Work Text:
Lun nov. 30, 2020.
12:15 A.M.
Ausente en noviembre
Es el mes Santo, cuando las nubes más arropan la luz.
Aquella emitiendo bajo el mesón, resalta lo risueño en su semblante, matando la contraria ausencia en plenitud.
Él, discreto, gusta que su risa nuevamente la haga enmudecer;
porque a pesar de ser la primera vez, ella con su silencio lo llena de placer.
Es el mes Santo, cuando los ocasos más prematuros estén.
Breves períodos o una eternidad, ambos reflejan a ella y sus mejillas con la última inocencia ardiendo en un vaivén.
En vista de lo acontecido, el risueño abraza los ajenos nudillos para transmitir confianza, calmarla de su eterno nerviosismo;
pero la respuesta de ella es nada, únicamente, aunque dejándose guiar por las suaves caricias plenas de intimismo.
Es el mes santo, cuando apagadas permanecen las temperaturas.
Orgulloso hombre que le gusta una sosegada apariencia, esparciendo por obra rara enésimas auras.
Pesimista mujer que anhela una escasa dignidad, alevilla en zureo;
los dos pintorescos entre sí, compitiendo por una mirada, una sonrisa, un cielo con hojas danzando al ritmo del venteo.
Es el mes Santo, cuando los pigmentos opacos se rehúsan a morir.
Citando a lo mismo, la que carga la ausencia, ignora en una inane desesperanza al risueño en partir.
Ella en silencio, escucha remotamente una intocable voz, capaz de volar su mirada;
y delicadamente, él reduce la distancia, cerrando un beso, el inicio de una llamarada.
— Fabiana
