Chapter 1: ¿Cómo llegamos a esto?
Chapter Text
—Despierta...— Pudo escuchar una voz a lo lejos —Despiértate...— Logró escuchar nuevamente, pero esta vez un poco más cerca que antes —Eh, tú. ¡Escúchame!— Exclamó un hombre ya fuera de sus casillas —¿Hasta cuando piensas dormir? ¡despierta de una vez!— Gritó tan cerca suyo que logró despertarlo de un susto.
Alarmado miró hacia todos lados. Intentando descifrar donde se encontraba, se topó con caras que nunca antes había visto.
—¿Es él?— Se fijó de donde provenía aquella voz, logrando ver a un hombre alto con el cabello más blanco que había visto nunca —Pensé que el espadachín que viaja con un demonio sería más llamativo— Dijo con un tono...¿decepcionado? —Pero es de lo más normal—
—¡SÍ!— Exclamó otra voz masculina —Vamos a celebrar su juicio, ¿Cierto?— Preguntó, mas la respuesta no llegó —¡Entiendo!—
Continuó observándolos, los olores de aquellos extraños se mezclaban entre ellos, pero la combinación no parecía ser desagradable para su sensible olfato. Su garganta ardía como el infierno y su mandíbula dolía demasiado como para hablar, pero aún así se esforzó por hacerlo —¿Quién..?— Mas, no le permitieron terminar de hablar, puesto que una mano aplastó su cabeza nuevamente contra el suelo.
—¡No hables!, ¿No sabes dónde estás?— Exclamó la voz de antes, la que lo había despertado —Estás frente a los Pilares— Con ese comentario los volvió a mirar. Antes lo había hecho uno por uno, pero ahora los veía a todos juntos. Parados frente a él con sus figuras imponentes.
«—¿Los Pilares? ¿Qué Pilares?—» Se cuestionó mentalmente «—¿De que habla? ¿Quién es esta gente?—» Le era casi imposible dejar de mirarlos, pero no encontraba una razón para aquello «—¿Dónde estoy?—»
—Está es la sede de los cazadores de demonios— Hablo una de las únicas dos mujeres presentes. Como si le hubiese leído la mente —Estás a punto de ser juzgado, Kamado Tanjiro.
Tanjiro se sintió un poco intimidado, el olor de esa mujer era tan diferente a como se veía su rostro, algo que nunca antes había presenciado. Además, ¿Cómo ella sabía su nombre?.
—Antes de iniciar el juicio— Habló nuevamente —Hay que explicar de que se te acusa.
—¡El juicio no es necesario!— Exclamó la misma voz de antes, que le pertenecía a un alfa de cabellos rubios con las puntas de un color rojo intenso —Proteger a un demonio va contra las normas— Habló sin mover ni un poco sus ojos, dándole a Tanjiro una sensación rara —¡Podemos solucionarlo nosotros! ¡Decapitémosle junto al demonio!— Aquellas palabras y que aquel alfa no dejase de sonreír le provocó un pequeño escalofríos.
—Le cortaré la cabeza de forma vistosa— Habló esta vez el Alfa albino de antes, asustando un poco más a nuestro querido Tanjiro —Verán la salpicadura de sangre más llamativa de su vida. No podrá ser más vistoso.
—Qué niño más desarrapado— Se expresó una voz proveniente del más alto de los Pilares, un hombre beta que Tanjiro pudo identificar fácilmente con su olfato, pues carecía de un olor que no fuese el de sus propias emociones —Pobrecito. Me compadezco de su nacimiento— Ok, esas palabras no le habían gustado.
«—¿Y Nezuko? ¡Nezuko!—» Pensó mirando a todos lados en busca de la caja donde debería estar su hermana.
—No mires a otro lado mientras hablan los Pilares— Exclamó el joven Kakushi que se encargó de despertarlo, mientras lo miraba un poco nervioso —Son los nueve mejores espadachines de los cazadores de demonios— Explicó con voz baja.
—Los… Pilares— Habló con un tono casi inaudible, podía sentir el sabor metálico de la sangre por toda su garganta.
—Mathemoslo.
-¡Y!
—Sí. De forma vistosa— Ya no quiso escuchar más, había otras cosas de las cuales preocuparse.
—¡Eh, tú!— Exclamó el Kakushi al verlo desviar la mirada nuevamente.
—Nezuko...— Habló con un tono seco —¿Dónde estás, Nezuko?— Con las pocas fuerzas que tenía se enderezó y levantó lentamente hasta quedar en una posición con la que podría sentarse si tuviese un poco más de fuerza —¡Nezuko! ¡Zenitsu!— Llamó a su hermana y amigos —¡Inosuke! ¡Murata!— Miró a todos los lados posibles tratando de encontrarlos.
—¿Y qué hacemos con Tomioka?— Interrogó una persona a la que ya tenía identificada, pues sintió su olor provenir desde lo alto de un árbol. Volvió a recostarse sobre el suelo y miró hacía arriba, cruzando su mirada con una de color carmín imponente, proveniente de una serpiente tan blanca como la misma nieve —Me duele la cabeza de solo pensar que no está maniatado— Lo dijo con un tono desagradable que no le había gustado —Pero según Kocho, él también incumplió las reglas— Dijo sin dejar de señalarle —¿Cómo lo castigamos?, ¿Cómo asumirá la responsabilidad?, ¿Cómo lo torturo?— A Tanjiro le asustó un poco la forma en la que se refería a Tomioka, casi no lograba comprender cómo lograba hablar de esa manera sin sentir la más mínima culpa —¿Por qué no dices nada, Tomioka?
Tanjiro giró su rostro hasta ver a Tomioka parado, con la vista casi en el suelo y alejado del resto «—Lo están acusando por mi culpa—» Pensó Tanjiro, bastante apenado.
—Dejemos eso por el momento— Dijo la misma voz femenina de antes —Vino sin oponer resistencia. Ya pensaremos en su castigo luego— Tanjiro la identificó como una beta, pues no distinguió un aroma además del mismo enojo —A mí me interesa oír lo que tenga que decir el chico— No dejó de mirarla mientras se sentaba sobre sus rodillas —Pese a ser un cazador de demonios, realiza misiones acompañado de uno. Quiero oír su explicación. Eso va contra las normas de nuestra organización.
Aquello sorprendió ligeramente a Tanjiro —Lo sabes, ¿verdad?— Quería hablar, explicar que su hermana no era como otros demonios, pero su propia garganta se lo impedía —Tanjiro Kamado— Habló con un tono dulce, cargado de un aroma a enojo peor que antes, lo que no lo tranquilizo para nada —¿Por qué viajas con un demonio, cuando tu deber es matarlos?
—No es necesario preguntárselo— Dijo el mismo albino de antes.
—Puedes tomarte tu tiempo para contárnoslo— Era su momento, le estaban dando la oportunidad de darles una razón.
—Mi—Mi her...— Comenzó a toser casi al instante debido al dolor de su garganta, que esta se encontrase seca no era de ayuda. Sintió, gracias a su olfato como la mujer de antes se le acercaba con una botella de agua.
—Deberías beber agua— Dijo acercándole la botella lentamente. Tanjiro la miro por unos segundos antes de agarrarla con los dientes —Te lastimaste la mandíbula, así que bebe despacio. Lleva un calmante que mitigará el dolor— Tanjiro finalmente soltó la botella y dio unas cuantas bocanadas de aire, estaba listo para hablar —No estás recuperado del todo, así que ve con cuidado. Adelante, Tanjiro Kamado— Le dio el habla nuevamente. Así que dio unas cuantas bocanadas de aire más y miro a la chica frente suyo.
—El demonio es mi hermana. Atacaron mi casa mientras yo no estaba. Estaban todos muertos cuando regresé— Los alfas y omegas presentes notaron como Tanjiro soltaba feromonas con olor a fresas, pero estas tenían un ligero toque amargo, mostrando cuales eran sus emociones —Transformaron a Nezuko, pero ella no devoró a nadie. Ni lo hizo ni lo hará. No lastimará a ningún humano.
—No quiero oír tus fantasías— Habló nuevamente el hombre en el árbol —Si es de tu familia, es natural que la protejas. No podemos confiar en ti— En todo ese tiempo no dejó de señalarle con su dedo —Yo no te creo.
—Ese demonio lo está poseyendo— Habló el hombre con clara ceguera —Matemos al pobre chico cuanto antes para liberarlo.
—¡Escúchenme, por favor!— Ya se encontraba algo alterado, pero los comentarios por parte de los Pilares no ayudaban mucho —Me convertí en cazador de demonios para sanar a Nezuko— Explico una vez tuviera la atención de todos nuevamente —Nezuko se convirtió en demonio hace más de dos años. ¡Y no devoró a nadie en todo ese tiempo!
—Estas repitiéndote, idiota. Demuestra de forma bien vistosa que ni comió ni comerá a nadie— Exigió el albino nuevamente.
—Disculpen— Dijo la otra chica que por fin se atrevió a hablar —Tengo una duda— Dijo llamando la atención de todos —Me cuesta creer que el Patrón no supiera nada de esto— Ella miró a ambos lados —¿Seguros que podemos matarlo sin permiso?— En vez de responder, los demás miraron nuevamente a Tanjiro —Deberíamos esperar a que llegue.
—¡Mi hermana puede pelear a mi lado!—Tanjiro no quería esperar, la vida de su hermana como la suya propia estaban en juego —¡Puede proteger a los humanos conmigo!. Así que...
—Esto es muy interesante— Tanjiro notó una nueva presencia. Al mirar de donde provenía, sus ojos se fijaron en un hombre alfa alto, que traía en sus manos la caja de Nezuko —¿Ese es el cazador que viaja con un demonio?— Su rara sonrisa y su olor le provocaron a Tanjiro una mala sensación de inmediato —¿Se puede saber qué es lo que pretendes?
—¡Shinazugawa-Sama!— Exclamo una chica Kakushi que venía corriendo —Suelte la caja, por favor— Shinobu se levantó lentamente, provocando que todos notaran que estaba enojada, pese a que su rostro mostrase otra cosa.
—Shinazugawa, no actúes por tu cuenta.
—¿Qué dijiste? ¿Qué un demonio puede pelear para proteger a los humanos?— Acercó su mano a su katana, algo que alarmó a Tanjiro —Eso...¡Es imposible, idiota!— Con rapidez desenfundo su katana y la enterró en la caja, dejando escuchar un quejido de dolor por parte de Nezuko.
La sangre de Tanjiro hirvió ante eso, por lo que se levantó y se acercó hasta Sanemi con un paso rápido —Aunque usted sea un Pilar, ¡no perdonaré a nadie que lastime a mi hermana!— Ante eso, Sanemi solo se rio mientras sacaba su katana con la misma brusquedad de antes.
—Me alegra oír eso— Tanjiro gritó, preparado para darle a Sanemi un gran cabezazo.
—¡Basta!— Gritó Tomioka, sorprendiendo a todos —¡El Patrón estará aquí enseguida!
Gracias a ese grito fue que Sanemi se desconcentro y no pudo defenderse correctamente de Tanjiro, el cual no dudo en saltar y plantar un gran cabezazo con toda la fuerza que tuviera. La sangre salió de inmediato de la nariz de Sanemi mientras ambos caían al suelo aturdidos. Tanjiro no dudo un segundo más y se movió hasta quedar frente a Sanemi, pero con la caja de Nezuko detrás suyo, de modo que sería capaz de protegerla si Sanemi intentaba algo nuevamente.
—Desgraciado...— Trató de levantarse, pero se le hizo imposible. Era como si la cabeza se le hubiese partido en dos.
—Aunque es cierto que Tomioka lo distrajo, me sorprende que lograra golpear a Shinazugawa— Dijo Iguro en voz baja.
—Si no puedes distinguir entre un demonio nuevo de uno malo, ¡No deberías ser un Pilar!
—Serás...— Agarro nuevamente su katana y se levantó —¡Te mataré!— Acercó la punta de su katana al cuello de Tanjiro hasta que...
—Oyakata-Sama ya está aquí— Dijeron unas niñas al unísono.
Todos se voltearon a ver, incluyendo Tanjiro, quien divisó una figura adulta acercándose lentamente. Por su olor pudo saber que clase de persona era y eso lo tranquilizó muchísimo.
—Bienvenidos...— Tanjiro notó la gran cicatriz en su rostro —Mis queridos hijos...— El hombre estiró una de sus manos y dejó que sus hijas lo guiaran hasta estar frente a los Pilares —Buenos días a todos. Hoy hace un buen tiempo. Imagino que el cielo está azul. Me alegro que volvamos a reunirnos las mismas caras medio año después...—
«—Tiene una cicatriz, o quizás sea una enfermedad... ¿Él es Oyakata-Sama?—» Tanjiro no pudo siquiera terminar de pensar para cuando Sanemi ya había estampado su cabeza contra el suelo «—¡Qué rapidez, no pude ni reaccionar!—» Se quejo un poco por el dolor —Oye...— Se callo al ver como todos los pilares ahora estaban formado haciendo una reverencia para Oyakata-Sama.
—Nosotros también nos alegramos de verlo bien, Patrón— Dijo Sanemi, sorprendiendo un poco a Tanjiro —Rezaremos para que siga gozando de una buena salud y felicidad.
—Gracias, Sanemi.
—Si es tan amable, antes de iniciar la reunión, me gustaría una explicación.
—Claro que si, Sanemi— Ante esto el nombrado sonrió —Pero antes...Giyuu, ¿Cómo están esos cachorros de los que tú y Urokodaki-Sama me han hablado?
—Me temo que ambos han sido lastimados por Sanemi, Oyakata-Sama...— El mencionado vio rojo al darse cuenta que Tomioka lo había delatado.
—Ya veo— Pese a lo que le acababan de decir, no parecía realmente disgustado —Sanemi, hijo mío. Por favor suelta al joven, mis hijas ya me han explicado sobre su estado— De mala gana, el nombrado tuvo que obedecer, por lo que soltó con brusquedad la cabeza de Tanjiro.
—Oyakata-Sama, se lo pido por favor— Habló Sanemi mirando la caja de Nezuko con asco —Por favor explíquenos el porqué permitió que un cazador viajase con un demonio. Se supone que nuestro deber es matarlos.
—Además me gustaría informarle que Tomioka infringió las reglas al impedirle a Kocho acabar con la demonio— Habló nuevamente el heterocromático —Pienso que Tomioka ya conocía a la chica demonio y que la dejó viva hace un tiempo. No por nada se lo impidió a Kocho. Lo que nos da dos infracciones.
—Estoy bien consciente sobre eso, Iguro— Habló con su voz tranquilizadora —Tomioka me lo reveló por su propia cuenta. Le hice saber hace mucho que, sí dejó a esa demonio con vida, fue más que nada porque sintió que era lo correcto. Y tal parece que no se ha equivocado del todo, ¿O si?— Los Pilares en respuesta se mantuvieron callados, algo que Oyakata-Sama no cuestiono —Entonces, continuando con…—
—Lamento mucho interrumpirlo, Oyakata-Sama— Habló nuevamente Sanemi, sorprendiendo al resto de presentes por atreverse a interrumpir al patrón —Pero le pido que por favor me deje demostrarle que todos los demonios son iguales. Lo siento pero no estoy de acuerdo con esto.
—¡Oye!— Giyuu se veía un poco enojado —No te atrevas a interrumpir a Oyakata-Sama.
—Giyuu, no te preocupes— Casi de inmediato el nombrado se mostró inexpresivo nuevamente —Y Sanemi— El albino se preocupó un poco, tal vez no fue buena idea interrumpir —Te concedo el permiso para demostrar tu punto de vista.
Tanto Giyuu como Tanjiro se preocuparon por eso, por lo que ambos se miraron. Por un descuido de Sanemi, Tanjiro terminó recibiendo un golpe en su nariz con la misma caja de su hermana, lo que terminó en un Tanjiro con la nariz sangrando. Giyuu se le acercó y limpió con cuidado la sangre dejando un poco sorprendidos al resto de Pilares, pues era la primera vez que lo veían ayudando a alguien.
—Me duele...— Dijo Tanjiro junto a un pequeño quejido.
—No te preocupes, no es grave— Giyuu sintió el impulso de apoyar a Tanjiro en su pecho, cosa que no le molesto al pelirrojo una vez que ya estaba en cierta posición —¿Ves?, ya dejó de sangrar. No te preocupes— Dobló el pañuelo y limpió la tierra de la cara de Tanjiro con cuidado de que esta misma no se metiera a las heridas abiertas que ya tenía.
—Bueno. Ya que el mocoso dejó de sangrar por un pequeño golpe, les demostrare a todos que los demonios no son más que seres inferiores a los cuales debemos de aniquilar— Bajo la atenta mirada de todos, con su propia katana cortó su brazo y dejó que la sangre cayera sobre la caja —Es hora de comer, demonio— Tanjiro intentó moverse hasta Sanemi, pero los brazos de Giyuu se lo impidieron —¡Vamos, muérdeme!— Escucharon como Nezuko se retorcía dentro de su caja, además de quejarse al tratar de aguantar —No me ignores, sigue tus instintos. Te haré pedazos en cuanto lo hagas.
—¡Nezuko!— Gritó Tanjiro, pero en cambio Giyuu lo abrazó con algo de fuerza y le susurro al oído.
—No te preocupes. Debes de confiar en tu hermana...— Ambos miraban a Sanemi enojados. Pese a las palabras de Giyuu, según su olor, él tampoco estaba muy convencido.
—Shinazugawa, estás bajo el sol— Dijo Iguro —Si no vas a la sombra, no saldrá.
—Oyakata-Sama, disculpe mi atrevimiento— En un movimiento rápido dio un salto hasta llegar a la sombra, antes de lanzar la caja de Nezuko con brusquedad al suelo. Con una mirada de asco dirigida a la caja se acercó y clavó su katana nuevamente, bajo la atenta mirada de todos.
—¡NO!— Tanjiro se soltó de los brazos de Giyuu y trató de correr nuevamente hacia Sanemi, algo que Iguro aprovechó para golpear a Tanjiro con una increíble fuerza que lo dejó sin aire.
—¡Sal, demonio!— Clavó nuevamente la katana —¡Aquí hay sangre humana de la que tanto te gusta!—
«—No puedo respirar ni moverme—» Pensó Tanjiro, sintiendo como el codo de Iguro se clavaba cada vez más en su espalda.
Sanemi golpeó un poco la caja con su pie, antes de utilizar la misma katana para abrirla, dando paso a Nezuko que gruñía levemente, tratando de contenerse. La herida en el brazo de Sanemi no dejaba de gotear, Nezuko respiraba tratando de calmarse. Todos miraban atentamente lo que sucedería.
«—Nezuko...—»
La mencionada miro a Sanemi con sus ojos rosas bien abiertos, mientras la saliva le escurría hasta la barbilla —¿Qué pasa, demonio? Vamos, ataca ¿No quieres la sangre?—
—Iguro, suéltalo— Dijo Giyuu mirándolo con enojo, estaba presionando demasiado fuerte a Tanjiro.
—Solo presiono porque intenta moverse.
—Obanai, si Tanjiro intenta respirar con los pulmones comprimidos, le explotarán las venas. Te pido que lo sueltes— Ya estaba perdiendo la poca paciencia que le quedaba. Shinobu se sorprendió un poco al escuchar a Giyuu, pues lo que dijo era verdad.
—¡Sí, que exploten!— Exclamó el albino de uñas pintadas.
Mientras tanto, Nezuko seguía resistiendo con todas las fuerzas que tenía. Eso se notaba por la sangre que brotaba de sus propias manos hechas puños. Aquello a Sanemi no le daba más que risa.
—¡Tanjiro!— Exclamó Giyuu al ver cómo el pelirrojo comenzó a gritar y a ejercer cierta fuerza. Para sorpresa de todos, Tanjiro logró romper las cuerdas que lo ataban, dejando a Iguro atónito. Algo que Giyuu aprovecharía para agarra de su mano y levantarla, dejando a Tanjiro libre —Te dije que lo soltaras— Iguro miró enojado a Giyuu y liberó algunas de sus feromonas de Alfa para hacerlo caer, pero Giyuu no pareció inmutarse por aquello. Mientras, Tanjiro aprovecho la oportunidad para acercarse.
—¡Nezuko!— Exclamó en un tono desesperado. Pasaron unos cuantos segundos de tensión, pero para sorpresa de todos, incluso el mismo Sanemi, ella volteo la cara y cerró sus ojos con fuerza, rechazando la sangre.
—¿Qué sucede?— Preguntó Oyakata-Sama.
—La demonio apartó la mirada— Respondió una de su hijas —Shinazugawa la apuñaló tres veces, pero no mordió su brazo sangriento pese a las provocaciones.
Tanjiro rápidamente corrió hasta Nezuko y la abrazó con las pocas fuerzas que le quedaban. Nezuko reaccionó y correspondió enseguida al abrazo por parte de su hermano mayor, dejando a un Sanemi mucho más enojado que antes. Giyuu también se acercó y se paró frente a Sanemi, algo que lo enojó mucho más, por lo que sus feromonas de Alfa dominante no tardaron en hacer aparición. Los cuerpos de Tanjiro y Nezuko perdieron el equilibrio gracias a aquello.
Tanjiro estaba muy débil, tanto que se desmayó a la primera oleada de feromonas que inundaron su ser, por lo que Nezuko se apresuró a mirar con enojo a Sanemi, tratando de no lastimarlo ahora que él había provocado un desmayo en su hermano. Giyuu se arrodilló y los abrazó a ambos mientras soltaba algunas de sus propias feromonas para tratar de contrarrestar las de Sanemi.
—¡Así que eres un sucio omega!— Exclamó una vez sintió las feromonas de Giyuu, con olor a rosas blancas con un toque de cerezas —¡Con razón estabas tan apegado a esos mocoso! ¡LOS ADOPTASTE COMO TUYOS!— Iba a continuar gritando cosas de no ser por una oleada de feromonas que literalmente lo hicieron arrodillarse —¿Qué...?
—Y que si es así...— Giyuu se levantó lentamente y, mirando a Sanemi a los ojos dijo —¡De todos modos eso no te da derecho a lastimar a estos niños!— Otra oleada de feromonas dejó a Sanemi en el suelo finalmente —¡YA HICISTE LO QUE TENÍAS QUE HACER, AHORA LÁRGATE!— Con algo de dificultar, el albino se levantó y trató de alejarse lo más posible de Giyuu.
Sanemi sentía que moriría en cualquier momento si continuaba cerca de Giyuu. Shinobu se acercó a ayudarlo, mostrándose divertida ante la situación, nadie se esperaba que Giyuu atacará con sus feromonas a Sanemi.
—¡KYA! ¡TOMIOKA-SAN ES UN OMEGA DOMINANTE!— Exclamó la única mujer omega presente, claramente encantada con aquel descubrimiento.
—Jajajajaja— Rió Oyakata-Sama, sorprendiendo al resto, pues pensaban que estaría enojado —Me alegra saber que ya está todo solucionado, ¿Verdad?
—Si...— Dijeron los alfas recuperándose de las feromonas.
—Muy bien. Giyuu, acompaña a los hermanos Kamado a la Finca Mariposa. Mientras que los demás se quedarán aquí unos minutos más. Me gustaría hablar sobre algo con todos ustedes—
—¡Si, Oyakata-Sama!
Los kakushi trataron de ayudar a Giyuu con los chicos, pero Giyuu no quiso soltar a Tanjiro, demostrando esto mientras lo abrazaba nuevamente. Una vez que Nezuko estuviera de vuelta en su caja se permitieron marchar hacia la Finca Mariposa, donde Aoi, una enfermera ayudante de Shinobu los recibió, revisó las heridas de Tanjiro y permitió que Giyuu le cambiase el uniforme de cazador por un tipo de pijama blanco con grandes botones rojos.
—Sígame por favor, Tomioka-Sama— Dijo Aoi, mientras lo guiaba por un pasillo —¿Otra vez?— Exclamó al escuchar unos gritos que ya se le hacían bastante conocidos.
—¿¡Cinco veces!?— Se escuchó un grito para nada varonil —¿¡Cinco veces al día!? ¿¡Hasta cuándo tengo que tomar esta medicina!? ¡Así no podré comer!— Los gritos y el notorio llanto continuaron, Giyuu pudo sentir un olor a vainilla bastante amargo —¡Es muy amarga! ¡Sabe horrible!— A Aoi no le gustaron para nada los gritos y casi se tapó los oídos — ¿Y segura que la medicina hará que se recuperen mis extremidades?
—Baja la voz, por favor— Se escuchó la voz de una niña.
—¿De verdad?, ¿Segura?— Continuaron los gritos hasta que finalmente llegaron a la entrada de una habitación —¡Quiero una explicación! ¡Expliquenmelo!
—Sigue armando escándalo— Se quejo Aoi, Giyuu se acerco mientras acomodaba a Tanjiro en su pecho, pues el joven todavía dormía abrazado a él.
—¿¡Qué les pasará a mis brazos y piernas!?
—Ze...Zenitsu— Pronunció Tanjiro entre sueños, mientras frotaba su rostro contra el pecho de Giyuu, feliz.
«—Así que tú eres Zenitsu—» Fue lo que pensó el omega.
—¡Silencio!— Exclamó Aoi, sorprendiendo un poco a los Kakushi junto a Giyuu —Ya te lo expliqué mil veces, ¡Si no te controlas, te ataré a la cama!— Pero Zenitsu siguió quejándose y llorando por la medicina —Cielos...— Aoi se alejó para preparar la cama de Tanjiro.
—¿Eres Zenitsu, verdad?— Habló Giyuu mientras se sentaba en la cama de Zenitsu con Tanjiro todavía en sus brazos —¿Eres amigo de Tanjiro?
—¿Ah?— Zenitsu miró a Giyuu un poco sorprendido, no se esperaba su presencia —¡Tanjiro!— Exclamó al ver a su amigo dormir plácidamente en Giyuu, sin dudarlo se abalanzó para abrazarlo —¡Por Kami-Sama!, pensé que ya no te vería más. Nadie contestaba mis preguntas, estaba muy preocupado— Dijo llorando sobre el hombro de Tanjiro, se notaba su tristeza gracias al aroma de sus feromonas —Gracias... por cuidarlo— Miró a Giyuu con una gran sonrisa mientras se sorbía la nariz.
Giyuu sintió en su pecho un ligero cosquilleo, que se hizo un poco más fuerte por unos segundos, solamente con ver a Zenitsu. Él sabía perfectamente de qué se trataba aquel cosquilleo. Lo había sentido ya con los hermanos Kamado, el día en que los conoció. Su omega interno daba vueltas de la alegría.
—No dejes que te moquee la nariz— Le dijo, colocando un pañuelo que había sacado del bolsillo de su pantalón en la nariz de Zenitsu, quien obedeció a Giyuu sin problema alguno.
—Gracias eh... ¿Cómo se llama?—
—Soy Tomioka Giyuu, puedes decirme Giyuu. O como prefieras.
—Un placer, Giyuu-San. Soy Agatsuma Zenitsu, llámeme como prefiera— Giyuu miró el cuerpo de Zenitsu, se había percatado de que este era muy pequeño, al punto que su ropa le quedaba bastante grande —¿Sucede algo?
—¿Qué le pasó a tu cuerpo?
—Oh, en la montaña unas raras arañas me picaron con un veneno que me convertiría en una araña también. Logre que el veneno avanzara más lento regulando mi respiración. Pero mi cuerpo se encogió de todas formas.
—Ya veo. Así que por eso es la medicina.
—Si. Normalmente no tendría problemas, pero la medicina es muy asquerosa.
—Pero debes tomarla igual o te quedaras así— Dijo Aoi terminando de arreglar la cama para Tanjiro.
—¡Pero es asquerosa!
—Aoi tiene razón. Por mucho que una medicina no tenga buen sabor, no significa que no debes de tomarla— Acostó a Tanjiro en la cama y lo arropó con cuidado. Luego volvió a sentarse en la cama de Zenitsu —Escucha— Llamó la atención de Zenitsu —A mi tampoco me gusta mucho tomar medicinas, así que te daré un pequeño consejito que podría ayudarte— Al joven rubio se le iluminaron los ojos —No respires.
—¿Eh?
—Cuando tomes la medicina, trata de hacerlo rápido y sin respirar. Sentirás el sabor al terminar, pero ya no será tan asqueroso como dices tú— Tomó el baso de medicina de las manos de Kiyo y lo acercó a las de Zenitsu —Si no funciona, te compraré los dulces que quieras.
A Zenitsu le pareció ver una pequeña sonrisa en el rostro de Giyuu. El sonido de su cuerpo le daba la seguridad de que estaría bien. Así que, con los ojos bien cerrados y aguantando la respiración, bebió todo el vaso lo más rápido que pudo. Al terminar lo alejó y se sorprendió de no sentir el sabor hasta que volvió a respirar. Y tal y como dijo Giyuu, el sabor ya no era tan malo como antes, por lo que lo miró sorprendido.
—Bien hecho, Agatsuma-San— Dijo Aoi con una sonrisa, mientras recibía el vaso y se retiraba.
—Lo hiciste bien, Zenitsu— Giyuu limpió las pequeñas lágrimas que aún quedaban en los ojos del menor —Por el momento no puedo ir a comprar dulces, pero tengo esto— Sacó algo envuelto en un colorido pañuelo de su bolsillo nuevamente y se lo entregó a Zenitsu —Espero que te guste—
—Esto es una galleta de arroz— Dijo feliz, pues hacía mucho tiempo que no comía una. De inmediato le dio una gran mordida y masticó feliz mientras sus mejillas se coloreaban por la delicia que estaba comiendo —Que rico.
—Me alegro, quedan otras dos, así que guárdalas para después— Le acarició la cabeza con cariño —Me gusta tu cabello.
—Y a mi me gustan sus ojos. Son muy lindos— Habló con total sinceridad que asombró a Giyuu —Los Alfas deben estar detrás de usted en todo momento. Eso es tener suerte.
—A juzgar por el olor de tus feromonas, puedo decir que tuviste una mala experiencia con un Alfa. Algo así es más común de lo que parece, yo también tuve un Alfa que era todo menos Alfa, si sabes a lo que me refiero— Y le guiñó un ojo. Zenitsu no tardó en reírse mientras tapaba su boca para no despertar a los demás.
—Creo que somos los Omegas indeseados— Giyuu asintió en silencio con una ligera sonrisa —Por cierto, ¿En dónde compró las galletas de arroz?, están riquísimas
—No las compre, las hice yo.
—¿Es en serio?— Se le iluminaron los ojos nuevamente —Nunca antes había probado unas tan ricas. ¿Podría hacer más?— Y antes que se diera cuenta, ya le había pedido a Giyuu que le preparara más galletas. En cuanto lo notó, se sonrojó hasta las orejas por la vergüenza —Di-Digo, Si usted quiere, claro...—
—...— Estaba muy sorprendido que las palabras no le salían de la boca, pero aun así se sentía feliz —Claro, mañana mismo traeré una canasta llena.
—¡Si!, digo ¡No!. Si es por lo que dije, le aseguro que solo fue un impulso. De verdad que no debe hacerlo, no quise molestarlo. Lo siento— Dijo inclinándose, en cambio, Giyuu lo acercó a él y lo abrazo con cariño —¿Giyuu-san?—
—No te preocupes, con gusto preparare todos los dulces que quieras...—Liberó algunas de sus feromonas para calmar un poco a Zenitsu. Al menos ya sabía que el joven se alteraba bastante rápido —No deberías avergonzarte por algo así, pídeme los dulces que quieras. Y si no te gustan, los puedo comprar en las mejores tiendas.
—¿Por qué es tan amable?—Con algo de temor correspondió el abrazo, por alguna razón le gusto ese contacto que tenían, y las feromonas de Giyuu lo estaban relajando bastante.
—No lo se, pero no me molesta. Por alguna razón, tengo la necesidad de hacer esto— Lo abrazó un poco más fuerte —Mi omega interno esta feliz desde que conoció a Tanjiro y Nezuko y ahora lo está contigo. Espero que no te moleste— De la nada, sintió como el abrazo de Zenitsu se aflojaba, lo separó lentamente y se percató de cómo este se había quedado dormido gracias a sus feromonas —Je— Lo recostó nuevamente y movió unos cuantos mechones que le cubrían los ojos —Descansa pequeño— Lo arropó al igual que Tanjiro y besó su frente con cariño.
Se quedó mirándolos por unos minutos más, luego miró a Inosuke, quien se encontraba dormido desde que había llegado.
«—Ese es...el chico que amarre a un árbol—» Inosuke dormía con su cuerpo doblado de forma rara, algo que puso nervioso a Giyuu, pues se veía escalofriante. Un movimiento brusco provocó que su máscara de jabalí se cayera después de dejar su cabeza colgando.
Rápidamente se acercó a sujetarlo, estaba a nada de caerse, pero seguía durmiendo plácidamente. Lo acomodo en la cama con cuidado para arroparlo a él también. El omega interno de Giyuu saltaba de alegría, lo que provocó un cosquilleo en su pecho.
«—¿Es en serio? Con él ya serán cuatro—» Levantó la máscara de jabalí y se la colocó lentamente, aguantándose las ganas de darle besitos en toda la cara «—Debo de admitir que me sentía solo, pero no podemos adoptar a estos niños así como así. Vayamos despacio, por favor—» Puso su mano sobre la cabeza de jabalí por unos segundos antes de finalmente marcharse —Descansen mis niños— Y salió cerrando la puerta lentamente detrás suyo.
Chapter Text
Giyuu caminaba lentamente por los pasillos de la finca mariposa, habían pasado solo unas cuantas horas desde que se había ido. Recordando las palabras de Zenitsu, no se aguanto las ganas de hacerles galletas de arroz, pesé a que se suponía que las llevaría mañana. En parte la culpa fue de su omega interno, que no dejo de molestarlo hasta llegar a su finca, en donde se puso manos a la obra casi de inmediato.
Llegando a la habitación, logró escuchar como alguien se despedía rápidamente y salía tan apresurado que no se percato de la presencia de Giyuu hasta que ya ambos se encontraban en el suelo, debido al choque que tuvieron. Giyuu golpeo su cabeza con la pared y la canasta llena de galletas de arroz cayó al suelo. En segundos escuchó como la persona con la que chocó recogía todo y se disculpaba apresuradamente con él.
—¡Lo siento! ¡De verdad lo siento!— Vio un poco borroso debido al golpe, pero en cuanto su vista se encontraba mejor, logró reconocer a la persona que tenía en frente.
—¿Murata?— El mencionado se detuvo abruptamente al escuchar su nombre. Levanto su cabeza que ya estaba tocando el suelo y se sorprendió de ver al azabache.
—Giyuu— Dijo sorprendido —¡Oh Dios, que despistado soy!— Se levanto rápidamente y ayudó a Giyuu a levantarse —Vaya, hace dos años que no nos vemos, ¿Cómo has estado?—
—Pues bien, la verdad— Frotó un poco su nuca, el dolor estaba comenzando a desaparecer —Deberías tener más cuidado y no salir corriendo así. ¿Qué hubiese pasado si chocas con otra persona?— Agarró la canasta de las manos de Murata, el joven se veía avergonzado —Ten más cuidado, por favor. Podrías lastimarte tú también—
—Si, lo siento...— Rascó su nuca con vergüenza —Por cierto, ¿Qué haces aquí?— Interrogó —No te veo herido, o parecido—
—Vine a ver a alguien—
—¿Alguien especial?—Le sonrió de manera picara.
—Puede ser, ¿Sabes si los niños de la habitación de la que acabas de salir están despiertos?—
—Si. Salí corriendo después de que entrará Kocho-Sama ¿Por qué....— Estaba a nada de preguntar hasta que se dio cuenta de algo. Giyuu tenía una canasta en la mano con dulces, lo sabía ya que recogió algunos cuanto está se cayo. Además, estaba preguntando por los chicos que conoció en la montaña, usando la palabra “niños” —Un momento— Miró la canasta nuevamente y luego miró a Giyuu —No me digas que...— Sus ojos se abrieron de la sorpresa, Giyuu tuvo que taparle la boca antes de que gritará.
—¡Shh! No grites aquí...—
—Los adoptaste— Gritó en susurros, Giyuu miro hacía todos lados, asegurándose de que nadie los haya escuchado.
—Si, pero no le vayas a decir nada a nadie. Todavía tengo que hablar con Oyataka-Sama—
—Esto es increíble— Saltó emocionado —Digo, esto no es algo que se espere de una persona como tú—
—¿Así cómo?—
—No importa. ¿Puedo ser el tío?—
—¡Piérdete!— Empujó su cara mientras el otro se reía, ver a Giyuu de esa forma le alegraba —Como sea. Debo ir a ver a mis niños—
—Pero que mamá más tierna— Giyuu lo miró mal, pero Murata ya había escapado.
Giyuu suspiro, ver a Murata después de tanto tiempo lo agotaba. Agarró con firmeza la canasta y se dio fuerzas para entrar. Shinobu estaba adentro, y tal parece que no escucharon nada fuera de la habitación. Abrió la puerta lentamente y se adentró a la habitación, todos los presentes se le quedaron mirando y le sonrieron.
—¡Giyuu-San!— Dijeron al unísono Tanjiro y Zenitsu. Luego se miraron sorprendidos y a los segundos comenzaron a reírse.
—Ara ara~, Tomioka-San— Comenzó la Beta de mechones morados —No esperaba verte por aquí, ¿Necesitas algo?—
—Vine a ver a los ni- Digo, a los chicos— Levantó la canasta que traía consigo —Les traje galletas de arroz. Puedes tomar algunas también—
—Gracias, pero no me gustan esas galletas—Contestó con su típica sonrisa falsa. Tanjiro y Zenitsu se miraron nuevamente y ambos asintieron sin siquiera hablar.
—¡Nosotros queremos, Giyuu-San!— Dijeron ambos nuevamente.
—Claro— Se acercó a ellos y dejó que tomaran las que quisieran —¿Quieres algunas?— Preguntó, mirando a Inosuke.
—No sabemos si esta dormido o no. Pero a estado muy deprimido desde la ultima misión— Habló Zenitsu mientras comía una galleta —Piensa que es débil, aunque le dijéramos lo contrario—
—Me preocupa verlo así, no es normal— Dijo Tanjiro, dejando las galletas sobre la mesita de noche a su lado —Normalmente estaría exigiéndonos pelear con él para ver quien es el más fuerte. Y ahora apenas a hablado—
—Hola—Giyuu se sentó en la cama de Inosuke, asegurándose de no molestarlo —Soy Tomioka Giyuu, ¿Cuál es tu nombre?— Puso la canasta sobre su regazo y espero pacientemente su respuesta —...—
—Hashibira... Inosuke... —
—Es un placer, Inosuke. ¿Te gustaría una galleta de arroz?—
Inosuke lentamente fue sentándose en la cama, extendió sus manos y Giyuu dejó una galleta sobre estas.
—Me gustaría que la probaras primero. No se si te gustan, de todos modos tengo algunos dulces más— Todos vieron como Inosuke levantaba levemente su mascara y metía la galleta por esta hasta su boca. Giyuu pensó que esa era una forma incomoda de comer así que acerco sus manos hasta la mascara de jabalí —Creo que sería mejor si comes sin la mascara— Pero Inosuke le dio un fuerte manotazo.
—¡Tomioka-San!— Shinobu se acerco hasta ellos —¡Oye!, ¿Qué crees que hacer?— Se veía enojada, además de que había comenzado a gritarle a Inosuke. Giyuu levanto su mano en señal de que se calmará y miró a Inosuke nuevamente.
—Lo siento— Dejó otras cinco galletas sobre la mano libre de Inosuke —Debí invadir tu espacio personal. Aquí te dejare otras galletas para que comas. Ya no te molestare más— Le sonrío levemente —Cuídate, Inosuke—
Se levantó, dejando a Inosuke solo finalmente. Shinobu le dejó una silla en medio de las camas de Tanjiro y Zenitsu, en donde se sentó para comenzar a hablar tranquilamente con ambos. Ambos jóvenes omega reían de vez en cuando por las cosas que decía Giyuu, quien era mucho más divertido a como se mostraba con los demás.
Pasadas unas horas, ahora estaba sentado en la cama de Tanjiro, acariciando sus rojizos cabellos, mientras Zenitsu estaba sentado sobre su regazo, durmiendo plácidamente. Liberaba algunas de sus feromonas para ayudar a ambos a dormir mejor. Zenitsu se mantenía aferrado a su pecho, y Tanjiro ya estaba comenzando a caer en los brazos de Morfeo.
—Giyuu-san— Habló Tanjiro con los ojos cerrados, pero aún despierto.
—Dime...— Continuo con sus caricias. Era sorprendente el como se había hecho unido a ambos niños en tan poco tiempo.
—Usted actúa como una... mamá— Tanjiro finalmente había caído ante las caricias y el olor de las feromonas de Giyuu, que pueden calmar a cualquiera.
Giyuu se quedo sorprendido, y luego miro a ambos omegas. Zenitsu se aferraba a su ropa como si no quisiera soltarlo nunca. Lo abrazó un poco más fuerte y se quedo de esa forma por un tiempo, disfrutando la compañía de ambos jóvenes —Supongoque si lo soy— Pronunció en susurro, acariciando los rubios cabellos de Zenitsu para luego levantarse y acostarlo en su propia cama. Lo arropó y al igual que antes, se despidió con un beso en sus frentes. Ya listo para irse, agarró la puerta corrediza.
—Lo siento— Escucho decir en un susurro casi inaudible —Siento ser tan débil—
Inosuke se sorprendió un poco al sentir un peso extra en la cama, con su mascara no podía ver nada, pero la presencia de Giyuu lo calmó un poco. Al menos sabía que el mayor no era alguien malo.
—Yo no creo que seas débil...— Lentamente coloco su mano sobre la de Inosuke, el cual tembló ante el tacto nuevo para él —Solo...—Pensó correctamente en sus palabras, no quería que el de máscara de jabalí se enojara nuevamente —Solo te falta experiencia. Puedes ser mejor que muchos, pero habrán personas que sean mejor que tú en algo que para ti sea inútil. Puede que encuentres a alguien que tenga una mejor caligrafía, mejor en escoger ropa, mejor en las matemáticas. Las personas pueden ser mejor que tú en cosas que se te pueden dificultar, y si no eres el mejor, lo serás. ¿Sabes por qué?—
—¿No?—
—Porque eres Hashibira Inosuke, el rey de la montaña— Le agarró de las manos, cosa que sorprendió a el cabeza de jabalí —No importa si llega alguien que sea mucho más fuerte o ágil, por el simple hecho de que seas tú, eres el mejor—
Inosuke se sentía raro. Era la primera vez que escuchaba ese tipo de palabra, pero las había entendido completamente, o en su mayoría. Quiso decir algo más, pero su garganta comenzó a picar y la tos no se hiso de esperar. Giyuu se acercó a la mesita de noche de Inosuke y tomó la botella de agua.
—Ten, debes de tener la garganta seca— Acercó la botella a Inosuke, a lo que este se retiró la cabeza de jabalí y empezó a beber del agua con rapidez —¿Estas mejor?—
—¡Claro que s_— Comenzó a toser nuevamente. Giyuu le dio algunas palmaditas en la espalda.
—No intentes gritar. Kocho me dijo que habías perdido la voz—
—Ya se— Bebió un poco más de agua antes de dejar la botella en donde se encontraba anteriormente.
—Ya se que es normal en ti gritar, pero te pido por favor que no lo hagas. O al menos en el tiempo que te tome recuperar tu voz, te tardaras más si no me escuchas—
—¿Y por qué tengo que escucharte?—
—Es por tu bien, no saldrás de aquí hasta que te mejores. No me escuches a mí, si no quieres, pero al menos escucha a Kocho, ella es la experta aquí— Acarició un poco su cabeza —Por favor—
—Bien— Se cruzo de brazos claramente molesto, pero a Giyuu no le dio más que ternura. Por lo que continuo acariciando los cabellos de Inosuke —¿Qué se supones que haces?—
—Acaricio tu cabeza, nada más—
—Se siente raro...—
—¿Te molesta?, Puedo dejar de hacerlo si quieres— Retiró lentamente su mano de la cabeza del oji-verde, pero este mismo se lo impidió —¿Eh?—
—No te dije que dejaras de hacerlo— Se veía avergonzado, pero ni siquiera él mismo sabía por qué.
—Esta bien— Sonrió levemente y continuo con su labor. Sin percatarse de que alguien lo llevaba observando desde hacia un tiempo —Eres adorable—
—No soy adorable. Soy aterrador—
—Claro, perdón. Eres aterrador— Alimentó, sin importarle, la grandeza de Inosuke. Para sorpresa de Giyuu, este mismo se lanzo a sus brazos formando un abrazo sorpresa, Inosuke reía mientras trataba de tumbar a Giyuu.
—Esto es por decir que era adorable. Ahora estas atrapado— Logró tumbarlo en la cama, pero como estaba abrazándolo, sus brazos quedaron debajo de Giyuu.
—No, ahora tú estas atrapado conmigo— Y comenzó a hacerle cosquillas por todas partes, pero Inosuke no podía defenderse al tener los brazos atrapados bajo Giyuu.
Gracias a la perdida de la voz de Inosuke, Tanjiro y Zenitsu no pudieron despertarse debido a sus risas. Aquel ataque de cosquillas termino en un Giyuu abrazando con cariño al menor, dándole pequeñas caricias en su cabello Inosuke se estaba durmiendo en el pecho de Giyuu.
—Supongo que tengo un don con los niños— Pensó en voz alta Giyuu, mientras recostaba a Inosuke nuevamente y lo arropaba al igual que los otros dos. Dejo su cabeza de jabalí en la mesita de noche, se despidió con un beso en la frente de los tres y se fue finalmente.
Salió de la habitación, cerrando lentamente la puerta detrás suyo y se dirigió hasta la habitación de Nezuko, la cual se encontraba un par de cuarto más allá. Entró y se encontró con la caja en medio de la habitación, Nezuko claramente estaba adentro, pero la cortina no cubría la ventana. Rápidamente tapo la única ventada de la habitación y se acercó a la caja.
—Ya puedes salir, Nezuko— Estaba ligeramente enojado por aquello, ¿Cómo nadie se había fijado en eso?. Nezuko salió lentamente de su caja y miró a Giyuu fijamente con sus grandes y hermosos ojos rosas —¿Quieres algo?—
La pequeña demonio, en respuesta, estiro sus bracitos hacia Giyuu. Él comprendió que era lo que quería, así que la levanto con cuidado y la acostó en sus brazos, como si fuese un bebé. Nezuko se aferró al uniforme de Giyuu y volvió a dormir plácidamente. Se quedo sentado sobre sus piernas por unos minutos más, observando a Nezuko dormir en su pecho. Gracias a el tamaño que tenía ahora, parecía realmente una pequeña bebe. Giyuu no pudo evitar imaginarse que Nezuko era un bebe realmente, pero que esta se pareciese a él.
Debía admitir que siempre quiso formar una familia, quería enamorarse de un Alfa, hombre o mujer, y tener bebes. Gracias a su personalidad seria, los alfas terminaban escapando de él, por no ser un omega carismático o que siquiera sonriese un poco. Su omega interno termino pidiéndole, al menos, adoptar a unos cachorros, Giyuu no se lo quería negar, pero por un año no logró conocer a nadie o adoptar a alguien. Había tratado con Muichiro, ya que era callado al igual que él y en general, necesitaba algunos cuidados, pero a su omega interno no le termino convenciendo aquel niño, por lo que abandonó la idea. Pero ese tiempo termino en cuando conoció a los hermanos Kamado. Ver a Nezuko proteger a Tanjiro, pesé a que ella ya era un demonio, le recordó a su propia hermana protegiéndolo cuando era pequeño, además de que la personalidad de Tanjiro le recordaba ligeramente a Sabito. Zenitsu era un poco llorón, pero le había parecido un niño realmente encantador, o eso debía ser gracias a que su omega interno lo había escogido en cuanto lo vio. Inosuke era gritón, lo recordaba de cuando lo conoció en la montaña, pero su omega interno lo había escogido en cuanto lo vio sin su máscara.
Miró a Nezuko, la cual se había movido ligeramente, sacándolo de sus pensamientos. Levantó un poco sus brazos hasta tenerla cerca de su rostro y le dio besitos por todas parte. Se sentía vivo nuevamente, se alegraba y a la vez sentía miedo, miedo de perderlos a todos al igual que muchos otros seres queridos. Sus padres, su hermana, Makomo...Sabito.
Recostó a Nezuko en su cama y se quedo observándola por unos minutos. Recordó el como rezaba junto a Gyomei todos los días en un templo cercano. Recordaba el como se sentía inseguro sobre si hablarle a Oyakata-Sama sobre que había dejado a un demonio vivo, pero en cuando le explico que Nezuko trató de proteger a Tanjiro y sobre lo que exigía su omega interno, el patrón lo apoyo en su decisión. Además de asegurarle que no había problemas, pero que obviamente no estaba seguro de la reacción de sus compañeros Pilares.
—Me jugare la vida por ti, Nezuko— Se levantó y la cubrió con las sabanas —Me la jugare por todos mis niños...— Beso la frente de Nezuko, dejó la caja en un lugar donde no estorbara y se retiró en silencio para no despertarla.
[•••]
—Tal y como muestran sus informes, los demonios causan cada vez más víctimas— Dijo el patrón con su voz tranquilizadora.
—Es por esa razón que debemos de matar a todos los demonios— Habló el albino de cicatrices.
—Sanemi, hijo mío. Ya demostraste que Kamado Nezuko no lastimara a ningún humano— El nombrado se quedo callado —Como decía. Están amenazando la sociedad humana más que nunca. Tendremos que reclutar a más miembros, pero quiero oír su opinión—
—En el monte Natagumo quedo claro— Habló nuevamente Sanemi —La calidad de nuestros espadachines está empeorando. Son prácticamente inútiles— Desvió un poco la mirada —Los instructores no tienen un buen ojo. No es tan difícil ver si alguien nos es útil o no—
—El mocoso de esta mañana parecía ser hábil— Dijo el otro albino —Tiene potencial. Le dio un buen golpe a Shinazugawa—
—Además de que logró hacer sonreír a Tomioka— Habló Shinobu, la única mujer Beta —Volviendo al tema. Cuanta más gente haya, más difícil será supervisarlos a todos— Bajó ligeramente el rostro —Y estamos en pleno cambio de época—
—Algunos se nos unen porque masacraron a sus familias— Dijo el hombre Beta —Otros porque sus familias llevan años haciéndolo. Es cruel esperar que el resto se equipare a ellos—
—Es sorprendente que ese chico se topara con una de las Doce Lunas tan pronto. Parece tener suerte— Dijo Rengoku con una gran sonrisa —Ni siquiera nosotros tenemos oportunidades como esa a menudo—
—Tanjiro también se encontró con Muzan de frente— Informó Giyuu —Me lo dijo cuando fui a verlo a la finca Mariposa—
—¿QUÉ?— Exclamaron todos con sorpresa.
—¿Donde lo vio?—
—¿Cómo se ve?—
—¿Peleo con él?—
—Mis niño, dejen a Giyuu hablar, por favor— En un instante todos se callaron —Giyuu, hijo mío. Dinos por favor todo lo que sepas—
—Tanjiro, al igual que mi maestro, Urokorati Sakonji, posee un increíble sentido del olfato. Según sus propias palabras, “Cada persona tiene su propio aroma”, el cual puede ser totalmente diferente a sus feromonas—
—¿Y qué con eso?. Nosotros queremos saber sobre Muzan, no de ese mocoso—
—Tanjiro es capas de reconocer el aroma de Muzan— Eso los agarró por sorpresa —Ya que lo dejo por toda la casa de Tanjiro, el día que mató a su familia— Lo vieron apretar con fuerza sus puños —Si tan solo hubiese llegado a tiempo— Agacho la cabeza y apretó los dientes con fuerza. Lo miraron sorprendidos, estaba siendo más expresivo que antes.
—Giyuu— Habló Oyakata-Sama —Si hubieses “llegado a tiempo” estarías muerto— El nombrado lo miró —Tristemente, los pocos cazadores que lograron toparse con Muzan en el pasado, no vivieron para contarlo— Pesé a aquello, su rostro no dejo de mostrarse sereno —La cosa no hubiese cambiado contigo. No lo podías evitar. Nadie puede. No si esta solo— Volvió a sonreír como antes —Por esa razón me gustaría que tratasen de ser más unidos entre ustedes. Lo crean o no, una mala relación puede afectar a su trabajo— Todos se miraron entre ellos.
—Oyakata-Sama— Comenzó Shinobu —Me parece que ya todos nos llevamos bien entre nosotros— Dijo con su típica sonrisa, a lo que los demás asintieron, menos Giyuu —No se cual es su preocupación—
—...— El Patrón miro a Giyuu —¿Qué cosas te gustan, Giyuu?—
—Me gustan el salmón daikon— Miró a un lado ¿avergonzado?.
—¿Alguien sabía eso sobre Giyuu?—
—No, Patrón— Respondieron al unísono.
—Bueno, me gustaría que al menos tratasen de conocer mejor a Giyuu. Uno de mis deseos es verlos a todos juntos y felices. Giyuu es realmente muy interesante y respeta cuando no quieres hablar de ciertos temas— Los demás parecieron ligeramente disgustados. Menos Mitsuri y Muichiro.
—Patrón, no quisiera ser mala, pero creo que ya se no hizo tarde a todos— Habló nuevamente Shinobu —A algunos nos toca hacer guardia nocturna—
—Estás en lo cierto, Shinobu— Todos agradecían internamente por aquello —Pero antes. Giyuu, ¿Ya lograste hacer lo que querías?—
—Si—Lo miraron nuevamente —Me siento feliz, ellos son los indicados...—
—¿Cuantos son?—
—Cuatro, son cuatro niños— A todos les pareció ver una pequeña sonrisa en su rostro.
—¿Te refieres a los chicos que están en mi finca?— Interrogó Shinobu —¿Los adoptaste, cierto?— Todos abrieron los ojos con sorpresa —Ya me lo esperaba. No te separabas de ninguno e incluso los hiciste dormir, los arropaste y besaste sus frentes como despedida— Ella sonrió encantada —Eres toda una mamá, Tomioka-San—
—¿Eh?— Abrió sus ojos como platos —¿Me estuviste observando?—
—Bueno, dejaste la habitación de los chicos y la de Nezuko llena de tus feromonas. También escuche como un cazador de rango inferior te pedía ser el tío de “tus niños”—
—¿Adoptaste a la chica demonio?— Preguntó Iguro.
—No por el momento. Ellos deben de estar de acuerdo primero— Los miró a todos —Mi omega interno solo a pedido una cosa y se la voy a cumplir. Pero primero debo de ser paciente, este tipo de cosas lleva tiempo. No los voy a presionar, pero ya tenemos cierta confianza—
—Bueno, dejar que duerman en tu pecho ya es un gran avance— Habló nuevamente Shinobu, haciendo sonrojar a Giyuu.
—¡Pido ser la tía!— Exclamo Mitsuri totalmente encantada por aquello.
—Tendrás que tener cuidado con los pretendientes en algún futuro— Dijo el albino de uñas pintadas.
—Desaparecer un cuerpo no es tan difícil como creen— Algunos rieron ante esto, Giyuu estaba en modo mamá sobreprotectora.
—¿Y les vas a dar un padre?— Pregunto Gyomei —Todo omega con hijos debe de tener un Alfa a su lado— Con esa pregunta todos lo miraron, esperando la respuesta.
—No estoy seguro. Según los pocos alfas con los que ya eh estado, soy un “omega indeseado”— Se encogió de hombros —Tampoco es como si necesitara uno. Si alguien quiere entrar en mi vida, que primero quiera a mis hijos— Los miró nuevamente —Soy madre, antes que nada. Ellos son lo principal, hoy y siempre—
De la nada, Oyakata-Sama empezó a aplaudir —Me alegra que pienses de esa manera, Giyuu. Tienes razón, no cualquiera puede entrar en tu vida, en especial si ahora ya tienes a quienes darles todo tu amor. Una madre omega siempre me a conmovido, ya que ellos no podrían abandonar a sus hijos, sin importar en que situación se encuentren. Un hombre omega tiene más humanidad y amor que el resto de castas, incluso mucho más que una omega mujer— Estiró sus brazos mirando a Giyuu, el cual se acercó lentamente hasta que el Patrón lo atrapó en un abrazo —Gracias. Por ser un omega realmente encantador, y por adoptar a esos niños. Tendrán a la mejor madre del mundo, de eso estoy seguro— Giyuu correspondió el abrazo lentamente, mientras liberaba algunas de sus feromonas inconscientemente —Ahora ve a verlos, una madre debe calmar a sus hijos si estos tienen pesadillas— Se soltaron lentamente.
—Ya planeaba hacerlo, han pasado por mucho, debo de cuidarlos con mi vida— Agarró su katana y se levantó —Me retiro temprano, Patrón. Que tengan muy buenas noches todos— Hizo una reverencia a el Patrón y luego a sus compañeros Pilares para retirarse.
—Bueno, ¿Alguien tiene algo que decir sobre esto?—
—¡Tomioka-San se veía muy encantador cuando hablaba sobre sus hijos!— Respondió rápidamente Mitsuri.
—Ciertamente ser una madre lo cambiara por completo. Espero verlo ser más expresivo con todos y no solo con sus hijos— Continuo Shinobu con una sonrisa.
—Creo que el se veía lindo hablando de sus hijos. Tal vez lo convierta en mi cuarta esposa. Estaría dispuesto a soportar a sus mocosos si eso significa que puedo tenerlo. Hinatsuru, Makio y Suma estarán encantadas— Habló el Pilar del Sonido: Tengen Uzui.
—¡Encuentro fascinante la forma en la que puede cambiar por sus hijos. Me gustaría ver el como va cambiando cada vez más en el futuro!— Contestó el alfa rubio de mechar rojas —Mi madre solía decir que la belleza de un omega se reflejaba con sus emociones. ¡Y hoy Tomioka se veía más que hermoso!—
—Pienso que Tomioka-San debe de tener un alfa a su lado y más en estos momentos, el trabajo de una madre es difícil incluso si sus hijos ya tienen los suyos propios— Explicó el Pilar de la Roca.
—Tomioka estuvo apegado a mi por un tiempo, creo que habrá estudiado el comportamiento de los jóvenes mediante el mío— Dijo Muichiro —Pesé a que no hablamos mucho, estoy feliz de que ahora ya no este solo—
—Pienso que Tomioka se esta adelantando un poco. Los llamaba sus niños cuando él mismo dijo que debía de tener paciencia con este tema— Explicó Iguro —Será interesante ver como continua esto—
—...—
—Sanemi, ¿No tienes nada que decir?—
—Me gustaría observar más antes de hablar nuevamente—
—Me parece bien— Aplaudió con fuerza —Con esto, doy por finalizada la reunión de hoy. Qué tengan unas buenas noches, y a los que les toca guardia hoy, que tengan mucha suerte—
—¡Gracias Patrón! ¡Buenas noches para usted también!— Dijeron al unisonó mientras hacían una reverencia de despedida y se retiraban lentamente.
—Shinobu— Llamó a la Beta.
—¿Si, Patrón?— Se volteo a verlo.
—Mañana dime como se comportó Giyuu esta noche con su hijos. Estoy feliz he intrigado sobre esto—
—Claro que si, Oyakata-Sama. Buenas noches— Se inclinó nuevamente y se retiró junto los demás.
Oyakata-Sama se quedó por unos minutos más en ese lugar. Pensaba en todo lo que había pasado desde esa mañana hasta ahora. Sonrió pensando en Giyuu y en esos niños, sin duda quería vivir para verlos ser felices.
Notes:
Bueno, me atrase un día en subir esto pero a partir de ahora, todas las actualizaciones serán los lunes. También agrego nuevamente que la historia no es mía, le pertenece a NAZURI14 en WebNovel (vayan ahí también, está subiendo todo con nueva edición) yo solo tengo el permiso para subir la historia aquí
Chapter Text
—Espero que hayan podido dormir bien— Giyuu les entrego a cada uno su medicina correspondiente —Zenitsu, no olvides el truco que te enseñe. Aoi me dijo que de nuevo hiciste drama por la medicina—
—Sí... Perdón— Agarró el baso de su medicina y volvió a beberla lo más rápido que podía —No es justo, la medicina de Inosuke y de Tanjiro no parece ser tan mala. Eso es favoritismo— Le entrego su baso a Sumi.
—¡Claro que no!— Exclamo Aoi —¡No es fav_— Pero Giyuu la calmó posando su mano en su hombro, para luego dirigirse a Zenitsu.
—Tanjiro e Inosuke no fueron afectados de la misma forma que tú. Eres el que tiene el problema más grave— Se sentó en la cama y le acaricio el cabello con cariño —Cada medicina esta hecha con diferentes ingredientes, es normal que muchas tengan un buen sabor mientras que otras te dan ganas de vomitar. Pero eso no cambia su factor de curación. Tu cuerpo todavía esta muy pequeño— Lentamente posó su mano en la mejilla de Zenitsu —Se que no te gusta, pero te prometo que te lo recompensare— Le dio una ligera sonrisa, que provoco un pequeño cosquilleo en el pecho del omega menor.
—Creo que Nezuko quiere dormir conmigo—Habló Tanjiro, mientras su hermana en su tamaño pequeño se cubría con las sabanas de la cama de Tanjiro, mientras que él estaba sentado sobre estas —Tendré que llevarla a su habitación—
—Yo lo hare luego. Dejare que duerma un poco y me la llevare cuando ustedes se hayan dormido— Se levanto y arropó a Zenitsu.
—No es justo, cada vez que viene nos hace dormir— Dijo Zenitsu inflado sus mejillas.
—Supongo que si— Besó ambas mejillas de Zenitsu con cariño —Pero dormir también es esencial para su recuperación— Se acercó a la cama de Inosuke y lo arropó de igual forma —¿Me permites?— Dijo sujetando la mascara de jabalí.
—Sí...— Respondió con su voz casi en un susurro.
Giyuu retiró la mascara con cuidado y la dejo a un lado —Trata de dormir sin la mascara, te aseguro de que te sentirás mejor— Se acercó y le dio besitos en la frente y uno de la nariz —Te dejare una botella de agua antes de irme, así no tendrás que levantarte en la noche a buscar por tu dolor de garganta— Le dio un ultimo beso en la mejilla antes de levantarse he ir con Tanjiro.
—Hoy esta de buen humor, Giyuu-San— El joven omega ya estaba acostado junto a su hermana, así que Giyuu los arropó al igual que el resto —Su aroma es de felicidad y tranquilidad—
—Supongo que estoy feliz— Acarició sus rojizos cabellos —Habla conmigo si necesitas algo, puedo tener a Nezuko en mi finca si así lo deseas o necesitas—
—No creo ser capaz de alejarme de Nezuko, pero gracias— Abrazó a Nezuko a su pecho —A ella le gusta que usted este cerca, se pone feliz—
—A mi también me gusta estar cerca de ustedes— Liberó algunas de sus feromonas mientras besaba las mejillas de Tanjiro y Nezuko, para culminar en la frente de cada uno —Duerme con Nezuko, vendré temprano, antes de que salga el sol, para llevarla a su habitación— Se levantó, antes de marcharse unos minutos después, cuando ya estaban todos dormidos. Apagó la luz, dejó algunas feromonas más en la habitación y cerró la puerta lentamente.
—Ara ara~ Tomioka-San— Escuchó una voz que conocía bien —Te vuelves más dulce con cada segundo al lado de esos chicos— Le sonrió, pero Giyuu se mantuvo inexpresivo —Espero que así ya dejes de ignorarme—
—Buenas noches, Kocho— Se alejó por el pasillo hasta llegar a una esquina, en donde lo esperaba Kiyo, Naho y Sumi, quienes eran supervisadas por Aoi y Kanao. Todas estaban con sus pijamas puestos y la pequeñas se veían entusiasmadas de verlo —¿Sucede algo?—
—Verá Tomioka-Sama...— Habló Aoi —Bueno, las niñas tienen algo que preguntarle—
Giyuu se agachó para quedar a la altura de las niñas, quienes lo miraban sonrientes —¿Quieren algo?— Les sonrió ligeramente.
—¿Nosotras también podemos tener besitos?— Preguntaron a la vez, sorprendiendo a Giyuu.
—Ah... Claro...— Miró a Aoi y luego miro a las niñas nuevamente —Pero, ¿Por qué?—
—Usted le a estado dando besitos a los chicos desde esta mañana. Nosotras también queremos besitos— Dijo Naho inflando sus mejillas.
—Las niñas se sienten un poco celosas de la atención que les has dado a los chicos cada vez que viene a la finca— Explicó Aoi —Pero les daba vergüenza venir por su cuenta, así que nosotras también estamos aquí— Dijo refiriéndose a ella misma y a Kanao
—Buenos, si ellas lo piden— Sujetó por las mejillas a las tres y deposito un dulce beso en sus frentes —¿Y ahora quienes siguen?— Las pequeñas señalaron a Aoi y Kanao, quienes se sorprendieron un poco —Bueno, ellas no se me van a escapar ahora—
Aoi trató de ocultarse detrás de Kanao, pero eso no evito que Giyuu la atrapará y diera besitos en sus mejillas, al igual que Kanao. Ambas se encontraban rojas de la vergüenza, no sabían que decir y simplemente se limitaron a despedir al Pilar del Agua con un movimiento de sus manos.
[•••]
—Tanjiro e Inosuke comenzaron el entrenamiento restaurador con la señorita Shinobu—
—¿A si?— Acaricio la cabeza de Zenitsu con cariño —Ya a pasado una semana desde que están aquí. Tu cuerpo se ve mucho mejor, Zenitsu—
—Sí...— Cerró los ojos por unos momentos, le encantaba el tacto y el sonido que emitía Giyuu, lo hacía sentirse tranquilo y a salvo —Sabes...—
—Dime— Zenitsu hizo que Giyuu se recostara a su lado para abrazarlo con cariño, mientras enterraba su cabeza en el pecho de este.
—¿Sabes que tengo un muy buen sentido de la audición?— Giyuu continuo con las caricias en sus cabellos.
—¿Enserio?— Zenitsu levantó su mirada, pero al juntarse con la de Giyuu, rápidamente la desvió.
—Durante toda mi vida, he sabido identificar a las personas mediante su sonido...— Abrazó un poco más a Giyuu —Desde que conocí a Tanjiro supe que traía consigo un demonio porque suenan totalmente diferente a un humano...—
—Así que, al igual que Tanjiro, puedes identificar a los demonios mediante su sonido. Aunque él lo hace gracias al aroma de estos...— Levantó un poco a Zenitsu para besarle la frente.
—Pero Tanjiro desprende un sonido gentil que me hace querer llorar...— Escondió su rostro en el cuello de Giyuu —Nunca antes había oído nada tan gentil hasta que te conocí— Giyuu sintió como su hombro se mojaba, las lagrimas cálidas de Zenitsu hicieron presencia, pero aún no sentía sus feromonas, por lo que estaba bien —Los seres vivos hacen ruido, emiten muchos sonidos. La respiración, los latidos del corazón, el flujo de la sangre. Concentrándome puedo saber hasta lo que piensa una persona pero...— Apretó con fuerza el uniforme de Giyuu, mientras temblaba un —Me engañaron tantas veces que termine perdiendo la cuenta. Siempre escuchaba a la gente hablando de mi, de como no les daba su privacidad. Los oía incluso cuando estaba dormido...—
—Zenitsu...—
—En el orfanato donde crecí, los niños solían alejarse de mi. En el pueblo no era tan diferente, me gané mi mala fama gracias a que hacía preguntas sobre temas que se supone nadie debía de escuchar. “¿Es cierto que la señora Kato, tuvo un bebe con un hombre Beta, y lo lanzó al rio después?” “Escuche que el señor Watanabe mató a su primera esposa a golpes cuando ella no se puso el kimono que él le dio por su cumpleaños” “Los hijos de los Yamamoto hacen cosas de esposos cuando sus padres no están, ¿Pero no tenían solo 17 y 21 años?“— Giyuu estaba atónito, tantas cosas había escuchado Zenitsu, ¿Y solo lo alejaron? —Eso y más escuche de todo tipo de cosas. Cosas tan asquerosas que te darían rabia e impotencia de solo escucharlas. Y aún así eso no fue lo peor...—
—¿Qué...fue lo peor...?—Estaba en shock, no quería creer, pero debía de hacerlo, o Zenitsu ya no confiaría en él.
De la nada, la puerta se abrió de golpe, asustando a ambos omegas. Tanjiro e Inosuke hicieron presencia, con sus rostros cansados y demacrados, gracias al entrenamiento.
—Hola, niños— Dijo Giyuu, aún con un poco de sudor frio recorriendo por su frente —¿Cómo fue hoy?— Mas no parecieron sentir su presencia y solo se limitaron a ir directo a sus camas para acostarse —¿Qué hicieron?— Pero los pequeños ronquidos de ambos comenzaron a escucharse apenas tocaron las almohadas —Bueno, al menos Inosuke se quito su máscara antes...— Miró a Zenitsu, el cual miraba a la nada, todavía con unas pequeñas lagrimas en sus ojos —¿Quieres seguir hablando?— Pero solo recibió una negación por respuesta —Bien— Volvió a recostarse al lado de Zenitsu y lo abrazo con cariño —Me quedare aquí un tiempo más. Si deseas llorar, eres libre de hacerlo...—
Y así fue como en los siguientes minutos, Zenitsu se desahogo en silencio, mientras Giyuu lo consolaba lo mejor que podía. Recordaba como Sabito lo consolaba cuando ambos aún eran niños, lo abrazaba, acariciaba su cabeza y le decía cosas lindas, además de recordarle lo increíble que era. Así que eso hizo con Zenitsu, acaricio su cabeza, le daba besitos en está misma, que no debía llorar por el pasado y centrarse en el futuro. Se sintió tan hipócrita diciendo eso, pero era lo mejor, incluso si él mismo no era capaz de olvidar el pasado, que al menos uno de sus hijos lo hiciese.
[•••]
—Gracias por la ayuda, Tomioka-San— Dijo Aoi mientras le daba unas sabanas húmedas para que este las colgase —Pero no es necesario realmente. No tiene que ayudarme en mi trabajo—
—Es lo mínimo que puedo hacer. Después de todo, solo vengo a molestar— Le entrego las sabanas que ya estaban secas.
—Ay no, como cree— Agarró la canasta con las sabanas secas y Giyuu la siguió hasta dentro de la finca —Su presencia aquí es bien recibida. Los chicos se ponen felices en cuanto lo ven y a las niñas le gusta el olor de sus feromonas— Giyuu la ayudo a colocar las sabanas limpias en las camas —Shinobu-Sama nos explico que usted había adoptado a los chicos, ¿Ellos ya lo saben?—
—Leí que cuando un omega interno adopta a unos cachorros, lo mejor es dejar que los alfas o omegas internos de los cachorros se acostumbren a la presencia de la “madre”. Con el tiempo ellos mismos se van a dar cuenta de que los adopté. Debo de ser paciente—
—Eso lo entiendo, pero Inosuke es un Beta, los betas no tienen betas internos—
—Lo se bien. Es raro que un omega interno adopte a un cachorro beta, pero no imposible. No se como va a reaccionar él, pero espero que con el tiempo me vaya sintiendo como una madre. Tengo la sospecha de que, en cuanto Tanjiro, Zenitsu y Nezuko me comiencen a decir mamá, él también lo hará. Puede que incluso ellos mismos le expliquen que significa que yo sea su madre y el porque debe de llamarme así—
—Bueno. Yo he conocido a muchos omegas a los cuales no les gusta que sus hijos los llamen “mamá“, ya que dicen que una mamá es una mujer—
—Yo también he conocido a omegas así. Como también he conocido a mujeres alfas a las que le gusta que sus hijos las llamen “papá“. Yo pienso que tus hijos te deben de llamar mamá o papá dependiendo de tu casta o si tu los trajiste al mundo o no. Con un hombre omega, es normal que le digan mamá, ya que tenemos la capacidad de traer vida al mundo, al igual que una mujer. A una mujer alfa deberían llamarla papá ya que fue ella quienes los engendro, pero como dije, eso también depende de si los trajeron al mundo o no— Aoi lo estuvo escuchando atentamente —Yo decidí ser una madre, ya que quiero ser una. No creo que pueda convertirme en mamá gracias a un alfa, pero al menos ya tengo a los hijos que, desde hace mucho tiempo, deseaba— Le dio una ligera sonrisa a Aoi —Yo soñaba con ser madre, y ahora por fin puedo serlo. Tal vez no sea de la “forma tradicional”, pero soy feliz, esos niños son mi vida—
Aoi quedo fascinada con las palabras de Giyuu, no se esperaba eso del “insensible Pilar del Agua”, pero aquí lo tenía, ayudando a arreglar la cama de los niños a los que había adoptado hace poco, mostrándose más expresivo y en especial, revelando cual era su sueño. Pudo observar como perfumaba las camas con sus feromonas, para que de esa forma sus hijos pudiesen dormir bien, ya que, gracias al entrenamiento que Kocho Shinobu les había dado, volvían más cansados que nunca, pero siempre tenían su tiempo para hablar con Giyuu antes de la hora de dormir.
—Los niños deben estar por volver, ¿Cierto?—
—¿Eh? ¡AH! ¡SÍ!— Miró el reloj que estaba en una esquina de la habitación —No deberían de tardar, normalmente los estaría supervisando, pero tengo otras cosas que hacer también— Dejó la canasta vacía en otra esquina de la habitación, en caso de que las cosas se ensucien nuevamente —Muchas gracias por su ayuda, Tomioka-Sama—
—No te preocupes, Aoi— Posó su mano sobre la cabeza de esta —No dudes en pedirme ayuda en cuanto la necesites—
—¡Claro!—
La puerta se abrió, dejando ver a Zenitsu, Tanjiro e Inosuke. Los últimos dos se veían demacrados como siempre, pero Zenitsu se veía un poco mejor, con la diferencia de que se notaba cansado, al igual que los otros.
—Hola, niños ¿Cómo les fue hoy?— Los tres se quedaron parados frente a Giyuu, con la cabeza a nada de tocar el suelo y dejando un aura pesada —Esta bien, ya se lo que quieren— Estiro sus brazos a ambos lados y en menos de un segundo, ya estaba con tres adolescentes abrazándolo con fuerza —Si, se que el entrenamiento de Shinobu es algo fuerte y agotador, pero se van a recuperar, eso se los aseguro— Se sentó en una de las camas mientras los chicos seguían abrazándolo, Giyuu liberaba sus feromonas para hacerlos dormir, aunque le gustaría hablar un poco, sabía que podría hacerlo más tarde.
—Yo iré con las niñas, siéntase libre de quedarse todo lo que necesite, Tomioka-Sama—
—Gracias, Aoi— La nombrada se disponía a irse, pero el mismo Giyuu se lo impidió —¡Ah!, ¿Puedes echarle un vistazo a Nezuko?—
—Claro. Pero ¿por que?—
—Últimamente se a estado cayendo de la cama, no se despierta ya que durmiendo recupera su energía, así que yo he estado levantándola todo este tiempo. ¿Me puedes hacer ese favor?—
—Bueno, no creo poder levantar a Nezuko—
—No te preocupes, su cuerpo se encoje en cuanto tratas de levantarla. Es como un bebé— Abrazó más a los chicos.
—Esta bien, nos vemos después, Tomioka-Sama— Se despidió y salió de la habitación, dejando a Giyuu con “sus cachorros” solos.
—Niños, sí van a dormir, háganlo en sus propias camas— Los miró, todos se aferraba a él con fuerza, y no parecían querer soltarlo por nada del mundo. Giyuu suspiro mirando al techo, y luego los miró nuevamente con una ligera sonrisa —Esta bien, me quedare un poco más aquí— Retiró la máscara de Inosuke con cuidado para no despertarlo y besó la cabeza de los tres —Mis niños—
[•••]
—¿Así que Tomioka-San todavía esta aquí?— Preguntó Shinobu.
—No he entrado a ver a los chicos desde que terminaron con el entrenamiento. Pero tampoco e visto a Tomioka-Sama salir de la finca— Respondió Aoi —Lo más probable es que siga aquí—
—Es cierto que se a encariñado mucho con esos niños...— Pensó Shinobu en voz alta —No creo tener problemas en dejar que se quede a dormir si así lo desea, pero espero que no este descuidando sus labores como Pilar por esos niños—
—No creo que Tomioka-Sama sea de esos... Ok, retiro lo dicho— Ambas habían entrado a la habitación de los chicos. Ya era de noche, y se habían encontrado a un Giyuu durmiendo en una de las camas, con Zenitsu arriba de su cuerpo, y Inosuke junto a Tanjiro a ambos lados de su cuerpo. De alguna manera se las habían ingeniado para caber todos en la misma cama, pero estaban durmiendo por encima de las sabanas.
—Ara ara~— Shinobu no parecía molesta —Creo que tendremos que pedir una cama más grande, o tal vez juntar las otras dos para que tengan espacio suficiente...— Pensó en voz alta nuevamente.
—Kocho-Sama...— Jaló un poco el Haori de la mayor —Mire...— Señalo por el pasillo hasta la habitación de Nezuko.
—¿Qué pasa, Aoi?— Miró donde la menor estaba señalando, y vio como la puerta de la habitación se habría lentamente, dejando ver a Nezuko con un tamaño bastante pequeño —Hola, Nezuko— Dijo acercándose a la pequeña demonio con una sonrisa —¿Sucede algo?— Pregunto al ver como Nezuko tenía algunas lagrimas corriendo por sus mejillas y otras más acumulándose en sus ojos.
—Mmmm— Era claro que no podía responder con ese bambú en su boca, pero Shinobu comprendió que era lo que quería cuando estiró sus brazos, mostrando que quería que la cargaran —Mmm—
—Tomioka-Sama me dijo que últimamente a estado cayéndose de la cama. Se supone que no se despertaría, ya que durmiendo recupera su energía— Habló Aoi —Tal vez se golpeo en la cabeza esta vez—
—Es lo más probable— Shinobu la cargo y acurruco en su pecho —La llevare con Tomioka-San—
—Pero, ¿Y el sol?— Cuestiono Aoi —Esta habitación no tiene cortinas. Ninguna las tiene, solo la de Nezuko—
—Tengo algunas guardadas en el almacén, están en una caja pintada de blanco. Sacúdelas un poco y me las traes—
—¿No prefiere que las lave, Kocho-Sama?—
—No creo que se sequen hasta que el sol salga—
—Pero ya no estarán empapadas, un poco húmedas le dará frescura a la habitación—
Shinobu pensó un poco —Esta bien. Ve— Dijo, he inmediatamente Aoi fue hasta el almacén a por las cortinas —Bueno, pequeña Nezuko, vamos con tu madre...— Dijo mirándole dormir en sus brazos. Con cuidado la dejó sobre el pecho de Giyuu y a un lado de Zenitsu —Parece que ahora eres toda una mamá, Tomioka-San...—
—Kocho—Sama— Dijo Aoi volviendo —Me encontré a las niñas en el camino, ellas se encargaran de lavar las cortinas antes de irse a la cama—
—Ya veo...— La miró con su típica sonrisa —Ven, ayúdame a mover las mesitas de noche— La nombrada ayudo a su maestra a mover las mesitas de noche con cuidado para no despertar a los chicos. Luego movieron las camas con el mismo cuidado de antes, estas eran un poco pesadas y debían de bajarlas con cuidado o harían un estruendo —Bien, con esto terminamos—
—Si, ahora no van a caerse si se mueven— Los miró sonriente hasta que se percató de algo —Kocho-Sama—
—¿Si?—
—¿Con que los vamos a cubrir?—
—Oh...— Pensó por unos segundos —Ve a mi habitación, en uno de los cajones que están en la esquina tengo un kakebuton que es un poco grande, tráelo aquí—
—¡SÍ!— Se fue corriendo, la noche se estaba poniendo fría.
Estuvo por unos minutos, en donde Giyuu y los chicos dejaron de estar tan pegados entre ellos, pero seguían abrazados. La habitación estaría en completo silencio de no ser por los pequeños ronquidos que salían de la boca de Zenitsu, pero aquello no parecía molestar a nadie
—Aquí lo tengo. Kocho-Sama— Dijo Aoi en un susurro, entrando a la habitación con un enorme y esponjoso kakebuton.
—Bien, ayúdame a cubrirlos— Ambas agarraron un extremo del kakebuton, lo levantaron como si fuesen a sacudirlo y los cubrieron —Con eso ya podremos dejarlos. Espero despertarme antes de que salga el sol—
—También lo espero, Maestra—
[•••]
Giyuu se giró un poco, sentía como si estuviese rodeado de almohadas bastante cálidas que lo abrazaban. Ya se encontraba despierto desde hacía un buen rato, pero estaba tan cómodo que no era capaz de abrir los ojos. Con algo de pesar se volvió a girar, no quería, pero debía de levantarse para hacer sus tareas diarias. Abrió los ojos, y se encontró con un techo que no era el de su cuarto. Parpadeó unas cuantas veces hasta darse cuenta de que se había quedado dormido con sus niños. Notó como la habitación no estaba tan iluminada como se supone que debería de estarlo, así notando unas hermosas cortinas de color turquesa que mantenían iluminada la habitación, pero que no dejaba entrar el sol directamente.
