Chapter Text
– HEY PERDEDOR, ¡PIENSA RAPIDO!
Escucho cuando me acerco a la escalera, me di vuelta hacia la voz y el mundo se ralentizo.
Mí campo de visión se llena con una lata de refresco, la cual voló a altas velocidades directo hacia mí frente.
Tenía 3 opciones.
Agacharme.
Esquivarla.
O atraparla en el aire.
¡THONK!
Pero, con mí clásica habilidad de "No hacer nada" me golpea en la cabeza cuando quería hacer cualquiera de esas 3 opciones, haciendo que pierda el equilibrio. Intento recuperarlo, moviendo uno de mis pies hacia atrás.
Excepto que mí pie queda atrapado en el borde la escalera, resbalandome por alguna razón.
¡THUP!
Lo primero que toca la escalera es mí espalda, azotandome tan fuerte que casi pierdo la consciencia. Mí cabeza golpea el borde de un escalón, afortunadamente, no vuel-
¡THAMP!
Oh, ahí va de nuevo.
¡THROK!
Mi pierna derecha se estira por alguna razón, pero se ve abruptamente cerrada por la simple velocidad y gravedad con la que caigo, torciendose de forma antinatural hacía un lado.
¡THUD, THUD, THUD, CRACK!
Ruedo por las escaleras, golpeando mí cuerpo entero, especialmente el pecho y la espalda. Incluso uno de mis dedos parece haberse roto por un fuerte crujido cuando una de mis manos quizo minimizar la caída. Cruje algo de nuevo, a este punto, ni siquiera se qué parte de mí cuerpo me estoy lastimando, solamente se que, sigo cayendo.
¡THAP!
Incluso, creo que mis pies tocaron mí nuca… Je, mí columna se siente chistosa.
¡BONK!
Así como cai tan abruptamente, siento como mí espalda y la parte trasera de mí cabeza aterrizan contra un poste de metal, parando mí trayectoria mortal.
Thud…
– Urgh...
Pensar que esos postes están hechos para que los autos no los puedan atravesar… y yo lo abolle con mí sublime técnica, básicamente caerme a velocidad terminal por unas escaleras.
No es una mala forma de terminar este día de mierda.
…
El golpe me deja sordo por un momento, el tinittus se apodera de mis oídos y escucho las voces de los culpables de esta caída mencionar algo en voz alta.
Cada inhalación que hago es como sentir mis pulmones no solo ardiendo, sino chocando contra mis costillas.
Mí cuerpo se siente… mal. No mal como, un adolescente con dismorfia corporal y problemas de autoestima, me siento literalmente como si me estuviera por quebrarme en dos con tan solo moverme.
Aunque veo nubloso, puedo notar quien baja corriendo por las escaleras al ver mí acrobacia improvisada.
– ¡ANON!
Debo levantarme. Me despegó dolorosamente del poste contra el que impacte, siento como mí cuerpo cruje y mis músculos parecen querer rendirse ante el simple hecho de moverme.
–Argh… Mierda.
Finalmente cuando puedo recomponerme lo suficiente como para ver claramente quien había bajado tan rápido.
– ¡Mierda! ¡Estás vivo!
Exclamó Fang con asombro y clara ansiedad en su voz. Intento ayudarme a levantarme, pero yo la pare poniendo mí mano frente de ella. Realmente lo peor de esta situación es que ella me esté viendo así.
Tampoco es como que pueda tener vergüenza luego de lo que pasó ahí adentro.
– ¿Lo estoy? Ay.
Pude levantarme con algo de dificultad, pero lo suficientemente rápido como para que ella no me ayudase.
Nada parece estar roto… He estado peor. Si hay algo que se lastimó de forma casi terminal hoy, fue mí ego.
–…¿Puedes caminar?
Pregunto Fang acercándose hacia mí, con clara preocupación en el tono de su voz.
– Si, claro, claro.
Digo mientras finalmente parezco recuperarme del golpe, al menos ya no siento como el mundo me da vueltas.
– Esto no es nada comparado al día de excursión de mí antigua escuela-
Tan pronto dije eso y di un paso hacia adelante con mí pierna derecha mí rodilla se tuerce en una dirección que no debería.
Y casi colapso.
De no ser por la fuerza de Fang, la cual no había confiado en mis palabras.
Sus manos atrapan mí torso y evitan que me caiga hacia atrás de vuelta. Su agarre en mí cuerpo es como un metal al rojo vivo puesto en mí carne. Solté un quejido cuando esto pasó… Pero no puedo decir que me disguste estar siendo asistido por nadie más que Fang.
¿Que mierda estoy pensando? No es momento para pensar en esas mariconadas. Literalmente casi me muero y la única que se preocupo en este momento es la chica que me gusta… Que me está viendo en mí momento más bajo, tanto físicamente como socialmente.
Si, es un puto día de mierda.
Puso mí brazo sobre su hombro y con su otra mano alrededor de mí torso me ayudó a llegar hasta una banca para esperar el taxi que había llamado momentos antes en la entrada. Haciendo lo posible para hacer más llevable el dolor me da un cigarrillo el cual prendió con su mechero de color rosa. El sabor de menta acompañado por el efecto relajante de la nicotina logran que mí cerebro deje de enfocarse tanto en el dolor esparcido en mí cuerpo. Fang se sienta al otro lado del banco, yo no puedo doblar ninguna de mis dos piernas, así que me mantengo apoyado en la acera.
Vaya vaya, ¿Así es como se te paga la amabilidad el destino? Definitivamente, es una perra. Pensar que hice lo posible para que lo de Rock Bottom no saliera a la luz y como si fuera una conveniencia del guión de una película de superhéroes, Trish logro encontrar los pocos restos de mí oscuro pasado. Incluso así, siento que no puedo culparla, al menos por odiarme de la forma en la que lo hizo.
Suena como la puta mierda moralista que oirias en un foro de granjeros rumano donde hablan sobre la paz y la cooperación dino-humana. Pero el que yo, un calvo pendejo viniera de la nada, sin intención de hablar sobre su pasado y "infectara" todo su ambiente, aparte de hacerme amigo de su mejor amiga… Con la cual no parecía tener tan buena relación como uno esperaría que viniera con ese título, le afecto.
Hasta cierto punto, claro está. Lo que hizo fue una mierda y mentiría si dijera que no quiero que se vaya a la mierda… Pero la culpa en esta situación no es de Fang. La cual parece ser la desencadenante de los problemas entre yo y Trish.
Trish arrastró a Fang hacía este conflicto personal. Tal vez es por las circunstancias, considerando lo que cada uno significa para ella… No lo sé. Pero Fang no tiene la culpa de que no hayamos convivido sin peleas. Especialmente considerando el aprecio que Trish tiene por Fang y el hecho de que… A mí me gusta, bastante, de hecho.
Lo que más me duele de todo esto es la decisión drástica que tomo. ¿Tomarse un tiempo de la banda? En un millón de años me esperaría eso viniendo de ella. Debe estar sintiéndose como el carajo por todo esto.
Debo… Debo ayudarla, debo arreglar esto, ella es lo más importante ahora.
De una forma u otra, esto fue mí culpa y eso no hacía más que sumar otro dolor sordo a mí pecho.
Dejé el cigarrillo en el piso.
…
El taxi había llegado en lo que había parecido una eternidad, pero como Fang había dicho, solo fueron 5 minutos, lo suficiente como para que haya tenido todo un monólogo interno tratando de racionalizar mí situación. ¿Para que? Tal vez quería pensar en otra cosa aparte de de la humillación pública, el que mí rodilla este básicamente hecha polvo… Y lo que dijo Reed.
¿Una mierda para la privacidad, verdad?
No es el momento de decírselo, no puedo agregar otra carga a su espalda, mucho menos en este momento. La poca charla que pudimos hacer con el conductor me hizo saber que ella estaba sintiendo todo menos comodidad con la situación actual, no puedo culparla. En especial considerando que le acabo de pasar una navaja, solo por seguridad.
El sucio taxista en su sucio auto nos dejó a unas calles de mí departamento.
El tramo fue como Jesúsraptor cargando su cruz, pero por suerte no hubo corona de espinas… ¿Suerte? Hubo escaleras, que era mucho peor que cualquier corona.
Solo Fang sabe que fuerza hizo para ayudarme a subir las escaleras hasta mí vivienda. Al menos no volvía con las manos vacías, logramos conseguir un kit de primeros auxilios de una licorería cercana.
Puta madre, Fang se va a meter a mí cueva del virgen… No recuerdo si había limpiado o no está semana, pero le ruego a Dios que la computadora no tenga a Saturnia prendida.
Cuando entramos, pude ver mí departamento en orden, ropa sucia en un cesto de plástico barato, piso limpio, como se puede esperar, cama ordenada… PC prendido, pero sin ningún contenido que terminaría de condenarme como un Otaku asqueroso.
Ninguno se animó a decir nada en el trayecto del viaje, pero cuando entramos finalmente pude romper el hielo.
Con toda la intención de tirarme a mí cama, aunque sabiendo que no sobreviviría el aterrizaje, me senté en el colchón al cual llamo "cama".
– Yo creo que… Estaré bien por mí mismo Fang, gracias por haberme acompañado y eso…
Digo con algo de inseguridad, no se que decir en este momento, los nervios me comen por dentro, no solo porque haya tenido que presenciar mí nivel de poder, sino porque tengo… Tengo a la que creo, tal vez, es la chica de mis sueños en mí sucio departamento.
Ella estaba de espaldas contra la pared que tenía mí cama más cerca, viéndome con clara preocupación, algo sonrojada, de hecho.
Una leve, pero hermosa sonrisa se marca en su rostro.
– N-no es nada Anon. Es lo menos que puedo hacer en este momento, ya sabes, eso hacen los amigos…
Su hablar nervioso evidencia lo claro, yo tampoco sabría que decir si ella estuviera en una situación así.
– No puedo irme tampoco… Eh, son las 10 de la mañana y… Naser sale a las 2 de la tarde. ¿No querrás que me asalten, verdad?
Dijo de forma nerviosa, soltando una risa entre cortada.
Yo también solté una leve risa, estaba a punto de decir algo más, pero ella alcanzó a interrumpirme, con un tono de preocupación que solo podría escuchar de mí madre.
– Aparte… Debo asegurarme de que te vas a cuidar bien tu solo… Lo que pasó hace rato… Esa caída tuya me asustó bastante y para serte sincera… Estoy sorprendida de que no te hayas roto nada, ni que tengas más que raspones y golpes.
Ella se sentó en la cama con algo de inseguridad, dándome la espalda, pero aún así tratando de verme a los ojos, aunque sin mucho éxito.
La tenue luz que entra por mí ventana bloqueada por mis cortinas hacen resaltar esos hermosos ojos ámbar de ella. Mí corazón ahora no solo palpita fuerte por las lesiones generalizadas. Su hermosa figura… Esos ojos, sus plumas, sus escamas grises y su hermoso hocico que remata esa sonrisa tan cálida y natural… Me hace sonrojar como nunca, en especial por esas palabras de preocupación.
Eres hermosa, Fang.
Ella se giró repentinamente, parecía buscar algo con apuro, su cuerpo visiblemente incómodo.
¿Que-
– Es mejor que vayas a bañarte antes de hecharte está loción. Si voy a estar aquí quiero asegurarme de que al menos vas a estar bien y recuperándote, ¿De acuerdo?
Me saco de mí trance con esas palabras, mis ojos re enfocados en el baño y pronto recordando el abrumador dolor generalizado.
–…
Pienso un poco lo que dijo y asiento, ella tiene razón. No puedo distraerme ahora, debo ayudarla, en especial en estos momentos duros.
Cómo pude logré levantarme y dirigirme al baño que cerré cuidadosamente para no comprometer más mí integridad física.
El agua fría cae sobre mí cuerpo, tensandolo como cientos de agujas clavándose contra los raspones y golpes en todo mí cuerpo, la zona más afectada siendo mí rodilla derecha.
Algo de sangre baja de mis codos y de mís rodillas, al igual que de mis antebrazos.
Revise mejor mis dedos y por suerte, solo parecen doler por qué se doblaron forzadamente varias veces.
De todas formas… Esa rodilla me preocupa.
No es el momento sin embargo, ahora mismo toca lo más complicado, debo curar mí cuerpo.
Me puse una musculosa blanca y pantalones cortos negros, listo para salir del baño ya seco.
Al menos mí higiene personal no tiene nada a lo que ser criticada, eso es algo con lo que prometo siempre ser constante.
Veo a Fang inspeccionando el kit, sentada en la silla que utilizo frente al PC.
– ¿Estás listo?
Pregunto con un tono aparentemente más relajado que el de antes, aunque evitaba el contacto visual conmigo, veía a Raymba en su caja con una sonrisa.
– Luego de lo de hoy, ya no importa lo que pase.
Que inocente era en ese momento.
Fui cojeando hacía mí cama, sentándome en la misma, pude ver a Fang acariciando a Raymba con su dedo índice, una leve risa salió de su hocico.
– Enserio, eres un tonto. ¿Raygun y cejas enojadas?
Pregunto con ese tono despreocupado, al cual yo también me sume.
– Es la felicidad de un hombre… Es mí mascota, Raymba. Mí mamá no me dejaba tenerlas y bueno… Porfavor… Dale de comer, no creo que pueda moverme más desde ya.
Digo, de pronto recordando que por poco no quedo cuatriplejico.
Fang me miró con intriga, yo miré a la caja de cereales al lado del recinto de Raymba.
Esa sonrisa en su rostro se borra por un momento, en el cual le dio de comer a mí mascota unos cuantos cereales.
– Aaaw… Es un buen chico.
Soltó una risa luego de ese comentario, para luego volver a verme, yo, claramente, embobado al verla en una situación así.
–…Eh, ¿Puedes hecharte la loción tu mismo?
Ella intento cambiar de tema algo avergonzada, claro sonrojada por la escena con el pequeño Raymba.
– Creo… Que puedo, solo, necesito ayuda con la espalda, eso es todo.
Bien… Empecemos.
– Está bien… Toma.
Fang me pasó la loción para los músculos del kit ya abierto, comencé a aplicarlo con cuidado, soltando quejidos audibles cada vez que mí mano aterrizaba en mis brazos y piernas, especialmente cuando toque mí rodilla. Ella tuvo que ayudarme un poco con esa parte, sosteniéndola de una forma que no dolería tanto.
Aparte de eso, mí pecho era un desastre, un gran moretón más grande que mí mano en el centro del mismo me hacía preguntar cómo es que no morí de un golpe que desencadenara un paro cardíaco, como en Dino Kombat.
Finalmente todo mí cuerpo estaba medianamente más locionado, excepto el pecho, el cual Fang iba a tener que locionar, el dolor era simplemente muy fuerte.
Primero me gire sobre mí mismo en la cama, con una clara dificultad, Fang aplicó con suavidad, pero con rapidez la loción, bastante más hábil de lo que esperaba.
En un santiamén pude notar que yo ya estaba boca arriba, con el pecho al descubierto, Fang sentada en la cama a mí lado a punto de aplicar la loción en mí pecho.
La situación claramente embarazosa para ambos, acerco su cara para ver bien el golpe.
– Dios… Los humanos son más duros de lo que pensaba.
Dijo con incredulidad al ver mejor el moretón.
– Selección natural, Fang.
Respondo de forma irónica.
– Oooh, jaja... cállate otaku...
Dijo blanqueando los ojos por un momento, mientras sonreía genuinamente.
Aunque el comentario no fue pensado, tampoco me había afectado, de cierta forma, esa parte del día ya era lo de menos.
Ahora estaba pasando algo mucho más interesante…
– HMFF…
El toque de la mano de Fang en mí pecho me hizo casi rebotar del dolor. Agarre con fuerzas mis sábanas mientras su mano pasaba por mí pecho.
– Vamos… Solo es un momento Anon, ya terminó.
Dijo con seguridad tratando de que me calmara. Cómo si de un anestesiante se tratase, logro bloquear el intenso dolor en mayor o menor medida, al menos hasta el último dónde presiona levemente el moretón al terminar de aplicar la loción en mí cuerpo.
Los claros nervios se hacían presente en ambos, sudando por la cercania del cuerpo de ambos. Ella sudando más levemente de lo que lo hago yo en una mezcla de dolor y nervios.
La rigidez de mis musculos lentamente se desvanece, mientras abro los ojos, los cuales cerré por la intensidad del trato.
Soy deslumbrado por la belleza que tengo delante mio, algo que no podría soñar ni en un millón de años. Pelo gris, sedoso y tan bien cuidado, con un aroma especial a jazmin.
Hermosos ojos ámbar, brillosos por la luz del exterior que llega por la ventanas.
Una sonrisa insegura y nerviosa en ese hocico tan hermoso, el cual me gustaría besar en este momento.
Un cuerpo correspondiente a tal belleza, curvado como las pistas de carreras más extremas.
Wow Anon, deberías ser un puto poeta.
Pero sobre todo… Esa hermosa personalidad. Esa preocupación natural y tan genuina por mí, un desastre de persona… Definitivamente… Que quiero ser mejor, no solo por mí mismo, sino por ella.
Soñando, soñando talvez ser algún día el hombre de sus sueños y estar juntos a través de un pacto mutuo de amor eterno.
Fang… Te amo, te amo demasiado.
– Anon…
Fang…
Ella deja de verme, mirando hacia abajo de forma angustiada, alejando sus manos de mí cuerpo, alarmado por esto intento levantar el torso, sin éxito.
– Porfavor… Para.
Escucho a Fang decir con angustia y arrepentimiento, su expresión no demuestra nada más que confusión por la situación… Que-
– Fang… ¿Que pasa?
Trato de averiguar, realmente preocupado por todo esta repentina negatividad.
– Anon… Lo dijiste en voz alta.
Oh.
– Y-yo…
Mierda.
– Mira, escúchame, Anon, porfavor, no te apures a explicarlo.
…
– Yo… Enserio, porfavor, sé de esto hace tiempo. Hablas en voz alta lo que piensas…
…
– Al principio fue lindo, escuchar esas cosas de ti, sentí que… Sentías ese nivel de amistad tan personal conmigo, fue hermoso, bastante, por eso me encanta estar contigo.
Yo…
– Y-y no quiero malentendidos, ¿Bien?
Sus ojos ámbar vuelven a verme a mí.
– Anon. Eres como un hermano para mí… Eres una maravillosa persona y genuinamente, amo esos momentos que me diste, en los que pude sentirme entendida… Entendida… Comprendida, de una forma que, me hiciste genuinamente cambiar.
Quiero llorar.
– Cambiar, cambiar para bien. Siento que, me falta muchísimo, mucho más de lo que pensaba… Pero estoy bien encaminada, eso es gracias a ti y mí gratitud no es nada más que lo de menos.
Pero simplemente no me lo puedo permitir.
– Pero, eso no significa que sienta lo mismo por ti… Lo siento mucho, creo que debería haberlo dicho antes… P-pero no encontraba el momento para hacerlo y… Yo no podía aguantarlo más. Se que estás pasando un momento de mierda, pero porfavor, déjame… Déjame estar contigo como tu estuviste conmigo. Como amigos, ¿Porfavor?
Fang, perdón.
Su mirada de angustia parece relajarse levemente, ella baja un poco para abrazarme, aunque eso no significa nada ya. Moví levemente mis brazos para abrazar a Fang, no me importaba que tanto mis moretones o raspones me lo impidieran.
Cerré mí boca herméticamente, no quería volver a murmurar nada de forma estúpida nunca más.
Ella me da palmadas leves en mí espalda mientras me acuna en sus brazos.
Me acuna en sus brazos, moviéndome como si fuese un bebé sin consuelo.
– Te prometo que todo estará bien Anon.
Fang, porfavor, no me dejes asi…
No de esta manera, porfavor.
Te amo, pero, yo no quiero esto. Yo quiero estar bien… Pero quiero estar bien contigo, Fang, porfavor, solo dame una oportunidad.
Pero simplemente, no dejo salir ninguna palabra más.
– Estará todo bien… No te preocupes, Anon.
…No lo estará.
…
Pasaron unas cuantas horas más, Fang intentaba hacer conversación sobre otras cosas, pero no podía ayudarme a mí mismo más que sentir… Un vacío abierto en mí pecho.
El moretón de mí pecho se sentía como ese pozo.
– Y… Talvez, podriamos jugar ese juego que me decías el otro día… ¿Rock ring? Vi algunas cosas sobre el y se ve muy cool.
Dice Fang de forma animada mientras leía algo en su celular, parece inconsciente de como estoy en el momento, pero no la culpo, le había dicho que estaba bien, que entendía y que seguiríamos siendo amigos.
Pero ahora simplemente veo hacia el techo, sin ninguna emoción, pura neutralidad.
Mentí, le mentí mucho y eso me dolía más que el pozo en mí pecho.
– Puede ser.
Respondí.
Fang reviso su celular una última vez antes de verme de vuelta… No parece haberse dado cuenta.
– Llego Naser… Eh, debo apurarme Anon, nos vemos… ¿Otro día? No sé cómo estés mañana, pero mándame algún texto. ¿Te parece?
Dijo Fang mientras se levantaba y se dirigía a la puerta esperando una respuesta de mí parte mientras veía desde mí cama.
– Seguro.
Respondí.
Ella sonrió de vuelta, pude verla bien…
Esa misma sonrisa que me dio en la terraza mientras abría la puerta y salia por la misma.
– Nos vemos Anon, porfavor, cuídate.
Fang… Te quiero conmigo.
Finalmente, se fue.
Se que dije eso en voz baja.
El silencio se apoderó de mí apartamento.
Giré hacia mí pared.
Encogí mí cuerpo dolorosamente.
No quiero ni siquiera tocar mí teléfono, estoy demasiado jodido para lidiar con algún retrasado mental en internet. Y simplemente, comencé a llorar.
Llorar como cuando me apalizaron por primera vez en Rock Bottom.
Pero está era mucho peor.
Mí mamá no estaba para consolarme. Ni tampoco mí papá que, al menos me diría que no sea una marica.
Solo estaba yo, llorando silenciosamente en completa soledad. Lágrimas bajando de mis ojos hacia el colchón, convirtiendose lentamente en quejidos y gemidos tristes.
Solo siento dolor en todo el cuerpo.
Mucho dolor.
Notes:
HAIII!
Bueno, este es un nuevo fic que tenía planeado hacer hace un tiempo.
Y si, es un /Nick porque me he dado cuenta que no hay muchos en el AO3 de snoot game, el tomboy chichon se merece más amor!
Aparte quería intentar algo nuevo con Fang, a lo cual quiero sacarle el jugo y ver que historias se pueden hacer con el hecho de que ella sigue viva y consciente de la existencia de Anon. Se vienen cositas jijiji
Voy a tratar de subir este fic con mes de por medio o menos si es que el tiempo me lo permite.
Como siempre digo, cualquiera crítica o comentario que me quieran hacer, estoy abierto para escucharlo, si quieren hablar conmigo de forma más privada, estoy en el discord de Snoot Game en español.
Ten una bonita mañana, tarde o noche y disfruta de la lectura.
Toma tesito. ☕
Chapter Text
Dos semanas.
"UAV online." Es lo que suena desde los parlantes de mí televisor conectado a mí Xrox, el cual ya reproduce mí décima partida del día.
Dos semanas encerrado en mí sucio departamento pudriendome lentamente. ¿Porque? La respuesta es fácil y prefiero no pensar mucho en ella. Fang me rechazo en el peor momento de mí vida… Incluso peor que Rock Bottom. La jodida trigga de mierda destruyó mí poca reputación social. Mí rodilla está literalmente rota.
Resulta que la caída no fue solamente superficial… Luego de aquel fatídico día el dolor no se va, ni parece que vaya a hacerlo en mucho tiempo. Tuve que entablillar mí pierna para que "se cure" aunque dudo que eso vaya a pasar, en especial con los hábitos de mierda que acune.
El rancio olor a comida podrida, platos sucios, líquidos desconocidos y simple sudor llenan mí departamento. Claro, es evidenciado por el aspecto del mismo, acumulando bolsas de basura negras en una esquina, especialmente cerca de la cocina. Me sorprende la cantidad de desperdicio que un ser humano puede generar cuando es indulgente, en especial cuando es en comida chatarra.
Viviendo a base de pizzas baratas… Y agua.
Ni siquiera puedo hacer pasar los sentimientos que dejó Fang en mí con buena comida. Maldigo con toda mí alma ser un puto pobre jodido de mierda… Je, como si ese fuera el mayor de mis problemas.
Mí rutina volvió a lo que hacía en Rock Bottom. Despertarme, masturbarme, desquitarme en foros aleatorios en internet, comer mierda, llorar como una pequeña perra y tratar de consolarme jugando Rock Ring o Call of Dino: Prehistoric Warfare.
Aún con todos estos mecanismos de defensa con los que intento distraerme… Siento ese dolor en mí pecho. El moretón ya no está. Pero ese vacío eterno… La huella de carbono marcada en mí corazón sigue ahí. Mis sentimientos por Fang siguen ahí.
Una chica tan bruta, iracunda, impulsiva y objetivamente, una mala persona … Con un lado tan amable… Apasionado, ese lado tan suave y cálido que me mostró a mí la primera vez que fui a su casa para aprender a tocar la guitarra. Esa vulnerabilidad tan infantil… Ese sentimiento primal de preocuparme por ella, estar ahí para apoyarla, prometerle que estaría para escucharla siempre.
Todavía siento todo eso.
¿Todas esas veces que escuche sus problemas no valieron de nada? ¿No sirvió de nada esforzarme por esa rara monocromática? Puedo sentarme a contar cada cosa que cambie en mí vida drásticamente por ella, para apoyarla. Incluso si fue todo por un jodido plan como el de Naomi. Mis sentimientos eran reales. yo SE lo que siento por Fang.
Sin darme cuenta, lágrimas empiezan a caer por mis ojos que ostentan ojeras como bolsas. Al darme cuenta de esto no puedo evitar fruncir mí expresión de ya presente tristeza. Comienzo a llorar, llorar inconsolablemente en el piso de mí frío apartamento. La única fuente de luz que me puede alumbrar correctamente siendo el televisor.
El estrés acumulado por mis pensamientos se manifiesta físicamente, soltando un quejido audible al apoyar mí peso sobre mí rodilla, para lanzarme contra la consola, agarrándola con toda la fuerza que puedo hacer, levantándola del estante en el que estaba afirmado.
Siento como el aparato lentamente empieza a sonar errático, esforzándose por funcionar mientras lo levanto apretándolo, lágrimas cayendo por mis ojos… Si hay algo de lo que estoy seguro ahora, es que todo lo que hice, esos intentos por mejorar y elegir la mejor opción pensando en los demás y en mí mismo… No me devolvieron nada. Nada más que el sucio título de "Hermano".
Si así tratas a tus hermanos no me sorprende que te lleves como la mierda con Naser, puta no binaretrasada emplumada. Aún no entiendo cómo tuviste tanta inhabilidad em-
Tock Tock…
Mis pensamientos intrusivos referidos a Fang lentamente se desvanecen cuando suelto la consola que finalmente parece poder respirar de vuelta.
Mí cuerpo se da cuenta de lo que hice y me hace saberlo al instante cuando mí rodilla empieza a doler como el infierno. Es como si un fierro al rojo vivo se clavara para abrirla..
Aún así, ese dolor es lo de menos en esta situación.
Tock Tock Tock…
¿Anon? ¿Estás ahí?
Mis ojos se fijan en la puerta de la entrada. Reconozco esa voz.
Anon, no me obligues a entrar por la fuerza, hijo.
…
Me apresuró a flexionar mis brazos para ayudarme a levantar, principalmente usando la pierna izquierda. Mí pierna derecha puede ayudarme un poco, pero aún así cojeo con la misma por la clara lesión que aún está entablillada de forma improvisada.
– Voy.
Mí tono de voz seco y deshidratado no es nada que me importe en el momento, pero la persona al otro lado parece soltar un suspiro que suena decepcionado… ¿O preocupado? No sé describirlo.
Camino hasta la puerta cojeando de forma constante, sin antes haber recogido mis llaves que acumulaban polvo en un estante cerca de mí cama. Cuando abro la puerta la imponente luz del pasillo me ciega, como si el sol me pegará una cachetada con su pene. La persona delante de la luz para ser físicamente afectada por el olor de mí cuarto. Su imponente figura de espaldas a la luz lentamente se va haciendo más visible.
– Anon… Tienes un auténtico basurero en tu cuarto.
La profunda voz de Spears el cual tapa su nariz con una mano y hace un gesto de alejar el olor con la otra me hace sentir algo avergonzado por un momento. Para luego recordar para que viene, con algo de enojo para ser sinceros.
– Si… No he podido limpiarlo, Señor Spears, ¿Que lo trae aquí?
Hazte el tonto por ahora Anon, ya sabes lo que va a decir.
– La integridad física y mental de mis alumnos es mí prioridad señor Mous.
Dijo Spears reincorporandose, al fin acostumbrado al olor de alguna forma u otra.
– No parece que la estés pasando bien hijo.
Dijo con bastante claridad y obviedad en su tono, su mano apunta levemente mí rodilla derecha, la cual tiene un palo de madera atada al lado, que funciona como una suerte de tablilla.
–… He estado peor.
Estoy mintiendo. Nunca he estado peor, en especial en este momento de mí vida.
– Bien… Estoy al tanto de la situación, no hace falta que me digas nada. Quiero pensar que no contesta a ningún mensaje ni llamada de ninguno de tus compañeros, ¿Verdad?
Dijo Spears al parecer queriendo hacerse paso a mí cuarto, aunque yo se lo impido, haciéndome para atrás donde me afirmó en el marco que da a mí cuarto.
– Ni siquiera uno.
El entiende sutilmente el mensaje y simplemente se mantiene en el marco de la salida, con ambas manos tras de su torso, reafirmando esa característica pose suya.
– Aún tengo que lamentar y pedir perdón por lo ocurrido hace dos semanas, el movimiento que hizo Trish no fue nada placentero para mí. Ese evento tendría que haber tenido mayor supervisión para ser sincero.
Dijo Spears aceptando culpa en el incidente, aunque él no tenga ninguna. Yo tengo bien claro quien es la culpable. Su lenguaje corporal al bajar la cabeza parece pedir mis disculpas.
– Naser me puso al tanto de tus lesiones en la institución y… De la situación con Fang.
El director Spears me mira con cierta decepción y algo de pena. No puedo culparlo, hace dos semanas me había comportado de una manera "madura" ante el, razonando y dándole sentido a las estúpidas acciones de esa enana. Dejándome pisotear por encima al darle algo de la razón a Trish.
Antes de hablar soltó un leve suspiro para mirarme a los ojos, lo cual yo intento evitar de forma vacilante, sin mucho éxito debido a su visión naturalmente centrada. Su tono y su postura se hacen más firmes, como aquella vez que me dijo que "todos pelean sus propias batallas y no eres el único en el mundo" o algo así.
– Anon, lamentablemente en esta vida hay cosas de las que un hombre no tiene control. Soy consciente y he visto lo que has hecho por Fang en estos últimos meses.
El director busca palabras por un momento para continuar su sermón a mis ojos.
– Eres un joven con mucho futuro por delante y odiaría que por la simple eventualidad de un suceso aislado dejes eso atrás.
Spears pone una mano en mí hombro, yo puedo temblar un poco por esto, aunque sus palabras están chocando contra mí como un muro de hormigón, nunca me acostumbrare a su inmenso tamaño.
– No siempre podemos tener lo que queremos.
Finalmente, suelta una bomba. ¡WOW! ¡Una ley de vida que he oído mil veces en todos lados! ¡Maravilloso! No estoy para nada feliz. Si pudiera, ahora mismo le daría un portazo, pero tampoco soy estupido. Por ahora me mantengo al margen de la situación.
– Y eso está bien. Lo importante es, seguir, seguir aunque las acciones de otros nos aten como anclas al pasado y a las malas emociones.
Ya me está cansando este puto sermón.
– Si… Tiene razón señor Spears. Prometo no volver a recaer en estás actitudes.
No sabes una mierda de lo que siento. Tampoco has vivido lo que yo viví. Si has vivido peor, bien por ti. Pero lo que yo siento es más importante para MI que para TI Spears. Si me quiero sentir como una mierda por… Por… Perderla, estoy en mí derecho de hacerlo.
No siempre tendré lo que quiera, lo sé, lo he sabido toda mí puta vida, ¿Pero cuando mierda lo tendré entonces? ¿Estoy condenado a vivir está mierda una y otra vez hasta que al final la vida me tiré una migaja de amabilidad?
Estoy harto de esa porquería.
La expresión de Spears no parece satisfecha, pero claramente, el no va a gastar su tiempo en corregirme. Porque realmente no le importa. ¿Solo viniste aquí porque es tu responsabilidad, no? Seguro que es así.
– Confío en eso Anon.
Dijo con un tono firme, pero no me veía a los ojos. Su mano entro a su saco para sacar una bolsa marrón de tamaño mediano.
– La institución ofrece asistencia en estas ocasiones, esto viene con el pago de la inscripción. No recaigas más con tus notas y promete no faltar.
La bolsa de color marrón es dada hacía mí y puedo notar su contenido. Dejé la misma en el piso.
– Prometo no hacerlo más, señor Spears.
Digo con un tono neutral.
– Lo digo enserio Mous, no me obligue a volver mañana y con papeles de expulsión. He sido muy generoso con el tiempo que permití recuperarte.
El director finalmente sale del marco y se retira del piso de mí departamento, sus pasos dirigiendolo a las escaleras, dónde finalmente dejo de verlo una vez comienza a bajarlas.
Puedo cerrar mí puerta de vuelta, para volver hacia la cama con la bolsa. La cual contiene una compresa deportiva para la rodilla, dos cremas, una anti inflamatoria, otra para la regeneración muscular y pastillas en un frasco como calmantes.
Suelto un fuerte suspiró mientras cierro mis ojos dándome cuenta de lo que tengo que hacer. Era eventual de todas formas, no es como que pudiera evitar los 3 meses que me quedaban simplemente faltando al Instituto. Después de todo, aún quería trabajar en una mierda que no sea el jodido ejército o un trabajo con el salario mínimo donde sea más explotado que un Rexicano.
Pero también… Aún comparto esas clases con Fang… Reed y Trish.
¿Que carajos se supone que voy a hacer con Fang?
"Oh Fang, perdona que no haya contestado ninguna de tus 30 llamadas y 280 mensajes de texto, estuve bastante jodido de mi rodilla, al igual que lidiando con un vacío emocional que tu creaste en primer lugar, puedo seguir siendo tu hermano."
Me veo físicamente asqueado al recordar esas palabras de ella. No solo me duele que no haya cumplido nada de lo que dijo, siendo que sus mensajes no son más que intentos bajos y mediocres de intentar que conteste… También me duele el que aún tenga sentimientos por ella.
¿Porque mierda siento algo por una mierda de persona como Fang?¿Luego de lo que me hizo? Es algo a lo cual no puedo encontrar explicación. Pero simplemente me frustra seguir pensando en eso.
...
No todo puede estar perdido.
Tal vez… Tal vez haya esperanzas. Solo, debo darle tiempo.
Oh, dulce inocencia…
…
…
...
Al día siguiente había sacado toda la basura de mí casa antes de salir al colegio. Procure evitar recaer de vuelta en estos habitos insalubres, por más cómodo que me fuera dejarlas pudrir con el tiempo no era algo cómodo de ver, mucho menos de oler.
Tengo claro lo que quiero hacer en el poco tiempo que me queda en el colegio. Pasar sin pena ni gloria para irme a la universidad. La idea de entrar en el ejército era algo distante, no le iba a dar ese gusto a mí padre.
Hecho esto termine de preparar mis cosas para el colegio, tratando de mantener mí mente despejada. Son solo 3 meses lo que debo soportar hasta desaparecer completamente de la vida de todos los que conozco actualmente… Incluso Fang.
Voy a pasarlos como los tenía planeados cuando llegue a esta ciudad por primera vez, en completo silencio. Tendré que averiguar cómo hacerlo, aunque evitar hablar y interactuar en general suena como una buena idea. Solo… Hacerlo por necesidad en el caso de Fang, sigue siendo mí compañera de laboratorio.
Aplique las cremas en mí pierna, el dolor al tocarla reducido casi al mínimo por calmantes que había decidido tomar con mí desayuno. Termine poniendo la compromesa en mí rodilla antes de ponerme los pantalones y finalmente salir de mí pequeño departamento. Lento y cojo, pero moviéndome hacía el instituto con rectitud.
El viaje de ida no tuvo ningun percance o interrupción, el día inusualmente calmado me hacía pensar que iba a ser relajado, en la medida de lo posible claro está. Aunque de forma subconsciente pensaba lo contrario, un lento pero fuerte sentimiento de angustia se hace presente físicamente cuando mí estómago empieza a doler punzantemente.
Cuando llegue al instituto pase de tomarme mí tiempo. Mí primera clase era con el señor Tsuki, por lo que ese era mí destino. Para mí fortuna, parece que todo el cuerpo estudiantil se olvidó de forma volátil mí humillación pública.
Pude escuchar algunos comentarios aislados, pero eso era costumbre ya. Desde mí llegada al instituto no he recibido más que la cara opuesta de la tolerancia racial. "Mono albino", "Cavernícola", "Amante de la agricultura", "Neandertrasado" y Jesús raptor sabrá que otro insulto racista fue dirigido a mí, aunque ahora eran referidos a mí nivel de poder.
"Hey anon, ¿Ya te recuperaste de las mamadas 2D?"
"¡Joder! Si que te tardaste en llenar otro frasco sucio otaku."
"¿A-Anon…? ¡Que bien que has vuelto!"
La última voz, chillona, de tono infantil y genuinamente aliviada me sacaron de mí caminata errática. Baje un momento la velocidad y gire mí cabeza para confirmar de dónde venía esa labia dulce.
Mis sospechas se confirmaron, para mí mala suerte.
Era Stella.
Blanquee los ojos hacia el lado opuesto, moví la cabeza negando para mí mismo mientras la escuchaba acercarse a mí. Aunque quisiera ir más rápido, simplemente me es imposible considerando el estado de mí pierna.
– ¡Hey Anon! Deja de ignorarme.
Dijo con un tono infantil como de costumbre mientras hacía un puchero a forma de broma. Su lenguaje corporal naturalmente energético me hacía difícil descrifar que quería. Tampoco es como que importará.
– ¿Que te paso? Faltaste mucho tiempo… Intenté hablarte, pero creo que tu celular no estaba funcionando.
Decía la estegosaurio de color verde mientras mantenía mí paso. El cual no era muy rápido, aunque para mí era la máxima velocidad sin sentir mí rodilla adolorida. Procuro mantener el silencio hasta llegar a la clase del señor Tsuki.
Esto naturalmente causa una reacción más bien triste en el estegosaurio aunque rápidamente se desvanece, para volver a su energía juguetona y animada. Aunque esta vez fue diferente.
– Ya… Entiendo que no quieras hablar ahora. ¿Que te parece en el almuerzo? No hace falta que me lo digas jeje. Solo… Ven, seguramente me encuentras con Rosa. Cuidate Anon.
Dijo el estegosaurio mientras finalmente se alejaba de mí a un paso más rápido.
"Cuídate Anon."
Puede que sea por mí reciente ruptura mental y física. Pero eso se sintió inusualmente dulce…
Demasiado dulce. Pare un momento al sentir el socovado vacío en mí pecho temblar. No es como que me guste Stella, al contrario, todo sentimiento de amor romántico aún se mantiene con Fang… En mayor o menor medida.
Pero… Ella nunca demostró nada más que su mejilla buena, para todo. Incluso con la intolerancia que le mostré durante un tiempo.
Ella se merece que le hable, aunque sea un poco. Aunque vaya contra mí plan original, Stella no puede ser una mala compañía. Cómo dije, aún había algo de esperanza… Talvez estaría en elegir mejor mis amistades.
¿Cuando mierda se me ocurrió juntarme con Fang, Reed y Trish en primer lugar? Claro, sufríamos una situación social similar pero… ¿La no binaria?, ¿Un drogadicto?, ¿Una trigga con problemas de la ira?
Entre más lo pienso, más puedo sentirme abrumado por tener que lidiar con ellos en un futuro. Pero, no pasa nada.
No va a ser la gran cosa.
…
El resto de mis clases fueron sin eventualidades, aquellas que no compartía con ningún miembro de la banda eran relativamente más fáciles, solo fue cosa de comenzar a ponerme al día. Había algunas materias que daba por hecho perdidas. Una de ellas era música, de seguro. No soy bueno en la parte teórica… Pero en la práctica puedo defenderme mucho mejor que hace unos meses. Pedir ayuda de Fang está fuera de la ecuación.
La cual debería ver luego del almuerzo… Mierda, esto va a ser difícil.
La comida podría despejar mejor mí mente, así que eso iba a buscar. ¿Almuerzo? Un sándwich de jamón, queso y algunas verduras estaría bien. Dos semanas sin usar la tarjeta eran un lujo definitivamente. Podría comer sin controlarme tanto, pero por ahora solo quería eso, aparte de una botella de agua gratis que da el instituto.
Con mí humilde almuerzo en mí bandeja camine entre mesas, buscando un sitio alejado para disfrutar mí almuerzo… Hasta que recordé a Stella.
¿Debería? No estoy seguro.
Una parte de mí piensa lo anterior. Aunque otra parte de mí… Quiere protegerme.
Eventualmente me decido por buscarla, considerando que las chicas también comen solas voy a buscar en las mesas menos pobladas.
Mis ojos vuelan entre el mar de adolescentes coloridos que forman el Instituto Volcano… Grupos esparcidos en la inmensidad de este espacio, disfrutando de la comida y el descanso del colegio. Había mesas mucho más concurridas, como la de los atletas… También los típicos niños ricos y divas… Destacaba una mesa no tan poblada pero con bastante actividad.
Una figura policromatica, de tonos azules parece la protagonista en esta. No me tomé el tiempo para ver las escenas ajenas a mí vida, en especial en este momento.
Me quedé paralizado al ver en frente mío, solo a unos cuantos metros.
Fang y Naser, compartiendo juntos un almuerzo. No había palabras, no había intolerancia o rabietas de parte de Fang. Tampoco intentos tontos por parte de Naser en hablar.
Solo dos hermanos, comiendo en completo silencio, inadvertidos de mí presencia.
"Anon… Eres como un hermano para mí."
Esas palabras quemando como fuego en mí cabeza hacen doler mí pecho. Mí rodilla tampoco se siente cómoda con esto. Una leve capa de líquido se hace sobre mis ojos al ver sus ojos de color Ámbar atentos a otra cosa.
Me terminó obligando a salir de este trance emocional, tembloroso y a punto de colapsar. Me logro mover unos cuantos metros hacia la dirección opuesta.
Fang… No me odies, porfavor. Que puta estupidez es pensar eso, considerando que el que debería sentir todo eso soy yo. Pero no puedo negarme a esa vacío dentro de mí.
