gótica. vuelve a permanecer en silencio, y eso parece ser suficiente respuesta para el omega, que desprende un olor ácido, una mezcla de molestia y preocupación que hace que el corazón de Tim se encoja.

 

No vuelven a hablar, Tim aun se siente nervioso y profundamente avergonzado, su instinto no dice nada y está perdido en una situación en la que no quiere estar, maldice nuevamente a Jason mientras juega con la comida que reposaba en su regazo y se lamenta por no disfrutar de la paz que siempre le traía estar cerca de Ilay, se consuela con su aroma, que a medida que Tim se alimenta, parece volverse más dulce.

 

“aunque me gustaría” comienza Ilay cuando su plato está vacío, sus ojos se encuentran y hay verdadero conflicto en su mirada “no puedo hacer mas que aconsejarte” dice con pesar, Tim sabe que si de él dependiera, Tim jamás volvería a salir de noche, o jamás y ya, la idea no le molesta como debería, puede oler su angustia en el aire y ser el causante, le hace aplacar cualquier ira que pudiera surgir, la idea de Ilay angustiado es desconocidamente incomoda “así que solo te lo pido, Timothy, se cuidadoso”

 

Su nombre completo pesa profundamente en su boca, dicho con seriedad, con preocupación, cargado de sentimientos de angustia, no hay desprecio, no hay hastío, no hay molestia, solo aprehensión, sabe que la próxima vez que esté de frente a un arma, sus palabras estarán rondando por su cabeza y aunque se siente conflictuado, asiente, incapaz de dar otra respuesta, desesperado por traer calma.

 

“seré más cuidadoso” murmura con timidez, sin saber porque se siente incapaz de poner fuerza a sus palabras, Ilay que siempre parece saber la razón de todo le sonríe con dulzura, como si Tim estuviera haciendo lo mas tierno del mundo

 

Se pone en pie y se acerca, la distancia que había puesto desaparece en cuanto se sienta a su lado y con sumo cuidado le rodea los hombros con el brazo, contrario a lo acostumbrado, no se tensa ni se incomoda, se funde contra su cálido costado y cierra los ojos con alivio, un contacto suave que no sabía que necesitaba.

 

Tim se queda en el sillón, trabajando en diversas cosas o descansando la vista a momentos, mientras Ilay se divide entre visitarlo cada ciertas horas y bajar a atender el taller, cuando las visitas ansiosas se hacen más frecuentes, y el mismo Tim se encuentra nervioso al tener al omega fuera de su vista, baja con cuidado las escaleras y se instala en el sillón café de siempre.

 

Ilay le trae una manta y comida, abandonando la tensión que había estado cargando en sus hombros, lo vigila cada cierto tiempo, hablan por momentos pero mayormente la música llena el espacio, Tim en ocasiones se encuentra a sí mismo dormitando antes de frotarse los ojos y permanecer despierto hasta volverse a dormir.

 

Esa tarde Ilay parece reticente a dejar a Tim solo, lo deja en su sofá y lo mira desde la puerta con duda, pero con la promesa de llamarlo en caso de cualquier cosa, toma su camioneta y se va, dejando deliberadamente su chaqueta, la que Tim ocupa para abrigarse durante el resto de la noche.

 

Se olvida de la patrulla de esa noche, la idea de empeorar su salud con su situación es prácticamente estar buscando razones para morir, en su lugar trabaja en el caso de Jason y de paso en alguno de los suyos, intentando encontrar algún rastro del asesino, había estado en silencio desde las últimas víctimas, Jason había asegurado que era su forma de funcionar, nada por unos meses, y de la nada, una familia asesinada.

 

El sonido de la puerta lo saca de su sueño, en algún momento sus ojos se habían cerrado y se había quedado dormido en su sofá, gruñe mientras se endereza, las vendas incomodando mientras se pone de pie, molestamente apretadas.

 

Ilay lo saluda, con unas bolsas de papel en la mano, y vasos en la otra, Tim sonríe como tonto mientras lo invita a pasar, ignorando la forma en que su corazón se siente tierno por el gesto, Ilay lleva una chaqueta diferente, esta es de tela, no de cuero, pero sigue el mismo estilo, ignoran flagrantemente la forma en que Tim lleva la de cuero y como esta cubierta de un suave aroma mentolado, se mueven a la barra de la cocina, y se reparten la comida.

 

Sonríe cuando nota que lejos de ser café, el contenido de los vasos era leche de chocolate, no dice nada, pero Ilay capta el momento en que lo nota y no se mide al momento de dedicarle una sonrisa socarrona, hablan de las heridas de Tim y de su conmoción cerebral antes de terminar hablando del lugar en donde vive Ilay.

 

“es un lugar decente y llevo una buena relación con el dueño” parece un poco engreído al respecto, como si hubiera más de un significado en sus palabras, pero Tim lo deja pasar, mientras se llena la boca de pan “pero es un lugar para estadía máximo de tres meses”

 

“esos lugares no son seguros” frunce el ceño, son sitios especiales para ambulantes, personas que pueden desaparecer y pocos se preocupan “puedo ver lugares libres en la zona si quieres”

 

“no, está bien, no te preocupes” le quita importancia con un gesto de mano “los cachorros tienen que preocuparse de otras cosas, yo buscaré un lugar”

 

“yo puedo saber mejor si es un lugar seguro, conozco esta ciudad a la perfección” lo mira con intensidad y puede ver como Ilay está por negarse, presiona un poco mas “por favor”

 

“mira, puedo ver lugares y luego enseñártelos” suelta un suspiro resignado y Tim resiste una sonrisa triunfal “pero no te involucras más, eres un niño y no tienes porque buscar un lugar para que yo viva, no eres mi secretaria”

 

Es comprensible como Ilay parece tan reacio e incómodo ante la idea de utilizar niños para sus objetivos, Tim inevitablemente piensa en escenarios en donde fue forzado a ello, a hacer trabajos para los que no estaba preparado o en los que no quería participar, o se sintió impotente al presenciarlo y no poder detenerlo, Ilay era una persona confusa en muchas ocasiones, era tranquilo y respetuoso, pero cualquier pequeña cosa que no le gustara podía volverlo de acero, era agradable y liberal, pero se aseguraba de marcar su territorio cada que podía. A esas alturas, no creía que existiera ni un solo cliente de su taller que no supiera que la zona de los sillones estaba estrictamente prohibida para ellos, aun más si Tim estaba allí.

 

El día anterior se repite, Tim se encuentra disfrutando de que Ilay sea una mamá gallina, cree que es adorable la forma en que lo mira cuando cree que no lo ve, o como le acomoda las mantas y los cojines en cualquier ocasión, aun si en ocasiones lo irrita o le hace poner los ojos en blanco, para el final del día, está mirando de cerca como Ilay se mueve alrededor de un motor, sintiéndose mejor de lo que pudo esperar.

 

Esa tarde, desarrollan una nueva costumbre, Ilay toma la chaqueta de cuero en un momento en que Tim se la quita para revisar sus vendas y ajustarlas y la reemplaza por la de tela, Tim no se queja, por el contrario, finge que no lo nota mientras se pone la chaqueta de tela impregnada en aroma a naranjas frescas. A partir de entonces, Ilay le deja sus chaquetas todas las tardes, y se lleva las que tienen el ligero aroma mentolado de Tim, quien se duerme arrullado por su cálido cuidado.

 

Después de eso, es más cuidadoso, evita los golpes innecesarios y se asegura de verificar el estado de su traje con más frecuencia, en ocasiones aparece con moretones o heridas leves, Tim las excusa y las disfraza, y aunque sabe que Ilay no le cree, agradece que el hombre no insista en ellas, más allá de darle cremas o abastecerse de vez en cuando con parches pequeños para rasguños.

 

No es hasta la siguiente ocasión, que Ilay vuelve a mirarlo con hielo en los ojos, cuando Tim no puede culpar a nadie más que a sí mismo pese a que no fue su intención, fue un accidente, la bala perdida encontró el lugar exacto que su armadura no protege del todo, no espera que los puntos se abran mientras se baja de la camioneta de Ilay, mucho menos que esté lo distinga al instante.

 

No fue necesario intercambiar palabras, Tim solo vio el pánico y el horror en los ojos de Ilay y supo que no podía entrar al edificio sin estar todo el día preocupado.

 

Vuelve a subir al auto, y espera a que Ilay se componga lo suficiente para arrancar el motor, toma un tiempo que Ilay hable, Tiempo en el que Tim deja la bomber sobre sus piernas y sujeta su brazo con cuidado.

 

“¿pensabas decirme?” No, no pensaba decirle, Tim jamás le podía decir la cantidad de veces en que es envenenado, apaleado o que ha escapado por los pelos de la muerte, no sería capaz de compartir su falta de timo y sus muy grandes posibilidades de contraer enfermedades por cada pequeña herida.

 

Ya está en problemas, por lo que difícilmente quiere seguir hundiéndose aún más, y es consciente de que cualquier cosa que diga lo meterá aún más profundo en un agujero, permanece en silencio, con la cabeza gacha e intentando que Ilay vea que no intenta ser irreverente.

 

Desde algún lado, de forma ausente y distante, piensa en como siempre intento permanecer con la frente en alto ante Bruce y cómo incluso cuando aceptaba sus errores se aseguraba de no parecer débil, como apretaba los labios cuando Alfred lo curaba, evitando soltar cualquier sonido e incluso como se esforzaba por permanecer estoico ante la doctora Thomkins.

 

Su camisa se torna de un rojo más profundo a cada segundo y siente como la sangre corre de la herida, Ilay lo mira con intensidad, pero no dice nada, muerde su labio mientras mira hacia afuera y es solo cuando un letrero llama su atención que habla. 

 

“sin hospitales” se apresura a pedir, alarma en su voz, Ilay aprieta los labios hasta que son una línea firme y tensa, no da indicios de escuchar y continua en la misma dirección “por favor” vuelve a pedir, esta vez con un tono más suplicante y mientras paran en luz roja, Ilay voltea verlo, buscando algo en su rostro, desde tras ellos los autos tocan sus bocinas de forma agresiva e impaciente, pero no se mueven, los ojos verdes viajan a la herida sangrante y suelta un gruñido de frustración mientras arranca y a pesar de su claro rechazo ante la idea, cambia de carril y vuelve al camino acostumbrado.

 

Tim deja escapar un suspiro mientras se recuesta sobre el asiento y piensa en la cantidad de análisis que deberá pedir más tarde a la doctora Thomkins, antes de siquiera pensar en volver al campo.

 

Ilay acelera con el paso del tiempo, desprendiendo un aire de impaciencia, su rostro aun serio se tensa a la par de sus hombros, mucho más tensos con cada segundo, su mirada se desliza cada cierto tiempo al brazo de Tim, antes de apretar sus manos sobre el volante, hasta que sus nudillos se tornaron blancos por la fuerza.

 

Tim, por su parte, sujeta su brazo e intenta alejar la sangre de los asientos mientras mantiene su paranoia bajo control, las muchas y variadas infecciones que puede contraer pasan por su cabeza con el pasar de los minutos y deja de intentar alejarlas de su cabeza y en su lugar se asegura de recordar la solución para cada una de ellas.

 

Finalmente llegan y bajan con paso apresurado, aun no intercambian ni miradas ni palabras, pero en una decisión silenciosa, ambos suben al piso de Tim, Ilay abre el camino hacia el baño, se encuentran con el botiquín sobre la tapa del inodoro, lo levanta y lo deja sobre el tanque y sienta a Tim en el, antes de comenzar a revisar la caja, mas vacía que la última vez que la utilizó, de ella consigue lo necesario y se vuelve, se pone guantes antes de extender la mano, pidiendo en silencio que le muestre su brazo.

 

Limpia y desinfecta la herida con sumo cuidado, siendo igual de suave que la última vez, las pocas ocasiones en que Tim siseo fue contestado con pequeños arrullos y caricias, aun si el aroma a naranjas era agrio a su alrededor. Es cuando debe coser la herida, que Ilay duda con los objetos en sus manos.

 

“puedo hacerlo” susurra, intentando brindarle ayuda, o algo de consuelo, solo basta una mirada para saber que no se le permitía tratarse solo y se queda en silencio mientras lo ve tomar aire y continuar con ojos concentrados, es igual de suave y cuidadoso, o lo que más puede mientras atraviesa su piel con una aguja, es cuando la costura está completa que el silencio comienza a ponerlo intranquilo y se fuerza a hablar “no pude evitarlo” comienza, una excusa débil y falta de convicción, pero lo único que es capaz de decir “tuve cuidado, pero era una niña pequeña, y ese imbécil estaba…”

 

Se apaga con las últimas palabras, la impotencia de verse obligado a guardar secretos y ser malinterpretado se instala en su pecho mientras Ilay envuelve su brazo en vendas ajustadas. Cuando termina, se quita los guantes y los tira en el tacho de la basura, se detiene un instante mientras distingue las gasas con sangre que Tim había utilizado el día anterior, sigue adelante como si no las hubiera visto mientras ordena el botiquín y lo devuelve a su lugar en el estante.

 

Tim se pregunta, angustiado e intranquilo si lo llevó a su límite, si sus engaños, mentiras y su poca disposición a decir la verdad le pasaron la cuenta como con su padre, la idea le retuerce el estómago.

 

Ilay que aparentemente terminó de ordenar tanto los objetos como sus pensamientos, deja escapar un profundo suspiro, antes de apoyar su espalda contra la pared, las manos caídas a sus lados, en la apariencia más derrotada que Tim le ha visto hasta el momento.

 

“no quiero mentiras” su voz es suave y cansada, una profunda preocupación en sus ojos mientras lo analiza por completo, recorriendo a Tim como si buscara más heridas “asique si no es la verdad, no quiero escucharlo”

 

Tim lo mira fijamente, procesando sus palabras y las consecuencias de ser quien es, muerde su labio, su pecho duele y su corazón se aprieta como si le hubieran aplastado el esternón.

 

Ilay es el hombre más decente que ha conocido en mucho tiempo, una persona amable, gentil y cariñosa, que sabe con certeza no es ningún tipo de mentiroso, lleva una vida honesta y es muy poco probable que cambie.

 

Ilay le brindó apoyo, seguridad, sonrisas y alegría, fue más gentil con Tim en unos cuantos meses, de lo que sus padres habían sido en toda su vida, también lo cuidaba y lo hacía sentir mucho más querido que ellos, o que cualquier otra persona.

 

En contraste, Tim es un mentiroso, un impertinente, es egoísta y dependiente, ha pensado en asesinar hasta el punto en que poco le faltó para hacerlo, ha luchado sucio más de una vez, miente y engaña, y comete una infinidad de crímenes diarios.

 

Está solo y triste y por un sentimiento mezquino ha intentado mantener a Ilay a su lado pese a saber el peligro en que lo pone día con día.

 

No hay nada de Tim que sea merecedor del cariño y el afecto que Ilay está dispuesto a dar y el conocimiento de esto, amenaza con arrancar su corazón.

 

Se imagina despertando todos los días sabiendo que ya no era lo mismo, que la cuidadosa, armoniosa y espléndida rutina que habían construido, se había deteriorado a nada, que Ilay se había ido, que había tomado su motocicleta y su camioneta y se había marchado a otra ciudad, a otro lugar, lejos de Gótica, lejos de Tim.

 

Y que había sido su culpa, y que posiblemente, aún si duele, aun si ardía, era lo mejor.

 

Su omega se queja con fuerza en su interior, su gruñido lo desconcierta y el dolor de su quejido le arrebata un poco de su férreo control, su aroma se escapa, el olor del eucalipto se desprende con la angustia volviéndolo oscuro y terroso, son solo unos segundos antes de que la obligue a volver, reducida a cero en un instante, pero Ilay con su aguda nariz y su preocupación, ya lo había distinguido, alarmado, aleja la espalda de la pared, se acerca con ojos suaves y preocupados, alcanzándolo sin dudar, tomando su rostro con dulzura.

 

“Ey, no, no así” se apresura a decir, apoyando una rodilla en el suelo, mira a Tim con infinita paciencia y comprensión, volviéndolo blando y lloroso, mientras lo envuelve en su intenso aroma a Naranjas, oleada tras oleada de su frutal esencia, el aroma suave que lentamente se vuelve floral, lleno de cariño y consuelo, acaricia sus mejillas con sus pulgares mientras continúa con suavidad “no así, cachorrito”

 

El apodo quiebra algo en Tim, la calidez que siempre le provoca lo deja suave, y triste, y se vuelve en su contra, y sin poder evitarlo, unas cuantas lágrimas llenas de vergüenza caen por sus mejillas, Ilay las recoge con el pulgar, aún infinitamente cariñoso, en respuesta, el omega de Tim suelta un poco de su aroma y a diferencia de otras veces, lo permite, tímido e inseguro, pero ansioso por entregar reciprocidad, y consuelo.

 

“Estaba ayudando” murmura en un susurro húmedo, agachando la cabeza pero sin alejarse de las manos gentiles que lo sostienen, incapaz de permitirse la pérdida de contacto, de sus ojos aun caen lágrimas y no intenta detenerlas aun si su rostro se sonroja de vergüenza y miles de recuerdo poco agradables llegan a su mente, voces que le enseñan lo indigno de derramar lágrimas “lo prometo, fui cuidadoso”

 

“te creo, cachorrito” dice y aunque lo intenta, no encuentra mentiras en sus palabras, alzó la mirada por debajo de sus húmedas pestañas para encontrar los ojos verdes brillando preocupados y tiernos y el omega repite con una suave sonrisa nerviosa “te creo”

 

Tim rara vez es tratado como un verdadero cachorro, por no decir nunca, la gentileza cálida, amable y suave no es para él, siempre lo creyó innecesario, y secretamente la observó con condescendencia, creyéndose mejor y más fuerte por jamás necesitarla, pero ahora que esos suaves ojos lo miran y esas gentiles manos lo acarician no hace nada más que desear permanecer de esta forma por más tiempo, quiere ser consolado y cuidado un poco más, aún si siente la profunda vergüenza teñir sus mejillas y los fantasmas juzgarlo sin parar.

 

Al final, solo son eso, fantasmas.

 

Ilay lo calma un tiempo más, a pesar de que seguramente sus rodillas dolían, no hace ademán de ponerse en pie y permanece frente a Tim hasta que esté finalmente, preocupado por el contrario se aparta y lo ayuda a levantarse.

 

“No estoy tan viejo, niño” se queja con humor mientras hace una mueca disimulada ante la forma en que sus rodillas crujen, Tim sonríe un poco e Ilay se ilumina “no me mires así mocoso, ya quisieras estar tan bien a mi edad”

 

“Esas cosas solo las dicen los viejos” su voz aun es rasposa y extraña por su nariz congestionada, Ilay le da un pequeño golpe en el brazo y luego salen del baño “cambia tu ropa”

 

Se aleja por el pasillo, mientras Tim va en busca de su pijama, se pone la chaqueta de Ilay sobre la polera azul gastada y sale en busca del hombre, lo encuentra mirando un álbum que había estado ordenando por diversión desde hace unas cuantas noches.

 

Este está lleno de fotografías aptas para todo público, algunas están tomadas desde alturas considerables y ángulos complicados, otras son simples panorámicas que captan la crudeza de su ciudad.

 

Era una idea al aire, había visto los rollos y las cajas de fotos y pensó en el álbum de fotos que Bruce había escondido en su oficina.

 

Recordó la forma en que lo arrastró fuera de la silla de su oficina, aun herido y sangrando, medio inconsciente por el cansancio, la falta de sueño y la pérdida de sangre.

 

El álbum había caído al suelo y cuando había vuelto, habiendo dejado a Bruce en las manos siempre eficientes de Alfred, no pudo evitar husmear, las fotos borrosas y felices de Bruce junto a sus padres lo recibió, miro todas y cada una de las fotografías, desde las de Bruce siendo un niño pequeño, hasta las de Jason con el ceño fruncido, fascinado por la variedad y la calidez de todas ellas.

 

Se sonroja mientras se acerca, Ilay mira el álbum con abierto interés, aunque no lo sostiene, se conforma con mira desde dónde está abierto, y Tim sabe sin ver, qué foto está observando.

 

“Tengo una copia” dice tímidamente, mientras se acerca, Ilay se vuelve a mirarlo, le sonríe de una forma en que deja al descubierto sus dientes, ligeramente chuecos “puedo entregártela si quieres”

 

“Seria bueno tener una en el taller” dice de forma ausente mientras sus ojos permanecen en Tim, comprobando su estado de pies a cabeza, se remueve ansioso en su lugar, el silencio se alarga  y finalmente Ilay suspira “no puedo hacer esto así, tenemos que hablar”

 

Tim asiente con pesar, retrocede y se deja caer sobre su sillón predilecto, Ilay lo imita y toma su lugar en el pequeño al costado.

 

“¿Qué sucede?” Es su primera pregunta y el rostro de Tim se tuerce en una mueca complicada, Ilay medio sonríe antes de insistir “sin mentiras, Tim”

 

“No puedo decírtelo” contesta, las palabras de Ilay incrustadas en su cabeza, presentes incluso cuando el mal entendido se había aclarado, no quiere mentir “no puedo”

 

“Está bien” acepta el mayor, con una pausa y un gesto que decía que no estaba tan bien, pero acepta la decisión de Tim y eso es lo que importa “pero quiero hacer unas cuantas preguntas”

 

“Me reservo el derecho a permanecer en silencio” bromea,  e Ilay se relaja un poco, antes de asentir de acuerdo. 

 

“¿Es peligroso?” Es su primera pregunta y Tim cree que sería mucho mejor si le preguntara cuantas veces estuvo a punto de morir, no dice nada durante unos segundos y luego suspira 

 

“Algo” contesta, porque es verdad, solo en ocasiones las cosas se ponen serias, generalmente todo es tranquilo y sus patrullas van de frustrar atracos y agresiones a guiar a personas a lugares seguros “depende del día”

 

“Muy bien” dice para nada tranquilo con su respuesta, pero aun así visiblemente intentándolo “¿has visto un hospital?”

 

Y esa era una pregunta difícil, Tim ha estado pocas veces en el hospital, la mayor parte del tiempo reposa en cama luego de ser atendido por la doctora Thomkins.

 

“Hay…alguien, que ayuda” responde con lentitud, midiendo sus palabras, inseguro de qué decir o qué tanto decir “alguien capaz”

 

“¿Quien?” Pregunta al instante y Tim cierra sus labios de golpe, Ilay lo nota y asiente aceptando su silencio aun si parecía frustrado y preocupado “¿Estás en problemas?”

 

“No” no más de lo normal piensa al instante y se pregunta si las mentiras piadosas o por omisión cuentan como mentiras

 

“Bien, eso es bueno” aun parece inseguro, pero Tim se conforma con la forma en que parece relajarse ante la información, luego alza el rostro nuevamente con profunda seriedad, como si una idea desagradable hubiera cruzado por su cabeza “esto es sumamente importante Tim, quiero que seas honesto”

 

“Lo intentaré” se pregunta si tendría que mentir después de todo, mientras mueve su pierna ansiosamente

 

“Tim, tu…” se muerde el labio y su nerviosismo se refleja en Tim que se remueve incómodo en su lugar, la pausa se vuelve eterna hasta que finalmente con un último suspiro, suelta “¿Tim, vendes droga?”

 

Hay un momento en el que Tim está seguro de que el mundo a su alrededor se congeló, hay un gran silencio en su entorno, mientras Ilay lo mira con intensidad, no sabe qué decir, congelado y en blanco.

 

“Porque, si es así” se apresura Ilay malinterpretando el silencio de Tim, mientras habla con delicadeza y cuidado, pero rigidez “necesito que te detengas, o que lo reduzcas, es peligroso, en esta ciudad hay mucha demanda de trabajo…” se pregunta cómo sabe de eso “...eres joven e inteligente y tienes futuro por delante…” ¿Es eso lo que piensan las personas siempre que conectan unos cuantos hilos? “...es demasiado arriesgado Timothy y yo-”

 

“¡No vendo droga!” Finalmente responde cuando sus neuronas vuelven a funcionar, hay un horror claro en su voz que ni siquiera sabía que podía usar con respecto al tema, pero es hasta ofensivo que alguien sugiera que el, que fue Robin y que aún es un justiciero, habiendo tenido que soportar drogas de todos los tipos, estaría dispuesto a venderla “no es lo mío”

 

Recuerda con aterradora claridad cada una de las drogas que ha tenido en su sistema, se ha intoxicado con sustancias que ni siquiera clasifican como droga, no es capaz de lidiar con la idea de dejar de trabajar unos minutos en favor de sentirse perdido, sudoroso y fuera de su cuerpo.

 

Ilay lo mira unos largos momentos, su intensidad acostumbra mientras lo mira con el ceño fruncido, como si buscara la verdad en sus ojos, finalmente sonríe, primero de forma lenta y dubitativa y luego complacido.

 

“Eso es bueno” dice cabeceando distraído, un sonrojo se extiende y cubre sus pómulos, suave y casi imperceptible, retuerce sus manos aparentemente incómodo antes de mirar a Tim “di no a las drogas”

 

Se le escapa una carcajada, porque no cree que pueda retenerla más tiempo, Ilay el aparente adulto en el lugar, contesta lanzándole un cojín a la cara, aunque con una sonrisa en los labios, Tim se ríe un poco más, el rostro y las palabras de Ilay en bucle en su cabeza, hasta que finalmente el dolor en su estómago lo obliga a parar.

 

“¿acabaste?” dice con fingida molestia que le arranca una risa herida, aun intentando reír pese al dolor que le causa.

 

“de todas las cosas graves que pudieron existir” dice suspirando y dejándose caer sobre el respaldo del sofá “las drogas son tu límite”

 

“las drogas son un tema muy serio jovencito” declara con severidad, pero aun avergonzado.

 

“pude haber sido un asesino en ciernes” se burla, sin poder detenerse el alivio que lo hace sentir inesperadamente relajado “y tu elijes preguntar por drogas”

 

“¿eres un asesino en ciernes?” su mirada es tranquila y nada seria mientras lo pregunta, niega con la cabeza en respuesta y él se encoge de hombros con el mismo aspecto calmado “exacto”

 

“podría ser una asesino” declara ofendido, mirando al omega desde su lugar en el sofá “soy capaz de ser viciosos y malvado”

 

“¡Ja!” exclama con humor mientras lo vuelve a ver, Tim puede ver la ternura bajo la burla y no sabe si ofenderse un poco más o simplemente dejarlo estar “lo que el cachorro diga”

 

Terminan en el taller, Ilay revisa el consumo de aceite en una de las camionetas más destartaladas que Tim había visto, pero que Ilay miraba como si de un tesoro nacional se tratara. A diferencia de otros días, Tim permaneció pegado al costado de Ilay, alejándose solo unos cuantos metros de ser necesario, pero permaneciendo cerca, Ilay que sin duda lo notaba, no cuestiono ni se quejo de su actuar, en su lugar, incentivo la cercanía con un contacto físico frecuente.

 

Cuando la tarde está comenzando a entrar y el cielo se está volviendo cada vez más dorado, Tim finalmente se encuentra capaz de mantener una distancia respetable sin un pinchazo de angustia atormentando su pecho, Ilay aún lo busca con la mirada cuando cree que no está viendo, aun lo vigila con atención, e inconscientemente gravita en su dirección cuando están cerca, pero también parece más tranquilo que esa mañana.

 

Con la noche cayendo y el frío comenzando a subir, Ilay intentó entregar su propia chaqueta para impedirle pasar frío, Tim rechazo esto al instante, alegando que iría en busca de la que Ilay había dejado los días pasados, mientras la toma del brazo del sillón donde la había dejado esa mañana, Tim recupera su teléfono y mientras camina hacia la salida, contesta unos cuantos mensajes de Kon y Bart, profundamente indignados por su falta de contacto.

 

Esta guardándolo en el bolsillo de su pantalón cuando, mientras realiza un movimiento amplio con el brazo, un olor llama su atención, mira a su alrededor confundido, puede escuchar a Ilay abajo, tarareando una canción, por lo que no tiene sentido que su aroma este tan persistente a su alrededor, la chaqueta en sus brazos hace tiempo que dejó de oler profundamente al omega, por lo que difícilmente pueda ser la fuente.

 

Observa el interior de su hogar, con una idea formándose en su mente y olfatea, su sala y la cocina, el pasillo e incluso su habitación, el olor de las naranjas está impregnado en todas partes, su casa, que comúnmente carece de cualquier aroma, está impregnado por las naranjas, frescas, agrias, dulces.

 

Recoge el cuello de su polera y la acerca a su nariz, antes de aspirar, el aroma estalla en sus sentidos, claro y fuerte, más Naranjas, pero diferente, esta vez, Tim acerca su brazo a su nariz y vuelve a olfatear, un poco picante, ácido pero dulce, Naranjas frescas e intensas, sutilmente amenazante, el aroma suave y pasivo agresivo que se impregnan con posesividad o protección, el aroma a pertenencia que tantas veces distinguió en otros.

 

Recuerda todo el contacto físico en el que había estado floreciendo las últimas semanas, las caricias de las que lo habían colmado y con las que estaba agradecido, incluso las de esta mañana, recuerda perfectamente cómo el alivio lo recorrió al ver que, lejos de volverse hielo frío y glacial con la ira, Ilay había escogido demostrara su preocupación y su ternura, entregando su consuelo silenciosos, siempre una mano en su hombro, en su cabeza, revolviendo su cabello, abrazándolo de costado, y dedicando sonrisas y elogios orgullosos por respuestas correctas a preguntas que soltaba al azar.

 

Aparta lentamente su rostro, congelado en su lugar, mirando sin ver mientras racionaliza en su cabeza, la esperanza pica en el fondo, la confusión y el desconcierto la aplastan, sabe, lógicamente que perfumar a una persona, que es lo único que se le ocurre que paso para terminar oliendo como un campo de naranjas en pleno verano, es un íntimo reclamó, un indicativo de pertenencia, y no debe de hacerse sin consentimiento. 

 

A no ser que sea entre un cachorro y su madre.

 

Tim no dice nada cuando llega abajo, no comenta al respecto en lo absoluto y es cuando Ilay lo vuelve a rodear con su brazo en un gesto agradable, que Tim, finalmente decide que hacer al respecto.

 

Sutilmente y poco acostumbrado, deja escapar su aroma solo en los momentos en que se tocan, solo para corresponder, solo porque su cabeza está nadando en miel y quiere que sea así por mucho tiempo más y si no están hablando de ello, bien puede enviar señales y ya.

 

Si Ilay nota algo, no lo dice, lo único que obtiene de él, es una mirada de desconcierto que rápidamente es reemplazada por una sonrisa complacida y satisfecha,  seguida por más contacto físico, llegando incluso a despidiéndose con un abrazo y una caricia, antes de alejarse hasta su camioneta.

 

Está profundamente complacido con el avance de la situación, con la forma en que se están dando las cosas y como la simple presencia de Ilay lo alivia.

 

Es por esto que cuando se ve en la obligación de retirar el aroma todas las noches en que tiene patrulla, el fastidio crece en su interior como pocas cosas, cada vez que sale del baño con el aroma a nada y se mete en el traje que no huele a Ilay, la profunda ansiedad lo acosa. 

 

Es una suerte que a Ilay esto solo lo impulse a cubrirlo más con su aroma, Tim, queriendo corresponder, lo imita y lo cubre con el suyo propio, hasta el punto en que ya no se sabe quien es quien cuando solo se guían por sus narices, debido a esto, ahora el hogar de Tim huele realmente como su hogar, cubierto por el olor del eucalipto y las naranjas, que Ilay pega en cada parte de sus muebles.

 

Pese a lo mucho que este proceso le molesta, Tim se asegura de mantenerse libre de olores sin falta, porque pude que estar unas cuantas horas sin aroma sea molesto y doloroso, pero cargar con la culpa de ponerle una diana en la espalda a Ilay es algo que no tiene pensado hacer en lo más mínimo, pero es precisamente por un pequeño desliz, que Tim llega a una respuesta que no esperaba.

 

Ilay había estado actuando de forma extraña desde hace unas semanas, llegaba al trabajo con el olor a enfermedad recién desapareciendo, gruñendo respuestas tranquilizadoras que no servían de nada cuando a la mañana siguiente volvía aún con el aroma y el rostro pálido.

 

Los dolores de cabeza no paraban, siempre estaba frunciendo el ceño y alejándose de la luz directa, tomaba analgésicos para el dolor cada día y aun así siempre volvían, se pasaba la mano por el pecho sin descanso como si le doliera y luego escapaba al baño tantas veces como fuera posible.

 

Ya lo tenía de los nervios cuando las cosas empeoraron mucho más, los cambios de humor de Ilay estaban llevándolo a la locura, su aroma a aflicción le hacía doler el pecho, pero antes de poder encontrar solución, ya no era tristeza o dolor, era ira o alegría.

 

“no es día de Pizza” dice Tim mientras se sienta en el sillón con una sonrisa tranquila, frente a Ilay, que sostiene el teléfono y lo mira con el ceño fruncido “no rompas las reglas”

 

“es solo una costumbre estúpida” comenta en un gruñido mientras prepara el numero de la pizza en el teléfono “quiero pizza”

 

“no es estúpido” ataca Tim, menos divertido, confundido y herido por las palabras, para Tim significaba mucho tener esas rutinas y poder disfrutarlas “es una costumbre y acordamos seguir con ella”

 

“¿desde cuándo eres tan obediente?” pregunta con la voz llena de un hastío que sorprende a Tim, quien inseguro se remueve en su puesto, ya no tan dispuesto a mantener la conversación.

 

“siempre soy obediente” contesta, intentando llevar las cosas tranquilas, aun si la ansiedad se desprende y le aprieta el pecho.

 

“y una mierda” 

 

Es un comentario gruñón, algo que pudo haber sido muy Ilay de no ser por la forma en que fue dicha, llena de una molestia e irritación que se le hacía profundamente familiar, permaneció en silencio, repentinamente transportado a la sala de la mansión Drake, con sus padres intentando deshacerse de él para poder retomar sus conversaciones o respectivos trabajos.

 

Ilay, parece notar su silencio, levanta la mirada, oscura, irritada y venenosa y lo mira de forma distraída, no sabe qué es lo que encuentra, o que hay en sus ojos, pero lo que sea que fuere, hace desaparecer la arruga en su frente, y la mirada molesta, reemplazado por el creciente horror y la angustia que tiñen los matices de su aroma a naranjas.

 

“Cachorrito…” le tiembla la voz y no alcanza terminar las palabras antes de que sus ojos verdes se llenen de lágrimas, Tim se levanta al instante, cualquier molestia esfumándose y siendo reemplazada por la preocupación persistente de los últimos días, rodea la pequeña mesa que los separa, y se inca frente al omega, con sumo cuidado y lentitud intenta alcanzar su rostro mientras el omega sigue dejando caer lágrimas tras lágrimas “lo siento, Tim, no se porque dije eso”

 

“esta bien” tranquiliza de forma apresurada, más interesado en detener el llanto que en recibir unas disculpas, por muy aliviado que lo dejen, intenta mantener el pánico en su cuerpo, encerrado, sin escapatoria y lejos de su aroma, que desprende en un intento de entregar calma y consuelo “todos tenemos malos días”

 

“no importa” discute, fuego en sus ojos, mientras alcanza el rostro de Tim, frustración en su voz llorosa, cuando enfatiza “no está bien”

 

Tim no recuerda un momento en el que se sintiera más perdido que aquel, sin saber en lo absoluto como ayudar y que carajo estaba pasando, se desliza en asentimientos y acepta disculpas y llantos, intentando mantener la calma, agradece que luego de unas cuantas autocríticas más, Ilay recuperar la calma y finalmente pudieran volver en sí, como es un hombre responsable, se disculpa con Tim, insistiendo en que no debería comportarse de formas tan desconsideradas frente a un niño y que Tim no tenía porque estar encargándose de su mierda.

 

Tim no está de acuerdo, él no quiere que Ilay llore solo, que sufra solo, es cierto que verlo llorar lo aflige, pero lo aflige aún más saber que Ilay puede llorar y no acudir a él en busca de ayuda o consuelo.

 

Está sumido en sus pensamientos cuando Jason lo llama.

 

“¿que?” dice sin siquiera saludar, como ya es costumbre

 

“problemas en tu zona que involucran ratas de mi territorio” hay seriedad en su voz, Jason tampoco está teniendo un buen día.

 

Se apresura a llegar, ya queriendo volver a su casa y fundirse entre las suaves mantas mientras ve una película estúpida en su sillón, se apiñan juntos en un espacio reducido, a vigilar a un grupo bastante grande de hombres que trasladan bolsas de mercancía de un almacén a unas camionetas blindadas que gritan traficante de drogas.

 

“¿qué es ese aroma?” pregunta Jason tiempo después, luego de haberse quitado el casco de la cabeza para poder según el, vigilar mas cómodamente al idiota que vendía información a unos metros de distancia “viene de…” huele el aire mientras lo busca como un perro, antes de inclinarse mas cerca de Tim y alejarse con brusquedad “¡de ti!”

 

“¿ese no es tu aliado?” lo ignora sin siquiera detenerse a escuchar su diatriba, abajo, el topo de Hood y su supuesto aliado se dan la mano con júbilo mientras se sonríen, Jason solo demora un momento en volver a los temas serios y mirar con sus propios ojos la escena frente a él.

 

“era” dice en un gruñido enojado mientras sin esperar nada, con el casco nuevamente en su lugar, salta directo al ataque, Tim suspiró hastiado mientras ve como los golpes y los disparos comienzan al instante en que ven el casco rojo.

 

Incapaz de dejarlo solo, aunque ciertamente muy tentado, lo siegue de cerca y comienza a golpear personas al azar, mientras trabaja en su terapia física y alivia el estrés que los últimos días lo han estado volviendo tenso, se asegura de no perder de vista a Jason, para evitar que opere un asesinato en su territorio. 

 

“si le disparas en la cabeza a alguien, te lo juro” le grita entre un golpe y otro “no vuelves a pisar mi territorio”

 

“los pajaritos tiene que esperar en los cables” contesta al instante, viéndose como si notara por primera vez la presencia de Tim en la pelea, hay un tono histérico en su voz que no termina de entender, pero que fácilmente ignora mientras esté enfatiza ofensivamente “lejos del peligro”

 

“y una mierda” contesta más ofuscado de lo que se esperaba “es mi maldita zona, ve a la tuya a dar órdenes”

 

Gruñe furiosos, pero no vuelve a decir nada más y Tim suspira mientras se encarga de sus propias peleas.

 

Cuando todo acaba, dos traidores amarrados y muchos matones inconscientes, Tim se encuentra a una palabra de mandar a la mierda a Jason.

 

“¿¡se puede saber qué fue eso!?” durante toda la pelea, tan pronto Jason lo alcanzaba, le quitaba al sujeto al que estaba golpeando de las manos, estaba en medio de un enfrentamiento básico de tres contra uno y Jason lo empujaba fuera, estaba en mitad de una charla divertida y sarcástica y nuevamente Jason arruinaba su diversión. Era la primer vez en meses que tenía una pelea interesante y que no lo dejara apaleado y el imbécil le estaba haciendo el momento imposible “porque hasta donde sé, yo jamás intervengo en tus peleas de mierda”

 

“no es el lugar para hablar de esto” dice con firmeza haciendo un gesto a los sujetos amarrados y conscientes, que los miran con ojos abiertos y demasiado curiosos para la paciencia de Tim, su actitud autoritaria y osca, le recuerda a Batman y mientras el rojo arde en su mirada se pregunta qué tan complacido estaría el contrario ante este detalle “es indiscreto hablarlo con ellos-”

 

Una palanca de acero descansaba holgadamente en una de las manos de Jason, estaba cubierta por manchas de sangre que goteaba hasta el piso formando una pequeña  creciente posa, Tim se la arrebata sin cuidado y con un movimiento rápido y veloz, deja a los dos sujetos inconscientes.

 

“bien, ahora no escuchan” dice mientras deja caer la barra al suelo con un ruido estruendoso bajo la atenta mirada de Jason “explícate”

 

Hay un momento de silencio pesado y cargado, en el que Hood mira atentamente a Tim, antes de soltar un suspiro pesado y cansado, como si Tim estuviera siendo particularmente difícil, finalmente se quita el casco y comienza a hablar.

 

“hagamos la mirada simple, reemplazo” Tim se siente indignado ante la molestia en su voz, como si el mismo no reaccionaria de la pero forma si alguien siquiera se atreviera a pensar en intervenir en sus peleas, de insinuar que es algo menos que capaz “estás siendo extremadamente irresponsable”

 

“¿irresponsable?” se toma un momento para digerir sus palabras, una risa cruda e incrédula y para nada divertida nace de su garganta, mientras la incredulidad lo recorre “¿yo estoy siendo irresponsable?”

 

“se que acostumbras a actuar de forma imprudente, se que Bruce jamás te controlo como lo hizo conmigo o con Dickface o incluso como lo hace con el pequeño demonio” apoya una mano en su cadera mientras hace gestos vagos con la otra “pero no porque el viejo no fuera capaz de ponerte límites, tienes que arriesgar la seguridad de seres vivos por tu imprudencia”

 

Tim en este momento, mientras ve a Jason moverse, hablar y miraron con una incomodidad corporal, lo único que pude pensar es ¿Qué mierda?

 

“¿de qué mierda me estas hablando?” se había tomado un momento para intentar encontrarle el sentido a sus palabras, pero no había nada que delatar una respuesta, la ira sube por su garganta mientras la indignación le sigue de cerca “no creo que tenga que recordarte que el que tiene armas cagadas eres tu, no yo, el único que pone en riesgo la seguridad de un ser vivo eres tu” 

 

“nunca has demostrado mas falta de autopreservación en todo lo que llevo de conocerte hasta hoy” gruñe inclinándose más cerca de Tim, puede ver sus colmillos asomarse con rabia y solo quiere responder con la misma ferocidad, atacar directamente a su garganta “jamás, pese a todas tus falencias, pensé que podrías ser tan descuidado”

 

“no puedo creer que estés diciendo todo esto” no puede dirigir su rabia a ningún lado, está demasiado confundido, no entiende que sucede, está frustrado, la enfermedad de Ilay lo acosa incluso desde el fondo de su subconsciente, y cree que ya no puede lidiar con la mierda de Jason “es hipócrita de tu parte señalarme con el dedo” 

 

“eso no viene al caso” contesta a la defensiva y eriza los vellos de Tim 

 

“¿no?” pregunta con falsa inocencia “a mi me parece que sí” da un paso al frente solo para acentuar su punto “después de todo tu eres el maniaco que decidió que era una gran idea mandar cabezas cercenadas en una bolsa como regalo”

 

“¡No soy yo el que se dejó preñar!” estalla de repente su tono de voz elevado y arremete con fuerza, mientras intenta intimidar a Tim con su estatura “y aun asi sale en busca de problemas”

 

Si una aguja hubiera caído entre los dos, habría sonado como un disparo atronador, si un fantasma hubiera querido susurrar en sus oídos, habría sonado como los lamentos de una banshee, sí la más mínima brizna de brisa hubiera soplado, habría silbado entre ellos con el aterrador presagio de un temporal.

 

“¿que?” es lo único que puede decir, inseguro de a qué demonios se refiere, ni siquiera está seguro de si escucho correctamente “¿de qué mierda estás hablando?”

 

“¡de tu olor!” contesta sin detenerse a cuestionar la clara confusión e incertidumbre en la voz de Tim “apestas a cachorro, !A leche¡ hueles como un omega embarazado”

 

“¿yo…que?” intenta pensar en las veces en que algo pudo suceder, pero si es sincero consigo mismo, hace meses que nada a sucedido, las cosas no han estado bien y es en lo ultimo que había pensado, y aun así, siempre había sido increíblemente cuidadoso, las pocas veces en que llegó a acostarse con alguien, había sido un definitivo.

 

“no me meto en tu vida” continua Jason, ajeno al caos en los pensamientos de Tim “pero eres consciente del desastre que esto va a provocar” hay una extraña preocupación en su voz, cuando mientras se pasa la manos por la cara y el cabello “tienes solo diecisiete años”

 

“esto no es…” está seguro de que es imposible, de que no puede ser, es claro como el agua en sus recuerdos, pero aun así está la incertidumbre, de no ser así, ¿Por qué más olía a cachorro? “no es así, no puede ser”

 

No sabe qué tan incrédulo, ausente o asustada salió su voz, pero Jason pareció finalmente notarlo, y lo mira con algo más que desaprobación. 

 

“no lo sabías” es más un comentario para sí mismo que para Tim, y poca atención le presta mientras el recuerdo del aroma de Ilay llega a su cabeza.

 

Ilay, que había estado vomitando todas las mañanas, extremadamente temprano, que había sufrido de fatigas y dolores de cabeza, Ilay que no parecía tener control sobre sus cambios de humor y que masajeaba su pecho que parecía especialmente sensible.

 

“Oh, mierda” se lleva las manos a la cabeza, mientras comienza a dar pasos lentos a su alrededor, ahora todo tenía sentido, y ahora todo era muchísimo peor, por su mente pasaron los miles de motivos por lo que un parto normal era increíblemente peligroso, y luego pasaron más pensamientos que acentuaban la edad de Ilay y el conocimiento general de la población de que los embarazos arriba de los cuarenta eran mucho más peligrosos “!Oh, mierda!”

 

“tienes que hablar con B” Jason lo saca de su mente, se vuelve a mirarlo, sin saber en qué momento había terminado dándole la espalda, lo mira desde donde está, tenso como la cuerda de un arco, desde sus hombres anchos hasta sus puños apretados, desprende un aire a preocupación que Tim no puede, ni quiere considerar en ese momento.

 

“¿que?” le cuesta comprender a que se refiere, y cuando lo hace, está demasiado preocupado por Ilay como para considerar ser más vehemente en sus palabras “no, no lo necesito”

 

“esto es serio” contesta, como si Tim no lo supiera ya, como si todos los escenario no se estuviera deslizando ya por su cabeza, atormentando con cada resultado, cada uno peor que el anterior, se pregunta si Ilay ya lo sabe, pero se niega a creer que sí, está casi seguro de que no, y eso solo lo hace peor, Tim va a tener que ayudarlo a darse cuenta, a si como Jason lo ayudó a entenderlo “puede ayudar”

 

“es un hombre adulto que soluciona sus problemas adoptando niños que se parecen a él” finalmente pierde un poco la paciencia mientras organiza sus ideas y piensa en lo primero por hacer. “no puede ayudar ni aunque lo quiera”

 

“mira, se lo que es estar molesto con él” dice con un aire de condescendencia que le irrita los nervios “pero no es el momento”

 

“no estoy embarazado” aclara con fuerza Jason lo mira frunciendo el entrecejo con desaprobación

 

“no hay tiempo para negarlo Reemplazo” 

 

“¡por el jodido amor del puto dios!” masculla entre dientes “¡no estoy embarazado!” 

 

Y con eso se larga, sin prestar atención al señor del crimen que lo llama desde abajo, sabe que no puede seguirlo, no con los otros dos idiotas amarrados de los que se tiene que encargar.

 

Lo primero que hace al llegar a su departamento es meterse en una extensa investigación relacionada con los conflictos y dificultades de la edad al momento de llevar a cabo un embarazo, y a pesar de que se le retuerce el estómago cada vez que la palabra riesgo de mortalidad se aparece, no se detiene hasta que la mayoría de sus dudas están resueltas.

 

Para cuando acaba con eso, el sol ya ha comenzado a asomarse, pintando el cielo de un débil tono azulado, se cambia de ropa, ocultando muy bien su traje, incapaz de renunciar al consuelo de la chaqueta de Ilay, se hunde en ella mientras se pone la gorra sobre la cabeza y sale en busca de una tienda de veinticuatro horas.

 

Entra en la primera que encuentra, el aire huele a combustible por la gasolinera al costado, pero lo ignora mientras recorre los pequeños pasillos en busca de pruebas de embarazo, mira de una a otra, mirando sin saber cual escoger.

 

Busca en su teléfono a falta de una mejor idea, las más caras siempre aseguran la mejor calidad, pero las más recomendadas, no son precisamente caras, las baratas aseguran una efectividad del veinte por ciento más que las caras.

 

“esto es una mierda” murmura para sí mismo, sin saber que tomar, estresado y preocupado como pocas veces.

 

“lleva dos de esas y dos de esa” dice la chica del mostrador, que lo mira con una sonrisa en los labios y una mirada comprensiva “la más cara es de calidad, y esa a su lado, es la más recomendada, lleva dos de cada una para estar seguro”

 

Paga de más en un gesto agradecido mientras la chica solo le guiña el ojo en confidencialidad, camina de vuelta con más lentitud, mientras sutilmente se huele el cuerpo, no encuentra un olor extraño en él, pero tal vez es demasiado débil para el, que ya se ha acostumbrado al aroma de Ilay

 

Cuando dobla la esquina, la camioneta de Ilay es lo primero que ve, se pregunta distraídamente que tantos abortos accidentales se han reportado por accidentes automovilísticos.

 

Su cuerpo parece dividido entre el nerviosismo burbujeante y la reticencia apagada.

 

La cortina de metal está cerrada, Tim bien sabe que es después de que Ilay lo deja, que abre el taller, entra por la puerta y se encuentra con Ilay sentado en el sillón, con aspecto ligeramente enfermo y pálido, atrae su mirada al entrar ya abre los ojos confundido mientras se levanta.

 

“esto si que es nuevo” dice con una sonrisa débil mientras se acerca y lo rodea con un brazo, deja caer su peso ligeramente sobre Tim, que lo recibe sin queja mientras lo huele profundamente, y ahí está, el aroma a leche, a cachorro, huele dulce debajo del cítrico de las naranjas, como si se tratara de un batido o un caramelo “¿que sucede, Tim?”

 

Se aleja desconcertado por su pregunta, viendo sus ojos verdes preocupados, antes de notar el aroma a eucalipto que desprende, es un olor suave, pero puede distinguir su ansiedad en él.

 

“tenemos que hablar” suspira y atrae a Ilay por la muñeca para guiarlo por las escaleras, entran en el lugar, deja caer la bolsa con las pruebas de embarazo sobre la encimera de la cocina y las empuja ligeramente hacia Ilay, quien curioso, la acerca y mira en su interior.

 

Puede ver, y oler la forma en que se congela y luego se derrama en horror, miedo y nervios, lo mira con los ojos bien abiertos. 

 

“¡mierda!” Tim asiente, ante su muy elocuente exclamación, no es que exista otra forma en la que pueden tomarse este suceso, espera que se acerque o que estalle en histérico o algo, pero el omega solo lo mira con los ojos y la boca bien abierta, antes de decir en voz baja y temblorosa como si hablaran de un secreto “estas embarazado”

 

“¿que?” es lo primero que se le escapa ante su lógica

 

“¿fue consensuado?” pregunta al instante, el temor en su rostro mientras se acerca a Tim y hace el amago de tomarlo por los brazos sin llegar a hacerlo “¿hay padre en la foto? en caso de que no, ¡estaremos bien! no lo necesitas”

 

“¿porque todos creen que soy yo el embarazado?” protesta, más dolorido que enojado.

 

“¿lo estás?” pregunta el omega con cuidado, mirándolo como si creyera que en cualquier momento fuera a romperse en miles de pedazos y aunque es frustrante que sea el receptor de esas miradas, las entiende, el quiere mirar a Ilay de la misma forma

 

“no Ilay” dice con calma, se acerca al hombre con cuidado y sostiene sus manos entre las suyas “tu lo estas”

 

“¿que?” pregunta desconcertado, un eco de su propia respuesta momentos antes, ve como sus engranajes comienza a funcionar y cómo poco a poco la idea se instala, hasta que con vulnerabilidad, alza el rostro para mirarlo, Tim lo lleva a una de las sillas y lo ayuda a dejarse caer con cuidado antes de que escuchar su respuesta “¡ay, mierda!”

 

Si, piensa Tim Ay, mierda.

 

Notes:

si yo fuera Tim y Jason me insistiera con el tema de Bruce cuando estoy entrando en crisis, lo mando a la mierda y le digo que vaya a joder a los huesos de su madre.

Y quería comentar que al inicio la reacción de Ilay ante las heridas de Tim eran agresivas, porque reflejo de la madre latina como mi abuela, que seria como "¿como mierda terminaste así? y dame una razón para no dejarte peor" pero luego me di cuenta de que mi mama es muy dulce conmigo cuando me lastimo y dije okey, voy a proyectar a mi mama.

espero lo disfruten, y me digan que les parece.

Chapter 4: Lo que nos falto

Summary:

tuve muchas ideas para nombrar este capitulo, elegí uno pero aun así creo que mostrar las otras opciones podría ser una buena forma de resumir el capitulo

* Una buena historia de fondo
* Seremos un cliché
* "Tu padre suena como un idiota" "los tuyos igual"

Notes:

juro que la idea original era que tuviera pocos capítulos, pero como me pasa siempre, se me fue de las manos y ahora estoy escribiendo mas de lo que creí que haría

también lamento la demora, estuve enferma, estaba comenzando a escribir y ponerme al día y enferme

(See the end of the chapter for more notes.)

Chapter Text

Los segundos lentamente se transforman en minutos y lo único que cambia en Ilay, que mantiene la mirada perdida en alguna parte tras Tim, es el aroma.

 

Pasa lentamente del completo desconcierto, al miedo y oscila entre la incredulidad y el temor hasta que su cocina está impregnada de naranjas agrias, ácidas e inmaduras.

 

“¿Ilay?” Pregunta de la forma más suave y cuidadosa que puede, consiente y comprendiendo a la perfección cualquier clase de reacción que el hombre pueda tener, aun si no son beneficiosas, en este punto, está seguro de que si Ilay decidiera ir y cortarle el pene al donador de esperma, su única pregunta seria cuando.

 

Había tres pruebas de embarazo positivas sobre el mesón, la última estaba aún en la caja, sin usar, tres parecían ser suficientes, pero Tim se sentía tentado, solo para confirmar, una vez más.

 

“Tengo cuarenta y cinco años” finalmente habla entre dientes, aun sin enfocar la mirada, su voz es plana, sin elevaciones, conmocionado  “estoy a unas cuantas décadas de dejar de tener mis celos” lenta y gradualmente, algo muy parecido al miedo eleva su timbre y lo hace sonar ligeramente desequilibrado, Tim se retuerce en incomodidad “¿Que se supone que haga con un bebe?”

 

La pregunta flota entre ellos, Tim es un justiciero, fue Robin, es de los mejores detectives en la ciudad, pero es un adolescente de dieciséis años, no es precisamente el adecuado para ayudar a un omega embarazado de cuarenta y cinco años en crisis, guarda silencio un momento sin respuestas.

 

“Todo va a salir bien” asegura mientras se acerca para tomar su mano, permitiendo que su olor se libere sutilmente, rogando para que sea suave y mentolado y no muestre la ansiedad que intenta retener en el fondo de su mente “decidas lo que decidas, todo irá bien”

 

Ilay levanta la mirada con cierto desconcierto, le toma un momento entender que puede que Ilay a diferencia de él, no considerara otra cosa más que tener al bebe, se miran durante largos momentos, Ilay parece buscar respuestas en sus ojos, espera, ignorando el impulso de desviar la mirada, que lo que sea que encuentre sea suficiente.

 

“¿Crees que…?” su voz ahora es baja y suave, dubitativa entre cada palabra, finalmente desvía la mirada inseguro y se lame los labios con nerviosismo, mientras su rostro se sonroja en mortificación “¿Crees que sería un buen padre?”

Tiene que detenerse un momento para decirse a sí mismo que debe ser objetivo y que lo que Ilay necesita es un pilar de hierro del que sostenerse, no las creencias de un niño traumado, similares a una pobre rama de madera seca, así que se obliga a pensar, piensa en la frialdad de sus propios padres, las normas, las reglas, las clases adicionales, los regaños, la soledad y la forma en que Ilay parece tan completamente lo opuesto a ellos.

 

“Creo que no existe persona más ideal para ser padre” puede escuchar la suavidad en su propia voz, el afecto descarado en sus palabras, y aunque el impulso de sentirse avergonzado por tal cosa surge con fuerza, es fácilmente olvidado en favor de los ojos brillantes y asustados que lo miran, con lo que es inconfundiblemente esperanza “si decides tenerlo, serás increíble”

 

El aire cambia, y sin palabras, ambos saben que es lo que va a pasar, Ilay toma aire profundamente y lo suelta con lentitud, ha tomado una decisión, pero su rostro decidido y firme se transforma en una mueca de desagrado mientras se desinfla y sostiene su rostro en sus manos.

 

“¿Cómo le voy a decir esto a Greg?” no es necesario especificar quién es Greg, tampoco es necesario que Tim lo conozca para desear cortarle la garganta “ni siquiera se si quiero decirle”

 

“¿cree que no reaccionara bien?” Si resulta que los sujetos con los que Ilay se acuesta son unos imbéciles de diferentes grados, Tim va a tener que buscar los antecedentes de toda la maldita ciudad “no tienes que decirle si no quieres”

 

“No, no” se apresura “hasta el momento es un encanto” se contiene físicamente de hacer una mueca, no está seguro de que es lo que Ilay clasifica como un encanto y no es que no confíe en él, es solo estadística, a menudo personas inteligente, racionales y buenas, terminan enredadas con absolutos bastardos, está seguro de que hay una explicación psicológica ahí en la que no quiere pensar “es solo que no somos serios, sabes”

 

“¿estás seguro de que es él?” no quiere insinuar nada, y pese a que sabe que a Ilay no le ofende ser llamado fácil, aunque no lo sea, ha investigado lo suficiente como para saber que las hormonas no van a dar tregua durante un tiempo y cualquier comentario mal ubicado podría ser una catástrofe.

 

“No he estado con otra persona en meses” se queja aun con el rostro entre las manos “digamos que un loco homicida me enseñó la lección, al menos por un tiempo, mejor diablo conocido que diablo por conocer”

 

“nada mejor que casi ser asesinado para reprimir el lívido sexual” su comentario se ve premiado con una pequeña sonrisa honesta y real “mira no voy a decirte que hacer” habla con suavidad, buscando sus ojos “pero creo que entre antes, mejor”

 

Puede que no sea el más objetivo hablando, pero los hijos secretos son una mierda, Damian no es el más convencional, considerando que su madre era una asesina y él mismo lo era antes de llegar con Bruce, pero a grandes rasgos es un niño escondido, tenía problemas de abandono y dificultades para lidiar con las normas sociales que de no ser por la explicación de su crianza rayaron en el espectro autista, fuera de eso, su llegada sacudió el mundo de cada miembro de la familia de diferentes formas, aunque a Tim no le guste, la verdad está destinada a explotar en la cara de las personas y no hay nada más explosivo que un secreto.

 

“lo sé, lo sé” sus hombros caen pesados y parece cansado, Tim siente la angustia recorrer su cuerpo ante la vista, pero cuando está por aportar con más palabras improvisadas, Ilay levanta la mirada y atrapa, con una sonrisa suave y cariñosa alcanza su mejilla y le deja una suave caricia “eres un buen chico, cachorro”

 

Como muchas veces, se niega a reconocer la forma en que su pecho se llena de una cálida sensación ante el elogio y lo acepta con un sonrojo en el rostro y los labios apretados, intentando reprimir una sonrisa tonta. 

 

A Ilay le toma una semana confesar ante Greg, durante ese tiempo, Tim ha tenido que retener su mano una gran cantidad de veces antes de buscar el nombre y los antecedentes del sujeto, pero esa mañana cuando Ilay aparece en su puerta, piensa de forma ausente que tal vez simplemente debió hacerlo, en lugar de perder el tiempo con pistas vacías en el caso del exterminador de familias.

 

Cuando pensaba en ello, espero varias cosas diferentes, escenarios variados, espero que el omega llegara furioso, despotricando en contra de aquel idiota, espero que llegara calmado, relatando una conversación que inesperadamente había salido bien y también espero que intentara no hablar de ello en lo absoluto.

 

Fue su propio error de cálculo no prever el pómulo herido, el labio roto y los nudillos raspados.

 

Permanece un momento de pie, mirando al hombre en la puerta, tenía los ojos hinchados, inyectados en sangre y unas ojeras que le decía cuánto había dormido la noche anterior.

 

“está bien” asegura apaciguador con la voz ronca y baja, pero Tim solo puede pensar en lo peligroso que es el primer trimestre para los gestantes mayores, lo que el estrés y los movimientos bruscos pueden causar, las miles de formas en que todo puede salir mal y ¿Qué clase de hijo de perra golpeó un omega embarazado? mientras la sorpresa se desvanece una ira bulliciosa aparece “Ya no duele”

 

“Pero lo hizo” gruñe mientras se apresura a alcanzarlo, el omega tiene cuidado de quitar sus botas mientras Tim revisa cuidadosamente su rostro, está hinchado, había un pequeño rasguño que había dejado de sangrar hace mucho, posiblemente una cachetada especialmente fuerte, se formarían moretones suaves, máximo verdosos, nada serio, no hizo nada para aliviar su rabia “regresaste con tus cosas” declara, Ilay tenía puesta la misma ropa del día anterior, la misma mancha de aceite estaba en el borde de su chaqueta y olía ligeramente almizcle bajo la ansiedad cítrica de sus feromonas “¿el resto está en la camioneta?” asiente mientras dócilmente lo deja revisar su labio “vivías con él, o en un lugar que él maneja” se aleja, aún furioso pero bajo control, la rabia lentamente cambiando a una ira fría y manejable “dijiste que estabas en un lugar temporal, en el área solo hay dos, tiene que ser el más cercano, siempre demoras alrededor de quince minutos en mandar un mensaje cuando llegas ¿Necesitas que lo visite?”

 

Ilay lo mira un largo momento, tarda en comprender sus palabras, cuando lo hace, frunce el ceño con reproche mientras niega con firmeza, Tim sabía que lo haría, pero aun así maldice al omega por su abnegada personalidad, va a discutir un poco, regañarlo por ser imprudente, por dejarse golpear, por no dejarle ir tras el hombre, pero las lágrimas desbordan de los ojos de Ilay, y tan pronto lo ve, la ira se desliza a un segundo plano.

 

“asumo que la charla no fue muy bien” bromea débilmente.

 

“el muy desgraciado está casado” suelta abruptamente y a Tim no debería sorprenderte como le hace, la indignación crece en su pecho mientras procesa la información y entiende perfectamente las lágrimas ahora, Ilay lo mira lleno de impotencia, vergüenza, e ira “tienen un niño, y todo este tiempo fui el amante”

 

Sabe que debería decir algo reconfortante y no mirarlo con abierta sorpresa pero el problema es que puede que sus padres hubieran tenido defectos y puede que no fueran los mejores padres, pero cualquiera podía mirarlos y saber, con absoluta certeza que ambos eran completa y totalmente leales al otro, compartían neurona hasta el punto en que difícilmente estaban en desacuerdo, la vez en que lo comento con Conner, su respuesta fue “dios los crea, y ellos se juntan” y no podría estar más de acuerdo.

 

el punto era que pese a que creció solo y ellos no eran su única influencia, jamás escucho mucho sobre engaños e infidelidades, en el trabajo lo presenció, en las investigaciones era un material de chantaje, pero en su vida cotidiana y personal, siendo Tim Drake, es en lo que menos piensa, y mucho menos creyó que Ilay estaría en esa posición, nada menos que como el amante, por algún motivo le parece más irreal la idea de esa mujer misteriosa tranquila en su vida mientras su marido la engaña a sus espaldas, que encargarse de asesinatos y villanos.

 

“me estas diciendo que ese imbécil te mintió a ti, a su esposa y ahora que tiene la mierda hasta el cuello ¿Te tira a la calle?” qué tan atractivo tiene que ser esa escoria para que las personas pasen por alto su clara muestra de deficiencia humana, reprimiendo su muy flagrante vocabulario, continua “imagino que la esposa no sabe”

 

“claro que no” asegura con veneno en la voz mientras se pasa las manos por el rostro de forma violenta “me dijo que si me volvía a ver, se aseguraría de que me arrepintiera”

 

“tienes que estar jodiendo” Tim podía sentir la vena de su cuello estallar de ira mientras pasaba su mano por su cabello la audacia “dime que tus nudillos raspados significan justicia divina”

 

“no hay nada de divino en la mandíbula magullada y la nariz rota” hay una sonrisa viciosa en su rostro y la devuelve con orgullo mientras la idea de una venganza se gesta en su mente.

 

“entonces, ese desgraciado está fuera de la ecuación” finalmente acepta con un suspiro, ambos aun de pie apoyados en las paredes a sus costados, mira al omega que asiente desanimado “es mejor así, cuando no son un buen aporte son un maldito estorbo”

 

Tim ha leído estudios, si, los niños crecen con ciertos traumas pero de igual forma era imposible traer un ser vivo a la vida y no traumarlo en algún momento, muchas mujeres y omegas latinoamericanos deciden ser madres solteras, afirmando que era mucho más sencillo de esa forma, no es como si fuera muy diferente en este lado del mundo, los padres irresponsables abundan.

 

Puede que Tim realmente sea muy malo consolando personas, porque en el momento en que termina de escupir las palabras, los ojos secos de Ilay vuelven a humedecerse con lágrimas, mientras su rostro se retuerce en un gesto de tristeza y angustia, nervioso y asustado se acerca con la intención de enmendar su error, rodeándolo con los brazos.

 

“Ahora estoy embarazado y sin hogar” llora en su hombro, aferrándose a él, un pequeño sollozo apenas perceptible sacude su voz y quiere retorcer el cuello del bastardo de Greg por ser el causante.

 

“Soy heredero de un patrimonio millonario” mentira, sus padres estaban casi en la quiebra cuando se empezó a hacer cargo de la empresa “tengo dinero para regalar” cierto, era un adolescente con un trabajo importante en el que era impresionante y recibía pagos más que solidarios por el dueño “no dejare que te quedes en la calle”

 

Como si quemara, Ilay se aleja del abrazo, poniendo distancia entre ellos, se adentra en la sala, frente al ventanal de la sala y se vuelve, mirándolo con ojos rojos y brillantes pero llenos de determinación y orgullo.

 

“De ninguna forma cargaras conmigo” en ocasiones la actitud individualista de Ilay le recuerda a Tim porque era un nómada y como estaba acostumbrado a ser un solitario, cargando con sus problemas con una sonrisa en el rostro, posiblemente asustado de depender de alguien más, comprender esto, no hace que la frustración ante su actitud sea menor, pero le da perspectiva “no soy un caso de caridad y no estoy dispuesto a que seas tu quien cargue con mis errores”

 

“no veo muchas opciones para ti” intenta mantener la calma, consciente de que no necesita mucho, solo buenas bases y un negocio aceptable para poder hacerlo sentir más seguro, pero es difícil cuando ve cómo los labios del contrario se fruncen en disgusto, su porte lleno de obstinada decisión “¿quieres vivir en la calle mientras estás embarazado?”

 

“trabajaré más, conseguiré un empleo nocturno” declara con obviedad, soberbia en sus palabras al verse acorralado, sus puños cerrados con fuerza “puedo buscar un nuevo lugar”

 

“no tan rápido, ni tan barato” asegura Tim con calma y racionalidad “¿y que crees que harás cuando tengas que trabajar más duro, más horas? eres un embarazo de riesgo, necesitas comodidad, necesitas estabilidad” 

 

“estar embarazado no me hace incapacitado” discute necio como él solo, se encoge de hombros con soltura “muchos lo han conseguido”

 

“y muchos otros no” es mordaz y se obliga a relajar la voz antes de continuar “aún si lo lograras, en algún momento no podrías trabajar más, seria malo para tu salud y para el bebe, y ni hablar luego del nacimiento, las cuentas del hospital, la leche, los pañales, la ropa, los juguetes, la cuna-”

 

“¡No estas manteniéndome, Timothy! ” se congela en su lugar, su cerebro en blanco mientras capta el acero en la voz, y el hielo le recorre la sangre, Ilay está de pie frente a él, con una postura decidida, seria y rígida, la luz de la ventana tras él proyectando sombra sobre sus facciones estoicas, la frustración lo recorre cuando se da cuenta de que si no se detiene lo perderá todo, Ilay tomara sus cosas e irá a refugiarse a un lugar donde no se vea presionado, pero si no logra hacerlo ceder, este vivirá en condiciones a las que no tiene porque exponerse.

 

Ya no quiere discutir, no quiere antagonizar al omega mayor, no cuando aun tiene los ojos rojos, hinchados y cansados, cuando su labio aún está partido y su pómulo coloreado, quiere tomarlo de la mano y llevarlo al sofá y mimarlo y dejarse mimar, ver una estúpida película y olvidar que esta discusión sucedió. 

 

La frustración lo recorre mientras busca soluciones, mediaciones, formas de no ser imponente y opresivo con un gane, perdiste, si no comprensivo y solidario con un ganar, ganar, pero ¿Qué derecho tiene él a decidir sobre Ilay? ¿Qué lo hizo actuar como si pudiera involucrarse en la vida del hombre? No es su lugar, no le corresponde ¿Qué clase de inconsciente está siendo?

 

“puedes pagar el alquiler” no habla más alto que un susurro, se promete que es un último intento, se dice que si se niega, lo dejará decidir qué hacer y solo ofrecerá su ayuda cuando crea que este la acepta. Evita sus ojos de forma sutil, avergonzado por su impertinencia anterior mientras intenta mantener la voz firme “puedo aumentar el precio del taller e incluir una vivienda en el contrato, o podríamos dividir los gastos” siente los labios secos y de forma inconsciente comienza a picarlos con los dedos “no tienes que irte, no tienes que pasarla mal, yo puedo…” se traga el nudo en la garganta antes de terminar en un susurro“...puedo ayudar” 

 

El silencio se extiende entre ellos, Tim aun se niega a alzar la mirada, cada segundo que pasa lo vuelve más nervioso y se mueve incómodo en su lugar, desplazando su mirada por las superficies del sillón y la alfombra peluda bajo sus pies descalzos, sigue siendo frustrante la forma en que se siente sensible y pequeño cuando Ilay está involucrado, cuando está molesto o disgustado, escucha un fuerte suspiro y luego el sonido se sus pasos llaman su atención, Ilay avanza hacia él, sus ojos verdes más tranquilos desprendiendo una suavidad que antes no estaba, cuando esta lo suficientemente cerca, rodea los hombros de Tim con uno de sus brazos, mientras que con su mano libre, sostiene su cabeza contra su hombro, rodeándolo con su calor.

