Chapter 1: La suerte de la mala suerte
Notes:
Heya (^∇^)ノ
Tal vez no sea muy relevante para la historia, pero por si acaso debo avisar de que estoy escribiendo esto poco antes de que salga el parche 4.0 (la integración de Fontaine).
Además, tengo pensado que esta historia será bastante tranquila en comparación a las demás. Quiero hacer algo más relajado, más simple y más lindo.
En otras palabras, algo que no empeore mi estabilidad emocional ಥ_ಥ
En fin, espero que lo disfruten ✨
(See the end of the chapter for more notes.)
Chapter Text
Bennett estaba cansado, ya llevaba al menos 13 horas atrapado en ése dominio. Su mala suerte le había dado otro mal trago cuando una de sus pocas salidas, la más segura y rápida, había sido bloqueada por un fallo desconocido.
Cada vez que intentaba ir por otro lado terminaba en un callejón sin salida o se encontraba con un grupo de monstruos del tamaño suficiente como para saber que no podría vencerlos solo. Y para colmo, sus provisiones se estaban agotando. Definitivamente ése día no era un buen día para ser Bennett, pero no se dejaría vencer fácilmente. Estaba cansado, sí, pero rendirse no estaba en su vocabulario.
Tomó varios descansos para guardar energías, aunque no lograba encontrar muchos lugares cómodos en donde relajarse. Al menos era lo suficientemente silencioso y precavido como para no llamar la atención de ningún monstruo o enemigo. Al parecer su mala suerte podía ser piadosa con él de vez en cuando, y Bennett lo agradecía.
Después de evadir a un par de Lawachurls, con bastante dificultad, pudo sentir una suave brisa. ¿Era acaso el Arconte Anemo que le hablaba para bendecirlo con buena suerte eterna? No, pero si era un mensaje de que había una salida cerca. El chico se emocionó y anduvo a paso veloz hacia el lugar de dónde provenía el viento, pero en el momento en que vio la tan deseada salida de aquel lugar, también vio un grupo alarmantemente grande de miembros Fatui reunidos.
Bennett no pudo evitar maldecir en su mente, pero rápidamente se arrepintió porque sabía que podría ser mucho peor, al menos había una salida y los Fatui no podrían quedarse ahí por siempre... ¿verdad? Soltó un ligero suspiro mientras se escondía detrás de unas cajas. Por el momento tocaba esperar a que sucediera algún cambio que le diera la oportunidad de escapar.
—¡¡¡Atención todo el mundo!!! ¡Dejen sus pláticas inútiles y presten atención!
Ése llamado, por parte de quien parecía ser el jefe del grupo, le tomó un poco por sorpresa ya que se escuchaba muy cerca… Terriblemente cerca.
—¡Acérquense! Es hora de poner a todos al tanto de lo que está por pasar en Mondstadt y Liyue.
Bennett escuchó un montón de pasos que se acercaban al lugar en donde se escondía. Nadie pareció darse cuenta de su presencia. Eso era bueno, aunque tampoco podría alegrarse mucho porque el más mínimo movimiento delataría su posición.
—Bien. Cómo sabrán, muchos miembros de altos cargos hemos estado más ocupados de lo normal en los últimos meses y es porque hemos logrado elaborar un artefacto bastante poderoso que nos permitirá llevar a cabo nuestro plan de ataque a ambas ciudades al mismo tiempo.
Bennett abrió mucho los ojos. ¿Tanto era así? ¿Qué clase de artefacto podría darles tal poder? El chico no tuvo ninguna duda de que debía prestar atención.
—Ése artefacto se llama "Desestabilizador de energía elemental", es bastante obvia su función, pero lo explicaré de todas maneras para evitar preguntas estúpidas en el futuro. Básicamente lo que ése artefacto puede hacer es desactivar las Visiones dentro de cierta área.
En cuanto se pronunciaron ésas palabras se hizo la conmoción; el lugar se llenó de susurros y de diversas reacciones tanto asombradas como dudosas. Bennett fue parte de ellas, pero gracias a que el ruido era general no llamó la atención.
—Ha sido un trabajo difícil, por decirlo menos, que ha llevado meses de preparación. Incluso el mismo Heraldo Dottore ha tenido dificultades para continuar con el proyecto, pero debemos agradecerle a un antiguo estudiante de la Academia por facilitarnos el procedimiento.
La mente de Bennett se llenó de preguntas: ¿un estudiante de la Academia? ¿De qué manera alguien así pudo haber ayudado tanto a los Fatui? ¿Qué ganaría formando alianzas con ellos? Y no fue el único; uno de los soldados no dudó en externar sus dudas:
—¿Un estudiante de la Academia? ¿No es riesgoso involucrarnos con esa gente al estar en tan constante contacto con la matra?
—Lo sería si no fuese porque el artefacto fue idea suya —hubo sorpresa general—. Evidentemente iba a mantener su proyecto en secreto de la matra, pues por obvias razones no recibió el apoyo de sus superiores. Por suerte los Fatui pudimos contactarnos a tiempo con él y le ofrecimos nuestra ayuda a cambio de permitirnos usar ésa tecnología, aceptó con la condición de ser alto participe en su proyecto, pero para su mala suerte fue descubierto y capturado por la matra.
»Nosotros tuvimos la suerte de escapar y escondernos antes de que pudieran dar con nosotros, pero tuvimos que crear los artefactos desde cero. Sin el cerebro principal de la operación fue jodidamente difícil terminar a pesar de nuestros avances, pero finalmente ha llegado el día en que logramos terminar el proyecto, finalmente podremos atacar.
Bennett se tapó la boca con ambas manos, ahogando un pequeño grito de sorpresa. ¿Iban a atacar Mondstadt? ¿Ahora? ¿Con un artefacto que desactiva Visiones? ¿Por qué? ¿Qué querían lograr?
—Tenemos un mes para terminar con los preparativos y entre ellos hay un…
Desafortunadamente ni Bennett ni los demás miembros Fatui pudieron saber qué preparativos faltaban, ya que un feroz rugido resonó por las paredes de la cueva; al voltear, todos lograron vislumbrar cómo un par de Dragartos Geo habían aparecido de la aparente nada y ahora estaban dispuestos a atacar a cualquiera que se atreviera a estar en su camino. Y no era todo, estaban bloqueando la única salida del lugar.
Bennett pensó con cierto disgusto que su mala suerte no podía ser más oportuna, ni siquiera cuestionó cómo tales monstruos habían llegado ahí siendo que el dominio no estaba tan cerca de Liyue. Pero, en cierta parte, estaba agradecido ya que al menos había logrado escuchar los planes de los Fatui y así tendría la oportunidad de alertar a la ciudad. Aunque primero lo primero: necesitaba salir de ahí.
La vida le había enseñado a enfrentar su mala suerte de frente, sin dudar y con toda fuerza, pues mientras no conociera el motivo de ésta, nunca lo dejaría sin importar qué tan bien o mal preparado esté. En esta ocasión él sí que estaba preparado, lo estaba desde que entró al dominio y supo que podría terminar perdiéndose por días ahí dentro; y ahora que tenía una posible salida no se detendría por nada.
Miró a los monstruos; gracias a su posición estaba fuera de su vista y alcance pero no mostraban ninguna intención de querer moverse de su sitio, ni siquiera todo el grupo Fatui que se había dispuesto a defender su área parecían poder moverlos. En realidad ése no era un verdadero problema para Bennett, tanto él como cualquiera que tuviera el valor de pelear a su lado sabía que el chico poseía una inmensa fuerza con la que era capaz de lanzar literalmente a cualquier enemigo al aire, la única desventaja era que Bennett usualmente también salía volando por la fuerza de la explosión, pero desde que ayudaba al Viajero con sus aventuras ya no pasaba tan seguido.
Trató de pensar en alguna otra alternativa pero no encontró ninguna. No había modo, debía utilizar su fuerza para hacer caer a los monstruos aunque eso significara revelar su presencia a los Fatui y mostrarles que había escuchado absolutamente todo. Suspiró, era eso o dejar que Mondstadt y Liyue fueran atacados.
Tomó su espada y sin duda alguna se dirigió directo hacia los Dragartos, los cuales habían logrado vencer a una cantidad considerable de Fatui, o al menos dejarlos incapacitados. Bennett aprovechó que seguían concentrados en sus enemigos cercanos para comenzar a cargar su habilidad.
—¡Hey! ¿Quién es ése?
—¿Qué hace aquí?
—¡Intruso!
—¡Concéntrate idiota!
—¡Cuidado!
Bennett ignoró todas las voces y se preparó para el impacto.
—¡Fuego!
Una gran explosión Pyro surgió al momento en que la espada de Bennett tocó el suelo mandando a volar a ambos Dragartos y a todo miembro Fatui cercano a la zona de impacto, siendo Bennett el único que logró soportarlo.
—¡Sí! ¡Lo logré!
Aprovechó que su explosión creó una abertura entre los Dragartos y se coló por ahí, corriendo sin molestarse en mirar atrás. Si algún enemigo lo seguía o no, era irrelevante; lo primero que debía hacer era avisar lo antes posible a cualquier miembro de los Caballeros de Favonius sobre el ataque. La ciudad debía ser alertada.
◈ ━━━━━━━ 狼 ━━━━━━━ ◈
Para Razor aquella mañana era bastante tranquila.
Fue despertado por unos ligeros mordiscos en sus orejas, provocados por uno de sus hermanos lobo que quería despertarlo, apenas el chico comenzó a moverse, sus hermanos no dudaron en atacarlo y llenarlo de besos en todo el rostro hasta que, entre pequeñas risas, se enderezó. Adoraba que lo despertaran de ésa forma, pues a veces seguía teniendo malos sueños sobre el momento en que obtuvo su Visión o en donde perdía a su Lupical y a sus amigos, el despertar lleno de besos de sus hermanos era una forma bastante bella en la que se daba cuenta de que todo era tan solo un mal sueño.
Se tomaron un rápido baño nadando en el río cercano a su hogar pues el día aparentaba ser bastante caluroso. Apenas Razor había terminado de ponerse el pantalón cuando un olor conocido llegó tanto a su nariz como a la de sus hermanos. Algo... no, alguien se acercaba a toda velocidad hacia donde estaban.
Usualmente se pondrían a la defensiva, pero estaban tan familiarizados con ése olor que sólo se pusieron un poco alerta, y es que ese olor estaba acompañado de una sensación que le dio muy mala espina a Razor: Bennett sentía miedo. Inmediatamente pensó que estaba siendo perseguido, por lo que se aproximó un poco hacia donde parecía que Bennett se aproximaba, logrando verlo unos segundos después.
Razor rápidamente notó que nadie lo estaba siguiendo, lo cual lo alivió, pero aún se sintió confundido del por qué uno de sus mejores amigos estaba tan alarmado, Bennett también logró divisar a su amigo, a lo que levantó el brazo para llamar su atención.
—¡Razor! ¡Espérame! ¡No te muevas! ¡Tengo algo muy importante que contarte! ¡Hay peligro!
La palabra "peligro" volvió a alertar a Razor, al mismo tiempo que su confusión aumentó. ¿Por qué había peligro? Olfateó. No encontró nada peligroso cerca
—¡Los Fatui! ¡Ellos van a…! ¡Waah!
El ataque repentino de un par de Grullas Hidromiméticas lo mandaron a volar, a lo que Razor rápidamente reaccionó y utilizó el poder de su ataque elemental para hacerlos retroceder lo suficiente como para acercarse al aventurero.
—¡Bennett! ¿Estar bien?
—S-sí, sí... Sólo me tomó por sorpresa
Dijo el desafortunado chico mientras se rascaba la nuca intentando ignorar el evidente detalle del torso desnudo de Razor. No es que no lo hubiera visto antes, incluso ya habían tenido juntos duchas en los ríos, pero últimamente había tenido ciertos sentimientos hacia su amigo que lo hacían verlo de otra forma. Sacudió su cabeza, no era momento de avergonzarse con tonterías, tenía una emergencia.
—¡Ven, vámonos!
Se levantó como pudo y tomó a Razor de la mano, volviendo a retomar su carrera mientras jalaba a su lobuno amigo, éste se dejó llevar y corrió a su lado. Ya sabía que en algún momento lo pondría al corriente y si el peligro del que Bennett parecía escapar se aparecía, él lo defendería.
Los lobos vieron como Razor estaba siendo llevado de regreso hacia el bosque, por lo que rápidamente fueron detrás de ellos con la idea de que empezarían a jugar a las carreras otra vez.
Cómo de costumbre, el aguante de Bennett duró menos que el de Razor, por lo que había empezado a detenerse hasta tumbarse debajo de un árbol, jadeando fuertemente por el cansancio.
—Bennett...
—Lo... lo siento Razor... Sólo dame… Un momento.
Obediente, Razor se sentó en el suelo y lo miró fijamente, esperando a... Bueno, lo que sea que Bennett fuera a decir. Los lobos llegaron a su lado unos momentos después, tratando de provocar a los chicos para volver a retomar la carrera. Razor les dijo que Bennett estaba muy cansado y que no podría seguir corriendo, que él lo iba acompañar un rato.
El que Razor pasara tiempo con Bennett ya no era nada nuevo para ellos, así que mientras algunos se dispusieron a seguir con la carrera y a juguetear por ahí, otros se tumbaron a su lado. Un pequeño ladrido llamó la atención de Razor quien, al voltear, vio como uno de sus hermanos traía su chaqueta en su hocico. El chico agradeció y la tomó para ponérsela, sintiéndose feliz de que aceptaran su lado humano, tanto en el ámbito de la ropa como en el de sus amigos.
—Razor.
El mencionado levantó la mirada atentamente hacia su amigo mientras se terminaba de acomodar la capucha, volviendo a tener el mismo aspecto de siempre.
—¿Sí?
—Perdona si te asusté, es solo que... ¿Recuerdas que te dije que iría a un dominio y que tal vez me tardaría unos días? Bueno, ya salí... O sea, claro que salí, estoy aquí y me puedes ver y... ¡Cómo sea! Antes de salir me topé con un enorme grupo de Fatui, ¡eran más contra los que podría pelear solo! Me escondí porque estaban cerca de la salida y quería buscar una forma de escabullirme sin ser detectado y capturado otra vez, pero mientras me escondía logré escuchar un plan malévolo que tienen: ¡planean atacar Mondstadt! ¡Usarán un artefacto muy peligroso que desactivará el poder de las Visiones! No sé por qué quieren hacerlo pero no tardarán mucho en llevar a cabo su plan, ¡tenemos solamente un mes para protegernos! Y justo ahora que una gran cantidad de los Caballeros de Favonius no están ¡la ciudad corre gran peligro! ¡Necesito ir a avisarle a la Maestra Jean! Y no solo a ella, hay que avisarle a alguien de Liyue, ¡porque también van a atacarlos!
Bennett recuperó su energía bastante rápido, por lo que comenzó a hablar con tal velocidad que tuvo que detenerse al ver cómo Razor se había comenzado a marear de tanta palabrería; si bien su lobuno amigo ya se había acostumbrado a su forma de hablar y a su energía (la cuál no se comparaba con la de Klee), en esos momentos era tanta información, tantas palabras desconocidas y tan rápidas que apenas podía procesarlas.
—Ah; lo siento, Razor, es sólo que... Bueno, en resumen, tengo que ir con la Maestra Jean y avisarle del peligro.
—Te acompaño —fue su respuesta inmediata.
—Oh, no hace falta; no quisiera interrumpir tus actividades.
—Está bien. Yo estar libre hoy.
—¿En serio?
—Sí. Vamos.
Razor inmediatamente se levantó tratando de demostrar la veracidad de sus palabras, Bennett sonrío y lo imitó.
—¡Bien! ¡Brigada Benny, en marcha!
Apenas dió un paso se escuchó un fuerte chillido de lobo seguido de un grito por parte de Bennett; resulta que el chico había pisado accidentalmente a uno de los lobos, recibiendo un mordisco en la pierna como recompensa. Bennett pasó los siguientes minutos disculpándose con el lobo mientras Razor se ocupaba de curar su herida.
Definitivamente ya no sería un día tranquilo para Razor.
◈ ━━━━━━━ 幸 ━━━━━━━ ◈
—Ya veo...
Fue la respuesta de Jean después de haber escuchado toda la historia de Bennett, que había logrado calmarse lo suficiente como para poder contarla con más coherencia, más ordenada y más tranquilo, siendo así que Razor logró entender en gran parte el riesgo en que la ciudad había caído. Aunque claro que, después de tener que esperar varias horas para poder ver a Jean, cualquiera lograría calmarse.
—Vaya, vaya. Y pensar que algo tan importante se les escapó a los miembros de la Academia —soltó Lisa con cierto interés y preocupación en su tono.
—Bien, fue una gran fortuna que hayas escuchado todo eso y logrado llegar aquí con éxito y a tiempo…
¿Tal vez la suerte de Bennett finalmente estaba cambiando? El rostro del chico se iluminó ante la idea.
—...pero no cambia el hecho de que nuestra situación es bastante complicada.
En un momento miles de pensamientos pasaron por la mente de la rubia. Tenían muchas cosas que buscar: como el escondite del Desestabilizador de energía elemental, refugios de emergencia para los ciudadanos, así como prepararse para el ataque. Apenas tenían el personal suficiente para defenderse pues, aún si le avisaran a Varka, él no lograría regresar a tiempo con todos los demás Caballeros para poder defender la ciudad; pensó por un momento en pedirle ayuda al Viajero pues su fuerza sería un gran apoyo, pero las últimas noticias que se tenían de él es que se encontraba merodeando por los desiertos de Sumeru, encontrar su ubicación exacta y pedirle ayuda tomaría mucho tiempo y tampoco podían depender de él, después de todo tenía sus propios problemas y misiones.
—Querida Jean —llamó Lisa sacándola de su cabeza—. Habrá que buscar una forma de avisar a la ciudad de Liyue sobre el ataque.
—¡Es cierto! —Se había olvidado por un segundo de que ellos no eran la única nación en riesgo.
—¡Buscaré una paloma mensajera! —Se ofreció Bennett inmediatamente.
—Me temo que no será posible —suspiró la rubia.
—¿Eh? ¿Por qué?
—Desgraciadamente las palomas han sido frecuentemente atacadas y capturadas por los Hilichurls, por lo que apenas tenemos algunas en servicio.
—Oh no, seguramente eso se deba a mi mala suerte. ¡Lo siento mucho!
—No creo que se deba a eso; no te preocupes —Jean lo quiso consolar—. En cualquier caso, tendremos que buscar una forma de enviar ése mensaje; tal vez pueda enviar a uno de nuestros Caballeros o a un comerciante...
—¡Yo puedo ir! —El explorador volvió a ofrecerse.
—Pero, Bennett, necesitamos que te quedes aquí —así como Jean jamás pensó que diría esas palabras, Bennett jamás pensó que las escucharía, incluso llegó a sonrojarse un poco—. Eres un buen explorador y conoces bastante bien a Mondstadt. Con tu experiencia sería más fácil buscar el escondite del Desestabilizador de Visiones. Es mejor que envíe a alguien más a Liyue...
—¡Exactamente por eso debo ir! Soy un explorador, puedo ir a Liyue más rápido que cualquier otro Caballero. Tambien puedo defenderme en caso de correr algún riesgo, cosa que a un comerciante se le haría difícil. Ustedes necesitaran a todos los Caballeros posibles por si llegase a haber alguna batalla. Además, Fischl también es una buena exploradora, ella puede suplantarme y ayudarlos a buscar el escondite mientras no estoy aquí.
Jean y Lisa cruzaron miradas. El chico tenía un buen punto y a falta de mejores opciones sólo quedó aceptar su oferta. Sin embargo, había un detalle que aún la hacía dudar.
—Pero... ¿y si tú mala suerte te impide llegar a tiempo?
—Ah... No había pensado en eso... —Sus ánimos bajaron rápidamente.
—Yo voy.
Todos miraron con cierta sorpresa al dueño de aquella voz: Razor, quien dio unos pasos adelante hasta quedar al lado de su amigo, lo cual hizo que la mirada del explorador se volviera a iluminar.
—Yo ser fuerte. Poder cuidar a Bennett. Yo proteger... Mi amigo.
—Razor... —el chico sintió como unas pequeñas lágrimas de emoción se asomaban en sus ojos: era la primera vez que alguien se ofrecía a viajar a su lado por decisión y voluntad propia.
—No me parece mala idea, Jean —sugirió la bibliotecaria después de pensarlo un poco.
La rubia lo analizó unos segundos más antes de suspirar. No era su mejor opción pero tampoco podían dejar que Liyue fuera atacada si ellos aún podían alertarlos a tiempo.
—Está bien. El viaje será largo y les tomará, como máximo, dos semanas llegar hasta allá, así que prepárense y comiencen lo antes posible.
—¡¡¡Genial!!! ¡No te preocupes, Maestra Jean! ¡Nosotros nos haremos cargo! —Respondió Bennett alegremente mientras rodeaba los hombros de Razor con uno de sus brazos antes de salir con su habitual energía.
—Que el viento los acompañe.
◈ ━━━━━━━ 狼 ━━━━━━━ ◈
Bennett y Razor habían acordado prepararse por separado para su viaje, no sin que antes el explorador ayudara a su amigo a darle una idea de que tan largo era el viaje realmente por lo que trató de alistarse lo mejor posible, aunque su falta de experiencia hizo que se tardara más de lo que le gustaría. También había avisado de antemano a su Lupical que estaría ausente por más tiempo de lo normal, cosa que claramente no les gustó e incluso algunos intentaron convencerlo de no irse.
“Basta” pidió Razor en un gruñido. Quería terminar de guardar sus cosas pero uno de sus hermanos estaba tironeando su mochila en un intento de retenerlo. “Suéltala, Luther”
Razor sabía que jalar la mochila no llevaría a nada e incluso podrían romperla, así que se acercó a su hermano y trató de abrirle el hocico para hacerle soltarla.
“Vamos Luther, no tengo tiempo para esto” replicó Razor en idioma lobuno. “Debo irme pronto. Si me retraso los malos pueden atacar y lastimar a muchas personas.”
"¡No me importa!" fue la respuesta por parte de Luther, que comenzó a gruñirle peligrosamente al chico, a Razor eso lo molestó bastante así que se paró en dos pies para ganar altura e intimidarlo.
“¡Pues a mí sí! ¡Suéltalo!”
Aquellas "palabras" habían sonado en un extraño intento de ladrido por parte de Razor, aunque los lobos sí que lo habían entendido perfectamente. Mientras que algunos lobos se agachaban ante tales palabras, otros gruñeron como sistema de defensa ante el posible peligro. Luther, la víctima principal de la situación, se sintió lo suficientemente intimidado como para soltar la mochila con lentitud con las orejas agachadas, Razor inmediatamente se sintió mal al ver esa escena por lo que se hincó para quedar a su altura y rápidamente lo abrazó.
“Perdóname, no quise asustarte…”
Luther respondió al abrazo y gimoteó un leve: "Está bien. Te hice enojar" mientras recargaba su cabeza en el hombro del chico.
“Sé que se preocupan por mí…” Se separó y tomó el rostro del lobo entre sus manos, juntando ambas frentes con cariño. “...pero voy a estar bien. No iré solo y soy muy fuerte, estaré bien.”
Luther le lamió dándole un ligero beso en la mejilla mientras otros lobos se acercaban con cautela y gimoteaban sus preocupaciones: "Vas a irte por mucho tiempo", "Te extrañaremos", "No olvides cazar", "Quiero ir contigo" , y demás.
“No se preocupen” respondió Razor acariciando a todos los lobos que podía, tratando de consolarlos. “Regresaré antes de que puedan aullarle a la luna, lo prometo.”
Ya estando los lobos un poco más tranquilos, volvieron a llenar el rostro del chico con besos y lamidas sacándole unas cuantas risas que despreocuparon al chico. Haría todo lo posible para ayudar a Bennett a cumplir su misión y regresar a salvo con su Lupical.
◈ ━━━━━━━ 幸 ━━━━━━━ ◈
Bennett ya estaba lo suficientemente preparado como para sentirse cómodo ante la idea de viajar, sabía que inevitablemente perdería algunas de sus provisiones pero no dejaba que esa idea lo desanimara. Después de todo, iría de viaje con uno de sus mejores amigos; era cierto que el motivo era más por necesidad que por gusto, pero estaba dispuesto a disfrutarlo en la medida de lo posible.
—¡Razor! ¿En dónde estás? ¡Ya estoy listo!
Bennett estaba entrando cuidadosamente al territorio de los lobos pues aprendió por las malas que debía ser cuidadoso si no quería terminar lleno de heridas y mordeduras de lobo. Recordar aquello le causó escalofríos. Definitivamente no quería volver a pasar tanto tiempo incapacitado.
—Bennett.
—¡Waah!
Saltó ante la repentina aparición de Razor, quién solo inclinó un poco la cabeza ante la reacción del explorador.
—Oh, eres tú, Razor —soltó una risa que sonó más como un suspiro de alivio—. Lo siento.
Bennett vio como Razor estaba cargando la mochila que le había regalado hacia tiempo atrás, lo cual lo hizo sentir cierta calidez en el pecho.
—Veo que ya estás preparado. ¡Genial! Es momento de irnos.
Razor asintió imitando las acciones que Klee en ocasiones hacía cuando cargaba su mochila: la acomodó sobre sus hombros con cierto entusiasmo. Para Bennett esa acción fue bastante tierna y derritió ligeramente su corazón.
—Bien. ¡Brigada Benny, en marcha!
—Sí, yo proteger a ti.
Bennett con una gran sonrisa y un cálido palpitar en su pecho comenzó aquel viaje, recibiendo una roca aérea que cayó justo en su cabeza como respuesta por parte del mundo. Razor no pudo evitar soltar una pequeña risa mientras su amigo trataba de descubrir desde donde había caído esa piedra.
Ninguno de los dos imaginaba que ese viaje aguardaba obstáculos, viejos y nuevos amigos, enemigos, confesiones, y sobre todo, toda clase de sentimientos.
Notes:
Para aquellos fans de la historia "Edificio Kamae", les pido una disculpa por la tardanza.
Me está siendo especialmente difícil escribir el siguiente capítulo y es que es mi primera vez escribiendo un F/F
Así que paciencia por favor, que me estoy esforzando para escribirla de forma que me sienta cómodo con el resultado.
Sin más que decir, nos vemos en el siguiente capítulo ᕕ( ᐛ )ᕗ
Chapter 2: Viñedo del Amanecer
Summary:
Su viaje apenas empieza y nuestros chicos, acompañados por una tormenta, se topan con una noticia inesperada.
Notes:
(See the end of the chapter for notes.)
Chapter Text
Su viaje comenzó cerca de la Aldea Aguaclara, así que se dispusieron a seguir el camino que los llevaría al Viñedo del Amanecer y después a la Puerta de Piedra, donde se encontraba la frontera entre Mondstadt y Liyue.
Generalmente cualquier explorador o aventurero preferiría ignorar los caminos y ahorrarse tiempo al ir por su propio lado atravesando ríos, escalando, planeando o creando sus propios senderos, y Bennett era uno de los últimos. Sin embargo, en esta ocasión no estaba viajando solo, y si bien Razor era alguien bastante fuerte y capaz de seguirle el ritmo, su mala suerte haría que terminaran encontrándose con grandes grupos de monstruos (o peor, Fatuis) cada dos por tres, lo cual era terriblemente agotador. Sabía que el seguir los caminos convencionales disminuía considerablemente esa posibilidad, así que era mejor optar esos caminos.
—Que buen tiempo hace hoy… Ups, no debí decir eso, ¿qué te apuestas a que ahora empieza a llover?
Bennett divagó mientras avanzaban por el pequeño bosque en el camino al Viñedo del Amanecer. Razor olfateó un poco el aire y logró percibir un ligero aroma húmedo en el ambiente.
—Oler a lluvia.
—Lo sabía... —suspiró—. Lo siento Razor, me hubiera gustado empezar éste viaje con un cálido y soleado día —dijo el chico desanimado.
—Está bien. No molesto. Yo estar feliz contigo.
Esa sinceridad lo hizo sonrojarse un poco y también lo animó.
—Gracias, Razor, yo también soy feliz cuando estoy contigo —le respondió con una radiante sonrisa.
Al principio de su amistad Razor siempre se sorprendía de la facilidad con la que Bennett solía cambiar de ánimos, y aún más de cómo unas pocas palabras podrían hacer que apareciera una sonrisa en su rostro; una sonrisa que le gustaba ver, gusto que sabía que era diferente al que sentía cuando comía carne, corría o cazaba, gusto que aún trataba de descifrar.
Avanzaron un poco más en silencio, disfrutando de su compañía mutua hasta que Razor logró divisar una pequeña manada de jabalíes un poco mas adelante del camino. Se dio cuenta de lo hambriento que estaba y se detuvo para no llamar su atención ni asustarlos, ganándose una mirada algo confusa de Bennett.
—Uh... ¿Todo bien?
—Mirar —respondió en voz baja, señalando al grupo de jabalíes—. ¿Vamos? Tener hambre.
—Oh. Creo que será mejor que vayas tú —Bennett retrocedió un poco—. Si voy yo, mi mala suerte hará que no logremos cazar nada y no me gustaría que te quedes con hambre. Yo te espero aquí —Bennett se acercó a una roca un tanto grande y se sentó en ella.
—¿Tú estar seguro?
—¡Si! Descuida, Razor. De todas maneras, traje sándwiches.
Dicho ésto, sacó de su inventario un par de sándwiches para dar veracidad a sus palabras. Razor terminó por asentir y dirigirse sigiloso pero rápido hacia los jabalíes, pues el olor a lluvia iba en aumento y sabía que en el momento en que comenzara a lloviznar aquellos animales correrían a refugiarse. Debido a que Bennett no lo estaba acompañando se tardó mucho menos de lo usual que cuando éste iba con él, así que más pronto que tarde regresó con una cantidad decente de comida para su almuerzo, encontrando a su amigo degustando uno de sus sándwiches.
—¡Razor! Que rápido regr... Ejem, ejem.. Cof, cof —Bennet se volvió a atragantar con su comida.
El chico se sentó a su lado y le dio algunas palmadas en su espalda para ayudarle a pasar la comida. Pasó un rato en el que ambos se dispusieron a comer, aunque Bennett lo hacía mientras hablaba sin parar y se atragantaba a ratos con la comida, para muchos ése podría ser un escenario molesto: específicamente por la parte en la que el explorador no paraba de parlotear, pero Razor realmente lo prefería y agradecía, pues así no tenía la necesidad de aportar algo a la conversación y desgastarse tratando de encontrar las palabras correctas para darse a entender. Además, era un reto interesante el tratar de entender lo que Bennet le contaba.
Como de costumbre, Bennett acabó más rápido de comer al no necesitar tanto alimento como Razor, por lo que se levantó para estirarse un poco y desperezarse, siendo hasta entonces que la lluvia se hizo presente.
—Oh, está vez se tardó más de lo usual —pensó en voz alta—. Será mejor movernos, Razor, pero no te acerques mucho a mí o te podría alcanzar un rayo.
A Razor no le molestaba la lluvia y Bennett ya estaba acostumbrado, pero no era buena idea que se quedarán ahí sentados si no querían terminar chamuscados por los constantes rayos que el explorador solía atraer. El lobuno chico suspiró mientras se levantaba, otra vez se quedaría con hambre.
◈ ━━━━━━━ 狼 ━━━━━━━ ◈
—Hum, debí suponerlo.
Mencionó Adelinde cuando, al salir un momento para tirar el agua sucia de un cubo, logró ver a lo lejos a Bennet y a Razor juntos; su comentario se debía a la repentina tormenta que se había propiciado sobre ellos inexplicablemente, hasta ver a Bennett cuya suerte era conocida por toda la nación, y más considerando que era un explorador que se la pasaba de un lado a otro.
Al principio Adelinde tuvo la intención de ignorar su presencia y dejarlos ir, ya que la tormenta se iría con ellos y la tranquilidad volvería. Sin embargo, se le ocurrió que podría aprovechar su presencia para librarse de un pequeño inconveniente que la preocupaba.
—¡Hey! ¡Razor! ¡Bennett! ¡Acérquense, chicos!
La ama de llaves los fue llamando y utilizó diversas señas hasta que pudo captar su atención; los chicos se extrañaron un poco por el llamado, pero no dudaron en acercarse para saciar su curiosidad.
—Hola, señorita Adelinde —saludó Bennett con su característica sonrisa—. ¿Todo bien?
—Hola —fue la única palabra por parte de Razor.
—Hola chicos, gracias por hacer caso y venir. Necesito su ayuda.
—Oh, me encantaría ayudarte —Bennett respondió de forma automática con gran entusiasmo. No era usual que le pidieran ayuda, pero pronto recordó que tenían una emergencia encima y que no podían distraerse mucho—, pero no podemos. Lo siento, debemos ir a...
—¡Será rápido, lo prometo!
Ambos chicos se miraron nuevamente, Bennett tratando de decidir si era buena idea ayudarlos a cambio de retrasarse un poco, y Razor esperando a ver qué decía Bennett, pues también estaba consciente de la urgencia de su situación. Finalmente, después de unos momentos, las ganas de ayudar vencieron a Bennett y terminó aceptando la propuesta. Tampoco es como si pudieran llegar a Liyue al día siguiente.
—¡Perfecto! Muchas gracias chicos. Resulta que un comerciante iba a llegar con nueva herramienta para los cultivos, pero han pasado ya un par de horas desde que se supone que debió de haber llegado y nos preocupa que algo haya sucedido, no hemos podido ir a hacer el encargo debido al mal clima, así que...
—¡Iremos a investigar! No se preocupe —interrumpió Bennett—. ¡Una pequeña tormenta no es obstáculo para mí!
—Muchas gracias, sabía que aceptarían —la ama de llaves suspira con alivio—. El comerciante venía desde Liyue, así que seguramente atravesó el camino de la Puerta de piedra que llega hacia acá.
—Bien. ¡No tardaremos mucho!
Dicho ésto, Bennett tomó a su amigo del brazo y lo jaló hasta estar entre los viñedos, asegurándose de que nadie los estuviera escuchando.
—Listo. Escucha, Razor, algo me dice que debemos ayudar, no solo por buena voluntad sino porque tengo la sensación de que mi suerte va a cambiar. Si ayudamos a ese comerciante, podríamos pedirle que nos lleve a Liyue, él seguramente conoce el camino más rápido hacia allá, así que podríamos cumplir nuestra misión en poco tiempo y salvar a todos de los Fatui.
El brillo en la mirada de Bennett era notable ante la esperanza de que todo funcionara tal y como lo esperaba, mirada que provocó una cálida sensación en el pecho de Razor que asintió mostrando su acuerdo con el plan, sonaba a que podía funcionar.
Ambos comenzaron a andar por el camino que llevaba a la Puerta de piedra con precaución por la tormenta, pues si bajaban la guardia un rayo podría alcanzarlos sin previo aviso. Por suerte no fue así y ambos, sobre todo Bennett, pudieron esquivarlos hasta lograr divisar la caravana del dichoso comerciante que estaba rodeada y siendo atacada por un grupo de Hilichurls.
—¡Ayuda! —fue el llamado de auxilio del comerciante.
—Oh no, ¡vamos! —exclamó Bennett corriendo sin duda alguna hacia el grupo de monstruos; invocó su espada para iniciar una pelea.
Razor inmediatamente lo siguió, preparando igualmente su mandoble justo detrás de él. En cuanto Bennett se acercó lo suficiente como para llamar la atención de los Hilichurls comenzó a cargar su habilidad, recibió unos cuantos golpes que fácilmente ignoró.
—¡Apártense!
En esta ocasión la explosión que causó su habilidad sí lo hizo volar, mas eso fue algo positivo ya que le permitió a Razor atacar con mayor libertad, no tardó mucho en derrotarlos ya que, además de que Bennett les había logrado hacer cierta cantidad de daño, la lluvia ocasionó el efecto de electrocargado en los enemigos, logrando así su cometido con facilidad.
—Uff, la tormenta resultó ser útil después de todo —soltó Bennett en un suspiro, sobándose un poco el hombro mientras se acercaba al comerciante— Recibimos un encargo para venir a buscarte. ¿Estás bien? ¿Estás lastimado?
—Sí… Gracias, chicos —el comerciante se enderezó mientras se revisaba el cuerpo—. Estoy bien, los monstruos solamente se centraron en la mercancía y no me hicieron daño.
Dicho ésto, el hombre se acercó a su caravana y comenzó a revisar los daños que había sufrido su mercancía, siendo ayudado por los chicos quienes recogieron algunas cosas que los Hilichurls habían tirado. Después de un rato, el hombre soltó un ligero suspiro cansado.
—Bueno, no hubo pérdidas significativas pero definitivamente me retrasaré en mis entregas... Aunque... —miró un poco a los chicos—. ¿Creen que puedan ayudarme otra vez?
—¡Claro! —Bennett pensó que eso les ayudaría a que el comerciante acepte el favor de darles un aventón hasta Liyue.
—Necesitaré algunos materiales para poder reparar lo suficiente mi caravana para llegar al Viñedo del Amanecer, ¿podrían buscar algunos por ahí?
Y así ambos se dispusieron a encontrar algunas tablas y cuerdas en las cercanías. No era tan improbable encontrar algunos pues, al ser una ruta comercial en donde los ataques de los monstruos eran bastante comunes, usualmente se dejaban provisiones de vez en cuando para ese tipo de emergencias. Bennett buscó y buscó, pero solamente encontraba tablas rotas, endebles o podridas, además de sogas demasiado cortas como para ser útiles en ese momento. Derrotado, regresó con el poco material medianamente útil que pudo hallar, sólo para toparse con que Razor ya había encontrado material suficiente y mejor.
—Por cierto… —Bennett aprovechó un momento de silencio en que estaban ayudando a reparar la caravana, aunque él se limitaba a pasar los materiales para que su mala suerte no afectara el trabajo—. Nosotros tenemos una misión para dirigirnos a Liyue: debemos llevar un mensaje lo más pronto posible, ¿cree que podría llevarnos allá? ¡Claro, luego de que termine con sus entregas! Después de todo nos haría un favor y no nos gustaría retrasarlo en su trabajo, ¿cierto, Razor?
—Por favor —dijo Razor mirando al comerciante.
—Me encantaría chicos, y más porque se los debo pero me temo que el camino a Liyue se ha dificultado para cualquiera que desee cruzar la frontera.
—¿Qué? ¿Por qué? ¿Qué pasó?
El comerciante suspiró con pena al ver la expresión de ambos chicos.
—Poco después de cruzar la frontera me encontré con un gran grupo de Fatuis, al principio creí que iban a robar mi mercancía o que me sobornarían con algo, pero solamente me intimidaron para mostrarles todo mi cargamento y darles pruebas de que realmente soy un comerciante. Como no tengo nada que esconder ni segundas intenciones me dejaron ir, pero mientras revisaban mis cosas alcancé a escuchar cómo discutían por perder el tiempo con un comerciante mientras que su objetivo era detener a cualquier intruso hacia Liyue.
Bennett y Razor cruzaron miradas mostrando su preocupación por el repentino cambio de dificultad en su tarea. Bennett de inmediato se sintió mal porque supo que lo estaban buscando a él y porque su mala suerte acababa de afectar a todos aquellos que quisieran atravesar la frontera.
—Por sus caras, imagino que ustedes tendrán algo que ver —dijo el comerciante con sospecha.
A comparación de Razor que asintió levemente, Bennett desvió la mirada mientras el sentimiento de culpa y preocupación continuaba inundándolo. El comerciante vuelve a suspirar tomando el tabique de su nariz con cierta fuerza.
—Miren chicos, no sé qué demonios hicieron para enfadar así a los Fatui, pero les recomiendo que los eviten a toda costa por más fuertes que sean, les ganan en número y no tardarán en capturarlos.
—¡Pero no podemos sólo escondernos y ya! ¡Es importante llegar a Liyue cuanto antes!
A pesar de que su misión se acababa de hacer triplemente más difícil, Bennett no se rendiría. No se dejaría intimidar aún si un dragón se atravesara en su camino; y Razor, por su parte, estaba decidido a cuidar de Bennett por lo que lo seguiría sin importar su decisión. El comerciante vio la determinación en la mirada de aquellos chicos y decidió que no valía la pena insistir.
—De acuerdo, ustedes tendrán sus razones, supongo...
—De todas maneras, gracias por avisarnos. Con ésa información podremos evitarnos muchos problemas y lograr cumplir con nuestra misión.
—No es nada, después de todo aún les debo un favor por ayudarme.
Y apenas terminó de pronunciar esas palabras un rayo cayó sobre la caravana, creando un ligero incendio que los alertó.
◈ ━━━━━━━ 幸 ━━━━━━━ ◈
Al final lograron apagar el incendio, pero en éste caso la caravana había sufrido tales daños que los chicos tuvieron que ayudar a cargarla hasta llegar al Viñedo del amanecer. Adelinde agradeció su ayuda y los recompensó con algunos moras y un pollo asado con miel, comida que Razor gozó enormemente.
—Muy bien, Razor. Cambio de planes —dijo Bennett con energía una vez que se despidieron y reanudaron su camino, alejándose del viñedo—. Tendremos que desviarnos un poco para esquivar a esos Fatui, nos va a retrasar un poco pero será mucho más seguro. ¡Iremos por Espinadragón!
El explorador señaló aquella imponente y nevada montaña, la cual Razor miró con cierta desconfianza, no era fan del clima frío pero la situación los había orillado a dirigirse hacia allá. Realmente no tenían muchas opciones.
—Está bien. Vamos.
Y así, con unos notables nervios pero mayor determinación, ambos chicos se dirigieron a Espinadragón.
Notes:
Lamento si se siente como relleno, pero repito, ésta historia es mucho mas tranquila y relajada, así que también su ritmo será algo lento... Por ahora(?
Edit: JAJAJAJ Que ilusos fuimos
Chapter 3: Espinadragón (Parte 1)
Summary:
El desvío hacia Espinadragón retrasa su misión, pero eso no será precisamente malo para ellos.
Chapter Text
Adentrarse en Espinadragón fue más complicado de lo que hubieran esperado.
Cualquier aventurero que se atreviera a adentrarse a aquella montaña, ya sea por los caminos convencionales o por rutas más improvisadas, sabía que gran parte del pie de la montaña estaba invadida por varios grupos Fatui. Bennett era uno de ellos, pues ya había tenido varios encuentros desafortunados con éstos grupos.
Fué gracias a éso que rodearon la zona más riesgosa, la cual era abarcada por gran parte del Valle Dragondurmiente y del Camino Nevado, ésto retrasó aún más su camino pero a fin de cuentas era lo mejor, de cualquier manera, Bennett tenía el presentimiento de que no serían los únicos obstáculos en su camino.
Optaron por rodear el Camino Nevado lo suficiente para evitar a los enemigos pero no para perder de vista el camino ya trazado, no tanto porque podrían perderse, sino para tener una fuente de calor segura cada tanto.
—Nieve ser fría, pero ser suave también.
Ya habían pasado lo que Bennett consideraba el área con mayor riesgo, por lo que lograron encontrar el camino que los ayudaría a atravesar aquella montaña de forma segura. Una vez que se sintieron más seguros, optaron por detenerse junto a uno de aquellos mecanismos que funcionaban como hogueras para descansar un poco.
—Bueno, no toda es completamente suave ¡pero si mucha!, incluso puedes dejarte caer en la nieve sin sentir dolor, ¡es como caer en una cama super suave! Mmm... Mira, ¡ven, te enseñaré!
La emoción le ganó a Bennett y tomó a Razor de la mano para guiarlo mientras buscaba el lugar indicado. En realidad desde hacia tiempo que había tenido ganas de llevar ahí a Razor para explorar juntos, y aunque no era el mejor momento para ponerse a jugar, al menos le dejaría una buena impresión para poder volver con tranquilidad algún día.
—Mira, aquí por ejemplo —dijo deteniéndose al encontrar una zona con nieve aún blandita y nueva, zona que estaba casi debajo de una Estatua de los Siete—. Sólo tienes que confiar y dejarte caer así.
El chico se dió la vuelta y se dejó caer de espaldas en la nieve, soltando algunas carcajadas al hundirse suave y levemente en ésta.
Al ver que no había ningún peligro, Razor imitó a Bennett y se dejó caer de espaldas a un lado de él, pero a media caída los reflejos le ganaron y quiso poner las manos, aunque poco sirvió ya que se hundieron al mismo tiempo que su cuerpo, probablemente por que era más pesado que Bennett o debido a su forma de caer, terminó más hundido en la nieve, trató de levantarse con rapidez pero no logró mucho realmente.
—¡Espera, Razor! ¡Te ayudo!
Bennett, que había soltado una pequeña risa al principio, al ver la situación en la que estaba su amigo se levantó de un salto, como resorte, y rápidamente se acercó para extenderle la mano, jalando un poco hasta lograr ayudarlo a sentarse.
—Hey, ¿estás bien?
Preguntó Bennett entre pequeñas risas al ver que su amigo tenía todo su cabello cubierto de nieve. Razor se quedó pensativo por unos segundos antes de mirarlo con un ligero brillo en sus ojos, lo cual aceleró un poco su corazón.
—Divertido. Otra vez.
Bennett se permitió reír ya bastante despreocupado y alegre de que Razor se hubiera divertido.
—¡Por supuesto! ¡Hagámoslo otra vez!
Así se la pasaron jugando por un rato, olvidándose momentáneamente de sus preocupaciones hasta que se agotaron y se sentaron nuevamente junto al mecanismo para recuperar algo de fuerza.
—Aún tienes algo de nieve en tu cabello —comentó Bennett risueño mientras se acerca a quitárselo.
—Tú también —fué la respuesta de Razor mientras lo imitaba aunque sus movimientos eran algo toscos y terminó por revolverle un poco el cabello.
—¡Oye!
Comenzó otro pequeño juego donde se revolvían el cabello mutuamente, cada vez aplicando más y más fuerza hasta que Razor venció a Bennett al empujarlo lo suficiente para tirarlo de espaldas nuevamente al suelo, quedó sobre él sin dejar de revolverle el cabello.
—¡Está bien, está bien! ¡Tú ganas! ¡Me rindo!
La pequeña guerra terminó y Razor acomodó sus manos a los lados de la cabeza del contrario en un aura de victoria, aún ignorante de la posición en la que se encontraban. Por su parte, Bennett sí se dio cuenta, lo que le provocó un notable sonrojo y unos leves nervios que le hicieron desviar un poco la mirada.
—¿Bennett? Tu cara estar roja. ¿Estar bien?
Con algo de preocupación Razor fué acercando su rostro al del contrario mientras esperaba una respuesta. El explorador solo atinó a sonrojarse aún más mientras sentía como la respiración opuesta se iba acercando.
—E-estoy bien. Solo un poco cansado de tanto jugar, es todo.
¿Cómo decirle a un chico tan inexperto, en el tema del amor humano, que Bennett tenía unas terribles ganas de besarlo?
—Oh. Entonces buscar lugar para dormir, ya ser casi noche.
—Si…, espera, ¿qué?
Efectivamente, al levantar la mirada al cielo se dió cuenta de que el anochecer ya estaba bastante adelantado.
—¡Oh no! Nos hemos pasado mucho tiempo jugando y apenas avanzamos en nuestro viaje..
Mientras ambos se levantaban, la culpa y la preocupación inundaron al explorador. ¿Cómo había sido posible que se distrajeran de esa forma con una misión tan importante encima de ellos?
—Ser mi culpa. Yo decir antes que querer seguir jugando. Perdón Bennett.
Mencionó Razor para calmar a su amigo, aunque sí que sentía ésa pequeña culpa por haber retrasado su viaje.
—¡No! No es tu culpa, Razor, yo no debí comenzar con el juego, yo solo quería... —se detuvo, si continuaban así jamás lograrían avanzar—. Bueno, no importa, lo pasado, pisado. ¡Mejor tratemos de continuar!
Con su característica energía animó el ambiente, sacándole una sonrisa a Razor mientras asentía. Sin embargo, apenas Bennett dio el primer paso fue detenido por su amigo que agarró su mano.
—Pero Bennett estar cansado.
—¿Eh? Yo no... —Se detuvo al recordar aquella situación, causando otro leve sonrojo en su rostro— Estoy bien, Razor, no te preocupes.
—Pero tu estar rojo otra vez —éso solo aumentó el sonrojo—, Lisa decir que rostro rojo significar enfermo. Tal vez Bennett estar enfermo.
—No, te aseguro que no estoy enfermo, Razor, no te preocupes —le sonrió tratando de calmarlo, pero no funcionó mucho—. En realidad un rostro puede estar rojo cuando hace mucho calor o mucho frío... de seguro también debe ser por eso.
—Entonces buscar lugar para descansar.
—Pero no tenemos tiempo, la misión...
—Bennett —Razor tomó a su amigo de los hombros y lo miró con severidad—. Misión ser importante, pero Bennett tener que estar… no enfermo. Si estar enfermo, no poder cumplir misión —Razor lo acompañaba con el objetivo de protegerlo y a su punto de vista éso también involucraba cuidarlo.
Para Bennett, Razor tenía un punto pero el problema era que Bennett no se sentía ni cansado ni enfermo; su excusa había llegado demasiado lejos y ya era muy tarde como para corregirse, aún si no lo fuera, ¿qué le diría?, ¿que estaba enamorado de él?, ¿de su seguridad, de su instinto protector, de su curiosidad por el mundo humano, de su conocimiento del mundo de los lobos, de todo el cariño y amor incondicional que está dispuesto a dar por quienes considera su Lupical?
No, definitivamente no era una opción.
—Está bien… —terminó cediendo tras un suspiro—. De hecho hay un lugar cercano al que podemos ir a descansar. Ven.
◈ ━━━━━━━ 狼 ━━━━━━━ ◈
—Hubo un tiempo en el que exploré este lugar junto al Viajero y otros de sus amigos, fué divertido pero terminé perdido —contó con una ligera sonrisa mientras se rascaba la nuca—, había una tormenta de nieve por ese entonces por lo que era peligroso ir solo por ahí, así que opté por quedarme aquí mientras me encontraban o hasta que el clima hubiese mejorado.
Una vez que la pequeña hoguera debajo de la olla se hubo encendido, Bennett se sentó junto a Razor a esperar a que el fuego empezara a calentar el agua.
—Me quedé toda una noche y parte del día siguiente aquí, aunque al final fué una buena experiencia porque... bueno, ahí hay unas notas de un antiguo explorador que estuvo antes —señaló la nota que estaba entre algunos libros y libretas—, no sé quién haya sido pero pedía que le diéramos de comer a los animalitos que están por aquí, decidí hacer caso y dejé algunas bayas en ese plato —señaló el plato que acababa de ser llenado por Bennett poco antes de encender el fuego— y cuando desperté vi a varios zorros de nieve comiendo las bayas —miró el plato con algo de añoranza—, ojalá se acercaran otra vez.
Razor ya había detectado el olor de aquellos animales desde hacía rato, por lo que sabía que estaban cerca pero escondidos.
—Como sea, igual si no los ves hoy, siempre podremos volver y explorar juntos, claro, si quieres...
—Sí. Nieve ser divertida.
—¡Genial! Cuando vine con el Viajero nos topamos con varios jabalíes congelados, los cuales son de una raza técnicamente extinta, y se llevó un poco de carne. No la pude probar ¡pero dijo que su sabor era realmente delicioso!
Bennett continuó hablando con gran emoción sobre su futura exploración mientras comenzaba a preparar la cena mientras Razor se limitaba a escuchar y disfrutar de aquel momento, con un revoltijo de mariposas en su estómago.
◈ ━━━━━━━ 幸 ━━━━━━━ ◈
—Aah, no sé de dónde sacas tanto estómago para comer el triple que yo.
Soltó Bennett al terminar de comer, dejando el plato a un lado y suspirando con algo de pesadez.
—No sé por qué… Verduras gustar a ti, ser insípidas.
—No todas son completamente insípidas; bien preparadas saben delicioso, como la papa, a mí me gusta como la preparas.
—Hum. Gracias.
Sus mejillas se pintaron levemente de rosado, pero lo escondió dándole otro mordisco a la carne entre sus manos.
Bennett se dispuso a contemplar el fuego con tranquilidad, siendo hipnotizado por la ligera danza de las llamas junto a el suave crepitar de la leña, fué entonces cuando resintió el cansancio del día y comenzó a dejarse ganar por él, cabeceando cada tanto en un perezoso intento de no quedarse dormido.
Razor se dio cuenta de ésto, por lo que se sentó un poco más cerca de él e hizo que su cabeza reposara en su hombro. Bennett estaba tan adormilado para ése punto que se dejó llevar y se quedó dormido apenas se acomodó. Razor se quedó mirándolo, al principio para vigilar que no se fuera a caer o por si llegase a despertar de repente, pero cuando ésa probabilidad se redujo sólo se quedó admirando su apacible rostro y su leve aroma.
—Oler a conejo.
Susurró para sí después de olfatearlo leve e instintivamente; desde que descubrió que ése era el aroma de Bennett quiso olfatearlo más aunque pocas veces se daba la oportunidad pues para los humanos no había acto más atrevido que el que él se acercara de repente, a olfatearles el cuello. Si bien en esa posición no podía olfatear su cuello, aún estaba lo suficientemente cerca para disfrutar el olor, sintiéndose complacido.
—Querer morder.
No sabía exactamente por qué se sentía así. Quería morderlo, pero no al grado de lastimarlo o para comérselo, solo era eso: morderlo , tal vez en algún futuro lograría descifrarlo.
◈ ━━━━━━━ 幸 ━━━━━━━ ◈
Los rayos del amanecer comenzaban a asomarse por Mondstadt, acompañados de una suave brisa que les dio los "Buenos días" a todos aquellos que se despertaron junto al sol, entre ellos se encontraba Bennett, quien se fue despertando poco a poco hasta sentir como algunos de sus huesos comenzaban a tronar por la posición tan inusual en la que se había quedado dormido.
No era raro que durmiera en lugares no convencionales o en posiciones incómodas, por lo que, si bien ya no sufría dolores que reclamaban aquello, no dejaba de despertar con el cuerpo entumecido. Y considerando que estaba en un medio abrazo con, Razor...
—¿Eh?
En cuanto se dio cuenta de ésto, su rostro se cubrió de un intenso rojo mientras trataba de asimilar su situación. No recordaba el momento en que se había quedado dormido, solo sabía que había estado sentado a un lado de su amigo, y por su posición parecía que no se habían movido de ahí, pero Bennett había utilizado las piernas cruzadas de Razor como semi-almohada para recostarse, impidiendo que el contrario pudiera moverse de su posición. Había bajado la cabeza hasta recostarla en sus piernas, pero en lugar de quedarse ahí como sería lo normal optó por rodear su torso con sus brazos, de ahí que era un medio abrazo.
Al notar que Razor había tenido que acomodarse sobre él para poder tener una opción relativamente más cómoda se sintió culpable, por otro lado también se sintió un poco agradecido de haber tenido la oportunidad de dormir junto a Razor... aunque ambos estuviesen incómodos.
Deseó quedarse así toda la mañana, pero sabía que eso no sería posible dada su misión, no importaba, ya tendrían muchas oportunidades para poder volver a dormir juntos.
—Razor...
Recibió un ligero gruñido como respuesta con el chico aún bastante adormilado y acurrucándose un poco más en su posición, éstas acciones fueron tan tiernas que Bennett sintió como su corazón era flechado, aún así insistió.
—Vamos, Razor. Debemos levantarnos
Si bien hubo otro gruñido, en esta ocasión Razor sí se levantó, muy perezosamente, hasta que estuvo sentado, ambos tomaron ésa oportunidad para estirarse, espabilarse y finalmente despertar apropiadamente.
—¡Buenos días! ¿Listo para continuar con nuestra aventura?
—Umm... Si.
Razor, aún un tanto dormido, le sonrió al responder. Mientras recogían sus cosas y se preparaban, Bennett logró ver cómo sus pequeños amigos zorros de nieve se habían acomodado cerca de la hoguera para dormir, siendo que gracias al ruido que estaban haciendo ellos comenzaban a despertarse.
—Mira, Razor. ¡Te dije que vendrían!
Dijo Bennett con felicidad, al agacharse y extender suavemente su mano dejando que aquellas criaturas lo olfatearan un poco.
—Si. Ellos venir cuando tú dormir.
—¡Que bien! Pensé que no lograrías verlos hoy.
Una vez que los zorros reconocieron a Bennett se dejaron acariciar por él, quién bastante gustoso comenzó a mimarlos a todos.
Bennett invitó a Razor a acercarse y a amigarse con los animales, a lo que el chico aceptó un poco dudosoE, estaba acostumbrado a cazar animales pequeños, no a hacerse amigo de ellos pero si éso hacía que Bennett fuera feliz, estaba dispuesto a intentarlo.
Siendo lo más cauteloso posible, Razor siguió con las instrucciones que Bennett le estaba dando. El chico se dejó llevar por el momento mientras trataba de jugar con los zorros, ganándose una que otra pequeña risa de su amigo por la torpeza que mostraba ante la situación.
Lastimosamente, ese momento fue interrumpido por una nueva voz:
—Vaya, vaya, miren lo que tenemos aquí.
Chapter 4: Espinadragón (Parte 2)
Summary:
Después de una acogedora noche junto al fuego, los chicos fueron capturados por el enemigo.
¿Cómo lograrán librarse de esta situación?
Chapter Text
—Bennett.
El chico no respondió, pensaba en que apenas abriera la boca, las lágrimas que tanto le costaba contener saldrían sin escrúpulos y no quería que nadie lo viera llorar, mucho menos Razor.
—Bennett. Todo estar bien.
Bennett abrazó sus piernas con más fuerza. Por supuesto que las cosas no estaban bien: su viaje apenas había comenzado y ya llevaban no dos, sino tres retrasos encima. Su misión era crucial, de ellos dependía la salvación de Liyue, bueno, tal vez no era así pero Bennett sí que lo sentía así.
Además de que sentía que esos obstáculos eran culpa suya: de él y de su mala suerte. Pensaba que por su culpa, por haberse distraído y bajado la guardia ahora ambos se encontraban enjaulados a manos de los Fatui, quienes claramente estarían dispuestos a dañarlos ante la más mínima provocación. Y no era un grupo cualquiera, sino uno grande conformado por varios grupos distintos.
—Bennett...
Razor, por su parte, también sentía una gran culpa. Se suponía que él decidió acompañarlo justamente para evitar ese tipo de situaciones, para protegerlo, para cuidarlo de su mala suerte, de los Fatui. Y había fallado, bajó la guardia y no olfateó a los enemigos a tiempo, permitiéndoles rodearlos y atraparlos.
Se sentía culpable, pero no permitiría que un ser querido fuera nuevamente herido mientras él estaba encerrado, no de nuevo.
—Bennett. Yo tener... Idea. Intentar usar poder de fuego. Derretir metal.
—No es buena idea.
Finalmente el chico tuvo la fuerza para contestar, aunque apenas y levantó la cabeza sin atreverse a mirarlo a los ojos.
—Creéme. Ya lo intenté.
Levantó un poco su camisa y mostró una de sus tantas cicatrices que tenía, con la diferencia de que ésta era una de las más grandes y que marcaba una quemadura bastante grave.
—Mi mala suerte no fue lo suficientemente fuerte como para hacerme más daño esa vez, pero ¿y si en esta ocasión te afecta a ti también?, no, definitivamente no es una opción viable.
Bennett volvió a bajar su camisa antes de reposar su mentón sobre sus brazos, no muy animado para poder buscar alguna solución al problema. Razor no pudo evitar soltar un leve gimoteo ante aquel desánimo, pues no era para nada habitual en Bennett. Sin embargo, pronto aquel leve lamento se convertiría en un intenso gruñido que venía desde lo más profundo de su pecho, el cual llamó bastante la atención de Bennett. Al voltear notó que ese gruñido no iba dirigido hacia él, sino hacia el par de Fatui que se acercaban hacia ellos. Bennett se levantó y se puso alerta, frunciendo el ceño en un intento de esconder su temor.
—Es él —dijo uno de los captores, señalando a Bennett y provocando que el gruñido de Razor se intensificara.
—¿Entonces éste niño —señaló otro monstruo deteniéndose junto a la jaula— es lo suficientemente hábil como para escabullirse entre decenas de Fatui y salir impune?
—Haya sido habilidad o suerte, ya se le agotó —respondió uno diferente con tranquilidad, incluso sonaba aburrido.
—Por Zarina; ¿no puedo simplemente dispararle justo ahora y arreglar todo este asunto?
El Fatui, quién era un portador de una Visión (o Engaño) Pyro, apuntó a Bennett con su arma. Ante la amenaza, Bennett retrocedió lo más posible mientras el miedo inundaba su rostro. El otro Fatui, portador de Cryo, sostuvo la boquilla del arma y la desvió.
—No seas imprudente. Ar- —fue interrumpido por la voz de Razor.
—¡¡Alejar!!
Los Fatui voltearon hacia Razor, quién los veía con una furia propia de un lobo cuyas crías estaban siendo amenazadas.
—¿Y ése qué?
—Quién sabe. Probablemente también sepa sobre el Desastabilizador de Visiones, es mejor prevenir y mantenerlos vigilados a ambos.
—Sigo pensando que deshacernos de ellos es la solución a este problema.
En esta ocasión, el Fatui Pyro apuntó hacia Razor, quien en lugar de sentirse amenazado, aprovechó la situación y agarró el arma del Fatui, tirando de ella con la intención de arrebatársela.
—¡Oye! ¡Suéltalo, maldito niño!
Razor respondió con una especie de ladrido mientras tironeaba con mayor fuerza, comenzando a forcejear con el Fatui, su compañero por su parte, suspiró cansinamente.
—Sólo complicas las cosas, Markos.
—¡No! ¡Razor, suéltalo! —se apresuró a decir Bennett cuando vio como el Fatui Cryo apuntaba a su amigo con su propia arma.
Razor dejó de jalonear, más no soltó el arma mientras veía a Bennett con cierta molestia y confusión.
—No los provoques. Sólo suéltalo, por favor —rogó.
Razor apretó un poco más el agarre con terquedad, pero ante la mirada de Bennett finalmente desistió y soltó el arma, provocando un leve tropiezo al Fatui Pyro.
—Tsk, estúpidos críos... —se quejó mientras recuperaba la compostura, recibiendo un nuevo gruñido de advertencia por parte de Razor.
—Hum, vaya que tu amiguito te trae bien entrenado —dijo el Fatui Cryo con sorna mientras volvía a guardar su arma—. Y tú, compórtate; Arleccino los quiere en el mejor estado posible. Si algo les pasa, te harás completamente responsable.
El nombre de "Arleccino" resonó en la cabeza de Bennett haciéndolo temblar. Él sabía quién era Arleccino, sabía lo despiadada que ella podía llegar a ser al deshacerse de sus soldados al ya no serles útiles, ¿ése sería su destino?, ¿serían enviados y esclavizados hasta el día de sus muertes?, ¿los obligarían a ser parte de los Fatui? No, no lo permitiría.
—Tsk, como sea.
El Fatui Pyro se dio media vuelta y se alejó, dirigiéndose de regreso hacia sus demás compañeros. El Fatui Cryo no lo siguió, en cambio se quedó mirando a los chicos antes de hablar.
—Después de todo, tarde o temprano cualquier perro se vuelve obediente con unos cuantos azotes.
Un escalofrío recorrió a ambos chicos, siendo más notorio en Bennett pues tener la imagen de su amigo en ésa clase de situación era algo que jamás hubiese deseado poder imaginar. El Fatui soltó una risa un poco macabra antes de alejarse, dejando a ambos chicos solos.
—Bennett. Necesitar arma para escapar. ¿Por qué detener? —reclamó ligeramente molesto.
—Lo siento, Razor. Yo... Entré en pánico cuando ví como el otro Fatui te iba a atacar.
Bennett suspiró con cansancio y se dejó caer contra las rejas de la jaula pues había sentido como sus piernas perdieron fuerza. Razor notó la sinceridad de sus palabras, y aunque hubiera preferido salir un poco lastimado con tal de sacarlos a ambos de ahí, sabía que Bennett solamente había tratado de protegerlo. Suspiró y se olvidó del tema, sentándose también en el suelo pero lo más cerca posible de Bennett.
—Estar bien. Yo pensar... Otra forma de huir.
Bennett volvió a suspirar, pero en esta ocasión se dispuso a pensar en algún plan. No era momento de estar decaído o de sentirse culpable, ahora que había visto como Razor también estaba en peligro por su culpa (o eso creía) sentía una nueva motivación para escapar de esa situación cuanto antes.
Jugueteó un poco con el poco césped congelado que estaba debajo de ellos, incendiándolo ligeramente con sus dedos. Si las jaulas fueran de madera, les sería fácil escapar con su Visión Pyro, pero con barrotes de acero la historia era diferente, sin contar que los Fatui les habían quitado sus armas y la mochila de Razor, si tan solo tuvieran una forma de romperlas de golpe...
—Un minuto... —como si un foco se le hubiera encendido sobre su cabeza, Bennett se enderezó— Razor, ¿puedes usar tu Visión sin tu mandoble?
—Si. Yo poder —asintió mientras su mirada se llenaba de curiosidad.
—Bien. Se me ocurrió que podemos utilizar nuestras Visiones para crear una pequeña explosión y así romper las rejas. Sería una muy pequeña que apenas logre romper las esquinas, pero sería suficiente para que con tu fuerza puedas doblarlas lo suficiente como para que tú puedas salir y buscar ayuda.
Razor creó en su mente aquel escenario mientras Bennett le explicaba, hasta que sus últimas palabras lo descolocaron un poco.
—¿Yo salir? Tú querer decir... Salir con tú, ¿verdad? —quiso corregir, mas la mirada de su amigo ya le respondía.
—No, Razor. Con mi suerte sólo terminarán atrapándonos otra vez, y quién sabe si esta vez solamente se limitaran a encerrarnos. No es conveniente que vaya, incluso si es contigo.
—Pero Bennett...
—Lo mejor es que vayas tú a buscar ayuda —lo interrumpió el chico, comenzando a hacer algunos trazos en el suelo—. Sé a quien puedes buscar, es alguien bastante fuerte que forma parte de los Caballeros de Favonius...
—No. Bennett, yo no... —fue nuevamente interrumpido.
—Se llama Albedo. Si voy yo, lo más probable es que no lo vaya a encontrar. Es mejor que vayas tú, incluso podrías rastrearlo con tu olfato si hace falta.
—¡Bennett!
—El camino es bastante simple. ¿Recuerdas el camino en el que te mostré la nieve suave? Ahí el camino está dividido en dos —Hace un círculo en el pequeño mapa improvisado que había hecho en el suelo, hablando muy rápido para tratar de no darle tiempo a Razor de volver a hablar—. Fuimos por éste camino para llegar a la pequeña tienda —dibujó la línea indicando el camino mencionado —, tendrás que ir por el otro lado. Ve derecho, tal vez te encuentres con algunos monstruos, pero tú ignóralos y sigue adelante hasta que te encuentres con un puente roto, lo podrás atravesar fácilmente si planeas, sólo que ten cuidado porque está un poco resbaladizo, avanza un poco más e inmediatamente podrás ver su guarida, ahí debe estar, si le explicas toda la situación de seguro él podrá...
—¡¡¡Bennett!!!
Ahora el explorador fue interrumpido, no sólo con palabras sino también porque Razor había tomado sus manos con las suyas, mirándolo con gran decisión.
—Yo no dejarte solo. Yo prometer... Venir para protegerte. No poder protegerte si yo estar lejos.
—Y lo entiendo, pero... —apretó un poco el agarre de sus manos— No puedo permitir que te hagan daño tampoco. Tú me quieres proteger, pero ¿quién te protege a ti? Por favor, ve a buscar ayuda y así ambos podremos cuidarnos entre nosotros.
Razor apretó un poco los labios. Él consideraba que era lo suficientemente fuerte como para proteger a ambos, pero dijera lo que dijera Bennett no iba a rendirse. Además, ¿qué otras opciones tenían? No podían quedarse ahí a esperar a encontrar alguna posibilidad mientras los llevaban con ese tal "Arlipino".
—Está bien... Yo ir por ayuda.
Bennett sonrió aliviado, soltando ligeramente su agarre de las manos ajenas. Razor no estaba muy contento en realidad, pero de nuevo, ¿qué otras opciones tenían? Lo mejor era concentrarse en buscar ayuda y regresar lo antes posible.
Bennett le ayudó a repasar el camino que debía de tomar, borrando el mapa inmediatamente después para evitar que los Fatui lo descubrieran. Decidieron aprovechar ése momento en que no había nadie vigilandolos, deseando actuar antes de que la mala suerte de Bennett surtiera efecto.
—¿Listo? —preguntó Bennett mirándolo con decisión.
—Si —respondió Razor con la misma mirada.
Contaron hasta tres, siendo el momento en que ambos usaron sus Visiones: Bennett hizo una ligera llamarada dirigida hacia la base de las rejas, siendo seguido de Razor quién desató una ligera ráfaga de rayos en el suelo. Lograron crear la dichosa explosión, aunque desgraciadamente fue mucho más ruidosa de lo que esperaban.
—¡Hey! ¡¿Qué están haciendo?!
—¡Rápido, Razor! ¡Hagamos otra!
En esta ocasión Bennett hizo la llamarada notablemente más grande. Razor rápidamente entendió el mensaje e hizo exactamente lo mismo, logrando crear una explosión aún más grande, la cual dobló las rejas lo suficiente como para que Razor logrará salir. Desgraciadamente y de forma no muy sorpresiva, Bennett no tuvo la misma suerte.
—¡Corre, Razor! ¡Vete a buscar a Albedo! —los Fatui estaban acercándose peligrosamente hacia ellos.
—Pero-
—¡¡VETE!! ¡¡Ahora!!
Los Fatui estaban literalmente a unos pasos de Bennett, y aunque Razor deseaba con todas sus ganas quedarse y ayudar a su amigo, no era en lo que habían quedado. Apretó los dientes y con una punzada en su pecho, le dio la espalda a Bennett y salió corriendo.
◈ ━━━━━━━ 狼 ━━━━━━━ ◈
Razor siguió el camino que Bennett le había indicado, fue bastante fácil, no solo por la falta de opciones sino porque percibió el olor de otra persona, no sabía a quién pertenecía pero supuso que podría ser de ése tal Albedo que podría ayudarles, y como el olor iba por el mismo camino por el que él se dirigía, decidió seguirlo.
En el camino fue ignorando el frío que aquella nevada le provocaba, el ardor de sus pulmones que exigían aire de forma apropiada y también a los pocos monstruos que se atravesaban en su camino. Lo único que tenía dentro de su cabeza era Bennett, Bennett, Bennett.
Era tanta su prisa que por poco y cayó en el puente roto en el camino, mas logró detenerse a tiempo, aunque el hielo que cubría la madera lo hizo resbalar un poco y caer de un sentón.
—Auch...
Se quejó levemente antes de levantarse, mirando el otro extremo al que tendría que llegar planeando y después la gran altura que lo separaba del suelo. Dudó un poco, no era para nada fanático de las alturas pero debido a que no había otro camino que tomar para salvar a Bennett, rápidamente decidió que lo afrontaría.
Dió unos pasos hacia atrás para retomar algo de vuelo antes de correr hacia la orilla y saltar abriendo su planeador de forma inmediata.
"No mires hacia abajo" eran las palabras que resonaban en su mente pues ese era el consejo que le había dado Bennett hacía ya un tiempo. Se concentró en la otra orilla, notando con cierto temor como estaba más lejos de lo que había esperado, definitivamente no llegaría a la otra orilla.
Por suerte, sí llegó, pero por desgracia no fue como le hubiera gustado y quedó con medio cuerpo colgando mientras se sostenía de las tablas. Soltó un ligero suspiro tenso mientras intentaba apoyar sus piernas para subir, pero todo estaba tan resbaladizo que lo único que conseguía era, vaya la redundancia, resbalarse. El pánico comenzó a inundar su mente y comenzó a arañar las tablas buscando cualquier soporte fijo, pero el hielo no ayudaba en lo absoluto.
Justo cuando sus antebrazos eran los que lo mantenían a salvo de la gran caída, sintió como un par de manos lo tomaron y ayudaron a subir. Una vez que estuvo alejado de la orilla, sentado en tierra firme, soltó varios jadeos tanto de pánico como de alivio, mirando la orilla con bastante temor.
—Lamento eso. Repararíamos el puente, pero es difícil traer los materiales y el personal necesario a través del frío.
Razor levantó la mirada hacia el causante de aquellas palabras, contemplando al famoso Jefe Alquimista, quién lo miraba con un poco de preocupación.
—¿Estás bien? ¿Te hiciste daño?
—No.
Negó mientras se levantaba. Albedo sonrió con alivio pero antes de poder decir cualquier otra cosa Razor se le adelantó.
—Tu nombre, ¿Albedo?
—Así es, presente y a tu servicio. Dime, ¿por qué- —fue interrumpido por Razor, quién se le abalanzó y lo agarró de la manga con cierta súplica.
—¡Necesitar tu ayuda!
—Oh, claro. ¿Qué pasa? —eso lo tomó un poco por sorpresa, pero jamás se negaría ante alguien que lograra llegar hasta ahí para pedirle ayuda.
—Bennett. Él estar en peligro.
Chapter 5: Espinadragón (Parte 3)
Summary:
Bennet mira aliviado como Razor decide hacerle caso y escapar en busca de ayuda. Ahora es su turno de lidiar en solitario con aquellos Fatui.
Mientras tanto, Albedo y Razor buscan una forma de salvar a Bennett de esa peligrosa situación.
Chapter Text
—¡¡VETE!! ¡¡Ahora!!
Con gran alivio, vio como Razor le hizo caso y se fue corriendo, alejándose antes de que cualquier enemigo pudiera alcanzarlo.
—Bien, ahora es mi turno.
Logró decir en voz baja antes de que los Fatui llegaran a su lado y le apuntaran con sus armas, a lo que levantó ambas manos para evitar cualquier tipo de conflicto.
—¡¿Qué hicieron, mocoso?!
—¿Cómo escapó?
—¡Rompieron una jaula!
—Se escuchó una explosión.
—¿Cómo hicieron eso?
En medio de la conmoción, abrieron bruscamente la jaula de Bennett y un Fatui, más específicamente uno de los líderes, lo tomó brusca y amenazadoramente de la camisa, cosa por la que Bennett se hizo el duro para no quedar intimidado.
—¿Qué hiciste, niño estúpido?
—Deberían revisar bien sus jaulas, es muy fácil para un niño estúpido como yo romper las rejas.
Dijo desafiante y aunque no pudo ocultar el ligero temblor en su voz, no apartó la mirada ni un poco.
—¡Cállate, insolente! —respondió el Fatui tirándolo con fuerza al suelo.
Cayó completamente de espaldas, lo que le sacó un poco de aire, y esa situación sólo empeoró al sentir una patada en todo su estómago. Ahora sí que estaba intimidado, pues se encontraba vulnerable, en el suelo y completamente rodeado de Fatuis que estaban ansiosos por hacerle daño.
—¿Ahora sí puedo dispararle? —preguntó con tono aburrido el Fatui Pyro que anteriormente se había acercado a ellos, el cual Bennett empezaba a creer que tenía alguna clase de obsesión con disparar a la gente.
—¡No! Deja de ser tan necio, eres peor que un crío —respondió un compañero, ya bastante molesto.
—¡Pues ése niño lo único que ha ocasionado son problemas! Si Arleccino no lo quiere muerto, al menos hay que ponerlo a dormir con unos cuantos golpes.
Esa réplica comenzó una discusión entre varios Fatui que estaban tanto a favor como ligeramente en contra.
—¡Cállense todos! ¡Aquí el único que opina soy yo!
—¡Cállate! ¡Tú no eres el único jefe aquí!
Dijo aquel jefe en un intento de callar a todos, pero solamente agravó la discusión al comenzar a pelear contra los otros jefes. Toda aquella conmoción distrajo a todos al punto de que nadie le estaba prestando atención a Bennett, situación que aprovechó para sacar una sopa de su inventario y tomársela sin pensarlo ni un segundo.
—¡Hey, acaba de tomarse algo! —señaló uno de los jefes, quién de un gran manotazo tiró el tazón para justo después inmovilizar a Bennett contra el suelo, tomándolo de los brazos con más fuerza de la que realmente necesitaba.
Aún así, eso no afectó realmente a Bennett, no porque no le hubiera dolido o algo, sino porque lo que se había tomado era una de sus sopas experimentales, las cuales habitualmente le causaban tal daño que lo hacían terminar inconsciente, ésta no fue la excepción, a los pocos segundos de haberla tomado comenzó a sentirse tan mareado que no tardó en desmayarse.
—¿Qué tomó? ¿Veneno?
—¿Qué le hiciste?
—¡Sólo lo inmovilicé!
—¿Acaso te preocupa ese niñato?
—¡Me preocupa lo que Arleccino vaya a hacernos!
—A la mierda con Arleccino, si tanto quiere a este crío que venga ella a controlarlo.
—¿Con qué cara le diremos que un grupo entrenado de adultos no puede controlar a un estúpido crío?
Y así la discusión fue solamente a peor, sólo que Bennett no fue testigo de ello al estar inconsciente.
—Pero qué grupo de incompetentes… La Zarina ya nos hubiera asesinado a todos.
Dijo uno de los Fatui jefe para sí mismo, agachándose hacia Bennett y sacando una cuerda.
—¿Qué haces? —preguntó otro de los jefes, el cual había dejado de discutir en cuanto notó lo que pasaba, haciendo que los demás jefes también lo miraran.
—Si quieres hacer las cosas bien, hazlas tú mismo —respondió al ajustar el nudo—. Dejemos a ésta bola de inútiles pelearse y llevemos al niño a un lugar donde lo podamos vigilar nosotros mismos, así evitaremos más problemas por éstos idiotas.
Una vez dicho ésto, levantó a Bennett y se lo subió al hombro, comenzando a caminar hacia el campamento, los demás jefes Fatui decidieron seguirlo, no porque tuviera más poder, sino porque sabían que tenía razón, aunque eso no los detuvo a criticarlo en voz no muy baja.
A unos cuantos metros de ahí se encontraban Albedo y Razor, quienes acababan de llegar y, escondidos detrás de unas rocas, observaban como casi todos los Fatui estaban peleándose.
—Vamos —dijo Razor con bastantes ganas de golpear enemigos.
—Espera —lo detuvo Albedo con su mano, recibiendo un ligero gruñido de Razor—. Entiendo tu urgencia, pero no tienes arma.
—Yo no necesitar armas. Yo tener poder de trueno.
—Aún así nos ganan en número; ¿qué harás cuando se te acabe la energía elemental?
Razor hizo un pequeño puchero al no tener un buen argumento, aunque sólo ganó unas pequeñas risas por parte de Albedo.
—Sólo espera un poco más, tengo una idea.
Razor aceptó a regañadientes y se volvió a agachar. Albedo asintió en aprobación y se desató el cabello, acomodó su liga en dos de sus dedos, armando una pequeña resortera improvisada. Utilizó su poder Geo y creó una pequeña piedra. Razor vio bastante intrigado el cómo apuntó hacia aquel grupo de Fatui, siguiendo aquella piedra que, al haber sido soltada, le dio en la cabeza a uno de ellos.
Ésa piedrita fue la gota que derramó el vaso y comenzó con una reacción en cadena en la que los golpes y ataques se fueron agravando, aunque no lo suficiente como para que los jefes quisieran intervenir, pues lo veían como una pelea bastante estúpida.
—Ahora dejemos que ellos mismos se agoten y será entonces cuando podré atacar y distraerlos mientras tomas tu arma —dijo Albedo con decisión volviendo a atarse el cabello.
Al ver que con una simple piedra Albedo había ocasionado tal caos, Razor decidió que lo mejor era hacerle caso. Por suerte, no fue necesario esperar mucho antes de que Albedo diera la indicación; ambos corrieron hacia la conmoción comenzando el ataque sorpresa con el alquimista utilizando su Visión creando un Isotóma solar para justo después utilizar toda su energía elemental en un ataque definitivo.
—¡El instante del nacimiento!
Mientras las diversas explosiones Geo que se estaban generando en toda ésa área, distraía y hacía retroceder a sus víctimas, Razor aprovechó para correr hacia los enemigos y poder tomar su arma. Una vez que estuvo entre ellos, soltó un fuerte rugido al invocar un gran lobo Electro.
—Vaya, interesante —comentó Albedo con una pequeña sonrisa.
Así, la pelea comenzó. No les fue difícil ir venciendo a los enemigos gracias a la estrategia de Albedo, lo que finalmente llamó la atención de los jefes.
—¡Carajo! ¡¡¡A ellos!!!
Los jefes Fatui se unieron a la pelea, aunque por suerte no se volvió especialmente difícil. Además, hubo otra ventaja, y es que desprotegieron completamente a Bennett.
—¡Bennett! —exclamó Razor al verlo inconsciente, un Fatui notó su distracción y quiso aprovechar para atacarlo por la espalda.
—¡Razor! —Albedo corrió hacia ellos y utilizó su espada para bloquear aquel ataque, lanzando al enemigo hacia atrás y quedando espalda con espalda con Razor— Yo llevaré a Bennett, mientras cúbreme.
—¡Sí!
Sin separarse, dieron un giro en el que Razor quedó encarando a los enemigos, en esta ocasión usando su arma al habérsele acabado la energía elemental, mientras que Albedo corría hacia Bennett. Una vez que llegó a su lado usó su espada para rasgar las cuerdas desatando al inconsciente chico, echó un rápido vistazo para asegurarse de que no tuviera alguna herida grave o visible, confirmando con alivio que se encontraba en relativo buen estado.
Guardó su arma y en el momento en que se agachó para tomar al chico, un Recaudador Pyro apareció a unos metros de ellos y se aproximó rápidamente, dispuesto a atacarlos por sorpresa, cosa de la que Albedo se dio cuenta muy tarde, no tenía tiempo para sacar su espada y defenderse, por suerte Razor sí que se había dado cuenta y se apresuró a correr hacia ellos. Tomó su mandoble y con toda su fuerza golpeó al Fatui en su abdomen, fue lo suficientemente fuerte como para hacerlo volar unos pocos metros hacia atrás. El chico se benefició de ésto dándole un nuevo golpe, dirigiendo su mandoble hacia el suelo y cargando su habilidad elemental haciendo daño en área con una ráfaga electro.
—¡No acercar!
Albedo miró asombrado, podría jurar que vió como el cielo se oscureció por unos momentos, sacudió la cabeza, no había tiempo para distracciones. Una vez que cargó a Bennett, vió como su espada estaba prácticamente a un lado, más no podía tomarla al tener las manos ocupadas.
—¡Razor! ¡Acá está el arma de Bennett! ¡Por favor tómala y vámonos!
—¡Sí!
Mientras Albedo corría con Bennett en brazos Razor le dio la espalda a los enemigos y los siguió, no sin antes tomar el arma de su amigo.
—¡¡¡ALTO!!! ¡DETÉNGANLOS! —ordenó uno de los jefes Fatui.
Para suerte del pequeño grupo, Albedo ya estaba lejos de ellos y Razor era muy hábil esquivándolos sin muchas complicaciones, por lo que pronto fueron dejando a los enemigos atrás.
—¡Sígueme! Conozco un escondite.
Albedo lo guío por entre varios árboles, aprovechándose de la densidad de sus ramas para perderse de vista el tiempo suficiente como para colarse por entre unas rocas, las cuales estaban acomodadas de tal forma que ocultaban la entrada de una pequeña cueva.
Ambos chicos se escondieron dentro, aunque se mantuvieron alerta y en completo silencio por un rato por si los enemigos estaban cerca, no fue hasta que escucharon diversas quejas y nuevos gritos entre los Fatui alejándose cuando finalmente se permitieron relajarse.
—Bennett.
Bueno, en realidad no se relajaron, aún tenían a un chico inconsciente. Razor miró preocupado a su amigo y lo tomó de las mejillas, pues estaba jadeando y sudando como si estuviera en medio de una fuerte fiebre.
—Bennett... —gimoteó.
—Descuida, no tiene ninguna herida externa grave.
Albedo bajó a Bennett y lo acostó cuidadosamente en el suelo, sacando y abriendo un vial, para sacar así una réplica de un seelie de la montaña. La cueva tomó una temperatura bastante acogedora. Razor no se había dado cuenta de lo mucho que su cuerpo agradecía el poder volver a estar en un ambiente cálido, pero eso no era lo que le preocupaba, sino el bienestar de su amigo por lo que se hincó a su lado y a pesar de las palabras de Albedo, quiso revisarlo, siendo lo primero que llamó su atención un olor bastante extraño, mientras Albedo se centraba en registrar su temperatura y signos vitales, Razor siguió ése olor para encontrar su origen.
—Aquí. Oler extraño —señaló su boca. Albedo, curioso, se acercó para examinarlo con más profundidad.
—Tienes razón… No identifico el olor de ningún veneno... Tampoco hay efectos secundarios visibles. Podemos descartar que tomó una sustancia mortal o muy dañina, pero si lo que sea que haya tomado es la causa de su desmayo, entonces hay algo que puedo hacer.
El alquimista rebuscó entre sus cosas, sacando diversos frascos hasta dar con uno con un líquido color menta.
—Tienen suerte. Bárbara me había encargado estas pociones y estaba por llevárselos. No dudo de que ella entenderá nuestra emergencia; ven, ayúdame a sostener su cabeza.
Le mostró como acomodar la cabeza de Bennett para hacerle tomar el medicamento. En el instante en que aquel líquido pasó por su garganta y gracias a que su cuerpo estaba recuperando su calor habitual, los jadeos de Bennett se fueron reduciendo. No pasó mucho tiempo hasta que, poco a poco, volvió a abrir los ojos.
—Razor... ¿Eres-
No pudo terminar de hablar, pues apenas escuchó su nombre Razor se abalanzó hacia él y lo abrazó con fuerza.
—¡Bennett! ¡Bennett! ¡Estar bien! ¡Tú estar bien!
—Si... Si; estoy bien...
Bennett se quedó en shock por unos momentos. Aún se sentía algo mareado, pero a pesar de eso correspondió el abrazo con la misma fuerza. Su cercanía le permitió notar el ligero temblor en el cuerpo de su amigo, lo cual le llenó el corazón tanto de dolor por verlo así de afectado como ternura y amor por toda su preocupación y cariño sinceros que su mejor amigo expresaba hacia él.
—Estoy bien... Tú también estás bien, ¿verdad?
Razor solo asintió como respuesta pues sentía un nudo en la garganta que le impedía hablar con normalidad. Escondió su rostro en el hombro de Bennett en un intento de tranquilizarse, pues tenía tantos sentimientos encima que no podía comprender ninguno de ellos.
—Que bueno que ambos estén bien —mencionó Albedo con una pequeña sonrisa y cierto alivio en su voz.
—Albedo... —Bennett levantó la mirada hacia el alquimista, soltando un ligero suspiro de alivio—, que alegría... Muchas gracias por ayudarnos.
—No te preocupes, haría lo que sea por mis amigos.
Ahora que todo estaba mucho más calmado Albedo se sentó en el suelo con las piernas cruzadas, cosa que Bennett imitó con un poco de dificultad pues Razor aún no quería separarse de él, tampoco era como si Bennett sí quisiera.
—¿Qué les pasó chicos? ¿Cómo terminaron en una situación tan grave?
La expresión de Bennett se endureció un poco mientras le contaba toda la situación a Albedo, quién no se había enterado de absolutamente nada ante la falta de palomas mensajeras. Pasó un rato en lo que el alquimista se enteraba de todo, tiempo en el que Razor pudo tranquilizarse y finalmente soltar a su amigo.
—Entiendo —dijo Albedo al haber terminado el relato—. Ahora veo porque los Fatui han actuado tan extraño desde ayer.
—¿En serio?
—Sí. Han estado con los nervios de punta y moviéndose de un lado a otro; es aún más peligroso andar en la montaña que antes.
—Ya veo… pero aún así tenemos que buscar una forma de llegar a Liyue, no podemos solo dejarlos a su suerte.
Al ver la mirada de Bennett, Albedo sonrió. No es como si realmente hubiera tenido la intención de hacerle cambiar de idea, solo quería advertirle, pero ver esa decisión que tenía siempre de querer ayudar a otros, a pesar de cualquier inconveniente, incluso de ésos momentos en los que su vida acababa de estar en riesgo, lo hizo admirarlo un poco más.
—No te preocupes, Bennett. Lo entiendo y estoy completamente de acuerdo, de hecho no estamos en un mal lugar en donde ustedes puedan continuar con su viaje.
—¿En serio? —preguntó el explorador con un brillo en los ojos.
—Sí, pero por ahora por favor tomen un descanso, los dos lo necesitan, yo iré a traerles algo de sopa de rábano, no me alejaré mucho pero de igual manera procuren no salir de aquí.
Bennett al principio quiso replicar, aún se sentía con la energía suficiente para poder continuar, después de todo había estado en situaciones mucho peores antes pero hubo un sonido que lo detuvo: una tos, era Razor. Volteó a mirarlo y notó que se veía realmente cansado. Se regañó a si mismo, estaba tan acostumbrado a que Razor siempre pudiera seguirle el paso que no consideró que estaban en circunstancias especiales.
—Está bien. Gracias otra vez, Albedo.
El alquimista sonrió como respuesta y salió de la cueva con cautela, dejando a ambos chicos solos. Bennett volteó nuevamente hacia Razor, ahora con una notable preocupación en su expresión.
—¿Estás bien? Te escuché toser —puso su mano en la frente de Razor—, y te ves cansado...
—Estar bien... —sintió sus mejillas enrojecer ligeramente ante el toque de Bennett, pero lo ignoró—. Solo cansado. No preocupar.
—¿Cómo no me voy a preocupar por ti después de todo lo que has hecho por mi? Y aún si no hubieras hecho nada, sigues siendo importante para mí, Razor.
Bennett no había pensado bien antes de hablar, las palabras habían salido por su propia cuenta. Al darse cuenta de lo que había dicho, ambos chicos desviaron un poco las miradas mientras sus mejillas se pintaban de rojo, ninguno pudo ver que el otro se sentía igual de avergonzado.
—Tu también... Importante. Eres mi Lupical.
Razor reposó su cabeza en el hombro ajeno, cerrando los ojos y soltando un suspiro que delató tanto su cansancio como la tranquilidad que ahora podía gozar. Bennett sonrió un tanto enternecido y comenzó a rascar suavemente su coronilla.
Fueron unos momentos silenciosos pero cálidos en los corazones de ambos chicos, los cuales pudieron disfrutar después de toda la tormenta que se había abalanzado sobre ellos.
—Oh, cierto. Yo recordar... Duda —dijo Razor después de un rato, enderezándose para mirarlo fijamente—. Tu comer algo malo... Desmayar. ¿Qué es?
—Oh, eso.
Con una risa un poco nerviosa, sacó de su inventario un tazón con una sopa exactamente igual a la que había tomado antes, no pasó ni un segundo y el terrible olor ya había inundado la nariz de Razor que hizo una gran mueca de desagrado mientras se tapaba la nariz.
—Oh, lo siento —Bennett lo guardó de nuevo—. Es una sopa… O bueno, se supone que lo es.
—No gustar olor... Peor que verduras.
