Chapter 1: Lo Que Cayó En Volcadera Bluff.
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¿Cuánto tiempo durará esto? ¿Es lo mejor para mí? ¿Es una forma de deshacerse de mí? Esas preguntas no dejan de darme vueltas en la cabeza. Eso, junto al hecho de llevar casi 8 horas en este vuelo, no me traen muy bien la verdad. Viajar desde Monte Jaspe (en España) hacia Volcadera Bluff, todo con la excusa de visitar mi tío Anon, el hermano de mí… madre.
La relación con mi padre había estado algo tensa desde hace un tiempo. Pero lo que dijo: “Tienes que entender, Desco, es por tu bien” “Ya no puedo aguantar más contigo aquí” “Necesito respirar, tu tío Anon tiene una bonita casa en Volcadera Bluff y dijo que estaría más que feliz de recibirte” ¡Coño! Esas palabras sí que resonaron en mi cabeza por varios días. “Ya no puedo aguantar contigo aquí” “Necesito respirar” Eso… eso suena a que realmente estaba siendo una carga para mi viejo. Y de todos modos, ahora que lo pongo en retrospectiva, no importa mucho. Monte Jaspe ya me comenzaba a quedar algo chico y no tenía amigos allí. Este puede ser un nuevo inicio, quizás.
El avión ya comienza a descender… ¿O está yendo más rápido? El Piloto dijo algo de que a la izquierda los del vuelo N.º 138 nos estaban retando a… ¿Una carrera? ¿Eso siquiera es legal? Pero finalmente, y luego de media hora de oír al piloto lanzar amenazas por el altavoz hacia ese tal Frank del otro vuelo, el avión descendió por completo.
Baje del avión y me dirigí al interior del aeropuerto. Por ahora todo parecía vacío, sin señales del tío Anon al rededor. ¿Será que se olvidaron de mí? ¿O quizás aún no llegan? Cómo sea, por ahora solo debo preocuparme de que mis maletas salgan por la banda transportadora sin que falte ninguna.
Por suerte así fue, mis cuatro maletas y el estuche de mi guitarra estaban intactos. ¿Cuatro maletas, eh? Jamás habría creído que mi vida completa ocupara tan poco espacio. Entre ropa, aparatos de música, mi laptop, cargadores y demás cableado; y quién sabe que otro puñado de cosas. Todo eso junto con el estuche de mi guitarra, mi por ahora posesión más valiosa, todo eso era Desco. Y la verdad, es que es más que suficiente para mí.
Sin más, solamente tomé mis maletas y me dirigí en dirección a la salida. Ahí, junto a la entrada, pude observar a una singular pareja. Ese debe ser mi tío Anon, tal y como lo imaginé, un humano al igual que yo, más adulto, obviamente, y más calvo. Y esa de ahí debe ser la señorita Lucy. Si se han de ver como una pareja feliz y… Oh diablos, ¿Cómo coño se supone que me presente? ¿Cómo diablos se supone que—?
—Desco, ¿Cómo estás, chico? Es un gusto por fin tenerte aquí —dijo saludando mi tío Anon, sacándome de mis pensamientos.
—Eh, sí. Es un gusto, tío Anon —respondí con tranquilidad. Por ahora no puedo decir mucho, digo, apenas los conozco, ¿no? No sabría que más decir y—
—Lindo estuche, Desco, ¿esa guitarra es tuya? —pregunto la señorita Lucy, haciendo que dejara de seguir sobre-pensando las cosas.
—Oh, eeh… Sí, es mía. Un regalo —respondí. Ella sonó legítimamente interesada. Me habían contado algo de que la señorita Lucy era maestra de música o algo por el estilo. Eso sin duda hacía todo más liviano.
Después de los saludos el resto continuo con normalidad. Nos dirigimos al aparcamiento, coloque mis cosas en el maletero del auto, me subí en el asiento trasero y, entre varias preguntas, tomamos rumbo hacia la casa de la pareja. Las preguntas, sin duda, no eran mi parte favorita. Aunque parece que por respeto mantuvieron el tema de mi madre apartado.
—Y dime, Desco, ¿compones o solamente tocas música? —pregunto la señorita Lucy.
—Solo toco un poco —respondí. Las preguntas de la señorita Lucy, sin duda, eran las más amenas. Mayormente, sobre música o como era Monte Jaspe.
—Me contaron que Monte Jaspe era aburrido si no eres un turista —comento mi tío Anon. Solamente preguntaba sin voltear a ver, creería que no estaba interesado si no fuera porque conduce con el miedo de alguien que acaba de sacar su licencia. Pero razón no le faltaba.
—Sí, Monte Jaspe únicamente es divertido si eres turista, hacen ver todo más emocionante de lo que es solo para que uno gaste más. —La verdad es que era sorprendente lo liviano que podía ser un momento solo conversando.
—Me recuerda a los eventos de caridad del Instituto Volcano. Que forma de chuparle la sangre a uno. —Eso parecía ser cierto, pues al momento, el tío Anon recibió un codazo de parte de su ptero-esposa como respuesta.
—Por cierto, Desco —dijo la señorita Lucy—. Oí que estás en tu último año. ¿Piensas inscribirte en el Instituto Volcano para ello? —pregunto volteando a verme, expectante de una respuesta que aún no tenía. Es verdad, las clases comienzan dentro de una semana y debo iniciar mi último año. Un instituto nuevo, con mucha peña que no conozco.
—Eeeh, yo… no lo sé, pero probablemente si lo haga, digo, no soy tan gilipollas como para dejar la preparatoria solo por un cambio de lugar. —La respuesta parece haber iluminado el rostro de la señorita Lucy con una leve sonrisa.
Ese fue el tema de charla durante el resto del camino, mi inscripción, lo mucho que podría gustarme y lo más importante, la revelación de que mis viejas amigas, Jezzie y Kiara, quienes también se habían mudado hace tiempo, ya estaban cursando en aquel lugar. Jezzie había entrado al club de jardinería y Kiara al de modas, según lo que me contó la señorita Lucy.
Ambas se habían mudado mucho antes que yo. Kiara, a quien conozco desde mis 10, se mudó por motivos de trabajo de sus padres a mis 14. Y a mis 16, conocí a Jezzie, quien ese mismo año se mudó debido a que su familia había heredado una casa por parte de un tío. De las pocas coincidencias agradables, la verdad. Solo espero que no me hayan olvidado después de tanto tiempo, digo, estuvimos en contacto hasta este año, pero luego hubo periodos sin hablar y eso…
—Desco, muchacho —interrumpió mis pensamientos la voz de la señorita Lucy—. ¿Te importaría ayudar a tu tío Anon? El bobo quiere hacer todo por su cuenta y no quiero que se lastime.
Dos parpadeos me bastaron para ver de nuevo la situación fuera de mi mente. Ya habíamos llegado y el tío Anon trataba de cargar las cuatro maletas por cuenta propia; por lo que rápidamente decidí ayudarlo con dos de estas y entrar finalmente a la casa. Una casa grande de hecho: dos pisos, varias habitaciones, una sala espaciosa, paredes de color azul claro y varias fotos familiares. Y bajando por las escaleras, el último miembro de la familia, mi prima.
—Soy Amber, ¿Tú eres Desco, no? Te ves más alto de lo que imaginaba.
De un segundo a otro ya la tenía frente a mí, viéndome de arriba a abajo… Bueno, más abajo que arriba en cierto modo. La diferencia de estatura hacía que la pequeña ptero tuviera que alzar la cabeza si quería ver mi rostro. Eso era un poco… gracioso.
—Eeeh, sí, ese mismo. Un gusto. ¿Tú eres Amber, no? —Vaya que soy subnormal, le acabo de preguntar a la que claramente es mi prima Amber, si es mi prima Amber.
—Seh, esa misma soy. Vamos, te llevaré a tu habitación. —Ella siguió respondiendo de forma calmada y confiada, natural a más no poder, por lo que solo decidí tomar las dos maletas y subir detrás de ella.
Me guío hacia la habitación que sería para mí. Una habitación simple, pero espaciosa, casi vacía, salvo por una cama, una mesita de noche y un armario. Sí, mucho espacio útil. El color azul claro también se encontraba presente en las paredes, además de la típica maleza que crece en todas las casas, dando su toque… bello y natural, supongo.
—¿Lindo, eh? —dijo Amber, interrumpiendo mis pensamientos—. Aquí estarás cómodo, te lo aseguro. Así que… ¿Cuéntame algo sobre ti, okay? ¿Haces música? —Rápidamente entro en la habitación sentándose en la cama con la confianza de alguien en su propia casa, después de todo, aquí yo era el extraño—. Vamos, Desco, te ves agradable y quiero hacer que nos llevemos bien, salvo que alguna de las preguntas no sea… bueno, oportuna. Me han dicho que tengo la mala costumbre de—
—¿De preguntar muchas cosas muy seguidas? —le pregunté interrumpiéndola. Esto la hizo reaccionar, para mi alivio, con una sonrisa.
—Ja, eso mismo… En fin, Desco. ¿Algún plan para hoy? —Eso sí era algo que no tenía en mente, la verdad, ¿planes para hoy? Más allá de organizar todo pues…
—No, no más allá de acomodar todo aquí. —Eso no hizo más que hacer brillar los ojos de Amber, parecía ya tener algo planeado.
—¡Eso está perfecto! Podríamos salir a recorrer Volcadera ¿A los chicos les caerías genial, sabes?
La verdad es que con la mezcla de emoción y su velocidad para hablar, me dejó muy poco tiempo para reaccionar, solamente opte por asentir rápidamente hasta que caí en cuenta. Espera, espera ¿Salir? ¿Recorrer Volcadera? ¿Caerle bien a los chicos?
—Eeeh… Seeeeh… No sé si esa sea la mejor idea. —De verdad no era buena idea, no soy bueno hablando con muchas personas y no sabría qué decir, además ¿Sus amigos? De verdad no quiero parecer un entrometido o—
—¡Hey, Desco! —Un chasquido frente a mis ojos, el sonido de este inundó mi mente para hacerme volver en sí—. Viejo, no te preocupes, es solamente un paseo. Necesitas tiempo para conocer el sitio, además ¿No sería buena idea iniciar las clases ya con amigos?
La verdad… es que si necesitaba recorrer el lugar, pero… ¿Amigos? No soy bueno con eso, sin embargo… la emoción de Amber no me dejaba muchas opciones para negarme, por lo que con un suspiro… termine cediendo.
—Bien. No veo porque no, pero una vuelta corta, ¿okay? —Mi respuesta parece haber desencadenado bien fuerte la emoción de Amber. Sonriente salto sobre la que sería mi cama, la cual parecía recién ordenada, rodó hasta caer al suelo y se levantó con un grito de victoria.
—¿Ves? No era para tanto, viejo. ¡Venga!, organicemos esta habitación y vallamos por algo de comer, ¿sí? —Vaya que eso sí sonaba como un plan.
