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Sans al cubo

Summary:

Gaster se dió cuenta de un nombre repetido en la nómina de tres departamentos diferentes.
Le estaban pagando tres salarios a algún idiota por ahí y nadie había hecho nada.

Comic maldito Sans.

Notes:

(See the end of the work for notes.)

Chapter 1: Descubre!

Chapter Text

Con un gemido doloroso, Gaster se encorva una vez más sobre el registro de nóminas del laboratorio real.
¿Por qué había tantos departamentos?
¿Por qué él tenía que hacer todo esto? ¿No sería más prudente que solo se hiciera cargo de su equipo?
¡Los que deberían de ver esas cosas eran los de recursos o administración! ¡Él no!

"Ey, Doctor."

Muy a su pesar, mira hacia arriba, la puerta ligeramente abierta con la cabeza de un gato magenta oscuro. Puede sentir como un dolor agudo se forma en la parte posterior de su cráneo.

"Iremos a comer, ¿nos acompaña o le traemos algo?"

"No. Aunque lo pensaré, Wickett. Gracias."

Con eso, el gato se aleja, la puerta cerrándose suavemente detrás suya.

Gaster, molesto como el infierno, baja la cabeza y vuelve a mirar la lista de nombres y números que de repente es interminable. Sabe que su asistente merecía estar en el puesto jefe en el departamento de biología, pero dios, era demasiado.

Por un momento, creé que su cabeza lo engaña.
Y luego revisa, una y dos veces. En una tercera, usa una regla y marcador para asegurarse de que está leyendo bien y no las repite.

Hay un nombre repetido en tres departamentos.

Esa fue su señal para irse a comer.

••
"¡Doctor Gaster! Me alegro de verlo unirse a nosotros. Siéntese, hoy le queremos presentar a alguien."

El monstruo gato otra vez lo llama cuando se arrastra penosamente a la sala común para el laboratorio entero. Gaster respinga un poco cuando mencionan a la persona nueva, pero fue él mismo quién decidió unirse en primer lugar.
Al menos, ahora con el bullicio de la sala (aunque está bastante tranquila) puede olvidarse de ese hombrecillo.

"¿De verdad? ¿De qué departamento es?"

Cuando Gaster se sienta, no ve a nadie más en la mesa del comedor, al menos que no conozca.

"Eh, realmente no sabemos. Pero sabemos que trabaja aquí y siempre está en todos lados."

Hisbal comienza, sus ojos rasgados haciéndose chiquitos cuando una sonrisa tira de sus fauces.

"Debería estar por aquí en un moment- oh, allí está."

Gaster observa atentamente a donde el otro mira, y no puede evitar confundirse. Un esqueleto pequeño que tranquilamente podría ser confundido con un niño, apareció de repente frente a la máquina expendedora que fue empujada al fondo de la habitación. Es decir, no hay forma en que llegará allí sin llamar la atención de Gaster antes (el esqueleto viste una chamarra de telas distintas con estampados coloridos bajo la bata blanca y pantuflas de un verde ridículo, Gaster piensa haber captado un destello de luces en ellas, viola todas las normas de vestimenta en el laboratorio ) y no es exactamente fácil de perder.

"¡Doctor Mincho!"

Wicker grita, meneando la mano por encima de su cabeza con entusiasmo , el 'Doctor Mincho' se acerca sonriendo (su sonrisa es perezosa), una botella de lo que asume es kétchup en la mano y una bolsa de papas flotando a su lado con un aura que tilda entre azúl claro y amarillo.

"mi gato favorito, ¿qué tal? ¿cómo va la fiesta?"

"De aquí, eres el único que realmente montaría una fiesta en el laboratorio."

El esqueleto bajito se ríe, una risa profunda y suave que retumba en el espacio cerrado. El ruido turbulento no dura mucho antes de apagarse, baja ligeramente la mirada, los bordes de la sonrisa bajan ligeramente en una mueca poco descriptiva tras echar un vistazo a una muñeca recién levantada, como si hubiese un reloj ahí que los demás no ven, bajo las capas voluminosas de ropa.

"sí, bueno, me tengo que ir. lamento eso chicos, pero esta vez no puedo quedar tanto tiempo."

'Mincho' les dedica una sonrisa triste y se despide de todos, incluso de Gaster, con dedos de pistola y un juego de palabras que ni siquiera recuerda. El punto es, que otra vez, cuando camina hacía atrás y en dirección contraria a la salida parece desaparecer cuando otro científico bloquea el campo de visión por un par de segundos. Gaster está intrigado por este pequeño monstruo.

Más tarde, un par de días después en una tarde del lunes, Gaster escucha dos toques ligeros en la puerta de su oficina.

Pero, debe ser alguien más, ¿no?
Envío un memo al hombrecillo con tres salarios hace apenas unos minutos, y él, con su oficina en la parte más baja del laboratorio, es el más alejado del resto. No pudo haber llegado tan pronto.

"Adelante."

La puerta se desliza con un suave crujido, pero no hay nadie ahí. Gaster se levanta de su alto escritorio y ahí está, el Doctor que no llamó. Pero que aguarda con su sonrisa eterna y ojos aburridos que guardan una ligera incertidumbre en las estrellas blancas y diminutas. Gaster se da cuenta de que, de hecho, no sujeta la puerta. Sino que su mano, alzada débilmente en dirección de la puerta tiene un leve brillo tildado que se repite al pomo.

"¿Doctor Mincho? ¿Qué hace aquí?"

Gaster musita, visiblemente confundido. Mincho se encoge de hombros, dando un paso dentro de la oficina desordenada con las lucecitas de sus ojos inquietas. Cuando está lo suficientemente dentro, el brillo de su mano y el que se aferra al pomo de la puerta se desvanece, dejando que se deslice a su lugar original.

"usted me llamó, doctor."

Gaster asiente suavemente, su rostro contorsionado en una mezcla de confusión evidentes. Con esto, el Doctor se sienta de nuevo, la silla cruje al peso, una mano conjurada indica con un ademán para que el otro se siente. Mincho asiente, jalando la silla frente al escritorio para sentarse después de un pequeño saltito. No tan bajo, pero más bajo que el promedio.

"Entonces, hum, Doctor ¿Comic?"

"heh, sí. también soy mincho. usted es un esqueleto, sabe que aveces tenemos fuentes secundarias. mincho es la mía."

Sans dice, su mano se mueve con vaga elocuencia, la naturaleza de su fuente es minúscula, así que su voz también. Tranquila y apenas audible. Gaster entiende. No es ilegal hacerte llamar por tu segunda fuente, es, o era, totalmente normal cuando la población de esqueletos era abundante.

"Hum, bien. Entiendo. Lo llamé por un asunto importante."

Gaster comienza, sus manos reales se juntan suavemente sobre el escritorio, el escrutinio de su mirada pasa de confundido a agudo en un momento. Sans oscurece su mirada, solo un poco. No es tonto.

"¿son los tres puestos?"

Cómic dice, su voz alcanzando un nuevo tono grave y bajo, como muerto. De barítono. Un repiqueteo resuena cuando sus dedos afilados traquetean en la superficie de madera del escritorio por un solo momento. Casi de forma inmediata, su rostro vuelve a la normalidad; las comisuras de su boca se ensanchan hacia arriba con un atisbo de mueca.

"puedo renunciar si le causa problemas."

Parece sincero, pero hay un pesar obvio en el tono que acompaña sus palabras. Gaster siente una pequeña punzada de culpa. Su sudadera, nota, está cosida a mano, algo sucia. Las puntadas están hechas con cierto grado de maestría. Los huesos descubiertos y al alcance están rugosos y grises en algunas partes.

Él no ha sido grosero. Tampoco nota ni una sola gota de avaricia o derroche.

"No es necesario. Podemos hablar con el Rey acerca de esto, ya que él es mi superior inmediato."

"Y no sé que hacer", como pensamiento secundario.
Sans, Cómic Sans asiente, bajándose de la silla con un salto.
Por un escasos momento, el esqueleto bajito se queda ahí parado.
Gaster se da cuenta rápidamente, por lo que se disculpa con la mirada y le regala una suave sonrisa titubeante.

"Puedes retirarte."

"nos vemos."

La siguiente vez llega en forma de Viernes por la tarde, cuando el Rey ha podido recibirlos y aprobar la cita de Gaster. Esto le es informado al esqueleto vago por medio de un memo, que es respondido con un corto y conciso "ok." que Gaster no sabe como tomar.

La cita es después de las 5, por lo que él se toma el resto del día para dirigirse temprano al Castillo.
El problema, Sans no apareció por ningún lado, esperaba encontrarlo vagando por el laboratorio para poder ir juntos. Tal vez hablar un poco, pero no lo vió en todo el día. Ni siquiera a la hora del almuerzo.

Sumamente nervioso, llegó al al Castillo donde fue recibido, posteriormente guiado a la Sala del Trono a través del Salón del Juicio, mismo que estaban hecho un desastre escarlata. Alguien acababa de ser juzgado, y al parecer, no había tenido un buen veredicto.

Windings hace una mueca, el olor a ocre lo molesta más de lo que debería, siendo qué él participó activamente durante la guerra. Hay huesos afilados que suben y se encuentran en cruce, pero no ve al Juez. Nadie nunca lo ha visto, además del Rey, claro. Es de vital importancia para protegerlo.

"Vengo a ver al Rey."

Gaster no necesita presentarse, aunque no alardea y le da una suave sonrisa al Knight Knight que custodia la Sala del Trono. Dicho monstruo asiente rápidamente, haciéndose a un lado para dejarlo pasar.

"Su Majestad lo espera."

La voz del guardia es apenas un susurro bajo, un revoloteo de palabras cálidas y amables. Gaster asiente, sonriéndole con agradecimiento y pasando a su lado.

"Rey Asgore."

Una vez dentro, logra ver al monstruo cabra en medio de su jardín, sosteniendo una regadera que se ve ridícula en sus enormes manos. El monstruo jefe parece decirle algo a alguien a su lado, gira la cabeza cornuda y saluda a Gaster con una enorme sonrisa, colocando una de sus manos como apoyo mientras se levanta.
Cuando lo hace, su cuerpo cubre por completo a la persona con la que aparentemente habló antes, lo cual no es una sorpresa en absoluto, aunado a la capa de tamaño exagerado que carga a sus espaldas.

"Ah, Gaster, viejo amigo. Bienvenido."

Debido a su gran tamaño, no le toma más de cinco pasos llegar al lado de Gaster, quién acepta su destino y abre los brazos para -intentar- doblarlos alrededor de su Rey, quien ha puesto sus propios brazos alrededor del otro con una fuerza casi aplastante, pero no dolorosa o necesariamente dañina. Son unos largos minutos hasta que se separan, la brillante sonrisa del Rey parece iluminar la habitación un poco más, así como también aligerar la inquietud de Gaster.

"Quería presentarte a alguien, probablemente lo conoces por su posición."

Es entonces que el esqueleto alto se enciende con curiosidad, erguido al tener una vaga idea de quién podría ser. Es decir conoce a la no muy reciente nombrada Capitana de la Guardia Real, Undyne, y tampoco hay muchos otros puestos al servicio directo de la corona por ahí. Están los Laboratorios Reales, la Guardia Real, la Familia Real y los Tribunales.
Entonces la probabilidad de que no se trate del Juez Real (basta de ponerle 'real' a todo) es extremadamente baja.

Las enormes manos de la cabra se apartan del monstruo alto, dándose la vuelta para revelar a alguien que Gaster conoce. Asgore hace un gesto hacia él, indicándole que se acerque de su lugar sentado donde antes estuvo el Rey.
Por un momento, el monstruo diminuto parece reacio, con una mueca mal fingida pegada al rostro. No se ve enojado, solo un poco incómodo, pero obedece a su monarca de todos modos.

Su ropa es diferente, aunque no mucho. Unos pantalones holgados y suaves con estampado extraño y una camiseta horrible con una broma aún peor sobre leyes, pantuflas esponjosas blancas y calcetines con rebanadas de pizza.

"Este es Sans, mi Juez Real."

La voz alegre del Rey se hace presente mientras una mano peluda se posa sobre el hombro del bajo esqueleto, parecen conocerse bien.

"hola."

Si sans está incómodo, lo cubre como todo un campeón y su tono de repente cambia a uno vagamente animado que Gaster no reconoce, pero que bendice con una mano para estrechar.

"Ah, Gaster, perdóname. ¿No iba a venir ese empleado?"

Con esto, ambos se congelan a medio estrechar de manos, Windings decide que primero hablará con este hombrecito.
Creé tener una idea buena para su siguiente curso de acción.

"No Majestad, lo hemos resuelto pero olvidé cancelar la cita. Además, creí que sería bueno pasar un momento con usted."

Hay un muy, muy pequeño y bajo resoplido aliviado proveniente del más bajito entre los tres. Asgore parece complacido con la respuesta, ampliando un poco más su sonrisa triste y apartándose ligeramente de ellos.

"¿Les gustaría compartir un té o algo de pastel?"

¿Cómo se supone que se resistan?

La velada es corta, al menos se siente corto hasta que el tiempo pasa y los tres bostezan en la mesa del comedor del castillo, con Asgore invitándolos a pasar la noche y ambos negándose cortésmente.

Después de convencer al Rey de que pueden llegar solos sin una escolta, ambos esqueletos se retiran fuera de las puertas del Castillo, con Sans arrastrando los pies.

El trayecto es silencioso y doloroso en su incómodo camino, pues parecen ir en la misma dirección. Gaster, harto de esto, finalmente habla.

"Entonces, también eres el Juez."

Hay un tarareo bajo en concordancia, pero el otro no elabora más. Gaster aprendió durante los cortos períodos de tiempo al lado del esqueleto que nunca soltará más información de la pedida. Y aveces, incluso si preguntas, no te bendecirá con una respuesta.
Así que presiona.

"¿Para qué los cuatro trabajos entonces?"

Windings sabe perfectamente que los cheques de pago de los puestos de la corona son generosos. Es muy poco probable que alguien con tal puesto pase necesidad, a menos de que sea un derrochador.
De nuevo, Sans no ha mostrado ni un solo signo de esto.

"¿para qué saber? se lo he dicho, si causa problemas, puedo renunciar o puede despedirme."

Su tono permanece casual y hasta algo desinteresado, de que no importa en absoluto.

"Curiosidad. Quiero saber por qué el Juez Real de nuestro reino también trabaja en tres puestos distintos del laboratorio con poca o nula autoridad."

Es firme y tal vez un poco cruel, pero quiere dejar en claro su confusión. Cuando Sans recibe sus palabras, de nuevo, no ofrece nada, si no que se guarda un silencio casi hostil.

"He estado siguiendo su trabajo, Doctor Cómic, o Doctor Mincho, como prefiera. Sé que ha rechazado todo tipo de ascenso durante su considerable tiempo en el laboratorio."

Sans frunce el entrecejo, las luces de sus ojos se vuelven tenues y es casi imposible verlas. Sigue sin estar enojado, pero ahora está frustrado.

"¿y?"

Ahora sí se escucha a la defensiva, solo un poco.

"Creo que es un desperdicio de su talento, conocimiento y habilidades. Tiene el potencial de ser el Científico Real, no sé por qué sigue teniendo un puesto tan...bajo, tomando en cuenta lo que sé puede lograr."

Sans se detiene en su andada, con los ojos entrecerrados en sospecha. Gaster se detiene también, quedando frente a frente. Ambos se miran fijamente, uno sospechoso pero aún tranquilo, el otro curioso por el arrebato.

"¿en serio?"

Es lo primero que sale, Sans retoma su andar con cautela mientras pasa un lado del alto esqueleto, evitando acercarse mucho. Gaster asiente vigorosamente, felizmente caminando detrás.

