Work Text:
El viento entraba por la ventana.
Haciendo volar algunas hojas de nuestros apuntes.
Desearía estar en mí departamento, quizás durmiendo o simplemente recostado en el suelo.
Mí contrario parecía tranquilo, ajeno a mí situación actual. El había podido ponerse ropa más cómoda, en cambio, yo seguía con la misma desde la mañana.
Si hubiera sabido que dentro de unas horas el sol saldría en todo su esplendor, no me habría puesto mis pantalones negros junto a las botas rojas.
Está vestimenta era para un día de frío, cómo el que me pinto la mañana.
Al escribir sentí la mano sudada, era un puto asco.
Lo peor es que a penas habíamos comenzado el trabajo que nos asignó ese viejo hombre malhumorado al cual tenemos por profesor.
Tal vez las cosas podían ponerse más difíciles, ya que si no terminábamos este trabajo para dentro de dos días, quedaríamos libres en su materia, eso significaba todo un año de sacrificios tirados a la basura. Ya que, cómo si fuera poco lo anterior, era más fácil recursar la asignatura a intentar aprobar.
Por obvias razones, me sumaría otro año más a la carrera, por qué esta asignación es correlativa a otras del próximo año.
Tan sólo pensar en la cantidad de años que se me sumarían comienzo a angustiarme. Quizás pensar en cómo se arruinó todo el día es menos extenuante.
Este día había comenzado normal, con viento fresco y un día prometedor calmado en la universidad que, para tus fechas, era cómo un oasis en el desierto.
Los profesores, las asignaturas y el clima parecían colaborar a esa fantasía, hasta que —cómo si le hubieran dado la peor mamada de su vida, la cual involucro dientes— llegó ese maldito profesor listo para arruinar el casi glorioso día.
Asignó parejas aleatoriamente, sumándole más desgracias al inminente y riguroso trabajo que dejó para realizar, con fecha límite hasta dentro de dos días.
Para mí buena suerte, me había tocado junto con Tobey Parker, el más inteligente de la clase.
No me molesta ni nada, en más de una ocasión hemos hablado y compartido chistes con respecto a algún trabajo o materia, pero simplemente creo que no somos tan cercanos cómo para llamarnos amigos.
Sin embargo, somos lo suficientemente cercanos cómo para que me invite de manera deliberada a su casa para realizar el trabajo allí. Creo que es algo muy amable de su parte, pero descuidado y confiado también.
En vez de estar quejándome, debería estar agradecido por ello; Tenemos un lugar espacioso y libre de ruidos que puedan interrumpirnos. Al contrario de cómo estaríamos en otro lugar, incluso en mí departamento, las otras personas que viven allí no conocen lo que es la vergüenza o dormir más de 8 horas y estar sobrio.
Tobey teclea rápido en su computadora portátil, fue el encargado de enriquecer lo más posible la información, mientras yo anotaba esos detalles para luego transcribir correctamente el informe.
Si bien el de ojos celestes es rápido, no creo que podamos terminar esto hoy mismo, debemos desvelarnos hoy y mañana si queremos finalizarlo a tiempo.
Ya van a ser las seis de la tarde, hemos salido retrasados de la universidad por lo que nos cortó más tiempo.
Miré por la ventana abierta, no falta mucho para que anochezca y yo deba volver a casa. Prácticamente debo cruzar la ciudad para llegar a dormir unas escasas dos horas, de hecho, esa es una cantidad generosa.
El informe es lo más trabajoso, además de requerir demasiado tiempo; debe ser escrito a mano o impreso, encuadernado, y obviamente con toda esa fastidiosa presentación de por medio.
He pensando en darme de baja en la carrera e ir por otra más fácil o corta, pero al recordar todas las lágrimas, horas de sueño desperdiciadas para entregar trabajos que probablemente los profesores ni leyeron, o el estrés al cual estoy sometido días antes de cualquier parcial, me doy automáticamente una cachetada para asegurarme de no flaquear.
Seguramente a Tobey no se le dificulta mucho, también es muy probable que forzó una sonrisa al escuchar con quién le tocó el trabajo. Teniendo a tantos buenos candidatos, lo tiene que realizar conmigo.
Estoy casi seguro que esa chica rubia de ojos azules, que si no recuerdo mal se llamaba Gwen, hubiera estado encantada de hacer el trabajo junto a Tobey. Seguramente le habrían dado una lección al profesor.
Sueno patético.
Incluso, me estoy sacando algo de mérito, soy bastante bueno también, quizás no a la altura de ellos. Pero Microbiología Clínica —la asignatura sobre la cual está basada en el informe— se me da bastante bien.
Olviden lo que dije hace un rato, Tobey debía haber estado feliz al escuchar con quién debía de hacer el trabajo.
“Wade” Hablando del Rey de Roma, aparentemente ha terminado con su investigación.
“¿Si?” Le cuestione sin ánimos, el estrés por el proyecto me sobrepasa.
“Aún nos falta redactar correctamente el informe” Cuándo el hizo una pausa, yo asentí para confirmar la información.
Se le notaba nervioso, cómo si lo que fuera a decir estuviera al nivel de una confesión sobre algún crimen. Podré lucir cómo un delincuente, pero créanme que no lo soy.
»“Sé que tu casa queda al otro lado de la ciudad, además, aún falta mucho por hacer” A penas podía mirarme, ¿a caso todos en su familia serían así de penosos también? ”Para que te sea más cómodo y podamos avanzar un poco más, ¿no te gustaría pasar aquí la noche?”
Solté una risa estruendosa, es tan bueno. Mi reacción le quitó esa expresión nerviosa al menos.
“Digo, si no quieres está bien y es completamente comprensible. Entiendo que te pueda incomodar ya que no somos buenos amigos” Volvió a hablar con el mismo tono titubeante.
“Hombre, descuida. Gracias por la invitación, obvio que la aceptare” Intenté tranquilizarlo mostrándole una sonrisa sin toques de burla y un pulgar arriba “Ahora sigamos, no queda tanto cómo parece.”
Finalizada esa pequeña charla, el ambiente se volvió ligero y sereno, no estaba esa angustia e incomodidad inicial.
Ambos dábamos ideas sobre cómo podría ser el formato y en la manera de presentar las cosas de modo natural, si queremos una buena nota hasta el más mínimo detalle cuenta.
Entre el ruido de nuestras voces pude escuchar unas llaves, luego cómo abrían la puerta principal, aparentemente el castaño también lo oyó y fue a ver. Estuvo un rato ahí, aún podía oír su voz acompañada de una ajena, al parecer de otro chico.
Las paredes no me dejaban ver bien a la persona, solo note que era alguien alto cuando paso velozmente por el pasillo que daba el comedor, donde estamos nosotros. La casa no tenía ese concepto abierto cómo mí departamento, está se hallaba bien dividida; al entrar por la puerta principal veías un corto pasillo con percheros, más adelante había dos umbrales, uno iba hacia el comedor y otro hacía la sala de estar, siguiendo a esta misma había una escalera para subir al segundo piso.
Al parecer aquella charla también había finalizado, por qué al levantarme vista vi a Tobey con una expresión cansada.
