Work Text:
Wriothesley notaba más risueño de lo normal a Freminet esa noche, no era que el chico no lo fuera, sobre todo en las noches en que tanto el como Neuvillette coincidían al mismo tiempo para la cena, pero simplemente quiso creer que era debido a algo bueno que le hubiera pasado en su día.
—¿Ocurrió algo bueno hoy? —Neuvillette fue el primero en romper el silencio al ver otra sonrisa salir de los labios de Freminet mientras tomaba un poco de agua.
—¿Eh? —el sonrojo que atacó su cara le confirmó la pregunta e hizo a Wriothesley prestar más atención a la charla, casi presintiendo que algo malo venía pronto— No...bueno...—levantó la vista por un momento y volvió a bajarla al verse ser el centro de atención— no, nada.
—¿Alguien te hizo algo? —fue la reacción preocupada de Wriothesley lo que hizo a los otros voltear, Neuvillette con gracia pero Freminet preocupado.
—¡No! No es eso, estoy bien...
—¿Pero hay algo que quisieras contar? —Neuvillette conocía lo suficiente al chico para saber que algo quería decir, pero no entendía por qué le costaba tanto, pues con ellos nunca había sido así de tímido.
—Pues....quería saber si mañana podía salir con Ga-ming a pasar el día.
—¿Quién es Ga-ming, cariño?
—Bueno...es mi novio.
Wriothesley, quien hasta el momento había permanecido en silencio, se atragantó con el té que estaba bebiendo, de todas las cosas que pudo haber pensado que escucharía ese día nunca se le pasó por la cabeza escuchar que su pequeño niño tenía un novio, Neuvillette al instante tomó la mano de su esposo y lo miró con unos ojos que decían claramente que no dijera algún comentario que pudiera lastimar a Freminet, mientras que por su parte el niño rubio miraba expectante a su papá, pues tenía miedo de que este no le permitiera salir con el otro o, aún peor, le dijera que no tenía permitido tener un novio, pues lo estuvo guardando en secreto durante un tiempo por miedo a lo que pudiera decir el duque; aunque el juez supremo sí tenía una idea de que su niño estaba enamorado, solamente que no pensó que la relación ya fuera formal.
—¿Cómo que tienes novio? ¿Desde cuándo?
—Tranquilo cariño.
—No hace mucho...quería presentárselos, pero viaja mucho y casi no nos vemos.
—¿Viaja? —Wriothesley ya empeza a indagar en el asunto.
—Es un escolta de Liyue, nos conocimos hace unos meses en el puerto.
—Que coincidencia que pueda venir para San Valentín, no es una fiesta que se celebre en Liyue —Neuvillette estaba ignorando olímpicamente el ataque de papá celoso de su esposo y tratando de cambiar de terreno el tema, simplemente quería ver a su niño feliz.
—No del todo...en alguna carta le hablé de varias costumbres de Fontaine y me dijo que haría de todo para venir a verme ese día.
—Qué chico tan tierno.
—¿Disculpa? Te recuerdo que no lo conocemos.
—En algún momento lo vamos a conocer.
—Algún momento nada, mañana quiero saber todo de él.
—¡¿Qué?! —Freminet lo miró con preocupación— papá, por favor que no sea mañana, hace mucho que no lo veo y no quiero que se asuste; te prometo que los presentaré.
—¿Por qué se asustaría? ¿Hay algo por lo que tendría que asustarse?
—Cariño...¿Enserio preguntas por qué alguien se asustaría de ti? ¿Justo del misterioso y sanguinario duque del fuerte Merópide? —Neuvillette soltó una risa— nunca podría saberlo.
—Papá —Wriothesley trató de no ver los ojitos de perro mojado de su hijo, pero fue inútil.
—De acuerdo, no lo interrogaré mañana —masculló entre dientes sin poder decir lo contrario.
—¡Gracias!
Freminet le dio un beso en la mejilla a su papá para seguir cenando, Neuvillette también siguió comiendo mientras que a Wriothesley se le quitaba el apetito pero fingía que nada había pasado, lo cierto es que la noticia le cayó como un balde de agua fría pero iba a fingir que todo estaba completamente normal, siempre y cuando Freminet estuviera feliz él no se interpondría.