"¡Claro! Me encantaría tenerlo con mi equipo."

"¿se supone que le crea?"

Hay desdén, pero también una leve esperanza llameante en los ojos de Sans, Gaster decide asentir.

"Claro, si está dispuesto puedo aplicarle las pruebas, por protocolo, aunque estoy seguro de que puede hacerlo sin problemas."

Sans tararea, un sonido bajo mientras asiente casi imperceptible. Las luces de sus ojos recuperan su brillo anterior, el que tenían cuando lo vió por primera vez.

"heh, supongo que gracias, doctor."

Es ahí cuando sans se detiene de nuevo, frente a un callejón oscuro en el Capitolio, sobre la acera gris débilmente iluminada por las farolas de la calle.

"debo irme, nos vemos el lunes."

Dice suavemente, sacudiendo su mano sin esperar una respuesta, dirigiéndose a lo profundo del callejón que Gaster está bastante seguro no tiene salida. Naturalmente, el mayor asiente, con un suave ruido de reconocimiento antes de escuchar un ruido como de estática eléctrica, cuando se asoma para ver si el chiquitín está bien, no ve nada más que oscuridad solitaria.

Nunca le dió sus razones para esos cuatro puestos de trabajo.

Chapter 2: Halla!

Summary:

Arte de niño.

Notes:

(See the end of the chapter for notes.)

Chapter Text

Es lunes y Gaster está emocionado.
Es decir, si el esqueleto bajito sí se presenta le aplicará los exámenes y definitivamente tendrá un nuevo compañero en el círculo íntimo de científicos que guarda para las cosas que involucran todo el reino. Decir que está emocionado y curioso es un eufemismo.

Pasan las horas y nada. Nadie vino.
Pasan más horas y está solo en el laboratorio, apagando las pocas luces que quedan encendidas cuando algo se cae por ahí, una maldición de volúmen bajo le sigue poco después.

Con la curiosidad hirviendo bajo sus huesos, Gaster se dirige a trote lento, aprovechando el camino para dejar la taza en el fregadero de la sala común, ya que el ruido viene de ahí.

Cuando finalmente llega, un esqueleto bajito que reconoce muy bien está recargado a un lado de la máquina expendedora (que no sirve, según sabe), un montón de oro esparcido por ahí mientras murmura algo. Ah, el oro.

"Buenas noches, Doctor Mincho."

Cuando habla, el esqueleto bajito se sobresalta visiblemente, pero solo emite un murmullo de reconocimiento mientras usa su magia para recoger el oro caído.

"Me preguntaba por qué no asistió hoy a mi oficina, ya sabe... Mi oferta sigue en pie."

Gaster tampoco espera una respuesta, con lo hostil y cerrado que Sans parece ser solo con él. Sin embargo, es su turno de sobresaltarse cuando una voz grave y baja emerge.

"sí, eh, iba a pasar pero tenía mucho trabajo para terminar."

No agrega más, y Gaster ya lo toma como una gran victoria. Es increíble como alguien tan agradable, a quien saludan cada dos pasos es tan reacio a hablar de si mismo.

"Ah, ¿en qué departamento?"

"mecánica, el doctor bossel me pidió revisar unos planos."

Ahora eso sí es curioso. Bossel es el jefe del Departamento de Mecánica. Si Gaster no hubiese observado el trabajo de Sans tan de cerca, probablemente ya habría despedido al monstruo mayor por dejar su trabajo a alguien de tan bajo rango.
No celebra que Sans le dijo algo sin ser necesario.

"¿Cómo haces eso?"

Antes de detenerse, le pregunta. Una genuina curiosidad florece bajo su tono cuando hace un ademán a la magia parpadeante del otro.
Sans parece algo sorprendido, pero se encoge de hombros y hace girar una moneda en el aire.

"magia azúl, de gravedad. la uso desde que tengo memoria, súper útil, recomendada por mí."

Con estas palabras, la moneda flota hasta la abertura de la máquina, un botón es presionado por una fuerza invisible y una bolsa de papas fritas cae. Sans se ve un poco, solo un poco más relajado.

Gaster reflexiona sobre esto, no es común enseñar magia de color a los jovencitos, uno solo la sabe si recibió educación de un monstruo que la dominaba o la estudiaba por cuenta propia. A veces, algunas especies tenían un talento nato con estos tipos de magia, los esqueletos parte de. De todas formas, era un absoluto infierno pensar en usarla tan casualmente como este pequeño monstruo, porque la magia de color es agotadora.

Gaster ya estaba cansado de solo verlo usarla.

"¿era en serio lo de...unirme a su círculo?"

Es cauteloso, pero de nuevo, esa dulce luz esperanzada está ahí, revoloteando mientras el esqueleto baja la mirada y la misma bolsa de patatas se desliza en sus manos.
Gaster asiente vigorosamente. Algunas manos conjuradas revolotean con lenguaje de señas que no revelan más que su propia voz.

"Aún puedo hacerle los exámenes, si quiere. Solo venga a mi oficina al mediodía, ya que toman algo de tiempo."

"genial, ¿cuándo?"

"Cuando usted quiera."

Sans está atónito, tal vez por la cruda sinceridad en la voz del esqueleto alto es que se queda quieto un momento que no dura mucho. Tal vez sea la emoción infundada de su superior.

Sin señales de conversación, Gaster deja su taza en el fregadero, pasando sin palabras a un lado del bajito. Es una mano diminuta la que se levanta con una velocidad mortal y atrapa la solapa de su abrigo negro. Con el agarre sorprendentemente firme, baja la mirada.

"gracias doctor."

Y sin más, Sans suelta al abrigo y camina en dirección contraria de dónde está la salida del laboratorio, metiéndose en un bloque lleno de callejones sin salida. Gaster murmura un 'de nada' destinado al aire, antes de darse la vuelta e ir a recoger sus cosas para irse.

Es martes, un bonito martes donde el magma de Hotland parece ligeramente menos agresivo.
Antes de poder estirar su mano para tomar el localizador de su bata, dos toques ligeros llegan a sus oídos metafóricos.

"Adelante."

Su voz sale como un suave arrullo, la puerta se abre con la magia ya familiar para él. El esqueleto dueño también asoma, con una cara un poco más seria que de costumbre. Duda un momento, pero finalmente entra de lleno en la oficina. Gaster debe iluminarse, porque ahoga una pequeña risa.

"¡Doctor Mincho, hola! Por un momento creí que no vendría. Permítame traer los papeles."

Con esta sentencia, Gaster se levanta de un brinco, metiéndose en algún lugar de las habitaciones secundarias que la oficina ofrece, que en realidad no puede ser considerada una oficina, si no que un nivel completo dedicado únicamente al científico jefe.

Sans tamborilea, diciéndose por sentarse en la silla extra en el escritorio. Unos minutos pasan, y él, aburrido como el infierno, saca su teléfono, deslizándose hasta el contacto de su hermanito para molestarlo un poco. Solo un poco.
Los ruidos de fondo consisten en carpetas y un montón de estanterías abriéndose y cerrándose.
Ni siquiera se da cuenta cuando eso cesa, reemplazado por pasos cronometrados.

"¿Doctor Mincho?"

Pregunta su suave voz, Sans levanta la mirada y guarda el teléfono en un bolsillo que de todas formas permanece vacío.
Gaster se asoma de donde desapareció, luce animado.

"¿Le gustaría llevárselos o hacerlos aquí? Podrían tomar algo de tiempo."

Teóricamente, ya tiene la formación necesaria para aprobar las pruebas (no de forma perfecta, pero sí lo suficiente para justificarlo y meterlo al equipo) por lo que simplemente puede comenzar a trabajar.

Sans lo sopesa un rato, decidiendo rápidamente que estará mucho más cómodo en su propio escritorio sin la mirada incesante del doctor jefe.

Pero sus compañeros de trabajo lo molestarán eternamente pidiendo su ayuda.
O se meterán en sus asuntos y preguntarán y preguntarán hasta el fin de los tiempos y la llegada del ángel de la profecía aunque sepan nunca obtendrán respuesta.
Papyrus también pasará la noche en casa de uno de sus amigos (el niño es una mariposa social incansable).
Decisión fácil.

"mejor aquí, termino y me voy de una."

 

Tal vez, Gaster lo había subestimado.
El tipo tenía uno que otro doctorado y maestría, así como unas muy pocas especialidades, la mayoría centrados en más o menos caminos similares. Pero el bastardo parecía ser una enciclopedia de un montón de temas (más oxidado en áreas como química y biología, con buenos conocimientos aún así).

Por ello, cuándo llevó al monstruo más joven al escritorio abandonado (bien cuidado aún así) y le dejó el enorme bonche de hojas para completar, se sorprendió cuando lo vió tan, tan tranquilo sentado en el lugar mientras jugueteaba con el lápiz y tarareaba una melodía tonta (no sabe de dónde sacó el lápiz ).

Se sorprendió aún más cuando, alrededor de unas seis horas después, el hombrecito se levantó, estiró sus huesos y llamó su nombre con una voz tranquila y hueca, como si no hubiese completado la infinidad de pruebas malditas (varias de ellas no tenían nada que ver, las había puesto por mera y putrida curiosidad ) en poco más de la mitad del tiempo necesario.
Las pruebas, respondidas con una nítida letra con la fuente principal de su dueño; toda redondeada e infantil, escritas a lápiz y con respuestas devastadoramente concisas, quedaron apiladas perfectamente, orgullosas en el lugar donde el esqueletito las había apilado en orden tras terminarlas.

Solo le agradeció, Gaster le indicó que el tiempo de espera era de unos días para realizar el papeleo y valorar su calificación, que enviaría un memo e informaría a todos sus superiores de su ascenso, haciendo lo posible para no revelar su pequeño secretito.

"genial. gracias doctor, nos vemos."

Fue su única respuesta. El último contacto entre ambos, ya que Sans volvió a desaparecer de la vista. O no dejó que Gaster lo viera en absoluto.
Fueron un par de días antes de tener todo listo y una vez más maravillarse, intrigar su cerebro metafórico y preocuparse con los resultados de las pruebas, pues habían sido casi perfectas.
Él mismo tenía un montón de títulos y doctorados y especialidades y otro montón de cosas enterradas en las carpetas de sus documentos personales, sabía perfectamente lo difícil o tediosas o incluso fáciles que eran a cierto nivel, pero siempre las había estudiado con pasión. La pasión de un científico que adora el conocimiento, con un hambre voraz de saber y conocer y explorar cada rincón y cada por qué, cada razón de ser y no ser, cada cosa que aguardara por ahí, escondida en las sombras.

Cualquiera podría notar su amor por su profesión, pudiendo parlotear por horas y horas sin callarse y de alguna forma invocando cada vez más manos extras que transmitieron sus palabras en señas mientras de forma inconsciente su voz dejaba de hablar el idioma común de su raza y adoptaba su propia fuente de nacimiento, con ruidos horribles e inteligibles.

Sans no.
A juzgar por las respuestas en las pruebas, de todas sus adquisiciones que avalaron el conocimiento, Sans solo amó una que otra. Habló con cariño de la física, física cuántica y mecánica, de los estudios sobre las almas y la física espacial (lo poco que en algún momento estudiaron, los pocos conocimientos que trajeron de la superficie, con el cielo y su haber arrebatado de sus manos), habló con interés sobre la ingeniería, con anhelo sobre los astros.
Su amplio conocimiento era innegable, pero su pasión era cuestionable. Le gustaba saber, pero...

No importa, cumple con los requisitos para unirse. Y Gaster es el que insistió en primer lugar.

Con ello en mente, tras haber arreglado todo y haber informado a los jefes sobre su pronto ascenso, le informó al pequeño esqueleto.
El tipo parecía feliz, aún si lo único que lo delató fue la tenue inclinación de su sonrisa y postura. Murmuró algo de un niño y agradeció, volviendo a desaparecer como era normal.

Su nueva jornada no se había discutido, el tiempo no parecía tan importante para él. Trabajaría el mismo tiempo a diario, probablemente tendría que quedarse hasta altas de la noche o ser llamado en cualquier momento de días libres, pero ese era el único cambio. Los tres turnos que antes cubría se expandieron por toda la semana en un horario similar, y debido a su baja posición en el laboratorio, su presencia diaria no era necesaria.

El día que comenzaría era ese mismo. Otro lunes, pues el papeleo y preparativos toman tiempo, luego ordenar el mobiliario para el empleado nuevo que no estaba contemplado. El Rey lo regañó por hacerlo con poco tiempo de antelación, pero lo apoyó de todos modos. Eso estaba bien. Siempre podría contar con su amigo y monarca.

Ah, no le avisó a sus compañeros.
Su mal, tendrá que informarles cuando Sans llegue o antes. No conoce la ética de trabajo que tenga, aunque supone que será de los últimos en llegar al laboratorio, tal vez tratando de descifrar si solo aparecerse o ir con él, Gaster.

"hey."

¿Es qué lo hace a propósito, desafiar sus teorías sobre su persona?
Sans aparece de algún lugar en las esquinas del laboratorio especial, con una taza de café en una mano (café negro, horrible), casual y con la ropa más horrible que ha visto nunca.
Es decir, horrorosa.

Tanto camiseta como chamarra parecen pintadas con pintura especial, esa que se usa en proyectos escolares dónde los infantes diseñan almohadas o cualquier otra cosa como regalos. La propia ropa, los dibujos y letras son dignos de un pequeñín en cuanto a técnica.

"oye, no me vea así. pap se esforzó muchísimo, pero si estás celoso le puedo decir que te haga algo."

Gaster se ríe, algo incómodo, por fin apartando la mirada del esqueleto bajito de donde había estado criticando su ropa.
Sabe quién es 'Pap'.
Todo. El. Underground. Sabe. Quién. Es.

Parece ser de lo único que Sans realmente habla, presumiendo de su hermanito cuantas veces pueda, y hasta más.

"No quisiera molestarlo."

Murmura, frotando su cráneo con algo de nerviosismo mal disimulado, avergonzado de haber sido atrapado criticando mentalmente algo que le tomó mucho trabajo a alguien que ama.

"te lo pierdes."

Hay algo peligroso en la mirada de Sans cuando se encoge de hombros, un toquecito ácido en las notas de su voz que se escabullen y vacilan entre sus dos fuentes.
Gaster debe aprender a respetar el arte infantil.

"¿Doctor Mincho? ¿Doctor Gaster?"

Notes:

Recuerdan que iban a ser solo 2 capítulos?
PUES RESULTA QUE NO!
AHORA SERÁN MÁS!
Y NO ME GUSTA PQ NO ESTÁ SIGUIENDO EL HILO QUE TRACÉ!!!!!
en fin
todos los comentarios y kudos son apreciados!
gracias por leer!!!!!

Chapter 3: Atajos

Summary:

Atajos y rutina

Notes:

(See the end of the chapter for notes.)

Chapter Text

"¡Oh, Sans! ¿Papyrus te hizo eso?"

Gaster pasó automáticamente a segundo plano.
Es decir, se había preocupado por nada pero ahora estaba preocupado.
Nadie se estaba preguntando sobre la presencia de Sans en un lugar que se supone está restringido para los que no son miembros del Equipo Real (basta).

Nadie lo cuestionó y rápidamente olvidaron a su Jefe, aproximándose a saludar al enano y preguntándole por su ropa. Incluso el Doctor Riddle, que nunca habló y permaneció reacio a acercarse mucho a nadie, le pregunté animadamente al esqueleto bajito sobre el niño, elogiando su técnica de pintura y la elección de colores que todos parecían adorar y entender menos Gaster.

"¿Puedes decirle que me haga uno? ¡Sigo sin entender como logra eso!"