“¿Día duro?” Cuestioné para confirmar, aunque obvio lo era.
”Cómo no tienes idea.”
Conocemos poco y nada el uno del otro, pero yo tenía entendido que Tobey vivía solo. Me parece raro que alguien haya venido así de la nada.
¿Será alguna liga? ¿Habrán discutido? Por la expresión del más bajón pareciera que si.
. . .
¿Pero a caso esa voz no era de un chico? ¿Entonces a Tobey también le interesaban los hombres?
Ja, si fuera cierto sería la primera cosa en la que llegaríamos a coincidir.
Además, sobré todo lo anterior. ¿El castaño no salía con una chica pelirroja?, no recuerdo su nombre, solamente la conozco de vista ya que siempre viene a buscar a Tobey.
Este chico se ve demasiado bueno y correcto para engañar a alguien.
De seguro está alquilando habitaciones a otros estudiantes, es un buen negocio si considera la espaciosa casa y la cercanía que mantiene con la universidad.
Tal vez le estaba pidiendo el alquiler o hablando sobre algún tema de la casa, quizás sea cómo los roomies de Weasel; esos bastardos eran sacados del mismísimo drenaje. Por ello ya no visito tan seguido a mí amigo, no quiero andar caminando casualmente y pisar un charco de vómito u otros fluidos.
Si vuelvo a recordar mí última visita a esa casa estoy seguro que vomitare.
La voz de Tobey me salvo del inminente mareo, me empezó a platicar sobre sus ideas mientras mostraba algunos ejemplos en la computadora. Este chico podría hacer el trabajo sólo, terminarlo con tiempo de sobra y obtener la nota más alta si se lo propusiera.
Un ruido metálico me llamó atención, desvíe la mirada hacia el pasillo, pero no vi a nadie, seguramente aquel chico desconocido se fue.
Con todo resuelto, empecé a teclear siendo guiado por Tobey y agregando cosas por cuenta propia.
───── ⋆⋅☆⋅⋆ ─────
Me moví un poco.
En respuesta mis huesos tronaron.
¿Hace cuanto no me muevo?.
Tengo la espalda encorvada, tecleando casi sin ganas y mis párpados se están uniendo inconscientemente por el sueño.
Mi amigo no está muy diferente a mí, su cabello está desordenado y unas ojeras se están haciendo más presentes.
El café ya casi no hace efecto, supongo que la falta de energía también se debe a que no hemos comido nada desde el medio día.
Ahora son las doce y media de la noche. Creo que es un tiempo considerable.
Oigo un ruido, es su estómago, me mira apenado.
“Lo siento.”
“¿Por qué? Es algo normal, no has comido nada desde el almuerzo” Pasé mis manos por mí cara, quería despabilarme “Deberíamos comer algo.”
“Sería lo mejor. Llamaré a un lugar donde hacen una de las mejores pizzas y está abierto hasta tarde” Se levantó en busca de su celular, probablemente estaría debajo de toda la pila de libros y hojas que están esparcidas por la mesa.
Cuando lo encontró, volvió a enderezarse y alejarse para llamar. Por mí que pida lo que quiera, mientras sea comida no importa nada más.
Busque también mi celular, cuando lo encontré a penas pude leer las notificaciones que tenía, mi vista era borrosa. Quizás un baño con agua fría me despierte, todavía nos quedan varias horas por delante, así que debo resistir, si es necesario hasta el amanecer.
Al menos, durante la mañana pude arreglar las cosas en el trabajo para no tener que ir durante estos tres días. Luego no me darán días libres por un tiempo, pero todo sea por el informe de mierda.
Juro que me contengo hasta más no poder, por qué seguramente iría hasta la casa de ese profesor y le prendería fuego a su auto.
Veo por donde se fue Tobey, el comedor está conectado a la cocina por un umbral algo ancho, está caminando en círculos mientras habla por teléfono. Necesito higienizarme, llevo demasiado tiempo con esta sensación incómoda que hace querer arrancarme la ropa cuando se ajusta mucho a mí cuerpo.
Doy unos pasos hasta la siguiente habitación, al momento de percatarse sobre mí presencia apura en terminar la llamada para hablarme.
“¿Sucede algo, Wade?”
“¿Puedo usar tu baño? Necesito darme al menos una ducha para mantenerme despierto” Sus ojos se agrandaron.
“Discúlpame, me centré tanto en el proyecto que olvidé mostrarte el bañó” Avanzó hasta donde estaba yo para poder salir “Soy un muy mal anfitrión, ¿Verdad?. Por favor, sígueme.”
Salimos al pasillo, subimos las escaleras y mí primera impresión sobre el segundo piso fue de incertidumbre, ¿cuántas personas vivían allí?.
Había propuesto, imaginariamente, que sacará provecho de la amplitud de esta residencia, pero no creí que de verdad lo habría hecho. Tal vez aquel chico si era un inquilino cómo pensé.
Me señaló la primera puerta a la derecha indicando que era el baño, a parte de esta había por lo menos otras 5 puertas más, me guio hasta la primera del mismo lado. Al ingresar me esperaba una encantadora habitación de tonos azules, había estantes llenos de libros, una cama, un armario empotrado a la pared, cercano a un escritorio, con varias fotos pegadas en la pared y al espejo de cuerpo completo que había cerca del último mueble.
“Perdón por el desorden” Fue la frase más hipócrita que lo oí soltar, la habitación estaba en perfectas condiciones “Al salir del baño cámbiate aquí, más tarde traeré un colchón inflable para que puedas dormir cómodamente.”
Mientras yo estaba parado en la puerta de la habitación, el se movía, hablando y buscando algunas cosas en su armario.
»“... Es que mí tía vino de visita hace unos días y se está quedando en la habitación de huéspedes, si no dormirías allí” No había escuchado ni la mitad de todo el palabrerío que dijo, solo asentí y tome entre mis manos la ropa que me había acercado.
Instintivamente me dirigí hacía el baño, solo quería asearme, comer y continuar con el trabajo.
Muy seguramente, debí haber estado unos diez minutos metido en la ducha, podía sentir cómo mi cuerpo se volvía más liviano, mí espalda no dolía.
No todo parecía malo entorno a este proyecto, al menos pude ganar un nuevo amigo, que si comparas a mí grupo actual te dejaría un mal sabor de boca. Ellos eran algo... Problemáticos en muchos sentidos.
Cuando era adolescente creí que estando en la Universidad no habrían esa clase de problemas; los cuales empezaban con gente inventando mentiras sobre otras hasta el punto de hacerles daño, engañando y manipulando para su diversión.
Digamos que mis amigos eran aquellas personas, las cuales iniciaron el incendio para ver cómo todo se consumía por las llamas. Siempre intento mantenerme al margen de esos engaños, me causan un malestar en la boca del estómago.
Unos toques en la puerta del baño me hicieron sobresaltar, del otro lado se oía la voz de Tobey. Me entró agua en los oídos, por qué solo escuché un "Luego, baja".
Tarde unos minutos más en salir, no encontré la toalla para poder secarme y cubrirme, estoy seguro de que él me entrego una.
. . .
Con que a esto se refería mí madre cuando decía "Es por qué a ti te hicieron caer de bebé".