Ya pasará con el tiempo…
Solo pude terminar con ese pensamiento antes de chocar con una mesa.
Antes de hacerme a un lado puedo ver mejor. Rosa y Stella dándome la bienvenida con una sonrisa. No puedo decir que es placentero del todo, pero definitivamente es mucho más cómodo el lidiar con ellas que con otros dinosaurios.
Claro, el tema de conversación principal era yo, no solo por mí inhabilidad para poder preguntar o responder completamente, sino porque ambas preguntaban con lo que sonaba como curiosidad, en especial Stella con su característico entusiasmo.
– ¿Y y y… Viste algún anime en estos últimas 2 semanas? ¡Para subir los ánimos!
Dijo la estegosaurio de forma inocente, como si todo pudiera ser resuelto con pasar unos cuantos minutos viendo ficción de forma frívola en la pantalla.
…Tal vez lo haya intentado, con resultados mixtos, pero no he visto nada nuevo, solo cosas que todos conocen ya.
– Si, he visto algunas cosas Stella.
Dije de forma algo seca mientras finalizaba mí botella de agua, acabando con mí almuerzo.
– Oooh, ¡Genial! YYY… ¿Que viste?
Siguió la estegosaurio, dueña de la conversación.
Hasta que la luz del protagonismo paso a alguien más.
Una rosa con una risa maternal parece interrumpir mí respuesta antes de que la materialice.
– Jesusraptor… ¿Si que extrañabas a Anon eh?
Dijo Rosa con un tono algo burlesco, invitandose a si misma a la conversación. Stella responde físicamente con un puchero cerrando los ojos y mirando hacia otro lado.
– ¡Claro! Es porque es nuestro amigo… Aparte, estuvo ausente bastante tiempo.
No puedo evitar reírme levemente ante la respuesta de Stella, al igual que sentir algo de calidez por esto.
– Eso es cierto… Hmmm… ¿ Mijito porque faltaste tanto? Dudo que lo que hizo esa triggocha haya sido una buena justificación para faltar dos semanas, en especial considerando que Spears fue a verte.
…¿Cómo lo sabes en primer lugar?
– Spears pregunto a todos con los que hablaste o pensaba que podrian conocerte.
Muerdo mí lengua algo molesto, sabiendo que había murmurado de forma inconsciente otra vez. Rosa hace una cara extrañada mientras levanta una ceja, claramente notando el dolor en mí expresión. Mierda, quiere una respuesta.
– Puesmecaiporlaescalera.
Dije de forma rápida, casi inentendible, ambas viéndome con algo de sospecha, Rosa siendo la primera en abrir el pico para cuestionarme.
– Wey , habla bien, no se te entendió nada.
Parece haber dicho con frustración mientras suspiraba, dándome esa clásica mirada de madre que cuestiona porque fuiste por pimiento en vez de pimentón.
Yo solo puedo soltar un leve suspiro, dándome cuenta de que no hay salida fácil de esta… Debo confesar una verdad a medias.
– Pues… Me caí por las escaleras cuando salí del instituto ese día… Así que… Tuve que hacermelas por esas dos semanas, estoy seguro de que mí rodilla está rota.
Ambas hicieron una mueca de dolor al escuchar esto. Al parecer no hubo rumores de ese altercado físico. Stella bajo su cuerpo levemente para ver por debajo de la mesa mí rodilla desde su lugar. Rosa en cambio parece querer continuar la conversación.
– Eso lo explica… Ay, este muchacho.
Dijo en su lengua natal, quise preguntar que carajos acababa de decir, pero de vuelta me interrumpio… Ya estaba siendo algo molesto.
– ¿Volviste solo a tu casa con una rodilla así?
No, no hay manera de que te diga la verdad. Mírame como quieras, haz lo que quieras, pero, yo no pienso decir que pasó en ese puto apartamento, por más vibras de amigos que tengamos. Quise esquivar la pregunta…
– Si…
Pero falle.
– No nací ayer Anon… Enserio, ¿Estás bien? Siento que algo más te paso.
Me dio una mirada fría como sentencia a sus primeras palabras. Para luego volver a esa curiosidad… Dios ¿Porque mierda te importa tanto maldita marrón? Claro, no pensaba ser apalizado, así que no dije nada de lo que pensé solamente porque me detuve en un esfuerzo consciente.
– Pues… No… Fang me ayudó.
Que estupidez.
Stella se levantó desde el asiento para escucharme, atenta a lo que decia, con una energía totalmente neutral.
– Oh, hablando de Fang… ¿Porque no estás con ella? Si ustedes se ven inseparables…
Dijo con clara inocencia, ninguna de las dos sabía del jodido tema con ella.
"Inseparables."
Eso definitivamente tocó una fibra sensible.
– M-mira, solo no quisimos comer juntos hoy, quería estar con ustedes.
Dije de forma temblorosa, claramente afectado por esto.
Está mierda no me estaba haciendo sentir nada cómodo y aunque no era a propósito... Definitivamente se sentia como una mierda intencional que solo la perra del destino me haría vivir.
Rosa parece haberse dado cuenta de mí reacción. Lo suficiente para ver hacía atrás, tratando de no continuar con el tema.
Yo sigo su mirada para ver a Fang, esperando que este de espaldas… Como si viera un fantasma, hacemos contacto visual breve, pero notable.
Tantas emociones mezcladas en los ojos de ambos… Pero no puedo decir nada, no puedo evitar nada de eso, por todos los santos y dinosaurios del mundo. El odio como el amor mezclados en mí se revuelven como en una licuadora.
Así que comencé a alejarme con mí mochila en mano, Stella y Rosa algo preocupadas, pero no puedo hacer nada. Siento pasos rapidos desde su dirección, pero no me importa, no pienso girarme, no hoy, no por ella.
No pienso hablarle, no pienso hablarle a menos que sea necesario.
Simplemente no tengo la fuerza para eso… No sería capaz de hacerlo sin ponerme a llorar, no ahora.
Como una broma irónica del destino, al menos para ella, la campana suena al instante que yo me comienzo a alejar. Dinosaurios preparando su salida y algunos escapando del lugar me permiten perderme entre la multitud.
Siento mí corazón latir como una ametralladora al escuchar la voz ahogada de Fang gritando mí nombre desde el otro lado de la multitud, a lo que Naser se le suma con algo más de fuerza.
Esta fue una puta terrible idea. Nunca debería haberme acercado de ninguna manera o forma a ellos, ni siquiera si fuera por compartir con Stella o Rosa. Me puse nervioso por una estupidez y pague el precio por no poder hablar como un puto ser humano funcional y corriente.
Siento que voy a vomitar y mucho...
…
Pasaron algunas clases más y… Era hora de matemáticas. Aún seguía afectado por lo ocurrido en la cafetería, pero pude calmarme un poco con el pasar del tiempo y la exigencia de las clases con las que estaba atrasado.
De vuelta, mí estómago siente que va a explotar. Le ruego a Jesús raptor que por alguna razón fuera de mí control Reed y Trish no estén en clases. Había llegado antes que todo la clase correspondiente, solo para asegurarme de que no me vean entrar. Con la clara intención de disimular el evitarlos… Aunque no estoy tan seguro de que tan eficiente sea esto a la larga.
Me permito distraerme un momento con mí celular mientras los estudiantes llegan a cántaros como gotas de lluvia.
Entre visitas a foros, respuestas y shitposting, pierdo la noción del tiempo... Hasta que vuelvo a la realidad, guardando mí celular en mí bolsillo. Mire a la ventana tomando aire para prepararme por lo que estaba a punto de hacer.
Miró hacia donde se sientan Reed y Trish.
Solo Trish está ahí, al parecer absorta en su mundo, viendo su celular, como si yo no existiera.
Hay tantas cosas pasando en mí cabeza. Sobre todo malas. Solo puedo… Solo puedo… Carldewskii no está.
El odio. La rabia, el simple rechazo. Te mostré mí mejor cara, te pedí perdón y trate de comprenderte. Me lo pagas justo como quiero, ignorandome, haciendo como que no existo.
Más te vale seguir haciéndolo pequeña trigga. Sino fuera por mí puta rodilla rota ahora mismo estaría ahorcandote. Apretando ese delgado cuello tuyo por la mierda que he tenido que vivir por tu culpa. Pagando por lo que debes como deberías puta recoge algodón de mierda. Te lo juro por Jesús raptor el que nos está viendo ahora que te devolvería de un solo golpe a Trifrica.
Mis manos tiemblan mientras mí mantengo mis ojos fijados en su nuca. Siento como la presión de mis puños cerrados empiezan a hacer mis manos sangrar. Suelto un leve suspiro sin quitar mí vista de la enana morada.
Para luego simplemente levantarme y irme del salón de clases. Decidido a no soportar un segundo más con ella en frente.
Comencé a caminar por los pasillos, mis manos gotean un poco de sangre de las heridas auto infligidas. Rapidamente me doy cuenta de lo estupido que es manchar el instituto así. Procuro mantener mis manos abiertas y con las palmas hacía arriba mientras me dirijo al baño más alejado del que tengo conocimiento, el cual está en el tercer piso. No solo para limpiarme, sino para pasar el resto de la clase ahí.
Luego de 15 minutos, Carldewskii no vuelve, así que me lo podía permitir. El viaje fue complicado, en especial cuando debía subir escaleras, pero nada que no hubiera pasado antes, con mí rodilla finalmente acostumbrándose a la asistencia de la compresa.
Abro la puerta del baño con mí hombro y… Es tal como me lo esperaba.
Limpio, bien iluminado y con ningún dibujo sugestivo tan típico en los baños públicos a la vista.
Estoy solo, por suerte. Ojalá siga siendo así por el resto de la clase de matemáticas… La cual es también la penúltima antes de retirarme. Camino de forma errática hacía el espejo del baño. Puedo ver mejor mí cara, aún con mis ojeras marcadas como si me tratara de un mapache… Ocultando de forma eficiente la quemadura de mí piel por pasar tanto tiempo llorando.
Aunque ya pasó un tiempo desde la última vez que me hice mí festival de penurias, aún siento el ardor de mis ojos quemandome por dónde se deslizaron mis lágrimas.
En qué momento salió todo mal…
Alcanzó a bajar la cabeza y poner mis manos en el mármol limpio de los fregaderos, manchandolos con sangre. No puedo dejar de sentir una mezcla de arrepentimiento y vergüenza por haberme dejado llevar por las palabras de los demás.
Nunca debería haberme abierto a Fang.
Tal vez nunca debería haber estado para ella… Eventualmente podría mejorarse sola.
Incluso, el solo hecho de no haberme enamorado y haber estado tanto en su vida creo que hubiera sido diferente.
Algunas lágrimas caen desde mis ojos, pero no hago el intento de contenerlas. Estoy demasiado cansado de toda la situación en general para hacerlo.
Lo hecho, hecho está, supongo. Ya no hay nada que pueda hacer para cambiarlo.
Simplemente puedo seguir sintiéndome como la mierda miserable en la que siempre he sido.
Talvez… No lo sé.
Odio esta mezcla de sentimientos.
Auto desprecio, odio, enojo, tristeza, incluso terquedad.
No me hubiera hecho ningún bien quedarme callado, pero tampoco me ha hecho ningún bien el haber intentado.
Mis intentos de amabilidad… Creo que puedo estar siendo egoísta, incluso en pensar que por ayudar a Fang me merezco amor. Pero… Di tanto por ella, estuve para ella. Incluso si no quisiera estar conmigo… Esa actitud tan descuidada… Me da rabia, remordimiento.
No creo que le importe un carajo realmente lo que hice.
¿La ayude? Claro que si, ¿Hice lo posible para apoyarla siempre? Obvio.
¿Quise comprender a Trish? A regañadientes, pero tal vez no era tan mala persona como dijo Reed.
Todo ese cuento era una mierda moralista cualquiera. No hay batalla en el mundo que justifique hacer las cosas que me hizo cuando yo no le hice nada. Incluso si no intente… Si no intente hablar, ella podría haberse acercado. La culpa es SUYA.
Pero ya no hay nada que pueda hacer.
Decido lavar mis manos finalmente deshaciendome de la sangre en las mismas, tiñendo el corriente de agua color rojos por un momento.
– Bro… Pensé que te habías muerto.
Esa repentina voz grave de un drogadicto me saca de mí reflexión, obligando a darme vuelta rápidamente.
– …
Veo a la figura de Reed fumando un porro sentado sobre un inodoro, puerta del cubículo abierta justo delante de mí. Ya decía que este lugar olia extraño, aunque asumí que era el aroma residual de otros dinosaurios.
– Parece que te comió la lengua un ratón… Eh, no me puedo quejar, al menos estás aquí.
Dijo aquel drogadicto mientras salía del baño para apoyar su peso sobre el mármol a mí lado, yo no puedo evitar sentirme… Extraño.
No es la reacción que esperaba de mí.
– Esa rodilla tuya… Me sorprende que hayas llegado tan lejos. Antes de que preguntes, si, Fang me lo dijo todo bro… Y… Lo lamento mucho.
Dijo aquel velociraptor tomando otro sorbo de aquel papel quemándose, mirada pérdida delante nuestro, cuerpo claramente relajado.
No puedo evitar sentir una ira creciente al pensar como Fang pudo haber hablado de ese momento personal entre ambos, ni siquiera el hecho de que me haya caído, sino que le dije que me gustaba. Aunque Reed lo supiera desde antes, ella no tenía ningún derecho a darle información sobre lo que pasó entre nosotros, incluso si eran amigos. Mí mano aprieta el mármol con fuerza mientras mí mirada baja hacia mis pies, saboreando el piso de forma ingrata.
– Que mierda.
Es lo único que alcanzó a decir, con un claro tono de ira controlada.
– Si… Es una mierda. Enserio pensaba que la tenías bro… Lo hiciste todo bien, pero, no siempre podemos tener lo que queremos, ¿Verdad?
Intento hacerme hablar un poco más, consciente de cómo me estaba sintiendo en el momento, quería sacar una sonrisa de mí parte.
No iba a tener el gusto.
– Si no, sería demasiado fácil y aburrido. Incluso así… Tomaste buenas decisiones y eso te hace todo un rey, hombre.
Mencionó el velociraptor mientras tocaba mí hombro con una sonrisa esbozante, tratando de consolarme de una forma u otra.
Reed no sabe una puta mierda de lo que siento. No tiene en consideración todo lo que he dado. E incluso si mis acciones no merecen nada positivo, al menos esperaba que fueran algo más que ruido de fondo en el derrumbe de las relaciones que me he encargado de crear y cuidar durante la mitad de todo este puto semestre.
¿Que carajo me importa si tomé buenas decisiones si solamente me afectan más? ¿Si por ellas solo son una forma más de justificar la mierda que he tenido que vivir y que no me han apoyado como yo lo habría hecho?
Pero no, ya no. Ya no más. NO VOY A DEJAR, QUE UN PUTO JODIDO ESQUIVA METEORITOS ME FALTE EL RESPETO DE ESA FORMA, ESTOY HARTO.
– Cállate, puto retrasado.
Alcanzó a salir de mí boca. Al más puro estilo de Fang había soltado un insulto de forma tan calmada, pero a la vez agresivo como ella. Reed se hace hacia atrás por este comentario y cierra los ojos casi en decepción, aún no parece querer terminar con esta conversación.
– Anon, eso no es nada radical. Entiendo que todo lo que has vivido duele hombre… Pero esa no es forma de tratar a un bro.
Entonces como mierda trato a un bro, ¿Eh red? Que carajos quieres de mí. ¿Empatía que nunca recibí en primer puto lugar?, ¿Auto control? No me jodas. ¿PORQUE NO TE PREOCUPASTE?
– No podemos hacer nada por esa mierda que ha pasado y Trish… La ultra cago, seguramente es la razón por la que sigues enojado.
No, te equivocas.
– Pero tirarla sobre los demás… Bro, es no va a arreglar nada, como, ¿Entiendes?
Me enoja como puedes delegar todos tus problemas al diálogo y que realmente no creas que haya culpables en este mundo. Porque tú eres de los amigos que podrían haberse preocupado por mí.
– Solo dale tiempo… Incluso si Fang no era para ti-
Pero no lo hiciste.
¡THAMP!
El sonido sordo de un golpe lleno el vacío ambiente en el que nos encontrábamos Reed y yo. El se hace hacía un lado por el mismo, haciendo soltado su porro para cubrir levamente la parte donde lo golpee. Ignorando mí rodilla fragmentada lo empuje luego del golpe cayendo ambos.
¡SLAM!
Yo soltando un agudo grito de dolor por la rodilla, el un quejido al aterrizar con su espalda. Un pequeño forcejeo ocurre, pero lo terminó ganando cuando agarro su cuello con fuerza. estrangulandolo levemente. Mis manos vuelven a sangrar por la fuerza repentina que había aplicado.
Ambos tomamos aire fuertemente, Reed agarrándome de mis antebrazos intentando usar sus garras para que lo suelte. Pero no iba a hacerlo, también intenta forcejear y aunque su fuerza superior y mí cuerpo escuálido me lo dificulten, me mantengo sobre el, sentado sobre su estómago.
– A-aghn...on… SUELTA.
Lo escucho gritar con dificultad. No puedo evitarlo más.
– ESCUCHAME UNA COSA REED, NO SABES UNA MIERDA DE LO QUE ESTAS HABLANDO.
Suelto a todo pulmón mientras flexiono mis codos para acercarlo a mí.
– NO ENTIENDES, NO VAS A ENTENDER PORQUE TIENES EL PUTO CEREBRO PODRIDO POR TANTO PUTO CARFE.
Aprieto con más fuerza mientras mí cara físicamente se endurece dejando salir toda mí frustración en este momento.
– NO ME IMPORTA QUE TAN PUTAS BUENAS DECISIONES TOME EN MI VIDA, A NADIE LES PARECE IMPORTAR UN CARAJO.
– TODO LO QUE HICE POR USTEDES, POR LA BANDA, INCLUSO POR NASER, ¿COMO ME LO PAGAN? ABANDONANDOME A MI SUERTE EN LA MIERDA MÁS JODIDA QUE HE VIVIDO.
– FANG SABE DONDE VIVO, FANG SABE LO QUE ME HIZO Y NO CREA QUE SEA TAN PUTAMENTE RETRASADA Y INEPTA EMOCIONALMENTE PARA DARSE CUENTA DE COMO ME LASTIMO. INCLUSO SI NO ERA ALGO DE ELLA, ESPERABA ALGO DE TI, DE ¡NASER! NO JODAS.
Aprieto con más fuerza su cuello, siento como mis manos empiezan a resbalar por la sangre saliendo de mis manos.
– PERO SOLO SE DIGNO A PUTAS LLAMARME Y DARME MENSAJES PIDIENDO QUE RESPONDIERA. ¡YO NO QUERIA PUTAS LLAMADAS! ¡QUE MIERDA ES ESO!
– ¡CUANDO PUTAS YO HE HECHO ESO! SIEMPRE ESTUVE EN PERSONA PARA USTEDES.
Mí agarre se destensa un poco pero, rápidamente vuelvo a ajustarme.
– ELLA MAS QUE NADIE SABE QUE SIENTO Y NO SOLO ES ELLA, ES TODA LA PUTA MIERDA QUE TU AMIGA ESA TRIGGA HIJA DE PUTA MALNACIDA ESQUIVA METEORITOS ME HIZO.
– ¿DE QUE PUTAS ME SIRVIO HABLARLE? ¿ESCUCHARTE? NUNCA ME PIDIO PERDÓN COMO SE DEBE, NUNCA LO VA A HACER PORQUE NO LE IMPORTA. PORQUE PUEDO CONTAR CON UNA SOLA MANO A LAS PERSONAS QUE REALMENTE PARECE IMPORTALES COMO YO ME SIENTO.
– TUVE QUE REBAJARME A PEDIR PERDÓN POR ALGO QUE YO NUNCA HICE SOLO PORQUE ME HICISTE DUDAR DE LA PUTA MIERDA QUE HIZO, DE LO QUE YO HICE, TODO POR TU Y TU EGO, ESE IDEAL ESTUPIDO DE QUE TODOS PODEMOS LLEVARNOS BIEN, DE QUE TODOS PODEMOS SER PUTOS AMIGOS.
– NO ME JODAS REED, DESDE EL PRIMER MOMENTO EN EL QUE ENTRE AQUI HA ESTADO EN MI CUELLO, NI SIQUIERA TUVE QUE HABLAR CON FANG PARA QUE FUERA ASI CONMIGO.
– ¿TODO PARA QUE? PARA QUE DE LA NADA, ¿TODO LO QUE IBA MAL EN SUS VIDAS LO VENGA Y ARREGLE YO POR PUTOS AZARES DEL DESTINO? ¿PARA QUE TODAS ESAS LAGRIMAS, RISAS Y COSAS QUE VIVI CON USTEDES, CON FANG NO SIGNIFIQUEN NADA?
Comienzo a respirar agitado luego de tales gritos, los cuales probablemente se hayan escuchado afuera del baño.
Puedo sentir el agarre de Reed hacerse más débil mientras algunas frágiles lágrimas caen de sus ojos hasta el piso, haciendo burbujas de agua en el charco de sangre que hizo mis manos. Pronto me doy cuenta de que estoy a punto de meterme en problemas mucho más grandes de los que puedo controlar, así que suelto su cuello.
Finalmente me levanto, visualmente temblando, Reed comienza a toser mientras agarra su cuello, visualmente preocupado por la cantidad de sangre en el mismo. Incluso así, sigue intentando hablar.
– A-anon… Ah… ah…. Enserio… Perdón, lo siento.
Dijo mientras recuperaba aire, aún soltando algunas lágrimas… ¿Por desesperación? ¿Miedo? O… Arrepentimiento… las cuales no se molesta en limpiar, aún aturdido por toda la escena. Yo no respondo, no quiero hacerlo, estoy hecho un desastre. Gritar todo eso no ayudo para nada.
De alguna forma… Solo lo empeoró. Mucho.
Limpio mis manos una última vez, para comenzar a caminar hacia la salida del baño, Reed logrando afirmarse contra una pared, aún afectado.
– Decirlo ya no sirve de nada. Ya no me vuelvan a hablar.
Dije por último sin atreverme a verlo a los ojos luego de lo que acababa de hacer. Creo que era algo para mí mismo, de alguna forma. No estoy arrepentido, tampoco lo haría de nuevo. Pero claramente, eso no alivio el jugo de sentimientos que era ahora mismo mí psique… Pero me siento vacio, solo.
Solo.
…
Al final, tocó el timbre a medio camino hacia el salón de carldewskii. La trigga no apareció y era afortunada. Porque habría hecho sonar su cabeza contra los mármoles del colegio.
Si de algo estaba seguro sin embargo es que Reed no le iba a decir nada a Spears. Incluso si lo hiciera, no me importa una mierda. Pero se que no querrá hacerlo, el va a seguir intentando de nuevo esto de los amiguitos… O tal vez no lo hará.
Fang no estuvo en clases de música. Probablemente alertada por lo que pasó en el baño.
Tampoco iba a ser necesario, cambie mí banco a uno al otro lado de esta clase complementaria poco ocupada. Lo suficiente para poner una barrera entre mí y Fang para el futuro.
Esperando que el día acabara de una puta vez.
…
…
...
Así transcurrieron de vuelta las semanas. Reed y Trish cambiaron su clase de matemáticas, Stella me lo había comentado en una charla en el almuerzo, pues ahora las compartía con ellos. En cuanto a Fang, aunque coincidieramos en muchas cosas, ninguno devolvía la mirada, ni se atrevía a hablar. Esto incluyo las clases de ciencias, que en mis intentos más burdos de evitarla, simplemente me ausentaba de las mismas. La rara vez que compartí con ella fue cuestión de hablar poco, esquivar lo que preguntase y simplemente no mirarla directamente.
En esas pocas y raras veces… Mí estómago era una licuadora. Una que me quería hacer escupir todo lo que sentía en el momento frente a ella, pero desde el incidente de Reed tenia que ser más discreto.
Tampoco es que me aliviaría una mierda ser así, ni que estaba contento y feliz por lo que hice con Reed… Más bien estaba frustrado.
Con el tiempo, parece que la banda se reunifico. Tocando de forma más pública sus prácticas. Entre rumores y tanto, resulta que Fang finalmente había vuelto a tener un rol protagónico en su propia banda, dónde ella organizaba shows, prácticas y decidía los instrumentos que usaría.
Y aunque empezaban a tener éxito, no me podía importar menos a mí. Yo pasaba mis horas comiendo con Stella y Rosa. Charlando con ambas en clases que al parecer compartíamos como biología, educación física, formación ciudadana… Aunque eran charlas triviales, en especial con Stella; Eran disfrutables y aunque aún en mí departamento todos los efectos de este episodio de mierda que me tocó vivir me afectaban, hacían más llevable el tiempo que me quedaba en el Instituto Volcano… Aunque pronto todo acabaría. Solo Stella me preguntó que pasó en la cafetería cuando volví de clases, pero claramente
Algo… Algo aún se sentía fuera de lugar. Tanta amabilidad de forma repentina, en especial de Stella. Su personalidad de por si es difícil de descifrar… Es muy empalagosa, muy otaku, muy entusiasta.
Había decidido no dudar por ahora.
Pero pronto tendría que hacerlo, al parecer.
...
– Y… ¿Escuchaste de ese concierto que harán en el instituto esta noche?
Mencionó la chica de color verde mientras me acompañaba a educación física, ambos compartiendo esa clase. El día de hoy andaba… De buen humor se puede decir, el contacto con la banda fue mínimo y yo, quiera o no hice algunas cosas bien… Como mejorar en matemáticas y no hacer un ejercicio absolutamente desastroso en música.
– No… ¿VVURM DRAMA?
Dije con clara sequedad en mí voz, ese nombre no me agradaba.
– De hecho… Se llaman Swamp Babies.
Dijo soltando una pequeña risa al igual que yo, el nombre es comedico, pero recordable, aunque nunca escuché de ellos.
– Je… Nunca escuché de ellos, ¿No son de esta escuela?
Digo mientras reviso mí mochila en busca de una botella de agua.
– ¡Son de esta escuela! Pero suelen tocar en otros lugares… Yo nunca escuché nada de ellos, pero por lo que dice Rosa, son bastante buenos.
Rosa dándole un halago a algo musical que no sea rock cristiano o alabanzas a Jesús raptor… Es un incidente aislado. Eso significa que son muy buenos.
Pero dudo que vaya a averiguarlo.
– Suena genial… Pero, meh, no estoy para eso… Debo adelantar tareas.
Dije con desinterés mientras comenzaba a tomar sorbos de mí botella.
– Pues, ¡Aquí está mí sorpresa Anon-san~!
Dijo con ese tono tan… Molesto, a este punto. Claro diciendo eso con la intención de molestarme o tal vez muy inocente para siquiera darse cuenta. Se lo iba a decir hasta que…
– Stella, porfavor no me dig-
En su mano, dos boletos de color azul profundo, una clara señal de lo que me vendría a tocar a mí… Realmente no quiero ir.
– Wow… Es halagador pero, eh… Para que mentirte, no me apetece mucho, ¿Porque no a Rosa?
Paro por un momento, debíamos separarnos para ir a cambiarse cada uno en su respectivos vestidores. Ella hace lo mismo y un claro rubor se hace presente en su cara. Se cubre levemente con los boletos por encima del hocico mientras mira a otro lado, generandome auténtico cringe.
– Y-yo… Quiero que vengas conmigo, porfavor.
¿Porque? Yo no quiero ir realmente pero… Stella pide casi suplicante, aunque ya no sea tan vulnerable a estas cosas… Hoy me gana el buen humor, al menos para hablar y aceptar… Solo es esta noche.
– Jodete… Vamos, a la noche, ¿Verdad?
Digo agarrando con cuidado una de las entradas para guardarla en mi bolsillo, leyendo la información del mismo. Los ojos de Stella esbozan entusiasmo y alegría, brillando levemente mientras se acerca de brazos abiertos para un abrazo en el cual da algunos pequeños saltitos.
Aunque no es la primera vez que lo hace, aún me causa algo de incomodidad que me haga esto… No estoy acostumbrado al contacto físico femenino. Aún así, mis alarmas ya no suenan.
– Gracias… Muchas gracias… Si, a la noche, nos ponemos en contacto luego ¿Va?
– Va…
¿Porque tanto entusiasmo, Stella?
…
Esa misma noche, volví a vestirme, esta vez con algo más de estilo, si se puede decir así. Decidí cambiar una de mis usadas chaquetas verdes por algo de color negro, cuero sintético que mí padre me había regalado hace ya un tiempo. Inadvertido al principio, termine saliendo con esta próxima tortura térmica, la cual comenzó a calentarme tan pronto llegaba al colegio.
Una Stella vestida con un vestido largo de color blanco, zapatos blancos y una chaqueta de jean sobre todo… Eh, era bastante bonita, tengo que aceptarlo. Nada de mí interés sin embargo. Esto no es más que dos amigos saliendo para endulzar los ánimos. En especial para mí.
Por momentos ella parecía querer acercarse a aprisionar mí brazo en un agarre, aunque lo evitaba empujándola juguetonamente o a forma de burla sin tirarla y jugando con ella de forma algo más física… Simplemente era lo poco que se me venía a la mente para evitarlo.
No quiero malentendidos de su parte, ni que ella considere nada de lo que esté por pasar aquí algo que debamos compartir como algo más que amigos. A diferencia de Fang, simplemente lo evitaba lo más posible. Al final, llegamos a un auditorio alejado de el edificio principal del instituto, pero aún en el campus del mismo.
Una chancha de basket que permite jugar juegos estatales ahora convertida en un escenario para bandas. Nuestra entrada fue algo tardada, pero por suerte paso rápido, gracias a mantenía mí vista en mí celular mientras dejaba pasar la cola que se hacía ya hace un tiempo. Luego de pasar, pude caer en la cantidad del público en el lugar. Fácilmente, la mitad del último año estaba aquí, listos para disfrutar de una banda que entre conversaciones ajenas la pintaban como excepcional.
Stella compartía palabras y pensamientos de forma ansiosa conmigo, claro, hasta que se tuvo que retirar al baño por un momento. Clásico de ella.
Yo procure mantenerme cerca de un puesto de bebidas y comidas gratuitas cercanas que pusieron para justificar el precio desorbitante que antes Stella me menciono como si nada… Eh… Si, suena algo raro.
– ¡INSTITUTO VOLCANO!
Las luces se apagaron repentinamente. Yo había pedido una bebida la cual agarre con fuerza antes de que me la sacarán aprovechando la oscuridad del momento. Las luces del escenario creado para albergar a la banda se hizo presente. Máquinas de humo llenaban el salón con una niebla espesa pero que solo llegaba hasta mis rodillas, los gritos alentativos del cuerpo estudiantil llenaban el aire. La intriga crecía en mí a pesar del desinterés general que tenía, en principio solo venía a pasar un buen rato con Stella. Pero ahora venía a saber cómo funcionaba… No, que tan buena era está banda.
Una figura familiar… Alguien que ya había visto antes, un baryonix de color azul en el escenario. Pelo corto hasta por encima de su cuello, color celeste profundo, cuerpo maquillado al completo para poder imitar la apariencia de un dinosaurio esquelético, cubriendo su cuerpo con ropas cortas y sueltas que hacen juego. Aunque… El esqueleto era negro, el resto del cuerpo era celeste, varios tonos de celeste.
Mis ojos fijados en esta mujer solamente miran el inicio de su extraño acto… El de una banda de esqueletos, un chasmosaurio y un atrociraptor la acompañaban, que miraban a todo el público, listos para la acción.
Esa rara policromatica se robo toda mí atención.
Notes:
HEYY!! FELIZ IWANI!!! SOLO FALTAN 2 DIAS YEYY!!
jejeje y les quería dejar algo más de disfrute.
SIP, segundo capítulo de esta historia que me está gustando bastante escribir, en especial con los comentarios del discord, a los cuales les agradezco por compartir lo que piensan.
Algunos aspectos que me gustaron bastante del capítulo son claramente la pelea con Reed, siento que encapsulo muy bien lo que Anon siente aparte de dolor por el rechazo de Fang.
La cual pronto también recibirá las consecuencias de sus acciones, solo esperenme. 🙏
Que tengas una linda mañana, tarde o noche, espero te haya gustado este capítulo y nos vemos en el siguiente.
¡Toma tesito! ☕
Chapter Text
– I fell… In your arms tonight~ I fell hard… In your arms tonight~...
Esa voz… Comienza el show cantando de forma estridente con el hocico cerca del micrófono.
– It was nice~.
El ritmo suave dado por la guitarra es acompañado por la batería de forma más secundaria, pero aún así tocando con seguridad las notas que le corresponden para que la música se ajuste a la voz de la cantante, funcionando como un apoyo a la melodía.
– I died in your arms tonight… I slipped through into the afterlife… It was nice~.
El público explota en euforia cuando la baryonix finaliza esas primeras estrofas, generando más ruido del que por si habían estado haciendo. El baterista parece tomar el ritmo de la canción con un redoble simple, pero que daba justo en el clavo que ya había puesto la guitarra.
Por su parte, la guitarra mantiene sus notas, agregando algunas a medida avanza la canción. Se siente más animada, rápida incluso, aunque realmente no hayan cambiado el ritmo. Esa sensación dada simplemente por la clara experiencia de los miembros de la banda involucrados al tocar en sincronía, agregando notas entre más avanza la canción.
Definitivamente saben lo que hacen y a el público le está encantando… Me confunde.
Yo… no puedo hacer más que observar con nostalgia a la figura policromatica que usa su inmenso rango vocal para cantar, dejando los pulmones en cada sentencia de la canción.
Saca al micrófono de su soporte para bajar levemente su torso, estirando su mano desocupada hacía el público mientras cierra los ojos. Sus rodillas se flexionan levemente mientras recita la estrofa, dramatizando su imponente letra haciéndose lucir más pequeña.
– I try to escape afterlife… I try hard to get back inside your arms alive~.
El cuerpo estudiantil erupciona de vuelta, aceptando de forma grata su emocionalidad al cantar.
Ella vuelve a una posición erguida, abriendo los ojos de vuelta, acompañando la canción levemente con la cabeza de lado a lado para mantener el ritmo.
Entre la gente saltando de alegría, cantando mientras lloran debido a la misma emocionalidad de la canción o simplemente disfrutando del espectáculo en alientos… Nosotros hacemos contacto visual.
Ella apunta hacía mí con una sonrisa, mientras mueve la cola de forma abrupta hacía un lado para girar hacia otra porción del público, sin quitar el dedo de mí dirección… ¿Y e-
– And hey! You! Don't you think is kinda cute? That I! try! To escape the afterlife~?
Su mano se cierra en un puño para si misma mientras cierra de vuelta los ojos, su voz me saca de mis pensamientos rápidamente. Es visible la bocanada de aire que tomo en un parpadeo para continuar la siguiente parte. El público ya enloquecido solo canta a la par de ella en las secciones que ella exclamó fuertemente anteriormente.
– That I! Try! To get back in your arms alive? That i died in your arms~…
El público al igual que los miembros de su banda cantan a la par de ella, claramente animados por la cantante y su dramatización.
– That i fell haaard~... In your arms… I went and dieeed~ In your arms that night~.
La batería deja de sonar abruptamente, quien la toca baja levemente la cabeza con una sonrisa, satisfecho con su trabajo. Solo el guitarrista acompaña a la cantante que de pronto parece caer en una melancolía compartida con el público. Su voz llega a el máximo de su rango vocal, o al menos eso creo yo, generando un tono de tristeza, empapado en nostalgia con un ritmo lento… El cual solo me hace sentir más confundido con esta canción.
– I fell in your arms tonight… Suiiicidee in your aaarms~.
El cuerpo estudiantil acompaña la última sentencia con ese mismo tono, aunque al instante la guitarra anima de vuelta, retomando con un solo corto, pero preciso, en el que la batería vuelve a tomar protagonismo poco después. La cantante principal se encoje en si misma mientras da levemente la espalda al público, imitando una cara de dolor emocional, aullando sonoramente a la par de sus compañeros haciendo un coro fantasmal en la respectiva canción.
Yo solo me hago hacía atrás, chocando finalmente con el puesto del que saque mí bebida, la chica vuelve a cantar, pero yo no siento que esté en la tierra.
Mí mano aprieta con fuerza el vaso de plástico lleno de liquido mientras contempló la canción con una sensación de familiaridad en mí pecho.
Ese dolor… El vacio solo se hace más grave mientras recuerdo porque me siento así… Pensaba que se fue… Pero no, solo lo he estado ignorando todo este tiempo… Estás semanas.
Fang… ¿Todo murió en tus brazos ese día? Solo… Quiero saber si realmente vas a olvidar todo lo que intente por ti. ¿Vas a olvidar cada vez que me esforce? ¿Cada vez que quise hacer algo bien por mí mismo para ambos?...
Bajo la cabeza, solo puedo escuchar la música que proviene desde la banda, aún con todo el movimiento a mí alrededor, me concentro en el reflejo que me ofrece el líquido en mí vaso… No puedo evitar comenzar a llorar mientras hago esto.
Odio esto… demasiado.
La canción vuelve a el tono del principio, acompañado solo por la guitarra tocada por el chasmosaurio morado. Casi como una mente colmena, gran parte del cuerpo estudiantil calla, para que la cantante de las estrofas finales.
– I fell in your arms tonight~.
Al menos dime qué soy un retrasado por haber golpeado a Reed.
– I died in your arms tonight~.
No… No harás eso. Porque todo lo que me dijiste… Desde que te conocí haz hecho eso, Fang.
– I lie in your arms tonight~.
Siempre… Desde que te conoci me has mentido. Nunca quisiste que sea tu amigo, ni por un momento ibas a ser amigo de un skinnie… Eso no te importaba una auténtica mierda Fang. Solo querías una almohada en la que consolarte y llorar sobre toda tu mierda para luego tirarla a la basura, porque ni siquiera tus amigos podían hacer eso. Aún piensas esa mierda que dijiste ese día en el jardín cuando nos castigaron. Ni siquiera un puto hongo.
– I fell in your arms tonight.
Tu eres la mierda que crece en el jardín de los demás, escoria malnacida. Mis pensamientos intrusivos lentamente se comienzan a comer mí psique mientras escucho las canciones cargadas emocionalmente de los Swamp Babies.
…
El resto de la noche transcurrió con tranquilidad. Stella termino volviendo del baño tan pronto termino la canción, intacta, a pesar de toda la conmoción del concierto que ahora tocaba canciones inentendibles para mi. Yo me recompuse tan pronto la música de el primer acto termino, evitando que Stella me vería en un punto tan bajo… Espero. Entre canciones que iban y venían se mantuvo en mí la primera de todas.
Es posible que sea por el nivel de emoción que el baryonix vestida como esqueleto puso para usar todo su rango vocal, el cual, para ser sinceros, es excepcional. Creo que su único instrumento es su voz. También puede ser por la increíble experiencia de los otros miembros de la banda… Pero las palabras de ella rebotan en mí cabeza con su voz. Aunque ya no sea de una forma melancólica y nostálgica como la versión de la banda.
El rechazo, el simple recuerdo hacía Fang, Trish, Reed, Naser o incluso Naomi me comen por dentro. Incluso de los amigos que esperaba algo, aunque sea compañía… Pero no, no hubo nada de ellos, solo ruido blanco, estatica. Llamadas, mensajes, intentos de charlar… Talvez si les hubiera dado una chance para hablar… No… no lo creo. Reed ya me demostró suficiente con la puta escena en el baño.
Se que no soy quien para pedir una mierda, pero creo que me merezco algo más que nada.
Al final, entre más minutos pasaban, más comencé a pensar de forma incesante en las decisiones que tome durante los últimos meses… Solo generando más enojo, resentimiento y indignación por las acciones de los demás.
Incluso si lo que hice a Reed no estaba justificado… Ellos hicieron peor. Definitivamente, mucho peor. No puedo evitar mostrar mí estado emocional actual ante Stella de una forma más física, incluso si me intento controlar.
Ella mantenía una "conversación", si es que se le puede llamar así a que yo le contesté con si o no a sus preguntas o intentos de conversar sobre la banda.
Estoy cruzado de brazos, de espalda contra la pared, mis ojos mirando al piso, mí rodilla lesionada estirada, a diferencia de la que está sana, un claro ceño fruncido en mí expresión. Stella, la cual estaba delante mio se mueve a un lado, su expresión solo demuestra neutralidad y algo de tristeza.
Su espalda toca la pared en la que yo también estoy apoyado y el lado de su cabeza alcanza mí hombro.
Muevo mis ojos hacia ella y antes de que pudiese protestar ante este movimiento repentino en cual yo no consenti ni quería experimentar ahora ella me interrumpe.
– Anon… ¿Que te está pasando?
Su tono es claro, audible. Puedo escucharla incluso con todo el ruido del cuerpo estudiantil y la banda tocando a todo volumen frente a nosotros… Levanto la cabeza vacilante ante su pregunta. No estoy seguro de como responderle, incluso considerando que puedo mandarla a la mierda por cómo me siento.
¿Incluso con todo lo que ha hecho este mes y medio… Se merece que la trate como si fuera la culpable de la mierda que he estado viviendo? Yo creo que… no, no se lo merece. Aparte de Rosa, es la única persona que me hace compañía porque quiere hacerlo. No busca nada a cambio en mí, tampoco me ha forzado a nada… Ni me uso de almohada emocional. Stella… Muevo levemente la cabeza mirando hacia el puesto donde estábamos anteriormente, niego lo que siento y lo que podría hacer. No es como si todo el resentimiento y pensamientos intrusivos del mundo me hagan algún bien en primer lugar.
Solo me hacen sentirme más solo...
Termino soltando un fuerte suspiro mientras mis ojos se dirigen hacía ella, intento hacer contacto visual, aunque el ángulo me lo impide más o menos… Aún puedo ver cómo espera una respuesta, sin forzarme o pedirla, simplemente, apoyando su cabeza en mí hombro.
– Stella… Creo que sabes muy bien lo que pasa.
No es tonta. Alguien del grupo de Fang se lo debe haber dicho, se que pasaban tiempo juntos de vez en cuando por los castigos en el jardín. Incluso si no era así… Estoy buscando las fuerzas para decírselo, para no arrepentirme y mentirle, solo haciendo tiempo.
– No… No se nada de eso… ¿Puedo saber de qué se trata?
Claro… Mierda… ¿No me estás mintiendo verdad?
– No Anon, ¿Porque tendría que mentirte en primer lugar?
Me muerdo la lengua al darme cuenta que había vuelto a murmurar. Era algo que ya no hacía desde… Desde que tuve el encontronazo con Reed. Ella no nota mí clara molestia por haber hablado en voz alta sin quererlo. Miró hacia el lado opuesto dónde está ella, enfocado en un vaso derramado en el piso.
