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The Only Heartbreaker

Summary:

Teruki Hanazawa y Shigeo Kageyama unen sus almas en matrimonio después de años de ser novios. El enamoramiento se esfuma tan rápido como comenzó, Teru reflexiona acerca de sus decisiones de vida, recordando el pasado en donde eran unos simples niños de secundaria. El autismo no diagnosticado de su esposo juega un punto clave y Mob hace todo lo posible por recuperar a su alma gemela. Teruki sabe porque ama a Mob.

Notes:

actualizaciones lentas

Chapter 1: Nervios prenupciales

Chapter Text

Las bodas, el evento más feliz de tu vida. A menos de que seas Teruki Hanazawa. Porque tuvo la suerte de que su esposo, Shigeo Kageyama, sea un psíquico autista con la percepción de la realidad alterada. Y aquí es donde Teru quiere gritar (o usar sus poderes psíquicos para destruir todo) PORQUE OJO, él también lo era… menos autista, más psíquico, porque su ahora esposo no entendía el por qué era tan importante su primer vals. 

Ambos se conocieron en la secundaria, segundo año. Con 15 añitos, aunque iban en escuelas diferentes, el destino se encargó de que se conocieran, de unirlos y de formar una historia entre ellos, su primer encuentro no fue nada agradable… sin mencionar el enorme poder (y desastre) que causaron en la escuela del rubio, pero por esa misma situación, Teruki había quedado embelesado. Podría ser solo un enamoramiento infantil… No esperaba que una pequeña acción desencadenará todo su futuro, Teru era un chico risueño y muy inteligente, su mayor cualidad podría haber sido su belleza física… bueno, hasta que llegó Mob y destruyó su precioso cabello, el largo que tanto luchó por conseguir, las cedras doradas que dejaban a cualquier chica enamorada, el que enmarcaba finamente su rostro y del cuál había estado orgulloso por meses. Tal vez a Teru le faltaba un poco de humildad en ese entonces, Mob le dejó un MUY MAL corte de cabello gratis, fue accidental y se disculpó propiamente, pero la humillación siguió encerrada dentro del rubio mientras se preguntaba: “¿Me lo merezco?” 

Ahora Teruki recuerda ese momento y se ríe, ¿cómo pudo haber estado tan celoso de su novio? Aquel que fue el único que pudo bajarlo de su nube de suficiencia y orgullo que creó con sus propios poderes psíquicos. Teru se sintió realizado al comprender que él no era el centro del Universo. 

 …

 

Volviendo a la actualidad (la cruda realidad de Teru) su boda iba con total maravilla. La música era excelsa, Mob lo esperaba en el altar con una mirada muy nerviosa, jugueteando con sus manos, su típico cabello recto en corte de tazón estaba ligeramente peinado hacía un lado, revelando su tersa frente y cejas pobladas de madurez, Hoyuelo, aquel espectro verde (que parecía un moco) esta vez se encontraba en la primera fila de invitados, debilitado, llorando dramáticamente por ver a su niño ya crecido, justo a lado se encontraba un viejo Serizawa, con el cabello recortado y entrajado, los padres de Mob y su hermano junto con una cantidad contada de invitados, después de todo, aún lo muy psiquicos que fueran, aquel matrimonio seguía siendo un matrimonio homosexual; la ceremonia iba a ser eso, una ceremonia, casual y ordinaria, cuando la marcha nupcial comenzó y las campanas sonaron al ritmo de la música… Teruki Hanazawa entró por la puerta de la Iglesia, con un traje entallado completamente blanco, corbata rosa pálida y zapatos pulidos, aquel color hacía que resaltaran sus ojos, pero sin duda, lo que más destacaba de él era el velo translúcido largo y fino con encaje que descansaba sobre su lúcido y largo cabello rubio… ah… y que claro, Arataka Reigen lo estaba acompañando como padre a dejarlo hacía el altar. Conmovido y emocionado por ese hecho, solo podía sonreír. 