 

“podemos trabajar con eso” acepta y Tim se aferra lentamente a él y sus palabras, tímidamente sostiene su ropa entre sus manos, recargándose más contra su cuerpo, devolviendo el abrazo con alivio, los dedos en su cabello rascan con suavidad y juegan con sus mechones cada día mas largos mientras se relajan lentamente.

 

“solo quiero ayudar” se excusa, su voz ahogada por la ropa del hombre, Ilay murmura en asentimiento mientras comienza a mecerse suavemente, siempre un consuelo para Tim, lo hace sentir aún más arrepentido por su arrebato “no quería molestarte”

 

“esta bien, entiendo” no niega haberse molestado y pese al pinchazo en el pecho, sonríe, no es incomodo discutir, solo es doloroso y frustrante, intenta verlo como el reflejo del avance en su relación “pero tienes que aprender que no puede ofrecer asilo a cualquiera, tampoco puedes ofrecer dinero de esa forma tan desinteresada”

 

“Ilay, no soy desinteresado, ni gentil” comienza mientras se separa lo suficiente como para mirarlo a los ojos “no es a cualquiera, solo es a ti” 

 

“no digas tonterías, eres el cachorrito más gentil que me he cruzado” discute con suavidad, mientras una sonrisa suave se extiende por su rostro, se aparta y se sienta en el sofá, seguido de Tim “además, antes yo también era cualquiera”

 

“nunca fuiste cualquiera” murmura, están uno al lado del otro, Tim está de costado, deja caer su cabeza sobre el respaldo y mira por la ventana, unos pájaros grises pian en los cables eléctricos “ya sabes, yo solo lo sabia, eras…mas”

 

“créeme lo entiendo, tú lo eras” confiesa Ilay, llamando la atención de Tim, quien se encuentra con su mirada “desde el momento en que te vi, atrapado por esos idiotas y tan imprudentemente tranquilo supe que eras diferente”

 

Puede que no sea el más narcisista de las personas, pero la satisfacción lo recorre al ser llamado diferente por Ilay, al ser observado con aprecio y ternura, está seguro de que podría presumir por meses ser reconocido por Ilay

 

“lamento haberme entrometido” se disculpa con una pequeña sonrisa arrepentida, bajando la mirada a las manos de Ilay “estaba fuera de lugar”

 

“no lo estabas” hay certeza en la voz de Ilay, y cuando sus ojos se encuentran hay fuego en el bosque “somos extremadamente cercanos, soy lo suficientemente mayor como para reconocerlo sin avergonzarme, eres especial y quiero que estés en mi vida, incluso si eso significa tener discusiones como estas” se ríe un poco antes de continuar ajeno a la forma en que sus palabras emocionan a Tim “aunque no me molestaría un enfoque más suave”

 

“si yo…” acepta con una sonrisa distraída, consciente de sí mismo “creo que he sido intenso toda mi vida”

 

eso es quedarse corto

 

“eres un sabelotodo” asiente y se ríe cuando Tim lo empuja débilmente, antes de tornarse serio, un gesto de disculpa en la curva de sus labios y la arruga entre sus cejas mientras lo mira “También lo siento” comienza con la voz suave “estoy acostumbrado a lidiar solo con las cosas, incluso antes de irme de casa, estaba acostumbrado a lidiar con mi mierda”  aparta su mirada momentáneamente perdido, las palabras suenan ajenas en la boca de Ilay, equivocadas y falsas, como si fuera una frase que aprendió de memoria, parpadea y esa ausencia desaparece mientras le sonríe con un deje de vulnerabilidad y timidez “supongo que luego de tanto tiempo, me causa conflicto necesitar y valorar la opinión de alguien en mi vida”

 

“también me importas” no es tan hábil con las emociones como Ilay parece ser, no es capaz de utilizar las palabras a su favor en esta ocasión, por lo que la vergüenza tiñe sus mejillas y traba su lengua “me importas mucho”

 

Ilay lo mira como si fuera un gato bebe haciendo algo especialmente lindo y tonto, con una mezcla de ternura y burla en su sonrisa.

 

“eso espero” lo molesta mientras estira su mano y jala de su mejilla, como una mujer de ochenta años con un infante “eres un cachorro tan dulce, el cliché de los niños lindos y estreñidos emocionalmente”

 

“tu no eres mejor” espeta con las mejillas ardiendo mientras aparta la mano con un suave movimiento “el sujeto agradable, atractivo y solitario con un pasado misterioso y muy posiblemente traumático”

 

“el único con un pasado misterioso y posiblemente traumático eres tu” se remueve en su lugar, alcanzando un almohadón para abrazar, mientras puntúa con los dedos de la mano “huérfano, adoptado y posteriormente emancipado, inteligente y propenso a aparecer cubierto de moretones y heridas en un lapso de una noche” sonríe con superioridad “si eso no es misterioso no se que es”

 

“al menos sabes el orden de las cosas” se queja mientras lo imita y sostiene su propio almohadón “lo que se de ti se limita a que eres un omega que viaja por el mundo en una camioneta con una motocicleta, eres extrañamente agradable, pero mantienes una distancia emocional segura con el resto y además sabes pelear” lo apunta con un dedo acusador “en resumen: el cliché del sujeto genial con un pasado tormentoso que lo persigue”

 

“¿voy a sacrificarme por ti en una batalla final, después de darme cuenta de que no valía la pena perderte por mi apego evitativo?” le sonríe con parsimonia, y Tim se alegra de su postura relajada después del infierno de mañana que había pasado “¿llorarás sobre mi cadáver mientras utilizas mi muerte como forma de desarrollar un power up”

 

“¡¿donde demonios aprendes esas palabras?!” intenta distraerse de lo muy posible que es la situación con la vida que lleva y se asegura de reprender a su descriptiva imaginación por plasmar la imagen en su cabeza con tanto detalle no es una puta película  

 

“tengo Twitter” se ríe mientras se recuesta con soltura mirando el techo, por reflejo lo imita y se pregunta si sería una buena idea poner estrellas para el bebe “mi papá era un ex militar” comienza y el cambio de tema sobresalta a Tim, que se vuelve a mirarlo con sorpresa, Ilay mantiene la mirada obstinada en el techo “era estricto como la mierda, un viejo cascarrabias, me enseño a recibir y a dar golpes, aunque fui yo quien lo perfeccionó” hay burla y un deje de mezquindad en su tono.

 

“no tienes que contarme” dice suavemente, asegurándose de ser claro, él tiene sus secretos, Ilay puede tener los suyos, aun si se muere, como la criatura codiciosa que sabe que es, por saber más.

 

“lo sé, cachorro” dice mientras lo mira fugazmente, una sonrisa suave en su rostro “mi madre se fue en algún momento entre mi primer y segundo año de vida, no recuerdo como era, papa decía que que yo me parecía a ella” se muerde el labio antes de continuar “fui a la universidad, me metí en problemas, recibí palizas, discutí con mi papa y en cuanto pude me largue de ese pueblo”

 

Procesan las palabras en silencio unos momentos, fue demasiado sobrio y conciso para resumir años de vida, Tim intenta desmenuzar lo mejor que puede, mala relación con su padre, Ilay parece haber sido un adolescente impulsivo, y complicado, posiblemente más herido de lo que se permite mostrar.

 

“¿qué pasó con él?” pregunta con cuidado, Ilay guarda silencio, aprieta los labios un momento antes de dejar caer su rostro hacia el lado y mirarlo con tristeza en los ojos

 

“me llamó por primera vez ocho años luego de irme” Tim se arrastra por el sofá, guiado por el instinto y se tumba a su lado, sus costados tocándose, hizo caso omiso de los ojos brillantes y finge no verlos mientras mira al frente, donde su reflejo opaco los recibe en el televisor “quería que habláramos, cuando me fui, no estábamos en buenos términos, quería reconciliarse” su voz no es mucho más alta que un susurro, mientras se acomoda para recibirlo “acepte al instante, era un hombre insoportable, pero era mi padre y lo había extrañado, era el único motivo por el que no había cambiado mi numero de celular en todos esos años” se detiene un momento y sutilmente se recarga más sobre el costado de Tim, él sabía lo que era, querer a sus padres pese a todo lo que habían hecho. 

 

“el…murió mientras estaba a cinco horas del pueblo” tiene que tragar para mantener el nudo en su garganta a raya, acosado por el sentimiento en sus palabras, el dolor y arrepentimiento en ellas, la idea de un Ilay más joven, lleno de esperanzas volviendo a casa para encontrar un cadáver, para descubrirse solo en la tierra sin remedio, agregando una profunda herida a su alma, amenaza con arrancarle las lágrimas de los ojos “tenía cáncer de estómago” aclara sin aliento “como era clásico del, rechazo la atención médica hasta el final, lo único que aceptó fue uno que otro remedio para el dolor” reflexiona un momento antes de hablar con un tono ausente “no imagino lo mucho que tuvo que sufrir para ceder a ellos”

 

“lo siento” susurra mientras se le pega aun mas, Ilay guarda silencio un momento, antes de moverse y rodear a Tim con el brazo cálido y firme

 

“ocho años y muere solo a cinco horas de poder verlo” dice con rencor “ocho años y lo último que me dijo por teléfono fue que me quería y que lo sentía” su voz es húmeda, temblorosa “él sabía lo que estaba haciendo, siempre lo sabía, debí haberlo sospechado” Tim deja su cabeza caer sobre el pecho de Ilay y éste apoya su cabeza en la de él “no puedo evitar tener cargo de conciencia, pero agradezco esa llamada, agradezco haberme vuelto lo suficiente maduro como para contestar y para decirlo que también lo sentía, que también lo quería”

 

Tim se pregunta cómo habría sido si hubiera podido conocer antes a Ilay, si hubieran cambiado el rumbo de la vida del otro, vergonzosamente agradece estar donde está, agradeció la dirección que tomó su vida, y que lo llevó a ese momento, pese a todas las muertes y el dolor, es egoísta y desvergonzado pero no encuentra suficiente bondad en su interior para eliminar el sentimiento. No intentan ponerse de pie o distanciarse incluso cuando los minutos pasan y ellos no vuelven a hablar, está agradecido por ello mientras se acurrucó más contra él, feliz de brindar confort con su presencia.

 

“eso es una buena historia de fondo” bromea, y se queda expectante por una respuesta, recibe un momento de silencio sorprendido antes de que Ilay suelte una pequeña carcajada, y se aleje lo suficiente como para revolverle el cabello de forma juguetona.

 

“eres una pequeña mierda” se ríe antes de volver a rodearlo y fundirse contra el mucho mas tranquilo y relajado que hace un momento “¿y tu historia de fondo? ”

 

“cliché” contesta con soltura “padres ausentes, muy ausentes, viajaban durante meses, creo que la mayor cantidad de tiempo que pasaron en casa entre viajes fue un mes” ahora es él quien mira el techo de la habitación, curiosamente interesante mientras habla “les gustaba meterme en tantas clases como dieran las horas del día, piano, violín, ajedrez, robótica, matemáticas avanzadas, química” suspira con pesar ante el recuerdo de sus semanas ajetreadas “no eran suficientes, aun sentía el vacío en la inmensa casa todas las tardes”

 

“¿ni siquiera el estereotipado mayordomo?” sonríe ante su broma, si supiera de Alfred le saltaría las lágrimas de la risa, niega mientras el agarre de Ilay se aprieta a su alrededor

 

“una ama de llaves” se ríe “pero no por mucho tiempo, no tenía sentido tener personal si ellos no estaban nunca”

 

“pero…tú aún vivían ahí” pregunta con duda y Tim no puede evitar su tono amargo mientras contesta

 

“un niño no ocupa tanto espacio, tanta comida, ni tanto tiempo” su padre, era un hombre de muchos talentos, pero Tim estaba estrechamente relacionado con su indiferencia, nadie te hacia sentir mas olvidado o invisible que el señor Drake, inyecta un poco de alivio adolescente e indiferencia cuando continua “con los años comencé a preferir tenerlos lejos, salía a dar vueltas por la ciudad y sacaba fotos a lo que llamar mi atención, ya sabes, las estrellas, la luna, luces” vigilantes, villanos, crimen organizado “ ellos, un poco me estorbaban, hace unos años, volvieron a casa, pasaron…cosas, mi madre murió” eufemismo, aún recuerda el funeral, recuerda el peso en sus hombros de la culpa, de las condolencias, las caricias que fueron y las que no “mi padre quedó en coma” ¿Cómo podías decir eso sin incitar la lastima? “en esos años me había vuelto cercano a Bruce, vivía al lado” eufemismo “él me ayudaba en ocasiones y me dejaba pasar tiempo en su casa, pero, con la muerte y el coma, decidió acogerme de forma más permanente”

 

“parece un buen sujeto” comenta Ilay con un deje de sospecha, era un hombre inteligente después de todo, Tim sabía que de no ser por Robin, Bruce no habría terminado cuidando de él, no lo culpa, el hombre tenía una vida que proteger y no podía dejarlo por un huérfano mas.

 

“lo es, se que muchos creen que no, pero es un buen hombre” Ilay murmura, sin comprometerse “las cosas estuvieron bien por un tiempo, me estaba adaptando, y no quiero que suene mal, pero luego mi padre despertó” sonó horrible “me…desestabilizo, me encargue de muchas cosas sin él, trabajé un poco en la empresa de la familia y en la de Bruce, y el funeral fue organizado por mi, aunque Bruce se ofreció a ayudar, arregle negocios mal hechos y pésimamente gestionados, y cuando el despertó, tenia que decirle todo lo que se había perdido” es horrible pero cuando su padre despertó, las cosas ya estaban al límite, la culpa se lo estaba comiendo vivo cada que lo veía en cama y verlo despierto y sentir un poco de rencor por ello, era aún peor “nuevamente las cosas estuvieron bien durante un tiempo, pero todo se volvió a ir a la mierda, descubrió algo sobre mi que no debió, algo que no le gusto, trató de imponerse, tratado de impedirlo, lo logró durante un tiempo, pero las cosas salieron muy mal, terriblemente mal y él…” la culpa es una mierda piensa mientras cierra los ojos y respira con pesadez.

 

“esta bien” lo consuela Ilay mientras lo apega más a su costado, su mano sube y se enreda en su cabello, rascando su cuero cabelludo mientras lo abraza y arrulla se pregunta cómo habría sido tenerlo en ese entonces, cuando sentía que el mundo se lo estaba tragando, cuando todo era demasiado y no podía mas, pero se veía en la obligación de despertarse día con día y dar un paso tras otro, siempre sintió que algo faltó, que añoraba algo, acurrucado en los brazos de Ilay, supo que eso quería, quería consuelo, amor, una mano tierna en su cabello, mientras era rodeado por el calor de unos brazos gentiles y amorosos “no necesitas seguir, cachorrito”

 

“...murió cuando, otra vez, todo estaba mejorando” continua con la garganta apretada “había revocado la adopción de Bruce cuando él despertó, fue más por su propio orgullo herido que por otra razón” siempre le había importado más la apariencia, su orgullo, su estatus, no fue una gran sorpresa “cuando murió, Bruce se encargó, me adoptó oficialmente, de verdad me adoptó, creo que se sintió presionado, aunque él nunca lo dijo”

 

“¿por qué la emancipación?” pregunta Ilay en voz baja, su mano aun jugando con el cabello de Tim, y era tan reconfortante que deseo permanecer así por siempre “si él es tan bueno, ¿Por qué te alejaste?”

 

“no se si lo sabes, pero el ya tiene hijos” Ilay bufa mientras Tim sonríe ligeramente “yo me llevo bien con Dick y con el tiempo, me adapté a él” Jason está muerto, Jason está muerto se obliga a mantener su boca cerrada al respecto “pero entonces llegó Damian” ojala eso fuera suficiente explicación, para él lo es, Ilay se tensa casi imperceptiblemente “es el hijo biológico” el aroma a naranjas se agria “no es que a Bruce le importe eso, al menos no con Dick, es su chico maravilla” no hay rencor en el apodo, con el tiempo, incluso Jason le quito ese matiz mordaz “era solo que Damian lo paso difícil… necesitaba atención y Bruce era débil con el, creo que vio la oportunidad de hacerlo bien con él, era especialmente indulgente, todos lo eran”

 

“¿Que tiene que ver contigo cachorro?” había tensión mientras lo animaba a continuar “¿qué importancia tiene?”

 

“Demian era…un niño complicado” comienza con suavidad, aunque las palabras maldito demonio surgen en su mente “era malo conmigo, estaba inseguro, es un niño inseguro y creyó que yo era el único que no pertenecía en esa casa, creía que estaba ocupando su lugar, asique intento quitármelo” ahora la mano estaba quieta en su cabello, se desplazó hasta su hombro, y lo sostuvo con un agarre que solo podía describir como protector “saboteo muchas de mis cosas, relaciones, tareas, trabajos, muchas cosas, intente ignorarlo, hacerlo nada, pero era...intenso”

 

“¿qué hizo Wayne?” el acero volvió a su voz, pero era más fácil ignorarlo cuando lo sostenían de esa forma, cuando no era el receptor de él, se permitió ser mezquino y hablar sin tanto cuidado al respecto.

 

“nada, lo reprendió unas cuantas veces, hablo con él, todos lo hicieron” sonríe con amargura, recuerda a Alfred, a Bruce, a Dick “eran suaves con el, muy suaves”

 

“¿fueron duros contigo?” pregunta Ilay, y Tim se congela un momento, jamás lo había comentado con los otros, con nadie en realidad, siempre parecía incómodos al hablar del tiempo en que Jason no estaba y solo era Bruce, Alfred y el, pero fue duro, fue difícil, fue brutal, los entrenamientos, las mirada de desaprobación de Bruce, la distancia, el hielo en su voz, en sus palabras, en sus ojos, el recuerdo le agita el corazón con dolor.

 

“no fueron tan suaves” se limitó a responder, ilay no parece especialmente feliz con la respuesta, pero no presiona “en fin, las cosas murieron poco después, había algo, algo que era importante para mi, algo que me hacía sentir especial, apoyado, parte de ellos” se pega contra Ilay y suspira tan condenadamente triste pese al tiempo “pero otra vez pasaron cosas, cosas… malas y Dick, el…se lo dio a Demian”

 

“¿no era tuyo?” pregunta desconcertado, indignado, la fuerza de su emoción le arranca una débil sonrisa “no tenía el derecho de arrebatártelo para entregárselo a alguien más”

 

“no es un objeto en sí, es como un símbolo o algo por el estilo” mueve sus manos de forma distraída mientras intenta explicarlo “algo así como un título, se pasaba de hermano adoptivo a otro” Tim suspira “Bruce perdió un hijo, antes de que yo llegara” perder era suave, a Bruce se lo arrebataron “eso lo destrozó, cuando yo aparecí, Dick estaba furioso con el, Jason murió y Dick no creía que Bruce debiera tener a otro niño tan pronto”

 

“tiene razón” suena mezquino a sus oídos y cuando lo mira, hay juicio en sus ojos “el dolor puede hacer cosas terribles con las personas”

 

“si bueno, no había muchas opciones, asique seguimos adelante con eso y con el tiempo yo tomé el título” recuerda la desaprobación en los ojos de Dick cuando lo veía con el traje y creía que no lo estaba viendo “es complicado, pero para tener el título, tienes que ser algo así como digno” 

 

“¿Qué es esto? ¿la espada de Merlín? ¿el martillo de Thor?” ríe incrédulo y Tim ríe con él, es bastante acertado “¿o es más del estilo religioso? ¿Tienes que hacer un pacto satánico para ser digno?”

 

“es un juego de niños que con el tiempo se volvió más que solo un juego” explica, aunque nuevamente era un enorme, gigante eufemismo “a mi por tradición, debió dármelo Jason, pero el murió así que ocupe su lugar, nadie dijo gran cosa, pensé que estaba bien” traga con fuerza y suspira con pesar “todo se sacudió cuando apareció Demian, yo no estaba atravesando un buen momento, las cosas estaban tensas, Dick estaba tenso y luego más cosas sucedieron y entonces Dick me quito el derecho a elegir”

 

“¿un sucesor?” aclara Ilay y Tim asiente “si era tu momento ¿Por qué te lo quito?”

 

“porque lo creyó adecuado” se encoge de hombros mientras recuerda el dolor que lo atravesó en ese momento, se vuelve hacia Tim y se encuentra con sus ojos, y le sonríe de forma débil “ no dejo de pensar que es porque en el fondo jamás fue mi lugar, yo lo tome sin permiso, lo hurte y me quede ahí reemplazando a un muerto y cuando alguien mas adecuado apareció, ya no me necesitaron”

 

“no creo que puedas ser más que adecuado, Tim” baja la mirada avergonzado y la deja caer sobre el hombro dispuesto “no hay ningún problema contigo y no eres una pieza a la que pueden mover” suavemente la mano de Ilay jala de su cabello y cuando alza el rostro le acaricia la mejilla “eres suficiente, eres especial, eres mi cachorro y lo eres por ser tu, por ser quien eres”

 

“pasaron cosas” se queja mientras intenta bajar nuevamente la cabeza, demasiado emocionado por sus palabras, avergonzado por las lágrimas que quieren volver a surgir “cosas complicadas, difíciles de explicar, yo no pertenecía y aun así me forcé en ellos”

 

“se que hay muchas cosas que no estás diciendo, que estas ocultando” hay aceptación en sus palabras “y aun así, puedo asegurar que no hay forma, de que no merecieras respeto, respeto que claramente te negaron, las cosas en esa familia están jodidas y tu saliste perdiendo por culpa de ellos”

 

“no son malas personas” defiende, porque puede que quisiera ser mezquino con ellos, pero no quería mentir “se aseguraron de que estuviera bien la mayor parte del tiempo y se preocupan por el mundo”

 

no es culpa de ellos no considerar su estado mental

 

“no tienen que ser malas personas para ser deficientes” asegura y a Tim se le viene a la mente el padre de Ilay, la forma en que el lo retrató como un hombre duro y muy posiblemente despiadado, pero parece haber cometido tantos errores con su hijo “no tienen que desear lastimarte para hacerlo”

 

Ilay le da un pequeño beso en la frente y Tim no puede ocultar sus ojos abiertos y su rubor, se queda en silencio un momento, recomponiéndose antes de continuar

 

“después de eso, pasaron más cosas y me fui de viaje” nuevamente un eufemismo “cuando volví, pensé que todo estaría mejor, que solo estaba siendo demasiado sensible” esta vez hay autocrítica en su voz, siempre se comportó con lógica pero en ocasiones era tan estúpido “comencé a notar una linea entre nosotros, una que siempre estuvo ahí, pero que me negué a ver, ellos rara vez me buscaban, no hablábamos, no pasábamos tiempo juntos, las cosas seguían igual y yo me canse y le puse fin, prepare todo, me asegure de que no buscaran mi nuevo lugar, no le dije nada a Dick, ni a Bruce ni a nadie, y luego solo lo corte todo, rápido y limpio” hace una pausa mientras mueve sus ojos por el lugar “sabía que si me pedían que me quedara más de dos veces, no podría decir que no” es vergonzosos y patético, pero era verdad “sabía que estaba tan desesperado por ser parte de ellos, que no podría hacer nada más que quedarme”

 

“¿qué hicieron?” pregunta con un tono bajo y suave

 

“cuando lo notaron, discutieron un poco, parecían irritados” suspiró con pesar “me preocupe por nada, no me pidieron que me quedara, no claramente al menos, no hasta que fue tarde”

 

El silencio es pesado, el aroma a indignación impregna su alrededor, pero con una voz que nada tiene que ver con el cítrico de las naranjas que flota en su nariz, habla. 

 

“su pérdida, mi ganancia” declara con posesividad, mientras se aferra a Tim con las piernas y los brazos mientras lo aplastaba en un abrazo apretado, haciéndolo reír sorprendido, Tim se ríe cuando, Ilay comienza a atacar con piquetes en las costillas y no puede evitar carcajearse entre dolor y diversión, hasta que esta sonrojado y le falta el aire.

 

Cuando finalmente lo libera, todo el pesar se había esfumado, y en su lugar un muy acalorado Ilay le sonreía con ojos brillantes 

 

“esa también es una muy buena historia de fondo” piensa un momento antes de continuar “para un villano”

 

“eres un dramático” protesta mientras le pone los ojos en blanco “existen héroes con pasados trágicos ”

 

“si, pero tu eres mas el cliché del anti héroe, fingiendo ser todo malvado, cuando eres un blando”  lo molesta, mientras se limpia una lágrima falsa del costado de su ojos “mi cachorrito es tan suave que incluso con un pasado del terror es absolutamente gentil”

 

Fue una buena forma de quitarse el peso del pecho.

 

Cuando ambos sienten que las cosas están mejor, luego de bromas y risas, se ponen en pie y comienzan a moverse, Tim se mueve a la habitación libre, haciendo una lista mental, hay una cama de media plaza, con un colchón genérico que deberán cambiar, una ventana grande y amplia con vidrio y cerraduras reforzadas como las de todo el lugar, insonorizada y limpia, un armario, una mesa de noche, un escritorio y un baño individual.

 

“tenemos que buscar un colchón que te guste” comienza a murmurar mientras se mueve por la habitación y la mira de cabo a rabo “también cosas para el baño y necesitarás cosas suaves, leí que los omegas embarazados necesita anidar mucho más de lo acostumbrados, no hacerlo puede causar un alto nivel de cortisol y afectará tu estado de ánimo y de salud”

 

“¿crees que me voy a estresar porque no tengo una manta cómoda?” se burla desde la puerta y se niega a reconocer su sonrojo mientras le frunce el ceño 

 

“no lo creo, lo se, esta comprobado y cuando estés llorando porque quieres una manta más suave o mas fresca me voy a reír de ti” se mueve fuera de la habitación y busca su computadora, se sienta en el mesón de la cocina mientras comienza a teclear.

 

“¿qué haces ahora?” pregunta sentándose a su lado mientras lo ve navegar en internet “dime que no estás comprando por internet”

 

“¿qué tiene de malo?” pregunta volteando a verlo un poco exasperado, porque era exactamente lo que estaba haciendo “así compre mi colchón”

 

“¿y te gusta?” pregunta escéptico, y Tim frunce el ceño sin responder, parece ser suficiente para el hombre que sonríe mientras se pone de pie “voy a sacar mis cosas de la camioneta, mientras tu te vistes, vamos a salir”

 

“¿a dónde vamos?” lo sigue hasta la puerta donde lo ve ponerse sus botas “¿no vas a abrir el taller?”

 

“estamos ocupados el resto del día, cachorro” contesta mientras se vuelve a mirarlo, con una sonrisa brillante y Tim recuerda, mientras ve esos ojos destellar y su sonrisa abultar sus mejillas saludablemente sonrosadas, que puede que Ilay este en esa parte del embarazo en que los omegas se ponen especialmente hermosos “necesitas una cama decente”

 

“el que necesita colchas y mantas, eres tú” discute aún si ya está pensando en qué ponerse, ve la chaqueta de Ilay en el sillón, al costado de su sudadera oscura y ya tiene una buena idea de que.

 

“eso también” contestó con simpleza mientras deja la puerta abierta mientras baja por las escaleras.

 

Cuando sale de su habitación, vestido y con la chaqueta de cuero sobre sus hombros, Ilay ya tiene dos bolsas de lona en el costado del pasillo y espera a Tim apoyado en la encimera con el teléfono en la mano, cuando sus miradas se encuentran, los ojos verdes, destellan en diversión.

 

“y yo preocupado de que hubieran duendes en este lugar” se burla mientras guarda el teléfono en los bolsillos de su pantalón y se acerca “si tu la tienes ¿Qué uso yo?”

 

Tim hace una mueca alzando su labio mientras mira a su alrededor, luego inclina la cabeza mientras una sonrisa se forma en sus labios

 

Cuando llegan a la tienda, Tim trae la chaqueta de cuero, mientras que Ilay se pasea con su sudadera gris oscuro, que lo hace ver estúpidamente pequeño y lindo

 

“¿por qué tan grande?” se había quejado mientras peleaba con las mangas largas, antes de que Tim lo ayudara con ellas 

 

“son más cómodas” se excuso encogiéndose de hombros

 

A Tim le gustaba verlo con ella, le calentaba el pecho de la mejor forma, y por la manera en que Ilay lo abrazaba por los hombros dejando salir su aroma para marcarlo, parecía opinar lo mismo.

 

El interior de la tienda, es bastante similar a lo que ya conoce, muchas almohadas, de colores, formas y tamaños diferentes, en un lado las mantas y en el otro las sábanas, al fondo puede divisar colchones y alfombras por el costado.

 

“miras el lugar como si nunca hubieras venido” comenta Ilay mientras avanza por uno de los pasillos de las almohadas y los peluches.

 

“he venido” confiesa mientras sus ojos se pierden en un lindo peluche de oso clásico, color marrón, peludo y de extremidades sueltas y suaves “solo que nunca pase de la entrada”

 

“¿Que?” se detiene a mirarlo y Tim desvía sus ojos del peluche para encontrarse con sus ojos “¿Porque?”

 

“no lo sé” se encoge de hombros “jamás me trajeron y cuando crecí no sabia que quería, me estrese y volví a casa, terminé comprando mi cama por internet y robando mantas de la mansión”

 

“así que dormías en una cama de mierda con unas mantas poco cómodas” parecía especialmente ofendido por ello, lo que puso un poco a la defensiva a Tim.

 

“mi cama es de la mejor marca y muy recomendada por expertos” discute, porque aunque la cama en realidad era una mierda, si estaba recomendada por supuestos expertos a los que se aseguro de destrozar en internet “además, si tu puedes hacerlo yo igual”

 

“si los expertos no son omegas, no son expertos, cachorro” contesta antes de mirarlo desconcertado y preguntar “además ¿Crees que no tengo un nido adecuado?”

 

“viajas demasiado” sus padres le habían dicho que debido a que Tim era omega, viajar con el seria un verdadero problema, Tim descubrió que si estaba incómodo todo el tiempo, no sería una gran diferencia de lo acostumbrado cuando estuviera de viaje, ciertamente ayudó cuando estaba en busca de Bruce “es normal que no lo hagas”

 

“la segunda bolsa de lona que arrastre conmigo” dice mientras mira a Tim a los ojos “está llena de mantas, una chaqueta de mi padre, y un peluche que tengo desde que era un bebe”

 

“Oh” le toma un momento entenderlo, y hace tiempo que sus padres debieron dejar de sorprender y decepcionar.

 

“cómo se siente esto” pregunta Ilay mientras le tiende un almohadón peludo de un anaranjado chillón, Tim lo toma en sus brazos, concentrándose en sentir, es suave y firme, pero hay algo incomodo en el, antes de hablar, Ilay ya lo tomo de sus manos con una mirada pensativa “este no”

 

“no está mal” se apresura a afirmar mientras lo ve devolverlo a su lugar

 

“eso no es suficiente, no tiene que ser adecuado, tiene que ser perfecto” le tiende otro, este aun tiene pelos por todos lados, pero es de un color crema decente y a diferencia del anterior este se siente perfecto, Ilay debe verlo en su rostro porque sonríe “ves lo que quiero decir”

 

“ahora” dice mientras se detiene al costado de uno de los estantes y toma de uno de los costados una pequeña pancarta con diferentes colores en ella “gama de colores” 

 

“¿que?” pregunta desconcertado, mirándolo con la cabeza inclinada.

 

“colores que te hagan sentir cómodo, que te gusten o recuerden cosas felices” explica con paciencia

 

“¿no hay estudios sobre eso?” cuestiona mientras piensa en un color

 

“esos son generales” dice con una sonrisa “pero los colores pueden tener consecuencias en las personas si se asocian con malas experiencias, así que piénsalo bien, ¿Qué colores te hacen sentir tranquilo o feliz?”

 

“rojo” contesta mientras piensa en el símbolo de la ropa de Kon y luego en sus ojos “y azul”

 

“¿solo rojo y azul?” pregunta, mirando aun la pancarta y cuando alza el rostro Tim puede ver como las luces del interior cambian el verde de sus ojos, le recuerda a la forma en que, a la sombra de los árboles en la granja de los Kent, podía ver las hojas moverse con el viento, y el sol atravesar entre ellas en formas circulares y titilantes

 

“y el verde” termina agregando sonrojado hasta las orejas, Ilay sonríe mientras asiente y mira a su alrededor.

 

“puedo trabajar con eso” se mueve y vuelve por el pasillo, seguido de cerca por Tim, toma un carrito bastante grande y vuelven a comenzar con más calma

 

“¿trabajar con que?” Ilay deja caer los dos almohadones que Tim había aprobado en el carrito esta vez con colores que aprueba.

 

“bueno, se que te gustan las cosas suaves, y blandas, el primero que te entregue era firme casi duro pero el segundo era mas suave, también te gustan los colores o suaves, casi pastel, u oscuros, pasaste de largo cualquier cosa demasiado vibrante, y elegías mirar colores suaves y opacos” Tim ve como el hombre inspecciona una manta a lo lejos, parecía ligera, de un tono azul hielo cómodo a la vista

 

“¿qué hay de ti?” pregunta mientras distrae a Ilay que vuelve a verlo con una incógnita en los ojos “¿cuales son los tuyos? ¿tus colores?”

 

“últimamente el azul hielo está bien, aunque no están mal los colores más tierra” se encoge de hombros mientras camina más por el pasillo, perdiendo de vista la manta que había llamado su atención “principalmente tengo mantas marrones o anaranjadas”

 

“otoñales” dice e Ilay le sonríe mientras asiente “pero el azul hielo no es muy otoñal”

 

“no lo es” acepta y le dedicó una intensa mirada, antes de derretirse en una sonrisa cariñosa “los gustos varían con el tiempo y la experiencia, no siempre siguen un patrón” desvía sus ojos “en ocasiones algo simplemente te gusta y ya”

 

Asiente mientras lo piensa, Ilay no parece del tipo que gasta demasiado en sí mismo, y considerando las pocas prendas de ropa que carga, es muy probable que pocas veces lo haya hecho en el último tiempo, se detiene y retrocede en busca de esa manta, se apresura a tomar una del fondo, donde es poco probable que la hayan ensuciado o impregnado en diferentes aromas, es ligera y fría al tacto, pero también parece cómoda, vuelve apresuradamente y la deja caer en el carro bajo la atenta mirada de Ilay

 

“te gustó” afirma con indiferencia mientras lo mira “bueno ahora es tuya”

 

Eligen unas cuantas cosas mas, almohadas, largas y suaves para Tim, medianas y mas duras para Ilay, muchísimos almohadones, colores tierra y ladrillo, verdes, burdeos y azules, una gran variedad que siguió llegando, Tim se enamora completamente de una manta de lana gruesa de color verde bosque, era pesada y suave y tenia las ansias de acostarse en ella tan pronto la vio, Ilay encontró una alfombra suave y fácil de limpiar de un color verde tierra que decidió comprar para su habitación, y compro una azul marino a juego para la habitación de Tim, alegando la importancia de las alfombras en el frio suelo de la casa.

 

“yo tampoco sabia que me gustaba a tu edad” le confesó mientras paseaban una última vez, con el carro hasta arriba de cosas “no está bien, por eso me sorprendí, como omegas tenemos que hacer lo que nuestro instinto pide, al menos en esto”

 

Ilay lo mira con seriedad mientras lo explica, parece realmente esmerado en dejarlo claro para el, Tim era bueno siguiendo sus consejos, así que no tenía objeción, la vergüenza que sintió al intentar entrar solo, se esfumó mientras se paseaba con Ilay a su lado

 

“mi padre era a la vieja escuela, no le gustaba nada que fuera suave, era un viejo amargado lleno de bordes afilados” parece recordarlo con un toque de melancolía, aunque el resentimiento aun podía escucharse en su voz, era más suave de lo que posiblemente fue años atrás “mi madre lo dejo cuando yo aun era un bebe, el decía que no fui suficiente para que ella se quedara, pero creo que era él el que no era suficiente” 

 

“tu padre suena como un idiota” se le escapa mientras la imagen de un Ilay pequeño recibiendo tal clase de comentarios se funde en su mente y lo hace querer agarrar a su padre a golpes, antes de que el pánico por su comentario se cuele, Ilay asiente

 

“lo era” acepta con una sonrisa en los labios, antes de volver a verlo “los tuyos también lo parecen”

 

“lo eran” asiente con un eco de Ilay.

 

“después de que me fui de casa, comprendí que muchas de las cosas que me enseñó me sirvieron, sabía manejar dinero porque tenía que encargarme de la compra o el se gastaría todo en alcohol o comida pre hecha, era bueno peleando porque tenía una gran resistencia a los golpes, era fácil cuando los castigos corporales eran sus favoritos” Tim permanece en silencio, incapaz de decir algo “pero creo que no me habría importado ser un inútil si en su lugar hubiera enseñado a recibir afecto”

 

“pareces bastante afectivo” comerá Tim en un intento de aliviar su dolor, se siente incapaz de comprender el amor de Ilay por su padre, aun más cuando los recuerdos de los niños golpeados que ha salvado de tráfico o de sus propios padres llegan a su mente y se funden con lo que cree pudo haber sido Ilay de pequeño, ojos grandes y verdes, un manchón de cabello rizado de color negro, escuálido y de sonrisa fácil con un gesto firme, golpeado y amoratado por palizas que no debió recibir.

 

“eso es todo tú” se ríe, alegre y ligero, mientras le desordena el cabello “normalmente no tocó a las personas a no ser que me las piense follar”

 

“eres terrible” le contesto mientras lo aleja de un empujón, lo que solo causa mas risas en el mayor que lo persigue con el carrito hasta que están en la caja, donde una chica de unos veinte años, sonríe a Tim y pestañea dulcemente a Ilay

 

“empieza a pasarlos” dice él mientras se aleja de Tim caminando de espaldas, cuando Tim parece seguirlo, Ilay sonríe “espérame, vuelvo pronto, cachorrito”

 

Se vuelve con un ceño confuso en su rostro y comienza a pasar las cosas en orden, la cajera permanece en silencio, pareciendo especialmente inquieta, hasta que finalmente se rompe.

 

“tu papa es muy lindo” dice ella, y Tim no sabe si ella dice lindo de lindo o lindo de guapo, no esta seguro de querer saberlo, de todas formas está demasiado sonrojado por sus palabras como para pensar en ello “es raro ver padres cariñosos con sus hijos adolescentes”

 

“él es así” contesta mientras sigue pasando cosas, aun sin corregirla, ella se ríe como si Tim hubiera dicho algo gracioso y parece querer volver a hablar cuando Ilay finalmente vuelve trotando por la esquina, trae con él el oso de peluche que Tim vio al entrar “¿que es eso?”

 

“tu primer peluche de nido” sonríe mientras lo deja caer, y si antes ya estaba sonrojado ahora siente que sus mejillas arden hasta el punto en que peligrosamente podría derretir su piel “el oso es un cliché” sonríe de forma malvada mientras se inclina y busca la mirada de Tim “perfecto para mi cachorrito y su traumática historia de fondo”

 

“¿y tu peluche? como un traumado de cuarenta y cinco años, necesitas un peluche extra para acompañar el que ya tienes” discute solo por ser infantil, Ilay sonríe más profundamente 

 

“para que crees que te tengo”

 

Ilay le enseña a hacer un nido ese mismo día, arrastran con ellos dos colchones circulares en lugar de rectangulares, mullidos y adaptado a los gustos intermedios de cada uno, llegan a la casa y entre ambos suben todo, dejan los colchones viejos abajo para donarlos a la caridad, mientras Ilay le muestra a Tim como hace su propio nido

 

“se supone que el omega de tu familia deba enseñarte, cada omega tiene sus trucos y te los pasa a ti para que lo ajustes a tu gusto” dice mientras le muestra a Tim la forma en que debe acomodar las frazadas “yo lo resolví con el tiempo, pero tu puedes aprenderlo de mí”

 

Era una pregunta, una sugerencia, Tim no puede expresar lo absolutamente ansiosos que está de recibir esas lecciones, presta minuciosa atención y cuando el nido de Ilay está completo, pasan al de Tim, donde Ilay lo ayuda a acomodar todo con cuidado, impregnando accidentalmente su aroma en las mantas, solo ligeros destellos de olor que son suficientes para hacer que Tim ronronee feliz esa noche.

 

Esa mañana despierta con el oso de peluche entre sus brazos, con la sensación de haber dormido años, descansado como nunca estuvo, se estira y hace estallar sus huesos mientras un gemido complacido se resbala por sus labios, y se encuentra deseando poder permanecer más tiempo en cama.

 

Agradeció su decisión de quedarse en casa ese día mientras perezosamente se arrastra por la orilla y camina fuera, el olor del desayuno llega a su nariz y está absolutamente encantado mientras se sienta en la encimera, viendo a Ilay ya vestido moverse en la cocina

 

“ya era hora” se burla Ilay mientras lo ve desde la estufa, los huevos revueltos en la sartén “pensé que tendría que dejar esto cubierto con un plato si no despiertas en la siguiente media hora”

 

“¿por qué?” pregunta curiosos mientras se recuesta en su lugar “¿dónde vas?”

 

“hora con el doctor” dice mientras pone dos platos de huevos frente a él “al mediodía”

 

Tim lo mira un largo momento, aprieta los labios mientras se endereza en su lugar, finalmente asiente y comienza a comer sus huevos con lentitud, Ilay lo imita y comen en silencio durante un momento prolongado, es cuando están retirando las cosas que Tim se atreve a hablar con su espalda 

 

“¿yo…puedo ir?” pregunta indeciso e inseguro, incómodo mientras retuerce sus manos, pensó que eso era obvio, que lo acompañaría a sus horas con el doctor, que lo harían juntos, pero si lo malentendido, si no es lo que Ilay quiere “si no quieres esta bien, solo quería saber-”

 

Ilay lo interrumpe, de forma abrupta se acerca y lo envuelve en sus brazos, al instante lo abraza de vuelta.

 

“no quería presionarte” se explica, mientras apoya su mentón en la cabeza de Tim “o que creyeras que estabas obligado a ir” como si Tim no hubiera estado soltando datos sobre embarazados desde que se enteró “si no quieres ir está bien, pero me gustaría que fueras conmigo”

 

No hace falta decir que asisten juntos, Ilay se pone otra vez la sudadera de Tim, pero esta vez, Tim opta por lo mismo, usando una vieja sudadera de Conner, en busca de consuelo

 

“en ocasiones hueles extraño” dice Ilay de forma ausente mientras maneja su camioneta, la ventanilla de Tim está abajo y a lo lejos puede ver el hospital, presta atención al omega ignorando la forma en que su estómago se revuelve, ansioso “tu ropa huele extraño, como a… trigo, tierra y pasto” Ilay sonríe un poco “como un prado”

 

“Oh” dice Tim mientras baja la mirada hacia la sudadera que lleva puesta Tim, sonríe mientras el calor le sube al rostro “ese tiene que ser Conner, de vez en cuando deja una prenda de ropa” mayormente cuando tiene que volar lejos y no tiene tiempo de recoger todo, o cuando Tim la lleva puesta y se niega a devolverla, que es lo mas acostumbrado, ambos fingen que no sucede y Tim esta agradecido cuando entierra su nariz en la ropa minutos después de que el chico se fuera.

 

“...deja su ropa” hay un tono sugerente en su voz que eleva aún más el rubor en su rostro, se gira a mirarlo con una sonrisa burlona en el rostro mientras busca estacionamiento “jamás he visto a ese Conner”

 

“vive lejos, no nos vemos muy a menudo últimamente, estamos ocupados” contesta con tono malhumorado, ahora que lo piensa, ha sido un largo tiempo desde que se vio con el o con cualquiera de sus amigos, frunce el ceño y se apresura a enviar un mensaje “pronto te lo presentare”

 

Ilay asiente distraído mientras estaciona y Tim se concentra en su teléfono

 

Timmy:

¿junta?  

Kon:

ocupado, cuando vuelva yo te busco ;)

 

Timmy: bien :)

 

El hospital huele a desinfectante, las personas se extienden por todas partes, diferentes rostros y aromas, se siente ligeramente mareado, jamás le gustaron demasiado los hospitales.

 

lejos de toda su angustia, las cosas fueron mucho mejores de lo que creyó, el ginecólogo era un hombre de entre cincuenta y sesenta años, tenía canas por todo el cabello perfectamente peinado y el que fuera beta fue un verdadero alivio, claro que en cuanto tuvo un momento, se aseguró de registrar todo lo relevante con el hombre.

 

les hablo de los riesgos que podrían surgir, las posibles precauciones para con cada caso y sobre cómo estos riesgos pueden afectar a los bebés, en cuanto esto se menciona, Ilay se vuelve imperceptiblemente tenso y buscando consolarlo, toma su mano, apretando con fuerza, hasta que las naranjas vuelven a ser dulces, solo con pequeños toques agrios.

 

Curiosamente fue mejor de lo que creyó, las cosas no son tan difíciles cuando ya había buscado la mayor cantidad de información posible sobre embarazos de omegas en diferentes circunstancias, al parecer el primer Trimestre estaba yendo perfectamente bien e Ilay parecía especialmente saludable, unas semanas más y pasarían al segundo trimestre, donde todo sería más seguro para Ilay y los bebés.

 

“esto es increíble” murmura Ilay de forma ausente mientras mira la ecografía en sus manos, Tim igual que él, sostiene la copia sin siquiera poder despegar los ojos, ambos estaban recostados en los asientos de la camioneta, simplemente tomando un momento.

 

“al menos sabemos que nunca haces nada a medias” se burla, un poco histérico, Ilay suelta una carcajada que más bien parece un pequeño chillido y luego le suelta una fuerte palmada en el brazo como castigo, se encoge y se aparta con una sonrisa divertida “no es mi culpa que tu cuerpo de adulto mayor decidiera actuar como la incubadora de dos bebés y no uno como estaba previsto”

 

“adelante” le gruñe mientras guarda cuidadosamente la fotografía en su billetera y encendiendo la camioneta “culpa al embarazado”

 

Se ríe mientras mira la imagen en sus manos, una chispa de emoción se enciende en su pecho al ver los dos pequeños puntos en ella, mientras con cuidado desliza la foto en su propia billetera, siente que vibra bajo su piel, una mezcla desbordante de ansiedad y expectación.

 

Ilay enciende la radio mientras siguen avanzando por las calles, Billy Joel canta y la armónica inunda los parlantes llenando la camioneta a su alrededor, trayendo calma y distracción, con el viento sobre el rostro y el olor de las naranjas frescas y dulces.

 

“And he’s quick with a joke, or to light up your smoke” tararea Ilay girando a la derecha, y Tim no puede evitar hacer un sonido de burla, atrayendo la mirada del hombre en cuestión que con orgullo canta mas fuerte “But there’s some place that he’d rather be”

 

“eres tan viejo” se burla, pero toma aire profundamente y en siguiente segundo, está acompañándolo a gritos melodiosos 

 

He says, “Bill, i believe this is killing me

As a smile ran away from is face

“Well, i’m sure that i could be a movie star 

If i could get out of this place”

 

mientras sonríe y canta junto a Ilay solo puede pensar en que nunca a sentido más optimismo por el mañana, que sentado en esa camioneta alegre, ligero y tan vivo.

 

 

Notes:

últimamente estoy un poco obsesionada con Piano Man de Billy Joel, asique no pude evitar agregarlo en una escena

¡¡Ilay va a tener gemelos!! la verdad me costo entender que serian dos y no uno, la idea seguía rondando en mi cabeza y al final la deje fluir, auqneu debio ser obvio, como hermana, no puedo imaginar la vida sin un hermano, asique es lo mas adecuado.

espero les gustara y comenten

Chapter 5: malentendido, sangre y amenaza

Notes:

Demore montones, juro que no era mi intención, pero ya saben, pequeños problemas acumulados, forman un gran problema

(See the end of the chapter for more notes.)

Chapter Text

Vivir con Ilay era sin duda de las cosas más sencillas que había hecho a lo largo de su vida. No era como si no discutiera con él, o no estuvieran en constante desacuerdo por una u otra cosa, vivir juntos significaba acostumbrarse a mantener el desorden en su habitación, porque Ilay parecía ponerse verde, rojo y azul cada vez que encontraba algún desastre en la sala, o llegar temprano a clases de forma regular, comer más de una comida al día y beber agua tanto como bebía bebidas energéticas. 

 

Vivir con Ilay era acostumbrarse a tener un adulto cerca, era no erizarse cuando recorría su cabello con sus manos al pasar y permitirse disfrutar del contacto, o ser malhumorado y disculparse más tarde porque saberse molesto con el omega lo hacía sentir incómodo e inadecuado.

 

Por su lado, Ilay había luchado por acostumbrarse al constante secreto que rondaba la vida de Tim, a la forma en que ocultaba su pantalla de la vista cuando estaba trabajando, a las salidas nocturnas que terminaban a tempranas horas de la mañana, y las oraciones en que volvía cubierto de moretones y heridas.

 

Pero tan pronto se adaptaron, Tim fue consciente de la forma en que simplemente encajaban, como si hubieran vivido juntos desde hace años, y fueran capaces de lidiar con el otro con la facilidad que trae la rutina.

 

No cree que lo admita jamás en voz alta, pero los nervios de Tim estaban mucho mejor desde que podía vigilar a Ilay en lugar de preocuparse por el tipo de lugar en que vive, lo que está haciendo o en qué logró involucrarse, aún más ahora que estaba embarazado, no solo de uno sino de dos.

 

Ilay había llegado a ese momento del embarazo donde parecía no poder permanecer quieto, moviéndose por todas partes intentando hacer su día como si no tuviera un pequeño bulto prominente impidiendo que se deslice con facilidad bajo los autos, Tim no cree poder mantener la calma si tiene que volver a quitarle una pesada caja llena de herramienta de las manos.

 

No ayuda que con la energía extra viene ese brillo saludable que lo hacía ver y oler como la mayor delicia del séptimo cielo, atrayendo alfas como las polillas a la luz, polillas que Tim se esforzaba por no desmembrar, vigilando sus caras de idiotas mientras intentaba revisar el caso que tenía entre manos, lo que era casi imposible, cada vez que lograba ahondar en el caso y comenzar a formar teorías y un perfil satisfactorio, uno de esos imbéciles se inclinaba demasiado cerca o deslizaba su mano en lugares donde no deberían estar.

 

Le arrancaban gruñidos de advertencia que poco hacían para mantenerlos a raya, y Tim se sentía tentado a comenzar a comunicarse por el lado más grosero que harían que Alfred lo mirara fijamente y alzara una de sus elegantes cejas ya sea en sorpresa o en reproche.

 

Había suerte con algunos, los que daban un pie atrás y mantenían su comportamiento a raya con un adecuado rastro de vergüenza en sus rostros, esos seguían siendo atendidos sin mayor problema, en cambio los estúpidos atrevidos que devolvieron el gruñido con dientes descubiertos y amenaza grabada en sus rasgos, pronto se encontraban siendo echados por la puerta del taller, con un Ilay furioso y fríamente educado mandándolos a la mierda por atreverse a responder a su cachorro. 

 

A todos esos alfas los ponía como perros en celo la idea de fornicar con un omega embarazado, cegados por el atractivo del aroma dulzón y fértil, pero eran lo suficientemente estúpidos como para insultar a su cachorro en sus narices, cuando dicho omega estaba en un estado hormonal que por sobre todo ponía la seguridad de sus crías en prioridad.

 

Si esto hacía que Tim les sonriera a todos y cada uno con burla y superioridad, sólo él y los alfas de mierda lo sabrían.

 

Esta preocupación y constante vigilia que sentía, lo había hecho disminuir sus rondas nocturnas, mayormente por una profunda inquietud y ansiedad ante la idea de dejarlo solo y desprotegido, esto sin importar cuantos protocolos de seguridad tuviera en la casa o el que Ilay tuviera un arma con el.

 

Fue un alivio cuando cada madrugada volvía y lo encontraba durmiendo plácidamente o asaltando la nevera en la cocina, y lentamente comenzó a sentirse más tranquilo y confiado, regresando a su rutina acostumbrada, aunque cambiando sus horarios, salía mas tarde, asegurándose de dejar a Ilay durmiendo y volvía más temprano, cuidando dormir al menos una o dos horas antes de empezar el día.

 

Había movido su traje a una de sus casas seguras, donde podía cambiarse sin temer que Ilay se levantara al baño y lo encontrara con la máscara puesta, es en esos momentos en los que agradecido haber cortado el contacto constante con los murciélagos, muy probablemente Bruce no vería con buenos ojos su repentino cambio de horario, o el hecho de que estuviera poniendo en riesgo su identidad, o su vida, o la de Ilay. 

 

Aunque no fue necesario que Bruce estuviera en su vida para dedicar largos sermones de decepción cuando la culpa amenazaba con tragárselo vivo, tanto por el peligro que ponía en la vida de Ilay, como el que ponía en las personas que salvaba al no estar tan concentrado como debería.

 

Sabe que es egoísta, sabe que se está aferrando con fuerza al único trozo de esperanza que pudo encontrar en el desastre en que se había convertido su vida, y ahora, mientras veía la cuarta escena del crimen del aniquilador de familias esa culpa era más que un sentimiento, era el peso de las muertes aplastando su esternón.

 

Los habían dejado al igual que a los otros, ambos padres amarrados a las sillas, uno junto al otro mientras el niño permanecía a una distancia considerable tras ellos, estaban en un oscuro almacén que muchas veces había usado máscara negra en el pasado.

 

Hood, que parecía especialmente incómodo con todo el tema del almacén más los cuerpos sin vida amarrados a sillas, paseaba de lado a lado como un león enjaulado.

 

“¡Esto es una puta mierda!” gritó mientras pateaba una de las muchas cajas de madera vacías del lugar, había renunciado a su casco y se pasaba las manos por el cabello de forma constante y estresada “¡doce personas! reemplazó, cuatro familias completas, cuatro niños”

 

El silencio cae sobre ellos, no tiene nada que decir a eso, no era bueno, nada bueno, Tim temía que el asesino se deteriorara y cayera en una racha con cada vez menos diferencia de tiempo. Tragó el nudo en su garganta y se obligó a pensar con racionalidad.

 

“no existe rastro de agresión sexual en ninguna de las escenas o víctimas anteriores, estoy seguro de que es lo mismo en esta escena, podemos descartar algún interés romántico o sexual en alguna de las victimas” se cruza de brazos paseando sus ojos por los cuerpos de forma clínica, intentando no estremecerse cuando observa al niño de cabello rubio “podemos empezar a reafirmar la teoría de la proyección”

 

“no necesito el análisis completo de ese bastardo” es mordaz y venenoso, acercándose a Tim con cada músculo del cuerpo tenso, imponiéndose en su altura y sabe que de no ser por el parche de olor, el fuego lamería cada zona de ese almacén “necesito saber quien es y cómo atraparlo”

 

“contrólate” gruñe Tim con frialdad, sin mover un solo pie, aun si quiere desesperadamente dar un paso atrás, tiene la máscara puesta, pero eso hace poco para desestimar el desafío con el que devuelve la mirada, se miden unos momentos largos y tensos y cuando creyó que era una pelea perdida, Jason suelta un gruñido hastiado y obedece, alejándose lo suficiente para que Tim pueda volver a respirar con normalidad “esto no es sobre ellos como personas” vuelve a lo suyo con una tranquilidad que no siente, apunta al lugar que ocupan los cuerpos, señalando al niño mucho mas atrás que sus padres “tiene que ver con la dinámica familiar, no la que ellos tienen, si no la que el asesino crea para ellos”

 

Tim intenta ordenar las ideas en su cabeza, buscando desesperadamente un hilo del que tirar, hay una historia, sabe que la hay, solo tiene que encontrarla.

 

“¿La primera víctima en cada escena era quien sustentaba a la familia?” pregunta sin mirarlo, ha leído cada archivo y sabe la respuesta, pero necesita sentir que empieza desde cero, una mirada más limpia y fresca.

 

“según los registros que Oracle encontró, la primera víctima siempre sustentaba en su mayor parte a la familia” ahora Jason finalmente se mantiene quieto en su lugar, con sus manos en sus caderas, concentrado en entregar la información y ya no en perder la cabeza “algunas de las segundas víctimas trabajaban, pero ese dinero estaba destinado a fondo universitarios para sus hijos o para el sustento de otros intereses, juguetes para el niño, regalos para el padre, cenas románticas, cosas más cotidianas” 

 

“es el protector, el pilar de la familia” siempre el primero en morir, se vuelve hacia Jason “haremos un repaso” dice mientras se aleja de la escena, buscando una visión más panorámica del lugar “¿cómo murió cada víctima en cada escena?”

 

“todas las primeras víctimas, a excepción de la primera escena, donde el hombre murió desangrado, murieron por una contusión en el cráneo con un objeto contundente, incluyendo esta” aseguró Jason y aunque faltaba el reporte del forense sobre esta escena, podía confiar en que si alguien sabia de que se había muerto un cadáver, era Hood, eso y que la única otra forma de que muriera sería consumiendo algún tipo de veneno y no encaja con lo que se sabía del asesino hasta el momento “y fuera de ese cambio en la primera víctima, los otros integrantes de la familia mueren exactamente con el mismo método, una bala, aunque puede que el omega varíe en cuanto a donde” Tim frunce el ceño mientras mira la herida en el estómago de la mujer, Jason sigue explicando “algunos van al estómago, otros al pecho, pero siempre es una bala, aunque en el caso del niño es más consistente, siempre es en la cabeza, y cada vez es desde atrás”

 

“¿una ejecución?” susurra Tim, jugando con la idea en su cabeza

 

“¿Qué clase de enfermo cree que un niño merece una ejecución?” Jason aunque poco objetivo, tiene  razón, una ejecución no encaja, aunque tampoco parece estar del todo mal, tal vez algo en medio.

 

visualiza una línea de tiempo en su cabeza, el pilar de la familia desaparece y muere primero, luego ambos integrantes restantes son tomados, y la figura materna muere después, queda solo el niño, quien termina siendo ejecutado.

 

Algo está mal, algo en la línea de tiempo está mal, algo no es correcto, les falta algo, pero aunque lo sabe, no puede encontrar que es.

 

Pasea su mirada alrededor, el lugar es amplio y no está limpio, después de todo había pertenecido a máscara negra en su momento, estaba oscuro y mal organizado, pero un vistazo con detenimiento fue suficiente para encontrarlo.

 

Había dos manchas de sangre seca en el suelo, lo suficiente marrón en la oscuridad del lugar como para pasar por tierra o algún tipo de aceite derramado, estaban uno al lado del otro, prácticamente encima, levantó la mirada para encontrar la vista de los cuerpos, mientras giraba en torno a las manchas.

 

La ropa del chico estaba cubierta de sangre, las mangas de su chaqueta estaban oscurecidas aunque lógicamente deberían estar limpias, solo con algunas manchas de salpicadura, sus ojos se desplazaron al cuerpo de la mujer, se acercó intentando ver con mayor claridad.

 

“¿Eso no es la marca de una mano?” pregunta a Jason sin dejar de ver la mancha oscura en el suéter de punto de la víctima, casi pasa inadvertida debido al color oscuro de la ropa,  Jason se acerca a ver y solo necesita que lo mire a la cara con sorpresa para saber que lo es “es pequeña, demasiado para ser del asesino, es la mano de su hijo”

 

“sabíamos que los movía post mortem ¿Qué tiene eso que ver?” Jason no tenía el tono habitual de desdén en su voz mientras preguntaba con genuina curiosidad 

 

“pensamos que era una ejecución, incluso en el reporte oficial se piensa que es una ejecución, las ejecuciones se tratan de control, de tener todo perfectamente manejado” habla Tim mientras vuelve sobre sus pasos, seguido de cerca por el contrario “¿por qué tener al niño suelto?”

 

“tal vez quería mantener bajo control a la madre” sugiere “sentir un mayor nivel de sumisión, tener aún más control”

 

“eso creí” acepta “una necesidad de control como esa sugiere un nivel de sadismo que pasa cualquier racionalidad, casi como si fuera más que un gusto, una necesidad ” vuelve a rodear las manchas en el suelo “es un sádico, también es teatral, las sillas, las posiciones, el orden de muerte, es una historia, es teatro”

 

“¿entonces que? ¿lo rechazaron en Hollywood?” mira las manchas que Tim señala y pude ver el momento en que comprende que son

 

“estaban ambos sueltos, el niño y la madre” arriesgado para un asesino que deseara tener control “balística determinó que las armas eran diferentes, el niño muere con una, pero la madre con otra, en cada escena es igual” 

 

“¿son dos asesinos?” es lógico llegar a pensar que son dos, si Tim no hubiera notado el detalle en el suelo y la ropa tal vez también habría sido su conjetura

 

Toma a Jason sin decir palabra y lo mueve hasta ocupar el lugar donde están las manchas de sangre sin que pisara la escena, antes de moverse unos cuantos pasos hacia atrás y caer de rodillas para alzar su mano haciendo una pistola con los dedos.

 

“las balas de la madre siempre están en el torso, una zona amplia y fácil de alcanzar para un inexperto o alguien de baja estatura y el arma con la que es asesinada es pequeña, lo suficiente ligera como para que pueda sostenerla”

 

Hay un momento de silencio, cargado y pesado, y aun sin poder ver los ojos de Hood tras el antifaz, sabe que el puro horror los tiñe.

 

“¿el niño?” un susurro lleno de horrible incertidumbre.

 

“el niño” confirma, poniéndose de pie y retrocediendo un paso y esta vez apuntando a la figura que había representado previamente “no amenaza al niño, es demasiado joven como para comprender el peligro, demasiado joven como para representar una amenaza, sabemos que está manteniendo a raya a la madre”

 

“amenaza la vida del niño para controlar a la madre mientras ¿que? ¿lo incita a matarla” hay incredulidad, y asco pero no duda de la versión de los hechos de Tim, en el fondo, donde Tim no sabía que existía, un nudo se suelta lentamente.

 

“eso parece” frustrado se baja la capucha y pasa las manos por su cabello con brusquedad, aun sintiendo que algo se está perdiendo “es la conjetura más completa que tenemos”

 

“pero” Jason lo mira con intensidad, completamente quieto, Tim permanece en silencio un momento más, inseguro “sé que hay un pero, tienes esa actitud de mierdecilla inteligente frustrada

 

“no tiene sentido” gruñe mientras mueve su mano hacia los cuerpos “todo sugiere que es un sádico, la necesidad de control, la tortura psicológica del  niño asesinando a su propia madre, mantenerlos a ambos libres pero incapaces de correr, algo como eso destrozaría la pisque de un omega” se quita la mascara intentando respirar aire fresco y se arrepiente cuando el olor de la sangre inunda su nariz “pero es contradictorio, no busca que el niño mate a la madre, al menos no como objetivo, no tiene sentido, no ha representado un nivel de sadismo consistente con esta escena, mata al padre y captura a la madre, los últimos dos mueren casi sin heridas, si fuera sadico, lastimara primero al niño, y obligatoria a que el omega vea a su cachorro morir, esto es mas calculado, como si fuera un trabajo, una tarea pendiente que tachar”

 

“no tienen ni rastro de actividad sexual” aporta Jason “una necesidad de control y un sadismo como ese sería movido por un deseo sexual ¿no?”

 

“exacto” se anima mientras comienza a moverse por el lugar “parece poner más esfuerzo en la escena posterior que en satisfacer algún deseo sexual”

 

A lo lejos se escuchan las sirenas que Jason había llamado en cuanto encontraron los cuerpos, inicialmente habían pensado en esperar a ver el archivo policial, pero Tim había querido ver bien la escena sin interferencia, suspira mientras se asegura de dejar el área despejada para que las manchas de sangre sean vistas y se tomen muestras y pueda verlas luego de que sean puestas en el sistema.

 

“es huérfano” acomoda la máscara sobre su rostro, ajustando sus filtros e intentando no respirar más del metálico aroma de la sangre, puede sentir la mirada burlona de Hood sin siquiera mirarlo “no me mires así, algo es algo” 

 

“eres huérfano, eres de la zona burguesa de Gotham y eres huérfano ” se burla Jason mientras salen del almacén y se montan en los tejados “¿y crees que un psicópata que asesina familias completas no lo sería?”

 

“ser huérfano no te asegura ser psicópata” discute débilmente, mientras ve las sirenas de la policía y las ambulancias al pasar.

 

“pero si te hace tener comportamientos bastante cuestionables” Tim lo voltea a ver y aunque tiene la máscara puesta, sabe que emite la vibra adecuada cuando Hood se encoge de hombros a la defensiva “B, murciélago gigante” enumera con el dedo “Wing, sus padres aun no dejaban el concreto del circo y el ya estaba alzando el vuelo, yo, bueno, no hay mucho más que decir” inclina la cabeza y a Tim le gustaría no saber que es un gesto juguetón “cortar cabezas a diario podría dar algo de qué hablar” alza un cuarto dedo “tu, señor burgués, eres lo que llamaría un villano en ciernes, el único que no cuenta es el bebe demonio y eso es porque su padre parece incapaz de estirar la pata y su madre literalmente es incapaz”

 

“son la excepción y no la norma” discute y cuando Jason alza la mano con la clara intención de enumerar a más, lo corta con un movimiento brusco entre un techo y otro.

 

“lo que te deje dormir” cede, pero puede escuchar la sonrisa en su voz.

 

“el orden de las sillas era demasiado específico para no significar algo” vuelve al tema, internado no pensar en la hora y en lo tarde que era “los padres se van, el niño se queda, no importa si lo abandonan o se mueren, lo dejan, para el es lo mismo, es huérfano, está solo, desprotegido y es en parte su motivación”

 

“¿en parte?” pregunta, se detienen en el borde de ambos territorios 

 

“si, ser huérfano puede que sea un complemento de su impulso, pero el detonante, el propulsor de toda esta masacre, es algo más”

 

“sadismo ¿no?” cruza los brazos y el cuero de su chaqueta se aprieta y suena, Tim se pregunta si alguna vez la ha rasgado, luego piensa en explosiones, balas y cuchillos y se pregunta cuántas de esas chaquetas exactamente iguales tiene

 

“la escena dice eso” asiente, mirando hacia donde sabe esta su casa segura “creo que es algo más, más personal, menos sórdido que deseo, e impulso primario”

 

“teatro” suspira Jaison y Tim asiente “le pediré a Oracle que reduzca la lista a solo huérfanos, aunque no se que tanto ayude”

 

“por la fuerza y habilidad y la clara falta de indicios de un compañero, debe de tener entre treinta y cuarenta años, incluso cincuenta si esta bien cuidado” explica “no hay especificación de género secundario, pero su género es masculino”

 

“¿hombre?” cuestiona Jason

 

“el niño, es un reflejo de sí mismo” Tim sostiene el garfio en su mano mientras ve la luz del alva asomar entre los edificios “sus padres murieron cuando era joven, antes de que cumpliera diez años, asique es un hombre de entre treinta y cuarenta y cinco años, dile a Oracle que busque hombres que quedaran huérfanos alrededor de entre veinte y treinta años atrás”

 

“bien, es más de lo que creí” sus manos ahora están en sus caderas, y no era posible que Jason fuera tan diva “¿alguna otra cosa?”

 

“en realidad si” ahora es él quien apoya una de sus manos en su cadera e inclina su mano con gancho en dirección del alfa “no tenía familia a la que acudir, asique pasó por varios hogares de acogida, o tal vez orfanatos, puede que incluso fuera adoptado, que lo busqué entre ellos” 

 

“se lo haré saber” asiente Jason, sin mayor pelea y es tan incómodo que Tim está seguro de que hay algo que aun no dice, pero quiere decir.

 

“bien” asiente mientras se prepara para partir “si descubro algo mas te lo haré saber” 

 

“chico” llama Jason, pero Tim lo ignora y finge no haber escuchado mientras se balancea y huye del lugar.

 

Cuando finalmente llega a la casa segura, se precipita al baño, se arranca la máscara y cae de rodillas mientras expulsa lo poco que tenía en el estómago, se ahoga mientras su garganta arde desagradablemente, el sudor le cae por la nuca y las lágrimas saltan de sus ojos mientras otra arcada sacude su cuerpo.

 

Cuando finalmente termina, está recostado sobre el baño, sobre el suelo frío y estéril, siente su cuerpo sin huesos y desea con todas sus fuerzas desmayarse y no abrir los ojos hasta dentro de tres meses más.

 

Mientras se pone de pie e intenta quitarse el traje, se percata de la forma en que tiembla violentamente, se apoya con cansancio contra la pared y se obliga a respirar, y tan pronto logra meterse bajo el chorro de agua restriega su piel con fuerza, el cansancio dando paso a la intransigente necesidad de borrar el olor metálico de la sangre de su cuerpo.

 

La idea de llegar a casa oliendo a asesinato le retuerce el estómago, se niega a permitir que Red Robin se mezcle con Ilay. 

 

Le lleva más de veinte minutos sentirse medianamente tranquilo, aun si el olor de la sangre no desaparece de sus fosas nasales.

 

Se siente cansado y rígido, su cabeza duele y solo quiere fingir que los últimos momentos de su noche no pasaron, que puede volver a casa sin sentirse atormentado, pero no logra erradicar la imagen del niño pálido y sin vida en ese almacén, una pequeña y solitaria figura a espalda de sus padres de quienes lo ultimo que vio fueron sus cuerpos.