—Sí —rió—. A veces me pongo a experimentar con la comida y pues… Obtengo esta clase de cosas. Sólo las guardo porque descubrí que si estoy dormido o inconsciente, mi mala suerte ya no surte efecto, una vez hice una prueba al respecto en una exploración que tuve con el Viajero en donde nos quedamos atrapados en un dominio, pasaron varias cosas y al final tuve que tomar una de mis sopas y eh...
Miró a Razor, el chico parecía tener el cerebro frito por tener que procesar y tratar de entender toda la información que Bennett había soltado demasiado rápido. El chico soltó una ligera risa.
—Bueno, en realidad tampoco lo entiendo bien. Sólo sé que si no estoy despierto, tengo buena suerte. En realidad yo obtuve mi Visión estando inconsciente.
Mientras el aventurero veía su Visión con cariño, Razor apretó los labios y su expresión se tornó a una bastante incómoda, el recuerdo del día en que había obtenido su propia Visión llegó inevitablemente a su mente, era algo que deseaba olvidar. Bennett se dio cuenta de ésto y la preocupación volvió a él, aunque creyó que había sido por otra cosa.
—Oye, estoy bien, siempre utilizo eso como último recurso porque no sé hasta cuándo podrá funcionar. Sé que fue muy impulsivo tomarlo en aquel momento, pero salió todo bien —quiso animarlo.
Razor soltó un nuevo suspiro y, en un intento de relajar su mente y alejar esos recuerdos, se volvió a recostar, aunque en esta ocasión fue en el regazo de Bennett, se acurrucó un poco.
—No hacer de nuevo. Asustarme mucho.
Bennett no sabía qué decir pero llevó su mano nuevamente a su coronilla, volviendo a darle mimos.
—Está bien. Perdón; no volveré a hacerlo sin avisarte, lo prometo.
◈ ━━━━━━━ 幸 ━━━━━━━ ◈
Durante las últimas horas antes de retomar el camino los chicos se dedicaron a descansar, se turnaron para dormir, disfrutaron de la sopa de rábanos que Albedo les preparó y cuidaron de algunas de las leves heridas que habían ganado.
En ese tiempo Albedo les explicó cómo era el resto del camino que debían tomar para finalmente poder salir de aquella montaña, ruta que disgustó un poco a Razor más no dijo nada.
—Bien, supongo entonces que es hora de separarnos —dijo Albedo una vez que vio a ambos chicos lo suficientemente descansados y repuestos como para continuar—. Yo iré rápidamente a la ciudad para brindar todo el apoyo posible —asomó su cabeza fuera de la cueva, saliendo junto a los chicos al ver que era seguro—. Les deseo suerte en su viaje.
—¡Sí! Muchas gracias de nuevo, Albedo. Por favor dile a Jean que estamos bien.
—Lisa... También —pidió Razor.
—Por supuesto. Que el viento los acompañe.
Con una última despedida separaron sus caminos, Albedo regresando a paso apresurado a la ciudad y los amigos siguiendo el camino que el alquimista les sugirió.
—Oh. Bennett. Yo recordar... Guardar esto.
Razor se detuvo un segundo para sacar la espada ligera de Bennett y entregársela. El chico, al ver que su arma estaba completamente bien, la toma con una sonrisa luminosa.
—¡Genial! ¡Gracias, Razor! ¡Creía que tendría que buscarme una nueva! —la guardó y con gran entusiasmo tomó la mano de Razor, alentándolo a continuar—. ¡Ahora nada podrá detenernos! ¡Vamos!
Con las energías y ánimos completamente recuperados, empezaron a correr cuesta arriba hacia un acantilado, del cual podrían planear hasta llegar a una zona relativamente segura ya en Liyue, la idea original de Bennett era saltar nada más llegar a la orilla, pero se detuvo en el último segundo.
—Umm... Razor. ¿Te gustaría que busquemos otro camino?, sé que no te gustan las alturas y es una larga distancia en la que tendremos que planear —dijo mirándolo con preocupación, aunque se relajó un poco cuando Razor comenzó a negar con la cabeza.
—No. Ser camino más rápido. Yo estar bien.
—¿Seguro?
Razor asintió y le dió una mirada tranquila pues a pesar de que su temor a las alturas no había cambiado, iba a estar junto a Bennett. Ya lo había afrontado antes por él y lo volvería a hacer las veces que fueran necesarias.
El aventurero asintió al ver su seguridad y, contando hasta tres, ambos dieron unos pasos para después saltar y abrir sus planeadores, bueno, esa era la idea principal pero en el último paso, el suelo debajo de Bennett se resquebrajó y terminó tropezando.
—¡Waah!
—¡Bennett! —llamó Razor al verlo caer, estuvo a punto de guardar su planeador y dejarse caer para atraparlo, pero el explorador logró recomponerse y abrir su planeador.
—¡E-estoy bien! —dijo para calmar tanto a su amigo como a sí mismo, pues sintió como su corazón palpitaba a mil por hora.
A pesar de eso, Razor se dejó caer un poco y volvió a abrir su planeador, quedando a la misma altura que su amigo.
—¿Seguro que estar bien?
—Si si, no te preocupes. Fue solo un tropezón —le sonrió.
Al no haber salido lastimado, lo atribuyó a un descuido suyo más que a su mala suerte. Razor asintió con alivio y miró hacia enfrente, siendo ahora víctima de la incomodidad de la altura en la que se encontraban, Bennett lo notó y pensó en algo para apoyarle.
—Hey, Razor —le extendió la mano una vez que el chico volvió a mirarlo—, toma mi mano. Yo te cuidaré hasta que lleguemos a tierra firme, ¿de acuerdo?
El corazón de Razor palpitó con un poco más fuerza ante aquella propuesta y con sus mejillas ligeramente sonrojadas, tomó la mano de Bennett apretándola con más fuerza de la que debería, mas a su amigo eso no le molestó y simplemente dejó que se apoyara en él.
Así ambos se dejaron llevar por el viento, el cual fue testigo de como el cariño que ambos se tenían era capaz de romper las barreras de los miedos, pues Razor comenzó a pensar que, en esos momentos, estar en las alturas no era algo tan malo.
Chapter 6: Pueblo Mingyun (Parte 1)
Summary:
Los chicos finalmente logran atravesar la frontera y adentrarse a Liyue.
¿Cuál será su siguiente destino?
Notes:
(See the end of the chapter for notes.)
Chapter Text
Al irse alejando de Espinadragón, los chicos se fueron recuperando del helado clima montañoso sólo para terminar adentrándose en una tormenta, por lo menos en esta ocasión no estaban cayendo rayos, pensó Bennett, aunque prefirió guardarse ese comentario para sí mismo pues estaba seguro de que si lo decía terminaría invocando los dichosos rayos.
—Ten cuidado al caer, Razor, no te vayas a resbalar —adviertió Bennett mirando cómo el suelo cada vez estaba más cerca, aunque en realidad se lo había dicho a sí mismo.
Al estar a unos pocos metros del suelo, soltaron sus manos para poder caer con propiedad. Mientras Razor dio un pequeño giro al tocar el suelo, evitando así cualquier clase de daño, Bennett quiso caer de pie y después apoyarse en sus manos, pero terminó por aterrizar sobre una zona bastante fangosa que lo hizo resbalar y caer de cara.
—De acuerdo, eso sí me dolió.
Se quejó al separar su rostro del lodo mientras trataba de limpiarse los ojos. Razor rápidamente se acercó para auxiliarlo, limpiándole el rostro con cuidado.
—¿Estar bien?
—Ojalá me dieran un mora por cada vez que me preguntas eso —bromeó con una ligera sonrisa al abrir los ojos— Sí, estoy bien.
Al quitarle la gran mayoría de lodo cruzaron miradas, notando como ambos rostros estaban bastante cerca, sus corazones palpitaron con emoción. Bennett apretó los labios con ligero nerviosismo mientras que Razor solo quiso seguir contemplando sus ojos.
—Ehh... Gracias, Razor. Ya estoy bien.
Con una sonrisa nerviosa, tomó sus muñecas y las separó. Sentía que cada vez era más difícil aguantarse las ganas de besarlo.
—Oh, está bien.
Por su parte, Razor sintió que había incomodado a Bennett al no saber aún identificar bien las expresiones humanas, lo que lo hizo entristecer un poco.
—Por una vez, no está tan mal que esté lloviendo, al menos ayudará a limpiarme —Bennett trató de animar el ambiente.
Y cómo era previsible, apenas dijo ésas palabras la lluvia se detuvo y las nubes comenzaron a dispersarse, abriendo paso a los rayos del caluroso sol.
—Bueno, era de esperarse —suspiró queriendo cambiar de tema para no terminar por invocar un tornado, de su mochila sacó un mapa y se lo mostró a Razor—. Considerando nuestro punto de partida, el camino que nos llevó a la cueva y la dirección en la que planeamos....; estamos más o menos por aquí —señaló el área en la que, efectivamente, se encontraban—. De acuerdo a este mapa, por este lado hay un dominio, pero si avanzamos unos cuantos pasos...
Avanzaron hacia el oeste, logrando divisar un pequeño pueblo que se veía bastante abandonado. Bennett guardó el mapa para no perderlo mientras el entusiasmo lo invadía.
—¡Bien! Sólo debemos atravesar este pueblo y estaremos a la mitad del camino.
El aventurero pensó en que podrían acortar camino planeando otro poco, pero recordó que ya había exigido mucho a Razor, no quería sonar egoísta y verse como una mala persona al volver a pedírselo.
—Muchas rocas gigantes.
La voz de Razor lo sacó de sus pensamientos, al dirigir su mirada hacia donde estaba mirando, pudo disfrutar de la hermosa vista que tenían desde aquel lugar. Considerando que Liyue estaba llena de montañas, seguramente no era la mejor vista que podían tener de aquella nación, sin embargo, se sintió orgulloso y maravillado por el paisaje.
—Sí. Sin duda es increíble, ¿verdad?
Bennett cerró los ojos y dejó que aquella suave brisa acariciara sus mejillas, gozando de aquella pequeña victoria de haber podido llegar a Liyue. Razor, en cambio, miró a Bennett y se contagió de su serenidad.
—Sí, increíble.
Por un rato disfrutaron del paisaje y de la compañía del otro, hasta que un extraño movimiento llamó la atención de Razor.
—¡Cuidado!
Bennett fue repentinamente jalado por su amigo, esquivando de último segundo a una Cría de Dragarto Geo que había rodado directamente hacia ellos.
—Gracias, Razor. ¡Corre, vámonos!
Sin perder tiempo, ambos se echaron a correr para escapar del territorio de aquel monstruo, provocando que tuvieran que desviarse hacia el norte, cómo tal no era un gran riesgo, pues Bennett tenía el referente de ir en el lado contrario en el que estaba Espinadragón, o sea el oeste, así que el riesgo de que se perdieran era mínimo, según él.
Cuando el peligro se disipó dejaron de correr, aunque Razor tuvo que esperar a que Bennett lo alcanzara pues, como de costumbre, su diferencia de aguante era bastante notoria.
—¿No has... considerado... entrar a... alguna competencia… de carreras? —le preguntó jadeante al estar finalmente a su lado —, seguramente ganarías... muchas moras.
—Yo no necesitar moras.
—Que envidia; ojalá fuera lo mismo para mí.
Una vez que se recompuso lograron escuchar algo que llamó su atención: alguien estaba combatiendo, ambos se miraron antes de acercarse al origen del escándalo, encontrándose con otro par de chicos que estaban por vencer a un grupo de Hilichurls.
—¡Filo espiritual, ataca!
Los chicos vieron fascinados como tres mandibles gigantes de hielo fueron el golpe final que derrumbó a un Mitachurl. El creador de aquel ataque, un chico de cabello celeste, guardó su mandoble antes de voltear con el otro chico, de cabello azulado también, que lo acompañaba.
—Oye, ¡yo conozco a ese chico!
Exclamó Bennett con alegría antes de acercarse hacia ellos. Razor, al ver que éstos no presentaban ningún tipo de amenaza, siguió a su amigo, aunque la duda cubría su rostro.
—¡Xing-
El aventurero se tapó la boca y se detuvo abruptamente al ver cómo ésos chicos comenzaban a besarse, pintándo notablemente su rostro de rojizo.
—Creo que es mejor que no los interrumpamos... —se giró y les dio la espalda, tratando de esconder su sonrojo. Razor miró a los chicos y, al no comprender lo que ese beso significaba, miró a su amigo con duda.
—¿Por qué?
—Eeh... Bueno... —los nervios lo invadieron—. Es que ellos... Bueno, cuando dos personas se quieren mucho, emm… ellos se dan muchos besos...
—Lobos también darme muchos besos —rebatió aún sin entender el por qué de la reacción de Bennett.
—O sea, sí. Pero no es lo mismo, es umm... —igual a como él quería besarlo—. Los besos que se dan ésas personas son diferentes porque... se quieren de una forma especial; no es como tu Lupical, es más como...
—¿Bennett?
Cómo si hubiese caído del cielo, Xingqiu apareció a su lado, Bennett agradeció a todos los Arcontes por haber sido rescatado de esa conversación tan embarazosa y no dudó en saludar a su amigo.
—¡Xingqiu, ho-hola! Perdona si interrumpimos algo... —se rascó la nuca con algo de pena.
—Oh, no te preocupes. No nos molesta que nos vean, ¿cierto, Yunyun~?
Chongyun desvíó la mirada mientras sus mejillas se tornaban rosadas, claramente avergonzado por haber sido encontrado así por unos desconocidos.
—Eem... Soy Chongyun, mi familia ha practicado el arte del exorcismo en Liyue durante generaciones. Un placer conocerlos —cambió el tema.
—Soy Bennett, líder de la Brigada de Benny —se presentó el chico señalando a sí mismo con una radiante sonrisa.
—Tú... oler bien —dijo Razor aproximándose un poco a ellos.
—¿Eh?
—Ah, tú debes de ser Razor —Xingqiu hizo una pequeña reverencia—. Xingqiu, a tu servicio. Bennett me ha hablado mucho de ti, te tiene un gran aprecio.
—Sí. Yo también quererlo. Ser gran amigo. —Éso le dolió a Bennett—. ¿Tú ser amigo... Bennett?
—Sip. El Viajero usualmente pide nuestra ayuda cuando quiere enfrentarse a la Espiral del Abismo, así que nos encontramos regularmente ahí.
—¡Sí, deberías verlo, Razor! ¡puede hacer una maroma super elegante en el aire como si nada!
—Solo es por mi entrenamiento, no es nada. En realidad estoy más impresionado por tu capacidad de mandar a volar a cualquier enemigo.
—Ah, no es nada. En realidad aún debo mejorar para no salir volando también… —ese intercambio de cumplidos terminó con Bennett apenado, lo que causó una pequeña risa en Xingqiu.
—Jeje. Pero bueno, ¿qué hacen ustedes en Liyue?, ¿van de aventuras?
—¿Eh? Ah, no. En realidad... —la realidad golpeó a Bennett como un gigantesco Lawachurl—. Estamos en una misión muy importante de hecho, que bueno que me lo recuerdas.
Les contó todo, desde que se encontró con los Fatui en la caverna hasta su escape unas horas atrás, al igual que con Albedo, cuando los chicos se fueron enterando más y más de la situación, tanto sus rostros como sus posturas se volvieron visiblemente rígidas y serias.
—Eso explica el por qué mis comerciantes han tenido problemas para cruzar la frontera —Xingqiu se cruzó de brazos—; he recibido reportes de varios retrasos a causa de ese grupo, usualmente no le tomaría tanta importancia ya que ése tipo de incidentes no son tan raros pero en los registros decían que estaban siendo sumamente agresivos e innecesariamente hostiles, así que decidí ir a investigar las razones de aquellos ataques junto a Chongyun antes de avisar a la Geoarmada.
—Ya veo, pero... ¿Qué no la ruta comercial está más para...—Bennett miró a su alrededor y señaló incorrectamente hacia dónde creía que se encontraba la Puerta de Piedra— ...para allá?
Con una pequeña risa, Xingqiu lo corrigió moviendo su mano un poco.
—Sí, sólo que creí que un pequeño desvío para ayudar a mi Yunyun no haría mucho daño, al final parece que tenía razón, fue incluso mejor ya que nos encontramos con ustedes.
—En el camino hacia Liyue dudo que se encuentren con algún Fatui —dijo Chongyun algo pensativo—, no es que no haya, es que el Qixing los trae muy vigilados desde el incidente con la muerte de Rex Lapis, me sorprende que aún así hayan logrado planear un ataque de tal magnitud...
—Bueno, sea como haya sido; deseo devolverles el favor, ¿qué les parece si los acompañamos hasta la Llanura Guili? —intervino Xingqiu con una apacible sonrisa.
—¿En serio?, no quisiéramos retrasarlos aún más, después de todo tienen cosas que hacer —dijo Bennett.
—No te preocupes por eso. En realidad necesito un poco de tiempo para pensar en qué hacer ahora que conozco toda la situación. Además, teníamos pensado ir al Pueblo Mingyun de todas formas.
—Oh, ¿y eso?
—Bueno —respondió Chongyun con algo de pena—, aún cuando soy un exorcista, nunca he visto ningún fantasma debido a mi positividad congénita, no es que no haga bien mi trabajo, pero usualmente solo se limita a sentarme en lugares embrujados o simplemente acercarme, rara vez utilizo mis conocimientos en taumaturgia —suspiró.
Ni Bennett ni Razor entendieron mucho de todo lo que Chongyun se estaba quejando, se miraron mutuamente y compartieron su confusión, aunque Bennett sólo se encogió de hombros antes de volver a prestar atención.
>>En fin, siempre estoy buscando algún rastro de fantasmas o monstruos de ése tipo y cada tanto vengo al Pueblo Mingyun a probar mi suerte pues se dice que ahí los encuentros con fantasmas son muy habituales, aunque yo no he encontrado nada —se encogió de hombros.
—¿Acaso dijiste que... hay fantasmas allá? —preguntó Bennett
—No te preocupes, si nos encontramos con uno yo me encargaré de él —apaciguó el exorcista, aunque en su rostro podía verse cierta ilusión.
—Emm... Bueno; ¿tú qué opinas, Razor? —Bennett miró bastante dudoso a su amigo.
—Yo no temer... Fantasmas. Si alguno aparecer, yo pelear. Aceptar ayuda de nuevos amigos.
—¡Genial! —Xingqiu puso sus manos sobre los hombros de los chicos en un gesto amigable—. La idea es ir de noche para aumentar las probabilidades de encontrarse con algo, ¿suena bien o prefieren ir mañana al amanecer?
—Bueno, yo no estoy cansado —mencionó Bennett, quién aún al estar algo temeroso por los fantasmas, no podría aguantar estar más tiempo "descansando" —puedo pasar la noche de aventuras sin problemas, ¿y tú, Razor?
—Tampoco estar cansado. Preferir noche. Luna estar casi llena.
—Bien, entonces ¿qué les parece si antes de partir preparamos una pequeña cena? —ofreció Xingqiu, está propuesta que emocionó un poco a Razor.
—¡Sí! Nosotros cazar juntos
—Ah, ¿te gusta cazar? —preguntó Xingqiu—; aquí cerca hay una zona en donde podemos encontrar algunos jabalíes, te puedo mostrar si quieres.
—Sí. Gracias.
—Ustedes vayan. Yo me quedaré a encender una fogata para ya tener todo listo para cuando vuelvan —sugirió Bennett.
—En ese caso, me quedaré yo también —se ofreció Chongyun—, ayudaré con la fogata.
—Está bien; regresaremos pronto, Yunyun.
Xingqiu se acercó a su novio y le depositó un pequeño beso en los labios antes de alejarse junto a Razor. Bennett agradeció que Razor no estuviera ahí para preguntarle al respecto otra vez, pero también se preocupó porque lo más lógico era imaginar que le preguntaría a Xingqiu y había pasado el tiempo suficiente con ése chico como para saber que no tenía pelos en la lengua.
—Aquí cerca hay una cueva, ahí dentro encontraremos una pequeña olla que podríamos utilizar.
—¿Eh? Ah, sí. Me parece bien, voy contigo.
Sólo esperaba que Razor no regresara con ideas raras al respecto.
—De acuerdo, solo que me he estado preguntando el por qué estás cubierto de lodo…
—Ah, demonios. ¡Lo olvidé! —se rascó la nuca con una pequeña risa divertida—. Fue solo una mala caída en la lluvia de antes; no es nada, deja que me lave rápido y ya te sigo.
Chongyun asintió y miró como Bennett se acercaba al lago para lavarse rápido, preguntándose a qué lluvia se refería.
◈ ━━━━━━━ 狼 ━━━━━━━ ◈
—Xi... Xig... Xinqi...
—Xing-qiu —corrigió pacientemente el chico.
—Xing-qiu —repitió Razor al mismo ritmo.
—Así; ¿qué pasa?
—Tú dar beso a Cho... Chog... Otro chico.
—Chong-yun. Ajá.
—Chong-yun. Bennett decirme antes... Esos besos diferentes, pero no explicar, ¿tú poder explicar?
Xingqiu no pudo evitar formular una sonrisa gatuna, presentía que ésa iba a ser una conversación muy interesante.
—Dime, Razor. Bennett me dijo que tú creciste con los lobos, ¿es cierto?
—Sí. Ser lobo... Pero también ser humano.
—Entiendo. Por lo general los lobos no tienen problemas por mostrar su afecto y darse besos entre ustedes, ¿verdad? —Razor asintió—, bueno, pues para los humanos no es así.
—Sí. Humanos... Se incomodan. No les gustar.
Razor recordó como Lisa lo había corregido en ése aspecto cuando él intentó darle un beso en la mejilla, diciéndole solamente que los humanos casi no se besaban, aunque no quiso profundizar más en eso, "Lo entenderás cuando seas más grande" fueron sus palabras. Razor no quiso insistir y se olvidó del tema.
—No es que no nos guste. Los besos son algo muy íntimo. Algo que se da con personas muy especiales...
—¿Cómo Lupical? —Xingqiu lo miró sin entenderle—, los lobos ser mi Lupical. Familia.
—Oh, ya entiendo. No, es aún más especial —Razor siguió sin entender. Xingqiu tomó su propio mentón y se puso un poco pensativo—. Humm... Tal vez deba dar algún ejemplo: Chongyun y yo, él es más especial que cualquier otra persona que conozca porque él es mi novio.
—¿Novio? ¿Qué ser?
Sip, definitivamente iba a ser una conversación muy interesante.
—Bueno... —comienzaron a subir cuesta arriba por la colina en la que encontrarían a los jabalíes—. Un novio es una persona con la que mantienes una relación muy cercana; es muy distinta a la de familia o amigos, pues no tienen lazos sanguíneos que los unen y solamente desean estar juntos aunque no deseen hacer nada especial, pues el simplemente estar al lado del otro ya es especial. A un novio le das muchos besos, abrazos, mimos y tienen citas en lugares especiales a los que van solos y disfrutan de un tiempo juntos.
Razor se quedó pensando, tratando de entender aquel concepto. Sonaba parecido a como era con su Lupical, pues a pesar de no tener lazos sanguíneos, los lobos y él deseaban estar juntos, se daban besos, se abrazaban, mimaban, pasaban tiempo juntos e iban a lugares especiales. Pero Xingqiu había dicho que sí que había una diferencia, lo cual solo lo confundió más.
—Umm, creo que debo ser más específico —dijo entre pequeñas risas al ver la expresión de Razor—. Los novios son dos personas que se gustan. Cuando alguien te gusta sientes cosas muy raras, al menos al principio, sientes un cosquilleo en tus cachetes o en tu estómago, cuando lo tocas sientes como si la energía electro corriera entre ustedes, tu corazón se mueve muy rápido y siempre deseas mirar algo que te guste mucho de ésa persona porque sientes que es especial, que es algo que sólo ésa persona tiene.
Razor entendió un poco mejor lo que el contrario le decía, se puso a pensar un poco más ya que había reconocido algunos de ésos síntomas.
—Yo sentir algunas cosas con Bennett, ¿él ser mi novio?
—Oh, mi querido, Razor —Xingqiu se estaba divirtiendo más de lo que debería— Aún hay varias cosas que explicarte, en especial lo de los besos. ¿Qué te parece si primero vamos por nuestra comida? De regreso te contaré todo, lo prometo.
Razor no supo identificar la mirada traviesa en su nuevo amigo, pero sí sintió un ligero escalofrío, tenía un mal presentimiento.
Notes:
Ese Xingqiu es todo un loquillo (´▽`)
Sé que el cap está un poco corto, pero la siguiente parte es más larga. Lo juro jaja
Chapter 7: Pueblo Mingyun (Parte 2)
Summary:
Razor y Bennett tienen un inesperado y feliz encuentro con dos nuevos amigos, Chongyun y Xingqiu.
Y mientras Xingqiu tenia una conversación bastante informativa con Razor, Bennett y Chongyun se dan cuenta de que tal vez tengan más cosas en común de las que podría parecer en un principio.
Notes:
No hay cosa más irregular que mis actualizaciones jasajs
Pero ni modo, no podía dejarlos sin nuevo cap ✨
Chapter Text
Chongyun guió en silencio a Bennett hacia la cueva pues no tenía motivos para sacar temas de conversación. Y si fuera así, ¿qué diría? Además, estaba un poco avergonzado por haber sido atrapado a medio camino de un beso caliente.
—Entonces, ¿qué hace un exorcista exactamente?
Para suerte del chico de cabellos celestes, Bennett se encargó de sacar plática de un tema para nada vergonzoso.
—El exorcismo utiliza la taumaturgia y las artes marciales para conquistar el mal, hay otros medios para llegar al mismo fin pero no son el verdadero camino —explicó.
—Ooh, ¿y peleas contra demonios y fantasmas malvados todos los días? —infortunadamente, antes de poder obtener una respuesta, una piedra de un tamaño considerable le golpeó a un costado de su cabeza—. ¡Ay! ¿Pero qué...?
—Por los espíritus, ¿estás bien?
Bennett volteó hacia el lado de dónde había provenido aquella roca, encontrándose con un Hilichurl y tres slimes que no dudaron en dirigirse y atacar hacia ellos apenas se enteraron de su presencia.
Ambos chicos sacaron sus armas sin dudar, comenzando así una pequeña pelea por la cueva. Bennett comenzó cargando su habilidad lo suficiente para terminar cubriendo a los enemigos del elemento Pyro, a lo que Chongyun aprovechó para provocar la reacción "Derretido" en ellos, cubriendo un área circular con su elemento Cryo.
—¡Woah, genial! —exclamó Bennett al notar como su espada también estaba cubierta por ése elemento.
No había muchas personas cuyas habilidades podían hacer eso. Curiosamente él había pensado en mejorar su habilidad definitiva para que hiciera lo mismo, pero cuando se lo expresó al Viajero con la idea de obtener su opinión, prácticamente le había rogado que no lo hiciera. Le había dicho que sus habilidades eran absolutamente perfectas tal como estaban, ciertamente eso lo había extrañado un poco, pero no podía sentirse ofendido al haber sido él quien le había pedido su opinión, por lo que decidió hacerle caso. Después de todo el Viajero era mucho más experimentado y fuerte que cualquiera que pudo haber conocido, confiaba en sus opiniones y experiencias. Además, tampoco es que fuera una gran pérdida.
La pelea no duró mucho en realidad. Se limitaron con ataques más simples al aprovecharse del elemento Cryo. Claramente Bennett no pudo hacer gran daño, pero fue interesante sentir cómo una agradable energía helada lo cubría en la pequeña batalla.
—¡Tus ataques son increíbles!, das giros y vueltas con una mandoble, ¿cómo lo haces?, ¿no es muy pesada?, yo ni siquiera puedo levantarlo bien, me tiemblan mucho los brazos —rió.
Chongyun se sintió avergonzado por ser atiborrado de halagos de forma tan repentina; no era tan raro que las personas lo alabaran por sus habilidades marciales, pero no dejaba de ser vergonzoso, mientras sus mejillas se pintaban de rosado, guardó su arma.
—Aah…, gracias; en realidad es gracias a mi entrenamiento de artes marciales, y sí, me pesa un poco pero si entreno más tal vez ya no llegue a ser así —respondió con humildad rascándose la nuca.
—Woah, definitivamente sigue siendo increíble. Las únicas vueltas que logro dar son cuando salgo volando por mis explosiones.
Esa había sido una queja real, pero tomó a Chongyun tan de sorpresa el que lo dijera con un tono tan casual que no pudo evitar reír un poco aunque rápidamente tosió para tratar de disimular y no verse grosero.
—No te preocupes, la verdad que si es un poco divertido lo que dije —habló Bennett entre pequeñas risas.
Ambos se permitieron reír un rato, rompiendo así el hielo entre ellos y liberando la tensión que Chongyun había sentido al principio.
—Bueno, con entrenamiento algún día también podrás lograrlo —sugirió el exorcista tratando de animarlo.
—Ojalá así sea —Bennett soltó una risilla.
Mientras se acercaban a la pequeña caldera vieron como los leños estaban ya bastante quemados, cosa que no sorprendió en lo absoluto a Bennett que suspiró.
—Bueno, supongo que tendré que buscar algo de leña, aólo espero que no vuelva a llover —se encaminó hacia la salida, mas la mano de su nuevo amigo en su hombro lo detuvo.
—Espera, no hace falta. Yo tengo un poco de madera guardada, podríamos utilizarla.
—¿En serio? ¡Genial! Tal vez mi mala suerte finalmente se está agotando.
—¿Tu mala suerte? —preguntó curioso al reemplazar los leños con la madera.
—Ah, bueno... Nací con mala suerte, todo el tiempo me están pasando cosas raras —Chongyun miró sus cicatrices y diversos vendajes, dándose una idea de a lo que se refería—. ¡Pero no tengo tan mala suerte como dicen! Sí, es cierto que suelo caer en las trampas de los cazadores o que de repente me caen en la cabeza ramas de árboles, pero eso es normal, ¿no?
—No realmente —respondió con honestidad.
Cualquiera que no conociera a Chongyun lo suficiente podría sentirse ofendido ante la franqueza de sus respuestas, pero para Bennett fue lo contrario por varias razones, siendo una de ellas que no captó ningún tipo de mala intención por parte del contrario. Además, siendo honesto consigo mismo, era agradable que por una vez alguien le dijera la verdad y no quisiera hacerlo sentir bien con mentiras, no podría fingir que estaba bien o feliz con su maldición todo el tiempo, aún cuando él lo intentaba por bienestar propio.
Un fugaz pensamiento cruzó por su mente: tal vez por eso disfrutaba tanto el pasar tiempo junto a Razor.
—De acuerdo, tienes razón —se acercó a la fogata y comenzó a tratar de encenderla—. Pero ya estoy acostumbrado y en realidad no es tan malo, he llegado a encontrar paisajes bastante inusuales y hermosos gracias a mi mala suerte, ¡si quieres algún día puedo llevarte!, hay un lugar muy alto que es muy bonito por la noche cuando la ciudad está iluminada y la luna se refleja en el Lago de Sidra.
—Suena interesante —asintió con una pequeña sonrisa.
Bennett era muy pasional, eso podía notarse a mil kilómetros de distancia, y si bien esa clase de actitud era algo de lo que Chongyun solía escapar, no sintió necesidad de hacerlo esta vez. De hecho, el chico había terminado por agradarle mucho. Le hizo pensar un poco en Xinyan, pero sin la parte explosiva e incendios que afectaban su positividad congénita. Eso ya era bastante bueno.
Al lograr encender ma fogata, Bennett comenzó a verter agua en la olla. Desgraciadamente, resultó que la olla estaba tan desgastada que a los pocos segundos se hizo un gran hoyo en la base, tirando toda el agua y apagando el recién iniciado fuego.
—¡Maldita sea! —maldijo Bennett revisando el daño antes de mirar a Chongyun—. Eh... Lo siento por eso. A este tipo de cosas me refiero con "mi mala suerte" —suspiró. Chongyun tomó el caldero y miró impresionado el gran hoyo que se había formado, él había usado ése lugar cientos de veces y juraba que siempre lo había encontrado en un estado, prácticamente perfecto.— ¡Por suerte siempre traigo una de emergencia!, es más pequeña y me tardo más en cocinar pero funcionará.
Mientras Bennett trataba de volver a encender el fuego en la madera que había logrado salvarse del agua, Chongyun optó por sentarse, manteniendo cierta distancia de la fogata por mera costumbre. Ahora tenía una idea más clara de cómo era el día a día de Bennett, cosa con la que empatizó y se sintió muy identificado.
—En realidad, yo también tengo algo parecido que me afecta desde que nací.
—¡¿En serio?!
—Nací con algo llamado "positividad congénita", significa que tengo demasiada energía positiva, aparentemente es tan raro que solo ocurre una vez cada mil generaciones más o menos, significa que puedo repeler todo el mal en kilómetros a la redonda...
—Woah... Eso debe ser bueno para un exorcista, ¿no? —preguntó viendo con cierta frustración como el pequeño fuego que logró crear se había apagado a la mínima distracción. Chongyun suspiró.
—En realidad, no es bueno. Debo ser el único exorcista en la historia que no puede acercarse a un espíritu maligno a menos de 16 kilómetros.
—Oh... —Bennett pensó que también era un tipo de mala suerte.
—Y eso no es lo único; uno de los principales síntomas de la positividad congénita es el exceso de pasión, algo que me ha llevado a muchas situaciones vergonzosas, en un esfuerzo por aliviar estos síntomas debo abstenerme de comer chiles y cualquier comida caliente. También tengo que llevar un parasol conmigo a todas partes, y evito escuchar música muy animada, tampoco puedo probar las aguas termales.
—Vaya, y yo pensaba que vivía con mala suerte; realmente la tienes muy difícil.
Bennett no podía imaginarse una vida en la que se tenía que limitar en tantos aspectos y fijarse en las cosas más mínimas; mientras que Chongyun no podía imaginarse una vida en la que tuviera que soportar toda clase de heridas, contratiempos y obstáculos hasta para las cosas más mínimas y cotidianas.
Ambos lograron empatizar mutuamente.
—Está bien; estoy acostumbrado —Bennett se preguntó si era eso lo que sentían las personas cuando él decía lo mismo—, aunque sí me pregunto si alguna vez superaré mi condición de una vez por todas...
La fogata finalmente volvió a encender y Bennett suspiró victorioso.
—Yo también ando en búsqueda de cómo liberarme de mi mala suerte. ¡Algún día ambos superaremos nuestros obstáculos!, si los dioses nos reconocieron —tomó su Visión y la miró con cierto cariño— significa que no se han rendido con nosotros, entonces eso significa que tampoco debemos tirar la toalla con nosotros mismos, ¿no crees?
El aventurero lo miró con una sonrisa radiante, la cual terminó por contagiar a Chongyun y hacerlo sonreír también. Si Bennett, quién vivía con tantos obstáculos día a día, no planeaba rendirse en encontrar una solución, ¿por qué habría de hacerlo él?
—Sì, tienes razón.
◈ ━━━━━━━ 狼 ━━━━━━━ ◈
—¡Volvimos!
Xingqiu y Razor entraron a la cueva, encontrándose con Bennett y Chongyun terminando una conversación.
—Bien, ¿cómo les fue? —preguntó el exorcista a su pareja, recibiendo un pequeño beso mientras lo ayudaba a cargar con la carne.
—Nos fue bastante bien; Razor es un excelente cazador, creo que más bien le estorbé en lugar de ayudarlo —bromeó con más alegría de la habitual, lo cual rápidamente levantó sospechas en Chongyun—, de todas maneras fue bastante entretenido, ¿verdad Razor~?
El mencionado miró a Xingqiu y después a Bennett, quién lo veía con curiosidad, en cuanto sus miradas cruzaron, las mejillas de Razor se pintaron completamente de rojo y volteó hacia otro lado bastante nervioso.
—¿Razor? —Bennett se preocupó.
—Qiu, ¿qué le dijiste? —cuestionó Chongyun con seriedad ante la situación.
—No le dije nada… malo —se justificó con una expresión divertida.
—Xingqiu —lo reprendió.
—Oh vamos, Yunyun. ¿En serio crees que tú adorable novio sería capaz de decirle algo malo a nuestro nuevo y misterioso amigo? —puso una expresión de inocencia.
En algún otro momento, Chongyun hubiera respondido que no sin dudar pero estaba tan consciente de sus constantes travesuras y gusto por incomodar a los demás que ahora no le cabía duda alguna de que había dicho algo vergonzoso. No hicieron falta palabras, con su mera mirada Xingqiu supo la respuesta.
—Ow, no seas así Yunyun. Sólo me hizo una pregunta y yo le contesté, ¿verdad, Razor?
—Ehh... Si. Yo preguntar —se sentó cerca de la fogata, extendiendo la carne a Bennett, aún sin mirarlo a la cara.
El aventurero se preocupó un poco más. ¿Qué le habría preguntado a Xingqiu?, ¿acaso sería algo sobre él?, era muy probable ya que no lo veía a la cara y se puso incómodo, o eso creyó él, cuando lo miró. ¿Acaso se habría dado cuenta de algo? ¿tal vez de que ya no quería acompañarlo en su aventura?, no, no debía ser tan extremista, Razor siempre era honesto y claro con lo que quería o no quería. En lo que llevaban de viaje no había parado de repetir que estaba dispuesto a protegerlo sin importar qué pero ahora ni siquiera lo miraba, era imposible no sentirse preocupado.
Bennett intentó sin mucho éxito distraer sus pensamientos centrándose en la comida, Razor se mantuvo con la vista baja en el suelo, sumido en sus propios pensamientos, Chongyun miraba preocupado el cambio tan repentino en los ánimos de los chicos y Xingqiu estaba expectante con lo que podría llegar a suceder, era un ambiente bastante variado.
—¡Bien! Entonces es hora de preparar la cena, creo que he guardado unos cuantos chiles, Yueyun ¿les gustaría-?
—¡Xingqiu!
◈ ━━━━━━━ 幸 ━━━━━━━ ◈
La cena se dio en una atmósfera ligeramente tensa al principio pero Xingqiu incentivó a los demás a soltarse y comenzar a hablar, creando una conversación en la que todos participaron y se olvidaron momentáneamente de la incomodidad.
—Fuu, pero que buena estaba la comida —exclamó Xingqiu en un suspiro totalmente carente de aristocracia.
—Agradezco tu molestia de prepararme algo frío —dijo Chongyun con una sonrisa, pues Bennett había tomado en cuenta su condición y le había preparado una Ensalada Saludable, platillo típico de Mondstadt.
—No es nada; lo que sea por mis amigos.
Mientras Xingqiu trataba de volver a molestar a su pareja y hacerlo comer algo picante, Bennett comenzó a recoger las sobras que habían quedado en la olla, logrando ver de reojo como Razor veía dicha olla con bastante desilusión, pensando en hacer algo bueno por su amigo, Bennett puso un gran trozo de carne al fuego y comenzó a asarlo.
—Umm…, no sé que te tenga tan distraído —mencionó Bennett con algo de duda, llamando la atención de Razor—, pero sé que siempre te quedas con hambre, así que... Sí.
—Si... —su voz era más baja de lo normal, sintiendo pena por primera vez de que Bennett lo tomara tan en cuenta—. Gracias…
La incomodidad volvió a formarse entre ellos, angustiando a ambos chicos pero sin darles la fuerza como para hacer algo al respecto, Chongyun y Xingqiu notaron esto, y mientras éste último quiso quedarse para ver cómo se desarrollaba su nueva novela favorita, el exorcista sintió compasión por ellos.
—Oh, el sol acaba de ocultarse —dijo Chongyun mirando hacia el exterior—. La noche es el mejor momento para estar tranquilo y concentrado, es el mejor momento para entrenar, vamos Qiu.
—¿Eh?, pero acabo de comer —replicó queriendo quedarse.
—Exactamente por eso debemos entrenar; así la comida se convertirá en energía más rápido y podremos continuar con nuestra pequeña aventura —se levantó y miró a Xingqiu tanto con súplica como con molestia.
—Pero...
—¡Vamos!
Chongyun lo interrumpió y lo jaló de la muñeca hasta salir de la cueva, dejando a los chicos finalmente solos, eso fuera de ayudar provocó que la incomodidad inundara aún más la cueva.
—¿Ellos entrenar?, ¿ahora? —cuestionó Razor bastante extrañado.
—Bueno, Chongyun me dijo que le gusta aprovechar cada momento para entrenar y mejorar, que nunca es ni muy temprano ni muy tarde —le dió vuelta a la carne, sin saber si debería estar agradecido con el exorcista por dejarles un tiempo a solas.
El silencio volvió a reinar entre los dos, quienes concentraron su mirada en la carne asándose, se mantuvieron así por un buen rato, tiempo en el que Bennett se fue desesperando: quería saber qué agobiaba a su amigo.
—Umm... Razor —finalmente se animó a hablar— desde que volviste estás muy distraído y no me miras a la cara... —el rostro de Razor volvió a enrojecer, aunque Bennett estaba tan concentrado en mirar la carne que no lo notó—, entendería si ya no quisieras continuar con el viaje, es muy peligroso y... —no pudo continuar al ser interrumpido por la voz de su amigo.
—¿Ah? ¡No! Yo querer quedarse. Prometer protegerte.
—Sé que lo prometiste, pero —ahora fue él quien lo interrumpió— no es tu obligación, quiero decir, no quiero que te sientas incómodo u obligado a protegerme sólo porque lo prometiste.
—No ser así —la seriedad de su respuesta lo hizo olvidarse de la pena, logrando hacer que sus miradas se cruzaran otra vez—, ¿por qué pensar eso?
—Ehh.. Bueno... —de repente se sintió avergonzado, tal vez no había sido la mejor manera de sacar el tema, pero tampoco quería guardarse esos pensamientos—. Es que…, regresas de hablar con Xingqiu y de repente me miras raro o simplemente me ignoras…, no sabía qué pensar y me preocupé…, aunque tal vez me precipité en las conclusiones.
Razor sintió cómo una oleada de culpa le golpeaba en el pecho, pero también se sintió un poco frustrado: si tan sólo fuera mejor expresándose, Bennett no hubiera llegado a pensar que ya no quería estar con él. Se lamentó pero lo dejó de lado, no era el momento, tenía que disculparse y hacer sentir mejor a su amigo.
—Perdón, Bennett. No querer preocupar —se acercó un poco a él y tomó su mano con cariño y decisión—. Yo preguntar cosas a Xing-qiu, él responder pero…, no entender bien, ser difícil —mintió.
Razor era de aquellos que detestaban las mentiras, no las toleraba y se molestaba mucho cuando las descubría. Y aunque no era una completa mentira lo que había dicho, tampoco era una completa verdad, por lo que de todas maneras se sintió bastante sucio al tener que inventarse esa excusa. Su boca había actuado antes de que pudiera pensarlo, y para su alivio y disgusto, Bennett le creyó.
—Oh... Bueno, no te preocupes, a veces habla como si fuera un diccionario andante, así que te entiendo —rió.
Bennett no era tonto, con esa información le había quedado claro que, tal como se había temido, Razor le había preguntado a Xingqiu sobre los besos y que él le había respondido. Arcontes sabrían qué tanto le había dicho, pero pudo tener una conclusión del por qué había vuelto tan incómodo: se había sentido apenado por habérselo preguntado antes. Era normal que al obtener ése tipo de información alguien se sintiera tan apenado como para mirar a los demás con normalidad.
Sí, definitivamente se había dejado llevar por sus pensamientos antes de siquiera preguntar, y también su conclusión era absolutamente errónea.
—Perdón por… preocupar.
—Está bien, no te disculpes. Fui yo quién sacó conclusiones antes de tiempo...
Sus miradas se cruzaron, Razor pudo apreciar el pequeño brillo que el fuego reflejaba en los radiantes ojos de Bennett y éste pudo apreciar como su salvaje y misteriosa mirada lo veía tanto con intensidad como con delicadeza. Su cercanía cada vez era mayor y aunque era muy leve, podía sentir cómo una nueva clase de tensión se formaba entre ellos. Razor bajó la mirada y se topó con los labios del contrario, gracias a su nuevo conocimiento pudo desear "hacerlos suyos" pero no sabía cómo se lo podría llegar a tomar Bennett, así que decidió apartarse un poco y volver a desviar la mirada hacia la carne. Bennett tomó esto como que su hambre le había reprendido por falta de alimento por lo que se soltó suavemente del agarre de sus manos para tomar el palo.
—Bien, creo que la carne ya debería estar lista.
Razor asintió, aunque se tuvo que aguantar la risa cuando Bennett descubrió que una parte de la carne se había quemado por haberla desatendido, cosa de la que él sí que se había dado cuenta hacía ya un rato.
—¡Oh no! ¡Lo siento mucho, Razor! Te prepararé uno nuevo.
—Estar bien —sonrió un poco divertido—, solo ser difícil... masticar, pero aún ser carne.
—Bueno, si tú lo dices.
Mientras ambos chicos se reconciliaban mediante un trozo de carne medio quemada, Chongyun y Xingqiu decidieron finalmente entrar después de un rato de haber escuchado a escondidas.
—¡Que rápido terminaron de entrenar! —exclamó Bennett con sorpresa al verlos entrar, a lo que Xingqiu respondió con una pequeña risita.
—En efecto, mi querido Bennett; tenemos diversas clases de entrenamientos y algunas de ellas son bastante rápidas, ¿cierto Yunyun~?
Chongyun, quien se encontraba peligrosamente sonrojado y un tanto mareado, respondió con un nervioso "Sí", desviando la mirada y acomodando su ropa para cubrir una buena marca en su cuello. Ninguno de los otros chicos entendió a qué clase de entrenamiento se podrían estar refiriendo, pero tampoco pudieron preguntar ya que Xingqiu se les adelantó y cambió el tema.
—Bien, supongo que ya solo queda esperar a Razor y finalmente podremos ir al Pueblo Mingyun, tal vez en esta ocasión sí que logres ver algún espíritu malvado, Yunyun.
—Realmente así lo espero —suspiró con anhelo.
Acompañaron a Razor mientras se terminaba su carne, siendo entonces cuando finalmente salieron de la cueva y se encaminaron hacia aquel pueblo acompañados del hermoso e incompleto cielo estrellado sobre sus cabezas, aunque claro, ninguno de ellos sabía que estaba incompleto. Bennett levantó la mirada y se quedó contemplando el hermoso cielo, disfrutando de estar junto a sus amigos a pesar de todas las dificultades que padecía, pudo gozar de aquello por unos momentos antes de sentir como una gota caía del cielo hasta su mejilla.
—Oh no... —pasó poco antes de que las gotas se volvieran más frecuentes.
—Oh, vaya —Chongyun extendió su mano, atrapando algunas gotas y verificando que, efectivamente, había comenzado a llover.
—Bueno, esto es repentino. El cielo estaba bastante despejado hace un momento —analizó Xingqiu viendo con sorpresa como una cumulonimbos se cernía sobre ellos. Chongyun sacó su sombrilla y la abrió, cubriéndolos del agua.
Razor no hizo ningún comentario, ya se estaba acostumbrando a también estar bajo la lluvia de un momento a otro.
—Es mi culpa, siempre hace éste tiempo cuando voy de aventuras —se disculpó Bennett con cierta resignación en su voz.
—Está bien. No hay forma de agua más pura que la lluvia, es excelente para exorcizar el mal —sacó otra sombrilla y se la ofreció a Bennett y Razor—, aún así no me gustaría que pesquen un resfriado.
—¡Gracias! —Bennett la aceptó con alegría y la abrió— Aunque en realidad ya estoy acostumbrado, no creo pes- ¡¡Wah!!
Fue interrumpido por un repentino rayo atraído por la sombrilla, el cual cayó sobre él con tal fuerza que lo hizo volar unos cuantos metros.
—¡¡¡Bennett!!!
Exclamaron con preocupación y se acercaron rápidamente al chico, quién veía como el mundo daba vueltas a su alrededor.
—¿Estás bien?
—Vaya que fue un buen golpe.
—Bennett. ¿Dónde estar lastimado?
—Aay... —los músculos de Bennett ahora sí que estaban adoloridos, pero lo ignoró mientras su vista se aclaraba—. ¿A alguien más le pegó ese rayo? —Razor negó en respuesta, sacándole un suspiro de alivio—. Que alegría...
—No puedo creer que digas eso justo después de haber sido golpeado por un rayo... —Chongyun negó con la cabeza.
—Estoy bien, no es la primera vez que esto me pasa —con la ayuda tanto de Chongyun como de Razor, se enderezó con lentitud—, aunque esto dolerá mañana —se masajeó los hombros con gesto adolorido, sin saber qué parte le dolía más. Cuando miró su mano, descubrió con horror como la sombrilla estaba completamente arruinada—. ¡La sombrilla! ¡Lo siento mucho, Chongyun! ¡Te juro que te lo compensaré!
—Ah... Está bien, no te preocupes... —el exorcista la tomó sin poder ocultar su expresión que delataba lo mucho que le dolía perder una de sus tan preciadas sombrillas —.Yo me encargaré de conseguir una nueva después.
—Eso me recuerda que mi familia tiene como menester la fabricación de paraguas de uso estético: no bloquean los rayos del sol ni se pueden mojar, sirven para embellecer la pared con su presencia —recitó Xingqiu una vez que vio que la situación era menos grave de lo que parecía, ayudando a Bennett a levantarse.
—¿Por qué la gente querría tener sombrillas como decoración si no funcionan? —preguntó Bennett extrañado.
—Se consideran un toque elegante para no tener las paredes vacías y sin limitarse al uso de cuadros —explicó—, tal vez podría colgar tu sombrilla en mi habitación, Chongyun, así ya no quedaría completamente inútil.
—Umm… supongo que es una opción.
—Bennett —llamó Razor mientras los otros dos continuaban con su conversación—, yo querer cargarte.
—¡¿Eh?! ¡N-no hace falta —respondió con nerviosismo y enderezándose de forma inmediata—! ¡Estoy bien!, ¿ves? Puedo andar por mi cuenta, estoy completamente acost- ¡Ugh! —se retorció al sentir una punzada en su pecho y estómago, volviendo a encorvarse y tropezando un poco.
—Por favor, Bennett. Dejar cargar hasta dolor irse.
Y ahí estaba, esa mirada que Bennett estaba completamente seguro de que Razor hacía a propósito para derretir su corazón y obligarlo a aceptar cualquier cosa que quisiera, se maldijo a sí mismo, ¿por qué Razor tenía que ser tan malditamente tierno?, suspiró.
—De acuerdo… pero en cuanto me sienta mejor, me bajo —reclamó cruzándose de brazos y con un ligero sonrojo.
Razor, con gran alivio de haber podido convencer a su amigo, le dio la espalda y se agachó de la misma forma en que lo hacía cuando quería que Klee escalara hasta sus hombros. Bennett, bastante apenado se subió a su espalda, acomodando sus brazos sobre sus hombros para sostenerse mientras que Razor sostuvo sus piernas antes de levantarse con algo de dificultad. Si Razor no tuviera su corazón latiendo a mil, podría sentir que el de Bennett estaba exactamente igual.
—Umm.. Gracias, Razor. Sólo... ten mucho cuidado, puede volver a caer otro rayo.
Sentir la voz de Bennett tan cerca de su oído le causó escalofríos, volviendo más presentes sus ganas de "morderlo", para su suerte, fue distraído al sentir un par de miradas hacia ellos, encontrándose con Xingqiu mirándolos con una sonrisa que no supo descifrar, y con la mirada de Chongyun.
—Oigan chicos, ¿acaso ustedes- ¡Ay! —el pie de Xingqiu se retiró del suyo, permitiéndole levantarlo para poder sobárselo.
—Bueno, parece que podemos continuar —intervino Xingqiu manteniendo su sonrisa—. Supongo que ya no importa si se cubren o no de la lluvia, aunque no estaría mal que se den una vuelta en la Posada Wangshu, la comida ahí está buena y las habitaciones son bastante cómodas, ¿cierto Yunyun~?
—Uhh... S-si.
Después de ese nuevo contratiempo, nuevamente continuaron con su camino por el Pueblo Mingyun. Afortunadamente, no volvieron a tener grandes obstáculos que retrasaran más su camino, ya que Razor estuvo al completo atento ante la posibilidad de un nuevo rayo, logrando esquivar todos los que se dirigían hacia ellos.
Bennett al principio se la pasó temeroso de encontrarse con algún fantasma, al contrario de Chongyun quien los estuvo buscando de forma continua pero como era de esperarse, no se encontraron con absolutamente nada.
Uno esperaría que el camino se volviese aburrido e incluso un poco tenebroso ante la soledad que reinaba en el pueblo, pero no fue así gracias a que todos los chicos estaban sumidos en diversas pláticas y una que otra risa, disfrutando así de aquel momento de ocio antes de continuar con su misión.
—Bien, chicos; creo que los acompañaremos hasta aquí —dijo Xingqiu deteniéndose unos pasos detrás del puente.
—Está bien, muchas gracias por molestarse —dijo Bennett, quién seguía siendo cargado por Razor al estar más cómodo de lo que estaría dispuesto a aceptar.
—No es problema, de hecho ya pude idear una forma de distraer a los Fatui y darles un poco de ventaja, pueden aprovecharla para ir a la Posada Wangshu, no está muy lejos, miren.
Xingqiu señaló la Posada. Razor y Bennett miraron con asombro un gigantesco árbol en donde posaba una estructura igualmente grande, la cual podía apreciarse gracias a la gran cantidad de linternas y toda la luz que lo decoraba.
—Woah... Se ve genial, ¿no te parece, Razor?
—Sí. Muy grande. Brillante —comentó él con una sonrisa ante el entusiasmo de su amigo.
—Pero… no creo que tengamos tiempo —Bennett miró a Xingqiu con duda.
—Sé que la situación es grave pero definitivamente los Fatui estarán esperando a que vayan por toda la Llanura Guili, es muy probable que los vayan a emboscar o preparen alguna trampa para ustedes, yo recomendaría que aprovechen su altura para que se den una idea de por cuales caminos sería mejor desviarse.
—Si... en realidad ya había pensado un poco en ello y pensaba encontrar una solución en el camino.
—Yo pensar en pelear, poder vencerlos —aseguró Razor sin dudar.
—No sabemos con cuántos enemigos se pueden encontrar —agregó Chongyun con preocupación—. Se nota que ustedes son fuertes pero en realidad sugeriría que guardaran toda esa energía para el final, en el caso de que surja alguna emergencia.
Razor y Bennett cruzaron miradas de inconformidad, algo que compartían era su gran energía a la hora de pelear y vaya que estaban ansiosos por desahogarse con unos cuantos Fatui, pero al final tanto Xingqiu como Chongyun tenían razón: lo vital era hacer llegar el mensaje dentro de las próximas dos semanas, no deshacerse de los enemigos.
—De acuerdo... —suspiró Bennett con cierta resignación.
—No te angusties, a veces solicitan ayuda del Gremio de Aventureros para deshacerse de unos cuantos monstruos, si tanto necesitan descargarse pueden aceptar esos encargos, ellos los pueden compensar con comida y unas cuantas moras.
—Gustar idea —expresó Razor.
—Uhm de hecho sí necesitamos un poco de comida, la que tenía guardada se echó a perder por la lluvia —suspiró mientras veía con cierta tristeza su inventario—. Además podríamos aprovechar para avisarles sobre la situación.
—Oh, en realidad no creo que sea buena idea.
—Yo tampoco —apoyó Chongyun—, ése tipo de noticias pueden alterar a cualquier persona, eso o es posible que no te crean.
—Exacto. Se puede crear caos y pánico, y eso puede llamar la atención de los Fatui y hacer que los capturen.
—Umm, tienen razón... —dijo Bennett pensativo.
—Es preferible que se guarden la información para cuando lleguen a Liyue, intenten hablar con el Qixing, preferentemente con la señorita Ninnguang, ella es el Equilibrio Celestial y la cabecilla del Qixing, seguramente los escuchará.
—Qixing. Señorita Ninnguang —repitió el aventurero para sí.
—Sí, pueden intentar decir que van de mi parte, probablemente les den permiso para poder pasar, pero no se los puedo asegurar.
—Está bien; lo tomaremos en cuenta. Gracias de nuevo. Y Chongyun, lamento que no te hayas encontrado con algún fantasma —aunque internamente lo agradecía también.
—No te preocupes, estoy acostumbrado —dijo suspirando, mas sus ánimos no se redujeron—, Aunque, como tú me dijiste, no podemos tirar la toalla.
—¡Sí! ¡Nos vemos luego!
Todos comenzaron a despedirse antes de separar sus caminos: Razor y Bennett con la intención de atravesar el puente y Xingqiu y Chongyun de encaminarse hacia la Puerta de Piedra usando otra ruta. Sin embargo, apenas dieron unos pasos, el exorcista se dio cuenta de algo y rápidamente regresó.
—¡Esperen! ¡El puente está —se escuchó cómo un par de tablas se rompieron seguido de un chapuzón— roto...
Las cabezas de los chicos salieron del río, tosiendo un poco para sacar toda el agua que habían tragado ante la sorpresa, al verse, soltaron unas pequeñas risas.
—¡Sí, ya nos dimos cuenta! —respondió Bennett entre risas, despreocupando a los Liyuen.
—Camino —señaló Razor al ver un camino hecho de tablas de madera justo a un lado del puente.
—Bueno, un chapuzón nunca está de más.
Así, entre pequeñas risas, con gran entusiasmo y nuevos conocimientos, nuestros chicos continuaron con su viaje.
Chapter 8: Posada Wangshu (Parte 1)
Summary:
Nuestros chicos se despiden de sus nuevos amigos, dirigiéndose a la imponente Posada Wangshu.
Sin embargo, la interacción con los Liyuen termina por ser menos favorable de lo que esperaban.
Notes:
(See the end of the chapter for notes.)
Chapter Text
Apenas lograron cruzar el puente, los chicos tuvieron que enfrentarse con un Guardián de las Ruinas, ya que los tomó con la guardia baja, los cohetes que aquel monstruo tenía les impactó a ambos, aunque Bennett fue el más afectado, lógicamente, cuando se recuperaron, los chicos unieron fuerzas para librarse del monstruo. Al estar ya un poco lastimados y querer vencerlo lo antes posible, Bennett no dudó en golpear el suelo con su espada para activar su habilidad definitiva, creando un círculo Pyro en el suelo que rápidamente los curó.
Razor sintió como un calor abrasador lo cubría, pero no lo lastimaba, sino que le brindó más energía y lo hizo sentir revitalizado, sabiendo por experiencia que sería más fuerte hasta que el efecto Pyro desapareciera no perdió tiempo e invocó su propia habilidad definitiva, utilizando sus garras de trueno hasta finalmente vencerlo.
—¡Uff! Bueno, eso estuvo bien; ya me siento bastante mejor —Bennett miró cómo sus heridas más recientes se habían curado totalmente.
—Sí, yo también —mencionó Razor mientras guardaba su mandoble, desapareciendo igualmente su lobo Electro.
—¡Bien! ¡Continuemos entonces! El lugar parece estar más cerca de lo que pensaba, así que no creo que tardemos en llegar. ¡Vamos!
Tan enérgico como de costumbre, Bennett avanzó por el camino con Razor a su lado, en otras circunstancias se habría aventurado a revisar los alrededores para ir conociendo bien el lugar pero no tenían no el tiempo y no quería arriesgar nuevamente a su amigo poniéndolo en una mala situación, soltó un ligero suspiro al tener que aguantarse las ganas de explorar, lo que sí se permitió fue observar los pocos elementos llamativos que habían en lo que restaba de camino, siendo únicamente la diferencia el tipo de árboles y las montañas que lograban apreciarse a lo lejos, se sentía un poco decepcionado pero trató de motivarse pensando que en el resto de camino lograrían ver cosas más interesantes.
Más pronto que tarde se acercaron al puente que fungía como una de las entradas al lugar, logrando vislumbrar lo verdaderamente gigantesco que era aquel árbol, no es como si no se hubieran imaginado que sería un lugar alto pero, carajo, era gigantesco.
Les fue imposible no sentirse intimidados por el inmenso tamaño del lugar, lo cual les sacó un poco el aire. En cuánto el impacto principal se disipó, la motivación y la curiosidad inundaron el pecho de Bennett, llenándolo de intriga sobre cómo se vería el mundo desde la cima del lugar, Razor por su parte seguía intimidado, estaba bastante seguro de que tendrían que ir a la cima sí o sí y eso era algo que no le emocionaba en lo más mínimo. Aun así, siguió a su amigo sin vacilar cuando éste avanzó, para él no importaba qué tan incómodo se podría sentir, había ido para ayudar no para retrasarlo por tonterías.
Ambos chicos cruzaron el puente, topándose con unos arbustos cuyas flores eran bastante curiosas, eso captó su atención de forma instantánea pero momentánea. Razor inmediatamente reconoció el olor de aquellas flores, los gustos de Xingqiu eran bastante... peculiares, no le disgustaba en lo absoluto pero prefería mil veces el aroma a conejo que Bennett desprendía de forma natural.
—¿Te parece bien si comenzamos preguntándoles a las personas que encontremos acá abajo? —sugirió Bennett sin ocultar su entusiasmo.
La postura de Razor se volvió menos tensa, por lo menos no tendrían que subir por ahora. Mientras asentía trató de verse lo más tranquilo posible.
Al estar la luna aún en una posición muy alta sobre el cielo estrellado, el lugar estaba bastante desprovisto de actividad humana, reduciendo sus opciones. Tampoco es como si no hubiera nadie pues lograron divisar a un hombre de aire presuntuoso a unos pocos metros de ellos, Bennett no dudó en aproximarse con una radiante sonrisa.
—¡Hola! Soy Bennett, un explora-
—Oh, ¿escuchaste que fui bendecido por los Adeptus y viniste a que te de algo de suerte? —interrumpió el hombre con arrogancia.
Como era de esperarse, aquella idea captó completamente la atención de Bennett, distrayéndolo momentáneamente pensando con gran ilusión que ése hombre podía ayudarle con su maldición. Aquel tipo, viendo la expresión que se había formado en el chico, quiso recibir más atención y se hizo del rogar.
—No pasa nada, ahora mismo no estoy haciendo nada. ¿De qué te gustaría hablar?
—¿Fuiste bendecido por los Adeptus? —y obtuvo la atención que tanto deseaba, inflando su pecho con orgullo.
—Hace poco, ¡encontré una piedra que tenía la forma de una mano extendiendo el dedo pulgar y el dedo meñique! —mientras Bennett lo miraba con ilusión, Razor se limitó a escuchar con curiosidad—. Era realmente singular, seguro que era una piedra iluminada, ¡así es cómo me bendijeron los Adeptus! Desde que recogí aquella piedra, la suerte va allá a dónde voy.
¿Acaso era posible?, ¿era una señal?, ¿Bennett podría finalmente encontrar una forma en la que su mala suerte podía ser contrarrestada?, ¿la ayuda de este hombre podría realmente ayudarle?
—¡Que!, ¿a qué te has quedado como una piedra?
El hombre no podría sentirse más halagado y complacido con todas las alabanzas que Bennett le estaba brindando con su mera expresión.
Razor, sin embargo se mantuvo pensativo, sabía lo importante que era ese tema para su amigo, aunque no lo entendía del todo sabía que ante la mínima oportunidad de cambiar su suerte Bennett se ilusionaba a un grado que era un poco extremo, no lo culpaba, pero después de tantas ocasiones de ver la gran desilusión, que rozaba la depresión, que se formaba en él al descubrir la realidad, para Razor era difícil confiar tan rápido.
No sabía que eran los Adeptus pero por la forma en que el señor había hablado de ellos lo más probable era que se trataba de seres muy poderosos, incluso llegó a imaginar que en Liyue no existían los Arcontes y que en su lugar estaban los Adeptus, y no estaba muy alejado de la realidad.
Encontrarse con rocas de formas curiosas era más fácil de lo que las personas solían creer, sólo que se debía de ser muy observador. Los adultos siempre tenían ese pensamiento de que "había cosas más importantes en las que fijarse", pensamiento que Razor no compartía en absoluto, siempre era importante agradecer y apreciar todo lo que la madre naturaleza ofrecía.
Él se había encontrado con muchas piedras interesantes en lo que iba de su vida y ninguna le había dado ningún poder, pensó que tal vez si a los Adeptus les gustaban las rocas podrían llegar a hacer una que diera poderes como el que el señor describió, pero no podía sacar conclusiones por su falta de información.
Además, había un detalle que llamaba su atención: él no podía sentir nada.
Era bien sabido que los animales tenían un segundo instinto para captar cosas que los humanos ignoraban o se les complicaba, Razor al haber sido criado y en cierta forma bendecido por ellos, sí que poseía un poco de esa habilidad, no era tan prominente como el de su Lupical pero sí podía sentir cómo la maldición de Bennett lo perseguía por lo que debería poder sentir algo en el hombre, pero no, no sentía absolutamente nada.
El hombre, mirando la desconfianza que comenzaba a formarse en la mirada de Razor, decidió cerrar la conversación e irse en alto.
—Mira chico; si en el futuro te pasa algo bueno, acuérdate de mi, ¿vale?
—¿Entonces ya me dio de su buena suerte? —Bennett, completamente ignorante de la realidad de la situación, miró al hombre como si fuese el mismísimo Barbatos.
—¡Por supuesto!, sólo que a veces puede tardar en aparecer... ¡pero no dudes que la buena suerte te bendecirá! Nos vemos —con paso apresurado se retiró del lugar, jurando que había escuchado un ligero gruñido al pasar junto a Razor.
—Eh, ¡E-espere!, quería preguntar... Oh, ya se fue... Bueno, ¡gracias señor! —se despidió Bennett con gran alegría, volteando luego hacia su amigo— ¿Escuchaste eso Razor? ¡Tal vez ahora mi suerte cambiará por fin!
Razor sabía que el hombre era un total fanfarrón. No había tal piedra, no hubo ninguna bendición y no habría ninguna suerte para Bennett...
—Tal vez —se limitó a responder, estando claramente para nada convencido de su respuesta, Bennett se extrañó ante esto normalmente su amigo no dudaba cuando se presentaban esas oportunidades.
—Oye; ¿estás bien? Te veo un poco serio —esta vez se decidió por preguntarle directamente, no quería volver a crear una escena por pensamientos estúpidos.
—Hum. Estar bien —lo miró tratando de parecer más tranquilo—. Sólo... no entender aún... lo que Xing-qiu decirme antes.
El tener que mentirle a su amigo era algo que le desagradaba más que las verduras, al principio fue por no hacerlo preocupar de cuando se sentía triste o estaba herido, pero poco a poco esas mentiras se fueron haciendo más fáciles y para cosas más absurdas, en su opinión.
Decirle en ese momento a Bennett sobre la inexistente suerte de aquel hombre era objetivamente lo mejor: si le alertaba desde ese momento, su amigo podría evitar pasar otra vez por una decepción por su maldición; era mejor reducir sus expectativas lo antes posible para que pueda superarlo antes de que éstas crecieran más y más.
Y sin embargo no podía, había un constante sentimiento de querer protegerlo de cualquier clase de dolor a toda costa; no quería que el hermoso brillo verde de sus ojos se apagara con la más mínima tristeza, quería retrasar cualquier mala noticia y hacer que disfrute su felicidad, aún a sabiendas de que a la larga sería peor, esto lo detenía, lo hacía mentirle y era preocupante la facilidad con la que eso se estaba volviendo hábito.
Para Bennett, Razor era un chico de absoluta confianza y honestidad, para él, nunca había habido mentiras, más allá de las evidentes de cuando no quería que se preocupara por él, cosa que era un poco tierna, por lo que, para desgracia de Razor, no lo cuestionó en absoluto.
—Oh, entiendo. Sí, Xingqiu es buena persona pero a veces siento que necesito un diccionario para entenderlo —bromeó un poco para animarlo.
Razor se forzó a sonreír un poco, trató de relajar sus nervios pensando que no era completamente mentira; en realidad sí que había habido cosas que Xingqiu le había explicado que aún se le hacía difícil comprender o consejos que le faltaba analizar más a profundidad, pero obviamente no eran el motivo detrás de su apagada respuesta.
—Sí. Ser difícil. Frustrarme.
Nadie más que Bennett entendía mejor lo engorroso que era para Razor el no poder entender, siempre se esforzaba tanto en aprender de los humanos, siempre trataba de encajar y de seguirles el paso que el más mínimo obstáculo lo molestaba, no con los demás sino consigo mismo.
Bennett había aprendido a identificar esas pequeñas señales que indicaban su frustración, desde pequeños gestos hasta la forma de mirar o sus constantes distracciones, en esos casos procuraba ayudarle o guiarlo hacia la respuesta hasta finalmente apreciar como sus hombros se relajaban y su expresión se suavizaba, como si se pidiera disculpas internamente.
Para él era muy lindo ver la mirada que ponía cuando aprendía algo nuevo, mirar cómo arrugaba la nariz cuando se concentraba al cazar o al tratar de leer un libro, su emoción cuando lograba leer algo en voz alta sin trabarse o cuando le explicaba un concepto que ni él conocía, sencillamente adoraba cada uno de aquellos detalles que le deleitaba al saber que era la única persona con el privilegio de conocerlos.
Sin embargo, en esa ocasión él no estaba dispuesto a ayudarlo, no porque no quisiera, sino porque absolutamente no estaba preparado para esa conversación. Además le era un poco extraño que en esta ocasión no se hubiera dado cuenta de sus señales, pero rápidamente pensó que había sido por estar demasiado distraído con el tema de la buena suerte.
—Descuida, Razor, sé que podrás descifrarlo tarde o temprano —rodeó sus hombros con un brazo—, ven, mientras busquemos a más personas para preguntarles.
Tras asentir, los chicos se adentraron un poco más; Bennett decidió que sería mejor recorrer todo ese primer piso antes de subir al otro por las anchas escaleras, aunque era más acertado decir que era una terraza más que un piso.
Avanzaron hasta el fondo, encontrándose solamente con dos hombres, no se acercaron al primero porque se veía muy ensimismado y concentrado recitando lo que parecía ser un poema y no quisieron interrumpirlo, pero el otro se veía bastante desocupado e incluso un tanto aburrido, a pesar de ello en cuanto los chicos se acercaron su postura se volvió firme y su expresión severa.
—Hola; ¿quién eres? —cuestionó el señor con tono brusco.
Ambos chicos se encogieron un poco sobre sí mismos de forma instintiva, como si estuvieran a punto de ser regañados, casi podía visualizarse una cola escondida entre sus piernas.
—Emm... Hola señor, soy Bennett y él es Razor —aún así, Bennett trató de dejarlo de lado—. Solo pasábamos por aquí para preguntarle algo...
—No pasa nada, ¡pero cuidado por donde pisan!
—Está bien —Bennett levantó las manos algo defensivo, aunque la curiosidad terminó por ganarle—. Pero, ¿por qué?, ¿qué haces?
—Nada, solo vigilamos el elevador, tal y como nos ordenó el jefe.
Razor nunca había escuchado hablar sobre elevadores, en Mondstadt su uso no era requerido en absoluto por lo que se quiso acercar un poco y ver qué era un elevador.
—¿El jefe?; genial, ¿de casuali-
—¡¡¡Hey!!! —gritó el hombre repentinamente, alertando a ambos chicos— ¡No quiero verte cerca del elevador!
El portero se acercó amenazante y severo hacia Razor cuando éste se había aproximado apenas unos pasos. Razor reaccionó ante la amenaza y comenzó a gruñir, preparándose para sacar su arma.
—¡Oye! ¡¿Cuál es tu maldito problema?!
Eso sí que había molestado bastante a Bennett. Nadie le hablaba así a Razor en su presencia.
—No pueden acercarse al elevador.
Si bien el portero mantuvo la firmeza, bajó el tono de voz, había hablado más fuerte de lo que había querido y aún cuando perfectamente podía pelear y defenderse, no quería crear un conflicto innecesario. Aún así, debía hacer su trabajo.
—Sí, eso ya nos quedó claro pero no hay necesidad de gritar así, no es como si tuviera unas malditas bombas en sus manos —tomó la mano de Razor y comenzó a alejarse notablemente enojado—. Vámonos.
El chico lo siguió sin decir palabra alguna, incluso su molestia hacia el portero se desvaneció completamente para ser reemplazada por la sorpresa que había conllevado el ver a su amigo tan molesto, no es que fuera la primera vez en que lo veía enojado: el pasar tanto tiempo juntos permitía que ambos vieran toda clase de facetas el uno del otro, conocer sus hábitos, las cosas que les gustaban o no hacer, sus complicaciones y facilidades, era indudable el hecho de que se conocían mejor que nadie.
Y aún así, Razor se sorprendió al escuchar a Bennett maldecir.
—¡Pero que imbécil más hijo de mil…! Ugh, hombre estúpido.
Tanto Razor como Bennett tenían una política interna de no decir groserías, aunque sus motivos eran distintos, la filosofía de Bennett: siempre tratar de ver el lado bueno a las cosas, su vida ya era lo suficientemente desafortunada como para ir escupiendo palabras con tanta negatividad y sentirse cómodo usándolas, incluso cuando algo lo molestaba o se frustraba prefería guardarse los comentarios para sí y no agrandar el problema, sí, era liberador en muchas ocasiones simplemente maldecir a lo loco pero habían muchos más riesgos de empeorar las situaciones en lugar de buscar soluciones.
Con Razor era algo más simple, si de por sí ya tenía dificultades para hablar palabras comunes, conjugaciones y formar oraciones, agregar groserías solo complicaría más las situaciones al aún desconocer cómo y cuándo usar muchas palabras, era mejor mantenerlo simple y soltar un fuerte "¡Mierda!" a mitad del bosque en completa soledad, así que ver a Bennett soltarlas con tanta facilidad por algo que, según Razor, no era tan importante, sí que lo había dejado un poco en shock.
—Bennett... —llamó algo preocupado.
Al escuchar la voz de su amigo, Bennett salió de su pequeño trance y volteó a verlo, su semblante se suavizó en cuanto apreció la angustia que le estaba generando a Razor, su rostro volvió a colorarse, aunque en esta ocasión él causante era la pena de la situación.
—Lo siento, Razor… No debí reaccionar así —rodeó su mano cariñosamente con las suyas en un gesto de disculpa—, es sólo que…, me molestó mucho que te hablara así, perfectamente pudo pedirlo con amabilidad sin gritar, incluso pensé que iba a golpearte o... —estaba rechinando los dientes otra vez, pero se calmó rápido—; como sea, no debí hablar así. Perdóname por preocuparte.
Razor no podía culparlo, tampoco es como si lo hubiera hecho; él también creyó por un segundo que el hombre iba a agredirlo.
No era la primera vez que Bennett lo defendía de algo o alguien, pero sí que era la primera vez que lo hacía con tal enfado, eso era lo que lo había preocupado.
—Estar bien —negó con una pequeña sonrisa para calmarlo—. Yo también... molesto.
El sonrojo de Bennett persistió aún cuando la pena se había disipado de forma considerable, siendo la linda mirada de Razor el que lo mantenía; su corazón siguió un poco acelerado, acompañando a un lindo cosquilleo en sus mejillas y estómago.
No entendía como Razor podía llegar a hacerle sentir tantas cosas, invadía su mente y su corazón de una manera tan bella que estaba seguro que toda la buena suerte que podía obtener se había gastado en conocerlo a él, y esa idea le encantaba.
—Gracias —ahí estaban otra vez esas ganas de besarlo, debía buscar una forma de detenerlas o más pronto que tarde terminaría sucumbiendo—. ¿Continuamos buscando?, no hemos tenido la oportunidad de preguntarle a nadie.
Soltó un suspiro al liberar su mano, librándose así de la tensión que aún cargaba su cuerpo. Y ante el asentamiento de su amigo, comenzaron a subir las anchas escaleras del siguiente piso/terraza, viendo con alivio como aún quedaba una persona a la cual preguntarle.
Notes:
Ni yo sé como algo tan simple se extiende tanto, pero no me quejo en lo absoluto jaja
Muchas gracias a todos los que dejan sus hermosos comentarios. Juro que me resisto a subir un nuevo cap por cada nuevo kudo o comentario que recibo 💖😭
Nos vemos en el siguiente cap ✌️✨
Chapter 9: Posada Wangshu (Parte 2)
Summary:
Pensamientos y sensaciones negativas comienzan a inundar a nuestros chicos, y esto por simplemente subir las escaleras hacia la Posada Wangshu.
¿Será esto un mal presagio para su futuro?
Notes:
(See the end of the chapter for notes.)
Chapter Text
—¡Saludos! ¿Desean comer o una habitación para pasar la noche?
Finalmente, alguien servicial y amable.
—¡Hola señorita! En realidad vinimos aquí por otra cosa —aunque la oferta de comida sonaba bastante bien—. Somos aventureros de Mondstadt y nos dijeron que aquí suelen dejar encargos, nos preguntábamos si de casualidad habrán dejado alguno.
—Oh, bueno; eso tendrían que verlo con alguno de los jefes ya que son ellos quienes se encargan de eso, podrán encontrarlos allá arriba en la sala de recepción.
Con una sonrisa servicial, la chica señaló la parte de la posada construida en la cima del árbol, en un acto instintivo, ambos chicos levantaron sus miradas.
Si antes pensaban que el árbol era demasiado alto, ahora pensaban que las montañas podrían parecer piedras a su lado, claro que eso era tan solo una exageración debido a la impresión, pero lo que no era una exageración era la sensación en estómago de Razor al encogerse de miedo.
—Podrán llegar fácilmente por el elevador que se encuentra al final de este pasillo para nada sospechoso —señaló el camino detrás de ella—, o por las escaleras que rodean el tronco del árbol de aquel lado, lo cual tampoco es sospechoso.
Bien, esto no era definitivamente a lo que querían llegar, pero Bennett pensó que era bastante previsible el que tendrían que subir.
—Entiendo; muchas gracias, señorita.
Bennett se dio la vuelta dispuesto a discutir sobre el tema con Razor, pero al distinguir como éste seguía bastante intimidado por la gran estructura, se detuvo.
¿Realmente era necesario gastar su tiempo en esos encargos por unos moras? La comida, si bien le preocupaba un poco, no sería la primera vez que tuviera que optar por sobrevivir con frutas sueltas, usualmente ya picoteadas por aves y otros animales, y de carne, si es que conseguía cazar algo, incluso podría estar dispuesto a soportar el hambre por unos pocos días con tal de acercarse lo más pronto a la ciudad, no, descartó eso rápidamente, no por sí mismo, sino por su amigo: no era necesario ni quería hacerlo pasar hambre. Bennett podría soportar no comer, pero no soportaría que Razor tuviera que hacerlo.
En cuanto al tema de las indicaciones... sería una ayuda excelente, no había forma de negarlo tomando en cuenta la frecuencia con la que Bennett se perdía en su propia región pero la Posada Wangshu no era el único lugar en donde podrían encontrarse con alguien, un buen ejemplo eran Xingqiu y Chongyun, y perfectamente podrían preguntarle a cualquier otra persona, incluso en una hora más adecuada considerando que no faltaba mucho para el amanecer.
Era un gran riesgo el que podrían correr al ir a ciegas en una nación desconocida, pero no es como si no tuvieran herramientas: aún tenían el mapa y Bennett pensó que sería mejor idea dárselo a Razor para evitar que su mala suerte los afectara y terminar perdiéndolo. Podrían arreglárselas, siempre había sido así, ¿por qué ahora sería diferente?
Mientras Bennett se mantenía en su pequeño debate interno, Razor logró componerse y dejar de mirar el lugar, preocuparse por su altura no lo haría más pequeño ni le quitaría el miedo, era mejor tratar de ignorarlo y enfrentarlo, hacer lo que sea necesario para cumplir su misión con éxito.
—Bennett, ¿por donde ir? —preguntó al lograr reunir el coraje, más no recibió ninguna respuesta; Bennett estaba tan sumido en sus pensamientos que no lo escuchó la primera vez—. Bennett.
—¡Ah, si! ¿Qué pasó?
—Yo preguntar, ¿dónde ir?
—Oh —de pronto se sintió tan preocupado como orgulloso de Razor, lo cual solo complicó más sus pensamientos—. Emm… Bueno, en realidad estaba pensando en que no tenemos que subir… podríamos solamente avanzar y resolverlo en el camino —ni siquiera él estaba convencido de que era una buena idea.
—¿Por qué decir eso? Tú decir... Necesitar moras —Razor no entendía el repentino cambio de pensamiento de Bennett, más aún cuando él también veía las ventajas que conllevaba el subir.
—Bueno... —quiso pensar en una mentira pero nada sonaba lo suficientemente convincente y tampoco sería justo para Razor, quién siempre era honesto con él—. Ains... Es que noté tu expresión al ver cuánto tendremos que subir y… no quisiera hacerte pasar por un mal momento cuando perfectamente podríamos resolverlo de otra manera.
¿Sus dudas habían surgido por eso? ¿Por él? Razor sintió un arranque de cariño hacia Bennett pero también un mal sentimiento lo invadió, aquella sensación de que estaba entorpeciendo a su amigo se presentaba de forma continua, no era algo exclusivo de Bennett, en realidad aquella creencia estaba mucho más presente en su cabeza de lo que uno podría suponer, no era tonto, sabía lo que se decía de él a sus espaldas o el como la gente lo miraba, siendo así ¿cómo no sentirse de esa forma?
—No, Bennett. Yo poder subir. Nosotros... Necesitar subir. Yo... Yo poder.
Quiso decirle que lamentaba hacerlo preocupar, que no quería ser un estorbo, que no quería retrasarlo, que se esforzaría para cumplir su promesa más allá de la misión, que lograría vencer su miedo para no volver a molestarlo... pero no sabía cómo, las palabras no salían, ni siquiera sabía cuáles o cómo usarlas.
Su frustración no hizo más que crecer, aunque se limitó a seguirla guardando.
—¿Seguro? No es un problema, podemos…
—¡No! —interrumpió con un tono más brusco de lo que esperaba, sorprendiendo a ambos de la misma forma—, lo… lo siento. No querer... —se cruzó de brazos y desvió la mirada, inundando tanto su rostro como su corazón de culpa.
Bennett se sintió mal por él: creía que la frustración que sentía por no comprender a Xingqiu le estaba ganando nuevamente, además, claro, de la abrumadora altura de la Posada. Y si bien no quería obligarlo a subir, Razor se veía muy decidido al respecto. Sacudió la cabeza, si realmente estaba listo para subir, lo mejor que podía hacer era apoyarlo pero antes debía reconfortarlo.
Sorprendió a su amigo cuando le abrazó, pero Razor definitivamente no lo rechazó: en cuanto procesó el abrazo, rodeó el cuerpo ajeno con sus extremidades. El chico pudo permitirse soltar un suspiro, relajando sus hombros y escondiendo su rostro en en el área entre el hombro y cuello de Bennett. Realmente necesitaba un poco de cariño y el que Bennett se lo otorgara de forma tan cálida e incondicional lo hizo olvidarse momentáneamente de sus frustraciones.
Pudo concentrarse solamente en su dulce aroma, en sus suaves latidos, en la calidez de su cuerpo, se permitió ser vulnerable por tan solo unos segundos dentro de sus brazos.
Pensó que no había mejor descripción para aquella sensación que Lupical.
—Lo siento —dijo finalmente cuando logró calmar su mente.
—Está bien, Razor. No pasa nada —lo consoló con unas suaves palmadas en su espalda.
Para él, siempre era un placer abrazar a Razor, no sólo por la hermosa sensación que corría por su pecho, sino por el gran confort que ésto le causaba. Siempre había sido una gran dicha el que aquellos brazos lo rodearan cariñosamente y llenos de agradecimiento, el que se dejaran caer sobre él con gran cansancio y, ocasionalmente, con un dolor oculto, el que se aferrara a él en busca de consuelo después de una profunda tristeza o enojo, el que lo aprisionaran llenos de un sentimiento mezclado entre preocupación y alivio después de salir gravemente herido de alguna desafortunada situación.
No importaba la situación, el momento o el lugar; el que Razor lo abrazara era un símbolo de su confianza, de su preocupación y amor sincero, aunque esto último lo desconocía, siendo para él solamente una ilusión que aspiraba cumplir.
—¿Estás mejor ahora? —preguntó Bennett en el momento en que Razor se separó de él, cosa que en realidad ninguno quiso pero que debían hacer.
—Sí; gracias Bennett —le sonrió ligeramente.
La verdad era que sus frustraciones continuaban muy presentes en su cabeza pero no era mentira que ahora se sentía mejor. Sí que se sentía más tranquilo, al menos lo suficiente como para concentrarse en lo que estaba pasando y no dejarse llevar por sus emociones otra vez.
Bennett apreció la tranquilidad en la expresión de su amigo, siendo contagiado de ésta y, por consecuencia, de seguridad.
—No te preocupes, para eso están los amigos, ¿verdad?
—Sí. Bennett ser mi Lupical.
Razor sentía que esa palabra no era suficiente para describir lo que el otro significaba para él, pero pensaba que para Bennett sí lo era al no estar tan familiarizado con el concepto de Lupical.
Si bien era cierto que Bennett no comprendía en su totalidad lo que significaba ser parte del Lupical de Razor, él también sentía que llamarlo "amigo" era demasiado poco para referirse al chico que lo había cautivado con su salvaje mirada y su enorme corazón pero ¿qué más podrían hacer?, estaban tan aterrados de arruinar su relación e incomodar al otro que no hacían ningún tipo de avance, estaban tan atrapados en sus propios sentimientos que no se percataban que era completamente recíproco.
—Bien, ¿qué te parece si entonces vamos por el elevador?, parece ser la ruta más rápida hacia la cima.
Y al Razor asentir en respuesta, ambos chicos avanzaron hacia la dichosa instalación.
Cómo era de esperarse, cuando estaban a punto de llegar y subirse, el elevador se les adelantó y los dejó atrás, subiendo a través de su complejo sistema de cuerdas y poleas.
—¡No, espera! ¡Agh! No puede ser —se lamentó Bennett con algo de dramatismo exagerado e intencionado.
Razor soltó una ligera risa. Las cosas habían vuelto a la normalidad: Bennett estaba tan enérgico y despreocupado como siempre, su aventura podría continuar al conseguir una buena guía y su mente.... bueno, seguía teniendo un revoltijo de malos pensamientos, pero de nuevo le sería fácil dejarlos a un lado por el momento.
—Umm... Empiezo a creer que no es buena idea que nos subamos, ¿sabes? —comentó Bennett sacando a Razor de sus pensamientos—, quiero decir, sí es la ruta más rápida y todo eso, pero... desde aquí viendo como sólo está colgado y conociendo mi mala suerte…, creo que es mejor que nos evitemos alguna posible catástrofe.
Su declaración venía con mucha seriedad detrás y no era para menos. Razor concordó en que el elevador no era una buena opción, la mala suerte de Bennett, si bien estaba concentrada hacia él, atacaba en momentos muy impredecibles y, muchas veces, también afectaba de forma accidental a aquellos quienes lo acompañaban, no por nada la Brigada de Benny carecía de miembros.
Razor usualmente no tenía problemas en soportar o enfrentar esos contratiempos, después de todo eran algo inevitable. Si Bennett lo soportaba todos los días y en cualquier momento, lo mínimo que podía hacer como su mejor amigo era apoyarlo. Sin embargo, en esta ocasión ninguno de los dos estaba dispuesto a tentar dicha suerte, no cuando sus vidas podrían estar en juego.
—Entonces —añadió Bennett ante el asentamiento de su amigo—, la única opción será subir por las escaleras, nos tardaremos más pero es más seguro.
Y al Razor volver a asentir, ambos chicos se dieron la vuelta. Recorrieron nuevamente el pasillo, girando en esta ocasión hacia las escaleras, ninguno de los chicos quería ver qué tan largo era el camino, tanto por el vértigo que les causaría como el inevitable cansancio que tendrían.
—Oh, son rampas, genial, así será menos cansado.
Mencionó Bennett con positivismo. Razor no contestó al estar concentrado en no mirar hacia el exterior, cuyo suelo se haría cada vez más y más pequeño, agradeció que al menos hubiera un barandal del cual tener un poco de apoyo.
Bennett vió cuán tenso estaba su amigo y se cuestionó si hubiera sido una mejor idea el que Razor hubiera subido por el elevador solo, así llegaría más rápido y no estaría pasando por aquel mal momento. Negó ligeramente con la cabeza, no, no iba a dejar a su amigo solo, sea como fuere, Razor igualmente iba a padecer el tener que subir. Además, estaba seguro de que, de haberlo sugerido, de todas maneras se hubiera negado bajo la excusa de estar a su lado y protegerlo.
Un ligero tropezón lo devolvió al presente, cayendo ligeramente hacia delante antes de estirar sus brazos, deteniendo su caída antes de siquiera darse cuenta.
—¡Bennett!
—¡Estoy bien! Estoy bien... —suspiró con alivio al procesar lo sucedido—. Estaba distraído; no pasa nada
Le contestó con una pequeña sonrisa despreocupada antes de enderezarse, viendo el causante de su tropezón: escaleras.
¿A quién se le ocurría poner escaleras en medio de unas rampas?, y ni siquiera estaban bien hechas, eran todas desiguales...
Bennett se enderezó; él no era nadie para juzgar ese tipo de decisiones, pues no sabía si el dueño habría tenido dificultades o si fue una decisión apresurada, cosa que lo fue. No había pasado nada y eso era lo importante.
—Ten cuidado al subir, Razor, no sabemos si alguna está- ¡¡Woah!!
—¡¡Bennett!!
Y de un momento a otro, Bennett estaba colgando desde unas escaleras rotas, sosteniéndose solamente de otro escalón con ayuda de sus brazos, en esta ocasión, el miedo sí que lo invadió.
—¡Bennett! ¡Agarrar! —Razor quiso lanzarse hacia él para tomarlo y levantarlo lo antes posible, pero fue detenido por el mismo Bennett.
—¡Espera Razor! No te acerques tanto —Razor, obediente, se detuvo, aunque el miedo no abandonó su rostro—. Si te acercas de repente, se puede romper otro escalón, ven con cuidado.
Tras esa indicación, los hombros de Razor se relajaron un poco, dejando la preocupación a un lado para cambiarlo por determinación.
Pisando con cuidado los primeros escalones para verificar su resistencia, se fue acercando con la mayor rapidez que pudo. Usando el barandal como soporte, se extendió hasta que Bennett pudo sostenerse de su mano con firmeza y con mucho cuidado de que Bennett no se lastimara con las maderas rotas, ambos usaron sus fuerzas para volver a ponerlo en una plataforma segura.
—¿Estar bien? ¿Dónde doler?
Sin embargo, no hubo como tal un descanso, pues Razor inmediatamente se puso a revisarlo por todos lados: sus brazos, sus piernas, su torso, espalda, e incluso su cabeza, zona que no estuvo ni cerca del suceso.
—¿E-eh? ¡R-razor, estoy bien! No hace falta que me revises...
Bennett no podía con la cercanía de Razor, y es que su proximidad lo ponía muy nervioso aún cuando sus intenciones eran meramente inocentes. Aún así, su corazón se enterneció por aquella preocupación.
—Uff, que alivio...
Cuando Razor verificó que, efectivamente, Bennett no tenía más que unos pocos rasguños y después de haberse deshecho de astillas mínimas, ahora sí que se abalanzó para abrazarlo, Bennett, por supuesto, no lo rechazó.