Windings, ignorado e inconscientemente empujado a un lado, detrás de sans, de repente nota algo. Los manchones de pintura forman algo según la perspectiva. La técnica todavía no es muy buena, pero el genio artístico del presunto esqueleto era innegable, y ahora se sentía peor por este puzle que se basaba únicamente en perspectivas, que solo tenía que moverse un poco para ver como las líneas y manchas se unían para pintar corazones de alma monstruosa con los colores de la magia de Sans y probablemente la del pintor, ¿por qué convertir un dibujo sencillo en un puzle?
Ah, y nombres con la fuente del niño Papyrus que gritaron amor fraternal. Todo en mayúsculas.
Hay uno de los científicos, Doctor Hedabel, que parece notar algo.

"Sans, ¿qué haces aquí? A estas horas siempre nos dices que tienes que ir a... dónde sea que vayas."

Es suficiente para sacarlo de su ensueño, Sans sonríe más, motas de algo semejante a la burla parecen asentarse ahí.

"ahora soy parte de su grupo de nerds."

Ellos estallan en un corito de sorpresa, Wickett está asombrado pero algo decepcionado, inmediatamente sacando algo de oro y pasándoselo a Sans. Los demás del grupo dan la misma cantidad de oro, solo que más felices.
El receptor de la fortuna solo se queda ahí, metiendo el dinero al bolsillo de chamarra, que nunca crece a pesar de ser plenamente visible y de su mano estar vacía cuando la saca de las bolsas. Interesante, siempre hace eso.

¿Una apuesta?

"Demonios, ¿cuándo te hicieron las pruebas? No sabíamos nadota."

"el tipo alto de aquí me las hizo, creo que el lunes pasado."

Entonces la atención de todos vuelve a Gaster como si empezara a existir de pronto. O hubiese entrado a la sala de jalón, no como si llevara toda la interacción de casi una hora ahí parado, esperando a que un alma piadosa y responsable le notara o se pusiera a hacer su maldito trabajo en lugar de chismear con su nuevo compañero sobre el niño artista que tenía en manos.

"¿Doctor Gaster?"

Como si pidieran explicaciones. Como si contratar al esqueleto juez fuera un pecado digno de un juicio con veredicto de ejecución. Todos lo miran.

"Sí, el Doctor Mincho demostró ser capaz de trabajar con nosotros."

Es verdad, sí que lo es, y la verdad que viene de su boca parece ser suficiente para apaciguarlos.

"¿Con qué calificación?"

No tiene claro quién preguntó, ni Sans ni él lo tienen claro, pero todos los profesionales explotan en una cacofonía de lloros que pide una respuesta, digna de un prescolar.

"pasó todas las pruebas con calificaciones más altas que ustedes, es decir, pasó todas con honores."

No les sorprende mucho, pero el tono amargo de su voz parece desconcertar un poco a los presentes. Sans está tan tranquilo como siempre.

"Por favor, vuelvan al trabajo. Parece que ya se conocen muy bien."

Y así como así, los deja solos, yéndose todo el camino para bajar a su propia oficina. Nadie lo molesta, ni siquiera cuando es hora del almuerzo (o tal vez sí, pero no estaba escuchando).

El punto es que hundido hasta la médula entre papeles de contabilidad, registros, resultados y reportes de experimentos, no puede esperar para levantarse e irse a su casa. Es un adicto al trabajo, pero puede laborar desde allí corrigiendo planos y cálculos para sus ideas que se supone, podrían romper la barrera.
Es así que cuando su reloj biológico le dice que ya es hora y levanta la vista al reloj digital que, efectivamente, le comunica que la hora tardía a la que se va ha llegado suspira y se estira en la silla para posteriormente levantarse y meter lo que se llevará a casa en un maletín o en su inventario.

Termina rápido, muy rápido, con prisa casi. A estas horas, todos en el laboratorio se han ido a sus casas o a dónde sea que vayan después de turno. El eco resuena a su alrededor con el latigazo de sus zapatos que tienen un pequeñísimo tacón, con las manos ocupadas sosteniendo un maletín y una taza enorme que alguna vez rebosó de café y leche.

"ola de mar."

Encantador.
La voz perezosos y ronca y somnolienta lo llama desde adentro, escondida en las sombras, donde el hueso de marfil se camufla de alguna forma.

"Pez payaso."

Saluda antes de poder detenerse, sin saber si el pequeñín se enojará por esta ofensa mal disfrazada de chiste.
Su mal humor parece desaparecer, a punto de comenzar a disculparse tras conjurar algunas manos y usar las suyas para cubrirse la boca.

Tal vez lo hubiera hecho, hasta que Sans se rió. Una risa suave y baja y profunda que retumba como un ronroneo, que se hace más fuerte cuando Sans se acerca a él, solo un poco, dejando que la pálida luz de laboratorio lo ilumine.

"¿ya te vas?"

¿En qué momento perdió la formalidad?
Tal vez cuando se rió con él, porque en algún momento de su tensión él mismo comenzó a reír.

"Sí, estaba a punto de irme. ¿Por qué sigue aquí?"

Esperaba no sonar grosero.
Y en realidad, no lo hizo. Solo sonó absolutamente curioso y chismoso y hambriento.

¿Quién no lo estaría?
El tipo trabaja y trabaja y trabaja y está bastante seguro de que se escapa a menudo para ver a su hermano o para cubrir sus juicios a lo largo del día, pero no necesita dinero.
Desaparece y aparece donde sea cuando no lo esperas y te asusta con su voz cavernosa de narrador de películas, luego suelta un chiste horrible y vuelve a esfumarse como esos personajes efímeros de mala literatura que nunca se vuelven a mencionar hasta el final del cuento.

"revisando los proyectos actuales y eso, estaba a nada de irme."

Ambos caen en silencio de nuevo, Sans peleándose con la máquina expendedora y Gaster dejando de nuevo su taza en el fregadero, sienten como si debieran decir algo, pero como los dos idiotas que son, no hacen nada.

Solo se despiden, un poco más amigablemente que antes, pero algo de incomodidad persiste. Es ahí donde algo pasa.

"Doctor Mincho, buenas noches."

"solo sans, doctor gaster."

"Entonces, solo llámame Gaster."

Es un intercambio rápido, demasiado, pero se da y los dos se sonríen brillantemente por unos instantes antes de reírse sin sentido y hacerse un gesto de despedida, ambos deslizándose a direcciones contrarias.

En general, Sans es buen trabajador.
Llega temprano, aveces más temprano que Gaster mismo y se va cuando el jefe también se va, es decir, a altas horas de la noche, mucho después de la hora que indica el termino de su jornada.
Y aunque se ve cansado, con ojeras oscuras bajo las cuencas de marfil, es inquieto. Va de aquí a allá haciendo cosas, se mueve y revisa una y otra vez las lecturas de lo que sea y cual sea el experimento en turno, con un lenguaje corporal tranquilo y luces vibrantes por capturar algo que hacer. Nunca se queda quieto, y si lo hace, juguetea o come algo o habla con alguien, escribe o se pierde en un punto blanco en la pared. A veces, casi siempre, lo capta enviando mensajes a un contacto, sabe que es el mismo por el fondo del chat, una foto de un esqueleto chiquitito y redondo vestido de rojo y naranja y amarillo que sonríe a la cámara, la foto predeterminada para otros chats es simplemente un patrón de huesos de una obra presumiblemente tradicional. La foto se ve vieja, y esto lo sabe porque ha adquirido el hábito de acercarse a Sans por detrás para ver si lo puede sorprender.

Falla cada vez.
El esqueleto no se asusta. No salta o jadea y solo se da la vuelta con la habitual cara aburrida e inmutable.
No es justo.

"Sans."

Llama una vez, durante una noche en la que ambos se encuentran en la sala común como se ha hecho costumbre.

"qué."

Cómic ha perdido sus formalidades con el paso del tiempo, que ha sido solo un mes desde que le dieron el puesto.
Se vé más cómodo alrededor de Gaster. Gaster también se siente cómodo con él.
Ambos no son muy habladores, pero Windings adora hablar, y cuando se desenvuelve con teorías, Sans escucha atentamente. Lo mismo pasa en viceversa, pero es menos frecuente; Gaster aprendió que debe prestar atención desde el principio o pedir un momento para darle su atención plena, de lo contrario, el esqueleto bajito apagará su voz lentamente hasta que deje pasar el tema, y no lo volverá a sacar a luz nunca jamás. Aprendió de sus errores.

"¿Estás interesado en ayudarme con un proyecto personal?"

También aprendió que Sans se abrirá si tú te abres primero con él, si lo invitas. Él te invitará después. Cauteloso como un ave.

"eh, sí seguro."

"¿Tienes tiempo ahora? Puedo esperar a que acuestes a tu hermano."

Absolutamente todo lo que tenga que ver con el niño es novedad cada día en la hora del almuerzo. Sans nunca se pierde la oportunidad de alardear de él y sus nuevos logros en la elaboración de puzles, que ha comenzado a tornar mecánicos con la guía de Sans, un montón de viajes a la biblioteca local y asaltos a los estantes y cobertizo de su hermano mayor.
No es un secreto que le leé cuentos todas las noches a la misma hora.
Y más que un secreto, Gaster había sido obligado por Mincho mismo a asistir cada día de cada semana a la hora del almuerzo en la mesa con el resto del equipo, aveces, cuando no tenía oro a mano (estúpido, tonto, tiene de sobra, pero siempre olvida llevarlo consigo) u olvidaba comprar algo, una bolsita de papel marrón se aparecía mágicamente frente a él en la superficie de metal. Aún si lo intentara, su alma se entregaba a la plática, aveces cohibido peero protegido por la presencia de Sans, que siempre parecía acaparar la atención de todos de manera involuntaria, alejando el foco de Gaster para que pudiera recuperar sus ganas de integrarse, dejándolo invisible hasta que estuvo listo de nuevo.

"nha, ya pasó su hora, ya lo acosté y dí de cenar. gracias de todas formas."

"Entonces vamos."

Es así que los dos se van, Gaster conjura una mano que toma la manga de la bata de Sans, guiándolos por un largo camino entre habitaciones escaleras abajo, donde la oficina de Gaster.
Es una sala de pruebas donde se detienen.

"Bien, estoy intentando hacer un arma, como un patrón de balas estrechamente relacionado a un alma. En teoría, se debería poder aprender, pero...mis planos, el diseño y en general todo está muy incompleto."

"ah, desintegradores. genial."

Sans no colabora mucho por el momento, solo se adentra a la habitación y se acerca al montón de planos pegados a las paredes, todos con notas esparcidas por ahí y por allá.

"gracioso, yo también estoy trabajando en algo similar. me pareció divertido, y también podría ayudar a mi hermano a defenderse si alguna vez lo necesitara "

Gaster levanta la cabeza de donde estaba metido en unas referencias de diseño más nuevas, con un interés nuevo y latente que hace su boca ampliarse ante una posibilidad.

Afortunadamente, no tiene que preguntar, ya que el esqueleto bajito conecta su mirada con la suya y con expresión que dice saber su pensamiento, pero tan aburrido como siempre, habla.

"podemos juntarlos ambos, tal vez terminemos antes."

Gaster asiente vigoroso, aunque se controla y eleva a toda su altura, listo para comenzar a despilfarrar ideas y la emoción de tal perspectiva.
Antes de poder decir una sola palabra, Sans levanta una mano débilmente, cortando el discurso del mayor con una mirada a su brazo cubierto por un amalgama de tela.

"perdón dingus, pero ya es algo tarde y mañana tenemos pruebas con el nuevo sistema del núcleo."

Ah. Sí.

"Cierto, perdóname. Deberíamos irnos a casa."

"¿quieres que te lleve? conozco un atajo, muy bueno, recomendado por mí."

Gaster está curioso por milésima vez en el día. No piensa mucho y acepta , a pesar de lo que le gusta decir de si mismo, es confianzudo. Ambos se devuelven a la sala común, Gaster agarra sus cosas y Sans guarda algo que no vé en su aparentemente infinito inventario.

Sin aviso previo, Sans lo toma del abrigo y lo arrastra por algún pasillo oscuro, la luz apagándose detrás suya con un suave destello de los ojos del más bajito.
Al son de la luz desvanecida, Gaster se siente ligeramente mareado, la textura del suelo cambia ligeramente y por un breve parpadeo, todo se vuelve de un negro intenso, vacío y vasto que le devuelve la mirada.
Tan fugaz y efímero como el suspiro del viento, están en una calle principal de New Home, frente a un complejo de apartamentos lujosos y bonitos y amplios.

Gaster nunca le dijo que este era suyo.
Y tampoco caminaron más de diez pasos antes de estar aquí.

Sans parece notar su duda, porque resopla divertidísimo y se encoge de hombros.

"una vez mencionaste algo de vivir aquí."

Tal vez, durante sus episodios de socialización absoluta donde habla y habla hasta que su voz vuelve a su lengua madre.
Sans parece ser el único que le entiende sin leer sus manos.
Y por supuesto, no menciona nada sobre este pequeño atajo. El bastardo en miniatura.

"nos vemos."

Gaster aún está atontado, solo asiente y mueve su mano vagamente, el cerebro a mil tratando de procesar que acaba de viajar al menos una hora de caminata en unos cuantos segundos.

Sans desaparece de la vista.

Notes:

HOLAAAAA
MUCHAS GRACIAS POR LOS COMENTARIOS me animan muchísimo a seguir escribiendo esta cosa!!!!!!!!
Pap aún no aparece, pero mi niño precioso está en camino! Lo juro!
También, los atajos tienen muchísimo que ver con el uso excesivo de magia de sans 😋
Estoy publicando esto a la 1 am lol ayuda

Chapter 4: Visita

Summary:

Gaster se está volviendo molesto.
Pero es entrañable aún así.

Durante años, Sans trabajó en los mismos laboratorios, pisos arriba y en cargos distintos, pero nunca se lo había cruzado.
Es decir, siempre lo veía a la hora de salida (que los dos habían adoptado), sólo que nunca se dejó ver.

Notes:

(See the end of the chapter for notes.)

Chapter Text

Gaster se está volviendo molesto.
Pero es entrañable aún así.

Durante años, Sans trabajó en los mismos laboratorios, pisos arriba y en cargos distintos, pero nunca se lo había cruzado.
Es decir, siempre lo veía a la hora de salida (que los dos habían adoptado), sólo que nunca se dejó ver.

 

Entonces ese día estaba privado de sueño y prácticamente drogado por medicación luego de haberse enfermado bastante gravemente durante un corto periodo de tiempo.
Lo presentaron a Gaster, el Científico Real que durante años había admirado, pero solo un poquito.

Había sido una inspiración considerable y una esperanza aún más considerable cuando todos fueron encerrados en el pozo de sombras y apareció e hizo el Núcleo. Sans lo admiró por su resiliencia, valentía y la vasta esperanza que parecía tener.

Entonces él vino y le hizo esta oferta de trabajo, que era un honor, claro, pero que realmente no necesitaba.
Dijo que sí, porque una parte de su alma si lo hacía, necesitarla. Y para ganar una apuesta olvidada.

Al principio, reconoce su hostilidad. Después de todo, el tipo tiene el poder suficiente para intentar hacer algo y aunque no asume nada malo del hombre, no da por sentado la amabilidad del mundo.

Ya le ha salido mal.

"Sans"

Ah, ahí está él.
El alto esqueleto se alza sobre Sans, más o menos dos veces su tamaño, el juez apenas le llega a la cintura.
Está con su típica cara de falsa tranquilidad, que siempre se esfuma y cambia constantemente. Le gusta hacer que pase.

"¿Cómo hiciste eso?"

