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Language:
Español
Stats:
Published:
2023-01-23
Completed:
2023-01-23
Words:
2,637
Chapters:
3/3
Comments:
4
Kudos:
22
Bookmarks:
4
Hits:
309

Más allá del mar de linternas

Summary:

Tres relatos románticos enfocados en la relación entre Lumine y Xiao:
✦ Confesión de amor durante el Rito de la Linterna.
✦ Cuando las pesadillas no dejan descansar a Xiao, Lumine lo reconforta.
✦ Cocinar toma un nuevo significado cuando se hace por un ser querido.

Chapter 1: Linternas

Chapter Text

Las doradas linternas que adornaban el cielo nocturno de Liyue transportaban consigo los sueños y deseos de la humanidad, entre ellos los anhelos de la viajera de las estrellas. Para Lumine, asistir al Rito de la Linterna se había convertido en una tradición que perduró durante todos los años que vivió en Teyvat. Con frecuencia prestaba su ayuda tanto en la organización como a todo el que la requiriese, y aunque a veces terminaba exhausta, ver la alegría en los rostros de la gente era suficiente para ella. 

Siempre tuvo presente que al mismo tiempo otra persona luchaba entre las sombras durante la celebración, dando su vida para asegurar la paz de Liyue. Cuando se acercaba la hora de lanzar los fuegos artificiales, Lumine se despidió de los amigos que la habían acompañado durante la velada y subió a una montaña cercana para acudir al encuentro del Guardián Yaksha. Él le había prometido ir a ver los fuegos artificiales junto a ella desde un lugar seguro. 

Lumine había sentido interés por Xiao desde que se conocieron, por más que éste se alejara en un inicio. Con el tiempo pudo descubrir la naturaleza bondadosa que él poseía, y el interés que sentía por él se fue transformando en afecto. Por su lado, Xiao se había mantenido ajeno al mundo mortal hasta la llegada de Lumine. Era la única persona capaz de resistir el efecto de su deuda kármica, y la única que había insistido en entrar en su vida. 

Al subir a la cima de la pequeña montaña desde la que se podía visualizar la ciudad y el mar iluminado, la viajera lo halló de pie, de espaldas a ella. De forma inmediata él se dio cuenta de su llegada y se dio la vuelta para recibirla. La ligera sonrisa en su rostro no podía enmascarar el aspecto cansado que él presentaba. Lumine supuso que la lucha se había prolongado hasta hace poco.

—¿Has tenido muchos problemas antes? —preguntó la viajera.

—Estoy bien, nada de lo que debas preocuparte —dijo Xiao.

—No hacía falta que hicieras el esfuerzo por venir.

En el pasado, la celebración despertaba en Xiao sentimientos amargos, pues es en esas fechas cuando los demonios presentaban mayor actividad. Mientras los mortales disfrutaban despreocupadamente de la celebración, a él sólo le esperaba una cruenta batalla. Sin embargo, él escuchaba todas las plegarias y gritos de auxilio. Era su deseo de proteger los sueños de la gente lo que le daba fuerzas para luchar.

—Sé que querías que te acompañase. Y por mi parte, también quiero presenciar esto junto a ti —dijo Xiao. 

Quería ofrecerle a la viajera una agradable memoria del rito que pudiese llevar consigo incluso después de que la erosión convierta su mundo en polvo. Y también guardar para sí mismo el recuerdo, y tal vez, la festividad que sólo había asociado a violentas batallas cobraría un nuevo significado. 

—Te he traído una linterna para que tú también puedas pedir tu deseo —dijo Lumine mientras sacaba la linterna de su bolsa y la colocaba entre las manos de Xiao—. ¿O vas a decir que no tienes nada que pedir?

Él se quedó mirando la linterna pensativo. 

—Está bien, lo haré.

Nunca hablaba de sus propios deseos. Diferentes ideas cruzaron su mente: la paz de Liyue, bienestar para Rex Lapis, el reposo de sus compañeros… Alzó la vista y al toparse con la mirada de la viajera, Xiao supo al instante lo que quería escribir. 

Una vez hubo escrito su deseo, dejó que la linterna se elevase en el aire. Ambos contemplaron cómo se unía al dorado océano en el firmamento.

—¿Qué has pedido? —le preguntó Lumine con curiosidad.