Y con eso en mente, pasaron las horas, arregle mi habitación, ayude al tío Anon con mi equipaje y a poner todo en orden, y me pusieron al día con varias cosas. Pero en fin, así paso la tarde, llegué a una nueva casa con una familia a la que apenas conozco. Papá está lejos y… lo extraño, no lo voy a negar. Pero aquí, en este sofá y viendo la TV junto con Amber, únicamente puedo pensar en qué… este lugar no está tan mal. Aún no sé qué será de mí, pero supongo que puedo esperar a ver. Por ahora… estar aquí se siente genial.
Chapter 2: La Primera Cena.
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Aún sentado frente al televisor en el sofá de la sala, perdido en mi pequeña piscina mental como un gilipollas, oigo la voz de Amber que me saca de mis pensamientos.
—Y dime, Desco.
—¿Eh?… Oh, sí. Dime —Como no es sorpresa, conteste con la gracia de alguien que acaba de despertarse y está aún aturdido por el sueño.
—Ja, calma torpe, no vayas a ahogarte con tu propia saliva, esa ya es la rutina de papá cuando se pierde en sus pensamientos —Por como lo dijo, parece ser especialidad de la familia Mous el no poseer mucha destreza a la hora de hacer… cualquier cosa por lo que se ve, ni siquiera articular bien las palabras—. Solo quería saber si tenías algún amigo, ya sabes, me dijeron que llegaste a aquí desde España y quería saber si tenías a alguien ahí con quien pasabas el rato.
Wow, eso sí me dejo pensando, pero en realidad no hacía mucho en Monte Jaspe, paseaba por la ciudad, comía en los puestos ambulantes para evitar cenar en casa y… pasaba el rato con Kiara o Jezzie… Y ahora que lo pienso, ¿Amber sabrá sobre ellas?
—Oh, pues… sí, tenía un par de amigas, se llamaban Kiara y Jezzie, de hecho, ambas se mudaron aquí hace un tiempo, tu madre me dijo que también estudiaban en el Instituto Volcano y tal.
Fue una respuesta bastante concisa de mi parte, teniendo en cuenta lo pésimo que soy hablando, aunque más fue mi sorpresa al voltear a ver a Amber y esta estar mirándome con el hocico abierto.
—¿Eh?… ¿Dije algo que-?
Al momento mi pregunta fue cortada por un grito de asombro por parte de Amber, algo parecido a un silbido agudo hecho con alguna caracola marina o algo así. Bastante gracioso, la verdad, sonaba como un “Noooot” o algo parecido.
—¡¿Conoces a Kiara y a Jezzie?! ¡Son las miembros más conocidas de los talleres extracurriculares! ¡Por JesusRaptor! Ellas viven en un departamento en la zona residencial de Volcadera, podríamos pasar a verlas mañana y-
Sin saber como reaccionar, me limite a cerrar el hocico de Amber con dos de mis dedos y luego soltarlo una vez se quedó en silencio. Mi mente no era capaz de procesar toda esta nueva información de golpe. ¿Las más conocidas de los talleres extracurriculares? ¿Viven en la zona residencial? ¿Verlas mañana? Eso era un poco apurado tomando en cuenta que mi plan original era verlas al inicio de las clases, pero… ¿Sería buena idea ir a verlas? ¿Me recordarán después de tanto tiempo sin estar en contacto? Solo recuerdo haber perdido mi celular durante un paseo y de ahí nunca haber podido hablarles de nuevo y… ¡Mierda!, realmente me había olvidado de ellas, solo las recordé cuando llegue a este sitio.
—Okey, okey —reanudo Amber—, quizá si me excedí un poco con la emoción, pero piénsalo, Desco, mañana podríamos salir, recorrer Volcadera, hablar más sobre nosotros y visitar a tus viejas amigas, no planeamos viajar al espacio, solo una salida y ya.
Para ser honesto, la emoción de Amber y la seguridad con la que hablaba era algo que sí llegaba a hacer ver eso como una buena idea, al punto que de verdad comencé a pensar que sería una buena idea ir, después de todo, era eso o quedarme aquí encerrado sintiéndome mal por mí mismo. Y bueno…
—Ya que. ¿Sabes? Suena a una buena idea después de todo, pero con una condición: solo tú, yo, Kiara y Jezzie; no me gustan los grupos grandes y no estoy para conocer a extraños aún, vayamos despacio y con buena letra.
—Solo nosotros y ellas, te-lo-pro-me-to —Asintió Amber con una sonrisa bastante alegre.
Aunque había algo en su cara que me decía que no cumpliría ese trato, pero justo en ese momento la voz de la señorita Lucy hizo que me distrajera de mi sospecha.
—¡Hey, chicos! Ya es hora de cenar, vengan a ayudar con la mesa, ¿okey?
Oh, la cena. ¿Cuánto tiempo pasé con el culo aplastado en el sofá? ¿Ya es tan tarde? —Sin más, Amber y yo apagamos el televisor y nos levantamos rumbo al comedor, colocando los platos y cubiertos sobre la mesa en lo que el tío Anon traía varias cajas de pizza. Unas cajas grandes con el logo “Moe’s Pizza” en el frente, junto con la imagen de un Tiranosaurio anciano sonriendo y levantando cómicamente su pulgar, y encima de la tapa, escrito “Especial de Lucy” con marcador rojo.
—¿Especial de Lucy? —pregunté en voz alta sin darme cuenta, a lo que la señorita Lucy contesto con una sonrisa.
—Mi tío Moe es el dueño, es una pizzería bastante conocida en Little Troodon y casi siempre nos envía cajas de pizza casera, el “Especial de Lucy” es mi receta favorita desde niña y por eso la nombro así.
Eso era bastante lindo a decir verdad, si ya de por sí es la hostia que te regalen pizza y, además, ¿que tengan una receta única para ti? Ese tal Moe debe ser un sujeto agradable.
—Oye, Desco —dijo el tío Anon—, yo que tú me sentaría ya o Amber se comerá tus porciones también.
Luego de que el tío Anon me advirtiera de que mi prima estaba depredando mi plato, me senté, dejando que la señorita Lucy pase algunas rebanadas de pizza a mi plato. Pizza con queso, salchicha trozada, anchoas, y pepperoni. La verdad soy de comer tanto comida de carnívoros como de hervies, pero la cantidad de carne que tenía cada porción, vaya que si era bastante generosa, pero eso no arruinaría el sabor ni el hecho de que yo quería comer, así que la cena siguió su curso normal.
—Y dime, Desco, ¿Cómo te iba en Monte Jaspe? ¿Llegaste a terminar bien tus clases? —pregunto la señorita Lucy.
Normal hasta que comenzaron las preguntas, preguntas que normalmente trataría de ignorar, pero… esta es la gente con la que voy a vivir durante este año y solo quieren saber más sobre mí, no tengo que ir evitando todas las preguntas que no me gusten, quedaría como el típico chico edgy y tampoco pienso caer tan bajo.
—Pues la verdad es que no fue para tanto, termine el sexto año de secundaria antes de mudarme aquí y la verdad si estoy pensando en terminar el último año en el Instituto Volcano, allá en Monte Jaspe me concentre en estudios lineales y me mantuve alejado de los talleres, de todos modos eran muy pocos y ninguno me interesaba.
La respuesta pareció caerles bien, ya que tanto el tío Anon como a la Señorita Lucy y Amber, quien aún se encontraba devorando su porción de pizza, se mostraban bastante alegres por la idea.
—Eso es genial, Desco —dijo la señorita Lucy—, amaras ir al Instituto Volcano, las clases son bastante entretenidas y los estudiantes son… bueno, estudiantes.
Por como la señorita Lucy lo describía, no parecía haber muchas personas destacables en el Instituto Volcano, pero por ahora es la única opción que tengo.
—Además —prosiguió el tío Anon—, han abierto muchos talleres nuevos en los últimos años, o bueno, nuevos e interesante. Fang y yo solo nos concentramos en Música y Ciencias ahora que lo pienso.
Los talleres de secundaria sonaban bien, gracias a mi tamaño y a la bendita genética, no necesitaba mucho para destacar en cosas como deportes o actividades físicas, a pesar de mi casi nula habilidad para seguir patrones complicados que no sean partituras musicales, pero… algo de ahí me son raro.
—¿Fang? —pregunté algo confundido, pregunta que se respondió cuando la señorita Lucy le dio un codazo al tío Anon mientras su cara se ponía rosa de la vergüenza.
—“Fang” es… un apodo que usaba durante la secundaria, el tonto de tu tío me conoció por ese nombre y parece que se le quedó pegado, y es peor porque me llama así apropósito.
El tío Anon solo sonreía mientras se frotaba el costado. “Fang” era un apodo raro para una ptero, pero no es que sonara mal la verdad.
—No es mi culpa que se me quedara pegado —respondió el tío Anon—, usabas ese apodo con bastante orgullo, sobre todo en tus conciertos con el resto de VVurm Drama.
Oír eso, sí fue algo que llamo mi atención.
—¿Conciertos? ¿Usted tocaba en una banda, señorita Lucy? —pregunté intrigado por la revelación.
Parece que mi repentino interés solo hizo que el tío Anon se ganara otro codazo, aunque esté acompañado de una sonrisa por parte de la señorita Lucy.
—Solo era un pequeño proyecto con mis amigos de la secundaria, nada muy grande y-
—¿Pequeño? —interrumpió el tío Anon—. Tocaron en todos los escenarios de Volcadera y eran lugares bastante buenos, salvo por los idiotas de ese restaurante elegante que nunca nos dejaron entrar, pero fuera de eso, recorrieron toda Volcadera tocando.
¿Eran? Eso suena como a tiempo pasado.
—¿Y qué paso? ¿Pelearon o su banda se separó? —pregunté.
Tras mi pregunta, la señorita Lucy solo suspiro aun manteniendo una pequeña sonrisa nostálgica en su rostro.
—No, aún somos muy buenos amigos, es solo que simplemente nos quedamos sin tiempo para ello. Conseguimos trabajos, tuvimos familias y, bueno, simplemente lo dejamos como un lindo recuerdo.
Lo que dijo… vaya que sonaba triste, pero la señorita Lucy no lo contaba así, lo hacía ver más como una experiencia increíble, pero pasajera, como algo que le dio alegría en tiempos difíciles, “Tiempos Rápidos” lo llamaría yo, sonaba bastante lindo saliendo de ella.
—Pues si me lo preguntan —añadí—, la música no es algo que se tenga que tomar como una carrera a seguir, si o sí, puede ser un bonito pasatiempo y ya, me gustaría poder escuchar algún día como tocaba su banda, tía Fang.
Al momento de darse cuenta de lo que dije, solo pude ver como la cara de la señorita Lucy cambiaba a una expresión de sorpresa y al instante pasaba a darle un zape en la cabeza al tío Anon.
—Mira lo que haces, tonto, ahora a él también se le pegó ese apodo —dijo la señorita Lucy tratando de sonar enojada mientras ocultar su vergüenza.
Tras ese zape, el cual sonó como un aplauso debido a la prominente calva del tío Anon, este solo sonrió levantando los hombros.
—Oye, es un buen apodo, incluso Reed y Trish te llaman así de vez en cuando.
En lo que la señorita Lucy estaba por rematar a mi ya magullado tío con otro codazo, decidí salir en su defensa.
