Chapter Text
1
Arthur pendragon nació justo al amanecer del solsticio de verano de 1990, nació en la ancestral casa Pendragon a pesar de que todas las recomendaciones señalaban que su madre debía dar a luz en el hospital. Después de un parto duro y largo los pequeños pulmones de Arthur tomaron su primer aliento justo cuando los primeros rayos del sol asomaban por los grandes ventanales, y para Ygraine nunca había existido un sonido más dulce que el llanto de su recién nacido. De repente todo el dolor, las molestias, la sangre y el sudor palidecen ante el primer vistazo que tuvo de su hijo.
Cuando se lo entregaron luego de cortar el cordón umbilical ella estaba maravillada con la pequeña criatura que tenía en los brazos, el bebé era precioso, con pelusilla rubia sobre su cabeza, la piel suave y blanca y ¡oh! que preciosos ojos tenía, azules como los de ella, pero tan diferentes a la vez. Su hijo era lo más preciado que había tenido nunca, lo apretó un poco más contra su pecho y le besó la cabeza.
—Te amo mas que a la vida misma Arthur— le dijo en un susurro que nadie mas podia oir, las palabras que se pronunciaban eran solo para las oídos de su bebé —Eres el regalo más precioso que jamás pude haber pedido, fuiste el sol de mi vida desde que supe que te esperaba, yo siempre voy a estar contigo.
Con su hijo en brazos y una palabra de amor en los labios Ygraine de Bois exhaló su último aliento, mientras las sábanas se empapaban de sangre y todos corrían por la habitación.
Y el llanto desgarrador del pequeño Arthur Pendragon cortaba el aire al ya no poder oír los latidos del corazón de su mamá, al saber que había perdido algo, al sentir que alguien le había sido arrebatado por el egoísmo de otros.
2
Habían pasado cuatro meses desde que la mansión se había sumido en el luto, los cuadros de Ygraine se cubrieron con tela negra, sus cosas se guardaron en el cuarto más apartado, su esposo siempre estaba resentido y borracho y su hijo había sido dejado de lado.
A Gaius se le partía el corazón al ver la frialdad e indiferencia con las que era tratado el bebé, por que si las niñeras mostraban el mas minimo apice de apego, preocupación o cuidado por el bebé eran, en el mejor de los casos, inmediatamente despedidas por Uther, si la nodriza de turno le cantaba una canción de cuna o le decía palabras amables al día siguiente aparecía una mujer distinta y la anterior no era vista de nuevo en los terrenos. Parecía como si Uther Pendragon quisiera mantener vestido, limpio y alimentado a Arthur, pero nada más, como si pensara que como él estaba privado de amor el bebé también debería estarlo.
Pero el médico no soportaba esta situación, él sabía que no importaba lo bien vestido o alimentado que estuviera Arthur, sin amor y sin calor el bebé no sobreviviría, por eso cada noche se escabullia hasta la habitación infantil y sacaba de la cuna al bebé que lloraba. Nadie más lo haría, nadie se atrevería, pero él sí, porque hizo una promesa a una mujer sentenciada a muerte por alguien que amaba, por que estuvo cuando Arthur llegó a este mundo y vio todo el amor con el que la misma mujer lo vio en cuanto se lo pusieron en los brazos.
La misma situación se repetía noche tras noche, en cuanto se apagaban las bombillas él sacaba al niño de la cuna y se lo llevaba. Le arrullaba, alimentaba, mecía y cantaba, le hablaba de su madre, de lo extraordinaria que era y de cuando lo amaba.
Se encargó de abrazarlo, de sostenerlo, de evitar que se sintiera solo, en su presencia dio sus primeros pasos, a él fue a quien el bebé llamó papá por primera vez.
Gaius creyó haber cumplido su promesa, era como vivir al borde de un sueño, pero como todo sueño este tuvo que llegar a su fin, su pequeño secreto se resquebrajó cuando un Arthur de año y medio lo llamó “papá” en frente de Uther.
El infierno se desató en la vieja casona, Gaius casi fue despedido, pero logró quedarse en la casa cuando prometió nunca volver a ser paternal ni cariñoso con Arthur, la promesa le sabía a ácido en la boca, pero al menos así podría cuidarlo desde lejos.
Esa noche el inocente Arthur fue recostado en su cuna pero nadie vino a recogerlo, lloró y lloró llamando a su papá, pero papá nunca fue a tomarlo en sus brazos, al final se quedó dormido. Y nunca más pidió que alguien fuera a consolarlo.