– No tienes razón para hacerlo Stella… Solo que… Lo siento… No quiero arruinar todo esto con mí negatividad.
Finalmente suelto algo de lo que sentí cuando la vi desanimada, verla así es como ver a un cachorro llorando, incluso si puede dar cringe extremo de vez en cuando, ella aún es alguien muy dulce con… todos... Conmigo.
– Anon… No estas arruinando nada más que a ti mismo con esta actitud. No sé lo que te pasa o porque te sientes así… Pero quiero saberlo… Mira. – Su cabeza se inclina hacia arriba para verme, su pico descansando en mí hombro – Me preocupas, ¿Okay? No es por nada pero… Un día solo llegaste a sentarte con nosotros… y ya no hablas con Fang. ¡Fang! Ustedes dos eran como el anime al manga, se necesitaban… ¿Pero ya no? Solo… Quiero saber… Porque… P-porque me importas, Anon.
Ella soltó todas sus dudas, inseguridades y miedos en un solo momento. Yo solo sentí el dolor en mí pecho abrirse, socavarse de vuelta al recordar a Fang. Incluso si no era con tristeza o nostalgia, había tantos sentimientos que no podía no sentir hacía ella incluso hasta ahora… Pero eso no es el tema del momento. Puedo sentir algunas lágrimas salir de mis ojos, bajando por mí cachete. Stella nota esto al instante y cambia su posición para ponerse en frente mío, forzando sus brazos a mis lados y abrazando mí torso con fuerza. Yo no puedo hacer más que seguir llorando mientras correspondo al abrazo.
El sentimiento familiar de cercanía me hizo llorar, llorar como un bebe. El que Stella quiera saber me hizo llorar. El que yo sea su amigo, me hizo llorar. Porque le importo… Eso me hizo sentir un alivio, como si mis hombros no se sintieran tan pesados desde que casi mato a Reed ahorcandolo.
Empecé a contarle, contarle cada cosa que pasó entre yo y Fang desde que la conocí, llorando, enojandome y perdiendo fuerzas, pero siempre con un abrazo entre ambos. Ella no veía mí cara… y yo tampoco la de ella. Pero aún así, nuestra conversación se sentía real .
Al final, ambos pudimos entendernos, el porque nos sentíamos como nos sentíamos… Fue terapéutico, casi… Aunque, incluso con eso, el dolor prevalencia en mí pecho. Fue un desahogo de mí parte, ella solo escuchando, pudiendo saber lo que preguntaba. Ella averiguo todo hasta ahora y parecía satisfecha con esto.
– ¿Sabes? Gracias, Anon.
Dijo la chica con los ánimos tan comunes en ella restaurados, aún no me soltaba el torso, así que era un poco incómodo intentar hablar de cualquier cosa.
– ¿Por?
Pregunté, aunque creo saber la respuesta. La situación en general empieza a tornarse sofocante entre más pasa el tiempo y aunque mis alarmas no hayan sonado, no puedo decir que esté más cómodo luego de básicamente doxxearme frente a una fémina. La cual por suerte SI es mí amiga.
– Por confiar en mí… Gracias, eso es difícil.
Ahí está, esperaba algo así… Le sonrio ligeramente, está vez enserio. Al menos es un peso menos en mí espalda.
– Eso hacen los amigos. Claro que puedo confiar en ti, otaku.
Aunque fuese juguetón, puedo notar un leve sonrojo en su cara hacerse presente, el cual pasa a una risa tímida, seguido a un golpe en mí pecho, algo fuerte.
– ¡Oof!
Suelto un quejido ante la acción de Stella que se aleja riéndose cada vez más audible.
– Jaja… Muuuuy gracioso Anon.
Ella aún me da la espalda, parece ver su celular una última vez antes de darse la vuelta y verme a unos metros alejada de mí.
El ambiente en general, incluso las canciones eran más calmadas.
– Pues… Ya me vinieron a buscar… ¿Hasta luego?
Pregunto curiosa mientras ponía sus manos en su espalda, esperando una respuesta.
– Hasta luego, Stella. Te veo en clases, ¿Va?
Aún quería tener un amigo aunque sea.
– Va.
Ella me muestra su dedo índice y del medio, formando el símbolo de la paz, para luego darse vuelta y irse de forma animada, con la misma actitud con la que la llegamos. Siento… Siento que está noche fue bastante buena… Muy buena… Talvez yo también deba irme… Incluso si la música está siendo buena… Ya quiero ir a jugar Rock Ring y olvidarme de que tengo tarea del Sr. Jingo.
Salgo de mí cómoda pared, sintiendo el calor de mí chaqueta cubrirme por segunda vez en la noche, algo incómodo, tengo que aceptar.
Veo la salida y… Llena de dinosaurios.
Mierda… Bueno… No puede ser tan malo esperar a que termine… Aún debo poder hacer shitpost aquí adentro, incluso creo que hasta hay una tormenta fuera-
– ¡Y PARA NUESTRO ULTIMO ACTO DE LA NOCHE, TENEMOS A NUESTROS INVITADOS ESPECIALES!
La voz de un dinosaurio que no era la vocalista de Swamp Babies me saca del trance. Me giro atento a lo que un apatosaurio rosa dice con su largo cuello doblado para llegar al micrófono. Parece el encargado del evento…
– ¡UNA BATALLA DE BANDAS ENTRE SWAMP BABIES Y VVURM DRAMA! ¡LA BANDA QUE DESTACO LA ULTIMA NOCHE EN GIGANO HILL!
…
Silencio sordo en mis oídos, tinittus activado por los gritos y vitoreos de miembros del cuerpo estudiantil y mí propia incredulidad ante el evento. Puedo ver cómo la vocalista de los Swamp Babies toma una botella de agua algo fastidiada mientras los otros miembros, el atrociraptor y el chasmosaurio mueven sus equipos a un extremo del escenario. Mí cabeza solo empieza a maquinar las posibilidades de suicidarme saltando desde una mesa. Pero algo más llega a mí cabeza… Destacaron en Gigano Hill… No little tru… ESOS HIJOS DE PUTA VOLVIERON A TOCAR JUNTOS. No pasaron ni dos meses desde que se "separaron" y ya estaban juntos de vuelta. Fang se designó rápido de su decisión al parecer. Una notable irá crece en mí. Aunque supiera que volvieron a tocar juntos…¿Se dignaron a hacerlo en público así? Cada pequeño sentimiento y pensamiento intrusivo sobre los miembros de aquella banda prevalecen y se hacen más fuertes mientras pasan los minutos.
Hasta que finalmente, la hora del juicio llega y puedo ver a la trigga morada subir al escenario cargando su bajo pajolero. Tras de ella, un Reed vestido algo más discreto, una sudadera gris y unos jeans presentables, incluso no parece ser un puto junkie así.
Es inútil mí intento de mover mí mirada hacia un lado cuando aquel pterodactylo monocromático sube al escenario, arreglando su pelo minuciosamente mientras que con su otra mano agarra su guitarra roja. Tras de ellos un grupo de gente cargando equipos que instalan rápidamente, entre ellos Naser, el cual parece hablar con Fang por un momento, para luego darle una palmada.
ESTA PUTA MIERDA NO PUEDE SER PUTAS REAL, NO ME, NIEGO, ABSOLUTAMENTE, NO QUIERO SABER, NI ESCUCHAR DE ESTOS HIJOS DE PUTA, ME NIEGO A VOLVER ESCUCHAR UNA MIERDA MÁS DE ESTOS ESQUIVA METEORITOS.
Intento forzar mí camino hacia la salida, pero con el estado de mí rodilla y el simple número de dinosaurios expandidos en todo el gimnasio es imposible. Al carajo, si no puedo evitarlos voy a ignorarlos.
Saco mí celular mientras escucho como cada banda hace su presentación, como si me importará un carajo lo que diga cada una.
El inicio fuerte de una guitarra sumado a un bajo puntero al igual que una batería rítmica llaman mí atención, son ellos comenzando a tocar.
– I was telling him... The other day that… I will be the one to make her stay but~...
Siento la voz fantasmagórica de Fang salir del micrófono con fuerza, Reed en la batería comenzando a dar el ritmo con mucha más fuerza mientras Fang y Trish acompañan en el mismo tempo con sus instrumentos.
– Who's crying now on my shoulder? Who's crying now that i've told her~?
Me estás jodiendo, cállate, Fang, CALLATE, CARAJO. Me alejo lo más posible de la fuente de el ruido que es la puta banda, no me importa que tanto el resto del cuerpo estudiantil los anime, ellos no merecen esto. Los minutos pasan y yo solo siento mí estómago hecho un remolino. Alejado de todos, en la esquina más lejana del gimnasio, que incluso tiene un poco de gente aquí… Suspiro sacando mí celular, dispuesto a shitpostear todo lo que quede de noche, hasta que pueda salir de esta puta caja de zapatos.
Luces empiezan a salir del escenario, moviéndose a altas velocidades haciendo efectos similares a los ritmos de las canciones, algunas pasando molestamente por mis ojos. Ya de por si mis ánimos formados por hablar con Stella se vieron destruidos, ¿Pero tener que volver a ver cómo tocan estos jodidos? No, no, ni en un millón de años.
Pasando los minutos, yendo entre foro y foro, soltando mí frustración acumulada como pólvora dentro de una granada en mí en cada hilo de la forma más tóxica posible. Las luces no hacen más que molestar este proceso y entre más pasa el tiempo, más y más mierda escribo. Parece que ahora cantan los swamp babies, bien, sigan, rápido.
Mí tren de pensamiento iracundo se ve parado cuando levanto mí mirada levemente de mí celular para ver a un parasaurio rosa acercándose a mí, con ninguna expresión en su cara más que frustración, brazos cruzados, vestida con un saco marrón de gran tamaño, jeans y botas altas, claramente, todos de la marca más cara de este puto mierdero llamado Volcadera Bluffs.
Su voz la cual siempre ha sido un tono demasiado endulzado de un dibujo animado se ve totalmente diferente, una mujer joven claramente disgustada me habla.
– Levántate.
Naomi recita exigente mientras me mira de brazos cruzados mientras yo solamente la puedo ver con el mismo nivel de desprecio, para este punto, ya ni siquiera me importa disimular mí odio al coño albaricoque.
– ¿Y si no quiero traga penes?
Respondo como si estuviera hablando en un foro, cortante, sincero y directo. Tal y cual Fang lo haría cuando la conocí.
– Voy a comenzar a gritar y no voy a dejar de decir las cosas que un sucio skinnie como tu quiso hacer conmigo.
…Está puta perra de mierda… ¡AGH! Impedido por mí rodilla me levanto lentamente en silencio, viéndola con un claro enojo, acumulando las ganas de comenzar a enterrarle su expresión enojada en la cara golpes.
Ella suelta un suspiro fuerte mientras cierra los ojos, claramente frustrada por algo que yo se el porque paso. Su puto plan de mierda se fue al carajo, Fang no se arregló, más bien sigue siendo la misma plaga que ya era e incluso peor, puedo imaginar.
– Aún no entiendo cómo pudiste hacerlo tan mal con Fang.
Ella dice con clara molestia me dice sentenciante, siento como mí paciencia rápidamente se va drenando con el hecho de tenerla delante mio.
– Lo tenías en bandeja de plata, Anon, DE PLATA. ¡No puedes decir que no lo intentaste! Sabes que Fang y Naser deben estar sintiéndose devastados por como te estás comportando, ¿Acaso no te importa?
Sentencia la parasaurio, aún tratando de ocultar su plan, como si no lo supiera todo ya. Evitó hacer algo impulsivo cuando ella se acerca más a mí, reclamando por algo que ya realmente no me importa.
– No Naomi, no me importa como se sienten Fang y Naser. ¿Tiene algo de malo? Cómo si a ellos les importara una auténtica mierda como me siento yo en primer lugar.
Naomi suelta un quejido frustrado, yo cierro los ojos evitando físicamente el verla. Siento como una vena en mí cabeza empieza a acumular sangre exponencialmente y una ligera jaqueca comienza a hacerse presente.
– ¡UGH! Enserio eres de lo peor, no entiendo en que mundo Y- FANG pudo haberte elegido para andar con ella. ¡Incluso lograste que mejorará! Hablaba más con Naser, HABLABA CON SUS PADRES, ¡DIOS! Pero ahora Naser pasa todo el tiempo con ella y juro que es por t-
Basta.
– Naomi, cállate.
Ella se hace hacia atrás por mí respuesta repentina, intenta volver a ir contra mí.
– ¡ANON! POR TU CUL-
Pero no, no quiero escuchar ninguna mierda más.
– NAOMI, CALLATE, CALLATE, CALLATE, NO ME IMPORTA UNA MIERDA LO QUE TENGAS QUE DECIR SOBRE LA RELACIÓN QUE LLEVES CON NASER. LOS DOS SON UNOS PUTOS RETRASADOS EN SU PROPIA BURBUJA DE FANTASIA Y COLOR VOMITO ARCOIRIS, EN ESPECIAL TU, PUTO INTENTO DE MARY SUE.
Me acerco a ella con mis manos hechas puños, apretando con fuerza mis dedos contra mis palmas. Los pensamientos intrusivos de golpearla, posiblemente incluso matarla a golpes se desvanecen en un enojo verbal mayor.
– ERES UNA MIERDA POR INTENTAR QUE SALIERA CON FANG. ERES UNA MIERDA POR MANIPULAR TU PUTA RELACIÓN CON NASER PARA HACERLA "PERFECTA". ¿ME ENTIENDES? ERES UNA MALDITA PERSONA DE MIERDA QUE NO SE MERECE EL MÁS PUTO MINIMO DE EXITO EN NADA DE LO QUE PUTAS HACE.
Yo empiezo a caminar pasando a ella, ya sabiendo que alerte a los dinosaurios de mí alrededor, como si me importará un carajo a este punto.
– NO SOLO PORQUE ERES UNA MANIPULADORA, SINO PORQUE ERES UNA FALSA, DOBLE CARA, REPTIL, RATA DE DOS PATAS, HERBIE RETRASADA Y CON UN TRASTORNO MENTAL MAS GRANDE QUE TU PUTA CABEZA.
¡VETE A LA MIERDA, NAOMI!
Eso es lo último que alcance a decir mientras me hacía paso entre la multitud, la batalla ya terminada hace un rato desde que le grite a Naomi. Perfecto, ahora me puedo largar a la mierda. Incluso con mí rodilla en mí estado actual puedo obligar a algunos hacía un lado. Aunque… Al parecer estaba granizando afuera, evidenciado al ver dinosaurios salir y entrar al instante con algunas escamas hundidas en sus cuerpos.
La posibilidad de irme sin que el granizo me muela a golpes de camino a casa es nula y por eso tomé la decisión de… Calmarme. Respiré profundo… Respire profundo y… Aún seguía con los puños cerrados como si tuviese algo que romper en mis manos.
La puta audacia de Naomi para venir a reclamar cosas que ella mismo causo. A este punto sueño con nunca haberla conocido, con que Fang no existiera, junto con el resto de la banda. Todo este tiempo no ha sido más que para traerme problemas, dramas y mierda por la que nunca seré recompensado…Tal vez me merezca esto. ¿Porque? Nunca hice nada peor que insultar a algunos randoms en internet o descargar porno en cantidades industriales… Pero… yo solo estoy… No, no, no.
Niego con la cabeza con fuerza con los ojos cerrados, tratando de volver en mí mismo.
La mierda que pasó en Rock Bottom fue mí culpa, pero no merecía nada de lo que me pasó.
Lo mismo es aquí… Aquí yo soy la víctima de toda la mierda en la que Naomi me metió. Intento razonar conmigo mismo. Eventualmente calmandome lo suficiente como para abrir de vuelta mis manos y relajar mí postura nerviosa, soltando un leve suspiro. Incluso nervioso, es algo más calmado que antes, dónde podría jurar que cometería un JFK a Fang y todo su grupo.
Solo es un mes y medio hasta que todo acabe… Hasta que no deba lidiar más con todo lo que Fang hizo.
– Ujum, un mes y medio, ¿Un poco triste, verdad? No más amigos… No más conciertos en la escuela...
Escucho una voz desconocida, la cual parece afirmar lo que dije en mí cabeza, más pronto que tarde me doy cuenta de que en realidad había tartamudeado eso. No me atrevo a girar la cabeza, ni siquiera me importa quien sea y… No estoy de humor para hablar, mucho menos para hacer cualquier mierda.
Aunque claro, yo no tengo control sobre estas cosas.
– ¿Te comió la lengua un ratón?
En la esquina de mí campo de visión veo a… La rara policromatica, vocalista de Swamp Babies, intentando hacer charla conmigo. Su expresión segura y de clara serenidad.
– ¿Porque me estás hablando?
Respondo sin aspereza o ganas, intentaría evitar la conversación ignorandola o simplemente yendome, pero… Eso está afuera de la ecuación, estoy rodeado por otros dinosaurios, en medio de una multitud. Por un momento hay un silencio entre ambos, como si buscará que decir.
– Jesús raptor perdone a uno de sus hijos por querer socializar jeez ….
Usa una expresión que pocas veces he escuchado, aunque toma mí curiosidad por un breve momento, aunque maquino para no contestarle con insultos. Rápidamente descifro que simplemente habla por estar… O tal vez… Tal vez.
– Mira, si es por lo que pasó con ese parasaurio rosa, no, no abuse de ella.
Esperaba lo peor a este momento, sabía que no le diría a Naser, pues ella ya sabe que yo puedo incriminar todo su pequeño plan con un poco de tiempo, así que lo más lógico sería decirle a alguien "influyente" en el evento. O yo que se, realmente no quería usar mucho la cabeza en este momento.
– Ah… Así que de ella venían esos gritos… ¿Locas, no?
La chica se rió un poco por su propio comentario mientras me veía, escaneandome de arriba a abajo. Sinceramente, me está gustando poco y nada esto.
– Aja…
Respondí sin más vueltas, intento caminar un poco para alejarme de ella, realmente quiero evitar conversar con ella ahora.
– Oh, perdona si te molesto un poco… Es solo que… Bueno, te vi mientras cantaba… Y si, puede sonar racista peroooo, dije "¡Wow! Un humano en mí concierto… Debo sorprenderlo.", supuestamente ustedes tienen un buen oído para la música, no me sorprende que la mayoría de grandes artistas sean humanos.
Su tono natural al igual que su actitud relajada eventualmente logran captar, aunque sea un poco, mí atención, lo suficiente como para devolverle la mirada… Sus ojos plateados brillan un poco por la iluminación conveniente del lugar. Su respuesta fue… creíble, aunque supongo que puede mentir un poco acerca lo de conocerme antes. Dudo que no sea consciente de mí doxxeo… Pero al menos no me insulto por todo lo que sabía del mismo.
– Supongo que si.
Pero tampoco me voy a confiar con alguien que no conozco. Si al menos puedo sacarle algo positivo, es que su forma de hablar… relaja bastante. Cuando no canta su voz es calmada, ordenada, chillona en mayor o menor medida, pero con un claro tono de madurez en la misma. Como si la pubertad la hubiera golpeado con una almohada esponjosa en vez de un trozo de metal como a la gran mayoría. Incluso si aún siento como si me quisiera arrancar los pelos inexistentes de mí cabeza por la montaña rusa de sentimientos que viví está noche, puedo decir que al menos puedo controlarme y pensar con claridad.
– Entonces… Señor humano misterioso, ¿Que te pareció el concierto?
Dijo mientras ponía ambas manos en su espalda baja mientras veía hacia otro lado, parecía estirar un poco mientras esperaba una respuesta.
No puedo decir que no escuché varias canciones, pero también ignore otras muchas. ¿Mí conclusión? Son una banda bastante buena, con gente talentosa, que al parecer tienen sus roles bien definidos.
– Estuvo bien.
Me decidí a contestar, aún sin dar mí opinión completa al respecto, tampoco pensaba dársela si insistía. ¿Porque? Así empezó Fang. El simple pensamiento de ella en mí cabeza ciertamente me causa disgusto.
– Hmmm… Veo que eres crítico con la música… Me gusta, definitivamente podríamos vernos más… Talvez un "Estuvo bien" es un pésimo, ¿Me entiendes?
Dijo la chica exagerando levemente esa palabra, quiera o no, me extraño un poco esto de ella, pero supongo que su expresión entusiasta y esa proposición, como si no me fuera a dar cuenta.
Simplemente sonrió levemente, tratando de alejarme a mí mismo de la situación, disasociandome de mis próximas palabras.
– Tampoco soy un gran crítico, solo estuvo bien, podría haber cosas mejores y aunque no escuché bien todo, puedo decir que fue decente.
La chica miro mí sonrisa forzada por un momento y miro hacia un lado, su picardía y expresión de seguridad se desvanecen a algo más neutral. Más pronto que tarde vuelve a mí con una sonrisa más compuesta en su hocico, en la cual me ofrece su mano.
– Nick.
Veo su mano dudoso… Dudoso de todo en general. Todo lo que pasó hoy fue una montaña rusa de emociones y al final esto.
Esta chica que no conozco se presenta ante mí como si nada, esperando que le dé algo, criticismo.
Yo conocía bien este truco, pero no tenía más energía para hacer una escena.
Su suave mano toca la mia, levemente claro está, un apretón fuerte se devuelve a mí.
– Anon.
…
…
…
Desde el concierto he estado evitando ir a clase de ciencias. El tiempo se iba acortando y simplemente… ¿Para que me voy a molestar con esas materias que aprobé incluso con lo mínimo? Por suerte podía conseguir las tareas de mí clase para esto... Hablando con Nick.
Si, durante el mes y medio que quedaba de clases comencé a charlar con aquella policromatica. Nada más que cosas triviales, pasarnos tareas, intentos de hablar de música.
No puedo decir que sea la persona más agradable con ella, definitivamente, pero al menos eso no parece molestarle… Incluso me ha invitado a las prácticas de su banda, pero sabiendo como termina eso, fue lo único a lo que me negué rotundamente. Últimamente no me ha hablado mucho, así que supongo que finalmente perdió el interés en mí. Suerte para mí. Era un recuerdo penitente de Fang. No eran lo mismo ni de volada, ella era mucho más amable, extrovertida eh incluso algo ruidosa, parecía tener amigos en todos lados… Pero aún así su apariencia y ocasionalmente cuando hablaba de música… Se metía demasiado en el tema. Pero, ¿Que más da? Seguramente no la vuelva a ver luego del colegio.
Por otro lado, Stella solo se ha convertido… En alguien definitivamente importante para mí. Es una amiga, no tengo otra forma de describirlo. Ella si se interesa, habla, pregunta y siempre puedo contar con que puede estar ahí. Claro, yo hago lo mismo en retribución. Aunque a veces puede ser pesada con el anime y todas esas cosas otaku, he estado viendo algunas cosas junto a ella. Hemos ido juntos a otros lugares en Volcadera, paseado por la escuela o simplemente hablado entre almuerzos y recesos.
En cuanto a Rosa… Ella ha sido muy amable conmigo, aunque no tenga ni siquiera un comino del nivel de intimidad que tengo con Stella. Supongo que es natural, ser amigo de su amiga… ¿Me hace su amigo? La verdad no estoy seguro.
Al menos gracias a ella no estoy usando la tarjeta alimentaria todos los días. Siempre trae algo de comida de su casa para compartir con Stella y últimamente no ha hecho excepción conmigo.
Si puedo decir algo, es que dejarlas atrás va a doler, mucho, pero espero que lo entiendan. Incluso si son buenas amigas, dudo que merezca o siquiera quiera tener amigos cuando termine el instituto.
Podré vivir esa vida callada que siempre quise. No voy a ir al ejército, mí rodilla me lo impide, pero tampoco me voy a morir de hambre con una pensión de mierda. Al menos quiero intentar trabajar en algo decente para morirme en el consumismo constante. Mis notas en matemáticas han llegado a un nivel alto, me siento cómodo con el control que me ofrece sobre mis decisiones. ¿Musica? Estoy aprobando por las prácticas con guitarra. Ciencias está salvada… Y otras materias, voy más o menos bien. No tengo los mejores promedios, pero tampoco soy un mediocre.
Pero hoy… Hoy era especial, porque era el último día en el que iba a ver a mis amigas en el baile de graduación. Al principio fue incómodo el invitarme, yo realmente no quería ir bajo ningún concepto o forma, demasiado caro, no tenía ropa y definitivamente tampoco no iba a pedirle nada a mí viejo, ¿Porque lo intentaría siquiera? Rosa me dio personalmente un permiso a la par de Stella, ella había cocinado para el instituto así que podía dar pases a cierto número de personas, entre ellas yo.
No se puede negar un regalo, así que tuve que aceptarlo. Por eso ahora mismo estoy en mí casa dándome una ducha. El agua cayendo sobre mí cuerpo me hace recordar a aquel día hace ya unos 3 meses. Incluso si el tiempo paso rápido, cada día desde ahí fue una purga constante y lo sigue siendo para mí hasta día de hoy. El dolor en mí pecho, ese vacío que abrió Fang, aún está ahí. Mí rodilla temblorosa por mantener mí peso aún me recuerda al dolor físico, la simple destrucción física que tuve por la imprudencia de otras personas… Aún recuerdo lo de Trish, su mierda y el doxxeo sin puta justificación. Mis ojos siguen ardiendo por las lágrimas que desperdicio a diario cuando recuerdo a Fang. Mis manos se sienten rígidas por cerrarlas tanto ante la impotencia, las ganas de simplemente arreglar todo a golpes o gritos. Si tan solo… Desde el primer momento me hubiera quedado callado, hubiera mandado a todos a la mierda… En especial a una fracasada como Fang… Ahora mismo talvez no me sentía como me siento ahora.
Si pudiera hacer algo en este momento, incluso siendo egoísta, era morirme, morirme o dormirme para no volverme a despertar… Dejar todo de lado y simplemente caer.
Solo son pensamientos intrusivos… Solo eso.
Finalmente termine mí ducha, me puse mí ropa, una remera blanca con una X en el medio, la chaqueta de cuero sintético que use en el concierto, mis pantalones jeans y unas zapatillas negras menos usadas.
No era nada formal, pero tampoco parecía un puto vagabundo.
Era ahora o nunca, quiera o no, voy a hacerlo, debo hacerlo, para acabar con todo esto.
Estoy casi seguro de que veré a la banda de esquiva meteoritos en algún lugar, por lo que me prometí a mí mismo irme tan pronto llegue, solo pienso pasar una hora o dos con Stella y con el tiempo simplemente alejarme de sus vidas.
Alejarme de mí vida…
…
El viaje caminando a la fiesta de graduación fue básicamente una preparación mental. Calles olvidadas de Skin Row… Parques vacíos por las tardías horas de la noche. Las calles de Volcadera se convirtieron en un pueblo fantasma. Ni un alma se encuentra en la calle y una neblina espesa no me deja ver más allá de 15 metros delante de mí.
El sentimiento de soledad ya es costumbre… Pero hoy siento como si mis huesos estuvieran pidiéndolo a gritos, siento que, incluso si no lo quiero así, algo va a pasar, algo que cuando muera sabré si hice bien o mal. Incluso si existe un Dios en primer lugar, espero que sea piadoso conmigo.
Que las cosas que esté por hacer no me coman vivo.
...
Finalmente llego hasta el Instituto. Nunca he venido aquí de noche y debo decir… Se ve mucho más nostálgico de lo que me gustaría aceptar.
Quiera o no, estos 6 meses fueron los más movidos de mí vida y posiblemente los peores, pero también… Puede que sean los mejores de ahora en adelante.
Seguramente muera solo… Y eso es más de lo que puedo pedir.
Acabo en el salón en el que el baile de graduación tomaba lugar, dentro del campus, casi a un lado del edificio principal, puedo ver los jardines donde Rosa me hizo trabajar hace ya un tiempo. Ciertamente, es nostálgico.
Camino con seguridad, como si mí rodilla no estuviera jodida, como si no cojeara todavía por caminar largos tramos… Y ahí mismo comienzo a hacer fila, esperando que sea mí turno de dar mí entrada. La noche estaba especialmente fría hoy.
Los minutos pasan y la monotonía del lugar me consume. Está vez por suerte no son mis pensamientos más recónditos y intrusivos, es el simple aburrimiento… Me fastidia un poco tardar tanto, pero tampoco es como que pueda hacer más, Stella debe estar ocupada. Ambas se debían encargar de todo la comida, así que no iba a molestarlas pidiendo que me vengan a buscar para llevarme adentro sin más espera como hacían otros dinosaurios.
Pero tan pronto como pienso por última vez en llamarlas siento un toque en mí hombro que me empuja levemente hacia atrás. No es algo que me extrañe, Stella hace eso para sorprenderme, así que supuse que me vino a buscar.
– Justo estaba pensando en llamar-
Puedo girar un poco mí cabeza mientras sonrió levemente, hasta que escucho la voz de alguien a quien pensaba encontrarme hasta mucho más tarde en la noche.
– Anon. Ven conmigo, porfavor, debemos hablar.
La voz de Fang retumba en mí oído… Comienzo a temblar, temblar como una hoja que está a punto de caer de un árbol en otoño, cientos de posibilidades, respuestas… Yo gritándole, poniéndome a llorar o simplemente diciéndole tantas cosas. El mundo se para, la gente ya no habla, tras de mí está la muerte en persona y me acaba de tocar el hombro.
Quiero gritar, gritarle tan fuerte todo lo que siento, todo lo que sigo sintiendo por ella, todo lo que quiero sentir por ella y todo lo que es nuevo cuando la veo.
Aunque también quiero mandarla a la mierda, decirle cuánto la odio, cuánto anhelo que deje de existir, si es posible, que se mate, que no me vuelva a molestar y nunca me vuelva a hablar.
Pero simplemente, en ese momento ni siquiera lo pensé, tan natural y frívolo como pude, respondí a su petición.
– Ok.
Ella comenzó a caminar hacia un lado de la fila, opuesto al edificio. Puedo sentir sus pasos, pero no puedo obligarme a mí mismo a mirar hacia arriba. Siento como cada paso es más pesado y mis pies lentamente quieren dejar de moverse. En lo más profundo de mí psique se que me estoy acercando a un lugar peligroso del que no podré salir fácilmente, pero me obligó a avanzar.
Yo no levanto la mirada, no necesito hacerlo para saber dónde me está llevando, aún así, sus pasos me guían hacia nuestro destino. Sus ojos de color ámbar no se encuentran con los míos. Mí cabeza inclinada no me permite verla por completo. Siento que estoy por vomitar.
Finalmente habíamos parado, aún recuerdo ese día dónde decidimos ser amigos, dónde aún no desarrolle sentimientos por ella. Donde, le confesé que me había reido de su banda, donde ella pidió perdón, dónde yo pude ver a una Fang más frágil, más dulce.
¿Somos amigos realmente luego de todo lo que pasó?
– Anon… Sigues murmurando cosas…
Dijo ella mientras parecía poner su espalda contra la pared del edificio. La música dentro sonando a todo volumen se escucha encorchada desde aquí.
Mi cabeza finalmente se levanta, consciente aún con el problema presente ante mi… Esto debe acabar ya.
– ¿Que quieres?
Le digo a Fang, evitando hacer contacto visual. Pongo mí espalda como ella contra la pared, solo que nos separan varios metros. Mis ojos se centran en los jardines alumbrados por la tenue luz de la luna. El frío otorgado por el mar se convierte en rocio que descansa sobre los tulipanes, rosas, gladiolos y tantas otras flores de las que no conozco el nombre.
– Quiero saber… Saber cómo estás.
Su voz calmada, casi neutral responde a mí pregunta, ella también parece más centrada en el jardín que en mí, aunque no puedo culparla. Yo también quisiera convertirme en abono en este momento.
– Estoy tan bien como puedes creer que lo este, Fang.
Digo, no la respuesta que ella esperaba definitivamente, pero si algo que ella puede comprender. Incluso así, ahora mismo siento...
– Anon… Enserio lamento todo lo que tuvo que pasar entre nosotros.
Bastante miedo.
– Pero… Creo que no hemos querido resolverlo, eso es para mí y para ti.
Bastante frustración.
– Siento no haber sido… Una buena amiga.
Bastante enojo.
– También siento que hayas dejado de venir por tanto tiempo… Talvez te podría haber ayudado más.
Bastante tristeza.
– Pero no estoy segura… Aunque si quiero decir que…
Fang…
– Quiero que separemos caminos, pero q-... Que tu no te lo tomes a mal… Que no hagas lo que creo que quieres hacer… Eh, ¿Puedes entenderme?
Enserio… Eres muy…
– Lo que le hiciste a Reed… No sé si pueda perdonarte por ello… P-pero dejarlo pasar… Sabes, yo creo que hice peor, ¿No? Eh… Enserio, no lo sé. Enserio, perdón.
Muy estúpida.
Termino alejándome a paso lento luego de escuchar ese intento de pedir perdón. Puedo sentir sus pasos acercándose a mí mientras su duda y incomodidad se convierte en desesperación por qué la escuché.
– ¡A-anon! ¡ESPERA! PORFAVOR, DEJAME TERMINAR, ¡No seas así! ¡Quiero arreglar esto!
Paro mí paso, tan pronto como escucho eso siento como todo sentimiento, toda posible emoción que siento hacía Fang empieza a desvanecerse lentamente.
– Se que conociste a esa chica… ¡Nick! No sé que te ha dicho, no se que tanto mal pude haber cometido, pero porfavor, no hagas lo que te diga ¡NO LA ESCUCHES! ¡Aún quiero que seamos amigos y podamos hablar más! Enserio, ¡Siempre quise eso! Porfavor.
Me giro, finalmente pudiendo verla a los ojos, puedo sentir como cada pensamiento intrusivo, cada vez que me imaginé ahorcandola hasta matarla se están por convertir en una realidad mientras mis manos se levantan hacía ella, como siento que nunca más dejare que me pisen.
Con confusión y algo de miedo comienza a alejarse hacia atrás mientras la distancia entre ambos se achica. Mis ojos se enfocan en los suyos mientras empiezo a hablar.
– ¿AMIGOS? FANG. ¿TODA ESTA MIERDA? TODA ESTA CAGADA, TODA ESTA PORQUERIA, ¿PARA QUE AUN PIENSES QUE PODAMOS SER AMIGOS Y QUE PUEDAS DECIDIR CON QUIEN HABLO O QUIEN NO? NO, NO SOMOS AMIGOS, NO SOMOS PUTOS HERMANOS, FANG.
Mis manos se cierran frente a ella. No puedo traerme a mí mismo a dañarla, incluso con todo el rencor, la impotencia y las ganas de simplemente matarla para intentar consolar todo lo que siento no puedo hacerlo. Porque se que eso no me hará nada. Que esté vacio doloroso como una mina a cielo abierto seguirá doliendo incluso si quien lo causo deja de existir.
Golpeó con fuerza la pared a mí lado izquierdo, por pura frustración. Puedo verla de reojo mientras recupero el aire contra la pared aún con sus manos delante de ella, agitada, claramente asustada. Sus ojos se cristalizaron al punto de estar a punto de rebalsar por lágrimas. Pero no parece querer llorar.
Un dolor sordo en mí rodilla, todas las veces que hice algo por ella llevan hasta ahora.
Hasta donde intento decir algo…
– Fang… Perd-
Incluso así, incluso cuando siento que puedo dar vuelta todo, que mí vida puede volver a la normalidad y que esto simplemente fue una muy mala racha, siento la voz de alguien a quien odio más que nadie en este mundo, incluso más que a las acciones de Fang.
– ¡HIJO DE PUTA SKINNIE NI SE TE OCURRA PONERLE UNA MANO ENCIMA!
Me giro, listo para moler a golpes a la causante de todos mis dolores, todos los malos sentimientos, el origen de mí caída. Fang grita, tratando de evitar el conflicto entre los dos.
– TRISH, ESPERA, TE DIJE QUE NO VINIERAS, ¡PARA!
Pero la enana morada no escucha, yo mantengo mis manos estiradas hacia abajo, cerradas en puños. Pequeña hija de puta, TE VOY A MOLER A GOLPES.
La más pequeña parece inyectada en adrenalina y odio, como si de verdad estuviera peleando porque iba a hacerle algo a Fang en primer lugar. Ela se abalanza contra mí, intentando lanzar un golpe hacía mí cara.
Desde la distancia que había entre nosotros, pude verlo venir desde China, así que me hice a un lado, acabando con mí espalda contra la pared. Tengo la oportunidad de agarrarle el brazo con el que me intento golpear para empujarla hacía mí flexionando ambos brazos y acorralarla contra la pared al estamparla contra la misma. Pongo una mano en su cuello empezando a apretar y la otra sobre su cuerno para mantenerla mirando abajo.
– SKINNIE… DE MIERDA.
Ella quiere evitar esto soltando golpes a mí torso, que gracias a que soy un puto palo puedo evitar acercándome a ella. Desde ahí comenzo a apretar con fuerza para alejarse de mí, casi empujandome. No voy a ganar este forcejeo, en especial cuando Fang intenta separarnos, poniendo sus brazos entre ambos, separándonos lo suficiente como para que Trish suelte una patada contra mí estómago, empujandome hacía atrás, dónde mí espalda choca contra las flores del jardín.
Un golpe sordo en el que mí nuca golpeó un aspersor, aturdiendome lo suficiente para comenzar a ver borroso, mis oídos haciendo tinittus por el golpe.
Fang parece empujar a Trish mientras le grita, protestando ante sus acciones. Trish responde empujándola hacia un lado para seguir peleando. Se tira contra mí con toda la intención de seguir golpeándome incluso cuando parece que quede inconsciente al golpear el aspersor con mí nuca.
Ruedo con la poca fuerza que me queda hacía un lado, Trish cayendo derecho contra el piso, su cuerno izquierdo atravesando el aspersor de metal dónde parece quedarse atrapada. Intenta sacarlo, pero yo logro recuperarme rápidamente, lo suficiente como para poner mí rodilla sobre su cuello y mí mano sobre su cuerno no atrapado, apretando así su cuello, comenzando a privarla de aire.
Puedo escuchar de forma muy vaga a Fang gritando por esto… Está diciendo mí nombre.
Mis ojos inertes, casi como un muerto miran a Trish la cual intenta escapar con desesperación. Saca mí rodilla de su cuello con sus brazos una cuántas veces, hasta que la empujó a un lado, haciendo su espalda tocar la tierra, dónde todo el peso de mí pierna recaen sobre su cuello y el aspersor es arrancando de su lugar, con su cuerno aún en el mismo.
Ojo por ojo, hija de puta.
Mí mano libre, la cual no agarra su otro cuerno sostiene el aspersor y en un movimiento rápido, como si sacara un corcho de una botella, una parte de su cuerno es arrancado por el aspersor. Un grito agudo sale de ella mientras golpea mí pierna y patalea intentando escapar.
Fang grita mientras me agarra por mí espalda, intentando que la suelte, pero no voy a hacerlo, aún no… Aún no termine.
¿¡FANG!? ¿¡FANG!?
Escucho una voz ajena al conflicto, una que conozco bien y no es nada placentera de oir, Naser parece buscar a su hermana la cual intenta sacarme de Trish, la cual cada vez le falta más el aire. Su cara de terror… Arrepentimiento o tristeza... Lágrimas cayendo por sus cachetes… Al igual que sangre, la cual sale de su cuerno aterrizando en su pelo y cresta… También manchando mí mano.
Me levanto y comienzo a correr ignorando mí rodilla maltratada, correr de mis problemas, alejándome de la escena. Fang no me sigue, tampoco lo hace Naser, ambos demasiado preocupados por Trish, como podía esperar. Yo llegue hasta el lado opuesto del edificio con todo lo que corrí.
Me curo eventualmente del aturdimiento y el tinittus, al punto donde puedo finalmente escuchar. Mí corazón palpita como si ocurriera un temblor en mí cuerpo, mis pulmones sueltan aire y aún no puedo caer en que casi mato a Trish ahorcandola.
Veo a un lado y hay una puerta… Es mejor que me esconda, esto se va a poner feo… Seguramente se lo digan a Spears. Entro y… Hay varios dinosaurios cocinando, inadvertidos de mí presencia me hago paso entre la cocina, algunos mirandome momentáneamente para luego levantar hombros. Supongo que son estudiantes mal pagados para esta noche.
Busco… busco algo… ¡Eso! Ahí está el baño.
Finalmente entro al baño de empleados dónde me encierro, dejando el agua correr sobre mí mano. Siento como el mundo me da vueltas y como la inexistente cena quiere salir de mí estómago.
La licuadora no para, tampoco la confusión, las emociones mezcladas y el miedo… Incertidumbre por lo que acabo de hacer.
No me arrepiento por haberlo hecho.
Eso es lo único que puedo asegurar, pero incluso con todo, siento lo mismo que pasó con Reed.
Vacío… Vacío simplemente interminable.
…
Luego de un corto tiempo recuperándome logro salir del baño. Mí rodilla duele, claro, con esa ataque a la trigga, por suerte aún camino. Claro, hasta que una mano para mí paso y me da vuelta con brusquedad.
Con mí destino sellado, espero el golpe de Naser o el suplex de Spears con los ojos cerrados, pero… Solo es Rosa, mirándome con claro enojo.
– No me digas que tú también eres de los que buscaba alcohol wey .
Un alivio instantáneo recorre mí cuerpo, suelto un suspiro con fuerza, mientras ella me mira aún interrogante. Por un momento su ostentoso vestido estereotipico de un Rexicano me saca de mí, pero respondo con la verdad a medias.
– No… No, no de hecho quería irme a mí casa y bueno… No recordaba la salida.
Dije en un tono algo tonto, Rosa parece considerarlo válido, después de todo nunca fui la persona más inteligente en sus ojos, pero luego parece darse cuenta de algo.
– Oh… carajo, cierto, lo que dijo Stella.
Parece mencionar casi susurrando para si mismo, algo en su idioma natal. Al no entenderlo, solo levanto una ceja. Ella rápidamente me agarra del brazo con una fuerza que podría rivalizar a Spears.
– Weeey , no digas eso, ¡Aún no bailaste con Stella! Ella te estaba buscando.
Eso es cierto, Stella… Pero… ¿Bailar? Supongo que es normal… He oído que los amigos en los bailes suelen bailar más que las parejas. Aunque quisiera irme, escaparme y no volver a ver a nadie no puedo hacer nada más que ser arrastrado por Rosa.
Intento calmarme… Seguramente pase rápido, seguramente Separs no esté encargado del evento.
Seguramente Fang y Trish no digan nada.
Seguramente Naser no lo hará.
Porfavor, espero que no lo intenten…
Mis ojos son aturdidos por el repentino cambio de iluminación al salir de la cocina a el salón, con música complementaria, mesas llenas de comida que se MUY deliciosa y cara… Y más allá… Sentada en una silla de una mesa circular, está Stella, usando un vestido de color azul oscuro. Una liga morada marca su cadera, de ahí baja un trozo de tela brilloso.