“USTEDES DOS SON COMO MIS HIJOS.” Había proclamado Reigen cuando se enteró del compromiso, él había envejecido como el vino, teatralmente hablando, más mayor, con mucha más madurez, sin embargo su personalidad seguía siendo la misma ¡además se veía prácticamente igual de guapo que siempre! Sin contar las ligeras arrugas alrededor de la boca por sonreír, o las patas de gallo que se asomaban a veces por sus ojos, después de un rato de manejar el negocio de “Espíritus y demás”. Serizawa se quedó con el puesto de jefe, teniendo de discípula a Tome (una vieja amiga de todos), aunque Reigen seguía siendo naturalmente la cabeza de ambos, encargándose de que nadie volará el negocio.

Teruki caminó con confianza por el largo pasillo de la capilla, capturando las miradas de todos, bueno, era algo que le gustaba hacer en su adolescencia. Por otro lado. . . Shigeo estaba por EXPLOTAR, si no hubiera aprendido a controlar mejor sus emociones junto con sus poderes psíquicos en un pasado… probablemente se hubiera hecho pipí en ese momento, porque podía oler la colonia favorita de su novio (futuro esposo) desde donde estaba, Reigen finalmente dejó a Teru junto con Shigeo, yendo rápidamente hacía su asiento junto con Serizawa, apartando literalmente a Hoyuelo que ocupaba su lugar (él se quejó y se mantuvo flotando en medio de ellos dos). La música se atenuó y el sacerdote comenzó a hablar. Ni siquiera le pusieron tanta atención, recitaron sus votos y después… 

— Acepto.  — Dijo en voz alta Teru… ahora le tocaba a Mob, que su corazón latía a mil por minuto, trató de mantener el control. 

— Ahora, usted, Shigeo Kageyama, acepta a Teruki Hanazawa como futuro esposo, en el bien y en el mal, en la salud y en la enfermedad… — La voz del viejo solo se escuchaba borrosa. Mob se quedó congelado, sin embargo, no titubeo. 

— Acepto. 

— Bien, pueden los novios besarse. 

Y el salón estalló en llanto y gritos, felicidad inmediata recorrió el cuerpo de Mob y… ¡Pop! Una flor color rosada salió desde su cabeza, figurativamente… Acercó a Teruki y levantó el velo delicadamente, Teru le regaló una sonrisa pícara y finalmente, ambos se besaron, sellando aquella unión. El club de fisicoculturismo vitoreo más que nadie, todos los chicos alabaron a Mob en coro, Shigeo tomó suavemente la mano de Teru mientras ambos dejaban el altar, caminaron lentamente. El público hizo ruido, los amigos de Shigeo del club de fisicoculturismo eran los más ruidosos, el ex capitán Musashi levantaba los pulgares a la pareja de recién casados, Mob vió a sus invitados, a sus padres que lloraban silenciosamente, felices por la unión, a su hermano que se encontraba junto con aquel chico pelirrojo al cual se había acercado recientemente, ¡sus amigos psíquicos y los de Teru! Junto con más familiares, después volteo a ver la cara de su esposo, ambos estaban bastante felices…

 

 

Se trasladaron al salón de fiesta no tardar unos minutos, se prepararon en la pista de baile y sus invitados no tardaron en llegar, las luces se apagaron y se iluminó el centro de la pista, el dj comenzó a hablar, probando los micrófonos.

— Tengo un discurso para mi hermano. — Habló Ritsu muy emocionado, parándose frente a la pareja, el joven era muy bien parecido, líder nato que ahora seguía estudiando en la Universidad. No podía estar más orgulloso de su hermano, con una tierna sonrisa Shigeo asintió avergonzado. 

— Bueno. . . hola, yo me llamo Ritsu, y mi hermano Shigeo se casa hoy

 

Fue interrumpido. 

 

— ¡Y es el padrino! — Ese fue Sho, interrumpiendo el tan preparado discurso… hubo risas que no se contuvieron y Ritsu, soltando un suspiro, continuó. 