3
El pequeño Leo vivía con su papá en los terrenos de la finca desde hace poco más de un año.
El al principio no había querido ir a vivir ahí, quería quedarse en la ciudad donde estaba su niñera y sus amigos y también esa tienda que vendía sus galletas favoritas, pero resultó que vivir ahí no era tan malo, tenía mucho espacio para correr y explorar, las galletas que hacía la señora Copper eran tan buenas como las de la ciudad y también había niños de los que ser amigo: estaba Gwen y su hermano Elyan y también Arthur.
Primero no había querido ser amigo de Artie, con sus tres años era el más pequeño de todos ellos y lloraba si alguien le alzaba la voz, pero también le gustaba salir a explorar y nada le daba miedo. También, a diferencia de Gwen y Elyan que ya iban a la escuela en el pueblo, ellos se quedaban en la finca todo el día y podían salir a jugar siempre que quisieran.
Hoy era el primer día que salía el sol despues de que el invierno acabará y ambos estaban muy emocionados, durante el otoño habían descubierto un lugar muy bonito cerca del lago y habían querido ir a explorarlo a fondo pero el invierno había llegado temprano ese año y los había confinado a jugar adentro. Pero ahora el invierno había terminado y ellos podían volver a jugar afuera.
Por eso es que ahora iban tomados de la mano camino a su lugar secreto, no importa a donde fueran ellos siempre iban tomados de la mano para no perderse, pero justo en ese momento vio algo que brillaba entre la hierba del bosque y, soltando la manita de Artie, corrió para ver que era con todo el ímpetu que su cuerpito de cinco años pudo reunir.
Estaba muy interesado intentando deducir que era cuando el llanto de bebé de Artie cortó el aire, inmediatamente se dio la vuelta para averiguar que había pasado.
Artie había resbalado en uno de los charcos de lodo formados por el deshielo de los últimos trozos de suelo congelado. Su cara y manos estaban llenas de lodo y su suéter color crema estaba sucio pero en el codo se formaba una mancha roja que crecía lentamente. Artie se había lastimado con una roca afilada cuando cayó.
Corrió a su lado con sus propios ojitos llenos de lágrimas al ver a su amigo lastimado. Ayudó al rubio a sentarse mientras grandes lágrimas aún manchaban los ojitos azules.
Con manitas torpes le limpio la suciedad de la cara y lo rodeo con sus brazos para consolarlo.
Permanecieron abrazados hasta que Artie dejó de llorar y solo entonces se tomaron de la mano y volvieron a la casa para que Gaius pudiera curar a Arthut.
Por desgracia a los tres años nuestro cerebro no es muy bueno guardando recuerdos.
4
Morgana estaba muy preocupada, Arthur llevaba una semana enfermo, había empezado con un simple dolor de cabeza y algo de dolor en la garganta pero rápidamente se había convertido en un fiebre altísima y una inconsciencia casi permanente.
Al principio, cuando empezó a empeorar, ella casi le había suplicado a Uther que lo llevaran a un hospital , pero él, fiel a sí mismo, se había negado rotundamente y había puesto a Arthur al cuidado de Gaius (incluso cuando él también dijo que Arthur debería estar en el hospital y no atendido en casa)
Así que aquí estaban ahora con ella día y noche poniendo paños fríos en la frente y el cuello de su hermano y Gaius administrando todos los medicamentos que se le ocurrían.
Esta noche no era diferente de las siete noches anteriores excepto por el hecho de que Morgana estaba empezando a perder la esperanza de que Arthur se pusiera bien, y ese simple pensamiento hizo que se le llenaran los ojos de lágrimas, ella no podía perder a nadie más.
Armándose de valor hizo lo único que Gaius le había prohibido hacer: subió a la cama y atrajo a Arthur hacia ella, metiendo la cabeza de su hermanito abajo de su barbilla.
— No me puedes abandonar Arthur, ¿me escuchas? ya perdí a mis padres, no puedo perder a mi hermano. Te amo.
Esa noche durmieron acurrucados el uno contra el otro.
A la mañana siguiente Uther los encontró así y amenazó con mandar a Morgana a un internado si volvía a hacer algo así.
Curiosamente Arthur comenzó a mejorar durante la tarde de ese día.