No es la mejor elección de moda… Pero se tomó tiempo para elegirlo y eso se nota. En especial con su maquillaje, del cual puedo decir muchas cosas. Pero para dejarlo en términos simples, le queda bien.
Al instante que Rosa llega conmigo su expresión de aburrimiento eterno cambia a una de felicidad pura, casi como si le hubieran regalado una Xrox a un niño en medio oriente. Rosa le sonríe al igual que yo. No puedo decir que no es un alivio verla.
– Bueno chiquillooos… Los dejo solos, que debo irme a seguir cocinando.
Rosa se despide y tan rápido como llegamos, ella se fue. Aún dudoso de como puede moverse tan rápido con ese vestido no me doy cuenta de una Stella claramente sonrojada. No entiendo del todo porque… Oh, no importa, me acaba de abrazar.
– Jeje… Pensé que no ibas a venir, Aang.
Jaja, muy graciosa… Eso me dejó soltar una leve risa. Mis manos se asientan en su espalda mientras los dolores, pensamientos y sentimientos negativos escapan de mí por ahora. Cómo si no quieran existir en mí cabeza por ahora.
Solo soy yo y mí amiga Stella…
…
Eventualmente pasan los minutos, charlamos poco luego del abrazo, sin darme cuenta de que mí chaqueta se mancho por el anterior conflicto ella me lo hace saber cuándo me muestra su mano. Ella se limpia con una servilleta y yo simplemente me la saco para luego limpiarla, ignorando el que vea mis brazos de spaguetti.
Ya con mí ropa en condiciones doy un suspiro cansado mientras la música para un baile lento se asienta en el ambiente. Ambos estamos sentados, simplemente disfrutando del momento de calma, en especial yo.
– Anon… ¿Tu bailas seguido?
Dijo Stella mientras me miraba con ambas manos bajo su hocico, sosteniendo su cabeza.
– No… No se bailar.
Respondo con sinceridad, sabiendo hacia donde va esto.
– ¿Te molesta si te enseño?
Ella se levanta con bastante actitud para ofrecerme la mano, algo sonrojada mientras mira a otro lado, claramente esperando mí respuesta. Yo me levanto agarrando su mano, consciente de que es imposible decirle que no, simplemente por las circunstancias.
No hubo palabras, ni yo diciendo que si quería, simplemente fue una cuestión de comenzar a bailar. Mis pasos frágiles, poco coordinados y sin sentido del ritmo asustan a Stella. Ella ríe, ríe bastante, yo lo hago también, más silencioso. Ella comienza a explicar con un tono bastante apasionado que debo hacer y cuando menos me lo espero, estamos bailando un Vals lento.
Ella pone el costado de su cabeza contra mí hombro. Aunque entiendo que es su forma de demostrar cariño, no puedo decir que no es algo incómodo. Lo suficiente como para que bailemos un poco más, hasta que eventualmente la hago cambiar de posición.
Bailamos, bailamos bastante, entre risas, chistes, pocas cosas… Pocas cosas que me estaban distrayendo de lo que había hecho hace menos de una hora, un acto horrible, muy reprochable… Pero del que no tuve la culpa.
La culpa es de Trish y solo de Trish al sacarse el cuerno queriendo pelear conmigo. Es de Fang por intentar usar esa excusa para poder solamente cagarla más y acabar con lo que sentia por ella. La culpa es de Reed por hacerme pensar que Trish era alguien buena en primer lugar.
Mis ojos se cierran y puedo sentir el hocico de Stella apoyarse en mí hombro, demasiado cerca de mí para mí gusto. Sus brazos y su cola me envuelven en un abrazo del cual no puedo escapar.
Yo correspondo, finalmente aceptando que está sería la última vez que nos abracemos, al menos en esta vida, si es que la reencarnación es real… Pues desde hoy, el Instituto Volcano ha muerto para mí.
– Anon…
Stella… ¿Que pasa?
–…
Vamos, dilo, no te pienso morder.
– Creo que…
¿Si?
– Creo que me gustas bastante, Anon.
...
Al instante que dijo eso, me separó un poco de ella, completamente atónito al escuchar esto. Incluso si el abrazo era difícil de romper, me pude separar un poco por la fuerza repentina que gane con la sorpresa… Que no me es nada placentera.
– ¡E-eh! Q-quiero decir… A-n… ¿S-sabes cuando me contaste sobre lo que pasó con Fang?... Yo… Yo realmente sentí… S-siento que Fang te desperdicio.
Stella, porfavor, no digas eso.
– ¡E-enserio! Eres… Eres muy bonito… p-precioso… Verte… Ten… ¡Tenerte! Tenerte en mis brazos… Escucharte, compartir conmigo lo que nos gusta… Lo amo, lo amo demasiado.
PORFAVOR, Stella, porfavor, no, no digas más.
– Y-yo quiero… Quiero que me dejes saber… Como cuando me dejaste saber de tu vida…
Su voz de tono ya era una gelatina cuando comenzó a hablar, pero pronto, comenzó a sentirse como si forzara a las palabras salir de su boca. Evidenciado los nervios en que su cola golpea el piso como si tuviera un tic y una de sus manos no sabe que hacer, por lo que agarra su vestido con fuerza.
– Q-quiero saber… S-si yo puedo ser algo más en la tuya… ¿Porfavor?
Una sonrisa llena de esperanza, llena de tanto amor, incertidumbre, pero también llena de felicidad y miedo… Miedo por mí respuesta… Respuesta que estoy tratando de sacar de mí boca. Siento como todo mí mundo, lo poco que pensaba que no podía irse a la mierda comienza a colapsar. Cómo… Como estoy por hacer la misma mierda que me pasó a mí con alguien mucho mejor que yo en todos los sentidos.
Pero… No, yo no quiero ser como Fang y aunque las emociones negativas me estén ganando, la frustración de no poder controlar nada en mí vida, la impotencia por no poder evitar que pasen cosas así se acumulan… Me controlo, me controlo por los últimos momentos que puedo tener con Stella mientras comienzo a llorar, ella intenta que pare, pero simplemente estoy devastado, harto. Demasiado harto para seguir con todo esto.
Se que voy a hacer, así que debo hacerlo rápido, no me puedo tardar más.
– No… No Stella, no siento lo mismo que ti.
Tan pronto escucha esto, simplemente se queda inmóvil, quieta, como si todo el mundo se quedará callado, como si nadie quisiera bailar o nadie se atrevería a hacerlo.
Un ligero quejido de ella, seguido de unas lágrimas cayendo de su cachete, algo que rápidamente limpia, en vergüenza, posiblemente sintiendo la misma mierda que yo sentí cuando paso esto con Fang.
Pero esto es lo único que puedo hacer bien.
Sus brazos aprietan, no quiere soltarme y yo… Por primera vez, estoy bien con eso.
Yo tampoco quisiera irme… Pero todo esto me está obligando a salir de aquí.
Con la poca bondad moral, amabilidad y toda emoción positiva que me quedé, comienzo a hablar con Stella.
– Y no voy a mentirte… Odio mentir. Odio eso más que nada en este mundo. Yo no gusto de ti Stella, tampoco voy a poder estar para consolarte, tampoco podremos ser amigos luego de esto… Pero no quiero que por eso te conviertas en la persona amargada en la que soy ahora.
No lloro, pero siento el dolor en mí pecho hacerse solo más grande, como si me estuvieran abriendo con un cuchillo. Mí expresión de desgarradora pena no es vista por Stella, la cual simplemente oculta su cara de mí manteniéndola agachada.
– Eres… Si puedo decirlo, una persona mucho mejor que yo en todos los sentidos y formas. Y lo digo enserio. Deberías tener estándares MUCHO más altos que simplemente querer algo conmigo.
¿Cómo te pude gustar en primer lugar Stella? Si soy un jodido desastre...
– Y puedes decir "No digas eso", "No eres así" o "Eres mejor de lo que piensas"... Pero yo no me siento así. Incluso si lo fuera, ¿Algo cambiaría? Aún seguiría llorando como la perra que soy ahora, llorando por un amor que nunca funcionó.
Soy muy consciente de mí situación y de la inmadurez que tengo con todo… Pero no creo que me sirva de algo corregirlo, en absoluto, de hecho… Lo he intentado y solo me ha traído el mayor dolor que he podido experimentar en esta vida.
Pero ella es diferente.
– Pero tu no debes hacer eso. Yo no puedo prometer nada… Pero si tu realmente me amas, prométeme que serás mejor persona de lo que yo nunca seré… Que esto no va a ser una razón para dejar de intentarlo. Porque te mereces un novio que no sea un desequilibrado mental, algo más que un fracaso social. Si realmente me amas como lo dijiste, hazlo. Cumplelo, por mí.
Yo le digo mientras asiente silenciosamente, finalmente soltandome. Mí cabeza ahora mismo tiene otra cosa que hacer.
Confío en ti Stella. Ya no volveremos a vernos, así que eso espero de ti.
Finalmente me alejo de ella, dejando a quien considero la mejor persona que he podido conocer hasta ahora.
Solo para sentir el peso de mis manos, el de mí pecho hacerse más fuerte, el dolor en mí rodilla agudizandose, sintiendo cada puta emoción negativa desde que llegué a este mierdero llamado Volcadera Bluffs.
Tanto enojo hacía Trish… Reed… Naser… Naomi… Y en especial a Fang.
No puedo contenerlo más, es simplemente insoportable… Cada pequeño detalle, hasta el más minúsculo error.
NUNCA, NUNCA EN MI PUTA VIDA HE SENTIDO TANTO ASCO POR UNOS PUTOS ESQUIVA METEORITOS COMO HE SENTIDO POR ESE GRUPO DE MIERDA.
Mi cuerpo me dirige al escenario, al que subo inadvertido. Algunos dinosaurios mirándome con extrañeza, otros intentandose burlar hasta que agarro el micrófono en el centro del mismo.
Me aseguro de que esté prendido y conectado… Para mí suerte, ese es el caso.
A unos varios metros puedo ver a Trish con su cabeza vendada, Fang intentando hablar con Naser el cual está a punto de romper una mesa y Reed simplemente perdido viendo a la nada… Naomi… Está tras de su novio.
Suelto un grito, el primero de muchos.
– ¡BUENAS NOCHES HIJOS DE PUTA!
Mis pulmones arden y la inseguridad, el miedo, todo lo que me pueda evitar de hacer esto se desvanecen, todos los dinosaurios, en especial el grupo del que quiero llamar la atención se dan vuelta para verme. Sientiendose incrédulos, a punto de explotar en rabia, con tristeza o simple… Decepción.
– QUIERO EMPEZAR ESTA MIERDA DICIENDO QUE LOS ODIO, ODIO A CADA UNO DE LOS PUTOS ESQUIVA METEORITOS QUE ESTAN SENTADOS EN ESA MESA.
Apunte con mí dedo índice a dónde estaba VVURM DRAMA y los demás dinosaurios en la misma, Madre y Naomi. Tomo aire y empiezo a gritar, gritar al micrófono con rabia.
– FANG ES LA PERSONA MAS PUTAMENTE RETRASADA MENTAL Y EMOCIONALMENTE, PASA 3 CUARTOS DE SU VIDA LAMENTANDOSE POR HABER HECHO QUE SU HERMANO EL RETRASADO ALA ROTA SE TIRARA POR UN BARRANCO. ASI ES SEÑORES, TODO ES SU PUTA CULPA. TAMBIEN ES LA PERSONA MAS JODIDAMENTE HIPOCRITA CON LA QUE ALGUIEN PUEDE ENCONTRARSE, CAPAZ DE USARTE PARA SACAR TODA SU MIERDA EMOCIONAL PARA LUEGO OLVIDARSE DE SACAR LA PUTA BASURA DE SU PUERTA. ESPERO Y JURO POR JESUS RAPTOR QUE ALGUN DIA UN PUTO COCHE TE ATROPELLE Y NUNCA MÁS VUELVA A VERTE, ESTUPIDA. QUE NUNCA OLVIDES QUE NO ESTUVISTE AHI CUANDO MÁS PUTAS TE NECESITE Y TU SIMPLEMENTE TE FUISTE, TE FUISTE Y VOLVISTE QUERIENDO ARREGLAR LAS COSAS HABLANDO PARA LUEGO DECIRME QUE NO HABLE CON OTRA CHICA, ¿QUE CARAJOS FUE ESO? JODETE.
Naser está furioso, a punto de matarme, pero se cómo pararlo, antes de que se levante para buscarme empiezo a charlotear de vuelta. Siento como mí cabeza se pone ligera, como si estuviera a punto de desmayarme.
– Y NASER, ANTES DE QUE TE PUTAS ADELANTES, DEBERIAS INTENTAR VER A TU PERRA VOZ ARCOIRIS Y COLOR ROSA VOMITO. TU NOVIA ES LA CLASE DE PERSONA QUE ELIGE AL HUMANO AUTISTA PARA PODER "ARREGLAR" LA VIDA DE SU HERMANA, ¡QUE VAYA! NUNCA PUDISTE HACER PORQUE ERES O INCLUSO ESTAS MAS CIEGO EMOCIONALMENTE QUE TU HERMANA Y SI, FANG, LA UNICA RAZÓN POR LA QUE FUIMOS AMIGOS Y PORQUE LA QUE TU PRIMER CONCIERTO EXITOSO EXISTE ES PORQUE AQUELLA VIBORA CON EL TÍTULO DE PRESIDENTE DE LA CLASE TE MANIPULO, ME MANIPULO Y NOS USO PARA QUE ESTUVIERAMOS JUNTOS. PARA QUE ELLA PUDIERA TENER A SU NASER COMPLETAMENTE PARA ELLA, PARA TENER UNA VIDA PERFECTA DONDE NADIE, NADIE DEL COLEGIO LA ESTORBARA.
Algunos dinosaurios se ven extrañados por esto, otros empiezan a burlarse, otros me abuchean, pero en general, todo el cuerpo estudiantil comienza a hacer ruido. Mí mirada escanea el cuarto mientras tomo aire de vuelta. Listo para volver a soltar otra ronda de los insultos más tóxicos posibles.
– TRISH, ESCUCHAME BIEN, ERES, POR NO DECIR, LA MÁS PUTA, LA MÁS ASQUEROSA TRIGGA QUE HE CONOCIDO EN TODA MI VIDA. Y ANTES DE QUE TE ATREVAS A CONTESTAR, NO TIENES NI VOZ NI VOTO PARA HABLAR LUEGO DE CASI MATARME EN EL PATIO, ES DECIR, NO ME JODAS. TU ROMPISTE TU PROPIO CUERNO, RETRASADA.
Mí enojo solo aumenta cada vez que hablo. Puedo ver en el grupo como Naomi y Naser comienzan a discutir acalarodamente, Reed parece querer hacer que se calmen y Fang cubre su cara con sus manos. Trish parece… Parece querer matarse.
– ERES LA PUTA VERGÜENZA DE TODA ESTA ESCUELA Y CADA MALDITO FRACASO INTENTO DE SER FAMOSA TE LO PUTAS MERECES Y ESPERO QUE TODO ESTO HAGA RECONSIDERARTE EL SEGUIR VIVIENDO. PUTA TRIGGA RECOGE ALGODON MALNACIDA Y MALPARIDA. ENSERIO, TU ERES LA QUE LE ROMPIO LAS RODILLAS A 12 ESTUDIANTES CUAL ES TU PUTO JODIDO PROBLEMA PUTO GREMLIN CON PROBLEMAS DE IRA, VE, VE Y LLORA CON SPEARS, CONSOLATE SEXUALMENTE CON REED NO ME IMPORTA UNA MIERDA, QUE TE JODAN, QUE TE DEN, MATATE.
Noto a Spears ver desde una esquina, claramente, nada feliz con toda esta situación, pero tampoco parece querer intervenir en todo esto, al menos eso parece por ahora. Comencé a bajar rápidamente por los escalones del escenario mientras los gritos y risas de los alumnos parecen callarse. Como si de la nada, no tuvieran nada que comentar y decir acerca de lo que digo.
– JODETE TU, JODETE TU, JODETE TU, QUE TE DEN A TI Y OJALA TU TE CAIGAS CUANDO ESTES BAÑANDOTE.
Suelto dedos medios de forma aleatoria, a los dinosaurios con los que me cruzo yendo hacia la salida.
Cuando paso cercano a la mesa de Fang puedo escuchar los sollozos… Sus sollozos, puedo verla entre la gente, agachada, encogida en la silla, llorando. Sus ojos color Ámbar llenos de lágrimas, como su maquillaje cae por sus pómulos y como Trish intenta consolarla mientras ella también llora. Reed hace lo posible para abrazarlas, pero no parece tener éxito… Yo también quiero llorar ahora.
Y ahí… Cuando estoy por salir, siento chocarme con alguien.
Nick, aquella chica policromatica me mira… Con algo de extrañeza… Ella intenta decir algo tocandome el hombro, pero no sé lo permito, empujando su mano a un lado.
Puta perra, deja de mirarme así.
– Y QUE TE JODAN A TI TAMBIEN NICK, NI SIQUIERA ENTIENDO SI ERES UN FEMBOY O UN TOMBOY.
Ella se hace hacia atrás levantando ambas manos, perpleja ante el insulto.
Al llegar a la puerta suelto el micrófono con fuerza contra el piso. El plástico chocando contra el piso y haciendo un ruido sordo adentro del salón, quejidos de dinosaurios y voces finalmente haciendo ruido.
Yo… Simplemente corro, de vuelta, escapando de todo esto, incluso si algo dentro de mí ruega por qué no lo haga.
Del Instituto, de mí vida… De todo.
Aún así… Con todo lo que dije, todo lo que podría decir y todo lo que quiera decir… Mi vida no está nada mejor.
Cada paso es como usar una pala para abrir mí tumba y es constante.
Ese vacío en mí pecho me tiene harto, demasiado harto.
Notes:
HAIIII!!!
Hola muchachos, espero que les haya gustado este capítulo.
Y si! Este es el inicio del /Nick :D
Pude encapsular todas las emociones que creo que Anon sentía respecto a VVurm Drama y sus miembros.
De cierta forma, todo lo que hizo era una forma de venganza para el, aunque claramente no está mejor que el principio. Podría decirse que está incluso peor.
En otras noticias, espero que hayan disfrutado el Iwani, Yo aún debo jugarlo. Si alguno lo jugó talvez note inspiración en próximos capítulos, pero no prometo nada de nada.
También espero escuchar sus opiniones en los comentarios, realmente me gusta leer lo que tienen para decir y las teorías o hipótesis que hacen con respecto a la historia.
Miles de gracias y mucho amor a la gente del discord de snoot en español, los cuales me brindan ideas y opiniones cuando escribo este fan fiction.
PD: LOS AMO, GRACIAS POR LOS MÁS DE 1000 HITS Y MÁS DE 100 KUDOS!
No duden que voy a seguir trayendoles la calidad que quieren.
Tengan buen día, noche o tarde, según cuando lean esto. Los quiero, tomen tesito ☕.
Chapter Text
…
Lunes, siete y media de la mañana… Puedo sentir mí cabeza rebotando por la noche anterior. He estado bebiendo agua luego del desayuno y de alguna forma, eso me ayuda a seguir en pie.
O más bien sentado y despierto en este momento.
Mí dedo índice toca con cuidado a Raymba. Puedo sentir la brisa mañanera atravesar la ventana de mí apartamento.
Son los momentos silenciosos como estos los que menos me gusta vivir… No como si me gustará en primer lugar. Preferiría dormir todos los días que me quedan de mí vida a estar despierto.
Así había sido desde hace ya unos 5 años.
Mí dedo índice evita que Raymba a caer del marco de mí ventana hacia mí cuarto. Solo lo dejo moverse cerca del borde al vacío o hasta que se acerque al mismo.
...
¿Esto acabo así por… Eso? No lo sé… Probablemente si.
Aún recuerdo cuando Spears me dijo en el último día de los exámenes finales que mis notas serían reducidas por comportamiento inapropiado. Su voz era monótona, pero podía sentir esa decepción… Y arrepentimiento. Nunca reclamo nada, ni intento sermonearme. Simplemente me dio las noticias, no me tuvo que explicar para saber el porque. Pronto descubriría que se retiró tan pronto había acabado ese año escolar a través de noticias locales. El alegaba que el puesto había tomado demasiados años de su vida y aunque hubo muchos chicos que pudo ayudar… Simplemente el no pudo hacer más a la fecha. Eso… hizo algo en mayor o menor medida.
Mí dedo obliga a Raymba a acercarse aún más al borde. Por ahora no cae… Pero tampoco le permito irse hacia atrás.
¿Su última acción en el Instituto fue bajar mí puntaje para que no pudiera salir del mierdero que es Volcadera? Eso sí era algo por lo que me enoje.
Al final me afectó cuando no pude conseguir una beca en otro estado. Maldeci, le grite a todos los cielos y incluso odie a Spears por un tiempo.
Pero al menos… Había logrado mí objetivo. Cuando acabe mí acto luego del baile, compré una nueva tarjeta telefónica esa misma noche. Así fue como Stella y Rosa jamás volvieron a querer contactar conmigo, ni siquiera algún miembro de Vvurm Drama por suerte. Nunca los vi en las mesas de exámenes tampoco. Finalmente estaba solo. Justo como quería estarlo.
Supongo que mí vida fue… Hacía arriba, al menos eso sentí en el momento.
Trabaje en una cafetería un tiempo, lo suficiente como para escaparme de Skin Row. Un departamento minúsculo cerca de la universidad comunitaria de Volcadera ese mismo año.
Los exámenes de ingreso fueron fáciles… Pero el examen psicológico me jodió por completo. ¿Porque mierda les importa tanto como me siento? ¿Van a ayudarme? ¿Van a hacer algo por mí? Solo mandarían a los jodidos de recursos humanos a darme tres charlas motivacionales.
Asi que tuve que conformarme estudiando marketing, incluso si era el último sector al que quería irme, el comercial.
Una carrera de mierda, con gente de mierda. Pero pagaba bien, así que esa sería mí "salida", mí conclusión y aporte a toda esta mierda de vida… Dónde consumiría mis años de forma materialista hasta morirme por comer mierda o por simple falta de interacción humana.
Los días pasaban como si el viento se los llevará, cada uno similar al anterior. Gente que me llegaba los nervios, gente que mandaba a la mierda con insultos o peleas… Alejándome más a mí mismo de toda relación personal que me pudiera estorbar más mí existir. Mentiría si dijera que mí odio fue solo a esquiva meteoritos.
Aprendi a odiar a todos, independiente de quién fuera. Suficiente era para mí algo malo de ellos, algo que me afectara, cualquier cosa para mandarlos a la mierda.
Incluso alejado del Instituto Volcano, estudiando alejado de todo eso… Aún sentía ese vacío tan grande. No era el desamor con Fang, tampoco eran las peleas con Trish y Reed. Sus acciones… Lo que sentí por ellas aún me comían por dentro como un animal salvaje en un basurero… Aún me hacían sentir todo ese rechazo, odio, desconfianza, desesperanza… Tristeza y miedo.
Seguía llorando hasta quedarme dormido en mí departamento… Seguia maldiciendo en voz baja cuando recordaba todo lo que pasó. Días en los que no podía hacer más que desquitarme con otros de una forma u otra.
Solo fue a peor entre más años pasaban.
Acumule demasiadas bajas de puntaje por comportamiento… Cambie de trabajo 7 veces en todo un año por pelear con clientes. Hubo un punto en que simplemente al no saber que hacer o como controlarme en esos momentos de claridad… Empecé a tomar alcohol.
Sabía que no me iba a hacer mejor. Ni que me iba a ayudar a superar todo lo que sentí. Pero comencé a hacerlo para no sentir, como hacía mí padre en ocasiones… Para permitirme olvidar en algún momento no solo las cosas que pasaron, sino lo que aún sentía. Entre fines de semanas durante mi último año de la carrera comencé a vagar de bar en bar por las noches… Perdido en las calles, buscando mí apartamento con más alcohol que sangre en mis venas.
Cuando bebo, el mundo deja de existir. La gente deja de existir y todo simplemente se concentra en mí. En mí felicidad. En lo que a mí me hace feliz. En reírme, pelearme, gritar… O simplemente insultar… Olvidar... Es simplemente demasiado liberador… Ahí no existe Fang.
No existe Trish, Reed o cualquier otra persona por la que… Aún puedo sentir culpa.
Yo no existo ahí.
Al final terminé mí carrera con mejor desempeño que en el instituto, mejorando marginalmente mí comportamiento.
Lo suficiente para ser contratado tan pronto salí de la universidad como un interno. Un mes después como un empleado de una empresa dedicada exclusivamente al marketing. Ganando lo suficiente para comprar un departamento en un par de meses. En el al menos tengo espacio y pertenezco al lado "bonito" de Volcadera… Espacioso, pero vacío. Luego le siguió un auto.. Y muebles.
Muebles había, muebles compré y adorne como pensaba que se veía mejor... Pero es una casa fantasma si no estoy yo allí, todo ahí solo es algo que intenta llenarme.
Siento como algunas tibias lágrimas caen de mis ojos. El frío viento me abraza mientras los cierro, dejando la tristeza apoderarse de mí. Mis lágrimas caen hacía el marco de la ventana y hacia la calle desde el décimo piso donde me encuentro.
Mí pecho duele, duele como si me estuvieran atravesando con una lanza. Pero esto siempre es así luego emborracharme un día antes de ir a trabajar. Siempre siento ese vacío y esas ganas de dormir, dormir hasta que me olvidé de existir… Está siempre ahí… Siempre ahí… Como si jamás hubiera salido de el día en el que Fang me rechazo.
Pero no… Mañana será diferente. Siempre quiero pensar eso para no perder fuerzas… Aunque ha sido lo que me mantiene con vida. Tomo una bocanada de aire decidido, para luego soltar el aire con fuerza. Mis ojos abiertos se concentran en el pequeño Raymba.
Finalmente mí dedo índice lo empuja lo suficiente como para que caiga de la ventana.
Siento el sonido del pequeño trozo de plastico partirse en mil pedazos cuando impacta el suelo… Me hace sentir alivio.
bip...bip...bip...
La alarma de mí reloj de muñeca me alerta, ya es tarde, debo salir.
Espero que por última vez…
Me limpio las lágrimas de los ojos y respiro profundamente, eventualmente logrando tranquilizarme… Logrando al menos calmar la tristeza por este día… Algo menos de lo que preocuparme.
Agarro una mochila de color rojo que reposa a un lado de mí cama, llena de portafolios y otras cosas que uso en mí trabajo. Salgo de mí cuarto hacía la sala de estar, donde recogí mis llaves del departamento y de mí auto. Abandono el apartamento con rapidez, cerrando la puerta con llave.
Mis vestimentas formales pueden indicar hacia donde me dirijo. Veo el reloj de mí muñeca mientras dejo al ascensor bajarme hasta el garaje del edificio.
Es algo estresante para mí el manejar aún. Aprendí a través de tutoriales y con suerte había conseguido mí licencia hace unos meses. Es la forma más rápida de movilizarme sin embargo.
Aparte de que prometí no volver a subirme en el transporte público hace ya un tiempo.
Cuando llego a el nivel bajo tierra busco en el extenso espacio al cual llamo garaje mí auto gris. Algunas personas pasan yendo o saliendo de sus autos, caras que no me atrevo a mirar a los ojos. Cada una devolviéndole el mismo nivel de indiferencia.
Finalmente llego a mí auto. Abro la puerta del mismo, tirando mí mochila en el asiento del acompañante. Mis manos me obligan a ponerme el cinturón de seguridad y cerrar la puerta con fuerza.
Siento como el motor prende tan pronto mí llave se pone en contacto con su ranura y la doy vuelta hacia adelante. Ahí es cuando comienzo a conducir, a un ritmo algo acelerado, aunque atento de no tener que pagar por ningún accidente causado por mí.
Al salir a las calles de Volcadera desde el departamento puedo ver el frío ambiente que me prepara este invierno.
Dinosaurios con múltiples capas de ropa abrigada, algunos con sus colas entre las piernas por el frío… Puedo ver de reojo cafeterías, restaurantes y otros lugares que podrían refugiar a cualquiera del frío completamente invadidas por esos protagonistas de cajas de cereales.
El viaje a mí oficina es corto, pero el tráfico mañanero no hace esto menos estresante. Media hora porque un puto retrasado esquiva meteoritos no sabe diferenciar entre freno y acelerador. Los toques de bocina constante no hacen más que hacerme sumar a los mismos mientras mí carro avanza lentamente.
HOONK HOOONK… HOOOOOOOOOOOONK.
Termino golpeando el centro del volante haciendo sonar la bocina de forma estruendosa cuando paso al lado del desgraciado que había chocado y no permitía el paso.
En un momento de pura impulsividad bajo el vidrio del conductor y suelto un grito cargado con puro veneno.
– PUTO CARROÑERO. APRENDE A CONDUCIR PENDEJO, BURRO, A TU ESPOSA LA MANOSEAN MEJOR QUE A EL VOLANTE.
Digo, no satisfecho, pero seguro de que le saque alguna vena al estupido. Mí expresión de claro enojo se mantiene por el resto del viaje hasta llegar a mí oficina, unos 5 minutos antes de que empezará mí horario.
Finalmente vuelvo a la neutralidad usual cuando debo buscar un lugar donde aparcar… Aunque es algo tardado y consume algo de mí corta paciencia, logro dar con un lugar donde estacionar el auto.
Me aseguro de cerrarlo adecuadamente luego de sacar mí mochila. Al instante que salgo del auto entiendo porque todos están tan abrigados. Siento como mis huevos se achican por el frío invernal con el que amenaza esta puta ciudad costera.
Mí paso al edificio que yo conozco como "manicomio" es rápido. 2 pisos de oficinas con un comedor en la planta baja, sin contar la azotea y el sótano, dónde yo trabajo con mí grupo. Al entrar voy directo a reportar mí asistencia con la secretaria que no está atendiendo clientes a esta hora de la mañana.
Paso viendo a algunos "compañeros" y miembros de las oficinas. Cada uno saluda a sus amigos… Ingresa a sus cubículos, ordenan sus puestos… La indiferencia que puedo mostrar ante el cálido lugar de trabajo es aumentada cuando de camino a mí oficina veo al gerente charlar en el medio del pasillo.
Un Deinonychus cubierto de plumas marrones, inmigrante de Perutasico, que al parecer se radicalizo porque nació aquí en Estados Cretacicos. Mí racismo shitpostero se quiere activar, salir con fuerza cada vez que lo veo, pero no puedo hacer más que sonreír y pasar de el… Hasta que claro, hoy decidió hablarme.
– ¡Oe! ¡Si es Anon! – Parece referirse a mí hacia algunos gerentes de otros departamentos del edificio. Todos forman un círculo alrededor de la máquina de café mientras me miran.
– No es por darte más trabajo… ¡Pero! Recuerda que hoy debes darme el informe de tus proyectos y el audio del comercial para esa empresa de shampoos… ¡Me tienen con las plumas en el cuello! – Su tono amable y siempre respetuoso, cooperativo… Me molesta, lo odio, mucho. Tanto… Pero no puedo hacer más que darle una leve sonrisa mientras paso a su lado. Me recuerda demasiado a como hablaba Naomi y eso no me hace tener más paciencia.
– Como digas José, no me jodas más, los tendrás al final del día. – Termino diciendo mientras aún fuerzo mí boca para sonreír.
Los demás gerentes miran esto con extrañeza ¿Irrespeto de un empleado con menor rango jerárquico? Inaceptable. Al menos José es mucho más relajado en ese aspecto y simplemente me devuelve la sonrisa con un pulgar arriba.
– ¡Gracias Anon! Pe , como estaba diciendo… – Escucho su voz ahogarse entre otros ruidos cuando doy vuelta alrededor de una pared a mi departamento.
Suelto un suspiro cansado mientras bajo las escaleras, algunos compañeros de mí departamento saludan, pero yo los ignoro.
Desde que he llegado ha sido así, supongo que el ya se acostumbro. No me he dignado a levantar la mano para responder a ningún saludo. Las promociones se dan por comportamiento, cooperación y el trabajo en si. Si son así no es más que para ganar puntos, avanzar y ser uno más de los miembros podridos en acciones de la junta de inversionistas. Así que yo mismo nunca les daba el gusto de obtener puntos. Incluso así, no es como si necesitaras la cooperación de otros pendejos.
Cuando llego finalmente al sótano me dan la bienvenida unas cuantas oficinas. Al igual que musica de jazz del que te quiere hacer vomitar y el olor a café temprano en la mañana… Un ambiente de todo menos profesional, contando la música adolescente de grupos charlando en algunos lugares de este espacio.
Yo reporto mí llegada por segunda vez, ahora a un secretario de mí departamento. Mis ojos se redirigen a mí cubículo mientras me acerco al mismo.
Aunque ya haya empezado la hora comercial, no hay mucha gente aquí y prefiero que sea así.
Este lugar es mucho más ruidoso que cualquier otro lugar de la oficina entera. Pero el departamento de audio es el único que puedo soportar de todo este complejo mierdero.
Tan pronto como estoy en mí lugar me siento frente a la computadora prendo la misma. Algo fastidiado al pensar que debo terminar en un día el trabajo de unas semanas, pero ninguna cagada que no haya hecho antes.
Mis orejas son cubiertas por auriculares cuando desbloqueo el aparato. Dejo que cargue un momento mientras saco de mí mochila una sola carpeta, la de mis informes para esta semana.
Reviso los mismos minuciosamente mientras me permito poner los audios de cada proyecto que había tomado para trabajar. Al mismo tiempo inicio mí Coogle, donde entro a la plataforma de la empresa con mí perfil.
Una rutina a la que me acostumbré durante este último año… Dónde me puedo distraer de cual sea el pensamiento intrusivo que tenga ese día.
Aunque mí humor nunca fue el mejor en la oficina… Hoy decidí ser más calmado. Sabía que me esperaba está noche… Así que lo menos que podía hacer era estar en paz con los demás… No como los otros días en discusiones sin cesar.
Las horas pasaban y otros miembros llegaban, conversando entre ellos, compartiendo audios, momentos justos… Mí departamento era muchas cosas, pero sus miembros eran unidos. Tanto que a veces parecía más una vieja clase de colegio que una oficina.
Gente iba y venía de mí cubículo, fastidiado cuando me interrumpen siempre procuraba que sean las interacciones menos personales posibles.
Daba audios, daba muestras, ayudaba en proyectos de todo el departamento… Y evitaba los intentos de socializar, los cuales por suerte eran muchos menos que cuando inicie hace unos meses.
Al fin siento que muchos entendieron que no me gusta socializar… Aunque sea un poco tarde ya para eso.
...
Mis ojos se sienten pesados cuando llega la hora del almuerzo. José, el gerente, termina alertando con una campana a todo el departamento del descanso para comer.
En este momento cuando todos se van de la oficina yo puedo comenzar a trabajar.
Es de las pocas cosas disfrutables que encontré al trabajar. Desconecto mis auriculares y pongo música a todo volumen. No esa mierda de openings de animes… O cosas hipster, gracias a Dios.
Escucho bandas de rock boomer mientras escribo mis informes de forma más… Controlada, calmada. Este momento es en el que más puedo distraerme de todo lo que siento, al menos cuando no bebo.
De hecho, que se joda. De mí mochila saco un una petaca de metal llena de Whiskey. Me agachó un poco para evitar que alguna cámara me vea y doy un sorbo.
Mierda, ahora sí puedo trabajar en paz.
Cierro la petaca y continuo escribiendo los informes de un comercial de atún.
Ese vacío se siente… Flotante. Cómo mis pensamientos. Cada palabra que escribo es como una sinfonía, dónde puedo permitirme a mí mismo hacer lo que quiera a mis anchas.
Incluso… Sentarme y no hacer nada.
Por un momento levanto la mirada, acomodandome en mí silla de oficina con algo de recelo… Y tranquilidad.
En mí pantalla solo veo las múltiples ventanas de trabajo abiertas, llenas de información sobre los audios, mezclas y razones por las que suena así anotadas en una libreta que saque de mí mochila. Incluso algunos videos de marketing donde el audio está hecho por mí.
Suelto un suspiro mientras mí mano pasa por mí cabeza, pensando en lo que va a pasar al final de este día.
Por más que mis compañeros sean unas sanguijuelas, que José sea un gerente mediocre y molesto… Y que odie todo este trabajo… Siento que voy a extrañar esto.
Este momento hecho solo para mí, en mí trabajo. No en la soledad callada de mí apartamento ni en las ajetreadas calles de Volcadera.
Solo yo… Yo y mis audios, mí trabajo. Lo único en este mundo de lo que puedo poner mí mano y decir que estoy orgulloso de hacer.
Pero eso pronto… Pronto dejara de importar.
Vuelvo mí mirada hacia el monitor revisando la hora… Faltan 20 minutos para que acabe el almuerzo.
Frotó mis dedos sobre mis ojos, intentando pasar el cansancio de los mismos de una forma u otra. Siento mí rodilla derecha doler, como de costumbre, me olvidé tomar calmantes.
Reanudó mí trabajo, un poco más melancólico… Unos cuantos clicks y leídas más me terminan llevando a mí bandeja de entrada, en la cual un nuevo trabajo ha llegado a nuestro departamento.
"¡Un nuevo proyecto!: Petición de alteración de audio para comercial de una banda y su gira en Volcadera."
Petición para el departamento de Marketing: Audio. Un trabajo pequeño, de larga duración. Reviso un poco la información y el trabajo que quieren hacer… El proyecto será tratado con el que lo tome.
Divago un poco viendo mis informes… Más de la mitad están completos y el audio para el comercial está listo… Tengo tiempo… No, pero igual está bien.
Al menos… Dejaré el trabajo pedido así se joden más cuando quieran sacarlo luego de que me tiré por la ventana de mí apartamento.
…
…
…
Las horas pasaron rápido en el trabajo. Yo complete mis informes y el audio estaba listo. Mí reloj indicaban que eran las 10 de la noche… No era ni de cerca el horario en el que trabajaba, pero hoy quería terminar todo, así que me permite irme más tarde.
Imprimí mis informes, subí todos a la plataforma y los ordene en un portafolio desocupado que los recursos del departamento ofrecían.
También mandé el audio al Cmail de José, con la esperanza de asegurar que todo mí trabajo está hecho. Levanto mí culo adormecido de mí silla mientras recojo mí mochila, la cual está lista para que me vaya.
Antes paso por la oficina del gerente que también parece listo para irse.
Me recibe con una sonrisa cálida, seguida de una risa mientras guarda papeles en un maletín.
– ¡Oh jaja! Anon… Justo contigo debía hablar.
Sus ojos de color negro profundo se enfocan en los míos,, una mano parece buscar en un archivadero de su mesa. Posiblemente es un reporte de comportamiento por no entregar informes. Nuh huh, no quiero eso.
– No te preocupes, ya tengo todos mis trabajos hechos, tomé uno nuevo también, pero creo que ya lo viste. – Digo mientras entrego el portafolios con todos mis informes. Algunos finales, otros intermedios, pero todos hechos con el mismo nivel de dedicación.
José recibe las noticias con una sonrisa… Pero aún así parece a punto de decir otra cosa.
La incertidumbre crece en mí… Aunque ya no hay razón para esto… No es como si nada de esto importara ya.
– Como siempre, puntual Anon… ¡Bien hecho! Pero, Oe , con respecto a ese nuevo trabajo… Los clientes ofrecieron una demostración en un bar para todo el departamento, como parte del pago. Ya les di el boleto a todos… Y, solo faltabas tu. ¡Sin presiones!
Estás… jodiendo.
– Oh, ¡Anon! No digas eso muchacho. Causa … Usted siempre trabaja mucho y creo que se merece al menos por una vez aparecer en los eventos del departamento.
Las palabras genuinas de José me hacen ignorar el hecho de que volví a balbucear luego de mucho… Mucho tiempo.
Vacilo un poco al principio, está noche era algo… Especial… Por como tal, no quería cambiar nada de ella pero… ¿Porque no un último concierto?
Hay tantas cosas malas que me han traído… Al menos una más puede significar que voy a tener una razón más para hacerlo.
Agarro el boleto de color negro de la mano de José, no hay nombres, solo un número de entrada y una dirección, 11 de la noche, 22 de Diciembre… Algo cerca de mí casa de hecho… Perfecto.
José me mira con una sonrisa orgullosa, aunque está vez menos exagerada y risueña que como siempre… Simplemente pasa a mí lado mientras su mano golpea mí hombro levemente.
–Disfrutalo hijo, he oído que son bastante buenos. Espero verte mañana… ¡Nos vemos!
Finalmente el gerente se retira por las escaleras, su tono volviendo a algo más normal de su parte a lo último.
Ya es el final.
...
Salgo de la oficina mientras veo a los últimos dinosaurios abandonar el edificio y a los guardias nocturnos llegar para cumplir sus horarios.
Me dirijo a mí auto algo menos afectado por el frío del invierno. Dejo mí mochila como siempre en el asiento del pasajero y comienzo el trayecto a mí casa.
...
"¡Tengan cuidado habitantes de Volcadera! Hoy se registrará nuestra primera tormenta de nieve desde el 2011, ¡Abriguense bien esta noche para-"
Cambio la radio mientras conduzco hacía mí hogar, tratando de distraerme de cualquier pensamiento intrusivo al hacer esto.
Dentro de mí auto escucho los amables ritmos de Queensaur, animandome a mí mismo para lo que queda de trayecto.
Al poner pie en mí apartamento voy directo a mí piso. Abro el mismo y me dirijo directo hacia mí cuarto. En el cual abro mí armario para sacarme la ropa de la oficina, dejándola en una percha. Al mismo tiempo me pongo algo más informal, pero abrigado para la noche.
Mis ojos se dirijen a la ventana de mí cuarto tras de mí.
Los aullidos del viento que puedo escuchar cuando me concentro lo suficiente me llaman. Siento como mis piernas quieren moverse casi impulsivamente hacía ahí y simplemente ignorar todo. No más dolor. No más gente molesta en el trabajo. No más… Culpa o pena… Pero… No, no puedo hacerlo ahora.
Ya tengo la entrada… Voy a desperdiciar el no usarla si me voy sin ir aunque sea a escuchar lo malos que son. Porque DUDO que José tenga buen gusto musical.
Termino poniéndome una remera térmica, una sudadera y por encima un saco beige. Debajo unos pantalones cargo negros y botas de trabajo para evitar que la nieve me dificulte el paso cuando vuelva a mí casa.
Voy a mí baño por última vez. Tengo que aceptar que es de las pocas de esta casa que me gustan y que tal vez extrañe. Limpio mí cara con algo de jabón para la cara y me aseguro de tener mis dientes limpios para esta noche. Paso de bañarme. Salgo del mismo preparado para irme.
Busco mí billetera… Listo, tengo dinero para beber hoy. ¿Mí celular? Cargando desde la mañana. Lo pongo en mí bolsillo y salgo por último con mis llaves en mano, guardando en mí llavero las del auto.