Cabe recalcar que Wriothesley había dicho que no iba a interrogar a la pareja de su hijo, pero en ningún momento dijo que no los iba a seguir durante todo el día en todo el camino, no porque no confiaran su hijo, sino porque no confiaba en la persona que se estaba robando a su bebé, según palabras de él mismo.
—Será mejor que dejes este teatro —Neuvillette solo estaba ahí para evitar que su esposo hiciera el ridículo.
—Solo quiero saber como se ve, después me iré, te lo prometo.
Freminet les había dicho que habían acordado de verse en la Fontana Lucine; Wriothesley había fingido salir antes hacia el fuerte, sin decirle a nadie que ese día lo había tomado libre, pero Neuvillette lo sabía debido a una carta de Sigewinne, por lo que rápidamente descubrió lo que tramaba, iba a decir algo más pero una persona gritando los interrumpió.
—¡Fremi!
A lo lejos se vio a un chico con ropas típicas de Liyue corriendo en dirección al rubio, Freminet saludó tímidamente con la mano mientras que el otro se acercaba a gran velocidad para abrazarlo por la cintura y levantarlo en la acera mientras daba un par de vueltas con él. para una vez vuelto a poner en tierra proceder a darle un beso en la mejilla, haciendo que el rubio se sonrojara fuertemente en ese momento; Wriothesley quería correr hacia ellos y gritarle al desconocido que cómo se atrevía a hacer eso con su hijo en público, por suerte Neuvillette estaba allí y logró detener a su esposo a tiempo, sino el que haría el espectáculo de su vida en público sería el peli negro en lugar de los dos chicos a los cuales nadie les había prestado atención de momento.
—¡¿Quién se cree que es para hacer eso?!
—¿Eh, su novio?
—Te veo muy bromista con esta situación, te recuerdo que esto es algo serio.
—Solo es un joven que está enamorado, no actúes como si nunca hubieras sido ni remotamente parecido de joven.
—Y justo por eso no quiero que mi hijo se encuentre con un idiota como yo lo fui.
—Ni siquiera conoces al pobre chico —Neuvillette dejó pasar la oportunidad de burlarse de su esposo que este le había servido en bandeja de plata para no hacerlo prejuzgar de más al pobre muchacho.
Pero Wriothesley obviamente lo ignoró, pues los dos chicos ya habían empezado a caminar y estaban a punto de perderse de su vista, por lo que empezó a seguirlos, Neuvillette fue detrás tratando de convencer a su esposo que dejara de hacer esa ridiculez y que confiara un poco más en su hijo, o por lo menos evitar que saltara a arruinar la cita de su niño, ya que la noche anterior había prometido no meterse y de hacerlo no solo humillaría a Freminet sino que lo haría sentir muy mal, y él no iba a permitir que absolutamente nadie, ni siquiera su propio esposo, se atreviera a romper el corazón de su niño.
La primera parada fue en el Café Lutecia, los jóvenes se sentaron en la segunda mesa pegada al barandal junto a la escalera, lo que le dio facilidad a Wriothesley de observarlos sin acercarse mucho, tanto él como Neuvillette se quedaron parados en la parte alta de la escalera junto al café mientras veían como su niño se reía y le contaba algo a su novio que obviamente no podían escuchar por la distancia, el pelinegro quería sentarse en una de las mesas para escucharlos mejor pero Neuvillette no le permitió bajo ninguna circunstancia hacer esa tontería.
Luego de la pequeña comida ambos chicos caminaron con calma dando un paseo sin rumbo fijo aparente, pero en realidad estaban de camino hacia la costa pues a Freminet no le gustaban mucho los grupos de gente y prefería los lugares más calmados, Ga-ming sabía eso y por ende quería llevarlo a un lugar donde pudieran estar solos y hablar sin tanta presión de por medio; una vez llegados a un lugar que era del agrado de ambos procedieron a sentarse en la arena mientras seguían charlando, Freminet recostaba su cabeza en el hombro de Ga-ming y a Wriothesley no le agradaba pero no podía hacer nada, además de que era un acto bastante inocente por lo que estuvo por dejarlo ser y darle la razón a su esposo de que estaba exagerando de no ser porque Ga-ming puso su mano en la cintura del rubio y procedió a darle un beso en la mejilla, era un acto completamente inocente que no tenía dobles intenciones pero el duque no lo veía de esa manera, influía enormemente todo su extenso historial a lo largo de los años, pero ese simple acto le hizo pegar un grito lo suficientemente grande como para recibir un golpe en el hombro de su esposo y que la mirada de ambos jóvenes fuera hacia atrás pensando en que alguien estaba en problemas y necesitaría su ayuda, solo para que Freminet se llevara la enorme sorpresa de que sus padres estaban ahí viendo todo.