Y la fiebre convirtió el recuerdo de esa noche en nada más que una imagen borrosa y de ensueño.
5
Gwaine había ido a la fiesta con Lance, Percy y Arthur, pero a los tres los había perdido de vista hace rato cosa que era de esperarse, todo mundo quería convivir con los campeones del equipo “Camelot” sobre todo teniendo en cuenta que acababan de llegar a las finales.
Todo había sido risa y diversión hasta que por el rabillo del ojo vio una cabellera rubia que solo podía pertenecer a Sophia, esa mujer siempre le había parecido espeluznante, sobre todo al rededor de Arthur a quien siempre que podía se le insinuaba y lo toqueteaba. Las cosas habían escalado tanto que cada vez que la veían cerca de Arthur en automático intentaban cubrirse de tal forma que ella no tendría oportunidad de acercarse demasiado.
Pero en medio de la música, los coqueteos y el alcohol no se preocupó como de costumbre, cosa de la que más tarde se iba a arrepentir.
Aproximadamente una hora después de que vio a Sophia por primera ella reapareció arrastrado a Arthur detrás de si, pero él se veía atontado, tanto que tropezó un par de veces con sus propios pies.
Al ver eso algo incómodo se revolvió en su estomago, algo no estaba bien. Se desenredo de los cuerpos con los que bailaba e intento seguir el mismo camino por el que se habían ido, pero los perdió de vista entre el mar de gente, la única razón por la que no empezó a maldecir y empujar a cualquiera que se cruzara en su camino es por que se encontró con Lance Percy, quienes, después de una breve explicación, se unieron en su búsqueda.
Estaban a punto de llamar a la policía cuando escucharon una empalagosa voz de mujer detrás de una de las tantas puertas de la casa, pudieron haberlo ignorado si no hubiera sido porque le siguió una voz arrastrada pero rota que le decía “No” e incluso si no hubieran identificado la voz de Sophia sin duda lo hubieran hecho con la de Arthur.
Sus cerebros tardaron un par de segundos en encajar todas las piezas, pero en cuanto lo hicieron los tres vieron rojo y después de eso todo está un poco borroso, sabe que alguien forzó la puerta, sabe que alguien arrancó a Sophia de Arthur con tanta fuerza que la tiró al piso y sabe que inmediatamente intentaron interrogar a Arthur solo para darse cuenta que estaba tan ido que no había forma de que no estuviera drogado, lo que significaba que tenían que ir al hospital.
El viaje en taxi está un poco mas claro, recuerda que Lancelot daba las indicaciones mientras él y Percival se sentaban en la parte trasera con el rubio, él cual,soñoliento y asustado, se acurruco contra él. Lo mas vivido del recuerdo es como su suéter se humedecio allí donde Arthur había escondido su rostro.
El hospital fue una auténtica pesadilla, desde trabas para permitirles quedarse con él (Arthur empezaba quejarse cada que se alejaban más de cinco metros) hasta cuestionamientos sobre su historia. Por insistensia de los tres es que le hiceron un examen para drogas a Arthur, y solo cuando este dio positivo en una droga de violación fue que les creyeron, se recabo la información necesaria y se les aviso que Arthur tendria que qudarse en el hospital por la noche.
Durante todo ese tiempo se turnaron para velar junto a su camilla y tomarle la mano.
Al final la denuncia no fue aceptada y la universidad no hizo nada.
Pero si una semana después se regaron por la universidad volantes con la cara de Sophia y la palabra “violadora” escrita en letras grandes y rojas… Bueno, nunca se encontraron a los culpables.
+1
Arthur despertó con la luz del sol dándole en la cara y por un momento estuvo desorientado, no había forma de que la luz de la mañana llegará a su cama pero su cama tampoco era tan cálida… oh… Esta no era su cama, era la de Merlin, y el calor que sentía en la espalda era que su novio lo tenía abrazado contra su pecho por la cintura.
Llevaban varios meses saliendo pero nunca habían dormido juntos, esta era la primera vez y se sentía celestial.
No recordaba nunca que lo hubiesen tocado con tanta ternura, con tanto amor, como si fuera algo precioso que necesitaba y merecía ser cuidado. La sola realización hizo que los ojos se le llenaran de lágrimas y un pequeño hipo se le escapó de la garganta, pero ese solo ruido fue suficiente para despertar a Merlin, quien de inmediato lo estrechó un poco más fuerte y le habló en voz baja y ronca.
