Archive of Our Own ^beta

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Cosas que Cordelia Euphemia Potter desea:

*Un apuesto esposo de buena posición social y económica.

*Siempre lucir bonita para conseguir un buen esposo.

*Lindos bebés a los cuales cuidar.

*Una bonita casa y un extenso jardín para cultivar sus flores favoritas.

*Una biblioteca llena de libros románticos. No fantasía, suelen ser exagerados.

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𝑳𝒂𝒅𝒚 𝑪𝒐𝒓𝒅𝒆𝒍𝒊𝒂 𝑷𝒐𝒕𝒕𝒆𝒓

Petunia Dursley estaba complacida con su sobrina. Años de formación y educación dieron sus frutos al saber que el mayor sueño de su sobrina Cordelia es ser una esposa ejemplar y una perfecta madre. Y el hecho de que sea una bruja no interfiere con los planos que había diseñado para la niña. 

Después de todo, Lily había logrado sacarse con un mago de familia noble, así que Cordelia no sería la excepción, incluso supere a Lily en conseguir un mago mejor educado que el revoltoso de James Potter. 

Petunia Dursley había moldeado a una perfecta señorita.

【Ｃａｓｔ】

Amybeth McNulty — ℂ𝕠𝕣𝕕𝕖𝕝𝕚𝕒 ℙ𝕠𝕥𝕥𝕖𝕣

"¿A que edad las brujas empiezan a recibir prospectos de matrimonios? Necesito saber para comenzar a preparar mi ajuar de bodas"

Lucas Jade Zuman — 𝕋𝕙𝕖𝕠𝕕𝕠𝕣𝕖 ℕ𝕠𝕥𝕥

"Zabini ya puso sus cartas. Malfoy tiene una ligera ventana. Pero viéndolo del lado positivo, los Weasley no están en el juego, mejor para mí".

Emma Watson— ℍ𝕖𝕣𝕞𝕚𝕠𝕟𝕖 𝔾𝕣𝕒𝕟𝕘𝕖𝕣

"Cordelia es como Lydia Bennet, ansiosa de buscar esposo. Al menos Cordelia no es una boba coqueta".

Hailee Steinfeld — 𝔼𝕠𝕨𝕪𝕟 𝔽𝕣𝕒𝕤𝕖𝕣

"Mi lealtad está hacía Cordelia, es como mi hermana. Así que ten cuidado porque tengo una daga y pienso usarla"

Sophie Nélisse — 𝔻𝕒𝕡𝕙𝕟𝕖 𝔾𝕣𝕖𝕖𝕟𝕘𝕣𝕒𝕤𝕤

"Como dice Cordelia, la cortesía y la belleza son el arma de una mujer"

Anna Popplewell — ℙ𝕒𝕟𝕤𝕪 ℙ𝕒𝕣𝕜𝕚𝕟𝕤𝕠𝕟

"¿Acaso estas celoso que ese francés este cortejando a Delia, Nott? Tienes razón, no me cae bien."

Nicole Kidman: ℕ𝕒𝕣𝕔𝕚𝕤𝕤𝕒

"¿Sería muy egoísta desear a Cordelia como nuera? Después de todo, yo la acogí como mi pupila"

Cillian Murphy — 𝕃𝕠𝕣𝕕 𝕍𝕠𝕝𝕕𝕖𝕞𝕠𝕣𝕥

"Si la niña no quiere luchar para Dumbledore, mejor para mí"

♥ Lista de reproducción ♥

♪  Yo y mi esposo; Mitski

"Pero cuando él entra, me siento amada"

♪ Dieta Mountain Dew, versión Demo;  Lana del Rey.

"Ambos sabemos para que estamos aqui. Ahorramos bastante tiempo"

♪ Torna a casa; Måneskin

"Una lágrima salada moja mis mejillas, mientras ella acaricia mi cara suavemente con sus manos"

♪ El muchacho de los ojos tristes; Jeanette. 

"El muchacho de los tristes, vive solo y necesita amor"

♪ 1+1= 2 enamorados; Luis Miguel

"Al soñar vamos poco a poco, encerrando al mundo entre las manos"

♪ Just the two us ; Grover Washington Jr. 

"Solo nosotros dos, construyendo castillos en el cielos, solo nosotros dos. Tu y yo"

[ADVERTENCIA]

Si son simpatizantes de la orden y de Dumbledore este libro no es para ustedes. Este libro explorará el mundo y la sociedad sangre pura, por lo que tendrán una fuerte influencia de época, incluyendo el compartimiento social junto a sus estándares sociales. 

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Cordelia terminaba de ajustarse el listón color azul bebé en su pelirrojo cabello, se aseguró de que ningún mechón estuviera fuera de lugar.

Cordelia Potter miró por la ventana para respirar un poco de aire fresco y se encontró con la chica Smith del número 7 de Privet Drive, una chica de 19 años salir de su auto toda despeinada, con el rímel corrido y el labial rojo desgastado.

También noto que su escandaloso vestido lleno de lentejuelas estaba mal ajustado y tenía los tacones en su mano derecha mientras que la izquierda tenía sus llaves.

Cordelia arrugó la nariz al darse cuenta de que regresaba de una fiesta.

—De seguro bebió hasta caerse desmayada— murmuró con cierto disgusto ante la falta de decencia de la chica.

Ninguna chica respetable debería andar en la calle a tales horas.

Cordelia entró nuevamente su cabeza su cuarto. Ya había iniciado el verano y las clases culminaron, emocionada guardo debajo de su cama los textos y libretas que había usado en la clase. Al fin la primaria se acabó.

Sus tíos habían facilitado que Cordelia estudiara en Benenden School, ya que ella había conseguido media beca gracias a sus notas académicas y la recomendación de la señora Dawn (una ex maestra de música en  Benenden)

Continuaría su formación en ese internado para luego acceder a una buena universidad. Según la señora Dawn, en la universidad podría conseguir un buen marido, cosa que la entusiasmaba.

No importaba si no terminaba de graduarse en lo que sea que vaya a estudiar, su meta era estar casada antes de los 25.

Dios, que horror sería acabar como tía Marge. Soltera y rodeada de perros pugs que babeaban todo a su paso.

Como era verano, podría dedicar su tiempo a perfeccionar su bordado o seguir pintando. Tía Petunia la había inscrito a un sin número de cursos para que se formara como una señorita educada. Tal vez en Benenden podría aprender francés y mejorar con piano forte.

Cordelia miró al reloj, ya tocaba hacer el desayuno.

Encendió la radio y comenzó.

Mientras el programa de radio habla de las últimas noticias puso la tetera al fuego, empezó a batir los huevos, calentar el pan, a freír el tocino.

Tío Vernon y Dudley desayunaban su desayuno inglés completo y mientras que tía Petunia y ella preferían un par de tostadas acompañadas de té o leche tibia endulzada con algo de miel.

—... y al fin lograron recuperar a la boa que había escapado del zoológico...— escuchó Cordelia.

Ella recordó el cumpleaños de Dudley. Solo había separado un momento de tía Petunia para observar más de cerca a las serpientes cuando esa amable boa le contó de Brasil.

Y luego. El caos.

El vidrio desapareció de la nada y cuando la serpiente salió de su exhibición, Cordelia se desmayó de la impresión y solo despertó en la zona médica que contaba el lugar con una bolita de algodón empapada de alcohol para qué recuperará la conciencia.

La niña de listón azul sacudió su cabeza para sacar esa experiencia, la pequeña cocina se llenó. Tío Vernon y Dudley se sentaron en sus sillas y al segundo, Cordelia estaba colocando los platos sobre ellos y sirviendo las bebidas. Saludó a tía Petunia y sirvió el té, la leche y las tostadas para ellas. 

Cordelia tomó en silencio, no era apropiado de una señorita que hablará con la boca llena. Cordelia armó su día, lavaría los trastes, revisaría que ninguna de las flores en el jardín se marchitará y después del almuerzo practicaría su bordado. Hace poco la señora Williams le había regalado un viejo catálogo que mostraba patrones de bordados florales.

Cordelia tenía una aburrida falda color beige que pueda dar vida con su bordado.

—Cordelia querida, ve por el correo— dijo Petunia.

—Si tía Petunia— Cordelia se levantó de su silla.

Abrió la puerta y recogió las cartas. Facturas, una postal de tía Marge informando de una leve gripa, la revista de tía Petunia que recibía cada semana (a Cordelia le encantaba la sección de belleza) y una carta para Cordelia.

Decía su nombre en tinta verde, y nombraba su cuarto.

Cordelia escondió la carta dentro de la revista de tía Petunia y se dispuso a recoger la mesa. La cocina debía estar impecable antes del almuerzo. 

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Petunia observó el sobre, ese maldito sobre. Pensó que la magia no había tocado a Cordelia, pero se equivocó, la niña era una bruja.

Petunia bajo el sobre y respiró.

Sus planes debían modificarse, si le negaba la magia a la niña, esos vendrían a su casa a verificar que Cordelia estuviera bien.

Pero pensó, más bien sus recuerdos hicieron un eco al pasado. Lily un verano se había mostrado furiosa mencionando a un Heredero algo idiota y patán. ¿Lestrange era?, bueno eso no importaba.

Lily había dicho que el mundo mágico era como la aristocracia. Había Lores y Ladies, casas antiguas de tiempo de la era Isabelina o Victoriana.

Si no mal recordaba Potter era una de sus casas.

Cordelia era mucho mejor educada que Lily. Tal vez Cordelia logre conseguir un mejor prospecto de esposo en el mundo mágica. Después de todo recordó que los Potter estaban podridos en dinero mágico. (Nadie le informó de la herencia que le pertenecía a su sobrina, pero sabía que en alguna parte del mundo había una bóveda llena de monedas de oro y joyas esperando por su sobrina, y sospechaba que nunca le dijeron por qué no era una bruja)

Petunia hablaría esta noche con Vernon al respecto. 

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Esa tarde tía Petunia y ella fueron al número 7 de Privet Drive al tomar el té con la señora Dawn y las otras señoras del vecindario.

Cordelia estaba familiarizada con el lugar debido a que la señora Dawn era la que le instruía en el piano forte desde que tenía siete. La anciana y las demás señoras alababan a Cordelia y su forma angelical de tocar.

—Abuela— Cordelia alzo la vista para encontrarse con la chica Smith. Tenía el cabello en un desastroso moño y debajo de sus ojos había ojeras oscuras.

—Oh Sammy— dijo la mujer— Tenemos visitas.

—Ah, hola— alzó su mano para luego mirar a su abuela— Abuela, iré al supermercado por cajas, debo terminar de empacar algunas cosas.

—Oh cierto— sonrió la mujer— Pero antes que te vayas, porque no le enseñas tu cuarto a la pequeña Cordelia. De seguro no te llevas algunas cosas como libros o tus viejas muñecas.

—¿Te gustan las Barbies? — preguntó Sammy a Cordelia.

—Si— contestó Cordelia. Cordelia solo tenía una muñeca bebé que llamó Susan.

—Sígueme.

Cordelia se levantó disculpándose con el grupo de señoras para seguir a la chica. El cuarto de Sammy era de paredes violetas y con póster de grupos de grunge. Cordelia sintió que le daba algo al ver ropa en el piso, la cama con varios cosméticos esparcidos sin ningún cuidado, una multitud de vasos y tazas por el escritorio.

¿Cómo podía vivir en ese desorden?

Lo único ordenado era su librero. 

—¡Aquí están! — dijo con alegría sacando una caja del armario. De un movimiento de brazo que pasó por su cama para arrimar todo el maquillaje a la cabecera para poder sentar ella y apoyar la caja. — Ven siéntate, Cordelia.

Cordelia se sentó al borde la cama a la vez que Sammy sacaba las muñecas de su caja. Las Barbies parecían estar bien cuidadas, con el cabello sedoso y con sus bonitos vestidos.

—Son lindas— dijo Cordelia tomando a una Barbie con vestido de novia. La muñeca sonría envuelta en gasa blanca con flores. Ella esperaba tener un vestido de novia si de bonito.

—Todas tuyas— le entregó la caja— Dentro de poco me iré a Edimburgo a estudiar Artes y así que es momento de dejar a la vieja Sam detrás.

Cordelia parpadeó. Tía Petunia había dicho que una señorita solo dejaría su hogar con una linda sortija decorando su mano, no era aceptado que las señoritas vivieran fuera del hogar antes del matrimonio.

Pero Cordelia no comentó nada, una señorita se mantiene en silencio sus pensamientos.

—También esto es para ti— Sam se acercó al librero y tomó dos libros— Algo que una niña saber.

Cordelia dejó la Barbie en su regazo y tomó los libros que le ofrecía Sam.

Una habitación propia y la señora Dalloway de Virginia Woolf. 

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Cordelia era una bruja.

Cordelia ladeo la cabeza con esa extraña carta que tía Petunia le había entregado.

Cordelia era una bruja. No como esas feas brujas llenas de arrugas y verruga con risas horrible.

Mucha gente le decía que era una niña muy bonita.

Sus padres habían sido asesinado en medio de un especie de guerra civil dentro del mundo mágico.

—¿Y como afecta esto mi futuro?— preguntó Cordelia.

—Los planes siguen siendo los mimos— contestó tía Petunia — Tu objetivo es lograr un buen prospecto de matrimonio. La ventaja que había escuchado es que muchos magos de familia que tienen una inmensa fortuna. Así que tu objetivo es atrapar a un chico.

—Si tía Petunia

—Solo concéntrate en destacar como una señorita elegible— le señaló — Eres una dama, no un soldado. Las mujeres deben ser las que mantengan el hogar unido. Busca a un buen partido para tener tu propia familia.

Familia. Cordelia tendría a su anhelada familia.

Un esposo que sea capaz velar por ella y a cambio Cordelia le daría hermosos bebés.

—Escribámosle la respuesta a la profesora McGonagall— dijo tía Petunia. —Ella fue la que acompañó a Lily en su primera visita al callejón.

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Estimada  profesora  McGonagall.

Me complace invitarla a  mi  hogar para solicitar su ayuda con lo respecto a mi visita al Callejón diagon por mi  varita ,   los  respectivos materiales y el  uniforme  adecuado para mi  estadía  en Hogwarts.

Muy  cortésmente.

Cordelia E. Potter.

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Minerva llegó al día siguiente de haber recibido la carta de la pequeña Cordelia. Hace años que no había regresado a Prive Drivet luego de que la pequeña bebé pelirroja llegara en brazos de Hagrid luego de esa fatal noche de Halloween.

Ella respiró y tocó el timbre de la puerta. El día era soleado y ligeramente cálido.

Cuando la puerta se abrió, Minerva casi perdió el aliento.

La bajita niña de cabello pelirrojo le sonrió. Cordelia Potter era casi una copia exacta de Euphemia.

Los mismo rizos rojizos en tono rojo anaranjado, la misma nariz y las mejillas de golondrina.

Excepto por sus ojos. Eran los bonitos ojos de Lily.

—Buenos días— dijo la niña sin perder la sonrisa— Usted debe ser la profesora McGonagall.

—Así es— contesto Minerva recuperando el habla— Un gusto conocerla, señorita Potter.

Cordelia se movió un poco del marco de la puerta y con elegante gesto le indicó que entrará. Con la misma sonrisa le indico el camino hacia la sala donde una mujer rubia y de sus huesos delgados estaba esperando.

Minerva rápidamente la reconoció como la hermana de Lily. La última vez que la vio fue en la boda de James y Lily.

En la mesita del centro había tres tazas de té con diversos postres muy bonitos decorados en forma de flor.

—¿Desea con miel o con azúcar, profesora McGonagall?— preguntó la señora Dursley.

—Azúcar por favor — contestó Minerva. Observó la postura de Cordelia, recta y parecía tener un buen uso de la etiqueta por la gracia que había tomado la taza.

—Me gustaría que me contara lo que me espera en Hogwarts— pido Cordelia.

—Serán siete años de educación mágica— empezó a contar Minerva — En esos años de educación mágica se le enseñara lo necesario que una bruja deberá saber. Por supuesto se espera, señorita Potter que acate el reglamento de la institución.

—Entiendo —dijo Cordelia antes de tomar un poco de su té.

Luego del té y el repaso de la lista de materiales, llegó el momento de dirigirse al callejón Diagon. Minerva notó que el cabello de Cordelia estaba suelto y dudo de su hablar del código que había en la sociedad mágica ( dominada especialmente por sangre puras y New Bloods)

—Le recomiendo, señorita Potter— dijo Minerva llamando la atención de la niña — Que se recogiera el cabello.

—¿Por qué?—preguntó la señora Dursley

—Las brujas tienden a guardar magia en su cabellera por lo que siempre lo mantienen sujetado en trenzas o redecillas —empezó a explicar Minerva —Ademas, solo el esposo de una bruja tienen el derecho de ver el cabello de una bruja suelto.

Minerva recordó con cariño a su difunto esposo y como él solía cepillarle el cabello en las noches.

Hizo una nota mental de preguntar a los duendes por el cepillo de sangre y magia de los Potter, que probablemente este en las bóvedas familiares.

La niña asintió con la cabeza y se dirigió a su habitación para recogerse el cabello. Luego de algunos minutos regreso con su cabello trenzado en una corona enroscada con una cinta que hacia juego con su vestido color celeste pastel.

Un completo encanto era Cordelia Potter si alguien le preguntará

—¿Lista señorita Potter?— preguntó Minerva

—Totalmente lista— respondió Cordelia.

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El Caldero Chorreante no era nada impresiónate, pero el Callejón Diagon si.

Cordelia podía sentir la magia fluir por sus dedos cuando puso un pie en el lugar. Se mantuvo a lado de la profesora McGonagall en todo momento

El banco era impresiónate y algo aterrador por las criaturas que lo administraban.

La profesora le presentó su llave y uno de los duendes las condujo hasta una bóveda.

Cordelia se contuvo en abrir la boca cuando le presentaron sus bóveda.

Montones de monedas de oro y plata se apilaban de manera ordenada en numerosas filas que apenas pudo contar.

Así de adinerada se debía sentir Emma Woodhouse.

La profesora le explicó lo básico sobre el sistema financiero del mundo mágico y Cordelia guardó un puñado de Galeones, Snickles y Knuts en su bolsito.

—¿Los Potter no tiene joyas?— preguntó interesada Cordelia.

—Las joyas de las Damas Potter— explicó el duende— Hay varias piezas que a lo largo de los años los Lores Potter han mandando a fabricar para sus damas.

— ¿Y donde se encuentran?— volvió a preguntar Cordelia con calma, no quería lucir como una interesada.

—Aquí mismo, pero se le harán entregan de las joyas cuando alcance la mayoría de edad— respondió el duende y Cordelia se contuvo de fruncir el ceño.

¡No podía creer que tendría que esperar años para tener acceso a sus joyas!

—Pero hay ciertas piezas a las que puede tener acceso en este momento si deseada verlas en este momento, Lady Potter—agregó el duende poniendo de mejor humor a Cordelia.

—Estaría encantada de ver esas piezas— sonrió Cordelia.

Dentro de una pequeño cofre había cinco piezas de joyería que Cordelia se enamoró al instante.

La primera era una gargantilla de perlas color gris y en el centro una especie de ópalo negro .

El segundo era un juego de cuatro pasadores de diamantes en flora de lirios.

—Recuerdo estos pasadores— dijo la profesora— James los había mando a hacer para que Lily los usara en su boda.

Cordelia se sintió nostálgica al saber que su padre había mandado a elaborar joyería para su madre el día de su boda.

La tercera pieza era pulsera de oro rosa con relieven en forma de enredadera.

El cuarto era unos zarcillos de oro con un pequeño rubí en cada uno (El rubí era la piedra preciosa que correspondía a su mes de nacimiento)

Y la ultima y la más hermosa en opinión de Cordelia era una redecilla de oro negro con algunos destello de plata para sujetar su cabello.

Cordelia no dudo en llevarse el joyero como un consuelo para apaciguar su espera por las demás joyas que le pertenecían.

Luego de Gringotts fueron por los libros de la lista y Cordelia, por sugerencia de la profesora McGonagall, llevó libros que explicaban la sociedad mágica. Etiqueta, tradiciones, todo lo necesario para que Cordelia brillará en sociedad.

La siguiente parada fue a Madame Malkin donde Cordelia acarició las diversas telas de sedas y tul en diferentes tonos.

Solo se llevó su uniforme pero se enteró que podía mandar a hacer túnicas y vestidos necesarios en cualquier momento.

La visita a Ollivander fue lo más incomodo por el extraño anciano y su forma de hablar.

Cordelia palideció ante la mención del hombre que mató a sus padres y que sus varitas eran hermanas de núcleos.

Lo que animó más a Cordelia fue el obsequio de la profesora McGonagall, una preciosa lechuza blanca como la nieve y de ojos amarillos que se asemejaban al oro.

Lo que quedaba del verano, Cordelia lo invertiría en saber del mundo mágico y como poder brillar socialmente en él.

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Lo que había quedado del verano fue totalmente ocupado para Cordelia.

Entre sus labores domesticas y la lectura de materiales básicos para su ingreso a Hogwarts, Cordelia apenas tenía tiempo para jugar con las Barbies que Sammy Smith le había regalado.

"La sociedad mágica y como encajar en ella" era el libro favorito que Cordelia consiguió en el callejón diagon.

El tema de los estándares que debía seguir una señorita fue el tema que más atención le prestó.

Esa sección estaba marcada por post it y resaltada con plumas de brillitos. (Cordelia había escrito a Gringotts por un traslado de diez galeones a dinero muggle y con ello compro cosas para ella)

Lo primero, Cordelia no estaba tan perdida a lo que etiqueta se refiere. Tenía una buena postura, además en la tranquilidad de su habitación se podía a practicar las protocolaria reverencias dignas de una dama perteneciente a una casa importante.

Segundo. Supo de la importancia del cabello de una bruja, según lo leído, la magia de una bruja se concentra en su cabello. Así que para debilitar a una bruja deberían cortarle el cabello, y bueno, era un crimen cortarle el cabello. Así que un pase a prisión estaba asegurado.

En su visita al callejón diagon se le fue entregado un cepillo de oro con relieves de polillas que había pertenecido a la familia Herondale (la familia de su abuela Euphemia), Cordelia podía sentir la magia vibrar por dedos cuando en las noches se dedicaba a cepillarse el cabello en las noches mientras susurraba plegarias a la Madre Magia.

Aquellas plegarias venían un pequeño libro acerca de las tradiciones. Al parecer era común que las brujas jóvenes pidieran bendiciones a la Madre Magia mientras almacenaban magia en sus cabello.

Madre Magia, permíteme  que   cuando  crezca sea una  mujer  bella.

Madre Magia,  dame  sabiduría.

Madre  Magia, guía hacia el amor.

Madre Magia, bríndame felicidad.

El cabello suelto era un tabú para las damas mágicas. Así que cuando la niña alcanzaba cierta edad, casi siempre diez u once, empezaba a llevar el cabello recogido.

Así que Cordelia hizo un álbum con varios recortes de revistas que enseñaban a una misma a como hacerse diferentes recogido.

Parte de su tiempo se dedicaba a practicar sus peinados. Trenzas, enroscados sencillos y otro más complicados. Cordelia se compró una infinidad de lazos y listos bonitos, pasadores transparentes, broches de flores y de mariposas. Incluso fue un paso más a allá y consiguió de esas "donas" para ayudar con el volumen del cabello.

Tercero. Las jovencitas y damas usaban guantes todo el tiempo (menos en la intimidad del hogar y en la presencia de esposo e hijos), así que nuevamente soltó varias libras en la compra de muchos guantes de encaje (negro, gris, blanco y diversos colores) o los había elaborado a partir de viejos vestidos o faldas que ya no le quedaban y la tela era preciosa.

Así que la última noche de agosto, Cordelia había empacado todo con sumo cuidado. Dejo la ropa que utilizaría al día siguiente. Alimento a su preciosa Hedwig y nuevamente hizo sus plegarias a la Madre Magia mientras se cepillaba el cabello. 

Oh Madre Magia, guíame hacia  mi   destino .

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1 de septiembre llegó y Cordelia no podía contener la emoción.

Se baño, lavó su cara y se empezó a alistarse

Aquella mañana tía Petunia se haría cargo del desayuno mientras Cordelia se preparaba para su viaje.

El conjunto de hoy era una blusa de mangas largas color blanco muy sencilla con el cuello de encaje, la falda era de color verde botella que le llegaba seis dedos por debajo de las rodillas y marcaba su apenas visible cintura con un cinturón de la misma tela y una hebilla circular de plata.

Los zapatos eran unos bajo con apenas un ligero tacón para darle una mejor postura.

Cordelia recogió su cabello en trenza que enroscó hacia atrás y sujeto con varios pasadores. Dejo unos mechones que enmarquen sus mejillas (las cuales peñiscó un poco para dar el efecto de sonrojo)

—Hoy debemos dar una primera buena impresión— se dijo a si misma antes de guardar sus guantes de encaje blanco en su pequeño bolso que colgaba en uno de sus hombros.

Bajó y se encontró con la mirada de aprobación de tía Petunia ante su atuendo. 

Como siempre el desayuno fue silencioso.

Dudley había tenido la gentileza de bajar su baúl hacia la puerta donde estaba esperando el taxi donde la llevaría a ella y a tía Petunia a King Cross.

El taxi hizo una mueca de sorpresa ante la lechuza pero Cordelia sonrió.

El viaje hacia la estación fue silenciosa, Cordelia se aferró a su bolso que contenía sus guantes, Una habitación propia que había sido regalo de Sammy, un pequeño juego de  espejo de mano y peine (hecho de resina transparente con flores dentro) que había sido un regalo de cumpleaños por parte de Dudley y un bálsamo labial con olor a cereza (aquello era el único cosmético permitido para una señorita de su edad)

Cuando llegaron a la estación el corazón de Cordelia latía frenéticamente pero mantuvo su serenidad.

Ya con los guantes puestos empujó el carrito entre el andén 9 y 10.

Cordelia apretó ligeramente el boleto del tren en su mano derecha.

—Llego el momento— dijo tía Petunia con una de sus manos sobre sus hombros. Cordelia se giró para ver a su tía quitarse el collar de perlas que siempre usaba, desde que tenía uso de razón siempre lo había visto decorar su cuello.

Tía Petunia le colocó el collar y Cordelia se sentía abrumada.

—Este collar fue el regalo de bodas que mi padre le dio a mi madre— empezó a decir tía Petunia a la vez que le enroscaba los mechones de sus mejillas para que tuvieran mejor ondulado— Fue mío cuando me comprometí, y ahora te lo doy a ti. Para que tengas algo de los Evans contigo.

—Gracias tía Petunia — dijo Cordelia conmovida ante el presente de su tía —Prometo que cuidaré este collar.

— Es hora de decir adiós — tía Petunia beso su frente— Nos vemos en el verano.

—Hasta el verano— sonrió Cordelia.

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Podía ver desde su compartimento como los padres se despedían afectuosamente de sus hijos y el corazón de Cordelia ardió en celos.

El beso en la frente que le había dado tía Petunia fue cálido, pero no era similar a los reconfortantes abrazos de lo que ella era testigo.

Las lágrimas bajaron por las mejillas sonrojadas de Cordelia imaginando a sus padres despedirse de ella entre abrazos y palabras de alientos.

Rápidamente se secó las lágrimas de sus mejillas y enderezó la postura.

Sacó su espejo de mano para comprobar que no hubiera rastro de su silencioso llanto.

Hedwig estaba a su lado dormido en su jaula.

—¿Disculpa?— Cordelia miró a la chica en el marco de la puerta. —¿Esta ocupado este compartimento?

—"Es de padre muggles"— pensó Cordelia al notar los pantalones de mezclilla, suéter café y zapatos bajos. No tenía el pelo recogido por lo que su encrespado cabello castaño parecía una nube alborotada y tampoco llevaba guantes.

—No, eres bienvenida a acompañarme si gustas— contestó Cordelia señalando el asiento desocupado frente suyo.

—¡Gracias!— sonrió la chica y Cordelia pudo notar que sus dientes eran prominentes, como los de un conejo. Pobre, de seguro una ortodoncia esta en su futuro. La chica se sentó frente a ella y extendió su mano— Hermione Granger.

—Lady Cordelia Potter— aceptó Cordelia el saludo. Hermione abrió sus ojos impresionada.

—¡Leí sobre ti!— su voz chillona hizo levantar a Hedwig.

—Lo se, pero es algo de lo que no me gustaría hablar.

—Lo entiendo— le dio una mirada de disculpa.

El compartimento hubo silencio hasta que Hermione volvió a preguntar.

—¿Por que llevas guantes?

—Es parte del protocolo.

—¿Protocolo?

—Acaso no leíste el libro sobre etiqueta social.— arqueo Cordelia una ceja.

Hermione negó con la cabeza desordenando aun más sus rizos.

—El protocolo que muchas señoritas de familias mágicas deben seguir— explicó Cordelia.

—Bueno, mis padres son muggles— se encogió de hombros Hermione— Así que no debo preocuparme.

—¿Así que no quieres encajar en el mundo mágico?— levantó una ceja Cordelia.

—¡Si quiero encajar —exclamó Hermione decidida.

—¿Has escuchado de los New Bloods*?— siguió el interrogatorio Cordelia y Hermione negó con la cabeza— Bueno, son aquellos nacidos de muggles que siguen la voluntad de la Madre Magia y esta los recompensa volviéndolos un farol para un nuevo legado mágico dejando atrás su pasado muggles.

—¿Tendría que renunciar a mis padres?

—No si tu quieres.— Cordelia miro a los ojos a Hermione y pudo notar determinación en ellos. —Déjame contarte sobre cómo nacieron los New Bloods

"Se cuenta que Salazar Slytherin, mucho antes de unirse a los demás fundadores, había rescatado a un bruja que había estado a punto de ser vendida a un Harem en el medio Oriente. Se dice que la bruja había nacido un pueblo muggle y que siempre oculto sus poderes hasta que cuando tenía 16 años hizo magia accidental y sus padres la vendieron a unos piratas.

Salazar rescató a la bruja y le  enseñó  el  camino  la voluntad de la Madre Magia. Y esta bruja lo  había  seguido religiosamente que un  día  apareció un cepillo de oro y sangre en sus  manos . La mujer  había   dejado   atrás  su  pasado  muggle y se  unió  en matrimonio a  Lord Slytherin. "

—¿No es la historia de amor más encantadora del mundo?— dijo Cordelia con una de sus manos cubierta de encaje sobre su mejillas.

Cuando había leído eso por primera vez se quedó fascinada de la imagen de Lord Slytherin como un caballero de armadura brillante rescatando a una doncella de un destino como esclava.

—Si—asintió con la cabeza Hermione.—¿Crees que pueda llegar a ser una New Blood?

—Por supuesto, puedo ver tus ojos desbordar determinación— sonrío Cordelia.— Como Lady de la casa Potter seré tu apoyo en este camino.

—Muchas gracias, Cordelia.

—De nada— dijo Cordelia sacado el peine de su bolso— Ahora hay que conseguir un poco de agua. No puedo dejarte con ese cabello que parece una nube masacrada.

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Cordelia observó orgullosa el cabello de Hermione.

Con habilidad y un poco de agua logró domar ese cabello grueso y esponjoso en dos trenzas holandesas que se enroscaban de manera armoniosa en su nuca.

—Siento que me aprietan— dijo Hermione a punto de jalarse una de las trenzas.

—Quieta— Cordelia le dio un ligero golpecito en el peine a los dedos de Hermione— No arruinaras mi obra maestra.

Hermione arrugó la nariz, pero se quedó callada. Cordelia pensó seria en algún producto que ayudara al cabello de Hermione.

Cuando pudo sentir la textura del cabello de Hermione notó las puntas abiertas y quebradizas, además que el cabello tenía una apariencia seca y falta de brillo.

Luego de una charla que incluía algunos dulces del carrito. Cordelia controlaba su ingesta de azúcar y Hermione ya estaba a acostumbrada a evitar el azúcar.

Luego llegó el momento de llegar a la estación, amabas se cambiaron en el compartimento dándose la espalda y cerrando las cortinas.

Cordelia guardó sus guantes y volvió a revisar su peinado estuviera parejo y en su lugar.

Dejo su bolso de mano junto a su baúl, en la estación los esperaba un hombre considerablemente alto, con una barba prominente y una risa estruendosa.

—¡No más cinco por bote!— indicó el guardabosques.

Cordelia entrelazó su brazo con el de Hermione dirigiéndose a un bote donde un niño de mejillas redondas y cabello rubio como el maíz miraba preocupado a los lados.

—¿Podemos subir a este bote?— preguntó Hermione.

—Ah... si.. por supuesto— dijo el niño extendiéndoles la mano para ayudarlas a subir al bote.

Primero subió Hermione y luego Cordelia. La pelirroja sonrió, al menos algunos niños se comportan como caballeros, muy al contrario a los amigos de Dudley.

—Hermione Granger, un placer— dijo Mione extendiendo su mano, Cordelia hizo una anotación mental, enseñarle a como saludar.

—Neville Longbottom— aceptó el saludo de Hermione.

—Es un placer conocerlo, Heir Longbottom— saludó Cordelia inclinado la cabeza, recordando la etiqueta. El niño se le quedo viendo el rostro y miró la cicatriz que Cordelia deseaba con ansias poder cubrir con maquillaje.

Aquella estúpida cicatriz en forma de rayo le arruinaba el rostro.

—El placer en mio, Lady Potter— el niño imito su acción. Hermione parpadeó confundida ante el escenario.

El viaje del bote fue emociónate, el cielo nocturno decorado por las estrellas brillantes. El corazón de Cordelia latía fuertemente, la magia le picaban los dedos. Había sensación de hogar en el castillo.

Hermione se arrimó hacia un lado hundiendo su mano en las frías agua del lago mientras que Heir Longbottom se movía nervioso.

Al llegar a el otro lado de la orilla, el semi gigante de nombre Hagrid le tendió el sapo familiar de Heir Longbottom. 

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La profesora McGonagall hizo acto de presencia y Cordelia sonrió tiernamente cuando la vista de la severa profesora se posó en ella por medio minuto.

Cordelia sabía que debía estar bajo la gracia de los maestros. Ellos eran las personas que pavimentarían el camino de Cordelia y lo que ella deseaba conseguir. Solo tenía que esperar a que comenzaran las clases y analizar a cada maestro, tendría que saber a quienes encantar para que fueran aquellos que hablarían bien de ella.

Unas buenas notas, apuntes pulcros y sonrisas encantadoras tendrían que servir.

Abrió bien la puerta. Las paredes de piedra estaban iluminadas con resplandecientes antorchas como las de Gringotts, el techo era tan alto que no se veía y una magnífica escalera de mármol, frente a ellos, conducía a los pisos superiores.

Siguieron a la profesora McGonagall a través de un camino señalado en el suelo de piedra. Cordelia podía oír el ruido de cientos de voces, que salían de un portal situado a la derecha (el resto del colegio debía de estar allí), pero la profesora McGonagall llevó a los de primer año a una pequeña habitación vacía, fuera del vestíbulo. Se reunieron allí, más cerca unos de otros de lo que estaban acostumbrados, mirando con nerviosismo a su alrededor.

La profesora los guío por el corredor, cuatro largas mesas con alumnos ya puestos en ellas. Cordelia enderezó su postura y alzó el mentón, recordó las palabras de tía Petunia de una buena postura y evitar jorobas.

La profesora McGonagall ponía en silencio un taburete de cuatro patas frente a los de primer año. Encima del taburete puso un sombrero puntiagudo de mago. El sombrero estaba remendado, raído y muy sucio. 

Tía Petunia no lo habría admitido en su casa.

Durante unos pocos segundos, se hizo un silencio completo. Entonces el sombrero se movió. Una rasgadura cerca del borde se abrió, ancha como una boca, y el sombrero comenzó a cantar. Fue extraño escuchar cantar a un sombrero, pero para el final Cordelia se sentía más tranquila, solo tenía que ponerse aquel sombrero en la cabeza y listo.

—Voy a matar a Fred— escuchó a un pelirrojo muy pecoso susurrar.

La profesora McGonagall se adelantaba con un gran rollo de pergamino.

—Cuando sean llamados, deberán colocarse el sombrero y sentarse en el taburete para que los seleccionen— dijo— ¡Abbott, Hannah!

Abbott, Bones y Finch-Fletchley fueron a Hufflepuff, Boot y Brocklehurst Ravenclaw, Brown y Finnigan Gryffindor después de que Gregory Goyle fuera a Slytherin la profesora McGonagall llamo a Hermione.

Cordelia apretó la mano de la niña y le brindó una sonrisa cálida, Hermione le devolvió la sonrisa antes de caminar hacia el estrado con la frente en alto y el sombrero fue colocado.

—¡Slytherin! — gritó el sombrero, Hermione se lo quitó y camino con sus dedos aferrándose a sus mangas.

Cuando Heir Longbottom fue llamado se tropezó con el taburete, Cordelia se cubrió su boca con su mano para no reír, pero vio que un niño de cabello rubio plata si lo hizo y frunció el ceño. El sombrero tardó un largo rato en decidirse. Cuando finalmente gritó: ¡GRYFFINDOR!, Heir Longbottom salió corriendo, todavía con el sombrero puesto y tuvo que devolverlo, entre las risas de todos.

Cuando se dijo el apellido Malfoy, el niño rubio se adelantó al oír su nombre y de inmediato obtuvo su deseo: el sombrero apenas tocó su cabeza y gritó: ¡SLYTHERIN!

—Potter Cordelia— llamó la profesora. Cordelia tiró sus hombros para atrás y juntó sus manos frente a ella mientras los murmullos se intensificaron.

Sintió la tela del sombrero posarse en su cabello.

—Mm —dijo una vocecita en su oreja—. Difícil. Muy difícil. Llena de valor, lo veo. Hay talento, oh vaya, sí, y una buena disposición para probarse a sí misma, detectó una fuerte ambición, un camino que quieres conseguir, esto es muy interesante… Entonces, ¿dónde te pondré? -

—Ponme en la casa donde pueda lograr mi objetivo— le demandó al sombrero.

—Suerte, Lady Potter— dijo el sombre ante de gritar: — ¡Slytherin!

Cordelia se quitó el sombrero y notó el comedor estaba silencioso. Había expresiones de desconcierto y miradas de horror. Por la Madre Magia, pareciese como si alguien hubiera pateado a un cachorro.

Miró a Hermione y ella aplaudió, y esto pareció hacer que todos salieran de su desconcierto. La mesa de verde y plata aplaudió fuertemente. Cordelia camino hacia Hermione con la frente en alto.

Cuando se sentó Hermione le tomó la mano por debajo de la mesa y le sonrió.

La selección siguió su rumbo, Cordelia miró a todos a su alrededor, muchas miradas parecían estudiarlas atentamente, ella simplemente también los analizó. Herederos de grandes casas mágicas estaban sentados, y si Cordelia tuviera suerte, algún buen prospecto de matrimonio.

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Hermione se sentía como un conejo siendo observada por un montón de zorros listos para devorarla. La mirada de muchos niños sobre ella la hizo encogerse en su asiento, notó que muchos eran como Cordelia, de familias antiguas mágicas, las niñas tenían el cabello en hermosos recogidos en rizos o trenzas.

Luego del extraño discurso del Director que destacaba la prohibición del pasillo del tercer piso.

—Así que Granger— dijo una niña de cabello negro y lacio sujeto en lindos broches dorados— ¿Eres de padres muggles?— dijo la ultima palabra con cierto tono de pretensión.

— Si— dijo Hermione, ella no se dejaría intimidar. Las palabras de Cordelia de ser una New Blood retumbaron en su mente, ella seria parte del mundo.

Por la Madre Magia que lo haría.

—¿Y que se dedican tus padres, Hermione?— preguntó Cordelia interesada, no habían hablado de sus vidas personales, solo la etiqueta básica.

—Mis padres son cirujanos— contestó Hermione— Papá en neurocirujano y mamá en cirujana de traumas en el Great Ormond Street.

Hermione evitó fruncir el ceño. Era irónico que ellos pasaran más tiempos con otros niños que su propia hija.

—¿Qué es eso?— preguntó Malfoy.

—Se dedican a sanar a las personas— contestó Cordelia de inmediato— Heir Malfoy, ¿verdad?

—Asi es Lady Potter— dijo el niño— Me sorprende que una..... nacida de muggles fuera seleccionada a Slytherin— agregó con burla.

—Cuando tengo un objetivo me aferró a él, Heir Malfoy— contestó Hermione.

—Debió haber sido una sorpresa para ellos cuando le llegó su carta, señorita Granger— dijo una rubia de bonitos ojos azules con el cabello trenzado cerca de su cuello.

—Mucho— contestó Hermione— Pero se adaptaron a la idea de que fuera una bruja. Aun así, sus expectativas sobre mi siguen iguales.

—¿Expectativas?— preguntó un niño de piel morena y ojos lavandas.

—Mis padres son cirujanos de segunda generación, mis abuelos lo fueron igual— contestó Hermione. Era claro que sus padres aspiraran que ella se convirtiera en cirujana en algún futuro— Así que se esperaba que estudiara medicina en la universidad, al parecer ahora las expectativas es que sea sanadora.

—Yo creo que es una profesión noble— intervino Cordelia— El arte de la sanación es un camino para los más preparados.

La cena transcurrió en silencio hasta el momento de dirigirse a los dormitorios. Para su suerte tenía como compañera a Cordelia, la rubia de apellido Greengrass, la pelinegra de apellido Parkinson y una castaña de apellido Davis.

Hermione cerró su cortina ya con su pijama puesta se quitó las trenzas.

Hermione demostraría que tiene lugar en este mundo, ella sería una New Blood. 

Chapter Text

A la mañana siguiente Cordelia se despertó con su Barbie novia sobre su pecho.

En la intimidad de sus cortinas, Cordelia le cepillo el cabello. Esa muñeca fue la única que trajo a Hogwarts para hacerle compañía.

Ya despierta, se cambió a su uniforme y trenzó su cabello en una trenza de espina.

—Oh— dijo Hermione cepillándose su cabello alborotado, ya tenía su uniforme puesto. — ¡Es la Midge del Wedding set del 90!

—¿Una qué?— ladeo confundida Pansy la cabeza. Cordelia sostuvo la muñeca contra su pecho.

—Es una muñeca de las colecciones de Barbie— contestó Hermione como si fuera lo más obvio del mundo.

—¿Barbie? — ahora era Daphne la confundida.

—¿No saben de Barbie? — dijo Cordelia, Pansy y Daphne negaron con la cabeza. Cordelia se mostró sorprendida. —¡Barbie! ¡La muñeca más famosa de la historia!

—Muchas familias mandan a fabricar las muñecas a un artesano— comentó Daphne — Padre para mi sexto cumpleaños mando a fabricar una réplica de nuestra casa, con versiones a escalas del mínimo detalle.

—¡Eso suena encantador! — los ojos de Cordelia se iluminaron. Ella siempre había querido una casa de muñecas, pero eran costosas y no hubieran entrado en su pequeña habitación.

Hermione se trenzado el cabello al estilo francés. Las cuatro salieron de la habitación hacia el comedor para tomar el desayuno.

Ya instaladas, Cordelia llevaba en su bolso algunos bolígrafos de colores llamativos y dos hojas tipo carta.

"Querida tía Petunia.

Quisiera  decirle  que he llegado a Hogwarts e instalado en la casa que fui seleccionada.

Creo que ya hice tres amigas con mucha rapidez. Una de ellas es hija de dos cirujanos, es una  lástima  que no tenga un  hermano  mago, que sin  duda  hubiera  sido  un excelente partido y  de  tu aprobación.

Espero que todos gocen de una salud allá en casa.

Con afecto.

Cordelia"

Cordelia dobló con cuidado su carta, su preciosa Hedwig estaba a su lado mirándola con sus grandes ojos amarillos. 

—Lleva esta carta a casa y entrégasela a tía Petunia— dijo acariciando a su lechuza— A tía Petunia.

La lechuza chilló y salió volando con la carta en su poder. Cordelia guardó sus bolígrafos en su bolso escolar.

Hermione aun seguía hablando de Barbie y porque era tan popular, Daphne y Pansy la escuchaban atentamente a Hermione.

—¿Así que tienes muchas profesiones? — preguntó Pansy. — ¿Y las personas las coleccionan?

—Es que la lanzan dos versiones a veces de la misma muñeca— comentó Hermione endulzando su leche—La versión económica que normalmente van destinadas a niñas pequeñas y las versiones un poco más caras, pero se nota la diferencia en accesorios y vestuario. Además esas normalmente van para colección.

—Escuche que las más antiguas son las más cotizadas— dijo Cordelia. Una lechuza gris pasó sobrevolando por su cabeza. 

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Theo dejó su tostada cuando la su lechuza gris Kronos, dejó un sobre frente suyo antes de marcharse volando devuelta a Donwell House, el hogar de los Nott desde hace más de dos siglos.

Con calma abrió la carta de su abuelo.

"Mi siento complacido que hayas sido seleccionado a Slytherin. Tus padres hubieran estado orgullosos de ti.

T. A. Nott. "

Theo suspiró y guardó la carta en su túnica para seguir desayunando.

—¿Qué dijo tu abuelo? — preguntó Blaise a su lado, frente a él estaba Draco guardando su propia carta.

—Que está complacido de que sea un Slytherin— comentó Theo.

—Para esos nos han criado— dijo Draco con su mirada seria. — ¿Y qué piensan de la sorpresa de anoche?

—¿De lady Potter siendo una Slytherin? — dijo Blaise — ¿O de la sangre sucia en Slytherin?

—Ambas son una sorpresa— contesto Theo — Los padres de Lady Potter eran Gryffindors, así que era natural que ella hubiera sido seleccionada a Gryffindor. Y con lo referente a Granger, acaban de lanzar a un corderito a un nido de serpientes.

Los tres miraron al grupo de niñas. Granger estaba hablando de algo con Pansy y Daphne escuchaban atentamente a que ella decía. Lady Potter llevó su taza de té a sus labios.

La luz que brillaba sobre Lady Potter lograba que su cabello rojo adquiera ciertos toques anaranjados. Theo aparató su mirada rápidamente, sentía caliente sus mejillas.

—Escribiré una carta a madre— comentó Draco— Por años ha tratado de contactarse con Lady Potter.

—¿Lady Malfoy la quiere como pupila? — preguntó Blaise.

—Madre cree que por ser una Black debió haber sido ella la que se encargará de criar a Lady Potter— dijo Draco— Después de todo ella tendrá los asientos de los Black, ya saben, ya que el único Black con el poder de los asientos está en prisión y nombró a su ahijada como heredera-

—Oh, la pobre Lady Potter será el conejo a cazar de muchas damas— río Blaise.

—Que comience la cacería— dijo Theo mirando a la pequeña bruja beber su té. 

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La primera clase del día fue Herbolaria estuvo bien, les toco compartir clase con los Ravenclaw, estuvo bien, la clase fue calmada y sin incidentes. 

La profesora era una mujer amable con una sonrisa enorme, que parecía de aquellas que le gustaban hornear postres y escuchar atentamente a los problemas de otros, escucho de Daphne Greengrass que la bruja era la Jefa de Hufflepuff. 

Cordelia encontró que no se le daba mal la clase, siempre cuidaba del jardín de tía Petunia, así que estaba acostumbrada a la tierra y al aroma de plantas.

Después de Herbolaria siguió Encantamientos impartido por el profesor Flitwick, era un mago diminuto que tenía que subirse a unos cuantos libros para ver por encima de su escritorio. Al comenzar la primera clase, sacó la lista y, cuando llegó al nombre de Cordelia, dio un chillido de excitación y desapareció de la vista.

La profesora McGonagall era la profesora de Transformaciones, y como Cordelia supuso era una mujer estricta les habló en el primer momento en que se sentaron, el día de su primera clase. Cordelia solo debía destacar y lograr que la profesora la tuviera como ejemplo de buen comportamiento.

-Transformaciones es una de las magias más complejas y peligrosas que aprenderéis en Hogwarts —dijo—. Cualquiera que pierda el tiempo en mi clase tendrá que irse y no podrá volver. Ya estáis prevenidos. -

Pronto comenzaron a trabajar con cerillas, después de que la profesora transformara su escritorio en un cerdo y lo regresara a la normalidad, pero se dieron cuenta que pasaría largo tiempo para poder hacer eso.

Al final de la clase Cordelia logro hacer su cerilla plateada y más delgada, Theodore Nott, un chico alto, delgado de cabello castaño, logro darle filo, pero era demasiado ancha.

La profesora McGonagall señalo a Cordelia y Heir Nott que trabajaran en los detalles y les otorgo cinco puntos por su progreso, sonrió feliz por eso.

La única clase que la hacía sentir cansancio y mareada era DCAO, acababa agotada y con un dolor de cabeza que la estorbaba.

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Cordelia estaba preparada. Hoy sería su primera clase de pociones, dos horas con los Gryffindors.

Sabia por alumnos de cursos superiores que el profesor Snape era alguien estricto, así que Cordelia, al igual que con la profesora McGonagall, debía estar bajo la gracia del profesor Snape.

La puerta del aula se abrió y poco a poco los estudiantes entraron, Cordelia tomó a Hermione de la muñeca y la llevó a una mesa al frente del aula.

Cuando el profesor Snape entro con su capa ondeando tras de él, como si el profesor flotara, el aula entera se sumió en silencio.

Snape, como Flitwick, comenzó la clase pasando lista y, como Flitwick, se detuvo ante el nombre de Cordelia.

—Ah, sí —murmuró—. Cordelia Potter. Nuestra "querida"... celebridad-

Las mejillas de Cordelia se calentaron de la vergüenza al ser nombrada así.

—Vosotros estáis aquí para aprender la sutil ciencia y el arte exacto de hacer pociones —comenzó. Hablaba casi en un susurro, pero se le entendía todo. Como la profesora McGonagall, Snape tenía el don de mantener a la clase en silencio, sin ningún esfuerzo—. Aquí habrá muy poco de estúpidos movimientos de varita y muchos de vosotros dudaréis que esto sea magia. No espero que lleguéis a entender la belleza de un caldero hirviendo suavemente, con sus vapores relucientes, el delicado poder de los líquidos que se deslizan a través de las venas humanas, hechizando la mente, engañando los sentidos... Puedo enseñaros cómo embotellar la fama, preparar la gloria, hasta detener la muerte... si sois algo más que los alcornoques a los que habitualmente tengo que enseñar. -

Hermione le apretó la muñeca, temblando, Cordelia apretó la mano a su amiga ligeramente dándole apoyo.

—¡Potter! —Dijo de pronto el profesor Snape—. ¿Qué obtendré si añado polvo de raíces de asfódelo a una infusión de ajenjo? -

—Es... produce un filtro llamado Muerte en vida— contesto Cordelia esperando que su voz no se notará temblorosa.

-Al parecer no dio por sentado que la fama lo es todo, Potter- dijo Snape- Ahora dígame, Potter, ¿Dónde buscaría si le pidiera un bezoar? -

—Normalmente es extraído del estómago de las cabras, aunque un buen maestro de pociones debe tener sus reservas en sus kits de trabajos— contesto Cordelia con más confianza.

Snape casi, casi, sonríe.

—¿Para qué sirve un bezoar? — dijo el profesor en tono sedoso hacia ella.

—Para la mayoría de los venenos, sirve como un poderoso antídoto, señor— dijo Cordelia con seguridad

—Quince puntos para Slytherin— dijo el profesor, Cordelia volteo su rostro a Hermione quien le sonría.

El resto de la clase fue un desastre para los Gryffindors, Finnigan consiguió incendiar su caldero ocasionando que él y Thomas terminaran en la enfermería. Heir Longbottom y su poción olían a verduras a punto de descomponer, Hermione consiguió terminar su poción. 

Cordelia hizo su poción perfectamente lo que consiguió hacerla sentir orgullosa de sí misma, la única poción que fue igual de buena que la de ella fue la de Heir Malfoy. 

Chapter Text

Septiembre y octubre pasó volando como un pajarito huyendo del invierno.

Pronto sería Samhain. 

Cordelia revisó que la carta que le había escrito a Lady Malfoy estuviera impecable.

El heredero Malfoy le había entregado el segundo día de clases una carta enviada por Lady Malfoy, la bruja más importante de la sociedad mágica en palabras de Pansy y Daphne, Cordelia sintió nervios al saber que tal bruja le estaba escribiendo a ella.

Por supuesto, Cordelia hundió sus garras en la oportunidad de relacionarse con la bruja más importante de Gran Bretaña.

Las cartas con Lady Malfoy eran entretenidas.

Cordelia expresó con agrado sus clases en Hogwarts, los libros acerca de las tradiciones mágicas y las Vías Antiguas, que compartía y comentaba fervientemente con la señorita Granger.

Lady Malfoy expresó complacida como la joven bruja nacida de muggles estaba dispuesta a abrazar las Vías Antiguas y honrar a la madre magia.

También se le fue extendida a las dos una invitación para el baile de Yule tradicional de la sociedad Mágica, y que este año se realizaría en Malfoy Manor, y también las invitaba a hospedarse en las vacaciones de invierno con los Malfoy.

Al recibir la invitación, Cordelia acudió a Pansy y Astoria.

—¡Debes mandar con una modista! — dijo Pansy— ¡Es tu primer evento en la sociedad mágica!

El color se le fue a Cordelia cuando Pansy anunció esas palabras. Su primer evento, el primer paso para demostrar que era una dama digna de cortesía y demostrar que es una candidata perfecta para un enlace matrimonial.

—Creo que no podré asistir— expresó Hermione, las cuatro tomaban el desayuno en su habitual charla— Mis padres tienen una cena en Houston, y me llevarán con ellos y mi nana.

Hermione hablaba mucho de su nana, su tía abuela materna, la mujer que era la que la recogía de la escuela y pasaba todo el día con ella antes de que llegara su carta de Hogwarts.

—Es una pena— dijo Cordelia tomando su té.

—Bueno, regresando a lo importante— continuó Pansy— Madeimoselle Jacqueline es la modista de Lady Zabini, te daré su dirección. Tienes que mandar a confeccionar tu vestido con ella.

—¿Tienes alguna idea? — preguntó Daphne.

—Si— contestó Cordelia. Durante el mes tía Petunia le había enviado revistas muggles y Cordelia aprovechó para hacer sus recortes de vestidos.

La mayoría eran de la princesa Diana. Ella era tan bella que Cordelia soñaba en ser tan bella y perfecta como la princesa de Gales.

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Severus suspiró, la junta de maestros siempre era aburrida. Él solo daba su informe, casi siempre quejándose de la falta de delicadeza de esos alcornoques y su falta de interés en las pociones.

—¿Han visto los ensayos de la señorita Potter? — preguntó Flitwick.

—¡Nunca en mis años de maestra he visto ensayos tan bien elaborados! — declaró emocionada Sprout— En mi materia coloca dibujos tan lindos de las plantas mencionadas, es una pena tener que devolverle sus ensayos, si fuera por mí, me lo quedaría para mí.

—En el mío también hay dibujos con el texto—dijo McGonagall tomando su té.

—Usa tinta con brillos— agregó Severus disgustado. El brillo en sus ensayos le provocaba un dolor de cabeza— O con olor a frutas.

—Bueno, no hay nada en el reglamento que lo prohíba— señaló Sprout.

—Lo sé, pero…. esos brillos— hizo una mueca Severus.

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Theo buscó un libro de herbología, el ensayo se le estaba complicando un poco. La herbología no era lo de él, él era más de runas.

Le fastidiaba que tuviera que esperar hasta el tercer año para acceder a esa materia.

Molesto camino hacia la señora Prince para que le guiará hacia el libro. En las mesas notó a Potter sentada con Granger. Ambas una a lado de la otra compartiendo un libro y anotando cosas en sus pergaminos.

Potter alzó su vista como un cervatillo en alerta, sus ojos verdes lo miraron fijamente y regresó su vista a su pergamino. Theo notó que el libro que las dos niñas era el libro que necesitaba, con la frente en alto se acercó a las dos.

—Lady Potter, señorita Granger— dijo Theo, el olor a frutas llegó a él.

—Heredero Nott— saludaron ambas.

—¿Desea algo? — preguntó Potter con una sonrisa ligera en su rostro.

—El libro que ustedes están leyendo es el libro que necesito para mi ensayo.

—Nosotras ya terminamos de leerlo— Potter miró a Granger, la chica de cabello castaño asintió con la cabeza, los ojos verdes de Potter lo miraron nuevamente, ella cerró el libro—Si gustas puedes usar esta mesa, solo tenemos que hacer la conclusión al ensayo.

—¿Estarán cómodas? — preguntó algo cauteloso, su abuelo le decía que las niñas prefieran estar cerca de otra niña cuando se trataba de estudiar.

—Si, por supuesto— sonrió Granger— No eres un ruidoso Gryffindor como para distraernos.

Potter soltó una risita que ocultó detrás de su mano, Theo notó ciertos destellos en el dorso de su mano. El libro se le fue entrega y el empezó a realizar su ensayo, las voces bajas de Potter y Granger no eran tan chillonas como para distraerse.

El olor a frutas era reconfortante. ¿De dónde venía?

Luego de unos minutos escuchó como las dos guardaban sus cosas en sus bolsos.

—Ya hemos terminado— dijo en voz baja Potter, Theo alzo su mirada viéndola. —Suerte con su ensayo, Heredero Nott.

Las dos niñas se despidieron y salieron de la biblioteca con los brazos entrelazados. Theo parpadeó un par de veces, ni Draco ni Blaise le deseaban suerte con sus deberes, algo contrario, ese par de vagos esperaban a que él terminará para comparar respuestas

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Hermione admitió que otoño en Hogwarts era la cosa más maravillosa de la vida. Los colores cálidos y el aroma a calabazas le calentaban el pecho en una sensación hogareña.

Aquel día su grupo de amigas, que palabra más más dulce, ella jamás había tenido amigas, decidieron ir cerca del lago a comer galletas mientras platicaban de sus planes de invierno. Pansy y Daphne había insistido a Cordelia que hablara sobre su vestido para el baile de Yule de los Malfoy.

Cordelia dijo que sería una sorpresa.

Las cuatro estaban sentadas en una manta de color melocotón mientras comían galletas y Cordelia les enseñaba los vestidos de su álbum de recortes, casi todos eran de la nobleza británica, antiguas fotos de la princesa Ana y los más recientes de la princesa de Gales.

—Luce como una diosa— dijo Daphne en una foto de la princesa usando la tiara Cambridge Lover's Knot.

—Es una princesa, es obvio que luzca tan perfecta— añadió Hermione. Las cuatro estaban tan absortas en los vestidos y joyas que cuando escucharon dos voces gritando acercándose a ellas alzaron las miradas apresuradas.

Un pelirrojo de Gryfindor, Hermione reconoció como Ronald Weasley, estaba siendo perseguido por una Gryffindor de su mismo año, una niña de cabellos negros sueltos y con un marco de lentes.

En un movimiento rápido, la chica tacleo a Weasley, cayendo ambos al suelo. La chica estaba sobre Weasley, desde donde ellas estaban vieron como ella lo agarro del cuello de su túnica y lo agitaba con fuerza.

—¡Eres una bestia, Weasley!— gritó la niña, tenía un bolso colgando de su hombro.

—¡No sabíamos que tuvieras algo valioso en tu bolso! —se trató de defender.

—¡Eso no les da el derecho a ti y tus estúpidos amigos de lanzar mi bolso como si fuera una pelota de playa! — la niña agarró a Weasley— ¡Han destruido algo de mucho valor para mí!

La niña se levantó, dejando a Weasley levantarse, en un movimiento rápido le dio un puñetazo en la nariz. Weasley salio corriendo apretando su nariz y con los ojos llorosos.

Las cuatro estaban boquiabiertas por el espectáculo de que acaban de ser testigos. La niña de Gryffindor las vio con los ojos llorosos.

—¡¿Qué me ven?!— gritó.

—Nada— dijo Cordelia— Pero debo preguntar. ¿Hay algo en que podemos ayudarte?

La niña de su bolso sacó una peculiar caja musical. En forma de jaula con la base roja había dos pajaritos, ambos maltratados y rotos.

—Weasley y los estúpidos de sus amigos acaban de dañar mi cajita musical—dijo con la caja musical en sus manos.

Cordelia se levantó y con cautela se acercó y la tomo con suavidad de sus brazos y la sentó junto a ellas. De su bolsillo sacó un pañuelo y le secó las lágrimas.

—¿Por qué no nos acompañas? — dijo con un tono dulce y cálido Cordelia—Come un poco y luego iremos con nuestra prefecta, ella sabrá qué hacer.

—¿Por qué me ayudas?

—Porque en este mundo las mujeres debemos apoyarnos mutuamente— sonrió Cordelia— Soy Lady Cordelia Potter, y ¿cuál es tu nombre?

—Eowyn Fraser— respondió ajustándose los lentes.

—Es un gusto, Eowyn.

El día paso normal, claro excepto en la noche en que Troll invadió las mazmorras en pleno banquete de Halloween. 

Chapter Text

Eowyn jamás esperó tener amigas.

Ella detestaba a sus compañeras de Wools, en serio que había días en que deseaba en asfixiarla con una almohada por sus palabras.

Eres la hija de prostituta.

Tarde o temprano acabaras como tu madre. 

Ni la muerta de tu madre sabia quien era tu padre, de tantos hombres a quienes le abrió las piernas.

En serio, Eowyn quería matarlas.

Cuando llegó ese maestro de cara amargada y nariz de guadaña le dijo que era una bruja.

La matrona del orfanato pareciese estar asustada, es como si le hubieran dicho que ella, Eowyn Fraser, era el anticristo en la tierra.

Pero la vida en Hogwarts pareciese sonreírle, aquí no era vista como la hija de prostituta, si no de una simple huérfana de Londres que tenía que comprar todo de segunda mano para hacer durar el dinero de su fondo.

No era difícil. Eowyn era bueno economizando, así que solo tenía que buscar las cosas más baratas y presentables como para armar una alcancía para cuando lograra independencia total. 

Ahora tenía ¿amigas? No, eran compañeras, aún no podía llamarlas amiga tan a ligera.

Eowyn estaba sentada en la mesa de las víboras, con el cabello trenzado en cinta rojo y dorado.

Las Slytherin le explicaron sobre las Vías Antiguas y la Madre Magia.

¿Por qué el murciélago de su maestro no le explicó nada de eso cuando la recogió del orfanato?

La Heredera Greengrass (al parecer era de buenos modales decirle por sus títulos de nacimiento) le indicó que, si honra a la Madre Magia, se puede volver una New Blood, y con ello la oportunidad de conseguir un vínculo con un buen futuro Lord.

Buen futuro, todos los Slytherin pareciese que estaban podridos en monedas de oro. Incluso Hermione Granger que era nacida de muggles como ella, era una niña de buena posición social y económica debido a que sus dos padres eran cirujanos.

Así que Eowyn se planteó un objetivo.

Sería una New Blood, se volvería un buen partido a considerar, atraparía a un millonario heredero sangre pura para salir para siempre de ese asqueroso orfanato.

—"Aunque sería satisfactorio prenderlo en llamas antes"— pensó Eowyn.

Ella tomó una de las tostadas, tomar el desayuno en la mesa de Slytherin era mucho más calmada que la mesa de Gryffindor.

Su mirada se posó en Cordelia Potter, sus compañeros de casa no paraban de decir que resultó una decepción la famosa niña que vivió.

Al parecer ellos esperaban la reencarnación de una Atenea con su yelmo de lucha y lanza, en vez de eso tenían a una princesa salida de una novela de Jane Austen.

Eowyn notó que esa mañana estaba concentrada en su bordado, era extraña. Pareciese sonreír a todos, su cabello sujetado en rizos perfectamente alineados en broches de distintas formas, flores, mariposas y listones.

El dorso de sus manos siempre había rastros de tinta de brillos.

Cordelia le extendió su manto de protección y juró ante la mesa de los Slytherin que la acogía bajos sus alas, que la encaminaría por Las Vías Antiguas para honrar a la Madre Magia.

Eowyn sintió un escalofrío sentir escalar por su columna.

Lo que dijo Potter frente a su casa debió haber sido una especie de pacto por las miradas serias de dieron los Slytherin presentes.

Eowyn estuvo a punto de llorar. Toda su vida le dejaron en claro que ella era un desperdicio, la hija de una puta, una bastarda.

Ahora, alguien le estaba dando un voto de confianza.

Eowyn Fraser decidió en honrar la promesa de Cordelia Potter. 

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En unos días llegarían las vacaciones de Yule. Cordelia le había escrito a su tía Petunia del baile en Malfoy Manor y la invitación de pasar Yule y año nuevo con los Malfoy.

Dejó escrito en la carta que ya tiene el asunto del vestido cubierto y que no debería preocuparse.

La idea de un baile la entusiasmó mucho a tía Petunia, le recordó que debe tener buenos modales, sonreír dulcemente y saber entablar una conversación.

En estos momentos lucia ansiosa, la clase de transformaciones era su favorita. Poder cambiar las formas de las cosas, algo completamente diferente a su forma original.

Cordelia había elaborado una bonita bufanda para la profesora McGonagall.

La clase explicó la importancia de cómo se debe visualizar el objeto que se desea al momento de lanzar el hechizo.

Cordelia comprendió que para la transformación se debería tener una concentración absoluta. Era como bordar o remendar algo, se debía una imaginar cómo debería quedar al final las cosas.

Cuando la clase acabó les dijo a sus amigas que siguieran ya que tenía algo que hablar con la profesora McGonagall.

—¿Desea algo, señorita Potter? — pregunto la profesora sentadose en su silla.

Cordelia abrió su bolso y sacó un paquete envuelto en papel con motivos de enredaderas.

—Esto es un pequeño presente de mi parte, profesora McGonagall— sonrió Cordelia extendiendo el regalo— Espero que disfrute una feliz Yule y que la Madre Magia la bendiga.

Cordelia dio una ligera reverencia.

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Cuando la puerta del salón se cerró, Minerva miró el paquete en sus manos.

Con delicadeza lo abrió. Una hermosa bufanda de color perla con siluetas de cerezos la saludó.

En la parte frontal estaba bordada la forma de un gato en hilo negro, era un trabajo hecho desde cero.

La pequeña Cordelia le había bordado todo aquello.

—"Tiene talento"— pensó Minerva pasando sus dedos por el gato.

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—Me quedaré aquí en Hogwarts— dijo Eowyn. Ella estaría bien aquí, mientras menos tiempo pase en ese infierno a que llaman orfanato mejor para ella.

—¿Por qué no nos dijiste que te quedarías? — se conmocionó Daphne —¿Pude haber hablado con mi padre para que se quedara con nosotros?

—Incluso venir al baile de los Malfoy — agregó Pansy.

—Aún no me siento segura de asistir a tal evento sin la preparación— contestó Eowyn.— Vayan diviértanse, sean como esas princesas con bonitos vestidos.

Cada una de sus compañeras le dieron besos en la mesa a Eowyn deseándole un feliz Yule.

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Cordelia compartió emocionada sus expectativas sobre el baile.

Hermione mencionó algunos lugares que quería conocer en Huston. Ella viajaría esta noche.

Cuando salieron del tren, el heredero Malfoy se acercó a ella y Hermione. A sus espaldas venían un hombre de cabello muy rubio, vestido de túnicas negras, en su mano llevaba un bastón que le daba ese toque a persona de la nobleza Colgada de su brazo iba una mujer que parecía salida de las pinturas del rococó, hermosamente rubia con brillantes ojos azules como cristales invernales.

Lady Malfoy lucía un estilo muy a lo Dior del New Look de los años 50's. Falda amplia de color negro con guantes de terciopelo de similar color, una blusa de botones blanco y tacones a juego, todo finalizando con un sombrero que daba ese toque a rica y elegancia

—Lady Potter, señorita Granger— el heredero Malfoy se reverencio ante ambas— Es un honor para mí presentarles a mi padre, Lord Lucius Malfoy y a mi madre, Lady Narcissa Malfoy.

—Es un placer estar ante su presencia— Cordelia y Hermione saludaron con la respectiva reverencia. 

—Es un verdadero placer estar al fin en presencia de usted, Lady Potter— saludó Lord Malfoy— Y por supuesto de la señorita Granger, es satisfactorio saber que al menos alguien de los nuevos nacidos de muggles se comprometen en seguir Las Vías Antiguas.

—La magia es un regalo y es correcto honrar a la Madre Magia como es debido— contestó Hermione con tacto y postura.

—Es una pena que no pueda asistir a nuestro baile— se lamentó Lady Malfoy— Pero sabemos que también es importante su convivencia con sus padres.

—Tiene razón, Lady Malfoy— dijo Hermione— Pero mi tiempo en el mundo muggle tratare de seguir las tradiciones como es debida, es una suerte que en Houston hace el suficiente frio como para prender el leño de Yule y hacer las ofrendas necesarias.

Hermione intercambio algunas palabras más con ambos Malfoy para luego despedirse alegando que sus padres o su nana ya deben estar esperando al otro lado de la barrera.

—¿Lista para ir a Malfoy Manor, Lady Potter? — preguntó Lord Malfoy.

—Por supuesto, Lord Malfoy— sonrió Cordelia. 

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Malfoy Manor era impresionante.

Fue lo que pensó Cordelia cuando arribó al hogar del Heredero Malfoy.

Había leído historias de hogares ancestrales, cuyas piedras eran testigos de muchas generaciones de la misma sangre.

—¿Así se debió sentir Elizabeth Bennet cuando vio Pemberly por primera vez?— pensó Cordelia al notar el esplendor de Malfoy Manor.

Lady Malfoy la guió hasta la habitación donde se estaría hospedando con un elfo doméstico detrás de ellas dos llevando el baúl de Cordelia.

Cordelia quedó encantada con la habitación, era espaciosa con un pequeño balcón, ventanales doble donde la ligera escarcha invernales se pegaban como destellos al cristal.

La cama era un llamado a una siesta reparadora.

—Puedes descansar un poco antes de la cena— dijo Lady Malfoy colocando sus dos manos sobre los hombros de Cordelia.

—¿No quiere que ayude en algo?— Cordelia hecho para atrás su cabeza para ver a Lady Malfoy. — Soy muy buena en la cocina.

—No es necesario cariño— Lady Malfoy le apretó ambas mejillas, Cordelia notó que el material de los guantes de Lady Malfoy era de un suave terciopelo.—Descansa, los viajes en tren suelen ser agotadores.

Cordelia asintió con la cabeza, Lady Malfoy se despidió de ella con otro amistoso apretón en una de sus mejillas.

Ya sola, Cordelia se sentó en la silla frente al tocador que había en la habitación. Con mucho cuidado se quitó  los guantes y luego los pasadores del cabello, con mucha delicadeza desató los pequeños nudos.

Cuando su cabello estuvo suelto, movió sus cabeza para terminar completamente despeinada, con movimientos suaves se masajeo el cuero cabelludo.

Se quitó sus zapatos para recostarse en las suaves y esponjosas almohadas debajo de ella.

Divago un poco de como estaban sus amigas antes de caer dormida.

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Cordelia se sobresaltó de su sueño.

Una sensación gélida le recorrió la espalda.

Una risa fría

Un destello verde.

Cordelia corrió hacia él baño con la bilis subiendo por su garganta. Cayó con brusquedad sobre sus rodillas mientras vomitaba en el inodoro.

Sus manos recogieron su cabello para que no le estorbara, cuando terminó de vomitar se levantó del suelo con las piernas temblando.

Caminó hasta el lavabo, la cicatriz en su frente ardía en fuego.

Cordelia abrió el grifo y empezó a mojarse el rostro muchas veces hasta que el dolor se apaciguó.

Había sido una horrible pesadilla, y Cordelia le tenía miedo a las pesadillas.

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Luego de esa fea pesadilla, Cordelia miró por el ventanal y supo que la hora de la cena se acercaba. 

Se dio un tibio baño para ayudar a sus músculos a relajarse, previamente había escogido un sencillo atuendo para cenar con los Malfoy.

Un vestido crema con un cinturilla negra, sus guantes eran de un tono más claro que la cinturilla. Sus zapatos era de similar color.

Con cautela se cepillo el cabello y lo trenzó a la francesa para luego enroscar lo suavemente y sujetarlo con los pasadores.

Miró su reflejo en el espejo del tocador. Su cicatriz en forma de rayo dejó de arder hace mucho, pero Cordelia arrugó la nariz en forma de disgusto, como deseaba deshacerse de esa cicatriz.

Apartándose de su reflejo, cogió una de sus hojas y uno de sus esferos favoritos, el de color lila, y escribió una carta para Eowyn.

Era una completa tristeza que su amiga decidiera quedarse en Hogwarts, pero respetaba su decisión, no era bueno presionar a las personas para que no hicieran las cosas que no le gustaban. 

Querida Eowyn.

Ya estoy instalada con la  familia  Malfoy, el  lugar  es impresionante.

Espero que  estés   bien  tu sola en Hogwarts, a las  chicas  nos hubiera gustado que te unieras a nosotras.

Será  para otro año.

En mi visita  aquí  en Malfoy  Manor trataré de averiguar si  existe  alguna oportunidad para que dejes para siempre Wools.

Lord Malfoy luce como el tipo de hombre que tiene  muchas  conexiones,  así  que  esperemos  de que alguna manera  de  poder  ayudarte.

Con  mucho  cariño.

Cordelia.

Cordelia dejó el esfero y miró su carta esperando que no hubieran fallas de ortografía.

Con cuidado lo enrollo y lo entregó a Hedwig que descansaba en el balcón.  Su hermosa lechuza blanca parecía dormida cuando se acercó, en su pequeña cabeza se había acumulado un poco de escarcha.

Cordelia rasco el mentón de Hedwig y ella abrió sus ojos amarillos.

—Hola pequeña— sonrió Cordelia— Puedes llevarle esta carta a Eowyn. Si hace mucho frío, quédate en Hogwarts y regresa cuando esté lista.

La lechuza silbó en afirmación y se fue con la correspondencia. 

Cordelia sintió los copos de nieves caer sobre sus mejillas y sonrió.

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Hermione se quería morir.

Enserio, quería esconderse.

—Sonríe Mimi— dijo su madre detrás del fotógrafo.

Hermione sintió sus mejillas arder de la vergüenza.

Habían arribado a Huston en la madrugada y cuando amaneció, después del desayuno su mamá se dio cuenta que su preciada bolsa de cosméticos se quedó en el baño del aeropuerto, entendió que lo había perdido y necesitaba con urgencia algunos productos para la arreglarse para la importante cena.

Así que ella, mamá y nana fueron al centro comercial por las cosas. Cuando llegaron notaron la fila de niños y al hombre disfrazado de Santa Claus.

Hermione no le prestó atención hasta que su mamá la hizo formarse. Se quejó alegando que ella tenía 12 años y era demasiado grande para esto, pero no sirvió.

—Vamos Mimi, sonríe— pidió una vez más su mamá. Hermione sonrió ampliamente y cuando el flash desapareció recuperó su expresión de neutralidad.

—Feliz navidad, jojojojo— dijo el hombre Claus dándole a Hermione un bastón de caramelo.

Ella agradeció el dulce y su mamá recibió la foto.

Aún con la vergüenza en su rostro, llegaron hasta la tienda de cosméticos.

Su mamá era alguien practica. Sabia que tonos eran los adecuados para su piel y cual les favorecían.

Así que escogió la base del maquillaje, el polvo y el rímel con precisión.

Lo que llevo más meditación fue en las sombras y el lápiz labial. Hermione le ayudo con el labial.

Cuando terminaron fueron por unas bebidas a una cafetería con cubículos privados.

Su madre le preguntó cómo le iban a los estudios y donde probablemente deberían conseguir el leño para Yule.

Los Granger eran perfeccionistas, no del modo tóxico.

Cuando se enteraron de que su única hija era una bruja no dudaron en leer los libros de historia para entender el panorama. 

En este texto supo de Cordelia Potter, la única persona en el mundo mágico que había sobrevivido a una maldición asesina luego de la muerte de sus padres. 

Cuando Hermione vio a Cordelia se encontró con alguien cálida y que siempre sus ojos parecían brillar de la emoción.

Hermione les explico sus padres sobre las tradiciones y las Vías Antiguas.

Y ellos estuvieron de acuerdo, si aquello era lo mejor para Hermione, ellos ayudarían en lo que estuviera a su alcance para que ella lograra encajar a perfección.

Ser agnósticos era una ventaja. Si no creían en un tipo de religión dejaban el sentimentalismo de lado y podían ver una mayor perspectiva.

Además ella era una bruja, por lo que era estúpido rezar a dios o a un Rosario.

Ella le rezaba a la Madre Magia.

—Nos adaptamos a las situaciones — era la frase de su padre.

Y tenía razón, era ciencia básica, el ser debe adaptarse al ambiente al que era expuestos, si uno no se adapta, se vuelve débil.

Y Hermione Jean Granger no era alguien débil.

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Theo había llegado a Malfoy Manor para una partida amistosa de Quidditch con Draco, Blaise, Greg y Vicent. 

El día no era tan frio, así que era perfecto para un pequeño juego. 

Cuando arribó por Red Flu al recibidor de Malfoy Manor fue recibido por el sonido de un piano.

Miró a los lados y supuso que el sonido provenía del pequeño salón privado de Lady Malfoy. Llevando su escoba en mano camino hasta el origen de la música.

La puerta del pequeño salón estaba abierta y Lady Cordelia estaba en el piano forte entonando una melodía que no podía identificar, Theo se quedó congelado ante la imagen.

El cabello rojizo de Lady Cordelia estaba enroscado en una cinta Celeste en una trenza en forma de diadema en su cabeza.

Ella sonría mientras observaba las partituras frente a ella, sus guantes de encaje descansaban sobre su regazo.

—Theo— él salió de su distracción cuando fue llamado por Lady Malfoy, quien estaba sentada en su sofá favorito.

La música se detuvo, los ojos de cierva de Lady Cordelia lo vieron fijamente. En un movimiento rápido de ella se colocó sus guantes y se levantó del asiento.

—Heir Nott— saludó educadamente. Ella se quedó parada en su sitio mirando a los lados con disimulo.

—Los chicos te están esperando en el jardín— dijo Lady Malfoy poniéndose a lado de Cordelia, mientras colocaba uno de sus manos sobre el delicado hombro de Cordelia. — Aunque ya has visitado la mansión con anterioridad me sorprende que te perdieras.

—Me llamo la atención de quien podría estar tocando el piano, Lady Malfoy.

—¿No es un verdadero encanto Lady Cordelia? — sonrió ella como respuesta. — Tocar con tanta naturalidad y talento el piano.

Theo notó como las mejillas de Potter se volvían de un ligero tono rojizo.

—Yo...solo he sido constante en mis prácticas— respondió Cordelia.

—Lady Malfoy no miente en cuanto a su talento, Lady Cordelia— dijo Theo un poco nervioso.

Ninguno se dio cuenta de la mirada de complicidad en los ojos azules de Lady Narcissa.

—Theo querido— dijo llamando la atención del niño— Este es el primer baile formal de Lady Potter, porque no bailan juntos, aunque sea una pieza, por supuesto sería la segunda, ya que mi querido Dragón tiene reservada la primera pieza.

—"Era de esperarse"— pensó Theo. Era claro que Lady Malfoy trataría de sacar ventaja en la visita de Potter.

— Estaría encantado— contestó Theo —Si me disculpan, me están esperando para una partida de Quidditch.

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Luego de que Heir Nott se fuera del estudio, un elfo le indico a Cordelia que había llegado un paquete para ella.

La mente de Cordelia hizo ¡Clic!

 Ya había llegado su vestido.

Por supuesto le pidió a Lady Malfoy que le diera su opinión acerca del vestido. El elfo que le avisó de su entrega había dejado la caja envuelta en una cinta malva encima de su cama.

Cordelia se emocionó cuando abrió la caja y vio el vestido que mandó a confeccionar con Madeimoselle Jacqueline.

—Es un precioso vestido— dijo Lady Malfoy cuando el vestido se extendió en la cama.

De color lavanda suave y hecho de tul suave. Largo que llevaba a cubrir los pies de Cordelia, tenía una cinta para que acentuará la cintura, era de hombro descubierto que un volado suave que ayudaba y daba estructura a todo el diseño.

Y para completar todo, unos guantes de un tono más claro del vestido.

—Tengo los zapatos adecuados para el vestido y el peinado ya lo tengo decidido— dijo Cordelia con una mano sujetándose mentón — Pero no estoy segura si tengo la edad adecuada para usar joyería.

—¿Puedo ver las joyas en tu poder?

Cordelia accedió sacando de su baúl el pequeño cofre que se le fue entregado en Gringotts. Lady Malfoy examinó el contenido hasta que sacó la gargantilla de perlas gris con el ópalo negro.

Los ojos de Cordelia se iluminaron, eran perfectos y completaban la inspiraron para el vestido.

—El collar hará de un buen toque— dijo Lady Malfoy — Las perlas siempre son un accesorio sencillo pero que sirve bien.

Cordelia asintió con la cabeza. Tía Petunia siempre usaba su collar de perlas y la hacía lucir siempre bien presentada.

—Muchas gracias por su ayuda, Lady Malfoy.

—Siempre quise a una niña para vestir— reflexionó colocando sus manos sobre su cintura mientras examinaba una vez el vestido de Cordelia. — Amo a mi Draco con toda mi esencia, pero eso no quita el deseo de una bruja en tener a su propia hija a la cual vestir y peinar.

Los ojos de Lady Narcissa brillaron y tomó las manos de Cordelia.

— Permíteme acogerte como mi pupila— le pidió Lady Malfoy — Será como tener a mi propia hija.

Cordelia se sorprendió ante la oferta Lady Malfoy.

—¿Su...pupila? — dijo Cordelia conmocionada.

—¡Por supuesto! — la sonrisa de Lady Malfoy era tan brillante que hacía desfallecer a Cordelia. Es como ver a la princesa de Gales muy cerca— He decir quién te haya criado todos estos años ha hecho un excelente trabajo, pero aun necesitas una mano que te guie en el mundo mágico. Permíteme ser esa mano que te guie.

Ser la pupila de Lady Malfoy. Estar bajo el manto de protección de tal elegante bruja.

—Me gustaría ser su pupila, Lady Malfoy— dijo Cordelia con la llena de emoción. Lady Malfoy sonrió le dio un cálido beso en las mejillas.

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Yule llegó y con eso la depresión anual de Eowyn.

No había festejado Navidad, o Yule ahora en adelante, luego de la muerte de su madre. Simplemente las festividades invernales perdieron todo el encanto y se había vuelto gris.

En la mañana se despertó conmocionada al ver que había regalos al pie de su cama. Estaba sola así que pudo dejar caer su armadura fría y el quemeimportismo con que siempre se ha vestido desde que llegó al orfanato.

Con el cabello cayendo suelto en la intimidad de su soledad observó la serie de tres paquetes para ella y una carta.

El primero era una caja donde había una peineta de oro con flores delicadas de parte de Cordelia junto a más cintas para el cabello.

El segundo era un vestido color café suave en corte que le recordaba a los años 60's por parte de Pansy junto a un cinturón negro.

El tercero era un juego de varios guantes de cuero negro, café y colores neutros junto a una carta por parte de Daphne.

"Querida Eowyn

Se que no eres alguien de encaje o seda. Así que sé que el cuero es perfecto para ti.

Con mucho afecto

Heredera Daphne Greengrass"

La carta era de Hermione deseándole un feliz Yule y que su regalo se lo entregaría en persona debido a los costos de envíos internacionales.

Eowyn miró sus regalos, y su corazón se calentó. Desde la muerte de su madre solo había recibido pequeños regalos por partes de las amigas de su mamá que a veces la sacaban del orfanato a escondidas para llevarla de paseo.

Cualquiera de ellas con gusto se hubieran hecho cargo de ella, pero servicios infantiles jamás le entregarían la custodia a una mujer que trabajara en la noche vendiendo su compañía a hombres. Así que la arrojaron a ese infierno llamado Wools.

Eowyn sacó de su baúl su copia del Señor de los Anillos, las dos Torres, como separador estaba una vieja fotografía de su mamá. Su mamá era linda, de cabello castaño lacio y ojos castaños, siempre tenía una sonrisa en su rostro.

—Feliz Yule, Màthair— dijo Eowyn a la fotografía. 

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Cordelia observó su imagen completa en el espejo del tocador.

Su corazón latía de la emoción mientras que su estómago se contraía del nerviosismo. Cordelia miró la capa que había sido enviada de forma anónima junto a los regalos de sus amigas esa mañana.

Cuando se la probó se dio cuenta que era una Capa de Invisibilidad y con ella una nota breve explicando que la capa era de su padre y que la usará bien. 

Cordelia se encogió de hombros ante el obsequio, hasta el momento no podía pensar en un usó adecuado para la capa. Durante el transcurso del día pudo observar a Lady Narcissa organizar todo del baile, y Cordelia estuvo a su lado viendo como se organizaba un baile de Yule. 

Cordelia seguía a Lady Narcissa como un pequeño patito siguiendo a su mamá, y de vez en cuando la hermosa dama le daba algunas explicaciones  sobre la decoración. 

Ya cuando la noche se acercaba, Lady Narcissa le sugirió a Cordelia que debería tomar una siesta para estar descansada y con animo para el baile, y tenia razón, apenas Cordelia se acostó en la cama cayó completamente dormida. 

Fue despertada por Lady Narcissa ya cerca de la caída de la tarde, Cordelia entusiasmada se comenzó a arreglar, la elfina que le fue asignada mientras su estancia alisó su vestido para que no tuviera ninguna arruga visible. 

Cordelia se tomó su debido tiempo para tomar un exquisito baño para luego arreglarse. Sonrió al notar que el vestido la hacia lucir impecable, luego se sentó en el tocador para realizar su peinado escogido. 

Un recogido sencillo que aprendió por los recortes que hizo en el verano y su varita fue de utilidad. Con cuidado empezó a seguir los pasos y ajustar con los pasadores, ya cuando notó que su cabello estaba bien sujeto, empezó a decorarlo con pequeñas flores de lavanda a juego con su vestido. 

Sonrió cuando su imagen era como lo que esperaba. La gargantilla de perlas y ópalo junto a unos preciosos aretes de perla en forma de gota le daban ese detalle perfecto, que fueron un regalo de parte de Lady Narcissa y Lord Malfoy.

Se apretó las mejillas para darle ese efecto a rubor.

—Adelante— dijo Cordelia ante la persona que llamaba a la puerta, levantándose del tocador mientras se colocaba los guantes.

— Cordelia querida. — dijo Lady Narcissa entrando a su habitación.

Cordelia solo podía describir a Lady Malfoy como hermosa. Llevaba un vestido color salmón con mangas que daban la apariencia de capa, con guantes tan delicados de encaje.

Su cabello rubio estaba en un peinado recogidos y había destellos plateados que eran claramente diamantes pequeños.

—Luces preciosa— le sonrió la hermosa bruja a Cordelia. — Muy buena elección de vestido, y ese detalle de las flores en tu cabello es perfecta. Sin duda los colores pasteles son los indicados para ti.

—Muchas gracias, Lady Malfoy— se sonrojó Cordelia. 

—Se me estaba olvidando— ella sacó de una de sus mangas una especie de carné de plata muy bonito— Tu carné de baile. 

Lady Narcissa pasó la fina tira por la muñeca derecha de Cordelia. El carné en la portada tenía relieves de lirios entrelazados uno a lado del otro. 

—¿Conoces la función de este carné?

—Para anotar  quienes bailen alguna pieza conmigo durante algún baile. — sonrió Cordelia. Había aprendido algunas cosas mediante los documéntenles que solía ver con tía Petunia sobre la época de debutantes del Siglo XVIII. 

—¡Muy bien!— aplaudió Lady Narcissa. —Tu tía te ha educado muy bien. Ahora, como es tu primer baile te recomiendo que solo bailes cuatro piezas. 

Cordelia asintió con la cabeza ante la sugerencia de Lady Malfoy. 

—Draco y Lucius ya están en el salón. Ven vamos— le extendió la mano y Cordelia muy gustosa la aceptó— Recuerdo que le prometiste a mi dragón la primera pieza. 

—Con gusto bailare con su hijo, Lady Malfoy. 

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Como prometió la primera pieza fue reservada para Heir Malfoy. 

Cordelia quedó asombrada  de como quedó el salón de baile de Malfoy Manor. Había un gran gran árbol en una esquina del vestíbulo con muchas decoraciones de cristal y pequeñas luces que tintineaban como luciérnagas. 

Cordelia permaneció a lado de Lady Narcissa cuando los invitados empezaron a llegar y saludo junto a la familia Malfoy como invitada. Se emocionó cuando Pansy y Daphne llegaron con sus respectivos padres, y las abrazó fraternalmente y saludó como era correspondido. 

Cuando Heir Nott llegó con su abuelo, Theo la presentó personalmente con su abuelo. Un hombre con el cabello lleno de canas y una postura que recordaba a Winston Churchill por la imponencia de su voz.

Heir Nott le solicitó bailar una pieza y Cordelia encantada le extendió su carné de baile para que anotará su nombre. 

Heir Zabini solicitó el tercer baile cuando fue presentada a Lady Zabini. Era una  mujer alta de cabello negro sujeto en una redecilla de oro, vestía de color perla con las mangas transparente con destellos sutiles, vagamente le recordó a las actrices italianas de los años 40'. 

—Ese vestido es obra de Jacqueline— dijo comentando su vestido. 

—Es hermoso vestido— sonrió Cordelia— Mi querida amiga Pansy me sugirió diciendo que Madeimoselle Jacqueline era su modista predilecta para este tipo de evento. 

—Y tiene toda la razón— dijo Lady Zabini— Jacqueline es la única modista que trabaja el tul de manera tan preciosa. Te ves completamente linda, Lady Potter. 

Cordelia agradeció el alago con las mejillas sonrojadas. 

Los invitados que más le sorprendió fue ver a Heir Longbottom acompañado de su abuela. Cordelia casi no había tenido mucha interacción con el Gyrffindor, lo mas cercano a una conversación completa con Heir Longbottom era en las clases de Herbología debido a que  trabajaron un par de veces juntos. 

Eso y que fuera presentado como Lord Longbottom, Cordelia sabia lo que significaba, pero también sabia que era imprudente preguntar por tan delicado tema en un momento como este. 

Luego llegaron las hermanas de Lady Malfoy. Lady Bellatrix Lestrange eras como el otro lado de la moneda y se comparaba a Lady Malfoy, de cabello muy negro y rizado, con ojos grises como el mercurio. Venia acompañada de su esposo Lord Lestrange. 

—Lamentamos la demora— se disculpó Lady Lestrange— Fue difícil hacer dormir a Corvus. 

Draco le susurró sutilmente que Corvus era el hijo bebé de los Lestrange de cinco meses.

Un bebé, que lindo. 

Luego vino la otra hermana de Lady Malfoy. La señora Andrómeda Tonks tenia un gran parecido a Lady Bellatrix, la única diferencia era que tenia el cabello castaño. También le fue presentado el señor Edward Tonks, llámenme Ted, pidió con ligereza, y también a la Nymphadora, la hija de ellos. 

Cordelia quedó impresionada con el cabello color rosa chillón de Nymphadora, lucia como algodón de azúcar. 

Ya terminada las presentaciones, Cordelia se acercó a Pansy y Daphne que estaba sentadas juntas. 

—He decir que nos tenias ansiosas por tu vestido— sonrió Pansy. 

—Me recuerda a una de las fotografías de la princesa Diana—comentó Daphne— Esas flores se ven muy bien en tu cabello, hace que huelas a lavanda. 

—¿Verdad?— sonrió Cordelia. 

—¿Ya tienes anotados algunos en tu carné?— preguntó abriendo Daphne su carné que era de oro rosa— Solo tengo a Blaise y Gregory. 

—Si— asintió Cordelia— Draco, Theo y Blaise. 

—Vicent, Gregory y Adrián Pucey— contestó Pansy jugando con su carné con relieves de rosas. 

—¿No es de quinto año?— preguntó Daphne. 

—Si— asintió Pansy. — Solo es cuatro años mayor, ni que fuera un anciano.— rió— Ah, es una pena no tener a Hermione y a Eowyn. 

—Hermione ha de estar bien— dijo Cordelia— Está con sus padres, me preocupó por Eowyn, estar sola con los Weasley, bueno tres de los cuatro, Percy no es tan...— trató de buscar la palabra Cordelia. 

—¿Explosivos como sus hermanos?— preguntó Pansy. 

—Exacto— contestó Cordelia. 

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El leño de Yule que ardía en la gran chimenea del vestíbulo daba un  calor reconfortante a todo el lugar, dándole una calidez que todos podían disfrutar

Cordelia mentiría si dijera que no sentía nervios cuando Heir Malfoy la sacó a bailar. Pero para su suerte Draco era muy bueno guiando un vals, así que el nerviosismo se fue rápidamente. 

Parecían estar coordinados muy bien. Luego fue el turno de Heir Nott, que al igual que Draco también fue un buen compañero de baile. Heir Zabini era el más entusiasta de sus amigos, se atrevió a hacerla girar con mucha gracia que la hizo sonreír. 

Su cuarta y ultima pieza la bailo con Neville Longbottom, el chico se notaba muy nervioso, pero Cordelia le sonrió y pudieron bailar muy bien, claro si quitaba las dos ocasiones en que le piso ligeramente los pies, pero nada del otro mundo o para quejarse.

Ya era casi de madrugada, pero la emoción era lo que mantenía despierta a Cordelia. 

Aquella velada era el mejor día de su vida hasta ahora. 

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La guía de una dama en la sociedad mágica. «Escrita y recopilada por Lady Althaia Slytherin »

La bruja como núcleo central de la sociedad: 

Es una verdad absoluta que el deber de una mujer es ser la pieza central del núcleo familiar para que la sociedad siga su rumbo. 

La una bruja debe estar dispuesta a fortalecer su hogar y brindar honor a la familia de su esposo. La Madre Magia recompensará a la bruja que honre a la magia como es debido con saludables hijos, quienes serán encaminados por la bruja en educación y dedicación a las tradiciones mágicas como es debido. 

La bruja puede tener el puesto de jefa de la familia en caso de enviudar y cuando el heredero o heredera de esa familia aun sea un infante hasta que este alcance la mayoría de edad. 

En caso de ser la heredera y futura jefa de su familia se puede atribuir voz y voto en las decisiones sobre el futuro de la familia. También tendrá una voz decisiva ante cualquier cortejo para ella y podrá, como futura jefa, decir a que mago desea vincularse. 

Tradiciones que una bruja debe seguir: 

*El derecho : Toda bruja reserva todo su poder mágico en su cabello, por lo que alcanzado la edad de diez u once años, toda bruja deberá llevar el cabello recogido en publico. 

El cepillo elaborado por magia de sangre deberá ser entregado por el padre a la bruja en su tercer cumpleaños, antes era el cepillo de su madre que utilizaba. El padre de una bruja era el primer mago con el derecho a cepillar el cabello de una bruja con el fin de crear una reserva mágica para la niña en su etapa. 

Cuando la bruja ingrese a Hogwarts, el manteniendo de su magia pasa a ella misma o en el caso de tener un hermano mayor, el derecho recae en él. 

El segundo derecho al cabello de una bruja pasa a su esposo. El cepillo de la bruja deberá ser entregado por el padre u hombre cercano a la bruja que haya cuidado de ella en su juventud. En la noche de boda el primer rito a seguir es el tradicional cepillado que es el primer paso a la consumación total del matrimonio. 