 

Sale de la casa segura con una sudadera negra cubriendo su rostro, y la chaqueta de cuero de Ilay sobre ella para mantenerlo cálido y aunque se niegue a reconocerlo, para brindar un poco de consuelo, mientras su mente no dejaba de obsesionarse con el niño, cierra los ojos y los restriega con fuerza, esta grabado en la parte trasera de sus párpados, la imagen lo persigue y siente que si no se deshace de ella, pronto perderá la cabeza, no lo piensa demasiado antes de sacar el teléfono y marcar.

 

“¿Tim?” contesta la voz ronca de Kon luego del tercer pitido, sonaba somnoliento y confundido. 

 

“hola tu” dice sin saber qué más decir, está dividido entre la culpa por haber molestado su sueño y el alivio que le causa escuchar su voz “lamento si te desperté”

 

“no, está bien” no le sorprende que ya suena más despierto, aun si su voz aun es baja y ronca, Tim se fuerza a no pensar demasiado en ello “¿estás bien?”

 

Sonríe, es tan fácil y tan bueno, y mientras suspira lo más silencioso que puede, no entiende porque no llama a Kon cada vez que todo es demasiado, siempre es cálido, siempre es comprensivo, siempre intenta ayudar a sus amigos, puede que Konel no crea en una semejanza entre el y Superman, pero Tim lo ve, lo vive y lo aprecia en silencio, entiende la tranquilidad y confianza que las personas sienten por Superman, porque cada vez que Kon le habla con esa voz suave y gentil, cada vez que se vuelve a mirarlo con esos ojos grandes y preocupados, se siente tranquilo y a salvo. 

 

“Todo está bien” asegura ralentizando sus pasos, el sol comienza a iluminar las calles con una luz azulada, y es demasiado temprano para estar despierto.

 

“todo bien” se burla Kon, sonando menos tenso, y Tim se lo imagina con el teléfono en la mano, listo para recoger su ropa y venir en su ayuda si así lo necesitara, por un pequeño momento, quiere hacerlo, quiere pedirle que vuele hasta el, que se preocupe por el, que vuele por el lo más rápido que puede “¿es un curso que Batman imparte? como ser lo más robóticos posible por el murciélago de Gotham”

 

“ya quisieras que fuera un curso para asistir” se burla de buena gana, ignorando sus pensamientos intrusivos “así podrías intentar redefinir tu programación y quitar ojos de cachorro de en medio”

 

“no son ojos de cachorro, son ojos de un depredador, es un disfraz a plena vista, el lobo vestido de oveja” Kon seguramente olvidó que él estaba a su lado cuando le insistió a mama Kent que le diera más postre, usando sus grandes ojos azules con la mirada baja aún si era una cabeza más alto que ella en ese entonces “y en ese caso ¿Qué dice tu programación?” 

 

“Cien formas de patearle el trasero a Kon-El” contesta con seriedad, puede ver el taller cerrado a unas cuadras y no puede evitar el suspiro de alivio, desea estar envuelto en mantas suaves, almohadas blandas y el aroma de las naranjas.

 

“no es muy útil considerando que de nada te sirve” continúa con sorna, y soberbia, es arrogante y orgulloso y Tim recuerda una sonrisa petulante que no debería debilitar sus rodillas como lo hace.

 

“nunca lo he puesto en práctica” contesta con su acostumbrada calma, fácil de confundir con arrogancia  “por el momento eres demasiado valioso para terminar con tu autoestima”

 

“siempre seré valioso” presume sin un ápice de duda y le roba una sonrisa, porque si, él siempre lo será “mi autoestima es intocable, no importa lo que un pajarito pueda intentar

 

Tim ríe y lo deja pasar, feliz con el silencio, escuchando el sonido de las sabanas de Kon al moverse e intentando no imaginarlo en su cama de una plaza, ahora demasiado pequeña para él.

 

“¿mala noche?” finalmente pregunta, nuevamente es suave y tranquila, dejando atrás su confianza acostumbrada.

 

“mhm, algo así” murmura, desviando sus pensamiento peligrosamente cariñosos, la imagen del niño amarga su rostro “aniquilador de familias, cuarta escena, siempre dos adultos…un niño”

 

“Dios, Ángel” suspira, y lo escucha removerse en su cama, posiblemente sentándose, su pecho se calienta ante el apodo y no protesta, se detiene fuera de la puerta de metal, jugueteando con las llaves en su bolsillo, sin intentar abrir aun “eso es una mierda”

 

“si” suspira, lo es, una gran mierda, no entiende qué pasa, no entiende porque ahora, pero la imagen lo ahoga, lo persigue, lo acosa y lo destruye, cuando sus ojos pican y su respiración se entrecorta, se da cuenta de que quiere llorar “no se que me pasa, pero no puedo dejar de pensar en ese niño” susurra, sabe que Kon escucha su agitada respiración y posiblemente también su corazón, no tiene energía para avergonzarse “era un cachorro” se lamenta “solo un cachorro, un bebe”

 

Tim reconoce ahora lo que lo recorrió en el almacén, quería quejarse tan pronto lo vio, quería emitir un llanto desgarrador que jamás habría reconocido de no ser por que Ilay ha estado enseñando cosas de sí mismo como omega, era un cachorro y Tim quería acunarlo y envolverlo, protegerlo incluso si no tenia vida en su pequeño e inocente cuerpo.

 

Se quedan en silencio mientras Kon arrulla suavemente, una letanía de “esta bien, Tim, todo mejorará ángel, respira para mí, cariño” Tim no esté llorando, aun si sus ojos pican, pero respira con dificultad y de vez en cuando un sonido de angustia se le escapa y el alfa al otro lado del teléfono intenta calmarlo con dulzura, le brinda palabras suaves y tranquilizadoras, puede escuchar su pánico oculto en lo profundo de su voz, siempre a sido un libro abierto para Tim, o al menos desde que se volvieron cercanos.

 

“¿quieres que esté contigo?” pregunta, seriedad y suavidad entremezclada, haciéndolo suspirar, y quiere, quiere tenerlo cerca, quiere permitirle ver su dolor, y su temor, Tim lo desea tanto que duele “puedo ir en este momento”

 

“no” masculla, recomponiéndose “está bien” tranquiliza mientras se recarga contra la puerta, se pregunta si Ilay está despierto, inclina la cabeza hacia el cielo y suspira profundo y tembloroso, pronto tendrá que entrar “estaré bien” hay un silencio extendido e inseguro, y los ojos de Tim se estrechan, la curiosidad pica “¿que?”

 

“¿estás embarazada?” es abrupto en el mejor de los casos, casi como si las palabras hubieran escapado de sus labios, apresurado y casi atropellado, Tim se detiene un momento, totalmente desconcertado antes de quejarse con fuerza, parece ser respuesta suficiente para Kon, quien ríe de buena gana, hay diversión y alivio mientras susurra “cuando Clark me llamo y pregunto si no tenia algo que contarle, juro que pensé que había encontrado la Kriptonita que utilizo para las perforaciones”

 

“¿porque te pregunto eso?” exclama Tim, con los ojos bien abiertos, intentando ignorar el hecho de que Clark Kent, Superman, piensa que Tim está embarazado

 

“al parecer Bruce lo llamo” explica con calma, y nuevamente escucha el la cama crujir al otro lado del teléfono “al inicio solo fue porque estaba preocupado y al parecer está evolucionando y a comenzado a hablar con las personas en situaciones de crisis extrema”

 

“¿Es una situación de crisis extrema que me embarace?” no es que estuviera embarazado, pero si lo estuviera, sería perfectamente capaz de lidiar con ello y la falta de confianza está comenzando a irritarlo.

 

“así parece” se burla, para nada ajeno a la irritabilidad de Tim “el problema es que al parecer, Dick me apunto con el dedo, Clark fue gentil, diciendo que solo fue una sugerencia, pero estoy seguro de que hay una amenaza de muerte en alguna parte”

 

“Estás siendo paranoico, Dick no mata” contestó distraído “no puedo creer que Bruce está hablando de eso con el condenado Superman”

 

“¿porque creen que estás embarazado?” pregunta divirtiéndose demasiado con la situación para el gusto de Tim

 

“por el mismo motivo que creen que tú eres el donador de esperma” gruñe mientras finalmente abre la puerta de metal, desactivando la alarma tan pronto entra “conjeturas, malos entendidos y un grupo de necios sin sentido de la audición”

 

“¿no vas a corregirlo?” pregunta curioso, aunque extrañamente aplacado

 

“no es mi problema” se queja subiendo las escaleras y bajando la voz “lo intente, no escucharon ¿a quien más se lo dirán? ¿mujer maravilla? ¿linterna verde? ¿el puto Jhon Constantine?”

 

“esto solo puede pasarte a ti” se burla sin maldad, y su risa eriza a Tim de una forma completamente nueva, haciéndolo sentir ofuscado pero no molesto.

 

“si lo mencionas dentro de diez años juro que te hago una lobotomía” amenaza entre dientes, fuera de la puerta, Kon ser ríe y Tim suspira, dejando que sus hombros caigan “Gracias” susurró luego de otro silencio, su voz casi inaudible, aunque perfectamente claro para Superboy “necesitaba hablar”

 

“sabes que siempre puedes llamar” contesta Kon restando importancia y nuevamente causando revuelo en su estómago, atrás quedaron las náuseas y el nudo, esta vez está lleno de ligereza y satisfacción “aunque no estaría mal vernos” 

 

“ha pasado un tiempo” está de acuerdo, meditando los pros y los contras, antes de encogerse de hombros “¿estás libre la próxima semana?”

 

“no” se queja, realmente molesto por ello “pero estoy libre la siguiente”

 

“en poco tiempo, solo veremos nuestras caras en reuniones anuales” molesta Tim, internado que no se note en su voz lo inadecuada que se le hace la idea “nos daremos un saludo incómodo e iremos cada uno por su lado”

 

“no dejaré que eso nos pase” asegura con confianza, y Tim quiere creerle, así que lo hace, se permite hacerlo “¿será noche de película?”

 

“no lo creo” dice con lentitud, mientras piensa en Ilay y en lo incómodo que sería para el que un Alfa entrara en su zona de confort durante un periodo de tiempo tan largo, puede que no lo mencione, pero Tim sabe lo mucho que le gusta entrara en casa y aspirar el profundo aroma de ambos en todas partes, Tim también lo disfruta mucho, aunque a él no le molestaría tener una prenda con el aroma de Kon en su nido, recientemente descubrió lo estúpidamente reconfortante que es robar prendas de ropa y esconderlas bajo la almohadas en su habitación “más como una cena o algo así”

 

Tal vez deberían dejar de extender el término guarida a todo el departamento, no se dio cuenta al inicio, pero toda la casa es una especie de nido gigante, supone que son las consecuencias de no tener más personas en sus vidas, ninguno creyó que fuera un inconveniente hasta que lo fue.

 

“está bien” contestó con lentitud, curioso y posiblemente desconcertado, Tim rara vez impedía que permaneciera cerca demasiado tiempo, había descubierto que aislarse con él y Bart como amigos, era casi imposible “Bart aún está atrapado con su familia, sería solo yo”

 

otra vez aporta su mente 

 

“si, está bien” dice ignorando el hecho de que que Bart a dejado de asistir a las reuniones en casa, aunque sospechosamente sigue apareciendo en las salidas al aire libre, tal vez visto desde fuera, la sugerencia de Clark no fuera tan descabellada “debería cortar, es tarde, tienes que dormir”

 

“si, tu también” dice, pero ninguno intenta cortar la llamada, permanecen en silencio un poco más hasta que Tim suspira

 

“hablamos” susurra y Kon lo imita

 

“hablamos, Tim”

 

Se queda unos momentos más en la puerta, solo pensando en él, lejos, en esa casa, en esa granja, se pregunta qué lo mantiene tan ocupado y siente como el deseo de tenerlo cerca lo abruma, se obliga a dispersar el pensamiento abriendo la puerta, finalmente en casa.

 

no debería sorprender, pero lo primero que encuentra, es a Ilay sentado en la mesa de la cocina, con un sándwich en la boca y un vaso de jugo de frutilla, le arranca una sonrisa mientras se acerca. 

 

Mientras se mueve, puede sentir aun el cabello un poco húmedo por la ducha y a pesar de llevar chaqueta, el frío ha logrado calar en sus huesos profundamente, pero mientras se acerca cada vez más a Ilay, y el olor que persistía en su nariz finalmente se esfuma, dando paso al campo de naranjas, suave y dulce y perfectamente tranquilizante, con ese distintivo toque a leche por el embarazo, y de pronto las cosas no son tan malas, el día no es un presagio de malas noticias y presión agotadora, su cabello terminará por secarse, el frío se tornara pálido con cada segundo, y el olor a sangre será solo un recuerdo, del que puede prescindir por unas horas.

 

“tarde” reclama Ilay una vez que a conseguido tragar el bocado que tenia en la boca, tiene las cejas fruncidas pero se ve adorable con migas de comida alrededor de su barbilla, su playera se extiende sobre la pancita que se le había comenzado a formar y su cabello es un desastre. 

 

“lo sé” murmura y en cuanto está cerca envuelve a Ilay en un abrazo que es correspondido al instante, el caso, Jason y la charla con Conner, aunque bienvenida, a causado que se siente agotado y necesitado de forma en que rara vez se permite estar, pero con Ilay, Tim ha comenzado a sentir que algunas cosas simplemente son cómo son y solo tiene que dejarlas fluir, se aprieta contra el omega y aspira su aroma, puede sentir el pequeño bulto contra su estómago, y afloja un poco su agarre, temeroso de lastimarlo “te extrañe”

 

“no lo harías si dejaras de escapar por las noches” su voz está teñida por el reproche pero rápidamente da paso a un suspiro derrotado, antes de acariciarle el cabello “vamos a dormir cachorro, solo quedan unas horas”

 

Se alegra de que lo deje pasar, es un acuerdo tácito y silencioso, Ilay no presiona demasiado y a cambio, Tim llega con la menor cantidad de heridas posibles y a una hora razonable.

 

Solo unas horas más tarde, despierta asustado y desorientado, el sonido atronador de su alarma perfora sus oídos mientras intenta encontrar su teléfono a ciegas, con los ojos demasiado borrosos para ver con claridad.

 

entre sus movimientos torpes y descoordinados logra apagar el irritante sonido, gimiendo quejumbrosamente antes de cerrar los ojos aun sentado, desconcertado y somnoliento, siente una incómoda calidez en su bajo vientre mientras su cabeza se demora un momento más en ponerse al día, finalmente entendiendo que está en su cama, en su nido, envuelto en mantas como un burrito y que Ilay está a su lado, abrazando una de sus almohadas, al igual que el, envuelto como un burrito.

 

Lo mira sin ver durante largos momentos antes de sobresaltarse por el sonido irritante de su alarma nuevamente, en algún momento sus ojos se habían cerrado y se había quedado dormido de esa forma, sentado, no fueron más de unos segundo tal vez un minuto, se pasa la mano por la cara y vuelve a buscar el teléfono.

 

“apágalo” se queja Ilay mientras se cubre la cara con la almohada, Tim gruñe mientras finalmente lo encuentra y se siente tentado a estrellarlo contra la pared en lugar de solo apagarlo, finalmente despierto, aunque a regañadientes, se pone en marcha, agradece la ducha de la noche anterior mientras se cambia de ropa y toma su bolso, duda un momento pero finalmente decide que quiere llevarse la chaqueta favorita de Ilay cubierta de su olor.

 

Cuando vuelve a mirar al omega, este ha logrado sentarse en la cama con un puchero y los ojos nublados por el sueño, es difícil mirar a un adulto con arrugas alrededor de los ojos y solo poder pensar en lo entrañable que puede ser.

 

“iré solo” comunica con una sonrisa mientras se acerca y empuja a Ilay hacia la cama, quien obedece sin quejarse mientras es cubierto por mantas “puedo llegar bien”

 

“vas a llegar tarde, adiós a nuestra racha de responsabilidad” se queja entre murmullos y Tim se ríe de él, no alcanza contestar cuando uno de sus brillantes ojos verdes se abre y dice con completa autoridad “iré por ti, a la misma hora de siempre, sin quejas” 

 

Tim quiere insistir en que no es necesario, como lo ha hecho durante semanas, pero sabe que es una batalla perdida, Ilay no tolera su exceso de preocupación y poco le importa que Tim no quiera que conduzca si se le antoja ir a buscarlo, por lo que suspira y asiente obediente.

 

Se desliza en su antigua rutina para llegar a clases y tal y como Ilay aseguro, llega tarde, su profesor lo mira con la ceja alzada, y puede sentir su profunda decepción desde la puerta, está seguro de que preferiría que Tim padeciera un terrible enfermedad que justificara su ausencia por el día, que volver a verlo llegar tarde, Tim cree que es un exagerado pero se disculpa de igual forma.

 

El día es productivo de una forma diferente, aun siente el incómodo tirón en su estómago, por momentos padece de una oleada de calor sofocante, antes de sentir un frío que lo alivia y obliga a envolverse en su chaqueta, en ocasiones se marea y esta incomodo sobre su silla, para volver a la normalidad luego de un momento, llega al punto de rechazar un juego de baloncesto en favor de esconderse en la biblioteca, en un rincón fresco y apartado, acurrucado en un pequeño y cómodo sillón entre dos estantes de astronomía, donde dedica su tiempo a acechar, intentando ignorar su malestar.

 

Eso lo lleva a su investigación, Gregory Dalton, o Greg para los amigos, no solo juega a dos bandos, juega en todos los malditos equipos disponibles, parece que por cada cinco omegas en un bar este imbécil se acuesta con tres, lo intenta con las otras dos, y prueba suerte con un beta, el afamado Greg es un sinvergüenza con problemas para mantener su pene en sus pantalones o para su desdichada esposa en el caso.

 

Para ser un adúltero de tal nivel, no tenía ni la mas mínima idea de como cubrir su rastro, Tim solo llevaba dos horas de investigación y ya había encontrado una gran cantidad de chantaje, las cámaras, aunque muchas veces antiguas y sin sonido, lo captan sin problema alguno, entregando las imágenes que tanto necesita, algunas son claras y definidas, otras borrosas y pixeladas, algunas inocentes y juguetonas, otras sacadas de una película porno de alto presupuesto, pero todas tienen algo en común, en todas, el rostro de Greg está perfectamente discernible.

 

Eso es mas de lo que espero encontrar, y podría ser suficiente, pero Tim se siente ensañado con él hombre, por lo que busca un poco más, encuentra correos electrónicos destinados a concertar citas con prostitutas de alto valor, y pagos vinculados con su cuenta bancaria para pagar por sus servicios, una gran cantidad de cuentas falsas para sitios de pornografia, y mensajes de textos con una gran cantidad de números.

 

Era bastante sorprendente si miraban su perfil por fuera, era un integrante honesto y servicial de la comunidad, al parecer ayudante en muchos albergues, dedicado a su esposa y su familia.

 

Cuando a recopilado lo suficiente y el horaria de almuerzo a acabado, Tim está asqueado y extasiado a partes iguales, sin pensarlo demasiado crea una nueva cuenta de email y la protege de todas las formas que conoce, antes de ingresar el correo de la pobre e ignorante señora Dalton, eligiendo ser un poco tétrico.

 

Asunto: ¿sabes lo que tu esposo está haciendo?  

 

Antes de adjuntar solo unas cuantas fotos elegidas cuidadosamente y censuradas para ocultar la identidad de las mujeres en ellas, junto a las imágenes agrega un corto mensaje 

 

la contraseña del teléfono de tu marido es “éxito asegurado 223” un poco imbécil si me lo preguntas, pero hablamos de tu esposo ;)

 

Según ha averiguado, ella estará ocupada, trabajando como profesora en una secundaria hasta pasado las cinco de la tarde, a menudo la han descrito como profesional y capaz, por lo que no verá sus emails personales hasta que termine su jornada, no sabe si ella será inteligente y elegirá recopilar datos para ganar mucho más al momento de un divorcio, pero le hace el favor, programa un mensaje más, destinado a salir en media hora, anclando las pistas de las cuentas bancarias con las prostitutas y los bares que el hombre frecuenta, junto a un nuevo asunto 

 

Asunto: ¿Qué necesitas para un divorcio exitoso? Pruebas.

 

Sabe que es todo, no podrá ver la cara del desgraciado cuando su esposa lo espera con todas las pruebas, pero se conforma con saber que su perfecta fachada se cae a pedazo como consecuencia por ese golpe dado a Ilay, como consecuencia de esa humillación, y aunque no quiere meter a Ilay en problemas, desea con fuerza, que sea capaz de saber por qué pecado está pagando.

 

Su día continua, se aleja de la biblioteca con una sensación de justicia asentándose en sus huesos y su cerebro afiebrado no le permite dudar ni arrepentirse de ello, continúa con las clases de la tarde entre una mezcla de fiebre y frío a la que no le presta real atención 

 

Cuando finalmente sale por la puerta de entrada, una briza golpea contra su rostro y suspira con un alivio que no sabía necesitaba, Ilay ya lo espera apoyado en la parte trasera de la camioneta, pese a su pequeña barriga casi oculta por su chaqueta, luce tan rudo como siempre, con esa mancha de aceite de motor en los pantalones y ese dulce en su boca que reemplaza el cigarro, pero cuando alza la mirada y sus ojos encuentran a Tim en la multitud, su sonrisa crece e ilumina todo su rostro, suavizando sus bordes duros.

 

la visión es reconfortante y todo lo que quiere es llegar a él y fundirse en su abrazo familiar, se había vuelto muy táctil con el paso de los días, el doctor aseguraba que era lo acostumbrado entre omegas cuando uno o ambos estaban embarazados, a Tim no le importaba tanto como quería pensar, en realidad no le molestaba nada, pero prefería fingir que no era así.

 

Solo hay unos metros entre ellos, pero mientras camina a un paso que intenta sea regulado y tranquilo, se sienten como millas de distancia, sus nervios ya están llegando al límite porque al parecer ninguno de los chicos en las instalaciones ha visto un omega embarazado antes, mirando fijamente, con sonrisas tontas o deseosas, oliendo el aire como simples perros, se obliga a ignorarlo mientras sujeta con fuerza las correas de su mochila, está a solo unos pasos, Ilay ya ha avanzado para recibirlo con los brazos a sus costados, listos para un abrazo.

 

“Dios Drake” llama uno de los chicos con los que generalmente juega baloncesto durante los recesos, él y su grupo miran a Ilay con hambre en los ojos y Tim desea jamás haber escuchado sus palabras “sabíamos que tu nuevo amigo estaba bueno, pero ese es un seductor”

 

Está mal, es terrible, son bromas comunes, bromas de las que en ocasiones él mismo se ríe, pero hoy no, y cree que nunca más, Tim ve rojo y el deseo salvaje de desgarrar su cara, arrancar su lengua y cortar su garganta lo azota.

 

“sólo un bufón sin una buena visión y sentido del refinamiento pensaría que seducirte es algo más que una completa pérdida de tiempo” gruñe Tim, hosco, cortante y feroz, ve la sorpresa en los ojos de los chicos mientras les dedica un gruñido que no tenía idea podía dedicar, los observa un momento hasta que alzan cuidadosamente las manos en señal de paz, cierra sus ojos con fuerza, obligando a recuperar la calma y con mucha más suavidad terminar “no vuelvas a decir algo como eso”

 

“¿cachorro?” llama Ilay, ha dado unos pasos adelante y mira entre los chicos y Tim con cautela, parece haber sentido el altercado y posiblemente también escucho algunas palabras del intercambio, sus ojos son suaves pero firmes mientras los mira con atención “¿todo en orden?”

 

“si” se apresura a contestar mientras se acerca más ansioso de lo que pretendía, deja que el cuerpo de Ilay lo envuelva, sintiendo su pequeña pancita, se funde en él solo un momento antes de alejarse “¿vamos a casa?”

 

Ilay tenía una expresión extraña en el rostro, mientras miraba a Tim, sus ojos eran mucho más calculadores que momentos antes y sus fosas nasales estaban dilatadas, pero es solo un segundo antes de sonreír con suavidad y guiarlo hasta la camioneta

 

Tim ve a los chicos aun pasmados observar hasta que finalmente los pierde de vista, se recuesta contra el asiento e intenta aspirar el aroma del interior del vehículo, frunce el ceño cuando nota que solo una pequeña parte del aroma de Ilay impregna los asientos.

 

“¿porque tienes las cuatro ventanas abajo?” pregunta con curiosidad y desconcierto, Ilay prefería mantener las ventanillas arriba en todo momento, posiblemente una costumbre de sus días como viajero “es peligroso en esta zona de la ciudad”

 

por no decir toda la ciudad

 

“nada en especial” contesta con una voz forzosamente tranquila y despreocupada, Tim inclina la cabeza mientras lo observa, el omega está pegado a la ventana y su cabeza está vuelta para que solo pueda ver un tercio de su rostro, frunce el ceño con más fuerza “tengo calor”

 

“eres friolento” ataca, sin saber porqué está comenzando a ponerse a la defensiva, se sentía a flor de piel desde antes de medio día, como si vibrara bajo su piel y esto no está ayudando “¿que pasa?”

 

“nada” insiste, esta vez volteando a verlo, es conciso y brusco y un poco frío, y para su horror, le hace picar los ojos con lágrimas contenidas “no pasa nada”

 

“no parece nada” discute, extrañado por sus repentinas ganas de pelear y su actitud emocional “estas evitando mirarme o acercarte demasiado”

 

“no sobre analices” discute Ilay, con lo que definitivamente es hastío “no es nada”

 

“¿¡Ahora estoy sobre analizando!?” su corazón late con fuerza y lo escucha en sus oídos, intenta pensar en algo que disgustara a Ilay, cuando lo vio parecía estar bien ¿le molestó que le gruñera a esos chicos? ¿no le gusta que Tim huela amenazante? ¿le molesta su aroma? ¿debería controlarlo otra vez? había leído que en ocasiones los omegas embarazados odian ciertos aromas, incluso han llegado a sentirse incómodos con los aromas de sus padres, hermanos o amigos cercanos, siendo la única excepción hasta el momento sus parejas, había sido descuidado con su aroma por un tiempo, tal vez sobrepasó su límite.

 

“Tim” llama Ilay y Tim se vuelve a ver, han detenido el auto y nota que están estacionado fuera del taller, ve ligeramente borroso, tarda en procesar que son lágrimas obstruyendo su vista, esta vez Ilay a dejado de lado la ira, la molestia y la brusquedad, es suave y preocupado “cachorrito, cariño ¿Qué pasa?” 

 

“no se” se queja mientras se sofoca aun con las ventanillas abajo y con el cuello de su camisa abierto, está acalorado y triste, sus lágrimas pican e Ilay está enojado “estás molesto”

 

“no, no cachorro, no lo estoy” se apresura a aclarar mientras le sostiene el rostro con suavidad, borrando una lágrima que cae por su mejilla y se siente ridículo pero incapaz de detenerse “no es eso, lo juro, corazón, no has hecho nada malo”

 

“¿entonces qué pasa?” murmura, mientras mira los grandes ojos verdes, suaves y luminosos, Ilay hace una mueca casi imperceptible “¿si no estas enojado porque evitas mirarme?”

 

“no te evito” discute y como para confirmarlo, lo mira fijamente a los ojos, un sonrojo casi imperceptible cubrió sus mejillas y su aroma a naranjas se tiñe de vergüenza y culpa “es solo que…hueles…mal”

 

“¿que?” pregunta de golpe, ahora también avergonzado mientras se aparta, pegando su espalda contra la puerta y jalando de su ropa para olerla “¿como que huelo mal?”

 

“no, no como tu” tiene el descaro de sonreír ligeramente mientras lo observa buscar un aroma desagradable, a Tim le arde el rostro y ya no sabe si es por la vergüenza o la molestia “son los otros, hueles a otros, una mezcla de olores”

 

“si, como siempre” dice desconcertado, e Ilay vuelve a hacer una mueca

 

“si, como siempre” acepta con pesar en la voz, cuando vuelve a hablar su es más oscuro y arrastrado “lleva un tiempo pasando, llegas conmigo e intento de todas las formas posibles alejar el olor, es tan fuerte , y-” se detiene un momento y respira, pasa sus manos por su cabello con frustración “hoy me esta volviendo loco, ha sido un día horrible, desperté como si quisiera sacar mis órganos por la boca y cuando finalmente pude comer algo sin devolverlo, baje a trabajar solo un rato, para distraerme y estaba este…”una pausa cargada de autocontrol “imbécil que creía que sabia mas que yo sobre que carajo le pasaba a su estúpida auto, como si él hubiera estudiado la maldita carrera y llevará más de treinta años de experiencia” se vuelve hacia Tim con los ojos brillando en frustración “crecí con una llave en la mano Tim” se apoya contra el asiento y levanta las manos mientras gesticula “y luego sólo quiero recoger a mi cachorro y olvidar que a veces vivir es una auténtica molestia, y quiero oler eucalipto y agua de menta, pero resulta que han dejado su peste sobre ti, cuando deberías oler a mi ” 

 

“las hormonas” dice abriendo sus ojos con comprensión mientras recuerda al doctor mencionar la posesividad como parte del embarazo omega, el calor se extiende mientras la diversión chisporrotea en su interior y se siente tan bien “¿estás siendo posesivo?”

 

“sabía que te reirías” se queja, pero Tim puede ver como sus hombros se destensan, y sonríe casi imperceptiblemente, antes de volverse un poco más calmado y con las cejas juntas en preocupación “¿estás mejor? ¿Qué pasó? ¿estás bien?”

 

“yo estoy bien” se sentía mejor, el sofoco paso, y su corazón estaba donde debía no en sus oídos o en su boca, es un cambio abrupto y vergonzoso, no lo entiende, desde cuando Tim lloraba por una estupidez como esa “solo cansado”

 

su arrebato lo dejó sin energía y le desconcierta no entender el porqué, Ilay no parece convencido, pero no presiona, suben a casa, no abren el taller por la tarde, lo hacían cada vez menos estos días, sus clientes lo entendían, estaba embarazado, tiene que priorizarse a sí mismo. Tim le hace el favor y se mete a bañar tan pronto atraviesa la puerta y le asegura que será así de ahora en adelante.

 

Cuando sale de la ducha con el vapor tras el y la sensación de estar renovado, encuentra a Ilay esperando en el sillón, hay dos cajas de pizza sobre la mesita de centro y una jarra de jugo mientras el omega vaga por las aplicaciones de streaming, una manta a su costado y varios de los almohadones de su nido.

 

“hablamos de esto” regaña Tim mientras se acerca y se deja caer a su lado, Ilay le sonríe como un niño pequeño haciendo una travesura, y se aferra al pedazo de pizza que tiene en su plato sobre sus piernas “no puedes comer comida rápida, no si quieres reducir la retención de líquidos en tu cuerpo”

 

“cachorro” gruñe mientras le entrega un plato con un trozo caliente de pizza “tengo dos seres humanos en mi cuerpo que pronto golpearan mis intestinos y me convertirán en un globo andante, déjame disfrutar de esto mientras puedo”

 

“eres un dramático” pone los ojos en blanco, mientras se pega a su costado y se mete la comida en la boca

 

“cuando tengas que cargar con dos bebés al mismo tiempo, dime algo” finalmente pulsa una película con un perro pequeño y peludo sostenido por un hombre de mediana edad y sonríe con una maldad que debió advertir a Tim de su intención “perfecto”

 

Tim no es una persona de películas, no las odia, no le gustan, pero tampoco le fascinan, a visto una buena cantidad con sus amigos y aunque tiene sus favoritas, cualquier persona que se respete sabe que star wars y el señor de los anillos no cuentan como películas si no como obras de arte. 

 

El punto es que a Tim jamás lo ha hecho llorar una película, jamás le ha dolido el corazón por un personaje de ficción al que no conoce y mucho menos de una película que no forme parte de una saga o con una historia muy larga y complicada detrás.

 

“nunca volverás a escoger películas para nosotros” se queja entre lágrimas, abrazando fuertemente a Ilay, su llanto se ha calmado en su mayoría, aún puede escuchar y oler el agua salada de las lágrimas del hombre mientras este le acariciaba el cabello “tu y quien creo esto, son sádicos de los peores”

 

“está bien, cachorro” lo consuela y su ternura desata nuevas lágrimas que corren sin su permiso mientras su pecho se aprieta y un sollozo cae de sus labios “está bien”

 

pensó que sus lágrimas serían suficiente para disuadirlo de volver a hacerlo y le dejó tontamente volver a elegir, lo que consiguió fue vetar dos películas de por vida de su lista de pendientes o guardarlas para mostrarles a alguno de sus amigos como castigo

 

“el nombre debió delatarlo” se quejo mientras camina por la acera hasta su casa segura, aun con los ojos hinchados por las películas, dejó a Ilay acomodado en su sillón durmiendo plácidamente mientras se limpiaba las ultimas lagrimas “quien le pone siempre a tu lado a una película y luego separa a los personajes durante tanto tiempo, al menos la razón de estar contigo tiene más sentido”

 

Es a mitad de la patrulla cuando los siente, supone que llevan bastante tiempo tras él, pero luego de comenzar a moverse por todos lados, el agotamiento lo había golpeado con fuerza, y nuevamente el sofocante bochorno había vuelto, casi convenciéndolo de quitarse la máscara, sólo para poder sentir que respira con algo de normalidad, a este punto se siente incluso un poco mareado, había estado distraído.

 

“¿Cuántas veces tengo que correrlos de vuelta a sus propios territorios?” pregunta a la aparente nada, parándose en el borde de un tejado “está ni siquiera es tu ciudad”

 

“te habías tardado” se burla Jason mientras se acerca desde algún lugar al borde del edificio “¿estas perdiendo tu toque?”

 

“Hood” advierte Dick suavemente casi en un susurro mientras aparece desde detrás del hombre “Hola Red”

 

“¿qué quieren?” no quería ser desagradable, pero tiene que admitir incluso aunque sea solo para sí mismo, que no está en su mejor momento, llegando incluso a considerar retirarse temprano “algún avance importante con el aniquilador”

 

“aun nada” contestó Jason con frustración en la voz ante el tema

 

“pero tus parámetros ayudan mucho a reducir la lista” afirma Dick mientras da un paso más cerca, Tim se aleja hasta el otro lado del edificio y se vuelve para verlos de frente “peor es nada”

 

“pero es no avanzar y seguir perdiendo la vida de esas personas” gruñe Tim mientras frunce el ceño tras su máscara “si no es eso ¿Qué quieren?”

 

“verte” acepta con la voz suave, y tiene una postura relajada e inofensiva, como si intentara hacer que Tim no se sintiera acorralado, no está funcionando, Tim se siente acorralado “quería saber de ti”

 

“¿enserio?” se burla, cruzando sus brazos “¿eso o quieres confirmar si el chisme de Jason era cierto? debo admitir que las noticias vuelan”

 

“¿entonces es verdad?” pregunta con un deje de acero en la voz y no le gusta su entrometida forma de consultar

 

“no tengo nada que hablar con ustedes” gruñe y realmente acabó con esto, que crean lo que quieran, como si tuvieran el derecho de entrometerse en su vida, que mas les da si realmente está embarazado, es perfectamente capaz de hacerse cargo de sí mismo y de una vida más.

 

“Red, por favor” se queja Dick, casi implorante “lo siento, no quería que sonara así, solo-” se detiene y Tim lo mira, está sosteniendo un audífono en su mano y se lo extiende con cuidado “puedes ponértelo”

 

“no quiero hablar con B” corta al instante, qué clase de idea de mierda es esa

 

“no es B” asegura y hay un momento entre ellos de pura sospecha “lo prometo”

 

como si sus promesas valieran de algo muerde el comentario malicioso y se lo traga, toma el audífono con cuidado, quitando el privado que había programado solo para recibir la llamada de Ilay en caso de emergencia 

 

“Red Robin” contesta con la mirada fija en los otros dos vigilantes frente a él, el distorsionador de voz lo hace sonar más duro, aunque no tanto como el de Jason, se asegura de sostener su audífono a la vista para saber si Ilay llama mientras no lo lleva puesto

 

“Agente A al habla, joven maestro” Claro que jugarían sucio, claro que serian asi de malos y usarían a Alfred como carnada “ha sido un tiempo”

 

“ahora eres la carnada, agente A” se burla con un poco de rencor en la voz, mientras ve como los otros dos se retuercen en sus lugares “inteligente”

 

“soy un hombre preocupado” dice afablemente y aunque es molesto que sea así, Tim se alegra de escuchar su voz “quisiera verlo y hablar con usted”

 

“no se que tan buena idea es” discute aún si sabe que desde que lo escucho, no le negaría nada

 

“es libre de irse en cualquier momento” asegura Alfred con calma e indiferencia “solo le pido que me de un tiempo para un te”

 

“...antes de que la noche termine” acepta resignado mientras se mueve unos pasos más cerca de los otros dos “no quiero que el alba me alcance”

 

Aunque Ilay no lo diga, le pone de los nervios cuando Tim llega tan tarde y lo que menos quiere es cargarlo con más estrés

 

“eso será suficiente” acepta Alfred y puede escuchar el alivio y la sonrisa en su voz, lo peor de Alfred, siempre sería su honestidad 

 

“eso fue bajo” discute entregando el audífono y volviendo a poner el suyo en su lugar

 

“no es necesario que lo mantengas encendido” asegura Dick refiriéndose a su oído “tenemos reemplazos en esta zona por hoy”

 

tararea una respuesta sin comprometerse, antes de simplemente ponerse en camino sin apagar el audífono, agradeció internamente cuando Jason se ofrece a llevarlo y aunque piensa en rechazar, no se siente al cien como para jugar juegos de orgullo, en realidad cree que no pudieron escoger peor momento para hacer una reunión, pero no se queja y espera que el tiempo este de su lado para llegara casa seguro y tomar alguna medicina para la fiebre

 

Además, es Jason o Dick, y puede que el tiempo calmara su molestia contra el, pero no significa que desapareciera por completo, así que prefiere ir con el desgraciado loco con el que nunca se llevo bien pero que al menos no lo traicionó.

 

El camino es rápido y silencioso, ninguno de ellos habla, pero Tim capta algunas miradas de Dick en su dirección, cuando llegan se aparta del aroma a incendio en Jason que se filtra imperceptiblemente por el parche de olor gastado y camina por la pasarela hasta llegar a la zona de la computadora donde Alfred espera.

 

lo encuentra de pie, elegante y educado como siempre, con un rizo de sonrisa en sus labios, pero sin perder la solemnidad a la que se aferra con uñas y dientes. 

 

“maestro Tim” llama mirándolo a los ojos aunque lleve la máscara en su lugar, tras el puede ver a Bruce, quieto y cauteloso, en algún lugar sabe que se esconde Demian “¿podría retirar su máscara?”

 

“¿si digo que no, me miraras con desaprobación?” Alfred no se mueve, solo mira fijamente a Tim con el rostro libre de juicio, se sonríe a sí mismo mientras declara “claro que lo harás”

 

Baja la capucha y finge que no nota como la mirada de Alfred recorren el diseño de su traje con ojo crítico, aunque no quiera aceptarlo, es un alivio enorme liberarse de la máscara, el sofoco que quema su piel bajo el parche de aroma se alivia ligeramente al poder respirar un poco más de aire.

 

“es bueno ver sus ojos, maestro Tim” dice cuando nada se interpone entre ellos, tiene que aceptar que extraño los ojos cálidos de Alfred, aun si en ocasiones, y de forma egoísta hubiera querido que fueran solo para él por un tiempo más.

 

“Lo mismo digo, Alfred” es lo más honesto que puede ser, con un gesto de mano, es llevado hacia la mesa de conferencias, donde se encontraban dos tazas ya dispuestas para ambos, junto a un plato con galletas, involuntariamente pregunta “¿puedo llevar algunas conmigo más tarde?”

 

puede sentir como la vergüenza le sube por el rostro ante su arrebato, aunque intenta no reaccionar ante ello, no habría preguntado de no ser por la ilusión que le hace presentarle a Ilay la comida de Alfred. 

 

“ya tengo unas preparadas para usted” asiente el beta con aprobación, Tim sonríe, recuerda las veces en que las galletas de Alfred eran su único consuelo, como el hombre siempre se aseguro de tener unas cuantas guardadas para él “quería dejarlas en su hogar, pero temía no ser bien recibido”

 

Habría sido iluso por su parte pensar que no encontraría su dirección, si alguien sabe como encontrar lo que desea, ese era Alfred, pero también sabe que ante todo Alfred es un caballero y los modales lo son todo para él, por lo que la invitación es vital para que se aparezca por su casa.

 

Tim recuerda una vieja leyenda relacionada con los vampiros, en las que sin invitación estos no pueden entrar en los hogares de los humanos, Alfred sería un muy buen material para un vampiro.

 

“si así lo deseas puedes pasar” asegura y puede sentir como el aire en la cueva cambia, aunque nada inmuta al hombre mayor frente a él, que lo mira con ojos brillantes y satisfechos “pero me gustaria que me avisaras, no vivo solo”

 

está seguro de que la tensión podía cortarse con un cuchillo, puede escuchar como alguien inhala con fuerza, la implicación en sus palabras puede prestarse para muchas interpretaciones, poco le importa, no es su problema aclarar malentendidos, no cuando Alfred parece de todo menos sorprendido, sonríe sabiendo el juego del mayordomo.

 

“así he notado” suave tranquilo y directo, la fresca honestidad de Alfred, nunca deja de ser un soplo de aire fresco, toda esa calma “es activo para su estado”

 

“lo es” asiente Tim con una sonrisa cariñosa en el rostro, aun si su tono lleva un poco de exasperación “últimamente es tan terco, parece que entre mas avanza, mas cosas encuentra para hacer, juro que me dará un ataque”

 

“los embarazos ponen nervioso a cualquiera, incluso al más templado de los hombres” asiente Alfred con solemnidad “pero tienes que comprenderlo, a sus cuarenta y cinco años, un niño en camino no parece haber formado parte de sus planes”

 

“definitivamente no lo estaba” asiente Tim, la verdad lo había estado preocupando, Ilay lo había tomado bien y se había adaptado sin mucho problema pese a que no era lo que quería hacer con su vida, temía que un día despertara y se diera cuenta de que no era como quería que las cosas fueran, que no era feliz, frunce el ceño ante el pensamiento, alza el rostro pero se detiene cuando el mundo se desestabiliza ligeramente “en realidad me preocupa-”

 

“¡pausa! espera, un momento” interviene de forma brusca Dick con alarma en la voz y los ojos bien abiertos, en algún momento se había quitado la máscara y miraba de Tim a Alfred con desconcierto, su atronadora voz resonó en el cerebro de Tim y por un breve instante parece estar gritando directamente en su oído “¡¿como que cuarenta y cinco?! Tim ¿¡quien demonios es este sujeto!?”

 

“dijiste que era mentira” gruñe Jason desde atrás, y tiene el descaro de parecer traicionado, no tenía el casco pero aun traía el antifaz “insististe en que no era así y ahora resulta que no solo es cierto si no que además el desgraciado podría ser tu padre”

 

“nuevamente crees lo que quieres creer” contestó Tim con hastío sin dirigirle una mirada “siempre igual”

 

“entonces explica, ¿Qué mierda esta pasando?” golpea la mesa en la que está, las tazas traquetean y Alfred le dedica una mirada de advertencia mientras deposita su taza en el plato, Jason gruñe con fuerza, pero no vuelve a intentar golpear el mueble “terminas tus patrullas temprano” gruñe mientras alza un dedo “hace meses que no tienes heridas graves o contusiones, deliberadamente evitas pelear solo contra criminales de alto rango” segundo y tercer dedo “y tienes ese brillo saludable a tu alrededor que está volviéndose como un faro para los degenerados”

 

Si Jason está tan pendiente de su vida, necesita una propia que no tenga nada que ver con el mundo criminal.

 

“lamento que esté intentando estar saludable” discute mareado, furioso y acalorado mientras el desgraciado baja la mano “¿o que? ¿Querías que viviera el resto de mi vida a base de bebidas energéticas y lesiones mal curadas?”

 

“no pongas excusas de mierda, sabes perfectamente que no es por ti por quien estas asi” claro que no era por el, sí de Tim dependiera, viviría el resto de su vida en base a redbull y graves heridas curadas en un baño, pero Ilay no está a favor de niños golpeados y maltratados “y ni lo intentes” le gruñe con firmeza cuando lo ve abrir la boca para protestar y le sonríe de esa forma desagradable que tiene cuando cree que tiene acorralado al enemigo “compraste pruebas de embarazo” nuevamente los dedos “pediste una cita con el medico, mas específicamente un ginecólogo, obstetra” o Jason se consigue una vida, o Tim lo elimina de la faz de la tierra “y compraste cosas para un nido” hay tres dedos alzados “tu no haces nidos”

 

“uno” gruñe alzando tres dedos “mis hábitos no tienen nada que ver contigo” solo dos dedos arriba “dos, mis registros médicos no tienen nada que ver contigo” solo un dedo arriba “tres, vuelves a espiarme, y no volverás a utilizar un objeto electrónico por el resto de tu desagradable existencia”

 

Se siente agradecido de saber que no revisó a fondo los archivos relacionados con el obstetra, Jason no tenía ningún derecho a perturbar la privacidad de Ilay y la sola idea de que tenga los archivos de su cita con el médico lo hace hervir de rabia.

 

“dame una buena razón” es todo dientes y gruñidos, todo alfa sin cerebro y está dispuesto a ignorarlo si continúa con esa actitud desagradable “solo una, por la que no tenga que ir y arrancarle la garganta”

 

Tim se mueve antes de que pudiera pensarlo dos veces, la imagen de la torre pasa por su mente, pero es visceral y se ajusta a la situación, Ilay es valiente y sabe defenderse, pero Jason es un arma cargada y tiene el dedo en el gatillo, en un momento está sentado y al siguiente, arrastra a Jason con él al suelo, es arrogante, usa parches de olor, pero jamás cubre correctamente su cuello, Tim lo encuentra con facilidad, presiona su cuchillo contra su garganta, un hilo de sangre resbala.

 

“acércate…” es más un gruñido que palabras, no puede verlo pero por sus cejas alzadas, sabe que tiene los ojos bien abiertos, intenta mover sus brazos, pero Tim los presiona aún más fuerte contra el suelo con sus rodillas sobre ellos, es más pesado y más fuerte que meses atrás, su cabello se ha soltado de su coleta, le cae sobre el rostro pero poco le importa “o solo atrévete a respirar cerca de él” la imagen de Ilay tendido en un charco de sangre hace intento de pegarse en sus retinas y la fuerza a desaparecer con un gruñido feroz que se eleva desde lo más profundo de su pecho “y te juro que te arranco la garganta con los putos dientes”

 

y es tentador, todo es rojo en ese momento, su vista está teñida de escarlata, siente el sudor bajar por su cuello y puede sentir su corazón errático en su pecho, pero sus manos no tiemblan, su cuerpo no titubea.

 

“¿Tim?” llaman con alarma, temblorosamente, azul, son cerezas, traidor, el calor a vuelto con toda sus fuerzas, siente la sangre en su cabeza, la amenaza es fresca, quiere volver a su casa, quiere estar con Ilay, se acabó la visita, es suficiente “Timmy, déjalo”

 

“Tim” ronco, áspero, es café negro, cuero y mascara de murciélago, Bruce es firme pero extrañamente gentil “Jason no lastimara a nadie”

 

“no hables en mi nombre” discute Jason, su voz es baja y tiembla casi imperceptiblemente, Tim presiona con más fuerza y muestra los caninos, algo surge de su garganta, casi un siseo salvaje, Jason sonríe como un lunático “puntos débiles reemplazo”

 

Hay un destello de ira febril, un destello de horror, por su mente pasa el terror de llegar a una casa cubierta de sangre y sin vida, pero tan pronto llega, desaparece, Tim sabe que no es una buena persona, es hijo de sus padres, es un Drake, no están diseñados para la bondad, aprendió a entregarla, aprendió a sentirla, pero hay momentos en los que la solución viene con forma de huesos, gritos, sufrimiento, sangre y muerte.

 

“puntos débiles…” el gruñido a quedado atrás, su voz vuelve a su suavidad habitual su cerebro no sabe más que procesar las cosas de forma cruda y salvaje, recuerda las veces, en que su madre o su padre utilizaron las cosas que le gustaban o apreciaba como castigo desde pequeño, cómo aprendió a esconder lo que lo apasiona en su afán de cuidarlo, hasta no ser más que un muñeco, una marioneta, un cascarón hueco, pero eso era solo porque era la única opción, porque solo podía esconderlo, pero ya no es así, no lo es desde hace mucho, porque si la amenaza es demasiado grande , razona, “hay que eliminarla”

 

Ajusta el agarre y ve el momento en que Jason nota que no es un juego, que le cortara la garganta y no hay nada que pueda hacer para impedirlo, su sonrisa cae, su confianza se desvanece y el sudor le corre por la nuca, lo puede oler, picante y salado, ardiente, abre la boca, quiere hablar, Tim se pregunta distraídamente si suplicara, si intentara pedir perdón, mientras prepara un corte limpio se da cuenta de que eso no haría la diferencia, Jason es una amenaza, y eso es todo en lo que puede pensar.

 

“maestro Tim” educado y firme, suave, hay pólvora bajo muebles viejos y bien cuidados, Alfred llama su atención, sus lustrados zapatos aparecen en su periferia, a solo un paso de distancia, su cabeza aún es confusa, aún está agotado, aún está al límite, aún hay amenaza “¿puede soltar al maestro Jason, por favor?”

 

“amenaza” gruñe Tim en voz baja y Jason traga bajo la hoja de su cuchillo “es una amenaza”

 

“el no lo lastimara” asegura Alfred, y hay acero en su voz, hay una certeza que Bruce no posee, y más poder del que el hombre jamás tendrá “me aseguraré personalmente de ello” promete y Tim quiere confiar, quiere creer, Tim no quiere matar, no quiere matar a Jason, pero es Ilay, es por Ilay, no puede dudar cuando se trata de la seguridad de Ilay “el señor Mitchell y sus gemelos estarán perfectamente bien, maestro Tim”

 

“¿lo estarán?” pregunta tras un momento de silencio y vacilación, quiero cuidar de Ilay, quiere protegerlo, sabe que Ilay no estaría feliz si supiera que ha matado en su nombre, sabe que no debería siquiera tener la intención de hacerlo, pero Jason tiene razón, en ocasiones hacer cabezas rodar es la única solución “no puedes saberlo ¿Cómo lo sabes?”

 

“porque usted está con ellos” contesta sencillamente, mientras se arrodilla a su lado y suavemente sostiene la mano de Tim, sin moverla, solo sosteniéndolo, Tim no renuncia al cuchillo pese a que ha comenzado a dudar “porque usted lo ayuda en cada paso así como el señor Mitchell lo apoya a usted” busca sus ojos, Tim lo mira, es lento y no aleja el cuchillo del cuello de Jason, pero corresponde a Alfred y devuelve su mirada “estarán bien porque están juntos, maestro Tim y ambos parecen poco dispuestos a cambiar eso” Tim frunce el ceño pero lentamente aleja la tensión en su cuerpo, de pronto el calor volvió con fuerza, un fuego creciendo en su bajo vientre mientras su cabeza se nubla ligeramente por la fiebre “ahora puedo ayudarlo, maestro Tim, siempre será usted y el señor Mitchell, pero puede pedir mi ayuda si así lo precisa”

 

Alfred a cambio de la vida de Jason, es un buen trato, incluso hirviendo en fiebre Tim lo sabe, Alfred es el mejor aliado que puedes tener aquí y en cualquier universo, y el realmente no quiere matar a Jason, sus ojos caen nuevamente sobre el hombre bajo el, parece más tranquilo, pero el músculo de su cuello está tirante, está tenso y puede ver cómo su corazón bombea sangre por su arteria.

 

si lo corta bombeara hasta detenerse, correrá fuera de su cuerpo, cubriéndolo de sangre tibia, cubriendo el suelo prístino, sería difícil de limpiar, jamás sabes la gran cantidad de sangre que tiene una persona en el cuerpo hasta que lo ves desangrarse, siempre es chocante, siempre es un gran impacto, se pregunta como se sentirá tener sangre ajena bañándolo de pies a cabeza, como se sentirá estar flácido, relajado, tranquilo y saludable, pero cubierto de sangre

 

“maestro Tim” llama nuevamente Alfred, sigue a su lado y Tim se enfoca, no sabe cuando se distrajo “¿siente calor? ¿está mareado? ¿quiere ir a casa?”

 

“quiero a Ilay” se queja en un susurro, él jamás se había quejado de esa forma frente a ningún Wayne, descubre que poco le importa, suelta el cuchillo, dejándolo caer a un costado de la cabeza de Jason, limpia el sudor de su frente “tengo calor”

 

“¿cuando tomó su supresor por última vez?” Es pragmático, clínico, a Tim le conviene que sea así, pero no puede evitar pensar que si fuera Ilay, lo estaría regañando mientras lo atiende de forma dulce y preocupada.

 

“hace unos días” tres o cuatro días, cree, depende de qué día sea, cree que era jueves, no está seguro, si era jueves pero ya es madrugada ahora es viernes, tiene que volver con Ilay, no lo dice en voz alta, pero sabe que se preocupa “¿que hora es?”

 

“tres, cincuenta de la madrugada, maestro Tim” contestó Alfred sin perder el ritmo “¿cuánto tiempo desde su último celo?”

 

“meses” responde mientras apoya las manos en el pecho de Jason y se levanta, se inclina hacia un lado en cuanto se pone de pie, Alfred está ahí para ayudar, se endereza y se aleja del cuerpo en el suelo “tengo que irme a casa”

 

“volverá a casa, en cuanto termine de responder mis preguntas y escuchar mis reproches” asegura, y si no fuera Alfred, lo habría mandado a la mierda “sabe que el doctor ha dicho que necesita darse un mes de descanso de los supresores cada dos meses”

 

“lo se” contesta sin intención de mentir, fue descarado y Alfred alza una ceja como prueba de ello, se sonroja e intenta otra vez “lo siento” 

 

“lo llevaré a casa” finalmente , Tim hubiera deseado que fuera de otra forma, pero no puede ir solo, está demasiado débil para moverse por ahí sin protección y con el traje a la vista, y Alfred es mejor que cualquier otro

 

“por favor” pide con educación, mientras se deja guiar por Alfred hasta la mesa de conferencia, es sentado que se da cuenta de que los ojos lo siguen, frunce el ceño “Conner no me embarazo, no estoy embarazado, si vuelven a soltar amenazas como esta” apunta a Jason que se había puesto de pie nuevamente, antes de hacer una seña amplia hacia la cueva en general “este dulce secreto se acaba”

 

“acabas de- estás amenazando con la identidad de Bruce” pregunta Jason y Tim no sabe si está horrorizado o encantado, le cuesta prestar atención a ello mientras lo ve sostener un paño blanco sobre su cuello que lentamente se pinta de rosado

 

“si” contesta sencillamente, mira a Bruce, que aún está de pie, observando como si no lo conociera “esta en tu poder hacer de mí una verdadera fuga de seguridad”

 

se vuelve borroso luego de ello, hay destellos de recuerdos, cambios de ropa, un auto, la puerta de departamento, cree recordar a Ilay discutiendo con alguien pero no está seguro, cuando recupera algo mas de conciencia, está envuelto en mantas, completamente húmedo, el sudor recorriendo su cuerpo, y el deseo lo agobia, quiere arrancarse la piel, quiere que lo toquen, que lo acaricien, llora, se queja y protesta desde su lugar en el centro de su nido, sonidos lastimeros se le escapan mientras se encarga de ayudarse a sí mismo

 

“esta bien cachorrito” lo llaman en algún momento, se siente más fresco, cambiaron sus sábanas y su ropa, le rascan tras las orejas y el olor de las naranjas lo hace ronronear complacido “lo peor pasó”

 

y lo hizo, al menos por el momento, nada malo puede suceder, nada malo puede alcanzarlo mientras está en su nido, con Ilay, con su olor envolviéndolo.

Notes:

quiero declarar que el olor de Bruce, café negro y cuero, es una burla al cliché de los Alfas

No saben lo difícil que es para mi mantener a Jason como un imbécil, porque me gusta, sigo prefiriendo a Tim, pero Jason es mi segundo favorito

Que lo disfruten, dejen sus opiniones y pensamientos, los amo, bye bye.

Chapter 6: Otra Perspectiva

Summary:

Ilay nos cuenta desde su punto de vista

Notes:

juro que pensé que seria mas corto, pero me pase de la raya y termino siendo mas largo, este es en realidad, el capitulo mas largo hasta el momento.

tan pronto lo termine lo publique, asique perdón si se me paso alguna mala ortografía o algo

lol

(See the end of the chapter for more notes.)

Chapter Text

Ilay no es una buena persona, no cree que exista algo como el ideal de una buena persona, no cree que exista un humano abnegado y desinteresado, capaz de sacrificarse a sí mismo y al ser que más ama solo por el bien mayor, no con la forma en que funciona el mundo, no con la forma en que funciona el ser humano.

 

Ilay no era una buena persona, pero no era mentiroso, hipócrita o cínico, no se mentía a sí mismo y no intenta ser quien no es, la vida le jugó chueco, lo volvió amargado, y resentido con lo que lo rodeaba, con quien o que había a su alrededor, todo era demasiado pero nada era suficiente y vivir se había vuelto francamente tedioso.

 

Vagaba de pueblo en pueblo, de ciudad en ciudad, buscaba trabajo, comida, compañía, y tan pronto tenía los suministros desaparecía, jamás guardaba números, ni recordaba rostros o nombres, y tal como llegó, desapareció

 

Ilay uso a muchas personas, personas rotas, personas completas, pobres, adineradas, Ilay tomo, tomo y siguió tomando, dejándolos caer en su sonrisa y lo que ellos siempre llamaban sus ojos misteriosos, los dejó llegar y creer que les abría las puertas a su persona, les dio lo que necesitaban, un oído, un hombro, un consejo o una distracción, Ilay los uso y puede que no todos ellos lo usaran de vuelta, pero no era como si importara, tan pronto dejaba de mirarlos, olvidaba sus rostros, sus voces, sus tormentos y perdía el interés.

 

Aprendió cosas viviendo en ningún lado, aprendió de cautela, de alianzas y de astucia, miro a la cara a las personas y les escupió con una sonrisa, desafiándose a atacar, aprendió cómo sobrevivir con sobras y agua, o a cambiar trabajo y sexo por gasolina, aprendió a leer el ambiente, el comportamiento y las posturas, y aprendió, con muchísima dificultad a saber cuándo mantener la cabeza gacha y la boca cerrada.

 

Ilay también aprendió a estar solo, no había sido un gran cambio de la niñez a la adolescencia y adultez, jamás había sido un chico muy sociable y cariñoso, por el contrario, era tan arisco como un gato salvaje, según su vecina de la infancia, crecer con un padre estricto y simplemente estoico había acostumbrado a Ilay a la calidez de las palabras, más que del afecto físico y ni las palabras habían abundado, eran miradas fijas y un movimiento de cabeza y en ocasiones sonrisas pequeñas, por lo que carecía de la habilidad para ser suave, cariñoso y afectuoso, con el tiempo y sin darse cuenta, asoció el tacto con los golpes, primero de su padre, luego los idiotas con los que se metía en problemas y llamaba amigos, conocidos y vecinos, un fuerte golpe en la espalda, un palmetazo no tan suave en la nuca, un puñetazo por una riña tonta y así escalaba hasta que no había día en el que no se hubiera ganado un moretón.

 

Le había gustado pensar que ese estilo de vida no había afectado en nada a su forma de ser, le gusto creer que era quien era solo por si mismo, y cuando dejó de lado la personalidad desafiante del adolescente con problemas de autoridad se sintió realizado, sonriendo y no gruñendo, con el rostro relajado y no el ceño fruncido rígido que acostumbro a llevar cuando pasaba la puerta de su hogar y el ambiente era tan tenso como el elástico de una resortera, cuando lo dejo todo, cuando abandonó su casa, su padre y el pueblo en el que había vivido toda su vida, pensó que estaría bien y que podía lidiar con las cosas como de costumbre.

 

Luego llegó el primer hombre, manos inquietas mirada coqueta y una boca inteligente, lo trató con cuidado y respeto pese a parecer un imbécil, toques suaves, movimientos rítmicos, nada de dientes o uñas, nada de dolor, ni rudeza, lo acarició casi como si temiera romperlo, tan suave que apenas lo sentía, tan lento que apenas arrancaba un jadeo. 

 

Cuando se fue de la habitación recién follado, tenía el ceño fruncido y una incomodidad latente, se encogió de hombros y decidió que los hombres no eran hábiles si el se corría mas fuerte con sus manos que con ellos enterrados profundamente en su interior, faltaron otros hombre y mujeres y su primer encuentro con un auténtico desgraciado para darse cuenta de que en realidad el pasado sí había dejado mella en él, tenía que ser rudo, brusco, agresivo, tenían que jalar de su cabello e ignorar su quejidos de dolor, tenían que dejar moretones, mordiscos y recibir arañazos y golpes como pago, sujetarlo con tanta fuerza que los dedos quedaran marcados sobre su piel.

 

Mientras estaba recostado boca arriba y se corría con fuerza, mientras ponía los ojos en blanco y su vista se tornaba negra por la falta de oxígeno, un vago pensamiento cruzó su cabeza, Ilay no sabía recibir caricias, Ilay no sabía entregar caricias y no las necesitaba, no cuando ese subidón de adrenalina corría por sus venas.

 

Decidió esa mañana, solo y dolorido en un hotel asqueroso, sobre unas sábanas manchadas con fluidos que no quería identificar, rodeado del olor del sexo y tabaco, que si encontraba alguien o algo a que aferrarse, se plantearía sentar cabeza, porque con lo imposible que parecía en ese momento, sabia que terminaría muriendo sobre ruedas y sin un lugar al que llamar hogar.

 

Pasaron años, recorrió todo lo que pudo, sin encontrar a nadie ni nada que lo hiciera quedarse, no encontró motivos, así que se fue, el tiempo pasó, su padre falleció, solo y en silencio, con un hijo a solo unas horas de distancia

 

Y lo que fue más un pensamiento ausente, se convirtió en un deseo activo, pero estaba resignado al mismo destino y fuera de un profundo pesar en el pecho, no lograba pensar más a fondo en ese terrible, triste y patético hecho, las cosas se volvieron diferentes mientras continuaban iguales.

 

Siguió viajando, se movió de un lado a otro, y con el tiempo perdió las expectativas y dejó de buscar, todos los días eran lo mismo, todas las personas eran iguales, nada destacado, nada llamativo, nada nuevo, solo nada.

 

Llegó a Gótica como un hombre de paso, mucho más de lo acostumbrado, solo unas semanas, con suerte un mes, era una ciudad que hacía honor a su nombre, con edificios viejos y elegantes de aura oscura, o nuevos, imponentes y frívolos, sin dejar jamás de lado ese aire peligroso y lúgubre.

 

Las personas eran como su ciudad, ceños fruncidos, miradas cautelosas o mordaces, palabras bruscas y groseras, sonrisas sórdidas, maniacas o mezquinas, tenían su temática vampírica muy implementada, si le hubieran dicho que era en secreto una ciudad para vampiros refugiados se lo habría creído sin dudar.

 

Era mucho más impactante porque había estado en metrópolis hace solo unos meses atrás, y no ponerlas en contraste era casi imposible, metrópolis era una ciudad amistosa brillante y tenía a Superman, quien al igual que su gente y su hogar, era brillante, amable y simplemente gentil, mientras que gótica, parecía un agujero del terror, peligrosa en cualquier momento, con la frialdad emanando en cada persona, misteriosa de formas en que una ciudad no debería ser, y sus calles estaban vigiladas por lo que a internet le gustaba satanizar como Batman.

 

En su cabeza dos ciudades tan diferentes tenían la posibilidad de hacerlo pensar en cómo serían en conjunto, como sería mezclar a todos esos gentiles seres de metrópolis con los rígidos y malvados habitantes de Gótica. Puede que sea una exageración, pero está seguro de que terminaron de mondadientes en las primeras interacciones.

 

Si era sincero, no esperaba nada cuando llego, se divirtió un poco de un lado a otro, apreciando la arquitectura, el dueño del lugar en el que se quedaba era un imbécil encantador que lo miraba con ojos oscuros y lujuriosos e Ilay sabía que podría disfrutar con él, si sus fuertes manos eran indicios de un agarre firme y brusco, pero al pasar los días, volvió al inicio, solo más de lo mismo, mientras se movía por las calles de la ciudad, nada llamo realmente su atención, solo calles pobres para gente pobre, calles bien cuidadas, para personas con dinero, claros indicios de corrupción y grupos turbulentos, estaba pensando en su próximo destino cuando se se topó con algo diferente.

 

Una sonrisa divertida y sorprendida se plasmó en sus labios cuando lo vio de frente, era feroz, con una calma apremiante mientras se movía con suavidad, y golpeaba con precisión y fluidez, de pensamiento rápido y flexible, pero era joven, demasiado joven, su aroma casi imperceptible, su piel visible, tersa y suave, su estatura, baja y menuda, era un joven omega con aparente mal carácter y mala suerte, decidió que sería su buena obra del día.

 

Si lo piensa bien, el recuerdo más claro que tiene de ese encuentro, son sus ojos, cuando la criatura se enderezó y se volvió a mirarlo no fue su rostro pequeño, de mandíbula marcada y nariz respingona, lo que llamó su atención, no fue el hecho de que tenía el tabique desviado, y que posiblemente se había metido en muchas peleas, ni la forma burlona en que habla de la pelea que acaba de tener, fueron sus ojos, de un celeste tan claro que podría haber sido un gris pálido, del hielo en su mirada, la frialdad en su postura.

 

El recuerdo es lejano, es extraño, ahora que ha pasado meses conociendo esos ojos, asegurándose que esa piel pálida no tenga más moretones y cicatrices, ahora que el hielo se a derretido y se a convertido en un pedacito de cielo en invierno, suave, dulce, fresco y reconfortante, es extraño pensar en esa frialdad dirigida a él.

 

Desde el momento en que lo vio, Ilay supo que sería más, claro que no espero que fuera tan abrumador, que fuera como un huracán, o una lluvia torrencial que se cuela bajo su ropa y le llega hasta los huesos, no espero la intensidad del afecto o la oscuridad de la posesividad que en ocasiones amenaza con volverlo loco y salvaje, pero sí pudo esperar algo más

 

“¿qué significa esto?” pregunta en cuanto mira al hombre mayor frente a él, sosteniendo con cuidado y firmeza a Tim, quien parece apenas consciente. Se abalanza sin pensar, el terror lo recorre y la preocupación inunda su cabeza, miles de preguntas se agolpan en su mente, mientras busca algún indicio de sangre, aún está descalzo, con el cabello desordenado y sabe que a inundado la entrada con su ácido aroma a ansiedad, agradece haber estado preparándose para salir cuando con cuidado le arrebata a Tim de los brazos, mientras se recuerda el arma oculta bajo la mesita del recibidor “¿Tim, cachorrito?”

 

Su Tim alza la cabeza con dificultad, se tambalea sobre sus pies mientras carga su peso sobre Ilay intentando instintivamente no lastimar su estómago, los ojos del chico apenas se abren, esta ardiendo en fiebre a juzgar por el sudor en su frente y el sonrojo en su rostro, el parche en su cuello está comenzando a irritar su glándula por la forma en que se torna de un rojo furioso.

 

“Ilay” llama en un balbuceo y su cachorrito, siempre inteligente y capaz, jamás debería sonar tan desconectado e ido, tenía los ojos brillantes y una sonrisa tonta en sus labios que lo enternece incluso si está profundamente angustiado, el destello del hielo, meses atrás, viene a su cabeza y sabe que ese ya no es su cachorro, no cuando es tan dulce, tan suave, tan suyo, Tim inclina su cabeza, y unos mechones largos de su cabello caen sobre su rostro, antes de que una risa se le escape de los labios, brillante y burbujeante, se aprieta contra él, en un abrazo cálido, y descuidado, mientras se queja “estoy mareado”

 

“¿está en celo?” pregunta alarmado, las piezas juntándose finalmente y aclarando la preocupación que había arrastrado todo el día, tenía todo el sentido del mundo, Tim era rígido en cuanto a mostrar sus emociones, no tanto como al inicio, pero lo suficiente como para mostrar sus sentimientos sólo cuando estar realmente frustrado o estresado, pero esta mañana había sido especialmente comunicativo, lloroso en el asiento de la camioneta y pegajoso en el sillón a la hora de la película. Sus ojos caen sobre la ropa que trae y lo huele, un sonido medio angustiado, medio salvaje se escapa de su garganta y le sisea al hombre frente a él “esta no es su ropa”

 

Puede que no supiera con que salió de casa, demasiado dormido como para saberlo, pero si era consciente de que el olor no tenía nada que ver con ellos, era neutro, había algo que podría ser ciruelas o cerezas en el fondo, pero apenas perceptible, ninguno de ellos olía a cerezas o ciruelas, y el detergente de la ropa que ocupaban era de olor a lavanda.