Se volteo un poco, y visualizo a Nezuko durmiendo a su lado, más allá vio a Tanjiro el cual le estaba dando la espalda. Del otro lado estaban Zenitsu e Inosuke a la orilla, casi cayéndose de la cama, como siempre. Miró a sus niños con una cálida sonrisa, los amaba demasiado, que si fuese capas de expresar su amor con palabras, hasta a los demonios les daría diabetes tipo 5.
—Veo que ya despertaste, Tomioka-San— Dijo una voz que ya se le hacía más que conocida.
—Shh... Ellos todavía duermen...— Se levanto con cuidado, odiaría levantar a sus niños para nada. Levantó un poco el kakebuton, acomodó a Inosuke y volvió a dejarlo como estaba, en las mañanas también solía hacer mucho frio, incluso si ya estaba el sol —Perdón, me quede a dormir sin avisar antes— Se inclino ante Shinobu.
—No te preocupes, de todos modos eventualmente lo harías. Además, no es tu culpa haberte dormido con tus hijos— Contestó con su típica sonrisa.
—Gracias pero, ¿Qué hace aquí Nezuko?—
—¡Oh! Bueno, ayer en la noche, ella misma salió de su cuarto. Aoi me explico que últimamente ah estado cayéndose de su cama. En cuanto salió, la levante y la llevé contigo— Explicó —Aoi me ayudo a mover las camas para que tuviesen más espacio y a traer el kakebuton con el que se están cubriendo ahora—
—...—Sin decir una palabra, volvió a inclinarse hacía Shinobu, la nombrada estaba bastante sorprendida —Gracias por traer a Nezuko, y por cubrir las ventanas. Te lo agradezco mucho—
—No tienes porque agradecer. Jamás pondría en peligro a mis pacientes. Eso incluye a Nezuko—
—Gracias, si hay algo en lo que pueda ayudar, con gusto lo haría—
—Mmm— Pensó por unos momentos —Ya se que puedes hacer—
—No se por qué pero ahora tengo miedo— Pensó Giyuu en voz alta.
[•••]
Tanjiro se volteó en la cama. Estaba despierto, pero se sentía muy cómodo que deseaba estar allí todo el día. Podía escuchar los pequeños ronquidos de Zenitsu. Volvió a darse vuelta, ahora era capas de oler un aroma que conocía bien. Abrió los ojos con sorpresa al detectar el aroma de su hermana.
—¡Nezuko!— Exclamó al verla. Rápidamente la cubrió con el kakebuton —¿Cómo?— Miró a todos lados, dándose cuenta de que se quedo dormido junto a Zenitsu e Inosuke, pero ¿De dónde había salido su hermana? —¿Cómo llegaste aquí?— Levantó el kakebuton y vio como su hermana lo miraba fijamente —Hola, Nezuko— La pequeña se acercó a él hasta abrazarlo —Perdón si te desperté, puedes volver a dormir— Besó con cariño la pequeña cabeza —Duerme todo lo que quieras, debes tener mucha energía para pelear con los demonios...—
—Niños—Dijo una voz desde la puerta —¡Oh! Buenos días Tanjiro—
—Buenos días, Giyuu-San— Contestó con una gran sonrisa. Giyuu le acarició la cabeza con cariño —Hoy lo veo de buen humor, ¿Sucedió algo bueno?—
—Hoy es mi día libre—
—Pero lo veo con su uniforme de cazador— Giyuu se sentó en la cama —¿Se confundió de día?—
—No, es que me quede a dormir aquí— Sus orejas se sonrojaron levemente.
—¿Eh?—No logró comprender bien «—Entonces se quedo a dormir aquí. ¿Pero en donde durmió? Espera... ¡Fue aquí, con nosotros!—»
—Sí parece que me dormí junto a ustedes después que se abalanzaran a mi. Estaban tan casados por el entrenamiento que se quedaron dormidos de pie abrazándome— Mostró una pequeña sonrisa —Debí quedarme dormido junto a ustedes en cuanto me senté en una de las camas—
—Comprendo pero ¿Quién puso las camas así?—
—¡Oh! Esas fueron Shinobu y Aoi. También colocaron las cortinas para Nezuko—
—¿Y Nezuko llego aquí sola?—
—No, Shinobu la trajo cuando Nezuko salió de su habitación durante la noche—
—Ya veo— Nezuko dormía plácidamente en su pecho —Por lo menos ella esta bien...— La abrazó más a su pecho —No sabría que hacer sin ella, es lo unico que me queda—
—No es así, Tanjiro— Acercó el cuerpo de Tanjiro hasta abrazarlos a ambos, posó su cabeza sobre la del pelirrojo —No estarás solo, nunca. Tienes a tus amigos, me tienes a mi. Me asegurare de que nada malo les pase a ninguno de ustedes, lo juró con mi vida— Tanjiro correspondió el abrazo de Giyuu lentamente. No sabía por qué, pero Giyuu le recordaba mucho a su madre.
—A-ah...— Sus ojos comenzaron a aguarse, pero no quería llorar —...—
—Bueno, les traeré el desayuno, despierta a los demás, por favor—
—Sí— Se separó de Giyuu antes de que este mismo cruzará por la puerta nuevamente, hasta perderse de su vista —Chicos, despierten— Los movió ligeramente —Zenitsu, Inosuke, es hora de despertar...— Pero solo consiguió un gruñido por parte de Inosuke —Nos van a traer el desayuno a la cama, despierten— Y como si aquello fuese un interruptor, los chicos se levantaron y sentaron en la cama lo más rápido que podían —Eso fue bastante rápido—
—No veo nada...— Dijo Zenitsu mientras se frotaba los ojos —Ahora si. Buenos días, Tanjiro—
—Uaaaah...— Bostezó Inosuke —Buenas...—
—Buenos días, Inosuke— Dijeron los omegas al mismo tiempo.
Todo estaba tranquilo. Los chicos todavía no se daban cuenta de la forma en la que se quedaron dormidos. Pero en cuanto lo hicieron, Tanjiro les tuvo que explicar todo lo que dijo Giyuu. Pasaron unos cuantos minutos en los que no había rastro de Giyuu por ninguna parte.
—Mira, Inosuke— Dijo Zenitsu con Nezuko en sus brazo —Es bastante tierna—
—Sí...— Dijo en voz baja, todavía no se había mejorado del todo —¿Ah?—
—¡Oh!, creo que quiere que la cargues— Dijo Tanjiro al ver como Nezuko estiraba sus bracitos a Inosuke —Anda, tómala. Es muy tranquila—
—Mmm...— Inosuke tomó a Nezuko de los brazos de Zenitsu con cuidado, aun inseguro de la pequeña demonio —¡Ah!— Exclamó al ver como Nezuko había sujetado sus mejillas —...—
—No te preocupes. Gracias a mi maestro, Nezuko ve a todos los humanos como miembros de nuestra familia— Le sonrió cálidamente —Debe verte como uno de nuestros hermanos—
—¿Familia?— Cuestiono mirando a Nezuko, antes de acostarla como un bebe en sus brazos, al igual que Tanjiro y Zenitsu —¿Qué es una familia?— Miró a ambos omegas, los cuales se notaban muy sorprendidos.
—Emm... Pues….—
—Es...— Ambos no encontraban las palabras correctas para explicarle.
—Una familia son aquellas personas que te cuidan, protegen y educan— Dijo Giyuu entrando nuevamente por la puerta, con Kiyo, Naho y Sumi detrás —Una familia siempre se preocupara por ti, incluso si no quieres que lo hagan—
—¡Exacto!— Exclamaron los omegas.
—Cualquiera diría que una familia es aquella en la que naciste y creciste. Pero, en realidad, una familia puede ser formada por tus amigos, a los cuales puedes querer como hermanos. Incluso por una única persona a la que puedes querer como una madre o un padre— Inosuke lo miró y escucho atentamente —Se que puede sonar un poco confuso, pero puedo asegurarte de que las personas a las que quieres pueden ser tu familia, si así lo quieren todos— Las niñas sacaron unas bandejas de debajo del carrito que traían con la comida arriba y las dejaron sobre los chicos, ayudándose de las patitas que las mismas bandejas traían para que no se cayeran —Bueno, es momento de que coman. Luego irán a darse una ducha ya que ayer no pudieron—
Con aquello dicho, Giyuu comenzó a servir la comida para los chicos y las niñas la dejaban en las bandejas. Un tiempo después, cuando los chicos ya estaban saliendo de las duchas, Giyuu ayudaba a Inosuke a secar y cepillar su cabello, el cual era más suave de lo que aparentaba. El joven Beta se encontraba más callado de lo usual, Giyuu pensó que se debía a su recuperación, pero había algo que notaba, no sabría describirlo, pero estaba seguro de que algo le sucedía a su niño.
—¿Qué sucede, mi niño?—
Notes:
Se supone que debo actualizar esto los lunes pero tengo tanta chamba que me atraso mucho, intentaré terminar de editar el texto para solo copiar y pegar, lo juro. Créditos a NAZURI14 en WebNovel
Chapter 4: Ya es oficial
Chapter Text
—¿Qué sucede, mi niño?— Preguntó Giyuu dejando el cepillo a un lado.
—No lo se— Respondió Inosuke, preocupando un poco más a Giyuu —Solo me siento...—
—¿Decaído?—
—Si...— Giyuu se arrodillo en frente de Inosuke y sujetó sus manos lentamente.
—¿Acaso alguien dijo algo que te molestó?—
—No... No se...— Desvió su mirada, no quería ver a Giyuu —Siento que hay algo mal, algo que me falta...—
—Ya veo...— Se levantó y sujeto la bella cara de su niño con sus mano —No sabría que decirte, así que...— Miró a un lado tratando de saber que decir —Puedes confiar en mi, para decirme que es lo que te preocupa, cuando sepas que es. Yo estaré aquí para escucharte siempre que lo necesites, no lo olvides— Con aquello finalizado, besó la frente de Inosuke con mucho amor, pues se aseguraba de transmitirlo con esas pequeñas acciones —Ahora terminemos de cepillar tu cabello, que todavía me falta la mitad— Dijo con una pequeña sonrisa, que le saco una risa a Inosuke.
—Esta bien— Dijo y dejó que Giyuu volviese a cepillarle el cabello, algo que no le permitía a nadie más.
—¡Ah! Niños— Habló Giyuu llamando la atención de sus hijos —Ya les dije que hoy es mi día libre, así que Shinobu me permitió llevarlos al pueblo cercano. Pensaba que tal vez podría cómprales algo de ropa—
—¡Genial!— Dijo Zenitsu.
—Que bueno. Normalmente solo usamos el uniforme de cazador y los pijamas— Explicó Tanjiro.
—¿Qué dices, Inosuke?— Preguntó Giyuu mirándolo con una sonrisa que solo les muestra a ellos —¿Quieres ropa?, te comprare lo que quieras—
—Bueno, supongo que esta bien— Contestó un poco preocupado, era la primera vez que le compraban ropa.
—No te preocupes, te dejare escoger lo que quieras— Giyuu lo abrazó por la espalda, a lo que Inosuke contestó posando su mano sobre los brazos de Giyuu —Mis pequeños se verán muy hermosos, de eso estoy seguro—
—Una pregunta, Giyuu-San— Habló Tanjiro mientras secaba el cabello de Zenitsu —¿Por qué siempre nos dice niños o pequeños?—
—O pues lo hago por cariño— Explicó —Me gusta decirles así. Pero puedo parar si les molesta y llamarlos por sus nombres—
—¡No!— Dijeron los tres al mismo tiempo —¡Por favor no!
—¿Eh?—
—No deje de llamarnos así, nos gusta cuando lo hace—Dijo Tanjiro.
—Es lindo y me pone feliz cada que me llama “su niño”— Siguió Zenitsu.
—Me siento raro, pero no puedo decir que me molesta. Me gusta que me llamé así— Finalizo Inosuke.
Las palabras por parte de sus niños provoco que el omega interno de Giyuu diese un brinco de la felicidad, causando que incluso desprendiese algunas de sus feromonas. Esos pequeños sin duda eran lo mejor que le había sucedido en toda su vida. Los amaba y ya no veía la hora en que comenzasen a llamarlo mamá.
—¡Ah, Giyuu-San!— Exclamo Tanjiro al verlo —¡Está llorando!—
Giyuu llevo sus dedos hasta sus ojos, dándose cuenta de que había comenzado a llorar, preocupando así a sus niños. Limpió sus lágrimas con sus mangas y les mostró a los chicos una bella sonrisa.
—No se preocupes. Es solo que sus palabras me hacen muy feliz— Les dijo aun con una sonrisa —¿Eh?— Vio como los chicos se lanzaron a abrazarlo —Ay niños— Besó las mejillas de cada uno, ya que no había mucha diferencia de altura —Ustedes me hacen muy feliz, los amo mucho...— Volvió a besarlos, pero esta vez en sus frentes.
Con esas palabras, los chicos sintieron un cosquilleo en sus pechos. No sabían porque, pero no querían alejarse de Giyuu. Los tres se sentían como niños cada que Giyuu estaba cerca y los trataba con amor. Él los amaba, y ellos a él también. No deseaban separarse por nada de su lado.
—Nosotros también lo amamos, Giyuu-San— Dijeron abrazándolo un poco más fuerte, siendo correspondidos por Giyuu, que aquel día estaba más feliz que nunca.
[•••]
—¿Así que casi te llaman mamá?— Preguntó el Patrón a Giyuu —Me alegra saber que ya están comenzando a verte como una madre. Se que en un tiempo ya todo esto será oficial—
—También lo espero, Patrón— Dijo Giyuu mientras le servía más té —También, muchas gracias por aceptar mi invitación. Realmente deseaba hablar con usted nuevamente—
Ambos se encontraban en la finca de Giyuu, que le pertenecía por ser el Pilar del Agua. Ya era un nuevo día y Giyuu le contaba al Patrón todo lo sucedido el día anterior.
—Me contaron de que ayer saliste con tus hijos y no volvieron hasta la noche, ¿A dónde fueron?—
—Fuimos a un pequeño pueblo cercano. Los lleve a comprar ropa, comer y también nos quedamos a ver una fiesta que hicieron en honor a un antiguo “héroe” que tuvieron hace algunos años— Explicó tranquilamente mientras bebía su té de sakura —Les compré todo lo que quisieron. Llevan mucho tiempo encerrados en la Finca Mariposa y no eran capaces de permitirse tanta ropa y comida. Les estoy dando la oportunidad de tener lo que no pudieron tener antes—
—Me alegra saber lo consiente que eres de sus situaciones. Tienes a dos hermanos que perdieron a su familia, un niño que creció sin una y otro niño que no sabe que es. El futuro y felicidad de esos niños ahora están en tus manos— Finalizando con aquellas palabras se inclino ligeramente hacía Giyuu —Te conozco bien, se que estos niños no te impedirán hacer tu trabajo con el mismo nivel que has tenido durante todos estos años—
—Se que cualquiera pensaría que me será imposible ser madre y cazador de demonios. Pero le juro, Oyakata-Sama, que no fallare a mi labor como Pilar— Giyuu se inclinó ante su Patrón.
—De eso estoy seguro, Giyuu— Sonrió encantado —Por cierto. Shinobu me dijo que los chicos tienen una increíble resistencia—
—Si, ellos han querido dejar de entrenar en la Finca Mariposa, pero los estoy convenciendo de que no se deben de rendir. Precisamente lo de ayer fue para ayudarlos a despejarse un poco. Entrenan arduamente todos los días y Tanjiro esta tratando de dominar la respiración de concentración total— Dijo Giyuu mostrándose orgulloso del avance de sus hijos —Yo creo en ellos, cuando vuelvan a tener misiones serán mucho mejores que antes—
—De eso estoy seguro. Ellos podrían estar al nivel de un Pilar, rezare para que así sea—
—Muchas gracias, Patrón—
[•••]
—¿Así que ustedes también están tratando de mantener la respiración de concentración total?— Interrogó Giyuu —Me alegra saber que también quieren hacerlo, pero ¿Por qué?—
—¡Nosotros también queremos ser fuertes como Gompachiro!— Exclamó Inosuke.
—¡Es Tanjiro!— Corrigió su nombre.
Los tres estaban sentados en el comedor de la finca, ya era hora del almuerzo y Giyuu había ido a verlos.
—Bueno, no es tan sencillo hacerlo, pero yo creo en ustedes— Les acaricio la cabeza a los tres —Será difícil, he incluso querrán rendirse, pero lo lograran. Tienen todo mi apoyo, mis niños— Les sonrió, provocando que a los tres le diese un cosquilleo en el pecho, luego le sonrieron de vuelta.
—¡Sí!— Y continuaron comiendo, ya que la buena alimentación era importante
El tiempo ya había pasado, los chicos cada vez estaban mucho mejor y gracias a Giyuu que les dio ánimos para no rendirse, el entrenamiento de rehabilitación estaba dando frutos. En un tiempo más ya podrían volver a las misiones, y Giyuu tendría que pasar menos tiempo con ellos, pero debía de hacerlo, ya que era su deber y el de sus hijos.
—Mis niños— Limpió las mejillas de Inosuke cuando dejaron de comer —Les quiero mostrar algo— Dijo levantándose de la silla y guiándolos a todos fuera de la finca.
—¿A donde vamos?— Preguntó Zenitsu, jalando ligeramente el haori de Giyuu.
—Vamos a mi finca—
—¿La señorita Kocho lo sabe?—
—¿Y el entrenamiento?—
—No se preocupen, Kocho ya sabe a donde los voy a llevar. No tardaremos mucho, no se preocupen— Dijo mirándolos por sobre su hombro y mostrándoles una ligera sonrisa —Es una sorpresa. Espero que les guste—
Los chicos se miraron entre ellos y se sonrieron, confiaban en Giyuu. Los tres estaban seguros de, si Giyuu les decía que era una sorpresa, definitivamente les gustaría. Lo siguieron pacientemente, incluyendo Inosuke, que últimamente se mostraba más tranquilo con Giyuu a su lado. Los tres caminaban en filita detrás, agarrando las pijamas del otro, dejando a Tanjiro enfrente, sujetando el haori de Giyuu.
—Aquí estamos— Dijo adentrándose a su finca —Perdón si el viaje fue un poco largo, pero caminar también les hace bien— Los chicos se sorprendían al ver la finca de Giyuu, pese a que apenas estaban entrando, ya lo consideraban un lugar muy hermoso —No es mucho, pero me asegure de que se viese bien—
El lugar estaba rodeado de vegetación por todas partes. Había un largo camino de entrada que sería totalmente normal de no ser por el pequeño rio que rodeaba toda la propiedad, por lo que el camino de entrada tenía un puente con algunos faroles en las esquinas, que obviamente se prenderían durante la noche. Había flores de todos los tipos y colores, pasto recién regado que aún tenía algunas gotas de agua que se iluminaban con la poca luz que dejaba pasar los grandes arboles.
—La sorpresa esta adentro, vamos— Los chicos no se habían percatado de que se habían soltado de Giyuu solo para contemplar la belleza del camino de entrada a la finca.
—Si...— Dijeron todavía demasiado sorprendidos.
—No se preocupen, luego podrán explorar toda la finca de arriba abajo— Los ojos de los tres se iluminaron, querían explorar todo cuanto antes —Vamos, por aquí— Dijo mostrándoles la puerta a la finca, los chicos se quitaron las Getas junto a Giyuu y entraron a la finca con algo de inseguridad.
Notaron que apenas entrar la casa ya se veía muy iluminada, había puertas que estaban cerradas y la luz entraba por las ventanas. El lugar ya se veía muy espacioso, y eso que les faltaba ver el resto del piso y dos más.
—En el segundo piso están las habitaciones— Dijo subiendo las escaleras con los chicos detrás, como patitos siguiendo a su mamá —Allí esta su sorpresa— Dijo señalando el pasillo espacioso en el que se veían cinco puertas que daban a las habitaciones —Vayan, escojan la puerta que quieran abrir— Les dio el paso y los chicos se acercaron a las ultimas tres puertas del fondo del pasillo, que estaban bastante separadas las unas de las otras. Tardaron un poco en darse cuenta que estaban casi rodeando la propiedad por dentro —Entren y exploren las habitaciones. cuando salgan me dicen que les parece— Y tal y como dijo Giyuu, los chicos se adentraron a las habitaciones.
Se toparon con una gran habitación pintada de un azul acero muy bello, esta era bastante grande e iluminada, con algunas lamparas y floreros con lirios blancos colocadas por aquí y allá. También había un futón grande armado en medio, con un peluche de oso en medio. A Tanjiro le toco un oso pardo, a Zenitsu un oso polar y a Inosuke uno panda.
Aun lado de la habitación había otra puerta corrediza que también era grande. Dentro se toparon con una habitación un poco más pequeña de la principal, con armarios y gavetas por todas partes, algunas pequeñas lámparas y lo mejor, un tragaluz que la mantenía muy iluminada de día, mientras que las lamparas eran para la noche Luego de unos minutos en los que los tres miraron cada rincón de las habitaciones, salieron cada uno con su respectivo osito hasta Giyuu nuevamente.
—¿Y?— Los miraba con una ligera sonrisa —¿Qué les parece?— Los chicos no tenían palabras, las habitaciones eran increíbles, totalmente increíbles y hermosas —Vamos, digan algo. Me esforcé mucho para que se viesen así de limpias y hermosas—
—S-son...— Todavía no salían del shock que tenía. Los tres tenían una idea en la cabeza, y estaban empezando a pensar que los peluches no eran la sorpresa —¡Increíbles!— Lograron decir, sorprendiendo a Giyuu.
—Me alegro de que les guste, ahora se que todo valió la pena— Los chicos se lanzaron a abrazarlo, Giyuu los recibió feliz.
—Giyuu-San...— Dijo Tanjiro llamando su atención —Si es lo que creo que es ¿Por qué?— Zenitsu e Inosuke también lo miraron, al parecer tenían la misma pregunta.
—Es porque los amo— Acaricio sus mejillas —Los amo tanto a todos, que quise darles esta sorpresa, para que tengan un hogar al cual volver— Les mostró la sonrisa más hermosa que los chicos pudieron ver nunca, ese cosquilleo en sus pechos volvió, pero ahora acompañado de un nudo en sus gargantas —Ustedes son mis niños. Los amo con todo mi corazón— Volvió a decir, mientras les limpiaba las lagrimas con sus pulgares —Se que apenas han pasado unas semanas desde que los conozco, pero no puedo evitar tratarlos como si fuesen mis propios...— Se notaba avergonzado, pero sus ojos se mostraban más vivos que nunca —mis propios hijos...— Finalizo, también soltando algunas lagrimas.
Ahora lo entendían todo, el porque Giyuu era tan cariñoso y atento con ellos. El porque se sentían tan protegidos y amados cuando él estaba cerca. El como el aroma de sus feromonas y caricias los hacía dormir como un bebé, como les daba ánimos para no abandonar el entrenamiento pese a ser muy duro. El como les cocinaba postres “a escondidas”, les contaba historias, los abrazaba, los besaba, los amaba. Ahora todo estaba claro, lo entendían más que nunca. No eran tontos, sabían que pasaría a continuación, estaban un poco temerosos, pero si Giyuu los amaba, y ellos también lo hacían estaban listos para el siguiente paso.
—Se que es apresurado, entenderé si los hice sentirse incomodos. Pero solo quiero que sepan lo mucho que los amo— Dijo soltando a los chicos —No quiero que se apresuren, les daré todo el tiempo que necesiten para pensar, iré a ver a Nezuko, pueden explorar la finca todo lo que quieran. Los quiero— Dijo antes de irse por las escaleras. Los chico querían detenerlo, pero era verdad, debían de pensar primero.
Los tres se miraron, lo notaron en sus ojos, querían llorar y hablar, pero les resulto casi imposible. Se quedaron por unos minutos mirándose entre ellos y al suelo, sin saber que hacer.
—Y ahora ¿qué?— Pregunto Zenitsu, siendo el primero en hablar en esos pocos minutos, pero que parecieron una eternidad —Giyuu-San... él...—
—Lo se— Dijo Tanjiro —Perdí a mi familia hace tan solo dos años. No estoy seguro— Miró a un lado totalmente apenado, quería a Giyuu, pero no estaba seguro de reemplazar a su madre —Él nos trato como a sus hijos pero yo ya tengo una madre incluso si ya no esta conmigo...—
—Yo no tuve una madre—Dijo Zenitsu —Me adoptaron cuando tenía 10 años pero…— Apretó un poco los labios —Pero me devolvieron al orfanato por no ser un buen hijo— Apretó ligeramente sus brazos con sus dedos —No quiero volver a pasar por eso—
Inosuke escucho atentamente a ambos, lograba entenderlos un poco gracias a las historias que solía contar Giyuu en algunas de sus visitas a la finca. El mayor también le había explicado con más detalle el tema de la familia y la adopción, de modo que Inosuke estuviese informado sobre esos temas y no hiciese preguntas incomodas en algún futuro. Él nunca tuvo una mamá, tampoco sabía que era una hasta que Giyuu le explicó y contó historias cortas sobre madres y sus hijos. Desde hacía un tiempo que notaba que Giyuu los trataba como si fuesen sus propios hijos, incluso lo escuchó cantarle a Nezuko una vez que se levantó para ir al baño y escucho su voz desde la habitación de la pequeña demonio, a la cual también le había agarrado cariño. Miró a Tanjiro y Zenitsu, a quienes veía como hermanos mayores, gracias a las historias de Giyuu, sabía que ambos actuaban como unos, siendo Tanjiro quien lo ayuda con el entrenamiento y Zenitsu corrigiendo su comportamiento y arreglando su ropa cuando se abotonaba mal la pijama. Ambos habían adoptado esas actitudes luego de descubrir que Inosuke era un año menor y ver a Giyuu haciendo lo mismo.
Nuestro querido jabalí ya sabía que era lo que debía de hacer. Por lo que golpeó a ambos con fuerza en la cabeza, para luego verlos con enojo.
—¿Pero qué te pasa, Inosuke?— Dijo Zenitsu frotando su cabeza con una mueca de dolor.
—No deberías de hacer eso, Inosuke— Dijo Tanjiro completamente normal, pues obviamente el golpe no le dolió —¿Por qué lo hiciste?
—¡Porque ambos son unos idiotas!— Dijo claramente enojado —¡Después de todo lo que Giyuu-San a hecho por nosotros, ¿ustedes simplemente dicen “no estar listos”?! ¡Son unos idiotas!— Volvió a golpearlos en las cabezas —Nos a dado comida, respeto, seguridad y amor! ¡PERO USTEDES ESTABAN TAN CONTENTOS HASTA QUE DIJO QUE NOS QUERÍA COMO SI FUERAMOS SUS HIJOS!—
—I-ino... suke...— Dijo Tanjiro sorprendido.
—¡YO NUNCA TUVE UNA FAMILIA O UN HOGAR AL QUE VOLVER, USTEDES TAMPOCO LO TIENEN, NO SEAN IDIOTAS Y PIENSEN!— Caminó hasta las escaleras —¡No se que diablos van a hacer, pero yo no me quedare parado como idiota aquí escuchando su basura!— Se fue bajando la escalera lentamente, tal y como le había dicho Giyuu hace algún tiempo, en las escaleras no se corre.
Ambos omegas se vieron por unos segundos, analizando todo lo dicho por Inosuke, quien sinceramente, tenía razón. Ahora ambos se sentían un poco culpables por querer decirle a Giyuu que no querían que él fuese “su nueva mamá“. Tanjiro pensaba en todas las cosas que Giyuu había dicho y hecho, se sacrifico y había dicho que moriría con tal de que Nezuko viviese pese a ser una demonio. Él le recordaba a su madre, igual que amoroso que su progenitora, a la que daría todo por ver un día más. Sintió como las lágrimas comenzaban a caer, su mente le había jugado una mala pasada, pero su corazón y omega interno le decía otra cosa. Giyuu era su mamá. GIYUU ES SU MAMÁ.
—Tanjiro...— Dijo Zenitsu, jalando de su ropa —Creo que ya pensamos suficiente— Tanjiro lo miró, notando como sus ojos estaban llenos de lagrimas, que en cualquier momento empezarían a salir —Estas lorando—
—...— No dijo nada, simplemente se limpió las lágrimas y agarró a Zenitsu del brazo.
—¿A-a donde vamos?— Preguntó siendo jalado por Tanjiro por la escaleras —Tanjiro—
—Debemos ir—
—¿Dónde?—
—¡CON MAMÁ!—
[•••]
—¿Te sientes bien, Tomioka-Kun?— Preguntó Mitsuri, después de verlo ligeramente más pálido —No te ves muy bien— Los Pilares se encontraban saliendo de una reunión, por lo que habían escuchado lo que dijo Mitsuri.
—Yo...— Abrazó un poco más a Nezuko. La pequeña se había despertado en cuanto fue a verla y estuvo con él durante toda la reunión —Creo...que lo arruiné—
—¡Ah! ¡Tomioka-Kun, no llores por favor!— Exclamó Mitsuri, llamando la atención de todos, quienes vieron como las lagrimas salían de los ojos de Giyuu, pero su rostro todavía se mostraba sereno.
—Lo siento— Nezuko lo miró preocupada, y trató de limpiar sus lagrimas con su kimono —Je. Lo arruiné, Nezuko...— La pequeña también comenzó a soltar algunas lágrimas, nunca le había gustado ver a alguien llorar.
—Tomioka-Kun— Mitsuri posó su mano en la espalda de Giyuu —Esta bien. Puede desahogarse— Dijo mostrándole una sonrisa sincera —No se que habrá hecho pero estoy segura de que todo saldrá bien—
—No lo creo— Nezuko lo abrazó, lo Pilares observaban todo sorprendidos, pues era la primera vez que veían llorar a Giyuu, quien solo se quejaba un poco cuando se le rompían los hueso —Mi pequeña Nezuko. No sabes lo mucho que te amo...— Besó la frente de la pequeña, quien se veía encantada por aquel contacto.
—¡Mmm!—
—Si, tu eres mi princesita— Y la levantó, haciendo que Nezuko extendiera sus brazos, totalmente divertida. Al menos ya se veía un poco mejor.
—Nezuko— Dijo Mitsuri, haciendo que la nombrada la mirase —¿Te gusta estar con tu mamá?—
—Mitsuri, ella todavía no lo sabe— Dijo Giyuu un poco preocupado, no quería el rechazo de su niña.
—¿Entonces por qué esta asintiendo?—
—¿Eh?— Miró a la pequeña demonio, totalmente sorprendido.
—¿Quien es tu mamá, Nezuko?— Pregunto nuevamente Mitsuri.
—Su madre esta...— Giyuu se calló, tras ver como Nezuko lo señalaba —¿Q-qué...?—
—Creo que dice que tú eres su mamá— Le sonrió nuevamente, mirando como Giyuu estaba claramente sorprendido.
Los demás Pilares miraban todo, no dejaban de estar sorprendidos desde la reunión, en donde apareció Giyuu con Nezuko colgando en su espalda. Incluso el Patrón la había levantado y acariciado su cabeza mientras hablaba. Ahora veían como Nezuko decía que su mamá era Giyuu, señalándolo luego de la pregunta de Mitsuri.
Sanemi e Iguro se miraron, preguntándose internamente como aquello era posible en tan poco tiempo. Gyomei estaba conmovido. Shinobu y Tengen sorprendidos. Rengoku se veía feliz y Muichiro...pues Muichiro no pareció darse cuenta de nada.
—Ara Ara~— Shinobu se le había acercado a Giyuu —¿No dirás nada, Tomioka-San?—
Giyuu había comenzado a llorar nuevamente, asustando ligeramente a todos —Ay Nezuko— Giyuu se agachó, hasta dejarla en el suelo —Yo no soy tu mamá— Le comenzó a acariciar su cabecita —Es gracias a mi maestro que ahora vez a todos como si fuesen tu familia. Yo no soy mamá, Nezuko— Por un momento todos se helaron, pudieron sentir el dolor con el que Giyuu cargaba al decir esas palabras, Mitsuri incluso lloró un poco —Yo no soy mamá— Ya fue todo, Giyuu no lo soporto más y comenzó a llorar, tapando su cara con su haori, para que no lo viesen.
Mitsuri se agachó y lo abrazó, permitiendo que Giyuu llorase todo lo que quisiese en su hombro. Nezuko se veía triste, pero no sabía que hacer más que abrazar también a Giyuu, cuyo llanto se hacía cada vez más silencioso, como si estuviese aguantando. Mitsuri se quedó con Giyuu, hasta que se levanto de un momento a otro. A Giyuu no le importo mucho, pues pensaba que la había hartado. De la nada, otros seis brazos más lo envolvieron, y pudo sentir unas feromonas de olor a fresa y vainilla que conocía bien. Levantó el rostro, para así ver como Tanjiro, Zenitsu e Inosuke lo abrazaban con fuerza.
—Niños— Estaba sorprendido, no creía que fuesen hasta allí solo por él —¿Qué...—
—¡Perdónanos!— Gritaron los tres, sorprendiendo a todos nuevamente.
—¡También te amamos!—
—¡No queríamos hacerte llorar!—
—¡Tú eres nuestra mamá!—
Los chicos lo abrazaban con fuerza, mientras lloraban. Giyuu había hecho un buen trabajo con esos niños, y ahora estaba siendo recompensado. En unos segundos volvió a escucharse el llanto de Giyuu, pero esta vez no se estaba conteniendo. Los abrazó a todos y siguió llorando, pero esta vez de felicidad. Ahora era mamá, y ellos eran sus hijos, sus hermosos y adorados hijos.
—Mis bebés— Dijo llorando, abrazándolos con fuerza, como si su vida dependiese de ello —Mis hermosos bebes— Los besaba a todos, demostrándoles todo su amor con esas pequeñas acciones —Mis hijos— No podía dejar de llorar, incluso si se había preocupado de nunca llorar frente a sus compañeros, ahora eso no le importaba en absoluto. Tenía a sus hijos, sus bebés, y eso era lo más importante ahora.
—Las plegarias de Tomioka fueron escuchadas— Todos miraron a Gyomei, que parecía llorar más de lo normal.
—¿Plegarias?— Interrogó Sanemi —¿Él rezaba para tener hijos?—
—Tomioka, desde hace dos años, reza junto a mí todas las mañanas. Sus plegarias eran el poder tener hijos de alguna u otra forma. Kami-Sama si existe, para los que creían que no— Frotó sus manos, agradeciendo a Dios por el milagro que acababa de hacer.
Los demás notaron como Giyuu se levantaba del suelo junto a los chicos, no le podían ver el rostro, pero notaban que les estaba sonriendo. Él les acariciaba las mejillas con cariño, mientras limpiaba con un pañuelo las lágrimas y los mocos de Zenitsu.
—Son tan lindos— Mitsuri apenas y contenía sus ganas de gritar —Yo también quiero tener bebés pronto. Son una ternura— Sanemi tubo que agarrar a Iguro antes de que cayera al suelo debido a un desmayo. Pese a sus vendas, se notaba claramente que estaba sonrojado.
—Un bebé no es nada fácil de cuidar, Mitsuri-San—Intervino Shinobu —No es lo mismo cuidar a cuatro adolescente a cuidar un bebé—
—Bueno, dile eso a Tomioka-San— Lo señaló, provocando que todos lo mirasen de nuevo. Giyuu traía en sus brazos a una dormida Nezuko. Ella realmente parecía un bebé, y Giyuu no hacía más que confirmar esto al estar meciéndola.
—Kocho, puedo_—
—Claro. Ya tienes sus habitaciones preparadas, ¿Verdad?— Giyuu asintió —Entonces puedes llevártelos. Oficialmente están dados de alta. Pero recuerda llevarlos para los chequeos diarios—
—Te lo agradezco mucho— Shinobu se sorprendió de verlo sujetando sus manos y haciendo una reverencia.
—No te preocupes. Ahora ve con tus hijos. Parecen tener sueño—
—Sí— Se dio la vuelta, para agarrar a los chicos de las manos —¿Vamos?—
—Sí, mamá—
—¡Qué lindos!— Giyuu les susurró algo en los oídos.
—¿Cómo se dice, niños?—
—Adiós, tía Mitsuri— La nombrada casi se desmaya de la emoción.
—¡KYAAA!— Ella saltó de la emoción —¿Escucharon eso? ¡Me dijeron tía!—
—Tomioka tomó en cuenta tu pedido— La calmó Rengoku —Es una buena persona. Estoy seguro de que va a ser una buena madre para esos jóvenes—
—Creo haber visto una pequeña sonrisa. Si me llega a mostrar otra sonrisa, lo hare mío sin importar donde estemos. Le hare todos los hijos que quiera—
—Qué asco— A Sanemi no le importó hablar en voz alta —¿Qué diablos le ves a ese idiota?—
—Su gran tra_— Shinobu le tapó la boca, mientras Mitsuri cubría los oídos de Muichiro.
—Vuelves a decir algo como eso, y me asegurare de cortarte lo que te hace hombre— Le advirtió con una sonrisa tétrica, acompañada de un aura tenebrosa.
—Igual sus hijos no están tan mal_— Shinobu lo golpeó.
—Otro comentario así, y Tomioka se entera —Volvió a advertir —Bueno, no creo que sirva de mucho advertirte. Esos chicos tiene buen oído, olfato e instinto, se enterara de todas formas—
—No es verdad—
—¡Si es verdad!— Lo escucharon gritar desde lo lejos
—Mocosos— Tengen, quien también contaba con un buen oído, escuchó claramente como los chicos se reían.
—Te lo dije—
Chapter 5: Primera misión después de un largo tiempo
Chapter Text
—¡Inosuke!— Tanjiro se apresuro a ir a por su, ahora, hermano menor —¡Inosuke!— Lo encontró en el patio de la Finca de Giyuu, entrenando junto a su madre —Pronto llegarán las nichirinto que nos repararon— Señalo entusiasmado.
—Pero que buena noticia. Vayan a recibirlos en la entrada. Iré a preparar algo para que coman— Estaba feliz por la noticia.
—Yo te ayudo, mamá— Zenitsu se fue junto con él.
—¡Huelo a Haganezuka!— Reconoció el aroma de la persona que forjo su katana —¡Rápido! ¡Rápido!— Corrían entusiasmados hacía la puerta de la Finca —¡Haganezuka!— Se alegró de verlo llegar junto a un compañero —¡Hola! ¡Hola, Haganezuka! ¡Cuánto tiempo sin verte! ¿Cómo es...?— Notó como el mayor corría hacia él con un cuchillo fuertemente agarrado en sus manos. Tardó un poco en darse cuenta, pero en cuanto lo hizo, ambos hermanos esquivaron al rápido Haganezuka.
—¿Cómo osaste romper mi katana?— Su voz de ultratumba les erizó los pelos a ambos —¡¿Cómo te atreves?!— No estaba para nada contento.
—¡Lo siento!— El sudor corría por su rostro —Pero estuve a punto de morir. Era un enemigo muy fuerte— Se justificó.
—No. Eso no importa. Es todo culpa tuya— Le aplastaba las mejillas con fuerza, solo utilizando su dedo —Se rompió porque eres débil— Le siguió picando la mejilla, cada vez con más fuerza —¡O mi katana seguiría intacta!—
—Pero...—
—¡Te mataré!— Comenzó a perseguirlo, tratando de matarlo con su cuchillo —¡Juro que te mataré! ¡Te mataré!— Haganezuka lo correteó por todo el jardín de Giyuu, el cual miraba todo con un poco de nostalgia, pues a él también solían perseguirlo.
—Mamá... — Llamó Zenitsu —¿No harás nada?—
—Déjalos jugar un rato. Son como dos niños pequeños— Sonrió encantado con la imagen mental que estaba teniendo.
—Pero las bolas de arroz se llenaran de moscas—
—Cierto. Gracias pro recordármelo, cariño— Besó la mejilla de su hijo —¡Por favor, pasen a comer y beber algo! ¡El viaje debió ser muy largo!— Liberó algunas de sus feromonas, mientras mostraba un lado encantador que solo enseñaba a las visitas. Haganezuka y su compañero quedaron encantados por las feromonas de Giyuu, pues ambos eran alfas.
Una vez que ya todos estaban en la sala de estar de la gran mansión de Giyuu, ambos herreros enseñaron las katanas que traían consigo.
—Haganezuka es un hombre muy apasionado— Comentó el otro herrero.
—Sí. Creo que ya nos dimos cuanta de eso— Contestó Giyuu.
—Ama las katanas más que a nadie. Ni siquiera en nuestra aldea hay muchos como él—
—Me lo imagino— Tanjiro estaba ligeramente traumatizado.
—Yo me llamo Kanamori— Se presentó —Forjé las katanas de Inosuke. Espero que le sean útiles—
—Estoy seguro que sí. Un jovencito tan encantador como tú podría hacer maravillas— El joven alfa se sonrojó bruscamente, pues aquella frase tenía doble sentido. Gracias a Dios que su máscara lo salvaba —Qué dices, cariño, ¿Te gustan tus nuevas katanas?— Inosuke estaba sentado en la terraza de la casa. Todos observaron sorprendidos como ambas katanas se teñían lentamente de un color azul opaco.
—Son preciosas— Giyuu estaba encantado por el buen color que tenía su pequeño.
—Resplandecen en añil grisáceo. Es un color perfecto para una katana—
—Me alegro por ti, Inosuke— Tanjiro no parecía molesto o incomodo por los golpes que le daba Haganezuka repetidamente en la espalda y cabeza —Tus katanas estaban muy melladas.
—¿Son cómodas de agarrar?— Ahora Haganezuka jalaba con fuerza una de las mejillas de Tanjiro, que todavía estaba tranquilo —Es la primera vez que creo unas katanas dobles— De la nada, vieron como Inosuke se levantaba y se dirigía al patio, en donde comenzó a revisar las rocas que estaban tiradas por allí.
—¿Cariño?— Giyuu, al igual que los demás, estaba confundido.
Para sorpresa, o desgracia, de ellos, Inosuke comenzó a golpear fuertemente una de las katanas con una de las rocas que había escogido. Todos se aterraron por aquello.
—Bien— Inosuke estaba feliz con el resultado, una katana dentada como la que tenía antes.
—¡Yo mato a ese mocoso!— Tanjiro y Zenitsu le sujetaban con fuerza para que no cometiera una locura.
—¡¿Sé puede saber qué haces?!— Tanjiro trataba de detenerlo. Giyuu estaba quieto, sorprendido por lo que su hijo acababa de hacer.
Inosuke notó todo el alboroto que había provocado, pero lejos de importarle, comenzó a golpear la otra katana —¡DESGRACIADO!— Los hermanos ya casi no lo podía detener —¡YA NO AGUANTO MÁS! ¡TE MATO!—
Giyuu tuvo que intervenir, pues no quería que rodaran cabezas en su casa. Tardó un poco, pero logró calmar a ambos alfas y tuvo tiempo de empacarles la comida que les había ofrecido. Luego de todo, les dijo a los chicos que salieran a despedir al par, por lo que ambos aceptaron, no quería hacer enojar a Giyuu.
—No me lo puedo creer— Kanamori no dejaba de quejarse, ahora comprendía a Haganezuka —Destrozó las katanas con una piedra.
—¡Lo siento!— Tanjiro no dejaba de pedir perdón por Inosuke con reverencias, mientras que el otro solo se quedaba allí, agarrando el yukata verde del otro —¡Lo siento!—
[•••]
—Tanjiro ha avanzado mucho— Shinobu miraba junto con Giyuu el entrenamiento —Deberías estar orgulloso. Tienes unos hijos muy resistentes—
—Claro que estoy orgulloso— Shinobu se sorprendió por aquella respuesta, pues se esperaba que Giyuu se quedase callado al igual que siempre —En mi Finca se divierten y relajan, pero el entrenamiento no falta. Estoy entrenando junto a ellos, pero me es un poco difícil, todo el tiempo tengo ganas de bajar mi intensidad en los golpes con tal de no lastimarlos. Pero, aún así, nos las arreglamos— Tanjiro no dejaba de perseguir a Kanao, debía de atraparla. El cuerpo del mayor de todos se sentía diferente, dándole las ganas de volver a blandir una katana y regresar a las misiones.
Para sorpresa de todos, logró atraparla, y no por poco, si no que allí tenía, agarrada con la fuerza debida, el brazo de Kanao «—¡Lo conseguí!—» La alfa estaba totalmente sorprendida, pues no se lo esperaba realmente.
Con la prueba de los vasos, las manos de ambos se movían rápidamente. Kanao no dejaba de bloquear los movimientos de Tanjiro, de la misma forma en la que él lo hacia con ella. No obstante, pese a la gran experiencia que poseía Kanao, esto no le impidió perder contra Tanjiro, luego de que el omega, en ves de lanzarle el liquido en los vasos, se lo dejo suavemente sobre la cabeza.
Las niñas estaban felices por el avance de Tanjiro —¡Sí!— Gritaron alegres por la resiente derrota.
Giyuu estaba alegre de ver el esfuerzo de sus hijos. Las niñas estaban alegres por su presencia, por lo que no tenía intenciones de irse prontamente.
—No se rindan nunca, mis niños—
—¡No nos rendiremos!—
[•••]
—Abre la boca— Shinobu estaba revisando la mandíbula de Tanjiro
—¿Todo en orden?— Giyuu estaba al pendiente de la revisión final de su hijo.
—Sí. No tiene ningún problema con la mandíbula. Lo has estado cuidando muy bien, Tomioka-San—
—Estuve al pendiente—
—Me alegra escuchar eso— Miró a Tanjiro —Eso es todo. Te recuperaste completamente de tus heridas. Vas a poder irte definitivamente con tu mamá. ¿Te gustaría despedirte de las chicas?—
—Sí— Estaba un poco triste por despedirse, pero ahora estaría con Giyuu —¿Terminé el entrenamiento?—
—Sí. Ahora tendrás que practicar en combate—
—Bien. ¡Ah! Shinobu-Sama, déjeme hacerle una pregunta—
—Sí—
—¿Te suena la Danza del Dios del Fuego?—
—No— Contestó normal.
—¿Qué? ¿Y la respiración de Fuego?—
—No— Ella no parecía notar la desesperación del menor.
—La verdad es que tiene relación con mi infancia— Ella lo escuchó atentamente.
—Comprendo. Por algún motivo, tu papá usaba la Respiración de Fuego. A mi únicamente me suena la Respiración de Llamas. No se llama Respiración de Fuego—
—¿No es lo mismo?—
—No soy una experta en el tema. Lo siento— Parecía un poco apenada —Pero sí se que la nomenclatura es muy estricta. No se debe llamar Respiración de Fuego a la de Llamas. Tal vez Rengoku, el Pilar de la Llama, sepa algo más, pero ahora mismo está en una misión—
—Entiendo. Muchas gracias pro contarme lo que sabe. Le preguntaré a Rengoku-Sama en cuanto lo vea—
—Bien—
—Con su permiso, me retiro— Se fue a tomar la mano de Giyuu para irse a despedir de las chicas.
—Entonces ve. Pero me gustaría hablar un poco con Tomioka-San— Le mostró una sonrisa casi sincera.
—¿Le vas a decir que todos lo odian?— La mirada de Tanjiro la tensó un poco.
—No te preocupes. No le diré nada malo— Tanjiro miró a Giyuu en busca de una confirmación.
—Ve a despedirte de las chicas. Van a extrañarte mucho— Lo tranquilizó con un beso en la frente —Solo vamos a hablar—
—Esta bien, mamá—Se inclinó levemente ante Shinobu.
—Kamado— Llamó ella, a lo que Tanjiro volvió a mirarla —Espero mucho de ti—
—¡Sí!— Estaba entusiasmado, quería volver a las misiones cuanto antes.
[•••]
Tanjiro caminaba tranquilamente por los largos pasillos de la Finca Mariposa. Buscaba a las chicas para poder despedirse de ellas, ya que ya llevaba algunas semanas viviendo con Giyuu y se iría a una misión junto a sus hermanos «—¿Viene alguien?—» Se preguntó al ver la sombra de alguien por la esquina del pasillo. Se movió a un lado para dar espacio a la otra persona de pasar, pero para su sorpresa, de todos modos termino siendo empujado «—Lo esquivé y me golpeó igualmente—» Le había dolido un poco el brazo «—Un momento, ese chico estaba en la selección final—» Lo reconoció por ser el chico que agarró del cabello a una de las hijas de Oyakata-Sama «—Ganó mucho músculo en poco tiempo—» No lo había reconocido por la misma razón, pues también creció en estatura «—Aunque su olor es...—» Lo miraba alejarse a pasos firmes por el pasillo —¡Cuánto tiempo! ¡Me alegro de verte bien!— Le saludó, pero al contrarió, un joven alfa de tal vez su misma edad, no le importó para nada.
[•••]
—¿Ya se van?— Interrogó Aoi —Me alegro de haber pasado algo de tiempo con ustedes. Sigue trabajando duro. Ten cuidado— Pese a las buenas palabras que decía, su típica expresión de enojo daba a entender otra cosa.
—Gracias por cuidar de nosotros pese a estar tan ocupada. Puedo pelear de nuevo gracias a ti— Incluso luego de ese lindo agradecimiento, el aura de Aoi era sombría.
—No me lo agradezcas— Tanjiro se sorprendió ligeramente, se notaba por su olor que no se encontraba bien —Sobreviví a la selección final por pura suerte. Pero soy tan cobarde que luego no pude seguir peleando— Estaba claro que en cualquier momento lloraría.
—Eso no importa— Ella se sorprendió —Me ayudaste y ahora formas parte de mí, Aoi. Llevare tus ideas al campo de batalla— Aoi casi y no se lo creía —¡Adiós! ¡Cuento contigo si vuelvo a lastimarme!— Entonces él se fue corriendo, pues no debía dejar esperando a su madre.
Aoi miraba por donde se iba Tanjiro, todavía conmocionada por las palabras del omega —Veo que es necesario el discurso que prepare para ti— Se volvió a sorprender al ver a Giyuu frente suyo —No retengas tus lágrimas, llorar no es de débiles— Le acarició el rostro con cariño.
—Tomioka-Sama...—
—Es normal sentir miedo. No cualquiera arriesgaría su vida todos los días. Eres valiente e inteligente. Si tu decisión fue dejar de luchar, entonces hiciste lo correcto. No permitas que nadie te diga lo contrario. Eres fuerte por decidir. Eres fuerte por arriesgar tu vida. Eres fuerte por querer conservarla. Y al que diga lo contrario, le cortare la cabeza—
—No creo que eso sea permitido—
—Lo será— Le mostró una sonrisa —Lamento no quedarme a hablar por más tiempo. Tú y las demás son bienvenidas en mi Finca. Pueden ir cuando quieran—
—Se lo agradezco, Tomioka-Sama—
—Solo dime Giyuu, por favor—
—Sí, Giyuu-San—
[•••]
—¡Ahí estás!— Kanao miró a Tanjiro, el cual llegaba corriendo hacía ella —¡Kanao! Nosotros nos iremos ya. Gracias por todo— Ella le mostró una dulce sonrisa. Tanjiro estaba un poco nerviosos, pues ella no decía nada —¿Qué pasa?— La vio sacar una moneda.
Kanao la lanzó al cielo, solo para hablar luego de ver con que cara cayó —Solo seguí órdenes. No has de agradecerme nada. Adiós—
«—¡Habló conmigo!—» Estaba sorprendido —¿Qué lanzaste?— Tenía muchas preguntas.
—Adiós— Ella no dejó de sonreír.
—¿Una moneda? Dice “cara” y “cruz”— Se sentó junto a ella —¿Por qué la lanzaste?—
—Adiós— No parecía molesta por la insistencia de Tanjiro.
—Dio muchas vueltas— Entonces ella decidió responder.
—Cuando no me ordenan algo, decido lanzando esto— Se la enseñó —Ahora decidí si hablar contigo o no. Cara para no hablar, cruz para hablar. Hablé contigo porque salió cruz. Adiós— Finalizó con la explicación, despidiéndose de Tanjiro nuevamente.
—¿Por que no decides por ti misma? ¿Qué querías hacer tú?—
—No me importa nada. Por eso no puedo decidir yo sola—
—En el mundo no hay nada que no importe. Tu corazón debe hablar en vos baja— Eso le llamó la atención —Cumplir ordenes es importante, pero...— Estaba un poco enojado por la indiferencia de la alfa —¿Me la prestas?— Había pensado en algo.
—Sí— No dudó nada en dársela, pues Tanjiro era alguien bueno.
—Gracias— Entonces se levantó y fue hasta el patio —¡Decidámoslo lanzándola!—
—¿Qué cosa?— No sabía que iban a decidir con su moneda.
—Si a partir de ahora escucharás atentamente a tu corazón o no— Entonces la lanzó con bastante fuerza —¡La lance demasiado alto!— Kanao estaba sorprendida —¡Cara! Elijo cara. Si sale cara, vivirás como quieras vivir— Entonces, un fuerte viento los forzó a cerrar los ojos por unos segundos —¿Eh? ¿Adónde fue?— Ella estaba atenta —¡Ahí está!— Y finalmente Tanjiro la atrapó —¡La tengo, Kanao!— Fue rápidamente a enseñársela —¿Estás lista?—
«—¿Qué saldrá?—» Estaba nerviosa «—Su espalda no me dejó verla caer—» Entonces, Tanjiro retiró su mano finalmente, dejando ver la moneda.
—¡ES CARA!— Celebró —Kanao— Iba a entregarle la moneda de vuelta, pero en cuanto ella levantó su mano para recibirla, Tanjiro la sujetó con las de él —¡Ánimo! El corazón es lo que nos mueve. Y puede fortalecerse infinitamente— Ella estaba asombrada, las palabras no salían de su boca —¡Hasta la próxima!— Entonces se alejó, pues todavía le faltaban las niñas.
—¿Cómo conseguiste que saliera cara?— Tanjiro la miró nuevamente «—Vi cómo la lanzaba. No hizo nada raro—»
—Fue casualidad. Aunque pensaba lanzarla hasta que saliera cara—Los ojos de Kanao se llenaron de brillo —¡Cuídate!— Ella vio como el omega se marchaba. Miró la moneda, atónita por todo lo recientemente sucedido.
—Podrás hacerlo bien— Giyuu pasó a un lado de ella, mientras colocaba su mano sobre su cabeza —Eres fuerte. Podrás con todo— Kanao simplemente asintió, dejándose dar cariño por el omega mayor.
[•••]
—¿Así que ahora soy tío?— Preguntó Murata, sentándose a un lado de Giyuu.
—Eso ellos lo deciden— Dijo mirando como sus niños disfrutaban de un día tranquilo en la finca del Pilar del Agua.
—Yo quiero ser el tío Murata— El Beta abrazó a Giyuu —Al menos, ahora ya no estarás solo...— Giyuu lo miro sorprendido —Estoy feliz. Me da mucho gusto saber que esos chicos también te aman...— Giyuu también lo abrazó, pues ambos tenían sentimientos encontrados.
Murata lo sabía. Sabía todo lo que sufrió después de la muerte de Sabito durante la selección final. Incluso trató de ponerse en contacto con Giyuu mediante cartas, que por mucho que llegan a su destino, no eran contestadas. Murata también había tratado de conquistar al actual Pilar del Agua, pero supo al poco tiempo que el corazón de Giyuu solo le pertenecía a una persona, precisamente al Alfa que se sacrifico por todos, incluso por quien amaba.
—Murata...— Giyuu estaba un poco sorprendido, Murata era un Beta, así que no podía saber cuales eran sus emociones mediante sus feromonas.
—Te amo y lo sabes, así que busca a alguien que te ame y ame a tus hijos, o juro que lograre hacerte mío— Le susurro al oído, sonrojando un poco a Giyuu, que lo apartó —Jajajajaja. Tranquilo, sabes que solo bromeo—
—Si... Entre broma y broma, la verdad se asoma— Dijo mirando a sus hijos nuevamente, quienes jugaban en el gran estanque que se encontraba en la parte trasera de la finca. En donde también se encontraba una terraza sobre el agua, en donde estaban Giyuu y Murata.
El lugar estaba cubierto de arboles, haciendo casi imposible que entrase la luz, pero aún así, Nezuko, quien también se bañaba en el estanque, tenía un sombrero un poco grande. Giyuu se lo había obsequiado después de volver de una misión.
—No seas amargado. Deberías sonreír más, eres el omega más hermoso que puede existir, los demás deberían de tenerte envidia—
—Según tus palabras. Yo debería sonreír más solo para darle envidia a los demás omegas— Lo miró con el seño fruncido —Es realmente estúpido lo que acabas de decir—
—No seas malo— Se recostó sobre el regazo de Giyuu —Yo quiero cariñitos—
—Bien...—Dijo con una sonrisa, antes de empujar a Murata al agua —Ups...—
—¡Hey!— Los chicos comenzaron a reír, pues Murata había caído de una forma graciosa —¡Esto no es divertido!—
—Si lo es— Dijo Giyuu cubriéndose la cara con su yukata, tratando de no reírse —Al menos estarás fresco— Le sonrió, mientras balanceaba sus piernas, ya que estaba sentado en la orilla de la terraza.
Murata volvió a subir, pero ahora dejó su katana a un lado —Realmente fue divertido, me lanzare otra ves—
—Esta bien, diviértete todo lo que quieras— Volvió a mirar al frente, sin saber que Murata se preparaba para saltar con él.
—¡Aquí voy!— Corrió hasta la orilla, pero en el ultimo momento, agarró a Giyuu de la mano, obligándolo a caer juntos hasta el agua helada.
—¡MURATA!— Gritó al sacar la cabeza del agua, mostrando como su cabello le cubría todo el rostro al tenerlo suelto —¡El agua esta helada!—
—Vamos, eres el Pilar del Agua, y te quejas de que el agua de tu finca esta un poco helada— Se acercó a él y levantó todo el cabello de Giyuu, que era bastante largo —No es tan malo, hoy hace mucho calor— Se le acercó, como si tratase de besarlo —Te ves muy hermoso así...— Giyuu estaba nervioso, por lo que cerró sus ojos con fuerza, y simplemente esperó a que Murata hiciese lo suyo —¡Eso es peligroso!— Gritó Murata, provocando que Giyuu volviese abrir sus ojos para mirar a sus hijos, quienes mostraban un aura oscura a su alrededor, y tenían piedras en las manos —¡No deberían de estar tirando piedras así!—
—¡Él es nuestra madre, búscate la tuya!— Dijo Zenitsu, a quien le faltaba una piedra en la mano derecha.
—¡No sean malos, yo podría ser su padre!—
—¡Pero no lo eres!— Le mostraron la lengua, antes de ir hacía Giyuu nadando y abrazarlo —¡Ya tenemos una madre, no queremos un padre!—
—¡Mmm!—
—¡Exacto!—
—Niños...— Les besó las mejillas —No peleen, Murata solo esta jugando— Trató de calmarlos, pues no quería peleas en su casa —No se enojen, yo no necesito un Alfa. Solo lo aceptaría si ustedes lo aceptan primero— Les sonrió, demostrando que no había ningún problema —Murata, ¿No tenías que ir a una misión?—
—¡Cierto!— Volvió a subir a la terraza, agarró su katana y se despidió con un movimiento de su mano —¡Adiós!— Y desapareció por el puente que unía la terraza con la casa.
—¡Mamá!— Dijo Tanjiro jalando del brazo de Giyuu —Juguemos juntos—
—¡Si, vamos!— Dijeron Inosuke y Zenitsu, mientras empujaban a Giyuu para que jugaran todos juntos en el agua.
—Esta bien, esta bien— No podía batallar, no con sus hijos.
Las horas pasaban, y el sol cada vez se ocultaba más. El frío no tardo en hacer presencia, por lo que Giyuu tuvo que sacar a sus niños del agua y secarles el cabello. Los cuatro eran perfectamente capases de salir del agua y secarse por su cuenta, pero si Giyuu quería hacerlo, entonces lo dejarían hacerlo.
—Iré a hacer la cena, vayan a bañarse mientras—
—Mamá— Zenitsu jaló su kimono —Vayamos a bañarnos todos juntos primero—
—¿Y la cena?—
—Luego te ayudaremos a hacerla— Y lo volvieron a jalar hasta su perdición, o mejor dicho, a el baño.
Los chicos se veían felices y conversaban alegremente mientras se lavaban el cabello entre ellos. No era la primera vez que lo hacían, pero era la primera vez que Giyuu era incluido. Ya había pasado un mes desde que viven juntos, y los chicos no podían estar más que felices de estar junto a su madre.
—Mamá, ¿Me puedes lavar el cabello?— Pregunto Zenitsu acercándole el champú.
—Si— Zenitsu se sentó en un pequeño banquito frente a Giyuu, se mojó el cabello con agua caliente y dejo que su madre hiciese el restó.
Algunos minutos después, estaban todos en la gran bañera, completamente relajados y aseados. Giyuu miraba a sus niños, quienes estaban comenzando a tener sueño, demostrando esto al estar cabeceando. Nezuko fue la primera en caer dormida, ya que estuvo jugando durante todo el día.
—Les dije que me dejaran hacer la cena primero— Les besó la frente a cada uno —¿Me van a ayudar o se quieren ir a dormir?—
—Ahora vamos— Dijeron al unísono bastante cansados. Se levantaron detrás de Giyuu y se colocaron sus pijamas.
—Pero no dejen que les gotee el cabello— Rápidamente les seco el cabello, pero por las dudas, se los envolvió con las toallas. Luego sacó a Nezuko de la tina, secó su cuerpo y la vistió con su respectivo pijama —Bueno, si van a ayudarme, vayan a la cocina. Yo llevare a su hermana a la cama— Los chicos le asintieron un poco más despiertos que antes.
Giyuu llevó a Nezuko a su respectiva habitación, en donde la recostó sobre su futon de flores y colocó a su lado un peluche de conejo blanco que había comprado juntó con los ositos de sus hijos. El respectivo conejito le había encantado a Giyuu en cuanto lo vio y no dudo en comprarlo, al notar como sus ojos fueron cosidos con hilo rosa pastel envés del típico rojo.
—Descansa, mi princesita...— Besó su frente y dejó bastantes de sus feromonas en la habitación de su niña para que duerma lo mejor posible —Te amo, Nezuko— Y salió de la habitación con la tranquilidad de saber que su hija estaba segura, de que ella estaba allí y nadie la lastimaría.
Llegando a la cocina, se encontró con Zenitsu preparando sopa de miso, a Tanjiro preparando un poco de carne para acompañar y a Inosuke cortando algunos vegetales como le habían indicado Tanjiro y Zenitsu, sus ahora hermanos mayores.
—Hazlo un poco más fuerte— Le indico Tanjiro —El cebollín todavía esta unido—
—¡Ya lo se!— Exclamo molesto, no le gustaba que le dijeran que se había equivocado —¡Ya esta!— Le mostró a Tanjiro la tabla para cortar, que ahora tenía notables mascas pero al menos el cebollín ya estaba cortado —¡Soy el mejor en esto!—
—Claro— Tanjiro le sonrió —Bien hecho, Inosuke—
—Veo que no necesitan ayuda— Dijo Giyuu, llamando la atención de sus hijos —Me gusta ver como ayudan a su hermano— Acaricio la cabeza de Inosuke.
—Claro que si, mamá— Respondió Tanjiro —Ahora todos somos hermanos, debemos de ayudarnos entre nosotros—
—Aunque nos haga perder la cabeza— Dijo Zenitsu mientras se limpiaba las manos, luego de cortar el tofu —Ahora somos hermanos mayores. Debemos de cuidarnos entre nosotros—
—¡Yo no necesito que nadie me cuide!— Giyuu lo abrazó.
—Entonces deja que yo te cuide, mi niño— Inosuke no le podía negar nada a Giyuu, por lo que lo abrazo devuelta —Los amo a todos, mis niños—
—Yo también te amo, mamá— Inosuke escondió su rostro entre la ropa de Giyuu, feliz por la atención y amor que solo Giyuu podía darle.
—Nosotros también— Dijeron Tanjiro y Zenitsu al mismo tiempo —También te amamos, mamá—
—Ay, mis niños son un amor— Los abrazó a los tres —Dios, ustedes son lo mejor que me haya pasado— Besó sus frentes —Mis niños...—
—Mamá, no llores—Zenitsu le limpio las pequeñas lagrimas que apenas comenzaban a salir —Mejor terminemos la cena y vayamos a dormir—
—Claro, solo vine a interrumpir— Los chicos rieron y se soltaron de Giyuu, para continuar con su labor. El omega mayor se acercó a la gran arrocera que tenía a un lado y se encargo de preparar el alimento principal de sus hijos, quienes comían mucho arroz.
[•••]
—¿Cómo están tú y tus hijos, Giyuu?— Pregunto Oyakata-Sama, mientras esperaban a los demás Pilares para la reunión nocturna.
—Hemos estado muy bien, ellos adoran jugar en la finca. Los ayudo con el entrenamiento y luego van a jugar al estanque— Giyuu sonreía cada vez que hablaba de sus hijos, podría hacerlo todo el día —Es lindo estar con ellos y podemos hablar durante horas, son todo un amor—
—¿Y Nezuko?—
—A mi pequeña puedo tenerla en mis brazos casi todo el día. Ella casi siempre juega en el estanque, incluso si esta lleno de arboles, me aseguro de que ni un solo rayo de sol la toque— Explicó —Ella es como un bebé, así que, de cierto modo, estoy practicando para cuando tenga uno—
—Es lindo escucharte hablar de tus hijos y de pensar en los que tendrás en el futuro. Espero que tengas una familia numerosa y feliz—
—Eso es lo que deseo. Ya tengo cuatro hijos, uno o dos más no me harían daño—
—¿Y un Alfa?—
—Tal vez— Dijo en un tono de no tomarle importancia —Mis niños dicen no necesitar un papá, y pues si ellos lo dicen...— Levantó sus manos, en señal de no poder hacer nada si sus hijos lo dicen.
—Pero Giyuu— Se tapó la boca tratando de aguantar la risa.
—Si la voluntad de Kami-Sama es que yo tenga hijos pero no un Alfa, yo obedezco— Y Oyakata-Sama no aguanto más, Giyuu podía ser alguien muy divertido cuando quería.
—Aquí estamos, Oyakata....— Dijo Sanemi, entrando con los demás solo para ver como el Patrón no paraba de reírse y a Giyuu que cubría su rostro con su haori —Eh...—
—La risa de Oyakata-Sama es hermosa— Dijo la única omega mujer.
—Lo siento...— Respiro un poco para calmarse —Ay Dios, Giyuu, no me digas esas cosa...— Se trató de aguantar nuevamente.
—...Pero si ese fuera el caso— Y Oyakata-Sama volvió a estallar, su risa también había contagiado a alguno de los Pilares.
—¿Qué fue lo que le dijiste?— Preguntó Shinobu cerca de Giyuu.
—.Que tenía a tres Alfas detrás mío— Mintió, algo que Shinobu creyó.
—Bueno... Iniciemos con la— Volvió a respirar —Con la reunión—
[•••]
—¿Así que irán a una misión con Rengoku-San?—Pregunto Giyuu, mientras cepillaba el cabello de Inosuke.
—Así es— Dijo Tanjiro, colocándose su haori —Ya extrañaba las misiones—
—Yo no— Zenitsu también se coloco su haori —Yo no quiero ir, ¡Mamá!— Se lanzo a Giyuu, quien ya había soltado a Inosuke —¡Los demonios son muy aterradores y sus sonidos son horribles!—
—Pero debes de ir, mi amor— Le acaricio la mejilla —Se que todo estará bien, no debes de temer— Le besó las mejillas —Mamá también se debe de ir a una misión, así que no puedo dejarte solo aquí en la finca—
—Pero los demonios me dan miedo— Giyuu le limpio la nariz con un paño.
—Se que piensas que eres débil, pero yo creo en ti. Eres más fuerte de lo que crees— Lo recostó sobre su pecho, ya que ambos estaban sentados en el suelo —Mamá estará aquí cuando vuelvas, debes de dar lo mejor de ti. Además, no iras solo— Inosuke, Tanjiro y Nezuko se sentaron en el suelo para abrazarlos —Tus hermanos estarán contigo—
—Así es. No nos alejaremos, Zenitsu— Tanjiro sonrió.
—Claro que no, Monitsu—
—¡Es Zenitsu!—
Giyuu miró a sus hijos. Sus pequeños estaban mejores y ya era hora de que volvieran a sus misiones. Le rompía un poco el corazón saber que sus niños se arriesgarían la vida por matar a un demonio y él no estaría con ellos.
—Mis niños—Les habló—Recuerden que siempre deben de estar juntos, deben de protegerse entre ustedes. Se que podrán contra contra todo si están unidos—Los abrazó con más fuerza —Y por favor, vuelvan conmigo—
—Claro que volveremos, mamá—
—Debemos de hacerlo, tú vas a estar esperándonos—
—¡Claro que si!—
—¡Mmm!—
—Mis hijos...— Les arregló a cada uno su ropa —Ya es hora de marchar. Escuche que Rengoku se marcho ayer, debe de estar esperándolos— Se levantó junto con ellos —Iré a despedirlos—
—Si—
[•••]
—Mamá— Se le acercó Tanjiro —Que tu misión sea todo un éxito— Giyuu le acaricio la cabeza.
—Que la suya también lo sea, yo se que ustedes podrán— Le mostró una ligera sonrisa.
—Y mamá... Gracias por defender a Nezuko— Liberó alguna de sus feromonas olor a fresa —Perdón si no te lo dije antes. No sabía que tú y Urokodaki-San se jugarían la vida por ella—
—No debes de agradecérmelo, debía de hacerlo. Además, yo también trate de matarla una vez— Se rascó la nuca avergonzado —Aun así, la mejor forma en la que puedas agradecerme, es haciendo tu trabajo. Eres un buen cazador de demonios, se que harás lo correcto—
—¿De verdad lo crees?
—Claro que sí, porque lo siento— Le tomó de las manos —Se que tú también lo sentirás algún día. Hice cosas porqué sentí que debía de hacerlo. Cometí errores, infringí las reglas, pero a cambio, ahora tengo cuatro hijos a los cuales amo con todo el corazón—
—Mamá...—
—Pero bueno, es hora de que se vayan— Soltó a Tanjiro —Yo también debo de irme— Extendió sus brazos, y a los segundos estaban todos entre ellos —Mamá debe de irse, pero si vuelvo antes de ustedes, les prometo que preparare todo lo que quieran—
—¡Si!— Dijeron entusiasmados —¡Te amamos, mamá!—
—¡!— Les sonrió y volvió a besarlos —Yo también los amo, mis bebés— Se quedo abrazándolos por unos segundos más para finalmente soltarlos —Es hora de despedirnos, nos vemos en un día o dos— Y desapareció, no sin antes dejar un rastro de sus feromonas en el aire, que Tanjiro y Zenitsu fueron capaces de percibir, mientras que Inosuke ya no era pacas de sentir la tranquila presencia de su madre.
—¡Bien!— Exclamó Tanjiro, mirando a sus hermanos —¡Cumplamos nuestra misión y volvamos con mamá!—
—¡Si!—
Los chicos partieron con entusiasmo a su siguiente misión, sabiendo que ahora tendrían a alguien velando por su seguridad y un cálido hogar al que volver. Zenitsu ya no se sentía tan nervioso como antes, pues su madre siempre lograba calmarlo y asegurarle que todo estaría bien. Luego de unas horas caminando, llegaron a una estación de tren. El sol ya se estaba ocultando, dando paso a la noche, que es cuando los demonios comenzarían a salir.
—Oye, oye, oye...— Inosuke se notaba muy nervioso —¿Qué...?¿Qué...?¿Qué...?...¿Qué es este animal?— Comenzó a temblar ligeramente, preocupando un poco a Tanjiro —Tiene que ser el rey de estas tierras— Corrió por casi toda la estación hasta volver —Es largo e intimidante. Está claro que es el rey— Las demás personas se le quedaron mirando raro, no solo por su vestimenta, si no también por su actitud —Ahora está dormido, pero tengan cuidado— Siguió temblando levemente, que incluso el sudor se le notaba por fuera de la mascara.
—Es un tren. ¿No sabes lo que es?— Interrogó Zenitsu, con un rostro de no entender a Inosuke.
—¡Cálmate!— Le dijo, colocando su mano sobre la cara de Zenitsu —Atacaré yo primero— Dijo, agarrando sus katanas.
—¡Espera, Inosuke!— Dijo Tanjiro, tratando de calmarlo —Podría ser el Dios protector de estas tierras. Y no está bien atacar sin previo aviso—
—Les digo que es un tren— Zenitsu no lograba comprender como ninguno de los dos conocía un tren —¿Sabes lo que es?— Interrogó, pero no quiso esperar una respuesta —Es un vehículo que transporta gente— Liberó algunas feromonas olor a vainilla sin darse cuenta.
—¿Un tren?¿A esto se refería el cuervo?— Ambos se voltearon tras ver como Inosuke se alejaba lentamente —¿Eh?—
—¿Qué le pasa?— Zenitsu estaba un poco incomodo por las miradas y el sonido de toda la gente reunida.
—¡ASALTO DE FRENTE!— Gritó frenético, mientras corría a una gran rapidez hacía el tren. En algún punto comenzó a girar hasta finalmente estampar su cabeza contra el tren.
—¡Inosuke, no hagas eso!— Dijo Zenitsu, regañándolo como cualquier hermano mayor —Te puedes lastimar, y mamá nos regañará por no cuidarte— En eso escucharon un silbido, seguido de unos pasos apresurados.
—¿Qué están haciendo?— Zenitsu volvió a aterrarse nuevamente —¡Traen espadas!¡Llamen a la policía!— Gritó un guardia.
—¡Rayos, rayos!— Zenitsu sujetó a ambos de la mano y comenzó a correr lo más rápido que podía. Se sentía aterrado, pero no por saber que se habían metido en problemas, si no por el posible regaño que les daría su madre por hacer un escandalo —¡Nos metiste en problemas, Inosuke!— Dijo en un lugar más tranquilo —¡Si nos atrapaban, mamá se decepcionaría de nosotros!¡Discúlpate!—
—¿Qué?¿Por qué tenemos que huir de la policía?— Zenitsu suspiro un poco, tratando de calmarse, ser hermano mayor no era fácil.
—Nuestra organización no esta reconocida por el gobierno. En realidad, no se supone que llevemos katanas en lugares públicos. Pueden pensar que lastimaremos a alguien. Y definitivamente no nos creerán si les hablamos de los demonios—
—Y con lo mucho que nos esforzamos— Dijo Tanjiro un poco apenado por el drama creado.
—Es inevitable. Escondamos la katanas en la espalda— Inosuke rio un poco ante esto, y luego mostró como sus katanas estaban “ocultas” en su espalda —Se ven a la legua...— Escucharon como el tren ya estaba listo para partir —¡Ah!¡Ya se va!— Exclamó nuevamente, llamando la atención de sus hermanos.
—¿Habrá policías?— Preguntó Tanjiro.
—Debemos de ir igualmente— Agarró la mano de Inosuke y volvió a correr con Tanjiro detrás. Zenitsu lanzó a Inosuke a la plataforma trasera, en donde también cayó Tanjiro unos segundos después —¡Ayúdenme a subir!— Dijo Zenitsu, corriendo detrás del tren lo más rápido que podía.
—¡Zenitsu!— Ambos se apresuraron a ayudarlo a subir, luego de que este mismo se subiera al barandal.
—¡Que rápido es!— Exclamo Inosuke apoyándose en el barandal.
—Tanjiro— El nombrado lo miró —¿Seguro de que fue buena idea traer a Nezuko?— Se mostró un poco preocupado —Estaría más segura en la sede— Tanjiro notó la preocupación de Zenitsu, pero a cambio, le mostro una ligera sonrisa.
—No. Esto es lo mejor— Se volteo a ver la caja por unos segundos —Nezuko y yo iremos juntos a todas partes. No nos separaremos más— Zenitsu le sonrió, comprensivo.
—Me alegra saber eso, Tanjiro— Y se volteo para mirar el camino que dejaban atrás, soltando más de sus feromonas, inconscientemente.
—Pero por supuesto que tampoco me voy a alejar de ustedes— Los atrajo a ambos para abrazarlos, sorprendiéndolos —Ahora los cuatro somos hermanos. No nos separemos, Inosuke, Zenitsu—
—¡Si!— Zenitsu lo abrazó de vuelta, ocultando su rostro en el hombro de Tanjiro.
—Lo que tú digas, Kentaro— Y también lo abrazó, demostrando ese lazo de hermanos que se encontraban creando poco a poco, pero que ya estaba bastante firme.
Nadie nunca podrá cortar los lazos que tiene unos hermanos tan unidos como Tanjiro y Nezuko. Pero ahora, definitivamente, nadie podrá cortar los nuevos lazos que se van creando entre estos hermanos tan diferentes entre ellos.
Chapter 6: El tren Infinito y Kyojuro Rengoku
Chapter Text
Los hermanos se adentraron al tren, en donde, casi de inmediato, Inosuke comenzó a golpear las paredes y a gritar. Zenitsu se sentía avergonzado, pero no podía hacer más que disculparse.
—Lo siento mucho. Mi hermano es un poco hiperactivo— Liberaba algunas de sus feromonas para tranquilizar a los hombres que Inosuke había molestado —Deja de jugar, vamos con Tanjiro— Lo agarró por la cintura y trató de alejarlo.
—¡Es tan rápido!— Había escuchado claramente a su hermano mayor, pero no le había importado para nada.
—Gracias por tu ayuda— Agradeció una anciana a Tanjiro. Zenitsu se le quedo mirando, tratando de saber por qué ayudaba a otros en vez de ayudarlo para controlar a Inosuke.
—No se preocupe, es algo que se debe de hacer— Les mostró una ligera sonrisa, que sonrojo un poco al hombre sentado frente a la anciana.
—Y dime querido, ¿Ya estas comprometido?— El tono de voz que utilizo la señora no le incomodo, solo le pareció una pregunta inocente. En cambio, el hombre frente a ella trató de callarla.
—¡Abuela!, no le preguntes eso al muchacho, lo vas a incomodar—
—No se preocupe, señor— Tanjiro no parecía captar el problema —No, no estoy comprometido. Tampoco e buscado a un Alfa todavía, estoy pendiente de mi familia—
—Pero que joven tan adorable. Te ves como un muchacho trabajador, tus manos lo demuestran— Dijo la señora —Pero un joven y bello omega como tú debe de tener un Alfa a su lado, ¿Qué te parece mi nieto?, es guapo, ¿Verdad?—
—¡Abuela!— El hombre estaba muy avergonzado —Discúlpala, por favor. Esta muy obsesionada con buscarme un omega. No digo que tú no seas un buen omega, es solo que no estoy listo—
—¿Eh?— Tanjiro estaba confundido. Era la primera vez que se encontraba en ese tipo de situación y no sabía como manejarla —Yo... Pues...—
—Tanjiro, Inosuke no quiere quedarse quieto, ayúdame— Zenitsu intervino, notando la incomodidad en Tanjiro, y principalmente porque realmente necesitaba ayuda.
—Ya voy— Se inclinó ante ambos —Lo siento, mi hermano me esta llamando. Fue un placer— Y casi de inmediato agarró a Inosuke y corrió al siguiente vagón, en donde se permitió respirar —El aroma de ese hombre me dejo nervioso—
—Lo se, su sonido era algo escalofriante— Zenitsu le dio un golpe a Inosuke en la cabeza —¡Y tú cálmate! ¡Nos meterás en problemas nuevamente y tendré que decirle a mamá!—
—¡No le digas! ¡O me dejara de dar Tempura!—
—¡Entonces compórtate!—
—Esta bien, esta bien— Tanjiro trató de calmarlos —A mamá no le gustaría vernos así. Vamos a sentarnos sin molestar a nadie— Agarró las manos de Inosuke —Se que todo esto es nuevo para ti, pero por favor no te descontroles. Todos estamos cansados. Vamos a buscar un lugar en donde sentarnos y dormir un rato, ¿Sí?—
—Esta bien— Contestó en un tono algo avergonzado, Tanjiro usaba el mismo método que utilizaba Giyuu para explicarle que debía hacer y no hacer —Pero solo lo hago para no quedarme sin tempura—
—Sí— Soltó solo una de sus manos, para agarrar la de Zenitsu para encaminarse por el resto del vagón, buscando en donde sentarse.
—¿Ese Rengoku no es un Pilar?— Preguntó Zenitsu, dejándose guiar por Tanjiro —¿Sabes qué aspecto tiene?—
—Sí, tenía el cabello extravagante. Y recuerdo su olor— Inosuke casi se soltó, pero Tanjiro no se lo permitió —Creo que nos estamos acercando— Abrió la puerta, para escuchar al instante a una persona gritando un “UMAI”, que perturbo un poco los sensibles oídos de Zenitsu.