—Pues la verdad, es que sí es un buen apodo. Además, “Tía Fang” suena mejor, ¿no? Tiene como… un toque… algo de esencia.
Y sí que lo salve, pues, la ahora proclamada como Tía Fang, se detuvo y solo se limitó a reír un poco limpiando una pequeña lágrima de su ojo.
—Ya que, si creen que suena bien, supongo que podría dejar que me llamen así… En Privado.
En eso que la charla terminaba, se escuchó claramente como Amber tragaba lo que quedaba de su pizza de un bocado y se unía a la conversación.
—Oye, mamá, tenía pensado salir a pasear mañana con Desco para mostrarle Volcadera y todo eso, ¿crees que el tío Moe o el abuelo Spears estén disponibles? Digo, sería descortés no presentarles a Desco, ¿no? Es parte de la familia después de todo.
“Parte de la Familia”, no voy a negar que eso me ablando un poco y más al ver que tanto a la tía Fang como al tío Anon les parecía una buena idea, aunque algo no me cuadraba.
—¿Abuelo Spears? Ese es un nombre humano, ¿no? Mamá, no me contó que alguno de sus padres se llamara así, ¿no es tu padre o sí, tío Anon?
A mi pregunta, el tío Anon respondió dando un pequeño suspiro, bien terminaba de beber el refresco de su vaso.
—No culpo a tu madre por eso… Nuestros padres eran… algo difíciles de tratar con el tema de tener Dinos como pareja y la verdad solo hubiera dado para problemas, pero no, Spears no es mi padre, fue nuestro director en el Instituto Volcano, un hombre bastante amable, aunque serio e imponente, que se preocupaba mucho por los alumnos. Cuando nos graduamos, él seguía visitándonos a Fang y a mí de vez en cuando para ver como estábamos simplemente porque nos había tomado cariño, y la verdad es que fue una buena figura paterna, así que decidimos acercarlo más a la familia, ahora trabaja en una concesionaria de autos y por cariño Amber lo llama “Abuelo Spears”, créeme, te agradará cuando lo conozcas, es un… gran sujeto.
Vaya, esa… esa sí que fue una gran historia. Director de secundaria, figura paterna y casi un abuelo. Y la verdad es que sí, de los padres de mamá nunca oí mucho, pero juraría que papá dijo algo parecido de ellos cuando pregunte. “—No te molestes, hijo, hablar con ellos solo daría para problemas” y realmente… prefiero dejarlo así, quizá papá y el tío Anon tengan razón.
—Bien, chicos —dijo el tío Anon—, es mejor que vayan a lavarse los dientes y a dormir, mañana debo ir a atender a un cliente y Fang irá de visita a casa de Trish, así que todos tendremos que levantarnos temprano… Agh, como detesto decir eso.
En todo caso, nos levantamos y limpiamos la mesa, y luego me dirigí a mi habitación por mi cepillo de dientes e ir luego a lavármelos junto a Amber, ignorando un pequeño detalle que creí que no sé notaria.
—Oye, Desco, ¿qué le pasa a tus dientes? —preguntó Amber.
Esto algo que siempre me había molestado, lo oculto, pero tarde o temprano en el peor momento, se nota. Por herencia de papa tengo unos dientes similares a los carnívoros, afilados y anchos, no estorban, pero es algo que se ve raro en un humano, como esos raros que se ponen implantes para verse “únicos” y solo terminan dando cringe, solo que yo los tengo naturalmente.
—Ah, pues… son cosas de mi papá y tal… por ser híbrido y esas cosas.
—Pues se ven cool —dijo mientras estaba a por dirigirse a su habitación—, a veces me pregunto como habría sido tener un hermano híbrido, ¿sabes? Así que te debo una por cumplir ese papel en cierta forma.
—Pues… gracias —respondí.
—En fin, buenas noches, grandote, no te caigas de la cama mientras duermes, ¿sí? Eso también es cosa de papá —dijo con una pequeña risa.
—Buenas noches a ti también, tampoco te caigas de la cama, ¿eh? Recuerda que el tío Anon es tu papá —respondí también con una pequeña risa.
En lo que seguramente fue uno de los mejores cumplidos que me han hecho, Amber se despidió en lo que yo terminaba de enjuagarme y guardaba mi cepillo.
La noche termino con Amber riendo por mi comentario y con todos listos para dormir. Es una sensación rara a decir verdad, creí que me costaría más adaptarme, que solo pasaría de largo y ya, pero… no sé qué imagen tenía del tío Anon y su familia, pero me acogieron muy bien, me trataron como uno más y con toda la confianza posible.
Es mi primer día aquí y Amber ya es mi amiga, le caigo bien a la tía Fang y al tío Anon, y mañana saldré a recorrer Volcadera y tal vez vea de nuevo a mis viejas amigas. Solo puedo pensar en que me hubiera gustado haberlos conocido antes, con mamá y papá aquí… De verdad espero que él también esté bien. Le mandaría un mensaje, pero mi celular está muerto y debo dejarlo cargando, pero por ahora solo puedo decir:
—Buenas noches, papá.
Chapter 3: Para conocer y reencontrarse.
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(Perspectiva: Desco Nócido).
Jueves a las 7:00 A.M. Estado actual: en un sueño profundo, feliz y abrigado entre mis sábanas y con mi cabeza reposando en una cómoda almohada que por alguna razón que ignoro tiene forma de Dino-Nugget, juraría haber visto alguna de esas por Pteramadon, aun así, es cómoda y…
¡Biiip…! ¡Biiip…! ¡Biiip…!
Oh… La alarma… No sabía que encendían esas cosas en verano… Joder y tengo que moverme para pagarla… Bien, Desco, tú puedes, un movimiento rápido, apagas esa mierda de una hostia y vuelves a dormir un poco más.
Así ejecuté mi plan, salí con el rápido movimiento de un depredador emboscando a su presa, golpeé la alarma y regresé a mi capullo de sábanas… Desafortunadamente, no pude disfrutarlo por mucho tiempo, ya que cierta ptero-chica abrió la puerta minutos después.
—¡Para arriba, grandulón! Hay que desayunar antes de que papá se vaya a trabajar.
Cómo no tenía ganas de articular palabras solo me resigne a que mi derecho sagrado al descanso sea vilmente revocado por mi prima Amber, obligándome a levantarme, cosa que hice con un sufrimiento inhumano, pues acostumbro a dormir con mis bermudas y una playera sin mangas, cosa que me dejaba sentir el, para nada agradable, aire frío de la mañana.
—Enseguida bajo, ¿vale? Solo déjame vestirme bien que no me quiero morir de una hipotermia.
Por suerte Amber contestó afirmativamente cerrando la puerta y dejándome en la tranquilidad de mi habitación, así aproveché a cambiarme, una camiseta, unos pantalones largos y un abrigo que papá empacó para mí… Oh… es verdad, debería hablar con él para saber cómo está… tal…
—Desco, ¿Estás despierto, muchacho? —preguntó el tío Anon—. Ya está listo el desayuno.
Escuchar al tío Anon me hizo espabilar al momento, por lo que solo atiné a tomar mi celular y terminar de vestirme para salir.
—Si, si, todo bien, tío Anon, Amber ya había venido a despertarme.
—O quizá se asustó por el golpe. No te culpo, yo también detesto las alarmas, pero si no fuera por esas cosas no me levantaría de la cama, así que anda, vamos a desayunar antes de que Amber y su madre se coman todo, no quiero volver a comprar de la comida del trabajo.
Oír al tío Anon sí que levanta el ánimo debo decir, llega a ser tristemente cómico oír sus experiencias de vida, así que sin más lo seguí bajando las escaleras y siendo recibido con el incomparable aroma del pan recién tostado, queso para untar y café con leche, lo cual está perfecto porque detesto el café a solas.
—Así que ¿saldrán de paseo hoy? —preguntó la tía Fang, mientras tomaba lugar en su asiento sosteniendo su taza de café.
Parecía feliz por la idea de que Amber y yo recorriéramos Volcadera, aunque no se notaba por su cara de enfado por tener que levantarse temprano, cosa que aparentemente compartimos todos aquí… Todos salvo Amber.
—¡Claro! —respondió Amber—. Quiero que Desco vea los mejores lugares de Volcadera, como Little Troodon, el parque y el restaurante del tío Moe.
Amber si parecía genuinamente feliz de salir conmigo, entiendo que somos primos y tal, pero nos conocemos hace poco, se nota que es alguien muy sociable o por lo menos que disfruta de hacer amigos… Si me dicen que heredó eso del tío Anon me descojono de lo lindo.
—Si, suena bien, cariño —dijo el tío Anon—, solo no andes arrastrando a tu primo por toda la ciudad, vayan lento, además, recuerda que tenemos una parrillada en casa de tu tía Trish dentro de unos días.
Hmmm... Eso que dijo, ¿“Tía Trish” será hermana de la tía Fang? ¿O quizá una amiga de la familia?
Y así pasaron los minutos, terminé mi desayuno, me ofrecí a lavar los trastes y luego me fui al sofá donde, junto a mi prima Amber, observamos la linda y familiar escena del tío Anon despidiéndose de su Ptero-Esposa con un cariñoso beso antes de irse a trabajar, es raro ver una escena así… No recuerdo la última vez que vi a papá despedirse de mi madre, quizá aquella vez hace años, mamá se iba a la universidad y yo la vi desde las escaleras despidiéndose de papá… Recuerdo el “Hasta pronto” el suspiro de papá y luego los cuatro años de espera que nunca se concretaron… Aún sigo preguntándome cómo se habrá sentido papá, es un hombre fuerte y todo, pero… él amaba a mamá y ya no está y ahora yo estoy aquí… Quizá deba tomar mi teléfono y…
—Desco, ¿Sigues vivo?
La suave voz de Amber habló a mi costado, sacándome una vez más de mis propios pensamientos.
—Ehhh… Si, si, solo pensaba —contesté, esperando no haber puesto una cara tan melancólica como la que pensaba, por suerte, su rápida sonrisa al oírme me dejo en claro que lo que dije le sirvió como respuesta.
—Oh, ¡Bien! Tenía pensado que podríamos salir más temprano de lo planeado, quizá antes del almuerzo para ir directo al restaurante del tío Moe, ¿Qué te parece?
—Por mí está bien, tengo algo de pasta para pagar un buen almuerzo, así que no hay problema.
Tío Moe, bueno, de ahí había salido la deliciosa pizza de la cena anterior, así que por mi estaba más que perfecto.
—El tío Moe no nos cobra, Desco —dijo Amber, manteniendo una leve risa con el pico cerrado—, aunque sería bueno para comprar algo en Little Trodon, ese mercado tiene de todo.
Y así seguimos charlando por un buen rato sobre algunos lugares o que pedir para comer, también un fuerte debate en el que yo dejaba en claro que la pizza con chorizo era mucho mejor que la de pescado, cosa que mantendré hasta mi muerte, posiblemente.
Pero, en fin, las 10:00 llegaron y Amber insistió en que debíamos salir en ese momento, así que tras despedirnos de la tía Fang y ver el sol del exterior ganando más fuerza decidimos salir.