Procuro cerrar bien mí apartamento, en un intento de reasegurar mis últimas horas en este plano existencial.
Bajo por el ascensor… Con la música de ambiente dejándome divagar un poco. Finalmente puedo recordar que deje mis papeles en el auto, las noticias son como un ladrillo golpeándome la cabeza.
– Tch.
Bueno, tampoco es como que mañana los vaya a necesitar de todas formas, pero igual, que puto fastidio.
Cuando llego al nivel del suelo salgo de mí apartamento con ambas manos en mis bolsillos, llenas de mis objetos valiosos.
Esta es de las pocas veces que me gustaría que me asalten y me maten por resistirme.
Recuerdo bien la dirección, es a 5 cuadras de donde vivo. Mis ojos miran con atención la nieve cayendo, mientras mí cuerpo se estremece ante las ráfagas del viento. La ciudad se convirtió en calles fantasmas habitadas por autos en la calle y pocos peatones en la cera.
El ambiente generalmente frío me hace sentir calma… La suficiente como para no divagar mucho mientras camino a mí objetivo. Aunque también puede ser el frío encoge pelotas en el que salí.
Llego a la calle del bar… Aún hay varios comercios nocturnos abiertos, pero puedo notar que uno está siendo resguardado por guardias bien abrigados en la puerta de entrada. Exactamente como pensaba, desde afuera puedo ver varios miembros de la oficina tomar y charlar animadamente, parecen haber pocos espectadores aparte de los ya mencionados "compañeros".
Al dar mí entrada se me es revisado por cualquier objeto peligroso que pueda llevar.
Normalmente, no tengo nada que pueda hacer ver a el skinnie de forma rara. Por lo cual entro, aún con mis ropas abrigadas por el frío que se siente en el lugar. Aunque el mismo pareceria estar bien calefaccionado y la masa de dinosaurios en el lugar era considerable… Aún se sentía ese frío calienta huesos.
Mis ojos se dirigen al lugar más cómodo que pueda pasar esta noche, la barra. Paso ignorando todo contacto que pueda hacer con nadie más que con el camarero, un megalosaurio negro que parece reconocerme tan pronto me siento en el desierto puesto de bebidas.
Yo ya estuve aquí… Definitivamente te conozco, pensé mientras dejaba mí cuerpo reposar sobre mis cansados brazos sobre la barra. El cansancio es simplemente algo que me empezó a pasar en las noches ya hace un tiempo. Supongo que los años si toman factura.
– Lo de siempre. ¿No?
Mis sospechas son respondidas cuando el megalosaurio pregunta, rompiendo el hielo entre ambos.
– Lo de siempre.
Si es que me conoce, sabrá que solo quiero el Whisky más barato que pueda darme. Aquel que necesitas 1 botella para emborracharte… Aunque también podría tomar algo más simple. ¿Una cerveza negra? ¿Vodka? Vino incluso… No, eso es de hipsters, gays y hombres de la tercera edad.
Mí mente divaga entre bebidas con las que destrozarme el intestino… Lo suficiente para dejar de escuchar a la gente a mí alrededor mientras el camarero prepara "Lo de siempre".
Esto… Es mejor de lo que esperaba. Al menos podré irme en paz, borracho, feliz… Feliz.
No soy realmente feliz, por eso quiero hacerlo, ¿Verdad?
Pero si quiero hacerlo es porque no encuentro otra forma de lidiar con esto y siendo sincero solo estoy harto de sentirme así todos los días.
No quiero volver a despertarme luego de tirarme a la cama y solo hay una solución para eso. La he estado evitando desde…
Desde que Fang me dijo que no quería nada.
Desde que todo se fue a la mierda… Je…
Quisiera que fuera diferente. Que pudiera volver el tiempo atrás y jamás decirle que me gustaba, dejar morir mis sentimientos… Para verla como otra cosa.
Todo esto fue mí culpa.
Se que lo es, no importa que tantas cosas malas hayan hecho, solo se que si no hubiera hablado... Tal vez podría haber tenido una oportunidad con Fang. Tal vez… No me odiaría ninguno de ellos, los únicos amigos que tuve.
Tal vez podría haber aprendido a amar a Stella… A ser amigo de los demás.
Los pensamientos que he tenido todo este tiempo solo se repiten, incapaces de ser respondidos o cambiados.
El camarero llega con dos botellas, dos vasos, aperitivos y una botella de agua.
Al instante yo pago la suma total, unos 230 dólares.
Ahí comienzo a comer… Comer algo de jamón con queso y pan tostado mientras pienso que tal vez sea la última vez que vaya a vivir con todo esto.
Las botellas ya abiertas me permiten vertir mí bebida en uno de los shots.
El alcohol cae por mí boca, aliviando los males… Pero esta vez… Soy incapaz de olvidarlos.
Seguramente… Me merezco esto… Ellos también.
Mí ambiente callado me permite lagrimear silenciosamente mientras tomo el alcohol, listo para emborracharme.
Cómo… Tomo… Y lloro… Silenciosamente para que nadie me note, pero algunas lágrimas se deslizan por mis cachetes, pero no siento tristeza. Tampoco siento pena… O miedo.
Siento que pronto todo acabará y podré vivir en silencio por la eternidad. Solo… 23 años… Fue una mierda de vida… definitivamente.
Boom…
El suave golpe de una guitarra me hace ver a la banda que toca desde un escenario que el bar parece tener para todo tipo de eventos.
Las luces bajan un poco, enfocándose en ellos. Un atrociraptor lila detrás de la batería, cubierto de tatuajes asiáticos que podrían hacerlo pasar por un Yakuza. Solo viste un saco negro largo, pantalones de vestir y zapatos, revelando su físico marcado a la audiencia.
Un chasmosaurio morado con pelo largo y el bigote de un puberto. El carga una guitarra celeste y viste similar al baterista, color negro, saco que llega hasta por debajo de su rodilla, aunque el tiene puesta una polera para no mostrar su físico.
En el centro, adelantada en el escenario veo la figura de una rara policromatica que he conocido hace mucho… Pero que ya no recuerdo su nombre, ni de dónde es. Una rara policromatica que me hace pensar en que coincidencia es volverla a ver en este último día de mí vida.
Ojos plateados… Cuerpo esbelto, cabeza rapada en los lados y por detras, mucho pelo en el centro… Ropas blancas… Aunque no viste un saco. Solo un buzo blanco sin detalles rematado con un cargo y zapatillas del mismo color.
Siento los instrumentos aumentar su intensidad mientras ella toma ritmo. La batería toca con seguridad mientras ella armoniza con sus vocales, la guitarra acompaña al mismo tiempo de la batería. Su cola golpea levemente el escenario mientras agarra con seguridad el micrófono para comenzar a cantar.
– Last Christmas, i gave you my heart~. – Esa voz… Tan dulce… Ordenada, como si un coro cantará en una sola voz, dedicándole amor a cada cosa que dice.
– But the very next day, you gave it away~.
This year… To save me from tears, i'll give it to someone special…~
Tal vez… Esa rara policromatica volvió a robarse mí atención.
Notes:
Y UFFFF... MUCHO TIEMPO!
Cómo están? Agradezco muchísimo el apoyo que he estado recibiendo por básicamente en todos lados.
Desde Facebook, pasando por Twitter y incluso Discord. Amo cada mensaje que me hayan dedicado criticando o dándole apoyo a mí historia.
Tengo que dar millones de gracias y decir que no me esperaba el apoyo inmenso que tendría Feeling Blue. Solo me motiva más a escribir esta historia.
Y si, ahora tenemos a un Anon adulto, para seguir la crónica de que al final de cada "baile" en Snoot Game ocurre un salto temporal y se ve el futuro de cada ending.
Espero escuchar sus opiniones sobre este cambio de historia y veremos cómo Anon se enamora lentamente de Nick y ella... Ella trae cosas entre manos :)
De vuelta, millones de gracias por el apoyo, 3000 hits no es nada, tampoco lo son más de 250 kudos, esas son las cosas que me motivan a escribir, pero sobre todo los comentarios. Los cuales siempre me tomo el tiempo de leer.
También! Voy a pasar mí Twitter para avisar cuando tengo nuevos capítulos posteados. Así no tienen que averiguar si lo subí o no. https://twitter.com/saswaratara
Desde ya, disfruten del capítulo, estén leyendo a la mañana, tarde o noche, tengan un buen día, tomen tesito ☕.
Chapter Text
…Mis ojos se centran en sus manos que agarran el micrófono con seguridad. Los movimientos suaves de su cola y el resto de su cuerpo son algo que no dejo pasar por desapercibido.
– Once bitten and twice as shy… I keep my distance, but you still catch my eye~.
Las manos del baterista se mueven con ligereza dándole ritmo a la canción mientras la guitarra sigue el mismo. El bar se queda en silencio, pues todos escuchan. La nostalgia invade el corazón de cada persona en el bar… O eso quiero pensar yo.
– Tell me, baby, Do you recognize me?
Well, it's been years, it doesn't surprise me~...
Mí mano pasa inadvertidamente por dónde las lagrimas se resbalaron de mis ojos en un vago intento de limpiarlas. Mí otra mano sostiene con fuerza el vaso con whiskey.
Aunque quisiera seguir tomando la coordinación y mí concentración no están para eso en este momento.
Pueden ser miles de cosas que me detienen de seguir. Como la iluminación, el ambiente o en general que había decidido morir hace unos minutos de forma silenciosa. Pero su apariencia… Su voz, la música me mantiene con un pie fuera de mí decadente situación. Fuera de mí realidad.
Suelto un fuerte suspiro mientras mis pensamientos se ven simplemente anulados. Incapaz de preocuparme o mortificarme a mí mismo con mi propia negatividad, sigo escuchando a la policromatica azulada.
Ella sigue cantando, acompañada por los miembros de la banda en su sinfonía… Siento en su cantar la nostalgia y la tristeza combinados… Especialmente considerando la letra de la canción, la cual no queda con las fechas festivas que referencia a pesar de su ritmo animado.
– Happy Christmas~.
Todo el grupo parece decir esto al mismo tiempo en un pequeño coro para que la baryonix retome la letra principal. Sus ojos plateados observan el lugar casi como si tuviera nostalgia.
– I wrapped up and send it, with a note saying: I love you…
Dramatiza su cantar de una forma afligida, aunque menos exagerada que como recordaba en el instituto. Aún poniendo emociones pesadas en su voz… Como el despecho, el desamor y la esperanza. Su ritmo sin embargo es el mismo.
Cómo si fuera un ciervo a punto de ser atropellado mis ojos se fijan en ella cuando alcanza mí dirección mientras observaba el lugar.
Casi como si viera un fantasma veo su expresión casi convertirse en algo de sorpresa. Sin embargo controlandose lo suficiente como para continuar cantando, devolviendo sus expresiones a algo neutral. Me siento extrañado momentáneamente por esto.
– I meant it~.
Aunque vuelve a cambiar rápidamente, ahora a una sonrisa. Su cola se mueve bruscamente a un lado para ayudarla a girar hacia otro lado del escenario, cantando ahora con una notoria felicidad… O satisfacción. No me pudo haber reconocido.
– Now i know what a fool i'd been...
Algo parece haberla emocionado… Aunque también parece confundida. ¿Fui yo- No, eso es tonto. Debe haberme confundido con alguien más.
– But if you kissed me now, i know you'd fool me agaain~...
Ella baila un poco siguiendo el ritmo calmado de sus compañeros, dando pasos de lado a lado en círculos en el espacio pequeño que es el escenario. Mientras hace esto ella repite las primeras estrofas de las canciones, solo alimentando más mí distracción de los pensamientos suicidas y disipando mis dudas luego de hacer contacto visual.
Siento calor… Sobre todo en mí pecho, es algo que no sentía desde el instituto. Como si… Como si estuviera de vuelta en el instituto… Antes de todo lo que paso por mí culpa. Antes del doxxeo de Trish.
Es un sentimiento lo suficientemente agradable como para hacerme sonreír a la nada, incluso viendo a la chica baryonix mientras hago esto. Algo acerca de ella es simplemente… Cálido. Acogedor… y reconfortante. Su voz es como un intento de abrazar algunos sentimientos que acumulan polvo en mí interior.
– A crowded room, friends with tired eyes…
Tal vez… Se refiere a mis ojeras… Que me acompañan desde que deje de existir.
– I'm hiding from you and your soul of ice…
Tal vez… Se refiere a como me sentía en ese momento.
– My god! I thought you were someone to rely on~.
Tal vez se está refiriendo a Fang y lo que deje de sentir.
– Me? I guess i was the shoulder to cry on~.
Tal vez se refiere a mí y a lo que pienso por mí mismo.
Dejo de sonreír por un momento mientras mí mano suelta el vaso de whiskey. Me veo en la necesidad de descansar mis brazos sobre mis muslos mientras las letras que canta la chica con emoción. Puedo sentir el nivel de pasión que escuche por primera vez en el instituto.
– A face of a lover with a fire in his heart~.
Es una pena que ni siquiera recuerde su nombre. O que ni la vaya a volver escuchar.
– A man undercover but you tore me apart~.
Realmente me encanta su voz.
…
Pasaron los minutos y ella continuo cantando, haciendo el momento más especial de esta noche para muchos. Incluso para mí.
Estoy sorprendido de que nadie se atrevió a interrumpirla ni a vitorearla hasta después de terminar su canción.
Muchos aplausos, gritos, alientos, gente pidiendo más… Seguramente les va a ir bien, si siguen cantando así. Es una pena que jamás lo averiguaré.
Vuelvo a tomar el vaso de Whiskey… Sintiendo algo diferente.
No es ese espiral de culpa auto impuesta o de penurias en el que me encontraba hace menos de media hora. Tampoco es ese vacío interminable que sentí por primera vez tomando alcohol en la noche.
Simplemente… Siento que estoy satisfecho. Luego de esto… Puedo acabar con todo en tranquilidad. Comida… Alcohol… Buena música… Dinero.
Si… No fue una vida tan mala como pensaba.
Antes de que pudiese servir más whiskey en mí vaso siento a alguien sentarse a mí lado.
Yo no me atrevo a mover la cabeza ni levantarla para ver a la otra persona, solo puedo sentirme algo fastidiado al saber que mí soledad ha sido irrumpida. Pero, bueno… que más da.
Ahí es cuando escuché su voz de vuelta, está vez hablándome de la forma más condescendiente que podía.
– Me sorprende que un vagabundo rarito como tu haya llegado tan lejos.
Oh oh… Espera… ¿Porque?
Levanto la cabeza con una ceja levantada viendo a mí atacante verbal de brazos cruzados, con su cuerpo entero mirando hacia la barra. Ambos brazos descansan sobre la misma, sus pies se mantienen en el reposador correspondiente al no poder llegar bien al piso. Por otro lado su cola se enrolla en la silla de forma recelosa.
– Yo no entiendo si eres un cavernícola o un mono, Anon.
La vocalista de la banda me mira con unos ojos llenos de indiferencia, aunque también parecen demostrar asco.
¿Ese ataque gratuito a qué viene medio mierda? Arruinaste la poca estima que te agarre en estos 30 minutos. Eres estúpida y estúpida con cabeza.
No, ¿Anon? Espera… Mientras la miro por encima del hombro, sintiendo algo de recelo y indiferencia agresiva hacia sus insultos.
Ella cruza mí mirada, haciendo contacto visual me sigue viendo cómo si quisiera morderme el cuello. La mano más alejada de mí me tira el dedo medio el cual veo ya que lo pasaba por abajo de su otro brazo.
...Ni siquiera te conozco.
– Y yo no sabía que dejaban entrar a vagabundos con su banda copito de nieve.
Cállate, no me jodas. Suelto un suspiro enojado mientras vuelvo a mí mismo, para seguir tomando mí alcohol. No me siento ofendido, ni tampoco afectado por su presencia. Aunque sus insultos repentinos me dejaron con un mal sabor de boca.
Aunque ya debe haberse ido-
– Pero tu te equivocaste de lugar, el club de arroja lanzas está al otro lado de calle, putita.
Menciona aquel baryonix con una sonrisa satisfecha mientras empieza a beber de MI whiskey con el vaso que venía en mí bandeja.
Si, jodete, no quiero soportar esto más, quiero respuestas.
– Si si, cállate… ¿Porque mierda me estás insultando?… ¿Qué carajos te hice lagartija color limpiador de baño?
Digo con claro fastidio ahora sí girando mí cuerpo de forma más amenazante. Esto no parece hacerla para atrás, pues tan pronto termina su segundo shot ella también gira aún más para encontrarse conmigo cara a cara. Ella molesta, yo con el ceño fruncido.
– "Ayyy no entiendo si eres un femboooy o un tombooy" – Hizo un intento bastante agudo de imitar mí voz, el cual fue bueno para mí fastidio — Ahí tienes tu pista, rarito virgen. Al escucharte decir eso ya había entendido que jamás tocaste a una mujer y yo no olvido.
Yo quedo perplejo al recordar ese último insulto aquella noche durante el baile de graduación.
…Aún no entiendo que es, con ese nombre tan puramente andrógino. Su ropa… No ayuda.
– Deberías usar algo más que carpas de 4x4, puta gorda, así no me confundiría.
Digo en voz alta, bien audible. La barra desierta no está ocupada solo por nosotros, pero si hubiéramos estado solos ya estaría ahorcandole. Aunque creo que no iba a tener las fuerzas para mancharme las manos, no este último día.
Pero oh, mí boca tiene mucho que decir. Aún debo sacar el veneno acumulado de los últimos años.
– ¿Que?...
Ella abre los ojos de par en par viéndome con sorpresa luego de haber venido de vuelta de mí botella.
– Gorda. Mirate, puto simio, te ibas a atragantar con jamón y queso solo, me dices gorda a mí.
Dice la contraria, la cual se gira totalmente fastidiada, su cara tomándose en algunos tonos más oscuros en los cachetes, posiblemente por vergüenza.
Yo me río ante esto mientras continuo bebiendo.
– ¡JAAAA! Te gustaría llamarme gordo. Esquiva meteoritos, dime ¿Aún no decides para que lado del campo juegas?
Hago un chiste referiendome a su aspecto andrógino. Si algo que puedo decir es que es mujer, o eso considera ella. Si fuera de otra forma ya estaría llorando sobre sus pronombres.
Experiencia, puede decirse.
  
  
– Retrasado, estoy más sorprendida de que no te hayan metido a una institución mental luego de la mierda que hiciste en el baile de graduación.
Respondió la baryonix con la misma hostilidad, cada vez tomando más entre insultos.
– Eso es lo que diría una traga penes que aún llora porque no entendí que era.
Respondo, bebiendo ya de la botella de Whiskey por la que parecemos pelear casi físicamente por un momento hasta que ella pide otra.
– ¿Que dijiste marrana? Quítate el bozal de la boca zorra, lo único que escucho son los gimoteos de una perrita con la cola entre las patas por no poder tomar un insulto.
Eso dice ella mientras abre su botella con sus garras mientras me mira amenazantemente, implicando que sería el próximo con el que las usaría. Mientras bebo de mí botella siento como mis palabras y mí cuerpo se ofuscan, soltando mierda más fuerte.
– Ah pero, cállate autista reprimida, vuelve a comer carroña de la jungla de la que saliste, JODETE.
Lo último lo grite con una absoluta sonrisa acercándome a su espacio personal. El bartender nos mira a ambos, insultandonos en voz alta, pero no parece querer comentar nada.
– Tobogán de piojooos, vuelve a tu cueva a frotarte el palo hasta hacer fuego Y JODETE TU, PUTO.
Menciona ofuscada luego de haber bebido, expresión en su cara de claro disgusto y molestia, su cola enrollada al asiento lo suficientemente larga para tocar el suelo golpea el mismo con indignación. Aunque tambalea un poco mientras sigue tomando aquel whiskey barato que ella también compro.
– NO, TU, MARICA.
Respondo de forma apurada, ya ni siquiera gastando energía mental en pensar algún insulto elaborado. El alcohol poco a poco reemplaza algunos líquidos en mí flujo sanguíneo.
– NO, TU, MIERDA INFRAHUMANA, NI SIQUIERA DEBERIAN LLAMARTE CAVERNICOLA.
La baryonix tambalea mientras grita de forma chillona. Aunque lo intente su voz carece de un tono amenazante, al menos en el momento. Su cola finalmente toca el piso de nuevo golpeándolo.
En un momento de lucidez espontáneo logró recuperar mí memoria. La cara frente a mí que no distingo con claridad pero puedo deducir es un dinosaurio azul… se llamaba… Nickkkk.
– NICK A TI LITERALMENTE TE DEBERIAN HABER PUESTO MÁS TIEMPO EN EL HORNO. AÚN NO SE QUE MIERDA ERES AÚN. VETE A LA MIERDA, RETRASADA.
Digo mientras el bar nos ignora. Vuelvo a tomar de la botella sorbos entre cortados sin derramar alcohol en mis ropas, pero si en el piso.
– ANON, ERES UN PUTO DIVERGENTE MENTAL NO TIENES NINGUN PUTO DERECHO A DECIRME COMO CARAJOS ME DEBERIA VER. VETE A LA MIERDA PUTO SKINNIE TIRA LANZAS, AUTISTA DE MIERDA, HIJO DE PUTA SIMIO SIN PELO, MUERETE.
Me veo dado hacia atrás cuando escucho la pletora de insultos que soltó la más pequeña, incluso por un momento la leve inconsciencia por el alcohol se desvanece… Nada mal. Para luego volver lo suficiente para dejarme desatar una ira ciega que no había soltado hace un tiempo.
– CALLATE, CALLATE PUTA MIERDA DE TYRANOSAURIO. NI SIQUIERA ESO PUTO FOSIL VIVIENTE, DEBERIA CAER UN SEGUNDO METEORITO SOLO POR TU MERA EXISTENCIA. PEQUEÑA ZORRA, GOLFA, CAGADA, LAGARTO ARRASTRADA, ANDROGINA, HERBIVORA MAL PARIDA, MAL NACIDA, FUCK YOU EN INGLES Y QUE TE JODAN EN ESPAÑOL, INTENTO DE RIPNEY SPEARS JODETE, JODETE, JODETE, MARICA.
Desde ese momento, al menos pude sentarme de vuelta, tambaleando ante los efectos del alcohol y mis pulmones para gritar. Nick no se hace menos por los insultos y ella vuelve a tomar para insultar.
… Al menos, me dio un último enojo y una última borrachera aparte de buena música.
…
…
...
Llevo buscando a Nick hace unos minutos, pero no la encuentro en ningún lado… Ugh, odio cuando hace esto.
– ¡Trent! ¿Ya la encontraste?
Me preguntó Curtis, el atrociraptor lavanda mientras volvía de lo más adentro del bar. Yo toco mis cuernos con indiferencia, aunque la ansiedad es grande, supongo que se volvió a ir sola.
– No, Curtis. No contesta al teléfono tampoco… Supongo que se fue sola, espero que haya llegado a casa, la tormenta afuera no se ve nada bien.
Acomodo un poco mí pelo mientras lo meto bajo la capucha de la chaqueta negra que usamos para el espectáculo.
No puedo estar más que orgulloso por otro rendimiento como ese. Pero aún así…
– Heyyy… Buddy no te preocupes, ella seguramente llego a casa sana y salva. Sabes cómo es Nick… Aparteee, ella no moriría antes de tener esa reunión con los de marketing en unos días.
Dijo Curtis con una sonrisa mientras acumulaba dos cajas con los equipos que usamos para tocar música esta noche.
Miró hacia la ventana que da hacia afuera del bar. Algunas luces iluminan Volcadera Bluffs, la cual está siendo azotada por una tormenta de nieve que ya cubre al menos 10 centímetros del piso.
– Seh… Tienes razón.
Debe estar bien.
…
…
...
– H-HOW MANY SHRIMPS DO YOU HAVE TO EAT!?
Dice la Baryonix casi gritando debido a el sonido de la tormenta, su mano por encima de mí hombro sosteniéndose con dificultad. Esto me hace sonreír de forma tonta mientras yo también me tambaleó, a punto de continuar cantando.
– BE-BEFORE YOU MAKE YOUR SKIN TURN PINK!?!?
Yo respondo con un tono no tan bueno como el de ella, que incluso ebria suena como si cantará para un público.
– Eat TO MUCHHH!!! ANmd You'll get sickkk!!! SHRIMPS ARE PRETTY RICH!
Repentinamente luego de cantar la última estrofa me empuja con algo de aceleración, debido principalmente a como estábamos caminando por la acera. Yo no puedo forzar mucho mí rodilla, por lo cual mí equilibro se vio muy afectado, haciéndome que resbale, aterrizando con mí culo en la nieve.
– ¡JAJAJAJAJAJAJAJA- hic!
Cuando estoy a punto de soltar un insulto por la situación, su repentina risa me detiene. Cómo la cacofonia de una cacatúa ella se ríe en voz alta hasta que es interrumpida por el hipo. Incluso con mí cerebro inyectado en alcohol puedo saber que está es su primera vez así. No puedo hacer más que reír, reírme de el hipo y su postura achicada cubriendo su boca luego de esto.
– ¡JAJAJAJAJA! ¡Karma, Nick! ¡Jajajaja!
Puedo recordar su nombre con algo de dificultad, pero aún en el piso la veo con una sonrisa.
Sus cachetes se tornan algunos tonos más oscuros cuando digo esto, su cola se enrolla en su pierna y como si fuera una niña pequeña se acerca hacía mí tambaleando y soltando un berrinche.
– ¡H-Hey! ¡No es tan gracioso! D-de… Deja de reírte… Hufffr…
Yo continúe riendo como si nunca lo hubiera hecho antes en mí vida, por miles de razones. Aunque hoy fuera el último día de mí vida… La hora que pase con Nick solo haciendo esta estupidez… Creo que es más que suficiente. Esta es mí primera borrachera con alguien más y probablemente la última. Disfrutaba el momento, con los ojos cerrados… Inadvertido cuando Nick se tiró a mí lado en la nieve, intentando de forma recelosa acunarse del frío.
– Eh…
Estaba a punto de decir algo pero… Pronto, incluso el alcohol no puede evitar que me de cuenta de lo que está pasando. La tormenta es más fuerte. Ella está temblando a mí lado y aunque llevaba ropa abrigada, solo un buzo suelto dudo que hagan algo. Sus brazos intentan aferrarse a mí en busca de calor. Tiene los ojos cerrados y aunque esto la debe estar matando de vergüenza, pide algo con su boca.
– Porfavor… No me sueltes… Es demasiado frío…
Cómo si fuera una cachetada que bajara el nivel de alcohol en mí sangre me doy cuenta de lo que puede pasar en este momento.
Puedo dejarla aquí y simplemente irme. Pero… No. Eso está horriblemente mal.
Le devuelvo el abrazo, mientras mí cabeza máquina algo para sacarla de esta situación.
Veo las calles y noto en donde estoy, son unas 4 cuadras hasta mí departamento. Incluso busco comercios o edificios abiertos, pero todo parece estar cerrado por las horas de la noche y la nieve. Ningún auto pasa por las calles tampoco y somos los únicos en este desierto helado.
– Nick… Vas a tener que soltarme un momento.
Digo mientras ya tengo planeado el como evitar que se enfríe más.
– Anon… No… Porfavor, necesito que no me sueltes, voy a morir.
Ella se encoje aún más, su cola hace un intento de abrazar mí torso a la par que su hocico se acerca a mí cuello en busca de calor. Puedo sentir que ya parece estar hecha un hielo.
– No te voy a abandonar. Es una promesa, solo necesito que me ayudes aquí.
Yo la sigo abrazando mientras ella parece bajar un poco su cabeza. Sus brazos se sueltan un poco y su cola suelta mí torso.
Finalmente yo puedo levantarme con algo de dificultad tanto por el viento como por mí jodida rodilla. Desvisto mí saco para luego ponermelo al hombro. Mis manos van directo hacia su torso. Aunque en otra situación estaría pensando algo completamente diferente, mí urgencia me hacen sostenerla de su la cadera y de la espalda, levantándola hacía mí.
Casi como si volviera a la vida, cuando la levanto sus brazos se dirigen hacía mis hombros. Ella me vuelve a abrazar, desesperada por calor. Yo me aseguro de hacer algo de espacio entre nosotros para aún sostenerla mientras pongo mí saco tras de su espalda, así cubriendo el resto de su cuerpo.
– ¿No creo que puedas caminar, verdad?
Pregunté.
– N-n-no…
Ella tilita, no es algo que está actuando, auténticamente estaba a punto de congelarse.
Bien… Está bien, solo debo levantarla, no estoy tan fuera de forma. Mí brazo derecho apunta por sus piernas, levantadola por debajo de sus rodillas, la agarró lo mejor que puedo. Mí brazo izquierdo pasa por detrás de su espalda, sosteniéndola del brazo. Ella se acuna a si misma mientras su cola se enrolla alrededor de mi torso, solo para asegurarse.
Así nuestro lento trayecto hacía mí departamento comenzó. Mí cabeza en el momento está vacía. No tengo comentarios, ni expectativas ni ideas que cometer. Este día va a acabar tan pronto llegue ahí, al igual que mí vida, así que voy a morir sin preocuparme.
Pasaron las cuadras, ninguno de los dos hablaba, pero sentí a Nick volver a abrazarme y solo hacerse más pequeña contra mí cuerpo.
El frío constante también me comenzó a afectar, pero para mí suerte llegamos a mí apartamento. Solo un guardia en la recepción el cual me reconoce, dejándome entrar con la chica en brazos.
El ambiente climatizado parece ayudar un poco a Nick a recuperar el calor, yo sudo por el repentino esfuerzo físico que hice para poder traerla hasta aquí. Su piel de color azul aún pálida retoma lentamente colores y más pronto que tarde siento sus lentas respiraciones vibrando contra mí pecho.
En el ascensor me doy cuenta de que está durmiendo. Por esto procuro mantener mí silencio para no molestarla.
Cuando llegamos a mí piso, me las arreglo para abrir mí apartamento sin soltarla, principalmente gracias a que ella se prendió como una garrapata sobre mí.
Cierro la puerta con cuidado, automáticamente las luces se prenden, recordando cuánto gaste en este lugar. Veo con recelo varios lugares del mismo… Como mí oficina, mí sala de estar, el baño, el comedor, la cocina… Lugares que me encargue de decorar y comprar muebles, con la esperanza de que algún día tenga sentido el usarlos. Entro a mí habitación, aún a oscuras, puedo notar el ropero ordenado y la ropa doblada para ser guardada. Mí cama está algo destendida, pero por suerte aún parece ser un lugar donde acostarse.
Suelto a Nick sobre la misma, ella parece darse cuenta de dónde está y simplemente se cubre entre las sabanas. El colchón climatizado parece darle el calor necesario. Incluso así, ella está encogida bajo mi sábana y colcha. Suspiro, finalmente notando que este es el final.
Me saco mi sudadera, dejándola en un cesto de ropa sucia, luego de esto, dejo mis pertenencias en el cajón oculto de mí mesita de noche. Solo tengo mí celular en mí bolsillo.
Las ventanas se cierran automáticamente cuando el clima es malo, así que yo volví a abrir la de la habitación.
El frío corta mí piel, pero yo no tiemblo. Veo con recelo la nieve caer ante mí, al igual que las brisas aullar entre los edificios, cierro mis ojos por una última vez. Recuerdo mí vida mientras mis manos agarran el borde de la ventana.
Mí corazón no palpita más rápido, ni respiro de forma agitada. Estoy tan en calma como puedo estarlo.
Nací en el otro lado del país. Condado de Rock Bottom, estado de Caveshington. Mí padre era alguien… Duro, nunca supe mucho de el, más que siempre quería que me esforzará en los estudios. Ahora que lo pienso, incluso con todo lo malo que pudo tener y ser, me ayudó bastante. Especialmente porque sin el, no podría haber tenido todo esto… Espero que descanse en paz.
Aunque también por el acabe en Volcadera.
Mí madre es una buena mujer. Creo que la única que aún me amaría incluso sabiendo todo lo que hice. Pero simplemente no me puedo permitir a mí mismo traerla hacía abajo de esa forma. Jamás le pienso confesar lo que pasó en el instituto. Ahora ella vive gracias a mí y el dinero que mandó mensualmente para que viva más tranquila. Tengo mucho dinero ahorrado para dárselo luego de esto, ella es la única persona que figura en mí testamento.
Fang… Reed… Trish… Son las peores personas que he conocido en este camino, incluso peor que los bullies que tuve en Rock Bottom, con todo lo malo que hubo, al menos sabía que hubo mal.
Ellos me… Hicieron sentir amado, como que valía algo y no era un don nadie que estabs destinado a morir en completa soledad.
Solo condenaron más ese pensamiento realmente, pero no puedo quejarme… Al menos lo que duro fue… Bonito, de mis pocos amigos.
Me arrepiento de no haber arreglado las cosas bien en ese momento. Incluso con todo lo que sentía y todo el dolor que sentí… Creo que podría haber hablado más.
Al menos ahora no estaría tan solo.
Naser… Naomi… Realmente lo siento. Incluso con todo lo malo que tenían y todo lo que los llegue a odiar, siento que no debía haber jodido su relación.
Rosa… Perdoname por no ser un buen amigo. Siento mucho que jamás te haya llamado o te haya contado lo que pasaba.
Stella… Perdoname por esto, realmente eres la única persona pura que he conocido en este mundo, incluso con tu ingenuidad, sentí que… Que… Eras la única persona que valía la pena. No tengo forma de pagarte por el daño que te hice y el haber sido mí amiga hasta el último momento.
Perdón a todos, a mí mismo y a… Nick.
…
Mis manos y mí cuerpo estaban a punto de lanzarse por la ventana. Siento mí peso irse hacia adelante, pero nada me detiene. Solo soy yo mismo, abriendo mis ojos de vuelta.
El vacío. Mí libertad. Todo el dolor puede irse ahora, al igual que mis problemas. Todo puede acabar y yo no deberé sentir nada más.
…¿Porque…? Vamos, Anon, Sueltate.
…
Simplemente es imposible. Unos momentos después, solo veo al vacío con mí torso saliendo por la ventana. Mis ojos lentamente se sienten más agüados y mis hombros se cansan. Siento como mí cabeza quiere caerse, dormir… y no despertar jamás.
Pero no puedo tirarme.
Creo que es cobardía… O miedo. ¿Miedo a que? Ya hice todo lo que tenía que hacer.
…Aún tengo ese trabajo.
Debo completar ese trabajo.
Y Nick está aquí… Sola.
"No te voy a abandonar. Es una promesa…"
…Devuelvo mí cuerpo hacía el interior. Estoy llorando, pero ni siquiera creo que me importa en este momento. No sé cómo sentirme, ni tampoco quiero entenderlo.
Giro mí cabeza para ver a Nick durmiendo apasiblemente, inenterrumpida. Solo ella ahí… Siento de vuelta esa sensación de calidez que me dio cuando la vi de vuelta en el bar.
Aún no puedo irme, debo acabar el trabajo.
Luego de eso, puedo morir en paz.
Cierro la ventana, aceptando mí nuevo destino para luego caminar fuera de la habitación. La voz suave de Nick me interrumpe antes de que salga por completo.
– Hey… ¿Anon?
Ella pregunta.
– ¿Si?, ¿Nick?
Yo respondo.
– Gracias por… Dejar que me quede y también… Perdón por haberte insultado. Mañana te lo pagare… ¿Bueno?
Se que estoy alucinando esto. Pero… Aún asi, creo que prefiero vivir bien con eso.
– Claro, está bien Nick, buenas noches.
Ella se queda en silencio un momento y aunque yo ya salí de la habitación, responde.
– Buenas noches Anon…
Yo me retiro a la sala de estar. En un estante busco unas colchas que usaba cuando me quedaba viendo series hasta tarde. Me saco mis zapatillas y me cambio mí pantalón por un corto que también usaba en estas ocasiones.
Para simplemente comenzar a dormir en el sillón de la habitación…
…
…
…
.– Hey… Anon~... Despierta.
Mamá… No quiero ir al colegio hoy…
– PFFFT, ¿Que? No, Anon, necesito tu ayuda.
La risa guardada de alguien me obliga a abrir mis ojos. Mí sorpresa es grande cuando veo a Nick a fácil 30 centímetros de mí cara. Esto me obliga a hacer una maniobra de combate que no hago desde el instituto.
Caigo de cabeza contra el piso de mí apartamento, haciendo un ruido sordo acompañado por una risa.
– JAJAJAJAJA ¡DIOS! no soy tan fea…
Yo me frotó la cara mientras la miro algo fastidiado y molesto, suspiro… Dándome cuenta de que aún sigue en mí casa.
Dormí pensando que ella se iría en la mañana, pero… No lo hizo.
– Si, carajo… Hey ¿Que haces aquí? Pensé que te irías a primera hora.
Lo dije con sincera curiosidad mientras me despertaba, aún aturdido por el golpe repentino.
– Oh… Bueno… ¿Porque lo haría?
Ella dijo con el mismo nivel de curiosidad, aunque ella parecía estar actuando. Noto esto por la sonrisa tonta en su hocico.
– Estás en mí casa y eso.
Respondo mientras me voy hacia el baño, ella me sigue el paso.
– Oohhh… Claro, si quieres me voy y no te pago lo de anoche.
Espera… ¿Enserio dijo eso? Mierda, esto si que me hizo girarme para hablar con ella. Suelto un suspiro mientras la veo con una expresión neutral, en cambio ella me mira expectante. Ambas manos tras de su espalda, cola golpeando el piso con paciencia.
– Bueno… ¿Que quieres? No tengo dinero, si eso es lo que buscas.
Aún con esto, costumbres que mueren con dificultad me hacen decir esto, ella solo responde riéndose levemente, se acerca un poco y yo me alejo por esto. Ew, contacto femenino.
– Ooooh… ¡Vamos! No soy pobre. Y DUDO que no tengas dinero – Dijo haciendo un gesto para referirse a toda mí vivienda. Toúche. – Solo quiero saber dónde están tus sartenes, quiero hacer el desayuno… Para ti también.
Ella dice finalmente sonriendo un poco menos y buscando el contacto visual conmigo, expectante a mí respuesta. Aunque esto se sienta como un sueño lucido, el golpe de antes me hizo darme cuenta de que no lo era. Yo pienso un poco, aún algo dudoso del hecho de que una extraña… Nick… Quiera hacerme el desayuno, pero luego me doy cuenta que incluso así, es lo de menos considerando lo que hice ayer. Una mujer en mí apartamento cocinando, esto se siente como los 50's.
– Están todos en la alacena, si quieres un banco, hay uno en el cuarto, en la heladera debe haber cosas para hacer lo que quieras, sino el teléfono… AH, ¿QUÉ HORA ES?
Dije algo alarmado al recordar mí trabajo, posiblemente siendo ya la hora de ir.
– ¡HEY HEY! Ya contesté. Tu jefe llamo más temprano y dijo algo sobre que trabajes desde casa por la tormenta… Que el edificio se inundó y blah blah, no le entendí mucho. – Nick me indica esto mientras mueve las manos, dando gestos a sus palabras mientras habla. Luego de esto me sonríe mientras se aleja a mí habitación. – Pues gracias 'Non… Y no te preocupes, ya asalte tu heladera más temprano.
Yo solo puedo ver esto soltando un suspiro, siendo consciente de que siendo un dinosaurio posiblemente se fulminó todo mí suministro para el mes. Puta madre.
Volví a mis actividades algo más relajado, pero aún consciente de que debería trabajar desde casa. Me higienice para no parecer un vagabundo en mí propio hogar y dejé algunas cosas por si Nick quería hacer lo mismo… Solo por si acaso, dudo que lo haga.
Cuando salgo del baño soy asaltado por el olor del azúcar y la hornalla prendida. Nick está en la cocina haciendo lo suyo mientras tararea. Al no poder hacer nada más y aún desconfiar en su presencia me acerco para observarla, aunque ella no es consciente.
Con detenimiento noto varias cosas, como su pelo rapado por los lados y por detrás, al igual que los tatuajes… Extraños que parece tener en el torso. Ella nota muy de reojo que la estoy observando y solo sonríe.
… Maldita lagartija tonta.
Paso el tiempo mientras ella seguía cocinando, preferí no enterarme de lo que hacía por lo que me puse a hacer cosas de la casa, como limpiarla y poner toda mí ropa a lavar. Note que la ropa del día anterior ya estaba guardada en el ropero y la cama estaba tendida. Posiblemente obra de Nick.
Entiendo su caridad espontánea… Pero esto no me hace sentir muy cómodo.
Ahora que lo pienso… Ni siquiera siento que estuve borracho. La resaca y ese sentimiento vacío que suele atacarme en la mañana… No está.
Aunque pudiera empezar a extrañarlo, soy interrumpido cuando Nick me llama para que me siente en la mesa.
En la misma ya hay servidos unos… panqueques, particularmente esponjosos en aspecto. Tienen maple en ellos y un pequeño trozo de manteca.
– Voila . ¿Que tal?
Pregunto una Nick expectante que me veía sentada en otra silla de la mesa, ella también con una cantidad grande servida, de hecho incluso creo que es más grande que la mía.
– Si hubieras usado menos estaría agradecido, pero ya que.
Digo esto sentándome, ella suelta un quejido ahogado mientras mira a otro lado.
– Creo que no me equivoque cuando te dije que eras un imbecil. – Dijo con una sonrisita claramente con el objetivo de molestarme, tocó los panqueques con mí tenedor mientras sonrió ante su insulto… Totalmente inconsciente.
– Insultas mejor de lo que cocinas y eso es poner la vara baja.
Digo mientras comienzo a comer los panqueques… Que son buenos. No es como si comiera muchas cosas que yo hago, pero cuando algo es preparado así… Sabe bastante bien.
Ella ríe un poco ante mí comentario mientras también comienza a comer.
– Ohhhh~... Heriste mis sentimientos… Cállate, cavernícola.
Dijo de vuelta con un tono burlón, ella recordaba lo de anoche seguramente.
Pasaba el tiempo entre nosotros hablando… Comiendo y simplemente yo me distraía de muchas cosas que en la mañana eran un ritual para sentirme mal.
Esto… es extraño.
Pero es agradable.
Tal vez… Solo tal vez.
  
  
  
  
  
Notes:
UFFF HAIIII!!!
cuánto tiempo! Lo siento mucho, he comenzado con el colegio y tuve menos tiempo para escribir últimamente. Realmente yo espero que sepan entenderlo.
Y voila! Aquí empieza la relación del pelado con el Tomboy chichón.
He de decir que disfrute mucho escribiendo este capítulo, espero que pueda transmitir eso con lo que escribí.
También! AMO, ENSERIO, AMO TODOS LOS COMENTARIOS Y HITS, DIOS, YA SON CASI 6K, LOS AMO MUCHO <333
Con esto quiero hacer saber que experimente con algunos puntos de narración que posiblemente veamos en próximos capítulos.