—¡UMAI!— Gritó, perturbando a los demás pasajeros del vagón —¡UMAI!— Tanjiro se le quedo mirando por unos segundos, totalmente encantado con el aroma de las apenas perceptibles feromonas de aquel Alfa dominante que tenía enfrente. El aroma a manzana con chocolate amargo apenas se sentía en el aire, pero gracias a su buen olfato, era capaz de sentirlo.
—Tanjiro, ¿Te sientes bien?— Zenitsu le colocó el dorso de su mano en la mejilla —Tienes las mejillas un poco calientes. ¿Enviamos un cuervo para avisar que te sientes mal?—
—¿Eh?¡Ah!¡No!— Reaccionó luego de la pregunta de Zenitsu —Estoy bien, no te preocupes. Él es Rengoku-Sama. Vayamos a hablar con él—
—¡UMAI!— Gritó, y sorprendentemente las cajas de comida se elevaron junto con su haori de fuego. Los chicos volvieron a espantarse por el grito repentino.
—¿Ese es el Pilar de la Llama?— Susurró Zenitsu a Tanjiro.
—¡UMAI!—
—¿No es solo un glotón?— Tanjiro simplemente asintió, con una gota de sudor corriendo por su frente hasta su mejilla.
—¡UMAI!—
—Esto... Disculpe, lamento interrumpir— Tanjiro se le acercó, con los otros dos a sus espaldas.
—¡UMAI!—
—Rengoku-Sama...—
—¡UMAI!— Gritó nuevamente, pero mirándolos esta ves, lo que los asustó.
—Sí, entendemos totalmente...—
Al minuto llegaron unas chicas que apilaron las cajas vacías de comida para meterlas en una bolsa de basura, sorprendiendo a todos los demás pasajeros quienes contaron unas 13 cajas en total.
—Tú eres el cazador que viaja con un demonio— Miró a Tanjiro, un poco impresionado.
—Sí. Soy Tanjiro Kamado. Ellos también son miembros del Cuerpo de Exterminio de Demonios— Señaló a Zenitsu e Inosuke —Agatsuma Zenitsu y Hashibira Inosuke, son mis hermanos menores— Zenitsu se inclinó levemente ante él, mientras que a Inosuke no le importó.
—¿Sí? Dicho eso, el demonio dentro de la caja es...—
—Sí, es nuestra hermana, Nezuko—
—¡Sí! Ese demonio demostró algo que fue aprobado por Oyakata-Sama. No lo cuestionare— Los chicos sonrieron ante esto. Luego Rengoku palmeó el asiento a su lado, mirando a Tanjiro, quien entendió a lo que se refería —Ven, toma asiento. Debes de estar cansado—
Tanjiro se sentó a un lado de Rengoku, mientras que Inosuke y Zenitsu se sentaron en los asientos del otro lado. Inosuke al tiempo volvió a hacer su escandalo, como golpear las ventanas, mientras que Zenitsu nuevamente trataba de calmarlo.
—¡Inosuke! ¡Ya hablamos de esto!— Zenitsu respiró un poco, tratando de calmarlo y calmarse.
—No te preocupes, ya casi es su hora de dormir— Recordó Tanjiro la hora en la que Giyuu normalmente lo hacía dormir —Mamá no esta aquí, así que ya sabrás hacerlo tú—
—¡Pero yo no soy mamá! ¡No se como calmar a esta bestia!—
—Lo harás bien— Tanjiro le aventó algunas de sus feromonas para calmarlo, cosa que funciono. Zenitsu trataba de que Inosuke se controlara, pero al ser un Beta era un poco difícil, ya que no podía usar sus feromonas como ayuda. Tanjiro volvió a sentarse y comenzó a contemplar el paisaje en completo silencio.
—¿Por qué estás en este tren?— Preguntó Rengoku, haciendo que Tanjiro lo mirase —¿Tienes una misión?—
—Residimos ordenes de un Cuervo Kasugai— Explicó — Nos dijeron que las bajas del tren infinito siguen aumentando. Nos ordenaron venir aquí y reunirnos con usted lo antes posible—
—¡Así que esa el la razón!— Respondió eufórico como siempre —¡Entiendo!—
—Sí— Tanjiro se quedo pensativo por unos cortos segundos —Y... algo más...— Bajó la vista, preguntándose si tendría respuestas —Quería preguntarle algo, Rengoku-Sama...—
—¿Qué es? Dime—
—Se trata de mi padre—
—¿Qué le pasó a tu padre?—
—Él... siempre estaba débil y enfermo—
—¡Comprendo!—
—Pero en invierno, cuando las temperaturas podían congelarte los pulmones, él llevaba a cabo su Kagura—
—¡Eso es muy bueno!—
—¡Y entonces...!—
—¡Dime!—
—La danza del Dios del Fuego, repentinamente hice la danza que vi cuando era niño. Si usted supiera algo sobre eso, Rengoku-Sama esperaba que pudiese decírmelo...— Ambos se quedaron en silencio por unos segundos, entonces Tanjiro lo miró nuevamente, esperando pacientemente una respuesta.
—¡No sé nada!— Se sorprendió por la repentina respuesta —¡Es la primera ves que escucho esta “Danza del Dios del Fuego”!— Exclamó con su usual tono alto de voz —La danza que realizaba tu padre, se puede usar en combate. Eso es muy bueno. ¡Parece que este tema quedo resuelto!—
—¿Eh?¿No puede ayudar un poco más?—
—¡Sé mi Tsuguko!¡Te cuidare muy bien!—
—¡Espere un momento! ¿Y qué esta mirando?—
«—Qué persona tan rara—» Pensó Zenitsu.
—La Respiración de la Llama tiene una larga historia— Explicó Rengoku —En todas las épocas, espadachines de Llama y Agua han estado entre los Pilares— Tanjiro lo miraba atentamente —Llama. Agua. Viento. Piedra. Rayo. Estas son la forma de respiración primarias. Todas las demás formas vienen de sus ramas. Por ejemplo, Niebla se deriva de Viento— Tanjiro lo escuchó atentamente, pues nunca debía de ignorar a un superior —Joven Misoguchi, ¿De qué color es tu katana?—
—¿Eh? Es Kamado, mi katana es negra—
—Katana negra ¡Eso es malo!— Y soltó unas carcajadas.
—¿Qué quiere decir con “malo”?—
—¡Nunca he visto a un espadachín con una katana negra convertirse en Pilar!— Dijo eufórico —Y he escuchado que tienen problemas para saber qué respiración dominar— Ante esto, Tanjiro miró un poco desanimado el suelo, las palabras de Rengoku no hacían más que decaerlo.
—¡Aprende de mí! ¡Sé mi Tsuguko!— Gritó, sorprendiéndolo nuevamente. El aroma de Rengoku era de líder —¡No serás decepcionado!—
—¡Eso no es lo que quise decir! ¿Y qué es lo que esta mirando?— Tanjiro suspiro un poco, Rengoku y su aroma lo habían agotado mentalmente «—Tengo sueño—» No sabía porqué, pero estaba muy cansado, así que se acomodó en el asiento y cerro los ojos listo para dormir un poco.
Salir temprano y no comer nada durante todo el camino le estaba pasando factura. Correr tampoco le había ayudado mucho, eh incluso sentía un poco de nauseas por no ingerir nada y moverse mucho. En ese momento, aquél asiento de madera se sentía muy cómodo, por lo que le sería imposible no dormir, pero confiaba en que sus hermanos o el mismo Rengoku lo despertaría en caso de que algo sucediese.
—¿Qué pasa ahora, joven Kamado...?— Rengoku lo miró, tras notar un pesó extra sobre su hombro, pero no se esperaba al mismo Tanjiro apoyado sobre él, completamente dormido «—Se durmió—» Lentamente estiró su mano hasta Tanjiro para mover algunos cuantos mechones que cayeron por su frente, dejandolos devuelta en su lugar. Por algún motivo, se quedo contemplando al omega que ahora tenía a su lado. No lo iba a negar, Tanjiro era un omega muy hermoso. Pero eso era algo que pensaba de todos los omegas que conocía, pues todos le parecían muy hermosos «—Este chico es realmente hermoso—» Estaba totalmente cautivado por aquel bello ser que tenía suerte de ver. Luego se dio cuenta de lo que estaba pensando, por lo que rápidamente apartó su mano, que estaba posada sobre la mejilla de Tanjiro «—¡Qué diablos!¡En que momento puse mi mano allí!—» Se había movido un poco brusco, lo que provoco que Tanjiro casi despertara. Un poco más y se quedaba completamente estático de no ser por el mismo movimiento del tren «—¡No te muevas! ¡No te muevas! ¡No te muevas! Esta abrazando mi brazo ¡NO TE MUEVAS!—»
Rengoku se quedo estático, solo escuchando la respiración lenta de Tanjiro, que le calentaba el levemente el brazo. Estaba sudando, nervioso, sin saber porqué lo estaba realmente. Tanjiro realmente se había apegado a su brazo, sin saber que esa era la forma de dormir del omega, que abrazaba una almohada.
Luego de una hora, Tanjiro finalmente se despertó, pero estaba tan aturdido que no se disculpó con Rengoku por dormir en su hombro, pues su cerebro se despejó luego de sentarse como antes nuevamente. Rengoku todavía estaba estático, pero ahora miraba como Tanjiro se frotaba los ojos levemente y estornudaba una vez, algo que le dio ternura.
—Rengoku-Sama ¿Cuánto dormí?—
—Cerca de una hora, joven Kamado—
—Ya veo...— Se estiró un poco —Perdón por dormirme, debemos de estar alerta siempre— Se mostraba ligeramente apenado.
—No pasa nada, debías de estar muy cansado ¿Dormiste bien?—
—Sí, soñé que dormía sobre una almohada un poco dura, pero calentita— Cerró levemente los ojos, aún tratando de quitarse el sueño —No me quería despertar pero debo de hacer mi trabajo— Bostesó, un poco más despejado, antes de que su estomago gruñera —Oh, creo que debí de comprar algo para después— A Rengoku le incomodó un poco ver como Tanjiro ignoraba a su estomago completamente.
—Tanjiro— Llamó Zenitsu, en uno de los asientos detrás —Tengo hambre—
—Yo también— Dijo Inosuke.
—Lo siento chicos, creo que olvidé comprar algo para el camino— Se mostró apenado, asumiendo la culpa —Pero les prometo que comprare algo en cuanto pueda. Aguanten un poco—
—Joven Kamado— Llamó Rengoku —Ten esto, compártelo con tus hermanos— Entonces dejó frente suyo una montaña de Bentos envueltas en un pañuelo de color morado —Los demonios no respetar el horario de comida. Es importante que todos ustedes tengan el estomago lleno— Les mostró una sonrisa sincera «—Debo cuidarlos o Tomioka me matara—»
—¡Muchas gracias, Rengoku-Sama— Tanjiro lo abrazó y luego se fue a repartir los bentos con los chicos —Zenitsu, Inosuke, tomen los que quieran— Dijo quitándole el pañuelo que los envolvía y dejando que sus hermanos sacaran los que quisieran.
—¡Al fin!— Gritó Inosuke, comenzando a comer uno de los cuatro bentos que había tomado.
—Gracias, Rengoku-Sama— Dijo Zenitsu, luego de tomar dos bentos.
—Gracias nuevamente. Mamá nos hubiera regañado por no comer nada— Tanjiro volvió a sentarse a un lado de Rengoku, antes de comenzar a comer tranquilamente —Vaya, esta delicioso—
—¡Claro que sí!— Respondió eufórico —¡Deben de alimentarse bien, todavía están en crecimiento!—
—¡Si!— Le respondieron los chicos.
Los minutos pasaban y nada parecía fuera de lo común. Los chicos ya estaban bien alimentados y no había señales de demonios por ninguna parte. Rengoku se notaba tranquilo, pero estaba alerta. Los chicos también estaban pendientes por cualquier presencia, aroma o sonido fuera de lo común que se sintiese en todo el tren.
—No sabemos cuándo aparecerá él demonio— Dijo de la nada, completamente tranquilo.
—¿Eh?— Zenitsu se espantó ante esto —¡Debe de estar bromeando!¿Realmente hay un demonio en este tren?—
—¡Hay!—
—¡¿No está bromeando?!— Zenitsu fue consumido completamente por su miedo a los demonios, ya no podía recordar las palabras de aliento de Giyuu —¡No!— Se agarró del cabello —¡No estamos viajando hacía él!¡El demonio está aquí!— Tanjiro lo miró preocupado —¡No!¡Quiero bajarme!—
—En poco tiempo, en este tren, más de cuarenta personas han desaparecido— Explicó Rengoku —El Cuerpo envió algunos espadachines, pero no tuvimos respuestas de ninguno. Como Pilar, me han pedido investigar— Hubo unos segundos de silencio, hasta que Zenitsu volvió a gritar y llorar peor que antes.
—¡Me quiero bajar!¡Quiero ir con mamá!— Tanjiro se levantó a abrazarlo para calmarlo —¡Ese demonio nos va a matar!¡No quiero morir!—
—¡Zenitsu, calma!— Tanjiro lo hizo mirarlo a los ojos —¡Estoy aquí, contigo!¡Nada nos va a pasar si estamos juntos! ¡Recuerda lo que dijo mamá!— Zenitsu seguía llorando, pero al menos ya no gritaba —No te preocupes. Acabemos con la misión y volvamos con mamá. Él también debe de estar preocupado, pero debe cumplir una misión—
—Pero yo...— Se limpio las lágrimas con su haori, mientras sorbía su nariz —Mamá...—
—Se que extrañas a mamá, pero debemos de cumplir— Tanjiro lo volvió a abrazar —Muchas vidas están en nuestras manos ahora, debemos de acabar con esto de una vez. Respira y recuerda que no estas solo, estamos contigo—
«—Joven Kamado—» Rengoku se sorprendió un poco tras ver como Tanjiro calmaba a Zenitsu, una forma muy parecida a la que utilizaba Giyuu para calmar a los niños. Rengoku lo sabía ya que había tenido misiones con Giyuu antes y el omega lloraba tras ver como niños perdían a sus padres por los demonios.
—Ve a sentarte y respira. Estas muy alterado y tus feromonas se podrían descontrolar— Tanjiro lo guio a su asiento, en donde Inosuke estaba sentado tranquilamente tras ver a Zenitsu completamente alterado.
«—Tal vez...deba quedarme quieto—» Pensó Inosuke, una vez que Zenitsu estaba a su lado nuevamente.
—Inosuke— Tanjiro le colocó la mano sobre el hombro —Por favor no molestes a Zenitsu, que ahora esta muy alterado. Luego podremos ver todo lo que quieras—
—Sí...— Bajó el rostro, sintiéndose un poco culpable.
—Gracias— Dejó un poco de sus feromonas impregnadas en el haori de Zenitsu, para tranquilizarlo.
—Eres un buen hermano mayor— Habló Rengoku, una vez que Tanjiro regresó a su asiento.
—Tengo experiencia— Respondió Tanjiro, mirando por la ventana —Yo era el mayor de seis—
—...—
—Permítanme inspeccionar sus boletos— Habló un hombre entrando desde el otro vagón.
—¿Qué es lo que hace?—
—Es el conductor. Debe de revisar los boletos de cada persona en el tren para asegurarse de que no hayan intrusos— Explicó, mirando a Tanjiro.
—Ya veo— Rengoku le entregó su boleto al hombre, seguido de los chicos. Cuando lo hizo Tanjiro, él notó un aroma raro en aquel hombre, como si estuviese experimentando una tragedia, además de estar muy pálido.
La luces volvieron a parpadear, hasta apagarse por unos segundos. En cuanto las luces se encendieron nuevamente, los hermanos se levantaron, alertas.
«—¿Qué es eso?—» Tanjiro miraba a todos lados «—Algo huele mal—» Los chicos se miraron entre ellos, hasta que Rengoku finalmente se levantó.
—Señor, es peligroso estar aquí. Por favor evacue el área— Dijo Rengoku —La situación es muy urgente. No se preocupe si traje una katana— Las luces volvieron a parpadear, pero esta vez, en cuando estas volvieron a encenderse, un demonio de dos rostros en pleno apareció en pleno pasillo, asustando a los pasajeros —Así que escondías ese enorme cuerpo con una Técnica de Sangre— Levantó su katana junto a su funda y comenzó a meterla lentamente por su cinturón —Fue difícil sentirte— Comenzó a sacar su katana —¡Sin embargo! ¡Si le enseñas los colmillos a gente inocente!— Su aura gloriosa había vuelto, mientras su haori y cabello comenzaba a elevarse nuevamente —¡Esta katana flameante en mis manos te quemará hasta los huesos!— En cambio, el demonio solo rugió de forma feroz, que provoco que Zenitsu cubriese sus oídos por el miedo de que sus tímpanos explotaran «—Respiración de la Llama. Primera Postura—» Su katana, de un color rojo intenso, comenzó a prenderse de fuego. Rengoku avanzó con una gran rapidez hasta el demonio, al cual, cortó su cabeza fácilmente, dejando un rastro de su propia flama detrás de sí mismo «—¡Mar de fuego!—» Rompió la puerta que daba paso al vagón anterior tras su ataque, dejando a los pasajeros de este vagón perplejos.
«—Increíble—» Pensó Tanjiro, tras verlo actuar «—Se hizo cargo de un demonio de un solo golpe—»
—Hay otro aquí— Dijo una vez que se volteó, mirando el pasillo del siguiente vagón vació —¡Síganme!— Comenzó a correr con los chicos siguiendo sus pasos, dejando a un Zenitsu todo asustado atrás.
—¡No me dejen!— Corrió detrás de sus hermanos.
Rengoku había llegado al siguiente vagón, en donde las personas ya habían comenzado a escapar tras ver a un demonio. Un hombre, debido al miedo, no fue capaz de escapar al tener a ese demonio mirándolo fijamente. Al tratar de moverse, el demonio se le había acercado, provocando que cayese al suelo.
—¡No permitiré que lo lastimes!— Gritó Rengoku, llamando la atención del demonio. Los chicos llegaron y se posicionaron frente a Rengoku, preparados para atacar. Zenitsu estaba escondido en los últimos asientos —¿No escuchaste lo que dije?. Tu oponente esta aquí—
—¿Qué rayos es eso?¡Sus brazos son largos, realmente largos!— Dijo Zenitsu comenzando a temblar por el miedo y a desprender algunas feromonas olor a vainilla.
—¡Yo voy primero!— Gritó Inosuke, listo para atacar.
—¡Espera, todavía hay gente que no ha escapado!— Tanjiro estaba preocupado por el hombre.
—¡No te preocupes por ellos, matemos a esta cosa!— Inosuke estaba a nada de atacar al demonio, pero este expulsó por el costado de su torso unos tentáculos que atacaron a Inosuke. Rápidamente, Rengoku interfirió. Agarrando a Inosuke, se aseguro de dejarlo sentado en uno de los tantos asientos, antes de agarrar al hombre y alejarse del demonio.
—El vagón detrás de nosotros es seguro. Vaya— Indicándole a donde ir, este rápidamente escapó al siguiente vagón, dejando a los cazadores sin problemas —Ahora ya no hay problemas. Terminemos con esto rápidamente—
El demonio gruñó un poco, antes de lanzarse atacar a Rengoku y Tanjiro. El antes mencionado también se lanzo atacar, dejando al omega detrás.
«—Respiración de la Llama. Segunda Postura: ¡Cielo en Flamas Ascendente!—» Y nuevamente, con el resplandor de una bellas flamas color naranjo, Rengoku cortó el cuello del demonio de un solo movimiento. El demonio trató de batallar un poco más, pero finalmente su cuerpo termino cayendo al suelo, en donde comenzó a desintegrarse.
—¡Eso fue increíble!— Tanjiro se le acercó, completamente encantado —¡Su habilidad con la espada es increíble!— Nuestro omega pelirrojo no pudo evitar soltar algunas de sus feromonas olor a fresas, que obviamente llegaron hasta nuestro querido alfa, quien quedo fascinado con aquel aroma tan dulce —¡Por favor, acépteme como su Tsuguko!— Tanjiro lo miró a los ojos, esperanzado. Realmente deseaba aprender de él.
—¡Claro!— Respondió, sin pensarlo dos veces —¡Te entrenare para que seas un gran espadachín!—
—¡Y a nosotros también!— Dijeron Zenitsu e Inosuke, también deseando aprender de Rengoku.
—¡Si! ¡Los tres serán mis Tsugukos!— Los hermanos flotaban al rededor de Rengoku, gracias a su aura. El mayor no hacía más que reír, al ver a los chicos tan felices por ser aceptados «—Tomioka, tienes unos hijos muy encantadores—» Pensó, tras ver como los chicos celebraban. Luego miró a Tanjiro, quien mostraba una bella sonrisa que le calentó un poco las mejillas «—Incluso si no es su hijo biológico, es como si la belleza del joven Kamado la hubiese heredado de Tomioka. Es realmente hermoso—»
[•••]
El conductor del tren corría por todos los vagones desde el ultimo hasta llegar a uno completamente vació, dejando a todos los pasajeros con un sueño profundo atrás. Tras llegar, rápidamente se arrodillo en el suelo, mientras sus lagrimas no dejaban de salir —¡Hice lo que me ordenaste! ¡Marqué los boletos y los puse a dormir!— Gritó de forma desgarradora —¡Por favor!— Dijo de manera suplicante —¡Déjame ir a dormir!— Volvió a inclinarse más, cada ves más suplicante —¡Por favor déjeme ver a mi esposa e hija muertas!— Su llanto era silencioso, pera estaba claro como se sentía —¡Por favor! Te lo ruego...— Suplico nuevamente, deseando con todas sus fuerzas que sus suplicas fuesen contestadas.
—Como desees— Se escucho la voz de un hombre un poco afeminada. El conductor levanto la vista, solo para luego ver como una mano pálida, con las venas marcadas y dos ojos, caía del techo. La mano movió sus dedos de una forma un poco tétrica hasta darse la vuelta por completo, dejando a la vista un ojo que veía hasta lo más profundo de su alma, junto a una boca con dientes y todo —Lo hiciste bien— Felicitó, para luego sonreír —Que duermas bien— Pronuncio con una sonrisa tétrica. En eso, el conductor sintió un dolor indescriptible en todo el cuerpo, para luego caer completamente dormido al suelo —Encuéntrate con tu familia en tus sueños—
—Este...— Se escuchó la voz de una niña —¿Qué deberíamos hacer nosotros?— Dijo refiriéndose a ella misma, junto a los otros tres niños de su misma edad que estaban a su lado.
—En poco tiempo, el sueño se hará más profundo— Respondió la mano —Esperen aquí hasta entonces— Dijo volteándose, para mirarlos con el otro ojo que se encontraba en la muñeca —Sentir la presencia y sed de sangre de los demonios, a veces despierta a los Cazadores con buenos instintos— Explicó a los niños, quienes lo miraban atentamente —Cuando se acerquen para atarlos, tengan cuidado de no tocarlos. Tengo que quedarme en el vagón delantero un rato. Hasta que mis preparativos estén listos, esfuércense. Ustedes también podrán tener dulces sueños—
—¡Si!— Dijeron al unisonó.
[•••]
Todos estaban durmiendo, Tanjiro recostado sobre el hombro de Rengoku, mientras que este apoyaba su cabeza sobre la de Tanjiro. Zenitsu estaba durmiendo en los asientos a un lado, con Inosuke enzima suyo.
En algún momento, Tanjiro se encontró a sí mismo caminando por un bosque nevado. Apenas y era capaz de ver, debido a la ventisca. Sus pies estaban congelados gracias a que, con cada paso que daba, estos se hundían en la nieve. Estaba tranquilo, como si no tuviese un rumbo fijo, hasta que reacciono.
—¿Qué está pasando? ¿Qué pasó?— Desenfundó su katana para apuntar con esta a todas direcciones, buscando un posible enemigo «—Cálmate, debes estar tranquilo…—» Siguió apuntando a todas partes, mientras su respiración se volvía pesada, debido a las bajas temperaturas. Logró escuchar un ligero paso, pero fue suficiente para saber que había alguien cerca, por lo que se volteó rápidamente, topándose con unos niños que conocía muy bien, quienes lo miraron.
—¡Es nuestro hermano!— Dijo la pequeña Hanako Kamado, su hermanita menor.
—¡Bienvenido, hermano!— Habló ahora Shigeru, su otro hermano menor.
—¿Vendiste todo el carbón?— Interrogó la pequeña de ojos color vino.
Tanjiro los vio, no era capas de creérselo, pero sus ojos jamás le habían mentido. Su corazón se apretó tan fuerte, que le dolía. Su katana se había caído tras aflojar el agarre, así que no dudo ni un solo segundo y comenzó a correr hacía sus hermanos menores.
—Hermano...— Dijo sorprendida, al ver como Tanjiro se lanzo sobre ambos, haciéndolos caer en la nieve. Luego los levantó y procedió a abrazarlos mientras lloraba desconsoladamente, dejándolos aún más sorprendidos.
—Lo siento...—
[•••]
—Al tener sueños agradables y felices no querrás despertar— Dijo el mismo demonio de voz afeminada, pero ahora estando de cuerpo completó —Incluso si es un poderoso Cazador de Demonios, no hay excepciones— Habló estando sobre el tren, inmóvil, pese al fuerte viento —La motivación humana viene del corazón, del espíritu— La mano de antes caminaba por el techo del tren, hasta llegar donde pertenece —Solo se debe de destruir su núcleo espiritual. Haz eso y se convertirán en cadáveres vivientes— Habló a la nada —Los corazones humanos son todos iguales. Todos son tan frágiles, como cristales—
[•••]
—La cuerda debe de estar atada a la muñeca, ¿Así se supone que sea?— Preguntó a sus compañeros, mientras todos ataban las cuerdas en las muñecas de nuestros protagonistas.
—Sí— Contestó la otra niña del grupo —No olvides lo que nos dijo— Una vez listos, los niños se sentaron cerca de su Cazador correspondiente. Luego de sentarse, notó como Tanjiro lloraba por el sueño que estaba teniendo. No le importó para nada, no conocía al omega y no necesitaba conocerlo tampoco. Pero se espantó de sobremanera al ver como Rengoku, pese a estar dormido, levantaba el brazo, con el que estaba atado a ella, para limpiar lentamente sus lágrimas. Tal parece que fue la única que presenció aquella escena.
—Respiren lentamente...— Habló calmadamente el niño sentado detrás de Tanjiro —Cuenten en su cabeza...— El niño cerró sus hermosos ojos, tan negros como sus cabellos, que resaltaban las feas ojeras que poseía «—Así es la forma correcta de quedarse dormido. Uno, dos, tres, cuatro, cinco, seis...—» La niña de antes, una pequeña de cabello negro peinado en dos trenzas, obedeció lo que su compañero decía, ignorando nuevamente a la “pareja” frente suyo.
[•••]
—Entonces, nuestro hermano comenzó a llorar— Explicó la pequeña Hanako —¡Me quede impactada!—
—¡Él es tan raro!— Dijo uno de los hermanos mayores, Takeo, mientras comenzaba a reír.
—Puede que Tanjiro se sienta cansado— Intervino su madre, Kie.
—No te preocupes mamá, estoy bien— Pero en eso, su madre le sujetó la cara.
—¿Te ha dado fiebre?— Ella le mostró una bella sonrisa —No te esfuerces tanto. Descansa en casa hoy—
“No debes de rendirte, debes de esforzarte al máximo”
—Estoy bien, mamá— Tanjiro se mostraba comprensivo por la preocupación de su madre.
—¿Estas seguro?—
—Sí—
—Esta bien pero recuerda, Tanjiro. Eres un niño, no puedes hacer tantas cosas a la vez. Debes de tomarte tu tiempo para descansar—
“Eres capaz de hacer todo y más”
—¿Qué haces, Shigeru?— Interrogó Hanako, al verlo agarrar una sabana y correr hasta Tanjiro —¡No molestes a nuestro hermano!— Exclamó, al ver como su hermano pequeño cubría a Tanjiro con la sabana, riendo a carcajadas.
—¡Si a nuestro hermano no le gusta, puede decirlo!— Tanjiro miró a su madre, quien solo sonreía.
—Siento como si... estuviera teniendo una pesadilla— Dijo en un susurro, que solo él mismo pudo escuchar.
[•••]
—Durmiendo más profundamente, en lo profundo de los sueños. Olvídate de respirar, en lo profundo de los sueños— Cantó el demonio, de nombre Enmu —Incluso si viene un demonio, en lo profundo de los sueños. Incluso en el estómago, en lo profundo de los sueños—
—Parecen felices— Dijo mirando por sobre su hombro —Todos deberían tener sueños agradables— Pensó en voz alta, antes de volver a mirar al frente —Cae gentilmente, cae gentilmente, cae en un sueño, en un sueño sin fin— Sonrió de una manera un poco retorcida —Del que ya no puedas despertar...—
[•••]
Zenitsu se sentía como si estuviese hundiéndose lentamente en el agua. Su cuerpo se sentía pesado, como si no pudiese levantarse. Pese a estar en cierto modo dormido, sus instintos estaban alerta gracias al entrenamiento privado que tuvieron con Giyuu. Sorprendentemente, su cuerpo, de la nada, era recostado lentamente en un cálido futon, pues conocía la sensación. Sus ojos se abrieron lentamente, como si hubiese estado recostado por unas largas horas.
—¿Donde...?— Se sentó en el futon, contemplando la habitación en la que se encontraba —¡Oh! Claro...— Se levantó lentamente, con algo de dificultad —Estoy en la casa de mis suegros— Caminó lentamente, aún con el sueño queriendo dominarlo nuevamente. Bostezó un poco, tras detenerse y frotarse los ojos —Dios, dormí tan bien— Se estiró, mientras giraba un poco su cuerpo —Todavía tengo sueño, pero debo de levanta…—
Se asustó un poco, tras ver su propio reflejó en el gran espejo que se encontraba en la habitación. Por un momento no se reconoció a sí mismo, hasta que froto sus ojos nuevamente he incluso toco el espejo. Su cabello azabache pareció algo nuevo para él.
—¿Qué me...?— Todavía estaba un poco asombrado, hasta que se golpeó la frente con su palma —Idiota, eres tú— Se dijo a sí mismo —Tal vez no debería dormir tanto pero el doctor dijo que lo hiciera...—
—¿Cariño?— Un hombre, bastante alto y ya casi llegando a sus 30, entró a la habitación, asustando a Zenitsu —Perdón, ¿Te asuste?— Él se le acercó y lo abrazó por la cintura —Vaya, apenas te levantas y ya te vez tan hermoso...— Zenitsu lo miraba atónito, sin despegar sus ojos de esa hermosa mirada verde lima.
—T-To… shio— Sus ojos rápidamente se aguaron —¡Toshio, mi amor!— Dijo comenzando a llorar, alarmando a su amado.
—¡Eh!¡Zenitsu! ¿Estas bien? ¿Te duele algo?— Agarró a Zenitsu del rostro, estaba muy preocupado —¿Los bebés están bien?— En eso, Zenitsu miró hacía abajo, topándose con un gran vientre, que era suyo —¡Zenitsu, responde!—
—Yo...— Él se quedo callado, y simplemente abrazó a su amado, siendo correspondido lentamente —Lo siento, había tenido una horrible pesadilla— Toshio suspiro un poco, antes de levantar a Zenitsu como princesa.
—¿Tan horrible fue como para llorar de esa manera?— Le sonrió, comprensivo —No quiero que me lo cuentes, no te hare recordarlo— Zenitsu se limpió las lágrimas con sus mangas —Ya no llores, amor mío, que no voy a dejarte nunca...— Él se le acercó, y comenzó a plantar dulces besos en todo el rostro de Zenitsu. Comenzando por la frente, y finalizando en los labios de este.
Zenitsu envolvió el cuello de su prometido con sus brazos, mientras profundizaba el beso. Cuando un omega estaba con su alfa, a veces las cosas van por otro camino.
—Zenitsu... Todavía estas muy pequeño para eso— Dijo en tono de burla, dejando a Zenitsu completamente sonrojado.
—Dices eso ahora, cuando ya me dejaste embarazado— Se cruzó de brazos, mientras su prometido salía de la habitación con él todavía en sus brazos —Y no solo de uno, tengo a dos mini Toshios creciendo en mi vientre—
—Eso fue culpa tuya, tú estabas en celo—
—Si. Estaba en celo, encerrado en mi habitación— Infló sus mejillas, a lo que Toshio respondió besándolas con dulzura.
—Esta bien, tú ganas— Ya había llegado al primer piso —Últimamente has estado despertando muy tarde. Pediré que te hagan el desayuno— Lo dejó sobre un sofá con cuidado.
—¿Desayuno a las tres de la tarde?—
—No es culpa mía— Zenitu le lanzó un cojín, a lo que su prometido escapó hasta la cocina, riendo.
—Ese Toshio...— Se recostó en el sofá con algo de dificultad, su vientre de apenas 5 meses pero con dos seres creciendo en él a veces podía ser un poco molesto. Agarró los demás cojines y comenzó acomodarlos en su espalda baja y entre sus piernas, algo que lo dejó mucho más cómodo.
Veía algunas sirvientas ir de un lado para otro, siempre saludándolo bajo el nombre de “Señora”. Zenitsu no podía alegar, incluso si fuese un hombre, a los omegas siempre los tratarían como mujeres. Además, su prometido era el hijo mayor de una familia adinerada, de quien se enamoro luego de trabajar por un año en la casa, limpiándola al igual que las demás.
No le gustaba que le dijeran señora. Apenas tenía unos 15 años. Pero sabía que su prometido lo estaba “acostumbrando” a la vida que tendrían luego de casarse, ya que, en un tiempo, él sería Zenitsu Fujiwara, la señora de la casa, solo detrás de su suegra y por encima de sus cuñadas, al casarse con el mayor.
—Sorprendentemente mis hijos van a ser los primeros nietos...— Pensaba el voz alta, acariciando su vientre «—Mis cuñadas todavía no son capaces de embarazarse. Y, por muy raro que sea, ese omega dominante, esposo del ultimo hijo, tampoco—» Zenitsu se quedó pensando «—Él siempre se creía mejor que yo, he incluso, insinuaba que yo solo amaba el dinero. No quiero ser malo, pero no soy la única persona a la que trata como basura, así que se lo merece—»
—¿En que piensas, cariño?— Preguntó Toshio, arrodillándose a un lado de Zenitsu y dejando una bandeja con comida en la mesita a un lado.
—Pensaba en todo esto— Respondió mirándolo, pero el mayor se mostró confundido —Me refiero a que vamos a casarnos pronto. Que tu familia me aceptó, o al menos lo intentan, pese a ser un omega recesivo y huérfano. Ser rechazado por una familia rica me dio una mala fama también—
—Eso no importa, mi amor— Le acaricio su vientre —Yo te amo. Tal vez mi familia aún sea un poco fría contigo, pero se que ellos te van a querer—
—Perdón. Se que ahora estás en contra de tu familia. No deberías de protegerme tanto—
—Mi familia no es lo importante ahora, lo que importa somos nosotros— Besó su vientre —Y nuestros bebés— Lo abrazó con cuidado de no aplastar el vientre de Zenitsu, para luego besarlo nuevamente —Te amo, Zenitsu—
—Yo también, Toshio...—
[•••]
—Ah, esto se siente bien. Esas cuerdas que hice, permiten que alguien invada el sueño de la persona amarrada a él— La boca que tenía en la mano se saboreo —Siempre he sido cuidadoso con mis enemigos — Siguió hablando para él mismo —Mientras estén dormidos, ya sea un Pilar o alguien más, serán como bebés. Solo tengo que disfrutar de la delicia de acabar con esos Cazadores de Demonios—
[•••]
—Esto es malo. El real está aquí— Habló una niña de trenzas, que estaba amarrada a Rengoku —Será mejor que me asegure de que no me vea— Comenzó a correr a la dirección contraria, para evitar que Rengoku la viese «—¡Me apresuraré hasta el borde del sueño!—» Corría entre las calles lo más rápido que podía «—¡Rápido!—»
“Los sueños que creo no son infinitos”— Ella estaba recordando las palabras de Enmu —“Son circulares, con el soñador en el centro. Más allá del sueño, está el reino del inconsciente”— Le explicaba a los niños —“El núcleo espiritual existe en el inconsciente. Su trabajo es destruir el núcleo. Si se destruye, el dueño se convierte en una cáscara vacía”
—¡Aquí esta!—Se sorprendió de sentir una pared dura, completamente invisible —El paisaje continua, pero no puedo ir más lejos— Ella metió su mano en el obi que traía y sacó un picahielo «—¡Tengo que apresurarme y destruir su núcleo espiritual!—» Lo clavó en la pared invisible con fuerza para luego comenzar a rasgarlo «—¡Para que yo también pueda tener buenos sueños!—» Gritó en su mente, terminando de rasgar la pared, dejando una gran brecha por la cual pasar «—Qué inconsciente más extraño—» Se asombró un poco al ver tanto fuego alrededor «—Hace calor, y arde—» Miró un camino entre el fuego, el cual no dudo en seguir «—tengo que apurarme—» Ella corrió por casi todo el lugar, el cual era bastante grande. El calor era mucho y no hacía mas que cansarla más rápido de lo normal. Mirando a todos lados, luego de detenerse por un momento, lo vio. Vio el núcleo de Rengoku, de un hermoso color rojo intenso —¡Lo encontré!¡El núcleo espiritual!— Ella se le quedo mirando por unos segundos —Es la primera vez que veo uno rojo— Respiró un poco, debido al cansancio —Pero el núcleo es frágil ¡Como cristales!— Gritó, preparaba para destruirlo con su picahielo.
Pero en ese momento, sintió como todo el aire se le iba, mientras su cuerpo se elevaba de extraña manera «—¡Cuando la gente cae en la técnica del demonio no deberían poder moverse en absoluto!—» Su cuerpo volvió a caer, pero la presión en su cuello no disminuía, al contrarió, parecía aumentar cada vez más «—¡Qué increíble instinto de supervivencia!—»
[•••]
—Tanjiro, mamá preparará hoy tu comida favorita— La mujer sonreía como siempre —Seguro que te gustara— Tanjiro la vio, feliz de saber aquello —Espera, haré puré el mochi sobrante de inmediato—
—¡Que bien, Rokuta!— Dijo mirando a su hermanito más pequeño —¡Mamá va a hacer senbei!
—¡No es justo!— Exclamó Takeo, abriendo la puerta corrediza —¡También me gusta el senbei!—
—¡Yo también quiero algo de senbei!— Dijo Hanako, apareciendo también por la puerta.
—Yo también— Dijo Shigeru.
—¡Entonces, comamos todos juntos!— Habló feliz la madre de todos —¿Pueden ayudar a su madre a buscar la red para cocinar?—
—¡Sí!¡Sí!¡Sí!— Exclamaron los hermanos, entusiasmados de ayudar a su madre.
—¡Machacaré el mochi en un bol!—
—¡Yo ayudare a voltear el senbei!—
—¡Yo también quiero ayudar!—
—¡Entonces nuestro hermano mayor se lo va a comer!—
—¡No es justo!—
Tanjiro había salido de la casa a cortar leña para su madre. Había tardado unos cuantos minutos, casi una hora, pero una vez que tuvo lo necesario, se puso la cesta en la espalda —Vamos, Nezuko— Dio unos pasos, antes de detenerse y mirar la cesta llena de madera, totalmente confundido por sus palabras —¿Qué acabo de decir?— Estaba confundido, pero decidió no tomarle tanta importancia y volver a su hogar —¡Regrese!— Dijo una vez que había abierto la puerta.
—Bienvenido a casa, Tanjiro— Saludó su madre, recibiéndolo luego de estar casi una hora afuera.
—Bienvenido, hermano— Lo saludó uno de sus hermanos menores. Pero Tanjiro notaba que faltaba alguien —¿Eh? ¿Dónde está Nezuko?—
—Nuestra hermana acaba de ir a la montaña a buscar verduras silvestres— Explicó Takeo, pero Tanjiro se asustó.
—¡¿En pleno día?!— Dijo asustado, pensando en lo peor. Pero solo logró que sus hermanos lo mirasen confundidos y un poco preocupados.
—¿Y eso es malo?— Preguntó Hanako, haciendo a Tanjiro reaccionar.
—¡Ah! No ¿Eh?— No entendía que era lo que él mismo decía.
—Tanjiro— Llamó su madre —¿Puedes ir a buscar agua? La cocina aún está ocupada— Tanjiro no lo dudo y salió a buscar agua, para tratar de despejarse un poco.
Él andaba por su camino habitual que ahora se encontraba cubierto de nieve, al igual que el resto del paisaje —Sigo diciendo cosas raras— Se dijo a sí mismo —¿Realmente estaré cansado?— En eso, pareció ver algo por el rabillo del ojo, por lo que se volteó lo más rápido que puso, solo para no ver nada fuera de lo normal —¿Eh? Desapareció...— Se quedó mirando por unos segundos, antes de retomar su tarea. Se acercó al pequeño muelle que estaba en el rio —¿Qué fue eso? Tal vez era una caja de herramientas— Vio su reflejo en el agua «—¿Estaré viendo cosas?—» Se preguntó, mientras sumergía una de las cubetas que tenía, tratando de agarrar agua.
—¡Despierta!— Se sorprendió de verse a sí mismo en el agua, era su reflejo, pero se notaba que estaba un poco cambiado —¡Despierta!— Gritó su reflejo nuevamente, antes de jalarlo al agua —¡Despierta, estás bajo ataque! ¡Es un sueño! ¡Esto es solo un sueño!— Le gritó en la cara —¡Despierta!—
«—¡Es cierto!—» Pensó, reaccionando —Sí. Yo... ¡Debería estar en el tren!—
—¡Despierta y pelea! ¡Levántate y pelea! ¡PELEA!— Gritó por ultima vez, antes de que una corriente de agua los separada.
[•••]
—Hermano, ¿puedes darme algo de tu comida?— Preguntó Takeo.
—¡No!— Exclamo Hanako —¡No puedes hacer eso todo el tiempo! ¿Por qué eres así? ¡Siempre estas quitándole la comida a nuestro hermano!—
“¡Inosuke, no le quites la comida a tus hermanos!”
—¿Qué te pasa?—
—¡Ya tienes otro plato de arroz!— Ambos se levantaron, enojados.
«—¡No! ¡No me he despertado! ¡Todavía estoy en el sueño!—» Pensó «—¿Qué tengo que hacer para salir—» Se cuestionó «—Acabó de descubrir que esto es un sueño. ¿Qué puedo hacer?—»
[•••]
Mientras, Nezuko estaba saliendo de su caja lentamente, luego de haber despertado. Ella se dejo caer luego de abrir la puerta, para así asomarse por los asientos, logrando ver a Rengoku, quien todavía estaba estrangulando a la niña. Luego miró a Zenitsu y a Inosuke, quien dormía arriba del antes mencionado. Ahora miraba a Tanjiro, el cual sudaba y respiraba con fuerza.
—Tengo que despertar...— Dijo entre sueños, siendo escuchado por Nezuko.
Ella lo movió un poco, tratando de despertarlo, luego tomó la mano de Tanjiro y se la pasó por la cabeza, buscando cariño. Pero como él no despertaba, Nezuko se enojó un poco, así que le dio un fuerte cabezazo. Pero eso solo hizo que, de su frente, comenzase a brotar la sangre. Nezuko empezó a llorar, por lo que volvió a golpearlo, pero esta vez, creando una ráfaga de fuego rosado, que lo envolvió por completo.
[•••]
Tanjiro solo estaba allí sentado, pensando en como poder despertar. Debía de hacerlo, incluso si eso haría que ya no viese a sus hermanos. No obstante, de la nada, su muñeca izquierda comenzó a prenderse fuego, pero no cualquiera, si no uno de color rosa, que al poco tiempo lo envolvió por completo, asustando a sus hermanos.
—¡Hermano!— Gritó Hanako, asustada de ver el fuego —¡Qué hacemos! ¡Es fuego!—
—¡Hermano!— Los cuatro estaban muy asustados. Y luego, el fuego desapareció tan rápidamente como apareció.
«—El olor de Nezuko, esta es su sangre—» Estaba preocupado, su hermana no sangraba por sangrar «—¡Nezuko!—» Se levantó rápido, debía de despertar, ahora —¡Nezuko!— Y nuevamente el fuego lo envolvió, creando un remolino a su alrededor. Que en cuanto se disolvió, Tanjiro ya estaba con su uniforme de cazador nuevamente «—¡El uniforme del Cuerpo, y mi katana!—» Pensó, asombrado «—En el sueño. Estoy despertando poco a poco—»
—Hermano...— Llamó Takeo, preocupado
—Hermanito...— Dijo Hanako —¿Estás bien?—
—Hermano...— Dijo ahora Shigeru, también preocupado.
Tanjiro los miró, también preocupado por lo que tendría que hacer ahora —Lo siento, tengo que irme— Caminó un poco, dándole la espalda a sus hermanos —Tengo que volver ahora, perdón...— Y, aguantándose las ganas de llorar, salió corriendo de la casa, dejando a sus hermanos.
Él corrió por el amplio bosque que rodeaba su viejo hogar —Si hay un demonio cerca mostrándome un sueño ¡Necesito encontrarlo rápido, y sacarlo!— Se detuvo a mirar a todos lados —¡¿Dónde está?! ¡Rápido!— Se volteó y comenzó a correr nuevamente.
—Hermano, ¿A dónde vas?— Preguntó una voz que desde hace mucho no escuchaba, Tanjiro se detuvo al instante, casi cayéndose en el acto —Hoy recogí muchas verduras silvestres en la montaña— Dijo alzando un poco la sesta en sus manos. Los ojos de Tanjiro, finalmente, soltaron sus lágrimas, llevaba mucho tiempo sin escuchar la vos de su hermana.
—Mamá, por aquí— Dijeron los niños mientras la guiaban a donde se encontraba Tanjiro. Nezuko se volteó a verlos luego de escucharlos venir, curiosa por aquello —Nuestro hermano de repente se prendió en fuego— Ellos se detuvieron, mientras miraban a Tanjiro, quien no se atrevía a verlos.
—¿Mamá?— Preguntó Nezuko.
—Tanjiro, ¿estás bien?— Interrogó, preocupada.
—Hermanito...—
—¿Qué pasa, Tanjiro?— Interrogó nuevamente su madre —¿Por qué estás vestido así?— En eso, una fina nieve comenzó a caer lentamente. Tanjiro respiró profundamente.
—Quiero quedarme aquí para siempre...— Su familia lo escuchaba atentamente —Quiero darme la vuelta y volver, debería haber sido capaz de vivir así para siempre en esta montaña...— Apretó sus puños con fuerza —Todos deberían estar vivos y sanos, Nezuko debería estar bajo la luz del sol bajo el cielo azul ¡Yo debería estar haciendo carbón aquí y no blandir una katana!— Estaba recordando a su familia, sus viejos y bellos momentos juntos —Debería...— No podía hablar más, así que continuo avanzando lentamente «—Pero ya he perdido todo eso. No puedo volver...—» Y comenzó a correr lejos de su familia.
—¡Hermanito, no nos dejes!— Gritó Rokuta, mientras corría tras él, antes de caerse a la nieve.
Tanjiro no dejaba de llorar, pero no podía detenerse, no debía «—¡Lo siento! ¡Lo siento, Rokuta! No puedo quedarme contigo más, pero tu hermano mayor siempre está pensando en ti. Siempre estoy pensando en todos...—» Siguió corriendo, alejándose cada vez más de su familia «—Estoy muy agradecido y, lo siento mucho. No los olvidaré, sin importar donde estén mi corazón siempre está con ustedes ¡Así que, por favor, perdónenme!—»
[•••]
—Tengo que destruir su núcleo espiritual rápidamente...— Habló el niño atado a Tanjiro, antes de clavar su picahielo en el muro invisible.
En cuanto cruzo la brecha que creó, no se podía creer lo que sus ojos veían. Un hermoso cielo azul lo esperaba, junto a unas blancas nubes y una fresca brisa que le recorrió todo el cuerpo.
«—Aquí es donde está su núcleo espiritual—» Pensó, aun maravillado por aquella vista «—Es tan hermoso, tan vasto. Es tan cálido—» No sabía por qué, pero sintió un cosquilleo en su pecho, junto a un ligero calor que comenzaba hacer presencia. Ya no se sentía solo, pese a estarlo literalmente, he incluso se permitió olvidar sus problemas por un momento.
[•••]
—¿Estarán teniendo problemas?— Se preguntó al notar que sus ayudantes se tardaban demasiado —Me pregunto qué ha pasado. No han destruido el núcleo de nadie todavía. Da igual, está bien mientras estén ganando tiempo—
[•••]
Tanjiro seguía caminando a través del bosque, buscando cualquier salida «—No esta aquí—» Se dijo, un poco desesperado «—Hay un leve olor, pero no está en ninguna parte, ¿Pero qué es esto? Es como si hubiese una especie de cortina—» Dijo, quedándose parado cerca del muro invisible «—Huele levemente a demonio por todas partes—» Él miraba a todos lados «—No puedo precisar la ubicación—» Volvió a mirar alrededor —¡Tengo que darme prisa! Nezuko está sangrando. Si todos los demás están durmiendo, las cosas están realmente mal— Apretó sus puños con fuerza —¿Qué debería hacer?— Comenzó a correr nuevamente «—¿No estoy usando la respiración de concentración total? ¿Estoy simplemente dormido ahora mismo?—» Pensaba en lo que podía hacer para despertar, pero no tenía nada en mente.
Estaba desesperado. La vida de él, junto a la de sus hermanos, Rengoku y la de los otros pasajeros estaban en juego. En su mente solo estaba el rostro lloroso de Giyuu, quien debía de estar realmente preocupado por ellos. No podía permitir que la bella sonrisa de su madre, que solo ellos podían presenciar, se perdiera para siempre —Tanjiro...— Escuchó una voz que conocía realmente bien. En eso, una gran ventisca lo cubrió por unos segundos —Saca tu katana. Hay algo que debes cortar— La ventisca creo un remolido a sus espaldas, en donde antes había sentido la presencia de su padre, hasta disolverse. Tanjiro se sintió un poco conmovido, aquella era la voz de su padre, la conocía muy bien, pese a no escucharla desde hace mucho tiempo.
—Hay algo que debo cortar— Desenfundó su katana lentamente —Algo que debo cortar, para despertar— Miró su hoja, mientras comenzaba a sudar «—Creo que sé lo que es ¿Pero y si me equivoco?—» La acercó a él «—Si eventos en mis sueños influyen en la realidad no habrá vuelta atrás—» Siguió sudando, estaba nervioso y temeroso «—¡No dudes!¡Hazlo!¡Solo hazlo!—» La agarró con fuerza, y la colocó lentamente en su cuello «—La muerte dentro del sueño lleva a despertar en la realidad—» La sujetó con más fuerza, al punto de incluso temblar «—En resumen ¡Lo que tengo que cortar es...—» Se arrodillo «—mi propio cuello!—» Respiró un poco, tenía miedo, pero no había otra alternativa.
Entonces gritó, decidido a hacer lo que debía de hacer, sabiendo que esa era la única manera de despertar. Y lo hizo, su sangre manchó la blanca nieve. Pero un destello lo hizo finalmente despertarse, logrando, afortunadamente, lo que deseaba hacer.
[•••]
Se sentó sobre el asiento del tren, respirando incontrolablemente, mientras tocaba su cuello —Estoy bien, estoy vivo...— Se dijo, mirando su temblorosa mano. Nunca antes se le había pasado aquel pensamiento por la cabeza, no lo había hecho de no ser necesario. Rogaba a Dios para no tener que hacerlo nunca más, ni de broma. Respiró un poco más, todavía asustado por aquello, y con la respiración entrecortada —Nezuko, ¿estas bien?— Dijo, asustando a su pequeña hermana, luego de sentir su olor detrás suyo. La pequeña demonio se cubrió la frente en respuesta. Tanjiro sonrió al verla, sí, estaba despierto —¡Nezuko!— Soltó algunas lágrimas tras verla, para luego ver a sus otros dos hermanos, que todavía estaban dormidos —Zenitsu, Inosuke... Rengoku-Sama— Lo vio sorprendido, al estar estrangulando a una niña —¿Quienes son estas personas?— Se preguntó mirando a los niños que estaban con sus muñecas atadas a sus hermanos —Sus muñecas están atadas— Miró la muñeca de uno de los niños, para luego mirar la suya propia «—Esta quemada ¿Nezuko le prendió fuego con su sangre? También tiene un leve olor a demonio—» La olfateó, sorprendiéndose por el olor —Este olor se mantiene— Metió sus mano en su uniforme, para sacar su boleto «—Lo sabía—» Olfateó el boleto «—Esto también huele levemente a demonio. Marcar el boleto nos puso a dormir. Este es el trabajo de un demonio. Un olor tan tenue, y una Técnica de Sangre tan fuerte ¿Qué será?—» Miró la cuerda en la muñeca de Rengoku «—Usar una katana sería malo, debemos de quemar las cuerdas—» Pensó, guardando su katana que ya casi se encontraba fuera —Nezuko, por favor. ¡Ayuda a todos quemando las cuerdas!— La pequeña solo asintió, y se fue acercando a sus hermanos para quemas las cuerdas con su Técnica de Sangre —¡Zenitsu, despierta!— Le gritó a su hermano, mientras lo sacudía para despertarlo —¡Despierta rápido!— Luego miró a su otro hermano —¡Despierta rápido, Inosuke, por favor!— Lo sacudió con fuerza, al igual que con Zenitsu —¡Inosuke!—
—¡Mmm!— Ella la jaló su haori, buscando atención.
—Bien, bien— Le acarició la cabeza a su hermana —Lo siento. Gracias. Nezuko, te esforzarte— Le mostró una cálida sonrisa, antes de volver a tener una expresión de preocupación en su rostro «—Es inútil. No despiertan—» Refiriéndose a sus hermanos «—¿Qué debo hacer?—» Se levantó pensando que al menos podría despertar a Rengoku —Rengoku...— En eso, la niña que Rengoku estaba estrangulando trató de atacarlo con su picahielo. Tanjiro pudo reaccionar a tiempo, esquivándola y protegiendo a Nezuko, que por mucho que pudiese regenerarse, sus instintos de hermano mayor lo obligaban a hacerlo —¿Qué te ocurre?— La niña simplemente se preparó para atacar otra vez —¿Esta niña...está siendo controlada por un demonio?—
—¡No interfieras, idiota!— Gritó, sorprendiendo un poco a Tanjiro —¡Por tú culpa, él no nos dejará soñar!—
«—Ella está haciendo esto...—» Vio como los demás niños se levantaban «—voluntariamente—»
—¡Y tú qué estás haciendo!— Le gritó a otro niño, que todavía estaba sentado —Si estas despierto, ¡date prisa y ayuda!— La chica se notaba desesperada —¡No me importa si tienes Tuberculosis o lo que sea! Sí no haces tu trabajo, ¡se lo diré a él!— Amenazó —¡No te dejará soñar! ¿Me has oído?— En eso, el niño se levantó.
«—Él era el niño atado a mí—» Pensó «—Tuberculosis, pobrecito, es muy pequeño—» Su omega interno se retorció un poco, luego de ver como ese niño lloraba, era un pequeño cachorro omega. Tanjiro sintió un cosquilleo en su pecho. Él apretó sus puños con fuerza «—Este demonio no tiene perdón. Se aprovecha de la debilidad de las personas—» Vio a los niños, estaban listos para atacarlo —Lo siento pero tengo que ir a pelear— Entonces, rápidamente se aseguró de noquear a los dos primeros niños, para luego noquear a la niña de las trenzas al tratar de atacarlo nuevamente —Querían quedarse en un sueño feliz. Lo entiendo, también quería quedarme en el mío— Tanjiro recordó ver a toda su familia completamente masacrada —Incluso si fue solo un sueño— Se volteó, y vio como Nezuko se le acercaba para abrazarlo.
«—Yo pensé que mientras pueda escapar del dolor causado por mi enfermedad no importa si lastimo a la gente—» Recordó lo que había visto dentro del inconsciente de Tanjiro «—Pero tu inconsciente estaba tan cálido—»
[•••]
—Deben ser la encarnación del alma de está persona— Dijo mirando a los pequeños seres de luz dentro del inconsciente de Tanjiro, de los cuales seguía a uno de la mano —El aire es claro, se siente tan cómodo— En eso, los pequeños seres de luz se detuvieron, dejándolo a él delante —Este es su núcleo espiritual— Dijo mirando una esfera de luz, que asemejaba el mismo sol —¿Por qué me trajeron aquí?— Les preguntó, para luego ver a uno de esos seres señalando el núcleo, haciéndolo darse cuenta de algo —Sabían que estaba buscándolo ¿Por qué me trajeron aquí?— Él cayo de rodillas al suelo, completamente atónito —¡No puede ser!— Se inclino en el suelo, mientras las lágrimas comenzaban a salir de sus ojos —Me trajeron aquí sabiendo que quería destruirlo ¡¿Por qué?!—
[•••]
«—Esos seres brillantes en tu corazón Iluminaron mi dolorido y retorcido corazón—»
—¿Estas bien?— Le preguntó Tanjiro, mirándolo preocupado —Eres muy pequeño para andar haciendo estas cosas. Tratare de detener el tren y acabar con ese demonio, en cuanto lo haga, tú y tus compañeros podrán estar tranquilos— Le mostró una hermosa sonrisa, el pecho de Tanjiro volvió a tener ese cosquilleo —Ten cuidado, y vuelve a casa—
—Gracias— Dijo el niño, mostrándole una bella sonrisa a Tanjiro —Ten cuidado— Tanjiro se sorprendió un poco, pero le volvió a sonreír. El pecho del pequeño tuvo un cosquilleo, su mano pasó a esa zona rápidamente.
—Sí— Dijo más entusiasmado —¡Nezuko!— Le habló, mientras le agarraba de la mano y comenzaban a correr.
El niño se quedo mirando como se iban, y le deseaba lo mejor a Tanjiro en su mente. El cosquilleo en su pecho se intensifico, haciéndolo sentirse solo. Con lágrimas en sus ojos, esperaba ver a Tanjiro nuevamente.
[•••]
«—Qué olor tan fuerte—» Exclamó en sus adentros, una ves que ya estaba fuera del vagón «—Es pesado ¡El hedor del demonio llega aquí incluso con este viento!—» Se cubrió la nariz, pero aun así era capas de sentir el olor «—No puedo creer que estuviera durmiendo aquí. El vagón de pasajeros estaba sellado, pero no puedo creerlo ¡Qué descuidado!—» Dijo asomándose por la puerta del vagón «—El demonio está contra el viento ¿En el vagón delantero?—» Se agarró de las esquinas del techo y, ayudándose de su gran fuerza, logró llegar hasta allí sin problemas —¡Nezuko, no me sigas! ¡Es peligroso afuera, quédate adentro!— La pequeña demonio miró arriba, escuchando la voz de su hermano —¡Despierta a todos!— Entonces comenzó a correr por el techo, topándose casi al instante con el demonio.
—Oh, estás despierto— Habló el demonio, mirándolo —¡Buenos días!— Saludó con la mano, antes de mostrar la boca que estaba en esta misma —Deberías estar dormido—
«—¿Es él?—» Tanjiro estaba nervioso, lo vio en sus ojos, era una luna menguante. Pese a todo su entrenamiento, su ultimo enfrentamiento con una de esas lunas casi le costaba la vida, de no ser por su madre que se presentó en el momento indicado.
—Me pregunto por qué— Habló el demonio —Te estaba mostrando un sueño tan bueno. Deberías agradecerme, podría haberte mostrado a tu familia siendo masacrada. ¿Prefieres tener ese tipo de sueño? No lo creo, es demasiado doloroso— Tanjiro agarró su katana con fuerza, sabiendo que en algún momento tendría que atacar —La próxima vez. ¿debería mostrar a tu padre volviendo a la vida?— Tanjiro no lo soportó más, las venas en su rostro se marcaron como nunca. Estaba listo, mataría a ese demonio le costase lo que le costase «—Debo decir que me gusta mostrar una pesadilla después de mostrarle a alguien un buen sueño. ¡Me encanta ver el dolor en sus rostros! No puedo evitarlo. Mirar a alguien que pelea con su dolor y sufrimiento ¡Es tan divertido!—» Pensó, recordando a todas las victimas que ya había tenido «—Pero no puedo ser descuidado. Es un enfoque indirecto, aunque mi método sea lento, los mataré a toda costa. Mezcle mi sangre con la tinta de los boletos. Cuando el conductor marcó los boletos, se activó mi Técnica de Sangre. A pesar de eso ¿Por qué se despertó? Descubrió cómo despertarse muy rápido. A pesar del increíble deseo humano por sueños felices y reconfortantes. El deseo humano en este aspecto» Es obviamente muy fuerte— Con eso, Tanjiro comenzó a desenfundar su katana.
—¡No entres en el corazón de otra persona sin permiso!— Él apuntó a Enmu con esta misma —Eso es ¡imperdonable!— Enmu no parecía sorprendido, es más, le daba igual el enojo de Tanjiro.
«—¿Está usando unos aretes?—» Se preguntó tras ver los aretes de Tanjiro. Al verlos bien, no pudo evitar sonreír —¡Qué suerte!— Exclamó, sorprendiendo ligeramente a Tanjiro —¡Vino directo a mí! ¡Es como un sueño! ¡Pronto, podré recibir más de la sangre otorgada por Muzan-Sama!— Exclamó imaginándose la vida que tendría —Entonces cuando me haga más fuerte ¡Exigiré una batalla para reemplazar una Luna Superior!—
Pero Tanjiro no quiso esperar más, por lo que se preparó antes de que Enmu terminara con su balbuceo «—Respiración de Agua» Décima Postura:¡Flujo Constante!— Entonces, un gran dragón de agua ya estaba atacando a Enmu.
—¡Técnica de Sangre!— Enmu estaba listo «—¡Susurros de Inconsciente Forzada!—» Enseño su mano izquierda —Ve a dormir— Dijo esta con su voz, provocando que Tanjiro se durmiese estando a centímetros de él. Pero antes de siquiera golpearse con el techo del tren, el omega volvió a despertar «—No está dormido—» Pensó sorprendido, antes de esquivar la katana de Tanjiro que estaba a nada de cortarle el cuello, dando un salto hacía atrás —¡Duerme!— Volvió a gritar su mano, pero Tanjiro recobró la conciencia al instante nuevamente —¡Duerme!— así estuvieron por un corto tiempo, con Tanjiro despertando al instante y un Enmu desesperado por hacerlo dormir —¡Duerme!— Pero el omega pelirrojo ya estaba haciendo una nueva postura «—No está funcionando. ¿Por qué? No, espera, esto es… mi técnica ¡lo ha atrapado múltiples veces!—» Enmu esquivó el ataque de Tanjiro nuevamente, haciéndolo dormir mientras estaba en el aire «—Pero en el momento en que lo nota se mata para despertar—» En eso Tanjiro lo volvió a atacar dando un salto hasta Enmu, estando a punto de cortarle el cuello como las veces anteriores «—Incluso matarse dentro de un sueño todavía requiere muchísimo valor—» Enmu retrocedía con cada ataque, pero Tanjiro no paraba de acercarse «—Se necesita un valor considerable para realizar ese acto uno mismo—» Enmu cayó luego de un gran salto que dio para alejarse de Tanjiro «—¡Este chico no es normal!—» Y volvió a dormir a Tanjiro, pero esta vez utilizando su arma secreta.
[•••]
El ambiente estaba de un color rojo como la misma sangre. Se escuchaba el llanto de un niño que a cualquiera le rompería el corazón. Tanjiro miraba a su hermanito más pequeño, Rokuta, llorando frente a él, con su ropa y cara manchadas de sangre.
—¿Por qué no nos salvaste?— Preguntó el pequeño, mirándolo a los ojos.
Tanjiro estaba perplejo, no creía sus ojos, cuando en eso apareció su otro hermano Takeo, quien lo empujó —¿Qué estabas haciendo cuando nos mataban?— Interrogó, con una mirada juzgante. Shigeru también lo veía con enojo.
—Solo tú sobreviviste...— Dijo Hanako, luego de haberlo sujetado de su haori, ella temblaba.
Tanjiro los miraba aterrado. Era real, sus hermanos estaban allí frente a sus ojos. De la nada, él estaba sentado frente a su padre, el hombre estaba tranquilo bebiendo algo, antes de arrojárselo a la cara como si fuera escoria.
—¿Por qué estás aquí?— Su padre lo miraba con asco —Eres un inútil—
Y otra vez se encontraba en otro lugar de un momento a otro, pero esta vez era peor, pues estaba rodeado de los cadáveres de su familia. Sintió la presencia de su madre, por lo que se volteó. La mujer cargaba con el cadáver de Rokuta, mientras miraba a Tanjiro con furia.
—Deberías haber muerto. Cómo te atreves a vivir, sin preocuparte. Con nuevos hermanos y una nueva madre— Ella lo juzgo con la mirada, y sus palabras le provocaron un doloroso nudo en la garganta.
[•••]
—¡NO PONGAS PALABRAS EN SUS BOCAS! ¡NO TE ATREVAS A FALTARLE EL RESPETO A MI FAMILIA!— Enmu no se esperaba la reacción de Tanjiro, por lo que no estaba preparado para su ataque, que llegó hasta su cuello.
La cabeza de Enmu se separó fácilmente del resto de su cuerpo, gracias a la rabia de Tanjiro. Luego su cuerpo también cayó frente a el omega, tranquilizándolo. Pero Tanjiro notó algo que lo heló ligeramente «—No hay reacción—» Pensó viendo el cuerpo de Enmu «—¿Acaso esto es un sueño también?—» Se preguntó, al no ver como el cuerpo de Enmu se desintegrase como los demás demonios «—¿Este demonio es más débil que él?—» Pensó, recordando a Rui
—Realmente ahora entiendo— Tanjiro se espantó ante esto, por lo que vio la cabeza aterrado —por qué esa persona me ordenó matarte junto a un Pilar— De la nada, y con una inmensa rapidez, la cabeza de Enmu se convirtió en una masa brillante de carne que comenzó a aumentar de tamaño frente a los ojos del omega —Tu misma existencia— Habló nuevamente, luego de hacer aparecer su cabeza otra vez, pero esta vez sobre la enorme masa de carne —Me hace retorcerme de ira—
«—¡No se murió!—» Tanjiro se espantó ante esto, Enmu ahora era una inmensa masa de carne sin forma que solo conservaba su cabeza, ya que su cuerpo seguía tirado detrás suyo.
—¡Ahí está! ¡Esa expresión!— Dijo mirando el rostro de Tanjiro —¡Esa es la expresión que quería ver!— Enmu se le había acercado un poco —¿Quieres que te diga por qué no morí a pesar de que me cortaste la cabeza?— Enmu no dejaba de sonreír, mientras la sangre que caía de su boca goteaba un poco —¡Muy bien, estoy de buen humor en este momento!— El “cuerpo” de Enmu se balanceaba para mantener el equilibrio —Es tan simple que incluso un bebé podría entender— Dijo acercándose un poco más —Ese no es mi cuerpo principal. Lo mismo ocurre con lo que te está hablando— Explicó —¡Parece mi cabeza pero no lo es! ¡Mientras estabas profundamente dormido, me fusioné con este tren!— Tanjiro estaba horrorizado —Todo este tren se convirtió en mi sangre, mi carne, mis huesos. ¡Esa cara!— Dijo fascinado de ver el rostro de horror de Tanjiro —¿Entendiste? En otras palabras, los más de doscientos pasajeros en este tren se han convertido en alimento que me fortalecerá. Son mis rehenes. ¿Puedes protegerlos tú solo? Todos los humanos están retorciéndose de un extremo a otro en este tren. Me pregunto si puedes retrasarme— Tanjiro decidió atacarlo nuevamente, pero Enmu disminuyo su tamaño hasta ser otra vez la masa de carne del principio, pero ahora desapareció lentamente por el techo del tren, dejando al omega pelirrojo nervioso.
«—¿Qué hago? ¿Qué hago?—» Se preguntó, tratando de formar un plan rápidamente «—Solo puedo proteger a los pasajeros de dos vagones como máximo. ¡No puedo hacer más que eso!—» Estaba nervioso, temeroso y preocupado. Necesitaba encontrar la forma de matar al demonio lo más rápido posible y salvar a los pasajeros AHORA —¡Rengoku-Sama, Zenitsu, Inosuke!— Gritó todavía en el techo del tren —¡Dejen de dormir! ¡Por favor, despierten! ¡Se los pido!— Sus feromonas olor a fresas ahora se sentían muy amargas, al punto que dejarían a un alfa llorando —¡Nezuko!— Llamó a su hermana comenzando a correr —¡Tienes que proteger a los que están dormidos!— Mientras, Nezuko cubría con su fuego rosa a Inosuke para despertarlo, hasta que lo logró. Tanjiro vio como el techo del tren se abollaba, los golpes que se escuchaba se lo confirmaban.
—¡Síganme, esbirros!—Gritó mientras saltaba desde dentro del tren hasta el techo, después de lograr romperlo —¡Bien! ¡Despertar Explosivo!— Volvió a gritar, Tanjiro no podía estar más que feliz de ver a su hermano menor —¡Carrera rápida! ¡Ese es el camino de Inosuke!— Dijo apuntando con una de sus dos katanas.
—¡Inosuke! ¡Ningún lugar de este tren es seguro!— Le gritó, tratando de informarlo —¡Necesitamos proteger a los que se quedaron dormidos! ¡Todo este tren es un demonio!— Mientras por dentro del tren, este poco a poco se convertía en la misma masa de carne, sacando ahora unos tentáculos que se acercaban lentamente a los pasajeros —¿Escuchaste eso? ¡Todo este tren es un demonio!—
—Lo sabía— Dijo normal —Fue tal como lo anticipé. ¡Eso significa que tenía razón y yo soy el jefe!— Exclamó, con su gran ego por las nubes, antes de entrar nuevamente al tren listo para atacar —¡Respiración de la Bestia. Quinto Colmillo: ¡Corte Loco!— Gritó, antes de cortar todos los tentáculos de un movimiento rápido —¡Voy a salvar a cada uno de ellos! ¡Deberían postrarse ante mí! ¡Yo! ¡Inosuke-Sama está encamino!— Se elevó más el ego al cortar todos los tentáculos, impidiendo que siquiera tocasen un poco a los pasajeros. Pero cada vez salían más, por lo que Inosuke tendría que ser más rápido.
—También tengo que salvar a los pasajeros— Se dijo a sí mismo —Inosuke está aquí ahora. Yo seguiré adelante— Pero en eso, la parte de afuera del tren también comenzó a transformarse en la masa de carne de a poco. Tanjiro volvió a espantarse, luego de ver como el tren aumentaba de tamaño a medida que la masa de carne se extendía, le sorprendía que siguiera andando. Ahora todos los vagones estaban cubiertos de carne.
Dos tentáculos se crearon en el techo he iban directo hacia Tanjiro, por lo que el omega optó por volver al vagón bajo suyo, rompiendo la ventada para poder pasar. Él se sorprendió tras ver el interior del tren «—¿Ya hay tanto?—» De repente, dos nuevos tentáculos se crearon para ir a atacar a Tanjiro, este de inmediato se preparo para pelear «—Respiración de Agua. Primera Postura:¡Corte de Superficie!—» Él cortó los dos tentáculos, pero de inmediato otros dos aparecieron a sus espaldas «—Esto es malo. Mi ataque tuvo poco efecto—» Le apuntó a los dos tentáculos «—¡¿Cómo lo detengo?!—»
[•••]
El tren seguía avanzando rápidamente, mientras la carne y los tentáculos no dejaban de manifestarse en estos. El cuerpo de Enmu se había fusionado completamente con en tren, y la carne junto a los tentáculos no eran otra cosa más que una extensión de su propio cuerpo, que solo anhelaba disfrutar del festín que se encontraba en su interior.
«—Estos Cazadores de Demonios corriendo dentro de mí. Me regeneraré inmediatamente. No me detendré hasta que estén exhaustos. Cuando estén agotados me comeré a todos los pasajeros—» Pensó, estando tranquilamente esperando a poder matar a los molestos cazadores.
[•••]
Mientras tanto, Nezuko aumentaba de tamaño para poder también pelear contra esos horribles tentáculos. Ella comenzó a cortarlos y patearlos en cuanto estos salían del techo, sin darle oportunidad de contraatacar o comer a alguien. Pero por más que lo intentaba, estos no dejaban de salir. En un punto, tratando de salvar a un niño, estos mismos tentáculos la sujetaron de los brazos, para seguido hacer lo mismo con sus piernas, en donde ejercieron fuerza, impidiéndole moverse. Ella trato de moverse, de cierta forma lo lograba, pero no podía zafarse del ese agarre tan fuerte. Pensaba que no podría salvar a nadie. Pero, de un momento a otro, un gran resplandor con los colores blanco, azul y amarillo la liberó en un segundo, sorprendiéndola luego de ver a Zenitsu allí, salvándola.
«—¡Respiración del Rayo! Primera Postura: ¡Destello del Relámpago!—» Y con eso, cortó los tentáculos que apenas y comenzaban a salir, dejando una estela brillante y recta mostrando por donde pasó tan rápido «—¡Seis Pliegues!—» Nezuko todavía estaba sorprendida, era la primera vez que veía a su hermano así —No te preocupes, hermanita. Yo voy a protegerte— Pero al no haber más amenaza, el cuerpo de Zenitsu volvió a sucumbir ante el sueño —Proteger...— Y su cabeza se cayó a un lado, dejándolo completamente dormido nuevamente, pero estando, sorprendentemente, en la misma posición. Nezuko ya no estaba sorprendida, pero al menos ya no había amenaza, por ahora.
[•••]
«—Eso sonó como un rayo. ¿Está detrás de mí?—» Se preguntó «—No entiendo la situación. ¿Despertó Zenitsu?—» Algunos tentáculos ya se estaban acercando a las personas dormidas «—¿Y Rengoku-Sama? ¿Y Nezuko?—» Con tanta amenaza, no se podía siquiera tomar el tiempo de pensar, los tentáculos estaban apareciendo por todas partes. Un descuido y era el fin «—Todo lo que puedo hacer es proteger a las personas que tengo delante—» Dijo, cortando nuevamente los tentáculos «—Esto no es bueno, ¿Qué debo de hacer? ¡No podemos trabajar juntos!—» Él observaba un nuevo tentáculo que crecía lentamente, siendo este un poco más grande que los demás hasta ahora «—¿Están a salvo los pasajeros del vagón trasero?—» Tuvo que esquivar este mismo tentáculo, luego de que se estirará rápidamente hacía él «—¡Maldición! ¡Es demasiado estrecho para blandir mi katana!—» Pensó, luego de cortar el tentáculo que atravesaba todo el pasillo, solo para que este volviera a crecer desde el mismo corte unas dos veces. Pero logró olfatear, lejos de todo el fétido aroma a demonio, un aroma que conocía bien, a valentía y confianza.
[•••]
En otro vagón, del cual los tentáculos ya habían sido cortados, un alto alfa se encaminaba por el pasillo tranquilamente, con una sonrisa en su rostro, que nunca lo abandonaba «—Entonces esto es lo que pasó mientras dormitaba—» Pensó, mirando alrededor «—Entiendo, entiendo—» Miró a los nuevos tentáculos que se le acercaban lentamente desde todas direcciones —Vaya Pilar que soy— Sacó su katana, mientras el fuego y una gran brisa volvía a su alrededor —¡Si hubiera un agujero— Levantó los pies, listo para atacar —me metería en él!— Y con una gran ráfaga de fuego que salía de su katana rojo intenso, quemó una buena cantidad de tentáculos de unos cinco vagones en total, llegando a levantar por unos momentos el tren y provocándole un gran daño a Enmu.
Mientras tanto, Tanjiro había sentido como se elevaba el tren, por lo que cuando este mismo cayó, golpeando fuertemente las vías, su cuerpo termino cayendo y rodando hasta la puerta que daba al siguiente vagó, quedando de cabeza contra esta misma «—¿Qué fue eso? ¿El ataque de un demonio?—» Se movió, quedando en el suelo, pero con su cuerpo derecho. Entonces miró al frente, viendo como una gran llamarada se le acercaba, siendo Rengoku que se había detenido justo frente suyo, asustándolo.
—¡Joven Kamado!— Gritó viéndolo, Tanjiro casi no se lo podía creer, y su corazón apunto de salirse de su pecho por el susto tampoco.
—¡Rengoku-Sama!— Este mismo lo agarró por la cintura para ayudarlo a levantarse.
—Antes de venir aquí, usé una ráfaga de ataques contra el demonio— Dijo luego de dejarlo en el suelo, ya que lo había alzado por unos segundos —El demonio tardará algún tiempo en regenerarse— Se le acercó a Tanjiro, casi pegando su rostro con el del omega, mostrando la clara diferencia de altura que había entre ellos —No hay mucho tiempo, así que resumiré una larga historia—
—¡Sí!— Respondió Tanjiro, sin importarle la cercanía del mayor.
—Este tren tiene ocho vagones— Comenzó —Protegeré los cinco de atrás— Dijo mostrando su mano izquierda al omega —Los tres vagones restantes, serán protegidos por tus hermanos, el chico rubio y la demonio—Explicó —Tú y el chico cabeza de jabalí irán por el cuello del demonio mientras vigilan los tres vagones delanteros— Tanjiro lo miraba un poco nervioso por el plan —Encuentra el cuello del demonio—
—¿Cuello?— Estaba un poco angustiado por aquel plan, pero sabía que debía de escuchar a Rengoku, era su superior —Pero ahora mismo este demonio es...—
—¡No importa la forma tenga!— Exclamó acercándose más a Tanjiro, lo que provocó que ambos liberaran algunas de sus feromonas por la cercanía del otro —¡Mientras sea un demonio, tiene un cuello!— Tanjiro estaba sorprendido, pues sabía que Rengoku tiene razón —Lucharé mientras también buscó sus signos vitales— Los ojos del omega estaban abiertos de par en par, por lo que el alfa aprovecho para admirarlos —¡Es hora de entusiasmarse!— Y con eso finalizado, se marchó, llevándose algunas de las feromonas de Tanjiro impregnadas en su ropa para “la suerte”. Dejando a un pelirrojo omega sorprendido por la rapidez de su superior.
—¡Increíble! ¡Desapareció!— Exclamó, mirando hasta donde se había ido Rengoku «—Eso de antes ¿Fue Rengoku-Sama haciendo temblar el tren?—» Podía verlo alegarse a la lejanía «—La situación fue captada y juzgada tan rápidamente. Una persona responsable de cinco vagones—» Los ojos de Tanjiro brillaban de solo admirar a Rengoku, antes de reaccionar «—¡Ahora no es el momento de admirarlo, idiota!—» Se regañó a sí mismo «—¡Date prisa y haz lo que tienes que hacer!—» Él derribó la puerta a sus espaldas, solo para caer al suelo junto a esta misma «—¡El olor se hace cada vez más fuerte! ¡Tengo que darme prisa!—»Pensó antes de correr nuevamente hasta su nuevo objetivo, la cabina del conductor —¡Inosuke!— Llamó a su hermano —¡Inosuke! ¿Dónde estás?—
—¡Cállate! ¡Te mataré!— Lo escuchó gritar desde el techo —¡Ese ojos saltones me estaba dando ordenes!— Gritó, mientras corría sobre el techo —Pero de alguna manera...de alguna manera...— Recordó a Rengoku apareciendo de la nada frente a él —¡De alguna manera es increíble!— Siguió corriendo, pero ahora un poco más rápido —¡Me irrita tanto!—
—¡Inosuke!— Trataba de abrir una puerta que estaba bloqueada, costándole un poco —¡Vigila los primeros tres vagones!—
—¡Lo sé!— Le quitó las vendas a sus katanas —¡Ya lo encontré! ¡Hace mucho tiempo! ¡Tuve que usar toda mi fuerza!— Explicó, todavía corriendo —¡Pero encontré el punto débil del demonio!—
—¿En serió?— Tanjiro se alegró mucho —¡Bien hecho, Inosuke! ¡Mamá se pondrá muy feliz cuando se lo digamos!— Inosuke se alegró por esto, su madre no lo dejaría sin Tempura por hacer un escandalo —¡Entonces, está al frente!—
—¡Sí, adelante!— Confirmó —¡De todos modos, algo no esta bien aquí!—
«—El viento es demasiado fuerte, el olor se ha ido—» Tanjiro trataba de oler al demonio nuevamente «—Es difícil para mí detectar dónde está—» Pensó un poco «—Ya que Inosuke lo dijo, no debe estar equivocado» ¡Debe estar cerca de la pila de carbón!—
—¡Correcto!—Dijo Inosuke desde el techo.