Si algún mago o bruja llegase a tocar el cabello de una bruja sin su consentimiento o en casos más graves cortarlo o quemarlo, la familia de la bruja podrá solicitar u duelo en su mayor defecto una condena por el ataque.

*Los guantes: Una bruja empieza usar guantes a la par que empieza a llevar el cabello recogido, esto simboliza la pureza y el recatamiento de la bruja. 

En la intimidad del núcleo familiar la bruja puede estar sin guantes. 

*Los guantes de luto: Estos guantes son de encaje negro y deberán ser usados por un ciclo lunar entero en el escenario de la muerte de algún familiar cercano(hablase de padre, madre, esposo o hijos). Las brujas deberán permanecer todo ese ciclo lunar en casa en un proceso de duelo por la partida de aquel familiar y las respectivas plegarias a la Madre Magia por el descanso de la alma y magia del fallecido. 

Los derechos de una bruja: 

*El estudio: A ninguna bruja se le puede negar el derecho a los estudios. El estudio en las brujas en algo fundamental debido a que ellas son las pieza central de los núcleos familiares y para ello una bruja debe ser instruida para ser la administradora de una casa y madre. 

*El de una guía femenina: Toda bruja tiene el derecho a tener a otra bruja de mayor experiencia para su educación en casa. La primera bruja es la madre y dama de familia, en caso del fallecimiento de esta, el cargo deberá pasar a la abuela o tías de las brujas. En caso de no haber mujeres que compartan sangre podrá pasar la educación a su madrina o amiga cercana de la madre de la  bruja. 

*Su vinculo de matrimonio: Toda bruja tendrá la absoluta libertad de escoger al mago con el que desea contraer un vinculo matrimonial. Si el mago en cuestión no muestra ser digno de la magia de la bruja, los padres o tutores de la misma pueden escoger al mago de su elección. 

*La integridad física: Si una bruja llega a ser maltratada físicamente por su esposo, la bruja puede llegar a pedir asilo y protección a su familia. La familia de la bruja puede interponer una demanda que culmine con el vinculo de matrimonio. 

En caso de que la familia de la bruja sea la que ejerce la violencia, la bruja puede pedir amparo a una familia de una amiga cercana hasta la mayoría de edad. 

La Madre Magia desprecia el maltrato. 

*La defensa: La bruja tiene derecho a defenderse de cualquier tipo de violencia. Si es necesario que la bruja llegue a asesinar a cualquier que trate de violentarla o abusar de ella y se lleve consigo su doncellez no deberá ser juzgada. 

Los estudios esenciales para una bruja: 

Encantamientos: Toda bruja deberá estar preparada en encaminamientos de curación. También deberá tener conocimiento en encantamientos de limpiezas para mantener su hogar limpio.

Runas: Una bruja deberá conocer el uso de runas para diversos usos. La protección del hogar, creación de barreras a las habitaciones de los niños y del hogar.

Pociones: El conocimiento de pociones medicinales es esencial para las brujas en caso de presentarse algún miembro de la familia.

Astronomía: El conocimiento y posición de las estrellas para la realización de rituales y de bendiciones para la familia y hogar.

Rituales: Conocer a precisión de los rituales como Yule y Samhain.

Sanación: Una bruja deberá ser una buena sanadora para el hogar y si llegase la situación ejercer el rol de partera. 

El cortejo: 

*La petición: Una bruja puede empezar a recibir propuestas cortejos a partir de la edad de quince años, la misma puede rechazar cortejos si considera que el mago es adecuado para ella. 

*Las citas: Cada bruja deberá estar acompañada de otra bruja que sirva como chaperona en sus citas. 

*La terminación de un cortejo: La bruja tiene absoluto derecho a finalizar un cortejo si el mago trata de sobrepasarse con ella. 

El matrimonio: 

*Propuesta: Cuando se le es propuesto matrimonio a una bruja deberá ser en presencia del jefe de familia y padres de la bruja. Si la dama en cuestión acepta la propuesta, deberá quitarse los guantes y entregarlos al mago como señal que acepta dar su mano en un vinculo matrimonial. 

Las brujas y el cuidado de los hijos.

*Una bruja siempre debe rezar a la Madre Magia por fertilidad y la concepción.

*El mago debe proveer parte de su magia a su esposa durante el periodo de gestación debido a que el núcleo mágico de la bruja estará totalmente enfocado en la protección del bebé en su vientre.

*La bruja deberá alumbrar en su casa y rodeada de amigas y familiares femeninos más cercanas, quienes entonaran plegarias para un buen alumbramiento.

*La bruja deberá bordar la primera manta del bebé con un hilo que contenga la firma mágica de ella y su esposo con runa para que el bebé reconozca la magia de sus progenitores.

*La educación básica será tarea de la bruja antes del ingreso a la escuela para una educación complementaria.

Los new Bloods.

*Una bruja nacida de muggles deberá seguir los protocolos y las tradiciones como la Madre Magia.

*Cuando una bruja se convierte en una New blood aparecerá su cepillo de magia de sangre. Si la bruja ya tiene algún mago de familia mágica al que se quiera unir le entregará su cepillo como señal de que está disponible a un vinculo de matrimonio.

*Si una bruja sangre pura contrae matrimonio con un mago New Blood, esta puede decidir si quiere usar su apellido de casada.

*En caso que esta bruja sea la heredera de su familia, el mago deberá adoptará el apellido de la bruja y podrá representarla en Wizardmont si es la voluntad de la bruja.

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Luego del baile de Yule, Cordelia se había dedicado a sus estudios. Lady Narcissa fue amable en dejarla usar su estudio privado para que Cordelia pudiera hacer sus tareas. 

Era una suerte que el método de estudio de Hermione le sirviera a Cordelia. Además, como el método involucraba post it y usar diferentes colores, Cordelia estaba más que encantada. 

Así que lo que le quedó de tiempo libro pudo terminar el libro interesante que Sammy Smith le había regalado. 

Una habitación propia, de Virginia Woolf se sintió como si estuviera iluminada. 

Cordelia pudo hacer conexión con el texto con las normas del mundo mágico. Un punto esencial de en el ensayo de Woolf era que las niñas podrían tener una libertad total a la educación y que no era exclusiva para los varones. 

Recordó una vez en clase de primaria como una compañera de ella decía de que grande quería ser cirujana, pero el maestro de historia solo rio y le dijo que mejor pensará en enfermería, que era más apto para una chica. 

Estaba segura que si su maestro conociera a la señora Granger, ella de seguro se cruzaría de brazos frente a el con una mirada de seriedad. 

Otro punto interesante era saber que antes las mujeres escritoras deberían firmar sus obras en anónimo o con seudónimos masculinos. ¿Acaso el mundo le tenia miedo a voz firme e ideas de una mujer?

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A Cordelia le gustó mucho el té. 

Té de menta, Té de manzanilla con algo de miel o leche. 

Pero probar té de rosas era algo completamente nuevo y con el primer sorbo supo que se este se convirtió en su nuevo té favorito. 

Lady Narcissa la invitó al té en compañía de sus hermanas. Cordelia saludó a ambas y los ojos le brillaron cuando notó al bebé en los brazos de Lady Bellatrix.

—Bebé— Cordelia había extendido sus brazos ante el bebé de cabello negro.

—Su nombre es Corvus—dijo la Bellatrix con una ligera sonrisa.—¿Quieres sostenerlo?

Cordelia asintió con entusiasmo, el bebé Corvus río en sus brazos y tomó con sus regordetes dedos el collar de perlas de los Evans.

Y así se quedó. En toda la charla con las tres damas, Cordelia sostuvo al bebé mientras con cautela tomaba té y comía un poco de este pastel de crema que fue servido.

—Cordelia, ¿Sabias que el esposo de Andy solía ser un nacido de muggles?— dijo Lady Narcissa— Aunque se volvió a New Blood.

—¿En serio?— preguntó Cordelia jugando con los dedos de Corvus.— Mis amigas Hermione y Eowyn también están aprendiendo los protocolos y tradiciones para convertirse en una New blood.

—Vaya. Dos chicas— dijo Lady Narcissa — Hace años que no se escucha de algun mago o bruja que quisiera volverse un New blood.

—Ted puso mucho esmero en sus estudios— siguió la señora Andrómeda— Cuando lo modificó fue a pedir mi mano de inmediato.

—Pensé que desmayaría por la mirada que padre le daba en toda la cena— comentó Lady Bellatrix bebiendo un sorbo de su té.

—Ted le agrado a nuestros padres— sonrió Lady Narcissa— Aunque hizo todo bien, solo en la cosa más importante tu y Ted decidió hacer los que le dio la gana.

—¿Qué paso?— preguntó Cordelia.

—Andy y Ted decidieron escaparse como dos pajaritos enamorados al condado de Kent para casarse ellos dos solos porque había lluvia de estrellas — dijo Lady Malfoy con cierto tono acusatorio.

Pero por la sonrisa cínica y maliciosa de la señora Tonks, Cordelia supo que no se arrepentía de nada.

—Cissy, tu solo estás molesta porque no tuviste voz o voto sobre el vestido de novia de Andrómeda— secundó con una sonrisa igual a Lady Bellatrix.

—Era un feo vestido— Respondió a Lady Narcissa bebiendo más té.— ¿Que bruja de la casa Black en su historia se casa con un vestido que compró en una tienda muggle?

—Yo— sonrió la señora Tonks antes de comer otro bocado de pastel.

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Llego el fin de las vacaciones de invierno y era momento de regresar a Hogwarts.

Lady Narcissa se estaba despidiendo de ella mientras la abrazaba y la tomaba de las manos deseándole buena suerte en los exámenes.

Cordelia se despidió con cordialidad de Lord Malfoy y agradeció su placentera estancia en Malfoy Manor.

Cuando vio a Hermione acercarse con su baúl y una mochila detrás de su espalda una sonrisa se instauró en el rostro de Cordelia.

—Espero que haya disfrutado sus vacaciones en Houston, señorita Granger— sonrió Lady Narcissa.

—Fueron unas buenas vacaciones — respondió Hermione— Espero en otra ocasión conocer las zonas mágicas.

—Es mejor visitar el New York mágico— respondió Lord Malfoy — La biblioteca de New York tiene un pasadizo escondido solo para los magos. Tienen textos de todas partes del mundo. 

—Eso suene fascinante — sonrío Hermione. Cordelia sabía que Hermione amaba a los libros más que nada.

Por eso una copia de un libro de runas envuelto en papel con mariposas dibujadas había sido una buena opción de regalo.

Cordelia, Hermione se despidieron de los padres de Heir Malfoy para luego buscar un compartimento. Luego llegaron Daphne y Pansy quienes abrazaron a Hermione.

Ya las cuatro, Hermione abrió la mochila y le extendió a cada un paquete envuelto en papel dúo cromático.

—Espero que les gusten— dijo esperanzada Hermione. 

Las tres abrieron sus regalos y Cordelia se quedó muda. Una Holiday Barbie de ese año, con el vestido verde terciopelo y piedras en la parte superior. 

Daphne había recibido una Barbie bailarina, Hermione acertó al recordar que Daphne suele practicar en el verano ballet. 

Pansy una barbie de vestido rosa con flores en la parte superior. 

—¿Y que tal?

—¡Es hermosa!—dijeron Daphne y Pansy al mismo tiempo. Ambas le entregaron a Hermione su regalo. 

Daphne le dio broches para el cabello y Pansy una bonita pulsera con charms de estrellas. 

—¿Eowyn también tendrá una muñeca?— alzó una ceja Pansy. 

—Las cuatro sabemos que Eowyn no es de muñecas— rio Hermione— Pero se que le encantara su regalo. 

Cordelia sonrió y miró por la ventana. Ya estaban camino a Hogwarts. 

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Cuando en la cena pudieron ver a Eowyn, Cordelia se emocionó, pero rápidamente fue reemplazada por una mueca de preocupación por el semblante triste de Eowyn.

Desde la mesa de Gryffindor vio como Eowyn no tocaba nada de su comida, hasta que Percy Weasley le dijo algo y ella suspiró probando bocado. 

Y mañana en el desayuno hablaría con Eowyn. 

En la mesa de Slytherin Cordelia y sus amigas conversaron de manera susurrante sobre la situación de Eowyn. 

—Mis padres conocen a un abogado— dijo Hermione mirando su libreta— Pueden tramitar la custodia de Eowyn. 

—Tiene que ir a Gringotts— sugirió Pansy. 

—Por una prueba de herencia— continuo Cordelia con una mano sobre su barbilla, su mente estaba buscando alguna solución— Lord Malfoy me comentó lo mismo. Dice que como Eowyn no conoce a su padre puede existir un camino por esa linea. 

—¿Y Eowyn querrá saber quien es su padre?— preguntó Daphne. 

Entre las cuatro se miraron. Sabían toda la historia de Eowyn, ella no se guardó nada para ella, así que era claro que Eowyn poco le importaba quien era su padre. 

—Hablaremos con Eowyn en el desayuno— finalizó Cordelia— Por cierto Hermione. ¿Programaste nuestro plan de estudio?

Hermione sonrió ampliamente y señaló su libreta. 

—Todo listo y planeado. Sacaremos buenas notas en nuestro exámenes— dijo con absoluta confianza. 

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—¿Pueden dejar de mirarme como si me estuviera velando?— dijo Eowyn con tono demandante. 

Las cinco estaban juntas en una amplia mesa de la biblioteca, con sus pergaminos extendidos y varios post it para anotar las ideas generales. 

Las miradas que le daban sus compañeras la irritaban. 

¡¿Por que la miraban con lastima?!

—Nada, es que nos sentíamos mal por dejarte sola— dijo Cordelia con ese tono dulce de siempre. 

—Estoy bien— respondió subrayando con un lápiz verde una linea que parecía importante de pociones— Si bien, me quede en Hogwarts, pero al menos estoy bien. Ni que haya caído en depresión. 

Medio mintió un poco en lo ultimo. 

—Me quede en la sala común sola, viendo el leño de yule arder mientras escuchaba a ABBA cubierta por una manta — respondió Eowyn. 

—Espera— dijo Hermione —¿Cómo escuchaste música dentro de Hogwarts?

Eowyn miró a sus lados y cuando no notó alguna rata chismosa, sacó de su bolso un walkman, regalo del año pasado de las amigas de sus mamá. 

—¿Por que lo trajiste?— preguntó Cordelia— 

—No iba a dejar mis valiosas pertenencias en Wools donde me lo podían robar alguno de los niños— dijo con obviedad Eowyn dejando su walkman sobre la mesa— Solo me traje esto y mi cajita musical. Lo demás esta guardado con mucho recelo en el sombrío y polvoso ático. 

Eowyn sonrió torcidamente. Ella misma había corrido los rumores que este ático había una fea y grotesca rata que se comía los dientes de los niños, así que todos evitaban ese lugar y las matronas lo iban para tirar cosas viejas e inservibles. 

—¿Qué esto?— picó Pansy con su dedo el walkman. 

—Permite escuchar música— Eowyn agarró el reproductor— Estos se llaman audífonos, por aquí sale la música, y si tienes un casete lo puedes reproducir. El que esta adentro tiene un grupo sueco llamado ABBA, el mejor grupo de la historia. 

—¿Y que como lo hiciste funcionar?— preguntó Hermione— Las cosas muggles no funcionan aquí. 

—Funcionan con el hechizo adecuado según Percy Weasley— sonrió Eowyn— Así que engañe a un Ravenclaw de ultimo, le dije que no eran habilidoso como para hacer funcionar mi walkman. Lo tomó como un reto personal y ¡tadan! ahora puedo escuchar música en mi cama a escondidas. 

—Eso fue muy listo— dijo Cordelia. 

—Gracias— dijo Eowyn orgullosa de si misma. — ¿Ahora cuales son sus planes para liberarme de Wools?

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Las pesadillas aun atormentaban a Cordelia como una bandada de cuervos sobrevolando sobre su cabeza. 

Lo mismo de siempre. La risa, el destello verde y el frío subiendo por su cuello. 

Siempre despertaba exaltada con la cabeza doliéndole fuertemente. 

El dolor llegó hasta el punto de ir con Madame Pomfrey por algo para calmar el dolor y las pociones para sobrellevar el dolor se convirtieron en su salvación. 

Solo aparecían cuando dormían, así que trataba de mantenerse cómoda durante el día. 

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Hermione vio como sus compañeros de casa empezaban a amontar algunos dulces y algunas monedas de plantas sobre la mesa de comedor para las apuestas del día de hoy.

Era el partido de esa mañana era Gryffindor contra Ravenclaw. 

Eowyn dejó un papel sobre el los dulces. 

—¿Un vale de tres ensayos?— dijo Heir Malfoy el papel. 

— A favor de Gryffindor— contestó. 

—¿Apostarás a favor de Gryffindor?— arqueó una ceja Heir Malfoy. 

—Es mi casa— se encogió de hombros— El equipo es bueno. Wood es fanático que raya a lo obsesivo pero es un buen jugador, sus cazadoras son buenas. Los gemelos Weasley son como bugglers humanas, el único defecto es el tonto que tienen como buscador cuyo ego es más grande que su cabeza. 

Cordelia soltó una risilla desde su lugar. 

—Así que estoy dispuesta a hacer tres ensayos si Gryffindor pierde.— terminó Eowyn su análisis. 

—15 sickle a que gana Ravenclaw— dijo Heir Malfoy aceptando el reto de Eowyn. 

—¿Entonces es una apuesta?— sonrió Eowyn como un gato que visualizó una presa. 

—Es una apuesta— aceptó Draco Malfoy. 

Hermione negó con la cabeza y sentó a lado de Cordelia que estaba leyendo el libro de transformaciones. 

—¿No se que  le ven divertido al Quidditch?— dijo Cordelia cerrando su libro— A mi me daría pánico volar en una escoba. No es para mi, prefiero mi cuello y mi integridad física intacta. 

Oh y vaya que tenia razón. En la primera lección de vuelo con Madame Hooch, la escoba respondió a la primera orden de Cordelia, pero era claro que cuando la lección avanzó y Cordelia se elevó un poco del suelo supo que volar no era lo de ella. 

—Te comprendo— le apoyó Hermione asintiendo— También tengo acrofobia. 

Al final del día del partido, Eowyn se quedó con los 15 sickle de Heir Malfoy. 

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Si había una época del año en donde la dulce personalidad deslumbrante de Cordelia se transformó a una gran señal de "No me toques que me estreso y me muero" es sin duda es en época de exámenes. 

No era que Cordelia se obsesionaba con tener el mejor promedio, todo radicaba a una maestra que en primaria que destruía la autoestima académica en clase de matemáticas. La había sacado al pizarrón para que resolviera un ejercicio matemático que claramente le fue complicado. 

La maestra solo le arrebató el marcador y dijo sin ningún tacto que era una chica muy tonta que solo seria un bonito rostro sin cerebro. Cordelia se habia sentado en silencio el resto con la mirada baja y con los ojos llenos de lagrimas. 

Las matemáticas siempre fueron su talón de Aquiles en cuanto a sus promedios, hasta que un rayo de luz llamado Samantha Smith apareció en su vida. 

La nieta de la señora Dawn era campeona en olimpiadas matemáticas desde los catorce años, ( being el mayor orgullo de la señora Dawn) así que muy amablemente se había ofrecido como tutora de matemáticas para Cordelia y Dudley. Muy a diferencia de su maestra, Sammy tenia la paciencia de explicarle los ejercicios. 

Cordelia nunca más fue un blanco para esa horrible maestra, pero el hecho que la llamaran una tonta frente a sus compañeros dejó en ella esa semilla de demostrar que Cordelia Potter era alguien con cerebro. 

Así que apenas llegaron a esa semana de exámenes se pudo ver a Cordelia con sus libros marcando las cosas que sintieron que eran esenciales. 

Leía los ensayos que han sido su tarea, incluso preguntó a la prefecta Fawley como fueron los exámenes ella estaba en primer año. Y para su suerte Hermione también era alguien que la semana de exámenes era como la semana más importante del año. 

Hermione tenia una técnica de llamada de estudio tarjetas. Una serie de tarjetas con preguntas y respuestas puntales que leía al lago del día, y muchas veces preguntaba a sus amigas. 

—¿De dónde aprendiste esa técnica? - preguntó muy interesado el prefecto Sewlyn 

—Mi madre la usó en sus exámenes de la residencia y para su examen de certificación— respondió Hermione al natural— Ella siempre me había dicho que alguien debe hacer una lectura crítica, por que no tiene sentido solo leer responder y olvidarse.

El prefecto Sherlyn solo asintió con la cabeza ante las palabras de Hermione.

En su pequeño grupo se dedicaban a estudiar en la biblioteca donde casualmente también estaba el pequeño grupo formado por los herederos Malfoy, Nott, Zabini, Goyle y Crabbe.

Cordelia pudo notar en que materias eran el punto fuerte entre sus amigas. Ella misma sobresalía en Transformaciones.

Eowyn resalta en Defensa Contra Artes Oscuras.

Hermione brillaba en Encantamientos.

Daphne era hábil en Astronomía y Pansy dominaba pociones.

Así que entre ellas se apoyaban en los temas que no entendían y se intercambiaban apuntes.

Cordelia tenía el buen presentimiento de que sería una buena semana de exámenes.

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Como predijo, el trabajo en grupo ayudó.

Lo que no colaboró fue el dolor de cabeza. Si cicatrizardía, tanto que a duras penas pudo dar su examen de Astronomía sin gruñir del dolor.

Cordelia apenas termino y entregó el pergamino salió sola para ir a donde Madame Pomfrey por algo para el dolor.

Estaba doblando una esquina cuando sentí un frío subir por su columna.

Su mano fue al bolsillo de su túnica para tomar su varita y lanzar cualquier hechizo y echarse a correr.

Pero antes de que pudiera actuar fue atacada y todo se volvió negro.

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Cordelia recuperó la conciencia en una habitación que jamás había visto con un dolor de cabeza.

En la habitación solo había un gran espejo muy muy viejo.

Cordelia se levantó con la cicatriz ardiendo en fuego, podía sentir su varita en su bolsillo. Cordelia avanzó hacia el espejo logrando leer la inscripción que estaba grabado en el marco del gran espejo " Oesed lenoz aro cut edon isara cut se onotse"

—Muévete, niña tonta— dijo una voz a sus espaldas. 

Cordelia se giró para encontrarse con el profesor Quirell, era extraño no tartamudeaba como de costumbre. Cordelia esgrimo su varita en posicion de defensa a la vez que se apartaba del espejo. 

Quirell se acercó al espejo con una mirada hambrienta mientras murmuraba, Cordelia miró hacia todos los lados buscando una ruta de escape, pero la única salida estaba detrás de una pared de fuego. 

—Ayúdame, Madre Magia— oró Cordelia en su mente. 

—Veo la piedra, se la entregó a mi maestro. - murmuraba Quirell mirando su reflejo— La veo, Dumbledore fue listo en colocarla en el espejo. La piedra será mía. ¡Alfarero!

Cordelia mantuvo su agarre en su varita, Quirell la jaló de la manga de su túnica y la colocó frente al espejo. 

Una expresión de sorpresa se instauró en el rostro de Cordelia cuando vio su reflejo en el espejo, era ella sin ningún cambio pero a su lado podía ver a dos personas más.

Una bonita pelirroja sangre con sus ojos verdes, el cabello suelto que caía como llamas por sus hombros y un hombre alto, de cabello negro revoltoso y lentes con un marco que era de oro que enmarcaban unos ojos almendradnos que ligeros toques azules. 

Sus padres. Cordelia estaba viendo a sus padres. 

Su madre apoyó su cabeza en la de Cordelia y su padre una de sus manos sobre uno de sus hombros. Su padre sacó una piedra roja con destellos dorados, la lanzó ligeramente al aire para atraparla y ponerla en el bolsillo de la túnica escolar de Cordelia. 

El reflejo de su padre besó la coronilla de Cordelia con ojos devotos. 

—¿Qué ves, Potter? - preguntó Quirell ansioso. 

—A mis padres— respondió Cordelia con la voz rota. 

Quirell la movió molesto llamándola nuevamente niña tonta. Cordelia sintió el peso de la piedra en su bolsillo. 

—Muéstrame Quirell— dijo una voz fría en el lugar. Quirell con las manos temblorosas se destapó su turbante. 

En la nuca de Quirell había un horrendo rostro, color ceniza con brillantes ojos rojos y ranuras en vez de fosas nasales asimilándose a las serpientes.

—Cordelia Potter— dijo la voz seseante. 

Cordelia retrocedió su varita en alto. 

—¿Ves en lo que me ha convertido? - dijo la criatura— En una sombra Quimera, que sobrevive al poseer el cuerpo de alguien deseosos de dejarme entrar en su mente. La sangre de unicornio me ha servido temporalmente, pero la piedra me ayuda a crearme un nuevo cuerpo. 

Cordelia sacó la piedra de su bolsillo. 

—Dame la piedra— seguramente— Tu padre se enfrentó valientemente y murió por ellos Y tu madre, la talentosa maestra de Runas sacrificó su vida por la tuya. No seas una niña estúpida al desperdiciar tal sacrificio. 

Lagrimas bajaron por las mejillas de Cordelia. 

Sus padres muertos por ella. 

¿Que tenia que hacer? Era niña y no hay ningún adulto cerca para socorrerla, sabia que si lanzaba alguna él, el que Quirell lanzará como ataque seria mucho peor. 

Cordelia miró la piedra en su mano y el espejo pensando en sus padres. La magia vibró por los dedos de Cordelia, un impulso, una decisión. 

Cordelia le tiró la piedra a Quirell. 

—Veo que no eres una niña tonta— dijo complacido la criatura - Y para muestra de cortesía, hare que piesen que peleaste con valor. 

Quirell lanzó un hechizo que la lanzó a una de las paredes. Cordelia se golpeo la espalda y la cabeza, y antes de caer en la inconsciencia vio como la pared de fuego se apagaba. 

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Cordelia sentía su cuerpo sentirse como el plomo, su mente estaba lucida pero su cuerpo no le respondía. 

¡Oh no! Estaba muerta y vagaría como un fantasma por el resto de la eternidad. 

Cordelia abrió sus ojos y reprimió un gruñido ante la luz del día. Con cuidado se sostuvo de sus brazos como para estabilizarse de donde estaba acostada, viendo a su alrededor se fijó que estaba en la enfermería. 

Notó que su cabello caía un perezoso trenzado a un lado. Cordelia como pudo se levantó con el tobillo izquierdo doliéndole levemente. 

—Señorita Potter— escuchó a Madame Pomfrey llamándola, Cordelia alzó su mirada al ver a la enfermera acercase a ella. —¿Qué hace levantada? No, no, no. Usted necesita descansar, tres días inconsciente deben ser agotadores. 

—¿Tres días?

Madame Pomfrey la tomó de los brazos y la regresó nuevamente a la cama. El tobillo la molestaba y la cabeza tenia la sensación de agujas picándola. 

¿Que era esa criatura con la que se enfrentó?

Al menos estaba viva, eso era bueno. 

Cordelia se pasó los dedos por su trenza y miró a la enfermera buscando respuesta. 

—La señorita Granger fue la encargada de cepillarle y trenzarle el cabello mientras estuvo dormida— explico Pomfrey pasándole una vaso de agua. 

Cordelia sintió alivio al saber que su querida Hermione cuidó de ella, era lo más cercano que tenia. Ella y sus demás amigas. 

Permaneció casi una hora hasta que sus amigas entraron a la enfermería por cinco minutos por orden de Madame Pomfrey. 

Eowyn fue la primera en lanzarse sobre ella, con el rostro pálido como papel, y envolvió en sus brazos con mucha fuerzas que pareciese que quería exprimirla. 

Cordelia tuvo que darle unas palmaditas en la espalda y pedirle que la soltará porque la estaba apretando muy fuerte. Eowyn la soltó con los ojos brillando en lagrimas. 

—Casi me da algo cuando nos enteramos que estabas en la enfermería y herida— empezó a explicar Hermione sentada a la derecha de Cordelia, apoyó su cabeza en el hombro de ella. Cordelia le dio suaves palmaditas en las manos de Hermione. 

—Gracias a la Madre Magia solo tengo una fea migraña y un tobillo lastimado— respondió Cordelia. 

—Deberías conseguirte algo para defenderte— dijo Eowyn extendiéndose boca arriba como un gato a los pies de Cordelia— Algo con filo e impregnado de veneno. 

—Un pasador de cabello— apoyó la idea Pansy. — Así cuando alguien trate de lastimarse solo lo empuñas y ¡Chas!— hizo el ademan de apuñalar algo. 

Daphne negó con la cabeza ante tal descabellada idea. 

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Luego de la vista de las chicas durmió un rato más, Madame Pomfrey le dio algo para el tobillo que la hizo dormir unos minutos y cuando despertó tuvo una charla con el director. 

—Es una total pena que te hayas envuelto en tal situación— dijo con tacto. Cordelia permaneció todo el mundo con la postura recta y tomando nota de todo. 

—¿Qué era eso que quería matarme?— dijo Cordelia con voz firme— Esta vinculado a Voldemort ¿verdad?   

El director asintió con la cabeza. Cordelia apretó los labios, había leído de Voldemort. El-que-no-debe-ser-nombrado. El señor Oscuro. 

Dumbledore siguió hablando. Que lo que se llevó era algo que un viejo colega le pidió cuidar. 

Que fue el que le envió la Capa de Invisibilidad de su padre. 

¿Por que Dumbledore tenia la Capa en su poder? se preguntó Cordelia con sutileza. 

Que su mamá había creado una especie de encantamiento que la protegía. 

Runas. 

Voldemort mencionó a su madre como una Maestra Rúnica 

El director se despido de ella diciéndole que no sintiera a mal no por proteger la piedra. 

Cordelia arrugó la nariz con disgusto, el mismo gesto de su tía Petunia, ante la frase del director. 

No era deber de ella de proteger esa cosa. 

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La siguiente visita fue más agradable y sorpresiva. 

El guardabosque Hagrid la sorprendió con un regalo precioso. Un álbum de fotos de sus padres. 

Cordelia pasó sus dedos por una foto en particular. Sus padres sonriendo y cargándola de bebé, una pequeña bebé. 

Su madre tenia el cabello rojo sangre y brillantes ojos esmeraldas, trenzado suavemente cayendo en armonía y elegancia. En la fotografía, ella de bebé se aferraba al cabello rojo. 

Luego estaba su padre, alto y con el cabello despeinado. Con sus ojos almendrados brillando de felicidad y orgullo envolviendo a su madre con uno de sus brazos. 

Cordelia agradeció el obsequio con una sonrisa suave y los ojos brillando en lagrimas. 

Para la noche un paquete de dulces llegaron a ella, Cordelia los dejó de lado al recordar las palabras de Tía Petunia de no aceptar dulces de extraños. 

Claro, hasta que Madame Pomfrey los examinó y les dijo que si podía comerlos, con moderación. 

Bueno, si una experta en la salud le decía que podía comer dulces, los comería. 

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—¿Le entregaste de forma discreta la caja de dulces a Lady Cordelia?— preguntó Theo al elfo frente a él. 

—La señorita Potter descansaba— contestó el pequeño ser— Pero le fue entregado la caja. 

Theo asintió con la cabeza y se dirigió a su sala común. 

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Cuando al fin fue dada de alta, fue justo para el banquete de despedida. Su casa celebró haber ganado la Copa de las Casas. 

Cuando las notas de los exámenes fueron entregadas, Cordelia quedó satisfecha al saber que estaba en el cuatro lugar en las notas de su año. 

Hermione se posicionó en el primer lugar a la par con Heir Malfoy. 

Pansy y Daphne estaban contentas con su nota. La que celebró como si se hubiera ganado la lotería fue Eowyn. 

—Siempre fue un completo desastre académico— dijo sonriendo— Tal vez las materias muggles no eran lo mio. 

Sus notas todas eran satisfechas

Cuando llegó el momento de partir se le fue entregado un papel que advertía que no utilizaran la magia durante las vacaciones.

El viaje del tren fue tranquilo, Cordelia estaba leyendo la señora Daloway mientras Hermione leía un libro de tradiciones mágicas. 

Eowyn escuchaba música en su Walkman mientras admirada el paisaje, Pansy y Daphne revisaban un catalogo de vestidos y accesorios. 

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En la estación de trenes, se encontró con Lady Narcissa y Lord Malfoy. 

Lady Cissy la abrazó cariñosamente mientras le extendía una invitación para el verano. 

Cordelia respondió que debería consultarlo con su tía. Invitación también extendida hacia Hermione y Eowyn. 

—También debería hablar con mis padres— dijo Hermione. 

—¡Con gusto!— accedió Eowyn— Y seria aun mejor si no tuviera que regresar a Wools. 

Lord Malfoy le indicó de la prueba de herencia en Gringotts, y Eowyn aceptó la ayuda de Lord Malfoy, aun si eso le daba el nombre del hombre sin rostro en su vida. 

—Tal vez pueda sacarle algún tipo de pensión por estos años— le murmuró discretamente Eowyn a Cordelia.  

Bueno, la menos le estaba viendo la ventaja. 

Las tres cruzaron la barrera, Cordelia avanzó unos cuantos metros hasta que vio a su tía Petunia y Dudley, detrás de ellos estaba una pareja de castaños. 

Cordelia miro por su hombro como Hermione sonreía y Eowyn ya se había ido. 

Empujó su carrito hasta su tía y primo. Tía Petunia abrió sus barcos y Cordelia se refugio en ellos, su tía le llenó la cara de besos y Dudley le dio un abrazo. 

—Usted debe ser la tía de la señorita Potter— dijo el padre de Hermione extendiéndole la mano a su tía— Mi nombre es Richard Granger y ella es mi esposa Eliza. 

—Es un gusto— aceptó el saludo tía Petunia— Cordelia me ha escrito de su hija. 

—Estamos agradecidos con Cordelia— dijo la señora Granger— Ayudar a nuestra Mimi a adaptarse al mundo mágico y guiarla. 

Luego intercambiaron números para estar en contacto durante el verano. Cordelia y Hermione se abrazaron despidiéndose. 

Cordelia salio de la estación a lado de su tía y primo. 

Chapter Text

El verano trajo para Cordelia una completa relajación, claro hasta que luego de la primera semana llegó algo espantoso.

Su período.

Cordelia se había levantado ante la sensación incomoda solo para espantarse al ver la sangre.

Ella aun en shock quitó las sábanas y corrió hacia el baño para llenar la bañera y tratar de quitar la sangre con una barra de jabón.

Si era sincera, fue dramática. Estaba que respiraba fuertemente mientras armaba su testamento de manera verbal y fue tanto su ataque de pánico  que levantó a tía Petunia.

Cordelia fue tranquilizada y con paciencia tía Petunia le explicó que era natural en las niñas.

Le explico como usar una compresa, así que luego de bañarse, cambiarse y una taza de té de canela, Cordelia pudo volver a dormir.

Su período le duró tres días, y esos tres días Cordelia se mantuvo muy cansada, tan perezosa como un gato gordo.

Cuando acabo el martirio, pudo volver a su actividades normales, incluyendo su correspondencia con Lady Narcissa, Cordelia meditó si era prudente hablar de tan personal tema con ella pero al final aceptó contarle.

Mediante una carta le explicó que las brujas lo denominaban como Luna de Sangre ya que antiguamente se lo relacionaba con los ciclos lunares.

Explico que era su cuerpo adaptándose para en un futuro dar vida.

También le explico de compresas encantadas que se mantenían siempre limpias y de pociones efectivas para los cólicos.

Luego de la dramática experiencia, Cordelia decidió que solo seria un recuerdo vergonzoso entre ella y su tía.

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Desde que era pequeño Dudley siempre supo que Cordelia era un delicado pajarito para ser cuidado.

Siempre se mantenía callada y nunca alzaba la voz. Incluso en esa vez que la maestra Moira le dijo que era una tonta sin cerebro.

Claro que Dudley logró poner una rana y dos lagartijas en su bolso como venganza.

Todo el año escolar Piers no dejaba de quejarse de que no enviaran a Cordelia a Saint Mary, la secundaria para señoritas que siempre coincidía con Smeltings en excursiones y eventos escolares.

Era claro para Dudley que lo que Piers quería era estar cerca de Delia.

Así que ese día Piers junto a otros dos compañeros estaban probando un nuevo juego de consola en la habitación de Dudley.

Cuando llegaron Cordelia estaba en su habitación haciendo su tarea, Dudley tuvo que jalar el cuello de la camisa a Piers para que no se deslizará como un gusano hasta la habitación de Delia.

Fueron una media hora hasta que alguien tocó la puerta.

Jonathan fue el que la abrió.

—Les traje un refrigerio — Dudley escuchó la voz de Delia.

Miro hacia la puerta, Jon estaba parado como bobo mirando a Cordelia. Su prima tenía un bandeja con cinco vasos y desde su lugar podía oler a galletas glaseadas.

Piers se levantó del suelo de un tiro y empujó a Jon de lado sonriendo como un tonto hacia Delia mientras tomaba la bandeja con el refrigerio.

—Gracias— trato de hacer su voz más gruesa. Dudley bufó, su amigo estaba siendo un tonto.

—Espero que lo disfruten— sonrió Cordelia.— Dudley, hay más galletas galletas la cocina por si tienen más hambre. Me iré donde la señora Dawn a mi lección de piano.

—Gracias por las galletas— dijo Dudley con amabilidad.

Delia se despidió de los chicos antes de irse a su lección.

—¿Esa es tu prima?— preguntó David sentado a su lado.

—Si— contestó Dudley serio.

—¿Y tiene novio?— preguntó Jon. Dudley le tiró con mucha fuerza una de las almohadas a la cara.

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Cordelia se dirigió al número siete para su lección de piano de la semana.

En el jardín delantero estaba Sam, sentada en una silla de playa leyendo un libro que tenía como portada a un hombre con la camisa abierta sosteniendo a una mujer cuyo vestido escarlata enseñaba piernas y brazos descubiertos.

"Cazando al duque" pudo leer en la portada.

—Hola Sam— dijo Cordelia llamando la atención de Sam.

La chica la vio con cara de pánico para luego ver su libro y tirarlo detrás suyo. La chica Smith sonrió como si nada hubiera pasado.

—Delia querida— dijo con voz chillona. Luego carraspeo un poco para volver a su voz normal. —¿ Buscabas a mi abuela?

— Tengo mi clase de piano

—Uhh— se mostró algo tensa — Mi abuela se fue a dormir hace rato. Le dolían las rodillas, ya sabes, rodillas de anciana.

Cordelia asintió con la cabeza.

—Entonces me voy para mi casa.

—No, no, no— dijo teniéndole una toalla grande en el césped — Siéntate, pasemos un rato juntas.

Cordelia notó que Sam llevaba la parte superior de un bikini color cereza y short de mezclillas.

—Es aburrido tomar sol yo sola.— dijo acomodándose en su silla— Soy como una planta, necesito tomar sol o si no me muero. Amo Edimburgo, mi pude encontrar a mi misma, pero nunca hace sol, por eso estoy broceándome.

Cordelia rió mientras se sentaba sobre la toalla. La curiosidad y el pequeño chisme que le contó su tía Petunia la empujaban a preguntarle a Sam sobre el escándalo en las vacaciones de invierno.

Según tía Petunia, Sam pasó Yule con su abuela y un día mientras estaba quitando la nieve de la entrada había llegado un chico con el que discutieron tan fuerte que llamó la atención de los vecinos. Al parecer la pelea fue tan fuerte que el chico le dio una bofetada a Sam.

Y lo más sorprendente es que Sam como repuesta a tal ofensa golpeó al chico con la pala de quitar nieve y lo arrastró hasta su auto mientras amenazaba con la policía.

—Se que ya te fueron con el chisme — dijo Sam sacándola de sus pensamientos.

—No quiero ser imprudente.

—Nah— contestó Sam aligerada — Que mi experiencia te sirva de algo.

—Okey— dijo Cordelia — ¿Quien era chico?¿Por que discutieron?

—Ese idiota era mi ex novio, estuvimos cuatro años como pareja hasta que decidió engañarme con una chica de 16 años el año pasado— sonrió moleta— Y el volvió arrastrándose en las vacaciones para volver, y dije que no, y bueno, hay hombres que no les gusta que les digan no.

Cordelia abrió los ojos impresionada. ¿Como alguien podía engañar a Sam? Una chica muy lista y devota a su abuela.

—¿Y por qué te golpeó?— preguntó sumamente ofendida Cordelia. Según había leído, la Madre Magia desprecia a los magos que se atreven a alzarle la mano a una bruja.

—Digamos que le dije la frase: Oh si, todo hombre pero ni cinco minutos duras— se río sonoramente.

Cordelia ladeo la cabeza confundida. ¿Por que esa frase era ofensiva? Bueno, no entendía la frase en sí.

—Mira Cordelia— se puso más seria Sam— Solo te digo esto para que sepas a escoger muy bien a tu pareja. Solo si notas que las cosas ya no funcionan mejor aléjate, no te quedes para sufrir.

Sam respiró fuertemente.

—Tu y tu pareja deben buscar un punto de armonía — siguió — Ese perro jamás tomaba en cuenta mis intereses y yo sacrificaba mucho por el. Salidas con amigas, mis tardes de recreación, él no lo valía. ¡Le hacia sus tareas de matemáticas a ese vago!

Cordelia asintió con la cabeza.

—¿Y que tal Hogwarts?— le preguntó cambiando el tema.

—Bueno, estuvo... — Cordelia se detuvo.¿Como Sam sabía de Hogwarts? Cordelia la miró asustada — ¿Como....sabes de Hogwarts?

Sam sonrió ampliamente.

—Mi abuela y yo somos unas squib.

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Saber que Sam y la señora Dawn eran squibs fue sorpresivo para Cordelia y tía Petunia.

Primero se le explicó que era un Squib, una persona que no hacia magia de padres mágicos.

La señora Dawn era una Fawley de nacimiento.

—Mis padres me enviaron a un internado en Suiza— dijo la señora Dawn en una tarde de té. Estaban ella, Sam, Cordelia y tía Petunia — Al menos tuvieron conciencia de mi formación como una señorita adecuada. Oh mi época de juventud en Suiza fue maravillosa, descubrí mi talento para el piano y encontré a mi amado Otto.

La señora Dawn siguió hablando de su vida. Su regreso a Inglaterra ya como señora casada, y su hija, que resultó bruja y fue enviada a Francia.

Y hasta ahí se detuvo la charla ante el gesto amargo de Sam ante la mención de sus padres.

—Su matrimonio fracasó y se divorciaron— dijo Sam fríamente mientras jugando con la galleta en sus manos — Ninguno de los dos quiso quedarse con  la hija squib que resulte. 

La señora Dawn le dio una mirada seria a Sam, ella solo mordió su galleta.

—Mamá se casó de nuevo y vive en Chicago, y papá trabaja como Rompe maldiciones en Turquía— siguió hablando Sam— No me quejo, fue bueno que me quedara con mi abuela. Así no tendría que andar rebotando entre mis padres como pelota de playa. 

—Es una buena suerte que hayan vivido cerca de nosotros todos estos años— dijo Tía Petunia — Y ayudar a Cordelia.

—Muchas gracias por sus enseñanzas, señora Dawn, Sam— sonrió Cordelia.

—No podía dejar a una heredera no saber tocar piano — dijo la señora Dawn con animo — Muchas piensan que tocar un instrumento es una pérdida de tiempo, cuando para la música de necesita disciplina y amor. 

Sam asintió con la cabeza apoyando a su abuela.

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Luego de la revelación de sus vecinas, Cordelia siguió su verano con normalidad.

Se intercambiaba constantemente cartas con Pansy, Daphne y Eowyn, también escribía a Lady Narcissa.

Muy al contrario con Hermione, que hablaban frecuentemente por teléfono. A veces para saber cómo estaban o si Cordelia tenía alguna duda sobre las tareas de verano.

Y con esa tranquilidad llego el cumpleaños doce de Cordelia.

Había amanecido ante el chillido de Hedwig. Cordelia abrió sus ojos solo para ver que su lechuza le dejo un ratón muerto en su escritorio.

Cordelia sintió náuseas, pero sabía que las lechuzas cazaban para su familia.

— Gracias, cariño— dijo Cordelia a su lechuza que silbo contenta. Con cuidado envolvió al pobre ratón en un hoja de cuaderno y ponerlo debajo de su escritorio, ya cuando Hedwig este durmiendo se deshará del pobre ratón.

Cordelia se lavó las manos hasta que se sintiera que estaban limpias. Cordelia se aseó y cambió, se colocó un sencillo vestido verde limón con una cinta de cabello a juego.

En su escritorio habían dos paquetes envueltos. Regalos de Sam y la señora Dawn que se les fue entregado el día de ayer antes que ambas emprendieran en un viaje hacia Manchester por un ortopédico para la señora Dawn.

Cordelia primero abrió el paquete más delgado, era una carpeta con nuevas partituras para practicar.

El paquete más grande resultó ser la colección completa de los libros de Anne de Green Gables. Cordelia con una enorme sonrisa se abrazó a los libros.

Cordelia solo había podido leerse el primer libro en la pequeña biblioteca de su antigua escuela.

Con sus dos regalos dejado perfectamente en su escritorio salió de su habitación hasta la cocina, Tía Petunia ya estaba haciendo el desayuno. 

—¡Feliz cumpleaños, mi dulce niña!— le felicitó abrazándola fuertemente mientras le daba besos en las mejillas. — ¡Doce años! Y parece que fue hace poco que llegaste a mis brazos, una linda bebé de sonrojadas mejillas. 

Le dio un beso en la frente. 

—Gracias tía.— dijo Cordelia abrazada aun a su tía. 

—Hice tu desayuno favorito, mas tarde te doy tu regalo, lo tengo en mi cuarto— le sonrió mientras Cordelia se sentaba. Tía Petunia le sirvió sus deliciosos hot cakes de canela y fresas. 

Dudley bajó a desayunar, la abrazó fuertemente y le entregó su regalo. Un set de separadores de libros hecho a mano, que combinaban perfectamente con sus nuevos libros. 

Tío Vernon también bajó y la saludo como cualquier otro día. En el desayuno no paraba de hablar de como hoy era un día muy importante. 

La cena con los Masón, una buena oportunidad de negocios. Seguía hablando de lo importante de esta cena y lo que significaría para la empresa. 

Tía Petunia le guiñó el ojo, si bien la cena opacaría su cumpleaños no le importaba. Este tipo de ocasiones era una buena oportunidad para Cordelia para aprender a ser una buena anfitriona. 

Desde que era pequeña era testigo como los buenos negocios de tío Vernon era el resultado de la delicada mano de tía Petunia.

Ella organizaba las cenas con los socios, se encargaba de alentar la conversación y una buena convivencia. También podía intuir quienes podían resultar un buen convenio para los negocios. A veces invitaba a las esposas de los socios a tardes de té en el jardín. 

Tía Petunia siempre le dijo que el arma perfecta para una dama era la cortesía.  

En pocas palabras, todo lo bueno que le iba bien el trabajo a tío Vernon era gracias a tía Petunia.

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El verano para Theo fue..... interesante. 

Primero es que podía estar refugiado en su biblioteca en tiempo que quisiera, ademas de que casi a diario iba a Malfoy Manor para jugar Quidditch con sus amigos, ademas podría probar para el equipo de su casa en el nuevo año escolar. 

Lo interesante fue la visita de alguien. 

Su abuelo lo presentó con un viejo amigo de Hogwarts y que hospedaría con ellos una temporada. 

Tom Riddle, un hombre con notable presencia y magia. 

Desde su llegada, la presencia de Lord Malfoy, Lady Zabini y Lord Lestrange era más frecuentes en Donwell House. Siempre estaban en el estudio, no sabia de que hablaban, pero al parecer era importante. 

Algo estaba pasando, supuso Theo. Solo tenia que ver que sucedería y que papel podría ejercer en lo que estaba por venir. 

Pero ahora tenia algo más importante que pensar. 

¿Qué le regalaría a Lady Cordelia para su cumpleaños?

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Eowyn no le tenia miedo al infierno por que ya vivía en el. Solo que llevaba el nombre de Wools. 

Su verano hasta el momento era una completa mierda. Sentía que el orfanato le estaba absorbiendo la energía, entre apenas tener que buscarse tiempo par hacer las tareas de vacaciones y evitar estrangular a sus compañeros de Wools hacia que su deseo de volver a Hogwarts la hicieran parecer una ansiosa.

Pero ahora, esa voz que le susurraba incendiar el orfanato se encendido como una hoguera.

Eowyn despertó sobresaltada cuando noto una sensación pegajosa en su trenza. Su larga trenza estaba cubierta de algo que olía a pegamento y harina.

Gritó al ver a su preciado cabello siendo arruinado y una estúpida risa la hizo mirar hacia al frente.

Mary, una huérfana de 15 años la miraba con completa burla. En los dedos de esa estúpida había rastro de pegamento.

Cuándo Eowyn pudo procesar lo que sucedía estaba que empujaba a Mary hacia una pared. Sus manos se acertaron a los delgados brazos de Mary, le clavaba las uñas.

—¡Suéltame, anormal!— chilló Mary. Eowyn afianzó su agarre, quería sangre.

Mary en un movimiento rápido le dio un puñetazo en el ojo derecho a Eowyn haciéndola tambalear.

Las demás chicas del cuarto jadearon ante el golpe. Pero Eowyn se levantó y saltó sobre Mary, con sus manos sobre el cabello de Mary y empezó a jalar los mechones de cabello.

—¡Suéltame, suéltame! — chillona como un cerdo a punto de ser sacrificado. Eowyn dejo el cabello y sus manos se enroscaron sobre el cuello de Mary.

—¡Tu!— dijo Eowyn clavando sus uñas. —¡Te voy a matar, asquerosa perra!

Eowyn vio los ojos miedosos de Mary. Esa asquerosa se había atrevido a atentar contra su fuente de magia. Y merecía saber con quien se metía.

No sabe cuanto tiempo paso hasta que fue jalada a la fuerza. La matrona Liliana la tenía cogida del pescuezo y la arrastró hasta la habitación de castigo donde la hizo arrodillarse ante un puño de granos de arroz con las rodillas descubiertas.

—¡Mary me atacó primero!— se defendió Eowyn arrodillada sobre los granos. Tomó la punta de su trenza embarrada. —¡Mire lo que le hizo a mi cabello!

—Eso solo cabello— respondió mordazmente la matrona— Volverá a crecer, no seas una exagerada.

Eowyn quería gritarle que no solo era cabello. Que para ella era importante por ser símbolo de ser un bruja y su fuente de magia.

La mano derecha de la matrona llegó con unas grandes tijeras y la temible regla de madera.

Eowyn fue obligada a mostrar las palmas de sus manos y mientras el frío golpe de la madera sobre sus manos se repetía, su cabello era cortado.

Las lágrimas fluyeron sobre sus mejillas al escuchar el sonido del metal pasar por su maltratada trenza.

—Te quedaras dos horas reflexionado acerca de tu salvaje conducta — dijo la matrona dejándola sola.

Ya en soledad observó el cabello esparcido en el suelo y Eowyn se desmayó.

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Cordelia estaba eufórica de encontrarse con sus amigas en el callejón Diagon.

Había pactado que día ir todas juntas luego de que llegarán su lista de útiles.

Lamentablemente ese día, Tía Petunia no podía llevarla a que coincidía con una reunión de padres en el colegio de Dudley.

Así que Sam se ofreció a llevarla al callejón, debido a que tenía su propio auto y se movilizaba con mayor facilidad.

Tía Petunia accedió encantada.

Cordelia se había vestido lo más apropiado posible. Con sus guantes y cabello recogido se dirigió al callejón Diagon.

Sam tenía un estilo muy peculiar. Había días en que usaba vestidos de verano muy cómodos y otros días vestía como una chica gótica, chaquetas de cuero, pantalones ajustados y botas que pareciese capaz de romperle la cara a alguien.

En todo el camino, Sam puso su repertorio de música que era tan variada como su estilo de vestir.

Pasaba del rock, a las baladas románticas a música disco.

Cuando llegaron al callejón, Sam le incidió a Cordelia que no se separará de ella.

Al entrar pudo notar de inmediato a Hermione y sus padres. Cuando ambas se vieron no dudaron en abrazarse.

—Es bueno volver a verte— dijo Cordelia abrazando a Hermione.

—Yo digo lo mismo.— sonrió Hermione. Cordelia notó como llevaba unos sencillos guantes café que hacía juego a su falda del mismo tono y contrastaba con su bolsa color beige. Su cabello estaba recogido en un trenzado francés que se enroscaba en su cuello.

Cordelia saludo a los señores Granger y los presento a Sam.

—¿Ya llego Eowyn?— preguntó Cordelia.

—Aún no— contestó Hermione.

Cordelia frunció los labios. No sabía mucho de Eowyn durante el verano, solo pequeñas cartas que decían que todo estaba en orden. 

Ambas se sentaron acompañadas por una taza de té. Sam empezó a hablar de algo con los señores Granger, tal vez pasó una media hora hasta que Eowyn entró al Caldero. 

La felicidad de Cordelia de ver a su estimada amiga se apagó cuando la vio, llevaba unas gafas de sol y su cabello estaba casi rozando sus hombros. 

Cordelia se levantó de su asiento y caminó hasta Eowyn, ella estaba parada recta, como si nada de su imagen la hiciera flaquear. Cordelia con cuidado le quitó la gafas de Sol, ella contuvo un chillido ante el horrible morado en su ojo derecho. 

Hermione también se acerco a ella con Sam y sus padres por detrás. 

—¿Qué te hicieron?— preguntó Hermione con los dientes apretados de rabia. 

—Me metí en un pleito, una de las chicas del orfanato me colocó algo pegajoso en el cabello mientras dormía— contestó Eowyn colocándose nuevamente las gafas, las puntas de su cabello están desiguales, como si lo hubieran cortado con una completa malicia. 

—Pero tu cabello pudo haber sido lavado con algo— dijo Cordelia buscando una explicación. 

—La matrona me lo cortó— contestó seca. Su voz se notaba vacía, estaba completamente pálida, muy enfermiza. 

—Sin duda el día de hoy te sacaremos de ese horrible lugar, mi pobre niña— dijo la señora Eliza viendo a Eowyn, luego giro su cabeza para ver a su esposo— Llama a nuestro abogado, luego de hacer las compras en el callejón iremos directamente a Wools con él. Si nos niegan la salida de Eowyn los amenazamos con una demanda. 

El señor Granger salió del caldero sacando un teléfono móvil de su sacó, diciendo que ellas avanzar al banco. 

Sam le pasó a Cordelia una liga de cabello para disimular el crimen que había cometido ese orfanato ante la fuente de magia de Eowyn. 

—Iremos directo a hacer la prueba de herencia— dijo Cordelia con mucha seriedad— Encontraremos la forma de sacarte de ese agujero del averno. 

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Luego de solicitar la prueba de herencia hacia Ragnork fueron conducidos hacia una pequeña oficina. 

El goblin dijo que la prueba costaba 10 sickles de platas, lo cual Cordelia expresó que fueron debitados de la bóveda de ella antes que Eowyn dijera algo

—Debe dejar caer tres gotas de sangre sobre el pergamino— dijo el goblin pasándole una daga a Eowyn. Ella se quito los guantes y Cordelia notó las marcas rojas en sus palmas, Eowyn se pinchó el dedo y dejó caer la sangre sobre el pergamino. 

Eowyn se llevo el dedo pinchado a los labios para quitar el resto de sangre. 

Cordelia se paró para ver los resultados de la prueba. 

Nombre: Eowyn Sarah Fraser

Lady Fraser de Glencoe

Padres: 

*Caín Eithan Gordon (mestizo)

*Linda Amelee Fraser (muggle; Fallecida)

Estado de sangre: Mestiza. 

Propiedades: 

*Fraser Hall ( Glencoe /Escocia)

Bóvedas: 

*Bóveda Fraser. 

*Fondo Gordon: 50.000 galeones. 

—Aquí dice que mi padre es un mago— dijo Eowyn señalando el apellido Gordon— Pero sale el apellido de mi madre en mi registro. 

—Oh si, la familia Gordon es una de las familias influyentes en Canadá— dijo Ragnork — Y al parecer su padre es un hombre demasiado promiscuo por el fondo Gordon es una medida establecida por el jefe de familia en el registro internacional. 

—¿Eso significa? — preguntó la señora Granger. 

—Que los Gordon estaban preparados en caso que el señor Caín engendrara un bastardo, le darían 50.000 galones con tal que jamas reclamara el apellido— explico el Goblin— Un viajero que acostumbra a saltar de lecho en lecho, y al aparecer su fallecida madre fue una única desafortunada en quedar embarazada. 

Cordelia notó como Eowyn apretó sus manos. 

—Así que, me puedo quedar con esa fortuna y jamas tener que tratar con los Gordon— dijo Eowyn. Ragnork asintió con la cabeza— Perfecto, quiero el dinero. 

—¿Pero porque es Lady Fraser si la madre de Eowyn era una muggle?— preguntó Cordelia. Esto cambiaba el panorama para Eowyn. 

—La señorita descendiente la rama squib de los antiguos Fraser— dijo Ragnork— Al ser la primera bruja en casi en dos siglos luego de la desaparición de la rama mágica de la familia durante la Rebelión Jacobita se convierte en la dama de las propiedades que quedaron congeladas esos años. 

—¿Y eso significa?— preguntó Eowyn. 

—Que desde este momento es Lady Fraser de Glencoe— explicó Ragnork— Se le van a liberar las bóvedas y el circulo de señores Escoses deberán entregarle sus propiedades y por supuesto al ser menor de edad deberá pasar su custodia a la ultima familia con que los Fraser se unieron políticamente. 

—¿Y cuanto demorará aquello?— preguntó Cordelia— Lady Fraser ha estado por casi cinco años en un orfanato donde su integridad física se ha visto envuelta y deberá salir de ese lugar el día de hoy. 

—Tendremos que hacer un registro completo que demorara todo un día— hablo Ragnork. 

—Ella vendrá con nosotros— dijo el señor Granger— Puedo proporcionar nuestra dirección para comunicar el resultado del registro. 

—Perfecto— contestó Ragnork . 

Cordelia tomó la mano de su amiga, Eowyn se aferró a ella con los dedos afianzando su agarre. 

—¿Y el cepillo de sangre de los Fraser?— preguntó Eowyn. 

—No existe, la ultima Lady Fraser no dejó a guardar su cepillo— contestó Ragnork. 

—He ahí el detalle— murmuró disgustada Eowyn— Gracias por ayudarme señor Ragnork. Que su oro fluya con prosperidad. 

—Lady Fraser, que sus enemigos tiemblen a sus pies. 

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—Cabe decir que estoy asombrada, impactada y cualquier sinónimo que tenga— dijo Eowyn. Cordelia asintió con la cabeza

—Ahora con este nuevo panorama deberías reforzar aun mas tus lecciones de etiquetas— le recordó Hermione, Eowyn soltó un sonido lastimero. 

Eowyn se había quitado las gafas de sol, ese horrible morado fue cubierto por Sam y su estuche maquillaje, así que estaba usando sus lentes habituales.

Hermione, Cordelia y Eowyn trazaron su recorrido de compras, Cordelia sacó la lista de útiles que necesitaría este año. Para su suerte, sus túnicas escolares aun le quedan bien, así que era una cosa menos en la lista. 

Eowyn sacó algunos galeones del trato de los Gordon. 

—Creo que necesitare comprar algunos guantes— dijo Eowyn meditando su lista —¿Quien es este tal Lockhart? El que vaya a ser nuestro maestro de Defensa debe estar super embelesado con él para pedir sus libros. 

—Necesitaras conseguir libros acerca de las familias escocesas y sus señoríos— le señaló la lista Sam— Créenme, no importan si son mágicos o muggles, los escoceses son partidarios de sus tradiciones y costumbres. 

—Le escribiré a la profesora McGonagall— contestó Eowyn— Ella es escocesa, tal vez me pueda ayudar. 

Sam se pegó a Cordelia, con sus manos metidas sobre su chaqueta y con la mirada observando todo. Caminó hasta la tienda de Madame Malkin, se toparon a Daphne y Pansy, entre las cincos se abrazaron efusivamente. 

Entraron a la tienda, donde mientras Eowyn pedía sus nuevas túnicas, Cordelia y Daphne observaban las telas para vestidos diarios, entre las dos observaban cuales le vendrían bien a Eowyn. 

La señora Granger quedó fascinada con los guantes de encaje que Hermione le mostraba o las vaporosas telas de seda. 

Luego de las túnicas, fueron por nuevos ingredientes que necesitaba para el año. Pansy se deslizó como una experta en la tienda de ingredientes, cuales eran de mejor calidad y a buenos preciosos. 

La ultima parada era Flourish y Blotts, al llegar Cordelia rápidamente notó la presencia de Lady Malfoy, con un libro en su mano. Cordelia se acercó a Lady Malfoy, quien la abrazó fuertemente en medio de la multitud. 

—Cordelia, mi preciosa niña— Lady Malfoy colocó sus manos sobre los hombros de Cordelia. 

—Es bueno volver a verla, Lady Narcissa— sonrió Cordelia a par que Sam llegaba hasta ella. — Le puede presentar a mi estimada amiga, Sam. 

Lady Narcissa escaneó con la mirada de pies a cabeza a Sam, ella por su parte aun seguía con sus manos en los bolsillos de su chaqueta. 

—Lady Malfoy— saludó cordialmente Sam con un leve inclinación de cabeza— Se que no luzco como una bruja, porque no lo soy, soy una squib. 

—¿Y que familia es a la perteneces?— preguntó Lady Narcissa. 

—Mi abuela es una squib de la familia Fawley— contestó Sam.

—¿Solo viniste con ella, querida?— preguntó Lady Malfoy a Cordelia. 

—No, estoy con Hermione y sus padres— señaló Cordelia a los Granger que estaban en un espacio ojeando los libros— Y Eowyn— señaló a su amiga quien estaba recibiendo algunos libros por Hermione. 

—¿Por que hay tanta gente?— preguntó Sam ante la presencia de tantas personas— Las librerías no suelen estar así de llenas, a menos que estuviera Nei Gaiman firmando. 

—Gilderoy Lockhart esta firmando el día de hoy— señaló con discreción Lady Malfoy a un hombre de chillonas túnicas brillantes— Y el Profeta esta haciendo cobertura. 

Sam soltó una risa sornosa y se inclinó ligeramente hacia Cordelia. 

—Ni la diva de Madonna usaría esa cosa tan horrorosa— le murmuró con diversión Sam a Cordelia. Ella se tapo la boca para no reírse del comentario de Sam. —Ven, alejémonos un poco de la diva. 

Cordelia notó como Lady Malfoy contuvo una risa. 

—¿Y Lord Malfoy y Heir Malfoy?— preguntó Cordelia mientras caminaban hacia los señores Granger. 

—Alla— señaló Lady Narcissa hacia el segundo piso. Heir Malfoy estaba conversando con Heir Nott a la vez que bajaban por la pequeña escalera de caracol mientras que Lord Malfoy observaba algunos libros.

Sam le preguntó que libros tenia que comprar, Cordelia le enseñó la lista. Ella se ofreció a buscarlos. 

Lady Narcissa se acercó a los Granger, quien saludo cordialmente. Daphne tenía sus libros y algunos más apilados en sus manos avanzando hasta el mostrador.

Sam, ya en el mostrador le hizo para que se acercará a ella. Cordelia avanzó como pudo en la multitud, hasta que sintió algo debajo suyo que la hizo tambalear.

Alguien sostuvo a Cordelia, ella giró su rostro para encontrarse a Heir Nott que la sostuvo de la cintura antes de que ella cayera.

Una risa tonta se escucho cerca.

—Weasley — dijo Heir Nott. Cordelia pudo a ver a Ronald Weasley sonreír con burla.

—"Grosero"— pensó Cordelia enderezando su postura a la vez que que se alisaba la falda con sus manos.

—Deberías tener más cuidado, Potter— dijo Ronald con sarcasmo. Eowyn avanzaba hacia ellos con dos libros debajo de su brazo

Heir Nott apretó los puños, pero Cordelia colocó una de sus manos sobre su hombro, no sería educado armar una pelea.

—Muchas gracias por el consejo— contestó Cordelia lo más educada posible. Los tontos siempre serian tontos, decía Tía Petunia

Ronald se giró para avanzar hasta sus hermanos y dirección contraria venia Eowyn. De un momento, Weasley cayó al suelo de boca.

—¡Oh Weasley!— dijo Eowyn con su sonrisa torcida mientras Ronald se ponía — Eres tan considerado. Viste al piso tan sólito que decidiste darle un abrazo.

Weasley miro a Eowyn molesto, él chasqueo los dientes y se fue.

—Ese idiota— dijo Eowyn— ¿Estás bien, Delia?

—Si, por suerte que Heir Nott estuvo para sostenerme— contestó Cordelia.

—Cualquiera lo hubiera hecho, Lady Potter— contestó sonriéndole. Theo tenía una linda sonrisa, pensó Cordelia.  — ¿Le gustó mi presente de cumpleaños?

—Es un hermoso adorno para el cabello— sonrió Cordelia— Esperaré el momento indicado para usarlo.

Theo le sonrió nuevamente. Eowyn la tomó de la mano y excusándose de ir a pagar, se despidieron de Heir Nott caminaron hasta donde Sam.

Sam le preguntó que otros libros necesitaba, Cordelia miro la pila de libros y su lista, y negando con la cabeza dijo que ya tenía todo.

Eowyn pago sus libros, al igual que Hermione quien se llevaba un libro de Encantamientos de un año superior.

Los señores Granger seguían hablando con Lord y Lady Malfoy acerca de que otros libros necesitará Hermione en su camino de New Blood.

Al final el día, Cordelia tenía todo lo que necesitaba para su segundo año.

Chapter Text

Dos días antes de su regreso a Hogwarts se le fue extendida una invitación a tomar el té con Lady Narcissa, a ella y Hermione.

Cordelia leyó las instrucciones de que debía tomar la Red Flú en el callejón Diagon y que Sam podía venir con ellas.

Sam se sorprendió pero aceptó. Además ella la "adulta" responsable por Cordelia y Hermione.

Así que recogió a Hermione del hospital donde trabajaban sus padres. Ese día tenía su control anual de salud con su pediatra.

A Cordelia se le hizo extraño que Sam aún no se haya marchado a Edimburgo todavía, así que algo curiosa le preguntó.

—Ya mi abuela no está en edad para que se quede sola, Delia— contestó Sam mientras manejaba— ¿Qué pasa si a mi abuela le pasa algo y yo estoy lejos? Son casi ocho horas manejando de distancia y no soy bruja como para llegar volando en escoba. 

—¿Y tu estudios?— preguntó Cordelia.

—He decidió cambiarme al Arts University Bournemouth, ya hice los tramites para validar algunas materias— contestó Sam emocionada— Estaré más cerca de mi Abu Amara y adivina que. ¡Conseguí empleo como ayudante una galería de arte!

—Eso es bueno, te puede servir como prácticas profesionales— dijo Hermione.

—Y lo mejor es el sueldo y que tengo cobertura de salud— sonrió Sam—Con eso podre ahorrar para mis gastos y llevarme a Abu unas semanas a Suiza.

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Viajar por red Flú era algo molesto. 

Sobre todo por los residuos de ceniza en su falda, cosa que le molestaba mucho a Cordelia. Hermione apenas salio de la chimenea empezó a estornudar mucho que tuvo que cubrirse nariz y boca con su pañuelo. 

La que no parecía nada molesta por la cenizas fue Sam que solo se las limpió con una expresión neutral. 

—Es bueno tenerlas aquí— sonrió Lady Narcissa que las estaba esperando. Primero abrazó a Cordelia y luego a Hermione. 

Sam saludó cortésmente a la anfitriona de la mañana. 

—Eowyn ya las esta esperando— dijo Lady Narcissa. 

Cordelia se emocionó, luego de la visita al callejón la custodia de Eowyn pasó de manera inmediata a los Lestrange según habían dicho los goblin, y según la carta de Eowyn estaba bien instalada con los señores Lestrange. 

Y que también antes de irse de Wools vació por el lavamanos todas las botellas de vodka de la matrona como venganza por su cabello. 

El té fue servido en el jardín, cuando llegaron Eowyn estaba conversando con Lady Bellatrix, y cuando las vio se levantó con una enorme sonrisa corriendo a abrazarlas. 

Su cabello recuperó su largo natural y estaba trenzado en forma de espigas. Su rostro tenia un color saludable. En su cuello colgaba un medallón verde oscuro con un grabado de libélula en oro. 

Segun Eowyn, las damas escocesas llevan medallones de sus familias mientras que los hombres llevaban sus anillos de herederos, y que le fue entregado como un amuleto de protección. 

Ahora que lo pensaba, ella no tenia un amuleto de protección de los Potter. Tendría que escribir al gerente de su bóveda sobre ese asunto. 

—Me alegra que ya estas mejor— dijo Cordelia. 

—Si es bueno salir de ese infierno— sonrió Eowyn— Y le deje dos ratones dentro del colchón de Mary como venganza por mi cabello. 

—¡Que chica para mas lista!— dijo Sam levantó su mano. — Dame cinco. 

Eowyn chocó las palmas con Sam. 

Luego saludaron a Lady Bellatrix y a la señorita Tonks que se encontraba con ellas ese día. Los ojos de Cordelia brillaron al ver a bebé Corvus en el regazo de Nymphadora. 

Sam y Tonks , como pidió ser llamada la señorita Nymphadora, hicieron conexión rápidamente. Tal vez por tener edades similares o personalidades semejantes, las dos empezaron a charla mientras caminaban por los jardines con Corvus junto a ellas. 

—Su madre me contó una divertida anécdota con su referente a su brote de magia— dijo con algo de diversión Lady Narcissa. 

—Oh,esa anécdota— respondió Hermione con una sonrisa. — Mi madre al parecer me había visto usar magia cuando tenia tres y había hecho flotar mis bloques de madera. 

—¿Y no sospecho nada?— preguntó Lady Bellatrix. 

—No, mamá ese día le habían hecho un procedimiento dental que requirió que la anestesiaran— contestó divertida Hermione— Así que ella pensó que todo lo que vio era consecuencia de la anestesia aun en su sistema,

Luego de esa pequeña y divertida anécdota, Hermione preguntó algunas dudas que tenia sobre lo que verían este año y consultó a Lady Narcissa que materias debería considerar para el próximo año escolar. 

Cordelia supo que quería tomar Runas Antiguas, no solo porque era algo esencial para una brujas y las Vías Antiguas, sino que también revisando el álbum de fotos que le fue entregado notó que el vestido de bodas de su mamá tenia runas bordadas en el filo de la falda y el velo. 

Maestra Rúnica, eso le había dicho Quirellmort cuando se enfrentaron. 

Cordelia era buena en el bordado, así que estaba segura que podría llegar a ser una buena bruja en Runas en algún futuro. 

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1 de Septiembre llegó y nuevamente Cordelia estaba sentada en su compartimiento junto a sus amigas

Eowyn no paraba de hablar de los libros sobre las familias escocesas, y que ahora debería aprender escoces. 

—Ya se algunas palabras básicas— dijo Eowyn guardando su Walkman — Mi madre era Glasgow, así que pudo llegar a enseñarme algunas palabras, pero debo aprender a hablar con más fluidez. 

Eowyn bromeó que era un coctel de nacionalidades. Sea lo que sea un coctel. Su madre era escocesa, Caín ( Eowyn se negaba a llamarlo padre) era canadiense y ella era Inglesa de nacimiento

—¿Y tienes a alguien que te ayude?— preguntó Pansy. 

—Le escribe a la profesora McGonagall— respondió Eowyn— Esta dispuesta a enseñarme  todo lo referente a mi herencia. 

—La profesora Minerva es muy amable, y severa— dijo Hermione. — Pero es una buena maestra

—Me gusta su clase— sonrió Cordelia— Las transformaciones son muy interesantes y ella, como quisiera ser una animaga. 

—Es un proceso muy largo y complicado— dijo Daphne— Puede llevar años. ¿Y que otras cosas interesantes encontraste de los Fraser? — miró a Eowyn. 

—Una completa tragedia— contestó Eowyn— Toda la familia quedó diezmada luego de Culloden. Al parecer la ultima Lady Fraser había dado a la familia cinco hijos, cuatro varones y una niña. 

—¿Pero todos los varones fallecieron en Culloden?— preguntó Hermione, Eowyn asintió con la cabeza. 

—Lord Fraser y sus cuatro hijos varones murieron en la guerra— explicó Eowyn— Y la niña fue parte de "Bodas de paz"

—¿Bodas de paz?— preguntó Cordelia. 

—Digamos que en Rebelión Jacobita hubo magos involucrados— explicó Pansy— Tanto como magos Ingleses y escoceses tuvieron participación, y luego de la guerra se pactaron matrimonios como como un tratado. Muchos herederos escoceses lograron ser liberados de las prisiones solo si se casaban con brujas inglesas y muchas brujas escocesas fueron casadas con herederos ingleses. 

—Con el fin que los lazos familiares sean tengan más peso que las ambiciones políticas— agregó Daphne. 

—Y al parecer que su hija fuera casada con el heredero Lestrange de ese tiempo fue el punto máximo a la pena de Lady Fraser— dijo Eowyn. 

—¿Por que lo dices?— preguntó Hermione. 

—Luego de la boda de su hija, Lady Fraser envenenó a una guarnición de 70 casacas rojas y luego se tiró al mar por toda su perdida— contestó Eowyn. 

Vaya tragedia, pensó Cordelia mirando al paisaje desde su ventana. 

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Theo observó como el carruaje llegó a la entrada de Hogwarts. En el bolsillo de su túnica había un pequeño paquete de dulces de miel.

Estuvo meditando cuales serían del gusto de Cordelia.

En el verano estuvo hablando seriamente con su abuelo y cortejar a Lady Potter era una opción.

Theo al tener el visto bueno de su abuelo supo que debía comenzar de manera sutil y esperar a que ella tuviera quince años para enviar una propuesta formal.

Su abuelo hacia dicho que Lady Cordelia era como un Diamante y que bajo el ala de Lady Malfoy seguramente sería la joya más solicitada en la sociedad mágica británica.

Theo observó al grupo de amigas de Cordelia bajar del carruaje. Primero fue Fraser que saltó y cayó con la gracia de un gato, ella extendió su mano para ayudar a bajar a las demás.

Ellas reían de algo.

Fraser se separó del grupo para dirigirse a la mesa de Gryffindor. Cordelia había entrelazado su brazo con el de Granger mientras conversaba de algo.

—La has estado mirando mucho— dijo Blaise en dirección a Cordelia.

—¿Algún problema?— preguntó Theo.

—No, solo estoy diciendo lo obvio— contestó Blaise.

La cena de bienvenida fue monótona. Los de primer año esperando ansiosos la selección.

El sombrero cantando desafinadamente, Theo no prestó atención a la selección hasta que escuchó el apellido Greengrass.

La hermana menor de Daphne se acercó al sombrero y fue colocada en Slytherin.

Daphne la recibió con los brazos abiertos y Lady Cordelia junto a la Granger la felicitaron.

La selección terminó e inició el discurso de Dumbledore. Las mismas reglas y presentó al nuevo maestro de DCAO.

Era un total chiste, Lockhart era un chiste andante.

—10 galeones que no dura el año— dijo Draco a su lado.

—No durará, es un payaso— contestó Theo.

—Es peor que una diva— dijo Cordelia, Granger rió a su lado.

—Siento que no vamos a aprender nada de ese sujeto— comentó Pansy.

—No, no lo haremos— negó con la cabeza Granger.

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Luego de la cena fueron conducidos, Hermione no dejaba de quejarse de que el nuevo maestro de DCAO era un total idiota que ese año tendrían un gran vacío en esa materia.

Cuando entraron a la sala común el profesor Snape ya estaba esperándolos.

—Como han sido testigos, este año Lockhart dictará DCAO— dijo el profesor Snape — Así que he armando un grupo de estudio. Algunos alumnos de sexto año se han ofrecido a trabajar por grupos para llenar los vacíos que Lockhart dejé este año.

—¿Y va ser solo para Slytherin?— preguntó Cordelia. Esperaba que Eowyn pudiera unirse a este grupo de estudio.

—Si, señorita Potter— contestó el profesor Snape.

Cordelia se sintió decepcionada, pero se esmeraría en hacer buenos apuntes de esas lecciones para que Eowyn tenga algo que leer.

Ella ya sus amigas subieron a su dormitorio donde ya estaban sus baúles.

Cada una desde su cama y con el cabello libre de las trenzas y los pasadores, cepillaron sus cabellos mientras hacían sus oraciones a la Madre Magia, incluso Hermione que no contaba con su cepillo de sangre decía las oraciones con voz devota.

Cordelia cerró sus cortinas, el primer libro de Anne estaba a lado de su almohada con uno de los marca páginas que Dudley le regalo.

Leer un poco antes de dormir le gustaba mucho.

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Eowyn acostumbraba desayunar en la mesa de los Slytherin desde que empezó a frecuentar al pequeño grupo que llamaba amigas.

Y la mañana del primer día de clase no fue la excepción. Llegó con su cabello en una trenza gruesa enroscada.

—¡Buenos días mis amores!— dijo con una enorme sonrisa mientras se sentaba entre Daphne y Hermione — Buenos días, señores— saludó con una ligera inclinación de cabeza a Heir Malfoy y Heir Zabini frente.

—¿Y como amaneciste?— preguntó Cordelia.

—Un poco cansada— dijo Eowyn apoyando su cabeza en el hombro de Hermione— Me quede leyendo hasta tarde un poco sobre las tradiciones escocesas.

Hermione le palmeo la cabeza ligeramente. Eowyn se enderezó buscando un poco de leche.

Cordelia le hacía preguntas de su lectura y Eowyn estaba más que contenta que responderle.

Con el descubrimiento de su señorío, Eowyn empezó a tener responsabilidades. La primera semana se reunió con los señores de los clanes.

Todos portaban con orgullo los tartán de sus familias, algunos no estaban contentos que un "niña inglesa" tuviera el poder y la tierra de los Fraser.

La profesora McGonagall, hablando en un fluido escocés, puso orden en el asunto.

Eowyn estuvo mirando con asombro como la profesora McGonagall ponía presencia.

El heredero Ian Urquat, y sobrino nieto político de la profesora McGonagall, fue el primero en ofrecer su ayuda y se había intercambiado cartas desde entonces.

—Estuve practicando con la espada lo que quedaba del verano — dijo Eowyn.

—¿Con la espada? — preguntó Daphne.

Eowyn asintió con la cabeza.

—¿Las damas tenemos permitido eso?— preguntó Cordelia con curiosidad.

—Los señores escoceses han mantenido la tradición por siglos— contestó Eowyn— Es algo más simbólico, la espada como un elemento de defensa de la familia y sus tierras ancestrales.

—¿Y mi tía te ha dado su apoyo?— preguntó Heir Malfoy, al parecer le había llamado la atención.

—Si, dice que algo poco convencional, pero que sería bueno que aprendiera— contestó Eowyn— Además, cae perfecto con mi nombre.

—¿Por que?— preguntó Heir Nott.

—Eowyn de Rohan, personaje de El señor de los anillos — contestó Hermione— La doncella de Rohan que en el Campo de Pelennor termina matando al Rey de Morgul clavando su espada en la cabeza.

La mirada curiosa de Heir Nott y Heir Malfoy hicieron sonrojar de la vergüenza a Hermione.

—Mi mamá es fan devota de Tolkien— contestó Hermione.

—La mía lo era igual— sonrió Eowyn— Suerte escogió Eowyn en vez de Galadriel o Arwen para mi nombre.

El desayuno siguió con su normalidad, Cordelia le susurro acerca del grupo de estudio para DCAO y que le proporcionaría sus apuntes.

Oh, que linda y dulce Cordelia.

Antes de irse a su clase de Herbología notó la mirada de Heir Nott sobre Delia.

Eowyn entrecerró los ojos mirándolo. ¿Que clase de amiga seria si no vigilará a cualquier posible buitre cerca de su dulce amiga?

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La primera clase fue Encantamientos, si bien no era la materia favorita de Cordelia, sabia que era de prioridad tener un buen conocimiento en Encantamientos. 

Para su futuro papel como esposa y madre se esperaba que supiera encantamientos de curación y otros que faciliten sus labores como ama de casa. Si bien sabia cosas básicas, un poco de magia le harían las cosas más sencillas. 

Cordelia aprovecharía cada ventaja, cada paso que se pueda presentar. Se aferraría a él con fuerza. 

La clase era compartida con Ravenclaw y si no se equivocaba luego seguía DCAO con Gryffindor. 

A medida que el profesor Flitwick dictaba la cabeza, Cordelia anotaba en su libreta todo lo que considerada importante de resaltar. 

En las vacaciones se había surtido de resaltadores con lo que podía señalar las cosas importantes o que debería tener en consideración. 

A su lado Hermione leía en voz baja, recorriendo con su dedos cada renglón por el que su mente grababa. 

Hermione había dicho que tenia algo de memoria fotográfica, así que podía recordar con casi absoluta claridad cualquier cosa que haya leído con anterioridad. 

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La siguiente clase fue DCAO y Cordelia supuso que terminará en desastre. 

Ella y Hermione se sentaron juntas, delante de ella estaba Eowyn junto a Neville Longbottom y a la derecha Pansy y Lockhart. 

Cuando todos estuvieron sentados, Lockhart se aclaró sonoramente la garganta y se hizo el silencio. Se acercó a Neville , cogió el ejemplar de Recorridos con los trols y lo levantó para enseñar la portada, con su propia fotografía que guiñaba un ojo.

Cordelia frunció su nariz. 

—Ególatra— pensó para si misma. Y supo que no estaba equivocada cuando Lockhart alardeaba de sus títulos que incluían: Orden de Merlín, de tercera clase, Miembro Honorario de la Liga para la Defensa Contra las Fuerzas Oscuras, y ganador en cinco ocasiones del Premio a la Sonrisa más Encantadora, otorgado por la revista Corazón de bruja. 

—Hasta un gato daría mejor la clase— murmuró Heir Zabini detrás de Cordelia y Hermione, Cordelia evitó reírse por el comentario. 

A Hermione se le instaló un rostro entre de molestia y sorpresa cuando Lockhart dijo que empezaría la clase con un cuestionario. 

Eowyn se giró para mirarla a ella y Hermione. 

—Ayuda— dijo en voz baja— No he leído nada de sus libros, me dormí del aburrimiento. 

—¡Mirada al frente señorita Fraser!— dijo Lockhart con esa tonta sonrisa mientras repartía las hojas, Cuando terminó de repartir los cuestionarios, volvió a la cabecera de la clase y dijo: —Disponen de treinta minutos. 

Cordelia miró la hoja y su pensamiento de que Lockhart era un tonto se reafirmaron por las preguntas. 

1. ¿Cuál es el color favorito de Gilderoy Lockhart? 

2. ¿Cuál es la ambición secreta de Gilderoy Lockhart? 

3. ¿ Cuál es, en tu opinión, el mayor logro hasta la fecha de Gilderoy Lockhart? 

y así fueron tres paginas, en ambas carillas

54. ¿Qué día es el cumpleaños de Gilderoy Lockhart, y cuál sería su regalo ideal?

Cordelia como podía rellenaba las preguntas, cortas y rápidas. No gastaría esfuerzo en contestar tan absurdas preguntas. Pasada la media hora, las hojas fueron recogidas y Lockhart empezó las hojas frente a la clase. 

 —Vaya, vaya. Muy pocos recordáis que mi color favorito es el lila. Lo digo en Un año con el Yeti. Y algunos tenéis que volver a leer con mayor detenimiento Paseos con los hombres lobo. En el capítulo doce afirmo con claridad que mi regalo de cumpleaños ideal sería la armonía entre las comunidades mágica y no mágica. ¡Aunque tampoco le haría ascos a una botella mágnum de whisky envejecido de Ogden!

Él guiñó un ojo a la clase, Cordelia pusó una expresión de desagrado. Hermione lucia molesta, Pansy y Daphne desconcertadas, y Eowyn, bueno Eowyn miraba todo con absoluto aburrimiento.

—... pero la señorita Hermione Granger sí conoce mi ambición secreta, que es librar al mundo del mal y comercializar mi propia gama de productos para el cuidado del cabello, ¡buena chica! De hecho —dio la vuelta al papel—, ¡está perfecto! ¿Dónde está la señorita Hermione Granger? 

Hermione alzó su mano, aun manteniendo su expresión de seriedad fija el maestro. 

—¡Excelente! —dijo Lockhart con una sonrisa—, ¡excelente! ¡Diez puntos para Slytherin! Aunque debería sonreír más , señorita Granger, las niñas deberían sonreír siempre, las hacen ver más bonitas Y en cuanto a...

De debajo de la mesa sacó una jaula grande, cubierta por una funda, y la puso encima de la mesa, para que todos la vieran. —Ahora, ¡cuidado! Es mi misión dotaros de defensas contra las más horrendas criaturas del mundo mágico. Puede que en esta misma aula tengan que encarar a las cosas que más temen. Pero sepan que no les ocurrirá nada malo mientras yo esté aquí. Todo lo que pido es que conserven la calma.

Lockhart puso una mano sobre la funda, la aparto con un gesto teatral. 

— Duendecillos de Cornualles recién cogidos.

Seamus Finnigan se rio ampliamente, diciendo que esas criaturas no eran tan atemorizantes, y al aparecer eso fue señal para que Lockhart desatará el caos en el salón al liberar a los duendecillos. 

Los duendecillos salieron disparados como cohetes en todas direcciones. Dos cogieron a Eowyn por las orejas y la empezaron a jalar con fuerza, Neville Longbottom había tomado uno de sus libros y los golpeo como si fueran pelotas de tenis, Eowyn tomó de la manga a Neville y lo jaló para refugiarse debajo del escritorio. 

Lockhart trato de detenerlos, pero su varita se le fue arrebata y se refugio detrás de su escritorio.

Hermione ya estaba debajo y tomó de la mano para jalar a Cordelia, pero una de esas cosas endemoniadas jalaron con fuerza su cinta del cabello. 

Heir Nott imitó la técnica de Neville y golpeo al duendecillo con un libro dejando que Cordelia se refugió junto a Hermione. 

Fue Heir Malfoy que junto Hermione, que saliendo por unos segundos del escritorio, conjuraron de manera perfectamente sincronizada un Immobilus que detuvo a todas las molestas criaturas.

Los Slytherin salieron de inmediatos de ese chiste que se llamaba clase, Neville Longbottom y Eowyn salieron con ellos. 

—¿Esta bien, Lady Cordelia?— preguntó Heir Nott fuera del salón, Cordelia asintió con la cabeza. 

—Gracias a ti, gracias— respondió Cordelia con una ligera sonrisa— Y muchas gracias por los dulces, no sabia que habían de miel. 

—Pensé que le gustarían— le sonrió Theo. Las mejillas se Cordelia se sonrojaron levemente. 

Cordelia se despidió y se fue con sus amigas

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Luego de ese desastre de clase, Cordelia y su grupo se fueron para el Comedor a tomar el almuerzo, en el camino Cordelia notó que había dejado su libreta de la siguiente clase en su habitación, así que le dijo a sus amigas que lo iría a buscar sola. 

Camino a las mazmorras, que estaban desoladas, vio algo interesante, cerca de la sala de común había una parte que se asemejaba a un arco de puerta, no se distinguía bien, pero era casi notable la silueta del arco. 

Cordelia por curiosidad se acercó para verlo mejor, con despacio coloco sus manos, el arco crujió levemente, la pared dentro de la silueta se desvaneció y Cordelia cayó dentro. 

Cordelia, aun en suelo, miró el lugar, estaba oscuro, así que con un simple Lumus con su varita, miró donde estaba. 

El lugar era un estudio privado, un poco descuidado. Había un modesto escritorio de color negro, encima de él había un poco de polvo, en una esquina había un Arpa de color blanco y un cofre a su lado. 

El estudio contaba con dos sofás grandes y una mesa pequeña, también había un vacío librero con solo tres diarios. Cordelia se acerco para ojear un poco el contenido, los tres estaban forrados de cuero café, uno simple y los otros dos con detalles de plata en el filo. 

Cordelia abrió el primero y lo encontró vacío. 

Lo que más al sorprendió fueron los otros dos, en la primera del segundo pudo leer Prometeo Slytherin y el tercero Rhea Slytherin. 

Cordelia dejó caer los diarios y salió de ese estudio como si fuese perseguida por un fantasma. 

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Encontrar ese estudio secreto podría traer malas situaciones y Cordelia no tenía deseos en saltar a la boca del lobo, así que prometió jamas volver a poner un pie en ese estudio lo que quedará su vida académica en Hogwarts. 

Los días pasaban y con ellos las clases, Cordelia preguntó a Gringotts mediante una carta si las joyas que le fueron entregadas tenían encantamientos. 

La respuesta fue si, pero Cordelia era consiente que no podía usarlas a diario como quisera, también notó los delicados anillos de  Pansy y Daphne, y de muchos de sus compañeros de casas llevaban anillos. 

Los anillos de herederos.

Fue una absoluta imprudencia no preguntar y por ello estuvo desprotegida todo su primer año, un error que deberá ser emendado tan pronto lleguen las vacaciones de Yule haría una parada a Gringotts.

Luego del incidente de los duencillos, las clases de Lockhart se resumía en que el contaba sobre sus viajes o leían los pasajes de sus libros.

Fue una suerte las tutorías de los sexto curso. Estaban aprendiendo sobre hechizos de defensa, primero fue algo teórico donde Cordelia anotaba todo para darles sus apuntes a Eowyn y Neville (quien se había unido de manera parcial a su grupo)

Cordelia le preguntó porque no eran los de último año quienes den la tutorías, la prefecta Fawley explicó que ellos estaban recibiendo clases del profesor Snape para sus ÉXTASIS.

Cuando no había clases, el grupo pasaba tiempo en la biblioteca.

Aquella tarde estaban en su habitual mesa haciendo su tarea de transformaciones.

—¿Se podría aplicar la Ley de Lavosier en Transformaciones?— preguntó  Hermione jugando con su pluma.

—¿La que?— preguntó Daphne. Siempre lucia confundida cuando Hermione decía un término científico.

—Una ley de la física— contestó  Hermione.

Según ella, sus padres tenían una amplia biblioteca en su casa con varios libros, poesía, literatura, medicina,  física y muchos otros. Ahora que Hermione empezaba una educación mágica, empezó su propia sección, una sección de libros de magia.

—¿Me podrías decir en principios de la Ley?— preguntó Cordelia.

— La materia ni se crea ni se destruye, sólo se transforma. — contestó  Hermione.

—Si, si se aplica — contestó Cordelia— Las cosas no se crean de cero, deben hacer una "base", y dependiendo de los elementos que esté hecho la "base" podría dar un nuevo objeto de esa materia prima.

—¿Te gustan las transformaciones?— preguntó Eowyn con una sonrisa, desde el cuello de su túnica sobresalían los audífonos.

Eowyn siempre hacia sus tareas escuchando música. Al parecer la ayudaba concentrarse.

—Las encuentro muy fascinantes— sonrió Cordelia — Poder crear cosas nuevas y las posibilidades que existen.

—¿Debería citar en APA mis ensayos?— preguntó nuevamente Hermione dudosa mirando su pergamino.

—¿Qué es?— preguntó Pansy divertida. —En serio, Hermione. Me confundes con tantos términos muggles.

—Hermione, es una tarea escolar, no una tesis universitaria— dijo Eowyn. Las cinco rieron levemente ante el comentario de Eowyn. 

Cordelia miró como a ellos se acercaban dos Gyrffindor de primer año. A la niña pelirroja de doble trenza la reconoció como Ginny Weasley y Colin Creevey. 

Ginny nerviosa le tocó el hombro a Eowyn. 

—Ginny, pequeña roja— dijo Eowyn— ¿Que necesitas?

—Se te quedaron en la Sala común— respondió la señorita Weasley una funda con plumas de azúcar— Ron se las iba a quedar. 

—Ese era el chiste— dijo Eowyn mirando a los dulces— Les puse un poco de polvo picante. 

—¿Por  qué? — preguntó el niño. 

—Bueno Colin, porque Weasley es una verdadera pulga molesta— sonrió Eowyn con notable molestia. —Así que pequeño Creevey, yo busco que deje de ser un total dolor cabeza. 

Era bien sabido que Ron Weasley pareciese interesado en hacer explotar en furia a Eowyn, y ella como contrataque lo hacia tropezar cuando tenia oportunidad. 

Cordelia pensaba que Ron Weasley era un total incivilizado. 

—Nosotros nos vamos— dijo Ginny, Colin a su lado asintió con la cabeza. 

—No, quédense— pidió Cordelia— Estoy segura que ustedes iban a ser sus tareas y con mucho podemos ser de algo de ayuda. 

En el baúl de Cordelia descansaba una carpeta con todos sus ensayos del curso anterior, tal vez sean de utilidad para la señorita Weasley y el señor Creevey. 

—¿En serio? — preguntó Colin. Cordelia sabia por Neville que Colin era de padres muggles como Hermione, así que no estaría mal que fuera guiado por las Vías Antiguas como estaba siendo Hermione. 

Cordelia charló con Neville, pidiendo que se acercará al niño para que fuera su guía.

Ademas estaba segura que Madame Longbottom estaría contenta en poder guiar a Colin como protegido. Segun la severa señora, ya pocos magos que llegaban al mundo Mágico se mostraban interesados en las tradiciones. 

—Por supuesto— contestó Daphne— Ademas, nunca viene mal un poco de ayuda. 

Ginny y Colin se miraron mutuamente y luego asintieron con la cabeza. 

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Era un sueño, Cordelia estaba segura que era un sueño.

Podía escuchar a las gaviotas en el aire  y por la imagen que el escenario que era testigo.

Estaba en un puerto, en suelo, amarradas de manos y sollozantes hacia varias chicas y niños pequeños con expresión de angustia.

Varios hombres empezaban a subir cosas al barco que estaba anclado.

Cordelia quería ayudarlos, pero el limitado movimiento supo que solo seria una espectadora del sueño.

El barco que estaba el mar se balanceaba a la par que el capitán de la tripulación pareciese examinar a los amarrados, todos con expresión de miedo.

Menos una, una chica joven de cabello lleno de rizos pelirrojos en una enorme sinfonía desordenada miraba al capitán con un odio.

El hombre con una sonrisa burlona se agachó a la altura de la pelirroja.

—Serás la sensación al harrem que vayas a parar— dijo el hombre tomando con su mano llena de anillos el rostro de la chica— Solo deberás ser una buena chica en la cama que vayas a parar.

Cordelia sintió repulsión por la forma que le dijo, sin ningún respeto.

La chica del sueño abrió su boca y clavó sus dientes en la mano. Un gruñido salvaje se escuchó de la pelirroja a la vez que afianzaba su mordida.

El pirata le dio una chaqueta que hizo que la chica cayera inmóvil al suelo, cerca de una ballesta, el hombre le dio una patada en el estómago a la joven.

—¡¿Como te atreves a morderme, salvaje?!— le propinó otra patada.

El sonido de unos cascos de caballos llamó la atención de los piratas y los raptados.

A escena apareció un hombre de armadura plata, era alto , de cabello negro y ojos verde oscuro.

El caballero saltó de su caballo a la vez que esgrimaba su varita. De ella salieron muchas serpientes.

Un siseo que Cordelia escuchó como "Ataquen" , las serpientes saltaron sobre los piratas menos el capitán.

El hombre al ver su tripulación ser picados por serpientes sacó su espada.

—¡Brujo!— dijo levantando su espada.