 

“Debido a situaciones extenuantes, el maestro Tim, perdió su ropa original” ¿maestro Tim? presta real atención al desconocido frente a él por primera vez, tiene un traje impecable y a la medida, el cabello canoso perfectamente arreglado con una corbata en un perfecto e intrincado nudo elegante, y no puede evitar pensar que es exactamente a este tipo de sujetos a lo que tantas veces les había robado de joven, tan estirados que le recuerdan a esos hombres británicos de las películas de época  “me he visto en la obligación de cambiarlo y traerlo a casa”

 

También habla como uno 

 

“¿Qué situación extenuante? ¿Por qué estaba contigo? ¿Quién eres?” ajusta su agarre sobre el adolescente, mientras este entierra su nariz en su cuello, se mueve sutilmente para permitirle más espacio y consuelo, e intenta no avergonzarse por el orgullo que lo recorre ante su demostración de cariño, no hay nada vergonzoso en amar a su cachorro “aguarda solo un poco más, Tim”

 

“soy el mayordomo de la familia Wayne, Alfred Pennyworth, estrecharía su mano, pero están llenas” mayordomo Dios, a veces olvidaba que su cachorrito vivió con un montón de personas pomposas, que él era en realidad un chico bastante pomposo, con sus comentarios y palabras inteligentes “el maestro Tim ha dejado sus prendas…inutilizables, por lo que sus hermanos han decidido prestar de su ropa”

 

“¿porque estaba con ustedes?” se fuerza a mantener la vena posesiva fuera de su voz, y no ser demasiado grosero, lo consigue a medias, dejando ver un poco de su animosidad, no puede hacer que le importe demasiado

 

Desde el inicio supo que las cosas con la familia del chico no estaban bien, demasiado controlado, demasiado rígido, demasiado tranquilo, si era sincero, si fuera suyo, desde el momento en que abrió sus ojos celestes, Tim no podría salir de casa en ciudad Gótica después de la medianoche, lo amaba demasiado como para arriesgarlo, fue una gran bandera roja que no pareciera tener un horario definido. 

 

Ahora que conoce la historia, al menos gran parte, ahora que Tim es suave con el, gentil y preocupado, ahora que puede olerlo en su ropa, en sus almohadas, ahora que su cachorrito deja que Ilay le enseñe sobre su naturaleza, sobre lo que tiene permitido hacer y lo escuche parlotear sobre autos con total atención, ahora que Tim parece más brillante, feliz y saludable, lo que menos quiere es que resultara herido. 

 

Ellos perdieron, ellos lo perdieron, ahora era suyo y seguirá siendo así mientras tuviera algo que decir al respecto, mientras pudiera aferrarse a él con la fuerza con la que lo hacía.

 

“Temo que eso es culpa mía” es afable, educado y tranquilo, toda su calma pone los nervios de Ilay de punta “le pedí a uno de sus hermanos que lo encontrara y lo comunicara conmigo” parecía ligeramente avergonzado al confesar su artimaña “verá, en mis años siendo el mayordomo del maestro Bruce, he llegado a entender mucho a los jóvenes y sus caprichos, y a apreciarlo a él y a los chicos que acoge” frunce el ceño mientras mira a Tim en sus brazos con lo que solo puede ser culpa “fue mi gran error no notar la forma en que el maestro Tim, pese a su brillantez y a su madurez, se estaba hundiendo, hasta el punto en que decidió que sufría menos alejado de nosotros”

 

“¿lo quieres cerca para aliviar tu culpa?” Puede que sea deliberadamente obtuso, porque entiende su punto, pero puede que le importe una mierda.

 

“extraño al maestro Tim” contesta con paciencia y honestidad y ni un deje de vergüenza, Ilay recuerda a su estreñido padre por un breve instante, antes de concentrarse en esos ojos, su mirada podría hacer estremecer al militar mejor entrenado, una suerte que no fuera militar y tuviera un muy inmaduro problema con la autoridad “es un chico grandioso y su falta en casa es más grande de lo que habría imaginado que sería, quería hablar con el”

 

Cree en sus palabras, cree en sus sentimientos, no porque confíe en el hombre o crea que no pueda mentirle solo porque se ve como un anciano, apacible y honesto, sino porque puede imaginar el vacío que la partida de Tim podría dejar, porque puede imaginar la forma en que su corazón gritaría de dolor y sangraría sin descanso si el chico decidiera alejarse de él por su propia voluntad, porque Ilay lo lastima, porque no es bueno para el.

 

No sabe que tan éticamente correcto es tomar al primer niño que lo hace sentir como un ser humano capaz de sentir algo más que apatía sin estar montado en una motocicleta o besándose con un desconocido en los baños de un club, pero cree que no le importa.

 

Tim ha sufrido la pérdida, ha sufrido el dolor antes y después de ella, cree que no ha conocido el amor incondicional en ningún momento de su vida, y mientras esto sucedía, nadie se cuestionó si dejar a un niño abandonado e incapaz de gestionar los sentimientos o recibir afecto fuera ético y correcto.

 

Le importa una mierda si es ético, le importa una mierda si parece irresponsable, Tim es legalmente libre de hacer lo que se le antoje, así que Ilay no tiene que pensar en abogados para conseguir su custodia, cosa que de haber sido necesario habría hecho sin dudar y sin pensar en cuánto tiempo y dinero le costaría, Tim era suyo, era capaz de cuidar de él y seguiría haciéndolo hasta que fuera el mismo adolescente quien dijera basta a gritos e incluso entonces, continuará preocupándose por su bienestar.

 

No debería, realmente no debería, si Tim, que no quiere estar cerca de los Wayne ni a la fuerza, va con ellos de forma voluntaria sólo para encontrarse con el hombre frente a él, es porque realmente debe significar algo para el chico, pero es un hombre que creció cuestionando la autoridad y se convirtió en el tipo de persona que poco le importa estar con un pie en la tumba mientras consiga lo que considera justicia o el placer de una respuesta bien ubicada 

 

Asique aunque no debería, se ríe en su cara, oscuro y despectivo mientras aprieta su agarre sobre el niño, quien solo se acurrucó más contra él, como si quisiera fundirse con su piel.

 

“no sabes lo que tienes, hasta que lo pierdes ¿verdad?” Espeta mordaz, espera una mirada desaprobatoria o alguna clase de reprimenda, pero a cambio solo le entregan una sonrisa triste y pequeña.

 

“así es” es todo lo que le entrega por su mezquino comentario y es desconcertante, pero un completo placer saber que ellos son conscientes del desastre que causaron con Tim, el hombre Alfred, se recupera con relativa rapidez “pronto la fiebre será peor, creo que es momento de que me retire”

 

Le extiende una bolsa transparente que había estado sosteniendo y que Ilay había pasado completamente por alto, en el interior unas galletas con chispas de chocolate lo esperaban

 

“el maestro Tim, quería traerlas para usted” explica con una sonrisa suave, casi dulce, como si le pareciera adorable, y lo es, es tierno, hace que el pecho de Ilay se sienta cálido y pegajoso, pero no es una sorpresa, Tim es el ser humano más adorable que Ilay se a topado, con sus pucheros y sus mañas, refunfuñando por toda la casa cuando Ilay no cuida su ingesta de alimentos, o cuando insiste en los masajes para evitar el dolor y las molestias.

 

“gracias” apunta con la cabeza al mueble de la entrada, Alfred lo deja con un movimiento preciso y gracial, y se vuelve para irse con una sonrisa en los labios

 

“es un gusto conocerlo en persona” dice con todo ese aplomo que parece ser normal en él y si no supiera lo enfermos y obsesivos que pueden ser las personas con dinero, se espantaba ante la insinuación, pero conoce a los adinerados y los habitantes de gótica, posiblemente los Wayne, conocen hasta el número que calza. 

 

“bueno, no pensé que lo haría” contesta incómodo, repentinamente avergonzado al pensar en su postura en ese momento, un omega de cuarenta y tantos, viviendo en el departamento de un adolescente, actuando todo posesivo y mezquino, culpa descaradamente a sus hormonas “pero es bueno ponerle cara a su nombre, señor” hace años que no llama señor a alguien, desde su padre, tal vez desde antes, pero Ilay perdió su casa, su padre, el rumbo de su vida, pero jamás sus modales, al menos no cuando la preocupación, la desconfianza y la indignación no están en la ecuación “imagino que conoce mi nombre”

 

Sonríe, algo menos pasivo, mucho mas astuto y conocedor, asiente nuevamente con un gesto elegante y se va, Ilay no es tonto, no sabe en que esta metido su niño, pero esa familia tiene todo que ver.

 

“es momento de ir a la cama” revisa que la puerta esté correctamente cerrada y se mueve con Tim en sus brazos, lo arrastra con él hasta llegar a su habitación, y lo deja caer sobre el nido de almohadas y mantas, Tim se queja, pero se acurruca hundiendo su nariz en las suaves mantas a su alrededor “coopera, cariño”

 

Lo cambia apresuradamente de ropa a algo mucho más fresco, gruñe, ronronea y se queja sin descanso, pero lo deja maniobrar como desee, el pánico es un latido lejano, pero lo recorre incluso mientras está a salvo en su hogar, la idea de un Timothy vulnerable en las calles de la ciudad, lejos de Ilay, lo hacen sentir náuseas, la idea de Tim en manos de un bastardo sin cara, siendo tan maleable e inconsciente, le dan ganas de romper algo.

 

Su fiebre aumenta cada vez más, trae agua y se la da de tomar, luego lo obliga a comer un poco de fruta, trozos de durazno, uvas, cerezas, una letanía de “solo otro mas, corazón, por mi, un poco más, otro mordisco, cachorrito”

 

Finalmente Tim cae profundamente en su celo, y sabe que es momento de huir, lo deja en su habitación, donde se queja y farfulla por compañía, su olor a menta se vuelve fuerte y casi empalagoso, tan extraño en él, se aleja con el corazón apretado en preocupación y hace una nota mental de hablar y conseguir los implementos necesarios para que pase su celo con más tranquilidad.

 

Se sonroja furiosamente ante la idea, pero se reprende a sí mismo, es su deber como el adulto, como su guardián, es su deber encaminar a Tim en todo lo que los negligentes adultos que lo rodearon no pudieron hacerlo.

 

Su mente se desplaza a los pormenores, el espacio, los niños en camino, la privacidad, hace una cuenta silenciosa de su dinero, tiene mucho ahorrado, con todo lo que no usa mientras viaja, tiene suficiente para comprar tres autos nuevos si así lo desea.

 

Se acomoda en el sillón más grande y enciende el televisor, solo para tener ruido, el alivio se asienta a medida que pasan los minutos y todo permanece tranquilo, relajando su cuerpo y vaciando su cabeza.

 

Mira a su alrededor, el departamento es un poco desastroso, con las cosas de ambos amontonadas en superficies aleatorias, Tim no parecía bueno optimizando los espacios, ubicando los muebles donde le fuera más conveniente, la punzada molesta de la culpa y la vergüenza lo acosan mientras mira las llaves en el bol de la entrada.

 

Su mano acaricia su vientre distraído, una costumbre involuntaria que con el tiempo se hace más constante, baja la mirada, una sonrisa tonta y suave se le pega en el rostro mientras piensa en sus gemelos, definitivamente esta mas emocionado ahora que la ansiedad y el absoluto terror se redujo considerablemente, a medida que la idea se asentaba y se acostumbraba a ella. 

 

Se había preguntado una buena cantidad de veces si su reacción hubiera sido diferente en otro momento de su vida, tal vez en sus veintes o si las cosas serían diferentes si no hubiera cocido a Tim, si no hubiera estado completamente cautivado por el niño tan solo con unos cuantos meses de conocerse.

 

Sabe que el terror lo habría consumido y que muy probablemente hubiera pensado muchas veces en conseguir una clínica para abortar, en esos días de carretera, donde una comida era en el mejor de los casos algo que agradecer, no se imagina aceptando de buena gana tener un bebe, por mucho que lo deseara y mucho menos dos.

 

Los niños significan responsabilidad, significan estabilidad y control sobre uno mismo, significa no gritarles, o golpearlos o ser muy despreocupado o controlador, criar un niño es hacer que en veinte años, ese niño sea un vaso lleno de traumas de los que más de la mitad son tu culpa. No, él no lo habría tomado bien, él ni siquiera habría terminado de procesar la noticia antes de abortar.

 

Pero Tim apareció, y antes de saberlo, antes del embarazo y las pruebas, Ilay ya sabía que se quedaría en Gótica, ya sabía que no se iría, porque se lo prometió, se prometió que si encontraba algo a lo que aferrarse sin sentir culpa o arrepentimiento, lo haría, así que cuando esas rayas aparecieron en la prueba y cuando vio la fotografía del ultrasonido, Ilay ya sabia que hacer y sus miedos se redujeron a nada porque si aun herido y traumado, si aun solo y abandonado, Tim podía ser el increíble niño que era, sus hijos tenían toda la esperanza de crecer para ser personas amadas, apreciadas y cálidas, rodeadas de amor y protección.

 

Es vagando por internet que la idea pasa por su cabeza, es una habitación con una cuna en el centro, las paredes de un color rosa pastel y una gran cantidad de cortinas vaporosas por todos lados, comienza a pensar en que haría con la habitación, lo primero sería ubicar dos cunas, una a cada lado de una mecedora o un sofá cómodo, donde pasar noches en vela, vigilando a los bebés, luego decir adiós a las cortinas vaporosas, y el color de la habitación sería un suave celeste o verde.

 

No es realmente su intención, pero termina pensando en cómo sería una buena habitación para Tim, en cómo le gustaría que estuviera cerca de los bebés y cerca suyo, como posiblemente le entregaría un baño propio porque es un adolescente y necesita privacidad, cree que lo haría tener un cesto para la ropa sucia y la limpia, si se guía por su forma de dejarla dispersa independiente del estado.

 

De eso pasa a la sala, las paredes del departamento actual no están mal, pero hay una clara falta de fotografías o alguna tontería hogareña, cree que disfrutaría teniendo fotos de sus chicos en las paredes, Tim sentado sobre su motocicleta, o sosteniendo a sus hermanos por primera vez, dios bendiga la gran cantidad de cámaras que el chico posee.

 

Piensa en un sofá grande para todos, y unos más pequeños, tal vez dos o tres sillones individuales y uno grande, independiente del color de la habitación, Ilay quiere un sofá verde oscuro, no sabe porque, pero lo quiere, quiere las lámparas de luces cálidas y la cocina llena de electrodomésticos, desordenada y sucia, quiere perseguir pequeños pies y revolver el cabello de Tim al pasar.

 

Busca casas disponibles, no quiere criar niños en un departamento, quiere que corran y se embarren de tierra, para que tenga que lavarlos en el jardín con la manguera, escucha las quejas de Tim mientras lo empapa con agua fría con pequeñas y burbujeantes risas gemelas sonando en el fondo, una casa con un buen patio, cerca de la escuela de Tim y del taller, también de un hospital, los niños se enferman con frecuencia y Tim podría entrar en la categoría de niño con lo mucho que está herido.

 

Mínimo cuatro habitaciones, preferiblemente cinco, dos para los gemelos, dos para ellos y uno para invitados, de preferencia tres baños, y una cocina amplia, una sala con televisor pero lejos de la mesa, no serán de esas familias que comen con la vista pegada a la pantalla.

 

Es una sorpresa encontrar algunas que llaman su atención, precios bajos y cómodos, lo suficiente seguro para el estándar de Gótica y cerca de todo lo importante, hospital, escuela, jardines infantiles, supermercados, veterinarias.

 

Podrían adoptar un perro, a los niños les gustan los perros, cree que a Tim le gustaría un gato.

 

Cae en un agujero de conejo, pensando y soñando despierto, busca y busca, sorprendido y agradecido con los precios, que adjudica a la mala reputación de la ciudad, artículos que aseguran que muy pocos se quedan a vivir en gótica que no hayan nacido ya en ella, mientras revisa locaciones y barrios, busca informes de delincuencia en la zona y se asegura de investigar que tan cerca están los vigilantes del lugar, inseguro de si su cercanía era o no bienvenida.  

 

Cuando el sonido de un teléfono lo saca de su trance, mira sorprendido a su alrededor y mientras con un quejido se pone de pie lo ve, la chaqueta de Tim junto a la ropa que planeaba lavar y entregar doblada más tarde, el sonido se corta cuando lo alcanza, el nombre Kon aparece en la bandeja de entrada, junto con una notificación de email de una cuenta desconocida, con la palabra gracias en él, antes de pensar demasiado en ello, el teléfono vuelve a vibrar y sonar.

 

A falta de una mejor opción, contesta, pero no tiene tiempo de decir algo cuando es interrumpido por un discurso apresurado

 

“Dios, Tim, me tenias preocupado” es una voz joven y masculina, espera que de la misma edad de Tim, sonaba alarmado y nervioso y había claro reproche y alivio en su voz “pensé que algo había pasado” dice con alarma “no se que demonios hiciste, pero Clark tiene ese ceño preocupado en la cara mientras habla por teléfono con Bruce ¿estás bien?”

 

“lo estará” contestó con simpleza, y el aire cambia al instante, al otro lado de la llamada el silencio es total, y sin entender porque, se siente repentinamente inquieto.

 

“¿quién habla?” Parece una pregunta, pero es una exigencia, una demanda, un joven alfa muy fuerte y posiblemente de buena presencia, sin duda, y suena mortalmente frío, mortalmente furioso, Ilay se sentiría indignado si no estuviera acostumbrado a la arrogancia de los alfas en general como de los adolescentes “¿qué ha pasado con el dueño del teléfono?”

 

“esta indispuesto en este momento” se acomoda sobre el brazo del sofá mientras escucha un gruñido amenazante, y voltea los ojos divertido e irritado ante el dramatismo del mocoso “calma, Superman, hablo enserio, estará bien en unos días, está pasando por un pequeño problema hormonal”

 

“¿quién eres?” otra demanda y desde cuando los jóvenes son tan groseros , recuerda que cuando tenía entre quince y dieciséis años, por cada respuesta inteligente o grosera, perdía un diente “¿porque tienes su teléfono?”

 

“vivo con el” ahora el silencio se alarga nuevamente, pero atrás quedó el escalofrío y la inquietud, en su lugar le dio la bienvenida a la lastima, cuando el chico recuperó la voz, casi parecía devastado

 

“¿vives con Tim?” es considerablemente mucho menos agresivo que antes, y de pronto se imagina a un chico joven y desgarbado, de rostro borroso con los hombros caídos en decepción. 

 

“si, es un chico asombroso” contesta teniendo piedad del pobre y tonto adolescente, le habría gustado molestarlo mas si no supiera que probablemente ya tiene suficiente con estar enamorado de Tim, de entre todas las personas, el ama a su cachorro, pero cree que se moriría de dolor si se enamorara de alguien como el, tan ajeno a sus sentimientos y evitándolos como si fueran una peste “es mi hijo adoptivo”

 

“¿adoptaron a Tim?” esta vez hay una gran incertidumbre, escepticismo y si él fuera amigo de Tim, también lo estaría, el chico más independiente de la historia, dejando que una persona lo adopte voluntariamente, que maldita locura 

 

“no, no adoptaron a Tim, yo, adopte a Tim” no es necesario dejarlo tan en claro, pero una vez dicho, las palabras se volvieron miel en su boca y por primera vez y de forma consciente se da cuenta de que lo desea, quiere tener ese rol en la vida de Tim, y que locura mas grande para descubrir en ese preciso momento, cuando prácticamente lo es, en todo menos en lo legal y biológico.

 

“¿puedo verlo?” y ¿no es adorable? siendo tan respetuoso y cordial, que tantas virtudes puede tener un adolescente luego de hablarte como si fueras a asesinar a su mejor amigo, parece entrar en pánico ante sus propias palabras, porque antes de que Ilay pueda contestar, el chico ya está tartamudeando “no quiero decir ahora, no es que no quiera verlo ahora, solo que entiendo que no puede, más bien en un futuro, no tan a futuro, solo un futuro cercano, cuando esté mejor, o cuando el quiera verme, no quiero presionar, Tim es un poco delicado cuando lo presionas, no es que eso no esté perfecto, el puede elegir a quien quiere o no tener cerca, preferiría que siempre quisiera tenerme cerca, pero yo jamás lo presionaría de ninguna forma-”

 

“puedes venir cuando él esté mejor” lo interrumpe de su diatriba francamente dolorosa y cree escuchar algo que suena mucho a un gracias a Dios suspirado al otro lado del teléfono “le dire a Tim que llamaste y le pediré que hable contigo, asique él dirá cuando y donde”

 

“si, si eso es genial” asiente con entusiasmo, antes de que un silencio incomodo se instale “soy Conner”

 

“un gusto Conner, soy Ilay” contesta, un murmullo de asentimiento y más silencio “¿necesitas algo mas?”

 

“¿él está bien?” Esa preocupación genuina que escucho al inicio de la conversación, lo hace sonreír.

 

“lo estará” asegura con suavidad, antes de finalmente cortar.

 

Ilay permanece con el teléfono en la mano un poco más, mirándolo con verdadera curiosidad, sabe que si Tim estuviera de pareja de alguien lo notaría, sabe que habrían indicios, olores, marcas de chupetones en el cuerpo, alguna cosa que indique una salida decente promedio

 

A no ser que no sea decente, a no ser que sea del tipo de hombre que no son especialmente delicados y amables, si, el chico no se escuchó desagradable y parecía bastante respetuoso una vez acalorado su relación con Tim, pero cualquiera puede ser buen actor.

 

De pronto por su cabeza pasa aquella vez en el baño, su segundo encuentro con Tim, el grosero de esa vez, está casi seguro de que sus voces no coinciden, pero puede que a través del teléfono suene diferente, puede que sean los mismos, que ese desgraciado de esa vez sea el mismo que llamó.

 

No, tiene que dejar de divagar y pensar cosas sin sentido, su niño es inteligente y es perfectamente capaz de salir de una relación perjudicial.

 

A no ser que sus traumas de infancia no lo dejen, porque es un niño con problemas de abandono, con una facilidad para aferrarse a lo que claramente no debería, con poca autoconservación y pareciera que un muy alto nivel de comportamientos suicidas.

 

Frunce el ceño con fuerza, y la idea lo marea, se obliga a no pensar en ellos mientras se vuelve a recostar en el sillón, esperando unas horas para hacer una revisión de estado

 

Lo vigila cada cierto tiempo, deja barras de cereal y agua cada cuatro horas, asegurándose de como con moderación y lo suficiente, para el final del día, Tim está mejor, la excitación lujuriosa, siendo reemplazada por una pegajosa necesidad de cariños y cuidados, que pide con ojos llorosos y brillantes

 

“Ilay” llama suave y pequeño desde las mantas, con un sonrojo en el rostro, y sus grandes e inocentes ojos fijos en el

 

“¿si, cachorrito?” tenía sábanas y un pijama sucio en las manos, lo había cambiado tan pronto había notado el descenso de temperatura y estaba por llevarlo a lavar

 

“quédate” tan quejumbroso y pequeño y aun asi inseguro, lo toma por sorpresa, pero con cuidado mete las sábanas y la ropa en una funda de almohada y la deja al lado de la puerta, para recordar llevarla al lavado más tarde, y se acerca con cuidado al nido de sábanas limpias y almohadas aromatizadas y toma asiento en la orilla.

 

Silenciosamente se enternece cuando ve como Tim se apresura a hacerle espacio y en cuanto lo tiene recostado, se pega a su costado, con la timidez esperada de el 

 

“es vergonzoso” se queja extremadamente consciente de sus acciones “pero no quiero que te alejes”

 

“es el celo, tu rutina se vuelve más una necesidad de mimos cuando no consigues un compañero para pasarlo” acaricia su cabello mientras lo rodea, Tim tiene cuidado con su estomago, aun cuando se funde contra el “estarás bien en dos días más cariño”

 

Tim tararea aplacado y se deja arrullar por el, Ilay piensa en buscar más tarde su computadora para que puedan ver algo mientras están en cama, pero se queda dormido con el sonido de las respiraciones suaves y rítmicas de Tim 

 

Despierta horas después, cuando gira el rostro, puede ver la hora en el despertador, las cuatro de la mañana, las luces de la sala están apagadas e Ilay intenta recordar cuando las apago y suspira al pensar en tener que reemplazarlas porque se quemaron.

 

Se acomoda más contra Tim, quien aún duerme con calma, le toma la temperatura con cuidado y sonríe al notar que la fiebre bajó incluso más, en uno o dos días estaría como nuevo. 

 

Está intentando volver a dormir cuando lo ve, la luz que debería ser verde y constante en la puerta de la habitación, ahora es roja y titila rítmicamente.

 

La alarma.

 

El corazón le sube a la garganta, mientras el terror recorre su cuerpo, por instinto, su mano va a la mesa de noche, donde había escondido un arma con anterioridad.

 

Tim aseguro que es muy normal tener armas por todo el departamento si vives en Gótica y quien era Ilay para cuestionarlo cuando el mismo escondió armas al alcance y conocimiento de Tim, no recuerda la última vez que durmió sin un arma bajo la almohada.

 

Rodea con cuidado a Tim en sus brazos, y este se acomoda en su pecho, pasando su brazo por la cintura de Ilay abrazándolo en medio de su sueño, retiene la respiración mientras su brazo se alza listo para disparar, agradece los años de práctica y la falta de droga y alcohol mientras su mano se mantiene firme en el aire

 

Quien sea que entre por esa puerta, recibirá una bala entre los ojos.

 

Pero cuando está por disparar, con el dedo sobre el gatillo listo para apretar, un niño pequeño se asoma por el pasillo y lo mira desde la puerta, tiene un antifaz en el rostro y una capa larga le cubre los hombros, es una sombra en la oscuridad de su hogar y aunque es un niño y jamás lo mataría, se siente como una amenaza que debe neutralizar, se aferra a Tim con fuerza mientras muestra los dientes y sisea en advertencia.

 

El niño se congela, es casi imperceptible y no lo habría notado de no estar tan extremadamente alerta, pero lo hace, un segundo antes de declarar con una voz suave y susurrada.

 

“omega” sorprendido, inclina la cabeza mirándolo, Ilay no entiende que es lo que esperaba encontrar, pero no piensa detenerse a preguntárselo 

 

“fuera” gruñe intentando mantener la voz baja, no quiere que Tim despierte, no quiere que lo vea y entre en una crisis al pensar que no está a salvo, es muy pronto, recién está superando su celo, es demasiado crudo como para enfrentar un estrés que muy posiblemente lo volvería salvaje.

 

“eres un omega” las personas deberían de dejar de sorprenderse cada vez que descubren que es un omega, no es como si no fuera el estereotipo completo, más bajo que el promedio, con un aroma dulce y personalidad brillante, cliché.

 

“largo” repite sin ánimos de tener una conversación en la madrugada, donde no se supone que hubiera nadie más que él y Tim “o te disparo”

 

“no te atreves” desafía, y necesita saber que tienen las personas de esta ciudad que incitan a la violencia con tanto descaro e indiferencia

 

“no te mataría, pero podrias desangrarte” acepta con tranquilidad, antes de comenzar a soltar el aroma más fuerte a naranjas podridas que puede sin molestar a Tim en su sueño, el niño retrocede ligeramente aturdido, Alfa, joven, pero alfa, vuelve a gruñir con más énfasis “ Largo”

 

Como todos los de su género, es soberbio y orgulloso, alza la barbilla con altanería pero también sus manos, con lentitud y cuidado

 

“asique Drake si puede ser interesante” dice el mocoso de mierda con una sonrisa soberbia  mientras mira al costado de Ilay, como si pudiera ver algo a través de las mantas que lo cubren

 

Finalmente se va como llegó, en silencio y casi de forma imperceptible, Ilay permanece tenso durante unas horas incluso después de saber que ya no habia nadie mas aparte de ellos en la casa, no es capaz de soltar el arma hasta que los rayos de sol comienzan a atravesar la ventana y se ve en la obligación de hacerlo.

 

La curiosidad y preocupación batalla con su sentido común, a menudo, cuando viajaba de lado a lado, tenía un conjunto de reglas a seguir en ciertas circunstancias que parecían más problemas de los que podía masticar, mientras pasaba de largo lo que muy posiblemente eran escenas del crimen en diferentes grados, se repetía mental mente  No vi nada, No escuche nada, No pensé nada.

 

Pero era diferente cuando todas estas situaciones rodean a Tim, al chico que sale en las noches, que no parece drogarse o alcoholizarse, pero aun asi no vuelve hasta bien entrada la madrugada, muchas veces herido, o amoratado, Ilay descartó hace tiempo malas influencias, en su lugar comienza a buscado por rumores y noticias, algo que indique un club de lucha clandestino que explique la situación, pero cualquier clase de evento similar del que escucha, resulta que ya fue hace tiempo desmantelado por los murciélagos de Gótica.

 

Se escapa de entre las mantas con la cabeza turbulenta, impregna la almohada con su aroma y se aleja con cuidado, lleva la ropa a la lavadora y comienza a preparar el desayuno.

 

¿Qué tanto debe preocuparse de que uno de ellos apareciera en medio de la noche, consciente del nombre de Tim y hablando de él como si lo conociera? ¿es hostil hacia Tim? si fuera algún tipo de delincuente ya lo habían capturado ¿no? ¿tendrá que ver con el hecho de que Tim estuviera involucrado en la captura de ese asesino de cuando se volvieron a ver?

 

Cuando los huevos están listos, vuelve en buscar de Tim, se sienta en la cama y pasa su mano por el cabello del chico, decidiendo una vez más, dejar que las respuestas lleguen a él con el tiempo.

 

“Tim” llama con suavidad, se retuerce, pero no abre los ojos, Ilay vuelve a llamar a su nombre y lo mueve suavemente hasta que con un ceño fruncido y un puchero finalmente lo mira, los ojos aún nublados por el sueño “el desayuno está listo”

 

“no quiero” se acerca y se aferra a Ilay por la cintura, no debe de ser muy cómodo con su estómago en medio, pero Tim no se aleja e Ilay no se lo pide, pasa su mano por su frente, aun arde ligeramente, pero considerablemente menos que la noche anterior.

 

“tienes que comer” asegura y recibe un gruñido como respuesta “ tenemos que comer”

 

Una pequeña pausa.

 

“¿tienes hambre?” pregunta, tiene la voz rasposa y baja, casi en un susurro, sonaba preocupado y aunque Ilay no esta especialmente hambriento, sabe que es la única forma de sacarlo de la cama, era si pensaba que si, después del agotador estado de su cuerpo, al pasar por un celo, tiene que alimentarse bien.

 

“hambriento” asiente con convicción y puede ver a la perfección el puchero de Tim, la forma en que frunce el ceño y cuando lo suelta y entierra su rostro en la almohada sabe que gano “pero puedo esperar unos momentos”

 

“no tienes porque hacerlo” discute, aunque está claro que se encuentra de mal humor por ello, le recuerda tanto a un niño pequeño que no puede evitar reír

 

“no no tengo, pero yo-” a media frase se interrumpe, abre los ojos con sorpresa, y aunque está acostumbrado a sentir a sus pequeños moverse en su interior, acaba de caer en cuanta de que es la primera vez que esto sucede con Tim en la habitación

 

“¿que? ¿qué pasa?” como siempre, pese al rostro sonrojado por el celo aún en curso y a su enternecedora apariencia desaliñada, Tim muestra una seriedad y una calma que indica su estado de alerta, dispuesto a moverse en caso de alguna amenaza o problema, lo mira por sobre el hombro y antes de responder, ya está de pie frente a él, con las manos en alto sobre las suyas como si quisiera tocar y no se atreviera “¿son los bebés? ¿te duele? ¿por eso querías que me levantara? ¿son contracciones?”

 

Tim intentó ponerse de pie, desordenado, preocupado y en pijama, completamente dispuesto a salir arrastrando a Ilay pese a oler como un jabón de aloe vera y menta recién preparado.

 

Lo tira de la muñeca, y con cuidado planta su mano sobre su estómago, Tim lo mira confundido, mientras Ilay acaricia su mano con suavidad y le sonríe, parece que va a protestar cuando lo siente 

 

Una pequeña patada, un golpe ligero y suave, muy diferente a los que Ilay ha comenzado a acostumbrarse de sus gemelos, piensa distraídamente mientras mira a su cachorrito con los ojos bien abiertos mirando su mano con innegable sorpresa, que sus bebés pueden estar intentando probar las aguas con su hermano mayor, se ríe de sí mismo ante el pensamiento, pero le deja una sensación cálida en el pecho.

 

“Oh” dice Tim, y ahora su cuerpo vuelve a su lugar en el suelo, de rodillas y recargado sobre sí mismo, laxo, no lo mira a los ojos, están pegados a su estómago y mientras luce aturdido, pero su olor se tiñe del dulzor que le recuerdan a las aguas de té de menta azucarado, feliz a un nivel inconsciente que su estado de celo delata con traidora honestidad.

 

“normalmente son unos revoltosos, patean con mucha fuerza y se mueven hasta el hartazgo” se queja con la voz suave, mientras extiende su mano libre y acaricia el cabello de Tim, este se inclina ante su toque, pero no despega los ojos de su estómago “se están comportando especialmente bien en este momento”

 

“leí un estudio que asegura que las feromonas de la madre y el padre son los más constantes hasta que estan a finales del segundo trimestre y a principios del tercero” le cuenta Tim con emoción apenas contenida, más animado ahora que el shock a pasado “aparentemente, en estos cuatro meses restantes, empezarán a reconocer los aromas de otros que no sean los padres”

 

“están empezando a reconocer tu aroma” declara con sorpresa, y Tim no contesta, permanece en silencio mientras sus ojos caen nuevamente al estómago, pero no necesita decir nada, ni siquiera necesita oler el aire para saber lo que su cachorrito siente en ese momento, no con la forma en que sus ojos se tornan tiernos y suaves, empalagoso al extremo y tan llenos de cariño que podrían ahogar a alguien en el “sera mejor que lo hagan, estarán pegados a tu cadera en unos años”

 

Tim está pegado a él el resto del día, mira desde la encimera como Ilay cocina y rechaza la idea de freír cualquier cosa, según porque no quiere comer cosas fritas en ese momento, pero Ilay sabe que está cuidando de su salud y del peligro que el aceite caliente representa.

 

Termina comiendo variedad de sándwiches que dejen satisfecho a Tim e Ilay por igual y juntos miran la televisión o sus teléfonos, vagando por redes sociales de forma distraída

 

“por cierto” llama Ilay captando la atención de Tim “Kon, llamo”

 

“¿que?” pregunta Tim al instante alzando la cabeza, confundido y desconcertado “¿Conner?”

 

“sep” asiente prestando atencion a sus rasgos, por lo que capta la calidez que atraviesa sus ojos mientras los desvía evitando su mirada “conteste porque estabas ocupado, es un chico protector”

 

“¿dijo algo?” sonaba casual y tranquilo, como si no tuviera nada que ocultar, pero la pregunta era más que reveladora 

 

“solo que lo llamaras y que acordaron encontrarse” le siguió el juego con indiferencia, viendo sin ver su teléfono “¿tenía algo más que decir?”

 

“nop” contesto al instante “nada”

 

Están callados unos momentos y puede ver como Tim se desliza hacia los mensajes en su teléfono y le sonríe a la pantalla casi al instante

 

“no es el idiota del baño, ¿verdad?” Tim se vuelve a mirarlo con confusión, antes de aparentemente recordar de quien habla y fruncir el ceño, con una cara de completo asco

 

“¡no!” Ilay se ríe divertido y aliviado y concentra su atención en el televisor, donde comienza una nueva película “dios que asco, se lo voy a contar a Conner”

 

Está en medio de la escena más incómoda de la vida, cuando Tim comienza a prestar atención nuevamente

 

“¿qué estamos viendo?” pregunta bajando el teléfono y abrazando el brazo de Ilay mientras se recarga en su hombro, mirando al rubio sin camisa bailar de la forma más incómoda posible “no me jodas, qué vergüenza”

 

“si yo tuviera treinta” contestó sin mirarlo, fijo en los personajes “no la habías visto, verdad”

 

“se de que va” contesta

 

“no la has visto” declara Ilay mientras le sube el volumen al televisor 

 

 “Dios, ella es una perra” asegura Tim mientras mueve los pies de forma constante e inquieta, Ilay se acomoda y rodea sus hombros con su brazo y comienza a juguetear con su cabello hasta que el chico se tranquiliza nuevamente

 

“en estas películas, casi siempre es así” asiente con diversión, el pensó lo mismo cuando la vio por primera vez, aún recuerda pensar, mejor solo, que mal acompañado, mientras la veía “siempre esta la mejor amiga que resulta ser una autentica zorra mezquina y envidiosa”

 

Es cuando la vida de la protagonista se desmorona que Tim vuelve a hablar 

 

“Billy Joel es un desgraciado” comentó distraídamente sin apartar los ojos de la pantalla “no tenía que crear un clásico como ese, solo para hacer que cada que la escuche, entre en una crisis emocional”

 

“¿estás entrando en una crisis emocional?” se burla con suavidad, poco dispuesto a reconocer que a sus veintitrés, lloro con esa canción, en medio de la carretera, luego de días sin dormir o comer como se debe

 

“no, pero podria” declara con honestidad “creo que puedo verme en ella, deseo tanto algo, que para conseguirlo dejó de ser yo”

 

“eres joven, Tim” comienza besando la frente del chico “a veces, lo que quieres, no es lo que necesitas” el lo sabe a la perfección “pero con el tiempo, lo que quiere y lo que necesitas, se alinean, solo tienes que darle tiempo al tiempo e ir un paso a la vez”

 

La ven completa, comentarios aquí y allá, unas cuantas risas y Tim es un auténtico humorista cuando se trata de insultar personajes, tanto principales como secundarios, ambos lloran, ambos culpan a las hormonas, sollozando cada cierto tiempo.

 

Cuando los créditos comienzan, ambos permanecen en silencio 

 

“ella debió seguir con su sueño” dice Tim con resentimiento, con ese tinte rebelde de todos los adolescentes

 

“se puede ser exitoso y estar enamorado” dice ilay de acuerdo con él, antes de pensar en sus palabras, y sonreír con burla “aunque yo no”

 

Tim al instante le frunce el ceño con reproche

 

“eres exitoso, tienes un taller en auge, la clientela omega más constante de la ciudad y lo investigue, los omegas en esta ciudad nunca permanecen tanto tiempo con el mismo mecanico” dice Tim mientras su aroma inunda a Ilay, eucalipto por toda la habitación “y me tienes a mi” se sonroja a medida que habla, pero no se detiene “no soy tu enamorado, pero yo te quiero, te amo y los gemelos también te amaran”

 

Ilay no sabe hasta ese momento, lo mucho que necesitaba esas palabras, vagar sin descanso durante tanto tiempo había hecho cosas con su persona, seguía siendo bocazas y sabe que su humor no ha hecho más que mejorar, pero incapaz de no ver la forma en que la amargura comenzó a consumirlo con el paso del tiempo 

 

Viviendo con Tim, siguiendo su pista y preocupándose por el, lleno hasta el tope de dos cachorros que golpean y lo obligan a visitar el baño varias veces al dia, Ilay no recuerda haber sido tan feliz, no recuerda haber sonreído sólo por despertar, solo por ver una película o recibir un mensaje.

 

Con cada segundo que pasa, Tim se encoge más sobre sí mismo, avergonzado, Ilay lo atrae a un abrazo y se permite llorar un poco, quiere que Tim sepa que llorar no esta mal, que estar conmovido, feliz y enojado esta bien y llorar por eso no le hace daño a nadie, asique llora, llora porque es una adulto en sus cuarenta, esta embarazo y tiene a un niño que lo ama en brazos y no cree querer estar en ningún otro lado, llora porque es feliz y es amado y ama de vuelta con una fuerza y fiereza que jamás creyó poder sentir.

 

“yo tambien te amo, cachorrito” 

 

Cuando Tim finalmente se recupera por completo, las cosas están sobre ruedas, Ilay ha logrado encontrar una casa ideal, es lo que tanto quiere, lo que tanto sueña con tener para él y sus niños, cinco habitaciones, tres baños, una gran cocina y un patio.

 

Vibra en su piel mientras piensa en cómo comentarlo con Tim, los nervios pueden más y lo interrumpen en cada ocasión que logra crear, pero pronto termina renunciando a la idea cuando otro problema se le presenta, Tim lo está evitando.

 

Cada mañana corre lejos antes de que Ilay siquiera se despierte, ya no lo lleva en la camioneta porque Tim insiste en que tan avanzado su embarazo, no puede conducir, acepta solo por el bien de los nervioso del niño, pero está considerando arrastrarlo de la oreja si vuelve a huir sin despedirse.

 

No sería tan serio si en las tardes hablara con él, pero en su lugar, llegaba tarde o se encerraba en su habitación, en el largo de la semana, solo han comido juntos a la hora de la cena una vez, y la repentina indiferencia está destrozando a Ilay, que siente un peso en el pecho que amenaza con derribarlo.

 

Intenta pensar y recordar si dijo algo que no debía, si actuó mal o llevo las cosas hasta un punto inadecuado, Tim seguía preocupándose de que estuviera bien y tranquilo, de que no comiera demasiado basura o que estuviera cómodo al dormir, pero no lo mira, no habla más de lo necesario y huye cada que intenta entablar una conversación.

 

“es suficiente de esto” finalmente estalla cuando Tim rechaza nuevamente la cena, la irritación y la preocupación suben a la cabeza de Ilay mientras lo mira detenerse en el camino a su habitacion, de espaldas a el, Ilay ya ni siquiera sabe hace cuanto no ve los ojos de su cachorro “¿que, en el nombre del puto Dios, esta pasando contigo?”

 

“¿porque algo tendría que estar pasando?” no se voltea, no se digan a mirarlo y la ira sube por su pecho y le vuelve las mejillas de un sonrojo inconfundible mientras el chico continua con indiferencia “no pasa nada”

 

“no me mientas, Timothy, no tengo paciencia para mas mentiras, no con esto” se acerca un paso intentando oler algo en él, una pista de su estado de ánimo, pero nuevamente no logra captar nada, los parches de olor están firmemente entre ellos, una barrera invisible pero clara, lo único que queda del aroma de Tim es lo que hay impregnado en las mantas que mantiene en su propio nido “¿porque actúas asi? ¿Qué sucede?”

 

“no sucede nada” insiste con brusquedad volteando ligeramente la cabeza, no lo suficiente como para ver su rostro , pero sí para escuchar el hartazgo en su voz “y aunque fuera así, no tengo porqué decir nada”

 

“¿no?” pregunta el dolor en su pecho creciendo a momentos, el miedo arrugando su corazón “¿no tienes que? ¿ni siquiera cuando me estas matando de la preocupación?”

 

Ilay tiene límites, y entre la preocupación, la impotencia, la vergüenza y ahora la incredulidad y la ira, está llegando al suyo, aun mas cuando Tim suelta una risa cínica y mezquina

 

“¿qué fue eso?” su voz es acero y parece golpear a Tim con fuerza, porque el joven se voltea y lo mira con completa molestia, sus ojos fríos y desafiantes pese a que se contiene con respeto en su lugar

 

“¡qué tanta preocupación puedes sentir cuando estás planeando largarte!” acusa, con veneno en la voz, una sonrisa, más similar a una mueca en su rostro “que tan mal puedes sentirte si estas mirando casas y lugares para vivir, cuando estas planeando abandonarme, dejarme solo”

 

“eso no es cierto” intenta sorprendido, recordando a sí mismo que no es un niño y no puede gritar de impotencia porque eso no hará nada para ayudar a su situación

 

“¿entonces no miras casas en venta?” pregunta y es él quien da un paso al frente esta vez “¿no estás mirando precios y creando presupuestos, no eres tú el que mira lugares más seguros, más tranquilos?”

 

 “si lo hago, pero no-” no llega muy lejos.

 

“¿cuanto tiempo antes de que decidas qué Gótica no es adecuada? para que decidas que esto no vale la pena y que tu mejor opción es huir a un lugar más seguro y estable, en el que no estés en riesgo solo por salir a la calle, dia o noche” las lágrimas caen de los ojos de Tim y la furia de Ilay se apaga como si le hubieran lanzado una cubeta de agua, la angustia de su cachorro lo impacta con tal dolor que no puede evitar querer sollozar “cuanto tiempo antes de que decidas que yo no lo valgo”

 

“no es así” insiste e intenta alcanzarlo, pero Tim se aleja, todo el fuego desapareció para dejar solo un rostro herido y triste que está lastimado profundamente a Ilay

 

“nunca lo es” se queja húmedamente mientras más lágrimas caen y él las apartó con brusquedad, dejando un sonrojo furioso a su paso “hasta que se van”

 

El huye a su habitación, dejando a Ilay con la palabra en la boca, decide, luego de unos momentos de indecisión, que lo mejor era darle un momento, dejar que se calme y que cuando hablen, esté más dispuesto a escuchar.

 

Es una agonía moverse por la casa sabiendo que Tim estaba en su habitación deprimido completamente equivocado.

 

Finalmente dos horas después, decide que ha sido tiempo suficiente y toca a su puerta, nadie contesta, como espero que sucediera, asoma la cabeza, con la laptop en una de sus manos

 

“¿puedo pasar?” pregunta y Tim acostado en su cama se encoge de hombros, aun dándole la espalda “voy a pasar”

 

Deja la puerta abierta mientras avanza y toma asiento en la orilla de la cama, dejando la computadora sobre el colchón, se alegra discretamente al ver que Tim pese a estar enojado, sostiene el pequeño oso de peluche que ahora apestaba a naranjas a insistencia de Tim

 

Extiende la mano, duda un momento pero se obliga a ser valiente, y acaricia el cabello de Tim, le niño no dice nada, tampoco se inclina hacia él, pero no se aparta, y eso ya es una victoria

 

“hay una en la mira” comienza con la voz suave, sin dejar de acariciar su cabello “estoy hablando con el dueño y he mostrado mi interés, ya la he visto por dentro” Tim gruñe suavemente como única respuesta malhumorada “es amplia, con cinco habitaciones y tres baños, un sótano, un ático, y también un patio”

 

“¿porque me lo cuentas?” se queja y finalmente se vuelve a mirarlo, Ilay suspira con pesar mientras ve sus ojos inyectados en sangre y el sonrojo de su nariz “se sobre entiende que no quiero saber nada de eso”

 

“dos habitaciones para cuando los gemelos quieran privacidad” continua sin inmutarse y Tim frunce el ceño con más fuerza, pero no vuelve a voltearse “un cuarto para mí, otro de invitados, y el último” acaricia la mejilla de Tim con suavidad, y se le calienta el corazón al ver la forma en que incluso molesto, se inclina a su toque “ese es para el mayor de mis cachorros”

 

Sus ojos eran hielo claros y casi grises, pero Ilay cree que puede ver una fría laguna en invierno, un paisaje onírico que conecta el celo con el agua pacífica y tranquila de la época, hermoso, frío y distante, Tim lo mira con sorpresa, con los ojos bien abiertos, el que lo tomara completamente por sorpresa, no hace nada para aliviar el dolor de Ilay, pensara que Tim fue capaz de creer que planearía una mudanza que no lo involucra, que no lo incluye solo lo hace sentir más miserable.

 

“¿mia?” pregunta, ahogado y ronco, mirando a Ilay como si lo desconociera, como si esperara ridículamente que dijera que no, como si ilay no estuviera desesperado por tallar su nombre junto al de Tim y llamarlo el resto de su vida, su hijo

 

“tuya, cariño” asiente, dejando caer su mano y encendiendo la computadora, el borrador que había ideado para la posición de los muebles y la asignación de habitaciones se ve claramente, las palabras cachorritos, sobre la habitación que daba al patio de la casa “está al lado de la mía y frente a la de tus hermanos”

 

Tim parpadea como un búho, sus ojos brillantes pegados a la pantalla, y puede ver como sus ojos lentamente vuelven a llenarse de lágrimas, corriendo sin cuidado por su rostro y un sollozo herido escapa de sus labios.

 

Ilay se apresura a arrastrarlo a su lado, en un abrazo suave que espera sea reconfortante, y está tan feliz de abrazarlo, de rodearlo con sus brazos y que no se escape, deja salir todo el aroma que puede, suave y acogedor y siente como Tim se relaja lentamente, mientras su llanto mengua con el pasar de los minutos

 

“un patio para que me ayudes a cansar a estos demonios durante el día y un sótano para guardar lo que sea que escondas en esas cajas y cajas de archivos que a menudo finjo no ver” Tim se tensa y luego se ríe humedamente “está cerca de hospitales, escuelas, y universidades, supermercados y jardines infantiles, también está cerca de este lugar, necesitamos tener el taller funcionando”

 

“¿quieres que me mude contigo?” pregunta débilmente, la voz ahogada por el pecho de Ilay, tan inseguro y tímido que cree estar escuchando a un niño de siete años, con ojos grandes, azules y brillantes

 

“vivimos juntos, cachorrito, si me mudo será contigo a rastras tras de mí” asegura con una sonrisa suave sintiéndose tranquilo y cálido, permanecen en silencio unos momentos 

 

“¿por qué?” finalmente pregunta alzando la mirada para verlo a los ojos 

 

“cuando lleguen estos pequeños, no habrá mucho espacio” dice mirándolo abiertamente, mostrándole la honestidad que busca “aun tengo que comprar una cuna, y pintar su habitación, tengo que comenzar a mover las cosas antes de estallar”

 

“es peligroso hacerlo tan avanzado el embarazo” Tim habia estado preocupado desde que el segundo trimestre habia comenzado a llegar a su fin, era bueno escondiéndolo, pero Ilay no era tonto, ese niño sabia el porcentaje de muertes en omegas masculinos de arriba de los treinta, y esta seguro que el numero lo acosa incluso mientras duerme “podemos hacerlo después de que nazcan, comprar la casa y esperar que estes mejor, puedo ayudar”

 

“ese es en parte el problema” suspira con pesar, mirando el cielo del lugar, siente los ojos de Tim en el “no quiero que la casa sea comprada con tu dinero, no quiero que tengas nada que ver con el dinero de esta compra, quiero que me digas si te gusta o si te parece muy aburrida, muy pequeña muy grande, pero no quiero que pagues por ella”

 

hay un pequeño silencio ante de que Tim hable con indignación

 

“¡puedo ayudar, Ilay!” es un gruñido contenido, molesto, pero recordando con quien habla, se distrae pensando en lo adorable que es que Tim no use su gruñido con el “se que sabes que tengo un trabajo y que me pagan una cantidad que ni siquiera necesito, puedo ayudar”

 

“no importa si puedes o no, cachorro” contesta con firmeza, sabía desde que lo decidió que este sería uno de sus mayores problemas “es mi responsabilidad, eres mi cachorro, estás bajo mi cuidado, no yo bajo el tuyo, no tienes porqué aportar aún si puedes hacerlo, no es tu responsabilidad”

 

“pero soy casi un adulto, legalmente lo soy, tengo un trabajo y me pagan muy bien” insiste  “se que tienes un ideal respecto a lo que debe de ser la infancia, pero ya pase ese punto y siendo honesto, en Gótica nadie tiene mucha infancia asique-”

 

“dije que no, Timothy” jamás quiere sonar así con él, jamás quiere hablarle de la forma en que su padre le habló, con una dureza cruda y severa, pero Tim debía entender, que no cedería, no con esto, suaviza su voz, pero no quita el matiz decisivo en su voz “eres el niño, soy el adulto, no me importa que tanto insistas, no cambiare de parecer, no tengo la intención de formar parte de los padres que permiten que sus hijos gasten el dinero que ganan en algo que no sea ellos mismos”

 

El ambiente es pesado entre ellos dos, y reza para que no insista, para que lo deje estar y solo lo acepte, para no entrar en otra disputa de la que puedan realmente arrepentirse.

 

“yo pago la mudanza” suspira con pesar, pese a que una inevitable sonrisa se cuela en sus labios y abre la boca para negar antes de ser interrumpido “no quiero opinión al respecto, no estoy preguntando, puedes pagar la casa, puedes hacerlo, no diré nada, pero la mudanza la pago yo, junto al servicio para que acomoden los muebles”

 

“¿si digo que no, obedecerás?” pregunta con cansancio, pero cálido, con la sensación de la victoria en el pecho, después de todo, algo es algo.

 

“nop” hace estallar la última letra con suficiencia 

 

“eres incorregible” gruñe con cariño 

 

“y como ellos son mis…hermanitos” nuevamente suave e inseguro, temeroso, pero aun así valiente y el corazón de Ilay trastabilló “les quiero comprar las cunas”

 

“no” discute al instante, aunque muy tentado, solo como refuerzo positivo por su valentía.

 

“¿por qué?” se queja, nuevamente con el ceño fruncido y el rostro contorsionado por una mueca caprichosa

 

“porque eso es algo que quiero hacer” ha soñado con la cuna perfecta desde que comenzó a planear la habitación de los bebés

 

“siempre quieres hacer todo” se queja con un puchero, pero aplacado.

 

“si” acepta sin dudar ni pesar

 

“¿a medias?” propone con los ojos brillando y sabe que no le dirá que no a esos ojos “la mitad tú, la mitad yo”

 

“eso está mejor” asiente aceptando la derrota 

 

Se embarcan en una discusión mientras comen, quién comprará que, o que se comprara, pronto Tim sostiene su teléfono y hace una larga lista de lo que necesitan, se entusiasman tanto planeando lo que comprarán y como lo harán, que termina en la tienda el día posterior cuando Ilay asegura que se siente perfectamente bien, paseando por los pasillos mirando todas y cada una de las cosas.

 

“no necesitan tantos” discute mientras mira a Tim debatir entre un amarillo palido y un amarillo oscuro “los bebes crecen rapido, en unas semanas dejaran de caber en ellos”

 

“hay que darles variedad” discute de forma bastante obstinada, y mira a Ilay a los ojos con decisión “no sabemos cual se les verá mejor”

 

“serán pasas arrugadas” se ríe divertido “lo que menos importara será que color se les verá mejor”

 

“serán pasas bien vestidas” alza la nariz con soberbia mientras deja caer el amarillo oscuro al carro “ademas, no lo serán por mucho tiempo”

 

“al menos escoge ropa más grande” intenta por última vez, cuando pasan al color rojo “algo que puedan usar cuando pasen los meses”

 

se mueven por todo el lugar, Ilay logra que Tim compre solo la mitad de la ropa que dejó caer en el carro y es una victoria cuando la mayoría son lo suficientemente grandes como para usarse durante varios meses.

 

“¿entonces ya está?” pregunta mientras miran pequeños vasos de bebe con fresas a los costados “Espero que Laurence se comportara bien”

 

Ilay se había reunido con el señor Antón Laurence, el abogado que le recomendó Tim, mientras el chico estaba en clases, había querido faltar, pero Ilay se lo había impedido, alegando ser lo suficiente mayor como para lidiar solo con un abogado, aun así, cree que el señor Laurence, debió recibir una severa advertencia sobre comportamiento adecuado, porque deliberadamente evitó el contacto físico y visual por más de unos escasos y pequeños segundos.

 

“nada más que un caballero” acepta con burla mientras incluyen en el carro dos vasos idénticos “un acuerdo ventajoso, mejor de lo que pensé, se aseguro de explicarme cada uno de los movimientos y llevo el la reunión con el dueño de la casa”

 

“¿cuando nos movemos?” Tim aun brillaba cada vez que hablaba en plural para esa frase, aún parecía completamente en las nubes ante la idea de ser incluido y a Ilay le dolía y enternecia a partes iguales “tengo la mudanza a una llamada, elegí el servicio más recomendado, y con las mejores reseñas” presume mirando mantas de suave color azul “no te preocupes, me asegure de que cada recomendación fuera completamente verídica y no solo una mentira plantada por la empresa”

 

Ilay cree que no es algo importante, mientras sus cosas lleguen a la casa en una pieza, pero no está dispuesto a cuestionar los métodos infalibles de Tim

 

“en cuanto tengamos las cosas empacadas” toma las dos mantas y las hecha en el carro “empezaremos el lunes, y para el viernes, deberíamos estar listos”

 

Tim se queda un momento en silencio, inclinando la cabeza y mirando a lo lejos, posiblemente pensando en cómo ajustar su horario a esos días, Ilay preferiría que no saliera en lo absoluto durante esa semana, pero sabe que Tim no desistirá, aún si debe desobedecer, y se niega a llevarlo a ello.

 

“bien entonces, llamare para agendar” dice con indiferencia “así tendremos que apresurarnos sin procrastinar”

 

Ambos saben que van a procrastinar, pero Ilay solo sonríe y asiente.

 

Se van a casa con las manos vacías, Tim insistió en un entregó domicilio aunque Ilay estaba seguro que podría ir por ellas en la camioneta, últimamente tiene prohibido conducir a no ser que sea por una emergencia, por lo que a menudo se queda con las llaves en la mano

 

Tim a estado pensando en sacar licencia de conducir, Ilay sabe que puede conducir, pero 

también sabe que no tiene licencia ni papeles de practicante, por lo que en realidad esta cometiendo un delito.

 

Caminan por la acera con calma, pegados el uno al otro, Ilay deja que Tim lo guíe, el cansancio haciendo mella en su energía, la tarde cayendo sobre ellos.

 

“estoy cansado” se queja Ilay mientras caminan “creo que me voy a caer rendido aquí mismo”

 

“solo unas cuadras más señor dramático” se ríe Tim, tomándolo de la mano mientras cruzan la calle, la acción le saca una sonrisa.

 

“¿no podemos acortar por el callejón?” si lo hacen, son dos cuadras menos y sus pies están realmente deseosos de un descanso

 

“ya es tarde” discute al instante “nos conocimos en un callejón y no era la mejor situación”

 

“les partí el trasero” justifica recordando a la perfección.

 

“si, pero no estabas embarazado de casi ocho meses” touche 

 

“aún podría” discute, con una sonrisa arrogante, no podría, pero le gusta pensar que incluso inflado como un globo, puede ser implacable

 

“por supuesto” concede con la voz dulce y gentil con la que uno le miente a un niño de cinco años

 

“mocoso”

 

“anciano”

 

“feto”

 

“dramático”

 

“demonio”

 

“grosero”

 

“¡aquí estás!” llaman tras ellos y al instante puede notar la forma en que Tim se eriza y lo obliga a retroceder, entrando desgraciadamente en el callejón que ambos querían evita “sabes lo que me costo encontrarte, maldita zorra”

 

“es un lenguaje soez para el dueño de un hotel próspero” suelta al instante, fingiendo una calma que lentamente se le escapa al identificarlo, el sol ya se había escondido, una luz azulada se extiende como últimas notas de luz, las calles estaban casi vacías por esa zona a esa hora, y no podría correr cómodamente con su avanzado embarazo “¿no crees, Greg?”

 

“¿¡te parece divertido!?” se tambalea ligeramente, tan borracho que solo bastaría un golpe bien colocado para tumbarlo, eso espera “no sabes lo que me costaste, maldita puta”

 

“Yo no te costé una mierda, Greg” sostenía con fuerza la mano de Tim mientras con su otro brazo rodeaba su estómago, el aroma a furia que desprende el contrario comenzaba a causarle náuseas.

 

“mi casa, mi hotel, mi reputación, mi esposa, mis hijos, ¡Mi dinero!” discute, gritando más fuerte por cada punto, se había tornado de un color tan rojo que podria confundir su rostro con su cabello “no se como lo hiciste, pero estoy seguro de que ella lo descubrió por tu culpa”

 

“¿ella? ¿quién? ¿descubrir que?” no tiene ni la mas minima idea de que está hablando, y el pánico amenaza con tomar el control cuando da otro paso al frente “no se de que mierda me estas hablando”

 

“no te hagas el tonto” se burla, con una mueca desagradable en el rostro “se que fuiste tu, como de todos mis amantes, el unico que no aparecio en la lista, fue el unico que termino preñado”

 

Y es en ese mismo instante que lo sabe, Tim se tensa a su lado, rígido como una tabla, los ojos estrechados sutilmente en lo que puede ser irritacion, lo sabe por la mueca de desprecio que curva su labio y la forma en que da un paso adelante, con toda la imponente postura de un joven salvaje y peligroso, intenta aferrarse a su mano y no permitirle avanzar, pero, siempre con suavidad, lo aparta.

 

“supongo que no fui tan cuidadoso” habla por primera vez, un gesto despreocupado en sus hombros, aun si puede identificar la autocrítica en su voz “pero no era como si ella no fuera a descubrirte algun dia, eras tan ridículamente obvio, que hasta un ciego lo habría notado”

 

“y qué me dices del abogado, mocoso de mierda” Greg se vuelve a mirarlo, con los ojos desorbitados, voluble como estaba, centró su ira en lo que pudo, y Tim lo estaba atrayendo adrede, Ilay quería jalarlo e impedirlo, pero sabía perfectamente que solo estorbaría “ella jamás habría podido quitarme todo sin alguien moviendo los hilos desde atrás” 

 

Ilay cerró los ojos con fuerza, tendría que tener una larga y seria charla con Tim

 

“eres más inteligente de lo que pensé” aprieta la mandíbula para no sonreír ante la honesta sorpresa en la voz de Tim “quien lo diría, con esa cara de imbécil que te cargas”

 

“Tim” advirtió en voz baja, pese a estar divertido con sus palabras

 

“veamos que tanta boca tienes cuando termine contigo” gruñe el Alfa, dientes en su voz, rasposa y salvaje “en cuanto termine, me asegurare de que esa perra recuerde mi mano”

 

Lo golpea con fuerza, un puñetazo que voltea la cara de Tim y tan pronto resuena en sus oídos, quiera abalanzarse y destrozar al hombre, pero se aferra a su estómago con ambas manos intentando mantener la calma, recordando que Tim era perfectamente capaz y estaría furioso si arriesgaba a los gemelos por algo que podía solucionar, es entonces cuando la risa de Tim, atraviesa el aire entre ellos.

 

“ahora es en defensa propia” lo escucha decir antes de ver como se abalanza con rapidez contra el contrario, y jamás deja de sorprenderle su agilidad, no cuando lo ha visto caminar como ciervo recién nacido cada vez que se levanta en las mañanas, yendo a por desayuno con los ojos cerrándose y el cabello desordenado, no cuando tiene las piernas llena de moretones por los golpes accidentales y los constantes tropezones.

 

Greg cae al suelo, no sabe si por la fuerza del golpe o por su borrachera, pero es un peso de plomo mientras su trasero golpeó la sucia calle, Tim no pierde el tiempo y sin pausa se sube sobre él.

 

“¿no es divertido?” puede ver sus rostros, están de costado a él, puede ver la ira y la viciosa necesidad de sangre que su cachorro desprende, puede sentir el aroma a eucalipto y menta aumentar de intensidad hasta que le parece estar oliendo pasta de dientes o una botella de alcohol “¿crees que recordarás mis manos, cuando estés hospitalizado?”

 

“Tim” llama Ilay, tranquilo, ha visto suficiente violencia como para saber, qué perder la calma no servirá de nada “Timothy”

 

“creo que unos cuantos moretones no son suficiente” gruñe, con la respiración acelerada, puede que sea por el esfuerzo, la ira o la emoción, no cree querer saberlo “¿qué te parecen unos cuantos huesos rotos?”

 

El crujido resuena entre ellos y el alarido de Greg le recuerda a la noche en que conoció a Tim, hay un sollozo claro cuando el grito cae en picada para dar paso a otro, no quiere saber cómo terminará su garganta. 

 

sabía que Tim era bueno peleando, sabe que tenía una vena salvaje y violenta, es consciente de que no sobrevive noche tras noche solo siendo el dulce omega que es en casa, pero es impactante verlo suceder frente a él

 

“Tim-” es interrumpido, una sombra cae desde la absoluta nada y solo basta un fuerte empujón para quitar a Tim de encima de Greg, Ilay se tensa, al instante, puede ver el casco rojo, la chaqueta y las armas, puede distinguir el olor metálico de la sangre y los susurros de la ciudad, las noticias y los diarios pasan en sucesión por su cabeza mientras ve como Red Hood se endereza en todo su imponente altura. 

 

“reemplazo” llama y no puede ser su voz, si es asi, es lo que Ilay describiría como sacada del mismo infierno, le estremece hasta los huesos y movido por la angustia, se acerca para tomar a Tim y arrastrarlo tras él, es por el contacto que tiene sobre su brazo que nota la forma en que su cachorro se estremece ante su voz “tenemos una cuenta pendiente”

 

La ira que movía a Tim hace menos de un minuto cae, el aroma a pasta de dientes desaparece y puede oler algo sin nombre, algo que Tim intenta con todas sus fuerzas encerrar, ocultar del hombre frente a ellos, es nauseabundo, como algo podrido, y destila temor.

 

Tim tiene miedo, Tim está aterrado

 

“vete” dice con calma, se mantiene firme pese al miedo que pude oler recorrerlo, retrocede más cerca de Ilay y extiende los brazos con sutileza, ocultándolo con su menudo cuerpo de la vista “no te metas”

 

“¿que tienes ahí, reemplazo” da un paso más al frente y Tim se estremece, no sabe qué demonios es lo que sucede, lo único que su cabeza puede procesar es el terror de Tim, y no quiere olerlo, no quiere verlo, ni presenciarlo, esto va más allá de saber lo que ese hombre puede hacer, va más allá de saber qué atrocidades a sembrado en la ciudad “que otra cosa tratas de esconder, pequeño Tim”

 

Hay un gruñido, bajo vibrante, Tim gruñe de la forma en que una serpiente sisea, casi inaudible, hasta que tiene sus dientes en tu garganta y no cree que le guste la forma en que este desconocido pone a cien a su cachorro, como un gato erizado ante la amenaza inminente

 

“eres asombroso” se ríe, y parece tan feliz con cada perturbación que provoca, deleitándose en la forma en que Tim pierde la calma “tantos años y solo necesite tu cuchillo en mi garganta para escuchar un gruñido tuyo” se toma el costado de la chaqueta y expone una venda, y Ilay se pregunta porque su chico tiene que ir por ahí metiéndose con los vigilantes más peligrosos de la ciudad, en el alguna parte del fondo de su conciencia, algo sugiere el karma y no puede evitar estar de acuerdo  “me siento afortunado, dos veces en menos de un año, quieres volver a subir sobre mí e intentar asesinarme”

 

“quiero que te largues” le gruñe, y aún está en calma, su voz aún suena neutral pese a la clara amenaza que representan sus dientes al descubierto.

 

“no lo creo” inclina la cabeza y Ilay sabe que sonríe bajo ese casco “me gusta que llevemos cicatrices a juego, quiero unas cuantas más” la forma juguetona en que lo dice, es lo que más lo perturba, la forma en que todo eso parece ser solo un juego divertido “demoraste un poco en igualar la partida, hace tiempo no veo el regalo que deje en tu garganta”

 

Tim se pone pálido, lo puede ver, un tono amarillento que nota por el costado de su rostro su mano tiembla, Ilay no puede soltar palabras, sus ojos van instintivamente a donde sabe que está la cicatriz, la que ha visto innumerables veces y que lo llenan de curiosidad, pero evita preguntar.

 

“tu la hiciste” dice de forma ausente, su voz más controlada que lo que pensó podría ser, fría como hielo, firme como el acero y a un nivel inconsciente maldice profundamente no haber tenido esa información sin bebés en el camino, sin otras vidas peligrando, solo ese bastardo que puso una mano sobre su niño y su arma apuntando a su cabeza “¿le cortaste la garganta?”

 

Mientras lo dice comienza comprenderlo, la familiaridad al hablar, la forma en que Tim parece tan anormalmente aterrado, a probado su mano, sabe lo que se siente ser golpeado y rebajado por este hombre, lo que es estar bajo el, cubierto de heridas, posiblemente delirando y ahogándose en su propia sangre, lo puede ver, lo puede oír, lo puede oler y la ira roja y salvaje le sube por la garganta. 

 

“¿quién es, Timmy?” Su tono casual lo desespera, su tranquilidad lo irrita, debería temblar, arrepentido y aterrado, sin embargo camina con confianza y brutalidad controlada, el casco se mueve ligeramente y cuando le habla, es terciopelo, adiós la voz aterradora, algo mucho más suave y profundo la reemplaza  “¿quien eres preciosa?”

 

“largo” Esta vez la impaciencia se le escapa, y la irritación ocupa el lugar mientras Tim se para firmemente entre ellos, pero Ilay quiere hablar, Ilay tiene que decirle unas cuantas cosas a ese imbécil.

 

“¿vas a matarme, golpearme o herirme?” llama mientras arrastra a Tim a su costado, este se resiste pero solo hace falta un leve quejido para que su cachorro obedezca, con un ceño fruncido y descontento, pero cede, mira fijamente al hombre mientras abraza a su cachorro dejando salir su aroma, consolandolo y tranquilizandolo.

 

“no lastimo personas inocentes o niños” contesta con un deje ofendido mientras mira con clara curiosidad la interacción “no es lo mio”

 

“no parecía así cuando lo heriste” discute, aun frio, aun tranquilo “ni una pizca de culpabilidad, ¿es una política nueva?”

 

“es una excepción especial” dice con un complicado tono debajo y su respuesta le hierve la sangre 

 

“hipócrita” Tim lo agarra con fuerza, quiere apartarse, lo sabe por la forma en que intenta ponerlo tras él, pero se lo impide, lo abraza aún más fuerte a su costado mientras mira como Red Hood se congela “un niño es un niño” se inclina más cerca y gruñe “y un abusador, es un abusador”

 

Hay un silencio tenso y cree que Tim va a llorar, está tenso y asustado y su corazón late con tanta fuerza, que Ilay lo pude sentir en su costado, y pese a eso, Ilay sabe que está más preocupado por él que por sí mismo.

