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Reuniones internas entre los clanes, un desafortunado mal necesario, o eso pensaba Hinata mientras se encontraba de pie junto a la mesa de bebidas, mirando a los líderes de los clanes junto a los herederos de estos, andando por la sala de conferencia del extremadamente lujoso y caro hotel en Kirigakure, en un kimono formal, abrazando sus costados tan bien como podía, significando que era extremadamente caro y extremadamente incómodo, extrañaba su sudadera violeta.
La peli azulada deseó poder pasar la tarde hablando con sus amigos y escondiéndose de tener que soportar las incómodas y forzadas conversaciones políticas con otros herederos de clanes quienes tenían las mismas ansias de estar allí que ella y sus compañeros de Konohagakure, pero, los negocios llamaban. ¿Por qué el trabajo no podía manifestarse de una forma divertida? Hinata siempre se preguntó, ella solo podía anhelar vivir un día de esa forma.
La heredera Hyūga se detuvo en su caminar al ver a Shikamaru, en su propio kimono formal, prácticamente chocar contra las paredes crema del hotel, a tan solo pocos pasos lejos de ella.
— ¿Shi-Shika? — La voz llena de pánico de Hinata se hizo presente cuando Nara se tomó la cabeza y apretó sus ojos sintiéndose adolorido. — ¿Qué su-sucede? — Le preguntó al llegar a él, agachándose un poco para poder mirar su rostro al éste mantenerse cabizbajo, suponía ella por la luz. — ¿Ti-tienes un dolor de cabeza?
— Sí —, él confirmó inhalando profundamente por su nariz. — Uno muy grande.
— Pobre Shi-Shika — Hinata lo arrulló frotando su espalda mientras él continuaba inhalando y exhalando profundamente, tratando de alejar la creciente migraña. — A ti t-tampoco te gustan estas cosas.
Shikamaru se incorporó, provocando que la mano de Hinata que realizada suaves círculos en su espalda descansara en su brazo; él todavía mantenía sus ojos cerrados.
— Normalmente, está bien, es solo parte del trabajo, pero este año…
Se detuvo, haciendo que Hinata se preocupara ante la expresión que el rostro de Nara mostró, anunciando que algo le estaba molestando profundamente, una expresión que el padrino de su ahijada normalmente no mostraba.
— ¿D-de qué se trata?
— No muevas tu cabeza, activa tu Byakugan, — la heredera Hyūga estaba apunto de preguntarle por qué el usuario de las sombras le pediría aquello tan particular, pero Shikamaru continuó. — Hay una heredera de Kumogakure utilizando unos grandes brazaletes de oro y un largo vestido color rosa justo detrás de mí, ¿la ves?
Hinata hizo según se le indicó, activó su dojutsu encontrando fácilmente a la mujer al estar tan solo pocos metros lejos de la peli azulada mirándolos directamente, Hinata pronto desactivó su dojutsu, regresando su mirada a la normalidad.
— S-sí, la veo.
— Me ha estado siguiendo toda la tarde, — Hinata se asustó, ¿quería hacerle algún daño? — Ino me ha dicho que, de alguna forma, averiguó que el padre de la chica le ha mandado a conocerme, y, aparentemente, no es la única heredera a la que se la ordenado lo mismo.
Hinata parpadeó y colocó su dedo índice sobre sus propios labios, no entendiendo a lo que él se refería. — ¿Co-conocerte?
Shikamaru agachó su cabeza elevando una de cejas, dándole una mirada que decía exactamente qué quería decir; la heredera se sonrojó abiertamente ante el significado de esto.
— Debes admitirlo —, Shikamaru se rió sarcásticamente provocando que Hinata frunciera el ceño. — Consejero del Hokage, líder del Clan Nara, una buena alianza política, ¿no crees?
Ella odiaba ese término, alianza política, como si fueran piezas por capturar o posicionar en un tablero de ajedrez en vez de personas con sentimientos, deseos y necesidades. Bueno, en el caso de Shikamaru, un tablero de shōgi.
— Supongo que debo morder el kunai y hablar con ella de nuevo —, el maestro de las sombras se puso firme, mirándose como si prefiriera ir nuevamente a la guerra que hablar con la heredera de Kumogakure, Shikamaru rápidamente le dedicó una pequeña sonrisa en forma de gracias antes de voltearse.
Hinata pudo ver como la heredera de Kumogakure inmediatamente caminó hacia Nara tan pronto como fue claro que él se movía hacia ella.
La heredera del clan Hyuga se movió sin pensarlo.
— ¡E-espera Shi-Shika!
Ella corrió los pocos pasos que se necesitaban para llegar a él, tomó su kimono por los hombros y lo tiró completamente hacia abajo y hacia ella.
Sus ojos marrones se abrieron ampliamente en sorpresa. — Hin-.
Antes que su amigo pudiese terminar de decir su nombre, Hinata se armó de valor y le dio un rápido beso en los labios, por un segundo, la peli azulada podía sentir como sus manos temblaban de la ansiedad que comenzó a sentir.
— No puedo creer que fueras a dejarme sin un be-beso.