—¡Entendido!— Se asomó por la puerta del primer vagón —¡Bien, vamos! ¡Hacia adelante!— Tanjiro se agarró con fuerza del borde del techo, ahora cubierto de carne, tratando de hacer la misma acrobacia de antes para subir, pero ahora se le dificultaba más al estar en el primer vagón, en donde llegaba todo el fuerte viento. Con un poco de fuerza, esperanza y la ayuda de Dios, Tanjiro logró saltar hasta el techo, quedando completamente intacto, por ahora. Él miró a su hermano menor, Inosuke, que miraba desde el vagón lleno de carbón, hacía la cabina del conductor
—¿Aquí?— Se pregunto a sí mismo, antes de saltar y simplemente cortar el techo de la cabina, dejando a la vista más carne. Eso, antes de volver a cortar, desprendiendo por completo el techo, asustando al conductor.
Tanjiro se cubrió de las piezas del techo que salieron volando por el fuerte viento hasta perderse en la lejanía, rogaba que no hubiesen caído a la vía, o otro tren podría accidentarse. En eso, notó como la carne que quedaba pegada sin desprender del techo se hacía más grande de a poco, cosa que lo alarmó.
—¡Inosuke!— Dijo levantándose ligeramente, tratando de advertir a su hermano.
—Sospechoso, Sospechoso...— Habló Inosuke, apuntando al conductor con una de sus katanas —Hay algo muy sospechoso aquí— El conductor estaba aterrado.
—¿Quien eres tú? ¡V-Vete!— “Trató” de echar a Inosuke, pero a nuestro jabalí lo que menos le importaba eran las palabras de un simple extraño, pues Giyuu le dijo que no se habla con personas que no conocía.
—El cuello del demonio. El punto débil ¡del demonio!— Alzó sus katanas, listo para cortar el suelo de la cabina, en donde se encontraba el cuello, pero en ese momento unas grandes manos hechas de la misma carne trataron de detener a Inosuke, pero los instintos de este mismo se activaron al instante —¡Asqueroso!— Exclamó tras ver esos brazos de carne acercándose a él, antes de comenzar a cortarlos —¡Tantos!— En eso, uno de esos brazos lo agarró de la pierna, distrayéndolo unos segundos, pero que bastaron para que más se agarrasen a su cuerpo, sujetándole los brazos y el torso —¡Tantas manos!— Estaba asqueado, pero en eso, dos de los mismos brazos le agarraron de la cabeza —Mier...— Inosuke trataba de soltarse, cuando llegó Tanjiro a cortar todos los brazos que sujetaban a su hermano, liberándolo en unos segundos.
«—¡Respiración de Agua!. Sexta Postura: ¡Torbellino!—» Con eso, ahora las paredes de la cabina se habían desprendido. Y de esa forma, se escuchó un gran grito de dolor para nada varonil que hizo temblar todo el tren —¡Inosuke! ¿Estás bien?— Tanjiro lo sujeto por los hombros, preocupado.
—¡No fui salvado por ti!— Dijo enojado por haber sido salvado, cuando se supone que era el más fuerte.
—¡Lo sé!— Exclamó, soltándolo para no hacerlo sentir mal. En eso, él se agachó a oler el piso —Esto es directamente debajo— Tanjiro miraba el piso, creyendo que se equivocaba «—El olor del demonio es fuerte justo debajo de aquí—» Estaba nervioso, lo habían encontrado —¡Inosuke, el cuello del demonio está justo debajo de nosotros!—
—¡No me des ordenes! ¡Yo soy el jefe!—
—¡Está bien!— No le importaba seguirle la corriente a su hermano, solo quería hacer su trabajo.
—Observa atentamente— Se subió al techo cubierto de carne y saltó, listo para atacar —¡Respiración de la Bestia! Segundo Colmillo:— En eso, llegando al suelo. termino su postura —¡Desgarrar y romper!— Gritó, destrozando casi por completo el suelo, dejando a la vista un gran hueso rodeado de más carne y tejidos. Tanjiro se horrorizo un poco por aquello, pero se alegraba de que lo habían encontrado.
—Huesos...— Estaba un poco asqueado —¡Sus huesos del cuello!— Entonces también se preparó para acabar con esto de una vez por todas «—¡Respiración de Agua! Octava Postura: !Lago de la Cascada!—» El ataque de Tanjiro creó una gran salpicadura de agua, que casi no lo dejó ver que había cortado, por lo que se impresiono de ver como los mismos brazos de carne de antes le impedían cortar el cuello del demonio «—¡Fui bloqueado!—» Y en eso, como si se tratase de una explosión, el pequeño montículo de carne se expandió rápidamente, por lo que Tanjiro tuvo que agarrar al conductor para salir deprisa del lugar junto a Inosuke. El cayó junto al conductor sobre el vagón de carbón con todos los brazos detrás tratando de atraparlos, pero estos volvieron a su lugar, haciendo que Inosuke y Tanjiro mirasen como la carne se expandía lentamente, tratando de cubrir toda la cabina.
Y en eso, la misma carne creo una especie de cuenco que literalmente expandió el tren, ya que separó la cabina del resto del tren con esto, pero de cierta forma seguían unidos. Los hermanos se asustaron un poco ante esto.
«—¡La herida se cerró!—» Pensó alarmado «—¡Se regenera rápido! Además, estoy necesitando todas mis fuerzas solo para exponer el hueso!—» En eso, él notó algo «—¡Debemos cortar el hueso!» ¡Inosuke!— Le gritó a su hermano —¡Igualemos nuestra respiraciones y ataquemos juntos!— El beta lo escucho atentamente —¡Uno de nosotros cortará la carne! ¡El otro cortará el hueso!—
—¡Ya veo! ¡Buena idea, tienes mi elogio!—
—¡Gracias!— Y con eso, ambos se prepararon para atacar nuevamente —¡Aquí vamos!— Agarraron sus katanas con fuerza, Inosuke esperaba la señal de Tanjiro, pero en cuanto el mayor se había movido un poco, la gran masa de carne se elevó al cielo, mostrando ojos por todos lados, siendo uno de estos que miró directamente al omega.
«—¡Ojos de Sueño Inconsciente Forzado! ¡Técnica de Sangre!—» Y en eso, todos los otros ojos miraron a Tanjiro, activando la técnica de sangre.
«—¡Nos tiene, nos va a dormir!—» Pensó, más preocupado por Inosuke que por él mismo —¡Inosuke, córtate el cuello en el sueño! ¡Eso te despertará!— Avisó, antes de caer. Se quedo por unos segundos con su cuerpo tambaleándose, antes de volver a reaccionar «—Está bien. Incluso si me atrapa, puedo romper la técnica—» Pero en eso, los ojos volvieron a mirarlo «—¡Idiota, cierra los ojos antes de despertar!—» Sus ojos estaban completamente blancos al estar bajó los efectos de la técnica «—¡De lo contrario, te atraparán de nuevo!—» Cortó su cuello nuevamente, despertando otra vez «—¡Bien, me desperté!—» Entonces saltó hasta donde se encontraba el hueso ya cubierto de carne, ignorando completamente los ojos, pero no contaba con que más apareciera, haciéndolo aterrizar ya dormido «—Al momento en que me despierto, mis ojos se encuentran inmediatamente con los del demonio. ¡Tendré que despertarme con los ojos cerrados!¡Con los ojos cerrados!—» Trató de mentalizarse, pero en cuanto alzo la cabeza, ya despierto, otro de los ojos ya lo estaba mirando fijamente «—¡No sirve de nada, no puedo! ¡Despiértate!—» Trató de mirar al suelo, pero otro de los ojos apareció casi de inmediato, durmiéndolo otra vez «—¡Despierta! ¡Despiértate! Cortar ¡Mi cuello!—» Estuvo por mucho tiempo cortando su propio cuello en los sueños, al punto que ya no sabía si estaba durmiendo o no. Su katana se dirigió a su cuello por millonésima vez, listó para cortarlo y despertar. él estaba con sus ojos cerrados, queriendo tenerlos así cuando se despertara «—¡Rápido! ¡Tengo que cortar mi cuello rápido!—» Entonces, abrió sus ojos, sabiendo que estaba dormido, pero solo pudo observar como algunos de los ojos estaban siendo cortados, he Inosuke le alejaba la katana del cuello con fuerza, quedando ambos en el suelo así.
—¡Esto no es un sueño, es la realidad!— Le gritó Inosuke, para hacerlo reaccionar —¡No te dejes engañar por su trampa! ¡No pierdas la vida en vano! ¡O mamá va a llorar!— Tanjiro lo miró asombrado, mientras Inosuke cortaba otra masa de ojos, mostrando como estos mismos se apagaban, dejando de funcionar —¡Llevó la piel de la Diosa de la Montaña! ¡Así que soy demasiado aterrador para que me miren a los ojos!— Entonces volvió a cortar los nuevos ojos que comenzaban a salir —¡Maldito globo ocular!—
«—¡Es cierto! ¡Es difícil saber en qué dirección Inosuke está mirando!—»
—¡Bien, vamos a cortarle la cabeza a este demonio!— Exclamó, mirando el montón de manos que cubrían el hueso. Pero en eso, el mismo conductor bajó corriendo con un picahielo en la mano, listo para apuñalar a Inosuke.
—¡INOSUKE!— Tanjiro se aterró por esto.
—¡NO SE INTERPONGAN EN MIS SUEÑOS!— Gritó el hombre, dispuesto a sacrificar unas vidas con tal de obtener lo que quería. Pero Tanjiro se interpuso entre el hombre he Inosuke, recibiendo de llenó la puñalada, con tal de proteger a su hermano.
Tanjiro liberó una ola de sus feromonas que rápidamente hicieron caer al conductor, al ser un alfa normal y cobarde, entonces aprovecho la oportunidad para noquearlo con el mango de su katana.
—¿Te apuñalo?— Inosuke se le acercó, preocupado.
—¡Estoy bien!— Pero Tanjiro se cubrió con su haori, sin querer preocupar a su hermano.
—¿Por qué te preocupas de ese bastardo?— Preguntó tras ver como Tanjiro lo comenzaba a arrastrar.
—No, no podemos dejarlo morir—
—¡Tenemos que cortarle el cuello al demonio ahora o Monitsu y los otros no durarán!— Dijo, mientras cortaba los nuevos brazos en aparecer.
—Estoy de acuerdo— Tanjiro había dejado al conductor apoyado en una esquina, con la esperanza de que se encontrase bien —¡Vamos!—
Pero, nuevamente, la masa de carne volvió a expandirse, sacando brazos que los atacaron a ambos, tratando de aplastarlos como si fuesen unos simples insectos. Tanjiro los esquivó como pudo, mientras ambos cortaban los brazos. A Tanjiro le dolía, pero debía de aguantar, o al menos hasta matar al demonio.
—¡Inosuke!— Llamó Tanjiro, señalándole que ahora tenían vía libre —¡Igualemos nuestras respiraciones! ¡Cortémosle el cuello al demonio juntos! ¡Sigue atacando!— Inosuke vio la herida de Tanjiro, que sangraba poco a poco, por lo que decidió escuchar a su hermano mayor, para no darle más problemas.
Inosuke comenzó a correr, pero de inmediato otros brazos los volvieron a atacar a ambos. Los hermanos saltaron hasta volver al vagón de carbón, tratando de pensar como lo harían. Pero entonces, la masa volvió a aumentar de tamaño, pero esta vez a un tamaño descomunal que no dudó en atacarlo de vuelta, por lo que ambos tuvieron que elevarse, para volver a cortarlos mientras caían. Ambos cortaban los grandes tentáculos que no dejaban de aumentar en tamaño y grosor. En algún punto, mientras caía, los tentáculos se llenaron de ojos que miraron a ambos, Tanjiro no pudo evitar pensar que aquello era malo, no podía quedarse dormido, no en aquel momento. Pero Inosuke rápidamente comenzó a cortarlos lo más rápido que podía.
—¡Aquí voy! ¡Sígueme!— Gritó, clavando sus katanas en uno de los tentáculos y dejándose ir por la gravedad —¡Respiración de la Bestia! Cuarto Colmillo: ¡Picada en Trozos!— Entonces, cortó los brazos que cubrían el hueso, que se habían endurecido para matarlo en caso de que este mismo se estampase en ellos. El jabalí dejo a la vista el hueso del cuello nuevamente, ahora solo faltaba que Tanjiro terminase el trabajo.
«—¡Padre, dame fuerzas!—» Pidió Tanjiro, mientras que comenzaba a sacar llamas, literalmente, de la boca «—¡Permíteme cortarle el cuello de un solo golpe!—» La katana de Tanjiro también se había cubierto del mismo fuego, dándole la fuerza para terminar —¡DANZA DEL DIOS DEL FUEGO! ¡CIELO AZUL!— Exclamó, cortando el cuello de Enmu y creando una onda expansiva que sacudió todo el tren. Enmu, en un ultimo esfuerzo, trató de matar a los pasajeros, agarrándolos del cuello con sus largos brazos mientras daba un grito aterrador, pero Rengoku, desde el interior, se lo impidió, cortando la carne en pedazos.
Pero entonces, la carne de la cabina aumento de tamaño nuevamente, como si fuese una pelota, que elevó el tren hasta irse desarmando por grandes pedazos, dejando un gran rio de sangre en pleno aire. De esta forma, el tren volvió a caer, pero esta vez no lo había hecho bien, por lo que en cualquier momento se descarrilarían.
—¡Este terrible grito, y estos temblores!— Gritó Tanjiro —¡SE VA A DAR VUELTA, INOSUKE!— Advirtió, pero su vientre comenzó a doler gracias a la puñalada antes recibida.
—¡¿TU VIENTRE ESTÁ BIEN?!—
—¡SÍ!— Se agarró con fuerza de su ropa —¡INOSUKE, PROTEGE A TODOS LOS PASAJEROS!— Entonces, el pedazo de carne en el que estaba apoyado se desprendió, haciéndolo caer. Tanjiro trató de agarrar al conductor que aún se encontraba noqueado, para salvarlo, pero no logró hacerlo «—No puedo morir. Si yo muero, esa persona se convertirá en un asesino—» Pensó, nuevamente, en la vida de otro antes que en la suya «—No puedo morir. No quiero que nadie muera. Nezuko se quedara sola. Mamá estará devastado. Los chicos no lo soportaran—» Fue lo ultimo que pensó, antes de caer y rodar unos metros, al mismo tiempo que el tren se descarrilaba. Al menos Inosuke se salvó de la fea caída gracias a la carne que aun cubría en tren.
—¡¿Estás bien?! ¡Santaro!— Exclamó, corriendo hacía Tanjiro —¡Aguanta! ¡La carne del demonio era elástica, me salvó! ¡QUÉ RARO!— Gritó, antes de levantarlo un poco —¿Estás bien?— Estaba preocupado —¡Te apuñalaron!— Comenzó a agitarlo.
—Estoy... bien... ¿Qué tal tú...?— Logró responder apenas, pero Inosuke solo lo abrazo con fuerza.
—¡Idiota, no me des esos sustos!— Había comenzado a sollozar ligeramente, Tanjiro lo vio sorprendido —¡Tarado! ¡Le prometimos a mamá volver con él, todos juntos! ¡Más te vale no morir en el camino! ¡O TE MATARE!— Tanjiro levantó un poco su mano, para acariciar la cabeza de jabalí, con una sonrisa cansada.
—Esta bien. No voy a morir...— Con eso, el jabalí se separó de él —Aún no puedo moverme. Ve a ayudar a los demás ¿Hay personas heridas? ¿El conductor esta bien?—
—¡Pero esta bien si se muere! ¡Ese bastardo te lastimó!—
—Inosuke, aún después de lo que hizo, él también era una victim del demonio. Ve a salvarlo, al igual que todos los demás, por favor...— Trató de hacerlo entrar en razón —Recuerda que mamá espera que hagamos lo mejor incluso por personas como él. Por favor...— Entonces, Inosuke tembló un poco antes de recostar a Tanjiro nuevamente en el suelo con cuidado.
—Lo haré ¡Porque soy el jefe, y mi subordinado me lo pidió!— Y con eso, comenzó a caminar hacía el tren —¡Después de que lo salve voy a arrancarle todo el pelo!—
—No tienes que hacer eso— Tanjiro se quedo mirando el cielo, que ya no se notaba tan oscuro «—Se acerca el amanecer. Tengo que estabilizar mi respiración. Tengo que ayudar a los heridos rápido—» Él se quedo allí, acostado en la tierra, con una mano sobre la herida sangrante en su vientre, respirando pesadamente «—Nezuko, Zenitsu, Rengoku ¡Tienen que estar a salvó! ¡Confía en ellos!—»
Mientras tanto, en otro lugar bastante cerca. Una pequeña masa de carne con ojos salía lentamente de entre los escombros del tren «—Mi cuerpo se esta desintegrando no hay forma de regenerarme ¿Perdí? ¿Estoy muriendo?—» Se preguntó, observando a Tanjiro, el responsable de su estado «—¿Yo? Imposible ¡Imposible! ¡No pude comer ni a una sola persona! ¡Mi plan para fusionarme con el tren y comerme a un montón de gente de un solo bocado está arruinado!—» Se quejó en sus pensamientos, al no tener una boca para hablar «—¡Ahora mírame! ¡Después de todo el tiempo y esfuerzo que puse! ¡Es por él!—» Culpó a alguien «—¡Todo esto es por él!—» Recordó a Rengoku «—¡Tome como rehenes a doscientas personas, pero aún así me detuvieron! ¡Es culpa de ese maldito alfa y ese asqueroso omega de feromonas horrible! Me inmovilizaron. ¿Esta es la fuerza de los Pilares?—» Ahora pensaba en Zenitsu «—Él era muy rápido. ¡Incluso sin deshacer mi técnica!—» Y ahora pensaba en Nezuko «—Y esa chica. ¿No es un demonio? ¿Qué rayos? ¿Un demonio del lado de los Cazadores? ¿Por qué Muzan-Sama no la mató?—» A Enmu ya no le quedaba nada de tiempo «—Maldición ¡Maldición!—» Maldijo «—En todo caso todo empezó a ir mal cuando ese mocoso rompió mi técnica. ¡Es culpa de ese maldito omega! ¡Quiero matarlo! ¡De alguna manera!—» Estiró su pequeño brazo hacía Tanjiro, que parecía no notar su presencia «—¡Es cierto! ¡Ese jabalí también! ¡Cuando iba a matarlo, se interpuso!—» Recordó a Inosuke «—¡Ese jabalí que se interpuso tiene gran intuición y también sabía a donde estaba mirando!—» Entonces, su brazo comenzó a desintegrarse «—¿Se terminó? ¿Voy a morir? ¡Es una pesadilla! ¡Una pesadilla!—» Su “cuerpo” o lo que quedaba de este, también se empezó a desintegrar, dejando únicamente los ojos, que rodaron hasta el suelo «—Siempre somos nosotros los demonios inferiores los que somos aniquilados por los Cazadores de Demonios. Las Lunas Superiores, los demonios cuyas filas no han cambiado en cientos de años. Han enterrado montañas de Cazadores de Demonios e incluso a un Pilar ¿Su fuerza está a un nivel completamente diferente? Nunca pude igualar las Lunas Superiores a pesar de haber recibido tanta sangre—» Entonces uno de sus ojos también se desintegro «—¡Quiero empezar de nuevo, quiero otra oportunidad! Qué pesadilla más miserable es esta...—» Y finalmente, Enmu dejó de vivir.
[•••]
—¡Entonces puedes usar la Respiración de Concentración Total Constante!— Exclamó Rengoku, apareciendo de la nada frente a Tanjiro —Impresionante...— En eso, se agachó y levantó levemente a Tanjiro, de la misma forma que había hecho Inosuke.
—Rengoku-Sama— Tanjiro estaba impresionado, no esperaba verlo bien, o al menos no del todo.
—Hacerlo todo el día es un paso para ser un Pilar— Este mismo liberó un poco de sus propias feromonas inconscientemente —Para ser un Pilar, ¡podría tomar diez mil pasos!— El omega solo miraba a Rengoku nervioso.
—Me esforzaré...— Entonces Rengoku le movió algunos mechones devuelta a su típico peinado para atrás.
—Tu vientre está sangrando mucho. Concéntrate un poco más. Mejora la precisión de tus respiraciones. Lleva la respiración a cada parte de tu cuerpo— Tanjiro respiraba, escuchando las palabras de Rengoku atentamente —Hay un vaso sanguíneo, y está roto— El omega seguía respirando, mientras el sudor frío caía por su frente —Concéntrate un poco más— Rengoku posó su mano sobre la de Tanjiro, que cubría la herida en su vientre. Tanjiro debía estar concentrado, pero también calmado, o la ayuda de Rengoku no serviría de nada —Allí— Dijo tras ver como el cuerpo de Tanjiro reaccionaba —Detén el sangrado, detén la hemorragia— Pero el omega se quejaba del dolor, su herida había comenzado a sangrar más. Entonces Rengoku pasó de tener su mano sobre la de Tanjiro, a posar un dedo en la frente del mismo —Concéntrate— Tanjiro respiró un poco más, hasta lograr detener el sangrado, permitiéndose relajarse nuevamente. Rengoku le sonrió más, mostrándose orgulloso —La detuviste. Si dominas tu respiración, podrás lograr muchas cosas. No es que puedas hacer todo, pero serás más fuerte— Tanjiro lo miró, para luego mostrarle una sonrisa cansada —Sabía que Tomioka tenía hijos fuertes, pero no creía que tanto. Me impresionaron. Él estará muy orgullosos de todos ustedes—
—Sí, gracias Rengoku-Sama...— También había liberado algunas de sus feromonas, que dejaron encantado nuevamente a Rengoku —Los pasajeros...—
—Están todos bien, no te preocupes. Hay heridos, pero ningún muerto. Tus hermanos los están ayudando. No te esfuerces, trata de descansar— Entonces, Rengoku lo acercó más a él, como si lo estuviese acunando. El corazón y omega interno de Tanjiro dieron un brinco, no sabía de que se trataba, pero ahora no quería separarse de Rengoku, deseaba estar con él.
—Gracias...— Tanjiro lo volvió a mirar, con una bella sonrisa en su rostro cansado, mientras lo abrazaba de una forma rara, pero en la cual se notaba la intención.
Ambos, alfa y omega se quedaron en la misma posición por unos minutos, disfrutando de la cercanía del otro. Para Tanjiro, esta era el primer contacto que tenía con un alfa, ya que antes no le preocupaba nada más que ayudar a su familia. Con Rengoku, esta no era su primera vez, el Pilar de la Llama ya ni siquiera era virgen, pero no había tenido suerte con los omegas pese a su gran atractivo. Los omegas solo lo buscaban para sus aventuras de una noche, y sí duraban más, casi no llegaban a las dos semanas. Pero ahí estaba Tanjiro, siendo el omega más bello y puro que nunca antes había visto, en sus brazos, mientras liberaba sus encantadoras feromonas de olor a fresas, que podían dejar embobado a cualquier alfa.
Pero su tranquilidad no duró mucho, por lo menos no hasta que ambos escucharon como algo caía con fuerza a la lejanía. Por lo se voltearon a ver hacía la dirección del fuerte sonido que habían escuchado. Sorprendiéndose de notar unos dos orbes brillantes que se lograban ver a través de todo el polvo que esta misma presencia había levantado. Rengoku dejó a Tanjiro en el suelo nuevamente, y se preparó para atacar a la posible amenaza.
Entonces, de entre la tierra, logró verse a un demonio de piel bastante pálida, literalmente blanca, con mascar azules en todo el cuerpo y unos grandes y brillantes ojos como el ámbar. Tanjiro lo miró a los ojos, palideciendo en el acto.
«—Luna Superior ¿3?—» Se cuestionó, tratando de creer que lo que había visto era mentira, apenas y había acabado con dos menguantes, pero con ayuda «—¿Qué está haciendo aquí?—» Se volvió a preguntar, sin contar con que el demonio desaparecería de un segundo a otro, levantando más polvo, solo para verlo nuevamente a solo unos metros de su rostro, claramente tratando de matarlo.
«—¡Respiración de la Llama! Segunda Postura:—» Entonces Rengoku actuó antes de que fuese tarde, cortando por la mitad todo el brazo del demonio «—¡Cielo en Flamas Ascendentes!—» El demonio rápidamente se alejó de ambos, dando saltos para atrás, quedando a unos metros lejos. El demonio de cabello rosa enseñó su brazo, antes de unirlo de un movimiento rápido, dejando algo de sangre en la separación que ya no existía.
—Buena espada— Habló, antes de lamer la poca sangre que había quedado en su brazo.
«—Se regenera rápidamente y tiene un aura abrumadora. Un demonio de rango superior» ¿Por qué alguien tan poderoso como tú, ataca a los heridos primero?— Le cuestionó, estando un poco enojado. Tanjiro se volteó como pudo, gracias al dolor que aun sentía y a la perdida de sangre.
—Pensé que podría matar a ese omega. Sus feromonas son asquerosas— Dijo, insultando a Tanjiro, cosa que molestó más a Rengoku —También pensé que podría interrumpir la conversación que estaban teniendo. Para poder hablar tú y yo—
—¿De qué vamos a hablar? No te conozco para nada, pero ya te odio—
—¿En serio?— Le preguntó, con una sonrisa arrogante —Odio más a los humanos débiles, ósea, a los molestos e inútiles omegas. Verlos siendo una carga me pone la piel de gallina—
—Tú y yo, tenemos valores muy diferentes— Dijo Rengoku —Y te pido que dejes de insultar a los omegas. Puede que a veces su comportamiento los haga verse mal, pero no hables así de quien no conoces—
—Déjame darte una maravillosa propuesta— Habló, importándole poco lo que le acababan de decir —¿Por qué no te conviertes en un demonio?—
—No, gracias— Respondió casi de inmediato.
—Puedo deducir tu fuerza solo mirándote. Eres un Pilar, ¿Verdad?— Interrogó —Has desarrollado tu espíritu de pelea al borde de la perfección—
—Yo soy el Pilar de la Llama. Rengoku Kyojuro— Se presentó, como siempre debía de hacer.
—Yo soy Akaza— Se presentó igualmente —Kyojuro, te diré por qué tu poder nunca alcanzará la perfección— Habló, como si tuviera la confianza necesaria para llamarlo por su nombre —Porque eres humano. Porque envejeces y eventualmente mueres— Entonces, le extendió su mano, invitándolo a aceptar —Conviértete en un demonio, Kyojuro. Si lo haces, puedes entrenar durante cientos de años. Te volverás más fuerte— Invitó, creyendo que Rengoku no sería capaz de rechazar una oportunidad como esa.
«—Entre todos los demonios que he encontrado hasta ahora ¡su olor es el más cercano al de Kibutsuji!—» Pensó Tanjiro, mientras trataba de recuperar sus fuerzas más rápido ,«—Tengo que ayudar—»
—Envejecer, morir es lo que le da sentido y belleza a la vida humana. Es porque envejecemos, porque morimos que nuestras vidas tienen valor y nobleza. La fuerza no es una palabra que signifique mucho con respecto a la carne. Este chico no es débil solo por ser omega— Dijo, en un tono molesto, Tanjiro se sorprendió por aquello —No lo insultes. Puedo repetirlo. Tú y yo valoramos cosas diferentes. Tengo muchas razones para no convertirme en demonio— Finalizó, dejando el ambiente en silencio por unos segundos.
—Ya veo— Entonces, Akaza se preparó para atacar —¡Despliegue de Técnica!— Gritó, y un gran copo de nieve de color rojo apareció en el suelo, dejándolo a él en el centro. Luego, el mismo copo de nieve paso a ser de un azul brillante —Muerte Destructiva: ¡Aguja de Brújula!— Gracias a esto, el ambiente se sentía frio, pero ahora Akaza estaba listo para pelear con Rengoku —Si no te conviertes en demonio, tendré que matarte— Amenazó, con una sonrisa en su rostro.
La expresión de Rengoku se arrugó un poco, mostrando ligeramente su enojó. Pero entonces, Akaza comenzó a correr directo hacía él, queriendo matarlo. Rengoku, con su katana fuertemente sujetada, esquivó y contratacó los golpes de Akaza, que, además de ser muy fuerte, también era rápido.
«—¡No puedo seguir sus movimientos!—» Pensó Tanjiro, que se había quedado detrás, completamente asombrado por la rapidez con la que ambos habían comenzado a pelear.
—¡El otro Pilar que maté, no tenía Llamas! ¡Y ninguno aceptó mi propuesta!— Dijo en plena pelea. A Rengoku no le importaba lo que decía, estaba más concentrado en matarlo y no morir —¿Por qué? Como alguien que también camina por la senda del guerrero no lo entiendo...— Se preguntó, aprovechando que la katana de Rengoku no había logrado cortarle el brazo por completo —Uno no puede decidir ser un demonio, debe de ser elegido— Entonces Rengoku le cortó el otro brazo, luego de que Akaza trátara de decapitarlo con este mismo. El brazo del demonio volvió a crecer en un instante, solo para tratar de golpear a Rengoku, que se protegió con su katana —Trabajaste tan duro para desarrollar ese magnifico talento. ¡Qué desperdicio!— Le gritó, ahora tratando de golpearlo con su otra mano —Me cuesta aceptarlo— Rengoku nuevamente le impidió siquiera tocarlo —Solo muere. Kyojuro. Mientras seas joven y fuerte— Y fue ahí cuando Rengoku no aguantó la rabia, por lo que estuvo a casi nada de cortar nuevamente el cuerpo de Akaza, pero este mismo solo se alejó —Muerte Destructiva:¡Estilo Vacío!— Gritó estando en el aire y de cabeza, para lanzarle un golpe de aire a Rengoku, que no lo detecto hasta cuando ya lo había recibido, causándole un dolor considerable. Luego, Akaza siguió lanzando los mismos golpes de aire, que también se notaban que tenían algo de energía que se mostraba como finos rayos azules. Rengoku se protegió de estas mismas con su katana, pero los golpes literalmente lo hacían retroceder.
—¡Respiración de la Llama! Cuarta Postura:¡Ola de Llamas Ardientes!— Gritó, utilizando las llamas que salían de su katana para protegerse de los continuos golpes de Akaza «—Golpea el aire vacío con el puño, pero el ataque viene directamente hacía mí—» Akaza siguió lanzando golpes hacía Rengoku, por lo que este debía seguir cubriéndose con su llama «—Lo realiza en un instant)—» Analizó. Luego Akaza volvió al suelo, quedando así ambos tranquilos «—Si seguimos peleando a una distancia como esta, será difícil cortarle la cabeza—» Pensó Rengoku «—En ese caso—» Y Rengoku desapareció frente a los ojos de Akaza, dejando solo un espiral de llamas que se acercaron en menos de un segundo, solo para que al final, Akaza lograra verlo a menos de un metro cerca «—¡Me acercaré!—» Pero Akaza esquivó por unos centímetros la katana que estaba dirigida a su cuello.
—¡Qué velocidad tan asombrosa!— Exclamó, sin dejar la sonrisa en su rostro. Entonces los golpes y ataques continuaron con una increíble rapidez —Y tú maravillosa técnica de espada, ¡el tiempo se lo robara todo!— Le gritó, tratando de hacerlo entrar en razón mientras golpeaba con sus puños la katana, haciendo salpicar la sangre —Kyojuro, ¿No estás triste?—
—¡ASÍ ES COMO FUNCIONA! ¡ESO ES LO QUE SIGNIFICA SER HUMANO!— Le respondió a gritos, dejando muy en claro que prefería morir solo de viejo a ser un demonio. Detrás de ellos, Inosuke se había acercado a Tanjiro, quien ya estaba preparado para ir a ayudar, pero en cuanto ambos se movieron un solo centímetro, el grito de Rengoku los congelo al instante —¡NO TE MUEVAS!¡SI TU HERIDA SE HABRE, MORIRAS!— Le advirtió, con tal de que no interfiriera en la pelea, o estaría arriesgando su vida —¡ES UNA ORDEN!—vTanjiro se quedó en donde estaba. Rengoku había utilizado su voz de alfa, lo que lo hizo obedecer por instinto, incluso si no lo quería.
—¡No pierdas tu tiempo con ese inútil omega, Kyojuro!— Gritó Akaza, llamando su atención nuevamente —¡Pelea conmigo con todas tus fuerzas!— Entonces Akaza dio un salto hacía atrás, en donde se deslizó un poco por la tierra para detenerse —Concéntrate en mí...— Y Rengoku corrió hacía él, logrando golpear a Akaza, mandándolo metros lejos, dándole un ligero respiro. Luego, Rengoku lo siguió hasta el bosque, en donde lo había mandado, solo para encontrarse a un Akaza saliendo de entre los arbustos ¿feliz? —¡Maravilloso movimiento!— Felicitó, solo para mandarle un golpe que Rengoku tuvo que esquivar nuevamente. Ahora la pelea seguía en pleno bosque. Akaza le dio una patada, que hizo que el cuerpo de Rengoku saliese volando tal y como había pasado con él, volviendo a las orillas de las vías del tren.
—¡Rengoku-Sama!— Exclamó Tanjiro, asustado.
—¡Ojos saltones!— Gritó Inosuke.
—Conviértete en demonio, Kyojuro— Se escuchó la voz de Akaza que salía del bosque lentamente. Rengoku se ayudaba de su katana para poder levantarse —¡Así podremos continuar probando la habilidad del otro!— Rengoku solo respiraba, mientras se apoyaba en su katana, aquel golpe lo había dejado sin aire, y la batalla previa ya lo estaba agotando —Tienes esa opción— Volvió a insistir Akaza, algo que enojó nuevamente a Rengoku.
—Me niego— Dijo de forma seca —Lo diré de nuevo, te odio— Rengoku finalmente se levantó, volviendo a adoptar su pose de pelea, listo para continuar —Jamás seré un demonio— Y se dirigió a Akaza para atacarlo nuevamente —¡Respiración de la Llama!— Akaza sonrió ante esto —Tercera Postura: ¡Espíritus Ardientes!— Y con eso, Rengoku logró darle una buena cortada a Akaza en el pecho, pero el demonio simplemente se regenero igual de rápido que siempre.
—¡Impresionante! ¡Es maravilloso!— Volvió a alagar a Rengoku, antes de lanzarse otra vez a la pelea —Muerte Destructiva:¡Estilo Vacío!— Y volvió a lanzar otro golpe de aire, que golpeó de lleno la katana que cubría el estomago de Rengoku, para evitar el golpe. Rengoku retrocedió unos metros antes de volver a correr hacía Akaza.
Inosuke y Tanjiro miraban impresionados la batalla, y como Rengoku no se rendía, ni parecía cansado «—No hay apertura, no puedo entrar—» Pensó Inosuke, que no fue afectado por la voz alfa de Rengoku al ser un beta, pero el grito igual lo había dejado helado «—No puedo seguir el ritmo de sus movimientos, es como si estuvieran en otra dimensión. Ahí dentro puedo sentir que solo hay muerte—» Continuo viendo a ambos pelear con todas sus fuerzas «—Aunque pueda entrar solo seré un estorbo ¡así que no puedo moverme!—» Entonces vieron como uno de los golpes de Akaza rozó la cara de Rengoku, cortándole algunos pelos por la fuerza que utilizaba.
—Rengoku-Sama— Habló Tanjiro, triste de no ser capaz de ayudar, y con temor a que Rengoku volviese a utilizar su voz alfa, que lo haría caer de inmediato.
—¿Aún no te has dado cuenta?— Interrogo Akaza, bloqueando la katana de Rengoku con su antebrazo —Si sigues atacándome significa que has elegido tu propia muerte. ¡Kyojuro!— Entonces Rengoku gritó, ya harto de escuchar a Akaza. El antes mencionado volvió a alejarse de un salto, solo para volver a atacar de lleno utilizando sus puños y una que otra habilidad. En algún momento, rozó nuevamente la cara de Rengoku, pero aún así logro hacerle una cortada sobre el ojo izquierdo que comenzó a sangrar al instante.
—¡Respiración de la Llama! Primera Postura: ¡Mar de Fuego!— Gritó nuevamente Rengoku, esperando poder matar a Akaza con aquel golpe giratorio, pero solo le cortó los brazos nuevamente, que se regeneraron de inmediato.
—¡Qué lastima matarte aquí!— Exclamó Akaza, volviendo a los golpes que Rengoku debía de bloquear con su katana —¡Ni siquiera has alcanzado tu potencial!— Entonces uno de los golpes le impacto de lleno en el estomago, dejando a Rengoku sin aire, pero de inmediato volvió a su postura original.
—Segunda Postura: ¡Cielo en Llamas Ascendentes!— Exclamó, atacando nuevamente con su katana cubierta en fuego, pero Akaza siempre esquivaba.
—Uno o dos años a partir de ahora— Volvió a hablar mientras golpeaba —Serás más refinado ¡Serás más letal de lo que puedas imaginar!— Gritó lanzando otro puñetazo que Rengoku trató de bloquear con la katana, pero Akaza logró impactar igualmente en el rostro del alfa, más precisamente sobre su ojo izquierdo. Rengoku retrocedió unos pasos gracias a aquello, pero enseguida atacó nuevamente, incluso si ahora solo podía ver de un ojo
—Tercera Postura: ¡Espíritus Ardientes!— Exclamó nuevamente, estando a nada de cortar el cuello de Akaza, pero este mismo golpeo la katana, desviando el ataque —Cuarta Postura: ¡Ola de Llamas Ardientes!— Gritó de vuelta, pero Akaza nuevamente retrocedió.
—Muerte Destructiva:— Y se preparó para atacar nuevamente.
—Quinta Postura: ¡Tigre de Fuego!— Exclamó Rengoku, sin esperar a que Akaza siquiera terminara de hablar. Entonces, de las llamas que salían de la katana del alfa, un gran tigre se formo desde el fuego.
—¡Estilo del Caos!— Gritó Akaza, preparado con su ataque más fuerte, que lanzó varios golpes de energía azul que impactaron al tigre —¡Kyojuro!— Gritó su nombre nuevamente, ahora lanzando un puñetazo que Rengoku esquivo fácilmente. Mientras que el alfa aprovechó esa brecha para lograr cortar el pecho y uno de los brazos de Akaza nuevamente, el demonio no abandonó la sonrisa en su rostro.
—¿Lo hiciste? ¿Lo derrotaste?— Preguntó Inosuke, ya que los hermanos estaban lejos de la pelea y Akaza se perdió entre una nube de polvo. Pero solo se vio como unas gotas de sangre caían al suelo, justo frente a los pies de Rengoku. Tanjiro estaba aterrado, ya que olía perfectamente que esa sangre era de Rengoku, y que definitivamente, Akaza todavía no era derrotado.
Entonces Akaza se mostró nuevamente, una vez que la nube de polvo se disipó, este ya había regenerado su brazo, pero ahora se veía un gran corte que iba desde su hombro, casi llegando al cuello, y que bajaba hasta su abdomen. Rengoku estaba cansado, su respiración irregular lo demostraba, llevaban un buen rato peleando, y ya casi salía el sol, por lo que en cualquier momento Akaza tendría que escapar, o uno de los dos tendría que morir.
La sonrisa de Akaza se había esfumado, dejando un rostro completamente serio.
«—Acaso—» Tanjiro estaba esperanzado, pero solo podía oler la sangre de Rengoku «—No puede ser—»
—Sigue luchando conmigo— Habló Akaza, pero su sonrisa no volvía —No mueras, Kyojuro— Pero Rengoku no podía dejar de respirar pesadamente, tratando de recuperar el aire que perdió durante la batalla. Incluso ahora había un hilo de sangre saliendo de su boca, manchando sus dientes y dejándole, literalmente, un mal sabor de boca.
«—Rengoku—» Tanjiro estaba intranquilo, deseaba ayudar, correr ahora mismo con Rengoku, pero temía ser un estorbó «—¡Rengoku!—» Debido a la presión y miedo que sentía, incluso había comenzado a liberar sus feromonas sin control y a ver borroso.
—No importa lo desesperadamente que luches— Dijo Akaza, en un tono bajo —Todo es inútil, Kyojuro— Habló —Esos maravillosos cortes que me hiciste ya se han curado por completo— Dijo posando su mano sobre el corte que tenía, mientras este mismo se curaba —¿Pero qué hay de ti? Tu ojo izquierdo está aplastado, tus costillas están rotas. Estás sangrando por dentro. Son heridas graves. Si fueras un demonio sanarías en un abrir y cerrar de ojos. Para un demonio, esos son solo rasguños. No importa lo duro que luchen, los humanos no pueden derrotar a los demonios— Sentenció.
«—Quiero ayudar—»Tanjiro trataba de moverse, pero ni siquiera era capaz de levantarse «—¡Pero no puedo reunir fuerzas!—» Dijo, mientras posaba su mano en su herida que en cualquier momento podría abrirse «—Puede ser porque estoy herido pero esto sucede cuando uso la Danza del Dios del Fuego—» Sus piernas temblaban más que nada.
Rengoku seguía respirando, hasta que se detuvo, y de inmediato una gran aura de fuego apareció a su alrededor. Akaza estaba sorprendido por aquello.
—Kyojuro… tú...—
—Yo...— Comenzó, levantando su katana y preparándose para pelear nuevamente —¡Cumpliré con mi deber!— Exclamó, recuperando la sonrisa en su rostro —¡No permitiré que nadie aquí muera! ¡En un instante cortaré un área amplía! ¡Respiración de la Llama!— Exclamó, listo para el segundo round —¡Arte Esotérico!— Akaza tembló ante esto.
—¡Qué maravilloso espíritu de pelea! ¡Tienes tantas heridas, sin embargo, tu determinación!— Y volvió a sonreír como antes —¡Tu espíritu! ¡Tu postura no tiene aberturas!— Akaza era el unico capaz de ver el espíritu de pelea de Rengoku —¡Realmente deberías convertirte en demonio, Kyojuro!— Gritó, emocionado —¡Entonces podrías luchar conmigo para siempre!—
«—¡Prende tu corazón en llamas! ¡Ve más allá de tus limites!—» Rengoku sentía como una llama que se encendió en su corazón se distribuía a todo su cuerpo, dándole la fuerza para continuar —Yo soy el Pilar de la Llama ¡Rengoku Kyojuro!— Exclamó, listo —Novena Postura: ¡Purgatorio!—
—Muerte Destructiva: ¡Estilo Aniquilación!— Se preparó Akaza.
Pero entonces, una gran llama cubrió a Rengoku, ayudándolo a impulsarse rápidamente hacía Akaza, formando un dragón con el mismo fuego, que dejó una gran estela detrás. Akaza acumuló toda la energía que tenía en sus manos para contraatacar a Rengoku, creando de esa forma una gran explosión. Inosuke tuvo que cubrir a Tanjiro para que ninguno de los dos saliese volando por la fuerte onda expansiva.
—¡Rengoku!— Gritó Tanjiro, una vez que todo el polvo levantado se había ido con la misma onda expansiva.
Mientras, Rengoku había logrado cortar por la mitad uno de los brazos de Akaza, al igual que en el comienzo. Ambos estaban siendo rodeados por un gran tornado de llamas cortesía de Rengoku. Entonces Rengoku volvió a apuntar al cuello de Akaza, pero cuando su katana estaba llegando, el mismo Akaza la desvió, asiendo que se enterrase desde su pecho para abajo, pero Rengoku no la retiraría a intentar otra vez, era ahora o nunca. Por lo que la enterró más en el cuerpo del demonio, hasta sacarla del otro lado, en donde la katana volvió a prenderse en fuego, estando aún dentro de Akaza. Rengoku la sujetó con fuerza y la giró, para luego, después de un gran grito, comenzar a cortar del cuerpo de Akaza desde abajo hasta finalmente sacarla una vez que cortó su cuello verticalmente.
Desde afuera, los hermanos miraban asombrados el gran tornado de fuego que Rengoku había creado. Las feromonas de Tanjiro estaban como locas desde que olio la sangre de Rengoku, incluso las personas que habían salvado del tren se cubrían la nariz debido a esto, ya que sus cabezas dolían mucho. En eso, los chicos vieron como, finalmente, el gran tornado se disolvía, levantando una gran y pesada nube de polvo nuevamente. Ambos estaban entre preocupados y nervioso, las feromonas de Tanjiro literalmente crearon una ola que se dirigió hacia el par que peleaba gracias a un fuerte viento que apareció de la nada.
—Rengoku— Tanjiro estaba atónito, pensando lo peor al oler más sangre, y sus preocupaciones no se fueron después de escuchar a alguien toser —¡Rengoku!—Gritó, al borde de las lágrimas —Rengoku-Sama— Entonces lo vio, algo que lo hizo soltar todas las lágrimas que ya se habían acumulado en sus ojos.
La persona que estaba tosiendo era Akaza, mientras cubría su boca y nariz con una de sus manos, y la otra estaba tocando el abdomen de Rengoku, pero este mismo miraba atónito la mano de Akaza, que tenía un brillo azul claro, mientras comenzaba a toser sangre.
—¡MALDITO Y ASQUEROSO OMEGA!— Gritó Akaza, mientras el brillo de su mano aumentaba, Tanjiro tardó un poco en darse cuenta de que le estaba quemando el abdomen a Rengoku —¡TE MATARÉ Y DESPEDAZARE COMO LA MALDITA BASURA QUE ERES!— Volvió a gritar, completamente enojado. Nuevamente, Tanjiro tardó en darse cuenta de su reacción, Akaza estaba enojado debido a sus feromonas, que lo habrían desconcentrado luego de tratar de atravesar el torso de Rengoku con su brazo, pero el repentino cambio de la dirección del viento había hecho que Akaza sintiese las feromonas omegas de Tanjiro, que eran repugnantes para los demonios alfas. causando que no lograra lo que quería, pero ahora este mismo estaba quemando el abdomen de Rengoku —¡MORIRAS! ¡VOY A MATAR A ESTE ASQUEROSO OMEGA, KYOJURO!— Le gritó a Rengoku, mientras el brillo en su palma no hacía más que aumentas, quemando todo a su paso —¡VAS A MORIR! ¡CONVIÉRTETE EN DEMONIO! ¡DI QUE TE CONVERTIRÁS EN DEMONIO!— Gritó nuevamente, mientras curaba todo su cuerpo —¡ERES UNO DE LOS POCOS ELEGIDOS! ¡NO DESPERDICIES LA OPORTUNIDAD QUE TE ESTOY DANDO POR ESE ASQUEROSO OMEGA!—
Rengoku no lograba reaccionar, solo miraba la mano de Akaza quemando cada vez más su abdomen, generándole un dolor peor que el infierno.Pero, en eso, gracias a las mismas feromonas de Tanjiro, se dio cuenta de por qué aquel omega pelirrojo le había encantado en cuanto lo vio por primera vez, ahora lo recordaba y entendía. Tanjiro le recordaba a su madre. Rengoku se quedó mirando su abdomen siendo quemado poco a poco, mientras recordaba a la mujer que le había dado la vida.
[•••]
Era un buen día, el cielo casi no tenía nubes, y la brisa era relajante. Una hermosa mujer alfa, de cabello negro como la misma noche y unos imponentes ojos como el rubí, miraba el precioso cielo desde su habitación, sentada sobre su cama. A un lado de su futon se encontraba una pequeña bandeja en la que había una tasa y un paquete de medicinas. De la nada, la mujer se volteó.
—Kyojuro— Llamó a su hijo.
—¡Sí, madre!— Respondió este mismo, siendo un pequeño niño de no más de diez años, con los mismos rasgos de su padre.
—Piensa bien en mi siguiente pregunta— Pidió la mujer, con un tono amable pese a su rostro sin expresión —¿Sabes por que naciste más fuerte que otra personas?— Interrogó, y esperó pacientemente la respuesta de su eufórico hijo. El pequeño iba a responder, pero entonces se dio cuenta de que no sabía la respuesta.
—¡No lo sé!— Contesto, sin sentir pena por no saber.
—Para que puedas ayudar a los más débiles que tú— Contestó la mujer, el pequeño la escuchaba atentamente —Los bendecidos con más talentos que otros deben usar esa fuerza por el bien del mundo— Explicó —Es imperdonable usar la fuerza concedida por el cielo para herir a otros y empoderarse— Le explicó a su hijo mayor, mientras que el menor, siendo apenas un bebé, dormía plácidamente a los pies del futon —Ayudar a los débiles es el deber de los nacidos con fuerza. Debes asumir la responsabilidad y cumplir con tu deber. Nunca debes olvidar eso— Dijo en tono firme pero gentil, quería que su hijo lo recordara pero no asustarlo.
—¡Entendido!— Respondió el pequeño sin chistar. Ella se le quedo viendo por unos segundos, antes de extender sus brazos hacía él, en señal de querer abrazarlo. El pequeño Kyojuro, menor de diez años, se acercó lentamente a su madre, hasta que ella lo atrapó en un gran abrazo que mostraba todo el amor que sentía por él.
—No viviré mucho más— Comenzó, tratando de explicar lo que sucedería con ella a su hijo —Pero estoy feliz de haber sido la madre de un niño tan fuerte y amable...— Soltó de manera desgarradora, cuando las lágrimas ya habían comenzado a salir de sus ojos —Te amo mucho, Kyojuro. No lo olvides nunca— Finalizó la mujer, haciendo llorar también a su hijo mayor.
[•••]
Kyojuro agarró con fuerza su katana, al punto de que las vena en sus manos se hincharon notablemente. Entonces, con la fuerza que le quedaba, colocó su katana en el cuello de Akaza, quien no se lo esperaba, comenzando a enterrarlo lentamente debido a la dureza de este mismo «—Madre soy yo el que tuvo suerte—» Pensó, recordando a su difunta y bella madre, mientras la sangre comenzaba a caer del cuello de Akaza «—¡Me siento muy honrado!—» Y con eso, Kyojuro volvió a gritar, tratando de cortar por fin el cuello de Akaza, logrando así, enterrarlo más.
Akaza se enfureció por aquello, así que trató de golpear a Kyojuro con su brazo libre, solo para conseguir que el alfa detuviera su brazo con su mano «—¿Detuvo mi puño?—» Se preguntó, creyendo que aquello no era cierto «—¡Qué fuerza tan increíble! ¡Pero mi mano le está quemando el abdomen, en cualquier momento comenzare a quemarle las entrañas!—» Sentenció, creyéndose capaz de matar a Kyojuro antes de que este lo matase a él «—¡Maldición, ya casi amanece!—» Exclamó, mirando como el cielo se hacía más claro poco a poco «—¡Tengo que matarlo rápido!—» Pensó, tratando de empujar a Kyojuro para hacerlo más fácil, pero el alfa humano estaba tratando de hacer lo mismo «—¡No puedo mover mi mano!—» Gritó en su mente, tratando de mover su mano, la cual, una vez fría, se había pegado al abdomen lleno de sangre de Kyojuro.
«—¡NO TE DEJARÉ ESCAPAR!—» Exclamó Kyojuro, sujetando con más fuerza el brazo de Akaza y tratando de detener la hemorragia en su abdomen, de modo que la mano de Akaza quedase más pegada a él. Akaza trataba de escapar, ya no quería matar a Kyojuro, ahora solo quería irse y matarlo en la próxima oportunidad que tuviera.
Mientras, Tanjiro se acercaba corriendo al bosque como mejor podía, debido al dolor y cansancio que sentía por todo el cuerpo «—Sin importar lo que me diga Rengoku después ¡Tengo que hacerlo!—» Exclamó, agarrando su katana y volviendo a correr, pero ahora hacía el par de alfas «—¡Tengo que apurarme y cortarle el cuello al demonio! ¡Rápido!—» Pensó, corriendo hacía los mayores, mientras el sol cada vez salía más por el horizonte.
«—¡Está amaneciendo!—» Akaza comenzó a asustarse, debía de irse ahora «—¡La luz del sol llegará hasta aquí! ¡TENGO QUE ESCAPAR!—» Exclamó, completamente alterado, no quería morir, y mucho menos por la luz del sol o sería la burla incluso muerto. Entonces trató de soltarse más de Kyojuro, ejerciendo toda la fuerza necesaria con tal de escapar del sol —¡HAAAAAAAAAAAAA!— Gritó bastante alto, haciendo que incluso Tanjiro, que estaba algo lejos, se tapase los oídos.
«—¡NO TE DEJARÉ IR!—» Pensó Kyojuro ejerciendo más fuerza en su agarre «—¡NO HASTA QUE TE HAYA CORTADO LA CABEZA!—» Entonces ambos empezaron a gritar, uno por tratar de escapar, y el otro por impedírselo.
—¡APÁRTATE!— Gritó Akaza, solo para sentir que la katana de kyojuro se enterraba un poco más en su cuello
—¡INOSUKE, MUÉVETE!— Gritó Tanjiro, a lo que el menor lo miró —¡MUÉVETE POR EL BIEN DE RENGOKU!— Y fue entonces que ambos comenzaron a correr hacía el par de alfas, siendo Inosuke el más rápido al estar bien. Entonces, este mismo dio un gran salto, preparándose para atacar.
—¡RESPIRACIÓN DE LA BESTIA! PRIMER COLMILLO ¡PERFORAR!— Gritó, comenzando a caer en dirección de Akaza, listo para matarlo él mismo. Pero lo que nadie se esperaba, era que el mismo Akaza, antes de que Inosuke se le acercase, se arrancó sus propios brazos, en un ultimo intentó por escapar del sol.
Y en eso, dio un gran salto, utilizando la onda expansiva para hacer caer a Inosuke en otra parte, he incluso llevándose la hoja de la katana de Rengoku, estando completamente enojado, mientras la misma sangre que salía de sus brazos manchaba su ropa. Dio algunas volteretas antes de aterrizar a unos metros lejos de todos.
«—¡Rápido! ¡A algún lugar donde haya sombra!—» Pensó, mientras regeneraba sus brazos y comenzaba a correr hacía el bosque cercano. En eso, Tanjiro lo siguió lo más rápido que pudo, pero sin poder adentrase al bosque.
Luego, Tanjiro levantó su katana como si fuese una lanza, y, utilizando la Danza del Dios del Fuego, la arrogó lo más fuerte que pudo, dejando una gran estela de fuego detrás de esta misma. Mientras, Akaza ya se había adentrado bastante en el bosque gracias a su gran rapidez.
«—¡Esto es malo!—» Pensó, sacándose la katana de Rengoku y arrojándola a cualquier lugar «—¡Necesito alejarme del sol!—» Se dijo a sí mismo, pero mirando hacía atrás tras sentir como algo se acercaba, sin esperarse que la katana se Tanjiro se clavase en su pecho desde la espalda, enojándolo aún más. Pero simplemente comenzó a correr más rápido.
—¡No Huyas!— Le gritó Tanjiro, lanzándole una gran ola de sus feromonas —¡NO HUYAS, COBARDE! ¡NO HUYAS!— Estaba completamente enojado, lo que también provocó que Akaza también se enojará más.
«—¿De qué está hablando ese maldito?—» Se cuestiono, casi perdiendo los estribos «—¿Acaso no tiene un cerebro? No huyo de los malditos cazadores. ¡Estoy huyendo del sol!—» Gritó en su mente «—¡Además, esta pelea ya terminó! ¡Pronto él se quedara sin fuerzas y morirá!—» Sentencio el final de Rengoku, mientras seguía escapando.
—¡el cuerpo de exterminio de demonios siempre peleara contigo en la oscuridad de la noche, cuando es ventajoso para ustedes!— Siguió gritando Tanjiro —¡somos humanos de carne y hueso! ¡las heridas no se cierran! ¡las extremidades no vuelven a crecer!—Apretó sus puños con fuerza —¡No huyas, bastardo! ¡bastardo! ¡es injusto! ¡no has ganado hoy! ¡rengoku ha sido el mejor! ¡es muy fuerte! ¡rengoku no perdió! ¡no dejó morir a nadie! ¡no ha perdido, protegió a todos! ¡él nos protegió! ¡la victoria es de rengoku! ¡el peleo con su vida, mientras que tú te escapas apenas sale el sol! ¡maldito cobarde!— Se desahogo por completo, dejando sorprendidos a Inosuke y Rengoku, que lo miraban con los ojos bien abiertos. Entonces Tanjiro ya no se aguanto más, y comenzó a llorar todo lo que había retenido hasta ese momento.
Rengoku miraba atónito a Tanjiro, con su cuerpo temblando gracias a la resiente pelea y el forcejeo, que termino por quitarle las fuerzas que le quedaban. Inosuke también temblaba, pero era por ver y escuchar por primera vez a Tanjiro completamente enojado e incluso insultando. Tanjiro seguía llorando, sus feromonas se habían puesto agrias en su totalidad, lo que le causo un nudo en la garganta a Kyojuro. Pero este mismo, lejos de pensar que Tanjiro era débil, solo mostró una sonrisa sincera, mientras liberaba sus feromonas olor a manzana y chocolate amargo para calmarlo.
—No es necesario que grites tanto...— Habló Rengoku en un tono débil —Tú también estás muy malherido, ¿Sabes?— Le recordó, una vez que Tanjiro lo miró, ya un poco más calmado —Ese corte en tu vientre se abrirá. Joven Kamado, si mueres ya no tendré mi victoria— Habló, tratando de calmarlo.
—Rengoku...—
—Ven aquí...— Volvió a hablar con un tono sereno —Hablemos un poco aquí hasta el final...— Tanjiro seguía llorando, pero se acercó lentamente a Rengoku, hasta sentarse frente a él —Recordé algo que vi en el sueño de mi pasado. Deberías ir a visitar mi casa, donde nací. Allí encontraras los escritos del pasado Pilar de la Llama, mi padre los lee a menudo. Pero yo no lo hice, así que no tengo ni idea de lo que hay dentro de ellos...— Entonces, el brazo de Akaza que seguía pegado al abdomen de Rengoku comenzó a desintegrarse gracias al sol —Puede haber algún registro de esta Danza del Dios del Fuegobde la que estabas hablando...— Explicó, luego de que la sangre comenzase a salir de su gran quemadura de tercer grado.
—Por favor, Rengoku-Sama, es suficiente— Dijo Tanjiro, alterado al ver toda esa sangre manchar el uniforme de Rengoku —¿No hay una forma de detener el sangrado? ¿No puede usar su respiración?—
—No— Respondió normal —Voy a morir pronto— Tanjiro volvió a liberar una ola de sus feromonas completamente agrias, no lograba entender como Rengoku estaba tan tranquilo —Pero tengo algo que decir así que escucha— Pidió en tono amable —Quiero que le digas a mi hermano, Senjuro, que siga su corazón y que tome el camino que crea que es correcto y dile a mi padre que cuide su salud...— La sangre había comenzado a manchar el suelo —Y, joven Kamado, yo creo en tu hermana. La considero miembro del Cuerpo de Exterminio de Demonios, en el tren la vi derramar su propia sangre para proteger a todos los pasajeros. Si ella arriesga su vida para luchar con los demonios y proteger a los humanos no importa lo que los demás digan ella es parte del Cuerpo de Exterminio de Demonios, ponte de pie y siéntete orgulloso— Tanjiro había comenzado a llorar nuevamente —No importa lo débil o ingenuo que te sientas, mantén tu corazón ardiendo. Aprieta los dientes y sigue adelante, si te reduces a una bola y te escondes el tiempo se te pasará. No se detendrá por ti mientras te revuelcas en el dolor y no te preocupes por mi muerte soy un Pilar, mi trabajo es proteger a la generación más joven, cualquier Pilar haría lo mismo No podemos permitir que la generación más joven fracase Joven Kamado Tanjiro, Chico con cabeza de jabalí, Chico rubio de ahí...— Dijo, refiriéndose a los hermanos —Todos sigan aprendiendo y creciendo y algún día se convertirán en grandes Pilares, eso es lo que creo...— Dijo con una bella sonrisa, a lo que Tanjiro no dudó más en tomar su mano —Creo en ti...— Y el omega ya no aguantó más, por lo que cubrió su rostro con una de sus manos para romper en llanto nuevamente. Rengoku solo lo miraba con una sonrisa, mientras su vista se hacía borrosa debido a la perdida de sangre. Cuando entonces, a lo lejos, vio a una figura femenina que lo miraba con su rostro neutral. El ojo sano de Rengoku se abrió de par en par, creyendo que lo que veía era mentira —Mamá— Dijo, ya sin poder formular las palabras —¿Lo hice bien?— Le preguntó —Cosas que debo hacer, cosas que tengo que practicar ¿Usé mis dones sabiamente?— Volvió a cuestionar, solo para ver como su madre le sonreía.
—Lo hiciste espléndidamente— Dijo ella, con una bella sonrisa dirigida a su hijo. Kyojuro sintió ganas de llorar nuevamente, pudo ver a su madre otra vez, y ahora también podría estar con ella. Por lo que se permitió sonreír una vez más antes de dar su ultimo respiro —Pero aún no es el momento, hijo mío—
[•••]
El sol se veía más hermoso que nunca, alumbrando todo a su paso, sin tener ni una sola nube que se lo impidiera. Los pasajeros del tren estaban lastimados, pero ninguno de forma grave o mortal, Nezuko estaba segura dentro de su caja, que era cargada por Zenitsu, quien había escuchado todo desde lejos.
—Cuando el tren se salió de las vías, Rengoku uso un montón de técnicas para minimizar el daño a los vagones del tren...— Habló, con un nudo formándose en su garganta —Sé que lo hizo ¿Cómo podía morir una persona así?— Se cuestiono, todavía siendo incapaz de creer el estado de Rengoku —¿Había realmente un demonio de rango superior? ¿Por qué vino aquí? ¿Fue tan poderoso?— Interrogó, queriendo respuestas a la batalla ocurrida mientras estaba inconsciente —La diferencia...— Pero entonces se callo, tras ver como Tanjiro comenzaba a llorar nuevamente.
—Todo esto es tan frustrante, cada vez que aprendo a hacer algo nuevo aprendo que hay mucho más que no sé...— Habló, tratando de aguantar las lágrimas —Estas personas increíbles, están luchando con tanta habilidad y poder. Siento que me estoy quedando atrás ¿Es posible que alguien como yo...— Los chicos habían comenzado a llorar de solo verlo y escucharlo, ellos también la habían pasado mal —Como yo pueda convertirse en alguien como Rengoku-Sama?— Entonces ninguno de los tres lo soportó más, comenzaron a llorar cada uno por su lado, antes de abrazarse entre ellos solo para llorar más fuerte que antes.
[•••]
Los chicos estaban siendo llevados de vuelta a la Sede de los Cazadores de Demonios em las espaldas de los Kakushis, que sentían pena por los chicos, comprendían su dolor y lloraban en silencio, ya que Rengoku había sido el Pilar que más se preocupaba por ellos. Durante todo el camino de vuelta no dejaron de llorar la muerte del Pilar de la Llama, causando que las feromonas de Tanjiro y Zenitsu estuviesen tan descontrolada que los Kakushis tenían una serte en ser, en su mayoría, betas.
Una vez en la entrada a la Sede, los chicos se bajaron de las espaldas de los Kakushis lo más rápido que podían solo para abalanzarse hacía Giyuu, quien los esperaba junto a los demás Pilares, para despedirse de Rengoku y mostrar sus respetos. Los hermanos, que ya no lloraban tan fuerte durante el ultimo tramo del camino, volvieron a romper en llanto una vez que estuvieron devuelta con Giyuu, quien no dudo en corresponder el abrazo de sus hijos, importándole poco que ahora los cuatro estuviesen en el suelo.
—¡Mamá! ¡Perdón, no pude hacer nada útil!— Dijo Zenitsu, liberando más de sus feromonas olor a vainilla, que ahora se sentían muy amargas —¡Soy un inútil!—
—¡Yo no pude hacer nada para salvarlo!— Gritó Tanjiro, y al igual que Zenitsu, sus feromonas estaban más agrias que nunca —¡Perdóname, prometo ser mejor!
—¡Yo no pude hacer más que quejarme y causar problemas!— Gritó Inosuke, admitiendo lo que había hecho —¡Perdón por ser tan débil!—
Los hermanos estaban tan dolidos y, posiblemente, traumados por la muerte de Rengoku frente a sus ojos, que no pudieron evitar decir cosas que normalmente no dirían, o que al menos lo harían estando a solas con Giyuu.
El omega mayor solo se quedo abrazando a sus hijos, permitiendo que estos se desahogaran en sus hombros y pecho. Una vez que estaban más tranquilos, Giyuu le limpio las lágrimas, la tierra y algo de sangre con las mangas de su haori, importándole poco mancharlo, con tal de calmar a sus hijos.
—Mis niños...— Los hizo mirarlo —Ustedes no son débiles, mucho menos inútiles. Son humanos. Los humanos tenemos nuestros limites, y a veces, simplemente no podemos hacer cosas que realmente deseamos hacer. No deberían disculparse por algo en lo que no tienen la más mínima culpa, y no quiero que me den excusas, ustedes no son culpables de nada. Niños, nunca se detengan por pensamientos débiles. Se que es duro, pero lo unico que podemos hacer es seguir adelante. Es difícil, pero se que pueden hacerlo, mamá cree en ustedes— Finalizo, besando las frentes a sus niños, que ya estaban más tranquilos luego de las palabras de Giyuu.
—Su madre tiene razón— Habló Murata, que había aparecido de la nada detrás de Giyuu —Se que hicieron un buen trabajo allí. Salvaron a muchas personas, sacrificando sus propias vidas en el proceso, yo estaría orgulloso— Dijo, para luego despeinar un poco a los chicos, incluso a Inosuke, que se había quitado la máscara —Giyuu, tus hijos son los chicos más fuertes que he conocido, debes de estar orgulloso—
—Y lo estoy— Dijo, levantándose junto a los chicos —Ahora, debemos de curar todas esas heridas. ¿Puedo llevarlos a tu finca, Kocho?— Preguntó, mirando a la beta.
—Claro que sí. Las niñas ya extrañaban verlos allá— Respondió ella con su típica sonrisa —Vayan adelantándose, enseguida iré—
—Realmente te lo agradezco— Dijo Giyuu haciendo una reverencia ante ella para luego mirar nuevamente a sus niños —Tanjiro, tu vientre está sangrando, así que te llevaré en mis brazos hasta allá—
—Sí— Contestó, limpiando las nuevas lágrimas que caían por sus mejillas. Giyuu lo levantó como a un niño, dejando que las piernas de su hijo envolvieran su sintura, pareciendo un koala por como se veía. Los kakushis volvieron a llevar en sus espaldas a los otros dos hermanos, mientras que Murata se encargó de llevarse la caja de Nezuko sobre su hombro.
Poco después de que Giyuu se llevase a los chicos, otro grupo de Kakushis llegó, cargando una camilla en la que se encontraba Rengoku cubierto por una sabana blanca. Apenas entraron a la Sede, los Pilares se amontonaron para poder despedirse de Rengoku. Ellos lloraban por haber perdido a un compañero con el que siempre podrían contar. Muichiro se sentía devastado, pues, tras recordar quien era Rengoku una hora después del anuncio que dio uno de los cuervos, sintió una horrible sensación en el pecho, como si hubiese perdido a una parte de él.
En un punto, a Shinobu se le ocurrió sujetarlo por unos segundos de la mano que traía colgando, para despedirse correctamente de su buen amigo y confidente. Solo para asustar al resto de Pilares luego de ordenar, con un tono desesperado, que llevaran a Rengoku rápidamente a su finca.
—¿Qué ocurre, Shinobu-San?— Interrogó la omega de mechas verdes, con los ojos llorosos luego de ver a quien solía ser su maestro.
Ella solo los miró a todos con los ojos bien abiertos, asustándolos un poco —Lo sentí—
—¿Qué fue lo que sentiste?— Le volvió a interrogar —¿Estás bien? Te vez pálida—
—Senti su pulso— Dijo, sorprendiendo y asustando un poco a todos, ¿Cómo diablos era posible que tuviera pulso?.
—¿Estás segura? ¿Segura de que no fue solo por la pena?— Interrogó Sanemi ahora,
—Yo lo siento, tengo que ir a comprobarlo— Habló, saliendo de su shock para correr a su finca —Tengo... Tengo que hacerlo...— Se dijo a sí misma, tratando de darse fuerzas para hacer lo que se consideraría imposible.
Chapter Text
Ya había pasado un tiempo desde aquella fatídica pelea entre Rengoku y Akaza. Los hermanos se recuperaban bien, pero seguían deprimidos, en especial Tanjiro, que seguía pensando que no había hecho nada para ayudar. Giyuu los visitaba todos los días, como cuando los había conocido, llevándoles comida y quedándose todo lo que ellos quisieran, además de ayudarlos un poco con el entrenamiento, como decirles cuanto los amaba.
Shinobu a veces espiaba a Giyuu cuando este estaba en la finca, sorprendiéndose un poco de ver sonreír y conversar al inexpresivo Pilar del Agua, incluso lo había escuchado hacer bromas y reír ligeramente cuando estaba con los chicos, pero en cuanto la miraba a ella, inmediatamente volvía a su habitual cara de póker. Incluso pensaba que se mostraría un poco tonta al decirle que todos lo odiaban, cuando sabía perfectamente que eso ya era así.
—Buenos días, Tomioka-San— Lo vio llegando a su Finca —¿Vienes a ver a tus hijos?—
—No estaría aquí de no ser por eso—Respondió, completamente serio.
—Ya veo. Últimamente has estado más expresivo que de costumbre, pero solo con los chicos— Dijo ella, pareciendo curiosa ante el asunto —¿Se puede saber la razón? La mejor forma de entender a una madre omega es preguntárselo a él mismo—
—Solo siento que así tengo que ser. Desde el primer día que he pasado con ellos no han hecho más que ayudarme a abrirme, claro que solo con ellos. No estoy preparado para ser así con alguien más— Contestó, finalmente entrando a la Finca a ver a sus hijos, con una canasta llena de dulces en una mano.
La beta se sorprendió ante esto, casi no creyendo que Tomioka había dicho más de cinco palabras, además de decir como se siente estando al lado de sus hijos, en comparación al estar al lado de los demás. Ella se quedo por unos momentos pensando en aquello, hasta que volvió a ver a Giyuu salir corriendo de la Finca, viéndose un poco preocupado. Enseguida miró hacía sus espaldas, tras escuchar otros pasos apresurados, tratándose de Kiyo, que tenía unas lágrimas pequeñas en sus ojos.
—¿Qué sucedió?— Le preguntó, agachándose a su altura.
—¡Tanjiro no está!— Contestó la niña, soltando más lágrimas —Empezó a entrenar con su herida aún sin sanar a escondidas de Giyuu-Sama. Nos pidió que no dijéramos nada— Respondió preocupada —Pero ahora desapareció. Él estaba aquí hace solo unos minutos. Giyuu-Sama partió a buscarlo en cuanto no lo vio—
—¿Y los demás?—
—Se quedaron en la habitación por ordenes de Giyuu-Sama. Para que no corrieran peligro—
—Ya veo...— Se quedo pensativa por unos momentos —Kiyo, dile a los chicos que no se preocupen por el entrenamiento por hoy, también que Aoi les prepare algo para comer. Tomioka querrá verlos bien alimentados al volver—
—Esta bien...— Se limpió sus ojitos antes de ir a dar aquella información.
[•••]
«—Gracias, cuervo de Rengoku-Sama—» Pensó Tanjiro, corriendo detrás del cuervo «—Me está guiando a su casa—» Durante el trayecto, su herida no hizo más que doler debido a que esta seguía abierta. Dios, debió de haber escuchado a las niñas cuando le dijeron que no entrenara —¡Agh!— Se quejo, luego de caer de rodillas al suelo, debido al dolor. Entonces, en cuanto levantó la vista, se topó con un niño idéntico a Rengoku, que no parecía ser mayor a él, tal vez uno o dos años menor, que se encontraba barriendo el suelo fuera de su casa. Sin embargo, su rostro y el olor que desprendía daba a entender que se encontraba afligido —¿Eres Senjuro...?— Interrogó, mirando al niño mientras se acercaba lentamente —Es un placer— Hizo una leve reverencia ante él —Soy Kamado Tanjiro. Rengoku-Sama me encargó transmitir unas palabras a ti y a su padre. Por eso vine...— Finalizo, sintiendo como el olor del niño se hacía más amargo, mientras comenzaba a sudar frio.
—¿Mi hermano?— Cuestionó —Se lo que sucedió, sí ¿Te encuentras bien? Estás muy pálido— Se veía preocupado de ver el rostro pálido de Tanjiro.
—¡Vete!— Un hombre, que parecía un Rengoku 20 años más vueji, le gritó a Tanjiro, sin darle la oportunidad de responder a la pregunta del alfa menor —Seguro que no dijo más que tonterías. Murió por convertirse en espadachín pese a no tener talento— Se quejó en un tono que a Tanjiro no había hecho más que enojarlo —¡Es absurdo! Kyojuro era un idiota. El talento de los humanos es innato. Solo unos pocos lo tienen. El resto es basura. Escoria sin valor alguno— Entonces le dio un gran sorbo a su jarra de Sake —Igual que Kyojuro. No tenía talento. Era obvio que moriría— Se notaba enojado, cosa que solo desconcertó más al omega. Aunque su hijo menor ya parecía acostumbrado a aquel comportamiento, pero no por eso dejaba de ser tan doloroso —Senjuro, eres un hombre de la familia Rengoku. ¡Deja de lloriquear!— Le gritó a su hijo, provocando que más lágrimas indeseadas comenzasen a salir. Y de inmediato, el instinto omega de Tanjiro se encendió, obligándolo a abrazar a Senjuro, quien se sorprendió por aquel acto.
—No debería decir algo así— Le regañó, estando enojado y a la vez nervioso, ya que era la primera vez que se dirigía a un adulto de esa forma —Por favor, dejé de hablar así—
—¿Quien te crees tú?— Interrogó, enojado por la reacción de Tanjiro —Lárgate, asqueroso omega. No cruces nuestra puerta—
—Soy un cazador de demonios— Se presento, pero el alfa mayor no parecía escucharlo para nada, más todavía luego de ver sus aretes.
Aquel alfa se quedo completamente atónito, y un poco asustado también. La jarra aún llena de Sake se había caído al suelo, gracias al estado antes mencionado —Tú...— Habló, temblando ligeramente —Conque tú...— Señaló a Tanjiro —Usas la respiración Solar, ¿No es así?— Le cuestionó, dejando a ambos menores confundidos.
—¿Solar?— Soltó a Senjuro, el cual parecía estar mejor —¿De qué habla?— Pero en eso, el mayor corrió hacía Tanjiro, únicamente para aplicarle una llave, asiéndolo golpear el suelo con la cabeza «—Es rápido—» Pensó, mirando como el mayor aplicaba toda la fuerza que tenía para dejarlo en el suelo «—Está entrenado—»
—¡Detente, padre!— Senjuro agarró su brazo tratando de suavizar el agarre —¡Mírale la cara, se encuentra mal! ¡Por favor!—
—¡Cállate!— El mayor no midió su fuerza cuando alejó a su hijo menor de un fuerte manotazo, dejándole la mejilla bastante roja.
—¡Ya estuvo, desalmado!— En cuanto aquel hombre se alejó, esquivando un golpe de Tanjiro, el omega aprovecho para levantarse —¿Se puede saber que le sucede en la cabeza? ¡Primero humillas al hijo que se sacrificó para salvar a miles de vidas, y ahora golpeas al otro!— Estaba completamente enojado.
—Te estás burlando de nosotros, ¿Verdad?— Lo fulminó con la mirada.
—¿Por qué? ¿Qué razón tendría para hacerlo? No lo entiendo. ¡Me acusa injustamente!— Protegió el cuerpo de Senjuro con el suyo por precaución.
—Te acuso porque usas la respiración Solar— Claramente aquello no era una justificación —Conozco esos aretes. Estaba escrito—
«—¿Se referirá a la Danza del Dios del Fuego?—»
—La respiración original. La primera respiración que surgió— Lo señaló con el dedo —La técnica más poderosa de todas. Todas las respiraciones derivan de la respiración Solar. Todas ellas siguen el ejemplo de la Solar. Son imitaciones que degeneraron. La de llamas, la de agua, la de viento ¡Todas!— Explicó, dejando un poco sorprendidos a los menores.
«—¿Qué quiere decir?—» Estaba confundido por la nueva información que recibió «—En mi familia somos carboneros. Tenemos un árbol. La respiración Solar, La Danza del Dios del Fuego. Pero ahora... Ahora eso no importa—»
—¡No seas arrogante solo por poder usar la respiración Solar!— Le gritó, sacándolo de su trance.
—¿Cómo voy a serlo?— Comenzó a temblar levemente —¡No sabes lo mucho que me atormenta mi debilidad ahora mismo! ¡Viejo insoportable!— No podía más con sus frustraciones de haber recordado a su familia, aquella nueva información que nunca pensó que existía y las resientes pesadillas en torno a su ultima batalla.
—Cuidado, mi padre...— Trató de advertir Senjuro, completamente aterrado al enojo de su padre.
—¡No hables mal de Rengoku-Sama!— Apretó sus puños con fuerza, preparado para darle un fuerte golpe, algo que nunca antes había hecho.
—¡Era un Pilar!— Gritó Senjuro, aterrado.
Pero entonces, Shinjuro, el alfa mayor, desvió el brazo de Tanjiro, envolviéndolo con el suyo propio para luego darle un golpe rápido y fuerte en toda la cara.
—¡Detente, padre, por favor!— Volvió a suplicar Senjuro, al borde de las lágrimas.
«—¿Por qué?—» Se preguntó Tanjiro, sintiendo como el tiempo se detenía «—Si la Danza del Dios del Fuego es la Respiración Solar—» Recordó a Rengoku, quien le hizo sentir algo que todavía no era capaz de entender «—¿Por qué no pude salvar a Rengoku? ¿Por qué?—» Se volvió a preguntar, mientras se protegía de los fuertes golpes del padre de aquel alfa «—¿Por qué?—» Shinjuro se estaba preparando para darle el golpe certero, pero no se esperaba un contraataque por parte de Tanjiro, el cual se trataba de un fuerte cabezazo «—¡¿Por qué?!—» Senjuro estaba sorprendido, pues nunca creyó que viviría para ver como alguien lograba golpear a su padre, quien pese a todos los años en los que estuvo sin hacer nada más que tomar Sake, su cuerpo y fuerza seguían siendo los mismos.
[•••]
—¿Qué hice...?— Se preguntó, ya estando dentro de la residencia Rengoku y con la cabeza bien agachada, sintiendo culpa de todo lo anterior.
—Toma un poco de té— Ofreció Senjuro.
—Gracias...— Contestó, poniendo un poco nervioso al menor debido a la cara que tenía en esos momentos —Siento haberle dado un cabezazo a tu padre ¿Está Bien?—
—Creo que sí. Al despertar fue a comprar más Sake—
—Ya veo...—
—Muchas gracias— Esto confundió un poco a Tanjiro —Me consolaste. Yo no soy capaz de replicarle cuando habla mal de Kyojuro— Liberó un poco de feromonas olor a manzana que estaban ligeramente agrias. Tanjiro lo miró preocupado, ese no era un buen ambiente para un niño —¿Cómo acabó así mi hermano?— Interrogó, solo para quedarse escuchando a Tanjiro atentamente y sin interrumpirlo —Ya veo. Peleó hasta el final. Muchas gracias— Volvió a decir, para luego inclinarse ante Tanjiro.
—No...— Se inclinó ante Senjuro —Siento no haber podido hacer más. Soy un omega y Rengoku-Sama utilizo su voz Alfa para que no pudiera interferir— Explicó.
—No te preocupes— Volvió a sentarse correctamente —De seguro mi hermano dijo lo mismo, ¿Verdad?— Preguntó, con nuevas lágrimas saliendo de sus ojos, mas no esperaba una respuesta —Sé qué libros solía ojear mi padre— Entonces le deslizó uno de los libros —Creo que este es el que buscas—
—Muchas gracias— Le contestó, mientras lo tomaba.
—¿Estará escrito lo que te interesa saber?— Cuestionó, mientras veía a Tanjiro abrir el libro
—¿Qué?— Estaba desconcertado.
—¿Qué?— Se acercó a mirar.
—Está destrozado— No lo comprendía —No se lee casi nada. ¿Sería así originalmente?— Le preguntó al menor.
—No, no debería— Contestó —Los tomos de los Pilares de la Llama se guardaban con mucho cuidado— Se quedó pensando un poco —Imagino que lo rasgó mi padre. Lo siento mucho—
—No te disculpes. No es culpa tuya— Le contestó, liberando algunas de sus feromonas para calmarlo.