 

“esto no puede volver a pasar, reemplazo” finalmente contesta, mucho menos vibrante que segundos antes, apunta al cuerpo inconsciente de Greg, ignorando las palabras de Ilay “no dudo de tus motivos, pero no se puede repetir, conoces a B”

 

“no se repetirá” asegura Ilay, sin dejar que Tim responda, si puede impedirlo, Tim no volverá a hablar con ese bastardo mientras esté presente “no a esta hora, al menos”

 

“no pasara y punto” contesta nuevamente con brusquedad y es tan fácil saber que es un Alfa “no puede seguir haciendo desastre como este”

 

“esta conversación se acabó” finaliza con indiferencia “ahora vete”

 

“disculpa, precioso, pero no veo como ese sea tu asunto” un paso más cerca y solo hay un metro y medio entre ellos “deberías mantener la boca cerrada si no quieres que yo-”

 

Nuevamente un gruñido casi imperceptible, Tim inclinó la cabeza y asomo la mirada por debajo de sus mechones, Ilay puede verlo observando fijamente a Hood, y no necesita ser receptor para saber qué clase de mirada es, Tim está quieto bajo sus brazos, completamente quito, el miedo disminuye exponencialmente, reemplazado por esa tranquila ira que parece utilizar para combatir el terror, y es tal cual un animal a punto de atacar, Hood sabiamente retrocede con las manos en alto.

 

“largo” dice finalmente con hartazgo “yo me encargo de este”

 

Ilay toma a Tim y camina con él pegado a su costado, no sabe cómo o cuándo llegan a casa, pero cuando lo hacen, arrastra a Tim a la ducha, lo baña con cuidado y Tim parece saber que no debe hablar porque permanece en silencio hasta que ambos están limpios y tendidos sobre el sillón, pegados el uno contra el otro

 

“justicieros” dice y Tim se tensa a su lado, frunce el ceño con los ojos fijos en la película frente a él “¿estás a salvo?”

 

“la mayor parte del tiempo” asegura con vacilación y Ilay quiere creerle, pero no es tonto, y Tim sabe que no lo es “generalmente no es así, nuestro último encuentro terminó en una discusión”

 

“si, lo se, tu cuchillo sobre su garganta” no debería estar orgullosos, pero no se piensa castigar por estarlo, suspira con fuerza “al menos no son mafiosos, no de los malos”

 

“define malos” pregunta Tim y no cree querer saber si es broma o enserio 

 

“no presiones, mocoso” lo golpea suavemente en la cabeza “no creas que no olvide tu truco con Greg”

 

Silencio 

 

“nada que decir” instiga

 

“no sin mi abogado en la habitación” 

 

Se ríen de buena gana

 

“es bueno que sepas eso” dice con aprobación “si alguien descubre tus escapadas, lo primero que tienes que hacer es llamar a Laurence”

 

“no, él no” discute y le frunce el ceño confundido “Laura Banesco es la mujer a la que llamas en esos casos”

 

Se toma un momento para entender sus palabras y cuando calan en su mente, deja caer su cabeza contra el respaldo del sillón y se queja en voz alta

 

“me llevaras a la tumba, cachorrito”   

 

Cree que no es para nada iluso de su parte creer que una vez dicho y hecho tanto, las cosas estarían en calma durante un tiempo.

 

Aún no sabe qué cosas oculta Tim, ni como o porque está involucrado con los vigilantes de Gótica, pero mientras lo ayuda a empacar y etiquetar las cajas de mudanza, descubre que poco importa mientras esté a salvo, se divierte viendo la gran cantidad de cámaras y lentes que el chico tiene, o como sus ojos brillan cuando explica el funcionamiento de cada una, lo que las diferencia y lo que las hace mejores en diversos ámbitos.

 

Le permitio ver fotografias que tenia escondidas en una caja de metal de color azul, habian muchas del cielo nocturno y estrellado, y se dio cuenta de que no todas eran del cielo de Ghotica, hay unas tomada en medio de un campo y otra en lo que esta seguro es un desierto

 

Hay algunas que son sus preferidas, como aquella en la que Tim aparece de espaldas, mirando al cielo en medio de un amplio terreno con árboles a lo lejos y lo que debe de ser  trigo hasta su cintura o esa en la que está sonriendo con fuerza mientras sostiene lo que tiene que ser un libro viejo y gastado.

 

Descubre que también tiene muchas del mismo Ilay, una gran cantidad de fotos suyas haciendo diferentes cosas, cuando estaba de solo unos meses e insistía en trabajar hasta el cansancio, o cuando estaba enfurruñado comiendo helado a escondidas de Tim o incluso más recientes, con Ilay inflado y sonrojado, durmiendo en el sillón abrazado a su estómago.

 

Como justo intercambio, Ilay le muestra la carpeta en su teléfono de fotos de Tim, trabajando, durmiendo, camino a la escuela, de espalda de costado, durmiendo otra vez, se ríe hasta que le saltan las lágrimas y siente que se va a orinar encima con la cara que pone cuando ve una selfie de los dos, Tim dormido e Ilay sonriendo mientras sus brazos están repletos del chico.

 

Su rutina continuó con calma, fueron con el médico a la mañana siguiente, Tim estaba nervioso y quería despejar cualquier duda que pudiera tener, no está a favor de hacer pasar a Ilay por tanto estrés y dejarlo estar como si no fuera nada, así que lo concede y van al médico

 

Tim va a estudiar todos los días, no se salta ni uno solo, llega a casa por las tardes y ayuda con las cajas sin chistar, complacido con ayudar en todo lo que se le pida y deja que Ilay pida pizza el miércoles por la noche, con un mínimo de críticas, por la noche, cuando cae el sol y Ilay se instala en el sillón, sale más temprano, vestido con ropa oscura y despidiéndose con un abrazo y una sonrisa divertida, para volver en la madrugada, unas horas antes de lo acostumbrado y descansar un poco más para repetir la rutina.

 

Es por esto que cuando no aparece a las dos tres de la mañana de un jueves, comienza a preocuparse, es por eso que se mueve inquieto de lado a lado, asomando su cabeza por la ventana varias veces y revisando en redes sociales cualquier noticia que involucre algún accidente.

 

Sabe que no debe salir, que no puede salir, que es muy peligroso con el avance del embarazo, si fuera de dia no seria tan problematico, pero de noche es practicamente un suicidio en su estado. 

 

Finalmente desiste, se va a la cama y se deja caer en un sueño inquieto, solo dormitando por momentos, hasta que lo escucha, el sonido de un golpe seco en la sala.

 

De forma inconsciente saca el arma oculta en su mesa de noche y salta de la cama, corriendo fuera de la habitación, solo espera encontrar a Tim en la puerta, un poco malherido, solo unos golpes y un rasguño que desinfectar antes de vendar.

 

En su lugar, encuentra una figura grande colgado frente a su ventana, lleva una máscara completamente blanca, con rendijas en la zona de los ojos, una capucha grande le cubre la mitad del rostro y una capa el cuerpo completo, el arma se calienta en su mano y está tiembla.

 

“Ilay” llama, es una voz distorsionada y desconocida, temblorosa, Ilay no se mueve, se queda de pie mirándolo fijamente, pero no levanta el arma, no puede, no quiere, no se le ocurre la figura se inclina hacia adelante y solloza “Ilay”

 

lo reconoce al instante, se acerca con rapidez y le aparta la capucha, el cabello negro sedoso con el que tanto juega esta atado en una coleta desordenada y corta, busca con un deje de desesperacion la forma de quitar la mascara hasta que Tim interviene y la quita, cuando la quita, esta allí, su manduibula afilada y su nariz pequeña y torcida, pero sus ojos estan cubiertos, alza las manos al instante, pero no tiene que hacerlo, porque es Tim quien arranca la mascara de sus ojos y le permite finalmente verlo, las lagrimas, el sonrojo, el absoluto terror en ellos.

 

“oh, mi cachorrito” suspira mientras le abre los brazos y lo invita a ellos, al instante lo rodean, la armadura es rígida contra sus brazos, pero los mechones de cabello son suaves contra su rostro,  cree sentir algo espeso y húmedo en su cuerpo y está seguro de que sangre, pero poco le importa, Tim se estremece cuando un sollozo lo atraviesa y más lágrimas caen de sus ojos tristes y atormentados “está bien, cachorrito” lo consuela con suavidad “todo va a estar bien” 

 

Sabe que lo estará, lo superaran, cuando pueda entender qué sucedió con su cachorro, todo será normal y estará bien otra vez, qué más da, Tim es tantas cosas, entre ellas es perfecto, no lo dejara solo porque resultó ser un imán para los problemas, porque activamente los busca o porque aparentemente no solo está conectado con los vigilantes.

 

Qué importa que salga a la calle durante las noches y vuelva en la madrugada, que importa si golpea personas y presencia o avala asesinatos, que mas da si el mismo es un asesino, no le importa que sea un criminal buscado, Tim es suyo, vuelve a casa y es suyo, está a salvo y esta bien, si está herido, lo curara, si está triste lo consolara, eso es lo que tiene que hacer y eso es lo que va a hacer.

 

Qué más da si Tim resultó ser Red Robin.

 

Notes:

¿Qué les parece el punto de vista de Ilay?
la verdad no se si lo conseguí pero el objetivo era que Ilay se viera mas como lo que es, un hombre solitario, que encontró consuelo de la mano de un niño solitario, pero Ilay no es lo que se llamaría una buena persona, mas como una persona de moral gris.

En realidad Ilay le metería una bala entre los ojos a alguien si le da los motivos adecuados y no sentiría culpa por ello.

Chapter 7: Lo que mereces

Notes:

este capitulo estaba muy largo, asique lo dividí en dos partes, dentro de un rato subo la siguiente

(See the end of the chapter for more notes.)

Chapter Text

Tim llora y se estremece en los brazos de Ilay, la angustia lo recorre mientras su cerebro se llena de ruido que le impide pensar con racionalidad y deshacerse del pánico y el dolor. Se aferra a la ropa de Ilay, acercándolo que más puede sin herir su vientre, necesitando sentir su piel, su calor, su aroma, tomarlo y hacerlo su ancla a tierra.

 

Para su desgracia, pese a su deseo, la calidez que Ilay produce, tan pronto como cala y le causa alivio, destensando sus hombros y el nudo en su estómago, se transforma en miedo, un miedo que se mezcla con su terrible ansiedad. 

 

Es consciente de que ha acabado con el secreto que arrastra desde antes de que su edad consta de dos dígitos, un secreto que ha logrado acabar con la vida de las personas que lo rodean, y que lo ha obligado a mantenerse solo, un secreto que a mantenido por deber y por un estoico sentido de la responsabilidad.

 

Se ahoga en lágrimas de desolación mientras la idea de ser abandonado por Ilay toma cada vez más fuerza a cada segundo transformándose en una amenaza real, el terror que le produce lo hace desear arrastrar al hombre a un lugar oscuro y seguro, rodearlo con sus brazos, tan fuerte y constante que de alguna forma mezclen sus cuerpos, sus esencias, hacerle imposible estar lejos de él, hacerle imposible huir de él. 

 

Al mismo tiempo una oleada de tanta culpa se abalanza sobre él como la ola de un mar embravecido por la tormenta sobre un barco pesquero, quiere correr y esconderse, cerrar los ojos y despertar cuando las consecuencias de sus mentiras y engaños hubieran destrozado todo a su paso y su única opción fuera recoger los restos, mientras se lame las heridas como un gato callejero.

 

Entierra su cabeza en la piel de Ilay, intentando olvidar la idea, intentando evocar las palabras gentiles que constantemente le entrega, sus certezas de una vida tranquila juntos, de sus caricias conciliadoras y sus ojos cálidos, intenta sin éxito recordarse a sí mismo que su inseguridad lo sabotea una y otra vez y que no puede seguir retrocediendo dos pasos mientras avanzan uno.

 

Suspira con pesar mientras más lágrimas se deslizan por su rostro, y acepta para sí mismo que se hará lo que Ilay desee, porque si Ilay lo alejará en este mismo instante, lo mirara a los ojos y le pidiera dejarlo ir, Tim lo haría, rompería su corazón y se desmoronaría en más lágrimas, pero le permitiría salir sin dificultad, aun pagaría la mudanza, aún lo cuidaría hasta que los gemelos nacieran, e incluso después se aseguraría de que estuviera bien y protegido, está tan seguro de ello que sabe que si Ilay le pidiera cambiarlo de ciudad, lo haría, lloraría a mares y rogaría al cielo que cambie de opinión, pero lo dejaría ir, porque es lo que Ilay merece, es lo que Tim puede ofrecer.

 

Está seguro de que sería incapaz de luchar aun si lo deseara, una vida dedicada a dar y a dar y nunca tomar lo han dañado, sabe que seria lo mejor, si Ilay eligiera alejarse, correr en la dirección contraria, sería la decisión más segura, desea que no, desea que se aferre a él, pero el terror de la escena del crimen aún está fresco en su mente y pese a su egoísta deseo, lo dejaría ir.

 

Puede verlo suceder, ver como Ilay toma todas y cada una de las cosas que trajo con él y a la vida de Tim, y se desvanece en la carretera, rápido y en silencio, tal y como llego, puede verse a sí mismo mirarlo desde lejos, aceptando y maldiciendo con rencor a todo lo que lo llevó a esa situación, preguntando aun sin ser supersticioso que mal causó para merecer tal destino insensible

 

¿Qué cosa es más cruel que darle una probada del cielo para llevarlo al infierno?

 

“esta bien, cachorrito” ¿podría superar la pérdida? intenta aferrarse a su suave voz, a su gentil preocupación, intenta aferrarse, si no es a su autoestima, a la sólida confianza que Ilay tiene en él, al amor que le profesa y a la sonrisa que le dedica, Tim puede escuchar como su voz destila miel y dulzura, y su pecho se aprieta, incapaz de no suspirar aliviado de al menos tenerlo en ese momento “todo estará bien, tranquilo”

 

¿Cómo lo haría? luego de recibir tal afecto, cálido, honesto y desinteresado ¿Cómo logrará lidiar con la fría soledad que lo acompaña desde tan joven? ¿Qué tan injusto es eso? años en solitario, recibiendo migajas de afecto que no alcanzaban a calentar ni la punta de sus dedos congelados en el olvido y solo bastan unos meses para sentirse violento hacia la idea de perderlo.

 

Se hunde en su abrazo, pese a saber que posiblemente la armadura le molesta, demasiado dura para un propósito que no sea una pelea, pese a notar que es tarde, que Ilay necesita dormir y que el mismo tiene que hacerlo, se hunde en él como la mantequilla en el pan caliente y se permite tener eso, solo un momento, se permite caer en pedazos y solo llorar el horror, y el pánico que está sintiendo, la tristeza abrumadora de una pérdida que aún no sucede y sin embargo se siente tan inminente.

 

Se pregunta qué habría sucedido si simplemente hubiera decidido no salir esa noche, no es como si fuera consciente de que encontraría otra escena ese día, ¿habría estado más preparado para encontrar a ese niño tendido en el suelo? desangrándose sin oportunidad de ser salvado ¿habría reaccionado de otra forma si en lugar de ver con sus propios ojos la escena más fresca del aniquilador, le hubieran mostrado fotografías de los cuerpos?

 

Duda que el malestar hubiera desaparecido por completo, no había forma de que olvidara sus grandes ojos grises sin vida, mirando más allá de él, el cabello ondulado y oscuro, húmedo y apelmazado por la sangre que corría de la herida sangrante, mientras sus pequeñas manos se aferraban en puños a la nada.

 

Lo primero que su mente consiguió de la escena al llegar fue el cachorro, prácticamente un bebe, no más de tres años, tan pequeño que cabía a la perfección en sus brazos.

 

Estaba tendido en el suelo, la madre y el padre yacían unos metro a su costado, ambos en las sillas, al igual que en escenas anteriores, perfectamente acomodados, pero el niño estaba ahí, tirado, sin vida y solitario, había sangre en su ropa y su piel y un charco fresco debajo.

 

Es difícil asociar tanta sangre en un cuerpo tan pequeño.

 

Con esa imagen en sus ojos, su mente viajó distraídamente a la conversación que habían sostenido noches antes con Ilay, el almacén le recuerda al taller, las vigas de metal en el techo son como las que utiliza Ilay para los motores o las motocicletas, ambos discutían la posible apariencia de los gemelos, solo una conversación ociosa mientras comían, en mitad de un descanso, antes de seguir guardando herramientas, Ilay había decidido mantener en secreto el género de ambos, y Tim que no había pensado mucho en ello, estaba repentinamente curioso al respecto, seguro que lo que menos importaba era su género, pero aún así, la pregunta lo atormentaba cada vez que pensaba en nombres para ellos.

 

Mientras Ilay hablaba de lo hermosos que sería que ambos heredarán una marca curiosa en forma de hoja que tenía en la espalda, Tim deseaba inútilmente que se parecieran a Ilay, que fueran pequeños duendes de cabello oscuro y ondulado con ojos verde bosque, profundos y misteriosos, y una nariz respingada pero ligeramente chueca en el tabique.

 

Por unos momentos, mientras discutían el color de piel más favorecedor, pudo ver el futuro, pudo ver ojos verdes y cabello oscuro, pudo ver manos pequeñas y pegajosas y sonrisas desdentadas, escucho los balbuceos y los arrullos, los llantos y los quejidos, pequeños seres gateando entre sus piernas y corriendo a su alrededor.

 

Entonces, de pie en medio del almacén que olía a rancio y metal, pudo ver la otra cara de la realidad, vio las consecuencias de estar en su vida, pudo ver con perfecta claridad, cuerpos pequeños cubiertos de rojo, y el olor a metal que llenaba sus fosas nasales, puede ver un cuerpo más grande, una chaqueta de cuero cubriendo su torso mojado por la sangre, no muy lejos, tendido en su dirección, estirando sus manos grandes y ásperas, como si incluso sin vida, intentará llegar a sus cachorros.

 

Ya no ve cuerpos desconocidos, ya no ve personas sin nombre tendidos en sillas y moribundos en el suelo, ahora está rodeado del olor de las naranjas podridas, el horror en cada nota de aroma, está rodeado de lo que es y será su vida, de la muestra perfecta de lo que arrastraría a su hogar, lo que podía causar con el simple hecho de volver cada madrugada a una casa cálida y feliz, de atreverse a tener más de lo que le habían entregado en la vida, al caer en abrazos cálidos y sonrisas amorosas.

 

No sabe cuando, como o porque cae de rodillas, pero cuando es consciente de ellos, ya está acunando el pequeño cuerpo contra él y de forma inservible busca un latido, un suspiro, un indicio de vida, ignora la sangre que comienza a manchar su traje y en su lugar, como si de un trance se tratara, por su cabeza pasan todas las formas de detener una hemorragia, su mente pensando a mil mientras intenta y no logra salir del shock.

 

Se le entumece el cuerpo a cada segundo que pasa, mira sin ver el cuerpo en sus manos, sin comprender que hace tendido laxo y sin vida, y no por primera vez cae en cuenta del peligro que representa para todo a quien ama, para cualquier persona que se atreva a quererlo de regreso, se le llena la cabeza de estática cuando por primera vez, es plena y totalmente consciente de que bien puede estar arrastrando a Ilay a su tumba prematura, condenándolo a él y a sus bebés a morir por algo que nada tiene que ver con ellos, se siente bajo el agua, al saber sin preguntar, sin cuestionar y sin adulterar, cual es la mejor solución a tal problema.

 

“no” murmura, la desconexión lentamente se desvanece y flota en medio del horror de su premonición y la realidad, el bebe está pálido ¿era así de forma natural o es culpa de la pérdida de sangre? ¿Los gemelos estarían así de pálidos de ser ellos en el suelo del almacén? acaricia su rostro y encuentra manchas de lágrimas secas en él ¿Ellos llorarían angustiados, llenando sus alrededores con el aroma agrio de la desesperación, el horror y el miedo? “no, no, no, pajarito, despierta, despierta bebé” ¿se calmarían si estuviera con ellos? ¿Se sentirían a salvo a su lado? ¿si los protegiera y cuidara? ¿sería capaz de cuidar de ellos? “despierta, corazón, despierta, por favor”

 

No puede imaginarlos en un piso como este, sucio y frío, abandonado, no puede verlos tendidos en el suelo, en solitario, no cuando son tan amados, no cuando los ama tanto.

 

¿Ilay lo culparía? 

 

Que ridícula pregunta, en el gran contexto que su cerebro proporciona, Ilay es amable y gentil, pero no ciego, lo culparía, la pregunta es.

 

¿Ilay lo perdonaría? 

 

Se ahoga con el pánico en la garganta, un sonido agudo e indescifrable sale de sus labios, al ser repentinamente consciente de que no despertara, no puede abrir los ojos, no puede respirar y no puede ser reanimado porque es un cadáver, es un cuerpo que pierde lentamente todo rastro de calor a medida que Tim adquiere conciencia de sí mismo.

 

¿Ilay me perdonará? 

 

Salta hacia atrás, alejando sus manos del cuerpo, como si tocar su suave y fría piel lo quemara, vuelve a estar tendido en el concreto, aun con sangre en la ropa y bajo él, pero su cabeza ahora está inclinada en dirección a Tim y sus ojos lo miran, lo siguen, como si vieran a través de él, y lo juzgaran, insatisfechos con el descubrimiento de su interior.

 

¿Lo perdonaría?

 

Si lo viera cubierto de sangre, incapaz de mantener a salvo a sus niños, incapaz de dar con una amenaza y ver cuerpos de familias completas como pistas y no como personas.

 

¿Lo perdonaría?

 

Si supiera cómo terminó la vida de su madre, si le contara cómo acabó la vida de su padre, si supiera a donde lo lleva su soledad cuando es demasiada, los lados oscuros que visita su mente cuando la soledad y el rencor es demasiado, bajo el yugo de quien se ha escondido y con quien ha trabajado, si supiera quien lo tiene en la mira y en el peligro que lo ha puesto.

 

¿Lo perdonaría?

 

“¡Red Robin!” salta en su piel antes de voltearse y encontrarse de frente con el casco de Jason, su mano estaba extendida hacia él, como si hubiera intentado alcanzarlo, Tim agradece que mantenga la distancia, no cree ser capaz de ser tocado “¿que sucede?”

 

¿Qué sucede?  

 

¿Me perdonaría?

 

¿Qué sucede?

 

“¿Red?” vuelve a preguntar, la inseguridad tiñendo su voz, pero apenas lo escucha, a penas lo procesa, esta vez no alcanza a alejarse, la mano de Hood toca su hombro y se estremece antes de alejarse varios pasos, la sorpresa es palpable entre ellos dos, las manos de Jason se alzan como si estuviera apaciguando a un animal asustado, Tim gruñe, sisea y se vuelve un imbécil de boca floja, pero ha pasado meses intentando no retroceder ante él, Tim no retrocede “¿estás bien?

 

No

 

Tim es un mentiroso, ahora lo sabe, ahora lo ve, ahora lo entiende

 

¿Qué sucede? 

 

Ilay no lo sabía, Ilay no tiene idea de quien vive a su lado, de quien pasa las noches patrullando las calles y golpeando personas, no sabe las manos que han recorrido su cuerpo mientras se pasea con vestidos cortos y sonrisas fáciles e insinuadas, Ilay no sabe qué peligros puede llevar a la mesa, que armas apuntan en su dirección y cuan justificadas pueden estar.

 

Puede que no sea su intención, puede que solo quiera algo para sí, un poco de amor, un poco de aprecio, pero siempre termina igual, Tim está roto, incapaz de conectar con otra persona, incapaz de hacerlos quedarse, Tim arrastra a las personas hasta que caen a la fosa con él, para salir como el único sobreviviente.

 

¿Me perdonaría?

 

No debería, no tendría porque, no lo merece.

 

¿Me perdonaría?

 

No, finalmente concluye, no lo perdonaría

 

Huye antes de decir una sola palabra, Jason llama, preocupación en su voz, pero Tim lo ignora y corre con el corazón a mil, llega a los edificios sin detenerse a respirar y solo sigue corriendo, el vértigo que le producen los saltos y giros son completamente olvidados en favor de llegar donde sea que sus piernas lo llevan, la velocidad no importa, la forma insegura en que se tambalea sobre algunos tejados no importa, quiere llegar, necesita llegar .

 

Entra por la ventana, se asegura de desactivar la alarma, no intenta quitar su máscara. ni capucha, ni su máscara, ni sus guantes, solo quiere estar dentro, quiere estar seguro, ser protegido y proteger y quiere dejar de llorar, quiere que las lágrimas que se escapan de sus ojos se detengan y desaparezcan.

 

Quiere a Ilay.

 

“Perdón” solloza con la voz quebrada, enterrando su rostro en el cuello del omega, la mayor parte de los temblores habían terminado, ya puede hablar, pese a hipar cada ciertas palabras, sorbe húmedamente por la nariz mientras repite con voz lastimera y ahogada “perdóname”

 

“tranquilo, cachorrito” repite por milésima vez con la misma calma de las primeras veces, aun acariciando el cabello desordenado de Tim y aun le recorre la espalda con la mano libre “todo estará bien”

 

“te mentí, perdón, no quería…” discutir con la voz temblorosa por la admisión, tan profundamente cansado que lo siente en los huesos, tan culpable que es incapaz de no sentir vergüenza “te mentí”

 

“¿lo hiciste?” pregunta en su lugar y Tim demora un momento en escuchar, desconcertado alza el rostro para encontrar su mirada, una suave y tranquilizadora sonrisa lo espera “según se, mi cachorrito salía a altas horas de la noche ha hacer no se que cosas, mezclados con vigilantes peligrosos y terminando cubierto de moretones y heridas ¿eso hacías, verdad?”

 

“yo… si, algo así” contesta sorbiendo ruidosamente, confundido con su línea de pensamiento.

 

“resulta que no estabas con vigilantes, si no que eras uno de ellos” no hay elevación en la voz, no hay sorpresa, ni juicio, ni horror o traición, la serena tranquilidad acostumbrada para una afirmación, a la que Tim asiente innecesariamente en confirmación “no diste falsa información, no me tranquilizaste con mentiras aunque muchas veces desee que lo hicieras, solo no dijiste nada y pediste mi confianza, la cual te entregue y no rompiste”

 

“tu…” no logra entender sus palabras, lo mira a los ojos buscando mentira o engaño, no encontró nada y la confusión se tuerce en irritación que intenta mantener bajo raya, un cuerpo cubierto de sangre destella en sus ojos “yo…no entiendo”

 

“¿que no entiendes?” pregunta inclinando la cabeza, mirándolo con infinita ternura y paciencia.

 

“no entiendo como tu no lo entiendes” dice al instante, la urgencia en su voz, tener que explicar porque Ilay no debería estar tan tranquilo no es algo que quiera hacer, pero que lo aspen si deja pasar esta situación sin una conversación extensa y clara. está cansado de vacíos legales e incertidumbre “soy un vigilante y apenas parpadeas, vivías de ciudad en ciudad, estoy mas que seguro que conoces lo que los vigilantes significan, problemas, peligro” se aparta de su cuerpo para poder mirarlo más seriamente “Ilay, solo por estar relacionado contigo te estoy poniendo en el ojo del huracán”

 

“¿te preocupa lastimarme?” pregunta y Tim no cree que deba tener ese tono enternecido mientras le confiesa algo tan importante

 

“Ilay” llama con gravedad, no se aleja del todo, incapaz de dejar el consuelo de su tacto de lado, pero su voz y su mirada son acero “necesito que entiendas, este trabajo a matado personas importantes en la vida de cada uno de los vigilantes que conozco, algunos de ellos han muerto mientras lo hacen y otros han caído en la locura por el dolor”

 

“entiendo como es” asegura Ilay aun solemne, pero Tim no cree que lo haga, no cree que comprenda el peligro que corre.

 

“no, no lo haces” discute, frustrado “estás en peligro, ellos están en peligro, estar asociado conmigo es automáticamente una sentencia de muerte y no lo tomas enserio, tu-”

 

La mirada de Ilay se endurece y vuelve fría, sus ojos son firmes y seguros y Tim casi quiere retroceder, pero su propia irritación, su propia preocupación, mantiene su mirada en alto.

 

“Timothy” llama con una cadencia suave y baja pero aún fría “no eres el único ser humano que se metió hasta el cuello en circunstancias que lo superan”

 

“no son solo circunstancias que me superan, Ilay” se queja y suena incómodamente como un niño pequeño.

 

“los militares tienen estos problemas, los policías y los detectives también” enumera Ilay con tranquilidad “he conocido mas federales viudos que casados, y he conocido a muchas viudas de federales también, se como funcionan estas cosas, se que puede ser peligroso” extiende su mano y sostiene el rostro de Tim, que pese a su frustración sólo puede apoyarse en su toque “y aun así lo único que me deja intranquilo es la posibilidad de que así como un militar, toquen a mi puerta para decirme que mi cachorro falleció, pero a diferencia de ellos, no puedan como mínimo darle el mérito y el reconocimiento que merece”

 

“no puedes hablar enserio” dice con incredulidad “¿no te preocupan los bebés? ¿Qué hay de ti, de estar a salvo, de vivir tranquilo y en calma? ¿no sabes lo que tenerme cerca te haría?”

 

“¿a qué quieres llegar?” pregunta, repentinamente brusco y hastiado, Tim recuerda tardíamente que Ilay detesta la forma en que las personas andan por las ramas “¿que quieres que te diga? ¿quieres que te grite por no decirme algo que no pregunte? ¿Qué me aleje por tu mala percepción de ti mismo? ¿Quieres que te condene por cometer un error? ”

 

“¿un error?” repite con el pecho ardiendo en indignación “¡no es solo un error!” se apresura a aclarar “ahora estás completamente enredado conmigo, ni aunque tomes todas tus cosas y terminan a ciudades de distancia cambiara que serias un objetivo” se pone de pie tembloroso, Ilay se para junto a él, e incluso en espiral, Tim lo ayuda de forma automática, antes de comenzar a caminar por el pequeño espacio “nada cambiara que te amo, que me preocupo por ti y que eso te pone en riesgo directo, sin embargo te importa una mierda”

 

“¿si ya estoy en peligro que esperas conseguir con este discurso de auto desprecio?” pregunta mientras se sienta en el sillón individual, deben dolerle las piernas, han estado guardando las cosas para la mudanza, y no ha habido forma de hacerlo estar quieto, debe tener los pies hinchados.

 

“no es un discurso de auto desprecio” discute con los dientes apretados “estoy intentado buscar un poco de racionalidad en tu cerebro”

 

“sabia que había algo extraño contigo desde el día en que te conocí” acepta Ilay abruptamente “sabia que eras demasiado perceptivo, demasiado ágil e inteligente, no había forma de que fueras un chico normal”

 

“¿vas a decirme que ya lo esperabas? ¿Qué ya lo sabías?” no está ayudando a su causa si se pone a la defensiva, pero Ilay lo saca de sus casillas, que lo demanden.

 

“no lo sabía y de haberlo sospechado habría rogado a cualquier santo que no fuera así” asegura y se mueve incómodo en su lugar, frunce el ceño antes de ponerse con cuidado y dificultad en pie y caminar hasta el sillón más grande “pero no por las razones que crees, si no porque eso significaba que tu pequeña cajita de traumas, sería repentinamente la alacena de un búnker del porte de una ciudad”

 

“¿sabes que pensar que soy un dealer y ser un vigilante tienen años luz de distancia en cuanto a nivel de peligro?” dice con cansancio, levanta la mirada y ve a Ilay llamarlo con suavidad e incapaz de negarse, aun irritado pero tembloroso y asustado se deja llevar.

 

“esperaba algo relacionado con crimen organizado” comienza una vez lo tiene sentado a su lado “bandas, policías, incluso pensé que tenias algo que ver con la mafia o lo que sea que se maneje en este lugar” 

 

“creo que me siento ofendido porque ninguno de esos trabajos son para personas que se esmeran en no asesinara otros” discute solo por decir algo, más concentrado en la respiración de Ilay, intentando regular la suya, y dejándose mimar por las uñas romas que rascan el costado de su nuca.

 

“el punto es que de cualquier forma, imagine que en algún momento estaríamos en peligros, todos, tu, los bebes, yo” se acomoda para atraer a Tim mas cerca, su olor se desprende y Tim quiere protestar ante su clara manipulación, pero nuevamente en su lugar aspira profundo y se deja relajar “no espere que fueras un vigilante, mucho menos del grupo de los murciélagos” acepta mientras acariciaba el cabello de Tim al mismo ritmo que acaricia su gran estómago “pero el peligro era algo que ya estaba esperando”

 

“¿vas a dejarlo pasar?” pregunta preocupado y consternado, pero vergonzosamente más tranquilo.

 

“no” asegura con una pequeña sonrisa en la voz “tu y yo vamos a tener un larga conversación respecto a tus inseguridades para con mi cariño hacia ti, no porque te equivoques voy a abandonarte o dejar de quererte” Tim aprieta los labios, pero cuando se da cuenta de que esperan una respuesta, asiente en silencio “comprendo que tengas un razonamiento detrás de tus pensamientos, pero en ocasiones tu juicio se nubla negativamente cuando estás en medio”

 

“no es que mi juicio se nubla” discute injuriado “pero los patrones la mayor parte del tiempo tienen un común denominador, y en cada circunstancia, soy yo”

 

“Tim” llama con cariño y suavidad como si quisiera aterrizar las siguientes palabras con suavidad “eres extremadamente inseguro” cabe recalcar que no lo logra, se estrellan contra el cerebro de Tim, haciéndolo permanecer en un silencio consternado “a menudo crees que cada tragedia es tu culpa, que cada error es tu responsabilidad y estoy seguro de que así te hicieron pensar, así lo dijeron y así te lo presentaron toda tu vida “ una mano suave eleva su rostro y lo hace mirar los ojos verdes de Ilay “pero es momento de que entiendas lo equivocados que estaban”

 

“no” dice al instante, incómodo con la idea “tengo la capacidad de prevenir errores y tragedias, se hacerlo, ellos-”

 

“ellos te hicieron aprender a predecir cada paso palabra o acción” le asegura con firmeza y Tim se congela momentáneamente cuando sin aviso un recuerdo de la ansiedad que le provocaba el regreso de sus padres chisporrotea en su interior, trayendo imágenes de si mismo pensando en escenarios a los cuales enfrentarse a su llegada. Ilay suspira su firmeza anterior pasando a una suave gentileza “piensa en los gemelos” pide con suavidad “quiero que los pongas en cualquier contexto de tu vida” busca en su mirada un momento “cuando tenías tres, cuatro o cinco años” continua “a tus diez, quince o hace unos meses atrás” sus ojos aun gentiles se tornan serios, habla de antes de conocerse “y quiero que los culpes por cada una de las cosas por las que te culpaste”

 

“eso no…” la desaparición de Bruce pasa por su cabeza, frunce el ceño forzando la angustia a desaparecer, el conflicto con Jason es el siguiente, aplasta el miedo que nace desde sus entrañas, mientras aprieta los labios, las palabras de Demian resuenan en su cabeza e ignora la ira que crece de a poco.

 

“¿crees que serían culpables?” los castigos por calificaciones inferiores a la perfección, una mejilla sonrojada por una mano de uñas largas y perfectas, un apretón firme y doloroso en el hombro como advertencia “¿crees que merecen todo eso?” las miradas indiferentes, los días en solitario, el refugio en las calles, las lágrimas de noche, la angustia de la soledad, el deseo de un compañero, la añoranza de una caricia “¿crees que está justificado?”

 

No

 

Susurra su mente, mientras sus ojos arden, apenas un murmullo, casi inaudible, pero una aceptación de igual forma.

 

“eres duro contigo mismo, Tim” continua al no recibir respuesta, Ilay toma un mechón de cabello suelto y lo acomoda suavemente tras su oreja antes de acariciar su rostro “injustamente duro”

 

“Todo eso no quita que estás en peligro por mi culpa” intenta desviar, incapaz de seguir con la conversación, agotado por las palabras, agotado por las implicaciones. 

 

“habría logrado meterme en problemas incluso sin ti” asegura, y hay tanta honestidad en sus palabras que Tim tiene que creerle “de no ser por ti, probablemente habría encontrado la forma de seguir viajando, de seguir vagando” sus ojos se vuelven repentinamente tristes y el pecho de Tim se agita en malestar “si hubiera decidido quedármelos pese a ello, ellos habían vivido una vida miserable”

 

“no lo creo” asegura al instante, indignado por su falta de confianza “eres una gran persona, serás un gran padre”

 

“ahora lo se, ahora lo soy” asiente con una sonrisa pequeña y aunque cariñosa, aun triste “pero lo se y lo soy gracias a ti”

 

Siente como el sonrojo se eleva por su cuello y le pinta las mejillas, la ira y la inseguridad calentándose hasta comenzar a derretirse en su interior, a favor de las bonitas palabras que lo seducen.

 

“estos bebés lo habrían despertado” asegura con confianza, aun tímido “estabas destinado a ser un buen padre”

 

“estabas destinado a hacerme creer que podía ser un buen padre” rebate Ilay, y Tim siente la repentina urgencia de acabar con la conversación, no quiere le hable de esa forma, que le diga palabras dulces que terminan por bloquear su objetivo, su realidad, sabe que tiene que dar un paso atrás, tiene que dejarlo avanzar solo y a salvo, pero por cada palabra, hay un gran agujero que se llena lentamente de puro deseo, egoísmo y anhelo “tienes que dejar de pensar lo mejor de mi”

 

“¿que?” pregunta al instante desconcertado, temiendo haber perdido alguna de sus palabras “¿a qué te refieres?”

 

“crees que eres egoísta” no es pregunta, mira a Tim casi con lástima o pena, como si le partiera el corazón decirlo y saberlo cierto “crees que deberías dejarme ir, como si fueras un grillete en mi tobillo, como si me impidieron avanzar, un obstáculo que saltar, un muro que evitar” su mirada se torna oscura y sus brazos lentamente lo envuelven con firmeza, hasta que ambos están pegados al otro “me ves como si fuera un ser perfecto, incapaz de equivocarse pese a todas las evidencias de mis errores frente a ti” señala su estómago y Tim frunce el ceño, jamás había pensado en su embarazo así, como un error, como un acto de irresponsabilidad por parte de Ilay, pese a que ahora, siendo señalado, se da cuenta de que lo había sido.

 

“a esto me refiero” asegura, apuntando en su rostro la clara muestra de sorpresa  “embarazarse de un desconocido, en una ciudad peligrosa, cuando ni siquiera tengo un hogar estable” hay juicio en su voz, claramente lo había pensado muchas veces “¿te parece que es algo responsable y un ejemplo a seguir?” Ilay espera y Tim niega obedientemente, antes de que continúe “no me quede contigo por obligación o por comodidad” asegura con vehemencia “con el paso de los días, de las semanas y los meses, aun si estaba equivocado, te volviste mío” puede escuchar y sentir como vibra un gruñido al final de la palabra “mi cachorro, mío para cuidar y proteger, y como el egoísta y avaricioso que soy, agradecí que no hubieran adultos preocupados por ti, agradecí que estuvieras solo, aun si el corazón se me partía ante tu tristeza y soledad” los ojos de Tim se abren con sorpresa “si te hubieran mostrado bondad, la bondad que sin duda merecías, no habrías volteado a verme, no te habrías aferrado a mi con tanta fuerza y me habrías dado la mayor de mis felicidades” sus ojos son serios “no te habrías quedado conmigo”

 

“lo habría hecho” suelta abruptamente, antes de que la timidez lo alcance, y puede que sea impulsivo pero no es mentira, cree con firmeza que Ilay habría encontrado la forma de llegar a su corazón, de hacer un espacio en el y permanecer allí “me habría quedado, me quede”

 

“si, lo hiciste” acepta con un alivio complacido “no estoy haciéndote un favor” vuelve a asegurar con un ligero rastro de agotamiento en su voz “no estoy dejando de lado mis deseos por cuidarte y acogerte, es totalmente lo contrario, no puedo dejar de lado la fuerza con la que quiero arrástrate a mis costillas y encerrarte donde nadie pueda lastimarte” la sorpresa lo recorre ante las similitudes de sus pensamientos “lucho día a día con la posesividad que nace cada vez que recuerdo que hay un hombre ahí fuera que fue llamado tu padre aun si ahora no lleva el título” suspira con fuerza y puede leer la irritación en su voz mientras continúa “quiero golpearlo por su mediocre desempeño del papel y darle un beso en cada mejilla por el mismo motivo, odiarlo por lastimarte y agradecerle por entregarte a mi en bandeja de plata”

 

“Bruce no me entrego” sonaba como si fuera una doncella entregada a las manos asquerosas de un hombre del triple de su edad por un acuerdo político.

 

“fue un patán negligente e incapaz que te lleno de inseguridades por años” discute Ilay al instante con fuego en la voz y Tim cree que tal vez esté más inclinado al golpe que a los besos cuando de él se trata, la mirada de Ilay se oscurece “eras vulnerable para cualquiera” 

 

“puedo cuidarme” asegura intentando quitar la preocupación de su aroma

 

“hay cosas de las que no sabes qué debes protegerte Tim, incluso el mejor de nosotros ha sido engañado y lastimado al menos una vez” la amargura tiñe su voz mientras sus ojos se tornan suplicantes “te digo esto para que lo entiendas Tim, soy un hombre despreciable, he usado a las personas como he querido, hay más bondad y amor en un dedo de tu pie, que en mis casi cinco décadas de vida” su voz está llena de convicción, pese a que Tim duda que Ilay pueda ser un mal hombre, al menos no en la definición que Tim tiene por malo “soy mejor porque tu me ves como un mejor hombre, porque tu me haces mejor hombre”

 

“no puedo cambiar lo que eres” discute, convertido en un charco por sus palabras, pero aún firme en su pensamiento.

 

“solo…cada vez que creas que estás siendo egoísta, recuerda esto” pide con urgencia casi desesperada “no existe línea que no cruzaría por ti, no hay hombre al que no le pondría una bala en la cabeza por ti, eres mío, mi hijo, mi cachorro, el hermano mayor de mis gemelos y que me aspen si dejo que pienses lo contrario, estoy obsesionado con vivir feliz a tu lado, no pese a ti, quiero que crezcas y vivas feliz, que acudas a mi a la mas mínima preocupación, que sepas que puedes correr de regreso a casa en cualquier circunstancia y siempre te apoyare”

 

Tim había estado nuevamente al borde de las lágrimas desde que medio aceptó que su vida puede haber sido pero de lo que le gusta creer, asique no es realmente sorprendente que cuando el nudo se atora en su garganta y su nariz se suelta aún más, se derrumbe en más sollozos,

 

“¿por qué?” pregunta entrecortado, confundido, cálido y aliviado “¿por qué?”

 

“Porque lo mereces” dice encogiéndose de hombros mientras le acariciaba el cabello “y porque puedo dártelo”

 

Hay más palabras de alivio, Ilay le susurra algunas llenas de amor que se confunden unas con otras, en una letanía de consuelo, lo abraza y lo sostiene, lo mantiene en su lugar entero, sin dejar caer una pieza y sabe, mientras restregaba su rostro húmedo contra su cuello, que si un día cae a pedazos, Ilay lo ayudaría a recogerlos sin siquiera decir palabra y en el pasado no podría haber creído lo reconfortante que es solo tener esa seguridad.

 

“¿qué pasa si lo arruino?” pregunta entre sollozos “¿qué pasa si algo les pasa, a los gemelos o a ti?” la idea lo hace temblar “no podría perdonarme, me destruiría” 

 

“¿dejarías que algo o alguien los lastimara?” pregunta Ilay con curiosidad 

 

“¡no! claro que no” contesta al instante, la simple idea de dejar que los hieran le retuerce las entrañas, eran un pedazo de Ilay, y eran sus hermanos menores “pero no siempre podré llegar a tiempo”

 

“no eres el único en este lugar capaz de dar buenos golpes” asegura Ilay, tranquilizándolo con su aroma y su voz, Tim lo sabe, es consciente de ellos, pero aun duda “y a diferencia tuya, no tengo problema con dejar caer unos cuantos cuerpos

 

“¿y llegar a la cárcel?” bromea, húmedamente, decidiendo confiar en su palabra y dejarlo para otro día, al menos por el momento.

 

“¿por defensa propia?” pregunta con soberbia “mi bien recomendada abogada Laura Banesco, no lo permitiría”

 

Tim se ríe con fuerza e Ilay lo sigue con facilidad, dejan que el silencio se extienda entre ambos, Tim se endereza lo suficiente como para quitar la armadura y la capa y poder acostarse con más comodidad contra el costado de Ilay, antes de atreverse a preguntar.

 

“¿has matado?” Ilay, que había cerrado los ojos, lo mira con la cabeza inclinada, reitera en un susurro “¿has matado a una persona?

 

“se lo merecían” asegura con rapidez aunque no parece muy culpable, solo un poco ansioso “si la policía no estuviera tan corrupta, les habían dado pena de muerte a todos” se encoge de hombros y Tim intenta asociar a Ilay con alguna muerte, no es insólito pero aún le parece difícil de creer “la chica a la que ayude y yo lo tomamos como un servicio a la sociedad”

 

Hace la nota mental de no dejar que Jason y él logren llevarse lo suficientemente bien como para compartir ideas relacionadas con homicidios, mutilación y la flagrante corrupción del sistema, no está muy seguro de que esa conversación lleve a nada bueno.

 

“lo que me dijiste de tu vida era cierto ¿verdad? solo que con modificaciones” pregunta Ilay, sospechosamente sin tono, Tim asiente en silencio “¿quieres contarme?”

 

lo piensa un momento, mientras está cómodo y cálido, en su sillón y en su hogar, pero finalmente sin secretos ¿quiere? no quiere más secretos, no quiere más de ellos ni sus consecuencias, Ilay guardará sus secretos, de eso no tiene duda ¿quiere que así sea?

 

“bueno ¿recuerdas a mis padres ausentes?” comienza, Ilay asintió con una sonrisa divertida, seguramente recordando la conversación de la tienda “bueno, cuando te conté que me había acercado a Bruce antes de que mi madre muriera y mi padre quedara en coma, me salte el cómo” 

 

“claro que lo hiciste, dios nos salve de que cuentes las historias completas” se burla, y se da cuenta de que puede que Ilay disfrute un poco más del secretismo de Tim de lo que admite.

 

“bueno para resumir” dice inseguro de cómo comenzar “descubrí la identidad de Batman”

 

Ilay lo mira durante un largo momento, parpadeando de forma lenta, quieto como una estatua y cree que incluso conteniendo la respiración. 

 

“¿Batman, Batman?” pregunta con el rostro congelado “¿el tipo peligroso con disfraz de murciélago que ha dejado incapacitados de por vida a una incontable cantidad de personas?”

 

“ahora no es tan malo” sacude su mano, desestimando la incredulidad de Ilay “era peor antes de que tomara el manto de Robin”

 

Otro largo y tenso silencio

 

“¿tomaste el manto de Robin?” sus ojos están muy abiertos, tal vez Tim deba pensar e ir lento, Ilay frunce el ceño y sus ojos brillan en comprensión “por manto te refieres a… ¡Oh Dios!” Tim hace una mueca, Ilay era inteligente, él podía hacer las cuentas “ese hombre es un genio criminal ¿Brucie, no es real?”

 

“no sé cómo mantiene esa pantalla” acepta sin luchar orgullosos y resignado a su rápida conexión “es el papel más ridículo que ha interpretado y le resulta de forma natural”

 

“Dios niño, creo que eso me dejara pensando muchas madrugadas” comenta ausente “luego me dices como los descubriste”

 

“si bueno, descubrir que era Batman y que su primer hijo Dick era Robin no fue el problema” continuó con calma “el problema fue cuando el segundo Robin, Jason, murió”

 

“el segundo hijo” suspira Ilay, recordando las historias que Tim le había dejado caer hace tantos meses atrás “¿como pasó?”

 

“el Joker” murmura, Ilay frunce el ceño confundido “se viste de payaso” la compresión cubre su rostro “torturó a Jason y lo hizo estallar junto con un almacén, segundos antes de que Batman alcanzara a llegar”

 

“Dios, Wayne debe de necesitar terapia” gruñe Ilay mientras se aferra a Tim con el horror tiñendo su voz

 

“cuando Robin desapareció, Batman se volvió brutal” asegura Tim, recordando el horror y el miedo que se respiraba en las calles “los delincuentes menores apenas sobrevivieron a un encuentro con él, y por su parte, dejaba todo de sí en las calles, si, brutal, pero descuidado, se estaba consumiendo”

 

“siento que no me va a gustar lo que viene” comenta arrastrando su mentón sobre la cabeza de Tim.

 

“fui con Dick, le pedí que volviera, él no quiso, asique volví y fui con Bruce le dije que sabia lo de Batman y lo de sus Robins, y que me dejara ser el siguiente, le mostré las consecuencias estadísticas de no tener un Robin y porque necesitaba uno” suspiro con fuerza “no salió bien, así que lo amenace”

 

“yo no se porque sigo esperando que me cuentes historias en las que no te comportes como un suicida” es confusa la forma en que suena como un regaño, pero al mismo tiempo puede captar la diversión en su voz.

 

“el resto va como lo que ya te conté, me quede con él mientras entrenaba, era despiadado, creo que fui el único Robin entrenado por Batman al que trato como si fuera un asesino en entrenamiento militar” Tim apretó los labios en una mueca de incomodidad, a menudo intentaba no hablar al respecto, poco acostumbrado a verbalizar su descontento, pero la verdad es que siempre quería quejarse por ello “no importa cuántos brazos me quebré, o cuantos ligamentos se rasgaron, yo siempre tenía que solucionarlo solo”

 

“Creo que quiero arrancarle la cabeza” dice Ilay con los dientes apretados, pero pese a su clara molestia, su olor se vuelve más dulce en consuelo.

 

“si bueno, Dick intentaba hacer las cosas mejor, aunque solo fuera porque sentía culpa, él y Jason no tuvieron una muy buena relación antes de su muerte” a veces se preguntaba si Dick estaba intentando fingir que era otra persona mientras tomaban helado o hablaban de escuela o libros “el tiempo pasó y cuando mis padres volvieron, estaba en un problema con un imbécil. Él asesinó a mi madre” Ilay suspira, ligeramente tenso, Tim resume sin querer entrar en detalles “el resto es bastante simple, mi padre está en coma, me adoptan, sale del coma, recupera la custodia, descubre que soy Robin, intentó impedirme seguir siéndolo, intenta controlarme, lo logra por un tiempo, finalmente estamos llegando a un entendimiento y se muere, asesinado, por uno de los villanos de ese momento”

 

“creo que necesitas terapia” si, Tim también lo cree, lo haría de no ser tan peligroso

 

“finalmente Bruce se queda con mi custodia” habían estado tomándola y dejándola con si fuera un pelota de basquetbol “y es en ese momento cuando Jason vuelve” 

 

“¿Jason?” pregunta Ilay, luego de un momento de confusión “¿no era ese el segundo hijo?”

 

“él mismo” asiente con simpleza, puede que disfrute sorprendiendo a Ilay, es una historia un poco deprimente, pero definitivamente para oídos desconocidos, es una auténtica locura.

 

“pero estaba muerto ¿no?” todos se preguntaron lo mismo, hasta que lo tuvieron delante como un lunático que grita fugado de un hospital psiquiátrico de alta seguridad.

 

“existe una cosa llamada el pozo de lázaro, es prácticamente una fuente de la vida, y es casi la propiedad de quien lo custodia, el líder de una secta, la liga de asesinos” comenta de forma apresurada “sacaron a Jason de la tumba, lo llevaron ahí, lo trajeron de vuelta” frunce la boca en un gesto contrariado “el problema es que sales con unos tornillos menos de esa cosa” comenta “Jason estaba hirviendo en ira”

 

“no parece bueno” masculla.

 

“lo entrenan para que sea un asesino durante tres años, lo envenenan en contra de Bruce, le dicen que el Joker aún está vivo, que Bruce nunca lo mató y que poco después de su muerte lo reemplazó” Ilay se tensa con sus brazos a su alrededor “una versión más joven, con mejor situación económica y a todas luces más inteligente”

 

“eso no te puso bajo la mejor luz” Tim sabe que de no ser por su estómago crecido, Ilay ya lo habría subido a su regazo, una acción aparentemente desencadenada por inquietud, una parte de él agradece que no pueda, aún está cubierto de sangre, pero la otra añora los mimos de una forma vergonzosa.

 

“en fin, Jason vuelve a Gótica después de unos años, comienza a eliminar a sacar del juego a líderes del bajo mundo como si fueran peones del ajedrez y toma todo el callejón del crimen, bajo su protección, y como acto de buena fe entregó cajas con cabezas cercenadas a Batman” Ilay se pone imposiblemente más tenso, la inquietud rebosando en su cuerpo pese a la forma en que mantiene bajo control su aroma, aun dulce y reconfortante y Tim  se apresura a continuar antes de decidir no hacerlo “y en cuanto pudo, fue a por su copia”

 

“Red Hood” es apenas un susurro suspirando con comprensión y pavor y el dulzor de las naranjas desprende una pequeña y casi imperceptible nota agria que se pega al paladar de Tim, que alza el rostro en busca de una mirada y encuentra el horror en los de Ilay mientras termina de hablar “Red Hood es Jason”

 

el silencio pesado cae sobre ellos, mientras se miran a los ojos, y Tim sabe que él está pensando en su encuentro anterior, en las palabras que habían compartido, en el comportamiento de Tim, cierra los ojos con fuerza, antes de continuar, intentando avanzar lo más rápido posible.

 

“me encontró en la torre de los titanes” comenta en tono bajo, sabiendo que es confirmación suficiente, recuesta su cabeza en el hombro de Ilay intentando entregar el consuelo que siempre recibe a través del contacto “me acorralo, dijo muchas cosas, en resumen y sin vueltas, me rompió muchos huesos e intento cortarme la garganta”

 

No hay comentarios, en su lugar una de las manos de Ilay suben a su cuello y con sus dedos recorre la línea pálida que se encuentra en su garganta, difuminada con el tiempo, pero aun ligeramente rosada.

 

El toque lo lleva a ese entonces, recuerda la brutal y salvaje mirada de Kon al ver la herida, mas fresca, mas roja, sangrante, recuerda las miradas de culpa que entregó, horas, días, semanas después mientras su cuello estaba cubierto por vendajes, aún puede verlo, cuando los ojos del alfa caen a su cuello de forma vaga e inconsciente y se congela cuando la encuentra, cuando recuerda cómo llegó ahí, donde llegó ahí, y el brillo animal chisporrotea, feroz, furioso y brillante, antes de apagarse y desaparecer en algún lugar detrás de sus ojos azules despejados.

 

“un poco después, Bruce, Jason y Dick llegan a un tipo de consenso” vuelve a su historia, apartando los recuerdos “ellos estaban felices de tenerlo de vuelta, sea como sea que estuviera” la amargura se filtra en su voz casi sin querer “yo aun estaba recuperándome de la paliza que me dio, pero ellos estaban felices de tenerlo de vuelta”

 

“me parece una puta mierda” gruñe Ilay y Tim gruñe de vuelta en afirmación mientras se funde aún más contra él, libera su mano del guante que la cubre y una vez limpia la deja reposar en el estómago del omega, buscando el consuelo de la vida en su interior.

 

“luego aparece Demian” esto se siente como los personajes antagónicos de cada temporada de su vida “hijo biológico, producto de una noche de copas con la hija del líder de la liga de asesinos”

 

“niño, esto es una puta novela” se asombra Ilay, aun con un deje de veneno en su voz.

 

“al parecer cada vez que Raz, el líder de la liga, se topa con alguien mínimamente interesante no puede evitar hacer cosas sumamente raras” se ríe entre dientes “a mi me extirpó un órgano”

 

Un gran y terrible silencio cae, tan espeso que ni las mejores espadas de Demian podrían cortarlo, y Tim cae en cuenta, luego de abrir la boca, que una broma puede no haber sido la mejor forma de confesar eso.

 

“¿Es esta la forma en que me dices que te falta un órgano?” Su voz es tan tensa que sin duda su mandíbula está trabada, hablando entre dientes.

 

“no hay mejor momento” intenta sonreír, buscando aligerar el ambiente, elevando el rostro en busca de pistas, el acero en lo profundo del bosque de sus ojos lo hace ofrecer sin pensar “te daré el archivo con los detalles si eso te hace sentir mejor”

 

“mas te vale” gruñe, y pese a su clara desaprobación ante su falta de información, le da un ligero cariño en la nuca, mientras suspira, parece estar sacando esa información de su mente por el momento “¿entonces?”

 

“buen, entrenan a Demian desde bebe, para ser un asesino de alto nivel” Ilay murmura algo que suena como malditos lunáticos pero Tim prefiere no preguntar “y luego hacen todo el tema con Jason para que cuando Bruce lo acepte incluso siendo un asesino, no rechace a Demian que por crianza también es uno”

 

“¿me estás diciendo que ese niño es un asesino?” pregunta con incredulidad y clara condena en la voz, Tim se pregunta momentáneamente a que se refiere con “ese” niño, pero lo deja pasar pensando en las revistas, entrevistas y encuentros con la prensa.

 

“Raz tiene una forma de aprendizaje basada en la práctica” explica, jamás a preguntado, pero siendo el hijo de Batman, puede imaginar lo mucho que su abuelo le exigió, cuántas muertes le encargó “bueno así comienza mi etapa de especialización evitando que un niño demonio me asesine”

 

“¿algo en el aire les impide tratarte como a un ser humano?” pregunta indignado y claramente molesto con cada palabra, Tim hace una mueca fuera de la vista, tal vez debió esperar hasta después del embarazo. 

 

“bueno para ser justos, esta vez era algo más racional y en realidad Demian fue un terror con todos, solo que conmigo perduró mucho más y fue peor porque yo era la que él consideraría una amenaza directa” se encoge de hombros, nunca se lo dijo a nadie, pero le gustaba más la excusa de Demian que la de Jason “bueno, en fin, Bruce muere, o creen que muere y Dick toma su lugar”

 

“Bruce está vivo” señala con vacilación, antes de negar y pedir “y por favor evítame el drama si la respuesta es que se clonó a sí mismo”

 

“no estaba muerto, solo perdido” eufemismo “yo insistí en eso, en la posibilidad de que el ser humano más paranoico de la tierra no muriera por algo que no fueran causas naturales  y no se lo tomaron bien, por poco y me termina encerrando en una institución mental, disque estaba en un mal estado emocional” ahora, tiempo después comprende que lo más racional puede ser pensar que Tim realmente necesitaba ayuda, que estaba en shock y negación, pero ellos se suponía que lo conocían, que sabían quién era y como era, ellos, lejos de intentar desestimar sus palabras, debieron escuchar todo lo que tenía para decir, recordar que era de lejos el más objetivo de todos ellos “me quitaron a Robin, Dick dijo que era porque necesitaba que Robin estuviera en su misma pagina, no estoy seguro de creerle”

 

Tim siempre creyó que Dick no confiaba en que fuera un buen Robin, claro, Tim era inteligente y agudo, era capaz de resolver problemas, idear planes e improvisar nuevos en cosa de segundos, pero sabía que Dick no creía en la capacidad física de Tim, sabe que no confiaba en su cuerpo fuerte pero más delgado, en sus músculos finos y rápidos, a ojos de Tim, para Dick no era suficiente, a ojos de Tim, Dick temía el inevitable día, en que una bala lo alcanzara y fuera incapaz de moverse a un costado, temía que una biga cayera sobre él y no lo soportara, temía que le fallara la resistencia en una batalla, a ojos de Tim, Dick temía por la debilidad que encontraba en su Robin en cuanto pudo, lo corrigió, arrebatándoselo.

 

Destruyó su confianza y afianzó las sospechas.

 

“me moleste, tome mis cosas y fui solo por el” Ilay se ríe, es algo casi apagado, el disgusto de su travesía en solitario mezclando con lo que seguro es diversión por un Tim tan empecinado “termine haciendo muchas cosas” acepta con timidez “me lie con la liga de asesinos, entrene con ellos un tiempo, estuve de independiente, en grupos, en solitario, busque indicios durante mucho tiempo, hasta que lo encontré”

 

“claro que lo hiciste, cachorrito” hay una nota triste en su voz, que elige ignorar, Tim prefiere concentrarse en el elogio

 

“¿Sabes que solo me dijo gracias una vez?” Ilay lo mira con el ceño fruncido, la sutil sonrisa desapareciendo de sus labios, ahora es Tim quien sonríe con amargura “luego de eso, nadie se disculpó, nadie dijo palabra al respecto y yo perdí a Robin y termine con una receta de suplementos porque el viaje fue una puta mierda y ya no daba mas sin ayuda de medicamentos” lágrimas de ira e indignación pican en sus ojos y por primera vez el olor de Ilay se agria de forma completamente honesta “no es que quisiera algo grande, sabes, solo que se disculparan, que aceptaran su error y un agradecimiento de verdad, no esa palmada incomoda que me dio”

 

“el que no acusen a Bruce Wayne por negligencia infantil  es el mayor acto de corrupción que he presenciado en mi vida” contesta mientras su aroma protector envuelve a Tim y suspira en respuesta, deseando no llevar el parche de olor, deseando corresponder a su aroma con el propio y dejarlos mezclarse hasta que fuera imposible distinguir a quién pertenece cada uno.

 

“es demasiado inteligente para dejarse vencer por una demanda de negligencia infantil” asegura no tan divertido, sinceramente cree que si Bruce viera o creyera que esta hiriendo a un niño, lo dejaría al instante en manos hábiles y cuidadosas, asegurándose de que se encuentre bien pero manteniéndose a la distancia, Bruce no es mala persona, tal vez solo no sabe ser un padre, o simplemente no quería serlo.

 

“supongo que lo es” comenta con oscuridad en su voz, aprieta su agarre sobre Tim mientras aligera su voz “ pero lo que no sirve a la basura” asegura con una sonrisa mezquina, antes de que su voz se torne más tierna “ya lo sabes, cariño, su pérdida…”

 

“...mi ganancia” termina, cree que llevaba esa palabra grabada en el corazón con la cantidad de veces que se ha aferrado a ella para consolar su ansiedad, no cree que exista día en el que no lo haga sentir cálido. 

 

Pese a su creciente incomodidad ante la idea de apartarse de Ilay, Tim termina aceptando tomar un baño, aunque solo fuera para quitarse el olor de la sangre de encima, se mueve lento y cansado, se quita la armadura en la sala y el traje en el baño, entra y no sale hasta que finalmente siente que su piel está a un repaso de desprenderse, es solo entonces que enjuaga la espuma y respira profundo, mientras el agua cae en su piel sensible, aliviando el dolor. 

 

Cuando el olor de la sangre desaparece, nota por primera vez, lo mucho que había estado evitando respirar, con pequeñas aspiraciones, sólo suficientes para hacer circular el oxígeno, tentativamente respira profundo al salir de la ducha, con la puerta abierta, aún puede oler un poco de la sangre en el traje, pero está escondido debajo de capas y capas de naranjas, desprende su propio aroma en respuesta, tanteando la forma en que se mezclan y para cuando ya no logra distinguir el olor de la sangre, las naranjas frescas en una fría, fresca y mentolada mañana ocupan el espacio.

 

Cuando Ilay entra, Tim sonríe con más calma y casi vergüenza, pero la olvida en el momento en que Ilay se detiene en la puerta y aspira profundamente, hinchando sus pulmones, cerrando los ojos, sonriendo complacido.

 

Aún no ha secado su cabello mientras espera a que Ilay termine con su baño, puede que sea invasivo, pero desde hace un tiempo Tim no ha dejado que Ilay tome baños sin que él esté en casa, y cuando trato de negarse Tim le dio un discurso de una hora respecto a los muchos accidentes que han matado personas y mucho más personas con dos seres vivos en su interior.

 

Quedaron en que solo necesitaba estar en casa, pero inevitablemente terminaba esperando fuera de la puerta, fingiendo que no estaba esperando fuera de la puerta, y con el paso del tiempo y el crecimiento de su estómago, Ilay comenzó a dejar la puerta entreabierta, cada vez más nervioso con estar en el baño húmedo y resbaloso sin ayuda.

 

Tim está instalando pasamanos en el baño de la casa nueva, no hay duda de ello, incluso si los bebés nacen, cuando Tim esté herido o Ilay tenga dolores de espalda, serán ideales y seguros.

 

Permanece sentado obedientemente en el inodoro, con toallas y cremas listas para cuando se las pidan.

 

“¿me vas a contar qué fue lo que te dejó cubierto de sangre y con un colapso mental?” pregunta con el agua apagando ligeramente sus palabras, Tim había inclinado el rostro hacia el techo, manteniendo los ojos cerrados mientras esperaba, estos, por algún motivo se sentían incómodamente secos.

 

“estoy trabajando en un caso” comienza luego de meditarlo un momento, intentando mantener la calma, conocido de que si ya le contó casi la mayoría de las cosas importantes, qué más da un caso que lo va a volver loco, al menos cuando lo encierren en un psiquiátrico, sabrá el porque “es un aniquilador de familias”

 

“¿aniquilador de familias?” repite más sorprendido que confundido “no suena muy familiar”

 

“siempre tres integrantes” comenta, aprieta el puente de su nariz entre sus dedos, e intenta alejar el dolor en sus retinas “la madre y el hijo al final, el niño no pasa los siete años”

 

“Dios” masculla, el horror tiñendo su voz, entre más avanza la noche, más lo hace “¿fue muy malo?”

 

“siempre es malo” contesta encogiéndose de hombros sin saber qué más decir, guarda silencio un momento, el cabello apelmazado y los ojos grises parpadean en su mente “el…el niño de hoy tenía el cabello como el tuyo” 

 

No necesita más palabras para comprender lo que está diciendo, y agradece que no pueda ver su cara en ese momento.

 

“Oh, Tim” el agua se detiene y un silencio pesado cae sobre ellos, puede sentir la preocupación de Ilay aun si no lo huele, ni lo ve.

 

“no podía dejar de pensar en ti y en los gemelos” continua, consternado, siente las palabras empujando hacia afuera, o tal vez tiene náuseas, no sería sorpresa con el dolor de cabeza que comienza a punzar con fuerza despiadada “en lo que me haría si fueran ustedes” inclina el cuerpo hacia el frente y abre los ojos ignorando el mareo, esperando que el dolor se calme  “entre en pánico, y…sus ojos” apoya sus codos en sus piernas y deja caer su cabeza sobre sus manos “estaban abiertos, mirándome, viendo a través de mi”

 

“Eso es horrible, cachorrito” Ilay asoma la mano y Tim le entrega la toalla sin siquiera mirar, pese a que está especialmente pendiente de cada movimiento que hace.

 

“me saco de equilibrio, perdí el control” se pasa la mano por la cara con frustración “no quiero ni imaginar la angustia que le causa a la madre, tener a su bebe siendo apuntado por un arma”

 

“yo lo se perfectamente” asegura con una sonrisa suave, alzando su rostro con una suave caricia, está muy cansado como para ocultar el sonrojo que le produce estar en la categoría de “bebe” para Ilay “un omega daría la vida por sus hijos, eso dicen” su tono era contemplativo “jamás creí que lo entendería”

 

“me gustaría que te quedaras vivo, muchas gracias” cometa con una pequeña sonrisa divertida.

 

“uno debe morir para que el otro pueda vivir” se burla con una voz profunda y ronca, y Tim esta vez suelta una pequeña carcajada mientras las manos de Ilay comienzan a secar su cabello con la toalla libre

 

“deja de citar a Harry Potter” protesta débilmente con una sonrisa más grande

 

“esta bien” su voz y sus ojos eran suaves, tranquilizadores, gentiles, sonriendo con esa calma que a menudo le muestra “está bien, lo atraparas, lo se”

 

“expectativas, justo lo que necesito” se ríe Tim con un aire sarcástico, Ilay le da un suave empujón en el costado de la cabeza como advertencia, Tim sonríe antes de dejar caer la sonrisa y con cansancio preguntar “¿cómo estás seguro? no lo he logrado en meses ¿Por qué pareces tan seguro?”

 

“si pudiste descubrir la identidad de Batman y cerrarle la boca a vigilantes más experimentados que tu, al descubrirlo por segunda vez” comenta mientras le seca el cabello “puedes con un homicida en serie psicótico” 

 

Tim ríe, porque no tiene nada más que hacer que reír, puede que se esté presionando más de lo necesario, pero si es completamente honesto, no quiere ver otra escena de ese loco de mierda y dado que el dirige esa investigación, la verdad es que su única opción es atraparlo.

 

“esperemos que tu confianza manifieste mi suerte” Ilay asiente satisfecho “supongo que solo queda atrapar a ese loco…” se detiene un momento mientras siente el momento en que una de sus neuronas finalmente se conecta “...psicótico” 

 

Se congela en su lugar, tenso como la cuerda de un instrumento, Ilay no tarda en notarlo y apartar la toalla.

 

“¿Tim?” llama Ilay, sus ojos se tiñen de alarma cuando encuentra los ojos vidriosos de Tim, que permanecía sentado, quieto y en silencio “¿Tim, qué pasa?”

 

“Psicótico” repite aun ausente, mira a Ilay sin dejar de pensar en todo lo que repentinamente tiene tanto sentido, la energía que se había drenado de su cuerpo vuelve con fuerzas renovadas, con cuidado se pone de pie y da un paso lejos de Ilay, cuidando no empujar o hacerlo caer, cuando está lejos de su cuerpo embarazado, correr a la sala, aun con el cabello húmedo a medio secar humedeciendo el suelo tras el.

 

“¿Tim?” llama Ilay desde atrás, confundido aun con la toalla en la mano, mirando a Tim con la cabeza inclinada en preocupación, pisando cuidadosamente hacia el.

 

“¿me prestas tu teléfono?” pide buscando frenéticamente en los bolsillos de su traje, frustrado al no encontrar el comunicador, agradece cuando Ilay se lo entrega sin mayor problema, mientras marca.

 

“¿quién eres?” es la rápida y aguda pregunta al otro lado del teléfono “¿cómo tienes este número?”

 

“Oracle, es Red Robin” dice al instante, comenzando a pasearse de lado a lado.