Se podía iniciar un incendio con el calor que provenía de sus mejillas, Hinata podía sentirlo así. Ambos debían verse como un espectáculo, ella como el tomate ganador de una feria y él como si hubiese visto un fantasma.
El usuario de sombras se recuperó rápidamente, incluso mucho más rápido que ella lo hizo, siendo ella quien lo besó.
— Qué problemático, soy tan idiota.
Shikamaru colocó su mano sobre la mejilla izquierda para así besar la derecha, Hinata estaba un poco sorprendida que Shikamaru no se quemara con el calor proveniente de su rostro.
— Intenta ser amable, ¿de acuerdo? — Hinata se forzó a mantenerse de pie y sonriente a pesar del deseo de correr y esconderse fuese abrumante. — ¿Me buscarás pronto?
Ella esperó que Nara recibiera el silencioso e indirecto mensaje de “Si me necesitas, estoy aquí” .
El usuario de sombras le dio una sonrisa agradecida, haciendo que la de la muchacha se volviese mucho más genuina.
— Te veré pronto, Hinata.
Con ello, Hinata se volteó para irse y continuar mezclándose entre los herederos, antes que su padre oyera que no estaba llevando a cabo sus tareas de heredera. Cuando miró hacia la dirección en la que planeaba irse, casi choca contra la heredera que causaba tanta molestia en el padrino de Mirai, la chica se miraba furiosa .
— H-hola.
Fue todo lo que Hinata pudo decir antes de irse lo más rápido y educado posible, sin llamar la atención hacia ellos.
No podía creerlo, no podían haber pasado más de diez minutos y Shikamaru estaba físicamente retrocediendo de los avances de otra mujer, él en verdad fue sincero con lo confesado más temprano.
Hinata, calmando sus nervios, caminó hacia lo que acontecía.
— Hinata —, nunca había escuchado a alguien que sonara tan aliviado con su presencia como Nara lo hizo, el cambio en su comportamiento y el nuevo brillo en su mirar prácticamente en alivio provocó que la mujer con la que hablaba se volteara hacia ella y la fulminara con su mirada.
— Shi-Shika.
Hinata se colocó de puntillas y besó los labios de Shikamaru, justo como la vez pasada, pero con la diferencia que la muchacha resopló ruidosamente, se volteó y se fue pisoteando el suelo.
Hinata rompió el beso hasta que el nuevo terror de su amigo se encontrara fuera de vista.
— Problemático —, Nara suspiró mientras se mantenía inclinado hacia Hinata, su cabeza prácticamente sobre su hombro mientras apretaba su palma contra su ojo. — No sé cuánto más pueda soportar.
— Sólo quedan d-dos horas y l-luego podremos marcharnos. — Hinata trató de tranquilizarlo, pero mirando su postura derrotada, no estaba funcionando.
— Más le vale a esas dos horas irse con rapidez , eso te digo.
Cuando él elevó su cabeza luego de un profundo suspiro a través de su nariz, Shikamaru la miró con puro agradecimiento.
— Gracias, Hinata.
Ella tomó unos cuantos segundos en frotar su mano de arriba hacia abajo sobre su brazo, en un signo de confort, en verdad se veía cansado, y Hinata supo que si ella tuviese que pasar por la misma situación, estaría mucho peor.
— ¿Quieres pasear por el salón conmigo? — El usuario de sombras preguntó repentinamente, finalmente incorporándose en una posición recta. — Una caminata con alguien a quien sí le agrado y no solo quiere casarse conmigo por mi estatus sería realmente agradable.
Ella sonrió ante sus palabras, era la mejor oferta que Hinata había recibido en toda la noche.
— ¿Quieres beber algo? ¿Algo f-frío? H-hace mucho calor.
Él movió la mano ajena para que tomara su brazo mientras él colocaba su mano libre sobre esta, como si estuviera sellando el trato.
— Sólo si va por mi cuenta.
— Por Dios, chicos estoy tan aburrido —, Kiba se quejó cruzando sus brazos mientras realizaba un puchero en aburrimiento. — Estoy harto de todo esto, ¿ya podemos irnos a la cama? Toda esta charla política ha destruido mi cerebro.
— Pronto, Kiba —, Shino le aseguró a su amigo al mismo tiempo en que Hinata asintió, la heredera estaba totalmente de acuerdo, la noche parecía no acabar nunca. Desde tener que intervenir con las agresivas pretendientes de Shikamaru hasta entretener a otros herederos y líderes de clanes, la peli azulada estaba exhausta. — También debo admitir que he tenido suficiente de esta vinculación entre clanes.
— Bueno, podemos estar agradecidos de una cosa —, Inuzuka sonrió ladinamente mirando por encima del hombro de la chica. — Al menos no la hemos pasado tan mal como Shikamaru.
— ¿Q-qué?
Cuando Hinata se volteó hacia donde su compañero de equipo miraba, el dueño de Akamaru comenzó a reírse. No lo podía creer, ¿otra heredera incomodando a Shikamaru con sus coqueteos? ¿De dónde salían todas estas personas que creían que estaba bien hacer sentir tan mal, como evidentemente estaban haciendo, a quien mantenía la labor de padrino de su ahijada?