Aquel golpe imaginario debió afectar mí inteligencia, por qué no puedo llegar al punto de olvidar algo cómo una toalla en medio de la cama. Mínimamente traje mi ropa interior.
¿Qué pasará si su tía me ve medio desnudo en pleno pasillo?.
Mierda, debo ser rápido.
Estaba caminado en puntitas de pie, tampoco quería mojar el piso.
Al borde de cumplir la misión, sentí algo.
Un chillido me hizo voltear, para buscar a quien lo haya provocado. Había una escasa ayuda para identificar a la persona, esa era la tenue luz del cuarto de Tobey, todo lo demás estaba a oscuras.
No muy lejos de mí, tal vez a un metro de distancia, se encontró parado un chico. A pesar de la inminente falta de luz, era fácil distinguirlo.
Su rostro era alumbrado un poco por la pantalla de su celular, me hubiera asustado al verlo y llegaría a pensar que era un fantasma.
Sin embargo, ¿qué clase de espíritu se sonroja muy notoriamente al ver a su próxima víctima?.
Intercambiamos miradas, era un chico bastante interesante; Tenía un cabello castaño alborotado y oscuro, viéndose más pálido de lo que era, sus labios finos con un tono rosa que junto a los grandes ojos café, formaban una expresión de notorio asombró.
Está último cambio rápido, el también me había examinado de pies a cabeza, transformando la mueca confundida en una bastante avergonzada.
Retrocedió sin apartar la vista de mí, sus mejillas se coloreaban de tonos rojos, mientras se ponía la capucha del verde abrigo que llevaba me dio una última mirada, para luego bajar tan rápido las escaleras cómo sus lánguidas piernas se lo permitían.
Llegando al final de la misma, escuché un pequeño tropezón.
Un escalofrío por la brisa me hizo darme cuenta de por qué su sonrojo.
Me adentré en la habitación, vi la escurridiza toalla en la cama, haciéndome una imaginaria burla a la situación que viví hace menos de dos segundos.
Si veo el lado positivo, al menos fue a otro chico, nada que el no sepa, habría sido peor si en vez de él hubiera sido la tía de Tobey.
El de ojos celestes me habría echado a patas de la casa sin dudarlo, además, no fue intencional.
Ni que hubiera tocado puntualmente su puerta para hacerle un pool dance privado.
Para cuando le cuente a Tobey, seguramente nos estemos riendo de esto y lo pasaremos de largo.
Espero...
Aunque, esa idea al inicio parecía una asegurada a realizada, ahora estando parado frente al mismo chico de hace un rato, al cual el tenue rosado de sus mejillas se volvió rojo vivo con tan solo verme ingresar al comedor, la situación que planteaba mi cabeza de risas parece una utopía lejana.
“¡Wade!” Tobey me rodea con sus brazos por los hombros, dirigiendo mis pasos a un lugar en la mesa, justo en frente del chico. “Hasta que bajas, la pizza se enfría.”
Su sonrisa estaba libre de cualquier otro sentimiento que no fuera la tranquilidad, así que quizás no sepa lo sucedido.
“Mira” Al tenderme un plato con unas cuantas rebanadas de comida, me habló pará que eleve la vista “Ellos son mis hermanos.”
Menos mal no había mordido nada aún, por qué de seguro me habría atragantando de la sorpresa.
Sus hermanos, genial.
“El menor es Tom” Señaló a un chico también castaño, su tono era más semejante al de Tobey, debía estar en secundaria aún, su cara de bebé lo delata “Este es Peter, el del medio” Agarró por el hombro al nombrado, al chico de lentes torcidos y rojo vibrante en las mejillas.
“Un gustó” Ambos castaños hablaron al unísono, pero con distintas energías al decirlo. Tom lucia bastante alegre y curioso, por otro lado, Peter ni siquiera me miraba.
“Encantado de conocerte Tom, y encantado de conocerte a ti también Peter” El último mencionado me miró, su labio tembló por un segundo.
Otra reacción interesante.
Por mí parte solo recibió una amable sonrisa.
Ya habría más oportunidades de ver otro tipo de reacciones. En estos momentos me centré en comer y responder las preguntas que me hacía Tom o Tobey.
Durante la improvisada cena pude examinar un poco más al chico, se mantenía al margen y de cuando en cuando subía su mirada, la bajaba tan rápido cómo podía si llegaba a cruzarse con la mía.
Al ser tarde, no demoramos mucho en terminar la comida. Tom ayudo a levantar la mesa y se fue derecho a su habitación, Peter y Tobey se quedaron un rato más sentados, ya que me ofrecí a lavar los traste, a pesar de que se negaron lo hice de todos modos.
Mientras mis manos enjabonadas con ayuda de una esponja lavaban los platos, oía a medias una conversación entre los dos chicos en el comedor. Eran susurros y sumándole el ruido del agua, el chirrido de la esponja contra la porcelana, no me dejaba escuchar nada. Solo podía pensar que todas esas habitaciones de arriba estaban ocupadas por la familia de Tobey, estaban sus padres, sus dos hermanos, el y ahora su tía.
Por favor, que sus padres me digan donde trabajan para poder ir allí y ganar tanto cómo ellos, este lugar no solo era grande, sino que estaba bastante bien amueblado, además de ubicarse en uno de los mejores barrios de la ciudad. Sin contar que habían mantenido una vida holgada y sin preocupaciones en gastos, a pesar de tener tres hijos.
Sin mentir, es más o menos a lo que aspiraba.
Hábilmente sequé y guardé los trastes donde me indicaron antes, seguro la conversación ya está por terminar y podríamos continuar con el proyecto.
Los susurros fueron remplazados por unas risas estruendosas de Tobey, podía ver cómo se retorcía de la risa en su lugar desde aquí, también veía la cara enrojecida que tenía Peter y su descontento por la reacción de su hermano.
Asumí que podrían estar hablando de aquella situación, es una posibilidad y prefiero mil veces esa reacción de Tobey a que se acerque a mí con un cuchillo entre las manos listo para matarme.
Luego, todo queda en silencio, no más risas, la cañería no goteaba, incluso mí agitada mente calló.
“¿Crees que quiera salir conmigo?”
Mí sonrisa confiada se volvió una avergonzada, mí cara ardía y no pude evitar sentir mí corazón golpear en mí pecho.
Ciertamente no me equivoque al decir que era un chico interesante.
Si quieres salir conmigo, por mí no habrá problema alguno.
───── ⋆⋅☆⋅⋆ ─────
Debería volver a casa.
No negaré que fue encantador estar en la casa de Tobey.
Más allá que empezamos a tener mayor confianza mediante pasaban las horas, en las cuales nos contábamos cada anécdota rara o simplemente cosas personales. Una de las mejores cosas fueron los constantes choques que tuve con Peter.
Estuve casi dos días en su casa, desde el jueves en la tarde, hasta hoy en la mañana donde ya debíamos irnos con Tobey para entregar ese proyecto. Microbiología Clínica era de las pocas asignaturas, de este año, que tenían clases los sábados.