 

“¡Tim! Dios” dice ella con alivio en la voz “estaba preocupada, qué demonios estabas pensando al salir corriendo de esa forma, sabes lo estresada que me tienes cuando no logre rastrear tu trasero mimado más allá de-”

 

“lo sé, lo siento” se apresuró a interrumpir antes de dejarla comenzar un monólogo, en cualquier otra circunstancia jamás se atrevería a interrumpirla “Oracle, necesito que me digas algo”

 

“dispara” contesta al instante, con su voz de trabajo.

 

“Según los registros ¿Qué tan controlados son los omegas en cuanto a sus instintos se refiere?” Intenta organizar las ideas mientras habla, intentando buscar las preguntas adecuadas.

 

“los omegas tienen una gran tolerancia y resiliencia, es solo en situaciones atenuantes que ceden a sus instintos” proporciona y puede escuchar el teclado al otro lado de la llamada “pero los alfas son mucho más propensos a caer en ello si de algo sirve”

 

“¿es posible que se deshagan de su instinto?” pregunta mordiendo su labio, inquieto.

 

“¿que?” pregunta ella desconcertada “bueno no lo sé Red” contesta insegura, pero puede oírla buscando algo relacionado “según archivos y precedentes, es extraño, extremadamente raro”

 

“pero pasa” insiste ante su tan amplia respuesta, tragando por poco el tono frustrado.

 

“mira, lo mas parecido son unos cuantos casos registrados de alfas con la visión de su instinto distorsionada, por psicopatía o solo por algún trastorno emocional, con las presiones adecuadas puedes mover sus instintos hasta que sean casi inentendibles, como cambiar sus parámetros sociales, es lo más cerca a deshacerse de los convencionales” hay un silencio en lo que ella lee información “el caso más relevante en cuestión va de un alfa que mató a su omega y se lo comió, el registro afirma que el alfa insistía en que necesitaba mantenerlo a salvo y que el omega no lucho con su compañero”

 

“¿solo alfas? ¿no hay omegas?” solo uno, solo eso necesita para que sea una teoría viable.

 

“si los de alfas son raros” comienza ella, pese a teclear con rapidez en busca de datos al respecto “los omegas son contados con los dedos de una mano”

 

“¿Algún caso de filicidio con omegas?” intenta ser más certero, Ilay alza una ceja en su periferia, aun mirándolo con preocupación.

 

“nada” dice de forma distraída “maltrato, agresión, violación, pero ni un solo omegas que asesine a sus cachorros” escucha un pequeño gracias a Dios que ignoran “no en el sistema al menos”

 

“mierda” gruñó con frustración, las repentinas ganas de golpear algo lo invaden mientras se pasa la mano por el cabello húmedo con agresividad, intenta dar un paso al costado y seguir con sus vueltas cuando la mano de Ilay lo detiene con suavidad y lo guía a una silla donde lo sienta, y comienza secarle el cabello con cuidado de no molestar el teléfono en su mano, se clama a penas mientras sus ojos pasan por folletos esparcidos en la mesa de café frente al sofá, textos relacionados con el embarazo, depresión post parto y crianza “¿y niños, que maten otros niños?”

 

ella murmura mientras comienza a teclear, varios segundos de búsqueda, eternos en los que lentamente comienza a perder la fe, hasta que ella suelta un pequeño grito de victoria.

 

“estas de suerte” celebra con la voz animada “hay algunas, pero siguen siendo escasos” varios clicks antes de que lea el archivo “el más famoso es de un niño de seis años, asfixió a su compañera de clase, una beta de su misma edad, al principio se creyó un accidente, fue necesario cámaras de video para llegar a la conclusión adecuada”

 

“¿causa?” pide mientras el estallido de felicidad lo envalentona y anima, Ilay aun secando su cabello le deja una caricia y Tim aleja el teléfono de su odio para darle espacio y lo pone en alta voz.

 

“a diferencia de los alfas, en los niños es más común por un estado de psicosis, a menudo creen que pueden sacrificar cachorros para obtener devuelta a los que se les han arrebatado, padres, un cachorro, hermano menor, o un muñeco” horroroso, piensa Tim mientras la escucha “casi siempre están acompañados de un grado de psicopatía o sociopatía, el pequeño omega de este caso estaba seguro que si mataba a la joven beta, su su perrito asesinado volvería a la vida”

 

Tim guarda silencio durante un momento, nuevamente armando una idea en su cabeza, se inclina hacia el tacto de Ilay, que termina de secar su cabello con cuidado y calma, sin hacer un solo ruido fuerte.

 

“¿Qué piensas genio?” pregunta ella luego de unos minutos de silencio, la ha escuchado tamborilear los dedos mientras espera.

 

“creo que el asesino es un omega” confiesa, Ilay se congela tras él, Tim libera de su aroma, intentando que sea reconfortante, antes de continuar.

 

“¿te perdiste el porcentaje nulos de omegas asesinos?” pregunta ella con un deje de duda y exasperación.

 

“los niños omegas son capaces de matar” asegura distraído con sus pensamientos.

 

“Según tu propio perfil, es un adulto, no un niño” discute ella con duda.

 

“si, lo es, pero estoy casi seguro de que está presentando un grave caso de psicosis” siente la necesidad de divagar y recorrer el departamento de pies a cabeza.

 

“psicosis” repite lentamente, como si probara la idea.

 

“todas las escenas son casi escenarios, casi como si fueran teatro, está representando algo, y lo principal es el niño” el dolor de cabeza crece considerablemente pero lo ignora “así que él no es un omega en el momento en que comienza a formar su escenario, es un niño”

 

“¿como personalidad múltiple?” pregunta confundida

 

“más como regresión de edad” responde inseguro de la explicación, en momentos como ese, le gustaría poder mostrar su cerebro y ahorrar explicaciones, puede hacer las conexiones, pero cuando estas investigaciones están frescas las ideas corren más rápido que su boca.

 

“¿qué consigue haciéndolo?” pregunta, menor vacilación en su voz, la idea de Tim está ganando forma conforme la comentan “¿su propio show de títeres"?

 

“creo que quiere encontrar respuestas” si tan solo supiera cuales son las preguntas

 

“¿respuestas?” el escepticismo vuelve con fuerza.

 

“si está en un estado de psicosis y nadie lo ha notado, debe haber comenzado poco antes de la primera escena, para esto necesita un detonante, debe de ser en las semanas previas a el primer homicidio” razona medio entre dientes, ahora Ilay pasa sus manos por sus hebras negras acomodando su cabello “aún es altamente funcional, por lo que aparenta normalidad, pero la escena de esta noche era diferente, había frustración, se está deteriorando, pronto no esperara tanto tiempo entre homicidios”

 

“¿a qué te refieres con deteriorando?” pregunta ella mientras se mueve en su silla

 

“el cadáver del niño estaba fuera de la silla y dudo que sea por falta de tiempo” se fuerza a recordar los detalles “siente un desdén hacia el niño, un contraste con el aprecio hacia los padres, que pese a su ira estaban sentados en sus respectivas sillas” no sabe en qué momento comenzó a juguetear con las manos de Ilay “con el pasar de los días, la psicosis lo volverá errático, mucho más si las escenas no están dando sus frutos”

 

“¿cambiaremos los parámetros?” pregunta al instante en que Tim termina de explicar.

 

“si, el perfil ahora cambia si el asesino es un omega” se permite un momento para ordenar sus ideas antes de continuar “el mismo rango de edad, hombre, omega, trágico suceso en su infancia, huérfano, tal vez adoptado, posiblemente asistió a terapia por algún tiempo, fue dado de alta pocas semanas después”

 

“¿algo más?” contesta de forma ausente, y está seguro de que ya comenzó a buscar

 

“sin antecedentes, al inicio pensé que si, pero a luces de la información nueva, el detonante ha desenterrado todo esto, por lo que difícilmente era problemático antes de eso”

 

“le informare al resto” asegura y ese es el momento en que debería cortar la conexión, sin embargo, Tim la escucha vacilar “les diré que estas bien”

 

“que no me busquen” acepta con calma, tragándose la respuesta grosera que quiere escapar de su garganta “si llegan por aquí, los saco a balazos”

 

“como digas” asiente antes de cortar, Tim suspira profundamente con la cabeza a mil y el dolor empeorando a cada momento

 

“¿qué fue eso?” pregunta Ilay con calma

 

“creo que este sujeto mata al niño, pero solo porque ofrece un trato con la madre, si el niño la mata, será libre, pero si ella mata al niño, será ella la que sobreviva” es tan turbio como se imagina, y suena peor y más horripilante en voz alta, casi desea estar equivocado.

 

Ilay guarda silencio y cuando Tim encuentra su mira este parece casi dolorido mientras se pasa la mano por la cara.

 

“ahora creo que preferiría que vendieran drogas” se queja.

 

“a veces está mal” acepta con una sonrisa, pese al dolor, un avance es una avance, más que ayer y todo eso “la satisfacción cuando esto se acabe es la recompensa”

 

“creo que quiero degollar a Wayne” comenta con voz monótona, caminando a la cocina “tal vez así dejes de padecer trágicos suceso de vida”

 

“no creo que sea buena idea” se une a su broma siguiéndolo y secando las gotas de agua que había dejado en el suelo “la mala suerte es de nacimiento” le sonríe  “además pelea como los mejores”

 

“tengo motivos suficientes e información valiosa, un chantaje, y lo puedo meter en una habitación solo los dos y una bomba” asegura con seriedad

 

Tim ríe incapaz de contener la sonrisa y mantener el rostro apacible, Ilay ríe con él.

 

“seré cuidadoso” promete cuando se calma y una sonrisa suave se instala “siempre lo soy” 

 

“Esa es definitivamente la mayor mentira que me han dicho” lo señala con un dedo y una sonrisa en los labios.

 

“¿de verdad?” pregunta con inocencia “creí que era es que empezaba con un, solo será la puntita”

 

Se agacha evitando la caja de leche vacía, soltando una risa estruendosa tras él y corriendo lejos de la cocina, mientras Ilay grita sobre mocosos sin respeto.

Notes:

si soy honesta, no sabia si subirlo, asique para quitarme de dudas, solo lo pulique.
esper les guste.

Chapter 8: Lo que mereces pt 2

Notes:

si de Tim canon no se casi nada, del Conner canon menos

(See the end of the chapter for more notes.)

Chapter Text

Se mudan el viernes, Tim se mantiene sin patrullas durante las dos noches que les lleva la mudanza y la aclimatación del lugar, tal vez también esté evitando encontrarse con el resto de los murciélagos, mientras comparte información con ellos solo a través de Oracle. La primera vez que ve la casa en persona es ese viernes al mediodía, se siente inquieto mientras bajan de la camioneta, con el camión de mudanza justo tras ellos, había conducido pese a las protestas de Ilay.

 

Lo primero que nota al bajar es un pequeño patio delantero, con un árbol de copa redondeando susurrando con el viento. La fachada de la casa era sencilla y estándar, pero llamativa en su color azul ligeramente oscuro y sus marcos blancos en ventanas y puerta de un bonito color caoba, todo estaba gastado por el tiempo, pero sorprendentemente a Tim le encanto mas por ese detalle, de frente era ancha, podía ver un conjunto de ventanas hacia la derecha, ocultas por el árbol, y por ella podía divisar indicios de una cocina, mientras que a su izquierda podía ver lo que solo podía ser una sala, de gran espacio y vacía.

 

Tenía dos pisos, las ventanas superiores eran grandes al igual que las de la planta baja y daban directamente al techo, pensó que ese sería el primer lugar donde pondría el sistema de seguridad.

 

Entraron en la casa en completo silencio, un suave color verde olivo los recibió, este mucho mejor cuidado que el azul exterior, Tim no tardó en llamar la atención de uno de los hombres que esperaban al costado del camión, y tal como les había pedido antes de partir, bajaron primero el sillón gastado, el único que habían decidido traer.

 

Lo llevaron a la sala que había visto desde fuera, más espaciosa ahora que están adentro para apreciarlo, lo dejaron caer cuidadosamente en el espacio que Ilay indicaba.

 

Con Ilay sentado a salvo de accidentes, dando órdenes e indicaciones, Tim se permitió moverse por el lugar, vagando con calma por todas partes analizando la propiedad.

 

Encontró habitaciones en el primer piso, pequeñas, posiblemente de invitados, no perdió mucho tiempo en ellas antes de pasar a las habitaciones en el segundo piso, las que daban hacia la calle y las que en su lugar estaban ubicadas hacia el jardín, había dos baños en la parte de arriba, uno de ellos en la habitación principal, y el otro al final del pasillo, mientras que en la planta baja, alejado del salón estaba el de invitados.

 

Los pasillos son angostos pero no asfixiantes y tenía iluminación casi de sobra pese a no tener más que una ventana en el fondo, habían armarios en lugares curiosos, y el cobertizo aún era un lugar completamente empolvado.

 

Ilay había comentado que el sótano era su lugar para guardar cosas, asique animo a Tim a tomar el cobertizo y convertirlo en un cuarto oscuro o un almacén para sus muchas cajas de información, Tim aun no se decidía, no le parecía una mala idea hacer de él una oficina, pero no quería que el trabajo tocara a la puerta en casa, había sido incómodo al inicio pero usar sus casas seguras había sido mucho más útil para su estrés, asique por el momento estaba pensando en el cuarto para revelar sus fotografías.

 

Finalmente salió al jardín, era más amplio de lo que espero de una casa en esta zona de la ciudad, parecía bien cuidado aunque un poco vacío, con sólo dos árboles en el fondo que juntaban sus ramas en la parte superior casi formando uno solo, su mente proporciona la imagen de dos niños en un columpio.

 

Se preguntó distraídamente qué tan bueno sería Ilay ciudadano plantas, sin siquiera pensarlo seriamente comenzó a ubicar árboles y flores en ciertas zonas, una mesa en el centro para los días de verano sería ideal.

 

Desde el donde estaba miró hacia la casa, el porche trasero era probablemente su favorito, era lo suficiente grande como para poner sillas o algún sillón cómodo para Ilay, el techo hará posible sentarse allí incluso en época de lluvias, puede ver a Ilay con un abrigo grueso, y un café cargado, tal vez en madrugada o al final del día, solo disfrutando del silencio o con música resonando por la casa.

 

No se da cuenta de que está sonriendo hasta que capta su sonrisa en el reflejo de una de las ventanas, se siente avergonzado al instante por su ilusión infantil, pero no intentó detenerla, no es como si mantener el rostro serio evaporara todas las ideas que surgen como un torrente sin control.

 

Finalmente vuelve con los demás, el omega, tal como espero, no permaneció sentado mucho tiempo, en su lugar estaba sonriéndole a uno de los hombres que lo ayudaban con las cajas.

 

Lo observó de lejos, Tim había notado que Ilay era un coqueto por naturaleza, siempre cordial, gentil y sonriente, le recordaba un poco a la imagen de Bruce cuando intentaba conseguir algo de las mujeres chismosas y millonarias en las fiestas de caridad a las que lo había obligado a asistir.

 

Pero Ilay era curiosa y casi sorprendentemente más encantador, con ese brillo natural y sus comentarios ligeros, el pobre hombre que debería estar haciendo su trabajo, no tenía ninguna oportunidad contra el encanto del omega.

 

Lo mira como un perro enamorado, con un brillo de interés visible y muy obvio, la irritación se desprende en su pecho al instante, no es como si no vieran que Ilay claramente no está insinuando una mierda, o que su charla es solo cordial, claro que lo ven, así como ven el bulto de embarazo bajo su chaqueta que ya no puede ocultarlo, pero como todos lo que rodean a Ilay y tienen pene, no parece importarles.

 

Casi había olvidado todo este tema desde que Ilay tuvo que cerrar el taller hasta dar a luz, es sorprendentemente desagradable ver como babean por él, ninguno de esos idiotas merece a un omega como Ilay.

 

“cachorrito” llama en cuanto lo ve, su rostro se ilumina mientras camina hacia él, con el tiempo, Tim intenta no burlarse ni fijarse demasiado, pero Ilay a comenzado a caminar con el balanceo de un pingüino, y el cuidado de un anciano “ya casi esta todo abajo”

 

“fue rápido” dice sorprendido, dejando con gusto que Ilay le acaricie el cabello, había comentado que estaba demasiado largo, mientras lo secaba, pero Ilay había asegurado que se le veía bien, supuestamente enmarca su rostro, aún no sabe si cortarlo o no “bueno, ninguno de los dos es bueno teniendo muchas cosas”

 

Ilay tararea de acuerdo, y cuando lo ve desviar la mirada hacia el salón, aprovecha de ver al hombre tras el, aun mirándolo con un brillo embobado, como ya es costumbre, no sabe qué es lo que el desconocido ve en su rostro, pero tan pronto sus miradas se encuentran, palidece y procede a salir de la casa, presumiblemente a seguir con su trabajo. 

 

“¿te gusta?” pregunta Ilay, llamando la atención de Tim, este lo mira con una aire cómplice que decide ignorar, vuelve sus ojos a los trabajadores que descargan muebles y cajas.

 

“es muy hermosa” confiesa con honestidad y un aire secreto, no son palabras que usaría, normalmente diría adecuada, funcional o un sobrio está bien, pero sabe que Ilay la eligió pensando en todos ellos, soñando con cada habitación y cada sonrisa y no quiere apagar ese rubor complacido que ha lucido todo el día “es muy espaciosa y está en sorprendente buen estado, creo que la puerta trasera necesita un poco de aceite pero esta bien incluso sin el, el porche es ideal para ti, que disfrutas del sol y el viento, creo que si conseguimos unas sillas para que reposes en las tardes serás feliz”

 

“¿eso crees?” sonríe, y no es esa sonrisa perfecta y educada, esta es más pequeña, destacando su colmillo, más honesta, mucho más feliz “¿que te parece el patio? ¿las habitaciones? ¿has elegido cuál quieres?”

 

“hay dos árboles en el patio trasero, creo que si conseguimos unos neumáticos viejos, los gemelos tendrán unos muy buenos columpios” señala intentando ignorar la forma en que Ilay sonríe complacido con su consideración “la habitación principal es tuya por jerarquía” asegura, porque no permitirá que sea diferente, siempre ha sabido que el jefe de casa debe estar en esa habitación y quiere honrar a Ilay con ello “y tomaré la que esté a tu costado directo, no importa derecha o izquierda”

 

Tiene planeado un sistema de vigilancia diferente en las habitaciones de los bebés y la de Ilay, una que no solo de una alarma a su teléfono, si no que a falta de una respuesta por su parte, el aviso llegue a la baticueva también, en caso de estar en indispuesto o incapacitado.

 

“¿cuántas cámaras piensas instalar?” pregunta con una sonrisa divertida, por supuesto que el sabe que ha estado planeando la seguridad, Ilay a presentado lo ansioso que ha estado todo el día, el momento más vulnerable de una sociedad, es durante el cambio y el movimiento, no por nada la mayoría de las fugas de prisioneros se realizan cuando los presos se trasladan “solo aceptó dos visibles, si me lo pides bien cuatro, pero no quiero que esta casa parezca prisión”

 

“esta bien, ya lo pensé” lo hizo, Ilay ni las notaba la mayor parte del tiempo, el omega lo miró con sospecha y fue a abrir la boca cuando completo “nada de cámaras en las habitaciones o el baño, ya lo se”

 

Fue una sugerencia de solo una vez, y jamás dejo de verlo con sospecha

 

“puedes poner una en la habitación de los gemelos” acepta luego de un momento, Tim secretamente se siente aliviado, no quería tener que hacerlo a escondidas, porque si era honesto, de alguna forma habría puesto cámaras de vigilancia en la habitación de los niños 

 

“serán sutiles” concedió con calma y lo recompensaron con un abrazo de costado, pronto ambos comenzaron a encargarse de la distribución de los muebles, Tim estaba intentando reunir todas las cajas de fotografías en un solo lugar para tenerlas a mano más tarde y a petición de Ilay escoger algunas para agrandar y poner en las paredes, en lo personal, él ya había apartado su copia de Ilay afirmado en su motocicleta en medio de la noche, estaba recordándolo con una sonrisa cuando uno de los chicos más jóvenes de la mudanza llamó su atención “¿si?”

 

“¿dónde lo quieres?” pregunta, tiene la piel canela y el cabello oscuro, Tim le daría unos veintinueve, treinta años, pero bien mantenido y arrogante por lo mismo, sostiene el horno eléctrico que habían decidido conservar, sus brazos se abultaban por la fuerza, Tim lo mira un momento sin entender qué era lo que no captaba “vamos cariño, este pesa”

 

“es un horno eléctrico” contesta con obviedad en la voz, todos en el lugar hablaban con Ilay, le pedían ayuda y guía, no era muy difícil notar el aura de mala leche que Tim se cargaba, por lo que hablarle solo era una mala decisión consciente, el sujeto lo mira un momento, y puede detectar un ligero deje de incredulidad en su rostro, antes de que sonría mas profundamente, Tim capta una cicatriz suave y casi borrada en su mejilla derecha que lo hace pensar en gatos.

 

“lo sé” contesta, y Tim frunce el ceño, mientras inclina la cabeza confundido, o él está perdiendo algo o el sujeto se golpeó la cabeza al nacer “pero imagine que te gustaría ser un buen omega y ayudarme”

 

Eso no tiene porque sonar ofensivo, pero definitivamente lo fue, Kon lo había molestado con ello en cada misión que había tenido luego de descubrirlo, un juguetón comentario que contestaba con un dedo medio, pero este idiota no era ni de cerca Conner.

 

“dirigirme la palabra una vez más” comienza con frialdad e indiferencia, volviendo el rostro a la caja y las fotos en sus manos “y te ayudare a meterte ese horno por el culo”

 

“Wow, cariño” dice él con una sonrisa sorprendida y emocionada “pero que preciosidad de boca” se acerca un paso “¿no quieres enseñarme que otras cosas puedes hacer con ella?”

 

“¿no quieres que te arranque los dientes uno por uno?” pregunta la suave voz de Ilay, parado tras él, recorre con la mirada al hombre frente a él y con la voz más desdeñosa que le había escuchado se para derecho y con amenaza implícita en su postura “termina el trabajo para el que te pagan y aléjate de mi hijo”

 

“mi error” contesta al instante con diversión, mientras se encoge de hombros “no quería ofender” claramente lo había hecho “pero no puede culparme” dice con una sonrisa empalagosa antes de bajar la voz a un aire cómplice que no es bien recibido “su hijo es una preciosura”

 

Ninguno de ellos se mueve, Tim se perdería en lo brillante que se siente que lo llamen el hijo de Ilay  de no ser porque el omega mayor parece querer arrancar la garganta de sujeto, y no sería un problema de no ser por los gemelos.

 

“Charles” llama Ilay sin dejar de ver al idiota frente a él, desde el fondo del pasillo, se asoma una cabeza calva, el hombre que lidera a los otros, tiene una sonrisa afable, pero unos ojos firmes, pasea su mirada de Ilay a Tim y hacia su hombre, y antes de llegar parece saber que sucede, endureciendo su mirada hacia su empleado.

 

“¿en que lo puedo ayudar, señor?” pregunta, Tim espera que le paguen más que al resto por sus buenos modales, solo por él, va a dejar una buena reseña.

 

“seria bueno que tus chicos aprendieran a mantener las narices lejos y los pantalones puestos” pide Ilay y aunque su voz hacia el hombre es amable, sus ojos miran al contrario como si estuviera intentando prender fuego en ese instante “no me gustaría tener que encargarme de ello”

 

El hombre, Charles, mira atentamente la postura de Ilay y frunce el ceño ante el aroma agrio que comenzaba a desprender, desvía la mirada al hombre sosteniendo el horno y se lo arrebata de las manos, el moreno ya no sonríe, en su lugar, mira con seriedad a su jefe quien sin expresión, apunta con un gesto de cabeza a la salida. 

 

“tres strikes, Jordan” el sujeto, Jordan, parece querer protestar, mira de su jefe a Ilay y de Tim a su jefe, por un momento su cuerpo se endereza y se infla con orgullo herido, pero solo un paso intimidante de su jefe y se desinfla, antes de murmurar hacia Ilay perra omega y alejarse, la sangre de Tim bombea con fuerza ante tal comentario, pero mantiene la calma, recordando sus principios, demasiados testigos, cuando el imbécil ha salido, el hombre pierde toda rudeza y en su lugar mira tanto a Ilay como a Tim con una disculpa “lo siento, ha sido un problemático desde que se unió a mi equipo, le aseguro que será severamente castigado”

 

Ilay contesta algo, pero Tim está mirando como Jordan camina por el sendero del jardín de enfrente directamente hacia el camión, lo ve por la ventana apoyarse en el costado y encender un cigarro, sale sin ser notado, todos enfrascados en sus asuntos.

 

“¿Vienes a mostrarme que puedes hacer con esa boca?” llama, posiblemente perdió su trabajo, Tim no es tan iluso como para pensar que fue escarmentado, tiene la mirada sucia y resentida, como si el hecho de que lo deseara fuera culpa suya “porque detrás hay mucho espacio, cariño”

 

A la mente de Tim vienen esos momentos en que Kon y Bart habían hablado de omegas, antes de que supieran que él era un omega, era ligeramente curioso y hablaban de curvas y aroma, pero Tim jamás sintió que hablaban de ellos como si fueran cosas.

 

No le digno una respuesta, en su lugar dejó que el papel acostumbrado de una chica coqueta saliera a la superficie y con un solo movimiento de cadera, camino hacia la parte trasera del camión, la sonrisa depredadora que le entregaron a cambio casi lo hace sonreír con sorna, pero se mantuvo bajo control, intentando que su trasero se viera bien en sus pantalones demasiado sueltos.

 

Puede ver a la perfección los escenarios anteriores, seguramente ya había hecho lo mismo antes, acosar al joven sin experiencia para follarlo fuera de la vista de los padres.

 

Giro y espero, en cuanto sintió las manos en sus caderas, Tim golpeó, en un solo movimiento, Jordan estaba presionado contra el camión, lejos de la vista de cualquiera, la confusión brillo en sus ojos antes de que la furia lo reemplazará, Tim apretó el puño con cuidado, y le sonrió con la mayor dulzura que podía reunir “tengo cosas más interesantes que mostrarte”

 

Cuando volvió al interior, tenía los nudillos ligeramente raspados y ensangrentados, Ilay solo lo miro un momento antes de sonreír, no habría regaño por ello, a lo lejos pudo ver a Charles dedicarle una mirada antes de salir por la puerta, momentos después cuando Tim había vuelto a su lugar con las cajas, Charles entra con una sonrisa divertida en los labios.

 

“no a todos le quedan bien las narices rotas” le dice a Tim, quien le dedica una mirada inocente que no engaña al hombre, las cosas recuperan la calma luego de eso y para cuando los de la mudanza se fueron, los muebles ya estaban en su lugar, al menos los de la planta baja.

 

Aún tenían que acomodar los que llegaron luego de las tiendas, los de la habitación de los gemelos y las habitaciones de invitados, hay muchas cajas que poner en orden.

 

“¿dormiremos aquí abajo por hoy?” pregunta viendo los colchones vacíos de sus nidos en medio de la sala, maldice profundamente su naturaleza omega por negarse a permitir que alguien que no sea Ilay suba las escaleras.

 

“eso creo” dice con cansancio en la voz, Tim suspira sacando el teléfono y mira a Ilay con reproche “por hoy, será pizza” el rostro de Ilay se ilumina como un niño pequeño en navidad, enterneciendo a Tim quien asegura con firmeza “solo por hoy”

 

“como diga mi cachorrito favorito” dice el omega con una sonrisa, sentándose en el sillón, evitando el nido, Tim se apresura a cubrirlo con una sábana para evitar impregnarse del aroma a frituras.

 

En menos de media hora, ambos están comiendo pizza, con el teléfono de Tim reproduciendo música en volumen bajo, hablando de las reformas que quiere hacer en el jardín, o como quiere adaptar la cochera para guardar herramientas en caso de necesitarlo.

 

“¿tienes fuerza suficiente como para subir estos?” pregunta Ilay, se siente culpable por haber impedido que los hombres lo subieran, y ahora no saber qué hacer con ello, pero sintió que quería gruñir solo con la idea de que alguno de esos desconocidos subiera a la planta superior, una planta claramente designado para ellos “podríamos haberlo hecho los dos, pero en este momento con suerte puedo conmigo”

 

“no te preocupes, encontraré la forma” asegura quitándole importancia, mientras se preparan para limpiar e ir a dormir.

 

La forma se presenta a las diez de la mañana siguiente como un pelinegro de ojos azules, chaqueta de cuero negra y playera rojo oscuro debajo, Conner Kent está parado a su puerta con una sonrisa emocionada, que hace que Tim olvide que puede volar, destruir un edificio con un golpe, y derretir cosas con la mirada, literalmente, a veces figurativa también.

 

“creo que dije mediodía” gruñe Tim en la puerta, aun con el pijama puesto y el cabello tomado de forma descuidada, definitivamente lo cortara, en algún momento “son las diez de la mañana”

 

Cuando la noche anterior decidió pedir su ayuda, creyó que era el momento ideal para introducirlo a la vida de Ilay sin que hicieran de esto un gran asunto, pero había olvidado que Kon actúa como un animal emocionado cada vez que lo invitan a algún lugar, algo relacionado con ser la dama de la relación o algo así.

 

“lindo pijama” le sonríe con burla, y por supuesto que había olvidado que estaba durmiendo con su sudadera, se niega a avergonzarse mientras lo mira sin expresión, Kon frunce los labios y disminuye su sonrisa, para preguntar “puedo volver después”

 

“solo entra” masculla, ganando una sonrisa brillante del contrario, que se acerca unos pasos y Tim extiende la mano para su saludo habitual, cuando repentinamente está siendo abrazado fuertemente por el alfa, desconcertado pregunta “¿qué es esto?”

 

“estas bien” asegura en un murmullo poco audible mientras aprieta a Tim en su agarre, sosteniéndolo con fuerza por los hombros, pegándolo a su cuerpo, Tim puede oler el campo en su piel y si respira profundo tal vez incluso el olor de su preocupación, casi como alquitrán “estaba preocupado”

 

“hemos hablado diario” asegura, sin intenta corresponder el abrazo, pero dejándose caer sutilmente en el “hablamos anoche”

 

“eres bueno fingiendo que estas bien” se queja con el ceño fruncido, solo lo sostiene por unos segundos más antes de retroceder, mira a Tim con una mirada extraña, y sus orificios nasales se dilatan un momento, antes de que incline la cabeza, sorpresa y conmoción en sus ojos, el alquitrán se vuelve hierba calentada por el sol en un instante “¿ese es…tu aroma?”

 

Ahora sí que ha perdido la pelea contra el sonrojo, Tim durante todos sus años como vigilante, por lo tanto toda su vida, había tenido la norma más rígida posible, no exponer su aroma a absolutamente nadie, por lo que incluso Bruce lo desconocía en profundidad, sólo alcanzando a captar pequeñas notas de algo fresco, había sido una mezcla de ideas en cuanto a seguridad y el hecho de que sus padres prefirieron no tener la casa apestando a eucalipto la mayor parte del tiempo, cuando estaban en ella.

 

“es…yo” suspiró audiblemente mientras Kon retrocede para darle espacio, Tim lo mira un momento antes de asentir de mala gana “si, es mi aroma”

 

“¡vaya! es…” a Tim no debería importarle lo que pueda opinar de algo tan personal e intrínseco como su aroma, algo que aunque deseara, jamás podría cambiar, debería cortarlo e impedirle opinar, pero sin embargo no lo detiene y solo espera pacientemente lo que tenga que decir al respecto, Conner lo observa un momento y luego le da esas raras sonrisas pequeñas y adorables, casi bobas, llenas de ternura “es perfecto para ti”

 

Imagino que tal vez buscaría más, tal vez quería tener detalles del porqué y el cómo y qué le parece tan perfecto, pero en su lugar, al igual que cuando Ilay confesó que disfrutaba de su aroma en su ropa, solo pudo sonreír y aceptarlo como llegó, sin preguntas, ni reproches, es estúpida y ridículamente feliz solo con esas palabras y procesa el sentimiento en silencio.

 

“mas te vale, Kent, aun tienes que entrar en esta casa” le da la espalda dejando la puerta abierta tras él, cerrando el tema, puede escuchar sus pasos, pesados y firmes, casi se siente como llamar a su habitación en la torre y pedirle que se mueva a comer algo antes de que lo saque a patadas de la habitación y escucharlo obedecer con pies arrastrados y rostro malhumorado “Ilay bajará en unos momentos, esta dándose un baño”

 

No había querido dejarlo solo, pero resulta que Ilay estaba de mal humor esa mañana y Tim no tenía ganas de que se enfureciera con él, por lo que antes de la llegada de Kon había estado dormitando afuera de la puerta del baño.

 

“Claro” asiente con recato, Tim se vuelve a verlo con una ceja alzada ante su repentino arranque de educación, ante lo que Kon sonríe y rompe el silencio con una falsa soltura “¿así que el nuevo padre si tiene higiene?” 

 

“mis otros dos “padres” también lo tenían” asegura haciendo comillas con los dedos, reteniendo una sonrisa “uno más que otro”

 

“seguro que con esas excursiones nocturnas querría darse un baño antes de dormir” se burla con sarcasmo, girando los ojos mientras pasea su mirada por la estancia, la entrada estaba iluminada debido a las ventanas a su alrededor y si Tim escuchaba el ligero sonido de la regadera por las escaleras, el adolescente también.

 

“tu error es pensar que duerme, no todos son tan obsesivos con eso como tu” retruca poniendo los ojos en blanco, Tim no está completamente seguro pero siempre ha pensado que si Conner apenas pasa a Superman, a Batman lo mastica pero no lo traga.

 

“estas celoso de mi rutina de sueño saludable” hace un gesto engreído con la cabeza y la agita como si moviera una larga cabellera imaginaria, a Tim le tiembla la esquina del labio ante sus payasadas.

 

“haces fotosíntesis y te libras de cualquier malestar” se queja, manteniendo el rostro serio “eso es lo que nadie sabe, eres una planta andante”

 

“no ser humano no es una excusa” indica con un rostro indignado, apuntando con un dedo “la influencia de Batman te esta haciendo daño”

 

“yo ya tenía un mal hábito del sueño desde que era niño” discute con una sonrisa presumida en los labios como si fuera un triunfo, y tal vez lo sea “no le des tanto crédito al murciélago gigante”

 

“Bueno, nací en un laboratorio y ya tenía quince años” contesta con voz baja, mirando a Tim por debajo de sus pestañas “no tengo infancia”

 

“cuando vas a dejar de dar la lata con tu trágica historia de clon” dice sin impresionarse, y admira la forma en que cambia de postura al instante

 

“cuando deje de funcionar” sonríe con todos los dientes, sin vergüenza alguna.

 

“eres terrible” asegura con fingida indiferencia, apreciando las sonrisas cariñosas que Conner cree que no ve, de pronto el malestar lo invade e interrumpe el silencio con la voz baja, disculpándose “lamento no haber podido vernos antes”

 

“está bien” asegura, captando la seriedad en el tono de voz de Tim, haciendo su propia voz más suave y gentil “sólo estaba preocupado por lo fácil que podría ser que terminaras en una zanja en esta ciudad del infierno”

 

“Los últimos meses han sido agitación emocional tras estrés emocional” explica, porque puede que no disfrute de informar cada movimiento que hace, pero Kon merece más que silencio durante meses y luego mensajes vagos.

 

“lo sé” le sonríe tranquilizando antes de bromear “un gran hombre con un humor extraño te adopto y todo eso”

 

Tim asiente distraído, sonriendo con suavidad, antes de procesar sus palabras y congelarse momentáneamente, con los ojos bien abiertos

 

“¿él te dijo eso?” no es nuevo, ni malo, pero la emoción jamás disminuye.

 

“si, algo así” el pecho se le llena de calidez, y quiere sonreír nuevamente como idiota, pero simplemente asiente antes de desviar la mirada

 

“Tim” llama Kon, luego de un momento en el que Tim se pierde en sus pensamientos, escuchando el agua en el segundo piso, su voz es baja y débil al hablar, parece casi temeroso “¿pensabas decirme?” no se ve molesto cuando se vuelve a mirarlo sorprendido, solo herido, con las cejas fruncidas y los ojos tristes y abiertos, cree que eso es peor.

 

“Ilay está embarazado” empieza inquieto, con la repentina necesidad de aplacar su malestar “estaba nervioso por eso, estoy nervioso por eso, y entre una y otra cosa estaba distraído” odia las explicaciones, odia lo mucho que solo suenan a excusas “pero siempre terminaríamos aquí, siempre, eres más que mi compañero o mi colega, eres…” amigo esta bien, se dice a sí mismo, pero mientras ve los ojos de Kon mirarlo con un brillo en ellos cae en cuenta de que ya no está tan bien, de que hace un tiempo que no lo era “eres importante”

 

“Esta bien” vuelve a decir, parece más tranquilo, pero algo no termina de sentirse bien, Tim intenta no pensar en lo mucho que lo hace, en lo mucho que simplemente acepta cada extrañeza en Tim, cada desplante involuntario voluntario, cada gruñido, cada silencio al otro lado del teléfono, o brusquedad en medio de la noche, Kon sonríe y no es esa sonrisa perfecta de revista, es inclinada, secreta, suave y cómplice, se siente mejor al verla, como si fuera un mañana fría y el sol le diera en el rostro “tú también eres importante”

 

Solo puede sonreír en respuesta, mientras permaneces así, en silencio, solo mirándose el uno al otro, con el aire cargado de algo que no puede nombrar, aunque si sabe que no es incomodo y no es capaz de romperlo, se distrae mirando lo increíblemente azules que son sus ojos, lo mucho que le recuerdan al cielo libre de contaminación de su granja, cuando hace calor y el viento es cálido y casi no hay nubes. 

 

A menudo las personas le dicen que sus ojos son de un hermoso azul cielo, pero Tim cree que sus ojos carecen de color, carecen de la vibrante energía que los ojos de Conner contienen, sus ojos, de un azul tan claro que podría ser gris, palidecen en comparación con el azul brillante en los ojos de Kon.

 

Tim a menudo piensa que si Kon naciera otra vez, con la misma apariencia y personalidad, seria en medio del campo, cerca del verano pero aún en primavera, con el sol calentando su piel y nutriendo su cuerpo, con la tierra a su alrededor recibiéndolo, el cielo amplio sobre su cabeza, una extensión mas de ese cálido lugar, llevando consigo la calma de sus extensos terrenos, el olor de la briza y el sol, la tierra y el agua.

 

“Si, bien” rompe el momento, repentinamente nervioso, soltando una risa ridícula y fuera de lugar, buscando desesperadamente algo que decir para distraerse de su inesperado desvarío “espero que Ilay no te asuste”

 

“No puede ser peor que Batman” desestima luego de un momento de silencio, en el que Tim evita mirarlo, sus palabras lo distraen, siempre subestimando al oponente

 

“Es un omega, protector y embarazo” comienza con falsa rendición, se encoge de hombros “soy su cachorro y tu un Alfa desconocido” lo mira de costado “has el calculo”

 

“Pero tu me cuidas” asegura con una confianza que desaparece en cuanto observa a Tim, quien lo mira en silencio, sólo sonríe con inocencia, parece querer decir algo más, pero aprieta los labios y deja el tema con inquietud “¿si está embarazado, así se formó el malentendido?”

 

“si, así fue” acepta con fastidio, pese a que con el tiempo comienza a verle lo divertido a todo, en el momento fue todo menos gracioso, sopesa un instante antes de atreverse a hablar nuevamente “¿quieres conocer a Ilay? necesito tu ayuda para mover cosas, no podremos hablar mucho, pero podrías quedarte a cenar”

 

“¿de verdad te adopto?” señala con una mirada sorprendida, aún no parece muy convencido, Tim no se sorprende, si no lo hubiera vivido, también estaría escéptico. 

 

“no legalmente” contesta con recato, si negar nada, jamás podría negarlo, no ante personas que le importen al menos.

 

“sabemos que eso es lo de menos” asegura, él lo sabría, sin padres legales al inicio, pero aun así dos esperando por él, Tim se sonríe y vuelve a encogerse de hombros. 

 

“si, supongo que lo hizo” finalmente acepta, con suavidad

 

“tiene que ser interesante” comenta con curiosidad en la voz, sus ojos brillando de intriga, pero su mirada se detiene en los labios estirados de Tim, como si su sonrisa lo distrajera.

 

“Oh, lo es” asiente con emoción “es genial, pelea como los mejores” duda un momento con una sonrisa pequeña “o lo hacía, no lo hará hasta que esté libre de bebes, espero”

 

“si te mantiene ocupado tiene que ser genial” si supiera lo difícil que es evitar que se quede tranquilo, tendría piedad de él “¿cómo lo tomaron los Wayne?”

 

“Quiero aclarar que eso es lo de menos” asegura con firmeza, antes de suspirar  “pero si quieres saber” no es especialmente agradable de recordar, pero con los días había comenzado a tratarlo como a todo lo demás, solo otro suceso de mierda “Jason lo amenazó” 

 

“¿Qué?” pregunta al instante, mitad confundido y mitad indignado, no necesita que Tim diga o haga ningún gesto para saber que tal acción le molesto y reaccionar en su defensa pese a que no era necesario, Tim se pregunta ocultando una mirada cariñosa, si algún día dejaría de ser tan leal, puede que también tenga que ver con el hecho de que Conner en realidad jamás logró perdonar del Todo a Jason por lo de la torre “¿por qué?” 

 

“malentendidos, principalmente, pero también porque Jason es un idiota” contesta con un suspiro, no había sido su momento mas brillante, tuvo suerte de que Jason no lo tomara como reto personal “desencadenó mi celo, me puse inestable, casi le cortó la garganta”

 

“Dios” susurra Kon, su olor se descontrola un momento, capta el picante aroma del petróleo antes de que incline ligeramente la cabeza y sonría con mezquindad, una expresión tan oscura no debería verse tan bien en su rostro “al menos ahora están a mano”

 

“Si, supongo que lo estamos” sonríe con suficiencia “al menos creo que entendió el mensaje”

 

“Si tu nuevo padre y tu son similares, no quiero saber como será el bebé” se espanta, con un jadeo divertido, que aligera el aroma de los químicos que había liberado “no te veo en unos meses y ahora eres casi un animal salvaje”

 

“vivo en Gótica y soy un vigilante” se excusa sin vergüenza alguna “¿qué cosa es más salvaje que eso?”

 

“Lo que tu digas, Ángel” menea la cabeza con suavidad mientras lo observa con atención.

 

Tim nota por primera vez desde que llegó, que ahora es más alto, lo que antes los separaba por unos centímetros, ahora es casi una cabeza y media, Conner lo mira ligeramente hacia abajo, pero lejos de lo que esperaría, Tim no siente ni una pizca de incomodidad o amenaza, tranquilo y cómodo con su presencia.

 

“¿te quedaras?” finalmente pregunta, notando el silencio que había caído sobre ambos, Conner lejos de intentar fingir que no lo mira fijamente, le dedicó una sonrisa juguetona.

 

“tengo que conocer a tu nuevo papá” contestó con simpleza, Tim espera que Ilay lo asuste de verdad.

 

Había olvidado durante un tiempo lo bien que se siente tener personas en las que confía a su alrededor, hablaba con Kon todo el tiempo y se envían mensajes con Bart con frecuencia, pero era diferente a tenerlos con él, escuchar su voz y ver su rostro, Tim lo había extrañado. 

 

Tener a Ilay era algo que apreciaba con todo el corazón, adora absolutamente vivir con él pese a sus diferencia y que Ilay se molestaba cuando Tim no comía con regularidad, Tim no cree que encaje mejor con alguien más, pero Ilay era a fin de cuentas un adulto y una figura de autoridad y respeto para Tim, en algún momento, Ilay se convirtió en lo más cercano que había tenido a un verdadero padre y adulto responsable, aunque el hombre no se viera a sí mismo de esa forma, por lo que había una diferencia entre Ilay y Kon.

 

“Kon, de verdad te habría contado antes” se disculpa nuevamente, repentinamente ansioso, si hubiera sido él quien hubiera desaparecido sin aviso y luego se negara a una visita por tanto tiempo, habría perdido la cabeza y rastreado a Kon sin pensarlo dos veces “estoy intentando ser más abierto, comunicativo” asegura sin mirarlo a los ojos, sintiéndose como un verdadero imbécil “intentaré mejorar, lo prometo”

 

Kon se acerca un paso, a menudo retrocedía cerca de Tim, sabía que apreciaba su espacio personal, pero en momentos como estos, Tim permanecía en silencio aceptando su cercanía, en momentos como estos, Tim necesitaba de esa cercanía y Kon se la entregaba sin palabras de por medio, siempre dispuesto a brindar consuelo incluso sin ser recompensado más tarde.

 

“está bien ángel, lo entiendo” dice con calma, su mano sufre un espasmo que Tim alcanza a captar antes de que esta se mueva hasta su rostro, y acomode un mechón de cabello tras su oreja, haciéndolo alzar la mirada “no fue divertido, estaba preocupado, muy preocupado” su voz era seria pero gentil y a Tim le gusta la forma en que su voz se vuelve rasposa y dulce cuando lo consuela “pero te ves bien, más tranquilo, más relajado y te sienta”

 

“Gracias, Kon” habla en voz baja, espera que lo entienda, que agradece su paciencia, su resiliencia, que agradece su capacidad para seguir intentándolo con él cuando Tim es complicado, difícil de tratar, cuando es egoísta y mezquino y es cruel sin motivo.

 

“cuando quieras” contesta con honestidad, lleno de suave aprecio, escucha todo lo que Tim dice y lo acepta con una inclinación de cabeza y los brazos abiertos, lo acepta y lo abraza, sin preocuparse de lo lastimado que puede salir.

 

Va a decir algo más, no sabe que es, pero abre la boca, dispuesto a solo…seguir, cuando es interrumpido.

 

“Tu turno, cachorrito” llama Ilay tras ellos, Tim salta en su piel antes de volverse a mirarlo, Kon, quien sorprendentemente no lo había escuchado llegar, miraba con una curiosidad respetuosa al omega parado al pie de la escalera que le devuelve la mirada.

 

“¿Qué?” pregunta, perdido, Ilay deja de observar a Conner y lo mira a él con una ceja alzada, una sonrisa apacible en su rostro, que no engaña en lo absoluto a Tim “no, está bien, ya lo hago en la noche”

 

“Bien” dice con suavidad y Tim quiere suspirar aliviado, habiendo evitado dejarlo a solas con el pobre Conner, pero claramente fue estúpido por su parte pensar que podía evitar algo cuando Ilay estaba esmerado en ello, con una suave sonrisa que no lo engaña dice “ve, cámbiate” apunta a su pijama “te esperamos aquí”

 

Ilay no era un asesino, Ilay no era un señor del crimen, Ilay estaba muy embarazado de casi  ocho meses, por amor a todo lo que es bueno, Tim no estaba ni mínimamente seguro de porque sentía tanto recelo de dejar a un Superman adolescente con él.

 

Lo mira con sospecha en los ojos y solo se inquieta más cuando en respuesta solo recibe una sonrisa inocente.

 

“Ve” Tim sabe cuando una petición se convierte en una orden, y pese a seguir incómodamente inquieto, se ve incapaz de no escuchar, por lo que mira una última vez a Conner antes de subir las escaleras hacia donde había movido las cajas con ropa, la tarde anterior.

 

“¿asique tu eres, Kon?” es lo último que alcanza a escuchar antes de salir corriendo y buscar apresurado un pantalón de buso cómodo y una playera gastada, no le ha de tomar más de dos minutos, cuando baja, puede escuchar a Ilay asentir con aire complacido “...de acuerdo”

 

Por el ligero rastro de químicos y naranjas ácidas en el recibidor, Tim no sabe realmente  qué tan bien ha resultado estar, el rostro de Ilay es una máscara de sonrisa impenetrable, mientras que Kon parece dividido entre la absoluta consternación y el bochorno.

 

“¿Todo bien?” Siente la necesidad de preguntar, mira a Kon con curiosidad, quien solo asiente sin mirarlo a la cara, Tim frunce el ceño curioso, con las sospechas en su mente dando vueltas sin descanso, y vuelve sus ojos a Ilay, que ahora lo observa con diversión

 

“Tranquilo, cachorrito” aligera con una sonrisa socarrona “no lo voy a devorar”

 

“Me preocupo más por una brisa entre sus ojos” gruñe, aunque sin verdadero veneno, una bala no le haría nada a Kon y no cree que Ilay hiciera algo como eso ha un adolescente,  el hombre en cuestión solo ríe con jubilo y con su balanceo acostumbrado se acerca y le revuelve el cabello 

 

“No te haría eso” se burla antes de pasar de largo hacia la cocina, ya estaba casi completamente amueblada, las cajas dispersas por todos lados “pueden comenzar con los colchones, yo seguiré aquí”

 

“Como tú digas” contestó mientras entra en la cocina y apila las cajas sobre el mesón, cuando hay suficientes se gira hacia Ilay “si necesitas mas cajas, me llamas” pide con seriedad “no te agaches, Ilay” advierte “sabré si lo haces”

 

“eres un mandón, cachorrito” le riñe Ilay con una sonrisa antes de sacarlo de la cocina con un gesto de mano “ahora sube el colchón, no pienso volver a dormir en la sala”

 

Sin más palabras toma el brazo de Kon y lo arrastra a la sala, se pueden ver los indicios de su noche, cajas de pizza en bolsas listas para llevar a la basura, botellas de bebida y tazas de té por la estancia.

 

“si lo escuchas quejarse o agacharse, me avisas” le indica Tim a Kon cuando están en la sala, este asiente, ha recuperado color y su aroma ha vuelto a la normalidad, pero lo mira de forma curiosa e inescrutable “¿Que?

 

“nada” contestó, alzando las manos, aun sonriendo, Tim pone los ojos en blanco, ligeramente hastiado, y se recuerda poner cuanto antes las cámaras y los micrófonos, lo ignora mientras comienza a retirar las cosas alrededor, juntando las sobras para poder maniobrar a su antojo.

 

Subir el colchón es sencillo, lo difícil es hacerlo sin que Ilay sospeche al respecto, puede que sepa lo que pasa con los vigilantes de Gótica, pero los de Metrópolis son punto aparte.

 

Es casi un absoluto desastre, Kon es un gran luchador con muchísima fuerza, pero por algún motivo no es capaz de mantener el equilibrio subiendo la escalera de espaldas, se supone que es increíblemente inteligente, pero lucha con encontrar la forma de meter el colchón por el marco de la puerta.

 

Cuando finalmente terminan con el primero, Tim espera que sea más sencillo con el segundo, pero ahora que es él quien va adelante, yendo de espaldas, Kon empuja demasiado rápido y lo hace tropezar sin cuidado, si las miradas mataran, Conner estaría varios metros bajo tierra, completamente frío desde que tomaron el segundo colchón

 

Decide que su nido estará en el centro de la habitación, justo frente a la ventana, un lugar privilegiado para disparar limpiamente, una buena visión hacia las dos entradas, piensa de forma distraída que el color de sus mantas quedarían perfectas con el tenue color de las paredes, habían decidido que mantendrían el mismo color a excepción de la habitación de los bebés, que pintarían juntos.

 

“No sabia que usabas un nido” comenta Conner con la voz indiferente, pero casi en silencio, tentativo, claramente sin saber si se le permite comentar al respecto, y tal vez antes le habría dicho que no era su asunto, pero Tim no siente la necesidad de estar a la defensiva. 

 

“No lo usaba” responde, mirándolo desde donde está recostado, Kon observa por la ventana, que da hacia el jardín, por lo que no se molesta en apartar los ojos de la forma en que sus hombros parecen más anchos que la última vez que se vieron “no sabía lo que me estaba perdiendo”

 

“¿No te incómoda que este aquí?” pregunta y Tim calla, de todas la preguntas, era esa de la que debería dudar si preguntar o no “tengo entendido que es privado para los omegas”

 

“No me molesta” contesta secamente, antes de ponerse en pie y salir de la habitación, huir de la habitación.

 

Se reúnen abajo, Tim estaba terminando de subir más cajas para Ilay cuando escucha las escaleras crujir, el aroma de la tierra y el pasto golpea contra su nariz, Conner parece avergonzado mientras se para en la puerta, fingiendo que no lo ve mirarlo.

 

El resto del día pasa con calma, Tim y Kon se ponen al día mientras mueven los muebles de arriba a abajo, estudios, planes a futuro, los últimos sucesos en sus vidas y los chismes de la vida de Conner, resulta que el pequeño hijo de Superman había conocido a la bestia de Demian.

 

“¿¡Se llevan bien!?” Se sorprende mientras lo mira sorprendido “¿El pequeño Kent logró agradar al niño demonio?”

 

“Lo sé” dice con una sonrisa “hablas de él como si se hubiera arrastrado desde el infierno, pero a Jhon le agrada bastante” se encoge de hombros, con indiferencia, Tim recuerda que en realidad nunca llegó a comentar cómo eran las cosas con Demian.

 

“Superman haciendo que Batman lo acepte como amigo cercano y ahora el pequeño Superboy afianzando lazos con el Robin más violento de Gótica luego de Jason preadolescente” Tim suspira “¿Qué carajo tiene tu familia?”

 

“¿Nos sacas de las cuentas?” Pregunta divertido, alzando una ceja “tú tampoco eres muy accesible que digamos”

 

“Solo quieres que te elogie por ser…tu” discute, porque no quería admitir en voz alta que en realidad sí tenía una debilidad por el gigante bonachón a su lado.

 

“Si” contesta sin vergüenza “pero durante años te han clasificado como estricto, frio y calculador”

 

“esas cosas siguen siendo ciertas” discute con templanza, mirándolo con los ojos entornados en un aire despectivo, nadie podría decir que se ha ablandado.

 

Como Robin siempre fue estricto, sensato y capaz, no se permitió ni un solo minuto de debilidad y aunque se llevaba bien con su equipo, no les permitió entrar del todo hasta mucho después. Ahora, como Red Robin, ni un solo testigo podrá decir que existía una persona bajo la máscara y la capucha, lo que veían era lo que los rumores se encargaron de esparcir, una figura espectral y silenciosa, eficiente y mortal y preferiría que se mantuviera así.

 

“nadie a olvidado que fui el primero en arrancarte una carcajada” se burla, tan complacido que puede oler el ozono en su aroma, el simple hecho de olerlo lo distrae, duda que Conner lo sepa, es casi imperceptible, pero si hueles con atención, en las mezclas químicas y a campo que desprende, cuando está complacido y emocionado y excitado su aroma cambia a algo que ni un laboratorio ni Superman poseen, su sonrisa perspicaz lo trae de vuelta “casi literalmente”

 

“fuiste tan ridículo como para hacer funcionar un plan suicida” sonríe ante el recuerdo, realmente pensó que tener a un clon de Superman sería fácil en ese entonces, un chico con temple y de confiar, se encontró con un perro emocionado y desobediente con muchas ganas de suicidarse, un adolescente promedio, para algunos, un dolor de cabeza para el “tuve que encargarme de enviar un informe justificando todo los daños por eso”

 

“jamás te molestan los planes suicidas hasta que no son tuyos” se burla mientras sube otro mueble por las escaleras.

 

Sorprendentemente la cena es una cosa tranquila, Tim decide poner a Conner a cocinar, solo un pollo al sartén con ensaladas surtidas, lo único que podían cocinar con lo que tenían, nada muy pesado para Ilay, ni liviano para ellos, resulta que es un buen cocinero.

 

“¿Entonces no eres de aquí, verdad?” pregunta Ilay con soltura mientras pica su pollo “¿de donde eres?”

 

“no creo que esta ciudad me de una buena bienvenida” bromea Conner, Tim sonríe, Batman es conocido por no disfrutar demasiado de la presencia de otros héroes en su ciudad, mucho menos metas “soy mas de pueblo, vivo en uno no muy lejos de Metrópolis con mis… padres”

 

“es un viaje considerable desde tan lejos solo para ayudar a un amigo” dice Ilay con suavidad, una mirada sagaz mirando por lo bajo “sobre todo desde tan temprano”

 

“yo…no lo creo” Kon traga con dificultad, sus ojos fijos en Ilay con evidente pánico, Tim intenta no mirarlo con regaño, le enseñó a mentir como los mejores, que clase de exposición es esta “mi eh… hermano venía a ver a un conocido y me dijo que podía traerme”

 

“¿Tienes un hermano?” pregunta con verdadero interés, alejándose del desastre anterior “¿como se llama?”

 

“su nombre es Clark, Clark Kent” dice al instante, y Tim no va a hacer un chiste, pero él quiere, aprieta los labios y se llena la boca con ensalada, mientras ve el barco de Kon hundirse lentamente.

 

“¿pasara por ti?” pregunta Ilay y Tim espera que sepa como lidiar con esta pregunta porque es una trampa.

 

“no, yo iré caminando hasta la parada de autobús” dice agradablemente con una sonrisa, puede ver lo orgulloso que parece de su respuesta.

 

“ya veo” contesta Ilay mientras picotea su ensalada, y mira su plato de forma inofensiva “ya es tarde” comenta con un aire pensativo antes de mirar a Kon con la cabeza inclinada “Y es peligroso, eso sin contar que ya no salen buses para metrópolis, no cerca al menos”

 

Agradece no haberle presentado a Kon antes, habría sido mucho más difícil mantener ocultas ciertas cosas con Ilay presionándolo de esa forma, puede que no sepa qué es Kon, pero sabe que Ilay a comenzado a sospechar de todos a los que conoce, y Tim cree que tiene sentido, no todos los días descubres que el príncipe de Gótica es un vigilante y sigues con tu vida así como así.

 

“si, es que, el no vendrá por mí hasta aquí, tengo que ir a la parada de autobús y el me recoge desde ahí” si el engaño tuviera nombre, sería rubio, de ojos oscuros, moreno y bajo de estatura, espera no tener que presenciar esto nunca más.

 

Ilay mira a Tim con franca decepción y si no fuera tan devastador saber que estos fueron los frutos de horas de entrenamiento, sería divertido

 

“es de metrópolis” es su única respuesta malhumorada mientras se llena la boca con el pollo que le quedaba y eso logra aligerar el ambiente mientras Ilay se ríe a carcajadas y finalmente cambia el tema a algo mucho más fácil de contestar, no cree ni por un segundo que Ilay no se dio cuenta de que Kon no era un adolescente normal, pero aprecia que lo deje pasar.

 

Es retirando los platos que Tim hace nuevamente algo que no acostumbra, la polera de Kon termina con una mancha de comida, insiste en que está bien y que no es problema, pero Tim lo manda a callar deseando entregarle la solución, le termina por ofrecer una de las poleras mas antiguas que tiene de él entre sus cosas, una de las que olvido cuando se quedaron una de las primeras veces. 

 

Mientras la sostenía, duda en si entregarla, puede sentir su aroma persistente en la tela, incluso después de lavados, puede oler como el eucalipto destila de ella, y es cuando la vergüenza intenta emerger, porque no sabrá mucho de su naturaleza omega, pero cree que no es algo que debería querer hacer, mucho menos con tantas ganas, pero luego de varios minutos de deliberación simplemente se deja llevar por su instinto convenciendo de que no puede ser tan malo, mientras bajaba las escaleras, Conner aún se quejaba y renegaba, asegurando que no era necesario, eso hasta que lo ve con la playera en mano y cierra la boca al instante, mirándolo con ojos muy abiertos y sorprendidos, sin embargo aun en completo en silencio.

 

Ambos fingen que nada sucede, aunque para ambos no parece así.

 

Finalmente, con los platos limpios y Conner despidiéndose, Ilay se retira a su habitación, va a armar su nido, espera que Tim se le una cerca del final, está ansioso de volver a compartir ese tiempo juntos y definitivamente, quiere que el hombre le ayude nuevamente con el orden de sus mantas y almohadones.

 

“¿Clark vendrá por ti?” pregunta cuando llegan a la puerta, Kon gime avergonzado y Tim disfruta de su sufrimiento bien merecido “eres un mentiroso horrible”

 

“soy un muy buen mentiroso” declaró al instante indignado y si no hubiera estado sentado a la mesa presentando ese desastre, también lo creería “tú lo sabes bien”

 

“No, yo creí que lo sabía” discute abriendo la puerta y saliendo al aire frío de la noche “el sujeto que vi en esa mesa no sabe mentir ni para salvar su pellejo”

 

“es diferente mentir para terroristas, villanos o a Clark, que mentirle al hombre que me dio la charla de pala más aterradora de toda la historia” se justifica avergonzado, sus mejillas teñidas de rojo.

 

“¿charla de pala?” pregunta al instante, Kon se pone pálido y cierra la boca de golpe, Tim siente que vibra de curiosidad “no, no, no” corta mientras se pone firme “me lo dices ahora”

 

“no fue nada, no hay nada que decir, no diré nada” dice con el ceño fruncido un un puchero ridículo en los labios “me tengo que ir”

 

“ug, bien” desiste, principalmente porque sabe que Kon es realmente una bóveda cerrada si así lo quiere “no lo digas” 

 

“Si fuera vital lo sabías” dice con los ojos bien abiertos, al parecer intentando aplacar la molestia de Tim “te lo diría”

 

“si, lo sé” acepta desinflándose, le basta con saber que fue esa conversación “da igual”

 

“debo irme” apresura Kon incómodo, pero no se mueve, no parece querer hacerlo, una parte de Tim quiere que se quede, la parte que pensó en él y lo extraño con cada mensaje y aroma fresco “es tarde, se preocupan”

 

“está bien” dice con la voz queda en lugar de decir alguna estupidez, le sonríe, abierto y agradecido “gracias por venir, me dio gusto verte”

 

“a mi también” no le gusta la forma en que suena triste, su sonrisa tiembla mientras pide “no seas un extraño”

 

“no lo seré” asegura y planea cumplirlo, no quiere que se vuelva a preocupar, no quiere que se sienta inseguro y ansioso, no por su culpa

 

“llámame si necesitas ayuda” pide Kon, porque claro que quiere que Tim lo haga.

 

“veré” contesta con una sonrisa, sin comprometerse demasiado “tu has lo mismo”

 

“¿cuando no lo hago?” se aleja unos pasos juguetón con los brazos ya en su chaqueta

 

“no me hagas recordar” le pide, porque tiene tantos ejemplos que se le acaban dedos de las manos para contar

 

“espero verte pronto” dice luego de un pequeño silencio, otros tres pasos atrás, Tim permanece en la puerta de la casa, rodeando un poco con los brazos, la noche será fría

 

“aún no te vas” se ríe de él, con una cálida y divertida sensación en el estómago

 

“aun así” se encoje de hombros, está a mitad de camino hacia la acera

 

“escribiré, y llamaré” dice mientras agita la mano, como si de una esposa que despide a su marido que va a la guerra se tratara

 

“siempre lo haces” asiente, sonriendo, pero parece que lejos de decírselo a Tim, intentara convencerse a sí mismo, la culpa lo asaltó, tal vez realmente lo asustó mientras estaba fuera. 

 

“si, lo hago” asegura con calma, una sonrisa triste en sus labios, se pregunta qué habría pasado si en lugar de ir solo, hubiera llamado a Kon, susurra solo para los oídos del adolescente “no desapareceré, lo prometo”

 

Se queda quieto en su lugar, inclina la cabeza y Tim sabe mientras lo ve cerrar los ojos, que está escuchando su corazón, cuando los abre otra vez, el azul brilla y el aire inquieto desaparece, incluso su sonrisa es menos nerviosa y mas cariñosa “nos vemos, Ángel”

 

Tim asiente mientras lo ve marchar, esperando que se vuelva y camine a un lugar donde pueda emprender vuelo “nos vemos, Kon”

 

Finalmente se va, desaparece en la noche y a lo lejos lo ve elevarse en el cielo, se queda un momento suspendido antes de volver a su pueblo.

 

Cuando entra en casa, se apoya en la puerta y suspira, está cansado, pero feliz, se siente más pleno de lo que ha estado en un tiempo, baja la cabeza pensando en sus palabras, en su apodo, en él, y cree que es ridícula la calma que le produce.

 

Termina por sacudir la cabeza y caminar escaleras arriba, en busca de Ilay que se mueve por la habitación. 



Notes:

si soy completamente honesta estos dos capítulos serian del desarrollo del caso, pero termine escribiendo demasiado entremedio y se alargo, después de haber finalizado con todos los puntos, me di cuenta de que no le tenia fe a nada de lo que escribí y pese a que hay cosas del capitulo que me gustan, no siento que estuviera a la altura de lo que quería entregar.

,pese a esto, sentí que si le daba mas vueltas no publicaría mas, asique decidí subirlo de igual forma, y avanzar espero les guste y lo disfruten

Chapter 9: Gomitas de cereza y Papas con queso

Notes:

Los dos capítulos anteriores fueron difíciles de escribir, no se porque, pero este nació a los dos días de publicar los anteriores.
Me gusta describir la casa, no se porque, disculpas de ante mano.

Como no se mucho sobre la personalidad de Kon, estoy proyectando un poco de Jayce Talis en esto

(See the end of the chapter for more notes.)

Chapter Text

Había algo en mudarse con Ilay, algo que no podía identificar, algo que muchas veces pensó que podría ser felicidad, o tal vez esperanza, aunque con menos palabras y aun así no termina de encajar. Con el paso de los días, cayó en cuenta de que no es tanto el mudarse, sino más bien comenzar con los arreglos de la casa, vivir en ella.

 

Cosas tan simples como sentarse a la mesa en el desayuno con una caja llena de fotografías de las que escogen sus favoritas y planean dónde ubicarlas entre historias y risas, elegir la ubicación de los muebles para comodidad de las cámaras de seguridad y de ellos mismos, o poner música country porque según Ilay era el momento adecuado, hacían que un sentimiento teñido de amarillo, blanco y simplemente luz se derritiera por todas partes en su interior.

 

Ver como poco a poco la casa se tiñe de ellos, como el sillón de Ilay, su favorito, adorna un costado mientras el nuevo, de un color verde oscuro como él quería, se asienta contra la pared, las pequeñas mesas en las esquinas que sostienen lámparas de luces cálidas porque Tim había leído que las luces frías solo eran para las los focos del techo y las cortinas que luchan por acomodar en los marcos de las ventanas, largas e incómodas de mover, pero bonitas.

 

Tim ve como lentamente en la semana que sigue, las paredes se llenan de fotografías, el pasillo es como un museo, con fotos suyas, de paisajes, de Ilay, de sus padres, del padre de Ilay, incluso se animó a poner una de los Wayne, Dick, Alfred, Bruce y Tim de fondo, solo existiendo cada quien en lo suyo, posiblemente la tomo Jason, sabía que Tim odiaba cuando tocaba sus cosas, había dudado mientras la sostenía en sus manos, inseguro y contrariado.

 

“nos guste o no, son parte de lo que somos” había dicho Ilay mirando la fotografía de su padre, estaba gastada y desteñida, pero Tim podía ver el parecido, solo en ciertas partes, en esa fotografía el hombre sonreía, solo un poco, no como la gran y brillante sonrisa de su hijo, algo más triste y apagado, pero podía alcanzar a distinguir la curva de un colmillo familiar, la nariz también se parecía, y si miraba con atención el mentón, se habían asegurado de elegir un marco hermético para ella “y los seres humanos son como perros” se ríe mientras rodea el hombro de Tim con el brazo, puede captar la amargura en su voz a la vez que busca y entrega consuelo “no importa las veces que te golpeen, el amor difícilmente se desvanece”

 

Encargaron muebles para ciertas partes, Tim aun maneja la camioneta, negándose permitir que el omega lo hiciera pese a su insistencia, por lo que siguió a Ilay obedientemente mientras se enamoraba de un esquinero en una venta de cosas antiguas.

 

De esa venta consiguieron libros, cd's y vinilos, una chaqueta de cuero para Tim, un casco para una moto y piezas de auto que Ilay quería para cuando volviera al taller, mientras esperaba que el omega terminara de escoger y conversar animadamente con el vendedor, alcanzo a ver unas figuras de cerámica, escondido tras una gran caja de madera, un conjunto de tazas de té con una tetera a juego, todo en miniatura, bellamente decorado de flores azules, no hace falta decir que cuando Ilay lo vio mirando, curioso por su tamaño, más pequeños que su pulgar, compro el juego al instante pese a la protestas de Tim, todas las cosas terminaron esparcido por la casa.

 

Finalmente había decidido que ocuparía el ático como el cuarto para revelar sus fotografías, por lo que lo estaba aseando en sus momentos libres, forrando las paredes y colgando tiras de cuerda para sostenerlas, había subido varias mesas para poder tener todo lo necesario y le prometió a Ilay que todo estaría listo para que lo viera una vez tuviera a los gemelos. 

 

Con ayuda de Ilay, había logrado instalar vitrinas para sus cámaras en su habitación, con su permiso, Ilay tomó algunas fotos, borrosas y fuera de foco, pero que hacían sonreír al mayor y que Tim ya estaba pensando en conseguir para un nuevo álbum.

 

Habían partes de la casa que a Tim le gustaban más que otras, como las escaleras, con las paredes cubiertas de fotografías del cielo, despejado, nublado, diurno y nocturno, muchas nubes de diferentes colores, y formas, a el y  Ilay les gustaba sentarse en ellas luego de un día agotador y solo mirar los cuadros.

 

También le gustaba el librero cerca de la televisión de la sala, que en un lado tenía cuentos para niños pequeños, novelas de todo tipo, y enciclopedias, mientras que del otro contenía los cd's de música y películas, vinilos y los videojuegos que ambos habían organizado.

 

“no necesitamos esto” había dicho Tim cuando Ilay escogía películas entre todos los cd's disponibles “es una pérdida de espacio ¿o quieres comenzar a hacer manualidades?”