El mago se acero dispuesto a atacar pero una flecha le dio justo en el medio del pecho al pirata que cayó muerto.

La pelirroja se había puesto de pie, y aún con las manos atadas sujeto y apuntó con la ballesta.

El mago que podía hablar con las serpientes miró con asombro a la chica de salvajes rizos.

Él con su varita desató la soga de las muñecas de la chica. Ella libre camino hasta cuerpo y sacó la flecha del pecho.

Rasgando parte de su falda la empapó de vino que había en la petaca del pirata. Con paso decidido lo envolvió en la punta de flecha y camino hasta la antorcha que estaba cerca de un cofre.

Con la flecha en llamas apuntó hacia el barco, en pocos segundos, el barco empezó a arder en llamas.

—Señorita — dijo el mago acercándose a la chica que miraba el fuego avivarse por el fuego.

La chica le arrebató la daga que estaba en el cinturón del mago, con pulso firme presionó la punta de la daga sobre la mandíbula del mago.

—Salazar Slytherin, a sus órdenes — dijo el mago.

Cordelia abrió los ojos de la impresión. Lord Slytherin, este sueño o lo que sea esto, es cuando Lord Slytherin salvo a la bruja que sería su esposa.

—Althaia — dijo la bruja aun si bajar la daga. Los demás secuestrados miraban todo con una expresión de asombro.

—Puede bajar la daga, no le haré daño.

—¡Ja! Como si creyera fácilmente en las palabras.

Lord Slytherin alzó su mano derecha y con su dedo índice presionó la frente de  Althaia.

La bruja tambaleó y la daga cayó al suelo. Lord Slytherin sostuvo a la que sería su esposa desmayada.

Cordelia despertó del sueño sentadose sobre su cama. La oscuridad de cortinas y la suavidad del colchón.

Abrazada a su almohada se preguntó. ¿Que acaba de soñar?

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A la mañana siguiente de aquel extrañó sueño, Cordelia trató de mantener la calma. Continuo su mañana como si anda hubiera pasado. 

Tomó su desayuno en silencio mientras escuchaba a Daphne hablar de los planes que sus padres tenían para Yule con su hermana. 

—¿No irán al baile de Yule?— preguntó Pansy. 

—No, ellos quieren pasar en Grecia este año— dijo Daphne emocionada—Algo de visitar los antiguos templos a Circe y Hécate. Ademas que fuimos invitados a pasar las celebraciones con la familia de la prometida de mi hermano. 

—Yo no quiero ir— dijo Astoria—Se supone que este seria el primer baile donde asistiría. 

—Ya habrá otros años— dijo Cordelia palmando con delicadeza la mano de Astoria— Ademas, Grecia luce muy interesante, deberías disfrutar del viaje. 

—¿Quien organiza este año el Baile de Yule?— preguntó Hermione. 

—Mi familia— contestó Theo con su libro de Encantamientos en sus manos. —Espero contar con su presencia, señorita Granger

Cordelia medito que debía ya mandar a confeccionar su vestido y podía usar el regalo de Heir Nott en el baile. 

—Me puedes prestar a Hedwig— le susurro Hermione a Cordelia—Necesito escribirle a mis padres con lo referente a las vacaciones. 

Cordelia asintió con cabeza, estaba segura que su lechuza estaría encantada de visitar Londres. 

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Prometió que nunca pisaría de nuevo ese estudio, pero ese extraño sueño cambio la situación. 

Así que cubierta por la Capa de Invisibilidad , volvió a entrar al estudio. Un detalle que no había notado la primera vez que entró al estudio secreto eran las tres pequeñas antorchas que estaban incrustada en las paredes. 

Dejando la capa de su padre en uno de los sofás, avanzó a cada antorcha y las encendió con un sencillo encantamiento de fuego. 

Cordelia recogió los diarios de donde los había dejado, abriendo el que no tenia nada escrito se sorprendió al notar una entrada de diario que antes no estaba. 

Apagando las antorchas, recogiendo su capa, Cordelia salio del estudio llevándose consigo los diarios. 

Necesitaba a sus amigas. 

No sin antes de estornudar, el lugar tenia polvo que necesitaba ser limpiado. 

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—Solo a ti te pueden pasar estas cosas, Cordelia— dijo Daphne al ver los diarios. 

Como era de costumbre estaban cerca del lago, las cinco sentadas sobre una gran manta con algunas galletas cerca de ellas. 

—Yo no buscó esto— contestó Cordelia con mucha seriedad—Estas situaciones deberían alejarse de mi. 

—Los hijos de Salazar Slytherin— dijo Eowyn fascinada pasando sus dedos por el diario de Rhea. — A veces piensos que eres la favorita de alguna deidad, Delia. 

—Solo falta que hablaras Parsel— comentó Pansy con cierta diversión. 

—¿Parsel?— preguntó Cordelia confundida, en su regazo estaba el diario de Althaia. 

—Que las hablas con las serpientes— contestó Daphne. 

—Pues...— comentó Cordelia encogiéndose de hombres. 

—¡No me jodas!— chilló Pansy. Daphne le dio un golpe en el brazo. 

—Pansy, modales—le dijo Daphne— ¿Como es eso que puedes hablar con las serpientes, Cordelia?

Cordelia no entendía porque tanto escandalo por el asunto de poder hablar con las serpientes. 

—Bueno, la primera vez fue el año pasado en el cumpleaños de mi primo, fuimos al zoo y una boa me conto su trágica historia de cautiverio y que quería ir a Brasil, y puede que accidentalmente la haya liberado— contestó Cordelia. — Y puede que haya hablado con ellas este verano mientras hacia jardinería. 

Pansy y Daphne tenia el rostro impregnado de sorpresa, con la boca ligeramente abierta y los ojos sobre Cordelia. 

Eowyn chasqueo sus dedos frente a el rostro de ambas esperando que reaccionaran. 

—Se les quemó el cerebro— dijo Eowyn mordiendo una galleta. 

—Eowyn— le regaño Hermione. 

La primera en reaccionar fue Pansy que tomó a Cordelia de los hombros, Cordelia se quedó pasmada ante la reacción de su amiga. 

—Puedes ser descendiente de Salazar Slytherin— dijo Pansy sin poder creerlo.— En algún momento la familia Potter debió unirse con alguna descendiente. 

—Pero mi padre no hablaba Parsel hasta donde yo se— contestó Cordelia. 

—La magia es inexacta a veces, Delia— respondió Pansy— Deberás hacer un mapeo de tu linea mágica, puede a ver algo. 

—Entiendo— dijo Cordelia, una cosa más que hacer en vacaciones. Cordelia abrió el diario de Lady Althaia. — ¿Hermione, quieres leer la primera entrada?

—¿Yo?— se señaló Hermione. 

—¿Nos haces los honores?— sonrió Cordelia mientras le extendía el diario. Hermione sonrió y tomo el diario, con cuidado se acomodo sentada para empezar a leer. 

"Mi nombre es Althaia, y hace poco fui rescatada por un mago pretencioso y sarcástico. 

Se presentó con Salazar Slytherin, buen mago, tonta sonrisa.

Me dijo que pudo sentir que tenia magia dentro de mi, bueno eso ya lo sabia. Se extrañó de que no tuviera varita o como termine en manos de esos piratas. Me ofreció enseñarme magia, yo cumpliré el deseo de mi amado padre. 

Escribo este diario para dejar vestigio de mi memoria. 

Nací y crecí dentro de una fortaleza de una poderosa familia feudal, mi padre era el escribano del señor de la fortaleza y mi madre trabajaba en las cocinas. Tuve ocho hermanos, algunos con lo que nunca conviví, otros a quienes ame y fui traicionada de la peor forma. 

Mi padre cuando supo que tenia magia se lamentó no poder ofrecerme una enseñanza de mi naturaleza, me pidió que trate de controlar esa fuerza dentro de mi, no quiera que fuese ejecutada por brujería, me enseño a leer y escribir a espera del momento que pueda seguir mi destino mucho mas allá de los muros que me rodearon la infancia. 

Él murió de viruela dejando mi corazón devastado, una semana después de su partida hice magia por accidente frente a mi madre y hermanos. 

Nunca en mi vida podré olvidar el rastro de horror de mi madre y la cara de asco de mis hermanos. Y mi madre me grito a que me vaya de su hogar, me llamo criatura del infierno. 

Le suplique, le dije que era su hija, su sangre, pero el rostro de mi madre jamas cambio. 

A la mañana siguiente fui sacada a rastras, fue amarrada y sujetada a una carreta, y mientras me alejaba del lugar que llame hogar vi a mi madre contar las monedas por las que fui cambiada.

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Poco a poco el diario de Lady Althaia empezó a mostrar más entradas para ser leídas.

Era interesante conocer el camino de una bruja para volverse una New Blood.

Cordelia quedó embelesada antes las palabras de Lady Althaia.

Cuando Lord Slytherin la llevo con las druidas para que le fabricarán su varita. ( De cerezo blanco con núcleo de cabello de veela)

Ella devorando cada libro que le era entregado. Incluso, en medio de las líneas sobre su educación, Lady Althaia mostraba interés en Salazar Slytherin.

La que disfrutó por completo el diario fue Hermione, conocer de primera mano lo que se necesitaba para encajar en la mundo Mágico.

Pero había otra cosa que dejaba ver esos diarios, los cazadores de brujas.

Althaia narraba como las familias mágicas levantaban grandes barreras sobre sus hogares para protegerse de los cazadores.

—Bueno, no he de extrañar esta actitud— dijo Hermione.

El pequeño grupo se había apoderado del estudio secreto que Cordelia encontró, el polvo fue quitado para mejor comodidad para las cinco.

—¿Qué quieres decir?— preguntó Daphne mirando su bordado. Este año ha tratado de dominar una nueva puntada algo complicada.

—Muchos juicios— dijo Eowyn—Hypatia de Alejandría, Juana de Arco, Ana Bolena...

—¿Ella no fue por adultera?— preguntó Cordelia recordando la película de Anna de los Mil día. 

—También tuvo cargos de brujerías— contestó Eowyn.

—Lo que quiere decir Eowyn— continuo Hermione— Es que por años, muchos años, la iglesia tuvo en el poder político, y no digo que la religión es mala, sino que ha veces es mejor tenerla separada de asunto sociales. 

—Eso y que fueron los causantes de la peste negra— agregó Eowyn negando la cabeza— Pobres gatos.

Los diarios de Lady Althaia hablaba de como muchos magos y brujas debían huir con sus hijos a las profundidades de los bosques para ocultarse de la caza. Los más afectados eran aquellos que nacían de padres muggles. 

Padres que entregaron a sus hijos pequeños para protegerse ellos. Padres que simplemente los dejaban en el bosque con la esperanza que sobrevivieran lejos de ellos. 

Cordelia lo sintió. 

Hogwarts fue construido por ese propósito, resguardar toda vida mágica de los cazadores de brujas. 

Hasta el momento en la entrada reciente del diario era de Lady Althaia logró ser una New Blood y consiguió su cepillo de oro y sangre. 

"Fue en una noche de luna nueva, no había estrellas en el cielo. Sentía que algo me llamaba, una voz cálida hacia el claro en el bosque cerca del castillo de Salazar. 

Sali cubierta de una capa con piel de lobo y armada con mi daga junto a mi varita, era algo atrapante que me llamaba. Me arrodille en el césped, las luciérnagas en el lugar me rodearon, la voz decía mi nombre de tono dulce. 

Cuando me di cuenta, un cepillo con oro puro, con cerdas negras,apareció frente a mi. Era pesado y podía sentir la magia fluir en el.

Madre Magia había recompensado todos mis estudios, toda mi dedicación. 

Atrás quedó la Althaia cuya madre y hermanos vendieron por simples monedas"

Cordelia leyó embelesada esa entrada, la forma que Lady Althaia narró ese momento, las emociones con lo que escribió. 

Esperaba, rezaba que su querida Hermione pudiera conseguir ser una New Blood. Hermione era lista, era justa, era perfecta para renovar magia a cualquier familia mágica. 

—Ahora— dijo Eowyn mirando el cofre cerca del arpa— ¿Como abriremos ese cofre? La curiosidad por saber que hay dentro de el me esta matando. 

—¡Eowyn!— le regañó Hermione. 

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Hermione leyó en la cena la carta de sus padres. 

"Querida Mimi.

Ya repartieron los guardias para diciembre. Tu madre y yo hemos tomando el turno de 24 y 25 diciembre en el hospital, si podrás asistir a Baile de Yule al que te han invitado. Podremos pasar el 26 juntos así como año nuevo. 

Psdt: Nana se encargará de tu vestido,a si que podrías concentrarte en tus estudios. 

Te quieren. 

Papá y mamá. "

Hermione sonrió a al vez que guardaba la carta entre las hojas de su libro de Encantamientos. 

—¿Y? ¿Son buenas noticias?— preguntó Daphne. 

—He dando permiso para ir al baile— contestó Hermione— Mis padres tienen guardia el 24 y 25 así yo estaré. 

—¿No es triste?— dijo Pansy — Trabajar en celebraciones de Invierno. 

—No— contestó Hermione— Son médicos, siempre hay emergencias, sobre todo en estas fechas. Siempre pasan accidentes. 

—Viéndolo por el lado bueno— dijo Cordelia sonriendo ampliamente— El primer baile de Hermione, ahora debemos enfocarnos en lo más importante, el vestido. 

—Ya mi nana se encarga de eso— respondió Hermione tranquila. Su nana en su juventud había sido cantante de opera hasta sus cuarenta, así que estaba acostumbrados a moverse en los altos círculos sociales. 

Así que sabrá que era adecuado para ella. 

Ellas pasaron la cena hablando de sus ensayos de transformaciones, también acerca de la señorita Ginny Weasley. 

Desde la mesa de Slytherin observaron como Ginny y Colin estaba sentado en medio de Neville y Eowyn hablando. 

Colin se mostraba totalmente emocionado antes las tradiciones mágicas, siempre curioso preguntaba y preguntaba, para cualquier otro podría resultar fastidioso. 

Pero Hermione lo comprendía, apneas supo de que era una bruja miles de dudas la envolvieron. 

¿Por que ella? ¿Por que era una bruja si sus padres eran simples cirujanos? 

Hermione se sentía feliz poder aprender con alguien tan interactivo como Colin Creevey. 

Hermione estuvo hablando con el prefecto Percy Weasley y con los prefectos de su casa acerca de las materias. 

A ella le aprecia absurdo que hubiera clase de estudio muggles en vez de una clase enfocado a que los nacidos de muggles como ella aprendieran a adaptarse a este mundo. 

¡Incluso científicos como Darwin comprendían que el ser debe ser que adapte al ambiente!

Hermione agradecía haberse topado con Cordelia en ese compartimiento, ella le había abierto la vista, le había dado un objetivo. 

Ella nunca fue alguien... social, siempre escondida en los rincones oscuros con libros en su manos. Ahora tenia amigas con las cuales reír, poder estudiar juntas o pasar la tarde haciendo nada.

¿Así se sentirá tener una hermana?

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Paris era hermoso por donde quiere que lo mirase, bueno o eso era para Tonks. 

—Notre Dame es una de las joyas de París— dijo Sam frente a ella mientras tomaba un poco más de su café— La cúspide del arte gótico, sus gárgolas son una maravilla oscura, y no solo eso, sino también el escenario de una magnifica novela de Víctor Hugo...

Ambas estaban en su tercer día en Paris. Sam la había invitado a irse las dos sola por una cuestión de trabajo, al parecer la que iba a venir tuvo una emergencia medica y el encargo pasó a Sam. 

Tonks estaba algo indecisa, pero su mamá la convenció de ir unos días a Paris para que se relaje de lo pesado que podría ser la academia de Aurores. 

Desde que la conoció en la casa de su tía Narcissa, se había frecuentado más seguido. Sam la había invitado tos los viernes a su casa para ver una película. 

Terror, comedia, infantiles, suspenso, musicales, bélica. 

También fueron al cine de vez en cuando, pasear por los parques y Tonks siendo arrastrada a museos o conciertos. 

Siempre había algo nuevo que hacer con Sam. Era divertido estar con ella, se salía de la rutina. 

Y era linda, ese día vestía una blusa violeta oscuro con un escote discreto pero que resaltaba bien su figura ( si tenia que adivinar Sam era copa D) pantalones negros y botas negras con tacón, un abrigo color gris llano. Sus ojos azul grisáceo eran resaltados por una sombra de ojos violeta y sus labios en color rojo vino. 

Samantha era Femme Fatale.

—Me sorprende como sabes sabes muchas cosas— dijo Tonks con su café, debía comprar alfo de café en granos, olía muy rico. 

—Bueno mi querida Nympha— dijo con cierto tono sedoso que le erizo el cuello a Tonks, había cierta familiaridad en su voz— Me gusta aprender de todo...

Ella siguieron bebiendo su café observado la calle de Paris, hasta que un chico se acerco a Sam, Tonks arrugó la nariz en claro degusto. ¿Acaso no vio que estaban pasando bien ellas solas?

El le habló al odio y le entregó un papelito con un numero de teléfono. 

—Merci— sonrió Sam al chico

—Au revoir, douceur— se despido el chico mirando de arriba abajo a Sam, deteniéndose mas de un segundo en el escote de la blusa de Sam

 Luego de que el baboso se fuera del local, Sam hizo hizo una mueca de asco y rompió el papelito. 

—Imbéciles, son una plaga internacional— se quejó Sam y Tonks rio. 

Era su ultimo día en Paris, Sam ya había hablado con cada artista de la lista en sus talleres, así que hoy solo seria para ellas su día libre. 

Ayer, casi a la media noche estaban regresando en el metro de Paris donde vivieron una mala situación. Dentro del vagón, amabas conversan sobre lo que había en taller del ultimo artista. Tonks iba sentada y Sam para frente a ella mientras se sostenía de una de las barras. 

Todo iba bien, reían hasta que un idiota se aceró por detrás de Sam y le agarró ambos pechos, aprontándolos. 

Sam lanzó un chillido, luego con su codo lo golpeo en la nariz, de su chaqueta de cuero saco un frasquito de spray y le echó en los ojos. Tonks no se podía quedar así,   lo hizo tropezar, para eso las puertas del metro se abrieron y ambas salieron corriendo lo más lejos. 

Aun recuerda la vergüenza, la ira y el asco en el rostro de Sam. 

—Deberíaos ir a una tienda de vino— dijo Sam captando a su atención. 

—¿Por que?

—Bueno mi Nympha— sonrió Sam, Nympha sonaba muy bien en su voz— Te secuestré por tres días a Paris, así que una botella de vino para tus padres como compensación no suena mal. 

Tonks rió, parís junto a Sam fue maravilloso. 

Chapter Text

Samhain llegó, el clima ya se tornaba ligeramente más frio el clima. 

Era clase menos favorita de Theo, Herbología, pero para su suerte fue emparejado con Cordelia. Frente estaban ellos estaban Granger haciendo equipo a regañadientes con Draco. 

Era divertido ver como la personalidad seria de la señorita Granger contrastaba con la autoritaria de Draco. Ambos tenían opiniones parecidas, pero sus posturas eran las que hacían fricción. 

—Esta haciéndolo mal, Heir Nott— escuchó la voz de Cordelia llamarlo, Theo alzó la mirada para ver a Lady Cordelia mirar la mandrágora que estaba plantando. 

Theo miró la maceta, solo quería enterrar a esa mendiga cosa de una vez por todas. 

—¿Qué estoy haciendo mal?— preguntó Theo. ¡Al fin! Podía tener una conversación con Cordelia sin que su grupo de amigas estén muy cercas. 

Sobre todo la mirada inquisidora de Fraser sobre él. 

—No esta bien el hueco para replantar la mandrágora— dijo ella acercándose a la maceta, con una pequeña pala cavó un poco más sobre la tierra— Se necesita el hueco este un poco más profundo para que las raíces puedan crecer desde un principio con algo de más libertad. 

—No sabia que era conocedora de plantas. 

—Me gusta hacer algo de jardinería— sonrió Cordelia, Theo otro otra pala empezó a ayudarla. 

Su rostro estaba enmarcado por algunos mechones que se escapaban de su trazando. Ella tarareaba mientras con el lado plano de la pala aplano un poco la tierra. 

—Ya esta— dijo Lady Cordelia soltando la pala para luego ponerse la protecciones las orejas para sacar la mandrágora, Theo también se ajustó las suyas. 

—Permítame— se adelantó Theo antes de que ella sacara a la molesta planta chillona. Theo lo sacó de un tirón y esa cosa aulló horriblemente. 

Lady Cordelia se encogió de los hombros y cerró sus ojos, Theo colocó a la planta en la nueva maceta, él y Lady Cordelia rápidamente empezaron a cubrirlo de tierra a la mandrágora. 

Theo escuchó una suave risa brotar de Cordelia y sin querer el sonrió un poco. 

—Y yo creía que mis hortensias eran el problema— dijo muy divertida ella. 

—La herbología no es lo mio— comentó Theo sacándose los guantes de la clase. —En cambio, Runas es mi especialidad. 

—¿Va a tomar Runas Antiguas el próximo año?— preguntó ella terminado de aplanar la tierra, frente a ellos Granger le decía a Draco de que no había hecho bien el hueco para la mandrágora. 

 —Si— contestó. 

—¿Entonces podre contar su ayuda ante cualquier duda, Heir Nott?— preguntó Cordelia. 

—Theo— respondió él, Cordelia lo vio ligeramente asombrada— Llámame Theo, y con gusto te ayudaré. 

—Entonces, si es así, puedes llamarme Cordelia— sonrió Cordelia, Theo también sonrió. 

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Eowyn se sentó en la mesa de Slytherin justo para el almuerzo bostezando ligeramente para luego saludar de manera cortes a los que estaban cerca. 

—Luces fatal— le dijo Pansy al verla. 

—Me siento agotada— contestó Eowyn, su periodo pareciese que le absorbía toda la energía del día. Circe bendita, porque no hay café negro en Hogwarts.

Tal vez, si pudiera entrar al estudio de Lady Althaia para tomar una ligera siesta sonaba tentador. 

—Por cierto, fuimos invitados por Sir Nicolás esta noche a un baile— siguió hablando Eowyn— Su aniversario luctuoso, pero rechace la invitación por todas alegando que ya habías planeado pasar el banquete. Neville Ginny y Colin también fueron invitados , pero también declinaron la oferta. 

—Un baile es divertido, pero no si estamos rodeados de fantasmas — negó con la cabeza Cordelia. —Ademas me parece una total falta de respeto a las tradiciones que no permitan la hoguera de Samhain en los terrenos de Hogwarts, suena tan encantador. 

—Y lo es— dijo Heir Malfoy— Aparte del Baile de Yule, muchas familias mágicas se reúnen para encender una gran hoguera para hacer ofrendas guiados por algún Druida. 

Eowyn leyó sobre los Druidas, magos o brujas que dedican su magia su vida entera al estudio exhaustivo de los textos mágicos, personas que hacen varitas, forjan los amuletos de protección y efectuaban rituales como matrimonio y ofrendas. 

Incluso el hermano de Lord Lestrange vivía en las costas irlandesas como él druida del lugar. 

—Es pena no ser testigos de tal noche— dijo Hermione tomando algo de jugo. — ¿Cuantas fiestas se han funcionado con la tradición cristina?

—Navidad, Halloween, San Valentín— empezó a enumerar Cordelia— Aunque la navidad muggle también tiene su encanto, las canciones de salón. 

—Ni me hables de la Navidad— negó Eowyn— Asistir a misas de Gallo o participar en el pesebre, dos años seguidos fui la Estrella. 

—A mi gusta— dijo Cordelia— Las galletas, decorar el árbol. Leer a Cuento de Navidad de Dickens. 

—Ver cascanueces— agregó Hermione— Aunque Navidad la pase en el hospital. 

—¿Por qué?— preguntó Daphne curiosa. 

—Soy alérgica a la maní— contestó Hermione— Y ese bollo navideño que le dieron a mis padres tenia Maní, así que pase la noche del 24 a la mañana del 25 en urgencias porque no podía respirar. 

—Ustedes si son que son una fuente de anécdotas— dijo Pansy. 

—Se me olvidaba— dijo Eowyn mirando a Heir Malfoy— Felicitaciones Heir Malfoy por su lugar como buscador, Wood esta en negación al saber que tiene una Nimbus 2001, según el, es la mejor escoba. 

—Nuestro primer partido sera con Gryffindor— contestó Heir Malfoy con la frente el alto— Flint espera una ventaja con la escoba. 

—Gyrffindor tiene Heir Mclaggen— dijo Eowyn con fastidio— Odio a ese baboso, tiene un ego que compite con el de Lockhart. Incluso el buscador del año pasado más habilidoso que Mclaggen.

Esperaba que el próximo año Ginny aplicará para buscadora, según Percy, Ginny era perfecta para ser buscadora. 

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Nuevamente estaba soñando o un recuerdo le fue mostrado a Cordelia al momento de dormir luego del banquete. 

Estaba en una amplia recamara, la chimenea proporcionaba calor a la habitación. Nuevamente veía a Lady Althaia, pero había dos personas más, un bebé con poco de nacido que lloraba de la cama y otra bruja frente a Althaia Slytherin. 

—Tu... traidora— dijo Lady Althaia acercándose a la bruja más joven— ¿Cómo te atreves?

—Mi señora— contestó la bruja más joven temblando de miedo— No es lo que usted piensa. 

—¡¿Qué no es lo que pienso?!— gritó fuertemente, su rostro se tornó de un rojo. —¡Quisiste matar a mi bebé mientras yo dormía, sucia traidora!

Cordelia abrió los ojos ante la frase. ¿Por que quería matar al bebé?

Lady Althaia movió su varita y varios pergaminos volaron hacia la cama. 

—¡Encontré tu correspondencia, sucia espía!— siguió gritando Althaia  más fuerte— ¡Has estado trabajando para los cazadores de brujas!

La bruja cayó de rodillas con ojos suplicantes. Una traidora, eso era lo que era esa chica. 

—Por favor, mi señora. 

—¡Iba a dejar que mi esposo se encargara de ti!— la manos de Althaia fueron a parar al cuello de la chica— ¡Pero te atreviste a tratar de matar a mi hijo en mis aposentos! ¡Mi Prometeo, el heredero Slytherin!

La chica trató de apartarse pero el agarre de Lady Slytherin era fuerte, el bebé siguió chillando desde la enorme cama. 

—¡Te has estado ocultando por semanas como una sucia cucaracha esperando a matar a mi hijo! ¡Aprovechaste que Lord Slytherin salió de cacería para matar a su heredero!— apretó con más fuerza— ¡Trabajas para las personas que tienen sangre de personas mágicas en sus manos! ¡No eres más que una sangre sucia traidora! 

Cordelia se cubrió la boca con sus manos. 

¿Una bruja? ¿Trabajando para los cazadores?

Lady Althaia soltó a la bruja que se levantó y se apoyo cerca de la ventana de la habitación 

—Te has metido con lo más importante en mi vida— dijo Lady Althaia con voz fría mientras se acercaba una leona acercándose a su presa— Mi hijo, mi sangre, mi alma. 

Cordelia observó como Lady Althaia empujaba a la bruja por ventana sin dudarlo. Ella corrió hacia la cama para sostener a su bebé que lloraba, su rostro ya no estaba tallado por el odio, sino que había una expresión suave mientras balanceaba a se bebé. 

Lady Althaia no dudo en matar a la traidora. Así como su mamá haya dado su vida para que Cordelia viviera. 

—No te preocupes, mi hermoso héroe— dijo con voz suave— Mamá te protegerá. 

Chapter Text

Luego de ese sueño/ recuerdo más entradas de diarios aparecieron durante el mes de Noviembre hasta que finalmente llegó Diciembre, cada nueva entrada era mucho más interesante que la anterior. 

La más interesante era como Lord Slytherin se encontró con los demás fundadores.

La primera en conocer fue a Rowena Ravenclaw.

Cordelia leyó como una pequeña excursión Lord Slytherin se topó con un carruaje en el fondo de un barranco, dentro de el estaba una bruja con una bebé de poco de nacido.

La llevó a su castillo para curarla, Lady Althaia la describió como una bruja de ojos azules que emanaban tristeza y un cabello muy negro.

"Nunca en mi  vida  vi tanto dolor en los ojos de  una   persona . Rowena  maldecía  en lagrimas a su esposo, un mago que no dudo en mandarla a matar por haberle dado  una  niña  como  heredera "

—Otro Enrique VIII— dijo Hermione ante el fragmento.

—¿Un rey muggle?— preguntó Daphne.

—Tuvo seis esposa — contestó Eowyn — Divorciada, decapitada, muerta, divorciada, decapitada, viuda.

—Que horror— contestó Pansy. Cordelia le dio la razón.

Ese rey se deshizo de sus esposas como si de escoger comida se tratará.

—Es interesante saber como se toparon con Helga Hufflepuff y Godric Gryffindor.— dijo Cordelia.

El diario narro como se toparon con los otros dos magos. Al parecer entre ellos se confundieron con cazadores de brujas.

"Una mujer con el rostro cubierto por un yelmo y con una armadura forjada para ella, descarrio el caballo de Salazar haciéndolo caer.

Aturdí a la cazadora, y una risa brotó de los árboles. Otro hombre en armadura negra con una capa roja reía a carcajada mientras ayudaba a la mujer a ponerse de pie.

El  hombre  se  presentó   como  Lord Gryffindor y a la chica a su  lado   como  Helga Hufflepuff.

Al parecer le hizo divertido habernos confundidos mutuamente   con   cazadores  de brujas "

El diario como que el castillo de Hogwarts era una herencia compartida entre Godric y Helga, en que palabras de ellos eran hermanastros y hermanos de leche.

Ambos le hablaron de la idea de un lugar para resguardar a niños mágicos de los cazadores.

Hogwarts

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Los rumores de un club de duelo emocionó mucho a los Slytherin y se empezaron a hacer apuestas de quien sería sería dirigiría el club.

—El profesor Snape es el más capacitado — dijo Heir Malfoy durante las sesiones de DCAO que impartían los superiores de sexto año.

—Dicen que el profesor Flitwick fue campeón de duelo en su juventud — comentó Hermione con su vista en su ensayo.

—La profesora McGonagall también es una buena opción— agregó Daphne. 

Los superiores les estaba hablando de los hechizos escudos, útil para muchas situaciones, los tipos de escudo y cuales son mas resistentes que otros. 

Así que aquella noche, a las ocho, se dirigieron deprisa al Gran Comedor. 

Las grandes mesas de comedor habían desaparecido, y adosada a lo largo de una de las paredes había una tarima dorada, iluminada por miles de velas que flotaban en el aire. El techo volvía a ser negro, y la mayor parte de los alumnos parecían haberse reunido debajo de él, portando sus varitas mágicas y aparentemente entusiasmados. 

—Hubiera sido genial que Lady Bellatrix sea la que impartiera el club—dijo Eowyn quien se había acercado a ellas junto a Neville, Ginny y Colin. —Ella es tan cool, de grande quiero ser como ella. 

—¿Se manejan como las justas?— preguntó Colin emocionado mirandolos. 

—Creo que se ajusta más a las normas del esgrima— contestó Heir Zabini detrás de Eowyn.  Ella captó la idea y sacó su varita poniéndose en postura de esgrima— ¿Que haces?

—Visualizando como debería ir mi postura— contestó con la mirada fija sobre él. — Ian Urquat me dice que siempre debo recordar la mejor postura que se ajuste a mi y mi peso. 

Blaise sonrió ante esa respuesta.

—Me pregunto quién nos enseñará —dijo Ginny, mientras se internaban en la alborotada multitud— Percy dice que el profesor Flitwick es una buena opción. 

—Con tal de que no sea... —Theo empezó una frase que terminó en un quejido: Gilderoy Lockhart se encaminaba a la tarima, resplandeciente en su túnica color ciruela oscuro, y lo acompañaba nada menos que el profesor Snape, con su usual túnica negra.

—Oh no— se quejaron Heir Malfoy y Hermione a la par. 

Lockhart rogó silencio con un gesto del brazo y dijo: —¡Acérquense! ¿Me ve todo el mundo? ¿Me escuchan todos? ¡Estupendo! El profesor Dumbledore me ha concedido permiso para abrir este modesto club de duelo, con la intención de prepararlos a todos  por si algún día necesitan defenderse tal como me ha pasado a mí en incontables ocasiones (para más detalles, consulten mis obras). »

—Permítanme que les presente a mi ayudante, el profesor Snape —dijo Lockhart, con una amplia sonrisa—. Él dice que sabe un poquito sobre el arte de batirse, y ha accedido desinteresadamente a ayudarme en una pequeña demostración antes de empezar. Pero no quiero que no se preocupen los más jóvenes: no ose quedarán sin profesor de Pociones después de esta demostración, ¡No teman! 

—No tenemos miedo por el profesor Snape— dijo Neville con ligera burla— Es mejor que usted tema por su integridad. 

Los que lograron escucharon rieron por el comentario de Neville. 

Lockhart y Snape se encararon y se hicieron una reverencia. O, por lo menos, la hizo Lockhart, con mucha floritura de la mano, mientras Snape movía la cabeza de mal humor. Luego alzaron sus varitas mágicas frente a ellos, como si fueran espadas. 

—Como ven, sostenemos nuestras varitas en la posición de combate convencional —explicó Lockhart a la silenciosa multitud—. Cuando cuente tres, haremos nuestro primer embrujo. Pero claro está que ninguno de los dos tiene intención de matar. 

—Yo no estaría tan seguro —susurró Cordelia, viendo al profesor Snape enseñar los dientes. —Una..., dos... y tres. Ambos alzaron las varitas y las dirigieron a los hombros del contrincante. 

Snape gritó: —¡Expelliarmus! 

Resplandeció un destello de luz roja, y Lockhart despegó en el aire, voló hacia atrás, salió de la tarima, pegó contra el muro y cayó resbalando por él hasta quedar tendido en el suelo.

Muchos de los Slytherin sonrieron ante el perfecto ataque de su jefe de casa. 

—Le descolocó la peluca— dijo Eowyn con un brillo de diversión en sus ojos, Ginny se cubrió la mano para ahogar su risa.

Lockhart se puso de pie con esfuerzo. Se le había caído el sombrero y su pelo ondulado se le había puesto de punta. 

—¡Bueno, ya lo vieron! —dijo, tambaleándose al volver a la tarima—. Eso ha sido un encantamiento de desarme; como pueden ver, he perdido la varita... ¡Ah, gracias, señorita Brown! Sí, profesor Snape, ha sido una excelente idea enseñarlo a los alumnos, pero si no le importa que se lo diga, era muy evidente que iba a atacar de esa manera. Si hubiera querido impedírselo, me habría resultado muy fácil. Pero pensé que sería instructivo dejarles que vieran... 

Snape parecía dispuesto a matarlo, y quizá Lockhart lo notara, porque dijo: 

—¡Basta de demostración! Vamos a colocarnos por parejas. Profesor Snape, si es tan amable de ayudarme... 

Se metieron entre la multitud a formar parejas, Cordelia quería ir con Hermione pero Lockhart la tomó del hombro. 

—Cordelia ira contra el señor Ronal Weasley— dijo con esa tonta sonrisa de comercial de dentífrico. 

Cordelia arrugó la nariz en degusto, mismo gesto que tía Petunia, ante el comentario de Lockhart. ¿Quien se creía para llamarla por su nombre de pila?

Cordelia se zafó del agarre y se colocó frente a Ronal Weasley. Cordelia trató de imitar la postura que mencionó Eowyn, una buena postura para poder estabilizarse. 

—¡Rictusempra!— conjuró Weasley contra ella. Cordelia rápidamente levantó un protegó, lo suficiente fuerte que la hizo trasbillar un poco. 

—¡Aguamenti!— conjuró Cordelia una vez con el escudo abajo, de su varita brotó un chorro de agua que le dio en la cara a Weasley. 

Tomando aire, Weasley apuntó la varita a las rodillas de Cordelia, y dijo con voz ahogada:

 —¡Tarantallegra!— otra vez Cordelia levantó otro protejo frente a ella. Una vez abajo le lanzó un débil Expelliamrus para hacerlo tropezar. 

Pudo escuchar a Eowyn aplaudiéndola, algo que al aparecer Ronal Weasley no tomó bien. 

Weasley levantó rápidamente la varita y bramó: 

—¡Serpensortia!

Hubo un estallido en el extremo de su varita. Cordelia vio, aterrorizado, que de ella salía una larga serpiente negra, caía al suelo entre los dos y se erguía, lista para atacar. Todos se echaron atrás gritando y despejaron el lugar en un segundo

—No te hare daño, solo tranquilo— dijo Cordelia a la serpiente, escuchó como algunos jadearon sorprendidos. —Solo calma. 

La serpiente la miró y pareció entenderla, Cordelia sonrió levemente, pero se escuchó un Expelliarmus, el hechizo casi tocó a la serpiente, el reptil alterado saltó sobre la muñeca de Cordelia mordiéndola. 

Cordelia soltó un chillido de dolor mientras caía de rodillas, dejando su varita en el suelo mientras se cubría la mordida. 

Pudo escuchar de Theo un : —¡¿Que demonios te pasa, Weasley?!

Theo llegó rápidamente y sacando un pañuelo de su bolsillo, lo envolvió en su muñeca. Cordelia alzó su mirada para toparse con la mirada de preocupación de Theo. 

El profesor Snape se acercó, blandió la varita y la serpiente desapareció en una pequeña nube de humo negro. También Snape miraba a Cordelia de una manera analítica; era una mirada astuta y calculadora que a Harry no le pareció extraña.

—Señor Nott, lleve a la señorita Potter a la enfermería— dijo el profesor Snape. Theo ayudó a Cordelia aponer se pie, y con una mano sobre su espalda la acompañó fuera del comedor, donde todo mundo miraba a Cordelia con ojos de pánico. 

¿Por qué?

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—¡¿Eres idiota o qué?!— dijo Hermione acercándose queriendo golpear a Weasley. —¡Lastimaste a Cordelia!

—¡No te metas Granger!— contestó Ronald Weasley, empujándola con algo de fuerza. 

Si no hubiese sido por Heir Malfoy que la sujeto por los hombros Hermione hubiera caído al piso

—¡A ella no la empujes, idiota!— amenazó Draco con su varita. — Eso demuestra tu nivel de educación, empujar a una señorita es de salvajes. 

Antes de que ambos se batieran a duelo, Percy Weasley se acercó a ellos, y colocando su mano en la parte posterior del cuello del Weasley menor. 

—¡15 puntos menos para Gryffindor por atacar a compañeras!— bramó enojado mientras se llevaba a Ronald del Gran Comedor, le siguieron los gemelos. 

Ginny se acercó con la mirada preocupación. 

—Lamento esta escena incomoda— se disculpó bajando un poco la cabeza para luego salir del Gran Comedor detrás de sus hermanos. 

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—Lo que acabas de hacer es totalmente inaceptable, Ron— masculló molesto Percy mientras avanzaban por los pasillos, Ginny y los gemelos seguían en silencio.

—Ella habló parsel— dijo Ron— Sabes lo que significa, ella es....

—¡Ni te atrevas a inferir de que Lady Potter es una dama oscura!— le advirtió, los cinco se  quedaron en medio del pasillo solitario. 

—Estúpido— pensó Ginny de Ron— Es un completo estúpido. 

—Lanzarle esa serpiente que la ataque podría ser considerado una contra con ella— siguió hablando Percy— Y podemos ser afectados, no sabes las conexiones que tiene Lady Potter. Los Malfoy, Los Lestrange. 

Percy se quitó los lentes para luego ver a Fred y George. 

—Ustedes de seguro le enseñaron ese hechizo— les dijo con voz molesta.  La mirada cruzada entre ambos fue la respuesta de que Percy estaba en correcto. 

Percy se frotó el puente de la nariz mientras murmuraba. 

—¡Esto podría tener consecuencias Ron!— siguió con el regaño— Lady Potter puede dejar a Ginny fuera de su circulo de amistad, algo que era ayudara a Ginny en un futuro¡Piensa maldita sea!

Ron bajo la mirada ante los regaño de Percy. 

—Le escribe a papá sobre esto— lo señaló con los lentes antes de ponerlos de nuevo —Y estas castigado, desde ahora hasta las vacaciones en tus ratos libres te quedaras en la sala común haciendo tus tareas bajo mi vigilancia y pobre de ti que desobedezcas. 

Percy se fue dejándolos a los cuatro. 

—Yo que tu, no tendría miedo de Percy— le dijo Ginny muy molesta— Sino de Eowyn, solo ella sabrá que tiene preparado en tu contra apenas te vea. 

Ginny también se fue en dirección a la enfermería, debía disculparse con Cordelia por la estupidez de Ron. 

Chapter Text

Theo se quedó sin habla cuando supo que Cordelia era una hablante parsel.

Era raros y aun en este lado del continente. Era más común verlos en el medio oriente o en Sudamérica, siendo venerados, aquí, eran temidos. 

Pero el último hablante parsel en el continente era el señor Oscuro.

Debía escribirle a su abuelo sobre esto. 

—Solo necesita descansar — dijo Madame Pomfrey a Cordelia, ella estaba recostada en una de las camas mirando su muñeca vendada. —Ya puede irse, señor Nott. 

—Yo quisiera quedar...— trató de decir Theo pero la puerta siendo abierta lo interrumpió. 

—¡Mi dulce sol de verano!— escuchó a Fraser entrar junto a las demás amigas de Cordelia Ella se acercó a la cama de Cordelia y la abrazó frotando su cabeza con la de Cordelia, como un gato. 

—Eowyn— dijo Cordelia algo avergonzada. 

—Weasley conocerá mi ira— respondió Fraser apretando su puño. 

—Ron le tiene miedo a las arañas— comentó Ginevra a lado de Granger. 

—Que buena niña— le palmó la cabeza Fraser a la menor de los Weasley. 

—¿Cómo sigues?— preguntó Pansy sentándose al borde la cama. 

Theo se sentía fuera del lugar, fue agradable estar unos momentos a solas con Cordelia, pero ahora que estaba rodeado por las amigas de ella se sentía un poco incomodo. 

—Yo me retiro— dijo Theo. 

—Gracias Theo, por traerme a la enfermería— le sonrió Cordelia. Theo sintió sus mejillas sentirse cálidas ante la sonrisa de Cordelia. 

—No fue nada— dijo Theo con voz neutral, se despidió de las demás. Aunque antes de  salir, Fraser señaló sus ojos y luego lo señaló a él. 

Vaya que daba miedo Fraser. 

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Mantendría vigilado a Nott. 

Eowyn notó el sonrojo en sus mejillas cuando Delia le sonrió. 

No podía permitir que cualquier tonto lastimara a su mejor amiga con personalidad de Golden Retriver. 

—Todo mundo esta hablando, Cordelia— dijo Daphne— Te vieron hablar parsel. 

—Pero acaso es algo malo— preguntó Cordelia sentándose en la cama, Eowyn tomó asiento a su lado. 

—Mas o menos— negó con la cabeza Pansy, tenia una mirada muy seria plasmada . 

—¿Por que? — preguntó Hermione, siempre indagando. 

—Porque el ultimo hablante parsel fue el señor Oscuro— susurró Ginny. 

El rostro de Cordelia se tornó completamente blanco, ella le apretó la mano a Eowyn , pero Eowyn no se quejó ante el agarre, simplemente le frotó los nudillos. 

—No quiero nada mas de similitud con él— dijo Cordelia con los ojos llenos de lagrimas— Primero el núcleo de mi varita y ahora esto. ¡No es justo!

—Ya, ya , ya — Eowyn frotó la espalda a Cordelia, quien sollozaba. Bueno en parte la entendía, tener varias similitudes con el mago más perverso del ultimo medio siglo debe ser difícil. —No es fin del mundo, tu eres Cordelia, la niña más dulce que he conocido en mi vida. Estas a un paso de causarme diabetes. 

—Eowyn— dijo Hermione con la mirada seria— No hagas chiste. 

—Se debe relajar el ambiente—la defendió Pansy.  

Madame Pomfrey le dio una poción para el dolor a Cordelia y luego pidió que que la llevaran a su dormitorio. 

Ahora Eowyn debía saber donde encontrar arañas. 

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Otro recuerdo. 

Cordelia observó a Lady Althaia cargando a una niña, pelirroja de un tono más profundo en sus brazos de no más de cuatro años y a sus faldas un niño de unos siete años aferrado a las pesadas telas. 

A su lado había una bruja, de cabello negro peinado en elegante rizos y ojos azules gélidos que tomaba de la mano a un niña con un fuerte parecido a ella. 

Ambas habían recibido a un grupo por dos caballeros, un niño pequeño una mujer en armadura. 

El mago de la armadura plata bajó del cabello quitándose el yelmo, Lord Slytherin. 

—¡Papá!— chilló la niña con una sonrisa, Lady Althaia bajó a su hija, que corrió hacia Salazar. El mago alzó con facilidad a la niña de cabello rojo. 

Cordelia se sintió celosa, muy celosa ante tal demostración de amor de padre e hija. 

—Mi Sol y mi luna— sonrió Lord Slytherin mientras besaba la frente de su pequeña— Mi preciosa Rhea. 

Lord Slytherin se acercó a su esposa, ella rápidamente lo besó para luego recargar su cabeza sobre el pecho de Lord Slytherin.

—¿Que ha sucedido, Helga?— preguntó la bruja de cabello negro a Salazar interrumpiendo el momento— ¿Y ese niño? — señaló al niño que bajaba del caballo de la mujer con armadura

—Las fortaleza de los Harvoor a caído, Rowena— contestó la mujer de armadura arreglándose el cabello, era de color miel que caían en desordenadas ondas que se zafaron de la trenza larga— Lucien es el único sobreviviente, era uno de los niños a lo que Ariadne Black mantuvo en su fortaleza. 

—¿La condesa Harvoor también era una bruja?— el niño con la mirada perdida miro a Lady Hufflepuff. Lucien tenia el cabello castaño muy oscuro ondulado, sus ojos azules era muy profundo.

—Su familia lo era, pero ella no— explico Helga con delicadeza al niño. Lucien estaba con las rasguños en el rostro y la ropa sucia, totalmente maltratada. 

—Mis padres no hacían magia tampoco, pero la condesa nos dio asilo— contestó el niño— Muchos adultos no podían hacer magia, pero los niños si.

—¿Ariadne esta muerta?— dijo Lady Althaia devastada mirando a Lord Slytherin.

—La condesa nos ocultó a todos los niños en las mazmorras cuando nos asediaron— siguió contando Lucien— Se han llevado al Conde. Ellos, ellos entraron a las mazmorras y...— empezó a hiperventilar. 

Helga se agachó a la altura del niño y lo abrazó mientras le frotaba la espalda mientras lo arrullaba. 

Cordelia comprendió, ese niño vio una matanza. 

—¿Que harán con el niño?— preguntó Lady Slytherin. 

—Ahora es mi responsabilidad— contestó el mago de armadura negra y capa roja. En su cadera brillaba una espada de plata con rubíes. Debía ser Godric Gyrffindor— A partir de hoy es mi pupilo y futuro heredero. En Samhain hare una adopción de sangre, será mi hijo. 

—¿Y los Black?— continuo Lady Rowena en sus interrogatorio— ¿Saben lo de Ariadne?

—Marius Black hablado seriamente de quemar algunas fortalezas muggles y sus campos de cultivo— contestó Salazar, Rhea se estaba abrazada a su cuello— Puede que ella haya sido una squib, por él adoraba a su hermana. 

Lucien caminó hasta Lord Slytherin, su mirada estaba fija sobre Rhea. 

—¿Es un hada?— preguntó el niño mirándola fijamente, Rhea nerviosa se ocultó en el cuello de su padre. 

—No es un hada— dijo Prometeo separándose de las faldas de Lady Slytherin— Es mi hermana bebé. 

Prometeo extendió su mano hacia Lucien. 

—Soy Prometeo Slytherin— se presentó para luego mover su cabeza hacia la niña junto a Lady Ravenclaw— Y ella es Helena, desde hoy eres mi nuevo amigo. 

Lucien aceptó la mano del Heredero Slytherin. 

Cordelia se despertó del sueño, y de su velado tomó los dos diarios que aun estaban en blanco. 

Del diario de Rhea ya hizo su primera entrada. 

"Madre me ha pedido que use estos diarios para dar vestigio de mi memoria como obsequio por mi cumpleaños quince. 

He aquí una confesión. 

Me he enamorado de Lucien."

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Cordelia leyó embelesada las palabras de Rhea. 

Sobre todo sobre su romance a escondidas con Lucien. Rhea expresaba en sus palabras su profundizó amor por el mago, sus tardes recorriendo los invernaderos, sus tardes junto al lago.

Al parecer Lord y lady Slytherin le tenían aprecio a Lucien, pero no lo aprobaban como futuro yerno.

También contó de su serpiente, Perla, de color blanco con escamas que reflejaban de color plata. 

El diario de Prometeo lucia mas como un libro de pociones y venenos. Las plantas necesarias para formular efectivos venenos que actuaban de manera lenta pero eficiente.

Como era las semillas de manzana resultaban ser ese ingrediente para sus venenos. Este diario también contaba con su proceso para llegar a ser inmune a todo tipo de venenos. 

El diario de Rhea contaba con planos de fortalezas, pasadizos, incluso habla de la forja e inscripción de runas en armas y armaduras.

Su sueño de poder recrear con exactitud el Fuego Griego. 

—Y yo pensaba que el diario de Lady Althaia era interesante— dijo Hermione leyendo una delas teorías de Runas sobre espadas— Pero Rhea, su mente es impresionante y muy creativa. 

Ya mañana tendrían que abordar el tren para las vacaciones, así que aun estaban despiertas a pesar de que ya era toque de queda. 

—A Eowyn le gustará la sección del Fuego Griego— dijo Pansy— Creo que tiene tendencias pirómanas. 

—Me sorprende que Prometeo solo usara el diario para hacer anotaciones y nada de su vida personal— comentó Daphne con el diario de él en sus manos— Venenos, plantas, las expediciones contra los cazadores. 

—Tal vez no había nadie que le hiciera sentir mariposas en el estomago— respondió Cordelia desde su cama mientras se cepillaba el cabello. 

Hermione ahogó un jadeo, sus mirada puesta sobre el diario. 

—¿Que pasó?— preguntó Cordelia levantándose de su cama y dejando su cepillo de lado. Pansy y Daphne también se levantaron y se acercaron a cama de Hermione. 

Cordelia tomó el diario y leyó la entrada que apareció hace segundos. 

"Mi padres han hablado de prometerme en matrimonio con Asterión Black. Perla los escuchado a hablar, como si fuera un secreto. 

No, no me casaré con Black. 

He hablado con Lucien. Nos fugaremos de Hogwarts tan pronto tengamos la oportunidad. Helena nos ayudará a cubrir nuestros pasos para que nadie sospeche"

—¡¿Se fugaron?!— dijo Daphne ante el fragmento. 

—Como Lydia Bennet con Wickham — murmuró Hermione anonada. 

—Si, pero al menos Rhea y Lucien se amaban— defendió Cordelia— Lydia solo fue una tonta que se dejó endulzar el oído por un militar. 

Hermione ladeó la cabeza dándole la razón. 

—Amores secretos, matrimonios arreglados, fugas románticas— dijo Cordelia— Esto debió haber sido un escandalo. 

Ese fragmento era lo ultimo del diario, debía esperar esperar a que le mostraran más, pero se quedó prendida de lo que sucedió. 

¿Lograron fugarse?

¿A donde se fugaron?

¿Cómo tomaron todos esa fuga ?

Tantas preguntas y Cordelia quería respuestas. 

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Tal como lo había planeado, luego de regresar a Malfoy Manor con Lady Narcissa expresó sus deseo de visitar Gringotts para ver el asunto de su anillo. 

Así que al día siguiente día de su llegada fue al callejón Diagon con Lady Malfoy con ella, como solo iban por ese motivo, no había necesidad de pasear por el callejón. Desde u primera visita al callejón Cordelia tenia poder absoluto de su llave. 

La profesora McGonagall le dio que era importante que la mantuviera en un lugar resguardado. Así  que Cordelia tomo un viejo libro de Dudley y lo acoplo para tener un pequeño lugar donde dejar la llave. 

¿Que podría pensar que Cordelia dejar su llave en una copia de El gato en el sombrero?  

—Buenos días, señor Ragnork— saludó Cordelia al encargado de las cuentas con educación e inclinaba su cabeza con cortesía. 

—Lady Potter, muy agradable sopesa— contestó Ragnork— Su presencia también es sorpresiva, Lady Malfoy. 

—Lady Cordelia es mi pupila— respondió Lady Malfoy mientras colocaba una de sus manos cubierta guantes  encaje sobre el hombro de Cordelia— Y es mi deber acompañarla, aun es joven y necesita de una voz adulta. 

Cordelia no pudo evitar sentirse protegida ante la suave pero forma coz de Lady Narcissa. 

—Entonces, ¿Que la trae este día a Gringotts?

—He venido por anillo de señorío— contestó Cordelia sentadose en la silla frente al escritorio del duende— Ha sido un descuido mio haber pasado por alto ese detalle y por supuesto un mapeo genealógico. 

Ragnork se levantó y se disculpó diciendo que regresaría en unos minutos, luego regresó con una pequeña charola con dos anillos, delicados y perfectos para una dama. 

—¿Dos anillos?— preguntó Cordelia. 

—El de los Potter y el de los Black— contestó Ragnork. 

—¿Black no es su apellido de soltera?— Cordelia miró a Lady Narcissa. 

—Si, mi primo te nombró su heredera— contestó mirando el anillo de los Black. 

—¿Tengo un padrino?— volvió a preguntar Cordelia, ella haría todas las preguntas posibles y sabría con respuestas. —¿Esta muerto ?

—No— contestó Ragnork—Sirius Black esta en Azkaban por varios delitos. Matar a 13 muggles y a Peter Pettigrew, y entregar a los Potter a El señor Oscuro. 

Cordelia palideció mientras bajaba la mirada. Sirius Black traicionó a sus padres, por su culpa ellos están muertos. 

Cordelia no quería nada de ese criminal, que el señorío de los Black los tenga Draco. 

—La traición de los Potter es absurda— comentó de la anda Ragnork, haciendo que Cordelia alzará su mirada. 

—¿Qué quiere decir?— preguntó Cordelia con voz seria a la vez que apretaba sus manos sobre la tela de su falda. 

—Sirius Black y James Potter hicieron un Pacto de Sangre luego de su nacimiento, Lady Potter— dijo Ragnork— Fui testigo de ellos, se quedó especificado en ese Pacto que Lord Black la resguardará de la guerra y mantendría a salvo. Si Sirius Black hubiera roto ese acuerdo, habría muerto de inmediato. 

—¿Sirius podría ser inocente?— la voz de Lady Narcissa salió como un susurro. 

—Nunca se demostró la culpabilidad de Black ante sus crímenes— siguió hablando Ragnork— El Ministerio lo arrojó a Azkaban sin juicio. 

—¿Y por que no enviaron este asunto del Pacto de Sangre entre mi padre y padrino?— preguntó Cordelia. 

—Como dije, no hubo juicio, si lo hubiera tenido uno, Gringotts esta obligado a mostrar cualquier documento para ser usado como prueba— contestó Ragnork. 

—¿Podemos hacer algo?— preguntó Cordelia a Lady Malfoy. 

—Podemos presionar un poco para que se habrá un juicio a Sirius— contestó Lady Narcissa— Sirius amaba a James como un hermano. Necesitaremos una copia del documento que hable del Pacto, como prueba. 

—Por superpuesto, Lady Malfoy— dijo Ragnork. 

Cordelia se quitó sus guantes y tomó el anillo de los Potter, ella aceptaría el señorío de los Black si se demostraba que su padrino era inocente, sino lo era, que lo tenga Draco. 

El anillo de los Potter era una banda de oro con un piedra escarlata delicada en el medio. 

—Ese anillo se mandó a fabricar apenas nació, como cualquier heredero mágico— explicó el Goblin— Lord James fue enterrado con el suyo.

Ragnork sacó una daga, la misma que uso con Eowyn— Lady Potter. 

Cordelia aceptó la daga y se pinchó el dedo a la vez que Ragnork extendía un pergamino, dejó caer varias gotas de sangre en el papel. 

Poco a poco aprecio su nombre y arriba el de sus padres, y del lado de su padre, se ramificó en múltiples lineas, cada Potter de que descendía Cordelia. De lado de su madre surgió una delicada y débil linea. 

Cordelia subió la mirada, pequeños espacios que subía, subía, y la linea poco a poco se fue aclarando, al llegar a una ramificación que hizo que Cordelia perdiera el aliento cuando vio dos nombres. 

Rhea Slytherin y Lucien de Dunbar. 

Su madre descendía de la hija de Salazar Slytherin. 

Chapter Text

Cordelia miró el pergamino aun sin poder decir una palabra. 

Descendía de Rhea Slytherin. 

—Por bestias de Circe— escuchó la voz ahogada de Lady Malfoy con la mirada sobre el pergamino. 

Cordelia apartó la mirada del pergamino para observar a Lady Narcissa, tenia los ojos ligeramente abierto por la impresión. 

—Lady.. Narcissa— trató de buscar Cordelia las palabras pero no podía unir las ideas en su cerebro. 

—¿Estas bien, querida?

—Creo que necesito ir a descansar— contestó Cordelia con una mano sorbe su frente, necesitaba tomar una siesta para procesar todo esto. 

Cordelia se levantó del asiento y Lady Narcissa colocó sus manos sobre los hombros de ella frotándolos levemente. 

—Esperemos que lo sucedido aquí quede en completa confidencia— dijo con voz firme Lady Malfoy. 

—Por supuesto, Lady Malfoy— contestó Ragnork— Nada lo que hoy descubrimos sera revelado. 

Cordelia se despido con una ligera reverencia de cabeza y fue junto a Lady Narcissa. 

Necesitaba descansar. 

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Narcissa dejó a Cordelia en su recamara mientras suspiraba pesadamente. 

Tuvo que darle una poción ligera para descansará, no necesitaba imaginar que tan revuelta debe estar su mente en esos momentos. 

¡Descendiente de Salazar Slytherin!

Draco les mandó una carta diciéndoles que Cordelia había hablado parsel durante el club de duelo. 

Ahora sabia el porque, la niña descendía de la casa Slytherin. 

Mientras caminaba hacia su pequeño estudio estuvo reflexionado. 

Lily Evans. 

Si tan solo se hubiera convertido en una New Blood, había resurgido con ella la familia Slytherin, eso la hubiera echo intocable. 

Tal vez no hubiera muerto. No hubiese sido asesinada. Después de todo, el señor Oscuro también era descendiente de los Slytherin. 

Eso ya no importaba. 

Con esta nueva información elevaba el estatus de Cordelia. 

¿Cuantas familias no quisieran tener a Cordelia? ¿Cuantos magos no presentarían sus hijos con la esperanza de que alguno pudiese cortejar a Cordelia?

Pero era muy pronto, tanta intención sobre ella seria demasiada presión. 

Narcissa ocultaría esa información, incluso de Lucius, si bien podrían tomar una ventaja para comprometerla con Draco. Era lo mejor, Cordelia tendría el señorío de los Black y Draco tenia sangre Black, era lógico , era lo correcto que ambos se casaran. 

Pero no, aun estaba pequeña para hablar de compromisos, para tanta presión. Aquí que Narcissa mantendría esta información para cuando la pequeña Cordelia se sintiera cómoda de hablar su parentesco con los Slytherin. 

Ahora tenia otro asunto que atender, Sirius.

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—Sirius y Potter— dijo Bellatrix mirando el pergamino en sus manos, las tres estaban el estudio de Narcissa hablando de Sirius— Nunca pensé que harían un Pacto de sangre. 

—Se llamaban hermano mutuamente— contestó Andrómeda, Narcissa asintió con la cabeza, aun podía recordar a Regulus mirando a Potter con genuino celo ante las atenciones de Sirius. 

Como habían acabado los Black. 

Sirius en prisión, Regulus muerto, y ellas tres ya usando sus apellidos de casadas. 

—¿Podemos pedirle a Ted que persuada a Madame Bones que reabra el caso?— preguntó Narcissa mirando a Andy. —Pudieron a Sirius en prisión sin juicio. 

Ted trabaja en el Departamento de Aplicación de Ley mágico en el área administrativa y de vez en cuando trabaja como asesor legal en el mundo muggle. 

—Claro, le digo esta noche— contestó Andy. —¿Pero sera posible liberarlo?

—Incluso si se nuestra que no traiciono a los Potter aunque queda el asunto e Pettigrew y los muggles—comentó bella mordiéndose un poco el labio— Hay algo que no me cuadra. 

—¿Que cosa?— preguntó Narcissa. 

—Sirius podrá ser un inmaduro, pero no un completo estúpido como para atacar en una calle muggle— reflexionó Bella— Si hubiera querido matar a Pettigrew lo habría hecho en algún lugar desolado. Sirius no es tan imbécil para ser atrapado tan fácilmente. 

Andy asintió con la cabeza. Sirius era listo, eso no había duda, que lo utilizará para hacer bromas era otra cosa. 

—¿Cómo tomó Cordelia la noticia de Sirius?— preguntó Andrómeda. 

—Muy mal, ahora esta durmiendo arriba, se ha perdido el almuerzo, pero me encargare de que coma la cena— contestó Narcissa mintiendo un poco, lo que la tenia descansando era resultado del mapeo genealógico. — Ha dicho que se busque hacer el juicio, si es inocente, tal vez logre poder conocerlo y aceptar el señorío de los Black, pero si no, bueno aun no se lo que quiere hacer. 

—¿Podemos contar con la ayuda de Lupin en el juicio de Sirius?— cuestionó Bella. 

—No se ha sabido nada de él desde que los Potter murieron y Sirius fue a Azkaban—contestó Andy— Nada de nada, no se sabe donde esta o si aun sigue vivo. 

Tendrían que buscar la forma de encontrar a Lupin. Narcissa aun se preguntaba porque no tomo la custodia de Cordelia. 

Tal vez fue lo mejor dejar a Cordelia con su tía. 

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Cordelia se levantó luego de tener otro de esos recuerdos. 

Había soñado como Rhea y Lucien preparaban sus caballos y abondar Hogwarts. Ella se notaba nerviosa, como se aferra a un collar que tenia un sol y una luna. 

"Mi sol y mi luna", la llamó así Lord Slytherin. 

—Así que si se fugaron juntos— pensó Cordelia mirando al balcón de la recamara viendo que ya había caído la noche. 

Cordelia miró su reflejo en el tocador, su cabello trenzado en dos coletas lucia deshornado, como si fuese tenido una seria pelea con un gato. 

Con sus dedos trató de arreglar el lío en que se convirtió y cabello a la vez que alguien tocaba la puerta. 

—Adelante— dijo Cordelia aun con los dedos en su cabello. Lady Narcissa entró con una suave sonrisa en su rostro y una elfina detrás suyo llevando una charola. 

—¿Y que tal la siesta?— le preguntó a la vez que se sentaba al borde la cama. 

—Bien— contestó Cordelia apoyando su espalda en el cabezal, la elfina colocó la bandeja en sur regazo, pudo percibir un delicioso aroma— Gracias Dipsy. 

—Es un place servir a la pequeña dama— dijo la elfina mientras se retiraba. 

La cena era pollo a la naranja, el aroma del cítrico era notable, con verduras salteadas. 

—También hay postre por su quieres— le dijo Lady Narcissa. 

—Así estoy bien, gracias— contestó Cordelia mientras tomaba los cubiertos y empezaba a comer. Luego de acabado su cena, dejó la bandeja en el velador. 

Cordelia reflexiono de los resultados, pero no sabia que hacer. 

—No se que hacer— confesó Cordelia mirando a Lady Narcissa. 

—Yo no he dicho nada, ni a Lucius— contestó ella— Es tu decisión si quieres revelar esto, ¿sera impactante?, si. ¿Es algo malo?, no. 

—¿Le puedo contar a mis amigas?

—Es tu decisión Cordelia— dijo Lady Malfoy mientras le acariciaba una mejilla. 

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Eowyn sabia que debía visitar a su madre. 

Pidió permiso para visitarla, y Tonks se ofreció a llevarla. Las dos fueron por Red Flú hacia el Caldero Chorreante donde Sam las estaba esperando para llevarlas en su auto. 

En el camino al Cementerio Católico de Santa María, Sam le trataba de hacer conversación pero Eowyn solo se dedicó a mirar por la ventana mientras jugaba con el listón de su blusa. 

—Yo me mejor me quedó en el auto— dijo Sam con una mueca cuando estacionaron. —Los cementerios me dan escalofríos. 

—¿Estará bien aquí sola?— preguntó Tonks bajando del auto con Eowyn. 

—Tengo mi crucigrama— contestó Sam sacando de la guantera su copia de The London Times — Yo las espero aquí. 

—Okey— comentó Eowyn. 

Eowyn miró las filas de tumba, ella vistió ese lugar pocas veces desde la muerte de su mamá, pero conoció donde estaba la tumba. 

Fila de atravesar llegó donde descansaba la tumba de su mamá. 

"Linda A. Fraser

Amada madre y amiga"

—Hola mami— dijo Eowyn sentadose en el pasto frente a la tumba. La ultima ves que estuvo aquí fue antes de enterrarse que era una bruja. 

Eowyn contó sobre Hogwarts, las amigas que tenia, que al fin dejó Wools. 

—Puedes descansar, mami. Ya estoy en un buen hogar. Lady Bella ha sido muy amable conmigo, se que estarías feliz de que encontrara un cálido refugio— siguió hablando mirando a la tumba— Me siento feliz, poder estar bajo un manto protector. 

Eowyn se levanto del suelo, sacudiéndose el pasto de sus pantalones. 

—Ya me tengo que ir— rozó levemente el nombre Fraser con sus dedos envuelto en cuero negro de los guantes— Pero prometo visitarte. Adiós mami, te amo. 

Chapter Text

Cordelia se miró al espejo mientras se alisaba la falda de su vestido para el baile. Lady Narcissa haba aprobado con anterioridad el boceto para el vestido antes de ser confeccionado. 

De corte imperio en color perla con ciertas bordados en tono dorado y guantes del mismo tono, con un chal que complementaba el atuendo junto a unos zapatos planos. Su cabello estaba recogido en ricos y el regalo de Theo llamando la atención. 

Era una diadema de oro en forma de hojas con pequeñas flores blancas brillantes que resaltaba muy bien en su cabello pelirrojo, así que como quería resaltar más este accesorio, uso una cinta blanca alrededor del cuello como una sencilla garantilla y sus pequeños aretes de rubí. 

Sonrió a su reflejo, se sentía como Emma Woodhouse a punto de ir a bailar con el señor Knightley.

Cordelia se sentó en la cama y miró la entrada en el diario de Prometeo, por primera vez, ya no era nada de estudio o sus investigaciones. 

"Padre y Lord Godric han discutido. La fuga de Rhea y Lucien ha causado un disgusto enrome , madre se ha encerrado en su recamara afectada y Lady Rowena no ha parado de interrogar a Helena sobre el paradero de ellos. 

Helena ha dicho de algo de ellos huyendo a Francia para luego ir a Egipto.

Lo voy a matar. 

Ha cogido mi confianza y  ha estado teniendo un amorío con mi hermana detrás de mi espalda. "

—Vaya drama— murmuró guardando el diario debajo de su almohada. Cordelia recogió su carné de baile y salió de su habitación, no sin antes ver su reflejo y asegurar que todo estuviese perfecto.

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Cordelia bajó hasta el recibidor y para su sorpresa Hermione ya estaba de pie junto a Lady Malfoy. 

—¡Hermione!— saludó Cordelia con un abrazo para luego separarse— ¿Cómo llegaste?

—Lord Malfoy fue amable de que conectaran la Red Flú a la chimenea de mi casa— contestó arreglándonos un poco los mechones en su frente. 

—He de suponer que sus padres han de estar preocupados de que tenga un medio para llegar segura— contestó Lord Malfoy imponente. 

—Oh, ellos estarán en casa mañana antes del medio día, hoy estoy bajo el cuidado de mi nana— respondió Hermione. 

Cordelia se fijo en Hermione impresionada, su amiga era linda, pero hoy lucia mucho mas linda de lo normal. 

Su cabello pareciese que colaboro con ella, tenia el aspecto que era mas liso que en realidad era, sujeto en un trenza que se cruzaba como una diadema y algunos mechones caían con delicadeza por sus mejillas. 

Su vestido era de un rosa palo con detalles de plata como cuentas, encima llevaba una copa corta para protegerse los hombros, sus guantes hasta la muñeca que eran de encaje de un rosa un tono más bajo.  

Un pequeño bolso redondo colgaba de su muñeca junto a su carné de baile. 

También notó como Heir Malfoy observaba a Hermione. 

—¿Están listos?— preguntó Lady Narcissa con la maceta con los polvos Flú. 

Cordelia y Hermione asintieron con la cabeza. 

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Theo no pudo evitar sonreír cuando Cordelia llegó, el detalle dorado en su cabello lo hizo sentir feliz. 

Estaba usando su regalo. 

Él estaba parado junto a su abuelo recibiendo a los invitados, y se emocionó cuando Cordelia llegó con los Malfoy y Granger. 

Su abuelo saludó a los Malfoy y luego posó su mirada en Cordelia y Granger.

—¿Ella debe ser la señorita Hermione Granger?— preguntó su abuelo. 

—Así es, un gusto poder estar aquí, Lord Nott— saludó Granger inclinando. 

—Segun Theo, usted obtuvo uno de los mejores promedio el curso pasado. Felicidades.

Aquello pareciese que hizo sentir orgullosa a Granger porque sonrió levemente. 

—Y por supuesto, Lady Potter, es un placer verla esta noche— siguió su abuelo. 

—Y el mio haber sido invitada— sonrió Cordelia. 

—Cordelia, ¿ya tienes con quien bailar?— preguntó Theo con tranquilidad. 

—Es una coincidencia que no tenga a nadie anotado en mi carné— contestó Cordelia extendiendo su carné de baile. 

Theo feliz anotó su nombre, también anotó su nombre en el carné de Granger. Ambas se fueron a reunir con Fraser que había llegado minutos antes con los Lestrange. 

Theo estaba contento, seria el primero en bailar con Cordelia. 

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—He de decir que lucen impresionantes— dijo Eowyn saludándolas. A su lado estaba Neville. 

—Que bueno que llegaron— comentó Neville sonriéndoles. 

—¿Y Pansy?— preguntó Hermione quitándose capa corta y guardándola en su bolsito de mano. 

Cordelia pudo notar el sencillo collar de pequeños di amentos que tenia como accesorio. 

—Aun no llega— contestó Eowyn— ¿Y ese collar?

Hermione bajó un poco la mirada hacia su collar y sonrió. 

—Es de mi madre— contestó aun sonriendo— Mis abuelos se lo obsequiaron cuando se graduó de la escuela de medicina. Mamá casi nunca lo usa, así que me lo ha prestado por el día de hoy. 

—Te queda bonito— dijo Neville. 

—Hermione luce muy preciosa hoy— siguió Cordelia elogiándola, lo merecía, Hermione era bonita. 

—¿Eso creen?— preguntó ella colando una de sus manos sobre su mejilla. 

Los tres asintieron con la cabeza, se sentaron junto cerca de uno de los ventanales, Cordelia notó el jardín iluminado por lamparás. Minutos  después llegó Pansy que de inmediato fue hacia donde ellos. 

—Y aquí estamos todos— sonrió Pansy— Hermione, luces encantadora. 

—Gracias— contestó con las mejillas sonrojadas. 

Pansy se sentó a al izquierda Eowyn mientras miraba todo el salón. 

—¿Y que averiguaste en Gringotts?— le preguntó Pansy y Cordelia se tensó un poco. 

—Tengo un padrino y está en prisión— contestó Cordelia. 

—Mi abuela no cree en la culpabilidad de Black— dijo Neville— Ella dice que nuestros padres eran muy amigos, y que es sumamente extraño lo de la traición, es sigue creyendo que Black estuvo bajo la maldición imperius. 

Cordelia sintió con la cabeza, cuando empezó a frecuentar a Neville, el le contó de que su la difunta Lady Longbottom era su madrina y que los dos cumplían años seguidamente. Neville el 30 de julio y ella el 31. 

Al parecer ambas tenían la intención de criarlos junto, como hermanos. 

—Peor hicieron un pacto de sangre, incluso bajo ese maleficio, él hubiera muerto, pero esta vivo— contestó Cordelia— En la cárcel, pero vivo. 

—¿Y que se puede hacer?— preguntó Pansy. 

—Lady Narcissa dicen que buscaran a que le abra un juicio— contestó Cordelia mirando la tira de su carné. 

—¿Cómo que juicio?— preguntó Hermione

—Nunca se le hizo un juicio, solo lo enviaron directo a Azkaban— contestó Cordelia— Podemos parar este tema de conversación que me produce migraña, se supone que es Yule, así que otro día hablamos de esto. 

Todos accedieron a la petición de Cordelia. 

—Entonces— se puso de pie Eowyn — Vamos por algunos postres. 

—Yo me quedo aquí— dijo Neville. 

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—Si bien es linda, es una completa sabelotodo media molesta— escuchó Cordelia a Heir Malfoy hablar de Hermione. 

Las cuatro estaban cerca de la mesa de postres a espaldas a Malfoy, Zabini y Theo. Al aparecer no las habían notado. 

Hermione tenia una galleta en su mano mientras que la otra tenia una servilleta un poco abajo de la galleta para evitar dejar caer migajas. Su expresión era neutra, aunque la manera que tenia la galleta ligeramente resquebrajada notaba que estaba molesta. 

—No le hagas caso— dijo de inmediato Cordelia tratando de animarla. 

—Me han dicho eso muchas veces en la primaria— contestó Hermione dejando la galleta sobre la servilleta— Ya no me afecta. 

—Así se habla, Mione— dijo Eowyn— Que no te afecte lo que diga Richie Rich.

El comentario hizo reír a Hermione, que dejo su expresión neutral por una débil risa. 

—La opinión de Malfoy no me afecta en nada— dijo Hermione— Si cree que soy una sabelotodo, púes bien, seré una sabelotodo, cuyo nombre figurara en lo alto de los promedios los años venideros y el de él detrás mio. 

Chapter Text

Luego de las palabras de Hermione, Cordelia notó algo muy brillante. 

Saludando a Lord Nott estaba una pareja muy llamativa. El hombre lucia como los demas caballeros de la sala, con sus tunicas elegantes y postura recta, pero lo que mas capto la atencion fue la dama que colgaba de su brazo. 

Era de esas bellezas hindúes, con un sari azul pálido con brocados en oro, su cabello en un recogido con hilos de oro. La dama juntó sus manos, llenas de anillos y brazaletes de oro e hizo un leve inclinación de cabeza a Lord Nott como saludo. 

—Que belleza— murmuró Eowyn con una tarta miniatura en su mano. 

—Oh, es el heredero Crouch y su esposa— comentó Pansy— Lord Crouch es el director del Departamento de Cooperación Mágica Internacional, su hijo estuvo viviendo en Nueva Delhi desde más de siete años. 

—Y su esposa es la tía de las gemelas Patil— dijo una voz detrás de ellas, Cordelia giró su cabeza para encontrarse con Theo. 

—Es muy bella, como una actriz de Bollywood— comentó Cordelia impresionada por el brochado del Sari azul, Hermione estuvo de acuerdo con ella. 

Una mano se posó sobre el hombro de Cordelia, Theo le sonría y ella le devolvió la sonrisa. 

—Espero que no te hayas olvidado que me has prometido una primera pieza— dijo Theo sonriendo. 

—No es de buena educación olvidar una promesa — respondió Cordelia.

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Pansy se quedó sentada viendo a las personas bailar, a su lado estaba Hermione jugando con la cadena de su bolso

Cordelia bailaba alegremente con Nott, Eowyn y Longbottom estaban también bailando, pero cada cierto momento Eowyn hacia una mueca y podía ver a Neville disculpándose. 

Luego de unos momentos ellos dos se acercaron, Neville le extendió la mano a Hermione para invitarla a bailar. Ella sonrió y ambos volvieron a la pista de baile. 

—No es bueno combinar a una chica que bailaba mal con alguien que pisa los pies— dijo Eowyn. —¿Como asi no estas bailando?

—No tengo ganas— respondió Pansy. — Además, Blaise está bailando con Bulstrode y luego sigo yo. 

—Oh, entiendo entiendo. — asintió Eowyn con la cabeza. 

—Se me hace raro que no haya venido Lady Lestrange ni la señorita Tonks. 

—Corvus empezó a tener algo de fiebre y por eso Lady Bella se quedó cuidándolo— Eowyn respondió moviendo de forma circular su cabeza, sus manos sobre la base del cuello— Y Tonks ha sido invitado por Sam a una reunión. 

—¿Sam? ¿La chica alta y de aspecto sombrío que acompañó a Cordelia en el callejón?

—Si ella. Amo su estilo, es muy punk de los 70's

—¿Cómo crees que estás?

—Me acurdo que una chica de Wools decía que las fiestas de los universitarios son muy alocadas. 

Pansy abrió los ojos. ¿A que lugar se fue a metro la señorita Tonks?

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Luego del baile, Cordelia regreso con los Malfoy a casa, aun cansada Cordelia se quito cada pasador de cabello con cuidado para no enredarse en sus suaves rizos. 

Una cosa que Cordelia aun no se acostumbraba era a esos sueños o recuerdos que era testigo luego del descubrimiento de los diarios. Pero a la vez era interesantes como cada recuerdo que era testigo era una pieza que complementaban los escritos en los diarios. 

Cordelia soñó con un estudio oscuro y algo frio, ella parada en una esquina observo a Lord Slytherin sentado frene a su escritorio con varias cartas esparcidas y una copa junto a una jarra de vino. 

—Padre— dijo Prometo entrando al estudio. 

—¿Alimentaste a Iring?— preguntó Lord Slytherin sin dejar de mirar la carta en sus manos. 

—Si padre— se acercó un poco — Mamá te esta buscando. Tía Rowena logró que Helena hablará. 

Cordelia observó como Lord Slytherin dejó de morar su carta para mirar directamente a su hijo.

—¿Sabe la ubicación de Rhea?

—Dice que Lucien y Rhea marcharon hacia el Plymouth— contestó Prometo— Su destino es Francia para luego marchar a Roma. 

Lord Slytherin tomó su copa y la estrelló contra el piso, Cordelia se sobresalto por el pequeño arranque de ira. 

—Sabia que ese muchacho daría problemas— dijo Lord Slytherin con voz molesta— Godric nunca trato de controlar esa ira que el muchacho tiene desde siempre. Y ahora se ha llevado a mi hija lejos de Hogwarts

—Lucien es solo hago impulsivo y Rhea esta enamorada. 

—Nuestra confrontación con los cazadores lo hacemos desde una posición de defensa— se mostro serio— Pero Lucien Gryffindor lo hace por venganza, y esa ira que tiene consigo tarde o temprano lo consumirá. Ahora Rhea corre peligro a su lado. 

Lord Slytherin se volvió a sentar en su silla con una expresión de dolor. 

—El muchacho es un buen mago, excelente duelista, pero su ira y carácter es su mayor debilidad— dijo Lord Slytherin— Y mi Rhea. Tu eres mi hijo y heredaste mucho de tu madre incluyendo su capacidad de defenderte por tu cuenta. 

Lord Slytherin bajo la mirada con sus manos apoyada en su frente, como si se estuviera persignando. 

—Rhea es el pilar de mi mundo— dijo Salazar para alzar su mirada a su hijo— Escribiré a mis aliados en Francia, tal vez puedan retenerlos allá. Sal y busca a tu hermana, tráela a casa. Poco me importa el mocoso de Godric. 

—Si padre. 

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Hermione miro su reflejo al espejo la mañana luego del baile.

Los rizos castaños similares a los de su nana se esponjaron mucho iluminando un aspecto de nube que avecinaba tormenta.

Su vestido estaba doblado sobre el taburete de su escritorio, los pasadores que usaron su cabello en el cenicero de nubes. 

A pensar de aun estar algo cansada, estaba feliz. 

Su nana siempre le habla de sus años de juventud asistiendo a este tipo de eventos, si bien tenia una curiosidad, siempre pensó que ella seria alguien ermitaña como sus padres, cuya vida social abarcaría estar en casa los fines de semana viendo alguna película o leyendo un libro. 

Hermione se cubrió con un abrigo felpudo y bajó a la cocina por café, porque el ambiente ya tenia ese olor a café. 

Su Nana Felicia ya estaba en la cocina mirando la maquina de cafe funcionar. 

—Nana, buenos días— saludó Hermione sentándose en los altos bancos de la isla de la cocina. 

—Mimi!— su Nana dejó la cafetera y la abrazó— ¿Que tal el baile?¿Con quien bailaste?¿Algún chico guapo?

—Nana— murmuró Hermione avergonzada. 

—Ah, déjame emocionarme. Eliza en su juventud se la pasaba en casa leyendo y leyendo que por mucho tiempo pensé que acabaría solterona, y bueno, se casó con un nerd. 

—Y de ese par de nerd tuvieron a un bebé nerd— completó Hermione, su nana siempre decía eso.

—¡Exacto! Al menos tu te estas esforzando en tener una vida social— le sonrió acariciando su cabello esponjado. — Se que a veces es bueno estar solo, pero no siempre.

Ella se atribuye su taza y una taza con leche tibia para Hermione. 

—¿Sabes, Mimi?— dijo Nana llamando su atención. —Ahora empiezo a creer como fue que sobreviviste. 

—¿Qué quieres decir, nana?

—Naciste muy pequeña y débil. Eliza no había completado su séptimo mes cuando te adelantaste—empezó a ella contar— Muy pequeña, los médicos les habían dicho a tus padres que se prepararan para lo peor, incluso la doctora que atendió a Eliza ya tenia tu ficha de función entre sus papeles . 

Hermione dejó la taza en la mesa sin hablar, sus padres nunca le habían dicho esto. 

—Pero, empezaste a mejorar día a día— sonrió como si fuera algo maravilloso— Las enfermeras decían que era un verdadero milagro. Ahora pienso que fue la magia que permitió que vivieras. 

—Nana. 

—No, no, déjame seguir— dijo tomándola de las manos— Se que harás grandes cosas, Mimi.— le sonrió —Siempre estaré orgullosa de ti, mi preciosa y lista Hermione. 

Su nana se enderezó recogiendo su taza. 

—Ahora mientras esperamos a tus padres. ¿por que no nos volvemos a ver Lo que el Viento que se llevó?— le preguntó.

—Me parece un buen plan. 

Chapter Text

Cordelia estaba en el estudio de Lady Narcissa, que estos días se convirtió en su pequeño refugio.

Nuevamente los diarios de Prometeo y Rhea mostraron nuevas entradas.

"Madre y padre han comenzado una búsqueda de Rhea.

Tengo una orden clara. Traerla a casa, si  está  casada, traerla  con  Lucien y tratar de enmendar  la  situación.

Y no han se casado, me  han  pedido matar a Lucien y traer a Rhea a casa.

El matrimonio  con  Asterión es la  única  manera de preservar el honor de Rhea."

Cordelia cerró el diario y abrió de el de Rhea. Ambos mostraban su lado de la situación. 

Mientras Prometeo escribía de la desesperación y el constante miedo de que Rhea y Lucien hayan caído en manos de los cazadores. Lord Slytherin enviando cartas a Francia para localizar a su hija. 

Por lado de Rhea era algo más peligroso, en su diario narró como ella y Lucien se habían topado con niños mágicos muertos, colgado de arboles. Como ella los bajaba y los enterraba para darles un digno descanso. 

En las palabras que Rhea se notaba su febril deseo de eliminar a cada uno de los cazadores. 

Como llegaron a un lugar cerca de los bosques en la costa de Gales, un pequeño refugio de no mas de cinco habitantes. Una anciana, un joven escudero y tres niños de no mas de diez años. 

"Lucien ha empezado a construirnos una pequeña cabaña y luego nos casaremos. Marigold nos mantiene separado hasta que nos casemos, la druida es una mujer severa, pero es amable. La he estado ayudando con las pociones que ella envía a los demás refugios.

Tengo la intención de instalar una barrera a partir de Runas de Sangre, mantendrá al lugar protegido de cualquier ataque posible"

—¿Runas de sangre? — pensó Cordelia. Se preguntó si en la biblioteca de Malfoy Manor habrá algo que hable de eso. 

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Nuevamente fue invitada a tomar el té con Lady Narcissa y sus invitadas. Cordelia quería aportar algo, así que pidió permiso para preparar sus galletas en forma de flores. 

Dipsy la ayudo con algunas cosas, como pre calentar el horno o pasarle algunos ingredientes. 

La receta de sus galletas la había escuchado una vez en esos programas matutino de variedades, cuando alguna receta de algún postre que le interesaba, Cordelia no dudaba en anotarlo. 

El cuaderno donde los tenia están en Privet Drive, pero era una suerte que sea una receta fácil de memorizar. 

Pasada la hora del almuerzo llegaron las invitadas de Lady Malfoy, Cordelia estuvo a su lado recibiéndolas. 

Eran algunas damas. La madre de Pansy y Pansy, La señora Tonks (sin la señorita Tonks) , Lady Bellatrix con Eowyn y Corvus, y sorpresivamente la señora Patil-Crouch y gemelos con ella. 

Cordelia se alegró de ver al pequeño Corvus, el bebé de ya de más de un año corría tan rápido como sus pequeñas piernas le permitían. 

Los niños pequeños eran custodiados por Eowyn, quien se ofreció a cuidarlos en el jardín. Así que ella estaba haciendo volar grullas de papel para entretener a los niños. 

—Achchha hoga, Sohan, Tarak— les dijo la señora Naisha a sus gemelos en hindi. 

—Haan maan—contestaron ambos niños antes de ir hacia Eowyn. 

El té fue servido en los jardines, el día no era tan helado así que era cómodo estar al aire exterior, ademas la vista daba justo para ver a Eowyn cargar a Corvus mientras el bebé trataba de atrapar a una de las grullas de papel. 

—Es al fin un placer conocer a la pequeña señorita Potter— dijo la señora Patil en un casi perfecto ingles a la vez que miraba por unos segundos su cicatriz en la frente— Se escucha susurros de usted en mi tierra. 

Cordelia se sintió cohibida. ¿Acaso era eso lo que primero la gente miraba a Cordelia? ¿Su cicatriz en la frente como recuerdo constante a su fatídico inicio que se llevo a sus padres?

—No sabia que se hablara de mi al otro lado del mar— contestó Cordelia manteniendo su compostura. 

—Me ha causo mucha intriga— respondió a la vez mientras tomaba algo de té— Mis sobrinas me hablaron de que usted es la parsel hablante. 

Cordelia parpadeó un par de veces. ¿Por que las gemelas Patil hablaran de ella con su tía?

—Una verdadera sorpresa— dijo de inmediato Lady Bellatrix — Nos sorprende que hayan venido a Inglaterra. ¿Su primera vez, supongo?

—No, ya hemos visitado a mi suegro con anterioridad— contestó mientas desviaba un momento su vista hacia sus hijos que corrían alrededor de Eowyn. — Hemos decido instalarnos por completo aquí, mi esposo quiere que los niños crezcan aquí. 

—¿Y usted, se ha acostumbrado a este cambio de residencia?— preguntó Lady Parkinson. 

Pansy trató de tomar otra galleta, pero la mirada de reojo de su madre la detuvo. 

—Algo— contestó la señora Patil sonriendo— Lo mas difícil fue dejarle a mi sobrino mi trabajo. 

—¿Y en que trabaja?— preguntó la señora Tonks. 

—Coleccionista— respondió ella— Recupero artículos y artilugios mágicos que a veces van a parar a la manos o museos muggles. Y es un completo desperdicio que se queden atrapados en una vitrina, así que me dedico a devolverlo a manos mágicas, ya sea al Ministerio de Bombay o los sacerdotes en Egipto. 

Cordelia se imagino a una especie de Indiana Jones. 

—¿Pero como van a parar a museos museos muggles?— preguntó Cordelia. 

—Arqueólogos— dijo simplemente— Muchos artilugios son descubierto en excavaciones muggles y bueno, hay muchas de esas excavaciones en Egipto, así que suele viajar mucho para recuperarlo, para evitar una tragedia y que el Estatuto del secreto se mantenga intacto. Ahora es Kiram es que me ha sustituido. 

—¿Es el hermano de las gemelas?— preguntó Pansy. 

—Exacto, hace poco se acaba de graduar de la escuela de magia de Bombay— sonrió y luego miró a Cordelia— Un joven muy encantador, es un excelente duelista y ahora estudia para Rompe maldiciones. 

—Como el hermano de Ginny— pensó Cordelia. 

—Seria un placer que visitara nuestro hogar, lady Potter— dijo la señora Patil— Tenemos una pequeña colección de libros que habla de los parsel hablante, le puedo pedir a mi sobrino que los traiga de Nueva Delhi y le pueda responder algunas dudas que tenga. 

—¿No seria muy complicado, solo viajar desde la India a dejar unos libros?— preguntó Lady Narcissa con un tono que Cordelia no pudo identificar— Ademas, el ya debe tener responsabilidades de adulto en las cuales pensar, como usted dice, recién se acaba de graduar de la escuela de magia. 

Cordelia notó una sonrisa cómplice entre la señora Andrómeda y Lady Bellatrix. 

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A este punto del año, Cordelia ya estaba acostumbrada a ver los recuerdos de los diarios. 

Cordelia observó a Rhea, Lucien y Lady Helga. La bruja de cabello miel miraba a ambos jóvenes con una mirada seriedad. 

Los tres vestían ropa de caza. La parte superior de la armadura de Rhea era plata con runas talladas en los laterales, se asemejaba mucho a la armadura de Lord Slytherin. 

Rhea era hermosa, su cabello rojo sangre le redoró vagamente a la fotografía de su mamá, atado en una trenza apretada. Sus ojos eran de tono verde parís que fue mortal. 

Rhea lucia como una completa valkiria. 

—¿Van a hablar o tengo que empezar el interrogatorio?— pregunto Helga a los dos chicos. 

—Nosotros, bueno, hemos construido una vida aquí, tía Helga— respondió Lucien, su cabello estaba lleno de rizos recortados y una barba salpicada. 

—¿Una vida? Ha pasado solo dos desde que se fugaron de Hogwarts— los siguió regañando Lady Hufflepuff— Y donde los vengo a encontrar, prendiéndole fuego a una cabaña. 

—En nuestra defensa, en esa cabaña solían encerrar a niños mágicos— contestó Rhea, con un movimiento de su varia la armadura cayó a sus pies— Así que sacamos a los niños y le prendimos fuego. 

Helga respiró hondo y se sentó en una de las sillas que había en la cabaña. 

—¿Están casados?— preguntó directa. 

—Si, nos casamos un después de nuestra fuga—contesto Rhea al par que Lucien colocaba sus manos sobre sus hombros. 

—Empaquen— les ordenó seriamente— Regresaran a Hogwarts y arreglaran lo que provocaron. Tu, Lucien, eres el heredero de Godric, el próximo Lord Gryffindor. Dejar Hogwarts de esa manera fue la decisión mas estúpida que pudieron haber hecho. 

—No podemos irnos— dijo Rhea— Nos necesitan aquí, hemos salvados a muchos niños de los cazadores. 

—¿Y supongo que las fuertes barreras que sentí al llegar a la aldea son obra tuya?

Cordelia recordó las runas de sangre, Rhea logró levantar la barrera. 

—Si, Runas de sangre y activadas por dos varitas—contestó Rhea. Cordelia observo una ligero brillo de orgullo en los ojos de Helga. 

—Por eso no podemos irnos— siguió Lucien— Hemos formado un hogar. Espere un momento, tía Helga. 

Lucien salió dejando a ambas sola. 

Lady Hufflepuff miró todo a su alrededor, la cabaña era acogedora. Una chimenea cálida y pieles sobre el piso como alfombras. 

—¿Dos varitas?¿Al mismo tiempo?— preguntó intrigada. Rhea asintió con la cabeza— Tu fuiste la que dejó esas pistas para que tu padre y Godric encontraran a esos niños. 

—Si, sabia que estarían mas seguro en Hogwarts. 

—Tienes a tus padres al borde de la preocupación, Rhea. 

Cordelia miro como Rhea bajó la mirada a sus manos, como si fuera una niña regañada. Pero alzó la mirada cuando Lucien regresó con un bebé en brazos. 

La mirada de Rhea se iluminó a la par que extendía sus brazos para tomar al bebé envuelto en una manta con runas bordadas. 

—Tía Helga, te presentó a nuestro hijo, Darius— dijo Lucien tocando una de las mejillas regordetas del bebé. 

Rhea besó levemente la frente de sus bebé. 

—¿No regresaran a Hogwarts?— preguntó claramente mirando al bebé.

—No— negó con la cabeza Rhea a la par que balanceaba al bebé en su brazos. 

—Pero ustedes son aun jóvenes, Rhea, tienes dieciocho y tu Lucien, veintiuno creo— siguió hablando Lady Helga a la pequeña familia. 

—Nos necesitan aquí— dijo Rhea— No podemos dejarlo a sus suerte, siempre encontramos a niños vagando en el bosque, con miedo. Los enviamos a Hogwarts listos para que aprendan de magia. 

—las barreras de Rhea nos mantienen a salvo, incluso de los traidores que trabajan para los cazadores— comentó Lucien. El bebé agarró con algo de fuerza el collar de Sol y Luna de Rhea. — No nos delates, tía Helga. 

—De acuerdo— accedió Helga— Pero ustedes dos me escribirán constantemente, y por favor, envía una carta a tus padres Rhea y tu a Godric, Lucien. Están preocupados por ustedes, necesitan saber que están bien. 

Rhea sonrió y se abrazó a Lady Hufflepuff. 

—Gracias, gracias— dijo con lagrimas de felicidad. 

Cordelia comprendió. 

Rhea enviaba a los niños dentro de los muros de Hogwarts a la par que eliminaba a los cazadores a su paso. 

Chapter Text

Llegó el momento de regresar a Hogwarts, y ahí en el vagón cálido estaba Cordelia y su círculo de amigas. Pansy y Daphne tenían en sus manos el regalo de Hermione, libros de Jane Austen. 

Daphne recibió Sentido y Sensibilidad, mientras que Pansy tenía Persuasión.

Y Ginny tenía Orgullo y Prejuicio haciéndole compañía. 

Hermione había escrito en la primera pagina: "Es una verdad universalmente reconocida que toda chica debería leer a Jane Austen una vez en su vida."

—Ahora si que estamos solas— dijo Eowyn con la cabeza apoyada en el hombro de Pansy— ¿Qué fue lo que descubriste en Gringotts?

—¿Qué de todo que descubrí?— preguntó Cordelia cerrando Anne, de Avonlea. 

—Por lo más ligero— contestó Hermione. 

Cordelia empezó a contar sobre el asunto de Sirius Black y su presunto nexo con la muerte de sus padres y que trabaja para El señor Oscuro, el asesinato de Pettigrew. Cuando termino de contar eso, Hermione entrelazó su brazo con el de ella mientras le daba suaves palmadas en el hombro para reconfortarla. 

—Madame Longbottom y Lady Narcissa dicen que es extraño que Black haya traicionado a mis padres— dijo Cordelia en tono muy bajo y triste. — ¿Entonces como acabo en prisión?

—Créeme, alguna veces la justicia es una mierda, no importa si es muggle o mágica— contestó Eowyn en tono de voz muy molesto, como si tuviera un contexto personal. Hermione la miró con los ojos serios y de reproche. 