—Viniste aquí expresamente y no descubriste nada— Volvió a decir en un tono de culpa —Sobre la respiración Solar o la Danza del Dios de Fuego—
—No pasa nada— Le acarició la cabeza como solía hacer con sus hermanos —Sé lo que debo hacer. Seguir entrenando. Sé los pasos, pero aún no domino la Danza del Dios del Fuego—
—¿No?—
—Si la uso mientras realizo la concentración total, mi cuerpo deja de responder. Es problema mío. Mi cuerpo no sigue a la técnica. La concentración total duradera mejoró mi resistencia, pero no es suficiente— Explicó, un poco triste por sentirse débil —Dicen que manteniendo la duradera, ganaría resistencia a diario, pero no se mejora de golpe. Si hubiera sido más fuerte, de existir una forma de fortalecerme de golpe para salvar a Rengoku... Pensé mucho en eso. Pero no hay ningún método tan practico. No hay atajos. Hay que esforzarse. Avanzaré todo lo que pueda ahora— Senjuro lo miró, mientras escuchaba atentamente —Aunque sea duro y me dé rabia. Me convertiré en un Pilar tan fuerte como Kyojuro. Lo prometo— Finalizo, mirándolo a los ojos, antes de ponerse nervioso por utilizar el nombre de pila de Rengoku. Pero no pudo ofrecer una disculpa por el atrevimiento de llamarlo así, ya que había visto como Senjuro comenzaba a llorar nuevamente.
—Mi hermano no tenia Tsuguko— Miró al patio en donde solían entrenar —Debería haber sido yo. Debería haber acumulado proezas para ser un Pilar de reserva. Pero mi nichirinto no cambio de color. Dicen que la katana no cambia de color si no tienes cierta habilidad empuñándola— Apretó con fuerza sus puños —Y por mucho que me entrenara la mía no cambio— Pese a que las lágrimas rodaban por sus mejillas hasta caerse al suelo, la sonrisa en su rostro no se fue nunca —Abandonaré la idea de ser espadachín. Buscaré otra forma de ayudar a la gente. Se romperá la linéa de sucesión histórica del Pilar de la Llama pero creo que mi hermano me lo perdonaría— De solo recordar la sonrisa de Kyojuro la calma volvía a su cuerpo.
—Recorre el camino que creas correcto. Y si alguien habla mal de ti por ello, le daré un cabezazo— Trató de hacerlo sentir mejor.
—No deberías hacer eso— No se sentía para nada mejor.
—...—
—...—
—Y bueno ¿Cómo a estado Rengoku-Sama?— Preguntó, sin saber que otra cosa más decir.
—Él ha estado tan bien como puede esperarse— Respondió el pequeño, volviendo a tener una sonrisa en su rostro —Gracias por preguntar. Nadie a venido a visitarnos—
—Sí no te importa—
—Adelante, dime—
—¿Puedo verlo?— Se sentía un poco avergonzado por hacer tal pregunta.
Senjuro lo miró un poco extrañado, nunca antes habían venido a visitar en el poco tiempo que había transcurrido, por lo que no pudo evitar alegrarse por la pregunta de Tanjiro —Claro— Contestó con una gran sonrisa —Sígueme, por favor— Le pidió, para luego comenzar a guiarlo por un largo pasillo.
—Te lo agradezco. De verdad tenía muchas ganas de verlo—
—No te preocupes. Estoy seguro de que se alegrara de saber que estas aquí. Eres una buena persona, y eso que apenas nos conocemos. Kyojuro se pondrá feliz— Entonces llegaron al final del pasillo, en donde había una gran puerta corrediza —Hermano, alguien vino a verte. Vamos a entrar— Avisó, como era costumbre en él, antes de deslizar la puerta lentamente, dejando a la vista una gran habitación bien iluminada gracias a que la puerta del otro extremo, la que daba al patio, estaba abierta de par en par. La habitación se veía como una normal, pero hermosa, con las paredes pintadas de verde alga y decoraciones de madera en las esquinas.
Ambos jóvenes se adentraron en la habitación, siendo Tanjiro el que se encontraba un poco nervioso. No había visto a Rengoku desde aquella batalla contra la Luna Superior 3, y tenía algunas cosas que decirle, pero parecía que aquello se le iba a dificultar.
—Cuando el cuervo de mi hermano dio el mensaje, yo, literalmente, me derrumbe a llorar. Solo después corrí a decirle a mi padre, pero él me lanzó la jarra de Sake que tenía en las manos en aquel momento— Habló Senjuro, sentándose lentamente a un lado del gran futon armado en el centro de la habitación, mientras palpaba el suelo a su derecha, en señal de que Tanjiro se sentase a su lado —En ese momento no pude dejar de llorar, hasta que dieron el nuevo aviso, que tal vez no era tan diferente, pero gracias a eso mi hermano esta aquí conmigo— Dijo, con las lágrimas saliendo de sus ojos nuevamente, mientras posaba su mano en el pecho de Rengoku, que estaba recostado cómodamente en el futon —No se que es lo que deseaba Kyojuro, pero yo no pude evitar volverme egoísta. Pienso que el coma de Kyojuro, sin duda es mejor que la muerte. Aunque él no pueda despertar nunca, va a estar a mi lado, siempre que lo necesite. Pero ¿Por qué no puedo dejar de sentirme mal? ¿Por qué no hago más que sentir asco por mí mismo?— Se preguntó, rompiendo a llorar, mientras Tanjiro volvía a abrazarlo —¡Solo quiero que mi hermano no me deje solo! ¡Pero ahora Kyojuro tiene más probabilidades de morir en ese estado! ¡Y sí despierta algún día, serían en unos años, cuando yo ya no sea capaz de cuidarlo por estar cuidando a la familia que quiero formar!— Gritó, desahogándose en el hombro de Tanjiro, mientras que el omega liberaba sus feromonas olor a fresa para calmarlo.
—Se como te sientes— Le acarició el cabello con cariño —Yo también perdí a personas muy importantes en mi vida. Yo también me sentía mal y débil por no poder hacer nada, tal y como ahora. Pero se que, con el tiempo, aunque la herida siga estando presente, incluso luego de haber cicatrizado, seguirás adelante. No es egoísta pensar en querer tener a tu hermano contigo, cualquiera lo desearía incluyéndome. Mi madre solía decir que “Cuando realmente quieres algo, si lo deseas con todas tus fuerzas, tarde o temprano se te va a cumplir. Pero recuerda, que lo que desees debe ser algo posible”—
Entonces Senjuro lo miró, aún con las lágrimas en sus ojos, las cuales Tanjiro limpio con sus pulgares, mientras le daba una bella sonrisa, calmándolo por completo. Por algún motivo, Senjuro se sentía muy a gusto con Tanjiro.
—¡Oh! ¡Cómo pude olvidarlo!— Exclamó de la nada, sorprendiendo un poco a Tanjiro —¡No le cambie las vendas a Kyojuro!— Entonces se levantó, comenzando a correr casi por toda la habitación en busca de diferentes cosas.
Tanjiro lo miraba un poco extrañado, hasta que notó que era lo que hacía Senjuro, ya que el pequeño estaba agarrando unas cuantas vendas, algunas botellas y otras cosas que no lograba descifrar que eran —Eh... ¿Necesitas ayuda?—
—Si quieres ayudarme, te lo agradecería mucho— Volvió a donde estaba sentado antes para dejar las cosas que tenía en mano en el suelo.
—¿Necesitas que traiga algo más?—
—Tráeme unas dos cubetas con agua, no deben de estar tan llenas. Ve al patio directamente por la puerta de aquí— Le señaló la puerta con el dedo.
—Sí— Y se fue lo más rápido posible.
—Bien hermano, es hora de cambiar esas horribles vendas— Le avisó, como ya era costumbre.
—Aquí están— Entró nuevamente luego de unos minutos con dos cubetas casi llenas de agua —¿Algo más?— Se las dejó a un lado.
—Si, necesito que, en cuanto termine de lavar mis manos, tu hagas lo mismo y me ayudes con Kyojuro— Le pasó un par de guantes quirúrgicos —Normalmente lo hago solo, pero un poco de ayuda no me vendría mal— Lavó meticulosamente sus manos con el agua de una de las cubetas y delicadamente las secó con una toalla que había colocado en su regazo —No toques el agua de la otra cubeta, esa es la que vamos a utilizar para esto—
—Esta bien— Respondió Tanjiro, haciendo el mismo procedimiento que Senjuro, antes de ponerse los guantes —Bien, ¿ahora qué?—
—Ayúdame a retirar con cuidado el vendaje de ayer— Le entregó unas pinzas —Debe ser con cuidado, la sangre se seca y crea costras que se pegan al vendaje, por eso debes de hacerlo con mucho cuidado o te llevaras las costras con el vendaje, provocando sangrado, y por ende, más costras—
—Comprendo— Empapó las pinzas en alcohol y comenzar a retirar con cuidado el vendaje, con un poco de ayuda de Senjuro, que de inmediato mojaba las zonas con una esponja húmeda.
—La señorita Shinobu-San me dio un jabón especial para este tipo de quemaduras, ella misma lo hizo. ¿Puedes limpiar la zona, mientras yo preparo el nuevo vendaje?—
—Claro— Respondió, feliz de ayudar, pero a la vez un poco nervioso, ya que la quemadura de Rengoku se veía realmente horrible e incluso había soltado un poco de sangre «—Despacio... Despacio...—» Senjuro se le quedó mirando, notando la delicadeza con la que limpiaba la quemadura ya un poco mejor de su hermano Kyojuro. Las manos de Tanjiro temblaban levemente, pues estaba temeroso de hacer algo mal, pero aún así se mantuvo firme y continuo —Ya... ya esta—
—Bien— Entonces comenzó a colocar un poco de ungüento de un tono verdoso en la gran quemadura, esparciéndola bien por cada rincón de está misma —Este ungüento también lo creo Shinobu-San. Está hecha con aloe vera, un poco de miel, antibióticos y otras cosas que no termine por entender. En pocas palabras, esta hecha de todas las cosas que reducen el dolor, evitan infecciones y sanan más rápido la quemadura—
—Vaya, que increíble— Expresó, mientras ayudaba a Senjuro a colocar con cuidado la nueva capa de vendajes, a la cual también le aplicaron gasa para mantenerlo en su lugar —¿Ya está todo en su lugar?—
—Si, muchas gracias— Agradeció mientras se quitaba los guantes —Hacer esto todos los días es realmente un poco difícil—
—¿Tu padre no te ayuda?—
—No. Desde que trajimos a Kyojuro de vuelta a casa, padre no lo ha venido a ver ni una sola vez— Contestó, un poco triste —Pero no importa, yo solo puedo encargarme de mi hermano— Le mostró una gran sonrisa —Claro, necesito ayuda algunas veces, pero lo mejor es no molestarlo para nada— Finalizo, volviendo a acomodar la ropa de Kyojuro y arroparlo nuevamente —¡Oh! Ya se va a hacer de noche. Perdona si te entretuve por mucho tiempo—
—No te preocupes. De todos modos, ya pude hacer lo que él quería y lo que yo quería— Habló, levantándose.
—Espera un poco, iré a dejarte a la salida— Dijo Senjuro, luego de arrojar toda el agua de las cubetas al patio.
[•••]
—Intentaré reparar el tomo del antiguo Pilar de la Llama— Ambos ya estaban fuera de la residencia —También examinaré otros. Hablaré con mi padre y enviare un cuervo si descubro algo— Habló con una sonrisa —Me alegro de que habláramos. Ve con cuidado— Se inclinó ante Tanjiro.
—Yo también me alegro. Muchas gracias— Ahora Tanjiro era el que se inclinaba ante Senjuro —Gracias por permitirme ver a Rengoku-Sama una vez más—
—No lo digas como si fuese una despedida. Puedes venir cuanto quieras— Le aclaró con una hermosa sonrisa —Por cierto, Tanjiro— Volvió a hablar, mientras buscaba algo entre sus ropajes —Acepta esto, por favor— Entonces le mostró algo envuelto en un pañuelo violeta —Es el guardamano de su katana— Se lo enseñó.
—N-No puedo aceptar algo tan valioso— Se negó, un poco nervioso.
—Quiero que lo tengas tú— Se lo volvió a decir, con una sonrisa —Sé que te protegerá— Y con eso, Tanjiro lo miró sorprendido, antes de que Senjuro lo dejase en sus manos —Sé que Kyojuro hubiera estado de acuerdo. Sé que apenas y nos conocimos hoy pero me di cuenta de que mi hermano era alguien muy importante para ti. Así que por favor, no lo rechaces—
Tanjiro miró el guardamano de Rengoku, que también poseía un poco de sus feromonas aún intactas pese al tiempo, aquello solo lo hizo sonreír —Gracias— Miró el objeto entre sus manos con cariño, y con algo de pesadez en su corazón, pues realmente deseaba volver a sentir un gran abrazo de su parte.
Senjuro notó como Tanjiro miraba con amor el guardamano de su hermano, un objeto perteneciente a la familia Rengoku, y que ahora le pertenecía a ese omega. Sus feromonas le daban a entender cuales eran los sentimientos que tenía por Kyojuro, pero parecía que ni él mismo sabía como se sentía realmente «—Este chico realmente desea estar con mi hermano—»
—Gracias. Muchas gracias—
—No te preocupes—
[•••]
—Con permiso— Habló, antes de abrir la puerta lentamente —¿Ya regresó, padre?— Preguntó, asomándose un poco por la puerta—Antes...—
—¡Cállate! No tiene importancia. Vete— Gritó en un tono severo.
—Pero Kyojuro...—
—Estupideces— Escupió en tono seco —De seguro solo me insultó. Estoy convencido. ¡Largo!— Le volvió a gritar.
Senjuro lo miraba triste, pero no podía hacer nada más que obedecer —De acuerdo— Se resigno, pues hablar con su padre era completamente imposible. Pero, estando a punto de irse, tomo el valor para hablar nuevamente —Que cuide su salud. Eso fue lo único que quería decirte Kyojuro— Finalizo, para esta vez irse lentamente, tratando de no molestarlo más de lo que seguramente ya había hecho.
Shinjuro Rengoku se quedo mirando el horizonte, completamente perdido en sus pensamientos. La palabras “Me voy, padre” resonaban en su cabeza, siendo esto lo ultimo que pudo escuchar de su hijo mayor, Kyojuro, que ahora se encontraba postrado en cama, sin la posibilidad de despertar prontamente.
Con fuerza agarro la nueva jarra de Sake que se encontraba a su lado, con la intención de darle un gran sorbo a esta. El alcohol había sido su unico consuelo durante años, luego de haberse rendido como Pilar y abandonar tanto la profesión como el cuidado de sus hijos, quienes ya habían perdido a su madre a una temprana edad, siendo su hijo menor, Senjuro, el que ni siquiera poseía un recuerdo de ella.
Pero entonces, estando a nada de beber, dejo la jarra nuevamente a su lado, sucumbiendo finalmente al dolor. Dolor que se había guardado luego de la muerte de su esposa hace tantos años, que finalmente salían con el resiente estado de su hijo, que se encuentra entre la vida y la muerte.
«—Kyojuro—» Pensó, pues no se atrevía a pronunciar el nombre de su hijo, no luego de todo lo que había dicho ya «—Kyojuro—» Con un rio de lágrimas corriendo desde sus majillas hasta caer al suelo desde su barbilla, dejo que el dolor lo abrazara, pues ya no podía seguir escapando de este, no luego que lo encontrara nuevamente —Kyojuro—
[•••]
—¿Tengo fiebre?— Tocó levemente su frente —Me duele todo el cuerpo. Dios, mamá va a estar muy enojado...— Estaba ligeramente preocupado, pues Giyuu enojado daba mucho miedo —Ya estamos llegando, Nezuko. No te preocupes, le diré a mamá que te hice venir conmigo, para que no te regañe— Miró a la caja en donde se encontraba su hermana, pues la había llevado con él.
Pero, en cuanto volvió a ver al frente, se topó con un Haganezuka completamente enojado, con un aura aterradora que se lograba ver con facilidad y con cuatro cuchillos, teniendo uno en cada mano y los otros dos amarrados a los lados de su cabeza con el pañuelo que solía utilizar para cubrir su cabello.
—¡Haganezuka!— Exclamó Tanjiro, asustado de verlo así.
—¿Cómo pudiste perder la katana? Mereces la muerte ¡Mereces la muerte!— Gritó, mientras comenzaba a perseguir a Tanjiro, quien no tubo otra opción más que salir huyendo por la misma dirección de la que ya venía.
—¡Lo siento! ¡Lo siento muchísimo!— Trató de calmarlo, pero obviamente sin éxito.
La persecución duró hasta que ya había anochecido por completo, estando Tanjiro subiéndose a los arboles con tal de desviarlo, pero Haganezuka lograba encontrarlo estuviera donde estuviera. En algún punto, a Tanjiro se le ocurrió ir a la entrada principal de la sede, con la esperanza de encontrar a alguien allí que lo ayudase, por lo que, con las fuerzas que le quedaban, emprendió su camino hasta allá, con un Haganezuka pisándole los talones.
[•••]
—¿Ya notaron que Tomioka-San lleva mucho tiempo parado en cerca de la entrada?— Interrogó la omega de mechones verdes —¿Estará esperando a alguien?—
—De seguro solo esta tratando de llamar la atención— Respondió el alfa heterocromático —Al igual que siempre. Solo esta allí creyéndose mejor que todos—
—Y ahora se cree más por tener largas charlas con el Patrón por las tardes en su Finca— Habló ahora el alfa albino, que no perdía la oportunidad de hablar mal de su compañero Pilar —Y todo porque ahora es “mamá“— Dijo entrecomillas, obviamente burlándose.
—Iguro-San. Shinazugawa-San. Por favor, no hablen mal de Tomioka-San— Pidió la omega —Debe de estar esperando a alguien. Por favor no hablen mal antes de mirar— Les rogó, siendo contestada casi al instante con un “sí” por parte del azabache.
—Tks. Como sea— Dijo el alfa albino, teniéndole algo de respeto a su compañera, pero eso no evitó que siguiera mirando mal a Giyuu.
—¡Giyuu!— Gritó alguien que se acercaba corriendo hasta el Pilar del Agua —¿Estás bien? Llevas parado aquí casi dos horas— Le habló uno de los cazadores de rango inferior, mientras lo abrazaba por atrás, completamente cansado por haber corrido.
—¿Acabas de decir que llevas casi dos horas observándome?— Preguntó Giyuu, volteando ligeramente su cabeza para mirarlo —No me sorprende, no tratándose de ti, Murata— No se veía para nada sorprendido.
—¡Qué malo!— Exclamó, abrazándolo con más fuerza —Y yo aquí dándote cariño—
—No te lo pedí—
—¡No se supone que me lo pidas!— Volvió a exclamar el azabache —No deberías pedir cariño a nadie. Es más lindo cuando alguien te da su cariño cuando no te lo esperes—
—De ti me lo esperaba— Contestó, inclinando un poco su cabeza a la derecha, para que Murata acomodara mejor la suya —Siempre haces lo mismo—
—Entonces hare algo nuevo— Mencionó, antes de darle un rápido beso en el cuello, que dejo a Giyuu, y a los otros Pilares presentes, completamente sorprendidos.
—¡Murata!— Gritó, empujándolo —¿Acaso quieres que mis hijos vuelvan a perseguirte con piedras en las manos?— Pero entonces, Murata colocó una de sus manos en la cintura de Giyuu, para luego inclinarlo.
—Con tal de que me llamen papá, estoy dispuesto a correr el riesgo— Le dijo con un tono de voz que le causo un escalofríos a Giyuu.
—¡KYAAAA!— Exclamó Mitsuri, ya no pudiendo resistir las ganas de gritar —¡No sabía que Tomioka-San tenía novio!—
—Él no es...— Iba a seguir hablando, pero en eso vio como Tanjiro entraba corriendo, notoriamente cansado —¡Tanjiro!— Exclamó, antes de soltarse de Murata y ver como el omega menor lo abrazaba, permitiéndose descansar un poco —¿En donde diablos estabas? ¿Tienes idea de lo preocupado que me tenías?—
—Lo...— Respiró un poco —Lo... siento— Logró decir, antes de apoyar su cabeza en el pecho de Giyuu —Haga... nezuka...— Trató de hablar —Él... perseguir...—
—¿Quien? ¿Haganezuka?— Interrogó, apenas entendiendo las palabras de Tanjiro —¿Haganezuka te estaba persiguiendo?— Volvió a preguntar, recibiendo un asentimiento por parte de Tanjiro, que aún trataba de recuperar el aire perdido
—¡Muere!— Exclamó el antes mencionado, que cayó de rodillas, casi al instante, gracias a una gran oleada de feromonas que Giyuu le había lanzado.
—¿Te atreves a perseguir a mi hijo por una mísera katana?— Interrogó, utilizando un tono de voz que estremeció un poco a los presentes —Puedes hacer muchísimas más, ganas dinero con eso ¿Y te molesta que te encarguen otra?—
—T-Tomioka-Sama...— Estaba nervioso, era la primera vez que un omega dominante le daba miedo.
—Hace lo que tengas que hacer, y te vas— Había utilizado su voz dominante, cosa que estremeció un poco a Obanai y Sanemi, mientras que Mitsuri estaba divertida con la confrontación.
—¡S-Sí!— Exclamó —Ya deje la caja en la Finca Mariposa. Me lo encontré en cuanto estaba saliendo—
—Yo no te pedí una explicación. ¡Vete!— Le volvió a ordenar, solo para ver como Haganezuka se iba lo más rápido que podía —Y tú— Miró a Tanjiro —Tú si que me debes una buena explicación—
—Lo se...— Respondió, todavía con la frente pegada al pecho de Giyuu.
—Más te vale tener una buena excusa— Comenzó a jalarlo del brazo, devuelta a la Finca Mariposa.
—Sí...— Respondió, siguiendo a Giyuu, con la vista en el suelo.
—Nos vemos mañana, Murata— Se despidió.
—¿Es una cita?— Preguntó en tono inocente, antes de que una piedra le golpeara la cara, cortesía del mismo Giyuu —¿Eso es un sí?— Pero entonces ambos omegas ya habían desaparecido.
—¿Es enserio? ¿Tomioka?— Preguntó Sanemi, sin poder creérselo.
—¿Por qué no?— Contestó Murata, mirándolo con una sonrisa —Giyuu es el omega más hermoso que he visto. Y si tengo la oportunidad para estar con él, no la desaprovechare— Respondió, antes de dar una reverencia a los Pilares y retirarse mientras tarareaba una canción que nunca antes habían escuchado.
Los tres Pilares se miraron entre ellos, para luego volver a mirar a Murata, que ya había avanzado un poco. Iguro y Sanemi no eran capaces de procesar aquella información correctamente, ¿Alguien enamorado de Giyuu?, definitivamente no se lo podían creer. Mitsuri, por otro lado, solo pensaba en lo desilusionada que se sintió por no ver un beso entre su amigo y aquel beta.
—Está demente— Dijeron los alfas al mismo tiempo, pensando en las palabras de Murata.
—¿Eh?— Interrogó la omega, mirándolos a ambos por no haber entendido.
Dios, sin duda, los futuros acontecimientos serían muy interesantes.
Notes:
Bue... Tengo 40 de fiebre, escalofríos y alucine un rato en l mañana... A mí cuando no me llueve, me llovizna
Chapter 8: Pilar del sonido, Tengen Uzui
Chapter Text
—Haganezuka lo persiguió por horas— Explicó Giyuu, viendo a sus hijos desayunar.
—¿Y por eso no tienes hambre? ¡Come!— Inosuke estaba preparado para comerse la comida de Tanjiro, en caso de que la rechazará.
—Si mamá no lo hubiera espantado habría seguido hasta mediodía— Respondió, estando cansado por no haber dormido bien.
—¿Quieren más?— Preguntó Aoi, acercándose con el carrito en el que se encontraba la comida.
—¡Si!— Exclamó Inosuke, haciendo sonreír un poco a Giyuu.
—Gracias por lo de anoche, mamá— Agradeció, ya un poco más despierto.
—No te preocupes—
—¿Dónde está Haganezuka ahora?— Preguntó Zenitsu, mirando a Giyuu.
—Está comiendo mitarashi dango en el patio— Respondió Aoi en lugar de Giyuu.
—Creí haberle dicho que se fuera—
—Sí. Pero tal parece que Tanjiro no era el unico cazador que solicitó una katana nueva. Como todavía estaba enojado, le dimos algunos— Explicó —Mejoraron su humor—
—Qué alivio— Tanjiro estaba más tranquilo.
—Le encantan los mitarashi dango— Habló Sumi.
—Si se enoja, vayan a comprar algunos— Continuó Naho.
—¡Yo también quiero!— Gritó Inosuke.
—Supongo que podría hacer unos luego— Dijo Giyuu, limpiándole las mejillas —Hare muchos, para que todos puedan comer—
—¡Si!— Exclamaron los tres a la vez, junto con las niñas.
Pasado el tiempo, los chicos cada día estaban mucho mejor, siendo capaces de comenzar con el entrenamiento sin problema alguno. La herida en el vientre de Tanjiro se había curado perfectamente, sin problema y sin dejar una horrible cicatriz.
Ahora los chicos se encontraban entrenando en el patio de la Finca Mariposa, siendo supervisados y ayudados por las niñas, quienes se sentaban en sus espadas al estar haciendo las flexiones.
—¡Cien veces más!— Ellas, pedido secretamente por Giyuu, le estaban dando un entrenamiento pesado a los chicos.
—¡SI!— Exclamaron ellos, estando de acuerdo con el agotador entrenamiento.
«—Ya hace casi cuatro meses del coma de Rengoku-Sama—» Pensó Tanjiro, utilizando la caja de Nezuko como peso, mientras corría por el bosque junto a sus hermanos «—Entrenamos a diario y, cuando llegan ordenes de los cuervos—» Pensó, recordando como las niñas los despedían cuando Giyuu no se encontraba «—Vamos a derrotar demonios—»
—Tengan cuidado— Decían las niñas, preocupadas por su salud.
«—Zenitsu ya no se queja tanto al ir solo a una misión—»
—Ven conmigo, mamá— Le pedía, estando al borde de las lágrimas.
—No puedo cariño, debo cuidar a tus hermanos— Le decía, mientras le acariciaba la cabeza para calmarlo —Se que podrás con todo, mi pequeño—
«—Inosuke va aún más de frente que antes—»
—¡Correremos hasta que se nos rompan los huesos! ¡Vengan!— Gritó, dándose ánimos.
«—No estar solo—» Pensó, mientras corrían nuevamente, pero con más peso que antes —¡Ya queda poco! ¡Ánimo!— Le gritó a Zenitsu, que estaba a nada de desmayarse «—es una causa de felicidad—»
—¡Mamá!— Gritó, haciendo reír un poco a Tanjiro.
—¡Nornoheste!— Gritó el cuervo de Tanjiro, que le avisaba de su nueva misión en solitario —Caza al demonio oculto en el templo de la montaña— Explicó, mientras Tanjiro lo miraba, aún estando el la Finca Mariposa —¡Nornoroeste!—
El omega pelirrojo subía por unas escaleras de piedra que lo llevaban directo a un templo en el que se supone, se escondía un demonio. Era de noche y estaba lloviendo, por lo que debía de tener cuidado por donde pisaba, o caería por las mismas escaleras.
—¿Estás bien, Nezuko?— Le preguntó, una vez estando dentro del templo —¿Te mojaste?— Volvió a preguntar, solo para sonreír una vez que escuchó como su pequeña hermana negaba desde dentro de la caja —Debería haber un demonio por aquí— Pensó en voz alta, mirando el lugar que se veía completamente abandonado. Miró hacía todas partes, buscando al demonio que no lograba detectar con el olfato, hasta notar como algo se movía a lo lejos.
Alarmado, desenfundó su katana, preparado para el combate, dándose cuenta de que una de las tres estatuas que se encontraban allí, había desaparecido. Entonces, finalmente sintiendo el olor del demonio, miró hacía arriba, teniendo apenas unos segundos para esquivar al demonio que estuvo a nada de caer sobre él, que incluso había destrozado el suelo. Pero de inmediato tuvo que comenzar a correr, ya que el demonio lo persiguió apenas cayó frente suyo. Utilizó una de las columnas para subir y dejar que Nezuko saliera de su caja, lista para atacar al demonio que les pisaba los talones, cortando así dos de sus patas con sus garras, haciéndolo alejarse y dándole espacio a Tanjiro para caer —¡Vamos, Nezuko!— Gritó, antes de que el demonio rompiera la pared con su espalda, siendo seguido ahora por los hermanos, quienes saltaron junto a él.
El demonio cayó mal al suelo, y apenas tuvo tiempo de alejarse, antes de que Nezuko lo atacara. Entonces, comenzó a correr cuesta abajo con gran velocidad, teniendo a los hermanos sin perderlo de vista en todo momento.
«—Me dio problemas—» Pensó Tanjiro, tratando de alcanzarlo lo más rápido que podía «—¡Irá a la aldea!—»
Mientras, el demonio había logrado esconderse en un almacén que estaba en la aldea, dándole el tiempo a regenerar las partes que Nezuko había cortado antes —Maldita sea— Se veía realmente enojado —¿Quién ese ese cazador?— Se preguntó —Me atacó con otro demonio— Pero su calma no duro mucho, pues Tanjiro había aparecido en la entrada del almacén, mirándolo fijamente.
—Se acabó. Prepárate— Le dijo —Lo siento—
—¡No me subestimes, mocoso!— Le gritó, bastante enojado, mientras devolvía a su cuerpo la sangre que corría por su cabeza. Para luego lanzarse a atacarlo.
«—Concentración Total. Respiración de Agua: Cuarta Postur—» Y atacó, cortando todas las patas que salían de la espalda del demonio, para seguidamente, cortarle el cuello desde atrás «—¡Golpe de marea!—»
Las horas ya habían pasado, la lluvia había parado y las nubes se habían alejado, dando paso al sol que comenzaba a calentar el frío ambiente. Tanjiro llevaba todo ese tiempo caminando, pero lo bueno es que ya estaba llegando a su destino —Estoy cansado— Se detuvo un poco a descansar —Nezuko, pronto llegaremos a la Finca Mariposa— Le habló a su hermana, que ya estaba escondida nuevamente en su caja.
—A ese paso, tardaras otro día en llegar— Aquella voz la reconocía bien.
—¿Murata?— Preguntó, mirando por donde se dirigía la voz, topándose con el azabache que había bajado de un árbol.
—Qué bueno que te veas bien. Se nota que la misión fue todo un éxito— Habló, colocando su mano en la cabeza de Tanjiro —Espero tener la misma suerte—
—Ya veo, así que te vas— Le sonrió —Qué bueno, así ya no estarás molestando a mamá— Pero entonces, Murata señalo con la cabeza hacía atrás.
—Me temo que tu plan no funciono— Le dijo, mientras ambos veían como Giyuu se acercaba.
—Mamá— Apenas verlo fue directo a sus brazos.
—Qué bueno que llegaste bien— Ambos se separaron —Mi niño, perdón, no puedo estar contigo. Me voy con Murata a una misión de dos días. Pero prometo volver lo más pronto posible, para que podamos estar todos juntos en casa otra vez— Le dio un dulce beso en la frente.
—Esta bien. Espero que tu misión sea todo un éxito— Entonces le dio un ultimo abrazo.
—No te preocupes, yo protegeré a Giyuu— Murata pasó su brazo por sobre los hombros de Giyuu.
—Más bien, mamá va a protegerte a ti— Menciono Tanjiro, avergonzando un poco a Murata, pero sacando una sonrisa a Giyuu.
—Esta bien, se nos hace tarde— Dijo Giyuu, antes de guardar algo en uno de los bolsillos de Tanjiro —Comparte con tus hermanos— Le susurro al oído, para luego alejarse de su hijo.
—No es una despedida, es un hasta luego— Murata le agarró la mano con delicadeza —No nos tardaremos nada, estarás de vuelta con los chicos muy pronto—
—Sí. Nos vemos, cariño— Se despidió de Tanjiro, antes de dejarse guiar por Murata.
—Nos vemos, mamá—
Entonces Tanjiro vio como su madre desaparecía de la nada junto a Murata, que se atrevía a sujetarle de la mano.
—¡Deténgase!— Pidió desesperada Aoi, Tanjiro había logrado escucharla, ya que estaba llegando a la puerta que le dejaba entrar a la Finca Mariposa —¡Suélteme!— Volvió a gritar —Yo, Ella, ¡Por favor!—
—Ya cállate— Le exigió una voz que apenas lograba reconocer.
—¡Deténgase!— Le pidió Kiyo.
—¡Suéltelas!— Pidió también Sumi.
—¡Kanao!— Gritó Aoi, mirándola. La nombrada estaba parada entre las otras dos niñas, sin saber que hacer.
«—Misión. Órdenes. Shinobu. Superior. Aoi. Naho. Pilar. Moneda. Órdenes. Moneda. Moneda. Decidiré lanzando la moneda—» Pensó, mientras estaba a nada de sacar la moneda que siempre utilizaba para decidir, con las manos temblorosas.
—“Qué decida tu corazón”—
—“Podrás hacerlo bien. Eres fuerte. Podrás con todo”—
—¡Kanao!— Volvió a gritar Aoi, que suplicaba por la ayuda de su compañera.
—¡Señora Kanao!— Gritó Naho, pidiendo ayuda. Entonces, el Pilar de cabello blanco, se detuvo tras notar como algo lo detenía.
—Kanao...— La nombrada le agarraba fuerte de la mano.
—Señorita Kanao...— Dijeron las niñas, viéndola esperanzadas.
—No jales, ¿Quieres?— Le dijo el albino —Tú tienes órdenes que cumplir— Kanao solo se tensó más por aquel comentario, pues por primera vez pudo decidir sin utilizar su moneda —¡Di algo! ¡Qué callada eres!— Le gritó, asustando más a las niñas.
—¡Al ataque!— Gritó Kiyo.
—¡Al ataque!— Le siguió Sumi.
—¡AL ATAQUE!— Volvieron a gritar las dos, para luego abalanzarse hacía Uzui.
—¡Paren de una vez!— Comenzó a mover su cuerpo como loco para que lo soltaran.
—¿Qué vas a hacerles a esas niñas? ¡Suéltalas!— Gritó Tanjiro, que ya había llegado al lugar. Pero todos lo quedaron mirando, dejando confundido al «—¿O lo están rodeando? ¿Las atrapo? ¿Qué pasa aquí?—» Se preguntó.
—¡Ayuda! ¡Es un secuestrador!— Gritó Kiyo finalmente.
—¡No seas tonta, niña!— Le dijo el albino, haciéndola gritar más.
En eso, Tanjiro corrió hacía él, preparado para darle un gran cabezazo. Para su sorpresa, el alfa albino desapareció, dejando a las niñas en el aire. Kanao se aseguro de sujetar a Sumi de la cabeza en cuanto cayeron, mientras de Kiyo había caído sobre la caja de Nezuko.
—¿Estás bien?— Le preguntó, estando más enojado que antes.
—Sí—
«—Necio—» Pensó, mirando al albino con enojo, mientras liberaba de sus feromonas para calmar a las niñas.
—Soy Tengen Uzui, antiguo shinobi— Se presentó, estando parado sobre la puerta que daba a salida de la Finca —Soy bastante conocido en el mundillo. ¿Crees que me golpearás con ese cabezazo tan débil?—
—¡Suelta a las chicas! ¡Secuestrador!— Le gritó, importándole poco su presentación.
—¡Eso, eso!— Exclamó Kiyo, siendo apoyada por Kanao.
—¿Qué pretendes?—
—¡Pervertido!— Gritó esta vez Sumi, siendo apoyada nuevamente por Kanao.
—¿Con quién creen que están hablando?— Les interrogó, enojado por las palabras de las niñas —Soy su superior. ¡Soy un Pilar!— Él creyó que con eso le darían respeto.
—¡No te reconozco como Pilar!— Exclamó Tanjiro, sorprendiéndolo.
—¡No hinches las mejillas!— Tanjiro había inflado sus mejillas por el enojo —¿Y qué si tú no me reconoces, donnadie? ¿Es que te explotó el cerebro? Me las llevo porque necesito mujeres para una misión— Explicó —Si no son Tsugukos, no necesito el permiso de Kocho—
—¡Naho no es una militante!— Gritó Kiyo —¡No lleva el uniforme!— Y con eso, Uzui la levanto para mirarla bien.
—Pues no la necesito— Entonces la lanzó como si fuera cualquier cosa.
Tanjiro se apresuró en atraparla —¿Cómo puedes hacer algo así? ¡Desalmado!—
—¡Me soltó!— Naho estaba aterrada.
—Me la llevo a ella— Señaló a Aoi con la cabeza —No parece muy útil, pero al menos es militante— Con eso, Aoi estaba aterrada, pues Uzui no tenía razones para no llevársela.
—Cada uno tiene sus propias circunstancias— Tanjiro estaba un poco más calmado gracias a las feromonas de las niñas —No puedes ir libremente por donde te place. Devuélvenos a Aoi— Exigió, pero a Uzui no parecía importarle sus palabras.
—Eres demasiado indulgente. Esta desgana es lo que hace que los cazadores nos vayamos debilitando poco a poco— Trató de justificar lo ocurrido últimamente con los cazadores y sus propias acciones.
Tanjiro estaba enojado, pero aquello no le impedía pensar, por lo que, luego de consultarlo con su omega interno, miro a Uzui directamente hacía los ojos —Iremos nosotros en su lugar—
—¿“Nosotros”?— Preguntó, sin entender a Tanjiro. Y en ese momento, apareciendo de la nada, Zenitsu e Inosuke se posicionaron a ambos lados de Uzui, sobre la cerca de bambú, sorprendiéndolo ligeramente, pues no notó la presencia de ninguno. En eso, ambos saltaron, cayendo a una gran velocidad hasta estar cada uno al lado de Tanjiro, mirándolos con enojo —¿Qué es lo que proponen?— Interrogó, estando internamente sorprendido por aquella entrada.
—Acabo de volver, pero tengo fuerzas de sobra. Puedo ir, si quieres— Dijo Inosuke, señalándose con el dedo pulgar.
—¡Suelta a Aoi¡— Zenitsu estaba nerviosos, pero lo miraba desafiante, cosa que llamó la atención de Uzui, pues ningún omega, nunca antes, le había mirado de tal forma —Aunque seas un monstruo musculoso, no pienso retroceder ni un paso— Pero soltó un poco de sus feromonas del simple miedo que le tenía al imponente Pilar.
Uzui miró a los tres fijamente, sabiendo que eran los hijos de Giyuu. La verdad, él se esperaba a unos chicos completamente débiles y sin ninguna cualidad, pero a simple vista, y debía admitirlo, se veían como buenos espadachines, que incluso se habían atrevido a desafiarlo.
Por consecuencia de ser omegas, Tanjiro y Zenitsu se asustaron por la mirada que Uzui les había dado, pues sus omegas internos se aterraran, provocando que liberaran sus feromonas. En cambio, Inosuke estaba enojado, pues notaba lo que la presencia de Uzui le provocaba a sus hermanos.
—Muy bien, pues vengan conmigo— Pasó de mirarlos fijamente a mirar a un lado, mostrando que no le importaba.
«—Aceptó enseguida—» Pensó Tanjiro, estando sorprendido al igual que sus hermanos.
—Pero ni se les ocurra desobedecerme— Entonces le dio una fuerte nalgada a Aoi, que solo terminó por demostrar como era en realidad.
Una vez que todo el drama había acabado, los chicos estaban fuera de la Finca, formados uno al lado del otro, esperando las instrucciones que Uzui les debía de dar.
—Tanjiro...— Kiyo, al igual que las demás niñas, seguían asustadas por todo lo anterior.
—Es enorme...— Zenitsu se sentía un poco intimidado por el tamaño de Uzui, provocándole soltar sus feromonas olor a vainilla, que debían ser muy empalagosas.
—¿A dónde vamos, viejo?— Interrogó Inosuke, importándole poco la educación.
—A un lugar vistoso que rebosa de sensualidad y deseo— Respondió, luego de unos segundos de silencio —El distrito rojo, donde viven los demonios—
—¿El distrito rojo?— Preguntó Tanjiro, sin saber que es lo que era.
—Ya sabes, ese sitio— Trató de explicarle Zenitsu, aun que estaba muy nervioso para hacerlo —¿No lo sabes?— Pero sus otros dos hermanos solo lo miraban con cara de no saber, poniéndolo más nervioso, al punto que sus feromonas salían sin control
—¡Atentos!— Gritó el alfa, asustándolos ligeramente —Yo soy un Dios— Dijo de la nada —Y ustedes son desechos. Para empezar, métanse eso en la cabeza. Si digo que sean perros, eso serán. Si digo monos, serán monos. Estén pendientes de mi humor en todo momento y esmérense adulándome. Lo diré otra vez. ¡Yo soy un Dios!— Volvió a decir, terminando de presentarse de una forma extravagante, que dejo más confundidos a los chicos, que todavía estaban procesando la información.
«—Tiene un problema—» Pensó Zenitsu, todavía sin creerse que aquella fuese la verdadera personalidad de aquel Pilar.
En eso, Tanjiro levantó la mano, como si fuese un estudiante esperando a preguntar algo a su maestra —¿El Dios de qué, exactamente?— Preguntó, completamente inocente.
«—Un problema serio—» Volvió a pensar, viendo como su hermano mayor se lo creía todo.
—Buena pregunta— Su ego se incrementó más.
«—No. Es una pregunta estúpida—»
—Soy el Dios de lo vistoso— Hizo una pose rara con la que Zenitsu no pensó mejor de él —El Dios de los festivales—
«—Es un idiota. Es el Dios de la idiotez—»
—Yo soy el Rey de la montaña. Un placer, Dios de los festivales— Se presentó Inosuke, provocando que todos lo miraran raro.
—¿Qué dices?— Le preguntó, mirándolo desconcertado —Me das escalofríos—
«—Pero ¡si es igual que tú!—» Exclamó Zenitsu en su mente, totalmente desconcertado «—¿En serió te repugna?—»
—¿Cómo dices?— Exclamó Inosuke, tratando de golpearlo.
—¡Para, Inosuke!— Trató de calmarlo Tanjiro.
—Qué asco—
—¡Suéltame!—
«—Parece que odia a los que se le parecen—» Volvió a pensar.
—No hay tiempo que perder. Vamos— Les llamo la atención —Síganme— Y con rapidez se alejó de los chicos, dejando una pesada nube de polvo que los cubrió.
—¿Desapareció?— Zenitsu estaba asombrado —¡Qué velocidad! ¡Está muy lejos!— Exclamó, viendo como el albino ya había avanzado un buen —Ya parece un grano de sésamo—
—¿Esté es el poder del Dios de los festivales?— Preguntó Inosuke, temblando luego que sentir la presencia de Uzui alejarse rápidamente.
—No. Es Tengen Uzui, un Pilar— Le explicó Tanjiro, tomándolo de las manos para calmarlo —Recuerda que mamá desaparece de la nada cuando se va a una misión—
—¡Hay que ir tras él!— Gritó Zenitsu, luego de notar que el mayor ya casi no se veía a lo lejos.
—Tengan cuidado— Les dijo Aoi desde lejos.
—Tengan cuidado— Dijeron las niñas, copiando a la mayor —¡Buen viaje!— Gritaron, viendo como los chicos se alejaban lo más rápido que podían, tras el Pilar.
[•••]
—Tontaro— Le habló Inosuke, jalándolo de su haori.
—¿Qué pasa?— Le preguntó, ya acostumbrado a que su hermano no pueda decir correctamente su nombre.
—Tengo hambre— Le dijo, posando sus manos en su barriga.
—Yo también— El rubio copio la acción de su hermano menor —Ojala mamá hubiese venido con nosotros—
—¡Ah! Claro— Llamó la atención de sus hermanos y del Pilar —Casi lo olvido, mamá me guardo algo en el bolsillo antes de irse— Mencionó mientras buscaba en su bolsillo, antes de sacar unas galletas envueltas en un pañuelo de color azul claro —Mamá me dejó esto, dijo que lo compartiera con ustedes— Entonces las desenvolvió y les dio algunas a sus hermanos —Oye, Zenitsu—
—¿Si?—
—Toma— Le entregó otras dos galletas —Dáselas a Uzui-Sama—
—¿Y por qué tengo que hacerlo yo?— Preguntó, tomando las galletas.
—Ya tomaste las galletas, así que ve— Le dijo con una sonrisa, haciendo enojar un poco a Zenitsu, quien no tuvo más opción que acercarse al mayor.
—Esto. Disculpe, Uzui-Sama— Le habló, estando ligeramente nervioso por el sonido que tenía el mayor.
—¿Necesitas algo, niño?— Lo miró por sobre su hombro sin detener su paso.
—A-Aquí tiene— Le mostró las galletas con nerviosismo —Mi mamá las hizo. No es mucho pero espero que le gusten— El sonido de Uzui lo tenía nervioso, pues era uno que no escuchaba desde hacía mucho tiempo.
Uzui lo miró fijamente, notando como Zenitsu estaba nervioso de solo estar cerca de él, pero se mantenía firme. Liberó ligeramente un poco de sus feromonas para confirmar algo. Zenitsu se cubrió ligeramente la nariz, pero luego siguió normal, esperando a que él le residiera las galletas que todavía tenía en las manos.
—...—
—Las va a querer o_—
—Dámelas— Se las quitó rápidamente antes de metérselas a la boca.
—¡Ah! No coma tan rápido, podría atragantarse— Le dijo en tono preocupado, antes de pedir la botella de agua que Tanjiro había comprado en el camino y acercársela —Beba agua. Es peligroso si come de esa manera—
Uzui lo volvió a mirar fijamente, pero ahora era como si Zenitsu ya se hubiese acostumbrado a su mirada —Bien— Agarró la botella solo para beberse casi toda el agua.
—Ya mejor bébasela toda— Notó como ya no quedaba nada de agua en la botella, luego de que Tengen se la devolviera.
—¿Qué dijiste?—
—Que luego comprare otra— Bebió lo poco que quedaba de agua y se la devolvió a Tanjiro.
«—Mocoso—» Se detuvo en seco, provocando que Zenitsu chocase con su espalda.
—Lo siento— Se frotó ligeramente la frente antes de volver a estar a un lado de sus hermanos.
—Bien. Estamos casi llegando. Antes de entrar, quiero que me digan sus nombres, castas y edades. Su rango no es necesario, ya me he hecho una idea— Habló, mirándolos fijamente a todos.
—Soy Kamado Tanjiro, soy un omega dominante, tengo 17 años— Se presentó Tanjiro —Soy el mayor de todos.
—Soy Agatsuma Zenitsu, omega recesivo, también tengo 17 años, pero soy unos meses menor— Se presentó, estando un poco nervioso por decir su casta exacta.
—Hashibira Inosuke, soy un beta— Se presentó.
—¿Y tú edad?—
—Nadie conoce su edad real, así que mamá le dio la edad de 16 años, siendo así el menor— Explicó Tanjiro.
—Ya veo—
—Y Kamado Nezuko— Dijo Zenitsu —Ella es nuestra hermana demonio, tiene 15 años y es una alfa— Explicó.
—Con que es una alfa, no me lo esperaba— Colocó su mano sobre su barbilla —Bien, eso es todo, sigamos—
—¡Sí!—
[•••]
Los chicos miraban sorprendidos a todas partes al estar en un entorno completamente nuevo para ellos. Apenas entrar se quedaron fascinados con todas las luces, decoraciones y colores que veían, además de los olores y sonidos que experimentaban Tanjiro y Zenitsu.
—Escúchenme bien— Dijo Uzui —No llamen la atención. Solo venimos a husmear un poco. No bajen del carro— Ordenó, siendo Tanjiro el unico que le prestó atención.
—No, Zenitsu— Llamó a su hermano que había saltado del carro en el que iban —¡Inosuke!— Le gritó a su otro hermano, que también había saltado a ver. Gracias a eso, él también tuvo que bajarse del carro que todavía estaba en movimiento —¡Regresen!— Volvió a gritar, para ir a buscarlos en ese momento.
—Malditos mocosos— Exclamó Uzui, enojado de que lo hubieran desobedecido —Pensé que Tomioka había educado mejor a esos tontos— Se quejó, luego de no verlos una vez que había llegado al lugar en donde los hermanos debían de estar principalmente.
En otra parte, Inosuke estaba completamente nervioso, el sonido, olores y presencias nuevas le estaban mareando.
—Cálmate, Inosuke— Apenas encontrarlo, notó como este se encontraba mal por todo lo nuevo que presenciaba.
—¡Alto ahí!— Gritó Uzui, una vez que los había visto —¡Tú, el de amarillo, no te muevas!— Le gritó a Zenitsu, que estaba distraído por la cantidad de sonidos nuevos que escuchaba.
—Esto es… Parece que sea de día— Tanjiro estaba notablemente sorprendido, al igual que sus otros dos hermanos.
—Este es el distrito rojo de Yoshiwara— Explicó Uzui —El barrio nocturno en donde se reúnen la vanidad y el deseo. Es vistoso, ¿Eh?— Miró el lugar como si estuviera orgulloso.
—¿Qué es esto? ¡Está lleno de gente!— Exclamó Inosuke, estando más mareado que antes —¡Asalto de frente!— Gritó, antes de correr hacía el frente, derribando a muchas personas, enojando más a Uzui.
—¡Cálmate, idiota!— Comenzó a perseguirlo.
—¡Hay un loco suelto!— Gritó una de las personas que estaba por allí.
—¿Dónde está el de cabeza amarilla?— Preguntó a Tanjiro, una vez que ya había agarrado a Inosuke. El omega mayor se sorprendió ante esto, pues no notó cuando su otro hermano se había ido
Mientras, Zenitsu caminaba por las calles a pasos temblorosos, completamente embriagado por las diferentes feromonas alfas que podía sentir, más los sonidos que le causaban escalofríos por todo el cuerpo.
—Joven de amarillo— Escucho decir, mas no reconocía la voz —Ven aquí— Volvió a decir la misma chica, una vez que ya la había visto, topándose con muchas chicas realmente hermosas saludándolo.
—Tenemos dulces— Otra chica le mostro una bella sonrisa.
Todas lo miraban sonrientes, además de liberar feromonas de olores dulces, que dejaron nervioso a Zenitsu, que tuvo que taparse el rostro debido a los nervios.
—Vamos, ven— Volvió a decir una de las chicas, antes de que Zenitsu saliera corriendo.
«—¡Aquí hay muchísimas mujeres hermosas!—» Gritó internamente mientras escapaba, pero tal parece que también había dicho aquellas palabras en voz alta.
—¡Silencio!— Le gritó Uzui, luego de haberlo golpeado fuertemente en la cabeza, dejándolo aturdido —Eres demasiado joven— Le dijo, mientras lo agarraba y se lo llevaba como costal de papas al hombro.
[•••]
—Fíjense bien— Comenzó —Este barrio duerme de día y resplandece de noche. Es perfecto para los demonios— Les explicó, una vez seguro de que los chicos ya no se alejarían de su lado —Suelen vender a las cortesanas porque tienen deudas o viven en la pobreza— Los chicos lo escuchaban atentamente, por petición de Tanjiro —Aquí les dan comida, ropa y un techo. Y, si ascienden, puede llegar a comprarlas alguien rico. Tienen su propia jerarquía. La oiran son las cortesanas de mayor rango. Son bellas, inteligentes y dominan las artes. Además de tener las feromonas más exquisitas que se puedan sentir nunca. Son las que más dinero aportan al local que las refina. Son especiales—
—Ya veo— Dijo Tanjiro.
—Ya husmeamos lo suficiente. Vamos— Los chicos, ya más calmados gracias a Tanjiro, lo siguieron de cerca, mientras que iban de la mano, para no perderse o estar nerviosos —Pasamos— Dijo mientras entraba a un local que decía Glicinias, los chicos entraron después de él, todavía de las manos.
Una ves dentro, se limitaron a seguir a Uzui a una de las tantas habitaciones, en la que se permitieron sentarse y comer luego del largo viaje.
—Presten atención— Les habló luego de sentarse —Una vez en el distrito rojo, busquen a mis esposas— Dijo de la nada —Yo reuniré información de demonios— Finalizo, dejando a Zenitsu sin alma, a Tanjiro confundido, y a Inosuke sin importarle nada más que la comida.
—¡No me lo puedo creer!— Exclamó Zenitsu de la nada —¡Déjate de tonterías!— Le gritó, para sorpresa de Uzui —¡No uses a tus subordinados para buscar esposa!—
—¿Qué rayos interpretaste?— Le gritó de vuelta.
—¡Voy a ser claro!— Le levantó el dedo de forma autoritaria.
—¡Zenitsu!— Trató de calmarlo Tanjiro —¡Tus feromonas!—
—¡Entiendo que alguien tan excéntrico no sea tan popular, pero no puedes usar a los cazadores para encontrar esposa!— Le gritó casi en la cara.
—¡No seas idiota!— Le gritó Uzui, enojado por la actitud de Zenitsu —¡Mis esposas se infiltraron aquí para reunir información sobre los demonios! ¡Voy hacía allí porque dejaron de comunicarse conmigo!— De solo utilizar su voz alfa, ambos hermanos omegas quedaron completamente asustados, mientras que Inosuke estaba molesto por tanto grito.
Zenitsu estaba callado, mientras que Tanjiro lo abrazaba por los hombros —Está todo en tu cabeza, ¿Verdad?— Preguntó luego de unos segundos en completo silencio.
—Mocoso repelente...— Dijo Uzui, todavía estando enojado. Con eso, le lanzó a la cara todas las cartas que tenía, asustando otra vez a Zenitsu, que no se esperaba aquello —Estas son las cartas que les envié utilizando a los cuervos— Explicó.
—Son muchas— Se sorprendió el omega mayor —¿Lleva mucho tiempo allí?—
—Es que son tres— Volvió a explicar, haciendo reaccionar nuevamente a Zenitsu.
—¿Tres esposas?— Preguntó, sin creérselo —¡¿Tres?! ¡Desgraciado!— Le volvió a gritar, sin entender como era posible aquello —¿Cómo puedes tener tres esposas?— Y con eso bastó para que Uzui lo golpeara fuertemente en el vientre, provocando que Zenitsu liberara una ola de feromonas olor a vainilla, que hicieron a Tanjiro cubrirse la nariz.
—¿Algún problema?— Interrogó, dejando a Tanjiro y a Inosuke asustados y nerviosos, al punto en que Inosuke ya no tenía ganas de comer y solo se colocó su mascara lentamente. Gracias al golpe, Zenitsu había quedado casi inconsciente, pero el dolor le había hecho recordar algo en lo que hacía tiempo no pensaba, haciéndolo llorar ligeramente. Uzui se le quedo mirando un poco por aquello, antes de que sus hermanos ayudaran a levantarse.
—¿Estás llorando?— Preguntó Inosuke, nervioso ante eso.
—No es nada, es normal llorar por un golpe como ese— Le mostró una sonrisa tranquila —No es tan diferente a cuando entrenamos con mamá. Estoy bien— Los calmó.
Uzui lo miraba fijamente otra vez, notando que lo que había dicho Zenitsu era mentira. Se notaba que le dolía, pero también notaba que aquellas lágrimas eran por otra cosa. Le daba curiosidad, pero también le dio un poco de nervios, pues fácilmente podrían irse con Giyuu a decirle y este podría matarlo en un segundo por lastimar a uno de “sus bebés” —Bien, ya que están todos tranquilos, quiero que revisen las cartas— Fingió no darse cuenta de nada y no preocuparse por la furia de su compañero Pilar omega.
—¡Sí!— Dijeron al unísono, para luego agarrar las cartas, siendo Tanjiro y Zenitsu quienes las leían, para luego darlas a Inosuke, que las volvía a apilar.
Tengen se les quedo mirando todo los minutos que les tardo leerlas todas, mientras que también veía como Tanjiro las olía, y Zenitsu se las pegaba a la oreja, antes de dárselas a Inosuke, que las apilaba tranquilo. La acciones de Tanjiro las entendía, pues recordaba cuando Tomioka les había explicado sobre su buen olfato, pero no comprendía a Zenitsu. No entendía que era lo que escuchaba de solo un pedazo de papel, no es como si fuera a escuchar las pinceladas. A Inosuke no le había prestado tanta atención, hasta que notó como apilaba las cartas en diferente orden a como las tenía desde un principio. Estaba confundido, pero al verlos a todos tan concentrados en lo que hacían, decidió esperar a que terminarán.
«—Tomioka, tus hijos son muy raros—» Pensó, mirándolos hacer su trabajo. De vez en cuando notaba como Tanjiro debía de acercar un poco más a su nariz algunas cartas. Lo mismo ocurría con Zenitsu, que cubría su otra oreja para “escuchar” mejor «—Realmente raros—»
—En las cartas dicen que no llamé la atención al ir— Habló Tanjiro, sacándolo de su mundo —Insisten mucho en eso—
—Ya lo se—
—¿Qué vamos a hacer?— Preguntó, esperando las siguientes instrucciones.
—Disfrazarnos— Dijo sin mas —No me apasiona, pero seremos discretos— Miró a otro lado pensando un poco —Mis tres esposas son hábiles kunoichis, mujeres ninjas. Pensé que el distrito rojo era un lugar perfecto para los demonios, pero cuando me infiltre como cliente, no pude encontrar ninguna pista. Por eso fueron un paso más allá— Explicó, siendo escuchado atentamente por los chicos —Encontramos tres locales sospechosos. Ustedes obtendrán información buscando a mis esposas. A Suma en la casa Tokito. A Makio en la casa Ogimoto. Y a Hinatsuru en la casa Kyogoku—
—Ya estarán muertas— Tengen no dudó en darle el mismo golpe que le había dado antes a Zenitsu como recompensa por su lengua suelta.
—Con permiso— Un amable hombre abrió lentamente la puerta de la habitación —Traje lo que solicito— Dejó a la vista un baúl de mimbre que decía Glicinia con pintura dorada.
[•••]
—Vaya, Son...— Habló una mujer, que miraba a los chico con nerviosismo —Son bastante feas— Soltó finalmente. El hombre a su lado se frotó los ojos, creyendo que veía mal, solo para asustarse una vez que los volvió a mirar.
—No creo que podamos quedárnoslas— Estaba asustado por la apariencia que tenían. Los chicos habían sido maquillados por Uzui, pero estaba claro que había exagerado con el color, la piel la traían igual que el papel, los labios estaban mal pintados y sus mejillas tenían unos grandes círculos rosas que era imposible considerar como rubor.
—Se lo ruego— Pidió Uzui —Creo que con ayuda de su señora resplandecerán—
—Lo siento...— Volvió a decir el hombre, antes de ver como su mujer estaba ligeramente sonrojada mientras miraba a Uzui.
—Podemos quedarnos con una— Dijo la mujer, para sorpresa del señor.
—Cuiden de ella— Pidió Uzui —Gracias, señora—
—Nos quedamos con la del centro— Dijo más sonrojada, debido a la belleza de Uzui —Parece dócil—
—¡Haré todo lo que pueda!— Dijo Tanjiro, ahora bajó el nombre de Sumiko.
—Muy buena elección, le aseguro de que, incluso si no puede ayudarla, sus feromonas atraerán más clientes—
—Eso parece prometedor— Dijo la señora con una sonrisa, mientras veía como Uzui se iba con “las otras dos”.
Una vez fuera de la casa, Tengen miró con enojo a los chicos —Son un caso perdido. No pagan nada por ustedes—
Zenitsu respiraba para calmarse —No pienso dirigirte la palabra— Se notaba bastante enojado, pero respiraba para mantener la calma y no liberar sus feromonas.
—¿Estás enojado porque te vestí de mujer?— Preguntó, estando igual de enojado que Zenitsu, pero solo por no obtener ninguna ganancia —Dijeron que harían cualquier cosa— Con lo dicho, provocó que a ambos se les marcara las venas en la cara, y por consecuencia, no notando que Inosuke se había alejado de ellos.
«—No me enojé por vestirme de mujer, idiota—» Pensó Zenitsu «—Lo que me molesta es tu cara. Eres demasiado apuesto. ¡No tiene gracia!—» Pensó, estando más enojado cada vez «—¡Incluso el bastardo de Toshio no era tan apuesto! ¡Pero por tú culpa me acordé de ese maldito!—»
—¡Allí hay mucha gente!— Habló Inosuke, llamando la atención de los otros dos.
—Es cierto. Bien hecho, Inosuke— Felicito Zenitsu por petición de Tanjiro, para mantenerlo feliz y relajado.
—Bueno, vamos— Pero los hermanos ya se habían alejado.
Los chicos se las habían arreglado para pasar entre toda esa multitud, o mejor dicho, Inosuke se las había arreglado, mientras que Zenitsu lo seguía con la mano fuertemente agarrada para no separarse. En eso, una vez llegando hasta el frente de todo el tumulto de gente, se sorprendieron al ver caminando lentamente, y con la frente bien en alto, a una mujer muy bella, que parecía resplandecer por su propia cuenta. Ella daba pasos cortos, pero tanto firmes como elegantes, mientras no quitaba aquella bella sonrisa de su rostro, y las personas a sus lados no se alejaban ni un solo centímetro de ella, exhibiéndola como la pieza de arte que era.
—Es la procesión de una oiran— Explicó tranquilo Uzui —Es la oiran Koinatsu, de la Casa Tokito. La cortesana de mayor rango va a buscar un cliente. Es muy vistoso— Dijo con admiración, pues sabía que el obi con el que cargan en sus manos es realmente pesado.
—¿Es una de tus esposas?— Preguntó Zenitsu, enojado como antes —¿Esa belleza? ¡No es justo!— Exclamó —¿Tienes tres esposas así de hermosas?—
—¡No es mi esposa!— Le dio un fuerte golpe en la cabeza, pues no quería dejar alguna evidencia a Giyuu.
—Camina muy despacio— Inosuke la miraba con aburrimiento —En la montaña la matarían enseguida— Habló en voz alta, antes de darse cuenta de una presencia a sus espaldas que lo miraba fijamente.
—Disculpa, buen hombre— Dijo una señora acercándose a Uzui —Te compramos a esta chica— Señaló a Inosuke —¿De acuerdo?—
—Si no me equivoco, eres de...—
—Sí. Soy de la Casa Ogimoto— No se molestó en dejarlo terminar.
—Es de agradecer que se fijaran en ella los de la Casa Ogimoto— Dijo feliz, mientras le mostraba su mejor sonrisa con tal de que no se arrepintiera, liberando algunas de sus propias feromonas para garantizarlo —Pero, ¿Por qué quiere comprarla?— Interrogó, algo curioso, mientras Zenitsu escuchaba todo desde lejos.
—Tengo buen ojo— Finalizó la mujer antes de irse junto a Inosuke.
—¡Cuídate, Inoko!— Exclamó despidiéndose de él/ella.
Pero luego de eso, Uzui miraba a Zenitsu fijamente otra vez. El omega estaba confundido, antes de darse cuenta de lo que pasaba «—¡Soy la única que sobra!—» Pensó aterrado, eso quería decir que nadie lo quería.
—Dios, no pensé que fueras rechazado tan rápidamente— Comenzó a caminar nuevamente, siendo seguido por Zenitsu de cerca.
—Es culpa tuya—
—¿Y por qué sería mi culpa?— Interrogó, mirándolo directamente a los ojos.
—Solo mírame. El maquillaje que nos pusiste es horrendo— Liberó más de sus feromonas, que para lastima de Zenitsu, estas hicieron toser a algunas personas.
—¿A qué omega le pertenece esas feromonas?— Escucharon decir a alguien que pasaba —¡Son horribles! ¡Me duele la cabeza!—
—¡Qué asco!— Muchos se cubrieron la nariz, pero continuaron tosiendo, ya que las feromonas de Zenitsu eran realmente fuerte.
—Parece que vas a tener que_— Habló, pero no pudo terminar tras sentir como Zenitsu se quedaba parado completamente helado, mientras lo sujetaba de la ropa —Hey. ¿Qué te ocurre?— Le preguntó, agachándose un poco para estar a su altura —Oye, mocoso— Le volvió a hablar, hasta notar como Zenitsu comenzaba a templar ligeramente, mientras miraba hacía un punto en especifico —¡O-Oye!— Exclamó tras ver como Zenitsu se abalanzaba a abrazarlo fuertemente. Uzui estaba a nada de apartarlo, pero Zenitsu comenzó a temblar más fuerte —Oye, ¿Qué te_— Se calló rápidamente al ver terror y dolor en los ojos del omega. Aquello lo asustó mucho, pues era imposible que no se diese cuenta si le había ocurrido algo.
—No dejes que me vea— Apenas logró decir, antes de ocultar su rostro entre la ropa de Uzui. Este mismo miró hacía todos lados, tratando de encontrar a la persona que parecía molestar a Zenitsu, incluso si no lo conocía, con solo saber que podía ser molesto para Zenitsu, aquello podría ser peligroso para la misión.
Uzui lo miró nuevamente, notando como no lograba calmarse pese a estar intentándolo. El albino no se lo pensó más y lo levantó como si fuera un princesa, para comenzar a caminar nuevamente.
—Dime quien es y lo espantare enseguida— Le susurró al oído, tratando de calmarlo. Lo necesitaba en perfectas condiciones.
Con eso, Zenitsu giró lentamente su cabeza, solo para toparse enseguida con la persona a la que no quería ver —E-Es el hombre de traje color negro, el que tiene ojos color lima...— Señaló con su mano temblorosa —No entiendo ¿Qué hace aquí?— Se preguntó, ya un poco más calmado, mientras Uzui lo miraba —No. Me lo esperaba. Él nunca fue alguien realmente fiel. Y la mujer con la que se casó es cien veces peor— En cuestión de segundos, paso de estar aterrado a estar enojado —Vámonos de aquí, él no podrá reconocerme. No después de dos años y un cambio de apariencia. Pero si es capaz de reconocer mis feromonas—
—¿Quien es?— Interrogó, curioso por el repentino cambio de humor en Zenitsu.
—Nadie importante— No dejó de mirar a aquel hombre alfa que hablaba muy animadamente con un omega que buscaba diversión —Solo un fantasma del pasado— Finalizó, mirándolo con furia, pero con una clara nostalgia, algo que Uzui pudo notar.
Zenitsu trató de bajarse de los brazos de Uzui, pero para su sorpresa, este mismo se lo impidió.
—¿Uzui-Sama?— Le preguntó, mirándolo confundido.
—Cuando te golpeé ¿Lo recordaste a él?— Volvió a interrogar, para sorpresa de Zenitsu.
—Quien te dijo que_—
—Lo noté en tus ojos. Llorabas, pero pese a que le decías a tus hermanos que estabas bien pusiste los mismos ojos que tenías ahora— Estaba notablemente enojado, pero aún así, aquellas palabras salieron muy difícilmente de sus labios —¿Ese bastardo fue quien te golpeo antes?—
Zenitsu lo miraba sorprendido, sin entender por qué estaba tan enojado. No era algo que a él le importase de todos modos. Trató de mirar a otro lado, pero rápidamente la mano de Uzui lo obligó a volver a mirarlo —No te dije que miraras a otro lado. Dímelo— Exigió, asustando un poco a Zenitsu.
—¡Ese no es asusto suyo!— Exclamó, tratando de empujarlo para bajarse, pues ahora Uzui lo mantenía sujetado con un solo brazo —¡A usted no le importa de todos modos!— Tengen se enojó un poco por aquella respuesta, así que se encamino a la parte trasera de una de las tantas casas que había en el lugar, atravesando un callejón en el proceso, quedando a solas con Zenitsu, para finalmente bajarlo —¡Qué diablos!— Exclamó una vez en el suelo —¡Qué le sucede!— Gritó, tratando de irse por el callejón nuevamente, pero no contaba con que Uzui lo volviera a levantar, pero esta vez de la cadera, solo para acorralarlo en una de las casas, dejándolo con los pies colgando.
—Te he hecho una pregunta— Utilizó su voz dominante, la cual asustó a Zenitsu, al punto que incluso se sentía más pequeño de lo que realmente era —¿Te vas a quedar callado?— Zenitsu trató de soportar como podía, pero la voz dominante de un alfa era capaz de muchas cosas —¿Te golpeó? ¿Sí o no?—
—¡Sí!— Gritó, completamente asustado de Uzui —¡YA LE RESPONDÍ, POR FAVOR, SUELTEME!— Rogó, con las lágrimas corriendo por su rostro, quitándole el horrible maquillaje.
—¿CUANDO LO HIZO?—
—¡HACE DOS AÑOS, CUANDO TENÍA 15!—
—¿POR QUÉ LO HIZO?—
—¡PORQUE LE MINTIERON!— Gritó aterrado, sin dejar de llorar —¡LE DIJERON QUE YO LO ENGAÑABA!— Soltó de forma desgarradora —Se supone que nos casaríamos. Pero él ¡ÉL LE CREYO A TODOS ESOS MALDITOS ANTES QUE A MÍ!— Finalizó, antes de cubrirse el rostro para llorar como no lo había hecho antes, como no lo había hecho en mucho tiempo.
Tengen estaba furioso, incluso si apenas conocía a Zenitsu, ya deseaba golpear a ese bastardo en su nombre. En todos los años que llevaba casado con sus tres esposas, en ninguno hubo peleas tan fuertes que lo forzaran a golpear a una de ellas, ni siquiera había peleas. Él llevaba toda su vida viendo como su propio padre golpeaba a sus esposas, siendo su madre una de ellas, al mismo tiempo que también golpeaba a sus hermanos y hermanas cuando se le daba la gana, incluso se había atrevido a darles a todos un duro entrenamiento que los mató antes de que muchos cumplieran siquiera los 15 años.
Y hay estaba Zenitsu, llorando por un bastardo que se casó con otra, un bastardo que lo había golpeado, un bastardo que no valía la pena, que no se merecía sus lágrimas. Dio un largo suspiro, antes de volver a sentar a Zenitsu en uno de sus brazos, notando como se había quitado todo el maquillaje con sus mangas, algo que internamente le alegraba, pues realmente lo había maquillado horriblemente. Con cuidado, como si fuese a romperlo con el más mínimo rose, procedió a limpiarle las lágrimas, sorprendiendo al menor, que lo miró fijamente.
—Uzui-Sama...—
—No te atrevas a volver a llorar por un bastardo como ese. Tarde o temprano se va a dar cuenta del error que cometió al reemplazar a un omega tan hermoso como tú por una tipa cualquiera— Le dijo, sonrojando ligeramente a Zenitsu —Ese idiota no se merece tus lágrimas, así que ni se te ocurra volver a llorar. Alégrate de que ya no estás con ese bastardo, al menos ahora puedes estar con quien quieras— Mencionó mientras volvía a cruzar el callejón para volver a las calles.
—Mentiroso— Dijo Zenitsu, mirando a otro lado.
—¿Por qué estaría mintiendo?—
—Nadie estaría con un omega recesivo. No soy lindo como los demás, soy casi infértil y el riesgo de aborto espontaneo es muy alto— Enumero las cosas con sus dedos —Ya no soy virgen, por lo que la principal razón por la cual los alfas quisieran estar conmigo ya se lo llevó el caño. Soy llorón, gritón y muchas otras cosas que los alfas, definitivamente, no buscan— Finalizó, cruzándose de brazos, notoriamente triste.
—¿Cómo que ya no eres virgen?— Le preguntó, deteniéndose abruptamente.
—Pues iba a casarme con 15 años, ¿Cómo crees que llegamos a eso?—
—Tú te...— Zenitsu asintió lentamente —Pero...—
—Ya lo dije. El riesgo de aborto es muy alto. De todos modos, ese bastardo los negó...—
—¿Los?—
—Eran dos. Nunca supe cuales eran sus sexos, tampoco habíamos pensado en los nombres. Pensábamos hacerlo luego de la boda, pero pasaron cosas. Como sea, eso ya es el pasado—Limpió bruscamente las nuevas lágrimas que comenzaban a salir —No tenía a nadie que me ayudará en aquel momento, así que era inevitable. Igual ya no importa. Al diablo—Uzui escuchó como sollozaba levemente, tratando de no recordar lo que parecía ser una experiencia traumática.
—Oye...— Le limpió con cuidado las finas lágrimas que corrían por sus mejillas —Yo...— No sabía que decir, estaba nervioso.
—No importa. No debería meterse en los asuntos de alguien más. Por favor, olvide todo lo que escuchó ahora. No quiero más problemas—
—Sí...—
[•••]
Casa Ogimoto.
—¿Qué te parece?— Preguntó la señora que se había llevado a Inosuke.
—¡Vaya!— Exclamó una chica que también se encontraba en la habitación.
—Llevaba un maquillaje muy raro, pero mira qué cara— Estaba orgullosa luego de limpiar el rostro de Inosuke —Hice un buen negocio comprando a una chica tan linda por tan poco— Inosuke estaba confundido, pero se mantenía callado y tranquilo por petición de Tanjiro, que le suplicó que no se metiera en problemas —¡Vamos a prepararla bien!— Exclamó la mujer, lista para preparar a Inosuke, ahora bajó el nombre de Inoko —¡Sera más popular que Warabihime de Kyogoku y Koinatsu de Tokito!—
—¿No es demasiado robusta?— Preguntó la chica mientras llevaban a Inosuke a otra parte.
—Es mejor que tenga un poco de carne. Es más bien todo músculo—
[•••]
Casa Kyogoku.
Zenitsu estaba sentado en el centro de una habitación, con un shamisen en las manos. Su maquillaje horrible estaba devuelta en su rostro, solo que esta vez su cara no era la de un muerto, y estaba listo para tocar. Comenzando lentamente, tocó bien por unos segundos. Dio un corto respiro, siendo observado fijamente por todas las mujeres que se encontraban en la habitación, quienes estaban pendientes de las habilidades requeridas para estar en la casa. Zenitsu se notaba un tanto enojado, cosa que solo fue confirmada luego de que comenzara a tocar realmente rápido y con una habilidad y precisión que solo lograron asombrar a las mujeres.
—Toca el shamisen de maravilla— Dijo una de las mujeres que lo miraban completamente sorprendidas.
—Sí. Es muy intensa...— Menciono la otra chica que estaba a un lado —¿Es nueva?— Le preguntó a la chica de antes.
—Dicen que tiene buen oído. Toca el shamisen o el koto tras oír la melodía una vez— Explicó la mujer.
—Pero es bastante fea. Me sorprende que la aceptaran—
—Oí que la trajo un hombre muy apuesto— Dijo otra de las chicas, llamando la atención de las anteriores.
—¿Sí?—
—Ojalá lo hubiera visto—
—Dejó enamorada a la señora— Siguió contando.
—Está claro que esa chica llegara lejos— Habló otra mujer que estaba detrás, llamándoles la atención —Está determinada a demostrarle algo al hombre que la abandonó— Continuo hablando —Las chicas así son fuertes—
—¿Ah, sí?—
—“Quédensela. Aunque sea para limpiar los baños. Podría dejárselas hasta gratis”—
De solo recordar las palabras de Tengen, la furia y llanto en Zenitsu surgieron, mientras sus movimientos tanto firmes como delicados con las manos no hacían más que aumentar «—¡Le demostraré lo que valgo! ¡Seré la mejo roiran de Yoshiwara!—» Sentencio con furia, sin saber que fuera de la casa, más concretamente sobre el techo de la casa siguiente, Uzui estaba escuchando atentamente la música de Zenitsu, conociendo la razón por la cual se encuentra tan enojado.
—Supongo que fue buena idea tratarlo así— Dijo mientras escuchaba a Zenitsu, maravillado por aquel sonido «—Mocoso repelente—» Rio un poco ante su propio pensamiento —Qué maravilloso— Recordaba el olor de las feromonas de Zenitsu, las cuales le generaron un dolor de cabeza, que lejos de molestarle, le encantaron.
[•••]
Casa Tokito.
—Sumiko—
—¿Sí?— Preguntó Tanjiro, mirando a una de las tantas mujeres de la casa.
—Lo siento, nos falta gente. ¿Puedes mover esto?— Señaló un montón de cajas y regalos que estaban allí.
—De acuerdo. Enseguida los muevo— Contestó, acatando todo lo que le pedían.
—Gracias. Eres muy trabajadoras— Agradeció otra de las mujeres.
—La señora se enojó al ver que bajo el maquillaje tenías una cicatriz en la frente—
—“¡Para! No sirve de nada que le grites a la pobre chica”— Ellas recordaban como la dueña de la casa agarraba a Tanjiro del cabello y le gritaba en la cara, mientras que el hombre trataba de calmarla.
—Me alegro de que me permitiera trabajar aquí— Les mostró una bella sonrisa pese a su horrible maquillaje, antes de apilar todos los regalos e irse a la habitación de a quien le pertenecía.
—¿No es excesivamente fuerte?— Preguntó una de las chicas, viendo como Tanjiro se alejaba caminando de lo más normal.
—Lo es—
Mientras tanto, en otro cuarto, dos niñas se encontraban mirando por la ventana, antes de alejarse y cerrarla lentamente —Dicen que la dueña de Kyogoku murió al caer por la ventana—
—Qué miedo—
—Tengamos cuidado—
—Y últimamente muchas chicas cortan lazos con el barrio—
—Qué miedo—
—¿Qué significa eso?— Preguntó Tanjiro, entrando con las cosas.
—Cuántas cosas—
—Listo— No se había tardado nada en dejar las cajas en el suelo—Son regalos para la oiran Koinatsu —Explicó a las niñas.
—¿No lo sabes, Sumiko?— Preguntó una de las niñas —Cortar lazos con el barrio significa que se van sin pagar sus deudas— Explicó la niña.
—Si las encuentran, es terrible— Dijo la otra.
—Ya veo—
—Algunas consiguen huir con los hombres que aman, perovla oiran Suma también se fue—
«—¿Suma? Es la esposa de Uzui-Sama—» Pensó, listo para averiguar más —Disculpen...—
—No chismeen— Habló una mujer desde la puerta —Nadie sabe si realmente huyó—
—Sí— Dijeron las niñas al mismo tiempo.
—Gracias por traerlo todo— Le dijo a Tanjiro.
—No se preocupe—
—Ven— Llamo la mujer, que agarró la mano izquierda de Tanjiro en cuanto él estaba lo suficientemente cerca —Toma unos dulces— Dejo sobre su mano un monton de dulces envueltos un pañuelo blanco —Cómetelos tú sola—
—Yo también quiero— Dijo una de las niñas.
—¡Oiran!—Llamó la otra.
—No. Ustedes ya comieron antes— Aclaró en un tono dulce pero firme, que hizo que Tanjiro se acordara de Giyuu.
—¿La oiran Suma cortó lazos con el barrio?— Preguntó una vez que guardó los dulces.
—¿Por qué lo preguntas?— Interrogó Koinatsu, poniendo nervioso a Tanjiro.
«—Está alerta—» Pensó «—Tengo que ser precavido al preguntar por Suma—» Se dijo a sí mismo —Este...—
—Dulces— Pedía una de las niñas, importándole poco lo que pasaba.
—La oiran Suma es mi...— Tanjiro estaba nervioso —Es mi...— Y en eso, su cara se deformó un poco —Es mi hermana mayor...— Dijo finalmente, costándole bastante.
El honrado Tanjiro no puede mentir sin retorcer el rostro.
—¿Y también te vendieron a ti?— Preguntó Koinatsu.
—Sí— Contesto con el rostro todavía retorcido —Mantenía el contacto con ella a través de cartas y no creo que decidiera fugarse— Explicó.
—Ya veo— Le dijo con un poco de pena —A mí también me costó creer que Suma se fugara. Era muy responsable. Y no parecía prendada de ningún hombre. Pero encontraron su diario. Escribió que iba a fugarse—Le explicó.
«—Estas fugas son muy convenientes para los demonios. Aunque alguien desaparezca, los demás creerán que se fugó. El diario debe ser falso. Espero que esté bien. Te salvaremos, Suma—» Sentenció, preparándose para lo que sea que fuese a pasar.
[•••]
En otro lado, un poco lejos y devuelta en los techos, Uzui miraba casi todo el barrio desde lo alto de una de las casas «—Hoy tampoco pasó nada raro—» Pensó sin quitarle la vista al barrio «—Pero es como si hubiera una cortina de humo. Se oculta con destreza y discreción. ¿Acaso el demonio que anida aquí es una Luna Creciente?—» Se preguntó «—Si es el caso, quizás tengamos un combate muy vistoso—»
[•••]
—Vamos, responde— Resonaba por toda la habitación la voz de una mujer —Vamos, responde— Volvió a exigir, en tono dominante —Vamos, responde— Se molestó al no recibir respuesta alguna, por lo que arrojo al suelo unos paquetes llenos de cartas —¿A quién le enviabas estas cartas?— Interrogó —¿Cómo te llamabas? Cierto. Makio— Dijo, mirando fijamente a la mujer que tenía atrapada entre su largo he irrompible obi —Responde, Makio— Exigió otra vez. Sin saber que Inosuke ya estaba llegando a la habitación.
Chapter 9: Recuerdos de una noche
Chapter Text
Habían pasado algunas semanas, casi un mes, desde que los hermanos se habían infiltrado a las casas. Tuvieron mucha suerte para no ser descubiertos en el proceso, mientras que utilizaban sus mejores habilidades para conseguir información sobre las esposas de Uzui. Pero en cuanto parecían llegar a una conclusión, nuevamente volvían al inicio.