Ga-ming no entendía nada de lo que estaba ocurriendo, su mirada se alternaba entre los dos adultos desconocidos y su pareja, el cual tenía la cara extremadamente roja y no se atrevía a ver a su novio, Neuvillette, al verse descubierto por culpa de la imprudencia de su esposo, decidió acercarse para aclarar la situación y no hacer de ese momento algo más vergonzoso de lo que ya de por sí era, por lo que tomó la mano del pelinegro y dio un par de pasos, Freminet al escucharlo quiso que la tierra se lo tragara en ese momento, pues no tenía idea desde hace cuánto estaban ahí y mucho menos de cómo explicárselo a Ga-ming, el castaño no entendía nada y sentía que ambos hombres se les hacían conocidos pero no entendía de dónde podían ser, pues no creía haberlos visto antes, por lo que simplemente se les quedó mirando pensativo mientras los otros se acercaban y a su vez Freminet decidió mirar el suelo sin atreverse a mirar el rostro de sus padres, Neuvillette estaba a punto de decir algo pero fue interrumpido por un chasquido de dedos por parte del castaño y una expresión de sorpresa, cómo si acabara de unir todos los puntos que estaban en su mente.
—¡Oh, ustedes estaban en la fuente! —se paró frente a su novio intentando cubrirlo de algún ataque sorpresa— ¿Acaso nos vienen siguiendo? ¿Qué es lo que quieren?
Ga-ming tenía muchas experiencias con ladrones, más de uno había intentado atacarlo fuera de servicio para intentar robarle, pero nunca surtía efecto, todavía no existían los ladrones que pudieran hacerle frente, pero esos tipos se veian más intimidantes que cualquier criminal que hubiera visto hasta ahora, pero sin importar lo fuertes que fueran no iba a dejar que tocaran a Freminet; Neuvillette pudo leer las intenciones del chico y lo llenó de ternura, pues con un simple chasquido suyo podría mandarlo a volar, pero saber que ante todo potregería a su niño le hizo ganar puntos, pero su sonrisa rápidamente se borró al escuchar un fuerte llanto.
—¡Prometiste qué no harías nada hoy! —el llanto incontrolable explotó en reclamos contra Wriothesley, el pelinegro solo pudo sentir su corazón apretarse al ver las gruesas lágrimas caer por las rojas mejillas de su niño.
Freminet tuvo aquel arrebato a causa de la vergüenza, pero al ver que le había gritado a su papá enfrente de su otro papá el sentimiento fue reemplazado por una profunda tristeza, Ga-ming lo miraba preocupado e intentó tomar su mano, pero el rubio salió corriendo y se tiró de cabeza al agua, todos supieron que iba a intentar escapar, Ga-ming empezó a entrar en pánico, pues nunca podría nadar lo suficientemente rápido como para alcanzar a su novio.
—¡Freminet! —gritaron tanto Ga-ming como Wriothesley, aunque este último no pudo ni siquiera reaccionar pues una enorme corriente de agua le impacto de lleno y lo mando a volar a varios metros de distancia mientras Ga-ming miraba la escena horrorizado.
—Me disculpo profundamente por la escena que acabamos de protagonizar mi esposo y yo —dijo Neuvillette con una leve inclinación de cabeza en dirección a Ga-ming— es un hombre muy sobreprotector con nuestro hijo, permíteme un momento para hablar con él y poder aclarar las cosas, prometo no tardar.
Luego de eso se perdió en el agua, Ga-ming pudo entender que ese debía ser el juez supremo, lo conocía principalmente por las cartas de Freminet y por el hecho de que sabía que su otro padre, el duque, poseía una visión cryo; tragón saliva pensando en que casi se pelea con sus suegros y agradeciendo de no haber dado esa mala imagen, por lo que se acercó a la costa y se sentó ahí viendo el agua.
—¿Qué se supone estás haciendo?