Con esto, Logic se despide, los amo y tengan una buena lectura, sea día, tarde o noche.
Aquí está el Twitter donde aviso por nuevos capítulos.
https://twitter.com/saswaratara
Toma tesito ☕.
Chapter Text
Tal vez… No. Esto apesta.
Mí televisor está prendido y las noticias son el canal que transmite ahora mismo. A través de los cristales que forman las paredes de mí apartamento solo se ve la increíble cantidad de nieve que cae en Volcadera.
– Se hace oficial este día como el más helado de la historia de Volcadera. ¡Tengan cuidado familias! Hoy la gran mayoría de edificios comerciales se encuentran cerrados por los impresionantes 3 centímetros de nieve por hora. Se recomienda mantenerse en c-
Creo haber oído suficiente como para arruinar mí humor. Aunque la compañía de Nick en principio fue...Cálida, eventualmente volví a mí rutina mañanera, reflexionar sobre mierda que solo yo recuerdo. El ritmo de nuestra conversación del desayuno murió, ni siquiera se porque. Solo se que pasó y talvez tenga algo que ver con ello.
Que más da. Ni siquiera es como que sea importante.
Puedo escuchar a Nick preguntarme algo.
– Y… ¿Qué tal?
Me saca de mí espiral de pensamientos inducidos por el agua fría corriendo sobre mis manos que lavan platos.
–… Todo lo bien que se puede estar. No quiero hablar de eso.
A pesar de mí respuesta positiva, era claro que mí tono no era el mejor. Todavía había un apice de negatividad y… Escepticismo.
Recordar como casi me tiró de la ventana y no lo hice porque aún tenía algo de trabajo… Es irreal y aunque no me gustaría aceptarlo, es una decisión que tome. Podría no respetarla y ahora mismo tirarme por la ventana… Pero simplemente no creo que pueda hacerlo.
Hay cosas que aún debo hacer.
De vuelta, Nick parece hacer un comentario ante mí respuesta luego de suspirar.
– Geez… – Mira hacia otro lado mientras acomoda los utensilios que uso para cocinar y comer en uno de los cajones de la cocina luego de que los lavara. No puedo ver su cara, pero doy por hecho que no se vio satisfecha por la respuesta que le di o por otro lado… No era lo que esperaba.
Gran aporte Anon, definitivamente eres una mariposa social. Creo que debo decir algo… Pero ella me interrumpe de vuelta, girando su cabeza con una sonrisa… tonta, como si hubiera recordado un mal chiste.
– Entonces… ¿No vas a hablar de anoche? No sabía que cantabas tan bien.
Oh cierto, anoche cante como si vida dependiera de ello. Aún siento mí garganta algo adolorida y seca por eso… Ugh, que fastidio. Ella solo sonríe de forma más tonta cuando nota mis sentimientos hacia la noche anterior.
– ¿Y tu? Las borracheras que hago yo son más calmadas que intentar subir a un semáforo.
Bien, ponla en su lugar. Ella se torna unos cuantos tonos más oscuros al recordar lo que ella hizo también. Debo aceptar que sobre todas las cosas… Su reacción fue tierna, no por nada parece ser su primera borrachera.
De vuelta ella responde mirando hacia otro lado, ya guardando los últimos pares de platos que usamos.
– Maldito borracho.
Su cola suelta un golpe leve hacía mí pie, el cual justamente es el de mí pierna mala. Aunque no caigo, si me desequilibrio y con algo de fastidio suelto maldiciones en voz baja, ella se aleja un poco mientras seca sus manos.
– Al menos tengo un poquito más de resistencia, cabrona.
Respondí eso mientras me alejaba de la cocina, yendo hacia el sillón de la sala de estar, ella también parecia hacer lo mismo, pero hacía el lado opuesto. Ella aterriza en ese lado del mueble mientras que yo del otro.
La disputa momentánea entre ambos cesa, cada uno parece interesado en algo totalmente diferente. Ella parece enfocarse en algo afuera de mí departamento… Mientras yo la miro a ella ¿Porque? Pues aún espero una respuesta. No ha habido insulto que no haya respondido desde que la conocí.
Parece rendirse y soltar un suspiro, algo decepcionada dice lo siguiente.
– Si hubiera tenido algo más de resistencia no tendría que estar soportandote ahora.
Parece genuino… Lo suficiente como para sentirme… ¿Mal? por el comentario… Dios, ¿Porque las mujeres son tan complicadas? No pueden sentir algo predeterminado por más de 4 minutos? Eres igual a… Ya, entiendo. A medida que pasó el tiempo desde esa interacción mí rostro solo se amargaba, yo tampoco quería responder a sus palabras.
Saque mí teléfono en busca de algo para hacer. La hora me indica una sola cosa. Es hora de trabajar.
– Hey se que e– Yo la interrumpo, pues debo decirle algo seguramente más importante.
– Espera aquí, voy a buscar mis cosas para trabajar. Si robas algo te voy a convertir en guiso.
Esto, aunque tonto, es lo suficientemente ridículo como para hacerla reír levemente mientras me devuelve la mirada.
– ¿Con una lanza o un arco? Me muero por saberlo, cavernícola.
Se cruza de brazos mientras se hace pequeña en el sillón, parece haber encontrado un lugar algo más caliente.
– Pero… No, no te preocupes, si salgo de aquí me voy a morir y te prometo que no robare nada… También, perdona por el comentario de antes, fue tonto.
Oh...Eso es inusualmente… Amable. Dios, esta chica realmente parece bipolar. Levanto levemente la ceja ante su afirmación. Ella lo hace devuelta, con un nivel de seriedad que me rivaliza.
Ella dice.
– ¿Sabes? Levantando la ceja te pareces a La Ro-
Yo respondo mientras me retiro, algo más tranquilo al saber que no me robara.
– Me lo dijeron en el trabajo, si tú también lo dices te voy a odiar más de lo que ya lo hago con el resto del mundo. Gracias.
Su comentario sin mucho pensamiento puesto en el se mete al instante en su garganta mientras sonríe pícaramente. Muy profundamente, siento que no debería haberlo dicho, pero que más da. Al fin su expresión se parece calmar cuando me alejo hacía la puerta y finalmente bajo hacía el garaje del departamento. Claro, vistiendo una chaqueta y algo más que mis pantuflas.
...
Al llegar al garaje tomé un momento para buscar mí auto desde la entrada. El lugar está repleto de vehiculos pero ni una sola alma camina aquí, puedo atestiguar que es por el frío extremo. Mientras me hago paso hacia mí carro mí cabeza se arremolina, volviendo a pensar en los sucesos de anoche. Más específicamente, lo relacionado a Nick. Quiero entender el porqué… Me insulto tan de repente, porque decidió quedarse conmigo y porque es tan insistente con hablarme… Perfectamente podría quedarse callada. No preguntar ni decir nada hasta que la tormenta acabe y se vaya.
Pero ella se toma su tiempo, no se apura por hablar y aunque puede ser molesta… Siempre tiene ese tono sereno… Que me hace darme cuenta de que la única vez que me insulto enserio fue cuando nos volvimos a ver.
¿Fue por lo del instituto? Si es así, realmente es algo muy estupido. No creo que sea tan corta como para sentirse aún mal por eso. Si fuera así, ni siquiera bromearia conmigo. Aunque claro, también está el hecho de que le salve la vida básicamente. ¿Tal vez es algo de gratitud? Es lo más probable.
Quiero pensar que será algo pasajero.
Realmente… Por más agradable que esta chica sea, aún me causa incomodidad.
Es algo sobre su forma de hablarme… Su tranquilidad y paciencia… No es como José. José es un idiota demasiado amable para su propio bien… Pero Nick… No lo sé.
No quiero que se acerque más… No más.
Me quedo parado a mitad de camino hacia mí vehículo.
Oh… Anon… Realmente aún me siento mal por eso.
Creo que por eso no me gusta hablar con la gente… Me confunden demasiado y eso me molesta. Puedo entenderlos… Pero sus mierdas son tan estúpidas...Como si no supieran que hay cosas peores. Gente en peores situaciones.
Como yo.
…Aún así.
Creo que puedo preguntarle a Nick porque me habla. No es difícil… Digo, ya hablas con ella. No es tu amiga, pero te cocino, bromea contigo… No le molestará algo de humor… Aunque no estoy seguro. El momento me lo dirá. Por ahora, retome mí marcha. Las emociones dentro de mí son conflictivas… Pero hay cosas más importantes ahora, debo trabajar.
Finalmente llego a mí auto, abro el mismo y ahí está, mí mochila. La recogi del asiento y volví a cerrar mí auto, ahora con un solo objetivo en mí mente.
Terminar ese maldito trabajo.
…
Al llegar a mí apartamento siento que hay algo más de calma. Tele prendida… Pero Nick no está aqui… Uhh… Bueno, debe estar en el baño.
Camino por el salón hasta mí oficina… La luz blanca que ofrece la insistí te tormenta es algo...Desalentadora… El ambiente se siente como… Pesado.
krrecchhh…
Eso vino de mí oficina.
Dejo mí mochila a un lado de la puerta de la misma… Agarró el picaportes con algo de inseguridad y abro de golpe.
Lo que encuentro es una Nick saltando de la sorpresa, con una botella- MI BOTELLA.
– HEY, SUELTA ESO.
Grito en voz alta mientras entro con mí mochila en mano, la oficina, tan bien amoblada como pude hacerla tiene mí ordenador prendido ya. Ella deja la botella en la mesa donde la había dejado, casi como un niño que fue atrapado robando ella busca palabras.
– HEM… ESTABA LEYENDO.
Si, SI, SI, no lo estabas haciendo… Me adelantó un poco más y de vuelta dejo mí mochila al lado de donde está mí computadora. Nick pone sus manos en su espalda de forma recelosa mientras me mira con una expresión que haría hasta a un militar preguntar que anda mal.
– Hmm… Pensé que ya te la habías tomado.
Viendo más de cerca con la botella en mis manos puedo notar que realmente no la abrió… Sigue con la misma cantidad de líquido que cuando empecé a tomarla.
Yo me giro a verla, ella parece incrédula por algo… ¿Eh?
– Dude… Como sabes cuánto le queda…
Ella me dice, algo extrañada acercándose a mí, yo dejo la botella en la mesa y me alejo, tratando de mantener la distancia entre ambos.
– Debo saber cuánto me queda para comprar de vuelta, ¿Sabes? Así nunca me falta.
Ella solo parece mover la cabeza de lado a lado en negación… ¿Porque de la nada negatividad tanto el tomar?
– Sabía que tomabas pero… Eres un borracho.
Ella dice finalmente mientras genera algo de distancia entre nosotros, de hecho se pone a un lado de la computadora.
– WOW Sherlock, deberías abrir tu propia agencia de investigación.
Digo esto mientras ya asumo mí asiento y empiezo a revisar mis papeles… Suelto leves suspiros pensando en lo que dijo. Realmente nunca me pongo a pensar que tan mal se puso mí consumo del alcohol, pero ahora que lo dice… Bah, ¿Que carajo le importa?
Ella vuelve a mover la cabeza un poco. Me mira a mí y luego a la botella. Luego de esto su espalda toca el muro y comienza a hablar conmigo mientras yo estoy viendo que debo hacer… Al igual que abro mí computadora.
– Sabes que beber no es bueno para ti… ¿No?
Ella me pregunta con genuina preocupación… Yo quisiera mandarla a la mierda por eso, por intentar… Mostrar preocupación, realmente se que no se siente así. Esto lo hace porque está aburrida y porque no tiene más que hacer.
– Lo sé… Pero… No, no importa.
Sigo en mis cosas, busco un archivo que necesito con algo de necesidad. Nick se agacha un poco a mí lado para ver qué hago y aunque yo pudiera hacerme a un lado, estoy demasiado ocupado para eso.
– Te has cuidado tan poco desde esa vez… ¿Verdad?
Ella habla de vuelta, haciéndome una pregunta directa. Yo la veo por un momento con algo de neutralidad, para luego soltar un suspiro mientras aún busco los papeles. Yo respondo algo más nervioso al no encontrar mis papeles.
– Si… Pero no quisiera recordarlo ahora.
Nick se acerca un poco más. A diferencia de otras veces cuando ella se acercaba, esta vez no me aleje. El calor que emana levemente su cuerpo se asienta cerca de mí cuando su brazo acaba a un lado de mí cara, mira con curiosidad mí trabajo.
– Te quería decir… Perdón por haberte insultado y gritado. Fue estupido, no debería haberlo hecho y… También no sé cómo agradeceterlo luego de haberme salvado la vida básicamente.
Al final, me terminó rindiendo. No está el archivo que necesito… Debí haberlo dejado en mí oficina. En cambio, el suave tacto de Nick alcanza mí mano por un momento, yo bajé la cabeza con algo de incredulidad.
Hay tantas cosas que puedo decir y preguntar… Quisiera saber porque, también que quiere sacar de mí con todo esto… O porque sigue haciéndolo… Pero.
Siendo sincero, ahora quiero esto más que nunca.
– Gracias, no hay problema.
Yo aún quiero sentir esa amabilidad. Por más que me haya aislado del mundo… Incluso si no se porque lo hace, quiero sentir eso. Quiero seguir sintiendo su comprensión. Levanto mí cabeza para verla a la par que ella saca su mano de encima de la mía. Sus ojos grises me miran con una sonrisa sincera y genuina.
– Ugh… Sabes que no tengo un papel de mí trabajo, ¿Bueno?
Le digo mientras me levanto siendo consciente de lo que voy a tener que hacer, ella me sigue mientras salgo de la oficina. Aquellos sentimientos cálidos se desvanecen casi al instante.
– Uhum… ¿Qué significa eso?
Ella me dice eso mientras me acompaña hasta mí cuarto, ella se queda asentada en el marco de la puerta mientras yo busco ropa abrigada.
– Voy a tener que ir hasta ahí para buscarla y también te voy a dejar en tu casa.
Yo me giro a verla, esperando su respuesta y por un momento parece totalmente pensativa acerca de esto. Luego vuelve a sonreír levemente mientras suelta una risita.
– Dios, ¿Enserio es tan importante hacer eso?
Ella me dice mientras se esconde tras la puerta para no ver mientras me cambio.
– Más de lo que crees. El trabajo es importante, ¿Crees que consegui todo esto por suerte?
Auténticamente, cuando dije eso me sentí bien. Incluso con todo lo material que podía ser, está mierda se sentía bien. Bien como… Como que yo lo conseguí. Por fin sentí que podía decirlo sin sonar como un egocéntrico. Yo me puse mis ropas más abrigadas, remera térmica, buzo polar y chaqueta impermeable roja. Pantalones cargo y debajo una calza térmica. También vestí mis medias más abrigadas y botas de trabajo negras.
– Touche, tienes razón… Así que… ¿Cómo vamos a llegar hasta ahí?
Nick pregunto algo curiosa, yo por otro lado salí de mí cuarto como un esquimal. En una mochila libre agarre algo de ropa para que ella también se vistiese.
– Pues vamos caminando… DUH, obvio que no. Vamos a ir en mí auto.
Ella suelta un quejido ahogado al darse cuenta de su tonta pregunta, yo sonrió levemente ante esto y se hace paso hacia mí cuarto. Me encargo de recoger mis pertenencias personales antes de que ella se vistiera.
Y cuando salió, nunca vi un outfit tan ridículo.
Algo sobre mí chaqueta sobrepasando su cuerpo era tan gracioso… Simplemente no puedo expresarlo. Solté una leve risa mientras cubria mí boca, ella me veía con algo de impaciencia mientras se acercaba a la puerta.
– YA YA, no es tan gracioso, vamos cavernícola.
Ella se adelanta mientras yo la sigo por detrás, cerrando mí casa.
– Ahora tu eres la que quiere ir rápido por los papeles.
…
…
…
Unos minutos más tarde, a eso de las 11:30 de la mañana estábamos en las calles, fácilmente estuvimos una hora averiguando como ponerle cadenas a las ruedas de mí auto.
– ¿Sabes? Es la primera vez que veo tanta nieve caer así.
Eso comento Nick mientras intentaba escribir en su teléfono con guantes puestos encima, aunque se ve algo fastidiada al no poder anotar con la capa de ropa sobre sus pulgares.
– Si, ni siquiera en Rock Bottom caía tanta nieve.
Soy algo nostálgico al recordar mí lugar de nacimiento. Es verdad que no era la primera vez que veía nieve. Pero si la primera vez que tanto caía al punto que no veía más haya de 100 metros. Nuestro conducir era tranquilo, pocos autos, girar fácil gracias a las cadenas, nada de lo que preocuparse.
– Oh… ¿Vienes de Rock Bottom? Genial, nunca conocí a alguien del oeste. ¿Que tal es ahí?
Nick me preguntó mientras finalmente se rendía al escribir con su celular. Su atención ahora iba dirigida a mí.
Yo suelto un leve suspiró mientras levanto los hombros, buenos y malos recuerdos llegan a mí cabeza cuando pienso de vuelta en ese lugar. Pero solo por esta vez, trato de recordar lo mejor de ahí.
– Eh, era una ciudad normal. Poca gente comparada a Volcadera. Había un arcade al que iba de vez en cuando… También mí madre me dejaba hacer motocross, Oh, las montañas ahí son geniales.
Nick sonríe ante esto, claro, hasta que yo la interrumpo mientras sigo hablando.
– Claro, si no te caías por las constantes lluvias que hacían todo un infierno pantanoso. OH y también si tenías cuidado de no meterte en los campos de artillería del ejército, siempre me contaban la historia de un niño al que explotaron y sus restos acabaron en lo más alto de la montaña.
Su expresión se hace algo más amarga, justo como lo esperaba yo sonrió ante esto. Ella me sigue mirando, para luego sonreír y darme un golpecito en el hombro.
– Parece que vivías en una ciudad militar… Aún es cool, tho. – Ella suspira mientras mira hacia adelante, una nueva pregunta parece venir a su cabeza. – ¿Cómo llegaste hasta aquí entonces? ¿Una beca?
Yo suelto un leve quejido, esta parte era justo donde no quería venir. Ella puede o no recordar lo del doxxeo… Pero prefiero no desempolvar traumas… Con los que ni siquiera he lidiado. Me siento algo mal recordándolo, pero prefiero decirle la verdad… Al menos una a medias.
– Eh, mis padres me mandaron aquí porque en mí anterior escuela abusaron mucho de mí. No te equivocas con lo que era una ciudad militar, tienen valores muy… Retrógradas ahí, por no decir que es un hormiguero lleno de gente de derecha y si no encajaba con ellos… Pues acababa mal.
Pues eso era verdad. El ver anime no era tan cringe como ya para cuando paso lo que pasó, pero aún así en mí ciudad natal todavía jugaban niños en la calle al fútbol y con suerte la conexión a internet era mejor que descargar un video en kilobites en vez de megabites.
Ella asiente con algo de comprensión. No espero que entienda todo, pero por ahora, parece estar de acuerdo con lo que digo y siento.
– Eso es una mierda la verdad… Pero, ¡Hey! Al menos ahora seguramente estás mejor que todos ellos.
Yo suelto un leve suspiro y luego una risa ante esto.
– Je… Quiero pensar que si.
Ojalá sea así Nick… Ojalá sea así.
Thomp.
Un ligero golpe bajo el carro me alerta, aunque tenía los ojos al frente pude ver qué el camino estaba bloqueado por nieve.
– Mierda… Eh, ¿Puedes hacerme un favor?
Nick ve un momento el montículo y luego a mí, ya con el celular en mano parece saber que voy a pedir.
– A sus órdenes capitán, ¿Calle?
Su actitud más juvenil vuelve a ella cuando me dice así. Parece que aún recuerda como hablábamos en el instituto.
– Calle Jurassicmold, al 732.
Yo solo miro a los lados y hago hacia atrás el auto, asegurándome de no chocar con nadie mientras hago mí maniobra. Nick escribe en su celular soltando maldiciones en voz baja al no poder anotar. Hasta que me finalmente logra tener todo en orden.
– Tienes que bajar por aquí… Y seguimos por la otra calle.
Ella me muestra el mapa y no puedo hacer más que soltar una mueca de negación. Dios, es lejos y el combustible… Bah, si llego, no hay que preocuparse.
– Solo para que sepas el viaje a casa te lo cobro en combustible.
Trato de sacar algo de mí humor para no ponerme nervioso al manejar, ella suelta una risa y parece seguir con una respuesta más o menos ingeniosa mientras yo continuo el trayecto.
…
Ya en el edificio había dejado aparcado mí auto, el único teniendo en cuenta que estaba "Inundado".
– Hey, Anon… ¿Porque no estamos yendo por la puerta principal?
Buena pregunta Nick, si tuviera una llave te la contestaría.
– Pues creo que no soy el dueño del edificio y eso tiene llave.
Nick aún parece algo dudosa de mí respuesta pero me da el visto bueno levantando los hombros. La nieve se acumula sobre nosotros a medida que avanzamos a la parte trasera del edificio. Yo puedo ver nuestra entrada.
– Esto va a ser un poco ilegal, pero debemos hacerlo.
Nick parece curiosa al respecto, pero luego incrédula al ver por dónde vamos a entrar.
Una pequeña ventana con una puerta al lado, lo más seguro bloqueada. Pero por suerte, la ventana estaba abierta.
– Oh, pequeño hijo de puta, por eso me trajiste, ¿No? Tu culo gordo no cabe por esa ranura.
Yo solo puedo sonreír ante esto mientras me acerco a la pared y me agachó un poco para servir de escalera para Nick.
– Soy más astuto de lo que parezco, ¿Verdad? Anda, sube, se abre del otro lado.
Nick está molesta por esto pero se acerca a mí para escalar el muro. Su pie se asienta sobre mis manos cruzadas para darle un empujón y el otro está sobre mí hombro. Sus manos alcanzan la ventana y logra meterse parcialmente por la misma.
– Cavernícola ¡EMPUJA! ¡No puedo llegar!
Su cola en algún momento cuando la estaba subiendo acaba en mí cara y me golpea muy levemente. Esto me hace empujarla con toda mí fuerza hacia arriba y lo único que puedo escuchar luego de esto son algunas cajas cayendo, al igual que un tubo de metal chocando contra el piso.
– ¡NICK! ¿No te moriste? ¿Estás bien?
Antes de que vea mí plan desmoronarse en un millón de pedazos al pensar que Nick murió, la puerta se abre. Ella respira algo cansada. Yo solo me río mientras me acerco y al instante ella me suelta un golpe en el estómago que me toma por sorpresa.
– ¡Agh! ¡¿Q-que carajos?! ¡No fue la gran cosa!
Eso digo mientras la miro yo también algo molesto por su accionar. Ella solo se da vuelta y continua hacía adentro soltando un leve suspiro.
– Estamos a mano pelón.
Yo la sigo, considerando que tal vez esta molesta porque vi como cayó. Está repleto de cajas y una repisa de metal en el piso. Este lugar es el del conserje, lo evidencian sus calendarios eróticos. Yo cierro la puerta por la que entre y sigo detrás de Nick, el edificio a oscuras y en silencio me hacen invisible por un momento.
Nick está con la linterna de su celular cuando yo me acerco por detrás y menciono algo.
– Vamos es p-
Se da vuelta como una estatua giratoria y juro que casi me vuela la cabeza de una cachetada, pero por suerte, no la realiza. Sus ojos se fijan en mí como platos… ¿Ahora que pasó? ¿Mate a su gato o…?
– Si hubieras sido otro te hubiera matado. Das miedo en la oscuridad.
Oh, ya veo. Yo muevo la cabeza en negación mientras tocó su hombro y muevo mí cabeza indicando que es por la derecha.
Ella asiente y ambos caminamos por la oficina la cual parece el perfecto escenario para una película de terror. Papeles tirados en el piso, lugar mojado y con muebles revueltos por todos lados… Dios la oficina casi parece haber estado debajo del mar. El frío del ambiente no ayuda en nada que no nos sientamos algo… Atemorizadod por la atmósfera.
Cuando bajamos a mí departamento por poco meto todo el pie de lleno en el agua. Está tan inundado que me llega hasta la cadera. Nick me hace un lado mientras quiere adelantarse.
– Epa, aquí ayudo yo, seguro que tu no podrás nadar mejor que un Baryoni-
Yo la paro, poniendo su mano en su hombro y adelantandome de vuelta.
– Sales afuera y te vas a convertir en una paleta.
Ella parece considerarlo por un momento, pero sabe que estoy en lo cierto. Al no poder hacer más, se asienta en un muro. Yo le dejo mí celular y mis demás pertenencias.
– Iluminame y cuida mis cosas.
Comencé a adentrarme en el pantano, el agua al instante hiela mis huesos y encoge mis bolas. Es difícil caminar por aquí, pero gracias a Nick que se mantiene iluminandome puedo al menos saber que estoy cerca de mí cubículo.
– Anon, apúrate.
Escucho a Nick decir eso en voz baja, me giro un momento para darme cuenta que es por el frío, ella no se está sintiendo muy bien. Yo camino con más rapidez y cuando estoy a punto de llegar hasta mí cubículo mí pie se hunde en el piso y acabo completamente debajo del agua.
Listo. Aquí acaba mí vida. Un monstruo voraz acaba de agarrar mis pies y me arrastró hasta el fondo. Nick, fuiste una pendeja, gracias por hacerme sentir contacto- Oh espera.
Muevo mis pies un poco y me doy cuenta que solo es madera que cedió ante el agua, posiblemente es el suelo flotante del sótano en el que trabajamos. Nadó un poco hacia arriba y aunque el frío es insoportable, puedo aguantarlo hasta salir a la superficie de vuelta.
– HIJO DE TU PUTA MADRE PENSE QUE HABIAS MUERTO, ESTABA A PUNTO DE SALTAR.
Nick parece querer gritarme mientras me ilumina a lo lejos, ella se asustó más que yo incluso, tiene un pie listo para tirarse al agua… Por suerte yo solo le doy un pulgar arriba mientras pongo mí pie en donde tener un apoyo sólido. Al tenerlo veo mí cubículo y ahí mismo está mí archivadero. Solo guardo los papeles arriba, así que por suerte, solo me tomo abrir uno de los cajones y sacar lo que necesitaba.
Hecho esto volví triunfalmente con Nick, ella también levanta los brazos en celebración, pero no hay ninguna palabra. Tan pronto como yo toco tierra ambos nos apuramos a subir hacia la planta baja. Yo suspiró mientras me río nerviosamente, ella hace lo mismo.
Me siento en el piso, asegurándome de que los papeles no se mojen cuando lo hago.
– Creo que… Es mejor que esperemos un rato, salgo afuera y ahí voy a ver si el frío me va a ganar.
Nick asiente mientras se acerca a mí. El ambiente para ella no parece ser tan frío ya que me ofrece la campera que le presta para que me tape y seque mis ropas.
– Si si, tienes razón. mejor esperamos un rato… ¿Que es lo peor que puede pasar después de todo?
Nada… Eso puede pasar. No sé equivoca sin embargo.
…
Decidí quedarme sentada a un lado de Anon. Aunque no se da cuenta, está temblando por el frío. Yo… ¡Eh! Puedo estar peor. Llevamos unos buenos 10 minutos aquí y ninguno de los ha intercambiado la palabra.
No puedo culparlo, el ni siquiera me conoce y si… Puede ser algo raro hablar mucho con una extraña. Pero definitivamente quisiera que se atreviera ¡Solo un poco más! Después de todo… Creo que puedo entender porque es así. ¿Entenderlo? Que va, por eso quiero hablarle.
Anon es… Difícil. No solo de leer, sinó también de entender. Desde que lo conocí, siempre ha tenido esta aura… No misteriosa. Pero es alguien a quien no puedo saber que hará o que piensa… Es raro. Con cualquier otra persona que conozco, sé cómo son. Que pueden pensar, sentir. ¿Pero el? De la nada está triste, luego feliz, luego bromea o se enoja… O está así, callado… Con tan pocas expresiones en su cara que parece un maniquí.
Quisiera saber que siente.
En parte talvez es porque cuando lo veo, me recuerda un poco a el.
¿Un poco? Es como el.
Entiendo porque mamá siempre quería hablar con el. Siempre era tan cerrado que estaba obligada a hacerlo… Pero siento que ella era feliz así.
Al final me cerré un poco en mí misma, puse mí cabeza sobre mis rodillas mientras mantenía mis piernas cerradas delante de mí pecho.
Algunos recuerdos míos invaden mí mente… Carajo… Creo que por eso me gusta hablar tanto. No tengo que lidiar con lo que pienso.
– Hey Nick…
¿Huh? ¿Si?
– Te quería preguntar… ¿Porque me volviste a hablar?
Oh… Uhm… Dios, ¿Enserio preguntas eso ahora?
– Ya sabes. No lo entiendo. Si yo odiaría a alguien desde el instituto… No le hablaría y si lo hiciera, lo mandaría a la mierda, justo como lo hiciste… Pero después… Querer hablar tanto… ¿Eso que tiene que ver?
Anon se giro para verme. Sus leves facciones se ven algo afligidas y sus ojos se fijan en los míos.
Creo que es la primera vez que lo veo así desde… El instituto. Lo de Fang… Trish… Reed… Y esos otros chicos… ¿Crees que no te lo mereces, verdad?
No… no lo sé.
– Sabes… Creo que no hablamos tanto como quería en el instituto.
Yo al final tomo la delantera. Al menos si voy a hacerlo… Se merece que sepa esto.
– Fue una etapa fuerte para ti, creo que aunque no la vi de primera mano, puedo entender que no la pasabas bien.
Quiero ser sincera contigo.
– Y incluso con lo que dijiste… Si, dolió bastante y por un tiempo te odie por eso.
Aún así, eso fue mí culpa.
– Peroooo… Luego entendí que no lo estabas pasando bien y aunque no estuviera justificado… Aún no entendía porque lo hiciste del todo.
Vamooos… sigue así, dilo.
– ¿Ahora? Te sigo sin entender.
Bueno, eso es un inicio.
– Eres un neandertal borracho, con problemas de ira y que parece bastante bipolar. Te cuesta mucho hablar y cuando te pregunté si me podías ayudar, casi me dices que eres pobre.
PERO ESTUPIDA, NO DIGAS ESO, QUEDAS MAL.
– Pero también… Eres muy divertido, respondable, sabes hacer muchas cosas y quieras o no, eres un caballero… Por haberme cuidado luego de la borrachera. Tampoco dudas cuando se trata de hacer algo bien.
Suelto una leve risa al recordar esa noche, que posiblemente sea la mejor de mí vida, incluso con todo lo malo que podria haber pasado.
– Por eso quiero entenderte, Anon. No es porque quiera sacar algo de ti… Realmente, quiero saber cómo es el verdadero tu. Siento que hay algo dentro de ti que vale mucho la pena.
También porque si te entiendo a ti… Puedo entenderlo a el.
Anon mira hacía un lado y aunque espero que se levante y se vaya por esto… El solo me mira de vuelta… Mientras me sonríe.
Nada exagerado, ni extremadamente feliz. Solo una sonrisa genuina de su parte. Es tonta… Tan tonta que no puedo hacer más que reírme por eso y soltarle un golpecito en el hombro.
– Jajajaja...Eres un imbecil realmente.
Eso dije yo mientras me quedé contra la pared en la que ambos estábamos acostados.
– Oh, eso ya lo se Mrs, Nick… Tu también lo eres.
El suspira y mientras asiente puedo escuchar unas palabras de su parte.
– Gracias por esto.
Yo no sé… A que se refiere. ¿Por todo? ¿Por ayudarlo? ¿Por hablar con el? Me quedo un momento pensando, pero finalmente creo que puedo tomarlo con algo más de calma y responderle positivamente.
– No hay de que.
…
…
…
Al final, lleve a Nick a su casa, la cual estaba en las afueras de Volcadera. No estaba en un suburbio, más bien era un campo… rodeado por vallas a unos 100 metros desde la casa.
Es pequeña, se nota que solo vive ella ahí. Pero aún así parece cómoda. La nieve aún cae y aunque esté de más, yo acompaño a Nick hasta la puerta de su casa.
Esas palabras… Son algo que aún tengo rebotando en mí cabeza.
– Hey, ¿Sabes que sería genial? Si algún día vienes y me pagas el desayuno.
Ella dice esto mientras busca sus llaves para abrir su casa.
– En tus sueños, mí cocina está reservada para los dioses.
Le respondo mientras bromeo un poco, ella suelta una sola risa burlona mientras abre finalmente su casa y prende las luces dentro.
– Entonces te voy a tener que obligar… ¿Que te parece venir para navidad?
…¿Okey? Eso es un poco apurado.
Lo considero… Ella también parece darse cuenta de lo que dijo… Mira hacía abajo, aún sonríe pero su cola evidencia que se puso nerviosa.
Yo al final miro hacia mí auto y… Recuerdo mis últimas navidades.
– No suena mal. ¿Cocinas para muchos?
Nick parece revivir luego de lo que dije y mueve la cola animadamente mientras yo espero su respuesta con una sonrisa más que una expresión neutral.
– Oh no, no. Yo también paso navidad sola, cangrejo ermitaño.
Ella se burla un poco de vuelta mientras se agarra del borde de su puerta. Yo solo levanto los hombros en respuesta mientras me acerco a ella para despedirme.
– Pues, es un plan… Nos vemos eh… Mañana, de hecho. ¿No deberíamos salir a comprar y todo eso? Al menos para que los dos comamos bien.
Yo intento seguir… La conversación, WOW Anon, gran orador, te deben decir el encantador de dinosaurios.
– Oh… ¡OH! Claro, claro, no me molesta. ¿Me vienes a buscar o voy yo?
Ella también parece encontrar algo de vergüenza cuando hablamos, posiblemente gracias a mí. Su piel se torna un poco más oscura en su cara mientras ella busca algo inexistente con lo que golpearse.
– Yo vengo yo vengo… Eh… Bueno… Ehm… ¿Hasta mañana?
Ambos buscamos una forma de despedirnos, primero ella casi abre sus brazos, yo iba a por un apretón de manos, luego intercambiamos de vuelta y acabamos simplemente moviendo las manos mientras yo me alejaba corriendo hacia el auto.
– ¡H-HEY! ¡TU CHAQUETA!
Nick grita mientras se empieza a desvestir la misma para darmela, yo ya estoy en el auto cuando lo abro para irme.
– ¡NO TE PREOCUPES, QUEDATELA, ADIOS NICK!
Así como se lo dije, cerré mí auto al entrar en el, lo prendí y comencé a conducir a toda velocidad hasta llegar a la ruta estatal de vuelta a la ciudad. Los colores rojos en mí cara haciéndose más calientes a medida que recuerdo con algo de timidez porque no hablaba con mujeres.
…
Nick por otro lado, volvió adentro de su casa, el piso de madera cruje cuando pasa caminando hasta la sala de estar y se acuesta en el sillón, su cola golpeando el piso con impaciencia. La chaqueta que tenía en mano la termina usando como manta… Para cubrirse del mismo valor que la está asaltando.
– Adiós, Anon…
Ella también se despide mientras cubre su cara por la escena vergonzosa que ambos llevaron a cabo.
Tal vez es por las comisuras que lograron limpiar, o por los sentimientos que ambos forman poco a poco. Pero ambos aceptan que no será la última vez que se vean.
Notes:
HOLA HOLA.
AHORA SI, TOMEN EL CHAP.
disculpen la troleada, debía hacerla xddd... Y bueno, por otro lado, este capítulo me costó algo más de tiempo tenerlo listo, pero espero que les guste como quedó.
Finalmente tenemos las bases de porque Nick habla con Anon y un avance ligeramente amoroso entre ellos.
Cómo siempre, escucho críticas, comentarios y todo lo que tengan para decir.
Tengan una buena lectura sea día, mañana o noche.
Tomen tesito ☕.
Chapter Text
Aeroplanos cortando el celofán…
De un cielo tropical~...
Abriendo surcos van…
¡Para llevar hacía el exilio a la vuelta…
A los que ya no aguantaron más~!
  
  
La música se esparcía por el ambiente como el rocio del mar sobre la espesa vegetación a los costados de la carretera que transita mí autobús. El mix veraniego y mis ropas para la ocasión se sienten apropiadas, correctas, hechas para alguien con una cara llena de sonrisas y felicidad. Yo soy todo lo contrario claramente. Mí pálida piel producto de maratones insanas jugando Rock Ring sin salir de casa por prolongadas cantidades de tiempo siente que va a arder. Mis ojos se concentran en la densa jungla que se forma del lado derecho del asfalto que transita la cacharra, en un intento de sobrellevar mí constante incomodidad.
Huellas en el maaar~...
¡HUMP !
Un ligero bache me hace devolver la vista hacia el interior del autobús mientras suspiro pesadamente. Un conductor joven maniobra como si fueran malabares el volante, su manejar es recio, pero preciso y sobre todo eficiente.
Los interiores del armastote de color azul fábrica con asientos distribuidos de forma similar en ambos lados está relativamente vacío y aunque me siento del lado con menos sol, puedo sentir mis glándulas trabajar en tiempo extra. Tuve que ponerme unos lentes por la resolana que atacaba sin piedad mis córneas.
La música continuaba sonando, llegando al punto de pasar a un segundo plano con el calor que siento ahora mismo. Me siento como una serpiente en una sartén o un palestino en una sinagoga. Stella por su parte parece de lo más chocha, "como un pez en el agua", sería algo que diría la vieja de mí madre. Las escamas amarillentas de su brazo están cubiertas por una fina capa de protector solar y sudor, el último no parece consternarla en lo más mínimo.
Sangre, en nuestro hogaaar~...
De su celular, el mix continúa (El cual desconozco que carajos dice, porque está en español), mientras yo me replanteo el porque acepte venir hasta aquí con ella. Carajo, incluso sin ella jamás habría venido aquí. Sus pies se columpian levemente de adelante hacia atrás considerando que tiene el tamaño suficiente como para mantenerlos en el piso. Ambas manos están agarradas al borde del asiento, mientras que el resto de su cuerpo parecen mirar en dirección contraria a dónde estoy yo. El inmenso mar se ve hasta el horizonte, pintando el mismo con colores celestes y azules pálidos. Sus inmensas olas se disipan, perdiendo tamaño y bajando a medida que tocan la costa, dejando así tan solo un poco de agua infiltrarse sobre la arena. Un remate paradisíaco considerando las múltiples palmeras apenas visibles por la velocidad de nuestro vehículo.
- Stella… ¿Cuanto crees que falte para llegar?
Mi voz se levanta levemente para llamar su atención mientras mí cabeza se gira a ella. Intento disimular de mejor manera posible el hecho de que me estoy deshidratando con cada segundo que pasa. Ella gira la cabeza como si le hubiera hablado un niño pequeño, tanto al punto de que parece algo preocupada cuando digo esto. Aunque pronto una leve sonrisa se marca en su hocico mientras recita algunas palabras ante mí con aquel tono semi agudo suyo.
-Menos de lo que parece, Anon. ¿No quieres un poco de agua? Parece que recién saliste del Sahara.
Una mano, la derecha de ella, cubre su boca con algo de altanez mientras se ríe entrecerrando los ojos. ¿Tanta pinta de payaso tengo yo para que ella se ría de esa forma? Aunque me gustaría soltar alguna burla sobre aquella vez que vi su colección de mangas yaoi, me es imposible viéndola tan contenta.
-Sabes, un trago no vendría mal.
Ella saca su mano de su boca y abre el bolsillo más grande de la mochila. Ropas tanto mías como de ellas rebalsaban la misma. También había un tupper con algo de comida envuelta prolijamente. Luego de unos pocos segundos buscando, saca una lata de un refresco que desconozco. En un principio, lo miro con extrañeza, mientras suelto un chascarrillo.
-Letras coreanas… Colores brillantes y neon. ¿No me quieres envenenar y vender mis órganos? Seguro el conductor tiene algo que ver.
Stella deja la lata en mí mano luego de haberle dicho esto. Gira todo su cuerpo hacía mí dirección y mueve su cola a un lado. Esto parece importante. Pone ambas manos delante de ella, solo tocando las puntas de sus índices. Hey, espera...
-Aaah eto…
Oh no, yo conozco esto… Mí cara se arruga como si hubiera mordido un limón, preparándome para lo más cringe que he visto esta semana.
-Bleehhh...
Stella termino de sentenciar, poniendo ambas manos sobre su cabeza, una en cada cien. Sacando la lengua y cerrando los ojos mientras su cabeza se hace levemente hacia atrás.
Yo solamente me empiezo a reír. Me agarró demasiado desprevenido y aunque estaba preparado para el impacto, la fuerza de la bala fue demasiado. Una mezcla de vergüenza ajena y simple entender lo que hizo me hace reír. Stella puede estar fácilmente en el top 3 otakus más graciosos que he conocido. Solo le gana la tipa que hizo eso con una figura de Gojo Dinotoru…
Al final, ella también comienza a reír, al parecer aquello que dijo una vez de que me risa es contagiosa es verdad. ¿Yo pienso lo mismo? Eh, suena como limpiar un vidrio limpio con un trapo lustrante. Supongo que más que contagiosa, es fácil de reírse de ella.
Nuestras risas cesaron cuando el bus bajo la velocidad. Ambos chocamos contra los asientos delante de los nuestros y aunque Stella no parece haberse visto inmutada por esto, yo puedo jurar que casi muero con el impacto.
Esto fue momentáneo sin embargo. Lo suficiente como para que ambos saliéramos del autobús, finalmente llegando a nuestro destino. Un pequeño poblado en una de las islas cercanas a tierra firme en Volcadera Bluffs. Incluso desde la "terminal" que era un parking con un dinosaurio mal pagado revisando tickets, podía ver la inmensidad de los resorts aquí. Como toda buena isla, la mayor parte de la misma era una montaña de gran tamaño, en la cual la población parece haber ido construyendo ladrillo por ladrillo edificaciones hechas para el turismo.
Yo suelto un ligero suspiro al ver esto… Puedo apreciarlo por el momento, mí rodilla se siente algo incómoda, pero por suerte no es algo demasiado molesto. Me acomodo la compresa mientras Stella se adelanta a mí luego de haber bajado. Ella había ido a revisar nuestros tickets así que se me pudo adelantar un poco más.
Levanto mí cabeza levemente, para mirar hacia adelante. Un puerto de gran tamaño a la izquierda, con dinosaurios ingresando, saliendo, quedándose... Debe ser por las atracciones de feria y la noria al final del puerto. Stella se subió hacia uno de los troncos que están al descubierto sobre la arena pasando aquel cartel que da la bienvenida al pueblo.
El calor se hace más sobrellevable por el viento que corre sin piedad, el mismo se siente… Salado, como si estuviera a un lado del mar.
…
Luego de aquel fallo mental a mí especie, suspiro y termino de acomodar la compresa de mí rodilla. Vuelvo a erguir mí cuerpo mientras cubro levemente mí cara y mí calva con el brazo izquierdo, temeroso a qué los mortales rayos ultra violetas me transformen en un jamón serrano. Avanzo hacia la dirección de Stella.