—¿Y cual es la noticia fuerte?— preguntó Daphne con un tono curioso. Cordelia sacó de bolsa de mano el pergamino de su mapeo genealógico y se extendió a Hermione. 

Hermione era la mas sensata y seria del grupo, así que ella procesaría la información con mucho más tacto. 

El rostro de Hermione permaneció completamente serio todo el momento,luego su ceño se suavizo y tenia una expresión que mostraba una absoluta sorpresa. 

—Wow— fue lo único que salió de los labios de Hermione, luego giró un poco para mirarla— ¿Quién sabe de esto?

—Lady Malfoy— contestó Cordelia. 

—¿Qué es?¿Qué es?— preguntó Eowyn impaciente, con un movimiento ágil le arrebató el pergamino a Hermione, Daphne y Pansy se pegaron a ella para observar el papel. 

Los rostros de las tres fueron mucho mas expresivos que el de Hermione, Daphne y Pansy tenían la boca ligeramente abierta por la impresión, mientras que Eowyn parecía helada. 

—Si que eres una cajita de sorpresa— dijo Eowyn. 

Daphne salió de su estupor y se levantó de su asiento para tomar a Cordelia por los hombros, sus ojos azules la miraron fijamente. 

—Cordelia, esto se puede significar mucho— empezó a decir muy seria— Mi revelas este parentesco tu posición en la sociedad mágica sera alta, incluso aun siendo menor de edad puedes tener mucha influencia en el Wizengamot si tienes a las mejores. 

—Pero yo no quiero poder— contestó Cordelia. — Yo solo quiero una vida tranquila, un esposo, bebés, tal vez gato o un perro, o un conejo. 

—Cordelia, eh hecho que hayas descubierto esto, incluso algo que tu madre no lo logró significa algo bueno— agregó Pansy— Mira como estas incorporando a más nacidos de muggles a las Vías Antiguas, Hermione, Eowyn, aunque en termino específicos es mestiza. 

— Pero me crie entre muggles, así que llegue como nacida de muggles a Hogwarts— intervino Eowyn quitándole importancia a los términos. 

—Como decía— continuo Pansy con su postura recta— También Creevey que poco a poco se está incorporando a las tradiciones mágicas. Cordelia, con tu influencia pueden volver a resurgir  muchos New Bloods, ese seria tan.... hermoso. 

Cordelia pensó en los diarios, las anotaciones de Rhea. Preservar la magia y Honrar a Madre Magia, que la magia fluya como un rio tranquilo. 

—Aun no me siento segura de revelar esto—Cordelia confesó con algo de miedo— Quisiera esperar un poco más, siento que si me precipitó podría arruinarlo todo. 

—Tienes toda la razón— hablo Hermione— Estudia, prepárate y busca consejos de adultos. Lady Malfoy es sin duda indispensable, Madame Longbottom es una mujer con mucha experiencia, ademas, tu y Neville están unidos por la promesa de sus madres de ser como hermanos. 

—Lord Nott— dijo Daphne— Es un hombre muy inteligente y es uno de los miembros de Wizengamot con más experiencia a la par de Madame Longbottom. 

—Si, además tu y Heir Nott ya se llaman por sus nombres de pila— agregó Eowyn seria. Cordelia pudo escuchar que murmuraba algo, pero no logró entender que. 

—Necesitas hacer alianzas— dijo Pansy— Eres la pupila de Lady Malfoy, eso ya es una ventaja. Solo hay que esperar el juicio de Black, ellos era la familia con mas conexiones y todo, las únicas en libertad ya no pueden usar el apellido. El hijo mayor en la cárcel y Regulus Black murió en la guerra. 

Cordelia apretó los labios en disgusto. 

La guerra, la guerra se ha llevado a muchas personas. 

Diezmó familias, sangre mágica muerta. 

—Percy Weasley— dijo Eowyn. 

—Oh, solo lo mencionas porque te gusta— le reprochó Pansy. El rostro de Eowyn se tornó en un suave sonrojo que llegaba  a sus orejas. 

Hermione puso una cara de sorpresa , Cordelia no sabia de aquello y eso que tenia una buena vista acerca del romance. 

—¿En serio, Percy Weasley?— arqueó una ceja Daphne. 

—¡No me gusta!— explicó Eowyn sonrojada— Bueno, un poco. Fue el primer compañero de mi casa que fue amable conmigo y me explicaba algunas materias. Es que es tan listo, escucharlo hablar es lo más entretenido que he sido testigo. Con tanta confianza, con tan elocuencia. 

Eowyn soltó un suspiro suave. 

—¿Y qué tiene que ver Percy Weasley en las influencias necesarias para Cordelia?— preguntó Hermione. 

—El próximo año se gradúa y los profesores no paran de hablar de que tan buen estudiante es— siguió explicando Eowyn ya más calmada, pero sus mejillas aun seguía de un noto rojo suave— Ademas, tiene su mira en el Departamento de Aplicación de la Ley Mágica. Un aliado en ese departamento puede ser de ayuda. 

Cordelia le dio la razón a Eowyn. 

—Ustedes serán mi corte— les prometió Cordelia— Son mis amigas, son como mis hermanas. Espero su guía y consejos, cada una tiene habilidades que serán necesarias para el futuro. 

Todas sonrieron, hoy en ese cálido se formó una pequeña corte. 

Chapter Text

El día siguiente a la llegada en Hogwarts, se estaban preparando su plan de estudio para los exámenes venideros. 

Nuevamente Hermione se puso modo serio, sus planeador tenia marcado que materias deberían ser una prioridad. Al parecer se tomó muy enserio su promesa de ser la mejor académicamente luego de las palabras de Heir Malfoy. 

—El único impredecible es Lockhart— dijo Hermione colando post it en una de los libros de Lockhart. 

Los libros de Cordelia estaban en su habitación apilados debajo de cama, no les encontraba un buen uso. 

—Mi abuela dijo que si hace tontería como el de la primera clase lo van a destituir— comentó Neville senado junto a Eowyn mientras el Walkman que Eowyn le prestó en las vacaciones.

—Solo esperemos que sea reemplazado por alguien competente el próximo año— dijo Cordelia mirando su libro de pociones mientras resaltaba con pluma celeste brillosa partes importantes.

En su regazo estaba el diario de Lady Slytherin, que prácticamente era más de Hermione debido a que leía una y otra vez su formación de New Blood. 

Luego de minutos llegaron Ginny y Colin de su clase de Encantamientos, Cordelia y Hermione ya tenían sus ensayos del año pasado para que pudieran ir repasando junto a Astoria para los exámenes venideros. 

Daphne se encargó de aclararles algunas dudas, Cordelia notó un tema que la confundía de pociones, así que se levantó de su lugar para ver si podía encontrar algún texto que complementará ese capitulo del libro. 

Entre los libros de pociones escuchó que la llamaban, bueno, solo le hacían "psss psss " como si fuera un gato, alzando su mirada se encontró a una señorita de Ravenclaw llamándola a la vez que movía su mano con esa señal de acércate. 

Era agradable, tenia un tono rubio dorado que le llegaba unos seis centímetros debajo de los hombros y ojos azules ligeramente oscuros. 

Cordelia notó la brillante placa de Prefecta en su túnica.

¿Por qué la prefecta de Ravenclaw quería hablar con ella?

Así que con mucha cautela se acercó a la prefecta de Ravenclaw. 

—Hola— le sonrió la chica, algo nerviosa.  

—Hola— contestó Cordelia con una ligera —¿Necesita algo, señorita.....?

—Penélope  Clearwater. 

—¿Desea algo, señorita Clearwater?

—He escuchado que estas ayudando a algunos nacidos de muggles, como yo, con lo referente a las normas sociales mágicas. 

Cordelia internamente sonrió, otra bruja estaba dispuesta a seguir las Vías Antiguas. 

—Así es— sonrió Cordelia 

—Genial— dijo emocionada— Es que he descuidado un poco ese aspecto en mis años en Hogwarts, y como ya el próximo año es mi ultimo año aquí, quisiera poder prepárame para mi vida de adulta fuera del colegio. 

—Te puedo prestar algunos libros esenciales— contestó Cordelia— Pero dado pronto de graduaras necesitaras la ayuda de una dama que conozca de este tema para que  te guie cuando ya este graduada. 

—¿Y quien seria?

—La señora Tonks creo que estaría gustosa de acogerte como pupila— sugirió Cordelia—Puede escribirle esta noche. ¿Tienes alguna lechuza?

—Oh no no— negó con la cabeza la señorita —No me llevó bien con las aves luego de un incidente con unos patos. 

Cordelia mantuvo su curiosidad dentro de ella  el asunto del pato, pero retomó a lo importante. 

—Le escribiré esta noche y te enviare los libros— dijo Cordelia. La prefecta Clearwater sonrió y le dio un fuerte abrazo. 

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Luego de la charla con la prefecta Clearwater supo algunas cosas básicas de ella. Primero, era la novia de Percy Weasley, información dada Ginny de primera mano, y al parecer es la única de sus hermanos que sabia de la relación. 

Segundo, que era alguien afín a las química, siempre se podía ver con ella comparándolo con sus libros de pociones. 

La carta de la señora Tonks se mostraba contenta y que aceptaba tenerla como pupila. Al parecer estaba deseosa de tener a una joven bruja para guiar por las normas sociales.

Lady Malfoy le envió una carta felicitándola y alentándola a que ayude a más alumnos a abrazar las Vías Antiguas. Había dicho algo de que tenia ese encanto cálido que hacia sentir cómodos a las personas. 

Así que para finales de enero cada vez que se cruzaba con Clearwater, esta le sonría en respuesta. 

Ahora, luego de la cena, estaban todos los Slytherin estaban enfocados en el pequeño duelo que se estaba sucintando en la sala común. No era un duelo de varitas, sino un juego para pasar el rato. 

Hermione y Heir Malfoy estaba sentado en la junto a la mesa de centro, sobre cojines esponjosos, mientras "jugaban" tres en raya. 

Aunque claramente era un duelo, que había comenzando de manera amistosa pero escaló de manera competitiva, al punto que muchos Slytherin estaban expectantes de ver quien ganaba, incuso había comenzado apuestas a favor de Hermione y Heir Malfoy. 

Estaban en la ronda 15 y aun seguían empatando sin ningún ganador aparente. 

Cordelia, que estaba sentada junto a Pansy y Daphne apoyado a Hermione, que lucia tranquila, pero Cordelia pudo notar esa mueca de frustración en sus labios. 

Cordelia alzó su mirada por un momento y se topó con Theo que le sonrió, ella le devolvió la sonrisa casi de inmediato. 

Tenia que admitir que se estaba quedando dormida, pero se tenia que dar para dar apoyo a su amiga. 

Llegaron a la ronda 20 y aun seguían empatados. 

—Me rindo— dijo Hermione para luego extender su mano hacia Heir Malfoy— ¿Empate? 

Heir Malfoy soltó un suspiró de alivio. 

—Empate— acordó aceptando el apretón de manos, muchos en la sala común soltaron un sonido de indignación, al parecer estaban dispuestos en pasar horas viéndolos jugar— Para la próxima que sea una partida de ajedrez. 

—De acuerdo— accedió Hermione a la vez que se ponía de pie y alisaba su túnica.

Muchas chicas de Slytherin felicitaron a Hermione por su jugada y que a pesar de ser un juego "sencillo" las mantuvieron entretenidas a ver quien ganaba. Hermione sonrió ante los lindos comentarios. 

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Eowyn sonrió dentro de la soledad de sus cortinas. No tenia ánimos para hablar con Lavander que no la dejaba en paz, no es que no le agradara Brown, solo que siempre revoloteaba alrededor del todo el mundo como un abeja buscando polen. 

Lo bueno es que siempre revoloteaba alrededor Parvati Patil, así que a través de la cortina las podía escuchar reír de algo que Lavander estaba leyendo en el Corazón de Bruja. 

En su regazo estaba ese misterioso mapa que tomó "prestado" de los gemelos Weasley. 

Quienes fueran los merodeadores, eran unos malditos genios. 

Crear un mapa que mostraba cada pasillo, corredor, y que vieran quien estaba en tiempo real era la mejor idea del mundo. 

Así que tomó el Mapa de los Weasley buscando usarlo para tenderle la broma prefecta a Ronald. Hasta el momento no se ha cobrado la estupidez de la Clase de Duelo, pero sirvió. 

Ronald sabia que se vengaría, pero no sabia cuando o como, así que Eowyn uso el miedo psicológico que estaba teniendo Weasley para jugar con su mente. 

Eowyn estaba viendo el mapa hasta que notó cierto nombre. 

El nombre de una persona muerta, en la sala común de Gyrffindor. 

Chapter Text

Cordelia miró la caja que Eowyn trajo en un aula vacía. Eowyn prácticamente las arrastró a las cuatro hasta ese lugar desolado.

 La mirada de su amiga era pura seriedad y dentro de la caja envuelta en varias cintas chillaba una rata. 

—¿Qué esta sucediendo Eowyn?— preguntó Cordelia. 

Eowyn no dijo nada, solo sacó un sucio mapa de su bolso. 

—Juro solemnemente que mis intenciones no son buenas— conjuró tocando la varita

El sucio pergamino empezó a llenarse de trazos em tinta negra formando ramificaciones y dando un mensaje de bienvenida: 

«Los señores Lunático, Colagusano, Canuto y Cornamenta, los proveedores de ayuda mágica a los traviesos se enorgullecen en presentar el Mapa del Merodeador.»

—¿De donde sacaste esto?— preguntó Hermione mirando el pergamino como si fuera oro puro. 

—Se los robe a las Bludger Weasley— contestó Eowyn—Pero eso no es lo importante. 

Eowyn abrió el mapa y señaló una parte, un nombre. Que estaba en el mismo salón que ellas. 

—Peter Pettigrew— dijo Cordelia casi sin aliento y miro la caja donde la rata chillaba. 

—Es una rata, mas bien un animago—hizo una mueca Eowyn picando la caja con su varita— Sirius Black no lo mató.

Cordelia dejó su vista del mapa para tomar la caja. Y olvidándose de sus modales empezó a agitar la caja con mucha fuerza, dentro de ella la rata chillaba aun más alto. 

Hermione tuvo que detenerla, con sus manos le quitó la caja a la par que Daphne le frotaba los hombros a Cordelia. 

—Debemos dar aviso al Ministerio— dijo Pansy tomando las rienda de la situación— Yo y Daphne buscaremos al profesor Snape. Hermione, Eowyn y Delia irán con la profesora McGonagall y llevaran a la rata, debemos llamar a Lady Malfoy y algún Auror para que vengan. 

Todas asintieron, Eowyn guardo el mapa en su bolso y fue la encargada de llevarse la caja. Hermione la tenia con el brazo entrelazado para sostenerla. 

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La siguiente hora fue un total caos en donde la mente de Cordelia pareciese haberse desconectado con su cuerpo. 

El caos al saber que Pettigrew estaba vivo se desató como un ligero tornado. La profesora McGonagall rápidamente transformó la caja en una jaula, Cordelia no podía identificar su mirada. El profesor Snape miraba con absoluto asco la rata dentro de la jaula y el director pareciese estar pensado. 

Eowyn y Hermione fueron sacadas del salón a regañadientes.

—Estaremos aquí afuera si nos necesitas— fue lo ultimo que dijo Eowyn antes de ser sacada de la oficina. 

Sentada frente al escritorio notó como por la red Flú salió Lady Malfoy, inmediatamente la abrazó mientras le frotaba la espalda. 

De la chimenea salió el señor Tonks con una mirada seria y un hombre de aspecto " intimidante" con un ojo de cristal y pata de palo. 

—Moody que bueno que has llegado— dijo el director— Cordelia, el Auror Alastor Moody. 

—Es un gusto—contestó Cordelia aun sin poder procesar la información. 

—Si, si si— dijo el señor Moody sin paciencia— ¿Y donde esta Pettigrew?

El profesor Snape señalo la jaula que descansaba en el escritorio de la profesa McGonagall. El Auror tomó la jaula y la alzó a la altura de su rostro para luego chasquear los dedos. 

—Es un animago— dijo la profesora. 

—Entonces eso significaba los balbuceos de Black— comentó el Auror Moody. 

—¿Disculpe?— dijeron Lady Malfoy y Cordelia al mismo tiempo con notable confusión 

—La ultima vez que visite Azkaban, Black murmuraba algo de cazar a una rata— contestó Moody a la par que miraba a la Pettigrew—He aquí a la rata. 

—¿Cómo supiste de Pettigrew, Cordelia?— le preguntó el señor Tonks. 

—Eowyn lo descubrió, por un mapa y luego lo capturó— contestó Cordelia. Ella estaba abrumada, se sentía muy mareada, solo quería irse a su habitación a descansar. 

—De acuerdo— dijo Moody— Llevaremos a la rata para interrogarlo y luego a Azkaban. 

—¿Y Sirius?— interrogó Lady Malfoy muy a la defensiva— Como pueden ver Pettigrew esta con vida. Deben sacar a Sirius de Azkaban. ¡Ahora!

Cordelia nunca había visto a Lady Malfoy tan molesta. 

—Sirius sera llevado a San Mungo para una evaluación— dijo Dumbledore— Cordelia podría visitarlo en vacaciones. 

—Lady Potter— dijo Cordelia— Puede que sea el director, pero no tiene la confianza y la familiaridad para llamarme por nombre de pila. 

—Comenzare los tramites para que enjuicien a Peter— comentó el señor Ted— Sirius estará fuera de Azkaban esta misma noche. 

—Quisiera irme a mi sala común— pidió Cordelia con una mano sobre su frente. Estaba exhausta

—Por supuesto, señorita Potter— dijo el director de inmediato— Esta exenta de las clases por el día de hoy. 

Cordelia se levantó y se despidió de los adultos presente con una leve inclinación de la cabeza. Salió de la oficina de la profesora sumamente cansada. 

Hermione y Eowyn no estaban, así que Cordelia camino hacia su sala común un poco rápido, quería llegar a su cama lo antes posible. 

—Cordelia— alguien la llamó sus espaldas. Ella se giró encontrándose a Theo, y sin pensar, se arrojó a sus brazos. 

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Theo se quedó estático por un momento cuando Cordelia lo rodeo con ligera fuerza mientras se apoyaba en él. Por reacción la cubrió con sus brazos a la par que escuchaba un sollozó. 

—¿Cordelia, estas bien?¿Te duele algo?— preguntó rápidamente Theo. 

—Si— la voz de Cordelia salio con mucho cansancio. —No, han sido días muy complicados. 

Cordelia se separó de él, Theo vio como las lagrimas bajaban de las mejillas sonrojadas de Cordelia, se podía ver en sus ojos que estaba muy cansada. 

Theo sacó su pañuelo y con mucho cuidado secó sus lagrimas. 

—Solo quiero paz, pero entre el asunto de mi padrino y mi descendencia Slytherin a sido mucho porque procesar. 

—Espera. ¿Descendencia Slytherin? — dijo Theo muy confundido. 

—¿Te puedo contar un secreto?— Cordelia lo miró con esos ojos de cierva en alerta. 

Theo asintió con la cabeza mientras aun su pañuelo descansaba cerca de las mejillas de Cordelia. 

—En Yule fue Gringotts, me hice un mapeo genealógico— empezó de susurrar bajito, pero Theo la escuchaba con claridad— Mi madre descendía de la hija de Salazar Slytherin. 

Theo se quedó sin habla, si estaba información sale a la luz, muchos se disputarían por Cordelia, y eso podría envolverla en muchas situaciones desagradables. 

Él mantendría esa valiosa información para él.

 Theo guardó su pañuelo para tomar las manos de Cordelia, que delicadamente estaban envueltas en suave seda blanca, y tomándose el atrevimiento, deposito un suave beso en sus nudillos. 

—Juro que guardare esta confesión conmigo— le prometió Theo mirándola a los ojos. 

—Gracias, Theo. 

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Cuando Cordelia se acostó en su cama rápidamente fue traslada nuevamente a los recuerdos del diario. 

Era una mesa de guerra, que estaba liderada por Rhea y Lucien. 

Como la mesa redonda de Camelot, había muchas personas alrededor con miradas serias. 

Cordelia rápidamente se fijo en Rhea, ahora de unos veinte y con el estomago de una mujer próxima a dar a luz. 

—Tendremos que dejar el lugar esta misma noche— dijo Rhea con la vista un mapa extendido en la mesa— Las barreras cayeron. 

—No cayeron— dijo rápidamente una bruja de aspecto joven y con el cabello castaño sujeto en varios alfiles de cobre— Un sangre sucia se aprovecho de su estado y destruyó nuestras barreras. El traidor nos vendió a los cazadores. 

—Mara— dijo en tono serio Lucien. 

—Estoy diciendo la verdad— siguió la bruja muy molesta— Llegó aquí como un perro herido, los sanamos ¿Y que hace? ¡Les dice nuestra ubicación a los malditos cazadores! 

El resto de los presentes le dieron la razón. 

—Puedo ofrecerle aisló— dijo una mujer alta de cabello plata. Cordelia notó las orejas puntiagudas —Las tierras Fae estarían gustosos en darles asilo hasta que encuentren un nuevo lugar. 

—Gracias Gwyn— dijo Rhea— Irán esta noche, preparen suministros y los caballos. Mara, sabes que hacer. 

—Los barriles de vino con veneno están listos, mi señora— dijo la bruja joven con una amplia sonrisa y los ojos brillando de emoción— Iré por mi laúd para ir a la pub donde siempre tendemos nuestra mejor trampa, esos cazadores beberán hasta morir. 

Cordelia notó como Mara se emocionaba con la idea de envenenarlos. 

—Bien— dijo Rhea— Yo me quedó aquí. 

—¿Qué?— preguntó Lucien a Rhea— Ni pienses que te voy a dejar aquí. 

—Es un viaje de cuatro días hasta el refugio de Gwyn— contestó Rhea— Mírame, estoy a poco de dar a luz, este viaje podría matarme a mi y a la bebé. 

—Entonces me quedo contigo. 

—No— se mantuvo firme Rhea— Tu guiaras a nuestra gente e hijo a las tierras de Gwyn, es tu deber. Marigold, Mara y Erik se quedaran como mi defensa. Debemos tener fe que Mara acabara con los cazadores en esa trampa. 

—Salgan— gruño Lucien. Todos salieron del lugar rápidamente a la par que Rhea se sentaba agotada. 

—Mi alma— dijo Lucien arrodillándose frente a Rhea— No me pidas que te deje. Eres el amor de mi vida, es mi deber protegerte. 

—Estaré bien— le sonrió Rhea, con un movimiento de varita, un cepillo de oro con relieves de serpientes y esmeraldas llegó hasta ella. Con delicadeza Rhea se lo entregó a Lucien— Déjalos a salvo en el refugio y regresa por mi. Llévate mi cepillo como promesa de que me encontraras a salvo con nuestra bebé en brazos. 

Cordelia notó los ojos suplicantes de Lucien, él apoyo su cabeza sobre el regazo de Rhea. 

—Solo regresa a mi— pidió Rhea. 

Chapter Text

Para la mañana siguiente el titular del Profeta era sobre Sirius Black y su injusta condena. 

Cordelia podía escuchar los murmullo proveniente de muchas partes, pero mantuvo su cabeza en alto todo el desayuno. 

—Esta internado en San Mungo— dijo Cordelia tomando su té a la par que leí la carta de Lady Malfoy. — Tomará tiempo su recuperación. 

—Estar rodeados por dementores— dijo Pansy temblorosa— Que horror. 

—Necesitara terapia— comentó Eowyn robándole una tostada a Hermione. 

Cordelia asintió con la cabeza, dejando de su té de lado , sacó de sus hojas de carta y uno de sus bolígrafo de brillos. Le escribiría una carta a su padrino, tener una comunicación por correspondencia podría ser mas ameno su tiempo en el hospital. 

—¿Entonces tu custodia pasará a Lord Black?— preguntó Daphne. 

—Aun no lo se— dijo Cordelia sin despegar su vista de su carta —¿Seria apropiado enviar galletas con la carta?

—No, créeme, luego de este de tipo de situaciones deben priorizar la correcta ingesta de vitaminas y medicamentos para una adecuada recuperación— contestó Hermione— Creo en algunos días seria prudente el envió de postres. 

—¿Tendría que devolver el mapa a los Weasley?— preguntó Eowyn mirando la tostada de Daphne. 

—No— dijo Pansy —Acabamos de descubrir oro y ni locas lo devolvemos. 

—Okey— sonrió Eowyn. Cordelia no podía pensar en un uso adecuado para el mapa, por ahora. 

Termino de escribir su carta y con cuidado la dejo reposar esperando a que la tinta seque para enviarla a su padrino. 

Cordelia siguió con su desayuno y por un momento se topó con la linda sonrisa de Theo. Se llevó su manos a sus mejillas sonrojadas. 

Se sentía patética al haber llorado frente a Theo, mostrándose vulnerable. 

No tenia el valor para verlo a los ojos. 

—¿Estas bien?— preguntó Hermione con ojos curiosos. 

—Si, es solo— dijo Cordelia tratando de pensar en algo— Los diarios, no han mostrado nuevas entradas. Ya sabes, me quede interesada en las partes que se habla de Runas. 

Runas de sangre. 

¿Como pudieron destruir la barrera que Rhea levantó con Runas de sangre?

—Se aprovechó de su estado— recordó las palabras de la bruja de fuerte carácter en la mesa redonda. 

Tal vez las barreras flaquearon un poco al estar Rhea embarazada. 

Cordelia se mostró molesta e indignada. Aprovechar tal estado de una mujer para hacer un movimiento tan sucio como romper barreras. 

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Cordelia podía dejar de pensar en los diarios, sobre todo en el de Rhea. 

El de Lady Althaia ya no mostraba nada, la ultima pagina solo decía: "Solo me queda vivir y sobrevivir"

El de Prometeo lucia abandonado, ni entradas sobre sus investigaciones o proyectos, ni mas de su vida personal. 

Dejando de lado su preocupación por los diarios, decidió concentrarse en sus estudios. Si bien no buscaba estar en los primeros puestos como Hermione había prometido eso no significaba que Cordelia tuviera horrorosas notas. 

Oh no, eso la haría ver como una estúpida y una bruja de su posición no podría ser vista de esa manera

En esos días siguió recibiendo cartas de Lady Malfoy.

Al parecer su padrino aun seguía inconsciente, al parecer estar tantos años estar expuestos a los dementores le estaban pasando factura en su salud. 

También en esos días, la señorita Clearwater se acercó a ella agradeciéndole por haber hablado con la señora Tonks para acogerla como pupila. 

—Las cartas de la señora Tonks  son muy interesantes— dijo la prefecta Clearwater mientras recogía algunos libros de la biblioteca— Me ha invitado a tomar el té con ella en las vacaciones. 

—¿Y tus padres?

—Ah, mis padres me dejan hacer lo que me da gana— sonrió ella feliz— Con tal que no les salga con una sorpresita.

—¿Sorpresita?— ladeó confunda la cabeza Cordelia. La señorita Clearwater se sonrojó y murmuró algo por lo bajo. 

—Oh ya sabes, meterme en un lio muy grande, como acabar en una estación de policía— rio nerviosamente. 

—¿Cual materia me recomienda que deba tomar para mis optativas?— preguntó genuinamente interesada Cordelia. Tal vez la perspectiva de una estudiante como Penélope le podría servir como recomendación. 

—Runas Antiguas sin duda es fundamental a la par de Aritmancia—  contestó mientras ojeaba algunos libros— Cuidado de criaturas mágicas suena interesante si te gusta el aire libre y tienes el espíritu aventuro. Adivinación, pues, no es para muchos, solo vi esa clase porque podía estar junto a Percy. 

—Awwww, que lindo— pensó Cordelia. 

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Fue en la cena donde el diario de Rhea al fin mostro algo, pero fue en la ultima pagina. 

La ultima entrada. 

"Mara regresó a casa con una sonrisa de victoria mientras traía en la carrera algunas cosas que robó de los cazadores y espadas. 

Informó que el grupo de catorce cazadores ha sido eliminado de manera sencilla. Consigo a traído un sacó con muchas monedas de plata y cobre. 

Siempre ha acabo con algún cazador se llevaba algo como trofeo de su cacería. 

Cordelia suspiro aliviaba. 

Si Mara logró acabar de un solo movimiento con los cazadores eso significaba que Rhea y su bebé estaban bien. 

Todo salió bien. 

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Sirius sentía sus huesos helados, y su cuerpo hecho de plomo. Su mente estaba revuelta, el frio se colaba dentro de él. 

Pero había algo diferente, ya no sentía frio.

James, James, James ........... ¡Cordelia!

Sirius abrió los ojos, exaltado, nervioso. 

Bambi, su ahijada estaba herida. 

—¡¿Que haces?!— escuchó un grito. de inmediato se vio bajo una mirada azulada. Cissy, era Cissy pero había algo diferente, 

—¡Tengo que salir de aquí!— trató de ponerse de pie, pero Cissy lo estaba empujando contra la cama— ¡Tengo irme! ¡Está sola, debe estar asustada!

—Sirius cálmate

—¡NO!— gritó Sirius se removió bruscamente— ¡Está herida, tiene una herida en la frente! ¡Debe estar llorando por sus papás! 

Cissy ejerció más presión contra él, pero Sirius seguía agitándose. Debía salir, Bambi debe estar llorando, debe estar asustada. 

Es solo una bebé, una pequeña bebe que debe estar muy confundida. 

Dos personas más entraron a la habitación. Andy, Bella. 

Bella se adelantó  lo tomó de los hombros. 

—¡Sirius, tranquilízate maldita sea!— le gritó Bellatrix. 

—¡Es solo una bebé!— siguió Sirius, Delia lo necesitaba— ¡Debe estar cansada y con hambre! ¡James siempre le da comer y la arropa para hacerla dormir! ¡Déjenme ir!

Bellatrix lo tomó del mentón y le abrió la boca, Andy vertió algo y le cerró la boca con fuerza. Entre las tres lo sujetaron hasta que por reflejo Sirius tragó el liquido. 

Poco a poco se sintió cansado, dejó de revolverse como gusano en la cama. 

—Solo descansa, Sirius— escuchó a la lejanía a Cissy, una manos suaves le acariciaron el cabello— Cordelia esta a salvo, descansa Sirius , ya la vareas muy pronto. 

Sirius cayó dormido. 

Chapter Text

A Cordelia le encantaba San Valentín, era la época perfecta para ver alguna película romántica y las estaciones de radio pasaban baldas o a Frank Sinatra en ese día. 

Pero, quien tuvo la errónea idea de decorar el Gran Comedor con motivos de San Valentín, debería ser internado en un psiquiátrico. 

Las paredes estaban cubiertas de flores grandes de un rosa chillón. Y, aún peor, del techo de color azul pálido caían confetis en forma de corazones. Cordelia se sentó junto a su amigas en la mesa de Slytherin confundida. 

Mientras en su mesa mantenían un acara neutral, Eowyn tenia expresión de horror y asco en su cara. 

—Okey, desde hoy me declaro el Grinch de San Valentín— dijo Eowyn quitando un confeti de corazón de su cabello. 

—¿A quien se le ocurrió tan abominable idea?— se cuestionó Heir Malfoy con expresión de fastidio. 

Theo señaló la mesa de los profesores. Lockhart, que llevaba una túnica de un vivo color rosa que combinaba con la decoración, reclamaba silencio con las manos. Los profesores que tenía a ambos lados lo miraban estupefactos. Desde su asiento, Cordelia pudo ver a la profesora McGonagall con un tic en la mejilla. El profesor Snape tenia una expresión de repulsión en todo su rostro. 

—¡Feliz día de San Valentín! —gritó Lockhart—. ¡Y quiero también dar las gracias a las cuarenta y seis personas que me han enviado tarjetas! Sí, me he tomado la libertad de preparar esta pequeña sorpresa para todos vosotros... ¡y no acaba aquí la cosa!

 Lockhart dio una palmada, y por la puerta del vestíbulo entraron una docena de enanos de aspecto hosco. Pero no enanos así, tal cual; Lockhart les había puesto alas doradas y además llevaban arpas. 

—¡Mis amorosos cupidos portadores de tarjetas! —son—rió Lockhart—. ¡Durante todo el día de hoy recorrerán el colegio ofreciendo felicitaciones de San Valentín! ¡Y la diversión no acaba aquí! Estoy seguro de que mis colegas querrán compartir el espíritu de este día. ¿Por qué no le piden al profesor Snape que les enseñe a preparar un filtro amoroso? ¡Aunque el profesor Flitwick, el muy pícaro, sabe más sobre encantamientos de ese tipo que ningún otro mago que haya conocido! 

—Si una cosas se acerca, lo hechizare— dijo Pansy molesta. 

—Yo le daré una patada— concordó Eowyn 

—¿Saben qué?— dijo Cordelia— Iré por la Capa de mi padre y me ocultare todo el día. Que vergüenza recibir algo así. Una prefiere un detalle sencillo. 

—Creo que hoy es el día libre de mis padres— comentó Hermione sonriendo— Así que es probable que vayan a cenar al Ritz. 

—¿Al Ritz?— preguntó Cordelia emocionada. Sabia que era uno de los restaurantes más elegantes de todo Londres. 

—A veces van tres veces año— contestó Hermione— Para San Valentín, para su aniversario de novios y su aniversario de bodas. De hecho papá le propuso matrimonio a mi mamá un San Valentín allá. 

—Que romántico— dijo Eowyn y Daphne a la par. 

Luego del desayuno, las clases fueron normales. Entre clases podía ver a los enanos cupidos interrumpir clase, pero para suerte, ninguno era para ella. 

Aunque si hubo un detalle que la hizo sonrojar hasta el cuello. En las sala común la estaba esperando un ramo de rosas blancas y lilas decorándolas en un florero de cristal 

Al principio pensó que era para una chica de curso superior, pero cuando leyó su nombre, una sonrisa boba se escapó de ella. Estaba sin firma pero había una hermosas lineas. 

"Ojos como joyas, talento en el piano que cualquier musa envidiaría. Acepta este detalle de mis afectos hacia ti"

Hermione soltó un chillido cuando leyó la nota, Pansy y Daphne observaron el ramo con los ojos brillosos. 

—Que envidia—dijeron al mismo tiempo. 

Cordelia miró la nota. Tenia un pretendiente, aun no sabia su nombre, pero alguien le tenia estima como enviar rosa y tan dulces palabras. 

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—¡Me quiero ir de aquí!— se quejó Sirius y luego giró su cabeza para ver a Remus— Moony, ayúdame a escapar. 

—No Sirius, debes recuperarte— dijo Remus con su mirada en su periódico por milésima vez. 

El día siguiente que Sirius despertó, Remus fue lo primero que vio. Ambos se abrazaron y lloraron, se pidieron perdón mutuamente. 

En esos días, sus primas venían pasar un rato con él, pero quien se quedaba más tiempo era Moony.

Alguien tocó la puerta y Sirius paro su berrinche. Saludando Dora entró por la puerta acompañada de otra chica de cabello rubio con mechas azules sujetadas en dos trenzas. 

—Tío, señor Lupin. Ella es Sam, una amiga— les presentó Dora a la chica. 

—Lord Black— ella con una leve inclinación de cabeza. ¿Acaso era una bruja, se preguntó Sirius— Señor Lupin. 

—Dora, mi sobrina preferida— sonrió Sirius. 

—Le trajimos comida— Sam levantó su bolso con una sonrisa. Dora acomodó una mesa auxiliar en el regazo de Sirius. 

La chica de aspecto punk empezó a sacar los contenedores de comida. 

—Nympha me contó que se está recuperando de Azkaban, a si que pensé que algo de comida casera ayudaría— dijo Sam mientras destapada la comida y Dora sacó platos junto a vasos— 

También hay para usted, señor Lupin si gusta comer. 

Sam presentó el menú. Sopa de pollo con vegetales, costillas con miel y mostaza junto a una ensalada de papá y trajo jugo de naranja con zanahoria. 

—¿Ustedes dos no van a comer?— preguntó Moony al ver que ella no comían. 

—Oh no— dijo Dora sentada junto a Sam.— Nosotras almorzamos más tarde, tenemos planes para San Valentín. 

—Comida china  y películas de horror— sonrió Sam. —Ya saben, sangre a montón. 

—¿Se conocieron en Hogwarts?— preguntó Sirius. 

—Oh no, yo soy una squib— dijo Sam—Nos presentó Cordelia un día. 

—¿Delia?— dijo Sirius emocionado, las cartas de su Bambi eran lo único que lo mantenían calmado— ¿Conoces a mi Bambi?

—Mi abuela le enseña piano desde que tiene siete— contestó Sam— Es una niña tan dulce que me da ganas de cubrirla con una manta, darle una taza de chocolate y protegerla de todo mal. 

—Pronto me van a soltar de esta pesadilla de hospital— dijo Sirius comiendo otro bocado de esa deliciosa ensalada de papa— Y pienso instalarme en Potter Estate, Bambi merece estar en la casa de su padre. Y necesito a alguien quien la conozca bien para decorar su habitación. 

—¡Con gusto ayudare a decorar su cuarto!— dijo muy emocionada Sam— Dígame cuando y tratare de desocuparme, pronto terminaré mi semestre en la Universidad así que tendré tiempo. Oh, tengo que buscar muestras de pinturas y papel tapiz, también necesitare..

Sam sacó una libreta de su bolso y empezó a decir todo lo que necesitaría, hablando rápido y emocionada con su nueva tarea. 

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Cordelia nuevamente estaba siendo presente de un recuerdo. Pensó que seria Rhea reencontrándose con su esposo, pero no. 

Era Rhea, postrada una cama, pálida mortalmente y con el cabello corto hasta los hombros

Mara estaba en una esquina temblando sentada el piso. Vio como Prometeo entraba por la puerta del dormitorio y Helena detrás de él. 

—¡Rhea!— corrió hasta la cama y arrodillo a cerca de Rhea. 

—¿Hermano, eres tu?— dijo aturdida, estaba febril. 

—¡¿Qué pasó?!— interrogó a la bruja anciana. 

—Maté a todos los cazadores, los mate— empezó a decir Mara— Todos murieron, no se como uno pudo salvarse. Todos murieron, yo lo envenené. 

Helena se agachó y tomo a Mara de la barbilla con ojos de furia. 

—¿Qué paso?— dijo nuevamente Helena. 

—Un cazador, mi señora estaba recogiendo plantas pociones cuando él la tomo del pelo— contestó con la mirada perdida —Trate de salvarla, pero el le corto el cabello de un tiro y le clavó la daga en el costado. Su parto se adelantó

—Estarás bien, estarás bien— murmuró Prometeo acariciando el cabello de Rhea. 

 —Es una niña— balbuceó Rhea. Cordelia notó un moisés de madera cerca de la cama. —Glorym, ese es su nombre. 

Prometeo miro a Marigold, la anciana con lagrimas negó con la cabeza. Estaba muerta, la bebé estaba muerta. 

—Darius cuidará de ella como tu me cuidabas, hermano— sonrió cansada Rhea. 

—Te llevare a casa— dijo Prometo— Te llevare a Hogwarts. 

—Estoy en casa, Lucien vine por mi.

—Helena— suplicó Prometo a Helena. Ella se quitó el bolso y sacó algunos viales de pociones. 

Helena mezcló dos y espero uno momentos. Y luego se le extendió a Prometo, pero él no los tomó, solo miraba a Rhea. 

Cordelia sollozó cuando notó que Rhea no respiraba. 

—¡No!— gritó Prometo abrazando el cuerpo de Rhea— Por favor, hermanita, despierta. Por favor, despierta. 

Prometeo se aferró al cuerpo de Rhea mientras seguía llorando. 

—Por favor, hermanita bebé, despierta— sollozó él mientras le acariciaba el cabello— Despierta, por favor. Por mi. 

Cordelia despertó de su sueño con el rostro lleno de lagrimas

Chapter Text

Cordelia sollozó cuando despertó del sueño. 

Se abrazó a su almohada, sabia que era una tontearía llorar por aquello que pasó hace casi mil años. Pero Rhea era tan joven, joven como el reflejo de sus padres cuando murieron.

Rhea solo quería mantener a cada brote de magia de la maldad de la ignorancia y el miedo, pero termino muriendo en los brazos de su hermano. 

—¿Delia?— escuchó la voz de Hermione. Cordelia miró como Hermione miraba a los lados con un rostro adormilado. 

—Estoy bien— contestó Cordelia esforzándose de que su voz no suene llorosa. —¿Puedo dormir contigo?

Hermione se dejó caer en su cama y abrió sus cobijas. Cordelia bajó de su cama y caminando en puntillas llegó a la cama de Hermione. 

Ambas se pusieron cara a cara, Hermione abrió lentamente ojos mientras la tomaba de las manos. 

—¿Estas bien?

—Si— dijo Cordelia— Solo fue un mal sueño

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Theo rodó ante las acusación de Blaise. 

—Vamos amigo— insistió Blaise mientras tomaban el desayuno. —¿Tu fuiste el que envió las flores?

—Si— contestó sirviéndose té negro.

—Lo sabia— dijo victorioso— Pero ese movimiento te saldrá caro. 

—¿Por que lo dices?— preguntó con su vista en la mesa de Gryffindor. Cordelia estaba sentada entre Longbottom y el Creevey. El niño al parecer estaba teniendo dificultad con su ensayo de Transformaciones y Delia se ofreció a ayudarlo. 

—Muchos lo tomaran como una oferta de Cortejo, ahora que tu has dado el primero movimiento muchas madres la van a invitar a tardes de té y los Lords podrán  sus hijos frente a Potter para tener el favor de ella. 

Theo quiso darse un golpe en la frente. Estaba tan entusiasmado con su presente hacia Cordelia que se pasó por alto ese detalle. 

—Así que fuiste tu el Apolo misterioso— dijo una voz seria frente a ellos. Theo casi se sobresalta cuando los ojos de Fraser se posaron sobre {el. 

—Fraser, por amor a Merlín, casi nos infartas—le reclamó Blaise. 

—Lo siento— dijo sin amino Fraser aun con su mirada puesta sobre Theo.—Habla mini Lord Byron.

—Fui yo— contestó Theo con la frente en alto. 

—Escúchame bien— empezó de decir Fraser con un tono serio— Delia es mi mejor amiga, el primer rayo de luz que he tenido en mi vida luego de esos fétidos años en Wools. Así que hazle daño y te las veras conmigo personalmente.

Fraser se levantó de la mesa y camino hasta la mesa de los gatos dorados. 

—Eso fue intenso— dijo la prefecta Fawley a una distancia corta de ellos— Pero por lado bueno, es que tienes su media aprobación. Ya sabes, la opinión de las amigas es importante. 

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—¿Entonces murió?— preguntó Pansy. 

Las cinco estaban reunidas en el estudio de Lady Althaia, los tres diarios puestos sobre el escritorio de madera negra. 

—Solo puedo pensar que Lucien estaba poniendo a salvo a su hijo y a su gente— dijo Cordelia— Y que regresó a casa solo para saber que su esposa estaba muerta. 

—Ahora explica el odio claro de Salazar Slytherin hacia los sangre sucias y a los muggles— dijo Pansy — Sin ofender Mione— miro a Hermione con ojos de disculpa. 

—Se que no es a mi. — dijo sin importancia alguna Hermione. 

—¿Pero que llevaría a los magos y brujas a traicionar a los suyos— se cuestionó Daphne. 

—Miedo— contestó Eowyn — La gente actúa irracional por miedo. Pueden llegar incluso a traicionar a los más aman por miedo. 

—Peter habría tenido tanto miedo durante la Guerra como para traicionar a mis padres— se preguntó dentro de ella Cordelia. 

Cordelia negó con la cabeza. Puede que haya tenido miedo, pero ese miedo le costó la vida a sus padres. Así que poco le debía importar el miedo de Pettigrew. 

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Las semanas pasaron y el fin de curso cada vez estaba más cerca, los exámenes se cernían sobre todos como nubes negras presagiando tempestad.

—Debemos tomarnos en serio estas elecciones de optativa— dijo Hermione cuando ellas y Neville estaban en la biblioteca discutiendo sobre sus materias optativas. 

—Yo si quiero ver Criaturas mágicas— dijo Eowyn— Uno de mis tantos sueño es ser una exploradora y conocer animales. 

—Entonces— Cordelia miro a sus amigas y neville— ¿Tomamos Criatura Mágicas?

Los cinco asintieron con la cabeza. 

—¿Adivinación?— preguntó Pansy mirando el pergamino. 

—No— negó con la cabeza Hermione— Ni estudios Muggles, no quiero saturarme de tantas materias. 

—Entonces  tenemos — dijo Cordelia anotando en su libreta— Runas Antiguas, Aritmancia y Criaturas mágicas. 

Cordelia ladeo mirando las materias, tres materias más estaba bien para ella, no tendría tanta presión el próximo año. 

—Me parece bien— dijo Neville— Aunque sea genial que eliminar historia de la Magia. 

—No, no, no— dijo Eowyn— Amo esa materia porque puedo recuperar mis horas de sueño cuando paso la noche en vela. 

Pansy soltó una carcajada mientras que Hermione negaba con la cabeza y una expresión seria. 

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San Mungo el había dado permiso de salir por dos horas, pero era lo suficiente para Sirius poder disfrutar de libertad. 

Se aparecieron en el condado de Devonshire, más específicos en Potter Estate. 

Lo primero que voy Sirius fue el gran árbol donde se erigía la casa del árbol de James. Lucia algo abandonada, la escalera de cuerda estaba desgastada y varias enredaderas cubrieron la fachada como red. 

Potter Estate se alzaba sobre él y sus visitantes como un cálido fantasma de su juventud. 

—Regresamos a casa, Moony— dijo Sirius. 

—Así es— sonrió algo triste Remus. 

—¿Necesitan algo de privacidad?— preguntó Sam. Trajeron a la chica para que empezará a tomar medidas para el cuarto de Bambi.

—No— dijo empezando a avanzar hacia la entrada— Estamos bien. 

Los tres caminaron hasta que la chica punk, ahn que el día de hoy lucia como Twiggy  de los 60's, se cayo de frente porque sus botas blancas se resbalaron por el roció del césped. 

Gruñendo molesta se las quitó y avanzó con las botas en mano. Sirius abrió las puertas y una sensación de calidez lo envolvió. 

Tantos recuerdos llegaron a él mientras avanzaban por pasillos. Sabia que los dos elfos del lugar fueron trasladados al Chalet de los Potter en  Porto Vecchio. 

En el salón principal recordaba a los señores Potter bailar las muiscas de salón que reproducía el tocadisco en las noches. Apilados en un lugar estaban los discos de vinilo del señor Potter, los de James y lo que Lily trajo consigo cuando se caso. 

En la cocina se topó con la pequeña repisa que James instaló para la colección de tazas de gatos que Lily coleccionó en sus años de Hogwarts. 

Avanzaron haya el piso donde estaban las habitación. Los señores Potter les había dado habitaciones a él, Remus y Peter en su hogar para las vacaciones. 

Sirius abrió la puerta de la habitación de Delia. 

James había decorado todo el lugar el mismo sin ayuda de magia. Las paredes de colores blanco y celeste. En una de las paredes estaba  un mural de un gran ciervo con sus astas, a su pies estaba una cierva acurrucada con un cervatillo en un bosque. 

En una repisa descansaba una gran colección de ciervos de peluches que él y James compraron durante todo el embarazo de Lily Flowers.

Recordó a James dormido con Bambi sobre su pecho, siempre tenia una sonrisa pacifica cuando Delia se quedaba dormida. 

Sam, aun sin sus brillantes botas, empezó a tomar medidas de las ventanas, paredes y todo anotaba en su libreta. 

—Puedo retocar el mural— dijo ella mientras miraba con detenimiento el paisaje— Hay algunas partes que se están cuarteando, pero sera sencillo de conservarlo. 

—Gracias Samantha— dijo Moony tomando uno de los peluches. 

—¿Tenemos tiempo para ir a comer antes de que tenga que regresar a San Mungo?— preguntó Sam— Conozco un lugar cerca de Cardinal Place donde vende Shawarma. 

Sirius sacó su reloj de bolsillo, obsequio del señor Potter en su cumpleaños 17, aun quedaba como una hora libre. 

Sirius  miró por unos segundos la fotografía de Regulus que tenia en la cara interior del reloj que colocó en el mismo día que recibió el reloj. 

—Si, tenemos tiempo— contestó Sirius guardando su reloj. 

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Cordelia miró el diario de Prometeo. El final de sus escritos.

"Pasaron tres años de la partida de Rhea cuando el destino me volvió a juntar con Lucien.

Su mirada estaba cargada de dolor, como si llevara el peso del mundo sobre sus hombros. No quedaba nada del orgullo que Godric Gyrffindor profesaba sobre su heredero. 

Le pedí que me dijera el paradero de Darius, pero se ha negado, solo me ha dejado una amenaza.

Si mi descendencia llegará a amenazar a la de Rhea quedará maldito para siempre.

—Mi alma se ha ido— dijo con dolor— ¿Como un hombre puede seguir viviendo si no tiene su alma con él?

Cordelia dejaría los diarios en el estudio secreto. Sólo su círculo interno sabía del lugar, no podía arriesgarse a que alguien más supiera de estos diarios.

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La semana de exámenes fue algo complicada debido a una ola de gripe coincidió en la misma semana.

La más paranoica era Hermione, siempre se huía a cualquiera que tosería o estornudara.

Al punto que cuando había clases se quedaba en el dormitorio y constantemente visitaba el baño para lavarse las manos.

—No me puedo enfermar con los exámenes tan cerca— dijo con completamente sería Hermione.

—¿No estas exagerando?— preguntó Cordelia.

—No, mi cuerpo y yo tenemos un tratado— contestó Hermione — Yo no me enfermo en época de clases, pero me puede dar lo que sea en las vacaciones.

—¿Y ha funcionado?— preguntó Daphne.

—Hasta el momento si— respondió Hermione.

La primera en caer fue Pansy, luego Eowyn y al final Ginny.

Percy Weasley estuvo al pendiendo de su hermanita cuando Madame Pomfrey preparó suficiente poción  pimentónica para los internados en la enfermería.

Ginny estuvo arisca a portar la poción hasta que por la insistencia de Percy, tomó un poco de la poción.

Lo malo era el efecto adverso de la poción, que tenía al paciente botando vapor por las orejas por horas.

Cordelia fue la tuvo que regañadientes a que Eowyn probara la poción, ya que en palabras de su amiga, prefería agonizar de gripe y esperar a curarse por si sola a que parecer una tetera viviente.

—No seas terca y toma la poción — dijo Cordelia.

—Ya estoy acostumbrada a agonizar de gripe y fiebre— contestó Eowyn. 

—Toma la poción o le escribiré a Lady Bellatrix sobre tu comportamiento— amenazó COrdelia. Eowyn la vio indignada pero se tomo la poción de un solo trago. 

Al igual que Ginny y Pansy, las tres se quedaron en la enfermería con las orejas botando vapor. 

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Luego del periodo de gripe, los exámenes transcurrieron de forma normal. Cordelia se sintió satisfecha con su desempeño en todos sus exámenes, excepto en DCAO, las preguntas de Lockhart no tenían ni pie ni cabezas. 

En serio, en que pensaban cuando decidieron que el hombre de tuncias horrossasmente brillantes seria un buen docente. 

—Solo espero que DCAO no afecte mi rendimiento— se lamentó Hermione. 

—Solo Merlín sabe que este idiota le harán a nuestro promedio— se quejó Percy Weasley. 

El prefecto Weasley y la prefecta Clearwater los acompañaban en esa tarde en la biblioteca, Ginny y Colin estaban siendo asistido sobre pociones con la señorita Clearwater. 

—¡Hey Percs!— se escucharon dos voces al unísono. Cordelia se sobresalto cuando los gemelos Weasley aparecieron de imprevisto en la pequeña sesión de estudio. 

—¿Que quieren?— preguntó Percy conteniendo su paciencia. 

—¿Es que acaso, no podemos pasar tiempo?— dijo fingiendo dolor uno de los gemelos

—¿Con nuestro hermano favorito ?— completó el otro gemelo. 

Cordelia no podía identificar quien era Fred y George, ambos eran como un reflejo espejo, la misma forma de hablar de comportarse. 

Una muy molestosa forma de comportarse si le preguntase. La semana pasada uno de ellos conjuró unos  pajaritos que revoloteara por el cabello de Hermione picoteándola, y solo fue a un contra hechizo de Percy  es que los pájaros dejaron  Hermione en paz. 

Cordelia no podría creer que Percy, un joven con buenos modales e impecable notas y Ginny, una niña muy dulce y curiosa pudieran estar relacionados con dos Bludger imperativas y un hermano grosero y fastidioso. 

—Mejor váyanse, porque no estoy de humor para lidiar con ustedes— pidió el prefecto Weasley. 

—Nos lastimas, Percs— rieron los dos antes de irse. Cuando ya no estaban, Percy se quitó los lentes y se frotó el arco de la nariz. 

La señorita Clearwater le frotó los hombros en busca de reconfortarlo. 

—Ya saben como son tus hermanos, Percy— le dijo con tono suave mientras seguía frotando— Ya pronto te graduaras y podras evitarlos. 

—Cada día más entiendo porque Bill y Charlie escogieron carreras en el extranjero— murmuró. 

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En el banquete de despedida Cordelia estaba sentada junto a Hermione que rebosaba de felicidad. 

Los resultados de las notas llegaron, y ella se lidero el listado como el mejor promedio del año, y detrás de ella de estaba el nombre de Heir Malfoy con la diferencia de unas pocas décimas. 

Cordelia obtuvo el cuarto lugar solo detrás de Theo, ella estaba con su promedio, así que estaba bien.

Slytherin volvió a ganar la copa de las casas y en el banquete se dio la noticia que Lockhart no dictaría clases el próximo periodo escolar debido a una oferta de trabajo en Francia. 

Así que la noticia que tendría a otro maestro, y mucho mas capacitado alegró a muchos, y Hermione siendo la que tomó la noticia con más alegría. 

El regreso a casa fue tranquilo, Pansy y Daphne hablaban de sus planes de verano. Hermione mencionó de un pequeño a Francia con sus padres y nana. 

Neville mencionó que etaria trabajando en su invernadero en unas plantas que su tío Algie consiguió hace algunos días. 

Cordelia aun no sabia que haría en su verano, pero tal vez que cabía la posibilidad de poder visitar su a padrino, ya que en poco días seria dado de alto por completo de San Mungo. 

No podía dejar de pensar en él, si bien su intercambio de cartas era muy entretenida, no sabia si podrían llegar a tener la misma conexión en persona. 

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Su ultima noche en Hogwarts tuvo un ultimo recuerdo de los diarios. 

Un grupo de magos, entre ellos Godric Gyrffindor, Prometo y Salazar junto a Helga Hufflepuff reunido alrededor de lo que parecía tres cuerpos cubiertos por telas. 

Cordelia vio a Lord Gyrffindor y a Prometeo a hincados de rodillas ante lo que parecía una chica entrada a sus veintes, tenia un horrible corte desde pómulo hacia su barbilla. 

—Cayeron una trampa— dijo Prometeo mirando a los ojos de la chica, el cabello de ella suelto y enmarañado en hojas y ramas.

—¿Por que fueron a ese lugar?—pregunto Lord Gyrffindor. La chica miro a Prometeo. 

—Niños encerrados en mazmorras— contestó Prometo, como si le leyera la mente. él tomó la mano de la chica, llena de rasguños y cortes— Lamento mucho lo de tus hermanos. ¿Por eso te uniste a ellos? Para vengar a tus hermanos. 

La chica asintió con al cabeza con lo labios temblorosos y botando lagrimas. 

Cordelia miró hacia Lady Hufflepuff y Lord Slytherin, ella arrodillada cubría rápidamente el rostro de uno de los cuerpos con una mirada de shook. 

—No dejes que Godric lo vea— suplicó Helga— No dejes que lo veas. 

—¿Que no vea que?— Godric Gyrffindor dejó de lado a la chica y a Prometeo. Helga se puso de pie y colocó sus manos sobre la armadura de lord Gyrffindor. 

—Por favor no— suplicó ella. Cordelia miró hacia Salazar que descubría el rostro del cuerpo. 

Cordelia vio a Lucien, con rasguños en el rostro y marcas de sangre escapándose de la boca. 

Ella vio como Lord Gyrffindor se acercaba al cuerpo con una mirada de perdida, Lord Slytherin se puso de pie con la vista fija sobre el cadáver.

—Es mi hijo— dijo apoyando una de sus rodillas al suelo, con cuidado pasó su mano derecha por el rostro del mago muerto— Es mi hijo. Yo le enseñe a montar a caballo y le di una espada. 

—Godric— sollozó Lady Hufflepuff acercándose a él. 

—Yo lo crie— dijo aun perdido— Era mi hijo y ahora esta muerto. 

—Los cuerpos serán enterrados aquí— dijo Lord Slytherin— Nos llevaremos a la chica para ver si podeos obtener información de los cazadores. 

—Nos llevaremos el cuerpo de mi hijo— dijo Lord Gyrffindor poniéndose de pie y mirándolo a los ojos— Y sus cenizas descaran con las de Rhea y las de Glorym. 

—No— contestó Lord Slytherin. 

—Si— volvió a decir con seriedad y la voz rota— Aunque lo niegues, eran esposos, tuvieron dos hijos. Lucien merece descansar con las cenizas de su esposa. 

Ambos se miraron fijamente. 

—Tenemos un nieto vagando por el mundo— finalizó Godric— Y eso es algo que tu no puedes negar. 

Cordelia se despertó del sueño con sentimientos encontrados. Con cuidado se volvió a acostar mirando hacia el techo de su dosel.

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Sirius marcó otro dia menos en su calendario, ya pronto podría abrazar a su preciosa bambi. 

Su recuperación también trajo consigo noticias de Delia, algunas por parte de Cissy y otras por la chica Smith. 

Si bien se había quedado sin habla cuando en palabras de Cissy, Delia era una Slytherin que seguía las Vías Antiguas como cualquier sangre pura le había caído como patada al estomago. 

Solo fue la amenaza que le hizo Remus de "dejarle de hablar por un ser inmaduro" que lo puso  los pies en la tierra. 

Ademas, Sirius estará como el tutor de Bambi, y se debía tomar el cargo de Lord Black y el asiento en el Wizengamot de su familia para asegurar el bienestar de su ahijada de cualquiera que trate de aprovecharse de ella, lo haría. 

Se lo debía a James y Lily. Debía hacer lo que sea para proteger a Bambi. 

Chapter Text

El verano hasta el momento era pura tranquilidad para Cordelia.

La prioridad principal era de terminar sus tareas que dejaron en el verano lo antes posible para tener muchos más días libres.

Sobre todo que fue invitada por muchas damas de familias importantes a tomar el té.

La primera invitación fue de la señora Patil-Crouch para visitarla a ella, sus sobrinos y sobrino que pasaría el verano con ellos.

—¿Quieres mi consejo, Delia?— dijo Sam cuando le mencionó la carta— No salgas con nadie que te lleve cinco años de ventaja.

—¿Por?— preguntó Cordelia. Ambas estaban en el centro comercial, Petunia le preguntó si necesitaba algunas cosas y Sam se ofreció llevarla. 

—Porque cuando en relación, la chica es muy joven suele haber un desequilibrio de poder— contestó Sam mirando una blusa blanca de escote en V —La mayoría de los hombres busca a las jóvenes porque son más fáciles de manipular. Créeme, hay compañeros de mi universidad a quienes quiero patear por rodear a preparatorianas como cuervos. 

—¿Entonces me alejo de los que me lleven más de cinco años?

—Buena niña— le felicitó Sam dándole una palmadita en el hombro. 

Cordelia consiguió bonitos vestidos diarios para ella, tambien blusas de tela suaves y faldas largas en diferentes tipos de cortes. 

Luego de eso fueron a comer algo al área de comidas. Cordelia pidio algo ligero, un sándwich de queso fundido y una limonada, mientras que Sam se pido de esas grandes hamburguesas con papas fritas. 

—Si quieres una, coge con confianza— le sonrió Sam refiriéndose a las papas. —¿Qué te parece si después de comer nos vamos a hacer la manicura? Una chica de vez en cuando se debe dar algún cariñito a ella misma de vez en cuando. 

Cordelia asintió con la cabeza feliz, salir con Sam era como estar junto con una hermana mayor. 

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Petunia abrió la puerta encontrándose con aquello dos magos que no había visto hace años. 

—Buenas tardes, Petunia— saludo el mago castaño con algunas cicatriz viejas en su rostro. 

—Black, Lupin— dijo ella moviéndose un poco para hacerlos pasar.—Bienvenidos. 

La ultima que vio a ese par fue en la boda de Lily, y claro que recordaba que el de Lupin amablemente le compartió el ultimo pedazo de pastel de boda. 

Los tres se instalaron en la sala de estar, Petunia no había preparado té, la conversación que tendrían requería algo más fuerte que el té, así que la botella de de Bourbon de Vernon seria servido. 

—¿Donde esta mi ahijada?— preguntó Black enseguida. 

—Esta fuera con la chica Smith haciendo compras— contestó Petunia— Primero quería tener esta charla con ustedes antes. 

Petunia tambien le habia dado dinero a Dudley para que fuera al cine y a pasear. 

Los tres se quedaron en silencio por uno minutos. 

—No pueden quitármela, es mía— dijo Petunia rompiendo el silencio— Es lo ultimo que me queda de Lily, no tiene el derecho de quitármela. 

—Petunia— trató de decir Lupin. 

—¡No!— chilló Petunia— Ha sido mía desde que la encontré en la entrada de mi puerta. Ha sido mia por doce años, y ninguno de ustedes tiene el derecho de llevársela. 

—¡Es mi ahijada!— gritó Black. 

—¡¿Y donde estuviste estos doce años?!— le exigió Petunia. 

—¡Me encerraron en el infierno!— dijo Black con furia levantado su varita e hizo un movimiento. — El que llevó a James y Lily a la muerte me condenó al infierno, ahora él es que esta en ese inferno. 

—¿Que hiciste?

—Insonorice la casa, para que los vecinos no escuchen nuestros gritos— contestó tratando de recuperar la compostura—Petunia, es mi ahijada. 

—Es mi sobrina— aclaró Petunia. 

—Calma los dos— pidió Lupin de ser el mediador en esta discusión— Tener que velar por el bienestar de Cordelia primero. 

—Petunia— dijo Black— Cordelia no debió haber llegado a tus brazos en primer lugar. Ahora que estoy libre la custodia es mía por completo. 

Petunia contuvo sus ganas de llorar, estos dos no podían llegar a su casa y quitarle a su pequeña Delia. 

—Pero eso no significa que la aparte de tu lado para siempre— continuo Black — Se que eres alguien importante en la vida de Bambi,  seria algo cruel para ella y para tia separarlas. 

—Hemos instalado una conexión de teléfono en Potter Estate para que Cordelia te llame y podrá visitarte cuando ella lo desee—agregó Lupin —Petunia debes entender que Cordelia ahora esta en un posición que debe estar mucho más cerca del mundo mágico. 

Petunia respiró hondo un tomo un sorbo de su bourbon, sabía que llegaría este día, el día que el Cordelia se iría de sus brazos, pero lo veía a la distancia, pensaba que seria cuando ella acábese sus estudios, pero no, aun era una niña y se querían quitar. 

—Petunia, le hizo un juramente a James y Lily el día en que pidieron ser el padrino de Delia— habló Black— Que haría lo que fuera por protegerla, he toado el puesto que es mio de nacimiento y del que tanto hui, pero lo hice para poder ser aquello que proteja a Cordelia. 

Los tres se quedaron en silencio y la botella se vacío hasta la mitad. 

—Una carta— dijo Petunia— Solo me dejaron una carta diciendo que Lily murió. ¡Nadie tuvo el maldito valor de decirme en la cara que habían asesinado a mi hermana!

Petunia se cubrió la cara con las manos mientras sollozaba, las lagrimas que no soltó en su momento las estaba derramando ahora. 

Sintió una mano acariciarle la espalda, se topó con la mirada de dolor de Black. 

—Era de noche, estaba en mi departamento, cuando lo sentí, sentí que algo malo había pasado— empezó a contar Black— Agarre mi motocicleta y volé hasta donde estaban resguardados. Entre a la casa, en las escaleras estaba el cuerpo de James tirado, mi corazón de rompió al ver al chico que quise como un hermano muerto. Avance hasta el dormitorio de Delia, Lily estaba a los pies de la cuna, como una muñeca tirada, y Delia llorando con una herida en su frente. 

Petunia secó sus lagrimas, así que Balck compartió su dolor. 

—Mi mente hizo que tomará a Cordelia en brazos, no podía romperme— siguió Black— Yo e iba a llevar lejos, pero vino alguien por ella por ordenes de Dumbledore, mi mente, mi mente esta rota en mil pedazos, quería cazar a la rata por mi cuenta, se la deje en brazos de Hagrid y le di moto. Unas horas después fui arrojado a Azkaban como un asesino. 

—¿Estará a salvo? ¿Mi Cordelia estará segura con ustedes?— preguntó Petunia. 

—Daremos nuestra vida si es necesario—contestó Lupin. Petunia solo se resignó y acepto, minutos despues le entrego a los dos los papeles de Cordelia, sus registros médicos por si algún momento los necesitara. 

Media hora después, Cordelia estaba en casa, traía consigo algunas bolsas. Lucia confundida ante la presencia de los magos. 

—Cordelia— dijo Petunia ya libre de rastro de lagrimas— Ellos son amigos de tus padres. Tu padrino Sirius y Remus. 

Cordelia dejó sus bolsa en mueble más cercano. 

—Padrino, señor Lupin. Es un gusto al fin conocerlos— dijo Cordelia con una leve reverencia de cabeza. 

Black rápidamente se levantó de su lugar y corrió a abrazarla, una expresión de sorpresa se instauró en el rostro de Cordelia por el fuerte abrazo pero después le correspondió el abrazo. Black se separó con los ojos brillando, mientras tenia sus manos sobre los hombros de Cordelia. 

Lupin lo tuvo que apartar para también poder ser abrazado por Cordelia. 

Cordelia les preguntó que hacían aquí, y la conversación de que tenia que irse de Prive Drivet se tocó. El rostro de Cordelia cambio rápidamente y la miró confundida. 

—¿Tendré que irme?— preguntó Cordelia algo triste. 

—Ya eres una señorita Cordelia, ahora tienes a tutores mágicos que velaran por ti— dijo Petunia. 

—¿Ya no me quieres?— sollozó Cordelia. 

—No es eso— dijo Petunia rápidamente—  Siempre te voy a amar, mi dulce Cordelia. Pero debes permanecer mas tiempo en tu mundo, por tu bien, se que es duro, pero se que es lo mejor para ti. Pero no nos separaremos para siempre, me puedes llamar y visitar cuando quieras. 

Cordelia asintió con la cabeza se secó las lagrimas. 

—¿Por que no vamos a empacar tus cosas?— le preguntó Lupin mientras le extendía la mano a Cordelia. Ella asintió con la cabeza y subieron hacia su habitación. 

Petunia se quedó en la sala con Black mientras le daba otro sorbo a su vaso de licor. 

—Si alguien llega a tratar de lastimarla, no dudes en acabar con ellos sin la más mínima misericordia— dijo Petunia con su vista fija en Black. 

Black sonrió cruelmente y sus ojos pareciese que adquirieron un brillo macabro, cualquier hubiera tenido miedo, pero Petunia confianza en ese brillo sádico, este mago mantendría a salvo a Cordelia. 

—No la tendré, ni con nada, ni con nadie— contestó Black. 

Momentos después Lupin bajo con el baúl de Cordelia y  la jaula de la lechuza , con Cordelia  por detrás. 

—Bueno— dijo Black acabándose con lo ultimo del bourbon—Es momento de irnos. 

Cordelia rápidamente la abrazó fuertemente. Petunia se aferró a su sobrina por un momento más. 

—Gracias tía, por cuidarme estos años— dijo Cordelia—Prometo que te visitare pronto y te llamare siempre. 

—Lo se, lo se— Petunia se separó de Cordelia y le beso la frente— Suerte mi niña. 

Cordelia le sonrió. 

Cuando los dos magos y su sobrina se subieron a un taxi, y se fueron, Petunia cayó en el sofá sollozando. 

Se llevaron lo ultimo que tenía de su pequeña Lily. 

Chapter Text

Cordelia se quitó la ligera capa de cenizas de sus mejillas al salir de la red Flu. 

—Bienvenida a casa, Cordelia— dijo su padrino con una amplia sonrisa. 

Cordelia miró a su alrededor, al parecer arribaron a la salón principal. Era amplio y tenia grandes ventanales donde todavía entraba una luz anaranjada de la tarde. 

—¿Qué te parece si primero vemos tu habitación y luego recorremos la casa?— le preguntó el señor Lupin. 

—Esta bien— dijo Cordelia en pocas palabras. Aun estaba procesando el hecho de haberse separado de tía Petunia. 

No se había podido despedir de Dud o de la señora Dawn, ni de Sam. 

—¡Ha llegado, la pequeña dama ha llegado!— dos voz chillonas, dos elfos aparecieron frente a ella. 

—Hola— dijo Cordelia sonriendo hacia los dos elfos— Es un gusto estar a su cuidado. 

—Brissa ha extrañado mucho a la pequeña dama— dijo la elfina de ojos purpuras sacando un pañuelo de su uniforme y sonando se la nariz. — Brissa recuerda al amo James con la pequeña dama en sus brazos todo día. 

—Doug ha esperado mucho el regreso de la pequeña dama— hablo el elfo muy emocional. 

—Brissa, Doug— dijo el señor Lupin a los dos elfos que lo miraron rápidamente— Llevaremos a Cordelia a su habitación a instalarse

—¡Dough llevara el baúl de la pequeña!— se adelantó a decir el elfo. 

—No es necesario, chicos— dijo su padrino colocando una mano sobre el hombro de Cordelia.— Iremos nosotros. 

—Entonces empezaremos a preparar la cena— Brissa dejó de sollozar— La pequeña dama debe estar muy hambrienta. 

—Eso suena como un buen plan— sonrió el señor Lupin. Dejando atrás a los dos elfos avanzaron hasta las habitaciones. 

Cordelia empezó a mirar todo a su alrededor, tratando de familiares a este nuevo ambiente. Llevaría un tiempo acostumbrarse, en su mente su hogar había sido Privet Drive con tía Petunia y Dudley. 

 —Esta es tu habitación, Bambi— dijo su padrino sacándola de sus pensamientos. 

Su cuarto era precioso, sacado de alguna ilustración de un cuento. 

Las paredes era de color beige. En la parte central de la habitación había una enorme cama con dosel blanco y filos de color dorado, a simple vista pareciese ser la cosa más esponsa y cómoda del mundo. 

En una de las paredes había un mural, en la pared blanca se apreciaba la silueta en dorado de arboles y tes figuras. Un ciervo con la cabeza en alto mostrando sus astas, a sus pies había una cierva recostada y a su lado acurrucado un pequeño cervatillo. 

La habitación tenia grandes ventanas que permitía la entrada de luz natural, cerca de ello había un escritorio de madera blanca, y a su lado, casi como una extensión, estaba un tocador con un espejo. En la pared a su izquierda estaban varios estantes vacíos para ser llenado de libros, en la pared contraria. 

Aunque en una hilera se exhibían una modesta colección de peluches de ciervo. 

Habían dos puertas, Cordelia intuyó que uno era el baño y el otro el armario. 

—¿Y, te gusta?— preguntó su padrino. A Cordelia le pareció como un cachorro ansioso de una pelota. 

—Es lindo— contestó Cordelia sentándose en la cama. 

—¿Estas bien, Delia?— preguntó el señor Lupin con suma preocupación. 

—Si— asintió Cordelia con la cabeza— Solo un poco, abrumada. 

—No te preocupes— le sonrió su padrino sentadose a su lado —Poco a poco te acostumbraras. Solo se que nos vamos a divertir los tres juntos, estamos como a una hora de playa, así que pasaremos mucho tiempo en el mar. ¡Podemos ir mañana si quieres!

—He sido invitada con la señora Patil a tomar el té — contestó Cordelia— Y he aceptado, seria muy descortés cancelar un día antes. 

La sonrisa de su padrino se borró rápidamente ante su respuesta. 

—Oh entiendo— dijo desanimado. 

—Pero podemos ir otro día— agregó rápidamente Cordelia no queriendo hacer sentir mal a su padrino— Aun queda mucho verano. 

—Ves Sirius. Delia piensa en todo— sonrió el señor Lupin. — Te dejamos para que te instales y descansar. 

El señor Lupin tuvo que sacar a la fuerza a su padrino que estaba ansioso de presentarle a cada uno de los peluches de ciervo en los estantes. 

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Sirius estaba decaído. 

Bambi se mostró muy callada en la cena y pasó mucho tiempo encerrada luego en el estudio que había sido de mamá Euphemia hablando por teléfono. 

Ya antes de las diez de la noche se despidió de ellos diciendo que estaba agotada y quería descansar. 

Sirius rápidamente llamó por Red Flú a su primas esperando una perspectiva femenina. 

—Pedazo de animal— le dijo Bellatrix cuando termino de contar sus problemas. 

—¿Y ahora que hice?— preguntó indignando a Bella. 

—Sirius, no debiste dar mucho pasos— le contestó Cissy muy seria— Cuando te dijimos que deberías convivir con Cordelia era en vistas frecuentes o paseos. No traerla vivir contigo de inmediato. 

—¿Por qué?

—Es una niña que ha vivido casi toda su vida con su tía— empezó a explicarle Andy con mucha paciencia —Debiste comenzar visitándola, conviviendo para que se acostumbre a tu presencia. Sabes lo fuerte que puede ser para una niña de su edad cambiar de escenarios tan rápido. 

—¿Pero la niña de Bella estuvo bien con la mudanza?

—Porque Eowyn aborrecía el lugar donde vivía, Cordelia no, he ahí diferencia.— le respondió Bellatrix.

—Oh genial—  pensó cabizbajo Sirius — Ya lo arruiné. 

—¿Y si invitamos a alguna de sus amigas a pasar el verano con ella?— preguntó Moony— Para que tenga a alguien familiar cerca de ella. 

—Puede ser la señorita Granger— dijo Andy de inmediato. 

—La señorita Granger esta en Francia— contestó Cissy— Me ha escrito una carta preguntado por los lugares de la comunidad mágica en Francia. 

—Eowyn puede venir— propuso Bella— Ella estará encantada de acompañar a Cordelia. 

—Pregúntale a Cordelia a que amigas quiere tener aquí cerca— le dijo Andy— La señorita Clearwater puede venir a pasar la tarde. 

—Mi dragón puede venir también a hacerle compañía a la pequeña Cordelia— sonrió Cissy, Sirius entrecerró los ojos, oliendo las intenciones de Cissy. 

—Cambiando de tema— dijo Sirius— Necesito su ayuda, sobre el regalo de cumpleaños de Bambi. 

—¿En que estas pensando, perro?— preguntó Bella. 

—Bueno, Cissy me dijo que mi preciosa Bambi toca el piano— contestó Sirius— Y es una pena que no tenga uno aquí para que practique. 

—¿En serio le piensas comprar un piano?— preguntó Remus anonadado. 

—Si— contestó con ligereza Sirius. 

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Cordelia le lanzó una almohada a Eowyn que no paraba de burlarse de ella. 

Al día siguiente de su mudanza, Eowyn apareció con una mochila y su walkman con diversos casettes de músicas. Su amiga se quedaría con ella todo el verano para hacerle compañía, cosa que alegro a Cordelia mucho. 

Eowyn no paraba de burlarse de como Kiram Patil era un chico nervioso que no podía decir una frase cerca de Cordelia. Lo conocieron el día en que fueron a la residencia de los Crouch a tomar el té con la señora Patil y las gemelas. 

Kiram era muy alto pero se encorvaba ligeramente. Eso si, era listo pero nervioso

—Lo impactaste con tu belleza— dijo Eowyn con una sonrisa burlona— Por eso el pobre tonto no podía decir una frase completa. 

—Que mala eres. 

—Gracias, es un don natural. 

Ambas rieron y salieron de la habitación hacia la sala para tomar el desayuno. El señor Lupin los saludó con un libro y una taza de chocolate caliente. 

—Buenos días, señor Moony— saludó Eowyn. 

—Buenos días, señor Lupin— saludó Cordelia sentadose en su lugar. 

—Buenos días chicas— les saludó con una sonrisa. 

Cordelia notó que su padrino no estaba, era raro, ya que desde que estaba aquí su padrino la seguía como un perrito esperando alguna golosina. 

—¿Y mi padrino?— preguntó Cordelia. 

—Moody ha llegado, va ha volver a entrenar a Sirius— contestó cerrando su libro— Sirius de joven fue Auror, y Moody quiere volver a que recupere su rendimiento. 

—¿Como Tonks?— se emocionó Eowyn

—De hecho Alastor fue mentor de Sirius y ahora es el mentor de la señorita Tonks— contestó el señor Lupin— De hecho ella esta aquí entrenando junto a Sirius y también esta la señorita Smith. 

—¿Sam?¿Aquí?— preguntó Cordelia terminado su vaso de leche. 

—En el patio— contestó el señor Lupin. 

Luego de su desayuno, Cordelia y Eowyn fueron hacia el patio. El Auror Moody estaba parado con sus manos detrás de su espalda mientra veía a tres figuras trotar. 

Su padrino pareciese estar agotado, mientras que la señorita Tonks y Sam parecían cómodas, las dos vistiendo ropa deportiva y con el cabello sujeto en un resistente moño. 

—¿Que pasó tío?— dijo la señorita Tons con algo de risa—¿ Estas cansado? ¿Acaso quieres que vaya por un manta para tus rodillas?. 

—¡Tonks, deja de hablar y sigue trotando!— ordenó Moody. — ¡Acelera tu paso, Black, que hasta una tortuga puede rebasarte!

Cordelia se sentó con delicadeza junto a Eowyn en el césped viendo a los tres trotar. Sam al aparecer era la que tenia un mejor control en su respiración, mientras que la señorita Tonks era alguien con una mejor resistencia. 

Y al parecer el tiempo en Azkaban dejó secuelas en la condición física de su padrino, Cordelia notó que le costaba respirar un poco y poco a poco su ritmo de trote iba disminuyendo. 

—¿Qué sucede? ¿Estas cansado, anciano?— preguntó Sam con un ligero deje de burla, Ella estaba trotando de espaldas, al momento de volver a girar tropezó con sus pies cayendo al césped y para mala suerte, tropezando con la señorita Tonks. 

Su padrino se rió a carcajadas y tomó algo de ventaja mientras ellas dos se ponían de pie. Cordelia escuchó a su lado como Eowyn rió a su lado. 

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Remus escuchó las risas de Cordelia y Eowyn. 

Las dos estaban sentadas en el piso sobre cojines y alrededor de la mesa de centro de la sala de estar mientras jugaban ajedrez. 

Sirius a su lado estaba sentado con la cabeza hacia atrás, esa mañana Moody lo había agotado hasta el limite, y al parecer a Sirius no le molestaba, al contrario, Remus conocía a Sirius muy bien que él esperaba que Moody no tuviera consideración con él. 

Sirius quería volver a ser el duelista y Auror que fue antes de Azkaban. 

—Jaque mate— sonrió Cordelia derribando a la reina de Eowyn. 

La niña de castaña gruñido mientras apoyaba su cabeza en la mesita, Cordelia rio mientras le palmeaba la cabeza en forma. 

—Pequeña dama— se escuchó un ¡pop! apareciendo Brissa en el lugar. 

—¿Si?— dijo con Cordelia mirando a Brissa. 

—Ha llegado una carta para la pequeña dama— Brissa le extendió la carta a Cordelia y se fue. 

Eowyn levantó su cabeza miro el sobre. 

—Es de Theo— dijo emocionada Cordelia. Remus vio como Sirius alzó la cabeza en alerta.

Delia abrió su carta leyendo rápidamente lo que decía la carta del niño Nott. 

—Me esta invitado a tomar un helado mañana a Fortescue—  les informo Cordelia doblando la carta. 

Delia miró rápidamente a Sirius, batiendo sus pestañas y con esos ojos verdes. 

—¿Puede ir, padrino?— preguntó con un tono suave batiendo sus pestañas. Remus sonrió. "Esos ojos manipuladores" pensó con diversión  .

Miró a Sirius que se tensó un poco, Cordelia sonrió levemente y con los ojos suplicantes. 

—Claro que si, Bambi, puedes ir— le sonrió Sirius. Cordelia le levantó y la abrazó, rápidamente se llevó a Eowyn a su recamara diciendo que tenia que enviarle una repuesta a Theo. 

Cuando se fueron Sirius se puso a merodear el salón como un león enjaulado. 

—Ya están apareciendo— dijo claramente disgustado. 

—Sirius, es solo un chico— lo trató de calmar Remus. 

—No es solo un chico— contestó muy molesto— Es un .... monstruo roba Bambis.

—Estas exagerando. 

—No, no lo estoy— lo señaló— Creeme, mañana que es mi primera sesión en Wizengamot, cuando acabe mucho van a invitarnos a cenas y veladas, con tal de que tome en cuenta a sus engendros para posibles prometidos para nuestra Bambi. 

—Sirius. 

—Moony, yo se de lo que hablo— se mostró serio y Remus se quedó callado— Van a tratar de tomar ventaja ahora que sali de Azkaban, muchos pensaran que aun no estoy en mi nivel de Lord y creen que porque de joven ignore mi derecho a Heir Black actuare de manera despreocupado con respecto a estas invitaciones. 

—Explica— pidió Remus. 

—Si bien es normal que muchos envíen propuestas a las brujas de casa nobles a los quince años para un cortejo, aunque hay existen pequeños acercamientos de antes— respondió— Mis tíos frecuentaban a los Lestrange muy seguido con la esperanza de poder unir a las familias, y funciono con el matrimonio de Bella. También con Lucius que siempre rondaba a mi tío Cygnus para ganarse el favor de Cissy. 

—¿Entonces estas diciendo que se van a acercar a nosotros para ser tomados en cuenta antes que otra propuesta de cortejo para Cordelia?

—¡EXACTO!— dijo Sirius — Y segun se por la niña de Bella, un mocoso le envió rosas y un poema Bambi para San Valentín. 

Remus se frotó la barbilla. Con que  los sangre puras ya están disputando por el favor de Cordelia. 

—Estaremos rodeados de mocosos roba Bambis muy pronto— farfulló Sirius. —Y esa salida coinciden con mi reunión en Wizengamot, así que no podre estar cerca para vigilar. 

—¿Y porque necesitas vigilar?

—En los cortejos siempre suele haber un chaperón para evitar malos entendidos— dijo Sirius— Fui el "violinista" en las citas de Andy con Ted, así que tengo experiencia para estar de metiche y no interferir. 

—¿Y si voy yo?— le dijo Remus — Estaré en Flourish y Blotts viendo algunos libros. 

—¡Por eso te quiero Moony!— saltó Sirius sobre él para abrazarlo. 

Chapter Text

Cordelia miro su reflejo al espejo asegurándose que sus pasadores para el cabello no estén sueltos. 

—Luces bien— le dijo Eowyn desde la cama— Llevas media hora mirándote al espejo. Luces perfecta para tu cita. 

—No es una cita— se mostró sonrojada Cordelia colocándose sus guantes beige de encaje— Solo me invito a tomar un helado. No hay oferta de cortejo aun, asi que esto no es una cita. 

Cordelia tomo el collar de perla de Evans y se lo colocó. Le gustaba como estaba arreglada hoy, en notos neutros y cafés que resaltaba mucho su cabello pelirrojo . 

Agarró su bolso cruzado que bordó  cerezos y se despidió de Eowyn que volvió a dormirse. Bajo hacia la sala donde lo estaban esperando el señor Remus y su padrino. 

Al llegar noto como el señor Lupin le estaba arreglando un poco el cuello de la túnica de su padrino, que era negra con detalles en plata. Su padrino tenia una expresión de aburrimiento. 

—Ya estoy lista— dijo Cordelia alisando su falda. La mirada de su padrino y el señor pareciese que se iluminó. 

—Mi preciosa ahijada— dijo su padrino sonriendo y colocando sus manos sobre las mejillas de Cordelia — Tan bella. 

—Gracias— sonrió Cordelia. 

—Ya tienes que ir, Sirius— le señaló el señor Lupin. 

Su padrino soltó un gruñido molesto y se apartó de ella caminado hasta la Red Flú, tomó un puñado de polvos flú. 

—Deseame suerte, Moony— sonrió. 

—Suerte, canuto— dijo el señor Lupin. 

Su padrino desapareció entre el fuego verde de la chimenea. 

—¿Y Eowyn?— preguntó el señor Lupin. 

—Dormida— contestó Cordelia — Se quedo hasta anoche terminando un libro. Al parecer era muy interesante como mantenerla despierta hasta la madrugada. 

—Entiendo eso— le sonrió Remus— Hay veces que el libro es muy bueno que tienes esa necesidad de seguir para saber como acaba. 

Corelia le dio la razón, con el tercer libro de Anne estaba tan aferrada a saber cuando Anne Y Gilbert se casaría que casi se queda muy tarde leyendo. 

—¿Estas listas?

—Si, totalmente lista— sonrió Cordelia. 

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Theo sonrió cuando vio a Cordelia entrar por a la heladería, cuando  llegó hasta la mesa donde él estaba se levantó para abrirle la silla para que se pudiera sentar. 

—Gracias Theo— le sonrió. 

—Buenos días, Cordelia— respondió Theo. 

El señor Florean se acercó a ellos y tomó su orden. Cordelia pidió una copa de helado de fresas y Theo pido de limón. 

—Lamento no haberte escrito— se disculpó— Es que ha habido cambios. 

—He escuchado que ahora vives con Lord Black en Potter Estate— dijo Theo jugando con la cuchara. 

—Si, ha sido un poco duro el cambio de residencia, pero ya me estoy acostumbrados.— contestó Cordelia antes de comer un poco— Es extraño a tía, aunque siempre estoy comunicada con ella. 

—¿Y como es convivir con Lord Black?

—Bien, siempre parece ir de aventura— rió Cordelia— En cambio el señor Lupin es alguien muy listo, me ha ayudado con algunas cosas de las tareas. 

—¿El señor Lupin?

—Amigo de mis padres— se encogió de hombros Cordelia— Ha cuidado a mi padrino durante su recuperación. 

—¿Pero ya lo conocías antes?— preguntó Theo 

—No— negó con la cabeza— Estuvimos hablando, al aparecer no era apto para tener mi custodia y prefirió alejarse. 

Theo contuvo sus ganas de rodar los ojos. Si el señor Lupin era tan amigo de los Potter hubiera hecho lo posible para ser parte de la vida de Cordelia, pero le fue más fácil hacerse de lado. 

—"Aunque tal vez fue lo mejor"— pensó Theo. Tía Petunia había educado bien a Delia. 

—¿Y como ha estado tu verano?— le preguntó Cordelia. 

—Tranquilo— respondió Theo— Ya termine todas mis tareas. 

—¿Ya las terminaste?— dijo Cordelia impresionada— A mi falta historia de la magia. 

—Las termine mi primera semana— contestó Theo. — ¿Te aparee bien si luego del helado vamos a Flourish y Blotts? Quisiera conseguir algunos libros. 

—Por supuesto— dijo Cordelia— El señor Lupin está ahí esperándome. 

—"Oh, demonios"— pensó Theo— "Por el lado bueno, no era Lord Black a quien tendría que ver"

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Sirius suspiró cuando la sesión del Wizengamot mientras se soba el cuello. 

Aun no podía comprender como el señor Potter y su padre podían prestar atención en toda la reunión. 

Pero debía hacer esto. La prioridad era Bambi, hasta que ella fuera mayor de edad debía ser el representante de los asientos de los Potter, y mantenerlo a salvo de manos viciosas. 

—Sirius Black— dijo alguien detrás de su espalda. 

—Lord Nott— contestó Sirius extendiendo su manos en un apretón manos al mago anciano— ¿Una verdadera sorpresa verme aqui?

Sirius contuvo sus ganas de ir al callejón Diagon, su preciosa Bambi estaba con el nieto de Nott en estos instantes, lo bueno, es que Remus vigilaba de cerca. 

—Al final, todo ocupan el lugar que les corresponde— contestó Lord Nott— Walburga y Orión siempre se quejaron de como su primogénito era un cachorro desobediente, malcriado e impulsivo y ve aquí, y ahora ese chico esta ocupando su lugar que le corresponde por sangre. 

—Debo mantener los intereses de mi ahijada en orden— respondió Sirius— Y acabo de recibir la invitación para forma parte de la Junta de Gobernadores de Hogwarts, y por supuesto aceptaré. 

—Y hablando de Lady Potter— sonrió Nott— ¿A escuchado que mi nieto es muy amigo de tu ahijada?

"El mocoso roba Bambis", pensó Sirius de inmediato. 

—Así como Neville Longbottom— sonrió Sirius— Es bueno que mi Cordelia tenga amigos, de hecho una de sus amigos se esta hospedando con nosotros. 

—¿Y ya has hablado con tu ahijada sobre ofertas de Cortejo?

—Cordelia esperará hasta su cumpleaños quince sobre ese asunto como es de costumbre— dijo rápidamente Sirus, y por el fuera quemaría cada carta de Cortejo que llegará a Potter Estate. 

Lord Nott estaba por decir algo pero ambos notaron como Dumbledore se acercaba a ellos. Nott se despidió de él antes de lanzarle una mirada fría a Dumbledore. 

—Sirius muchacho— lo saludó con familiaridad. Sirius quería gruñir le al anciano, estaba molesto con Dumbledore. 

—No tengo nada de que hablar contigo— fue la respuesta de Sirius. 

—Muchacho— dijo con ese tono de anciano preocupado. 

—Tu pudiste haber sacado de Azkaban— le recriminó con los dientes apretados— Espere por meses a que hablaras sobre el Guardián del Fidelius. Pero te quedaste callado

—Sirius, fue una situación complicada— le contestó Dumbledore— Tu enfrentamiento contra Peter te dejó en una mala posición que no era capaz de sacarte. 

—¡Pudiste haber presionado para me hicieran un juicio justo!

—Conoces la orden que dio Bagnold como Ministra de Magia junto a Crouch durante la guerra— le recordó Dumbledore. 

Sirius que lo recordaba, cuando trabajó como Auror cuando emitieron una orden, cualquier Mortigafo seria rapidamente enviado a Azkaban sin juicio. 

Pero él no era un mortifago. 

—No quiero saber de tus patéticas excusas— gruñó Sirius. 

—Muchacho, las cosas se complicaran— le dijo Dumbledore — Voldemort está recuperando fuerzas. Tuvo un enfrentamiento cara a cara con Cordelia a finales de su primer año. 

Sirius se paralizó. 

Su ahijada fue atacada. 

—No me pondré en ningún bando si a guerra se vuelve a reanudar— dejó claro Sirius— Y si eso sucede, no pienses contar conmigo nuevamente. 

—Sirius— le dijo Dumbledore— Debes entender que ira detrás de Cordelia. 

"Esa puta profecía", pensó Sirius. Debía hacer un plan de escape del país como preocupación. 

—Yo me encargaré, pero no a tu modo— contestó Sirius. 

—Sirius, no actúes impulsivamente. 

—Si asi son las cosas— dijo Sirius— Entonces hazme tu villano, Dumbledore. Pero jamas volver a confiar en ti. 

Sirius camino hasta la red flu más cercana. 

—Y para que lo sepas— dijo Sirius mirándolo por ultima vez— Desde ahora soy Lord Black para ti. 

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Era de madrugada cuando Eowyn escuchó un sonido ahogado a su lado, rápidamente prendió la lampara que estaba a su costado. 

Cordelia estaba sentada la mano tapándose la boca, aunque habia liquido escurriéndose por su barbilla. 

—¿ Delia?— dijo presa del pánico. Cordelia seguía tosiendo horriblemente. 

Eowyn agarró la mano de Cordelia para ver, palideció cuando notó dos pequeños colmillos visibles en su boca. 

Y el olor. No era agua lo que estaba vomitando, era veneno. 

—¡Dough!— gritó Eowyn. El elfo hizo su aparición y empezó correr por la habitación del pánico al ver a Delia en ese estado. —¡Ver por Lord Black, ahora!

El elfo despareció, Eowyn solo pudo frotarle la espalda a Cordelia tratando de calmarla, podía escucharla sollozar. 

¿Que demonios estaba sucediendo? 

Chapter Text

Cordelia miró como Lady Malfoy entraba a su habitación al tiempo que le tiraba la capa a su padrino. 

—Llegue tan pronto me llamaron— dijo con mucha delicadeza mientras le frotaba la espalda. 

—¿Que me sucede?— sollozó Cordelia. 

—No es nada malo— le trenzó de manera rápida el cabello— Estuve leyendo sobre el parsel hablante esto es como una pubertad, es como un método de defensa natural. 

Le siguió frotando la espalda. Cordelia se sorprendió al ver al profesor Snape llegar. 

—Severus te dará una poción para calmarte— le explicó Lady Narcissa. — Solo descansa, mañana te explicare todo lo que lei, solo necesitas calmarte. 

—Solo respire, señorita Potter— dijo el profesor Snape extendiéndole el vial de la poción. 

—Pero tengo colmillos— protestó Cordelia. 

Ahora nunca podrá besar a un chico. 

¿Qué chico en su sano juicio quería besar a una chica con colmillos?

—Solo respira y cálmate, Potter— le repitió con un tono gélido el profesor Snape. Cordelia asintió y bebió el vial. 

Sentía que su cuerpo se relajaba y sus colmillos se contraían, se quedó dormida con Lady Narcissa acariciandole la espalda. 

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Eowyn observó a los adultos tensos en la sala de estar

—Cissy— dijo Lord Black a Lady Malfoy —¿Que le sucedió a mi ahijada?

—Es una parsel hablante— comenzó mientras le daba un sorbe a su copa de vino— Esto es algo normal en este de tipo de magos o brujas. Solo necesita aprender oclumancia para poder controlar sus colmillos y veneno. 

—¿Es porque es descendiente de Slytherin?— preguntó Eowyn. 

—Espera, ¿que?— dijo el señor Moony. 

—Los Potter no están relacionados con los Slytherin— farfulló el profesor Snape. 

—No es por la linea paterna— comentó Lady Malfoy

—¿Qué?— dijeron los tres magos. 

—Es por su linea materna— explicó Lady Narcissa —Cordelia se hizo un mapeo genealógico en Gringotts, Lily Evans descendía de la una rama femenina de Slytherin. 

—De la hija de Salazar Slytherin para ser especifico— agregó Eowyn. El rostro de los tres adultos era un total poema para el asombro, incluso el profesor sombrío Snape tenia una expresión de sorpresa. 

—Las destinos son unas perras— fue lo primero que dijo Lord Black. 

—¡Sirius cuida tu vocabulario!— le regañó Lady Malfoy — ¡Hay una niña presente!

—He escuchado cosas peores en el orfanato— dijo sin importancia Eowyn. 

—Severus— dijo el señor Moony hacia el profesor Snape— ¿Crees que puedas enseñarle a Cordelia Oclumancia?

El profesor Snape lo miró con el ceño fruncido, luego a Lord Black que le devolvió la mirada osca y al final a Lady Malfoy. 

—Le enviare un texto para que vaya estudiando la teoría— accedió el profesor Snape— En Hogwarts tendrá sesiones de Oclumancia. Solo espero que ponga empeño de su parte y no me haga perder el tiempo. 

Eowyn quiso tirarle un cojín. Claro que Cordelia pone empeño en todo lo que hace. 

