Chapter Text
El show de la mañana que solía ver con su abuela era lo más entretenido y aniñado del mundo. Mientras cocinaba huevos revueltos su abuela reía cada vez que pasaba algo gracioso, y gracias a eso se despertó. Ella amaba las caricaturas, la hacían sentir una niña de vuelta.
Las risas llegaron hasta su cuarto; era un poco desordenado, con ropa sucia en una esquina del cuarto, las paredes con el empapelado amarillo que podían costear, algunos póster de The Smiths y algunos de The Rolling Stones. Tenía un pequeño walkman debajo de la almohada y tenía sus audífonos de bicha puestos.
El despertador matutino de la radio sonó fuertemente. Dejó caer su mano al suelo, agarro su tenis y lo estampó varias veces contra la radio.
"Ya cállate, basura" murmuró cansado.
"¡Marcus! ¡El desayuno!" Dijo su abuela desde la cocina.
Marcus gruñó, pasando su mano por su rostro hinchado con cansancio. Se levantó lentamente, dejando caer la sábana por su torso desnudo. Se quitó los audífonos con suavidad y los dejo arriba de su almohada.
Ya le habían dicho muchas veces que tenía que pintarse las uñas antes de la mañana siguiente, pero no lograba hacer tiempo cuando llegaba a casa.
"María, en serio. Tienes que dejar de ser tan impuntual" se quejó su padre quién se preparaba para ir a trabajar.
"Lo siento, papi. Ya cambiaré" María agito sus manos en el aire para que la pintura de uñas se secara. Su padre se inclinó hacia ella y María estiró el cuello para que su padre se despidiera con un beso en la mejilla.
Afuera de su casa sonó la bocina del viejo auto de Petra. Maria se paró instantáneamente y agarró con cuidado su mochila, la cual se colgó al hombro.
¡Petra!" Avisó su padre, quién mantenía la puerta abierta para que María saliera junto con el.
"¡Ya voy!" Maria agarro los zapatos de la canonera abierta que estaba al lado de la puerta.
Maria despidió a su padre con un beso nuevamente, camino en medias hasta el auto de Petra y apoyo su mano en el techo para ponerse los zapatos.
"Buena suerte en el trabajo, Sr. Esperanza" dijo Petra, y colgó el porro de sus labios.
"Buena suerte en la excursiones, chicas"
Petra acomodo sus anteojos de sol. Para las excursiones siempre necesitaba un porro, era difícil estar en el mismo bus con esos tipos pesados.
Como la escuela le quedaba cerca para el no era un problema ir a pie. Tenía tiempo de pensar y por mientras hacía los ensayos y tarea que le faltaba.
Para su desgracia, las ruedas gastadas y el olor a marihuana se acercaba a ella.
"Hola, príncipe de la moralidad" Billy saltó de su patineta y se agachó rápidamente para agarrarla.
"Hey, punk" Willie cerro su cuaderno en el cual estaba terminando su tarea, para guardarla en su mochila y meter la lapicera descuidadamente adentro.
"¿Recién estabas terminando la tarea? Pensé que eras más responsable que yo" dijo Billy caminando a su lado.
Justo estaban pasando por la casa de Lex Miller, el drogadicto con el tío que era un deeler en cubierto. A Willie no le agradaba; no tenía interés en ser amigo de un drogadicto. Aunque esa misma regla no aplicaba para Petra y María.
La puerta de la casa se abrió y Lex salió mientras fumaba.
"Hey, trenzas. Hey, punk" Lex bajo lentamente del porche, soltando el humo hacia Willie, porque sabía que no le agradaban las drogas y sus variaciones.
Willie tosió fuertemente mientras agitaba su mano en el aire para desvanecer el asqueroso humo que Lex le lanzó.
Maria era fan de Kiss. Todas las mañanas cuando la pasaba a buscar ponía sus casetes a todo volumen mientras gritaba a unísono. Por eso, y además de las excursiones, necesitaba un porro si iba con María a la escuela.
Petra usaba una musculosa negra, unos cortos de jean celestes más sus lentes de sol. No sabía el nombre de quién le regaló los anteojos, sabía que fue un regalo para su cumpleaños de 10 años, y fue el mejor regaló de todos.
"¡Sonríe, Petra! Mira el lado bueno. Tal vez al fin te sentaras con tu pareja ideal" dijo María, con el brazo apoyado sobre la ventana.