Recuerdo que al salir de la cocina aquella madrugada, luego de oír tal pregunta de su boca, solo pude mostrarme sonriente ante él. Tan pronto cruzó el umbral del comedor, se despidió de ambos y subió casi volando las escaleras directo a su habitación, se escuchó un portazo fuerte cuando llegó a ella. Mí amigo sólo me sonrió, no parecía haberle afectado en lo absoluto así que me tranquilice, le propuse seguir con el proyecto.
Fingé que no escuché nada.
A muy duras penas, dormimos dos horas esa noche.
Mis ojos estaban hinchados y los de él reflejaban enojó.
Pero igualmente nos levantamos, aseamos y salimos al comedor para desayunar al menos un pan. Tanto para mí sorpresa cómo para la de él, Peter estaba de pie frente a la cocina.
“Ya los iba a despertar, sientense, el desayuno está listo.” Nos dejo la cafetera para que nos sirvamos, acompañada de unos huevos revueltos. El salió de la cocina y subió las escaleras, a los minutos bajó acompañado de Tom, quien seguía medio dormido.
En ese preciso momento analizado bien su aspecto, seguía igualmente de lindo que ayer, solo que ahora su pelo era aún más desordenado. Tenía puesta una remera con el estampado de una caricatura, le quedaba un poco ajustado al cuerpo y cada que se estiraba para agarrar algo de los estantes superiores se elevaba, dejando en evidencia su abdomen o espalda baja.
Casi termino con el labio ensangrentado de tanto morderlo, ocultaba está acción cada que bebía el café, era tan seguido que casi me acabó la cafetera completa yo solo.
Tobey comió rápido y se fue a terminar de alistar, sólo faltaba él para que podamos irnos. Tom también se había ido hacia arriba, aún faltaba para que ingresé.
No había muros en la costa, debía agradecer correctamente a Peter. Sigiloso me acerque.
El seguía de espaldas, preparaba más comida, tal vez para su tía.
“Muchas gracias, Petey, eres toda una dulzura” Le susurré cerca de la oreja, me aproxime a él con la excusa de dejar las cosas en el lavabo. Discretamente pase mí mano por su espalda, aumentando el sonrojo de sus mejillas y provocando un escalofrío.
“No hay de qué, Wade” Batalló para mirarme directamente, aunque no tanto cómo lo hizo para hablar. Sus manos desconocían dónde posicionarse, hasta que quedaron apoyadas en la mesada.
Me alejé lentamente, hasta que escuche un suspiro de su parte.
Eso sólo fue el viernes a la mañana, durante la tarde desapareció por completo del mapa, cómo si lo hubieran borrado.
Incluso pude conocer a la Tía May, una mujer encantadora que no paraba de reírse con mis horribles chistes y contarme unos peores.
Sin embargo, en ningún momento hubo señales de que Peter volvería pronto.
Tobey estuvo intranquilo la mayor parte del tiempo, si nó revisaba su celular miraba la puerta. Se notaba bastante protector con ellos, a pesar de que Peter estaba cerca de los 21.
Nos quedamos despiertos ultimando detalles simples del informé, hasta que se hizo muy tarde, entonces le propuse irnos a dormir. Ese día a la mañana debíamos entregarnos el trabajo nosotros, no dos zombis con exceso de cafeína. Sabía que estaba preocupada, pero no resolvería nada desvelandose todavía más de lo que estaba.
Estando ya casi acostados, pudimos sentir un ruido en la puerta principal, eran golpes si mal no oí. Bajamos apresurados, podría llegar a ser un ladrón o Peter.
La primera opción no era tan mala de todos los modos.
Juro haber visto una mirada llena de ira en Tobey, no era asunto mío, por más que me gustaría ver a Peter una última vez antes de que lo matarán, corrí de regreso a la habitación.
Probablemente pasó más de una hora hasta que mi amigo ingresó a la habitación, con los puños apretados y ojos vidriosos. Bastó solo con preguntar una vez para que se soltara a llorar en mí hombro, a la par que decía incoherencias sobre Peter. Pasó otra media hora hasta que logró dormir.
Dije que no era mí asunto, pero si Tobey estaba tan afectado, quien sabe cómo estaría Peter. Me dirigí hacía su habitación, no fue difícil de encontrar, era la única con la luz encendida aún.
Me recibió un silencio extraño, la habitación era acogedora, sin embargo, no estaba allí para hacerme diseñador de interiores.
Vi a Peter recostado en su cama, con auriculares puestos y reproduciendo algo a un volumen elevado, se podía escuchar a través de ellos. Acomodé al joven durmiente mejor, lo tape, le saque los audífonos y me aseguré que no estuviera llorando. Al dar mí trabajo por finalizado salí, podría dormir ni siquiera veinte minutos.
El Sol salió más rápido de lo que hubiera deseado.
Junto a Tobey nos preparamos y salimos corriendo hacia la universidad. Hoy no fuimos recibidos en la cocina por un lindo y despeinado Peter.
Más tarde celebrariamos haber finalizado tal hazaña, sin inconvenientes graves.
Aquel canoso profesor estaba solo en su salón de clases, pidió que dejaramos el proyecto encima del escritorio y nos fuéramos, la próxima semana a primera hora tendríamos noticias.
Huimos de ahí tan pronto pudimos, saludamos a algunos compañeros al momento de salir. Cómo dije antes, debería volver a mí departamento.
“Hey” Hablé al cabizbajo Tobey ”¿Quieres desayunar?” Él acepto.
Durante todo el día repetimos la misma rutina, contamos cosas personales o anécdotas raras. Se nos fue toda la mañana y tarde en ello.
Felizmente me retorcía en mí sillón, debería pregúntarle a Tobey cómo siguen las cosas con Peter, ayer ambos se veían afectados.
───── ⋆⋅☆⋅⋆ ─────
Mi vista enfocada en él.
Siempre era interesante verlo.
Quizás por qué su torpeza salía a la luz con tan sólo verme.
Y me ha visto constantemente.
Desde el proyecto y el inicio de mí amistad con Tobey he estado yendo —de manera continua— a su casa. Tanto para hacer tareas o estudiar cómo divertirme un rato junto a mí amigo.
Jamás tocamos el tema de mí primer encuentro con su hermano, o lo que dijo respecto a mí en el comedor. Al parecer, el pensó que era una broma o sólo un pensamiento fugaz de Peter. Lo olvidó de seguro.
No podía estar más equivocado ante ello, si bien el nerviosismo de Peter conmigo era encantador, no dejaba de ser mordaz y sarcástico.
Era impredecible, su reacción nunca era igual.
Lo único que quiero con este juego es ver hasta donde aguantará, si se cansará y me pedirá que pare o si por fin me besara.
Exactamente como ahora.
A pesar de estar adentranda la noche, Tobey y yo seguíamos despiertos viendo una película mediocre de terror que provocaba más pena ajena que miedo. Lo mejor de toda la noche, eran los pochoclos dulces que había preparado hace unas horas, hice una gran cantidad de los mismos, agradezco seguir mí instinto por qué está era la tercera vez que debía levantarme del sillón para reabastecer la ración.