—¿Quien más sabe lo de Lily?— preguntó Lord Black. 

—Ragnork, yo, sus amigas— contestó Lady Malfoy — Y ahora ustedes tres. 

—¿Dumbledore debería saberlo?— preguntó el señor Lupin a Lord Black. 

—Que el anciano no meta su nariz donde no le incumbe— gruñó Lord Black. — Seremos los únicos que sabrán de esta información, solo Merlín sabe lo que sucederá si esta información sale  a la luz. 

—¿Pretendientes indeseados a cada momento?— se burló el profesor Snape de Lord Black. 

—Monstruos roba Bambis por doquier— respondió molesto. 

—Puede espantarlos con un bate de quidditch— dijo Eowyn con una sonrisa. 

—Awwww pero que niña para más adorable— le palmó el hombro con una sonrisa. 

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Luego de ese episodio de pánico sobre colmillos y venenos, Cordelia se sumergió en libros de Oclumancia y sobre los "oradores" como comúnmente se conocen a los magos y brujas con la capacidad de hablar parsel. 

Y así entre libros y preguntas llegó su cumpleaños trece. 

Cordelia se había despertado con Brissa y Dough entrando a su habitación con una bandeja de desayuno miehntras le deseaban feliz cummpleaños. 

Eowyn se levantó desorientada ante las voces chillonas, con la mirada perdida y el cabello revuelto. 

—¿Ya está el desayuno?— preguntó con voz ronca de recién levantada. 

Entre las dos compartieron el desayuno, luego de algunos minutos entró su padrino y el señor Moony (Cordelia notó los ojos triste de el señor Remus cuando lo llamaba por su apellido), su padrino con una gran sonrisa le dijo que había una sorpresa esperándola en el salón principal. 

Cordelia se arropo con una bata afelpada y bajó con mucho cuidado ya que a su padrino tuvo la brillante idea de cubrirle los ojos. 

—¡Tadan!— dijo emocionado su padrino a la par que le quitaba la venda de los ojos— ¡Feliz cumpleaños mi dulce y preciosa Bambi!

Cordelia  se quedó sin habla al ver el magnifico piano de cola, de madera negra. 

—Gracias padrino— dijo llena de alegría Cordelia abrazando a su padrino con algo de fuerza. 

—Cissy me dijo que eras buena en piano— le contestó alegre— Y me puse a pensar que era una pena que no tuvieras tu propio piano para que sigas practicando. 

—Padrino no debiste. 

—Si, si debía— le sonrió— Digamos que este es el equivalente a todos los regalos de cumpleaños que te debia. 

Cordelia sonrió y se sentó en el banquillo del piano, Cordelia tocó una poca teclas. El piano esta bien afinado. Ella se levantó y una vez más lo abrazó. 

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Para la tarde hubo una pequeña reunión para su cumpleaños. Todos los más cercanos a ella, incluyendo a Dudley y a tía Petunia. 

Cordelia se había visto con un vestido blanco con flores lilas bordas y cabello con dos de los cuatro pasadores de lirios que su madre uso en su boda. 

Ginny había llegado con Percy y la señorita Clearwater, Pansy y Daphne llegaron juntas, también llegó Neville junto a su abuela. Sam llegó un poco tarde alegando que tuvo una emergencia en su trabajo. 

También estaba Lady Malfoy con sus hermanas e hijo, Cordelia se sintió feliz cuando legó Theo. 

Era una pena que Hermione aun siguiera en Francia. 

Su padrino puso a trabajar el viejo tocadisco de su abuelo mientras que Sam revisó los discos de vinilos que estaban apilados de forma pulcra. 

—Si que tienen un buen gusto musical— comentó la señorita Clearwater mientras ojeaba los vinilos, a su lado estaba Sam y Percy Weasley.

—Los señores Potter les gustaba mucho el jazz y las canciones de salón— dijo su padrino— James por su parte tenia una debilidad por los Beatles. 

—¿Y quien tienen no tienen una debilidad por los Beatles?— dijo con sarcasmo Sam— Deberían ser considerados un patrimonio nacional junto a Queen. 

Sam colocó un vinilo de Sinatra. Percy sacó a bailar a la señorita Clearwater quien se sonrojó pero muy gustosa bailó. 

Su padrino también sacó a bailar a Cordelia, la hizo girar con gracia, él tenia una expresión de paz, luego bailó con el señor Moony quien tenia una sonrisa amplia. 

Cordelia notó como su tía tenia una tranquila charla con Lady Malfoy, Madame Longbottom y la señora Tonks. Dudley conversaban de algo con Neville y Eowyn.  

Su padrino se tuvo que morder la lengua cuando Theo la sacó a bailar. Por alguna razón, Cordelia podía sentirse cómoda con Theo. 

También se ha dado cuenta que Theo estaba más alto y que tenia un lindo tono azulado en sus ojos. Y ante sus pensamientos Cordelia se sonrojo al pensar sobre Theo. 

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Caída en la noche, Remus le extendió la carta a Sirius. 

—Dumbledore te quiere como profesor de DCAO— dijo molesto. —¿Aceptaste?

—Si, canuto. 

—¿Y que pasará con tu PPP?

—Severus me elaborará la poción— le respondió Remus, Sirius murmuro algo por lo bajo— Deja de quejarte Sirius, Severus es el único mago con la habilidad para prepararme el matalobos. 

—¿Pero a cambio de qué?

—Quiere formular una variante más potente— contestó Remus. 

—Te quiere como conejillo de indias—  gruñó molesto

—Y acepte gustoso— le recordó— Severus es un excelente Maestro de pociones, se que priorizará su investigación en lugar de tratar de envenenarme.

Sirius solo se cruzó de brazos y siguió murmurando molesto. 

—Este seria el primer trabajo fijo que se me ofrece debido a mi condición— le dijo Remus— Y debemos decirle a Cordelia. 

—¿Tu crees?

—No le puedo ocultar para siempre que soy un hombre lobo— contestó Remus— Ella se dará cuenta y pensará que le mentimos. 

—De acuerdo, le diremos a Bambi— dijo Sirius— Y estaré ahí en forma de animago para ti en Luna Llena. Como los viejos tiempo, en la casa de los Gritos pasando las noches. Ademas, debo curar tus heridas cuando todo acabe. 

—Gracias canuto— le sonrió Remus. 

—Solo quedamos tu y yo, Moony — le sonrió Sirius. 

Chapter Text

Cordelia se ocultó detrás del profesor Snape. 

Luego del que señor Moony confesará que era un hombre lobo, su primer instinto fue ocultarse detrás de su jefe de casa que estaba presente. 

—¡Por favor Bambi, Moony no te hará daño!— le trató de calmar su padrino. — ¡Apártate Snape!

—Sirius cálmate— dijo el señor Moony colocando una mano sobre su hombro — Estas asustando a Cordelia. 

—Si Black, cálmate— agregó el profesor Snape con algo sarcasmo— O la niña pensará que eres un salvaje. 

—Tu, quejicus— su padrino alzaba su varita pero un golpe con el ejemplar de El Profeta en su cabeza lo detuvo. 

Cordelia se aferró a la túnica del profesor Snape mientras su padrino era reprendido por el señor Moony. 

Era una surte que Eowyn tuviera que irse a Fraser Hall por unos asuntos por un par de días.

—Cordelia — dijo el señor Moony tratando de buscar las palabras — Se que es difícil comprender lo que acabas de saber. Pero ten presente que jamás te haría daño.

—Tu no, pero el lobo si— intervino el profesor Snape.

—¡Cierra la boca quejicus! — gritó su padrino ganándose otro periodicaso del señor Moony.

—Como decía — continuó con una expresión de tranquilidad aun con el periódico en sus manos— Tu seguridad es prioridad de Sirius y mía. Severus aquí presente amablemente se ha ofrecido a prepararme el matalobos para disminuir el riesgo de que ataque a alguna persona. 

Cordelia miro al profesor Snape. 

—Lupin es un buen candidato para probar nuevas variantes de la poción— le dijo el profesor Snape— Pero si siente insegura ante la presencia de Lupin puede ir a Malfoy Manor donde seguro Narcissa la recibirá muy a gusto. 

Cordelia medito unos momentos observando al Señor Moony. Era amable con ella, le ayudo con las cosas complicadas de sus tareas. Ademas, el profesor Snape era un experto en la rama de pociones, así que estaba confiada que el matalobos funcionaria porque estaba hecho por el profesor Snape. 

—¿No me harás daño?— preguntó aun detrás del profesor Snape. 

—Nunca, cachorrita— le sonrió el señor Moony. 

Se separo un poco del profesor Snape. Y abrazó al señor Moony. 

Sus padres fueron amigos del señor Moony, y si estuvo cerca de ellos cuando Cordelia aun era una bebé, y el hubiera sido peligroso sus padres se habrían alejado de él. 

—"Pero confiaron en Pettigrew y mira como acabaron"— le dijo una vocecita en su cabeza. Cordelia la aparto y abrazó mas fuerte al señor Moony. 

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El profesor Snape uso el laboratorio de pociones en Potter Estate para preparar la dosis de matalobos para el señor Moony. 

Cordelia se quedaba sentada, con su texto de Oclumancia,  mirando los cambios que el profesor Snape se movía con una gracia al momento de mezclar ingredientes y cortar las plantas necesarias. La próxima semana era luna llena y la poción estaba casi lista. 

Su padrino y el señor Moony permanecerían en la casita del árbol durante la noche con un hechizo de bloqueo. 

—¿Esto es Luparia o acónito, Potter?— preguntó el profesor Snape haciendo que Cordelia quitará su mirada del libro. Sostenía una planta con hojas violetas oscuras. 

—Es la misma planta, señor.— contestó Cordelia. 

El profesor Snape solo asintió con la cabeza. 

—¿Por que esta poción es difícil de preparar?— preguntó Cordelia. 

—Debe suprimir el instinto de la bestia de cazar— le respondió mientras revolvía un poco el caldero— Ademas de todos los ingredientes con caros e imposibles de conseguir. Y Black no le pesa la mano en gastar lo necesario en su precioso lobo. 

Cordelia no era ajena a las interacciones hostiles de su padrino contra el profesor Snape, era como un resentimiento y fricción que llevaba años. 

¿También habrá sido así con mi padre?

—¿Y porque hacerle cambios a la receta original?

—Cuando terminas tu bordado y vez que una de tus puntudas esta torcida ¿Qué haces Potter?

—La trató de corregir para que quede perfecta. 

—He ahí tu respuesta— le dijo —¿Por que conformarse con las recetas básicas cuando puedes aumentar la efectividad a su máximo potencial?

—¿Muchas personas son conformistas, verdad?

—La ambición no están en todas las personas. 

Cordelia asintió con la cabeza mientras recordaba una entrada al diario de Rhea. 

"El conformismo es una trampa de arena de la cual muchos se niegan a salir"

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Cordelia se abrazó a Hermione, tanto tiempo separadas se sintieron años. 

—¿Que tal Francia?—preguntó Cordelia mientras se sentaba a lado de Hermione en el Caldero Chorreante. Ya fue por sus túnicas y su padre junto al señor Moony fueron por lo demás de la lista. — ¿Y tu amigo felino?

Junto a ellas estaba una bandeja de galletas y humeantes tazas de té. Un mini león estaba dormido en el regazo de Hermione. Un gato muy grande de color jengibre y esponjoso. 

—Francia estuvo maravilloso— sonrió Hermione mientras hundía sus dedos cubiertos por los guantes en el pelaje del gato — Estuvimos las dos primeras semanas en Paris, mis padres me dejaron explorar el distrito mágico de Paris por mi cuenta. Y luego pasamos en el resto de las vacaciones en la campiñas. ¿Sabias que hay una población de fae? También me tope con estudiantes de Beauxbatons

—¿Y que tal es el Paris Mágico?

—Siento que puede gastar el fideicomiso que mis padres armaron para la universidad y aun si siento que no compraría todo bonito del lugar— dijo divertida al pequeño león — Y este es Crookshanks, la dependiente de la tiendo dijo que ya tenia mucho tiempo en la tienda y bueno, hace tiempo quería un gato. 

—¿Y ya enviaste tu baúl a Potter Estate?

Cordelia le extendió la invitación a Hermione para permanecer esta ultima semana antes de ir a Hogwarts. 

—Brissa asuntó mi papá, que aun no tomaba su café mañanero para funcionar— rio Hermione— Pero, si ya mi baúl esta en tu casa. 

—Nos vamos a divertir lo que quede de las vacaciones— le dijo Cordelia— Terminamos nuestras tareas y estamos cerca de la playa. 

—¿Y alguna novedad en mi ausencia?

Cordelia quiso contarle del PPP (Pequeño problema peludo) del señor Moony, pero su padrino dijo que era un secreto. 

—Tengo mi propio piano— sonrió Cordelia. 

Chapter Text

Sabia que tarde o temprano tendría que visitar la tumba de sus padres. 

Ella, su padrino y el señor Moony se parecieron en Godric's Hollow luego del desayuno. Cordelia llevaba los guantes de luto, nunca en su vida guardo luto por sus padres, así que se sentía apropiado visitar sus tumbas con los guantes de encaje negro. 

También lleva flores, un pequeño rama de camelias y dalia malva, según el lenguaje de las flores, las camelia significaban Te querré por siempre y las dalia malva significa Agradecimiento. 

Los tres en silencio caminaron hasta el cementerio, a pesar de ser medio día el lugar estaba con poca afluencia. Cordelia miró hacia adelante cuando caminaron entre las múltiples tumbas del pequeño cementerio.

—Algunas familias mágicas han sido enterradas aquí— le explico su padrino, su voz se notaba algo rota. 

—¿Sabias que los Potter desciende de la familia Perevell?— le preguntó el tío Moony

—Si, lo vi en mapeo genealógico. Iolanthe Perevell— contestó Cordelia. 

Perevell, el cuento de los tres hermanos, las reliquias. 

La capa del tercer hermano. 

Los Potter tenían una capa de invisibilidad. 

—¿Cuando mi padre consiguió su capa de invisibilidad?

—Es una herencia Potter, la trajo consigo en su primer año— le sonrió su padrino, una sonrisa triste— Se lo pasan a  los primogénitos, no se cuanto tiempo tiene, pero es muy vieja. Y especial, a diferencia de otras, esta jamas se ha desgatado. 

No es como las otras capas. 

Siguieron avanzando hasta que llegaron a la tumbas que buscaron. 

"Lily y James Potter.
El ultimo enemigo a vencer es la muerte."

Cordelia se hincó y dejó el arreglo de flores a los pies de la tumba. 

—Lamento la tardanza— dijo Cordelia con voz suave. Sintió unas pocas lagrimas bajar por sus mejillas. 

Sintió dos manos sobre sus hombros cuando se volvió a enderezar. Cordelia miró a su padrino, tenia lagrimas silenciosas mirando los nombre en la tumba. 

—Siento que te falle Cornamenta— dijo su padrino— Haber estado en Azkaban y descuidar a tu corazón, pero he regresado y cumpliré la promesa que te hice. 

—Proteger a Cordelia— finalizó el tío Moony. 

—Viviré— juró Cordelia en sus pensamientos con la mirada fija sobre los nombres de sus padres— Honrare su sacrificio y viviré. 

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Los últimos días de vacaciones Cordelia convivo con sus amigas. Pansy y Daphne visitaban casi con mucha frecuencia Potter Estate. 

Cordelia practica con las partituras que la señora Dawn le obsequio y le dio el animo, diciendo que ya estaba apta para dedicarse al piano ya sin una guía. 

La casa del árbol fue restaurada, ahora tenia cómodos cojines y una mesita de café. 

También fueron un día la playa, su padrino corrió por la orilla en su forma animaga, un imponerte perro negro que se podía confundir en la oscuridad de la noche con un Grimm. 

Cordelia fue testigo de como la transformación de tío Moony debajo estrago en su cuerpo, con oscuras ojeras y una mueca de dolor. Ella y los elfos prepararon un gran y nutritivo desayuno que tomaron los tres en la habitación de tío Moony luego de la Luna Llena. 

Cordelia era feliz con su familia y amigas. 

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 Theo se extraño cuando una mañana el señor Riddle fue de casa. 

—¿A donde se fue, abuelo?— le preguntó Theo en la silenciosa cena a la que siempre se había acostumbrando. 

—A Durmstrang— le contestó su abuelo luego de tomar algo de vino— Es el nuevo maestro de Artes oscuras. 

Theo asintió con la cabeza, estuvo meditando que este año al fin tenia los fines de semana de visita a Hogsmeade podría invitar a Cordelia.

—¿Algo que contarme Theo? — le dijo su abuelo �— Te he visto muy pensativito este verano. 

Theo miró a su abuelo. Podría decir lo de la herencia de Cordelia. 

Magia Slytherin, solo la hacia más perfecta. 

Podría decirle y su abuelo se podría contento ante el objetivo de Theo. 

Pero recordaba los ojos verdes de Cordelia llorosos, sus mejillas mojadas en lagrimas, la promesa que le hizo. 

Theo decidió mentir.

—En mis optativas, abuelo— contestó para luego beber un poco de agua— De ahora habrá más carga de estudios, pero podre manejarlo. 

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Sirius cerró la puerta detrás de él mirando fijamente a Remus que leía cerca de la chimenea en el estudio del señor Fleamont. 

Sirius se apoyo en la puerta mientras caía sentado sobre su tobillos. 

—¿Estas bien, Canuto?

—Cepille el cabello de Cordelia— dijo con la voz rota. Lagrimas empezaron a bajar rápidamente por sus mejillas. 

Sirius agachó su cabeza mientras seguía llorando. 

—No es nada malo, Sirius. 

—¡No lo entiendes!— le dijo con la voz destrozada— ¡Eso le pertenece a James y yo lo estoy usurpando!

Sirius miro sus manos. 

—Cornamenta es quien debería cepillar el cabello de su hija— Sirius se sentía como un sucio ladrón, esto era de James, el derecho de James— Le estoy robando esto a James. 

Sintió unas manos tomar su rostro y se encontró con la expresión triste de Remus. 

—No le estas robando nada a James— le dijo Remus seriamente— Si James te escogió como padrino de Cordelia fue para que tu ejercieras su rol en caso de que  muriera. El pacto de sangre, la promesa que le hiciste, no le estas robando a James, lo estas honrando al cuidar de Delia como él lo haría. 

Sirius no dijo nada, solo se abrazó a Remus y se permitió llorar. 

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Remus fue llamada a la reunió de maestro dos días de iniciar clases. Sentía raro estar rodeados por sus viejos maestros ahora como colegas. 

Excepto una, una nueva bruja y un chico como de trece años

—Les presentó a la señorita Edith Luzardo— la presentó Dumbledore a la bruja— Sera nuestra maestra de Runas Antiguas ante la imprevista jubilación del antiguo maestro, y a su hijo René que entrará a tercer año. 

—Es un gusto poder trabajar en Hogwarts— sonrió amablemente— Estoy muy emocionada poder ejercer la docencia aquí. 

—¿No eres de aquí, verdad?— preguntó Madame Pince. 

—Oh no, soy de Ecuador— contestó la profesora Luzardo— El antiguo profesor, el señor Hasford fue colega mio en una investigación en el Machu Picchu, y fue el me recomendó para su puesto.

—Habla muy bien el ingles— dijo la profesora Sprout. 

—Las maravillas de las Runas— volvió a sonreír mientras levantaba su mano, en su anular había un sencillo de plata con una runa tallada—Mientras use este anillo ustedes me escucharan en ingles y los escuchare a ustedes en español. 

Remus notó un sencillo brazalete en la muñeca izquierda del niño con la misma runa. 

Se le hacia conocida, pero no sabia de donde. La profesora Luzardo era casi bajita, como un 1.63, tenia la piel tostada y ojos café oscuro, su cabello recogido en un peinado sencillo con mechones enmarcando sus mejillas. 

El niño igual, le recordaba vagamente a Peter, solo que en vez de tener el cabello castaño miel de Peter no tenia oscuro. Se notaba enfermizo el niño, muy pálido y con notorias ojeras. 

—Bueno, señor Luzardo— dijo Dumbledore miró al niño que lucia distraído—¿Le gustaría ser seleccionado ahora a su casa o esperar al banquete?

—¿Banquete?

—Con lo de primer año y con el resto del colegio presente. 

—Ahora seria lo mejor— dijo el niño aterrado de la idea de ser visto por muchas personas. 

Con el sombrero presente y el chico cayó en la casa Hufflepuff. La profesora Luzardo aplaudió contenta y con una enrome sonrisa le dio un beso en el cabello a su hijo mientras este se encogía cohibido ante la muestra de afecto de la maestra. 

—¿Y ya consiguieron hospedaje?— preguntó Remus. 

—Nos estamos hospedando el Caldero Chorreante, pero acabo de comprar esa casa en Hogsmeade, al que parece abandonada.— dijo emocionada— Fue una buena oferta por parte de Gringotts, ya están firmado los papeles y espero que para enero ya este restaurada. 

Oh no. 

La casa de los Gritos siempre había sido el lugar donde Remus pasaba sus dolorosas transformaciones. 

—Pero esta embrujada— dijo el profesor Flitwick. Todos los maestro sabían que era el refugio de Remus. 

—Vivíamos cerca del cementerio de mi ciudad— soltó una risita Luzardo— Así que no le tengo miedo a los espíritus. Ademas unas sencillas runas espantaran a los espíritus. 

Luego de la Reunión Remus camino por un poco por los pasillos. 

—¡Profesor Lupín!— Remus se giró para encontrarse con Edith. 

—¿Si?

—Se que eras amigo de Peter Pettigrew— le dijo y Remus palideció —¿No se acuerda de mi?

Remus negó con la cabeza. ¿Por que se debía acordar de ella?

—Gales, marzo del 1979— contestó Luzardo— En el Fuel Rock Club. Me acuerdo de Lily Potter, estábamos en el grupo de investigación de Runas en las cuevas cerca del mar. 

Un foco brillo en la cabeza de Remus. Recordó a una bruja coquetear con Peter esa noche en el bar y anotar el numero de  su habitación de hotel con lápiz labial en la mano de Peter.

 Recordó a Sirius y James alentarlo a visitar a la bruja, sobre todo Sirius haciendo bromas sobre que tome "precauciones" y que se divirtiera. 

—¿Peter no les dijo de mi?— volvió a preguntar— Él me estuvo escribiendo cuando regrese a mi país. Se que esa muerto, nos gustaría visitar su tumba. 

—¿Nos?— preguntó Remus. Edith Luzardo dio una rápida mirada a su hijo que estaba discutiendo con Peeves. 

—Íbamos a ser una familia— contestó con ojos tristes. 

Un hijo, Peter tuvo un hijo. 

Chapter Text

Primero de septiembre llegó y su padrino no la dejaba ir. 

—Sirius, suelta a la niña— le dijo el tío Moony a su padrino. Él se aferraba a Cordelia, negándose a soltarla. 

—No comprendes mi dolor Moony— le contestó — Tu la veras todos los días y yo solo la tendré devuelta para las vacaciones de invierno. 

—Padrino, es Hogwarts, estaré bien—dijo Cordelia liberándose del abrazo de su padrino. Se podía escuchar la risita jocosa de Eowyn. 

—Ademas tenemos el mapa, Lord Black— agregó Eowyn. SU padrino estuvo eufórico cunado supo que mapa del Merodeador estaba en manos de la corte de Cordelia. 

"Es tu herencia Bambi" le dijo emocionado 

El sonido del pitido anuncio que el tren ya estaba a punto de salir. Su padrino la volvió a abrazar. 

—Muchas gracias por acogerme lo que quedo del verano— sonrió Hermione al tío Moony y a su padrino. 

—Los amigos de Bambi son bienvenidos a Potter Estate— le sonrieron ambos adultos. 

Sus baúles fueron subidos al tres. Cordelia llevaba Hedwig dormida en su jaula y Crookshanks en un cesto de mimbre decorado por listones azules. 

—Compórtate, Sirius— dijo tío Moony con un tono serio — No hagas ninguna tontería mientras no este. 

—Soy un adulto, Moony. 

—Te conozco— le sonrió— Ademas, te estarán vigilando tus primas. 

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Había un chico extraño en el compartimento. Tenia la piel enfermiza, su cabello negro caía por su rostro, y las ojeras que tenia lo hacia lucir cansado. 

A sus pies había una peonza que giraba y en la enredado en el dedo del chico había una cuerda. 

—¿Esta ocupado?— preguntó Cordelia. En el marco de la puerta del compartimento estaban sus amigas. 

El chico las miro nervioso y se levantó de su asiento a recoger la peonza que aun giraba. 

—S..si— dijo encogido en su asiento, estaba un poco encorvado notó Cordelia. 

Cordelia, Hermione y Eowyn se sentaron frente al chico mientras que Pansy y Daphne se sentaron con él. El niño enrollaba nerviosamente la cuerda entre sus dedos. 

—¿Eres de nuestro?— inició la conversación Hermione. 

—¿Qué año son ustedes?— preguntó él. 

—Tercero— contestó Cordelia. —¿Tu nombre es?

—Re..rené Luzardo— contestó él 1Soy estudiante nuevo, pero soy compañero de su año. 

—¿Y de que escuela de magia vienes?— preguntó Pansy. 

—Estuve con tutores privados— respondió el Luzardo— Mi madre y yo somos de Ecuador, hay pequeños grupos en las ciudades de magos que educan a los niños y luego tenemos que viajar un año para completar en Castelobruxo. 

—¿Y porque estas en Hogwarts?— volvió  a preguntar Pansy. 

—Mi madre es la nueva maestra de Runas Antiguas. 

—Es curioso, nostras escogimos Runas como materia optativa— dijo Cordelia, ella rápidamente notó el brazalete plateado con una runa grabada —¿Y esa Runa?— miro el brazalete. 

—Me permite comunicarme con ustedes— miró su brazalete— Ustedes me pueden escuchar en ingles, pero estoy hablo en español que es mi lengua materna, y yo las escuchó a ustedes en español. 

—Interesante— Cordelia extendió sus manos para tomar la muñeca de Luzardo y ver más a cerca la runa —¿Puedo?— preguntó, no quería ser una impertinente. 

El chico nervioso asintió con la cabeza y le extendió la muñeca a Cordelia. Ella miró a detalle la runa fascinada ante como unos simples trazos tenían tal poder. 

—¿Y que casa piensas estar?— preguntó Eowyn. 

—Fui seleccionado para Hufflepuff. 

Nuevamente el compartimiento quedó en silencio dejando escuchar el ronroneo de Crookshanks en el regazo de Hermione. 

—¿Y eso que es?— señaló Eowyn la peonza. 

—¿Un trompo?

—¿Y para que sirve?

—Es un juguete de madera— contestó enrollando la cuerda en la punta de metal. — Mi abuelo me suele regalar, tengo muchos. 

Luzardo lo lanzó al suelo pero el trompo no cayó, ya que jaló la cuerda y empezó a girar en la palma de su mano haciendo sonreír a Luzardo. —Este truco se llama Bumeran. 

—Cool— dijo Eowyn. — ¿Que otros trucos sabes hacer?

—Algunos más, pero necesito espacio más amplio— contestó cerrando su mano sobre el trompo—No seria apropiado hacer en este espacio reducido, podrían salir heridas. 

El trascurso del viaje Luzardo siguió contando de los viajes de su madre y sus investigaciones. Cuando Hermione preguntó por su padre, Luzardo contestó que murió cuando era bebé. 

El tren se detuvo antes de llegar, y repentinamente hizo mucho frío. 

—Algo se esta moviendo afuera— advirtió Luzardo con su mano sobre el vidrio. 

Una profesora que jamas había conocido entro a la puerta acompañada del tío Moony, ambos con sus varitas en alto. 

Una figura negra y empuchada entro al vagón, un grito de una mujer sonó en la mente de Cordelia antes de caer desmayada. 

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Sirius corrió hacia la sala de Audiencias del Ministerio donde hubo una Reunión del Wizegamont de emergencia. 

No tuvo tiempo a cambiarse a una túnica formal por lo que estaba vestido para una salida al mundo muggle ( con su amada chaqueta de cuero negro)  con la chica Smith, al parecer lo iba a llevar a una partida de Laser Tag, sea lo que sea eso. 

Sirius solo sabia una cosa de esta reunión. Un demento atacó el tren antes de llegar a Hogsmeade. Por el fuera se hubiese parecido para comprobar que Bambi estuviera bien, pero el patronus de Remus le dijo que todo estaba bien. 

Entró a la audiencia donde Ladys y Lords se notaban entre molestos y serios, y en su puesto estaba Fudge con el rostro nervioso. 

—Black— lo saludó Lucius mirando por unos segundo su apariencia

—Malfoy

Sirius sentó entre Malfoy y la señora Longbottom, cuya expresión de seriedad daba miedo. 

Cuando todos llegaron, inició Fudge tratando de explicar la situación. Que era un dementor errático y que ya se solucionó el problema. 

—La subdirectora McGonagall dijo que fueron diez alumnos los afectados por los dementores— dijo Madame Longbottom— Cinco de primer, dos tercero , una de quinto y dos de ultimo año. 

—Señores, el asunto no es tan grave— trató de apaciguar las cosas Fudge. 

—Lady Potter y Lady Fraser se desmayaron—volvió a señalar la severa mujer. 1El resto de los atacados lucen en estado de shook.

Sirius lo miró a Madame Augusta. Bambi, salio herida. 

—¿Como vas a responder por esto, Fudge?— preguntó Sirius con un tono gélido mirando al idiota que tenían como Ministro — Yo aquí presente se lo perjudicial que puede ser la exposición de un dementor a una persona, peor a unos niños. 

—El dementor fue eliminado, ya no hay peligro que vuelva a suceder. 

—Pues asegúrate de eso— dijo Sirius— Porque estaré seguro que las damas y señores aquí presente no dejaremos pasar otro evento similar, y en caso de que eso suceda, seras removido de su posición y pondremos alguien competente en tu lugar. 

Toda la sala le dio la razón. 

¿Como este inepto llegó a ser Ministro?

Chapter Text

Cordelia ya se sentía mejor, pero la Madame Pomfrey se negó a soltarla a ella y a los demás de la enfermería. 

Un dementor. 

Nadie sabia como, pero un dementor se escabulló en el tren y ahora diez alumnos estaban confinados en la enfermería para asegurarse que estén bien. 

Ella ya estaba bien, al menos no estaba llorando como un niño de primer desde su cama o Eowyn que aun estaba recostada con lagrimas rodando sus mejillas. 

—¿Estas bien, Eowyn?— preguntó Cordelia por tercera vez a su amiga. 

— Si, solo.....si— contestó muy ida, perdida en sus pensamientos. Cordelia mordió otro poco del chocolate que le dieron a todos. 

Cordelia recordó un grito femenino y le erizó los brazos. Dejó el chocolate en la mesita a su lado tratando de olvidar esta noche. 

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Theo se mantuvo algo preocupado cuando supo que que uno de los que terminaron en la enfermería por culpa del dementor fue Cordelia. 

Ella estaba apoyada por un chico que nunca Theo había visto, era flacucho y con aspecto de rata mojada. Mientras Longbottom era quien mantenía a Fraser de pie. 

Ya en el desayuno, estaba molesto. El chico de cara rata estaba un poco encorvado y frente a él estaba Cordelia, sonriendo ampliamente mientras conversaban a la entrada del gran comedor. 

—¿Y ese quien es?— preguntó Theo un poco molesto. 

—Es el hijo de la nuestra profesora de Runas Antiguas— contestó Pansy— Es muy callado. 

—¿Así que un estudiante nuevo?— preguntó emocionado Blaise mirando a Theo. 

Theo le miró feo, para su suerte Cordelia se acercó a ellos y se sentó junto a Granger como era habitual. 

Ella los saludó a todos y el humor de Theo mejoró un poco cuando el chico caminó hasta la mesa de Hufflepuff. 

—¿Te encuentras bien, Cordelia?— preguntó Theo. 

—Si, no fue nada grave— le sonrió— Solo necesite un poco de sueño y estoy como nueva. Ademas, le acabo de enviar una carta a mi padrino, para que no se preocupe. 

—¿Alguien sabe del asunto del dementor?— preguntó la mayor de las Greengrass. 

—No, pero mejor esperemos a que llegue El Profeta— dijo Draco — De seguro Rita Skeeter ya tendrá algo que decir. 

—¿Cómo esa bruja logra conseguir información antes que nadie? — arrugó la nariz Pansy. Era bien sabido que nada cualquier cosa de relevancia se sabía por la pluma de Skeeter. 

—Nadie lo sabe— contestó Blaise. 

El resto del desayuno, Theo estaba con su libro de Aritmancia por ser su primera clase del día, pudo escuchar levemente la conversación de Cordelia y sus amigas cerca de +el. 

—Vamos, Mione. No seas tímida, cuenta más de tu vacaciones en Francia— suplicó Daphne. 

—Ya les conté  todo— se mostró seria Granger. 

—Mientes, dijiste algo sobre un chico de Beauxbatons en las campiñas— la señaló Pansy. — ¿Se besaron?

Theo vio como Draco miró de reojo a Granger con el ceño fruncido. 

—¿Acaso crees que soy una coqueta que besa a chicos en el verano?— respondió con un toque de indignación. 

—Un amor de verano, como en las películas— dijo Cordelia emocionada

—I can still recall our last summer. I still see it all— cantó Daphne —In the tourist jam. Round the Notre Dame. 

—Our last summer de ABBA— se emocionó Cordelia— Está entre mis diez canciones favoritas. 

—Delia, no las alientes— le regañó Granger. Cordelia miró a Granger batiendo sus pestañas, con una mirada de disculpas. 

—Adorable— pensó Theo regresando su vista a su libro. 

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Al ser la primera clase de Aritmancia, Cordelia supo que debía prestar total atención a lo que decía la profesora Séptima Vector. Curiosamente la clase estaba conformada por un grupo reducido por doce personas. 

Cordelia, Hermione, Pansy, Daphne, Eowyn y Neville. También estaba Theo, Heir Malfoy y tres Ravenclaw y una Hufflepuff

—¿Quien de aquí presente sabe matemáticas?— preguntó la profesora Vector como introducción. 

Muchos alzaron sus manos, incluyendo a Cordelia. 

Matemáticas, su debilidad en la escuela muggle. 

—¿Y quien de aquí les gusta las matemáticas?— volvió a preguntar y solo Hermione alzó su mano.  — Bueno, por algo se empieza. 

El resto de la clase la profesora introdujo algo de la historia de la Aritmancia y la importancia de la misma. 

Al final de la clase, Cordelia supuso que tendría dedicarle un poco más de esfuerzo. 

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La clase que le siguió fue Historia de la magia con Hufflepuff, y como era habitual, ya clase era la que más se hacia eterna. 

Cordelia miró hacia su costado para encontrarse a Luzardo mirando al techo distraído, en sus dedos hacia girar su lápiz ajeno a lo que decía el profesor Binns. 

Cordelia miró su libro, la clase era aburrida, así que aun escuchando al profesor sacó su libreta y empezó a dibujar bocetos para algunos bordados que tenia en mente. 

Luego de historia de la magia llegó el almuerzo. Ella sus amigas conversaron con Eowyn que tuvo Transformaciones. 

—Nos habló de los animago— dijo emocionada— Quiero ser una animaga. ¿Seria prudente preguntarle cuales son los requisitos para poder transformarme en una?

—Y si lo logras, deberás registrarte al Ministerio— le dijo Cordelia. 

Cordelia recordó como su padrino se quejó cuando fue citado por el Auror Moody para que se registrará. También upo que su padre también era uno, un ciervo de grandes astas. 

Por alguna extraña razón pensó en Bambi al final de al película. 

—¿Que animal seria en un caso hipotético?— preguntó Eowyn. 

—Una hiena— dijo Hermione —Tienes personalidad e una hiena a punto de atacar. 

—Gracias — sonrió Eowyn— Delia seria una Golden Retriver, tiene la personalidad de una. 

—No es cierto— contestó Cordelia. 

—Si es cierto— dijeron Hermione, Pansy y Daphne

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La siguiente clase era Cuidado de Criaturas mágicas, que serian impartidas por Hagrid luego de que el profesor Kettleburn se retirará luego de muchos años y la perdida de una mano. 

La clase se impartiría en el límite del bosque prohibido, y mientras caminan se toparon a Weasley 

—¿Verdad que se desmayaron, Fraser, Potter?— dijo un deje de burla. 

Eowyn alzó su mano derecha haciendo un gesto con el dedo del medio , pero un manotazo por parte de Cordelia la hizo retroceder con el ceño fruncido. Por mucho que Weasley fuera una molestia, no seria apropiado de una señorita tal gesto. 

—Ron, no molestes a las chicas— dijo Neville tratando de apaciguar las cosas. 

—Exacto, Weasley— agregó Eowyn detrás de Neville con los ojos furiosos hacia el pelirrojo— Estamos cerca del bosque, seria una pena que te perdieras y fueras comida para centauro. 

—No, pobre centauros— dijo Heir Zabini caminando hacia ellos junto a Theo , Malfoy, Crabbe y Goyle. — Le darían indigestión.

Muchos rieron ante la respuesta de Zabini. El rostro de Weasley se puso rojo de molestia y siguió avanzado. 

Hagrid aguardaba a sus alumnos en la puerta de la cabaña. Estaba impaciente por empezar, cubierto con su abrigo de piel de topo, y con Fang, el perro jabalinero, a sus pies.

—¡Vamos, dense prisa! —gritó a medida que se aproximaban sus alumnos—. ¡Hoy tengo algo especial para ustedes! ¡Una gran lección! ¿Ya está todo el mundo? ¡Bien, siganme! 

Fueron conducidos hacia  el límite de los árboles y cinco minutos después se hallaron ante un prado donde no había nada. Hagrid demostró como debían ser abiertos los libros, Una cosa que con dientes y peludo. 

Solo debían acariciar el lomo y el libro no presentaba un riesgo, menor. Hagrid se alejó de ellos, penetró en el bosque y se perdió de vista por algunos minutos. 

 —¡Uuuuuh! —gritó Lavender Brown, señalando hacia la otra parte del prado. 

Trotando en dirección a ellos se acercaba una docena de criaturas, las más extrañas que Cordelia había visto en su vida. Tenían el cuerpo, las patas traseras y la cola de caballo, pero las patas delanteras, las alas y la cabeza de águila gigante. El pico era del color del acero y los ojos de un naranja brillante. Las garras de las patas delanteras eran de quince centímetros cada una y parecían armas mortales. Cada bestia llevaba un collar de cuero grueso alrededor del cuello, atado a una larga cadena. Hagrid sostenía en sus grandes manos el extremo de todas las cadenas. 

Se acercaba corriendo por el prado, detrás de las criaturas.

—¡Id para allá! —les gritaba, sacudiendo las cadenas y forzando a las bestias a ir hacia la cerca, donde estaban los alumnos. Todos se echaron un poco hacia atrás cuando Hagrid llegó donde estaban ellos y ató los animales a la cerca—. ¡Hipogrifos! ¿No son hermosos?— sonrió 

Cordelia pudo comprender que Hagrid los llamara hermosos. En cuanto uno se recuperaba del susto que producía ver algo que era mitad pájaro y mitad caballo, podía empezar a apreciar el brillo externo del animal, que cambiaba paulatinamente de la pluma al pelo. Todos tenían colores diferentes: gris fuerte, bronce, ruano rosáceo, castaño brillante y negro tinta. 

Igualmente, ella guardó una distancia segura. Los pandas también eran adorables, pero también te podían arrancar un brazo. 

—Lo primero que tenéis que saber de los hipogrifos es que son orgullosos —dijo Hagrid—. Se molestan con mucha facilidad. Nunca ofendan a ninguno, porque podría ser lo último que hagan.

—Ser respuesta con los hipogrifos— pensó Cordelia— Anotado. 

—Tienen que esperar siempre a que el hipogrifo haga el primer movimiento — continuó Hagrid—. Es educado, ¿se dan cuenta? Van hacia él, se inclinan y esperan. Si él responde con una inclinación, querrá decir que les permite tocarlo. Si no hace la inclinación, entonces es mejor que se se alejen de él enseguida, porque puede hacer mucho daño con sus garras. Bien, ¿quién quiere ser el primero?

Nadie se movió por unos minutos. 

—¡Yo!— alzó la mano Eowyn con emoción. 

—¿Estas segura?— preguntó Cordelia con cautela. Eowyn asintió con la cabeza, y con ayuda de Neville que la sujetó de la mano saltó la cerca. 

—¡Muy bien, señorita Fraser!— se emocionó Hagrid— Veamos cómo te llevas con Buckbeak.

Soltó la cadena, separó al hipogrifo gris de sus compañeros y le desprendió el collar de cuero. Los alumnos, al otro lado de la cerca, contenían la respiración. 

Neville no se había movido de la cerca, mirando un poco preocupado. 

—Señor Buckbeak— dijo Eowyn haciendo una leve reverencia. Pasaron unos segundos antes el hipogrifo  doblaran las arrugadas rodillas delanteras y se inclinó profundamente. 

—¡Bien hecho, Fraser! —dijo Hagrid, eufórico—. ¡Bien, puedes tocarlo! Dale unas palmadas en el pico, vamos!

Eowyn sorpresivamente sacó una manzana de su túnica y le dio a Buckbeak, masticando su bocadillo se dejó dar ligeras palmaditas en el pico de Eowyn, el hipogrifo cerró los ojos para dar a entender que le gustaba.

Cordelia pudo exhalar aliviada. Luego todos se acercaron a los hipogrifos, su pequeño grupo se reunió alrededor de Buckbeak. Cordelia imitó a Eowyn y se reverenció. 

La clase estuvo entretenida, Hagrid empezó a hablar de las cualidades y fortalezas de los hipogrifos. Cordelia sacó su libreta de dibujos y empezó a bocetar a Buckbeak, que curiosamente se paró derecho y con la cabeza en alto, como si fuera consiente que estaba siendo dibujado. 

Al terminar la clase, Cordelia tuvo deseos de bordar un hipogrifo en un pañuelo. 

Chapter Text

Llegó la clase que más emoción le daba a Cordelia. Runas Antiguas. 

Fueron las primeras en llegar, bueno no las primeras, porque Luzardo estaba sentado a lo ultimo con la cabeza recostada sobre el pupitre y con los ojos cerrados. 

La profesora estaba en su escritorio, con anteojos de pasta gruesa que pareciese que se quedaron atascados en la década pasada. Recorría un lápiz sobre un extenso pergamino algo viejo y con aspecto resquebrajado. 

Se sentaron en la parte delantera de la clase, a los minutos todos llegaron y la profesora guardó el pergamino en su escritorio y se quitó los lentes. 

—Buenos días jóvenes— dijo con una amable sonrisa— Veo que somos una clase algo grande. 

Cordelia giró levemente su cabeza, si contaba de manera rápida podía adivinar que la clase era amplia. 

—Soy la profesora Edith Luzardo y desde hoy seré su maestra de Runa— dijo caminando frente a su escritorio, su cabello castaño estaba sujetó en un moño por una horquilla de madera en forma de tortuga — Las Runas es una rama de la magia muy exacto y a la vez sus posibilidades son infinitas. 

La profesora sacó de uno de sus cajones un tarro trasparente donde había besitos chocolates envueltos en papel plateado.

—Al ser la primera haremos una leve introducción al mundo rúnico, hare sencilla preguntas y no importa la respuestas, tendrán un chocolate— dijo tomando uno en sus manos— En palabras sencillas, ¿Qué  es una runa?

—Un símbolo que permite dotar de una característica a un objeto o persona— contestó Theo. 

—Buen señor.. — la profesora Luzardo arqueo una ceja ante la duda del nombre. 

—Theodore Nott. 

—Excelente respuesta, señor Nott— la profesora con un movimiento de varita hizo aparecer el chocolate frente a Theo— Tiene razón, la runas son un símbolo con un una característica especial . ¿Y saben que puede ser las runas?

—Un idioma— respondieron Hermione y Heir Malfoy a la vez. La profesora soltó una risita. 

—Correcto— les entregó un chocolate a cada uno — Si, las runas también son un idioma o un lenguaje. Por ejemplo las runas nórdicas, las egipcias, germánicas, mayas, incas, las sumerias. 

Cordelia se quedó embelesada ante la imagen de la profesora Edith, era algo bajita, pero la manera en la que estaba vestida la estilizaba mucho. 

Pantalón claro y camisa de cuello de tortuga color negro, guantes de cuero café con cinturón a juego y para completar una capa café más clara. 

Sofisticada, podría describir Cordelia a la profesora. 

—Algo que te que tener un cuenta en las runas es que es un arte muy preciso, un mal trazo y ¡Boom! todo sera un desastre. Pero no se preocupen, no deben ser unos Da Vinci para ser buenos en runas

Algunos en la clase rieron por lo dicho por la maestra. 

—Para esta clase manejaremos ensayos en pareja— dijo la profesora mirando a la clase— Tienen cinco minutos para escoger a sus compañeros, y como puedo ver somo una clase pareja,a si que nadie se quedará solo. 

Antes que Cordelia pudiera pedirle a Hermione ser su compañera, alguien le tocó el hombro. Cordelia giró su cabeza para ver a Theo sonriéndole. 

—¿Quieres ser mi compañera en Runas?— le preguntó con una sonrisa, Cordelia miró a Hermione, ella solo se encogió de hombros. 

—Claro— le contestó Cordelia sonriendo igual. 

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—Te odio— le dijo Hermione a Eowyn mientras esperaban al profesor Moony en la clase de DCAO— Y a Neville. 

—Oye no me culpes que tengas que hacer equipo con Malfoy en Runas— le respondió Eowyn. 

—Lo lamentamos, Hermione— se disculpó Neville— Pero Eowyn y yo nos juntamos rápido. 

—Solo es un trabajo en pareja— trató de alentarla Cordelia— No es el fin del mundo. 

—Tómalo como ventaja— le dijo Daphne— Que Draco vea lo maravillosa bruja que eres. 

—Impáctalo— sonrió Pansy. 

—Ni que fuera a cortejarme— farfulló Hermione muy seria. 

La clase estaba conversando cuando el llegó el profesor Moony, algo desaliñado pero mucho mejor que en la semana de luna llena. 

—Buenas tardes —dijo—. ¿Podrían, por favor, meter los libros en la mochila? La lección de hoy será práctica. Sólo necesitaran las varitas mágicas.

 La clase cambió miradas de curiosidad mientras recogía los libros. Nunca habían tenido una clase práctica de Defensa Contra las Artes Oscuras, a menos que se contara la memorable clase del año anterior, en que el antiguo profesor había llevado una jaula con duendecillos y los había soltado en clase. 

—Bien —dijo el profesor Lupin cuando todo el mundo estuvo listo—. Si tienen la amabilidad de seguirme...

Desconcertados pero con interés, los alumnos se pusieron en pie y salieron del aula con el profesor Lupin.  Los condujo a lo largo del desierto corredor.Doblaron una esquina. Al primero que vieron fue a Peeves el poltergeist, que flotaba boca abajo en medio del aire y tapaba con chicle el ojo de una cerradura. Peeves no levantó la mirada hasta que el profesor Moony estuvo a medio metro. 

Entonces sacudió los pies de dedos retorcidos y se puso a cantar una monótona canción:—Locatis lunático Lupin, locatis lunático Lupin, locatis lunático Lupin...

 —Yo en tu lugar quitaría ese chicle de la cerradura, Peeves —dijo amablemente—. El señor Filch no podrá entrar a por sus escobas. 

 Pero Peeves no prestó atención al profesor Lupin, salvo para soltarle una sonora pedorreta.El profesor Lupin suspiró y sacó la varita mágica. 

—Es un hechizo útil y sencillo —dijo a la clase, volviendo la cabeza—. Portavoz, esten atentos.

 Alzó la varita a la altura del hombro, dijo ¡Waddiwasi! y apuntó a Peeves. Con la fuerza de una bala, el chicle salió disparado del agujero de la cerradura y fue a taponar la fosa nasal izquierda de Peeves; éste ascendió dando vueltas como en un remolino y se alejó como un bólido, zumbando y echando maldiciones. 

—¡Chachi, profesor! —dijo Dean Thomas, asombrado. 

—Gracias, Dean —respondió el profesor Lupin, guardando la varita—.¿Continuamos? 

Se pusieron otra vez en marcha, mirando al desaliñado profesor Lupin con creciente respeto. Los condujo por otro corredor y se detuvo en la puerta de la sala de profesores. 

—Entren, por favor —dijo el profesor Lupin abriendo la puerta y cediendo el paso. 

En la sala de profesores, una estancia larga, con paneles de madera en las paredes y llena de sillas viejas y dispares, no había nadie salvo dos profesores. 

El profesor Snape estaba sentado en un sillón bajo y observó a la clase mientras ésta penetraba en la sala bajando su periódico, mientras que la profesora Luzardo estaba leyendo La impostora de  Barbara Cartaland con una taza de café en un ingenioso jarro en forma de tarro de miel. 

—Oh— dijo la profesora cerrando su libro y poniéndose —Clase practica, entonces, buena suerte chicos. — lo miró con una sonrisa al profesor Moony — Buena suerte a usted también, profesor Lupin. 

Ella salio de la clase y acompañándola el profesor Snape. 

—Ahora —dijo el profesor Lupin llamando la atención del fondo de la clase,donde no había más que un viejo armario en el que los profesores guardaban las túnicas de repuesto. Cuando el profesor Lupin se acercó, el armario tembló de repente, golpeando la pared. 

»No hay por qué preocuparse —dijo con tranquilidad el profesor Lupin cuando algunos de los alumnos se echaron hacia atrás, alarmados—. Hay un boggart ahí dentro. Casi todos pensaban que un boggart era algo preocupante. 

Neville dirigió al profesor Lupin una mirada de terror y Seamus Finnigan vio con aprensión moverse el pomo de la puerta.—A los boggarts les gustan los lugares oscuros y cerrados —prosiguió el profesor Lupin—: los roperos, los huecos debajo de las camas, el armario de debajo del fregadero... En una ocasión vi a uno que se había metido en un reloj de pared. Se vino aquí ayer por la tarde, y le pregunté al director si se le podía dejar donde estaba,para utilizarlo hoy en una clase de prácticas. La primera pregunta que debemos contestar es: ¿qué es un boggart?

 Hermione levantó la mano. 

—Es un ser que cambia de forma —dijo—. Puede tomar la forma de aquello que más miedo nos da. 

—Yo no lo podría haber explicado mejor —admitió el profesor Lupin, y Hermione se puso radiante de felicidad—. El boggart que está ahí dentro, sumido en la oscuridad, aún no ha adoptado una forma. Todavía no sabe qué es lo que más miedo le da a la persona del otro lado. Nadie sabe qué forma tiene un boggart cuando está solo, pero cuando lo dejemos salir, se convertirá de inmediato en lo que más temamos. Esto significa —prosiguió el profesor Lupin, optando por no hacer caso delos balbuceos de terror de algunos— que ya antes de empezar tenemos una enorme ventaja sobre el boggart. ¿Sabes por qué, Cordelia?

—Porque somos muchos, no sabría en quien enfocarse o en que miedo tomar forma— contestó Cordelia. 

—Correcto— dijo el profesor— Lo que sirve para vencer a un boggart es la risa. Lo que tenéis que hacer es obligarle a que adopte una forma que vosotros encontréis cómica. Practicaremos el hechizo primero sin la varita. Repitan  conmigo: ¡Riddíkulo! 

—¡Riddíkulo! —dijeron todos a la vez. 

—Bien —dijo el profesor Lupin— Formen una fila, iremos uno por uno, mientras esperan, vayan esperando su turno, vayan pensando su mayor miedo. 

Cordelia se formo casi a lo ultimo y pensó. 

¿Que le tenia miedo? La oscuridad todo el mundo le temía. Podría ser esa vez en que ese hombre desconocido trató de llevársela mientras esperaba a su tía Petunia cuando estaba como ocho años

Cordelia pudo identificar que era un desconocido cuando le dijo que era amigo de sus padres y que pidieron que la venga a buscar. Cordelia sabia que era una mentira y cuando se negó el hombre empezó a jalarla, Cordelia chilló en lagrimas hasta que un padre de un compañero le dio un puñetazo permitiendo a Cordelia correr y abrazarse a la rodillas de la maestra que estaba cerca. 

Primero paso Parvati Patil, su boggart tomo la forma momia cubierta de vendas y con manchas de sangre; había vuelto hacia Parvati su rostro sin ojos, y comenzó a caminar hacia ella, muy despacio, arrastrando los pies y alzando sus brazos rígidos...

 —¡Riddíkulo! —gritó Parvati. Se soltó una de las vendas y la momia se enredó en ella, cayó de bruces y la cabeza salió rodando.

 —¡Seamus! —gritó el profesor Lupin.

El boggart se transformó en una Banshee, cuando Finnigan lanzó el conjuro se quedó sin voz. 

Luego fue siguió Weasley, el boggart tomo la forma de una araña gigante, y lanzado su hechizo, la raña empezó retorcer hasta que desaparecieron sus patas. 

Eowyn se puso en enfrente con la varita en alto y una mirada de confianza. El cuerpo de la araña se transformó en un hombre. Alto y con una creciente calva y barba salpicada, estaba cubierto de nieve, en sus manos tenía un cable eléctrico. 

Sus ojos estaban inyectados en sangre. 

—Ri...ri...—Eowyn empezó a balbucear con la voz rota, su varita cayó al piso. 

Neville rápidamente la envolvió en un abrazó, Eowyn ocultó el pecho de Neville aun temblando. 

—¡Riddíkulo!— conjuró Neville con un varita en alto, El boggart en forma de hombre se electrocutó y cayó de espaldas. 

Eowyn salió corriendo del lugar, Cordelia sin dudar corrió tras ella. 

Chapter Text

Eowyn se arañó los brazos. 

—Solo respira, solo respira—repitió para ella misma oculta en el bañó de niñas. 

Ese sujeto, otra vez. 

Imágenes en destello apareció en sus mente. Su madre sonriéndole, con sus mejillas cubierta de nieve. 

El sujeto mirando desde la calle a su departamento. 

Su madre encerrándola en el armario, luego, suplicas y el sonido de una botella rompiéndose. 

Las luces de una patrulla, Eowyn cubierta por una manta en los brazos de un policía aferrada a la caja musical de pajaritos.

El sujeto esposado en la parte trasera de la patrulla mirándola fijamente con esos ojos.

Policías metiendo un cuerpo cubierto por una bolsa negra a una ambulancia. 

Eowyn siguió arañándose los brazos mientras lloraba en silencio. 

—¿Eowyn?— escuchó a la voz de Delia al otro lado de la puerta. Rápidamente se arregló las mangas de su uniforme tapando toda evidencia. 

Eowyn abrió la puerta del baño, Cordelia la miró con mucha preocupación. 

—¿Estas bien?— Cordelia la abrazó rápidamente, Eowyn cerró los ojos ante el aroma a frutos rojos que siempre emanaba el perfume de Cordelia. — Tranquila, todo estará bien. No podrán hacerte nada. 

—Ese sujeto aun sigue libre— pensó Eowyn mientras se aferraba a Delia— Vive su vida normalmente, ha pesar de sus manos manchadas de sangre. 

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Cuando salieron del baño, Neville se estaba acercando a ellas con un rostro de preocupación, en su mano traía la varita de Eowyn. 

—¿Estas bien?— preguntó sacando un pañuelo de su bolsillo para luego extendérselo. Eowyn lo tomó y se quitó los lentes para limpiarse el rostro

—Ahora si— contestó Eowyn. 

—Tu varita se cayó— dijo Neville mientras le extendía la varita. 

Cordelia, tomó una distancia respuesta. Había sido consiente este verano sobre las atenciones de Neville hacia Eowyn, de hecho, todas se dieron cuenta menos Eowyn. 

Y también era testigo que Neville era algo especial para Eowyn. Después de todo, Neville era al único quien le prestaba su walkman y casetes

Su bien ella podría irse para dejarlos, no seria apropiado, así que se quedaría callada como buena chaperona. 

O bien Cordelia podría tomar el papel de casamentera en los años venideros

—¿Quieres ir a la enfermería o a la sala común?— preguntó Neville. 

—La sala común suena mejor— dijo Cordelia— Eowyn debe descansar un poco, ademas ya es hora del almuerzo. 

—No tengo hambre— contestó mordazmente Eowyn. 

—Entonces duerme un poco— le sugirió Cordelia— Te hará bien. 

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Con el paso de los días, la clase de DCAO se convirtió en la favorita de muchos. El método de enseñanza entre practica, explicación y charla que el profesor Moony implementó fue un éxito que hacia parecer al antiguo profesor un completo inepto. 

Luego del incidente del Boggart, Eowyn volvió a recuperar su habitual personalidad de cometarios puntales con actitud de gato arisco a quienes que tenia una prudente distancia y de un gato mimoso con su grupo de amigas. 

En en el transcurso de esos días, Ronald Weasley hizo un cometario en forma de burla sobre su boggart que se ganó una visita a la enfermería por una muñeca torcida, cortesía de Eowyn. 

Octubre llegó y con ello la temporada de Quidditch y la corte estaba emocionada por el ser primer partido de Ginny. 

La señorita Weasley era la nueva buscadora de Gryffindor y con ella una Barredora 7, regalo de su hermano Charlie. 

—Wood nos esta sacando el aire en los entrenamientos— dijo Ginny en la sesión de estudio que tenia semanalmente los miércoles ante de la cena— Ha veces no siento ni dientes luego de las practicas. 

—¿Pero estas descansando bien?— preguntó Cordelia. 

—Su hermano la hace descansar lo necesario— contestó Colin sentado junto a Ginny.

—Mi papá me ha permitido jugar en el quipo siempre y cuando no afectaran mis calificaciones— se encogió de hombros Ginny— Así que Percy es su informante por cualquier cosa. 

—McLaggen se puso furioso cuando Wood escogió a la pequeña Gin Gin como buscadora— comentó Eowyn— Imbécil pomposo. ¡Auch, Hermione!

—Modales— dijo Hermione con su vista sobre su libro de Runas. 

—Eowyn tiene algo de razón— la apoyo Neville— Su actitud de soberbia es muy molestosa. 

—No le gusta ser mi reemplazo— dijo Ginny con una sonrisa— Pues que pena, la única manera en que tome el titular es si me caigo de la escoba. 

—Y McLaggen estará en serio problemas si intenta algo— comentó Cordelia. 

—Si, sabemos como ocultar un cadáver— rio Pansy. 

—Sin dejar rastros— sonrió Hermione para finalizar. 

Cordelia miró como Neville las mirará con ojos sorprendidos y Colin pálido como papel. 

—Es broma, Nev— movió Eowyn su pluma sobre la nariz de Neville— Nadie de este grupo va ha deshacer de ningún cuerpo, es un chiste. 

—Bueno, cambiando de tema— dijo Cordelia emocionada— Ya dieron fecha para la primera salida a Hogsmeade. Y como todos, excepto Ginny y Colin, tenemos nuestro nuestros permisos firmados podremos visitar el lugar. 

—Las tres Escobas, los pasteles que hace Madame Rosmerta son deliciosos—comentó Daphne. 

—Nosotros ya tenemos planes— dijo Eowyn. 

—¿Nosotros?— arqueó una ceja Pansy. 

—Invite a Eowyn a la Tienda de té de Madame Tudipié— se mostró un poco sonrojado Neville, cosa que Eowyn no notó. 

Cordelia sonrió, ¿aquello contaba como una cita? No tenia idea, pero era necesario una chaperona para esa cita, ya en la noche hablaría con las chicas para ver quien seria. 

—Mala, nos dejas abandonadas— dijo Daphne, Ginny soltó una risa. 

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Sirius bebió otro copa de vino, ya se había acostumbrado estas semanas cenar con Madame Augusta. 

Estar  en Potter Estate sin Moony ni Delia era muy solitario, y aquello no era bueno para él. Al menos ya no estaba tan solo desde que consiguió compañía perruna. 

—Solo a ti se te ocurre traer un perro— le dijo la señora Augusta en forma de regaño. Ambos estaban en la sala de estar bebiendo y conversando. 

—Estaba lloviendo, y estaba solito— contestó Sirius— Y le falta un ojo, si lo dejaba ahí se moriría. 

Sirius lo nombro Barba negra, un perro grande y de color rubio miel. Lo acompañaba en las mañanas cuando salia a trotar. 

—Neville me envió una carta— le dijo la señora Longbottom— Al aparecer la nueva maestra Runas les da chocolate como premios ante sus buenos trabajos. 

Edith, aun Sirius le sorprendía la bruja extranjera y el asunto del niño de Peter

—Es una bruja algo extraña— comentó ella mientras bebía— ¿Quien más sabe de la relación de ella y Pettigrew?

—Remus, usted y yo— respondió Sirius. 

La noche antes del inicio de clases tuvieron una reunión con ella. Sirius vio como su rostro cambia de una sonrisa a una cara sin expresión cuando le hablaron de Peter y que ahora estaba en Azkaban. 

La bruja empezó a llorar y disculparse con ellos, como si tuviera culpa de la traición de Peter. Se tapó el rostro con vergüenza y casi salia huyendo del lugar. Madame Augusta le alzó la voz diciendo que se estaba actuando como una tonta y que se siente. 

Edith Luzardo no tenia nada que ver con la traición de Peter, ella solo era uno de los tantos secretos que ocultaba Peter. 

—El estará muerto para René— fue lo ultimo que dijo antes de irse. —Siempre estuvo muerto para su hijo y así seguirá. 

Recordó esos días en Gales hace años. Lily Flowers les presentó a Edith, una bruja extranjera que era muy sexy, de cabello castaño y piel tostada con sonrisa coqueta. 

No sabia que le vio a Peter, pero no se separó de él en toda la noche, reía y bailaba con Peter hasta le dejó su numero de habitación anotado con lápiz Labial. 

—¿Te quiero hacer una pegunta, Sirius Black?

—¿Si?

—¿Por que la casa de la tía de Cordelia se percibía salas de sangre?

Sirius se atragantó con su bebida, el secreto que mantenía con Lily salió a la luz. 

—¿Lily Potter tenia algo que ver?

—Si— contestó Sirius, ella y James estaban muertos, ya no tenia sentido los secretos— Lily levantó Runas de Sangre, es por eso que Delia no murió esa noche. 

Sirius recordó a Lily, ella siempre proyectaba una imagen dulce y calmada, pero la guerra hizo que mostrará una rostro desconocido. 

Las tres veces que Lily se manchó de sangre las manos. Dos mortífagos en la guerra y de ese mago desconocido en defensa propia. 

—Y al parecer usó a su hermana como ultimo recurso— comentó la señora Longbottom— ¿Acaso creíste que me quedaría de brazos cruzados al saber que la hermana espiritual de mi nieto fue llevada lejos del mundo mágico?

Sirius miró intrigado a la bruja frente a él. 

—Visite de lejos el hogar y percibí las salas de sangre— continuo ella— Vigile a la tía muggle, la educó bien. Si veía el menor signo que ese hogar no era una apto para la niña me la llevaría de inmediato, pero no fue necesario, estaba segura en ese hogar. 

La botella se vació y Sirius tenia una pregunta. 

—¿Que paso con Frank y Alice?

—La guerra no los mató, pero un viaje si— contestó con amargura— Dos años después de la guerra fueron a Brasil por un seminario de Herbología, también estaban el hijo y la nuera de Nott. Alguien envenenó con esporas toxicas las comidas, todos los presentes murieron. Tuve que viajar con Nott para retirar los cuerpos. 

Madame Longbottom miró hacia el retrato de bodas de Frank y Alice con una mirada de tristeza. 

—Sobrevivieron  a la guerra pero igual murieron lejos de su hogar. 

Chapter Text

La primera salida a Hogsmeade coincidió con Samhain. 

El permiso de Cordelia lo firmó su padrino con una gran sonrisa, diciéndole que disfrutará su paseo. 

El plan inicial era que pasaran juntos esa tarde, pero dos días antes, mientras trabaja en su ensayo de runas con Theo el la invitó a Madame Tudipié, y Cordelia aceptó. 

Así que primero habló con el profesor Moony sobre su invitación, él le dijo que estaba bien y que se divirtiera. Y luego le escribió a su padrino, su respuesta fue algo sencilla. 

"Diviértete, Bambi" 

Cordelia aprovecharía su salida con Theo para estar en cubierto en la cita de Eowyn y Neville, aunque ellos negaran múltiple veces que era una cita, era claro que era una cita. 

Solo que ambos estaban en negación. 

En el desayuno los de tercer año estaban emocionados por la salida, Cordelia notó como desde la mesa de Gryffindor Lavander Brown estaba llorando mientras era consolada por Parvati Patil. 

—¿Qué le ha sucedido?— preguntó Cordelia. 

—Su mamá le ha enviado una carta— contestó Eowyn — Su conejo Binky a muerto y lo ha relacionado con lo que le dijo la profesora Trelawney en la clase de adivinación. 

—Por eso no me gusta la adivinación— dijo Daphne— Es muy supersticioso y llena de malos agüeros. 

Ya la ahora de que los carruajes partieran a Hogsmeade, en el vestíbulo Flich estaba con una lista en mano de quienes irían asegurándose de que nadie saliera sin permiso. 

—Chicas, buenos días— saludo la profesora Edith a su lado estaba su hijo. —¿Emocionadas por ir a Hogsmeade?

—Si.— respondió Hermione— ¿Usted también irá profesora Luzardo?

—Así es— les sonrió —Tengo una visitas en mi nueva casa. 

—¿Nueva casa?— preguntó Pansy

—La casa de los Gritos— respondió René— Mamá la ha comprado y desde el inicio del periodo escolar ya han estado remodelando. Ya está lista. 

—¿Eso no es la casa que estaba embrujada?— preguntó Cordelia. 

—Si, pero unas runas en los pilares y puertas solucionaron el problema— contestó la profesora —Si quieren pueden pasar por unos bocadillos antes de que tengan que regresar para el banquete. Voy a probar la cocina, así que hornearé algo. 

—Estaremos encantadas— dijo Cordelia. 

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Theo ayudó a bajar a Cordelia del carruaje con la mirada inquisidora de Fraser sobre él. 

Él estaba contentó  de que Cordelia aceptará su invitación a tomar Té en Madame Tudipié, el día de hoy se vía adorable con ese gorro en detalle de ciervos. 

Para él fue una suerte que accedería a ser su pareja en los ensayos de Runas Antiguas, y también notaba las miradas de los demás herederos. 

Miradas molestas, Theo sabia que nadie más que él y Longbottom era los más cercanos a Cordelia

Al principio pensaba que Neville Longbottom representaba un peligro por la estrecha cercanía que habían tenido los padres de ambos, pero ver a Longbottom seguir a Fraser como un cachorro perdió dispersó sus dudas. 

—¿Y que desean ordenar?— les preguntó la mesera. 

—¿Te pasare bien té de arándano?— preguntó Theo a Delia. 

—Suena delicioso— contestó Cordelia y luego miró a la mesera— Y un pastelito de limón. 

—Para mi uno de calabaza— agregó Theo. 

La mesa anotó la orden y se fue. Theo notó como a dos mesas de ellos estaban Longbottom y Fraser, ambos estaban compartiendo una rebana de tarta mientas conversaban de algo. 

—Ya pronto iniciará la temporada de Quidditch— dijo Cordelia. 

—¿No sabia que te interesará el Quidditch?

—No me interesa, pero Ginny jugará como buscadora— contestó Cordelia— Es una amiga, asi que mi deber es alentarla. ¿Y en que posición juegas? Me acuerdo que una vez fuiste a Malfoy Manor a jugar. 

—Bateador. 

La mesera regresó con el té y los postres. 

—¿Y por que no estas en el equipo de Quidditch?

—Prefiero concentrarme en mis estudios. 

—Oh es una pena— dijo Cordelia antes de beber un poco de té— Seria interesante verte jugar. 

—Y a mi gustaría escucharte tocar el piano otra vez. 

—¿Enserio?

—Tocas hermoso, Cordelia— dijo Theo— Estoy seguro que no hay pieza que no puedas replicar. 

Las mejillas de Cordelia se tiñeron en rojo. 

—Que cosas dices Theo. Aun tengo mucho que aprender. 

Theo sonrió por un momento miró hacia el ventanal y palideció. 

Al otro estaba un Grimm, grande y negro como las sombras, cuando sus miradas se cruzaron el Grimm le enseñó los colmillos y estaba seguro que estaba gruñendo. 

—¿Theo?— le llamó Cordelia, como ella estaba de espaldas se giró levemente para ver por el ventanal— ¿Padrino?

En eso llegó el profesor Lupin, se agachó y le puso un collar al Grimm, el perro forcejó un poco pero un golpe con el periódico por parte del profesor lo hizo bajar la cabeza y se fueron. 

—Por Circe— dijo Cordelia mientras cubría su rostro con sus manos— Que vergüenza. 

—¿Estas bien?

—Lamentó mucho por esto— dijo con la mirada baja— Ese Grimm era mi padrino en su forma animaga. 

—¿Lord Black?

Cordelia asintió con la cabeza. 

—No tienes nada que disculparte, Cordelia— Theo notó su mano— Tal vez solo quiera verificar que estuvieras bien. 

—¿Por que tenia que preocuparse? Tu nunca me harías daño. 

Theo sonrió. 

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—Cruzaste el limite, Sirius— dijo Remus a Sirius mientras avanzaban hacia lo que había sido la Casa de los Gritos. 

—Ese mocoso estaba demasiado cerca de nuestra Bambi. 

—Sirius, es solo un chico. 

—Oh no es solo un chico— dijo molesto mientras tocaba la puerta— Créenme, que sera de aquello que quera poner sus garras sobre nuestra preciosa Delia. 

Remus negó con la cabeza. 

La puerta se abrió dejando ver a Edith. 

—Que bueno que llegaron— les sonrió— Pasen, preparé café. 

Ya no había nada de la desolada Casa de los Gritos, el lugar irradia calidez hogareña que a Remus le recordaba a Potter Estate.

Solo había un juego de sala,las paredes estaban vacía. 

—Espero que les guste— dijo Edith mientras colocaba una tres tazas de café y unos divertidos pan. 

—¿Y esto?— preguntó Sirius tomando un pan, eran en forma rara, como si fuera un muñeco con glaseado. 

—Una guagua de pan— dijo Edith— En mi país para estas fechas se preparan, mientras ustedes Samhain , de donde yo vengo tenemos ritos al Dios Inti, usualmente hacemos rituales en memoria de nuestros antepasados que incluyen banquetes, incluyendo estas cosas. 

Remus le dio una mordida a su pan, notó rápidamente el relleno de chocolate.

La conversación fue sobre Peter, Edith tenia muchas preguntas. 

—Mantuvimos correspondencia— dijo con las cartas en su regazo— Dijo cuando terminará la guerra me traería de regreso para ser una familia. Cuando le conté que estaba embarazada le dije que no tenia que hacerse cargo del bebé, cualquier otro se hubiera ido, pero el me propuso matrimonio.

—Hey— dijo Sirius— No te culpes, tu no estas involucrada en lo que paso. 

—Igual siento algo de culpa por lo que pasó. — Edith frunció el ceño, un escarabajo verde estaba volando cerca de su cabello— Bicho molesto 

De un golpe certero le dio al insecto que voló fuera del lugar, Edith con un movimiento de varita cerró las ventanas 

—Cambiando de tema— dijo entregándole un pedazo de madera con una runa tallada a Remus. 

—¿Y esto?— le preguntó Remus. 

—Se que este es el lugar donde pasa sus transformaciones en Luna Llena— contestó Edith— La firma mágica de hombre la percibí cuando vi el lugar por primera vez. El sótano esta a tu disposición, esta protegida por runas. 

—Es tu hogar, Edith. 

—Y por eso prepare el sótano para ti, Remus. — lo miró seria —Acéptalo por favor. Además, puedo hacerte compañía. 

—Podrías salir herida.— dijo Sirius. —Piensa en tu hijo. 

—No es peligroso para una animaga que es una loba de páramo— sonrió Edith. 

Chapter Text

El día del partido de Quidditch estaba lloviendo ligeramente y Cordelia se preguntó si era seguro jugar. 

Temía que Ginny se hiciera dañó en su debut como buscadora.

Desde la gradas de los Slytherin estaban Cordelia, Hermione, Pansy y Daphne pegadas entre ellas reguardadas por dos sombrillas. 

La humedad no era buena amiga de Cordelia, hacia que su cabello se esponjara y se enredará, así que un gorro tejido en crochet evitaría esa esponjosa situación. 

El primer partido de la temporada era Gryffindor vs Hufflepuff. En la sala común era habituales la pizarra de apuestas antes de cada partido. Casi en su mayoría de su casa apostaban a favor de Hufflepuff debido a su buscador. 

Heir Cedric Diggory de sexto año que este año tomaba el puesto de capitán. 

Cordelia comprendió rápido la perspectiva del juego. Entre Heir Diggory que era alguien mayor y con más partidos en su historial contra Ginny que era su primer partido, apostaron  a favor del Hufflepuff por seguridad. 

Pero Cordelia tenia fe en Ginny, así que apostó 20 Sickle a favor de su amiga. 

Desde las gradas de Gyrffindor, notó como Eowyn tenia dos pompones rojo y dorado, a su lado estaba Colin y detrás de ellos Neville sosteniendo un paraguas resguardando a Eowyn de la ligera lluvia. 

Con el pitido de Madame Hooch el partido dio inicio.

Ginny revoloteaba como un colibrí por el campo buscando la snitch, cuando una Bludger se acercaba a ella, uno de los gemelos la apartaba de un golpe certero.

Tuvieron que pasar 10 minutos para que Gyrffindor asestará su primer gol por parte de Angelina Jonhson, rápidamente igualado por un cazador de Hufflepuff. Gryffindor anotaba un gol, Hufflepuff rápidamente lo empataba. 

La lluvia empezó caer con más fuerza con algo de viento, Cordelia tuvo que entrecerrar un poco los ojos para poder ver el partido. 

Un jadeo se escuchó y todos señalaron hacia el piso. 

—Ginny cayó— escuchó decir a Hermione. Cordelia se inclinó un poco para ver a Ginny ponerse de pie mientras alzaba su brazo derecho. 

—¡Ginny Weasley atrapó la snitch!— anunció Lee Jordán desde su posición como comentarista.—¡Gryffindor gana!

Desde las gradas de Gryffindor las chicas podían ver a Eowyn mover sus pompones alegremente. Ginny fue alzada sobre los hombros gemelos , su risa victoriosa se apenas se escuchaba por el sonido de la lluvia. 

—Bueno— dijo Theo detrás de Cordelia— Ganaste las apuestas Cordelia. ¿Estas feliz?

—Estoy feliz porque ganó mi amiga— respondió Cordelia sonriendo. 

—¿Entonces no vas a querer el dinero?— dijo Heir Zabini a lado de Theo. 

—Oh, por supuesto que voy a querer el dinero— afirmó Cordelia— Necesito material para mis bordados y nuevos listones para mi cabello. 

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Luego de la luna llena el tío Moony quedaba muy débil, así que la clase la tuvo dictar el profesor Snape.

—¿Dónde está el profesor Lupin? —preguntó Finnigan. 

—No se encuentra bien para dar clase hoy —dijo Snape con una sonrisa contra hecha— Todo mundo sentado y callado. 

El profesor Snape miró a la clase. 

— El profesor Lupin no ha dejado ninguna información acerca de los temas que habéis estudiado hasta ahora...

—Hemos estudiado los boggarts, los gorros rojos, los kappas y los grindylows —informó Hermione rápidamente—, y estábamos a punto de comenzar...

—Señorita Granger, no estaba preguntando— respondió el profesor Snape— Sólo comentaba la falta de organización del profesor Lupin.

—Es el mejor profesor de Defensa Contra las Artes Oscuras que hemos tenido —dijo Dean Thomas con atrevimiento, y la clase expresó su conformidad con murmullos. Snape puso el gesto más amenazador que le habían visto. 

—Son fáciles de complacer. Lupin apenas les exige esfuerzo... Yo daría por hecho que los de primer curso son ya capaces de manejarse con los gorros rojos y los grindylows. Hoy veremos... 

Cordelia abrió el libro en la pagina anotada en el pizarrón. 

—... los hombres lobo —concluyó Snape. 

—Pero profesor —dijo Weasley, interrumpiendo —, todavía no podemos llegar a los hombres lobo. Está previsto comenzar con los hinkypunks...

—Señorita Weasley—dijo Snape con voz calmada—, creía que era yo y no usted quien daba la clase. Ahora, abran todos el libro por la página 394. 

Miró a la clase—: Todos. Ya. 

Con miradas de soslayo y un murmullo de descontento, abrieron los libros. 

—¿Quién de ustedes puede decirme cómo podemos distinguir entre el hombre lobo y el lobo auténtico? 

Todos se quedaron en completo silencio. Todos excepto Hermione, cuya mano,como de costumbre, estaba levantada. 

—Tiene la palabra, Granger. 

—La forma del hocico, en los lobos normales suele ser más grande— comenzó a contestar Hermione— Otra diferencia es su pelaje, en los hombres lobos es más largo, pero la verdadera diferencia en su actitud, los hombres lobos suelen ser agresivos todo el tiempo. 

Cordelia frunció los labios, el tío Moony no era para nada agresivo, tal vez algo lánguido los días más cercano a la luna llena, pero no agresivo. 

—Sabelotodo— se escuchó a Weasley. Las mejillas de Hermione se tornaron rojo y miró de manera cortante a Weasley. 

—Al menso ella tiene cerebro, Weasley— dijo Eowyn— Y tu, bueno. Debe haber mucho aire y una nuez en tu cabeza. 

Muchos rieron ante la contestación. 

—Fraser— le dijo como advertencia el profesor. Eowyn se enderezó y regresó su mirada a la pizarra. — Diez puntos menos para Gyrffindor, agradézcale al señor Weasley. 

Siguió cada uno en su sitio, tomando notas sobre los hombres lobo del libro de texto, mientras Snape rondaba entre las filas de pupitres examinando el trabajo que habían estado haciendo con el profesor Lupin. 

—Muy pobremente explicado... Esto es incorrecto... El kappa se encuentra sobretodo en Mongolia... ¿El profesor Lupin te puso un ocho? Yo no te habría puesto más de un tres. 

Cuando el timbre sonó por fin, Snape los retuvo:—Escribirán una redacción de dos pergaminos sobre las maneras de reconocer y matar a un hombre lobo. Para el lunes por la mañana. Ya es hora de que alguien meta en cintura a esta clase

Cuando la clase terminó fueron hacia el estudio de Lady Althaia, sentada en los sillones estaban haciendo tiempo antes de la clase de historia de la magia. 

—No entiendo porque el profesor Snape nos esta haciendo estudiar sobre los Hombres Lobos— dijo Cordelia trabajando en su bordado de hipogrifo. — Se supone que lo tenemos que ver para el final del año. 

—No lo sabemos, cada maestro tiene su forma de dictar clases— comentó Daphne apoyada su cabeza sobre el regazo de Pansy. 

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Antes de la cena Cordelia necesitaba un par de libros para hacer su tarea de encantamientos, ella no quería molestar a ninguna de sus amigas, así que decidió ir sola. 

Cordelia saludó a Percy y Penélope, ambos estaban en un rincón estudiando. Sabia por Ginny que ambos estaban enfocados en sus EXTASIS que debían rendir este año.

Empezó a buscar entre los estantes libros que necesitaban, Cordelia leía los nombres en los lomos de los libros. 

—¡Hey!— dijo una voz cerca. 

Cordelia notó a un chico detrás de ella, una de sus brazos estaba sujetando un pesado libro. 

—Casi se cae sobre ti— dijo el chico acercando el libro hacia él. Cordelia parpadeo anonadada, el chico llevaba el uniforme de Ravenclaw. 

—Oh, gracias— dijo Cordelia a su salvador. Cordelia lo examinó rápidamente, era muy alto, su cabello castaño estaba ligeramente despeinado, lo que más le llamó la atención fueron sus rasgos asiáticos

—No fue de nada— le sonrió el chico— Xue Chang a tu servicio. 

—Cordelia Potter— se presentó Cordelia. Chang le extendió el libro, Cordelia notó que era uno de libros que estaba buscando. 

—¿Lo necesitas?

—Si, para mi tarea de encantamientos— agarró el libro Cordelia. 

—Debería tener más cuidado, señorita Potter— le dijo amablemente— Los libros pueden hacer daño, sobre todo los de ese grosor. 

—Lo tendré presente, gracias. 

El chico le sonrió y se despidió. 

—Luce simpático— pensó Cordelia sobre Xue Chang. 

Chapter Text

En la mañana el comedor aun no estaba lleno, Eowyn fue la primera en llegar.

En la mesa de Gryffindor estaba unos pocos, entre ellos el pequeño Colin y a su lado la profesora Luzardo. Colin tenia la cabeza baja mientras la profesora le sujetaba las manos y le hablaba suavemente.

Eowyn se sentó a una distancia moderada,  lo suficiente para escuchar la conversación.

—Se que ha veces es difícil convivir con los padres— dijo la profesora con un tono suave y maternal— Sobre si las creencias religiosas están de por medio. 

—Es complicado estar junto a ellos luego de que descubrieran que soy mago— dijo Colin— La relación es más fría. En las vacaciones los he escuchado rezar por mi, como si tuviera algo malo. 

—Siendo sincera, Colin— la profesora Luzardo se enderezó un poco— El tema de creencias es algo complicado, aun mas si la familia esta de por medio. 

Eowyn siempre tuvo un resentimiento a la religión, sobre todo cuando llegó a Wools. 

La matrona Liliana diciendo que era nacida de la lujuria y que era el pecado encarnado. 

Que su madre nunca fue al cielo y que fue culpa divina su destino. 

Por Eowyn, cada iglesia del conteniente se podría prender en llamas y ella asaria malvaviscos con el fuego. 

—Pero no es la religión el problema, sino como las personas la profesan— continuo la profesora— Al igual que ti, mis padres también son muggles, y creen en dios. De hecho fui a una escuela católica, si bien tuve que hacer la comunión por obligación, mis padres nunca me obligaron a seguir su religión. De hecho, somo un revoltijo teológico en su casa, mis padres son católicos y los demás son evangélicos, y convivimos muy bien. 

—No quiero ir a casa para las vacaciones de invierno— pidió Colin— Llenare el listado de quienes se quedan en Hogwarts.

—¿Por que no mejor pasas Yule con mi hijo y conmigo?— preguntó la profesora Luzardo a la par que le peinaba  el cabello —Prepare una sencilla cena, ya instale la conexión a electricidad y conseguí un televisor y un reproductor VHS. Podemos ir al mundo muggle y rentar algunas películas. 

Eowyn miro a la profesora, ella emitía una calidez hogareña. Como si la magia de la profesora fuera una cálida manta y afecto cariñoso. 

—¿En serio?— los ojos de Colin brillaron emocionados. 

—Si— le sonrió ampliamente— Serán las primeras festividades que mi hijo y yo pasaremos lejos de la familia. Seria lindo tener a alguien más con nosotros. 

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El lunes se podía calificar como un día donde la mayoría estaba en estado cansado. Tal vez siempre fue así y la gente ya se resignó a tener que soportar los lunes. 

La primera clase del día era Historia de la Magia, materia que agregaba más a ese típico cansancio. 

Mientras la voz aburrida del profesor Binns sonaba en el salón, Cordelia revisaba su ensayo de pociones que tenia que entregar ese día. El documento ya estaba listo, solo lo estaba revisando que no hubiera fallas ortográficas.

Y si hubiera fallas, Cordelia tenia un corrector liquido para tapar y corregir errores. 

Luego en las clases de pociones, Cordelia trabajo de costumbre con Hermione. Ambas trabajaban bien juntas y de manera coordinada. 

Mientras Cordelia se enfocaba en la poción, Hermione anotaba los aspectos importantes. 

El profesor Snape nunca comentaba de sus pociones, y el profesor solo hacia comentarios cuando las pociones era un verdadero desastres. 

Entonces su no hacia comentarios sobre las pociones de ellas, significaba que los estaban haciendo bien. 

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Luego del almuerzo, tocaba DCAO, y para suerte de muchos, el profesor Moony estaba de regreso. 

Ciertamente, tenía aspecto de convaleciente. Las túnicas de siempre le quedaban grandes y tenía ojeras. Sin embargo, sonrió a los alumnos mientras se sentaban, y ellos prorrumpieron inmediatamente en quejas sobre el comportamiento de Snape durante la enfermedad del profesor Moony. 

—No es justo. Sólo estaba haciendo una sustitución. ¿Por qué tenía que mandarnos trabajo? 

—No sabemos nada sobre los hombres lobo... 

—¡... dos pergaminos! 

—¿Le dijeron al profesor Snape que todavía no habíamos llegado ahí? —preguntó el profesor Lupin, frunciendo un poco el entrecejo.

Volvió a producirse un barullo.

—Sí, pero dijo que íbamos muy atrasados... 

—... no nos escuchó... 

—¡... dos pergaminos! 

El profesor Moony sonrió ante la indignación que se dibujaba en todas las caras. 

—No se preocupen. Hablaré con el profesor Snape. No tendrán que hacer el trabajo. 

—¡Oh, no! —exclamó Hermione, decepcionada—. ¡Yo ya lo he terminado!

—Yei, aun no he hecho nada— celebró Eowyn. 

—Solo avance hasta la mitad— suspiro un poco molesta Cordelia. Se quedo hasta un poco un tarde tratando de terminar esa tarea. 

Perdió unas horas de su sueño de belleza y nadie se lo devolvería. 

Tuvieron una clase muy agradable. El profesor Moony había llevado una caja de cristal que contenía un hinkypunk, una criatura pequeña de una sola pata que parecía hecha de humo, enclenque y aparentemente inofensiva.

—Atrae a los viajeros a las ciénagas —dijo el profesor Lupin mientras los alumnos tomaban apuntes—. ¿Ven el farol que le cuelga de la mano? Le sale al paso,el viajero sigue la luz y entonces... 

El hinkypunk produjo un chirrido horrible contra el cristal

Cuando la clase termino, el tío Moony la llamó un momento. Sus amigas la esperarían en el comedor. 

—¿Que sucedió, tío Moony?— preguntó Cordelia. 

—¿Sirius te envió una carta?

—Estoy aun molesta por el asunto de canuto en Hogsmeade. 

—Trata de entenderlo un poco— dijo el tío Moony— Ya veras que su paranoia se detendrá. Cambiando de tema, pasare las festas en Hogwarts 

—¿No vendrás a casa?— preguntó Cordelia— Estaba planeando tener una cena de año nuevo. Quiero invitar a René y a la profesora Luzardo. ¿Sabia Colin Creevey pasara las vacaciones con ellos?

—Oh, Bambi— la miro apernado— Hagamos esto, pasare Yule aquí. Ademas tu y Sirius irán al Baile de Yule de los Crouch, así que podremos pasar año nuevo juntos. 

—¿Lo prometes?—Cordelia miró fijamente al tío Moony. 

—Lo prometo— dijo y Cordelia sonrió. 

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A la mañana siguiente, el titulo de El profeta causó murmullos por el Gran Comedor. Cordelia estaba leyendo su copia pegada a Hermione. 

"LA  AMANTE DE UN MORTIFAGO EN HOGWARTS"

Como lo leen, mis queridos lectores. 

Cunado pensábamos que ya no escucharíamos más sobre Peter Pettigrew, nos enteraos que su antigua amante es la nueva profesora de Runas Antiguas. 

Y no solo eso, sino que también que también tienen un  hijo juntos. 

¿No es raro que justo cuando Pettigrew es encarcelado su amante llegará del extranjero? ¿Que tiene entre manos esta bruja extranjera?

Al parecer hasta ahora la señora Luzardo llegó a Hogwarts como reemplazado y por recomendación del antiguo profesor de esa materia. 

Aun no sabemos si el demás cuerpo docente era consiente de esta vieja relación o que secretos oculta esta mujer. 

Ya el tiempo lo dirá. 

Les informa.

Rita Skeeter. 

Cordelia bajó el periódico y miró hacia la mesa de profesores. La profesora Luzardo estaba con la mirada sobre su copia de El Profeta con la mirada fija y apretando los bordes del periódico. 

Rápidamente miro hacia le mesa de Hufflepuff, René Luzardo estaba hiperventilando mientras se sujetaba el cuello, todas las miradas estaban sobre él como aves rapiñas. 

Él se levantó con la respiración pesada y corrió fuera. 

—¡Mijo!— la profesora se levantó de su lugar y corrió tras su hijo dejando al comedor envuelto en murmullos. 

Chapter Text

El resto de la mañana el tema de los Luzardo y su relación con Pettigrew fueron la comidilla del día. 

Y la segunda clase del día, luego de Transformaciones, fue el de Runas Antiguas. 

La profesora Luzardo los saludó con normalidad, como si la edición de El profeta no fuera más que un chiste de mal gusto. 

—Hasta el momento sus ensayos han sido uy bueno— dijo la profesora pasando por los asientos recogiendo los ensayos. 

Cordelia como hacia pareja con Theo en esta clase, habían optado por sentarse junto, Hermione no estaba molesta pero a regañadientes tenia que sentarse junto a Heir Malfoy. 

—Señorita Parkinson, señorita Greengrass deberían revisar mejor sus ensayos, hay pequeñas faltas de ortografía— les dijo a ambas — Pero no afectan sus notas, soy maestra de Runas no de ortografía. 

La profesora Luzardo se detuvo a lado de Theo y los miro a ambos, cuando termino de recoger los ensayos les indicó que abrieran el libro en donde se quedaron las ultima vez. 

Runas potenciadoras. 

La profesora explicaba como estas runas eran en rituales durante los solsticios, eran dibujadas en cenizas o piedra molida. 

—En la antiguad muchos sacerdotes, chamanes y druidas molían piedra lunar, o utilizaban pigmentos y se pintaban con ellas en cuerpo este tipo de runas— explicó la profesora. 

—¿Cualquier pigmento?— preguntó Cordelia. 

—En tonos rojizos sobre todo— contestó la profesora— Normalmente se extraían de la sangre de insectos y bayas. 

Alguien en salón hizo un sonido de asco. 

—Lo se, suena repugnante— rio la profesora— Aun el polvo de oro es un elemento vital, de hecho en la época incaica....

La explicación de la profesora quedo a medias cuando la puerta del salón se abrió dejando ver a la profesora McGonagall y detrás de ella dos Aurores. 

—Lamentó interrumpir tu clase, Luzardo— dijo la profesora McGonagall apenada— El Ministerio emitió una orden contra ti. 

La profesora Luzardo miro molesta a ambos Aurores, ella exhaló molesta y levantó sus brazos juntando sus muñecas. 

—Acabemos con este circo de una vez— dijo. Uno de los Aurores se acercó y la esposó y la empezó a llevar hasta la salida— Tengo derecho a una llamada y a un maldito abogado. 

La profesora se detuvo un momento para mirar a René. 

—Eres menor de edad, no puedes firmar nada y si te quieren tomar una declaración que la subdirectora o tu jefa de casa estén presente— le ordenó— Chicos, como tarea deben leer el capitulo acerca de los elementos y como la runas interactúan mutuamente. 

Los Aurores la sacaron del salón y se pudo escuchar claramente a la profesora decía :—¡Quita tu mano de mi cintura, animal!

Luego hubo silencio, la clase se miró entre si o a René que miraba a la profesora McGonagall. 

—¿La acaban de arrestar y nos dejo tarea?— murmuró Cordelia para si misma. 

—Eso es amor por la docencia— le contestó Theo. 

La profesora McGonagall dio finalizada la clase y les recomendó a los estudiantes que vayan a su sala común ha esperar la siguiente clase.

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Fue una suerte para Cordelia que Theo se ofreciera ayudarla con Aritmancia.

Luego de la interrumpida clase de Runas, ambos fueron a la biblioteca para terminar la tarea de Aritmancia. 

—Lo que importancia es que deban cuadrar los datos— le explicó Theo. 

—Debí escoger otra optativa— dijo Cordelia cansada— Solo a mi se me ocurre inscribirme en una materia que involucra lo más cercano las matemáticas, cuando siempre fue mi eslabón débil.

Para su sorpresa, Theo la tomó de la mano mirándola fijamente. 

—No digas eso, solo es una pequeña debilidad— trató de animarla— Te ayudare en lo que sea necesario. 

—¿En serio?

Theo asintió con la cabeza sonriéndole. Cordelia admitió que Theo tenia una bonita sonrisa. 

—Señorita Potter— la llamó alguien a sus espaldas. Cordelia, aun tomada de la mano con Theo, se giró para encontrarse con Xue Chang cargando algunos libros.

—Señor Chang— saludo cortés. 

—Veo que están con su tarea de Aritmancia — observó los pergaminos y libros —¿Necesitan ayuda?

—¿No queremos distraerte? De seguro debes tener otras cosas que hacer en vez de ayudarnos— contestó Cordelia. 

—Oh, no es problema— dijo sonriendo— Ademas, les puedo hacer de ayuda, la profesora de Aritmancia siempre tiene el mismo plan de estudio, así que es muy probable que sean las mismas tareas que el año pasado. 

Cordelia miró a Theo, tenia una mirada hacia Chang. 

—Para mi suena bien— dijo Theo. 

—Perfecto— Xue Chang los miró— Dejare estos libros en su lugar y me muestran que les mandaron de tarea, iré a buscar mis apuntes del curso anterior. 

Chang se despidió de ambos, Cordelia regresó su mirada a su libro un poco más relajada. 

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Pansy dejó atrás a las chicas, mientras llevaba el Mapa del Merodeador consigo. 

Este maravilloso pergamino fue una salvación debido a que ahora podía colarse a las cocinas sin ser atrapada. 

En Hogwarts podía comer galletas o postres que normalmente su madre le restringía en casa. Solo tenia permitido comer dos galletas cuando eran invitadas a tomar té. 

Pansy le hizo cosquillas a la pera dejándola entrar a la cocina. 

—¡Heredera Parkinson!— chilló una elfina contenta al verla. — Dolly esta contenta de verla. 

—Hola Dolly— saludó Pansy, ahí se dio cuenta de que Luzardo estaba sentado en una mesa cerca de la ventana. Tenia un delantal y guantes de hornear en sur regazo— Luzardo— saludó. 

—Heredera Parkinson — el inclinó levemente su cabeza, un saludo cortes hacia brujas. 

Ambos se miraron por un momento en silenció y miraban hacia los lados. Nunca habían  interactuado más allá de simples saludos en los pasillos, Luzardo se levantó mientras se colocaba los guantes. 

Del horno sacó una bandeja que caliente que dejó en el mesón, se quitó los guantes y con un tenedor pinchó lo que estaba dentro del molde. Luego se volvió a colocar los guantes y en un plato volteó dejando. 

El olor a pan recién horneado hizo que el estomago de Pansy rugiera levemente. Ella sintió sus mejillas sonrojarse cuando Luzardo la vio 

—Es pan de banana— dijo Luzardo cortando una rebanadas— ¿Quieres probar?

Pansy, siendo una niña muy golosa, aceptó. 

Ambos se sentaron cerca de la ventana, mientras los elfos seguían en su oficio, Pansy probó el pan que horneó Luzardo junto a un vaso de leche que Dolly les servicio. 

Pansy nunca había probado algo tan delicioso en su vida. Era suave y esponjoso, tenia chispas de chocolate en el interior. 

—Esta bueno— dijo Pansy. 

—Gracias.

—¿No sabia que eras bueno horneando?

—También soy bueno cocinando— dijo él— Mi bisabuela me enseñó. 