—Perdona por preocuparte —Bennett le acarició suavemente la espalda, recibiendo un asentamiento negativo por parte de su amigo.
—No disculparte. No ser tu culpa. Ser accidente.
—Sí... Tienes razón —respondió sintiendo como su pecho era inundado por la ya tan familiar calidez del amor hacia Razor—. De ahora en adelante subiré con más cuidado —prometió.
Sin embargo, Razor volvió a negar con la cabeza, lo cual claramente confundió a Bennett. Y ante una mirada confusa, ambos chicos se levantaron para retomar el camino.
—Tomar mi mano.
Las mejillas de Bennett se tiñeron de un rojo intenso, no fue por la proposición en sí, ni siquiera por el tono o por la forma en que Razor le había hablado. Simplemente había surgido una fantasía express en la que Razor le estaba pidiendo ser su novio de aquella misma forma: extendiéndole la mano.
Inmediatamente pensó que era algo estúpido y se avergonzó de ello, Razor jamás le pediría que fueran novios, él sólo lo veía como un amigo, como un miembro de su familia o "Lupical". Además, seguramente él no conocería el concepto de "novios" y todo lo que eso implicaba, y definitivamente él no estaba dispuesto a explicarle, no podría ni siquiera mirarlo a los ojos por la pena que todo ello conllevaría; poco sabía que Razor acababa de adquirir esos conocimientos, siendo éstos los principales causantes de sus constantes y novedosas frustraciones.
Y bueno, también le avergonzó el que haya surgido de la prácticamente nada por algo tan simple como el que le haya pedido que tomara su mano.
—Yo umm.... Claro.
No sabía por qué Razor se lo había pedido, pero no quiso cuestionarlo ni rechazarlo de ninguna forma. Al juntarse sus manos, ambos sintieron como una ligera corriente electro corría por sus dedos, llegando lenta y cariñosamente hasta su corazón.
Mientras Bennett trataba de no dejarse llevar por el impulso de entrelazar sus dedos, Razor pudo olvidarse momentáneamente de su preocupación por las alturas, manteniéndose determinado a cuidar de Bennett en lo quedaba de camino y así evitar otro futuro accidente.
Para mala suerte de Bennett, y cómo de costumbre en su vida, no pudo disfrutar de aquel momento por el tiempo que le hubiese gustado, pues hicieron falta tan solo unos pocos metros para finalmente llegar al primer piso de la Posada Wangshu.
Notes:
Buah, vaya que me trabé mucho para terminar este cap, pero finalmente se logró jaja
Prepárense gente, que en los próximos capítulos pasará algo interesante~ ✨
¿Qué creen que pueda ser? ͡° ͜ʖ ͡°
Chapter 10: Posada Wangshu (Parte 3)
Summary:
Si subir las escaleras fue una travesía en sí misma, ¿qué les esperaba a nuestros chicos dentro de la Posada?
Notes:
(See the end of the chapter for notes.)
Chapter Text
Manteniendo sus manos unidas, ambos chicos avanzaron tranquilamente hacia la que a primera vista parecía ser la recepcionista principal.
—¡Buenas noches señorita! —nuevamente, fue Bennett quien comenzó con la conversación—. Mi nombre es Bennett y él es Razor; somos aventureros de Mondstadt.
—¡Hola! Ya decía yo que no los conocía, pero me alegra conocer a otro citadino de Mondstadt.
—Oh, ¿usted también es de Mondstadt?
—¡Claro! Mi nombre es Goldet y soy la jefa de este lugar, para que no piensen que soy la esposa del jefe.
—¡¿Usted es la jefa?! —Bennett no pudo disimular su sorpresa, arrepintiéndose en el instante en que vio la expresión de Goldet.
—Sí; ¿algún problema con eso? —se notaba que ese tema le irritaba de sobremanera.
—U-uh; ¡no!, lo siento mucho señorita... Jefa... Señorita jefa, yo sólo... no esperaba que nos atendiera la dueña del lugar, usualmente no suelo tener todo tan fácil...
—Soy "La Jefa", con mayúsculas —puntuó con firmeza, aunque se le veía menos irritada.
—¡Sí! Jefa, lo siento mucho —Bennett juntó sus manos, soltando finalmente a Razor.
—Está bien, mientras lo sigan recordando no hay ningún problema. Y bien, ¿vinieron por una habitación o para pedir un platillo?
Ahora con los ánimos más tranquilos, Bennett pudo relajarse y volver con su habitual sonrisa. Razor, por su parte, estaba en medio de una pelea silenciosa contra el gato sentado en todo el medio, ambos se miraban con gesto retador, esperando alguna acción del otro para atacar o defenderse, según sea el caso.
—Oh, no. En realidad vinimos porque nos dijeron que aquí usualmente dejan encargos al Gremio de Aventureros y debido a que estamos un poco cortos de moras, nos preguntábamos si podríamos ayudar a cambio la paga normal de cualquier encargo.
—Hum... Entiendo... Bueno, lo siento mucho chicos. Realmente me gustaría poder ayudarlos, pero por el momento no he recibido reportes de que necesitemos la ayuda del Gremio de Aventureros.
—Oh... ¿Está segura?, podemos ayudar con cualquier cosa. ¡Por favor!, realmente lo necesitamos.
—Lo siento chicos, en serio... No puedo hacer nada por el momento.
Bennett soltó un suspiro derrotado. ¿Cómo es que no se lo esperaba?; ya decía él que las cosas estaban yendo aparentemente más fácil de lo habitual, por supuesto nada en su vida podía ser así.
—Ya veo... Esta bien, gracias seño... Jefa
Si bien aquellos encargos no eran algo realmente esencial para su misión, como sabía de antemano, podrían arreglárselas para conseguir comida, Bennett no pudo ocultar su desilusión. Goldet se sintió un poco mal por él, razón por la que quiso pensar en alguna forma de ayudarlos.
—Está bien pero... Si no es indiscreción, ¿por qué necesitan tanto esos encargos?
—Eh, bueno... —Bennett no quería mentir, pero decir la verdad no era mejor opción: o no le creeríano le creería y causarían pánico colectivo al esparcirse la noticia.
—Nosotros viajar mucho, faltar mucho camino, necesitar comida, necesitar moras de emergencia.
Bennett miró agradecido a Razor, quien abandonó su guerra silenciosa con el gato para "rescatar" a su amigo de aquel pequeño apuro.
Razor, por su parte, notó cómo la mirada de Goldet cambiaba al escuchar su forma de hablar, no era algo inusual en su vida pero si bien su mirada era más de curiosidad que de incomodidad o disgusto, no dejó de ser incómodo a pesar de que procuraba ignorarlo.
—Oh, ya veo —Goldet no quiso verse grosera al ver de más a Razor, a pesar de que ya lo había hecho sin querer, y desvió la mirada hacia el balcón cercano a la recepción, buscando rápidamente a alguien con la mirada antes de dirigirse nuevamente hacia los chicos—. Bueno, miren. Realmente yo no tengo ningún encargo para el Gremio, pero pueden preguntarle al gerente —señaló hacia un hombre que no dejaba de caminar por el balcón—, él suele dejar encargos mucho más seguido, o pueden acercarse al cocinero —apuntó hacia unas escaleras que bajaban hacia la cocina—, él también suele encargar cosas, aunque dudo que tenga algo ya que siempre me notifica de ello, pero no pierden nada por preguntar.
—¡Está bien! ¡Muchas gracias, señ... Jefa!
—Gracias Jefa —agregó Razor con una muy tierna sonrisa.
—No es nada, entre citadinos de Mondstadt nos ayudamos entre nosotros. Además, la posada fue creada para ayudar a todos los viajeros que pasen por aquí. Les deseo suerte y seguiré aquí presente por si necesitan algo más.
—¡Si, gracias de nuevo!
Razor se dejó arrastrar por un emocionado Bennett unos pocos metros hacia el balcón. Si bien el chico más bajo aún estaba con unos ánimos bastante opacos, ver la felicidad en el rostro de su amigo lo hizo alegrarse un poco y sonreír de forma involuntaria.
—¡Muy bien Razor! ¡Tengo un pequeño plan! ¿Qué te parece si yo me acerco a preguntarle al gerente mientras tú le preguntas al cocinero?, así podremos ahorrar un poco de tiempo, con un poco de suerte incluso yo podré conseguir algo. ¿Te agrada la idea?
—Sí. Suena bien —asintió el chico, ensanchando la sonrisa de Bennett.
—¡Perfecto! Entonces nos vemos aquí en un rato, ¿de acuerdo?
Razor volvió a asentir, viendo como Bennett se daba vuelta y se acercaba hacia el gerente. Cualquiera podría ver como cada paso irradiaba tal energía y emoción que era comparable con el mismo sol. Razor sintió como una parte de su corazón se complacía al verlo tan feliz, más al ya no tener esa energía a su lado hizo que su sonrisa desapareciera.
El sol apenas estaba comenzando a salir y Razor no tenía ánimos de absolutamente nada. Definitivamente sería un día de aquellos.
◈ ━━━━━━━ 狼 ━━━━━━━ ◈
Razor bajó por las escaleras hacia la cocina. No tardó mucho en encontrarse con un hombre, bastante grande y fuerte como para ser un simple cocinero, bastante irritado y despotricando con tono gruñón y malhumorado hacia nadie en particular.
—¡Pero qué sinvergüenza¡ ¡Es un aprovechado!
El chico dudó por un segundo sobre si sería buena idea acercarse e interrumpirlo en su trabajo. Podría simplemente esperar y... no, Bennett necesitaba de esas moras y de esa comida. Tenía que buscar una forma de sacarle conversación.
—¿Quién eres? Mejor vete de aquí y no molestes, chico.
Para su suerte, el cocinero se había hartado de tener la intensa mirada de Razor vigilándolo, razón por la que le había hablado. Así se desharía de él lo más pronto posible.
—Soy Razor. Jefa mandarme aquí porque yo necesitar encargo. Ella decirme que tu necesitar ayuda... Tal vez. Me dijo que... Preguntar. Preguntar a ti si necesitar ayuda.
—¿Por qué hablas así? —preguntó el hombre con franqueza y un tono un tanto brusco, pero no había ninguna emoción en esa pregunta, cosa que confundió a Razor más que molestarlo.
—Yo ser criado por lobos. Hablar ser difícil y... Cansado. Pero yo tratar.
Yanxiao, el cocinero, volteó y lo miró por unos segundos. Razor sintió como lo escaneó con una dura mirada, como si estuviera evaluando su fuerza o su habilidad. Lo que realmente estaba haciendo era evaluar el peligro que Razor podía representar. Ya tenía experiencia con tipos raros con una fuerza abismalmente peligrosa, y aunque veía que el chico sí era bastante fuerte para su edad, en esos momentos era tan peligroso como un cachorro. Además, tanto él como Jiangxue se habrían dado cuenta de su presencia si realmente fuera alguien peligroso.
—Bien.
—…
Y eso fue todo, no hubo más comentarios, no hubo ningún tono y no hubo ninguna mirada de ningún tipo hacia su persona. El chico sólo se sintió más confundido.
—Umm... ¿Necesitar ayuda? —insistió después de unos momentos de incómodo silencio. Yanxiao se quedó callado por unos segundos antes de suspirar con cierta resignación.
—Estás de suerte, chico. Estoy preparando un plato para un parásito. Se la pasa de holgazán todo el día y ni siquiera está dispuesto a ayudar en la posada —de un momento a otro, el malhumor del hombre regresó—. Se la pasa pescando desde que amanece hasta que anochece pero nunca he visto que saque un solo pez. ¡De no ser por mí, ya habría muerto de hambre frente a la posada! —hizo una pausa y suspiró—. Olvídalo, no vale la pena gastar saliva. Aunque me oiga, finge no escucharme. En fin, necesito que me consigas algunos ingredientes.
—Uuh.... —ese hombre era muy raro. No raro mal, solo... raro. Muy cambiante. Le recordó un poco a Bennett, pero al revés—. Sí. Yo ayudar.
—Bien. No es mucho, solamente consígueme un chile de Jueyun y una cabeza de loto.
—¡Sí!
—Bien, en cuanto los tengas, haré de comer.
Razor se dio la vuelta dispuesto a cumplir con ese encargo, más no tardó en darse cuenta de algunos pequeños detalles: no sabía que diablos era un chile de Jueyun o una cabeza de loto, y tampoco sabía dónde podría conseguirlos. Con algo de pena debido a su "inutilidad", volvió su mirada hacia el cocinero. En esta ocasión, él no tardó en dirigirle la palabra.
—¿Qué es esa cara? Por supuesto que te recompensaré por esto. Dime cuánto quieres.
—Uuh.. No ser eso... Bueno, si necesitar moras. Pero... No conocer ingredientes... tú necesitar.
—¿En serio? —Yanxiao lo miró con cierto fastidio. Razor solo atinó a asentir mientras se encogía de hombros aún con cierta pena. El cocinero suspiró con pesadez al acercarse a unos estantes—. Son estas dos cosas. Míralas bien, ¡sin tocar!
El chico no necesitó observarlas por mucho tiempo: su fuerte era el olfato. Aún si no lograra recordar su apariencia, sí que recordaría aquel olor ligeramente floral y aquel que le picaba la nariz de una forma como ninguna otra cosa lo había hecho antes.
—Umm... Bien, pero... Si tú tener, ¿por qué necesitar... Yo traer más?
—Porque la dueña ha invertido mucho dinero en esto. Si él come sin pagar, ¿quién lo compensará? Todo lo que preparo para él viene de mi bolsillo. ¡No tienes ni idea cuánto me debe!
—Oh... Está bien, sólo...
—¿Ahora qué?
—… No saber.... Dónde...
—…
◈ ━━━━━━━ 幸 ━━━━━━━ ◈
—¡Razor! ¿Tuviste suerte?
—Sí. Tener que buscar ingredientes.
—¡Genial! Parece ser que la bendición de aquel hombre si está surtiendo efecto, ¡porque yo también tengo encargos! —un poco más y Bennett comenzaría a saltar como conejo.
—¿En serio? —como de costumbre, aquella energía se le contagió un poco. Sonrió tratando de no pensar en la verdad sobre ese fanfarrón.
—¡Sí! Resulta que la posada es constantemente rodeada por monstruos. Y aunque me dijo que no ha recibido ningún reporte, me ofrecí a ir a revisar. Si encuentro algo, recompensará mi ayuda, si no, igualmente agradecerá nuestro apoyo. ¡Y ya sabes que soy un imán para los monstruos! ¡Otra vez mi mala suerte sirve de algo! Definitivamente hoy será un buen día, ¿no lo crees?
Honestamente, no, pero claramente no iba a responderle eso.
—Tal vez.
Cómo era de esperarse, Bennett notó su desánimo. En gran parte de la noche lo había visto muy pensativo y constantemente incómodo o desanimado. ¿En serio Xingqiu le había dicho algo tan fuerte como para dejarlo así de afectado?, no lo creía. Será un tipo burlón, bromista y directo, pero jamás sería de aquellos que hacen mal a otros por querer afectarlos.
¿Tal vez Razor aún era muy chico como para poder entender esa información? ¿Se habría sentido disgustado por las cosas que los humanos hacían al sentir amor? Sinceramente no valía la pena tratar de buscar razones sin antes preguntarle al respecto.
—Hey, ¿estás bien? —lo tomó suavemente de los hombros al mirarlo con preocupación—. ¿Sigues pensando en lo que te dijo Xingqiu?
—¿Um? No, no ser eso. Estar bien, sólo... —se sintió mal por tener que preocupar a Bennett con sus problemas estúpidos—. No sé... No tener energía en mi cabeza.. No estar cansado pero... Umm.. —trató de recordar la palabra.
—¿No tienes ánimos?
—Si, eso. No tener ánimos.
—Oh...
No era la primera vez que Bennett se encontraba con Razor desanimado. Había incluso días en los que se le veía bastante deprimido y sin querer hacer nada, esos eran días en los que Bennett simplemente lo acompañaba, limitándose a jugar un poco con los lobos, a dibujar o simplemente recostarse en el césped pero en esta ocasión no se le ocurría qué podría hacer.
—No preocupar, Bennett. Tal vez sólo necesitar descansar mi mente. Yo ir a cumplir encargo.
—¿Seguro? ¿No preferirías que te acompañe?
—No —respondió con un tono un poco más alto del necesario—. No, yo... Necesitar estar solo un poco.
—Oh, está bien —tomó a su amigo por los hombros—. Volveré lo antes posible. Aguarda por mi, ¿de acuerdo?
Con una pequeña sonrisa y un cariñoso gesto, en el que posaba su mano sobre una de las de Bennett, asintió en respuesta. Razor realmente apreciaba todo el apoyo que su amigo le mostraba, sin importar la situación o las circunstancias. No había nadie cómo él ahora ni lo habría nunca.
Bennett no quiso dejar a su amigo solo en ese estado, pero debía respetar sus deseos, siendo además que eran pocas las veces en las que le pedía algo. Y bueno, necesitaban esas recompensas. En cuanto se dio la vuelta hacia el balcón, fue detenido al sentir como tomaban su mano repentinamente.
—¡Esperar! Ser peligroso... Tú ir sólo. Encontrar Fatuis. Yo no querer que tú ser atrapado otra vez. Yo prometer protegerte.
—No te preocupes por eso, Razor —contestó con tranquilidad, volteando nuevamente hacia el contrario—. De hecho le pregunté al gerente sobre eso y me dijo que no suelen haber Fatuis por los alrededores, cree que es por la constante presencia de Hilichurls. Sea como sea, el peligro es menor —la preocupación en el rostro de Razor no desapareció, así que Bennett tuvo que agregar—. No me alejaré mucho, lo prometo.
Razor quiso oponerse, pero se detuvo. Sí, había hecho una promesa pero Bennett no dejaba de ser un aventurero experimentado, sabía cómo cuidarse solo. Sólo lo estaba retrasando... Otra vez.
—Bien... Yo esperar aquí.
Y tras una última sonrisa como despedida, Bennett corrió hacia el balcón y dio un buen salto, abriendo su planeador de forma inmediata, siendo aquella la forma más rápida de llegar a su destino. Razor soltó un pequeño suspiro al verlo irse. Se tomó unos segundos para disfrutar de los rayos matutinos del sol antes de devolverse hacia las escaleras.
Su objetivo estaba algo lejos y mientras antes comenzara con el viaje, antes podría regresar y recibir a Bennett.
◈ ━━━━━━━ 狼 ━━━━━━━ ◈
Las instrucciones eran fáciles, además de que contaba con un pequeño mapa para recordar el camino, por lo que no era eso lo que ocupaba su mente mientras corría en busca de los ingredientes.
No. Ahora que no tenía muchas distracciones, le era prácticamente imposible no pensar en todas esas situaciones que lo habían estado molestando durante las últimas horas.
Se sentía mal, estaba mal.
Primero: la falta de comunicación había creado un malentendido e hizo sentir mal a Bennett al creer que lo abandonaría, segundo: le había mentido, independientemente de la razón, tercero: estuvo por estorbar en el viaje al hacer preocupar a Bennett por su miedo a las alturas, cuarto: le había levantado la voz y hablado de una forma muy grosera (no realmente) y por si fuera poco, tuvo que volver a experimentar miradas extrañas dirigidas hacia él.
Razor podría ser un ignorante en muchos temas e ingenuo, pero no era estúpido.
Él sabía que muchas personas se sentían incómodas por su corto vocabulario. Era vergonzoso como los niños lo corregían todo el tiempo y si bien nunca era con mala intención, llegaba a ser un poco molesto, a excepción de Klee, quién solía enseñarle en lugar de corregirle.
Pero los adultos eran otra cuestión. Era consciente de las miradas de desaprobación y disgusto que se dirigían a él cada que pasaba. Escuchaban lo que se decía y criticaban de él a sus espaldas. Sabía cómo la gente lo veía.
Claro, no era algo general. Mondstadt es bien conocida por ser una de las naciones de mente más abierta, le daba la bienvenida a cualquiera que cruzara sus puertas. Y aún así no se salvaba de ese tipo de gente. Era bien sabido que lo negativo siempre sobrepasaba lo positivo... excepto para Bennett, o eso pensaba Razor.
El chico creía que Bennett era invencible: siempre positivo y alegre ante las adversidades. No le importaban las malas críticas de los demás, no importaban los obstáculos, siempre podía sonreír. Y, siendo honesto consigo mismo, estaba celoso de eso. Estaba celoso de cómo no dejaba que esas cosas lo afectaran, de cómo enfrentaba todo con buena cara, de cómo siempre lograba encontrar una solución.
Definitivamente esos celos no ayudaban en lo absoluto a mejorar su estado de ánimo.
Estaba frustrado, frustrado de siempre esforzarse y nunca parecer suficiente, de no poder comunicar lo que quería cuando quería, o peor, cuando lo necesitaba.
Frustrado de, a pesar de comenzar a entender sus sentimientos hacia Bennett, no saber cómo expresarlos. Quería amarlo, quería besarlo, abrazarlo y protegerlo hasta la eternidad, devolverle todo lo que el chico había hecho por él. Sin embargo, se sentía insuficiente para poder hacerlo.
Estaba enojado consigo mismo, decepcionado.
Y pasando por entre las paredes montañosas, su traicionera mente lo fue sucumbiendo a un episodio depresivo que solo fue empeorando.
◈ ━━━━━━━ 幸 ━━━━━━━ ◈
—Debo admitirlo chico, fuiste mucho más rápido de lo que esperaba.
A pesar de la importancia que aquel halago abarcaba, Razor no tuvo más energías que para responder con un simple "Si" al entregarle las cosas.
—¡Oye, espera! ¿A dónde crees que vas? —reclamó el mayor al ver cómo Razor se daba la vuelta hacia la escaleras. El chico lo miró frunciendo el ceño con confusión.
—Sillas. Querer descansar.
—Bueno, descansa en las sillas de acá abajo. Aún necesito de tu ayuda en un rato más. ¿O acaso no quieres que te pague por tu ayuda?
—Sí. Perdón. ¿Qué necesitar?
A pesar de que estaba ofreciendo su ayuda, no se le veía desgana alguna ni resignación, sino puro cansancio, haciendo ver su respuesta como algo forzado pero Yanxiao era muy observador, así que no pudo molestarse por ello. Después de todo, él mismo había reconocido la rapidez y eficiencia con la que el chico había cumplido su encargo.
—Sólo que le lleves la comida a aquel tipo, pero eso será en un rato.
—Estar bien. Yo esperar.
Comentó con un alivio que no pudo ocultar. Razor se dirigió al pequeño comedor del lugar y tomó una silla, la movió hasta las escaleras y se sentó frente a éstas, dejando el respaldo de la silla pegada a la pared. Una vez que lo acomodó, el chico se sentó, abrazó sus piernas y, tras un suspiro, dejó caer su cabeza sobre sus rodillas.
Yanxiao lo miró por unos momentos. Normalmente hubiera agradecido que Razor se hubiera acomodado en un lugar aislado y no estuviera haciendo ruido, pero algo dentro de él se sentía preocupado por el chico.
El hombre era conocido por ser poco amigable y social con las personas en general. Rara vez sonreía y no solía mostrarse amistoso. Al menos en actitud así era, pues sus acciones siempre demostraban cuanto verdaderamente se preocupaba por los demás, aún cuando lo negaba con una invencible terquedad. En sí ese no era el motivo por el que se preocupaba por él, sino porque se vio reflejado en el chico cuando tenía su misma edad aproximadamente, desde actitudes, porte y mirada.
Negó un poco con la cabeza y se concentró en la cocina. Aún era demasiado pronto como para hacer algo por Razor, no es como si debiera importarle su bienestar.
◈ ━━━━━━━ 狼 ━━━━━━━ ◈
Razor no estaba feliz de tener que subir y bajar esas rampas tantas veces en tan pocas horas, pero estaba absolutamente seguro de que era mejor opción que utilizar el elevador o su planeador. Pasar vértigo no era una experiencia agradable, al menos en la rampa era mucho más controlable.
Al llegar nuevamente a tierra firme y siguiendo las indicaciones del cocinero logró encontrarse con el destinatario de aquel platillo. Desde el momento en que el olor los ingredientes mezclados comenzaron a surtir efecto en la nariz de Razor, fue cuando se dio cuenta de lo hambriento que estaba. Tuvo que soportar las ganas de devorarse la comida durante el camino. Cómo tal, encontrar al hombre no fue difícil: era la única persona pescando por los alrededores, así que prontamente se acercó a él.
—¿Eh? ¿Viniste a buscarme a mí? —cuestionó Jiangxue al sentir como el chico tocaba su brazo para llamar su atención.
—Si. Ser para ti —explicó Razor extendiendo el platillo.
—¡Ah! Me preguntaba de dónde venía ese delicioso olor— exclamó el pescador con gran gozo—. Es un chef realmente talentoso, ¿sabes?
—¿Por qué darte comida?
Jiangxue soltó una pequeña carcajada ante la actitud directa del chico, siendo algo que le agradó.
—Bueno, digamos que somos... viejos amigos —contestó con simpleza al clavar su caña en el suelo—. Alguna vez tuve un asunto en el Pantano Dihua y cometí un error que no pude evitar. En todo Liyue, sólo esa posada me abre las puertas y su cocinero me hace de comer.
Aún cuando era una explicación bastante ambigua y hasta incompleta, fue suficiente para saciar la curiosidad de Razor como para no necesitar hacer más preguntas. Después de todo, a él tampoco le gustaba compartir tantas cosas de su vida personal.
—Por cierto, ten cuidado con los monstruos detrás tuyo —advirtió Jiangxue antes de dar el primer bocado con gran tranquilidad.
Razor volteó de forma instintiva y vio que, efectivamente, había un grupo de Hilichurls que se dirigían hacia ellos a gran velocidad. Le sorprendió el no haberlos detectado hasta que fue advertido, mas no se detuvo a pensarlo por mucho tiempo. Sacó su mandoble y se encargó de aquellos monstruos por su propia cuenta.
Sin la ayuda de Bennett, se tardó un poco más y resultó levemente herido, pero al no ser nada de gran gravedad, ninguno de los dos le prestó gran atención a ello. Al menos así fue hasta que un Cazador de las Ruinas apareció, haciendo retroceder a Razor. Para él, ese era un enemigo completamente desconocido y, por consecuencia, aún más peligroso de enfrentar ante la falta de un compañero soporte.
Entró un poco en pánico al ver cómo esa máquina estaba totalmente dispuesta a atacarlos. Él sentía que era su responsabilidad cuidar de aquel pescador y evitar que sufriera algún tipo de daño, cosa que no podría hacer si no lo derrotaba. Pronto sabría que, en realidad, su situación era completamente opuesta.
—Oh, a ese no lo puedes vencer —aquel comentario lo sacó de sus pensamientos, volviendo su atención hacia el hombre—. Será mejor que me lo dejes a mí; escóndete detrás de esa roca y cierra los ojos.
Corriendo hacia un costado para esquivar un ataque, Razor miró completamente atónito hacia el hombre, quién aún no soltaba su platillo y lo mantenía sobre una de sus manos.
—Pero…
—Confía en mí, chico. Hazlo rápido o saldrás herido.
Razor apretó los labios con algo de duda, pero había tanta seguridad en el hombre que no le quedó más remedio que confiar en él. Sin perder tiempo, obedeció sus indicaciones y cerró sus ojos al esconderse en un lugar relativamente seguro. Y, justo en el preciso momento en que cerró los ojos, sintió tal cantidad de poder que sintió como un leve mareo lo invadía.
—Listo chico, ya puedes salir.
A pesar de eso, Razor se tomó unos segundos para retomar el aire que no sabía que había perdido, fue una sensación bastante parecida al vértigo. Al recuperarse, salió con un sigilo involuntario, encontrándose con el hombre comiendo como si no hubiera sucedido absolutamente nada.
—¿Qué...? ¿Qué pasar?
—Me deshice del monstruo —volvió a contestar con simpleza.
Ahora sí que Razor tenía muchas preguntas, pero no sabía con cuál debería empezar exactamente. ¿Cómo hizo eso?, ¿usó armas?, ¿tenía una Visión?, ¿un Engaño?, ¿usó solo una mano?, ¿de dónde venía?, pero más importante...
—¿Quién ser tú?
—Un simple pescador, Jiangxue.
No hubo ningún tono de molestia de su parte, por lo que Razor se atrevió a seguir hablando.
—Yo ser Razor… No entender, ¿cómo tú ser tan fuerte?
—El mundo está lleno de toda clase de personas: personas fuertes, débiles, valientes, pacientes, consideradas, egoístas, avariciosas, crueles... —recitó mirando con serenidad hacia la Posada—, por ejemplo, en la posada hay un cocinero que era hábil con la espada, ahora le gusta cocinar, tiene un aspecto rudo, pero es de buen corazón. O por ejemplo, la dueña de la posada dice ser de Mondstadt, pero nadie de allá la conoce. Y luego estás tú: un chico fuerte quien, a juzgar por tu forma de pelear y tú mirada, ha tenido una vida difícil y fuera de lo común, lleno de grandes heridas y con dificultades del habla, pero con un corazón bondadoso y protector.
Razor se sintió sorprendido de que supiera tanto de él en menos de una hora de haberlo conocido. Lo de las heridas y el habla era algo obvio, pero lo demás sí que le había pillado por sorpresa, lo cual lo hizo sospechar un poco.
—Descuida, chico... Razor, ¿verdad? He vivido muchas cosas, sé leer a la gente. Además, los vi a ti y a tu amigo anoche —señaló la parte de la Posada en donde habían tenido sus diversas interacciones con los Liyuen. Razor bajó un poco la guardia, eso tenía sentido, pero seguía sin sentirse seguro del todo—. Hay gente que es "extraña", pero no "temible", así que no tienes de qué preocuparte por mí.
El chico se tranquilizó más. El hombre tenía razón, no por ser distinto debía temerle. De hecho, si hubiera querido hacerle daño, ya lo hubiera hecho desde mucho antes, considerando la fuerza que poseía. Razor suspiró y miró con cansancio al río, contemplando con una mirada vacía el reflejo de los rayos del sol sobre la apacible agua.
—Mucha gente verme mal... Hablar mal de mí... Hacerme preguntas no cómodas. Yo también ser "extraño" —el tono de tristeza que salió de sus labios fue imposible de ocultar.
—Bueno, tal vez lo seas pero, ¿eso es realmente malo?
Esa pregunta lo hizo pensar.
Su primera impresión era que sí, que era algo malo pues no encajaba en ningún lado. No era lobo ni era humano. Era los dos y ninguno. Muy humano para ser lobo y muy lobo para ser humano.
Pero... tenía a gente que le quería, que le enseñaba y que lo acompañaban. Tenía a Lisa, a quién consideraba como su madre adoptiva humana, ella le había enseñado a usar su Visión, le enseñaba modales, las costumbres humanas, las tradiciones de Mondstadt, le enseñó a leer y a escribir, lo educaba como una maestra y lo apreciaba como una madre.
Varka fue el primer humano que se preocupó por él, fue quien, al encontrarlo, tuvo la paciencia de acercarse hasta poder hablar con él. Le había dado su nombre, le había enseñado a hablar, lo integró a la sociedad, y le había brindado su colmillo de hierro... sin él, no sabría dónde estaría ahora.
Klee era su mejor amiga. Una niña inocente, enérgica y amable con todos, tenía un fuerte sentido del deber al querer protegerla. Ella siempre quería jugar con él y con los lobos, le enseñaba cosas con gran entusiasmo, incluso cuando era algo que aún descubría, dibujaban juntos continuamente y a pesar de los constantes desastres que ocasionaba en el bosque, la quería mucho.
También tenía muchos amigos: el Viajero, los Caballeros de Favonius, Xingqiu y Chongyun, tenía a su Lupical, algunos otros niños de Mondstadt... Y más importante aún, tenía a Bennett.
¿Qué podría decir de él que no hubiera dicho ya? Tal vez confesarle el más profundo amor que sentía hacia él, por todo lo que ha hecho y lo que hace al estar a su lado. No podría imaginarse una vida en la que aquel aventurero no esté presente en su vida ni en su corazón.
Si no fuera como es, ¿igual los hubiera conocido a todos ellos?, ¿los tendría a su lado?
Jiangxue vio con una sonrisa como aquella meditación en la que Razor se había metido parecía mejorar su ánimo, así que decidió no molestarlo mientras volvía a tomar su caña.
◈ ━━━━━━━ 幸 ━━━━━━━ ◈
El cocinero se encontraba refunfuñando entre dientes. El chico se estaba tardando demasiado en volver, ¿qué le tomaba tanto tiempo?, solo era entregar un estúpido y simple platillo a un hombre no más lejos de 20 metros de la Posada.
Y en cuanto comenzó a sospechar de que se había escapado con la comida entre sus manos, escuchó como alguien bajaba por más escaleras. Al voltear, se encontró con Razor y el plato sucio entre sus manos.
—¿En serio te quedaste ahí hasta que ese parásito terminó de comer? —le cuestionó bastante malhumorado, aunque un poco menos que antes ya que al menos el chico había regresado.
—No. Yo uh... Perdón. Monstruos atacar. Yo defender. Hablar un poco con Ji-ang-xue —vaya que los nombres Liyuen se le dificultaban demasiado.
—Tú... ¿En serio?... Tsk, olvídalo. Sólo deja el plato en el fregadero, toma tu recompensa y sal de aquí —respondió dándose la vuelta nuevamente hacia su olla.
Para su disgusto, Razor no se fue. En cuanto tomó la recompensa sobre la mesa, se acercó a él con cierta precaución pero sin dejar de tener esa clara intensidad en su mirada.
—Umm... Señor...
—Fuera niño, no lo voy a repetir.
—Pero... Yo querer cocinar.
—¿Y a mí qué? Si quieres comer, búscate otra cocina a la cual invadir.
—Pero yo no saber dónde... Otra cocina. Si alejarme, Bennett no encontrarme. Yo necesitar hacer comida para Bennett.
Razor no estaba dispuesto a irse: al no poseer una olla de emergencia como Bennett ni saber en dónde más podría cocinar, la única opción que tenía era utilizar aquella cocina. A Yanxiao ya lo había molestado que lo hiciera esperar tanto, aún cuando no fue su culpa del todo, y le molestaba más que quisiera "invadir" su territorio.
—No, niño. Vete.
—Si tu querer, yo regresar Moras, pero dejarme cocinar, por favor —pidió ahora con un tono más suplicante.
Yanxiao vio como sus ojos comenzaron a manifestar el mismo brillo que los canes utilizaban para pedir comida. Una completa manipulación. No iba a caer en algo tan bajo. No cedería aún cuando claramente había dicho que la comida era para su amigo y no para él...
—Tsk, haz lo que quieras. Sólo no estorbes hasta que termine con esto —ante esta respuesta, los ojos de Razor cambiaron su brillo a uno más alegre.
—¡Sí, gracias!
"Estúpidos niños…" pensaba Yanxiao con malhumor. ¿Por qué siempre se salían con la suya? Y era aún peor cuando eran obedientes hasta los dientes, así como Razor que se había retirado nuevamente a sentarse en la silla y esperaba con gran paciencia tener vía libre para actuar.
Pasó más o menos una hora hasta que Yanxiao terminó de completar sus pedidos, pues era la mera hora del almuerzo siendo, por consecuencia, su hora más ocupada. En todo ese tiempo Razor no le molestó de ninguna forma. A pesar de que mientras más transcurrían los minutos, más se iba impacientando, nunca reclamó ni se quejó. No hizo el más mínimo ruido, siendo la única señal de su impaciencia el constante balanceo de sus piernas.
Aún cuando no estuviera dispuesto a admitirlo, el hombre agradeció esto, ya que incluso hubo momentos en los que se olvidó de la presencia del chico hasta encontrárselo al pasar por las escaleras. Al estar ya más desocupado y ante nulas distracciones, su malhumor bajó considerablemente, permitiéndole hablar con Razor de forma más tranquila.
—Listo chico —Razor inmediatamente se enderezó con entusiasmo— pero te lo advierto, en cuanto vea que estés haciendo alguna abominación yo mismo te echaré a la fuerza, ¿entendido?
—Sí.
Bien, esa amenaza sí que lo había intimidado un poco, así que terminó por decidir que se iría por lo seguro. Yanxiao se cruzó de brazos y se recargó en uno de los estantes, acomodándose en una posición en la que podría vigilar lo que el chico estuviera haciendo.
A pesar de la pequeña presión que comenzó a sentir, Razor no se dejó intimidar. Con decisión sacó los ingredientes de sus propios bolsillos y se dedicó a hacer su famoso "Tortilla de papas en forma de garra". Si, no era un nombre muy original, pero a él no se le daba mucho el poner nombres.
Con tan solo ver los ingredientes, el hombre supo de inmediato qué era lo que Razor iba a hacer, más al notar cambios en el proceso de preparación una notable curiosidad lo invadió, así que miró todo el proceso con el ojo experimentado de un talentoso cocinero.
Al no haber sido impuesto un límite de tiempo, lo normal hubiera sido que el chico decidiera tomarse su tiempo, más no fue así. Había decidido tardarse lo suficiente, pues estaba consciente de que Yanxiao podría requerir la cocina de nuevo en cualquier momento.
—¿Así es cómo sueles hacer las Tortillas de papa? —preguntó sin alguna emoción en particular.
—A veces. Yo preferir carne. Verdura sabe mal. Yo comer animal que come verdura pero papa sabe bien.
En realidad había comenzado a prepararla de esa forma más que nada por Klee, ya que había escuchado por ahí cómo a los niños les gustaban las cosas que tenían que ver con animales, especialmente en la comida. Así que ideó una forma de agradarle más, pues esto fue en los inicios de su relación, inventando así sus Tortillas de papa en forma de garra. No solo ella, sino que Bennett también había quedado encantado con aquella idea, siendo la razón por la que decidió pulir su técnica.
—Ya veo —fue toda la respuesta que obtuvo.
Yanxiao seguía confundiéndolo. En cuanto parecía interesado por algo, dejaba de hacer preguntas y se enfocaba en otra cosa. Sus cambios de humor solían variar más a lo gruñón, pero sus acciones decían que no lo era tanto como aparentaba. Sentía que el hombre sabía mucho de él y al mismo tiempo no sabía nada. Era muy extraño. Le recordó un poco a Diluc: rojo y negro, caliente y frío.
Pero las palabras de Jiangxue seguían muy presentes en su mente "Extraño no significa temible". Era un poco grosero, pero no era temible. Decidió que no trataría de comprender su comportamiento y simplemente lo aceptaría.
—Terminé —empaquetó su comida. Si bien lo usual sería emplatarlo, no sabía cuándo regresaría Bennett. Lo mejor era guardar la comida de forma que pudiese durar caliente durante el mayor tiempo posible—. Gracias. ¿Cuánto mora regresarte?
—Olvida eso, es tu recompensa por el encargo. No gastaste ningún ingrediente de aquí, así que no puedo cobrarte nada —aclaró encogiéndose un poco de hombros.
—Gracias —sonrió con cierto alivio. Esperaba que Bennett pudiera estar orgulloso de él por todo el mora que ganó y por la comida—. Irme ahora de la cocina.
—Sí, hazlo —no fue una exigencia ni una orden, sino que había sonado más como una respuesta automática.
—Si. Nos vemos después.
Después de volver a acomodar la silla en su lugar, Razor subió las escaleras hasta la recepción, lugar en donde se dedicó a esperar el regreso de Bennett.
Notes:
Sé que esto parece relleno, pero no lo es. ¡Lo juro! D:
Tiene un objetivo.... Que se verá en el siguiente capítulo :]P.D. Nuevo headcanon: Yanxiao como padre adoptivo de Razor. ¿Les gustaría ver más de eso en un futuro? (~ ̄▽ ̄)~
P.D.2. Sí, sé que mezclé dos encargos en uno. Pero la trama lo requería, así que... ¯\_(ツ)_/¯
Chapter 11: Habitación Wangshu (Parte 1)
Summary:
Razor ya había logrado terminar sus encargos, por lo que sólo le quedaba esperar por Bennett.
Sin embargo, la espera se vuelve mucho más larga de lo esperado. ¿Habrá pasado algo?
Notes:
(See the end of the chapter for notes.)
Chapter Text
Los segundos se volvieron minutos, los minutos se volvieron horas, y la preocupación de Razor no hacía más que aumentar. Al no haber sido prometido un tiempo de regreso exacto, era bastante incierto el momento en que Bennett regresaría.
El chico tuvo que soportar las ganas de ir a buscarlo en múltiples ocasiones, pero recordaba como él le había pedido que lo esperara específicamente ahí, siendo otra cosa que lo detenía la repetición del pensamiento de "Debes confiar en él". Después de todo, Bennett cumplía sus promesas y siempre volvía, no importaban las circunstancias, pero a cada minuto que pasaba le era más difícil ser paciente.
Al principio había intentado distraerse con otra cosa, como avisarle a la Jefa sobre la escalera rota y ayudarles a repararla; eso ayudó por alrededor de unas 2 horas nada más. Después intentó contar cosas al azar, haciendo una lista inútil de cosas inútiles, ¿a quién le importaría cuántos pasos eran de un lado de la habitación a otra?, ¿o cuántos tablones había en el suelo? Luego intentó llevarse bien con el gato de recepción, obteniendo una respuesta más que negativa. No importaba, después de todo los gatos eran demasiado egoístas para su gusto. Al menos había un perro con el que pudo distraerse fácilmente.
Y después de pasearse por todos los balcones del lugar, se quedó sin ideas útiles.
Fue tanta su preocupación que incluso cuando se habían cumplido 4 horas de espera, no había comido absolutamente nada. La Jefa, quién había estado viendo a Razor todo el tiempo, se preocupó por él, después de todo seguía siendo un chico cuyas prioridades aún estaban formándose.
Le ofreció un poco de comida pero él se negó amablemente. No dio razones, simplemente no quiso comer. La Jefa quiso dejarlo ser pero al cabo de un rato no pudo con la ansiedad y fue a pedirle a Yanxiao que preparara algo para el chico. Cuando el cocinero se enteró de que todo ese tiempo estuvo ahí y sin comer, subió las escaleras sin dudarlo un segundo.
—¡Oye chico! —Razor volteó con un leve respingo. Ese llamado lo había tomado con la guardia baja—. Ven aquí.
El tono severo de Yanxiao lo hizo preguntarse si había hecho algo malo, siendo que a su perspectiva no había estado haciendo absolutamente nada interesante. Aún así, se acercó con bastante duda al cocinero.
—¿Por qué no has comido nada? —ah, conque era eso.
—No tener hambre.
—Yo mismo vi la cara que pusiste al oler la comida en la mañana, no puedes mentirme.
—...
Si bien Razor había respondido con honestidad, no pudo argumentar nada en contra de ello. No podía explicar cómo la preocupación por Bennett le había anulado sus necesidades casi por completo, principalmente porque ni él sabía que esa era la razón.
—¿Qué diría tu amigo si descubre que no has comido en todo el día? Si está en problemas, ¿cómo esperas ayudarlo si no estás en buenas condiciones?
El chico no contestó, se limitó a bajar la mirada mientras sus mejillas se teñían de rosado debido a la pena. A los dos adultos se les cruzó la imagen de un perrito regañado, siendo Yanxiao el que después soltó un suspiro.
—Ven, niño, sin excusas.
Goldet sonrió al ver cómo los dos hombres bajaban a la cocina. Bajo el techo de su Posada, ningún menor pasaría hambre, y estaba complacida de ver que su cocinero la apoyara.
—Te propongo un contrato.
—¿Contrato? ¿Qué ser? —inclinó la cabeza con algo de confusión.
—Un contrato es un documento en donde, en este caso, tú y yo hacemos un intercambio equivalente, ya sea de conocimientos, materiales o encargos —explicó con paciencia.
—Oh, entiendo. En Mondstadt llamarse "acuerdo"... creo.
—Si, bueno; Liyue es llamada "La nación de los contratos", aquí ese tipo de cosas no se toman a la ligera.
—Entiendo. ¿Y de qué "contrato" ser?
—Mis pautas son las siguientes: me enseñas a como hacer tu versión de Tortillas de papa y yo te hago de comer cuando vengas y lo necesites.
—¿Qué? Eso no ser justo. Yo ayudarte una vez y tú querer ayudarme muchas veces. No ser equi.. equivo... Eso.
—En realidad sí lo es. Lo es porque, si tú me enseñas a hacer el platillo, tendremos algo nuevo y atractivo en el menú. Si se vende poco o mucho, ya es cosa del destino pero al final será ganancia para nosotros. Sería injusto para ti no obtener algún tipo de recompensa ya que es tu platillo y mi forma de pagarte sería darte comida gratis cuando vengas, a menos que prefieras que te demos Moras.
Una vez que tuvo más claro el razonamiento del cocinero, Razor se sorprendió un poco de cuánto impacto tenía el haber creado su platillo.
—No necesitar Moras. Comida ser suficiente.
—De acuerdo. Entonces, ¿estás satisfecho con el intercambio?
Ahora que entendía cuál era el intercambio equivalente, se sintió más tranquilo. No estaba del todo cómodo con la idea de que le dieran comida gratis, aún sabiendo que no era tanto un regalo sino más bien una compensación, pero lo entendía. Además, era una nación desconocida con reglas y costumbres desconocidas, no quería ofender a alguien.
—Bueno... intercambio tener sentido. Ser equi...vi... Eso.
—Equivalente.
—Equivalente, eso. Sí, yo estar de acuerdo.
En realidad lo que deberían hacer sería un documento en donde puedan respaldar su contrato pero al Razor ser menor de edad y necesitar la autorización de sus padres o tutores, sólo complicaría las cosas para poder hacerlo válido, pero Yanxiao era un hombre honrado, cumplía su palabra con rectitud y sin pretextos. Aún así, no dejaría todo completamente al aire y lo discutiría con su jefa, dejando en manos seguras las pautas verbales del contrato en caso de cualquier tipo de emergencia.
—Muy bien. Entonces; ¿cómo haces exactamente la forma de garra?
Razor no estaba en absoluto acostumbrado a ser el que enseñaba cosas. Claro, Bennett era una excepción al estarle enseñando el idioma lobo, pero era poco comparado con lo que diariamente solían enseñarle a él. Sintió una pizca de orgullo y cierta inseguridad de ser juzgado pero esa mala sensación se esfumó con rapidez ante la atención profesional que Yanxiao le prestaba.
Fue así como ambos hombres lograron pasar un buen rato, aprendiendo uno del otro, ya que Yanxiao le mostró algunos pequeños trucos y datos útiles sobre diversos condimentos, y Razor inspiró al cocinero para algunos otros nuevos platillos. Y, bajo la sorpresa del mismísimo Yanxiao, hubo incluso un momento en donde le revolvió el cabello de forma juguetona.
A pesar de que se le pidió que mantuviera eso como un secreto, Razor no pudo dejar de sonreír incluso después de comer.
◈ ━━━━━━━ 幸 ━━━━━━━ ◈
Ya habían pasado 2 horas desde que Razor había sido técnicamente obligado a comer y aún no había señal alguna de Bennett.
El chico no podía dejar de moverse por todo el balcón principal y nadie podía culparlo por ello. Incluso el gerente pensaba que el tiempo de espera estaba siendo excesivo.
Razor no dejaba de pensar en la posibilidad de que se hubiera cruzado con algún Fatui, pero incluso él le había preguntado al gerente sobre el riesgo de que apareciera alguno recibiendo la misma respuesta que se le había dado a Bennett. Y como el gerente parecía estar muy seguro de su respuesta, Razor decidió confiar en él pero, si no era eso, ¿entonces qué era?
Ya se estaba haciendo tarde y, si bien aún faltaba para que el sol comenzara a ocultarse, el frío viento que acompañaba el anochecer ya había comenzado.
Ignorando por completo la altura en la que se encontraba, Razor se acercó al barandal y buscó por enésima vez alguna señal en el horizonte. Nada de nuevo. Suspiró. Entonces, cuando una suave brisa chocó contra sus mejillas, lo escuchó.
Fue muy leve, incluso el mensaje no fue tan claro pero Razor estaba completamente seguro de que había escuchado algo cuando el viento... ¡El viento! ¡Pero claro! El viento era un mensajero. Le había enseñado sobre sus padres, entonces también podría enseñarle sobre Bennett.
Cerró los ojos y se concentró, arrugando ligeramente la nariz mientras rezaba por un nuevo mensaje. Él no sabía rezar, no sabía cómo dirigirse al viento pero aún así intentó hacerle una petición. Aún si eso no funcionaba, por lo menos sabía que si le prestaba atención, podría escuchar nuevamente su mensaje.
Los segundos pasaron, el tiempo se ralentizó e incluso las aves callaron, como si comprendieran la importancia del silencio. Entonces, el viento volvió a soplar. Lo escuchó. Lo estaban llamando . Algo lo estaba llamando, pero no era un llamado normal, era un llamado de alerta.
—Bennett.
Sin vacilar un solo instante, se lanzó en picada desde el balcón sacándole un grito de disgusto a las personas que lo veían caer. Para alivio de todos, Razor extendió su planeador a los 30 metros del suelo, cayendo en una velocidad segura hasta dejarse caer nuevamente a una distancia prudente.
Nadie tuvo oportunidad de acercarse y ver si el chico estaba bien, pues en cuanto sus pies tocaron el suelo, comenzó una de las carreras más rápidas que Razor jamás hubiera tenido en su vida.
En el camino siguió rezándole al viento para que lo guiara por el camino correcto, utilizando de igual forma su olfato para rastrear el olor de su amigo. Y si bien el viento no volvió a darle ningún mensaje, sí que recibió su ayuda al llevarle el aroma de Bennett por la dirección correcta. Tal vez no fue necesariamente el viento, bien pudo haber sido suerte o casualidad, pudo haber sido Barbatos o pudo haber sido algún Adeptus que se había apiadado de sus corazones, sea como fuere, Razor estaría igualmente agradecido por ello.
A unas decenas de metros a la distancia se encontraba Bennett. No había tenido ningún encuentro con algún Fatui pero la situación no era mucho mejor en lo absoluto: estaba herido, muy herido y sucio. Tenía notables moretones por todo su cuerpo, le pesaba mover sus brazos y piernas, mantener sus ojos abiertos ya era una travesía de por sí y no poseía suficiente energía como para poder recuperarse con su habilidad definitiva.
No quedaban muchos monstruos, pero sí los suficientes como para finalmente derrotarlo con unos cuantos golpes. Bennett tosió un poco de sangre, la cual se limpió sin vacilar. No se dejaría derrotar tan fácil.
O al menos ese fue su pensamiento antes de desplomarse con un patético tropezón. Bennett entró en pánico. No es que el dolor le impidiera moverse, desde hacía mucho que se había acostumbrado y éste había dejado de ser un obstáculo para él. Simple y llanamente su cuerpo no respondía a la velocidad que quería, no le obedecía. Y con un último pensamiento de pánico y el pecho lleno de frustración, se desmayó.
Los monstruos comenzaron a acercarse al chico, más para verificar si realmente estaba derrotado que para atacar. Más en el momento en que estaban por tocar su cuerpo, una garra de truenos y un feroz rugido los sorprendió por detrás, venciendo instantáneamente a los monstruos más pequeños.
La furia de Razor era palpable... literalmente. El ver a la persona más importante de su vida tirada en el suelo ante sus ojos desató su ira a través de su Visión. No sólo un enorme lobo Electro lo respaldaba, sino que sus rayos se estaban descontrolando desde su cuerpo hacia el suelo, brillando incluso a través de sus ojos.
Ese era un estado que Razor siempre evitaba a toda costa, no quería volver a repetir esa mala experiencia pero en esta ocasión su furia lo sobrepasó. Lo hizo golpear con mayor descontrol a los enemigos, siendo algo absolutamente innecesario al ya estar debilitados. Poco o nada le importó hasta deshacerse de todos y cada uno de ellos, siendo el momento en que estuvo consciente de su estado.
Al ver cómo sus manos seguían emanando violentos rayos violetas, su enojo comenzó a transformarse en pánico. No quería que volviera a pasar, no debía dejar que sucediera otra vez.
"No entres en pánico. Para poder controlar tu Visión, primero debes controlarte a ti mismo"
Fue lo que escuchó al cerrar los ojos ante otra nueva ráfaga que lo invadió. Supo de inmediato qué el viento le había vuelto a ayudar, pues era imposible que su maestra Lisa se encontrara ahí en esos momentos. Decidió hacer caso del mensaje y repasó todo lo que su maestra le había enseñado al respecto.
"Regula tu respiración" Inhaló. Exhaló. Inhaló. Exhaló.
"Distrae tu mente. Utiliza la técnica que te enseñé"
Sí... 5 cosas que podía ver... Un árbol. Una piedra. Una flor de menta. Un campamento Hilichurl. Su colmillo de hierro.
4 cosas que podía escuchar... Las hojas arrastrándose. Un perro ladrar a lo lejos. La respiración de Bennett. La corriente de un río.
3 cosas que podía sentir o tocar... El suelo bajo sus pies. Comezón en su espalda. La suavidad del mango de su arma.
2 cosas que podía oler... La flor de menta. Un conejo... No, era Bennett.
1 cosa que podía saborear... Los Camarones de cristal de hacía un rato.
Inhaló una última vez antes de lograr sacar el aire con más tranquilidad. Se miró las manos y descubrió cómo había vuelto a la normalidad. Un gran alivio lo invadió: lo había logrado. Pudo controlarse, pudo proteger a Bennett de sí mismo...
—Bennett.
Una vez que estuvo calmado, finalmente pudo acercarse a él y auxiliarlo. Tomó su rostro con cuidado y lo examinó, parecía estar bien: respiraba sin dificultades y no se había roto la nariz. Volteó su mirada hacia el resto de su cuerpo, nada se veía torcido ni fuera de lugar. Suspiró de nuevo.
Tomó su cabeza y la cargó con cuidado sobre uno de sus brazos. Con gran precaución giró su cuerpo hasta dejarlo boca arriba, dándole oportunidad de cargarlo unos cuantos metros hasta depositarlo junto a una roca, recargando su espalda y cabeza sobre ésta.
En lo que su amigo despertaba, decidió que iba a encargarse de sus cortes y heridas. Sacó unos cuantos ganchos de lobo de su bolsillo y los masticó hasta hacer una pasta curativa natural. Fue tomando trozos de la pasta y cubriendo sus heridas con ésta con gran dedicación y cariño, sensaciones que de igual manera no pudieron opacar la culpa que lo estaba invadiendo.
Otra vez no pudo volver a protegerlo. Lo dejó solo todo el día, no había hecho nada para buscarlo y ayudarlo hasta que estuvo a punto de ser muy tarde. Ahí estaban las consecuencias de no haber cumplido su promesa: Bennett completamente inconsciente, vulnerable y lastimado.
Bien, eso había sido definitivamente la cereza del pastel de ese mal día.
Mientras curaba las heridas de su amigo, volvió a jurarse a sí mismo que no volvería a separarse de su lado. Sin importar las circunstancias o el momento, no dejaría solo a Bennett otra vez.
Para su gran alivio, Bennett no tardó mucho en despertar. Aún no estaba en sus cinco sentidos y parecía pelear para no volver a desmayarse, por lo que Razor decidió aprovechar para ayudarlo a recuperar energías.
—Bennett. Tener que comer. Abrir la boca.
Razor sacó el platillo que le había preparado horas atrás y tomó pequeños trocitos, los cuales acercó a los labios de su amigo alentándolo a comer. Fue un proceso lento en el que Bennett tomaba esa comida y la masticaba, pero su cuerpo agradeció la comida y, poco a poco, fue recuperando fuerzas.
Cuando el plato ya iba por más de la mitad, abrió los ojos, no con debilidad, sino tan agotados que parecía que volvería a desmayarse del sueño en cualquier momento.
—Razor... —suspiró al cruzarse sus miradas.
—No hablar. Descansar primero. Come —indicó con delicadeza acercando otro trozo de comida.
Bennett se dejó mimar y masticó la comida, ahora con mayor ímpetu y consciencia. No supo cómo había terminado en aquel estado, pero para él no era algo que le hiciera falta saber. Todo lo que le importaba era que su mejor amigo estaba ahí, a su lado.
—¿Cuánto tiempo llevas cuidando de mí?
—Callar —volvió a indicar antes de darle un trozo más grande de comida— Encontrarte... Una hora antes. O menos, no sé. Tú despertar muy pronto.
—¿Y cómo... —antes de poder seguir, Razor le metió más comida en la boca, sacándole una pequeña risa.
—Viento avisar. Oler peligro. Ahora, no preguntas.
Con una pequeña sonrisa, Bennett finalmente le hizo caso y no hizo más preguntas. Sólo le rezó en silencio al viento y le agradeció a Barbatos tanto por su ayuda como por permitirle tener a Razor en su vida.
Al acabarse el plato, Razor siguió atendiendo las heridas de Bennett, ahora preguntándole por los lugares exactos en donde sentía dolor. Ante su insistencia, el chico no tuvo más opción que ser honesto y responder todas sus preguntas.
Ver cómo Razor vendaba sus heridas, lo curaba con su pasta de Gancho se lobo y el cómo lo trataba con tanto cariño y cuidado, hizo que su corazón sintiera tal arranque de amor y felicidad que se le escapó una pequeña lágrima, ocultándola con la excusa de que tenía sueño y había bostezado.
Bennett incluso pensó que estaba dispuesto a abandonar su búsqueda por liberarse de su maldición si eso garantizaba el estar junto a Razor el resto de sus días.
—Tener que descansar en mejor lugar. Llevarte a la Posada.
El chico estuvo de acuerdo, al menos hasta que se dio cuenta de que Razor estaba dispuesto a cargarlo en todo el camino.
—¡E-espera Razor! —exclamó cuando estuvo sobre sus brazos—. N-no hace falta, puedo caminar... —estaba seguro de que su corazón explotaría si lo dejaba hacer eso.
—Estás cansado y herido. Ser mi culpa. Tomar responsabilidad.
—¿Qué? No es tu culpa Razor...
El aventurero miró con gran dolor como los ojos de Razor estuvieron a punto de soltarse en llanto, aún cuando estaba tratando de ocultarlo al desviar su mirada y apretar su mandíbula. Bennett se sintió mal por él, ya que pensaba que había sido su culpa al haber sido tan descuidado e impulsivo, pues de no haber insistido en irse solo, nada de eso hubiese pasado.
—Razor, mírame.
El chico tomó un poco de aire, tomando algo de fuerza antes de obedecerlo y cruzar sus miradas.
—Razor, esto no es tu culpa. Fui yo quien te pidió que me esperaras, fui yo quien dijo que debíamos separarnos, y fui yo quien peleó impulsivamente en todo el día sin considerar las consecuencias... —rodeó el cuello ajeno con sus brazos, abrazándolo con toda la fuerza que poseía—. Perdóname, no pensé en ti y estás son las consecuencias. "Lo siento"
Eso último lo había dicho en idioma lobo a través de un pequeño gruñido. Uno bastante torpe, pero siendo suficiente como para transmitir el mensaje y conmover el corazón de su amigo. Bennett sintió como Razor lo apretaba más contra su cuerpo mientras escondía su rostro en la zona entre su cuello y hombro, correspondiendo al abrazo con una fuerza tan cuidadosa que las ganas de besarlo fueron casi tan imparables como querer detener un rayo de luna entre las manos.
—Has hecho tanto por mi que me hace sentir más culpable y un poco inútil que quieras cargarme hasta allá. Sé que no es tu intención pero... Quiero andar, por favor...
Razor quiso volver a negarse, pero su amigo había sido tan abierto y sincero sobre cómo se sentía con ello que decidió que lo mejor era respetar sus deseos, así que bajó sus piernas con cuidado hasta el suelo.
—Gracias, Razor...
Separándose ligeramente del abrazo, Bennett subió su mano hacia la coronilla del contrario y le dio unos cuantos mimos apremiantes, sacándole una pequeña y placentera sonrisa.
—Sé que dije que quería caminar pero... Creo que sí necesitaré tu ayuda.
Admitió al sentir como sus piernas aún no recuperaban todas sus fuerzas para poder sostenerlo. Razor asintió y rodeó su espalda con un brazo, siendo que Bennett se apoyó sobre sus hombros para así comenzar a caminar de regreso a la Posada.
Lejos de ahí, contemplando aquella escena y reposando sobre el pico de una montaña cercana, un alegre bardo comenzó a tocar una suave melodía en su flauta, complacido de ver que su brisa había ayudado a esos pequeños héroes.
◈ ━━━━━━━ 狼 ━━━━━━━ ◈
—¡Por Rex Lapis! ¿Cómo terminaste tan herido, chico? —exclamó el gerente al encontrarse a los chicos al final de las escaleras.
—Fueron más monstruos de los que esperaba —respondió Bennett algo apenado y tratando de sonreír para restarle importancia, cosa que no funcionó en lo absoluto.
—¡Pero si estuviste fuera todo el día! Ni siquiera puedes caminar por tu cuenta.
—Bueno, al menos no tendrá que preocuparse por los monstruos durante un tiempo —quiso bromear, pero su propia e inoportuna tos lo interrumpió.
—Los monstruos son lo de menos ahora. Vengan, quédense una noche y descansen. Mañana les recompensaremos adecuadamente pero por ahora, la casa invita.
—¿Eh? No puedo aceptarlo señor, sería demasiado... —sólo quería Moras y comida, no una noche gratis en la Posada.
—Es poco comparado con todo lo que has hecho. Vengan, voy a avisarle a la jefa.
Antes de que Bennett pudiera reclamar de nuevo, el gerente se adelantó hasta Goldet para ponerla al tanto de la situación.
—Pensaba que al menos íbamos a pagar jaja... —suspiró Bennett a su amigo con cierta incomodidad.
—Pero gerente tiene razón. Tú trabajar mucho. Ser intercambio equivalente.
—Jajaja. ¿Dónde aprendiste eso? —preguntó entre alegres risas mientras se acercaban a la jefa.
—Por los Adeptus, Bennett. ¿Seguro que estás bien? —preguntó Goldet al ver su estado.
—Sí Jefa, no se preocupe. Solo estoy cansado. Le aseguro que mañana pareceré otra persona —le sonrió tratando de hacerla sentir mejor, más apreciaba su preocupación.
—Sólo "estar cansado" debe ser poco comparado a como realmente estás —indicó con ojo crítico, a lo que Bennett se limitó a rascarse un poco la nuca—. Por supuesto que les daremos hospedaje por hoy... Aunque...
Y para sorpresa de todos los presentes, el rostro de la jefa se puso completamente colorado como muy rara vez pasaba. Se creó un silencio terriblemente incómodo, en el que nadie quiso atreverse a preguntar nada.
—B-bueno... Me avergüenza mucho esto, chicos pero acaba de ser ocupada la última habitación...
Bennett entendió que eso había sido obra de su mala suerte, pero a ese punto no podía quejarse de nada. Soltó un pequeño suspiro de alivio, siendo ahora la jefa quien se sorprendería de su reacción.
—Bueno, ese tipo de cosas pasan. Pensaba que nos iban a decir que no podríamos quedarnos o algo así.
—Lo siento mucho chicos, sé que lo necesitan pero no puedo hacer nada.
Goldet desvió la mirada aún avergonzada, aunque tuvo que reprimir una pequeña sonrisa divertida al recordar que Xiao y el Viajero habían sido los invitados de improvisto, ocupando la última habitación con una actitud que delató sus intenciones.
—Bueno... —habló Razor cuando se le ocurrió una solución—. Nosotros poder esperar... Una habitación.
—No hace falta, Razor. Podremos encontrar otro lugar… —quiso reclamar Bennett pero fue interrumpido de nuevo.
—No. Tú necesitar buen descanso. ¡Callar! —se apresuró a decir al ver cómo su amigo abría la boca—. Nosotros esperar. Estar a salvo aquí.
Goldet sabía que era posible que ninguna habitación se pudiera liberar en toda la noche, pero no tenía corazón para decirles eso ni para echarlos, así que solo atinó a asentir y apoyar la sugerencia de Razor. Al estar prácticamente acorralado, Bennett soltó un suspiro derrotado.
—De acuerdo... Nos sentaremos a esperar una habitación.
—Sentarnos en la cocina —Razor señaló las escaleras.
—De acuerdo chicos, les avisaré en cuanto tengamos una habitación libre. Estaré aquí por si necesitan cualquier cosa.
—Sí; gracias, Jefa.
Y ante la mirada preocupada del gerente y de la Jefa, los chicos bajaron las escaleras poco a poco hasta llegar al pequeño comedor del lugar. Bennett soltó un pequeño suspiro al finalmente poder descansar de forma adecuada.
—No es justo, prácticamente todos se pusieron en mi contra —bromeó Bennett en un bostezo.
—Ser por tu bien —respondió su amigo estirándose y relajando sus músculos. Vaya que el día había sido pesado en bastantes sentidos.
—Lo sé... Gracias...
Ahora que todo su cuerpo y su mente se habían relajado, el cansancio de Bennett fue creciendo de forma abismal al transcurrir de las horas: primero, su cabeceo so volvió incontrolable, después no pudo mantener sus ojos abiertos por más de dos segundos, luego comenzó a tener alucinaciones en las que escuchaba voces inexistentes y al final su cuerpo pareció no volver a responder adecuadamente a su mente.
Razor le fue insistiendo en que durmiera un poco pero Bennett parecía no escucharlo ni responder a sus palabras. Cuando entendió que hablarle no iba a servir de nada, tomó su cabeza y lo movió poco a poco hasta recargarlo en su hombro, siendo entonces cuando el cansancio lo venció y hacerlo caer dormido al instante. Soltó un ligero suspiro de alivio y recargó su propia cabeza en la ajena, pensando en que tal vez el día sí que podría terminar bien.
Y cómo era costumbre, al poco rato de que Bennett hubiera "perdido la consciencia", la suerte se puso de su lado y Goldet bajó por la escaleras.
—Chicos... —llamó en voz baja para saber si alguno estaba despierto, encontrándose con la mirada atenta de Razor—, ya tenemos una habitación libre y completamente limpia.
—Si. Gracias Jefa. Yo llevar a Bennett.
Tras darle las indicaciones para llegar, Goldet se devolvió a la recepción. Razor, por su parte, tocó con suavidad una de las mejillas de Bennett.
—Bennett.... Despertar... Ir a habitación...
A pesar de que el chico parecía responder al llamado, su cansancio fue tal que apenas intentaba levantarse, volvía a quedarse dormido. Razor lo solucionó con rapidez al tomarlo de su espalda y piernas, cargándolo con felicidad al no recibir ningún reproche al respecto.
Se tomó su tiempo, pero logró llegar a la habitación sin ningún incidente, aunque admitía que subir las escaleras terminó siendo más pesado de lo que habría esperado. Al entrar, depositó a Bennett en la cama con cuidado para poder regresar a cerrar la puerta del cuarto. Estando ahí se quitó los zapatos y los dejó a un lado, pensando en que antes de acostarse iba ayudar a Bennett. Si bien sabía que era capaz de dormir en cualquier lado y de cualquier forma, deseaba que su descanso fuera el mejor posible. Tal vez era el sueño o tal vez era que ya tenía sus sentimientos más claros, pero fuera cual fuera la razón, estaba complacido de cuidarlo en los más mínimos detalles.
Se sentó a su lado y comenzó a quitarle los zapatos, siendo después que le fue retirando todos los adornos y accesorios que había visto antes que solía quitarse para dormir con mayor comodidad. Al verse "desvistiendo" a Bennett recordó entonces lo que Xingqiu le había contado, cosas a las que llamó "atrevidas". Su rostro enrojeció hasta la punta de sus orejas y soltó a Bennett como si hubiera tocado un ardiente fuego.
Todas esas cosas atrevidas… No había pensado en ellas con claridad hasta ese momento. Su mente hizo un fugaz repaso de aquello que, en su momento, imaginó que haría con Bennett.
Sacudió la cabeza, era absurdo. Él jamás aceptaría hacer algo así con él, eso sólo lo hacían personas que estaban enamoradas (según palabras de Xingqiu) ya que eso mejoraba la experiencia, y Razor pensaba que Bennett sólo lo veía como su mejor amigo. Por el momento, todo lo que hacía por él era con intenciones meramente platónicas: ambos se preocupaban por el bien de otro así cómo cualquier par de mejores amigos podrían llegar a hacer.
Sin embargo y para su infortunio, ahora que tenía esos pensamientos en su mente las cosas habían cambiado dentro de él. Su mirada bajó de forma involuntaria hasta la parte del estómago ajeno, aquella que su ropa dejaba al completo descubierto. Era la primera vez que comenzaba a sentir su desnudez, o parte de ésta, como algo extraordinario. Jamás antes había sentido molestia, incomodidad o sensación extraña alguna al verlo sin ropa. Para él era normal, a diferencia de Bennett y de cualquier otra persona. Las personas solían sentirse avergonzadas o apenadas de tan siquiera hablar sobre sus cuerpos.
Al menos Bennett había cambiado un poco en ese aspecto pues con el pasar del tiempo se le fue haciendo más fácil sentirse cómodo a su lado. Actualmente ambos podían nadar en ropa interior sin problema alguno... o al menos así lo era hasta ese momento. ¿Era por ese tipo de cosas que los humanos se sentían avergonzados de mostrar su cuerpo? Lo pensó un poco, y pensar en la desnudez de cualquier otra persona no le hacía sentir nada. Eran cuerpos. Chicas, chicos… era lo mismo. Distintos pero iguales, nada fuera de otro mundo. Pero Bennett... pensar que tan solo ver su estómago le hacía sentir cosas tan raras... ¿era a eso a lo que Xingqiu se refería cuando decía que todo era distinto a cuando estabas enamorado?, ¿y por qué justamente en ese momento?
Posiblemente porque fue el único instante en que, después de haber aprendido, tuvo la oportunidad de observarlo .
Todo el día había sido jodidamente agotador para ambos. Apenas habían tenido oportunidad de verse, y en sus momentos más íntimos Razor había estado más preocupado por el bienestar de Bennett como para pensar con claridad en todo lo que sentía y deseaba de él.
Ni siquiera había podido analizar bien todo...
Miró el rostro de Bennett: paseó su mirada por su expresión dormida, no era linda, nadie lo era en ese estado, pero lo hizo sonreír. Miró sus tiernos y suaves cachetes. Sintió ganas de morderlo de nuevo.... Ahora lo comprendía. No eran ganas de morderlo sólo porque sí, quería marcarlo. Siempre había atribuido ese deseo de morder a su crianza lobuna... ¿y qué si era así? No es como si fuera a hacer algo al respecto de todos modos, pero por lo menos se sentía más tranquilo.
Su cuello... Le gustaba esa zona: era lindo esconder su rostro ahí, estaba calientito y era cómodo, podía descansar su cabeza y, en algunas ocasiones, dormir. En aquellos días en los que se acostaban en el césped sin intenciones de hacer nada más que existir, se permitía recostarse sobre él y refugiarse en sus brazos, escondiendo su rostro en su zona favorita donde el atrayente olor de Bennett abundaba mientras recibía constantes y tiernos mimos... Deseaba marcar esa zona... Hacer ver a todo el mundo que era solo suyo. Su lugar seguro. Su territorio.
—¿Razor?
El brinco que dio el chico fue tal que estuvo a punto de tropezar y caerse de la cama. En tan solo un segundo, todo su sonrojo se esfumó para dar lugar a la palidez.
—Ay... Asustarme... Uff... —jadeó mientras la sangre volvía a correr por su rostro.
Bennett, quién se había despertado al sentir un poco de frío en su cuerpo por la falta de ropa, se enderezó con lentitud. Sus ojos aún le pesaban mucho, su cuerpo se sentía adormecido y no lograba pensar con claridad. ¿Y cómo hacerlo? Apenas había logrado dormir tan sólo unos minutos. Con un cansancio contagioso, dirigió su mirada hacia Razor.
—¿Otra vez estoy soñando...? —preguntó arrastrando las palabras.
—… ¿Qué?
Bien, eso sí que lo tomó por sorpresa. ¿Soñando otra vez?, ¿con qué?
—Sí... Debe serlo. Sino, ¿por qué estaríamos en una habitación...?
Razor estaba confundido. ¿Por qué eso sería un motivo para pensar que estaba soñando?
—Tú y yo tener habitación para descansar —respondió tratando de aclarar la situación.
—Descansar... —repitió sin asimilar bien las palabras. Estaba claro que seguía prácticamente dormido.
—Bennett, acostarte. Tener que dormir.
Sin embargo, Bennett no le hizo caso. Al contrario, se levantó con lentitud. Razor quiso imitarlo para volver a recostarlo en la cama, pero no pudo ni moverse al sentir como su amigo se inclinó hacia él hasta terminar sentado sobre sus piernas. La sorpresa que ello le causó no le permitió tener reacción alguna.
—Si, vamos a acostarnos... Es un sueño después de todo...
Las manos de Bennett subieron lentamente por el pecho ajeno, acariciando sus hombros con unas intenciones que eran bastante claras incluso para Razor, quien sintió como esas caricias ocasionaron un sonrojo que se extendió desde su pecho hasta su rostro.
—B-bennett... ¿Qué... q-qué hacer..?
Sus manos se pasearon por su cuello, dejando un camino caliente en cada zona que rozaban. La respiración de Razor se volvió ligeramente irregular debido a los nervios. Bennett subió una de sus manos hasta tomar su capucha, deslizándola hasta dejar su larga cabellera al descubierto. El chico reaccionó tratando de retroceder, escuchando el palpitar de sus corazones retumbando por toda la habitación.
—B-bennett...
Esa mirada... la desconocía. Jamás lo había mirado de esa forma. Estaba oscuro, y aún así sus ojos parecían brillar de una forma tan... extraña... tan hermosa... Quería seguir viéndolo. No. Debía de mantenerse enfocado, debía ser racional. Bennett estaba actuando muy raro... le estaba gustando verlo así, era verdad, pero no era correcto... No era el momento... Continuó retrocediendo hasta sostenerse sólo con sus codos. No podía ir más atrás, estaba acorralado.
—Adoro tu cabello... —su mano jugueteó con unas cuantas hebras del mencionado cabello—. Adoro tu mirada... —estaba cerca... muy cerca... terriblemente cerca—. Adoro tu cuerpo... —la mano que seguía en su cuello, bajó con sensualidad por el pecho ajeno, creando unos extraños y adictivos escalofríos en ambos chicos—. Adoro todo de ti, Razor...
Escuchar su nombre lo hizo estremecerse. No sabía por qué, lo escuchaba todo el tiempo. No debía ser tan diferente... era normal… no debería ser tan delicioso escucharlo… no debería desear seguir escuchándolo salir de sus labios... Tragó saliva.
Sus ojos bajaron hacia los labios ajenos. "La boca no sirve sólo para comer, ¿sabes?" Casi pareció escuchar a Xingqiu decírselo entre pequeñas risas. Cuando se lo explicó, no parecía estar muy de acuerdo con sus palabras. En ese momento, había tratado de imaginarse besando a alguien, pero no sintió absolutamente nada hasta que la imagen de Bennett atravesó su mente. Su expresión había hecho reír a Xingqiu en ese entonces.
Si bien en aquel momento se había dado una idea del por qué las personas le daban tanta importancia a los besos, no fue hasta que tuvo a Bennett literalmente encima suyo cuando lo comprendió del todo. No era sólo juntar sus labios para mostrar cariño. Era reclamarlo como suyo. Era entregarse a él. Era ofrecerle todo y más. Era regalarle la luna sobre sus manos.
Era la declaración más pura y directa de su amor por él.
—Bennett... Decir eso p-porque... —aclaró su garganta, su voz estaba temblando demasiado— porque creer que ser un sueño...
Todo estaba siendo demasiado bueno para ser verdad. Razor no creía que Bennett pudiera algún día decirle ese tipo de cosas, no podría tocarlo así, no podría adorarlo como estaba diciendo que lo hacía. Tal vez ahora era él quien estaba dormido. Tal vez era él quien estaba soñando...
—Sí, lo digo porque es un sueño. En la vida real no me atrevería a decirte todo esto —se recorrió un poco hacia delante, acercando sus pelvis hasta sacarles un leve jadeo—. Tú no me amas en la vida real... sólo soy tu amigo, pero aquí...
Dejó de juguetear con su cabello, llevando su mano hasta su mejilla. Razor volvió a temblar, las yemas de sus dedos quemaban, lo hacían sentir bien y mal, frío y calor, hermoso y extraño...
Volvió a bajar la mirada hacia sus labios. Si con tan solo sus dedos lo hacía sentir tantas cosas, ¿qué sentiría al besar sus labios?, ¿lograría tan siquiera sobrevivir a ello?
—Aquí puedo decirte cuánto te amo...
Y antes de poder siquiera asimilarlo, aquella mano jaló su rostro y juntó sus labios.
Notes:
ASKDJAKSJFHAJFAAAAAAAAHHHHH
Debo decir que esta es una de las primeras escenas que me imaginé cuando la idea del fic llegó a mi ♪(´▽`)
No saben lo hermoso que fue poder escribirlo 💕
Claro, está un poco distinto a la idea original (que era mucho más vainilla e inocente), pero el sentimiento que plantea es el mismo, así que estoy más que complacido (´▽`ʃ♡ƪ)
Espero que les haya gustado el cap, por favor dejen sus comentarios para saber qué opinan de él (❁´◡`❁)
Nos vemos pronto~ ✨
Chapter 12: Habitación Wangshu (Parte 2)
Summary:
Finalmente y después de tanto tiempo, Bennett y Razor pudieron unirse en su primer beso.
Y si bien Bennett pensaba que todo era un sueño, más temprano que tarde tendrá que descubrir la verdad.
Notes:
(See the end of the chapter for notes.)
Chapter Text
La primavera estaba en pleno auge y la temporada de apareamiento entre los lobos acababa de comenzar.
Había un motivo por el que el olfato era el rasgo más importante para un lobo, y es que gracias a las feromonas que expulsaban, tanto el macho como la hembra podían escoger sabiamente a su pareja, a la cual amarían y con la que se iban a reproducir con una inquebrantable lealtad hasta el final de sus días.
Para un lobo, la búsqueda de su pareja era de un solo sentido.
O al menos así se le enseñó a Razor.
El chico veía con tristeza como una pareja de lobos comenzaban a darse a conocer, expulsando sus respectivas feromonas para atraer al otro.
Razor suspiró. En ese tiempo él no tenía más que 8 años humanos, siendo una edad demasiado avanzada para un can. Según las costumbres él ya debió de haber encontrado a su pareja para ese momento, sin importar si era macho o hembra… pero no era así.
No es como si no percibiera las feromonas. Criarse en ese ambiente lo hizo capaz de percibir olores que para los humanos era relativamente imposible, además de desarrollar otros sentidos. Incluso en ese momento podía llegar a percibir las distintas feromonas que sus familiares estaban expulsando, pero su efecto en él era nulo.
A pesar de que sí que podía percibirlas él era incapaz de crear las suyas. No sabía cómo era que los lobos lo hacían, siendo la única respuesta que obtenía era que eso era algo instintivo, no podían explicarlo bien. Sobra decir que eso no lo ayudó en lo absoluto.
Y el problema más grande: él no era un lobo. Si bien se comportaba como uno, hablaba como uno, corría tan rápido como uno y se consideraba parte de la manada, eran inevitables aquellas diferencias que lo separaban de su manada: h abía aprendido que era mejor corriendo usando sólo sus "patas traseras"; ya habían pasado muchas lunas y parecía que no iba a crecer lo suficiente, a percepción de los lobos; no tenía colmillos, garras ni cola y el poco pelaje que tenía estaba solo en su cabeza y no dejaba de crecer y crecer.
Era un lobo y al mismo tiempo no lo era.
Vio como esa pareja pareció aceptarse de forma mutua, y tras darse unas caricias, comenzaron con el ritual de apareamiento, dando inicio a la creación de una nueva vida.
Razor dobló sus piernas y escondió su rostro en sus rodillas. Anhelaba algún día encontrar a su pareja ideal, amarla y protegerla hasta el fin de sus días. Deseaba formar una familia con la cual crear su propia manada, su propio Lupical de criaturas como él.
Años atrás, después de su primer intento de crear feromonas para encontrar pareja, decidió ir con Andrius, el Lobo más grande y sabio de todas las manadas, para preguntarle al respecto.
Andrius le había dicho que debía formar su Lupical con sus semejantes, ya que una unión entre él y uno de los lobos no sería aceptada por la Madre Naturaleza. Él no se quejó, ya que en realidad ningún lobo le atraía de ninguna forma y tampoco ninguno sentiría atracción hacia él de esa manera. Pero al ser los cazadores su único referente de otros humanos tampoco sintió ganas de intentar crear comunicación con ellos.
Y así, se quedó sin alternativa alguna. No podría tener una pareja lobo y sus opciones de parejas humanas eran terribles.
¿Eso era todo?, ¿acaso iba a quedarse solo el resto de su vida?, ¿no sería capaz de tener su propia familia?, ¿de tener una pareja o hijos?, ¿cómo podría siquiera su existencia hacer algo por su Lupical, quién lo había acogido y criado como uno de los suyos?, ¿cómo les compensaría por tanto si no podía hacer nada para preservar la especie?
Un pequeño gruñido llamó su atención, siendo el llamado que indicaba su nombre. El chico levantó su mirada hacia el origen del sonido, encontrándose con quién entonces era su madre, una loba de edad avanzada, mirándolo con preocupación.
"Estoy bien... Sólo... Me preguntaba si algún día podría encontrar a mi pareja"
Le respondió en idioma lobuno al limpiarse la pequeña lágrima traicionera que había recorrido por su mejilla.
"Algún día lo harás, mi pequeño" Fue la respuesta de su madre, quién le lamió la mejilla con gran cariño.
Ambos sabían que eso era tan solo palabras para hacerlo sentir mejor, pues aquellas esperanzas se habían esfumado hacia ya tiempo. Aún así, Razor agradeció la intención y sonrió un poco antes de volver su mirada hacia el cielo, suspirando con tristeza por su situación.
Su madre gimió con empatía. Su pequeño le importaba mucho y realmente deseaba que algún día fuera feliz con alguien como él, aún si eso significaba no volver a verlo. Se acercó y reposó el mentón en su hombro, brindándole un poco más de apoyo a su triste corazón.
Razor dejó caer su cabeza sobre la de su madre y cerró los ojos. Tal vez no tendría pareja, pero aún tendría a su Lupical.
◈ ━━━━━━━ 狼 ━━━━━━━ ◈
Olía a conejo.
Sus sensaciones estaban a flor de piel. Su corazón parecía quererse salir de su pecho, algo parecía jalar de su estómago, sus manos buscaban soporte apretujando las sábanas entre sus dedos, sus mejillas ardían ante cada respiración y sus labios parecían saborear las estrellas.
No sabía que hacer, estaba paralizado.
Bennett se separó unos segundos para mirar al contrario, cuyo sonrojo le transformó su cara completamente. Pensó que se veía muy lindo así.
Cuando Bennett volvió a inclinarse para otorgarle un mejor beso, Razor finalmente sintió que volvía a tener el control de su cuerpo. Ya lo estaba procesando; lo estaba besando, realmente estaba besando a Bennett.
Dejó caer el peso sobre sus codos, terminando por recostar todo su cuerpo en la cama mientras sus manos subían por el cuello ajeno hasta reposar en su nuca, empujándolo con suavidad para aumentar su proximidad.
En realidad era un beso bastante torpe: ninguno de los dos poseía ningún tipo de experiencia y ninguno sabía que se suponía que debían hacer realmente. Sin embargo, eso no los detuvo.
Los labios de Bennett no eran del todo suaves, no con esa herida recién cerrada, tampoco eran carnosos o finos, o bueno, no sabría decirlo en realidad pero sí le transmitían una radiante sensación cálida que parecía poder vencer hasta el más helado páramo invernal. Razor quería más.
Los de Razor, por su parte, eran mucho más inexpertos. Estaban helados, firmes y petrificados ante la nueva oleada de sensaciones que lo estaban invadiendo. Aún así, Bennett sentía que era el beso más maravilloso del mundo. Pocas eran las veces en las que en los sueños estaba lo suficientemente consciente como para aprovecharlo, no era algo excepcional pero no dejaba de ser raro. Y justo en esa ocasión lo estaba sintiendo de una forma especial, una que parecía incluso real.
Eso era extraño, sí, pero por nada del mundo se atrevería a cuestionarlo. Estaba besando a Razor. Uno mucho más tímido y tranquilo de lo normal, uno que para ese punto ya le habría volteado la situación pero que en su lugar parecía no querer hacer movimiento alguno. Da igual, pensó, después de todo seguía siendo Razor.
Al separarse de nuevo, Bennett pudo seguir gozando de la expresión que "su imaginación" creaba de Razor. Siempre lo veía tan seguro, tan firme y tan confiado, que aquella faceta apenada y nerviosa era un buen soplo de aire fresco a sus fantasías.
Se relamió los labios, dispuesto a disfrutar de ese "sueño" en toda medida. Razor volvió a sentir escalofríos recorrer toda su espina dorsal. Se sentía como una pequeña presa a punto de ser devorada por un depredador muerto de hambre. Se sentía inseguro y vulnerable, y le estaba gustando.
Bennett volvió a inclinarse, aunque en esta ocasión no atacó los labios, sino la mandíbula ajena, poseyéndola a pequeñas y suaves mordidas, sacándole unos leves gruñidos a su amigo, siendo el momento en que volvió a bajar sus manos cuando éste pudo reaccionar.
—Bennett... E-esperar.
Razor tomó suavemente sus muñecas y, con una fuerza temblorosa, lo empujó lo suficiente como para detenerlo, siendo incapaz de mirarlo directamente a los ojos. Estaba mareado, enrojecido, excitado y confundido; sabía que se sentía bien pero no estaba preparado para nada más allá de un beso. Joder, ni siquiera estaba preparado para el beso .
Bennett frunció el ceño, ¿por qué su misma mente habría de detenerlo? Se suponía que debería disfrutarlo, gozarlo mientras aún podía antes de despertar.
A menos que...
…
Retrocedió con lentitud liberándose del suave agarre de Razor. No. No podía ser. Todo era un sueño. Debía de ser un sueño. Sólo un sueño en el que su mente le estaba haciendo una mala jugada.
Razor sólo alcanzó a ver cómo la expresión del contrario se iba transformando de la confusión al pánico antes de que él mismo se cubriera la cara con sus propias manos, buscando una forma de esconderse de toda aquella embarazosa situación.
La reacción de Razor solo le dio otra razón a Bennett para confirmar sus peores sospechas. El pánico lo invadió con más rapidez provocando que, al querer levantarse y retirarse lo más rápido posible, sus pies se enredaran con los de Razor y terminara cayendo hacia atrás, de esta forma, su espalda terminó chocando con las puertas de un gran armario.
—¡Bennett! —exclamó Razor al escuchar el exagerado estruendo que el tropezón ocasionó.
—E-estoy bien —fue lo que alcanzó a decir antes de que el mango de una mandoble cayera directamente en su cabeza—. ¡Ay! Duele...
Su mala suerte no era tan grotesca como para permitir que fuera una mandoble con filo, pero sí que cayera de tal forma que incluso logró causarle más dolor de lo normal. Bennett, aún aturdido por la situación, se sobó la zona del golpe sin mucha intención, siendo una acción más automática.
—¡Bennett! ¡Estar herido!
—¿Eh?
El chico, quién aún seguía aturdido por la sorpresa, miró su mano para comprobar como, en efecto, se había herido lo suficiente como para tener sangre entre sus dedos.
—Esperar. Yo curarte.
Y mientras Razor tomaba la pequeña mochila en la que Bennett almacenaba todos sus vendajes, éste por fin pudo procesar bien todo lo que estaba pasando. Si podía sangrar y sentir dolor en un sueño... significaba que no era un sueño, estaba despierto. Y si estaba despierto, significaba que... que había besado a Razor...
No, no sólo lo había besado, prácticamente lo había devorado. Lo había seducido, lo había mordido, lo había acorralado, se le había declarado... ¡¡¡Se le putas declaró!!! ¿Cómo siquiera podría librarse de esa situación al haberle confesado su amor de la forma más explícita y gay posible?
—Bennett, venir. Necesitar limpiar para curar.
El mencionado levantó la mirada, como si temiera de que al mirar el rostro de Razor terminara encontrándose con una expresión de total disgusto y desprecio hacia él, después de todo se lo merecía pero no, sólo encontró determinación y preocupación pura hacia él, lo cual no era del todo mejor.
—Ujum... —asintió con una timidez totalmente impropia de él, desviando la mirada en el mismo instante en que sus ojos se cruzaron con los ajenos.
El chico se apoyó en Razor para levantarse con cuidado. No por la conmoción que le había causado el golpe en sí, sino por la que le seguía causando la impresión. Incluso su cansancio parecía haberse esfumado.
Con algo de lentitud, ambos chicos se dirigieron al baño de la habitación en donde Bennett se sentó en la tapa del inodoro en lo que Razor llenaba un recipiente con agua.
Bennett levantó la mirada, vislumbrando la larga cabellera de Razor al éste estar dándole la espalda. Ver su cabello al descubierto lo hizo recordar las palabras que había dicho al respecto. Claro, era poco comparado a todo lo que sentía y pensaba de él pero también era demasiado para habérselo soltado así de repente sin siquiera haberlo planeado con anticipación. ¿Fue eso obra de su mala suerte o de su propia estupidez? Tal vez nunca lo sabría.
—Agachar la cabeza y sostener esto.
Pidió Razor al acercarse con una toalla doblada entre sus manos. Bennett no tenía voz ni para responder, así que se limitó a obedecer aún cuando no entendía del todo las intenciones de su amigo. Eso se resolvió rápido, pues en cuanto la toalla doblada fue puesta sobre sus manos de forma que la sostenía debajo de su cabeza lo entendió: Razor quería usar la toalla para que toda el agua que fuera a utilizar cayera sobre esta y no sobre el suelo. No supo cómo fue que su amigo tenía cabeza para considerar a los empleados de la Posada y no querer dejarles desorden, aunque en realidad en esos momentos Bennett era quien no tenía cabeza para pensar con claridad.
Ignorando cualquier pensamiento intruso sobre el incidente, Razor se concentró en limpiar cuidadosamente el cabello ajeno, utilizando poco a poco el agua del recipiente hasta dar con la herida, siendo entonces cuando dejó el agua a un lado y comenzó a untar alcohol desinfectante en el algodón.
No iba a usar su pasta de Gancho de lobo porque, a base de su experiencia propia, era tremendamente difícil retirarla del cabello, aunque con él fue más complicado debido a lo largo de su cabellera. Así que, con el objetivo de ayudar a Bennett en sus futuras aventuras, le había pedido que le enseñara una forma de curar las heridas de la cabeza utilizando herramientas humanas. Fue gracias a todo eso que ahora sabía tomar el proceso adecuado para ayudarlo.
—Ser momento de desinfectar.
Avisó sabiendo de antemano el ardor que ese químico producía en las heridas (y en su nariz) antes de comenzar a pasar el algodón en dicha herida. Aún estando acostumbrado a ese ardor, Bennett no pudo evitar soltar un ligero quejido cuando el alcohol hizo efecto pero se limitó a apretar los dientes y soportarlo. No era la primera vez que ambos pasaban por ese mismo proceso, pero sí que lo era ante un ambiente incómodo hasta la mierda. Hizo que todo se sintiera mucho más lento de lo que era al no estar conversando como de costumbre pero, ¿de qué conversarían?, ¿del beso?, o sea, tarde o temprano tendrían que hablar de eso, sí pero ninguno de los dos quería enfrentarlo, sobre todo Bennett, ¿qué le diría?