Desde el umbral del comedor, podía ver la silueta de alguien devorando pochoclos, ya tenía idea de quién podría ser. Sentado en el borde de la isla, estaba Peter junto a un recipiente repleto de los snacks. Siguió comiendo sin darme mucha importancia, solo se dedicaba a observar mis acciones.
“Se ve que te gustaron, me alegró” Sonreí dulcemente, el sabía mis verdaderas intenciones.
“He probado mejores” Su respuesta intento ser indiferente, pero estaba lamiendo su pulgar lleno de azúcar.
Nuestra distancia fue acortada por mí, apoye una de mis manos a su lado, quería acercarme mucho más.
Ambos éramos participantes activos de este juego, sabía cómo alterarme.
“¿Hay algo que pueda hacer para solucionarlo?” Su respiración era desigual.
“Quizas” Inclino la cabeza hacia mí, lamió sus labios, de seguro dulces.
Me tranquilice, no sería yo quien se doblegaria, y aparentemente el tampoco. Ninguno culmina el juego, pero ambos lo deseamos.
Sus labios se separaron, entregándome una sonrisa burlona, hoy no lo acabarianos. Apoyo una mano en mí pecho para apartarme, se bajó con cuidado de la mesada y desapareció entre las sombras.
Todo se volvió más tentador conforme avanzaba el juego.
Él ya no era el chico penoso que a duras penas me mantenía la mirada y terminaba rojo cómo manzana, ahora su lengua era afilaba, soltaba comentarios sarcásticos u otros perversos sin toques de pudor.
Casi siempre era así, salvo que hubiera algún externo, entonces su actitud volvió a ser de chico inocente; dudaba al responder y sus mejillas se encendían.
¿Qué tan rojas podrían ser? O en qué situaciones…
Luego de tantos bochornos y sonrojos que lo hice pasar, el empezó a ser más atrevido.
Incluso una vez fui yo quien tomó el papel del afectado al cual las mejillas se le teñían de carmín.
Aquella ocasión había sido bastante particular.
Sigo sin creer que llevamos tantas semanas y anécdotas compartidas, iniciamos el juego en una noche de primavera, que sigue hasta comienzos del verano.
Recuerdo cómo estaba estudiando para un parcial junto a Tobey, ambos bastante concentrados en el medio de la sala de estar, mi amigo pidió un descanso para ir al baño por lo que me había quedado solo. Sin anticipación de su llegada, apareció Peter con una encantadora sonrisa, cuando iba a lanzar algún comentario meloso o atrevido hacia él, me sorprendí; ya se hallaba en frente mío, apoyando sus manos en mí pecho, empujandome contra el respaldo del sillón donde estaba, guió sus extremidades hasta detrás de mí cabeza a la par que sus dedos se enrollaba con mi cabello, mientras sus glúteos tomaban asiento en mis piernas.
Ninguno decía nada, yo estaba acorralado, pero no había manera en que me quejara de ello, sus labios estaban casi rosando los míos al igual que nuestros cuerpos.
El espacio personal estaba sobrevalorado.
Lo único que dijo antes de separarse, fue mí nombré, pero no en un tono engreído o sarcástico, lo hizo con uno suplicante. Casi tomó su cara entre mis manos y lo beso, no podría pensar en nada más. Pero unos pasos me alertaron, el se bajó rápido y salió huyendo del lugar, escurridizo cómo una serpiente, en cambió yo a pensas podía procesar lo sucedido.
Esa vez casi terminamos con el juego, ambos deseamos hacerlo. Pero ninguno quiere ceder.
───── ⋆⋅☆⋅⋆ ─────
A penas podía caminar.
Sabra dios quien les habrá enseñado a jugar.
Fuimos a practicar básquet con Tobey, el conoció a unos chicos que estarían encantados de recibirnos en su equipo.
Estuvimos estas últimas semanas entrenando o jugando, pero los rivales de esta tarde fueron muy toscos, al menos no había lesiones severas.
Nos encontramos en su casa, después de todo habíamos ganado y urgía un baño. Además, últimamente estoy más seguido aquí que en mí propia casa, no será por mucho más ya que Tobey comentó algo de unas vacaciones y dudo que me dejen cuidando la casa.
Peter está facinado por ellas, cuando no estamos coqueteando o jugando, hablamos cómo cualquier otra persona lo haría, podría querer besarlo hasta dejarlo sin aire, pero me gusta oír su voz mientras me comenta cualquier cosa que pase por su mente: sobre su carrera, su hobbie de fotografía y cómo todas las fotos de la casa fueron tomadas por el, cómo ama los postres.
No daré explicaciones al respecto de que siempre trato de traerle algo dulce, eso es invención suya.
Pasé saludando a sus padres, ellos no están casi en casa gracias a sus trabajos de genetistas, por poco que hayamos convivido, igualmente creado que son buenas personas. Redireccione mis pasos hacía el umbral del comedor, ahí estába Tom y su novia Michelle, haciendo tarea, a mí no me va a engañar con el pretexto de "es solo una amiga", si se viera a si mismo cuando la mira entendería por qué lo digo; los saludé alegre, pero rápido, mí atención estaba en el chico de lentes negros que tarareaba una canción mientras limpiaba la cocina.
Si no recuerdo mal, la canción que canta es "Lover Is a Day". Es divertido ver cómo mueve su cuerpo mientras canta la tranquila canción, aún no ha notado mí presencia y me gustaría que siga así, es lindo cuando está relajado. En un medio giro abrió sus ojos, finalmente percatandose de mí.
Aunque no haya pasado una semana de mí última visita, ver ese rosa en sus mejillas me hace sonreír cómo estúpido, lo extrañe. Rápido me acerque, lo rodeé con mis brazos hasta elevarlo un poco del suelo, el se sostiene de mi cuello. Mi oreja quedó pegada a su pecho, podía oír el palpitar del corazón, tan apresurado y desigual.
Por más que quisiera, no lo podía soltar, el se aferraba a mí cuello y eso solo me hacía apretarlo entre mis brazos con mayor fuerza. Desde los auriculares se podía escuchar cómo seguía la canción.
"Míster Corazón y yo decimos las cosas más lindas de ti.
Cómo pareces irreal y probablemente moriríamos tan rápido sin ti
Asfixiados por el aire irradiado a nuestro alrededor lleno de felicidad.
No tenemos brillo tan oscuro sin ti."
Una fingida tos nos sacó de la burbuja que se había creado. Sentí cómo Peter se tenso, lo baje con cuidado.
Frente a nosotros estaba Michelle, con una expresión neutra, sus ojos iban desde mí hasta el castaño, quien seguía con ese sonrosado presente.
“Deberian hablar sobre eso”. Sin decir más, se alejó con su mochila y junto a Tom.
Ninguno dijo nada respecto a ese comentario, lo pasamos de largo. Pero era obvio que había tocado una fibra sensible en ambos, el actuar de Peter era nervioso y titubeante, mayormente —ajeno a nuestros juegos— se ponía así cuando intentaba evadir algo o aparentar que todo estaba bien.
Me regaló una sonrisa perfecta, cómo la de una revista, se colocó sus auriculares y siguió limpiando. Yo me fui por mí lado, necesitaba una ducha, además de pensar en lo que dijo esa niña.