Wriothesley se acercó luego de incorporarse del golpe de Neuvillette, sabía que el peli plata se estaba conteniendo para solamente detenerlo, pero eso no quitaba que el golpe más leve de Neuvillette le iba a dejar con un fuerte dolor de espalda al día siguiente.
—Esperando —dijo tranquilo mirando el agua, pues era lo único que podía hacer.
Wriothesley quiso decir algo, pero sentía que cualquier palabra que saliera de su boca en ese instante desataría la furia del juez supremo, por lo que también decidió esperar en silencio, aunque de pie unos pasos detrás del castaño.
Unos minutos después se pudo ver como el mayor salía del agua seguidamente del pequeño buzo, el rubio miraba hacia el suelo mientras se acercaba tomado de la mano de Neuvillette hacia donde se encontraban los otros dos, Ga-ming al verlo se puso de pie en un instante y se acercó corriendo hacia él sin importar la presencia de los otros dos adultos, Neuvillette soltó la mano de su hijo y le dio un poco de espacio, este levantó la mirada y lo primero que vio fue a Ga-ming ir hacia él para darle un abrazo, Neuvillette dirigió una mirada hacia su esposo para advertirle que no intentara hacer o decir absolutamente nada.
—¿Estás bien? —posó si mano en la mejilla de su novio mientras este asentía tímidamente— me alegro tanto —luego de eso lo abrazó y Freminet se sonrojó por saber que sus padres estaban viendo eso.
Para ese momento Neuvillette ya había llegado junto a su esposo y le sostenía el brazo con fuerza suficiente para que no se atreviera a decir nada, Wriothesley podía jurar que ese agarre dejaría moretón.
Freminet se apartó despacio de Ga-ming mirando a sus padres, el castaño se dio la vuelta mirando a los adultos sin saber qué decir exactamente.
—Creo que les debemos una disculpa —Neuvillette golpeó con su hombro él hombro de su esposo— sobre todo alguien aquí.
Wriothesley no tenía intención de decir nada, pero viendo que Freminet estaba por volver a llorar decidió tragarse su orgullo por un momento.
—Creo que estuvo mal de mi parte seguirlos.
—¿Crees? —Neuvillette no lo iba a dejar salirse con la suya.
—Estuve mal, lo lamento profundamente —el juez podía notar la falsedad en esa disculpa, pero si su hijo no se daba cuenta él no iba a romperle la burbuja.
—No se preocupe —habló Ga-ming rápidamente— lo entiendo perfectamente, no me conocen, yo también me preocuparía si alguien que no conozco se acercara a Fremi, lamento no haberme presentado correctamente ante ustedes antes —Ga-ming juntó ambas palmas haciendo una reverencia a modo de disculpa, haciendo a Wriothesley sentirse un poco culpable.
—No hay por qué disculparse —interrumpió Neuvillette, el cual no veía para nada justo que el chico se disculpara y asumiera la responsabilidad de las tonterías que había hecho su esposo— Nosotros tampoco propiciamos un ambiente oportuno para el encuentro —sonrió en dirección a los chicos para no parecer tan intimidante, estos lo veían expectantes— por lo que agradeceríamos aceptaras una invitación a cenar para conocernos mejor, no te preocupes por la hora, puedes quedarte a dormir esta noche, sería un honor que fueras nuestro invitado.
—¿Dormir? —Wriothesley ni siquiera pudo formular su queja, un apretón fue suficiente para hacerlo callar.
—¿Enserio? ¿Puede quedarse? —un asentimiento por parte de Neuvillette logró que la felicidad de Freminet explotara, aunque la idea no le agradaba al duque.
Ga-ming no pudo rechazar aquella oferta, pues quería pasar más tiempo con su novio y de esa forma aprovechar y conocer a sus suegros, por lo que esa noche la cena improvisada fue bastante bien, Ga-ming se ganó toda la aceptación por parte de Neuvillette, sentía que era un muy buen chico, trabajador y sobre todo, lo más importante, que quería mucho a su hijo; mientras que Wriothesley no estaba del todo convencido con la presencia del chico, mucho menos con la idea de que se iba a quedar a dormir esa noche, por lo que, una vez terminada la cena, se dispuso a prepararse un café, Neuvillette lo veía extrañado pues la rutina de su pareja era hacerse un té antes de ir a la cama, por lo que lo miró con burla preguntándole a qué se debía aquel innovador cambio.