Inosuke no parecía tener tanta suerte como sus hermanos. El no poder hablar le estaba dificultando un poco las cosas, pero a cambio agradecía que esas “estúpidas”, como él las llamaba, no se le acercaran en busca de crear una amistad. Tuvo mucha suerte de por fin haber escuchado algo acerca de Makio, la esposa de Uzui que había ido a la casa en la que se encontraba. Por lo que en esos momento se encontraba yendo hacía la habitación de esta.
[•••]
Casa Kyogoku, distrito rojo.
Zenitsu caminaba por los pasillos, completamente perdido en sus pensamientos, mientras muchas chicas pasaban a su lado, apuradas, pues debían de estar listas para comenzar el trabajo.
«—Perdí de vista quién soy y a qué vine—» Pensó, caminando mientras se tambaleaba a los lados «—He de buscar a Hinatsuru, la esposa de Uzui—» Se detuvo, pensando en aquello «—Su esposa—» Pensando en eso, Zenitsu no pudo evitar llorar, por lo que tuvo que ir de vuelta a su habitación pues odiaba que lo vieran llorar, en especial las personas que no conocía «—Dios ¿Qué he hecho?—» Se preguntó, completamente dolido, solo para comenzar a recostarse en el suelo lentamente «—Es mi culpa. Él…. No. Solo debó de olvidar lo que pasó. Si, eso es—» Pensó, volviendo a sentarse y limpiándose las lágrimas —No lo he visto desde esa vez. Si le digo que no recuerdo nada, él no se metería en problemas con sus esposas. Claramente lo de nosotros nunca tuvo que suceder, fue un error, nada más. Así que solo debo de asegurarme de hacerle saber que olvide todo, para que él no mencione el tema y poder seguir viviendo nuestras vidas tranquilos. Eres un genio, Zenitsu— Se felicitó a sí mismo, cambiando de humor tan rápido como ya era una pequeña costumbre en él. Solo entonces volvió a concentrarse en escuchar cualquier información que pudiera obtener «—Aprender a tocar el koto y el shamisen no me servirá de mucho. ¿Pero qué puedo hacer? Estuve atento todo este tiempo, pero no he podido conseguir nada de información. Aunque creo que hay algo que no estoy escuchando—» Pensó, dándose cuenta de que no tenía nada «—Dos días antes de que yo llegará, murió la esposa del dueño. La gente está deprimida y no habla mucho. Tampoco sé como iniciar la conversación—» Colocó su mano detrás de la oreja izquierda, tratando de escuchar lo mejor que pudiera. Incluso si solo mencionaban el nombre de la esposa de Uzui, era más que suficiente para iniciar una conversación con cualquiera.
—Pásame eso—
—Me falta el obi—
—Tengo hambre—
Fueron aquellas palabras que lograba escuchar, pues a pesar de que en las casas les gustase el chisme, en está eran muy calladas todas. Estaba a nada de darse por vencido otra vez, pero en eso, logró escuchar algo que le erizó un poco la piel.
—Hay una niña llorando— Miró de donde provenía el sonido.
[•••]
—Viene alguien más— Aquella voz que resonaba en la habitación de Makio podía escuchar claramente los pasos de Inosuke —La gente de Ogimoto es muy entrometida— No dudó en quejarse de las personas de la casa.
«—Tengo que hacerle llegar el mensaje—» Pensó Makio, buscando opciones «—Tengen-Sama—» Pero en eso, el obi que la mantenía amarrada comenzó a elevar su cuerpo, solo para comenzar a apretar con fuerza su vientre.
—Haz un solo ruido y te aplastaré los órganos— Amenazó la voz.
Mientras, Inosuke ya había encontrado la habitación, al notar un plato de ramen aún caliente en la puerta «—Esa es la comida que dejó la otra mujer. Eso significa que esa es su habitación—» Pensó, asomándose por el pasillo «—Qué raro. Percibo algo extraño. ¿Está en peligro? No lo sé. Solo tengo una sensación desagradable—» Se quedó quieto, tratando de saber que hacer —¡Yo no soy de esos que se quedan quietos pensando!— Exclamó, solo para ir directamente hacía la puerta rápidamente, y abrirla de par en par, encontrándose con una gran habitación sin ventilar, llena de arañazos y con la cama y espejo rotos. Todavía habían algunas plumas cayendo al suelo lentamente, como si la cama rota fuese algo que pasará recientemente «—¿Viento? ¿Con las ventanas cerradas?—» Se preguntó, luego de sentir una frisa saliendo de la habitación «—En el ático—» Entonces, y agarrando con fuerza el plato de ramen, lo arrojó hacía el techo —¡Eh, a mí no me engañas!— Gritó luego de lanzar el plato con fuerza, solo para después escuchar un gran estruendo y ver como el techo se movía, soltando algo de tierra incluso —¿Qué? Se mueve por el techo— Y en eso, escucho como algo se arrastraba con fuerza, por lo que de inmediato comenzó a seguir a esa cosa que no podía ver «—Lo sabía, es un demonio. ¿Adónde va? ¿Adónde huira?—» Se preguntó, tratando de no perder de vista el movimiento en el techo —¡A un lado!— Le gritó a un hombre mientras lo empujaba, asustándolo a él y a otra de las chicas que vivían también allí —¡No escaparás!— Le gritó al techo, solo para después entrar en una de las otras habitaciones, asustando a las chicas que ya estaban allí.
—¿Qué pasa?— Preguntó una de las chicas, asustada, pero Inosuke simplemente derribo la siguiente puerta, importándole poco.
«—Como es de día, huyo hacia arriba. Pero bajará por la pared en algún momento—» Continuó corriendo por el pasillo, hasta notar que el demonio ya no tenía que más hacer que bajar por la pared, por lo que Inosuke estaba listo para atacar —¡Ahí!— Exclamó, listo para golpear.
Pero con lo que no contaba Inosuke, era que alguien apareciera por el pasillo —Vaya, que linda es esa_— El pobre hombre no pudo terminar de hablar, pues Inosuke lo golpeó de llenó en la cara, creando también una gran grieta en la pared donde impactó su cuerpo.
—¡Lo golpeó!— Gritó una de las chicas que se encontraban allí, completamente impactada por aquello.
«—Metí la pata. Huyó hacía abajo—» Pensó Inosuke, sintiendo la presencia del demonio irse hacía abajo. Completamente ajeno a la reacción que había provocado, volvió a correr en busca del demonio «—¿Por aquí?—» Se preguntó, bajando por las escaleras—No. Por aquí—Dijo mirando hacía otra dirección —Maldita sea, me cuesta detectarlo— Ventilaba su cuerpo estando bastante enojado, pues con esa ropa que no acostumbraba a usar y la carrera que había hecho, parecía langosta en una olla —Lo perdí. ¡Maldita sea! ¡Fue porque se entrometieron!— Pese a que Giyuu ya le había dicho que no rechinara los dientes, no pudo evitar hacerlo por haber perdido al demonio.
[•••]
Zenitsu abría lentamente la puerta de la habitación de la cual escuchaba el llanto de una niña —Esta habitación está hecha un desastre— Dijo sorprendido, pues estaba tal y como lo había dicho. En eso, la niña que estaba llorando lo miró —¿Te peleaste? ¿Estas bien?— Le preguntó, liberan un poco de sus feromonas para tratar de calmarla —¡Oye!— Exclamó asustado, pues la niña había empezado a llorar más fuerte —¿Estás bien? Puedes decírmelo, no te preocupes. No estoy enojada contigo. Lo siento. Si tienes algún problema...— Pero en eso, el ambiente de la nada se puso pesado, y los oídos de Zenitsu captaron un fuerte y horrible sonido de demonio, que estaba justo detrás de él.
—¿Qué haces en mi habitación?— Le preguntó una voz femenina que le provoco un escalofríos. Había comenzado a sudar frio en tan solo segundos, y sus manos estaban temblando.
«—Ahora mismo tengo un demonio detrás—» Pensó, aterrado «—No suena como un humano. No la detecté hasta que me dirigió la palabra ¿Cómo puede ser? Su sonido es aterrador. Resuena tan poco que da miedo—» No era capaz de moverse o de si quiera hablar «—¿Es una Luna Creciente?—»
—¿Es que estás sorda?— Interrogó, con el mismo tono de antes.
—Oiran Warabihime— Escucho decir a otra niña, que al igual que él, estaba aterrada por la simple presencia de aquella mujer.
—Ella entró a la casa hace unas semanas— Explicó otra niña —Usted ha estado tan ocupada que no ha podido conocerla hasta hoy—
—¿Y qué?— Dijo, dándoles una mirada aterradora que solo las asustó más.
—Siento la intromisión— Logró decir finalmente, no queriendo causar más problemas —Vi la habitación hecha un desastre y a la niña llorando y...—
—Qué fea eres— El asco en sus palabras era evidente —Y tus feromonas son igual de asquerosas que tú. Me das asco. Creo que sería mejor que murieras— Le dijo mirándolo directamente a los ojos, como si tratara de meter aquella idea en la cabeza de Zenitsu —¿Qué clase de color de pelo es ese? ¿Quieres llamar la atención?— Zenitsu quedó dolido por sus comentarios, pero como no era la primera vez que los escuchaba, estaba un poco más tranquilo —Pero tienes razón. La habitación esta hecha un desastre— Entonces paso a un lado suyo, ignorándolo por completo, yendo directamente hacía la niña —Te dije que la limpiaras— Y solo eso bastó para agarrarla fuertemente de la oreja, provocando más llanto en la pequeña —¡Cállate! Deja de llorar y ordénalo todo— Dijo de forma severa, aumentando la fuerza en su agarre.
—¡Lo siento! ¡Lo siento! Lo haré enseguida. Perdóneme— Suplicó la niña, mientras su oreja comenzaba a sangrar, como si la mayor se la estuviera arrancando. Con eso, Zenitsu no lo soportó más, por lo que, y con toda la fuerza que tenía, agarró fuertemente el brazo de aquella oiran.
—¿Qué haces?— Le preguntó, mirándolo con asco.
—Suéltala, por favor— Pidió Zenitsu, nervioso tras saber que esa mujer era un demonio.
[•••]
Casa Tokito, distrito rojo.
Dentro de la casa, se podía ver a un Tanjiro limpiando los suelos tranquilamente. Ya estaba anocheciendo, por lo que pronto llegarían los clientes, así que todo debía de estar limpio y perfecto. Luego de eso, se dedico a hacer otro tipo de tareas, para finalmente ir a la oficina de la dueña de la casa, a preguntar por si necesitaba hacer algo más.
—Señora, termine de limpiar los pasillos, regar y cambiar el agua de las plantas— Dijo con una bella sonrisa.
—¿Ya?— Preguntó la mujer, un poco sorprendida, pues desde que llegó Tanjiro, no parecía tener problema alguno con las cosas que le pedía hacer.
—¿Qué hago ahora?— Preguntó, esperando pacientemente la siguiente tarea.
—Veamos...— Pero en eso, Tanjiro tomó el baso de té que tenía la mujer en la mesa, para luego devolvérselo rápidamente.
—Le cambié el té, señora— Dijo con una sonrisa, mostrando el té que ahora estaba caliente.
—Gracias— Estaba un tanto nerviosa, pues no entendía como Tanjiro siempre estaba pendiente de todo.
—De nada— Le respondió con una sonrisa —¿Qué hago ahora, señora?— Volvió a preguntar —¿Qué hago, señora?— Preguntó nuevamente —Señora—
—¡Silencio! Espera un momento— Trataba de pensar, pero la insistencia de Tanjiro no se lo permitía. Luego, el omega pelirrojo colocaba cera en la puerta, para que no se quedara atascada. La señora lo miraba fijamente, cosa que no parecía molestar a Tanjiro —Trabaja muy rápido y es muy aplicada— Pese a aquello, todavía no lograba entender como era capaz de ser tan bueno en los quehaceres sin cansarse ni un poco.
[•••]
Casa Ogimoto, distrito rojo.
—Esa novata destrozó la casa— Dijo la dueña, viendo el gran hueco que había hecho Inosuke cuando golpeó al hombre —Tendré que aleccionarla con mano dura— Entonces comenzó a dirigirse rápidamente a la habitación que le había dado —¡Inoko!— Exclamó, luego de haber abierto la puerta de la habitación —¿Qué estás haciendo?— Preguntó sorprendida, luego de verlo haciendo una posé rara, pero Inosuke no parecía querer escucharla.
«—No percibo su presencia ni concentrándome—» Pensó, un poco estresado por aquello «—¿Dónde se metió?—» Pero en eso, se levantó de otra forma rara, girando en el suelo, sorprendiendo más a la dueña por la increíble flexibilidad que tenía.
[•••]
Casa Kyogoku, distrito rojo.
Zenitsu sujetaba fuertemente el brazo de aquella mujer, que había identificado como un demonio, estando nervioso por eso, pero no pretendía dejar a esa pobre niña así. Ambos se miraban a los ojos, esperando a ver quien soltaba primero a quien.
—¿Qué dijiste? Repítelo— Exigió, con odio y asco tanto en su mirada como en su voz.
—Suéltala, por favor. Es solo una niña— Pidió, ocultando lo mejor que podía su nerviosismo.
—Ahora que me fijo mejor, eres aún más fea—
—Suél...—
—Y te atreviste a tocarme— Bastaron unos cortos segundos para que se soltara con fuerza del agarre del omega, solo para enviarlo a volar luego de darle un gran golpe en la mejilla. El cuerpo de Zenitsu derribó la puerta de la habitación frente a esa, quedando desmayado en el proceso. Gracias a esto, las niñas se aterraron más, no pudiendo evitar gritar con solo ver a Zenitsu —¡No te atrevas a tocarme, mocosa repugnante!— Exclamó con asco, mientras miraba el cuerpo inconsciente de Zenitsu con odio —Veo que necesitas que se te discipline. Y con mano dura— Dijo mucho más enojada.
—Oiran Warabihime— El dueño de la casa había llegado junto a otras dos mujeres luego de escuchar el estruendo —Se lo ruego, déjela marchar— Pidió, luego de arrodillaste ante ella —Pronto abriremos y llegarán los clientes. La reprenderé seriamente. Por favor, déjele marchar— Suplicó asustado —Por favor, hágalo por mí—
Warabihime se quedó callada por unos segundos, dejando a todos temerosos de su reacción —Fui demasiado dura con una recién llegada— Mostró una dulce sonrisa —Traten sus heridas. Alce la cabeza, por favor, señor. Lamento lo sucedido. Recientemente estoy molesta por diversas cosas— Justificó sus actos —Voy a trabajar. Recojan todo esto— Pidió en tono amable, mientras se adentraba lentamente a su habitación.
—¡Sí!— Exclamó la niña, mientras salía corriendo de la habitación para no molestarla.
—Llama a otros. Limpien de inmediato— Ordenó el dueño —Y no molesten a laoiranWarabihime—
«—Esa mocosa—» Miró a Zenitsu por sobre su hombro «—Tengo la sensación de que no la herí de gravedad. Aunque se desmayó, disminuyó el impacto del golpe. No es una chica corriente. Eres una cazadora de demonios, ¿No?—» Le preguntó en su mente, sin dejar de mirarlo «—Pero no está al nivel de un Pilar—» Minutos luego, cuando su habitación ya estaba limpia, ella retiraba los restos de labial de su boca utilizando un pañuelo. Con tal de no hacerla enojar nuevamente, dos de las niñas de antes estaban sentadas esperando cualquier instrucción por parte de ella —Tomó algo de tiempo, pero mordieron el anzuelo. Sigan viniendo. Los mataré y devorare a todos— Dijo con una mirada siniestra, importándole muy poco si las niñas luego le contaban a alguien lo que habían escuchado.
[•••]
Mientras tanto, en la casa Kyogoku. Tanjiro, que se encontraba llevando algunos cojines para que los clientes pudieran sentarse tranquilamente, se detuvo al sentir algo que no le agradaba «—Huele a impureza—» Pensó mirando al cielo, preguntándose de donde vendría aquel olor «—Las noches de este barrio huelen a impureza—»
[•••]
—Zenko-Chan— Llamó una de las niñas, al ver como se comenzaba a despertar.
—¡Zenko-Chan!— Exclamaron las demás, logrando que Zenitsu finalmente despertara.
—Qué alivio— Se alegraron de verlo sentarse en el futon.
—¿Estás bien, Zenko-Chan?—
—¿Qué me pasó?— Interrogó, confundido.
—Te golpeó y te desmayaste, Zenko-Chan— Explicó una de las niñas.
—Cierto, soy Zenko— Dijo en un tono agudo —Soñé que me convertía en hombre—
—Te trajimos comida. Come, por favor—
—Enfríate la mejilla con esto— Dijo otra niña, ofreciéndole un paño húmedo.
—Ay...— Se quejó, una vez que colocó el paño en su mejilla, que estaba bastante roja.
—¿Estás bien?—
—Sí. No es tan grave como parece. Creo—
—Gracias, Zenko— Agradeció la niña de en medio —Te pasó porque me defendiste—
—No hay nada que agradecer. No podía dejar que te tratará como cualquier cosa. Es algo que cualquiera haría—
—No es verdad— La pequeña negó con la cabeza —Aquí todos están demasiado preocupados por sí mismos. Eres la primera persona amable que nos encontramos— Explicó la niña, mientras que las tres lo miraban sonrientes. Zenitsu se quedo sorprendido ante eso, no pudiendo evitar soltar un poco de sus feromonas.
—Adiós, Zenko— Se despidió una de las niñas, cuando ya estaban saliendo de la habitación.
—Cuídate— Dijo la niña que había ayudado antes, que se despidió con la mano.
—Descansa mucho—
—Sí. Gracias— Zenitsu se despidió de ellas con la mano, solo para luego ver el paño con una sonrisa «—Qué niñas más amables. Espero que tengan una buena vida aquí—» Pensó, con la esperanza de que así fuera. Pero entonces, todo se volvió oscuro para él.
[•••]
—¡Oiran! ¡Oiran!— Exclamó una niña de la casa Tokito —Vamos a jugar— Pidió la niña.
—De acuerdo— Respondió Koinatsu.
—¡Oiran!— Llamó otra niña —Léeme un cuento— Pidió, mostrándole dos libros.
—Muy bien. ¿Cuál prefieres?—
—Pues...—
—¡A mí también!— Dijo la otra niña, mostrándole otro libro —Léeme a mí también—
—Leeremos primero este— Señaló a la otra niña —Y este cuando terminemos— Refiriéndose al nuevo libro.
—Yo puedo esperar—
—Yo también—
—Siempre me imitas—
—Es que...—
—Cielos...— Koinatsu mostraba una dulce sonrisa —Pero antes que nada. Tengo algo para ustedes— Entonces se acercó a su pequeña caja de maquillaje, para sacar algo que estaba envuelto en un pañuelo morado.
—¿Qué es?—
—¿Qué nos darás, oiran?— Y en eso, Koinatsu se volteó para mostrarles lo que tenía envuelto, siendo unos pasadores muy hermosos —¿No son los pasadores que tanto te gustan?—
—No te preocupes por eso. Quiero dárselos porque las quiero mucho— Respondió con una sonrisa, alegrando a las niñas.
—¡Gracias!— Dijeron ambas al mismo tiempo, mientras se inclinaban.
Mientas, Tanjiro escuchaba todo detrás de la puerta, estando contento de vivir con personas tan buenas en esa casa.
—Ponme el pasador, oiran— Pidió una de las niñas.
—¡Pónmelo ya!—
—Sí, sí, por orden—
[•••]
—¿Qué desapareció?— Preguntó el dueño de la casa Kyogoku.
—Sí. Zenko, la chica de cabello amarillo— Respondió la mujer que lo miraba desde la puerta —Se desmayó y la dejamos tumbada, pero ya no está— La mujer estaba preocupada por lo ocurrido —¿Hago que la busquen?—
—No. No la busquen— Ordenó —Se fugó. No quiero saber nada. Se habrá largado a otra parte. Olvídenla—
—Pero, señor...—
—¡Silencio!— Gritó, para luego lanza a la puerta lo que utilizaba para sacar las cuentas —Retírate. No vuelvas a hablar de Zenko— Entonces lanzó algunos papeles que tenía a la mano —Y díselo a los demás también. Esto les pasa por hacer enojar a Warabihime— Estaba nervioso y temeroso —Tanto a Zenko como a Omitsu...—
[•••]
—Te estoy diciendo que hay un demonio donde yo estoy— Le explicaba Inosuke a Tanjiro.
—Pero...— Ambos estaban sentados sobre los techos de una de las casas, esperando a Zenitsu y Uzui.
—¡Te digo que hay un demonio así!— Exclamó, asiendo movimientos raros con los brazos.
—Sí, ya... Pero espera un poco...— Le pedía Tanjiro.
—¿Así lo entiendes mejor?— Interrogó, haciendo la forma de una araña con las manos.
—Uzui-Sama y Zenitsu llegarán pronto— Trató de calmarlo, pero Inosuke no parecía querer escuchar.
—Es así— Levantó sus brazos —Sé perfectamente lo que digo—
—Sí, sí— No dudaba en darle la razón, con tal de calmarlo un poco.
—Zenitsu no vendrá— Habló Uzui, apareciendo de la nada, sorprendiendo a los hermanos.
«—Este tipo es muy hábil—» Inosuke estaba sorprendido, pues no había sentido si presencia hasta que les habló «—No hizo nada de ruido. Ni siquiera alteró el viento—»
—¿Qué quieres decir con que Zenitsu no vendrá?—Preguntó Tanjiro, preocupado.
—Siento lo que les hice— Se escuchaba la culpa en su voz —Parece que tomé varías decisiones equivocadas para salvar a mis esposas. Zenitsu desapareció— Soltó finalmente, provocando que los hermanos sintieran una presión en el pecho —No se sabe nada de él desde anoche. Márchense del distrito. Son de rango demasiado bajo. Si el demonio es una Creciente, no podrán con él. Doy por hecho que los desaparecidos están muertos. A partir de ahora me moveré en solitario. Vuelvan con su madre al menos háganlo ustedes—
—No, Uzui-Sama. Nosotros...—
—No se avergüencen. Gana quien sobrevive. Distingan sus oportunidades— Finalizó, antes de desaparecer.
—¡Espera. viejo!— Exclamó Inosuke.
—Como somos el rango más bajo le costará confiar en nosotros...— Tanjiro estaba triste, pues si tenía la oportunidad de salvar a su hermano, Uzui se la estaba negando.
—Ahora somos Kanoe. Ascendimos— Tanjiro lo miró sorprendido —¿Recuerdas los rangos? Antes éramos Mizunoto, el rango más bajo. Ahora somos Kanoe, el cuarto por abajo— Explicó Inosuke —Fíjate bien— Le enseño su mano —Muestra mi rango— Pidió, para luego mostrar como la palabra Kanoe se marcaba lentamente en su dorso —¿Qué te parece?— Pero Tanjiro estaba atónito.
«—¿Qué es eso?—»
—Nos hicieron algo en la mano en la montaña de glicinias—
—Lo recuerdo vagamente. Pero estaba demasiado cansado—
—Dicen que la marca de glicinia reacciona al habla y los músculos— Explicó.
—No sabía nada de esto— Se rascó la nuca totalmente apenado.
—Es la marca de los cazadores— Pero Tanjiro seguía apenado —Anímate— Le dio un pequeño golpe en el hombro al no saber que más hacer.
—Cierto, no hay tiempo que perder. Por la noche iré a la casa Ogimoto. Tú espérame. Es peligroso actuar en solitario— Dijo como buen hermano mayor.
—¿Por qué?—
—Porque hoy terminaré de investigar mi casa—
—¡Hay un demonio en la mía! ¡Ven ahora!— Le gritó en la cara, mientras le jalaba la mejilla con fuerza —¡Eres muy tonto!— Le gritó más fuerte, importándole poco el ruido que hacia.
—Uzui-Sama vigilaba el exterior por las noches— Explicó Tanjiro, mientras Inosuke le daba manotazos en la cabeza —¡Ay, ay!— Se quejó, pero Inosuke no parecía querer parar pronto —Zenitsu desapareció igualmente y el demonio de tu casa sigue escondido. Para ya de golpearme, por favor— Pidió —Creo que hay pasadizos ocultos en el edificio— Aquello capturó la atención de Inosuke.
—¿Pasadizos?—
—Sí. Si no entra y sale de la casa, es muy probable que trabaje en ella. Cuando trabajan y se hacen pasar por seres humanos, se vuelven más precavidos matando. Para que no los descubran— Explicó a su hermano menor.
—Ya veo. Borrar el rastro de un asesinato es complicado. La sangre no es fácil de limpiar—
—Aquí se vive de noche. Eso favorece a los demonios, pero no en todo. De noche tienen que trabajar. Si desaparecen, sospecharán—
—Es verdad—
—Creo que Zenitsu y las esposas de Uzui-Sama siguen con vida— Explicó —Y actuaré en consecuencia. Los salvaré. Espero que tú hagas lo mismo. Y evita morir a toda costa. ¿De acuerdo?—
—Todo lo que acabas de decir era justo lo que iba a decir yo— Le mostró una gran sonrisa, estando de acuerdo en cada cosa dicha.
[•••]
Uzui acababa de dejar solo a los chicos, pues había muchas cosas en las cuales pensar. Sentado sobre el techo de una casa, viendo exactamente la habitación de Zenitsu, se quedo pensando en lo ocurrido hace solo una semana. Recordaba a Zenitsu hablar consigo solo luego de tener una pequeña crisis y encerrarse en su habitación por dos minutos. Debía admitir que solo escucharlo decir que fingiría olvidarlo todo con tal de no causarle problemas le dolió un poco. Los cambios de humor y la rapidez con la que pensaba le causaban mucha curiosidad, pues nunca antes había conocido a alguien así, tan llamativo, pese a no querer serlo.
«—Zenitsu—»
[•••]
Hace una semana.
Casa Kyogoku, distrito rojo.
—Gracias, Zenko— Agradeció una de lasoiran, luego de que Zenitsu la ayudara con su vestimenta.
—No hay problema, Chinatsu-San—
—¡Oh! Ya es de noche, debes de ir con las niñas—
—Sí. Ya se que no tengo que interferir. Buenas noches, Chinatsu-San—
—Buenas noches, Zenko— Se despidió, mientras Zenitsu salía finalmente de la habitación.
«—Bien, ahora debo de ir a mi habitación sin que ningún cliente me vea—» Pensó mientras veía a todos lados, pues estaba cruzando por la puerta principal «—Tranquilo, Zenitsu, confía en tus oídos—» Se decía a si mismo «—Bien, ya estas llegando a las escaleras—»
—Pero qué chica más linda— Escuchó decir a un hombre que lo abrazó por la espalda —¿Qué haces aquí tu sola? ¿Buscas compañía?— Le preguntó al oído, provocándole asco.
—Lo siento mucho, señor— Trató de soltarse de su agarre, pues comenzaba a estar nervioso —Solo soy una sirvienta. Pero si quiere, puedo llamar al dueño y conseguirle una hermosa oiran— Trataba de alejarlo lo más rápido posible
—No deseo a ninguna de esas perras. Se nota que tienes mejores atributos que ellas— Zenitsu dio un pequeño brinco luego de sentir como aquel hombre tocaba sus piernas por sobre la tela.
—Señor, por favor. Usted esta borracho— Comenzó a aterrarse. Y más cuando él estampó su cuerpo con fuerza en la pared más cercana —¡Señor_— Pero su boca fue rápidamente cubierta por una mano, mientras los toqueteos en sus piernas continuaban.
—No te asustes, preciosa. Esta noche te haré ver las estrellas— Las lágrimas en sus ojos comenzaron a salir por el miedo. Trataba de apartarlo, pero su cuerpo ya no reaccionaba correctamente
—¿Qué está pasando aquí?— Para su alegría, el dueño de la casa había llegado.
—¡Señor!— Aprovechando la distracción del hombre, Zenitsu empujó su cuerpo —¡Ese hombre me atacó!— Se escondió tras la espalda del dueño, temblando horriblemente y tratando de respirar para calmarse.
—¿Se puede saber que trataba de hacer con Zenko, aquí en la entrada?— Le preguntó, mirándolo con enojo, mientras cubría a Zenitsu.
—Solo pasaba por aquí, y esa belleza se me cruzó— Con solo ver como lamía sus labios, Zenitsu se aterró más —¿Cuanto por ella?—
—Zenko todavía no esta preparada para trabajar, acaba de llegar— Le respondió —Zenko, vete a tu habitación. Yo me encargare de esto—
—Sí. Gracias, señor— Hizo una reverencia rápida solo para irse igual de rápido de vuelta a su habitación.
[•••]
Al día siguiente.
—¿Me llamó, señor?— Preguntó Zenitsu, asomándose por la puerta de la oficina.
—Sí. Ven, Zenko. Hay algo de lo que tengo que hablarte— Pidió. Zenitsu se adentro a la habitación, cerrando la puerta detrás suyo —Siéntate, puede que esto tarde un poco— Le ofreció el pequeño cojín colocado frente a su escritorio.
—Sí. Con permiso— Se acercó hasta sentarse lentamente,
—Mira, Zenko...— Comenzó, pareciendo un poco nervioso y apenado —Yo... Lo siento mucho, pero me temó que acepte un trato—
—¿De que se trata?—
—Te vendí— Dijo finalmente —Aquel hombre vendrá esta noche. Le explique que tú no estabas disponible. Pero me pagó una gran suma por adelantado, solo para estar contigo—
—¿Qué?— Estaba atónito, ¿Lo que había escuchado era verdad?.
—Lo siento. Pero realmente necesito ese dinero. Es una suma realmente grande—
—¡No me importa!— Gritó finalmente, sorprendiendo al dueño —¡No voy a acostarme con un asqueroso! ¡No me importa lo que diga! ¡NO LO HARÉ!— Exclamó, listo para irse de allí, pero entonces, el dueño se lanzó, literalmente, a sus pies.
—¡Te lo pido por favor, Zenko!— Suplicó, inclinándose ante Zenitsu, que estaba asombrado —¡No lo hagas por ti, mucho menos por mí! ¡Pero piensa en las demás! ¡Todas aquí necesitan ropa y comida! ¡Se que no quieres, pero todos necesitamos ese dinero para vivir! ¡Te lo suplico!— Zenitsu se le quedo mirando, sorprendido por lo que hacía el dueño. Se suponía que debía de obligarlo o algo, pero le estaba suplicando que lo hiciera. Se quedo mirándolo por unos minutos, en completo silencio, sabiendo que lo que decía el dueño no era más que la verdad.
—Señor— Le llamó, ayudándolo a levantarse —No se incline así. Tiene razón, ya gastaron mucho por mí. Es lo mínimo que puedo hacer...— Le mostró una pequeña sonrisa —Perdón por lo que dije. Esperó que ese dinero sea el suficiente para todos...—
—Zenko...—
—No se preocupe. Lo haré. Con tal de que todos aquí sigan viviendo cómodamente—
—Gracias, Zenko. Gracias— No dudó en darle un fuerte abrazo —Lo siento tanto. Eres tan joven....—
—Eso no importa. Iré a pedirle ayuda a Chinatsu-San con el maquillaje— Entonces fue soltado —Nos vemos, señor— Se despidió, para luego irse.
Zenitsu caminó hasta su habitación, con una sonrisa tranquila en su rostro, como si no le importara lo que sucedería en la noche. Pero una vez dentro, rápidamente se fue a buscar tinta y papel. Con las manos temblorosas comenzó a escribir, incluso llorando en el proceso, tomándole varios minutos por su miedo. Una vez que finalizó, llamó a los ratones que le pertenecían a Uzui, que aparecieron por su ventada.
—Denle esto a Uzui-Sama— Le pidió a los ratones, que lo miraban mientras flexionaban sus músculos —No importa si se tardan, pero por favor asegúrense de darle la carta— Volvió a pedir, mientras les entregaba la carta, doblada lo más fina posible para que no se les dificultara —Tengan mucho cuidado, por favor— Pese a que se trataban de ratones, no le importó darle unos pequeños besos en sus cabezas —Vayan— Y así fue como se marcharon del lugar, dejando a Zenitsu solo nuevamente.
[•••]
—¿Estás segura de esto, Zenko?— Preguntó la oiran Chinatsu, mientras lo maquillaba de la mejor forma posible.
—No te preocupes, Chinatsu-San. Es una buena oportunidad para la casa. Ese hombre pagó mucho. Es lo mínimo que puedo hacer—
—Solo ten cuidado. Hombres como ese son peligrosos. Suelen tener fetiches— Advirtió la mujer, cepillando el cabello de Zenitsu.
—¿Qué tipo de fetiches?—
—Ya sabes, de esos que les gusta golpear. Ten cuidado. Yo y el señor estaremos pendientes por si algo sucede. No dudes en gritar si crees que tu vida esta en peligro—
—Sí, Chinatsu-San—
—¿Zenko, estás lista?— Preguntó el dueño, golpeando ligeramente la puerta.
—Ya casi está— Respondió Chinatsu —Ya está. ¿Quieres verte al espejo?—
—Sí— Entonces fue acompañado por la mayor a verse en el gran espejo que tenía.
—¿Qué te parece? ¿Hice un buen trabajo, no?— Interrogó, viendo con orgullo su trabajo en Zenitsu —Te ves como toda una reina—
—Por Kami-Sama— Zenitsu no podía creer lo que veía —Soy yo?— Casi y no era capaz de reconocerse a sí mismo. Un bello y gran kimono de diversos colores, su cabello atado con algunas cintas y adornos, más el hermoso maquillaje en su rostro, lo hacían ver como otra persona.
—Claro que eres tú. Los espejos no mienten, recuerda eso— Ella lo volteó y le miro a los ojos —Estás radiante, eres toda unaoiran. ¿Estás lista?—
—No—
—Perfecto. Ahora ve— Lo empujó fuera de su habitación, en donde el dueño se le quedó mirando sorprendido.
—¿Zenko?—
—Sí, señor. Yo tampoco me lo creo— Se rascó levemente la nuca.
—Por kami-Sama. Chinatsu, hiciste un trabajo increíble—
—Lo se, lo se— Respondió ella, con el ego alto.
—Bien, el cliente ya esta aquí. Grita si lo necesitas, ¿Sí?—
—Sí. Igual creo ser capaz de defenderme—
—De todas formas, ambos estaremos pendientes—
—Se lo agradezco, señor— Se inclinó ante él —Bueno, ya es hora—
—Qué Kami-Sama te acompañe—
Y con eso, Zenitsu se dirigió a pasos lentos a su habitación, sabiendo que allí le esperaba un hombre que no deseaba hablar exactamente. Él soñaba con que el camino no fuese tan corto, pero la mala suerte siempre estaba a su lado, encontrándose así, frente a la puerta en tan poco tiempo. Tendría un poco de suerte si el hombre se encontraba nuevamente borracho, o si lograba dejarlo en ese estado. Al menos así, o podría salvarse, o simplemente ese hombre no recordaría que realmente se acostaría con un hombre. Omega, pero un hombre finalmente.
«—No quiero entrar—» Respiró un poco, dándose fuerzas para lo que sabría que vendría «—Bien, allá voy—» Y con eso, finalmente se decidió por abrir la puerta, topándose, sentado en un gran futon, al hombre de cabello castaño que había conocido hace tan solo un día.
—Pero miren a quien tenemos aquí— Dijo el castaño, levantando la pequeña botella de Sake en su mano —Sabía que no me equivocaba. Mis amigos sentirán envidia—
—¿Por qué iban a sentir envidia?— Preguntó, pues como le habían dicho, debía de hablar con los clientes.
—Pues por la belleza con la que pasare mi noche. Pero no te preocupes, me asegurare de que tengas a todos los clientes que te mereces— Eso, en vez de alegrar a Zenitsu, lo asusto más.
«—Genial, ahora tendré que lidiar con los amigos de este bastardo—»
—Ven, siéntate y charlemos un poco— Ofreció, palpando la cama a un lado —No me tengas miedo, no muerdo, preciosa— Zenitsu no podía hacer nada más que obedecerlo, por lo que se sentó a su lado —¿Zenko, verdad?—
—Así es, señor—
—Es un nombre hermoso— Y en eso, él puso en las manos de Zenitsu la botella con Sake —Podrías beber un poco. Aquí solo somos tú y yo—
—No creo que…—
—Hazlo— Ordenó, por lo que Zenitsu le dio un pequeño sorbo a la botella —¿Es enserio?—
—Lo siento, señor. Nunca me a gustado el Sake—
—No me interesa. Te dije que te lo tomaras—
—Señor, yo_—
—No te estoy preguntando tu opinión. Hazlo, o me asegurare de que todas las perras que viven en esta casa, terminen en el peor lugar del distrito— Amenazó, asustándolo —¿Te vas a quedar callada? ¿Quieres que te obligue a hacerlo?—
—No, señor. No es necesa_— Pero en eso, el hombre agarró la botella, y trató a la fuerza de vaciarla en la boca de Zenitsu.
—¡No cierres la maldita boca!— Le gritó, lastimando un poco sus oídos por la cercanía —Como quieras— Dijo, antes de taparle la nariz con fuerza, provocando que Zenitsu tuviera que abrir su boca por la falta de aire, logrando así que el hombre vaciara toda la botella en su boca, solo para luego cubrirle casi toda la cara con sus manos —¡No te dejare respirar hasta que te lo tragues!—
La garganta de Zenitsu ardía debido al alcohol y sus pulmones comenzaron a necesitar aíre. Se sentía tan vulnerable que temió por su vida «—¿Eso es todo? ¿Moriré aquí, solo por no beber Sake?—» Se preguntó, tratando de soltarse del hombre con todas sus fuerzas, incluso había tratado con sus feromonas, pero nada parecía afectarle. Trató de golpearlo, arañarlo, jalarle el cabello, pero nada servía. El Sake ya había pasado por su garganta en su mayoría, pero está misma le dolía demasiado como para continuar. Comenzó a golpear el suelo, mientras trataba de gritar, pero nadie venía. Agarró la botella de Sake y trató de golpearlo con eso, pero sus sentidos comenzaron a fallar, por lo que la botella termino rompiéndose al otro lado de la habitación, luego de tratar de lanzársela a la cabeza.
—¡SUELTALO!— Escucho gritar, antes de que fuese soltado por ese hombre, permitiéndose escupir el Sake y respirar nuevamente.
—¿Uzui-Sama?— Preguntó, mirando al albino —Usted vino...—
—Claro que sí, idiota— Le dijo, mientras lo levantaba como princesa —Pagué el doble. ¡Llévense a ese bastardo!— Le gritó al dueño, que sujetaba por los brazos al castaño desmayado luego del tremendo golpe que Uzui le dio.
—Sí— Estaba nervioso por la presencia de Uzui, por lo que solamente lo obedeció.
Una vez a solas, Uzui se sentó sobre el futon, sin soltar a Zenitsu, para ayudarlo a beber agua de una botella que traía consigo. Zenitsu lo miraba, apenas logrando enfocar la vista, permitiéndose descansar un poco de aquel forcejeo.
—Perdón. Llegue tarde— Se culpó, mientras lo abrazaba.
—No es su culpa— Respondió, mientras lentamente colocaba su mano en el rostro de Uzui —No es culpa de nadie. La casa necesita ese dinero para que puedan comer—
—No te atrevas a decir eso otra vez. No vas a estar en este lugar por mucho tiempo. Es más, te voy a sacar de aquí ahora mismo— Sentenció, mientras se levantaba junto a Zenitsu.
—Pero ¿Y sus esposas?— Interrogó, por lo que Uzui no fue capaz de irse, siendo de esta forma, volvió a sentarse sobre el futon —Lo importante ahora es encontrar a sus esposas y al demonio. No se preocupe por mí— Le dijo con una sonrisa —Ya estoy mejor. Lo digo enserio— Trató de calmarlo —¡Eh! ¿Uzui-Sama?— Preguntó, luego de ver como el mayor lo levantaba para abrazarlo mejor.
—Dime ¿Realmente eres tan idiota?—
—¡Ah!— Exclamó enojado, recordando que se trataba de Uzui —¿De qué habla?—
—¡Qué cómo eres tan idiota para permitir que bastardos te traten como se les de la gana!— Exclamó, haciendo que Zenitsu lo viera a los ojos —¿Puedes matar a los demonios, pero realmente eres incapaz de defenderte de estos malditos?— Pero Zenitsu se quedo callado —¿Quieres que te obligue a hablar como antes?—
—No es necesario—
—¿Entonces?— Lo sentó sobre sus piernas —¿Por qué diablos dejas que te golpeen en vez de defenderte?—
—Yo... No puedo decirlo—
—¿Por?—
—...—
—Bien, supongo que tendré que obligarte— Zenitsu se asustó un poco con aquello, creyendo que el mayor volvería a usar su voz alfa para forzarlo a hablar. Pero para su sorpresa, Tengen simplemente se acostó sobre el futon, llevándoselo consigo.
—¿Pe-Pero qué hace?—
—Pues duermo. Ni que fuéramos a hacer algo más— Dio un pequeño brinco al sentir como lo abrazaba de cucharita —O ¿Acaso quieres hacer algo más?— Interrogó, susurrándole al oído.
—¡De que diablos estás hablando!— Exclamó, tratando de levantarse, pero Uzui lo abrazó más fuerte que antes, impidiéndole moverse —¡Uzui-Sama!—
—Pagué el doble— Le susurró al oído —No puedes irte, o echarme de aquí por el resto de la noche—
—Me está incomodando—
—¿Está posición?— Zenitsu asintió —Bien...— Entonces le volteó el cuerpo, quedando ahora los dos mirándose a los ojos —¿Mejor?— Él negó —¿Por qué?—
—Es más vergonzoso estar viendo su rostro—
—¿No te gusta mi rostro?—
—No es eso. Es solo que cada ves que lo veo siento que mis instintos me van a traicionar—
—¿Y eso por qué sería?—
—Mi omega interno esta muy desesperado. Al punto de que se desespera cada vez que esta cerca de una persona. Y las feromonas lo descontrolan por completo. Por lo que mi mente termina en blanco aún que soy capaz de recordar las cosas que pasan en ese estado—
—Por lo que me acabas de decir, puedo deducir que tú y tu omega interno llevan mucho tiempo solos. Dos años es mucho tiempo— Zenitsu asintió —¿Y nunca has intentado_—
—No. A mi omega interno le da asco eso, a mí también— Se cubrió el rostro con sus mangas —Llevó mucho tiempo sin nadie a mi lado pero no quiero rogar por un alfa que nunca llegara. En el pueblo donde crecí, los omegas recesivos eran marginados, yo no fui la excepción. Con suerte podrías llegar a enamorar a alguien medianamente rico, pero la mayoría de las veces solo te buscaban, te enamoraban, se acostaban contigo, y nunca más los volvías a ver. Ya sabe que mi caso no fue diferente. La única persona que, creo yo, realmente me amo, prefirió creerles a los demás, antes que a mí...—
Tengen no dejo de mirarlo y escucharlo atentamente, pues no solo lograba entender un poco más a Zenitsu, si no que también, y por alguna razón que todavía no encontraba, la voz de aquel omega de ojos ámbar le había encantado. Era tranquila y ruidosa, una combinación que, en secreto, le gustaba. Además de tener unas feromonas que nunca antes había sentido, siendo un olor a vainilla muy empalagoso, que incluso le provocaba dolores de cabeza a quienes las olieran. Eso fue algo que le llamó mucho la atención, pues ni sus esposas tenían olores como esos, tal vez eran dulces y fuertes, combinados eran increíbles, pero realmente faltaba algo como Zenitsu, algo al punto de que podría gustarte o podrías odiar.
Tengen Uzui era un hombre muy excéntrico, que buscaba lo diferente. Era un hombre que aprendió a amar a sus esposas con el paso de los años, pero él buscaba tener a alguien nuevo en su vida, ese alguien especial, que fuera todo lo que estaba buscando en una sola persona. Zenitsu no era perfecto, él tampoco, y lo sabía, pero allí estaba, siendo al omega más hermoso que sus ojos nunca antes habían visto. Un pedazo de arcilla que podía moldear, una obra de arte sin terminar. Zenitsu era lo que buscaba, es lo que estaba buscando, pues ya no necesitaba buscar más, lo tenía frente a sus ojos, y jamás lo soltaría.
—Zenitsu— Llamó al omega, que dejo ver sus ojos un poco llorosos —Eres por mucho, el omega más hermoso que he visto nunca— Este mismo lo miró sorprendido —Se lo que digo, así que, y nuevamente, no te atrevas a decir lo contrario. No se como llegamos a tener tal confianza, no se como esto ocurrió. Pero te diré que yo jamás, jamás te trataría de esa forma—
—Uzui-Sama—
—Es rápido, lo se pero nunca me han gustado ir despacio. Así que, Zenitsu— Pronuncio su nombre, sujetando su barbilla con cuidado —Permíteme, por favor poder ser el alfa que realmente te mereces—
Zenitsu no se lo podía creer, en especial luego de ser rechazado tantas veces. Su cabeza daba vueltas, y el embriagador olor a vino de las feromonas de Uzui no ayudaban. Su guardia estaba baja, por lo que no pudo batallar cuando Tengen comenzó a besarlo lentamente, algo que no se esperaba de alguien como él. Sus ojos estaban llorosos, pues sentía una felicidad indescriptible desde su interior, que incluso sintió como su corazón se calentaba. Tengen no pudo evitar limpiarle las lágrimas que amenazaban con caer, al mismo tiempo que le quitaba todo ese maquillaje, pues para él, Zenitsu era realmente hermoso, y no necesitaba el maquillaje ni la opinión de los demás, ni siquiera la de él para saberlo.
Las carisias que siguieron a continuación lo volvieron loco. Los besos y la delicadeza con la que Tengen trataba su cuerpo hicieron estragos de su mente. Zenitsu no se esperaba que fundirse en un caliente abrazo con el albino fuere realmente algo embriagador. Podría sentir como el olor a vino de las feromonas del alfa funcionaban como uno real, pues hace mucho que simplemente se dejo llevar.
Las respiraciones apresuradas y los gemidos roncos lo hacían temblar. La forma en la que el mayor besaba todo su cuerpo para distraerlo del dolor, como mordía, lamia y le hablaba al oído. Todo. Todo era tan nuevo para él, tan maravilloso, tan caliente.
La habitación estaba llena de las feromonas de ambos, el ambiente se sentía caliente, y lo único que se lograba escuchar eran las respiraciones agotadas de ambos. Zenitsu estaba recostado sobre el pecho de Tengen, escuchando como su corazón se calmaba poco a poco. Por su lado, el albino acariciaba el cabello de Zenitsu, mientras aspiraba su aroma natural. Ambos estaban tranquilos y en silencio, de vez en cuando se daban unas ligeras miradas, pero nada más que eso. De un momento a otro, Tengen se había volteado junto a Zenitsu, quedando nuevamente en la posición de cucharita, ya que Zenitsu sentía un poco de vergüenza cuando lo veía a la cara. Tengen solo se quedó allí, escuchando la respiración del menor, mientras lo abrazaba con cariño.
—Je. Te están temblando las piernas—
—No creo que eso sea culpa mía—
—Nunca dije que fuera culpa tuya— Pronuncio, antes de voltear el cuerpo de Zenitsu —No me des la espalda, deseo ver tu rostro en este momento—
—No creo que realmente te guste mi rostro—
—No me gusta. Me encanta— Le besó la frente —¿Puedo hacerte una pregunta— El omega asintió —¿Qué era eso que tú y tus hermanos hacían con las cartas?—
—Oh... Eso— Se acomodó mejor —Estábamos revisando las cartas. Tanjiro olía las feromonas de tus esposas, había algunas que se le dificultaban un poco, por eso las acercaba más a su nariz. Tiene muy buen olfato, así que estaba memorizo el olor de las feromonas para luego ser capaz de identificar y encontrar a tus esposas—
—Sí. Eso lo se. ¿Pero qué es lo que hacías tú?—
—Tengo una buena audición. Soy capaz de escuchar todo tipo de cosas, incluso si esta muy lejos. Si estoy distraído, puede que no escuche algo, pero si me concentro, soy capaz de leer los pensamientos. Lo que hacía con las cartas era identificar y memorizar el sonido de las feromonas. Y al igual que Tanjiro, habían algunas que se me dificultaban un poco. Inosuke se encargaba de apilar las cartas dependiendo de si las feromonas eran fuertes o no, por eso era un orden completamente diferente—
—¿Pu-Puedes leer los pensamientos?— Zenitsu asintió —Entonces—
—Tranquilo. Tus comentarios hacía mi trasero son cosas que puedo olvidar fácilmente—
—¡No te atrevas!—
—¿Eres tan idiota como para no entender una simple broma?—
—Como te_— Le pellizcó la nariz.
—¡Ay!— Se quejó, mientras sobaba su nariz —¡Eres un_— Pero Uzui lo besó —¡Oye!— Lo volvió a besar —¡Uzui!— Pero el mayor seguía besándolo, solo para no dejarlo quejarse —¡No me dejas respirar!—
—¡Entonces para qué diablos tienes la nariz!— Y volvió a besarlo, sin dejarlo dar una respuesta.
Zenitsu trató de batallar, dándole golpes a Tengen que solo hacían reír al mayor, pero ni eso lograba alejarlo, dejando a nuestro querido omega sin más opciones que corresponder el beso.
—¿Ves que no soy tan malo?— Interrogó, pero Zenitsu solo se cubrió un poco la cara con las sabanas —Je. Ya es tarde, deberías dormir—
—¿Me vas a hacer algo mientras duermo?—
—No. Pero si tú quieres_—
—¡Buenas noches!— Exclamó, volviendo a voltearse, sacándole una sonrisa a Tengen.
—Zenitsu— Llamó, tratando que lo mirará.
—¿Qu_— Pero no tuvo tiempo de responder, pues sintió como el mayor lo abrazaba, para acercarlo más a su cuerpo.
—Te amo—
Sus ojos se llenaron de lágrimas en cuestión de segundos. Aquel te amo había sonado tan sincero, que por momentos creyó que sus oídos le habían jugado una broma. Era la primera vez en su vida que escuchaba algo tan sincero. Los te amo por parte de Giyuu, o los te amo que alguna vez le dijo Toshio, el hombre que solía amar, no se comparaban. Se aguantó el llanto como pudo, pues no quería molestar al alfa a su lado.
Luego de unos minutos, y ya más calmado, Zenitsu pudo notar que Tengen se había dormido, por lo que volvió a voltearse. Él se veía tan tranquilo y sereno, algo sorprendente para el tipo de persona que era. Tal vez era un dolor de cabeza andante, que incluso le había parecido un idiota desde el principio, pero le había sorprendido que fuese alguien que realmente se preocupara, que lo hiciera sentir realmente bien, incluso cuando sentía no merecerlo. Frente suyo tenía al alfa que no había pedido, pero que sin duda necesitó por mucho tiempo, durmiendo tranquilamente, dándole la oportunidad de contemplarlo en esa faceta tan vulnerable. Lo observó detenidamente por lo que para él fueron horas. Sus ojos, facciones, tono de piel, su cabello suelto, todo lo que pudiera observar, lo había memorizado, pues no creía ser capaz de tener una oportunidad como esa otra vez.
«—Kami-Sama, se que esto es malo, y más si este alfa ya está casado. Pero por favor, permíteme disfrutar más mientras pueda—» Pidió, mientras besaba, con cuidado de no despertarlo, los labios de Tengen.
Al día siguiente, Zenitsu despertó en esa cama, completamente solo.
[••••]
—Zenitsu...— Pronuncio al viento, recordando aquella noche, con la carta que Zenitsu había escrito para pedirle ayuda, que todavía contenía un poco de sus feromonas —Perdón, no debí dejarte solo—
Chapter 10: Comienza la batalla, Tanjiro vs Daki.
Chapter Text
Casa Tokito, distrito rojo.
—Koinatsu— Llamó a la mayor, que se estaba mirando al espejo, sorprendiéndola.
—¿Sumi?— Preguntó ella, al ver a Tanjiro con su uniforme de cazador.
—Disculpa mi osadía— Pidió él —Me marcho de la Casa Tokito. ¿Podrías darle al dueño el pago por la comida que me dieron?— Preguntó, mostrándole un sobre con dinero.
—Sumi, esa ropa que llevas...— Ella estaba sorprendida.
—Me vestí de mujer por ciertos motivos, en estas casas no pueden haber omegas hombres. Esa es la razón—
—Sí, eso lo sabía. Solo hacía falta verte. Y oírte— Con eso, Tanjiro quedo confundido —Siempre supe que eras un hombre omega, pues si te veías ligeramente como mujer. Sentía curiosidad por saber qué te trajo aquí— Explicó, pero Tanjiro todavía estaba un poco sorprendido y confundido.
«—¿Lo supo todo el tiempo?—» Se preguntó, tratando de saber que estaba mal en su actuación.
—Veo que tenías tus motivos. Estás preocupado por Suma de verdad, ¿No?—
—Sí, por supuesto. No mentí— Exclamó —Rescataré a los que desaparecieron— Ante esto, Koinatsu le mostro una bella sonrisa.
—Gracias. Me quedo más tranquila. Lo cierto es que mañana dejo este barrio—
—¿Sí? Eso son buenas noticias— Dijo feliz Tanjiro.
—Hay alguien me quiere como esposa. Soy muy feliz. Aunque...— Tanjiro la miró un poco preocupado —Estaba muy preocupada por aquellos a los que dejo atrás. Pasaron bastantes cosas desagradables. Y yo ni siquiera podía investigar—
—Es natural. No dejes que te afecte. Sigue sonriendo—
—Tampoco quiero que desaparezcas tú, Sumi— Tanjiro sonrió, antes de inclinarse ante ella.
—Me marcho— Se levantó —Sé feliz— Le deseo con una sonrisa.
—Gracias. Tú también, Sumi. Encuentra a Suma—
—Sí— Y con eso se marcho finalmente, dejando a Koinatsu sola otra vez.
—¿Olvidaste algo?— Preguntó, tras notar como algo se movía a sus espaldas, creyendo que era Tanjiro nuevamente.
—Sí— Respondió alguien que no era Tanjiro —Tengo que comerte antes de que se me olvide. Porque esta es tu última noche aquí, ¿Verdad, Koinatsu?— Interrogó una mujer de cabello negro, dándole una mirada que parecía querer atravesar su alma, antes de que lamiera los labios, solo para comenzar a envolverla lentamente con su obi.
Tanjiro corría por los techos de las casas, con el sol a nada de ocultarse «—Maldición, ya casi se puso el sol—» Pensó, mirando el cielo que pasó de ser un dorado cálido, a ser un morado, casi azul «—Tengo que ir con Inosuke—» Pero se detuvo abruptamente en uno de los techos «—Huelo algo dulce. Es un demonio—» Notó, asustándolo un poco, pues en todo ese tiempo, no había sido capaz de detectar nada «—(Hay un demonio cerca, No puede ser—»
[•••]
—¡Tarda mucho! Se pondrá el sol y aún no llegó— Se quejó Inosuke, pues Tanjiro se estaba tardando más de lo que debía —¡Soichiro es un idiota! ¡Pasaré a la acción!— Sentenció —¡Asaltó de frente, siempre!—Exclamó, antes de dar un gran saltó, con el cual atravesó el techo con la cabeza —¡Mis katanas, ratones!— Les llamó, solo para verlos traerlas unos segundos después —Son muy hábiles. No esperaba que tuviera ratones musculosos como sirvientes. ¡Yo también quiero usar bestias ninja!— Exclamó, esperando que Giyuu se lo permitiera, pues debía de pedirle permiso primero.
Entonces, ya con su uniforme puesto y sus katanas, estaba listo para partir, importándole poco que una de las mujeres de la casa se asustará de verlo así —Es hora de cazar demonios. ¡Asalto de frente!— Gritó, antes de derribar la puerta de su habitación, solo para irse corriendo nuevamente.
[•••]
—¿Dónde están Zenko y Hinatsuru?— Interrogó Tengen, amenazando al dueño de la casa Kyogoku con un kunai —Sé conciso. No respondas con preguntas— El hombre estaba aterrado, pues Tengen había aparecido de la nada detrás suyo, sin hacer ni un solo ruido.
—Zenko desapareció...— Logró responder, pese a todo el miedo que sentía —Hinatsuru enfermó y la llevaron a un burdel inferior—
—Cuéntame todo lo que sepas. ¿Quién es sospechoso?— Interrogó nuevamente, quitando el kunai de la garganta del dueño —Confía en mí y habla— El dueño se permitió respirar nuevamente, pues no podía hacerlo correctamente debido al miedo —Prometo que lo mataré yo mismo. La vengaré— Dijo, refiriéndose a la esposa del dueño.
—Omitsu— De solo recordarla, las lagrimas que había retenido durante todo ese tiempo comenzaron a salir —La oiran Warabihime. Está en una habitación del norte a la que no llega el sol— Contestó, solo para sentir como Tengen había desaparecido de la misma forma en la que llegó, sin hacer ni un solo ruido.
Con eso, Tengen se dirigió rápidamente a la habitación indicada, para adentrarse por la ventana de la misma «—No está—» Pensó, sin detectar ninguna presencia «—Salió a cazar humanos—» Entonces, comenzó a correr por los techos directo a los burdeles inferiores «—Iré por Hinatsuru mientras detecto la presencia del demonio. Si sigue viva, tendrá información. El demonio volverá a la habitación cuando amanezca. Acabaré con ella yo mismo—» Sentenció, aumentando la velocidad para llegar más rápido a por su esposa.
[•••]
En otra parte, Tanjiro se acercaba cada vez más hacía la fuente del olor, ya sabiendo que se trataba de un demonio, y debía ser precavido «—El olor es más fuerte—» Pensó, estando parado frente a las ventanas de la habitación de Koinatsu «—No hay duda—» Se preparó para abrir la ventana —¡Koinatsu!— Exclamó, llamándola. Pero en cambio, vio algo que lo asustó.
—¿Eres cazador de demonios?— Interrogó Warabihime, sin mirarlo —Conque viniste. Bien. ¿Cuántos son?— Interrogó, pero Tanjiro, por los nervios, no era capaz de contestar —Uno es ese omega horrible de cabello amarillo. ¿Vino un Pilar? ¿Llegará pronto?— Continuo preguntando normalmente —Tú no eres un Pilar. Pareces muy débil. Si no lo eres, no me interesas— Dijo, mientras su largo obi envolvía el cuerpo de Koinatsu, como si la absorbiera de una forma —¿Comprendes?—
«—¿Dónde está su cuerpo?—» Se pregunto, pues no veía casi nada del cuerpo de la mujer «—El cuerpo de Koinatsu no está. Pero no sangra. No huele a sangre—»
—Yo no como ni sucios ancianos ni gente fea— Explicó, mirando finalmente a Tanjiro.
«—Es la Sexta Creciente—» Nervioso —¡Suéltala!— Le gritó, desenfundando su katana.
—¿Con quién crees que estás hablando?— Exclamó enojada de que Tanjiro se atreviera a desafiarla. Tanjiro no respondió, por lo que Warabihime lo atacó con las extensiones de su obi, haciéndolo chocar con otra casa.
«—Es rápida. No la vi—» Pensó, impactado y más nervioso que antes «—Es una Creciente. No tengo fuerza en las extremidades. Estoy entumecido—» Miró su mano temblorosa «—Cálmate. Mi cuerpo reaccionó. Si no, ahora estaría muerto—» Se levantó lentamente, un poco adolorido «—No tengo fuerza en las extremidades porque tengo miedo—» Se preparó para atacar «—Estoy entumecido por el golpe que recibí en la espalda. Su arma es el obi. Tiene un poder especial. Puede absorber a los humanos. Por eso no encontramos pasadizos en todo el edificio. Puede secuestrar a gente por una rendija por la que pasa el obi—» Se quedó analizando todo eso.
—¿Estás vivo?— Preguntó Warabihime, sacándolo de sus pensamientos —Eres más duro de lo que esperaba— Tanjiro estaba nuevamente nervioso, pues tendría que pelear solo —Me gustan tus ojos, Son lindos. Te los arrancaré y me comeré solo eso— Dijo con una sonrisa, lamiéndose los labios.
«—¡La caja!—» Exclamó sorprendido, pues una de las correas que sujetaban la caja se había cortado de la nada «—No se rompió. Pero lo hará si me golpea otra vez—» Pensó, dejando la caja en el techo donde había caído —Lo siento, Nezuko— Se disculpó —Se rompió una de las correas. No puedo cargar contigo— Nezuko estaba despierta dentro de la caja, escuchándolo todo —Quédate ahí. Sal solo si tu vida corre peligro— Pidió en todo firme, antes de notar como Warabihime se acercaba levemente hacía él —Respiración de Agua. ¡Cuarta Postura!— Exclamó, listo para pelear —¡Golpe de marea turbulento!— Gritó, luego de que ambos saltaran, listos para matar al otro.
Tanjiro había sido capaz de cortar los obis que lo atacaban, pero para Warabihime eso no era más que el comienzo, pues estaba decidida a solo comerse los ojos de Tanjiro. Por lo que lo atacó nuevamente, uniendo algunos de todos los obis que podía controlar, provocando que Tanjiro no fuera capaz de cortarlos debido a su dureza. Pero aquello no era más que un truco para elevar a Tanjiro, dificultándole de esa manera el defenderse de los obis que ahora lo atacaban por separado, pero siendo capaz de cortar justamente el obi que había absorbido a Koinatsu.
—No te desenvuelves mal en el aire— Dijo Warabihime, una vez que ya ambos estaban en el suelo —Y separaste con cuidado la parte donde está atrapada Koinatsu— Tanjiro respiro, recuperando el aire perdido en ese corto primer enfrentamiento —Eres feo, pero adorable— Pero Tanjiro solo esperaba el momento en el que ella volvería a atacar —Te estoy tomando cariño. Eres como un ratón moribundo—
«—Es la Sexta Creciente. ¿Podré vencerla?—» Se preguntó «—Uzui, Zenitsu e Inosuke no están aquí. ¿Podré vencerla solo?—» Se pregunto nuevamente, mirando fijamente a Warabihime «—No. La cuestión no es si puedo. ¡He de hacerlo!)—» Se volvió a preparar para pelear, pero ella solo sonrió ante eso. Tanjiro estaba nervioso, pero no era el momento para correr, debía de hacerlo, incluso si le costaba su propia vida.
[•••]
Uzui ya estaba llegando a la parte más sombría, pobre y lamentable del distrito. La calles estaban vacías en su totalidad, por lo que decidió avanzar lo más rápido que podía, cosa que ya no sería necesaria, pues vería por una de las ventanas de la casa por la que casi pasa, a su esposa Hinatsuru, amarrada con telas de obi, impidiéndole moverse o hablar siquiera.
—¡Hinatsuru!— Exclamó, no pudiendo creer el estado en el que se encontraba su esposa. Él entró rápidamente a liberar a su esposa, para luego darle la medicina que traía consigo, estando aliviado de que ella estuviera con vida.
—Lo siento, Tengen-Sama— Logró decir pese al cansancio en su cuerpo.
—No hables— Pidió él, bastante enojado por como ese demonio dejó a su esposa.
—Descubrí que la oiran Warabihime es un demonio pero ella sospechó de mí. Intenté dejar la casa ingiriendo veneno, pero la oiran me entregó un obi para vigilarme y asesinarme de ser necesario, y me quedé atrapada— Finalizo con en relato, siendo escuchada atentamente por su esposo —Déjeme aquí y márchese, Tengen+Sama. Oyó el sonido de hace unos momentos. El demonio está suelto—
—¿Seguro que estás bien?—
—Sí. Lamento no poder serle de ayuda—
—No hagas nada más— Pidió, para luego abrazarla —Sal de Yoshiwara cuando el antídoto haga efecto. ¿Entendido?— Pero ella comenzó a llorar, sintiéndose inútil por no poder hacer más, pero teniendo que obedecer a su esposo.
—Sí...—
Luego de eso, Tengen estaba corriendo nuevamente por los techos, teniendo que volver lo más rápido posible a matar el demonio «—Está combatiendo. ¿Dónde? Encuéntralo—» Se dijo a sí mismo, antes de salirse de su camino principal y acercarse al suelo de una de las tantas calles, luego de haber escuchado algo que le llamó mucho la atención «—Es aquí. Bajo tierra—» Con eso, pegó su oído al suelo «—Hay alguien peleando. El eco no me deja oír bien. Ahí hay algo—» Entonces, luego de agarrar sus katanas, las vendas que las cubrían se cortaron debido al filo de estas —Respiración del Sonido. Primera Postura:¡Retumbo!— Exclamó, antes de crear un gran hueco con sus katanas, que se escuchó bastante lejos, llamando la atención de Daki.
—Qué insectos más ruidosos— Dijo enojada —¿Qué es ese ruido? ¿Qué hacen? ¿De donde viene? Es cerca de la Casa Ogimoto— Dijo, sin prestarle atención a Tanjiro —Además, Hinatsuru está ¿Cuántos vinieron? ¿Cuatro?— Preguntó casual a Tanjiro.
—No te lo diré—
—Si eres sincero, puedo dejarte con vida. Solo peleamos un poco y tu katana ya está mellada— Dijo señalando la katana de Tanjiro, sorprendiendo al omega en cuanto la miró —Debió forjarla un herrero bastante inútil—
—¡No! La forjó un hombre increíble. ¡Es un gran herrero!—
—¿Y por qué está mellada, idiota?— Pero Tanjiro no supo responder —Está temblando todo el distrito. No me gusta, así que voy a matarte rápido—
«—La katana se mella si la blande un mal espadachín. Es culpa mía. Tal y como sospechaba, no puedo dominar la Respiración de Agua. Mi cuerpo no está hecho para ella. No puedo igualar a Urokodaki-San o a mamá. Mi Danza del Dios de Fuego es más poderosa. Es mejor para mí. Pero...»
[•••]
Estando en la Finca del Pilar del Agua, Inosuke y Zenitsu entrenaban juntos con sus katanas —¡Contente un poco, idiota!— Le gritó Zenitsu, un poco asustado por la fuerza de Inosuke.
—Entonces no sirve de nada entrenar— Le dijo, dándole apenas unos segundos a su hermano mayor para cubrirse de la segunda katana.
—¡Danza del Dios de Fuego!— Exclamó Tanjiro, llamando la atención de sus hermanos menores —¡Vals!— Con eso, creo una gran ráfaga de fuego que salía directamente de su katana —Cielo_— Pero, sin ser capaz de terminar su nuevo movimiento, se arrodillo en el suelo, sintiendo como todo el aire de sus pulmones lo abandonaba.
—¡Tanjiro!— Dijo asustado Zenitsu, siendo seguido por Inosuke cuando se acercó a él —¿Estás bien, Tanjiro?—
—¿Tienes hambre?—
—¡Idiota!— Le gritó Zenitsu.
[•••]
«—Era tan potente que no podía usarla varias veces—» Agarró con más fuerza su katana «—Pero ahora es distinto. Debería poder hacerlo. No. ¡Lo haré!—» Se mentalizo, sin quitarlo los ojos de encima a Daki «—Para eso entrené. No pierdas. Arde. Arde. ¡Arde!—»
“¡Haz arder tu corazón!”
«—¡Danza del Dios del Fuego!—» Exclamó, cortando los obis con una ráfaga de fuego «—¡Espejo carmesí del sol abrasador!—» Aquello fue algo que sorprendió mucho a Daki.
«—Cambió su postura. Ahora es más intensa—» Pensó sorprendida, en cuanto Tanjiro se le acercó rápido —¿Qué es este ruido?— Interrogó, refiriéndose al sonido de las llamas que salían de la boca de Tanjiro —Es muy desagradable. ¿Es su respiración?— Pero en eso tuvo que retroceder, ya que Tanjiro se le había acercado mucho.
«—¡Vals!—» Exclamó, creando un corte de fuego en el aire «—El vals son dos cortes. Aún queda el segundo—»
«—No es para tanto. Hasta aquí llegas—» Dijo atravesando el cuello de Tanjiro con su obi, solo para ver como este mismo desaparecía frente a sus ojos «—¿Dónde está?—» Miró a todos lados buscándolo.
—Danza del Dios del Fuego— Ella lo buscó con la mirada —Parhelio Arcoíris— Escucho decir nuevamente, antes de sentir una ligera molestia en el cuello.
«—Es el hilo de la brecha en sus defensas. ¡Puedo hacerlo!—» Pensó Tanjiro, siendo detectado finalmente por Daki —¡Danza del Dios del Fuego! ¡Rueda de fuego!—Exclamó, estando a centímetros del cuello de ella.
—Eres tan lento que me haces bostezar— Dijo, sorprendiendo a Tanjiro antes de alejarlo con uno de sus obis.
«—Defiéndete mientras caes—» Tanjiro golpeó el suelo con su cuerpo una veces antes de finalmente arrastrarse por este mismo, quedando adolorido y sintiendo de repente como nuevamente el aire lo abandonaba «—Usar tanto la Danza del Dios del Fuego pasó factura—» Pensó, tratando de levantarse lo más rápido posible «—El cansancio hace que mis músculos estén rígidos—»
—¿Aún sigues vivo?— Interrogó Daki.
«—Cálmate. Acompasa la respiración—» Pensó, viendo como Daki arrastraba sus obis por la tierra, tratando de cortar por la mitad a Tanjiro «—Recupérate. ¡Rápido! ¡Respira para recuperarte!—» Pensó, teniendo a Daki a centímetros de su rostro. Tanjiro respiró, sujetó con fuerza su katana y se defendió de Daki, logrando dar un salto para luego volver a atacarla de frente. Siendo de esta forma, ambos comenzaron una batalla nuevamente, teniendo a Daki tratando de matar a Tanjiro con sus obis, pero el pelirrojo solo pensaba en defenderse de ella «—El obi es como una potente arma de filo. Los hilos de la brecha se cortan enseguida. Ataco demasiado lento. ¡He de subir la temperatura aún más!—» Pensó, estando dispuesto a acabar con ella.
[•••]
—Le diré a Tomioka-Sama que tu fiebre no desciende—Dijo preocupada Kiyo.
—Por favor, Kiyo. Te lo ruego— Pidió Tanjiro, inclinándose ante ella —Mantenlo en secreto. Estoy bien—
—Pero...—
—Estoy bien. Tranquila, no me pasa nada—
—Mira el termómetro— Mostrándoselo —¡Marca 38 grados!. Ya llevas dos días así. Es mucho tiempo. Si la fiebre persiste, es que algo va mal. Yo ya no sé qué hacer— Tanjiro la miró con pena —Necesitas a la señora Shinobu—
—La verdad es que con fiebre me desenvuelvo mejor. Puedo usar la danza varias veces— Explicó —Quizás así me haga más fuerte. Por favor, espera antes de informar a Shinobu-Sama o mamá— Pidió suplicante —Solo un poco más— Ella apretó con fuerza el termómetro, estando un poco insegura.
—De acuerdo. Pero solo un poco—
[•••]
«—Puedo sentir cómo aumenta mi temperatura corporal. Puedo enfrentar a una Luna Creciente—»
«—(Es más resistente de lo que pensaba. Qué interesante)—»
«—Puedo hacerlo. La Danza del Dios del Fuego funciona. No. No basta con eso. He de ganar. Usaré todas mis fuerzas ¡y ganaré!—» Exclamó «—Para protegerlos a todos. Para proteger sus vidas. No permitiré que se lleven nada más. Nadie más tendrá que sufrir como nosotros—» Dio una gran bocanada de aire, para luego volver a sacar llamas de su boca. Entonces, se lanzó a atacar a Daki.
—Los feos son feos por mucho esfuerzo que le pongan— Habló, lista para también atacar a Tanjiro
[•••]
Casa Ogimoto
—¿Qué ocurre?—Preguntó una mujer luego de, junto a su compañera, escuchar unos pasos rápidos a sus espaldas.
—¡Hay un monstruo!— Exclamó una mujer que corría hacía ellas.
—Ve a prepararte para trabajar— Le dijo la otra mujer, sin tiempo para bromas.
—¡Hay un jabalí monstruoso destrozando el techo y el suelo!— Le gritó en la cara.
—Eso es imposible— Dijo la otra mujer.
—¡Pues ven!— Le exclamó, hasta que el mismo Inosuke apareció, rompiendo el suelo en el proceso. Las tres mujeres se aterraron de solo verlo, y más cuando Inosuke se les acercó.
«—Puedo sentir la presencia de un demonio—» Pensó, yendo hacía la dirección de las mujeres, que aterradas escaparon —¿Estás aquí?— Interrogó, cortando el suelo con sus katanas —Lo encontré. Este agujero lleva a su guarida— Dijo, mirando el gran agujero que se encontraba bajo los tablones de la casa —¡Prepárate!— Gritó, saltando hacía el agujero, pero tristemente solo su cabeza pudo entrar, enojándolo un poco —Conque solo cabe mi cabeza. No seas ingenuo. No servirá de nada contra el gran Inosuke. Puedo dislocarme todas las articulaciones— Dijo, haciendo aquello con sus brazos —Si cabe mi cabeza, cabe todo mi cuerpo—Entonces, comenzó a arrastrarse por el agujero, siendo ahora capaz de meter todo su cuerpo «—¡Asalto de frente! ¡Nadie puede detenerme—» Pensó, arrastrándose con rapidez por ese agujero que ahora parecía un túnel «—Qué largo es. No es un camino cualquiera. Aquí tiene que haber un demonio—» Entonces llegó a un gran lugar, como una cueva, que estaba lleno de obis con “estampados” de mujeres jóvenes y hermosas —¿Qué es esto?— En cuanto cayó, acomodo nuevamente sus huesos —¿Un obi con humanos estampados?— Miró a todos lados —¿Qué es esto? Espera, esta sensación. Son personas vivas. Así que encierra humanos en este tejido de mujer— Camino mirando a todos lados, hasta toparse con un montón de huesos tirados por todas partes —Así puede sacarlos para comer cuando quiera. Qué desagradable— Entonces se topó con el trozo de obi en el que estaba atrapado Zenitsu —¿Qué hace este idiota?— Preguntó, viendo a su hermano.
—¿Qué haces tú?— Escuchó que le preguntaban, cosa que lo alerto, pues creía estar solo —Entraste a una despensa ajena. Y eres sucio. Muy sucio— Entonces, de una de todas las extensiones de obi, un par de ojos y una boca aparecieron, creando algo grotesco —¡Eres un sucio insecto apestoso!— Pero Inosuke solo se sintió asqueado.
—¡Qué asco da ese gusano!—Exclamó.
—¡Insecto insolente!—Le gritó, para luego ir directo hacía él para atacarlo. Pero Inosuke se defendió sin problema alguno de todos los obis que lo atacaban.
—¡Deja de serpentear!— Exclamó, cortando los obis, de los cuales salía sangre —¡Das asco, obi gusano!— Cortó más obis —Eres bastante lenta. Absorbiste a demasiados humanos. Los ataques de un gusano gordo como tú jamás alcanzaran al gran Inosuke— Siguió cortando los obis, liberando a las mujeres encerradas en ellos —¡Vuelve cuando hayas mejorado tu figura!—
«—Corta evitando las partes con humanos— Pensó ese horrible obi con ojos «—Había conseguido reunir bastante comida fresca—» Inosuke cortó más obis «—Pero tiene buena intuición. Percibe al instante mis instintos asesinos. Detecta los ataques enseguida vengan de donde vengan. No esperaba que entrara un cazador a la despensa. ¿Qué hago?—» Se preguntó.
«—Atrápalo con vida—» Escuchó en su cabeza «—Es el que se interpuso al atrapar a Makio. Era hermoso—»Explicó la voz de Daki «—De las reservas, puedes matarlas a todas menos a las diez más hermosas. Aunque capturar al chico será más difícil que matarlo. Cómete algunas de las que hay ahí y fortalece tu cuerpo—» Ordenó, pero entonces Inosuke estaba a nada de cortarla, dándole apenas unos segundos a aquel obi para volver a ser una tela normal.
«—No lo corté. ¿Es porque se dobla?—» Se preguntó, pero el obi volvió a estar rígido para atacarlo —Respiración de la Bestia. Sexto Colmillo:¡Mordedura Irregular!— Giró, saltando hacía el obi con cara.
—Hacerme pedazos no sirve de nada. No soy el cuerpo del demonio— Aquello lo hizo detenerse —¿Y no te importa dejar sin vigilancia a los humanos que salvaste?— Le preguntó, haciendo que Inosuke mirara a las tres mujeres que ya había salvado —Recuperare enseguida lo que cortaste— Entonces, unos obis se acercaron lentamente a las mujeres que estaban inconscientes, con la intención de atraparlas nuevamente.
«—Maldición, debería pelear protegiendo a los humanos. ¡No llegaré a tiempo!—» Pensó, corriendo lo más rápido que podía hacía las mujeres —¡Maldita faja gusano!— Luego, para su sorpresa, un montón de kunais se clavaron en los obis, dejándolos completamente inútiles. Inosuke se volteó, buscando de donde habían venido.
—“Faja gusano”, ¿eh? Bien dicho— Felicitó una mujer que no conocía, teniendo un kunai en cada mano.
—Sí. Es asquerosa. Totalmente asquerosa— Dijo la mujer que estaba al lado de la anterior, que se notaba más temerosa —¡Se lo diré a Tengen-Sama!— Entonces ambas se lanzaron al ataque.
—Te ayudaremos, así que dalo todo, cabeza de jabalí— Le dijo la mujer que se poseía un flequillo rubio, mientras lanzaba más kunais a los obis.
—¡Quienes son?— Interrogó Inosuke.
—Las esposas de Uzui— Respondió la otra mujer, de ojos y ropa azules —Yo no sé pelear muy bien— Dijo temerosa, para luego esquivar uno de los obis —Así que no esperes mucho. Pero en eso, la otra mujer le dio un golpe en la espalda, asiéndola saltar del miedo.
—¡No te rebajes ahora, Suma!— Le gritó la del flequillo rubio.
—¡Es que es verdad, Makio!— Le respondió, dejando a un Inosuke confundido —Sabes que lo hago fatal. Me atraparon enseguida. ¡No puedo pelear protegiendo a los que están atrapados!— Gritó llorando, haciendo enojar más a su compañera —¡Moriría la primera!—
—Así es. Veo que al menos eres consiente— Dijo la faja gusano —¿A quién me como primero?—
«—¿Este gusano no es el demonio?—» Se cuestiono Inosuke, recordando las palabras de la faja «—Si es verdad, este combate no terminará nunca—»
—Respiración del Rayo— Inosuke notó que Zenitsu pasó por su lado —Primera Postura: Destello de Trueno. Seis Chispazos— Entonces Zenitsu cortó todos los obis , dejando una estela brillante detrás suyo, sorprendiendo a las esposas de Uzui.
—¿No sería mejor que durmieras siempre?— Preguntó Inosuke, igualmente sorprendido.
Los ratones de Uzui le trajeron la espada a Zenitsu.
—¿Es otro cazador?— Preguntó Makio —¿Por qué va vestido así?
—¡Ni idea!— Exclamó Suma
«—¿Quién es ese? Es muy veloz—» Pensó la faja gusano «—( Pero ahora mismo sonaron dos cosas distintas, ¿No?—» Se preguntó, viendo a Zenitsu «—Dos sonidos que parecían el estallido de un trueno. Uno lo produjo él—» Refiriéndose a Zenitsu —Y el otro provenía de arriba— Y entonces comenzó a caer tierra desde arriba, luego se sintió una ráfaga de aire que sorprendió a todos «—¿Viento? ¿Hay un agujero? ¿Cómo abrieron un agujero desde la superficie hasta aquí?—» Se pregunto, luego de sentir como alguien caía, pero el polvo no le dejaba ver.
—¿Qué pasa?— Preguntó Inosuke
«—Está aquí. Entró alguien—» Mirando hacía el polvo que comenzaba a disiparse, dejando a la vista una figura masculina «—Esta presencia ¡Es un Pilar!—» Exclamó, antes de que Uzui cortara todos los obis que seguían colgando en unos segundos, sorprendiendo tanto a sus esposas como a los hermanos.
—Tengen-Sama— Habló Makio, sorprendida de ver a su esposo.
—Makio. Suma. Siento llegar tarde. Me alegra verlas a salvo— Les dijo, dándoles una sonrisa. Ambas se quedaron completamente quietas mirándolo, pues casi y no se lo creían. Él se les acerco y las abrazó, cosa que las volvió a sorprender, pues conociendo a su esposo, se esperaban una palmada en la cabeza, aún así, ambas estaban muy felices, por lo que correspondieron el abrazo —Pelearon de forma vistosa. No esperaba menos de mis esposas— Felicito, haciéndolas llorar finalmente, aunque fue Suma la que más gritó.
—¡Hey, idiota!— Gritó Inosuke, teniendo a Zenitsu dormido en sus brazos —¡No es hora de dormir! ¡Levántate!— Le gritó a la cara —¡Te voy a dejar aquí si no me escuchas!—
—¿Qué le ocurrió?— Preguntó Suma, mientras que Inosuke acostaba sobre su espalda a Zenitsu, pues claramente no lo dejaría allí.