— ¿Otra vez?
Kiba frunció el ceño. — ¿A qué te refieres con “otra vez”?
— Con p-permiso.
Esta vez, Hinata no habló, simplemente caminó hasta el lado de Nara, tomó el cuello de su ropa, lo atrajo hacia ella y lo besó. El calor invadió sus mejillas cuando Nara tomó su rostro manteniendo los labios ajenos sobre los suyos, y nuevamente, la heredera sin nombre se marchó molesta.
Ambos se mantuvieron de aquella forma por mucho más tiempo que la heredera del clan Hyūga hubiese empeñado en solo distraerlo, con la otra heredera fuera de sus vistas, Hinata nunca había pensado en cuán gentiles las manos ajenas podían sostenerla, o cuán agradable sería simplemente besarse de nuevo.
Cuando el usuario de sombras se alejó, casi sintió frío.
— ¿Estás bien?
Shikamaru descansó su frente contra la ajena, un signo de lo emocionalmente agotado que estaba. — Esta noche ha sido la más problemática, siendo un poco mejor gracias a ti.
Ella intentó alejar el aumento en los latidos de su corazón.
— El discurso final es en quince minutos, Shi-Shika.
— Veintidós minutos y cuarenta y dos segundos —, la corrigió. — Y eso es demasiado . — Shikamaru tomó su mano para continuar. — No te vayas sin mí.
— N-no lo haré. — Hinata sonrió tratando de calmarlo, no lo haría, no cuando él la necesitaba tanto.
— Búscame al f-finalizar el evento, ¿podemos ir a caminar antes de v-volver a nuestras habitaciones? Tomar un poco de aire fresco.
Su mano apretó la de Hinata con un poco más de fuerza. — Mientras seamos sólo nosotros dos, Hinata, haré todo lo que quieras.
No pudo evitarlo, sus mejillas se sonrojaron por la forma en que el muchacho dijo aquello. — ¿Te veo tan p-pronto como termine la despedida?
Él asintió, inhalando profundamente. — Por supuesto.
Ella besó su mejilla. — Te veré pronto Shi-Shika.
Cuando ella volvió a sus compañeros de equipo, la heredera del clan Hyūga detuvo su andar al ver la expresión de absoluta sorpresa que Kiba mostró.
— ¿Q-qué?
Hinata tuvo que callar rápidamente a Inuzuka cuando éste gritó. — ¡¿QUÉ DIABLOS FUE ESO?!
Hinata sí terminó arrastrando a Shikamaru para tomar una pequeña caminata alrededor de las calles abandonadas después de que sus labores entre clanes terminaran, sus ánimos se levantaron rápidamente tan pronto como se encontraban los dos solos y él podía quejarse abiertamente llamando a todo y a todos un problema.
Él se ofreció a acompañarla hasta su habitación, provocando una risilla en ella, ya que las habitaciones de todos los herederos de Konohagakure se encontraban en el mismo piso del hotel.
— Gracias por cubrirme la espalda, Hinata —, Shikamaru dijo seriamente ganándose la atención de la chica antes de que abriese la puerta de su habitación. — Creo que me hubiese lanzado por la ventana de no ser por tu ayuda.
— P-por favor no hagas eso —, no pudo evitar el pánico que nació en ella ante sus palabras sarcásticas, pero logró mantener la calma suficiente para poder decirle. — Mirai estaría muy t-triste.
— ¿Y tú? — Preguntó Shikamaru ladeando su cabeza y sonriendo ladinamente. — ¿Estarías triste?
¡Ella no pudo creer que él le preguntara aquello! Con una risilla, el usuario de sombras demostró que el rostro adverso se mostraba sorprendido.
— ¡Claro que lo estaría, Shi-Shika!
Él pareció contento con su respuesta, porque Nara sonrió sinceramente por primera vez en todo lo que llevaba la noche, si las suposiciones de Hinata estaban correctas.
— Buenas noches, Hinata, duerme bien.
Sorprendiéndose incluso a ella misma, la heredera se movió sin pensarlo, tomó un paso adelante para elevarse en las puntas de sus pies y presionó gentilmente sus labios contra los adversos, de alguna forma, él se sentía mucho más cálido de lo que estaba más temprano.
Cuando Hinata volvió firme contra el suelo, Shikamaru parpadeó hacia ella con sus ojos abiertos en sorpresa antes de mirar a sus alrededores. Volteando a verla, enarcó una ceja confundido.
— Hinata, no hay nadie.
Hyūga asintió mientras sus índices chocaban entre sí, mostrando su típico movimiento al estar nerviosa. — L-lo sé.
— Entonces —, Nara se mostró aún más curioso. — ¿Para quién fue eso?
— Para m-mí —, ella respondió con simpleza mientras tomaba firmemente la manija de la puerta, abriéndola antes de que sus nervios pudiesen llevarse su calma. — Buenas noches, Shi-Shika.
La mirada deslumbrante que Shikamaru tenía mientras Hinata cerraba la puerta hizo que ella se sonrojara de pies a cabeza a la vez en que mostraba una enorme sonrisa tímida.