"Oh, Razor, perdón por toquetearte y besarte en la cama. Pensaba que era un sueño, aunque eso de seguro ya lo sabías porque te lo dije explícitamente, así como el que adoro muchas cosas de ti y que te amo. Pero solo fue un sueño para mí, perdón por la confusión. ¿Tienes hambre?"
¡Claro que no! Debía aclarar muchas cosas, comenzando con ese detalle del sueño.
Obviamente no le iba a especificar en qué clase de sueño había imaginado estar, pero joder, es que también estaba más claro que el agua, incluso para cualquiera que tuviera dos dedos de frente. Era absolutamente vergonzoso el pensar que acababa de exponer sus sueños húmedos al protagonista de éstos de la forma más explícita posible. Si bien era algo que Razor tenía el derecho a preguntar, rezaba por todos los Arcontes que no tocara ese tema. No tenía el estómago para enfrentarlo tan pronto por eso.
En realidad no tenía el estómago para enfrentarlo por nada.
Si bien eso era, en términos generales, lo más grave, lo demás no dejaba de serlo: se. le. putas. declaró.
Le dijo que adoraba aspectos específicos de su cuerpo, que bien si eso podría ser relativamente fácil de justificar, no lo era el explicar el "Aquí puedo decirte cuanto te amo". Usó, de forma totalitariamente explícita, las palabras "te amo". ¿Cómo librarse de eso?, no es que quisiera deshacerse de sus sentimientos por él, en lo absoluto, sólo no estaba preparado para decírselo ahora… o nunca.
Estaba cómodo con su relación tal como estaba: iban de aventuras juntos, cuando uno tenía problemas el otro lo apoyaba en todo lo que era posible, él le cocinaba mientras Razor le enseñaba el idioma lobo, él lo incentivaba a practicar su lectura y habla mientras Razor le mostraba cómo escuchar y agradecer a la naturaleza, se protegían y cuidaban en los malos ratos o incluso en los malos días, Razor nunca se quejaba de su mala suerte aún si eso lo afectaba a él también, terminando encerrados en alguna mala situación... O lastimados... O electrocutados...
Hacían muchas cosas juntos... vivieron muchas cosas juntos. Se conocían como ninguna otra persona los conocía, se habían visto heridos, emocionados, tristes, enojados, vulnerables... Bennett nunca se había puesto a pensar con tanta profundidad su situación con Razor. Había normalizado tanto esas acciones y situaciones al punto que las había atribuido como algo natural entre mejores amigos.
En realidad, y ahora que lo estaba pensando, no sabría decir desde cuando se había enamorado de él. Parecía que esos sentimientos habían aparecido al lado de Razor, como si vinieran en paquete junto con su amistad.
De ser así... ¿realmente estaba cómodo con su situación?, no es que no hubiera anhelado ser algo más, simplemente había dado por sentado que Razor jamás correspondería sus sentimientos al ser parte de su Lupical... su familia. Eso lo había hecho entender que lo veía como un hermano, y ya, con eso fue suficiente para aceptar su situación y no esforzarse más...
Ese conformismo probablemente había sido el causante de que todas sus emociones lo llevaran a que tomara las decisiones que lo llevaron hasta ahí.
—Terminar. ¿Sentir alguna otra molestia?
Aquella voz lo sacó de sus pensamientos. ¿Ya había terminado de vendarlo?, ¿cuánto tiempo había pasado? Tocó su cabeza con suavidad confirmando así que, en efecto, estaba perfectamente vendado. Sonrió un poco. ¿En qué momento Razor se volvió tan hábil con las vendas?
—No. Estoy bien; gracias, Razor…
Levantó la mirada de forma involuntaria. No fue hasta que sus miradas se cruzaron cuando Razor fue invadido por la pena. Un fuerte sonrojo volvió a invadir todo su rostro, haciéndole desviar la mirada y perder todo el valor que llegó a tener mientras lo curaba.
Al ver esto, Bennett no pudo evitar sonrojarse también, aunque al desviar la mirada pensó más en cómo iba a afrontar lo siguiente en lugar de avergonzarse. No es como si pudiera sentirse más avergonzado de todos modos.
—Umm... Si.
Ninguno de los dos se movió por un rato. No querían hacer ningún movimiento, temiendo que así se diera comienzo a la inevitable conversación que tendrían. No querían enfrentar la situación ni sus sentimientos. Bennett temía ser brutalmente rechazado por la persona más importante de su vida y Razor temía escuchar que todo lo que pasó había sido sólo un error o algo así.
Pero tampoco podían quedarse ahí para siempre.
—Yo, ehh... Iré a avisarle a la Jefa sobre lo de la toalla... No quisiera que se asusten al verla sucia de sangre —fue la excusa que encontró el aventurero para ganar tiempo.
—Si... Yo guardar cosas.
Con la mirada baja, ambos chicos separaron sus caminos a paso apresurado. Antes de salir, Bennett tomó el mango de la mandoble, también conocido como el causante de su herida en la cabeza, y salió de la habitación. En cuanto se encontraron en cuartos diferentes, ambos soltaron un suspiro al mismo tiempo, liberando parte de la tensión que se había subido a sus hombros. Lograron relajarse un poco, pero no sería tan fácil deshacerse de toda esa incertidumbre.
Bennett miró con cierta tristeza la puerta de la habitación, deseando que ambos pudiesen encontrar una forma de enfrentar la situación y volver a la normalidad. Si es que eso era posible.
Tras otro suspiro, se encaminó hacia la recepción. Tuvo que explorar un poco aquellos pasillos hasta encontrar su destino, dado que estaba dormido en el momento en que Razor lo llevó a la habitación. De hecho, ¿en qué momento habían conseguido la habitación? y ¿cómo fue que había llegado hasta allá?, ¿acaso Razor lo había arrastrado?, ¿cargado?, ¿o había logrado caminar? No estaba del todo seguro de querer saber la respuesta, no es como si fuera una prioridad de todas formas.
—¡Oh mis Arcontes! ¿Acaso eres fanático de hacerte daño? —exclamó Goldet al ver el vendaje del chico, el cual hacía ver la herida más grave de lo que realmente era.
—Algo así jaja... —respondió forzando una sonrisa—. No es tan grave en realidad. Sólo usaré la venda por esta noche, ya para el amanecer no me hará falta.
—Lo entiendo, pero... Supongo que no viniste para presumir tus heridas, ¿cierto?
—Ah, no. En realidad era porque usamos esto para no ensuciar el suelo —le mostró la toalla sucia— pero no queríamos que se asustaran al verlo. Tan sólo fue un accidente con esta cosa —luego le enseñó el mango del arma.
—¿Cómo fue qué esto... —tomó el objeto— te hizo eso? —señaló su cabeza.
—Sólo sé que me tropecé con un armario y eso cayó en mi cabeza —se encogió de hombros restándole importancia.
—Eso fue bastante peligroso. Tuviste suerte de que no hubiera tenido filo o... —o hubiera sucedido una tragedia, aunque no quiso decirlo.
—Umm, sí, supongo.
Ya para ese punto, Goldet no pudo ignorar los ánimos tan bajos que Bennett tenía. Tal como había dicho horas atrás, parecía una persona totalmente diferente. Desgraciadamente, antes de poder preguntar algo, el chico se adelantó y se aclaró la garganta.
—Bueno; ¿en dónde dejo esto? —refiriéndose a la toalla.
—Oh, emm.. Si gustas puedes darmela. Luego se la daré a un empleado de limpieza.
—Está bien. Perdón por las molestias, Jefa.
Y tras entregársela, Bennett se dio media vuelta y se dirigió de regreso a la habitación.
Goldet vio preocupada como el chico se retiraba tan cabizbajo que incluso parecía estar de luto. ¿Qué había pasado en el poco rato en que ambos estuvieron solos como para ponerlo en ese estado?
Lo pensó un poco y realmente no era tan difícil de adivinar. Para cualquiera que lograra ver su dinámica le sería fácil notar que los dos se querían más que como amigos. Su proximidad y las miradas que se daban eran demasiado obvias.
Suspiró y negó un poco con la cabeza. Ella sabía lo que era estar en una mala situación amorosa, razón por la que deseó que los chicos pudieran arreglarse.
◈ ━━━━━━━ 幸 ━━━━━━━ ◈
Ya habían pasado casi 10 minutos y Bennett no se animaba a entrar a la habitación. Estaba aterrado, aterrado de que Razor jamás pudiese verlo de la misma forma, de que fuera a rechazarlo, de que lo abandonara y decidiera regresar a Mondstadt o peor: que se sintiera obligado a acompañarlo en su misión debido a su promesa.
No quisiera hacer sentir a Razor que tenía la obligación de nada, porque no era así. Él podía avanzar sólo, de todas maneras sería mejor volver a acostumbrarse a su soledad si es que Razor llegase a rechazarlo, cosa que, a su parecer, era lo más probable que sucedería.
Volvió a suspirar. Se estaba comportando como un completo cobarde. Atrasar las cosas no cambiaría nada.
Tomó valor y giró la perilla dispuesto a aceptar lo que fuera a pasar por más que le fuera a doler.
Se hubiera esperado encontrarse a Razor acostado, o sentado con una mirada directa e inquisitiva hacia él, o incluso no encontrarlo por ningún lado pero en definitiva no se hubiera esperado encontrarlo haciendo equilibrio sobre el respaldo de unas sillas e inclinándose de forma peligrosa hacia los armarios.
—¿Razor?
Razor había estado tan concentrado en su tarea, fuera cual fuera, que dio tal sobresalto al escuchar la voz de Bennett que terminó perdiendo el equilibrio.
—¡Razor!
Bennett quiso apresurarse para atrapar a su amigo, pero su peso le ganó y terminó cayendo junto a él. En el instante en que estuvieron en el suelo, ambos fueron cubiertos por un par de sábanas.
—Razor, ¿estás bien?
Bennett levantó un poco la sábana y bajó la mirada para verlo. Su amigo se enderezó un poco, sobándose la zona del golpe con gesto adolorido antes de mirarlo.
—Si... Asustarme.
—Si. Lo noté.
Ante una situación tan extraña, Bennett no pudo evitar soltar una pequeña risa, risa que fue contagiando a Razor. Al poco rato, ambos se encontrarían saliendo de entre las sábanas entre risitas, logrando así finalmente relajarse aunque sea por unos segundos de todo aquel torbellino.
Eso definitivamente era una buena señal, ¿verdad?
—¿Qué estabas haciendo como para que termináramos debajo de las sábanas? —cuestionó al ambos irse parando.
—Umm... Buscar más cosas… arriba de armarios. No querer accidente pasar de nuevo —respondió Razor levantando las sábanas, siendo está acción una forma bastante ineficiente de ocultar su pena—. Pensar que ser mejor que sábanas caer de arriba. No objetos.
—Oh, entiendo —se rascó la nuca con una pequeña sonrisa. Era bastante tierno que Razor se hubiera preocupado por tratar de proteger su cabeza de otro accidente a pesar de todo. Tal vez sí que podrían seguir siendo amigos—. Gracias por preocuparte, Razor.
Escuchar su nombre lo hizo acordarse del incidente del beso, por lo que se dio vuelta y le dio la espalda, tratando de ocultarse del contrario.
—Sí —respondió mientras trataba, de forma muy torpe, doblar la sábana otra vez.
Bennett suspiró y tomó las demás sábanas del suelo. Tal vez no sería todo igual... ¡Bueno! No servía de nada estar suponiendo, pues si seguía así nunca lograría llegar a una conclusión. Debían resolver las cosas.
—Umm... Razor —al volver a escuchar su nombre, sus hombros se apretujaron y su cuerpo se mantuvo quieto, lleno de tensión y nervios—. Debemos hablar de... de lo que pasó.
La voz temblorosa de Bennett evidenciaba su propio temor a la situación, pero al notar que aún así tenía el coraje para hablar de eso Razor soltó un pequeño suspiro y se dio vuelta de nuevo, acercándose a su amigo hasta estar a su lado.
—Sí... Tener razón —respondió aún sin poder mirarlo a los ojos.
Bennett dejó las sábanas en la cama y se sentó a un lado, invitando a su amigo a hacer lo mismo con un gesto. Razor, por su parte, no soltó la sábana y sólo se sentó, cosa que Bennett no culpaba, pues era reconfortante tener algo con que distraer las manos en ese tipo de momentos. Se quedaron callados. Vaya que era difícil comenzar.
—Yo... —dijeron ambos jóvenes al unísono—. No, tú... Debo... / Yo querer...
Y volvieron a callar, aunque en esta ocasión soltaron otra pequeña risa. Bennett levantó la mano y se señaló a sí mismo, preguntando en silencio si podría comenzar él. Aún con una pequeña sonrisa, Razor asintió.
—Mira, yo... No voy a dar excusas. Creo que fui muy claro con lo que creí que estaba pasando —su voz volvió a temblar y sus manos se movieron con gran nerviosismo—. Yo… No quise decir eso... ¡No es que haya dicho mentiras! O sea, si quise pero no quise, solo que no a ti... Bueno, a ti sí pero no ahora y menos de esa forma... ¿Entiendes lo que digo? —Razor negó bastante confundido. Bennett había hablado demasiado rápido y se contradijo muchas veces—. Lo que quiero decir es que... todo lo que dije era verdad, pero no he querido decirte nada porque me ves como un hermano y no quiero incomodarte...
—¿Hermano? ¿Por qué creer que yo pensar que tú ser mi hermano?
Esa información había descolocado mucho a Razor, cosa que se evidenció ante su tono. Bennett enrojeció, ¿acaso lo había ofendido?
—B-bueno... Eso significa "Lupical", ¿no? Familia. Como hermanos y así...
Razor ya sabía que Bennett no entendía del todo el concepto de Lupical, pero no así. Aunque, en realidad, no era tan descabellado que lo hubiera visto de ése modo.
—No. Lupical ser más. Lupical ser... Familia, pero más... Mejor... No, igual.. No, querer decir... Ser amigos... Hermanos también... No familia de hijos... Pero si... ¡Agh!
Razor se frustró, el querer explicar todo con rapidez lo había hecho mezclar y olvidar palabras. Tomó su cabello y lo apretujó entre sus dedos, apretando los dientes en un gesto de gran frustración.
—Hey, tranquilo —Bennett se preocupó ante aquel repentino estado.
—Yo querer explicar... Si yo saber hablar bien, Bennett entender... Todos entender. Yo solo crear confusiones. Hablar mal, muy mal. Yo esforzarme, pero personas verme mal y... Molesto. Muy molesto. Yo querer... ser mejor.
—¿Ser mejor? —preguntó bastante sorprendido, ¿desde cuanto Razor se sentía de aquella manera?, ¿desde cuándo le importaba encajar tanto?—. Razor, tú no necesitas ser mejor.
Razor se abrazó a sí mismo y se encogió, acciones que le dieron a entender a Bennett que no pensaba eso en absoluto. Lo hizo sentirse mal, ¿qué clase de amigo era si nunca se había percatado de eso?, ¿qué tanto sabía de Razor en realidad? Suspiró, lo único en lo que debía enfocarse por ahora era en apoyarlo.
—Lo digo en serio. Mira, yo también sé lo que es que te miren mal, que te critiquen a tus espaldas y el que quieras cambiar algo de ti que no está en tu control... —miró sus manos con cierta frustración— pero viendo hacia atrás, me doy cuenta de lo mucho que he mejorado en mi mismo. Hay cosas que puedo hacer ahora y que antes no podía: al menos ahora ya no salgo volando en todas las explosiones que hago con mi Visión.
Bromeó un poco, y si bien Razor no se rió, al menos su cuerpo se relajó un poco al volver a dirigirle la mirada con cierta duda.
—Viéndolo así, tú has mejorado mucho, Razor. Has dicho que hablar es difícil y cansado para ti, pero antes me contestabas solo con "si" y "no", o utilizabas palabras sueltas. Ahora tus frases son mucho más largas, compuestas y constantes. Incluso socializas más.
Razor desvío un poco la mirada, analizando esas palabras. Era verdad, ya casi no sentía ese molesto peso en la garganta cada vez que hablaba y tampoco le tomaba tanto tiempo pensar en qué y cómo responder, sino que a veces ya ni siquiera necesitaba pensar tanto para responder con claridad.
—Nadie espera que hables perfectamente de un día a otro. Al menos yo no lo espero, porque eso es parte de ti. Es muy lindo ver cómo vas aprendiendo, es lindo ver como cada vez lees mejor y el cómo llegas a expresarte de una forma tan única... —se detuvo, el tono en que dijo eso era más romántico de lo que había esperado. Se aclaró la garganta y desvió la mirada con rostro enrojecido—. B-bueno, ya entiendes... A lo que quería llegar con esto es que has mejorado mucho... Ya te sabes expresar bastante bien. Y bueno, todos hemos llegado a tener problemas para expresarnos... Algo que te podría ayudar es respirar y hablar lento... te ayudará a acomodar las ideas.
Razor lo veía con expresión avergonzada. No hubiera esperado que Bennett viera todos esos "fallos" al hablar o al leer como algo "lindo". En sí era bastante penoso que lo viera a él como algo lindo. Él no pretendía ser así, las cosas lindas no eran peligrosas y si él no era peligroso no podría ser buen cazador ni proteger correctamente a alguien. O al menos esa era la lógica con la que vivía, pues pensar que el ser algo lindo para Bennett no le pareció ser algo tan terrible, pero sí muy vergonzoso.
Sacudió la cabeza, no era momento de pensar en eso.
—Está bien... Intentaré —ya más calmado, tomó aire y lo soltó con lentitud. Volvió a hablar, pero ahora con más tranquilidad—. Lupical significa familia pero no sólo hijos, hermanos o madre. Lupical ser más importante. Yo tuve madre lobo, tengo hermanos lobo y amigos lobo. Ser Lupical. Tengo madre humana y amigos humanos, ser Lupical también. Todos ser Lupical porque ser importantes para mí. Lupical ser miembros que importar y yo amar.
Bennett ahora lo entendía. Había sido muy simplista de su parte pensar que para Razor era como ser hermanos. Parecía que lo veía como alguien más especial: lo consideraba como un miembro de su familia, una familia simbólica y con un lazo mucho más fuerte.
—Así que... Bennett no ser hermano para mí. Ser Lupical porque tú importarme. Porque...
Se detuvo. Bennett levantó la mirada, ya bastante más tranquilo con el tema y algo apenado por la confusión, sorprendiéndose al encontrarse con el rostro de Razor completamente rojo, ¿acaso era tan vergonzoso admitir que era parte de su Lupical?, no podía serlo, nunca se había comportado de esa manera.
—Desde que yo hablar con Xing-qiu, aprender cosas... entender muchas cosas —ahora era Razor quién movía las manos con nerviosismo— y emm... Descubrir que ser amor... amor para humanos... Entonces yo ehh... entender que... yo... —el corazón de Bennett volvió a latir hasta casi salírsele del pecho—. Yo saber que yo también amarte...
Con dedos ligeramente temblorosos, Razor puso su mano sobre la de Bennett. El chico tragó saliva, más no dejó de mirar aquellos ojos que tanto amaba. Y agradecería eternamente no haberlo hecho, pues así pudo apreciar como Razor lo miraba de una forma en que jamás había visto a nadie. Una mirada que sus sueños jamás habrían logrado replicar.
—Bennett, yo también te amo...
Hubo un corto silencio. Lo único que podía escucharse eran sus corazones retumbando por entre las paredes, sus respiraciones nerviosas e irregulares y para Bennett aquellas palabras parecían no parar de hacer eco.
“Yo también te amo” “Yo también te amo” “Te amo”
—Que alivio... —Razor abrió mucho los ojos ante las lágrimas que recorrían las mejillas de Bennett—. Yo creí que... Tenía miedo de... de no volver a verte...
Y así sin más, Bennett se abalanzó y lo rodeó en un fuerte abrazo, uno en el que se aferraba a él de tal manera que incluso parecía que desaparecería si llegase a soltarlo. Al esconder su rostro en su hombro, se permitió sollozar con el más grande alivio que pudo haber experimentado desde que obtuvo su Visión.
En cuanto sintió como el contrario lo estrechaba entre sus brazos, no dudó en corresponder el gesto con la misma fuerza. No le gustaba ver a Bennett llorar, pero entendía que había sido a causa de la felicidad, sentimiento que se le fue contagiado y le hizo soltar una pequeña lágrima también.
—Y-yo... Pensaba que... —se limpió las lágrimas con torpeza, aún sin soltarlo ni un poco— que i-iba a incomodarte y... y que ya no querrías verme otra vez.
—Tonto —lo regañó cariñosamente al negar con la cabeza, sacándole una pequeña risa al contrario—. No importar qué pasar, yo estar a tu lado. Amigo, Lupical, no Lupical, o hacer cosas malas. No importar. Yo siempre querer estar a tu lado.
—¿Incluso si me uno a los Fatui? —bromeó un poco, separándose y retirando sus lágrimas.
—Si tu unir a los Fatui, yo sacarte y regañarte —con dos de sus nudillos le dio un pequeño golpecito en la frente—, regañarte hasta ser bueno otra vez.
—Tal vez tú serías el único capaz de lograr eso —cuando logró calmarse, la proximidad en la que sus rostros estaban pintó sus mejillas de rosado, aunque en esta ocasión no desvió su mirada—. Fuera de bromas, realmente nunca creí que podrías llegar a sentir lo mismo que yo... Ni siquiera sabía que los hombres te gustaban también.
—No gustarme hombres —Bennett frunció el entrecejo con confusión—. Tampoco gustarme mujeres. Sólo gustarme Bennett.
Razor usó halago directo involuntario. Bennett desvió la mirada y se sonrojó un 95%. Es muy efectivo.
—Arcontes, eso es tan cursi... —susurró entre dientes, aunque Razor aún así logró escucharlo.
—Cursi... ¿qué ser?
—Umm... Es cuando dices algo muy lindo... demasiado lindo, tanto que parece exagerado… A mucha gente le disgusta —explicó aclarando su garganta.
—Oh. ¿Y a ti disgustar?
—B-bueno... No realmente —se rascó la nuca y lo miró con pena—, sólo es vergonzoso.
—Entonces, ¿yo poder ser cursi con Bennett? —era una pregunta seria, lo cual fue, en parte, tierno para Bennett.
—¿Desde cuándo necesitas mi permiso para ser lindo? —Bennett usó halago indirecto. Razor se sonrojó en un 80%. Es muy efectivo.
—Yo no ser lindo.
Bennett soltó una carcajada, haciéndole fruncir el ceño a un Razor bastante avergonzado.
◈ ━━━━━━━ 狼 ━━━━━━━ ◈
Ya había pasado un rato desde su confesión y en cuanto ambos lograron volver a tener una conversación normal sin cosas cursis de por medio, Bennett decidió que iría a ducharse. Ahora que el sueño se le había espantado, quiso aprovecharlo y limpiarse para, ahora sí, poder dormir y descansar como era debido.
Razor no se sintió cómodo al ver todas las opciones que había en un simple baño, así que decidió que mejor se ducharía al amanecer. Después de todo, prácticamente no había hecho nada de ejercicio comparado a su vida diaria.
—Haa... Realmente me hacía falta —suspiró Bennett al salir del baño—. Menos mal que mi cambio de ropa no ha sufrido daños. Creo que mi suerte sí que está cambiando —se sentó en la cama con alegría, terminando de secar su cabello con una toalla.
—Tal vez... —fue la respuesta de Razor al estirarse y bostezar. Ya era demasiado tarde, debían dormir pronto si aún querían descansar lo suficiente para poder levantarse temprano al siguiente día.
Con una sonrisa, Bennett tendió la toalla en el respaldo de una silla antes de lanzarse a la cama y recostarse, suspirando ante la comodidad de aquellas sábanas.
Razor, al haber estado esperándolo en la cama, se recostó a su lado y se recorrió hasta estar pegado a él. Rodeó su torso y lo abrazó como si fuera una almohada gigante al tiempo en que acomodaba su rostro en su lugar favorito.
Estar en esa posición era algo común entre ellos, era su posición favorita para dormir juntos. Sin embargo, el corazón de ambos chicos estaba notablemente acelerado ahora que su relación había cambiado. No sabrían decir bien cómo, pues al declararse no salió el tema de si se volverían una pareja oficial, pero Bennett decidió que podrían discutir sobre ello al día siguiente.
Por ahora, sólo quedaba tratar de dormir y descansar.
—Uhm, no oler como tú... —se quejó Razor algo somnoliento.
—¿Eh? ¿Qué cosa?, ¿yo? —ignoró el como sentir su respiración tan cerca de su cuello lo hacía sonrojarse.
—Sí. Tú no oler como tú. Bueno, un poco sí pero oler más a cosa nueva. No saber qué. Oler bien, pero no ser tú —aún así, no quiso alejarse y, por el contrario, lo abrazó con más fuerza.
—Jaja, es por el jabón que usé en el baño. Decía que habían sido utilizadas unas flores llamadas chin... Chinxig o algo así —para él el olor había sido muy suave, no hubiera esperado que su olor cambiara tanto.
—Hum... Flor… Bennett no ser flor.
—¿Ah sí? ¿Entonces qué soy?
—Conejo. Bennett oler a conejo —respondió de forma automática.
Esa respuesta lo descolocó, ¿cómo era posible que él pudiera emanar un olor tan específico? Se acercó el dorso de la mano a su nariz y trató de distinguirlo, siendo lo único que logró percibir el suave perfume de esa flor desconocida. Razor soltó una pequeña risa.
—Sólo lobos y yo poder distinguir olor. Lobos antes confundir y querer cazarte. Yo impedir... casi siempre.
—Oh, eso explica mucho.
Recordó aquellas situaciones en las que un lobo lo mordía de repente en la pierna, o que se le abalanzaba por detrás, o en las que, de un momento a otro, se encontraba rodeado por una manada entera. Claro que eso había sido hacía ya tiempo, pero algunas cicatrices no le dejaban olvidarlo.
Así, sin más temas de conversación por el momento, Bennett se acomodó para poder devolverle el abrazo a Razor y rascarle el cuero cabelludo en una posición cómoda, quedándose así por tan solo unos minutos antes de finalmente dejarse vencer por el sueño.
Por el resto de la noche, la luna sería testigo de cómo esos inexpertos pero sinceros corazones lograrían tener un descanso pacífico bajo el cuidado de su luz antes de continuar con su viaje.
Notes:
Ok, lo admito, el final puede parecer un poco anticlimático... Pero reescribí este capítulo como 3 veces para poder sentir que estaba expresando todo lo que quería plasmar, y esta es la mejor forma que pensé en la que podía terminar la escena.
Ambos están cansados, aturdidos y un poco delirantes para este punto, no pueden pensar con TANTA claridad, so... Perdón? (๑•﹏•)
De todas maneras y obviamente esto no se quedará aquí. No se les olvide que apenas van por la mitad del camino y unos 3 días de viaje (dentro de un lapso límite de 2 semanas), por lo que aún les queda mucho por explorar; tanto de Liyue como entre ellos.
En fin, espero que les haya gustado el capítulo. Fue de los más hermosos que he escrito y espero que lo hayan disfrutado tanto como yo, a pesar de ser asquerosamente cursi ಠ﹏ಠ
Gracias por sus kudos y sus comentarios, es un hermoso aliento para seguir escribiendo 🫶✨
Chapter 13: Llanura Bishui
Summary:
Razor y Bennett buscan ayuda para saber por donde ir, ambos dejan la Posada Wangshu y los problemas aparecen nada más cruzar el río hacia Minlin.
Notes:
(See the end of the chapter for notes.)
Chapter Text
Ya era media mañana y Bennett apenas comenzaba a despertarse. De ser por él, hubiera dormido hasta el mediodía sin problemas. Desgraciadamente, el hambre ganó esa batalla y fue el causante de su despertar, aún con mayor razón considerando el olor muy rico que llegaba a él.
Bennett se talló los ojos y bostezó, quitando un poco de aquella pesada pereza que aún lo invadía.
—Despertar. Ser bueno. Buenos días —escuchó Bennett, aunque muy apenas pues su cerebro aún seguía bastante aturdido.
—¿Bueno…? ¿Qué es bueno? —preguntó arrastrando las palabras.
—Yo no poder despertar a ti antes. Estar muy dormido. Ahora tú poder desayunar —explicó con sencillez al sentarse en la cama.
Y como si hubiera apretado algún botón mágico, Bennett comenzó a enderezarse mientras se tallaba los ojos.
—Huele bien… ¿qué es?
—Cocinero decir nombre ser “Carne de Mora” —le extendió un plato— pero no preocuparte, no tener que comer Moras de verdad.
Entre pequeñas risas Bennett tomó el plato y lo miró. Era claro que el nombre se debía al diseño y no porque tuviera que comer Moras de verdad, cosa que, al parecer, Razor sí que había creído en un principio.
—Está bien; gracias, Razor.
Comieron en silencio, cosa realmente inusual entre ellos.
Por un lado, la pena había vuelto a Razor cuando despertó pues los primeros recuerdos que le llegaron a la mente nada más despertar habían sido el beso y todas las caricias que formaron parte. Quería más, quería volver a besarlo pero no sabía bien cómo pedírselo.
Bennett, por su parte, estaba aún algo atontado. La comida no lo terminó de despertar hasta que iba ya por la mitad, momento en que volvió a procesar todos los sucesos de la noche. Agradecía que Razor no le hubiera hecho alguna pregunta o comentario sobre otra cosa que no fueran sus sentimientos, lo que le hacía preguntarse: ¿qué carajo le había enseñado Xingqiu? Textualmente Razor había dicho “Entender muchas cosas” y luego se centró en el tema del amor humano. Claramente eso significaba que había aprendido más cosas, y tratándose de Xingqiu eso podría significar cualquier cosa.
Era un alivio saber que no tendría que ser el maestro de Razor en esas cosas, pero también era un tanto aterrador el no saber qué tanto sabía Razor ahora. Sacudió la cabeza y dejó el tema, no es como si fuera a preguntarle al respecto de todas formas.
Era más importante pensar en qué harían con su relación. Ahora que ambos sabían que sus sentimientos eran correspondidos seguir siendo amigos no era opción, ya no sería suficiente, ¿serían novios entonces?, ¿debería pedírselo? En caso de hacerlo oficial, ¿eso que involucraría?
—Bennett, ¿ya acabar?
Esa pregunta lo sacó de sus pensamientos, haciéndole darse cuenta de que no había tocado el último bocado que le faltaba desde hacía quién sabe cuánto tiempo. Tomó ese pedazo de comida y se lo metió a la boca antes de asentir.
—Si, perhdón, eztaba pen… Ejem ejem.. Cof cof —se atragantó con la comida.
Razor negó un poco con la cabeza algo risueño mientras le daba palmadas en la espalda. Bennett nunca cambiaría.
—Ejem… Listo. Ya… ya estoy bien, gracias —se rascó la nuca con una ligera sonrisa apenada.
Razor asintió y dejó su propio plato en un estante cercano. Cómo era usual aún tenía hambre, pero tenía planeado comer algo de carne en el camino. Ya se habían atrasado mucho y debían continuar con el viaje.
Bennett vio como Razor se disponía a ponerse los zapatos en silencio y suspiró. A pesar de haber descartado esa posibilidad mucho tiempo atrás, anhelaba ser su pareja. Y tal vez era que seguía dormido, tal vez era el alivio de ver qué todo parecería ir bien o tal vez era el hecho de que ya se le había declarado de la forma más vergonzosa posible que decidió que se lo propondría. Después de todo, era muy difícil crear una escena aún más vergonzosa.
—Razor, ¿sabes que significa “novios”?
Al escuchar esa palabra Razor se puso rígido, con los hombros tensos y el rostro sonrojado lo miró, aunque Bennett tampoco se salvaba.
—Umm… Sí. Xing-qiu explicarme, un poco.
—Oh. ¿Entonces crees… Umm… Te gustaría… intentarlo?
El color rojizo de sus mejillas se extendió hasta sus orejas, y aunque intentó ocultarse al acomodarse su capucha de nuevo, Bennett logró distinguirlo. Ansió poder ver su toda su expresión, pero si algo sabía de Razor era que nunca había que presionarlo. No podía trabajar bajo presión, siempre le hacía trabarse y ponerse más nervioso, complicando aún más las cosas. Para Bennett eso no era un problema, podría ser inquieto y enérgico pero sabía esperar cuando de su amigo se trataba.
De todas maneras, no fue necesario darle mucho tiempo, ya que Razor terminó por responder con sólo asentir con su cabeza, siendo suficiente para volver a acelerar el corazón de Bennett.
—Oh… G-genial…
Y ya no supieron qué más decir o qué más hacer, ¿se suponía que deberían besarse?, ¿abrazarse?, ¿contárselo a todo el mundo?, no, ¿cómo podrían hacer eso si ni siquiera eran capaces de mirarse a los ojos?
Bennett quiso distraer su mente de aquel raro momento y se terminó de arreglar, agarrando sus cosas y guardándolas con labios apretados. Definitivamente ese no era el escenario que había imaginado.
Pasó un rato y Razor no se había movido del suelo. Había entrado un poco en pánico, no supo qué hacer y tampoco es como si le quedara algo pendiente: ya estaba listo, no le faltaba nada y sólo le quedaba esperar por Bennett… Un Bennett que le acababa de pedir ser novios . Según palabras de Xingqiu, esa fase era una relativamente complicada. Si bien le había explicado que ese “título” les daba a ambos ciertos beneficios y oportunidades, también involucra reglas y condiciones, cosas que uno establecía desde antes o durante la relación.
Para Razor era absurdo. ¿Cómo podría darle reglas a Bennett?, ¿de qué serían?, ¿y qué clase de condiciones tendría Bennett hacia él?, ¿debía cumplirlas aunque no le gustaran?, ¿qué pasaría si rompía una por accidente?, ¿entonces Bennett ya no querría estar con él?, ¿en qué momento debían de establecerlas?, ¿también eran un tipo de “contrato” como el que hizo con Yanxiao?
Demasiadas preguntas llegaron a su mente, y ya era muy tarde como para retractarse en su respuesta.
—Razor, ¿vamos?
Esa pregunta lo regresó a la realidad. Levantó la mirada y vio como se acercaba a él, ya listo para salir de aquel lugar de una vez por todas.
—Umm… Sí —respondió con tono bajo antes de levantarse, más cuando Bennett se dirigió a la puerta tomó su brazo y lo detuvo—. Espera.
—¿S-si? —el tartamudeo fue prácticamente imperceptible, o al menos así lo esperaba él.
—Bennett, yo… ¿Tener que llamar a ti “novio Bennett”?
Bien, eso definitivamente hizo explotar todos los colores en el rostro de Bennett.
—¡N-n-no hace f-falta! —no podría soportar escucharlo de nuevo sin morir.
—Oh. ¿Otro apodo?, ¿lindo Bennett?, ¿cariño Bennett?, ¿conej-
—¡¡¡B-basta!!! —tapó la boca de Razor usando sus dos manos con pánico, impidiendo la oportunidad de ocultar que su rostro estaba en llamas—. Q-quiero decir… No lo tomes a mal, es linda tu intención y eso p-pero… explotaré si lo sigo escuchando. N-no estoy listo aún para eso.
Según palabras de Xingqiu, los novios solían darse apodos lindos que sólo ellos podían usar, razón por la que en un principio se sintió un poco herido, pero ante esa última aclaración simplemente asintió y lo aceptó. De todas maneras, también hubiera sido un poco difícil para él el adaptarse a ello.
—Yo eh… Perdona —dijo Bennett retirando sus manos—, entré en pánico.
—No. Está bien. Yo tampoco saber qué hacer con “novios”.
—¿Qué te parece si… vamos de a poco? —le extendió su mano.
Tal vez era cierto que se había precipitado. Xingqiu no le había dicho nada sobre en qué momento hacer las cosas y eso lo hacía entrar en conflicto. Razor miró su mano tragando un poco de saliva, tal vez tenía razón: podrían empezar con algo simple y más fácil. Oh, bueno, en teoría debería ser más fácil, pues al momento de ceder su mano lo abrumó la timidez como no solía pasarle. Ya se habían tomado de la mano antes, ¿entonces por qué…?
—¿Por qué es tan aterrador? —preguntó Bennett con voz temblorosa, pensando en voz alta.
Bueno, al menos Razor no era el único que se sentía de aquella manera.
—Aterrador… pero, lindo —admitió con su rostro también encendido.
Y mientras Bennett asentía, estando de acuerdo con él, entrelazó sus dedos.
◈ ━━━━━━━ 幸 ━━━━━━━ ◈
En cuanto Goldet vio a los chicos, supo de inmediato que habían arreglado cuál fuera que fuese el malentendido y que ahora estaban juntos. Se sintió feliz por ellos.
—Buenos días chicos. ¿Durmieron bien?
—¡Sí! La cama era muy suave. Hace mucho que no dormía sin tener que preocuparme por rocas voladoras —bromeó antes de soltar una pequeña risa.
—Hablando de cosas voladoras, lamento lo del incidente en tu cabeza. Seguramente alguien lo habrá desechado ahí y no nos habremos dado cuenta —miró preocupada el vendaje que, a pesar de estar algo flojo, aún estaba en su cabeza.
—Oh, no, no, está bien. Ese tipo de cosas me pasan todo el tiempo. De hecho, gracias por recordármelo. Iré al baño un momento.
Muy a su pesar, se soltó del agarre de Razor y se dirigió al baño, dejando al chico junto a la Jefa, quién aprovechó el momento para acercarse un poco a él.
—¿Lo decía en serio?
—Sí. Piedras caer del cielo. Monstruos atacar… sorpresa, sin aviso. Viento arrastrar… a él a lugar muy alto, peligroso. Ruinas caer sobre él. Mapas romper. Cosas desaparecer. Lluvia caer de repente. Golpear rayos a él. Escaleras romperse todo el tiempo —Goldet no podía creer lo que estaba escuchando—. Bennett llamar a eso “maldición de mala suerte”.
Goldet no sabía qué le impresionaba más: que un chico con ese tipo de maldición viviera con tal actitud y esa energía tan brillante, o la tranquilidad con la que Razor lo explicaba, como si fuera cosa de todos los días. Pues claro, era porque era cosa de todos los días, pensó Goldet, seguramente era por eso que no le había tomado mucha importancia a sus heridas, seguramente lastimarse ya le era algo normal en su día a día.
—Bueno, eso explica algunas cosas —suspiró Goldet. Vaya que uno logra conocer a personas de todo tipo en una Posada—. ¿Y tú?
—¿Yo? —Razor se señaló a sí mismo—, ¿qué?, ¿si yo tengo maldición? —Goldet asintió, a lo que Razor negó con la cabeza—. No, no tengo. Yo ser criado por Lobos, por eso ser extraño.
La jefa se sintió mal. No por el chico, sino por la obvia expresión que había hecho al conocerlo por primera vez. Era la jefa de una Posada, ya debería saber controlarse ante toda clase de situaciones, incluyendo el conocer a personas diferentes.
—Ya veo… Perdóname si te llegué a ofender.
—Está bien, no hacer nada malo —Razor le sonrió con amabilidad, aunque por dentro agradeció mucho esas palabras.
—¡Listo! —la voz de Bennett sonó en la distancia antes de que el chico se aproximara a ellos, mostrándoles así que ya no tenía el vendaje—. Ya estoy casi completamente curado. ¡Ni siquiera quedará cicatriz!
—Quiero ver —solicitó Razor.
Bennett asintió y se agachó un poco, dándole oportunidad a Razor de confirmar sus palabras después de revolver un poco su cabello.
—Bueno, me alegro de que no haya sido nada grave —comentó Goldet después de echarle un vistazo rápido—. Ah, y antes de que se vayan —se agachó un momento antes de sacar una bolsa de un tamaño considerable—, tomen.
Bennett la tomó con curiosidad, más en el mismo momento en que se asomó al interior se puso colorado y la soltó en la mesa, como si hubiera tocado un artilugio prohibido.
—¡Oh por…! Y-yo no puedo… ¡es demasiado! —desvió la mirada.
—¡Claro que no! Por favor acéptalo.
—¡No puedo! Simplemente es mucho…
—Pero es lo que te mereces.
—Puedo tomar la mitad —sugirió con terquedad, aunque la respuesta que obtuvo fue también bastante terca.
En lo que Bennett y Goldet seguían discutiendo, Razor se acercó a la bolsa y le echó un vistazo a su interior, comprobando que estaba repleto de Moras. No sabía que tanto podía llegar a rendir, pero sabiendo que Bennett podía vivir su día a día con apenas un puñado de éstas, esto definitivamente era mucho .
—¡Sólo fue un encargo improvisado! Ni siquiera es oficial para el Gremio, así que la recompensa no cuenta.
—¡Pero si tú mismo me dijiste que viniste aquí por Moras y comida extra!
—B-bueno, ¡pues cambié de opinión!
En cuanto Razor vio como Bennett se había cruzado de brazos supo que tardarían más tiempo en tratar de hacerlo cambiar de opinión que en lo que él tardaría en aprenderse el nombre de Snezhnaya.
—Yo tomarlo —concluyó tomando la bolsa.
—¿¿Qué?? —exclamaron Bennett y Goldet al mismo tiempo, aunque el tono fue bastante diferente entre ambos.
—Yo también pensar… ser muchos Moras, pero también pensar que Bennett hacer mucho… ayer —y ante la atenta mirada de ambos, el chico guardó los Moras—. Yo guardarlo, dar a Bennett después.
—Puff, está bien —rezongó Bennett ante la mirada victoriosa y orgullosa de la Jefa.
—Bennett, preguntar sobre camino. Yo ir por comida y después irnos —porque si Bennett se llegaba a enterar de toda la comida gratis que tendrían seguramente se volvería loco.
—De acuerdo —tras un suspiro, Bennett se encaminó a subir las escaleras, deseando tener la suerte suficiente como para encontrar a la persona adecuada.
Goldet agradeció a Razor por resolver el asunto con rapidez, a lo que el chico se limitó a asentir con cortesía antes de ir por su comida. Ya estaba un tanto impaciente de querer irse y estar un tiempo a solas con su novio.
Su novio … le gustaba como sonaba eso.
◈ ━━━━━━━ 狼 ━━━━━━━ ◈
—Listo. ¿Encontrar ayuda? —preguntó Razor al salir hacia el balcón junto a la recepción para encontrarse con Bennett.
—No, desgraciadamente nadie con los que hablé es aventurero o conoce algún camino —fue la respuesta desanimada y entre suspiros que recibió. Para suerte de ambos, Razor ya tenía un plan B.
—Está bien, yo saber a quién preguntar.
—¿Qué? ¿Hablas en serio? —y como ya era costumbre, los ánimos del aventurero volvieron a cambiar.
—Sí. Hombre… estar abajo.
—Oh, de acuerdo, yo te sigo —dieron un paso— pero antes…
Se acercó a la Jefa y tuvieron una corta conversación que Razor no alcanzó a escuchar, pero no tuvo que hacerlo para entender que era algo bueno pues la Jefa terminó sonriendo. Cuando Bennett regresaba hacia él, con un aura más relajada, Goldet se despidió de él moviendo un poco su mano, gesto que Razor correspondió de la misma forma.
—¿Todo bien? —le preguntó Razor cuando estuvo de nuevo a su lado.
—Oh, sí, no te preocupes; sólo quería hacer las paces para no sentirme culpable el resto del camino —se rascó la nuca antes de extenderle su otra mano—. ¿Vamos?
La Jefa logró ver como ambos chicos, con el rostro completamente colorado y unas pequeñas sonrisas, se tomaban de la mano antes de dar la vuelta y perderlos de vista por las escaleras. Que lindo que era el amor joven, pensaba Goldet en un suspiro que delataba su completa envidia.
Mientras tanto, los chicos se dedicaron a bajar las escaleras con Razor al mando. No tanto porque era quien sabía a quién iban a consultar, que en parte sí, sino más por querer estar al pendiente de que algún escalón no se volviera a romper. Bennett sintió una cálida sensación cubriendo su pecho, el cual lo hizo apretar un poco más el agarre entre sus manos. Razor siempre había sido muy atento en ese tipo de cosas cuando estaba con él, no era algo nuevo entre ellos y aún así lo sintió como un gesto muy especial.
No tardaron en bajar, afortunadamente sin incidente alguno, para después mojarse un poco los pies cruzando el río.
—Uhh… Razor, ¿a dónde vamos? —no es que le molestara mojarse un poco, eso dejó de ser importante hace mucho tiempo, pero en absoluto eso era lo que se había imaginado.
—Con él —respondió con sencillez al apuntar a un tranquilo pescador.
—Buenos días, Razor —saludó el hombre volteando hacia ellos cuando estuvieron a pocos metros de distancia.
—Buenos días, Ji-ang-xue —ni se molestó en tratar de decirlo rápido.
—Es sorprendente que ya te sepas mi nombre —el pescador tenía una sonrisa complacida—, a muchos forasteros se les dificulta demasiado. Soy Jiangxue —eso último fue dirigió hacia Bennett.
—¡Un gusto! ¡Soy Bennett, aventurero y líder de la Brigada de Benny! —se señaló a sí mismo con entusiasmo—. Razor me dijo que podría ayudarnos.
—¿En serio?, ¿con qué?
—Verá… —sacó su mapa y se lo mostró—. Necesitamos llegar a Liyue pero queremos evitar ir por aquí —señaló la Llanura Guili— porque queremos, emm… ver… los paisajes. ¡Sí, eso! Pero igual llegar a la ciudad y así…
Bennett era pésimo mintiendo, pocas veces lograba parecer convincente y ésta no era una de esas. Para su fortuna, Jiangxue entendió que si no querían dar sus motivos reales, no iba a insistir. Después de todo no presentaban ninguna clase de riesgo para ningún inocente.
—Entiendo. Bueno, entonces pueden tomar este camino —trazó una línea invisible con su dedo—, podrán pasar a través del Pendiente Tsuinjue, el Estanque Luhua y un rápido vistazo a las Ruinas de Dunyu. Son buenas zonas para explorar y darse un paseo, siempre y cuando tengan la suficiente fuerza como para que los monstruos no sean un problema para ustedes.
—¡En absoluto! ¡Ningún monstruo puede enfrentarnos!, ¿verdad, Razor? —el chico asintió con una sonrisa, aunque igual no hacía falta afirmarlo pues Jiangxue ya lo sabía de antemano.
—Bien. Entonces dejen les marco el camino —sacó un pequeño lápiz y comenzó a dibujar en el mapa.
◈ ━━━━━━━ 幸 ━━━━━━━ ◈
—No sé cómo puedes meterte a esa agua tan helada.
Razor se encogió de hombros y extendió su mano, Bennett sacó una piedra cristalina de su mochila y se la dio. El aventurero miró como un poco de espuma comenzaba a emerger alrededor del contrario, sabiendo que eso era consecuencia de estar frotando la piedra debajo del agua.
Cuando hubo suficiente cantidad de espuma, Razor dejó la piedra sobre la cubierta del bote y se sumergió por unos segundos, mojando así toda su cabellera para poder comenzar a lavarla.
—¿Te puedo ayudar?
A Bennett le gustaba mucho el cabello de Razor, eso ya no era un secreto para él, así que aquel gesto que antes podía haberlo tomado como generoso, ahora le era un poco vergonzoso, aunque no sabría explicar por qué.
—Umm… Sí.
Bennett se reclinó un poco por el borde para poder tomar un poco de aquella espuma y remojar un poco su cabello. Fue así como comenzó a rascar su cuero cabelludo con firmeza pero sin ausencia de cariño. Necesitaba usar fuerza debido a la gran cantidad de cabello y todo lo enredado que solía estar, pero a Razor eso no le molestaba.
Mientras Bennett continuaba tallando su cabello, Razor disfrutó de aquel pequeño masaje con un suspiro. Pocas personas se sentían cómodas dándole mimos en la cabeza, ya sea por cualquier motivo, por lo que él agradecía cada pequeña caricia que se le era otorgada. En esta ocasión no eran solo unas simples caricias, era su novio dándole atención.
Sonrió. Esa palabra empezaba a ser una de sus favoritas.
—Al menos con el sol podrás secarte rápido… —susurró Bennett metido en sus pensamientos.
Y, sorpresa, sorpresa, en cuanto terminó de decir esas palabras comenzó a llover. Bennett frunció el ceño en una expresión molesta, sacándole una pequeña risa al contrario.
—Bueno, el bote sigue en pie, es una buena señal.
Quiso levantar sus ánimos, pero como si fuese un mal presagio, a aquel pequeño bote que habían logrado conseguir se le comenzó a filtrar el agua desde el fondo. Bennett soltó un pequeño grito de sorpresa y comenzó a entrar en pánico al tratar de sacar el agua. Sabía nadar, pero no quería contraer una hipotermia, su resistencia no era como la de Razor.
Desgraciadamente sus intentos fueron en vano y al poco rato terminó metiéndose al agua helada sin obtener ninguna clase de ayuda. Aunque en defensa de Razor, ¿qué ayuda podría ofrecerle?, ¿hacer volar el bote con poderes mágicos?
—Debo aprender a cerrar la boca —farfulló el aventurero castañeando los dientes.
La única respuesta que hubo fueron un par de carcajadas, las cuales desaparecieron cuando una fulminante mirada vió como una cabeza desaparecía debajo del agua.
◈ ━━━━━━━ 狼 ━━━━━━━ ◈
Se habían tardado un poco más de lo pensado, pues habían contado con la ayuda de aquel bote, aunque Bennett igual pensó que había sido muy ingenuo de su parte considerar que no lo iban a perder.
Al momento de salir Razor, exprimió su cabello en un mero acto de costumbre, ya que con esa lluvia de poco o nada le serviría. Para su fortuna, había una pequeña cabaña pesquera abandonada cerca, así que pudieron refugiarse un momento en el que recuperaban calor. También Bennett quiso aprovechar y sacar su mapa con las indicaciones.
—Bien, dijo que teníamos que buscar un camino hasta… un arco de piedra que nos metería a un cañón, el cual está invadido por Hilichurls… —se rascó la cabeza algo dudoso—. No sé si sea buena idea. Conociendo mi suerte podríamos encontrarnos hasta dos Lawachurls protegiendo la entrada, pero si nos desviamos, podríamos perdernos y terminar en ese laberinto de piedra que mencionó… y no quiero tomar muchos caminos ya establecidos, seríamos un blanco muy fácil desde ahí…
Bennett siguió susurrando sus preocupaciones mientras daba vueltas por debajo del techo del lugar. Razor había dejado de prestarle atención en cuanto notó un leve cojeo, ¿desde cuándo Bennett tenía problemas al andar? Según él, sólo cuando se lastimaba pero cuando lo revisó no vió ninguna lesión en ninguna de sus piernas, ¿acaso le dolía algo? pero no había soltado ninguna queja…
—Para —indicó al detenerse frente a Bennett, quién se sobresaltó un poco ante lo repentino de la indicación.
—¡Ah, lo siento! ¿Qué pasa?, ¿estaba hablando muy rápido?
—No. Tú tener algo.
—¿Yo? —preguntó con un tono inocente fingido.
—Sí. Tú caminar raro.
—¿Eh? Ah, eso. Es que… El suelo está resbaloso.
Si bien había goteras, los charcos en el suelo no eran lo suficientemente pronunciados como para que eso fuese una preocupación. Razor siguió mirándolo con severidad, haciendo desviar la mirada de Bennett.
—En serio estoy bien. ¡Mira! ¡Todo genial! —extendió sus brazos hacia arriba sin pensarlo, lo cual le sacó un quejido tan leve que cualquier persona no hubiera logrado escucharlo pero Razor no era cualquier persona.
—Bennett, mentiroso.
Ver esa mirada junto a esas palabras acusatorias fueron como una fuerte puñalada al corazón. Se sintió mal, bajando sus brazos y su mirada con culpa.
—Tienes razón, lo siento. Te juro que cuando desperté no sentía casi nada, pero creo que ese chapuzón despertó todos mis músculos y de repente me empezó a doler todo el cuerpo —explicó rascándose la nuca—, pero no es la gran cosa, ayer me dolía más por-
Se calló a sí mismo. Había dicho demasiado. Quiso buscar una forma de cambiar de tema, pero nada más ver la expresión severa de Razor y el cómo se cruzaba de brazos lo hizo saber que ya era demasiado tarde para hacerse el tonto.
—¿Ayer doler? —preguntó con un tono duro.
—B-bueno… —desvió la mirada—. Cuando estaba peleando contra los monstruos me empezó a doler el cuerpo por lo del rayo… pero era más importante cumplir con el encargo y lo soporté.
Ahora era Bennett quién estaba encogido con cara de cachorro regañado cosa que, si bien hizo que la postura de Razor se ablandara un poco, no fue suficiente para quitarle el enojo que la situación le había provocado.
—Bennett… —Razor suspiró con cansancio—. Tú y yo hablar de esto muchos días atrás. Muchas veces hablar.
Bennett frunció el ceño con molestia. Si, era cierto. Bennett sabía perfectamente que a Razor no le gustaba para nada que ignorara el dolor, que a pesar de estar magullado o herido siguiera continuando con sus aventuras y su vida diaria con normalidad, que no tomara reposo cuando lo necesitaba.
Y a pesar de que Bennett lo sabía, era demasiado enérgico y terco como para querer cambiar eso. No solo eso, él tenía sus razones. ¡Claro que tenía sus razones!, pero de nada serviría tratar de explicarlas.
—Sí, ya sé —respondió con tono molesto y ligeramente brusco. No le gustaba hablar de eso.
—Y no importarte —le reclamó aún más molesto.
—No es que no me importe, sólo… No puedo evitarlo —se abrazó a sí mismo en una posición defensiva—. Ahora es más importante la misión, no podemos quedarnos quietos esperando a que los Fatui nos capturen sólo por mi dolor muscular.
Bennett quiso dejar la conversación ahí. Guardó el mapa sin mucho cuidado dentro de su mochila y dio algunos pasos hacia la salida con la intención de avanzar y dejar todo atrás, pero fue inmediatamente detenido por Razor quién lo había tomado del brazo con un poco más de fuerza de lo habitual.
Aquella discusión los estaba haciendo perder la compostura.
—Para.
—Suéltame, Razor.
—No, tener que hablar.
—¿Para qué? Sabes que no va a cambiar nada.
—No cambiar porque tú siempre hacer. Siempre fingir… sin dolor. Siempre mentir.
—¡Déjalo, Razor!
—¡No! ¿Por qué no obedecer?, ¿por qué no cuidarte?
—¡¡Razor, déjalo ya!! —se liberó del agarre y lo miró con enojo—. ¡No lo entenderías! ¡Olvídalo ya!
Se hizo un silencio sepulcral en donde solamente reinaba el caer de las gotas de lluvia en un ambiente lúgubre y tenso.
—... Si, yo no entender. Yo muy estúpido para entender.
El enojo de Razor no se había ido, pero en su mirada se notaba lo mucho que el resultado de esa conversación lo había herido.
¿En qué momento habían comenzado a discutir?, ¿cuándo habían comenzado a alzar la voz? En un momento estaba todo normal, estaban felices por su relación y ahora…
Bennett suspiró con pesadez al despeinar su cabello buscando una forma de quitarse la tensión que colgaba sobre sus hombros. No funcionó.
Razor estaba quieto como una estatua. No quería moverse, tenía miedo que en lugar de palabras salieran gruñidos de su garganta. Jamás se perdonaría el enseñarle los dientes a Bennett por más enojado que estuviera con él. Eso, claramente, no le ayudó a relajar la situación.
No era la primera vez que discutían, ni siquiera era la más fuerte por lejos, pero era algo que muy rara vez pasaba entre ellos. Aún no era fácil para ninguno de los dos lidiar con ello, pero tampoco podrían esperarse a qué todo se resolviera mágicamente.
Pasó otro rato más en el que Razor usó la técnica de los 5 sentidos para calmarse, logrando así quitarse aquella molesta sensación y poder hablar con más tranquilidad.
—Es cierto que yo no entender, pero no explicar. Si no explicar, nunca entender.
Razor no pudo ver la expresión que ponía Bennett al éste darle la espalda, pero si pudo ver cómo su postura se volvía decaída tras un suspiro.
—Razor, el que no te explique las cosas no significa que piense que seas estúpido. Jamás he pensado eso de ti.
—... Lo sé.
Ahora fue Razor quién suspiró, bajando poco a poco hasta terminar sentado y mirando el suelo. Tal vez si que se había excedido un poco, Bennett siempre había sido de los pocos que jamás lo juzgaron y trataba como iguales. Simplemente se había dejado llevar por la situación, pero aún así no estaba dispuesto a disculparse. O al menos a no ser el primero, ya que, a sus ojos, lo único que había hecho era preocuparse por su novio.
Bennett también estaba dolido. Le dolía el que Razor hubiera implicado aquello, le dolía que, como todos los demás, lo siguiera presionando, pero estaba consciente de que no era arbitrario, sino que lo hacía porque estaba preocupado por él, por su salud.
No le gustaba que lo presionaran, lo detestaba. Más aún cuando ya había explicado el por qué hacia lo que hacía. Pero a Razor no podía culparlo, pues nunca se había molestado en explicarle bien porque…
Se quedó petrificado, ¿por qué?, ¿por qué no se lo había dicho?, ¿por qué había decidido que simplemente lo entendería y ya? Razor fue su mejor amigo por mucho tiempo, lo conocía mejor que nadie, por lo tanto debería saber que a él no le gustaba que no le explicaran las cosas. Odiaba que lo excluyeran y lo trataran como ignorante, así como Bennett odiaba que lo trataran como si él fuera el culpable de su maldición.
¿Cómo podía siquiera considerarse su novio si olvidaba algo tan crucial?
Ahora que ya había logrado analizar la situación dejó su orgullo a un lado y se acercó a Razor, sentándose a su lado y viendo igualmente hacia el suelo. No por orgullo, sino por vergüenza.
—Perdón…
Razor no respondió, sólo se puso a jugar con el suelo al estar quitando algunas astillas de la maltratada madera.
—Mira, sé que no te gusta que no te expliquen las cosas. Sé que sólo te estabas preocupando por mí, pero… —comenzó a juguetear con sus guantes—, no me gusta hablar de esto.
Hubo un silencio un tanto incómodo, pues Bennett estaba peleando consigo mismo para saber cómo continuar. Cómo dijo, era un tema del cual detestaba pensar, mucho más hablar. Era una situación que, aunque ya lo tenía hasta el hartazgo, siempre lo trataba con poca importancia y una buena sonrisa, pero en esta ocasión Razor lo había presionado demasiado. Tal vez en otras circunstancias no habría explotado de esa manera, y el cuestionamiento del por qué se había molestado tanto también rondaba por su cabeza.
No era normal molestarse tanto. No era normal gritarle a Razor. No era normal que se sintiera tan disgustado cuando antes todo estaba tan perfectamente bien.
Y mientras Bennett padecía por su lucha interna, Razor logró ver cuan malhumorado le ponía el tema.
Ver a su novio de esa forma era algo desconocido para él. Cuando Bennett le desahogaba sus frustraciones nunca sabía qué hacer. Trataba de aconsejarle, pero a pesar de que Bennett le agradecía con una sonrisa, sabía que eso no le ayudaba en lo absoluto, que era meramente un gesto de cortesía más que otra cosa. Pero si se quedaba callado y no decía nada terminaba sintiéndose inútil, como si Bennett esperara algo y él no supiera dárselo.
Se mantuvo pensativo tratando de buscar qué hacer. Quería ser útil, pero no quería hacerlo sentir mal con cualquier tontería que llegase a decir. De todos modos, ¿qué le diría? Sabía lo frustrante que era la presión, y se sentía mal por haber sido el causante, pero no sabía por qué no le gustaba hablar de ello.
Primero pensó que le preguntaría al respecto, pues sentía que necesitaba saberlo para poder ayudarle. Sin embargo y para su fortuna, un recuerdo le llegó a su mente.
Fue durante el tiempo en que había conseguido su Visión, específicamente unos días después de haberla obtenido. No le gustaba tenerla, no le gustaba usarla, no le gustaba a veces siquiera verla. Era demasiado doloroso para él recordar lo que había perdido a cambio de esa estúpida cosa.
Los adultos cercanos a él lo entendieron. No pidieron detalles ni hablaron del tema. Aún así se seguía sintiendo muy deprimido, más aún al no saber en ese entonces que tenía la posibilidad de renunciar a ella de forma voluntaria. Creía que era una obligación usarla ahora que la tenía, y eso sólo le daba un mayor pesar a sus hombros.
Ese día estaba a orillas del Lago de Sidra, lanzando piedras al agua de forma distraída mientras meditaba el asunto. No quería estar con nadie, ni siquiera con su Lupical, pues no tenía el valor de mirarlos a los ojos.
Pero un pequeño niño se acercó y arruinó sus planes. Comenzó diciendo alguna tontería sobre no lanzarle piedras a los patos, pero casi inmediatamente su atención pasó de los patos hacia la Visión que Razor tenía. Le preguntó al respecto con gran emoción, pero Razor sólo le respondía que no quería hablar de eso. El niño, aún dejándose llevar por la emoción, insistió y siguió hablando sobre Visiones: lo mucho que anhelaba tener una, lo poderosas que eran, que le gustaban las historias de cómo las conseguían, y lo afortunado que Razor era al haberla obtenido.
Esa fue la gota que rompió el vaso. ¿Afortunado?, ¿en qué parte del puto mundo era afortunado haber visto morir a su Lupical por su debilidad?
Le gritó. Le gritó que se fuera, que lo dejara en paz, que lo detestaba, que no era genial, que no lo entendía. El niño empezó a llorar y a correr hacia la iglesia diciendo que lo acusaría, pero poco o nada le importó. Seguía muy enojado y simplemente se fue a refugiar a otro lado, esperando no encontrarse con otro molesto humano.
Unos días después el problema se resolvió gracias a la hermana Grace, quién hizo que ambos se disculparan entre sí después de aclarar la situación. Claro que una partida de Invocación de los Sabios, en donde Timmie lo venció, terminó por solventar sus diferencias.
Aún así, Razor siguió un poco molesto con él por haber insistido en el tema cuando era algo muy personal para él. Desde entonces aprendió que un “no quiero hablar de esto” debía ser respetado al pie de la letra. Entonces lo menos que debía hacer era preguntarle a Bennett sobre el tema.
Bien, al menos ya sabía que no decir.
Pero igual tenía algo que decir. No sabía cómo decirlo, era aún un sentimiento un tanto complejo para él, pero pronto se le ocurrió una forma de cómo expresarlo.
Se levantó, para sorpresa de Bennett, y se estiró un poco, desperezando sus músculos antes de mirarlo.
—Si caminar raro, no poder correr. Yo querer ayudar. Dejar ayudarte… por favor.
Bennett enmudeció ante la mano extendida que Razor le estaba ofreciendo. En definitiva no había esperado que Razor lo aceptara y dejara el tema de lado. Había estado pensando en cómo responder las posibles preguntas que, para él, inevitablemente llegarían, y sin embargo Razor no parecía dispuesto a hacerlas.
Fue raro, fue algo inusual, pero fue algo que lo hizo sonreír. Tomó aquella mano con una pequeña sonrisa y unas diminutas lágrimas, sintiendo como toda la tensión de sus hombros se disipaba.
—De acuerdo… Tienes razón.
—Subir a mi espalda —fue la indicación que dio antes de voltear y agacharse.
Bennett quiso negarse en un principio, pero no podía negarse a sí mismo que le gustaba mucho ser cargado por su novio, a pesar de ser un poco vergonzoso. Además, se lo debía después de haberle gritado.
Sin rechistar obedeció su indicación y subió a su espalda, reposando sus brazos sobre sus hombros mientras sentía como sostenía sus piernas al volver a enderezarse.
—Nosotros avanzar. Si tú sentir menos dolor, avisar.
—Sí.
Y se adentraron en la lluvia. El corazón de Bennett palpitó con fuerza al ocultar su rostro en el cabello ajeno.
A pesar de haberlo hecho enojar y de haberle gritado, Razor no le respondió. Él tenía el derecho de insultarlo, de gritarle de vuelta o de desquitarse de cualquier forma, y aún así decidió escucharlo. Lo escuchó, calló y lo comprendió, ofreciéndole una solución rápida.
¿En serio era merecedor de tener a alguien tan maravilloso a su lado?
—Lo siento… No debí haberte gritado —soltó Bennett al cabo de unos minutos.
—Está bien. Yo también lo siento. Yo ser grosero.
Bennett apretujó un poco su agarre, acurrucándose en su hombro al cerrar los ojos. La lluvia volvió a helar sus músculos e incrementó un poco su dolor, pero notó que era mucho más fácil tolerarlo con la posición en la que se encontraba que momentos atrás bajo aquel ruin techo.
Sí, debía vivir con dolor día con día. Debía soportar golpes y accidentes, esperarlos y aceptarlos. Debía prepararse para ellos y tratarlos después. Eran parte de su vida, eran parte de él.
Pero, y después de todo, podría tratar de dejarse ayudar de vez en cuando. Tal vez Razor podría darle ese abrazo que de vez en cuando sabía que necesitaba. Tal vez ya no tendría que soportarlo solo.
Notes:
El drama es parte de mi vida, no puedo evitarlo... Pero siento que se resolvió bien para unos chicos de 16 años, no? ಠ﹏ಠ
Chapter 14: Pendiente Tsuijue (Parte 1)
Summary:
Atravesar el cañón de los Hilichurls resulta ser más complicado de lo que esperaban, lo que los obliga a volver a enfrentarse a la discusión de esa misma mañana.
Notes:
(See the end of the chapter for notes.)
Chapter Text
Sí, habían estado esperando encontrarse con muchos Hilichurls, después de todo ya habían sido advertidos de que entrarían en su territorio. Pero no esperaban tantos .
Su situación era complicada. La lluvia había cesado, pero el cielo nublado no era el clima preferido para ninguno de los dos. Pero más allá de eso, Razor tenía ocupadas sus manos, por lo que no tenía posibilidades de defenderse ni atacar a los enemigos; mientras que Bennett tenía “incapacitadas” sus piernas y su movilidad estaba demasiado limitada al estar siendo cargado. Su única opción era unir sus fuerzas para poder salir de aquel lugar lo menos lastimados posible, sobre todo porque Razor se negaba a soltar a Bennett.
—¡Razor, ya bájame! —un Hilichurl se les lanzó por delante, Bennett bloqueó su ataque sosteniendo horizontalmente su espada y utilizó las fuerzas de ambas manos para lanzarlo hacia atrás. El Hilichurl no salió lastimado pero sí que chocó con otro que venía detrás de él, entorpeciendo un poco su recuperación.
—¡No! —respondió con terquedad antes de dar varios saltos hacia atrás, sosteniendo con más fuerza a Bennett para no hacerlo caer al esquivar el golpe de una hacha de su misma estatura.
—¡Por los Arcontes Razor, es peligroso! —insistió antes de que una flecha pasara a milímetros por sobre su cabeza, incendiándole un poco el cabello. Tan pronto como se dio cuenta, se dio varias palmadas hasta apagarlo—. ¡Woah! Eso estuvo cerca.
—¡Bennett, golpear!
—Pero-
Fue interrumpido por dos fuertes golpes en la espalda, sacándole un quejido y aferrándose con un poco más de fuerza a Razor, quién se tambaleó a punto de perder el equilibrio por la fuerza de los golpes, aunque logró recomponerse rápidamente.
—¡Bennett!
—¡Estoy bien!
—¡Agarrar!
Bennett no tuvo oportunidad de preguntar pues sintió como Razor dejó de sostener sus piernas mientras sus manos se llenaban de poder Electro. Ese tiempo fue suficiente para sujetarse mejor antes de que Razor creara una explosión de rayos alrededor de ellos.
Algunos monstruos salieron volando pero otros, como los que tenían escudos de piedra y los Mitachurls, salieron muy poco afectados por el ataque.
—¡Razor, agáchate!
Razor reaccionó rápido y obedeció, a la par de que Bennett cubrió su espada de Pyro y dio un ataque horizontal que, gracias a su flexibilidad, tuvo un buen rango de alcance, alcanzando a pegarle a una cantidad considerable de monstruos, quienes salieron volando gracias a la sobrecarga. Eso les dio unos segundos para recuperarse.
—¿Estás bien? —preguntó Bennett al acomodarse un poco sobre su espalda.
—Sí. ¿Tú estar bien? —volvió a tomarlo de la piernas al enderezarse, pudiendo así ayudarlo.
—Sí, yo... —la discusión pasó por su mente de forma fugaz. La culpa lo hizo callar y morderse un poco el labio. No, debía dejar de hacer eso—. Bueno, creo que no tengo nada roto. Por ahora puedo soportarlo hasta que salgamos de aquí.
Razor volteó un poco y lo miró con una sonrisa agradecida. Tal vez no era la respuesta que le hubiera gustado obtener, pero fue un buen avance.
Ante aquella mirada, Bennett se sonrojó y desvió la mirada un tanto avergonzado. Su respuesta había sido demasiado ambigua incluso para él, ni siquiera él se sentía satisfecho con ese patético intento. Pero, a pesar de eso, Razor había entendido sus intenciones y lo miró con una encantadora sonrisa.
Mientras se volvía a cuestionar si realmente merecía tenerlo a su lado, Razor soltó un grito y una de sus piernas flaqueó, cayendo de rodillas al suelo. Aquella caída debilitó sus fuerzas e hizo soltar al contrario, quién logró estabilizar su caída e hincarse a su lado.
—¡Razor!
Bennett bajó la mirada, vislumbrando como una flecha había logrado acertar a su pantorrilla. Fue sólo por un segundo, pues al siguiente una nueva flecha apareció para atinarle en su propio hombro, siendo ahora él quien se quejó a pesar de que la adrenalina no lo había dejado sentir el dolor en su totalidad.
—¡Bennett!
—Estoy bien, no fue letal…
Y antes de darse cuenta, otra vez estaban rodeados por monstruos.
—¡Tch, carajo! —soltó Bennett entre dientes.
Claro que preferían enfrentarse a mil Hilichurls antes que ante una banda de Fatuis, pero ser derrotados y encerrados por ellos no era una mejor opción en lo absoluto. La situación era bastante mala: ambos estaban notablemente heridos, él seguía padeciendo por sus dolores anteriores y no poseía la energía elemental suficiente como para darle apoyo… aunque no era mucha la que necesitaba.
Miró a Razor y tomó su espada con fuerza. No importaba si terminaba dislocado o gravemente herido, no dejaría que Razor saliera afectado por su maldición. Sólo una más, pensó, una más bastaría para poder curarlos.
Comenzó a cargar su habilidad a la par que el Mitachurl hacía lo mismo, dispuesto a comenzar su ataque giratorio e incendiar todo lo que estuviera a su paso. Cómo si su misma habilidad supiera que se encontraba en una carrera contrarreloj, un segundo destello cubrió su espada, dándole a Bennett la oportunidad de soltar toda su fuerza en una explosión Pyro que mandó a volar a todos excepto a Razor.
—¡Waah!
Bennett cayó de espaldas, pero su memoria muscular y el rebote que dio le permitió dar una voltereta y enderezarse. Aquella explosión había desviado la atención de los monstruos hacia él, siendo exactamente lo que él quería.
—¡Razor! —gritó con una sonrisa victoriosa mientras los monstruos corrían hacia él—. ¡Trabajemos en equipo!
Y dichas estas palabras, se impulsó con un salto y golpeó el suelo con su puño, activando así su habilidad definitiva. Razor, quién en un principio había imaginado lo peor ante esas palabras, suspiró de alivio y se obligó a pararse. El dolor en su pierna lo volvió un poco lento, pero en cuanto logró adentrarse en la ya tan familiar zona Pyro de Bennett, el dolor se disipó lo suficiente como para pelear sin tropiezos.
No necesitó sacar su mandoble, pues en el momento en que estuvo dispuesto a pelear sintió como estaba lleno de energía elemental. Normalmente no se recuperaba tan rápido, pero cuando peleaba con Bennett esto cambiaba de forma radical. Sonrió, definitivamente amaba trabajar en equipo junto a él.
Con un fuerte aullido, invocó un enorme lobo Electro sobre él.
Razor se adelantó y utilizó sus garras de trueno contra los ya debilitados enemigos, venciendo así a una cantidad considerable. Bennett aprovechó eso y se sacó la flecha del hombro sin pensarlo mucho, sabiendo que esa era la mejor forma de soportarlo. Le dolió, sí, pero fue por sólo unos instantes antes de que una cálida caricia Pyro lo curara lo suficiente como para que dejara de sangrar.
Añadió otra cicatriz a su lista mental antes de ayudar a Razor, no con los enemigos cercanos sino con las flechas que se dirigían hacia ellos. Como una especie de entrenamiento personal, intentó bloquearlas usando su espada. Logró hacerlo con la mayoría, mientras que las demás terminaban en el suelo o en alguna parte de su cuerpo, aunque no fue un gran problema ya que no tardaba en quitárselas y dejar que su Visión lo curara.
Cuando sólo quedó un Mitachurl con un escudo de piedra junto a los Hilichurls flecheros, la luz bajo sus pies se fue volviendo más y más tenue hasta desaparecer por completo. En ese momento Bennett supo que era hora de retirarse. Los monstruos podrían llamar por refuerzos y ellos no poseían la energía suficiente como para lidiar con una nueva horda de enemigos. Cuando el Mitachurl posicionó su escudo por delante de su cuerpo para embestirlos con fuerza, ambos chicos corrieron hacia un costado y lo esquivaron, dándoles así una vía libre para correr y salir de aquél cañón.
—¡Vámonos!
Bennett tomó a Razor de la mano y lo jaló, comenzando una carrera siguiendo el camino hacia el oeste. Ante lo repentino del acto, Razor tropezó un poco con sus pies, aunque se pudo recuperar con rapidez y le siguió el paso.
A los pocos metros de poder adentrarse a la parte boscosa del camino, la maldición de Bennett se hizo presente y los hizo ver aquella nueva horda que el chico había temido, acercándose a ellos a gran velocidad. Que buen momento para que su mala suerte decidiera lucirse, pensó con amargura.
Ante aquel escenario, Razor no dudó en sacar su mandoble y ponerse en guardia, aunque su constante jadeo y el hecho de que cargaba su arma por sobre su hombro terminó por delatar su cansancio. Si bien aún se mantenía en pie, Bennett no sabía cuál sería el momento en que la adrenalina dejara de surtir efecto pues, en base a su propia experiencia, podría llegar a ser en un momento muy desfavorable.
Su brazo ya estaba bastante jodido y lastimado, aún más dañado de lo que sus propios ataques solían causar en su día a día. No sangraba, pero definitivamente se iba a hinchar y ante cualquier mal golpe se podría dislocar. Miró a Razor y se mordió un poco el labio. Sabía que no le iba a gustar, se iba a disgustar y probablemente se enojaría con él otra vez. No quería hacerlo enojar, no quería volver a discutir y mucho menos quería volver a pasar por el terrible dolor de acomodarse un brazo dislocado pero si era necesario para poder salir de ahí lo antes posible, estaría dispuesto a soportar todo eso y más.
Tomó su espada, cargando su famosa explosión con gran temor. Era inevitable, pensó buscando un poco de consuelo, el dolor era inevitable. ¿Qué era un brazo dislocado a comparación de ver a Razor lastimado y capturado? No era nada, sería algo rápido, momentáneo, fácil de curar.
Y con esos pensamientos en mente inició con la explosión, mandando así a volar a todos los enemigos. Razor en un principio se alegró de ver cómo Bennett no había salido volando también, pero al instante supo que algo andaba mal. Bennett había soltado su espada y no se movió por unos agonizantes segundos.
—¿Bennett?
No obtuvo respuesta. Bennett tomó su arma con su mano izquierda y, en un rápido movimiento, la guardó antes de voltear hacia él y tomarlo de la mano, jalándolo e iniciando una nueva carrera. Esta vez Razor estaba preparado y no se tropezó, pero sí arrastró su arma por unos cuantos metros antes de lograr guardarla torpemente.
Siguieron así por un rato hasta llegar a un puente de madera, el cual, según indicaciones de Jiangxue, estaba junto a unas ruinas. Bennett desaceleró el paso y volteó hacia atrás, confirmando así que ya habían logrado dejar atrás a los enemigos.
Ambos chicos se detuvieron y se quedaron mirando el camino que habían dejado atrás, pusieron toda su atención ante cualquier ruido o señal de algún enemigo cerca. Al pasar de los segundos y bajó un gran silencio, ambos lograron relajarse. El peligro ya había pasado.
—Razor, date la vuelta —indicó con tono firme.
—¿Qué?
—Hazlo rápido, no tenemos tiempo.
Con gran confusión Razor decidió hacerle caso y darle la espalda, esperando cualquier otra clase de indicación o movimiento. Lo que no había esperado era que Bennett aprovecharía ese momento para quitarle la flecha de la pierna sin ninguna clase de aviso.
—¡¡GAAAH!! ¡¡Doler!!
—Lo siento, lo siento.
Se apresuró a decir mientras su palma se cubría de su elemento Pyro, acercándola así a la herida de Razor para dejar que se curara lo más posible. El efecto curativo y el agradable calor hicieron que pronto el dolor desapareciera de forma notable, así como lograr que el sangrado se detuviera totalmente. Al igual que Bennett, le quedaría una marca para nada discreta, pero esa no era una de sus preocupaciones.
—Perdona pero tenía que sacarla antes de que te pusieras rígido por el dolor o iba a ser mucho más difícil —explicó soltando un pequeño suspiro de alivio al ver cómo Razor también se tranquilizaba.
—Si… Gracias.
Sin embargo y a pesar de ya estar relativamente curado, no se movió y volvió a su estado de alerta. No porque algún Hilichurl fuera a acercarse, sino porque había logrado percibir un olor extraño. Algo distinto, diferente . Y, como buen cazador, debía estar alerta ante cualquier novedad en territorio desconocido.
Sin moverse de su posición, trató de seguir el olor. No lo llevó muy lejos, pero sí que supo que provenía de un lugar por encima de ellos. Levantó la mirada y logró encontrar a una pequeña criatura asomándose en la orilla de las paredes montañosas del camino. Sus ojitos brillaban de curiosidad ante esos nuevos intrusos, pero su cautelosa posición delataba que estaba listo para correr en cuanto aquellos extraños presentaran alguna amenaza. Lo que más había llamado la atención de Razor había sido el curioso costal que cargaba en la espalda, pues definitivamente estaba hecho por manos humanas y ya traía algo dentro, más no podía vislumbrar que era.
Tanto Razor como la criatura tenían curiosidad el uno por el otro, incluso sus narices se movían casi al compás al querer aprender del olor ajeno a pesar de la distancia. Pero ninguno se atrevió a hacer ningún movimiento; mientras que la criatura temía provocar a los posibles enemigos, Razor sentía que algo andaba mal. Olfateaba algo extraño, algo que parecía no ser parte de la criatura. Tal vez podría ser lo que llevara en su pequeño saco…
—¡¡AAAAAAGHHH!!
El tremendo salto que Razor dio era comparable con el de un Slime Anemo, salto que la criatura también dio antes de salir huyendo. No hubo ninguna clase de advertencia para el inmenso grito que Bennett había soltado. Y cómo era de esperarse, en cuanto se recuperó del susto su atención se dirigió inmediatamente hacia su novio.
—¡¿Qué pasar?!
Bennett no contestó, al menos no de forma inmediata. Por el momento, Razor se sintió aliviado de ver qué no había ningún enemigo que los hubiese emboscado, pero su preocupación por el estado del contrario no disminuyó ni un poco, menos aún cuando vio que Bennett no se movió para nada.
—¿Bennett?
Razor iba a posar su mano sobre su hombro, pero apenas Bennett sintió su cercanía dio un pequeño sobresalto, volteó hacia él y retrocedió un poco. Su mirada estaba llena de dolor que trataba de reprimir mordiéndose el labio, mientras que la culpa se delataba de igual forma.
—¡Espera! Sólo… D-dame un segundo…
En los minutos que siguieron Bennett se mantuvo en su lugar, sosteniendo su brazo como si se le fuera a caer. A ratos intentaba moverlo, pero lo invadía tal dolor que inmediatamente se rendía y volvía a estar quieto tras soltar un terrible quejido.
En todo ese tiempo Razor lo obedeció, se quedó quieto y lo esperó. Esperó pacientemente a que dijera algo, pero sus suaves gimoteos delataban todo su pesar. Ese tierno gesto hizo sonreír enternecido a Bennett, lo cual le ayudó un poco a distraerse de su dolor.
—Es que… —logró decir cuando el movimiento de su brazo era apenas soportable—. En esa última explosión se me dislocó el brazo. Ya me lo acomodé y todo, pero eso definitivamente me dolió jaja... —soltó una risa adolorida y bajó un poco la mirada.
Razor logró entender todo. Claro, era hasta obvio que todo había sido a causa de alguna clase de dolor, pero no había esperado que se tratara de algo tan grave. Él sabía qué significaba que algún miembro se dislocara, fue testigo de cómo Bennett terminó pasando por ese tipo de dolor la suficiente cantidad de veces como para entender que el contrario sabía exactamente qué hacer para resolverlo, incluso cuando se lo comentó a Bárbara ella misma había reconocido esa habilidad como algo asombroso y, al mismo tiempo, preocupante.
Además, y para su desgracia, sabía que tan doloroso era pasar por eso. Una vez, en una pelea contra monstruos, un mal golpe le terminó por dislocar un dedo. Ese fue, por lejos, uno de los dolores más horrorosos por los que pudo haber pasado, de hecho, fue Bennett quién lo curó.
Y justo acababa de contemplar el cómo Bennett en menos de una hora, una maldita hora , había logrado curarse lo que él pudo en una semana.
Era admirable, hasta cierto punto, todo el valor que Bennett tuvo al respecto.
Mientras Razor se perdía entre aquel análisis para saber si molestarse o cuidarlo, Bennett se mordía el labio con cierta angustia. Definitivamente su discusión terminó por afectarlo más de lo que podría haber pensado: antes sabía cómo lidiar con esas situaciones, qué decir y cómo decirlo; ahora estaba en blanco. Estaba acostumbrado a dejar de lado el dolor y lidiarlo en privado, pero ahora que Razor estaba mucho más al pendiente que de costumbre sabía que no podía esconderle las cosas, pero tampoco quería contarle todo a detalle. Eso no haría que su dolor disminuyera.
Ese último pensamiento fue interrumpido por un familiar sabor metálico invadiendo su lengua. Había vuelto a abrir su herida. Y al verlo limpiarse ese pequeño desorden, Razor pareció despertar de igual forma.
No podían quedarse ahí para siempre, lo mejor era descansar.
—Buscar refugio. Necesitar descansar. Los dos.
Fue todo lo que se limitó a decir. Aún cuando usó un tono muy suave, Bennett no pudo relajarse: tenía el presentimiento de que más tarde tocarían el tema. Sólo esperaba no volver a discutir.
◈ ━━━━━━━ 幸 ━━━━━━━ ◈
—Abrir boca.
Bennett separó sus labios de forma temblorosa, sintiendo el pulgar de Razor sosteniéndolo con gran suavidad. Sabía que iba a ser cuidadoso, pero aún así no podía evitar sentirse nervioso al ver esa cosa acercándose a su rostro. Y a pesar de que, efectivamente, su toque fue suave, no pudo evitar retroceder con una mueca.
Razor lo miró con reproche y un poco de incredulidad, después de todo había sido algo que el mismo Bennett le había pedido, además de que había logrado tolerar cosas mucho más desagradables que esa.
—Gallina —lo provocó con una sonrisa.
—¡No soy un gallina!, ¿y quién te enseñó eso, para empezar?
—Escuchar de niños, explicarme. Ahora, no mover.
Con el ceño fruncido y los ojos cerrados, Bennett sintió como el algodón se posaba suavemente sobre su herida. Detestaba el alcohol etílico: ardía y olía mal. Soltó un pequeño quejido pero se tuvo que aguantar ya que su Visión no podría curarlo más.
Razor se burló con una pequeña risa antes de terminar y retirar el algodón, cosa que le sacó un pequeño puchero a Bennett.
—Gracias —suspiró en voz baja.
Razor asintió y tiró la basura en la pequeña fogata que habían logrado crear. Mientras ambos miraban como el objeto se consumía entre las hipnotizantes flamas, buscaban forma de cómo comenzar la conversación que sabrían que tendrían ya que ahora estaban en un lugar relativamente seguro y tranquilo.
No quisieron alejarse del camino que Jiangxue les había indicado y después de comprobar que, a pesar de la gran cantidad de montañas que habían, no lograron encontrar ni una sola cueva. Al final optaron por subir el pequeño risco que estaba cruzando el pequeño charco, charco que poseía uno de esos extraños artefactos gigantes que al Viajero tanto le gustaban, aunque ellos no sabían por qué.
Se las arreglaron para subir aún con el hombro lastimado de Bennett, encontrando en la cima una construcción de madera bastante improvisada y hasta un poco tosca, pero era suficiente para poder ocultarse de la lluvia bajo sus tablas, sentarse en el suelo y hacer una pequeña fogata. Además, la posición en la que estaba colocada hacía difícil que fueran acorralados, así que, hasta cierto punto, fueron afortunados de encontrarlo. Aunque claro, Bennett no diría nada al respecto para no arruinarlo.
Tras unos segundos de silencio Razor lo miró. Abrió la boca, a punto de decir algo pero se detuvo y la volvió a cerrar. Debatió internamente antes de soltar un:
—¿Cómo estar… Hombro? —lo señaló.
—Oh, emm… —bajó la mirada con los labios apretados—. Yo… Supongo que para mañana ya podré moverlo con más normalidad, aunque estará inflamado por un tiempo. Por ahora… —lo levantó, soltando un siseo cuando llegó a la altura del pecho—. Je… Creo que trataré de no moverlo mucho.
Razor hizo una mueca ante su queja pero no dijo nada al respecto, sino que asintió. Entonces recordó algo sobre cuidados en las heridas: el frío ayudaba mucho en el dolor muscular antes de cualquier hinchazón. Rápidamente buscó algo en su inventario hasta sacar una Flor de Neblina prácticamente intacta.
—No sabía que tenías eso —exclamó Bennett con cierta sorpresa. Lo usual sería tener el puro pistilo ya apagado, pero en cambio la flor que tenía Razor en las manos aún emanaba su característico poder Cryo.
—Pequeña niña pedirme recoger flores... sin apagar. Sobrarme una. Guardar.
Mientras lo explicaba, se retiró su chaqueta y utilizó el gorro para envolver la flor con cuidado. Al poco tiempo y debido a lo húmeda de la ropa, pronto se enfrió de la forma en que Razor quería.
—Quitarte camisa, dejar ver hombro.
Bennett no tardó en entender el qué quería hacer, después de todo había sido él quien le había enseñado la efectividad del frío contra el dolor, y no pudo rechazarlo en absoluto. Con un ligero sonrojo, se deshizo de la agujeta que sostenía su camisa y se la retiró con facilidad, quedando con el torso desnudo.
Al principio la situación era un poco vergonzosa, no sólo para Bennett sino también para Razor, de nuevo, gracias Xingqiu, quién tuvo que aguantar las ganas de acariciarlo y abrazarlo. Sin embargo, en cuanto Bennett sintió como la compresa fría improvisada calmaba el dolor en su hombro, soltó un suspiro de alivio, volviendo el ambiente más relajado para ambos.
—Estar bien. Yo cuidarte.
Y tras esas palabras, Bennett sintió como Razor le depositaba un tierno beso en su hombro sano. Ese pequeño gesto le derritió el corazón y lo hizo sonreír.
Razor era el cielo mismo. Un hermoso ángel salvaje que había decidido amarlo y protegerlo del mundo, e incluso de él mismo. Bennett se sentía seguro a su lado, podía ser él mismo y expresar su verdadero sentir.
¿Él se encontraba mal? Razor lo escuchaba. ¿Se encontraba bien? Razor se alegraba. ¿Estaba enfermo? Razor lo cuidaba. ¿Y ahora?, estaba lastimado por una decisión imprudente y apresurada, se había lastimado con la excusa de que era para protegerlo, estaría dolorido por varios días y con su capacidad de pelea bastante limitada. ¿Y que hacía Razor? No le cuestionó, no lo regañó ni se enojó. Lo estaba cuidando, procurando su bienestar en silencio y con un enorme cariño.
No le gustaba hablar del tema, pero era Razor. Era su novio, su mejor amigo desde hacía muchos años. Si no confiaba en él, ¿en quien lo haría?, ¿quién más dedicaría tanto tiempo de su vida a alguien tan desafortunado como él?
Tenía mucha suerte de tenerlo a su lado, así que debía cuidarlo para no perderlo jamás. Y el mejor comienzo era depositarle su confianza y abrir un poco las barreras de su corazón.
—Cuando le explico a la gente el por qué no le presto atención al dolor siempre desaprueban o desacreditan mis razones…
Comenzó a soltar en tono bajo. Razor captó el triste tono con el que Bennett comenzó a hablar, así que se limitó a escuchar y recargar su mentón en el hombro sano, teniendo así una mayor cercanía y mejor atención a sus palabras. Bennett soltó un suspiro antes de comenzar a imitar con un tono notablemente irritado.
—“Tienes que cuidarte más, Bennett”, “No puedes estar de un lado a otro, Bennett”, "Es malo acostumbrarse al dolor, Bennett”, “¿Qué pasará cuando algo realmente grave te pase, Bennett?”. ¿Acaso creen que no lo sé?, ¿creen que soy idiota?, ¿creen que me gusta vivir adolorido todo el maldito tiempo?
Razor vio cómo Bennett apretaba los dientes ante cada frase, cómo la ira inundaba su mirada y cómo su cuerpo trataba de reprimir toda esa negatividad. Se sintió un poco culpable porque sabía que él era parte de esas personas, pero decidió seguir escuchando.
—No me gusta. Es horrible. Es agotador. Duele . Siempre duele. Pero no puedo hacer nada al respecto. Todos los días mi maldición interviene. Todos los días alguna roca voladora decide caer en mi cabeza, o alguna rama, o excremento de algún ave. Todos los días algo se rompe. Todos los días tengo que lidiar con el mal clima. Todos los días la gente me evita como si fuera a contagiarles alguna enfermedad mortal. Todos los días me gasto el doble de tiempo en cumplir mis encargos. Todos los días debo pelear hasta que mis músculos sientan algo más que dolor. No es lindo, no es divertido, no me gusta, ¿pero qué opciones tengo?
La voz de Bennett regresó del enojo a la tristeza. Era quebradiza y delataba las ganas de llorar que tenía. Si Razor fuera mejor leyendo las emociones se daría cuenta de que estaba soltando un peso que lo había estado atormentando desde hacía mucho tiempo. Y aún si no lograba ver eso, no eran muchas las veces en las que Bennett desahogaba sus frustraciones. Ninguno de los dos lo hacía, cada uno por sus propias razones, por lo que entendía lo importante que era el escuchar sin decir ni una sola palabra antes de terminar.
No es como si supiera qué decir, de todas formas.