Pansy lo miró por un momento mientras piñizcaba otro pedazo del delicioso pan, a diferencia de su encuentro del tren, ya no tenia ojeras o pálido como un enfermo. 

—Te vez mejor— le comentó Pansy— Ya no luces tan..

—¿Enfermo?— dijo— Si, el profesor Snape ha preparado un suplemento para mi. En mi familia estamos propensos al asma y a la anemia, para mi mala suerte tengo ambas.

—Oh, entonces tienes una salud delicada. 

—Algo— admitió— Pero las pociones del profesor Snape me han ayudado mucho. Mamá le esta pagando al profesor por su elaboración. 

—Lamento mucho lo de tu madre. 

—No tienes porque hacerlo— contestó él— Mi madre es inocente y saldrá libre. Pettigrew no es más que un simple evento que ella y yo dejaremos pasar, como una mala experiencia. Por cierto— extendió la bandeja donde todavía quedaba la mitad del pan de banana —¿Quieres otra rebanada?

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No llevaron a Edith a Azkaban, la encerraron en las celdas del ministerio de manera provisional. 

Sirius presionó (amenazó) a Fudge de que se concediera un testimonio bajo Veritaserum a Edith. Él mismo fue a buscarla a las celdas del ministerio y llevarla a Potter Estate hasta mañana que era la audiencia. 

La encontró con el cabello suelto cayendo por sus hombros, estaba meditando dentro de su celda. El Ministerio le arrebato su varita, anillo y alfileres encantados del cabello ante una posible amenaza

—Necesitas contarme todo sobre ti— dijo Ted a Edith. Ted actuaria como abogado de Edith.— Hasta la más mínima cosa.

—Soy una New Blood, de Ecuador, madre soltera y Maestra Rúnica— contestó ella— Solo tenia 19 años cunado lo conocí y tuve a mi bebé. Mire señor Tonks, tengo cartas y pueden pedir testimonio al presidente de la AML de que soy una bruja tranquila y respetuosa de la ley.

—¿Ningún desataco a la autoridad?— preguntó Ted. 

—¿Mágica o muggle?

—Cualquiera— contestó Ted. 

—Bueno en el 81 hubo el conflicto muggle del Paquisha* donde la AML tuvo que intervenir— confesó Edith— Y como Ecuador y Perú se disputaban territorios selváticos donde estas comunidades mágicas la AML estuvo "persuadiendo" a ambos mandos para que acabara la guerra. 

—¿Y que tuviste que ver?— preguntó Sirius

—Habilite Runas junto a otros colegas en puntos específicos para que los militares retrocedieran o deshabilitaran sus armas— contestó Edith— No mate a nadie si les sirve. 

Ted exhaló mientra anotaba la confesión en su libreta. 

—Sirve de algo— dijo Ted— Espero que sirva. 

—¿Y que pasa si me encuentran culpable?— preguntó Edith— No temó por mi, es mi hijo quien me importa, es solo un niño. 

—No nos adelantamos— la trató de calmar Ted. 

—¡No!— se exaltó ella— Quiero un traslador para mi hijo devuelta a mi país, escribiré una carta a mis padres y a la AML, tengo algunos ahorros para él en caso de que manden a Azkaban. 

—De acuerdo— dijo Sirius— Hare lo que este a mi alcance para tu hijo este seguro. 

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Cordelia leyó la carta de su padrino esa mañana. Aun se estaba alistando para la salida a Hogsmeade con sus amigas. 

Hoy era la audiencia de la profesora Luzardo, así que era poco probable que su padrino la espiara en forma de Canuto durante su visita. 

Las cinco estaban en las Tres Escobas en un rincón lejos de los demás. 

—¿Pero por que se llevaron a la profesora?— preguntó Cordelia un poco preocupada por la profesora Luzardo, era una amable docente que con gusto contestaba cada una de las dudas que tenían sobre las materias. 

Tenia una presencial muy maternal, Colin estaba también muy preocupado debido a que tenia un gran afecto sobre ella. 

—Fudge siempre ha sido visto como un Ministro débil— contestó Daphne — Ascendía luego de que la Guerra terminará, así que estos años calmado fueron fáciles para él hasta lo de Lord Black, muchos Lord estaban molestos por la falta de juicio, por eso haciendo un juicio contra la profesora. 

—Si, pero no debieron llevarse así, como una criminal mientras estaba dando su clase— agregó Hermione— Al menos pudieron esperar a que estuviera sola o explicarle la situación. 

—Como dije la otra vez, los policías, y al parecer los Aurores también, no piensan con la lógica al momento de actuar—comentó Eowyn antes de beber un pco de su cerveza de mantequilla. 

—Esperemos que esto se termine muy pronto, la profesora es muy buena para estar en Azkaban— dijo Cordelia. Azkaban deba ser un lugar horrible. 

En las vacaciones de verano, había pocas noches en que cuando a media noche iba por algo de agua podía escuchar los gritos de su padrino. 

Luego de las Tres Escobas, fueron a Honeydukes. Cordelia quería conseguir algunos dulces para regalárselas a Dudley para Yule. 

El lugar estaba lleno, así que Cordelia caminaba con cuidado para evitar chocarse con alguien. Cerca de las ranas de chocolates estaba Xue Chang con el brazo entrelazado con una simpática chica de cabello negro observando los dulces. 

Cordelia estaba a unos pasos de distancia cuando Chang la vio y le sonrió mientras que la chica cambio su mirada tranquila por una expresión de frialdad

—Señorita Potter— la saludó Chang con una sonrisa — Le presentó a mi melliza Cho. 

—Es un placer conocerla, señorita Chang— dijo Cordelia amablemente. 

—Igualmente— contestó la señorita Chang con seriedad para luego ver a su hermano— Xue, iré a la librería de aquí al frente o prefieres que nos encontremos en Las Tres Escobas. 

—Yo te busco luego— dijo Chang a su hermana. Ella asintió con la cabeza y camino por la salida, sin despedirse de Cordelia o de su hermano. 

Cordelia parpadeo ante la actitud de la señorita Chang. ¿Había hecho algo malo?

—¿Y que dulce esta buscando, señorita Potter?— le preguntó Chang. 

—Estoy viendo que dulces le podrían gustar a mi primo— contestó Cordelia— Visitaré a mi tía en las vacaciones de invierno y quisiera llevarle algunos dulces. 

—Bueno, no hay mejor presente que unos dulces. Siempre son esa salida fácil cuando no se sabe que regalar. 

—¿Entonces sueles regalar dulces?

Cordelia pensó en Theo. A veces le suele dar de esos dulces de miel que dejaron encantada a Cordelia, no eran tan empalagosos como otros dulces por eso le encantaban. 

—¿Te puedo hacer unas sugerencias?— se ofreció Chang. 

—Gracias— le sonrió Cordelia. 

Luego de unos minutos, Cordelia tenia algunas Ranas de chocolates, Plumas de azúcar, calderos de chocolate y pasteles de Caldero que de seguro serian del agrado de Dudley. 

Cuando terminó de pagar, Xue Chang se despidió de ella con un beso en el dorso de su mano. Cordelia no se sonrojó como lo había hecho cuando Theo la consoló y le hizo la promesa de no contarle a nadie lo que le contó acerca de los Slytherin. 

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Narcissa observo como la Maestra de Runas salida de la sala de Audiencias del Wizegamont con una sonrisa victoriosa. 

—Ah libertad— dijo la bruja extranjera con sus brazos extendidos— Es tan dulce. 

—Por su expresión suponemos que estas libre de todo cargo—dio Bella. 

—Bueno, el Veritaserum y los tres vasos de vodka que tome ayudaron a soltaron toda la información que preguntaron y otras cosas más que se quedaron sin hablar— rio ella— Como dice mi santa abuela, los ebrios y los niños siempre dicen la verdad. 

Narcissa escuchó como Nymphadora que estaba a lado de Andy, rio por el comentario. 

—¿Por que no vamos a mi casa a almorzar?— ofreció Andy 

—Quiero ir a Hogwarts y abrazar a mi hijo, si le soy sincera— contestó Luzardo. 

—Pero necesitas comer algo, debió ser cansado la audiencia— insistió Narcissa. 

Al final, Edith aceptó, cuando estaban de salida se toparon a la insufrible de Rita Skeeter caminando hacia ella con su pluma volando cerca de ella. 

—Oh señorita Luz....

Antes de que terminara de hablar Skeeter, Edith Luzardo la empujó del cuello hacia la pared, para su suerte no había nadie. 

—¡Tu!— dijo furiosa apretando su mano sobre el cuello de la periodista— ¡¿Con maldito derecho tienes para exponer a i hijo y a mi hijo?!

Skeeter soltó un jadeo tratando de respirar, ninguna de ella tenia una buena imagen de Rita Skeeter. 

Primero Bella, que insumió una infertilidad debido a sus años de matrimonio sin hijos. 

Luego Nymphadora, tildándola como una bruja soberbia por su alto rendimiento en la Academia de Aurores. 

Siendo sinceros, muchas familia sangre pura odiaban a Skeeter por sus constantes artículos donde buscaban sus mas sucios secretos. 

—La próxima vez que te atrevas a escribir sobre mi o i hijo sobre Pettigrew me encargare de quebrarte los dedos de la manos y encarnarte los ojos con una cuchara para helados— la amenazó— ¿Entiendes?

Con los ojos destellando de miedo, Rita Skeeter asintió con la cabeza. Edith sonrió complacida y le pegó un rodillazo en el estomago. 

—¿Nos vamos?— preguntó Edith calmada mientra se arreglaba algunos mechones que se escaparon de su recogido. 

Ignorando a Skeeter, que jadeaba en el suelo, se fueron a la residencia de Andrómeda. 

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René jamás había visto nieve.

Lo malo de vivir en la mitad del mundo es que el clima era templado por lo que no había cuatro estaciones del año sino dos, siendo el invierno época de repentinas lluvias.

Cuando las vacaciones llegaron y en la mañana quedó un manto blanco de nieve, René y su mamá se tiraron al piso sintiendo la nieve por primera vez.

Luego de jugar en la nieve, su mamá empezó a preparar el desayuno para ellos y Colin. Aquel día era 21 de Diciembre, el Solsticio de Invierno. 

Su madre había invitado a muchas chicas a una fogata ritual en la noche, preparó todo con antelación. Tenia flores y tallos para coronas de flores, ciertas plantas y bendecido algunos leños para la fogata. 

Como para estos rituales las brujas debían tener el cabello suelto, René y Colin estarían en la habitación principal jugando cartas en la noche. 

Aunque claro, ella jamas lo dejaría sin participar. Luego del desayuno, los tres se instalaron el sala para armar el altar de Yule. 

—Mis padres jamas me dejaran hacer algo así en casa— dijo Colin tejieron algunas ramas con cinta. 

—Cuando seas mayor de edad podrás hacer lo que te de la gana— le contestó René, aunque la mirada seria de su madre lo hizo vacilar— Siempre y cuando vivas lejos de ellos. 

—¿Eso seria lo correcto?— preguntó Colin. 

—Si algún momento sientes la necesidad de dejar tu casa, Colin— empezó a decir Mamá mientras ordenaba los pequeños pinos sobre el altar— Las puertas de esta casa siempre estarán abiertas para ti. 

René observó como a Colin le brillaban los ojos ante las palabras de su madre. Durante años él ha sido testigo del sistema de acogidas de niños en su sociedad mágica. 

Podría sonar cruel, pero a veces los niños eran separados de sus padres muggles,  cuando se notaba que era un riesgo para el niño y su magia, los muggles eran desmemoriados para siempre.

René conoció a muchos compañeros en casa. 

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Cuando él sol se estaba ocultando, Cordelia se apareció en Hogsmeade con Hermione y Eowyn. La invitación de la profesora  Edith para una fogata la sorprendió antes de abordar el tren. 

Una bonita carta acompañada de una hoja de muérdago llegó a ellas inesperadamente, con la nota de llevar un sencillo vestido blanco sin ningún detalle. Cordelia consulto con su padrino para asistir, y él accedió contento. 

Cuando llegaron la profesora los recibió con una sonrisa, en la cálida sala de estar ya estaba la señorita Tonks con Sam junto a la señorita Clearwater, las tres sentadas en un sillón y conversando con un jarro en las manos. 

—Gusta, Lord Black— le ofreció una bebida. Cordelia vio como su padrino aceptaba la bebida, donde ella claramente podía percibir a un fuerte aroma acido. 

Su padrino se bebió un poco antes de empezar a toser.

—¿Fuerte, verdad?— sonrió la profesora.

—En el nombre de Merlín.¿Qué era eso?

—Canelazo*— respondió ella para luego mirar a Cordelia, Hermione y Eowyn —Para ustedes tengo té y bocaditos, el Canelazo es para los mayores de edad. 

—¿Es una bebida alcohólica?— preguntó Cordelia, la profesora Edith asintió con la cabeza— ¿Y por que la señorita Clearwater tiene una?

—Ella ya tiene 17 y es mayor de edad en el mundo mágico— contestó la profesora— Soy una mujer responsable, por nada del mundo le daría una bebida alcohólica a un menor de edad. 

—¿Entonces esperaste ha ser mayor de edad para empezar a beber?— preguntó su padrino a la profesora Edith mientras le daba otro sorbo a la bebida. 

La profesora rio y negó con la cabeza para luego decir: —Vengan, chicas. En unos minutos empezaremos a tejer coronas de flores. 

Su padrino se retiro no sin antes de arle un beso en la frente a Cordelia. Luego de algunos minutos llegó Pansy y las hermanas Greengrass, el pequeño grupo empezó a tejer coronas de flores bajo la guía de la profesora Edith. 

En un rincón la señorita Tonks y Sam murmuraban entre ellas, risitas y susurros bajos, de vez en cuando uno que otro sonrojo entre ellas dos. 

—¿Alguien sabe porque no esta aquí la señorita Weasley?— preguntó la profesora Edith, su cabello estaba suelto con unas cadenas de oro mezclándose con su cabello natural. 

—La señora Weasley leyó el articulo de Skeeter— contestó la prefecta Clearwater en su labor de tejer— Percy dice que la señora Weasley quemó la invitación alegando que es una mala influencia.

—Genial, ahora tengo una Letra Escarlata bordada en mi ropa— arrugó la nariz la profesora.

—Usted no es mala influencia— dijo Cordelia— Usted sabe mucho de Runas y es amable con todos. 

—Madre ha leído sus investigaciones en templos pre colombinos— comentó Daphne— Dice que son muy interesantes sobre los pilares en altares rituales. 

—Gracias— sonrió la profesora— Era una explorada muy activa cuando era joven. 

—¿Y ya no hace más exploraciones?— preguntó Cordelia interesada en la carrera profesional de la profesora. 

—No, me quede establecida cuando mi René cumplió los cuatro— contestó la profesora quitándose los lentes— Hice una pequeña pausa en mi embarazo y volví a retomar cuando el tenia 3 meses, los primeros dos siempre lo llevaba atado a mi espalda.— rio— Puedo decir que fue un pequeño aventuro de bebé. 

—¿Y en que trabajo después?— preguntó Sam viéndola asombrada. 

—Luego de que cumplió cuatro conseguí mi titulo universitario en Historia— siguió contando— De ahí tenia dos empleos, uno mágico como traductora rúnica y el muggle como asistente de catedra en un colegio. Así que tengo experiencia en la docencia. 

—¿Estudio en la Universidad?— preguntó Hermione— ¿Siendo bruja?

—Si, es que en Latinoamérica tenemos un sistema de educación algo distinto que el de este país— respondió— Así que tuve la oportunidad de seguir estudiando y aquí llegue. ¡Tadan!

Hermione y Cordelia miraron con ojos brilloso a la profesora Edith. 

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Se podía sentir la magia en el lugar. 

Con el cabello suelto y coronas de flores de decorando sus cabezas, todas bailaron alrededor de la fogata lanzando ofrendas al fuego. Algunas plantas o buenos deseos escritos en pergaminos. 

Cordelia danzaba con gracia sintiendo la magia picar sus dedos y envolverla con una manta cálida. 

Todas estaban riendo ante la ventisca cristalina y los copos de nieves que se pegaban como brillante en sus cabellos. 

Cuando el fuego murió, la profesora Edith resguardo las cenizas en una urna de madera con runas talladas. Brevemente explico que en la primera mañana del nuevo año se debían esparcir las cenizas para la abundancia. 

—Organizaremos una cena para año nuevo— dijo Cordelia a la profesora mientras se trenzaba el cabello con una cinta celeste— Usted, René y Colin están invitados. 

—Agradezco mucho su invitación, señorita Potter— sonrió la profesora. 

Hermione y la prefecta Clearwater inundaron de preguntas a la profesora, la más importante: la profesora era una New Blood o Ijiy como se los conocían en sus tierras. 

—La palabra significa brote— empezó a explicar la profesora mientras servia el té— En mi tierra hay una ceremonia para los magos de padres muggles, cada año en el Inti Raymi que es junio donde entramos a una cascada mágica. Las mujeres recibimos nuestro peine que demuestra que nuestro vinculo con la magia es muy fuerte. 

Cordelia quedó maravillada ante el peine de la profesora. De marfil blanco, en forma de semi circulo con una aguamarina incrustada. 

—¿Entonces en su tierra es muy común que hayan New Blood?— preguntó Penélope mirando el peine. 

—Así es. Los niños de familias muggles son acogidos por el jefe o jefa de familias mágicas cuando muestran su primer brote de magia— explicó la profesora— Se los educa bajo las tradiciones mágicas, es casi raro que un mago de padres muggles no se conviertan en Ijiy cuando alcanzan la edad adecuada. 

—¿Y a que edad se volvió una New Blood?— preguntó Cordelia. 

—Tenia 19 años— contestó — Casi siempre es a esa edad. Aunque me acuerdo de una compañera que tuvo su Ijiy a sus 15 años. 

Cordelia miró una vez el peine de marfil pensando en como seria el cepillo de Hermione una vez que sea reconocida como New Blood. 

Chapter Text

Theo sabia que no era correcto escuchar detrás de las puertas. 

Pero la visita del señor Gaunt lo dejó con mucha curiosidad. Y luego de las palabras que se compartieron entre su abuelo y el mago, Theo supo que hizo bien en escuchar.

—Theodore— le regañó a su abuelo cuando él abrió la puerta con fuerza llamando la atención de los dos adultos. 

"Hay que encargarse de Cordelia Potter" —escuchó decir al señor Gaunt. 

—Es una Slytherin— dijo Theo — No solo habló de su selección de casa. Desciende de los Slytherin, ella habla parsel. 

—¿Es eso verdad, Thadeus?— preguntó el señor Gaunt. 

—Así es— , respondió su abuelo para luego mirarlo —¿Cómo supiste esta información, Theo? Y responde con sinceridad, estas en presencia del Señor Oscuro. 

Theo se quedó helado por un momento. 

—Lady Cordelia se hizo un mapeo genealógico en Gringotts el Yule pasado— empezó a narrar Theo— Vio que su madre descendiente de la hija de Salazar Slytherin. 

—El Sol y Luna— dijo el señor Oscuro como si recordará algo— La joya de Salazar que los muggles le arrebataron. 

Theo suspiro, si el señor Oscuro estaba uniendo los hilos seria sencillo mantener a Cordelia a salvo. 

—Solo lo saben sus amigos más cercanos y Lady Malfoy— continuo Theo — Ha estas altura Lord Black debe saberlo al igual que el profesor Lupin. 

La mirada calculadora del señor Oscuro aun estaba sobre Theo, él hacia su mejor esfuerzo para no mostrar temor. 

—Yo me encargare de corroborar esa información— dijo el señor Oscuro— Y por lo que soy testigo, al parecer el joven Theodore anhela a la señorita Potter. 

—Mi nieto se ha acercado a Lady Potter— respondió a su abuelo — Tiene la intención de cortarla. 

—¿Eso es verdad, joven Nott?

—Si— Theo respondió con su frente en alto— Mi deseo es que algún día Cordelia Potter se convierta en mi esposa. 

Theo pensó en los brillantes ojos verdes de Cordelia cuando sonreía, o su cabello rojo perfectamente sujeto en listones o broches. Sobre todo en sus mejillas sonrojadas que era testigo de vez en cuando. 

El señor Oscuro sonrió y sus ojos cambiaron de oscuro a un rojizo. 

—Si así es la situación— le dijo mientras se paraba y colocaba una mano sobre el hombro de Theo— Te daré una misión, hay algo en Hogwarts de mi pertenencia, recupéralo y tu preciosa Lady Potter estará a salvo. Claro, siempre y cuando no interfiera en mis planes. 

Theo asintió con la cabeza. 

Si cumplió su misión, Cordelia estaría a salvo. 

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El sonido de una canción siendo tarareada se escuchó en la sala. Cordelia alzó su mirada para encontrarse a Sam mirándose al espejo. 

—¿Siempre es así de distraída?— preguntó Theo a su lado. Estaban trabajando en su ensayo de Runas y la tarea de Aritmancia. 

—Los estoy escuchando— dijo Sam sin dejar de mirarse al espejo, ella volteó la cosmestiquera en su regazo dejando esparcido todo el maquillaje a su lado en el sofá— Es mi deber como niñera asignada por Lord Black vigilarlos. 

—¿Pero te estas viendo al espejo?— la encaró Theo. — Eso no es cuidar. 

—Lord Black esta en una Reunión en Wizegamont, vendrá en una hora— contestó bajando el espejo— Y yo más tarde tengo un coctel navideño de mi trabajo. Y me tengo que arreglar para ir en contra de mi voluntad.

—¿Por que nos esta cuidando una squib?— le preguntó Theo en un susurro. 

—Mi padrino confía en Sam— contestó Cordelia— Y yo igual, la conozco desde niña.

Cordelia se encogió de hombros mientras regresaba su tarea de Aritmancia, con la ayuda de Xue se le estaba facilitando un poco más la materia. 

—¿Eso es Aritmancia?— preguntó Sam mirando curiosa sus pergaminos. Sam y Theo asintieron con la cabeza— Genial, matemáticas. 

Sam se levantó del sofá y se sentó junto a ellos en la mesa de centro. Cordelia y Theo estaban sentado en cojines del suelo de la sala de estar. 

—¿Te alegras por matemáticas?— preguntó Theo. 

—Lo se, soy rara— dijo Sam. 

—Sam fue campeona en competencias académicas de matemáticas— contestó Cordelia. 

Sam examinó los pergaminos, mirando fijamente el problema plantea por la profesora. 

—Nympha me da prestado unos libros de Aritmancia— dijo Sam jugando con un lápiz. —Son interesantes. 

Sam dejó de lado su asunto de alistarse para su reunión y les empezó a ayudar con la tarea de Aritmancia, como alguna vez había ayudado a Cordelia con sus tareas de matemáticas. 

Theo asentía a cada cosa que Sam notaba de suma importancia al momento de entender el funcionamiento de los números al momento de tratar de descifrar. 

La influencia de las posiciones de los astros con referencia a los números. Hizo una conexión rápida con ciertas formulas de matemática, comparándola con la Aritmética muggle, la manera en que operaciones elementales tienen un cierto de paralelismo. 

Ante las palabras de Sam, Cordelia podía entender mejor la tarea frente a ella. 

—Me hubiera gustado estudiar Aritmancia en vez de sufrir con trigonometría  en la preparatoria— hizo una mueca cuando terminaron las tareas para continuar con Runas, ella regresó al sofá para seguir maquillándose. 

Ella se levantó y camino para irse a la cocina. 

—Regresó en un minuto— dijo señalándolos— Cuidado, que te vigilo— señaló en especifico a Theo. 

Sam salió dejándolos solos, la mente de Cordelia se concentró en su ensayo de Runas, por un momento alzó su vista topándose con los encantadores ojos de Theo.

—¿Qué?— preguntó curiosa Cordelia. 

—Eres preciosa— dijo Theo viéndola. 

Cordelia se sonrojo, sus mejillas se sintieron calientes. Siempre le habían dicho que era linda, pero escuchar a Theo decirle que era preciosa la dejó sin habla. 

Ella no sabia que contestar hasta que un grito de Sam desde la cocina la alertó. Cordelia se levantó de su lugar para averiguar que hizo gritar, al llegar a la cocina encontró a Sam arrodillada. 

Barba negra, el perro de su padrino, hasta acostado con lamiendo a tres cachorros recién nacidos. 

—Oh, no ha sido perro— rio Sam — Ha sido perra, con razón te notaba con algo de más peso. 

La perra le enseñó los dientes a Sam cuando se trató de acercar a los cachorros. 

—Oh, tenemos perritos bebés de Yule— dijo Cordelia sonriendo. 

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Cordelia se agacho levemente para acariciar a Barbie ( antes llamado Barba negra), la perra estaba acostada en suaves mantas y a lo largo de su panza estaban los tres cachorros dormidos en forma de bolita. 

Barbie estaba los pies de su cama descansando, los perritos aun no abrían sus ojos pero se movían lentamente o rodaban sobre sus espaldas. Ajustando una de las mantas regreso para sentarse en su tocador y ajustar detalles de su peinado. 

No le gustaba dejar a Barbie y sus cachorros, pero seria de mala educación declinar la invitación de los Crouch de repente. Lo bueno es que Brissa y Dough cuidarían a Barbie y sus cachorros en la ausencia de ambos.

Cordelia miro su reflejo en el espejo, con cuidado arregló algunos mechones rebeldes que se esmeraban en caer cerca de sus mejillas. Arregló un poco las mangas de su vestido, la organza rosa palo quedaba bien con el tono rojizo de su vestido, en esta ocasión optó por un vestido de mangas largas y guantes cortos del mismo color del vestido. 

Ella sonrió, poco a poco iba dejando atrás el cuerpo de una niña, ya su cintura se estaba marcando un poco y estaba un poquito más alta. 

—Adelante— dijo Cordelia cuando tocaron su puerta. Por el reflejo del espejo vio a su padrino asomar la cabeza. 

—Hermione llegó, Delia— dijo mientras entraba para luego sonreír— Mira lo encantadora que estas. 

—Gracias padrino. 

Su padrino sacó una pequeña caja del bolsillo de túnica y se la entregó. Cordelia emocionada abrió la cajita.

Era un sencillo collar, el pequeño medallón tenia una flor grabada. 

—Una camelia.— dijo Cordelia, era de sus flores favoritas. Si bien las rosas eran algo clásico y del gusto de todos, las camelias, sobre todo las blancas eran sus favoritas. 

—Pensé que te gustaría. 

—Padrino, es un precioso collar— Cordelia con cuidado le extendió la caja — ¿Me ayuda a ponérmelo?  

Su padrino sonrió, el collar era pequeño y ligero. A Cordelia le gusto mucho, junto al collar de perlas que le regaló tía Petunia se acaba de convertir en su favorito. 

—¿Lista?— su padrino le ofreció su brazo, como lo haría un caballero. 

—Totalmente lista— sonrió Cordelia, con cuidado se levantó y entrelazó su brazo.

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—Es una niña muy encantadora— dijo la esposa de Barty. Sirius se esforzó en sonreír levemente. — Esos ojos, son impactantes. ¿No sabían que los Potter tenían genes con ese tono de verde?

—Cordelia heredó los ojos de Lily— contestó Sirius. Recordó como James siempre alaba los ojos de Lily cuando tenia oportunidad. 

"Son tan hermosos, como una primavera" o "Es como ver a dos jades brillantes"

Para Sirius, los ojos de Lily ,cuando estaba molesta, era como ver a una gorgona a punto de convertir en piedra a alguien. 

Sirius miró hacia un costado del salón, Bambi estaba conversando con Neville y Eowyn, para su disgusto, también estaba el chico Nott a lado de ella, con su pegajosa mano sobre el hombro de Cordelia. 

—Mocoso impertinente— pensó Sirius ante la osadía de ese mocoso de tocar a su ahijada. 

Un pequeño peñiscó en su costado lo hizo mirar a un lado, el ceño ligeramente fruncido de Narcissa. Esa mirada de que comporte lo hizo suspirar y apartar la vista de Delia. 

—Muy hermosa— continuo hablando Narcissa — Es una niña muy educada. 

—¿Es su pupila, verdad?— dijo Naisha Patil— Ha hecho un excelente trabajo. 

—Oh, el crédito no es mio. Es de la tía de Cordelia, quien la educó, yo solo la estoy guiando. 

—¿James Potter tenia una hermana?

—La hermana de Lily— contestó Sirius— Ella fue quien la crió. 

—Oh Kiran esta hablando con la señorita Potter— señaló Patil. Sirius giro su cabeza hacia su ahijada. 

Un chico alto estaba frente a Cordelia, Sirius rápidamente notó dos cosas: que el sobrino de Barty parpadeaba nerviosamente mientras conversaba con Cordelia y que mocoso Nott tenia el ceño fruncido. 

—Está celoso— escuchó murmurar a Narcissa con cierta diversión. 

Cordelia extendió su carné de baile hacia el chico, quien anoto tu nombre. Sirius sonrió para si mismo, él tenia reservado el primer baile con Bambi. 

—¿No hacen una adorable pareja? ¿Mi Kiram y la señorita Potter?

—Mi ahijada luce perfecta con quien sea— contestó Sirius. 

Sirius necesitaría un vaso de whiskey de fuego para soportar la noche. Patil seria la primera. 

Tal como lo intuyó luego de su primera audiencia en el Wizegamont, las cartas invitándolo a cenar o jugar whist fueron cosas de cada semana, todos los Lord tratando de que Sirius fuese su aliado para posteriormente tomar en cuenta las propuestas de cortejo de sus engendros para Bambi. 

Para Sirius, todos esos adolescentes no eran más que engendros hormonados salidos del infierno que quieren arrebatarle a su ahijada. 

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—¿En serio se golpeó? ¿Contra la pared?— preguntó Neville. 

Eowyn estaba tapando su boca evitando reír. Hermione contó detalladamente la fogata en la casa de la profesora Edith y Eowyn tenia que contar el incidente de René. 

—No es gracioso, se pudo haber hecho daño— dijo Pansy muy seria. 

Cordelia sonrió levemente. Luego de la fogata, Cordelia se trenzó su cabello y Pansy la pidió que la acompañará al baño, en el pasillo se toparon con René. 

Pansy tenia el cabello aun cuento con unos pétalos enredados en sus rizos, solo pasaron dos segundos antes que el se girará viendo hacia el piso, tartamudeando una disculpa y cuando dio un paso hacia adelante se golpeo la cara contra la pared. 

Luego se fue corriendo hacia su habitación tapándose la nariz. 

—Es gracioso— dijo Eowyn— Oh Pansy, quita esa cara. Es divertido ver a los chicos haciendo el tonto. 

Daphne esta viendo su manos en su regazo mientras se reía sutilmente, Hermione también tenia la expresión de evitar reírse. 

—Es solo su nariz, estará bien— comentó Hermione— Ademas, un golpe contra la pared no se la va a romper. 

Cordelia miró su carné de baile, el primer baile lo tenia su padrino apartado luego Theo y le sigue Kiram Patil. También los nombres de otros tres compañeros de Slytherin. 

Hermione, que estaba vestida en un vestido gaza celeste tenia seis bailes reversados. Curiosamente, Draco Malfoy tenia una la segunda pieza. Cuando Eowyn le preguntó porque había aceptado el baile, Hermione contestó que seria una descortesía negarse a bailar. 

Pansy y Daphne, también tenia seis bailes anotados en sus carnes y Eowyn, solo tenia un baile y era el nombre de Neville anotado. 

Cordelia sonrió cuando su padrino se acercó hacia ellos, ya iba a comenzar la primera pieza. 

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Eowyn miro a su alrededor como una cazadora buscando su presa, o mas bien, examinado a los cazadores mas conocidos como compañeros de clases.

Luego de la primera pieza de baile, Cordelia se sentó junto a Kiram Patil pero de inmediato Nott se acerco, después los chicos que estaban anotados en el carné de baile  estaban parados cerca de Cordelia. 

A simple vista se pensaría que estaban interesados por lo que Patil estuviera contando acerca de sus expediciones como  rompe maldiciones, pero la realidad era que Cordelia era la única interesada en lo que Patil decía, los demás solo estaban ahí para estar cerca de Cordelia. 

—Parecen sabuesos esperando una golosina— dijo Eowyn cuando sintió un ligero peso sobre su hombro. No tenia que girar su cabeza para saber que era Neville que apoyo su barbilla en su hombro. 

—¿A quien tiene Cordelia en su carné luego de Lord Black?

—Nott— contestó Eowyn mirando al grupo de sabuesos — Están siendo demasiados obvios. 

—Es normal, Cordelia ha llamado la atención de muchos. 

—¿Se han corrido rumores por su habilidad como parsel hablante?

—Si— Neville se enderezó y se colocó a lado suyo — Y solo están esperando el mejor momento para enviar sus solicitudes de cortejo a Lord Black. 

Eowyn evito reírse de eso, apostataba todos sus stickers de los Ositos Cariñositos a que Lord Black quemaría cada solicitud que llegara a sus manos. 

—¿Soy yo o estoy viendo una escena de Lo que el viento se llevó?— preguntó Hermione acercándose a ellos dos mientras miraba a Delia y los sabuesos.

—¿Cual de todas?— preguntó Eowyn. 

—Donde Scarlett esta rodeada de chicos mientras come tarta— dijo Hermione— Pero a diferencia de O' Hara que sabe y disfruta ser el centro de atención de los chicos, Cordelia no se da cuenta. 

—¿No se de lo que hablan— dijo Neville algo confundido. 

—Cosas de muggles— respondieron Eowyn y Hermione.

Eowyn miro como Cordelia decía algo y Higgs se alejó hasta donde estaban las bebidas, momentos después regreso con un poco de limonada para ella. Mentiría si aquello no le parecía gracioso, todos ellos rodeado a Delia como cachorros esperando una galleta que seria la metáfora de una muestra de afecto. 

—Ahí viene Blaise— dijo Hermione ajustando sus guantes, tal como lo decía Zabini se estaba acercando a ellos. —Le prometí el siguiente baile. 

—¿Ahora se llaman por sus nombres de pila?— preguntó Eowyn. 

—Hemos conversados y tenemos un mutuo interés en la Aritmancia. Es alguien interesante— contestó Hermione. Zabini llegó hacia ella, no sin antes saludarlo a ambos. 

Zabini se llevó a Hermione dejándolos solos otra vez. Eowyn seguía mirando a los tontos, si bien tenia la certeza de que ninguno era suficiente imbécil para avanzar más con respecto a Cordelia no bajaría la guardia. Al menor movimiento sospechoso los alejaría sin dudar. 

—¿No tienes a nadie más en tu tarjeta?— preguntó Neville. 

—No— respondió con simpleza — Creo que ya se cual es mi destino en este tipo de eventos. Ser el alhelí del grupo, pero no me molesta, al contrario, tendré la ventaja de observar todo y si tengo suerte escuchar uno que otro rumor que servirá en cualquier momento.

—Bueno, si tu vas  a ser el alhelí yo seré la enredadera para hacerte compañía— dijo Neville. 

Eowyn sonrió. 

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Kiram Patil era interesante, cuando dejaba de lado su nerviosismo. 

Rápidamente captó la tención de Cordelia sobre sus viajes de expediciones, fácilmente se lo podía imaginar como un chico aventurero que viajaba a muchos lugares. 

Al parecer Theo como otros compañeros también estaban interesados en lo que Kiram tenia que contar de sus viajes. Cuando Cordelia quiso ir por una refrescante bebida, Terence Higgs se ofreció amablemente en tráelo él mismo. 

—"Que amable"— pensó Cordelia.  

Cuando comenzó la segunda pieza de baile, Cordelia se despidió de los chicos ya que Theo tenia prometido a segunda pieza. Bailar Theo era divertido, no se sentía tan nerviosa como cuando bailaba como Malfoy y no tenia que temer a que fuera pisada como lo es con Neville. 

Cordelia observó rápidamente como Hermione bailaba con Zabini, ambos al parecer habían encontrado un tema en común por sus constantes conversaciones. 

—Te notó algo preocupado— dijo Cordelia mientras bailaban— ¿Hay algo que te preocupa?

—No es nada, solo un pequeño asunto que se resolverá muy pronto— contestó Theo. 

—Soy tu amiga— Cordelia quitó su mano del hombro de Theo para ponerla en su mejilla— Y si hay en que puedo ayudar lo hare con gusto. 

Theo sonrió levemente y apoyo su rostro contra la mano de Cordelia haciéndola reír levemente. Cordelia nuevamente colocó su mano sobre su hombro mientras el baile continuaba.

Lo que sea que estuviera preocupando a Theo, Cordelia esperaba ayudar. 

Cuando el baile termino se fueron sentar, nuevamente el pequeño grupo que se formo por la charla de Kiram se volvió a reunir. Aunque esta vez , sus demás compañeros de casa hablaban de sus viajes. 

—¿Y cual es el lugar que quisiera ver, Lady Potter?— preguntó Cassius Warrington. 

—Muy buena pregunta— dijo Cordelia ventiladose con su carné de baile sujeto a su muñeca derecha. — París seria una respuesta correcta. ¿Pero quien en la vida no sueña con viajar a París? Entonces mi segunda respuesta seria Austria. 

—¿Austria?— preguntó Higgs muy interesado. 

—En especifico la Abadía de Admont— sonrió Cordelia— Una vez vi un documental acerca de las librerías más interesantes del mundo, y cuando la mencionaron quede encantada con ella que se ha convertido en el lugar que quiero visitar al menos una vez. 

El resto de la noche Cordelia la pasó conversando con sus compañeros de clases, fue entretenido, muchos de ellos tenían cosas interesantes que contar. 

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Sirius sintió un escalofrió cuando entro a Grimmauld Place con Cordelia. 

—Okey Bambi— dijo Sirius con sus manos sobre los hombros de Delia— Ve a la biblioteca mientras yo termino ese papeleo que tengo pendiente. 

Sirius hubiera preferido dejar a Cordelia en Potter Estate al cuidado de Sam, pero la chica tenia trabajo ese día, así que se quedo sin la confiable niñera, ademas no quería molestar a  Edith ese día cuando ella tiene a su cuidado otros dos niños. 

—De acuerdo padrino. ¿Pero donde queda la biblioteca?

—¡Kreacher!

Sirius y Kreacher se miraron fijamente cuando el apareció, siendo sincero, Kreacher siempre destetó a Sirius y mimaba a Regulus. 

—¿Qué desea, Lord Black?

—Guía a mi ahijada hacia la biblioteca— le ordenó— Recuerda que ella es la heredera Black, por lo tanto también le debes servir a ella. 

Sirius miro por un momento a Cordelia que lo miraba seriamente, vagamente le recordó a los ojos de Gorgona de Lily. 

—Es un placer conocerte, Kreacher— sonrió Cordelia. Kreacher parpadeo un par de veces antes de empezarla a guiar hacia a biblioteca. Sirius suspirando fue a la oficina de su padre, esperaba que terminar todo en una hora, menos si era posible. 

—Padre— saludo Sirius al retrato. 

—Sirius— el retrato con la forma mágica de su padre le devolvió el saludo— ¿Como así no viniste con ese artefacto muggle?

—Se le acabaron las baterías— respondió sentadose en la silla detrás del escritorio, rápidamente ojeo las cartas mientras sacaba el abre carta del cajón. En estos momentos se odiaba por no conseguir baterías al Walkman que Nymphadora le obsequio, ademas de cintas con música grabadas. 

Al parecer fue un proyecto entre Dora y Sam, recopilaron todas canción de los 80's más populares para que él pudiera disfrutarlas.

—¿No se como puedes cumplir tus deberes como señor de esta casa escuchando música muggle?

—Al igual que en la adolescencia— Sirius levantó su mirada para sonreír con ironía a su padre— Ignorando sus comentarios. 

Sirius abrió las cartas del Ministerio, las misivas de las reuniones de Wizegamont, los avisos de la Junta de Gobernadores de Hogwarts. 

Cartas de Dumbledore que quemó apenas leyó el nombre del remitente. Cartas de otros Lords, invitación a cenas, partidas de Whist, cartas de los negocios asociados a los Black

Luego de leer la correspondencia dividió por las que requerían una respuesta inmediata y las que no eran de urgente consideración. Empezó a contestar las cartas de negocios, las partes que requerían su firma. 

Sirius estaría siempre agradecido con Andy por hacerse cargo de esto en sus años en Azkaban y ponerlo al día con estos negocios. Mientras firmaba lo que tenia que firmar metido si era momento de que Cordelia empezará sus lecciones como cabeza de una casa mágica. 

Él empezó a los doce y Bambi tiene trece. Medito los pro y contras. 

Contra, aun era pequeña. 

Pro, entre más pronto sepa todo esto se adaptaría más rápido. Ella tomaría total control e independencia sobre los negocio de los Potter, por lo que el mocoso infernal con quien se vaya casar no tendría porque meter su nariz en el asunto.

Mejor consultaría esto con Moony. 

Cuando termino todos sus pendientes, observo su reloj de bolsillo y sonrió, termino justo todo esto en una hora.

—Bueno, termine lo pendiente—dijo Sirius masajeándose levemente el cuello. —Adiós. 

Salio del estudio y escuchó risas en el pasillo, avanzó un poco hasta donde estaba el retrato de su madre, frente a ella estaba Cordelia abrazada a un libro y con una sonrisa suave. 

—Vaya— dijo el retrato de Walburga cuando notó la presencia de Sirius— Que niña para más educada y encantadora. Se nota que no la criaste tu. 

—También es un gusto verte— respondió Sirius con sarcasmo 

—Le estaba contando a Lady Black sobre la fogata de la profesora Edith— dijo Cordelia. 

—Si, se escucha interesante esa profesora— lo miró el retrato fijamente a Sirius— Soltera, New Blood, seguidora de las Vías Antiguas, soltera. 

—Oh no— pensó Sirius de inmediato a donde iba la conversación.

—Querida— dijo su madre a Cordelia— ¿Por que no le pides a Kreacher que te lleve a mi recamara? Como ha pasado Yule, quisiera darte un obsequio. Puedes escoger tres piezas de mi alhajero. ¡Kreacher!

En un ¡Pop! Kreacher apareció frente al retrato. 

—Kreacher, lleva a la señorita Potter a mi recamara— ordenó. Cordelia lo miró a él con esos ojos brillosos, Sirius asintió con la cabeza. 

Dejando un leve rastro de una risilla emocionada los dejaron solos. 

—Hay una bruja perfecta para ti y aun no las has cortejado— lo regañó como si fuera niño pequeño. 

—No me interesa Edith, y yo lo interesó para nada. 

—Muchacho idiota— le dijo Walburga— Eres Lord Black, es tu deber tener un heredero. 

—Ya tengo una y es mi ahijada. — respondió Sirius. — Mi único deber es priorizar es el bienestar de mi ahijada, así que , madre. El matrimonio esta fuera de discusión. 

Ademas, recordó a Edith mirando con pánico la carta que Lord Selwyn le envió solicitando un cortejo. Pálida lo llamó sin saber que hacer al respecto. 

Selwyn ya tenia un heredero que se graduaba este año y era viudo. Su estatus de New Blood luego de su juicio se hizo publico, así que esa carta no fue nada inesperada para Sirius. 

Aunque Sirius intuía por la interacción muy cercana entre Moony y Edith presentía que esos dos tenían algo, así que si podía mantener a los sangre pura lejos de Edith para que ella y Moony sean algo formal con gusto lo haría. 

—Muchacho idiota— le dijo su madre. 

—Gracias, tu me criaste— sonrió Sirius. 

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El 31 de diciembre llegó y Cordelia verificaba que todo lo previsto para la cena de Año Nuevo estuviera en su lugar. Era su primera cena formal como anfitriona y esa tenia entre emocionada y nerviosa. 

Había invitado a Madame Longbottom junto a Neville, a la profesora Edith con René y Colin. 

Cordelia recordó como tía Petunia organizaba las cenas de negocios de tío Vernon, era una suerte contar con Brissa y Dough. Encantada, tía Petunia le paso varias recetas para que Cordelia tuviera donde escoger. 

Antes de las diez de las noches, Cordelia estaba lista. Junto a su padrino esperaron en la sala.

Los primeros en llegar fueron la profesora Edith junto a el tío Moony con René y Colín. Su padrino los recibió con una sonrisa, y con cortesía tomo la mano derecha de la profesora y le besó los nudillos. 

—Tío Moony— dijo feliz Cordelia de volverlo a ver , sin dudarlo lo abrazó fuertemente. 

—Cachorra— dijo feliz besándole la frente— ¿Es mi idea o estas más alta?

—Tal vez un par de centímetros. — sonrió Cordelia. Luego Cordelia saludo a la profesora a René y a Colin que parecían emocionados. 

Cordelia mentiría si dijera que no estaba impresionada por la profesora Edith, en Hogwarts lucia como una maestra amigable pero esa noche parecía salida de una revista de modelos. Su vestido negro, sencillo la hacia lucir elegante y fabulosa. 

—Es gusto haber sido invitada— dijo con una sonrisa— Es un bonito hogar. 

—Gracias profesora. 

—Edith. ¿Te tiento con una copa de vino?— preguntó su padrino con una copa en sus manos. 

—Solo una, soy adulta responsable— rio mientras aceptaba la copa.

Cordelia se sentó junto entre René y Colin hablando de lo que hicieron esos días. Luego de unos minutos llegaron los Longbottom, su padrino se levantó para recibirlos, al igual que con la profesora, beso los nudillos de Madame Longbottom como forma de saludo y extendió su mano hacia Neville. 

Neville rápidamente se incorporó a la conversación de ellos tres con su habitual charla de plantas, algo que parecía tener en común con René, porque rápidamente comentaron sobre ellas. 

Cordelia desvió su atención hacia Colin, le preguntaba como le estaba con las materias y si necesitaba ayuda en algo, preguntó algo sobre los posibles temas que vendrían en el examen. 

La cena fue servida a las 23:00, Cordelia se sentó medio de su padrino y el tío Moony, la cena fue tranquila, los adultos los integraban a la conversación de manera armónica. 

La profesora Edith contó las diferentes formas en que las sociedades mágicas reciben el año nuevo en diferentes países. 

—Aunque todas son interesantes, en mi país es muy tradicional el fuego— dijo Edith. 

—¿Rituales?— preguntó Madame Longbottom. 

—Mas bien es una costumbre arraigada en sociedad muggle— contestó la profesora— Se hacen muchos de papel o llenos de aserrín, le prendemos fuego a media noche. Es como una manera de despedir el año. Yo como tradición personal hago una lista de las cosas que me salieron mal en el año y las pongo dentro del muñeco para que se queme.

—¿No es peligroso?— preguntó tío Moony. 

—Un poco, pero hasta el momento nadie en la familia ha resultado herido— la profesora bebió un poco de su copa— Eso si, como mi René es asmático tengo su inhalador a la mano. Ademas es una pena no tener una que quemar, hubiera hecho a Rita Skeeter, al menos sentiría algo de satisfacción.

—Cada año entre mis tíos hacen un monigote* grande o al político idiota de turno— dijo René. — Es una lastima no pasar con ellos este año. 

—¿Extrañas mucho a tu familia?— preguntó Cordelia. 

—Si, pero extraño mucho más cuando mis tíos me dan dinero cuando están ligeramente pasados copas. 

Su padrino rio con su repuesta y la profesora lo miro con cara de sorpresa. Cordelia también rio un poco. 

Ya pasada la media noche, todos recibieron el año en la sala entre charlas y buenos deseos para ese nuevo año. 

Chapter Text

Cuando el periodo de vacaciones de inverno se acabaron era momento de regresar a Hogwarts. Nuevamente las cinco estaban en un compartimiento, cada una haciendo sus cosas. 

Pansy y Daphne ojeaban el numero más reciente de Corazón de bruja. Hermione tenia un nuevo libro , ya sea muggle o mágico, en sus manos y no existía para el resto del mundo. Cordelia estaba trabajando en unos pequeños suéteres para cachorros en técnica de tejido en palillos y Eowyn estaba en su quinto sueño con sus audífonos y walkman. 

Crookshanks dormía panza arriba en el regazo de Eowyn, roncando ligeramente como lo hacia Eowyn. 

Cordelia miro su trabajo alzando ligeramente los palillos y regreso su vista a las instrucciones que tenia en regazo cuando tocaron la puerta del compartimento. Todas, menos Eowyn quien seguía roncando con el gato, dejaron lo que estaban haciendo. 

—Adelante— dijo Hermione cerrando su libro y colocándolo en su regazo. La puerta del compartimiento se abrió dejando ver a Xue Chang sonriendo amablemente, en sus manos lleva dos paquetes envuelto en papel brillante. 

Crookshanks se levantó en posición de defensa, siseó a Xue moviendo una de sus patas con las garras expuestas, se acercó con el pelaje erizado. Hermione rápidamente lo recogió y sentó en su regazo. 

—Es un gusto verlas señoritas— saludó Xue. En ese momento Eowyn despertó perezosamente, y aun sin sus lentes miro hacia la puerta.

—¿Y tu quien eres?— preguntó Eowyn. Cordelia le peñiscó la pierna por su descortesía. 

—Xue Chang— respondió cortes — Es un placer conocerlas. 

—Chang, es bueno verte— sonrió Cordelia— ¿Cómo fueron tus vacaciones?

—Bien— contestó antes de extender a Cordelia uno de los paquetes— Escuche que a usted le interesa conocer las tradiciones mágicas de cada lugar nuevo, espero que este presente sea de su agrado. 

Cordelia agradeció colocando el paquete en su regazo, por el peso y la forma era evidente que se trataba de un libro. 

—Y para el resto de señoritas— dijo Xue extendió el paquete restante a Hermione— Esperen que disfruten del dulce. 

El se despidió saliendo del compartimento. Hermione abrió el paquete revelando una gran caja de chocolates. 

—Wow, se ven apetitosos— Pansy se inclino levemente hacia Hermione. Ella colocó su mano libre sobre la frente de Pansy deteniéndola. 

—Yo seguiré durmiendo— bostezó Eowyn mientras cerraba los ojos y se apoyaba sobre Cordelia— Déjenme algo para mi. 

Y así, volvió a roncar. 

—¿De donde lo conociste?— preguntó Daphne. 

—En la biblioteca— contestó Cordelia regresando a su tejido, esperaba tener listos los abrigos en dos días— Es alguien muy amable, e ayuda a mi y Theo con nuestras tareas de Aritmancia.

—Luce algo mayor— dijo Pansy antes de comerse dos bombones. 

—Es solo un año mayor. 

—No lo se— arrugó Hermione la nariz— Hay algo en él que no me agrada, es demasiado simpático. 

—Oh, por favor, Mione— se quejó Daphne— Tu desconfías hasta de las moscas. 

—Es muy listo— dijo Cordelia sonriendo— Sus explicaciones me facilitan los temas que se complican. 

—Delia, Delia— Pansy negó con la cabeza — No debes pensar que todo mundo actúa por buenas intenciones, debes tener un poquito de malicia en tu cerebro. 

—¿Así que desconfió de mi propia sombra?

—No, pero no sean tan confiada con las personas—le dijo Hermione claramente. 

Cunado el tres arribó a la estación, Eowyn se despertó molesta cuando notó que solo le dejaron un bombón. 

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La clase de pociones era una de las clases a las que Cordelia tenia mayor cuidado, sobre todo porque era una rama de la magia muy delicada. Prueba de ello están los seis calderos que se han fundido hasta el momento del año escolar. 

Ademas de eso, la mirada analítica y seria del profesor Snape cuando revisaban cada caldero hacia que Cordelia trabajara con esmero en su poción, lo bueno es que contaba con Hermione como ayuda, así que le iba bien. 

—Las raíces menos gruesas Potter— le señaló el profesor Snape. —O tu poción estará arruinada antes de tiempo. 

Cordelia asintió con la cabeza, cuidado tomó el cuchillo e hizo lo indicado. Hermione, con una ligera mueca extraía el jugo sanguijuelas. 

—¿Estas enferma Granger?— preguntó alguien a sus espaladas. Cordelia y Hermione miraron sobre sus hombres a Malfoy mirándola. —Luces mareada. 

—No, no es nada— negó con la cabeza Hermione.—Solo que esto es un poco asqueroso.

Malfoy se rio un poco por el comentario de Hermione. Cordelia notó como la expresión de asco de Hermione paso a una ligera sonrisa que rápidamente se desvaneció ante un grito. 

Eowyn gritó, mientras su mano en el hombro trataba de quitarse una de las orugas peludas de su hombro, Neville se la quitó acabando con chillidos de Eowyn. Weasley detrás de ellos estaba riéndose. 

Eowyn, furiosa, le apuntó con el cuchillo y Weasley retrocedió con el rostro pálido

—¡Baja eso inmediatamente Fraser!— ordenó el profesor Snape acercándose a ellos. 

—Él empezó— dijo Parvati Patil señalando a Weasley— Se lo iba a lanzar al cabello pero cayó en el hombro de Fraser. 

—Veinte puntos menos para Gryffindor— declaró el profesor Snape— Denle la gracias a la Weasley. Continúen con sus trabajos, quiero los frascos con ambos apellidos en mi escritorio en quince minutos. 

El resto de minutos Cordelia y Hermione trabajaron en su pociones, de vez en cuando Cordelia alzaba su mirada hacia Eowyn, era claro que estaba molesta aun por la forma en que cortaba los ingredientes, lo bueno era Neville que estaba cerca para que no se cortará en medio de su furia. 

Cuando Hermione y ella terminaron su poción, Hermione sacó un ratón de plástico, juguete de Crookshanks, y Cordelia con cuidado dejó caer un par de gotas sobre el. Ambas sonrieron cuando el juguete se encogió a la mitad de su tamaño. 

Hermione lo envasó mientras Cordelia anotaba el apellido de ambas en etiqueta correspondiente. 

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—No me voy a hacer responsable si uno de estos días Weasley desaparece misteriosamente en el Bosque Prohibido— dijo Eowyn en la cena, como de costumbre sentada en la mesa de Slytherin junto a las demás. 

—Solo ignóralo— le recomendó Cordelia— No vale tu tiempo molestarse con Weasley o en todo caso acúsalo con Percy. 

—Lo ignoro todo el día. Ademas Percy se gradúa este año y dudo que las Bludger gemelas le digan algo— contestó enojada. 

—No te hace bien molestarte— le dijo Daphne. 

—Me enferma el hígado— gruñó Eowyn— Cambiando de tema. ¿Alguien tiene su tarea de Herbología? 

—No. Haz la tuya, vaga— dijo Hermione. 

—Auch Mimi, pensé que eramos amigas— fingió Eowyn estar decepcionada. 

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El mes paso volando con rapidez y Cordelia estaba enfrascada en sus estudios. Transformaciones y Runas era a las materias en la que todo su interés estaba enfrascado. 

Desde que la profesora McGonagall habló sobre los animagos, el tema se volvió uno de interés, teóricamente hablando, hasta el momento no tenia deseos o planes de volverse una animaga. Aunque por relatos de su padrino, él ,su padre y Pettigrew hicieron todo el proceso en absoluto secreto para poder acompañar al tío Moony en su dolorosas transformaciones 

Luego de eso, Cordelia comprendió la existencia de la colección variada de peluches de ciervo que tenia en su habitación. 

Cornamenta, su padre era un ciervo con grandes astas según el tío Moony. 

También le sorprendió cuando René mencionó que la profesora Edith era una animaga. 

—¿Y que animal es?— preguntó Cordelia luego que acabara la clases de Runas. Usualmente ella y sus amigas se quedaban unos minutos más para charlar con la profesora. 

—Es un secreto— contestó la profesora. 

—Nos puedes mostrar, por favor, por favor— pidió Hermione. Todas pusieron ojitos de cachorro a la profesora para que cedería. 

—No me miren así, soy débil— dijo la profesora. Cordelia sonrió levemente batiendo sus pestañas. — ¡De acuerdo! Ustedes ganan.  

La profesora se quito sus guantes y capa, luego siguieron sus tacones. Con un movimiento de varita los tutores quedaron arrinconados hacia los lados. La profesora Edith se subió al escritorio y con ágil movimiento saltó. 

Un esbelto animal aterrizó con gracia al piso, las prendas de ropa quedaron ordenadamente envuelta a los pies del escritorio. Cordelia no logro identificar rápidamente al animal. Era delgado, con pelaje en ciertas partes rojizo y otras grises, parecía un zorro pero no como los zorros que ha visto en documentales.

—¿Es una especie de zorro?— ladeó la cabeza Cordelia. 

—Pero es muy grande para ser un zorro—dijo Hermione. 

—Puede ser una loba— dijo Eowyn. 

—Los lobos son más grandes— contestó Daphne. 

—¿Entonces que es?— preguntó Pansy. El animal emitió chillidos hacia ellas mientras se acercaba sigilosamente, Eowyn rascó levemente detrás de una de sus orejas. 

El animal se alejó arrastrando con su hocico el bulto de ropa por la puerta que conducía a su oficina, minutos después la profesora salió en su aspecto humano y con el cabello suelto. 

—Bueno, lo acaban de ver es una loba de paramo— la profesora con un movimiento de varita se enroscó su cabello y lo ajusto con un alfiler largo de plata.

—Eso fue genial profesora— dijo Cordelia— Hay una duda ¿Los magos pueden escoger en que animales se pueden transformar o simplemente sale al alzar?

—La magia escoge— contestó la profesora, un elfo llegó con un té para todas. La profesora sacó de su cajón una lata rosada con galletas. —Dependiendo de la característica de la persona, ya saben que definen sus personalidad. 

—Tu serias una Golden— dijo Eowyn con una sonrisa mirando a Cordelia. 

—Y tu una sanguinaria Hiena — respondió Cordelia.

Cada una tomó una galleta para acompañar el té. 

—La animagia es un talento que mezcla pociones y transformaciones— siguió explicando la profesora— Aunque en mi caso durante mi primera transformación estuve dentro de un circulo con piedras rúnicas, para que la contención de la magia no sea tan caótica. 

—Eso no lo explicó la profesora McGonagall— dijo Hermione. 

—Es que son diferentes formas en que se maneja— explicó la profesora— Aquí tiene  a su maestro en todo momento en su primera transformación, pero en mi continente lo dejan solo para una mayor aproximación intima a ese espíritu animal que muchos magos poseemos. La cosmovisión de que los magos podemos reencarnar en una próxima vida en animales. 

—¿Creen en la reencarnación?— preguntó Daphne. 

—Si— contestó la profesora— Ahora se que en mi siguiente vida sera una loba de paramo. ¿Alguna de ustedes esta pensando en ser animaga?

— Eowyn — contestaron todas menos la nombrada, ella sonrió y se señaló a si misma. 

—¿Ya haz hablado con la profesora McGonagall?

—Luego de los exámenes— contestó Eowyn— Es un tema que me fascina. 

—Bueno, te puedo conseguir algunos ensayos que han escrito magos de la AML.— le ofreció la profesora. 

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Conocer la existencia de la Sala de Menesteres fue un completo descubrimiento para Theo. En el séptimo piso justo en frente de un tapiz de Barnabás el Chiflado.

Siguiendo las instrucciones del señor Oscuro, pasó tres veces frente al tapiz con un pensamiento en claro, el objeto del señor Oscuro. Cuando la entrada se abrió para él se quito la Capa de Invisibilidad de Cordelia. 

Theo se sentía con un nudo en el estomago cuando ella sin dudar le prestó su capa, ella no hizo preguntas confiando plenamente en él. 

—Lo haces por ella, es por su seguridad— se dijo a si mismo.  Theo recorrió las pilas de cientos de objetos estancados en este lugar. 

Caminó entre las columnas de muebles, pilas de libros olvidados. Cuando vio el gabinete que el Señor Oscuro describió, Theo con un movimiento de varita lo abrió. 

Era una tiara muy antigua, con zafiro brillantes. Theo percibió cierta carga mágica, una muy oscura provenir de la tiara. 

Levitando con cuidado la colocó dentro una caja de madera con runas de protección talladas. La enviaría esta misma noche a su abuelo. 

Theo ya cumplió con su parte del trato.

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La sesiones de Oclumancia era todos los viernes luego de la cena. 

La teoría sonaba sencilla, poder bloquear la Legeremancia para poder proteger la mente y pensamientos. El profesor Snape le explicó a Cordelia que debía vaciar por completo de cualquier pensamiento su mente. 

Cordelia en sus primeros intentos el profesor lograba entrar a su mente sin el más mínimo esfuerzo. 

Vacía tu mente, Potter. 

Concéntrate. 

Crea un muro alrededor de tu mente. 

Medita y controla tus pensamientos. 

—Poder ser una hábil oclumante podría incluso protegerte del maleficio Imperio— fue lo primero que le dijo el profesor Snape— La mente humana es tan voluble y débil, que una persona seria capaz de un titiritero ante alguien débil. ¿Acaso quieres ser una simple marioneta, Potter?

—No— contestó Cordelia con la frente en alto— No soy la marioneta de nadie. 

Palabras que repetía una y otra vez el profesor Snape en sus sesiones. Una ligera frustración se instaló dentro de Cordelia cuando el profesor fácilmente derribaba sus muros mentales como una flecha a un blanco. 

—Esta noche no trabajaremos en tus escudos— dijo el profesor— Hoy tu trataras de atravesar mi mente. 

—¿No que el objetivo es que yo fortalezca mis escudos mentales?— preguntó Cordelia. 

—La oclumancia y Legeremancia son ambos extremos de una misma balanza, Potter— contestó el profesor Snape— Domina una y la otra sera más sencillas. 

Cordelia asintió con la cabeza mientras alzaba su varita. 

—Legeremens— conjuro Cordelia hacia el profesor Snape. Su hechizo fue fácilmente repelido sin ningún esfuerzo. 

—Otra vez, Potter. 

—Legeremens— nuevamente un fuerte escudo mental detuvo su hechizo. 

—De nuevo. 

—Legeremens— conjuró Cordelia y por fin logro derribar el muro de la mente del profesor. 

Su mente mostro un bosque soleado, y a su mamá, un poco más joven que las fotografías. Su cabello estaba en un moño desordenado y llevaba ropa de caza, en sus manos tenia un rifle de caza apuntando a troncos de madera con un blanco pintado. 

Ella guiñó  un ojo y disparo, la bala dio en justo al blanco del tronco del medio. 

—¡Le di!— sonrió ampliamente mientras recargaba el rifle sobre uno de sus hombros— ¿Lo viste Sev? ¡Al fin le di al blanco!

Cordelia fue expulsada de la mente del profesor rápidamente. Ella lo miro estupefacta. 

—¿Usted bajo sus escudos?

—Así es. 

—¿Conoció a mi mamá?

—Es hora que regrese a su sala común, Potter. 

Cordelia asintió con la cabeza y se fue de su oficina, estaba segura que el profesor Snape no respondería a sus preguntas. 

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Theo notó rápidamente durante las siguientes semanas como niños de muggles de primer año seguían a Cordelia como polillas a un luz parpadeante. 

A la primera que noto seguir a Cordelia fue una niña de Ravenclaw , luego se unieron un chico de Hufflepuff y dos más de Gryffindor. Al igual que Granger y Creevy, estaban siendo instruidos en las Vías Antiguas, no es porque Cordelia lo hayas manipulado, ellos fueron quienes se acercaron a ella. 

—Potter esta ganando mucha influencia— comentó Blaise en su habitual sesión de estudio en la biblioteca. 

—Es carismática y buena estudiante— dijo Draco mirando de reojo a Granger que estaba leyendo una novela muggle "Jane Eyre"— No es extraño que los mocosos de primer año la sigan. Madre dice que tiene potencial para ser una bruja muy influyente. 

—"Es descendiente de Salazar Slytherin"— pensó Theo observando a Cordelia enseñando algo de Herbología al grupo de cuatro de niños— "Esta destinada a la grandeza"

—¿Lo saben?¿Sobre Warrington?— preguntó Draco.

—¿Y ahora que hizo nuestro bateador estrella?— dijo Theo regresando la mirada a su libro. 

—Su padre le envió una oferta de Cortejo a mi tío para Potter— contestó Draco, Theo alzó la mirada encontrándose con esos ojos grises burlones.

—¿Y que más?— preguntó Theo. 

—Mamá dice que apenas leyó la palabra cortejo la quemó sin dudar— rio Draco. —Y contestó que se abstuviera a mandar otra oferta hasta el cumpleaños 15 de Potter.

—Pobre Theo— se burló Blaise— Lord Black es el dragón a vencer si quieres cortejar a Potter. 

Theo suspiro, Lord Black era alguien muy frio, las pocas veces que estuvo en la misma habitación presente con él lo miro con una mirada calculadora, y eso que no contaba la salida al Hogsmeade donde los vigilo en su forma de Grimm. 

—Y no solo Lord Black — continuo Blaise — También debes enfrentar a Fraser. 

—Creo que Fraser sera mas difícil que mi tío— se rio Draco. 

—Vaya apoyo moral— contestó Theo.  

Theo mantuvo su vista en su libro durante minutos hasta que el olor a frutos rojos llegó a él. 

—Hola chicos— escuchó la voz de Cordelia. Theo alzó su mirada con una sonrisa, ahí estaba Delia con su habitual sonrisa y detrás de ella estaba Granger con su libro abrazado. 

—Hola— saludó Theo. Draco y Blaise saludaron a par. 

—¿Recuerdas a los cachorritos de Barbie?— preguntó Cordelia. 

—Si. 

—Mira— ella no dejó de sonreír cuando de su libro sacó una fotografía. Se podían preciar a tres cachorros cerca de la chimenea, cada uno con un jersey. — Sam le enseñó a mi padrino a usar una cámara instantánea y me ha enviado una fotografía de los cachorros. 

Cordelia se paro junto a ella, Theo noto los mechones que ligeramente rizados que caían sobre sus mejillas y el aroma de frutas se hizo un poco mas intenso. 

—Este es pastelito— señaló al perrito con jersey gris— Este es Scout — señaló al de jersey azul — Y ella es Oli — señaló a la de jersey lila. 

—Ya están más grande de mi ultima visita. 

—Lo se, y le quedan bien los jersey que tejí. 

—Eres muy buena para el tejido— le dijo Theo, él vio como sus ojos brillaron y sus mejillas se tornaron ligeramente rosadas. El ego de Theo se infló un poco, a diferencia de otros chicos, él lograba hacerla sonrojar. 

—Las chicas nos esperan— dijo Granger rompiendo la burbuja de felicidad de Theo. 

—Oh cierto, ya me estaba olvidando— respondió Cordelia guardando la fotografía en su libro— Nos vemos en clases de pociones. 

Ambas se fueron susurrando algo entre ellas dejándolos a los tres solos nuevamente. 

—¿Conoces a los perros de Potter?— pregunto Blaise con algo de diversión. 

—Cállate— respondió Theo. 

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Cordelia no espero ser una especie de guía para los de primer de año. No es que no le agradaran los más pequeños, solo que ella no se sentía como una guía. 

Un guía era alguien sabio y ella aun estaba aprendiendo. 

Pero saber que ese pequeño grupo de primer año confiaban en ella para aprender sobre las Vías Antiguas la hizo sentir bien. 

A la primera que conoció fue a Gillie Anderson, una Ravenclaw de piel oscura y cabello muy rizado. Ella estaba conservando como la señorita Clearwater sobre algo de Encantamientos mientras caminaban hacia la torre de Ravenclaw, donde Penélope le iba a entregar un libro del tema a Cordelia cuando oyeron sollozos en el baño. 

Tratando de ver quien lloraban se toparon a la niña viéndose al espejo y su cabello, tenia un pegado un pasta de goma de mascar en su cabello y con un par de tijeras a punto de cortase ese mechón afectado. 

Penélope la detuvo mientras la niña sollozaba por su infortunio, le pidió a Cordelia que se quedará con Gillie mientras ella iba por algo. Las dos se quedaron en el baño, Gillie no paraba de decir que solo tenia que cortarse el cabello, que ya no tenia reparo. 

Cordelia le explico rápidamente la importancia del cabello de una bruja y Gillie se palideció al saber que casi comete gran error. Penélope regreso con un peine y crema para peinar, fueron largos minutos donde Gillie permaneció quieta mientras Penélope colocaba crema en el cabello y despegaba la goma de mascar, Cordelia sostuvo su mano ese tiempo. 

Luego de ese día, Gillie siguió a Cordelia por todas partes, haciendo más preguntas. Cordelia con mucho entusiasmo le respondía a sus dudas, también le entrego los libros que ella consiguió sobre las tradiciones mágicas y vías antiguas. 

A la siguiente semana, se unieron tres amigos más de Gillie en sus constantes preguntas. Joe Thomas un chico de Hufflepuff, Emily Walsh y Henry Byrne de Gryffindor. Cordelia había hecho tiempo para reunirse con los cuatro los sábados antes de la cena, de vez en cuando también los ayudaba con cualquier duda escolar que tenia. 

A Gillie y Emily les regalo los broches y cintas para el cabello que consiguió antes de su primer año, también les enseñó como trenzar su cabello o recogidos sencillos. 

Por otro lado también seguía sus lecciones de Oclumancia con el profesor Snape. Sus escudos mejoraban poco a poco, si bien el profesor Snape aun lograba resquebrarlos, ya no era tan sencillo como antes. 

Cordelia construyo fuertes escudos, tan resistentes como lo pueden ser paredes de diamantes solidos. El profesor Snape también le explico que un Legeremante también podía crear falsos recuerdos. 

—¿Y porque crear falsos recuerdos?— preguntó Cordelia en su habitual sesión. 

—Una mentira es más creíble cuando se siente verdadera— contestó el profesor Snape. 

—¿Así que un poco de verdad dentro de mentiras pueden convencer a los demás sencillamente?

—Y solo los pocos intuitivos son fáciles de caer en sencillas mentiras. 

Cordelia asintió con la cabeza, Tía Petunia siempre le había dicho que uno siempre debería saber escoger sus palabras y que decir, si bien las mentiras podía ser malas, pero de vez en cuando eran necesarias. 

Cordelia siempre priorizaría decir la verdad, pero si fuera necesaria una mentira, mentiría si ese le salva el cuello a ella y los que más quiere. 

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El sonido de una tetera silbando y el aroma de desayuno casera guio a Remus desde el sótano hasta la cocina de la casa de Edith. 

A Remus le dolían los músculos y el largo rasguño desde su cuello hasta su costado izquierdo le ardió, pero no era nada comparado con el dolor que sufrió en sus transformaciones cuando era más joven. 

Un dolor que más de una ocasión hizo que la idea de tomar veneno flotara en su mente como un trago tentador. 

—Buenos días— saludó Edith con una resplandeciente sonrisa desde la estufa, en su mano había una espátula, en su blusa tenia rastros de harina. 

—Buenos días— respondió Remus sentado en la mesa de la cocina en frente suyo estaba Sirius dormido con la cabeza recargada en la superficie de la mesa. 

Edith colocó tres tazas blancas para ellos y con cuidado vertió el agua caliente en las tazas. Con el poco tiempo de convivencia sabia que Sirius tomaba té Earl gray, Remus prefiera el chocolate caliente y Edith era una consumidora devota del café. 

Ella con cuidado despertó, Sirius con cara de trasnochado se incorporó. Los tres tomaron el desayuno en completo silencio, Remus notaba la mirada de Edith sobre su herida reciente. 

—Tengo un poco de ungüento para esa herida— dijo Edith— Y algo de ungüento de menta para tus músculos, ya sabes, ayuda un poco con el dolor. 

El ungüento de menta de Edith fue una ayuda para su cuerpo habitado por las transformaciones, Remus empezó a dormir más relajado y junto a la poción preparada por Severus su vida mejoró un poco. 

Ellos se miraron un momento, y Remus recordó cuando se besaron en la cocina en Yule luego de que los chicos estuvieran en la sala jugando y ellos recogiendo los platos de la cena. Remus percibió el aroma a un perfume de vainilla delicado.

 Remus se sonrojó al recordar eso y miro a Sirius, sus ojos grises brillando de manera divertida intercalada sobre él y Edith. Sirius le guiñó un ojo antes de seguir desayunando. 

—La señorita Potter me ha estado pidiendo ayuda— dijo Edith. 

—¿Que le pasó a Bambi?¿Tiene malestar?¿Alguien la molestado?¿Algún baboso pervertido a estado detrás de ella?— empezó a preguntar Sirius preocupado— Nombres Edith. Dame nombres. 

—No es nada malo— contestó ella rápidamente antes de darle un mordisco a su tortillas¿ de harina— Solo ha pedido consejo. Unos niños de primer año han empezados lecciones de las Vías Antiguas con la señorita Potter, y bueno ella me pregunto como fue mi educación, ya que también soy de padres muggles. 

Sirius respiró tranquilo. 

—Deberías calmarte Sirius— dijo Remus— Cordelia esta bien. Bueno, eso y que michos chico de su casa la siguen como cachorros perdidos. 

—No es gracioso Remus— murmuró Sirius. 

—Por la Diosa, la pobre niña terminará vistiendo santos con un padrino tan sobreprotector— rio Edith. 

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Las semanas pasaron volando y el tiempo pasó rápido para Cordelia. Entre la ayuda a los más pequeños y sus clases encontró en las lecciones de Oclumancia un espacio para poder conectarse con ella misma. 

—¿Sabe porque el director preguntó por mi?— preguntó Cordelia mientras caminaba a lado del profesor Snape hacia la oficina del directo. 

—Solo me ha pedido que la lleve— contestó el profesor Snape, cuando se pararon frente a la estatua de Gárgola. — Dulces de limón. 

La estatua de Gárgola crujió dejando paso a una escalera de caracol. 

—Levante sus escudos mentales, Potter— le dijo el profesor Snape. 

—¿Levantarlos?

—Siempre ten tus escudos listos— con eso el profesor se fue. Cordelia siguió el consejo del profesor y levantó sus escudos, tan fuertes como el diamante en bruto alrededor de su mente. 

Con cuidado subió por las escaleras y tocó la puerta, segundos después se abrió dejando ver la oficina del director. Cordelia se quedó impresionada por los cientos de libros que estaban en los estantes en todas las paredes. 

—¿Padrino?— dijo Cordelia sorprendida ante la presencia de su padrino en la oficina. Vestía sus túnicas negras y una expresión de frialdad que cambio drásticamente su presencia. 

—Tome asiento señorita Potter— le indicó el director señalando la silla frente a él. 

Cordelia miro a su padrino, él asintió con la cabeza y Cordelia obedeció. 

—¿He hecho algo malo?— preguntó Cordelia. 

—La señorita Potter esta adoctrinando a varios compañeros con lo referente a las Vías Antiguas — dijo el director.

—Yo no le veo el problema — respondió su padrino con simpleza, su mano sobre el hombro de Cordelia demostraba que estaba de su lado.

—Van contra las reglas— explicó Dumbledore.

—No, no lo es— dijo su padrino con seriedad y una postura recta— Y si piensas que puedes expulsar a mi ahijada, recuerdas, tu solo eres el director, ella es la dama de la casa Potter y heredera de la casa Black.

Su padrino se aparto de lado de Cordelia para apoyar ambas manos sobre el escritorio del director.

—Te estas enfrentando a cuatro casas con el mero hecho de señalar a Cordelia. — empezó con una suave pero oscura — Los Black, los Malfoy, los Lestrange y Longbottom apoyaron sin dudar a Cordelia. Sin contar las familias a las que pertenecen las amigas del círculo cercano de mi ahijada. Puedo mover mis contactos en la Junta de Gobernadores en Hogwarts para que te remuevan de su puesto.Así que no busques enemigos, Dumbledore.

—Has cambiado mucho Sirius.

—Lord Black para ti— le gruñó con los dientes apretados — El muchacho que conociste murió en esa celda de Azkaban. 

—Yo solo he ayudado a mis compañeros que han pedido mi ayuda— habló Cordelia por primera vez. Su tono era suave pero a la vez un poco firme. — Han estado interesados en las Vías Antiguas y he sido yo a quien han buscado, solo ayudo. 

La mirada del director estuvo fija sobre ella, un cosquilleo en su mente. Cordelia apartó rápidamente la mirada al recordar la lección del profesor Snape sobre evitar las miradas fijas. 

El director trató de usar Legeremancia sobre ella. 

—Necesito regresar a mi sala común— dijo a su padrino — Tengo mi clase de Encantamientos en unos minutos y necesito ir por mi libreta de apuntes,

—Puede retirarse señorita Potter— contestó el director— Pero recuerde señorita Potter en no presionar a sus compañeros. 

— Solo estoy ayudando, director— dijo Cordelia con un poco de seriedad en su tono, algo que casi nunca hace. 

Su padrino la despidió con en beso en la frente. Cordelia se fue muy molesta de la oficina del director. 

¿Acaso la creía una especie de Bruja Oscura que buscaba formar un grupo? Cosa totalmente ridícula. 

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Cordelia no hizo caso a las palabras del director. 

Ella no estaba haciendo nada malo, así que no si no era malo que lo hacia no debía porque parar. 

En los pasillo se encontró con Neville y René, ambos discutiendo algo de plantas medicinales. Cordelia respiró profundamente dejando de tras su molestia y reemplazándolo con una expresión de serenidad. 

Neville fue el primero que la vio. 

—Cordelia— le sonrió— ¿Que haces por aquí?

—Cosas sin importancia— contestó Cordelia— ¿Y ustedes a donde iban?

—A los invernaderos— dijo René sacando un tallo y hoja de planta de su bolsillo— Queremos ver si la profesora Sprout nos permite plantar Uña de Gato. 

Cordelia soltó un "Ohh" mirando la muestra de de la planta. Era como una hoja normal y no comprendía de donde venia el nombre. 

—Un amigo de mamá le ha enviado hierbas, sobre todo eucalipto— continuo hablando René— El invierno esta terminado y con ello el cambio de clima, algo que no es muy amable con asmáticos como yo. 

—¿Que va a ser la profesora con todas esas plantas?— preguntó Cordelia. 

—Las va a hervir todas juntas y tendré que poner mi cara por unos minutos al vapor— contestó guardando la planta en su bolsillo— Al terminar me siento como pollo asado pero me permite dormir sin ahogarme en la noche. 

—¿La profesora tomó vitaminas en su embarazo?— preguntó Neville y Cordelia rio. 

—Si, mi bisabuela le daba muchas vitaminas y la obligaba a tomar sopas— sonrió René.

Cordelia y Neville rieron, ella se llevó la mano al pecho por su risa que le retumbaba en el pecho. Luego de algunos segundo las risas acabaron. 

— Neville— recuperó su postura Cordelia— ¿Te podría pedir un favor?

—Claro, en lo que pueda ayudarte. 

—Walsh y Byrne— dijo Cordelia— Se que me ofrecido en ayudarlos con lo referente a las Vías Antiguas pero mi horario ha estado un poco ajustado, y como ellos dos son de Gryffindor me pregunta si...

—¿Me pudiera hacer cargo de ser su guía?— pregunto Neville y Cordelia asintió con la cabeza. —Claro, igual mi tiempo es mucho pero como no me simpatizo también con mis compañeros de habitación. 

—¿Weasley y compañía?— preguntó René molesto. 

—Si— se mostró abochornando Neville. 

—Tengo ganas de romperle la cara a ese idiota— se mostró molesto René— Me ha derramado tinta en mis ensayos en varias ocasiones.

—A Weasley le falta un poco de educación— arrugó la nariz Cordelia— Los únicos Weasley relativamente decentes son Percy y Ginny, los gemelos me dan algo miedo con esas sonrisas maliciosas. 

—Cambiando de tema— dijo Neville— Con gusto te ayudare, mi abuela se pondrá contenta, Colin ya esta avanzado solo en sus estudios y tener a Walsh y Byrne como nuevos pupilos le podrán contenta. 

—¿De que nivel de estudio son los textos?— preguntó René. 

—No entiendo— contestó Cordelia. 

—Y son chicos de primer año no deberías darles texto con contenido muy denso— explicó René— Los puede intimidar, de los libros que tienes deberían hacer una versión para principiantes. Los estuve leyendo, si bien son completos, son algo intimidantes. 

—Bueno, eso se escucha lógico— dijo Cordelia mirando a Neville. 

—¿Quien de tus amigas estaría dispuesta a reelaborar esos textos y que conozca bien el material?— indagó René. 

—Hermione— contestó sin dudar Cordelia

—Bien, le enviare algunos textos como ejemplos— dijo René. 

—Entonces los dejó, tengo clase en unos minutos y tengo que ir— sonrió Cordelia despidiéndose de ellos. 

—Nos vemos— se despidieron. René pasó su brazo por los hombros de Neville. 

—La próxima salida a Hogsmeade vendrás a mi casa— sonrió, Cordelia notó que casi tenia expresión de ido— Mi tío me envió mi regalo de navidad, una consola de videojuegos con algunos juegos, ven a casa a jugar. 

Cordelia sonrió, René se llevaría muy bien con Dudley. 

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Este año la copa de Quidditch estaba siendo una completa revelación. Se estimaba que Slytherin tuviera ventaja por la habilidad de Draco Malfoy como el buscador. Pero el debut de Ginny Weasley fue algo innegablemente sorprendente. 

Su contextura delgada y buenos reflejos le dieron una ventaja sobre el buscador de Hufflepuff y Slytherin, ademas que era mucho más bajita que Cho Chang como la buscadora de Ravenclaw.

El partido Ravenclaw contra Gyrffindor defendería quien se enfrentara a Slytherin para el final. 

El clima favoreció la mañana, las nubes tapaban levemente el sol. 

Desde las gradas de Slytherin vitorearon cuando una cazadora de Ravenclaw logró esquivar la defesa de Wood ganándose un sonido lastimero colectivo en las gradas de Gryffindor. 

Cho Chang revoloteó alrededor de Ginny con el objetivo de marearla, cuando Ginny Weasley se alejaba de Chang por unos metros, Chang nuevamente sobrevolaba sobre ella. En un momento del partido, accidentalmente una Bludger golpeo a la snitch cuando estaba casi rozando los dedos de Chang. 

La buscadora de Ravenclaw soltó un quejido claramente de molesta mientras miraba mal al golpeador de su equipo por ese mal movimiento. 

El partido avanzo media más dejando el marcador 120-75 a favor de Ravenclaw, la snitch pareciese que le divertida frustrar a ambas buscadoras. Cada vez que alguna estaba estaba a punto de atraparla, la pelotita dorada huía. 

El partido acabo cuando Ginny la atrapó justo en las narices de Cho Chang. 

Desde las gradas de profesores, se podía ver a la profesora Luzardo con una gran sonrisa extender su mano hacia el profesor Snape, quien le entregó 25 Sickle de plata. 

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La semana de exámenes comenzó, y con ello el ambiente de preocupación y ansiedad se podía percibir en el ambiente. 

Hermione nuevamente desplegó su libreta con las planeaciones que preparo luego de las vacaciones de Yule. 

—Tu me das miedo Hermione— dijo Eowyn mientras las cinco estaban reunidas en el estudio secreto. 

—Nuestra vida adulta y los prospecto del futuro dependen  de nuestras calificaciones, estamos a dos años de rendir nuestros T.I.M.O.S — contestó Hermione mirándolas seriamente— Y según Percy, muchos se van preparando para los T.I.M.O.S en cuarto año. 

—Hermione, relájate— le aconsejó Cordelia.

—Solo digo que esto es muy importante— continuo diciendo Hermione— Así que le escribiré a Percy o Penélope en el verano para ir armando nuestro plan de estudio. 

—A veces me das miedo de la misma forma en que me sorprendes— dijo Daphne jugueteando con su pluma. 

—Y eso que estoy siendo relajada, espere que llegue ese año y me verán de la peor forma posible— contestó Hermione. — ¿Que exámenes tenemos el primer día?

—Runas, Transformación y Astronomía— dijo Cordelia revisando su libreta. 

—Debemos estar agradecidas que la profesora Edith haya dedicado sus ultimas tres clases al repaso general de su materia— dijo Pansy comiendo una galleta. Cordelia notó que siempre tenia galletas en su bolso. 

¿Donde las conseguía? Ella se negó a revelar su distribuir secreto de dulces. 

—Bueno, los exámenes de la profesora McGonagall siempre son teórico y practico— dijo Hermione. 

—Adoro mas lo practico que lo teórico— comentó Eowyn mirando sus libros.

—A René igual— dijo Pansy distraída— Él dice que le gusta mantener la concentración en la lectura, según él, las palabas empiezan a flotar y lo marean. 

—¿La llamaste por su nombre?— preguntó muy divertida Daphne. Cordelia rápidamente cerró su libro y fijo su mirada sobre Pansy. 

—No lo hice— contestó Pansy manteniendo la serenidad. 

—Si, si lo hiciste— dijo Cordelia apoyando su mejillas en sus palmas

—¿Que decías de los exámenes Hermione?— preguntó Pansy en dirección a Hermione. 

—Ni creas que le vas a librar del interrogatorio de Cordelia— contestó ella mirando sus apuntes. 

—Eres un ser malvado— contestó Pansy y Hermione sonrió. 

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El primer examen fue el Runas, el salón estaba en completo silencio siendo el sonido de las puntas de las plumas contra la hoja del examen. 

Theo alzo la mirada, en frente de la clase estaba la profesora Luzardo, con sus manos entrelazadas frente a ella y mirando todo desde su lugar, a los pies de su escritorio estaban todos los bolsos escolares de la clase que la profesora ordenó que fueran colocados en ese lugar antes de comenzar el examen. 

 Theo regreso su mirada al pergamino. 

¿Acaso esto era una obra malévola? Hasta el momento todas las preguntas de los otros maestros en años anteriores eran de contestar en manera de párrafos, pero la profesora intercalo preguntas normales con otras de una pregunta sencilla con cuatro diferentes opciones por debajo. 

No podía quejarse, hasta el momento las preguntas con las cuatro opciones las había contestado rápido, eran demasiado sencillas para él. 

¿Pero si este tipo de preguntas confundían a Cordelia?

—Les quedan 45 minutos— dijo la profesora.—Mediten bien sus respuestas, chicos. Estuvimos repasando las ultimas tres clases. 

Theo miro su pergamino ya solo le faltaba dos preguntas. 

—Tome profesora— escuchó a Cordelia. Theo alzó nuevamente su mirada, Cordelia le entregó su examen y recogió su bolso. 

—¡Ya terminó la primera victima! Vamos, se que algunos ya terminaron solo esperaban a que saliera el valiente en entregar primero!— dijo la profesora colocando el examen de Cordelia en su mesa. 

Sorpresivamente, cinco estudiantes entregaron sus exámenes luego de que Cordelia entregará el suyo. 

Al terminar su examen, Cordelia estaba afuera apoyada en una pared junto a Granger y las demás esperando a Longbottom. Cordelia le sonrió y lo saludo con la mano, Theo también sonrió mientras se iba a la sala común. 

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La semana de exámenes avanzó como un viento veloz. El examen de criaturas mágicas fue un ejercicio de tres de atrapar un Bowtruckle a los limites del bosque Prohibido. 

El truco era ganarse su confianza, eran muy escurridizos y se camuflaban también en los arboles haciendo el proceso de encontrarlos más difícil. 

Cordelia, Hermione y Eowyn hacían equipo, dejando a Pansy y Daphne hacer equipo con Neville. Eowyn fue muy lista al poner un pañuelo en las raíces de un árbol con muchos insecto, alimento preferido de los Bowtruckle. 

No pasaron mas de tres minutos cuando un pequeñín saltó de una rama hacia el pañuelo. Cordelia lo saludo y la criatura lo vio expectante, con cuidado levantó en pañuelo con el Bowtruckle todavía comiendo insectos. 

Fueron las segundas en llegar, ya que el grupo de Weasley y sus amigos llegaron primero. Ron Weasley les sonrió con burla a las tres, Eowyn avanzó un par de pasos pero Hermione le jaló de a manga de su túnica deteniéndola. 

—Duerme con un ojo abierto, Weasley— amenazó Eowyn. 

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El último examen, la mañana del jueves, fue el de Defensa Contra las Artes Oscuras. El tío Moony había preparado el examen más raro que habían tenido hasta la fecha. Una especie de carrera de obstáculos fuera, al sol, en la que tenían que vadear un profundo estanque de juegos que contenía un grindylow; atravesar una serie de agujeros llenos de gorros rojos; chapotear por entre ciénagas sin prestar oídos a las engañosas indicaciones de un hinkypunk; y meterse dentro del tronco de un árbol para enfrentarse con otro boggart.

Cuando Cordelia llegó al tronco del árbol se encontró con la imagen de Rhea, con una herida sangrante en su costado manchando un camisón de dormir y su cabello cortado cruelmente. 

—Cazadora— dijo en parsel con una voz lejana. Cordelia rápidamente esgrimo su varita. — Cazadora. 

El boggart con la imagen de Rhea esgrimo una larga lanza de plata. 

—¡Riddikulus!— conjuró Cordelia ágilmente. La imagen del Boggart cambio rápidamente, dejando atrás a una Rhea adulta por una que se asemejaba a la edad de Cordelia. 

Su cabello recogido un una redecilla de plata con esmeralda y un vestido verde oscuro con bordado de oro en el filo de la falda, en su manos levaban una arpa de mano. 

"He smelled that girl
In summer air
The bear, the bear
And maiden fair
The bear, the bear
And maiden fair
And the bear, the bear"

Escuchó cantar a los lejos Cordelia cuando se alejaba del tronco del árbol. La voz del boggart era suave  melodiosa como una campanita dejando con la duda si lo voz de Rhea era así de encantadora.

—Estupendo, Cordelia —susurró el tío Moony, cuando bajó sonriente del tronco—. Nota máxima

Sonrojada por el éxito, Cordelia se quedó para ver a sus amigas. Luego siguió Hermione saliendo con unas ramitas en su cabello luego de su enfrentamiento con el boggart, le siguieron a Pansy y Daphne, consiguiendo ellas tres también una nota máxima. 

Lo extraño fue el examen de Eowyn, paso todos los obstáculos sin mayor problema y con la agilidad de una cazadora, la verdadera sorpresa fue con su boggart. Eowyn salio el árbol aferrada como koala por detrás del boggart sujetándolo por el cuello con el cable con una expresión e furia instaurada en la mirada castaña de su amiga.

De verdad parecía que estaba ahorcando al boggart con su propio cable, todo mundo presente vio como trataba de acabar con el boggart eliminándolo sin magia. 

El tío Moony tuvo que enviar de nuevo al boggart al tronco del árbol y diciéndole a Eowyn que tratara de usar magia la próxima vez. 

El ultimo examen fue Aritmancia, dos horas y media de números, cálculos y confusión. 

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La sala común de Gryffindor estaba totalmente en emoción, la brillante copa de Quidditch de ese año se mostraba orgullosa y resplandeciente en lo alto de la chimenea. 

Ese año al fin habían logrado ganar luego de que Slytherin tuviera una victoria consecutiva de seis años. El apellido Weasley resonaba en la sala común, y sobre los hombros de los gemelos Ginny se alzaba con una enorme sonrisa. 

Después de todo, ella había atrapado la snitch dándoles las dulce victoria. 

Eowyn miraba todo con una sonrisa, minutos antes que los jugadores regresaran a la sala común, Ginny había sido interceptada por las demás. Cordelia la abrazó fuertemente felicitándola por su victoria. 

Ginny había invitado a las cuatro a la sala común, pero declinaron la oferta amablemente alegando que era mejor mantener la distancia, aunque eso no impidió que Eowyn guardara con el mayor sigilo posible los bocaditos y dulces que fueron servidos para la celebración para repartirlo entre las cinco después. 

Las Bludger Weasley lograron colar cervezas de mantequilla y algunos dulces a la celebración. 

—Cortesía de los Merodeadores— contestaron a la par cuando le preguntaron donde lo consiguieron. 

Eowyn sonrió, estaba segura que los gemelos se habían memorizado el Mapa del Merodeador a la perfección.

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La sala común de Slytherin recupero su tranquilidad habitual luego del final del campeonato de Quidditch. El profesor Snape había reunido a todo los Slytherin en la sala común, primero comenzó hablando del buen desempeño de los de séptimo año en sus E.X.T.A.S.I.S, luego los T.I.M.O.S. 

Hasta que llegó a los de tercer año. 

—Nuevamente, cuatro de ustedes están los primeros lugares— dijo leyendo un pergamino— Granger, Malfoy, Nott y Potter, luego les sigue un Ravenclaw que poco ha hecho para que me acuerde de su rostro. Les felicito por su buen despeño y dejar en alto el nombre de esta orgullosa casa. 

Hermione estaba que resplandecía, por tercer año, era la mejor del año. 

Cordelia estaba contenta son posición académica, no tenia nada de que quejarse. 

—Como saben, muchos en cuarto se preparan para los T.I.M.O.S de quinto— siguió explicando el profesor mirando al grupo de tercero— Les sugiero, ustedes que van a entrar a cuarto año, busquen guía de sus compañeros que se graduaran en unos días, que los asistan, porque como bien saben, las notas de los T.I.M.O.S es un pilar importante en su futuro. 

Con eso el profesor Snape enrolló su pergamino y se fue. La sala se dispersó y las cuatro se sentaron cerca del ventanal. 

—Vaya, Hermione tenia razón, el próximo año sera duro— dijo Daphne. 

—El próximo año escolar sera lo más amable, el verdadero desafío sera quinto año— dijo Hermione— Segun Penélope, dice que obtienes puntaje extra en D.C.A.O si logras conjurar un Patronus Corpóreo. 

—¡Mi padrino sabe hacerlo!— comentó Cordelia emocionada— Es muy impresionante, le podemos pedir a él y a mi tío Moony que nos enseñen, y tendremos algo de ventaja sobre los demás. 

 —Pero solo eso, son vacaciones y fueron hechas para descansar— dijo Pansy — No para preocuparse por el colegio. 

Hermione solo se encogió de hombros. 

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El ultimo día de clase inicio con un articulo del profeta, que hundió por completo a Remus. 

—¡Voy a matar a esa zorra con mis propias manos!—escuchó a Edith gritar. Remus observó a la bruja lanzar maldiciones e insultos a la edición de ese día del Profeta

"Un hombre lobo en Hogwarts" decía el titular, y la información de que Remus era uno, que estaba en Hogwarts, y que era un peligro para los niños. 

El día había iniciado bien, Edith estaba sonriente y le pidió a Severus que anotará una lista de hierbas, plantas y semillas de Latinoamérica. 

Ella viajaría unas tres semanas a casa con René apenas salieran de Hogwarts y como agradecimiento por prepara los suplementos que ayudaban a René con su anemia le conseguiría plantas raras y costosas de conseguir aquí. 

Snape dejó El Profeta y el estomago se le revolvió a Remus. 

¿Cómo Rita Skeeter había conseguido esa información?

—Edith por favor— dijo Remus, ella rompió la edición, en varios pedazos con sus propias manos. — Calma

—¡¿Calma?!— chilló muy molesta, Remus notó un brillo dorado en su iris, nunca salia bien un animago furioso.— Voy a hacer que esa maldita se arrepienta, estuve en un colegio de señoritas, se lidiar con perras como ella. 

Remus la tomó de los brazos para que lo mirará, su expresión de furia se apago por una expresión de tristeza. 

—Sabia que no duraría esto— dijo Remus— Mi carta de renuncia esta en el escritorio de Dumbledore en una hora. 

—No es justo, eres un buen maestro. Los chicos te adoran. 

—No quiero que haya problemas en Hogwarts por mi culpa. 

—Oh mi Remus— dijo Edith colocando sus manos sobre el cuello de Remus a la par que se alzaba un poco en puntillas— ¿Quien te hizo tanto mal para que creyeras que eres un monstruo?

Edith se inclino para besarlo, Remus colocó sus manos sobre las mejillas de Edith. Era tan cálida como un tenue llama en un crudo invierno. 