—… Hmm, la verdad estoy un poco nervioso — Apretó el micrófono con el que estaba hablando, ambos novios lo miraron con ternura. —   Quiero comenzar felicitando a ambos, Teru… Shige, hoy estamos reunidos para celebrar el amor, siento que es un honor dirigirles estas palabras. Desde que éramos niños, he tenido el privilegio de conocer el temperamento de mi hermano, de adolescentes miré de lejos su relación con Hanazawa, pero chicos… ustedes no son nada discretos. 

— Shige, desde el momento en que te conocí, supe que eras especial. Siempre has sido un modelo a seguir para mí, con tu determinación, tu gentileza y tu capacidad para iluminar cualquier habitación con tu sonrisa. Ver cómo has encontrado a tu pareja perfecta en Teru me llena de alegría y gratitud. Hoy, al verlos parados juntos ante nosotros, puedo sentir la fuerza de su amor y la profundidad de su compromiso el uno con el otro. Ustedes dos son un recordatorio viviente de que el amor verdadero existe y que, con paciencia, respeto y comprensión mutua, puede superar cualquier obstáculo.

 

— ¡Ya cortenlo! — De nuevo Sho… Shigeo no se aguanto una carcajada. 

— Sho Suzuki, ¡callate la boca! 

 

Sus mejillas se coloraron de un profundo carmín, Teruki noto esto de inmediato y apretó la mano de su esposo. 

— Bueno… Lo que quiero decir es que… Gracias Teru, por hacer a mi hermano una mejor persona. 

— ¡Gracias Ritsu! — Habló Mob eufórico, mientras Teruki se tapaba la cara del sonrojo, 

 

 

La fiesta prosiguió y llegó la hora del primer baile de la pareja. 

 

— Teru… ¿Tenemos que bailar en serio? 

— ¿Qué? CLARO QUE SÍ. Hemos estado practicando mucho…

— Es que los zapatos me aprietan, y hay demasiada gente… además creo que ví al maestro Reigen beber más de lo debido y y- 

— Shigeo. Debemos bailar nuestro vals de recién casados. 

— Lo sé pero… 

— Por favor. 

— Por favor. — Volvió a hablar Hanazawa. — Por favor no lo arruines. 

 

Tal vez fue un duro golpe para Mob, pero decidió bailar aún con su incomodidad, ambos volvieron a ser el centro de atención en la pista y bailaron aquella canción que tanto adoraban ambos. No era exactamente un vals, un bossa nova generalizado, una canción de amor divina que tanto Hanazawa como Kageyama sentía tan profundo dentro de su alma. “Must be love…”

Después del baile, abrieron la pista al público y Shigeo se escapó entre la multitud… dejando a Teruki solo. Este último no lo tomó tan importante, decidió disfrutar del resto de la velada, del resto de la boda. Comieron, bebieron, bailaron. . . Una boda. Un suspiro escapó de los labios de Teruki mientras bebía una copa de champagne que Reigen le había pasado, pero no iba a dejar que aquella situación arruinara su perfecta noche. Su noche.

Su boda. La boda de Shige y Teru. 

Chapter 2: Un buen almuerzo se disfruta acompañado

Summary:

La vida marital ya no parece ser una idea tan mala.

Notes:

Escribí esto con las patas.
HOLAA, soy Ray, bienvenido al nuevo cap de esta historia Terumob, he estado escribiendo por horas en el google docs, de todas maneras, esta historia ahora se llama The Only Heartbreaker porque Mitski podría ser mi mamá. Disfruten del fluff mientras puedan.

Chapter Text

Escuela secundaria Vinagre negro.

 

— Voy a tomar ventaja de todo lo que pueda… Después de todo, yo soy el maldito personaje principal de este mundo. 

 

Fue lo que había dicho un joven Teruki de segundo año, en un atardecer bastante caliente, el sol ocultándose y las nubes cubriendo el cielo, después de haber golpeado a unos jóvenes debiluchos de la secundaria Sal. 

Tal vez nunca debió haberse metido con ellos. 

 

 

“Los poderes me hacen especial” Era lo que pensaba el rubio, mientras que nadie más a su alrededor podía usar poderes, él lo era todo, poderoso, inteligente, con poderes fuera del alcance normal, atraía a las chicas y era bien parecido. Hasta que terminó amenazando a un chico de su edad con un cuchillo, tal vez de sus puntos más bajos como persona. 