—En toda mi vida no he tenido un sólo día en el que algo no me duela, ya sea mucho o poco. No sé de dónde provino mi maldición ni sé si algún día podré librarme de ella. No es que no vaya a dejar de intentarlo, pero por el momento tengo que lidiar con ello. Si no lo hago sólo terminará consumiéndome hasta morir, y no quiero morir. Quiero vivir, quiero explorar, quiero conocer, quiero estar con mis padres, con mis amigos, quiero estar contigo…
Levantó un poco el rostro y giró un poco su cabeza, logrando mirarlo de reojo por unos instantes antes de quitarse las pequeñas lágrimas traicioneras que peligraban escapar de sus párpados. Se tomó un momento para tranquilizarse y recobrar la compostura. Inhaló, exhaló. Su tono se volvió más calmado, pero la tristeza seguía muy presente.
—Si quiero vivir debo aceptar y lidiar con el dolor. Por eso lo ignoro, es parte de mi vida… y la acepto como tal.
Hubo un rato en el que Razor esperó a que continuara, aunque pronto se dio cuenta de que ya no tenía nada más que decir. Ya había terminado.
El chico se quedó pensando.
Sí, sabía lo que era lidiar con su maldición. Pero no sabía lo que era vivir con ella.
Antes creía que lo entendía, que sabía cuánto padecía por los constantes obstáculos que se le presentaban. Pero ahora veía que era mucho más que sólo lo que pasaba en un día; también era lo que había pasado antes y lo que le podría pasar. El cómo lo afectaba lo sucedido y lo que sucederá sabiendo que no podía hacer nada para evitarlo. Era golpe, tras golpe, tras golpe sin ningún tipo de aviso más allá de “Algo sucederá, ¿el qué? nadie sabe, pero algo sucederá, y ese algo me va a doler”.
Y sin embargo siempre lo veía tan feliz .
Lo veía ansioso por aventuras, agradecido con la vida, optimista ante las tormentas, preparado para los problemas, dispuesto a ofrecer su mano sin dudar, dispuesto a sacrificar todo lo que tenía por sus seres queridos.
Realmente no había nadie como Bennett en el mundo.
Razor dejó la compresa fría improvisada a un lado y pasó sus dos brazos por el torso ajeno, rodeando al contrario con todo el cuidado y lentitud posible hasta otorgarle un hermoso abrazo. Lo sostenía como si fuera lo más preciado en el mundo, como si el más leve apretón fuera a romper su tan maltratado y dolorido cuerpo, como si intentara pasar toda su energía y su amor a través de sus fuertes brazos.
Los ojos de Bennett se volvieron a empapar de lágrimas, pero se mordió el labio para tratar de reprimirlas. Al menos así fue hasta que escuchó:
—Yo no ser bueno curando a ti, pero si abrazo, beso o hielo hacer menos dolor… Yo dar a ti. Dolor ser parte de... vida. Mala suerte hacer… dolor. Pero tú también hacer dolor a ti mismo.
Bennett bajó la mirada con hombros temblorosos, apretando sus puños con cierta impotencia pues sabía que esas últimas palabras eran ciertas, muchas veces él mismo provocaba sus lesiones por imprudencia, impulso o porque simplemente dejó de importarle. Al principio creyó que Razor lo sermonearía por ese lado, pero ese pensamiento fue inmediatamente detenido después de que Razor negara con la cabeza para sí mismo, soltando otras palabras después.
—Si mala suerte hacer dolor, yo cuidar. Si tú hacer dolor a ti, yo cuidar. Si enemigos hacer dolor, yo cuidar. Tal vez dolor no quitar, pero dolor ser menos y eso hacerme feliz. Siempre cuidar, siempre proteger, siempre amar. Eres mi Lupical, mi pareja. Eres persona que amo…
Un sollozo escapó de la garganta de Bennett, acto que hizo que el chico apretara nuevamente la mandíbula mientras se limpiaba las lágrimas con más fuerza de la necesaria.
—Dejarme cuidar a ti… por favor.
Bennett continuó llorando por un rato. Se desahogó: soltó aquella pena que lo acongojaba desde hacía mucho tiempo, soltó el dolor que padecía su cuerpo y que cargaba su corazón, soltó la gran soledad que sentía al enfrentar su vida diaria y soltó todo el amor que tenía hacia Razor.
Eran demasiadas emociones, no sabía cómo lidiar con ellas más allá del llanto así que se dejó llevar en los brazos de Razor, quién en ningún momento lo juzgó o intentó detenerlo, sino que escuchó todos y cada uno de los lamentos, brindando su apoyo en el más silencioso y tierno abrazo.
—L-lo siento… —logró soltar por fin con voz entrecortada—. Lo siento, no sé en qué momento d-dejó de importarme… A veces e-es tan difícil… pero… sí me ayudas y me cuidas… creo que se volvería mucho más soportable.
Bennett llevó una de sus manos hacia las de Razor, entrelazando sus dedos con gran cariño mientras recargaba su cabeza en la ajena. Su posición le impedía devolver el abrazo de forma apropiada, pero tampoco quería moverse. Estaba descubriendo que le gustaba sentir a Razor abrazándolo de esa forma, que adoraba sentir su respiración y su voz tan cerca de él, sentía que su novio podría cuidarlo de todo mal en el mundo, incluyendo su maldición.
Razor, aliviado de ver que su discusión terminó bien, sonrió con gran alivio y cerró los ojos, acurrucándose un poco en su posición y disfrutando de aquel momento tan bello e íntimo.
Tal vez no era la primera ni sería su última discusión, pero al menos sabían que podían llegar a resolver la situación con un poco de tiempo y una sincera conversación. Aún les faltaba mucho por aprender y recorrer, pero por ahora se sentían conformes con el avance que aquel día había otorgado a su relación.
Sus respiraciones se relajaron, sus cálidas pieles le brindaban calor al otro, e incluso el clima parecía por fin tener piedad de ellos y culminar su eterna tormenta, dándole así espacio a una hermosa noche estrellada y una luna llena y brillante.
—Gracias —soltó Razor en un susurro. La cercanía de su voz lo hizo sonrojar, pero Bennett ignoró eso y volteó a verlo un poco confundido.
—¿Eh? ¿Por qué?
—Por contarme.
El sonrojo de Bennett aumentó, aunque no tanto como su sonrisa al negar levemente con la cabeza.
—No… Gracias a ti por escucharme. No sabía lo mucho que necesitaba soltar esto.
Admitió rascándose la nuca. Aquel gesto normalmente no llamaría la atención de Razor, pero su posición provocó que fuera demasiado fácil desviar su mirada hacia el cuello ajeno. Sus ojos pasaron de su cuello hasta sus hombros, marcados y delicados al mismo tiempo, aunque uno estaba ligeramente más encorvado que el otro; luego miró su espalda que, a pesar de curvearse de una forma cruelmente tentadora y un tanto sensual, mostraba la firmeza y fuerza que el ejercicio constante causaban, no poseía la tan característica cintura o cadera de un cuerpo femenino, pero la dureza de sus músculos, la suavidad de su piel y las irregularidades de sus cicatrices sólo terminaron por intensificar las ganas de morderlo .
Aún era pronto para eso, sobre todo porque sabía que aún no conocía cuánta fuerza podía aplicar sobre él, pero en esta ocasión definitivamente no se quedaría solo con las ganas. Haría algo al respecto.
Razor se acercó al cuello ajeno con su lengua expuesta, pasándola primero por apenas la mitad de la zona que él quería explorar, siendo ese acto una especie de prueba tanto para sí mismo como para el contrario.
Bennett, por su parte, sintió un escalofrío recorrer su columna vertebral que lo hizo arquear un poco la espalda. Su primer pensamiento fue que se trató de un simple beso de Razor “al estilo lobo”. Después de todo ya se lo había imaginado desde hacía mucho tiempo atrás, sabiendo que esa era la clase de besos que su novio conoció durante toda su vida. Pero ese pensamiento tambaleó cuando aquella sensación se repitió, ahora en una zona más extensa y, se atrevería incluso a decir, más atrevida .
La reacción de Bennett había provocado una sonrisa traviesa en Razor, quien también estaba experimentando el extraño efecto que esos pequeños gestos causaban en su pecho y estómago, extendiéndose en forma de un adictivo escalofrío por gran parte de su cuerpo. Si bien gracias a Xingqiu podía llegar a imaginarse el por qué de sus sentimientos, había una sola palabra que rondaba por su mente:
—Lindo.
—¿Eh? ¿Qué dijist- Mmmf…
La lengua de Razor volvió a pasar por esa misma zona, con la diferencia de que en esta ocasión había subido un poco más hasta llegar a su oreja, lugar en el que sus dientes decidieron hacer aparición y morderlo con suavidad. Ante el sonido que ese movimiento había causado en él, Bennett se tapó la boca y se alejó un poco, mirando a Razor con los ojos muy abiertos y el rostro completamente colorado.
—¡Razor!
Ante esa nueva reacción, Razor no pudo evitar soltar unas cuantas carcajadas tanto de alegría como de nervios. Ni siquiera él sabía que estaba haciendo, sólo se había dejado llevar, pero no se arrepentía en lo absoluto. Al menos ahora sabía que Bennett podía soltar los tan dichosos “ruiditos de placer” con esa acción tan simple. Definitivamente lo guardaría en su memoria.
—¡No te rías! No es divertido.
Y como era de esperarse, esa declaración junto con el puchero y el rostro sonrojado de Bennett sólo hicieron que se riera más. Al principio el aventurero quiso resistirse, pero también terminó siendo contagiado por esas risas y lo acompañó con unas más pequeñas y avergonzadas. Negó un poco la cabeza y miró hacia otro lado.
—Estoy comenzando a preguntarme si fue buena idea presentarte a Xingqiu… —admitió con el ceño fruncido.
Mientras tanto, en algún lado entre la Puerta de Piedra y la Posada Wangshu, un chico travieso de azules cabellos estornudó de forma repentina y abrupta.
—Ser buena idea. Gracias a Xing-qiu, yo poder besar a ti —susurró Razor con una pequeña sonrisa al sostener su mejilla y voltear su rostro.
El rostro de Bennett volvió a pintarse ante esas palabras, pero optó por soltar una pequeña sonrisa que parecía decir “Tan cursi” antes de acercarse a él y unir sus labios.
En esta ocasión Razor sí que estaba preparado para el beso, así que pudo inclinarse un poco y corresponderlo de una mejor forma. Cerró sus ojos y dejó que Bennett guiara el pequeño acto, moviendo su boca con una gran suavidad y cariño. La torpeza aún reinaba en su afecto, pero de nuevo no les importó y continuaron con lo suyo. Después de todo, si no practicaban nunca lograrían aprender a besarse adecuadamente.
Se separaron unos pocos milímetros y retomaron el aire, volviendo a unirse con un poco más de fuerza esta vez. No querían soltarse, no querían alejarse. A ambos les estaba gustando mucho la sensación que los labios ajenos provocaban en los propios, el cual solía extenderse desde sus mejillas hasta su estómago. Era hermoso, era nuevo, era extraño y era adictivo. Por un momento los problemas dejaban de importar y sólo eran ellos, llenos de amor y de anhelo.
No fueron más allá de ese simple beso, pero para ellos no era necesario. Se tenían el uno al otro y se tenían bien, para ellos eso era suficiente.
Al separarse de nuevo, Bennett se recostó en el suelo y acomodó su cabeza sobre las piernas ajenas, acurrucándose de la forma más cómoda posible, que no era mucho. Con una pequeña sonrisa, Razor bajó su mano y comenzó a acariciar su cabello.
—Despiértame cuando te sientas cansado para cambiar de turnos, ¿de acuerdo?
Razor asintió con suavidad y siguió con sus tiernos mimos, viendo como Bennett terminó sucumbiendo al cansancio en pocos minutos. Había sido un día bastante cansado, ambos necesitaban reposar y cuidar sus heridas para poder continuar con su misión al siguiente día.
Notes:
Acabo de tener un Beta Reader que me está ayudando a corregir muchos errores en mis anteriores capítulos, y mientras iba revisando y volviendo a leer todo me di cuenta de que OLVIDÉ la mochila de Razor AAAAHHH
No es un detalle muy relevante pero aún así (╥﹏╥)
Pero pues ni modo, eso pasa por no tener ese tipo de detalles anotados jaja
Chapter 15: Pendiente Tsuijue (Parte 2)
Summary:
El día comienza bien mientras los chicos buscan una forma de atravesar el Pendiente Tsuijue, pero no deben de bajar la guardia ante los futuros obstáculos.
Notes:
En este capítulo hay referencias al non-con. No es muy explícito pero igual quedan advertidos.
(See the end of the chapter for more notes.)
Chapter Text
Bennett decidió que definitivamente volvería.
No ahí, al Pendiente Tsuijue, se refería a la Posada Wangshu. Ya se habían despertado y decidieron desayunar un poco de comida que Razor tomó de la posada. A pesar de ser un recalentado, o sea, quemado para Bennett, pudo apreciar el delicioso sabor de los platillos Liyuen.
Estaba fascinado con toda su variedad y preparación. Los sabores tan nuevos y al mismo tiempo tan conocidos lo convencieron de que, sí o sí, algún día regresaría a la Posada a conseguir esas recetas. Agradecía que Razor hubiese pedido mucha comida, pues además de tener la oportunidad de probar un poco de todo, el mismo Razor podría finalmente comer sin quedarse con hambre.
Y para mejorar aún el inicio del día, ningún incidente ligado a la mala suerte de Bennett se presentó, ni siquiera el clima parecía salir afectado al mostrarse un hermoso y soleado día.
—¡Hoy será un gran día, Razor! Puedo sentirlo, ¡lograremos vencer a mi mala suerte!
Soltó con gran entusiasmo al salir de su improvisado refugio. Tomó aire y miró el bello paisaje con gran alegría. A pesar de saber muy poco sobre la geografía de Liyue podía llegar a ubicar su camino, más que nada por lograr divisar Espinadragón, que se ubicaba al Este, y Celestia, que estaba entre el Norte y Noreste. Gracias a esos referentes sería un poco más difícil perderse… mientras que estuviesen en un punto alto, claro.
—¿Cómo estar hombro?
Fue la pregunta que Razor formuló al pararse a su lado, mirando como su hombro sí que había alcanzado a inflamarse de una forma bastante notable. Y claro, el gran moretón que apenas comenzaba a formarse no era ni sería de gran ayuda en su aspecto.
—Bastante mejor, de hecho —respondió ejercitando un poco su brazo.
Su movilidad había mejorado bastante a comparación del día anterior. No sólo gracias al reposo sino a los ejercicios que el chico había empleado cuando fue su turno de vigilar. Sabía de primera mano que, al tener una lesión o dolor muscular, lo mejor era mantenerlo en movimiento. Eso reducía el dolor de una forma bastante considerable, manteniendo así el movimiento y la circulación de la sangre sin forzarlo ni empeorar su estado.
—Será un poco difícil usar mi espada, pero en caso de emergencia puedo llegar a utilizar mi brazo izquierdo. No soy tan hábil pero tampoco completamente inútil.
Razor no estaba completamente convencido con la idea. Para él lo mejor era que Bennett no hiciera nada hasta curarse por completo, pero no podía forzarlo a eso ni disponían de tanto tiempo. Estaban en una misión, no en un viaje de vacaciones. Mientras más pronto avanzaran, mejor.
Además, Bennett estaba haciendo un esfuerzo por ser honesto y abrirse en ese aspecto con él, así que también tenía que dar de su parte.
—Okay —dijo antes de poner una mano en su pecho—. Yo proteger a ti de enemigos.
Bennett soltó un inaudible suspiro y sonrió con ligereza. Al parecer algunas cosas no podrían cambiar nunca, aunque no le disgustó del todo. Era lindo sentirse cuidado.
—De acuerdo, gracias.
Con las energías renovadas y el estómago lleno, Bennett sacó el mapa, un poco arrugado gracias al maltrato que sufrió en la discusión, y lo extendió en el suelo frente a ambos.
—Mira, ahora estamos más o menos por aquí —señaló una zona por debajo del pequeño charco que Razor reconoció—. Estamos en el Pendiente Su… Tsui… Hue… Tsuijue, sí. El señor Jiangxue nos dijo que es más rápido atravesarlo que rodearlo, pero estaremos más expuestos. No es que haya muchos enemigos por aquí, eso creo… Espero. ¿Tú qué opinas?
Razor analizó un poco las circunstancias. Según recordaba ya era el quinto día que llevaban viajando y retrasarse más no era una opción que deseaba tomar. Mientras más se tardaran, menos tiempo habría para detener a los Fatui antes de que ejecuten su plan pero tampoco podrían ponerse en riesgo y exponerse para avanzar más rápido. Ninguna opción era de su total agrado, pero antes de cualquier cosa estaba la seguridad de Bennett. Esa era su prioridad.
—Ir por camino… largo. Lento, pero seguro.
Bennett se lo pensó un poco, pero después de mirar el mapa y el camino que estaba frente suyo terminó por caer en la misma conclusión. Después de todo no estaban en las mejores condiciones para pelear. Tanto por sí mismo como por Razor, pues éste tenía una pequeña cojera que no pudo evitar notar.
—Tienes razón. Igual podríamos tratar de caminar rápido para ahorrar tiempo.
Con mucho más cuidado, Bennett dobló el mapa y lo guardó, teniendo así la libertad de tomarle la mano a Razor y comenzar su camino.
Mientras Razor entrelazaba sus dedos de la forma en que Bennett lo había hecho antes miró con curiosidad el pequeño y abandonado campamento que estaba a pocos metros de ellos. Ya lo había visto antes y había decidido no prestarle mucha atención ya que no había nada que hubiera llamado su atención antes; además, tenía otras prioridades en mente. Pero ahora que ya tenía la mente más despejada y bajó un caluroso y deslumbrante sol pudo percatarse de algo importante: el olor.
—Fatui…
—¿Eh? ¿Dijiste algo, Razor? —preguntó Bennett mirándolo con curiosidad.
—Oler a Fatui… —señaló el campamento.
Bennett se preguntó a qué olía un Fatui con exactitud, aunque se quedó con la duda en la cabeza y volteó hacia aquella zona con precaución. Sin embargo y al igual que Razor, notó que el lugar no brindaba ni una sola señal de vida. Parecía que el lugar no había sido usado recientemente, sino que ya llevaba tiempo relativamente abandonado. Pero si Razor podía captar el olor no debía haber pasado tanto tiempo, pensó Bennett, y las pistas pudieron haber sido borradas por culpa de la lluvia.
Pensarlo demasiado no les iba a ayudar en nada, así que Bennett tomó su mano con un poco más de fuerza y aceleró el paso.
—Estemos alertas por si vemos o escuchamos algo.
Razor asintió y le siguió el paso, utilizando la agudeza de sus sentidos para captar todos los aromas posibles y sonidos extraños posibles. Cada pequeño indicio de movimiento era digno de su atención, aunque rápidamente descartaba aquellos que eran ocasionados por el viento o por un animal temeroso.
Pasó un rato así, en el que avanzaron por el camino que rodeaba la pendiente con gran precaución. Lograron encontrarse con otro campamento que lucía exactamente igual, tanto por lo vacío como por la potencia del olor, con la diferencia de que era un poco más fuerte. Aunque no lo suficiente como para sentir peligro cercano.
Quisieron continuar por el camino, pero al darse cuenta de que éste continuaba recto y se alejaba de la pendiente, los chicos tuvieron que doblar hacia su izquierda y dirigirse hacia el Sur, siguiendo así el borde de la pendiente. No avanzaron mucho antes de encontrarse con otro campamento con las mismas condiciones, creando finalmente sospechas en Bennett.
Apenas comenzaron a acercarse a esa zona cuando Razor lo jaló, deteniéndose de forma repentina y alarmando a su pareja.
—¿Qué pasó? —susurró el aventurero con preocupación.
—Oler Fatui, mucho. Estar cerca.
Y dicho esto Razor sacó su arma y se puso en guardia, acto que Bennett imitó al posicionarse a sus espaldas. Se quedaron quietos por unos segundos, atentos ante cualquier clase de señal enemiga. Al ver que los chicos se negaban a bajar la guardia, un Boxeador Anemo salió de su escondite y los encaró.
—Hum, parece que no son tan tontos como parecen.
Al ver cómo se rompía el plan, los demás miembros Fatui abandonaron sus respectivos escondites e hicieron acto de presencia. De acuerdo a sus posiciones estuvieron bastante cerca de caer en una emboscada, aunque eso no redujo mucho el infortunio de ese encuentro.
—¿Son todos? —preguntó Bennett entre susurros hacia el contrario, contando internamente la cantidad de enemigos a los que se enfrentaban.
—No sé… Ser demasiados. Oler similar. —fue su respuesta con el mismo tono.
Bennett apretó los labios y asintió. No podía exigirle demasiado pues gracias a él pudieron evitar una posible tragedia.
—¿Qué tanto susurran?, ¿acaso tienen miedo? —los quiso provocar un Guardia Cryo.
—¿Por qué habríamos de tener miedo si ya hemos logrado librarnos de su banda? —cuestionó Bennett con una sonrisa llena de seguridad.
—Tsk, eso fue sólo suerte, niño —escupió un Martillero Electro malhumorado, preparando su propia arma para comenzar a atacar.
—Suerte que se les agotará en este preciso instante —comentó el Guardia Hydro.
Mientras conversaban, los Fatui comenzaban a esparcirse y tratar de rodear a los chicos a paso lento, pero ellos fueron retrocediendo e impidiéndoles darles ningún tipo de ventaja, pues ya poseían una y bastante peligrosa: eran ocho contra dos. Siendo un poco más específicos habían dos Martilleros Electro, tres Guardias con cañón, uno Hydro y dos Cryo, un Boxeador Anemo y dos Guerrilleros con cañón, uno Pyro y el otro Geo.
A pesar de esa desventaja numérica y elemental, ninguno de los chicos se dejó intimidar y mantuvieron su guardia en alto.
—Yo nunca he tenido suerte —soltó Bennett sin abandonar su sonrisa—, lo que ya hice antes lo volveré a hacer si eso significa salvar a Liyue de su plan sin sentido.
—Vamos, ¿por qué habría de importarte esa estúpida nación sin Arconte? —el Guerrillero Pyro encendió su arma mientras los veía con atención.
—Protegería cualquier nación si eso significa frustrar los planes de los Fatui —dijo Bennett empuñando su arma con mayor fuerza.
—Aww, qué corazón tan noble —se burló el otro Martillero Electro.
—Lástima que esa nobleza los hará terminar bajo las manos de La Sota —dictaminó el Guardia Hydro con tono falso lastimero.
—A menos que acepten entregarse —sugirió el Boxeador Anemo, quién parecía ser el líder del grupo—. Si se portan bien, le diremos a la Heraldo Arleccino que les dé un trato especial. Después de todo ella tiene un gran interés por conocer al pequeño chismoso y su noviecito mascota —Razor soltó un fuerte gruñido ante el estúpido apodo—. Incluso puede que logren volver a verse si demuestran su lealtad eterna a la Zarina.
—En tus sueños. Jamás seremos leales ante un Arconte que no respete nuestra libertad —el tono de Bennett se volvió un poco más amargo.
Él respetaba a los Arcontes. Eran seres inimaginablemente poderosos y la mayoría velaba por el bienestar de su gente, eran seres que seguían sus valores mucho más allá de lo que cualquiera podría llegar a hacer, incluso si eso los hacía tomar decisiones cuestionables. Bennett no era nadie para cuestionar sus decisiones, después de todo por algo Celestia los había escogido como sus líderes.
Pero respetar a una deidad y serle leal eran cosas muy diferentes. Bennett lo sabía muy bien.
—Bien. No digan que no intentamos hacerlo por las buenas.
Y ante esas últimas palabras del líder, un nuevo combate comenzó.
Los Guardias tomaron fuerza y dieron su característico salto de casi 3 metros de altura, su objetivo era caer detrás de los chicos, pero ellos lograron reaccionar a tiempo y retrocedieron aún más. Si bien no lograron rodearlos, ese movimiento los había obligado a separarse, cada uno por su propio lado perdiendo la protección que el otro le brindaba. La banda de Fatuis decidieron aprovechar esto y se dividieron en dos equipos, cada uno centrándose en un chico de forma respectiva.
Razor, quién se encontraba contra un Guardia Cryo, un Martillero Electro y los dos Guerrilleros con cañón Pyro y Geo, decidió centrar su atención en el enemigo a distancia, pues sabía que poseía ventaja de combate contra ellos. Con la mandoble en sus manos corrió hacia el Guerrillero Pyro, tomando su arma y apuntando su primer golpe hacia sus brazos, esperando así desarmarlo, para su infortunio el Guerrillero era muy hábil y logró retroceder a tiempo con un veloz salto, dándole así oportunidad a su compañero Geo de dispararle al chico. Razor logró reaccionar y moverse hacia un costado, recibiendo un sólo ataque Geo y esquivando accidentalmente un golpe alto del enorme martillo, el cual cubrió parte del suelo con grietas elementales Electro. Soltó un ligero jadeo de sorpresa y alivio por haber podido esquivar eso a tiempo.
—Concentrar… —se regañó mientras veía como el Guardia Cryo había terminado de cargar su arma, comenzando así a esparcir el aire congelante en su dirección.
Si bien los Guardias solían ser muy resistentes en combate, Razor poseía una gran ventaja elemental en su contra, cosa que aprendió de buena manera en un antiguo combate. Esquivando unas pequeñas balas Pyro, el chico empezó una pequeña carrera y logró posicionarse un poco por detrás del Fatui Cryo, utilizando sus garras Electro para debilitarlo. No logró hacerle mucho daño, pero sabía que eventualmente lo lograría aturdir. Continuó su carrera para esquivar su cañón, aprovechando para acercarse al Martillero Electro y proporcionarle dos golpes relativamente veloces con su arma, siendo el último de ellos bloqueado por el martillo y empujándolo hacia atrás con fuerza. Razor fue lo suficientemente fuerte como para no perder el equilibrio, arrastrando los pies en la tierra hasta frenar completamente. O al menos así fue hasta que su pierna adolorida perdió un poco de fuerza y lo obligó a hincarse.
—Oh, ¿acaso estás lastimado, cachorrito? —preguntó el Martillero con sorna mientras un enorme domo Geo aparecía, cubriendo toda la zona y a los afectados con un ligero brillo marrón—. Aún estás a tiempo de entregarte. Si lo haces, intentaremos que tú noviecito no reciba tantos azotes.
Ese tono burlón junto con las horribles imágenes que se le vinieron a la mente lo hicieron ignorar el dolor y volverse a levantar. Tomó su arma con fuerza y los miró con gran ferocidad.
—¡Jamás! ¡No tocar a Bennett!
Y sintiendo como la energía elemental que provenía desde el lado de Bennett llenaba su Visión, invocó su habilidad definitiva con un rasposo y grave:
—¡Grrr!
El Martillero soltó una malvada risa mientras corría hacia él, cargando un peligroso ataque bajo. Razor volvió a retomar su carrera y se hizo hacia un lado, esquivando tanto el martillo como los ataques Pyro, aprovechando para dirigirse hacia el Guardia Cryo. Al estar frente a él y antes de que pudiera volver a recargar su cañón, Razor le propinó dos gigantescos arañazos Electro, siendo el momento en que logró aturdirlo de forma temporal. Se dedicó a reducirle toda la vida posible antes de tener que volver a concentrarse en los demás enemigos.
Volviendo al inicio de la pelea y centrando la atención en Bennett podría llegar a apreciarse que no tuvo un buen comienzo.
Para empezar le tocó enfrentarse con un Guardia Cryo y uno Hydro, una pésima combinación que podría llegar a dejarlo congelado hasta la eternidad; luego el Boxeador Anemo era un experto en contraataques, lo cual podría causar que su propia explosión Pyro se volviera en su contra, o bueno, más de lo habitual, y para empeorar la situación, el segundo Martillero Electro, el cual era bastante agresivo y mortífero. Su situación era muy mala, pero eso no sería un impedimento para el enfrentamiento. Nunca lo había sido.
Quiso aprovechar que los Guardias aún no cargaban sus armas y utilizar su propia explosión a su favor, esperando así debilitar al Guardia Hydro, quién era el más molesto en combate, y lograr al menos desarmarlo. Sin embargo y para su desgracia, el Boxeador Anemo logró alcanzar a escudar a sus compañeros y absorber el daño del ataque, en cuanto comenzó a cargar su contraataque Bennett supo que estaba jodido, pues por una vez que hubiera deseado lo contrario, su explosión no lo hizo volar por los aires, principalmente porque lo había hecho con su mano izquierda, reduciendo su potencia y un notable porcentaje de habilidad. Sabiendo que no podría escapar del golpe, cruzó los brazos por frente a rostro y redujo todo el daño posible, aunque nada pudo impedir que terminara saliendo volando unos cuantos metros tras recibir el golpe.
—¿Por qué siempre me golpean? —se quejó entre dientes.
Su memoria muscular resultó ser de ayuda otra vez, pues al salir volando de la misma forma como con sus propios ataques su cuerpo logró maniobrar de forma eficiente para poder terminar de pie con rapidez. Bien, enfrentarlos con ataques directos no iba a funcionar, mucho menos con un healer como lo era el Guardia Hydro, así que lo más inteligente era esquivar todos los ataques posibles mientras repartía algunos golpes por aquí y por allá. Las oportunidades de vencerlos a todos por su propia cuenta eran demasiado bajas como para que valiera la pena arriesgarse, así que decidió que distraería a los enemigos el mayor tiempo posible mientras reunía toda la energía posible para Razor. En cuanto su pareja lograra vencer a su parte de los enemigos aprovecharía para tomarlo de la mano y escapar.
No era el plan que más le entusiasmaba pero sí el que le parecía más seguro.
El Martillero Electro tomó vuelo y comenzó a correr hacia él, cargando su martillo de tal forma que daba a entender que daría un fuerte golpe desde abajo. Bennett no trató de esquivarlo, sino que esperó a que estuviera lo bastante cerca como para hacerle creer que lo golpearía, aunque claramente no fue así, sino que saltó en el último minuto y aterrizó sobre el mismo martillo, aprovechando el impulso del ataque para dar un mejor salto por encima del enemigo, quedando atrás de él y poder acertarle un rápido ataque Pyro. No se esperó ni un segundo antes de darse la vuelta y dejar a ese enemigo atrás, dirigiéndose ahora hacia el Guardia Hydro. El Guardia Cryo trató de alejarlo abalanzándose contra él, aunque no sirvió de mucho porque Bennett logró engañarlo, girando su cuerpo hacia el otro lado en el último momento y quedando, nuevamente, detrás del enemigo para atestarle otro golpe Pyro.
Tuvo vía libre para acercarse al Guardia Hydro, quién había aprovechado el tiempo para cargar su arma y curar a sus propios aliados. O al menos esa fue su intención hasta que Bennett intervino y tomó esas curaciones con la mano, absorbiéndolas y sintiendo como la vigorizante energía Hydro recorría su cuerpo y lo refrescaba, brindándole más poder para el combate.
—Gracias por eso —se burló con alegría al alejarse de él.
—¡Maldito mocoso! —maldijo el Guardia Hydro con gran odio.
Bennett soltó una pequeña risa y centró su atención en el Guardia Cryo, dispuesto a volver a atacar. Con lo que no contó fue con la repentina aparición del Boxeador Anemo, quién se desplazó con gran velocidad hacia su aliado para cubrirlo con su escudo, esperando así repetir su primer contraataque. Bennett logró detener su ataque Pyro a tiempo, dando un mísero e inútil golpe básico con su espada. Mejor eso a volver a salir volando, fue el pensamiento que pasó por su cabeza. Antes de seguir logró divisar de reojo como el Martillero Electro dirigía otro ataque hacia él, por lo que dio un buen salto hacia atrás y lo esquivó.
—¡Deja de correr como un cobarde y pelea! —lo provocó el Fatui Electro con malhumor.
—¿Cobarde yo? No fuimos nosotros quienes planeamos una emboscada de ocho adultos contra dos pequeños chicos —respondió empuñando su arma con una sonrisa.
El Fatui bufó y no dudó en arremeter contra Bennett, empuñando su martillo y lanzando un peligroso ataque hacia donde se encontraba su cabeza. Bennett, viendo el evidente destino de ese desmedido ataque, se agachó y corrió por su costado derecho, extendiendo su espada con la intención de proporcionarle un golpe en las piernas. Desgraciadamente el movimiento fue tan brusco y repentino que su hombro lastimado lo resintió, soltando así un pequeño quejido y tropezando muy ligeramente. Sin embargo eso fue suficiente para que el Martilleros se diera cuenta, y con un malvado brillo en sus ojos aprovechó el vuelo que usó en su anterior ataque y continuó con su camino, continuando con un giro que terminó por impactar en el costado de Bennett, haciéndolo caer al suelo sobre su hombro herido.
El grito de dolor que el chico soltó fue lo suficientemente fuerte como para llamar la atención de Razor y hacerlo voltear.
—¡¡Bennett!!
Y eso le costaría. Pues apenas alcanzaría a ver cómo Bennett era congelado por los enemigos antes de que un sólido y terrible golpe en su espalda lo lanzara unos cuantos metros hacia el otro grupo, dejándolo en el suelo debido al dolor.
—¡Ja! Eso fue fácil —se burló un Guardia Cryo mientras tomaba al congelado Bennett por el cuello y lo levantaba con fuerza.
—Bennett… —Razor trató de ir hacia él a rastras, pero sus avances fueron tan lentos que sólo provocó unas malvadas carcajadas enemigas, siendo algunas de ellas provenientes de atrás suyo.
Los tenían prácticamente atrapados.
—Son tan débiles —dijo el Guerrillero Geo parándose detrás de Razor, deteniendo su arrastre al poner su pie sobre su pantorrilla.
—Esto le demostrará a todos que los inútiles son ellos —celebró el Boxeador Anemo contemplando el cómo Bennett finalmente lograba librarse del congelamiento.
—Suél… tame… Ggh —se quejó el aventurero mientras sostenía esa gran mano que lo estrangulaba, arañándolo para intentar librarse.
Razor soltó un fuerte gruñido ante esa terrible escena, intentando volver a comenzar su arrastre hacia su pareja, siendo nuevamente detenido por un bastón que se posó sin cuidado alguno sobre su espalda, sacándole un nuevo quejido de dolor.
—No, no, quédate quieto cachorrito o tendremos que ponerte una correa —le advirtió el mismo Guerrillero Geo con diversión.
—¿Quién es el que ríe ahora, mocoso? —soltó el Guardia Hydro con burla hacia Bennett.
—¡Alguien vaya a buscar a nuestro informante y díganle que notifique a La Sota que ya tenemos a sus nuevos reclutas! —ordenó el Boxeador Anemo, obteniendo como respuesta un asentimiento de parte del Guerrillero Pyro antes de que éste se diera media vuelta y se fuera.
—Razor… Corre… —masculló Bennett con cierta debilidad.
—Bennett… —soltó Razor en un casi inaudible jadeo debido a que aún no lograba recuperar completamente el aire.
—¿Qué haremos con ellos mientras esperamos? —cuestionó uno de los Martilleros.
Razor sintió como el bastón abandonó su espalda para después escuchar cómo era clavado en el lodo a un lado suyo. Desgraciadamente ese lapso de tiempo no fue el suficiente como para que pudiera escabullirse, pues en el momento en que había logrado levantarse alguien lo tomó de su chaqueta y lo jaló hacia atrás. Descubriría que seguía siendo el mismo Fatui Geo pues su cuello terminaría siendo rodeado por el antebrazo ajeno.
—Tranquilo cachorro —escupió el Guerrillero con sorna.
—Debemos mantenerlos quietos hasta nuevas órdenes —fue la única respuesta por parte del Boxeador.
—¿Qué? ¿Entonces meterlos en jaulas y ya está? —un Martillero se acercó con cierta burla.
—Eso no será suficiente —agregó un Guardia Cryo—. Si los grupos de Espinadragón no pudieron mantenerlos quietos en jaulas entonces nosotros debemos ser más creativos.
—Este niño tiene una linda cara —dijo el Guardia Hydro que sostenía a Bennett usando un tono que le causó náuseas.
—Puaj, no puedo creer que estés sugiriendo lo que yo creo que estás sugiriendo —soltó el otro Martillero con repulsión.
—Para mi no es tan mala idea —mencionó el Guerrillero Geo jalándole el cabello a Razor con su mano libre, sacándole un gruñido de advertencia.
—Ustedes porque son unos depravados urgidos asquerosos —acusó el mismo Martillero.
—Si no tuvieras novia de seguro no te negarías, maldito hipócrita —le replicó un Guardia Cryo apuntándole de forma acusadora.
—Al menos yo no quiero darle a cualquier cosa que tenga una cara linda —se defendió con tono agresivo.
—¡A ver, basta! —les detuvo el líder, quién no había hablado en todo ese rato—. No me importa que carajos hagan, sólo manténganlos quietos.
—Es más fácil colgarlos de cabeza en el precipicio, no se desatarán a menos que quieran morir —sugirió el otro Guardia Cryo encogiéndose de hombros.
—Si no mueren por caída lo harán por un paro cardíaco, idiota —le reprendió el Boxeador—. Si los matan, La Sota nos matará a nosotros. Hagan lo que quieran pero no los lastimen demasiado.
Y dichas esas palabras se dio media vuelta y se dirigió al campamento más cercano, siendo seguido por algunos Fatui que no estaban emocionados por esa idea; fue así como sólo se quedaron dos Guardias con cañón (Cryo e Hydro) el Guerrillero Geo y un Martillero Electro. Razor quiso aprovechar esa distracción y arañar el rostro del Fatui que lo estaba sosteniendo, aunque no contaba con que traía puesta una gruesa máscara, por lo que el daño que le hizo fue mínimo. El Guerrillero soltó una nueva risa y apretó el agarre sobre su cuello.
—Domesticarte será tan placentero~
Razor sintió como el pánico aceleraba su corazón, recorriendo todo su pecho hasta bajarle la sangre. No tanto por el significado de esas palabras, principalmente porque no sabía cuál era, sino por el tono en que lo había dicho. Era un tono peligroso, uno que escupía tal veneno que lo hacían perder las esperanzas de poder escaparse.
—Pero primero verás a tu lindo novio, así sabrás lo que te espera.
No, pensó, a Bennett no. Concentró su mirada en su pareja, logrando apreciar como aún trataba de luchar por liberarse del agarre en su cuello. Por fortuna no parecía ser muy fuerte pues para ese punto ya debería haberse desmayado. Era eso o tenía una terrible resistencia.
—¿Escuchaste, carita linda? —preguntó el Guardia Hydro con una sonrisa macabra, acercando a Bennett a su rostro—. Si te portas bien, no saldrás muy lastimado. Incluso puedes llegar a disfrutarlo, ¿no crees?
Sintiendo unas espantosas náuseas subir por su garganta, Bennett frunció el ceño y le escupió al Fatui en respuesta. A él no le importaba en lo absoluto el provocarlo o hacerlo enfadar, él sólo quería dar un mensaje y fue bastante claro: vete a la mierda .
—Bien. Iba a ser considerado contigo, pero veo que te gustan las cosas de otra manera.
El Fatui lo tiró sin cuidado alguno al suelo, sacándole aire en un quejido de dolor. Razor sólo pudo ver cómo Bennett se defendía con uñas y dientes de aquel Guardia con un gran temor cubriendo su rostro antes de que sintiera como hervía su sangre.
Nadie tocaba a Bennett .
Razor apretó los dientes, tomó la máscara del Guerrillero entre sus manos y la jaló con toda la fuerza que tenía, logrando retirarla al romper las cosas con las se sujetaba. El Guerrillero no se había esperado ese repentino movimiento, por lo que antes de poder hacer algo el chico le dio un fuerte cabezazo en la nariz. El Fatui vio estrellas por un segundo antes de que un segundo golpe terminara por debilitar su agarre. El Martillero Electro, quién era el Fatui que estaba más cerca a ellos, rápidamente reaccionó y dirigió un ataque desde arriba hacia el lugar en donde Razor iba a estar. O al menos eso pareció por un segundo antes de que Razor lograra detenerse de forma abrupta, sacando su mandoble y dándole un fuerte golpe en el rostro. No fue letal, a lo mucho quedaría parcialmente ciego, pero Razor deseó por un instante el haberle cortado la maldita cabeza.
Siguió su carrera hacia el Fatui que tenía a Bennett, sosteniendo su mandoble con fuerza y manteniendo una feroz mirada llena de ira. Sin pensarlo ni un segundo y siguiendo el ejemplo de los Martilleros a los que se enfrentó, levantó su mandoble y la bajó con toda su fuerza posible hacia la nuca del Fatui Hydro. Bennett sintió como su alma abandonaba su cuerpo de un instante a otro. La cara de Razor fue casi tan aterradora como la sensación de las manos de aquel inconsciente Fatui.
—¡¡Salir!! —gritó Razor extendiendo su mano hacia Bennett.
El chico reaccionó y la tomó con fuerza, usándolo como soporte para salir de debajo del asqueroso Fatui.
—¡Buen intento! —fueron las palabras del Guardia Cryo, quién acababa de posicionarse a su lado para poder sostener el cuero cabelludo de Razor y levantarlo.
Sin embargo y a pesar del quejido que soltó, Razor parecía estar pegado a Bennett, pues su agarre sólo pudo aflojarse un poco sin llegar a soltarse. Bennett aprovechó esto y, con un último tirón, logró salir. Al ya estar de nuevo con los pies sobre la tierra se soltó de la mano de Razor, lo cual al principio le causó más pánico al chico, aunque ésto rápidamente desapareció cuando Bennett hizo aparecer su espada y, con ambas manos, dio un veloz tajo en el brazo que sostenía a Razor, librando al chico del agarre.
—¡Vámonos!
Fue ahora Bennett quién extendió su mano pero antes de que Razor tuviera la oportunidad de tomarla, la mano gigantesca del Fatui, la que no estaba lastimada, apareció y le dió una palmada en el pecho para hacerlo retroceder. Tanto la fuerza del golpe como la debilidad del cuerpo de Bennett lo hicieron retroceder mucho. Demasiado .
—¡¡BENNETT!!
El chico sintió como el suelo bajo sus pies desaparecía, dando lugar al vacío que, por un momento, le pareció infinito. Su cuerpo dejó de sentir el suelo, sucumbiendo ante la gravedad por unos segundos antes de ser cubierto por los brazos de Razor, quién lo sostuvo mientras ambos cuerpos chocaban repetidamente por el muro del precipicio, anulando así la posibilidad de extender su planeador y amortiguar su caída.
Cuando ambos dejaron de rodar Bennett abrió los ojos, sintiendo con gran pavor como Razor no se movía.
—¡Razor! ¡¡Razor!!
Una tos que no era la suya le devolvió el aire, sintiendo la misma revitalización de cuando un hombre encontraba una botella de agua en medio del desierto. La sangre pudo volver a correr por su rostro al ver cómo Razor se levantaba con brazos terriblemente temblorosos. Se veía pálido, casi tanto como él, magullado y bastante herido, pero se había levantado.
—Bennett… ¿Estar bien…? —preguntó con voz débil, causando que los ojos de Bennett se llenaran de lágrimas.
—Yo…
—¡¡ALTO!! ¡¡ATRAPENLOS!!
—Corre.
Fue la palabra que ambos dijeron al unísono antes de tomarse de las manos y tratar de correr. Y digo tratar porque primero se levantaron a trompicones, pues nadie que cayera de un precipicio lograría salir ileso.
Excepto Morgan Freeman, él es Dios.
A pesar de sus tropiezos iniciales ambos lograron recuperarse lo suficiente como para poder alejarse a una velocidad decente. No sucedió como de costumbre, ésta vez Razor no se adelantó, dejó atrás a Bennett ni lo terminó jalando debido a su diferencia de velocidad, sino que por el contrario en esta ocasión era Bennett quién terminaba adelantándose y apurando a su novio, quién apenas podía seguirle el paso al cojear de una forma verdaderamente preocupante. Bennett pensó que no podrían seguir adelante por mucho tiempo: ambos estaban bastante lastimados como para poder alejarse con velocidad, por lo que debía usar su cabeza.
Miró hacia todos lados con apuro, buscando algún lugar en donde podrían esconderse o perderse de la vista de sus enemigos, pero el estar en el fondo de una pendiente limitaba mucho sus opciones. Sin embargo pudo divisar lo que parecían ser las puertas hacia unas ruinas. Bien, si tenían suerte podrían adentrarse y esconderse, ganando así tiempo para recuperarse.
Pero la suerte nunca estaba de su lado, y a veces cometía el error de olvidarlo.
Si, lograron entrar, pero en cuanto terminaron de bajar las escaleras principales fue cuando se dio cuenta. Sintió como el alma se le fue a los pies al contemplar como aquellas ruinas estaban completamente desprovistas de estructura alguna, siendo sólo una habitación gigante, aunque parecía más una arena de batalla, que permitía observar absolutamente todo lo que pasaba.
—¡Gracias por ahorrarnos las molestias! —Bennett volteó hacia el creador de aquella burlona frase, logrando ver con horror como el líder Fatui cerraba las gigantescas puertas de piedra.
—¡No, alto!
En un acto de reflejo, Bennett se regresó por las escaleras y corrió hacia la salida con cierta desesperación, deteniéndose solamente cuando sintió que Razor se soltó de su mano. Al voltear logró ver cómo su pareja se derrumbaba en las escaleras, jadeando y tosiendo con tal dolor que el corazón de Bennett se encogió con una gigantesca culpa. Y fue así cómo débiles, cansados y heridos quedaron dentro en esa lúgubre arena subterránea, siendo el eco de las puertas cerrándose a sus espaldas, rebotando entre las frías y solitarias paredes, lo que terminó por sellar su encierro.
Notes:
Ok, sé que eso de Morgan Freeman está sacado de la nada y rompe un poco con el ambiente y eso, pero... No pude evitarlo
Chapter 16: Pendiente Tsuijue (Parte 3)
Summary:
Encerrados dentro de las ruinas del Pendiente Tsuijue, planean una forma de escapar y poder continuar con su misión.
Notes:
(See the end of the chapter for notes.)
Chapter Text
—Mierda… —masculló Razor antes de que su tos volviera.
—Razor.
Con gran preocupación Bennett se acercó a su novio y se agachó a su lado, encontrando como única solución el sobar su espalda con gran cariño. Él también estaba tosiendo, también estaba recuperando sus fuerzas y retomando el aire, pero no era tan grave como Razor, por lo que se concentró en ayudar al contrario mientras él se recuperaba poco a poco. No es como si Razor pudiera ayudarlo en eso, de todas formas. Pasó un rato hasta que Razor pudo detenerse, tomando grandes y lentas bocanadas de aire hasta que su pecho se sintió tranquilo.
—Razor… ¿Ya estás mejor? Déjame verte…
Las suaves manos de Bennett tomaron sus mejillas, levantando su rostro con gran suavidad para que sus rostros pudieran verse de frente. Las mejillas de Razor se tiñeron de un suave rosado ante la intensa mirada de su novio, lo cual también impedía que el palpitar de su corazón volviera a un ritmo normal.
—¿Te duele algo? ¿Tienes algo torcido?, ¿fracturado?, ¿dislocado? Te revisaré.
Razor, negando con la cabeza en respuesta a su torbellino de preguntas, cerró los ojos y dejó que las amorosas manos de Bennett recorrieran su cabeza, pasando por sus brazos, torso y piernas con demasiado cuidado, como si temiera romper los huesos que aquella terrible caída no había logrado romper. Por suerte Razor era una persona que, gracias a su constante ejercicio, poseía músculos firmes y mucha fuerza en sus huesos, por lo que era difícil que se le rompiera alguno. Eso sí, su piel no era irrompible.
—Tienes muchos cortes y heridas… Ninguna es muy profunda, pero las trataré para evitar que se infecten, ¿está bien? —preguntó Bennett tomando nuevamente las mejillas de su novio.
—Si… —fue la respuesta que otorgó en un cálido suspiro y una amorosa sonrisa.
Bennett le sonrió de vuelta y bajó sus manos. Ante ese aparente ambiente en donde sería cuidado por Bennett, Razor bajó la guardia y cerró los ojos, negando así la oportunidad de prepararse para lo que pasaría: con un fuerte estruendo, Bennett lo abofeteó.
—¡¿En qué mierda estabas pensando?! —el tono de Bennett cambió a uno furioso, así como su mirada a una mucho más feroz.
Razor se tomó la mejilla con incredulidad y miró su furiosa expresión. Ni siquiera pudo terminar de procesar lo que había pasado antes de que Bennett lo tomara de los hombros con fuerza y lo sacudiera.
—¡¿Cómo se te ocurre lanzarte desde un lugar así?! ¡¿Eres idiota?! ¡¿Acaso no pensaste en el daño que te pudiste haber hecho?! ¡¿Qué hubiera pasado si te hubieras roto algo?!, ¡¿o si hubieras quedado inconsciente?! ¡¡O PEOR!! ¡¿Si no hubieses…. No hubieses despertado?! ¡¿Eh?! ¡¿Qué crees que hubiera pasado, Razor?!
Grandes lágrimas comenzaron a correr por sus mejillas, y aunque quiso seguir parecer enojado, el dolor que aquellas dudas le ocasionaron fueron perceptibles en cada músculo de su rostro, desde el triste brillo en sus ojos hasta sus temblorosos labios. Al ahogar un traicionero sollozo Bennett bajó la mirada mientras el agarre de sus manos se volvía igualmente tembloroso, pero no perdió nada de fuerza.
—¡S-sé que sólo pensaste en salvarme pero…! pero… Nunca lograrás salvarme si te pones en un riesgo tan estúpido… —volvió a sollozar antes de lanzarse a sus brazos, rodeándolo con una agonizante desesperación—. ¡Si algo te pasa por hacer ese tipo de cosas, jamás me lo perdonaría! No puedo vivir sin ti, no puedo… El sólo imaginar mi vida sin ti es… es demasiado. ¡No vuelvas a hacer algo así!, ¡nunca!
Al sentir como un furioso y tembloroso Bennett se aferraba a él como si acabara de salvarse de una inminente muerte, cosa que no era muy alejada de la realidad, una oleada de remordimiento cubrió su corazón. Era cierto, no había pensado en otra cosa más que en salvar a Bennett de su caída, no pensó en si eso funcionaría, en cuanto eso terminaría por lastimarlo a él, en si eso hubiera retrasado lo suficiente a Bennett como para volver a ser capturados por los Fatui, en si hubiera perdido la consciencia, o peor: la vida, y hubiera dejado a Bennett completamente solo y desprotegido…
—Lo siento…
Fue todo lo que logró decir al corresponder el abrazo con casi la misma fuerza, sintiendo como Bennett se desahogaba en su hombro al soltar sollozos llenos de alivio y preocupación. Razor lo reconfortó acariciando su cabello y espalda, dándole mimos con todo su amor y cariño incondicional.
Con el pasar del tiempo los sollozos de Bennett fueron disminuyendo hasta desaparecer por completo, dando paso al sonido de sus respiraciones y el suave raspar de la tela contra las llemas de los dedos de Razor. Ninguno se quiso alejar, no quisieron romper con ese pequeño momento de seguridad que los brazos ajenos les brindaban, aquel silencioso trance en donde su afecto expresaba la honestidad de sus corazones, aquel pequeño y hermoso momento en donde pudieron olvidar sus problemas y ser sólo ellos.
Compartieron el calor de sus cuerpos, el palpitar de sus corazones que retumbaba en sus pechos, el amor incondicional hacia el bienestar ajeno en vez del propio. Se querían demasiado, y habían pasado por demasiado . Ninguno de los dos ansiaba por regresar al mundo real y enfrentar todas las heridas que ese último enfrentamiento les había causado, pero nadie podía escapar de la realidad por más enamorado que se encontrara. Y fue Razor el primero que lo hizo.
—No soy idiota…
No lo dijo enojado, pero sí lo bastante serio y dolido como para que Bennett se separara y lo mirara con arrepentimiento, pues sabía que esa clase de palabras eran un tema un tanto sensible para él.
—Lo sé… Lo siento, me dejé llevar —se limpió los últimos indicios que sus lágrimas habían marcado en su rostro—. No volveré a decirlo, perdón.
—Está bien. Estar enojado y tener razón, yo no pensar —posó su mano en la mejilla ajena, usando el pulgar para acariciarlo con adoración—. No hacerlo de nuevo.
—¿Lo prometes? —Bennett lo miró con un tierno brillo en sus ojos, mirada que era la completa debilidad de Razor.
—Lo prometo.
Y tras una nueva sonrisa de alivio ambos juntaron sus labios, sellando así su pequeña promesa sin necesidad de palabra alguna.
◈ ━━━━━━━ 幸 ━━━━━━━ ◈
Dos días, dos benditos días fueron los que se quedaron encerrados en esas ruinas.
No fue tan terrible, en realidad. El lugar fue interesante de explorar, aunque bastante limitado de elementos más allá de una piedra tallada con lo que parecía ser una profecía, aunque ninguno de los dos la entendió muy bien. También estaba libre de monstruos o amenaza alguna, por lo que pudieron tomarse todo un día para descansar, tratar sus heridas y recuperarse sin tener que preocuparse por otra cosa, además de que el hecho de que fuera subterráneo también los protegía del clima, aunque no es como si hubiera caído alguna clase de tormenta o algo así. Se cuidaron, se limpiaron y se mimaron hasta sentirse incluso mejor que en la mañana antes de ser atacados.
En los ratos en que exploraban para encontrar alguna salida en forma de orificio o pasadizo secreto, Bennett analizó la puerta. Trató de abrirla empujando hacia afuera, no hubo cambio, era bastante claro que se abría hacia dentro. Sólo que había un problema: no había nada con que sujetarlas para poder jalarlas desde adentro. ¿Quién había sido el genio que había diseñado esto? Bennett suspiró de frustración, o encontraban otra salida, o tendrían que buscar una forma de hacer que los Fatui abrieran las puertas. Y a pesar de los constantes pedazos de techo que caían sobre la cabeza de Bennett, el techo parecía tan sólido y firme como una montaña.
A pesar de su claustrofóbica situación hubo algo en que la suerte pareció sonreírles: Arleccino estaba ocupada. Razor se la pasó gran parte del segundo día usando su oído agudo para espiar a los Fatui, logrando escuchar así que La Sota estaba en medio de algunos tratos con la Arconte de Fontaine, por lo que tardaría un poco más de lo previsto en presentarse y encargarse de los chicos. Bennett estaba convencido que eso se debía a la bendición del hombre en la Posada Wangshu, Razor difería pero aún así estaba bastante sorprendido de esa tremenda suerte. ¿Era parte de su propia suerte o finalmente la maldición de Bennett estaba perdiendo fuerza? Fuera lo que haya sido, ninguno estuvo dispuesto a cuestionarlo.
A pesar de haber ganado un poco más de tiempo, Bennett no quiso perder ni un minuto y comenzó a maquinar un plan. Lo primero en lo que pensó fue en una forma de hacerlos entrar, de provocarlos para darles una oportunidad de salir, ya sea para correr o para pelear. Fue muy difícil encontrar algo, cada posible idea era muy absurda o improbable, y no podían arriesgarse a hacer algo sospechoso o sus posibilidades se reducirían a prácticamente cero. Pero en cuanto la idea llegó a su mente en la hora de la cena, todo lo demás fue mucho más fácil de planear.
Lo discutió con Razor y ambos pudieron afinar los últimos detalles. Era un plan relativamente sencillo, un poco arriesgado pero fue lo mejor que pudieron idear. Además, ahora que habían recuperado fuerzas y tratado sus heridas, estaban listos para pelear. Ya estaban a punto de colocarse en sus posiciones cuando Bennett soltó:
—Razor, espera.
El chico volteó y lo miró con curiosidad, esperando algunas palabras acerca del plan o algún tipo de recordatorio. Sin embargo lo que sucedió fue que Bennett se acercó a él y le depositó un pequeño beso en la mejilla, tomando su rostro con gran suavidad. Aunque no se quejaba en lo absoluto, el gesto lo había tomado un poco por sorpresa, y parecía que a Bennett también porque se alejó con un gesto ligeramente avergonzado y las mejillas sonrojadas.
—Umm… Para la buena suerte.
Razor sintió una gran calidez en su corazón y sonrió. A sus ojos y tal como él lo veía, Bennett era muy tierno.
—Gracias.
Razor le devolvió el gesto, sintiendo como sus entrañas se regocijaban de gusto ante la apenada expresión de Bennett, conteniendo apenas las ganas de abrazarlo y llenar su rostro de besos. No era momento de ser empalagosos, tenían una tarea urgente sobre sus manos. Ante un último asentimiento, ambos chicos se separaron y dieron comienzo con el plan.
—¡Fatui! … ¡Señor Fatui! —incluso Razor se sentía extraño al pronunciar esas palabras, y era un extraño desagradable—. ¡¡Señor Fatui!!
—¿Qué quieres? —fue la respuesta brusca del Guerrillero Pyro al otro lado de la puerta, quién era el vigilante de turno.
—Umm… ¡Agua! —solicitó con cierto temblor nervioso en su voz, el cual y sin saberlo le jugaba un poco a su favor.
—¿Agua qué? ¿Me estás enseñando a hablar? —se burló el Fatui con crueldad. Razor frunció el ceño con gran molestia pero logró dejarlo de lado con un bufido.
—No. ¡Necesitar agua! ¡Sed!
—¿Ah, sí? ¡Pues qué mal por ti!
Razor soltó otro pequeño gruñido frustrado, aunque fue tan bajo que no alcanzó a atravesar las frías puertas de piedra.
En realidad no necesitaban el agua. Tanto Bennett como Razor, más éste último, estaban bien provistos de alimento y provisiones, razón por la que pudieron cuidarse y recuperarse tan perfectamente en ese tiempo. Las constantes curitas y vendajes en su cuerpo eran prueba de ello. No, era solamente un cebo, una fachada.
—¡Sed! ¡Agua! —insistió. No se iba a rendir tan fácil.
—¡Cierra la boca, niño!
—¡Agua! ¡Agua! ¡Bennett desmayado! ¡Sed! ¡Agua!
Razor siguió gritando las mismas palabras por un buen rato. Golpeó las puertas en repetidas ocasiones, siendo un acto completamente inútil pero que ayudó a liberar la frustración que crecía en su pecho ante cada segundo en que era ignorado. Mientras más lo ignoraban más se frustraba, y mientras más se frustraba menos se rendía y mayor era su insistencia. No hubo escape alguno para el Fatui quien, poco a poco, fue perdiendo su paciencia.
—¡¡Bien!! —le respondió con un grito notablemente harto— ¡Sólo cállate de una maldita vez! Iré por tu estúpida agua.
Razor, jadeante por sus esfuerzos, sonrió victorioso y se detuvo. Bien, tenían una oportunidad.
Pasó un rato en el que no hubo señal alguna de que el Fatui hubiera ido a cumplir su palabra pero tampoco había forma de comprobarlo, así que lo único que quedó fue esperar. La paciencia era una virtud, y esa virtud dio frutos cuando detrás de la puerta se pudo escuchar:
—¡Retrocede por las escaleras o te juro que dispararé!
Unos cuantos segundos después, la puerta fue abierta por varios Fatui, dejando ver al Guerrillero detrás con su arma cargada en una mano y con un tazón de agua en el otro. El Fatui entró al dominio a paso cauteloso, asomándose un poco por las escaleras antes de voltearse hacia sus compañeros.
—No lo veo.
—Seguro habrá retrocedido hasta el fondo de las escaleras, el muy estúpido —respondió otro Fatui con burla. Razor tuvo que taparse la boca para ahogar un gruñido que, sin duda alguna, habría delatado su posición.
—Dijo que el otro se había desmayado. Tal vez ya se despertó —soltó otra voz con cierta indiferencia.
—Bien, cierren las puertas entonces —demandó el Guerrillero Pyro dispuesto a darse la vuelta y salir.
—Ah, no —lo detuvo una autoritaria voz—. Vas a ir, revisarás que todo esté en órden y les darás el agua.
El Guerrillero Pyro chistó malhumorado y se dio la vuelta, bajando las escaleras con arma en mano. No le importaba si el niño estuviera desmayado de sed o no, la posibilidad de caer en una emboscada aún existía. Sin embargo, cuando bajó toda la primera sección de las escaleras se detuvo unos segundos y miró la arena con atención. Al no lograr divisar ni escuchar ninguna clase de movimiento, regresó a paso apresurado con sus compañeros.
—¡¡No están!!
—¡¿Qué?!
—¡No están en ninguna parte! —repitió.
—¡No pudieron haber huido!
—¡De seguro se escondieron!
—¡Es una trampa!
—¡Búscalos bien!
—¡¡Silencio!!
Dentro de todo el caos, el líder logró sobresalir con un tono firme y alto, logrando mantener el orden antes de dar indicaciones.
—Volveremos a separarnos. Tres de ustedes quédense a vigilar y los otros dos vengan conmigo. Si se esconden, no será difícil encontrarlos. No los dejen salir por ningún motivo, ¿entendido?
—¡Sí, señor!
Y ante esa respuesta los Fatui se apresuraron a obedecer las indicaciones: el primer grupo, conformado por el líder y los Guardias Hydro y Cryo, entró con armas en mano mientras que el segundo grupo, conformado por el Guerrillero Pyro y los Martilleros, se quedaron afuera haciendo guardia, los Fatui restantes estaban incapacitados debido a las heridas de la última pelea. De haberlo sabido, Razor hubiera soltado algunas risas llenas de satisfacción.
Razor esperó a que el primer grupo hubiese bajado un buen tramo de la escaleras antes de asentir y hacer su siguiente movimiento: bajar. Cuando los Fatui entraron por primera vez, él se había ocultado detrás de las puertas. En un principio parecía un escondite demasiado obvio, pero él se las ingenió al escalar por las paredes hasta quedar en un punto ciego del enemigo. Fue simple pero efectivo, ya que pudo maniobrar para subirse a una de las puertas y poder mirar al exterior. Desde su ubicación aún estaba fuera de la vista del segundo grupo, pero sabía que apenas lograra bajar o en el momento en que decidiera saltar hacia el exterior tendría que enfrentarse a ellos, por lo que debía ser rápido.
Tomó aire, se preparó y saltó. Tal y como había predicho, los Fatui inmediatamente lo vieron cuando salió, pero había una desventaja que era el sello principal de los Martilleros: eran demasiado lentos. En cuanto llegó al suelo Razor dio una voltereta, amortiguando su caída antes de sacar sus garras de trueno y lanzar un ataque hacia el Guerrillero Pyro. Aquel Fatui alcanzó a recibir cierto daño antes de retroceder de un salto, siendo un movimiento meramente involuntario. Haya sido un acto de reflejo o no, fue un error pues le dio a Razor una vía libre de escape.
Sin embargo y antes de poder encaminarse por ese lado, los instintos del chico llamaron y lo hicieron voltear hacia atrás justo a tiempo, viendo como un gigantesco martillo dirigía un golpe hacia él. Razor reaccionó a tiempo y levantó su mandoble, sosteniéndolo por el mango con una mano y por la cuchilla con la otra, logrando así bloquear el golpe. Su fuerza no era suficiente como para detenerlo, pero sí como para no salir volando y caer, siendo arrastrado por la misma fuerza hasta quedar en una posición completamente opuesta: ahora eran los enemigos quienes estaban entre Razor y la puerta.
—Gracias —se burló el chico antes de salir corriendo.
—¡¡ALTO!!
Había un motivo por el que ese grupo de Fatui estaban en una zona tan alejada y desprovista de acción: eran demasiado malos como para ser necesarios, pero lo suficientemente buenos como para no estorbar. Uno de los grupos más débiles de los miembros Fatui.
Regresando un poco en el tiempo hasta el momento en que el primer grupo entró al dominio en busca de los chicos, Bennett ya estaba preparado. Su primer escondite, aquel en el que el Guerrillero Fatui creyó que los chicos se habían fugado, fue simplemente escalar en uno de los pilares que sostenían las escaleras, quedando completamente fuera de su vista a menos que el Fatui hubiera bajado y buscado debajo de las escaleras, cosa que claramente no pasó. Cuando logró escuchar que el Fatui regresaba a anunciar su supuesta huida, salió de su escondite y se dirigió rápidamente hacia el segundo escondite.
Cuando el primer grupo de Fatuis bajaron las escaleras principales el líder hizo una seña y se detuvo, gesto al que sus compañeros reaccionaron e imitaron. Mientras el líder observaba atentamente la arena, buscando cualquier indicio de la presencia ajena, Bennett comenzó a cargar su explosión Pyro al cubrir su espada de un gran poder. Y es que, al igual que Razor, había escalado hasta que su cabeza tocó el techo, quedando en una posición en la que los enemigos sólo podrían verlo si se daban la vuelta para salir del lugar. La desventaja de aquella habilidad es que hacía mucho ruido mientras cargaba, por lo que logró llamar la atención del Boxeador Anemo y hacerlo girar hacia el origen del ruido. Para su desgracia, Bennett se había adelantado con un salto desde el techo hasta el descanso de las escaleras en el que estaban, impidiéndoles reaccionar a tiempo para bloquear la explosión y salir volando.
Tanto por sus posiciones como por la fuerza de la explosión, los enemigos fueron lanzados hacia la arena desde una altura considerable, dándole así a Bennett la oportunidad de escapar. Desafortunadamente la misma fuerza de la explosión lo había lanzado a él también, sólo que al lado contrario y haciéndolo rebotar de forma dolorosa en las escaleras. Al ser éstas dirigidas hacia arriba, Bennett no tuvo la oportunidad de recuperarse y toda su espalda recibió el golpe, siendo su hombro derecho el área más resentida por ello.
—¡Aagh! Eso no lo vi venir…
Mal por él. Le tomó unos largos y desgarradores segundos poder recuperarse, maldiciendo todos y cada uno de ellos ya que un sólo segundo podía ser la diferencia entre el éxito y la derrota. Al momento de levantarse usó tanto sus piernas como sus manos para subir por las escaleras hacia la salida, tropezando un poco en los primeros escalones antes de avanzar a una velocidad bastante decente. Desgraciadamente sólo logró subir unos cuantos escalones antes de que una enorme mano lo tomara del tobillo y lo detuviera abruptamente.
—¡¿A dónde crees que vas?!
Bennett bajó la mirada y se encontró con el Boxeador Anemo, tirado en los escalones unos cuantos metros debajo y con el brazo extendido hacia él, siendo el dueño de la mano que lo retenía ahí. Si bien aún el Fatui logró llegar hasta él con gran rapidez, a juzgar por su aspecto cansado, la explosión y caída anteriores habían sido suficientes como para entorpecerlo, razón por la que no se encontraba sobre él.
—¡Suéltame! —demandó Bennett tratando de patear al Fatui en vano.
—¡No! ¡Tú no irás a ningún lado!
El Fatui dio un fuerte jalón, haciendo resbalar al chico unos cuantos escalones abajo con un quejido. Su pecho se llenó de pánico pero su determinación no flaqueó, sino que se intensificó y lo hizo aumentar la fuerza de su forcejeo, agregando ahora algunos golpes con sus manos hacia todo aquello que estuviera a su alcance. El Boxeador soltó una burlona y macabra sonrisa mientras usaba su mano libre para defenderse de esos golpes adicionales, siendo algo bastante fácil gracias a sus enormes guantes.
—Que tierno. ¿Crees que la Sota me permitirá ser uno de tus futuros entrenadores? Gozaré tanto de tus lindos gritos…
—¡¡Bennett!!
La voz de Razor llamó la atención de ambos, haciéndolos levantar la mirada para encontrarse con el chico en la cima de las escaleras con su arma en mano. Estaba jadeante y un poco herido, pero en cuanto entendió la situación en la que su pareja se encontraba, su cuerpo se revitalizó por la ira y preocupación que lo inundaron.
—¡Soltarlo! —lo amenazó levantando su mandoble y acercándose a ellos.
—¡Quieto ahí, niño! —levantó su mano libre, cerrándola en un puño que se cubría de Anemo—, o tu novio tendrá que volver a aprender a caminar.
La respiración de Bennett se aceleró mientras sus ojos se abrían con gran temor ante aquel amenazador puño que apuntaba a su aprisionada pierna. Razor se detuvo abruptamente ante aquellas palabras, siendo su ira reemplazada por el miedo ante aquella frase. Esa no era una amenaza vacía, y ambos lo sabían.
—Bien, muy bien hecho, cachorrito. Ahora suelta tu arma —soltó el Fatui con una gigantesca sonrisa y un brillo escarlata en sus ojos.
Razor frunció el ceño y le mostró sus “colmillos” al Fatui con un gruñido que salía desde el fondo de su pecho. No quería soltar su arma, no quería rendirse, deseaba resistirse con todas sus ganas…
—¡Ahora!
… pero no podía. Cruzó miradas con Bennett, quién negaba con la cabeza y le pedía silenciosamente que no hiciera caso, pero Razor apretó sus labios y lanzó su arma hacia un lado, viendo como chocó contra la pared hasta rebotar unos cuantos escalones abajo, quedando así en un lugar inalcanzable para ambos chicos.
—Bien… Muy bien —dijo el Fatui bajando un poco su puño, aunque no retiró la amenaza.
—No Razor… Por favor… Sólo vete —suplicó Bennett con voz temblorosa, pero Razor sólo atinaba a verlo de forma arrepentida.
—Vamos, adelante —el Fatui volvió a jalar a Bennett hacia él, bajándolo aún más hasta tenerlo prácticamente acorralado debajo suyo—. Huye y ponte a salvo, ya conoces el precio. O podrías hincarte ante mí y entregarte como el perro que eres. Si lo haces, consideraré no lastimarlo.
—Razor… No lo hagas. Corre. Déjame aquí, estaré bien…
A pesar de que Bennett usó un tono tranquilizador, Razor sintió como su corazón se apretujó con tristeza y resignación. Estaba acorralado. No quería entregarse hacia los Fatui, y mucho menos quería hacer caso a sus demandas, pero no tenía opciones; cualquier daño o humillación a la que fuera sometido era mucho mejor que Bennett siendo lastimado por “su culpa”. Bajando la mirada en una silenciosa disculpa hacia su pareja y el rostro enrojecido por la humillación, se fue agachando hasta tener que extender sus manos en los escalones para no caerse.
—Razor…
Bennett desvió su mirada. No era capaz de poder ver como su novio se sometía de tal forma sólo por él, era demasiado doloroso. Buscó de forma desesperada algún punto débil, un punto ciego o alguna manera de librarse de su agarre para poder escapar. Sacar su espada no era una opción, el área era demasiado limitada como para poder hacer algún movimiento útil y rápido sin ponerse en aún más riesgo. Debía pensar rápido, idear algo para poder alejarlo, algo que lo obligara a soltarlo, alguna forma de decirle a Razor que se fuera…
Abrió los ojos. Bajó las manos y comenzó a tratar de quitarse el guante que sujetaba su pierna de tal forma que parecía desesperada, y esa era su intención. A los ojos del Fatui, Bennett había sucumbido a la desesperación y forcejeaba de forma patética, soltando quejidos y gruñidos sin sentido alguno. Ignoraba completamente que esos gruñidos eran palabras, las cuales transmitían un mensaje apenas comprensible para cualquier lobo, pero Razor estaba bastante familiarizado con ese torpe lenguaje lobuno como para entender perfectamente las palabras “explotar” , “mano” y “juntos” . Entendió lo que tenía que hacer.
“Sí” respondió en el mismo idioma y levantó la mirada, viendo al Fatui con los ojos encendidos con diminutos rayos Electro llenos de determinación.
El Fatui quedó un poco confundido por ese repentino cambio de actitud antes de sentir como un calor abrazador aparecía repentinamente debajo de él. Al bajar la mirada logró ver cómo Bennett sostenía su guante con ambas manos, las cuales estaban cubiertas de unas grandes llamas que se extendían hasta sus codos. Apenas se dio cuenta de esto Razor apareció, y como un rayo extendió sus propias manos llenas de Electro hacia el guante antes de que una fuerte explosión, causada por la sobrecarga, los expulsara hacia atrás. Los chicos chocaron contra las escaleras de forma dolorosa, pero el Fatui terminó rodando escaleras abajo hasta chocar con sus compañeros, quiénes apenas habían logrado llegar.
—¡¡Vámonos!! —dijo Bennett al levantarse con gran dolor.
Razor, quien también tuvo problemas para recuperarse del impacto, tomó a Bennett de la mano y lo ayudó a tomar carrera escaleras arriba, logrando salir a traspiés hasta llegar a la puerta, en dónde se detuvo.
—¡¿Qué haces?!
Razor no contestó, sino que se acercó a una de las puertas de piedra y la jaló. Bennett entendió lo que quería hacer y, en lugar de querer detenerlo, fue hacia la otra puerta e imitó sus acciones. Sus brazos temblaban y sentía que sus piernas apenas podían sostenerlo, no supo cómo fue que consiguió toda esa fuerza adicional para arrastrar esas pesadas puertas.
—¡¡NO!! ¡¡ALTO!!
Fueron las palabras que escaparon por entre las puertas antes de que se cerraran en un estruendo, sellando así a los enemigos dentro de las ruinas hasta que alguien decidiera abrirlas por fuera. Los chicos, jadeantes y doloridos, miraron lo que acababan de hacer anonadados, procesando los sucesos entre toda la adrenalina y sus músculos palpitantes de dolor. Al menos así fue hasta que Razor escuchó algo moviéndose por entre arbustos cercanos. No vio nada, pero fue suficiente para despertarlo de su ensoñación.
—Bennett… —llamó tomando su mano con suavidad—. Irnos.
El aventurero reaccionó ante el toque ajeno, parpadeando con rapidez antes de mirarlo y asentir sutilmente. Razor tomó su mano y avanzó hacia el Sur. No porque supiera hacia dónde era, sino porque Bennett ya le había explicado hacia dónde debían ir cuando estaban estableciendo su plan de escape.
Avanzaron a paso veloz. No corrieron pero no querían perder mucho más tiempo, por lo que ignoraron a los pocos Hilichurls con los que se toparon antes de encontrarse con otra pared montañosa que tuvieron que escalar, saliendo finalmente de aquel Pendiente con sus músculos cansados y resentidos, Razor por haber corrido tanto y Bennett, por el dolor de las explosiones a las que se expuso. Siguieron caminando, ninguno habló durante el trayecto pues estaban concentrados en identificar cualquier ruido o avistamiento sospechoso, no necesitaban enfrentarse a nuevos enemigos.
Se mantuvieron alerta hasta llegar al borde de aquella pequeña montaña, lugar en donde pudieron apreciar el hermoso y pacífico paisaje que el Estanque Luhua les ofrecía, incluso estando bajo el tenue brillo de las estrellas. Bennett lo contempló por unos segundos antes de volver a hablar.
—Lo logramos… Seguimos aquí —miró a Razor, dudoso de sus propias palabras y temeroso de que, en cualquier momento, fuera a aparecer de nuevo dentro de las ruinas.
—Sí… Escapamos. Lograrlo —dijo Razor con una pequeña sonrisa llena de alivio. Parecía que él también acababa de procesar todo.
Bennett soltó un suspiro y lo abrazó con fuerza. Quería besarlo y golpearlo a la vez, estaba cansado y aliviado, tembloroso y adolorido. Pero seguían juntos. Razor seguía a su lado, a salvo.
Notes:
Sé que nadie me preguntó pero buah, vaya que me costó terminar este pequeño arco
No sabría explicar por qué, sólo fue pesado ( ̄_ ̄|||)
Pero bueno, aquí está a pesar de haberme tardado ✨En cuanto a esa bofetada de Bennett... Lo sentí un poco ooc (out of character) pero igual no pude evitar agregarlo ¯\_(ツ)_/¯
Tengo planeado subir algo para el 29 de febrero pero no prometo nada :]
Lo que sí puedo prometer es un fanfic alterno de esta misma historia pero con un cambio de 180° a partir de aquí. Quiero decir, mientras lo escribía me llegaron muchas ideas sobre qué pasaría si la Sota hubiera llegado a tiempo para llevarse a los chicos, pero todas las ideas eran bastante macabras y fuertes (el drama es mi elixir ✨). No lo subiré hasta terminar este fanfic y quizá hasta un poco después, pero definitivamente lo subiré para aquellos que tenemos un estómago más fuerte que exige sangre ajsasjasjasja
En fin, nos vemos en el siguiente capítulo <3
P.D. Gracias a mi Beta reader por corregir todo mi fanfic hasta ahora 💖
Chapter 17: Especial 29 de Febrero
Summary:
Bennett cumple 16 años
Notes:
Esto sucede antes de la historia principal, obviamente jaja
(See the end of the chapter for more notes.)
Chapter Text
Cualquier niño entraría en un debate interno acerca de si debía de celebrar su cumpleaños un día antes o un día después de la fecha real, pero para Bennett eso no era un mayor problema. Nacer un 29 de febrero si bien ya es desafortunado, nacer con mala suerte ocupa más espacio en su cabeza, y aparentemente su día especial no era sinónimo de un descanso de ello.
No recordaba mucho sobre los sucesos de su cuarto cumpleaños, sólo sabía que había aprendido a temerle a las abejas (aunque después pudo superar ese miedo hasta el punto de tolerar ver un enjambre a un metro de distancia); en su octavo cumpleaños, si bien conoció al Fatui que consideraría como su hermano mayor, también descubrió el sentimiento de ser arrastrado por un repentino tornado (¿cómo olvidar que Tartaglia le había salvado la vida aquella vez?); y en su cumpleaños número doce padeció el quedarse colgado en una red todo el día (ni qué decir que desde entonces lleva una navaja a todos lados).
Para ese punto, ya se había resignado a la idea de que nunca podría tener un cumpleaños normal. Pero justo en el año en donde cumpliría dieciséis, Bennett se prometió a sí mismo que esta vez disfrutaría de una fiesta como era debido, aún si eso podría significar tormentas repentinas o volver a enfrentarse a un enjambre furioso de abejas, o peor, de gallinas.
Ese pensamiento fue lo que lo motivó a mantenerse bastante tranquilo desde el primero de febrero. No es como si el no tener aventuras fuera a reducir la posibilidad de algún desastre en su cumpleaños, pero le daba un poco de consuelo saber que ahora su mala suerte se limitaba a cosas más mundanas y menos desastrosas.
—¡Bennett, descubrí una madriguera gigante el otro día! ¡Vamos a explorarla! —exclamaba una pequeña Klee bastante entusiasmada.
—¡Suena genial! —a los pocos segundos la expresión de Bennett se llenó de desilusión—. Pero no puedo, lo siento. Tengo que… Ehh… Conseguir más… pegamento para la dentadura de mis padres. ¡Si, eso! Y es un poco difícil porque siempre me lo roba un perro, creo que le gusta el sabor a uvas.
—Oh… ¡Entonces te acompaño! Te protegeré de ese perro malvado, ¡y después buscaré a Razor para poder dibujar todos juntos!
Bennett agradeció sus adorables intenciones y ambos se dispusieron a cumplir esa mini misión autoimpuesta. Así era básicamente un día interesante, pues los demás se limitaban a estar con sus padres y cuidarlos, sobre todo de sí mismo. No es que no fuera interesante del todo, sino que era bastante rutinario a comparación de las misiones del gremio.
Sus padres agradecían que el chico se molestara en pasar más tiempo con ellos, pero al mismo tiempo les resultaba extraño. Desde que aprendió a caminar Bennett demostró ser muy inquieto y enérgico, y verlo tan quieto resultaba en una constante broma de “¿quién eres y qué le hiciste a mi pequeño Bennett?”. Fue así como decidieron darle una pequeña misión un poco más interesante.
—Bennett —llamó uno de los ancianos.
—¿Si? —el chico desvió la mirada de la ventana hacia su padre.
—Acércate, mi niño —Bennett obedeció y se paró justo a su lado—. Tengo una misión para ti.
—¡Claro! ¿Qué tengo que hacer?
—Necesito que vayas a un dominio a conseguir un objeto muy especial.
—¿Dominio? ¡Genial! ¡Me encan… —se interrumpió abruptamente y bajó la mirada—. Digo, sí me gustaría mucho, pero no puedo. Corro el riesgo de quedarme atrapado, y mi cumpleaños es mañana.
—Lo sé. Por eso tu papá Johann sugirió que podrías ir acompañado.
—¿Me van a acompañar ustedes? —cuestionó incrédulo, mirando como el mencionado se acercaba a ellos.
—No seas tonto —gruñó el señor Johann—, te acompañará tu amigo Razor. Así alguien podrá ayudarte en caso de que te quedes atrapado.
—Oh… Ya veo —se rascó la nuca y bajó la mirada, esperando que así pudiera ocultar el leve sonrojo que surgió en el momento en que escuchó el nombre de Razor.
Obviamente eso no funcionó, pero sus padres fingieron no darse cuenta y mirarse con cierta complicidad.
—Entonces, ¿crees que puedas hacerlo?
—Ehh…
El chico seguía dudoso; no quiso arriesgarse ni a adentrarse en el bosque durante todo el mes, por lo que la petición de meterse a un dominio en pleno 28 no le agradaba. Pero era su padre (uno de los tantos que tenía), jamás podría negarse a un favor suyo.
—Benny —llamó con suavidad una anciana aventurera que había estado, supuestamente, centrada en su tejido en una mecedora cerca de ellos—, sabemos lo que te preocupa, ¿pero crees que dejaríamos que te pierdas de tu fiesta de cumpleaños?
—No —contestó con una leve sonrisa.
—Exacto. Sabemos dónde estarán, así que si te tardan demasiado enviaremos a los Caballeros de Favonius a que los busquen.
Ahora sí que se sentía un poco más convencido. No entendía por qué era tan importante aquel objeto (o siquiera lo que era), pero si sus padres estaban dispuestos a tomarse tantas molestias por esa misión, entonces lo menos que podría hacer era poner todo su empeño en cumplir con esa misión cuánto antes.
—¡Está bien, lo haré! ¡Conseguiré ese artefacto por ustedes! —apretó el puño con una gran sonrisa decidida.
—¡Perfecto! Muchas gracias, hijito —dijo su padre (no el señor Johann, el otro) con una sonrisa agradecida—. La verdad no recuerdo bien en qué dominio está, pero sé que lo anoté en una de esas libretas —señaló la cima de un estante de libros.
Bennett asintió y se aproximó al estante con un pequeño banco, en el que se subió para poder estirarse y señalar los diversos encuadernados que se encontraban.
—¿Cuál de todos es?
—A tu derecha. Más. El rojo. No, el otro rojo. Si, justo ese.
—Ten cuidado, Benny. No te vayas a-
—¡Waah!
Muy tarde. Cuando Bennett estaba sacando la libreta, la pata del banco cedió y se rompió, haciéndo perder el equilibrio al chico. En un acto de reflejo trató de sostenerse de lo primero que alcanzó, pero sólo terminó por hacer que un montón de libretas y hojas cayeran sobre él.
—¡Bennett! —exclamaron varias voces al mismo tiempo.
—Ay… —se quejó el chico sobándose la nariz—. Estoy bien, sólo fue un pequeño golpe. ¡Ah, no te preocupes, papá! ¡Yo lo recojo!
—No te preocupes, aún no estoy en silla de ruedas.
El chico se enderezó rápidamente al ver cómo uno de sus padres se disponía a agacharse para recoger el desorden. Algunos adultos suspiraron y otros negaron con la cabeza, y aunque su preocupación se disipó un poco, todos pensaban que el chico debía de cuidarse un poco más.
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—Raaaazooor —silencio— ¡Raaazooor! —tomó aire— ¡RAZOR!
—¡No gritos! —advirtió el chico apareciendo de repente.
—¡Lo siento! —se disculpó la pequeña exploradora con una sonrisa.
—No problema. ¿Qué pasar? —preguntó tratando de ocultar su malestar por haber perdido su presa.
—¿Ya tienes tu regalo para Bennett? —preguntó Klee con emoción.
—¿Regalo? —inclinó un poco la cabeza con extrañeza.
—¡Sí! ¡Mañana es el cumpleaños de Bennett! Albedo me ayudó a hacer su regalo, pero no sé si le va a gustar. ¡Tú eres su mejor amigo y puedes decirme si le va a gustar!
—Cumpleaños… —repitió un poco distraído mientras la pequeña se disponía a sacar algo se su mochila.
Ya estaba familiarizado con el concepto de cumpleaños, hacía un par de años que Lisa le había ayudado a entenderlo y calcular el suyo propio; y Klee había sido su guía principal para entender las costumbres humanas en ese festejo, yendo desde el pastel, los globos y los regalos. El problema era que no terminaba por entender cómo funcionaba el “año visesto”, por lo que siempre esperaba a que le dijeran cuando se celebraba el de Bennett para poder prepararse.
Desgraciadamente esta vez el aviso llegó demasiado tarde.
—No tener regalo —admitió Razor un poco preocupado.
—Oh, ¡entonces puedo ayudarte! Pero primero dime si mi regalo es bueno.
Con un cuidado que muy rara vez se le veía usar a la niña, sacó una caja de su mochila y la puso en el suelo. Se hincó y destapó la caja, revelando así una torcida pero muy linda corona de flores.
—Lindo —dijo Razor con honestidad.
—¿En serio le gustará? —preguntó la pequeña aún con preocupación—. Dijo Albedo que usó su magia alquimia y que no se van a marchitar en mucho tiempo, pero está chueco…
—Si… gustarle —asintió el chico con tono tranquilizador—. Muy lindo. Bennett lindo… también.
—¿Si? —Klee lo picó suavemente con el dedo, aún sin poder convencerse—. Le dije a Albedo que mejor lo dibujara, pero él me dijo que esto era mejor porque lo hice yo —esa frase terminó por darle una idea a Razor.
—Klee. ¿Tener crayones? ¿Hojas?
—¿Eh? Si, en mi mochila —respondió algo confundida.
—¿Prestar… a mi, por favor?
—Okey.
Ahora llena de curiosidad por lo que Razor planeaba hacer, sacó sus cosas y se las extendió al chico, quién se acercó a la piedra grande más cercana para poder recargarse más cómodamente. Klee guardó su regalo con cuidado antes de llevarle a Razor los crayones que faltaban.
—¿Qué haces? —preguntó sentándose en la roca.
—Regalo.
—¿Vas a regalarle un dibujo? —Klee se inclinó hacia el dibujo con interés.
Razor se limitó a asentir en respuesta antes de poner toda su concentración sobre aquel pedazo de papel. Estaba decidido a poner todo su empeño para hacer el mejor dibujo del mundo.
◈ ━━━━━━━ 幸 ━━━━━━━ ◈
—¡Listo, llegamos!
Bennett se detuvo frente al dominio y lo miró con ilusión. Si bien Razor no compartía esa emoción por explorar lugares abandonados y buscar tesoros, lo que lo hizo sonreír fue la mirada que su amigo le dirigió.
—¿Listo para una pequeña aventura?
—Si —fue su sonriente respuesta.
Y con toda aquella energía que se había estado aguantando en todo el bendito mes, Bennett entró al lugar dando pequeños saltitos siendo seguido por su amigo antes de que las puertas se cerraran detrás de ellos. El lugar estaba más oscuro de lo que habían esperado, por lo que Bennett sacó su pequeña linterna portátil y la encendió con un poco de su poder Pyro. No era mucha la iluminación que tenían, apenas podían ver a tres pasos de ellos, pero era eso o nada.
—¿Me ayudas? —le extendió la linterna. Razor asintió y la sostuvo para él—. Gracias, veamos… —sacó una hoja y se la extendió para mostrarla—. Mi papá no quiso decirme qué es exactamente lo que estamos buscando, pero sí que me dijo que la caja en donde está guardada es especial. Es básicamente una maleta de cuero con su nombre grabado, aunque dijo que podría estar muy pesada.
—Cuero… ¿qué ser? —preguntó Razor.
—Umm… Es piel de animal pero sin el pelo o las escamas —explicó guardando la hoja con el dibujo improvisado de la maleta—. Normalmente suele ser de jabalí, creo.
—Oh… ¿No oler feo? —arrugó la nariz con disgusto al recordar el olor de animal muerto.
—No, al contrario —tomó nuevamente la linterna y comenzó a avanzar —, huele bastante bien. Hacen un proceso para que no se pudra y poder usarlo en la ropa o en los objetos, aunque no sé cómo es.
Razor soltó un pequeño “Hm” como respuesta antes de comenzar a seguirlo en silencio, pensando por un momento que la piel no era su sabor favorito. Mantenía su oído atento ante cualquier sonido, dispuesto a sacar su colmillo de hierro en caso de ser necesario; por el momento parecían andar por un largo pasillo de piedra, silencioso y firme ante sus pasos cuyo eco era bastante más bajo del que se esperaría.
Si bien sabía el riesgo que conllevaba el no andar con cuidado, la emoción que le causaba el finalmente poder volver a explorar un dominio, lo hacía acelerar el paso más de lo necesario. Fue así como terminó por activar una trampa que lanzó una llamarada Pyro hacia él. El chico soltó un grito de sorpresa y retrocedió inmediatamente.
—¡Bennett!
El chico se dió algunas palmadas en las pequeñas partes de su ropa que lograron incendiarse. Razor lo ayudó y ambos apagaron el fuego
—Uff… Eso fue aterrador.
—¿Estar bien? ¿Doler?
—No realmente… —se analizó un poco observando las zonas que lograron estar en contacto con el fuego, viendo como estaban de un notable color rojo—. Arde un poquito, pero estaré bien. ¡Tengo crema para las quemaduras en mi mochila!
Levantó el pulgar para animar a su amigo antes de centrar su atención en el artefacto frente a ellos, cuyo poder Pyro impedía que pudieran avanzar.
—Humm… Creo que activé esa cosa con algo en el suelo —miró a sus pies y comenzó a pisar aleatoriamente por el área—. Tal vez si vuelvo a pisar en el mismo lugar, lo pueda desactivar.
Exploró un poco más hasta volver a sentir como su pie se volvía a hundir junto al suelo. Sonrió satisfecho y convencido de que lo había logrado antes de levantar su pie. Entonces se escuchó un fuerte click, siendo la única señal que tuvieron antes de que el pedazo de suelo que estaba debajo de ellos comenzara a caer a una gran velocidad por un tobogán de piedra lisa. Los chicos simplemente atinaron a abrazarse mutuamente mientras caían a través de la oscuridad, escuchando solamente sus gritos e intentos de detener su caída, pero la piedra era demasiado resbaladiza y empinada como para lograr algo.
Siguieron por unos segundos (que se sintieron terriblemente largos) hasta que lograron ver una tenue luz, la cual se fue haciendo más y más grande de forma inevitable. Entonces el suelo del tobogán se reclinó repentinamente y terminó su camino, mandando a volar a los chicos por unos cuantos metros antes de que rodaran por el suelo hasta frenar. Razor se levantó con lentitud, soltando unos pocos quejidos por las quejas de su adolorido cuerpo, o al menos así fue hasta que escuchó como su amigo también se quejaba.
—¡Bennett! —soltó preocupado mientras se acercaba a él.
—Ugh… —el chico tosió un poco antes de querer enderezarse también, siendo ayudado por Razor quien lo sostuvo cuidadosamente hasta que se sentó—. Eso sí dolió…
Repentinamente, Razor le tapó la boca con sus manos. Bennett se sobresaltó por la sorpresa, pero en cuanto escuchó un gran retumbar rítmico acercándose a ellos, miró a Razor y asintió con la cabeza. El chico lo soltó y ambos se levantaron en silencio, comenzando a retroceder hacia unas cajas que podían utilizar como escondite, al menos por el momento.