Recordando, llegaría a decir que esa chica es bastante observada, aunque parezca no importarle nada, logra darse cuenta de todo en segundos. No ha sido la primera ocasión en la que ella nos mirará en estos continuos juegos, a pesar de ser en su mayoría solo palabras, han habido momentos donde el tacto ligeramente fue participe; una caricia ligera en el rostro, apretones fuertes de manos, y cómo hace unos minutos, abrazos. Su mirada siempre estaba en nosotros cuando llegaba a ese punto, con sus ojos oscuros escarbando en lo más profundo de nuestro ser.
Estoy en negación de alguna manera, sé lo que quería decir, es obvio el significado detrás de esas palabras.
Pero...
¿Que tal si no quiero hablar de esto?.
Aún, al menos.
De alguna forma, casi es una rutina para nosotros, algo seguro. Si por fin le digo lo que realmente quiero y oculto con estos juegos, no sé cómo podría reaccionar, es tan impredecible; Podría corresponderme, alejarse de mí, aclarar que para el solo era un juego o que confundí todo entre nosotros.
Hasta puedo imaginar una mueca de vergüenza y pena ajena en su rostro, mientras se aleja de mí.
Tan exagerado y asustadizo como siempre Wade
───── ⋆⋅☆⋅⋆ ─────
Dulces sonidos.
Encantadora sonrisa.
Nos encontramos encerrados en su habitación.
Por qué está vez no nos bastó con simples coqueteos.
Fue tan rápido que a penas puedo procesarlo.
Había llegado a la casa hace unos treinta minutos atrás, recibí un mensaje de Tobey que me dejó intranquilo, al parecer necesitaba hablar de algo urgente; un tema con su novia Mary Jane y Harry, su mejor amigo, no especifico mucho, sólo que necesitaba desahogarse y esclarecer sus dudas con alguien ajeno al tema —después de ellos dos— soy su amigo más cercano. Rápido tomé mis llaves, una chaqueta y salí en dirección al metro, sería lo más veloz.
Toque el timbre, esperando ver a un castaño de ojos celestes y probablemente rojos de tanto llorar, no se me cruzó jamás por le mente que sería recibido por Peter; Tenía una camisa ancha y larga, se veían ligeramente sus shorts debajo, el pelo todo despeinado, sus lentes torcidos, incluso si era un desastre para otros, ante mí solo veía al chico más atractivo y hermoso que tuve el placer de conocer.
Intenté aclararme la garganta, el me observaba con una ceja alzada, evidentemente estuvo durmiendo y lo desperté.
“¿Necesitas algo o sólo venias a verme un rato?” Esperaba un comentario así, solo que tenía la esperanza de empezar yo la charla. Tarde demasiado reuniendo valor.
“Aunque no pueda negar que es encantador y hasta caliente verte con esa ropa, para tu desgracia, no vine a verte a ti” . Rodeé su cuerpo e ingresé al hogar, cerró la puerta detrás suyo “¿Has visto a Tobey?” Un gruñido ligero me hizo voltear, su ceño estaba fruncido, chasqueo la lengua antes de responder.
“Se fue en la mañana y no ha vuelto desde entonces, puedes irte o quedarte, tu decide” Aseguro la puerta y empezó a caminar hacia las escaleras, el enojó era palpable en su hablar.
A veces olvido cómo es de complicada su relación de hermanos; Las múltiples veces que Peter se sintió en la sombra de Tobey, eso le dejó ciertas inseguridades conforme pasó el tiempo, además de compararse continuamente con él.
“Prefiero quedarme aquí contigo” Su expresión no había cambiado, simplemente caminó hacia la sala de estar, de manera silenciosa me invitó.
Tomamos asiento en medio del gran sillón, Peter ya no tenía más sueño al parecer, subió la televisión y se puso a buscar algo para ver, no dijo nada hasta que me preguntó cómo estuve hoy. La última vez que nos vimos fue hace dos semanas, cuando Michelle recomendó que hablemos; Luego pasó justo lo que creía, ambos lo dimos por alto, pero no siguió todo con normalidad, el castaño estaba tenso y solo me decía monosílabos cuándo le hablaba. Tobey no me invitó a su casa durante esos días, estaba ocupado organizando el viaje junto a sus padres, por lo que carecía de razones válidas para ir, por más que deseara ver a Peter.
Charlamos sin preocupaciones, dejando el ruido y la película que se reproducía de fondo en segundo plano, me encantaba ver su sonrisa cuando le contaba mis anécdotas más graciosas de la semana; cómo discutí con un borracho en el bar donde trabajo, además de darle una paliza, o cómo un pájaro cagó en mí moto, y aunque me arruinó el día en ese momento, ver la risa de Peter compensaba completamente lo sucedido.
Las risas pararon, ya sabíamos los sucesos más recientes de la vida del otro, no había que más que decir, tal vez era lo mejor, podía observarlo con total tranquilidad y detenimiento; cómo sus mejillas se volvían rojas, la manera en la que me hablaba, las extrañas caras que hacía, ver cómo su sonrisa provocaba pequeñas arrugas en el costado de sus ojos, incluso detalles pequeños que me gustaron más aún, por ejemplo, el lindo lunar posicionado en su clavícula desnuda.
Reinaba la tranquilidad, pero venía acompañada de la tensión.
Iba a traspasar los imaginarios límites, después de todo, ya no sé cuánto más aguantaría, hace un rato aclaro que estábamos solos, se habían ido. Él se encontraba semi acostado en el sillón, con la cabeza apoyada en su mano, al contrario de mí, que estaba sentando en el piso, cerca de suyo.
Finalmente, todo mí ser estuvo de acuerdo en lo mismo, besar esos labios podría cambiar el rumbo de las cosas a un punto sin retorno, y no habría mayor cosa que anhelara.
Mis manos tocaron sus mejillas, sintiendo el calor de las mismas, él sabía lo que iba a hacer y no buscaba deternme. Sus ojos se cerraron, al contrario de los míos, quería apreciar los —ligeramente separados— labios ajenos.
Había fantaseado en más de una ocasión con besarlo, oír dulces quejidos saliendo de su boca, el tono carmín que tendrían sus mejillas, sin embargo, se quedaron cortas a la experiencia real.
Peter tiene un dulce sabor, es tierno y tímido, lo toma con calma, esperó a que corresponda el beso para poder continuar de una forma más atrevida. Agarrando y apretando la mano que tenía en su rostro, sin pudor me acercaba, gracias a los falanges que posicionao en mí nuca. Estaba haciendo su voluntad, el beso iba al ritmo que deseara, la intensidad no subía a menos que él diera el primer paso.
Mordió de manera leve mí labio, dándose pasó hacia el interior, exponiendo más pruebas de su dominancia y control que tenía en mí; quien soltaba sonidos vulgares, quien estaba bajo la merced del otro era yo. Al contrario de cómo pensé que se desarrollarían los roles, pero no presentaría una queja al respecto, el castaño sabía bien lo que hacía.
Jadeando más de lo esperado, nos separamos, sus labios estaban rojos al igual que su rostro, me aproxime a él, esperando seguir.