 

Apretó el cuello terso y fino del niño, este último jadeo ante el agarre, pero las cosas pasaron demasiado rápido, de un momento a otro.

 

— ¡Te sugiero que no menosprecies mis poderes! — El viento soplaba fuerte y le tiraba tierra a los ojos de ambos, el grito de Teruki se fundió con el escombro de su secundaria mientras arrastraba al azabache por el suelo…

La onda expansiva lo dejó con un pequeño dolor en el tímpano.

 

— Esta es una prueba de resistencia… 

—  Gh… 

 

Shigeo seguía sin hablar, sin responder, recibiendo golpes… 

Una charla emocional más tarde, los cuchillos aparecieron en escena, insólitos e intimidantes se dirigieron hacía Shigeo y mientras Hanazawa estaba distraído un contraataque lo despeluco, casi literalmente, ¡qué humillación! 

 

 

Teruki despertó sudando frío en una cama que no era suya, estaba semi desnudo y podía sentir su aliento a alcohol, su traje de bodas (o lo que quedaba de él) se le pegaba al cuerpo de manera asquerosa. Se sentía cansado, el día después de tu boda usualmente significaba una mañana lenta, pedir comida a domicilio, y estar acurrucado con tu pareja hasta altas horas de la noche. Sin embargo, no se sentía exactamente como una mañana de luna de miel, Hanazawa se había quedado dormido solo en una cama matrimonial. Estaba bastante cómodo, pero el vacío que dejaba el otro lado de la cama lo ponía ansioso, ¿a dónde se había ido su esposo? A la llegada del medio día, Hanazawa ya se había cambiado, tomó una ducha y analgesicos, pasaron horas hasta que recibió una llamada del señor Reigen, contestó como si no sintiera una presión en el pecho que le decía que algo estaba mal. 

 

“Ah… niño, Mob está en casa de sus padres, lo llamé hace un rato. Se supone que tiene que estar contigo. ¿Pelearon anoche? Se acaban de casar, por favor.”

 

Unas breves excusas diciendo “No, para nada” y “Sí, muchas gracias” hicieron que Reigen se calmara y colgara la llamada después de parlotear bastante. Teru suspiró, esperó una, dos, tres horas hasta que escuchó que la puerta principal se abría desde la cocina, había preparado una merienda, estofado y arroz blanco, con verduras y carne de res para una sola persona, descuidado, no espero que su esposo llegara a esta hora. Hablando de él, Shigeo llevaba en sus manos una caja de cartón, reutilizable, de un aburrido color café claro, desde donde estaba, Hanazawa no podía ver el contenido de esta, ni siquiera intentó molestarse, Mob siempre había tenido comportamientos extraños desde que lo conoció, tenían sentido en la cabeza del pelinegro, pero el rubio usualmente no los entendía.

 

— Shige-kun…

— ¡Teru-kun! Espero que no te molesté, pase a casa de mis papás para recoger unas cosas. 

— Pensé que ya habíamos organizado todo… ¿no hicimos la mudanza la semana pasada? — Le preguntó, inquisitivo, en realidad solo estaba preocupado, no entendía las razones por la cual su nuevo esposo no lo había acompañado a su nueva casa. 

 

La casa era pequeña. En un vecindario cerca de la casa de los padres de Mob, mucho más cerca de donde actualmente residían Reigen y Serizawa, una casita en la que habían puesto mucho esfuerzo y cariño. Terminarla de pagar fue una tortura, pero como regalo de bodas finalmente se permitieron usarla juntos, era de ambos, su nuevo legado para iniciar una vida. Teruki siempre se preguntaba cuándo sería el día en que dejara de vivir solo. 

 

— Sí… pero tengo cosas personales aquí, mis sábanas, libros y demás. 

— Bueno, siempre podemos tener nuestra luna de miel esta noche. Se suponía que regresariamos juntos.