—¡Este idiota no volverá a despertar hasta que vuelva a haber amenaza!— Gritó, acercándose a ellos —¡Lo dejaría aquí pero me regañarían!—
—¿Como se quedo dormido, sí hace poco estaba peleando?— Preguntó Makio, viéndolo detenidamente.
—Todo el tiempo estuvo dormido. Es mucho más rápido y fuerte en este estado, pero vuelve a dormir normal cuando ya no siente amenaza— Explicó.
—Qué increíble— Dijo Suma —¡Y además es muy tierno y lindo!—
—Y se veía muy fuerte. No cualquiera puede pelear dormido. Tal vez defenderse, pero no pelear— Habló Makio
—Muy bien—Llamó la atención de sus esposas —¡Llamemos aún más la atención!— Exclamó, levantando a Zenitsu y dejándolo recostado lentamente sobre el suelo nuevamente.
—¿Tengen-Sama?— Interrogaron sus esposas.
—¡Qué le haces a Monitsu, viejo!—
—Dejémoslo dormir hasta que su cuerpo vuelva a reaccionar. Debemos tener toda la energía posible—
Chapter 11: Tengen Uzui contra Gyutaro
Chapter Text
Daki se acercaba lentamente a Tanjiro, que no le quitaba los ojos de encima —¡Eres realmente feo!— Exclamó enojada, antes de enviar muchos de sus obis a atacarlo, destruyendo un poco de las casas que se encontraban alrededor. Tanjiro se defendió lo mejor que pudo, pues los obis lo atacaban de todas las direcciones. Daki no se quedaba atrás, yendo a golpearlo ella misma, forzándolo a retroceder en el proceso. Ella había caído frente a Tanjiro, solo para asustarlo una vez que muchos otros obis con el mismo diseño llegaron de la nada, para comenzar a introducirse en su cuerpo.
«—¿Qué pasa? El obi le está entrando en el cuerpo—» Pensó, un poco nervioso por aquello «—No. ¿Está recuperando las partes del cuerpo que dividió?—» Entonces los obis se adentraron rápidamente, dejándola a ella unos segundos en calma «—No tengas miedo. Respira—» Se dijo, recuperando el aire, antes de lanzarse a atacar a Daki «—¡Allá voy!—»
—Lo sabía— Dijo ella, desapareciendo de la nada.
«—Desapareció—»
—Es un Pilar— Su tono extasiado de voz provoco que Tanjiro la encontrara. Este se quedo quieto al verla sobre uno de los techos, con su cabello, antes negro, cambiando a un color claro, como el blanco —Vino un Pilar. Qué bueno. Mi señor se alegrara— Miraba al cielo completamente contenta, teniendo el cabello blanco finalmente.
«—Su aspecto cambió. Qué olor más siniestro. Me escuece y duele la garganta. Es más fuerte que antes. Pero Uzui-Sama debe de estar con Inosuke. Me quedo más tranquilo—»
—¿A qué viene este escandalo?— Preguntó un hombre que salía de su casa —¿Llevas una espada? No te pelees delante de mi local, ¿Quieres?— Le exclamó enojado —¿Vienes a amargarme?—
«—Oh no. El ruido atrajo a la gente—»
—Este barrio funciona porque trabajadores y clientes cumplen las normas. No queremos a gente como ustedes— Le dijo a Tanjiro, caminando de forma amenazante hacía él —Lárguense de aquí— Le ordenó, teniendo a muchas personas mirando.
—Qué molesto— Ella se enfureció al estar recibiendo ordenes.
«—¡No!—» Exclamó, sabiendo que algo malo podría pasar en cuanto ella se levantó —¡No se acerque!— Le gritó al hombre —Retroceda— Entonces los obis de Daki comenzaron a elevarse, preparados para atacar en cualquier momento —¡No salgan de los edificios!— Les gritó, pero entonces Daki cortó todo lo que estaba a su paso con sus obis. Siendo el hombro de Tanjiro y la mano del hombre dos de esas cosas. Ambos se quejaron del dolor, pero Tanjiro se mantuvo firme, pues ella podría volver a atacar. Entonces él vio como los edificios comenzaron a derrumbarse, dejando a varios muertos que tristemente fueron alcanzados por Daki —Cálmese— Le dijo al hombre —Sobrevivirá. Átese el brazo bien fuerte— Daki sonrió al ver la sangre de Tanjiro, solo para irse lentamente, pensando que ya no podía pelear más «—Espera—» Pensó, con las manos temblorosas y casi con las feromonas descontroladas —No te perdonare lo que hiciste...—
—¿Aún sigues hablando?— Preguntó —Ya estoy harta, feo. Los feos no se merecen vivir. Muéranse todos juntitos— Dijo con asco tanto en su mirada como en su voz.
Tanjiro estaba realmente enojado. Los gritos y llantos de las personas le rompían el corazón, pero que Daki sea capaz de todo eso y decir que nadie se merece vivir le había enfurecido tanto, que ya no le importaba realmente qué pasaría después.
—¡Escóndanse! ¡Es peligroso!— Gritó el hombre que le había gritado antes.
[•••]
“Kamado, lamento lo que te hice. Gracias por llorar por Kyojuro. Oí que estuviste escribiéndole a Senjuro estos cuatro meses. Está mucho más animado. Me avergüenzo de nuestro primer encuentro. Cuando me atormentaba mi impotencia, mi esposa falleció y mi tormento empeoró. Me di a la bebida y no levanté cabeza. Fui un completo idiota. Kyojuro era un hijo estupendo, es un hijo estupendo. No se parecía a mí. Cuando yo dejé de entrenarlo, estudió los manuales de la Respiración de Llamas. Y se volvió un Pilar. Con solo tres libros. Será que tiene más sangre de Ruka, su madre. Tanto Kyojuro como Senjuro son asombrosos. Y tú tienes un poder aún mayor, Kamado. Los elegidos de la Respiración Solar nacen con una marca roja en la frente. Así que de seguro”
[•••]
Su vista era completamente roja, al punto que el color se podía comparar con la misma sangre. La ira y rabia de su interior aumentaba descomunalmente, cómo nunca antes había ocurrido «—Se equivoca, Shinjuro-Sama—»Pensó, recordando aquella carta que el padre de Kyojuro le había «—Esta marca no es de nacimiento. Un día mi hermano volcó el brasero, y yo me quemé al cubrirlo. Luego me lastimé en la selección final y adoptó esta forma—» Daki comenzó a irse nuevamente, pues Tanjiro no parecía ser capaz de hacer nada «—Tengo entendido que mi padre tenía una leve marca al nacer, pero yo no. Yo no soy un elegido—» Su ira no hacía más que aumentar «—Pero aun así. Aunque no me eligieran. Aunque no tenga fuerza suficiente—» Unas finas lágrimas de sangre comenzaron a emanar de sus ojos, recorriendo sus mejillas hasta el final. Las venas en la frente del omega se marcaron notablemente «—Hay veces que no podemos dar marcha atrás. Porque en el mundo hay seres inhumanos. Arrebatan vidas sin motivos y ni se arrepienten ni lo lamentan—» Daki se preparó para irse rápidamente, pero se sorprendió de ser detenida, luego de que alguien agarrara una de sus piernas «—¡Jamás perdonare a esos tiranos!—»Ella se alejó en cuanto pudo de Tanjiro, pues él trató de cortarle el cuello. Una de sus piernas fue cortada en el momento, salvándose así de aquella azabache katana —Los muertos no vuelven a la vida— Lanzó la pierna de Daki al suelo —No regresan— Pero ella lo miró con odio, mientras recuperaba lo perdido —Los humanos no son como los demonios. ¿Por qué nos roban? ¿Por qué pisotean nuestras vidas?— Interrogó.
«—Ya oí unas palabras así antes—» Estaba teniendo unos leves y borrosos recuerdos del pasado.
“—¿Qué tiene de divertido? ¿Qué gracia le ven?—” Recordó aquellas palabras “—¿Qué es para ustedes una vida?—“
«—¿Quién es? No lo conozco—» Veía a un hombre muy parecido a Tanjiro en su mente. Ella no recordaba haberlo visto antes, pero los recuerdos vívidos estaban allí.
—¿Por qué no lo comprendes?— Volvió a preguntar Tanjiro.
—“¿Por qué lo olvidas?“—
«—Esos no... no son mis recuerdos. Son las células de Muzan-Sama—» Una expresión de sorpresa adornó su rostro «—Son sus recuerdos—»
[•••]
Las esposas de Uzui revisaban a las mujeres, asegurándose de que todas se encontrasen bien, mientras que Tengen miraba hacia el agujero que había creado. Zenitsu seguía dormido, lo habían recostado en el suelo y los ratones del alfa dormían sobre el pecho de este, completamente tranquilos.
—¡Eh!— Exclamó Inosuke, llamando la atención de Tengen —¡El obi gusano se escapó por ese agujero!— Le gritó.
—¡Cállate!— Le gritó de vuelta —¡Al menos salvé a los que tenía atrapados! ¡Primero alábame y luego hablamos!— Zenitsu reaccionó levemente al sentir el miedo en sus hermano menor.
—Tengen-Sama, si no lo sigue, habrá más victimas— Makio estaba preocupada por la cantidad de victimas que podrían haber ya.
—Olvídate de nosotras y márchate— Suma estaba igualmente preocupada. Ellas ya sabrían como salir eventualmente, pero era necesario que su marido ya se fuese a la batalla.
Tengen, quien escuchó atentamente las palabras de sus esposas, elevó a ambos hermanos con su increíble fuerza, sacándolos así del enorme agujero. Él los atrapó mientras todavía estaban en el aire, mostrando una gran y extravagante sonrisa —¡Tras ella, muchachos! ¡Síganme!— Dejó correr a Inosuke por su cuenta, mientras que se llevaba a Zenitsu sobre sus brazos hasta que este mismo reaccionara con la amenaza —¡Dense prisa!— En cuanto el omega mayor logró reaccionar, comenzó a ir junto a su hermano menor, teniendo ambos la misma velocidad —¡A un lado! ¡Abran paso al gran Uzui!— Exclamó al viento, auto motivándose para ir más rápido.
—¡Qué rápido es!— Inosuke estaba enojado al estar casi perdiéndolo.
[•••]
—¿Quién eres tú?—
—Tú también fuiste humana una vez. Sentiste dolor, sufriste y derramaste lágrimas— Daki golpeó el techo en el que se encontraban con fuerza, rompiendo las tejas.
—Cierra el pico de una vez. No recuerdo quién era en el pasado. Ahora soy un demonio, así que no importa. Nosotros no envejecemos. No necesitamos dinero para comer. No enfermamos. No morimos. No perdemos nada. Y un demonio bello y fuerte puede hacer lo que le plazca—
Tanjiro no dejo de mirarla con furia ni por un segundo —Muy bien. Ya oí suficiente— Sentenció.
—Técnica de Demonio de Sangre— Sus obis comenzaron a estirarse hasta el cielo. Entrelazándose entre ellos, estos comenzaron a descender con fuerza —¡Corte de Obi en Capas!— Estaba decidida a matarlo «—No puedes detenerte porque eres idiota. Es un ataque cruzado del que no escaparas. Dividí mi cuerpo en partes para controlar este barrio—» El cuerpo de Tanjiro sería cortado en trozos como un pedazo de carne ante un cuchillo con semejante ataque «—Ahora que estoy completa, soy mucho más veloz. Si te costaba lidiar con mis ataques normales, esto te supera. Se acabo. Adiós—» Su propio ataque se veía lento ante sus ojos, por lo que aprovechó el momento para poder despedirse «—Te cortaré junto a tu katana—» Tanjiro levantó su katana, debiendo defenderse «—He iré a ver al Pilar—»
«—Danza del Dios del Fuego. Sol de Verano, huesos ardientes—» Su katana había creado unas brillantes ruedas de fuego que cortaron los obis de ella.
«—¡Duele! ¿Por qué duele tanto? Las partes que cortó arden. No puedo regenerarlas bien—» Entonces atacó nuevamente a Tanjiro «—Sus heridas son profundas. Si se mueve tanto, debería partirse en dos—» Notó como Tanjiro trataba de acercársele, pero para hacerlo, primero debía lidiar con los obis «—¿Y cómo pudo cortar mi obi? Es más resistente que antes—» El omega, pese a la velocidad con la que era tacado, podía defenderse y protegerse bastante bien «—¿Me tiemblan los dedos? ¿Soy yo?—» Se preguntó, al notar aquello «—¿Es Muzan-Sama?—» Tanjiro siguió defendiéndose sin problema alguno, cortando todos los obis sin importar de que dirección aparezcan «—Es más rápido que antes. No es normal—» Entonces, enojada, decidió irse lejos de «—¿Es que no siente dolor? ¿Es humano?—» Se preguntó nuevamente, atacándolo nuevamente en cuanto notó que la había seguido. Pese a la increíble fuerza que poseía la demonio, ella no fue capaz de evitar la katana del menor —No creas que podrás cortarme el cuello— Su propio cuello se había vuelto una extensión de su propio obi, impidiendo así que Tanjiro cortase su cuello una vez que estuvo lo suficientemente cerca.
«—El obi es demasiado elástico como para cortarlo—» Pensó, luego de haberlo intentado «—Lo dobló para debilitar el corte—» Lastimosamente tuvo que alejarse de ella en cuanto trató de matarlo.
—¡No escaparas, omega repulsivo!— Más obis surgieron de su espalda debido al enojo de casi perder.
«—Hay más obis. Son 13—» Levantó su katana «—Si los esquivo, podrían causar más daños. Aunque...—» Veía los obis acercándose lentamente—(Van muy despacio...)—Aunque le costase, cada obi era bloqueado con su katana.
—¡Esta vez no cortarás nada!— Le volvió a gritar, mientras los obis se movían de una manera loca —Antes rozaste mi cuello de casualidad— Pero antes de darse cuenta, Tanjiro ya había hecho algo que le llamó la atención «—Desvió los obi hacia un mismo lugar—» Y luego, para su sorpresa, él clavó los obis en el mismo lugar con su katana —¿Crees que me detendrás? ¡Te mandaré a volar!— Los elásticos obis fueron jalados con fuerza por parte de su dueña, tratando así de liberarlos «—¿Quiere impedir que los doble? Puedo alargarlos mientras parpadeas—» Tanjiro pasó toda la fuerza que tenía a sus brazos, pues la necesitaba para mantener su temblorosa katana en su lugar «—No puedes acercarte tanto en este instante—» Ella abía sentenciado la batalla, pero para su sorpresa, Tanjiro finalmente soltó todo. El cuerpo del omega fue elevado con rapidez por el aire, momento en el cual cortó los obis rápidamente, los cuales formaban unas grandes olas debido a la fuerza con la que fueron soltados. Tanjiro lo hizo con tanta rapidez que la misma Daki no se lo esperaba, menos aún que el omega estuviera a centímetros de su cuerpo «—¿Qué? ¿Los cortó? Qué velocidad—» Pensó, sorprendida, pero sin notar que la katana del pelirrojo estaba a nada de cortar su cuello.
«—Es simple. Basta con blandir la katana de que le dé tiempo de doblarlos. Esta vez puedo cortársela—» Le logró tocar un poco el cuello con la punta de su katana, pero entonces...
—“¡Tanjiro!“— Escuchó la voz de su hermana menor, Hanako. Sus manos temblaron, perdiendo fuerza —“¡Respira, Tanjiro, por favor!“— Pero en eso, un gran dolor envolvió todo su cuerpo, al mismo tiempo que comenzaba a respirar nuevamente, provocando así que cayera de rodillas frente a ella. Daki estaba sorprendida, pues estaba a nada de morir, pero aún así, miró a Tanjiro con odio.
—Los humanos son patéticos. Esto es todo lo que pueden hacer. Hasta me compadezco—
«—No puedo dejar de toser y me cuesta muchísimo respirar. Hace tiempo que me quedé sin fuerzas. Lo veo todo negro. Solo oigo mis latidos…—»
—Es normal. Sus heridas no se curan fácilmente. Es lo lógico—
—(Blande la katana...)—La agarró con fuerza, sintiéndose impotente de no ser capaz de hacer más.
—Te cortaré la cabeza para devolverte el favor—Y aun así, su cuerpo fue enviado bastantes metros lejos debido a un golpe inesperado. Su cuerpo golpeó diferentes techos de diferentes casas, destrozando todo debido a la fuerza. Este mismo había golpeado algunos cables, electrocutándola en el proceso.
Nezuko apenas y había sido capaz de contenerse, apretando sus puños con fuerza y gruñendo en el proceso, protegiendo a su hermano mayor con su cuerpo. Tanjiro había comenzado a toser sangre, mientras que la herida en su hombro parecía sangrar más que antes. Nezuko olía la sangre, pero por el simple hecho de ser la sangre de su hermano, se enfurecía más.
—¿Cómo te atreves? Tú. Eres tú, ¿Verdad?— Interrogó —!Mi señor se refería a ti¡— Exclamó, regenerando su cabeza por donde había sido golpeada antes —Por supuesto. La mataré haciendo que sufra— Recordaba el pedido de Muzan. Esa demonio debía morir en sus manos —Tal y como usted desea— Tristemente, el cuerpo de Tanjiro ya no podía soportar el cansancio, momento en el que se desplomó sobre el techo, completamente inconsciente. Nezuko no podía más del enojó. Habían lastimado horriblemente a su hermano mayor, y quien sabe lo que ocurría con los otros dos —¿Solo sabes dar patadas?—Daki ya no parecía sorprendida por el ataque de Neuko, por lo que luego de aquella burlesca pregunta, la pierna de la demonio menor fue brutalmente rebanada —¡Demonio de tercera!— El cuerpo de la menor dio a parar en una de las tantas casa que ya habían sido abandonadas, eso luego de que los mismos obis de Daki cortaran uno de sus brazos y parte del abdomen —Eres muy débil— Pese a que fácilmente pudo ya haberla sacado de combate, decidió ir a ver el estado en que la había dejado —No comiste muchos humanos. No sé cómo te escapaste de él. Pobrecita— Menciono, viendo a Nezuko bajo muchos escombros —Tu cuerpo se separó. Es mejor que no te muevas. Una debilucha como tú no podrá regenerar esas heridas tan pronto. Como eres un demonio, no te atormentaré más. Te guardare en el obi y dejare que te maté el sol por la mañana. Las peleas entre demonios son una perdida de tiempo— Pero entonces Nezuko se levantó, teniendo casi todo su cuerpo completamente curado «—Un momento, ¿Qué?—» No se lo podía creer, estaba totalmente sorprendida «—Se le regeneraron las piernas. Y no solo eso. ¿Cómo puede estar de pie? Antes la corté en dos. Estoy segura. La corté—» Y en eso, el brazo de Nezuko se regenero al instante, sorprendiendo más a Daki «—Se regenera, a la velocidad de una Luna Creciente—» El bambú que cubría la boca de la menor cayó luego de que ella aumentara la fuerza en su mandíbula. Su tamaño también había comenzado a aumentar, y de ciertas partes de su cuerpo, comenzaron a “crecer” unas enredaderas de color rojo como la sangre, mientras que de su frente surgió un gran cuerno «—¿Por qué es tan imponente? Cambió de golpe—» Estaba asombrada. Todo aquello había sido muy rápido.
Volviendo con Tanjiro, el omega seguía completamente inconsciente, desplomado aún sobre el techo de aquella casa en la que había terminado su anterior pelea —“Tanjiro”— La voz de su hermano menor, Takeo, llegó a sus oídos —“Nezuko y tú se parecen mucho. Son buenos, pero enojados dan miedo. Una vez, un hombre malo empujó a un niño pequeño. Ella le gritó que se disculpara. Por suerte aquel día habían muchos adultos cerca, pero pasé miedo. Los que se enojan por otros no se preocupan tanto por sí mismos. Eso hará que algún día pierdan algo importante. Y me asusta”—
Volviendo con Nezuko, ella volvia a atacar a Daki con una de sus patadas. La demonio mayor ya se esperaba algo como aquello «—¿Otra patada?—» Nuevamente uno de sus brazos y piernas fueron cortados por la albina, esperando poder frenarla un poco —Solo sabes hacer una cosa. ¡Ahora la cabeza!— Pero que equivocada estaba cuando Nezuko esquivó el obi que iba a por su cabeza, desapareciendo frente a los ojos verdes de la contraría «—¿Cómo es que la pierna que le corté me está atravesando la espalda? ¿Se regeneró al instante? No puede ser. Si es así, supera mi capacidad de regeneración...—» Su vientre fue aplastado brutalmente desde la espalda por la azabache menor, quien con aquel golpe logró atravesar su torso. Una tétrica sonrisa se formó en su rostro, momento en donde su pierna atravesó una y otra vez el torso de la albina, destrozando todo a su paso, sin darle oportunidad de regenerarse. Los brazos de Daki también fueron destrozados con una brutalidad inhumana, digna de un demonio.
Con el hermano mayor, este se sentía atrapado en un lugar oscuro y frío, en donde un notable peso se encontraba sobre su espalda. Manos pequeñas hechas puños trataban de levantarlo —“¡Tanjiro!“— Escuchó nuevamente la voz de su hermano menor —“¡Ayuda, Tanjiro!— Suplicó —“Nezuko dejará de ser ella misma”— El llanto del menor, quien se escuchaba preocupado y desesperado, finalmente logró despertarlo.
De vuelta con Nezuko, ella seguía aplastando el cuerpo de Daki con fuerza, una y otra y otra vez sin detenerse ni por un segundo, enojando a su rival —¡Apártate, mocosa!— El cuello y la pierna con la que no dejaba de ser golpeada, fueron cortados por sus obis —La haré pedazos y los guardaré en el obi— Pensó en voz alta, antes de cortar más partes del cuerpo de Nezuko. Pero para su sorpresa, uno de los brazos cortados de la demonio alfa agarró uno de sus obis. La cabeza a nada de tocar el suelo la miró fijamente, coagulando la sangre en el proceso «—¿Lo detuvo con los miembros despedazados? No, no los separé. La sangre se coaguló y...—» La poca sangre que cayó sobre su rostro comenzó a brillar y arder. Daki no pudo hacer nada cuando su cuerpo fue envuelto en llamas rosas que l quemaban viva «—¡Estoy ardiendo! ¿Es la sangre que me salpicó? Fuego... ¡Fuego!—» Los recuerdos de una noche que creía olvidada surgieron, aterrándola más. La sangre coagulada unía el cuerpo de la menor, dándole una gran ventaja en la batalla.
Daki apenas y tubo tiempo de salir del shock luego de que su cabeza fuese pateada nuevamente una vez que el fuego se extinguió finalmente. Nezuko pateaba la cabeza de la albina, enterrándola en el suelo eventualmente. Con una patada la elevaría finalmente del suelo, enviando el cuerpo casi inerte de la demonio mayor lejos de donde se encontraban. La alfa patearía una vez más el cuerpo, provocando que con este muchas casas ya abandonadas fuesen atravesadas, manteniéndolas todavía en pie milagrosamente.
Entrando a la ultima casa con la que Daki había impactado, se topó con una mujer que se había cortado el brazo en cuanto la ya antes mencionada atravesó su casa. La saliva comenzó a escurrir por su boca en cuanto el olor a sangre humana inundó sus fosas nasales. Sus instintos demoniacos le pedían una sola cosa. Cosa que ella trataba de negar desesperadamente. Probar esa deliciosa carne ya no se veía como un pecado, pero una vez que sucumbió ante el deseo, su hermano mayor intervino.
—¡Nezuko!— Tanjiro había llegado en el momento preciso, justo cuando su hermana estaba a nada de atacar y devorar a una mujer. Sujetaba con fuerza el cuerpo que ahora era mucho más grande que el suyo con todas las fuerzas que tenía, tratando de que ella no cometiera una locura —¡Detente! ¡Aguanta!— Le volvió a gritar, esta vez cayendo sentado al suelo junto a ella —¡Tienes que aguantar, Nezuko!— Ella no dejaba de batallar, rasgando así la oreja del mayor —¡Siento haberte obligado a pelear!— Se mantuvo firme, pues no solo la vida de esas mujeres frente suyo estaban en juego, sino que la de su madre, maestro y la suya propia también lo estaban «—Huelo la sangre de Nezuko por todas partes. Sé lo mucho que la lastimaron mientras yo estaba inconsciente—» Se recostó sobre el suelo y la sujetó con sus piernas —Te dolió, ¿Verdad? Sufriste mucho. Lo siento. Pero ya estás bien. ¡No dejaré que te lastime nadie! ¡Duérmete, Nezuko! ¡Duerme y recupérate!— Le pidió, tratando de calmarla —¡Nezuko!— Entonces ella se enderezo, dejando a Tanjiro sobre su espalda —Nezu...— Pese a sus intentos de calmarla, Nezuko atravesó todo el techo con su espalda, siendo Tanjiro quien recibió todo el impacto del golpe.
—¿Qué pasó?— Preguntó una de las mujeres que se encontraban allí, pues Tanjiro y Nezuko habían entrado a una habitación luego de atravesar el techo.
—Alguien ha entrado aquí desde abajo— Respondió otra mujer.
—Nezuko, duérmete— Volvió a pedir. Pero entonces, Daki había vuelto, destrozando las paredes con sus obis, asustando a las personas que estaban allí.
—Vas a pagar por esto— Sentenció —Así que tienes tu Técnica de Demonio de Sangre. Una muy curiosa que solo quema a los demonios. Y las quemaduras no se curan. Es muy irritante. Mucho— Tenía un notable tic en su ojo sano.
«—Oh no. Hay gente, Debo protegerlos. Piensa. Piensa y actúa. Atacará enseguida—» Los obis estaban listos para atacar en cualquier momento «—Cortará el edificio entero. ¿Puedo soltar a Nezuko? No. ¿Qué hago? He de ponerlos a salvo—» Entonces, cuando Daki ya había estirado sus obis, Uzui llegó desde atrás, cortándolos a una velocidad impresionante.
—He. Esta es Nezuko Kamado, ¿No?— Interrogó, agachándose para estar a la altura y verla bien —Su transformación se aceleró—
—Uzui...— Estaba sorprendido de verlo allí, pero en cambió, este se enojó.
—¡Después de tu discurso ante el patrón, ¿Qué rayos es esto?!— Le gritó —¡No necesitamos una transformación vistosa!—
—Eres un Pilar, ¿Eh?— Interrogó Daki —Me ahorraste trabajo—
—Cállate. No estoy hablando contigo. Lárgate. No eres una Luna Creciente. Eres muy débil— Mencionó finalmente mirándola —No te estaba buscando a ti—
—¿Qué tonterías estás diciendo?— Se ofendió por aquel comentario, pero eso ya no importó una vez que su cabeza se desprendido del resto de su cuerpo.
[•••]
—¡Rayos!— Gritó Inosuke —Perdimos al Dios de los Festivales. ¡Se nos adelantara!— Gritó, moviendo los brazos como locos —Y de forma bien vistosa— Entonces Zenitsu se dirigió hacía otra dirección luego de haber escuchado una explosión a lo lejos —¿Lo encontraste?— Preguntó, siguiendo a Zenitsu —¡Abran paso al gran Dios de la montaña Inosuke!— Exclamó, adelantándose.
[•••]
«—Le... ¡Le cortó la cabeza!—» Tanjiro no se lo podía creer, estaba realmente asombrado «—Se le cayó. ¿Se la cortó Uzui-Sama? Increíble—»
—Eh, el combate aún no terminó— Le llamó la atención —Haz algo con tu hermana—
«—Nezuko—» Se quejó un poco, ya que ella había comenzado a forcejear más fuerte.
—No necesitamos a niños quejicas en combate. Ve y cántale una canción de cuna o algo— Sugirió, antes de que Nezuko se impulsará hacía atrás, rompiendo la ventana y cayendo sobre Tanjiro directo al suelo, quien nuevamente recibió todo el impacto. Pero pese a eso, él se mantuvo fuerte, sabiendo que por nada del mundo tendría que soltar a Nezuko.
«—No consigo alcanzarla. No me escucha. ¿Qué hago, mamá?—»
“Ve y cántale una canción de cuna o algo”
Entonces, recordando las palabras de Uzui, supo lo que debía de hacer —¿Por qué el conejito de la colina tiene las orejas tan largas?— Comenzó a cantar, dificultándosele un poco —Porque su madre...— Para su mala suerte, dos cabezazos por parte de su hermana impactaron directo en su nariz —Comió hojas largas cuando era bebé...— Continuó como pudo, sujetando la mano de Nezuko con cariño —Por eso él tiene las orejas largas...— El canto había salido dificultoso, pero aun así, ella fue capaz de reconocer aquella canción que no escuchaba desde hace mucho.
[•••]
En un instante, ella estaba en un lugar completamente claro, teniendo su cabeza recostada sobre el regazo de su madre, Kie Kamado “—Nezuko—“ Escuchó la voz de ella, pese a que sus labios no se movían ni un poco “—Nezuko—“ Le acarició el rostro, demostrándole el amor que tiene “—¿Por qué el conejito de la colina tiene los ojos rojos?—“ Cantó ella, reviviendo un recuerdo viejo “—Porque su madre comió frutos rojos cuando era bebé—“ La recordó cantar, llevándola de la mano mientras volvían a casa, cuando solo era una niña “—Por eso él tiene los ojos rojos—“
—“¿Tanjiro tiene los ojos rojos porque comiste frutos rojos cuando estaba en tu vientre?“—Le preguntó inocentemente a su madre, quien solo le mostro una bella sonrisa en respuesta.
Pero entonces “—¿Te gusta esa canción, Nezuko?—“ Escuchó la voz de su madre, Giyuu, teniendo el recuerdo de este cargándola como si fuera un bebé “—Mi pequeña. Siempre que la cantó, comienzas a llorar. Perdón si de alguna forma te estoy haciendo daño. Pero realmente siento que debo hacerlo, así que esperó que, al menos, llores por recuerdos felices—“ Él la abrazaba con cariño, dándole un amor que anhelaba recibir nuevamente “—No tengas miedo de llorar. Mamá siempre va a estar aquí para ti—“
[•••]
Nezuko finalmente se había quedado quieta, solo para comenzar a llorar unos segundos después, sorprendiendo a Tanjiro. Los recuerdos de su niñez salían a flote, haciéndola desear estar nuevamente con su madre, tanto la biológica como la adoptiva. Necesitaba un abrazo con urgencia. Él estaba atónito, pues que su hermana comenzase a llorar fue toda una sorpresa.
—Nezuko...— En eso, el cuerpo de la pequeña comenzó a encogerse a medida que el llanto cesaba. Despareciendo así el cuerno y las marcas en su piel, antes de recostarse en el suelo y quedarse dormida al instante. Tanjiro posó su mano lentamente en el pequeño cuerpo de su hermana, pendiente a cualquier movimiento —Se durmió— Solo ahí se permitió respirar —Se durmió, mamá. Se durmió— Se sentía aliviado —Uzui...— Miró hacía la habitación de la que habían caído hace unos momentos, preguntándose que era lo que hacía el Pilar.
Con Uzui, este ya estaba listo para irse, luego de asegurarse de que las personas estaban bien —Alto ahí. ¿A dónde vas?— Le gritó Daki, todavía con la cabeza cortada —¿Cómo osas cortarme la cabeza? ¡Pagarás por esto!— Le gritó enojada, aburriendo a Tengen.
—¿Aún sigues gritando? No me interesas. Muere sin llamar la atención— Habló sin mirarla, enojándola más.
—¡Ni hablar!— Le gritó de vuelta —Antes dijiste que no soy una Luna Creciente— Le reclamó.
—Es que no lo eres— Respondió como si nada.
—¡Soy la Sexta Creciente!—
—¿Y cómo pude cortarte la cabeza?— Interrogó, dándole una rara mirada —Eres muy débil. ¿Es que te explotó el cerebro?—
—¡Aún no perdí! ¡Soy una Luna Creciente!—
—Perdiste. Está muy claro— Estaba cansado, no deseaba pelear con ese “débil demonio”.
—¡Soy muy fuerte! Aún soy la Sexta, pero me haré más fuerte y...—
—No convences a nadie— Estaba deseando irse de ese lugar junto a sus esposas y su nuevo omega, pero mientras solo pensaba en el rostro de Zenitsu, ella había comenzado a llorar en un volumen alto.
—¡Soy la Sexta Creciente! ¡De verdad!— Grito, comenzando con un berrinche —Me dieron el número. ¡Soy muy fuerte!—
«—¿En serio está llorando?—» Se preguntó, sorprendido «—Espera, espera, ¿Cuándo dejará de hablar? El cuerpo no se deshace tras cortarle la cabeza—»
—¡Muérete!— Comenzó a golpear el suelo con fuerza —¡Muérete! ¡Muéranse todos!— Su cabeza rodó hasta el suelo debido a los movimientos bruscos que hacía con su cuerpo —Me cortó la cabeza... ¡HERMANITO!— Gritó más fuerte que antes, solo para que, desde su espalda, comenzase a surgir algo, o mejor dicho, alguien. Uzui se apresuró a tratar de cortar el cuello de aquel nuevo demonio, pero estando a centímetros, una explosión que había creado junto a su ataque le impidió ver.
—Llorar no sirve de nada— La voz de aquel nuevo demonio se escuchó a sus espaldas. Tengen giró lentamente su rostro hasta verlos nuevamente —Podrías pegarte la cabeza tú sola— Le acariciaba la cabeza con cariño —No tienes cerebro—
«—Le corté la cabeza, pero sigue viva. ¿Quién es el que le salió de la espalda?—» Se preguntó, atónito «—Sus reflejos son asombrosos—»
—¿Te quemaste la cara? Tienes que tener más cuidado con la cara— Con eso, luego de acariciar levemente la zona con el pulgar, las quemaduras desaparecieron —Naciste siendo linda por algo— Pero el alfa albino no esperaría más. Se fue de lleno hacia ambos demonios, dejando más que claras sus intenciones. Sin embargo, el demonio de mechas verdes fue, nuevamente, más rápido que Uzui, cortándole parte de la cabeza con rapidez —No está mal. Detuviste el ataque— Felicitó —Mi intención era matarte. Eres genial— Habló, volteándose a mirarlo —Me gustas. Tienes un buen rostro. Y la piel tersa. No tienes ni manchas ni heridas. Y tienes un buen cuerpo. Yo no consigo engordar. También eres alto. Medirás fácilmente más de 1,80. De seguro eres popular entre las mujeres y omegas. Qué envidia— Este mismo había comenzado a rasgar su propia piel con sus uñas —¿Por qué no te mueres? De forma que sufras mucho. Podría despellejarte y arrancarte las entrañas. Y luego...—
—No está solo, hermanito. Hay más— Habló Daki —Mata también a los que me quemaron. Estoy haciendo todo lo que puedo. ¡Me esforcé muchísimo yo sola!— Exclamó, volviendo a llorar —Pero se entrometieron y decidieron abusar de mí. ¡Se unieron para lastimarme!—
—Sí, sí, eso es imperdonable. Mi querida hermanita se esfuerza pese a su falta de cerebro. Mataré a todos los que la molesten. Y yo recaudo todo lo que se nos debe. Estarás dando vueltas mientras te asesino. Al fin y al cabo, ¡me llamo Gyutaro!— Gritó, lanzando las hoces de sus manos a Uzui, quien apenas las pudo esquivar, provocando que estas mismas destrozaran el techo, siendo vistas por Tanjiro.
«—¿Qué es eso? ¿Hoces?—»Se preguntó «—Están regresando dando vueltas. No es el arma del demonio del obi. ¿Qué paso? ¿Vino otro? Huelo la sangre de Uzui-Sama. Tengo que ir a ayudar...—»
—¡Aquí estoy!— Escucho gritar Tanjiro a lo lejos—¡Llegó su salvador!— Zenitsu e Inosuke finalmente habían llegado —¡Cuenten conmigo!—
—¡Inosuke! ¡Zenitsu!— Estaba realmente feliz de verlos —¿Está durmiendo?— Interrogó, viendo a su hermano menor, pero Inosuke estaba desesperado por pelear —Vayan a ayudar a Uzui-Sama, por favor—
—¡Por supuesto! Quédate tranquilo— Respondió Inosuke —¡Voy a darlo todo! ¡El gran Inosuke peleará de forma vistosa!— Exclamó, copiando a Uzui.
—Lo siento. Voy a devolver a Nezuko a la caja— Se alejó lo más rápido que podía junto a su hermana —¡Perdónenme!—
—¡Claro!—
—¡Gracias!—
Volviendo con Uzui, este se había asegurado de proteger a las personas que todavía estaban dentro del cuarto —Qué envidia— Dijo Gyutaro —Eres un tipo realmente apuesto. Encima te haces el héroe protegiendo a esa gente. Qué envidia. Para ellos eres su salvador. Seguro que te apreciarán y te darán las gracias—
—Sí— Respondió finalmente sin quitarle los ojos de encima —Es normal. Soy un seductor elegante y vistoso. Tengo tres esposas—
—¿Tienes tres esposas?— Estaba sorprendido —¡No me fastidies!— Exclamó, volviendo a rasgar su rostro con sus uñas hasta sangrar —¡Es imperdonable!—Entonces, de sus manos comenzó a escurrir un liquido rojo brillante que cubrieron las hoces por completo —¡Técnica de Demonio de Sangre!— Gritó, elevando aquel liquido brillante como si fuesen cintas —¡Hoces de Sangre!— En cuanto estas fueron hacía Uzui, este pudo notar como con estas, Gyutaro había creado cuchillas.
«—Son cortes finos. No puedo esquivar y desviarlos todos—» Entonces de su bolsillo sacó unas canicas de color negro que explotaron con el más mínimo contacto con el suelo, luego de que Tengen las lanzara.
—¿Qué explotó?— Se cuestionó Gyutaro, viendo como ahora el suelo estaba roto —Cayeron al primer piso—
—¡Huyan y escóndanse!— Le gritó a la pareja que acababa de salvar.
—¡Sí!— Obedeció el hombre, llevándose a la mujer de la mano rápidamente.
—No escaparán— Sentenció Gyutaro, teniendo más sangre flotando sobre el gran agujero creado por Tengen —Giren, hoces de sangre— Estas mismas giraban con rapidez, solo para luego ir directo hasta el albino. Uzui se defendió utilizando sus doble katanas, destruyendo las cuchillas hechas de sangre que Gyutaro no dejaba de enviar.
«—¿Puede controlarlos?—» Se preguntó «—Cortes de sangre que no desaparecen hasta impactar. La chica no murió pese a que le corté el cuello. Esto no es normal. ¿Morirán los dos si le cortó la cabeza al hermano? ¿El cuerpo principal es él?—» Entonces retrocedió, sacando más canicas explosivas «—He de hacerlo igualmente. Por el sonido, casi no quedan humanos en el piso de arriba—» Pensó, escuchando todo lo que tenía a su alrededor. Las canicas negras fueron lanzadas nuevamente, siendo Tengen quien se aseguraría que explotasen justamente en donde se encontraban ambos hermanos demonio.
—¡Por poco!— Inosuke y Zenitsu habían logrado retroceder antes que la gran explosión los lastimase a ambos.
Todo había quedado a oscuras luego de la gran explosión, pues la mayoría de la casa había sido destrozada gracias a eso —Suponía que no sería fácil— Daki había cubierto el cuerpo de ambos con sus obis. Tengen veía como estos, poco a poco, se volvían más cortos, dejando a la vista la sonrisa burlesca del hermano.
—Nosotros dos somos uno solo— La sonrisa en su rostro parecía incrementar ligeramente luego de aquellas palabras, demostrando que tal vez, Tengen no tenía oportunidad contra ellos dos juntos.
Chapter 12: ¿Estarán bien?
Chapter Text
—¿En qué piensas?— Interrogó Murata, abrazando a Giyuu por la espalda.
—En mis niños. Estoy preocupado...—
—¿Por qué? Están con Uzui-Sama en una misión. Estoy seguro de que ellos están bien—
—Tengo un mal presentimiento...— Respondió con notorio decaimiento.
—¿Mamá Giyuu extraña a sus cachorros?— Preguntó en tono de burla, esperando un golpe por parte del omega.
—Sí— Contestó abrazando sus piernas —Los extraño mucho—
El beta se espantó un poco con aquel comentario. Los ojos de Giyuu estaban aguados y su nariz comenzaba a tornarse roja. Se quedó junto a él el resto de la tarde, rezando en silencio que aquellos cachorros tan amados para su amigo se encontrasen bien. El instinto de Giyuu era muy bueno, tanto que el mismo Oyakata-Sama temía cuando el omega sentía algo mal. Debía de esperar lo mejor.
[•••]
Tanjiro corría por las oscuras y bacías calles del distrito, pues luego de su pelea contra Daki, habían comenzado a evacuar rápidamente el lugar «—Me alegro de que Nezuko se durmiera—» Recordó lo anterior sucedido, aliviado de que su hermana estuviera calmada —Descansa— Le dijo con una bella sonrisa, luego de haber subido al techo en el que se encontraba la caja y dejar a su hermana con cuidado dentro «—Aún puedo pelear—» Pensó, mientras amarraba fuertemente la cuerda que se había cortado antes «—Aún puedo moverme. Esta vez pelearé hasta el final—» Y con eso, se encamino de vuelta a donde se encontraban sus hermanos.
[•••]
—No me gusta. Eres apuesto, tienes tres esposas y encima te haces el héroe— Se quejó Gyutaro —Eres diferente. No eres como los Pilares que maté hasta ahora. Imagino que ya naciste siendo especial. Tienes el talento de un elegido. Qué envidia. Quiero que te mueras cuanto antes— Le sonreía de una forma tétrica.
—¿Talento?— Interrogó, con una sonrisa en su rostro —¿Crees que yo tengo talento?— Volvió a preguntar, pero a Gyutaro no le había gustado su actitud —Si ves talento en alguien como yo, debiste tener una vida placentera hasta ahora. Aunque vivas siglos, si es encerrado en este lugar, supongo que es normal que seas ignorante— Se notaba la burla en su tono de voz.
—¿Qué sabrás tú?— Exclamó Daki.
—Lo sé, créeme. Ustedes no saben lo grande que es este país. Está lleno de gente increíble. Tipos indescifrables. Tipos que se convierten en Pilar en dos meses. ¿Qué yo soy un elegido?— Cuestionó —¡No me hagas reír!— Exclamó —No sabes cuántas vidas se me escaparon de las manos— Se quejó «—Así es. Yo no soy como Rengoku—»
—Entonces, ¿Cómo lo explicas?— Interrogó Gyutaro —Mis hoces de sangre llevan veneno, pero tú aún sigues vivo— Se quejó, rascando su cuello hasta sacar sangre.
—Soy de un clan Shinobi. Tengo resistencia al veneno—
—Los Shinobi dejaron de existir en la era Edo— Dijo Daki —¡No mientas!—
—No miento. Los Shinobi existen. Tenía nueve hermanos. Siete murieron antes de los 15. Como el clan estaba en declive, mi padre nos obligó a entrenar muy duramente. Solo sobrevivimos mi hermano, dos años menor que yo, y yo mismo— Explicó —Él es una copia de mi padre. Piensa y actúa como él. Los subordinados son peones. Las esposas solo engendran herederos. La voluntad individual no se valora. Son fríos e inhumanos. Yo no quiero ser como ellos—
[•••[
—El camino que elegiste es duro, Tengen— Habló Oyakata-Sama —Rechazar los valores que te implantaron al criarte y seguir peleando pese a ello es algo muy duro. Cargas con contradicciones y conflictos, pero tú…. Ustedes siguen mirando al frente y combatiendo. Para proteger otras vidas— Para el asombro de Tengen, aquel hombre, su nuevo patrón, era alguien que realmente entendía como se sentía —Gracias— Le dijo, mostrándole una hermosa sonrisa —Eres un chico maravilloso—
[•••]
«—Soy yo quien debe agradecérselo. Gracias, patrón—» Pensó, cansado gracias al veneno «—Por usted me jugaré la vida y haré cualquier cosa. Porque me enseñaron que contradicciones y conflictos son debilidades—» Entonces Gyutaro notó algo que lo hizo comenzar a reír —¿De qué te ríes?—
—El veneno sí te hace efecto poco a poco. Es patético que mintieras diciendo que no te afectaba— Continuó riéndose.
—No, no. No me afecta para nada— Con una gran sonrisa —¿Quieres que baile? ¡Estoy tan bien que me comería cien tazones de arroz con tempura!— Exclamó, comenzando a corres hacía los hermanos para comenzar con la nueva batalla. En cuanto estuvo lo bastante cerca, de una patada envió a Daki hasta el cielo, enfureciendo a Gyutaro
—¡No patees a mi hermana!— Comenzaba a correr al igual que su rival.
—¡Desgraciado!— Gritó Daki, enviando sus obis a Tengen. Pero en eso, el Pilar lanzó más de sus canicas negras a los hermanos. Gyutaro supo de inmediato que debía esquivarlas, pero uno de los obis de Daki rozó una, explotándola casi de inmediato, y por consecuencia, explotando también las otras que ya estaban llegando a su cara.
«—Son balas de pólvora especiales—» Pensó Gyutaro «—Son capaces de herir a los demonios. Y explotaron solo con la fricción. Cortaste una sin darte cuenta, ¿Eh?—» Miró a su hermana, que ya había perdido la cabeza nuevamente «—Ella siempre recibe los ataques—» Entonces, Tengen intento cortar la cabeza de Gyutaro, pero como este mismo había retrocedido, uno de los lado de la katana de Tengen solo llegaba a tocarlo por la punta. Gyutaro estaba confiado, pero entonces la misma katana se alargó, sorprendiéndolo «—¿Se alargó?—» Sorprendentemente, Tengen estaba agarrando el otro extremo de su katana de la punta «—La sostiene por la punta. ¿Qué fuerza de agarre es esa?—» Entonces golpeo la katana, que solo fue capaz de hacerle un ligero corte en el cuello.
—A él no pude matarlo—
—¡Me cortó la cabeza otra vez!— Gritó Daki, pegándose la cabeza nuevamente —¡Malnacido! No te lo perdonaré. Qué rabia. ¿Por qué solo me la corta a mí?—Se quejó.
—Te percataste, ¿Eh?— Interrogó Gyutaro.
—¿De qué?—
—Percatarte no te servirá de nada. Irás muriendo poco a poco. Estamos ganando gradualmente—
—¿Estás seguro?— Cuestionó Inosuke, que había llegado junto a Zenitsu —No te olvides de mí. ¡El gran Inosuke y su subordinado están aquí!— Exclamó, mientras que Zenitsu seguía dormido.
—¿Quiénes son estos?— Gyutaro no parecía sorprendido. Pero entonces, Tanjiro había vuelto a la batalla, sorprendiendo esta vez a ambos hermanos. Daki se enfureció en cuanto lo vio.
—Hicieron una entrada muy vistosa— Felicitó Tengen —¡Así me gusta!—
—Por muchos donnadies que vengan, no tendrán un final feliz— Sentenció Gyutaro —Van a morir todos, así que no quiero ver ese resplandor en sus ojos—
«—Hay dos demonios. ¿Qué paso?—» Se pregunto Tanjiro «—Y la del obi no está muerta. ¿Ambos son la Sexta Creciente? ¿Se separaron? Si es así, el cuerpo principal es el del hombre. Huele diferente. Su olor es más pesado. Me entumece la garganta—» Debía admitirlo, tenía miedo «—Me tiemblan las manos. ¿Es del cansancio? ¿O es miedo? No importa—» Apretó con fuerza los dientes «—Sea lo que sea, nosotros…—»
—¡Ganaremos los cazadores!— Exclamó Tengen, sorprendiendo a Tanjiro.
—No pueden ganar. Su querido Pilar está envenenado—
—¿Envenenado?— Todos parecían sorprendidos por aquello.
—¡Los venceré fácilmente, idiota!— Exclamo el alfa, con una gran sonrisa en su rostro —Es más divertido si me pongo un poco en desventaja—
—¡No te hagas el fuerte!— Volvió a gritar la demonio.
—¡Cállate! No subestimes a los humanos. Estos tres son mis Tsuguko. Tienen agallas y no huyen—
—Exacto— Inosuke le seguía la corriente.
—¡Ataquen aunque pierdan los miembros!— Ordenó —Ya descubrí cómo derrotarlos. Hay que cortarles la cabeza a ambos a la vez, ¿Verdad?— Interrogó, sin dejar de sonreír. A Tanjiro le había parecido ver a Rengoku en é l—Si no, no tiene sentido que dividas tus poderes y absorbas a tu débil hermana. Está muy claro— Dijo confiado.
—Ya veo. Entonces, es fácil. Obviamente, ganaremos nosotros— Y al igual que su temporal maestro, Inosuke estaba bastante confiado. Su gran ego estaba por las nubes.
—Pues muchos cazadores murieron si poder hacer algo tan “fácil”— Se burló Gyutaro —Incluido otro Pilar. Nos lo comimos cuando yo tenía 15 y mi hermana 7—
—Exacto. Nadie sobrevive hasta el amanecer— Zenitsu respiraba, moviéndose lo más lentamente posible, pues detectaba fácilmente el futuro peligro —La largas noches siempre están de nuestro lado— Continuó, finalmente levantándose del suelo —¡Mueran todos!— Gritó, atacando con sus obis a Tengen. Pero lo que no se esperaba, era que Zenitsu la atacó de inmediato, llevándosela hasta el cielo, lejos de sus hermanos y Tengen.
—¡Zenitsu!—El alfa albino se había asombrado por la velocidad usada por el omega, pero también se había preocupado. Incluso si era rápido, no tendría oportunidad con ella pese a lo débil que era.
—El dormilón y yo lidiaremos con la mujer gusano. Ustedes venzan a esa mantis. ¿Entendido?— El beta daba ordenes como si de verdad fuese el líder, pero eso no era algo de lo que preocuparse ahora.
—¡Ten cuidado!—
—Sí— Y con eso se fue a por su hermano mayor.
—No matarán a mi hermana— Se confió Gyutaro.
Mientras, con la demonio albina y el omega, ambos habían estado elevándose por el cielo durante unos segundos, antes de caer finalmente sobre unos techos —Eres tú— Recordaba perfectamente a Zenitsu.
—Tengo algo que decirte— Hablaba finalmente —Pídele disculpas a la niña que lastimaste. Aunque el dinero que tú ganas les dé comida, ropa y un techo, ellas no son de tu propiedad. No puedes hacerles lo que te plazca—
—No vengas a darme sermones. ¿Crees que un omega tan feo como tú, puede siquiera dirigirme la palabra? En esta ciudad, las mujeres son bienes. Son objetos. Se venden, se compran, se rompen. Los dueños pueden hacer lo que quieran. Las feas no tiene derecho a comer. A los que no pueden hacer nada no se les trata como humanos—
—No les hagas a otros lo que no te gustó sufrir a ti—
—Ahí te equivocas. Lo que sufriste y no te gustó que te hicieran tienes que devolvérselo a otros. Solo te recuperas de tu desdicha robándole la felicidad a otros. Así es como vivimos nosotros— Zenitsu escuchaba un cambio en la voz de ella. Algo no estaba bien —Matamos a todos los que nos acusaron de algo— La voz de Gyutaro parecía haberse combinado con la de su hermana, mientras que un tercer ojo, aparentemente de él, surgía de la frente de la albina.
Mientras, con el mayor de los hermanos, uno de sus ojos parecía haber desaparecido —Les arrancaremos la garganta— Gracias a su tono grueso de voz, ambos cazadores presentes juraron escuchar un tono femenino en esta misma.
«—Qué sed de sangre—» Pensó Tanjiro, temblando más que antes «—Se me erizó la piel hasta el cuello. Es normal. Es la Sexta Creciente—» Pero se calmó en cuanto comenzó a liberar sus feromonas «—Concéntrate. Envenenaron a Uzui-Sama. Tengo que protegerlo. Blande la katana en cuanto se mueva. Al menor movimiento tengo que...—» Pero de la nada, Gyutaro ya estaba casi clavando su hoz bajo su barbilla «—¡Blande la katana! ¡Esquívalo! ¡Inclínate hacia atrás!—» Entonces, y con mucha suerte, logró esquivar la hoz de Gyutaro, dando el paso a Tengen, comenzando con la batalla entre demonio y humano, que estaban igualados en fuerza y rapidez «—¿Qué estoy haciendo? Si tiene que protegerme él, solo soy un estorbo—» Se levantó para pelear, pero entonces, una gran cantidad de obis cayeron desde arriba, tratando de matarlo a él y a Tengen «—Varios obi atacan desde arriba—» Tanjiro se cubrió lo mejor que pudo con su katana.
Volviendo con Zenitsu y Daki, ambos todavía no comenzaban con su pelea, pues Zenitsu la atacaría una vez que ella ataque primero —¡Tiene tres ojos!— Exclamó Inosuke, que ya había llegado junto a su hermano mayor.
—Veo todos sus movimientos. Mi hermanó despertó. Este es nuestro verdadero poder—
—¡Cierra el pico! No hables con esa voz tan aguda— Exigió Inosuke.
—Mentiste al decir que son Tsuguko— Rio Gyutaro —Sus movimientos no están compenetrados. Pelean fatal— Se burló, mientras su hermana ya había iniciado su combate con los hermanos.
—Ni siquiera pueden acercarse a mí—
—¡Cállate, mujer gusano!— Le gritó Inosuke mientras cortaba los obis que lo atacaban —¡En vez de hablar, pelea como es debido!—
Ante eso, Daki simplemente mostro una tétrica sonrisa —¡Como desees!— Y con eso, atacó con muchísimos más obis. Con los cuales, no solo atacaría a los chicos, si no que también a Tengen y Tanjiro.
Tanto a alfa como omega se le estaban dificultando las cosas, pues no solo debían de bloquear, esquivar y contratacar los ataques de Gyutaro, si no que también debía de esquivar los obis de Daki. Por lo que, para desviar los que estaban a nada de atravesar su cuerpo, Tengen tuvo que lanzar más de sus canicas explosivas, provocando que cayeran unos escombros, y por ende, el polvo le cortó un poco el campo de visión.
—¡Muérete!— Gritó Gyutaro, yendo directamente hacia él.
«—Es rápido, Realmente parece una mantis—» Pensó el albino, bloqueando los ataques del demonio «—¿Qué estilo es este?—» Se pregunto, recibiendo algunos cortes en el cuerpo. En eso, los obis de Daki seguían atacando desde la altura, pero ninguno se acercaba demasiado como para ser un peligro, pero si ese era el caso, Tengen simplemente daba un salto para esquivarlos y seguir peleando «—No tengo escapatoria—» El alfa miraba las hoces de sangre que había esquivado hace unos segundos, que ya estaban regresando por su espalda. Pero entonces, Tanjiro se aseguro de bloquearlo. Le costó, pero se mantuvo firme.
«—Es un ataque muy potente—» Las hoces de sangre estaban calentando y cada vez acercando más la katana a su cara «—Repélelo. Desvíalo. Si no, la katana se romperá. Si medimos fuerza contra fuerza, el más débil perderá. Analiza hacia dónde fluye y desvíala bien. La respiración de agua es más flexible para defenderse. Si solo he de desviarlo, no debería mellarse—» Entonces encerró todo el aire que más podía en sus pulmones, para luego desviar las hoces de sangre con la corriente de agua que fluía desde su katana.
«—Respiración del Sonido. Quinta Postura—» Entonces las katanas de Tengen empezaron a girar emitiendo una luz azul claro —¡Recital de cuerda!— Gritó, creando coloridos y ruidosos fuegos artificiales a su alrededor, mientras se acercaba rápidamente a Gyutaro.
«—Esa técnica tan ruidosa no sirve de nada—» Lanzaba cada vez más hoces de sangre, llegando algunas incluso hasta donde se encontraban los hermanos y la albina.
—¡Mueran, feos!— Les gritó, lanzando cada vez más y más rápido sus obis.
—¡Ahora hay hoces de sangre aparte de los obis! ¿Qué es esto? No podemos acercarnos a la mujer gusano. ¡Maldita sea!— Se quejó —Esa sangre es peligrosa. Presiento que si me rozan, moriré— Inosuke estaba nervioso, pero sabía que estar en ese estado no lo ayudaría de nada. Trataba de acercarse a la mujer demonio lo más que podía.
Luego, cuando más de los obis estaban por clavarse en la espalda de Tengen, Tanjiro se interpuso, atravesando una con su katana, cosa que enojó a Gyutaro «—Sé útil. Reduce sus ataques ¡Encuentra el camino hacia la victoria!—»
«—Él también está fatal—» Pensó Tengen, viendo por unos segundos a Tanjiro «—Es un milagro que pueda moverse. La herida del hombro es profunda. Detuvo la hemorragia, pero por poco. No podría sostener la katana sin esas vendas—» Estaba asombrado, pero a la vez preocupado. No deseaba darle la noticia a su futura suegra sobre la muerte de uno de sus hijos «—Si no me hubiera envenenado. Tengo que acabar con ellos pronto—» Sentenció.
En eso, uno de los bis golpeó tan fuerte a Tanjiro, que lo envió lejos «—Me cuesta respirar con tantos ataques—» Comenzó a rodar en el suelo, esquivando los obis que trataban de clavare en su cuerpo «—Me desmayaré pronto. Tengo que usar la respiración de curación—»
Mientras, Tengen y Gyutaro seguían peleando entre ellos, Tanjiro esquivaba y cortaba los obis de Daki y Zenitsu e Inosuke trataban de acercarse a ella, nadie notó como Hinatsuru, la esposa mayor de Uzui, aparecía por uno de los tantos techos de las casas que milagrosamente todavía estaban intactas. Ella apenas era capaz de moverse, pero aún así, prefirió mil veces ir a ayudar a su esposo a escapar, por lo qué, y con las fuerzas que le quedaban, lanzó tanto a su esposo como a Gyutaro, una lluvia de kunai desde un raro artefacto parecido a una caja que le permitía lanzar cincuenta y seis a la ves.
«—¿Qué es eso?—» Se preguntó Gyutaro, viendo todo lentamente «—¿Kunai? Es un fastidio lidiar con tantos con un Pilar delante. Qué ataque más molesto. Además, hay tres cazadores novatos—» Gyutaro estaba confiado «—En fin, no me harán nada aunque me... No, espera. ¿De verdad usaría un ataque tan inútil?—» Entonces, repelió todos los kunai con sus hoces de sangre —Técnica de Demonio de Sangre. ¡Arcos Desenfrenados!—
«—Creó una cúpula con sus ataques—» Pensó Hinatsuru, sorprendida. Pero entonces, cuando las hoces de sangre de Gyutaro se desvanecían, Tengen aprovecho esa oportunidad para atacar.
«—Espera, espera. Este tipo vino directo hacia mí—» Pensó, retrocediendo «—A ti también se te clavaron los kunai. Claro, es un Shinobi, no un espadachín. Sus sentidos funcionan de forma distinta—» Estaba preparado para contraatacar, pero entonces, Tengen esquivó su ataque y procedió a cortar las piernas de Gyutaro, solo para que otro kunai se le clavará en el cuello «—No se me regeneran—» Refiriéndose a sus piernas «—Los kunai tenían algo. Probablemente le untaron algún líquido con glicinias. Se me entumeció el cuerpo—» Entonces llegó Tanjiro, preparado para cortarle la cabeza, pero Gyutaro no dejaba de sonreír «—No está nada mal. Se empezaron a compenetrar en tan poco tiempo. ¡Qué interesante!—»
«—Por favor...—» Rogaba Hinatsuru, deseando que Tanjiro pudiera acabar con todo «—Por favor, funciona. Aunque sea solo un momento. Así alguno de ellos podrá cortarle el cuello—» Era como si todo el mundo estuviese en cámara lenta, pues Hinatsuru veía como su esposo y Tanjiro estaban a nada de cortar el cuello de Gyutaro «—¡Tengen-Sama!—» Pero en eso, las piernas del demonio volvieron a crecer.
«—¿Se le regeneraron?—» Tengen no se lo podía creer «—Maldición, ya aisló el veneno—»
—Este veneno es bastante potente— Incluso si mostraba una gran sonrisa, no parecía a gusto con ello —Técnica de Demonio de Sangre— Una gran cantidad de hoces de sangre envolvieron sus brazos, como si fueran tornados —¡Hoces de Sangre Rotatorias!— Con eso, las hoces de sangre en sus brazos comenzaron a hacerse más grandes.
«—¿Un ataque amplió sin mover los brazos?—» Entonces, Tengen de una patada alejó a Tanjiro —Respiración del Sonido. Cuarta Postura. ¡Ecos Incesantes!— Exclamó, creando otro ataque de fuegos artificiales que desarmaron las hoces de sangre. El ataqué era tan rápido y ruidoso que Tengen estaba confundido luego de no ver a Gyutaro «—¿Se esfumó?—»
—¡Detrás de usted!— Le gritó Hinatsuru, dándole el tiempo de esquivar los obis que iban a por su espalda.
—Hinatsu_— Entonces ella lanzó más kunai.
—Yo atraeré a los obi. No se preocupe por mí y busque al de_— Entonces Gyutaro le tapó la boca, asustándola.
—¿Cómo te atreves?— Interrogó, mirándola a los ojos —Mira lo que me pasó por tener que prestarte atención—
—¡Hinatsuru!— Se aterró en cuanto vio a su esposa en esa situación, pero debido a la impresión, los obis de Daki comenzaron envolver su cuerpo —¡Los obi son un estorbo! ¡Hinatsuru!— Volvió a gritar el nombre de su esposa, pero los obis seguían envolviéndolo, cortándole la visión. Tengen no soportaba la simple idea de perder a una de sus esposas. Estaba decidido a matar a ambos demonios, y retirarse del combate junto a sus tres esposas y nuevo interés romántico —¡No!— Pero pese a todo el miedo que sentía, arremetió contra esos molestos obis con enojo.
«—Muévete. ¡Muévete!—» Se decía Tanjiro, estando adolorido, pero logrando aún así poder levantarse «—Volverán a matar a alguien delante de mis ojos. Acércate. Salta hasta el tejado. ¿Solo vas a dejarte defender? ¡Sé útil por una vez!—» Algunos obis aparecieron frente suyo tratando de bloquearle el paso. Los cortaba lo más rápido que podía «—No se fija en mí porque soy débil. Si hago algo inesperado, puedo salvarla—» Pero se sentía muy cansado. Se desmayaría nuevamente en cualquier momento «—Usa la Danza del Dios del Fuego. La alcanzarás—» Se dio ánimos, pero en cuanto sacó las llamas de su boca, su cuerpo de inmediato se debilito más, casi haciéndolo caer «—No puedo hacerlo. No tengo suficiente fuerza—» Sus piernas temblaban «—¿Qué hago? Date prisa. ¿Qué hago?—» Se volvió a preguntar, desesperado y con el corazón a mil «—Piensa. Piensa en tu mejor opción. Piensa en qué puedes hacer—» Y de la nada, fue rápidamente hacia ellos, cortando las manos de Gyutaro y llevando a Hinatsuru a otra parte, utilizando la Respiración del Agua y la Danza del Dios del Fuego combinadas.
Gyutaro vio con enojo a Tanjiro, quien estaba recuperando el aire perdido, a unos metros lejos de él «—Se movió muy deprisa. Ya no debería ser capaz de hacer esos movimientos—»
«—Lo logré. Hay que mezclar las respiraciones—» Pese a su cansancio, la fuerza en el agarre de su katana no Hacía más que aumentar «—Usar la Respiración del Agua y la Danza del Dios del Fuego a la vez. Así consigo una mayor potencia que con la respiración del Agua y puedo usarla más tiempo que la Danza. Esto es lo que hacen todos los espadachines. Encuentran su Respiración y su estilo. Lo transforman para adaptarlo a sus habilidades. Pensaron hasta desarrollar nuevas respiraciones. Cambiar. Adoptar cualquier forma. Urokodaki-San me enseñó a pelear así. Y mamá no era diferente al respecto, ya que también aprendió de él. Aunque no domine la Respiración de Agua como mamá, no desperdiciaré las enseñanzas de Urokodaki-San—»
—¡Eres hombre muerto!— Tanjiro se cubrió rápidamente de una de las hoces de Gyutaro, liberando feromonas de la impresión. El demonio estaba enfurecido, tanto que deseaba matarlo cuanto antes. Estando a nada de clavar su otra hoz en el cuerpo cansado del omega, Tengen apareció nuevamente para sorpresa de ambos.
—¡Kamado Tanjiro!— Le gritó, desconcentrando a Gyutaro —¡Te lo agradezco!—
[•••]
Mientras, con los hermano Zenitsu e Inosuke, estos todavía no eran capaces de acercarse a Daki, incluso si Zenitsu utilizaba sus, para nada, agradables feromonas, solo conseguía que la mujer demonio lo insultara por el olor de estas mismas.
—¡No dejan de volar de un lado para otro!— Se quejó Inosuke —¡Toma! Se retuercen pero son muy resistentes— Gracias a eso, se le hizo imposible cortar unos obis —No se acaban nunca— Utilizando algunos de los mismo obis para elevarse, logró visualizar a Tengen a nada de cortarle el cuello al demonio mayor —¡Ellos están a punto de cortarle la cabeza!— Exclamó, pues se supone que debía de ser a la vez.
—¡Inosuke, va a atacar!— Advirtió Zenitsu, logrando que Inosuke esquivara a tiempo.
«—Maldita sea. Tenemos que cortárselas a la vez. Esquivamos sus ataques porque los dos huimos en direcciones distintas, pero también tenemos que atacar—» Pese a todo el tiempo que llevaban peleando, no habían logrado acercarse ni un poco «—Hay que acercarse y cortarle la cabeza—» Incluso si Inosuke era alguien realmente valiente gracias a su estilo de crianza, ahora se encontraba más que nervioso, por lo que comenzó a correr como loco tratando de acercarse de una vez, pero no tuvo otra opción que retroceder gracias al nuevo ataque de Daki, algo que lo enfureció notablemente.
—¡Cálmate, Inosuke!— Pidió Zenitsu, sabiendo que enojados o no, la situación no cambiaría —No ha de ser exactamente a la vez, Basta con que las dos cabezas estén separadas— Explicó, liberando más de sus feromonas gracias al repentino cambió de la dirección del aire. Entonces los obis trataron de envolver a Zenitsu, tratando de absorberlo nuevamente —Sigamos atacando aunque le corten la cabeza al otro— Se liberaba con facilidad, pero acercarse era otra cosa.
—¿Qué te...?— Estaba impresionado por aquella nueva faceta de su hermano mayor, quien realmente solía ser un cobarde llorón y gritón —¡Hoy estás increíble! ¿Qué te pasa?— Aún así, estaba nervioso, pues tampoco estaba acostumbrado a aquella faceta.
[•••]
Volviendo con Tanjiro y Tengen, ambos estaban a nada de cortar el cuello de Gyutaro «—No te distraigas. ¡Ve a por su cuello!—» Se gritó internamente «—¡Puedo hacerlo!)—»Pero entonces, Gyutaro bloqueó las katanas de ambos con sus hoces «—No se mueve—» Él rio ante esto.
—Es imposible que ustedes me corten la cabeza— Se burló, antes de que la rara masa que de antes se encontraba en sus hoces comenzara a extenderse hasta pegarse a la katana de Tanjiro, impidiéndole moverla.
«—La hoja no se mueve—» Trataba de quitar su katana, pero esta no parecía querer moverse. Luego, la otra hoz comenzó a hacer lo mismo con la katana de Tengen, por lo que el alfa trató de apuñalar la cabeza de Gyutaro. Pero lo que ninguno de los dos se esperaba, era que el demonio girará casi por completo su cabeza, solo para atrapar la punta de la otra katana con los dientes.
«—¡No gires la cabeza, malnacido!—» Se quejó Tengen. Pero entonces, más hoces de sangre comenzaron a surgir de los hombros de Gyutaro «—¿Otra vez eso?—» Se asustó por aquello —¡Afianza los pies, Kamado!— Le ordenó a Tanjiro, sabiendo que vendría después. En eso, nuevos tornados de sangre aparecieron desde los hombros de Gyutaro, momento en el que Uzui aprovecho de saltar junto al demonio, dejando a Tanjiro allí, gracias a la ayuda de Hinatsuru que lo sujetó desde la caja de Nezuko.
—¡Uzui-Sama!— Gritó, cayendo de espaldas junto a Hinatsuru, aunque se levantó rápidamente.
—¡Tengen-Sama!— Debido al alcance de las hoces de sangre del demonio, la casa en la que se encontraban comenzó a ser destruida, por lo que se vieron forzados a retroceder luego de ya no poder ver más por el polvo.
—¡Cuidado!— Escucharon advertirles, solo para ver a Zenitsu e Inosuke retrocediendo nuevamente de los obis de Daki. Rápidamente Tanjiro se alejó junto a Hinatsuru, quien todavía se encontraba un poco débil.
—¡Inosuke! ¡Zenitsu!— Sus hermanos seguían defendiéndose como mejor podían. Pese a todo el tiempo que ya llevaban con la misma rutina, todavía conservaban un poco de energía.
—¡Nos va a obligar a cambiar el plan!— Gritó Inosuke —No podemos acercarnos a la mujer gusano. Únete a nosotros. De la mantis tendrá que encargarse el viejo —Aquel comentario molestó un poco a la alfa, quien no se esperaba que llamaran viejo a su esposo.
—Ella es más débil que él. Cortémosle la cabeza primero— Explicó Zenitsu —¿Aún puedes moverte, Tanjiro?— Este se tardó en contestar, pues veía a Uzui y Gyutaro pelear. Pero tal parecía que el mayor tenía todo bajo control.
Para sus sorpresa, unos obis comenzaron envolver su cuerpo por haberse quedado en el mismo lugar por mucho tiempo —Puedo moverme— Contestó finalmente —Pero Uzui-Sama está envenenado. Hay que vencerlos cuanto antes— En eso, esquivó una de las hoces de sangre que aparecieron de la nada, casi quedándose sin nariz «—Por poco no lo esquivo. Nos ataca mientras pelea con Uzui-Sama—» Pensó, estando un poco nervioso por el repentino ataque —¡Hinatsuru-San!— Llamó a la mayor.
—No te preocupes por mí. Me esconderé. Piensa solo en ganar—
—¡Detrás de ti!— Para su sorpresa, ambos hermanos mayores la protegieron de una muerte rápida y tragica.
—¿Esta bien?— Zenitsu la ayudaba a levantarse, luego de que callera sentada sobre las tejas.
—Sí. Gracias— Notando como solo sería un estorbó, ella se retiró de allí en cuanto pudo.
—Cada vez son más lentos— Se burló Daki —¿Quién será el primero en caer?— Preguntó ella, sabiendo que ganaría eventualmente.
«—Monichi y yo estamos prácticamente ilesos—» Pensó Inosuke «—Tenemos que hacerlo nosotros. El viejo y Monjiro están destrozados. ¿Para qué entrené tanto?—» Se preguntó «—¿Para qué? ¿Para qué?—»
—¡Inosuke!— Gritó Tanjiro —Tiene el cuello muy flexible para cortarlo. Hay que acometer con velocidad o desde varios ángulos— Explicó.
«—Los obis se dirigen hacia Tanjiro—» Notó aquello, dejándolo un poco sorprendido «—Y pude relajarme un poco por un instante» ¡O al menos esa es la sensación que tengo!— Gritó enojado, antes de cortar más obis —¡Con dos espadas puedo atacarla desde varios ángulos! ¡Los tres juntos podemos vencerla!— Exclamó.
—De acuerdo. Zenitsu, defendamos a Inosuke—
—Bien—
Pero con eso, Daki simplemente se rio más —¡Un feo más no cambiara la situación!— Una gran sonrisa de victoria se formó en su rostro, atacando cada vez con más fuerza y velocidad que antes.
—¡Inosuke!
—Allá vamos. ¡No se queden atrás, subordinados!— Exclamó, preparándose para lo que haría a continuación. Entonces, en cuando otros obis se dirigían hacia él, sus hermanos lo defendieron —Respiración de la Bestia— Su masa muscular comenzó a aumentar sorprendentemente —Octavo Colmillo. ¡Asalto Explosivo!— Gritó, rompiendo parte del techo en el que se encontraban por la velocidad con la que avanzó hasta Daki. Ella trató de atacarlo, pero en cuanto sus obis se acercaban a Inosuke, rápidamente sus hermanos se encargaban.
—Respiración de Agua. ¡Tercera Postura!— Comenzó a bloquear y desviar los obis, pues no le daba la fuerza para cortarlos.
—Respiración de Rayo. Primera Postura— Habló, antes de avanzar con velocidad hasta todos los obis, también desviándolos, dejándole el paso libre a Inosuke.
—¡Danza de...—
—Destello de Trueno—
—las corrientes!—
—¡Ocho chispazos!— Los hermanos combinaban sus ataques para proteger a Inosuke, quien pese a que también estaba recibiendo un poco de daño, se mantenía firme, sin atacar, simplemente avanzando.
Cada vez Inosuke estaba más mucho más cerca de Daki, solo asegurándose de esquivar los obis, mientras que seguía con su objetivo de llegar a ella. La sonrisa en el rostro de Daki ya se había esfumado hace un tiempo, pues por mucho que atacaba a Inosuke, este solo recibía unos cortes que para él son como rasguños.
«—¿Cómo...?—» No se lo podía creer «—No se defiende. Solo piensa en avanzar—» Inosuke se había preparado para atacarla, cuando finalmente ya estaba lo bastante cerca de ella, pero Daki no se detendría, por lo que trataría de cortar por la mitad la cabeza de Inosuke, solo para lograr rozar esta misma.
Entonces Inosuke logró colocar sus katanas a ambos lados del cuello de Daki, algo que la enfureció —Esta vez lo lograré— Sentenció.
«—No conseguirás cortarme la cabeza. No con estas hojas dentadas—» Ella creía tener una oportunidad para ganar.
—Sexto Colmillo— Pero entonces, Inosuke comenzó a cortar el cuello de Daki utilizando sus katanas como sierras, algo que a ella le tomo por sorpresa. Con movimientos rápidos se aseguraba de cortar la tela que formaba el cuello de la demonio, y cuanto menos se lo esperaba, lo había logrado—¡Mordedura Irregular!—
—¡Lo lograste, Inosuke!— Felicitó Tanjiro «—Impresionante. Las usó como una sierra—» Veía como su hermano menor atrapaba la cabeza de la albina, la cual había salido volando por la fuerza.
—¡Tengo la cabeza!—Gritó, corriendo con la cabeza de Daki en las manos—¡Correré lejos para que no se una al cuerpo!—Y aunque los obis trataran de alcanzarlo, fue fácil para él simplotamente esquivarlos y seguir en lo suyo—¡Yo huiré con la cabeza! ¡Vayan a apoyar al viejo!—
—¡De acuerdo!— Respondieron ambos —¡Ten cuidado!—
—¡Sí!—
«—Uzui-Sama—» Había saltado en algunos techos, buscando a dónde se había trasladado la pelea «—Tengo que ir a ayudarlo—» Y sin saberlo, su otro hermano no tenía un pensamiento diferente.
Mientras con Inosuke, este seguía corriendo, teniendo ahora la cabeza de Daki sujetada con el brazo —¡Suéltame, jabalí asqueroso!— Le gritó, queriendo atacarlo ahora con su cabello, por lo que Inosuke no dudó en cortarlo.
—Qué ataque más endeble—
—¿Cómo dices?—
—Aunque no te mueras, parece que perder la cabeza te debilita— Se burló de ella, pero, y de la nada, Gyutaro apareció por su espalda, apuñalándolo en el acto.
—¡INOSUKE!— Tanjiro lo había visto todo, y el olor a la sangre de su hermano llegó casi de inmediato a su nariz —¡Inosuke! «Oh, no, el veneno. ¿Y la herida? ¿Lo apuñaló en el corazón? Está demasiado oscuro y no veo bien. ¿Qué hace aquí?—» No comprendía como había aparecido de la nada Gyutaro «—¿Y Uzui-Sama?—» Entonces miró en dónde se suponía estaban peleando, solo para horrorizarse de ver al Pilar tirado en el suelo, con el veneno lo bastante avanzado en su cuerpo, y una de sus manos completamente cortada, todavía agarrando uno de los mangos de la katana doble que poseía.
—¡Cuidado, Tanjiro!— Le gritó Zenitsu, corriendo hacia él. Solo ahí fue capaz de ver como los obis de Daki se estiraban más que nunca, mostrando una brillante luz rosada. Fue entonces que Zenitsu lo empujó por el techo, solo dándole unos segundos de ver como todo lo que los rodeaba era cortado por los obis de Daki, tal cual como lo había hecho antes.
«—Maldición—» Debido a la conmoción, todo a sus ojos se movía lentamente «—Déjame, Zenitsu—» Trató de alcanzarlo, pero le resultaba tan imposible en ese momento, que se llenó de impotencia «—Esto pasó porque aparté la mirada un segundo. Lo siento, Inosuke. Si lo hubiera visto antes—» Veía a lo lejos como el cuerpo de su hermano menor caía «—No. Esto no habría pasado si no me hubiera alejado de Uzui-Sama. Lo siento. Lo siento, hermanos. Lo siento, mamá. Lo siento Nezuko—»
[•••]
—¡Giyuu!— Rápidamente se acercó a ayudarlo a levantarse —¿Estás bien? Por Dios, te caíste junto a los platos, pudiste haberte lastimado —Murata se asustó al ver la sangre en las manos de su amigo —¡Mierda! ¿Qué ocurrió? No pudiste haberte tropezado con algo— Interrogó, pero a cambio solo lo vio extremadamente pálido —¿Qué sucedió? ¿Quieres que llame a Kocho-Sama?— Limpiaba la sangre lo mejor que podía con un paño húmedo, tratando también de detener el sangrado.
—Murata— Logró decir, mientras el beta lo ayudaba a sentarse nuevamente ahora que sus heridas ya no sangraban.
—Mírate. Te vez como un muerto— Le tocó la cara, solo para sentir un horrible sudor frío —¿Viste algo? ¿Recordaste algo?— Volvió a preguntar, limpiando sus manos con un pañuelo —Espera. Iré a buscar vendas— Solo ahí lo dejó solo.
Giyuu miró los platos rotos en el suelo de su cocina, para luego mirar sus temblorosas manos. Vio cada cortada provocada por los platos. Algunas eran grandes y otra profundas, pero aún así, ni una sola le dolía. Incluso luego de que Murata volviera y le agregará alcohol encima. Incluso así, no sentía dolor alguno.
—Perdón si fue repentino, pero nunca te ha gustado que te desinfectaran las heridas— Solo luego de eso le envolvió las manos con las vendas —Mañana iremos con Kocho-Sama. La herida puede estar desinfectada, pero quien sabe si todavía tienes unos fragmentos incrustados— Solo entonces notó como el omega no parecía escucharlo —¿Giyuu? —Movió sus cabellos para verle a los ojos, solo para toparse con esos hermosos ojos azules inundados en lágrimas —¿Qué pasa? ¿Te duele mucho?— Pero Giyuu rompió en llanto luego de que lo abrazara, al notarlo tan raro —Puedes contarme que ocurre. Estoy aquí— Le aseguró, acariciándole la cabeza para tratar de calmarlo de cualquier cosa que provocara su llanto.
—¡Mis niños!— Las gruesas lágrimas comenzaron a correr por sus mejillas —¡Algo les pasó a mis niños!— Murata se aterró con aquello, comenzando así a rezar en silencio para que estuvieran bien. Si Giyuu perdía a sus hijos, estaba bastante seguro que terminaría suicidándose al no aguantar la pena.
«—Kami-Sama, sé que no suelo rezarte, pero te pido que esta vez el buen instinto que le diste a Giyuu sea erróneo. Permite por favor que ellos vuelvan con vida para clamar el corazón afligido de su madre. Prometo rezar todos los días si cumples. Te lo pido por favor—» Abrazaba con fuerza al omega, llorando también el proceso.
—¡Mis hijos!—
Chapter 13: De vuelta a casa.
Chapter Text
—¡Cuidado, Tanjiro!— Le gritó Zenitsu, corriendo hacia él. Solo ahí fue capaz de ver como los obis de Daki se estiraban más que nunca, emitiendo una brillante luz rosada. Fue entonces que Zenitsu lo empujó por el techo, solo dándole unos segundos de ver como todo lo que los rodeaba era cortado, tal cual como había sucedido antes.