“¿Podemos ir a mí habitación?, no me gustaría que alguien entre y nos vea medio desnudos” Fue, de alguna manera, la confirmación que estaba esperando.
Pudo demostrar ser dominante, pero seguía siendo bastante vergonzoso conmigo.
Ofrecí mí mano para ayudar a pararse, la tomó con fuerza y no la soltó en ningún momento, mientras subíamos las escaleras nos acercabamos un poco más al contrario, el contacto empezaba a arder, en especial cuando sabíamos cómo terminaría; los dos uniendo nuestros cuerpos, besando, chupando y mordiendo al otro, liberando la tensión que nos rodeaba desde hace un tiempo. En mí menté ya podía imaginar las reacciones de Peter, su hermoso rostro rojo y sus encantadores labios soltando incoherencias mientras los ojos avellana que tiene terminan perdidos de placer.
Abró la puerta, aquel hermoso color verde llamó la atención, ese color le queda divino, es cómo si hubiera sido hecho para que él lo luzca. Siquiera me dejó poner un pie dentro y ya estaba siendo acorralado contra la puerta, atacaba mis labios con desesperación, deseoso de más, mantuve las manos en su cintura, la camiseta holgada estaba estorbando para este punto; saque lentamente la prenda con una mano, en cambio, con la otra acariciaba su torso, mi objetivo era desesperarlo, admito que también quiero hacerlo rogar un poco.
Besé y mordí su cuello desnudo, nada me estorbaba, nos hallabamos caminando despacio hacia la cama, quien quedó debajo a la final fui yo, él castaño estaba a horcajadas sobre mí entrepierna, haciendo presión en la zona endurecida, provocando jadeos involuntarios tanto en él cómo en mí.
Gozaba de frotarse contra mí longitud a la par que seguía besándome, introduciendo su lengua en mí boca, no me resistí y bajé las manos directo hacia sus glúteos, masajeando, amasando para apretar finalmente, dando cómo resultado un gemido ahogado en medio del beso.
La forma en que me miraba había cambiado, donde hubo deseo hallé duda, algo le aquejaba y era mí deber preguntar.
“¿Sucede algo Petey pie de Limón?” Parpadeó un par de veces seguidas, dejándome hipnotizado ante el revoloteo de sus largas pestañas.
Quiero besar cada parte de su cuerpo.
Pero no puedo hacerlo si él no lo está disfrutando.
“Wade, hemos estado con este juego desde hace semanas”. Se bajó de mí entrepierna, sentándose en la orilla del colchón ”Todas las veces donde dijiste que querías algo conmigo, ¿eran realmente ciertos?”.
Su ceño estaba fruncido mirando en mí dirección, jugaba con sus manos y su pie iba de arriba abajo rápidamenta. Estaba ansioso ante la situación, quizás también por mí respuesta.
¿Que puedo responder a todo esto?.
Las cosas cambiaron muy rápido para mí, empecé esto para alivianar las cosas entre nosotros, luego quería entablar una amistad con el hermoso chico que tengo en frente mío, pero esto no se quedó ahí, siguió avanzando, hasta colarse en lo más profundo de mí. . ser, generando distintos sentimientos; entre los cuales están el amor, cariño, anheló y respeto, pero también la inseguridad.
Si lo nuestro no llegara a ser nada más, ¿sería capaz de soportar ser el culpable de echar a perder lo mejor de mí vida?
Necesito pensar mejor las cosas, pero debo decir algo.
De seguro lo arruinare diciendo algo estúpido cómo....
“No lo sé”
Resultó ser más que suficiente —y totalmente justificado— para que Peter se alejara de mí, arregló su ropa y salió de la habitación. Copié sus acciones, pero al salir no lo encontré.
Olvidé a lo que venía inicialmente, hasta que encontré a un Tobey sollozando en la cocina, lo ayude a reincorporarse y lo conducir a su habitación, donde hablamos del por qué de su llanto.
Me fui temprano de ahí, la casa tenía un ambiente asfixiante.
Huí del lugar, cómo también huía de lo que sentía.
───── ⋆⋅☆⋅⋆ ─────
El sol atravesaba el lugar.
Dando luz a mi entorno oscuro.
Tanto de forma literal como figurativa.
El sol tenía unos hermosos ojos café, además de una risa encantadora.
Quizás yo hice que mí sol se apagará, por mí culpa el se alejó tanto. Quien daba luz, calor y comodidad, ahora solo podía dejar frío y un inmenso vacío.
La tierra se estaba autodestruyendo, después de haber arruinado todo lo demás. La estrella roja había dejado de tomarle importancia, le obsequio su luz a alguien más.
He estado leyendo demasiadas estupideces que solo empeoran mí estado emocional y digo pura mierda sentimental.
Aunque lo merezco ciertamente, hice lo que me daba más pavor cometer, ironía o no, fue por el miedo en sí.
Deseaba que todo siguiera igual ya que tenía miedo de perderlo, y lo hice de igual forma.
Peter se había ido hace unas tres semanas.
Tobey intento invitarme al viaje con su familia, después de todo sabía que me la pasaría sólo —ventajas de tener una familia disfuncional—.
Ayude a mí amigo a organizar todo, cada que debíamos resolver algo frente a frente evitaba que fuera en su casa, si bien logré safarme múltiples veces, también salí perdiendo en otras, en consecuencia iba resignado hacía la vivienda del castaño. Durante las primeras ocasiones quería encontrarme a Peter, ver su hermoso rostro adornado con sus lentes torcidos y la sonrisa de revista que antes me regalaba, el primer encuentro fue el más duro; su mirada no presentaba nada más que el asco e incomodidad, al intentar acercarme se alejaba cómo si le fuera a hacer daño, sin embargo, ya lo había hecho sin darme cuenta.
Se comportaba cómo una sombra, desapareciendo en instantes y volviendo a aparecer repentinamente. No voy a negar que intentar entablar una conversación con él fue exactamente igual a hacerlo con dicho objeto, fue imposible, siempre lograba safarse de alguna manera. Luego de las primeras ocasiones que me evadió deje de forzar la situación, no tendría sentido, al menos aún, quizás dentro de un tiempo.
Pero, a pesar de tener una buena paciencia, el tiempo parecía hacerse eterno, en especial cuando veía al castaño salir de la casa para subirse al auto de otro chico, uno rubio, corpulento y casi de la misma altura que él. Fue un golpe bajo para mí ego, el sujeto parecía una imitación barata de mí; Una vez, cuando sentí que la vena en mí frente estaba por estallar, le cuestioné a Tobey quien era aquel tipo, mí amigo de forma amable me explico que Eugene "Flash" Tomson gozaba de ser el "mejor amigo" de Peter.
Por vacaciones había regresado a la ciudad, aprovechando el máximo de tiempo con sus amigos y familia, juro que habría estado bien respecto a él, pero ver cómo el castaño se abalanzó a sus brazos mientras miraba en mí dirección no fue algo que ayude mucho, Además, Peter tenía una mirada que se reconocer muy bien.
Era la misma que utilizaba conmigo, cada que me miraba a la hora de responderme vorazmente o coquetear, esa mirada significaba muchas cosas, pero las más reconocible era la perversión. Incluso se acercó su cuerpo al ajeno, acariciando de forma calmada —aunque no suave o dulce— el pecho Flash, no a parte sus ojos de mí, sabía lo que hacía.