— Sí. — Respondió Shigeo, dejando la caja de cartón sobre la barra de la cocina, la casa aún no estaba muy poblada, después de la entrada principal estaba la salita que contaba solamente con un sillón largo y una mesa para café, separada de la cocina por una barra ancha que podían usar para poner cosas, sin comedor aún, el baño de invitados estaba pegado a las escaleras y era de tamaño perfecto. 

 

Los dos pisos de la casa estaban limpios, subiendo las escaleras había un pasillo con dos cuartos y el baño personal, el único cuarto que se veía habitable era la recamara principal ordenada por Teruki, en dónde se supone que dormirían, Hanazawa lo imagino tan lindo, empezando a hacerse ideas acerca de la decoración que podrían poner, pero por el momento, la casa seguía oliendo a nueva. 

 

— ¿Y tu traje? 

— Está en la caja.

— Bien… después puedes colgarlo en el armario, nos costó mucho dinero así que espero que lo guardes bien,

— Sí… 

— Oh, bueno, hice algo de curry, ¿quieres un poco? 

— ¡Por supuesto, Teru-kun! Muchísimas gracias por cocinar. 

— No es nada, cielo… — Lo miro con amor, cariño, era el chico que le gustaba, por supuesto, después de ignorar como sus mejillas se sonrojaron ligeramente por sus pensamientos tan embobados, se dirigió hacía la estufa y sirvió dos platos de lo que cocino.

— Mueve la caja, comeremos en la barra. 

 

Shigeo pensó que Teruki seguiría enfurruñado, había recibido una llamada del señor Serizawa gravemente exagerada, bueno, a cómo él lo veía. En ese momento, Shigeo se dió cuenta de que las cosas estaban mucho más calmadas. Una sonrisa se extendió por sus labios, aliviado. Pensó que la vida matrimonial sería totalmente diferente a como eran como novios. No es que le tuviera miedo al compromiso, sin embargo aquella punzada de nervios seguía arraigada dentro de su pecho, para Teruki era diferente, una vida de casados significaba más responsabilidades, le había costado tanto ganarse el corazón de su pareja. 

 

Ambos comieron en un silencio agradable.

Después de todo… Aunque Teruki había caído desde el avión del amor sin paracaídas primero, Mob se estrelló mucho más fuerte. 

 

La conversación fue amena y las preocupaciones iniciales que había tenido Hanazawa se disiparon. 

 

— Oye, recuerdas esa vez que fuimos a comprar ropa… — Comenzó Shigeo, mientras tomaba su segundo vaso de leche matutina, dulce y refrescante, deslactosada. 

— ¿Huh? ¿La semana antepasada? ¡Pues claro! 

— No. — Dijo rápidamente, escondiendo la mitad inferior de su rostro con el vaso que iba a la mitad. — La primera vez. 

 

Entonces Teruki comprendió. 

— ¡Ah! ¡Donde compraste esa camisa de monitos! Un claro ejemplar de alta moda, estilo y elegancia, ¿qué pasa con eso, amor? — Se le escapó un mote cariñoso, tanto él como Mob se sonrojaron. 

— Sí, la adoraba. Cuando dejo de quedarme me sentí tan frustrado. 

 

Y era cierto que Shigeo había crecido, atlético, con una espalda ancha, casi del doble de su tamaño de cuando estaba en la secundaria, solo uno o dos centímetros más alto que su maestro Reigen. Había adquirido su pasión por el deporte de una manera extraña, pero lo más extraño fue descubrir que lo impulsaba a seguir haciéndolo no era la misma razón por la cuál inició. ¿Quién diría que comer mejor, dormir temprano y ejercitarse en verdad te hace sentir mejor?  No comentó nada al respecto. 

 

— Me alegra que aprendieras a identificar lo que sientes. 

— La cuestión es que la encontré, la recogí y está en la caja. Debemos salir a buscar una igual en mi talla. 

 

“NOOOO” Es lo que hubiera gritado su hermano, Ritsu, si hubiera escuchado eso último, pero como era Teruki, solo rió bajito, asintiendo con emoción. 

 

— Lo haremos, Shige. 

— Es algo muy preciado para mi. . . 