"Si, claro. ¿Mi pareja ideal? No sé de lo que estás hablando" Petra se vió en el espejo lateral y se acomodó su cabello corto hacia atrás.
"Pues Billy" reveló María burlándose de Petra.
Petra no pudo evitar sonrojarse. Apartó la mirada del camino para no relevar su sonrojo a María, quién se reía de ella de formar amistosa.
La canción de 1977 se escuchaba a lo lejos, incluso con I Won't Share You a todo volumen. Incluso creía que los tímpanos le estaban por explotar por la alta instrumental, pero el ruido de The Clash a lo lejos era aún más insoportable. No entendía como alguien podía estar escuchando eso tan temprano.
Marcus cruzó con su bici, pero no advirtió que un auto venía a toda velocidad. El auto freno antes de chocar,así que el impacto no fue tan fuerte, solo lo envío hacia el césped húmedo que estaba enfrente de una casita. Ahora su chamarra negra estaría verde gracias al pasto.
Marcus se levantó lentamente y miro de reojo, había salido alguien del auto. No le prestó mucha atención. Él se agachó para tomar su bici y enderezar el manubrio.
"Lo siento. No te vi" dijo una voz cansada y femenina detrás suyo.
"Si, lo sé. Me lo dicen mucho" gruñó fuertemente volteando a verla.
Cuando lo hizo, pudo ver a una chica de baja estatura, pero de espalda ancha y cintura pequeña. Dejaba ver los tatuajes de sus brazos, los cuales parecían en mejor forma que los suyos. Ella usaba una musculosa blanca que mostraba su brasier negro, y un corto negro holgado con volados al final. Tenía el cabello corto y negro, y usaba anteojos de sol negros con un patrón de flores blancas por las patas.
Ella era nueva por el barrio, pues nunca la había visto. Marcus vio hacia atrás por el estruendoso sonido del auto, que tenía de fondo 1977 de The Clash. Así que era ella la de la música agotada a esa hora de la mañana.
Marcus le sonrió con los ojos entrecerrados por el sol, pero antes de que pudiera verlo, sintió le arrojaron algo a su camisa. Al bajar la mirada vio como mancharon su camisa con una bebida entre roja y rosa. Levantó la mirada y pudo ver a Viktor, Chico y Brandy riéndose de el.
"Mi camisa, imbécil" Marcus los miro con furia.
"Lo siento, duende. Apuntaba a otro lado" rio Brandy desde el asiento del copiloto.
"¿Pues a dónde?" La chica volteo a verlos de una forma desafiante.
"Miren. La novia del duende" rio Chico al volante.
Ella no estaba de humor. Se acercó lentamente al auto y de un saltó termino encima del capo, abollando este. Marcus observo a la chica impactado, sosteniendo la bici por el manubrio. Chico y Viktor se quejaban, y pasaron a ser gritos cuando la chica rompió el parabrisas patada tras patada sin descanso. Hasta que se aburrió. Chico no se molestó en bajar, él solo arranco y aceleró para alejarse de ellos.
"¡Te encontraré y te mataré! ¡Recuerda el nombre de Chico Salazar, perra japonesa!" Alegó Chico desde lejos.
Esa chica estaba desquiciada y no necesitaba estar cerca de ella para averiguarlo.
La "japonesa" se acercó en pasos largos y vagos.
"L-Lo siento. No debí responder así. No fue mi intención" dijo Marcus, con la voz baja mientras retrocedia, pero la rueda de atrás de su bici se trabo.
Marcus no pudo retroceder más. La japonesa tomo el manubrio y se inclinó sobre este hacia Marcus.
"Saya" dijo fríamente. Ella retrocedió, jalando el manubrio hacia la calle.
"Saya. Un gusto" suspiró mientras caminaba rápidamente a por ella, quién no parecía querer soltar su bicicleta. "Soy Marcus. ¿Me devuelves mi bici?"
Saya abrió la parte de atrás de su auto y metió descuidadamente su bici en la parte de atrás, para luego bajar la tapa del baúl y encerrar la bici ahí.
"Sube. Tómalo como una disculpa" dijo Saya, quién arrojó el porro que nunca se quitó de los labios al suelo, caminado hacia el auto
Marcus gesticulo para decir algo, mientras abría sus brazos con confusión. Dudaba de su suerte. Tal vez Saya lo llevaría a algún descampado y lo mataría o algo así. Era imposible tener esa suerte.