El clima era agradable, fresco, pero con el sol con la fuerza suficiente para que se sienta que aún es verano, una prueba clara de que el último día de verano ya llegaba. Pero por ahora todo estaba tranquilo y por suerte tengo una capacidad más que decente para iniciar una conversación.
—Oye, Amber, esa “Tía Trish”, ¿De quién se trata?
Ella me dedicó una mirada de curiosidad y respondió.
—La tía Trish es una amiga de la familia, es una triceratops que vive unos barrios más al norte de nosotros, iremos a su casa este fin de semana para la parrillada por el último día de verano, así que supongo que la conocerás
Eso confirmo mis sospechas, una Triceratops, ¿eh? Espero no sea un tema especista, pero juraría que vi al tío Anon fruncir el ceño cuando se mencionó el nombre “Trish”.
—Genial y hablando de ir, ¿para dónde estamos yendo nosotros? Mencionaste como tres o cuatro lugares para visitar, pero nunca el orden.
En eso juraría que por un instante vi una mirada malévola en la cara de Amber mientras aceleraba el paso para caminar delante de mí.
—Primero iremos al parque, de ahí a almorzar y luego daremos unas vueltas o algo antes de ir a ver a Jezzie y a Kiara. No te olvidaste de eso, ¿verdad?
COÑO QUE SI ME HABIA OLVIDADO.
Jezzie y Kiara, íbamos a visitarlas también! Coño, coño, coño. ¿Qué se supone que les diga? ¡Un simple “Hola” no regresa dos años o más de no haber hablado! Jesusraptor en la cruz de piedra, vaya que soy gilipollas.
—Ehhh… Quizá si olvidé parte de eso, pero debe ser por el hambre.
Por suerte pase años entrenando para resistir el impulso de murmurar lo que pienso, así que por ahora voy a fingir que tengo todo bajo control, si, eso haré.
—Y dime… ¿Alguna te gustaba? —preguntó Amber.
Ella giro a verme directamente, con esos ojos grandes y cristalinos de color ámbar que esperaban pacientemente mi respuesta, aunque la respuesta era simple mi mente solo le daba vueltas a una idea “Ésta trama algo”.
—Nope… Solo éramos amigos, conocí a ambas en tiempos muy separados y la verdad es que nunca pensé en que alguna me gustara.
Eso más que decepcionarla parecía haberla animado más… ¿Animado a qué? Aún no lo sé y por mi bien, dejaré de darle vueltas a ello. Además, ya habíamos llegado al parque, una enorme área circular atravesada por cuatro senderos de concreto liso, con juegos de diferentes tamaños y mucha vegetación, además de un anfiteatro con escalones de distintas medidas y un escenario circular en el centro, ambos de concreto.
Amber parecía muy emocionada con mostrarme esa parte y a mí también me emocionaba en cierto modo, los anfiteatros son lugares históricos muy atractivos a la vista y muy ligados al arte.
—Por aquí, grandulón —dijo Amber—, este lugar es a donde quería llegar.
Amber me interrumpió, bajando por las escaleras con pequeños saltos entre ellos en lo que yo le seguía el paso, una ventaja de la diferencia de altura es que puedo seguir el paso de mi hiperactiva prima sin problema.
En lo que nos acercábamos pude darme cuenta la razón por la que Amber estaba tan emocionada por llegar… Había una chica bailando Break Dance en el anfiteatro.
—Ehhh… Amber?
No pude decir nada más, pues Amber paso por arriba mis preguntas para hablar con aquella chica.
—¡Sera! Sabía que estarías aquí, ¿Cómo van tus prácticas?
Por como hablaban no me costó deducir qué eran amigas. Así que Sera, ¿eh? Una chica Triceratops apenas más alta que Amber, de cabello rizado y morado, bueno, toda ella era morada la verdad y… Espera!, otra chica… Una que no conozco de nada y…
—¡Amber! —exclamó la chica Triceratops—. Mi práctica va genial, ya estaba terminando antes de que llegarás y… Ehhh, ¿tu papá se hizo un cambio de look o quién es el?
Y ahora me está mirando a mi… Con esos grandes ojos y… ¿Y eso que oigo son alarmas? ¿Por qué coño oigo alarmas? Debería decir algo, ¿no? Preguntó sobre mí y yo aquí de pie... ¡y seguramente con cara de gilipollas!
—Yo... ehhh… Me llamo…
—¡Desco! Él es mi primo Desco —continuó Amber—, vino de visita desde Monte Jaspe y quería darle un tour por Volcadera.
¡Coño! Amber, mi salvadora! Me ahorro la parte de presentarme y cagar aún más mi primera impresión.
—¡Si! Desco, eso mismo y… Pues sí, llegué apenas ayer y estoy dejando que Amber me muestre los alrededores.
A ver… Mal no lo hice, Amber párese feliz de que yo haya podido modular más de dos palabras y Sera me veía con un brillo en los ojos, eso para mí era una victoria total, así que Desco: 1 Autismo: 0.
—Así que… Desco, ¿algo que te haya interesado de Volcadera? —preguntó Sera—. ¿Algún lugar o alguien que te haya caído bien?
Por como ella se dirigía a mí ya me dejaba bien en claro lo confiada que era de sí misma, ese tipo de persona que no le tiene miedo a interactuar con extraños… Coño, que celos.
—Pues, bueno, por ahora no hemos visto mucho la verdad y…
Me habría gustado decir algo más, pero Amber me interrumpió al momento, recordándome indirectamente que no veníamos solo a ver el parque y a una Triceratops bailarina color uva.
—¡De hecho! Íbamos a salir con Jezzie y Kiara, del grupo de jardinería y costura, tenía pensado que fuéramos todos a comer en Dino Moe’s. ¿Te parece?
La acaba de invitar también… Sabía que algo planeaba está niña, pero la verdad, no me molesta, Sera se ve agradable y debo pensar en otras cosas, como por ejemplo… ¿Cómo voy a mostrar la cara con Jezzie y Kiara? ¿Qué decir? O ¿Cómo decirlo? ¿Siquiera se acordarán de mí? Joder eso es mucho para alguien lento como yo…
—Y dime, Desco —dijo Sera.
Ella volteo a verme otra vez, bueno, está bien que yo no tenga que iniciar la charla por lo menos.
—Ah, sí, ¿Qué pasa?
—Bueno, quería saber… ¿Comes vegetales o solo carne?
Ahhh, cierto, los hervies.
—Pues bueno, la verdad es que desde crio lleve una dieta de ambos, como carne, sí, pero no tengo problema con comer vegetales, eso sí, lo de llevarme hojas y flores a la boca no me va, desde que lo intenté a los 6 años supe que no me molaba el sabor.
—Pfff… Jajajaja.
Por Jesusraptor en la cruz de piedra, ¡hice reír a una chica!
—Bueno, bueno —dijo Amber—, entonces que les parece si vamos los tres juntos, buscamos a Kiara y Jezzie, y de ahí a almorzar en Dino Moe’s.
A este punto la idea de Amber me parecía hasta emocionante la verdad, como esa sensación de pertenecer a un grupo… Es raro y aún tengo nervios, pero pensándolo bien es mejor si voy en grupo, además tal parece que Sera y Amber conocen a Jezzie y a Kiara, ¡quizá si tomo valor en el camino hasta sea sencillo!
—Espera… ¡Desco, mira! ¡Jezzie está ahí, cruzando la calle, en el mercado, que suerte tenemos!
… “Woooooo, Woooooo, alerta, Defcon nivel 3, Defcon nivel 3. Todo está derrapando” por alguna razón eso y unas alarmas me daban vueltas en la cabeza al oír a Amber.
Jezzie fue de compras justo este día, a esta hora y en el mercado que está justamente en la calle que se encuentra frente a nosotros sin nada que nos detenga de ir a verla… Jesusraptor, tío, te había pedido un simple favor, ¿y así es como me pagas?
—Hey, es verdad —dijo Sera—, reconocería esas garras dónde fuera ¡vamos a verla!
Sera también… Y yo que ya creía que todo iba a pedir de Milhouse… Pero bueno, ya estoy aquí, las alarmas ya se están calmando y siento como claramente Sera y Amber me jalan llevándome al mercado…
—Vamos, Desco, cambia esa cara de miedo, es tu amiga después de todo, ¿no?
Amber se lo toma tan a la ligera, debería contarle para que entienda porque estoy así… Debería…
—Ehhhh… Tienes razón, vamos con ello.
…Pero la pena no me dejó… Solo trataré de poner mi mejor cara y ver para donde salen los tiros.
Y así cruzamos la calle llegando al mercado, un enorme edificio con la estructura de un supermercado con varios puestos bien acomodados en diferentes pasillos, era literalmente un super con la disposición de un mercado callejero, con largos pasillos que dejaban ver a todos los puestos del lugar, productos de limpieza, objetos escolares, repuestos varios, comida congelada, comida rápida, mercadería, frutas y vegetales e incluso carne, todo bien estructurado y separado para que ningún herbívoro se encuentre con un fiambre y ningún carnívoro con una lechuga. Para ser honesto, si mi cabeza no estuviese reformulando como hablar con Jezzie luego de tanto tiempo sin tener contacto, me detendría a tomar una foto del lugar.
—Bueno, Desco, te encargas de Jezzie, ¿okey? Sera y yo iremos a comprar algunas cosas para la parrillada de este fin de semana ¡Mucha suerte, grandote!
Y así y antes de que me diera cuenta, Amber me dio una palmada y se fue arrastrando a Sera con ella, dejándome solo con la misión de buscar a Jezzie… Misión a la que me resigné comenzando a vagar por los pasillos a la vez que veía los diferentes puestos, ensaladas, pizzas congeladas de Moe’s, repuestos para electrodomésticos, un puesto de hotdogs con una dino muy amigable que me dio una muestra gratis, y finalmente… Un pasillo titulado como “Herbies Express”, pasillo donde noto claramente a Jezzie entre la multitud, cosa que no era tan difícil, una Therizinosaurus de dos metros y tanto, color celeste, cabello corto de color rosa intenso y un par de garras en lugar de dedos, sin duda es ella. Estaba ahí, comprando su almuerzo o cena en uno de los puestos.
Bien, Desco, ya eres un chico grande, solo acércate y háblale, ¡eran amigos después de todo, coño!
—Bien… Vamos, Desco… no es momento de hacer el gilipollas —murmuro para mí.
Luego de envalentonarme a mí mismo en voz baja, opte por dar un todo o nada y comencé a acercarme a Jezzie, cosa que habría salido muy bien si no fuese porque al voltearme y caminar choque de rostro con ella, retrocediendo unos pasos por el impacto.
—¡Ouh! ¡Y-yo, lo lamento mucho! ¿Estás bien? —dijo la chica de largas garras.
Así me vi cara a cara con mi vieja amiga, cosa que parece haberle impactado por igual, puesto a que tenía sus ojos sobre mí, como si no llegara a entender lo que ve… Coño, debo decir algo…
—Ehhhh… ¡Jezzie! Que cosa verte por aquí, ¿eh? Cómo has…
Sonaba bastante natural la verdad, me hubiera gustado seguir hablando, pero al momento sentí a Jezzie sujetando mis hombros con cuidado de no apuñalarme con sus garras, sacudiéndome una y otra vez mientras me dedicaba un grito tan agudo que fácil podía dejarme sordo a mi como al pobre chico del mercado que con suerte llegó a cubrirse sus oídos.