—Si lo digo no se cumplirá —respondió Xiao—. ¿No es eso lo que suelen decir los mortales?

—Ya te dije que eso no funciona así.

Ella no insistió más, y se planteó las posibles opciones que podría haber pedido él. Lo que no imaginaba es que ahora en el cielo había una linterna que rezaba por la felicidad de la viajera.

 

Se sentaron en la hierba uno al lado del otro y conversaron mientras esperaban a que los fuegos comenzasen. Hablaron de todo lo que no pudieron decirse en el tiempo que habían estado separados. De forma cíclica, Lumine visitaba una nueva región del continente, mientras que Xiao continuaba con sus labores, pero siempre volvían a reencontrarse. Ella le contaba historias sobre su viaje y le traía regalos, y al mismo tiempo él se daba cuenta de que en cada regreso la viajera iba adquiriendo más poder. Lumine lo había llevado a la vida cotidiana y le había ofrecido su amabilidad. Su presencia calmaba su dolor. Él, que había estado perdido en medio de una interminable ventisca, al fin pudo encontrar el calor de nuevo. Nada quería más que poder mostrarle su gratitud, y estaba dispuesto a protegerla con su vida y a cumplir sus deseos.

Los fuegos artificiales comenzaron y llenaron la noche estrellada de vivos colores. Eran el tributo a los adeptus de antaño. Aunque la viajera había visto ese escenario en muchas ocasiones, la maravillaba como la primera vez. 

La vista de Lumine fue hacia su acompañante, que contemplaba el cielo con una inusual fascinación. Quedó embelesada al admirar su belleza, y al darse cuenta de que ella lo estaba observando, Xiao se giró para mirarla a los ojos. Permanecieron perdidos en el otro por un momento; pronto el espectáculo principal del festival pasó a ser un mero telón de fondo. 

Cuando se dio cuenta de que el ritmo de su corazón se había acelerado, Lumine fue la primera en romper el silencio.

—Me siento muy feliz de que estés aquí.

—Yo también —respondió Xiao—. El concepto de felicidad no es algo con lo que esté familiarizado. Siempre he pensado que los Yakshas estábamos condenados a sufrir sin descanso. Estoy acostumbrado a la soledad, pero después de todo lo que hemos pasado, la idea de no volver a vivir contigo momentos como este se me hace insoportable. 

—Entonces continuemos forjando nuevos recuerdos. Estaremos juntos —dijo Lumine—. Después de rescatar a mi hermano, me quedaré en Teyvat. 

Él no podía ofrecerle lo mismo que cualquier humano corriente. No podía darle una vida pacífica y despreocupada. Pero aun así, una parte de Xiao deseaba que la estrella, eterna testigo del mundo, se quedase a presenciar su propia historia hasta el fin. 

—Como el último superviviente de los Yakshas tengo que seguir luchando. Mi deber nunca terminará. Si a pesar de eso me aceptas, yo… quiero experimentar más sobre este mundo contigo y aprender más acerca de ti. ¿Estarías dispuesta a acompañarme? 

—Sí —le respondió ella con una firme determinación.

—Lumine…

A Xiao le resultaba difícil expresar lo que quería decir a continuación. De nada servía echarse atrás en ese momento, necesitaba hacerle llegar lo que sentía.

—Te quiero.

Ella sonrió.

—Yo también te quiero.

Sólo las linternas del cielo presenciaron el beso fugaz que compartieron, sellando su promesa de amor para la posteridad.

Chapter 2: Sueños

Chapter Text

Xiao solo podía ver un extenso campo yermo bajo el cielo rojizo. Las miles de lanzas clavadas en el suelo y los cadáveres a su alrededor conformaban una imagen a la que ya estaba acostumbrado. Avanzó caminando mientras las fuerzas le iban abandonando a cada paso, los resultados de la masacre parecían no tener fin. Pensó que el momento de rendirse había llegado y al dejarse caer de rodillas en el suelo, oyó una voz conocida. Al alzar la vista, Lumine apareció ante sus ojos, con un aspecto pulcro que contrastaba con el escenario que los rodeaba. 

—Todo es culpa tuya —le escuchó decir.

Era incapaz de contestar, las palabras no podían abandonar sus labios. Todo a su alrededor empezó a desaparecer vertiginosamente hasta que reinó la más profunda oscuridad.