Hizo un silencio, retirando el vaso de leche, colocándolo en frente suyo. 

 

— Espero que lo sepas. 

No terminaron el almuerzo y se enfrió. 

Tal vez la vida marital no iba a ser tan mala con un esposo como Kageyama. 

  

  

Chapter 3: Amanecer

Notes:

Cap cortito, me inspiré y quise verlos de nuevo, los quiero, me recuerdan siempre a alguien. La facultad me esta destrozando, repetiré y no estoy orgulloso de eso, pero al menos puedo seguir escribiendo poesía barata en mi laptop siempre que quiera. Mi vida no ha sido la mejor últimamente, demasiados problemas gastrointestinales regulados por emociones, extraño a mis amigos de la prepa, realmente siento que no soy yo, ¿siento realmente amor? ¿empatía? Pienso que soy una mala persona, que me comunico de manera poco ortodoxa, sáquenme de medicina

Chapter Text

El alba siempre combinó con su cabello. Destellos rubios y brillantes como el sol, intenso, caliente, desenfrenado. Cualidades únicas, fidelidad, un carácter de lealtad tan real que se sentía como las olas chocando en un mar inmenso y enojado, con lluvia, con niebla y barcos destrozados. Estaba infinitamente agradecido por haberlo encontrado, decepcionado de su primer encuentro, avergonzado por la manera en la que hablaron. 

Mientras avanzó el tiempo, notó más cosas, cosas que solo notó en chicas antes, piel suave, manos largas y pálidas, dedos llenos de destreza, un poder mental absolutamente fuerte, muñecas delicadas, antebrazos fuertes, ¿un ser tan lleno de contradicciones podía ser tan hermoso? Porque Hanazawa lo era, con ese humor tan fuerte. 

Intenso. Era esa la palabra, intensidad. Vehemente, vivo. Aura dorada, amarilla, color de los girasoles y los amaneceres. Teruki era todo eso, lleno de vida, lleno de humanidad, sus fallas, sus debilidades, reconocerlas sólo lo hacía más fuerte, mucho más brillante. La casa (que aún olía a nueva, sin ningún rastro de húmedad, sin ninguna grieta) estaba fría por la madrugada de invierno. Haciendo eco en los pequeños rincones, cada sonido, cada pisada. Shigeo observaba a Hanazawa al dormir, le dió un vistazo al reloj digital que estaba sobre la mesita de noche a su lado, recargado sobre su mano derecha, con el codo pegado a las suaves sábanas compradas especialmente para un descanso óptimo, de color azul cielo, la funda para almohada de tonalidad mayor estaba siendo consumida por los mechones de cabello rubio. La luna llena reflejaba su luz por la ventana, lista para presenciar los misterios más profundos de la noche, y Shigeo, relajado, soltó un largo y profundo jadeo. Su esposo se veía tan tranquilo, etéreo. ¿Todos se miraban así cuando dormían? ¿O solo era él? Teruki ha sido una excepción toda su vida. 

Con la boca abierta, babeando sobre la almohada amentada, con el cuerpo completamente desenredado, en una posición cómoda, boca abajo, su rodilla sobre la otra, los pies entrelazados con los de Shigeo, una simple acción, un gesto.

Un pequeño gesto que lo decía todo. 

“Te amo” 

“Te extraño” 

“Te añoro” 

“Te pienso” 

“Te procuro” 

 

El número uno de Shigeo, su prioridad. Su todo. Ese era él, el hombre, tal vez no de sus sueños, pero que se había ganado aquel lugar, con tiempo, con esfuerzo, con amor y con sentimiento. Su panza se sintió extraña, ¿mariposas? No, era gastritis, pensar tanto en sus sentimientos lo ponía mal. Físicamente al menos, como si hubiera comido mucho pastel, Shigeo se arrastró por la cama hasta el borde y se sentó, colocando ambas manos sobre su estomago, no ver al rubio era como una tortura, no dormir era mucho peor. 

Se levantó de la cama con pasos temblorosos, dirigiéndose al baño. Sí, definitivamente gastritis.