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Speak now

Summary:

Sirius Black se va a casar pero no es con Remus Lupin y eso es algo que no puede pasar. ¿Remus podrá hablar ahora o tendrá que callar para siempre?

Notes:

(See the end of the work for notes.)

Work Text:

I hear the preacher say, "Speak now or forever hold your peace"
There's the silence, there's my last chance
I stand up with shaky hands, all eyes on me
Horrified looks from everyone in the room
But I'm only looking at you...

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Has sido cordialmente invitado a la boda de

Sirius & Marlene

Te esperamos este viernes 7 de julio del 2023

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La invitación llegó por la mañana y Remus aún no logra leer más allá de la fecha. No había estado en su departamento para recibirla pero la colocaron dentro del pequeño casillero destinado a su correo en el edificio donde vive. La cosa es: Remus realmente no recibe mucho correo a menos que sean paquetes pedidos por internet, los cuales no suelen caber en el pequeño espacio destinado a cartas así que cuando Mary, la recepcionista, se lo mencionó estaba tan sorprendida como él.

— Nunca te llega nada — dijo ella, una sonrisa socarrona se abrió paso en sus labios y Remus rodó los ojos.

— Que observadora — murmuró con sarcasmo y caminó hasta su casillero para abrir con la pequeña llave. Remus suspiró tomando el único sobre ahí. Demasiado grande para ser una carta normal y de color negro con letras plateadas. Remus J. Lupin. Frunció el ceño y observó el sello de cera. Había en él una S y una M talladas, lo que no dio a Remus mucho para pensar — Pretencioso — dijo más para él que para Mary, quien seguía observando con curiosidad.

— ¿Y bien? — preguntó con impaciencia mientras Remus rompía el sello para ver de qué se trataba la carta. Observó con atención y rápidamente numeró dos cosas: La primera, era una invitación a una boda, no una carta; la segunda, la boda era de Sirius Black. — ¿Remus? ¿Estás bien?

Definitivamente todo el color tuvo que haber abandonado su rostro para tener a Mary así de preocupada. Remus solo negó mientras guardaba la invitación en el sobre de nuevo. — Dirección equivocada — dijo con simpleza y se apresuró a guardar el papel en su bolso — ¿Sabes, Mary? Tengo que revisar un par de ensayos, nos vemos mañana — sin decir más, Remus se apresuró a subir las escaleras hasta su departamento y tal vez cerró la puerta con más fuerza de la necesaria.

Sirius Black... boda... 7 de julio del 2023. Remus tomó aire y observó el calendario, faltaba casi una semana. Eso lo lleva al presente, donde son casi las 3:00 a.m. y no puede dormir ni revisar los ensayos que no eran exactamente una mentira para escapar del interrogatorio de Mary. Está acostado en su cama, viendo el techo y sigue viendo de reojo la invitación que se mantiene en la cómoda al lado de él para poder torturarse una y otra vez.

Remus no tiene derecho a estar molesto y Sirius no tiene derecho a hacerlo sentir de esa forma porque hace casi seis meses que no están juntos. Pero, ¿de verdad no tiene derecho a estar molesto? Porque una boda no es un paso que das con alguien a menos que estés seguro y, hasta hace seis meses, Remus pensaba que ese paso era uno que daría con Sirius en el futuro.

Estuvieron en una relación por casi tres años y se conocen desde los doce. ¿Es realmente su error el haber creído que conocía a Sirius? Remus ni siquiera le pidió explicaciones cuando él decidió terminarlo todo, fue paciente; dejó de enviar mensajes a Sirius y se tomó en serio los consejos de James y Peter sobre darle tiempo al tiempo. Era lógico, pensaba Remus, que sus dos mejores amigos estaban entre la espada y la pared pero nunca pensó en que el tiempo significaba Sirius avanzando rápido y él permaneciendo estancado.