—¡DEEEESCOOO! ¡Desco, Desco, Desco, eres tú!
Y ahí estaba, con los tímpanos a reventar y con mi vista fija en un manchón azul y rosa que me sacudía hacia atrás y adelante mientras yo trataba de balbucear alguna petición para que me suelte.
—Ehhhh… Jezzie… Jezzie, ¿puedes soltarme por favor? Me estoy empezando a marear…
Y salió bien, pude armar esa oración yo solito y sin vomitar por el sacudón…
—¡Oh! Si, si, lo lamento, es solo que… Coño, Desco, ¿Hace cuánto no nos vemos? Uno o dos años sin saber nada de ti y… Y ahora te tengo aquí, por la cara, no me culpes por estar feliz.
Y en eso tenía razón la verdad… Por suerte me soltó con cuidado en plena charla… Charla que, como dije antes, tiene un punto… Desde que Jezzie vino a Volcadera hace unos dos años no hablamos casi nada… Simplemente deduje que ella estaría haciendo su nueva vida y no tendría tiempo… Vaya que soy gilipollas…
—Siempre murmuras cuando te llamas a ti mismo gilipollas, ¿sabes? —dijo Jezzie—. Pero no lo eres, Desco.
Ohhh… Y además me escucho…
—Mira, Jezzie, lo soy, lo arruiné pensando que tú no tendrías tiempo y cuando quise recordar ya llevábamos dos años sin hablar… Y eso sí es de ser muy gilipollas, ¿sabes?
Jezzie solo sonrió, aparentemente feliz de oír que aceptaba la culpa de no habernos vuelto a hablar, pero para ser sincero… Coño, que se siente bien verla… Es como esos momentos donde sueñas que tienes algo genial en las manos, te despiertas y no lo tienes… Pero con el toque mágico de que justo algún familiar o amigo te lo regala o tú mismo lo consigues y es gloria pura… Joder, Jezzie es mi amiga después de todo y ahora está aquí… Aún feliz y sonriendo.
—Vamos Desco, no arruines el momento poniéndote pesimista, ¿okey? ¡Ahora estás aquí! ¡Tienes que contarme todo!
Ohhh.. todo… Nunca le conté lo de mamá y… eso…
—Ehhhh… ¿Todo?
La verdad es que eso sigue bajo la emoción, el cómo puedo pensar en tanto y al final siempre caigo a lo mismo… Mis padres…
—¡Claro que todo! ¿Cómo has estado? ¿Hace cuanto llegaste? ¿Dónde estás viviendo? Cosas así, claro.
Oh, bueno, con charlas cortas quizá si pueda…
—Pues llegué apenas ayer de hecho, voy a pasar este año en casa de mi tío Anon. Es más, ahora mismo salí de paseo con mi prima Amber que debe estar… Por algún lado de aquí… No lo sé…
Bien hecho, Desco, eso sí es una respuesta directa y concisa, muy bien.
—¿Con el señor Anon? ¡Genial! Es el esposo de nuestra profesora de música en el instituto, es bastante amable, a veces va a ayudar a la profesora Lucy con los instrumentos o el sonido. Además, Amber es muy agradable, es lindo saber que estás con ellos.
Ohhh, pues sí que parece conocerlos después de todo.
—Pues si son agradables, Amber me contó que eres la representante del club de jardinería, eso es genial.
Y vaya que decir eso fue lo correcto, el brillo en los ojos de Jezzie es algo muy alentador.
—¡Pues si! Apenas termine mis clases en el instituto opte por unos puntos extra ayudando en el club de jardinería y Kiara… Jesusraptor, Kiara!
¡Jesusraptor, Kiara! Es verdad… Oírla me hizo recordar el detalle de que también teníamos que visitarla…
—¡Coño, Desco! Ella tiene que verte también, estamos compartiendo un piso de hotel y me contó que también eran amigos.
Ouuh… Y hasta hablaron de mí… Eso es muy lindo, y nuevamente don gilipollas pensando todo lo contrario… ¡Pero ahora tengo la chance de pedir disculpas por todo! ¡No más hacer el idiota!
—Oye, Jezzie, justo estábamos por ir a almorzar a Moe’s con Amber y su amiga Sera, ¿Qué tal si Kiara y tú también vienen? Estaría genial volver a pasar el rato, sobre todo ahora que estamos los tres.
Y en eso recibí otro ataque mortal por parte de Jezzie, este en forma de un abrazo que estoy seguro me hizo tronar la columna en partes, justo en el momento en que Amber y Sera llegaron al puesto donde estábamos.
—¡Desco! Aquí estás, grandote —dijo Amber—, ¡y encontrarse a Jezzie! Genial, genial.
Cómo era obvio Amber estaba más que feliz por verme con Jezzie, y Sera quien parecía seguirle el juego con una pequeña sonrisa.
—Pues sí, estaba aquí comprando algo para el almuerzo y choque con él, sabía que era él porque, bueno, no todos los humanos miden casi dos metros, además de las marcas en el rostro y todo.
Ah, sí, las marcas, con el tiempo olvidó que están ahí… ¿Se notan tanto?
—¿Marcas? Ah… Yo pensé que era maquillaje o algo de humanos, ya sabes, pinturas, lanzas y todo eso.
Y Amber demostrando su enorme sentido del humor… Cosa a la que parece me tendré que acostumbrar, hasta Sera, quien por ahora se limitaba a estar en silencio junto a Amber dejó escapar una pequeña risa por ello… Bueno, fue un poco tierno… Además, un chiste de índole racial no lastima a nadie.
—Pero, en fin, Desco —continuó Amber—, ¿le contaste a Jezzie sobre nuestros planes para almorzar en Moe’s?
—Si lo hice, pico de botella, es más, antes de que llegaran estábamos hablando sobre invitar a Kiara, ¿verdad, Jezzie?
Al momento de verla ella parecía estar rabiando con su celular, al inicio pensé que era por sus garras y eso, pero luego lo vi guardarlo tras un suspiro pesado.
—Aaaghh… La batería está muerta… Tendremos que ir hasta el departamento por ella… que pereza.
Tras ese pequeño problema terminamos saliendo del mercado con las compras de Jezzie y algunas bolsas de soda y botanas compradas por Amber y Sera, ahora solo debíamos ir por Kiara.
—Oye, Desco —dijo Amber—, lamento está putada, pero unos amigos van a venir también y quería saber si tú y Sera podrían esperar en el parque. Jezzie y yo vamos al departamento, dejamos las cosas, buscamos a Kiara y regresamos, al instante. No te molesta, ¿verdad?
¿Quedarme aquí con Será? Bueno, sería una buena oportunidad para charlar con alguien más, además, caminar hasta ahí sí parece un viaje de pereza, así que…
—Claro, yo no tengo problema, las espero aquí y ya.
Por sus expresiones, tanto Amber como Sera no se esperaban mi respuesta… Jeh, eso les pasa por tratar con alguien tan loco e impredecible... Dios, que cringe sonó eso. ¿Por qué lo pensé?
Pero, en fin, cuando quise darme cuenta, Sera paso a estar a mi lado y cruzamos la calle hasta ir a la acera y sentarnos, ella parecía bastante tranquila y… ¿cómoda por estar conmigo?
—Y… Desco… ¿Cómo va tu día hasta ahora?
Bueno, comenzó la charla, eso es buena señal.
—Pues… Bien la verdad, Amber parece haber pensado muy bien en esta salida, Jezzie parecía feliz de verme y la verdad es que fue lindo conocerte, pareces alguien agradable después de todo.
Y vaya que esa fue una buena respuesta, Sera parecía muy impresionada por lo que dije y eso se notaba por como mantenía los ojos bien abiertos y la forma en la que brillaban… ¿Debería decir algo más?
—Y… Y dime, jeje, Amber me contó que tocas la guitarra, ¿te interesa mucho la música?
Oh, pues se me adelantó… Bien, contestar no me duele después de todo.
—Pues bastante la verdad, tocar música me gusta bastante, aunque no soy mucho de componer, solo me limito a tocar la guitarra jeje… ¿Y tú? Vi hace nada que bailabas y se nota que eres buena en ello, ¿te interesan mucho el baile?
Bien, ese fue un buen punto por mi parte porque al momento Sera parece haberse girado casi completamente hacia mi mientras su cola daba rápidos golpes de emoción contra el suelo… Un claro indicio de que había llamado más su atención.
—¿El baile? Por Jesusraptor ¡Adoro el baile! Seguir el ritmo de la música con el cuerpo, aprender un movimiento nuevo cada día, encontrar una canción nueva que me inspiré a bailar ¡Nada puede gustarme más que eso! Apenas inicien las clases pienso unirme al club de artes e ir al taller de danza ¡Me he pasado todo el verano practicando Break Dance para ello!
Wow… Ella habla de la danza con tanta emoción y cariño, es como oír lo que puedo yo mismo sobre la música… Salvo que ella si puede explicarlo en voz alta… Eso es genial.
—¿Y qué hay de ti, Desco? Amber me dijo que planeas ir al Instituto Volcano, hasta donde recuerdo el club de artes tiene un taller de música también, podrías inscribirte.
Otra vez wow... Eso suena perfecto la verdad, me encantaría estar en un taller de música, quien sabe que podría aprender de ahí, además con la tía Fang de profesora de música seguro me iría muy bien, ella de verdad parece apreciar bastante la música.
—Pues buena idea la verdad, puede qué si me inscriba, además eso nos haría compañeros de clase, ¿no es así?
Al momento lo había dicho de coña, pero ver que el rostro de Sera pasar por tres tonos de morado distintos me hizo entender que ella no lo vio así.
—Ehhh… ¿Sera? Yo lo…
—¡Jajajaja! Claro, claro, ¡Estaría genial ser compañeros! Ya sabes, ir a las clases juntos y todos eso jeje... jeje…
Esa por lejos debe ser la risa con más nerviosismo ahogado que he oído… Y por como reaccionó se siente como si ella no quisiera tener que toparse conmigo en las clases… Pero ver sus ojos aún abiertos y brillantes y como uno de sus dedos juega enrollándose en uno de sus rizos me hace pensar que le da vueltas a la idea, así que me limitare a darle el beneficio de la duda.
—Oye, Sera, una duda. —Al oírme, Sera parpadeo un par de veces y volteo su vista de regreso a mí juraría que casi podía ver mi cabezón reflejado en sus ojos—. Bueno, quería saber, ¿hace cuánto conoces a Amber? Ambas parecen ser muy buenas amigas y tal.
Al momento el rostro de Sera descansó un poco de esa expresión “ojiabierta” y paso a una más calmada y con una clara sonrisa.