Un jadeo los hizo separarse, Remus vio a Delia en el marco de la puerta con una expresión de desconcierto y teniendo la edición de El Profeta en sus manos. 

Edith se separó de él como si estuviera en llamas, ella estaba balbuceando. 

—Me voy— dijo nerviosa caminando de espaldas hacia la puerta, al girar se golpeo su brazo con el marco de la puerta. Ella se fue gimiendo del dolor. 

Remus miro a Cordelia, Delia lo miraba muy confundida y parpadeando como búho. 

—¡Supongo que leíste el periódico?— preguntó Remus. 

—Esto es muy injusto— dijo molesta. 

—Los padres no querrán a un hombre lobo. 

—Pero tu eres bueno tío Moony— contestó Cordelia— Nunca has lastimado a nadie. Esto es una completa injusticia. 

—Así siempre ha sido para nosotros con licantropía, pequeña— dijo Remus palmeando la mano de Cordelia— Ya me las arreglare, no es la primera vez que pierdo un empleo por ser un hombre lobo. 

Cuando los ojos de Cordelia brillaron en lagrimas, Remus supo que no fue lo correcto lo que dijo. 

—¿Por eso no hiciste cargo de mi?¿Cuando murieron mis padres?— preguntó Cordelia— ¿Por tu condición?

—Yo preferí alejarme— le dijo Remus— Temía hacerte daño. 

Cordelia asintió con la cabeza, Remus la abrazo. Recordó su plan de alejarse de sus amigos cuando nació Delia, el miedo a herirla era fuerte.

Recordó a James prohibirle hacer eso, le pidió que se quedará mientras colocaba a un Cordelia de tres días de nacida en sus brazos. 

—Eres parte de la familia, Remus— le dijo sonriendo— No seria justo que mi dulce corazón se perdiera del tío Moony. 

Remus se separó de Cordelia y sonrió. 

—Mejor regresa con tus amigas, cachorra— le dio un beso en la frente— Todo estará bien. 

Menos de una hora después, Remus dejó Hogwarts con su renuncia firmada en el escritorio del director. 

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El reportaje de Rita Skeeter sobre el tío Moony la convirtió en un blanco de constante preguntas el ultimo día de clases de sus compañeros de casa, y la indignación de Eowyn no saber de eso.

Cordelia dejó en claro que tío Moony no era ni malo y peligroso, que era una injusticia que haya renunciado por esa insufrible Rita Skeeter.

Cuando las vacaciones de verano llegaron Cordelia hizo muchas cosas la primera semana. Lo primero fue asistir a una pequeño Brunch que se celebró en el numero 7 de Privet Drive por la graduación de Sam en la Universidad. 

También estuvo la señorita Tonks que en todo momento estuvo a su lado, sonriéndose entre ella y bromas sobre como los universitarios eran más café y estrés que persona. 

La señora Dawn estaba radiante ante la titulación de su nieta, siempre diciendo a los invitados lo buena artista que era, haciendo sonrojar a Sam todo el momento en que contaba las historias de ella de pequeña llena de pintura. 

Luego, Cordelia se dedico a avanzar con sus tarea de verano. Ella y su padrino habían planeado un pequeño viaje a Francia, así que Cordelia quería desocuparse de las tareas lo más pronto posible. 

Están un poco menos de dos semanas, Cordelia había hecho una lista de lugares que quería conocer. 

Ella estaba emocionada, desde siempre había querido visitar Francia y que Hermione contará de su viaje el verano pasado solo aumento su deseo. 

Hermione le proporciono una lista de lugares sugeridos para visitar, así que solo le quedaba esperar poder ir. 

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Su verano estaba yendo bien para Theo, hasta que fue atacado por Kitsune.   

No sabia de donde había aparecido, pero estando un momento en los jardines de la casa, la criatura saltó sobre él y lo mordió en el costado del torso. 

La criatura se desvaneció en un humo blanco dejándolo en el suelo cubriéndose la herida. Como pudo Theo se puso de pie y entró a la casa, su abuelo llamó rápido a un sanador para que lo revisara. 

—Tiene suerte que no haya sido un hombre lobo— dijo la sanadora limpiando su herida— ¿Cómo demonios llegó un Kitsune a Inglaterra?

—¿Algo de que preocuparnos?— preguntó su abuelo con un semblante serio.

—Por suerte, los Kitsune no provoca daño más que una simple cicatriz— contó la sanadora terminado con la curación— Por curiosidad, Heir Nott. ¿Se ha enemistado con algún japones? En especial que descienda de monjes o sacerdotisas de templos sagrados. 

—No hay ningún japones en Hogwarts— dijo Theo. Los únicos con familia asiática eran los Chang, peor ellos eran chinos no japoneses. 

—Bueno, es un misterio— contestó la sanadora— Las heridas de criaturas de alama como los Kitsune siempre dejan cicatriz. Pero no se preocupen joven Nott, a veces a las chicas nos gusta los chicos con ligeras cicatrices, le dan cierto halo de misterio. 

—¿Y que significa el Kitsune?— preguntó Theo. Debería buscar libros acerca de esa criatura inmediatamente. 

—Son criaturas entrelazadas con el núcleo mágico de magos o brujas— empezó a explicar la sanadora— Son criaturas astutas y engañosas, pueden manipular y lucir inocentes, pero en el fondo le gustan hacer maldades para su propio deleite. 

La sanadora se retiró de su habitación nuevamente a San Mungo, este ataque contra él permanecería en secreto. 

—¿Este ataque afectara mis vacaciones con mis abuelos maternos?— preguntó Theo a su abuelo. 

—No— contestó su abuelo colocando su mano sobre la cabeza de Theo y revolviendo un poco — Es bueno que pases en Francia unas semanas, además seria bueno que tuvieras un cambio de aire , según se los Malfoy te invitaron a pasar con ellos el Mundial de Quidditch. 

Theo sonrió, sabia por buenas fuentes, mas conocido como Draco, que Lord Black también iría al Mundial y con él Cordelia y Granger.

—Solo descansa— le dijo su abuelo palmando su hombro— Ya descubriré quien ese el mago o bruja conectado al Kitsune. 

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Cordelia pasó con su tía Petunia los últimos tres días antes del viaje. Las dos cocinaron una deliciosa cena mientras Cordelia le ponía al corriente de con lo sucedido en Hogwarts. 

—Los reporteros son unos verdaderos metiches— dijo tía Petunia— Mira a la pobre princesa Diana, siempre perseguida y el tonto del príncipe Carlos solo aviva el fuego de esos buitres. 

Cordelia asintió con la cabeza. El descaro de admitir púbicamente que tenia una amante en televisión, pero la princesa Diana era astuta, justo ese día tenia un evento de caridad, y fue espectacular. 

Con un vestido que rompía todos los protocolos reales, negro, corto, con escote llamativo y una sonrisa hizo que los medios hablaran de ella y no del príncipe Carlos. 

"El vestido de la venganza" empezaba a sonar en los medios. Era muy lista la princesa Diana. 

Cordelia también contó del tío Moony. 

Él y la profesora Edith se hicieron novios formalmente. Cordelia estaba feliz, la profesora Edith era alguien muy divertida, siempre contaba cosas de sus expediciones o su trabajo como maestra rúnica o su laboral en las zonas mágicas montañosas. 

Fue divertido ver a René ponerse de pie y decir que en nombre de su abuelo y tío debía dar las advertencias correspondientes sobre romper el corazón de la profesora Edith. 

Tío Moony solo negó con la cabeza y una sonrisa que jamas le rompería el corazón a la profesora Edith. 

Cordelia no podía esperar el momento para llamarla tía Edith.

Aun no se había tocado el tema de una boda, pero el hecho que tío Moony fuera al viaje con ellos solo hablaba de que la relación iba en serio. Porque no cualquiera cruzaría el mar para conocer a los padres de una chica a menos que sea para algo serio. 

—La profesora Edith conoció a mamá— dijo Cordelia. 

—¿En serio?

—Fue en Gales, estaban en un proyecto de Runas cerca de las cuevas a las orillas del mar. 

—Bueno, Lily siempre tuvo una afición a las Runas— contestó tía Petunia mientras colocaba el salmón al horno— La recuerdo en los veranos repasar cientos de veces distintos de esas cosas en sus libretas. Haciendo planas una o dos horas al día. 

—Vi fotos de su vestido de novia— dijo Cordelia — En el filo de la falda y el velo. 

—Ella quería usar velo, por lo que se no es común en las brujas, pero Lily siempre quiso un velo bordado por ella misma. Tanto para mi como para Lily nuestra madre confeccionó nuestros vestidos, eso los hizo más especiales. 

—¿Como era mamá?— preguntó Cordelia. En todos estos años jamas había preguntado por mamá, sabia que los recuerdos a veces pueden ser dolorosos. 

Tía Petunia y ella se sirvieron una taza de té mientras el salmón se horneaba. 

—Lily era una cosita salvaje eso si— dijo Petunia con su taza en sus manos — Me acuerdo de un niño llamado Billy, le encantaba molestar a Lily, siempre jalándole las trenzas o llamándola gusanito. Un día ella fue retada a subir al árbol, ganó porque Billy tropezó. — sonrió levemente— Pero Lily en ese tiempo tenia siete, cuando se dio cuenta le dio miedo la altura, parecía gato asustadizo aferrada al tronco, tuvimos que conseguir una escalera para bajarla. 

Cordelia rio levemente. 

—También sabia pescar— continuo — Nuestro padre, aunque no lo dijera, quería un niño para enseñarle a pescar y llevarlo a cazar, Lily no dudó en unírsele. Desde los 10 sabia como pescar y destripar a un pez y a los quince empezó a disparar con el rifle. 

Cordelia recordó su sesión de Legeremancia con el profesor. 

—¿Mi madre fue amiga del profesor Snape?

—Fueron mejores amigos— contestó — No era extraño ver a Snape en nuestra casa para almorzar o acompañar a Lily ver Doctor Who, Lily amaba Doctor Who. De vez en cuando también iba de pescar con nuestro padre. 

—¿Por que dejaron de ser mejores amigos?— preguntó Cordelia, a ella no le cabía en la mente separarse de Hermione o de sus otras amigas. 

—No lo se, luego de su quinto año dijo que ya no eran mas amigos— le palmeo ligeramente la mano— Mamá quedó devastada con su ruptura, amaba a Snape como otro hijo más. 

Cordelia asintió con la cabeza, estaba segura que el profesor Snape jamas le contaría sobre lo que sucedió. 

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Cordelia siempre había tenido la idea de París como la cuidad más encantadora del mundo por medio de series y películas.

Pero ver París por ella misma era algo mucho más impresionante. Ella y su padrino arribaron a Le château , un impresionante hotel mágico con arquitectura rococó en la noche justo antes de la cena.

Hedwig y los perros fueron encargados a Nympha que con gusto aceptó hacerse cargo de ellos y Hermione mantendría correspondencia con Gillie y Joe, ademas los tres podían encontrarse con mucha facilidad en el Londres Muggle. 

Para Cordelia fue asombroso escuchar a su padrino hablar tan fluido francés al camarero, de vez en cuando le preguntaba a ella que quería. 

—¿Y que tal hasta ahora Bambi?— le preguntó con una sonrisa. 

—Muy impresionada— sonrió Cordelia— No sabría que hablarías tan fluido el francés. 

—No solo yo— le contestó — Tu padre también lo hablaba con mucha naturalidad, tu abuela Euphemia era mitad francesa, así que James se crio hablando francés desde pequeño. 

Cordelia recordó que en Benden esperaba aprender francés, pero ese detalle se lo olvido por completo al ingresar en Hogwarts, pero el deseos aun permanecía ahí. 

Consultaría a Hermione. 

—¿Y bueno mi preciosa ahijada?— le preguntó su padrino emocionado— ¿Qué quieres visitar?

—Hermione habló mucho del distrito mágico de París— contestó Cordelia — ¿Los Herondale ya saben que estamos aquí?

Conocer a la familia que perteneció su abuela Euphemia le causaba intriga y nerviosismo, hasta la fecha la única familia que conocía era tía Petunia y Dudley. Con la poca connivencia que ha tenido con su padrino se dio cuenta  que la relación fraternal con el tío Vernon era nula, casi inexistente. 

Si bien proveyó a Cordelia toda su infancia, casi nunca convivía con ella. Cordelia siempre lo atribuyo a que estaba ocupado con el trabajo, pero ni con Dudley convivía mucho, siempre había sido ellos tres: tía Petunia, Dudley y Cordelia. 

—Por supuesto que si Bambi— le respondió su padrino. En eso llegó llegó el camarero con su orden, con mucho cuidado dejó la orden en la mesa — Merci beaucoup, si nous avons besoin d'autre chose, je vous le ferai savoir.*

—Très bien, monsieur.*— contestó el camarero despidiéndose.

—Como te decía Delia— continuo hablando su padrino emocionado— Cecille, la prima de James, nos ha ofrecido quedarnos en la residencia Herondale los últimos día de nuestras vacaciones, te va encantar, el paisaje es limpio y muy calmado. 

—Estoy muy emocionada por conocer a más familia— sonrió Cordelia. 

—Y ella encantada de conocerte a ti— le dijo— Si mi memoria no me falla la memoria te conoció de semanas de nacida. 

Más familia, pensó emocionada Cordelia. 

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Theo disfrutó del distrito mágico de París, fue a su librería favorita por el libro que había solicitado con anterioridad. Recorriendo el distrito reconoció un tono específico de pelirrojo. 

Cordelia, tan bonita como siempre, miraba hacia el escaparate de una tienda, un vistazo rápido Theo notó que era la joyería de Madame Rouge. 

¿Qué hacia sola en París?

¿Donde estaba Lord Black? Ya que era raro ver a Cordelia sola sin la compañía de Lord Black. 

Theo se enderezó un poco y se arregló el cabello con los dedos. Con paso seguro se acercó por detrás de Cordelia que seguía observando una bonita gargantilla. 

—Muy bonita gargantilla— dijo Theo — Apuesto que la harías resaltar. 

Un ligero jadeo salio de Cordelia, ella se giró rápidamente con sus ojos brillando de emoción.

—¡Theo!— le sonrió contenta, rápidamente ella lo abrazó enrollando sus brazos al cuello. 

Theo no desaprovechó la oportunidad y envolvió sus brazos por la cintura de Cordelia sonrió de igual forma, un dolor leve le atravesó en el costado lastimado, aun le dolía la mordedura del maldito Kitsune. 

Luego de segundo Cordelia se separó de él aun sonriendo. 

—¿Qué haces en aquí?— preguntó con un ligero rubor que la hacia ver más bonita. 

—Estoy pasando el verano con mis abuelos — contestó Theo— ¿Y Lord Black?

—Mi padrino esta just...— Cordelia se giro levemente pero no había nadie — Perdí a mi padrino, estaba a lado mio hace un momento. 

Theo vio por el escaparate de la joyería, Lord Black estaba dentro cerca del mostrador mientras una joven bruja le entregaba un paquete, la gargantilla que estaba viendo Cordelia ya no estaba en el exhibidor.

—Ahí es— señaló Theo hacia dentro de la tienda. 

Cordelia suspiró, Lord Black salio de la tienda con una expresión alegre que rápidamente se apagó a verlo. 

—Lord Black— saludo Theo. — Es un gusto verlo nuevamente. 

—Heir Nott— le devolvió el saludo mientras se ponía a lado de Cordelia. Por su tono de voz era claro que no estaba contento de verlo. — Una sorpresa verlo. 

—¿Verdad padrino?— dijo Cordelia manteniendo una sonrisa— Theo esta vacacionando con sus abuelo. 

—¿Y los Clermont?— preguntó Lord Black con su mirada fija en él. 

—Mis abuelos me dejaron venir al distrito por un pedido por mi cuenta— contestó Theo. Sabia que ganarse la aprobación de Lord Black era lo más fundamental  si quería cortejar a Cordelia el próximo. 

Lord Black seria el desafío más grande que se enfrentaba, pero Theo se ganaría la aprobación de él. Ademas, podía contar con la ayuda de Lady Malfoy. 

—¿Y en donde se están hospedando?— preguntó Theo. 

—En Le château— contestó Cordelia. 

—Es momento de irnos Cordelia— dijo Lord Black sonriéndole levemente para luego verlo a él con absoluta seriedad.

—Entonces me retiro— dijo Theo— Lord Black— inclinó levemente su cabeza en forma de saludo— Fue agradable poder verte aquí, Cordelia— Theo tomó una mano de Cordelia y le dio un casto beso en los nudillos. 

Ella se sonrojó levemente y miro rápidamente a Lord Black, si las miradas matarán, Theo ya estaría enterrado bajo tierra por la forma en que los ojos grises de Lord Black lo miraban. 

—Nos vemos después Theo— le dijo Cordelia aun con las mejillas ligeramente ruborizadas. 

Theo vio a Cordelia irse con su brazo entrelazado con el de Lord Black. 

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Sirius estaba molesto. 

Se descuidaba cinco minutos de Cordelia y los mocosos roba Bambi descendía como la peste. 

—No debiste cómprame la garantilla padrino— dijo Cordelia sacándolo de sus pensamientos. 

—Tus ojos brillaron cuando lo viste, mi Delia— le contestó una sonrisa. 

—Fue un gasto innecesario.

—Soy tu padrino— le recordó a Cordelia— Y entre mis obligaciones esta consentirte. 

Sirius se lo debía, casi doce años Azkaban lo habían privado por completo de mimar a Cordelia. Se perdió muchas cosas de ella, su primer cumpleaños lo paso resguardada junto a James y Lily en Godric Hollow bajo el Fidelius, por lo que Sirius no pudo entregarle su regalo de cumpleaños. 

Cuando vio a Cordelia mirar con ojos soñadores esa garantilla no dudo entrar y comprarla para ella. 

Ademas esta haciendo lo mismo que haría James, comprarle todo lo que Delia mirara con esos ojos brillantes. Sirius pensó en los múltiples regaños que Lily le hubiera dado a James por malcriar a Cordelia. 

Recordaba vívidamente a James presentar a Cordelia ante los demás, su voz profesaba orgullo de su pequeño corazón como heredera de los Potter. Con una enorme sonrisa declarar que Delia era la bebé más bonita de la vida. 

Si James estuviera vivo seria el padre más consentidor y meloso del mundo. 

—Me sorprendí al ver a Theo aquí— le dijo Cordelia sonriendo. 

—Si, no sabia que pasaba los veranos con su familia materna— contestó Sirius. 

—"Genial, el mocoso roba Bambi #1 está aquí"— pensó con molestia, solo esperaba que ese mocoso no apareciera más en sus vacaciones. 

—¿Que te parece si vamos a una cafetería cerca de aquí?— sugirió Sirius sonriéndole a Delia— Preparan los mejores bocadillos del mundo. 

—Tu eres el guía padrino— le sonrió ella. 

—"Ningún mocoso infernal arruinará esto"— pensó Sirius guiando a Cordelia hacia la cafetería. 

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Hermione podría disfrutar en plenitud de la red Flú sino fuera por las molestas cenizas que picaban su nariz.

Lord Malfoy fue muy amable en solicitar la conexión permanente de la chimenea de su casa a la red Flú, lo que permitía movilizarse desde Mayfair hasta cualquier lugar del distrito mágico.

Lo cual la beneficiaba en no tener que ir hasta el callejón diagon, dándole a Hermione una mayor independencia en su movilidad sin tener que arriesgarse.

Hermione arribo a Malfoy Manor, disfrutaba plenamente ser invitado por Lady Malfoy a tomar el té y conversar un poco.

Salió de la red flú y rápidamente su tapó nariz y boca tosiendo levemente por la molesta ceniza, cuando recupero el control notó la imagen serena de Lady Malfoy.

—Es bueno volver a verla señorita Granger— dijo Lady Malfoy con una sonrisa en forma de saludo.

—Lady Malfoy- saludo Hermione. Lady Malfoy se acercó a ella y entrelazó su brazo con el de Hermione.

—El té será servido en el jardín— le dijo—Bella y Eowyn han llegado para hacernos compañía.

 Ambas caminaron hacia el jardín, Lady Malfoy le preguntó si estaba bien y por la salud de sus padres, todo esta bien, sus padres seguían ocupados en el trabajo dejando a Hermione en total libertad en casa.

Cuando llegaron al jardín, Eowyn saltó de su asiento para abrazarla, notó que Lady Lestrange tenia a su hijo sentado en su regazo.

—¡Mimi!—chilló Corvus cuando la vio, ya cerca de los tres años, el bebé decía muchas palabras entendible. Hermione sonrió mientras saludaba a Lady Lestrange.

Cuando se sentó a su lado, Corvus le extendió una galleta que Hermione tomó. El té transcurrió con Hermione contándole a ambas brujas sobre Gillie y Joe, los niños que Cordelia ha estado enseñando.

—Neville también tiene a dos niños bajo su tutela— dijo Eowyn — Walsh y Bryne. Colin estudia las Vías Antiguas por su propia cuenta. Ambos se están adaptando bien.

—Estoy gratamente sorprendida que más niños se interesen en los estudios de las Vías Antiguas— sonrió Lady Malfoy.

—Son niños muy comprometidos con el estudio, Lady Malfoy—contestó Hermione. Gillie y Joe tenían el numero de la casa, así que no era raro recibir llamada de ellos cuando tenia dudas. Ademas que ella esta trabajando en lo que Cordelia le pido de favor.

Tenia razón en decir que los textos serian pesados para niños de primer año, y con los libros que Luzardo le envió, Hermione estaba trabajando en una edición más sencilla y fácil de comprender. Ademas era divertido poder trabajar en el ordenador de la casa los documentos.

Hermione estaba disfrutando de su te hasta que vio a Malfoy acercarse a ellas, aun estaba molesta por sus palabras, pero mantuvo su compostura como Nana le enseñó, decía que no valía la pena alterarse.

Por muy atípico que sea, Hermione no era ciega y podía claramente afirmar que el verano había favorecido a Malfoy. Parecía mas alto y sus hombres ligeramente más anchos, vagamente le acordaba a la descripción de Howl de El castillo Ambulante.

Hermione se mordió la mejilla. Si para Malfoy ella era una molesta sabelotodo, para ella, él era un niñito mimado de mamá.

—Madre, tía Bella—saludó mientras se sentaba con ellas- Fraser, Granger.

—Malfoy— saludaron Eowyn y Hermione.

—¿Y que nuevo libro muggle estas leyendo?—preguntó Malfoy antes de morder una galleta.

—¿Y como sabes que estoy leyendo libros muggles?—indagó Hermione.

—Siempre estas leyendo uno— le sonrió ligeramente arrogante— Si no me olvido el ultimo que leías antes de los exámenes era Jane Eyre. Supongo que tu predisposición a la literatura muggle son novelas románticas como todas las chicas

—No siempre—dijo Hermione enderezando y bebiendo un poco de té—Me gusta ampliar mi biblioteca con distintas cosas.

—¿Entonces que estas leyendo esta vez?

—Una novela que habla cómo el régimen soviético de Iósif Stalin corrompe el socialismo.- dijo Hermione— Utilizando a animales de granja, siendo los cerdos los más criticados y oh sorpresa, siendo la metáfora de lo hipócrita que pueden ser los políticos

—Si es así—dijo Malfoy cruzando de brazos y apoyándose al espaldar de la silla adoptando una postura más informal- Ilumíname Granger.

Hermione miró a Eowyn, ella se encogió de hombres mientras seguía bebiendo su té.

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Cordelia se arregló ligeramente su abrigo, Theo le ofreció su brazos mientras recorrían los pasillos del Museo de Orsay.

El día de hoy era un día dedicado a pasear por el mundo muggle, Sam le había dado una pequeña lista de museos interesantes que conocer, le había escrito a Theo sobre su pequeña excursión.

Su padrino aceptó a Theo en su paseo del día de hoy, por lo que se lo podía ver a unos pasos de ellos.

—¿Y de donde conseguiste la lista de museos?— le preguntó Theo.

—Sam— dijo Cordelia con su vista sobre un paisaje totalmente en azul- Ella estudio artes.

—¿Se estudia el arte?

—De manera académica— sonrió Cordelia pasando su vista a otra pintura. De una mujeres parada sobre un columpio siendo observada por un hombre—Ella ahora oficialmente es una archivadora y curadora de artes.

—¿Entonces tu estudiarías arte?— le preguntó Theo mirando con una sonrisa.

—Aun no le he pensando a que dedicarme— dijo Cordelia ligeramente sonrojada por la sonrisa de Theo. Últimamente cada vez que le sonría se sonrojaba fácilmente y se pecho latía un poco más rápido de lo habitual.

Ambos siguieron caminaron hasta el siguiente salón, había un intercalado entre pinturas y estatuas en tonos de marfil. Cordelia camino alderredor con su brazo entrelazado al de Theo.

No había notado que su brazo se sentía un poco más firme, y estaba más alto que la ultima vez que lo vio en Hogwarts.

Ella no podía negar que seria un chico muy apuesto.

Cordelia giro un poco la cabeza a dirección de su padrino, él rápidamente cambio su ceño fruncido a una sonrisa brillante para ella, Cordelia sonrió.

Una chica rubia y alta se acercó a su padrino e intercambiaron palabras rápidamente, ella de su bolso sacó una tarjetita y se entregó despidiéndose con un guiño. Cuando se fue, su padrino rompió la tarjeta y guardo la basura en el bolsillo de su pantalón.

Cordelia abrió ligeramente la boca indignada pero siguió avanzando por los retaros del brazo de Theo. Llegaron hasta uno que llamó completamente la atención de Cordelia.

"La Belle Dame sans merci" Sir Frank Dicksee.

La imagen mostraba una escena de caballería, una doncella con el cabello largo sobre un caballo negro inclinada hacia un caballero, como si fueran a besarse todo sobre un fondo verde que los hacia resaltar.

—Es una escena muy romántica- pensó Cordelia mirando la pintura y luego giró su mirada hacia Theo. — ¿Cómo seria besar a Theo?

Cordelia rápidamente espantó esos pensamientos de su mente y se concentró en la pintura.

—Es una preciosa pintura— dijo Theo.

—Siempre me ha fascinando la idea de un caballero—comentó Cordelia, sobre su fascinación por Westley cuando vio por primera vez La princesa Prometida.

—¿Y si fuera un caballero?— preguntó Theo sonriéndole, el corazón de Cordelia revoleteo dentro de su pecho — ¿Me darías un favor* antes de una justa?

—Te bordaría un hermoso pañuelo con tus iniciales y las mías— sonrió Cordelia— Para la buena suerte.

Ambos se sonrieron y Cordelia quiso besar a Theo.

Chapter Text

La residencia de los Herondale se ubicaba Corrèze un viaje un poco largo desde París. 

Cordelia y su padrino dejaron el Hotel para pasar los últimos tres días en Francia en la residencia de los Herondale.

Su padrino le contó mucho de la tía Cecily, era sanadora, pero sobre todo que era una "sanguinaria" jugadora de Pall Mall. 

—Ella es muy simpática— le dijo su padrino— Pero cuando juega Pall Mall, adiós Cecily amable. 

Cuando arribaron por la red Flú, fueron recibidos por una tía Cecily. Era alta y rubia, con un peinado pulcramente recogido con bonitos ojos azules amables. 

—Es un gusto volverte a verte, Delia— tía Cecily la abrazó y beso ambas mejillas, su ingles estaba muy marcado por su acento francés. 

—Es bueno al fin poder conocerte tía— dijo Cordelia sonriendo levemente. 

—Pero mira lo linda que has crecido— le apretó amabas mejillas levemente para luego ver a su padrino— No podemos negar que ha heredado la belleza clásica de los Herondale. De seguros ya has amenazado a chicos por estar cerca de ellas. 

—Me vigilo, transformado en perro cuando fui a tomar té con un amigo— contestó Cordelia.

—Sirius Black— tía Cecily lo miró seriamente. — Metiche incorregible.

—Soy su tutor y es mi deber cuidarla— dijo su padrino muy serio, y ella negó con la cabeza. 

Dos elfos llevaron los equipajes mientras tía Cecily los llevaba a un pequeño comedir para tomar el almuerzo, pidió disculpas la ausencia de su hijo y esposo. El primero estaba con sus amigos en una excursión en las montañas y el segundo estaba en París trabajando. 

 Muchas preguntas salieron de ella. 

¿Qué le gustaba a Cordelia?¿Cómo iba en Hogwarts?¿Tenia amigas? Y muchas cosas básicas. 

Cuando preguntó si había alguien que le gustará su padrino se atragantó un poco con el vino. Ella rio jocosamente mientras palmeaba la espalda.

Cordelia se sonrojó ante la pregunta y la sonrisa de Theo apareció en su mente. 

—Aun está chiquita, Cecily— dijo su padrino serio. 

—Aun me acuerdo de ese ridículo plan que James armó apenas nació Cordelia— comentó ella bebiendo un poco de su copa. 

—Hey, era un buen plan y bien estructurado— defendió su padrino— A pesar hecho en menos de media hora. 

—¿Qué plan?— preguntó Cordelia interesada. 

—El plan de "charla seria y calmada"— sonrió su padrino— Sobre las consecuencias de ser un idiota y pasarse de listo contigo. El plan consiste en arrastrarlo hacia la casa de los gritos, amarrado y ser advertido sobre hacerte daño. Los cuatro, dos yendo por el camino amable y los otros dos siendo los amenazantes

—Un plan ridículo— dijo tía Cecily— Se nota que lo ideo James. 

—Ademas ya no existe la Casa de los gritos— le recordó Cordelia— Es la casa de la profesora Edith y René. 

—Nah, ella con gusto nos cedería su sótano— dijo su padrino. 

—Cambiando de tema querida— tía Cecily la miró a ella— Espero que tengas un bonito vestido en tu baúl, como pasado mañana es tu cumpleaños ,me tome la molestia de conseguir cuatro entradas para la Opera de Paris. 

—¿La opera?— preguntó emocionada Cordelia. 

—Es el ballet de Romeo y Julieta— contestó tía Cecily — Espero que no te molesta que compartamos paco con los Clermont, son amigos cercanos de nosotros. Su nieto también vacaciona este verano aquí. 

—¡Es Theo!— se emocionó Cordelia

—¿Conoces al nieto de los Clermont?— preguntó interesada. 

—Theo es amigo mio— se sonrojó Cordelia— Es muy amable conmigo y es un chico muy listo. 

—Vaya, entonces sera una buena velada— dijo tía Cecily. —¿Verdad Sirius?

—Si— contestó serio. 

Cordelia sonrió, iría a la Opera con Theo. 

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Theo recorrió los pasillos de la librería pequeña. 

Jamas en su vida pensó que pisaría una librería muggle, pero el cumpleaños de Cordelia era dentro de poco tiempo y quería darle algo especial para su cumpleaños. 

En su visita al museo, se toparon con un cuadro que a ella le recordó a su película favorita. 

—La princesa prometida esta basada en un libro— le recordó decir— Hace tiempo que buscó una copia de ese libro pero no he podido hallarla. 

Asi que Theo se propuso hallar la edición más bonita que encontrará para regalársela. 

Esta era la segunda librería a la que entraba y esperaba ser el lugar indicado para hallarlo. Se acerco a la chica que estaba en el mostrador. 

—Buenos días— saludó Theo. 

—Oh Británico— sonrió la chica e un perfecto ingles— Bienvenido, ¿Que estas buscando?

—Estoy buscando la Princesa Prometida— contestó Theo. — Ya busque en otra Liberia, pero dice que no lo tienen. Es para un regalo.

—Pues acabas de llegar al lugar indicado— ella le indicó que lo siguiera— Abastecimos algunos novelas de los años 70's hace una semana. ¿Y a tu amiga le gusto mucho la película?

—¿Cómo sabes que vio la película?¿Y como sabes que es para una amiga?

—Es la Princesa Prometida, un clásico entre las chicas que nacieron en los 80'? Y muchas hemos llegado a la novela porque nos encantó la película— sonrió ella— Y nos gustó tanto que nos dio esa curiosidad por leer la novela. 

La chica lo llevó a un estante que decía "Romántica"

—¿Quieres la edición normal o la Deluxe?— preguntó nuevamente. 

—¿Cual es la diferencia?

—La normal: tapa blanda, solo texto, pero una bonita portada, el de la película— contestó — En cambio la Deluxe: tapa dura, marrón con detalles en dorado y cuenta con lindas ilustraciones en su interior.

—La Deluxe— dijo Theo sin meditar. Si le iba a regalar el libro, seria una edición especial. 

—Okey— dijo la chica— ¿Quieres que lo envuelva? Por la compra de un libro regalamos un bonito separador de libros. 

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Cordelia no pudo quitar su expresión de asombro al recibir el regalo de Theo. 

Pensó que no prestaría atención de lo que estaba hablando sobre La Princesa Prometida, pero no, si la escuchó. 

Cordelia pasó sus manos por la portada del libro sintiendo la textura del encuadernado. 

"Mencionaste que estabas buscando el libro hace tiempo, así que como tu noble caballero me encomendé a la tarea. 

Feliz cumpleaños. 

Con cariño. Theo. "

Cordelia se abrazó al libro mientras caía sobre las suaves almohadas aun sin dejar de sonreír. 

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Fue una suerte empacar un vestido formal. Cordelia le gustó mucho su vestido, era entre blanco y gris con sencillo detalle en el frente de flores bordadas, las mangas era discretas y para complementar un par de guantes de satín. 

Su cabello fue un sencillo recogido. Uso el medallón que su padrino para navidad y los aretes que le dio Lady Black.

Al fin pudo conocer al esposo de tía Cecily, Benedict era jefe del departamento de Aurores del Ministerio Frances. 

Los cuatros llegaron media hora antes a la Opera y fueron hasta el palco asignado. 

Su padrino le explico que la veces que la Opera de París cerraba era solo para los muggles, ya que había ocasiones especificas que la Opera solo permitía a magos y brujas, ya que Charles Garnier era un squib que la diseño, por lo que los magos los disfrutan secretamente de los muggles. 

Cuando los Clermont y Theo llegaron, ella puso algo nerviosa. 

—Abuelo, abuela— dijo Theo. Cordelia pensó en lo guapo que se veía, con su traje y el cabello peinado en ligera ondas, el siempre tenia ondas en el cabello— Les presentó a Lady Cordelia Potter, es una estimada amiga de Hogwarts.

Cordelia saludó correctamente, sin demostrar su ligero nervios. 

—Hemos escuchado mucho de usted, lady Potter— dijo Lord Clermont— Theo no deja de hablar de usted. 

Cordelia vio como Theo se sonrojaba un poco. 

—Es el gusto es mio— dijo Cordelia. Luego de las presentaciones se sentaron. 

Para suerte de ella, su asiento era junto a Theo al costado derecho del palco, justo adelante de su padrino.

—Estoy muy emocionada— le susurró Cordelia a Theo— Es la primera vez que vengo a la opera. 

—Te va a gustar— contestó Theo tomando la mano de Cordelia— No tengo duda de ello. 

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Luego del primer acto hubo una pausa de diez minutos para los espectadores. Cordelia y Theo recorrieron los pasillo de la Opera. Cordelia perdió a su padrino, pero no era nada de que preocuparse, no le podía pasar nada malo.

Ella no podía dejar de ver el cielo raso del lugar. Las molduras de oro en el techo o las majestuosas arañas de cristal. 

—¿Y que tal hasta ahora?— preguntó Theo.

—Es maravilloso— dijo Cordelia. 

Ambos se miraron por un instante, bajo la luz de los cristales Cordelia notó los ojos azules de Theo. Ella se sonrojó cuando él le acaricio levemente la mejilla. 

Un pequeño impulso, la llevó a ella a acercarse a él y darle un pequeño beso bajo las luces de cristal que colgaban del cielo de dorado de la Opera de París. 

Chapter Text

Remus se frotó las manos por el frío. 

—Gracias— dijo a la chica cuando le entregó una taza de chocolate. Desde su asiento veía como todos lo que  llegaron la comunidad subían sus cosas a sus autos. 

La semana que pasó con Edith haba acabado, los dos primeros lo pasaron en la cuidad natal de Edith donde pudo convivir brevemente con su familia, personas muy amables. Luego viajaron hacia la sierra, a la comunidad donde estaba el Ayllu por el que fue acogida. 

Era el Ijiy, y según Edith era el momento más importante para los jóvenes magos. 

Se volverían New Bloods y para la comunidad era momento de celebración. 

 Remus sonrió levemente cuando sintiendo a Edith apoyar su barbilla en su hombro derecho, el olor a vainilla de su perfume rápidamente la delató. 

—¿No me esperaste a desayunar?— preguntó mientras se sentaba a su lado. 

—Cuando no me desperté ya no estabas. 

—Salí a comprar pan al pueblo— contestó ella mientras le pasaban una taza de chocolate y agarraba un pan de la mesa— Noe y Fabian ya están viajando de regreso a casa y pedí que le llevaran pan a mi familia. 

—¿Y cual es la diferencia con el pan de allá?

—Es pan de la sierra— dijo ella como si fuera de lo más obvio— Es superior. 

Remus sonrió mientras veía el panorama, Edith siempre hablaba con amor de su Ayllu y entendía el porque. 

Era una comunidad muy unida, niños corriendo alegre por todas partes y los adultos conversando entre si. 

Y al fin pudo conocer a la famosa Noemí, cuando llegaron Edith dejó su maleta en el suelo y corrió a abrazarla, Noe también había hecho lo mismo, ambas cayeron al piso por el impacto del abrazo, ambas rieron. 

Edith presentó a Noe como su mejor amiga, hermana del alma. Y luego al esposo de esta, un mago que como Edith era un New Blood.

Remus pensó rápidamente que Edith juntó a esos dos para no perder a su mejor amiga que era muggle y mantenerla conectada a la comunidad.

 Toda la instancia permanecieron juntas, como si estuvieran pegadas por la cadera. 

—¿Y René?— preguntó Remus al no ver al hijo de Edith. 

—En el pueblo, está con otros niños— contestó Edith— Al menos ya anoche dejó su maleta lista. Dijo que quería comprar algo, ya mismo regresa. 

Remus asintió con la cabeza terminando su desayuno, luego fueron a recoger las plantas que Edith se ofreció traerle a Severus. Después ella se estaba despidiendo de algunos compañeros que regresaban a la ciudad. 

Para el medio día, el traslador para ellos ya estaba listo. René regresó y no dijo nada de que compró y Edith no insistió en saber. 

Los padres, como le decían Edith y los demás, eran los lideres de la comunidad quienes acogieron todos cuando aun eran niños. 

—Cuídate mucho mija— le dijo la anciana a Edith sosteniendo sus manos— Y come algo, estas flacucha. 

—Por supuesto que si, mama — sonrió Edith . 

Luego el anciano le besó la frente a Edith y revolvió el cabello. A Remus le dio un apretón amistoso de manos. 

—Cuídese mucho Tayta— dijo René despidiéndose. — Tal vez nos volvamos a ver el próximo año. 

—Cuida mucho  tu madre— dijo el anciano extendiéndoles una larga cuerda tejida en hilos multicolores en patrones similares a los de sus ponchos. —Buena suerte en el viaje.

Y de un tirón, todo se volvió borroso.

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Cordelia se quitó sus guantes y los dejaba en su tocador, aun podía sentir su estomago un poco revuelto por el viaje en traslador de regreso a casa. 

Se quitó los pasadores del cabello y se cambio a su camisón de dormir, el traslador le quitó el apetito, por lo que una taza de té unas galletas no sándwich para calmar a su estomago seria su única merienda.

Con cuidado sacó el libro que Theo le regaló, le dejó en su velador y cubrió su rostro con unas de sus almohadas y soltó un pequeño grito. 

Aun no podía entender porque besó a Theo, es decir, es lindo y muy listo, pero ese besó fue algo muy tonto que hizo Cordelia. 

Había actuado como una boba coqueta. 

Cordelia negó con la cabeza y un picoteo en su ventana la sacó de sus pensamientos caóticos, fuera estaba Hedwig quicoteando la ventana con insistencia.

—¡Mi bebé!— dijo Cordelia saliendo de su cama, se suponía que en la mañana irían donde Nymphadora a recogerla junto a los perritos. 

Al parecer su lechuza se entero de su llegada. 

Cordelia abrió la ventana y Hedwig voló hasta su hombro, su lechuza empezó a frotar su cabeza contra la mejilla de ella. 

—Lo se, lo se— dijo Cordelia acariciando una de sus alas con delicadeza— Yo también te extrañe.  

Notó que el plumaje de Hedwig un poco subió, el blanco de sus plumas lo delataban. 

—¿Pero donde has volado?— preguntó mientras caminaba hacia el baño— No, no. Tienes que tomar un baño. 

Cordelia abrió la llave de la bañera, primero con agua fría y luego con agua caliente hasta que quedará de una buena temperatura, el agua no llenaba ni a los cuatro centímetros, perfecto para su lechuza. Con cuidado dejó a Hedwig en la bañera esta empezó a mojarse la cabeza salpicarse mientras Cordelia abría uno e las gabinetes y sacaba un cepillo de dientes solo para Hedwig. 

Había meditado que seria mejor para ponerse limpiar las plumas de su preciosa lechuza y Sam le surgió un cepillo de dientes, así que compró uno para el baño de lechuzas. Cordelia se arrodilló a cerca la bañera y con delicadeza empezó a pasar las cerdas por las plumas de Hedwig .

Hedwig extendió sus alas y Cordelia cepillo esas zonas para eliminar la suciedad. 

—Oh Hedwig, estoy en un lio— dijo Cordelia y su lechuza la miró con ojos expresivos— Bese a Theo. 

Hedwig ululó con la cabeza ladeada. 

—No se porque lo bese.— se lamentó ella— Digo, es lindo y muy listo, pero actué como una tonta coqueta. ¡Oh por Merlín, soy como Lydia Bennet! Aunque yo jamas me fugaría con un chico, soy un dama. 

Cordelia termino de acicalar a Hedwig y destapó el corcho

—¿Que pasa si no le gusto?— preguntó con algo duda. — No puedo estar segura si yo le gusto y solo es amable conmigo por ser educado. 

Hedwig le mordisqueó los dedos juguetonamente, Cordelia tomó la tolla de mano que tenia reservada para la lechuza y con cuidado la empezó a secar para no lastimarla. 

Cuando salieron del baño, Hedwig voló hasta su rascador, era de esos rascadores para gatos, pero Cordelia lo consideró cómodo para su lechuza. En su velador ya estaba su taza de té y sándwich, aunque con su mente hecha un lio tomó su merienda. 

Cordelia miró el libro en su velador y lo abrió, con cuidado acaricio las paginas del libro que le regaló Theo. 

Chapter Text

Cordelia al fin se pudo reunir con sus amigas para una tarde de té en los jardines de Potter Estate, una ligera reunión post cumpleaños. 

Junto a Brissa preparó algunos bocadillos que consiguió receta en su estadía en Francia. El té fue servido al medio día, su padrino tuvo que ir a una sesión al Wizegamont, pero como iban a estar Sam y la señorita Tonks no había problema. 

Alrededor de una gran mesa redonda estaban 10 chicas reunidas, La señorita Penélope había llegado con Ginny acompañadas de Percy quien se despidió rápidamente no sin antes felicitar a Cordelia por su cumpleaños junto a un libro sobre Alquimia como obsequio. 

—Cuando cumplas 17 conseguiré una bocina y reproduciré Dancing Queen afuera de tu ventana a media noche— dijo Eowyn sonriente mientras tomaba un pastelito. 

—Eso suena como una buena idea— apoyo Sam, Cordelia notó que su cabello tenia escarcha azul. 

—Tu cabello tiene escarcha— dijo Cordelia, y luego miro a la señorita Tonks— Y ella igual. 

—Anoche celebramos un cumpleaños de una amiga— contestó Sam antes de beber un poco de té— Fue una pista de patinaje con la temática de Footloose, y hubo mucha escarcha. 

—Ya me he lavado el cabello y no se sale por completo— comentó la señorita Tonks con algo de molestia— Siento que por donde vaya dejo un rastro de brillantina. 

—Ahora brillas perpetuamente— comentó Astoria en forma de broma y todas rieron. 

—¿Y que me he perdido durante mis vacaciones?— preguntó Cordelia. 

—Lord y Lady Lestrange me han adoptado por magia y sangre— sonrió Eowyn — Ahora soy su hija. 

—Esas son buenas noticias— dijo Hermione. 

—Lo se— contestó Eowyn— Y mi padre— soltó una risa feliz— Me ha entrado mi cepillo de sangre. 

—Estoy feliz por ti— sonrió Cordelia a Eowyn. 

—Al fin una prima— dijo la señorita Tonks con cariño a Eowyn.— Al fin ya estoy sola con solo dos primos, ya estamos parejos. 

—¿Y que tal Francia?— le preguntó Ginny a Cordelia. 

—Encantador— contestó Cordelia — Visitamos algunos lugares que nos señalaste Sam.

—¿Visitaron las catacumbas de Paris?— le preguntó emocionada. Cordelia negó con la cabeza, era muy miedosa para aventurarse a ese lúgubre lugar. 

—¿París tiene Catacumbas?¿Y no me llevaste?— le recriminó la Nymphadora a Sam. 

—Pensé que tendrías miedo— se defendió Sam

—¿Yo? ¿Una Aurora? ¿Miedo a algo?— dijo ella— ¿Debes estar bromeando?

—¿Y algún chico lindo en Francia?— Sam miró a Cordelia evitando la mirada seria de la señorita Tonks. 

Cordelia rápidamente se sonrojó al recordar que besó a Theo en la Opera. 

—N..o no— contestó para después beber un poco de té. Cordelia miro a Hermione, ella la miraba con una ceja arqueada, era claro que sabia que Hermione era consciente que estaba mintiendo. 

—Estamos entre amigas— dijo Penélope con una galleta en su mano. — Hay confianza. 

—Theo también estaba en París— comentó Cordelia jugueteando con la tela de sus guantes. 

—Ah, ha sido solo Nott— contestó Eowyn sin importancia para luego ser regañada por Hermione. 

—¿Qué más?— preguntó emocionada Daphne. 

—Vistamos un museo juntos— empezó a contar Cordelia— Me regaló un libro que buscaba hace mucho tiempo, y también fuimos a la Opera, y pues...— se quedó callada mientras sentía sus mejillas ruborizarse. 

Pansy soltó un chillido que aturdió a Eowyn y Astoria que estaban a sus costados. Hermione la miró sorprendida, mientras Ginny soltaba una risita. 

—¿Te besó?— dijo Astoria recurándose del grito de Pansy— ¿Sobrevivió a Lord Black?

—¡Te besó!— secundó Eowyn— Uhhh lo voy a golpear como muñeco vudú. 

—Eowyn ni te atrevas—le advirtió Cordelia con serenidad— Él no me besó, fui yo quien lo besó. 

Cordelia se quedó mirando su taza de té. 

—¿Estas bien Cordelia?— preguntó Hermione con tacto. 

—¿Y si no le gustó yo?— se cuestionó Cordelia mirándola. 

—Pues seria un ciego muy torpe al no notar  lo bella que eres— respondió Sam con algo de seriedad— Ademas, tienes 14, Delia. Aun eres joven para pensar en esa persona con quieres pasar el resto de tu vida. Tu misma dijiste, quieres hacer un cambio, ayudar a muchos niños. 

Sam sacó una petaca de su chaqueta y vertió un poco de su té para luego beberlo por completo. 

—Prepárate, madura y cuando llegue el momento esa persona sera tu apoyo— siguió hablando Sam— A veces el amor de la adolescencia no es amor definitivo. 

Cordelia miro como Sam miro levemente a Nymphadora y sonrió. 

—Tienes razón— dijo Cordelia— Gracias por el consejo. 

—De nada, para eso estamos las mayores— sonrió Sam mientras juntaba las manos y se levantaba de su lugar— Ahora, iré por el pastel que traje, soplaras las velas y pedirás un deseo. 

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—Jaque Mate— escuchó Theo decir a Draco. Él salió de sus pensamientos para ver el talero frente a él. 

Otra vez estaba pensando en el beso de Cordelia, desde ese día andaba muy distraído, tanto que su abuelo se dio cuenta de eso. Le preguntó si algo le preocupaba, pero Theo contestó con cama que no era nada de importancia. 

¡Cordelia lo había besado! ¡ A él!

Y para su suerte Lord Black no los había visto, porque sino, bueno, Theo era demasiado joven para morir. 

—De acuerdo— dijo Blaise muy serio. — ¿Que te pasa? Porque pareces en un plan existencial aparte. 

—Es un asunto personal, no se preocupen— contestó Theo. No iba a contar a nadie de ese beso, seria su secreto más preciado. 

Si bien podía presumir a los demás herederos, sobre todo a ese extraño Chang que Cordelia lo había besado, estaba seguro que Cordelia quería mantener ese momento en privado

—¿Que no nos preocupemos?— dijo Draco serio— Ayer Goyle te dio en la cara con la quaffle porque estabas distraído. 

—Es algo personal— insistió Theo— ¡¿Podemos cambiar de tema?! 

—Tienes razón— dijo Draco— El Mundial de Quidditch es pasado mañana. ¡Podremos ver a Krum! ¿Apostemos?

— 25 sickles a la selección de Bulgaria— dijo Theo cruzándose de brazos. 

—¿Pensé que apoyaríamos a Irlanda?— preguntó Blaise. 

—¿Se quedaran en nuestra tienda verdad?— preguntó Draco — Mi padre ha conseguido los mejores asientos del Palco. 

—Mi abuelo dijo que si— contestó Theo. 

—Mi madre me dejado ir siempre que este junto a ti y tus padres— contestó Blaise. 

Theo se dio cuenta, volvería a ver a Cordelia en el mundial, y estaba nervioso. 

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Sirius revisó los papales Bagman entró  cada uno de los asistentes. 

El Torneo de los Tres Magos fue restaurado y en el proceso de sorteo Hogwarts fue escogido como sede. 

—Como pueden leer señores— empezó hablando Bagman con una voz demasiado alegre— En los papeles entregados se encuentran las pruebas preparadas para el Torneo, y como jefe del Departamento de Deportes y Juegos Mágicos he hablado con la Federación Internacional de Juegos Mágicos para armar las pruebas. 

Sirius alzó su mirada lentamente hacia Bagman. 

—¿Y el plan medico?— preguntó levantando sus papeles a la altura de su rostro— Van a tener a dragones para una de las pruebas pero no preparaste un plan medico. 

—Bueno, Hogwarts tiene a Madame Pomfrey como sanadora permanente— contestó Bagman sin importancia. 

—Por mucho que se confié en los años de servicio de la sanadora en Hogwarts— intervino Malfoy desde su lugar— Se necesita como mínimo otros dos médicos capacitados en caso de cualquier eventualidad. 

—¿Verdad Fudge?— Sirius miro fijamente al Ministro— ¿No querrás que el nombre del gobierno mágico Británico quede mal ante tal patética organización? Y aun peor, no garantizar la seguridad de los participantes que son estudiantes. 

Fudge palideció, todos en el Wizegamont sabían que el puesto de Fudge peligraba, cualquier paso en falso y seria destituido de manera inmediata. 

—Por supuesto— concordó Fudge— Tendremos a dos sanadores especializados de San Mungo en Hogwarts al momento del Torneo. 

Bagman se encogió de hombros y siguió hablando hablando sobre la modalidad del Torneo. Cuando la sesión termino se ajustaron algunos detalles del Torneo que Bgaman no había meditado bien. 

Cuando Sirius salio hacia las red Flú para ir a casa escuchó a Bagman llamarlo, él respiro reuniendo paciencia y giró sobre su talones mirándolo seriamente. 

—Bagman— dijo Sirius calmado. 

—¡Es bueno verte!— le dio una palmada en el hombro, como si fueran buenos conocidos, eso lo hizo arquear una ceja de molestia— ¡Te perdiste la noche de Whist!

—Si, es que no quería dejarte limpio como la ultima partida— contestó. 

—Una noche de mala suerte— sonrió— Pero ya te ganaré alguna vez. 

Sirius torció su sonrisa. Como si este imbécil le fuera a ganar alguna vez en el Whist, siempre lo dejaba limpio. 

—¿Que quieres?— preguntó nuevamente Sirius— Mi ahijada me espera en casa. 

—Como sabes, en dos días es el Mundial de Quidditch— dijo Bagman— Y ya las apuestas están corriendo. Así que... ¿Irlanda o Bulgaria?

—¿Para eso me detuviste?— preguntó Sirius con molestia— Yo mejor me voy. No tengo tiempo para estupideces. 

Sirius se giró fue hacia la Red Flú para ir a casa. 

Chapter Text

Remus vio a Edith bajar de las escaleras mientras se frotaba con el cuello con una expresión de cansancio. 

—Ya los niños se quedaron dormidos— dijo mientras se sentaba a su lado. — Gracias, Severus. Por traer en tan poco tiempo las pociones calmantes. 

—Tenia un lote preparado— contestó Severus. 

—¿Y como siguen los Creevey?— preguntó Remus. 

—Dennis dejó de llorar cuando se durmió y Colin quiso dormir con él— Edith se quitó sus anteojos para frotarse las sienes— Esos pobres niños. 

—Y crees que hiciste bien en sacarlos de su hogar?— preguntó Severus mirándola fijamente. 

—Por supuesto que si— contesto ella con seriedad— Ya sabia de antes que sus padres mantenían un trato frío con Colin por ser un mago, ahora que su pequeño hermano también es uno, bueno, les han dado la ley del hielo. No les han dirigido la palabra a ninguno de los dos desde que Dennis recibió su carta

Edith se inclinó hacia la mesa de centro donde había una botella de vino abierto, ella se sirvió hasta la mitad.  

—Como pueden sacar su mejor potencial cuando sus padres no velan por ellos— dijo ella molesta— Primero es el silencio y luego podría llegar a algo peor. Eowyn Fraser me contó lo que le hicieron en ese orfanato, no todos los adultos son como los Granger que apoyan a su hija. Así que si, fue una buena decisión sacarlos de ahí. Ahora son mis niños y juró por Madre Magia que velare por ellos como si fueran mi sangre. 

—¿Por que ese interés?— volvió a preguntar Severus. 

—He sido educada y formada como una cuidadora.— contestó Edith— Es mi deber ante la Madre Magia  velar por cualquier niño que necesite protección. 

Los tres se quedaron en silencio, luego Edith se volvió a frotar las sienes con un quejido de dolor. 

—¿Quieres que te traía algo para el dolor?— preguntó Remus, ella negó con la cabeza. 

—Estoy bien— dijo ella palmando la espalda de Remus— Solo es un ligero dolor, ya pasará. Ah, no podremos ir al Mundial de Quidditch. Colin y Dennis aun no estaba tan bien para salir, y René estaba emocionado. 

—Yo lo puedo llevar— se ofreció Remus. 

—¿Enserio?

—¿Acaso no te basta con Black que quieres cuidar con otro niño?— intervino Severus. 

—Sirius se puede cuidar solo— contestó Remus— Ademas Edith, René se mostraba muy emocionando por el mundial. No te preocupes, yo lo cuidó. 

Ella sonrió, que Remus pensé que sentía como una estrella parpadeando. Edith lo tomó de las mejillas y le dio un rápido beso, el sabor al vino era palpable. 

—Gracias— dijo contenta— Ademas, es un partido de Quidditch. ¿Que puede salir mal?

—Entonces si ya no requieres mi presencia— dijo Severus poniéndose de pie— Me iré. 

—No. no. no— Edith también se levantó— Espera, que te traje lo que te prometí. 

Ella, descalza, salio corriendo de la sala hacia su pequeño estudio donde había dejado lo prometido. 

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La mañana del Mundial, el ambiente en Potter Estate era calmado mientras todos tomaban el desayuno en la cocina. Cordelia aun tenia un poco de sueño, pero nada que una buena taza de té no ayude.

Barbie tenia su cabeza apoyada en el regazo de Cordelia mirándola con esos ojos de perrito esperando un poco de lo que estuviera desayunando. Mientras que Oli estaba parada sobre sus patas traseras

—Entonces Hermione— dijo su padrino emocionado— ¿Bulgaria o Irlanda?

—Supongo que Irlanda— contestó Hermione. 

—¿René?— ahora miró a René que estaba viendo su taza.

—Bulgaria— contestó serio— Solo porque Irlanda le jugó sucio a la selección de Perú, porque si hubieran perdido, Perú seria quien estaría en la final. 

—No sabia que te gustaba mucho el Quidditch— le dijo Cordelia. 

—Quidditch, fútbol— dijo René— Si no fuera por mis problemas de asma me gustaría jugar. Creo que seria un buen guardián, no te mueves mucho como los otros jugadores y hay menos degaste físico. 

—Cierto, hablando de asma— dijo tío Moony— Edith me ha dado un inhalador, porque cualquier emergencia. 

—Ay no— se quejó— Mi mamá esta loca. Hace año y medio que no tengo un ataque, creo que ya no lo necesito. 

El bebió un poco de su chocolate y luego miró a tío Moony asustado. 

—Por favor, no le digas que le llame loca— pidió él— Me puede recortar mi mesada, y es mi único ingreso que tengo. 

Cordelia y Hermione rieron levemente, pero su padrino fue quien lanzó una gran carcajada mientras le revolvía el pelo. 

—No es que ella este loca, solo que es muy..— el trató de buscar la palabra correcta. 

—¿Sobre protectora?— dijo Cordelia. 

—Si, eso.— dijo René. 

Luego del almuerzo, el traslador fue preparado con anticipación. Brissa y Doug se quedaron en casa mientras que Kreacher iría más tarde para instalar la carpa donde se quedarían. 

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El Mundial tenia una gran cobertura, cientos de carpas se instalaron a largo del inmenso lugar. Cordelia tenia su brazo entrelazado con el de Hermione para no separarse en el mar de gente. 

—Sigamos caminando— dijo su padrino— Andy ya nos esta esperando y de seguro Kreacher ya habrá instalado la carpa. 

—¿Y Neville también vendrá?— preguntó René— Le pregunte y dijo que su abuela aun no le había dado permiso. 

—Está con Andy— respondió sonriendo. —Ella pudo convencer a Madame Longbottom de dejarlo venir. 

—Genial— sonrió René— Le traje algo de mi viaje.

Caminando Cordelia notó una gran carpa blanca y una pancarta que "Grupo de exploración de Mahokotoro" 

Era un grupo de unas quince personas, todos hablando entre si. 

Cordelia miro a Hermione cuando sintió algo subirse por sus hombros, un peso algo ligero. Hermione se apartó rápidamente de ella con un ligero grito. 

Un zorro de color blanco con cierto destellos azules en su pelaje estaba sobre los hombros de Cordelia, lo mas que más le llamó la atención era que tenia dos colas. 

—Es un Kitsune— dijo Hermione acercándose lentamente a Cordelia

Su padrino y el tío Monny se giraron rápidamente con las varitas listas.

—¡Mizu!— dijo una voz cerca de ellos, Cordelia vio a Xue Chang saliendo de la carpa de Mahokotoro acercándose rápidamente a ellos. El Kitsune frotó su cabeza contra la mejilla de Cordelia antes de saltar de sus hombros. 

Xue llegó hasta ellos un poco agitado. 

—Lamento este mal entendido— dijo recuperándose el aliento. El extendió su brazo y el Kitsune saltó hacia el, en vez de chocar, la criatura se desvaneció en un humo banco entrando en Xue. 

—No paso nada, Chang— dijo Cordelia un poco sorprendida por el Kitsune. 

—¿Y tu quien eres?— preguntó su padrino detrás de Cordelia, una de sus manos se posó rápidamente sobre uno de sus hombros. 

—Padrino, el es Xue Chang, un compañero de Hogwarts— contestó Cordelia mientras. 

—Lord Black— Xue colocó sus manso a sus costados mientras se inclinaba cordialmente. 

—Joven Chang— saludó tío Moony. 

—Profesor Lupin— dijo saludando— Lamento este pequeño percance, aun estoy controlando a mi familiar mágico. 

—Y deberías seguir practicando— contestó su padrino muy serio— Tu Kitsune pudo haber lastimado a mi ahijada. 

—Padrino no me paso nada— dijo Cordelia. 

—No, él tiene razón— intervino Xue— Tengo Mizu desde el inicio del verano, a veces creo que hace las suyas cuando estoy durmiendo. 

—¿Conoces a los exploradores de Mahokotoro?— preguntó René. 

—Si. Mi madre es japonesa y pasamos los veranos con ellos— sonrió Xue— Y vinimos con ellos a ver el Mundial. De echo, Cho se acaba de ir a buscar a alguien. 

Cordelia asintió con la cabeza, la señorita Chang le daba algo de medio. Cada vez que se topaban en los pasillos le daba la mirada fría que la ponía de nervios. 

—Debemos irnos— dijo su padrino con seriedad— Andy ya nos debe estar esperando.

—Bueno— comentó Xue inclinándose nuevamente— Fue un gusto verlos. 

Xue camino devuelta hacia la carpa de los exploradores. 

Chapter Text

Theo se sentó junto a Draco, Blaise en la mesa mientas que Pansy se fue directamente hacia el sillón a seguir leyendo su revista. 

—Te ves algo ansioso— dijo Draco. 

—Pues claro que si— Pansy bajó su revista y lo vio con ojos burlones— Después de todo aun tiene en su mentes su tiempo en París. 

—¿De que hablas, Pansy?— preguntó Theo seriamente. 

—Nada, nada— rio mientras regresaba su vista a la revista. —¿Y Draco? Por lo que se, Hermione te esta influyendo— miro el libro que estaba cerca. 

—Como si fuera a dejar influir por un par de ojos bonitos— dijo Draco también serio. 

—¿Con que ojos bonitos?— los tres se giraron asustados al ver a Fraser entrar en la carpa con el bebé de los Lestrange ajustado en su cadera. 

—¡Fraser deja de aparecerte como un fantasma!— dijo Blaise llevándose la mano al pecho. 

—Pansy, ya llegaron— Fraser ignoró a Blaise y miro a Pansy. 

—Genial ya llegaron Cordelia y Hermione— Pansy lo miro a él y a Draco soltando una risita. Fraser la tomó de la mano y salieron de la carpa. 

Theo se levantó para seguirlas, al salir de la carpa vio a Cordelia sonriendo resplandeciente hacia Fraser y Pansy, fue divertido ver como picaba las mejillas de Corvus con su dedos mientras el bebé reía ante las atenciones de Delia. 

Cuando se vieron, Cordelia se sonrojo levemente y Theo se mostró un poco nervioso. 

—¡Neville!— escuchó a Luzardo decir alegre, él había levantado sus brazos y sonriendo. Theo se quedó desconcertado, siempre le había parecido Luzardo como alguien quien se escondía en las esquinas.

Longbottom venia con la señorita Tonks y la señorita Smith. Luzardo camino rápido hacia Longbottom abrazándolo, gesto que fue correspondido por él. 

—¿No sabían que eran amigos?— dijo Theo. 

—Tienen cosas en común— respondió Cordelia a su lado— Ambos les gusta la herbolaria. 

La chica Smith se paro frente a ellos, Draco y Blaise también había salido de la carpa. Y rápidamente  los empezó a contar. 

—Son diez— dijo al terminar de señalando a Granger. 

—¿Diez qué?— preguntó Blaise. 

—Sus adultos están con otros adultos, conversando negocios de adultos— contestó ella muy seria— Así que estoy a cargo. 

—Sam es su niñera hasta que los adultos se desocupen— dijo la señorita Tonks, Theo se dio cuenta que vestía con su uniforme de Auror. 

—¿Nos nos vas a cuidar tu, Dora?— preguntó Draco. 

—Para mi mala suerte, estoy trabajando— contestó la señorita Tonks— Pero Sam es buena niñera, se van a divertir con ella. 

 Smith sonrió como un gato a punto de tirar algo. Rápidamente tomó en brazos a Corvus, le indicó a la señorita Tonks que sacará algo de la mochila que llevaba en su espalda. 

Era jugo en cajita, que Corvus aceptó sin más.

—Todos devuelta a la carpa— indicó Smith— Esta haciendo mucho sol y no quiero que ninguno se me asoleé por este fuerte sol de verano. 

—¿En serio los adultos te dejaron como nuestra niñera?— preguntó Pansy. 

—Como si me gustará cuidar de niños— contestó con algo de sarcasmo para luego sonreír— Claro que me gusta, traje cartas, UNO, también tengo otros juegos de mesa, y para el pequeño Corvus— miró al bebé— Traje algunos crayones para que pinte. 

—¿Acaso eres Mary Poppins?— preguntó Fraser con burla.

—Tal vez— contestó ella— Pero más cool. Ahora, todo el mundo adentro, Lady Malfoy me dejó indicado que su elfo ya estaba preparando el almuerzo. 

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El partido inició en el atardecer, si bien Cordelia no tenía un gran interés, estaba emocionada.

Su padrino había conseguido lugares en el palco donde estaban otras familias importantes, Cordelia tuvo que tomar la mano de Hermione, ella se había puesto muy pálida por la altura en que estaban sus asientos.

—¿Estás bien?— le preguntó frotándole la espalda, Hermione asintió con la cabeza.

Sam le extendió una lamina de goma de mascar a Hermione, le dijo que era bueno para evitar el mareo por la altura.

El ministro Fudge junto al Ministro de Bulgaria dieron inicio al evento. Cuando las mascotas del equipo hicieron su ingreso, muchos hombres se emocionaron, un grupo de seis Veelas hicieron acto de presencia, y muchos de ellos parecían querer saltar la valla para alcanzarlas.

Un palco más abajo, vio a Ginny jalar del cuello del jersey a Ronald que tenía la mirada de idiota hacia las Veelas.

Cordelia miró hacia Theo, él estaba sonriendo como un bobo, se mostró molesta. 

—Ni que estuvieran lindas— murmuró Cordelia en voz baja.

En cambio, su padrino y tío Moony no se mostraron afectados ante las Veelas que seguían bailando. Cuando las Veelas se fueron, los hombros dejaron de hacer el tonto. El partido fue emocionante, tanto como Bulgaria como Irlanda estaban a la par, todo culminó cuando Víctor Krum atrapó la snitch para el equipo de Bulgaria, pero por puntaje, ganó Irlanda.

—Edith va a estar molesta cuando se entere que ganó Irlanda— comentó su padrino con risa.

—Muy molesta— dijo Rene— Apostó como 25 sickles de plata a favor de Bulgaria.

Cuando salieron de las gradas se toparon con Ginny y su familia. Ginny les presentó a sus hermanos mayores, Bill que trabajaba como romper maldiciones en Egipto y Charlie que estaba en Rumania trabajando con dragones.

—Lady Potter— dijo Bill Weasley saludándola —Ginny nos ha hablado mucho de usted.

—Espero que cosas buenas— sonrió Cordelia. 

—Me dueles con ese comentario— dijo Ginny llevándose la mano al pecho con una fingida ofensa. — ¿Si viste lo genial de la jugada de Krum? Ya quiero que inicie la temporada de Quidditch en Hogwarts.

Cordelia se quedó conversando un poco con Charlie Weasley. Eowyn no paraba de hacerle preguntas acerca de los dragones en la reserva de Rumania.

Charlie le indicó que siempre buscaban a más reclutas en las reservas, por si le interesaba trabajar con dragones luego de Hogwarts.

Por la forma en que sonrió Eowyn, parecía una opción segura. 

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Cordelia fue despertada por su padrino en plena madrugada, con voz firme le indico a ella, Hermione y Rene que se apuraran, como pudo Cordelia en sujeto el cabello en un moño rápidamente y se calzó los zapatos, también tenía su varita lista.

Al salir de la carpa pudo ver como todo mundo corría despavorido y otro estaba lanzando hechizo incendios hacia las carpas.

—Llévalos al bosque— dijo su padrino sin mirarla. Antes que Cordelia se preguntará a quien le hablaba , fue jalada por Sam, quien tenía un atizador de chimenea en su mano.

Como pudo Sam los llevó a los tres hacia el bosque, pero eran muchas personas que un empujón la separó de los demás. Cordelia se quedó en medio de las personas que corrían sin saber a dónde mirar.

Alguien la empujo muy fuerte que cayó sobre sus rodillas y palmas, rápidamente se puso de pie tomando su varita, un ardor le recorrió las rodillas, no necesitaba mirar para saber que se había raspado las rodillas.

Sola corrió hacia el bosque , cuando llegó pudo ver a Theo pálido.

—Cordelia— dijo sin aliento abrazándola, ella temblaba por la ventisca. El se separó y la miro. —Tus rodillas.

Theo se quitó su capa y la cubrió. Cordelia se dio cuenta que estaba en camisón de dormir y un solo suéter afelpado.

Con cuidado la llevó un poco más adentro del bosque, Lady Lestrange estaba con Corvus tratando de que dejara de llorar, Lady Malfoy tenía a Draco abrazado a ella mientras que Zabini se frotaba a las manos por el frío y Eowyn mirando hacia los lados con su varita lista.

Nymphadora estaba con Sam, sujetando la nariz de Sam contra un pañuelo manchado de un poco de sangre.

Cuando Lady Malfoy la vio se separó de su hijo y la abrazó. 

—Perdí a Hermione— dijo Cordelia conteniendo sus ganas de llorar, no sabía si era por el miedo o el ardor de sus rodillas.

Antes de que Lady Malfoy pudiera decir algo, escucharon a Pansy pedir ayuda, llegando al claro estaban Neville, Pansy y René, este último teniendo el brazo sujeto a Neville por el cuello mientras estaba haciendo el esfuerzo de respirar.

—Está teniendo un ataque de asma— chillo Pansy aterrorizada— Y no tiene su inhalador a mano.

Lady Malfoy les pidió que lo recostaran contra el tronco de uno de los árboles. Rene parecía que se estaba ahogando por la forma en que respiraba pesadamente.

En ese instante, vieron a Víctor Krum llegar hacia ellos con Hermione cargada en brazos, Cordelia vio que tenía unos ligeros raspones en los brazos.

—Se ha torcido el tobillo— dijo con un acento muy marcado. El cabello de Hermione estaba hecho un desastre, apenas se ponía mantener en su trenza.

Cordelia se iba a acercar a ella pero un hechizo a la distancia produjo la imagen de enorme calavera con una serpiente saliendo de la boca se mostró en el cielo oscuro.

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Sirius sintió que la sangre se le helaba cuando vislumbro la marca tenebrosa en el cielo. Miro por un segundo a Remus.

—Cordelia— dijo antes de salir corriendo hacia el bosque con su varita lista.

Atravesando el campamento destruido y las personas, Sirius y Remus se deslizaban por el caos esperando que Cordelia estuviera a salvo

Cuando llegaron al claro, corrió a abrazar a Cordelia. Sus manos sostuvieron su rostro, tenía unas cuantas lágrimas en sus mejillas, Sirius la abrazo contra su pecho sintiendo el aliento regresar a su cuerpo.

—Estoy bien, estoy bien— dijo Cordelia pero Sirius no la soltaba aun.

—René— escuchó a Remus, Sirius se separó un poco de Cordelia para ver a Remus arrodillarse frente a Rene, sacó el inhalador de su abrigo y ayudándolo a aspirar el medicamento mientras le frotaba la espalda.

Luego de minutos, Sirius llamó a Kreacher, ordenando que se llevará a los niños a Grimmauld Place de inmediato.

Chapter Text

Una hora de luego llegar al 12 Grimmauld Place el ambiente de la sala de estar era de un silencio sepulcral donde se escuchaba el sonido de los cubiertos. 

Luego de recuperar el aliento, René se había deslizado hacia la cocina y preparado sopa para calmar el frio del susto. Kreacher estaba molesto que alguien ingresará a la cocina. 

Cordelia no podía negar que la sopa de pollo estaba deliciosa. 

—Esta bueno— dijo Sam limpiándose con una servilleta— Y me siento mal. 

—¿Aun te duele la nariz?— preguntó Tonks

—No, me siento mal porque un niño de 14 cocina mejor que yo. 

Kreacher recogió los platos, Cordelia se empezó a sentir con mucho sueño. Vio a los lados como los demás también estaban adormilados. 

Como Hermione tenia las piernas extendidas en el sofá largo por su tobillo lastimado, Eowyn estaba sentada junto Neville mientras abrazaba a Corvus contra ella. 

Como pudo, Cordelia se acurrucó en la capa de Theo y se durmió. 

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Sirius vio a todos los chicos dormidos en la sala de estar, mientras que Dora estaba secando el cabello de Sam, quien estaba sentada a sus pies mientras bebía un poco de Whisky. 

—¿Todos están bien?— preguntó Sirius en voz bajaba mientras acariciaba el cabello de Cordelia. 

—Hermione tiene el tobillo torcido— empezó a enumerar Sam— Cordelia tiene raspada las rodillas, Corvus estuvo llorando pero se durmió rápido y los demás están bien, algo cansados, pero ya duermen como puede ver. 

—Tu nariz— dijo Dora. 

—Ya dejó de sangrar— contestó sin importancia— Solo necesitaba baño y como nueva. 

—¿Y el señor Lupin?— preguntó Dora. 

—Ya mismo viene, se ha quedado a ayudar a Arthur Weasley. Ginny esta perdida en el bosque. 

—¿Que han averiguado Lord Black?

—Fudge pareciese perdido y mirando a todo mundo con desconfianza— respondió Sirius tomando el vaso de Sam para el también servirse Whisky— Crouch estaba molesto y ordenó que cada varita sea examinada para ver quien lanzó la marca. 

—¿Y que paso?

—No encontraron nada— Sirius se sentó junto a Bambi— Cissy y Bella ya vienen por sus niños. Andy me pidió que te quedarás con Neville, partiremos a Potter Estate en la mañana. ¡Kreacher!

Con un ¡Pop! Kreacher apareció en la sala. 

—¿Que puede hacer Kreacher por Lord Black?

—Prepara cinco habitaciones— ordenó Sirius— Y ten preparado té. Narcissa y Bellatrix estarán aquí en unos minutos, y en la mañana busca a un sanador, deben revisar a Hermione y su tobillo. 

Kreacher inclinó la cabeza y se fue. 

Sirius termino su mirando hacia la chimenea. 

Lo sucedido esta noche fue su señal para tener un plan para mantener a salvo a Cordelia. 

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Cordelia se despertó en una habitación que claramente no era su habitación,cuando se sentó notó que Hermione estaba dormida a su lado y la capa de Theo colgada en el respaldo de la cama. 

Con cuidado se levantó de la cama sin despertar a Hermione, se puso sus zapatos, se cubrió con la capa de Theo y salió de la habitación, en silencio recorrió los pasillos de Grimmauld Place hasta el comedor. 

Su padrino y tío Moony ya estaban desayunando, el tío Moony estaba leyendo la edición de El Profeta, siendo el titular lo sucedido anoche. 

—Buenos días— saludó Cordelia. Su padrino rápidamente se levantó de su lugar en la cabecera del comedor para mirarla de cerca. 

—¿Como te sientes Bambi?— le preguntó mientras la guía a su lado derecho. 

—Estoy bien padrino— contestó Cordelia, sus rodillas ya no le dolían pero estaba segura que tenia unas pequeñas costras. Después conseguiría una pomada. 

—Oh mi pobre ahijada— dijo con dramatismo su padrino abrazándola— Debiste tener mucho miedo. 

—Un poco— Cordelia se enderezó un poco. 

Kreacher llegó con el desayuno, Cordelia se mantuvo en silencio todo el rato. Su padrino le dijo que solo quedaban Nymphadora, Sam , Hermione y René en Grimmauld Place, los demás ya se habían ido anoche mismo. 

—Siento que estoy olvidando algo y no se que es— comentó su padrino a los dos. 

—Yo igual— concordó tío Moony. 

—¡SIRIUS BLACK!— se escuchó un aterrador grito venir desde el pasillo, la puerta del comedor se abrió dejando ver a una profesora Edith muy molesta, y tan fiera como loba a punto de atacar.

Su cabello estaba revuelto y el rostro cansado, sus ojos se mostraban llorosos, como si hubiese estado llorando toda la noche.

Cordelia miro a su padrino y a tío Moony, ambos estaban pálidos, como si hubieran visto a un espectro frente a ellos. 

—¡Ni llamadas!¡Ni una maldita carta!— camino hacia la cabeza— ¡¿Que demonios le pasa a ustedes dos?!

—Puedo explicar— trató de mediar su padrino. 

—¡¿Explicar?!— chilló molesta la profesora Edith— Anoche escuche murmullos en Hogsmeade de que atacaron el campamento del Mundial. ¡Me quede toda la noche en vela esperando saber noticias de ustedes y mi hijo!¡¿Donde esta mi hijo?! 

La profesora Edith miro a Cordelia, se calmó respirando profundamente. Con cuidado le dio un abrazo sentándose a su lado. 

—Las cosas sucedieron rápido— tío Moony la tomo de la mano, Cordelia notó que no llevaba guantes, tal vez la preocupación hizo que se le pasará ese detalle— Los niños están bien, aun duermen.

La profesora asintió antes de ponerse a sollozar, tío Moony le estaba frotando la espalda. 

—Nunca antes había sentido este nivel de angustia— dijo con la voz llorosa— No saber de hijo por horas hacia que me imaginará los peores escenarios posibles. ¿Como no pudieron decirme que estaban bien?

—Lo lamento— dijo su padrino sirviéndole una taza de Earl Gray— Si bien nos olvidamos decirte, ellos ya están a salvo. 

Ella lo miro con ojos llorosos y aceptó el té. 

Chapter Text

Llegó el primero de Septiembre y como de costumbre en andén 9 3/4 estaba lleno para despedir a los alumnos. 

Cordelia conversaba con Hermione acerca de lo que esperaba ese año. Su padrino le informó del Torneo de los Tres Magos que habría en Hogwarts, y con ello la llegada de Durmstrang y Beauxbatons. 

Aunque claro, entre medio de ese anuncio estaba: "Cuidado, habrán chicos y pueden ser seres malvados" 

—Por cierto Hermione— dijo su padrino a Hermione— Como pronto será tu cumpleaños 15, tus padres me han pedido que sea tu mediador en caso que recibas propuestas de cortejo. 

—¿Mis padres le han pedido eso?— preguntó Hermione. 

—Así. Si recibes las cartas, dile a Snape que me contacte— le sonrió— Revisaremos las propuestas y tu decidirás cual aceptar. A menos que quieras aplazarla si deseas. 

—¿Se pueden aplazar?— preguntó Cordelia. 

—Por supuesto Bambi— le dijo su padrino— Si quieres esperar uno o dos más en tus propuestas solo dímelo. 

—Lo tendré en cuenta padrino— sonrió Cordelia. —¡Oh ahí viene Eowyn!

Eowyn venia hacia ellas llevándose consigo un cesto de mimbre pequeño y con una enorme sonrisa. Cordelia se asomó hacia el cesto y vio a un gatito dormido en bolita, al parecer aun era un bebé, su pelaje era curioso, la mitad de arriba era blanco y la otra mitad era negro, pero sus patitas trasera eran blanca. 

—Parece que usa pantalones— rio Cordelia. 

—Ayer fui con mamá al callejón Diagon y lo encontré en la entrada del callejón Knockturn— dijo Eowyn— Solo y maullando,a si que me lo llevé. Se llama Berlioz. 

Tío Moony llegó con Dennis Creevey llevando su baúl.

—¿Y Colin y René?— preguntó Eowyn. 

—Edith ha dicho que se parece una perdida de tiempo que vayan en el tren cuando viven en Hogsmeade— contestó tío Moony— Pero dijo que Dennis si debería hacer su viaje en tren al ser su primer año. Los dos estarán esperando en la estación de Hogsmeade

—¿Y te encuentras emocionado, Dennis?— preguntó Cordelia. Lo había concordó hace días y el pedido ser llamado por su nombre. 

—Mucho— sonrió tímidamente. 

—Bueno si quedas en Gryffindor como Colin—dijo Eowyn pasando su brazo libre por los hombros de Dennis— No dudes en pedirnos ayuda a Nev y a mi. Si quedas en Slytherin, de ley iras bajo la protección de la princesa de Slytherin, es decir, Cordelia. 

—No soy la princesa Slytherin, Eowyn— dijo Cordelia. 

—Esa ni tu la crees— contestó Eowyn— Y si quedas en Hufflepuff, tendrás a René. 

—¿Y si quedo en Ravenclaw?— preguntó Dennis

—Gillie Anderson— dijo Eowyn— Es la protegida de Delia. Solo júntate con ella y nadie se meterá contigo. 

Dennis asintió con la cabeza.

—Bueno chicos— dijo su padrino mirando su reloj de bolsillo antes de guardarlo— Ya saben, cualquier cosa escríbanme y estaré ahí lo mas pronto posible. 

Cordelia abrazó a su padrino y le dio un beso en la mejilla, también abrazó y le dio un beso a tío Moony como despedida. 

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Las cinco estaban en el vagón, Daphne le estaba actualizando las ultimas novedades. 

Cordelia se sorprendía de Daphne, siempre sabia lo que pasaba en Hogwarts, sabían quienes estaban saliendo, quienes estaban enemistados. 

Todo. 

—Penélope trabaja en el Profeta como asistente de Rita Skeeter— siguió hablando Daphne— También se que ella y Percy Weasley han formalizado un compromiso ahora que el a tomado el señorío de los Prewett. 

—¿Penélope viajara desde Lincolnshire hasta Londres todos los días?— preguntó Pansy. 

—Vive en un residencia femenina en Soho— dijo Cordelia— Al parecer sus padres le permitieron mudarse a Londres siempre y cuando ella viva en esa residencia. 

—También se por mi padre que las comitiva de Durmstrang y Beauxbatons llegaran a Hogwarts en Samhain— siguió contando Daphne.

—Krum me conto sobre eso— dijo Hermione. Por Cordelia sabia que habían mantenido correspondencia luego de que el le enviara una carta preguntando por ella luego de su tobillo torcido. 

—Uhhh Víctor Krum— comentó Eowyn

—Es correspondencia netamente académica— respondió Hermione. 

—No sabe, no sabe— sonrió Cordelia ante la expectativa de Krum y Hermione. 

Aunque seria feo saber que Hermione se mudaría a Bulgaria si se comprometiera con Krum.

Berlioz, el gatito de Eowyn, se había despertado de su siesta y empezado a tratar la atención de Crookshanks, quien solo lo veía con ojos aburridos al gatito bebé. 

—¡Oh cierto! Hice algo los últimos días del verano— Cordelia abrió su bolso y encontró lo que buscaba. 

Ella había tejido pulseras de la amistad. Cordelia sabia el color favorito de cada una, así que  los tejió en hilos finos con un dije de estrella. 

Pansy tenia en un color verde oscuro, Daphne en un celeste muy claro, Eowyn un rojo fuerte. Hermione en un azul rey y Cordelia era rosado.

—Están bien bonitas— dijo Pansy. 

—Espero que le gusten— dijo Cordelia con una sonrisa tímida. 

—Vas a hacer que me diabetes— contestó Eowyn sonriendo mientras se colocaba la suya. 

El resto del viaje la pasaron conversando de las expectativas de ese año escolar y el Torneo. 

Chapter Text

Estaba lloviendo y con ello una ligera ventisca. 

Cuando el tren arribó a la estación muchos alumnos se subían a los carruajes apresurados para  mojarse. Cordelia cubrió a Hedwig en su jaula con una mantilla con hechizo impermeable, cuando buscaba para ella algo con que cubrirse, Theo llegó a su lado. 

Con su varita extendida hacia arriba conjuró un paragua. 

—Seria una pena que tu bonito cabello se vea estropeado por la lluvia— dijo Theo ofreciéndole su brazo, Cordelia no pudo evitar sonreír y entrelazó su brazo con el Theo. 

—Eres muy amable—dijo Cordelia. 

Sentía sus mejillas sonrojarse, por la proximidad de ambos podía percibir el aroma de la colonia de Theo.

Compartieron carruaje con Hermione y Draco, su pobre amiga tenia una situación algo esponjosa su cabello. La humedad le goteaba de algunos mechones que se escurrieron de su recogido y castañeaba ligeramente los dientes. 

Malfoy fue muy amable en extenderle su pañuelo para que Hermione se secará el rostro. Ambos conversaban animadamente del libro que Hermione le prestó a Malfoy. 

—Aun no entiendo como no de dio cuento que su perro básicamente era una cosa malévola— le comentó. 

—¿Si tu tuvieras una mascota desconfiarías de ella?— preguntó Hermione. 

—¿De que me perdí?— preguntó Cordelia un poco ida de su conversación. 

—Malfoy y yo hemos estado intercambiando libros el verano— respondió Hermione— Y rápidamente note su fascinación por la literatura de horror. King, en especifico. 

—Sus historias son buenas, pero sus finales no tienen sentido— comentó Malfoy 

Cordelia sonrió mirando a Hermione. 

Ella pensaba, de vez en cando, que Hermione y el Heredero Malfoy hacían buen dúo.

Ambos eran listos, tenían una mente rápida. Solo que a veces, la personalidad firme y algo mandona de ambos hacían que se miraran como dos gatos ariscos a punto de pelear. 

Pero bueno, así también eran Lizzy y el señor Darcy, y eran la pareja mas linda que Cordelia había leído. 

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Subieron la escalinata a toda prisa, y sólo levantaron la vista cuando se hallaron a cubierto en el interior del cavernoso vestíbulo alumbrado con antorchas y ante la majestuosa escalinata de mármol.

—No me quiero imaginar como van a estar los de primero que vienen en bote— dijo Cordelia a su lado. 

—Un mal día para llover— comentó Theo con la garganta picándole. Tendría que tomar algo para evitar un resfriado. 

Escucharon un chillido cerca de ellos, Padma Patil chilló cuando un globo con agua le dio en la cabeza, al mismo tiempo que un segundo globo lleno de agua caía... rozando a Granger y cayendo sobre Fraser que soltó un gruñido de molestia. 

A su alrededor, todos chillaban y se empujaban en un intento de huir de la línea de fuego.

Theo alzó su mirada encontrándose con el molesto Poltergeist de Peeves lanzado globos con agua, la molestia criatura reía  mientras tenia otro nuevo globo en sus manos. 

—¡PEEVES! —gritó una voz irritada—. ¡Peeves, baja aquí AHORA MISMO!

Acababa de entrar apresuradamente desde el Gran Comedor la profesora McGonagall, que resbaló en el suelo mojado y para no caerse tuvo que agarrarse al cuello de Cordelia.

—¡Ay! Perdón, señorita Potter.

—No se preocupe profesora McGonagall— dijo Cordelia frotándose su garganta. 

—¡Peeves, baja aquí AHORA! —bramó la profesora McGonagall, enderezando su sombrero puntiagudo y mirando hacia arriba a través de sus gafas de montura cuadrada.

—¡No estoy haciendo nada! —contestó Peeves entre risas, arrojando un nuevo globo lleno de agua a varias chicas de quinto, que gritaron y corrieron hacia el Gran Comedor—. ¿No estaban ya mojadas? ¡Esto son unos chorritos! ¡Ja, ja, ja! —Y dirigió otro globo hacia un grupo de segundo curso que acababa de llegar.

—¿Ese no es el Barón Sanguinario?— dijo Granger en tono alto. El poltergeist chilló y desapareció, haciendo que todos suspiraran de alivio. 

Ingresaron al Gran Comedor, Theo claramente escuchaba a Luzardo decir que alguien debería exorcizar a Peeves por el bien del estudiantado. 

El Gran Comedor de costumbre decorado para el banquete de comienzo de curso, tenía un aspecto tan espléndido como de costumbre, y el ambiente era mucho más cálido que en el vestíbulo. A la luz de cientos y cientos de velas que flotaban en el aire sobre las mesas, brillaban las copas y los platos de oro.

Cuando se sentaron el mesa, Theo lanzó su conjuro secándose de la horrenda lluvia, al igual que muchos de sus compañeros. 

Había susurros en la mesa de Slytherin con la mirada fija en la mesa de profesores, Barty Crouch Jr. estaba en el puesto del profesor DCAO. Hasta el momento el señor Lupin había sido un buen maestro.

—Lastima que renunciara— pensó Theo. Era un maestro interesante, ademas que estaba seguro que él no lo tenia fichado como Lord Black. 

La puerta del comedor se abrió dejando pasar a la  profesora McGonagall que marchaba a la cabeza de una larga fila de alumnos de primero, a los que condujo hasta la parte superior del Gran Comedor, donde se encontraba la mesa de los profesores.

—Oh por la diosa— dijo Pansy— Que en vez en venir en bote nadaron por el lago. 

Temblando con una mezcla de frío y nervios, llegaron a la altura de la mesa de los profesores y se detuvieron, puestos en fila, de cara al resto de los estudiantes. El único que no temblaba era el más pequeño de todos, un muchacho con pelo castaño desvaído que iba envuelto en lo que reconoció como un abrigo de piel de topo.

—Oh es Dennis— dijo Cordelia. 

—¿Dennis?— preguntó Theo. 

—El hermanito de Colin Creevey— contestó Cordelia. 

El abrigo le venía tan grande que parecía que estuviera envuelto en un toldo de piel negra. Su carita salía del cuello del abrigo con aspecto de estar al borde de la conmoción.

Luego de que el sombrero terminará su horrible canción, los alumnos fueron seleccionados. Los nuevos Slytherin se ubicaron cerca de los prefectos quienes los secaron rápidamente con un hechizo. 

Dennis Creevey fue a Gyrffindor, siendo recibido por Longbottom, Fraser y Creevey.

El profesor Dumbledore, luego de la selección, se puso en pie. Sonreía a los alumnos, con los brazos abiertos en señal de bienvenida.

—Tengo sólo dos palabras que decir —dijo, y su profunda voz resonó en el Gran Comedor—: ¡A comer!

En la cena pudo escuchar a Cordelia susurrar con Granger de algo, en un momento Granger abrió los ojos con las mejillas sonrojadas. 

—Estas loca— le dijo un poco alto. 

—No tienes nada que perder— le sonrió Cordelia— Oh vamos. No seria grandioso que Krum te cortejará en su estadía aquí. 

Granger dolor un quejido mientras Delia soltaba una risita. 

Una vez terminados los postres y cuando los últimos restos desaparecieron de los platos, dejándolos completamente limpios, Albus Dumbledore volvió a levantarse. El rumor de charla que llenaba el Gran Comedor se apagó al instante, y sólo se oyó el silbido del viento y la lluvia golpeando contra los ventanales.

Dumbledore empezó a hacer los típicos anuncios de principio de año. Flich y su lista de objetos prohibidos, el ya habitual mensaje de alejarse del boque prohibido. 

También el anuncio de el heredero Crouch como nuestro maestro de DCAO, y desde la mesa de Slytherin se preguntaron su iba a durar más de un periodo escolar que los demás maestros.

—Es también mi doloroso deber informaros de que la Copa de quidditch no se celebrará este curso.— anuncio el director. 

Muchos sonidos de sorpresa se escucharon en el Gran Comedor. 

—Esto se debe a un acontecimiento que dará comienzo en octubre y continuará a lo largo de todo el curso, acaparando una gran parte del tiempo y la energía de los profesores... pero estoy seguro de que lo disfrutaran enormemente. Tengo el gran placer de anunciar que este año en Hogwarts tiene el honor de ser la sede de un emocionante evento que tendrá lugar durante los próximos meses, un evento que no se celebraba desde hacía más de un siglo. Es un gran placer para mí informaros de que este curso tendrá lugar en Hogwarts el Torneo de los tres magos.

»EI Torneo de los tres magos tuvo su origen hace unos setecientos años, y fue creado como una competición amistosa entre las tres escuelas de magia más importantes de Europa: Hogwarts, Beauxbatons y Durmstrang. Para representara cada una de estas escuelas se elegía un campeón, y los tres campeones participaban en tres pruebas mágicas. Las escuelas se turnaban para ser la sede del Torneo, que tenía lugar cada cinco años, y se consideraba un medio excelente de establecer lazos entre jóvenes magos y brujas de diferentes nacionalidades... hasta que el número de muertes creció tanto que decidieron interrumpir la celebración del Torneo.

—¿Y si es tan mortal por que lo reanudaron?— preguntó Granger. Cordelia solo se mostro igual de confundida. 

—En todo este tiempo ha habido varios intentos de volver a celebrar el Torneo —prosiguió Dumbledore—, ninguno de los cuales tuvo mucho éxito.Sin embargo, nuestros departamentos de Cooperación Mágica Internacional y de Deportes y Juegos Mágicos han decidido que éste es un buen momento para volver a intentarlo. Hemos trabajado a fondo este verano para asegurarnos de que esta vez ningún campeón se encuentre en peligro mortal.

»En octubre llegarán los directores de Beauxbatons y de Durmstrang con su lista de candidatos, y la selección de los tres campeones tendrá lugar en Halloween. Un juez imparcial decidirá qué estudiantes reúnen más méritos para competir por la Copa de los tres magos, la gloria de su colegio y el premio en metálico de mil galeones.

—Ese es un gran premio— dijo Draco. 

—¿Como sera la selección de los campeones?— preguntó Theo. 

—No se sabe— contestó Blaise cerca de él. 

—Aunque me imagino que todos estaréis deseando llevaros la Copa del Torneo de los tres magos —dijo—, los directores de los tres colegios participantes, de común acuerdo con el Ministerio de Magia, hemos decidido establecer una restricción de edad para los contendientes de este año. Sólo los estudiantes que tengan la edad requerida (es decir, diecisiete años o más)podrán proponerse a consideración. Ésta —Dumbledore levantó ligeramente la voz debido a que algunos hacían ruidos de protesta en respuesta a sus últimas palabras, especialmente los gemelos Weasley, que parecían de repente furiosos— es una medida que estimamos necesaria dado que las tareas del Torneo serán difíciles y peligrosas, por muchas precauciones que tomemos, y resulta muy improbable que los alumnos de cursos inferiores a sexto y séptimos sean capaces de enfrentarse a ellas. Me aseguraré personalmente de que ningún estudiante menor de esa edad engañe a nuestro juez imparcial para convertirse en campeón de Hogwarts. Así pues, no pierdan el tiempo presentándose si no han  cumplido los diecisiete años.

»Las delegaciones de Beauxbatons y Durmstrang llegarán en octubre y permanecerán con nosotros la mayor parte del curso. Sé que todos tratarán a nuestros huéspedes extranjeros con extremada cortesía mientras están con nosotros, y que darán su apoyo al campeón de Hogwarts cuando sea elegido o elegida. Y ya se va haciendo tarde y sé lo importante que es para todos nosotros estar despiertos y descansados para empezar las clases mañana por la mañana.

El camino hasta la sala común de Slytherin, se pudo escuchar a los de ultimo año hablando de la posibilidad de que el campeón de Hogwarts sea alguien de Slytherin. 

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La primera clase del periodo escolar coincidió con un clima algo frío por la torrencial lluvia del día anterior.

Las chicas estaban revisando su horario escolar mientras desayunaban, en la mesa de Slytherin se podían escuchar a los alumnos mayores discutir acerca del Torneo y la posibilidad de que el campeón o campeona de Hogwarts fuese un Slytherin.

—Primero tendremos Transformaciones, luego Criaturas Mágicas, luego dos horas seguidas de Aritmancia— comentó Pansy leyendo su horario —Luego historia de la magia con Hufflepuff.

—También tendremos Runas hoy—dijo Cordelia emocionada. La profesora Edith comentó, de manera causal, que este año escolar se enfocarían más en clases practicas que teóricas.

—Creo que el Torneo va a cambiar un poco la ciclo escolar- comentó Hermione mirando su libro de Transformaciones— Solo espero que no nos afecte nada.