Su tono no es demandante, sólo es...vibrante. Como Papyrus, que se ha emocionado últimamente por descubrir el funcionamiento de algunos puzles del Núcleo. Concretamente, los más insufribles.

Su bebé no es insufrible.

"atajo."

Dice simplemente, por que lo son, de verdad que sí. Gaster parece analizar sus palabras, toma todo lo que le dice y lo analiza como si de verdad hubiera un acertijo allí. Gaster lo toma en serio, lo escucha y lo vé y le hace preguntas cuándo están solos, porque sabe que Sans ha desarrollado una confianza frágil con él. Una confianza que claramente se está esforzando en cuidar.

 

Sans supone que por eso no lo presiona; sí, es un poco abrasivo, pero no usa su poder o su relación con el Rey o cualquier otra cosa para obligarlo a escupir respuestas.

Aprecia eso, de verdad que sí.
Pero no es su naturaleza solo decir cosas.

"Sí, ¿pero cómo funciona? ¿Se puede aprender, es un tipo de super velocidad o invisibilidad?"

"es un atajo, un camino más corto. cielos, g, creí que eras listo."

 

Con el paso del tiempo, se ha dado cuenta de la paciencia infinita del hombre. Nunca explota en enojo. Solo se irrita un poquito y se vuelve terco, pero no se enoja. Tampoco grita. Es bueno.

Cuando el tipo parece rendirse en el día con su búsqueda de respuestas, Sans se apiada. Las luces de sus ojos havent un círculo teatral y suelta un gemido aún más exagerado y dolorosamente actuado, Gaster levanta una ceja imaginaria y se pone derecho de su posición ligeramente doblada.

Sans no está seguro de que se dé cuenta, pero Windings siempre hace eso cuando hablan o caminan juntos (que se ha vuelto más y más frecuente ); se dobla un poco, sus pasos se vuelven más cortos y su barbilla baja. Es bastante obvio que no se da cuenta. El tipo de educación que recibió en su vida dicta que eso es una falta de respeto, que el hecho de que Sans sea más bajito en estatura no significa que tenga que agacharse. Cuando Gaster finalmente se percate de su acción involuntaria, invocará millones de manos y se cubrirá la boca y derramará disculpas con esa horrible lengua materna mientras las balas hacen ademanes o traducen a señas como hace cada vez que comete un 'horrible' error.

Sans hace un trato.

"te lo diré si me prometes un favor gigante, del tamaño del sol."

Gaster lo considera un momento antes de asentir en esa forma suya, tan suya. Sus ojos brillan con un chisporroteo ligero de magia púrpura y su cabeza se sacude de arriba a abajo como el magma inquieto de Hotland, su sonrisa se vuelve tonta con la forma de una línea apretada ligeramente curvada.

"Claro, pídeme lo que quieras."

¿No es tierno lo fácil que es convencerlo de algo?
Gaster podría ser intimidante a la vista: alto, anguloso y delgado con manos firmes y elegantes con la contorsión de un pianista, de vestimentas negras y voluminosas (como ese precioso abrigo negro que usaba en laboratorio en lugar de una bata).

"no, ahora no tengo nada para pedirte. pero en cuanto cumplas tu parte, te diré todo."

Sans le guiña un ojo, Gaster refunfuña un poco antes de asentir.

"bien, hay que movernos. vamos tarde a la reunión."

Cuando Gaster parpadea dos veces (siempre son dos cuando Sans le recuerda algo), el esqueleto bajito ya no está.

Grosero.

"Estrellas, este diseño es precioso."

"en realidad es algo precario, me gustaría cambiar algunas cosas por la funcionalidad, esperaba que pudiéramos trabajar en eso."

Ambos han decidido que trabajarán en este proyecto cuando los demás se hayan ido. Gaster no volvió a tocar el tema de los atajos, sabiendo que sería inútil y no favorable presionar.

 

En la mesa de pruebas hay un enorme plano de un dragón, cuencas vacías y dientes afilados. Los dos esqueletos apiñados hombro con hombro.

"este solo es un modelo, se supone que, al estar ligado a nuestra alma; nuestra magia, el cráneo cambiará según su invocador."

"¿Son sintientes?"

"tengo planeado que sí lo sean, cómo mascotas portátiles, que confíen y sientan y protejan, pero no lo suficiente para estar tristes por no ser invocados."

"Como armas, se apagan."

Un zumbido es lo único que llena el nuevo silencio, los dos leyendo en silencio documentos nuevos, con un montón de notitas de correcciones u observaciones.

"¿Ya tienes un prototipo?"

Sans pausa un momento, murmurando algo y luego chasqueando los dientes.

"sí, eh, lo olvidé. ahora lo traigo."

No sabe si de verdad se siente tan cómodo con Gaster por ahí, ya que en circunstancias anteriores no habría dejado que él viera tan de cerca.

Su mano se ilumina rápidamente de azúl y amarillo, y aunque no se esfuerza en ocultarlo del todo, todo ocurre detrás suya, a su costado cubierto por una bata blanca que no le queda y una sudadera voluminosa.

Gaster está confundido y anonadado cuando su mano emerge con un pequeño modelo de plástico de cómo se supone, debería verse la calavera.
Parece olvidar rápidamente la aparición de la cosa.

Su emoción hierve y sus ojos se iluminan y le arrebata a Sans la cosa, con cuidado a pesar de su prisa por examinarla. Cuando finalmente la tiene en sus manos, la acuna con admiración, pasando los dedos por la superficie rugosa.

"¡Es muy linda! ¿Cómo la hiciste?"

"barro, sólo para una pequeña referencia."

Hace énfasis en pequeña, bastante feliz consigo mismo cuando el mayor resopla.

"Bien, creo que tengo una idea para comenzar."

Pero la idea tuvo que esperar.
Con esos pasos pausados que llevan, terminarán en mucho tiempo.
Una vez más, solo se despidieron.
Es decir, después de que Sans le tomara la mano y diera un paso que tambaleó en negro para volver a mostrar ese mismo lugar y soltarle la mano de forma casi automática.

Es así que es un bonito día nuevo.
Gaster está triste y desgarbado, con sueño. Papeles en sus manos originales y en manos extra también, tomando notas con una velocidad furiosa.
Recuerda que Asgore siempre lo regañó por abusar de su magia antes de rendirse por completo.

"g, necesito pedirte algo. un favor enorme, como la capa de asgore."

Gaster se da la vuelta, en medio de una prueba no muy delicada ni complicada, pero sí importante. No importa, tiene algo de tiempo.
Apenas llega el mediodía.

"Claro, lo que sea."

Sería tonto si olvidara el trato de forma tan rápida, así que se apresura a prestarle toda su atención.
Sans se ve en conflicto. Un poquito.

"eh, es mi hermano. hubo un problema en la escuela y cancelaron las clases, hay que recogerlo y no tengo quién lo cuide, ¿puedo traerlo al laboratorio?"

Traer a un niño pequeño a un lugar lleno de cosas que pueden explotar o aniquilar todo y a todos. Incluyendo humanos.
Bien.

"juro que es buen niño, no tocará nada a menos que lo pidas o permitas."

Mala idea. Pero si el niño en cuestión era tan maravilloso como lo describieron las historias incontables sobre él, sería prudente.

"puedo conseguir que lo cuiden, pero tardaré algo de tiempo."

No es común verlo intranquilo, con su cara aburrida todo el tiempo que apenas se ilumina con emoción cuando balbucea de teorías o sobre su hermano. Es bueno. A Gaster le agrada.
Eso también se ha hecho cada vez más común, principalmente en la presencia de Gaster, cuando la vida del laboratorio se resume en el zumbido de máquinas dormidas y murmullos apagados de las dos únicas almas en el establecimiento. Cuando no hay ojos indiscretos que saben sobre la inteligencia, pero que ignoran la posibilidad de algo más allá de su sonrisa eterna.

"Claro, está bien. ¿Irás por él ahora mismo?"

Sans parece a punto de decir algo más cuando Windings interrumpe, con su carita tranquila y comprensiva que estrujan el alma de Sans.

"ahora mismo, ya que tengo permiso, hasta lueguito."

Gaster sabe que la conversación está terminada cuando lo ve irse tras una puerta de cobertizo, sabiendo que, si va a ver, no encontrará más que la nada.
Suspira y vuelve a su trabajo, aveces deseando que el esqueletito no hubiese perdido los modales. Aveces, parece que también ha olvidado su respeto y temor.

"¡SANS, PROMETISTE NO USAR ATAJOS Y CAMINAR!"

"no hago promesas, ya sabes."

Viene del pasillo de afuera, antes de las puertas con código que lideran al laboratorio especial. Dos pares de pasos: unos con eco de tacón y otros con el paso ahogado y acolchado.

Hay un clic, un desliz de plástico y la puerta hermética se abre.
Esa es la primera vez que Sans usa su tarjeta de acceso.

"¡HOLA, COMPAÑEROS DE MI HERMANO!"

Es una vocecita, aunque muy alta.
Pertenece a un niñito esqueleto, más chiquitín que Sans, quién permanece a su lado, sujetando su mano con una tensión protectora.
Un instinto residual de lo que sea le pase. Como si de pronto todos fueran a revelarse en una rabia en contra de los esqueletos que ha sido olvidada hace mucho tiempo.

Puede que nadie en el laboratorio hubiera conocido al jovencito antes, pero todos sabían lo maravilloso que era. Ninguno permitiría un solo daño al niño.

Automáticamente, todos se iluminan, vitoreando amigables y saludando con gestos bastante salvajes.
Papyrus sonríe ampliamente (en realidad no lo hace, no del todo y el delator más descriptivo es la inclinación de sus cuencas). El niño devuelve el saludo, agitando su manita envuelta en un gran guante de lana roja, una bufanda atada en un moño hacia atrás y una mochila con estampados coloridos a su espalda.

Sans se ríe un poco antes de darle un ligero apretón al niño.

"vamos hermanito, a mi escritorio. hay espacio suficiente para nuestros mundos."

Papyrus resopla pero asiente de todos modos, trotando alegre.

"DIOS MÍO, SANS. DEBES ORDENAR TUS COSAS. ¿QUÉ PENSARÁN TUS COLEGAS O TU JEFE DE ESTE DESASTRE?"

Sans se ríe.
Su escritorio es, de hecho, un desastre enorme.
Papeles con garabatos y notas, cuadernos rayados llenos de notas adhesivas, planos y lápices y bolígrafo en un tarro desparramado. Le da algo de crédito el hecho de que el piso rededor esté pulcro.

"no creo que les importe."

A Papyrus no parece importarle que a los demás no les importe, porque ya está manos a la obra y recogiendo la basura del lugar, preguntando muy educadamente si esos papeles sirven o si ya puede disponer de ellos. Sans suelta frases pequeñas confirmando o negando, sus manos trabajando hábilmente en el ordenador frente a él.
Sienten las miradas de los otros científicos sobre ellos, pero no les importa mucho. Esta es su rutina, lo ha sido durante muchísimo tiempo.

"hermano, voy por algo de café. ¿quieres algo?"

"¿PUEDO IR CONTIGO?"

Sans asiente, no sin quedarse quieto un escaso segundo.

"si, claro. vamos, deja aquí tus cosas."

Como es costumbre, Pap deja todo en el lugar (estuvo pintando antes), levantándose de su lugar previo en el suelo, donde un mar de periódico como alfombra y un–algo– es rodeado con botes de pintura y una variedad absurda de pinceles. Sans no es el artista, no tiene derecho a juzgar.
Su mano de guantes negros rápidamente se envuelve alrededor de la envuelta en rojo, el mayor se pregunta amargamente cuándo fue que el niño de sus ojos creció tanto, su mano, aunque aún diminuta, ahora era casi de la mitad de la suya propia.

"QUIERO ALGO CON LECHUGA."

Pap demanda, ambos dirigiéndose a trote ligero por un laberinto horrible hasta el piso dónde está la sala común, que está dolorosamente lejos a pie. Hay un pequeño escalofrío que lo recorre cuando su hermanito se aprieta un poquito más contra él, sujetando su mano con más fuerza.

Aveces, se arrepiente muchísimo de haber crecido al niño y no dejarlo caer.
A pesar de su vasta confianza, esperanza y amor de sobra, hubo un hoyo que nunca fue capaz de llenar.
Abandono.
Nunca pudo quitar el miedo al abandono.

Espera que con el tiempo sane, que con el tiempo, el esqueleto más chiquito no necesite ser recordado constantemente de que no se va a caer, de que no lo dejará. De que no está solo y hay un montón de gente que lo ama.

"Hola, jovencito. Tú debes ser Papyrus. Encantado de conocerte, soy Gaster."

Notes:

HOLAAAAA
tuve un bloqueo y encima tuve un problemita
Es decir, se han enamorado de alguien a quien nunca volverán a ver?
Bueno :(
NO IMPORTA, YA ESTOY BIEN Y AHORA LES TRAJE CAPÍTULO, LOS AMO!!!!!!

Chapter 5: Extractor

Summary:

"el alma ha sido despojada de su determinación con éxito, el prototipo del extractor de dt es efectivo y por lo tanto, podemos comenzar con el proyecto a gran escala, debido a las dimensiones menores de determinación en el alma artificial."

Notes:

(See the end of the chapter for notes.)

Chapter Text

Lo cierto es que ninguno estaba prestando atención, lo cual es extremadamente raro para Sans, quien siempre parece estar alerta y listo para lanzar almas.
No sabe del niño, pero pareció percatarse antes de su presencia, pues su manita (ahora libre de los guantes de lana) se sacudió tímidamente de un lado a otro cuando finalmente entró en su rango de visión. El niño incuso pareció encogerse contra el costado del mayor a su lado.

"Hola, jovencito. Tú debes ser Papyrus. Encantado de conocerte, soy Gaster."

Ah, que linda masa de huesitos. Es bonito y chiquito y obviamente aún un infante, lo que solo aumenta la dulzura de sus facciones, que evidentemente se volverán afiladas y él mismo más alto, contrario a su hermano mayor; quién se aferra a una redondez infantil y una estatura... graciosa.

Sans parece haber salido de su letargo con la voz de Gaster, pues se endereza más de lo que nunca lo ha visto; de una manera casi defensiva, su mano se mueve con la de Papyrus y la envuelve un poco más cerca para soltarla de forma alentadora un par de segundos después.

"saluda papy."

Como una orden, el niño asiente fuertemente y trota hasta los pies de Gaster, donde se extiende una mano diminuta; por cada segundo que pasa, Papyrus parece un poco aprensivo, su sonrisa flaquea un poco, solo lo suficiente para ser notada a duras penas. Gaster la acepta inmediatamente.

"¡HOLA, MUCHO GUSTO! SOY PAPYRUS, HERMANO MENOR DE SANS. ME DISCULPO PROFUNDAMENTE EN SU NOMBRE SI SU DESORDEN LE HA CAUSADO INCONVENIENTES."

Claramente, Sans debió haber hablado de su jefe con el niño, pues no le dijo su cargo.
Espera que no lo haya difamado.
No lo parece por su tono, algo temeroso pero bien cubierto con confianza y braveza. Aún desborda respeto.

"No se preocupe, jovencito. Su hermano es muy bueno en su trabajo y el desorden es lo que más abunda por aquí."

Es cierto.
Es casi imposible mantener ningún lugar ordenado. El personal de limpieza se ha dado por vencido y ahora quienes se encargan de eso son los propios científicos del bloque especial. Además de que la mayoría de cosas en el lugar son peligrosas.
Varias de ellas podrían destruir todo, el Underground e incluso la superficie.

Gaster no inventó eso. Es decir, no las construyó. Es decir, no participó en ensamblados ni esas cosas.