 

“primero muerto que permitir que mis hijos sepan cómo usar un teléfono antes de un lector de DVD o una radio” había tal convicción en su voz que Tim no pudo discutir con él ni aunque lo hubiera querido, incluso él había tenido un DVD en casa, aunque solo fuera de adorno, algo retro según sus padres, Tim lo había desarmado y vuelto a armar por pura curiosidad, Ilay lo vuelve a mirar de mala forma mientras Tim levanta las manos en señal de paz “y agradece que no encontré casetes”

 

Era como armar un rompecabezas, había cosas de ambos por todos lados, y encajaban juntas, las adaptan a su persona pero armonizando con el otro, llenando la casa de una luz y una calidez que no eran literales, sus costumbres se mezclan hasta hacer una.

 

Ilay siempre abre las ventanas y enciende inciensos, sándalo, canela, coco, ruda, cualquier aroma que quiera ese día, en la cocina hay un espacio destinado a las bebidas de Tim, no solo energéticas, también jugos, batidos, té helado, y fruta, mucha fruta.

 

La sala puede estar desordenada, unos cuantos cojines corridos, y una chaqueta en uno de los sofás, pero ni una sola mota de polvo, no sabe si es cosa del embarazo, pero Ilay no disfruta del polvo, tenían tarde de tiempo libres, solo existiendo juntos en un mismo espacio, a veces conversando, otras solo cada quien en lo suyo.

 

En las noches, Tim se paseaba por la casa, primero solo probando las cerraduras y las alarmas, buscando en la oscuridad alguna anormalidad, pero con el paso de los días, solo lo hacía porque quería, porque había algo en pasear por los pasillos poco iluminados, estar descalzo mientras se deslizaba sobre las alfombras que Ilay había dispersado por todas partes, había algo en llamar a ese hogar suyo, de ambos y tener pruebas claras de que así era, pruebas en las paredes, en los sillones, en la cocina, en las habitaciones, le gustaba llamar a esa su casa, a un lugar tan acogedor, tan diferente a lo que había tenido con el paso del tiempo.

 

Se sentaba en el alféizar de alguna ventana y miraba hacia afuera, a veces hacia la calle, otras hacia el jardín, disfrutaba pensando en lo bien que lo hacía sentir saber que en este lugar crecerían niños felices, que los gemelos serian felices en estas paredes, sabía que ellos se enojarían y llorarían y en algún momento y según las películas describen, querrán huir con desesperación en su adolescencia, pero Tim está seguro de que ellos pensaran en esas paredes como un lugar seguro, un refugio que los esconde de todos y todo.

 

Le gustaba agotarse casi por dos horas antes de finalmente volver a su habitación, y meterse bajo las mantas con la felicidad de estar cálido y tranquilo, aferrando en sus manos y enterrando la cara en la manta que olía a ozono, tierra y sol, negándose a sentir vergüenza.

 

Había estado tan desconcertado esa noche, al entrar en su habitación luego de despedirlo en la entrada de la casa y encontrar esa manta sobre su colchón, cubierta de su aroma, marcado completamente por el alfa que había corrido sin decir palabra al respecto.

 

Dudo al inicio, y se sonrojo con fuerza pese a haber hecho algo similar momentos antes, mientras la levantaba entre sus manos, la reconoce como una de las más nuevas, las que habían comprado especialmente para la mudanza, para su nuevo nido, casi sin aromas.

 

No es necesario explicar que Tim la escondió como si se tratara de droga en cuanto escuchó a Ilay acercarse a su habitación, la metió en lo más profundo de su nuevo armario y fingió que no existía mientras acomodaba las almohadas y las mantas sobre su suave colchón, disfrutando del simple trabajo de encontrar lo más cómodo para sí mismo.

 

Cuando Ilay se fue para pasar la noche, con una sonrisa suave y los ojos cansados, Tim la sacó otra vez, la tomó con fuerza entre sus dedos y caminó con ella hasta la cama, dudó un momento antes de dejarla caer sobre las otras mantas y salir corriendo por una ducha, evitando pensar demasiado.

 

Era como tener algún tipo de evidencia incriminatoria escondida, era absurdamente consciente de que estaba en su habitación, en su cama, junto con su aroma, junto con el de Ilay, era consciente también, de que dormiría con ella, no era ni siquiera algo que debiera preguntarse, sabía que lo haría.

 

Finalmente con el peso del día encima, y el cansancio cerrando sus ojos tomó su teléfono y decidió el camino más fácil.

 

Ángel: 

¿Por qué la manta?

 

No había otra forma de quitar la duda de su mente, y se propuso olvidarlo hasta la mañana siguiente, sin esperar que solo un segundo después, el mensaje fuera contestado, se pregunta mientras ingresa en ellos, si Conner lo esperaba, si había estado pensando en él. 

 

Kon:

¿por qué la polera?

 

Ángel:

¿? La necesitabas.

 

Kon:

Estoy seguro de que he dejado muchas poleras y polerones contigo

 

Ángel: 

¿si y...?

 

Kon: 

Entonces ¿por qué entregarme la única que destilaba eucalipto y menta?

 

Ángel:

 

Kon:

;) No es ninguna queja, Angel

Ángel: 

La manta es de antes de la polera

 

Kon:

Lo es 

 

Ángel: 

¿por qué?

 

Kon:

¿te molesta? si lo hace puedes patearme cuando nos veamos, me disculpare

 

Ángel: 

No es eso, solo quiero saber por que.

 

Kon: 

Solo quería hacerlo

 

Ángel: 

¿pero por qué?

 

Kon: 

Me gusta la idea de que huelas a mi

 

Ángel:

¿Sabes que hueles a ozono cuando estás positivamente alterado?

 

Kon: 

“Positivamente alterado” hahaha

Si, lo sé, lo descubrí hace poco, no sabía que lo sabías.

 

Ángel: 

Me gusta.

 

Kon: 

¿Es así?

 

Ángel:

Si.

 

Kon: 

También me gusta tu aroma

 

Ángel: 

¿de verdad?

 

Kon: 

Me encanta.

 

Ángel:

Bueno. Duerme.

 

Kon: 

Buenas noches, Ángel.




Kon era un idiota.

 

Esa noche se acurrucó en su nido y suspiro confortado mientras se hundía en un sueño que olía campos de naranjas y aire fresco, sintiéndose cálido por dentro y por fuera.

 

Reciben una visita solo dos semanas después, Tim no había estado para recibirlo, volvía ya tarde, agotado de su semana de exámenes, pese a saber que le iría bien en todos, sentarse durante horas frente a una hoja de papel intentando concentrarse sólo en ella lo agotaba.

 

Ver la casa azul a unos pasos era una bendición, mientras cruzaba la calle, podía captar movimiento por las ventanas de los vecinos, personas agradables y respetuosas que les habían dado la bienvenida a lo largo de los días, nadie peligroso según su exhaustiva investigación de antecedentes.

 

Observaba el cielo mientras entraba en el camino hasta la puerta principal, había buenas nubes ese día, desde algún punto alto, podría captar un buen atardecer, tal vez pasaría unas horas en el techo de la casa, suspiró con fuerza mientras sacaba sus llaves y abría, aun perdido en sus pensamientos.

 

“llegue” llamó en voz alta mientras se quitaba los audífonos, dejando las llaves en su gancho, fue al quitarse las zapatillas que los zapatos en la entrada llamaron su atención, negros, perfectamente pulidos, ordenados, mirando en dirección a la puerta, no tenia que ver el rostro de la persona para saber de quien eran.

 

Se quedó de pie en la entrada, su bolso colgando de su hombro mientras buscaba algún ruido, podía oler el romero en el aire y ver el humo, la primera vez se espanto, pensando que algo se estaba quemando, resulta que los inciensos producen mucho humo, no logra captar nada extraño debido a el, ni un solo aroma, hasta que ha dado unos pasos dentro.

 

Escucha el inconfundible sonido de una conversación al fondo del pasillo, atravesando la puerta del patio trasero, está tentado a asomarse en silencio y espiar su conversación, sólo por el bien del conocimiento y la información, pero Ilay era bastante insistente con la privacidad y no quería que lo mirara con esos ojos llenos de decepción que en ocasiones lo persiguen por la casa.

 

Entra en la cocina con paso flojo, sin saber qué hacer con el invitado, la tetera recientemente había sido hervida y el juego de té que Tim había conseguido, en tamaño real esta vez, no estaba, por lo que debían estar utilizándolo, sonríe mientras recuerda a Ilay, quien no había creído que fuera necesario un juego de té, pero Tim, inflexible al respecto, fue enseñado por Alfred, y como buen británico, el mayordomo jamás permitiría que fuera de otra forma.

 

Tomo un baso de jugo, frambuesa para su suerte, y lo tomó de golpe, decidió que dilatar más lo inevitable no tenía ningún sentido, caminó a paso pesado hasta la puerta trasera anunciando su presencia y la abrió con cuidado, en el porche, encontró a Ilay sonriendo en su dirección, mientras sostenía una taza de té con leche a juzgar por el color, frente a él, estaba Alfred, con su sonrisa afable e inescrutable, miró a Tim como siempre lo hacía, con ese aire de calma y ligero aprecio.

 

“sabía que eras tu” llama Ilay con suavidad, de buen humor y cómodo, a juzgar por su forma de actuar “¿como estuvo tu día, cachorrito?”

 

“aburrido” contesta en automático, mientras se acerca a él y le pasa la mejilla por sobre la suya de forma afectuosa, un método sencillo y eficiente de perfumar a Tim con el aroma de Ilay luego de un largo día lejos, se aparta y se vuelve hacia el hombre mayor que observa con atención el intercambio “Hola, Alfred”

 

“Buenas tardes, maestro Tim” le arranca una sonrisa, el elegante y refinado Alfred de siempre “lamento haber venido sin avisar”

 

“está bien” asegura mientras estira la mano y toma una de las galletas que estaban sobre la mesa, sabía sin siquiera probarlas que eran caseras, hechas por el anciano “si a Ilay no le molesta no hay problema” 

 

“eso es bueno entonces” sonríe Alfred con suavidad y Tim murmura complacido por el sabor de las galletas que el hombre había traído “me alegro de que sean de su agrado”

 

“si hay algo que extraño mas que a ti, es tu cocina” bromea, y puede captar un pequeño destello de sorpresa, no alcanza a distinguir si es producto de su afirmación o tal vez que Tim con el paso de los días en la mansión Wayne había dejado de bromear con cualquiera de ellos, está distraído con la pequeña arruga en la nariz de Ilay, ante el olor de su ropa, le sonríe e inclina la cabeza “me iré a cambiar, bajo en un momento”

 

“por favor” dice Ilay con una sonrisa agradecida, y Tim asiente mientras se aleja, tal vez sea la mejora de su estado de ánimo, pero lentamente comienza a darse cuenta de que en realidad, incluso si no significa perdón, su resentimiento había disminuido con el paso de los días, y comienza a notar que tal vez él no había sido de mucha ayuda para su situación.

 

No está tratando de justificarlos o decir que ellos no cometieron errores, lo hicieron, pero Tim estaba siendo repentinamente consciente de que estos errores lo hirieron tanto porque no los había visto por lo que son, personas.

 

Ilay había asegurado que Tim lo hacía con el, que idealizo sus acciones e ignoró deliberadamente sus defectos, y con el paso de los días y sin siquiera tener la intención, sus palabras se incrustaron en el cerebro de Tim y comenzó a notar que era así, a menudo, con las personas que aprecia, con las personas que quiere y son mayores que él, figuras de autoridad como principal, Tim figura una idea de ellos y lo idealiza, por lo que cuando sus errores son imposibles de esconder e ignorar, el impacto resulta ser mucho mayor.

 

Deja caer su bolso sobre su escritorio y cambia su ropa a algo mucho más cómodo de utilizar, disfrutando del aroma familiar en su habitación. deja su ropa sucia en el cesto de la ropa sucia, porque intenta mantener el orden, consciente de que en poco tiempo será un ejemplo a seguir.

 

Tomar el té con Alfred e Ilay no es muy diferente a lo que siempre había sido tomar el té con Alfred, conversaciones sobre sus días, su trabajo, lo que han hecho en su tiempo libre y al anciano realmente le interesa saber cómo lleva Ilay el embarazo.

 

“Tim es el informado de los dos” asegura Ilay con una gran sonrisa orgullosa en su rostro, que hace que el interior de Tim se llene de calidez mientras baja la mirada avergonzado “está registrado como mi familiar y va conmigo a todas las visitas con el doctor” cuenta entre un mordisco a su galleta “juro que leyó todos los informes referentes a embarazos” 

 

“conociendo al maestro Tim” asiente Alfred con una sonrisa suave, y no había notado que el hombre estaba tenso hasta que esa tensión desapareció, dejando a su paso un hombre de arrugas pronunciadas y sonrisas verdaderamente gentiles “eso es definitivamente lo que hizo”

 

“éramos dos sujetos sin la menor idea de qué hacer en estas circunstancias” protesta Tim con el rostro sonrojado “tu harías el trabajo pesado, y yo me quedo con el papeleo”

 

Alfred sonríe, complacido con su respuesta, pero Ilay guarda silencio, lo que llama la atención de Tim, que se vuelve a mirarlo confundido, lo encuentra con los ojos brillantes y los labios apretados, Tim sonríe divertido mientras Ilay sorbe por la nariz. 

 

“porque somos un equipo” dice con la voz temblorosa y Tim no puede contener su risa, Ilay pone un puchero y frunce el ceño antes de volverse hacia Alfred que lo miraba con amable comprensión “entre las hormonas y este niño, voy a perder toda la razón” 

 

“esto va a las notas” le asegura Tim con burla, pero extiende su aroma reconfortante y le toca suavemente el brazo en consuelo, mira a Alfred mientras explica “llevamos una lista de las razones más ridículas por las que ha llorado”

 

“eso es ciertamente un forma de hacer de esto un recuerdo memorable” asegura Alfred de buena gana mientras mira entre ellos con curiosidad y huele el aire sutilmente “creo que a sus bebés les gustaría saberlo en un futuro”

 

“cuando sepan que llore porque encontré la posición adecuada en el sillón, lo tomarán como método anticonceptivo” asegura Ilay recuperándose con elegancia, la nariz y los ojos sonrojados.

 

“yo ya lo hago” asegura Tim de buen humor mientras bebe un poco de té.

 

“si son igual de descarado que este” le comenta Ilay a Alfred “voy a necesitar buenos contactos para que no los expulsen de todas las escuelas a las que los inscriba”

 

“si asisten a la misma del maestro Tim puedo asegurarle que no pasara” mira a Ilay con un aire de descaro que le recuerda horas en la cocina de la mansión, mirándolo cocinar y haciendo comentarios inteligentes “si pudieron con él, pueden con sus gemelos”

 

“lo dudo” apresura con una sonrisa “son hijos de Ilay, si crees que soy malo, es porque no tuvieron que lidiar con el” 

 

“para tu información, mocoso” empieza el atacado con una sonrisa engreída “soy un ser humano perfectamente educado”

 

“ahora y a veces” se burla inclinando la cabeza hacia él, mirándolo de costado, con su sonrisa encantadora “¿cómo te fue a los quince?”

 

Ilay frunce el ceño un momento y Tim sonríe, finalmente el omega suspira con pesar y derrota “si sus calificaciones son perfectas, me doy por realizado”

 

Fue una buena conversación, divertida, amena y agradable, Tim cree que si se mantienen de esa forma le gustaría repetirlo, a los gemelos les haría bien conocer un poco de Alfred.

 

“es bueno verte tan cómodo y saludable” le dice Alfred mientras lo acompaña a la salida, Ilay se había quedado en el porche, tanto él como Tim insistieron en que no era necesario que se pusiera de pie “es un buen joven”

 

“lo es” asegura, y la ligera tristeza en el rostro del mayor le duele sutilmente “¿has estado bien?”

 

“las cosas en la mansión siempre son agitadas” contesta, esta vez con una sonrisa más animada “el maestro Jason, aún batalla con el maestro Bruce”

 

“el día en que estén de acuerdo, corre lejos, alguien morirá” se burla entre dientes, Alfred no cambia de expresión pero puede ver como la comisura de su labio tiembla.

 

“el lo sabe” asegura Alfred un momento después, tomando por sorpresa a Tim, que se pone tenso al instante, el aire entre ellos se enfría y de pronto la puerta está demasiado abierta y están demasiado desprotegidos, está a punto de pedirle que se retire cuando habla con reproche “haz el favor de no insultarme pensando que vine a espiar el estado del secreto de la familia”

 

“¿y no viniste a eso?” de pronto toda su amabilidad desaparece y se siente traicionado y ofendido “me parece que sí, después de todo soy un cabo suelto” Damian pasa por su cabeza y una sonrisa cínica se plasma en su rostro “una fuga de seguridad”

 

“no” corta al instante con firmeza, se para frente a él con toda su armadura de honestidad que lo desarma “vine porque aunque no sea de sangre” alza su mano elegante y arrugada, para sostener un mechón de cabello suelto y pasarlo tras su oreja con ternura, el olor a madera y pólvora pica en la nariz de Tim “te quiero como a un nieto” traga pesado, pero no se aleja del contacto “y me preocupo por ti”

 

“lo siento” susurra avergonzado por su arrebato, sabe de primera mano que es Alfred quien lleva las cosas en la mansión, que es a quien el mismo Batman le rinde cuentas, Alfred no hace cosas que no quiere y espiar a una persona que dice apreciar, es de mala educación, Alfred no tolera la falta deliberada de educación “no debí asumir”

 

“lo entiendo” asegura con suavidad, no sabe que sucede en la mansión, pero la curiosidad pica ante muestras tan abiertas de afecto “está cerca del parto, y estas de los nervios aunque quieras disimular” si alguien descubre eso, claramente sería él, Tim ciertamente está nervioso, los fríos y seguros ojos del anciano lo miran con atención y su rostro se torna serio “si fuiste honesto con el, confió en tu juicio”

 

“¿de verdad?” disimula su inseguridad y su sorpresa tras una máscara de falsa neutralidad “¿no le informaras a B?”

 

“esta es una visita social personal” asegura Alfred con una sonrisa divertida en sus labios “no estoy en la obligación de informar sobre mi tiempo libre”

 

“¿no se enojara?” sabe que si bien Alfred puede hacer lo que desee, Bruce molesto es realmente algo a tener en cuenta, no quiere causarle problemas.

 

“mi niño” llama el anciano y la garganta de Tim se cierra, recuerda las pocas veces en que ese dulce y gentil apodo escapó de los labios del hombre, noches en las que el dolor lo consumía y la morfina era lo único que lo aliviaba, entre sueños inquietos una mano fría se posaba sobre su frente y apartaba el flequillo de su rostro, muchas veces creyó que solo era producto de su imaginación “todo estará bien”

 

“bien” contesta, incapaz de cuestionar nuevamente, porque si Alfred lo dice, es verdad, si él lo asegura, no existe manera en que sea de otra forma “esta bien”

 

“bien” asiente Alfred, volviendo a su actitud acostumbrada, alejándose un paso “fue una conversación agradable” asegura, todo buenos modales “su casa es hermosa”

 

Tim jamás entendió como las personas podían estar orgullosos de sus casas, entendía cuando era una cosa de estatus, de estrategia, de apariencia, pero de otra forma para él, solo eran casas, ahora lo entiende, mientras el orgullo pinta su pecho y sonríe agradablemente. 

 

“¿vuelves la próxima semana a la misma hora?” la pregunta toma al anciano por sorpresa, lo nota en la forma en que su rostro se congela por un pequeño instante antes de sonreír.

 

“eso sería muy agradable, si” contesta, antes de volverse para retirarse “buenas tardes, maestro Tim” se despide, Tim podría pedirle que deje de llamarlo maestro, pero sabe que Alfred no lo hará y en realidad en el fondo, disfruta de la familiaridad en ello “por cierto” se vuelve a mirarlo por sobre el hombro “el eucalipto y la menta son realmente un aroma encantador”

 

Así Alfred termina yendo de visita semanalmente todos los miércoles en la tarde, a sugerencia suya, instalan un teléfono fijo en la casa, dos, en realidad, en ambas plantas, para comunicación directa, a Ilay le gustan sus visitas, una vez, limpiado las tasas que habían utilizado, después de que se retirara, Ilay le dijo que le recordaba a una señora que había conocido en una de sus paradas entre sus viajes.

 

“se llamaba Norma” le comenta mientras le entrega una de las tazas para que la seque “ella era gentil, muy amable y elegante, pero distante, tenía ese aire a su alrededor, como quietud, pero distinto” Ilay sonríe conocedor mientras comienza con el plato de las galletas “como si debajo de esa gentileza hubiera un arma apuntando directamente a mi cabeza y ella escogiera simplemente no tirar del gatillo”

 

Tim se reinstala en sus patrullas de forma más constante esa semana, aun le pone nervioso dejar a Ilay solo, él asegura que estará bien, que tiene armas y una fortaleza de cámaras de vigilancia a su alrededor, y es verdad, pero Tim jamás se confía, los que se confían, terminas metros bajo tierra y sin posibilidades de volver.

 

Fue en esas patrullas que comenzó a sentir la presencia de unos ojos en su espalda, lo seguían a todas partes y en cierto momento, desaparecen, no entra en pánico no se asusta, sabe perfectamente quién es, y pese a que quiere que lo deje en paz, tiene un asunto pendiente, que puede resolver con su ayuda.

 

Así termina llevándolo a una de las zonas abandonadas que cuida, un agujero negro muchos espacios oscuros y poca luz, ideal para una trampa.

 

Si Batman es bueno usando las sombras, Tim también, aprendió del mejor después de todo, por lo que disfruta al verlo entrar y no poder dar con él, no es tan iluso como para pensar que no lo siente, pero como mínimo no lo puede ver.

 

“¿vas a atacar?” pregunta con voz gutural, siempre le ha sorprendido, su habilidad para cambiar de la voz amenazante y aterradora de Batman a la suave y gentil de Bruce, pese a sus intentos, Tim no manejaba tan bien sus cuerdas vocales.

 

“¿porque lo haría?” habla desde atrás, su propia voz distorsionada, casi inaudible, como un susurro aterrador, el hombre se voltea a verlo, Tim sabe como se ve, sabe lo que los presos dicen de él, los rumores que corren por las calles, dice que es la muerte, y lo parece, con esa máscara blanca oculta bajo la capucha y la capa, naciendo de entre las sombras, es divertido y la verdad lo hace sentir un poco arrogante, no de forma peligrosa, solo de forma presumida, algo que le contaría a Ilay, algo que le contara a Ilay cuando ya no este embarazado.

 

“¿por qué acorralarme?” pregunta en un murmullo, más suave de lo que Batman acostumbra, el cambio lo hace inclinar la cabeza con desconcierto, con la falta de rostro, el lenguaje corporal ha sido su compañero.

 

“¿por qué seguirme?” devuelve la pregunta, camina por los alrededores, solo para girar en torno a él, no hay micrófonos fuera del comunicador bajo su máscara “¿que quieres?”

 

“no te había visto en un tiempo” Tim sabe que Alfred no dijo nada, pero posiblemente Bruce sabe que él los visita, se siente tentado a preguntar al respecto.

 

“bueno, ya volví” dice con sencillez, mientras se para cerca de una de las salidas, la única oculta en las sombras, demasiado pequeña para que alguien del tamaño de Batman la utilice “es bueno que estés aquí, quiero pedirte algo”

 

Batman se queda quieto y en silencio, su forma de decir te escucho sin hablar, Tim pone los ojos en blanco, antes de tornarse serio, su postura cambia, más recta mientras mira fijamente a Bruce con ojos vacíos, su mascara blanca, a diferencia de la del murciélago, tiene ojos negros, su contraste perfecto.

 

“la próxima vez que Robin sobrepase el límite, me asegurare que sepa cómo es vivir su propio evento Red Hood” Ilay no lo mencionó y Tim no lo interrogó, pero no es necesario, lo encontró, tarde pero lo hizo, un susto como ese puede llevar el embarazo por mal camino, Tim perdería la cabeza si fuera así, si vuelven a poner en peligro la vida de su familia por su imprudencia, habrían más que advertencias, casi desea que Ilay hubiera disparado “que no tiente su suerte, mi paciencia tiene un límite”

 

“¿así será ahora?” pregunta luego de un largo y tenso silencio “¿tu nos amenazas sin parar? ¿no quieres conversar las cosas?” 

 

“el momento de conversar fue hace meses” asegura, hundiéndose en las sombra “ahora estoy usando lo que parece funcionar mejor, amenazas y promesas de violencia”

 

“no lo harías” asegura Batman con convicción y Tim no sabe si está intentando convencerse a sí mismo o a el “no eres así”

 

“no era así” corrige antes de huir, no tiene nada más que decir, puede que Tim aceptara todas y cada una de sus enseñanzas, pero cuando fue en su búsqueda, hizo lo necesario y a veces lo necesario era hacer rodar cabezas, había perdido más que el bazo en su misión.

 

En ocasiones, en las raras noches tranquilas, llamaba a Kon, hablan de todo y nada hasta que uno de los dos corta, siempre a regañadientes, ha ido de visita con más frecuencia a su casa desde la primera vez, nunca va los miércoles, a petición e Tim claro está, no quiere que las cosas se pongan raras y Alfred habla mucho con la señora Kent, Tim cree que es la consecuencia de que todos los Kent de pelo oscuro y ojos azules con poderes de alíen, terminen involucrados con los murciélagos, tenían que conversar en algún momento.

 

Han adquirido una costumbre que ninguno comenta con nadie, ni siquiera entre ellos, cada vez que se encuentran Tim termina con la manta cargada del aroma del ozono, mientras que las chaquetas de Kon, empiezan a oler constantemente como el eucalipto y la menta, Tim ignora deliberadamente las miradas extrañas que Ilay le dedica cada vez que lo huele en Kon al despedirse.

 

A veces habla con él en medio del trabajo, cuando está ocupado golpeando matones, el habla mientras Tim se desliza en la constante y repetitiva rutina de golpear y esquivar, respondiendo cada cierto tiempo, y haciendo preguntas de seguimiento.

 

Se sentían más cercanos que un mes atrás, Kon le había confesado que en sus noches intranquilas volaba cerca de Gótica, sin llegar a ella, y se concentraba, buscando el latido de su corazón, el compás de su respiración, asegura que Tim tiene un sueño ligero.

 

Es así que descubre que Ilay se levanta en la noche en busca de comida de mala calidad que esconde en la alacena fuera de la vista de Tim.

 

Habían pasado cosas emocionantes mientras se encargaban de la casa, pero por mucho lo más emocionante fue armar la habitación de los gemelos.

 

Finalmente habían elegido un color amarillo limón para una de las paredes, mientras que las otras serian de un color blanco marfil, llenaron todo de soles, estrellas y nubes, las cunas estaban pegadas a las paredes, mientras que las mecedoras permanecen en el centro, dos para cada cuna, había una mesa de cambio y un ropero lleno de ropa de bebe en distintas edades.

 

Las compañeras de clase de Tim le habían entregado una bolsa de ropa de bebe hace unas semana, habían visto la foto del ultrasonido en el fondo de su pantalla y les había parecido un buen agradecimiento por los apuntes que Tim les prestaba cuando lo necesitaban, luego vino Kon, que le pidió ayuda a Lois para escoger, ella, como madre, había dado ropa mas grande, para cuando el bebe saliera de sus primeros meses, y finalmente, Alfred.

 

Había llegado este miércoles, se suponía que Ilay y el, saldrían de compras, por lo que los sorprendió verlo aparecer con distintas bolsas de regalo, Tim no preguntó, Ilay tampoco lo hizo y Alfred no dijo nada, además de ofrecerlas. 

 

Cuatro bolsas, una azul claro con pijamas, calcetines y gorros, con temática de pájaros y aviones, otra de azul oscuro con dos peluches de pingüino dentro, esponjosos y redondos, la de color rojo tenia muchos pañales de muy buena calidad y una crema para rozaduras, por ultimo, la verde oscuro, que a diferencia de las otras, traía una nota.

 

Para el omega de la CZ P-09

 

Tim no había terminado de leer cuando ya estaba buscando la bolsa para tirarla a la basura, pero Ilay, conociéndolo se la quitó de las manos, y leyó la nota con una sonrisa en el rostro.

 

Era un cuadro, del porte de la pantalla de un computador, tenía un marco de madera grueso y elegante, Ilay lo sostenía con cuidado mientras lo saca de la bolsa, Tim no podía ver que contenía, pero el omega abrió los ojos con sorpresa y un gran sonrisa se extendió por su rostro en respuesta a el.

 

“¡Oh, Dios!” exclamó, encantado, frunce el ceño confundido mientras se acerca para poder ver, al instante la mortificación lo recorre cuando se reconoce en el cuadro, una imagen perfecta y en grande de sí mismo de niño, tenía los ojos bien abiertos, redondos y brillantes, de un celeste tan pálido que era francamente aterrador, llevaba el uniforme, por lo que seguro fue una fotografía escolar perdida por ahí, usaba su bolso y corbata correctamente y tenía ese condenado corte de tazón por el que había rogado deshacerse, con el flequillo recto justo sobre sus ojos resaltando sus redondas mejillas y su nariz coloradas por el frío, estaba mirando hacia otro lado, no sabía que la cámara apuntaba a él, por lo que tenía el ceño fruncido y un puchero malhumorado en sus labios abultados “mi cachorrito era la cosita más linda del mundo” asegura Ilay entre arrullos vergonzosos “no puedo creerlo, que preciosidad”

 

“lo voy a asesinar” gruñe entre dientes mientras el calor quema sus mejillas, se vuelve hacia Alfred que mira todo con una sonrisa satisfecha y apunta con el dedo “lo digo enserio”

 

“no harás nada, Timothy” asegura Ilay aun con una sonrisa de oreja a oreja, mirando alrededor buscando un lugar para poner el cuadro “nada más que ser educado y agradecer por estos gentiles regalos”

 

“lo llevaré arriba” gruñe tomando las bolsas y extendiendo la mano, pidiendo el cuadro, queriendo sacarlo de su vista cuanto antes.

 

“¿y que mágicamente desaparezca? no gracias” dice el omega divertido con una ceja alzada, aun mirando el cuadro, verdaderamente encantado, se vuelve hacia el hombre aun en la puerta “Muchas gracias, Alfred, es la cosa más linda que me han dado”

 

Ilay manda una carta con un gracias en ella y bajo la guía de Alfred, una pieza de cerámica con la forma de un gato negro con manchas blancas.

 

Ellos van de compras, dos pañaleras prácticas y ligeras, colchones para las cunas y mantas suaves, biberones, juguetes didácticos, cosas que dejan a Ilay con una sonrisa suave y cálida mientras los pone en su lugar.

 

La siguiente vez que Kon va a su casa, tiene que soportar sus arrullar por finalmente conocer al “Timmy bebé” que cuelga de la pared que contiene todas las fotos, termina viendo todas y cada una de ellas, reconoce al instante las que tomó en su granja, y aprecia la que Tim tomo de Ilay el día que se conocieron.

 

Eso los lleva a hablar sobre la pelea que había estado teniendo y como Ilay se había involucrado, lo que atrae la atención del omega, y finalmente terminan todos en la mesa de la cocina, hablando de peleas callejeras o escolares, Kon, sorprendentemente, tiene muchas de esas.

 

Las cosas son realmente calmadas mientras pasan los días, sin reportes de lunáticos, el doctor asegura que Ilay esta en muy buen camino para un parto tranquilo pese a su edad y a su embarazo múltiple, habían estado manejando con relativo control los antojos de Ilay, lo que era más complicado era manejar las patadas que le daban.

 

“te lo juro, si le da una de esas patadas a su hermano, lo mata” se queja, recostado en el sofá, conteniendo la respiración, Tim se ríe mientras intenta ayuda, acariciando la zona, inseguro de qué más hacer “los amo, lo se, aún sin tenerlos en mis brazos” le asegura suspirando cuando finalmente la tensión se libera y lo mira con gran pesar y agotamiento  “pero deseo expulsarlos ya”

 

Habían tenido esos problemas, Ilay estaba muy sensible, se enojaba y a veces le gritaba o decía cosas crueles, luego se sentía tan mal que lloraba sin descanso y después se sentía tan ridículo por llorar que lloraba aun mas fuerte, se había comunicado con los murciélagos y por primera vez, les había pedido de favor que se encargaran de su zona de forma esporádica, no dio mayor explicación y ellos no preguntaron, extrañamente dispuestos a cumplir con su petición.

 

Si Tim era honesto, estaba demasiado agotado como para preocuparse de ellos y de analizar sus problemas, no había dormido porque todos los problemas que debieron pasar durante el embarazo se están manifestando en estos últimos meses, las contracciones son horrores por los que Ilay intenta fingir no sufre y que tienen a Tim al borde del colapso.

 

Ruega día y noche a la absoluta nada que los bebés lleguen mínimo en el octavo mes, y no en el séptimo, entre más cerca del noveno mes, mejor, menos probabilidades de complicaciones en el parto y riesgos de muerte.

 

Han organizado todo para su llegada, Tim no quiere ser pesimista, pero el miedo corroe en su interior a medida que los días pasan, no está seguro de cómo sacaría a Ilay de la miseria si perdiera a uno o ambos niños

 

Lo que es peor aun, Tim no sabe si el mismo estaría en condiciones para ayudar a Ilay si los perdiera, la simple idea de no tenerlos retuerce su pecho, y pese a que no quiere las otras opciones se deslizan por su mente, en medio de la noche, se ve solo con dos bebés recién nacidos, sin saber que hacer mientras la muerte de Ilay no termina de aceptarse en su mente, o se ve sin absolutamente nada, perdiéndolos a los tres, dejándolo completamente solo como tan a menudo le sucede.

“hablando de eso” pregunta recostándose en el hombro del omega, una vez a recuperado la calma, es casi de noche, el sol entra por las ventanas, o los últimos rayos de él, en la radio suena una guitarra, suave y confortable “¿pensaste en los nombres?”

 

“nombres en concreto, no” dice con la voz vibrante de emoción, Tim cree que Ilay a veces piensa que todo esto es como adoptar un perro o un gato, aunque ambos están agotados, aún se emociona por ello “pero quiero que seamos iguales”

 

“¿iguales?” frunce el ceño confundido, Ilay asiente y lo apunta con una mano

 

“Timothy Jackson Drake” se apunta a sí mismo “Ilay Beau Mitchell” 

 

“¿quieres que tengan dos nombres pretenciosos?” se ríe con incredulidad, Ilay ríe con el, travesura en su mirada.

 

“lo más pretenciosos posible” asiente como si fuera de vital importancia “con un significado de milenios, cosas lindas pero como algo que un autor de literatura de fantasía le pondría a sus personajes en sus libros”

 

“Harry Potter, es literalmente Harry” debate Tim divertido, Ilay se vuelve hacia él sin inmutarse

 

“Percy Jackson es Perseo” contesta, y en realidad ese es un buen nombre “pretencioso, pero con un buen diminutivo, ya sabes como Timothy”

 

“¿entonces será Griego?” pregunta ya pensando en todos los mitos que conoce, tal vez podrían probar con algo más de la realeza, la idea de ponerle Charlotte es tentadora “también hay algo en la cultura celta”

 

“ese, cachorrito, es tu trabajo” declara Ilay, con una gran sonrisa, Tim lo vuelve a mirar con sorpresa y desconcierto en los ojos “tu les pondrás el nombre”

 

Resulta que Ilay está dispuesto a dejarle los nombres a la persona que los inscriba, si Tim no se toma el tiempo de pensar en uno para ellos, le pide de mil formas que lo considere, pero Ilay ni lo piensa, así que de él depende que los gemelos no odien absolutamente sus nombres el resto de su vida.

 

Tim había estado intentando que Ilay le permitiera faltar con más frecuencia a clases, es perfectamente capaz de justificar sus faltas y entrar en el sistema para alterar su asistencia, pero para su mala suerte, Ilay lo sacaba de la casa todos los días sin escuchar ni una sola de sus palabras y Tim pasaba todo el día, revisando esporádicamente las cámaras para verificar su estado, con los nervios de punta.

 

Pero ese día había sido diferente, sabía que Ilay estaba bien, Alfred lo acompañaba, y ambos tomaban el té, según su último vistazo, no era necesario que volara de regreso a casa, como acostumbra a hacer.

 

“¿quieres venir?” pregunta una de las chicas que charlan frente a él, Elisa y Carol, Tim inclina la cabeza y frunce el ceño, ella sonríe y contesta entre risas divertidas “has estado mirándonos durante un largo rato”

 

“oh, lo siento, estaba pensando” se disculpa Tim de forma distraída y simpática, normalmente ya estaría fuera, siempre el primero en salir, pero está esperando a que sus audífonos se carguen lo suficiente para usarlos sin quedar a la mitad del viaje sin música “en realidad no escuche lo que decían ¿a donde me invitas?”

 

“pensábamos ir al cine” retoma Carol, con una sonrisa suave, Tim capta la tensión en su postura, se quita el cabello rubio de la cara con un poco más de brusquedad de la necesaria, a ella no le gusta mucho la idea “Eli está siendo agradable”

 

“Oh” dice Tim midiéndolas, Eli miraba a Carol con curiosidad, probablemente captando esa tensión en ella, sin entenderla del todo, tenia su negro cabello recogido por una goma hermosa, con volantes de color celeste que hacían juego con la que Carol tenia en la muñeca, Tim sonríe “habría sido agradable, pero no puedo” asegura mirando a Eli pero sosteniendo la mirada de Carol durante un momento en el que le decía una sonrisa divertida, que la hace sonrojar “además, las películas se disfrutan mejor entre dos”

 

“¿estás ocupado?” pregunta Eli con un puchero, en realidad no eran muy cercanos, Tim no se acerca mucho a las chicas, no porque se lleven mal, si no porque tienden a ser más perceptivas que los chicos y es francamente peligroso “¿no puedes hacer un espacio para venir con nosotras?”

 

“lo siento chicas” dice con una disculpa en la voz, sonriendo de costado “en realidad teng-”

 

“aquí estabas” llaman tras ellos, interrumpiendo sus palabras, Tim se vuelve al instante, reconociendo la voz grave y agradable, se acerca con una sonrisa alegre, los piercings en ambos lados de sus labios son dos pequeños picos que resaltan con el movimiento, se para frente a Tim con el ceño fruncido en reproche “¿planeas quedarte aquí todo el día, Ángel?”

 

“¿qué haces aquí?” pregunta con curiosidad, según la hora, Kon debería estar saliendo de sus clases, en su pueblo muy lejos de Gótica “¿no tienes una casa a la que llegar?”

 

“libere mi agenda” asegura con una sonrisa brillante, que hace el corazón de Tim temblar incómodamente, sus ojos azules brillantes se deslizan a las chicas tras él y su mirada se vuelve aguda mientras las examina, con una sonrisa amistosa, pero ojos poco gentiles “¿quiénes son tus amigas?”

 

“ellas son Elisa y Carol” presenta, volteando a verlas, las encuentra atrapadas en distintos grados de sorpresa, lo que puede explicar, ambas niñas de familias ricas y con influencias, difícilmente se topan con personas que se ven diferente a ellas, Kon resalta de muchas formas, es guapo, alto, de ojos azules brillantes y cabello ondulado negro y sedoso, eso y el que tenga la cara llena de perforaciones, hoy había decidido ir con todo, tenia los del labio y las cejas, además de los hoyuelos, los favoritos de Tim, si era honesto, podía ver el de la nariz y las orejas, eso sin contar todo el cuero que llevaba, los guantes y la chaquetas brillando con picos decorativos, mientras que las cadenas colgaban de su pantalón rasgados “chicas, el es Conner Kent”

 

“Un gusto Conner” dice Carol con suavidad, seguida de Eli, recuperándose rápidamente de la sorpresa, Conner le dedica una de sus mejores sonrisas plásticas mientras ellas se maravillan con el “¿eres amigo de Tim?”

 

“¿lo soy?” pregunta Kon, con una voz extraña, inclina la cabeza en dirección a Tim, buscando su mirada, Tim frunce el ceño y mueve la cabeza sin comprender, él le sonríe y finalmente contesta “algo así”

 

“¿qué haces aquí?” pregunta nuevamente, curioso, Kon respetaba bastante la regla de Batman, pese a que Tim insistió en que si lo avala no había problema, algo de Clark pidiendo que lo respetara “¿estas bien?” una idea se pasa por su cabeza y su ansiedad se dispara, buscando su teléfono con nerviosismo “¿Ilay esta bien?”

 

Al instante sujetan sus manos con cuidado y gentileza, el aroma del pasto, tierra y sol pega en su nariz y al alzar la cabeza encuentra su mirada suave y gentil, Kon quien alcanza su rostro, lo acaricia suavemente, pasando su pulgar por sobre las ojeras que Tim había comenzado a desarrollar luego de que las contracciones de Ilay se volvieran más frecuentes y su ansiedad lo llevara por un espiral de temor.

 

“Tranquilo, Ángel” pide con la voz gentil y rasposa que acostumbra a utilizar con él, le aparta el cabello del rostro y se aleja para darle espacio, Tim casi quiere acercarse un poco más y recuperar esos centímetros perdidos “esta bien, aun hablando con Alfred” susurra con cuidado “no vine con malas noticias” 

 

“Oh” contestó Tim, el miedo salía de su cuerpo, si era sincero, entre más se acercaban los días, más nervioso se ponía, la cantidad de cosas que podían salir mal lo acosaban sin descanso y el miedo lo despierta en las noches, acosando sus sueños.

 

“fue bueno conocer a uno de los amigos de Tim” comienza Carol, llamando su atención, los miraba con interés e incertidumbre, pero también lo hacía hacia el reloj sobre el pizarrón “pero si no nos vamos ahora, perderemos media película”

 

“oh, es cierto” recuerda Eli, aunque parece reacia a salir del aula, finalmente es jalada por Carol, quien asiente en dirección de ambos, arrastrando con ella a su enérgica amiga que sacude la mano en despido, antes de volverse para compartir susurros y risitas traviesas. 

 

“no te dije que no vinieras los miércoles” pregunta tan pronto ellas desaparecen por la puerta, no está molesto, no en realidad, se alegra demasiado de verlo como para estar enojado por algo como eso “está Alfred en casa”

 

“lo se” asiente mientras se pone de pie con una sonrisa presumida “Ilay me llamo” infla el pecho con orgullo “me pidió que te distrajera, que está con Alfred y está bien y que tu necesitas salir un poco”

 

“y como eres un hombre de buen corazón aceptaste” se burla Tim con escepticismo, puede que si fuera así, que Kon aceptara solo porque Ilay se lo pidió, pero es Ilay quién no funciona así, es Ilay el que pide favores a cambio de algo, de esta forma jamás le debe nada a nadie, una costumbres que según él, adquirió en las calles “no mientas ¿Qué te prometió?”

 

“estar contigo” contesta con inocencia, con sus grandes ojos mirando en su dirección, inclinándose cerca de su rostro, Tim lo golpea sin pensarlo dos veces, solo un manotazo en el brazo que lo hace apartarse, sobando la zona lastimada “eres cruel”

 

“¡ay! por favor” se burla Tim mirándolo con fastidio “eres duro”

 

Conner se congela un momento, mirándolo con los ojos grandes, antes de que una sonrisa traviesa adorne su rostro, lo golpea otra vez intentando y fracasando que escupe con coquetería.

 

“si, lo soy” lo que lo vuelve completamente rojo, mientras el muy desgraciado se ríe de él.

 

Lo arrastran hasta el área comercial de Gótica, tiendas de ropa, juegos de arcade, tiendas de música, está concurrido y ruidoso, las personas chocan y miran mal al alfa alto que se disculpa con gentileza, Tim, por la propia seguridad de su acompañante lo toma de la mano y dirige el camino, mirando mal a cualquiera que dedique más de una corta mirada en su dirección.

 

Kon no se inmuta, pero lo puede ver sonreír mientras aprieta el agarre de sus dedos, lo que le causa cosquillas en el estómago, cosquillas que ignora con firmeza y determinación.

 

Conner compra cartas Pokémon para Jhon,  unos guantes de jardinería para la señora Kent, unas cuantas prendas de ropa, e incluso un anillo de aspecto intrincado.

 

“¿no vas a comprar nada?” le pregunta mientras caminan frente a los locales, Tim no tiene interés en comprar cosas por el momento y nada llama su atención, por lo que se concentra en disfrutar viendo la forma en que Kon reacciona, el chico ha estado en todas partes, en muchas tiendas de diferentes países, pero recorre las cosas con un asombro que le arranca sonrisas, tal vez el que esté prohibido lo hace mas curioso “hay cosas muy geniales”

 

“nada que no haya visto o tenido antes” dice de forma distraída, Kon se vuelve hacia él mientras hace una mueca divertida y Tim capta sus palabras “ya sabes, soy hijo de personas frívolas que reemplazaron el amor con cosas materiales”

 

El contrario le suelta la mano por un momento mientras hace señas como si cortara sus venas antes de tomar un cuchillo imaginario y apuñalarse con el.

 

“¿quieres un pañuelo?” le pregunta con sarcasmo, Tim lo golpea, divertido con sus ridiculeces mientras de forma natural sus manos se encuentran nuevamente.

 

La tarde cae lentamente sobre ellos, poniéndose cada vez más fresca, en algún momento Kon se quita la chaqueta y se la entrega, antes de volver a distraerse con revistas y joyería, sin siquiera darle tiempo de rechazarlo, huele a él, menos a ozono y más a una mezcla de químicos y aire libre, Tim libera de su aroma de forma lenta y constante, impregnando su olor en ella, disfrutando de la mezcla.

 

Esta paseando la mirada de forma distraída, cuando algo capta su atención, es un escaparate, grande, con ventanas de vidrio, lleno de peluches suaves y de colores brillantes, entre todos ellos, dos conejos blancos con una cinta en sus cuellos resaltan, una de un suave color verde y la otra de un blanco brillante, sus orejas son largas y tienen un estampado de flores por dentro, azules en uno, violetas en el otro.

 

“¿te gustan?” pregunta Kon mientras los mira a su lado, inclina la cabeza con curiosidad analizando los peluches “pensé que eras más de los osos”

 

“¿que?” pregunta sorprendido, mientras se mete en la tienda en busca de los peluches “¿porque lo crees?”

 

“tal vez, porque tienes uno en tu nido” contesta con obviedad, y Tim recuerda su oso de peluche, el que Ilay le había regalado, el que pese a creer que sacaría de su nido, aún permanece con el 

 

“es mi peluche de nido” contesta en un murmullo con las mejillas sonrojadas, tomando de los más escondidos, procurando que estén bien limpios y libre de aromas “me lo dio Ilay”

 

“Oh, eso es lindo” se enternece mientras lo acompaña a pagar “me han hablado de los omegas y sus nidos, se que no has sido un omega de lo más convencional, pero según he investigado, tener un nido reduce el estrés de los omegas”

 

“¿investigas mucho del tema?” pregunta repentinamente cohibido y curiosa.

 

“solo porque me preocupa estar haciendo algo mal” acepta con timidez, Tim recibe el bolso con los peluches y mira a su acompañante con el ceño fruncido en confusión “eres un omega y no quiero insultarte o algo así, eres importante para mi, no quiero arruinarlo solo porque no se como funciona”

 

El siempre considerado Conner, toma su mano con suavidad mientras lo guía fuera de la tienda, camino a la parada de autobús.

 

“puedes estar tranquilo” asegura con ternura “podemos aprender, para mi también es nuevo”

 

“está bien” asiente satisfecho, devolviendo la ternura en su voz, antes de señalar con la cabeza la bolsa en su mano “¿entonces para quién es?”

 

“para los gemelos” contesta, esquivando a las personas, estremeciéndose con el aire fresco que corre bajo la chaqueta de cuero “me hicieron pensar en ellos”

 

“conejos” dice con un tono curioso, antes de sonreír radiante, Tim cree que a veces Kon podría estar emitiendo los rayos que absorbe del sol con la forma en que se ilumina, lo hace sentir como en una mañana de otoño “Tú eres el cachorrito de Ilay, y ellos son tus conejitos”

 

“por favor, cállate” protesta con vergüenza, mientras él se ríe a carcajada limpia, si antes no sabían que no era de la ciudad, ahora seguro que si, nadie en Gótica se ríe de esa forma si no quieren que piensen que están infectado con el gas de la risa.

 

Resulta que si terminan encontrándose con Alfred, estaba yéndose, mientras Tim llegaba, atrapándolo en medio de devolver la chaqueta de Kon, solo tiene que ver la forma en que recorre la figura del alfa y enarca la ceja, para saber que esto llegara a los oídos de la señora Kent.

 

“joven Kent” llama el hombre con fingida sorpresa, Ilay desde atrás sonríe al verlo “ya es tarde, Martha debe estar preocupada”

 

“ella sabe que estoy con un amigo, señor” contesta Kon, evitando la mirada de reproche de Tim mientras asiente en dirección a Ilay, le había dicho que no era necesario que lo dejara en su casa “y yo ya estaba por irme, solo quería ver que Tim llegara a salvo”

 

“lo que es ridículo porque puedo llegar a salvo a mi casa” contesta, una discusión que habían tenido de camino.

 

“lo que digas, Ángel” esos deslices le costarían la vida a ese inconsciente, puede que Alfred no le comente sobre sus visitas semanales a Bruce o que Ilay sabe el secreto de todos ellos, pero por la mirada que les dedica, definitivamente está contándole sobre esto y si lo sabe Bruce, lo sabe Dick, y Jason, de Jason a Damian, de Damian a Jhon, dios porque las relaciones entre superhéroes son tan estrechas “bueno, fue un gusto verlos, nos vemos”

 

Más tarde lo reprende por huir.

 

Ángel:

Eres un cobarde.

 

Kon:

Soldado que arranca, sirve para otra batalla.

 

A Ilay le encantan los conejos, tan pronto se los muestra, los pone el las camas de los bebés, uno en cada cuna, y besó ruidosamente la frente de Tim antes de pedirle amablemente que corra a tomar un baño y lavar esa ropa para quitar el olor del mundo exterior.

 

Al día siguiente, llega a su salón completamente distraído, pensando en comprar más fruta de camino a casa y tal vez cosas dulces para los antojos de Ilay, hace una lista mental de ellos mientras pasa por los pasillos hasta su salón y no es hasta que Eli se para frente a él y llamó su atención, que nota las miradas curiosas.

 

Resulta que el rumor de que tiene novio se esparce con la fuerza y velocidad de una bala de cañón, piensan que sale con un chico alto de aspecto gótico de los dos mil.

 

Es entonces que se da cuenta de que este será el siguiente chisme hasta la semana que viene, hasta que corre otro rumor más interesante.

 

Y es que, aunque Tim no era un santo y a menudo se metía en problemas con los profesores y el director por su boca floja, era considerado de los mejores alumnos, con su increíble desempeño y su personalidad tranquila, amable pero distante, se había ganado una reputación, y en cuanto a las citas, todos sabían que Tim no tenía parejas.

 

Que aparezca con un gigante como Kon, con sus pintas, siendo un niño de bien, les hace parecer los protagonistas de malas películas de amores entre clases sociales, y si es honesto a muchos de sus compañeros les calienta la simple idea de dejarse coger por alguien de baja cuna, por lo que es llamativo para ellos.

 

Tim sonríe mientras le preguntan si es rudo y salvaje con él, y asiente como si fuera cierto, como si la realidad no fuera que en el momento en que Kon consiga a alguien, se pondría a sus pies, dulce y reverente como suele ser.

 

En sus prisas por llegar a casa, y contarle el chisme completo a Ilay, olvida comprar las cosas que había pensado y esa noche paga el precio por su distracción cuando un lloroso Ilay busca lo más silencioso que puede, un dulce para comer, decepcionado al no encontrar nada, le asegura con voz triste que no se preocupe, que ya mañana lo verán, que no es necesario.

 

Claro que Tim no lo deja, se pone la chaqueta de Ilay sobre el pijama, toma las llaves, el teléfono y le pide que active la alarma una vez salga de la casa, insiste en que no es necesario, que solo una noche no lo matara, pero Tim no dejará que pase despierto toda la noche pensando en gomas de cereza, han logrado no saltar ni un antojo, incluso los que francamente amenazaron con hacerlo vomitar, no empezaran ahora.

 

Mientras camina en el frío de la madrugada no puede evitar pensar en lo diferente que es salir a la calle como ciudadano y como vigilante, por algún motivo las calles le parecen mucho más peligrosas sin su máscara para cubrir su rostro.

 

Le hace pensar en Kon, sin máscaras, ni nada para cubrir su rostro, para Tim, el antifaz y la máscara, incluso la capucha, con el tiempo se había transformado en más que solo un objeto para cubrir su identidad, es una pared que cuida y defiende la persona que eres bajo ellas, una separación entre Tim y Red Robin, no se imagina luchar voluntariamente sin esa protección.

 

Aunque pensándolo bien no es realmente una sorpresa, Kon es honesto, no honesto como él, frío, calculador y hasta cruel, honesto como la señora Kent, gentil y suave, usan la verdad como una ofrenda de paz, como un símbolo de valentía, no un cuchillo afilado o un arma conveniente.

 

Si Conner tuviera una pareja posiblemente sería igual, alguien honesto y gentil, que armonice con la gentileza del chico, alguien que merezca las atenciones que entrega, seria todo un romántico, con ese estilo oscuro y peligroso los llevaría a un paseo por la playa o a parís o un picnic.

 

Seguramente llevaría a su pareja a volar, sobre las nubes en un día nublado, donde el sol brilla con fuerza y hermosura, como le había mostrado hace tanto tiempo, sosteniéndolo cerca, con agarre firme pero gentil.

 

Tenía que escoger a alguien valiente, alguien capaz de plantarle cara, pero incapaz de lastimarlo con intención, que se preocupara por él, que le recuerde que aun con poderes puede salir lastimado, pero también que lo potencie, que lo ayude y complemente.

 

En la tienda, Tim se distrae mirando al chico de la caja, el pobre tiene pinta de querer morir por el turno de noche, grandes bolsas bajo los ojos y pálido como fantasma, el sonido suave de la música llega a sus oídos y la brillante luz que parece querer cegarlo temporalmente lo hace pestañear de más, no demora demasiado, toma tres bolsas de gomitas, unas papas con queso solo por capricho y paga.

 

Arrastra la bolsa de plástico con él dos cuadras, ignorando sus pensamientos hasta que uno de ellos llama su atención

 

¿Si Conner consigue pareja, aun lo llamara Ángel? 

 

Conner es una persona respetuosa con las personas que aprecia, intenta complacer y arreglar lo que puede para su comodidad, si a su futura pareja le incomoda, seguramente dejaría de hacerlo, y no estaría mal, eso es lo que debería de hacer. 

 

¿comenzaría a usar ese apodo con ella?

 

La idea le revuelve el estómago, no le gusta, existen muchos apodos, más cursis, más románticos, ese es suyo, Kon no lo haría.

 

¿no lo haría?

 

Frunce el ceño, molesto y le toma un momento darse cuenta de que está molesto por algo que ni siquiera ha sucedido, algo que muy posiblemente no sucederá pronto, que en realidad no tiene que ver con él.

 

Suspira profundamente mientras sigue su camino, intentando fundirse con la oscuridad de la calle, el viento sopla y alza el rostro para ver la luna brillando con intensidad en el cielo, cubierta por nubes y contaminación, se pregunta si en casa de los Kent la luna es igual de brillante.

 

Es entonces cuando lo recuerda, de la forma más absurda y ridícula de la vida, aun mirando la luna, parado en medio de la calle vacía, saca su teléfono del bolsillo y marca.

 

“¿Tim? ¿Qué pasa? pensé que estabas libre esta noche” pregunta la voz de Oracle por teléfono, suena cansada.

 

“¿que tantas posibilidades hay de que con la ubicación de las escenas, se esté formando un polígono estrellado de cinco puntos?” pregunta mientras se apresura a esconderse en uno de los callejones cercanos.

 

“querrás decir una estrella” dice ella entre dientes mientras busca en su computadora, suspira cuando deja de teclear “si, un polígono estrellado perfectamente hecho”

 

“falta la punta” asegura Tim y ella murmura de acuerdo “está perfectamente hecho, es un lugar exacto ¿puedes conseguir la dirección?”

 

“en tu teléfono” contesta al instante y el dispositivo en su mano vibra “enviaré a alguien a cuidar la zona”

 

“será tarde, estoy mas cerca” contesta mientras deja caer la bolsa con compras y comienza a correr hacia la dirección que había recibido, compra las golosinas a la vuelta “hoy es su ultimo asesinato o el ultimo planeado”

 

“¿como que planeado?” pregunta desconcertada, Tim sigue corriendo 

 

“si las cosas no salen bien, puede que todo acabe muy mal” asegura mientras gira una esquina e ignora a las personas que le lanzan miradas curiosas, para llegar al lugar tiene que pasar por una zona concurrida, si no fuera por que esta de civil subiría al tejado “¿conoces el cuento de la bruja que rogó a la luna?”

 

“hay muchos como ese, ninguno que recuerde” asegura, parece estar mandando avisos al resto “¿que tiene que ver?”

 

“mi ama de llaves me la contaba de niño” comenta “era una mujer que vivió toda su vida maldita, cada persona que amaba, perecía en desafortunados incidentes” Tim lo recordó con frecuencia luego de la muerte de sus padres “fue maldita en su nacimiento, con la muerte de su madre y su llegada al mundo”

 

“un niño no debería escuchar cosas tan tétricas” comento de forma distraída

 

“a los dieciséis años, cuando su amado muere en un extraño accidente, ella no puede más y decide arriesgar todo” el bullicio se vuelve mucho más fuerte, mientras la multitud se hace más grande “son cinco sacrificios, en luna creciente, destinados a cambiar el pasado y salvar el futuro”

 

“¿cómo?” parece intrigada, es una historia interesante, aunque preferiría no tener que contarla en estas circunstancias 

 

“la intervención de la luna cambia su destino y en lugar de morir la madre, muere ella, y la luna la toma como compañera a su lado en el cielo” alguien le grita luego de chocar con su hombro, Tim no mira atrás “el destino cambia y en su siguiente vida, su fortuna también”

 

“Bien” asiente luego de un segundo de silencio “¿estás intentando decirme que este asesino intenta recrear este cuento?” 

 

“estoy diciendo que está intentando hacer un trato con la luna” corre más rápido mientras revisa la hora cada ciertos minutos “no nos habíamos dado cuenta, pero siempre que pasan estos asesinatos, la luna está creciente”

 

“¿así te diste cuenta?” pregunta ella con incredulidad “a veces me pregunto como funciona tu cerebro”

 

“creo que encontré que estaba mal en nuestro perfil” asegura Tim mientras recuerda los pequeños detalles en los datos “es la culpa, tanta culpa que puede consumirlo” Tim conoce la culpa y lo que esta puede hacerle a las personas “es responsable de la muerte de alguien” recuerda el cuidado de los cuerpos, la perfecta presentación en uno de ellos “se culpa por la muerte de su madre”

 

“Oracle, busca en hospitales, clínicas de salud o parenteral” se detiene un momento buscando un camino más corto “cualquier persona relacionada con atención al cliente, enfermeros, guardias o secretarios” 

 

“¿parámetros?” pregunta ella al instante

 

“omega, masculino, entre veinticinco y treinta años, huérfano, expediente limpio” había sido tan simple y no había podido verlo a tiempo, Tim aprieta los dientes mientras piensa en las cuatro familias “perdió a uno de sus padres primero, su padre, accidente de tránsito”

 

“cuarenta resultados” informa ella, y Tim gruñe, cuarenta personas con expedientes limpios en esta ciudad, que carajo.

 

“probablemente en el accidente murió por un golpe contundente en la cabeza o se desnuco” los callejones se vuelven estrechos entre más corre, siente un ligero agotamiento, pero no desiste “la madre no trabajaba, o entregaba bajos ingresos a la familia, así que con la pérdida del padre, su situación de vida se vio alterada”

 

“veinticuatro nombres” la mitad, solo un poco más, acelera el paso, mira el cielo, a esta altura, el padre ya debe estar muerto, quedan la madre y el niño.

 

“ella se suicida” su boca lo dice antes de que el lo procese y al instante es como si una palabra que no podía recordar finalmente apareciera “el asesino apunta al niño para que la madre lo convenza de disparar”

 

“veinte” solo cuatro abajo 

 

“paso por hogares de acogida, pero salió rápidamente del sistema luego de ser adoptado” intenta evocar la imagen del omega, de su perspectiva del mundo, recuerda la historia “antes del primer asesinato, perdió a alguien, apuesto por una hija o una pareja”

 

“Jack Brenan, ahora Floyd” suelta con triunfo y Tim sonríe mientras apura el paso “hijo de Anton Brennan, trabajador de bienes raíces, y Solan Brennan de soltera Jacobs, cuando Jack tenía cinco años su padre falleció en un accidente de tránsito…” hay un corto silencio en la línea “eres aterrador, falleció de una fuerte contusión en la cabeza, de no ser por eso, habría muerto desangrado. La vida de Jack y su madre se fue en picada desde entonces, la madre trabaja mucho por poco y Jack terminó en una escuela pública donde recibía bullying”

 

“se mudaron” asegura Tim.

 

“un lugar mas barato, pequeño y peligroso” asiente ella “cuando Jack tenía nueve años, ella se suicidó en el baño del departamento, se cortó las muñecas, la policía fue avisada por una vecina que había ido a cuidar a Jack cuando el turno nocturno de Solane empezaba” aspira aire y vuelve a hablar con la voz más firme “Jack estaba en el baño con su madre, cubierto de sangre, había intentado detener el sangrado, más tarde, Jack entrega una carta a la policía, su madre se la había dejado”

 

“adivino” dice Tim con frialdad “lo culpa de su muerte”

 

“así es, en realidad lo cito hacerme tu madre fue mi condena, no haber podido abandonarte para seguir a Anton tu culpa dice más cosas terribles y finaliza la carta diciendo ahora soy libre de ti y del peso que significaste para mi vida ” Barbara suspira “si eso fuera para mi, yo también perdería la cabeza”

 

“si bueno” asiente Tim “algunos se ponen un traje tonto y salen a las calles”

 

“años después, vive con una buena familia, estudia y trabaja” más tecleo y un resoplido malhumorado “Tim enserio tienes que dejar de hacer esto, hace poco se comprometió, acababa de descubrir que era infértil y solo unos días después, su prometido fallece, cae por las escaleras, contusión en la cabeza, esa es una forma de revivir un trauma”

 

“es el detonante” apunta Tim al instante, a lo lejos puede ver un almacen, finalmente llegó “avisa a los otros sobre el perfil completo, discreción, está perdiendo el control, un susto y vuela la cabeza de las víctimas” se asoma por una de las puertas y puede escuchar, llantos y súplicas “también alerta a la ambulancia por si acaso”

 

Más tarde, Tim realmente agradece haber pensado en la ambulancia, pero por el momento guarda el teléfono en su bolsillo y se asoma por el costado de la entrada, están cerca, solo tiene que entrar sin que lo vean.

 

“por favor, por favor” ruega una mujer, su voz es temblorosa y cree que puede estar llorando, Tim no la puede ver mientras rodea el almacén, encontrando una vieja escalera que lo lleva a una ventana rota “déjalo ir, solo tiene tres años, por favor”

 

“todo va a estar bien” es tan normal, tan suave y gentil, Tim se asoma por la ventana, se corta la espalda con un vidrio al pasar, pero no le presta atención mientras busca con sus ojos al omega que orquestó todo este macabro teatro “solo tienes que dispararle y todo acabara”

 

“no, no puedo, es mi bebe” llora ella, y finalmente Tim la ve, escondido en la parte superior del lugar puede ver con claridad a la mujer de rodillas en el suelo, tiene el cabello negro recogido en un moño desordenado, el rostro surcado por lagrimas, mientras sostiene débilmente un arma entre sus manos “¡¿como voy a matar a mi cachorro?!”

 

“¿mami?” llama el niño, su pequeña voz insegura ante el llanto de su madre, a Tim se le corta la respiración al verlo, es pequeño, tan pequeño como el niño anterior, también de cabello negro y ojos grandes, un arma, mas pequeña, cuelga de sus deditos, a su espalda, esta el responsable de todas esas muertes, el asesino de todas esas familias, dé todos esos niños

 

“es simple, será liberador” a Tim nunca le han gustado estos sujetos, es más fácil enfrentar lunáticos disfrazados, con rostros aterradores y malicia en su voz, que personas aparentemente normales, con voces tan suaves, persuasivas y amables como esa, con esa apariencia dulce, de ojos castaños cálidos como la miel y cabello rubio y ondulado casi angelical “solo un disparo y tu tormento acabara”

 

“¡No!” ruge la mujer y Tim se tensa cuando la ve alzar el arma, apuntando en dirección al omega, al instante el arma de este está contra la cabeza del niño y la madre tiembla mientras lo ve.

 

“lo pondré en otras palabras” su voz se enfría, aun hermoso y letal, sus palabras son trozos de hielo, claras y concisas, mientras retrocede un paso sin dejar de apuntar “o lo matas y vives” quita el seguro “o el te mata a ti” 

 

“¿lo dejarás vivir?” la esperanza nubla su juicio, baja el arma mientras el omega permanece en silencio, ella mira a su hijo, mientras deja el arma en el suelo y con firmeza, toma su decisión “Andy, mi amor” llama ella, su hijo alza la cabeza y da un paso, el arma del omega se levanta “¡no!” el niño se detiene, le sonrió tensamente “necesito que te quedes ahí, mi bebé”

 

“mami” llora, un gemido bajo y pequeño el indicio de un sollozo, Tim se mueve, pero no ve la forma de bajar sin llamar la atención, no sin sus cables.

 

“está bien, está bien” dice con una calma que difícilmente siente “¿vez el juguete de mami?” pregunta levantando el arma en su mano, el niño sostiene el suyo de la misma forma que su madre, pero con mucha más torpeza “ese, si, sostenlo así, cariño” señala ella, Tim puede ver el dolor que le causa apuntar a su hijo con un arma, aunque solo sea de muestra, el niño la imita “muy bien, mi niño inteligente, muy bien” 

 

“se te acaba el tiempo” le avisa con gentileza, ella se estremece y el niño se queja, bajando el arma

 

“mami” llora con fuerza y el miedo se extiende en el rostro de la mujer “¡mami!”

 

“Andy, Andy no llores bebé” pide, casi le ruega, alzando las manos, el anhelo es tan grande que a Tim le duele mirar “solo has lo que mami pide y podremos irnos” eso llama la atención del niño que la mira mientras ella se desespera “lo prometo, solo ayúdame, cariño, y nos llevare a casa”

 

“¿con papi?” ella se congela un momento y se traga un sollozo y la ve hacer un gran esfuerzo por no mirar al costado, Tim no lo hace, desliza su mirada y encuentra el cadáver mas golpeado hasta el momento, incluso más que el primero, sangra por todas partes y tiene pedazos de pie colgando, parece realmente salido de un terrible y violento accidente de tránsito. 

 

“con papi” afirma y la máscara suave del omega se desliza un momento mientras resopla  cruelmente divertido “ahora bebé”

 

Ella le da instrucciones, mientras Tim busca una forma de llegar abajo, lo encuentra al costado de la escena, unas cadenas colgaban del techo, aferrada a una de las vigas de metal, Tim podría balancearse con ellas y llegar justo hasta donde estaba el omega con el arma, pero si se acercaba a la cadena, podrían verlo antes de lanzarse, necesita que el omega este distraído.

 

“tienes que apuntar, mi amor” pide y Tim escucha como lentamente cae en la desesperación, camina hasta situarse tras la figura del hombre e intenta sutilmente llamar la atención de la mujer “aquí, al pecho de mami”

 

“esto se vuelve muy tedioso” se queja el omega y la mujer alza el rostro furiosa, Tim no sabe qué cara pone este, pero ella desvió la mirada y entonces lo ve, se congela un momento y Tim se pone el dedo en los labios, rogando que guarde silencio, es inteligente, pues finge rápidamente que no vio nada, mientras vuelve su mirada a su hijo. 

 

“vamos mi amor, apunta a mami, como en casa” llama ella, incitando a su hijo reacio a obedecer, abrumado por el miedo, Tim se mueve lentamente hasta donde necesita, la ve mirando sutilmente en su dirección y sabe el momento en que ella capta su problema “¿porque haces esto?”

 

“no necesitas saberlo” contestó con simpleza, Tim da otro paso más cerca, solo unos mas y tendría la cadena en manos “sigue”

 

“no tienes que hacerlo” ruega mientras intenta razonar, distrayéndolo, Tim da otros dos pasos “no le diré a nadie si solo nos dejas ir”

 

“¡sigue!” ruge y el niño salta en su piel, Tim acelera unos pasos y toma la cadena y la mujer  grita, el disparo resuena en todas partes, el pobre niño disparó.

 

Todo se vuelve borroso, solo puede ver el arma preparada para disparar al cachorro tirado en el suelo y llorando, Tim se balancea y en algún momento llega abajo, otro disparo resuena, pero poca atención le presta mientras le arrebata el arma.

 

“¡No!” grita el omega mientras Tim lanza el arma lejos, y le suelta un puñetazo en el rostro, la fuerza lo hace tambalearse hacia atrás y Tim aprovecha y lo patea en el estómago con fuerza, arrebatando el aire, busca algo con que detenerlo, algo que lo contenga, cuando lo ve, se abalanza sobre el contrario y con fuerza lo empuja contra la base que sostiene vigas de metal.

 

Apenas alcanza a retroceder mientras el estruendoso ruido se desata, vagos quejidos opacados por el ruido del metal contra el metal o el metal contra el concreto, mientras es aplastado por ellos.

 

“¡mami!” lloran tras él y Tim se vuelve, una punzada le arranca un quejido y eleva la mano para sostener su costado, el rojo la cubre humedad esparciéndose mientras inspecciona.