—¿Qué pasa cariño? ¿te sientes mal? ¿tuviste un mal sueño? — le hablaba con preocupación y amor y su aliento cálido le rozaba la parte posterior del cuello, nunca se había sentido tan amado y eso solo lo hizo llorar más.
—No, estoy bien, solo estoy feliz — se revolvió un poco para poder quedar frente a frente con Merlin solo para ser recibido con una mano cálida en la mejilla y unos impresionantes ojos azules viendo directamente a los suyos.
No podia creer que esos ojos que ahora lo miraban con amor lo vieran con desprecio hace medio año, y es que definitivamente ellos no habian empezado con el pie derecho teniendo en cuenta que Merlin lo habia llamado “idiota” enfrente de todos los aspirantes a dar pasantia en la empresa de su padre pero luego de un incidente en el ascensor se acercaron rapidamente y ahora estan aqui.
—Eres adorable ¿lo sabías? soy tan afortunado de tenerte, incluso si al principio pense que eras un idiota —Aunque sus palabras no eran muy amables el tono en que lo dijo y la sonrisa tonta en su rostro le decian que solo estaba jugando.
Pero ese era un juego que se podía jugar entre dos.
—Tú tambien eres un idiota adorable, pero eres mi idiota adorable.
Y con esas palabras sello su destino pues las manos de Merlin encontraron rápidamente el camino hacia sus costados donde empezó una batalla de cosquillas que terminó con él debajo del cuerpo pálido y ágil de su novio.
—Eres un tesoro Arthur Pendragon — Pequeños besos fueron dejados en su rostro — y soy muy afortunado de tenerte.
Y si pasaron toda la mañana de su día libre enredados entre las sábanas con el sol como su único testigo, bueno, eso es entre ellos y Dios.
Chapter 2
Notes:
This is the second chapter with mpreg that I promised, I tried to upload it yesterday but it turns out that college life is not compatible with publishing fanfics on time.
I hope you like it, maybe someday I'll come back and make something bigger from this part.
Chapter Text
+1.1
Cuando se enteraron del embarazo habían estado en una nube de felicidad como ninguna otra, no había pensado que su magia pudiese hacer algo así pero claramente estaban equivocados. Sin embargo su felicidad personas se había visto rápidamente empañada por todos los riesgos que corría Arthur.
No podía soportar la idea de que pudiese perder a cualquiera de los dos, por eso estaba tan molesto cuando Arthur se aferró a la idea de dar a luz en la antigua casa Pendragon, la cual había heredado luego de la muerte de Uther. Esa habia sido una discucion sin recedentes en su relación,pero una vez que Arthur explico ss razones (querer sentirse cerca de su madre) Merlin termino cediendo, tambien ayudo a su caso que Arthur le aclarar que no era idiota, que si los doctores decidian que no era seguro para él o el bebé dar a luz en casa nisiquiera iba a intentarlo, y que si llegado el momento sentia que algo iba mal o se empezaba a complicar no iba a oponerse a ser llevado al hospital.
Fueron meses de mucha preocupación, cuidados y precaución, pero también estuvieron llenos de esperanza, amor y ternura.
Cuando por fin llegó el momento ellos ya habían conseguido al mejor equipo médico que el dinero podía comprar.
Fue un proceso largo y difícil, y mientras Arthur sufría él pasaba sus manos por todos los lados que podía: su cara, su vientre o sus muslos para demostrarle apoyo y amor.
Por un momento empezo a caer en desesperación y el miedo le atenazo el alma por que se sentia como si estuviera a punto de perder a alguno, pero justo entonces nacio la pequeña Aurora, y no habia visto nada mas precioso en toda su vida.
Su hija era una cosita pequeña con una piel palida como la suya, el cabello negro y los ojos azules.
En cuanto se la pusieron en los brazos a Arthur no importó lo cansado, sudoroso y pálido estuviera, pareció brillar en cuanto la piel de su hija tocó la suya.
Y mientras Merlin los sostenía a ambos en sus brazos se dio cuenta que el mundo podía ser un lugar enorme, pero al final del día él siempre podría sostener a su mundo en sus brazos.

Shippeoforever on Chapter 1 Wed 19 Mar 2025 04:55PM UTC
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bluelightofmoon on Chapter 1 Thu 16 Oct 2025 01:18PM UTC
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