—Oh, desde siempre, de hecho, su madre y la mía se conocen desde niñas y nosotras igual, ¡somos inseparables! Aunque parece que no nos veremos mucho en clases, ella irá al club de deportes, le gustan mucho y es muy competitiva, aunque se niegue a aceptarlo. De hecho, el año pasado en una parrillada desafío a su papá a un partido de Basquetbol.
—Wow… ¿Y eso como terminó?
Pregunta un poco tonta la verdad porque de lejos se ve que el tío Anon tiene menos manejo de deportes que una sandalia.
—Amber lo hizo poooolvo, la hubieras visto, codazos, bloqueos agresivos, juraría que casi le muerde una pierna para hacerlo soltar el balón.
Bien, es bueno saber eso la verdad, ahora sé que nunca debo aceptar un desafío de Amber sin importar el deporte que sea.
—Oye, Desco.
Al momento Sera devolvió su vista hacia adelante mientras su dedo seguía dándole vueltas al rizo de su cabello.
—¿Hmmm? Dime, Sera.
Al responder pude ver claramente como tragaba saliva antes de mirarme de reojo y preguntar:
—Parecía que estabas muy nervioso por ver a Jezzie. ¿Hay algo entre ustedes?
En ese momento si parecía una pregunta sería, pero la verdad es que, para mí, por lo menos para mí, era algo tan absurdo que hasta me hizo reír un poco.
—Jajaja, ¿Jezzie y yo? Por supuesto que no, jamás nos veríamos como algo más que amigos.
Sera parecía haberse extrañado bastante con mi respuesta.
—Pero vaya que parecías tener miedo de verla cuando la mencionamos antes de ir al mercado, creí que algo había pasado algo entre ustedes.
Okey, entonces si se me notaba lo acojonado que estaba… Eso solo me hace sentir aún más gilipollas…
—Bueno, si estaba nervioso, pero eso era porque no sabía cómo reaccionaría al verme, después de todo llevamos un par de años sin saber nada uno del otro.
—¿Nada? —Sera ahora parecía tener más dudas que nervios—. Ósea, ¿sin mensajes, llamadas o algo así? Que horrible, así yo también tendría miedo de decir cualquier cosa la verdad. Pero ¿por qué no hablaron en todo ese tiempo?
Okey, esa pregunta era otra que quería evitar, pero bueno, ya estoy aquí y supongo que lo mejor es decirlo y ya.
—Bueno, cuando Jezzie se fue si hablamos por unos días, pero pasó que mi teléfono anterior se estropeó y pasé como dos semanas sin uno nuevo y de ahí a que conseguí otro… Simplemente, me había olvidado de que estábamos hablando, nunca recibí otro mensaje, nunca envié otro y bueno… La cosa quedó ahí y la verdad es que si me siento mal por ello… Coño, ellas son mis amigas y yo las dejé aún lado por ser gilipollas.
Jesusraptor… Ahora que lo digo en voz alta… Vaya que soy idiota, tío… Me merezco hasta una golpiza por algo así. Pero gané otra cosa… Siento la mano de Sera en mi hombro y como su cola gira para rodear parte de mi espalda baja.
—Oye, Desco, eso sí está mal, no te voy a mentir, pero sabes… No creo que eso te haga una mala persona, después de todo aún tienes la oportunidad de pedirles perdón y arreglarlo todo. Al fin y al cabo, ellas son tus amigas y los amigos pueden perdonarte ser unos idiotas a veces.
Eso fue… Eso fue bastante lindo no voy a mentir… A veces olvido que hablar las cosas puede ser de ayuda.
—Gracias, Sera… —Al momento pongo mi mano sobre su hombro de igual forma mientras sus ojos vuelven a abrirse como dos platos brillantes que me ven fijamente mientras yo dedicaba una de las cosas más difíciles que puedo hacer, sonreírle a alguien sin sentirme como un idiota—… Tú también pareces ser una gran amiga, ¿sabes?
Al momento Sera nos separó dejando salir un chillido mientras ocultaba su rostro con las manos a la vez que su cola se movía de un lado a otro golpeando el suelo como un metrónomo.
—Oye, jaja, ese es un buen ritmo, ¿tiene nombre?
—Cállate, tonto…
Al momento recibí un golpe en mi costado por parte de la cola de Sera, aunque más qué molesta parecía estar apenada. Así pasamos los últimos minutos hablando de tonterías y quien sabe que más hasta que Amber y Jezzie al fin llegaron, está ves trayendo a Kiara con ellas.
—¡Sacrebleu! ¿Me están engañando los ojos? ¡Desco, eres tú!
Rápidamente Sera y yo nos pusimos de pie, pudiendo notar como Sera enrollaba su cola alrededor de su pierna, parece ser su reacción natural a la pena.
—¡Kiara! La única persona procedente de Francia que me agrada.
Y así, tras recibir un codazo de Kiara, terminamos por darnos un abrazo de reencuentro, uno al que claramente Jezzie se sumó.
—Yo también te extrañé, Skinnie, ahora explícanos como es que llevamos casi dos años sin saber nada de ti, como llegaste aquí y lo más importante, ¿dónde diablos dejaste tu cabello?
Bien, supongo que es una buena oportunidad para probar lo que charlé con Sera, ser honesto y hablar con ellas, son mis amigas después de todo.
—Bueno… Lo que pasó es que… ¿Ya ven que apenas se fueron nos mantuvimos en contacto por teléfono? Okey, pues un idiota estropeó mi teléfono y perdí sus contactos y de ahí hasta conseguir mi nuevo celular… ya había olvidado que tenía sus números… pero de verdad, de verdad juro que no era mi intención dejar de hablarles, son mis amigas y las quiero, coño, simplemente… cometí un error que duro hasta ahora. Y ahora que lo pienso… Si que suena a una mala excusa, ¿verdad? Pero juro que no lo es ¡Es la pura verdad!
Por un momento Jezzie y Kiara se miraron entre sí solo para recibir una mirada extrañada por parte de ambas, cosa que me decía que ellas sabían algo que yo no, … y creo que sé que es…
—Oye, Desco… tu laptop… —dijo Jezzie.
Ooohhh… No…
—Si recuerdas que tienes un archivo Word en tu laptop… —continuó Kiara.
No, no, no, no…
—Un archivo donde anotas a tus contactos… —prosiguió de nuevo Jezzie.
Coño, no… Kiara lo recordó y yo no… ¡Dos putos años y no recordé que tengo un puto archivo con copias de los contactos de mi puto celular! Deberían de darme una medalla, dudo que alguien sea tan hábil en el arte de ser un idiota, retrasado, imbécil y sobre todo gilipollas como yo…
—Desco… Eres mi primo y te quiero… Pero por favor dime qué no olvídate algo así de importante por dos años…
Y ahora Amber también… Nunca en la vida había sentido tantas ganas de meterme en mi propio culo… No me queda de otra, debo usar aquella técnica milenaria de la familia Nócido, heredada a mí por mi padre… ¡Cambiar de tema!
—Oye, Amber… ¿No que vendrían unos amigos tuyos para acompañarnos a almorzar en Moe’s y tal? Porque ya tengo hambre.
Amber al momento cayó en cuenta de ello, me di cuenta por la forma en la que sus plumas se esponjaban y volvían a la normalidad de un momento a otro… Mi técnica fue un éxito.
—Ohhhh… Si, eso… Ehhhh… Estaba mintiendo, era para que Sera y tú se queden aquí y… ya sabes, charlen un poco, se hagan amigos y eso je-je… ¡una ayudita de tu querida prima Amber para que hagas una nueva amiga!
Porque no me lo vi venir… O yo soy así de idiota o está niña es una manipuladora de la talla de Aizen… Pero como sea, por suerte eso hizo que Jezzie y Kiara comiencen a reír y olvidarán el tema de mi casi nula capacidad para retener información…
—Bien… ¿Entonces vamos solo nosotros cinco? Porque vaya que tengo hambre… Quizá una ensalada y alas de pollo me caigan bien.
Amber parecía haber captado bien el mensaje porque al momento pasó una de sus manos disimuladamente por una de sus alas antes de dar media vuelta y comenzar a caminar.
—Mala suerte, Desco —dijo Amber—, Moe’s es una pizzería y restaurante italiano, pero mejor vamos de una vez ¡Yo también tengo hambre!
Y así, con Amber liderando el grupo, Jezzie y Kiara charlando sobre cosas del instituto y Sera caminando a mi lado mientras yo la ayudaba cargando su mochila, recorrimos el centro de la ciudad hasta llegar a “Little Troodon” encontrándonos de cara con un gran mercado, lugar que aparentemente debíamos atravesar para llegar a Moe’s.
Y así lo hicimos, pasamos por varios puestos donde un grupo de vendedores casi que nos saltan al cuello para vendernos sus cachivaches hechos a mano o como ellos lo llamaban: “Obras artesanales”, por suerte, llegamos sin que nos estafaran con nada…, salvo una genial gorra con cuernos que compré mientras Amber y las demás veían una tienda de lo que yo describiría como “fundas para cola” hechas de lana. En fin, que con tanto ver y tal, terminamos por salir del mercado llegando a la calle principal donde el cartel de “Moe’s Pizza” brillaba apenas a unos metros, coño, desde aquí puedo oler la pizza casera recién salida del horno, que maldita bendición fue heredar el olfato de mi viejo.
—¡Al fin llegamos! —exclamó Amber—. Ahora vamos, me muero de hambre.
Por esta vez le doy la razón a Amber, vaya que el recorrido por el mercado y la feria de cosas “artesanales” había tardado lo suyo, sobre todo porque si nos quedamos un buen rato viendo las idioteces que vendían. Una gran forma de abrir el apetito ciertamente.
Así que finalmente entramos en Moe’s siendo inmediatamente recibidos por el aroma a salsa, el calor del ambiente y por un T-Rex anciano y regordete que vestía un delantal y que se nos acercaba con una enorme sonrisa, por su parecido con el logo de la caja de Pizza puedo decir sin dudas que él es el tal Tío Moe.
—¡Amber! ¡Mi querida Amber! —exclamó alegre el T-Rex—. ¿Cómo está la pichoncita de mi princesa Lucy? Creí que vendrías para la cena, ¿qué haces aquí en la hora pico del almuerzo?
A pesar de ser un T-Rex, Moe parece bastante amable, además de lo gracioso que es ver como usa sus cortos brazos para obligar a Amber a darle un abrazo.
—¿Y estos son tus amigos, Amber? A la señorita morada ya la conozco, ¿pero quienes son esos tres? La rosa, la naranja y… Jesusraptor, ¿otro humano? ¡Debe ser el tercero que veo por aquí! ¿Es pariente de nuestro calvo Anon o el de Lentes?
¿Hmmm? Así que solo hay tres humanos como mucho en Volcadera, bueno, tres contándome a mí, que curioso.
—Tío Moe, él es Desco, es sobrino de papá y vino de visita desde Monte Jaspe.
Oh, claro, la parte de presentarme.
—Oh, sí, me llamo Desco, es un gusto conocerlo señor Moe.
Me acerque a saludar con toda la actitud posible solo para ser recibido con un estrecho saludo de manos, bastante firme para una mano tan pequeña.