Permanece en la cama sin poder leer más allá de una estúpida fecha porque su mundo corre peligro de desmoronarse de nuevo y eso no va a ayudar a nadie. No puede evitar sentir que la impresión inicial le abre paso a la furia en sus venas. Burbujea de una forma extraña, algo que Remus nunca había experimentado y que de cierta forma no puede entender cómo, pero lo invade cada vez más y lo llena de energía. Está a punto de tomar la invitación de nuevo cuando el despertador empieza a sonar y cae en cuenta de que no ha dormido en toda la noche. 7:30 a.m. su cuerpo y su mente le piden a gritos que haga algo.

Remus Lupin sale del edificio, invitación en mano, a las 8:00 a.m. después de una taza de café y un shot de tequila para hacer lo que tal vez sea un grave error que necesita cometer porque Sirius Black no va a quedarse con el gusto de haberle enviado la invitación a su boda después de romperle el corazón. No va a quedarse con ambas cosas.

...

Black enterprises queda a casi media hora de su departamento caminando y definitivamente no es su mejor decisión pero valdrá la pena, más vale que valga la pena. Casi tropieza con el desnivel para subir al elevador pero logra presionar el botón del piso siete, lo hace casi por inercia después de haber pasado todo el último año de su relación con Sirius escabulléndose ahí.

Cuando las puertas se abren, Remus se aproxima al mostrador donde hay un chico que teclea en su computadora mientras responde a una llamada. Está por hablar cuando Remus lo hace primero.

— ¿Dónde está Sirius? — Cuestiona y el chico lo observa confundido. — Tu jefe, Sirius Black. ¿Dónde demonios está?

— El señor Black está ahora mismo en una junta importante, ¿tiene una cita con él? — El contrario revisa con un ceño de preocupación lo que debe ser un listado de las citas pendientes de Sirius. Remus rueda los ojos desesperado y busca con la mirada entre las salas de junta que estúpidamente tienen paredes de cristal.

Su corazón da un vuelco por un momento cuando lo ve. Sirius habla para un grupo de personas que están sentadas en una mesa frente a él; hay una pizarra en la que hay gráficas y se gira para anotar algo sobre una de ellas mientras explica con entusiasmo. Sirius Black no está hecho para una oficina donde sus ideas son recibidas por asentimientos rígidos.

Es un idiota, se recuerda antes de dirigir su atención de nuevo al estresado jóven frente a él.

— Sí — responde alzando los hombros y empieza a caminar mientras el chico sale del mostrador y lo toma del hombro. No le es difícil sacudirse la mano del desconocido y continuar su camino; no es problema de Remus que los Black no piensen en la seguridad de sus empresas así que continúa su camino.

Y es entonces cuando algo parece captar la atención de Sirius porque se gira levemente y sus ojos se encuentran con los de Remus. Hay primero una especie de sorpresa y confusión que no puede distinguir bien, luego hay preocupación y un ceño fruncido invadiendo su rostro. Sirius da una sonrisa nerviosa a las personas, algunas ya se han volteado a verlo y parecen confundidas y ofendidas ante Sirius saliendo de la sala para encontrarse con él.

— Moon- Remus, ¿qué estás haciendo aquí? — cuestiona entre dientes y trata de tomarlo del brazo con cuidado. Moony. Estúpido Sirius, creyendo por un segundo que aún tiene derecho a decirle así.

— Señor, traté de detenerlo... — el chico de la recepción empieza a hablar apresuradamente y Sirius enfoca su mirada en él. Remus se sentiría mal por el chico pero sabe que no va a meterse en problemas con Sirius por esto, al menos eso espera.

— No importa — interrumpe y toma aire — vuelve a tu puesto — dice con la clase de tono que no acepta discusión. El chico asiente y se voltea para irse sin más. Sirius vuelve de nuevo su mirada a Remus quien por un momento quiere olvidarlo todo y besar al hombre frente a él, asegurarle que lo que sea que haya pasado aún se puede arreglar. — Remus — llama con un ligero tono de impaciencia que le recuerda lo desesperado que está por matar a Sirius Black.

— Felicidades por tu boda — dice como una ocurrencia tardía y Sirius parece aún más confundido, sus labios levemente separados se vuelven una fina línea. — Pudiste darme la invitación en persona, claro pero no fue una sorpresa que no lo hicieras. Ese eres tú, ¿no? Sin dar explicaciones — añade y golpea su pecho con el cartón que se ha arrugado debido a que su puño ha ejercido presión sobre él.