Lograron ocultarse a tiempo antes de que un gran Guardián de las Ruinas apareciera en el lugar, el cual miró un poco por esa zona antes de darse vuelta y seguir patrullando. Los chicos se mantuvieron quietos hasta que los pasos estuvieron a una distancia bastante prudente.
—Sólo es un monstruo… —suspiró Bennett en voz baja—. Seguramente habrá más en todo el dominio.
Al asomarse verificó que el monstruo seguía dándoles la espalda, lo cual les presentaba una gran ventaja en caso de comenzar una pelea, y obviamente eso era lo que iban a hacer; llevaba todo un mes sin enfrentarse a algo más que unos slimes, por lo que no iba a perder esa oportunidad de tener un enfrentamiento más emocionante. Con una gran y decidida sonrisa, Bennett empuñó su arma y miró a Razor.
—¿Listo para vencer a algunos monstruos?
Ante ese entusiasmo, Razor le devolvió la sonrisa con un leve asentimiento, sacando su colmillo de hierro antes de seguir a su amigo.
◈ ━━━━━━━ 狼 ━━━━━━━ ◈
De no ser por su experiencia de estar perdido o encerrado en dominios o ruinas, Bennett no tendría la certeza de que ya era 29 de febrero.
Al principio el pasar de las horas no fue algo que lo preocupara, pero cuando esas horas se mezclaron con un interminable camino que sólo parecía hacerlos dar círculos en las mismas salas el chico comenzó a arrepentirse de aceptar esa misión.
—¿¡Otra vez aquí!? ¡Aaah! —gritó Bennett con frustración al entrar a una sala con un acertijo que ya habían resuelto más de 10 veces— ¡No tengo tiempo para esto, debo volver con mis papás!
Razor estaba igual de frustrado y volvió a buscar por enésima vez alguna salida secreta de aquella sala, pero más allá de sus propios olores no encontró absolutamente nada, sacando así un gruñido lleno de irritación.
—Lo siento Razor —soltó Bennett al sentarse en el suelo—, es todo por mi mala suerte. No, es mi culpa. Sabía lo que iba a pasar y aún así acepté la misión…
El triste tono de Bennett le dio una pequeña punzada en el corazón. Razor miró las puertas antes de suspirar derrotado y sentarse junto a Bennett. Ninguno de los dos tenía ni las fuerzas ni las ganas de seguir, sumando además su falta de sueño y un poco de alimento.
—No ser culpa de ti —lo consoló apoyando su mano en su hombro.
—Claro que si. De no ser por mi, no estaríamos aquí atrapados por Arcontes-sabrán-cuanto-tiempo. Ahora estaríamos festejando mi cumpleaños en una gran fiesta… —Bennett juntó sus piernas a su pecho y escondió su rostro en sus rodillas—. ¿A quién quiero engañar? Jamás tendré la oportunidad de celebrar mi cumpleaños cómo es debido; simplemente debería aceptarlo y abandonar esa idea.
Razor no dijo nada. Para él los cumpleaños no eran motivo de gran celebración; no había pasado mucho desde que aprendió su importancia para los humanos, y debido a la gran ausencia de esto en su vida no le afectaba si se celebraba o no. Aunque podía admitir que era lindo cuando le expresaban cariño y le daban regalos…
¡Eso es! ¡Regalos! Podría regalarle algo a Bennett para hacerlo sentir mejor, ¿no? Al menos esa fue su idea inicial, pues en cuanto quiso buscar algo en su inventario, se topó con su absurdo dibujo y los ánimos volvieron a reducirse al mínimo. No, definitivamente darle eso no era una opción.
—O tal vez no debería ser tan negativo… —murmuró Bennett levantando la mirada—. Esta vez estoy atrapado por mi propia culpa y no por mi mala suerte… Si en cuatro años tengo más cuidado, tal vez sí que tenga una oportunidad… ¿O no?
Bennett miró a Razor buscando una respuesta, a lo que el chico solo atinó a rascarse la cabeza soltando un leve “Umm…” mientras trataba de pensar, pero antes de poder responderle, un gruñido desde su estómago resonó por la habitación. Bennett soltó una pequeña risa y su expresión se suavizó.
—Cierto, deberíamos comer. Tal vez sólo estoy así porque también tengo hambre.
El aventurero rebuscó un poco en su mochila antes de sacar 3 sándwiches, extendiéndole dos a Razor y quedándose con el último con una pequeña sonrisa.
—Tengo más, pero no sabemos cuánto tiempo estaremos aquí. Lamento hacerte pasar hambre otra vez.
La idea no le gustaba en lo absoluto, pero la disculpa de Bennett era sincera, y también entendía que la situación en la que se encontraban era un tanto grave, así que se resignó a ello y comenzó a comerse los sandwiches lo más lento posible. Fue tanto así que se obligó a comerse la lechuga (con el ceño fruncido, pero se lo comió).
Tratando de mejorar el ambiente mientras comían, Bennett comenzó a contarle sus anécdotas más recientes sobre sus aventuras, incluso le habló un poco sobre sus anteriores cumpleaños (hayan sido en año bisiesto o no).
—... y podría incluso jurar que los Hilichurls me entendieron cuando dije que era mi cumpleaños, porque me regalaron carne y dejaron de intentar pelear conmigo. ¡Sólo faltaba que se pusieran a cantar! Aunque creo que sí comenzaron a hablar con un poco de ritmo… Aunque, bueno, desde que me resguardé de una ventisca en Año Nuevo con ese Hilichurl en Espinadragón, mi perspectiva ha cambiado un poco.
Razor se recostó en el suelo y acomodó sus manos detrás de su cabeza, deseando así descansar su cuerpo mientras escuchaba sus historias. Estando con Bennett era usual que algunas de sus historias se repitieran, pero el chico jamás se cansaba de oírlo, por lo que lo dejaba hablar y hablar hasta que se cansada (cosa muy difícil de conseguir).
Pasaron otro par de horas y ninguno parecía dispuesto a moverse. No querían decirlo, pero ya se habían rendido un poco en aquello de encontrar una salida, así que se hacían los tontos esperando a que el otro hiciera el primer movimiento. Y, efectivamente, Razor lo hizo.
—Mirar.
—¿Eh? ¿Qué cosa?
Bennett siguió el dedo hacia la zona del techo en donde Razor estaba apuntando; al principio no encontró nada, pero al concentrarse se dio cuenta: había un pequeño botón en el techo.
—¡Oh, Barbatos! —con un subidón de energía, Bennett se levantó y se posicionó justo debajo de aquel botón—. ¡Está muy bien camuflado! ¿Crees que sea la salida? Espero que lo sea, ¡tiene que ser! ¡Me conformo con un camino nuevo!
Mientras Bennett continuaba con su discusión individual, Razor trató de idear alguna forma de poder llegar hasta ahí: se le ocurrió que podrían lanzar cosas para presionarlo, pero no quería arriesgarse a que algo le cayera a Bennett y lo lastimara; saltar no era una opción, obviamente; Bennett podría subirse a sus hombros e intentar estirarse hasta él, pero necesitaría de tener un gran equilibrio. Lo pensó un poco más y concluyó en que esa era la mejor opción, después de todo era mejor a seguir quedándose sentados.
—Bennett. Subir-
Se interrumpió e inmediatamente sacó su colmillo de hierro, poniéndose en guardia frente a una de las puertas de la sala.
—¿Razor? ¿Qué pas-
—Callar.
Bennett obedeció y se tapó la boca con las manos, esperando escuchar algo, o que Razor le dijera algo, o que algún monstruo apareciera de la nada como mínimo; pero lo que pasó fue otra cosa, y es que la puerta que vigilaban se abrió de par en par, revelando así la presencia de una persona completamente inesperada.
—¿Tartaglia?
—¡¡Hermanito Bennett!! —gritó el pelirrojo extendiendo sus brazos hacia el chico.
La emoción le ganó y lo hicieron corresponder el gesto, corriendo hacia el joven Fatui con un gran brillo en los ojos antes de ser atrapado en sus brazos entre algunas risas entusiasmadas. Ese escenario sólo hizo que Razor frunciera el ceño de nuevo.
—¿Qué haces aquí? —preguntó el aventurero con una enorme sonrisa.
—No creías que pasarías tu cumpleaños sin que tú hermano favorito viniera a felicitarte, ¿o si? —le respondió Childe atrapando su cabeza con un brazo y frotando su cuerpo cabelludo con sus nudillos.
—¡Ay, ay! ¡Espera, no! ¡Jajaja!
—Bennett —gruñó un Razor malhumorado que se había acercado a ellos. Al Fatui no se le escapó que no había soltado su arma, aunque sí se le escapó Bennett de su agarre.
—Oh, cierto. Razor, él es Tartaglia, es el Fatui que también es amigo del Viajero. Tartaglia, él es Razor.
—Ah, el famoso Razor. Soy Childe, aunque me puedes decir Tartaglia. Un gusto conocerte, amigo —le extendió la mano al chico.
Razor miró esa mano con una notable molestia. Sí, recordaba que Bennett le había mencionado a un Fatui amigable con el que peleaba a veces junto al Viajero, pero si desde antes no le daba buena espina, ahora después de haber visto aquella cercanía estaba seguro de que no le caía tan bien.
—Si. Igual.
Aún así, decidió ser cortés por Bennett y aceptar el saludo. Tartaglia no pudo evitar pensar que era tierno el cómo Razor apretaba su mano con una fuerza mucho mayor al necesario, y estaba seguro de que eso era totalmente intencional.
—Pero, ¿cómo llegaste aquí ? —puntuó Bennett sin percatarse de nada.
—Fue sencillo, en realidad. Primero me acerqué a Katherine pensando en que te habías ido por algún encargo o algo así, pero me dijo que has trabajado muy poco en todo el mes, así que fui a preguntarle a las monjas. Fue un poco difícil sacarles la información ya que no confían mucho en mí, pero después de nuestras aventuras creo que saben que tengo buenas intenciones —se encogió de hombros—. No sabían mucho, sólo que has estado cuidando a tus padres. Entonces fui con ellos y les pregunté-
—¿Conocer padres… tuyos? —lo señaló Razor con incredulidad, ganándose una mirada un poco nerviosa de Bennett.
—Bueno, sí. Ellos querían agradecerles apropiadamente el que me haya salvado la vida, aún cuando les dije que no era necesario y eso…
—Fueron muy amables. Aún uso los guantes que me hicieron cuando voy a mi hogar natal —presumió Tartaglia—. En fin, me dijeron que llegué justo a tiempo pues llevaban aquí toda la noche y que muy probablemente necesitaban ayuda. Veo que no se equivocaban.
La única respuesta que tuvo fue un gruñido por parte de Razor, cosa que sorprendió un poco a Bennett pero que terminó por pensar que simplemente mantenía sus reservas por ser un miembro de los Fatui.
—Bueno, ¡que bueno que nos encontramos! Necesitamos tu ayuda.
—¡Por supuesto! ¿A qué monstruo debo vencer? —invocó sus cuchillas con entusiasmo.
—¡Ah, no! ¡No es nada de eso! —se apresuró a explicar—. En realidad ya nos hemos deshecho de todos los monstruos, pero parece que el lugar solo va en círculos.
—Oh —guardó sus armas con algo de decepción, para alivio de ambos chicos—, ¿entonces?
—¿Crees que puedas alcanzar ese botón?
Tartaglia, a diferencia de los chicos, sí que había lo notado desde que llegó, así que sólo sonrió antes de responder con orgullo:
—Admira a tu hermano mayor salvando el día~
Tartaglia se posicionó y comenzó una pequeña carrera hacia el centro de la sala, dejando detrás de sí una pequeña estela hydro que sorprendió a ambos chicos; al llegar al centro derrapó un poco antes de dar un salto tan fuerte que tuvo que girar su cuerpo, quedando sus piernas hacia arriba y arrodillándose en el techo; apretó el botón con su puño y dio una última vuelta al regresar, cayendo sobre sus pies en una pose casi heróica.
—¡Genial! —dijo Bennett con gran admiración, mientras que Razor solo atinó a soltar otro gruñido.
En cuanto Tartaglia se enderezó, una compuerta debajo de sus pies se comenzó a abrir, haciéndole retroceder un poco mientras veía el interior con curiosidad. Los chicos también se extrañaron por ese suceso y se acercaron, vislumbrando con gran asombro como dentro de aquel lugar estaba aquella maleta que Bennett había estado buscando en primer lugar.
—¡No puede ser! ¡Lo encontramos!
Bastante emocionado, el aventurero se agachó y tomó la maleta para poder verificar que, en efecto, era esa maleta. Lejos de alegrarse, Razor se sintió aún más irritado, aunque no tuvo mucho tiempo para permitirse sentirse así, pues tras otro “click” el suelo debajo de ellos comenzó a subir, abriendoles paso por un túnel que parecía regresarlos hacia arriba.
—¿Era esto por lo que entraron aquí? —preguntó Tartaglia un poco incrédulo y decepcionado mirando la maleta.
—¡Si! ¡Uno de mis padres me lo pidió! Dijo que era un tesoro y que era muy importante.
—Umm… Bueno, si tú lo dices.
—¡Y lo conseguimos gracias a ti, Tartaglia! ¡Muchas gracias! —dijo Bennett antes de lanzarse hacia el joven y abrazarlo con fuerza.
Tartaglia no se esperó ese gesto, pero en absoluto quiso despreciarlo y lo correspondió con unas pequeñas palmadas en su cabeza.
—No es nada, ¡para eso están los hermanos mayores!
Sin embargo su sonrisa se esfumó un poco en cuanto levantó la vista, pues logró apreciar el momento exacto en que a Razor se le rompió el corazón. Se sintió un poco mal por el chico pues sabía cuánto se apreciaban, y sus celos evidenciaban demasiado sus sentimientos hacia Bennett.
—Ah, pero… No hubieras llegado hasta aquí de no ser por tu amigo, ¿verdad? —le preguntó con un tono un poco más suave, obteniendo una expresión bastante sorprendida de Razor.
—¡Por supuesto!
Lejos de captar las intenciones de Tartaglia, Bennett lo liberó de su abrazo y corrió hacia Razor, siendo ahora él la víctima de un gran y fuerte abrazo.
—¡Muchas gracias, Razor! De no ser por ti, habría pasado un cumpleaños bastante triste y solitario. ¡Gracias por estar a mi lado!
Y con un cambio de 180°, el rostro de Razor se llenó de gozo, iluminando sus ojos y cubriendo sus mejillas de un leve tono rojizo. El chico dio una leve sonrisa y correspondió el abrazo.
—Si. Bennett, mi Lupical. Cuidar.
Razor vio como Tartaglia le levantaba el pulgar con un pequeño guiño antes de que la plataforma se detuviera, devolviéndolos al pasillo del principio.
—¡Bien, es hora de salir de aquí! Tal vez aún tengamos tiempo.
En cuanto Bennett dio el primer paso, activó accidentalmente otra trampa; lo siguiente que supo fue que Tartaglia estaba sosteniendo una flecha que, aparentemente, iba dirigida justo en donde estaba su cara.
—¡Waah!
—Ten más cuidado donde pisas, Bennett —alertó Tartaglia, tirando la flecha con toda la tranquilidad del mundo.
—S-si…
Tanto Razor como Bennett pensaron lo mismo: era buena persona, pero definitivamente daba miedo.
◈ ━━━━━━━ 幸 ━━━━━━━ ◈
—¡Bennett! / ¡Mi niño! / ¿Estás bien? / ¿Te lastimaste? / ¡Mírate, estás todo quemado! / ¡Oh Bennett, nos preocupamos por ti!
En cuanto el chico entró al asilo de sus padres, fue rodeado por todos ellos y acribillado de preguntas, apretones de mejillas y revisiones, dándole apenas oportunidad para respirar.
Razor, quién entró un poco después que él, se mantuvo al margen y dejó que su amigo fuera “torturado* por sus padres, aunque él tampoco se iba a salvar.
—¡Razor, mi pequeño!
El chico inmediatamente reconoció esa voz, y en cuanto volteó lo último con lo que se encontró fueron un par de brazos que lo aprisionaron entre dos grandes pechos femeninos, quitándole la posibilidad de respirar. Razor intentó librarse de aquel abrazo, pero Lisa era sorprendentemente fuerte por lo que no pudo liberarse hasta que ella decidió soltarlo unos cuantos segundos después, permitiéndole tomar una gran bocanada de aire.
—Fufu, ¿estás bien, querido~?
—Si… —respondió Razor entre ligeros jadeos.
—Bueno, hasta aquí quedo yo —dijo Tartaglia con tono cantarín. Tanto Lisa como Razor y uno de los padres de Bennett voltearon a verlo, aunque fue éste quien se adelantó primero a decirle:
—Gracias por tu ayuda, jovencito. Aún te debemos la primera vez y aún así vuelves a ayudar a nuestro niño.
—No se preocupe, señor —soltó Tartaglia restándole importancia—. No me deben nada, lo que sea por mi pequeño amigo. ¡Ah, y antes de que se me olvide! —sacó una caja de su inventario y se la extendió a Razor—. ¿Crees que puedas darle esto por mi? Me gustaría dárselo personalmente, pero ya debería estar de camino a Fontaine jaja.
Un poco extrañado Razor asintió y tomó la caja. Seguía sin confiar del todo en él, y pecaba un poco de sentirse aliviado al saber que ya se iba, pero no podía rechazarlo si era algo que haría feliz a Bennett.
—Gracias amigo. ¡Nos veremos después! —y con una seña, Tartaglia se despidió.
—A veces me sorprende la capacidad de Bennett para hacer amigos —admitió Lisa viendo como el Fatui se alejaba.
Razor estuvo de acuerdo y con un asentimiento entró al lugar guardando el regalo en su inventario. Ya podría dárselo en un momento en que estuviera libre.
—¡En serio estoy bien, papás! —exclamó Bennett al lograr escaparse de las garras de sus padres.
—Siento mucho haberte puesto en esa situación, hijo —dijo el padre que le había encomendado la misión—. Incluso olvidé mencionarte cosas importantes como las trampas o la compuerta escondida.
—Está bien, no te preocupes papá —respondió Bennett con una sonrisa—. ¡De todas maneras lo conseguimos, mira!
El señor vio con asombro como el chico sacaba la dichosa maleta que le había encargado en perfecto estado, ignorando claro los daños que el tiempo le habían provocado.
—Eres sin duda increíble, hijo —le respondió su padre bastante orgulloso.
—No es para tanto… —dijo un Bennett apenado y rascándose la nuca.
—¡¡Llegamos!!
El grito de una pequeña y emocionada Klee llamó la atención de todos los presentes, quienes al voltear lograron ver cómo era seguida por Albedo, quién tenía una caja un poco grande en sus manos.
—Lamentamos la tardanza —dijo el apacible alquimista entrando al lugar—. ¿Todo bien, Bennett?
—¡Si, gracias Albedo! Y no te preocupes, yo también acabo de llegar —bromeó con alegría.
—¿Qué te parece si comenzamos con tu fiesta antes de que se nos caiga el techo encima? —preguntó una de sus madres de forma risueña, aunque esa idea le provocó escalofríos a varios en lugar de risas sabiendo que eso era perfectamente posible.
—¡Si!
Albedo puso la caja en otra mesa y la abrió, dejando a la vista un pastel un tanto sencillo pero con un bonito decorado. Bennett lo admiró con gran alegría mientras Albedo usaba su alquimia para unas cuantas velas.
—¿Te gusta?
—¡Por supuesto! ¡Se ve que está delicioso!
Y la cosa no hizo más que mejorar, pues al cabo de un rato llegaron el Viajero y Paimon. El aventurero los recibió con gran alegría, pues se sabía que habían estado fuera viajando por otras naciones y apreciaba que se tomaran el tiempo de ir a su fiesta.
Bennett no podía con la emoción. Casi tuvo que ser obligado a sentarse por sus padres para que todos pudieran cantarle la canción de cumpleaños. Los ojos de Bennett brillaban de júbilo y con el reflejo de las velas encendidas, soplando las velas con el mismo entusiasmo en medio de un coro de aplausos que lo hicieron enrojecer.
Hasta el momento en que fueron repartiendo el pastel no parecía presentarse ningún imprevisto, aunque todos estaban alerta ante la mala suerte del cumpleañero. Para alivio de todos, ésta pareció presentarse simplemente como un pedazo de cera de vela en el trozo de pastel de Bennett.
—¿Es verdad que derrotaste a la Arconte Electro? —preguntaba Bennett al Viajero con gran entusiasmo.
—Pues…
—¿Y que salvaste a la Arconte Dendro de los malvados de la Academia?
—Suena más genial de lo que fue —responde el Viajero con modestia.
—¡Claro que no, fue genial! —replicó Paimon con las mejillas un poco sucias de crema chantilly—. La Shogun tenía un clon malvado con el que tuvimos que pelear y derrotarlo…
—En realidad no fuimos nosotros… —quiso aclarar el Viajero, pero fue olímpicamente ignorado.
—... y la Arconte Dendro estaba encerrada en una jaula, solo podía leer mentes. Gracias a eso salvamos a Sumeru de caer en un sueño eterno.
—Bueno, más o menos así, pero…
—¡Woah, que genial! ¡Son de verdad increíbles, Paimon!
El Viajero se rindió y dejó que continuaran con su conversación. Después de todo, ¿quién era él para quitarle la ilusión a Bennett? Además, también quería ponerse al día con los demás.
Todos pasaron un buen rato disfrutando del pastel, incluso las personas mayores ya que Albedo se había encargado de que el pastel no estuviera alto en azúcares, dándoles así la oportunidad de disfrutarlo sin preocupaciones.
—Benny querido —llamó una de las madres del chico—, ¿podrías venir?
—Claro —dejó su plato en una mesa cercana al aproximarse—, ¿qué pasó, mamá?
—Algunos de tus padres y yo queríamos darte esto —y le extendió varias cajas de regalo, cosa que hizo que Bennett se sonrojara.
—Pero… N-no hacía falta…
—Oh, ¿ya es tiempo de dar los regalos? —preguntó Kaeya sacando un pequeño sobre.
—¡Abre el mío, Bennett! —dijo Klee sacando su caja.
—¡El nuestro también! —dijo Paimon acercándose con una bolsa.
—Ustedes… —sollozó Bennett con unas pequeñas lágrimas en los ojos, aunque se las limpió rápidamente.
Con decisión y los ojos ligeramente hinchados, Bennett tomó uno a uno los regalos y los fue abriendo; los primeros fueron los de sus padres, entre los cuales había ropa nueva (“¡Genial! Mis shorts ya estaban comenzando a quedarme chicos”) como una capa impermeable (“Así ya no tendrás que preocuparte por qué me resfríe papá, ¡gracias!”) o unos guantes nuevos (“¡Ahora sí podré escalar el Acantilado Estrellado!”) . Aunque el regalo por el que se había quedado en el dominio, la maleta, no lo abrió ya que su padre estaba ocupado tratando de recordar cómo abrirlo.
Los siguientes fueron los regalos de sus amigos: Lisa había optado por regalarle un libro sobre un antiguo explorador (“¿Es el que logró entrar en la Mare Jivari? ¡Increíble!”) ; Bárbara le había dado un paquete de curitas con dibujos personalizados (“¡Son tan lindos que me sentiré mal por usarlos!... No, ¡definitivamente los usaré para que todos los vean!”) ; en el sobre de Kaeya había un mapa del tesoro que él mismo había enterrado (“¡Será una búsqueda genial del tesoro! Me acompañarás, ¿verdad, Razor?”) ; el Viajero y Paimon le habían llevado fotos y materiales raros de otras naciones (“¡Inazuma tiene muchos colores increíbles! ¡Y el desierto de Sumeru se ve inmenso, increíble! ¡Quiero ir!”) ; Fischl había optado por cocinarle su platillo especial “Sinfonía Bendita” tras una de sus famosas peroratas (“¡Gracias Fischl! Tus comidas siempre parecen hechos para la realeza jaja) ; y finalmente Diluc, con una caja con los materiales necesarios para refinar su espada (“Es tan difícil conseguir todo esto, ¡gracias!”) .
—¡Sigo yo, sigo yo! —insistió una emocionada Klee extendiéndole su caja.
Bennett lo tomó con gesto agradecido y lo abrió un poco expectante pero también abrumado; eran demasiados regalos y no se sentía merecedor de todo ese cariño.
—¡Qué bonito! —exclamó el aventurero al sacar la corona de flores de la caja.
—¡Albedo me ayudó! Dijo que no se van a marchitar en mucho mucho muuuucho tiempo.
—¡Gracias, a los dos! —dijo sonriente mientras trataba de ponérselo en la cabeza, sólo para terminar siendo regañado por Klee.
—¡Así no se pone! ¡Está al revés! —Entre pequeñas risas, Bennett bajó los lentes de su cabeza para permitir que la pequeña pudiera ponerle la corona de la forma correcta.
—¡Listo! Ya pude abrirlo —exclamó uno de los padres con un suspiro cansado.
—¿En serio? ¡Quiero ver! —dijo Bennett.
—¡Y yo también! —repitió Klee mientras ambos se acercaban al anciano.
Ambos se quedaron alrededor de la mesa en donde estaba la maleta entreabierta, completamente expectantes de su contenido. Cuando el hombre decidió abrirlo, los chicos pudieron apreciar que dentro había una especie de huevo de plata junto a algunas fotos y objetos antiguos.
—Ah, ya había olvidado lo que había aquí —dijo el hombre con cariño.
—¿Qué es eso? ¿Es un huevo de dragón? —preguntó Klee con emoción apuntando al huevo de plata.
—Jaja, no. No es un huevo de dragón —entre algunas risas, el hombre sacó el huevo con cuidado y se lo extendió a Klee—. Pequeña, ¿crees que puedas ponerlo en el sol un momento? Avísame cuando comience a brillar solo.
—Ummm… ¡Oki!
Klee tomó el huevo y se acercó a la ventana, mirando el objeto con gran curiosidad antes de dejarlo bajo los rayos del sol.
—Esto es una cápsula del tiempo, ¿verdad papá? —preguntó Bennett sin saber exactamente cómo reaccionar.
—Justamente —el hombre sacó las fotos, retirándoles un poco el polvo antes de mostrarlas—. Mira, este de aquí soy yo cuando era jóven, y ella es mi esposa Caroline.
El chico no se atrevió a tomar las fotos, pues estaban tan viejas que temía que si las tocaba terminaran volviéndose polvo. Aún así, no dejó de analizarlas con gran curiosidad.
—¿Ese hombre eras tú?
—Si, no me parezco ¿verdad? —bromeó.
—Ah, ¡no es eso! —replicó Bennett un poco nervioso.
—Jaja, así nos trata la vejez.
Bennett se mordió un poco el labio y siguió mirando las diversas fotos hasta que el hombre tomó una, en donde el rostro de su difunta esposa estaba más enfocado.
—Caroline siempre soñó con una familia —comenzó a relatar el hombre—, nunca tuvo hermanos y su pasión por explorar le impedían pasar demasiado tiempo con sus padres. Una vez ella me encontró muy enfermo en una cueva; y en lugar de ir a buscar a los Caballeros de Favonius o al Gremio, decidió quedarse y cuidarme hasta que pude levantarme por mí mismo. Nadie en su sano juicio cuidaría a un extraño en medio de una tormenta. Tal vez por eso fue que me enamoré de ella.
El cariño con el que el señor contaba su historia era prácticamente palpable, cosa que hizo sonreír enternecido a Bennett. Era usual que sus padres le contaran historias sobre sus aventuras, no sobre sus vidas personales; por lo que se decidió a escuchar con completa atención.
—Viajamos juntos, salimos y nos casamos. Fue una vida bastante buena… —su rostro cambió de la añoranza a la melancolía—. Al menos hasta el día en que nació nuestro hijo, siendo entonces cuando ambos abandonaron este mundo…
—Oh, papá… —dijo Bennett con tristeza, posando su mano sobre su mano a modo de consuelo—. Lo siento mucho.
Hasta ese punto de su vida el señor ya podía hablar de ello con un poco más de normalidad, después de todo sabía que no faltaba mucho para poder reunirse con ellos en el más allá. Aún así, ese pequeño gesto del chico que consideraba su hijo le calentaron el corazón.
—Mi niño… —llevó su mano hacia la mejilla de Bennett y la acarició con cariño—. Has crecido tanto. ¿En qué momento te volviste más alto que este anciano?
Bennett ya no pudo aguantar las lágrimas y abrazó al señor con fuerza, escondiéndose un poco de aquel bochornoso pero lindo momento.
En todo el tiempo dedicado a los regalos, Razor había estado mirando desde la distancia. Le hacía muy feliz ver a Bennett entusiasmado con la fiesta, incluso se sintió un poco conmovido por ese último abrazo.
Sin embargo, también se sentía mal. Ver todos esos regalos tan geniales lo entristecía y le hacían optar por quedarse apartado de todos, era tanto así que estaba jugando con el pastel sin ser siquiera capaz de comérselo. Esto, por supuesto, no pasó desapercibido para Lisa, quien se acercó al chico y se sentó a su lado.
—¿Todo bien, querido? —Razor no contestó y simplemente bajó un poco la mirada, lo cual preocupó un poco a la joven—. ¿Qué te preocupa?
—Umm… Regalo.
—¿Regalo? ¿Qué tiene? ¿No pudiste conseguir un regalo?
—No, si tener regalo —negó antes de mirar a Bennett, verificando que siguiera distraído antes de sacar su dibujo y mostrárselo a Lisa.
—¡Oh, pero que lindo! —dijo Lisa con honestidad mientras tomaba el dibujo entre sus manos. A pesar de que Razor no le creyó, no pudo evitar sonrojarse un poco—. Si tienes su regalo, ¿qué te preocupa exactamente, querido?
Razor se quedó callado un rato, mirando alrededor mientras trataba de buscar las palabras para poder expresarse adecuadamente. Lisa, al ser una de las personas que más lo conocía, lo entendió y lo esperó pacientemente.
—Todos… Dar regalos increíbles. Cosas de lugares extraños… Cosas difícil de… Conseguir y hacer. Pero yo… —miró el dibujo antes de suspirar con tristeza—. Sólo hacer regalo simple. Regalo tonto.
Lisa lo comprendió. Era bastante entendible que el chico se sintiera intimidado o insignificante con su sencillo regalo, después de todo no eran muchas las cosas que podía conseguir considerando su situación. Pero así como conocía bien a Razor, también conocía bien a Bennett.
—Razor, viste cuando Bennett abrió el regalo de Klee, ¿verdad? —un poco extrañado por la pregunta, el chico asintió—. Klee no compró su regalo, ni es muy difícil de hacer y tampoco es de otra nación, ¿cierto? —Razor volvió a asentir—. Y aún así a Bennett le gustó mucho, ¿sabes por qué? —después de unos segundos, Razor negó con la cabeza—. Porque Klee lo hizo con sus propias manos, ella se esforzó haciendo algo que creía que a Bennett le iba a gustar. Y por lo que puedo ver en este tierno dibujo, tú también te esforzaste mucho para hacer este dibujo, ¿o acaso me equivoco?
Si bien a Razor no le gustó que le dijera tierno, lo ignoró y se quedó pensando un poco. Era cierto, había puesto más empeño de lo usual haciendo ese dibujo. Desperdició más hojas de las que estaba dispuesto a admitir, y gastó tanto las crayolas de Klee que le prometió que le compraría más, pero al final consiguió hacer un dibujo bastante bueno. Su mejor dibujo hasta el momento, según su opinión. Para Lisa, ese silencio era respuesta suficiente.
—Toma querido —le devolvió el dibujo—, le des un regalo o no, estoy segura de que Bennett te quiere mucho~
Sin captar mucho de la intención de su tono juguetón, Razor asintió antes de que Lisa se levantara y le revolviera un poco el cabello. El chico sólo cerró los ojos y se dejó mimar, consiguiendo una risa de la joven al retirarse con la palabra “lindo” en su mente.
Razor se quedó pensativo un poco más, aunque ahora bastante menos desilusionado que antes. Claro que seguía sintiéndose inseguro en cuanto a su regalo, pero Lisa tenía razón, él se había esforzado mucho y no se sentiría bien si eso resultaba ser en vano.
—Razor.
Aquella voz lo sobresaltó un poco, descubriendo al levantar la mirada que se trataba de Bennett, quién se había acercado a él con cierta preocupación en su rostro.
—¿Si?
—¿Estás bien? Has estado muy callado en toda la fiesta —Bennett soltó una pequeña risa que sonó muy parecido a un suspiro al sentarse a su lado—. Bueno, más de lo normal.
—Umm… No, yo… —se rascó un poco la nuca, buscando cualquier excusa y evitar el tema—. Cansado.
—Oh, bueno, tiene sentido, después de todo no hemos dormido ni comido bien.
Bennett se encogió de hombros y dejó el tema de lado, lo cual hizo sentir culpable a Razor. Debía dejar de mentirle o se volvería un hábito, pero no estaba del todo listo para hablar del tema del regalo. Fue entonces cuando lo recordó, rebuscando un poco en su inventario hasta sacar una cajita.
—¿Um? ¿Qué es eso? —preguntó Bennett con curiosidad.
—Ta… Tarti… Fatui dejar regalo a ti.
—¿En serio?
Con menos emoción pero con la misma alegría el chico tomó el regalo y comenzó a abrirlo. En el interior se encontró con un montón de dulces extraños y una tarjeta, la cual tenía un dibujo hecho a mano de un narval y un manuscrito que decía:
Espero que los disfrutes igual a como lo hacen mis hermanitos. ¡Avísame cuál es tu favorito y me encargaré de conseguirte más para tu próximo cumpleaños!
Tartaglia
—Creo que ya sé que son —dijo Bennett cuando Razor trataba de descifrar el contenido de la tarjeta—. ¡Son dulces de Snezhnaya!
—¿Esne… qué?
—Snezhnaya —repitió Bennett con paciencia—. Es la nación de donde proviene Tartaglia, el clima ahí siempre es como en Espinadragón.
Razor trató de imaginarlo, pero lo único que podía ver era una Mondstadt con pasto blanco y poco más, realmente no tenía ni la más remota idea de como podría ser aquella nación de nombre innecesariamente complicado.
—¡Mmmh~! ¡Está delicioso! ¡Pruébalo Razor!
Bennett le extendió un dulce que parecía un ladrillo blando cubierto de algo blanco, pero cuando le dio un mordisco pudo disfrutar de un delicioso sabor a frutas y miel. Razor inmediatamente quedó encantado con el dulce y lo devoró con gran gusto.
—Dice que se llama Pastilá… Que nombre más raro, pero definitivamente es delicioso.
Concluyó Bennett dándole otro mordisco a su propio Pastilá y revisando el demás contenido de la caja.
Razor admiró por unos segundos el entusiasmo de su mejor amigo hasta decidirse: le iba a dar su regalo. Si a Bennett le gustaba, estaría tranquilo; y si no, al menos tenía otros muchos regalos geniales.
—Umm… Bennett.
—¿Zhi? —preguntó el contrario con la boca llena y aún distraído con su regalo.
—Yo… Tener regalo… De mí para tú.
Eso sí que terminó por captar toda la atención de Bennett, quién levantó la mirada con cierta sorpresa.
—¿Qwue? ¿Es ensh- Bluggh… Cof cof
Razor le dio unas cuantas palmadas algo fuertes entre pequeñas risas hasta que Bennett pudo pasarse el dulce.
—¿Lo dices en serio? —logró preguntar Bennett limpiándose la boca con el dorso de su mano.
—Si. Ehh… Ayer, antes de ir a dominio, yo ayudar con fiesta. Ver regalos de Bennett. Todos geniales, muy geniales. Y yo pensar… Mi regalo muy tonto… Pero querer dar a ti igual.
Le extendió el dibujo doblado con la mirada algo baja, pues quería ocultar el pequeño sonrojo que cubría su rostro.
—¿Tú… tú lo hiciste?
Razor asintió ligeramente sin atreverse a levantar la mirada; no quería mirar y encontrarse con el rostro decepcionado de Bennett, o con esa mirada que ponía la gente cuando fingía que algo le gustaba solo para no hacer sentir mal a los demás. No, definitivamente no quería que Bennett lo viera así, como si fuera tonto y no se fuera a dar cuenta. De hecho ya se estaba arrepintiendo; darle ese tonto dibujo no había sido buena idea, en absoluto.
—Sniff…
Razor abrió mucho los ojos y levantó la cabeza. No podía creer lo que sus ojos estaban viendo.
—¿Estar… Llorando?
—N-no —intentó decir Bennett, pero sus sollozos le impidieron decirlo con claridad.
El chico tenía gigantescas lágrimas corriendo por sus mejillas, sus labios temblaban por el esfuerzo de no hacer ningún ruido y sus ojos brillaban contemplando el dibujo. Bennett estaba muy conmovido.
—Bennett…
—L-lo siento —el chico se limpió la cara con su antebrazo mientras trataba de calmarse—. Es sólo que… Es demasiado lindo… Sniff
—... ¿Eh?
Por un momento Razor incluso creyó que Bennett estaba fingiendo, que solo estaba actuando para hacerlo sentir bien y que en realidad estaba decepcionado del dibujo. Pero afortunadamente esos pensamientos desaparecieron en cuanto Bennett lo miró con esa enorme sonrisa que aceleraba su corazón.
—¡Me encanta, Razor! ¡Lo adoro!
El sonrojo de Razor aumentó y desvió la mirada. Nunca hubiera esperado que un simple dibujo de ellos juntos terminara por crear ese tipo de reacción en Bennett.
—Es que mira, tengo incluso mis lentes y todo… Sniff… Y tú te ves tan aterrador jeje
—Razor lobo —aclaró agarrando el valor para volverlo a ver.
—Oh, tienes razón —contempló el dibujo unos segundos más antes de abrazarlo contra su pecho—. En serio me gustó mucho Razor, muchas gracias.
Razor no podía sentirse más aliviado y feliz, devolviéndole el gesto a Bennett con las mejillas sonrojadas de gusto. A lo lejos, las demás personas se preguntaban hasta cuándo sería el momento en que se darían cuenta de sus obvios sentimientos.
—¡Listo, señor! ¡El huevo ya está brillando!
Con cierta emoción, Klee se aproximó al señor con el huevo entre sus manos, el cual, efectivamente, estaba brillando por sí mismo.
—Que bueno, muchas gracias pequeña —dijo el hombre dándole unas suaves palmadas en su cabeza—. Bennett, ¿podrías venir por favor?
—Claro.
La verdad se había sentido un poco decepcionado la primera vez que vio el huevo, pero ahora sí que estaba interesado ya que parecía ser algo más de lo que aparentaba.
—Esto es un artefacto que Caroline y yo hicimos hace muchos años. Lo creamos para quien sería nuestro hijo, pero el destino ha proclamado que debe ser tuyo, mi niño —le extendió el huevo con una sonrisa.
Aún conmovido por sus palabras, Bennett lo tomó con mucho cuidado y lo examinó un poco antes de que el hombre volviera a hablar:
—¡Atención todos! ¡Por favor escojan un lugar en el suelo y miren hacia el techo! Bennett, pon el huevo a un lado en el suelo y aprieta el botón de arriba cuando te acomodes.
Aún más intrigado, Bennett se apresuró a recostarse en el centro de la sala y acomodarse. Klee lo imitó con un poco de emoción, mientras que los demás se dispersaron por el lugar, algunos por el suelo y otros simplemente sentados. Cuando Bennett consideró que ya todos estaban preparados, buscó el botón que le indicaron y lo apretó.
Sonó un ligero click y el huevo comenzó a flotar por sí solo a tan solo medio metro del suelo. Su cascarón se dividió y se abrió en lo que parecían cuatro pétalos, revelando que en el interior estaba una cápsula brillante cubierta diversos grabados de bronce. El brillo de la cápsula era tal que su luz reflejó el grabado en todas las paredes y el techo del lugar. Los presentes soltaron diversos sonidos de sorpresa y un “Ooh” al mirar que aquello que se reflejaba eran representaciones de varios lugares de todo Teyvat.
—¡Miren, es el bosque de Sumeru! / Esa es la isla Watatsumi / ¿Eso es el fondo de Fontaine? / ¡Mira Albedo, es la cabeza gigante de la serpiente en Inazuma! / Ahí está la Aldea Chiaoying
Las conversaciones sobre los lugares no se hicieron esperar. Definitivamente todos estaban disfrutando de aquel bello regalo; incluso Razor parecía hipnotizado por todos esos nuevos lugares. Al menos así fue hasta que captó de reojo un movimiento que lo distrajo; al voltear vió que Bennett estaba mirando su dibujo con cariño, volviendo a pegarlo a su pecho al levantar su mirada al techo con un suspiro.
—El mejor cumpleaños… —dijo para sí mismo.
Razor se sintió complacido de poder hacer que Bennett lograra cumplir su deseo de celebrar su cumpleaños, sonriendo al devolver su atención hacia una imagen de Espinadragón.
Pasó así un rato, nadie quiso terminar con esa vista ni despertar a Bennett de su ensoñación, por lo que todos se mantuvieron en sus lugares hasta que las luces comenzaron a parpadear.
—Oh, cierto. Bennett, cuidado con-
—¡Ay!
De forma sumamente repentina, el huevo se había vuelto a cerrar, desactivando todo su brillo y su poder hasta caer justo en la frente de Bennett. El chico se sentó mientras se sobaba el golpe, aunque terminó por soltar algunas risas y mirar a su padre con un gran brillo en su sonrisa y una marca roja en la frente.
—¡Me encanta!
Notes:
Tomé esta imagen como referencia para el dibujo de Razor, pero ustedes pueden imaginarlo como gusten: https://pin.it/FNVEdlGsB
Espero que les haya gustado este pequeño especial ✨
Felicidades a nuestro pequeño y lindo Bennett 🎂
Chapter 18: Estanque Luhua (Parte 1)
Summary:
Los chicos buscan un descanso después de la estresante situación con los Fatui, pero algo parece preocupar a Bennett.
Notes:
(See the end of the chapter for notes.)
Chapter Text
Bennett soltó un pesado suspiró mientras se dejaba caer en un tronco caído. Razor aún no quiso relajarse, seguía teniendo los nervios de punta y se sentía observado. Tal vez sólo era paranoia, pero aún así se puso a vigilar los alrededores buscando cualquier señal de peligro, no se alejó mucho pero si usó más concentración de lo normal, pues debido a las lluvias no podía fiarse de su olfato por el momento: todo olía a barro.
Bennett, por su parte, estaba muy adolorido como para querer acompañarlo; la última pelea no fue muy amigable con su hombro. Sólo necesitaba descansar un poco antes de continuar.
Contempló el pequeño pero lindo paisaje que ofrecía el Estanque Luhua bajo la noche. Jiangxue tenía razón, era un buen lugar por el cual darse una vuelta. Se quedó así por un rato, disfrutando ser y estar sin pensar nada en concreto, al menos así fue hasta que cayó en cuenta de que ya estaban muy cerca de su destino. Hacía ya rato que habían sobrepasado la mitad del camino. No… Ya estaban mucho más allá. Si todo iba bien, sin descansar ni enfrentarse a ningún obstáculo, lograrían llegar en 24 horas más o menos. Traduciendo eso a la vida usual de Bennett, podría llegar a extenderse el doble, pero él no estaba dispuesto a dejar que eso sucediera.
El pensar en los posibles obstáculos lo llevó inevitablemente al último encuentro que tuvieron, el cual fue especialmente desagradable incluso para él. No es que fuera completamente ajeno a situaciones desagradables, no con su suerte: en una ocasión quedó atascado en un pozo entre un montón de pegajosos y apestosos slimes por horas, o aquella vez que Tartaglia (de los pocos Fatuis de buen corazón que llegó a conocer) y él tuvieron que meterse prácticamente desnudos en una tina llena de una mezcla de aceite, queso amargo y carne de cocodrilo bajo la atenta vigilancia de las monjas para combatir unas extrañas ronchas que adquirieron de repente en un dominio. Fue tan desagradable como incómodo, causándole un pequeño estremecimiento de repulsión al sólo recordarlo. De todas maneras, no fue el mismo tipo de desagradable que en aquellas ocasiones, pues ahora se trataba más de un sentimiento de repulsión y culpa en lugar de un simple líquido viscoso y apestoso.
Sin embargo, eso no era lo que más le preocupaba, sino el hecho que Razor ya no tenía arma. Estaba totalmente asegurado que se enfrentarían a más obstáculos, ¿y qué haría Razor al llegar ese momento? Podría pelear a puño limpio pero era mucho más arriesgado y peligroso, así como que su capacidad de controlar su Visión sería bastante baja o incluso nula. Usar la Visión sin un arma era algo demasiado difícil, incluso para los más grandes guerreros, pues era necesario algún tipo de catalizador o medio en donde su poder pueda ser procesado, manipulado y finalmente utilizarlo a gusto y voluntad. Si Razor no obtenía una nueva mandoble le sería muy difícil poder pelear.
Si bien podrían limitarse a correr de los enemigos, también podrían terminar en algún callejón sin salida o rodeados otra vez. ¿Y entonces qué harían?
—Bennett —lo llamó una voz que lo sacó de sus pensamientos.
—¿Umm?
—Mirar.
Volteó hacia su pareja y notó que, además de haber vuelto, sostenía un papel entre sus manos. Debido a la oscuridad tuvo que inclinarse para poder vislumbrar mejor su contenido, logrando apreciar un bello dibujo inacabado sobre el Estanque Luhua.
—¡Vaya! Es muy bonito —admiró Bennett con una suave sonrisa—. Me recuerda a Albedo, él también dibuja muy bien.
—¿En serio? —preguntó Razor con un tono bastante fascinado.
—Si. No exactamente así pero si muy real. Creo que el Viajero tiene un dibujo de Paimon que Albedo hizo una vez.
—Wow… —Suspiró Razor cambiando su mirada del dibujo al estanque repetidamente.
Bennett sonrió y apoyó su mejilla en su mano, mirando con cariño esa ternura que Razor dejaba salir. Desgraciadamente ese sentimiento no duró mucho pues sus preocupaciones volvieron a reinar en su mente, devolviéndole a un estado pensativo.
—¿Bennett? —llamó Razor después de un rato al notarlo en ese estado.
—¿Eh? —reaccionó el aventurero con la mirada aún un poco perdida.
—¿Estar bien?
—Si… Si, yo… Sólo un poco pensativo, es todo.
Se levantó con cierta pesadez. Aún no quería moverse, pero la idea de quedarse en el mismo lugar y tan cerca del Pendiente Tsuijue no le entusiasmaba en absoluto.
—¿Encontraste algún enemigo?
—No. Todo ser callado. Pero sentir… Raro. Alguien observa… Creo.
Bennett pensó con preocupación que Razor también podría seguir afectado por su último encuentro. ¿Y cómo no estarlo? Estuvieron demasiado cerca de perderlo todo; su libertad e incluso sus vidas, estuvieron cerca de fracasar en su misión. Todo seguía bastante fresco en sus memorias.
—Ven —le extendió su mano—. Es mejor acercarnos al Estanque Luhua en lugar de quedarnos aquí. Tal vez nos sintamos más seguros y, además, necesitamos un baño —soltó una pequeña risa, sacándole una sonrisa al contrario.
—Sí.
Razor aceptó su pequeña oferta y tomó su mano, entrelazando sus dedos al abandonar el dibujo junto a aquel lugar. Para acercarse al camino cercano a ellos tuvieron que maniobrar un poco deslizándose por la empinada colina, pero no hubo grandes complicaciones, aunque sí que se toparon con un par de megafloras Pyro que los obligó a acelerar el paso (aunque Bennett no se libró de que le chamuscaran un poco el pelo).
Esa pequeña tranquilidad que obtuvieron al llegar al lugar no perduró mucho; más pronto que tarde no pudieron evitar que la sensación de inseguridad los invadiera. El camino fue bastante silencioso entre ellos, reinando solamente el eco de los animales nocturnos que, fuera de tranquilizarlos, les ponían los nervios de punta.
Razor parecía sobresaltarse con cualquier sonido cercano y lejano, todo era posible riesgo dentro de su cabeza, aunque el único gesto que delataba su nerviosismo era su cabeza al moverse hacia el origen de cada sonido; mientras que Bennett estaba bastante disperso, tenía muchas cosas en la cabeza que no podía organizar y la constante sensación de que alguien los observaba no le ayudaba en lo absoluto. Al igual que Razor, mantenía su mirada atenta cuando algo se movía llamativamente.
Pero ninguno logró divisar ningún peligro real; no había monstruos ni Fatuis cerca, sólo animales igual de asustados que ellos. Bennett alcanzó a pensar que sentirse así por mucho tiempo se volvería un verdadero problema para ellos antes de que un aire de seguridad lo cubriera. Fue tan repentino ese cambio que incluso se detuvo a mirar a su alrededor. Y no fue el único, pues Razor también se había detenido.
—Algo cambió… —resaltó Bennett en tono pensativo—. Me siento más… tranquilo.
Razor respondió con un leve asentimiento de su cabeza mientras se acercaba hacia una de las gigantescas estatuas que parecían vigilar el lugar, analizándolo atentamente. Bennett, algo extrañado y curioso, lo siguió. Levantaba la mirada hacia las estatuas y después miraba a su pareja, esperando descubrir lo que sea que Razor hubiera notado, pero no encontró nada interesante más allá del curioso brillo que representaba su ojo.
—Ser esto —dijo finalmente Razor con tono de suficiencia.
—¿En serio? —volvió a levantar la mirada.
—Si. Sentirse… Como catedral. Mucho menos, pero parecido —explicó cruzándose de brazos.
—Oh. Ya entiendo —soltó un ligero suspiro de alivio—, probablemente haya sido algún lugar importante para un Dios o algún adeptus. Creo que después buscaré a alguien y le preguntaré…
No era mucho, pero esa simple suposición y la clara sensación de seguridad que los cubría los ayudó a relajarse bastante, tanto mental como físicamente.
—Fuaah… —exhaló el aventurero al estirarse—. ¡Qué excelente lugar para relajarse! Realmente necesito un chapuzón ahora mismo, ¿y tú?
A pesar de ese nuevo ambiente, Razor no bajó la guardia tan fácilmente. Seguía sintiéndose un poco vulnerable al no tener un arma para defenderse ante cualquier posible peligro, pero al echar un nuevo vistazo a su alrededor pudo volver a verificar que, efectivamente, estaban completamente solos. Aún así, no se movió.
—Razor —volteó hacia su pareja—, si aún te sientes muy preocupado, podemos avanzar.
Se lo pensó un poco. Realmente la idea de estar quietos en un lugar no le entusiasmaba en lo absoluto, pero también su cuerpo le exigía que se tomara un descanso de toda su tensión. Además, Bennett tenía razón: necesitaban un baño.
—No. Estar bien.
Razor sacudió la cabeza y se acercó al agua. Bennett se mordió un poco el labio con cierta preocupación, pero ya era muy tarde como para cambiar de opinión. Sacudió la cabeza y se dispuso a dejar sus cosas en una gran roca cercana. Razor, quien ya se había quitado la ropa (menos la interior) lo imitó y dejó sus cosas en la roca antes de adentrarse en la sección dividida del estanque más cercano. Bennett lo miró por un segundo antes de que su rostro enrojeciera y se concentrara en desamarrar su propia camisa, cuyo nudo se había vuelto inexplicablemente difícil.
Mientras Bennett se peleaba con sus dedos temblorosos y los nudos, Razor se adentró en el agua y se sentó hasta encontrar una posición cómoda. Tras un ligero suspiro, cerró los ojos y se relajó. Personalmente adoraba nadar en un día soleado, pero estar bajo el brillo de la luna en un lugar tan calmado era igualmente una muy buena opción. Se permitió disfrutar de ese pequeño momento hasta que escuchó como Bennett se sentaba cerca suyo al soltar un:
—¡Aahh! ¡Está fría!
Razor lo miró, notando como sólo meter los pies fue suficiente para hacerlo gritar así. Soltó una pequeña risa que trató de ocultar con una tos, aunque no fue muy efectivo.
—¡No te burles! Sabes que no soy muy bueno con el agua fría —reclamó con un leve puchero.
—Lluvia ser fría —debatió sin ocultar su sonrisa.
—Bueno, si… ¡Pero es diferente! —se agachó un poco y jugueteó un poco con el agua antes de salir de un brinco— ¡AY!
Razor se puso alerta y se enderezó buscando la causa de aquel grito, descubriendo con rapidez a varios cangrejos que estaban encajando sus tenazas en los tobillos y pies de Bennett.
—¡Duele, duele, duele, duele! —repitió el chico incesablemente mientras trataba de quitarse a los animales sacudiendo sus piernas.
Como era de esperarse, eso no ayudaba en nada y sólo prolongaba el dolor, aunque antes de poder hacer otra cosa sintió como alguien sujetaba sus piernas y las mantenía quietas contra el suelo. Vio como Razor tomaba a los cangrejos con ambas manos, sujetando la tenaza con una y el cuerpo con la otra para así separarlos y lanzar al animal lejos sin vacilación alguna. Repitió el procedimiento hasta que ya no hubo más cangrejos, siendo las tenazas lo único con lo que tenían que lidiar.
—No mover.
Bennett trató de hacer caso y no moverse mientras Razor se encargaba de quitarle esas cosas, pero cada pequeño jaloneo causaba una reacción y un quejido entre dientes imposible de ignorar. Aún así, Razor fue paciente y dedicado hasta terminar su tarea. Al momento de tirar la última tenaza, lejos de soltarlo, el chico mantuvo su agarre y se dispuso a sobar con cuidado las heridas.
—Terminar… ¿Seguir doliendo?
—Ehh… —Bennett seguía un poco anonadado por la reacción de su novio ante la situación, pero sacudió la cabeza y logró concentrarse—. No… Bueno, un poco, pero no es nada grave —Razor lo miró con el ceño fruncido—. ¡Lo digo en serio! Sabes que los cangrejos no son venenosos ni nada por el estilo. En un rato el dolor desaparecerá y será como si nada hubiera pasado.
La expresión de Razor continuó igual por unos segundos antes de suspirar, aceptando su derrota.
—Está bien.
Soltando a su pareja, Razor volvió a adentrarse al agua, aunque ahora en lugar de sentarse buscó una piedra más grande que su mano y se dispuso a golpear el suelo con tosquedad, salpicando tal vez un poco más de lo necesario. Bennett contempló sorprendido ese nuevo cambio de actitud, incluso pensó que Razor aún seguía sin creerle y que se había vuelto a molestar por ello, pero rápidamente descartó esa idea; de ser así le habría dicho algo.
—Razor… ¿Qué haces? —preguntó Bennett sentándose de piernas cruzadas cerca de la orilla.
—Limpiar.
El aventurero frunció el ceño mucho más confundido que antes. ¿En qué mundo pegarle al estanque con una piedra era sinónimo de limpieza? Afortunadamente pronto entendió qué era a lo que se refería, pues logró apreciar cómo después de un par de golpes varios cangrejos salieron disparados hacia todos lados. Y con un pequeño grito de guerra, Razor soltó la piedra y atrapó uno a uno, deshaciéndose de ellos al echarlos lejos.
—Arcontes… no puedo creer que seas tan lindo —suspiró con una sonrisa boba.
Razor no contestó, sino que se mantuvo concentrado en su tarea con un gran sonrojo decorando su rostro. En realidad lo que lo había molestado eran los tontos cangrejos que habían lastimado a su Bennett. Si, tal vez Bennett había pisado su territorio y ellos lo atacaron como mecanismo de defensa… ¡Pero eso no les daba derecho a lastimarlo! Deseó saber hablar cangrejo para enfrentarse a ellos, pero tuvo que contentarse con ahuyentarlos de la zona.
Así se mantuvieron hasta que Razor se sintió seguro de que ya no había ningún riesgo para su novio.
—Listo. Poder entrar —dijo ahora con un tono mucho más calmado.
Bennett, cuya sonrisa había sido reemplazada por una expresión distraída y pensativa, salió de su ensoñación para inclinarse un poco hacia el agua, mirándola con un poco de inseguridad. Metió una de sus manos y jugueteó un poco con el agua, y después de volver a meter los pies no se atrevió a hacer mucho más.
—¿Qué pasar? —suspiró Razor sentándose otra vez.
—¡Nada! —Razor se le quedó viendo— ¡Bien! Es que… Sigue fría —hizo un puchero avergonzado.
En lugar de molestarse, el chico no pudo ocultar una pequeña sonrisa burlona antes de provocarlo con un:
—Gallina.
—¡No soy un gallina! ¡Deja de decirme así!
—Gallina, gallina, gall… —fue interrumpido por un chorro de agua que llegó a su cara.
Ese acto le sacó unas pocas risas, y si bien pensó en devolverle el juego una mejor idea llegó a su cabeza. Bennett inmediatamente se arrepintió al notar como la mirada del contrario cambiaba a una llena de malicia.
—No, Razor. Ni. Se. Te. Ocurra.
Pero esa amenaza no sirvió de nada, pues Razor tomó una de sus muñecas y lo jaló bruscamente hacia él. Bennett se resistió un poco y utilizó su otra mano para detener su caída, pero su plan fue frustrado cuando esa mano también fue tomada antes de que lo taclearan por un costado. Alcanzó a cerrar los ojos antes de que su cuerpo entero sintiera el helado choque del agua, sacándole un fuerte quejido que llenó su boca de agua. Razor inmediatamente lo liberó de su agarre, aunque de todas maneras lo acorraló debajo de él al poner sus propias manos a los lados de su cabeza. Al tener los brazos liberados Bennett sacó la cabeza del agua y tosió un poco, expulsando agua antes de soltar con cierto enfado:
—¡Razor! Cof cof… ¿Acaso estás loco?
A pesar de las risas que soltaba, sí que terminó por sentirse un poco culpable. Tal vez sí se pasó un poco…
—Pfft… Eres un tonto.
…pero la pequeña sonrisa de Bennett aligeró esa culpa.
—Perdón.
—Está bien, después de todo es más fácil acostumbrarse así… Creo.
Bennett se talló los ojos antes de abrirlos, notando al fin la posición en la que se encontraba. El ver su rostro tan cerca del suyo lo hizo bajar la mirada, lo cual fue un absoluto y completo error; en lugar de mirar sus ojos terminó por vislumbrar sus maltratados pero tonificados hombros; vió como su pecho se movía con cada suave respiración, y su suave pero firme estómago le provocaba un adictivo escalofrío en la punta de sus dedos. El palpitar de su corazón se aceleró y su sonrojo se extendió hasta la punta de sus orejas, lo que desvió su mirada hacia otro lado.
A ojos de Razor, el chico estaba haciendo una expresión demasiado adorable. Nunca se le había ocurrido que tener a Bennett de esa forma pudiera ocasionar esa reacción, por lo que anotó ese dato para poder utilizarlo después. Levantó una de sus manos y tomó su mejilla con suavidad, esperando así llamar su atención para poder disfrutar de su mirada.
—Bennett —llamó cuando vio que el contrario no se animaba a verlo.
—… ¿Sí? —respondió con voz ligeramente temblorosa.
—Mirarme.
Ese tono extendió su escalofrío hasta su pecho, pero no pudo evitar obedecer a su petición y levantar su mirada de nuevo. Ahora fue Razor el que se sonrojó ante el suave reflejo de la luna sobre aquellos brillantes ojos verdes, pero eso no lo hizo dejar de admirar a su novio.
—Lindo.
—Oh Barbatos… —soltó Bennett con una apenada sonrisa—. No me mires así…
—¿Por qué? —preguntó con un tono juguetón al pensar en un lindo conejito.
—Es vergonzoso —volvió a desviar la mirada.
—Pero tú ser lindo —llevó su pulgar a su labio. Esas nuevas caricias causaron un extraño vacío en el estómago de ambos.
—E-eh… Yo… —la cercanía de Razor lo distraía demasiado. Bajó la mirada hacia sus labios—. Si tú lo dices…
Ninguno quiso esperar más y terminaron con su proximidad en un nuevo beso. Esta vez no fue solamente un beso torpe, sino uno en donde la timidez ya no era un obstáculo. Adoraban sentir los labios del otro, y ésta vez estaban dispuestos a demostrarlo.
Bennett no dudó en profundizar el beso atrapando un poco más a Razor al mantener firme su brazo por alrededor de su cuello. Ante la imposibilidad de usar su otro brazo para aferrarse más al contrario optó por juntar sus torsos arqueando la espalda; logró sentir la cálida piel de Razor sobre su propio estómago; sentir cómo al respirar sus pectorales se juntaban, acelerando su corazón al punto de que incluso parecía querer salirse del pecho; sentir las hebras de su cabello revolotear por sus brazos y hombros, brindando una improvisada cortina de privacidad al mundo exterior. Él era el único que podía ver a Razor así, el único que podía tocarlo y besarlo, el único por el que enfrentaría miles de maldiciones por salvar su corazón.
Razor se sentía igual de apasionado. Ahora que había aprendido unas cuantas cosas sobre el amor se sentía mucho más confiado al expresarle su cariño, sentía anhelo por explorar cada parte de él, y se sentía mucho más seguro sobre su sentimiento de querer morderlo. Al igual que en las últimas ocasiones, se permitió descontrolarse un poco y darle una mordida experimental a aquellos labios que había aprendido a apreciar. Ya que no hubo ningún cambio significativo, se permitió volver a morderlo con un poco más de fuerza, obteniendo así un pequeño quejido que llamó su atención y lo hizo separarse entre leves jadeos.
—Voy a golpear a Xingqiu… Desde que hablaste con él te has vuelto demasiado atrevido —bromeó con el ceño ligeramente fruncido.
A unos cuantos kilómetros de ahí, un nuevo y repentino estornudo de un pícaro joven Liyuen provocó que su libro cayera sobre el rostro del adormilado exorcista.
—Jeje, perdón —soltó entre pequeñas risas—. Ser divertido.
No es cómo si eso realmente le hubiera molestado, pero no paraba de tomarlo por sorpresa y lo dejaba con la mente en blanco. Él también quería ser interesante y sorprender a Razor, quería volver a ver aquella adorable expresión que puso en su primer beso. Para su fortuna, se le ocurrió una forma de conseguirlo.
—Yo también me quiero divertir…
Razor no entendió del todo ese comentario, aunque no tuvo que esperar mucho pues sintió como Bennett comenzaba a empujarlo. Con cierta curiosidad acerca de las intenciones de su novio, dejó que le empujara hasta que terminó en una posición completamente opuesta: ahora era él quien tenía a Bennett encima de él.
Si bien Bennett se limitaba a sentarse sobre sus piernas y a poner sus brazos sobre sus hombros, tenerlo tan cerca y en aquella posición que le recordaba a su primer beso le aceleró el corazón. Y aunque su sonrojo aumentó, mantuvo la mirada sobre él.
—Bennett…
El chico lo callo con un nuevo beso, pues sentía que si decía una sola palabra, todo el valor que pudo tomar se esfumaría. Razor no se quejó y correspondió el gesto, posando sus manos con cierta torpeza sobre la cintura ajena (según Xingqiu, eso los volvería más cercanos). Las yemas de sus dedos mandaron escalofríos por la piel desnuda de Bennett, llevándolo a unos cuantos e inevitables escenarios que lo hicieron sentirse como un pervertido, pero mientras se mantuviera esos pensamientos para él solo no habría ningún problema (¿verdad?).
Aunque había algo que ya no se mantendría como un mero deseo.
Razor sintió como Bennett movía sus besos hacia su mejilla sin siquiera esperar que decidiera acercarse a su oreja para susurrarle:
—Extiende el cuello.
Bennett se deleitó con el ronco gemido que salió desde lo más profundo del pecho de su novio, quién obedeció a su temblorosa petición sin vacilar. Eso sin duda le dio más confianza.
Con una sonrisa bajó hacia el ahora expuesto cuello, primero dejando uno que otro tímido beso que hacía temblar a ambos, aunque en Razor era mucho más evidente. En el momento en que Bennett profundizó uno de esos besos al comenzar a succionar, el chico terminó por creer que harían… eso.
No podía ser. Bueno, sí. Si lo era, pero no quería. No, al contrario, en definitiva sí quería. ¿Desde hace cuánto había deseado unirse a alguien como él para crear una familia? Antes de Xingqiu no había pensado demasiado en el acto; no es que fuera completamente ajeno, para él era algo natural, algo necesario para ser parte de la Madre Naturaleza y la supervivencia de la manada. Pero nunca había imaginado que tendrían que haber tantos sentimientos de por medio; tan confusos e intensos que lo hacían sentirse inseguro y temeroso, a la vez de ansioso y expectante.
Y había otro pequeñísimo detalle que no podía ignorar: ambos eran machos. De nuevo, gracias a Xingqiu y a su muy detallada explicación al respecto, sabía lo que se suponía que debería de hacer… O algo así. Si algo sabía mejor que nadie, era que la teoría era bastante diferente a la práctica (claro, no con esas palabras). Arcontes, ni siquiera en esos momentos podía lidiar con unos simples besos.
No, en definitiva no estaba listo para todo eso. En tan solo un segundo terminó por pensar en tantas cosas que ya podía sentir como su cabeza le ardía. Era eso o la calentura que le causaba toda la situación.
—B-bennett…
¡Crack! Los chicos giraron bruscamente hacia el lugar de donde provino aquel ruido, esperando (no) encontrarse con algún enemigo o alguna persona (lo cual podría ser peor). Se quedaron tan quietos, reduciendo su respiración y los parpadeos al mínimo para no perderse de nada. Razor olfateó un poco hacia aquella dirección al percibir un olor familiar: era el mismo olor de aquella criatura con la bolsa en su lomo que había visto días atrás. Olfateó un poco más esperando captar algo nuevo, pero no había absolutamente nada que destacara sobre ello, y sus ojos tampoco percibían ningún movimiento sospechoso. Sin embargo, no bajó la guardia. Un buen cazador sabía que jamás debía de subestimar a cualquier contrincante, presa o enemigo, y perfectamente podrían estar siendo vigilados sin darse cuenta.
—Quédate aquí —indicó Bennett con gran seriedad.
—¿Eh?
—Que te quedes aquí, voy a revisar.
Razor estuvo a punto de replicar y decirle que iría con él, pero fue interrumpido por Bennett:
—No tienes un arma. Sólo quédate y espera, no me alejaré mucho.
Razor no estaba feliz, pero apretó la mandíbula con resignación y asintió. Bennett tenía razón, no estaba en posición de poder proteger a nadie sin su colmillo de hierro.
Bennett se levantó, de entre sus cosas tomó su espada y la empuñó hacia el lugar en que provino el ruido. Razor vio como su novio se alejaba un poco por entre la oscuridad, con lentitud, pero alejándose. La ansiedad ganó con él y lo hizo pararse, pero al menos fue lo suficientemente prudente como para no moverse mucho de aquel lugar; mantuvo una mirada llena de preocupación hacia donde Bennett estaba yendo, hasta que volvió a captar ese mismo olor justo detrás de él. Sin pensarlo mucho, se giró y lanzó un golpe a puño limpio, pero no chocó contra absolutamente nada. Se quedó en esa posición unos momentos antes de soltar un pesado suspiro. Al parecer su paranoia no se había reducido tanto como creyó.
—Son solo unos slimes… —suspiró Bennett al regresar—. Ya se alejaron, así que no son un peligro —a pesar de sus palabras, Razor no se volteó a mirarlo, lo que lo preocupó un poco—. ¿Razor?
El chico decidió mirarlo cuando Bennett posó su mano sobre su hombro, preocupado por la falta de respuesta del contrario. Razor soltó un pequeño bufido frustrado antes de tallarse un poco la nariz.
—Perdón. Oler cosas raras. Distraer.
Bennett frunció los labios. ¿Cómo podía ser tan estúpido como para dejarse llevar en la situación en la que estaban? Aún estaba la posibilidad de que estuvieran siendo seguidos u observados, no era prudente distraerse con nada, mucho menos ahora que estaban muy cerca de cumplir su misión.
Razor esperó un rato a la respuesta de Bennett, pero ahora fue éste quien no respondía al tener una expresión pensativa; el aventurero se mantuvo en su mundo hasta que la mirada de Razor cruzó con la suya. Por un momento, Razor pareció ver una pizca de arrepentimiento antes de que se diera media vuelta.
—Iré por la piedra de alumbre*, terminemos rápido.
Razor respondió con un suave “sí” viendo cómo Bennett iba hacia su mochila bastante callado. Aún cuando no captaba del todo su seriedad y desánimo, el silencio ya le era motivo suficiente para saber que algo pasaba. O tal vez no, tal vez Bennett sólo estaba cansado y no tenía muchas ganas de hablar. No pasaba seguido, pero no era algo tan extraordinario como se podía llegar a pensar, sobre todo después de un largo y agotador día como el que acababan de tener.
Si, era una posibilidad, pero Razor no estaba del todo seguro. Sentía su cabeza llena de cosas, y ningún pensamiento era concreto, así que tampoco podía liberarse de aquel agobio.
—Razor…
—¿Si? —Se adentró en el agua con cansancio. Tal vez una ducha y una buena cena le ayudaría a despejar su mente.
—El mapa no está.
Notes:
Lamento muchísimo la tardanza, definitivamente marzo no ha sido mi mejor mes jajan't
Afortunadamente seguimos aquí y con un nuevo capítulo. Sí, sé que se siente un poco como relleno, pero da pie a algo importante que pasará en el siguiente capítulo.
En fin, espero que les haya gustado. Por favor comenten y compartan la historia para crecer el club de gente con diabetes por la cursilería de los niños ✨P.D. No me pregunten que estuvieron haciendo Xingqiu y Chongyun en todo este tiempo. Seguramente se cruzaron con un hechicero.
*La piedra de alumbre es una piedra (vaya) que puede servir como desodorante, jabón, blanqueador y shampoo natural, todo al mismo tiempo. Yo personalmente la uso como desodorante, así que doy fe de su uso.
Aunque claro que no hará espuma como lo describí capítulos atrás, pero la idea es la misma así que meh.
Chapter 19: Estanque Luhua (Parte 2)
Summary:
Al perderse el mapa, se forja una promesa.
Chapter Text
—¿Mapa?
—¡Si, el mapa! ¡Ya no está!
Inundado de pánico, Bennett comenzó a rebuscar en su mochila, sacando cada cosa con la que sus manos se topaban y lo tiraba al suelo; suplicaba a todos los Arcontes que el mapa se encontrara en el fondo de todo, aún cuando sabía que la había dejado arriba de todo.
Razor se quedó atónito por unos segundos. Creyó… No, deseó que fuera una mala broma y miró atento a Bennett, esperando que el mapa apareciera en su mochila o a un lado de ellos, pero cuando al aventurero se le acabaron los objetos por sacar, supo que eso no iba a pasar.
—Tal vez aire… Llevar.
Sugirió un tanto esperanzado, esperando que simplemente haya sido un descuido de Bennett y que el viento se lo hubiera llevado. Razor comenzó a dar vueltas por el área, tratando de usar su olfato para percibir el aroma del mapa y su vista para poder encontrarlo, ya sea en el suelo, en el agua o en el aire.
Pero eso tampoco pasó.
—No lo pudimos haber perdido… Yo lo dejé aquí, enrollado. Sé que lo vi.
Balbuceó Bennett antes de ver cómo Razor regresaba con una expresión derrotada. Claramente no hizo falta que dijera nada. Bennett bajó la mirada y se sentó en la roca con un gran suspiro.
—De acuerdo, no es un problema tan grave. Quiero decir, si es grave, pero no lo necesitamos, ¿verdad? Ya estamos muy cerca, y creo recordar que dijo que teníamos que rodear esa enorme montaña, ¿no? Aún podemos llegar —balbuceó Bennett tratando de animarse, o de no caer en la desesperación.
Razor se rascó la nuca con duda. Apenas y sabía leer un mapa de Mondstadt, ni qué decir de uno de Liyue, además de que Bennett había sido quien más lo había mirado en todo el viaje; con esto, poco o nada podía decir. Ante la falta de respuesta, Bennett sintió aún mayor preocupación, pero después de unos segundos se levantó y dijo con un tono no muy convencido:
—¡Está todo bien! Lo lograremos.
Tomó la piedra que desde un inicio buscó y se aproximó de nuevo al estanque. Razor apretó los labios antes de levantarse y seguirlo; mientras era testigo de cómo otra piedra voladora caía en la cabeza de Bennett, se preguntaba si ese incidente era una advertencia.
◈ ━━━━━━━ 狼 ━━━━━━━ ◈
La ausencia de lluvia, fuera de aliviar a Bennett, lo hacía sentirse peor. Era como si el clima se burlara de él al no importarle sus problemas y decidir ser absolutamente perfecto en los peores momentos. Al menos había dos cosas buenas: una, que habían podido entrar a las ruinas cercanas para usarlas como refugio (aunque Bennett terminó con el cuerpo cubierto de telarañas); y dos, tenía algo con que distraerse. Pero los jaloneos en su cabello no le pasaban desapercibidos a Razor, mucho menos cuando solía ser mucho más cuidadoso al respecto.
—Auch.
—¡Ay, perdón! Tendré más cuidado.
Razor asintió en respuesta, aunque estaba apretando los labios sabiendo que era la cuarta vez que Bennett le jalaba con el cepillo. Si, empezaba siendo suave y paciente, pero después sus cepilladas se volvían más apresuradas y fuertes, siendo el momento en que un nudo lo atoraba y el ciclo volvía a comenzar.
Y, efectivamente, Razor sintió aquel jaloneo otra vez.
—Auch.
—¡Lo siento! Yo… —Bennett se mordió el labio tratando de pensar en alguna excusa, pero sólo terminó suspirando—. Perdón.
—Bennett —llamó Razor girándose hacia su novio. No estaba molesto, pero sí tenía aquella expresión que mezclaba seriedad con preocupación—. ¿Estar bien? Estar callado. Pensar mucho, no normal.
El aventurero no quería responde, se mordió el labio tratando de reprimir las palabras que necesitaba soltar, pues era algo que era necesario aclarar si querían terminar con la misión; pero no era algo fácil de plantear, sobre todo porque sabía que Razor se negaría.
Sin embargo, a ese punto era incapaz de mentirle acerca de algo, mucho menos con algo que los involucraba a ambos y a la misión de forma tan directa, además de que Razor le acababa de hacer una pregunta directa, así que tampoco había forma de desviar el tema. No es como si pudiera hacerlo de todas formas.
—Es que… —se aclaró la garganta mientras retiraba el cepillo del cabello ajeno—. He estado pensando y… Me di cuenta de algo.
Hubo un corto silencio. A Razor le carcomía la curiosidad, pero se mantuvo callado y esperó a que continuara. Eso sí, se volteó y se acomodó para estar frente a frente con una mirada (demasiado) atenta.
—Eeh… —esa penetrante mirada lo puso un poco nervioso, por lo que bajó la mirada—. Mira, nuestra última pelea fue… Demasiado, para mí; y no me refiero a físicamente, he estado en situaciones mucho peores, sino que… Ya es la segunda vez que nos atrapan, y esta vez fue por dos días. No sé por qué ni cómo, pero logramos escapar antes de que fuéramos entregados a la Sota, la Heraldo Fatui. Esa fue una suerte que no sé cómo fue qué conseguimos, pero que no estoy dispuesto a cuestionar. Pero… ¿Y si no hubiera sido así?
Bennett se sostuvo el puño tratando de ocultar su temblor, y aunque Razor igualmente lo notó, decidió no decir nada pues aún no entendía del todo el punto de Bennett.
—Pero no fue.
—¡Lo sé! Quiero decir, sé que no pasó y que tuvimos suerte y todo eso pero… No podemos permitirnos estar otra vez en esa situación.
Hubo otro silencio. Se notaba que le estaba costando hablar de ello, pero Razor no entendía el punto; quería que Bennett fuera directo.
—No entender.
—Mira —un poco impaciente, Bennett se revolvió el cabello—, estamos bastante cerca de Liyue. Si nos apresuramos, llegaremos mañana, pero estoy seguro que mientras más cerca estemos, más probable es volver a encontrarnos con más Fatui, y tú ya no tienes arma.
Ahora fue el turno de Razor de desviar la mirada, aunque a diferencia de Bennett lo hizo con el ceño fruncido, respondiendo con un tono defensivo:
—Fue porque pensar… Fatui decir que soltarte. Sólo querer… Querer protegerte.
—Lo sé.
Se apresuró a contestar Bennett posando su mano sobre la de su novio con cierta suavidad, aunque su temblor sólo se redujo un poco. No quería volver a discutir ni que su novio lo malinterpretara.
—Sé que lo hiciste por lo que te dijo el Fatui, y en cierta forma fue un gesto honorable, pero… Fue arriesgado, demasiado . Incluso más que el tirarte por el acantilado. Los Fatui no son personas honestas y lo sabes, definitivamente no iban a dejarme ir por una mandoble; sólo querían que no te resistieras para atraparte más fácilmente.
Razor apretó la mandíbula. Hasta el momento no había vuelto a pensar en ello, simplemente lo dejó pasar y se olvidó de aquel vergonzoso momento, pero ahora que Bennett lo había vuelto a mencionar desde su perspectiva se dio cuenta de lo estúpidamente ingenuo que fue. Era cierto, los Fatui eran deshonestos, pero no había pensado bien, simplemente se había dejado llevar por la desesperación de ver a Bennett en peligro.
—No lo tomes a mal, creo que si hubiera estado en tu lugar, yo hubiera hecho lo mismo —de alguna forma, eso no lo hizo sentirse mejor—. Pero es justamente eso lo que me preocupa…
Razor levantó la mirada. Tenía una ligera sospecha de hacia dónde estaba yendo eso, y no le estaba gustando.
—Bennett… —mucho menos quería escucharlo.
—No podemos dejar que eso suceda —terminó Bennett con decisión.
—¡No!
Razor retiró su mano con brusquedad y se levantó. Le dio la espalda, esperando de forma un tanto infantil que Bennett se olvidara del tema. Claramente, eso no funcionó.
—Razor… —suspiró Bennett con cierta angustia, aunque también se levantó para demostrar su firmeza sobre el asunto.
—¡No, no decirlo! ¡No abandonarte!
—¡Sólo sería en caso de emergencia! —Bennett se acercó y puso su mano con suavidad sobre el hombro ajeno. Debido a que la única reacción que tuvo fue que Razor se cruzara de brazos, decidió acercarse un poco más—. A mí tampoco me gusta la idea, pero míralo así: en caso de que estuviéramos rodeados otra vez y yo tuviera la oportunidad de escaparme, ¿no preferirías que fuera a buscar ayuda y escaparme de los Fatui?
Razor no respondió, aunque el cruce de sus brazos se volvió un poco más fuerte. No tardó en recordar aquella situación, aunque esta vez se imaginó siendo él quien estaba atrapado por el Fatui y Bennett el que perdía su arma por una mentira, aún cuando tenía la puerta completamente abierta y el camino libre a sus espaldas.
—Razor, por favor… —Bennett decidió abrazarlo por detrás, escondiendo su rostro en su hombro—. Estamos muy cerca. En caso de que tengas la opción de escapar y buscar ayuda… Prométeme que te irás.
—...
—Yo también lo voy a prometer… Si es al revés, correré a buscar ayuda para rescatarte, pero necesito que me lo prometas primero…
Estaba acorralado. La idea era terrible, lo aterraba, lo hacía sentirse repugnante al solo imaginarse en esa situación, y si algo le llegaba a suceder a Bennett, sabía que jamás se lo perdonaría; pero sabía que era lo mejor.
En su defensa, él desde un principio había dicho que iría para proteger a Bennett, nunca había prometido que cumpliría la misión, pero no era tan cínico como para decir que no le importaba. Su prioridad siempre había sido Bennett, y ahora él le estaba pidiendo que lo dejara a un lado a favor de cumplir su misión. Razor abandonaría la misión si eso significaba tener a su novio a salvo, y Bennett lo sabía , así cómo Razor sabía que, si lo hacía, Bennett no se lo perdonaría.
—No es justo… —resopló resignado.
—... Lo sé.
Bennett no tenía la intención de soltar el abrazo, pero al sentir que Razor quería darse vuelta hacia él, se obligó a soltarlo y a mirarlo con un gesto de disculpa, pero no estaba dispuesto a retractarse en su decisión. Afortunadamente Razor no se lo pidió, sino que levantó su meñique con un gesto que delataba su inconformidad, pero así como Bennett, su postura era firme.
—Promesa de dedo meñique…
Razor comenzó a recitar con voz baja, gesto que enterneció a Bennett y lo hizo sonreír al levantar su propio dedo y continuar:
—Si miento, tragaré mil agujas… —entrelazó su dedo.
—Y cortarme el dedo.
Una vez que terminaron con ese pequeño pacto, Bennett extendió los dedos de su mano y los entrelazó con los de su novio. Al ver aquel brillo agradecido en sus ojos y el alivio en su sonrisa su corazón se aceleró, pensando por un momento que no se arrepentía de la promesa.
—Gracias Razor.
Razor sintió como su rostro se sonrojaba, le sonrió de vuelta antes de acariciar su mejilla con su mano libre con gran cariño. Bennett sintió como si corazón se derritiera con aquella mirada, pero desgraciadamente aún no había terminado.
—Aún hay algo que me preocupa… —admitió posando su mano libre sobre la contraria.
—¿Qué?
—Sigues sin tener arma…
Razor suspiró mientras su rostro se volvía pensativo, aunque no abandonó las caricias. A pesar de estar a salvo, seguían estando en una mala situación.
—Es arriesgado, pero en caso de necesitarlo, quería saber si podrías intentar usar tu Visión sin tu-
—No.
La interrupción de Razor fue bastante brusca y decidida, lo cual sorprendió un poco a Bennett.
—Eeh… Pero, sabes que no hago mucho daño… Si terminamos acorralados no podría depender de mis explosiones, y si usas tu Visión podríamos lograr crear alguna salida.
—...
El agarre de sus dedos se endureció un poco al igual que su mirada, cambiando la sorpresa de Bennett por preocupación.
—¿Razor?
El chico se soltó y comenzó a dar vueltas por el lugar. Se le veía tenso, caminaba con una expresión de desacuerdo y una postura endurecida, incluso Bennett podía escucharlo murmurar algo en idioma lobuno, pero apenas y podía entender palabras sueltas. Ese cambio había sido tan brusco que no supo qué hacer ni qué decir; a su punto de vista, no había dicho nada malo, era una pregunta necesaria para terminar de solventar los detalles.
“No. No lo haré otra vez, es peligroso, demasiado. Saldrá lastimado, lastimaré a mi Lupical otra vez. No, no es sólo mi Lupical, ahora es mi pareja; lo amo, y no quiero lastimarlo también. No quiero que pase de nuevo, no a él.”
Cuando Razor comenzó a alterarse, Bennett se preocupó aún más. Si continuaba así, podría incluso caer en un ataque de pánico, situación que Bennett solamente había presenciado algunas veces pero que sabía cuán grave podía llegar a ser.
—Razor, ¿qué pasa?
El chico, a pesar de haber escuchado su voz y reaccionado a su nombre, decidió ignorarlo y continuar con su “reflexión”, que lejos de ayudarlo solo lo fue angustiando más y más hasta el punto en que Bennett lo detuvo.
—¡Razor, cálmate! Respira. ¿Qué pasa? Apenas logro entenderte.
Al cruzar sus miradas, Bennett notó con horror que Razor estaba al borde de las lágrimas y con una expresión extremadamente angustiada.
—¿Estás bien?, ¿qué pasó?, ¿dije algo malo?
—Yo… —Razor se tapó la cara con sus manos y retrocedió hasta la pared, siendo el momento en que sus piernas comenzaron a perder sus fuerzas.
—Razor… —Bennett se acercó más y, con toda la suavidad del mundo, tomó sus manos—. Está bien, tranquilo… Aquí estoy.
El chico no pudo reprimirse más y dejó que un par de vergonzosas lágrimas resbalaran por sus mejillas antes de dejarse caer hasta el suelo. Quiso esconderse entre sus rodillas, pero al sentir como Bennett se sentaba a su lado y le acariciaba la espalda, se volteó y se aferró un poco a él. El aventurero estaba demasiado confundido y un poco asustado por esa extraña situación, pero en cierta forma también estaba un poco aliviado de que decidiera apoyarse en él, o más bien en que dejara de sufrir solo y se desahogara.
—Yo… —se aclaró la garganta y se limpió las lágrimas—. Perdón.
—No te disculpes, no hiciste nada.
—Si hacer. Hacer errores. Muchos. Fallar.
—No Razor, tú-
—¡No, Bennett! —lo miró con desesperación—. ¡No entender! Yo… Primera vez que usar Visión, cometer errores. Muy malos errores. Errores con… Cosa.
Esa última palabra lo había dicho con gran repulsión, sacando su Visión y mirándola con un desprecio con el que Bennett jamás lo había visto. Cuando la Visión soltó un brillo más intenso, Razor lo apretó entre sus dedos y con el ceño fruncido lo lanzó al otro lado de la habitación. Bennett no se lo había esperado por nada del mundo, pero ver qué Razor le tenía tanto resentimiento a su herramienta divina lo hizo darse cuenta de que lo conocía mucho menos de lo que creía.
—Cosa estúpida… —soltó Razor con tono cansado.
—¿Puedo… preguntar al respecto? —preguntó Bennett con bastante precaución.
Hubo un poco de silencio por un rato; a Razor no le gustaba hablar sobre eso, ni siquiera pensarlo, pero Bennett había sido completamente sincero con él cuando le explicó sus razones del por qué no se cuidaba tanto; además de que podía sentir toda la preocupación que le estaba causando. Lo menos que podía hacer era decirle la verdad.
—Muchas lunas atrás… No conocernos. Yo aprendiendo a usar colmillo de hierro. Rayos caer de cielo y fuerte lluvia. Un monstruo… atacarme de sorpresa. Encerrarme… Lupical… —su voz se le volvió a quebrar, aunque se recompuso con rapidez—. Lupical correr… buscarme, querer salvarme. Pero monstruo muy fuerte, dañar a mi Lupical.
Al recordar su impotencia, toda la furia y desesperación de aquel momento, lo volvió a inundar el mismo indescriptible deseo de poder, sensación a la que la Visión respondió con un destello de brillo. Razor continuó, aunque entre varias pausas en las que buscaba las palabras.
—Yo desear ser fuerte. Desear vencer enemigos. Desear poder proteger a mi Lupical… Después sentirme fuerte, muy fuerte. Romper cadenas y tomar arma, peleando contra monstruo con arma y rayos… Pero no saber usar rayos… —bajó la mirada y se miró las manos con gran arrepentimiento—. Ganar a monstruo, pero… perder Lupical…
Bennett sintió una punzada en el corazón. Razor jamás había hablado sobre su Visión, siempre solía cambiar el tema o simplemente no hacer comentario alguno, y si bien en su momento no le había dado mucha importancia, jamás imaginó que se trataba de algo así de triste. Al no saber qué decir (¿siquiera algunas palabras lo harían sentir mejor?) entrelazó sus manos con cierto apoyo, gesto que Razor correspondió con cierta fuerza.
—Antes odiar cosa… Visión. No querer usar, no querer ver, pero no tener opción… Para ser más fuerte, necesitar Visión. Así proteger a mi Lupical, proteger a todos…
Ahora lo entendía, ahora veía porque Razor se obsesionaba tanto con proteger a todos, el por qué de sus impulsivas decisiones y el constante deseo de ser más fuerte. Razor tenía más demonios internos de los que pensaba, pues siempre creyó que todo eso se debía simplemente a un rasgo de su personalidad.
—Lo siento —se disculpó Bennett acariciandolo con su pulgar.
—¿Eh? —Razor había esperado cualquier comentario, algún tipo de consuelo o pregunta, no una disculpa.
—No sabía que era algo tan… Delicado, para ti. No debí pedirlo.
—¡No! —Razor se acomodó frente a él con rapidez—. Tú no saber, yo nunca contar ni decir nada. Tú preocupado por la misión, por nosotros. No saber… Así que no disculpar.
Cruzaron miradas, provocando que el pecho de Bennett se llenara de calidez. A pesar de la difícil situación que Razor acababa de confesar, a pesar del dolor que le causaba, estaba gastando energías en consolarlo.
—Realmente tengo mucha suerte de tenerte —suspiró Bennett.
Ante esa mirada Razor volvió a sonrojarse, aunque esta vez decidió tomar su rostro entre sus manos y depositarle diversos besos en toda su cara: sus mejillas, pómulos y párpados hasta terminar en sus labios. El aventurero soltó alguna risas por las cosquillas que ese gesto le causaba, pero también estaba bastante gustoso.
Más enamorados no podían estar.
◈ ━━━━━━━ 幸 ━━━━━━━ ◈
Apenas estaba por amanecer cuando los chicos salieron de aquellas ruinas. Habían aprovechado su descanso al máximo, siendo el último que tomarían antes de llegar a Liyue, querían estar con todas las energías y la disposición para enfrentar los obstáculos. Eso sí, Bennett notó que la marca que le había dejado a Razor en la garganta no había tardado en hacerse notar (cosa que hacía sonrojar), así que optó por tratar de ignorarlo.
—Bien, la situación no es muy buena pero definitivamente la enfrentaremos.
Dijo Bennett masajeando un poco su hombro mientras miraba los alrededores. Gracias a la lluvia la montaña no era tan visible como le gustaría, pero era mejor que nada.
—Bueno, no está tan mal. Ahí está la montaña —le apuntó—, así que sólo debemos rodearla. Aunque… —echó un vistazo para decidirse por un camino—. Hay demasiadas subidas, tendremos que escalar.
Razor simplemente lo siguió y dejó que siguiera con su discurso, asintiendo de vez en cuando para demostrar que le estaba prestando atención. Lo único que le importaba era que pudieran tomar un camino y avanzar lo antes posible. No pasó mucho tiempo antes de que Bennett se decidiera por el camino menos empinado; no quería gastar muchas energías escalando (cosa muy difícil en Liyue).
Fue así, con unos ánimos bastante bajos y una terrible promesa, ambos continuaron con su viaje.
Chapter 20: Liyue
Summary:
El viaje llega a su fin.
Chapter Text
Encontrar un camino no fue tan difícil como lo pensaron en un inicio; la falta de visión les obligó a dar varias vueltas y escalar en varios puntos, pero eventualmente encontraron lo que era prácticamente un camino establecido por la ruta que querían tomar, o sea, rodear la montaña.
—¿Crees que en Liyue haya más ruinas que en Mondstadt?
Preguntaba Bennett mientras ambos subían por unas escaleras que, efectivamente, parecían ser parte de unas antiguas ruinas. No habían avanzado mucho y aún así el aventurero ya se había puesto a analizar sus alrededores.
—Quiero decir, en Mondstadt también hay muchas ruinas, pero siento que suelen concentrarse más en ciertas áreas, y aquí me encuentro con algún resto sin importar hacia donde voltee o vayamos. Aunque en Mondstadt podría decirse lo mismo, yo creía que aquí sería mucho más difícil por todas las montañas que hay. Incluso tal vez hay muchas más de las que hemos visto; por lógica, deberían existir muchas cuevas y cavernas, y dentro podrían haber dominios y ruinas sorprendentes. ¡Qué ganas de ir a explorar! Debería preguntarle al Viajero al respecto, de seguro él sabe sobre todo esto.