Viéndolo mejor, hoy Stella se vistio bastante radiante, como diría alguna diva de pelos rubios en Volcano High. Un hermoso vestido blanco que le llega hasta por debajo de las rodillas, el cual vuela con el viento. Sobre su cabeza, un sombrero del mismo color que remata el outfit. Curioso es que pueda andar descalza sin sentirse incómoda por pisar la arena o el piso, eso para mí es imposible.
¿Porque…~?
La música aún sonaba desde celular, aunque era lo que menos se escuchaba.
Me paro frente a ella mientras le sonrió levemente, algunas palabras sueltas y pensamientos volando sobre mí cabeza. Últimamente, mis días habían sido mucho más felices con Stella. Poder, de una forma u otra, dejar de lado las cosas que pasaron entre yo y la banda… Mis sentimientos por Fang y lo que le hice a Reed… Dios, realmente… Odio eso. Lo odio demasiado, quisiera… De alguna forma poder evitarlo. Claro, ya es imposible. Falta solo un mes para la graduación y posiblemente luego de eso, jamás vuelva a verlos. Con tan poco tiempo, dudo que cualquier conversación o lágrimas arregle lo que les hice… Y lo que me hicieron.
Mí expresión se hace algo más neutral, mientras Stella parece darse cuenta de esto. Ambas manos suyas se ponen tras su espalda baja mientras inclina lentamente el torso y levanta una ceja.
Yo no me muevo, tan solo la miro intentando disimular el lento incremento de mis pensamientos intrusivos y mis más profundas intenciones de mal hacer. Ella finalmente rompe el silencio, hablando en voz alta.
-Anooon, te traje aquí para que tu cabeza deje de pensar tanto. ¿Si captas, verdad?
Al decir esto, se tocó la cien brevemente con la mano derecha, devolviendola a su lugar luego de esto… Por más cringe que me haya dado… Bajo un poco la mirada mientras sonrió y asiento levemente. Mis ojos intentan y repito intentan hacer contacto visual, pero es imposible considerando lo estúpidamente inadaptados que podemos ser.
-Yyy… Tienes razón. Pero, ¿Porque solo a mí? Podrías haberle dicho a Rosa que venga también, después de todo ella hizo el mix de canciones.
Aquella tarde fue una auténtica aventura, jamás en mí vida escuché de tantos artistas con nombres españoles… Aunque… Algo más interesante pasaba delante de mí.
Stella hizo la mueca de una sonrisa mientras veía hacia otro lado. Sus pómulos lentamente haciéndose unos tonos más oscuros. Esto siempre pasaba cuando le preguntaba algo del estilo, supongo que es normal considerando que nunca invita a Rosa.
-E-es que… Bueno… Ella no suele acompañarme a muchos lugares. Sus padres la necesitan bastante en su casa como sabrás y bueno… Realmente me gusta estar contigo. Ya sabes, juntos, como amigos… Aparte, mira todo lo que has hecho saliendo conmigo.
Ella se refería tanto a mis notas como mí rodilla lastimada con esto, ella sabe que todo el ejercicio físico al que me hizo someterme me ayudó de una forma u otra. La actitud más tímida de la estegosaurio se hacía presente mientras su cola se movía ansiosamente de lado a lado. Sus manos se mantenían tras de ella, aunque algo más nerviosa podría jurar que está intentando ocultar algo… Aunque, bueno, tiene bastante sentido lo que dice y simplemente… Por un momento puedo cruzar ojos con ella.
Aquellos ojos, ojos de un cachorro recién nacido que suplica por el aperitivo más caro de toda la tienda o que pide que lo lleves a pasear donde sea… A sido un largo camino y en gran parte, siento que si sigo haciendo esto, es por Stella. Aunque aún me siento como la mierda, aunque aún llore de vez en cuando y no sepa cómo lidiar con todo esto… Ella lo hace mucho más llevable, a veces reconsidero si realmente el dejarla de lado luego de todo esto. Luego de los viajes, las bromas, los chistes… Carajo.
Ella realmente es mí mejor amiga.
-Mira, todo lo que hice, lo hice por ti. Gracias por sacarme de mí cueva.
Le solté eso sin pensarlo demasiado y parece haberle gustado lo suficiente como para devolverme una sonrisa. El movimiento de lado a lado de su cola o sus manos yendo a ocultar sus cachetes me hacen saber que la halago bastante más de lo que esperaba… Je, clásico de Stella.
Tenemos que ir tan lejos para estar acá…~
Al final, la canción siguió su ritmo rápido, la guitarra de la misma punteaba y sentía que adornaba la emocionalidad del momento.
Para estar acá…~
Algunas lágrimas cristalizan mis ojos, mientras son llevadas por las brisas de un viento que pronto dejara de existir, cuando yo acabé el instituto. Tanto yo como ella… La firma del libro es la condena final de esta historia. Espero que sea así.
Espero que sea así.
…
…
...
Hoy, hoy me levanté algo más temprano que los otros días. El frío en mí apartamento era como el manto más fuerte que los dioses nórdicos podían ofrecerme, haciendo imposible el no estar despierto sin ningún abrigo. Supongo que es normal considerando que es víspera de navidad, aunque en Volcadera solo suele ponerse frío y no nieva.
Yo vestía las ropas más abrigadas que tenía, podría decirse que parecía un esquimal o que estaba a punto de subir el Everest mientras observaba la nieve caer por mí ventanal. No era ninguna tormenta, pero si era suficiente como para que la tranquilidad de las mañanas fuera irrumpida por una vieja máquina que limpia la nieve de las calles. Supongo que años con un clima relativamente caluroso hizo que el gobierno de Volcadera no estuviera preparado para la nieve.
Volviendo a mí realidad luego de pensar en una clásica situación de malversación de fondos, intento terminar el café caliente que me hice hace ya unos 10 minutos. Aunque está más tibio de lo que me gustaría el sabor fuerte de este energizante me mantiene atento y sobre todo pensante.
¿Realmente debería ir a pasar la navidad con Nick?
Hoy desperté y… Ya había estado pensando eso cuando volví a mí hogar anoche. Aquella invitación no me dejaba concentrarme en mí trabajo. Me la había pasado jugueteando con una de mis lapiceras frente al escritorio mientras la pregunta revoloteaba en mí cabeza, distrayendome como un accidente de autos pasando delante mio.
La tragedia parece distante sin embargo. ¿Será por aquella conversación que tuve con ella en las oficinas? ¿Estará planeando en secuestrarme y vender mis órganos como en aquellos comerciales del cuidado infantil que te advertían de los extraños demasiado amables? Era todo un misterio.
Aunque es verdad que el simple hecho de pensar en Nick me hacía disasociarme de mí realidad. Tanto al punto que pude dejar de torturarme mentalmente con mí pasado. Es raro, considerando que Nick es un retrato en digital de la obra de arte a mano que era Fang.
Se ven tan similares por encima… Sus estilos, aunque diferentes, las hacía parecer símiles. Lo que las diferencia es sobre todo en su personalidad. En especial la disposición casi forzada de Nick, parece estar de acuerdo con todo lo que digo o al menos no buscar el conflicto cuando digo algo.
Me recuerda a Reed...
¿Porque es tan amable conmigo? No puede ser solo porque quiere conocerme y "intentar" ser mí amigo. Lo cual considero que es algo bastante… Oportuno.
Mis sentimientos hacia ella son bastante inseguros. Es como analizar a una piedra de diamante siendo un joyero inexperto. Realmente no sé si es algo genuino o falso.
¿Pero da para más realmente? No es como que me vaya a quedar a averiguarlo.
Aparte, soy un hombre de palabra, ya le había dicho que iba a ir, así que le voy a hacer el favor. Supongo que hecho eso, podría insistir un poco más con hablar y poco después se cansaría.
Así podría concretar finalmente mí partida.
…
…
Poco después de mí diálogo interno y mí desayuno, estaba conduciendo por las rutas que formaban el entretejido intermetropolitano de Volcadera. Mí conducir era relativamente lento considerando la velocidad a la que suelo ir otros días. Aunque esta vez era justificado el ir tan lento, considerando la poca visibilidad en la ciudad. La nieve se acumulaba en mí vidrio como si estuviera en alguna montaña, por suerte, mí parabrisas de confianza lo tiene cubierto.
Mis manos tocan el volante con delicadeza y golpeó con mí dedo índice al compás de la canción de una de mis bandas favoritas.
I would rather not go… Back to the old house….~
The Smiths son la auténtica banda boomer por excelencia, aún me sorprende que sus canciones semi cursis y de desamor no me hayan colmado la cabeza. Supongo que algo sobre el ritmo o el cantante principal me permiten sedar mí cerebro artificialmente con música.
  
  
And you never knew… How much i really liked you…~
Esa parte… Oh, es como un cuchillo atravesando la manteca. Mí expresión inicialmente neutral se fue relajando aún más mientras hago un esfuerzo por no cerrar mis ojos mientras conduzco.
Aquel impulso, ese pensamiento intrusivo de decir "Hasta aquí llego" y que mi pie apriete el acelerador a fondo mientras muevo el volante hacía un árbol. Está ahí, presente.
Because i never even told you…~
Carajo, Morrissey, escribes una puta obra de arte, haces que duela como un hierro al rojo vivo y me dejas asi, eres una bestia.
Al ver los árboles por mí ventana y por mí parabrisas, noto que al fin llegue a mí destino, la casa de Nick.
Sus varias hectáreas de tierra alrededor de su casa están cubiertas de nieve y las ventanas de su casa emanan la luz amarilla que esperarlas en un día como este. Los pocos árboles cercanos a su casa están cubiertos de nieve también.
Al final frene del lado de la carretera de su casa. La falta de un garaje es inconveniente, teniendo en cuenta que por esta ruta pasan camioneros capaces de chocarte si te pones en medio. Aunque bueno, esto me pudo distraer de mí espiral auto depresivo, lo cual por lo que uno supone, es positivo.
Abrí mí auto con la mano izquierda y al instante de hacer esto, levanto mí capucha sobre mí cabeza. Vuelvo a cerrar el auto y dudo de si asegurarlo, considerando que estoy en medio de la nada.
Luego de un pequeño debate interno, me decido dejarlo así, ¿Que es lo peor que puede pasar? Realmente nada. Luego de esquivar olímpicamente aquel malaugurio del destino, decido hacerme paso hasta la puerta de su casa. Mi cuerpo lentamente se cubre de nieve como si se tratase de una lluvia veraniega. El horizonte y el cielo se ven blancos, como si más allá no hubiera más que la nada misma. Es tétrico, pero yo no le prestó demasiada atención, más concentrado en mí objetivo actual.
Subo las escaleras cuidadoso hacía la puerta de Nick. Puedo asumir que no salió de su casa en todo el día, no hay huellas de nieve en los escalones y mucho menos parece haberse molestado en limpiarlos, considerando toda la nieve en los mismos. Me agarró de la barandilla de madera cuidadoso de mí rodilla que definitivamente ha tenido repercusiones con los años.
Llegué hasta delante de la puerta de su casa. La brisa me evita de escuchar cualquier cosa, aunque supongo que ella está adentro. Intento terminar de confirmar mis sospechas tocando su puerta, olvidando el hecho de que tengo un timbre a un lado.
Antes de que pueda retractarme por mí tonto error y pensar lo estupido que es tener un timbre del mismo color que la pared de tu casa, puedo escuchar las pasaderas de la puerta abrirse. Eran una buena cantidad considerando lo que mis oídos lograron diferenciar.
Así, delante de mí la luz deslumbrante del interior de su casa no me deja verla sin antes fruncir mí frente, pareciendo un poco molesto cuando la veo.
Aquella sonrisa pícara se dibuja en su hocico mientras se mantiene agarrada de la puerta casi completamente abierta.
-Oohh… El bebé tuvo que levantarse temprano, que pena, seguro esta muuuy enojado.
La voz de Nick emanaba aquel tono burlón que ni siquiera los comediantes podían dar. Aunque bueno, es normal considerando como su energía juvenil aún se mantiene con ella.
A diferencia de mí, ella no parece haber cambiado casi nada.
Lo único que puedo decir que cambio, es que se rapo los lados de su cabeza y la parte trasera de la misma. También los tatuajes que puedo ver desarrollarse por sobre su esternón y la parte más baja de su cuello. Su voz es más gruesa también, dándole a aquel tono ya suave algo más de actitud, como si hablara con una mujer de su edad. Aunque su cuerpo y estatura siguen iguales a cuando la conocí en el instituto.
Como diría yo, es la antítesis de Fang.
-¿Te vas a quedar ahí viendo a la nada para que me congelé? Vamos, entra un momento, aún debo prepararme para salir.
Si, al final me había quedado viéndola más de lo debido, puesto en mi tren de pensamiento del cual me descarilo con sus palabras como una cachetada de apatía momentánea. ¿Aunque supongo que cree que tengo frío?... Si, me estoy frizzando el culo aquí.
Asiento levemente y mientras entro a su hogar termino de saludarla, con algo más de amabilidad que ella me ha demostrado.
-Buenos días, con permiso.
Al entrar en su hogar, una leve ola de calor me azota como si se tratase de una bofetada. Supongo que al ser un dinosaurio, su sistema de calefacción es mucho más eficiente en su casa.
Puedo sentir los poros de mí piel lentamente comenzar a trabajar para dejar salir el sudor por mis glándulas, lo cual por impulso me hace soltar un quejido controlado. Es bastante incómodo.
-Ugh… Hace calor aquí adentro… ¿Enserio tanto calor hace en las casas de las lagartijas?
Dije esto sin pensarlo demasiado mientras me quitaba mí abrigo, el cual dejé colgado en el perchero que estaba al lado izquierdo de la entrada. Nick ya había cerrado la puerta y su caminar fue hacia las escaleras que conducían al segundo piso. No sin antes, luego de mí oportuno comentario soltarme un sopapo en la nuca mientras una leve sonrisa altanera se dibuja de vuelta en su hocico. Yo había respondido moviendo hacia adelante mí cabeza tanto por el ardor como por el impacto de su mano en mí cabeza. Esto me molestó lo suficiente como para fruncir mis cejas, demostrando mí disguste ante el ataque gratuito.
-Si deseas quedarte afuera, yo no te detengo.
Ella subió las escaleras con tranquilidad, levemente agarrada del barandal mientras su cola se arrastraba tras de ella. Se perdió tras un muro a la izquierda mientras me gritaba algo más.
-Me termino de cambiar en 5 minutos, ponte cómodo, si quieres. Oh, no abras la puerta del lavadero porfavor.
Hmmm… Debería abrir la puerta del lavadero. Pensamiento intrusivo de lado, yo respondo gritándole de vuelta.
-Ten cuidado cuando bajes, tengo una silla preparada para golpearte.
Una risa seguida de un leve portazo me indicaron que ahora mismo estaba solo… Y la casa de Nick se veía inusualmente hogareña. Decidí no avanzar más, sus pisos de madera parecían haber sido lustrados recientemente. Hay 4 caminos por los que avanzar desde donde estoy.
A la izquierda, una sala de estar amplia, un sillón bastante grande junto a otro para una sola persona, ambos miraban en dirección a un televisor que colgaba de la pared. Los muebles ahí eran vistosos, aunque eran más destacables los cuadros pintados en lienzo y un mueble biblioteca con algo que no eran libros.
Por el pasillo central, parece que lleva a una cocina, la cual solo puedo determinar desde aquí que tiene lo basico, es la clásica cocina de una familia americana. Aunque está tiene una mesa ahí por alguna razón, acompañada con dos sillas.
A la derecha, la entrada a un comedor algo más formal. El mismo tenía puesto un solo mantel blanco que posiblemente sea el que nos deje comer más tarde.
Disasociando levemente de la situación había cruzado mis brazos y había dejado descansar mí espalda contra la pared a un lado de la puerta. La casa es realmente linda por dentro. Su abundancia de cuadros me dejaban en claro que Nick aún tenía ese gusto del que solía contarme en la secundaria.
Cuadros que intentaban asemejarse a alguna forma, algo humano. Fondos blancos, negros, rojos, amarillos… Y trazos de pinceles que se mezclaban en los lienzos, con la intención de demostrar emoción, dar vida propia.
Eso me había dicho ella, por lo que recuerdo. Es curioso que aún tenga tan buena memoria de lo que solia hablarme, aunque realmente eran conversaciones bastante triviales. Supongo que tiene bastante que ver con qué estoy haciendo el esfuerzo de recordar.
¿Porque carajos lo estaría haciendo? Creo que solo me quiero distraer un poco mientras la espero.
Desde donde la espero, puedo escuchar desde la sala de estar música, con el volumen bastante más bajo de lo que esperaría de la casa de una música.
¡All i wanted was yooooooooouuu~!
Ohhh… Ya, recuerdo esta banda. Me había dicho que era de la cual se inspiraba para escribir las letras de las suyas. ¿Paramore? No recuerdo bien, aunque podría estar en lo cierto… ¿Y que tal si lo averiguo?
El leve impulso de levantarme y ir a revisar aquella canción me motiva a dar unos pasos más… Aunque… ¿Realmente vale la pena? Creo que estaría violando su privacidad si lo hago.
Podría preguntarle, para ver si me equivoco… Pero, si me equivoco me tratara aún más de simio de lo que ya lo hace. Mí cabeza intenta decidirse, aunque es más una discusión entre un conscripto ucraniano y uno ruso.
Trato de pensar en algo más… Algo como… Hey, la casa de Nick es extrañamente parecida a los de los Dimpsons. ¿Que carajos? Toda la distribución es igual. Suelto un suspiro mientras sonrió, asombrado por darme cuenta de eso. Antes de que pueda describir más su casa mentalmente, ella hace presencia sobre el pequeño "Balcón" de la escalera. Ambos brazos sobre la madera del barandal mientras me mira.
-Ya viste suficiente me parece, aparte de que me hiciste caso. Buen chico.
Lo último lo dijo burlándose como si yo fuera un perro. Antes de poder asegurarme de que estaba lo suficientemente abrigada como para salir, le devuelvo el insulto.
-Tu eres la que va a seguir el auto corriendo hacia la tienda.
Me volví a poner mí saco sobre mí cuerpo, previniendo el frío al salir.
Ella me blanqueo los ojos luego de mí respuesta y bajo por la escalera, adelantándose a que yo la abra. Ella la abre, su mano libre ofreciéndome el paso como si fuera algún caballero estereotipado en los 50's, permitiéndome el paso.
-Damas y niños primero.
Ajá, esto ya es un poco… ¿Hartante? No es molesto, al menos no lo siento así, supongo que es por qué ya la insulte de mil veces diferentes el otro día.
Aunque aún se sentía raro... ¿Tal vez mucha confianza?
-Gracias Mrs Nick, usted es un hombre de buena fé.
Le sonreí un poco mientras pasaba el marco de la puerta y chocaba mí hombro con el de ella con algo de fuerza. Ella parece casi a punto de caerse luego del repentino toque, el cual supongo la tomo por sorpresa. Tuvo que balancearse usando su cola como tercera pierna y estirar los brazos para no perder el equilibrio.
El solo ver esto me trajo cierta felicidad. Fue estupido, algo del calibre que me podría pasar a mí y aunque jesús raptor me vería decepcionado disfrutando el sufrimiento ajeno, no puedo evitarme de eso. Mí sonrisa se transforma lentamente en una nueva de leve superioridad.
Nick se pone unos cuantos tonos más oscuros mientras me mira con algo de molestia.
-Ya, ya. Ni una palabra si no quieres que te las haga tragar de vuelta.
Yo respondí rápido a esto mientras bajaba hacia el auto.
-¿Tu y que fuerza? Con suerte puedes levantarte a ti misma, caniche azul con escamas.
Ella cierra la puerta de su casa con llave para luego seguirme, con una cara de indignación claramente actuada.
-Me subestimas anon, me he entrenado años para reducir a gente como tu.
La presencia de Nick acercándose a mí para hacer el recorrido al auto se siente, algunos saltitos animados considerando la nieve y su boca soltando aire repentinamente por el frío, viendo el vapor que sale de su boca. Yo decido por dar el golpe de gracia cuando subo finalmente al auto.
-Te va a faltar fuerza, womp womp.
Esto parece tomar por sorpresa a Nick, la cual abre los ojos de par en par mientras la dejo paralizada luego de subirme al auto. Algunos gritos de ella mientras se sube al auto y se pone el cinturón de seguridad es lo que sigue.
-¿ME ACABAS DE WOMP WOMPEA- Eso es caer bajo, Anon, incluso para ti.- Su indignación ahora parece casi real mientras se cruza de brazos y mira hacía el lado opuesto al asiento del conductor, evitando que vea su expresión de máxima decepción. - Pero bueno, ahora. ¿Que vamos a hacer? Tengo una lista para ir a comprar, solo necesitaba un buen gorila que me ayude a cargar cosas y cocinar.
Ouch, ese si que parece haber dolido. Río un poco ante aquel comentario de gorila, a mí parecer no fue tan creativo. Incluso lo podía tomar como un halago con la suficiente gimnasia mental. Decidí simplemente pasarlo por alto mientras enciendo el auto y me pongo el cinturón de seguridad. Pienso un poco mí respuesta, antes de volver a verla.
Sus ropas abrigadas de colores claros y medio azules me hacen darme cuenta de que está bien abrigada, tanto al punto de parecer haber ganado unos kilos más.
-Es verdad, te había dicho que te pagaría el desayuno. Supongo que hacerte el santo favor de acabarte los recursos del planeta humano cocinando. - Ya habíamos arrancado mientras decía esto, ella parece querer interrumpirme mirándome con intenciones asesinas, pero yo la paro continuando mí discurso. -El otro día asaltaste a mí heladera. Pobre de ella, ahora debo comprarle cosas de vuelta.
Lo dije en el tono más dado a pena posible, aunque se notaba que era falso, si intentaba darle gracia a la situación. Al menos noto que esto es eficiente cuando sonríe levemente mientras mira a un lado.
Luego mira a mi radio y antes de que me de cuenta su dedo aumento el volumen. La melodía de una guitarra punteando notas y una batería siguiendo el ritmo al igual que la voz del vocalista de The Smiths la dejan escuchar una de las canciones en mí USB conectado al auto.
Will nature make a man of me yet?~
When in this charming car, this charming man~...
Dios… Puedo sentir los nervios subir hacia mí estómago al recordar que le había contado que era de mis bandas favoritas durante la secundaria y juraría que se aguanto las ganas de explotar riéndose.
Algo dentro de mí decía algo… Que algo muy malo iba a pasar. Aunque... ¿Porque me siento? Que carajos me importa si se ríe porque sigo escuchando The Smiths...
Pero Nick solo mantuvo su cuello en alto, moviendo la cabeza al ritmo de la música, parafraseando la letra de la misma.
El auto moviéndose por la carretera parece ser el detalle más irrelevante la situación. Ahora mismo estamos volviendo a la ciudad… Pero ella no ha dicho nada desde que empezó la canción.
Esto solo hacen cocinar más mis nervios ante la situación. Aunque pueda actuar como si me importará una mierda, algo en mí me hace pensar... Si se burla, ¿Que hago? Es confuso...
Aunque solo asiente cuando termina.
-No recordaba que escucharás The Smiths, realmente te queda. Rock boomer para un tipo boomer. Pero, esa es una buena… This charming man in this charming car… ¿Me cachas?
Nick me sonrió mientras decía esto. Era algo más relajada aquella forma de hablar… Aleluya Jesús Raptor.
-Obviamente, soy un hombre encantador en un auto encantador. Tu todavía eres una adolescente que le gusta cantar hasta fondo Paramore, ¿Verdad?
Nick suelta un ligero "Ooohh" mientras mantiene su atención en mí, sus ojos achinandose levemente por su sonrisa un poco más pronunciada me hacen darme cuenta que le gustó esta pregunta.
-Una tiene derecho a tener buenos gustos. Paramore es para pocos, en especial… All i wanted was yoooooouuuuu~...
Nick dramatizo clavando una estaca en su pecho mientras apuntaba al parabrisas, viéndome muy de reojo mientras se derritia en el asiento del acompañante.
Yo solo puedo soltarle una risa algo más tímida (y de putita) de lo que me gustaría. Si de algo estaba seguro ahora, es que la tarde con Nick sería todo menos aburrida, incluso si se trata de comprar cosas para navidad.
Realmente… Es una buena compañía.
…
…
...
Justo como pensé, no me arrepiento de haber tenido esta tarde con Nick. Ahora mismo, estábamos volviendo de una verdulería con verduras frescas, que por suerte aún no cerró considerando que ya son las 6 de la tarde. Cargar combustible, comprar aperitivos, carne, algunos regalos estúpidos… Cosas en las que gastar dinero que nunca uso, más que nada… Y sobre todo hablar, hablar de cosas triviales… Aunque con una decisión clara de ambos.
El tránsito en la ciudad era menor por la nieve, pero aún veías dinosaurios apilados en distintos comercios de productos electrónicos o jugueterias. Calles llenas de vida, luces adornando todos los rincones del lugar… Las junglas de asfalto eran asaltadas por el espíritu navideño que hacía a los padres buscar regalos de última hora en forma descontrolada y familias simplemente disfrutando las últimas horas antes del festejo.
Era una fecha bastante feliz.
Creo que yo también siento que está siendo bastante feliz.
-Por eso creo que, en mí honesta opinión, The week está muy sobrevalorada. Obviamente sacaron bangers, pero no son la segunda venida de Jesus Christopher Raptor en la tierra… ¿Entiendes?
Yo asiento levemente a Nick luego de haber estado escuchándola las últimas horas ir y venir con trivia musical. Bandas de las que nunca he escuchado o algunas que conocía, pero de las cuales se explayó de forma magistral, demostrando un nivel de dedicación sin igual a su arte.
Era tierno escucharla hablar como si fuera una autista de esto, supongo que siendo mujer lo hace tierno, si fuera yo el que hablara así de Rock Ring, seguramente la haría vomitar al minuto 2.
Este pensamiento en mí cabeza termina dándome una respuesta mientras nos dirigimos a nuestro destino final, un supermercado que está en la misma ruta que lleva a la casa de Nick.
-Yo creo que… Estás tan metida que no puedes apreciar lo normie, joven Padawan, ten cuidado pues este camino te llevará a la oscuridad.
Bromeaba con un tono de voz más profundo, tornando mí expresión a algo más serio.
Ella soltó una risa, seguido de un golpe algo fuerte a mí hombro, al cual me estuve acostumbrando durante el día. Nick es del tipo que te muele a golpes si la haces reír. Sería el sueño de un masoquista, pero para mí es una forma de saber que no soy tan sensible como antes.
-Ooh… Muy gracioso… Eh, ya estamos cerca. ¿Necesitas dinero para las bebidas? Recuerda lo que te había dicho. Dos coca colas, una sidra, champaña yyyy… Si es que alcanza un vodka.
La posible mezcla como un solo brebaje de aquellos me hace revolver el estómago. Aunque puedo entender que no es para mezclar… O al menos eso espero.
-Espero que no quieras mezclar esos. No vas a cagar, vas a explotar el baño de esa forma.
Una anécdota pasa por mí cabeza, una graciosa de contar, pero no de vivir definitivamente… Mí mirada de las mil yardas se hace presente mientras mí conducir me dirige hacía el estacionamiento y Nick solo puede decir EEWWWWWWW luego de haber entendido lo que dije. Yo ya había estacionado cuando me contestó.
-Carajo Anon… Claro que no… DIOS, ERES ASQUEROSO.
No lo dijo con un tono intencional, fue más bien riéndose mientras me golpeaba el brazo derecho con ambas manos de forma juguetona. Se reía bastante, como una niña que apenas ganó consciencia y todo lo que ve parece extremadamente gracioso.
Yo solo pude quitarme el cinturón mientras agarraba mí billetera y Nick parecía recuperar el aliento con la nuca contra el asiento.
-Ya, ya se, salgo de una alcantarilla y blah blah. ¿Necesitamos algo más?... O ¿Quieres que te consiga algo más?
Nick se me quedo mirando algo extrañada luego de… Oh.
¿Porque dije eso? Okey, lo había pensado… Pero no lo murmuré, simplemente lo dije. Cómo si fuera algo que ya tenía planeado, aunque no quería hacerlo… O…
-¿Quieres comprar algo para el postre? Sería bueno poder compartir algo dulce contigo.
Nick mantuvo su cola enrollada sobre una de sus piernas mientras buscaba el contacto visual conmigo, algo que yo evitaba mirando hacia un lado.
Yo sentí el calor lentamente subir a mí cara. Ella… No puedo evitar ver el leve sonrojo en sus pómulos… Algo dentro de mí simplemente intenta darse vuelta, seguir a la tienda y volver para seguir contando chistes tontos... Sonríe un momento viéndome. Pero luego mira hacía otro lado.
-Claro, no te preocupes, va por mí cuenta. Eh… Cuida el auto, porfavor.
Yo digo esto mientras finalmente cierro la puerta y antes de que lo haga… Nick parece querer decir algo… Pero yo me hago el tonto.
Comencé a caminar hacia la tienda. Mí expresión neutral simplemente enmascaran mis emociones actualmente.
No me senti cómodo con eso. ¿Compartir conmigo? No, no… No se sintió bien. Se sintió como si… Como si algo en mí pecho se estuviera abriendo… Esa sensación… Esa sensación que estuve ignorando durante todo el día, tapandolo con la lona que eran las conversaciones con Nick.
La nieve cae sobre mis hombros y mí calva cabeza, mí tren de pensamiento siendo abrumante mientras me hago paso por sobre la nieve delante de mis pies. Debia levantar más de lo normal mis pies y eso me hacía poder disasociar por un momento.
No pensar en que el sudor me baja por la frente y mis manos temblaron. Que mí rodilla se empezó a sentir débil y una explosión de recuerdos se hicieron presentes en mí cabeza.
Las luces incandescentes del supermercado abrazan mí cuerpo cuando entro al mismo. Estanterías llenas de productos, dinosaurios yendo y viniendo… Carritos, niños con productos caros y algunos más baratos… Era una escena totalmente normal en cualquier otro supermercado de América.
Yo me hice el paso rápido hacia las estanterías, aunque no estaba seguro de hacia donde debía ir, yo solo camine en un intento de perder aquella sensación incómoda que se hacía espacio en mí espalda, como un peso más que se agregaba… Aunque el mismo ya estaba ahí desde hace tiempo.
Camine… Camine y seguí caminando como un zombie entre los múltiple estantes llenos de chucherías, alimentos que te engordan y otros que son estafas, pero en general, no podía encontrar la zona de licores… Lo cual me llevo de vuelta a pensar.
Pare en un pasillo el cual frecuentaba cuando era pequeño, al menos en otros supermercados. Mí mano se estiró hacia una caja de cereales sobre mí cabeza en la estantería. Jamás había podido llegar a ellas.
Leia aquella caja de cereales que no había visto nunca. Eran caros, bastante de hecho… Se veían como… Como lo mejor que podría ocurrirte en la vida… Pero el precio, es altísimo.
Seguro que Fang era así. Un precio demasiado alto para alguien como yo. Enamorado, obsesionado o cualquier otro adjetivo… No se siente correcto. Es como reclamar un derecho que no me pertenece.
amar de vuelta sería como una condena.. Porque no acaba bien. O al menos siempre ha sido así para mí. No conozco otra forma de vida más que… Simplemente dejarme llevar por la corriente. Completar lo que me propuse y simplemente dejar de tener estos momentos.
Lo que más me molesta de todo esto es como Nick me vio… Sus ojos… Aquellas esferas blancas rematados con un gris alrededor de su pupila… Estaban confundidos.
No la culparia si se hubiera ido por si misma... A mí tampoco me gustaría lidiar con alguien como yo.
-Cereal.
…
-Cereal, señor.
¿Uh…?
-Señor… ¿p-puede bajar cereal?
Mis ojos cristalizados no me dejan ver bien quien me está hablando. Paso rápido mí antebrazo por mis ojos, dejando que las lágrimas vayan hacía la misma. Veo a ambos lados… Pero nada.
-¡Señor!
Un leve tironeo a mis pantalones me hace reaccionar mirando hacia abajo.
Que... ¿YOTSUBA?
Mis instintos 4channeros dormidos me hicieron ver a la niña como la encarnación del sitio en persona. Aunque pronto me di cuenta que no se parecían en nada más haya del pelo y el color del mismo... Al igual que su ropa, pero detalles menores.
Era una pequeña estegosaurio, creo que al menos tenia dos años. Vestía una remera térmica, por la cual encima de ella tenía aquella remera que me hizo confundirla con Yotsuba y la remata un overol de color sepia que terminan como pantalones cortos. Sus pies son cubiertos por unas zapatillas rojas impecables.
Miro a los lados… Y no veo señales de una madre estegosaurio.
Veo de vuelta a ella y antes que nada… Recuerdo todos los comerciales informáticos de como tratar con niños ajenos. Intento alejarme un poco para tenerla de frente, pero no puedo, me agarró de la pierna y simplemente sigue a mí lado.
Mierda, la tecnica 1 ha fallado. Ahora… Debía hablarle, preguntarle su nombre y dónde está su madre.
-Hey… pequeña. Perdón, ¿Cuál es tu nombre?
Mí intento patético de preguntar su nombre parece hacerla cuestionarse si realmente me quería seguir pidiendo el cereal. Aunque ella articula su respuesta.
–Cyn. Cereal.
Cuando dijo cereal… Apunto a la caja de otra marca a la cual claramente no llegaba ella. Era relativamente barata, pero yo conozco esos, son cereales de miel "El tejón". Que puto buen gusto.
Oh, espera… Quiere el cereal.
-Ya ya, Cyn, ¿Quieres que baje el cereal? Está bien, puedo hacer eso… Pero, ¿Donde está tu madre? ¿Tu padre? ¿Algún pa-...
Me detengo antes de decir algo que pueda quebrar su inocencia. Realmente soy un desastre para lidiar con niños. Pero ella tampoco parece demasiada molesta por esto. Su neutralidad se torna en felicidad cuando mencionó el cereal. Salta un poco como celebrando y yo solo sonrió ante la muestra de infinita ternura que es esta chiquilla.
Yo dejo la caja que tenía en mis manos y agarró la otra, bajandola hacía su altura, así ella lo alcanza con ambas manos… Y me sonríe. Me sonríe de forma genuina. Al igual que lo hace Nick cuando le digo alguna estupidez o cuento un chiste demasiado tonto incluso para mí. También, como lo hacían ellos... La banda.
Al igual que lo hacían ellos… No puedo hacer más que sonreírle de vuelta y aunque me preocupa que a esta niña no le hayan enseñado el stranger danger, estoy agradecido de haberla encontrado.
-¡Nombre! Di tu nombre.
Articula palabras mucho mejor de que lo hago yo, eso es impresionante. Generalmente los niños suelen ser unos mocosos que no prestan mucha atención a nada y si sacan ventaja de algo jamás miran a atrás para ver quién se los permitió. O al menos creo que es así… Realmente nunca interactúe con uno para saber cómo son… ¿Son todos como está pequeña?
-Mi nombre es Anon, Cyn… ¿Podemos ir a buscar a tu mamá…
Antes de que siguiera, revise de vuelta el precio del cereal y… Rebusque entre mí billetera, dándole la cantidad necesaria para comprar ese cereal.
Yo solía volver a los estantes de las cosas que no podía comprar, pensando si de alguna forma podría robarlas o hacerlas mías… Pero era imposible, claramente. La pequeña estegosaurio movió su cola con felicidad de lado a lado mientras recibía el billete, era bastante inteligente. Supongo que era como yo. Ojalá tu mamá te compre ese cereal con ese dinero.
Por un momento, parecía querer abrazar mí pierna, pero yo puse mis manos para detenerla… Aunque no pude hacer mucho. Al final lo hizo y aunque me cause incomodidad el pensar que es un niño desconocido… Supongo que es normal. Los niños no mienten, ¿Verdad? Entonces esto debe ser aprecio sincero.
Se siente bien… Bastante bien. Al final, la niña suelta mí pierna y empieza a correr hacia el otro pasillo. Puedo escuchar una voz llamando su nombre completo… Cynthia.
Es un lindo nombre para una dama tan distinguida y inteligente.
-¡MA, ANON PAGO!
La niña pego un grito mientras daba vuelta al otro lado de la estantería… Yo la seguí más o menos a mí ritmo, esperando encontrar a la mujer que era su madre y asegurarme de que Cynthia estaba segura y en buenas manos.
A mitad de mí pasillo… Una canción que nunca pensé escuchar en un súpermercado empieza a sonar. Carajo, sabes que las cosas van mal cuando ponen Tame Impala como música de ambiente.
All that I have... And everything's still… The minutes are racin'...~
Cruce hacia el otro pasillo, ambas manos delante de mí estómago, realmente no sabía cómo poner las mismas en una posición más relajada.
Ahí fue cuando la vi.
Whatever I've done…~
Aquel pelo sedoso, el cual ahora estaba mucho más largo… Lentes sobre sus ojos y ropas algo abrigadas por el clima… Sostenía en brazos a Cynthia mientras me miraba desde la mitad del pasillo.
I did it for love…~
Su cara estaba sorprendida, ambos ojos como dos lunas llenas, su boca abierta como si estuviera a punto de decir algo… Y su cola tocando el piso talvez por la simple sorpresa. Parecía que había visto un fantasma y no sonreía... Solo veía con sorpresa.
I did it for fun…~
-Anon…
Es Stella.
  
  
  
  
  
  
  
Notes:
OIIII... Cuánto tiempo :D
Espero que la espera (jijiji) no los haya dejado fríos.
Pido perdón por los que esperan está historia con dedicación, sinceramente, tuve algunos problemas con mí escritura y quería ir enmendendandola. También me ocupe bastante con mis estudios, así que los capítulos serán (y fueron) mucho menos consistentes en fechas.
Amo la historia que cree, incluso si está mal escrita. Disfruto escribiendola y intentando mejorarla.
Realmente espero poder darles algo que le guste y si tienen algún criticismo, comentario o simple apoyo, siempre estoy tanto en discord, como Twitter al igual que estos comentarios.
Los quiero mucho y gracias por leer Feeling blue.
Y over-drive, para los 3 que lo conozcan xd.
Tomen tesito, cuídense y disfrútenlo sea mañana, tarde o noche.
PD:Y para aclarar, los textos centrados en medio de la página son canciones que suenan En el momento, creo que se puede entender. si los textos tienen un - al principio son diálogos.
Chapter Text
-¡Anon! ¿Qué carajos estabas haciendo? Te metiste hace medi-
Nick cayó en completo silencio cuando alcanzo mi lado, viéndola a ella. Delante de mí a la mitad del pasillo Stella estaba viéndome. Sus ojos, aquellas esferas rematadas por una pupila celeste, parecían tratar de procesar la situación. Me miraban con una infinita sorpresa, casi podría jurar que en cualquier momento podrían caerse. Mis manos tiemblan como si de un temblor de escala 9.0 se apoderara de ellas. Años viviendo con ese pensamiento en mi cabeza, el distante deseo y arrepentimiento de no haber conectado con Stella acosan mi mente. Lo había pensado antes, en mis años en la universidad, ¿Qué podría haber sido si me la volvía a encontrar? ¿Realmente me sentía de esa forma cuando le dije eso en la noche de graduación? Le había deseado tantas cosas buenas, pero en parte, algo en mi anhelaba ese aprecio y confort que me ofrecían sus brazos.
Pero ahora, Stella estaba delante de mí, incapaz de articular una palabra luego de haber dicho mi nombre. Sus ojos volvieron a Nick, aquella inquisitiva mirada había comenzado una reacción en cadena adentro de mí. Como si la presa de las tres gargantas hubiera sido bombardeada, el agua, los recuerdos inundaron mi mente. Años de rabia, ira, arrepentimiento, tristeza y desolación se consolidaban. Podía recordar y sentir cada palabra. Desde el fatídico día en el que conocí a Fang, hasta la última vez que la vi, llorando inconsolablemente.
Bajo la cabeza y me doy la vuelta, caminando hacia el otro pasillo de la tienda. La música antes intrusiva en mi mente ahora es un ruido sordo, al igual que la voz de Nick que intenta evitar que me aleje. La posibilidad de dirigirle palabra a Stella es simplemente inalcanzable. Todos estos años, todos los errores, alejarla tan bruscamente esa noche, aunque fue con una buena intención, el simple hecho de que la dañe me invade, me lastima, hace de mi alma añicos y solo puedo sentir con más fuerza esto luego de ver a su hija.
Me causa tanto rechazo a mí mismo pensar esto, por eso camino, camino con la misma intención que aquella noche. Quiero escapar de aquí, independiente de lo que pasara, simplemente tengo el deseo, la necesidad de que no me vea. Ni siquiera soy capaz de llorar y poner en palabras coherentes lo que siento al ver a Stella. Ni siquiera ahora que tengo la oportunidad de disculparme soy capaz de hacerlo.
Solo ruego que ella pueda dejarme ir de vuelta, algo que yo jamás pude hacer. Debí haber escapado de Volcadera tan pronto tuve la oportunidad, tan pronto podría permitirme hacerlo.
…
…
…
-a… Hora…
Anon parecía una estatua, no parece haber movido ni un solo pelo ante mis palabras. ¿Me molesto? Algo, pero entendí porque estaba así tan de pronto. A unos cuantos pasos había una estegosaurio con una niña en brazos y pensé lo peor. ¿Acaso era alguna amante a la que abandono y ahora que se la encontró no podía deshacerse de ella? Pero pronto esta idea se fue al garete. La mujer se acercó un poco más, decidida a hablar, pero Anon simplemente se dio media vuelta, yéndose a otro pasillo. Yo le levante la voz por haberme ignorado, pensando que talvez no me escucho.
-¡Hey! ¿Dónde te estás yendo? Te dije que desapareciste a media hora- HEY! ¿Me estas escuchando? ¡ANON! – Camine tras de él, ¿Es normal en el quedarse tan callado DE LA LITERAL NADA? ¡Que frustrante es! Solo alcance a dar unos pasos hasta que sentí el tacto de alguien en mi hombro, seguido de eso, al girar mi cabeza me encontré con la expresión preocupada de esta mujer misteriosa. En un principio, pude sentir una agarre fuerte, pero pronto calmo sus dedos. Soltó a la más pequeña, la cual simplemente se mantuvo tras de sus piernas, viéndome con… ¿Miedo? Era difícil de discernir su expresión, pero eso fue lo de menos. Ella me hablo con un tono calmado, pero inquisitivo.
-Tú… ¿Tú estas con Anon, verdad?
Algo se me hacía inusualmente familiar de la mujer, pero no podía ni sabía dónde poner mi dedo. Me quede viéndola extrañada luego de esta pregunta, intentando procesar su imagen y lo que dijo. Mi cola casi se cae al piso al recordar vagamente quien era. ¡ES LA OTAKU! Esa chica que siempre estaba en los días de castigo con la otra… ¿Rosario… Rita…? Espera. ¿Qué si estoy con Anon? Al instante pude sentir las escamas de mis cachetes y pómulos calentarse, tornándose unos colores más oscuros, negué rápido con la cabeza completamente colmada por la vergüenza.