—No entiendo como puedes irte a dormir tan tranquilo teniendo a ese chico en casa —decía viendo a su esposo soltarse el cabello y entrar a la cama.
——No deberías decirle "ese chico" a tu yerno, se llama Ga-ming —un escalofrío recorrió su columna al escuchar la palabra "yerno"— además, creo que no deberías preocuparte tanto por ellos sino por tu espalda, había olvidado que no estás en edad de recibir golpes fuertes, mejor ven para que te dé un masaje.
—Ese chico está quedándose en la habitación de nuestro hijo —seguía con su reclamo pero acercándose a la cama hasta sentarse en ella, dejando que su esposo le quitara la camisa, dejando al descubierto su espalda.
—Lo sé, yo le dije que podía quedarse a dormir.
—Pero hay muchas habitaciones vacías para huéspedes —Neuvillette hizo que se recostara en la cama mientras empezaba a masajear su espalda y daba suaves besos por su piel.
—Pero no es un invitado, además, esto es en compensación a la vergüenza que hiciste pasar a tu hijo y por arruinarle su tiempo con su novio.
—Siento que me estás castigando.
—No digas eso —empezó a besar sus hombros— además, ya deja tu ataque de celos y mejor concentrémonos en este momento, te recuerdo que aun no hemos tenido nuestro momento de San Valentín.
Wriothesley se dio la vuelta mientras su esposo se acomodaba a horcajadas sobre él, lo miraba con una sonrisa pícara mientras el otro le devolvía el gesto; Neuvillette fue quien rompió la distancia para atacar los labios de su pareja, Wriothesley metió sus manos en el cabello de su esposo mientras intensificaba el beso, Neuvillette estaba por apretar sus pectorales cuando fue bruscamente tirado al otro lado del colchón mientras veía a su esposo salir disparado de la habitación.
—¡Si él no nos puede escuchar desde su habitación nosotros tampoco podemos escuchar lo que ocurre ahí!
Gritó lo suficientemente bajo para solo ser audible por su pareja, Neuvillette tardó un segundo en reaccionar y correr tras su esposo para detenerlo, pero era muy tarde y ya había empezado a abrir silenciosamente la puerta de la recámara de Freminet.
—¿Lo ves? Eres un maldito paranóico —le dijo Neuvillette al asomarse él también y ver a los dos chicos profundamente dormidos.
Ga-ming estaba desparramado en la cama con la mitad de la sabana cubriéndolo, la otra mitad en el piso, con un brazo sobre la almohada, una pierna fuera de la cama y el otro brazo siendo abrazado por Freminet, el cual dormía acurrucado en posición fetal abrazado a su novio siendo completamente cubierto por su propia sábana y con la cabeza entre la almohada y el hombro de Ga-ming.
—Espero esta sea la última vez que haces una tontería sobre este tema —Neuvillette cerró la puerta con suavidad para no despertar a los chicos— ¿Ahora sí, señor paranóico, podemos ir a pasar nuestro momento de San Valentín sin que ocurra otra interrupción?
Wriothesley no dijo nada, en su lugar cargo a su esposo por los muslos para besarlo, una vez se separaron Neuvillette rió escondiendo su rostro en el cuello de su esposo mientras lo besaba y esta caminaba cargándolo de regreso a su habitación, agradeciendo que por la distancia y las paredes ningún ruido podría llegar a la habitación de Freminet.
—Ya puedes moverte —dijo Freminet después de un rato de que sus padres salieron de la habitación.
—Ay, ya me estaba quedando dormido —Ga-ming se estiró mientras reía y se acomodaba mejor para abrazar a su novio— Eres muy inteligente amor.
—No es para tanto —se sonrojó ante el halago mientras abrazaba más a Ga-ming— solo era algo obvio teniendo en cuenta lo sobreprotector que estaba hoy.
—Pero lo que más me intriga aquí es, ¿Para qué me querías despierto mientras tus papás pensaban que dormíamos? —la sonrisa burlona vino acompañada de un rápido beso en los labios contrarios.
—¡Ga-ming! —el otro chico rió.
—Eso no responde mi pregunta.
—N-n-no lo sé...
—¿Podemos averiguarlo?
—T-tal vez.
Luego de eso ambos chicos se besaron, dispuestos a disfrutar la noche.