— Remus... — se queda callado mientras la toma y está por decir algo más cuando Remus habla primero.

— ¿En qué estabas pensando? No necesito ir a tu estúpida boda para entender que se acabó, Sirius.

No necesito ver como tú avanzas y yo no.

— Remus, yo no envié esa invitación — suelta Sirius de la nada y Remus se paraliza.

Oh.

Eso solo hace que las cosas sean peores. Si Sirius no envió esa invitación significa que Remus ya no es importante en su vida; al menos no como para envíarle la estúpida invitación a su estirada boda perfecta.

— Yo no... no creí que quisieras ir. No creí que fuera correcto enviarla y no sé cómo pasó pero lo lamento, de verdad, lo último que quiero es molestarte o...

— Aléjate de mí. — Remus espeta y Sirius guarda silencio, asintiendo lentamente.

Hay una especie de expresión de dolor que se abre paso en el rostro de Sirius pero no pasa ni un segundo antes de que logre deshacerse de ella y el gesto de dureza que todos los Black poseen se instale en él. Remus conoce esa mirada, la diferencia es que nunca había sido dirigida a él.

— Sí, es lo que trato de hacer — sostiene la invitación en su mano y la mueve levemente para dar énfasis. — Creo que conoces la salida — suspira y acomoda su traje antes de voltearse para volver a su sala de juntas, tirando el arrugado pedazo de cartón en el cesto de la basura colocado en la entrada.

...

Remus acepta su parte de la culpa. Buscar a Sirius fue una decisión apresurada y fue un error. Sigue sin saber qué esperaba pero sabe que no lo ha conseguido y duele. Duele cada vez que recuerda que Sirius ni siquiera lo quería en la boda y duele saber que Sirius se va a casar. No hay un punto medio para el dolor que se instala por su cuerpo porque los corazones rotos suelen dejar que el dolor se disperse por todas partes.

Tiene llamadas de James y Lily; mensajes de Peter, le dice a los tres que no está de humor para hablar y está decidido a dejar que la tristeza lo consuma cuando un golpe en la puerta lo hace fruncir el ceño. — Dije que no quiero hablar, váyanse — supone que son James y Peter, tal vez solo uno de ellos y apuesta a que es James porque nunca ha sabido respetar el espacio de las personas pero cuando la única respuesta es un segundo toque en la puerta, Remus decide abrir.

Al verlo, como prueba de su caída a la locura, cree que es Sirius. Todo cabello negro y piel de porcelana pero no, la persona frente a él tiene casi dieciséis años y guarda un enorme parecido físico con su ex novio porque es su hermano menor.

— Regulus, ¿qué haces aquí? — Pregunta y cierra los ojos esperando que sea una broma, quiere que el adolescente frente a él desaparezca. Es como tener a un Sirius en miniatura ahí.

— Hola a tí también, Remus — el contrario entra al departamento y Remus voltea a verlo con impaciencia — James me trajo — alza los hombros — Ahora, veo que recibiste mi invitación y tomaste una decisión... extraña al respecto — añade dando cierto énfasis en la palabra "extraña" y Remus resopla con sorpresa.

— ¿Fuiste tú? Regulus, ¿qué mierda? — Cuestiona — Fuí a buscar a Sirius por culpa de esa invitación, ¿por qué hiciste eso?

— ¿No es obvio? — Rueda los ojos como si Remus fuera idiota y no viera el elefante en la habitación.

— No, no es obvio. Las personas se separan por algo y cuando consiguen parejas nuevas, no se supone que se interfiera en eso así que no, perdóname, pero no entiendo por qué recibí una invitación de tu parte para la boda de Sirius.

— Porque no puedes dejar que lo haga — Regulus le dice — No sé qué pasa realmente pero esa boda es una estupidez. Hasta James lo sabe, lo escuché hablando con Sirius sobre eso y cuando le pedí que me trajera aquí, no se negó así que eso dice mucho.