-¡N-no, no, no, no! Ósea… Sí, pero no de esa forma… - Relaje un poco más mis expresiones y la mire con una sonrisa complaciente. No quería ningún malentendido en caso de que la niña que se esconde de mi sea un hijo bastardo de Anon… Pero por eso mismo, yo también hice mis preguntas.
- Pero… ¿Tú quién eres? ¿Por qué reacciono así cuando te vio?
A pesar de mi pregunta directa, de la cual me gustaría haber cambiado unas palabras ella no reacciono de mala forma. Un suspiro junto a sus ojos cerrándose tras sus lentes me hacía darme cuenta del cambio brutal que tuvo esta chica. Incluso… Se siente raro siquiera pensar que tenemos la misma edad. Una de sus manos se dirige a la cabeza de su pequeña niña mientras abre de vuelta los ojos para responderme.
-Yo soy Stella, era su amiga durante el último semestre del colegio. No lo veía desde esa noche… Esta exactamente igual que ese día.
Recuerdo con bastante claridad ese “incidente” del cual forme parte. Pero… Ella no fue parte de las víctimas o eso recuerdo yo. Mi mente intenta escarbar en sus adentros una posible respuesta para la incógnita presentada ante mí. Aunque claro, Stella no para de hablar tampoco. En su expresión puedo notar que ella recuerda de manera algo dolorosa aquel incidente.
-Yo… Tenía un montón de sentimientos por el cuándo era más joven. No me corresponde contarte más, pero puedo dejarte claro que las cosas entre los dos no terminaron de la mejor forma. Luego de lo que hizo esa noche, no pude volver a contactarlo ni verlo aunque lo buscara… Desapareció de la vida de todos con tanta fuerza… Que se estaba lastimando solo- Incapaz de mantener la compostura llevo una de sus manos a tapar su boca, la cual pronuncio su nombre en un tono afligido -… Ooooh Anon…
Tanto en sus ojos como en su tono de voz puedo notar una profunda tristeza mezclada con la preocupación que solo una madre podría dejar salir. La leve capa de lágrimas que ocultaba tras sus lentes me hizo sentir como una lata siendo aplastada por una trituradora. No podía dejar de pensar en que, inconscientemente asumí que Anon había superado eso. La idea de que seguía igual de dañado que esa vez subía con incomodidad por mi espalda. Todas esas risas, chistes, conversaciones… ¿Lo habré estado forzando a hacer algo que no quería? Simplemente suelto un leve suspiro mientras mi mano derecha va a el hombro de Stella, intentando que mantenga la calma. Pero también era algo necesario para mí, en un intento de no comenzar a llenar mi mente de pensamientos.
Ella pone su mano sobre la mía y sonríe levemente, pasando su mano por sus ojos para evitar que las lágrimas caigan desde de sus cachetes. Su hija intenta consolarla abrazando su pierna y Stella solo es capaz de pasar cuidadosamente sus dedos sobre su pelo. La mirada de la niña cambio del miedo a la compasión. No puede comprender porque su madre llora por alguien así… Y yo no puedo evitar compadecerme e identificarme con la más pequeña. Recuerdos frívolos e inciertos se inclinan por los acantilados de mi mente. Pero… no, no es el momento para desenterrar cuerpos muertos. Stella parece recuperar la compostura, denotado por ella suspirando para verme de vuelta, manteniendo esa leve sonrisa. Es tan deslumbrante como la de un recién nacido e incluso a mí me levanta los ánimos.
Su voz retumba por mis oídos mientras yo alejo mi mano de su hombro.
-Ya te recuerdo… Tú eres la vocalista de los Swamp Babies, ¿Verdad? Tu nombre es Nick.
De parte de mí solo salió una leve risa satisfactoria, la fama me precede al parecer. Yo asiento mientras mis ojos captan a alguien acercarse por el pasillo a espaldas de Stella.
-Sí, esa soy yo. La única e original… Y si te recuerdo a ti, eras la chica que estaba en el club de jardinería. ¡Siempre me encanto la estética de ese jardín! Era precioso. Definitivamente tienes mano para eso.
Me adelante a cumplimentar a Stella, había otras cosas que recordaba de ella, cosas que rozaban la verdad y simples rumores… Pero por eso no me parecía buena idea nombrarlo. Ella simplemente niega con la cabeza mientras sonríe modestamente.
-¡Oh no hace falta que me halagues así! La que hacía que se viera así era Rosa… ¿Hmm? ¿Pasa algo? – Stella veía mi expresión de incredulidad y levemente intimidada al ver al hombre parado detrás de ella. Fácilmente un poco más alto que algunos jugadores de la DHNBA, musculoso y abrigado de forma que hacía verlo aún más grande. Este armatoste puso una mano sobre el hombro de Stella y su hija al instante grito mientras levantaba los brazos.
-¡PAPA!
Un megalodon de gran tamaño sonreía a la más pequeña mientras Stella devolvía el gesto acercándose un poco más a él. Al instante pude asumir que aquel era el verdadero padre de la niña y consecuentemente su esposo, evidenciado por el anillo que recién había notado en su mano. Yo casi me caigo hacia atrás por simplemente balancear mi peso, pero este momento de sorpresa pronto se torna en uno de emoción. Yo recuerdo a este tipo. ¡Es Chadshark!
-¡Yo! ¡Chadshark!
Levante mi mano para chocar los cinco. Él se vio sorprendido por este apodo que posiblemente no escuchaba hace tiempo, pero parece haberme reconocido luego de una sola mirada. Aquella inmensa sonrisa se hizo presente en su cara y choco su mano con la mía.
-¡Nick! ¡Cuánto tiempo! Y no has cambiado ni una sola escama.
El megalodon respondió de forma animada mientras Stella parecía buscar algo en su bolsillo, posteriormente sacando su celular. Por otro lado no paraba de mirar y recordar cosas del instituto. Chet era todo un personaje… ¡PERO ESTA TAN DIFERENTE!
-¿Y tú? El físico se mantiene pero parece que la paternidad te hizo más tierno.
Respondí animadamente, tirando un comentario casual a esa apariencia desenfada, sumada a la falta de sus lentes de sol tan característicos. Chet solo pudo responder riéndose con humildad, como si en realidad también hubiera notado lo mismo.
-Es lo que te hace sentar cabeza y tener famil- Stella incluso estando distraída alcanzo a darle un leve empujón con su cola al escuchar el comentario, ella rio un poco, así que asumí que no fue enserio. Chet negó con la cabeza aun sonriente –El rey de las olas fue dominado, es como mejor puedo dejártelo… ¿Y tú como estas? ¿Tu banda? ¿Cómo esta Curtis?
Había olvidado el nivel de hermandad que tenían esos dos. Curtis y él se la pasaban hora tras hora hablando del gimnasio en cada oportunidad que tenían, o hablando como iguanas sobre el tema de interés de la semana. ¿Habrá dejado de verlo? Debo preguntárselo.
-¡Bien de hecho! Preparándome para esta noche, voy a tener una buena cena con un amigo. En cuanto a la banda… Estamos trabajando en eso, ya sabes, tours largos y cuantas otras cosas hacemos hace un tiempo. ¡Deberías ver a Curtis! Pego un estirón y un cambio brutal, diría que es casi tan grande como tú.
Chet negó vigorosamente ante esa afirmación, una sonrisa casi burlona se formó en su boca. Al mismo tiempo levanto a su hija la cual simplemente miraba con especial atención un carrito tras de ellos mientras jugaba con un billete… ¿De dónde habrá salido eso-
-Cariño, Nick, no quiero interrumpirlos, pero se está haciendo tarde. Debemos volver para cocinar, sabes cómo se pone mi padre con la parrilla.
Stella movió la cabeza conflictiva, su mirada se centró en mí y de pronto era de la cual esperaban una respuesta.
Chet asiente con algo de decepción en su cara, parecía emocionado por el reencuentro y la verdad, yo también lo estaba. Pero toda esta charla me distrajo de lo que paso con Anon, debo volver al auto antes de que se vaya. Me apure un poco para despedirme.
-ISHH… Me parece que tu suegro te tiene corto jejeje… No se preocupen, yo también debo irme a cocinar. Fue un gusto encontrarlos de vuelt- Antes de terminar de hablar, Stella me interrumpió acercándose más a mí. Su semblante se tornó algo más suave, mientras su sonrisa se tornaba incluso más maternal de lo que ya era.
-Necesito pedirte un favor… ¿Esta bien?
Me quede callada ante las palabras de Stella. Esto me tomo por sorpresa… Pero creo que no es mucho pedírmelo.
-Claro, claro, dime que necesitas.
Como siempre, intento ser lo más abierta posible. Algo dentro de mí me hizo sentir que esto sea algo importante, después de todo, ¿Por qué me pediría ella un favor apenas conocerme? No parece de ese tipo de persona.
Stella me mostro su celular, en el mismo estaba anotado su número y ahí pude conectar lo que ella necesitaba.
-Dale mi número, por favor. Solo quiero hablar con él una vez más.
Stella soltó un leve suspiro, ella también sentía que estaba pidiendo mucho. Saque mi celular y anote su número mientras asentía. Estoy pensando si esto es realmente lo correcto para él. Parecía demasiado inconsciente de lo que hacía cuando la vio pero… ¿Realmente estoy pensando en él? No me quiero forzar en él y alejarlo… Pero lo que dijo en el auto… Dios, realmente es tan parecido a ti que me molesta. Nunca se pueden poner de acuerdo en como se sienten.
Termine de despedirme de Stella, Chet y su hija. Aparte de ser emocional, esto me creo una duda inmensa.
¿Esto es porque se parece a el? Todo este intento de caerle bien, de intentar aprender sobre el e invitarlo a mi hogar para que sea más abierto… Pero no eres como él. Eres algo totalmente diferente, ¿No?
Cuando salí del supermercado pude sentir la nieve cayendo sobre mí de vuelta. Mis escamas se sienten incluso a pesar de la cantidad de ropas sobre mí. Mi cola se enrolla sobre una de mis piernas. Es un sentimiento pesado sobre mi espalda. Cada paso hacia el auto es solo uno más en el que pienso en mi papá y en Anon. No podía evitar recordar toda la mierda del secundario, aquellos años, todas las mentiras, la manipulación, toda la mierda que cargaba aún de ese lugar. Siento que no he cambiado un solo pelo, escama o diente desde esos días, sigo siendo la misma desgraciada que tanto condenaba. Pensé que era diferente a Anon, que era de alguna forma más madura, que deje ir las cosas… Pero estamos parados en la misma piedra de alguna forma. La nieve se hacía más fuerte y simplemente mire hacia el estacionamiento buscando el auto de Anon. En el horizonte, el sol iba dejando sus últimos retazos de luz mientras luces de la calle se prendían y aunque todo delante de mi este iluminado, no puedo evitar sentir esa constante desolación. Las decoraciones navideñas en la ciudad me colman los ojos, pero también me causan algo de rechazo… Y todavía no sé por qué.
Dios… Que puto asco es esto.
…
…
…
Unos cuantos minutos después de ver a Nick saliendo del supermercado, ella se subió al auto. Mi cabeza está descansando sobre el volante, simplemente intentando suprimir toda la mierda que se viene cargando en mi cabeza. Podría jurar que si cerrara los ojos más fuerte me los acabaría lastimando.
Esperaba que Nick dijera algo, cualquier cosa, pero el silencio simplemente se mantuvo mientras se ponía el cinturón.
…
Durante los próximos 5 minutos, ninguno se atrevió a decir ni hacer nada, ninguno de los dos parecía estar de humor para hablar… Pero, ¿Por qué estaría ella así? Supongo que la hice enojar haciéndome el sordo. Cada minuto que pasaba, sentía la situación ponerse más tensa. Abrí uno de mis ojos solo para asegurarme de que realmente siguiera ahí. Su nuca descansa contra el cabezal del auto y aquello expresión de constante altanería parece haberse desvanecido de su cara, manchada por la más pura neutralidad. Hay muchas cosas que podía haber dicho o hecho en ese momento, pero la simple idea de joder más las cosas me intimido de hacer cualquier cosa.
Volví a cerrar mis ojos, realmente sin alguna intención especifica más que no lidiar con la realidad. Quiero irme, irme de todos lados, de alguna forma escapar de toda chance de encontrarme con cualquier persona que haya podido conocer en toda mi vida. Escapar la idea de haberle causado daño a la madre de esa niña. No puedo entender porque me siento así, tanto arrepentimiento… Dolor, pena, miedo, asco. Lágrimas de rabia por ser incapaz de entender que estoy haciendo mal se formaron en mis ojos.
Cada vez, aprieto más mi cabeza contra el volante con la esperanza de volarme el cuello de alguna forma estúpida. Deseo tanto que simplemente me pase algo horrible o hacer yo algo horrible… Pero su voz inunda mi cabeza.
Good times for change…
See, the luck I`ve had
Can make a good man…
Turn bad.
…
So please, please, please…
Let me, let me, let me…
Let me get what I want, this time…
De pronto aquel silencio tan abrumador se transformó en la radio prendida, reproduciendo una de las canciones de The Smiths, la diferencia es que Nick cantaba, no a un tono extremadamente alto, ni extremadamente alto. Lo suficiente como para que los instrumentos sonaran bien tras de su voz. Por un momento, un fragmento de mi psique me convenció de que a mi lado estaba Fang. Esa misma voz armoniosa, incluso ese mismo tono suavizante que podía tener en algunas notas.
Haven`t had a dream in a long time…
See the life I`ve had…
Can make a good man bad…
Enderece mi espalda mientras aspiraba aire como quien olería su comida favorita siendo cocinada. El sentimiento de Fang a mi lado no se desvanecía y por esto mismo, me era imposible girarme a ver a Nick cantar. El amor que en algún momento sentí por Fang ahora no eran más que sentimientos dispersos sin un nombre, pero con la plena capacidad de hacerme sentir culpable por todo lo que paso entre nosotros. Pero también anhelaba infinitamente tantas cosas que podría haber recibido de ella, de cualquiera en realidad. Abrazos, caricias, cariño, amor. Stella me había dado eso, pero era en un momento tan estúpido de mi vida.
So for once in my life…
Let me get what I want.
Lord knows it would be the first time.
Lord knows it would be the first time…
Pero al girarme, no había nada de eso. Solo estaba Nick cantando. Aquella voz que tan solo podría comparar con la fineza de un hilo de algodón y la naturalidad de un árbol en medio de un bosque. Su talento sin filtro se dio de lleno en esta canción. Ella misma parecía haber salido de aquella neutralidad, pasando a una sonrisa más calmada dirigida al frente, donde solo estaba la nieve, los otros autos y el supermercado. Pero a mi lado estaba yo, viéndola infinitamente embobado por esa voz, por ese aspecto que me recordaba a alguien.
No estoy purgado de estos sentimientos, pero creo que algo tan simple como esto es suficiente para sobrellevarlo. En mi interior se forma con aún más fuerza una necesidad la cual aún no tiene nombre o razón. Pero no era algo en lo que quería pensar ahora.
-Mala forma de acabar las compras, ¿Verdad? Hasta yo me puse nerviosa. Disculpa si cante desafinado, era para dejar salir algo.
Nick fue la primera en hablar luego de este incidente, su sonrisa calmada se mantenía, aunque había algo diferente en ella.
-Creo que podría haber sido peor.
Había respondido con algo más de calma de lo que ella esperaba y eso se notaba en su sonrisa un poco más grande.
Pero pronto su expresión se volvió más neutral o más bien apenada. En un principio no entendí el cambio repentino, pero pronto alivio mis dudas explicándose.
-Sabes… Creo que me estoy forzando bastante en ti. – Nick alejo la mirada de mi momentáneamente, no quería acudir al contacto visual mientras decía esto. –Lo de la oficina, esta fiesta de navidad improvisada, hacerte el desayuno en tu casa, emborracharme contigo… Creo que asumí algo de ti que realmente no es cierto.
Sus palabras me golpearon como un baldazo de agua fría, captando totalmente la atención de mi mente como de mis ojos.
- … A lo que voy es que… No quiero incomodarte o invadir tu espacio de esa forma. Note que talvez aún no estás acostumbrado a todo esto- Dijo mientras sus manos se levantaron un poco intentando encapsular la totalidad de toda esta situación- y no quiero tocar el tema, pero algo me dice que no pudiste superar eso aún. Pero también necesitas un empujón, algo para comenzar a hacer las cosas diferentes.
Claramente, se refería a toda la mierda del instituto. Por un momento tuve la impulsividad de volver a escapar de esto, de la conversación, de afrontar las cosas de frente. Mis sentimientos referidos a ella en un momento podrían haber llegado al repudio. Pero… Pronto me di cuenta de que aunque sonara pesado y como una cachetada a los ánimos, hablaba con algo de razón. Mi expresión no cambiaba mucho mientras la escuchaba, pero si estaba maquinando esas palabras, procesándolas y dejando mi mente acunarlas en sus propios términos. Pero hay algo que si puedo agradecer con todo mí ser; y es su completa honestidad.
-Espero que esto no te moleste… ¿Verdad?
Con un tono dudoso poco característico de ella sus ojos vuelven a mí, buscando el pleno contacto visual para darle mi respuesta. Yo solo puedo suspirar mientras asiento y sonrió levemente.
-Entiendo lo que dices. Incluso creo que era algo que necesitaba escuchar. Por eso, espero que no intentes hacerlo tú. Esto lo debo lidiar yo solo. No tienes por qué ayudarme, ¿entendido?
Asentí finalmente mientras prendía el auto y pronto estábamos saliendo del estacionamiento. Nick no tuvo demasiado que decir acerca de esto más que asentir luego de lo que le dije. Mientras ella miraba por la ventana, pude escuchar algo provenir de su boca.
-¿Vas con prisa eh? Parece que dejaste el gas abierto.
Ah, ya empezaba a extrañar esas observaciones pajoleras.
-Oh jajaja, mira como me rio, increíble chiste.
Continuamos hablando, pero era algo que ninguno de los dos parecía querer forzar o siquiera hacer en el momento. El silencio entre ambos se hizo más presente pero a diferencia de antes, el silencio no era incómodo. Ambos cruzábamos miradas entre palabras ahogadas en un océano, que era la música inundando los adentros del auto.
…
…
…
Las horas me pasaron por encima y ella también parece haberse sentido así. De camino a casa, hicimos lo que había propuesto en una de nuestras conversaciones antes de ir al supermercado, comprar latas de cerveza. Por lo cual, para cuando llegamos lo único que quedaba era cocinar. La cocina como había visto anteriormente era realmente simple, pero suficiente como para cocinar mientras Nick me ayudaba o me distraía con algún comentario oportuno. El día de hoy no era mucho realmente, algo de carne sazonada y ensaladas varias que había aprendido a hacer con el tiempo, casi por pura inercia y aburrimiento cuando no tenía nada que hacer en casa. El calor de la cocina y el silencio cómodo entre ambos hizo más reconfortante la experiencia de cocinar.
Una hora antes de medianoche pudimos sentarnos a comer, ella en principio no hizo más que elogiar la comida, aceptar que cocino mejor que un chimpancé con Alzheimer y contar algunas anécdotas de navidad, ocasionalmente intentando que yo aflojara mis propias anécdotas.
Había una historia la cual no termine de contar.
-¿Recuerdas lo del niño al que habían hecho volar al pico de una montaña con un cañonazo? Durante las fiestas, la gente e incluso las patrullas simulacro del ejercito evitaban acercarse a la base. Siempre escuchaban quejidos y gritos de un infante. Muchos dicen que es por los pumas de la zona, pero en realidad es porque el chico nació en esas épocas y como nunca enterraron sus restos, ronda por ahí intentando que otros sufran como él.
Continúe comiendo con tranquilidad mientras Nick intentaba procesar la bomba que le había tirado, paso de la incredulidad a la profunda incomodidad que dejaba esa historia, por eso no pude evitar reírme en voz baja.
-Parece que te asustas fácil lagartija.
Nick negó con la cabeza con vigor mientras recuperaba la compostura, tomando otro trozo de hueso de su plato. Jamás me podre acostumbrar a como comen los carnívoros.
-No, no. Yo no me asuste, pero esa historia es de mal gusto en la mesa, ¿Sabes? Esta casa tiene modales refinados.
Con su clásica altanería Nick contesto a lo que le dije, sea verdad o no eso sobre su casa no era muy importante, pues seguimos contando historias de ambos, pero nada totalmente personal, ninguno de los dos quería ir a esos extremos.
Pasaron los minutos y lentamente el reloj se acercaba a los 12. Silenciosamente, ambos tomamos nuestro lugar en la sala de estar, no sin antes ella abrir la ventana que da directamente hacia la ciudad. El sabor de la cerveza bajando por mi garganta es extrañamente reconfortante. Nick no parece demasiado emocionada por nada en particular, ni siquiera tomando la cerveza, tampoco puedo decir nada de su hogar. De hecho, note que en toda su casa no existe la presencia ni de una sola decoración navideña y no puedo culparla, no es como si yo me hubiera molestado en hacerlo en todos estos años… Pero de todas formas, un lugar tan hogareño sin esos pequeños detalles lo hace algo deprimente, como una flor marchita sin alcance a la lluvia.
¡BOOM…!frskk…
De repente ambos giramos la cabeza hacia la ventana, algo que había comentado cuando terminamos de comer, que desde la ventana se podían ver los fuegos artificiales que tiran en todos lados, indicándonos la llegada de la navidad para ambos. En lo que podría ser un momento cálido y de felicidad ambos parecemos ponernos de acuerdo para hacerlo lo más efímero posible, ella acercando su lata a la mía para “brindar” por navidad.
-Feliz navidad pelado, espero que este año te regalen unos implantes.
De vuelta saco a relucir esa sonrisa típica, un pequeño codazo verbal del cual tengo que aceptar me logro sacar un suspiro casi similar a una risa.
-Igualmente a ti rara policromática, espero que consigas un mejor ojo para la moda.
Nick alcanzo a patear mi pantorrilla y aunque tengo que aceptar que me dolió, pero no parece haberse tomado bien el comentario, considerando aquella expresión de fastidio que intentaba ocultar de mí.
¡BOOM…!frssssskk ¡BOOM…!
Todo esto era bastante bonito, pero había algo que todavía no me podía sacar de la cabeza incluso en este nuevo estado de calma silenciosa que alcance con Nick. Delante de mí, el espectáculo de colores se desarrollaba con normalidad mientras mi mente pululaba la escena en la que encontré a Stella. Era como repetir un accidente de autos o un tiroteo en liveleak, simplemente me era imposible no dejar de pensar en ella. En como ahora mismo me arrepiento de no haberle siquiera respondido, de que le haya dado la misma parte fría que ese día. Pero sobre todo me molía los espíritus pensar en esa pequeña, su hija. Hay tantas cosas que tendría para preguntarle, decirle… Pero es algo que simplemente no me merezco, como esto que estoy viviendo ahora. La idea de que encontré un acuerdo común con Nick… De que incluso inconscientemente comenzamos a confabular como amigos es algo a lo que no puedo dejar de dar vueltas.
Como un perro con un parasito en el cerebro sigo dando vueltas, intentando morder mi cola en cualquier momento posible. Tantas oportunidades para salir de este pozo, pero lo único que encuentro cuando miro hacia arriba es aún más dolor… Más desolación y remordimiento por las cosas a las que hice esos últimos meses. ¿Estos últimos 5 años no he hecho más que auto compadecerme y hundirme en mi propia miseria? Creo que se bien la respuesta a esto. Pero supongo que es normal… Después de todo no es como que sea mejor para cualquier otra cosa… Mierda, debo seguir, seguir hasta ese día y finalmente poder librarme de todas las ataduras de este mundo…
-Hey, ¿Quieres que te cuente algo?
Nick parecía intentar conversar de nuevo conmigo mientras yo simplemente me perdía en seguir tomando de la lata mientras los colores de aquellas explosiones en la distancia me distraían de cada pensamiento intrusivo en mi cabeza.
Pero ella no se conformó con hablarme, ella acerco su mano a mi hombro y me sacudió con bastante fuerza, volviendo a su posición con ambas manos cruzadas, cerveza vacía ya en el piso. Su expresión solo demostraba molestia…
-Está bien si no quieres hablar, pero al menos dímelo.
Ese tono medio irritado de su parte me tomo por sorpresa, lo suficiente como para responderle sin pensar demasiado.
-No… Perdona, dímelo.
Nick se acercó un poco más aun claramente molesta, saco su teléfono y como si me hubiera mostrado un jumpscare, me hago para atrás al leer un número registrado como Stella en el mismo. No podía comenzar a describir como me sentía en ese momento y podía sentir un presentimiento subiendo por mi espalda mientras me hacía contra la esquina del sofá.
-Stella me dijo que te pasara su número, adelante, cópialo.
Nick soltó su celular en mi regazo mientras volvía a su parte del sillón esperando que yo hiciera algo, pero simplemente me encontraba atónito con el tan solo hecho de pensar que ellas dos habían hablado. ¿Siquiera se conocían en primer lugar? Pronto pude sentir algo de frustración al pensar que ella se estuviera metiendo en asuntos que no le incumbían.
-¿Y porque carajos tienes tu su número? ¿Por qué te lo daría a t-
Pero Nick se encontró aún más molesta y me callo con su voz incluso antes de que pudiera terminar mi pregunta.
-Porque te fuiste como un divergente mental de su vista y te quiso hablar, pero tu ni siquiera paraste por esa chica. Yo creo que deberías hablarle para aclarar algunas cosas...
-NO, ¡Nick! ¿Qué te dijo?
Nick se levantó levemente, ahí me di cuenta de que cometí un pequeño error al levantarle la voz.
-Escucha, entiendo que estas cosas te están costando. Como te dije, no viví esas cosas contigo pero sé que esa mierda fue fuerte. Pero no me grites y espero que jamás lo hagas de vuelta con una buena razón, ¿Bueno?
El tono claramente más en serio de la chica simplemente me hizo darme cuenta de realmente como estaba comportándome. Pero ¿Por qué tendría que estar haciéndole caso en primer lugar?, ¿Por qué debería sentirme mal- Porque debería sentirme mal. Esa es la principal incógnita, pero no podía evitar no sentirme peor luego de esta pequeña riña.
-Mira… De verdad lo siento, perdón.
No podía comenzar a buscar palabras para decírselas a Nick, porque simplemente no me llegaban a la cabeza. Pero incluso ella parece haberse relajado luego de esto, aunque me seguía viendo intentando hacer contacto visual conmigo, pero simplemente no podía verla a los ojos. Me causaba tanta pena pensar que estoy tratando mal a la única persona que me ha tratado bien en estos últimos 5 años… ¿Pero siquiera era la primera? Nick noto mis ánimos bajándose mientras la confusión en mi cabeza se hacían más grandes, porque incluso yo soy incapaz de entender como me siento.
-Hey… Solo… Intenta hablarle a Stella. Me revelo bastante el cómo te portaste con ella… Pero es algo con lo que debes lidiar. ¿Es ella parte de tus problemas? Debes afrontarlo o, ¿Acaso quieres seguir como estas ahora?
¿Por qué te importa siquiera? Le conteste como si me pudiera leer la mente, sabía que no podía hacerlo, pero simplemente intentaba racionalizar esto.
-Solo escúchame, me importa, ¿Okay? No le des vueltas. Se nota que sufres en silencio y da pena verte de esta forma. Siempre callado, pensativo, al borde de las lágrimas incluso, ¿No te gusto reírte?, ¿Hablar de estupideces? ¿Acaso está mal que intente acercarme a ti?, ¿Qué me preocupe luego de que te preocupaste por mí? Llámalo como quieras, pero esto es un acuerdo mutuo. Tú me cuidaste, por tanto yo hago lo mismo. ¿Bien?
Solamente me quedo callado frente a Nick. Es casi como un momento revelación, aunque realmente ya era algo que conocía, algo que dejaba detrás como una distante posibilidad cuando en un principio ni siquiera lo intente. Sé que ella le importa, pero no se la razón exacta más allá de aquella borrachera. Cualquier persona podría haberlo hecho, por eso no veo una razón para demostrar tanto por tan poco. No sé si en este momento es importante o siquiera quiero escucharla, pero no puedo evitar aceptar que básicamente me pateo el culo sin que se lo pidiera.
Nick se sentó de vuelta en el sillón, pero estaba a un lado de mí. Similar a cuando estuvimos sentados en la oficina. De vuelta volvimos al eterno silencio, algo que antes me pareció tan cómodo ahora era extenuante. Había muchas cosas que podía hacer o decir, la mayoría de ellas producto de mis deseos impulsivos e intrusivos de alejarme de ella, hacerla a un lado y volver a mi infinita soledad. Pero muy en el fondo, desde mis adentros yo sé que no quiero eso. Habrán pasado tan solo unos días, pero no quiero volver a experimentar esa soledad que me amenaza casi a diario desde esos días en el instituto. Puede que sea una falsa esperanza, una ayuda momentánea, pero no quiero soltar, no esta vez.
-Solo… Déjame un tiempo y veré que puedo hacer para arreglar mis cosas.
Nick me miro con algo de duda en sus ojos, pero pronto se desvanecieron cuando continúe mi frase.
-Lo prometo.
Devolví la mirada a Nick, ambos intentando vernos a los ojos con confianza, aunque era difícil, lo intente.
-No pienses, solo hazlo por favor.
Choco su hombro contra el mío, levemente tratando de que recupera el ánimo mientras me volvía a sonreír.
Le sonreí de vuelta.
…
…
…
Tras aquel día de navidad en la casa de Nick, tome la decisión consciente de esperar tan solo hasta poder atar los cabos sueltos que me faltan. Completar aquel trabajo de marketing, visitar a mi madre y hablar de vuelta con Stella. Los días me fueron pasando, al menos una semana desde navidad. Luego de las navidades, tan solo había visto a Nick una vez más para año nuevo. Ella vino a mi casa sin avisarme, cocinamos algo y simplemente nos dejamos aturdir con los fuegos artificiales que suenan mucho más fuerte en este lado de Volcadera. Pero fuera de esto, el resto de mis días fueron una mezcla de trabajo y holgazanería. Era verdad que aun tenia bajones brutales de ánimos, pero se habían hecho muchísimo más llevables desde la última vez que los experimente. En parte, aún siento esa brutal necesidad de dormir, no recuerdo la última vez que estuve más de 1 día sin alcohol. Pero a diferencia de antes, los días pasaban como hojas en blanco, anticipándome a algo que había prometido hacer.
…
Antes de subirme al auto revise los mensajes en mi celular.
Stella.
3/01/2026
> Stella. 11:04AM
> Debo hablar contigo. 11:04AM
11:07AM ¿Anon? <
> Si, soy yo. 11:07AM
11:07AM ¿¡Enserio?! ¡Claro que podemos hablar :>! ¿Puede ser hoy? <
>Estaría bien. ¿A qué hora?, ¿En qué lugar? 11:08AM
11:10AM ¿Recuerdas el parque cerca del instituto Volcano? Estoy aquí con Cynthia. <
> ¿Vas a seguir ahí? Voy ahora mismo. 11:10AM
11:11AM Estamos en donde están los juegos para niños. Ten cuidado al conducir OvO. <
Cada letra, cada palabra fue casi como forzarme a vomitar. Podría jurar que incluso siento el desayuno más débil luego de hablar con ella. Cada momento esperando sus textos eran un torbellino en el que solo retumbaban las peores posibilidades, pero por suerte, no fue el caso.
Aun así, los nervios, las posibilidades comenzaban a desarrollarse en mi mente, mis manos al igual que el resto de mi cuerpo comenzaban a sentirse más calientes. Sudor pronto se hizo de mis manos.
Pronto estaba intentando entre las calles, esquivando el tráfico para llegar a mi destino. La nieve en Volcadera se fue tan rápido como llego. El año nuevo parecía haber activado a todos los habitantes de esta ciudad. En las calles, comercios y en todos lados explosiones de colores en dinosaurios como quien vería un arcoíris. A pesar de mis nervios asesinos y el constante dolor en mi cabeza por eso mismo, este ambiente parecía ser mucho más agradable que la frívola nieve.
Ya para eso de las 11:30 yo había llegado a aquel parque al que se refería Stella. Tuve algo de dificultad buscando un lugar donde estacionarme y casi encontré una excusa para evitar esto.
Pero era simplemente imposible alejarme ahora. Eventualmente baje de mi auto y pude notar el cambio que 5 años hacen al ambiente. Aquel parque que frecuente alguna vez ahora estaba muchísimo más cuidado y limpio. Cada paso que hacia adentrándome al mismo era como recuperar una memoria de ese lugar, apreciando la sombra de los árboles. Mi jaqueca se hacía cada vez un poco más llevable mientras me acercaba a donde los niños juegan. El calor y los nervios aún se apoderaban de mi cuerpo y por un momento me di media vuelta para irme… Pero estaría rompiendo una promesa que le hice a Nick.
Negué con la cabeza para mí mismo, forzándome a llegar hasta el lugar donde simplemente me quede mirando unos momentos. El deslumbrante sol no paraba ni a un solo niño de jugar en sus lugares preferidos. Algunos bajando desde los toboganes, jugando con amigos en el sube y baja o forzando sus delgados brazos en el pasamano. Aquella inocencia juvenil en cada una de sus caras… Desde el más grande hasta el más pequeño simplemente parecía existir ahí, sin un solo pensamiento en mente más que “¿Qué tan alto puedo llegar con el columpio?”.
A la distancia, en un arenero puedo ver a aquella niña pequeña la cual me había topado en el supermercado. Cynthia parecía totalmente absorta en su mundo, en construir un pequeño castillo de arena ayudada con una pala y un cubo. Entre tonterías, era bastante buena en eso, incluso parecía evitar que otros niños pasaran por su zona de construcción. Era entretenido de verla discutir y pelear con otros pequeños, pero pronto logre poner ojos sobre Stella, sentada en un banco a distancia de ojo de Cynthia. Ella también parecía absorta en el juego de Cynthia.
Cuando la vi de nuevo pude notar tantas cosas de ella. Aquellos ojos con algunas ojeras, un pelo más largo y que terminaba por debajo de sus hombros. Lentes que pensé que jamás la vería usar, o que siquiera pensaba verla de vuelta. Pero sobre todas las cosas esa amable sonrisa que ahora incluso era maternal producto de Cynthia.
De vuelta, siento todas esas cosas en mis adentros y el impulso de correr, irme, ignorarla, dejar que esto muera aquí como quise hacerlo esa noche. Pero hay dos cosas muy importantes que me están impulsando hacia adelante a pesar de no querer hacer esto. Extraño infinitamente las conversaciones con Stella, podrían haber sido triviales o personales, pero cada una de ellas era importante para ambos. Y también eso que dijo Nick. Aquellas palabras me lastimaron de una forma u otra, pero también tenían mucha razón en ellas. Todo este tiempo he estado evitando estas cosas y talvez sean los apoyos de mi miseria. Tengo la esperanza de que pueda ser esto algo más que falsa esperanza por encontrar felicidad de vuelta. Por más pensamientos intrusivos, sentimientos de tantas cosas, quiero aferrarme a esto como un bebé recién nacido.
Intento controlar algunas lágrimas mientras me siento silenciosamente al lado de Stella, privado de fuerzas en mis piernas no me siento capaz de levantarme o siquiera dirigirle una sola palabra. Stella no parece hacer nada más que observarme de la misma forma silenciosa que lo hizo cuando estuvimos en el supermercado. Parecía observarme, analizarme, desde la punta de mi cabeza hasta el final de mis zapatos. Pero su sonrisa no se fue a ningún lado.
Sus manos se mantuvieron una sobre la otra, la espalda contra el banco mientras ambos observábamos a Cynthia jugar con otros niños. Pronto puedo escuchar su voz de vuelta, ese tono naturalmente dulce y chillón ahora estaba mucho más maduro.
-Es la niña más hermosa del mundo, ¿Verdad? -Stella dirigió sus ojos a mi mientras decía esto- También tiene muy buena memoria… Todas estas fiestas no ha hecho más que preguntarme y hablar sobre ti… ¡Jejeje! Incluso decía que eras un hombre muy rico que le regalaba cereal a los niños.
Las palabras de Stella no hacían más que penetrar profundamente mi corazón. Algo sobre lo que contaba, su tono de voz y las cosas que aquella niña pensaba con tan poco de mi parte, simplemente me hicieron llegar al borde de las lágrimas.
-Realmente sigues siendo el mismo chico que conocí hace ya mucho tiempo… Callado, inadaptado e inexpresivo… Pero también puedes ser la persona más amable y comprensiva del mundo.
A este punto, no pude hacer más que dejar salir algunas lágrimas. Mi expresión se mantenía neutral, pero porque simplemente no encontraba forma de expresarme. Llorar desesperadamente y abrazar inconsolablemente a Stella no era algo que quería hacer, pero algo que sentía que debía hacer… Pero soy incapaz de hacerlo ante sus palabras.
-No sabes cuánto agradezco que estés bien. Que te hayas cuidado, jamás voy a encontrar otra forma de agradecértelo, me preocupe tanto por ti ese día tanto en el supermercado como en el baile. Lo de Cynthia… Las cosas que me dijiste, que me hiciste sentir y que vivimos juntos…- Stella fue incapaz de seguir, ella también llegando momentáneamente al llanto. Respiro con fuerza para continuar hablando. – Por esas cosas me impulse. Cada vez que veo a Cynthia, cada vez que acaricio su pelo y puedo agradecer de tenerla, puedo ver ese lado hermoso que me mostraste de ti. Ella es el producto de eso, yo soy el producto de eso.
Stella puso su mano sobre mi hombro, notando como ambos estábamos llorando, intento pasarme un pañuelo, pero se lo rechace, porque ella parecía necesitarlo incluso más que yo. Ella simplemente negó con la cabeza mientras se limpiaba las lágrimas con una expresión afligida por la melancolía. Posiblemente producto de no haber podido decirme estas cosas en su momento, sentimientos enfrascados hace tiempo. Ella me paso el pañuelo para limpiar mis ojos y no lo desprecie, lo acepte, manteniendo el silencio para que Stella continúe hablando.
-Yo… yo solo puedo decirte gracias. Gracias por haberlo hecho.
La felicidad comenzó a rebalsar tanto mi cuerpo luego de escuchar esas palabras que simplemente no pude contener más mis lágrimas, un torrente de emociones que no pude sacar en años los estaba dejando fluir por mis ojos. Dentro de mi estaba tan agradecido de saber cómo se sentía realmente, que no me odiaba por lo que hice… Pero en el fondo, incluso luego de esto puedo sentir algo acosándome.
No lo merezco.
-Anon… En unos dos meses va a ser su cumpleaños y yo quiero que estés ahí.
…
Si voy a estar ahí.
Notes:
Jojojo... HAIIII Cuanto tiempo ¿Verdad? 6 meses contados. De hecho, ya casi cumple un año este fic y aun no lo he terminado... Es una pena que sea así.
Pronto estare estudiando en la universidad, pero no pienso dejar este fic como ya he mencionado. A menos que me muera, no voy a dejar de añadir nuevos capitulos hasta terminarlo.
En este me explaye mucho más experimentando con una escritura a la que me he estado acostumbrando y espero que me digan que piensan de este capitulo.
Ya lo habia dicho en twitter, pero les agradezco de todo corazón todo a lo que llego a este fanfic, me cambio la vida totalmente y aprecio tanto el amor que la gente le tiene a pesar de sus defectos.
Disfrutenlo, sea mañana, tarde o noche. TOMEN TESITO!!!!11111111111!!!
PD: Mi twitter por si no quieren perderse updates cada centenario. https://x.com/saswaratara

Pages Navigation
lliyo on Chapter 1 Wed 07 Feb 2024 01:19PM UTC
Comment Actions
( ) (Guest) on Chapter 1 Wed 07 Feb 2024 01:38PM UTC
Comment Actions
Account Deleted on Chapter 1 Wed 07 Feb 2024 02:50PM UTC
Comment Actions
The_GaboMonkey on Chapter 1 Wed 07 Feb 2024 03:23PM UTC
Comment Actions
Taquitofanfics on Chapter 1 Wed 07 Feb 2024 03:44PM UTC
Comment Actions
Khaiman (Guest) on Chapter 1 Wed 07 Feb 2024 04:55PM UTC
Comment Actions
Dismas0tower on Chapter 1 Wed 07 Feb 2024 05:39PM UTC
Comment Actions
Khaiman (Guest) on Chapter 1 Wed 07 Feb 2024 05:53PM UTC
Comment Actions
N4sh0 (Guest) on Chapter 1 Wed 07 Feb 2024 06:52PM UTC
Comment Actions
Gmsniper2 on Chapter 1 Wed 07 Feb 2024 07:10PM UTC
Last Edited Wed 07 Feb 2024 08:54PM UTC
Comment Actions
Giz75 on Chapter 1 Wed 07 Feb 2024 10:38PM UTC
Comment Actions
Chiquipum on Chapter 1 Wed 07 Feb 2024 08:32PM UTC
Comment Actions
weewrs on Chapter 1 Wed 07 Feb 2024 08:53PM UTC
Comment Actions
Giz75 on Chapter 1 Wed 07 Feb 2024 10:56PM UTC
Comment Actions
AlexDodongo on Chapter 1 Thu 08 Feb 2024 03:20AM UTC
Comment Actions
Giz75 on Chapter 1 Thu 08 Feb 2024 04:01AM UTC
Comment Actions
7SnootGrunt_5000 on Chapter 1 Thu 08 Feb 2024 04:26AM UTC
Comment Actions
Giz75 on Chapter 1 Thu 08 Feb 2024 09:31AM UTC
Comment Actions
AlexDodongo on Chapter 1 Thu 08 Feb 2024 03:23AM UTC
Comment Actions
Giz75 on Chapter 1 Thu 08 Feb 2024 04:03AM UTC
Comment Actions
7SnootGrunt_5000 on Chapter 1 Thu 08 Feb 2024 04:24AM UTC
Comment Actions
Giz75 on Chapter 1 Thu 08 Feb 2024 09:18AM UTC
Comment Actions
JS (Guest) on Chapter 1 Thu 08 Feb 2024 09:16AM UTC
Comment Actions
Laosi on Chapter 1 Thu 08 Feb 2024 05:37PM UTC
Comment Actions
Godofthepaind on Chapter 1 Sun 11 Feb 2024 05:43AM UTC
Comment Actions
NovaViral on Chapter 1 Fri 23 Feb 2024 10:01PM UTC
Comment Actions
ElSRrojo on Chapter 1 Sun 25 Feb 2024 09:14PM UTC
Comment Actions
Capri (Guest) on Chapter 1 Mon 26 Feb 2024 12:51AM UTC
Comment Actions
Pages Navigation