Y así, Bennett siguió y siguió. Razor ya estaba acostumbrado a sus constantes monólogos, así que se quedó callado y escuchó cada una de sus palabras, tratando de entender todo lo que su novio soltaba. Era un buen ejercicio de comprensión, y de cierta forma aprendía cosas interesantes; incluso a veces se le contagiaban la ganas de explorar por la pasión que esos discursos solían acarrear.
Tal vez cuando sea grande podría ser explorador también, ¿quién sabe?
A pesar de las vueltas que dieron, fue bueno que lo hicieran pues esas escaleras estaban representando un muy buen camino; algo recóndito y con unos pocos slimes, pero nada realmente relevante ni difícil. Al poco tiempo terminaron de subir todas las escaleras, llegando a una zona pavimentada cerca de un acantilado.
—Fuaah… Parece que no podremos salvarnos de escalar algo en Liyue —suspiró Bennett con tono cansino—. Aunque es verdad que prefiero las escaleras a escalar montañas, ¿quieres?
Le extendió un envase de agua. Razor lo rechazó y miró los alrededores mientras Bennett se hidrataba; y no era con la usual curiosidad con la que miraba un nuevo lugar, sino que estaba un tanto irritado de lo usual.
—¿Todo bien? —preguntó Bennett al limpiarse la boca con el dorso de su mano.
—Todo oler igual. Lodo.
Razor se talló la nariz y resopló esperando que así el penetrante olor a tierra y pasto mojado se hiciera más tolerable, pero no consiguió mucho. Bennett se mordió el labio sintiéndose un poco culpable; si no lloviera tanto, Razor no tendría que lidiar con ese obstáculo.
—Lo siento, llueve mucho por mi culpa —guardó el agua y se acercó a él—. Pero afortunadamente ya estamos cerca; ojalá no sea necesario que uses tu olfato.
Razor concordó (con lo último, no tanto con lo primero) y se resignó a tener que lidiar con todos esos olores, aunque la molestia no desapareció de su rostro. Para tratar de distraerlo, Bennett lo tomó de la mano y se acercó a la orilla del acantilado con entusiasmo.
—¡Mira! Recuerdo que el señor Jiangxue nos habló de este lugar. Creo que eran las Ruinas Du… Duy… Algo; éstas deben ser una de las tres que nos mencionó. ¿Crees que aún hayan tesoros por encontrar? ¿Qué encontraríamos? ¡Ojalá sea algo interesante sobre la historia de Liyue! ¡O una reliquia legendaria!
Razor soltó una ligera sonrisa. Poco le importaba lo que hubiera en aquel lugar, pero definitivamente iría a explorar junto a Bennett si eso significaba verlo feliz. Para expresarlo, tomó una de sus mejillas y le hizo voltear a verlo, así tuvo la libertad de besarlo. A Bennett le sorprendió un poco ese repentino gesto, pero no lo rechazó en absoluto, sino que lo correspondió gustoso (y el rostro enrojecido).
Desgraciadamente el dulce momento no podría ir más lejos que eso, y se dieron cuenta de ello en cuanto escucharon una serie de pasos detrás de ellos junto a una voz que les dijo:
—Que lindos. Siempre he sido fan del romance, ¿saben?
Los chicos abrieron mucho los ojos y giraron de inmediato, encontrando la terrible sorpresa de que un grupo de por lo menos 15 miembros Fatui los habían acorralado. Bennett empuñó su arma y la dirigió hacia los enemigos en una posición protectora hacia Razor, pero el pánico que comenzaba a crecer en su pecho era bastante visible.
—¿Cómo…? —fue todo lo que pudo decir mientras trataba de tomar valor, pero no lo logró mucho.
Razor escuchó más pasos debajo de ellos, volteó y se encontró que abajo del acantilado había otro grupo grande de enemigos que apuntaban directamente hacia ellos. La desesperación también oprimió su pecho: estaban rodeados. Y a diferencia de la última vez, sus posibilidades de escape eran mucho menores.
—Maldita sea… —refunfuñó Bennett entre dientes.
—Escuchen niños —comenzó a decir el que parecía el líder del grupo frente a ellos—, ya han viajado mucho y, según nuestro informante, ni siquiera tienen las suficientes armas como para defenderse —Bennett casi podía ver su socarrona sonrisa debajo de su máscara—, así que hagan esto más fácil para todos y entréguense por las buenas.
El Fatui los apuntó con su arma, siendo el único movimiento que hubo por unos agonizantes segundos. En ese tiempo Bennett bajó un poco la cabeza, pero su expresión no cambió, simplemente lo hizo para esconder un poco su boca y poderle susurrar a Razor:
—Escucha Razor, tendremos que saltar y usar nuestros planeadores. No llegaremos muy lejos, pero en cuanto toquemos tierra tendremos que correr.
No fue una sugerencia ni una pregunta, era una órden directa sin posibilidad de cambio alguno. Para Razor no era la mejor idea, y si bien concordaba en que era su mejor opción, tenía un muy mal presentimiento. Pero era eso o rendirse.
—Baja tu espada, niño —pidió falsamente el Fatui—. No hay lugar hacia donde correr.
—Eso ya lo veremos.
Respondió Bennett sin sonreír, pero tampoco había duda alguna en su tono. En un parpadeo, guardó su espada y se giró, saltando hacia el vacío mientras tomaba a Razor de la mano; en cuanto pudieron, abrieron sus planeadores y se dejaron llevar por el viento.
—¡Disparen! —se escuchó detrás de ellos.
Razor no estaba contento: tuvo que bajar la mirada para saber en qué momento llegarían al suelo y eso lo hizo darse cuenta de que estaban alto, terriblemente alto. Sintió cómo su estómago se encogía, cómo la sangre dejaba de correr por su rostro, su pecho se oprimía y su cabeza daba vueltas con cada metro que avanzaban. Al menos Bennett estaba a su lado.
—¡Aaah!
Razor volteó ante aquel grito de sorpresa, notando como una repentina corriente de aire había atrapado a Bennett y lo elevó unos pocos metros. Aquel desvío resultó ser su condena, pues uno de los disparos de los Fatui terminó por impactar en su espalda; más específicamente, en el centro de su planeador.
Ese fue un mal golpe, pues hizo que una de las alas se aflojara y se soltara. Bennett cayó. Para su buena suerte, aún no estaba tan alejado como para que el suelo estuviera a una altura mortal, pero para matar esa suerte, cayó en medio de todo el grupo Fatui. Nadie estuvo dispuesto a atraparlo, así que Bennett impactó de espaldas contra el suelo, sacándole el aire en un fuerte quejido.
—¡BENNETT!
Razor inmediatamente pensó en dejarse caer e ir por él, pero un ataque Geo pasó justo al lado de su cara. Es cierto, estaban siendo atacados por todos lados, si se dejaba caer él también terminaría en una muy mala posición, por no decir pésima.
—Ra…zor… —gimió Bennett con dificultad.
No tuvo ni un solo momento antes de que los Fatui lo agarraran, pero el chico era demasiado obstinado como para dejarse vencer tan fácil. Con fuerzas sacadas de Arcontes-sabrán-dónde golpeó todo lo que se le cruzó y forcejeó contra todo aquel que lo agarraba. A pesar de su gran fuerza inicial, los números le seguían yendo en contra, así que no tardó en comenzar a perder su batalla.
Razor estaba comenzando a entrar en pánico. Quería lanzarse a ayudar a su novio, quería salvarlo y pelear con colmillos y garras contra todos esos cabrones que se atrevían a tocarlo; pero los constantes disparos que iban hacia él (ya sea que impactaran o no) y la amenaza de los Fatui bajo sus pies lo detenía: si se acercaba, tendría que pelear sin armas; si seguía dejándose caer, también terminaría siendo rodeado y atrapado; y si seguía… ¡No, no lo iba a abandonar!
— Lo… prometiste…
Razor abrió mucho los ojos. A pesar de que lo tenían de rodillas en el suelo sosteniendo sus brazos con gran brusquedad, la determinación en su mirada estaba mucho más presente que el dolor físico que le estaban causando. Razor sólo alcanzó a ver cómo los labios de Bennett le decían “ Huye ” antes de contemplar como un golpe certero lo desmayaba.
Sus ojos se llenaron de lágrimas y la respiración se tornó como algo imposible. Con el corazón hecho trizas, se concentró en lo que debía hacer: escapar.
Avanzó y se concentró en el camino bajo sus pies, el cual estaba demasiado lejos, o al menos esa era su percepción. Aún faltaban varios metros para llegar, así que podía avanzar una considerable distancia en aire; el problema era que estaba siendo seguido por un par de Fatui debajo de él, mientras que también estaba recibiendo uno que otro disparo elemental. Ninguno le pegaba en un lugar importante, pero eso no quitó que doliera como el demonio.
—¡No tienes a dónde ir! —amenazó uno de los Fatui que le seguían—. Después de todo no tienes nada con qué pelear.
El chico comenzó a mirar hacia todos lados con angustia; a su derecha el suelo estaba más y más lejos, hasta el punto en que definitivamente era mortal; a su izquierda sólo había montañas, y estaba seguro de que no era más rápido escalando como cuando corría; detrás, no era una opción; y si bien delante había un posible camino para correr, los Fatui le estaban pisando los talones. Sólo se le ocurrió una forma de caer a ellos y retrasarlos lo suficiente para tomar el suficiente vuelo. No le gustaba, pero no había opción.
Ya estaba abandonando a Bennett, no había nada peor que eso.
Con los puños cerrados, guardó su planeador y se dejó caer justo frente a sus perseguidores, quienes apenas lograron verlo sorprendidos antes de que unos repentinos rayos Electro los rodeara a todos.
Un Fatui, al ser un Guerrillero Pyro, pudo refugiarse de la mayor parte del daño cubriéndose con los brazos. Pero al estar cubierto de su propio elemento, la sobrecarga afectó a su compañero y lo hizo volar unos cuantos metros.
—Buen intento.
Se burló el Fatui antes de tomar su arma y lanzarle un golpe directo a su cabeza; Razor lo esquivó y trató de manipular los rayos Electro saliendo de su cuerpo, pero poco pudo hacer más que los impactos se concentraran más en su enemigo; aún con su escudo Pyro, el Fatui no salió tan afectado de ese contraataque, así que le devolvió otro golpe a puño limpio, impactando directamente en su mejilla.
—Sólo un mocoso como tú hace algo tan estúpido como usar su Visión sin un arma —dijo el Fatui acertando un golpe con su arma en el estómago del chico.
La fuerza de ese último ataque causó que Razor se inclinara, momento en que el Fatui rodeó su cuello con su brazo para inmovilizar al chico. Entre varios gruñidos Razor forcejeó y rasguñó al Fatui, incluso trató de morderlo, pero no consiguió mucho.
—No sabes cuánto disfrutaré ponerte un bozal.
El sádico comentario le causó escalofríos, pero Razor no flaqueó en sus intentos de escape. Afortunadamente para él, sus rayos terminaron por desactivar el escudo Pyro.
—Mierda, ahora no —maldijo el Fatui.
Razor sintió como el agarre se debilitaba, así que esta vez sí que pudo proporcionarle un buen mordisco; el Fatui reaccionó y trató de zafarse, pero ahora era él quien no pudo librarse.
Para fortuna o para desgracia de ambos, hubo un nuevo integrante en su combate: una Cría de Dragarto. Ambos sintieron como la criatura los embestía por un costado, lo que los derribó a ambos. Razor soltó al Fatui al soltar un quejido de dolor, y aunque el agarre del hombre también se tambaleó un poco, logró recuperarse lo suficiente como para seguir sosteniendo su chaleco.
Como acto de reflejo, Razor extendió los brazos hacia atrás y se retiró el chaleco. Al estar libre de su agarre, pudo avanzar los suficientes pasos como para esquivar (accidentalmente) un nuevo ataque de la Cría de Dragarto, el cual le dio de lleno al Fatui y lo hizo resbalar por la orilla del acantilado, aunque no se cayó por completo pues logró sostenerse de la orilla.
Razor levantó la mirada con dificultad y logró ver a muy duras penas como una criatura que no conocía rodaba en todas direcciones, haciendo imposible adivinar su siguiente movimiento. Sea como sea, no era momento para preocuparse sobre cómo enfrentarse a él, sino que debía de aprovechar ese momento para continuar.
—Saborear sangre…
Sostuvo su estómago, se levantó cuánto pudo y retomó la carrera. Sintió otros impactos en toda su espalda, piernas y cabeza, pero ahora que había recibido un golpe mucho más fuerte de aquella desconocida criatura, lo demás parecían ser simples pellizcos.
Corrió, corrió y avanzó hasta que su garganta ardió, hasta que sus pulmones pesaron y hasta que respirar se volvió doloroso, y aún así no se detuvo. Continuó y continuó hasta que el suelo se acabó, momento en que rodó un poco por el suelo hasta terminar en lo que parecía ser un pedazo de tierra plano.
Se quejó por el cambio tan brusco de terreno, se le metió un poco de polvo a la boca. Se limpió la boca con pesadez al tratar de levantarse de nuevo, pero sus piernas parecían pesar como si estuvieran hechas de plomo, no le respondían como quería. Maldijo en un gruñido lobuno al arrastrarse. Si tan solo el camino no fuera tan empinado…
¡El camino, el pedazo de tierra era un camino!
Darse cuenta de ello llenó su cuerpo de nueva energía y se pudo volver a levantar, logrando así seguir el camino. No importaba si no era el correcto, si sólo terminaba perdiéndose o si terminaba en otra maldita nación; sólo quería alejarse lo más posible de los Fatui y encontrar ayuda.
Siguió y siguió hasta que se encontró con lo que tanto necesitaba: personas.
—¡Oye, aléjate!
Desgraciadamente, eran ladrones de tesoros.
La felicidad que le había causado ese encuentro no duró más que unos pocos segundos, pues los mismos hombres se encargaron de arruinarlo. La furia inundó a Razor más rápido que un tornado; pero decidió mejor cerrar la boca y acercarse hacia los hombres, quienes sacaron sus armas con precaución. La duda los inundó, pues además de que el chico no iba muy rápido, se veía demasiado herido y sangrante, pero la ira en su mirada era inundable.
Mientras más se acercaba, los rayos de su cuerpo (que para ese momento se habían reducido hasta ser simples destellos violetas) se intensificaron, atacando a todo lo que se cruzaba en su camino. Ante aquel escenario los hombres retrocedieron un poco y simplemente apuntaron a Razor con sus armas; no es que tuvieran miedo, sino que acercarse representaba un peligro real de ser atacados por el incontrolable poder Electro.
—Liyue —dijo Razor con la mayor firmeza que podía.
—¿Qué?
—¡Liyue! —gritó furioso—. ¿Dónde?
—Por allá —se apresuró a contestar uno de los hombres apuntando—, sólo sigue el camino y llegarás.
Ni siquiera agradeció aquella ayuda, sino que siguió las indicaciones y avanzó por el camino con la mayor rapidez que podía.
—¡Oye, relájate! —exclamó otro hombre cuando Razor pasó a su lado y sus rayos amenazaron con golpearlo—. ¡Si llegas así, la geoarmada vendrá y nos meterás en un lío!
No sabía qué diablos era la “geoarmada”, pero esas palabras le hicieron darse cuenta de algo: debía de tranquilizarse o podría asustar a las personas, y en ese momento no necesitaba ser aterrador.
Lo mejor que podía hacer era pensar en una actividad que relajara su mente, así sus rayos se irían debilitando poco a poco; lo primero que cruzó por su mente fue correr, pero el solo hecho de caminar ya representaba un desafío para su cordura; lo segundo que pensó fue en su Lupical, pero ninguno de ellos estaba lo suficientemente cerca como para sentir ni un poco de calma, el único era Bennett y él ahora estaba…
No, no debía pensar en eso, no ahora.
¿Qué más le gustaba? La carne. Si, eso también le gustaba, pero no tenía hambre; es más, tal vez no podría volver a comer nada en absoluto. ¿Qué más? Amigos… No, nada de amigos, ninguno estaba cerca, ninguno podría ayudarlos en ese momento.
Los rayos del amanecer hicieron todo demasiado brillante, los colores penetraron en sus retinas y le causaron un terrible dolor de cabeza. Tenía náuseas, quiso vomitar; o al menos vomitaría si tuviera algo en el estómago. El aire lo ahogó tanto como lo haría el fondo del océano, pero sus pulmones aún lucharon por recuperar algo de oxígeno dentro de todo el fuego que sintieron respirar.
Sus piernas tambalearon cuando el terreno volvió a cambiar, pero de alguna forma su mente supo que era una buena señal, pues supo que debía de levantar la mirada. Al hacerlo, finalmente lo vio. Finalmente había llegado, ahí estaba: la ciudad de Liyue estaba justo frente a él. Su pecho se llenó de alivio y su mente logró aclararse. Lo había logrado, había llegado a Liyue.
Con más energía surgida desde lo más profundo de su estómago, Razor corrió cuesta abajo por el camino. Mientras más bajaba los colores eran cada vez más brillantes, las cosas comenzaban a girar y a ponerse en posiciones imposibles, y sus piernas parecían estar a punto de traicionarlo.
Se forzó a continuar, a dejar esas náuseas a un lado, a correr y correr y correr todo lo necesario para llegar. Siguió kilómetros y kilómetros hasta lograr encontrarse con lo que parecían un par de guardias. No había nada interesante que vigilar, pensó Razor mientras se acercaba, pero de cierta forma agradecía que estuvieran vigilando nada.
—Ayu… —trató de decir con voz rasposa.
—¿Eh? —giró el guardia al escuchar una voz detrás de él—. Oh, ¿en qué puedo…? —se detuvo cuando notó el estado en que estaba—. ¡Por Rex Lapis!
—Ayu…da… Bennett…
Soltó Razor con sus últimas energías antes de desplomarse.
Chapter 21: Farmacia Bubu
Summary:
Razor despierta en un lugar extraño.
Notes:
(See the end of the chapter for notes.)
Chapter Text
El dolor punzante en su cuerpo comenzó a molestarlo. Eso era algo que no pasaba muy seguido, excepto cuando en las aventuras junto a Bennett se caían en algún pozo escondido, o cuando los fuertes vientos les mandaba múltiples objetos que los golpeaban, o cuando uno de los rayos también lo golpeaba. Trató de hacer memoria, no recordaba que haya sucedido ningún evento de ese tipo, o de algo en específico. En realidad, apenas recordaba algo pues el dolor de su cuerpo lo tenía muy distraído, además de que también la iluminación del lugar lo molestaba demasiado. Soltó un pequeño gruñido y se giró entre las sábanas de la cama tratando de encontrar una mejor posición para descansar.
—Oh, ya despertaste. Es un alivio.
No conocía esa voz y eso lo alarmó un poco. Abrió los ojos y se incorporó en la cama con desconcierto, siendo lo primero que vió la espalda de una persona desconocida. El levantarse de forma tan abrupta causó que el dolor se intensificara en su abdomen y cabeza, por lo que soltó un quejido.
—Por favor dime cómo te encuentras. ¿Qué sientes?, ¿dónde te duele?
Ese hombre (ahora confirmado por el tono de su voz) se giró para verlo. Razor no contestó, sólo se le quedó viendo de arriba a abajo, analizándolo. Era un hombre adulto, alto y delgado, cabello verde, largo y trenzado, unas gafas rojas y chiquitas, y una serpiente rodeando su cuello. Razor se le quedó mirando a la serpiente, quien le devolvió la mirada analítica sin comentario alguno.
—¿Qué ser? —señaló Razor sin escrúpulos, lo que hizo que la serpiente soltara una pequeña risa.
—Que perspicaz. Aunque también noté que fuiste bendecido por el Lobo del Norte, ¿cierto?
Razor no contestó de nuevo, una nueva punzada en su cabeza lo distrajo y lo hicieron tallarse los ojos con cierto dolor.
—Changsehng, no es momento de hacer amigos —regañó suavemente el hombre desconocido—. Soy Baizhu, tu doctor, necesito verificar tu estado antes de cualquier otra cosa. Por favor señala los lugares en dónde sientas dolor.
Razor no hizo caso, sino que se quedó pensativo unos segundos. ¿En dónde estaba? ¿Quién era ese señor? ¿Por qué sólo estaba en ropa interior? (Razor, no Baizhu). Se analizó unos segundos y notó que estaba cubierto de varias vendas y parches, además de que olía mucho a medicina humana. Miró al hombre, quien esperaba pacientemente por su respuesta, y se dio cuenta de que había algo en él que hacía que se sintiera cómodo. Tal vez era porque no era un Fatui…
—Fatui —susurró entre dientes.
Pensar en los Fatui lo hizo acordarse de absolutamente todo: el ataque masivo, la misión, el buscar ayuda, Bennett…
—¡¡Bennett!! —gritó repentinamente—. ¡Problemas! ¡Bennett!
Quiso levantarse y dirigirse a la puerta, pero apenas apoyó su peso al suelo sus piernas lo traicionaron y perdieron toda fuerza, haciéndolo caer. Por fortuna, Baizhu reaccionó rápido y alcanzó a atraparlo antes de que cayera hasta el suelo.
—¡Hey, cuidado! —lo ayudó a sentarse de nuevo en la cama—. No te levantes así, aún necesitas descansar.
—Pero… Bennett… —replicó con dificultad, pues todo su abdomen comenzó a dolerle.
—¿Quién es Bennett? ¿Por qué te preocupa?
—Fatui… Atrapar… Ruinas. ¡Peligro! ¡Necesitar ayuda! —a pesar de lo difícil que le resultaba hablar, se notaba la urgencia en su voz.
—Espera espera, calma chico —dijo Changsheng arrastrándose por el brazo de Baizhu—. No se te entiende nada.
Razor soltó un gruñido de exasperación. No tenía tiempo para eso, era mejor irse y buscar ayuda. ¿Pero de quién?, ¿dónde siquiera podría empezar a buscar? No conocía a nadie ahí, y tampoco conocía la ciudad… Entonces recordó que antes de perder el conocimiento se encontró con lo que parecían dos soldados. Si los encontraba, podría pedirles ayuda. Si, al menos era algo.
—Oye oye —volvió a replicar Baizhu cuando Razor volvió a levantarse, aunque esta vez lo hizo con mucho más cuidado—. En serio necesito que te recuestes —fue completamente ignorado, lo que hizo que usara un tono más firme al tomarlo de los hombros—. Si no haces caso, tendré que recurrir a la fuerza bruta, y créeme que eso no es bueno para un paciente.
Razor lo miró con el entrecejo fruncido. No entendía, nunca nadie le entendía, y ya estaba harto de esa estupidez. Tenía un deber, y nada ni nadie iba a impedirle nada.
—Lo siento.
Fue lo único que Razor dijo antes de tomar una de sus manos y morderlo. No fue fuerte, la marca que le dejó no duraría ni siquiera un día, pero la impresión que causó ese movimiento bastó para ganar el suficiente tiempo para correr hacia la puerta y salir corriendo (o lo más parecido a correr que pudo hacer).
—¡Alto!
Se escuchó decir a Baizhu, aunque Razor también alcanzó a distinguir las pequeñas risas de la serpiente. Lo ignoró y siguió con su camino. El único camino que encontró fue rodear el edificio, pero por fortuna eso lo llevó a toparse con unas larguísimas escaleras que lo llevarían hacia donde estaban los guardias que estaba buscando. Sintió un gran alivio, aunque pronto se fue al escuchar un:
—¡Que alguien lo detenga!
No se lo pensó dos veces y comenzó a bajar las escaleras, pero apenas había bajado un tercio de éstas cuando algo lo tomó del pecho y lo hizo retroceder; a los segundos se encontró atrapado en una llave que lo sostenía del cuello con firmeza. Lo repentino de la situación lo hizo detenerse, levantó la mirada y se encontró con una mujer que poseía un parche en el ojo. No pudo evitar recordar a Kaeya.
—Oye chico, vamos a calmarnos un poco —dijo con firmeza.
Razor salió de sus pensamientos y comenzó a forcejear con la mujer entre gruñidos, tratando de librarse de su (sorprendente) fuerte agarre. No logró mucho, sólo alejaba el brazo unos centímetros antes de que la mujer usara su otro brazo para detenerlo.
—¡Oye oye, cálmate! ¿Qué te pasa? ¡Quédate quieto!
—¡No! ¡Soltar! ¡Necesitar ayuda! —replicó Razor.
Trató de volver a usar la técnica de la mordida, pero la mujer reaccionaba a tiempo y se alejaba lo suficiente para darle un poco de libertad a Razor, pero con la misma rapidez volvía a su pequeña pelea para agarrarlo. La frustración creció en Razor y se manifestó con pequeñas lágrimas en sus ojos, pero no dejó de pelear.
—¡Capitana Beidou! —dijo Baizhu al lograr acercarse a ellos.
—¡Estoy bien, doctor! Lo tengo todo controlado —contestó Beidou mirando hacia él antes de volver a dirigir su mirada al chico—. Lo siento chico, no quiero lastimarte pero no me dejas más opción.
En un rápido movimiento, Beidou torció el brazo de Razor mientras que con su pierna jaló sus dos pies. Aprovechó el desequilibrio del chico y torció aún más el brazo, obligándolo a girarse sobre sí mismo y quedar de espaldas a ella. Beidou lo empujó hasta tirarlo al suelo; eso sí, fue con mucho cuidado ya que la cara ni siquiera rozó el suelo.
—¡Espera! —Baizhu se detuvo a su lado—. ¡Sigue siendo mi paciente!
—Está bien, no se preocupe doctor —dijo Beidou despreocupada—. Tuve que ser un poco ruda, pero no lo he lastimado. Si es así, me haré responsable de los gastos.
—No es eso lo que me preocupa —suspiró Baizhu.
—Es un niño muy escurridizo, que divertido —susurró Changsheng entre risas.
Razor siguió tratando de forcejear, pero su posición le impedía moverse mucho si no quería que el agarre de Beidou le torciera aún más el brazo, y tampoco es como si las torpes patadas que le daba provocaran algo en la Capitana. No quiso rendirse, debía de seguir intentando escapar y encontrar alguien que lo ayudara, necesitaba rescatar a Bennett…
—¿Razor?
El chico levantó la mirada, aunque no alcanzó a ver nada más allá de manchas borrosas debido a las lágrimas que se desbordaban de sus ojos.
—Disculpe, ¿lo conoce? —escuchó a Baizhu preguntarle a la mancha borrosa.
—Si. Bueno, no mucho en realidad, pero sé quién es —La mancha se acercó lo suficiente como para que Razor pudiera reconocer el olor—. Razor, soy yo, el comerciante al que ayudaste en Mondstadt.
Encontrarse con aquel hombre, aunque fuera apenas un conocido, lo hizo sentir tal alivio que finalmente se rindió de su pelea contra Beidou y dejó de llorar. Finalmente podía pedir ayuda.
—¿Y Bennett? ¿No venían juntos? —preguntó el comerciante con extrañeza.
—¿Quién es Bennett? —preguntó Baizhu—. El chico (¿Razor?) no para de llamarlo.
—¡Bennett, Bennett! ¡Ayuda! —Razor volvió a suplicar entre nuevos forcejeos— ¡Fatui!
—Te recomiendo que mejor dejes de mencionar a los Fatui si no quieres meterte en un problema —advirtió Beidou—. Aquí los Fatui no tienen muy buena reputación, pero tampoco es para meternos en problemas con ellos —pero de poco o nada le sirvió.
Razor siguió forcejeando. Baizhu ya estaba un poco cansado de la situación, y si bien Qiqi podría encargarse de atender la farmacia, no quería seguir indispuesto por esta clase de situaciones, así que sacó un pañuelo de su bolsillo al igual que una pequeña botella, cuyo contenido vertió en el dichoso pañuelo. El olor inmediatamente molestó a Razor, quién soltó un bufido a modo de réplica por el ardor que le causó en su nariz, trató de alejarse del pañuelo y no respirar su contenido, pero antes de poder darse cuenta, perdió el conocimiento.
◈ ━━━━━━━ 狼 ━━━━━━━ ◈
—... todo.
—... pensar… chicos… problemas… tan grandes.
—¿Pero… motivos… Fatui?
—... preguntarle.
Aquellas conversaciones a medias lo habían logrado despertar, aunque en esta ocasión cuando trató de moverse, hubo algo que lo impidió. Replicó con un pequeño gruñido mientras se esforzaba en abrir los párpados, los cuales parecían estar hechos de plomo.
—Volviste —dijo la voz que reconoció como la de Baizhu—. Lamento lo de antes, fue impropio de mi parte dormirte así.
Razor no entendió del todo las palabras que usaba, pero aunque sí captó la disculpa, aún no tenía las suficientes fuerzas como para responder con palabras humanas, así que sólo asintió con cierta pereza mientras volvía a tratar de moverse.
—Y también perdón por amarrar tus manos, pero necesito que te mantengas en cama hasta que estemos seguros de que vas a estar tranquilo.
Tras forcejear un poco más, Razor entendió que tenía sus muñecas aprisionadas a los lados de la cama, haciéndole imposible que pudiera siquiera girar un poco (al menos por ahora que aún sentía su cuerpo muy débil). Si no estuviera consciente de que él mismo se lo había buscado, se sentiría más humillado.
—¿Razor? —dijo la voz del comerciante, que se le notaba un tono mezclado entre la cautela y la preocupación—. ¿Cómo te sientes?
Con un poco más de esfuerzo, Razor logró abrir los ojos. Otra vez estaba en la habitación de antes, sólo que esta vez también estaban el comerciante y la capitana. El chico suspiró un poco y asintió levemente, siendo la única respuesta que pudo (quiso) dar antes de que unos leves toques en su hombro llamaran su atención.
—Disculpa, ¿Razor, cierto? —Razor asintió—. Bien, en lo que recuperas energía para poder decirnos todo lo que nos quieres decir, por favor asiente cuando te duela.
Se la pasaron un rato en aquella revisión médica en la que los gruñidos, expresiones y asentimientos de Razor fueron los indicativos para que Baizhu pudiera calificar su estado. Hubiera preferido que le dijera con mayor exactitud la escala de dolor, pero no quería hacerlo gastar más energía de la que ya había gastado. Después de todo, estaba claro que ese chico ya había pasado por mucho.
Tanto Beidou como el comerciante se quedaron en todo ese tiempo; la primera por su sentido de responsabilidad, después de todo había sido un poco brusca con el chico; y el otro por la gran preocupación que le causaba el estado de Razor y lo que sea que le hubiera pasado a Bennett, quién era bastante conocido en Mondstadt tanto por su mala suerte como por su enorme corazón.
—Muy bien —apuntó Baizhu—. Tienes una costilla casi rota, más bien agrietada. Cuando los guardias te trajeron a mí me dijeron que alcanzaron a atraparte cuando te desmayaste, así que tampoco posees ninguna lesión en tu cabeza: descartamos contusiones y daño cerebral. Tus músculos están severamente fatigados, estuvieron a punto de sufrir algún desgarre o esguince, por fortuna no sucedió. Eso sí, usaste tu Visión de forma muy imprudente, noté daños Electro internos. Aunque no me gusta usar esa expresión, debo decir que tienes mucha suerte.
Y así, Baizhu siguió y siguió con su diagnóstico, aunque Razor pronto dejó de prestarle atención; principalmente porque lo único que le había logrado entender era que tenía una costilla lastimada, pero también porque decidió que era mejor analizar su propio dolor por su cuenta. Se movió un poco con lentitud y de forma experimental. Así notó que, más que adolorido, se sentía terriblemente cansado y su cuerpo estaba demasiado pesado para su gusto. Aún así, no podría dormir más a menos que lo obligaran, su mente estaba demasiado alborotada al no poder dejar de pensar en Bennett.
—Mejor no gastes energía, el chico ni siquiera te está escuchando —dijo la serpiente negando ligeramente con su pequeña cabeza. Baizhu suspiró al dejar los papeles a un lado.
—Razor —llamó.
Al escuchar su nombre, el chico reaccionó y lo miró con atención, aunque se podía notar que en el fondo se sentía un poco culpable.
—Lo importante aquí es que entiendas que debes descansar por al menos 48 horas bajo mi supervisión, así podré saber que tan pronto te recuperarás, ¿de acuerdo?
Razor asintió de la forma más frenética que le fue posible, esperando así compensar su falta de atención de antes. Abrió mucho los ojos cuando se dio cuenta, 48 horas era mucho tiempo, demasiado.
—No poder —se apresuró a decir con voz rasposa (más de lo usual).
—¿Disculpa? —preguntó Baizhu bastante confundido.
—No poder yo descansar… Necesitar buscar… Gente importante, eeh… —jaló las ataduras de sus muñecas de forma inquieta—. No recordar nombre… Muy difícil…
Mientras Razor seguía tratando de recordar el nombre de aquellos que debía de buscar, los adultos se miraron entre sí, intercambiando una conversación silenciosa sobre algo que para ese punto nadie podría haber ignorado: el extraño hablar de Razor. Baizhu en un principio había creído que simplemente se había tratado del cerebro del chico trabando su habla por la aparente urgencia de su situación, y Beidou apenas lo descubrió pues antes no le había prestado atención a ese detalle. El comerciante, por su parte, sabía bien la situación (pues le había preguntado a Adelinde después de que los chicos se hubiesen ido), pero no sé sentía en posición de decir algo al respecto, después de todo era la vida privada del chico.
—Mira chico —dijo Beidou cruzándose de brazos—, no sé a quién buscabas, pero creo que lo mejor que puedes hacer ahora es decirnos qué diablos sucede. Puede que incluso yo misma pueda ayudarte.
Cuando Beidou se señaló a sí misma con el pulgar, Razor inmediatamente pensó en Bennett, lo que lo hizo apretar los labios y bajar un poco la mirada con dolor. No sabía que tan bueno sería darle ese tipo de información a unos desconocidos, sobre todo después de las palabras de Xingqiu al respecto; pero la capitana (sea lo que eso signifique) tenía razón, no es como si tuviera muchas opciones y no faltaba mucho para que la angustia hacia su novio terminara por agobiarlo.
—Razor… —dijo el comerciante sintiendo las dudas del chico, posó su mano cuidadosamente sobre su hombro—. Déjanos ayudarte.
Tras pensarlo un poco más, Razor asintió en respuesta y levantó la mirada. No importaba si la ciudad cundía en pánico, Bennett era mucho más importante.
—Ser difícil… Yo no saber hablar bien. Pero intentar.
Y con esas palabras, Razor comenzó con su relato. Explicó cómo estaba en el lago y Bennett llegó corriendo hacia él contándole que los Fatui tenían un plan de ataque masivo a Mondstadt y Liyue en el que usarían algo que afectaría a las Visiones (“Creo que sería mejor que te guardes esa información para después” le dijeron, así que no profundizó más), contó cómo fueron con los Caballeros de Favonius y les contaron sobre ello, que ambos se ofrecieron a viajar a Liyue para pasar el mensaje, que desde Espinadragón tuvieron que enfrentarse a los Fatui (el comerciante agregó su encuentro posterior y el como ya había notado que el comportamiento de los Fatui ya era muy sospechoso), que se encontraron con “Xing-qiu” y “Chong-yun”, quienes les dijeron que debían de hablar con el Qi… Qiyi… (“Qixing”) y avisarles de los Fatui, y que se tuvieron que volver a enfrentar a ellos dos veces más hasta llegar a las Ruinas (omitió la Posada por obvias razones). Lo que más le costó contar fue el cómo los emboscaron, siendo cuando Bennett finalmente fue atrapado y llevado por ellos. Y todo eso en tan solo 8 días.
—Vaya, sí que la situación es jodida... —dijo Beidou pensativa. Baizhu tosió con el ceño fruncido—. Quiero decir, complicada.
—Cuando dije que se habían metido en algo con los Fatui, no creí que fuese algo como esto… De haber sabido, les hubiese podido ayudar mucho más—soltó el comerciante con arrepentimiento.
—Oh no, yo creo que les ayudaste bastante, en realidad —agregó Baizhu sabiamente—. De no haberles advertido sobre tu encuentro con los Fatui, los habrían capturado hace mucho.
El comerciante lo pensó un poco y asintió aún algo cabizbajo, no le convencía del todo pero estaba de acuerdo en que sí que había hecho algo. Aunque, claro, deseó poder hacer más, y Razor tenía esa misma y exacta sensación: deseaba con todas sus ganas poder levantarse y correr a salvar a Bennett.
—Bueno, definitivamente puedo hacer algo —dijo Beidou con decisión después de un rato de incómodo silencio. Se acercó a Razor y lo miró con un gesto tranquilizador pero confiado—. Escucha chico, me agradas. Has sido la primera persona con la que tuve que usar mi fuerza, y eso es digno de admirar. No muchos pueden decir que salieron ilesos después de una pelea contra mí —soltó una cálida risa—. Es por eso, y por la jod… Complicada situación en la que estamos que yo juro, por la Flota Crux Meridianam, que haré todo lo posible para rescatar a tu compañero y vencer a esos Fatui. Además, ya tenía ganas de tener una excusa para darles una paliza.
Razor admiró el pequeño brillo en su ojo al soltar esas últimas palabras, y pudo sentir cómo su corazón se sentía más ligero. No conocía a Beidou y no entendió la importancia de sus palabras, pero lo que sí sabía era que ella era una mujer muy fuerte. Y aunque no lo fuera, Razor igual hubiera agradecido cualquier clase de ayuda y de cualquiera.
—Gracias… Mucho —dijo en un suspiro que casi sonó como un sollozo antes de levantar la mirada a Baizhu—. Perdón… Por morder.
—Está bien, no hubo ningún daño real—dijo sin darle mucha importancia, aunque se notó como su expresión y su postura se relajaron bastante—. Aunque mantendré las ataduras un poco más, no he terminado mi diagnóstico.
Las pequeñas esperanzas de Razor de poder librarse se esfumaron, pero podía lidiar con la humillación al menos por un rato más.
—¿Morder? ¿Acaso lo mordió? —preguntó el comerciante sorprendido a Baizhu.
No hubo respuesta más allá de un simple gruñido, lo que fue suficiente para que Beidou estallara en carcajadas.
—P-perdón —dijo tratando de recomponerse, sin éxito—. Es que… ¡Jajaja! Por Morax, ¡pero que chico!
Razor no sabía si debía sentirse feliz o mantener su vergüenza. Al final no fue necesario tomar esa decisión pues su estómago clamó por comida, sonido que todos en la sala pudieron escuchar.
—Aahh… Bueno, los dejo —dijo Beidou una vez que pudo calmarse—. Conozco a alguien en el Qixing que nos puede ayudar y, créeme, estará complacida de saber sobre toda esta situación y no dudará en ayudar. Vendré con ella en cuanto pueda.
Prometió antes de despedirse de todos y salir a paso apresurado del consultorio.
—Y yo aún tengo que seguir con mi trabajo —dijo el comerciante con algo de culpa—. No me gustaría dejarte aquí solo, Razor.
El chico negó con la cabeza y se acomodó entre las almohadas con gran gusto. Ni siquiera fueron necesarias las palabras para darse a entender.
—Está bien. Vendré a visitarte cuando pueda, ¿si?
Razor no entendió por qué aquel hombre se preocupaba tanto por él si ni siquiera conocía su nombre, pero agradeció mucho el apoyo y lo hizo sentirse bien cuidado. Asintió de nuevo en respuesta antes de ver cómo el hombre también salió, cerrando la puerta detrás de sí.
—Bien, finalmente…
Dijo Baizhu girando para ver directamente a Razor. El brillo en los lentes impidió que el chico pudiera ver sus ojos, pero aún así podía sentir su filosa mirada. Los escalofríos que recorrieron su cuerpo lo hicieron revolcarse un poco en las almohadas.
—Finalmente puedo investigar sin interrupciones.
Razor tragó saliva.
◈ ━━━━━━━ 狼 ━━━━━━━ ◈
—Impresionante.
—...
—Abre la boca.
—... Ah.
—Impresionante…
—Grr…
—Debes soportarlo un poco, es necesario para el diagnóstico.
—...
—Sin duda, es impresionante.
Razor arrugó la nariz con molestia y cerró los ojos. Dejó que Baizhu siguiera explorando y jugando con sus colmillos y dientes hasta que la mandíbula se le cansó. Cuando el doctor se aburrió (según Razor) se puso a seguir analizando su cuerpo, aumentando la incomodidad que crecía en el pecho del chico.
—¿Dices que nunca te has enfermado por comer carne cruda?
—Si —repitió por quinta vez.
—Impresionante…
Razor suspiró y, con sus manos finalmente libres, se puso a mordisquear un hueso.
Cuando estuvieron solos, Baizhu le llevó un plato con arroz y un miserable muslo de pollo. Aparentemente Razor hizo una mueca, ya que el doctor se tuvo que excusar diciendo que debía de tener una dieta supervisada mientras se recuperaba. Para sorpresa de Baizhu, el hambre del chico no se había reducido lo suficiente como para calmar su hambre, cosa rara pues la porción de comida había sido, en su opinión médica y experimentada, ideal para alguien de su complexión y edad.
En el momento en que Razor le explicó que comía mucho más que los humanos gracias a las grandes cantidades de carne que comía con su Lupical, Baizhu aprovechó e indagó con más preguntas al respecto. Poco a poco, la expresión del hombre cambió: dejó atrás cualquier clase de filtro y entrevistó a Razor acerca de todo. Y con todo, era todo .
—¿Cómo aprendiste a caminar sobre tus piernas? ¿Qué tan rápido corres? ¿No has tenido problemas de espalda por tus posturas? Descríbeme tu olfato. ¿Tu oído es tan bueno como el de los demás lobos? ¿Los juegos con los demás lobos no te hicieron daño? ¿Comías carne desde bebé? ¿Cómo le hiciste cuando tenías sed? ¿Comes también la piel del jabalí? ¿Quién fue el primer humano con el que hablaste? ¿Cómo es ese “Andrius”?, ¿es un Dios?, ¿un adeptus? ¿Recuerdas si te hizo alguna especie de ritual? ¿Puede hablar con los humanos? Tal vez tu cercanía con él hizo que reconocieras a Changsheng. Cuando te enfermas, ¿qué haces? ¿Y cuando te cortas con algo? ¿Cómo cuidas tu cabello? ¿Cómo descubriste esa piedra? ¿Tu hiciste tus dientes más afilados? ¿Has sido afectado por la temporada de celo? Veo que tienes una marca en el cuello, ¿ya lo hiciste con tu novio? No deberías tener relaciones a una edad tan temprana; te recomiendo primero investigar y asegurarse de que ninguno tiene alguna enfermedad o infección ¿Cómo fue tu primer líbido? Impresionante…
No eran muchas las personas que mostraran tanto interés en él de forma tan directa y explícita, se notaba que sus preguntas se limitaban a una mera curiosidad y ganas de aprender. A pesar de no estar muy cómodo compartiendo su vida, no podía negarle respuesta alguna a Baizhu: por un lado porque se lo debía por la mordida, y por el otro porque una parte de él le gustaba sentirse admirado y como alguien interesante.
Razor también pensó que Baizhu hablaba casi tanto como Bennett, con la diferencia de que sí que se cansaba de escuchar al hombre. Pero también entendía que era su trabajo hablar complicado (como a veces hacía Bárbara ) así que se esforzó más en escucharlo y entenderlo. Pero, por los Arcontes, eran demasiadas preguntas y él seguía teniendo mucha hambre.
—Bueno, ahora entiendo muchas cosas —soltó Baizhu anotando Arcontes-sabrán-qué a toda velocidad—. Si, efectivamente es un caso impresionante...
—Di impresionante otra vez —siseó Changsheng.
—Impresionante. ¡Bien! Creo que ya no tengo más preguntas.
Razor suspiró de alivio y se dejó caer en las almohadas. Ya no más preguntas raras.
—Bueno, como tu cuerpo está acostumbrado y adaptado a absorber nutrientes de distintas formas, te conseguiré más comida. Esta vez estará mejor adaptada a tus necesidades, así que no es necesario que te preocupes —el chico asintió en respuesta—. Pero, debo decir que aún así estará limitado. Tus órganos están muy dañados por haber usado tu Visión sin un arma, incluyendo tu estómago —Razor volvió a asentir, pero con mayor timidez—. Bien, entonces iré por tu comida.
Y Baizhu se fue. Estando finalmente solo después de tanto caos causó que su mente se mantuviera en un estado distante por mucho tiempo. Le costó relajarse de tantas palabras, conversaciones y dolores que tuvo que soportar en tan poco tiempo. No fue tan malo en realidad, después de todo pudo encontrar la ayuda que necesitaba, y aparentemente esa persona también podía conseguir lo necesario para enfrentarse a los Fatui.
Realmente pudo hacer más de lo que pudo haber esperado, pero también se dio cuenta de algo: acababa de cumplir con su misión, y no se sentía feliz al respecto. No estaba orgulloso como pensó que estaría ni estaba obteniendo una gran recompensa por ese honorable logro. Al contrario, sintió que había perdido más de lo que había ganado.
—Disculpa…
Una suave voz interrumpió sus pensamientos. Al voltear se encontró con una niña que por la mera estatura le hizo acordarse de Klee, aunque fuera de eso no había absolutamente ningún otro parecido.
—Soy Qiqi, ayudo al doctor Baizhu, y él me mandó a traerte esta comida. Dijo que… Eh… Oh, lo olvidé.
La pequeña le entregó la bandeja con comida a Razor, quién la tomó con sumo cuidado y la analizó mientras la acomodaba sobre sus piernas. En definitiva era una comida mucho más decente que la anterior, y si bien tampoco se veía tan apetecible, al menos estaba seguro de que esta vez estaría satisfecho.
—¡Oh sí! Dijo que comas lento si no quieres vomitar —dijo Qiqi revisando su diario—, y que es todo lo que comerás hoy hasta que él vuelva a revisarte.
Razor miró a la niña e inmediatamente lo notó. Había algo en la niña… Algo que faltaba. Olía extraño… No mal, sólo diferente, pero era muy tenue. Suspiró, el dolor en su cabeza no le dejaba pensar con claridad, así que dejó de prestarle atención. No es como si tuviera las energías para preocuparse por ello en esos momentos.
—También me dijo que tenía que cuidarte —Qiqi tomó una silla y la cargó hasta ponerla a un lado de la cama, lugar en el que se sentó—. Estaré aquí.
Miró de nuevo su comida y, con las palabras de Qiqi en su cabeza, se obligó a tomar una sola pieza de carne y masticar lento. Aún no tenía la suficiente hambre como para que una comida así le resultara deliciosa, lo que le facilitó la tarea de no comer rápido.
Sin embargo, cuando ya iba a la mitad, se sintió tremendamente culpable: él estaba ahí, en una cama suave, entre cómodas almohadas y una buena comida mientras que Bennett estaba con los Fatui, posiblemente encerrado, torturado o algo mucho peor; Bennett estaba sufriendo, y él no estaba ahí para protegerlo.
—¿Uh? ¿Estás bien? —preguntó Qiqi cuando vio que el rostro de Razor se cubrió de enormes e incontrolables lágrimas.
—Bennett… ¡Bennett, Bennett! —sollozó Razor inconsolable.
Qiqi no sabía quién era Bennett pero sabía que el paciente estaba sufriendo. Así, sin decir ni una sola palabra, se acercó y le dió algunas palmadas en la espalda.
Notes:
Hoy hay doble actualización porque me atrasé mucho u.u
Ya con esto se los compenso... Más o menos TuT
Nuestros bebés estarán bien.... Eventualmente.... Tal vez...¡Nos vemos en el siguiente capítulo!
Chapter 22: Ruinas de Dunyu (Parte 1)
Summary:
Bennett despierta en un lugar extraño.
Notes:
Advertencia:
Este capítulo es más fuerte que los demás. Contiene sangre, violencia implícita y explícita, humillaciones y tortura implícita.
Si considera no ser capaz de leerlo, en la nota final habrá un resumen de lo importante del capítulo.
(See the end of the chapter for more notes.)
Chapter Text
Razor entrelaza sus dedos con los suyos y lo miró con una hermosa sonrisa mientras esperaban su comida en la Posada.
—Bennett. Yo huir. Cumplir promesa. ¿Estar orgulloso?
—¡Por supuesto! ¡Estoy muy orgulloso, Razor! —le respondió con alegría.
La Jefa de la Posada llegó y les dejó una bandeja de comida llena de camarones con forma de las bombas de Klee.
—Ser tu turno de huir. Bennett tiene que cumplir… promesa.
—¡Pero no hace falta! Mira, Jean nos mandó una carta diciendo que los Fatui fueron vencidos.
Bennett sacó una paloma mensajera de su mochila y le mostró la carta, en la parte de atrás de la hoja se veía la foto de los Fatui encerrados en una gigantesca cueva.
—¡Si, esta roca rompe maldiciones! —dijo un señor al fondo, mostrando una roca con forma extraña a Xingqiu y Chongyun—. Si la tocas, tendrás buena suerte para siempre.
—¡Bennett, huir! ¡Comida ser trampa!
El grito de Razor lo asustó un poco, pero entonces vio como los camarones-bomba estaban a punto de estallar. Se levantó y corrió lejos de la mesa, sintiendo como los camarones explotaban detrás de él. Del humo de las bombas salieron algunos Fatui dispuestos a pelear contra él. Quiso sacar su arma, pero su mala suerte hizo que se volviera muy pesada, al punto de que no podía levantarla del suelo.
—¡Bennett, correr!
Bennett miró como los Fatui tenían encerrado a Razor en una jaula. Se preguntó el por qué no rompía los barrotes si tenía unas manos gigantescas de electro.
—Entrégate y lo llevaremos con su Lupical —dijo uno de los Fatui.
—¡Cumplir promesa! —exigió Razor sin poder moverse.
Bennett pensó por un momento en aceptar el trato, pero Razor tenía razón: él ya había cumplido con su promesa, así que era su turno de huir y buscar ayuda. Se giró y quiso correr lejos, pero se dio cuenta de que la Posada estaba en la cima de un gigantesco risco.
Saltó y estiró sus brazos para abrir el planeador, pero por algún motivo siempre se guardaba y lo hacía caerse. Intentó e intentó muchas veces abrirlo, pero no funcionaba.
Siguió cayendo, cayendo y cayendo hasta que un cubetazo de agua fría lo despertó.
◈ ━━━━━━━ 幸 ━━━━━━━ ◈
—Ups, lo siento. ¿Interrumpí el bello sueño de nuestro invitado?
Con un fuerte respingo, Bennett abrió los ojos. Respirando de forma irregular comenzó a recordar lo sucedido hasta darse cuenta: fue capturado por los Fatui.
—Buenos días~ —dijo el Fatui con tono cantarín.
El chico levantó la mirada hacia el hombre frente a él, cuyo rostro no pudo ver bien por la luz que venía desde la entrada a sus espaldas. Quiso moverse un poco, pero pronto se dio cuenta de que no podía. Al voltear se encontró con sus muñecas aprisionadas por unas cadenas sujetas a la pared, obligándolo a mantenerlas levantadas por sobre su cabeza. Hizo un movimiento experimental, logrando confirmar que eran terriblemente firmes.
—¿Acaso las ratas se comieron tu lengua? —preguntó el hombre burlón—. No esperaba que lo hicieran tan pronto, usualmente tardan unas semanas.
Bennett sólo lo miró de mala manera antes de volver a mover sus manos, con la diferencia de que el forcejeo ahora era bastante evidente.
—Ni te molestes. Se esforzaron en mantenerte bastante quieto, todo está reforzado. Después de todo les causaste muchos problemas.
Bennett lo quiso ignorar, pero su presencia lo molestaba más que el hecho de estar aprisionado. Lo miró con un poco más de atención, dándose cuenta que por el uniforme que llevaba, se trataba de un Recaudador Pyro (los más molestos, en su opinión).
—¿Qué quieres? —le preguntó con la mayor brusquedad que pudo.
—Vaya, si recuerdas cómo hablar —se burló nuevamente el Fatui—. Soy tu guardia personal, debo procurar que no mueras.
El hombre sacó un plato que sospechosamente parecía ser hecho para perros y se lo dejó enfrente. Bennett miró el objeto con sumo desagrado antes de mirar a otro lado.
—No lo quiero.
—Oh, descuida —en un rápido movimiento, el Recaudador lo tomó de la mandíbula y lo empujó contra la pared, obligando al chico a mirarlo—. Ya lo querrás, por las buenas o por las malas.
Al principio aquel movimiento lo asustó, pero se recompuso pronto y, en un acto bastante valiente y estúpido, le escupió en la cara como respuesta. El Fatui, lejos de molestarse, sonrió de forma macabra antes de abofetearlo sin molestarse en controlar su fuerza.
—Mi único deber es mantenerte con vida, y créeme, planeo hacerlo —le dio otra bofetada antes de tomar su cabello con fuerza—. Pero eso no significa que no me vaya a divertir, tómalo muy en cuenta.
Lo soltó con fuerza antes de levantarse y dirigirse a la salida, cerrando la puerta detrás de sí y dejando al chico completamente sólo. Fue en ese momento en que Bennett sintió la suficiente libertad como para comenzar a soltar algunas lágrimas.
A pesar de estar acostumbrado a los golpes, le dolía la cara; ese Fatui sí que tenía fuerza, y estaba seguro de que eso no era nada a comparación de lo que podría llegar a hacerle.
Sacudió la cabeza. No debía pensar en eso, lo único que lograría sería aumentar su pánico y desesperación. Debía de mantener la cabeza fría y la tranquilidad si no quería darles la satisfacción de saber que lo iban a afectar, y Bennett definitivamente no era de los que se dejaban vencer ante el enemigo (¿eso era algo realmente bueno?).
Miró el plato frente a él antes de patearlo lo más lejos que pudo. No sabía cómo es que el Recaudador planeaba hacerlo comer eso si apenas podía separar las manos de la pared, pero tampoco tenía muchas ganas de averiguarlo, y deshacerse de eso parecía ser su mejor opción.
Por primera vez agradeció el haber tenido que soportar el hambre en todas esas ocasiones, sólo esperaba que realmente le sirviera de algo.
◈ ━━━━━━━ 幸 ━━━━━━━ ◈
Las horas pasaron y las esperanzas de que su mala suerte le jugara a su favor se esfumaron.
Su lógica, en un principio, fue que su mala suerte podría afectar a las cadenas y oxidarlas aunque sea un poco, o que algún tornillo de las esposas en sus muñecas o del soporte de la pared estuviera flojo, o que el constante jaloneo de su parte hiciera que la pared se agrietara. Desgraciadamente nada de eso pasó, y lo único que conseguía era que salieran bichos de la pared y cayeran sobre él, o que las esposas le lastimaran las muñecas hasta el punto de hacerlas sangrar. Y como un mal remate, ya había contado cinco piedras que le caían directamente en la cabeza.
Estaba harto de esas estúpidas piedras.
Volvió a tirar de las cadenas pero al ver cómo la sangre volvía a correr por sus brazos, mejor se detuvo. No deseaba morir desangrado, al menos no aún; todavía tenía esperanzas de que Razor hubiese logrado escapar.
—Vaya, parece que siempre encuentras formas de lastimarte a ti mismo.
Bennett chistó en respuesta y giró la cabeza, negándose a mirar al Recaudador, quién cerró la puerta detrás de sí después de entrar a la habitación. Después de sus últimos encuentros, estar solo con un Fatui en una habitación le causaba una sensación más que desagradable.
El hombre miró el desastre que Bennett había causado con la comida, pero lejos de molestarse, sólo negó con la cabeza y se puso a recoger las sobras, como si de la travesura de un perro se hubiese tratado.
—Y no lo digo por decir, realmente fui testigo de cómo fuiste un imán para las desgracias durante tu viaje.
Bennett finalmente lo miró, bastante sorprendido por sus palabras. No se estaba refiriendo a lo que se estaba refiriendo, ¿verdad? No sería posible…
—Ah, ahora sí tengo tu atención —dijo el Fatui fingiendo molestia.
—Deja de jugar —replicó Bennett con el ceño fruncido—. ¿A qué te refieres?
Con una gran sonrisa, el Recaudador se acercó al chico y se agachó hasta su altura. Bennett no se dejó intimidar y lo miró directamente a los ojos, lo que fue más fácil gracias a la ausencia de luz que sólo le dejaba ver un leve destello en estos. Lo que sí pudo ver fue como el hombre le acercó el plato a la cara.
—Si comes, consideraré decírtelo.
Bennett parpadeó repetidamente, analizando esas palabras. Miró primero el plato y después al hombre, incrédulo.
—No comeré algo que estuvo en el suelo.
—Eso es culpa tuya —respondió el hombre con simpleza.
—¿Olvidas que no puedo usar mis manos, genio? —dijo Bennett con sarcasmo.
—No las necesitarás.
El chico miró como el plato se acercó más a su rostro y rápidamente entendió a qué se refería. Volvió a fruncir el ceño y se alejó del plato, no iba a humillarse así por unas pocas palabras.
—Oh bueno, supongo entonces que tampoco quieres saber qué pasó con tu pequeño novio.
Bennett se puso tenso y miró al Fatui, esperando que sus palabras fuesen tan sólo una broma, pero vio cómo, en esta ocasión, el hombre lo veía con seriedad.
—Estás… ¡Estás bromeando! ¡Nada le pasó a Razor!
—¿Estás seguro?
—Yo… —las cadenas se movieron un poco mientras lo miraba defensivamente—. Tsk, ¿por qué habría de creer en lo que digas?
—Porque tengo evidencia.
Los ojos del chico se abrieron más. Ahora sí sintió como su corazón se aceleró, su mente se empezó a llenar de miles de escenarios y ninguno era bonito. En absoluto.
Bennett volvió su mirada al plato. ¿Realmente debía de creerle a ese Fatui? ¿Qué tan confiables serían sus palabras? ¿Y si su evidencia era algo fabricado y sólo lo estaba engañando? Era una posibilidad.
¿Qué podía perder? Su dignidad, posiblemente. Pero algo le decía que no duraría mucho considerando su situación, así que tal vez no valdría la pena tratar de mantenerla… Pero sería igual a rendirse, ¿verdad?
—¿Y bien? —preguntó el Recaudador ya con cierta impaciencia.
Bennett se mordió el labio. Si, objetivamente lo mejor era simplemente obedecer y hacer su… “estancia” más amena, pero su orgullo le impedía rebajarse tanto por una información que muy posiblemente sería falsa o inventada. Además, podría soportar el hambre bastante bien.
—Bien —dijo el Fatui al ver cómo Bennett se negaba silenciosamente a su trato—. No tengo prisa. Después de todo, aún tenemos mucho tiempo antes de que La Sota llegue por ti.
Esta vez el hombre no planeó dejar el plato, sino que se lo llevó hasta la puerta, siendo el lugar en donde se detuvo para voltear y mirar a Bennett.
—Eso sí, las visitas no serán tan pacientes como yo.
Sin dar mayor explicación y dejando a Bennett lidiando con un terrible escalofrío, cerró la puerta y se fue.
◈ ━━━━━━━ 幸 ━━━━━━━ ◈
El sonido de la puerta abriéndose abrió los ojos del chico con total alerta. Llevaba las últimas 24 horas sin poder dormir (desde el momento en que se despertó ahí); no tanto por la posición en la que estaba ni por el dolor de sus heridas, realmente eso no solía ser un gran impedimento para el chico.
No, simplemente le aterrorizó la idea de estar dormido en el momento en que las “visitas” volvieran y despertar en medio de la misma situación, o encontrarse con La Sota frente a él, o algo incluso mucho peor… A Razor.
—Uff, qué peste.
Afortunadamente, no fue así. O tal vez no tan afortunado, pues se trataba del Recaudador Pyro: “su guardia personal”. Comparado con lo que tuvo que pasar con las visitas, fue casi un alivio encontrarse con él, pero sabía que no debía de bajar la guardia con absolutamente nadie.
—Mira como te dejaron…
Dijo el Fatui al acercarse, con un objeto parecido a un pequeño cañón levantó su barbilla y lo examinó. El chico dejó que lo mirara, después de todo ya no podría ser peor.
—Al menos deberían de hacerse cargo de su desastre.
Tras un suspiro el hombre se alejó. Bennett deseó que eso fuera suficiente como para hacer que el hombre se fuera y lo dejara solo, pero no fue así. Escuchó como se detuvo a unos cuantos pasos de él, pero no se molestó en saber lo que iba a hacer y continuó lidiando con su humillación. O al menos así fue hasta que sintió como un chorro de agua impactó en su cabeza.
La impresión lo hizo levantar el rostro, lo cual fue un error porque el chorro ahora le estaba dando en la cara. Tragó inciertas cantidades de agua entre jadeos y forcejeos hasta que el agua se movió, impactando ahora en diversas partes de su torso. Tosió repetidamente al recuperar el aire, pero los quejidos de dolor que le causaba el agua no lo dejó hacerlo del todo.
Se retorció tratando de esquivar el agua, pero fue absolutamente en vano y lo único que consiguió fue que sus heridas se abrieran otra vez, aunque no se dió cuenta hasta que el agua comenzó a llevarse su sangre, mezclándola en el suelo junto a la suciedad que "las visitas" habían ocasionado en su cuerpo.
—Tsk, carajo. Eso sí que es molesto.
Logró escuchar decir al Fatui cuando el agua finalmente se detuvo, dejándole al fin la oportunidad de respirar con más normalidad y, desgraciadamente, sentir el dolor de sus heridas abiertas. ¿Cuál era el objetivo de eso? Se preguntó, después de todo no es como si el que estuviera “bañado” formara parte de su supervivencia, aunque en cierta forma agradecía no tener que soportar las secuelas de su encuentro por mucho tiempo… O al menos parte de ellas.
—Ni se te ocurra hacer un solo movimiento, o verás como te va.
Dichas estás palabras, el Fatui sacó una pequeña llave y liberó sólo una de las muñecas de Bennett. Fue así como ambos pudieron ver realmente la gravedad de las heridas, e incluso el chico pudo sentir como estar expuesto al ambiente hizo que las heridas le ardieran más.
El hombre no perdió tiempo e inmediatamente sostuvo el antebrazo de Bennett, pero no fue realmente necesario ya que el chico no tuvo tiempo de siquiera pensar en hacer algo para librarse. No es como si pudiera hacer mucho con solo una mano.
Manteniendo su determinación, el hombre comenzó a limpiar y desinfectar debidamente las heridas más graves del chico, sacándole unos cuantos quejidos y forcejeos de su parte.
—¡Tendrás que soportarlo! Si se te infecta algo, morirás, y no dejaré que eso pase.
Quiso hacer caso omiso a sus palabras, pero honestamente tampoco quería seguir lidiando con el ardor en sus muñecas, era una de las razones por las que no podía dormir bien, y si su cuerpo no estaba descansado para cuando Razor llegara, no haría nada más que estorbar. Con gran resignación, Bennett obedeció y trató de mantenerse lo más quieto que le fue posible, facilitando la situación para ambos.
Fue tan así que el hombre no se molestó en volverlo a atar cuando cubrió sus muñecas con vendas, pero sí que procuró posicionarse con tal proximidad que a Bennett se le haría imposible siquiera levantarse sin que el hombre se diera cuenta. Soltó un suspiro en cuanto lo notó, en señal de derrota.
—¿Verdad que no fue tan difícil? —preguntó el Fatui con tono infantil y tomando su mentón.
Bennett frunció el ceño y se alejó del hombre con repugnancia, aunque solo causó que el hombre soltara unas pocas risas.
—Como recompensa dejaré que uses tus manos.
La expresión de horror y confusión que obtuvo del chico lo hizo reír con sadismo mientras sacaba el mismo plato de la última vez, pero ahora con comida que no fue recogida del suelo. Bennett se relajó al entender el comentario, pero más pronto que tarde comenzó a dudar del contenido, y eso se notó en su rostro.
—Oh vamos, no creerás que le puse algo, ¿verdad? Literalmente acabo de curar tus heridas.
Eso era cierto, pensó Bennett. Si lo quisieran muerto, desde hace tiempo que ya hubiera hecho algo al respecto, y sin embargo todas sus acciones habían sido completamente contrarias (o al menos sólo las del Recaudador).
—Además… —la mano del Fatui subió hasta el cuello de Bennett, en donde se mantuvo quieto y sin apretar—. Hay muchas formas de obligarte a hacer lo que yo quiero sin tener que drogarte; formas más… divertidas~
El temblor del cuerpo de Bennett se hizo presente cuando comenzó con un movimiento suave. No entendió cuál era la intención de aquellas “caricias”, pero ninguna podía ser buena. El Fatui se deleitó con el sufrimiento del chico antes de soltarlo y entregarle el plato con algo de brusquedad.
—Ahora, come o te haré comer.
Si bien el temblor desapareció, no lo hizo la tensión en su pecho, incluso pareció que se había extendido hasta su garganta. Siendo así, le sería difícil, sino es que imposible comer. No quería, aún no lo necesitaba, aún podía soportarlo… Y sin embargo…
—Sólo si me respondes una pregunta —dijo con seriedad. El Fatui lo miró un segundo antes de soltar una carcajada.
—¿En serio crees que estás en posición de negociar, niño?
Bennett agradeció la ausencia de luz en la habitación, así al menos podría ocultarse el sonrojo que había cubierto todo su rostro.
—Bien, sólo porque me diviertes aceptaré escucharla, pero no estoy obligado a responder nada —lo miró con gesto divertido y encogiendo los hombros.
Un poco humillado, Bennett tomó aire antes de soltar:
—¿Acaso nos estuviste siguiendo?
Los ojos del hombre se abrieron levemente con sorpresa. No se había esperado esa pregunta en específico, pero sin duda era algo mucho más interesante.
—Tal vez no eres tan tonto como pareces.
Se volvió a aproximar a él. En un acto de reflejo, Bennett cerró los ojos y esperó cualquier tipo de contacto, pero lo único que escuchó fue el resonar de unas cadenas y la pequeña risa del hombre. Un poco confundido, abrió sus ojos y volteó, sólo para encontrarse con el hombre sosteniendo unas esposas exactamente iguales a las que habían aprisionado sus muñecas, con la diferencia que la cadena ahora era mucho más larga y que estaba pegada al piso.
No es como si no la hubiera visto antes; estando encerrado en una habitación durante todo un día sin poder dormir era normal que se hubiera aprendido todos los elementos que habían en la habitación, desde las diversas cadenas, los escondites de las ratas y los aterradores artefactos que amenazaban con su mera presencia. Pronto aprendió a ignorarlos, pero muy en el fondo sabía que tarde o temprano eso sería imposible.
—Si, los estuve siguiendo —estiró las cadenas hasta llegar a los tobillos del chico, siendo el momento en que fueron aprisionados por las esposas—. Lo diré por última vez, come ahora.
Bennett se mordió el labio, no era una respuesta satisfactoria por mucho, pero el Recaudador tenía razón: no estaba en posición de negociar. Suspiró fastidiado antes de tomar un pedazo de comida y llevárselo a la boca. Efectivamente, sabía terrible.
—Bien, así —se burló dándole unas palmadas en la cabeza—. Si terminas todo el plato y lo dejas completamente limpio, te diré más.
El aventurero volvió a suspirar al contemplar el plato entre sus manos. Eso iba a ser difícil, pero si con eso iba a obtener respuestas, lo mejor era hacerlo cuánto antes. Comió y comió con la mayor rapidez que el asco le permitió, ignoró la fija mirada que el hombre tenía sobre él y se concentró en no regresar la comida, aún cuando los constantes eructos lo amenazaban con ello.
—Li… Ugh… L-listo —dijo Bennett después de lo que le parecieron horas.
El Fatui vio como el plato efectivamente estaba limpio, como Bennett se había tomado la molestia de no dejar ni un solo rastro de comida con la clara intención de que no hubiera ninguna excusa. Aún si no lo hubiera hecho, el Recaudador hubiera respondido a todas sus preguntas, pero el chico no necesitaba saber eso.
—Bien hecho. A La Sota le gusta la efectividad, estará muy complacida cuando obtenga el informe —”premió” a Bennett con unas palmadas en la cabeza. El chico tuvo que soportar las ganas de alejarlo con un manotazo—. Bien, cumpliré mi parte del trato.
Bennett esperó expectante a sus próximas palabras, aunque para su desgracia tuvo que esperar por unos agonizantes y eternos minutos en los que el hombre volvía a encadenar sus muñecas a la pared. Eso sí, notó con sorpresa como al jalarlos hizo que se hicieran mucho más largos y extensos: ya no tendría que tener las manos colgadas otra vez. O al menos no por ahora.
—Discutir en voz alta cuando están siendo perseguidos no es la mejor idea, ¿no crees?
El chico frunció el ceño por un segundo, entonces se dio cuenta. El Fatui sonrió con satisfacción mientras aprisionaba su otra muñeca.
—Exacto. Su pequeña discusión en Minlin fue lo que llamó mi atención.
Bennett tenía los ojos muy abiertos y, a pesar de la oscuridad, podía apreciarse la palidez que cubría todo su rostro. Los extraños ruidos… La sensación de ser observados… El extraño olor que Razor identificaba…
—Fuiste tú… Todo este tiempo, tú nos seguías… —lo miró con gran desconcierto.
—Fue difícil, ¿sabes? Tuve que contener mis ganas de ir yo mismo a capturarlos, pero tu novio es mejor de lo que esperaba —admitió sentándose de nuevo frente a él—. De hecho, estuvo a punto de golpearme en el Estanque Luhua, pero pude alejarme a tiempo. ¿Crees que La Sota me reconozca si le consigo un chico tan útil como ese?
Bennett lo ignoró. Ahora las cosas tenían más sentido; su sentido de ser perseguidos y observados no fue pura paranoia, fue un Recaudador Pyro invisible que estuvo respirando en sus nucas durante días.
—Pero… En el Estanque Luhua… —Bennett recordó aquel momento íntimo entre él y Razor, lo que lo hizo sonrojar hasta las orejas.
—Pfft, no te preocupes, no vi mucho, no soy fan de las parejas acarameladas —respondió volteando los ojos—. Al menos pude aprovechar ese tiempo para informar a los demás grupos. La primera vez que escaparon no me sentí sorprendido, pero sí decepcionado por mis inútiles compañeros. Al menos en la segunda ocasión el resultado fue mejor, aunque no sé qué tan bueno es conseguir a un chico con mala suerte.
Estúpido… Estúpido, estúpido y completamente estúpido. ¡Había sido tan estúpido al dejar que los siguieran! ¿¡Cómo pudo ignorar al constante “informante” que mencionaban los Fatui!? En ese momento ya debió sospechar algo, ¡pero no! Por su gran estupidez había terminado en esa situación, y por su culpa puso a Razor y la misión en un gran peligro… ¡La misión! ¡Ni siquiera sabía si la misión se había podido completar! Ni siquiera sabía si Razor…
—Razor… —murmuró sin querer.
—Oh, eso —dijo el hombre con desinterés—. Si, bueno, algo pasó —Bennett levantó la mirada con desesperación—. Pero no te lo diré.
—¿Qué…? —preguntó mientras su rostro se llenaba de lágrimas— ¿Qué pasó…? ¿Qué le hicieron a Razor? ¿¡Qué le hiciste!? ¡Dímelo!
En un acto impulsivo, Bennett se arrastró hasta el hombre con rapidez. Desgraciadamente el Fatui reaccionó y lo golpeó con fuerza en la cara, lo que lo hizo tropezar lo suficiente como para ganarse una patada en el estómago, golpe que finalmente lo dejó tirado en el suelo. Pasó un rato en el que sólo se escucharon sus quejas de dolor, así como los sollozos que le impedían recuperar la respiración y soltar palabra alguna.
El Fatui miró el deplorable estado del chico sin hacer nada más. Aún no era momento, debía esperar, tenía cosas que hacer. Pero al menos podía disfrutar de estas pequeñas probadas del deleite que el chico le regalaba con tanto gusto.
—Escucha bien, Bennett —dijo el hombre al agacharse para poder tomar su cabello y jalarlo con fuerza—. Tú aquí no puedes exigir nada, sólo debes obedecer y responder con un “Sí, señor”, ¿entendido?
Bennett no respondió, recibiendo una nueva bofetada como castigo. El impacto llevó su cabeza hasta el suelo, en donde la fuerza hizo que rebotara dolorosamente. El sonido retumbó dentro de su cabeza y, antes de poder recuperarse, le obligó a mirarlo de nuevo.
—¿Entendido?
—S-sí… se-señor… —respondió con dificultad.
—Ahora eres propiedad de los Fatui, eres propiedad de La Sota y deberás serle fiel hasta que te desgarres los músculos, hasta arrancarte los ojos y hasta romperte los huesos, ¿entendido?
—Sí, s-señor… L-lo siento mucho —agregó entre sollozos.
El Fatui lo siguió mirando por unos momentos antes de soltarlo con brusquedad. El chico se limpió la cara sólo para contemplar con horror como el hombre estaba sonriendo.
—Bien, ahora descansa. —el tono del hombre cambió a uno terriblemente suave—. Lo necesitarás. Después de todo, nos divertiremos mucho esta noche~
El miedo inundó a Bennett y lo hizo cubrirse el rostro con sus antebrazos, en un vano intento de esconderse de esos sentimientos. Ni siquiera el escuchar como la puerta se cerraba, dejándolo absolutamente solo, pudo ser el suficiente consuelo para hacer desaparecer su llanto.
Los minutos pasaron y Bennett comenzó a desesperadamente tratar de calmarse. Llorar no le serviría de nada; no había nadie ahí para consolarlo ni ayudarlo, y tampoco había nadie para hacerle saber si Razor estaba a salvo o no. Sólo estaban él y las ratas, quienes con todo el ruido no se atrevían siquiera a asomarse por el lugar.
Con gran pesadez, se obligó a levantarse y acomodarse en un rincón junto a la pared. No sabía si podría dormir, realmente no quería hacerlo porque sabía que al despertar se encontraría con algo terrible… O tal vez todo era una muy mala pesadilla, tal vez sólo había caído en coma y estaba soñando todas esas cosas horribles por sus preocupaciones… Deseó que fuera así, y que al despertar aún estuviera en el Estanque Luhua junto a Razor, listos para encaminarse a Liyue y terminar con su aventura.
Por los Arcontes, anhelaba desesperadamente terminar con esa aventura.
Más pronto de lo que pudo haber esperado, cayó en los brazos de Morfeo y se durmió. Finalmente el cansancio y el llanto fueron suficientes para vencerlo, permitiéndole disfrutar de unas cuantas horas de paz antes de la llegada de la tormenta.
◈ ━━━━━━━ 幸 ━━━━━━━ ◈
El sonido de las cadenas chocando y temblando entre sí resonaron en sus oídos. Bennett nunca creyó encontrar consuelo en esa clase de sonidos, pero para él ese frío tintinear significaba un descanso, un alto a toda aquella tortura. Cada vez que los escuchaba, esperaba que fuera el final. Por los Arcontes, rogaba que todo terminara.
—Bien, sólo queda una última cosa por hacer.
Las cadenas temblaron aún más, y las calientes lágrimas volvieron a humedecer la venda en sus ojos, cayendo de forma sucia por su rostro.
—N-no… Ba-basta, por f-favor señor… Y-ya no más… No más… —suplicó con voz quebrada y la garganta dolorida.
—Oh Bennett, deja de provocarme~
El suave tono del hombre le provocaron náuseas y el toque en su mejilla intensificó su llanto. No podía controlarse, ya hacían horas desde que había perdido esa capacidad, y sólo lo aterraba más sabiendo que eso era lo que le gustaba, lo que él disfrutaba.
—Sé que quieres continuar… —dijo el Fatui metiendo su pulgar en la boca ajena, más profundo de lo realmente necesario—. Pero si continuamos, puedo romperte, y no puedo entregarle a La Sota ninguna cosa rota… Aunque tienes razón, no tiene por qué saber que yo causé una o dos heridas graves.
El pulgar le impidió tratar de acallar sus sollozos. Ya tenía bien grabados sus propios gritos, no quería sumar su llanto a esa desagradable lista. Un nuevo movimiento lo distrajo, sintiendo cómo la venda en sus ojos fue retirada poco a poco hasta recuperar su completa vista. Antes hubiera dado lo que fuera por librarse de esa estúpida tela, y ahora deseaba haberla mantenido puesta para no tener que ver al Recaudador.
—Fuiste un niño muy bueno… —premió el hombre cambiando sus caricias hacia su mejilla—. Y los niños buenos merecen un premio.
A pesar de liberarse del toque ajeno, Bennett no se movió y se mantuvo atento a cualquier movimiento o indicación, esperando que así el hombre finalmente decidiera irse y dejarlo solo. Para su sorpresa y desconcierto, el Fatui sacó lo que parecía un gran pedazo de tela.
—¿Qué? ¿No lo reconoces? —preguntó el hombre después de un largo rato en el que Bennett no reaccionó.
El chico se preguntó el por qué habría de reconocer un pedazo de tela, pero después de mirarlo con un poco más de atención, lo hizo: era el chaleco de Razor. Abrió los ojos con gran sorpresa y extendió su mano hacia el objeto, tomándolo con gran desesperación. Horas atrás el hombre lo habría reprendido por su impulsividad, pero ahora estaba gozando de su reacción.
—¿De d-dónde…? —lo acercó a su rostro. Aún tenía el olor de Razor, pero también…
—Digamos que tu pequeño novio ya no será un problema para nosotros —No… No era posible… Era mentira—. Qué lástima, definitivamente era un niño mucho más útil para la Casa Hoguera.
Sangre. El chaleco olía a sangre.
Pronto le quedó claro que el sufrimiento que había padecido con el Recaudador… No, que todo el sufrimiento de su maldición, no fue nada en comparación con lo que sufrió las siguientes horas, en soledad, en un cuarto frío y con un chaleco ensangrentado.
Y aquellos que pudieron escuchar sus lamentos, fueron testigos de ello.
Notes:
Resumen:
Bennett despierta encerrado en una habitación en ruinas. Un Recaudador Pyro, quién se encarga de mantenerlo vivo, le revela que ha sido él quien los ha estado siguiendo desde aquella discusión que tuvieron en Minlin, siendo también el informante que reveló su camino a los demás Fatui que los emboscaron.
Al segundo día de su encierro, a Bennett se le es entregada la chamarra de Razor llena de sangre junto con la supuesta noticia de que ya no está en ese mundo.P.d. Por favor dejen sus comentarios. Los necesito ahora más que nunca.
P.d.2. Perdón por lo del Benito, pero les juro que es lo más fuerte que voy a poner en este fanfic. Estén seguros de que lo peor ya pasó, siguen cosas buenas. Después de todo, nuestros niños merecen ser felices.
P.d.3 Si, publiqué de nuevo este cap sin querer. Soy estúpida 👌
Chapter 23: Farmacia Bubu (Parte 2)
Summary:
Razor padece la tortura de la espera.
Notes:
(See the end of the chapter for notes.)
Chapter Text
Las últimas 12 horas (sin contar aquellas en las que estuvo inconsciente) fueron sin duda las más largas y terribles que Razor experimentó en su caótica vida: no podía moverse ni siquiera fuera de la cama en la que estaba sin que algo le doliera como el demonio, no podía comer sin sentirse culpable hasta el punto de querer devolverlo al instante, ni tampoco podía descansar en su totalidad al no poder dejar de pensar en Bennett.
¿Qué le estaría pasando? ¿Dónde estaría? ¿Le estarían haciendo algo? ¿Aquella Fatui temible (la Sota) ya habrá ido por él? ¿Los Fatui habrán decidido llevarlo lejos? ¿Y si lo obligan a hacer cosas horribles? ¿Y si nunca vuelve a verlo? ¿Y si cuando vayan a rescatarlo ya es demasiado tarde? ¿Y si lo odia por no haberlo podido proteger como lo prometió?
Las preguntas y los malos escenarios no dejaban de aparecer en su cabeza. Hubo incluso momentos en los que sintió como comenzaba a perder el control de su propia respiración, en los que las luces se intensificaron y su mente estalló en mil pensamientos a la vez; afortunadamente Qiqi siempre estuvo ahí para sacarlo de esos desagradables momentos.
Razor no podría estar más agradecido de tenerla a su lado, pues a pesar de perder constantemente la memoria, siempre sabía que hacer o decir para animarlo. Si le hubieran preguntado a la pequeña al respecto, ella hubiera admitido que relacionaba a Razor con un perro, uno muy herido y triste que sólo necesitaba abrazos, pensamiento que curiosamente nunca se le olvidó.
Desde el inicio ambos supieron que el otro tenía algo especial, algo que los hacía diferentes al resto, pero ambos decidieron que no era importante preguntar; Razor no necesitaba saber que Qiqi era una zombie para decidir tenerla como amiga, y Qiqi no necesitaba saber que Razor fue criado y bendecido por lobos para sentirse comprendida. En esos momentos en que Razor no estaba a punto de caer en un ataque de pánico, podían llegar a pasar un lindo momento.
Aún así los tenues rayos de sol no eran suficientes para disipar el tormento con el que Razor estaba lidiando. Eran un breve descanso, nada más que eso.
Afortunadamente, cuando la noche apenas comenzó, el chico pudo entrar en uno de esos descansos cuando Qiqi sugerió una actividad recreativa: dibujar. Mientras ella aprovechó ese momento para traspasar los dibujos de las plantas medicinales que Baizhu solía pedirle, él procuró hacer el retrato de Qiqi lo más fiel que le fuera posible. Ambos estaban a la mitad de su tarea cuando el sonido de unos toques en la puerta los interrumpió.
—¡Voy! —dijo la pequeña, dejó sus cosas a un lado y corrió hacia la puerta— Oh, coco-cabra.
—¿Eh? —escuchó Razor desde una voz femenina— ¿Disculpa?
—Nada —negó Qiqi con la cabeza—. ¿Necesita ayuda?
—Ah, no. En realidad vengo a hablar con el chico de Mondstadt.
—Pero es muy tarde —analizó Qiqi—. No sé si el doctor Baizhu…
—No te preocupes, linda —dijo la joven con voz dulce—. El doctor Baizhu me dio permiso, siempre y cuando su paciente no se altere.
—Umm… Suena como algo que él diría.
Y tras asentir en aprobación a sus palabras, Qiqi abrió más la puerta y dejó pasar a una joven de largos cabellos azules, de los cuales sobresalían dos cuernos, una campana como collar y una elegante vestimenta. O al menos así lo veía Razor, aún no conocía la vestimenta común de Liyue.
—Buenas noches —saludó la joven inclinándose un poco a él—. Soy Ganyu, la secretaria de la señorita Ningguang. Me han dicho que tienes un mensaje importante que pasar al Qixing, ¿verdad?
—... ¿Eh? —Razor la miró con una expresión en blanco.
—Oh, lo siento. ¿Hablé muy rápido? —preguntó Ganyu con más preocupación de la debida.
—No —respondió Razor con tranquilidad—. Yo ser criado por lobos. No entender muchas palabras.
—Oh… ¡Oh! Bueno, gracias por compartirlo —Razor logró percibir cómo la joven sonreía con comprensión—. De acuerdo, entonces cambiaré mis palabras. Beidou nos notificó sobre tu encuentro con los Fatui y que deseabas hablar con alguien que pueda ayudar.
A pesar del cambio de tono que usó la joven, fue una de las pocas veces en que sintió que no le estaban hablando como si fuera tonto, y eso le causó una muy buena impresión de la joven. Ahora definitivamente se sentía cómodo y agradecido a su lado. En respuesta a sus palabras, asintió con una pequeña sonrisa.
—Bueno, el Qixing es el gobierno de Liyue; la señorita Ningguang es la más alta gobernante y yo trabajo para ella. Ella por ahora está muy ocupada, así que vine en su lugar para hacerte unas preguntas. ¿Te gustaría compartir la información que tengas?
De nuevo, Razor asintió. Ante la afirmativa, Ganyu se sintió mucho más relajada. Tras un pequeño suspiro, tomó la silla que ya estaba a su lado y se sentó, pues Qiqi estaba ocupada con sus estiramientos. Acomodó los papeles sobre sus piernas y se preparó para tomar notas.
—Bien, comencemos con tu nombre…
[...]
En realidad no fue necesario para Ganyu el tener que soltar muchas preguntas. La buena impresión que le había causado a Razor fue suficiente para que estuviera dispuesto a darle toda la información posible. A diferencia de la primera vez, en esta ocasión le fue más fácil darse a entender; por un lado porque estaba repitiendo cosas que ya había dicho, y por el otro porque Ganyu hacía preguntas bastante puntuales.
—Bien, ya he anotado todo.
Ganyu se levantó y soltó un suspiro tan leve que, de no ser por las habilidades mejoradas de Razor, él no se habría dado cuenta.
—Le entregaré un reporte a una de nuestras investigadoras de confianza… Si es que la encuentro pronto… —al igual que con el suspiro, el tono no fue lo suficientemente bajo como para que Razor no lo escuchara, y Ganyu pronto se dio cuenta de ello.
—¿Encontrar? ¿Por qué? ¿Tomar mucho tiempo? —preguntó con gran angustia.
—¡Ah, no! ¡No quise-! —se apresuró a decir con arrepentimiento, pero no fue suficiente.
—¡Tener que… Ser rápido! ¡Bennett… peligro! ¡Fatui…! Fatui hacer…
El pánico comenzó a inundarlo de nuevo. Su respiración comenzó a ser errática, el movimiento de sus manos incontrolable y el palpitar de su corazón tan profundo que, de no detenerse, opacaría todos los demás sonidos a su alrededor.
Qiqi inmediatamente abandonó sus estiramientos y, después de revisar rápidamente su diario, se acercó a Razor. En el poco tiempo que habían compartido, aprendió que la coronilla era uno de los puntos débiles y, por lo tanto, de los mejores para calmar al chico, razón por la que se subió a la cama y comenzó a acariciarlo de la forma más reconfortante que le era posible.
Ganyu no pudo hacer más que sentirse aún más culpable. Ella entendía perfectamente lo que era padecer un ataque de pánico; peor aún, a sus ojos Razor aún era un niño, era demasiado chico como para pasar por esa experiencia tan exasperante. Para alivio de ella (una parte al menos), Qiqi se mantuvo serena y firme, aún cuando el chico la abrazó con un poco más de fuerza de la debida.
Pasaron unos largos y dolorosos segundos en donde solo se escucharon los intentos de Razor por calmarse, los cuales afortunadamente funcionaron gracias al rápido actuar de Qiqi. Una vez que el chico pudo separarse de la pequeña con un pequeño “Gracias” saliendo de sus labios y limpiándose las pocas lágrimas en sus mejillas, Ganyu se acercó con la mirada baja.
—Razor… —soltó antes de tomar suavemente su mano—. Lo siento, no debí decir eso. Yo juro, por Rex Lapis, que si me llego a encontrar con algún problema, yo misma iré a investigar. No importa cuánto trabajo me tome.
De nuevo, Razor no logró entender todo lo que esas palabras realmente implicaba, pero tras ver el arrepentimiento y la determinación de la chica en su mirada, asintió. Se sintió avergonzado de haber caído en ese estado por unas simples palabras, no quería verse como alguien débil ante alguien que sólo estaba tratando de ayudarlo.
—E-en serio lo siento. Te contactaré en cuanto pueda.
Y tras esas palabras, la joven se fue a paso apresurado. Razor bajó la mirada, y solo pudo pensar con tristeza que seguramente hizo sentir incómoda a una joven tan agradable y comprensiva.
Afortunadamente su siguiente visita fue mucho mejor, aunque tuvo que esperar hasta el día siguiente.
No le fue tan tortuoso pasar la noche como la última vez; incluso pudo dormir por horas completas sin padecer de pesadillas o sueño alguno. Pudo haber sido por el cansancio acumulado de los últimos dos días, por la misericordia de su propia mente exigiendo un descanso como era debido, o por la dulce leche de “coco-cabra” que Qiqi le compartió. Sea como haya sido, Razor pudo finalmente descansar al menos un poco de todo el caos.
Ni siquiera los toques de la puerta a primera hora de la mañana lograron despertarlo del todo.
—¿Si? —preguntó Qiqi con voz suave y ligeramente somnolienta al asomarse.
—Hola de nuevo —saludó la Capitana, aunque igual usó un tono un poco más bajo de lo usual. Solo un poco.
—Lo siento, no te recuerdo —dijo la niña apacible—. ¿Quién eres?
—Oh. Soy la Capitana Beidou, y vengo a visitar a mi pequeño amigo. Hay algunas cosas que me gustaría contarle.
—Ah. Está bien, pero… Sigue dormido.
Beidou se asomó un poco, corroborando las palabras de la pequeña con un suave “Hmm”.
—Entiendo. Bueno, entonces volveré después. ¿Crees que puedas darle esto de mi parte?
La mujer sacó un paquete que, a pesar de estar envuelto, el olor a comida era bastante evidente. Y si los ruidos no eran suficiente para despertar a Razor, los aromas sí que lo eran.
—Si, lo haré —asintió Qiqi tomando el paquete. El calor del paquete le causó una sensación desagradable en sus manos, pero lo soportó.
—Comida… —se escuchó decir a una voz somnolienta.
Tanto Beidou como Qiqi voltearon, ambas se encontraron con Razor sentado en la cama en una pelea entre mantenerse erguido y volver a caer dormido.
—Bueno, entonces mejor lo hago yo misma —bromeó ligeramente Beidou tomando el paquete de vuelta y acercándose a Razor. Qiqi cerró la puerta detrás de ella—. ¡Buenos días, amigo! Lamento haberte despertado.
—No… p-p-problema —respondió Razor bostezando.
—¡Toma, te traje esto!
Le extendió el paquete. Todos aquellos olores desconocidos y a la vez familiares causaron el rugir de su estómago. Tuvo el impulso de abrir la caja y devorar todo como animal, pero se contuvo.
—Doctor Baizhu decir… Estómago débil. Poder lastimar —dudó un poco, aunque en lugar de regresarle el paquete sólo lo acercó más a él.
—Bueno, si comes despacio y evitas los platos con chile, seguro que no pasará nada —se encogió de hombros—. Además, el doctor Baizhu no tiene por qué enterarse.
La mirada de complicidad que le lanzó fue suficiente para que el chico tomara el valor de cumplir con su travesura. Con una pequeña sonrisa, Razor abrió el paquete y le dio un buen mordisco a lo primero que vio, aunque su masticar fue más lento.
—Ew, verduras —se quejó en voz baja, aunque igual siguió comiendo.
Tuvo la fortuna de que fuera Beidou quien lo contemplara comer, pues para ella los modales solo eran cosa secundaria, así que pudo ignorar fácilmente que el chico haya omitido por completo la presencia de los palillos (de todas maneras, no es como si supiera usarlos).
—¡Bien! Mientras comes, te pondré al día —señaló Beidou en un tono más serio—. Ayer en cuanto me fui, me dirigí directamente a la persona que mencioné. Aparentemente ella había escuchado algunos rumores de actividad sospechosa de los Fatui, así que no dudó en comenzar una investigación. Desgraciadamente estaba muy ocupada como para venir, pero mandó a otra persona en su lugar. Supongo yo que ya habló contigo.
Razor asintió, recordando a Ganyu, mientras se limpiaba la boca con su muñeca. De inmediato el sentimiento de culpa lo volvió a invadir, aunque pronto lo dejó de lado y se concentró.
—Bueno, mientras pasó todo eso yo me dediqué a buscar información. No hay muchos grupos Fatui cerca, excepto aquellos que están aquí en la ciudad, pero no puedo meterme en sus asuntos por temas políticos y bla bla bla —hizo un gesto con la mano imitando el hablar de otra persona, aunque se detuvo al ver la expresión de Razor—. ¡No te preocupes! Ellos son inofensivos… O bueno, más bien podría decirse que no pueden hacer nada sin que el Qixing se entere. Están muy bien vigilados, así que no hay que preocuparse.