— Sí, bueno, el corazón quiere lo que el corazón quiere — responde con sarcasmo y se acerca a la puerta para abrirla más y que Regulus se vaya. — Tu hermano me dejó muy claro que no quiere verme y que no me ha invitado a su boda. Mira, Reg, sé que crees que entiendes pero...

— ¡No! ¡Tú crees que entiendes, Remus! — interrumpe y lo ve fijamente. Remus puede ver en él a Sirius cuando tenía su edad, es como tener a ese chico furioso y lleno de energía de nuevo frente a él; eso lo obliga a escuchar. — No tienes idea de cómo es en verdad. Lo están obligando a hacerlo y no tengo idea de con qué cómo para hacerlo renunciar a tí pero conozco a mi hermano, no es feliz. No está bien, solo se mantiene en pie porque necesita hacerlo y mis padres están arruinando su vida.

Si Remus lo piensa bien, puede ver en su recuerdo cegado por la furia a Sirius perfectamente peinado, con un traje hecho a la medida que de todos modos parecía verse algo flojo y ojeras mal disimuladas debido al contraste con la piel sumamente pálida. No pensó en esos detalles, estaba ocupado tratando de sacar su molestia de él para avanzar además que esas señales podrían adjudicarse fácilmente al estrés por la boda.

— Sé lo que hiciste hoy. Está sufriendo y tú igual pero aún pueden ayudarse.

— Regulus, sea como sea, él terminó conmigo. No hay mucho que yo pueda hacer — admite viéndolo y el chico casi sonríe traviesamente, chasqueando la lengua como si supiera algo que Remus no.

— ¿Seguro? — Pregunta. Remus tiene que dejar de ver a Sirius en Reg o va a enloquecer. Tienen la misma mirada emocionada por romper un par de reglas. — ¿Y si te digo que se me ocurre algo?

— Honestamente, me asustan tus ideas — asiente y el chico bufa ofendido.

— Lupin, prepárate. Vas a interrumpir una boda.

...

El día llega y Remus no tiene idea de lo que está haciendo. Está escondido en el fondo de una iglesia mientras observa a todas las personas entrar y salir con detalles de último minuto. Regulus está sentado al frente junto con Walburga y Orion Black. Toda la familia Black está sentada en el lado derecho de la iglesia y el lado izquierdo permanece destinado a los McKinnon. De cualquier forma, Remus logra pasar desapercibido para un Sirius que mantiene la mirada fija en el suelo y solo sonríe de vez en cuando a la cámara.

Se ve perfecto. Perfecto e infeliz.

Los padres de Marlene y los de Sirius charlan como si estuvieran en una junta de negocios en vez de estar en una boda. Remus cree que los invitados están ciegos como para no notar que todo está arreglado pues a su alrededor solo escucha charlas sin sentido sobre lo afortunado que es Sirius por tener una novia tan hermosa o lo feliz que debe estar Marlene por "pescar" al heredero de los Black.

James toma su lugar al lado de Sirius como su padrino y hay una chica de tez negra que no reconoce, está de pie al lado contrario para esperar a que entre la novia. Remus ni siquiera es consciente de que la marcha nupcial empieza hasta que todos se levantan y su vista se ve bloqueada. Marlene es hermosa, tiene el cabello atado en un moño y algunos mechones se escapan del peinado, su vestido es precioso, lleno de encajes y pedrería. Sirius está sonriendo pero esa felicidad no está ni un poco cerca de llegar a sus ojos. Ellos toman sus manos y Remus nota que Marlene sonríe con cariño, no con amor. Eso lo hace sentir un poco menos culpable por lo que está a punto de hacer.

Las ceremonias religiosas son demasiado largas para su propio bien, es lo primero que Remus piensa para distraerse del nudo que se está formando en su estómago con cada minuto que pasa. Él ve como Sirius pone un anillo en el dedo de Marlene, ve sus manos temblar y la forma en que parece tan feliz e infeliz al mismo tiempo porque Sirius Black es el mejor actor que Remus conoce y está a punto de tirar todo el plan al caño cuando ve a Lily salir discretamente del recinto, esa es la señal para Remus de estar atento a las palabras del sacerdote.