—Desco, ¿eh? ¡El gusto es todo mío muchacho! Cualquiera que sea amigo o pariente de Anon es amigo mío, pero dime, muchacho, ¡eres enorme!, ¿qué te daban de comer por Monte Jaspe?
Ohhh, vaya pregunta, me hizo recordar que nunca hablé de eso por aquí. Bueno, Jezzie y Kiara ya saben de sobra sobre mí, pero Amber, la tía Fang y el tío Anon dudo que sepan, sería una buena oportunidad para hablar más de mí, supongo.
—Nada, nada, quizá más kebabs de la cuenta en los mercados de la calle, pero mi altura es por herencia paterna, aparentemente si un Dino y una humana tienen un bebé y este sale humano, acabará heredando rasgos físicos menores como un mayor tamaño o algunas marcas alrededor del cuerpo, además de una gran mejoría en los reflejos y tal… Y como mi viejo es un Carnotauro, pues heredé una buena altura.
Ouh… Creo que en eso sí me expliqué de más… Ahora Sera y Amber me miran más de la cuenta…
—Un Carnotauro, ¿eh? —dijo Moe—. Yo tenía un amigo Carnotauro. ¡Lucciano! Ese bastardo se robó mi receta de pasta personal y abrió su restaurante en la parte alta de Volcadera. Tu padre no se llamará Lucciano, ¿verdad?
Ouh… Creería que es una broma, pero vaya que la mano del señor Moe aprieta con fuerza a pesar de ser más pequeña que una normal.
—Ehhh… No, no, mi padre se llama Harold, además es de España, usted y el tal Lucciano suenan bastante italianos, a decir verdad.
Al momento pude sentir como el señor Moe me soltaba y comenzaba a reír nuevamente, dándome pequeñas palmadas en el pecho.
—Calma, muchacho, calma, solo bromeaba, eres muy agradable como para ser pariente de Lucciano. Pero mejor ya no hago más tiempo, pasen y les daré una buena mesa para almorzar ¡Dos pizzas grandes mitad carne y mitad vegetariana por parte de la casa!
Momento… Pizza casera... ¿Y gratis? Na, na, na, imposible que esto vaya a mejor.
—¡Gracias, tío Moe! —dijo Amber—. Tomaremos la mesa cerca del escenario, ¿sí?
Tras eso y, tras la retirada del señor Moe de regreso a la cocina, tomamos todos nuestro asiento, una mesa redonda familiar con asientos suficientes para todos, además de que, como dijo Amber, estaba cerca de un escenario de madera bastante clásico, iluminado y cuidado con varios posters en sus paredes, unos bien detallados, otros bastante feos y la mayoría de Wurm Drama.
—Está genial el escenario, ¿no? Mamá tocó ahí varias veces con su banda, el tío Moe dijo que en esos días venía el doble de clientes, aparentemente eran muy buenos.
Por como Amber lo contaba si parecía que eran muy populares aquí y la verdad es que hasta a mí me gustaría tocar en un escenario así…
—Es verdad —añadió Sera—, mamá y papá también tocaba aquí junto con la señora Lucy, mamá era la bajista de la banda y papá el baterista ¡La gente los adoraba! O por lo menos eso decían mis padres.
Oh, es verdad, los padres de Sera, la tía Fang y el tío Anon eran amigos en el instituto… Debe ser genial tener un grupo con el cual tocar. En Monte Jaspe los grupos de música eran un asco.
—Vaya que suena genial, debe ser muy divertido tener un grupo con el cual tocar en un escenario.
—Oh, vamos, Desco —dijo Jezzie—, apuesto a que tendrás tu oportunidad. Los grupos de música en el instituto Volcano tienden a organizar recitales grupales. ¡Es muy divertido! Bueno, por lo menos ver, porque, bueno, yo soy del grupo de jardinería.
Jezzie de verdad parecía tener ganas de convencerme para que entre en el instituto Volcano, aunque la verdad es que no eh oído de ningún otro instituto, así que…
—Pues no lo sé… La verdad es que tenía pensado ir al Instituto Volcano.
—Mas te vale, Desco —repuso Kiara—, es una gran oportunidad para estar todos juntos después de todo.
Ah, y Kiara también. ¡Espero que ni piensen que me van a meter al grupo de jardinería o modas!
—¡Yo me iré directo al de Deportes! —dijo Amber con seguridad—. Quizá al equipo femenino de Quemados.
Y bueno, Amber ya parece tener bien en mente lo que quiere por lo menos.
—¡Y yo al de artes! —prosiguió Sera—. Tiene un taller de baile que está ligado al grupo de deportes también.
Y Sera igual, aunque eso ya lo habíamos charlado.
—¿Y qué hay de ti, Desco? —preguntó Amber—. ¿Tienes en mente que buscar en el Instituto Volcano?
Bueno… era obvio que Amber haría esa pregunta, pero lo tengo un poco en claro la verdad.
—Pues quizá entre al grupo de Artes también, pero para el taller de música. Hacer el intento no cuesta.
—Uuuh, compartirás clases con Sera entonces.
—Ay, ¡Cállate, Amber! —exclamó Sera—. Deja de bromear, ¿sí?
Si, ya me esperaba eso de Amber y como le daba pequeños codazos a Sera la cual estaba entre enojo y pena. Por suerte ya no tocamos más el tema, pues el señor Moe llegó con nuestro almuerzo y nos concentramos bastante en ello. Así pasamos buena parte del día, comimos, charlamos un poco más sobre cosas del día a día, algunas bromas entre nosotros y tras esto planeamos que hacer durante el resto de la tarde.
—Yo digo que volvamos al parque y pasemos un rato más —propuso Sera.
—Sera, si fuera por ti pasaríamos todo el día en el parque —respondió Amber—, yo digo que regresemos al mercado artesanal, con el almuerzo gratis tenemos dinero para comprar algunas cosas.
—A mí me gustaría dar otro recorrido por el mercado —comentó Jezzie—, quizá conseguir algo para mis garras y mi cola, ¿tú que dices Kiara? Podrías buscar algo también, después de todo tienes buen ojo para la ropa, ¿verdad?
—Claro que lo tengo, Jez, pero la verdad me gusta más la idea del parque, pasear un poco, seguir charlando e incluso tomarnos fotos todos juntos.
Y así llegamos a un empate, que por descarte me tocaba a mi romper ante la mirada de mis cuatro amigas… La verdad es que si me vendría bien una ayuda ahora.
—Vamos, Desco, te toca a ti dar una idea, ¿cuál prefieres?
Jesusraptor, Amber, no me apures.
—Pues… A mí me gustaría…
—¡Cuidado ahí, Skinnie!
Ni tiempo para responder tuve, apenas oí aquel grito, me volteé por reflejo, listo para demostrar lo natural que se me da responder a un insulto racista, solo para ver cómo frente a mí se aproximaba un redondo, rojo y brillante balón de quemados con una trayectoria directa hacia mi pecho. Habría sido un golpe bastante doloroso de no ser porque quemados es uno de los pocos deportes que disfruto y que aprendí a fuerzas en mi viejo instituto, por lo que parar la bola no fue más cosa que poner las manos en frente y recibir el impacto seco en mis palmas a la vez que me aferraba al balón con mis dedos.
—¡Buena atrapada, Desco! —dijo Amber.
Al oír a Amber solo agradecí que ella no llegara a notar lo mucho que me duelen las manos por haber hecho esa mierda, aunque seguro se acabaron dando cuenta cuando respondí:
—¡COOOoooOOOÑoooOOO! MIS PUTAS MANOS ¡AHHH! ¿¡QUIEN FUE EL ILUMINAO’ QUE ME LANZÓ LA PUTA BOLA!?
Y el dueño llegó finalmente, un chico de mi altura y aparentemente también de mi edad pues se veía de unos 17 o 18 años quizás. Era un Dino bastante extraño la verdad, una especie de mezcla entre un raptor, un espinosaurio y un poco de caimán, tenía colmillos bastante notorios, un color rosa acompañado de marcas moradas y un cabello castaño atado en una coleta, todo eso con una mirada tranquila y amable.
—¡Oye, buena atrapada, Skinnie! —dijo el desconocido—, no lo hiciste nada mal, aunque deberías practicar más tu grito de victoria, sonó más como si te hubieras lastimado bloqueando el tiro. Oh, soy David, por cierto. Es un gusto.
David… Bueno, es amable de su parte que se haya presentado y todo, además halagó mi bloqueo y eso si ayuda a la autoestima, pero luego recuerdo el punto importante.
—El gusto es mío, pero ¿no te han dicho que saludar con balonazos a los desconocidos es medio de mala educación? Ah, soy Desco, por cierto.
—Ahhhh… No, no, eso no fue un saludo, estaba practicando lanzamientos contra una pared y digamos que me falló un tiro… ¡Pero, hey! Fue una buena atrapada, honestamente ya me estaba preparando para llamar a los paramédicos.
Bueno, eso también es bastante considerado tomando en cuenta que tampoco me lanzo el balón de quemados a propósito, así que ahí tome la genial elección de presentarle a mi grupo, basándome únicamente en esos minutos de interacción para deducir que es un buen chico.
—Bueno, pero cambiando de tema, mejor te presento con las demás, ¿no? Aquí están Amber, mi prima; Sera, una amiga; Kiara, una amiga aún más cercana; y…
Acabo de notar que mientras Amber, Sera y Kiara se presentaban también… Jezzie trataba de apartar la vista a la vez que frotaba sus garras entre ellas… Esa era una clara señal de que estaba pensando en algo… Demasiado…
—Y eh… Ella es Jezzie, otra amiga aún más cercana y… Jezzie, tienes que presentarte y tal.
Y al momento voltee también a ver a David quién estaba… Igual de temeroso de decir una palabra y la verdad es que no tengo que ser un genio para saber que…
—Oigan, ¿ustedes se conocían de antes, no? ¿O porque tanto miedo de saludarse? —preguntó anticipadamente Amber.
¡Coño, Amber, eso sí que es tener tacto!
—Ehhh… Bueno, yo… ¡Oh! Yo eh… —titubeo nerviosa Jezzie—. No puedo quedarme más tiempo porque… ¡tengo que preparar todo para la parrillada! Eso mismo, la parrillada, no puedo tardarme en eso, así que... ¡Nosvemosfueungustoconocerlosadiooooos!
—Ehhh, pero Jezzie —dijo Sera—, la parrillada es apenas el sábado y hoy es Lun…
La pobre Sera no llego ni a terminar, Jezzie ya había avanzado hasta girar en la esquina… Parece que de verdad se fue… ¡Coño, tenía que preguntarle si tenía un número nuevo o algo así!
—Maldita sea, Jez!… Espera… —exclamó Kiara—. ¡Ella tiene las llaves del departamento! Bueno, hasta aquí llegué yo también, ten, Desco, anoté nuestros números aquí, por favor úsalos, ¿sí? Nos veremos luego, chicos.
Y así Kiara también se fue luego de dejar el papel con los números en mi mano, la verdad es que si era gracioso verla correr tras el rastro de Jezzie… Pero al final ambas se fueron y solo quedamos Amber, Sera, David y yo… Mierda, ¿y ahora que se supone que debemos hacer?