Había desarrollado su propio juego, en el cual yo estaba en desventaja, consistía en intentar arreglar algo que rompiste, no importa si fue intencional o no, lo debías hacer tú sólo, sin ayuda de nadie. A la par, debías superar obstáculos, estos podrían romper más las cosas, así que si no los evitabas, sería mejor rendirse.
Resistí al juego hasta que el anfitrión se fue, dejo al único jugador con incertidumbre de lo que debía hacer a continuación.
Me mantuve así durante estás semanas, que parece no tener final. Se acercan los finales, ni siquiera pude prepararme correctamente por estar pensando día y noche en el. De seguro, mí sol debe encontrarse relajado, probablemente disfrutando de ser el centro de atención por su belleza, guiñando el ojo a cada persona que le parezca remotamente atractiva.
Charlaba eventualmente con Tobey, el quejándose de todo lo que debía estudiar, pero estando en un hotel cinco estrellas lleno de lujos. Me daba recorridos de todo lo que había en su habitación, donde se hospedaban era algo cómo un Penthouse con tres habitaciones y baño privado en cada una, cocina espaciosa, SPA, entre otras cosas que olvide, por qué el hecho de ver a Flash rondando en el fondo del lugar me había provocado un vuelco en mí estómago.
De eso ya dos semanas, no dejó de pensar en que seguramente Peter debe estar disfrutando, quizás ni siquiera me cruzó por su cabeza o mínimamente recuerda mi nombre en algún momento.
Vuelvo a releer los últimos mensajes de mí amigo, volverán en dos días.
Quedan cuarenta y ocho horas para que termine de decidir, no puedo seguir quedandome en este estado. Estar solo durante este tiempo, me dejó rienda suelta para pensar en lo que debía de hacer.
Obvio que una de esas cosas es aclarar todo con Peter, pero para poder siquiera cruzar dos palabras necesito que él esté dispuesto a ello.
Tal vez aborde el tema de manera natural y con confianza sea lo mejor, nada de gestos exagerados.
───── ⋆⋅☆⋅⋆ ─────
Su lengua era filosa.
Algo que constantemente olvido.
Tan pronto habían llegado a la ciudad, fui a recibirlos y ayudar con lo que necesitaban, había traído comida de sobra para ellos, quizás haber cocinado toda la mañana intentando aliviar mi ansiedad fue buena idea después de todo.
Mientras alistaba la mesa, Peter rondaba el lugar, cómo un tiburón acechando a su presa.
Me encantaría que clavara sus dientes en mí.
Debo dejar de pensar en eso, la verdadera razón por la cual estoy aquí es para poder arreglar todo. Si es necesario me pondré de rodillas ante él.
Han tenido suerte de haber regresado hoy, el clima está empezando a volverse inestable. Seguro fue un cambio brusco para ellos, de estar en soleados y calurosos días a una posible tormenta.
Tengo a un Peter clavándome la mirada a más no poder, le descontenta que esté aquí. Sin embargo, es el único con ese problema, incluso Flash estaba sonriendo mientras devora mi comida y suelta halagos entre bocados.
“Wade, ¿podrías ayudarme a subir esto?” Habló tranquila Mary.
“Claro, estará ahí en unos segundos” Mostré una gran sonrisa, ayuda no me cuesta nada.
“Muchas gracias. Peter te ayudará”. El mencionado estaba a punto de protestar, aunque bastó un ceño fruncido por parte de la mujer para que cerrará la boca.
Esa mujer me ayudó más a mí de lo que se puede imaginar, un momento a solas con Peter era lo que necesitaba. Sería mejor apresurarme.
Deje la mesa lista y fui hacia la Sala de estar, ahí habían dejado la valija que debía subir, desde atrás era seguida por un castaño enojado.
Arrastré la maleta hasta los pies de la escalera, esperando que el chico tome el otro extremo y subirla entre dos. Para subir prácticamente dependía del criterio de Petey, quien uso eso a su favor para reírse un rato.
“¿Crees que sea un buen momento para hablar?” Sonreí al terminar de preguntar, pude ver cómo su cara se fruncía más
“¿Tienes el cerebro apagado o que?” Enarco una ceja y chasqueo la lengua “Tu y yo no tenemos nada de qué hablar, dejaste las cosas bastante claras la última vez.”
”Siento que aún hay muchas cosas por decir, aquella vez todo fue arrepentido y sacaste conclusiones demasiado rápido” Volteaba constantemente, ya estábamos por llegar a la habitación.
“¿Recien ahora quieres hablar? Después de casi 4 semanas” Se escuchaba enojado
“Tampoco es cómo si me hubieras dejado acercarme mucho a ti en este tiempo, corrías cada que me veías” Bajamos la valija donde la habían pedido dejar
“Discúlpame, no quería estar cerca de alguien tan estúpido cómo tú” Arregló un poco su pelo “Ademas, creo que ya no tiene sentido.”
“¿Por qué? Podemos empezar lo que dejamos, pero está vez hacerlo bien” Miró en mí dirección, estaba confundida. “Se que fui un estúpido por no haber hecho esto antes, pero me fue difícil decifrar todo lo que siento por ti. Sentir que te alejabas era una tortura, ver cómo me repudiabas se volvió una pesadilla…” Me acerqué a él, quien intentaba mantener una distancia prudente “Jamas tuve que poner tanto empeño en descubrir lo que siento, normalmente soy bastante transparente en ese sentido. Pero si no lo hacía podría terminar lastimandote y alejandote aún más, creo que eso me hubiera aniquilado por completo.”
”¿Podrias ser más directo?” Se aferraba a sí mismo, mientras su pie iba de arriba abajo con nerviosismo.
“El punto es que realmente me gustas, aunque eso se queda corto.” Agarre un poco de mí cabello y lo empecé a ondular ”Te quiero cómo no tienes idea, quiero estar contigo casi todo el tiempo, ver cómo te recibís de licenciado en Nanotecnología, que cada que salgamos en una cita seas tú quien nos saque fotos y poder besarte cada segundo. Además de no tener que poner alguna excusa estúpida para verte seguido y coquetearte de forma descarada.”
El joven de cabellos castaños tenía los ojos abiertos de par en par, sin poder decir nada con exactitud, sólo dejando en evidencia su sonrojo y nerviosismo.
Peter tomó a Wade por el cuello de la camisa que traía, lo acerco para poder besarlo, tomando por sorpresa al rubio quien a duras penas seguía de pie.
Colocó sus manos en la cintura de Peter, dejando la dominancia al más joven, quien gozaba de serlo. Cuando se separaron por falta de aire, a penas dejo que el de ojos azules se recupera y volvió a atacar sus labios, mordiendo para darse cuenta del paso en la cavidad bucal. El más alto suspiraba y jadeaba ante el castaño, susurrando el nombre de su amado.
” Entonces, ¿Quieres salir conmigo?”
Wade estaba aturdido por el ataque reciente, solo logró afirmar con un gesto.
Hoy se dedicaría a besar al castaño.