—Yo si estoy emocionada por el Torneo. La oportunidad de convivir con alumnos de otras partes siempre es emocionante— dijo Daphne — Sobre todo para Hermione y sus cartas con Krum.

—¿Cuando van a dejar de hacerse expectativas de mi y Víctor Krum?- preguntó Hermione cerrando su libro. 

—Cuando termine el Torneo— respondió Cordelia— Oh, vamos Hermione, vas a cumplir 15. Y Estoy segura que vas a recibir muchas propuestas de cortejo— le tomó las manos a Hermione con los ojos brillando de felicidad— Eres una chica linda, amable e inteligente. 

—Con un par ojos bonitos según alguien que escuche— sonrió Pansy. 

Cordelia soltó un chillido emocionado mirando a Pansy. 

—¿Quien dijo que cosa?— dijo Hermione muy seria, Cordelia la miró, tenia las manos sobre su libro, la mirada seria pero las mejillas ligeramente ruborizadas.  

—Por que te sorprendes Hermione— sonrió Daphne— Cualquier chico moriría por salir con tan inteligente bruja como tu. 

Hermione sonrió levemente. 

—He estado pensando acerca de los cortejos, en caso que tenga algunos— dijo Hermione bebiendo su té. 

—¿Y?— preguntó Cordelia. 

—Los quiero posponer hasta mi sexto año— contestó Hermione— Piénsenlo también para ustedes. Quinto año sera muy demandante con el tema de los T.I.M.O.S, y seria aun mas pesado teniendo que pensar en los cortejos. Ademas seria un poco injusto también para los chicos que la cortejaran no tener toda la atención que se necesita porque ustedes estarán concentradas en los T.I.M.O.S

Cordelia meditó la respuesta de Hermione, y sonaba lógico. 

Con un poco de disimulo vio a Theo un par de metros lejos de ella preguntándose si él le enviaría una propuesta de cortejo en su próximo cumpleaños. 

Cordelia había actuado como una cobarde desde su regreso de París, siempre con el brazo entrelazado con Hermione o Eowyn, y desviando su mirada para no encontrarse con el bonito rostro de Theo o sus encantadores ojos. 

—Bueno marchando— dijo Cordelia con el animo elevado— Tenemos clase con la profesora McGonagall. 

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La clase de Herbología era la segunda favorita luego de Transformaciones para Eowyn. 

Desde chiquitita había querido una casa con jardín, principalmente porque ese era el sueño de su mamá. Una pequeña casita de campo con un jardín para cultivar muchas flores y tal vez uno o tres gatos para hacerle compañía. 

—¡Mira Eowyn!— le llamó Neville sacándola de su habitual ensoñación con su mamá. 

Eowyn miró hacia la maceta de Neville donde tenia sus Dedaleras, todas rojizas y en buen estado. 

—Están creciendo muy bien— comentó Luzardo frente a ellos. — No hay mordeduras de insectos, tiene un buen color. 

Luzardo se quitó sus guantes de trabajo y tocó levemente uno de los capullos con delicadeza: — Y tiene un suave tacto. Están perfectas. 

Eowyn sonrió ampliamente, esta materia se le daba bien. Gracias a Neville presupuesto. 

Luzardo se fue cuando Susan Bones, su pareja en esta clase, le llamaba por ayuda. 

—¿No se como puedes ser amigable con la rata?— dijo Weasley cerca de ellos. 

—¿La rata?— preguntó Neville confundido y Eowyn ya estaba lista para hacer comer tierra a Weasley.  

—Luzardo— Weasley lo miro brevemente ayudar a Bones con su planta— Su padre es un Mortífagos. Potter es una completa tonta al tenerlo cerca. 

—Hazle un favor a la humanidad Weasley y cierra tu boca— dijo Eowyn. 

—Ron, es muy grosero hablar así de René— comentó Neville muy seriamente, algo raro en él— Es mi amigo, así que ten un poco más de respeto. 

—¿Amigo?— preguntó Weasley— Yo soy tu amigo. 

—Solo somos compañeros de dormitorio— dijo Neville— Tu y yo no somos amigos. 

Weasley se mostró confundido. 

—De seguro la profesora fue fea en su juventud, solo alguien fea se metería con un mortífago. 

Eowyn soltó un jadeo de indignación. En un movimiento rápido, presionó una de la tijeras de trabajo en las costillas de la comadreja. 

—Ten más respeto a la profesora Edith— dijo Eowyn— Ella es una mujer y merece respeto. Di algo estúpido de nuevo y te clavaré las tijeras. 

Weasley asintió con la cabeza y volvió a su trabajo. Eowyn miro hacia donde estaba Luzardo, aun conversando con Bones mientras del bolsillo de su túnica sacaba su inhalador. 

Que la profesora fue fea en su juventud, vaya imbécil que era Weasley. Un día en el verano la profesora les enseñó un álbum de fotos de su viaje de estudio en Gran Bretaña cuando tenia 18 años. Y por Dios, le hubiera ido bien como modelo a la profesora. 

Eowyn era segura de si misma, pero mataría por tener la cintura que tenia la profesora cuando era joven. 

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En el horario de almuerzo, Cordelia estaba leyendo su libro de Runas. 

Al fin había encontrado la valentía para hablar con Theo, bueno no valentía, mas bien suerte de que decidieran los dos volver a ser pareja de estudio para la clase de Runas Antiguas. 

Ahora en la hora del almuerzo se estaban organizando como repartirse los trabajos. 

—¿Que te parece si yo transcribo los ensayos que vayamos a entregar?— le propuso Cordelia. 

—¿Estas segura de eso?— le preguntó Theo — No quiero que tengas mucho trabajo. 

—No tendré mucho trabajo si me ayudas, y tu siempre me ayudas. 

Cordelia le sonrió y el le devolvió la sonrisa. Por un momento ambos se quedaron en silencio mirándose unos segundos y desviando la irada. 

—Theo— empezó a decir Cordelia algo nerviosa— Lo que pasó en la Opera...

—No tienes porque decir nada— le dijo un poco nervioso— Tu... yo. Ammm, digo eres muy linda y si me sorprendió el beso. 

—Oh— dijo Cordelia aun nerviosa. 

—Pero no digo que me gustó— contestó Theo— Tu me gustas, pero yo no se si te gusto. 

Cordelia se sonrojó. Theo le dijo que le gustaba. Cuando le quiso dar la respuesta, Theo soltó un quejido de dolor mientras su mano fue a dar a su torso mientras se encogía del dolor. 

—Theo— Cordelia se acercó aun más mientras tomaba el rostro de Theo entre sus manos. — ¿Que te duele?¿ Es algo grave?

—Estoy bien— dijo con dolor. 

—Nott— el prefecto se acercó a ellos— Nott. ¿Qué sucede?

—Me duele— Theo hizo una mueca de dolor mientras presionaba mas en su costado derecho. 

—Ven— con cuidado el prefecto puso de pie a Theo— Te llevaré con Madame Pomfrey. 

Theo le dio una mirada y una vaga sonrisa. Cordelia muy preocupada lo vio irse con el prefecto del Gran Comedor. 

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Theo sentía que la mordedura de ese maldito Kitsune tenia algo que ver con su repentino dolor. 

Tendría que averiguar quien era el mago o bruja que estaba conectado a esa misera criatura. El dolor cesó rápidamente y pudo volver para la hora de la cena. Draco y Blaise no tardaron en rodearlo para hacerles preguntas. 

—¿A que japones hiciste enojar?— dijo Blaise claramente. 

—No conozco a ningún japones— respondió Theo —¿Y por que atacarían a mi? Yo nunca me involucraría en un conflicto. 

—Oh simplemente alguien te odia— contestó Draco. 

—La verdadera pregunta seria. ¿Por que a mi?— dijo Theo muy enojado. 

La semana transcurrió sin poder hablar con Cordelia, durante los primeros días de clase, los niños que Cordelia estaba instruyendo en las Vías Antiguas se pegaron a ella como patitos que la seguían en fila por donde ella iba. 

El pequeño Creevey hizo dos amigos, nacidos de muggles como él, les habló de Cordelia. Ahora Delia tenia otros tres patitos siguiendo a parte de los otros dos que la seguían desde el año pasado. 

 Con ello llegó el jueves y la primera clase de D.C.A.O, y Theo esperaba a que Crouch fuese lo suficientemente bueno como lo había sido el señor Lupin el curso pasado. Él se sentó dos asientos atrás de Cordelia y Granger, y por alguna extraña razón, Draco estaba vez se sentó junto a el. 

Todo mundo tenia su copia de Las fuerzas oscuras: una guía para la autoprotección, hasta que llegó Crouch con una sonrisa. 

—Bueno, bueno— dijo Crouch— Somos un gran grupo. Primero que nada, llámenme Barty. El señor Crouch es mi padre. 

El profesor Barty empezó a pasar lista y alzaba la cabeza cada cuando algo respondía presente.

Bien —dijo cuando el último de la lista hubo contestado «presente»—.He recibido carta del profesor Lupin a propósito de esta clase. Parece que ya son bastante diestros en enfrentamientos con criaturas tenebrosas. Habéis estudiado los boggarts, los gorros rojos, los hinkypunks, los grindylows, los kappas y los hombres lobo, ¿no es eso?

Hubo un murmullo general de asentimiento.

—Pero están atrasados, muy atrasados, en lo que se refiere a enfrentaros a maldiciones —prosiguió Barty—. Así que he venido para prepararos contralo que unos magos pueden hacerles a otros. Espero durar más que sus antiguos profesores...

A decir verdad, casi ningún maestro de D.C.A.O dura mas de un año escolar ahora que lo pensaba Theo.

—Así que... vamos a ello. Maldiciones. Varían mucho en forma y en gravedad. Según el Ministerio de Magia, yo debería enseñarles las contra maldiciones y dejarlo en eso. No tendrán que aprender cómo son las maldiciones prohibidas hasta que estén en sexto. Se supone que hasta entonces no seréis lo bastante mayores para tratar el tema. Pero la Junta de Gobernadores tiene mejor opinión de ustedes y piensa que podrán resistirlo, y yo creo que, cuanto antes sepan a que se enfrentan, mejor. ¿Cómo podrán defenderse de algo que no habían visto nunca? Un mago que esté a punto de lanzarles una maldición prohibida no va a avisarles antes. No es probable que se comporte de forma caballerosa. Tendrán que estar preparados.

—¿Nos va a enseñar las Maldiciones Imperdonables?— preguntó Granger con algo de seriedad en su voz. 

—Si— respondió con simpleza el profesor— Ahora. ¿alguno de ustedes sabe cuáles son las maldiciones más castigadas por la ley mágica?

Weasley alzó la mano y habló del Imperius. Para demostración, el profesor sacó una gran araña de un tarro de cristal.  Conjurando la maldición, Crouch guio a la araña que saltó entre los asientos, provocando algunos chillidos de estudiantes. 

Luego Longbottom habló del Cruciatus, nuevamente la araña fue sujeta a la maldición. Desde su puesto, Theo vio a Cordelia rígida ante los chillidos del insecto. 

—¿Y ahora?— preguntó Crouch— ¿Quien me puede decir la ultima maldición?

La clase se quedó en total silencio. 

—Avada Kedavra— dijo Crouch apuntando a la araña, un destello verde salio de su varita golpeando a la araña que dejó de moverse —No es agradable —dijo con calma—. Ni placentero. Y no hay contra maldición. No hay manera de interceptaría. Sólo se sabe de una persona que haya sobrevivido a esta maldición, y está sentada delante de mí.

Miradas discretas e indiscretas fueron a parar a Cordelia. Ella relajó sus hombros, y se quedó mirando al profesor Crouch fijamente. 

—Avada Kedavra es una maldición que sólo puede llevar a cabo un mago o bruja muy poderoso. Podrían sacar las varitas mágicas todos ustedes y apuntarme con ellas y decir las palabras, y dudo que entre todos conseguirán siquiera hacerme sangrar la nariz. Pero eso no importa, porque no les voy a enseñar a llevar a cabo esa maldición.

El resto de la clase, el profesor Barty se dedico a explicar a detalle cada maldición, la clase estaba en un total silencio por lo que era su voz lo único que se podía escuchar. 

Theo se mantuvo al pendiente de Cordelia, necesitaba saber que ella se encontraba bien. 

Se pasaron lo que quedaba de clase tomando apuntes sobre cada una delas maldiciones imperdonables. Nadie habló hasta que sonó la campana; pero,cuando Barty dio por terminada la lección y ellos hubieron salido del aula, todos empezaron a hablar inconteniblemente. 

Por un momento, Theo y Cordelia se vieron, ella le sonrió un poco,  pero fue arrastrada por su grupo de amigas lejos del salón de clases.

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Sirius sonrió al recibir la carta de Hermione. Estaba en Malfoy Manor cenando con sus primas y por supuesto Cissy quería saber el contenido de la carta.

"Estimado Lord Black. 

He mediato que lo mejor para mi seria esperar recibir ofertas de Cortejo antes del inicio de mi sexto año por motivos que este año y el próximo quisiera enfocarme por completo en mi preparación para mis T.I.M.O.S

Siento que ese seria el momento indicado para poder pensar seriamente en los cortejos. 

Saludos. 

Hermione Jean Granger. "

—Bueno— dijo Cissy— Se escucha como un razonamiento muy lógico. La señorita Granger hasta el momento ha demostrado ser la mejor de su año. 

—Esperemos que Cordelia tenga la misma la idea que Hermione— suplicó Sirius. 

—Deja de ser dramático— le ordenó Bellatrix con Corvus en su regazo. 

—Eventualmente Cordelia se casará, Sirius— dijo Andy con más tacto. 

—Si, algún mocoso hormonado engatusará a mi preciosa Bambi— dijo Sirius.— Y por eso que he armado el mejor plan para escoger al menos alcornoque. 

—Por la Madre Magia— suspiró Narcissa— ¿Qué plan estúpido armaste?¿Batirte a duelo con los muchachos?

—Ese era el plan original de James— concordó Sirius— Pero luego intervino Lily, siendo tan sensata, optó por un camino sin dolor y algo ingenioso, perfecto, y cae al dedo si algún mocoso se interesa en Cordelia. 

Lily, tan lista como siempre, optó por ponerlo a prueba con música. En palabra de ella, saber la canción favorita de una persona demuestra el nivel de compromiso e interés. 

Así que optó que cuando llegara el momento, podrían una lista de las canciones favoritas de Cordelia al mocoso roba Bambis y tenia que adivina cual es la favorita de Cordelia. 

Era el plan perfecto. Sirius dudaba que algún heredero sangre pura escuchará música muggle. 

Bueno, alguno que solo este interesado en lo que ganaría si lograba casarse con Delia. Pero si ese mocoso sangre pura de verdad estaba enamorado de Bambi, la escucharía a detalle. Cordelia era una niña muy alegre que siempre hablaba de lo que le gustaba

—¿Y me vas a decir cual es?— preguntó Cissy. 

—¿Y que la mini copia de Malfoy tenga ventaja?— dijo Sirius— Es plan altamente secreto. 

—Bueno, mi Draco a comentado que ve a Delia como una prima— contestó Cissy— En quien mi dragón estaba totalmente fascinado, aunque lo niegue, es en la señorita Granger. 

—Igualmente no te diré nada Cissy— respondió Sirius.

Cissy lo vio seriamente. 

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Era de madrugada cuando Cordelia sintió la magia revoletear en la habitación, algo perezosa se levantó y encendió la lampara. 

Sentada al borde su cama, Hermione estaba despierta. 

Los ojos de Cordelia se abrieron de sorpresa al notar el cabello de Hermione caer en por su espalda, desde el inicio del verano Hermione comentó como sus rizos se estaban suavizando,  pasando de rizos rebeldes a un suave ondulado. 

En sus manos había un cepillo de oro, con relieves intercalados y un pequeño zafiro en el medio. Hermione la miró fijamente, en sus mejillas había lagrimas suaves. 

—Oh por la madre magia— dijo Cordelia son poder creerlo. 

Hermione tenia un cepillo de  magia y sangre. 

La Madre Magia la reconoció como una New Blood. 

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Hermione miró fijamente el cepillo en sus manos como si fuese un sueño. 

Estaba tan absorta en sus pensamientos que saltó cuando sintió que fue abrazada. Cordelia había salto sobre ella riendo emocionada, ambas cayeron sobre la cama con Cordelia riendo y Hermione procesando lo acontecido los últimos minutos. 

—Oh Hermione— dijo Cordelia con su brillante sonrisa de siempre— ¡Lo haz logrado! ¡Eres una New Blood!

—Yo sigo sin palabras— contestó Hermione acostada en su cama. 

En la habitación se escucharon bostezos perezosos, Hermione se levantó para ver a Pansy y Daphne levantarse desorientados. 

—¿Qué sucede?— preguntó Daphne aun desorientada pro el sueño. 

—¿Ya es hora de desayunar?— preguntó Pansy. 

—¡Lo ha logrado! ¡Hermione ha obtenido su cepillo!— contestó Cordelia emocionada. 

Hermione vio como Pansy y Daphne se despertaban por completo, ambas miraron el cepillo en sus manos. Las dos chillaron contentas levantándose de sus camas para unirme en un efusivo abrazo como lo había hecho Cordelia. 

Luego de algunos minutos de un enredoso abrazo las cuatro se separaron, todas sentándose en la cama de Hermione. 

—Aun no te has dado cuenta, Hermione— dijo Cordelia. 

—¿Qué cosa?— preguntó Hermione. 

—¡Ya es 19 de Septiembre!— contestó Pansy —¡Es tu cumpleaños!

Hermione recién cayó en cuenta que es su cumpleaños. 

—Deberías cepillarte el cabello— dijo Cordelia con voz suave. 

Hermione salió de su cama y se sentó frente al tocador que las cuatro compartían en la habitación. Se miró en el reflejo, sus problemáticos rizos se habían suavizados, para milagro de ella, ahora parecían delicadas ondas. 

Nana estaba feliz que sus rizos cedieran, ya que eran rebeldes y cada peine que tenia terminaba perdiendo púas a los dos meses de haberlos comprado. Su mamá también había tenido el cabello muy rizado pero los perdió en la universidad. 

Hermione con cuidado y algo temerosa empezó a pasar las cerdas de su cepillo por su cabello. Podía sentir la magia hacerle cosquillas en los dedos en cada pasada que daba, Hermione sentía como un ligero torrente recorrer su cuerpo. 

Cuando termino de cepillarse se miro al reflejo sonriéndose. 

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La noticia de que Hermione se había convertido en una New Blood se espacio rápidamente por todos los miembros de Slytherin. Al parecer las protecciones de la sala común había reaccionado ante la agitación mágica. 

Cordelia observó a Hermione escribir una carta a sus padres y a su padrino contando las buenas noticias. 

Como era lunes, se supone que era un día normal, pero la atención completa estaba en Hermione. 

Cordelia no cabía de la emoción, esto demostraba que Hermione es una bruja dedicada e inteligente. Una gran determinación y esfuerzo cuyos frutos apenas estaban floreciendo. 

La primera clase del día fue pociones con Gyrffindor. 

Eowyn cuando supo la noticia la abrazó fuertemente como si quisiera exprimirla. 

—Feliz cumpleaños y felicidades Hermione— dijo Neville sonriendo. 

—Muchas gracias— sonrió Hermione. 

Eowyn les susurró a Pansy tenia todo listo para la hora de la cena. 

Entre las cuatro habían reunido dinero para mandar a hacer un pastel de cumpleaños para Hermione. Pansy dijo que conocía a la persona indicada para el trabajo que ella se encargaría de tenerlo listo para la cena 

Luego siguió Aritmancia, la hora se pasó volando. Al finalizar la clase la profesora Vector la felicitó por su logro. 

La verdadera emoción fue en la clase de Runas. 

El tema de las protecciones rúnicas talladas en piedra era muy interesante. 

—Aunque ustedes no lo crean, actualmente hay runas que después de mil años aun sigue activas— comentó la profesora mientras señalaba un gran cartel que imágenes de pabellones egipcios— Los muggles creen que las runas talladas son jeroglíficos, pero casi, son mas bien runas de luto. 

—¿Runas de luto?— preguntó Cordelia. 

—Runas que sirven para resguardar los féretros de los muertos— contestó la profesora Edith— Sobre en tumbas de personas nobles. Acuérdense que todos eran enterrados con sus joyas, bines, así que era este tipo de tumbas es el bocadillo ideal para los ladrones. 

—¿Y en que otras estructuras se utilizan?— preguntó Hermione. 

—En templos ceremoniales— dijo — De hecho, cuando las civilizaciones pre colineales en Latinoamérica usaban runas sobre las mesas de piedras antes de cada sacrifico humana por el alma del sacrificado. Digo, la practica ya no se ve hoy en día, pero la tenemos almacenadas en textos educativos. 

Al momento que la clase acabo, la profesora le pidió que se quedarán, cuando todo mundo se fue la profesora la abrazó fuertemente. 

—Puedo ver tu firma mágica— sonrió la profesora— Ella brillante y cálida, una New Blood y tan joven. Oh Hermione sabia que eras niña muy lista, pero esto demuestra que eres excepcional. La primera New Blood en Inglaterra en más de veinticinco años. 

—Aun no lo pudo creer— dijo Hermione. 

—Pues creerlo mi niña— la profesora puso sus manos sobre sus hombros. Los ojos castaños de la profesora parecían irradiar orgullo— Eres especial y ers maravillosa. ¡Y en tu cumpleaños!

La profesara sonrió y empezó a buscar dentro de su escritorio. 

—Ahora. Me enciende como un sol la primavera— empezó a cantar en español mientras le extendía un regalo a Hermione— Mis sueños se convierten en promesas. Me cambia el corazón de quinceañera

Hermione rio un poco mientras aceptaba el regalo, con cuidado rasgo el papel con el que estaba envuelto. Era un diario forrado de tela y con detalles de flores amarillas delicadas bordas. 

—Es un diario Hermione— dijo la profesora— Poder plasmar los pensamientos en palabras es un algo liberador para el alma. Espero que te gusto. 

—Es precioso, muchísimas gracias profesora— sonrió Hermione. 

—Bueno, vayan a almorzar— les dijo despidiéndose de ellas. 

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Pansy se escabulló hacia la entrada de la sala común de Hufflepuff que coincidía cerca de las cocinas. 

De pie en la entrada estaba René y sus manos cargando el pastel. 

—Lo termine de decorar en la cocina— le dijo mientras caminaban hacia el Gran Comedir— ¿Tiene las velas  señorita Parkinson?

Pansy asintió con la cabeza. Podía apostar que ese pastel sabia tan delicioso como se veía, después de todo René era bueno haciendo postres. 

—Pansy— le recordó ella— Puedes llamarme por mi nombre, recuérdalo. 

Durante el verano se habían intercambiado mucho de cartas. René le había enviado muchas fotos de paisajes montañosos de su país, su favorita era de él con un conejillo de indias, aunque el le decía que era un Cuy (sea lo que sea eso) sobre su hombro sonriendo.

—Pansy— dijo el con una ligera sonrisa que Pansy podía decir que era tierna porque él tenia hoyuelos. 

En el camino, René estaba tatareando una canción con una sonrisa mientras movía la canción levemente.

Al llegar al Gran Comedor, René dejó el pastel sobre la mesa, luego se unieron Eowyn y Longbottom. A los minutos llegó Hermione que tenia los ojos cubiertos con una de las bufadas de seda de Daphne. 

Cordelia le destapó los ojos y Hermione se sorprendió al ver el pastel. La corte le cantó el cumpleaños y Hermione sopló sus velas. 

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Sirius llegó a la residencia de los Granger en el Londres Muggle. Al parecer era su día libre de trabajo. 

—Recibimos la carta de Mimi— dijo Eliza emocionada— Oh mi niña lo ha logrado. 

—Es nuestra Mimi, Eliza. Hermione lo lograría, tarde o temprano pero lo lograría—contestó Robert. 

—¡Y esto se merece un brindis!— dijo la señora Pyke entrando a la sala con un botella de Champagne en una mano y con cuatro copas.—Robert— le extendió la botella— Ábrela. 

El señor Granger emocionado tomó la botella y la abrió con un movimiento rápido y elegante. Con cuidado de no derramar espumas las cuatro copas fueron llenadas. 

—Por Hermione— brindó Sirius— Que su futuro sea resplandeciente. 

Los señores Granger chocaron sus copas con la de Sirius y luego con la copa de la señora Pyke. 

Sirius se quedó a cenar, en la comida les habló lo que esto representaba para Hermione. 

—Ya fue informado que Hermione aceptará propuestas de cortejo en su sexto año, pero no va evitar que en estos días envíen obsequios— les dijo Sirius. 

—¿Por que enviaran obsequios sin un cortejo de por medio?— peguntó Eliza. 

—Quieren demostrar su poder adquisitivo — contestó la señora Pyke— Regalos para demostrar su riqueza y ser tomados en cuenta. Como pavorreales mostrando sus plumas. 

Sirius rio un poco pero asintió con la cabeza. 

—La señora esta en lo correcto— respondió Sirius— Pero no se preocupen, Hermione esta bajo la protección de la casa Black y nadie seria tan estúpido para tratar de perjudicarla. 

—Muchas gracias, Lord Black— dijo Robert. 

—Por favor, llámenme Sirius— les dijo— Después de todo, nuestras hijas son mejores amigas. 

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Cordelia parpadeó ante la noticia de Neville y René. Los tres se reunieron en la entrada del invernadero

—¿Así que hay algunos chicos de nuestro año de Hufflepuff que quieren empezar a estudiar las Vías Antiguas y las tradiciones mágicas?— preguntó Cordelia con deteniendo

—Si— contestó Neville feliz. 

—¿Y todo surgió por que unieron a un club de nerds que juegan Calabozos y Dragones los fines de semana en un aula abandonada?— siguió Cordelia. 

—Exacto— respondió René. 

—Estoy en shock— se sincero Cordelia. 

—Fue algo espontaneo— dijo Neville— René me contó que había un grupo de Calabozos y Dragones dentro de Hufflepuff, y me invitó. Y mientras armábamos la partida inicial y la ficha de nuestros personajes surgió la charla de las Vías Antiguas y ellos se interesaron. 

—Y ahora quieren iniciar sus estudios en las Vías Antiguas—sonrió René— Genial, ¿No?

—Ustedes dos son buen equipo, lo admito— dijo Cordelia. 

René sonrió y extendió su puño, Neville los chocó también con una sonrisa, haciendo reír a Cordelia. 

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Septiembre paso rápidamente dando paso a octubre y el otoño con el. 

En la entrada del vestíbulo al pie de la escalinata de mármol,alrededor había un gran letrero.

TORNEO DE LOS TRES MAGOS

Los representantes de Beauxbatons y Durmstrang llegarán a las seisen punto del viernes 30 de octubre. Las clases se interrumpirán mediahora antes. 

—La ultima clase del viernes es pociones— dijo Cordelia — Es una pena, las clases del profesor Snape son tan interesantes. 

—Pero saldremos más tempranos— sonrió Eowyn. 

—Vaga— le dijo Hermione. 

Eowyn no dijo nada solo se giro con su típica sonrisa de despreocupación. 

—Querida Mimi— dijo Eowyn, Hermione se sonrojó de la vergüenza— Para que veas que estoy en son de paz. ¿Que te parece si te enseño las cartas que mi padre ha enviado? Ya se acerca la época de cosecha y debo revisar la contabilidad de Fraser Hall. 

—Okey— accedió Hermione. 

Todas se dirigieron hacia el estudio secreto, Cordelia necesitaba terminar su tarea de Aritmancia. 

Desde que se hicieron con el estudio como suyo, lo limpiaban ellas mismas. El baúl aun permanecía cerrado por la simple razón que tenia una runa de seguridad, lo que significaba que adentro tenia cosas de mucho valor para tal seguridad. 

—Este es el primer año en que me permiten revisar la contabilidad y la productividad— dijo Eowyn sacando sus cartas de su bolso y algunos lapices— Papá me ayuda con la administración de las tierras, me ha enseñado lo básico y me supervisa de cerca. 

Eowyn abrió la primera carta. 

—Mi padrino también me ha estado instruyendo con lo referente a los negocios de los Potter— dijo Cordelia. 

Su padrino le había ensañado cuales son las patentes que los Potter tenían a su nombre en cuanto a pociones y las ganancias trimestrales que con ello retribuía. También estaba las acciones que la abuela Euphemia había invertido en lagunas joyerías entre Francia, Alemania e Italia. 

Eowyn paso el resto del tiempo leyendo las cartas y escribiendo respuestas. Hermione leía la correspondencia de Eowyn. Pansy y Daphne estaban buscando en un catalogo que usar para Yule y Cordelia estaba concentrada en su tarea. 

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Cuando bajaron a desayunar la mañana del 30 de octubre, descubrieron que durante la noche habían engalanado el Gran Comedor. De los muros colgaban unos enormes estandartes de seda que representaban las diferentes casas de Hogwarts: rojos con un león dorado los de Gryffindor, azules con un águila de color bronce los de Ravenclaw, amarillos con un tejón negro los de Hufflepuff, y verdes con una serpiente plateada los de Slytherin. Detrás de la mesa de los profesores, un estandarte más grande que los demás mostraba el escudo de Hogwarts: el león, el águila, el tejón y la serpiente se unían en torno a una enorme H. 

Cordelia notó que esa mañana Neville estaba en la mesa de Hufflepuff y otros cuatros chicos más, rápidamente notó que Finch-Fletchley dentro del grupo, todos ellos tenían unas carpetas con varias hojas mientras susurraban entre ellos. 

—Neville me ha dejado abandonada desde que unió a ese club de nerds— se quejó Eowyn. 

—¿Te estas quejando de un club de nerds?—preguntó Pansy. 

—Me quejó por que me une a una de sus partidas y me aburrí— contestó Eowyn— Y jamas regresare. Hermione, alguna opinión de Calabozo y Dragones. 

—Mi madre lo solía jugar en sus años de residencia en sus días libres— dijo Hermione— En palabras de ella era su método de escape para no perderla estabilidad emocional durante su residencia en el hospital

—¿Y tu que haces para no perder la cordura?— preguntó Daphne. 

—Crucigramas— contestó Hermione— Ayuda a la memoria 

Aquel día había en el ambiente una agradable impaciencia. Nadie estuvo, a excepción de Hermione, muy atento a las clases, porque estaban mucho más interesados en la llegada aquella noche de la gente de Beauxbatons y Durmstrang. Hasta la clase de Pociones fue más llevadera de lo usual, porque duró media hora menos.

Cuando sonó la campana dejaron sus mochilas en la sala común, las chias aprovecharon para refrescarse el rostro y asegurarse que su peinado estuviera impecable. 

Los jefes de las casas colocaban a sus alumnos en filas.

Desde su lugar Cordelia pudo escuchar como la profesora McGonagall organizaba a los Gryffindor, el profesor Snape no dijo nada, porque cada miembro de Slytherin estaba en total silencio, bien formados e impecables. 

Cada chico tenia estaba recto y con sus manos detrás de su espalda, en un postura enseñada desde jóvenes que mostraba buenos modales. Las chicas por su parte tenia sus manos delante de ella y entrelazadas, cada una con la frente en alto y una ligera sonrisa que suavizaban sus rasgos. 

El primero en llegar fue Beauxbatons en un impresionante carruaje  de color azul pálido y del tamaño de una casa grande tirados por una docena de  grandes Abraxan. Un muchacho vestido con túnica de color azul pálido saltó del carruaje al suelo, hizo una inclinación, buscó con las manos durante un momento algo en el suelo del carruaje y desplegó una escalerilla dorada. Respetuosamente,retrocedió un paso. 

Del carruaje salio una mujer muy alta con finas túnicas que embobaron a Cordelia.  

Dumbledore comenzó a aplaudir. Los estudiantes, imitando a su director,aplaudieron también, muchos de ellos de puntillas para ver mejor a la mujer. 

Sonriendo graciosamente, ella avanzó hacia Dumbledore y extendió una mano cubierta de un guante de satén negro reluciente. Aunque Dumbledore era alto, apenas tuvo que inclinarse para besársela.

—Mi querida Madame Maxime —dijo—, bienvenida a Hogwarts. 

—«Dumbledog» —repuso Madame Maxime, con una voz profunda—,«espego» que esté bien.—

En excelente forma, gracias —respondió Dumbledore. 

—Mis alumnos —dijo Madame Maxime, señalando tras ella con gesto lánguido

Detrás de la Madame Maxime un grupo de chicos y chicas, todos los cuales parecían hallarse cerca de los veinte años, habían salido del carruaje y se encontraban detrás de ella. Estaban tiritando, lo que no era nada extraño dado que las túnicas que llevaban parecían de seda fina, y ninguno de ellos tenía capa. Algunos se habían puesto bufandas o chales por la cabeza.

La directora de Beauxbatons preguntó por el director de Durmstrang, luego de aquello la delegación de Beauxbatons entró al castillo. 

Cordelia escuchó. Un ruido misterioso, fuerte y extraño llegaba a ellos desdelas tinieblas. Era un rumor amortiguado y un sonido de succión, como si una inmensa aspiradora pasara por el lecho de un río... 

—¡El lago! —gritó Lee Jordan, señalando hacia él—. ¡Miren el lago! 

Desde su posición en lo alto de la ladera, desde la que se divisaban los terrenos del colegio, tenían una buena perspectiva de la lisa superficie negra del agua. Y en aquellos momentos esta superficie no era lisa en absoluto. Algo se agitaba bajo el centro del lago. Aparecieron grandes burbujas, y luego se formaron unas olas que iban a morir a las em barradas orillas. Por último surgió en medio del lago un remolino, como si al fondo le hubieran quitado un tapón gigante...

Primero emergió un mástil,  lenta, majestuosamente, el barco fue surgiendo del agua, brillando a la luz de la luna. Producía una extraña impresión de cadáver, como si fuera un barco hundido y resucitado, y las pálidas luces que relucían en las portillas daban la impresión de ojos fantasmales. Finalmente, con un sonoro chapoteo, el barco emergió en su totalidad, balanceándose en las aguas turbulentas, y comenzó asurcar el lago hacia tierra. Un momento después oyeron la caída de un ancla arrojada al bajío y el sordo ruido de una tabla tendida hasta la orilla.

A la luz de las portillas del barco, vieron las siluetas de la gente que desembarcaba. Todos ellos, según le pareció a Cordelia, tenían la constitución de alta y de hombros... pero luego, cuando se aproximaron más, subiendo por la explanada hacia la luz que provenía del vestíbulo, vio que su corpulencia se debía en realidad a que todos llevaban puestas unas capas de algún tipo de piel muy tupida. El que iba delante llevaba una piel de distinto tipo: lisa y plateada como su cabello.

Cordelia vio a su costado como Hermione buscaba a alguien con la mirada y con las mejillas ruborizadas. 

—¡Dumbledore! —gritó efusivamente mientras subía la ladera—. ¿Cómo estás, mi viejo compañero, cómo estás? 

—¡Estupendamente, gracias, profesor Karkarov! —respondió Dumbledore.

Detrás del director Karkarov , se hallaba un hombre de notable presencia que observaba Hogwarts con detenimiento. 

—Mi maestro de Artes Oscuras— presentó Karkarov — Thomas Gaunt. 

Cordelia observó fijamente la reacción de Dumbledore, la sorpresa se cruzó por su rostro por un par de segundos para luego estar sereno. 

—Bienvenido a Hogwarts, profesor Gaunt— dijo Dumbledore. 

El profesor Gaunt y el director se Miraron por un segundo. 

—Hermione, ya llegó tu novio por correspondía— rio Pansy cuando Karkarov dijo que Víctor Krum tenía un ligero refriado. 

Chapter Text

La comitiva de Durmstrang se instaló en la mesa de Slytherin. 

Theo observo como los alumnos de Durmstrang se colocaban estratégicamente entre las chicas y herederos. 

Claro que no pasó por alto que los de Beauxbatons pareciesen aun castañear sus dientes por el frío mientas que los alumnos de Durmstrang se quitaron sus pesadas pieles. 

Theo estaba contento de estar sentado junto a Cordelia, quien fue desplazada por Krum al sentarse junto a Granger. El que no estaba  nada contento que la designación de asientos fue Draco que vea a Krum como si fuese el enemigo. 

—Este torneo sera emocionante— dijo Cordelia. 

—Y lo bueno es que seremos espectadores—comentó Theo sonriéndole. Hasta el momento, luego de ese episodio en la mordida de la maldita le ardió no había podido retomar su conversación sobre lo sucedido en la Pera. 

Ahora había extranjeros en Hogwarts, y debía vigilar que nunca capte la atención de Cordelia. 

Theo miró hacia la mesa de profesores. El señor Oscuro en Hogwarts fue una verdadera sorpresa, él estaba sentado a lado de profesora Luzardo, quien mantenía una conversación con el profesor Crouch. 

Theo solo debía mantener a Cordelia a salvo y fuera de la vista del señor Oscuro. 

 La cena transcurrió en una conversación con los de Durmstrang, Cordelia le comentó que dos de los cachorritos ya no estaban con ellas. La señora Tonks se llevó a Pastelito y en una visita a Potter Estate, Corvus Lestrange se llevó a Scout. 

—No puedo ser, Beauxbatons tiene a una Veela— dijo Pansy. Theo miró como Cordelia miraba hacia la mesa de Ravenclaw con el ceño fruncido. 

Luego de unos minutos, dos invitados más se instalaron en la mesa alta. Ludo Bagman estaba sentado al otro lado del profesor Karkarov, en tanto que el señor Crouch ocupaba el asiento que había al lado de Madame Maxime.

—Deben estar aquí por el Torneo— comentó Daphne. — Son los que han organizado el Torneo de los tres magos. Están aquí para la inauguración del Torneo.

Una vez limpios los platos de oro, Dumbledore volvió a levantarse. Todos en el Gran Comedor parecían emocionados

—Ha llegado el momento —anunció Dumbledore, sonriendo a la multitud de rostros levantados hacia él—. El Torneo de los tres magos va a dar comienzo. Me gustaría pronunciar unas palabras para explicar algunas cosas antes de que traigan el cofre...

—¿Un cofre?— dijo Cordelia confundida. Theo sonrió cuando ella ladeó levemente su cabeza, sus ojos destellaban ese brillo adorable de siempre. 

—Para aclarar en qué consiste el procedimiento que vamos a seguir. Pero antes, para aquellos que no los conocéis, permítanme presentar al señor Bartemius Crouch, director del Departamento de Cooperación Mágica Internacional —hubo un asomo de aplauso cortés—, y al señor Ludo Bagman, director del Departamento de Deportes y Juegos Mágicos.

—Los señores Bagman y Crouch han trabajado sin descanso durante los últimos meses en los preparativos del Torneo de los tres magos —continuó Dumbledore—, y estarán conmigo, con el profesor Karkarov y con Madame Maxime en el tribunal que juzgará los esfuerzos de los campeones.

A la mención de la palabra «campeones», la atención de los alumnos aumentó aún más.

Quizá Dumbledore percibió el repentino silencio, porque sonrió mientras decía:—Señor Filch, si tiene usted la bondad de traer el cofre... 

Filch, que había pasado inadvertido pero permanecía atento en un apartado rincón del Gran Comedor, se acercó a Dumbledore con una gran caja de madera con joyas incrustadas. Parecía extraordinariamente vieja. De entre los alumnos se alzaron murmullos de interés y emoción.

—Los señores Crouch y Bagman han examinado ya las instrucciones paralas pruebas que los campeones tendrán que afrontar —dijo Dumbledore mientras Filch colocaba con cuidado el cofre en la mesa, ante él—, y han dispuesto todos los preparativos necesarios para ellas. Habrá tres pruebas,espaciadas en el curso escolar, que medirán a los campeones en muchos aspectos diferentes: sus habilidades mágicas, su osadía, sus dotes de deducción y, por supuesto, su capacidad para sortear el peligro. 

Ante esta última palabra, en el Gran Comedor se hizo un silencio tan absoluto que nadie parecía respirar.—Como todos saben, en el Torneo compiten tres campeones —continuó Dumbledore con tranquilidad—, uno por cada colegio participante. Se puntuará a perfección con que lleven a cabo cada una de las pruebas y el campeón que después de la tercera tarea haya obtenido la puntuación más alta se alzará con la Copa de los tres magos. Los campeones serán elegidos por un juez imparcial: el cáliz de fuego.

Dumbledore sacó la varita mágica y golpeó con ella tres veces en la parte superior del cofre. La tapa se levantó lentamente con un crujido. Dumbledore introdujo una mano para sacar un gran cáliz de madera toscamente tallada. No habría llamado la atención de no ser porque estaba lleno hasta el borde de unas temblorosas llamas de color blanco azulado.

Dumbledore cerró el cofre y con cuidado colocó el cáliz sobre la tapa, para que todos los presentes pudieran verlo bien. 

—Todo el que quiera proponerse para campeón tiene que escribir su nombre y el de su colegio en un trozo de pergamino con letra bien clara, y echarlo al cáliz —explicó Dumbledore—. Los aspirantes a campeones disponen de veinticuatro horas para hacerlo. Mañana, festividad de Halloween, por la noche, el cáliz nos devolverá los nombres de los tres campeones a los que haya considerado más dignos de representar a sus colegios. Esta misma noche el cáliz quedará expuesto en el vestíbulo, accesible a todos aquellos que quieran competir

»Para asegurarme de que ningún estudiante menor de edad sucumbe a la tentación —prosiguió Dumbledore—, trazaré una raya de edad alrededor del cáliz de fuego una vez que lo hayamos colocado en el vestíbulo. No podrá cruzar la línea nadie que no haya cumplido los diecisiete años. 

»Por último, quiero recalcar a todos los que estén pensando en competir que hay que meditar muy bien antes de entrar en el Torneo. Cuando el cáliz de fuego haya seleccionado a un campeón, él o ella estarán obligados a continuaren el Torneo hasta el final. Al echar su nombre en el cáliz de fuego estarán firmando un contrato mágico de tipo vinculante. Una vez convertido en campeón, nadie puede arrepentirse. Así que deberán estar muy seguros antes de ofrecer vuestra candidatura. Y ahora me parece que ya es hora de ir a la cama. Buenas noches a todos. 

Los murmullos no hicieron esperar, cuando Karkarov se acercó a la mesa para llevarse a sus estudiantes. Krum tomó una de las manos de Granger y besó sus nudillos como despedida. 

En el camino de regreso, Theo no pudo evitar sonreír ante dos cosas: la cara de celos de Draco y como Cordelia revoleteaba alrededor de Granger como un colibrí. 

Tampoco paso de desapercibida la mirada del Señor Oscuro sobre Cordelia. 

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Era de madrugada cuando Edith sufrió una de sus ataques de insomnio. 

Hizo lo que siempre hace, limpiar como una demente. Reorganizó sus libros, pulió sus botas, lavó cada vaso y taza que acumuló en la semana en su escritorio . 

Estuvo tentada en revisar las viejas cartas que tenia de Peter y las fotografías, pero desistió de eso ultimo. 

Se trenzó el cabello y se colocó uno de los jersey que se robó del cajón que Remus tenia en su casa y camino hacia la cocina. 

Tal vez necesitaba algo de comida, claro eventualmente se recriminaría de comer en la madrugada sobre todo que nuevamente había entrado en su estricto horario de comida que rompió en su vacaciones, pero el insomnio la volvería loca. 

"Que de reminiscencias hay en los sueños míos

Crepúsculos enteros he llorado por ti

Que aún están mis ojos del llanto humedecidos

Evocando esas horas que aún viven en mí"

Cantó Edith mientras caminaba hacia el Gran Comedor sintiendo la magia emanar del Cáliz de Fuego, hasta que sonto una perturbación en la linea limite que trazó Dumbledore. 

De un movimiento rápido esgrimo su varita y sacó su navaja del bolsillo de su pantalón e ingresó al Gran Comedor. 

Como la luz de una llama danzando levemente sobre el cáliz, la magia rápidamente del Cáliz se restableció. 

—Hola— dijo Edith, avanzó lentamente. Como lectora de firma mágica sentía una presencia aquí, algo que nunca había percibido, una firma etérea, que no estaba sujeta a ningún mago o bruja. 

Edith cerró los ojos y  concentró su don. 

El sonido de gotas de agua, una ventisca, una cascada, el aroma a bosque.

Estaba tan inmersa que cuando esa presencia salio del Gran Comedor le quitó un poco el aliento. 

—¿Qué mierda acaba de pasar?— murmuró viendo el Cáliz por ultima vez antes de seguir su camino. 

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El día de Samhain pasó con normalidad, las clases se volvieron tediosas para todo mundo que solo esperaba la hora del Banquete para poder conocer quienes eran los campeones. 

—Los gemelos Weasley usaron una poción de envejecimiento y fueron lanzados por la linea— dijo Daphne mientras trabajan en la tarea de Transformaciones— En Hufflepuff fueron cuatro de ultimo año que lanzaron sus nombres, entre ellos Diggory. Ravenclaw tuvo seis quienes pusieron su nombre y Slytherin dos. 

—Creo que ningún heredero se arriesgaría en poner en peligro la supervivencia de su casa en un torneo— razonó Cordelia.

—Viktor Krum puso su nombre en el Cáliz— dijo Daphne mirando a Hermione. 

La hora de la cena llegó y todo mundo estaba expectante, Cordelia miraba a todos lados. La mesa alta ya estaba con los maestros ubicados, no paso por alto como la profesora Edith miraba el Cáliz fijamente. 

—Bien, el cáliz está casi preparado para tomar una decisión —anunció Dumbledore—. Según me parece, falta tan sólo un minuto. Cuando pronuncie el nombre de un campeón, le ruego que venga a esta parte del Gran Comedor,pase por la mesa de los profesores y entre en la sala de al lado —indicó la puerta que había detrás de su mesa—, donde recibirá las primeras instrucciones.

De pronto, las llamas del cáliz se volvieron rojas, y empezaron a salir chispas. A continuación, brotó en el aire una lengua de fuego y arrojó un trozo carbonizado de pergamino. La sala entera ahogó un grito. Dumbledore cogió el trozo de pergamino y lo alejó tanto como le daba el brazo para poder leerlo a la luz de las llamas, que habían vuelto a adquirir un color blanco azulado. 

—El campeón de Durmstrang —leyó con voz alta y clara— será Viktor Krum. 

La mesa de Slytherin aplaudió a Krum que se levantaba con la frente en alto y caminar hacia Dumbledore. Se volvió a la derecha, recorrió la mesa de los profesores y desapareció por la puerta hacia la sala contigua.

Se apagaron los aplausos y los comentarios. La atención de todo el mundo volvía a recaer sobre el cáliz, cuyo fuego tardó unos pocos segundos envolverse nuevamente rojo. Las llamas arrojaron un segundo trozo de pergamino. 

—La campeona de Beauxbatons —dijo Dumbledore—es ¡Fleur Delacour!

La que Daphne señaló como una Veela se puso de pie con una sonrisa resplandeciente entre los aplausos y camino hacia por la puerta donde fue Krum.

Y el cáliz de fuego volvió a tornarse rojo; saltaron chispas, la lengua de fuego se alzó, y de su punta Dumbledore retiró un nuevo pedazo de pergamino. 

—El campeón de Hogwarts —anunció— es ¡Cedric Diggory!

La mesa de Hufflepuff estalló en aplausos mientras el Heredero Diggory se levantaba con una amplia sonrisa, y marchaba hacia la sala que había tras la mesa de los profesores.Naturalmente, los aplausos dedicados a Cedric se prolongaron tanto que Dumbledore tuvo que esperar un buen rato para poder volver a dirigirse a la concurrencia.

—¡Estupendo! —dijo Dumbledore en voz alta y muy contento cuando se apagaron los últimos aplausos—. Bueno, ya tenemos a nuestros tres campeones. Estoy seguro de que puedo confiar en que todos vosotros,incluyendo a los alumnos de Durmstrang y Beauxbatons, darán a sus respectivos campeones todo el apoyo que podáis. Al animarlos, todos ustedes contribuirán de forma muy significativa a...

Pero Dumbledore se calló de repente, y fue evidente para todo el mundo por qué se había interrumpido.

El fuego del cáliz había vuelto a ponerse de color rojo. Otra vez lanzaba chispas. Una larga lengua de fuego se elevó de repente en el aire y arrojó otro trozo de pergamino. 

Dumbledore alargó la mano y lo cogió. Lo extendió y miró el nombre que había escrito en él. Hubo una larga pausa, durante la cual Dumbledore contempló el trozo de pergamino que tenía en las manos, mientras el resto dela sala lo observaba. Finalmente, Dumbledore se aclaró la garganta y leyó en voz alta:

—Theodore Nott. 

Cordelia soltó un jadeo ahogado y miró a Theo junto a ella, un movimiento rápido le tomó de la mano. 

Chapter Text

Hubo un silencio. 

Theo miró directamente hacia los ojos de Cordelia. 

Pudo leer claramente el miedo en ellos, su delicada mano lo apretó con algo de fuerza. Rápidamente el profesor Snape avanzó hasta la mesa y lo miró fijamente. 

—Con los demás campeones, señor Nott— le indicó el profesor. 

Theo se puso de pie, pero Cordelia aun se aferraba a él con fuerza. 

—Potter, suelte a Nott— ordenó el profesor Snape viendo a Cordelia— Potter.

Cordelia lo soltó pero su mirada de miedo aun estaba sobre le. Theo avanzó por el Gran Comedor con las miradas fijas sobre él e hizo lo que siempre se le inculcó, caminar con la frente en alto sin mostrar debilidad. 

En la sala adjunta estaban Diggory, Delacour y Krum junto a los demás adulto. Theo observó como la profesora Luzardo se retorcía los dedos mirándolo nerviosamente. 

—Señor Nott— dijo Dumbledore mirándolo con calma— ¿Puso usted su nombre en el Cáliz?

—No, no lo hice señor— contestó Theo con seriedad. 

—¿Le pidió a algún alumno de años superiores que pusiera su nombre?

—No. 

—¡El muchacho miente!— declaró Karkarov 

—¡Es solo un niño!— dijo la profesora Luzardo colocándose a su lado, sus manos fueron a parar a los hombros de Theo. Notó que los ojos de ella adquirieron un brillo dorado, como la de un lobo. 

—¿Entonces como hay un cuarto campeón?— esta vez preguntó Madame Maxime. 

—Claramente aquí esta el nombre del heredero Nott— dijo Lord Crouch con el papel en sus manos. La profesora Luzardo se lo arrebató sin delicadeza. 

—Esta no es la letra del señor Nott— comentó regresando el papel— Pregúntenle a otro maestro y confirmaran que no es su letra. 

—Llamen a mi abuelo— exigió Theo. Él no se iba a quedar parado viendo como lo incriminaban de algo que no hizo. — Es irracional pensar que pondría mi seguridad y la supervivencia de la casa Nott en riesgo en este torneo.

Theo miró al profesor Snape. 

—Lo llamaremos de inmediato— dijo Dumbledore. 

Luego de algunos minutos su abuelo salio de la red flu con la mirada más fría que jamas vio en su vida. 

Nuevamente los adultos se pusieron a discutir, Theo permaneció callado mientras la profesara le frotaba el brazo en un gesto maternal y de calma. 

—¡Les dije esta mañana que sentí una perturbación en el Cáliz y ninguno de ustedes!— la profesora les recriminó mirando sobre todo a Crouch y Bagman— ¡Me hizo el menor caso! ¡Y miren como estamos ahora!

—Bueno, pensamos que usted estaba un poco confundida— dijo Bagman— Para ustedes, los lectores de firmas mágicas, a veces puede ser abrumador tantas personas alrededor. 

Theo la sintió tensarse. 

—¿Hubo algo extraño con el cáliz y aun siguieron adelante con la selección?— preguntó su abuelo mirando a todos seriamente. 

—Pensábamos que era algo sin significancia— dijo Bagman. 

—¿Entonces sacarán a mi nieto del Torneo?— cuestiono su abuelo. 

—No se puede, una vez que el Cáliz de fuego selecciona a alguien no hay marcha atrás— dijo Crouch— Desde ese momento, Theodore Nott es el cuarto campeón. El cáliz sera llevado a para un análisis y determinar que sucedió. 

—Abuelo— dijo Theo preocupado. ¿Enserio lo podrían a participar?

Bagman se frotó las manos. 

—Bueno, ¿nos ponemos a ello, entonces? —dijo frotándose las manos y sonriendo a todo el mundo—. Tenemos que darles las instrucciones a nuestros campeones, ¿no? Barty, ¿quieres hacer el honor?

El señor Crouch pareció salir de un profundo ensueño. 

—Sí —respondió—, las instrucciones. Sí... la primera prueba... está pensada para medir vuestro coraje —les explicó a Theo, Cedric, Fleur y Krum—, así que no los vamos a decir en qué consiste.El coraje para afrontar lo desconocido es una cualidad muy importante en un mago, muy importante...

»La primera prueba se llevará a cabo el veinticuatro de noviembre, ante los demás estudiantes y el tribunal.

»A los campeones no les está permitido solicitar ni aceptar ayuda de ningún tipo por parte de sus profesores para llevar a cabo las pruebas del Torneo. Harán frente al primero de los retos armados sólo con su varita.Cuando la primera prueba haya dado fin, recibirán información sobre la segunda. Debido a que el Torneo exige una gran dedicación a los campeones,éstos quedarán exentos de los exámenes de fin de año.

Una vez finalizado la explicación Theo se sintió cansado, y con una migraña creciente 

—Creo que lo mejor es que el señor Nott vaya a su sala común— dijo Dumbledore. 

—Yo lo guare devuelta— se ofreció la profesora Luzardo 

Theo miró a su abuelo, él asintió con la cabeza. 

El camino de regreso a las mazmorras pudo ver a los fantasmas cotilleado, el camino fue silencioso, solo el sonido de los tacones de la profesora Luzardo resonado en el camino de piedra. 

—Señor Nott— dijo la profesora Luzardo detenidamente— Desde mañana antes de la cena estará en mi oficina. 

—¿Por que?

—Por su edad lleva a una desventaja en comparación a los otros campeones— le contestó ella— Y hare lo que este en mi alcance para ayudarlo. Cada runa que le pueda enseñar, lo hare. Me asegurare que salga vivo de este torneo, tal vez no victorioso, pero si vivo. 

—Pero dijeron que no puedo aceptar la ayuda de ningún profesor— dijo Theo secamente. 

—¿Pero nunca mencionaron a un alumno puente?— contestó la profesora— Mi hijo será ese puente, hare que ustedes dos tengan que tomar materia de refuerzo, pero lo que estarán haciendo es preparándose. 

—Gracias profesora

Ella asintió con la cabeza y colocó una de sus manos sobre sus hombros mirándolo con una leve sonrisa, pero detrás de eso notó el miedo, la angustia y la incertidumbre. 

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Cordelia mantuvo sus manos inquitas mirando la puerta de la sala común. Todos los Slytherin estaban dentro de la sala común, solo los primero hasta tercero que tuvieron que irse a sus dormitorios. 

—¿Que creen que le estén diciendo a Nott?— preguntó Hermione igual de preocupada. 

—Dudo que lo hagan participar— dijo Cordelia tratando de convérsese a si misma— ¿Verdad?

Antes que alguien pudiera contestar la puerta de la sala común se abrió dejando entrar a Theo. Cordelia se puso de pie para poder verlo. 

Su mirada estaba seria, Cordelia con cuidado tomó sus manos. 

—¿Que te han dicho?— preguntó Cordelia en medio del silencio que se formó en el lugar 

—No es mi letra de la pergamino— dijo Theo con la voz fría, pero él le frotó los nudillos a traves de la tela de sus guantes— Pero igual estoy obligado a participar, es eso o mi magia. 

—¡No pueden hacerlo!— dijo Cordelia muy preocupada. 

—No tengo de otra. 

Cordelia no dijo nada y solo se abrazó al pecho de Theo olvidándose del resto de los presentes. Los brazos de Theo se enrollaron en  su cintura mientras apoyaba su barbilla en el hombro de Cordelia. 

Cordelia respiró profundamente. 

Mañana en la mañana buscaría los diarios de Rhea y Prometeo. Tal vez algo en ellos ayuden a Theo a sobrevivir al torneo.

Chapter Text

Al día siguiente el desayuno era un mar de susurro y miradas indiscretas que apuntaban a la mesa de los Slytherin y para sorpresa de Theo, Daphne tenia información recién recolectada de las demás casas. 

—Los Ravenclaw están divididos— dijo mientras untaba mantequilla en su pan— Algunos creen que eres inocentes y otros que eres un tramposo. Gyrffindor tiene la certeza que hiciste trampa, claro excepto Longbottom, Ginny, los Creevey, Eowyn y Parvati Patil, las Bludger Weasley quieren averiguar como lograste pasar la línea. Y eres el enemigo N#1 de Hufflepuff, excepto por el club de Calabozos y Dragones, ellos creen en tu inocencia. 

—¿Acaso tienes una red de espías o que?— preguntó Blaise

—Soy una persona muy sociable—sonrió Daphne. 

Theo permaneció callada, estaba pensando en que podría tratar la primera prueba. Esta mañana vio a Cordelia y ella le extendió un diario. Él leyó la primera pagina del diario. 

Rhea Slytherin, escrito es una caligrafía delicada y fina. 

Theo miro a Cordelia, ella tenia su mirada en un libro, presentía que otro diario o algo importante por la forma en sus ojos se entrecerraban levemente ante la concentración. 

—¿Ya averiguaste algo de la primera prueba?— preguntó Draco

—Una prueba de coraje— contestó Theo. Ya en el periodo libre revisaría el diario que Cordelia le mostró. 

Dentro de toda esta tormenta poda encontrar paz en que Delia le confiara algo tan valioso como el diario de su antepasada. 

Una prueba de confianza. 

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Los adultos eran unos idiotas. 

Fue el principal pensamiento que podía recitar Cordelia en su cabeza. 

¿En que cabeza estaban permitiendo que Theo participara en un Torneo con chicos de años superiores?

El resto del día estuvo revisando a fondo el diario de Prometeo buscando algo que pudiera servir. Pero resulto ser un verdadero aficionado de las pociones y venenos letales, Cordelia dudaba seriamente que algo de esto fuera legal. 

—Ya deja de fruncir el ceño Cordelia— le susurró Hermione en la clase de Historia. 

—Lo lamento, solo que estoy muy preocupada— dijo Cordelia. 

Hermione no dijo nada, solo la tomó de la mano por debajo del escritorio. El resto de la clase se intercaló leyendo el diario de Prometo o mirando a Theo. 

Al final de la clase se toparon con los de tercero que venían por su clase. 

—Cordelia— le dijo Ginny haciéndole señas para que se acerque. 

—Ginny, hola. ¿Como has estado?— Cordelia dejando a lado su preocupación ante Ginny. 

—Ya se cual es la primera prueba del Torneo— dijo Ginny, Colin a su lado asintió con la cabeza. 

—Lo sabes— susurró Cordelia a su lado. Hermione se quedó junto a ella, mientras que las demás se fueron. 

Ginny asintió con la cabeza. 

—Te lo diré en la hora del almuerzo— dijo Ginny. 

Cordelia sonrió un poco, pero todo se acabo cuando escuchó una discusión cerca. 

—Entren al salón— les dijo Cordelia— En el almuerzo hablamos.

Cordelia avanzó junto a Hermione hasta el origen de la fuente de la discusión. Theo, Malfoy, René y Zabini se mostraban claramente molestos y a Ronald Weasley siendo parte de la discusión. Todos ellos con sus varitas esgrimadas 

—Retira lo dicho Weasley— dijo Theo notablemente molesto — O te hare sufrir 

—No— contestó Weasley— Ustedes son unos tramposos. De seguro usaste magia prohibida para pasar la linea. 

Cordelia se apoyo en una de las paredes junto a Hermione. Y tenia razón, porque iniciaron un duelo, Cordelia sacó su varita y levantó un protego para ella y Hermione, pero uno de los hechizos provenientes de la varita de Weasley logró traspasarlo y golpear a Hermione. 

—¡Hermione!— escuchó a Malfoy. 

Hermione estaba tapándose la boca con los ojos llorosos. Malfoy trato de revisarla pero Hermione negó frenéticamente con la cabeza. 

Desde su posición , Cordelia notó que los dos dientes delanteros de Hermione habían crecidos mucho. 

—Bueno, Granger. No hay diferencia— dijo Weasley. Cordelia lo miró con ira y estuvo a punto de acercarse para abofetearlo, pero alguien se le adelantó. 

René, le había lanzado un derechazo. En un movimiento rápido lo tomó de la túnica y lo estampó en la pared contrario. Weasley tenia el labio partido 

—Ya me jodiste la maldita paciencia Weasley— dijo René claramente molesto— Vuelve a atacar a cualquier de ellos y juró por mi madre que te tirare los dientes de tu maldita boca. 

—¡René!/¡Señor Weasley!— se escucharon dos voces acercándose. La profesora Edith junto  la profesora McGonagall. 

—¿Que ha pasado?— preguntó la profesora. 

—Weasley le ha lanzado a Hermione el hechizo Densaugeo, profesora McGonagall— dijo Zabini— Y Luzardo solo la defendió. 

—Veinte puntos menos para Gryffindor— dijo la profesora claramente molesta hacia Weasley— Y diez puntos menos para Hufflepuff por el golpe. Señor Malfoy, lleve a la señorita Granger a la enfermería, que Madame Pomfrey la cure. 

La profesora McGonagall se llevó a Wesley mientras la profesora Edith miraba a René con la mirada seria y las manos sobre sus caderas. 

—René Julián Luzardo García— dijo la profesora Edith muy seria— Yo no te eduque para que estés peleando como malandro por los pasillos. 

—Lo lamento, mamá— dijo con la mirada gacha— Ha sido un mal día, se quemó mi pay y luego Weasley atacó a Hermione. 

La profesora suspiró. 

—Bueno, chicos— la profesora Edith los miró a todos para luego enfocarse en Theo— Señor Nott, espero tu trabajo en mi escritorio antes de la cena. Y tu muchachito— señaló a su hijo— Me estará ayudando en las noches con algunos ensayos. Y agradece que sea eso y que tu mesada no se vea afectada. 

Ella se despidió despeinándole el cabello a René. 

Los cuatros se quedaron en el pasillo en silencio. 

—Tienes una buena derecha Luzardo— dijo Zabini impresionando. 

—Gracias— sonrió René— Alguien debía tratar de unir las neuronas de Weasley con un golpe. 

Zabini soltó una carcajada. 

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En la hora del almuerzo Hermione no hizo acto de presencia, Malfoy le dijo que permanecería en su habitación descansando. 

—Torturaré a Weasley— dijo Eowyn trotándose los nudillos. Berlioz, su gatito, permanencia en regazo durmiendo plácidamente. 

—Haz cola, Eowyn— comentó Malfoy— También quiero cobrármelas. 

—Ya encontramos el modo— dijo Eowyn. 

Cordelia miro a Ginny que estaba sentada con ellas. 

—¿Y bueno?— dijo Cordelia a Ginny. —¿Cual es la prueba?

—Dragones— contestó Ginny en voz baja solo para la corte, Theo y Malfoy— Van a traer cuatro dragones a Hogwarts. Madres anidadoras. 

—La prueba sera quitarle uno de los huevos— dijo Theo rápidamente captando la prueba. Cordelia lo tomó de la mano, y él Theo acarició levemente sus nudillos. 

—¿Cómo lo supiste?— preguntó Pansy. 

—Mi hermano Charlie me escribió, sera parte de los domadores que vendrán a Hogwarts— respondió Ginny— A él le gusta mucho escribirle de sus trabajos. Serán colacuerno húngaro, una bola de fuego china, un hocico corto sueco y un dragón verde galés. 

—Ya tenemos la prueba— dijo Cordelia mirando a Theo sonriéndole— Ahora podemos armar una estrategia para que enfrentes el dragón. Y deberíamos informarle a Diggory. 

—¿Por que deberíamos hacerlo?— preguntó Malfoy con el ceño fruncido— Todo Hufflepuff lo odio excepto por el club de nerds. 

—Exactamente por eso, Malfoy— sonrió Cordelia— Si le avisamos a Diggory, él hablará de que Theo le advirtió, así dejaran sus sospechas, y posiblemente pueda tomar una ventaja sobre Diggory, porque el sentirá que te debe un favor. Podemos estar una alianza temporal

—Eres absolutamente lista, Delia— le sonrió Theo, luego le tomó de las manos y besó sus nudillos. 

Cordelia podía sentir sus mejillas sonrojarse. 

Chapter Text

Cordelia caminó por la sección de criaturas en la biblioteca. 

Ahora que sabia que Theo se enfrentaría a un Dragón, tenia mejor información que encontrar. Ginny y las viejas cartas que conversaba de su hermano Charlie sobre su trabajo con dragones serviría de mucho. 

Cordelia llevó consigo un libro sobre el cuidado de dragones, jinetes de dragón y algo sobre la fisionomía de los dragones. 

Dejó los tres libros en una de las mesas. 

Estaba muy concentrada en su libro que cuando sintió que alguien la observaba levantó la vista topándose con Xue Chang cargando una gran pila. 

—Señorita Potter— le saludó con una sonrisa. Cordelia rápidamente cerró su libro. 

—Chang— saludó Cordelia. 

—¿Puede sentarme?— preguntó Xue— Estos libros son algos pesados. 

—Claro

Xue se sentó frente a ella separando sus libros. Cordelia abrió nuevamente el libro.

—¿Este año tienes tus T.I.M.O.S, verdad?— preguntó Cordelia. 

—Así es— exhaló un poco cansado— Estoy tratando de organizarme, pero es muy complicado. Al menos, manejó la presión que los demás. Y a ti te toca el próximo año, si necesitas algo, no dudes en preguntarme. 

—Gracias. 

—¿Te puedo hacer una pregunta?— Cordelia asintió con la cabeza ante la pegunta— ¿Sabes como Nott ingreso su nombre en el cáliz. 

—Theo no puso su nombre en el Cáliz. 

—Por favor, señorita Potter. Es un hecho que el colocó su nombres. 

—Él no lo hizo. Theo no es un tramposo— Cordelia cerró el libro y recogió los demás. Ella se levantó con una expresión de seriedad— Todo esto es un error. Adiós. 

Cordelia se fue de la biblioteca, no estaba de humor para escuchar a alguien hablar mal de Theo. 

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Tom miró a la mocosa que la profecía dictó en su contra.

Desde su punto de vista como dentro de la jerarquía de la casa Slytherin, ella se posicionó en la punta. 

Bajó el disfraz del maestro de Durmstrang consiguió información de ella y su circulo cercano. 

Krum pareciese interesado en la señorita Granger. La primera New Blood en más de dos décadas, y por los comentarios de muchos alumnos, era la mejor estudiante de su año. 

—La mocosa formó buenos aliados— pensó Tom. 

Tenia a Black como su principal pilar, luego le seguía Longbottom y los Greengrass. 

Necesitaba saber con presión que peligro significaba Potter para sus planes. Saber que ella también era descendente de Salazar Slytherin y la maldición que con ello incluía. 

No sabia que fue lo que lo mantuvo como una quimera por una década. 

La maldición que lanzó el pupilo de Gryffindor o las runas de Evans. 

La imagen de Lily Potter minutos antes de su muerte. Con los dedos frescos de sangre con la que trazó runas en el piso, la mirada fija sobre él y su varita extendida. 

Esos ojos mirándolo sin miedo y con furia. 

Su instancia en Hogwarts era vigilado por los fantasma el castillo, pero el podía burlar con facilidad la vigilancia de Dumbledore y escabullirse a hacia la Cámara de los secretos. 

El estudio secreto de Salazar, lleno de libros en escritura parsel. Seguía intacto y sin ningún cambio, lo que significaba que Potter aun no sabia de la existencia de este lugar o simplemente jamas regresó.

A Tom le irritaba la idea que la mocosa sea su heredera directa.

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Theo estaba en la clase de pociones trabajando con Draco cuando Colín Creevey entró y le dejó una nota al profesor Snape. 

—Nott, recoja sus cosas y vaya con el señor Creevey— le dijo. 

—¿Para que me necesitan?— preguntó Theo. 

—Un corresponsal del Profeta se encuentra y ademas es la comprobación de varitas— contestó el profesor. 

Theo suspiro recogiendo sus cosas y le susurró a Draco: —Cualquier cosas que diga Snape con lo referente a la materia, no te olvides en decírmelo. 

Theo salio del salón caminado junto a Creevey. 

—Ginny te mando esto— le extendió unas cartas— Ha logrado que su hermano Charlie escriba sobre los dragones que vendrán a Hogwarts. 

—Gracias, Creevey— Theo guardo las cartas en su bolso escolar. 

Creevey lo guio hasta un aula cerca del vestíbulo y despidió. Theo entró, ya estaban reunidos los demás: Krum, Diggory y Delacour, Bagman charlando animando junto a Rita Skeeter, el fotógrafo estaba en una esquina y Clearwater con una agenda abierta en su manos. 

Cuando la señorita Clearwater lo vio, sonrió e inclinó levemente su cabeza en forma de salido. 

—¡Ahí está, el cuarto campeón!— Bgaman se puso de pie para estrechar su mano— ¡No hay nada que temer, Heredero Nott! Pronto vendrá Dumbledore con el experto en varita. Y por cierto , ella es Rita Skeeter, está aquí para escribir un articulo en El Profeta. Y una periodista muy importante que incluso vino con su secretaria —  señaló a Clearwater....

—No soy su secretaria, soy una pasante del Profeta— dijo Penélope muy molesta. 

—Shhh, no interrumpas al señor Bagman, Penélope—cortó Skeeter con un movimiento su mano hacia la señorita Clearwater. Para luego mirar a los campeones, una pluma vuela salió de su bolso y flotó junto a un pergamino. — Quisiera entrevistar primero al campeón inesperado. 

—¿Pero no debería estar el tutor del Heredero Nott presente?— dijo Penélope— Es menor de edad y no creo que sea correcto...

—Penélope cállate— interrumpió Skeeter

Antes de Theo pueda detener a Rita Skeeter , Dumbledore entró con los otros dos directores y el señor Ollivander. 

—Bueno, veo que ya están todos los campeones— dijo Dumbledore— Señores, señorita Delacour. Les presentó al señor Garrik Ollivander, hoy hará la comprobación de sus varitas. Es un simple traite para asegurarnos que sus varitas estén en optimas condiciones para el Torneo. 

—¿Pero y mi entrevista?— preguntó Rita. 

—El Profeta solo indicó un articulo en general del Torneo— contestó el director mirando a Skeeter sobre sus anteojos— Debieron solicitar con anterioridad una entrevista, el tiempo de los campeones no lo ha de permitir. 

Skeeter se mostró indignada pero se quedó sentada con su vuelapluma flotando y escribiendo. 

—Madeimoselle  Delacour— Ollivander miro a la chica. Delacour entregó su varita, Ollivander giro la varita lanzado unas pocas chispas— Ha preciosa varita, palisandro, rígida y ¿Un cabello de Veela?

—Mi una de mis abuelas— contestó Fleur. 

—Linda varita— Ollivander le extendió su varita devuelta. — Señor Krum. 

Viktor Krum entregó su varita, al igual que la varita de Delacour la giro entre sus dedos y lanzó chispas

—Corazón de dragón y madera de Carpe— dijo mirándola fijamente— ¡Avis!— unos parajitos de salieron de la varita y volaron hacia Penélope Clearwater, que se apoyo contra la pared.— Una creación de Gregorovitch. 

La varita regresó hacia Krum, luego fue la varita de Diggory. 

Pelo de unicornio y madera de fresno. Diggory presumió que pule su varita cada noche. 

—Y por ultimo, heredero Nott— dijo Ollivander, Theo le entregó su varita—Oh si, recuerdo esta varita. Veintisiete centímetros, madera de cedro negro, y con un pelicular núcleo de pelo de rougaru. 

Theo asintió con la cabeza, recuperando su varita. Se decía que su núcleo era ideal para las artes Oscuras. 

—Bueno— finalizó Ollivander1 Todas las caritas se encuentran en un optimo estado. 

—¡Las fotos!— dijo Bagman — ¿Una foto con los campeones y el tribula?

—¡Por supuesto!— Rita Skeeter se levantó de su puesto y empezó a acomodarlos a todos para la fotografía. Theo permaneció callado. 

Tomó varios minutos debido a que en cualquier lado, Madame Maxime obstruía la luz de la ventada, al final optaron por dejarla sentada en el medio. Theo se colocó a lado de Diggory. 

Al terminar Theo quería almorzar y saber que mandó de tarea Snape. 

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La profesora Edith era alguien lista. 

Se ofreció a ayudar a Theo con el tema de runas para el torneo. Per como ella no podía intervenir de manera directa. Opto por decir que ella y Theo necesitan "tutorías" por que sus ensayos académicos habían decaído. 

Un pequeño precio a pagar por el conocimiento. 

—Leí las reglas— dijo la profesora mientras extendía algunos pergaminos en el suelo. Los tres estaban sentados en el piso mientras las bancas fueron arrinconadas contra las paredes— No hay ninguna prohibición que algún campeón llevase instrumentos complementarios. Así que trabajaremos en pergaminos cortos con runas ya trazadas. Así que, Theo, las mantengas ocultas en las mangas de tu túnica de combate. 

—¿Eso no seria hacer trampa?— preguntó Cordelia. 

—Digamos que este como hacer un acordeón de apuntes que usaba en mis exámenes de física en el bachillerato— dijo la profesora— Igual si te los encuentran, no esta contra las reglas. 

Antes de la hora de toque, la profesora le enseñó las distintas runas. Runas que tenían cierta carga mágica, para lograr confundir al dragón. Muchas de estas en lugares específicos lograran distraer al dragón y darle la oportunidad a Theo para tomar el huevo. 

Cordelia leyó algo así en el diario de Rhea. Le mostro a la profesora y trabajó a la par con sus viejas anotaciones. 

Ya en la noche, Cordelia trabajaba en una cinta, con runas de la suerte. 

Esperaba tenerla lista para el día de la prueba para Theo. 

Chapter Text

El Profeta llegó un día después de la comprobación de varitas. 

El titular mostraba una fotografía de los cuatro campeones y los tribules para el Torneo de los Tres Magos. Cordelia leyó todo el articulo un poco extrañada, este no era el estilo filoso y escandaloso de Rita Skeeter. 

Cuando leyó el nombre del autor sonrió. 

"Escrito por Penélope Clearwater"

—Vaya, algo le debió pasar a Skeeter para que la sacaran de esto— comentó Pansy. 

Justo en eso una lechuza, que reconoció como Hermes (la lechuza de Percy) se posiciono en la mesa, en su pico llevaba una carta. La lechuza movió su cabeza hacia Cordelia. 

—¿Para mi?— le preguntó Cordelia a la lechuza. Hermes dejó la carta antes de saltar hacia el tocino de Hermione y salir volando con la tura de tocino en su pico. 

Cordelia abrió la carta. 

"Estimada Cordelia. 

En este momento supongo que ya habrás leído El Profeta. La razón por la que escribo esta carta es para informarte que Lord Black ha logrado que quitaran a Rita como corresponsal del Torneo luego que yo le filtrará a Lord Black el borrador de un articulo que estaba escribiendo Skeeter sobre ti y sobre Eowyn. 

Solo puedo decir que no era algo favorable y muy desagradable. 

Lord Black ha espero en su oficina, y madre mía, era ver una escena de El Padrino en vivo. 

Lord Black ha hablado seriamente con el editor en jefe del periódico y Rita a sido suspendida por una semana, pero lo más probable es que regrese con su lengua filosa. Se me ha asignado como nueva corresponsal. 

Con cariño. 

Penny. 

Psdt: Estaré el día de la primera cubriendo el evento. "

Cordelia dobló la carta guardándola entre sus libros. 

—¿Y que dice?— preguntó Eowyn desayunando junto a ellas. 

—Que Rita Skeeter estaba escribiendo un articulo sobre ti y sobre mi— contestó Cordelia— Penélope le filtró los borradores a mi padrino y al parecer no le gustó , y presionó al Profeta para que Penélope sea la nueva corresponsal. 

—Oh vaya— dijo Daphne— Ahora Skeeter no va a querer tener cerca de Penélope.

—Mejor, Rita Skeeter es una mujer muy desagradable— comentó Hermione. 

—Oye Hermione— dijo Eowyn— Tus dientes, no se ven como antes. 

—Bueno, luego que Weasley me hechizara— empezó a contar— Madame Pomfrey puso un espejo delante mio y me pidió que le dijera cuando mis dientes regresaran a la normalidad, y bueno, yo deje que siguiera y siguiera. Tal vez no a mis padres no estén contento, ya que les venia diciendo que podía corregir mis dientes con magia, pero insistieron que me hiciera la ortodoncia a los 16, pero bueno, lo hecho ya está. 

—Wow, eso es muy listo— dijo Cordelia. 

—Si, cuando pregunten diré que fue accidente y Madame Pomfrey los arregló. Son médicos, comprenderán que fue una emergencia medica— sonrió Hermione— Así que me ahorré como dos años y medio de tratamiento de ortodoncia dolorosa. 

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El día de la primera prueba llegó y Theo sentía que el estomago le ardía por los nervios. 

Luego de las dos primeras clases, fue abordado por el profesor Snape en la sala común. Theo ya estaba con el uniforme para el torneo y en las manga tenia oculta los diez pergaminos con runas trazadas.  Cuando salió de su habitación, todos los Slytherin estaban en la sala común esperándolo. 

—Los campeones tienen que bajar ya a los terrenos del colegio... Tienes que prepararte para la primera prueba.

—De acuerdo— dijo Theo. 

Cordelia que estaba cerca de la chimenea se acercó a él. Llevaba un vestido de color melón con un chal de color café. 

—Para la buena suerte— dijo Cordelia sacando una cinta color azul oscuro con runas bordadas con la runas para la buena suerte. Theo extendió la mano con la dominaba su varita y ella envolvió con delicadeza su muñeca con la cinta que bordó.  

Theo se olvidó de todo el mundo, solo era él y Cordelia. Podía sentir el material de terciopelo de sus guantes rozarle la piel de la muñeca. 

Cuando terminó Cordelia se separó unos pasos. 

—Prometo honrar esta prenda de buena suerte— declaró Theo antes de besar la cinta de muñeca— Gracias por sus buenos deseos, Lady Potter. 

El profesor Snape le indicó que era momento de irse. 

Salió del Gran Comedor con la profesor Snape, con una mirada de seriedad todo el camino. Al bajarla escalinata de piedra y salir a la fría tarde de noviembre, le puso una mano en el hombro. 

—No te dejes dominar por el pánico —le aconsejó—, conserva la cabeza serena. Habrá magos preparados para intervenir si la situación se desbordara...Lo principal es que lo hagas lo mejor que puedas, reconoce tus limites. 

—De acuerdo profesor. 

Él lo conducía bordeando el bosque hacia donde estaban los dragones;pero, al acercarse al grupo de árboles detrás del cual habría debido ser claramente visible el cercado, Theo vio que habían levantado una tienda que lo ocultaba a la vista. 

—Los campeones ya están ahí— le indicó— El señor Bagman está dentro. Él te explicará lo que tienes que hacer. ¿Tienes las runas listas?

—Si profesor. 

—De acuerdo. Suerte, señor Nott. 

El profesor Snape se fue y Theo entró a la tienda. 

Fleur Delacour estaba sentada en un rincón, sobre un pequeño taburete de madera. No parecía ni remotamente tan segura como de costumbre; por el contrario, se la veía pálida y sudorosa. El aspecto de Viktor Krum era aún más hosco de lo habitual, como un método de defensa y Diggory  paseaba de un lado a otro.

Bagman entró a la tienda con un aspecto animado. 

—Bueno, ahora ya estamos todos... ¡Es hora de ponerlos al corriente! —declaró Bagman con alegría—. Cuando hayan llegado los espectadores, les ofreceré esta bolsa a cada uno de ustedes para que sáquenla miniatura de aquello con lo que les va a  tocar  enfrentar. —Les enseñó una bolsa roja de seda—. Hay diferentes... variedades, ya lo verán. Y tengo que deciros algo más... Ah, sí... ¡su objetivo es coger el huevo de oro! 

Los cuatro asintieron con la cabeza. 

Y enseguida se oyeron alrededor de la tienda los pasos de cientos y cientos de personas que hablaban emocionadas, reían, bromeaban. El estomago de Theo le volvió a arder de inmediato. 

Y a continuación, Bagman abrió la bolsa roja de seda.

—Las damas primero —dijo tendiéndosela a Fleur Delacour. 

Delacour metió su mano a la bolsa sacándola una replica de un verde gales con una etiqueta con el numero dos. Luego fue Krum , sacando un el bola de fuego chino, alrededor del cuello tenía el número «tres»

Diggory le tocó el hocicorto sueco de color azul plateado con el número «uno» atado al cuello. Theo maldiciendo su suerte le tocó el metió la mano en la bolsa de seda y extrajo el colacuerno húngaro con el número "cuatro".

Bgaman salio de la rienda. 

—Supongo que la expresión de ustedes dos ya sabían que serian dragones— dijo Diggory hacia Delacour y Krum. 

—Y pog su expgesión ustedes dos también sabían— dijo Delacour. Diggory lo miró y dijo un mudo "Gracias"

Luego de cinco minutos Diggory fue anunciado. Theo permaneció sentado mirando la cinta que Cordelia enrolló en su muñeca respirando calmado. Desde afuera se podía escuchar los comentarios de Bgaman. 

Y luego, tras unos quince minutos, Theo oyó un bramido ensordecedor que sólo podía significar una cosa: que Cedric había conseguido burlar al dragón y coger el huevo de oro.

—¡Muy pero que muy bien! —gritaba Bagman—. ¡Y ahora la puntuación delos jueces!

 Pero no dijo las puntuaciones. Theo supuso que los jueces las levantaban en el aire para mostrárselas a la multitud.

Luego siguió Delacour que salió con el rostro más pálido que jamas había visto en su vida, con la cabeza erguida y agarrando la varita con firmeza. 

Así mismo fueron minutos de incertidumbre, unos veinte, hasta que Bagman anunció que consiguió el huevo. 

Krum salio de la tienda a continuación, minutos en los Theo escuchó  los comentarios de Bagman. 

—¡Muy osado! —gritaba Bagman, y Theo oyó al bola de fuego chino proferir un bramido espantoso, mientras la multitud contenía la respiración,como si fueran uno solo—. ¡La verdad es que está mostrando valor y, sí señores, acaba de coger el huevo!

Theo se puso de pie cuando supo que era su turno. 

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Cordelia apretó la mano de Hermione cuando anunciaron el nombre de Theo. 

Lo vio entrar al recinto, se sintió más nerviosa al ver que se enfrentaría. 

El cola cuerno rugió al notar la presencia de Theo. Él en un movimiento rápido corrió hacia una de las grandes rocas que estaba en la arena y colocó una delos pergaminos que deslizó de su manga pegándola a la roca. 

En movimiento rápido esgrimo su varita apunto y la runa brilló, la mirada del dragón fue a la roca rugiéndole. Theo se deslizó hacia el extremo contrario repitiendo el movimiento haciendo que la runa brillará. 

—¡Que habilidad del señor Nott!— dijo Bgaman como comentarista— Agilidad y precisión. 

Cordelia miró que en la zona donde estaban los maestros, Lord Nott observaba a si nieto. A su lado estaba el profesor Gaunt.

 Cerca de ellos estaba la profesora Edith que estaba con las manos juntas, como si estuviese rezando.

Theo en movimiento rápido, colocó otras dos runas en dos piedras consecutivas. Y se ocultó detrás de las rocas cuando el dragón exhaló fuego. 

Cordelia cerró los ojos ocultándose en el cuello de Hermione. 

—¿Ya puedo mirar?— preguntó temerosa Cordelia

—Si, y suelta mi mano Cordelia— dijo Hermione—Me estas cortando el flujo sanguíneo de la mano. 

Cordelia soltó la mano de Hermione. 

—¡Que Runas para más maravillosas ejecutadas!— dijo Bgaman. 

Theo las activo con un movimientos rápido y el dragón empezó a mirar a los lados frenéticamente, Theo se deslizó por debajo del dragón abrazándose al huevo de oro. 

—¡En menos de diez minutos ha logrado tomar el huevo!— anunció Bagman.—¡Mírenlo! ¡Nuestro paladín más joven ha sido el más rápido en coger el huevo! 

 Todos los Slytherin y muchos otros alumnos aplaudieron eufóricos por la victoria de Theo. Cordelia respiró aliviada al verlo con ileso. 

Desde su lugar, observó como Lord Nott exhalaba aliviado para luego ser felicitado por le profesor Gaunt que le extendió la mano en un apretón formal.

Cordelia observó como un grupo de seis domadores reducieron al dragón dejándolo dormido. Theo miró hacia las gradas, alzando el huevo de oro en su mano izquierda y llevar su mano derecha. 

Frente a todo le mundo, besó la cinta envuelta en su muñeca que ella le bordó. 

Chapter Text

El puntaje de Theo lo empató a la par con Viktor Krum. 

Luego de su enfrentamiento se dirigió a la capa, y para su sorpresa Cordelia estaba sentada esperándolo. No sabia como logró llegar, pero ver sus ojos brillándoles solo a él fue suficiente. 

—¡Theo!— ella se levantó y lo abrazó. Theo dejó caer el huevo para rodear con sus brazos la cintura de Delia. 

Theo sintió que toda la energía se le drenaba del cuerpo porque sus piernas flaquearon, Cordelia cayó sentada con sus brazos envueltos en él. Theo solo pudo ocultar su cara en cuello de Cordelia permitiéndose respirar el aroma de su perfume de frutos rojos. 

—¡Madame Pomfrey!— chilló Cordelia. Theo vio borroso, solo sintió que alguien pasaba su brazo por sus anchos hombros. Vio de reojos que Krum lo levantó del piso mientras Madame Pomfrey le ordenaba ponerlo sobre la cama. 

Sintiendo su cabeza tocar la almohada, en la cama continua estaba Diggory con la pierna derecha cubierta por un pasta blanca mientras era atendido por un sanador con la insignia de San Mungo.

—¡Dragones!¿Como se les ocurre traer dragones?— se quejaba Madame Pomfrey mientras lanzaba hechizos de diagnostico a Theo— El año pasado fue dementor  y ahora dragones. 

—¿Theo esta bien?— preguntó Cordelia parada a los pies de la cama. 

—Sin heridas graves. Solo unos simples rasguños en los brazos que se curaran— dijo Madame Pomfrey mientras le pasaba una bebida color violeta— Beba señor Nott. Lo que lo hizo desfallecer fue la adrenalina que se acabo de su cuerpo y el agotamiento mágico al emplear sus runas. 

Theo pudo ver como Cordelia exhalaba del alivio a la par que se sentaba al borde de la cama, justo a su lado. Theo sonrió cuando sintió el material de terciopelo de los guantes de ella en su mejilla. 

—Es bueno que estas bien— le dijo Cordelia, Theo se sentía muy cansado para hablar, solo recargó su rostro contra la mano de Cordelia y cerró los ojos.

Solo Theo podía verla a ella. Pero rápidamente sacó su mano y se puso de pie. Theo abrió los ojos viendo a su abuelo en la entrada de la carpa. 

—Lord Nott— Cordelia inclinó su cabeza en forma de saludo para luego verlo— Recupérate Theo. En la sala común festejaremos tu triunfó. 

Cordelia se fue. 

—Abuelo— dijo Theo con la garganta seca. 

—Digno heredero de los Nott— su abuelo con orgullo mientras le acariciaba el cabello— Quien fuera que se involucró en esto se acaba de dar cuenta que se ganó a un enemigo poderoso. 

Theo asintió con la cabeza, estaba muy cansado. 

—¡Muy bien todos! —dijo Ludo Bagman, entrando en la tienda con su andar saltarín y tan encantado como si él mismo hubiera burlado a un dragón—. Ahora, sólo unas palabras. Tienen un buen período de descanso antes de la segunda prueba, que tendrá lugar a las nueve y media de la mañana del veinticuatro de febrero. ¡Pero mientras tanto les  vamos a dar algo en que pensar! Si se finjan en los huevos que están sujetando, verán que se pueden abrir... ¿Ven las bisagras? Tienen que resolver el enigma que contiene el huevo porque les indicará en qué consiste la segunda prueba, y de esa forma podrán prepararos para ella. ¿Está claro?, ¿seguro? ¡Bien, entonces felicidades! 

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Fue como dos horas luego de la prueba que Theo regresó a la sala común. 

Toda los Slytherin lo vitorearon apenas entró. No solo había Slytherin. El club de Calabozos y Dragones y el grupo de Gryffindor reducido que creyeron en él estaban presentes. 

El grupo de mayores de ultimo año se escabulleron hacia Hogsmeade por bocadillos, bebidas y cervezas de mantequilla,  en la mesa larga cerca del ventanal. 

—¡Nott!¡Nott!¡Nott!— vitorearon los presentes mientras otros aplaudían. 

Cordelia no dejaba de sonreír mientras aplaudía. 

Theo dejó el huevo encima de la chimenea mientras se sentaba a su lado, rápidamente Cordelia podía sentir sus mejillas sonrojarse. Él levantó su muñeca derecha, envuelta en la cinta que bordó con runas. 

—Tu afecto me ha dado la victoria— dijo Theo con una sonrisa. 

—No, tu lo hiciste solo— contestó Cordelia. 

Cada una de los presentes recibió un vaso con jugo de calabaza o cerveza de mantequilla dependiente del gusto de cada uno. El prefecto lo hizo ponerlo de pie y lo acercó ala chimenea, de su túnica sacó una petaca y vertió un liquido transparente en el jugo de Theo. 

—¡Por Nott!— brindó el prefecto Warrington

—¿Esto es alcohol?— preguntó Theo. 

—Nott, te enfrentaste a un dragón el día de hoy— dijo Warrington— Te lo ganaste, aunque sea solo estaba por esta vez.

Las gemelas Patil lanzaron pétalos de Gladiolos a Theo con movimientos agiles mientra todo el mundo bridaban. Luego todos conversaron entre si, Cordelia estaba segura que si hubiera sido posible, Eowyn se hubiera traído el tocadiscos de la sala común de Gyrffindor. 

—Warrington pensó lo mismo que yo— comentó René a Pansy y las demás de la corte— Mi madre se adelantó a mi idea, y puso una nota en su gabinete de licores que dice: "Llévate algo y estas castigado hasta el año 2000"

—Es la profesora Edith— dijo Pansy— Está un paso adelante

—¿Me pregunto como los prefectos los dejaron pasar?— pregunto Astoria. 

—Nos cubrieron los odios con un hechizo ahora que no escuchemos la contraseña— contestó Eowyn. 

—¡Y la cambiaremos por la mañana!— dijo la prefecta Yaxley desde su lugar y con un pastel de caldero en sus manos.

Todas rieron. Cordelia miró la sala común, impresionada por lo bien que los Slytherin convivan con los Gyrffindor presente y el club de juego. 

Dennis conversaba alegremente con dos niños más de segundos. Colin y Ginny charlaban alegremente con Astoria Greengrass. Parvati estaba sentada mientras charlaba con Blaise y Padma escuchaba atentamente a Finch-Fletchley hablar de Calabozos y Dragones. 

Cordelia disfrutó todo la celebración con su brazo entrelazado con el de Theo. 

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Fue el 25 de noviembre, luego de esa prueba de dragón, que Edith dejó Hogwarts para ir a Azkaban. 

Necesitaba ver a Peter. 

Su señal fue cuando Remus le propuso matrimonio, y Edith lo tomó como una señal para tener que ponerle un punto final a su pasado con Peter. 

Sirius le consiguió una audiencia por Peter y él la acompaño. Ambos fueron guiados por un Auror hasta la sala. 

Edith tembló ante la presencia de los dementores. Malos recuerdos penetraron su mente como clavos a un ataúd. 

"Por favor respira", lloró su voz juvenil, exactamente hace quince años. "Por madre madre magia, haz que respire" ella acunó a su bebé contra su pecho rezando para que llorará. 

Una mano sobre su hombro la quitó de sus pensamientos, miró a Sirius con la mirada fija sobre ella. 

—Pettigrew ya está esperando— dijo el Auror— Necesitare sus varitas. 

Edith asintió con la cabeza mientras le entregaba su varita al Auror, Sirius molestó también entregó la suya. 

Auror abrió la puerta, Edith respiró profundamente entrando a la sala. Peter estaba mirando a sus manos encadenadas a la silla. 

Con cuidado se sentó en la silla frente a él, y Sirius se paró detrás de ella. Peter debió sentir su presencia porque alzó la mirada. 

—¿Edith?— la miró fijamente y lo miró a sus espaldas— ¿Sirius?

—Hola Peter— dijo Edith. 

—¡Edith!— él sonaba más alegre, trató de tomarla de la mano, pero ella se apartó rápidamente. —¿Qué día es?

—25 de noviembre..

—25, 25 — empezó a divagar— Hoy es el cumpleaños de René. 

—No estoy aquí para hablar de nuestro hijo — cortó rápidamente— Solo quiero saber una cosa. ¿Por que ? ¿Por que lo hiciste Peter?

—Él sabia, sabia de ti y nuestro hijo— empezó a contar— Intercedió nuestra nuestra correspondencia.

—¡Pudiste pedirnos ayuda Peter!— le gritó Sirius, Peter se encogió de en si mismo— ¡Pudimos ayudarte, mandarlos a los tres a un lugar seguro!

—¡Me capturaron!— se defendió Peter— ¡Me encadenaron y me llevar al señor Oscuro!— él la miro— Me amenazaron. 

—Pudiste venir a mi— dijo Edith sintiendo sus ojos picarle de las lagrimas— Pudimos habernos quedarnos en mi país, en mi ayllu. 

—¿No lo entiendes?— preguntó Peter— Sabían de ti, tu familia muggle, tu ayllu. El señor Oscuro me marcó en ese instante, no tenia oportunidad de escapar— se abrazó a su brazo derecho— Te mataría y a ti René. Así que accedí espiar a la Orden, solo espiar. Luego hubo la profecía, James, Lily, Cordelia. No quería decirle donde estaban, pero dijo que matarían a tu familia y te torturarían frente a mi hasta que les dijera la ubicación. Yo...yo..

Peter se llevó las manos a la cabeza mientras lloraba y murmuraba "Lo siento, lo siento"

—No quería entregarlos, pero te necesitaba protegerte y nuestro hijo de ellos. 

—¿Por que no regresaste a mi?— preguntó llorosa Edith— Hubiera sido feliz viendo una mentira. 

—¿Cómo podía ser un padre cuando por mi culpa deje a una bebé sin padres?

Permanecieron en silencio algunos minutos, Edith se quitó sus guantes dejando ver el anillo de compromiso que le dio Remus sobre su anillo con runas. 

—Ese no es anillo que te di— dijo Peter mirándole las manos. 

—No— contestó Edith— Remus me propuso matrimonio y he dicho que si. 

Edith sacó de su bolsillo una cadena que tenia el anillo con el Peter le propuso matrimonio. Ella lo tomó de la mano y le entregó la cadena con el anillo. Edith pudo sentir el vinculo de ellos, débil y moribundo. 

—Cortó nuestro lazo— dijo Edith y lo pudo sentir, romperse fácilmente. 

Peter lloró aun tomándola de la mano. Edith abrió su bolso le deslizó una fotografía de René, el sonriendo en las ultimas vacaciones, su sonrisa era la misma de Peter. 

—Hoy nuestro hijo cumple 15 años— le dejó la fotografía y se piso de pie soltándole la mano— Adiós Peter. 

Edith miró a Sirius y ambos salieron mientras Peter aun lloraba dentro de la sala.