— Si hay alguien aquí que se oponga a esta boda, deberá hablar ahora o callar para siempre.

Remus se levanta. No lo piensa ni un segundo antes de hacerlo, ni siquiera porque sus manos tiemblan y las miradas de horror ante su atrevimiento son como dagas que se encajan en su pecho. Pero es Sirius quien importa, Sirius cuyo rostro es un poema y cuyos ojos llenos de sorpresa parecen brillar ahora con esperanza. James muerde su labio inferior para contener la sonrisa ganadora que ya está irrumpiendo en su rostro; Marlene está sorprendida pero observa a Sirius con un gesto divertido que parece decir "lo sabía"; y Regulus, Regulus tiene que ser en definitiva el peor porque le hace una descarada seña a Remus con ambos pulgares arriba, no se molesta en ocultar su alegría.

— Sirius — el siseo de Walburga Black llena el lugar que por un momento parece estar en pausa mientras Remus se abre paso hasta el frente sin perder por un segundo los ojos de Sirius. Ambos están frente a frente y Remus toma su mano.

— Vámonos, Sirius — pide y él da un paso al frente, observando sus manos. — Si me equivoco, dímelo, pero si aún me amas tanto como yo te amo, ven conmigo.

— Sirius Orion Black, te lo advierto. No volverás a verlo. — Walburga está de pie, sus fosas nasales se abren con cada respiración furiosa que da y la realización parece golpear a Regulus quien se levanta de su asiento.

— Te buscaré, Sirius. Voy a estar bien — se apresura a decir y Sirius voltea a ver su hermano como si dejarlo fuera perder una parte de sí mismo — No puedes ser infeliz por mí, no lo voy a permitir.

— Reggie...— Remus empieza a entender lo que ahora parece tan obvio. Lo único que ataba a Sirius a esa boda era la amenaza de no volver a ver a Regulus.

— El chico interrumpió una boda por tí, vete ya — exige el menor. La mano de Sirius tiembla por un momento, enlazada con la suya, luego el agarre se vuelve fuerte. El asentimiento es todo lo que Remus necesita para jalar a Sirius más cerca de él y la sonrisa que se dibuja en su rostro le hace saber que la decisión que tomó fue la correcta.

— ¿Vas a venir o no? — Sirius se voltea para ver a Marlene de forma significativa. La chica suelta una carcajada mientras asiente con diversión y toma la mano de la dama de honor que se ve sorprendida. Lo único bueno de los Black y los McKinnon es que ambas familias desean tanto mantener su imagen que nadie interfiere en su camino por miedo a causar una escena más desastrosa que esta.

— Vamos, Dor. La felicidad nos llama — la jala para que ambas puedan irse y Sirius alza los hombros con culpabilidad antes de tomar la delantera y jalar a Remus para obligarlo a correr. Tras ellos van las dos chicas y James que ya está gritando de emoción. Todos salen de la iglesia donde Lily Evans espera al volante de una limusina.

— ¿Se quieren apurar? Literalmente robé esto, chicos — admite impaciente con Peter como copiloto. Todos entran de golpe al lujoso auto y Remus está seguro de que Lily Evans nunca ha conducido más rápido que en ese momento.

Remus voltea a ver a Sirius y él parece no creer en lo que está pasando. Su sonrisa es enorme y cuando sus ojos se encuentran, la felicidad está ahí. Sigue pareciendo irreal incluso cuando Sirius lo besa. Es emocionante, es como si fuera el primer beso en su vida que significa todo y Remus está seguro de que no quiere soltar nunca a Sirius. Quiere que su mano se quede siempre en su cintura y quiere pasar sus dedos por la unión entre su cuello y el hombro para encontrar su nuca hasta que pueda asegurarse que están tan cerca como es posible.

Lo que al inicio parecía un plan ridículo es ahora un nuevo inicio. Un inicio para lo real.

Notes:

Hola, holaaa
Estoy de vuelta con algo Wolfstar x Taylor Swift pero sin volverlo todo angst así que lo considero un gran paso! JAJAJA En fin, no olvides dejar kudos y comentarios con tu opinión, me encantaría leerlo<3
Besos, Ann