Despertó sobresaltado en mitad de la noche. El día anterior había aceptado la invitación de Lumine de dormir en su casa y ella le había preparado un cuarto para que estuviese cómodo. No era la primera vez que se hospedaba en su casa, aunque sí la primera desde que le confesó sus sentimientos.

Sin poder volver a conciliar el sueño, salió de la cama y se marchó al exterior en silencio. Lumine había dispuesto un paisaje artificial que se asemejaba al bioma de Liyue, en altas montañas entre nubes. Antes, la decoración al estilo de Inazuma ocupaba todo el mundo de la tetera. Se preguntó si ella se había molestado en cambiarla sólo por él. Encontró un sitio donde sentarse y trató de relajarse mientras miraba el cielo, pero le resultó imposible descansar debido a los recuerdos y preocupaciones que lo azotaban sin tregua. Tras unos minutos, percibió la presencia de Lumine aproximándose y pronto sintió como ella lo abrazaba por la espalda. 

—¿Estás bien? —preguntó ella. 

—Quería despejarme un poco. ¿Te he despertado?

—No, pero tenía un mal presentimiento y cuando he ido a tu habitación, no estabas.

Él se arrepintió de haber salido esa noche, pues no quería preocuparla.

—Sólo era un mal sueño. No tiene importancia, volvamos dentro —dijo Xiao mientras se levantaba.

Al entrar en la casa, Lumine se detuvo de forma repentina. Durante toda la visita de Xiao, había dudado si pedírselo, y entonces decidió hacerlo.

—Xiao, quiero dormir a tu lado esta noche. ¿Te gustaría?

Su pregunta pareció pillarlo desprevenido, y lo hizo dudar por un momento hasta que asintió.

—Si eso es lo que deseas, está bien.

Él también había querido descansar a su lado, pero, a pesar de que sabía que Lumine tenía una insólita resistencia a su karma, la idea de que le terminase dañando todavía lo asustaba. 

Cuando llegaron a la habitación, se tumbaron juntos en la cama, y al ver que el rostro de Xiao aún mostraba incertidumbre, Lumine tomó su mano bajo las sábanas. 

—Puedes contar siempre conmigo —dijo ella—. Velaré por ti para que tengas buenos sueños.

Xiao estrechó con suavidad su mano en respuesta y con rapidez se la llevó a los labios. La dulzura de aquel beso sobre el dorso de su mano la inundó de ternura, y tras alejarse, él le dedicó una sonrisa.

Con la reconfortante compañía del otro, pronto se sumergieron en un profundo sueño. Esa noche, Xiao sintió una paz que no había experimentado en mucho tiempo. El campo ya no estaba lleno de muerte, sino que fue cubierto de blancas flores. En frente de él, Lumine sonreía y lo sostenía de la mano, tirando de él para adentrarse juntos en el frondoso mar de flores.

Chapter 3: Comida

Chapter Text

Lumine se encontraba en la cocina preparando el desayuno cuando Xiao entró por la puerta. 

—Buenos días, Xiao —lo saludó ella.

Soltó los utensilios de cocina para acercarse a él y dejar un pequeño beso en sus labios. Él le dio los buenos días y le preguntó si necesitaba ayuda.

—Ayúdame a hacer la comida para hoy, que luego voy a salir.

Cocinar juntos se había convertido en un hábito. Xiao sabía manejarse bien, pero anteriormente lo había considerado un proceso tedioso y prefería no molestarse. Gracias a Lumine, él le estaba tomando el gusto poco a poco, pues disfrutaba de poder colaborar junto a ella y hacerla feliz al mismo tiempo.

Ella le enseñaba a preparar nuevos platos de todas las partes del mundo, y si bien no todas las recetas eran de su agrado, apreciaba que ella las compartiese con él.

Bajo sus instrucciones, Xiao cortó y mezcló los ingredientes necesarios. Tras terminar de cocinar, fueron a desayunar juntos. Se sentaron en la mesa y tomaron tofu de almendras, té y unos dulces típicos de Mondstadt. Xiao nunca se cansaría de probar una y otra vez de la comida que Lumine le ofrecía, se sintió reconfortado por la textura familiar y el delicioso sabor.