 

“mierda” murmura, jadeando aún con la adrenalina recorriendo sus venas “Ilay va a estar furioso”

 

Un llanto estremecedor resuena por todo el lugar y Tim reacciona, corre con la madre y el niño que están tirados en el suelo, la mujer tiene una herida sangrante en el estómago, Tim la revisa lo mejor que puede, sin agujero de salida, por lo que aún está dentro, es poca sangre considerando la herida

 

“vas a estar bien, por el momento la bala está atrapada” el rostro de la mujer palideció, mientras se tuerce por el dolor, Tim la consuela con una sonrisa débil “se que parece malo, pero en este momento es una buena noticia, está reduciendo temporalmente tu sangrado, la ambulancia viene en camino, no tarda mucho”

 

“mi bebé” pide ella, Tim mira a su costado, el niño solloza con el rostro escondido en el pecho de su madre.

 

“está bien, no está herido solo asustado” Tim retrocede unos centímetros y alza su polera ya cubierta de sangre y la lleva a sus labios mientras busca la salida de la bala, suspira con pesar mientras la encuentra, no sabe si es mejor o peor, los ojos aterrados de la mujer lo siguen “bien, la bala salió de mi cuerpo”

 

“¿es bueno?” pregunta ella mientras intenta levantarse, Tim la presiona contra el suelo y niega con la cabeza, antes de quitar su chaqueta y polera, mordiendo su mejilla para evitar el dolor.

 

“tal vez me desangre, asique no estoy seguro” se ríe nerviosamente mientras raja una parte de la polera, la mujer lo mira aterrada y él le sonríe con una mueca “mejor tapa los oídos de tu hijo, pero no te muevas mucho”

 

Puede escuchar el ruido de la ambulancia a la distancia, aún demasiado lejos, necesitaba tapar pronto la herida para no morir de camino al hospital, cómo puede mete trozos de tela en los agujero de entrada y salida, gruñendo de dolor como un animal salvaje, pero negándose a gritar, cuando acaba con eso, toma un profundo suspiro antes de continuar y con las manos temblorosas, apretar con fuerza las vendas en su estómago. Cuando termina siente que la cabeza le va a estallar y el agotamiento cae sobre su cuerpo, como toneladas de concreto..

 

“necesito que me escuches” le dice entre jadeos agotados, siente sangre en su boca, ella lo mira con lágrimas en los ojos, aun en el suelo “me voy a desmayar pronto, tienes que permanecer acostada, quieta, evitará que la bala se mueva y cause más daño interno, si puedes, cuando llegue la ayuda, diles que me falta el bazo”

 

“lo siento” llora ella mientras se aferra a su hijo que aún solloza, sus ojos lo miran con tanta culpa que Tim cree la comerá viva “muchas gracias y perdón”

 

“no, no, no llores” ordena Tim, mientras estira la mano y le acaricia el cabello como tantas veces Ilay lo hizo con el “será peor, no llores, no es tu culpa, estaremos bien” ella asiente, valiente, conteniendo las lágrimas, las arrugas alrededor de sus ojos le recuerdan al omega en casa, aun esperando sus dulces de cereza, debe estar preocupado “solo tenemos que esperar”

 

“tengo miedo” le susurra, intentando que su cachorro no escuche, su voz tiembla y a Tim se le quiebra el corazón “no quiero dejarlo solo, no puedo”

 

“la bala en tu interior está haciendo de tapón, evita que te desangres” le dice con cuidado, su lengua comienza a pesar, le cuesta pronunciar palabras “la zona en la que te llegó, esta lejos de los órganos vitales” eso espera “tienes muy buenas posibilidades de sobrevivir”

 

“esta bien, si, lo entiendo” asiente, pese a que le tiembla la voz, acaricia el cabello de su hijo, y mira a Tim con una ternura maternal que enternece a Tim profundamente “¿y tu?”

 

“lo he tenido peor” bromea sin aliento, no es mentira, pero la última vez que estuvo tan mal, tenía un bazo, ahora no está seguro de que tan bueno sea el panorama “él se llama, Andy ¿cual es tu nombre?”

 

Escucha la ambulancia cada vez más cerca, mientras la incita a hablar, a distraerse, su nombre es Laura, su hijo se llama Andrés y tiene frío, cada pocos segundos Tim pierde la conciencia, le gustaría tener la fuerza para alcanzar su chaqueta y verificar si tiene su teléfono, pero sabe que cayó en su viaje al suelo, y buscarlo significa demasiado esfuerzo.

 

“cariño ¡Hey!” le cuesta un momento darse cuenta de que le habla a él, Laura lo mira preocupada “¿cual es tu nombre, corazón?”

 

“Tim” contesta e incluso eso es difícil, quiere sonreír, ella intenta hacer lo mismo que él, distraerlo del dolor, mantenerlo despierto.

 

“Tim, es un buen nombre” dice con calma, pese a que escucha su desesperación, Tim cierra los ojos un instante y cuando despierta ella grita su nombre y él está en el suelo, de espaldas, se desmayó, la cabeza le palpita “¡Tim! cariño, cariño despierta” 

 

“despierto” intenta, aunque suena más como d’rto, la escucha suspirar, mientras dice cosas que no alcanza a captar, cierra los ojos nuevamente y cuando los vuelve a abrir, una punzada abrasadora de dolor le recorre todo el cuerpo, unos brillantes ojos azules lo miran, aun llorosos pero determinados.

 

“eso es bebé, se que da miedo, pero esta bien” Laura le habla a su hijo, las pequeñas manos del niño presiona la herida de Tim sin cuidado, con una presión cruel, adecuada de un niño de su edad, está dividido entre pedirle que se detenga e instruir para hacerlo con más fuerza, aunque da igual, los bordes de su visión se oscurecen, apenas puede hablar “¡No! ¡Fuera! ¡Aléjate!”

 

“Tranquila” llaman con suavidad “vinimos a ayudar”

 

Tim despierta de golpe, la alarma en la voz de la mujer, lo hace reaccionar, se endereza bruscamente y toma al niño en un abrazo fuerte, mientras intenta concentrar su vista en lo que está frente a él, gruñe en advertencia ante la figura borrosa que se acerca, sin ser capaz de distinguir correctamente, se marea con fuerza, su mundo se sacude.

 

“Oh, mierda” escucha que dicen mientras se acercan, Tim muestra los colmillos y soporta lo mejor que puede el dolor en su torso “Dios, Tim ¡B!”

 

“Batman, tenemos un problema” otra voz grita, es joven y hay pánico en ella, lo ignora, rugiendo a quien aún intenta acercarse, un fuerte ruido esta fuera, un sonido agudo de sirena que resuena en su cabeza “está sangrando, está sangrando mucho”

 

“dijo que la bala que le dio salió, se metió tela en la herida” Laura, es Laura, parece asustada, Tim ya no puede ver, siente como se desvanece, el pequeño cuerpo en su pecho solloza y Tim quiere imitarlo, asustado “él dijo, dijo que le falta el bazo, no se que es, me pidió que les dijera eso” 

 

“está bien, señora, estará bien” Tim quiere a Ilay, quería volver a casa, con la bolsa de compra y comer papas de queso mientras el omega devora sus dulces de cereza, quiere ir a casa “Tim, necesito que sueltes al niño”

 

Tim gruñe, el miedo y la ira jugando en su interior, se le escapa un sollozo, quiere a Ilay, está asustado quiere tanto un abrazo, o su aroma, gruñe y se queja, herido y asustado mientras se desvanece lentamente. 

 

“Ilay” murmura finalmente antes de perder la conciencia.



Notes:

Finalmente las cosas se ponen interesantes :)

Chapter 10: Vacio

Notes:

Hola, ya volví :)
Espero les guste y lamento mucho la espera >3

(See the end of the chapter for more notes.)

Chapter Text

Sorprendentemente el paso del tiempo había convertido a Ilay en una persona sonriente y descarada, luego de haber probado el mundo y querer devorarlo por completo, hacerlo suyo a él y a su gente, aprendió, se adaptó y creció, en su opinión, no puedes sobrevivir de errante si no te vuelves un sinvergüenza, con la sonrisa fácil, la boca floja y el puño preparado.

 

Se metió en muchos problemas, conoció a muchas personas y vio a una buena tanda de otras morir, sabía cómo funcionaban las cosas, era consciente de la manera en que las calles solucionaba sus problemas y de cómo muchos de ellos acaban cubiertos en rojo.

 

Asique fue más fácil ser desapegado, despreocupado, moverse de un lado para otro y aceptar las cosas como vienen para dejarlos ir tan pronto les ha dado cara, solo mirando hacia al frente. Fue más fácil luego de la muerte de su padre, sin nadie que lo conectara con un lugar en específico, lo único que le quedaba hacer era seguir adelante, aunque en ocasiones pareciera ser el único incapaz de avanzar.

 

Comprendió con rapidez que tener un gesto de desagrado constante cuando quieres librarte de una bala en la cabeza o una paliza en algún callejón, no era precisamente la mejor forma, y era mucho menos amenazante si sonreía de buena gana.

 

Atrás quedaron sus días de mutismo, rostro indiferente y actitud vacía, atrás quedaron los estallidos de tristeza y arrebatos de ira, y las palizas que conseguía por ellos.

 

De forma constante, mientras pasaba de ciudad en ciudad, el niño que había sido se enterraba profundamente en su interior, lejos del alcance de cualquiera, incluso de sí mismo, ese malhumorado niño, problemático y de ceño permanentemente fruncido había dado paso a una persona que podía existir sin pensar en el dolor y el rechazo, en el abandono y la injusticia. 

 

Aún era fácil de provocar, aún era hábil cerrando bocas, solo lo mejor se quedó y la nube negra que por tanto tiempo lo persiguió se escondió entre sus costillas y tras sus pulmones, lejos de la vista de cualquiera, incluido él.

 

Lo más cercano que tuvo de lo que llama vacío luego de dejar el pueblo de su infancia, mientras planeaba el entierro de su padre, mientras hacía llamadas y se comportaba de forma pragmática y productiva, y mientras a media noche, con las tablas viejas de su casa crujiendo bajo sus pies, lloraba silenciosamente, se alivio profundamente al descubrir que el vacío no lo persigue fuera del pueblo, que solo al volver esa pesada nada se instalaba sobre sus hombros y fue feliz con ese pensamiento, mientras preparaba sus cosas para partir la mañana siguiente.

 

Debió saber que era ridículo pensar así, engañarse a sí mismo de esa forma solo por falsa tranquilidad.

 

No lo reconoce al instante, después de tanto tiempo no puede, no mientras abre la puerta y el frio de la noche lo recorre por completo, no mientras mira confundido a Alfred en su puerta, con un auto negro esperando al final del camino.

 

No sabe qué fue del viaje, no recuerda cómo subió al auto, ni si dijo alguna palabra, ahora que lo piensa, ni siquiera recuerda si cerró la puerta de entrada, solo sabe que de un borrón, confuso y brusco, está en el hospital.

 

Mientras pasan de recepción, es vagamente consciente de la forma en que las luces lo ciegan e irritan sus ojos, o como el olor de los químicos y antisépticos lo incitan a vomitar la cena, y el movimiento constante, la angustia, el dolor, los llantos, sollozos y susurros furiosos de las otras personas en el edificio lo inquietan profundamente.

 

Comprende, procesa y reconoce las sensaciones y las emociones, pero las palabras están atascadas en su garganta, incapaz de comunicarlas, de exteriorizarlas, su rostro entumecido por el miedo, permanece plano incapaz de proyectar agitación alguna.

 

Es entonces cuando lo siente llegar, lo reconoce, posándose sobre sus hombros, adaptándose a su piel, ahora es más viejo, tiene más arrugas y experiencia, tiene años sin necesitarlo, pero mientras la comprensión se hunde profundamente en sus huesos y la angustia le sube a la cabeza, sabe que ya no es así. 

 

Huye al baño.

 

Traba la puerta y respira con dificultad, intentando mantener la calma, mira distraídamente las baldosas blancas de la habitación vacía, el aire en el interior es húmedo y huele almizcle, se siente un poco contaminado solo por estar dentro, y al instante un destello de Tim haciendo una mueca desagradable pasa por su cabeza.

 

Pierde la calma.

 

De un rápido movimiento está en un cubículo y vomita la cena, el almuerzo y tal vez un pulmón por la forma en que siente que todo es expulsado, se ahoga y sus ojos arden con lágrimas, a medida que los segundos pasan y no puede recuperar el aire que se escapa junto con todo lo demás, sus manos se aferran al retrete, mientras inhala bruscamente en sus cinco segundos de descanso antes de volver a ello con fuerza.

 

Su estómago se retuerce incómodamente hasta que no expulsa nada más que espuma y bilis. En el momento en que todo se detiene suspira aliviado, dejando caer su trasero en el suelo frío y posiblemente sucio, permitiendo un momento, temblando por todas partes, recuperando el aliento y haciendo una mueca por la esencia ácida en su lengua y el ardor en su garganta.

 

No debería ser una sorpresa que tantos años después, en medio de un baño en un hospital, con dos niños en el vientre y un tercero metido en un quirófano con una bala en el cuerpo, Ilay sienta la casi inexistente necesidad de tener a su padre para preguntar que mierda se supone que tiene que hacer cuando uno de sus cachorros se muere a unos metros de él.

 

No es una sorpresa la respuesta que su mente proporciona casi al instante, mientras se recuesta sobre la pared del cubículo en el que había ido a dar, las rígidas palabras de su padre, resuena en su cabeza, su única respuesta además de los golpes ante sus lágrimas.

 

Reúne tu mierda

 

¿Qué más puede hacer? Tim no necesita que Ilay pierda la cabeza, no necesita que se deshaga incapaz de soportar saberlo herido, no cuando sabe que no se detendrá, cuando vio la determinación en sus ojos, cuando reconoce que así como hoy, habrán tanto más, Tim necesita confiar en él, necesita saber que puede soportarlo, e Ilay lo hará, no permitirá que su incapacidad preocupe al ya de por sí nervioso niño que ha conseguido tener para sí.

 

Con cuidado se pone de pie, se permite un respiro contra la pared, tocando su vientre en una suave caricia que intenta sea reconfortante,  camina al lavado y limpiar el regusto amargo de su boca, moja su rostro y pasa sus manos por su cabello, humedeciendo ligeramente las hebras suaves, no se molesta en secarse mientras mira su reflejo.

 

Se ve terrible, pálido, ojeroso y desordenado, lleva la chaqueta que Tim había dejado en el perchero, no recuerda haberla tomado, bajo ella aún lleva el pijama gastado que huele a su nido, sólo por asegurarse mira sus pies y encuentra sus botas de trabajo, los cordones sueltos en su prisa, la punta de acero brilla bajo la luz fría del hospital, suspira pesadamente, captando el inicio de un dolor de cabeza.

 

Lo acepta con resignación, con ojos duros, rostro indiferente, y mientras la angustia palpita junto a la desesperación, la ansiedad, la ira y la tristeza, siente que respira aliviado al no tener que luchar por no perder la calma, ahora es solo una bóveda cerrada e impenetrable y esas emociones no saldrán de su cuerpo.

 

Alfred lo espera fuera, le dedica una mirada preocupada mientras se acerca, Ilay baja un poco la cabeza indicando sin palabras que está bien, no lo engaña y no esperaba hacerlo, es demasiado mayor y perspicaz para dejarse convencer por mentiras mediocres, le dedicó una mirada entrecerrada y escrutadora, pero como el hombre educado y elegante que es, lo dejó pasar, respetando su silencio.

 

La habitación a la que se dirigen es una sala de espera, tiene varios sillones elegantes y mullidos de varios tamaños, con una televisión en una de las paredes y lámparas apagadas que posiblemente tendrían un brillo más suave, adecuado para un descanso, como si un ser humano con un corazón capaz de amar pudiera prestar atención a algo que no fuera la desgracia del momento, parece un zona privada y bastante cara, además de estar ocupada.

 

Dos pares de ojos azules, dos pares de ojos verdes, todos de cabello oscuro y portes rectos, lo miran fijamente y solo por costumbre devuelve la mirada sin inmutarse, su padre le había enseñado a punta de golpes que siempre debe mirar a las personas a los ojos, estos cuatro no eran ni de cerca más intimidantes que el ex militar con problemas de ira y estrés postraumático, capaz de hacer y deshacer con él en la soledad de su casa.

 

No parecen felices, desde el mayor hasta el menor, parecen descontentos, un ceño fruncido, mandíbula apretada, espasmos en las manos, un labio mordisqueado, pero pese a su inquietud, no dudan en analizarlo y como retribución, él a ellos, comparten muchas características, algo que ya había notado por sus fotografías, pero que resalta en ese momento, incluso sin estar emparentados, lo único que destaca son sus tonos de piel y poco importa cuando todos poseen ese casi imperceptible porte severo, que los hace moverse casi en sincronía. 

 

Está seguro de que Tim es más pálido que cualquiera de ellos, y más bajo también, a excepción del niño por razones claras.

 

A pesar de su aparente indiferencia ante ellos frente a Tim, Ilay no es realmente amante de esa familia y sus integrantes, oficiales o no, se ha esforzado mucho en darle espacio a su cachorro para poder analizar sus sentimientos y decidir que quiere hacer con las posiciones inciertas que ocupan estos sujetos en su vida, para permitirle sanar viejas heridas y aceptar posibles nuevas, con la entereza suficiente que le permita seguir en pie, luego de una nueva futura posible decepción.

 

Esta madurez con respecto a la situación, solo se debe al bien estar de Tim, lo principal siempre seria que su niño este bien y se sienta en confianza para hablar con él sin sentir el juicio que Ilay pueda cargar, por lo que se guarda para sí mismo el profundo desprecio que siente por ellos, por sus ideales, por sus muy cuestionables e inadecuados tratos con un menor de edad. Hay cosas que no se olvidan, y no se perdonan, y los Wayne tienen una larga lista de crímenes que Ilay mantiene presentes.

 

No es de extrañar la tensión que se eleva en la habitación tan pronto se reconocen los unos a los otros, la forma en que permanecen quietos durante un largo y eterno segundo antes de que entren en rigor las normas sociales establecidas.

 

Bruce Wayne es el primero en asentir, un gesto suave de reconocimiento que es seguido por sus acompañantes, tensos y expectantes, a excepción del menor, que se conforma con observar con apenas disimulada curiosidad en sus ojos. 

 

Por un breve instante, Ilay quiere sacar a relucir su personalidad más caprichosa e infantil y negarse a devolver el saludo, pero está intentando ser un hombre de cuarenta y cinco años, maduro, fuerte y responsable, por lo que se ve en la obligación de enterrar la idea y en su lugar asentir en respuesta .

 

Toma asiento al lado de Alfred, en su opinión, el único de la familia que se ha ganado un mínimo de consideración de su parte, luego de esmerarse en reconectar con Tim, manteniendo un contacto frecuente, pero sin presionar más allá de lo que el chico está dispuesto a dar.

 

Se pega al rincón tan pronto toma asiento, lejos de cualquiera que no sea el hombre mayor y solo con una pared de un suave color crema en la que concentrarse, o fingir concentrarse mientras su cabeza decide que era momento de funcionar con normalidad.

 

La imagen de Tim esa madrugada viene a su mente, la forma en que se había espantado el sueño al bajar las escaleras, ya con un gesto tierno en su rostro, lo suave que se veía con su pijama, descalzo y con el cabello desordenado, sonriendo con cariño mientras se ponía la chaqueta para cumplir con su antojo y asegurándose de dejar la alarma encendida para mantenerlo seguro en casa hasta que llegara.

 

Debió haber sido más firme, haber prohibido la salida de casa después de las doce de la noche, se sintió incómodo cuando sugirió ir a comprar, y le pidió que se quedara, pero no necesito mucho para permitirle salir a la fría y peligrosa noche, solo, con el permiso de Ilay.

 

Está seguro de que no le habría gustado haberlo visto antes de que entrara al hospital, está seguro de no querer tener esa imagen en su cabeza, su fuerte, hábil e inteligente cachorrito, cubierto de sangre, mientras es arrastrado por la inconsciencia, en una ambulancia que no puede ir lo suficientemente rápido, no es un recuerdo que desee tener.

 

Pero pese a ello, le hubiera gustado estar a su lado, poder ver su rostro mientras su corazón late, estar seguro de que está bien, que está vivo, que pese a sus heridas, respira y seguirá haciéndolo porque es fuerte y capaz y porque no lo abandonaría, no lo haría, ni a él, ni a sus hermanos.

 

Cuando el doctor entra en la habitación, lo agradece de corazón, y se permite olvidar aunque sea unos momentos el completo autodesprecio que se despliega en su interior, pestañeando mientras vuelve su mirada al hombre que se para bajo el marco de la puerta.

 

“¿Ilay Beau Mitchell?” llama, y se pone de pie al instante, como un resorte, lo que claramente no debería hacer con el estómago que carga, frunce el ceño ante su arrebato, combatiendo el ligero mareo que lo acompaña, el doctor le sonríe suave y pequeño, con una compasión que amenaza con otra ronda de vómitos en el baño “al revisar los registros del joven Timothy Jackson Drake, en busca de detalles respecto su historial, se ha encontrado un mensaje que ha dejado en caso de esta situación”

 

Eso llama la atención de Ilay y toda la habitación, la incertidumbre rasga un poco la superficie, mientras el doctor espera un momento por una palabra, que no llega, continúa con paciencia, ante la ceja alzada de Ilay.

 

“según el registro” asegura con un gesto complicado en sus labios “hace dos meses, el señor Drake se acercó a recepción y pidió que en caso de encontrarse en alguna situación comprometedora en el futuro, bajo ninguna circunstancia se le permitiera al omega masculino, Ilay Beau Mitchel donar sangre o algún otro órgano, mucho menos en su estado actual de embarazo” el doctor levanta la mirada de los papeles que llevaba con él y mira a Ilay con seriedad.

 

Pero esta poca atención le presta, algo burbujea bajo la superficie de su pecho, picando y haciendo cosquillas en su esternón, mientras mira al doctor a los ojos, logra identificarlo como una risa histérica que quiere huir de su boca.

 

“con esto dicho, necesito saber si algunas de las personas en esta habitación a excepción del mencionado, podrían donar sangre para el paciente” no es divertido, mucho menos luego de esas palabras, pero aun así siente las burbujas en el pecho crecer y crecer sin parar.

 

Hay movimiento a su alrededor y ve como uno de los otros sale por la puerta, seguido por una enfermera, pero solo puede concentrarse en la incredulidad que se esconda tras su rostro aun inexpresivo aunque congelado.

 

Lo planeo, sabía que esto podía suceder y se aseguro de que Ilay fuera incapaz de ayudar, con la cabeza calmada puede entender que Tim estaba siendo precavido por su salud y la de los gemelos, pero la ira y la indignación le sube por el cuerpo ante la idea de que le impida ser mínimamente útil cuando está tendido en quirófano quien sabe por cuánto tiempo más.

 

Más cosquilleos se unen y quiere aclararse la garganta casi con desesperación, pero lo retiene, mientras respira profundamente y sostiene el tabique de su nariz entre sus dedos, aliviando por un momento el dolor tras sus ojos.

 

“con la entrada de la bala y su salida Timothy perdió una gran cantidad de sangre” el doctor continúa con su informe, sacando a Ilay de su cabeza, mientras lo vuelve a ver, piensa que le gusta mas cuando esta sonriendo y parece gentil e inofensivo, en este momento es más como el cuervo que acompaña a la muerte, anunciando una desgracia con cada graznido “por suerte, fue capaz de detener momentáneamente la hemorragia, lo suficiente como para no llegar en estado crítico al quirófano” bendito sea su conocimiento, proporciona la mente de Ilay mientras el hielo lo recorre, con cada palabra “pese a esto, la bala logró herir ligeramente el hígado por lo que junto a eso y su falta de bazo, hay un riesgo de una infección que estamos intentando descartar, prevenir o erradicar según sea el caso”

 

Vuelve a tomar asiento, fingiendo que no escucha las palabras del doctor, sus procedimientos a seguir y sus positivas expectativas al respecto, sus piernas son débiles, demasiado inestables para ser confiables mientras procesa la información.

 

Ha vuelto a ver fijamente la pared, han pasado dos horas desde que el doctor se fue, si es que el reloj en la habitación funciona correctamente, y han vuelto a ser seis, esparcidos por la habitación, con distintos grados de inquietud, escucho vagamente a Wayne ponerlo al tanto de la situación, pero no les presta real atención, perdido por momentos en su cabeza, cayendo en un agujero de conejo del que no puede salir, una y otra vez.

 

Una herida en el hígado

 

Repite, mientras por su cabeza repasa las consecuencias, las de una infección, las de una hemorragia en medio de la operación, las probabilidades de éxito, de muerte y de vivir cómodamente luego de este desastre.

 

¿Qué sucedería si uno de ellos comete un error? ¿si sus manos temblaran y empeorara la situación? ¿Qué haría si Tim no pudiera ser capaz de repeler la infección? ¿si perdiera la batalla, por una estúpida bala?

 

Ilay no puede, tiene dos bebés en el estómago, y luego de tenerlos no puede abandonarlos, no puede dejarlos a su suerte mientras huye de lo que suceda, mientras se refugia en las mantas de su nido y se deja consumir por la pena, está amarrado a la vida, pero rápidamente se da cuenta de que no quiere nada de ella si su cachorro no esta con el.

 

Las cosas estarían muy mal, terriblemente mal y no podría, no podría con todo, no solo, no otra vez, no está listo.

 

¿Qué seria de sus bebés? ¿Qué sería de ellos cuando inevitablemente los pierda por su incapacidad? ¿Cuándo se deje consumir y no sea más que un cascarón vacío? todo el amor, toda la fe y la felicidad se perdería, se esfumara junto a los restos de Tim, junto a la vida de su primer hijo, de su primer bebe, su primer gran amor.

 

“creo que debería avisar al joven Kent” comenta Alfred a su lado, dirige sus palabras a Ilay, y no se pierde la pregunta en su voz, se vuelve a verlo, apenas reaccionando, el horror en que su mente ha decidido meterlo le sabe igual que la bilis en su boca, ácido y desagradable.

 

Los ojos del mayor recorren su rostro como si buscaran algo, frunce el ceño cuando lo encuentra, pero parece que no le gusta lo que ve, mientras Ilay asiente suavemente para él, aprieta los labios en un gesto indescifrable y sabio, antes de asentir en silencio, ponerse de pie y caminar fuera de la habitación.

 

Parecía preocupado, no cree que sea buena señal que Alfred se preocupe, Tim siempre dice que es impasible, una roca, un faro firme en medio de un mar de tormentas.

 

Recupera la calma como puede, recordarse a sí mismo que es un adulto, que no puede entrar en pánico, que aún es muy pronto para especular sobre su vida sin su cachorro, tiene que pensar en su recuperación, en las visitas al hospital, la ropa que traerá, qué comidas es seguro esconder para poder darle un capricho cuando lo necesite tendido en una cama durante mínimo un mes.

 

Sus pensamientos van a Conner, y quiere hacer una mueca de dolor, si alguien va a estar asustado va a ser él, ese pobre chico que gira entorno a Tim como si fuera un cachorro enamorado, torpe y feliz, sólo necesita una sonrisa pequeña de su niño para brillar como si pusiera la luna y las estrellas todas las tardes.

 

Cree que de no ser por lo mucho que Tim se muestra reservado en cuanto a él y a su extraño comportamiento el uno con el otro, habría pasado tardes enteras molestando por detalles, si cree que el embarazo lo ha vuelto incapaz de olfatear el olor de el ozono, y los prados verdes en su cuerpo, está en negación. Ilay no es tonto, y sabe que al menos Conner tiene conciencia de esto, por lo sonrojado que se pone cada vez que lo atrapa con el rostro embobado.

 

Va a estar asustado, y seguro tendrá preguntas.

 

“¿qué fue lo que pasó?” no más alto que un susurro, hablando por primera vez, su voz es plana y sin emoción, pero esta rasposa, llegó después, y no figura como el tutor de Tim, por lo que lógicamente la policía hablaría con ellos, pero ninguno ha dicho una sola palabra, aun después de su pregunta, permanecen en silencio, los voltea a ver dureza en sus ojos y con más fuerza vuelve a preguntar “¿Qué. Sucedió?”

 

“la policía afirma que Tim estaba en el lugar equivocado en el momento equivocado” contesta Wayne finalmente, tiene la voz suave, amable y comprensiva, suena como esas miles de entrevistas que ha visto de él en internet, Ilay quiere hacer una mueca de asco solo por rencor mientras encuentra su mirada, si no fuera por él, nada de esto habría sucedido “aunque de no haber estado en el lugar, la madre y el niño que ayudó, estarían muertos”

 

Parece querer hacerlo sonar como un consuelo, como si fuera un precio justo a pagar, como si eso llenará su corazón mientras su hijo muere.

 

Tal vez para el sea suficiente, pero Ilay no quiere escucharlo, no quiere escuchar las vidas que salvo mientras lucha por la suya, no le interesa saber porque termino con una bala en el cuerpo, con un hígado herido y en riesgo de contraer una infección que posiblemente arruinaría varios ámbitos de su vida para siempre y para cuando llegue a viejo, si llega a viejo, harán de sus días una absoluta tortura y eso solo si sobrevive.

 

No quiere escuchar al respecto porque los pensamientos que surgen con sus palabras se vuelven completamente egoístas, venenosos y oscuros, carentes de empatía y cubiertos de rencor. 

 

Es tanto el odio que siente por su intento de consuelo, que no le sorprende dejar escapar algo tras una grieta, y por la forma en que los ojos de Wayne se vuelven agudos por un instante, antes de volver a su habitual acto de suavidad, él lo capta.

 

“bien” acepta con sequedad mientras sigue mirándolo fijamente, esos fríos ojos azules no apartan la mirada, se pregunta cuántas veces vieron llorar a Tim o sí siquiera reconoció su sufrimiento, la ira crea gritos y ecos mientras la mantiene a raya y su pecho vuelve a picar “ahora la verdad”

 

Hay un momento en el que parece que nadie más respira, un momento en que todos miran fijamente a Ilay y saben, por la tensión casi imperceptible en sus cuerpos, que analizan el nivel de amenaza que representa para ellos.

 

“eso es lo que sabemos” reitera Wayne con la misma voz suave y compasiva, como si Ilay estuviera perdiendo la cabeza, y por un momento quiere hacerlo, quiere perder la cabeza y abalanzarse sobre él y estrangularlo hasta que no salga ni una sola palabra despectiva de su desagradable boca “es lo que la policía asegura sucedió”

 

“un aniquilador de familias, omega según el perfil de Tim” busca el pánico en los ojos del hombre, la satisfacción de encontrar algo en su mirada que sea más que su máscara de buen ciudadano, es decepcionante encontrar el mismo vacío que había visto en el espejo del baño horas antes, un grandioso e impresionante actor sí puede opinar “¿como terminó esa bala en su costado?”

 

“vive contigo” responde Wayne y por primera vez algo se desliza por su voz, cree que podría ser rencor y la simple idea le hace querer sonreír, pero la implicación de sus palabras se lo impide “¿no deberías saberlo?”

 

Duele, porque tiene razón, duele porque lo ha pensado desde que fue capaz de razonar más allá de la angustia, es su responsabilidad, es su culpa, se confió, no debió dejarlo salir tan tarde, tan de madrugada.

 

Le ha prometido un hogar, la libertad de ser un joven, ha intentado de todas las formas que sea solo un adolescente de diecisiete años, ser responsable de él, alimentarlo, entregarle un techo y calidez, preocuparse por él, su día, sus tareas y sus pasatiempos y sin embargo no fue suficiente para hacer lo más importante, mantenerlo a salvo, seguro y con vida. El dolor y la vergüenza de su insensatez lo recorre, pero se niega a mostrarse débil ante el hombre frente a él.

 

“creo que Tim está condenado a vivir con personas inadecuadas para su cuidado” se encoge de hombros, fingiendo que las palabras no le duelen, pero disfrutando viciosamente de la forma en que la pronunciada mandíbula del contrario se endurece sutilmente “pero estoy embarazado, hormonal y Tim ya es un adolescente con una doble vida ¿Cuál es tu excusa?”

 

“te lo dijo” interrumpen, tiene la piel tostada, sus ojos son más oscuros que los de Tim o Wayne, es alto y delgado pero con una espalda ancha, Richard lo mira con seriedad, pero puede discernir la sorpresa en el fondo de su voz “Tim te lo contó”

 

“¿Qué fue lo paso?” pregunta, ignorando sus palabras, no es como que hubieran sido una pregunta, no cabía duda de que lo sabía.

 

“A las tres con dieciséis de esta madrugada, nuestra informante recibió una llamada del maestro Tim” contesta Alfred desde la entrada, sobre saltándolos ligeramente, camina de regreso a su asiento, donde se vuelve a mirarlo con seriedad “había encontrado la pista que se estaba escapando” es conciso y directo, casi como si leyera un informe y lo agradece “encontró el nombre del sujeto luego de una búsqueda de información y antecedentes basado en su perfil y decidió ir tras él”

 

“¿Por qué esta noche? ¿por qué sin armas? ¿por qué no delegar?” Hay reproche e impotencia en su voz y sabe que se está cayendo a pedazos, su máscara pronto no será más que el recuerdo y alivio de la calma a la que se aferró con fuerza mientras pudo.

 

Era más fácil aferrarse a ella cuando no habían tantas personas presionando de todos lados, cuando solo tenía que esperar golpes y dolor y no la angustiante sensación de terror que arrastra en el fondo de todo lo demás y lo mantiene en una montaña rusa de emociones tormentosas.

 

“era la última oportunidad de atraparlo” confiesa Alfred con suavidad, sin ofenderse ante su dureza “si no se apresuraba habría llegado muy tarde”

 

Pero habría estado a salvo, piensa con frustración y mezquindad, habría llegado a casa con la bolsa de golosinas y se habrían ido al nido de Ilay a comer juntos, mientras veían alguna película tonta, cómodos, cálidos y felices.

 

Quiere gritar, quiere llorar, quiere esconderse en su nido y no salir hasta que Tim lo arrastré fuera de él, quiere destrozar con sus dientes al responsable, directo e indirecto, quiere destruir y cubrirse de rojo para tener algo que hacer en lo que Tim decide si puede o no seguir con vida, con el.

 

En su lugar mira el espacio entre Alfred y él, las manos arrugadas pero firmes descansando sobre su regazo y se obliga a relajar sus puños, ignorando las medias lunas que quedan grabadas en su piel. No dice otra palabra.

 

Conner llega media hora después, respira con agitación, mientras se detiene en la puerta, vestía lo que solo podía ser su pijama, todo gris y negro, mientras el pánico se refleja en su rostro, sus ojos pasan por cada persona en la sala para finalmente detenerse en Ilay, quien se había enderezado en su lugar, a la espera del joven.

 

No comprende el porqué, pero en un momento solo lo observa desde la puerta y al siguiente se ha ido, volviendo por sobre sus pasos sin decir palabra, Ilay inclina la cabeza confundido mientras mira la puerta vacía donde había estado, pero no alcanza a formular palabra cuando lo ve reaparecer, esta vez sosteniendo entre sus brazos una manta suave y esponjosa, claramente de hospital.

 

“¿qué pasa, chico?” llama curioso, aún suena plano y sin tono, pero la pregunta se capta con claridad, aunque por algún motivo hace a Conner estremecer, frunce el ceño y sus vibrantes ojos azules lo miran con preocupación, le entrega la manta sin decir palabra y por costumbre la recibe y extiende sobre sus piernas, tan pronto ha terminado, unos brazos fuertes lo envuelven con suavidad y cuidado, haciéndolo tensarse y abrir los ojos sorprendido ante la extraña muestra de afecto “¿niño?”

 

Puede que estuviera pasando la mayoría de los días en su casa, y que almuercen y cenen con frecuencia, es un chico divertido y agradable, muy dedicado también, y por sobre todo, llena la cara de Tim de suave afecto y nerviosismo que lo hace lucir joven y esperanzado,  pero entre ellos, sus muestras de aprecio se reducían a apretones de mano o sonrisas radiantes cuando hacía un comentario agradable sobre su persona.

 

No lo aparta, puede que no sea muy bueno con el contacto físico, pero no le negara un abrazo al casi algo de su hijo cuando parece necesitarlo, mucho menos cuando la polera que el chico lleva desprende un suave aroma a eucalipto y menta, que son todo lo que podría desear en ese momento.

 

Sus brazos son cálidos y lo sostienen con suavidad, es más alto y musculoso, no tan pequeño como está acostumbrado, pero si cierra los ojos, puede imaginar que es Tim quien lo consuela.

 

“su corazón late fuerte y constante” le susurra al oído, tan bajo que apenas puede entender sus palabras, pero en el momento en que lo comprende, se tensa nuevamente, e intenta alejarse para verle el rostro, los brazos se aprietan sobre su cuerpo, pidiéndole sutilmente que permanezca tranquilo “dicen que está bien, que es fuerte y está superando cada proceso con facilidad”

 

Quiere preguntar cómo puede saberlo, cómo es que lo escucha, pero hay más personas en la habitación y el chico ya actuaba lo suficientemente extraño como para saber que algo no andaba bien con él, por lo que no es una sorpresa y en este caso, es más un alivio.

 

Se derrite un poco mientras la información cala en su cuerpo, Tim está bien, Tim aun esta vivo. Lo aterra esperar en esta habitación sin noticias, mientras su hijo pierde la vida al otro lado de unas puertas que no puede atravesar.

 

“es fuerte” le asegura el joven Alfa, y le cree, y lo sabe.

 

“¿por qué la manta?” pregunta alejándose suavemente y con una palmadita indicando el final del abrazo, desviando la atención de su extraño momento, este se sonroja con fuerza mientras mira a todas partes menos a sus ojos, nuevamente el chico avergonzado que ha encontrado mirando fijamente la fotografía de Tim cuando era un bebe de seis años, colgada orgullosamente donde todos puedan verla, con suficiente espacio a su alrededor para la adición de los gemelos.

 

“Tim me asesinaría si descubre que no lo cuido mientras esta incapacitado” murmura entre dientes y es tan extraña la forma en que lo dice, su seguridad al momento de hablar en futuro, un futuro que para Ilay es completamente incierto.

 

El temor en su voz ante la idea de decepcionar al chico que tanto le gusta, la mezcla entre un alfa complaciendo los deseos de su omega y un chico enamorado buscando cuidar y consolar, mientras algo sube por su garganta, concluye que aun sin romance de por medio, el suave, dulce y leal Conner Kent, cuidaría de él en representación de Tim.

 

Se sorprende a sí mismo cuando ese burbujeo que había contenido durante tanto tiempo pica y cosquillea y se vuelve imposible contener, estallando fuera de su garganta en carcajadas desinhibidas, fuertes, y entrecortadas

 

“no se ría, señor Mitchell” se queja Conner desde su lugar, pero parece divertido y ligeramente aliviado mientras lo ve.

 

No puede creer que ha pasado horas al borde del absoluto colapso y ahora no pueda parar de reír, mientras sus manos bajan a su abultado vientre, solo puede reír y reír y seguir riendo, hasta el punto en que no son carcajadas, son estremecimientos de cuerpo completo, que lo dejan dividió entre la diversión o el absoluto pánico que crea sentir que se va a orinar si no se detiene pronto.

 

Ríe hasta que se cansa, con lágrimas corriendo por su rostro, con dolor en su estómago y con hipos mientras recupera el aire.

 

Tal vez no debería confiar tanto en la palabra de un niño, pero Tim es una persona competente, y sabe que alguien como su cachorro no se rodeará de personas menos capaces que él.

 

El alivio cae sobre él como una ducha cálida luego de horas bajo la nieve fría, se siente suave y tierno mientras la angustia destila de su cuerpo, liberándose de una rigidez que no sabía había estado guardando, incluso mientras fingía que no era así.

 

Cuando terminó de reír, la habitación le parece mucho menos opresiva, e incluso poco le importa si Wayne está mirando o no, demasiado agotado y aliviado como para preocuparse por algo tan irrelevante.

 

Pese a esto, la espera encuentra la forma de pasarle factura, cada cierto tiempo se encuentra mirando en dirección a Conner de forma interrogativa y con obediencia, este inclina suavemente la cabeza y cierra los ojos, antes de mirar en su dirección y asentir con tranquilidad, asegurando que todo está perfectamente bien, o lo mejor que puede estar.

 

Su cabeza se escapa mientras espera, los minutos son eternos mientras pacientemente no se mueve de arriba a abajo por toda la habitación, pese a querer hacerlo, cada vez más inquieto.

 

Ahora que parece haber salido de su estado de absoluta indiferencia, quiere recorrer la habitación como cada vez que está en casa y pasea por los pasillos de su hogar feliz de llamarlo suyo, quiere salir y dar vueltas por el hospital, intentar hacer más productiva la espera, pero teme que el doctor aparezca y el no este para escuchar lo que tenga que decir.

 

Pero así como los pensamientos positivos llegan, los negativos no tardan en aparecer, inquieto, intenta sumergirse en ideas vagas de que cosas traer del nido de Tim para que no se sienta intranquilo en su habitación de hospital, cuando se desvía a recuerdos de años.

 

El eco de la esperanza y la felicidad que había sentido de regreso en su pueblo hacen presencia, para estrellarse con la decepcionante verdad de que había estado destinado a no obtener nada de esa fe, lo acosa como el inevitable resultado en cada situación y con cada momento que pasa, el alivio que había sentido se desvanece, dejándolo de vuelta en ese espacio negro y vacío lleno de culpa y negatividad que amenaza con devorarlo.

 

Cuando a su lado Conner se tensa, Ilay quiere sollozar angustiado, rígido como la cuerda de un violín, esperando lo peor, su alivio no disminuye cuando el doctor aparece por la puerta.

 

No hasta que ve su rostro, su expresión.

 

“Casi cuatro horas luego de su ingreso al hospital” comienza con una sonrisa, mirando alrededor de la habitación y deteniéndose en Ilay, de pie frente a él “múltiples dificultades en el procesos pero una muy buena resistencia de parte del paciente” felicita “se ha conseguido finalizar y mantenerlo estable, seguro y a salvo en una de las habitaciones del hospital” 

 

Podría besar al doctor en ese mismo instante, podría pedirle una maldita cita si eso fuera un buen pago, algo se desliza de su pecho y es como una bebida agitada destapada, lo siente antes de que suceda.

 

Esquiva al doctor y corre a cualquier baño cercano, cuando encuentra el primero, se encierra en él, su respiración es inquieta y agitada, se mueve por el espacio, demasiado pequeño, pero mejor que el exterior con tantos ojos sobre él, su mirada se encuentra con el espejo y un hombre con aspecto nervioso y acabado se la devuelve, aparta la vista de su reflejo y le da la espalda, la angustia e impotencia comenzando a apoderarse de él.

 

Respira, respira, respira.

 

Le pide a su cuerpo mientras se apoya contra los lavados, inestable mientras lleva su mano a su pecho, no puede hacer eso ahora, no puede perder la calma en ese momento, no cuando Tim está bien, cuando salió de peligro, las lágrimas saltan en sus ojos, son buenas noticias con un demonio ¡Ahora no!

 

Respira, respira, respira.

 

Se agita con cada momento, y sus pulmones no funcionaban bien, inhala de forma entrecortada y por un largo y agonizante momento no puede exhalar, el aire atascado en su interior, y la desesperación lo hace sollozar, mientras sus labios se sellan y simplemente no puede, no puede, no puede.

 

Respira, respira, respira.

 

Está llorando, con lágrimas gruesas cayendo por sus mejillas mientras finalmente exhala, profundo y saca todo el aire que puede hasta que no queda nada y ahora le cuesta volver a inhalar, otra gran lucha, cae al suelo con las piernas débiles y se arrastra hasta la pared, la frustración lo hace gruñir mientras aún no logra controlar su cuerpo, se sujeta la cabeza, apretando su cabello en sus puños, mientras No. Puede. Respirar.

 

Respira, respira ¡Respira, maldita sea! 

 

Se balancea en su lugar, de a poco mientras aún tira fuertemente de su cabello y siente el dolor punzante en su cuero cabelludo, intentando con tanta fuerza recuperar el control.

 

Pero solo puede llorar, aún sin manejar su respiración, solo pude llorar y ahogarse y cuando cierra los ojos con lágrimas cayendo de ellos ve lo que pudo ser, cómo pudo terminar, sangre y ojos vacíos y nuevamente el agujero del que había logrado salir arrastrándolo hasta lo más profundo.

 

Su niño con tanta vida, con tanto potencial, tan capaz, alegre y hermoso, a solo minutos de morir, la misma casa, la misma ciudad pero habría sido tan diferente si las cosas hubieran seguido un camino distinto.

 

Todo el miedo se le escapa como un terrible sollozo herido seguido de un llanto que le estremece todo el cuerpo y está tan aliviado que no sabe cómo manejarlo.

 

Asique solo lo deja fluir, llora en ese piso, dejándose consumir por la angustia, por la falta de aire, por su miedo y el amor que sentía por su cachorro y que lo consumía todo.

 

Tienes hipo para cuando acaba, cuando recupera la calma, los temblores aún atraviesan su cuerpo, sus ojos están tan hinchados que lo puede sentir, su cabeza palpita de forma dolorosa y escucha la sangre bombear en sus oídos.

Pero al fin puede respirar.

 

Llena sus pulmones con una inhalación temblorosa e indeleble, y se dice a sí mismo con mucha más gentileza, solo respirar .

 

Parece una eternidad, pero la primera bocanada de aire adecuada se siente como el bendito cielo, inundando sus pulmones y fluye fuera de su cuerpo con suavidad.

 

Suspira, más aliviado, pero aún nervioso y se concentra en anclarse a tierra.

 

El suelo es húmedo y frío, está congelando su trasero y sus piernas, su cabello es suave donde lo roza en la nuca y posiblemente un desastre con todos los tirones que le dio, su ropa está cálida y un poco sudorosa, y cree que puede oler mal, a rancio y podrido, definitivamente no huele bien, la angustia se impregnó en cada hilo y no había forma de deshacerse de ella sin una lavadora.

 

Espera y espera, hasta que se siente mejor, más compuesto, más capaz, y finalmente se pone cuidadosamente en pie, su mirada se encuentra con su reflejo en el espejo tan pronto logra estabilizarse, si se lo dijera a él mismo hace casi cuatro horas, no le creería, pero se ve muchísimo peor que cuando entro mas temprano.

 

Moja su cara, su cabello y su nuca, acariciando su estómago en busca de fuerza y cuando cree que está dispuesto a soportar la absoluta vergüenza de su arrebato, abre la puerta.

 

Se topa de frente con una espalda ancha, sabe quien es al instante, pese a lo extraño que le parece su aroma en este momento, químicos y petróleo, un olor fuerte, tóxico y enojado que lo perturba, por un momento cree que podría volver dentro y vomitar un poco, aun con el estómago vacío.

 

“Señor Mitchell” llama, mientras se vuelve a verlo y no es tan ciego como para no notar el alivio en su postura, Ilay le sonríe, más suave y tranquilo, definitivamente mucho más agotado “¿esta bien?”

 

“estoy bien, niño” asegura mientras da un paso al frente, bajando un poco la cabeza y suavemente apartándolo con una mano, puede ver a los otros ahora, todos parados frente a la puerta, tensos, ve los ojos de Jason destellar y no quien analizarlo en ese momento, demasiado agotado incluso para sentirse incómodo con sus miradas fijas y analíticas, cree que podría dormir hasta el año que viene si se lo permitieran “¿puede recibir visitas?”

 

No hay dudas de a quién se refiere, y para su favor, esta vez no dudan en darle información.

 

“Está inconsciente, fuertemente sedado, es poco probable que despierte pronto” asegura Richard mientras lo mira tenso, aun dirigiendo su mirada tras él con una extraña mezcla de curiosidad y reticencia “tiempo suficiente para que todos descansemos”

 

“no fue eso lo que pregunte” contesta Ilay, con cansancio en la voz, el ceño de Wayne se frunce y planea abrir la boca cuando un suave retumbar suena tras él, los ojos del hombre se estrechan mientras mira al niño a sus espaldas, casi parece sorprendido ante la clara amenaza “¿Conner?”

 

“El doctor dice que es preferible que sea dentro de unas horas” contesta con la voz más suave que el gruñido de advertencia que había dado segundos antes, parece disculparse con la mirada cuando sus ojos se encuentran por sobre el hombro de Ilay, lo observa un momento, realmente lo mira, y no es muy difícil ver la tensión en sus hombros, sus ojos preocupados y ansiosos, sus ojeras y la forma en que lleva su ropa desarreglada, se ve cansado “pero aseguran que puedes volver mañana en un horario de visitas de siete a nueve”

 

“está bien” asiente, sin saber qué hacer en esas horas, sabe que lo más sensato sería volver a casa, tiene que arreglar los bolsos que llevará para Tim y necesita revisar el de los bebés por si acaso, pero pese a saber que debe de hacer, no quiere salir del hospital sin su cachorro, mucho menos sin siquiera haberlo visto, quiere desesperadamente olerlo, necesita ver su rostro y asegurarse que respira, dejarlo ahora, después de todo le da la sensación de dejar un cuerpo en la morgue, ignora la presión en su pecho y asiente, tomando por el hombro al niño ante el “es hora de que vuelvas a casa”

 

“estoy bien” asegura de inmediato, inyectando más energía de la que debería en su voz “puedo ayudarlo con lo que necesite”

 

“necesito que vuelvas a tu casa y duermas” le dice con una sonrisa divertida y una ceja enarcada, el se desinfla, ansioso e inseguro, con una tensión en su cuerpo que reconoce y entiende, entiende a la perfección “escucha chico” llama mientras busca su mirada, comprensión y compasión en sus ojos y voz “volveré mañana a primera hora” pide “solo necesito una hora a solas con él” asegura, con suavidad, notando lo repentinamente joven que le parece, con sus ojos ansioso y preocupados “luego puedes venir a apestar la habitación con ese olor a ozono tuyo”

 

“¡No lo haría!” protesta, pero puede ver el alivio en su postura, cuando termina de hacer un puchero y deja su protesta morir, le da una pequeña y agradecida sonrisa, asintiendo un momento, antes de volver a hacerlo con más firmeza y seguridad, alejándose un paso decidido, solo para detenerse un instante, mirándolo con curiosidad “¿quiere que lo acompañe a casa?”

 

“No” asegura, negando con la cabeza, sin borrar su sonrisa suave y despreocupada, esta cansado, tan, tan cansado, y en realidad no quiere compañía “tengo cosas que hacer aun aquí”

 

“si…” duda un momento y lo está intentando, está siendo comprensivo, realmente, pero no puede soportar demasiado, quiere terminar con todo de una vez y luego obligarse a volver a una casa vacía para arreglarlo necesario, bañarse, llorar un poco y tal vez dormir, poder reconstruirse y ser una persona mínimamente funcional, antes de volver al hospital, la benigna inquietud del joven alfa está amenazando con quebrar lo que le queda de consideración “Tal vez…no debería quedarse mucho tiempo”

 

“Lo se, Conner” es más brusco, pero no menos amable, intenta ser más suave cuando vuelve a hablar, recordándose a sí mismo que el chico no tiene la culpa de ser tan bueno y preocuparse por él como lo hace “vuelve a tu casa, ven mañana, prometo que haré lo mismo”

 

“está bien” acepta al fin, pero antes de irse mira a los hombres restantes, Ilay está cansado y ya no quiere lidiar con la porquería que se traigan todos, no quiere ni siquiera lidiar con sus propios problemas “Señor Wayne, y agregados”

 

Resopla casi sin poder evitarlo, ni aunque hubiera podido lo habría hecho, el chico sale con dignidad, camina a paso tranquilo mientras se aleja, lo ve inclinar la cabeza, como si buscara algo, posiblemente el latido del corazón de Tim, cree que jamás había estado tan celosos de un adolescente, poder escuchar los latidos de su cachorro solucionaría mucho sus problemas de ansiedad en este momento.

 

“Alfred está viendo asuntos con el papeleo” comienza Wayne con cuidado y calma, no comprende porqué se comporta como si le hablara a un animal salvaje “luego te llevará en el auto” 

 

“me siento tentado a ir caminando solo para no escucharte” tal vez si se vea como un animal salvaje y especialmente osco en ese momento, se siente bastante desinhibido.

 

Se le acabó el filtro cuando el último adolescente que está relacionado de forma positiva con su niño, desapareció por esas puertas, después de su colapso en el baño, no tiene ánimos de ser amable y cordial con absolutamente nadie más, al menos no presentes.

 

“entonces hazlo y demuestra un punto” muerde Jason, y Dios, Ilay quiere golpear algo y ellos están tan cerca, tan dispuestos a pincharlo.

 

Algún día su visión alterada de la realidad le costará la vida, debería callar y no intentar discutir con vigilantes peligrosos, pero si en algo se parece a Tim, es en su boca suelta.

 

“los abusadores de niños no pueden hablar” se burla, mientras se da la vuelta y busca el camino hacia la recepción. 

 

“la salida hacia el estacionamiento es por el otro lado” llama Wayne detrás de él, pero Ilay lo ignora y sigue su camino, a paso lento y tranquilo, observando a su alrededor.

 

Cuida donde pisa, y agradece que nadie choque con el solo al ver su estómago crecido, es mientras se hace a un lado para dejar pasar una señora en silla de ruedas que lo ve, dos guardias franqueando una puerta, armados con chalecos antibalas y porras de aspecto doloroso, y no cree que sería coincidencia que ingresen a un asesino en serie a un hospital y se encuentre con guardias fuera de una habitación.

 

Si ya estaba sedado en la habitación, debió terminar menos herido de lo que Tim resultó, o tal vez habían terminado casi al mismo tiempo, aunque por la apariencia inquieta de los guardias, cambiando su peso de un pie al otro y bostezando cada ciertos minutos, puede que sea más acertada la primera opción.

 

Le da un rápido vistazo al número y vuelve a lo suyo sin mayor problema, agenda una cita con el médico para el día siguiente, después de todo planea pasar todo el condenado día en el hospital, puede hacer algo con ese tiempo 

 

Complacido por su casi nulo esfuerzo para conseguir lo que necesita, vuelve por donde vino, ansiando descansar sus pies, que protestan doloridos, claro que su buen humor se ve amenazado cuando se encuentra con el hombre que menos ganas tiene de ver en ese momento, después de horas juntos en una habitación.

 

“¿estás acosándome?” pregunta mientras ve a Wayne parado más adelante, apoyado en la pared, esperando por él.

 

“eres bastante brusco” protesta el hombre, una crítica despectiva que se escucha como todo un insulto con un acento elegante “pero estas embarazado y es peligroso dejar que pasees por ahí sin recordarte que debes volver y descansar”

 

“Creo que eso no es algo que tenga que ver contigo” asegura, cada vez más cerca, a paso tranquilo, realmente sus pies lo están matando.

 

“preferiría que escucharas” pide con un tono cansado y conciliador, como si fuera un adolescente rebelde verdaderamente exasperante, y en serio se pregunta en qué momento las personas comenzaron a pensar que podían decirle lo que puede y no hacer.

 

“preferiría que cerraras la maldita boca y me dejaras en paz” escupe con veneno mientras pasa de él.

 

“¿no entiendo porque me odias?” pide volteando a verlo, debe estar agotado si lo mira con verdadero hastío, el conocido hombre controlado del que tanto ha oído hablar, mostrando honestamente su desagrado, Ilay piensa en su encantadora personalidad y duda que eso sea lo único que incita al alfa a actuar tan despreocupado a su alrededor “te llevas a uno de mis hijos, lo alejas de mi, lo vuelves en mi contra ¿y eres tu quien me odia?”

 

Tiene que tomarse un momento para procesar sus palabras, para procesar lo que está escupiendo, la sarta de tontearías que le esta soltando, abre la boca, no sabe si de sorpresa, incredulidad o indignación

 

“no puedes…” lo mira, con ojos bien abiertos mientras intenta recuperar las palabras, se vuelve hacia él mirándolo de frente y con el ceño fruncido “¿eres siquiera capaz de entender dónde la cagaste?” 

 

Está completamente seguro de que Tim le dijo las cosas como eran, lo que hicieron mal con él, como lo arruinaron, lo mal que lo hicieron pasar, esta seguro de que incluso retrató las cosas con mucha menos crudeza de lo que seguramente era, su cachorro era una persona directa y honesta, y de una ridículamente ciega autopercepción y muy bajo autoestima.

 

Sabe, con total certeza, que si ellos se hubieran preocupado lo suficiente, si siquiera lo hubieran intentado, Tim les habría dicho la verdad, su verdad.

 

“se que no soy el mejor padre” asegura Wayne con honestidad y agradece profundamente que el pasillo está vacío en ese momento “se que cometo errores, los he cometido antes” asegura con pesar en su rostro casi inexpresivo de no ser por la expresión tras sus ojos, la tensión de sus hombros y el pequeño indicio de movimiento en sus gruesas y oscuras cejas, Ilay se pregunta mientras lo observa, si debería estar viendo esto, si era normal que este hombre cometiera deslices tan obvios y claros como para que una persona normal como Ilay los notará “pero no fue hasta que llegaste tu” marca con dureza “que no se me dio la oportunidad de enmendarme”

 

“En primer lugar” empieza con la ira reemplazando rápidamente la incredulidad “conocí a Tim tiempo después de que tu y toda tu familia arruinara las cosas con él, yo no te lo quite” da un paso al frente mientras acentúa sus palabras, sus pies palpitan incómodamente elevando su molestia aún más “en segundo lugar, las cosas con Tim se dieron de forma gradual, si el no volvió contigo, no fue porque lo amarre a la pata de la mesa, fue porque no quería” el escaso control de su aroma se desprende y ahora todo el pasillo comienza a oler a cítricos, un campo de naranjas ácidas “en tercer lugar, no me enteré de la situación completa hasta hace poco, por lo que no pude envenenarlo en tu contra aunque quisiera” 

 

Ilay quería.

 

“y por último, no es mi culpa que Tim decidiera que se siente más seguro con una omega solitario y soltero sin ninguna habilidad especial, que contigo” baja la voz hasta que no es más que un susurro burlón apuntando con un dedo condenatorio, una sonrisa desagradable en sus labios “es tu culpa, lo perdiste, se marchó sin mirar atrás porque lo arrastraste a ello, porque todos lo hicieron, porque fuiste incapaz de ser lo que necesitaba, lo que merecía” 

 

“no tienes ni la menor idea de lo que estás hablando” gruñe entre dientes, su rostro repentinamente sombrío, estrechando peligrosamente los ojos “no sabes nada de nosotros”

 

“Sé lo suficiente como para saber que ningún adulto con todos su sentidos permitiría que un niño se arrastrara por esta vida” gruñe de vuelta, un profundo retumbar que sube de volumen, naciendo desde su pecho, no del todo un gruñido pero cerca..

 

“sabía en lo que se metía” se excusa con entereza, firme y derecho, realmente creyendo en sus palabras, o tal vez desesperado por hacerlo “desde el inicio lo sabía”

 

“claro que un niño que no ha alcanzado siquiera la adolescencia va a saber en que se está metiendo” se burla sin piedad, veneno en su voz, distraídamente se pregunta si Wayne había bloqueado este el flujo de personas, porque con los gruñidos y el aroma ácido que desprende, le sorprende no haber llamado la atención de algún curioso.

 

“me amenazó” asegura con indignación y le cueste creer que realmente este fuera el alfa indiferente que tantas veces han mencionado, ahora no parece más que un hombre perdiendo poco a poco la paciencia “había mucho en riesgo”

 

“no se que es lo que dice de ti que no seas capaz de lidiar con las amenazas de un niño” frunce el ceño con clara desaprobación en su mirada, y puede ver la vena que se marca en el grueso cuello del hombre, lo interrumpe antes de que se agarre a sus palabras “de todas formas, incluso si no podías evitarlo, si lo aceptaste como parte de tu pasatiempo nocturno, podrías haber sido mucho mejor de lo que fuiste con el”

 

“no se de que me estas hablando” corta de golpe mientras se endereza, no se de que estas hablando una mierda “fui lo que me pidió que fuera, le di lo que quería”

 

“ve a mentirle a quien quiera creerte” contesta, no sin crueldad, incrédulo ante su intento de desentenderse de aquella situación “me niego a creer que eres tan estúpido como para no entender lo que un niño solitario quería de ti, lo que deberías haberle dado si aceptaste quedarte con el”

 

“le di lo que pude darle” asegura con fuego en sus ojos y un paso al frente, convicción en cada una de sus palabras “lo que tenía que darle, ¡lo que era mejor!” se agita casi imperceptiblemente, suspirando profundamente recupera el control, con un aire serio y controlado lo mira con una confusa mirada tormentosa “habían cosas pasando, cosas que no entiendes”

 

“que se comporte como un suicida en tu culpa” escupe con veneno entre sus dientes, sus palabras solo son excusas para él, la muerte de su hijo no es suficiente para justificar la profunda herida que le dejó al suyo “tuya y de sus padres de mierda”

 

“salvo una vida” le asegura Wayne apuntando en dirección al hospital, donde el sonido de las personas se filtra por el pasillo “no estaba intentando morir”

 

“se puso en riesgo, maldito imbécil de mierda” pierde la calma, un estremecimiento lo recorrió y quiere llorar mientras la ira se desprende de su cuerpo en oleadas, no cree que sea tan difícil entender el porque esta molesto, porque se siente al borde de una crisis, la preocupación que los consume por dentro no es producto de su paranoia y ansiedad “ se lanzó directo al peligro y no lo pensó dos vece, jamás lo hace” una lagrima corre por su rostro y la restriega con brusquedad mientras escupe “y es tu culpa”

 

“Estaba salvando la vida de una madre y su hijo” es más suave esta vez y no le gusta, Ilay lo odia, no necesita su comprensión, su piedad ni su intento de apaciguamiento, no de él “no intentando morir”

 

De pronto ya no quiere hablar más con él, ya no quiere mirar su estúpida cara y lidiar con sus culpas, con sus cargas y pecados, quiere su casa, su nido, su cachorro y no lo tendrá hablando con él, frustrando a cada palabra al aire que parece no comprender.

 

“suficiente” dice con ira retenida mientras se da la vuelta, dispuesto a fingir que esa conversación jamás había pasado “no quiero escucharte más”

 

“no” protesta con fuerza y si espera que Ilay se detenga ante su tono serio e imperioso, está equivocado, sigue caminando, sus pies incómodamente apretados en sus botas “las cosas no pueden seguir así” continua y escucha sus pasos acercarse, hasta que aparece frente a él y le impide el paso “no puedes actuar como si fuera quien le disparó a Tim”

 

“bien podrías haberlo hecho” responde con el ceño fruncido, harto de este hombre y su inesperada terquedad “y si tanto te molesta, sabes que es así”

 

“eres insoportable” escupe y es la primera vez que reconoce su desprecio por Ilay en voz alta, le sorprende notar que parece desordenadamente inquieto, tan distinto del hombre contenido en la habitación de espera “tu y tu desesperante actitud, antagonizando mis acciones a cada paso”

 

“hace nada estaba metido en una habitación rogando para que mi cachorro no muriera desangrado” contesta hastiado “lamento si no estoy de ánimo para hablar con el responsable”

 

“No lo fui” gruñe con fuerza y rudeza, un sonido de advertencia en todo su esplendor, algo tira del omega de Ilay ante un estruendo tan amenazante, recorre su columna en un escalofrío que lo hace estremecer. La paciencia de Wayne estaba en su punto y por sus ojos sorprendidos parece que acaba de notarlo, Ilay jamás ha dado marcha atrás ante nadie, no iniciará hoy.

 

“nunca haces nada ¿verdad?” gruñe de regreso sin un ápice de miedo, colmillos abajo en advertencia, si estuviera menos embarazado su cuerpo sería más amenazante, pero no deja que esto lo limite. Está tan harto de sus excusas, sus justificación, los débiles intentos de explicar algo inexplicable, inaceptable “las cosas solo pasan y tu no tienes nada que ver con ellas”

 

“Tim siempre fue más inteligente que esto” asegura con convicción, un tono más bajo, más controlado, las palabras de Ilay calaban y se enterraban en su pecho aunque disimulara como los mejores, sus siguientes palabras parecen más una súplica que una certeza “comprende que las cosas en ocasiones superan a mi persona”

 

Ilay retrocede un paso, y lo mira, el silencio cae entre ellos tras sus palabras, el peso en los hombros de Wayne se acentúa y ni siquiera puede regodearse en ello, repentinamente consciente de lo que tiene delante, de lo que está presenciando, comprende mientras mira de cerca, las ojeras, las líneas de expresión, la tensión de su cuerpo, que es un hombre acabado, un hombre terriblemente acabado y agotado, desesperado. 

 

Por primera vez, sin intentarlo, sin quererlo, puede ver a Bruce Wayne, no a Batman, el aterrador vigilante, casi una historia de terror que recorre las calles en busca de impartir justicia, violenta y animal, no al príncipe de la ciudad, consentido, distraído, trágico y un multimillonario que sonríe todo el tiempo, ni siquiera al hombre que no pudo cuidar bien de su hijo, su cachorro, el hombre destrozado e incapaz de avanzar que lo había hecho rogar en silencio por un poco de amor, de reconocimiento y que casi apaga toda esperanza de ello, no, solo ve a Bruce, el padre, perdido, acabado, inexperto, intentando entender donde se le fue todo de las manos, donde se equivocó, atormentado por sus errores y su incapacidad para solucionarlo.

 

Una profunda pena se instala en su pecho al comprender que lo que creyó era disimulado rechazo o desagrado, solo era incertidumbre, solo era envidia, el hombre más poderoso de la aterradora ciudad gótica, celoso de un omega que hace medio año no tenía ni donde caer muerto, porque había podido ser mejor padre de lo que Bruce comprende, jamás ha sido.

 

El desprecio que siente por sus acciones no desaparece, el profundo rencor que siente en el nombre de Tim no se esfuma, no cree que lo haga jamás, pero su deseo de venganza ya no es ni remotamente un deseo, no hay mayor dolor para el hombre abatido frente a él, que el que ya vive, incapaz de crecer como persona, atrapado en un patrón que lo aísla y lo controla. 

 

Ya no puede, tan profundamente cansado, la ira lo abandona, incapaz de sentir gratificación ante tan terrible y triste revelación.

 

“no tenía porque comprenderte” asegura incapaz de disimular su agotamiento, frunce el ceño y desvió su mirada hacia la salida, donde puede ver autos estacionados “no es su trabajo ser el emocionalmente inteligente de los dos” le gustaría ser más venenoso, no estar tan exprimido como para disfrutar de la masacre a la persona de Bruce Wayne, pero simplemente ya no puede “el no tenia porque apoyarte a ti, tú tenías que apoyarlo a él”

 

Wayne guarda silencio, Ilay no intenta mirarlo, lo rodea y pasa por su lado.

 

“puede que los ames” asegura con la voz suave “puede que los aprecies como a nada en el mundo” piensa en su propio padre tanto tiempo atrás, en el cariño que escucho al otro lado de la llamada, ese cariño que tras tanto tiempo puede recordar y reconocer en sus gruñidos y sus muecas, en sus discursos e incluso en su violenta preocupación “pero no sirve de nada si no lo saben” sacude la cabeza ligeramente, alejando los recuerdos de su mente “si no lo sienten”

 

No mira hacia atrás, no busca ver si algo brilla en sus ojos en comprensión, no quiere saber si lo entendió, no es su problema, ni siquiera le interesa, solo quiere olvidar la angustia que lo persigue, el desastre de emociones que bullen por todo el y concentrarse en lo que importa.

 

Ilay puede cometer errores, los cometerá, está seguro, pero se asegurará de que sus hijos sepan con total certeza que los ama, que siempre sin duda alguna, los amara.




Notes:

Bueno, este capitulo me tomo bastante, por muchos detalles pero principalmente porque no estaba conforme con la discusión de Bruce con Ilay, esta escena fue escrita a pedazos con mucho tiempo entre uno y otro, pero al final logre quedar mas o menos conforme con el resultado :/ pero me encantaría saber que les parece :3

En detalles mas ligeros, Conner sabe sin lugar a dudas que, en ausencia de Tim, si algo le pasa a Ilay mientras el esta presente y puede hacer algo al respecto, Tim lo colgaría de las pelotas.

Si les interesa saber, a Jason le gusta Ilay, no como, "oh, que agradable sujeto", si no, mas bien como "que delicia, que ganas de tenerlo para mi" claro que por ciertos temas (torturo a su cachorro) Ilay jamás le daría bola, además Tim podría realmente arrancarle la garganta a Jason si se acerca a Ilay, pero el tipo aun así siente bastante por Ilay.

no se como llegue a esa conclusión, juro que escribí la primera interacción de esos dos y dije "oh, Jasón le tiene ganas" y con el tiempo inevitablemente se afianza mas en mi cabeza, tipo, Jason enserio le tiene ganas a Ilay, como del tipo que disfruta oliéndolo, y tiene pensamientos distraídos de lo agradable que seria poder tocarlo, no necesariamente de una forma indecente, solo tocarlo. En fin, puede soñar, Tim le cortaría el pene antes de dejarlo acercarse a Ilay.

Espero les gustara, sus opiniones y comentarios, son muy bienvenidas, disfruto muchísimo leyéndolas, sabes quien eres ;)

Notes:

escribiendo esto me di cuenta de lo mucho que el ingles se utiliza en mi pais, y como tengo que cambiar palabras que comúnmente ocuparía para escribirlas en español neutro estoy sufriendo jajaja

si alguno necesita imaginar al omega del olor a naranjas, les recomiendo imaginar a Tom cruse en Top gun maverick, es de donde saque la idea.

espero lo disfruten y comenten, los leo ;)