La mención de desorden parece inquietar ligeramente al niño, cuya cuenca desigual flaquea con un dejo de irritación.

"¿ves pap? no hay de que preocuparse, el desorden de uno es el paraíso de otros."

"¡NI SIQUIERA VA ASÍ! NO PUEDO CREER QUE HAYAS CONTAGIADO AL CIENTÍFICO REAL Y TUS COLEGAS."

Pap regresa a un lado de su hermano para quejarse, pisando fuerte. Sans se ríe bajito y su mano busca la del niño, quien se tranquiliza casi de inmediato.

"es lo menos que podía hacer. ahora sigamos."

Cuando ellos están a punto de irse, y en realidad, ya avanzaron un pequeño tramo, Papyrus se detiene en seco, su hermano también. Y luego, con esas cuencas vacías de hueso liso, pregunta.

"¿NO VA A VENIR, SEÑOR GASTER?"

Sans lo mira también, expectante. Por un momento, se siente como si el juez lo retara a decirle que no, pero esa pizca de amenaza se va tan pronto como aparece. Como si hubiese sido una alucinación o un pensamiento que no estaba destinado a compartirse o existir.

"No sabía que estaba invitado, pero me uniré si me lo permiten."

"EN ESE CASO, YO, EL GRAN PAPYRUS, TE INVITO A UNIRTE A MI HERMANO Y A MI EN NUESTRO VIAJE PARA CONSEGUIR ALGO DE COMER."

Gaster mira a Sans en busca de aprobación.
Cuando el esqueleto redondo le guiña un ojo, Windings le asiente al niño, quien sonríe tan amplia y brillantemente que definitivamente podría superar el brillo cegador de la Barrera.
Es entonces que no quedan dudas, con el esqueleto alto trotando a la par de los dos, al otro lado vacío de Papyrus.

"¿Cómo te llevas con mis otros colegas? ¿Todos te tratan bien?"

"¡SÍ, EL DOCTOR RIDDLE INCLUSO ME REGALÓ PINTURA Y LIBROS DE PERSPECTIVA!"

Ah, eso sí es nuevo. Pero se alegra por el niño de todos modos. Es bueno saber de que su equipo no está lleno de ineptos sociales. En esa descripción, probablemente solo encaja él mismo.

"dings, ¿cuál era el menú de hoy? igual no creo que nada de allí le guste a pap."

"Creo que hoy tenían...no me acuerdo."

Es decir, acaba de salir de una prueba exhaustiva, no pueden culparlo.
No es como si fuera a recordar algo tan poco importante de cualquier forma. A duras penas se cuida.

"lo veía venir."

"¿PODEMOS IR A ESE RESTAURANTE? ¿O ME PUEDES TRAER ALGO, POR FAVOR?"

"claro, solo díganme qué quieren. elijan una mesa apartada, los veo ahí."

"¡ESTÁ BIEN, HERMANO! YO QUIERO PEDIR UNA ENSALADA. ELIGE LA QUE MÁS TE PAREZCA, PERO UNA ENSALADA, SIN BROMAS."

Cuando los dos hermanos lo miran, Gaster se hace chiquito en reconocimiento, palmeando sus bolsillos y echando un vistazo rápido a su inventario.
¿Dónde está el oro cuando lo necesitas?

Reconocimiento rápidamente su cara de angustia, Sans interviene rápidamente.

"solo dime que quieres, luego me pagas o algo así. o no."

Se necesita una mirada aburrida de Sans, como, el triple de aburrida, y una tensión absoluta plasmada en el rostro del niño huesudo para hacerlo hablar, avergonzado, ardiendo en su propia magia magenta y rosada.

Con sus manos apretadas sobre la otra, las luces de sus ojos se encuentran tímidamente con las de Mincho.
Sans le transmite tranquilidad y paz con la mirada, luces anchas y una nueva suavidad en los bordes de su sonrisa.

"Lo mismo que tú. No tengo muchas ideas ahora mismo."

"bien, vayan a la mesa. conozco varios atajos, estaré de vuelta con la comida en un segundo."

 

"¡ENTONCES DESCUBRÍ QUE MI MÁQUINA NO FUNCIONABA PORQUE SANS HABÍA TOMADO SU FUENTE DE ALIMENTACIÓN!"

"pap, necesitaba esa cosa. además, me la pediste por un ratito, eso significa devolver. no me dijiste que la querías para alimentar tu máquina permanentemente."

"¿No te advirtió nada?"

"¡NO, SOLO LA TOMÓ Y NO ME DIJO NADA! ESTUVE DURANTE HORAS BUSCANDO EL PROBLEMA Y ÉL LO VIÓ."

Los dos decidieron ignorar a Sans.
Cometió un crimen gravísimo.

¿Qué clase de monstruo retorcido arruina la máquina de un ser bello y luego lo ve sufrir las consecuencias de su acto sin mover un solo dedo para al menos fingir querer socorrer?

"vamos pap, no es verdad. todavía de que les disparo su comida me difaman. ¿es así como te crié?"

"Lo siento Sans, pero la palabra de tu hermano es más creíble que la tuya."

Gaster no se pierde el temblor en Papyrus cuando se ríe.
Hay algo en él que lo hace querer protegerlo.

Hay algo en los dos hermanos que lo hace querer quedarse.
Logra que la interacción con ambos no se sienta forzada, ni incómoda, ni que sienta que debe alcanzar un estándar, una expectativa impuesta por su posición como Científico Real.
Se siente bien y libre y ligero.

Atrapado en su deseo y sensación de familiaridad, ni siquiera nota cuando Sans saca y guarda su buscapersonas, una mini mueca aparece en su rostro, las luces de sus ojos se atenuan ligeramente.

"eh, lamento interrumpir su sesión de despreciar a sans, pero hedabel me envió un memo, nos necesitan en la sala de prueba 4."

¿Alguna vez odiaron su trabajo y las formas que tenía para interrumpir buenas veladas? Gaster sí.

"Está bien, ¿nos necesitan a ambos? Puedo ir solo si prefieres quedarte con Papyrus."

"hedabel nos necesita a ambos, es complicado pero no peligroso. puedo llevarlo, ¿puedo?"

Windings piensa un momento.
Lo que no es raro, pero lo hace.
Una mirada de reojo al niño lo revela prácticamente suplicando con esas cuencas tan vacías como brillantes.

"Sí, por supuesto. Pero no toques nada, ¿sí?"

La última parte es dirigida únicamente al infante, que asiente tan firme y decidido que no quedan dudas.
Sans recoge los restos de basura, los envases desechables de su comida y luego la manda a quién sabe donde con destellos de paciencia y justicia.

"vamos, niño grande."

Cómic le tiende su mano al niño, que acude a su llamado de forma inmediata.
Hace que Gaster piense en un imán, o en el experimento aquel que desarrolló hace tantos años; antes de que el genocidio disfrazado de guerra consumiera el mundo de los monstruos.
Se pregunta donde estaba Sans entonces.

Es un adulto joven, pero los esqueletos envejecen y crecen lentamente; una de las cosas que los llevó a su casi extinción.

Debió haber sido un niño o jovencito entonces.
¿Qué hay de Papyrus?

"doctor."

Gaster sale de su ensueño, habiendo seguido a los otros por inercia. En su orgullo, se endereza y le pide a Mincho que continúe, aunque un rubor de magia aparece, un velo ligero y casi invisible.
Si fuera otra persona, si fueran otras personas, los habría convencido de que nunca estuvo perdido en su cabeza, de que los siguió por pura voluntad y no por costumbres infundadas. No por un sentimiento de seguridad y confianza que afloran. Pero no con ellos. Sans obviamente se dió cuenta, si la inclinación burlona de sus cuencas y cabeza son algo con lo que guiarse, si la preocupación aguda en el niñito atento son algo que mencionar.

"nada, solo que ya estamos a un pelo de rana calva de la puerta y usted seguía en su mundillo."

Pero, por más que se haya perdido en su mundo, no hay manera plausible de que hayan caminado ya hasta el bloque especial. No con tantos giros y escaleras y puertas pesadas de metal con bisagras crujientes, las cuales eran abundantes en los bloques que debían cruzar.

Echando una mirada hacia abajo, su mano es sostenida débilmente por la más pequeñita de Sans, que se desliza lejos a una velocidad considerable.

"atajo"

Dice sin más explicaciones, moviéndose para usar esa misma mano para enviar algo de magia y abrirla bajo el duro escrutinio de Papyrus, que lo mira con profunda desaprobación.

Gaster piensa en lo pequeña que se veía la mano de Sans a comparación de la suya propia. Entrañable.

"Hola Papyrus, hola Doctor Mincho, hola Doctor Gaster."

Todos sus compañeros ya están adentro, moviéndose alrededor de la habitación, preparando una maquina rara en el centro.

Gaster entra en su elemento casi de inmediato, invocando un par de manos para ajustarse la bata negra y colocarse detrás de la cosa, donde algunos cables sobresalen.

"SANS, ¿POR QUÉ SE PARECE A TÚ DRAGÓN?"

"ayudé en el diseño, y a gaster también le gustan las calaveras."

Comic está en un rincón, sentado sobre una mesa metálica, Papyrus en una silla que no estaba ahí. El redondo sostiene un portapapeles con fotos del niño a su lado y papelitos con garabatos forrados y pegados.

"Riddle, ¿tiene la muestra??"

"Sí."

Tan simple como eso, el doctor lleva un carrito metálico, como todo lo que está aquí, donde un contenedor de alma resplandece con un corazón colorido de un rojizo pálido.

"entrada de laboratorio, sabrá dios cuál. el alma artificial ha ingresado al área de pruebas y está siendo preparada para proceder."

Papyrus observa todo hecho bolita contra su hermano. No está asustado, solo reconoce la delicadeza del procedimiento.

En algún momento, Sans sacó una grabadora y la acercó a su boca.
Gaster le hace un ademán a Cómic, que asiente, los demás monstruos o asisten al de mayor rango o revolotean en la habitación viendo lecturas en dispositivos en sus manos.

"pap, anota todo lo que pase aquí."

Desafiando la propia naturaleza de su voz, Sans logra bajar su tono, haciendo que su habitual ronroneo no sea más que una vibración fugaz.
Su hermanito, decidido a ayudar tanto como pueda, asiente entusiasmado y toma el portapapeles y un lápiz que reconoce como una artesanía que le obsequió a su hermano hace unos meses.

"el alma ha sido creada a partir de algo de sangre extraída de la princesa dreemur, con autorización del rey. la misma ha estado en desarrollo desde hace buen tiempo, pues era demasiado inestable para comenzar las pruebas."

Es obvio que está llenando un par de agujeros en el tiempo, después de todo, aún no terminan de preparar la máquina.

Gaster se apresura, moviendo algunas cosas antes de hacerle una señal salvaje al esqueleto enano.

"la máquina y el alma están listas. para esto, solo necesitamos colocar el alma debajo de las mandíbulas del extractor, si funciona correctamente; debería tomar toda la determinación, o parte de ella, para colocarla en un recipiente especial."

Riddle ayuda a Gaster y hacen eso mismo, el primero alejándose cuando los dos aseguran el carrito con los seguros de las llantitas, unos baches en el suelo y unos arneses que salen de la máquina. Gaster se mueve s una consola que conectó antes, cuando movió todos los cables.

"estamos listos para comenzar."

Hay un traqueteo bajo, hueco y largo antes de que la máquina de ilumine de vida y dos puntitos blancos se asomen en lo que parecen ser ojos, la cosa suena como un bufido, una exhalación profunda que presagia oscuridad.

Papyrus nota como el ama pierde lentamente su color rojizo.

"el alma ha sido despojada de su determinación con éxito, el prototipo del extractor de dt es efectivo y por lo tanto, podemos comenzar con el proyecto a gran escala, debido a las dimensiones menores de determinación en el alma artificial."

La sala estalla en vítores.

Notes:

HOLAAAAA
la línea temporal es algo confusa, no?
aunque la planeé, aún es algo difícil!
Y si no me equivoco, los agujeros en las manos de dingus aún no están ahí 😋

Gracias por leer está tontería y dejar sus comentarios!
Los cuales están admitidos incluso para invitados, por cierto

Chapter 6: Brilla brilla estrellita

Summary:

"gracias por acompañarnos. tu presencia hace muy feliz a mi hermano."

"Fue un placer, lo haría de nuevo con muchísimo gusto."

Notes:

(See the end of the chapter for notes.)

Chapter Text

Gaster aprende muy pronto que los hermanos se la pasan juntos y que al menos en estas horas que pasó con ambos, si querías encontrar a alguno, solo necesitabas saber la ubicación del otro.

O te dirá a dónde fue, o estará relativamente cerca.

 

"hey, no tan rápido."

A pesar de tener el conocimiento de que el esqueleto enano puede sostener almas, es totalmente impresionante de ver.
Es una hora tardía; aunque no tanto como es la hora de salida habitual de los dos mayores; van fuera y debido a la presencia del niño, ninguno de los dos puede reunirse para continuar con el pequeño proyecto que tienen juntos.
Eso no impide que Gaster se les pegue como pegamento. Aunque se habría escapado a la comodidad de su casa si fueren otras personas.

Papyrus había estado emocionado por finalmente salir, con un montón de energía acumulada tras estar muy quieto el resto del día, y tan ansioso como solo él podía, corrió a la salida apenas vió la puerta del laboratorio antes de ser detenido por una fuerza invisible que lo arrastró suavemente a un lado de Sans.

Windings está seguro de que algo pasa.
No tiene mucha experiencia con relaciones, pero sabe que no es normal ser tan protector con alguien.
No deja que el niño se le aleje mucho, o si lo hace, debe saber a dónde irá.

Aunque al niño no parece importarle. No parece sofocado por la atención continua.

"OH, PERDÓN HERMANO."

"está bien. solo no te vayas así como así."

Gaster no está muy seguro de si debe irse.
No quiere, siendo totalmente sincero. Puede quedarse mientras no lo echen, ¿verdad?
¿Así funciona la sociedad, no?

"¿PODEMOS CAMINAR PARA IR A CASA? ¿EL DOCTOR GASTER NOS PUEDE ACOMPAÑAR? ¿PODEMOS ACOMPAÑARLO A SU CASA?"

Oh, ¿el niño tiene poderes o algo?
Tal vez Gaster es así de transparente con sus deseos.
Tal vez el niño solo sintió su alma revolotear con algo de decepción y esperanza y ansiedad.

"está bien por mí, pero debes preguntarle a él primero. no puedes incluir a terceros en planes sin que ellos sepan del plan, debes pedir permiso y respetar opiniones pap."

Sans le dice tranquilo. No como un regaño, sino como una especie de recordatorio; lo dice con dulzura y suavidad, pero hay una severidad oculta y débil en algún lugar de su entonación. El esqueleto bajito le echa una mirada a Gaster, apretando la mano de Papyrus como para enfatizar su punto y darle confianza de preguntar.

Él ha notado que Sans hace eso a menudo.
Gaster saca su tarjeta de acceso y abre las puertas del laboratorio.

"CIERTO HERMANO."

Es así que siente una manita jalar su abrigo, las puertas del laboratorio se abren y su mirada baja, así como sus manos ahora desocupadas después de desvanecer la tarjeta en su inventario.

Papyrus vé esto como una oportunidad de aumentar su capacidad de convencimiento y toma una de las enormes manos de hueso en las suyas, ejerciendo presión como si quisiera mantener su atención.

No hay más que determinación en esa carita que se tuerce en un adorable ceño suplicante.

"¿PUEDE ACOMPAÑARNOS A CASA? ¿O PODEMOS ACOMPAÑARLO A CASA, SEÑOR GASTER? POR FAVOR, SIÉNTASE LIBRE DE RESPONDER CON SINCERIDAD."