—Diablos… Yo… Lamento haber arruinado su tarde chicos, no era mi intención hacer que se fueran —dijo David apenado.
Okey, que David se sienta así de culpable, ya me dice que lo que pasó entre él y Jezzie debió ser como mínimo muy privado, así que será mejor que no me meta mucho en eso, por suerte Amber y Sera también están para dar apoyo.
—Hey, ella estará bien —dijo Amber tratando de reconfortar al apenado Dino—, de seguro solo se apenó y ya, ¿sí? Aún tenemos tiempo para pasar juntos, podíamos ir al mercado un rato y luego al parque a jugar un dos-contra-dos en quemados. ¿Vienes con nosotros, David?
—Es una gran idea, Amber —dijo Sera, secundando la propuesta—. ¡Además, es un buen ejercicio para este calor!
Bien, parece que ellas dos se hicieron cargo de los planes, y por el rostro de David se ve que le gusta la idea, así que no queda nada más que aceptar la idea y tirar para adelante.
—Me gusta la idea, vamos, David, te ves como un buen tío, salgamos un rato.
—Bien… Supongo que no estaría mal salir un rato —respondió David—, se ven como buena gente y todo, así que… ¡Si, vamos!
Y así lo hicimos, pasamos un buen rato paseando por el mercado, vimos un par de negocios más, David nos contaba sobre algunos lugares geniales de Volcadera en lo que Amber y Sera veían que comprar entre cobertores de lana para cuernos, crestas y cabezas, y fundas para celular con temática de comida.
—Y entonces, David, ¿tú también estudias en el instituto Volcano? Amber y Sera me recomendaron bastante pasar mi último año ahí.
—¿Eh? Ah, no, yo iba a un instituto en la parte alta llamado St. Hammond, pero terminé expulsado por un malentendido con otro de los estudiantes, de todos modos, no me gustaba St. Hammond, demasiado amor al arte y sobresalir…
Ohhh, escuela de artes… no soy fan de eso y entiendo porque a David no le gustaba, las escuelas con mucha orientación al arte tienden a tener alumnos competitivos o con muchas ganas de sobresalir.
—Te entiendo, tampoco iría a un instituto que huele a pintura y adolescentes sudados.
—Jajaja ¡Exacto! Además, soy horrible pintando y lo único bueno era el profesor de educación física.
Parece que Amber y Sera terminaron de ver qué comprar en los puestos, pues al momento se metieron en la charla.
—Eso suena aburrido —comentó Amber—, me gusta dibujar y todo, pero no entraría ni loca a un instituto de artes.
—Amber, ¿cómo que te gusta dibujar? —dijo Sera de forma burlesca—. ¿No es tu papá el que nos dibuja nuestros trabajos para artes plásticas?
—Jejejeje, ay, Sera… ¡Esa parte no se contaba!
Jajaja, bueno, no la culpo, yo le pedía ayuda a mi padre también y estoy seguro de que también acabaré por pedirle ayuda al tío Anon con lo de artes.
—Diablos, hasta yo le pedía ayuda a mi madre con esas cosas y solo para aprobar —dijo David—, ni de cerca llegaba a lo “sobresaliente”.
Hostia… ¿Tan exigentes son los institutos orientados? Que pocas ganas de saber más de ello… Espero el instituto no tenga de esos días de “convivencia entre institutos”. En fin, así pasamos hablando un rato, Amber tocó el tema de que David también se inscriba en el instituto Volcano recalcando que “Desco necesita tener amigos después de todo", cosa que recalco, NO es mi caso, NO estoy necesitado de amistad ¡Para nada!
Una vez aclarado eso, el paseo siguió en el camino contrario a Moe’s Pizza, regresando al parque donde hace apenas unas horas estuve charlando con Sera, quien ahora parece muy emocionada por regresar al parque donde tendríamos un partido amistoso de quemados.
—¡Llegamos! —exclamó Amber—. Vamos, aprovechemos que la cancha está libre.
—Claro, claro —afirmó David—, ¿un dos-contra-dos amistoso, entonces?
Amber y David parecían ya estar listos para jugar, habían tomado un lado de la cancha. Y así sentí como una cola rodeaba mi pierna lentamente, sintiendo un leve escalofrío por la presión lo cual me hizo voltear notando a Sera, ella estaba parada a mi lado y se notaba que estaba apenada seguramente porque le tocó hacer equipo conmigo… Cosa de la cual no la culpo, soy pésimo en deportes por más que me guste quemados.
Y seguiría pensando que es así de no ser porque Sera me vio.
—Yo… Soy un poco mala en deporte, así que perdón si perdemos por ello, ¿vale?
Ouuuh… Eso sonó bastante… lindo, no hay otra forma de llamarlo más que lindo.
—Oye, lo haremos bien, pero… será mejor que aflojes un poco el agarre de tu cola, necesito mover bien mis dos piernas, ¿sabes?
—¿Mi qué? Ahhh… ¡¡¡Ahhhhhh!!! ¡Lo lamento, lo lamento, no me había dado cuenta!
Al momento Sera reaccionó dando un pequeño salto mientras su cola se desenredaba soltando mi pierna, esto a la vez que Sera se sonrojaba bastante desviando su vista por todos lados… Nunca entendí como funcionaban las colas de los dinos, parecen ser un punto delicado o no dependiendo de la especie… Yo siempre creí que eran como una extremidad y ya, pero Sera si parecía nerviosa.
—No te preocupes por eso, Sera, vamos a jugar y demos lo mejor, ¿okey?
Y así Sera sonrió un poco más, ya parecía estar lista para jugar y así fue, tuvimos varias horas en las que solo jugamos partido tras partido, Amber y David eran muy buenos jugando, se nota que eran “apasionados” por el deporte, forma suave de decir que parecían estarse jugando un puto mundial, pero Sera y yo no nos quedábamos atrás, éramos buenos esquivando y atrapando, habríamos desempatado a nuestro favor, pero tuvimos… un accidente en el que Sera chocó su cadera conmigo y me hizo perder el equilibrio, cayéndose mi pobre cuerpo en unos arbustos… Obviamente, no me enojé porque eso fue claramente un error, pero no se imaginan la puta vergüenza, la pena y humillación que fue el que tengan que venir David y Amber a sacarme a tirones… Obviamente, sin guardarme respeto ni un minuto, pues les costaba elegir entre sacarme más rápido o reírse más fuerte.
—¡¡Jajajaja!! ¡Ajajaajaja! Perdón, perdón, ya te sacamos, Desco, no te preocupes ¡Tu prima Amber te salvará!
—Pfff… ¡No te preocupes, viejo! Estamos… jaja… estamos aquí para ayudarte.
—¡¡Desco!! Ay, ay, ay, de verdad que lo lamento, no fue mi intención.
Tras esto logré levantarme con la GRAN ayuda de Amber y David mientras que Sera no dejaba de disculparse una y otra vez. Con esto dimos por finalizado nuestro partido “amistoso” aprovechando para descansar en los bancos del parque donde también aproveché para agendar los números de Kiara, Jezzie, David y Sera.
Así solo nos quedamos charlando el resto de la tarde, hablamos más cosas sobre el instituto, charlas casuales para conocernos más, David nos habló de su madre, pero muy por encima, parece que no es un tema que le guste y vaya que eso lo comprendo. Pero nada más darnos cuenta, los cuatro estábamos en los escalones del anfiteatro mirando el cielo mientras las 19:00 P.M. obligaban al sol a caer un poco. Una señal clara del cambio de estación, poco a poco el calor se va y seguramente eso me causará una alergia horrible.
—Bueno… Adoraría seguir charlando —dijo David—, pero mi madre se preocupa si no regreso temprano, pero fue un gusto, chicos. ¡De verdad que son agradables!
—No hay problema, David —respondió Amber—, también fue un gusto conocerte, además, Sera, Desco y yo también deberíamos ir de regreso a casa, ¿no?
—Es verdad —dijo Sera—, mamá se pondrá como loca si no llego a ayudar con la cena… ¡Oh! ¡Deberíamos tomarnos una foto antes de irnos!
—Oye, ¡Buena idea, Sera! —respondió Amber—. ¿Ustedes que dicen, chicos?
Una foto, no soy fan de salir en cámara, pero ambas parecían felices con la idea y David acepto de inmediato y no quería quedar como el repelente del grupo, así que acepté. Una selfie no mata a nadie después de todo.
—Bien, vengan aquí y no le tengan miedo al contacto social.
Así Amber tomo su celular, nos juntamos en grupo y nos tomamos varias fotos juntos con diferentes poses y una que otra Jojo Referencia de por medio antes de despedirnos de David quién tomo otro camino hacia la parte superior de Volcadera mientras nosotros nos íbamos a la parte inferior, tras esto tuvimos varias horas de caminata y charlas extra en lo que Amber enviaba las fotos al tío Anon, la tía Fang y los padres de Sera, a quien de paso, acompañamos hasta la entrada de su casa antes de seguir adelante.
—Entonces, Desco, ¿te divertiste? —preguntó Amber.
Ahí recordé el propósito de esta salida, era conocer Volcadera y solo visitamos tres lugares como mucho… Amber organizo todo para que yo me divierta y ya, ella quería que lo pasase bien.
—¿Bromeas? Fue un día increíble, Amber, me divertí bastante.
Así le dedique una honesta sonrisa a Amber notando la mirada de alegría y satisfacción en su rostro porque todo saliera bien, es lindo saber que ella se preocupó tanto porque yo la pasara bien, así que no puedo hacer más que admitir que me gustó.
—Ja ¡Lo sabía! Nunca me equivoco planeando salidas ¡Soy la mejor!
—Si, si, y la más humilde de paso, ahora vamos que tengo hambre otra vez.
Así acabamos por llegar a casa, tras más de una hora de espera cenamos, le contamos al tío Anon y a la tía Fang como nos fue y nos preparamos para dormir.
Ahora estoy de regreso en mi cama, con el despertador totalmente desconectado y viendo mi celular… Y por primera vez con mensaje para leer… Un “Descansa” y “Buenas noches” de Kiara y Sera, un “Perdón por irme así, es difícil de explicar” por parte de Jezzie… Un “¿Puedes darle las buenas noches a Jezzie de mi parte?” De David y finalmente un… Oh… Un mensaje de papá: “Buenas noches, campeón, espero que te estés divirtiendo” … Iba a hablarle y pasé todo el día sin siquiera tocar mi celular.
¡Pero a la mierda con eso! Es mi padre y no voy a ignorarle, así que le respondí, le deseé las buenas noches, le dije que me divertí mucho y que hice amigos, le agradecí por hacerme venir aquí y… Y le dije que lo extraño… Que lo quiero y qué esperaba que el también pudiese descansar… Y cuando me respondió… Bueno, el mensaje decía: “Me alegra mucho saber que te diviertes rojito, pero debes descansar, ¿okey? Espero que te vaya genial y no te preocupes, el teniente técnico papá se encuentra bien.” Esos apodos de hace años, esa forma de llamarme… Fue como un beso de buenas noches en la frente… Una gran forma para conciliar el sueño después de un gran día de conocer y reencontrarse.

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