A pesar de sus palabras, la ansiedad volvió a inundarlo, quitándole absolutamente todo el apetito. Miró la comida con los labios apretados, al menos esta vez no sentía que se le escapaba el aire.
—¡En fin! —dijo Beidou cambiando de tema—. El punto es que salí de la ciudad a los lugares en los que sé que hay Fatui, y me encontré con su pequeña hazaña en el Pendiente Tsuijue.
Beidou lo miró con gran orgullo, esperando una reacción por parte de Razor. Sin embargo sólo se encontró con el chico tratando de pensar a qué se refería.
—¡Ya sabes! ¡A los tipos que encerraron en unas ruinas!
—Oh, cierto —respondió con simpleza pues lo único en lo que pudo pensar fue en como en esa ocasión estuvieron a punto de ser atrapados para siempre.
—¡No sé qué diablos hicieron, pero por Rex Lapis, sí que estaban enojados! —Beidou soltó una cálida carcajada—. Prométeme que me contarás todos los detalles.
Su entusiasmo, lejos de parecerle agotador, lo hizo sentirse bien. Apreciaba cuando eran las personas quienes tomaban la palabra y la iniciativa, le facilitaba mucho la comunicación, y en el caso de Beidou, que lo trataba con gran camaradería, le hacía más llevadera la situación. Pensó en todo esto con una sonrisa mientras le asentía.
—Fue gracias a ustedes que pude estirarme un poco con ellos, si sabes a lo que me refiero —le dio un codazo juguetón—. ¡Oh Arcontes! ¡Disfruté tanto esa batalla! Unos simples golpes y soltaron toda la sopa. ¡Lo mejor es que los volví a encerrar en las Ruinas!
Mientras Beidou se carcajeaba por sus propias hazañas, Razor pensó en que, si ella sola pudo vencer a todo ese grupo, definitivamente era alguien muy fuerte.
—Bueno, el punto es que logré que me dijeran en donde se ubicaba la base de la operación. Según sus palabras, está en las Ruinas de Dunyu, así que no te será tan difícil poder llegar hasta allá.
—¿Eh? ¿Yo ir? —preguntó bastante sorprendido.
—¡Pero claro! ¿O acaso no querías rescatar a tu novio?
—¡Si querer! —respondió casi ofendido—. Pero… Doctor Baizhu decir que no.
El día anterior, mientras aún estaba bajo el dichoso “diagnóstico”, Razor aprovechó para preguntar si podría curarse lo suficientemente pronto como para ir a la misión de rescatar a Bennett. La respuesta fue un no tan contundente que no se molestó en insistir.
—¡Oh, ya encontraré la forma de convencerlo! —prometió como si no fuese la gran cosa, aunque la duda en la expresión del chico lo hizo volver a ponerse un poco seria—. Mira Razor, entiendo lo que estás sintiendo… Y lo digo en serio —Razor la miró con curiosidad—. Hace no mucho, Liyue estuvo bajo el ataque de un Dios. Logramos vencerlo, pero en la batalla yo pensé… Que había perdido a alguien. Sé lo que es sentir que la persona que más aprecias está en grave peligro y no poder hacer nada al respecto…
El recuerdo de lo que ella sintió al ver la Cámara de Jade caer directamente hacia Osial apretó su corazón y le creó un nudo en la garganta. Razor pudo identificar el dolor en su expresión, seguramente era la misma expresión que ponía cada vez que pensaba en Bennett. Duró tan solo unos segundos antes de que ella se levantara con una mirada segura.
—¡Es por eso que haré lo posible para que nos acompañes!
Los ojos de Razor poco a poco se llenaron de lágrimas, aunque se apresuró a limpiarlas.
—Si… Gracias.
—¡No te preocupes! Es lo menos que puedo hacer por un amigo. Ahora, ¿tienes un arma? —Razor negó—. Umm… ¿Sabes usar alguna? —Razor asintió—. Menos mal, ¿cuál?
—Colmillo de hierro. Umm… Espada grande... Pesada.
—¡Ah! ¿Cómo esta? —Beidou sacó su propia arma, una mandoble, y se la mostró.
—Si, así.
—¡La mejor arma de todas! —guardó su arma con tal fluidez que sorprendió al chico—. Tienes suerte, suelo encontrar varias por ahí. Las guardo en caso de necesitarlas, y al parecer hice bien —se señaló con aire presumido—. ¡Entonces iré por ellas y las traeré para que tú mismo escojas la mejor para ti!
Razor volvió a asentir, ahora un poco emocionado. Finalmente podría volver a tener un arma, podría ir a pelear contra los Fatui, y podría ir a rescatar a Bennett. ¡Finalmente podría hacer algo útil!
—¡Bien! Ahora come y descansa bien, mi amigo —le dio una palmada amistosa y algo brusca en el hombro—. Guarda fuerzas para cuando vayamos a nuestra misión.
—Si. Umm… ¿Cuándo?
—¿Eh? ¿Cuándo será? —Razor asintió, lo que hizo pensar a la mujer—. Pues… No sé mucho de estas cosas, yo soy más de acción. Así que… Espero que lo más pronto sea para mañana, o tal vez el siguiente día.
—¿¡Mañana!? ¡Pero… Yo estar… Esperar aquí dos días! —replicó con temor. No podía imaginarse qué podría pasarle a Bennett si se tardaban demasiado.
—Hey, tranquilo —Beidou se acercó y tomó su hombro con suavidad—. Sé que es horrible esperar, duele incluso más que perder un ojo. Pero si solo así podemos preparar todo y estar listos, no queda más opción. Después de todo, sólo tenemos una oportunidad.
Razor arrugó la nariz, analizando sus palabras. Tenía razón, no podían solo ir y ya, es territorio enemigo y en ese lugar tenían una gran desventaja. Si cometían cualquier error, Bennett podría salir afectado o incluso la ciudad entera, y no estaba dispuesto a correr ese riesgo. No dejaría que nada ni nadie lastimara a su Bennett.
—Volveré pronto.
Beidou se despidió, complacida de saber que sus palabras ayudaron al chico, aunque sabía que sus próximas horas no serían mucho más fáciles.
O tal vez sí un poco, pues Razor ahora estaba lleno de determinación. Estaba decidido a comer todo lo posible, a descansar todo lo posible y a sanarse lo más rápido posible. Bennett lo necesitaba, y no permitiría que nada lo detuviera.
Y con esa motivación opacando la ansiedad en su pecho, volvió a comer.
◈ ━━━━━━━ 狼 ━━━━━━━ ◈
—Definitivamente no.
—Sé por qué se niega, doctor Baizhu, pero…
—No hay peros que valgan, seguirá siendo no.
—Usted no lo entiende...
—No, lo que ustedes no entienden es que me están diciendo que deje a un paciente con una costilla rota ir a una misión suicida —señaló Baizhu con molestia. Miró a Ganyu—. Usted tendrá más autoridad que yo, pero sigue siendo mi paciente y mi consultorio, espero lo entienda.
—¡S-si lo entiendo! —se apresuró a decir Ganyu—. Es por eso que venimos a hablar con usted. No queremos ocasionar ningún tipo de problemas.
—Habrá problemas si se llevan al chico a pelear, y no necesariamente conmigo.
—Escuche doctor —dijo Beidou cruzándose de brazos—. El chico irá de una forma u otra, ¡y no porque nosotros vayamos a hacer algo! —levantó las manos antes de señalar hacia la ventana—. Me refiero a eso.
Al voltear, Baizhu se encontró con Razor a medio salir de la ventana, siendo solamente detenido por una pequeña Qiqi que lo tomaba de la camisa que, finalmente, se habían dignado a prestarle. Baizhu suspiró con pesadez ante la mirada del chico (a quién pescaron con las manos en la masa) y se pellizcó la nariz.
—Después de todo ya se escapó de los Fatui unas tres veces, según los hechos —agregó la capitana con tono pícaro.
—Admito… Que se ha curado con una velocidad que no anticipé —dijo al lanzarle una mirada, siendo lo único que Razor necesitó para volver a entrar a regañadientes—. Pero preferiría no correr el riesgo. Entiendo lo importante que puede llegar a ser…
—No lo haces —susurró Changsheng lo suficientemente bajo como para que solo Baizhu y Razor pudieran escucharle.
—... pero si algo llegase a pasar…
—¡Exactamente por eso irá con nosotras! —se apuntó Beidou con entusiasmo—. ¿Quién mejor para cuidarlo que la Flota Crux Meridianam y los mismísimos miembros del Qixing? Si de todas formas encontrará una forma de irse, mejor que sea bajo nuestro cuidado.
Baizhu se lo pensó un poco más. Ya estaba terminando el cuarto día desde que el chico estaba ahí, y en los últimos dos se había comportado extrañamente bien. De hecho, Baizhu se reprendió a sí mismo de no haber sospechado algo. Además, en todo el tiempo Razor se había curado con una gran rapidez… Por Morax, el primer día ni siquiera podía pararse y ahora acababa de intentar salir por la ventana.
—Bien —dijo por fin.
—¿En serio? —preguntaron Ganyu, Beidou y Razor al mismo tiempo.
—Si, pero sólo primero permítanme hacer algo. Razor, hazme el favor de recostarte —Razor lo miró—. No voy a atarte, soy un hombre de palabra. Sólo quiero revisar algo.
Tras dudarlo un poco, el chico decidió hacer caso y se recostó. Baizhu le abrió la camisa, y al tener mayor acceso a su torso comenzó con un extraño ritual el cual hizo sisear a Changsheng de una forma extraña. Razor se sintió intrigado por el objetivo de ese pequeño rito, pues era bastante distinto a los usuales “diagnósticos” que solía hacerle. Más pronto que tarde se dio cuenta y lo miró, pero no pudo obtener ninguna respuesta pues Baizhu inmediatamente se volteó y se tapó la boca con un pañuelo, tosiendo sobre éste.
—¡Doctor Baizhu! ¿Está usted bien? —preguntó Ganyu. Baizhu se limpió y rápidamente ocultó su pañuelo, pero no le pudo ocultar el aroma de la sangre a la nariz de Razor.
—Si, si. No te preocupes —le respondió con una suave sonrisa, aunque eso no tranquilizó a nadie—. Parece que está todo el orden ahora —se volteó hacia Qiqi, quién lo veía inexpresiva—. Por favor ve con ellos y cuídalos.
—Entendido —aceptó con gusto antes de sacar su libreta y comenzar a escribir.
Razor sólo supo que, en un instante, se había curado. No totalmente, pero sí lo suficiente como para que pudiera notarlo.
Ya lo tenía claro. Lo daría todo para salvar a Bennett.
Notes:
Por favor dejen sus comentarios y opiniones, me ayuda bastante a motivarme para continuar con esta bella historia. Hasta el comentario más simple sirve, créanme 😔👌
Chapter 24: Ruinas de Dunyu (Parte 2)
Summary:
El rescate comienza.
Notes:
Este cap cuenta con 8k palabras exactas ✨
Así que si se siente pesado, pueden darle una pausa.ADVERTENCIA:
El siguiente capítulo contiene tortura psicológica y física implícita.
Lea con discreción.
(See the end of the chapter for more notes.)
Chapter Text
Después de cuatro días de estar encerrado en un consultorio lleno de extraños olores, Razor no pudo sentirse más agradecido de sentir el sol en la cara, aún si éste ya se estaba escondiendo en el horizonte. Analizándolo un poco, el chico notó como el aire de esa ciudad era bastante distinto a la de Mondstadt, se sentía más húmedo y olía a pescado, pero no era desagradable.
Bajaron por las escaleras y, a diferencia de lo que el chico creyó en un principio, no tomaron el camino por el que Razor había llegado, sino que se adentraron aún más por la ciudad.
—Bien, primero iremos con Ningguang para que nos explique cuál es el plan y nos indique en dónde se ubica la mugrosa guarida —explicó Beidou mientras los conducía por otras escaleras. Si, eso tenía sentido. No podían lanzarse solo así como así.
Subieron por unas infernales escaleras, las cuales los llevaron a una enorme plaza. Razor se acordó de la que estaba frente a la Catedral de Mondstadt, pero ésta era definitivamente más grande y tampoco tenía estatua alguna. Al atravesarlo, aún tuvieron que subir por más escaleras. Mientras subían, Razor se preguntó cuál era la obsesión de Liyue por las escaleras puesto que aún no había recuperado la suficiente energía como para ignorarlo.
No hizo falta que terminaran de subir para que Razor se diera cuenta de que, dentro del edificio a la que se dirigieron habían muchas personas, y al entrar se percató de que todos eran soldados. Por un momento se preguntó si todas esas personas estaban ahí para salvar a Bennett, pero recordó que en realidad estaban a punto de prevenir un ataque contra las Visiones (o algo así) y se sintió un poco avergonzado por ser tan engreído. Afortunadamente fue un pensamiento que se guardó para sí, así que fue un sentimiento que padeció en privado.
Atravesaron por entre la gente, quienes no tardaron en voltear a verlos. A pesar de estar acostumbrado a tener una mirada constante sobre él entre los humanos, no lo estaba cuando había tantos pares de ojos mirándolo al mismo tiempo. Sintió sus mejillas acalorarse por la atención y bajó la mirada. Sus pies eran mucho más considerados con él.
Por su parte, Beidou sí que estaba acostumbrada a ese tipo de atención, así que ni siquiera se le pasó por la cabeza imaginar que para sus nuevos amigos no era normal.
Y Qiqi… Bueno, ella los estaba siguiendo.
Si Razor levantara la cabeza, podría darse cuenta de que las miradas oscilaban entre él (las cuales contenían curiosidad y asombro al ser el famoso mensajero de Mondstadt) y Beidou (miradas que estaban llenas de respeto y, a veces, algo de miedo). Qiqi era un poco ignorada, pero no es como si le importara; estaba más concentrada en tratar de recordar el por qué estaba siguiendo a el chico-perro y a la mujer-del-parche.
Afortunadamente para Razor, Beidou no tardó en notar su estado al voltearse hacia él para decirle algo.
—Oh, no dejes que te intimiden, amiguito —le dice al rodear sus hombros con su brazo y apretarlo amistosa y fuertemente—. Solo nos están admirando porque saben lo fuertes que somos.
—Umm… Si —Razor volvió a levantar la mirada hacia ellos, pero seguía siendo asquerosamente incómodo. Solo bastó una mirada de Beidou para que ahora fueran los demás quienes desviaran la mirada, aunque el chico apenas pudo percibirlo.
—¡No te preocupes! Si alguien te hace sentir mal, dime y haré que lo charle claro —lo miró esbozando una amistosa sonrisa—. De cualquier manera, ya casi llegamos.
Señaló una puerta que, justamente, estaba a unos pocos metros. Al atravesar, se encontraron en una oficina en donde había una mujer mirando atentamente al mapa que estaba sobre su escritorio.
—Tú debes ser Razor —saludó la mujer con voz elegante una vez que se acercaron al escritorio—. Un placer conocerte, soy Ningguang.
Ningguang le extendió la mano. Razor siguió el protocolo humano: la tomó, la apretó (no muy fuerte), la agitó (no mucho) y la soltó. No pudo evitar olfatearla desde la distancia en la que estaba, pero ni siquiera era necesario para que decidiera que, sin duda alguna le agradaba. No, no sólo le agradaba, sino que estaría en deuda eterna con ella.
—Disculpa si no pude encontrarme contigo antes.
—No problema —dijo el chico negando con la cabeza. No es como si pudiera pedirle más de lo que ya estaba haciendo.
—En cuánto obtuve el informe nos pusimos a investigar. Es un caso complicado porque podríamos terminar en un conflicto bélico, así que todo tuvimos que hacerlo con gran discreción.
—¡Vamos Ningguang! No tienes que ser tan formal con el chico —soltó Beidou tomando a Razor por los hombros—. Es un amigo, no un empresario aburrido.
Ningguang analizó las palabras de Beidou por unos segundos antes de soltar una pequeña sonrisa.
—Si no te molesta, lo haré— dijo Ningguang mirando al chico.
—Estar bien —aseguró Razor—. Preferir hablar… como amigos. Ustedes ser buenas personas. Yo apreciar… mucho. Agradecer ayuda.
—Oh, al contrario. Es Liyue quién te agradece a ti y a… —se detuvo, aunque ya era tarde pues la mirada de Razor se ensombreció con tristeza—. A ambos. Es por eso que creé un plan para rescatar a Bennett. Además, tengo la fortuna de conocerlo en persona, y sé que es un muy buen chico.
—¿En serio… conocer a Bennett? —preguntó Razor algo sorprendido.
—¿Quée? ¿Conoces al chico? —preguntó Beidou al mismo tiempo que Razor.
—Bueno, si —bajó un poco la mirada con una sonrisa—. No mucho, en realidad, pero hubo un tiempo en que el Viajero solicitaba mi ayuda para pelear contra un monstruo jefe. No duró mucho, pero fue en esa ocasión cuando tuve la oportunidad de pelear a su lado.
Razor se volvió a impresionar por la capacidad de su novio de hacer amigos. Parecía que incluso podría tener amigos del otro lado de Teyvat (cosa que sí pasaba, pero no lo sabía).
—Vaya, ese chico tiene una muy buena suerte. No muchos pueden ver a la líder del Qixing sacando las garras —soltó Beidou rascándose el oído.
Razor y Ningguang cruzaron miradas, y no hizo falta que dijeran ni una sola palabra para saber que ambos pensaban lo mismo: lo menos que Bennett tenía, era suerte.
—En fin, el punto es que gracias a eso podremos rescatarlo.
Y tras estas palabras, Ningguang le explicó todo el plan a Razor y Beidou. Hubo varios detalles que al chico le disgustaron, pero Ningguang tenía el don de la palabra, así que no se le complicó convencerlo de seguir el plan… Excepto por una cosa.
—¡No! ¡Yo ir! —dijo Razor decidido y bastante enojado.
—Lo siento Razor, pero está decidido —respondió Ningguang igual de firme—. Eres fuerte, pero es mejor si sigues con el plan.
—¡Pero Bennett mi Lupical!
—¿Lupical? —preguntó Beidou en voz baja, siendo completamente ignorada.
—Razor, por favor piénsalo —Ningguang tampoco sabía el significado de esa palabra, pero lo intuyó bastante rápido—. Es muy posible que tengan muy vigilado a Bennett. Sólo tenemos información de la seguridad hasta cierto punto, apenas y pudimos enterarnos de que sigue con vida. Vamos prácticamente a ciegas, y es muy arriesgado para ti ir considerando que aún no te recuperas.
—¡No importar! —puso las manos en la mesa. Al acercarse las mujeres pudieron escuchar el leve gruñido que salía de su garganta junto a su furiosa mirada—. ¡Yo tener que rescatar! ¡Yo prometer protegerlo!
—Mira, seré directa —esta vez fue Beidou quien habló—. Si vas con nosotras, no serás más que una carga.
—¡Beidou!
—Es la verdad —Beidou se cruzó de brazos—. Si vas con nosotras, gastaremos energía en preocuparnos por ti, energía que podríamos usar en algo mucho más útil. Si nos distraemos y algo sale mal, será el fin. No sólo para Bennett, sino para muchos de nosotros; ¿así será como planeas protegerlo? ¿Poniendo en riesgo a mucha gente en terreno desconocido y rodeado de enemigos?
Razor apretó sus puños y sus gruñidos se redujeron ligeramente al retroceder un poco. Esas preguntas le molestaron, y más porque sabía que tenían un buen punto.
—No estarás lejos, Razor —el tono de Beidou se suavizó un poco mientras ponía su mano sobre el hombro del chico—. Serás la primera persona en encontrarse con nosotras cuando regresemos con Bennett, pero necesitamos que nos despejes el camino para salir lo antes posible. Mientras más pronto salgamos, más pronto llevaremos a Bennett a un lugar seguro…
—Y más pronto podremos regresar para detener el plan de los Fatui —concluyó Ningguang.
A ese punto, a Razor no le importó si vencían a los Fatui o no, lo único importante en su mundo era sacar a Bennett de aquel posible infierno. Y las mujeres, muy a su pesar, tenían razón. Dada su situación, él estaba consciente de que podía ser una carga incluso para sí mismo, pero su terquedad no le quiso hacer afrontarlo hasta ese momento. Además, algo le decía que no las haría cambiar de opinión por nada del mundo.
—Tsk… Bien —rechistó Razor, molesto y resignado.
Ambas mujeres volvieron a mirarse, pero decidieron no tratar de calmar a Razor; para empezar, Ningguang no se consideraba buena con los niños, y Beidou sabía que no había forma de calmarlo. Después de todo, habría reaccionado igual o (mucho) peor de estar en su lugar.
—De acuerdo. Entonces nos iremos en una hora, que es cuando el sol terminará de ocultarse. Preparémonos hasta entonces.
◈ ━━━━━━━ 狼 ━━━━━━━ ◈
La luna menguante se cernió sobre las Ruinas de Dunyu. Las criaturas nocturnas fueron capaces de vislumbrar el gran movimiento que los múltiples humanos que caminaban simultáneamente por entre las sombras.
El gigantesco grupo se dividió, cada uno siendo liderados por un miembro líder del Qixing; Keching y Ganyu. Se separaron y cubrieron las zonas sur y oeste (respectivamente) que daban paso hacia las ruinas. El objetivo era claro: impedir que los enemigos huyeran por las salidas más fáciles.
Por el lado sur, Keching usaba su habilidad elemental para escalar a zonas altas y buscar posibles enemigos. Al ubicarlos, los arqueros de su grupo se encargaban de ellos silenciosamente al impactarles la cabeza con una flecha sin punta. Aún era temprano para derramar sangre, mientras menos lo hicieran sería mejor para todos.
Y por el otro lado, el oeste, Ganyu y otro arquero Hydro de alto rango se encargaban de congelar a los enemigos, permitiendo así que otros guerreros se los llevaran discretamente.
Para ambos lados, fue una tarea tortuosamente lenta. Tal vez no tanta cómo ellos la sintieron, pero si lo suficiente para que las ansias de que se desatará la verdadera batalla.
—Guarden esas energías para pelear —fueron las palabras tanto de Ganyu como de Keching.
El comienzo fue bueno para ambos, pero fueron descubiertos antes de lo deseado. No se supo a quién se le escapó, o si alguien los vio, o si alguien los siguió. Simplemente los ataques de arqueros enemigos comenzaron a caer.
—¡Tsk, maldición! ¡Cúbranse! —gritó Keching.
—¡Cuidado! ¡Vienen flechas! —señaló Ganyu.
Los escudos aliados, tanto elementales como físicos, cubrieron a la gran mayoría de los Liyuen, incluyendo a los líderes de los grupos.
—Debemos avanzar, no podemos dejar que otra lluvia de flechas nos afecte —masculló Ganyu al asomarse una vez que fue seguro—. ¡Equipo A, por la izquierda! ¡Equipo B, por la derecha! ¡Los demás los cubriremos!
—¡Si! —Fue el coro grupal antes de que los guerreros obedecieran a las instrucciones.
—¡Ahí está nuestro grupo! —señaló Keching al verlos—. ¡Equipo Delta, rodeen por el este y procuren que nadie escape! ¡Equipos Alpha y Beta, saquen sus armas y síganme! ¡Equipo Celta, cubran nuestras espaldas!
—¡Sí señora!
Al igual que con Ganyu, aquel coro de voces sonó mientras las indicaciones eran seguidas.
Ser discreto ya no era necesario, ya no trataron de ser silenciosos ni de ocultarse en las sombras. Las Visiones brillaron y las armas reflejaron la luz de la luna mientras los guerreros aullaban por la guerra. Gritaron mientras corrían, gritaron mientras entraban y gritaron mientras la sangre comenzaba a derramarse.
Llamaron la atención para cubrir la presencia del tercer grupo.
Ese grupo era liderado por Ningguang, con Beidou a sus espaldas, después Razor, Qiqi y al final un grupo significativamente menor de soldados, pero no menos fuertes.
Aquel grupo se había estado escabullendo por el lado este del cañón, escalando por entre las montañas y aprovechando las figuras que éstas formaban para camuflarse.
Al principio el paso del grupo de Ningguang era algo bajo, pues estaban preocupados por la salud de Razor. Sin embargo, no contaron con que el chico era demasiado bueno disimulando su cansancio y dolor, además de que la adrenalina le estaba brindando una gran energía; de este modo no tardaron en apresurar el ritmo.
De hecho, a Ningguang le sorprendió que, a pesar de que el chico se detenía constantemente, nunca fue un retraso ni tropiezo para ellos. Y su constantes “descansos” no eran para retomar energía, sino que lo aprovechaba para analizar el camino; el chico olfateaba, escuchaba y observaba. Tanto Ningguang como Beidou estaban al tanto de sus habilidades y crianza, pero verlas en acción era otra cosa, y ambas sabían algo: Razor tenía un futuro bastante prometedor.
El chico no sólo estaba atento a sus alrededores, sino que también veía todo lo que estaba sucediendo con los otros grupos. En el momento en que la pelea estaba dando comienzo, Razor se sintió bastante ansioso por participar, quiso correr hacia allá y (citando a Beidou) “patear culos Fatui”. Pero debía aguantar, por Bennett.
—Fue muy pronto —dijo Ningguang para sí misma antes de voltear hacia los demás—. Apresuremos el paso, ya no falta mucho.
Todos asintieron silenciosamente. Continuaron unos cuantos metros, con una facilidad que hacía a todos sospechar (excepto a la líder).
—Es extraño que no nos hayamos topado con ningún tipo de guardia —dijo Beidou sin poder resistir esa extraña sensación.
—No realmente —Ningguang hizo una seña y los soldados comenzaron a bajar deslizándose por la pendiente rocosa—. En realidad me encargué de que alguien se adelantara a nosotros.
Razor estuvo a punto de seguir a los soldados cuando se detuvo. Había percibido algo.
—¡Atrás! —indicó a ambas mujeres al sacar su mandoble.
Se puso frente a ellas y las cubrió con uno de sus brazos mientras miraba a su alrededor. No se veía absolutamente nada extraño, pero Razor estaba seguro de que había escuchado algo. Olfateó y lo supo, pero en cuanto volteó una presencia lo sorprendió. Por mero acto de reflejo, mandó un ataque hacia esa persona, pero en un simple parpadeo aquella persona desapareció, y en otro ya se encontraba envuelto en brillantes cuerdas celestes que lo inmovilizaron.
—Cuidado con ese juguete, puedes lastimar a alguien —dijo una nueva voz femenina de forma juguetona.
—Dejalo, Yelan —dijo Ningguang cruzando los brazos.
La mujer de corte desigual soltó una pequeña risa antes de liberar a Razor de sus cuerdas, las cuales simplemente desaparecieron. El chico se recompuso antes de notar la Visión Hydro de la fémina, descubriendo con gran sorpresa que aquellas cuerdas habían sido pura energía Hydro concentrada. La admiraría más si no lo hubiera asustado de esa forma.
—Bueno, eso explica muchas cosas —dijo Beidou encogiéndose de hombros.
—¿Hubo dificultades?
—En absoluto —respondió Yelan volteando hacia Ningguang—. Los guardias eran buenos, pero ninguno pudo preveer mi presencia. No fue difícil limpiar la zona… Admito que me sorprende que el chico sí haya sido capaz de descubrirme —señaló a Razor.
—Si, ¡mi pequeño amiguito es muy habilidoso! —presumió Beidou tomando a Razor de los hombros con orgullo.
El chico se sintió un poco apenado por los repentinos cumplidos, lo que lo hizo rascarse la nuca y desviar la mirada.
—Bien, entonces continuemos —declaró Ningguang con tranquilidad.
Todos asintieron y siguieron a los soldados, deslizándose por la pendiente con la misma precaución pero con mayor seguridad. A diferencia de lo que Razor creyó en un principio, Yelan los siguió, cosa que no le agradó en un principio, pero después de analizarlo un poco concluyó en que era mucho mejor que estuviera de su lado y no contra ellos.
Al reunirse con los demás continuaron descendiendo, ahora con mayor facilidad ante las pendientes cada vez menos inclinadas. Siguieron hasta lograr esconderse en las mismas ruinas, momento en que Ningguang hizo una seña. El grupo se separó en dos y se fueron por distintos lados, aunque su destino era exactamente el mismo. De esa forma, pudieron ayudar en la batalla desde la distancia, cubriendo mayor terreno y aún manteniéndose escondidos.
Se escabulleron por entre las sombras, liberándose de los pocos que lograban descubrirlos. Qiqi resultó ser sorprendentemente fuerte, Razor logró ver cómo con una espada (la mitad de grande que la que Bennett solía usar) pudo vencer a un Fatui, sólo para cargarlo como si no pesara nada y esconderlo a petición de Ningguang. Entendió el por qué Baizhu le había pedido que los acompañara.
Al poco rato llegaron a la entrada secreta del dominio. Ni siquiera esperaron a revisar si el grupo estaba completo, no iban a arriesgarse que todos fueran descubiertos por unos pocos. Afortunadamente, las pérdidas fueron mínimas.
Tal y como lo habían esperado, nada más entraron tuvieron que enfrentarse a unos cuantos enemigos. No fueron tantos como los que estaban afuera, así que no se tomaron mucho tiempo en limpiar la primera sala.
—No tenemos mucho tiempo —señaló Ningguang una vez que el último Fatui de la sala hubiese sido inmovilizado—. La siguiente sala es aún más grande, es la principal de todo el complejo. Yelan, te encargo al grupo: busquen el Desestabilizador de Visiones y destrúyanlo lo antes posible. Si pueden obtener información extra, se los agradecería, pero no se centren mucho en eso si los pone en riesgo.
—Entendido —asintió Yelan con una sonrisa—, será pan comido.
Tras una seña, Yelan avanzó y cruzó hacia la siguiente sala, siendo seguida por casi todos los miembros del grupo completamente armados y preparados. Ningguang, Beidou, Razor y Qiqi fueron los únicos que se mantuvieron atrás.
La Capitana se mantuvo en la puerta, asomándose para estar al pendiente de lo que sucedía y saber el momento más apropiado para salir. Ningguang sacó un pequeño mapa que mostraba lo que había en aquella planta y lo estudió por enésima vez, sólo por si acaso. Razor no podía parar de moverse, tomó su nuevo Colmillo de hierro en sus manos y lo manejó de varias formas, tratando de familiarizarse con su forma y peso; además, los nervios no lo dejaron mantenerse quieto. Qiqi anotó algo en su libreta, lo leyó y lo guardó… Sólo para sacarlo otra vez y volver a leerlo. No porque estuviese olvidando algo, sino porque quiso asegurarse de no olvidar absolutamente nada al momento de pelear; al menos la frescura del lugar la mantuvo de buen humor.
No tuvo que pasar mucho tiempo para que el escándalo llegara a sus oídos tan fuerte que Razor no fue el único que lo escuchó, y lejos de angustiarlos, les dio más seguridad: su grupo los había tomado por sorpresa.
—Bien, es momento —dijo Beidou cuando el caos sonó un poco más lejos—. Vamos.
Ningguang se adelantó y guió al pequeño grupo a través de la sala, pasaron por detrás de biombos, cajas, semi muros y barriles con sigilo; cuando un Fatui estaba peligrosamente cerca o se aproximaba a ellos, Ningguang usaba su Visión y los distraía con una piedra lejana. Hubo incluso un momento en que el peligro fue tal que Beidou tuvo que noquear a un tipo, pero sólo pudo permitírselo al ser el último en su camino.
—Estuvo cerca —suspiró Ningguang una vez que estuvieron en un pasillo solitario.
—Y demasiado fácil —se quejó Beidou mirando su puño—. Me hubiera gustado un verdadero desafío.
—Pronto —dijo Ningguang con calma antes de mirar a Razor—. Bien, en este lugar existen varias salidas, por donde entramos es simplemente la principal. Su misión será buscar la más cercana a partir de aquí; la siguiente puerta nos lleva a un pasillo que se divide en dos, ustedes girarán a la izquierda e irán recto hasta encontrar una gran sala en la que nuestro grupo ya debería de estar, sino, esperenlos para integrarse y comenzar con su búsqueda. ¿Todo bien hasta aquí? —Razor asintió—. Nosotras iremos por el otro lado, buscaremos a Bennett e iremos con ustedes lo antes posible. En el caso de que encontremos otra salida, primero sacaremos a Bennett y después una de nosotras regresará para darles aviso, así que no se desesperen si no nos vemos en el tiempo previsto.
Razor se quedó pensando unos segundos, repasando las palabras de la mujer en su mente. No es que fuera difícil de entender, en realidad algunas cosas ya se habían acordado desde antes y, aparentemente, ella solo las estaba diciendo para reforzarlas; aún así, no podía evitar que los nervios lo hicieran temblar de pies a cabeza. Sacudió la cabeza y tomó aire: usaría esa energía para destruir a todo Fatui que se le cruzara enfrente y en caso de ser necesario, él mismo crearía la salida.
—Está bien. Esforzarme —dijo Razor con decisión.
—Ayudaré en lo que pueda —dijo Qiqi con tono suave, pero totalmente firme.
—Muy bien —soltó Ningguang con una sonrisa un poco más tranquila—. Nos vemos pronto, entonces.
Razor y Qiqi asintieron y se giraron a la izquierda, dispuestos a seguir las indicaciones, al menos hasta que Beidou los llamó:
—¡Razor! —o bueno, sólo al chico, quién se giró hacia la mujer—. Recuerda: para Bennett lo más importante es tu bienestar.
Razor apretó un poco la mandíbula, asintió y continuó con el camino. Al verlos alejarse, Ningguang se giró curiosa hacia su pareja, siendo ésto lo único necesario para que Beidou le contestara a su silenciosa pregunta, sin tener que voltear a verla.
—Ese chico me cae bien, me recuerda mucho a mí… Y para personas como nosotros es importante que nos recuerden eso de vez en cuando —Beidou se perdió un momento dentro de su mente, tiempo en el que Ningguang no interfirió, y se giró hacia ella con una sonrisa decidida—. Vamos, amor mío, ¡rescatémos a ese Bennett!
Tras esas palabras, comenzó a dirigirse hacia el lado opuesto por el que Razor y Qiqi se habían ido. Ningguang tardó un instante en seguirla en un gran silencio. Al menos hasta que, con el ceño fruncido y las mejillas sonrojadas, preguntó:
—¿Por qué estás tan cariñosa de repente?
Beidou rió.
Por el otro lado, Razor y Qiqi siguieron las indicaciones y continuaron por el lado izquierdo del pasillo. El chico notó que no había ningún cambio de ruta visible; no supo si eso era bueno porque facilitaba el futuro encuentro con las chicas y Bennett, o peligroso por la posibilidad de terminar encerrados ahí fácilmente… No, eso no iba a pasar.
No lo iba a permitir.
Unos lejanos sonidos llamaron su atención. Se detuvo abruptamente y tomó a la pequeña de los hombros, soltando un leve “Alto”. Qiqi obedeció y miró al chico con curiosidad, quién agudizó sus sentidos y se concentró en aquel extraño sonido. No tardó en averiguar que eran voces, unas que se encontraban acercándose a ellos desde la sala a la que se dirigían en un principio.
—Enemigos.
Dijo Razor sacando su arma, acción que Qiqi no tardó en imitar. No pasó mucho tiempo antes de que ella también pudiera escucharlos:
—¡...el Qixing! ¡A este paso los superiores se enterarán de todo! Debemos evacuar a todos, nadie debe quedarse. ¡Vamos!
No pasó mucho tiempo antes de que aquellos Fatui se detuvieran frente a ellos con gran sorpresa. Definitivamente no habían esperado que los enemigos ya se hubieran infiltrado tan a fondo.
—Tsk, carajo… —chistó una de los Fatui—. ¿En qué momento llegaron aquí?
—¿Qué importa? ¡Están solos, solo hay que derribarlos y sigamos! —indicó el otro preparándose para pelear.
Razor y Qiqi se miraron y con un asentimiento silencioso ambos sacaron sus armas; los Fatui no perdieron tiempo y se lanzaron contra ellos. El primero, quién no tenía Visión, tomó su gigantesco martillo con ambas manos y se abalanzó contra ellos, Razor no esperó e hizo lo mismo, deteniendo su ataque con su propia arma por unos segundos en los que ambos tuvieron una pequeña pelea de fuerza. El hombre Fatui se sintió un poco sorprendido por la capacidad del chico, pero pronto lo dejó de lado, era obvio que tendría que ser fuerte para haber llegado hasta ahí sin ser visto.
—Eres fuerte —soltó con una pequeña sonrisa antes de lanzarlo hacia atrás con fuerza—, ¡pero sigues siendo un niño!
Razor gruñó con el empujón que lo hizo tropezar hacia atrás, pero se las arregló para no caer. Apenas recobró la compostura un nuevo ataque se dirigió hacia él, el martillo se dirigía peligrosamente hacia su costado; su única reacción fue posicionar sus brazos para recibir el golpe, el cual lo arrastró hasta hacerlo chocar contra la pared. El golpe le sacó el aire por un segundo al retumbar por sus doloridas costillas, lo que le quitó un poco de las fuerzas de sus piernas. Para su propia sorpresa una pequeña ráfaga Cryo lo cubrió, lo que le quitó gran parte del dolor. Al levantar la mirada, se encontró con una pequeña esfera Cryo que lo rodeaba amigablemente; vaya, no sabía que Qiqi era healer, pero tenía sentido.
No tuvo mucho tiempo para pensarlo pues el mismo ataque se dirigía hacia él; esta vez, gracias al respiro que su compañera le había dado, pudo reaccionar a tiempo y se agachó, usó la pared para impulsarse debajo del martillo y usó sus manos como apoyo en el suelo para girarse hacia su enemigo. Se lanzó contra él y sacó su colmillo de hierro, devolviéndole el mismo golpe que acababa de recibir pero con la diferencia de que justo después le siguió un par de gigantescas garras Electro.
Al mismo tiempo, Qiqi se estaba enfrentando con la otra Fatui, la cual era una Maga Cicin Electro.
Mientras Razor se ocupaba del tipo grandote, ella fue directamente hacia su otra oponente. La mujer se rió con desdén al verla acercarse, una niña tan pequeña no sería más que una simple piedra en su camino. Ni siquiera quería molestarse en gastar energía en ella, razón por la que invocó a unos pocos Cicines y dejó que ellos se encargaran de ella. Qiqi decidió que no perdería tiempo tratando de atacar a esas pequeñas criaturas, pero igual prefirió activar su habilidad elemental sabiendo que aún así recibiría sus molestos ataques.
La Maga Cicin se desplazó un par de veces, esquivó aquella espada “de juguete” con diversión hasta que se dio cuenta de que Qiqi estaba completamente decidida a enfrentarse a ella. Preparó su ataque y lo soltó con una pequeña risa, Qiqi lo esquivó con facilidad y se impulsó contra ella, logrando asestar un golpe con su espada. Éste fue tan fuerte que la mujer terminó por tropezar con gran sorpresa, y antes de darse cuenta un ataque cargado la mandó a volar contra la pared.
—¿Qué diablos…? ¿Cómo tiene tanta fuerza? —preguntó asombrada.
Qiqi no respondió, se acercó y quiso atacar de nuevo, aunque esta vez la mujer pudo desplazarse a tiempo y esquivar, resultando con que la espada chocara contra el muro de piedra. Ahora con verdadero fastidio, la Maga Cicin le lanzó más ataques, pero la niña era demasiado rápida; además, su daño parecía ser inútil pues casi inmediatamente se curaba.
No pasó mucho tiempo antes de que Razor venciera al hombre Fatui, siendo el mismo en que corrió a ayudar a su amiga. Afortunadamente lo único que tuvo que hacer fue asestar el golpe final para hacerla caer inconsciente.
—Gracias —dijo Qiqi con voz suave.
Razor asintió con una sonrisa. Ambos guardaron sus armas y continuaron hacia la siguiente sala. No fue mucho lo que hicieron, pero al menos pudieron descubrir que podían confiar en la fuerza del otro al momento de pelear.
◈ ━━━━━━━ 幸 ━━━━━━━ ◈
—A ver, abre la boca… ¡Muy bien! Listo, ya terminamos.
El hombre se enderezó para dejar el plato (para perros) y la cuchara en una mesa cercana. Bennett se quitó los restos de comida de los cachetes con el dorso de su mano, bastante cansado como para molestarse en disimular su gesto de disgusto; de todas maneras, no es como si a su “guardia” le molestara verlo disgustado.
—Oh, ya son las 10 de la noche —anunció el Recaudador con gran gusto.
Mientras él se dirigía hacia un armario, el rostro de Bennett se llenó de horror, las cadenas resonaron delatando el temblor que cubrió todo su cuerpo, y su estómago se revolvió de forma peligrosa. Apretó los dientes y aguantó las náuseas hasta sentir como su estómago le dolía, pues sabía que si llegaba a vomitar todo sería mucho más degradante . Aunque, muy en el fondo, sabía que realmente no valía la pena, no es como si tuviera algo más que proteger… Bueno, el chaleco de Razor era lo único que aún se mantenía intacto, y deseaba mantenerlo así.
—Bien, ¿comenzamos?
Le costó aún más no soltar los desechos en su garganta ante ese asqueroso tono que el Fatui usó, tuvo que tragárselos… Literalmente .
—Vamos Bennett, si pones de tu parte, terminaremos antes y podré dejarte dormir. Anda, levanta la mirada.
Durante los siguientes minutos, el chico se las arregló para llevar su mente a un lugar muy lejano: una habilidad que logró aprender más pronto que tarde. Se desconectó de su cuerpo, de su dolor, y viajó por verdes y brillantes campos de flores… Regresó a Mondstadt, a una ciudad llena de gente hermosa y amable; viajó bajo el nocturno paraíso del Acantilado Estrellado; disfrutó de una lluviosa tormenta en la Guarida de Stormterror y de los escandalosos pero maravillosos rayos que caían tan libremente; se deleitó con los deliciosos y novedosos platillos salados de la Posada Wangshu; abrazó a Razor en cada pequeño y hermoso rincón que se le ocurrió…
De pronto, un extraño cambio en la rutina lo trajo de vuelta. Usualmente, durante esa “sesión” el Fatui solía soltar diversos comentarios, halagos y supuestas sugerencias, cosas que no escuchaba mientras divagaba. O al menos creía que no escuchaba, pues su mente no pudo ignorar el momento en que se produjo un profundo silencio. La curiosidad le ganó al temor y lo hizo levantar la mirada, recibiendo una gran sorpresa cuando notó que el Fatui había dejado de prestarle total atención, en su lugar estaba mirando la puerta con el cuerpo tenso, la expresión llena de seriedad y una mirada alarmada. Asombrado por ese inusual cambio, el chico quiso inclinarse para tratar de encontrar aquello que estaba afuera y que aparentemente estaba llamando la atención del hombre, pero no pudo distinguir absolutamente nada.
—¡QUIETO! —Ordenó el Fatui en el momento en que escuchó movimiento por parte de Bennett, haciéndolo retroceder inmediatamente.
El hombre, lleno de seriedad, se aproximó a él. El miedo lo volvió a invadir y quiso alejarse, pero le fue imposible; cuando estuvo a dos pasos de él cerró los ojos y se preparó para recibir un nuevo golpe. Para su (poca y cruelmente irónica) fortuna, lo único que sintió fue como un pedazo de tela cubrió sus ojos con más fuerza de la necesaria. A ese punto, eso fue una bendición: no ver a ese hombre era un grandioso descanso para su cordura.
Gozó de esa sensación hasta que una mano rodeó su cuello y lo empujó con fuerza contra la pared; no le fue imposible respirar, pero sí le dificultó la tarea. Fue peor cuando la mano libre del Recaudador le agarró el tobillo y le movió la pierna, siendo suficiente para hacerle soltar unos terribles quejidos de dolor (que serían gritos de tener la garganta libre).
—Escúchame bien —escupió el hombre con tono amenazador—, no quiero que sueltes ni un solo sonido, no hagas ni un miserable movimiento y ni se te ocurra quitarte la venda. Serás obediente y te quedarás quieto, ¿entendido?
El chico asintió tanto como pudo, pero no hubo ningún cambio. No hizo falta que le dijeran el por qué, sabía que no lo soltaría hasta que dejara de sollozar y quejarse de dolor. Fue tremendamente difícil quedarse callado, sobre todo porque el constante palpitar de su (muy) malherida pierna hacía rechinar sus dientes. Incluso el hombre tuvo que “ayudarlo” apretando el agarre en su garganta, llegó casi al punto del desmayo hasta que estuvo satisfecho con el silencio del chico, momento en que lo soltó y se alejó a paso apresurado.
Cuando el sonido de una pared moviéndose (la entrada) sonó, unas cuantas lágrimas escaparon de sus ojos las cuales empaparon la venda que los cubría, y a pesar de ya poder volver a respirar, Bennett fue incapaz de reprimir el llanto que le siguió. La herida en su labio volvió a abrirse debido a la fuerza que usó para callar todos los sonidos que peligraban con salir, tarea que milagrosamente pudo llevar a cabo. Después el sonido con el que tuvo que lidiar fue el retumbar de las cadenas debido a sus temblores, pero fue más fácil solucionarlo al solo tener que abrazarse con fuerza.
Pasaron los segundos, los minutos, las horas… O al menos así lo sintió. El tiempo se distorsionó y lo torturó en medio de una interminable espera: no sabía que estaba pasando, ni por qué el hombre se había ido tan apresurado, ni por qué de su repentina seriedad. Estaba expectante y temeroso, la seriedad del Fatui era algo nuevo y definitivamente no le gustaba. También estaba tembloroso, no necesariamente por el miedo, sino por el dolor que su toque le había causado; su pierna estaba demasiado lastimada, y si bien pudo encontrar una forma de que el dolor disminuyera, eso había sido antes de que el Fatui le moviera la pierna.
Afortunadamente, no pudo pensar sobre ello por mucho tiempo pues el sonido de varios pasos aproximándose lo alarmó. Al principio pensó que se trataba de su “guardia” regresando con él, pero pronto se dio cuenta de que el sonido de los pasos no sólo era diferente, sino que se eran de más de una persona. Sus manos fueron directamente a cubrir su entrecortada respiración; ¿acaso era La Sota? ¿Ya había llegado por él? ¿Venía con alguien? ¿Se lo iban a llevar en esas condiciones? ¿Y por qué el Recaudador se había ido? ¿Acaso su apariencia era tan deplorable que prefirió desaparecer de la vista de la Heraldo? ¿Qué sería de él si Arleccino se decepcionaba y decidiera que ya no podía ser útil? ¿Sería su fin? Apretó los dientes. Bueno, si moría al menos podría descansar de todo aquel infierno… Y podría volver a ver a Razor.
—¡Aquí no hay nada! —Sonó la voz de una mujer en la sala de al lado. ¿Esa era la voz de la Sota? No, era demasiado… ¿Amable?
—Revisa bien, puede haber puertas secretas o pasadizos escondidos —Si, esa podría ser ella, sonaba mucho más seria… Aunque algo le resultó vagamente familiar—. Tenemos que limpiar cada centímetro hasta encontrarlo.
—Puerta secreta, puerta secreta… Alto, creo que aquí hay algo.
El sonido de la entrada abriéndose retumbó en la habitación y el temblor de Bennett aumentó. Sabía cómo era la habitación, sabía que estaba a simple vista de cualquiera que entrara al lugar, sabía que no había forma de ocultarse de Arleccino…
—Por la Flota… ¡¡Ningguang, ven rápido!!
Alto… ¿Ningguang?
—¡Chico! ¿Estás bien?
—Santos Arcontes… ¡Bennett!
Él conocía esa voz…
—¿S-señorita Ningguang…? —Era una amiga… Una amiga suya, una aliada .
Unas suaves manos tocaron su rostro. El toque lo sobresaltó, soltó un respingo y aquellas manos retrocedieron de inmediato.
—Tranquilo Bennett, no te haremos nada.
Si, era la voz de Ningguang. Si, ambas mujeres sonaban terriblemente preocupadas. Si, su presencia no parecía presentar peligro alguno. ¿Pero cómo asegurarlo? ¿Cómo saber que no era otro terrible engaño hecho solo para volver a burlarse de él? No iba a arriesgarse, no caería nuevamente en su trampa…
—Mira, primero te quitaremos la venda, ¿de acuerdo?
El chico dudó, temió que al momento de recuperar la vista pudiera encontrarse con los tan temibles “invitados”, llenos de sonrisas burlonas y con sus asquerosas miradas… No, eso no sería lo peor, lo peor sería encontrarse a la misma Arleccino frente a él… Pero no verlo no cambiaría los hechos, solo estaría retrasando lo inevitable. Tragó saliva y asintió con timidez, no tenía mucho que perder después de todo.
—Bueno, ahí voy.
Las manos volvieron a tocar sus mejillas con mucho más cuidado que antes y subió hasta la venda, la cual fue retirada con gran lentitud. Bennett parpadeó repetidamente para librarse de las lágrimas que aún se mantenía en sus párpados. Desgraciadamente eso no duró mucho, pues en cuanto identificó los rostros de las dos mujeres que estaban frente a él, las lágrimas volvieron a salir.
—Pobrecito… —soltó la mujer que estaba justo frente a él, quién no tardó en tomar su cabeza y abrazarlo con gran ternura—. Descuida, ya estás bien.
Después de días de sentirse perdido, después de perder la esperanza y de tanto dolor… Finalmente pudo sentir cómo su corazón era abrazado con una enorme calidez, pudo respirar, pudo llorar y sentirse completamente seguro.
Levantó su mirada y miró a Ningguang entre lágrimas, quien contemplaba la escena soltando un bajo pero largo suspiro de alivio. No había palabras que pudieran describir el sentimiento de alivio que se respiraba en aquella habitación. La mujer que abrazaba a Bennett se separó unos minutos después, cuando el chico finalmente pudo calmarse y respirar con más normalidad, aunque aún uno que otro sollozo se le escapaba.
—Soy Beidou —se presentó con la sonrisa más amigable que Bennett vio en toda su vida—, y nosotras te sacaremos de aquí.
El nudo en la garganta de Bennett le impidió contestar con palabras, prefirió simplemente asentir en respuesta y limpiarse las lágrimas. No dejaría que su llanto fuera un impedimento para dar todo de sí.
—Bien, ahora déjame ver…
Si bien momentos antes hubo una agradable sensación entre ellos, ésta pronto se esfumó cuando tuvieron que enfrentarse con la pierna rota de Bennett. Se veía terrible, no es que ningún hueso o algo estuviese sobresaliendo, pero era bastante claro que nadie se había molestado en darle la mínima atención. A pesar de que se veía claramente que alguien le había dado un martillazo, Beidou se mantuvo inexpresiva al analizarlo.
—¿Cuánto tiempo llevas con esto? —le preguntó.
—D-d… —se aclaró la garganta—. Creo q-que dos días…
—Humm… Bien, aún hay tiempo. Puedo hacer algo para que el daño no empeore, pero no será nada bonito.
—¿Puedes salvar mi pierna? —preguntó Bennett con ilusión.
—¡Por supuesto! —se señaló con una sonrisa segura—. ¡No soy la Capitana Beidou por nada! En cuanto aseguremos tu pierna, te sacaremos de aquí.
El rostro del chico se iluminó, cambiando a una llena de disgusto al segundo siguiente. Acababa de recordar algo.
—¿Qué sucede? —preguntó Ningguang preocupada.
Las palabras volvieron a ser algo imposible de formular, su estómago se revolvió y su cuerpo volvió a temblar. Su respiración se entrecortó y las náuseas lo invadieron, y aún así encontró la forma de levantar su mano y señalar el danguerrotipo que los miraba fijamente.
Las mujeres palidecieron al verlo, no se habían dado cuenta de su presencia hasta que Bennett lo señaló. El rostro de Beidou se llenó de furia y su pecho se oprimió con asco, ¿cómo era posible que alguien hiciera semejante porquería ? ¿Quién sería tan degenerado para que tan siquiera se le ocurriera? La ira de Beidou se materializó en pequeños rayos Electro que recorrieron sus brazos con gran amenaza. Decidió que iba a aniquilar a todos los animales que hubieran osado participar en algo así, los haría comerse su propia mierda, les arrancaría las entrañas y se las metería por la boca, les arrancaría los…
Se detuvo. No, había algo mucho peor. Giró y se encontró con la mirada más aterradora que le pudo haber visto jamás a Ningguang. La mujer dejó una escalofriante sombra al acercarse a aquel objeto, el frío lente fue testigo del macabro brillo que reflejó en los ojos de la mujer justo antes de que su puño lo destruyera por completo. A pesar de que el objeto quedó inutilizado, una gran cantidad de gemas Geo destruyeron todo rastro de lo que alguna vez se consideró un objeto para tomar fotografías.
Y ni siquiera eso fue suficiente para saciar la furia de Ningguang.
Beidou apretó los labios cuando su novia la miró. No hicieron falta las palabras, Beidou entendió perfectamente lo que Ningguang haría y no haría absolutamente nada para detenerla. Asintió y vió como ella salía de la habitación, dejando una fría ráfaga detrás suyo.
Ningguang podía ser más aterradora que la peor tormenta eléctrica a la que ella se hubiese enfrentado jamás.
—Descuida —dijo Beidou sonriéndole a un estupefacto Bennett—. Ella se encargará de todo.
El chico no había esperado tal reacción. No es como si hubiera tenido una en mente, pero ver el cambio tan brusco de emociones de ambas mujeres… Definitivamente era de lo más aterrador que pudo haber presenciado. Agradeció no ser objetivo de tal ira, sino hubiera caído desmayado sin duda alguna. La repentina amabilidad de Beidou no fue menos aterradora, pero el hecho de que fuera una emoción positiva hacia él fue lo que lo hizo reaccionar.
—U-umm… Si.
—Ahora… —Beidou se sacó el cinturón y se lo entregó—. Muerde esto y prepárate. Seré lo más rápida que pueda.
Mientras Beidou y Bennett se encargaban de lo suyo, Ningguang buscó frenética y meticulosamente a cualquier bastardo que estuviese cerca. Sabía que no era posible que dejaran al chico solo sin supervisión por mucho tiempo, y la posición en la que estaba el danguerrotipo señaló que alguien había estado ahí hasta hace relativamente poco. Y tal cual, sus cálculos fueron confirmados al dar unos pocos pasos en el pasillo.
—Vaya, no esperaba a la mismísima jefa del Qixing en un lugar como este —dijo una voz masculina y socarrona detrás suya.
Ningguang giró y lanzó inmediatamente un grupo de gemas Geo hacia el enemigo, el cual se volvió invisible al momento de recibir los golpes. La mujer se aproximó y tomó un fragmento de la cristalización de sus ataques, obteniendo una pequeña protección contra el próximo ataque.
Hubo un largo silencio en el que lo único audible eran los ahogados quejidos de Bennett, y a pesar de que eran apenas muy perceptibles, no los hicieron menos desgarradores.
—No malgastes mi tiempo.
Ordenó al invocar una elegante pared Geo y detuvo al invisible Recaudador, quién se dirigía a la sala en la que Beidou y Bennett se encontraban, y además quién no sabía si podía atravesar la pared.
—Bien bien —se burló mostrándose a ella—, tiene razón, ¿dónde están mis modales? —se inclinó en una reverencia burlona—. Un gusto, señorita Ningguang, soy-
—Me importa un carajo quien seas —Ningguang escupió las palabras como si fueran veneno—. Después de hoy, no importará quién hayas sido, sólo importará que el eco de tus gritos no lleguen ni al Abismo.
El Fatui se quedó quieto por unos segundos. Lejos de aterrarlo, esa amenaza lo había emocionado . ¿Quién no había soñado alguna vez con desafiar al Qixing? Al menos él sí lo había hecho, y por nada del mundo iba a desaprovechar esa oportunidad de ganar algo del respeto que se merecía.
—Con que sabemos usar las palabras, ¿eh? —una ráfaga de cuchillas giraron a su alrededor y el brillo escarlata de sus ojos atravesó su máscara—. De acuerdo, acepto el desafío.
Segundos después, los quejidos de Bennett habían sido reemplazados por el escándalo de la batalla entre el Recaudador Pyro y Ningguang, quienes no se molestaron en reprimir su fuerza el uno contra el otro. El retumbar del caos hizo temblar la misma sala cada tanto, lo que aumentó la preocupación de Bennett; después de todo, su mala suerte no había desaparecido ni dentro de aquel calvario.
—Señorita Beidou…
—Sólo dime Beidou.
—Umm, bien… Beidou, emm… Debo decirle algo importante…
—¿Ajá? —preguntó un poco distraída mientras analizaba la recién entablillada pierna del chico.
—Tengo una maldición —dijo sin rodeos cuando la sala volvió a temblar, lo que finalmente hizo que Beidou volteara a verlo.
—¿Qué?
—Si, b-bueno… Es una maldición de mala suerte. Usualmente solo me afecta a mí, pero a veces también a la gente a mi alrededor. Hay que apresurarnos antes de que mi maldición nos encierre aquí para siempre, o que nos envíe más enemigos, o haga que el lugar comience a inundarse, o que un rayo nos caiga encima, o que un extraño gas tóxico aparezca de repente y nos llene de granos y… Y…
—¡Está bien, está bien! —se apresuró a decir Beidou para calmar a Bennett—. Ya entendí. Es una maldición jodida e impredecible, supongo —Bennett asintió—. Ya veo, y la situación no nos ayuda en absoluto —la sala volvió a temblar—. De acuerdo… Entonces tomaré un atajo para liberarte —la Capitana sacó su mandoble y se la acomodó sobre el hombro—. Necesito que te agaches y estires las cadenas lo más que puedas.
Bennett no supo cuál era el plan de Beidou, pero no se atrevió a dudar de ella e hizo caso a sus indicaciones. En el momento en que estuvo acomodado (acción que se le facilitó bastante gracias a su pierna entablillada), la mujer tomó su arma con sus dos manos y lanzó un golpe contra las cadenas. La fuerza que usó fue tal que su propia arma se quedó clavada en el muro de piedra, sorprendiendo enormemente a ambos, aunque por razones distintas: mientras Bennett trataba de volver a pegar sus brazos a su torso (no literalmente), Beidou vio como las cadenas apenas obtuvieron unos míseros rasguños.
—Bien, mala suerte para nosotros —sacó su arma de la pared. Algunos pequeños escombros cayeron al suelo, aumentando la sorpresa de Bennett—. No es común encontrar este tipo de cadenas, podría derrumbar la pared antes que destruirlas.
Bennett se lamentó. Genial, ni siquiera en momentos como ese su suerte podía darle un respiro.
—Aunque… No es mala idea… —analizó Beidou tocando la pared—. Me llevaría más tiempo, pero si destruyo la parte de la pared en la que están unidas, podré sacarte de aquí y lidiar con ellas después.
La sala volvió a temblar, aunque en esta ocasión algo llamó la atención del chico. Levantó la mirada y logró ver cómo unas enormes grietas se formaban en el techo sobre ellos.
—¡Cuidado! —gritó señalando al techo.
La Capitana levantó la mirada y vio como un enorme escombro estaba a punto de caer sobre ellos. En un parpadeo, la mujer activó su habilidad elemental y una enorme esfera Electro los cubrió, partiendo el escombro en pedacitos. Uno de ellos alcanzó a caer sobre la frente de Bennett, soltó un pequeño quejido de dolor y se talló un poco, eso había estado cerca… Terriblemente cerca.
Beidou compartió ese sentimiento de alivio y alarma con el chico. Duró poco, pues al vislumbrar el brillo de su habilidad (el cual había aumentado después del golpe) se le ocurrió algo. Miró de reojo a Bennett, se aseguró que aún se mantuviera agachado y volvió a descargar un nuevo ataque contra las cadenas, ahora con su mandoble cubierta de un poderoso poder Electro.
Bennett soltó un grito de sorpresa cuando un rayo pasó sobre su cabeza y lo hizo cerrar los ojos. Al abrirlos y girar hacia la zona de impacto, se encontró con las cadenas a medio romper. Cruzó miradas con Beidou, quién le sonrió con gran orgullo ante su hazaña.
—¡Parece ser que podemos sacar ventaja de tu mala suerte!
Después de tantas horas llenas de humillaciones y torturas, de recurrentes pesadillas, de hambre desgarradora y de un frío feroz… Después de (supuestamente) perder a quien consideraba el amor de su vida, Bennett pudo sonreír.
Notes:
A Bennett le aplicaron la de Sangwoo jajaja
...
Ok, chiste cruel, pero tenía que decirlo u-u
En fin, lamento la tardanza, me quedé un poco trabada en una parte. Espero que les esté gustando mi historia 🫶
Nos vemos en el siguiente cap
Chapter 25: Ruinas de Dunyu (Parte 3)
Summary:
Encontrar a Bennett fue apenas el primer paso, aún deben de encontrar la forma de librarse de aquel guardia. Mientras tanto, Razor y Qiqi se enfrentan a un inesperado y revelador obstáculo.
Notes:
Advertencia:
En este capítulo hay violencia explícita, ligero trauma psicológico y una breve mención a la difusión de fotos ilegales sin consentimiento.
Les bajó discreción.
(See the end of the chapter for more notes.)
Chapter Text
La sala a la que Razor y Qiqi entraron era mucho más grande de lo que creyeron en un principio: la altura era suficiente para poner una casa de tres pisos dentro; poseía un pasillo en cada pared justo a media altura del techo al suelo, en dos de los pasillos había una puerta que daba hacia unas escaleras que subían. Razor pensó que lo más probable es que dieran a la superficie.
—Allá —señaló unas escaleras que los llevaban a esos pasillos elevados.
Qiqi asintió, y sin preguntarse hacia donde iban, lo siguió a través de la sala. Estaban justo en medio cuando una voz femenina llamó su atención.
—¡Razor!
El chico se detuvo en seco y giró hacia el origen de esa voz. Pudo haber sentido alivio al reconocer el rostro de Yelan, pero en su lugar sintió algo de decepción, cosa que no se molestó en ocultar.
—¿Y esa mirada? ¿No te alegra ver a tu gran amiga, Yelan? —preguntó la mujer acercándose a él con una sonrisa juguetona.
Razor soltó un ligero gruñido en respuesta. Frunció el ceño al pensar que era la primera vez que no consideraba a un humano como un amigo (claro, fuera de los Fatui). Para Yelan la respuesta no fue más clara, aunque fuera de hacerla sentir mal, soltó una pequeña risa.
—Bueno, tendrás que soportarme un rato, lo siento por ti —le dio unas cuantas palmadas en la espalda, consiguiendo más gruñidos—. Que por cierto, ¿qué haces aquí? ¿No deberías estar apoyando en el rescate?
—Tener otra tarea —aclaró el chico negando con la cabeza—. Buscar salida.
—Oh —Yelan se preguntó si realmente era necesario que Razor hiciera eso, después de todo Ningguang nunca se hubiera adentrado a un lugar como aquel sin memorizar los planes de antemano. Al final concluyó que la mujer tenía sus razones para encomendarle esa misión al chico, y ella no era nadie para interponerse en sus planes.
—De acuerdo, parece que tienes suerte entonces ya que no dudo que esas puertas nos lleven hacia afuera —Yelan señaló las puertas con escaleras que subían—. Nosotros seguiremos investigando, pero cubriré tu espalda —La mujer sonrió y se giró hacia el grupo de la Geoarmada que esperaba detrás ellos— ¡Bien, escuchen! El grupo se dividirá en dos: la mitad irá a la izquierda y los demás a la derecha, intercepten a cualquier Fatui que se encuentren y traiganlo para interrogarlo
—No será necesario —respondió una fuerte voz femenina.
Todos levantaron la mirada, encontrándose con una mujer Fatui mirándolos desde arriba. El sonido de muchos pasos acercándose con fuerza retumbó por la sala, alertando a todos y poniéndolos en guardia. Razor empuñó su arma y frunció el ceño con precaución al verse rodeado de un gran número de miembros Fatui.
—Saludos, invitados —dijo la mujer Fatui con voz agraciada y juguetona—. En nombre de los Fatui, estamos realmente sorprendidos porque hayan podido llegar hasta aquí.
—Tenía entendido que los Fatui eran buenos anfitriones —respondió Yelan con sorna.
—Y tienes razón, entonces permítanme presentarme, soy Lutza, líder del presente grupo Fatui.
—Recibir a tus invitados con armas en mano no es algo que defina a unos buenos anfitriones, Lutza —soltó Yelan con un toque de veneno en su voz.
—Bueno, es difícil continuar con el protocolo cuando el Qixing ha venido a invadir nuestra pacífica estancia aquí —la mujer Fatui se cruzó de brazos, aunque su tono juguetón no se esfumó en ningún momento.
—¿Invadir? Creo recordar que las Ruinas de Dunyu, una zona representativa e histórica de Liyue .
—Para ser tan representativa, la han dejado muy olvidada en los últimos años.
La tensión entre ambas mujeres era tan palpable que casi podía cortarse con un par de tijeras, casi parecían estar a punto de golpearse una a la otra. Pero ambas eran demasiado inteligentes para dejarse llevar por esos instintos con facilidad.
Cortando aquel ambiente, un hombre se acercó por detrás del hombro de Lutza y se inclinó para susurrarle algo. Sin indiscreción alguna, apuntó a Razor, provocando que la mirada de Lutza, de miembros Fatui y de la propia Geoarmada se dirigiera hacia él. Razor no pudo sentirse más acosado e incómodo. El hombre Fatui terminó de pasarle el mensaje a su jefa y se retiró, desapareciendo de un momento a otro. Razor estaba tan concentrado en no romper el contacto visual con Lutza que no se percató de ello.
—Con que tú eres el que nos ha ocasionado tantos problemas —la mujer sostuvo su mentón de forma pensativa—. En ese caso, tengo algunas cosas de las cuales discutir contigo, chico. A solas .
—Lo siento, pero no puedo permitir eso —Yelan dio un paso adelante, se interpuso entre Razor y Lutza y sacó su arma. Los demás miembros Fatui le apuntaron, esperando una indicación o cualquier clase de movimiento para dar inicio al ataque. Yelan los ignoró, pues ni siquiera había sacado una flecha aún.
—Tranquila, sólo serán unas simples preguntas —dijo Lutza con tranquilidad y encogiéndose de hombros—. Después de todo, él y su amiguito han dejado en vergüenza el nombre Fatui.
El escuchar el nombre de Bennett (no fue así) hizo hervir la sangre de Razor. La furia inundó su cuerpo y rugió:
—¿¡Dónde estar Bennett!?
No supo que había avanzado hasta que sintió como Yelan lo detenía. No fueron los diversos hombres que lo apuntaron y amenazaron con sus armas lo que aumentó su furia, sino que la reacción de la Fatui se limitó a una. jodida. sonrisa.
—Oh, que tierno —Razor fue nuevamente detenido por Yelan—. Tranquilo, él está bien, lo necesitamos vivo y entero.
—¿¡Por qué…!?
¿Por qué querían sacarlos? ¿Por qué se habían llevado a Bennett? ¿Por qué lo “necesitaban”? ¿Por qué hacían todo eso? Quería preguntar tantas cosas… Quería saber el por qué pasaba por todo aquello… Pero sabía que si seguía hablando, solo lograrían salir ladridos, y no estaba dispuesto a humillarse de tal forma ante nadie.
—Cuanto potencial… —Lutza siguió mirando a Razor por unos segundos antes de que Yelan volviera a hablar.
—Entonces admiten que han secuestrado al chico.
—Nosotros no secuestramos a nadie —aclaró Lutza con la misma tranquilidad como si estuvieran hablando del clima—. Simplemente retuvimos a uno de los chicos que no ha parado de enfrentarse a nosotros sin motivo, pero en vez de eliminarlo, planeamos reclutarlo y aprovechar su potencial. Considero que eso es mucho más amable que lo que los chicos nos han hecho.
La mujer señaló a Razor de forma acusatoria. Él mostró los dientes en un gruñido grave, sintiéndose impotente e indignado ante aquella acusación, pero Yelan se le adelantó y habló en su lugar:
—Oh vamos, su juego de las víctimas no funcionará hoy. Si realmente creen que la Geoarmada entera vino a rescatar a un forastero, entonces debo cuestionar su inteligencia —hubo algunos pequeños insultos y comentarios sueltos entre los Fatui, pero tanto Yelan como Lutza los ignoraron—. Hablemos con claridad del motivo de todo este performance: el Desestabilizador de Energía Elemental.
Hubo más comentarios, aunque fueron tan mezcladas que no había un solo sentimiento claro dentro de aquella sala: hubo confusión, sorpresa, negación, burla, emoción, sarcasmo, y muchos otros. La mujer Fatui mandó a callar a todos con una simple palabra, recuperando el orden dentro de la sala.
—Si, sabemos de eso —dijo Yelan, y una gran sonrisa se formó en su rostro al continuar—. Y también sabemos que ese plan no está orquestado por ningún Heraldo, como han estado fanfarroneando.
No hubo respuesta inmediata ante esas palabras. Un silencio lleno de incredulidad aumentó la tensión en la sala, aunque ahora no se enfocó en Yelan o en la Geoarmada, sino que también se disparó hacia Lutza.
—¿Es eso cierto? —se atrevió a preguntar un hombre Fatui bajando su arma—. ¿No estamos bajo las órdenes de La Sota?
—¿Arleccino? —preguntó otra mujer Fatui, imitando al hombre y mirándolo—. A nosotros nos dijeron que era un proyecto de Dottore.
Hubo más silencio. La tensión y la confusión siguió creciendo hasta que otro Fatui habló, sin dirigirse a nadie en particular:
—¿Y si… La Tsaritsa tampoco está enterada?
—¿¡Cómo puedes decir eso!? —otro Fatui lo señaló con gran molestia—. ¡No te atrevas a acusar a nuestra Arconte de ignorante!
—¡Ella es la líder suprema de los Fatui, y ningún proyecto de tal magnitud se llevaría a cabo sin su supervisión! Y todos sabemos que los Heraldos son una extensión de sus ojos y manos. Si ellos no están presentes, ¿por qué la Tsaritsa lo estaría?
La sala se llenó tanto de comentarios a favor como en contra; de preguntas confundidas sobre la distinta información que tenían; de explicaciones y argumentos que eran meras suposiciones; y de discusiones entre los que creían en las palabras de Yelan y los que no la bajaban de mentirosa.
En esta ocasión Lutza no trató de controlar el caos y las discusiones, no sonrió ni se enojó, se mantuvo mirando a Yelan con una expresión indescifrable. Razor, quién apenas estaba comenzando a entender lo que esa información implicaba, notó que su compañera no dejaba de sonreír. Estaba claramente orgullosa por haber podido soltarlo y conseguir tan buen resultado.
Lutza no se dejó vencer. Ignorando las disputas que parecían a punto de explotar dentro de sus subordinados, sonrió. Fue por solo un segundo pues una masa negra le cubrió todo el cuerpo. Llamó la atención de muchas personas, quienes con asombro vieron como pareció fundirse con el suelo, desapareciendo unos segundos antes de reaparecer unos metros frente a Yelan.
—Bien jugado. Bien, vayamos al grano entonces.
Un pequeño pilar se alzó frente a Lutza, el cual contenía un botón que ella no tardó en presionar. En ese momento, la sala comenzó a temblar y el suelo bajo sus pies se partió. Una enorme compuerta se estaba abriendo, lo que obligó a todas las personas, Fatuis y Geoarmada, a dispersarse. Razor tomó a Qiqi de la mano y la jaló hacia fuera del centro de la sala, pues temió que se pudiera caer en el gigantesco hoyo que se estaba formando.
En medio de todo ese caos, una gigantesca máquina comenzó a surgir: era un contenedor gigante, con tubos y cables tan anchos como la misma altura de Razor que se conectaban desde el techo y el suelo hacia la máquina; en el centro se encontraba lo que parecía ser el corazón del artefacto, un enorme cilindro de vidrio que contenía una aterradora energía púrpura. La energía mantenía una forma esférica con un anillo más claro rodeándolo de forma horizontal; parecía absorber la luz misma y la imagen a su alrededor se distorsionaba. Aquel enorme artefacto apareció, mostrándose imponente y amenazante con su mera presencia.
El instinto de Razor lo hizo seguir retrocediendo a pesar de ya haberse alejado del aparente peligro. No podía dejar de mirar aquella esfera, un escalofrío recorrió su espalda mientras escuchaba como esa energía le susurraba que se acercara, que la tocara y se dejara absorber por su oscuridad. Fue incapaz de apartar su mirada, fue incapaz de moverse, y fue incapaz de reaccionar ante la voz de Yelan al decir:
—¡No dejen que lo activen!
◈ ━━━━━━━ 幸 ━━━━━━━ ◈
Si bien era relativamente común que Razor cargara a Bennett usando cualquier mínima excusa, no dejaba de ser vergonzoso estar sobre la espalda de una persona y dejar que lo lleven como un niño pequeño. Pero cuando tienes una pierna rota por un martillazo y cadenas colgando de en cada brazo y pierna, es difícil negarse.
—Sostente fuerte, amigo —dijo Beidou con una sonrisa.
Bennett asintió con esa energía que había creído perdida durante los últimos días. Cuando la habitación volvió a temblar, más pedazos de techo comenzaron a caer por dónde se encontraba la salida. Beidou sujetó con más fuerza a Bennett y comenzó a correr, esquivando los enormes escombros que parecían querer seguirlos.
El chico se pegó lo más que pudo al cuerpo de la mujer, esperando así facilitarle las maniobras. Aunque, por la velocidad y flexibilidad en la que se movía, ya sea para saltar o girar, parecía que no lograría ser un estorbo aunque lo intentara.
—¿Todo bien allá atrás? —preguntó Beidou cuando lograron subir a una zona relativamente segura de las escaleras.
—S-si… ¡Todo bien! —No tuvo el valor de decirle que un gran escombro le había raspado gran parte de su pierna lastimada.
La Capitana asintió y subieron hasta la otra habitación. Apenas lograron esconderse detrás de un par de cajas, el cuerpo del Fatui salió volando y chocó con fuerza contra la pared junto a ellos, sacándole a Bennett un sobresalto.
El Fatui tosió sangre ante el impacto, pero fuera de terminar cuadripléjico o, como mínimo, inconsciente, se impulsó con sus piernas y esquivó una ráfaga de gemas Geo en un salto. Estando en el aire, el hombre apoyó sus pies en la pared y se impulsó hacia delante, sacó sus puñales y se lanzó directamente contra Ningguang. La mujer dio una agraciada voltereta inversa, apoyando su mano en la espalda del Fatui cuando pasó por debajo de ella y empujó con fuerza. Sin embargo, el hombre fue mucho más veloz y la tomó de la muñeca, tiró de ella y lanzó una patada directo hacia su abdomen. Esta vez fue Ningguang quien salió disparada contra una pared.
—Bien, solo hay que seguir así hasta salir de la sala —susurró Beidou para sí con un tono más serio.
—¡Pero Ningguang…! —replicó Bennett, aunque fue interrumpido por Beidou.
—No te preocupes por ella, es más fuerte de lo que aparenta.
Bennett frunció los labios, si Beidou confiaba en la capacidad de Ningguang para pelear contra el Fatui, entonces él también debía de confiar. Lo que no sabía era que Beidou se sintió desesperada por llevar pronto a Bennett a un lugar seguro para regresar y triturar sus putos huesos Fatui.
Beidou avanzó tan rápido como pudo; cada vez que la pelea se centraba lejos de ellos, pasaba de un escondite a otro, atravesando la sala con una tediosa lentitud y un sofocante aire de peligro rodeándolos. La Capitana sintió como el palpitar del corazón del chico retumbaba en su espalda, y la fuerza con la que se sostenía sólo afirmó el miedo que él tenía, pero pudo entender que poseía una fortaleza inigualable al no soltar un sólo sonido en todo el camino. Si antes estaba sorprendida por mantenerse cuerdo entre tanta tortura y sufrimiento, ahora definitivamente lo admiraba.
En cuanto llegó a esa conclusión, los barriles que los mantenían escondidos fueron destrozados por el hombre Fatui, dejándolos al descubierto junto en sus narices. El hombre solo los había roto por casualidad al desplazarse para crear una sombra Pyro, pero la suerte pareció estar de su lado. Bennett se había cubierto la cara para evitar que las astillas cayeran a sus ojos, por lo que apenas pudo vislumbrar su figura antes de que Beidou acelerara a una gran velocidad.
—¡Sujetate! —le gritó Beidou al salir al pasillo.
La mujer corrió a una gran velocidad por un largo pasillo. Bennett entendió el por qué no habían hecho eso antes, y es que los pasos de la Capitana eran demasiado ruidosos al correr, pero aún así no fue el suficiente ruido como para sofocar la voz del Fatui:
—¡No los volveré a perder de vista!
La voz del hombre sonaba más y más cerca de ellos, así como sus pasos y saltos, pero ninguno de los dos quiso voltear para comprobarlo. La carrera duró apenas unos segundos, pero fueron aterradoramente eternos hasta que Bennett sintió como alguien sujetaba su tobillo sano.
—¡BEIDOU! —gritó el chico aferrándose con más fuerza.
Bennett no tuvo que voltear para saber quién le había sujetado del tobillo sano, haciéndolo soltar un grito de terror mientras sentía como lo intentaban arrancaban de Beidou. Ella reaccionó sujetando al chico con más fuerza mientras buscaba una solución pues, si seguía corriendo el Fatui podría seguir jalando a Bennett y lastimarlo más; pero si se detenía, tendría que enfrentarse al hombre con Bennett a cuestas, y eso era imposible incluso para ella.
—¡Muy lenta! —declaró el Fatui con sadismo, con un último tirón, le quitó a Bennett.
Ella se giró al sentir como el chico desaparecía, viendo en cámara lenta como Bennett extendía sus manos hacia ella y gritaba por ayuda. Beidou extendió su mano, y con una desgarradora lentitud, logró sostener la muñeca de Bennett.
—¡Bennett! —fue todo lo que logró decir al sujetarlo con fuerza.
—¡Tú irás conmigo!
Bennett volteó hacia el Fatui para poder patearlo con su pierna lastimada, esperando así poder soltarse de su agarre, pero Bennett no pudo hacerlo. Lo que lo detuvo no fue encontrarse rostro desconocido, con la tan conocida máscara de Recaudador Pyro cubriendo apenas un tercio de ese rostro, con una sonrisa que mostraba una confianza exorbitante, ni con las diversas y profundas heridas que eran prueba de la atroz pelea contra Ningguang. No, no fue nada de eso lo que lo hizo temblar, sino que un brillo escarlata. No era un brillo que procedía de la máscara, era una energía que reconocería incluso estando en lo más profundo del abismo, era el aterradora brillo que salía de sus maniáticos ojos.
—¡No te sueltes! —gritó Beidou cuando sintió como Bennett se quedaba petrificado.
—Vamos, Bennett, es hora de irnos.
No quería seguir viéndolo, no quería seguir contemplando ese brillo escarlata, no quería seguir imaginando ese rostro disfrutar de torturarlo, no quería que esa sonrisa reemplazara la máscara de sus pesadillas… La otra mano del Fatui lo sostuvo de su pantorrilla, el cual pareció absorber toda su energía con su simple toque.
—¡Bennett! —Beidou hizo lo mismo desde su brazo, pero el chico no la sentía, no sentía nada más que terror ante la mirada del Fatui.
El hombre separó los labios para volver a hablar, pero una fuerte patada en todo el costado de su rostro le arrebató su fuerza, haciendo que se estampe contra la pared y soltar a Bennett por el impacto. Beidou reaccionó, rodeó al chico entre sus brazos con fuerza y se deslizaron hasta el suelo, en donde lo cubrió aún más con su propio cuerpo.
—No. vuelvas. a tocarlo. en. tu. perra vida —ordenó Ningguang con una voz que igualaba el peligro de mil cuchillas cortando su piel.
Ningguang agarró al Fatui del cuello y estampó su cabeza contra la pared con fuerza. El hombre se resistió y trató de soltarse del agarre, siendo más golpes la recompensa de sus esfuerzos. Lejos de quitarle la vida, o como mínimo dejarlo inconsciente, perdió gran parte de sus fuerzas. El único indicio de que se mantenía vivo era su constante tos con sangre y los quejidos de dolor al ser arrastrado por Ningguang.
Ambos se alejaron por el pasillo hasta regresar a la sala de donde habían salido en un principio. Ningguang bajó las escaleras hacia la habitación secreta e incluso no se detuvo ante los gigantescos escombros que tapaban la entrada. Con su Visión lanzó una gran ráfaga de gemas Geo, logrando así cavar y adentrarse en la sala hasta llegar al lugar en donde Bennett había estado prisionero.
—¿No vas a matarme? —le preguntó el hombre Fatui con una sonrisa mientras era atado a la pared con los residuos de las mismas cadenas que Bennett aún no lograba quitarse.
Ningguang no respondió, sino que ajustó las cadenas con más fuerza de la necesaria.
—De acuerdo, lo entiendo. En realidad, yo haría lo mismo —soltó un pequeño quejido cuando las cadenas se incrustaron en su piel, pero su sonrisa no desapareció—. Eres fuerte, señorita Ningguang. Conozco tu historia, y por eso sé que somos parecidos.
El hombre fue callado cuando Ningguang tomó su cabello y le dio un fuerte golpe contra la pared. Su expresión mostró una gran furia al decir;
—Tu y yo no nos parecemos en nada.
El hombre quedó un poco aturdido por el golpe, pero no lo suficiente como para cerrar la boca.
—Te equivocas, somos más similares de lo que piensas: nacimos y vivimos con bajos recursos, pelear por las migajas era el pan de cada día, nuestra habilidad con las palabras y astucia nos ha llevado hasta donde estamos, las Moras nunca son suficientes, somos destacados y reconocidos miembros con nuestros negocios, y definitivamente consideramos que los niños son más interesantes y útiles que los adultos… —Ningguang lo volvió a golpear, provocando que su nariz comenzara a sangrar—. Aunque claro, tú tuviste más suerte que yo…
—Aún si me hubieran arrancado los brazos, si me hubieran quitado los ojos o si me hubiera perdido en el mismo Abismo, yo jamás hubiera hecho ninguna de las porquerías que tú has hecho —le soltó el cabello con brusquedad, como si el simple hecho de tocarlo la contaminara—. No trates de justificar tu mierda.
—Es fácil decirlo cuando todo te ha salido bien, princesa —el Fatui escupió sangre—. Pero, así como yo, una simple plática no te hará cambiar de idea.
—Ya deja de decir estupideces —el hombre se ganó un nuevo golpe en el rostro, cuyo dolor finalmente logró quitarle la sonrisa—. Sólo no te quito la vida porque mereces pudrirte aquí, donde nadie podrá encontrarte ni saber de tu mísera existencia, sólo las ratas tendrán el honor de defecar en tus pútridos huesos.
—Qué poético —se burló antes de suspirar—. Bien, como ya estoy muerto te diré una cosa: allá arriba en la otra sala encontrarás la información de todos los clientes que me compraban todas mis fotografías. No sólo las de este chico.
La expresión de Ningguang se cambió a una llena de desconfianza, aunque en su interior no pudo sentir más asco en toda su vida.
—¿Por qué debería creerte?
—Yo nunca le fui fiel a los Fatui, sólo usé su sistema a mi favor. Y ya lo dije, estoy muerto. ¿Por qué habría de hundirme solo si aún puedo llevarme a algunos bastardos conmigo?
—Eres un asco.
—Dime algo que no sepa, princesa —rodó los ojos con diversión—. Me pregunto si realmente podrás soportar ver todos esos nombres.
Ya fastidiada de tener que lidiar con ese hombre, Ningguang se dio media vuelta y se dispuso a irse de aquella sala. El estado del hombre le impediría irse a ningún lado, así que ya no valía la pena seguir perdiendo el tiempo con él.
—Adiós, princesa. Fue un placer pelear contigo.
Y mientras esas palabras se fundían entre los escombros de la sala, Ningguang decidió que, después de verificar si realmente estaba esa información y conseguirla, olvidaría todo acerca de aquel encuentro, por el bien de su salud mental.
◈ ━━━━━━━ 幸 ━━━━━━━ ◈
Bennett no se movió. La escena de Ningguang llevándose a su perpetrador a Arcontes-sabrán-dónde apenas le había entrado en la cabeza, pues las palabras y el rostro del hombre no salían de su cabeza. Beidou llamó a Bennett repetidamente, le movía el brazo mientras le llamaba por su nombre, pero el chico no respondió. Ante esto, Beidou decidió ser más directa: tomó sus mejillas y le hizo mirarla a los ojos.
—¿Estás bien?
Si bien Bennett siguió sin hablar, desviar su mirada hacia otra cosa pareció despertarlo. Miró hacia su cuerpo y se revisó. Su pierna sana estaba bien, solo terminaría con unos feos moretones; su brazo también estaría bien, Beidou no le había roto nada; y él estaba bien… Estaba bien. Sus sollozos contra su pecho fueron toda la respuesta que la Capitana necesitó.
El mundo pareció detenerse por unos minutos en los que sólo existían ellos dos. Beidou no acostumbraba ser tan cariñosa ni maternal; ella era ruda, tosca y el afecto estaba fuera de su vocabulario, o al menos esa era la faceta que le mostraba al mundo. No es que no fuera como el mundo conocía a la Capitana Beidou, líder de la Flota Crux Meridianam, pero podían contarse con una mano las personas que conocían ese lado tan personal de la mujer. En esos momentos, la vida de Bennett pendía del cariño que su noble corazón tanto necesitaba, exigía calidez, seguridad y descanso de aquellos dolorosos días, y Beidou no se negaría a brindárselo.
Cuando las lágrimas se agotaron, Bennett se enderezó. Sus manos retiraron la humedad que continuaba en sus mejillas, sus párpados limpiaron su borrosa mirada y su pecho se movió con normalidad al recuperar la respiración.
—G-gracias… P-perdón por… Llorar así… —balbuceó con un fuerte sentimiento de vergüenza al notar el desastre que dejó en la ropa de la fémina.
—No Bennett —indicó Beidou con un tono amable pero firme—. Jamás te disculpes por nada de lo que pase o de lo que hagas aquí, ni frente a mi ni frente a nadie.
—Está bien… Lo siento.
—¿Qué te acabo de decir? —lo regañó mientras le daba un suave golpe en la frente con sus dedos.
Si bien el regaño fue en serio, Bennett no pudo evitar soltar una pequeña risa. Estuvo a punto de disculparse de nuevo, pero logró detenerse a tiempo. Beidou suspiró. Una minúscula sonrisa apareció en sus labios antes de que la seriedad volviera a ella, esta vez al vislumbrar a su pareja regresar hacia ellos.
—Ningguang.
—Estoy bien —dijo la mujer extendiendo su mano hacia ellos. Con su ayuda, Bennett pudo acomodarse para encontrar en Beidou el apoyo que su pierna rota no podía brindarle—. Ya todo está bien.
—¿Está muerto? —preguntó Beidou.
—No —dijo Ningguang y cruzó sus brazos con molestia. Ante aquellos, Beidou solo pudo atinar una pequeña sonrisa al decir:
—Por supuesto, tú no serías tan piadosa.
Hubo un corto silencio en el que Bennett trató de imaginarse qué demonios había hecho Ningguang, pero tal vez era mejor no saberlo. Si ella decía que todo estaba bien, entonces así era.
A pesar de que la voz de Ningguang era apacible, de que su mirada mostraba una gran seguridad y de que ella misma les había ofrecido una mano, no existía forma de ocultar las enormes heridas de su cuerpo, desde sus piernas y brazos, hasta su estómago y rostro. Nada muy grave para representar alguna pérdida ni muy profundo como para que el sangrado sea peligroso. Obviamente, a Bennett no le importó nada de eso.
—Ningguang —se limpió el rostro de nuevo, se aclaró la garganta y extendió una de sus manos—. Por favor dame tu mano.
—¿Uh? Claro —respondió Ningguang y se la otorgó sin dudarlo—. ¿Qué pasó?
—Voy a sanarte —dijo Bennett con sencillez y unas pequeñas flamas Pyro aparecieron en sus palmas.
—Espera —Ningguang retiró su mano con delicadeza—. Aprecio eso, pero no es necesario.
—Si chico, ni siquiera tienes un arma, ¿sabes lo peligroso que es eso? —continuó Beidou. Aún si ella también quería que Ningguang tratara sus heridas, no haría que Bennett se arriesgara a salir más herido solo por eso.
—Lo sé —Bennett mostró una sonrisa segura—. Soy un Aventurero del Gremio de Aventureros de Mondstadt, he cumplido con encargos y me he aventurado a muchas ruinas y dominios. No es la primera vez que me quedo sin mi arma y requiero usar mi curación, así que no se preocupen.
En un gesto caballeroso, Bennett extendió su mano hacia Ningguang, el brillo en sus ojos aún se mantenía débil, pero la determinación era indudable. Beidou siguió negando con la cabeza, aunque ahora el gesto era menos perceptible, y Ningguang apretó ligeramente los labios al replicar:
—Pero Bennett-
—Vamos, confíen en mí —insistió con paciencia—. Además, es lo mínimo que puedo hacer por ustedes ahora.
Tanto Beidou como Ningguang suspiraron, pero mientras la Capitana lo hacía con cierto cansancio, la líder del Qixing lo hizo con un poco de resignación.
—Está bien, pero no cicatrices nada, ¿trato?
—¡Trato! —Con una gran alegría, Bennett tomó la mano de Ningguang y se dispuso a curar sus heridas, al menos lo suficiente para que dejaran de sangrar.
Tal y como ya sabía que sucedería, mientras más usó su Visión sin un arma, más sentía como sus intestinos eran calcinados. Bueno, eso era exagerado, en realidad era apenas una sensación cálida, una similar a la que se obtiene después de tomar una taza de chocolate caliente en una tormentosa noche en Espinadragón, pero el aventurero sabía que iría en aumento hasta terminar literalmente cocinado.
Aún así, él no se preocupó. Sabía en qué punto detenerse y como continuar, sabía usar su Visión mejor de lo que jamás pudiera admitir. Es por eso que, cuando una fuerte onda invisible atravesó su cuerpo e hizo desaparecer la energía Pyro dentro de su estómago, supo que algo andaba mal… Terriblemente mal.
Notes:
¿Por qué escribí estas cosas?
Se supone que era un fanfic soft y cursi 😭
Mariana0330 on Chapter 1 Wed 08 Nov 2023 03:50AM UTC
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Ash_Goldbear on Chapter 1 Tue 09 Jan 2024 01:56AM UTC
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CowInDrugs on Chapter 4 Wed 13 Sep 2023 04:19PM UTC
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Ash_Goldbear on Chapter 4 Wed 13 Sep 2023 06:47PM UTC
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CowInDrugs on Chapter 5 Fri 15 Sep 2023 05:11AM UTC
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ch6rryoin on Chapter 6 Fri 22 Sep 2023 05:30AM UTC
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Ash_Goldbear on Chapter 6 Fri 22 Sep 2023 05:39AM UTC
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CowInDrugs on Chapter 6 Sun 24 Sep 2023 05:52AM UTC
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Ash_Goldbear on Chapter 6 Sun 24 Sep 2023 02:04PM UTC
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da_darkbutterfly on Chapter 7 Mon 16 Oct 2023 04:00AM UTC
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