Pap lo mira directamente por un momento, antes de que Gaster asienta y una sonrisa suave se extienda por todo su rostro.

"Por supuesto, puedo acompañarlos."

Es así que los tres, en la misma formación de antes, proceden a caminar por el suelo duro y rojo de Hotland (no sin antes cerrar el laboratorio, claro).

Por supuesto, el que habla es el niño.

"SEÑOR GASTER, ¿USTED DISEÑÓ LOS ROMPECABEZAS DEL NÚCLEO Y ALREDEDORES?"

De todas las cosas, los puzles parecen ser su tópico favorito. Antes, durante su almuerzo, sin haber comenzado a cuchichear sobre Sans, habían estado parloteando sobre rompecabezas. Gaster dominó la conversación cuando se trató de mecánicas y todo lo técnico, pero Papyrus lo superó cuando se tocó el diseño y creatividad de dinámicas.

Ciertamente, el niño era brillante.
¿Será de familia?

"Sí, ¿por qué?"

¿Alguna vez han conectado tantísimo con alguien?

Ninguno dejó de hablar durante mucho tiempo, nadie escuchó a Sans cuando, tan suavemente como siempre, les preguntó si querían viajar con River Person y en su lugar, siguieron caminando.
Papyrus nunca soltó su mano. Y de hecho, en algún momento, capturó una bala de Gaster y la apretó suavemente, esa misma bala nunca fue disuelta.

Gaster conjuró y despidió multitud de balas porque comenzó a hablar en señas y cambiar su fuente una vez más. Abandonó de nuevo el idioma común.
Papyrus nunca vaciló a la hora de replicar.

Ah, entonces una gota de agua fría particularmente grande se metió en la cuenca derecha de Gaster.

Naturalmente, jadeó con sorpresa y se movió en un intento fallido de evitar el agua helada.
Una risa como un ronroneo lo hizo voltear. Los dos hermanos lo veían uno o dos pasos atrás, antes de donde las gotitas comenzaban a emerger.
Papyrus se había quedado atrás con Sans, todavía tomados de la mano.

La otra, que está desocupada, hace un gesto ligero y débil; es entonces que Gaster siente una presión rodear su alma, una presión que lo arrastra a dónde está seco.

Y es que, ni siquiera puede contar como arrastrar. Ahora que Windings lo experimentó por si mismo, puede decir que no es un arrastre. Sino un levante; apenas lo suficientemente despegado del suelo para no arrastrar. También nota que sus pies no pueden moverse, pues una presión firme pero no fuerte los mantiene en su lugar y no permite que se flexionen para tocar el suelo.
La magia que tomó su alma tampoco se siente peligrosa. Es fría y fresca y relajante como la brisa de niebla que alguna vez disfrutó en la superficie durante días nublados y particularmente fríos. Símil a la fría tranquilidad de la voz de su hacedor, justa y paciente.

El contacto dura poquísimo, se desvanece apenas está en terreno seco.

"escuchen, niños, la próxima vez que les pida detenerse."

No hay enojo en su voz, sino una débil burla cuando abre un paraguas lo suficientemente grande y se lo pasa a Gaster.

"demasiado chiquito, no podré cubrirnos a los tres."

Es su única explicación, moviéndose para cruzar a la 'lluvia' y solo deteniéndose el tiempo suficiente para que Gaster trote y se coloque a un lado suyo, donde el Papyrus no está adueñándose de la mano de su guardián.

Está sección de Waterfall es la favorita de Gaster.
Una de las pocas cosas que lo encantaron y aliviaron la pena de su encierro como especie.

El Castillo, algo y bello, pero no ambicioso; se alza sobre las gran fosa, los cristales brillantes, un obsequio, un eco de las estrellas que les arrebataron, iluminan el techo rocoso de la caverna con un resplandor tan débil que solo es suficiente para hacerlas notar.

Siempre adoró los matices dorados, azules, morados y hasta verdosos que poseía Waterfall.
Las paredes y los charcos, las flores eco, el tintineo de cristales y la atmósfera ociosa.

Era precioso.

Esta vez, no fue diferente.

Le extrañó un poquito que Papyrus estuviese tan tranquilo, pero una mirada le reveló que estaba sereno, disfrutando de la vista, apretando la mano de su hermano en cortos intervalos de tiempo, imitando la caída de gotitas y la melodía de cristales lejanos.

Sans estaba igual.
Por ello, decidió que no diría nada; dejándose llevar y simplemente caminando, hasta que el terreno seco apareció y dejó de gotear, abandonó la sombrilla en dónde se le indicó y los tres siguieron su caminata en silencio absoluto.
Es decir, no había nada que comentar.

Entonces llegaron a donde la vegetación abunda y la nieve saluda, blanca y pura en el suelo, una neblina gruesa más adelante, solo lo suficientemente piadosa para no ocultar un par de luces cálidas de el único pueblito que habita Snowdin.
Es decir, la región era conocida por lo poco deseable que podía resultar cuando de habitar se trataba, con sus bajas temperaturas y todo eso.
Aún cuando era la región más cercana a las Ruinas, todos se mudaron a New Home y Waterfall, uno que otro se quedó en Hotland.

Ah, y también estaba oscuro durante la noche; cuando las pocas motas de luz solar que se filtraban por pequeños hoyuelos en la roca se desvanece, la nieve y la niebla se juntaban para obstruir la vista de cualquiera que se aventurare a salir.

 

Fue en silencio como llegaron, y fue en silencio como se pararon frente a la puerta de una casita de dos pisos, construida con madera oscura, de aspecto acogedor, adornada con luces navideñas.

Papyrus sacó algo de su inventario: unas llaves con un llavero tallado en madera, un pedacito de madera convertido en hueso. Bonito.
El crujido de la puerta anuncia su llegada, Papyrus se mete y una mini ráfaga de aire cálido que le pega en la cara a Gaster, el niño se desvanece en el interior oscuro y una luz aparece poco después.

Sans no se mueve.

"gracias por acompañarnos. tu presencia hace muy feliz a mi hermano."

"Fue un placer, lo haría de nuevo con muchísimo gusto."

¿Era eso lo único que iba a mencionar? ¿La felicidad de su hermano? Nada del trato, nada de su opinión personal. Los cimientos de su mundo parecían recaer sobre el niño.

"¡DOCTOR GASTER, COMO AGRADECIMIENTO, LE ENTREGO ESTO!"

Justo a tiempo, ve al niño llegar de algún lugar de la casa, un huesito dorado de buen tamaño decorado con un lacito rojo es ofrecido, objeto que Gaster acepta gustoso.

"SANS ME DIJO QUE ES UNA TRADICIÓN DE ESQUELETOS REGALAR ATAQUES DORADOS, NO RECUERDO EL SIGNIFICADO, PERO SÉ QUE USTED SÍ."

¡Vaya, niño brillante!
Con una mirada de soslayo, ve que su hermano está orgulloso, con las luces blancas más grandes de lo habitual y una sonrisa relajada.

No está mal, de hecho, sí era una tradición: más presente en los pueblos de esqueletos que habitaron en las regiones montañosas, pero eso no importa. También eran regalos quez por lo regular, simbolizan acuerdos o treguas; pues la posesión de un ataque significaba el deceso de la agresión.
Aunque también se usaron como la declaración de amistad.

"¡IRÉ A PREPARARME PARA DORMIR, TENGA BUENA NOCHE Y REGRESE A SALVO, GRACIAS POR ACOMPAÑARNOS, SEÑOR GASTER!"

Y se va. Desapareciendo por el umbral de la puerta.
Escucha un resoplido a su lado, algo de movimiento y Sans se para a medio paso de la puerta y Gaster.

"mañana cumpliré mi parte del trato. gracias por dejarme cuidar a pap."

No hay más palabras por un momento, solo ellos mirándose.
Entonces Sans parece recordar algo, chasquea los dedos y le da una mirada burlona al Doctor.
El cansancio comienza a hacerse dolorosamente notorio.

"¿cómo planeas volver a tu casa? tomará mucho tiempo. por suerte para ti, conozco un buen atajo. lo recomiendo."

Cierto.
Es tarde. Muy tarde.
Habrían llegado horas antes, pero ignoraron al científico bajito y prefirieron caminar todo Hotland y Waterfall.
Gaster no está seguro de querer hacer lo mismo hasta New Home. Tampoco está seguro de haberse sentido tan cansado antes.

"ven aquí, tonto."

Mincho le sujeta una parte del abrigo, rodando los ojos con algo de una resignación que hacen sentir a Windings brevemente culpable.

"nos vemos mañana."

Y así como así, el mismo vacío vivo que alguna vez vió le devuelve la mirada, sintiendo se volar hasta que su complejo de departamentos le devuelve la noción.
Siempre termina un poco mareado cuando Mincho le muestra sus 'atajos'.
¿Cómo los hace?

Expectación.
Era lo que Gaster sentía.
Es decir, claro, habría cumplido el capricho de Sans aún si el trato de por medio, lo que trató de comunicar no presionando para que cumpliera su parte, pero aún así era gratificante la idea de obtener respuesta a una de sus grandes dudas.

"las deudas se pagan."

Fue su único aviso, con Sans apareciendo de la mada, como acostumbraba, detrás suya apenas el turno se terminó.
Taza de café en mano. Esta vez, una taza hecha a mano:, deforme y en una explosión de colores aberrante con unas letras de muy mala caligrafía que decía "MEJOR HERMANO, MEJOR INFLUENCIA, PEOR ATLETA".
Sin gracia.

"Ah, hola Sans. ¿Estás listo? Solo déjame romar mis cosas y bajamos."

Dicho y hecho, los dos se fueron no mucho después. Ninguno habló. No lo hacían mucho, no durante caminatas cortas.

"bien, te prometí que te diría mi secreto para tener atajos buenísimos."

"Sí."

Gaster trata y fracasa rotundamente en fingir que no está explotando.

"fue un proyecto personal hace mucho tiempo."

Entonces el joven le entrega un manojo de papeles ligeramente amarillentos, millones de notas por ahí y por allá, puede ver algunas hojas sueltas y servilletas garabateadas.

"¿De dónde sacaste la idea?"

Hay un atisbo de aprensión en el cuerpo del esqueleto, pero se recupera y sigue cono si nada, sentadito en la mesa dónde normalmente pondrían sus tazas de café durante sus largas sesiones con los Blaster.

"pap ayudó mucho, fue parte de la inspiración. ¿recuerdas cuándo hubo un aumento gigante en la tasa criminal?"

Gaster lo hace, recordar.
Era difícil no recordarlo cuando algunos de sus mejores colegas y más queridos amigos perecieron por ello.

"eh, mi trabajo como juez estaba a explotar; con todas esas almas a las cuales darles un veredicto, apenas tenía tiempo para pap. pensé que mi vida sería super fácil si pudiera aparecer de inmediato dónde quisiera, como las juntas escolares de pap."

Hay nuevos gestos vagos de pena y culpa que pasan por el semblante de juez, demasiado fugaces para registrarlos apropiadamente.
Gaster asiente solemnemente, revisando los papeles que le dan.

Ninguno está ordenado. Son muy completos, teorías complejas que se complementan y carecen de incoherencias, pero no están ordenadas.
Estás en teoría verificada y luego salta a conclusiones apresuradas, luego a teorías y luego a formulas. Todo en una misma hoja.
También hay notas de un espacio negro.

"¿Qué es el 'Vacío', y por qué esta criaturita se parece a mí?"

En las anotaciones del Vacío, al final, metido entre las hojas, hay un garabato hecho en una servilleta arrugada: una masita negra, con un óvalo blanco y grietas en lo que parecen ser ojos, unas bolitas blancas con círculos negros dentro.
Se parece a él. De una forma no muy acertada, como si se estuviera divisando desde lejos, muy, muy lejos.

"esa cosa yo no sé que es, pero aveces la veo merodeando cerca cuando tomo mis atajos, aún los estoy perfeccionando para no pasar por ahí. el vacío es un espacio negro, nada existe, nada existió, nada fue, nada es y nada será. o algo así, está cubierto de pegote negro, no hay ruido y no hay luz que pueda estar ahí. es raro."

Gaster frunce el ceño, una sensación de alarma se enciende en algún lugar de su cabeza.
No puede mirar el dibujito sin recordar la sensación de que,
ese espacio negro lo miraba.

"Espera. ¿Experimentaste en ti mismo? No veo ningún reporte de pruebas previas aquí."

Es bueno olvidarse del espacio negro.
No es bueno preocuparse por otra cosa.

"Sans, ¿experimentaste en ti? ¿Sin pruebas previas, sin experimentación en objetos?"

Puede ver que el susodicho se esconde en su chamarra, haciéndose más chiquito al enterrarse en ella.

"eh, no. experimenté en un gusano."

"¿Funcionó?"

¿Pregunta tonta? Sí.
No había forma en que un estudioso inteligente siguiera con algo tan peligroso sin que las pruebas preliminares fallaran. O se cancelaba o buscaban errores.

"...no. pero sí funcionó en mí."

Notes:

hola
GRACIAS POR LEER!!!
TODOS SUS COMENTARIOS SON BIENVENIDOS Y APRECIADOS PROFUNDAMENTE!!!!!!!!!!!
ok, entonces,hay un hc que tengo para este coso con respecto a los juicios
Aquí, karma castiga loss pecados como tal, no solo el LOVE y EXP que tengas
Cada vez que heriste a alguien, no físicamente, si o que también de forma psicológica, emocional, moral, no importa si solo lo insultaste o mataste a alguien
Karma mira tu alma, tus pecados, tus errores
Tmb tengo un hc gigante con respecto a los colores de la magia que tienen ellos y pq no se refleja en otros 😋
Laik si quieren verlo en el sig cap

Chapter 7: Petición

Summary:

"¡BIENVENIDO HERMANO! VEN CONMIGO PORFAVOR."

El niño esqueleto lo espera en la cocina, subido en un banquito mientras lava algunas verduras.

"¿qué haces pap? déjame hacerlo."

Notes:

(See the end of the chapter for notes.)

Chapter Text

Gaster parpadea y Sans puede ver como su ceño se arruga para poner un ceño fruncido en su cara.

"Qué."

No hay más antes de su jefe explote en preocupación e irritación y angustia juntas. El esqueleto alto se levanta y, sin aviso, toma las manos del enano y las examina, ignorando por completo la cara de absoluta incomodidad y algo de pánico en su rostro.
Una voz al fondo de su cabeza le grita que se aleje, le dice al doctor que el monstruo frente suya es peligroso y fuerte y fan del espacio personal cuya regla no incluye a un niño hiperactivo.

"¿Cómo es posible que hicieras eso? ¡Es muy irresponsable y peligroso!"

No le parece propio de Sans, algo tan precipitado.
Pero si era por el niño, tal vez todo valía la pena. Todo valdría la pena siempre y cuando incluyera un beneficio para Papyrus.

"¿Y si Papyrus se quedara solo? ¿Y si te hubieras quedado atrapado en ese... vacío?"

¿Y si la criatura fuera hostil? Esa que ronda en el espacio negro. ¿Y si lo dañara y lo tomara para evitar su retorno en...la línea temporal?
¿Y si fuera borrado de la existencia? Atrapado en el limbo donde nada es.

El niño que cría...
¿Lo olvidaría? ¿Pensaría que su guardián lo abandonó?

"tranqui, estoy bien, aquí estoy."

Si voz sale casi forzada, bajita por natureza y algo grosera por incomodidad. Es así que Gaster se siente avergonzado; retrocediendo de donde, técnicamente estaba acosando a su empleado. Con su gran estatura inclinada sobre la pequeña figura, con sus manos fuertes y asustadas recorriendo las mangas amplias de los brazos de hueso, como si eso le fuese a dar información de su estado.