Ella le contó que ese día tendría que ocuparse de unos encargos y regresaría a casa por la tarde. Xiao debía marcharse también. Mientras estuviese en el mundo adéptico de Lumine, no podía vigilar Liyue. 

Estar con ella en su casa y compartiendo momentos cotidianos se sentía como un sueño irreal. No había peligro ni muerte, sólo la calidez y el amor de ella. No estaba seguro de si sería capaz de acostumbrarse.

Al terminar de desayunar, recogieron los platos y fueron a prepararse para el día. 

—Prométeme que tendrás cuidado hoy —dijo él—. Si te encuentras en cualquier situación complicada, no te contengas y di mi nombre. Sin importar dónde te encuentres, llegaré enseguida para ayudarte.

—Lo prometo. Ten cuidado tú también, ¿de acuerdo? —respondió Lumine, rodeándole el cuello con sus brazos.

Xiao asintió. Cerró los ojos e inclinó la cabeza para posar sus labios sobre los de ella mientras la abrazaba. Podrían haberse pasado todo el día con sus intercambios afectuosos, pero no podían olvidar sus responsabilidades. Se despidieron y emprendieron rumbo a sus diferentes destinos, impacientes de que llegara el momento en el que volviesen a reencontrarse.

 

Al día siguiente Lumine despertó más tarde de lo habitual. El día anterior había tenido que encargarse de unos asuntos que implicaban desplazarse entre tres regiones distintas y al regresar a casa cayó rendida en la cama. Al mirar el reloj, que marcaban las doce, se lamentó de haber perdido toda la mañana. Si se daba prisa, aún podría completar sus comisiones diarias para tener la tarde libre.

Se dirigió al comedor y se llevó una sorpresa al ver que una cantidad abundante de platos típicos de Liyue cubrían la mesa. Al notar que ella se había despertado, Xiao salió de la cocina con más platos en las manos.

—Buenos días, Lumine. ¿Has dormido bien? —dijo él, y se acercó para darle un beso en la mejilla.

—Estaba tan cansada que dormí de un tirón —Lumine miró el banquete frente a ella—. ¿Puedo comer?

—Sí, come lo que quieras. Lo he hecho para ti.

Se sentaron enfrente del otro en la mesa y ella empezó a comer. Xiao había mejorado mucho últimamente con la cocina, todos los platos le resultaban deliciosos. A diferencia de ella, él no comía, y Lumine podía sentir la mirada expectante de él con cada bocado, quien estaba atento a sus expresiones. 

—Gracias, sabe todo muy bien —dijo ella. 

Pensó que podría acostumbrarse a levantarse así cada día.

—¿Cuál te gusta más? —preguntó Xiao.

Lo cierto es que a Lumine le gustaba todo lo que él le había preparado, pero intentó decantarse por algunos platos. Él la escuchaba con curiosidad, intentando aprender sus preferencias culinarias.

Una vez que Lumine estuvo saciada, Xiao se encargó de recogerlo todo. Había sobrado mucha cantidad y la guardaron para los siguientes días.

—¿Por qué decidiste preparar tanta comida? —preguntó Lumine después de que ambos se levantaran de la mesa.

—Cuando estaba a solas, una idea cruzó mi mente. Desde que nos conocemos, has estado haciendo cosas por mí, así que estuve pensando qué podía hacer yo también por ti.

Xiao sabía que Lumine lo hacía todo de forma desinteresada, nunca había conocido a una persona tan bondadosa como la viajera, y antes de que ella pudiese contestar que ya era feliz sólo con estar con él, continuó hablando.

—Se me ocurrió que si cocinaba para ti, podría ofrecerte el mismo sentimiento que tú me das con tu comida. No estaba seguro de cual te gustaría más, así que hice varios diferentes.

Ella sonrió y se lanzó a sus brazos con alegría, diciéndole cuánto lo quería. Xiao pensó que el esfuerzo había merecido la pena sólo por poder verla así.

—¿Estarías dispuesto a volver a hacerlo más veces?

—Siempre que tú quieras —respondió Xiao, y la estrechó más contra él. 

Lumine permaneció abrazada a él por un largo tiempo, apreciando cada segundo junto a él. No importaba las adversidades a las que tuviesen que enfrentarse en el futuro, al final estarían juntos y harían lo posible por lograr la felicidad del otro.