Sans debe haber desvanecido la taza al sobresaltarse con su arrebato, porque nada cayó cuando lo sacudió.

"Lo siento."

"sí, no hagas eso."

Y con ello, Gaster aparta sus manos como si Sans quemara.
Hay unos momentos silenciosos antes de que el enano suspire, derrotado y desinflado; luciendo aún más pequeñito en sus grandes ropas, la taza de café aún humeando en sus manos (de alguna manera).

"mira, sé que estuvo mal, pero estoy bien."

Es como si intentara quitarle importancia.
Como si un paso en falso no fuera capaz de arrebatarle todo.

Gaster supo que se relacionó con el deseo de privacidad en el otro, ni siquiera privacidad, sino que nacía de un sentimiento de soledad y autonomía.
Si tan solo pudiera hacerle saber que ya no estaba solo, que nunca lo estuvo.
Que podía descansar sobre los hombros de otros.

"Por favor, como jefe, colega y alguien que se preocupa; no hagas esto más. Estás rodeado de compañeros que perfectamente pueden ayudarte, no necesitas ponerte en riesgo."

Gaster trata de usar el tono más dulce y preocupado y sincero que puede.

¿Y funciona? Sí.
Porque parece tan real cono lo es que Sans abre sus ojos y luego baja la cabeza con culpa presente, porqué dudó y fue egoísta, y aunque fue algo que ya sabía, vino con más fuerza.
No solo fue su propia alma y conciencia lo que lo castigó, sino que su propia constitución como juez lo hizo; no había hecho mucho daño, pues había preocupado y puesto en riesgo la vida suya y de su hermano por un fin que aunque era noble, seguía matices egoístas.

No le dice nada, pero asiente.
Lo que chocó más fue la mención del niño.
Y aunque había sido muchísimos años atrás, cuando su hermano era chiquitito y más sensible, cuando necesitaba su presencia más constantemente, su juez y su naturaleza como un monstruo justo insistían fervientemente en acosarlo con punzadas de culpa en toda la extensión de su alma.

"seh, lo siento. no volverá a pasar."

Es un silencio incómodo el que se incorpora mientras Gaster vuelve sobre sus pasos, quedándose en una silla que sus manos conjuradas arrastraron en algún momento de su ajetreada lectura.

"¿cuánto tiempo tardó el alma artificial? en desarrollarse digo."

Tiene suerte de que siga siendo él, fácilmente distraído con pinchazos de curiosidad y explicación.
Sus ojos se abren y una sonrisa contemplativa se abre paso.

"Tomó varios años, no fue estable hasta hace unos meses. La he estado vigilando desde antes de que la Princesa Dreemur falleciera."

Ah, bastante en realidad.
La Princesa llevaba ya varias décadas muerta, al igual que el Príncipe.
Días oscuros que a Sans no le gustan.
Principalmente porque él llegó poco después a su puesto, trabajar con un Asgore lleno de dolor tierno no fue bonito; tan dulce como era normalmente, toda esa profusa pena oscureció una parte de su alma y hubieron un par de años que el Rey se ausentó de la vida pública tras su decreto, en donde Sans se hizo cargo (sin que nadie se lo pidiera) de algunos asuntos del reino.
Eso le ganó el favor del Rey.

"Fue difícil por la falta de determinación, pero la poca que pudimos extraer fue usada para intentar crear una réplica, evidentemente no tan poderosa, pero suficiente para lo que queríamos hacer."

"¿tenías un equipo especial para eso?"

Es el turno de Gaster de rascarse la cabeza, con una sonrisa algo incómoda tomando en cuenta la razón por la que acababa de regañar a su interlocutor.

"No...yo llevé todo a cabo."

Sans bufa y gruñe. Con su fuente principal, es raro. Suena cavernoso y casi como el alarido de una de esas bestias mágicas que existieron y extinguieron con la guerra.
Dragones de marfil. No eran monstruos, no se podían catalogar así con su falta de almas, pero estaban hechos de magia pura y el polvo de las montañas nevadas, del polvo del sol.

"en fin, la hipotenusa. tú tampoco puedes matarte trabajando."

Su tono, aunque no mordaz; rebosa de ironía e incluso sorna, acompañados de una sonrisa y mirada afiladas. Un regaño tan efectivo como mudo que solo un hermano logra.

El chiquitín se levanta, deslizándose en la mesa para caer sobre sus piernas cortas, un suave 'plop!' del contenido en la taza resuena en el espacio antes silencioso, pero nada se derrama.

"te dejo esa basura, me voy. nos vemos g."

Y no da lugar a despedidas cuando, en una osadía recién descubierta, deja de existir. Un chisporroteo eléctrico como único testimonio de su presencia, algunas motas de magia azúl y dorada que saltan y apenas son visibles para los ojos agudos de Gaster, quien susurra una suave despedida al aire, tomando de nuevo los documentos que dejó de lado tras su pequeño alboroto.

Debería irse a casa.

"¡BIENVENIDO HERMANO! VEN CONMIGO PORFAVOR."

El niño esqueleto lo espera en la cocina, subido en un banquito mientras lava algunas verduras.

"¿qué haces pap? déjame hacerlo."

Sans se acerca rápidamente, un golpecito medianamente fuerte cuando la taza es puesta sobre la mesa con cierta violencia, él apenas con la estatura necesaria para alcanzar a ver bien todo con la ayuda de un banquito largo que se postra al pie de la barra.
Con una mano, sujeta el alma de su hermano suavemente y lo baja al suelo, los piecitos huesudos del niño son su pista para saber que ya lo tocó, rascando suavemente la superficie maderada en un traqueteo muy óseo.

"QUERÍA COMENZAR A COCINAR LA CENA. SÉ QUE TODOS LOS MARTES HACES SOPA DE VERDURAS PORQUE ES RÁPIDA DE HACER."

Y Sans lo escucha atentamente, arrojando su sudadera y bata a su habitación en un destello dorado, quedándose con una camiseta de manga corta con un estampado sencillo de un camarón.

"pap, ve a cambiarte esa ropa. estás todo mojado, puedes ayudarme después."

Papyrus asiente, y solo se le revela su ausencia con pasos alegres y acelerados y una puerta azotada.
Sans suspira, metiendo las manos al agua fría que realmente no siente, lavando las pocas verduras que le faltaban a su hermanito, colocando las dichas en una canasta antes de secarse las manos en la camisa, usando su magia para descolgar y sacar un cuchillo grande como de carnicero y una tabla de picar.
No piensa comprar cuchillos nuevos, ese funciona muy bien.

"¡LISTO, DIME QUE HACER!"

"ayúdame a cortar eso."

Pero le enseña, tomado sus manos y mostrando la forma correcta de tomar el cuchillo y sujetar las verduras para, de hecho, no cortarse.

"entonces, ¿qué me querías decir, hermano?"

Papyrus suspira, algo avergonzado de nunca poder ocultarle algo a su hermano por mucho.
No es que lo intentara a menudo, pues se le enseñó a ser sincero; sus emociones, opiniones, ambiciones y peticiones, todas eran dignas de saberse.

"EL...VIERNES TENDREMOS UNA ACTIVIDAD EN FAMILIA. DEBEMOS LLEVAR A NUESTROS PADRES, ¡LOS DOS! LA ESCUELA EXPEDIRÁ UNA PETICIÓN DE PERMISO PARA EXCUSAR A LOS QUE TRABAJAN Y TODO."

Pero hay más.
Sans lo siente en la forma que su hermanito parece ligeramente ansioso.
Terminando de preparar la olla, sans se le acerca al niño,y recostado en la encimera, con una sonrisa tranquila de facciones suavizadas, le pregunta a pesar de la mención de sus progenitores.

Nunca es un tema agradable, a pesar de los esfuerzos del mayor por disipar el humo rencoroso que se albergó frágil en el alma resplandeciente de su hermano.

"ajá."

"QUERÍA QUE FUERAS."

Pero ese no es el problema, y esta vez, le toma algo más de nerviosismo y un trago de saliva imaginario.
No hay fuerza en la tierra que le impida a Sans asistir a sus eventos, las estrellas saben las trampas que hizo y los favores que pidió para llegar a sus cosas cuando aún no tenía trabajo estable ni atajos con los que jugar.

"Y QUE INVITARAS AL SEÑOR GASTER. ¡PERO SOLO SI ÉL PUEDE Y QUIERE, CLARO!"

Sans guarda silencio, no tan incrédulo como le gustaría, y eso parece aliviar al niño.
Sabía que algo así estaba sobre la mesa desde que los dos se sumergieron en sus pláticas esa noche.
No esperaba que fuera tan pronto.
Y Papyrus tiene esa cara esperanzada y asustada aún mientras sigue cortando verduras a una velocidad privilegiada.

"está bien, le diré."

No lo lastimará.
Puede que aún no confíe del todo en el doctor, pero se portó muy bien con su hermano.
Y aún si hubiese sido debido a su vigía, Gaster era demasiado transparente para él.

"ven, pon eso aquí y cuéntame de tu día mientras está listo."

Sans le indica, haciéndose a un lado para que el niño pueda proceder, con una carita aliviada que regresa poco a poco a su habitual confianza y alegría.
Cuando el niño termina, jala la silla del comedor y se sienta en ela, sus ojos negros brillando como dos perlas.
Y así comienza una gran perorata que Sans escucha con jovial dedicación.

"HOY MI MAESTRA ME FELICITÓ PORQUE PUDE HACER LOS EJERCICIOS DE MAGIA QUE NOS PIDIÓ SIN PROBLEMAS."

"¿cuáles? ¿invocar patrones de bala?"

"¡SÍ, Y TAMBIEN ME PIDIÓ QUE AYUDARA A MIS OTROS COMPAÑEROS TANTO COMO PUDIERA!"

Ah, su niño.
Sans sabe perfectamente que Pap no es muy querido entre las filas de su escuela.
Ya es suficiente con que aveces hablen mal del mayor (se viste como vago, no lo es), pero lo complementan con algo del desprecio residual hacia los esqueletos, lo que, cuando la superficie no era un anhelo, hizo a varios confinarse a las cordilleras y sierras en primer lugar.
Los niños pese a su rechazo, aún tenían esperanza de cambiar.

"LES ENSEÑÉ COMO TÚ ME ENSEÑASTE A MÍ, ¡Y CASI TODOS LOGRARON MANIFESTAR SU MAGIA!"

Ah, Sans atesora ese día con su alma.
Papyrus siempre había sido de alma y magia fuerte, con una esperanza ardiente y tan brillante como su curiosidad.
A veces, su madre bromeaba con que Pap había robado todo el furor que le tocaba a Sans. Si así era, que bueno que se lo quedó él.

Desde pequeñito Papyrus preguntó y le insistió a su hermano que le enseñara a usar magia.
Aún batallaba con ataques azules, pero aprendía increíblemente rápido.
Su energía insaciable natural sumada al rasgo de braveza y justicia (que compartían) por alguna razón le daban un pozo de magia aparentemente infinito (con lo que también bromeaba su madre, que también había robado el suministro de magia que le correspondía al mayor); Sans no recuerda verlo cansado ni una sola vez, y a menudo el que se cansaba en las sesiones de entrenamiento era el propio Sans.

"¿qué dijeron?"

"ME AGRADECIERON MUCHÍSIMO PORQUE AHORA PUEDEN MOSTRARLE A SUS PADRES LO MUCHO QUE MEJORARON."

Aveces siente no es ni será suficiente para el niño, no él solo.

"genial hermano, eres genial, ayudando a todos rus compañeros. ¿te aseguraste de que no se lastimaran con sus balas?"

Y es que, aveces su hermano era tan ajeno como astuto, teniendo que recordarle cosas que para cualquier otro monstruo serían normales.
A este punto, Sans ya no puede discernir qué es su culpa por una cria za deficiente y qué es puramente su hermano.

"¡SÍ! HABÍA UNA NIÑA QUE LO HIZO INCLUSO MÁS RÁPIDO QUE YO Y COMENZO A RETAR A UN DUELO A CUALQUIERA QUE VIERA! OBVIAMENTE LE DIJE QUE ERA PELIGROSO JUGAR CON NUESTROS ATAQUES SIN SUPERVISORES Y PERMISO!"

"genial. quiero ser como tú cuando crezca."

Notes:

HOLA!
PERDONENME POR LA DEMORA, PERO EL DOMINGO TENGO QUE HACER MI EXÁMEN DE INGRESO A LA UNIVERSIDAD Y HE ESTADO ESTUDIANDO MUCHÍSIMO!!!!!
detesto matemáticas y física con mi vida!!!!!!
planeo recompensarlos con un capítulo largo con ellos tres tonteando por ahí....
AH Y SÍ, LOS HC!!!!
Bien, aquí, los monstruos tienen rasgos de alma, obviamente, que aveces se relacionan con magia de colores (no siempre, no es absolutamente necesario, la magia de colores es como un bote de magia etiquetado con color pq funciona de cierta forma)
PERO DEBIDO A QUE, POR LO REGULAR, UN ESQUELETO ES NUY POCO EXPRESIVO, evolucionaron para poder reflejarse e interpretar a otros!!!
Hay otras especies de monstruos que pueden hacerlo, claro
Pero los esqueletos pueden sentir a un nivel moderado el ánimo de otras almas cercanas, también son capaces de identificar la marca mágica de ciertos monstruos, así como que sus rasgos de alma se muestran más claramente en sus almas (una coloración literal) y se reflejan en la forma que manifiestan su magia (el brillo de la magia de sans, está usando magia azúl, si, pero su magia sigue siendo cían y amarilla) o cuando vemos su ojito brillante e el juego!
Quiero que en él sea más evidente que en Pap, ya que el niño es mucho más expresivo que su hermano!

 

MUCHÍSIMAS GRACIAS POR LEER ESTA BARBARIDAD!!!!!
y por cierto, aveces subo dibujos en @nopalillo en tumblr!!!
También tengo un tiktok y eso pero mhe
Pst
Gaster tiene los rasgos de perseverancia y confianza!!!!
No olvides de decirme lo que piensas sobre esto!!!!!

Chapter 8: Sobres

Summary:

"Tu alma me lo dice. Eres culpable, tu alma está rota; eres insalvable."

Notes:

(See the end of the chapter for notes.)

Chapter Text

"gaster, ven un momento."

Hay sorpresa en sus ojos, una sorpresa que a Sans le gusta muchísimo obtener del hombre más alto, quién se da la vuelta en el pasillo desolado y brillante donde ambos están parados.
Últimamente, Sans parece haber desarrollado una habilidad para encontrarlo sin esfuerzo.
Gaster no sabe si estar alarmado o halagado.

"¿Qué necesitas?"

El científico jefe ve a su subordinado hurgar en su bolsillo, generando un boletín pequeñito de cartoncillo con un diseño alegre y colorido junto a un sobre bastante profesional y llamativo. Reconoce la insignia de la escuela principal del Capitolio.

Con curiosidad, Gaster los retira de las falanges blancas y afiladas que la sostienen, acercándola a su cara para poder leerla, habiendo convocado unas manos extras para abrir el sobre y también ponerlo a la altura del otro.
Tiene buena vista, solo es un payaso.

"¿Una...entrada y permiso para la escuela del Capitolio?"

Le pregunta algo inseguro, es bastante raro.
Sans solo le asiente con esa cara aburrida suya, metiendo las manos en su prenda del día; una chamarra verde tóxico con caritas felices amarillas por todos lados.
Es horrorosa.

"pap quiere que vayas a su evento este...viernes creo que era. no me dijo que vamos a hacer, pero quiso invitarte."

Y él se siente halagado.
Ninguno de los dos interactuó mucho, pero...era lindo saber que le agradaba al niño.
Ahora, el mayor no parecía ni disgustado ni complacido con la situación. Normal, con su cara aburrida que siempre tenía en el laboratorio.

"piénsalo. mándame un mensaje o algo cuando decidas, o nomás aparece."

Y con ello, el enano se va. Como es su costumbre, sin despedirse durante horario de trabajo, yéndose a hacer sabrá Dios qué.

Gaster lo piensa, retomando su camino y abriendo su gabán para meter los documentos en las bolsas internas de la prenda negra.

¿Debe ir?
No tiene mucho tiempo ni para si mismo, y casi no han avanzado los blasters con la nueva sugerencia de Sans sobre todo el caos temporal que le parece divertido y sus connotaciones con el vacío que descubrió. Además, siguen trabajando en la versión más grande del extractor.

¿Papyrus se pondrá triste si no asiste?
¿Sans lo odiará o nacerá un pequeño zarcillo de rencor en su alma por haber lastimado al niño?

Por otro lado...
Nunca salía, y al único que podía considerar un amigo en toda regla era el Rey esponjoso que tenía tanto tiempo como maldad en su alma.

Y ahora este niño trata de incluirlo en sus actividades escolares.
¿De verdad dirá que no?

No.
No va a decepcionarlo.

Con eso en mente, se dirige a su oficina, comprometido a terminar la montaña de papeles que ha estado posponiendo.

"hey, vengo a pedirte permiso para el viernes."

Sans le dice, parado en medio de su oficina sin ser invitado.
Ya no toca la puerta, y eso podría traerle problemas. Gaster está tranquilo de que sus otros colegas no sigan los pasos del esqueleto pequeño.

"Ah, Sans...claro, dame eso"

Es así que estira su mano, alarmado cuando una hojita aparece repentinamente sobre su palma. Toma la hoja y la pone en la pila de papeles, ya firmada.
Sans se ríe bajito, con esa voz profunda y acentuada suya, sin pronunciar un gracias y ya volteando el cuerpo para irse. Gaster levanta una mano invocada que toma el borde de la gorra de su chamarra, jalando la tela un poquito.

Sans ni se sorprende ni se inmuta.

"¿Vas a entregarle un permiso a Asgore?"

Es decir, el Rey era el jefe directo del Juez.
Tenía sentido.
Y Sans, muy a menudo, seguía escapándose a horarios extraños regresando en tiempos extraños sin aviso, a menudo dejando a la gente hablando sola.
Su elemento era la justicia, la paciencia. Era justo que esperara la misma paciencia que tenía con los demás.

¿No sé decía que la justicia jamás descansaba?
Ajetreado a todos lados, seguía trabajando directamente bajo la capa del Rey.

"obvio microbio, ¿por qué?"

"Quería saber si podrías llevarme. Es un camino bastante largo de Hotland hasta el Castillo."

Y sí.
Sans ha malcriado a Gaster, quien ahora disfruta de los atajos más que nada y se ha vuelto un flojo, pues debido a las horas tardías a las que abandonan el laboratorio, se ha hecho costumbre dejarlo frente a su casa.

"sí, pero tendrás que esperar si te vas conmigo. tengo deberes de juez."

A Windings no le importaría mucho esperar.
Es decir, tal vez podría verlo enjuiciar a alguien.
O solo...estar cerca.

"No importa, solo avísame."

Y con esa horrible sonrisa suya Sans se voltea de cuerpo, inclinándose burlón como el bufón y payaso que es.

"iba a irme ya."

Gaster no se sorprende en absoluto. Y en lugar de la confusión que antes tenía todo el santísimo tiempo, sonríe con la misma confianza que Sans y pone a su lado con una firmeza fingida, doblándose para alcanzar la manita del otro.

"Estoy listo."

Raro.
Es decir, él, habiendo participado en la guerra y habiendo vivido durante varios años antes de que siquiera estallara, se consideraba bastante versado en cuanto a rareza se tratara.

Mentira vil.
Sans le sonríe aún más, a tal grado que las cuencas se elevan hacia arriba y sus pupilas se vuelven ligeramente más grandes y brillantes, perladas.
¿Tal vez le gusta muchísimo que el científico normalmente bien portado comience a tomar su mala influencia?
¡Tan malo para un juez!

Es así que los dos desaparecen, aterrizando a salvo en la habitación antes del Salón del Juicio. Sans se voltea, su mirar ha cambiado y ahora es severo, cauteloso y cuidadoso como esas ocasiones antes de tomarlo en su equipo y conocer a su bebé.

"no puedo llevarte a la sala del trono aún, tendrás que esperar a que termine, puedes ver algo de lo que pasa dentro en una cámara escondida justo al frente de las escaleras, solo camina hacia allá. no te acerques a mucho y no hagas ningún ruido."

Y se va sin más.
Ah, estrellas. ¿Cuándo se volvió lo suficientemente osado para desaparecer frente suya? Y aún con el lujo de ello, Gaster seguía sin lograr verlo por completo.

Él obedece, moviéndose casi de inmediato para buscar la dichosa cámara oculta, y cuando la halla, termina cerrando el mecanismo del otro lado.
Y luce bonito, pero definitivamente distinto de la estética del Salón del Juicio y el resto del Castillo. Está hecho de hormigón negro y blanco con un espacio reducido, solo con una sillita; una puerta compacta y un mini armario embutido a un lado, y aunque realmente no tiene idea de como (se la hace, pero no puede confirmar nada hasta estudiarlo y comprenderlo en su totalidad) hay una consola que muestra el pasillo dorado en tiempo real.

Es ahí que varios guardias corpulentos llegan, arrastrando a un monstruo cuya especie Gaster no logra discernir; el mismo tiene las manos llenas de polvo y restos de magia colorida que, por muy obvias razones no se mezcla, creando un retorcido arcoiris a lo largo de lo que parece ser pelaje y su ropa.

Está encadenado a grilletes, y aunque Windings no sabe muchísimo del código penal de su reino, sabe que solo están reservados a lo peor; muy similares en cierta forma a las penas de muerte que ha escuchado los humanos tienen.
Ah, pero no es eso solo, sino que también tiene las manos atadas con esposas mágicas, lo que no es bonito en absoluto.

Por un momento, no sabe si es la pantalla fallando o un error de conexión con lo que sea permita la transmisión, pero hay un parpadeo negro que dura un par de segundos.

Cuando vuelve a la normalidad, las luces del sitio han cambiado; el ambiente ha cambiado y las sombras presentes en todo el lugar se han retorcido hasta parecer teticas, aterradoras y amenazantes, como las sombras que protegerán al cazador, pero que únicamente te permitirán ver sus ojos y garras y colmillos con los que te destrozará. Una pequeña misericordia de aviso.

El tipo parece burlarse en principio, con el hocico estirado en un respingo disgustado que se esfuerza en esconder el encogimiento asustado de su cuerpo.

Y Gaster se mueve, buscando con la mirada al Juez en cuanto nota el cambio. No sabe cuanto control tiene el pequeño con su magia, no sabe qué tipos de magia puede controlar, no en su totalidad, pero no desperdicia una oportunidad tan única.

Y aunque no lo encuentra, las esposas y cadenas se sueltan con el suspiro del viento. El bandido se da la vuelta, aunque ambos; espectador y protagonista lo saben, las grandes puertas doradas además de las del Trono han sido arrastradas para cerrarse en una composición casi hermética.

El tipo suelta un resoplido gigante para moverse hacia el frente, interesado en la composición cubierta de dorada ornamenta.

Es así que lo ve.

De detrás de uno de los enormes y gruesos y altos pilares se asoma, llamando al tipo con un silbido y tarareos tranquilos mientras se desplaza con el paso más lento y perezoso que Gaster ha visto en su vida entera, pero que rebosa de una autoridad e intimidación que nunca lo ha visto expresar. Que le recuerda muchísimo al Rey durante la guerra, cuando sus ojos se nublaron con dolor y tristeza de liderar una defensiva en una guerra que no quería, que dañaba su alma.

"¿Quién eres tú?"

Espeta el tipo, petulante, enderezado a toda su altura con un aire de altivez, como si estuviera a punto de lanzarse contra la figura enana que corona el pasillo envuelto en sombras que no deberían de estar aplicadas donde lo están.

"Siéntate."

La voz que reconoce como Sans ordena, y el tipo se cae al suelo de inmediato, sin lucir complacido en absoluto.
Aunque no es la fuente habitual de Cómic, no le es difícil a Gaster identificarla como MS Mincho, la fuente secundaria del esqueleto que suena aún más profunda, con bordes afilados en veneno que coinciden con el tipo de fuente que es.

"Lebia, habitante de New Home, a las afueras del primer sector."

Hay otro parpadeo, la entidad enana se acerca un par de losetas más.

"¿Te arrepientes de la magia en tus manos?"

Lebia, como ha descubierto Gaster, se ríe. Estruendo que pretende seguridad, pero sí se burla. Esa parte es de verdad.

"¿Te asusta, enanito? ¿Tú eres el Juez del gordo cabrón? Mejor nada."

Y suena más petulante que antes, como un niño que se esfuerza por hacer enfadar a sus profesores con tal de ver una reacción.
Él no consigue una de Sans.

"Has sido acusado de cinco crímenes agravados en primer grado. Infanticidio, homicidio, acoso y allanamiento de propiedad privada."

La sonrisa del tipo se desvanece.
Sans se ríe, profundo y bajito de barítono, pero no es como Gaster se ha acostumbrado. Es hueco, muerto, rencoroso.
Mordaz. Resignado.

"Tu alma me lo dice. Eres culpable, tu alma está rota; eres insalvable."

Parece ser que el agarre que sostiene al tipo se desvanece, porque carga en contra del enano, que no se mueve.
Un hueso azul emerge del suelo con un crujido estremecedor, desgarrando el cuerpo de Lebia cuando no tiene los reflejos ni rapidez suficientes para detenerse antes de chocar. El sonido viscoso de la magia derramándose es asqueroso. El suave repiqueteo del polvo al suelo es insoportable.
Por alguna razón, el polvo de monstruo siempre es tan pesado como el plomo al caer.
El daño no cesa incluso cuando el contacto con el hueso termina. Pero no es un daño masivo.

Y vaya, el tipo está furioso.
No solo el esqueleto bajito no se ha movido ni una pulgada, sino que el golpe siquiera lo derriba. Ha sido una burla, cuanto menos.
Están jugando con él.

"No mereces misericordia. No la mereces después de haberla negado a esa familia. La libertad será un regalo tanto como la muerte."

Lebia parece no estar de humor, cargando de nuevo contra el esqueleto con pura fuerza de voluntad y rabia.

Un rugido horrendo, aterrador y estruendoso como una armada se hace presente. Un rugido, el de una bestia furiosa y hambrienta.

Son los Blaster en los que han estado trabajando.
Una cabeza de dragón. Flota en el aire con cuencas vacías, cuernos retorcidos y dientes afilados hacia afuera, con la estructura ósea de la mandíbula que se tuerce en un arco hacia arriba, le da la apariencia de una sonrisa cruel.

Todavía es defectuosa, lo puede ver con el esfuerzo que Sans hace por comandarla y el temblor expectante en la quijada cuando se abre y el plasma se arremolina en el centro con un resplandor que oscila en azúl y amarillo. Este último es el dominante.

Es la beta que habían estado perfeccionando. Los dos. Pero que no alcanzaron a probar en la sala segura cuando Sans anunció que debía irse.
Luego, cuando el enano intentó apartarlo para decirle algo, nunca tuvo el tiempo para escuchar. Le gusta pensar que le quería advertir el éxito del experimento.

El tipo desfallece en terror, encogiéndose en medio de su movimiento para tropezar consigo mismo, aterrizando duramente en las losetas doradas.

"Puedo devolverte el sufrimiento que le diste a ellos."

Es así que huesos azules lo atraviesan, en zonas donde será más doloroso que mortal, y el tipo se queda quieto, respirando fuerte en terror, incredulidad y asombro.

Gaster puede decir que por el brillo opaco del plasma y las potencias que admitieron en el experimento, el daño que hará será poco. Como un cuchillo sin filo que se frota con fuerza sobre tu piel. Doloroso y lento.
Es lo que depara a este tipo.

Y es justo.

Y es más de lo Gaster soporta ver cuando la pantalla se llena de gritos y gruñidos y rugidos cuando el plasma se dispara, brillante e imparable.

Sans no se detiene hasta que el tipo se evapora.
Fueron minutos tortuosos. Porque el Juez de aseguró de no usar tanto para matarlo de inmediato.
Solo causó dolor, evidenciado por los gemidos que persistieron cuando el rayo fue disminuyendo y la mandíbula de la bestia se fue cerrando con un chasquido hueco.

El Juicio termina con el veredicto de muerte.

Sans se aparece detrás suya con un sonrisa jovial, estirándose.

"listo g, vámonos."

"¡Oh, está bien, ustedes dos! Claro que tienen mi permiso, tengan muchísima diversión. Sans, saluda a Papyrus por favor."

Asgore prácticamente salta, aceptando los dos papeles de ambos esqueletos, con su sonrisa amable y ojos sangrantes de amor y comprensión y ternura.

No los retiene más, pero despide a Gaster para hablar un rato con el enano a solas. Sans regresa con una sonrisa torcida poco después, reuniéndose frente al elevador donde Windings lo esperaba.

"¿Cuánto tiempo llevas usando los cañones?"

Le suelta de inmediato, con curiosidad y un poco de reproche.

"ah, es la primera vez que los uso en combate."

Es rápido y seguro, pero entonces, ¿cómo aprendió a usarlos?

"practiqué un poquito por capricho en el laboratorio mientras preparaban instrumental."

Ah, muy directo entonces.
¿Esque los dos esqueletos de Snowdin tienen habilidades de telepatía?

"¿Haz notado algo con ellos? Cuéntame tu experiencia."

Gaster dice, la ilusión grabada profundamente en las cuencas, mirando intensa y atentamente al enanito.

"son algo difíciles de manejar, se sientes pesados. ah, y también tardan en responder y la potencia máxima sigue siendo bajísima."

Sans le ofrece, moviéndose para comenzar a salir del ascensor mientras mira al mayor.

"nos vemos g."

Notes:

HOLA, PERDÓN PERDÓN PERDÓN POR TARDAR TANTO YO LOS QUIERO MUCHÍSIMO!!
JURO QUE EL CAPITULO LARGO FELIZ VENDRÁ, SOLO DÉJENME RECUPERARME
es decir, hace un mes creo, mi obsesión con transformers regresó, más fuerte que nunca, y dudo ue esta vez se vaya
Y también descubrí como hacer animatics, por lo que ideas han estado hirviendo en mi cabeza Y ESTOY LEYENDO EXODUS, entonces soy un torbellino de ideas y no sé que hacer primero(si a alguien de aquí le gusta Transformers también, puede que quieran estarse atentos pq tengo 3 ideas para 3 fics distintos, cabe destacar q se basan en bombo pq lo quiero mucho) Y ESO, no sé ni que hacer primero y mi graduación será pronto entonces también estoy haciendo arreglos, AH Y SE HA ESTADO INUNDANDO MUCHO POR MI CASA ENTONCES,,,
Los quiero mucho!!!!

Notes:

En mi cabeza era gracioso
Una vez más, como es mi costumbre, no edité nada
Siéntase libre de comentar lo que es o señalar alguna falla c:
Nótese que inventé los nombres sin siquiera pensar en si tenían sentido o se escuchaban bien!
También estaba pensando en si juntarlo con un pequeño fic en el que he estado trabajando....