«—Maldición—» Debido a la conmoción, todo a sus ojos se movía lentamente «—Déjame, Zenitsu—» Trató de alcanzarlo, pero le resultaba tan imposible en ese momento, que se llenó de impotencia «—Esto pasó porque aparté la mirada un segundo. Lo siento, Inosuke. Si lo hubiera visto antes—» Veía a lo lejos como el cuerpo de su hermano menor caía «—No. Esto no habría pasado si no me hubiera alejado de Uzui-Sama. Lo siento. Lo siento, hermanos. Lo siento, mamá—» Su cuerpo cayó como plomó al suelo, desmayándolo casi al instante, mientras aún se «—Lo siento Nezuko—»
—No te disculpes, Tanjiro— Le pidió su hermana, mirándolo con enojo, algo que lo sorprendió —¿Por qué siempre te disculpas? ¿No somos felices por ser pobres? ¿Han de compadecerse porque no tengo kimonos bonitos?— Interrogó ella, sin cambiar su fuerte mirada —¿Necesitas culpar a alguien? Parece que sea terrible que papá muriera enfermo. Era inevitable. Intentamos hacer todo lo posible. Pero somos humanos. No todo sale como queremos. Cada uno decide si es feliz o no. Lo importante es el presente —De la nada, su atado cabello azabache se soltó, dejando a la vista los mechones naranjos que adquirió en cuanto se volvió un demonio —Miremos al frente. Caminemos juntos. Peleemos— Ella apretó con fuerza sus puños —No te disculpes. Eres mi hermano, ¿No? Entiende cómo me siento— Le escucho decir, mientras que su voz cada vez se hacía más lejana.
Abrió los ojos repentinamente, asustado por el sueño que acababa de tener «—¿Soñé con el pasado?—» Se preguntó, sentándose lentamente —¿Eh? ¿Dónde estoy? ¿Qué?— De inmediato, el olor a humo inundo sus fosas nasales, obligándolo a cubrirse con su mano. Miró a todos lados, solo topándose con fuego y destrucción, pues todo a su alrededor estaba casi en su totalidad destruido, y era probable que el fuego iluminara todo el distrito «—Es terrible. ¿Cómo acabamos así? ¿Pudieron huir todos los que vivían aquí?—» Estaba nervioso, el olor del fuego nunca le había gustado. Y de la nada, pareció recordar algo —¡Nezuko!— Miró a un lado, exactamente en donde se encontraba la caja de su hermana. Para su suerte, la caja estaba abierta, pero su hermana todavía estaba dentro de ella —Nezuko— Estaba aliviado, por lo que se permitió calmarse un poco —Gracias. «Haré todo lo que pueda—» Pero en cuanto volvió a mirar al frente, su cuerpo se helo rápidamente.
—¿Todavía estás vivo?— Preguntó Gyutaro, apareciendo frente suyo de la nada —Qué suerte tienes. Aunque será lo único que tienes— Tanjiro libero sus feromonas por el susto, preguntándose el cómo ellos lo habían encontrado y se le habían acercado sin hacer ruido alguno —Pobrecito— Se le acercó, estando cara a cara —Ninguno de los otros sobrevivirá— Aquello le aterró aún más —Al jabalí le atravesé el corazón. El de amarillo está sufriendo bajo los escombros. Lo dejaré ahí hasta que muera. Es patético que se retuerza como un gusano. Y el Pilar era muy débil. Era valiente, pero ya está. El veneno lo debilitó hasta pararle el corazón. Está muerto. Es patético. Patético— Se burló de ellos —Son realmente patéticos. Especialmente tú. La que sale de la caja con la que cargabas es familiar tuya, ¿No?— Interrogó, refiriéndose a Nezuko —Sé que su sangre es similar, aunque ella sea un demonio. ¿Es tu hermana mayor? ¿Menor?— Se notaba bastante intrigado. A Tanjiro se le estaba dificultando el respirar, no solo por el miedo, si no que también por el pesado aire cargado de humo que llenaba sus pulmones.
«—¿Por qué no me mata?—» No lo comprendía «—¿Qué pasa?—» Trataba de levantar su katana, pero el brazo le pesaba un buen «—Tengo el brazo entumecido. Aunque lo intentara, no podría cortarle el cuello—» Intentó un poco más, pero su brazo no quería cooperar —Es mi hermana menor—
Ante esto, Gyutaro no dudó en sonreír, para luego comenzar a reírse —Lo suponía. ¡Patético!— Aquella respuesta era realmente divertida para él —No puedes proteger a tu hermanita— Tanjiro se alteró —Aunque es normal— Gyutaro se había agachado para estar a la par de él —Tú eres humano y ella es un demonio. Es normal que seas más débil que ella. Pero sigue siendo patético— Tanjiro podía sentir el ojo del demonio viendo hasta lo más profundo de su alma —Si eres el mayor, no dejes que te proteja ella— Explicó, mientras le acariciaba el cabello —Protégela tú. Con tus propias manos— Levantó la mano libre de Tanjiro con sus dedos, antes de romperle el dedo medio y el índice, solo para comenzar a reír nuevamente mientras lo veía retorcerse del dolor —¿Qué sientes ahora mismo?— Comenzó a golpearlo en la cabeza —Eres el único que sobrevivió. Y a tu querida hermanita casi no le quedan fuerzas para ayudarte— Entonces sujetó con fuerza del cabello del omega, para comenzar a jalarlo de atrás adelante —Dime, insecto. Inepto. Idiota. Cobarde. Inútil— Tanjiro solo aguantaba, pues sabía perfectamente que contra ese demonio ahora no tenía oportunidad alguna —¿Para qué viniste a este mundo? ¿Qué harás?— Lo miró fijamente —Intenta cortarme la cabeza con ese patético cuerpo humano. ¡Vamos, vamos, vamos!— Exigió, esperando ver algún movimiento por parte de Tanjiro.
El omega se quedó allí, incluso luego de que Gyutaro lo hubiese soltado, solo estaba allí, recuperando el aire perdido. Luego, y con bastante rapidez, este mismo agarró una de las correas de la caja de su hermana, solo para empezar a correr. Los hermanos demonio se sorprendieron ante ello, pero luego de unos segundos, ellos empezaron a reír.
—Ya veo. La situación te desmoralizó, ¿Eh?— Se burló de Tanjiro, quien ya estaba bastante lejos —¡Eres patético! ¡Realmente patético!— Y tristemente, el cuerpo del menor fue enviado con fuerza hasta una de las tantas casas que se estaban quemando, pero que de milagro seguía en pie. El omega apenas y fue capaz de salir a tiempo de la casa, que gracias a que con su cuerpo destrozó lo que quedaba del soporte, esta no tardo en caerse a pedazos, casi cayéndole sobre la cabeza —Eres patético. Realmente patético— Gyutaro se acercaba lentamente por el fuego —Nunca vi a nadie tan patético como tú— Comenzó a reírse nuevamente, pues no pensaba dejar escapar a Tanjiro.
Mientras, el joven pelirrojo quedó atrapado, pues entre tantas casas que se había derrumbado, muchas taparon los únicos dos caminos que tenía. Este había tropezado, siendo apenas capas de lanzar la caja de su hermana para no caer sobre esta. El calor y los dos golpes que había recibido hace unos segundos lo debilitaron más de lo que ya estaba, y el solo saber que aquel demonio estaba a unos metros detrás, no lo calmaba para nada.
Apenas soportando el dolor, comenzó a agarrar y lanzarle cosas que tenía a la mano a Gyutaro. Bolsas de olores, piedras y hasta un pedazo de madera habían golpeado el pecho del demonio, pero este continuaba avanzando con una gran sonrisa marcada en su cara, que solo inquietaba más a Tanjiro. Una vez estando lo bastante cerca, el demonio no dudó en darle nuevamente una fuerte patada en el vientre que le hizo escupir sangre, antes de volver a agacharse para mirar a Tanjiro.
—Eres patético, pero no me disgustas— Confesó —Me gustan las cosas sucias, miserables y patéticas. Como la sucia cicatriz de tu frente— Tanjiro se tensó cuando Gyutaro comenzó a acariciar su cicatriz con su pulgar —Es genial. Es entrañable— Se le quedo observando por unos segundos —Ya se. Conviértete en demonio— Exclamó fascinado por su nueva idea —Por tu hermanita— Había rasgado la piel sobre el ojo que le faltaba hasta el cuello con sus uñas, algo que ya estaba acostumbrado a hacer —Sí, sí, será lo mejor. Si te conviertes, te ayudaré— Exclamó al cielo —Seremos aliados. Si no, mataré a tu querida hermana —Le amenazó, mirándolo directamente a los ojos, provocándole un escalofríos —No me importan en absoluto las hermanas de otros—
—Ni hablar, hermanito— Interrumpió Daki a lo lejos
—Yo no quiero—
—Si te conviertes, te harás fuerte al instante— Continuó, ignorando a su hermana —Te despedirás de ese cuerpo tan inconveniente. Dime, ¿Qué vas a hacer?— Interrogó, pero en ves de responder, Tanjiro miró al cielo —Te da rabia ser tan débil, ¿Eh?— Se burló —La gente mira al cielo cuando se lamenta. Para evitar que caigan las lágrimas—
—Yo...— Respiró un poco, antes de volver a mirar a Gyutaro —Me estaba preparando— Y en cuanto menos se lo espero, Tanjiro le plantó un fuerte cabezazo.
«—¿Un cabezazo a la desesperada? Así no me harás nada—» Tenía una sonrisa burlona en la cara, pero entonces comenzó a sentirse aturdido «—No puedo moverme—»
—¿Qué haces, hermanito? ¡Levántate!—
«—¿Qué pasa? Esto no es normal. Solo era un cabezazo de un humano—» Estaba confundido, no sabía qué era lo que le ocurría, o eso pensaba, hasta que notó un kunai clavado en su pierna «—¿Un kunai? Me lo clavó al darme el cabezazo. Fingió huir para ir a recogerlo. Y lanzó las bolsas aromáticas de una geisha para ocultar el olor del kunai. Será...—» Miró a Tanjiro, que ya estaba con su katana en el aire «—Es débil. Es un mero humano omega. Está destrozado—» Le vio las manos «—Le demostré que soy más fuerte que él. Está solo. ¿Por qué no se rinde?—» No lo entendía «—¿Por qué no desiste de su idea de derrotarme? ¿Por qué no le afecta?—» Y con eso, Tanjiro golpeó el cuello de Gyutaro con su katana, tratando de cortarlo. Estaba gritando, mientras ejercía más presión.
—¡Hermanito!— Daki estaba preocupada, su hermano no se había defendido de un ataque débil —¡Hermanito!— Continuó llamándolo, asustada de lo que podría pasar —¡Hermanito!—
Tanjiro pareció asustarse, por lo que se detuvo por unos segundos, mirando a Gyutaro, reflejándose a sí mismo en él.
«—Un solo cambio de circunstancias podría haber hecho que yo estuviera en su posición—»Estaba atónito«—Yo tuve suerte y seguí siendo humano. Pero pudo haber un futuro en el que ambos fuéramos demonios. Pero aunque me convirtiera en demonio, algún cazador me cortaría la cabeza—» Entonces Gyutaro, aprovechando que Tanjiro estaba quieto, comenzó a ejercer fuerza en el piso, pues el liquido del kunai lo había dejado paralizado, por lo que se esforzó bastante en acercar su mano hasta el kunai, queriendo sacarlo. Solo ahí Tanjiro volvió a reaccionar, pues él ya había agarrado el kunai «—Córtasela. Ganaré. ¡Ganaremos!—» Debía de hacerlo, por sus hermanos, por él.
—¡No puede ser! ¡No dejes que te corte la cabeza ese bastardo!— Ella había visto como la katana de Tanjiro se enterraba en el cuello de su hermano. Atacó en cuanto pudo salir del shock, planeando matarlo antes que él matara a su hermano. Pero con lo que no contaba, era que Zenitsu se liberará de los escombros que tenía sobre su espalda, cortando sus obis, cosa que la sorprendió «—¿Escapó de debajo de los escombros?—» No se lo podía creer, aquello era imposible —¡Apártate, feo!— Trató de matarlo de igual manera, pero Zenitsu, quien seguía dormido, esquivó todo sin problema alguno, manteniéndose en el aire en todo momento.
«—Respiración de Rayo. Primera Postura—» Agarró firmemente su katana.
—Ya sé a qué velocidad atacas— Ella estaba confiada de que Zenitsu no podía con todos sus obis —Lo vi una y otra vez—
«—Destello de Trueno—» Las venas en su rostro se marcaron «—¡Velocidad Extrema!—» Y dejando un gran rayo como estela, él fue a por el cuello de Daki, dándole apenas unos segundos para convertirlo en tela de obi, mientras se la llevaba a toda velocidad.
«—¡Qué rapidez!—»Ella no parecía contenta con esto, pero lo que menos le gusto fue que su cuello comenzara a cortarse «—Lo está cortando. Oh, no. No esperaba que pudiera moverse así—»
«—Córtaselo. Remata el trabajo—» Zenitsu no se rendiría, no ahora «—Mis piernas solo aguantan la velocidad extrema dos veces. Y ya la usé una vez para salir de los escombros. Además, es ahora o nunca. Tanjiro creó esta oportunidad. ¡Le cortare la cabeza sí o sí!—»
Volviendo con Tanjiro, este continuaba tratando de cortar el cuello de Gyutaro, pero este mismo la tenía el kunai en su mano, por lo que en cualquier momento se lo quitaría «—No puedo cortárselo. Es muy resistente pese a que el veneno lo debilitó. ¿Aún no estoy usando la fuerza suficiente?—» Las venas en sus manos eran notorias. Estas estaban realmente hinchadas. Entonces, y para su mala suerte, Gyutaro sacó el kunai de su pierna, por lo que, luego de un gran gritó de su parte, el veneno ya había sido completamente anulado «—¡Ya se recuperó del veneno!—» Lo supo enseguida, pues del cuerpo del demonio, hoces de sangre aparecieron, tratando de alejar la katana de su cuello «—Me hará pedazos. Está repeliendo mi katana—» Luego de eso, la katana de Tanjiro habría salido volando de no ser por que estaba amarrada a una de sus mano, pues las hoces del demonio eran más fuertes que toda su fuerza física «—Casi lo consigo. Quedaba muy poco—» Gyutaro se levantó de inmediato, preparado para atacarlo, por lo que muchas de sus hoces fueron directo a Tanjiro «—No te rindas ¡No te rindas!—» Con suerte pudo bloquear las que se dirigían directamente a él, pues muchas otras pasaban a su lado «—Sigue intentándolo hasta el final—» Se daba fuerzas, sabiendo que ya no tenía más oportunidades.
—¡Omega asqueroso!— Gyutaro estaba enojado y con la nariz irritada de sentir ese asqueroso olor a fresas agrias todo el tiempo.
«—Cada vez ataca más rápido—» Apenas y podía repeler los ataques del demonio mayor, pues ahora no solo trataba de matarlo con sus hoces de sangre, si no que también trataba de hacerlo con sus propias manos «—Está descomponiendo el veneno—» Tanjiro bloqueaba los golpes de Gyutaro, quien golpeaba su katana en cuanto estaba lo suficientemente cerca «—¡No te rindas!—» El demonio estaba realmente enfadado, sus gritos no demostraban lo contrario «—No te_—» Y por segundos, una de las hoces de Gyutaro estuvieron a milímetros de clavarse en uno de sus ojos. Tanjiro estaba aterrado, todo estaba en cámara lenta para él.
Y cuando menos se lo esperaba, para su sorpresa, Tengen volvió al combate, salvándolo de perder la vida. El albino bloqueó la hoz de Gyutaro con su mano, mientras que el otro extremo de su katana era sujetada por sus dientes. Gyutaro no era capaz de creérselo, pero rápidamente lo asimilo luego de que Tengen creara una explosión que lo alejó de ellos.
«—¿No está muerto? ¡No estaba muerto!—» Aquello lo enojó más, se supone que la batalla ya la tenía ganada «—Pero su corazón... Claro—» Parecía comprender lo «—Lo detuvo a la fuerza usando los músculos. Así frenaba temporalmente el veneno—» Pese a la falta de una mano, Tengen se mantuvo haciendo los trucos que siempre hacía, demostrando todavía ser un hombre excéntrico, en busca de lo imperfecto.
—¡Uzui-Sama!— Estaba realmente aliviado y feliz.
—¡Tenemos la partitura!— Estaba cansado, adolorido y casi muerto, pero la sonrisa en su rostro nunca pudo ser borrada —¡Vamos a ganar!— Y pese a todo lo anterior, se lanzó a la batalla, atacando de los primeros.
—¡No me hagas reír!— Las hoces de sangre fueron expulsadas como locas, cortando todo lo que tuvieran a su paso. Pero gracias al buen oído de Tengen, solo tuvo que escuchar.
—¡Uno!— Gyutaro parecía confundido —¡Tres! ¡Siete! ¡Cinco!— Se mantuvo avanzando, contando en voz alta cada vez que cortaba una hoz —¡Ya sé cómo suena tu horrenda canción!— Su buen oído le permitió tener una gran ventaja.
«—Repelió todas las hoces de sangre—» Estaba impresionado, pero a la vez enojado. Tengen no dejaba de avanzar cada vez más rápido.
—Impresionante— Tanjiro se mantenía lo más cerca posible, sabiendo que no debía de volver a dejarlos solo.
«—¿De qué partitura habla?—» Tengen ya había llegado a su lado, por lo que apenas y pudo alejarse a tiempo «—¿Repelió mi técnica transformándola en una canción?—» No era capaz de creérselo «—Pero ¡Si solo tiene una mano! Es imposible—» Ahora estaba realmente furioso, pues todo lo que logró conseguir hace unas horas se había desmoronado en unos segundos —¡No me fastidies!— Y se fue a atacarlo, deseando matarlo de la forma más lenta y dolorosa posible. Tengen obviamente, no se lo permitiría, por lo que, en vez de retroceder como cualquier persona coherente, se quedo esperando a Gyutaro, solo para atacarlo al mismo tiempo una vez que ya estaba lo bastante cerca, creando una gran explosión en consecuencia.
Entonces, lo que antes fue un gran distrito, que ahora estaba convertido en cenizas, fue iluminado de colores. Tengen y Gyutaro habían comenzado su nueva batalla, sacando los mejores ataques que tenían, con el objetivo de matar al otro a toda velocidad. Ambos se atacaban mutuamente, importándoles poco si atravesaban casas enteras con sus cuerpos. Tengen no se encontraba en desventaja alguna, incluso con su cuerpo envenenado, incluso a la falta de una mano, él se mantenía a la par de Gyutaro. Con cada aumento en el volumen de sus gritos, era como si su velocidad también fuese en aumento. Ambos no parecían para nada cansados, Tengen no parecía cansado. Pues al ser un demonio, Gyutaro se salvaba de algunas cosas, siendo el cansancio una de ellas. Y aún así, el albino estaba a su par.
Todo el lugar era iluminado por fuegos artificiales, siendo estas las posturas del alfa albino Ambos creaban explosiones por donde pasaras, movilizándose con rapidez durante su increíble batalla.
«—Están igualados—» Tanjiro los seguía de cerca, esperando una oportunidad para ayudar a su superior «—Pero así no ganará. Uzui-Sama se agotará antes. Antes de que pase, ¡Tengo que cortarle la cabeza!—»
Gyutaro había logrado cortar la cadena de unía las katanas de Uzui, aprovechando el momento para apuñalar su abdomen, momento en el que Tengen le cortó el brazo. Pero para su mala suerte, Gyutaro consiguió herirlo más al cortar uno de los lados de su cara, cortando también su ojo a la mitad.
—¡Uzui-Sama!—
—¡NO PARES! ¡SALTA!— Clavaba una de sus katanas en el abdomen del demonio, impidiéndole así a atacar a Tanjiro en cuanto este saltó.
«—Tú eres demasiado lento—» La punta de su hoz atravesó la barbilla del omega desde abajo, envenenándolo en el momento «—Un inútil sigue siéndolo aunque le sirvan algo en bandeja. Se acabó. Morirás envenenado—»
«—Le cortaré la cabeza—» Pese al dolor, y a que estaba siendo envenenado, no se rendiría «—¡No me rendiré! ¡Se la cortaré!—» Su fuerza de voluntad y el dolor lo mantenían consiente. Aprovechando eso, su katana rápidamente llego hasta el cuello del demonio.
«—Este idiota sigue blandiendo su katana. ¡Antes no pudiste cortarme la cabeza!—»
«—Tengo que usar todo el cuerpo, no solo los brazos. Desde la cabeza hasta los dedos de los pies—» La sangre no dejaba de salir de su boca, cosas como los movimientos bruscos no ayudaban realmente «—Olvida todo dolor y ataca. No basta con mi mejor golpe. ¡Necesito cien veces más fuerza!—» Entonces, la cicatriz en su frente comenzó a arder, cambiando también su forma a la de una llama de verdad. Sus ojos se tornaron completamente blancos, y un gran gritó de su parte no se hizo esperar. Gyutario vio sorprendido como el cabello del omega se volvía rojo brillante, asimilando también la forma de una llama encendida.
«—Maldita sea. Este omega me va a cortar la cabeza—» La katana avanzaba con facilidad y rapidez, llegado casi a la mitad de su camino «—No pasa nada. Aunque me corte la mía, basta con que mi hermana mantenga la suya. Acabaré con este primero—»
Yendo con Zenitsu y Daki, ambos ya habrían recorrido todo el suelo dentro de lo que antes fue el distrito rojo. El cielo era iluminado con la estela de Zenitsu, pero la velocidad con la que había empezado comenzaba a disminuir. El cuello de la demonio apenas y se había rasgado un poco, pero para todo el tiempo que ya llevaban, no había conseguido casi nada.
«—Ya no tengo fuerza—» Sus piernas dolían bastante, y sin ser capaz de realizar más posturas, estaba comenzando a tener una gran desventaja.
—Antes de que me cortes la cabeza, ¡te cortaré en mil pedazos!— Pero en cuanto sus obis fueron estirados para tratar de matarlo, estos mismos fueron cortados con rapidez «—¿Qué? ¡Mi hermano le atravesó el corazón!—» Quien había cortado sus obis había sido Inosuke, que pese a que se encontraba presumiblemente muerto, él había vuelto a la pelea.
—¡No subestimes mi flexibilidad!— Él, pese a la gran herida sangrante en su pecho, actuaba igual que siempre —¡Mover un poco mis órganos es pan comido! Y me crie en las montañas. ¡EL VENENO NO ME AFECTA!— Y de inmediato sus katanas fueron hasta el cuello de la demonio, cortando parte del mismo.
—¡HERMANITO!— Llamó, en busca de ayuda —¡HAZ ALGO, HERMANITO!—
Mientras con Gyutaro, la cosa no era distinta «—Tengo que usar las hoces de sangre—» Pero sus pensamientos no servirían de nada, pues los tres hermanos utilizarían las fuerzas que les quedaban para hacer lo imposible.
Entre gritos, sangre y sudor, las cabezas de ambos hermanos demonios salieron volando por la fuerza utilizada, logrando matarlos. La estela de rayo de Zenitsu se esfumo en ese instante, al igual que el fuego de Tanjiro, haciendo caer a todos los presentes, completamente exhaustos, al suelo.
Las cabezas de ambos hermanos rebotaron por los escombros, rodaron por el suelo, cada vez disminuyendo más la velocidad, hasta quedar una frente a la otra, mirándose fijamente. Y desde el techo de una casa que milagrosamente no se había derrumbado aún, las esposas de Uzui miraban todo desde una distancia segura. A Suma, la esposa más joven, se le iluminaron los ojos, mientras se aguantaba las ganas de llorar.
—Se las cortaron... ¿Se las cortaron?— Casi no se podía ver nada, debido al humo provocado por el fuego —¡Se las cortaron!—Ella saltó, alegre de la victoria —¡Se las cortaron, Hinatsuru!— Celebró, levantando el cuerpo de la nombrada, que estaba agotada debido al veneno que ella misma había ingerido. —¡Contémplalo desde el hoyo!—
—¿Tú sabes lo que estás diciendo?— Le regaño Makio, antes de darle un golpe en la cabeza —¡Idiota!—
—¡Ay!—
—Espera. Pasa algo raro— Advirtió Hinatsuru.
Pero mientras que Tengen trataba de recuperar el aire perdido en la pelea, Tanjiro ya no era capaz de eso. El veneno rápidamente recorrió su cuerpo, podía sentir como moría lentamente. Su respiración era irregular, no solo por el cansancio, si no que también por que el veneno casi ya no le permitía respirar adecuadamente.
«—Tengo que respirar para frenar el veneno—» Su visión se estaba volviendo oscura y distorsionada «—He de retrasar la propagación—» Su menté apenas y se mantenía estable, pero sus ojos, pese a la borrosidad, estaban relativamente bien «—¿Qué? Está diciendo algo—» Veía como Uzui le decía algo, pero no era capaz de escucharlo «—¿No le cortamos la cabeza?—» Su cuerpo empezó a tambalearse, cada vez veía peor «—Uzui-Sama está diciendo algo—» Su mente apenas y era capaz de entender la reacción de Tengen, que a sus ojos eran realmente lentas.
—¡¡¡CORRE!!!— Del cuerpo de Gyutaro comenzaron a salir una cantidad ridícula de hoces de sangre, que termino por destruir casi en su mayoría el distrito. El fuego se expandió, creando muchísimo más caos.
[•••]
—¡AH!— Murata y Aoi sujetaban con fuerza a Giyuu, quien parecía haber enloquecido de la nada —¡MIS HIJOS! ¡¿DÓNDE ESTÁN?! ¡AH!— El Pilar del Agua jalaba sus cabellos con fuerza, mientras trataba de soltarse.
—¡GIYUU-SAN!— Aoi lo abrazaba con fuerza, casi llorando por el estado en que se encontraba el mayor—¡POR FAVOR, CALMESE!—
Luego de que Murata se quedara consolando a Giyuu, este había empezado a sentirse sofocado, por lo que al momento de haber salido a tomar aire, su corazón comenzó a ir a mil. Era un milagro que todavía no le diese un paro cardiaco, pero eso no quitaba el riesgo. Murata tuvo que disculparse un millón de veces con Shinobu por haberla molestado tan tarde en la noche, pero en cuanto la beta sintió el pulso de su amigo, casi de inmediato lo trató de controlar. Aunque lo que nadie se esperaba era que comenzará a gritar de la nada, asustando a todos. Shinobu se fue a buscar una medicina especial que tenía guardada, por lo que los otros dos betas tuvieron que agarrar al omega mayor, evitando a toda costa que se lastimara.
—¡GIYUU, REACCIÓNA!— Murata daba gracias de que fuera un beta, sin duda no soportaría las feromonas si es que estas se encontraban descontroladas —¡LOS CHICOS ESTÁN BIEN, DEJA DE GRITAR!— Estaba desesperado, al igual que Aoi y Shinobu, que seguía escuchando los gritos incluso estando en una habitación alejada del resto.
Las niñas estaban en otra habitación junto a Kanao, aterradas y preocupadas por el omega que ellas querían mucho. Kanao las abrazaba a las tres, tratando de calmarlas lo mejor que podía, pero los gritos de Giyuu no hacían más que sacarles las lágrimas a las cuatro.
—¡AQUÍ LO TENGO!— Shinobu volvió a la habitación en la que estaba Giyuu, con una jeringa en la mano —¡SUJETENLE EL BRAZO!— Ambos betas obedecieron y enseñaron uno de los brazos de Giyuu, quien no paraba de agitarse como pez fuera del agua. Shinobu presionó un poco el brazo con sus dedos, encontró la vena y clavó la aguja —Bien, Tomioka-San. Es hora de dormir—
Giyuu seguía agitándose, pero en cuestión de segundos ya se había detenido. Su cuerpo dormido fue puesto en una de las tantas camas del lugar, logrando que las demás niñas salieran finalmente.
—¿Qué era eso, maestra?— Aoi limpiaba las lágrimas de Giyuu con un pañuelo.
—Era un sedante. Es fuerte, pero muy difícil de crear, por lo que solo lo utilizó en emergencias. Con esto, no despertará hasta mañana, aun así el efecto se mantendrá por unas horas más— Explicó —Es tarde, pueden irse todas a dormir —Pero las chicas no parecían querer irse de allí, estaban muy preocupadas.
—Señora Shinobu— La llamaron las niñas, quienes todavía no paraban de llorar —¿Podemos quedarnos aquí, con Giyuu-San?—
—Claro, pero deben de dormir— Con eso, todas asintieron y se recostaron en las camas de alrededor. Aún así, estaban todas seguras de que aquella noche no dormirían —Tú también puedes hacerlo. Él estará feliz de verte una vez que despierte—
—¿Va a estar bien?— Murata estaba muy preocupado.
—Eso dependerá de él. Esperemos que para mañana todo se encuentre mejor—
[•••]
Uzui respiraba pesadamente, apenas y logrando recuperar el aire perdido. Todo su cuerpo dolía y el veneno comenzó a avanzar nuevamente, algo que ya no era capaz de detener. Miró el cuerpo decapitado del demonio Gyutaro, sabiendo que ahora ya no había peligro. Pero rápidamente aquel pensamiento se fue por el caño al ver como pequeñas hoces de sangre daban vueltas por el cuello cortado del demonio.
—¡Kamado!— Llamó, sabiendo que debían salir de allí —¡Levántate!— Pero el menor no parecía escuchar, estaba más concentrado en ralentizar el veneno y respirar, cosa que no era capaz de hacer correctamente —¡Corre! Aún no se termino— Se trató de levantar, pero el cansancio en su cuerpo era mucho más —¡¡¡CORRE!!!—
El cuerpo de Gyutaro comenzó a agitarse con fuerza, liberando al momento una cantidad enorme de sus hoces. Estas eran de un gran tamaño, y parecían ser más rápidas que las que el propio demonio manejaba.
Lo poco, casi nada, que quedaba del distrito fue destrozado en segundos. Y todos los que se encontraban cerca fueron expulsados al cielo con fuerza. Si las mismas hoces no los mataban al costarlos en pedazos, definitivamente la altura lo haría.
Estando en el aire, Nezuko salió de su caja. Ella estaba enojada de la notable amenaza a sus hermanos y a las esposas del Pilar. Así que, con las venas bien marcadas en su cara, creó un remolino con su propio fuego rosa, envolviendo las hoces hasta que ya no quedaba nada, iluminando lo que antes era el distrito rojo.
[•••]
Tanjiro abrió sus ojos lentamente, sintiendo los parpados realmente pesados. Le tomo unos segundos enfocar bien su visión, topándose con el rostro preocupado de su hermana pequeña —Nezuko— Apenas y podía hablar, estaba cansado, demasiado cansado. Su mirada se fue hasta el paisaje, contemplando como lo que antes era un lugar completamente hermosos, ahora se encontraba en completas ruinas. El fuego hace mucho que fue extinguido, por lo que ahora, la única iluminación que tenía era la luz de la misma luna —Es terrible...— Estando un poco más despierto, se sentó sobre la tierra —Está todo destrozado— En cambio, Nezuko solo deseaba cariños por parte de su hermano mayor, así que froto su rostro con el de Tanjiro, buscando lo anterior mencionado —¿Me salvaste tú? Gracias— Acarició los azabaches cabellos de su hermana, liberando sus feromonas —¿Dónde están los demás?— Recordó de la nada a sus otros hermanos. Trató de levantarse, pero sus piernas fallaron, haciéndolo caer «—No puedo moverme—» Sus piernas temblaban fuertemente «—No, espera. ¿Cómo puedo moverme? ¿Cómo sigo vivo?—» Aquel detalle lo desconcertó, se supone que el veneno tendría que haberlo matado «—Me envenenó—»
—¡Tanjiro!— Salio de sus pensamientos en cuanto escuchó un grito desesperado llamándolo
—¡Es Zenitsu!— Se sintió aliviado de solo escucharlo.
—¡Tanjiro!— Lo volvió a llamar, teniendo la voz rota, definitivamente estaba llorando —¡Ayuda!— Trató de moverse para poder ir con su hermano, pero sentía pesadas y entumecidas las piernas. No obstante, pese al pequeño tamaño de la menor, ella fue capaz de levantarlo por sobre sus hombros. La pequeña Nezuko comenzó a ir directo hasta donde se encontraba su otro hermano, guiándose con la voz del mismo —¡Tanjiro! ¡Desperté con dolor en todo el cuerpo!— Estaba con sus ojos fuertemente cerrados, con las lagrimas corriendo por sus mejillas y los mocos asomándose por su nariz —¡¿Tengo las piernas rotas?! ¡¿Por qué?! ¡¿Quién me hizo esto?!— Estaba confundido, adolorido y aterrado —¡Duele! ¡Y me da miedo mirar!— Sus piernas ardían como el infierno, no quería mirar por temor a no verlas realmente.
—¡Zenitsu!— Saltó en cuanto pudo, acercándose más rápido así —¡Qué alivio! ¡Estás bien!—
—¡No estoy bien!— Lloró más fuerte —No estoy bien pero Inosuke está peor— Aquello lo helo, ¿Su hermanito, en un peor estado? —El sonido de su corazón es cada vez más débil...— Su voz se rompió nuevamente, ahora llorando al escuchar el corazón de menor ir cada vez más despacio.
—¿Dónde está Inosuke?— No creía, pero si podía ayudar, lo haría.
—Ahí, ahí— Señaló con su dedo, sin abrir los ojos por su temor antes dicho.
Tanjiro lo vio, a lo lejos se veía el cuerpo de Inosuke sobre uno de los escombros, recostado sobre estos y dejando sus piernas colgando. De tan solo verlo, de inmediato el olor de su sangre llegó hasta su nariz. Nezuko lo volvió a llevar en su espalda, yendo así hasta su otro hermano.
—¡Inosuke!— Llamó, pues el beta se encontraba casi inconsciente —¡Aguanta, Inosuke!— Estaba al borde de las lágrimas. ¿Y cómo no estarlo? El pecho de su hermano menor había sido atravesado, tal vez logró salvar sus órganos internos, pero el veneno se extendió rápidamente por su cuerpo, coloreando su piel de un violeta para nada hermoso, similar a las marcas que tenía Tengen —¡Inosuke!— Deseaba todo, menos la muerte de otro de sus seres queridos. Inosuke era su hermano, su hermanito. Incluso si no los unía la sangre, estaban unidos por algo mucho más fuerte.
Su mano temblaba ante el contacto con el pecho de Inosuke. El miedo era una perra que se adentraba en tu mente, haciéndote imaginar horribles escenarios, cada uno peor al anterior «—Sus latidos son cada vez más débiles. Hay que anular el veneno—» Sabía que debía hacer, pero no sabía hacerlo, aumentando así cada vez más su miedo «—¿Funcionara la luz del sol?—» Miró al cielo, topándose con la luna, no habiendo chance de que amaneciera pronto «—Pero aún no amanece. ¿Qué hago? ¿Le envío un cuervo a la señora Shinobu? ¿Uno a mamá?—» Estaba desesperado, tenía a su hermano moribundo en sus brazos «—No. Será tarde. Si no hago algo ahora, Inosuke morirá—» Las lágrimas comenzaron a caer por sus mejillas «—¿Cómo sobreviví yo? ¿Por qué solo yo? Jamás me lo perdonaría. No sería capaz de ver el rostro de mamá o de Zenitsu nuevamente—» Y nuevamente para su sorpresa, la menor posó lentamente su mano sobre el pecho abierto de su hermano, envolviéndolo enseguida con sus llamas rosas «—La piel envenenada está volviendo a la normalidad—» Veía asombrado como el fuego de Nezuko quemaba la piel envenenada, regresándola a su color natural. Una vez que ya no quedaba ni un solo rastro de veneno, la menor retiro su mano, disminuyendo la cantidad de fuego hasta que no quedaba nada.
—Tengo hambre. Denme de comer— Fue lo primero que dijo, completamente ajeno a su casi muerte.
—¡Inosuke!— Las lágrimas en sus ojos no paraban de salir, pero ahora eran de completa felicidad y alivio, no dudando en abrazarlo —¡Qué alivio! ¡Qué alivio!—
—Para ya. Qué asco— Realmente no le disgustaba, pero el contacto que tenía con su madre era muy diferente al que tenía con sus hermanos.
[•••]
—¡No! ¡No te mueras!— Gritaba Suma, la esposa más joven de Tengen —¡No te mueras, Tengen-sama!— No podía parar de llorar —Aguantaste hasta el final. ¡Ganaste! ¡No te mueras!— El alfa albino estaba sentado en el suelo, apoyando su espalda en algunos escombros. Su piel estaba casi en su totalidad de aquel color violeta característico del veneno. Sus esposas habían puesto vendas en su cabeza y en su brazo, cubriendo la herida provocada por su mano perdida, pero aún así, el veneno había vuelto a avanzar, por lo que las vendas evitando que siguiera corriendo sangre eran inútiles. Las tres mujeres estaban al borde de las lágrimas, no deseaban ver morir a su esposo, no cuando ahora eran libres de todo cargo, gracias a la promesa que se habían hecho hace unos años —¿Qué hacemos con el veneno de un demonio?— Makio luchaba por retener sus lágrimas, aquel no era momento de llorar, debían de pensar en como salvar a su amado esposo —El antídoto no funciona. ¡No es justo, Dios!— Ella no dejó de llorar en todo momento, completamente dolida.
—Tengo una última cosa por decir...— Apenas y era capaz de hablar, el veneno casi cubría todo su rostro —En toda mi vida...—
—Si deja que muera, ¡no volveré a rezarle!— Amenazó Suma a Kami-Sama —¡No se lo perdonaré!—
—¡Cállate! ¡Tengen-Sama está hablando!— Ordenó Makio, enojada por la actitud de Suma, quien no había dejado de gritar —¡Te llenaré la boca de piedras, idiota!— Estaba tan enojada que trató de cumplir con su amenaza, tratando de meter una piedra en la boca de la omega, quien liberaba sus feromonas olor a durazno, que estaban bastante agrías.
—¡Cállense las dos!—Hinatsuru estaba enfadada con ambas, pues como siempre, no dejaban de hacer ruido.
—Makio es mala conmigo— Suma alejaba lo mejor posible la piedra que estaba a nada de entrar en su boca. Mientras, la alfa de flequillo rubio no parecía querer detenerse.
—¡Cállate, idiota!—
«—¿En serio?—» Tengen no parecía sorprendido, ya que conocía bien la personalidad de sus esposas. Solo que no se esperaba una pelea entre ellas, estando él a nada de morir «—Voy a morir sin poder decir nada—»
—¡Paren!— Hinatsuru trataba de calmarlas.
«—El veneno me está paralizando la lengua—»
«—¡Paren!—» Makio no se detenía, llegando al punto de soltar sus feromonas con olor a naranjas.
«—¿Y ahora qué?—» ¿Realmente así moriría, sin poder despedirse?.
—¡No te quejes!—
«—Antes podía haber dicho algo—» Sus esposas estaban moviéndose tanto, que algunas piedritas caían sobre su «—¿En serio?—» Volvió a preguntarse, escuchando como las tres peleaban, mesclando sus feromonas en el aire.
Entonces, y para sorpresa de ellos, Nezuko apareció, saludando con su manita levantada. Las chicas la miraron, nerviosas al darse cuenta de que era un demonio. La pequeña, completamente inocente, posó su mano sobre uno de los brazos de Uzui, solo para envolverlo en su fuego rosa al igual que con Inosuke. Aquello asustó por completo a las tres esposas del Pilar.
Suma agarró a Nezuko, con la sangre hirviendo de la rabia —¿Qué haces? ¿Quién eres tú?— Interrogó, fulminando a Nezuko —¡Es muy pronto para incinerarlo! ¡Aún no está muerto!— Mientras ella le gritaba a la pequeña, el veneno en el cuerpo de Tengen desaparecía sin dejar rastro alguno —Te azotaré el trasero. Me hiciste enojar— Amenazó, zarandeando a Nezuko.
—Espera— Ellas lo miraron, quedando impresionadas de ver a su esposo completamente nuevo, sin ningún rastro de veneno en su cuerpo —¿Qué significa esto?— Pidió una respuesta a su recuperación —El veneno desapareció— Estaba feliz, pero nervioso a la vez.
—¡Tengen-Sama!— Las tres se lanzaron a abrazarlo lo más rápido que podían, aliviadas de no haber perdido al hombre que amaban.
—Qué alivio. De verdad— Ellas lloraban, pues no podían hacer más que eso en esos momentos. Tengen las miró sorprendido, ya que, además de Suma, nunca las había visto llorar de esa forma, aferradas a su ropa, asegurándose de no perderlo.
—Siento haberlas preocupado— Les mostró una dulce sonrisa, liberando algunas feromonas para calmarlas, estando ya todo bien. Él no dudo un segundo en abrazarlas, pese a su dolor, lo que más necesitaba ahora era estar con ellas.
—Creo que la Técnica de Demonio de Sangre de Nezuko quemó el veneno— Le llamó la atención Tanjiro, quien no dudó en acariciar el cabello de su hermana —Aunque no estoy muy seguro— Nezuko se sintió superior por unos momentos —No cura las heridas, así que no se mueva. Me alegro de que se encuentre bien—
—¿Esto es posible?— Estaba impresionado, pero nervioso también —Estoy confundido—
—Gracias...— Suma no dejaba de llorar, importándole poco los mocos que escurrían por su nariz.
—Tú tampoco deberías moverte o morirás. No quiero que Tomioka traté de matarme por no cuidar de sus hijos—
—Gracias— Volvió a agradecer la omega.
—¡Tanjiro!— Tengen se movió un poco, tratando de levantarse en cuanto escucho aquella voz que conocía bien. Sus esposa, que seguían llorando, lo miraron, preguntándose el porqué del tan repentino interés en su esposo —¡Nezuko!— La voz de Zenitsu se volvió a escuchar, el pelirrojo miró a su hermana.
—Ve a buscarlos, deberíamos estar todos juntos— La pequeña asintió, solo para irse corriendo en busca de sus hermanos. En un rato trajo consigo a Inosuke, que apenas y podía moverse. Dejándolo en el suelo, volvió a irse a por su otro hermano.
—Hey, chico jabalí— Llamó Makio, sonriéndole —Buen trabajo—
—Claro que buen trabajo, soy Inosu_— Pero comenzó a toser en ese instante, teniendo que quitarse la máscara por la repentina sofocación que sintió. Tanjiro le dio algunos golpecitos en la espalda, ayudándolo a soltar todo.
—No hables y descansa, eres el que peor se encuentra— Tanjiro lo abrazó, tratando de que no se enojara por recibir ordenes, cosa que milagrosamente funciono, pues Inosuke realmente se sentía mal —Calma. Pronto estaremos con mamá otra vez— Calmó a su hermano menor, que estaba realmente cansado, asiéndolo dormir sobre su pecho como solía hacerlo Giyuu.
—Vaya...— Las mujeres estaban impresionadas, no solo de la bella cara de Inosuke, si no también el como Tanjiro lo había calmado y puesto a dormir en segundos.
—Eres increíble...— Hinatsuru miraba como el omega acostaba lentamente a su hermano en el suelo.
—No es nada. Mamá siempre lo hace dormir, así que hice igual— Cubrió la cabeza de Inosuke con su máscara nuevamente —No le gusta que vean mucho su rostro, así que tratamos de que la cabeza de jabalí este en su sitio en todo momento— Les mostró una sonrisa a las mujeres, quienes respondieron igual.
—Serás una gran madre, Kamado— Uzui le sonrió —Tomioka hizo un buen trabajo con ustedes. Espero que tanto tú como tus hermanos sigan su ejemplo—
—Estoy seguro de que lo aremos bien—
—¡Tanjiro!— Se volvió a escuchar. Todos miraron a la dirección en la que Nezuko venía corriendo, trayendo sobre su espalda a su otro hermano mayor, Zenitsu.
—¡Mmm!— Ella lo dejó con cuidado en el suelo, solo para buscar cariño del mismo.
—Gracias, hermanita— Zenitsu le acarició sus cabellos, lo hacía lentamente, pues todo el cuerpo le dolía, en especial las piernas.
—¿Te sientes mejor?— Tanjiro se le acercó, agarrándolo de las mejillas para verle el rostro —Estas lleno de sangre. El olor es horrible—
—¿Horrible? Yo tuve suerte de no quedar sordo con tremendo estruendo— Se limpió la sangre con su kimono, viendo como Nezuko lo levantaba nuevamente —¿A dónde vas?—
—Iré a buscar las cabezas. No puedo relajarme hasta comprobarlas. Tú e Inosuke se quedaran aquí con Uzui-Sama y sus esposas. Ambos están muy mal—
—Esta bien. Te llamaré en cuanto lleguen los Kakushi— Tanjiro asintió, solo para marcharse sobre la espalda de su hermana.
Durante el trayecto, miraba a todas partes, tratando de captar cada olor que pasaba por su nariz. El olor que más destacó entre todos fue el de quemado, ya que todo había ardido en llamas.
—Por allí, Nezuko. Huelo sangre de demonio— Le señaló, siendo obedecido por la pequeña. Llegando al lugar, se asomó un poco, logrando ver un gran charco de sangre, que era la fuente del olor «—¿Es un charco? De sangre de demonio—» Lanzó una piedra a este, verificando que era seguro «—Bien. Ya no ataca—» Se acercó a este, y comenzó a recolectar la sangre para enviársela a Tamayo «—Conseguí sangre de una Luna Creciente—» Entonces, de la nada apareció una gatita color calicó, que se le acercó a Tanjiro, en busca de la sangre —Llévasela a Tamayo— Guardó con cuidado la muestra en la pequeña mochila que traía consigo el animal —Cuento contigo— Acarició la cabeza de la gatita, antes de que esta misma se marchara, desapareciendo ante sus ojos. Nezuko nuevamente lo llevaba en su espalda, recorriendo todo en busca de las cabezas de ambos hermanos demonios «—No hay nadie—» Estaba aliviado, ya que no había victimas además de las que mató Daki por su cuenta «—Parece que las señoras ahuyentaron a todos. Qué alivio—» Entonces, su aguda nariz volvió a detectar un olor, al que sin querer se acostumbro —Por aquí, Nezuko. Ve por ahí— Le señaló con el dedo a donde debía ir «—El olor a demonio es más fuerte—» Sabía que estaban cerca.
[•••]
—¡No debiste dejar que esos dos inútiles te cortaran la cabeza!—
—¡Tú estabas mirando! ¿Por qué no me ayudaste?— Ambos hermanos estaban confundidos por los gritos.
—Estaba peleando contra un Pilar— Respondió Gyutaro.
—¿Y qué?— Daki estaba enojada —¿Por qué no lo mataste? Haberle roto el cráneo—
—Era mi intención— Era bastante notorio el enojo que sentían —Pero el omega de los aretes sobrevivió e iba a matarlo a él primero. Tú no hiciste nada de nada. Podías haber matado al Pilar—
—Pues haberme controlado. Pero no hiciste nada. Bajaste la guardia—
—¡Cállate!—
«—Siguen vivos. Y están discutiendo—»
—Si te haces llamar Creciente, derrota a dos heridos sin ayuda, tonta—
«—Pero están desapareciendo—»
—¡El tonto eres tú!—
—¿Perdón?—
Ambos recuperaron el aire perdido, pues ya llevaban un buen rato peleando, culpando al otro. Daki soltó unas cuantas lágrimas —Alguien tan feo como tú no puede ser mi hermano. ¡De seguro no tenemos la misma sangre! ¡No nos parecemos! ¡Inútil!— Sin saberlo, sus palabras rompían cada más el corazón de su hermano —Tu única virtud es ser fuerte. No tienes nada más. Si pierdes, no vales para nada. ¡Eres un inútil feo y nada más!— Gyutaro se aguantó las lágrimas, prohibiéndoles siquiera asomarse en sus ojos.
—¡Cierra el pico!— Le gritó, sorprendiéndola —Tú sola habrías muerto hace siglos. ¿Sabes lo mucho que te ayudé?— Interrogó, pero no esperaba una respuesta —La inútil eres tú. Eres débil y no sabes hacer nada. No sé por qué te protegí todo este tiempo. De no ser por ti, mi vida sería distinta— Sus lágrimas comenzaron a correr, importándole poco a su hermano —Si tú no existieras ¿Por qué siempre tengo que limpiarte el trasero?— Tanjiro comenzó a correr hacía ellos —¡Ojalá no hubieras naci_— Fue entonces que su boca fue tapada por la mano callosa del omega. Gyutaro se sorprendió enormemente por aquello, pero como ahora no era más que una cabeza desintegrándose poco a poco, no podía apartarlo.
—Es mentira. En realidad no piensas eso. Es todo mentira— Los ojos de la albina seguían derramando gruesas lágrimas —Llévense bien. Los hermanos no se pueden reemplazar. Nadie los perdonará por lo que hicieron. La gente a la que mataron siempre los odiará. Nadie se pondrá de su lado. Así que, al menos no se insulten entre ustedes— Pidió en tono suplicante, provocando más lágrimas en la demonio.
—¡Cállate!— Comenzó a llorar más fuerte que antes, no evitando gritarle a Tanjiro —¡No nos des sermones, mocoso! ¡Vete! ¡Vete de aquí!— Cada vez su cabeza se desintegraba más y más —Qué rabia. Qué rabia. ¡Haz algo, hermanito!— Lo llamó, aterrada —No quiero morir, hermanito. ¡Hermanito! Herma...— Pero ya no fue capaz de seguir hablando, pues su cabeza ya se había desintegrado por completo.
—¡Ume!— Gyutaro solo fue capaz de decir aquel nombre nuevo para el omega «—Es verdad. Mi hermana se llamaba Ume. No Daki. Daki es un nombre horrible—» A su mente llegaban memorias viejas «—Aunque Ume también lo era. Se lo pusieron por la enfermedad de la que murió mamá—»
Rashomon Gashi. Nacimos en la peor zona del barrio rojo. Los niños son una molestia, porque hay que darles de comer. Estuve a punto de morir varias veces antes de nacer y, cuando nací, solo era un estorbo, así que casi me matan otras tantas. Pero aún así sobreviví. Tenía el cuerpo débil como una rama de árbol, pero sobrevivía como podía. Insecto. Inepto. Idiota. Cobarde. Inútil. Se burlaban de mi voz y de mi aspecto. Me llamaban sucio y me lanzaban piedras. Era como si todos los insultos del mundo estuvieran hechos para mí. Era feo y sucio, sí. Siempre estaba lleno de mugre y caspa. Apestaba y tenía pulgas. En el barrio rojo, donde la belleza lo es todo, me odiaban aún más. Era como un monstruo. Cuando tenía hambre, comía ratas e insectos. Mi único juguete era la hoz que olvidó un cliente. Pero algo empezó a cambiar en mí cuando nació Ume. Ume, estaba orgullosísimo de ti. Incluso cuando eras muy joven, a los adultos ya les sorprendía tu belleza. Yo descubrí que se me daba bien pelear y empecé a trabajar como recaudador. Todo el mundo me repudiaba y temía. Era reconfortante. Me enorgullecí de mi fealdad. Tener una hermana tan bella como tú hizo desaparecer mi complejo de inferioridad. Creí que nuestra vida cambiaría para bien. Hasta que cumpliste los 13 años. Ume cegó con un pasador a un samurái que vino como cliente. Como castigo, la ataron y quemaron viva. Yo no estaba allí. Cuando volví del trabajo, la encontré carbonizada.
—¡NO! ¡NO! ¡NO!— Sujetaba el cuerpo carbonizado de su hermana menor, que milagrosa o desafortunadamente, todavía se mantenía con vida —¡NO ME QUITES A MI HERMANA! ¡¿NUNCA ME DISTE NADA Y AHORA ME LA QUITAS?! ¡NO LO PERDONARE! ¡NO TE LO PERDONARÉ! ¡DEVUÉLVEME A MI HERMANA! ¡LOS MATARÉ A TODOS Y CADA UNO DE USTEDES, MALDITOS DIOSES!— No era capaz de soltar el cuerpo de su hermana, y estaba tan alterado que solo podía gritar, maldiciendo a cada Dios existente por su desgracia. Tristemente, el mismo samurái que lastimó su hermana apareció, cortando gran parte de su espalda con su katana.
—¿Es él?—
—Sí, así es— Contestó una mujer, dueña de la casa en la que se encontraba Ume, la responsable de su estado actual —Se lo agradezco. Me quita un problema de encima. Era muy violento. Lastimaba a los clientes y últimamente estaba imparable. Lamento lo sucedido con Ume, pero le avisaré si encontramos a una chica linda. Este... Respecto al dinero...—
—Espera. Primero me aseguraré de que muera— Agarró con fuerza su katana, con la intención de matar a el pequeño Gyutaro. Pero lo que no esperaba, era que el pequeño de cabellos negros saltó de una manera impresionante, solo para clavar su hoz en el ojo de aquella señora, dejando helado al samurái.
—Llevas un buen kimono...— Había matado a aquella mujer al instante —Estás limpio y tienes la piel tersa. De seguro comes cuanto quieres y duermes en una cama limpia y mullida. Es así desde que naciste, ¿No?— Interrogó, sin mirarlo ni por un momento —Tu casa te protege de la lluvia y el viento. Qué envidia— Comenzó a temblar levemente —Qué envidia...— Repitió, cada vez más enojado —Perdiste un ojo, pero sigues teniendo todo eso, así que...— El samurái corría hacia él, queriendo matarlo, pero a cambio, Gyutaro volvió a saltar, solo para cortar la mitad de su cara, matándolo al instante —no te quejes...—
Minutos después, y cargando con el cuerpo de su hermana, caminaba por las frías y vacías calles del distrito. No le importaba, pero de igual forma se sentía impotente de que nadie saliera a ayudarlos siquiera. Dejaron simplemente a su hermana, la más bella del distrito, morir en aquella zanja como si fuese un animal cualquiera.
—“Nadie nos ayudaría. Como siempre. Era nuestro pan de cada día. Nunca nos ayudaba nadie”—
«—Empezó a nevar—» Debido al cansancio, su cuerpo desnutrido, débil y con frío, cayó sobre el de su querida hermana, quien ya estaba a nada de dejar este mundo.
—“Siempre se nos ponía todo en contra”—
«—¿Por qué?—» Buscaba respuestas a su desgracia «—¿No se alternan la buena y la mala suerte? Podrían pasarnos cosas buenas y malas por turnos—»
—¿Qué les pasó? Pobrecitos— La voz de un hombre que no conocía le llamó la atención —Como soy tan bueno, no puedo ignorarlos— Aquel hombre traía consigo los cuerpos de dos hermosas mujeres, que ya se encontraban sin vida. Había sangre escurriendo de su boca, algo que solo era aclarado por la gran mordida que había en una de las piernas de otra mujer —Esa chica morirá pronto— Él mostraba una tranquila sonrisa, además de poseer unos ojos únicos, pues sus orbes eran como un arcoíris —Les daré sangre. A ambos. Si él los elige, se convertirán en demonios— Soltó uno de los cadáveres como si fuera basura —La vida es algo precioso. Tienen que valorarla— Extendió su mano hacía ellos —¿Podrán convertirse en demonios y llegar a ser una de las Lunas Crecientes, como yo?— En sus ojos estaba escrito “Sexta Creciente”, reemplazando sus pupilas.
—No me arrepiento de haberme convertido en demonio. Me convertiré en demonio aunque reencarne. No toleraré la felicidad de otros. Seré Gyutaro y se las arrebatare como si me la debieran. Pero si tuviera que elegir algo de lo que sí me arrepiento es de que quizás para Ume sea distinto. De haber estado en un local mejor, quizás serías oiran. De haber tenido buenos padres, quizás serías una hija normal. De haber nacido en una buena familia, quizás serías una muchacha refinada. Tu personalidad absorbe la de los demás. Te volviste así por que te crie yo. Te enseñe a roban antes de que te robaran. Cegaste a aquel samurái, pero de haberlo obedecido, quizás se te hubiera abierto otro camino. Mi único pesar eres tú, Ume—
[•••]
—¿Dónde estoy? ¿Es el infierno?— Miró a todas partes, solo topándose con un gran paisaje completamente negro de no ser por la neblina que se visualizaba.
—¡Hermanito!— Él la miró sorprendido —Odio este sitio. ¿Dónde estamos? Quiero irme. Haz algo—
—Ese aspecto...— Ella se veía como su yo de 13 años, cuando todavía era humana. Gyutaro se sintió raro de verla así, pero no dijo más, solo comenzó a caminar.
—¿Se sale por ahí?—
—No me sigas más...— Ume se sorprendió un poco ante esto.
—¿Por qué?— Entonces, pareció darse cuenta de algo—¡Espera! Yo...—
—¡No me sigas!—
—¿Te enojaste por lo de antes?— Gyutaro había comenzado a caminar nuevamente —Lo siento. Perdóname— Sus bellos ojos azules se aguaron —¡No pienso que seas feo! Es que estaba enojada porque perdimos. No quería admitir que perdimos por mi culpa— Las lágrimas comenzaron a correr por sus mejillas —¡Lo siento! No peleé bien. Si hubiera sido más útil, no habríamos perdido. Siento ser un estorbo constante. ¡Hermanito!— Lo llamó de vuelta. Gyutaro no quería ni mirarla, y no es porque la odiara o estuviera enojado, la razón era que, a espaldas de Ume, se encontraba la luz. Una luz que no lo esperaba a él o a ambos, si no que solo a su hermana, Ume.
—Tú y yo ya no somos hermanos...— Le dolió el corazón de solo decirlo, pero debía hacerlo. Era la única forma de que su hermana tuviese el futuro feliz que tanto se merecía —Yo iré hacia este lado. Tú ve hacia el otro. Hacia la luz...— Ella estaba desconcertada, pero no estaba enojada. Al contrarió, corrió hacia él a subirse sobre su espalda —¡Eh!—
—No. No quiero. No pienso soltarte— Ella lloró, abrazando cada vez más fuerte a su hermano —¡Me quedaré contigo! ¡Seré tu hermana toda las veces que reencarnemos! ¡Todas!— Gyutaro la escuchaba bien, temblando ligeramente —No me odies. No me regañes. No me dejes sola. Si me abandonas, no te lo perdonaré— La culpa comenzó a invadirlo —Estaremos siempre juntos. Eres horrible. ¿No recuerdas que lo prometiste?— Sus ojos comenzaron a aguarse, de solo recordar una promesa de hace casi 100 años —¿Te olvidaste?—
—“Si estamos juntos, somos invencibles. El frío y el hambre no son nada. Te prometo que estaremos siempre juntos. Nunca me alejaré de ti. ¿Ves? Ya no tienes que tener miedo”—
Aquella promesa fue hecha hace años, mucho antes de siquiera ser demonios. Ambos se juraron estar siempre juntos, sin importar qué. Gyutaro se quedó en completo silencio, escuchando a su hermana llorar. Él lentamente le sujetó de las piernas, acomodándola sobre su espalda, para comenzar a caminar lentamente otra vez. Ume seguía llorando, cada vez más fuerte, pero no era por el miedo, si no por casi haber perdido a su hermano. A ella no le importaba que cada vez estuviesen más cerca del fuego, que ella sabía perfectamente de donde era. Abrazando más fuerte a su hermano, ambos se adentraron a las llamas del infierno, el castigo justo por todas las vidas que habían arrebatado en todos los años que vivieron como demonios.
Tanjiro y Nezuko vieron como de la cabeza de Gyutaro ya no quedaba nada, únicamente las cenizas, las cuales fueron llevadas al cielo por el vientos —Espero que se reconciliaran...— Nezuko lo miró, asegurándole que todo estaba bien —Se terminó— Ambos se quedaron mirando el cielo por unos momentos más, antes de volver a por sus hermanos —Estoy agotado—
—Ya veo. La Sexta, ¿Eh?— Las esposas de Uzui miraban con enojo a aquel invitado indeseado —Es la Creciente de menor nivel. Pero derrotaste a una Creciente, aunque fuera la Sexta. Eso hay que celebrarlo. Aunque fuera la Sexta. Te mereces un elogio— A Iguro Obanai, el Pilar de la Serpiente, no le interesaba el estado en el que se encontraba su compañero.
—No me interesa que me alabes tú— Trató de no hablar tan alto, ambos hermanos todavía dormían, estando Zenitsu durmiendo sobre él, con algunas lágrimas ya secándose en sus ojos.
—¡Exacto!—Suma se le unió.
—Llegas bastante tarde— Makio apenas y contenía su enojó.
—¡Sí! ¡Llegas tarde! ¡Tardón!— Se le acercó para apuntarlo con el dedo. Pero en cuanto Kuburamaru, la serpiente mascota de Obanai, mostró sus colmillos de forma amenazante, ella saltó al pecho de su esposo, provocándose algo de dolor y despertando a Zenitsu de la sorpresa —¡Qué miedo!—
—Perdiste el ojo y la mano izquierda en un combate con la Sexta Creciente. ¿Cuánto tardarás en reincorporarte?— Zenitsu lo miró a los ojos, curioso por su respuesta —¿Y quien te sustituirá mientras tanto?—
—Yo me retiro— Zenitsu parecía sorprendido, pero a la vez aliviado—Ya no puedo pelear más. El patrón lo permitirá—
—Ni hablar— Lo fulminó con la mirada —Yo no lo permito. Mueren demasiados jóvenes antes de estar preparados y el puesto de Rengoku aún sigue vacío. Incluso alguien como tú nos es útil. Pelea hasta morir—
—Te equivocas— Las chicas se peleaban por quien tendría más atención, pero de Zenitsu —Sí que hay jóvenes preparados. Aunque su madre no sea de tu agrado—
—No puede ser— Había tardado unos segundos en darse cuenta —¿Él sobrevivió a esta batalla? ¿Kamado Tanjiro?— No se lo podía creer, en especial si se trataban de los hijos de Giyuu.
—No solo él— Abrazó más a Zenitsu, quien se sonrojó por aquello —Sus hijos, los cuatro, son realmente increíbles. Arriesgaron sus propias vidas, protegiéndome a mi y a mis esposas en el proceso. No tienes nada malo de que hablar de ellos, o de Tomioka— Le mostró una sonrisa arrogante, que solo lo irritó más de lo que ya estaba. Sus esposas también le mostraron una sonrisa burlesca, mientras que Zenitsu no se atrevía a desafiarlo.
—Oye. ¿Ese no es uno de sus mocosos?— Señaló a Zenitsu con el dedo, algo que les molesto a todos, ya que eso era una falta de respeto.
—Así es. ¿No es lindo?— Le dio un beso, ayudándose de la mano que le quedaba. Obanai sintió un poco de asco, ya que Zenitsu no le parecía para nada lindo, pero decidió quedarse callado por esa vez, para conservar la paz.
[•••]
—Con que derrotaron a una Luna Creciente. Bien hecho, Tengen, Tanjiro, Nezuko, Zenitsu e Inosuke— Pero sin importar su alegría, una horrible tos lo invadió de inmediato, asustando así a los cuervos que le habían dado la reciente noticia.
—Señor Kagaya— Su esposa, una bella mujer albina de ojos violetas, estaba preocupada y un poco asustada.
—Cien años. La situación llevaba cien años sin cambiar— Escupió algo de sangre por la boca —Pero hoy lo hizo —Ella le entregó un pañuelo para que se limpiara la boca —Amane—
—¿Sí?— Pero él volvió a toser.
—¿No lo ves?— Buscó con su mirada los ojos de su esposa —Esto es una señal. El destino se puso en movimiento. La onda se expandirá— Su cuerpo temblaba, la piel morada que cubrió sus ojos hasta dejarlo ciego se expandió por más partes de su cuerpo, cubriéndole casi todo el brazo izquierdo —Engullirá a sus alrededores y los agitará. Hasta alcanzar a ese hombre— Un sudor frío corría por su rostro —Muzan Kibutsuji. Te derrotaremos nosotros. Nuestra generación— Sentenció, apenas logrando hablar —Eres la única mancha en nuestra familia— Tosió nuevamente, preocupando a sus hijas que acababan de entrar en su habitación.
—Vayan a hervir agua. Y preparar medicinas y trapos— Ordenó a sus hijas —¡Rápido!—
—¡Padre!—
—¡Padre!—
[•••]
—Cómo duele— Tengen era ayudado por sus esposas a caminar, siendo Hinatsuru quien se aseguraba de que no se cayera de espaldas.
—No deberías llevarme en tus brazos. Vas a sentir más dolor— Zenitsu trató de bajarse, pero como antes, Tengen se lo prohibió —No otra vez, Uzui-Sama—
—Soy Tengen. Y tampoco puedo dejarte caminar. Mira como tienes las piernas—
—Pero mire como está usted— Ambos se regañaron con la mirada. Uzui, aprovechando que con la mano que le quedaba apoyaba la espalda del omega, jaló con fuerza la mejilla de este —¡Uzui-Sama!—
—Yo ya perdí la mano. Tú podría perder las piernas si no son tratadas enseguida. No podrías moverte de todos modos—
—Tengen-Sama tiene razón— Zenitsu miró a Hinatsuru por sobre el hombro del mayor —Tus piernas están en muy mal estado. Además, él es muy terco, por lo que tratar de convencerlo es una perdida de tiempo—
—¡Hey!— Ellas rieron ante esto
—Pero aún así lo amamos— Continuó Suma, creando unos segundos de silencio —¿Eh?—
—Suma tiene razón— Agregó Makio —En eso estoy de acuerdo—
—Así es— Entonces volvieron a reír, siendo acompañadas esta vez por su esposo.
—¿Y tú, Zenitsu-San?— Suma, al igual que las demás, estaban intrigadas, querían escuchar un “Te amo” directo de sus labios.
—¡Ah!— Zenitsu se sonrojó enormemente, sacándole otra risa las mujeres —Yo...— Había liberado un poco de sus feromonas, asustándolo en cuanto se dio cuenta —¡Perdón! Mis feromonas son horri_
—Makio-San, sus feromonas huelen muy bien— Suma estaba feliz.
—Así es. Al menos no nos causan dolores de cabeza—
—No digan eso. Las feromonas de Tengen-Sama también huelen bien— Regañó Hinatsuru, la esposa mayor —Aunque las feromonas de Zenitsu-San no son tan fuertes—
—Te lo dije— Le susurró en el oído, dándole un pequeño escalofrió por el tono utilizado—No vayas a llorar de nuevo, por favor—Pidió, al notar los ojos aguados del menor, cosa que llamo la atención de las mujeres.
—U-Uzui-Sama— Llamó al albino, quien se sorprendió luego de ser besado por Zenitsu —Yo lo amo—
—A-ah...— Los ojos se le aguaron, preocupando a Zenitsu.
—Uzui-Sama, no lloré, por favor— Le limpió las lágrimas con sus mangas —Usted es un hombre excéntrico. Las lágrimas no son lo suyo—
—Zenitsu-San— Él miró nuevamente a Hinatsuru —Gracias—
El omega tardó un poco en darse cuenta de el porqué le agradecían. Él se acurrucó en el pecho de Uzui, disfrutando de su tacto cálido. Se sintió de maravilla, pues ahora finalmente tenía a esa persona que tanto deseaba en su vida. Todavía estaba conmocionado por todo lo ocurrido, ciertamente no se esperaba ser aceptado tan rápidamente por aquellas mujeres tan hermosas que fácilmente podrían opacarlo o hacerle la vida imposible. Pero allí estaban, agradeciéndole por no solo hacer feliz a su esposo, si no que también, agradecían por ser felices al igual que su amado esposo.
Pero, ¿Por qué ellas no estaban enojadas o celosas? Aquello era fácil. Desde hacía un buen tiempo que los cuatro sentían que necesitaban a alguien más. Lo intentaron por mucho tiempo, pero los omegas que buscaban, o no aceptaban su tipo de relación, o trataban de alejar a Tengen de ellas. Se habían rendido hace tiempo, solo esperando a que el destino hiciese lo suyo.
Tal vez no lo parecía, pero ellas tenían una mentalidad casi idéntica a la de su esposo. Para ellas, Zenitsu era la luz que habían buscado y esperado por tanto tiempo. En cuanto su esposo les contó lo sucedido con el omega, en vez de sentirse enojadas, estaban tan emocionadas que casi no se contienen de gritar.
Sin duda, aquella noche había sido tanto la peor como la mejor de sus vidas.
Chapter 14: Uzui Tengen, un hombre con tres esposas y ¿Tal vez cuatro?
Chapter Text
—Iré a buscar las cabezas. No puedo relajarme hasta comprobarlas. Tú e Inosuke se quedaran aquí con Uzui-Sama y sus esposas. Ambos están muy mal—
—Está bien. Te llamaré en cuanto lleguen los Kakushi— Tanjiró asintió, solo para marcharse sobre la espalda de su hermana.
Luego de que Zenitsu ya no fuese capaz de ver a su hermano, se volteó para ver al otro. Inosuke no parecía querer despertar en un largo tiempo, cosa que le alegraba, pues todos estaban cansados. Con delicadeza posó su mano sobre el pecho de este, escuchando como los latidos de su corazón ya no eran tan débiles. Tal vez no estaba sano del todo, pero el saber que estaba bien y con vida, le bastaba.
—Bien hecho, Inosuke—
—Zenitsu— Rápidamente se tensó, de solo haber escuchado la voz de Tengen llamándolo.
—Uzui-Sama— Lo miró un poco nervioso, sintiendo una presión en el pecho al verlo tan lastimado —Qué bueno verlo bien— Habló como pudo, ya que la mirada de sus esposas no ayudaba mucho. De solo verlas, le recordaban aquella noche que juró olvidar y enterrar en lo profundo de su corazón.
—Zenitsu— Para la sorpresa de él y de las mujeres, Tengen se levantó como pudo, solo para acercarse lo suficiente y atrapar a Zenitsu en un abrazo —Dios, no tienes idea de lo feliz que estoy de verte bien— También quiso abrazarlo, pero en cuanto vio como ellas estaban sorprendidas, rápidamente lo empujó a como se encontraba desde un inicio —¿Qué_—
—¡No debería hacer eso!— Volvieron a sorprenderse, pero ahora por sus gritos —¡Mire como se encuentra! ¡No se lancé de esa forma a los brazos de otras personas! ¡Esta rodeado por sus esposas!— Le importaba poco que ellas pensasen mal de él, no podía dejar las cosas así —¡Sea más consiente de ellas! ¡Les a dado el susto de su vida!— Lo miraba sorprendido, pues no se esperaba que comenzara a regañarlo como si fuese un niño.
—¿Y? ¿Va a quedarse allí en silencio como un tonto? ¡Abrace a sus esposas!—
Los cuatro se abrazaron entre ellos, con los ojos bien abiertos y sin despegarlos de Zenitsu, quien sonrió satisfecho. Makio, Suma y Hinatsuru estaban sorprendidas, pues ni ellas se atrevían a regañar a su esposo, o al menos no de esa forma. Internamente lo admiraron de inmediato.
—¿Cual es tu nombre?— Las tres esperaron entusiasmadas la respuesta.
—Soy Agatsuma Zenitsu. Perdón por esa escena— Se rascó la nuca un poco nervioso, pero de inmediato comenzó a sentir un horrible dolor en las piernas —¡AGH!— Movió sus piernas con fuerza, pese a que ya le dolían bastante, era un maldito calambre.
—¡Zenitsu!— Nuevamente Tengen se le acercó, ayudándolo a estirar las piernas, notando como la sangre se estaba secando, pero también como los músculos de sus piernas se contraían fuertemente —Esta bien. Ya pasara— Zenitsu comenzó a llorar del dolor, aguantando las ganas de gritar.
—Tengen-Sama— Hinatsuru le entregó una pequeña bolsa —Dele esto—
—Sí— Sacó con cuidado una de las tantas pastillas que se encontraban en la bolsa, acercándola a los labios de Zenitsu —Toma esto, aliviara tu dolor— No hizo falta pensarlo dos veces para agarrar la pastilla con la boca y disolverla. Tardó un poco, pero a los minutos sus piernas ya estaban adormecidas por el medicamento, permitiéndole respirar nuevamente —¿Te sientes mejor?—
—Sí...— Golpeó un poco sus piernas para asegurarse. Ya no sentía dolor, solo podía sentir la presión del golpe —Bien, ya no siento dolor. Muchas gracias— Agradeció con una reverencia a las tres y luego a Tengen.
—No te muevas muchos. Ahora las tienes adormecidas, pero luego ya ni eso sentirás— Advirtió Suma, abrazando el brazo de Tengen.
—Sí. Quédate sentado hasta que lleguen los Kakushi—
—Esta bien...— Volvió a mirar a Inosuke —¿Si se despierta, podrían dale medicina a él también?—
—Claro— Le entregaron la bolsa —No te pongas nervioso— Rio un poco Makio.
—Lo siento. Es que...— Cubrió su rostro con vergüenza, sacando una risa a los presentes —Es que ustedes son muy lindas...—
—Tú también lo eres— Dijeron las tres a la vez, sorprendiéndolo.
—¡Solo mira que linda carita!— Suma le agarró las mejillas, mostrándole una gran sonrisa —¡Tu alfa debe ser muy afortunado!—
—No lo asustes, Suma— Tengen la calmó —Me temo que Zenitsu todavía no tiene a alguien—
—¿En serio?— Volvieron a emocionarse las tres, dándole a entender a su esposo que es lo que querían.
—¿Qué?— No las comprendía, ¿Por qué se emocionaban?.
—Podríamos invitarlo a comer a casa— Dio la idea Hinatsuru —¿Usted que dice, Tengen-Sama?—
—No parece una mala idea— Sonrió, agradeciendo que sus esposas fuesen copias de él —¿Ustedes están de acuerdo?— Interrogó a sus otras dos esposas, quien sonrieron en respuesta.
—¡Me gusta la idea!—
—Claro que sí— Rieron un poco, confundiendo más al omega.
—¿Y tú que dices, Zenitsu?— Preguntó el albino, sacando de sus pensamientos al rubio.
—¿Eh?—
—¿Te gustaría venir a comer algún día con nosotros?— Hinatsuru se le acercó, solo para tomar sus manos, sonrojando a Zenitsu —Di que sí, por favor. Queremos agradecerte por habernos salvado—
—Pero yo no...— Estaba sorprendido —¿Por qué?—
—Nos salvaste la vida a todos. Mataste a los demonios—
—Pero yo no lo hice solo ¿Y mis hermanos?—
—Te queremos invitar solo a ti— Le sonrieron todos. Pero Zenitsu volvió a sentir un horrible dolor, solo que esta vez en el pecho.
—¡Ah! ¿Estás bien?— Suma se preocupó al verlo comenzar a llorar —No llores, por favor— Se le acercó para abrazarlo, pero Zenitsu se alejó, aprovechando que ya no sentía las piernas.
—¿Qué tienes?—
—¿Estás bien, mocoso?—
—Zenitsu— Notó como las lágrimas que se habían asomado por sus ojos comenzaban a correr por sus mejillas.
—Yo— Trató de limpiarse las lágrimas, pero fue inútil, pues parecía que cada vez habían más —Yo ¿Acaso no lo saben...?— Las tres mujeres parecían confundidas—¿Ustedes no lo saben...?—
—¿De qué hablas, querido?— Hinatsuru también se le acercó tratando de calmarlo. Pero nuevamente este se alejó.
—Yo.... Lo siento tanto— Se inclinó ante ellas, de una forma en la que suplicaba perdón —Lo siento...—
—Tengen-Sama, ¿Por qué él se está disculpando?— Tengen las miró un poco triste.
—Bueno...— Había decidido decirles la verdad, pero el mismo Zenitsu se lo impidió.
—¡Es culpa mía!— Exclamó de la nada, sorprendiéndolos nuevamente —¡No importa que les diga, todo es mi culpa!— Lloró más fuerte que antes —¡No me merezco el perdón de ninguna de ustedes! ¡Pero aún así debo pedirlo!—
—Tengen-Sama. ¿Qué ocurre?—
Él suspiró —Makio. Suma. Hinatsuru. Temo haber hecho algo que...podría perjudicarnos— Ellas se aterraron un poco, pues el llanto de Zenitsu no hacía más que inquietarlas —Lo siento. Me acosté con Zenitsu hace unas semanas— Un grito ahogado se escapó del nombrado.
—¡Es mi culpa, lo juró! ¡Yo lo obligue!— Ellas estaban sorprendidas, Zenitsu sintió unas feromonas de olor a naranja, lavanda y durazno, que sorprendentemente no estaban agrías.
—¿Es usted un idiota?— A Makio no le importó hacer tal pregunta.
—¡Ah!—
—¡Pudo habernos dicho que ya encontró al omega que buscaba!— Le regañó, tal y como lo había hecho Zenitsu antes —¡Y nosotras preocupadas de que hubiese hecho otra estupidez!—
—Dios. Cada día, el divorcio parece la solución a nuestras vidas— Hinatsuru apretó el puente de su nariz, como si aquello ya se lo esperara —Al menos no lo embarazó. Todavía es muy joven—
—Casi se casa hace unos años— No le importó haberlo dicho —¡Y ustedes tampoco deberían darme esos sustos! ¡Pensé que realmente se enojarían!—
—¡Claro que nos hubiésemos enojado, pero solo si dejaba embarazada a una de esas perras a las que se les “olvida” que ya tienes tres esposas! ¡Al menos él ya lo sabía!—
—Ya, cálmense— Como siempre, Hinatsuru era quien se encargaba de calmar a todos —Zenitsu-San está confundido—
—No te preocupes, Zenitsu-San. No estamos enojadas— Le aseguró Suma.
—Con tal de que este idiota no te haya embarazado tan joven, nos basta— Insultó Makio, olvidando que hablaba de su esposo.
—Así es— Hinatsuru le mostró una dulce sonrisa —No hay nada de lo que preocuparse—
Zenitsu las miraba sorprendido. ¿Nada de lo que preocuparse? ¿Acaso estaban hablando en serió? Las lágrimas no dejaban de correr por sus mejillas, y gracias a la dirección del viento, ninguno era capaz de oler sus feromonas asquerosas. Cubrió sus ojos, sin querer mirar a ninguno. Pese a las cosas que le habían dicho, no dejaba de sentirse culpable. En su mente solo estaba el recuerdo de la noche en la que Tengen le fue infiel a sus esposas con un omega tan horrible, asqueroso y patético como él.
Realmente no se lo podía creer. Ya le habían mentido en la cara en el pasado, por lo que había una alta probabilidad de que ellas no estuviesen realmente felices por el engaño de su esposo, algo que podría ponerlo en peligro nuevamente. En su mente solo estaba la cara de las personas que lo lastimaron, culpándolo de la muerte de sus bebés que ya habían negado. Los golpes, insultos, humillaciones y perdidas volvieron a su mente. Las burlas de las personas que serían su nueva familia, el despertar en el frio suelo, con sangre en su ropa y todavía con sus bebés muertos dentro de su vientre eran los recuerdos que lo atormentaban cada noche.
Temía volver a enamorarse, volver a embarazarse y volver a perder todo lo que le había costado tanto conseguir en tan solo unos segundos. Y todo por una sola persona, a la cual decidieron creer antes que él.
Mizuki. Taro. Taiki. Mami. Harubi. Taiga. Takumi. Kokoro. Kenji. Kumi. Yuko. Chizuru. Kurumi. Tantos nombres, y nunca tuvo la oportunidad de darle a sus hijos los nombres más hermosos que existieran. Por Dios, ni siquiera tuvieron una sepultura digna. Un simple hoyo en el suelo en medio de un bosque era donde descansaban sus pequeños cuerpos. Solo un simple palo adornado con una manta desgarrada marcaba el lugar en donde se encontraban.
¿Por qué diablos recordaba todo aquello ahora? ¿Acaso era por el temor a volver a vivir lo mismo? Seguramente se trataba de aquello. Ellas, las esposas de Uzui, se veían... No. Eran unas mujeres muy amables y respetuosas. Pero ya había visto la doble cara de tantas personas que decían amarlo, que le era casi imposible no desconfiar de ellas.
Sus manos fueron hasta su plano vientre, tratando de proteger lo que ya no se encontraba allí. El rostro de aquellas personas, su futura familia, volvían a su mente como si los acabase de ver. Sus suegros, ambos viniendo de familias adineradas. Su ex prometido, un hombre que estaba a nada de cruzar la puerta de los treinta, y la única persona que lo trató con humanidad —Si es que negar a sus hijos y luego golpearlo hasta casi matarlo se podría considerar humanidad— Sus cuñados, hermanos menores de su ex prometido, cada uno casado con hermosas y hermosos omegas que sentían envidia de Zenitsu, no solo por ser el primero en embarazarse —Cosa sorprendente tratándose de un omega recesivo— Sino que también por ser el prometido del hijo mayor, lo que le daba más autoridad, estando solo por debajo de sus suegros.
Toshio. Aquel nombre volvía una y otra vez a su mente. Su prometido era un hombre muy apuesto, con un nombre que solo lo confirmaba. Era el hombre al que amo en secreto por años. Fue un gran asombró para él que su amor fuese correspondido, pero pensándolo mejor, había sido de una forma rara. Él se había metido a la pequeña habitación que le asignaron cuando le dieron el trabajo. Su celo estaba presente, y sus feromonas sorprendentemente lograron cautivar a aquel alfa de ojos lima.
Recordaba cómo corría a sus brazos, dándole así la bienvenida de vuelta a su hogar luego de las exhaustivas reuniones. Debía admitir que extrañaba el amor que le daba. El como cada noche hablaba con su vientre plano hasta que comenzó a abultarse. Recordaba las primeras patadas, y el como irrumpió la oficina de su prometido, en donde también se encontraba su suegro, para que pudiera sentir a sus hijos.
Las lágrimas de felicidad de Toshio al sentir a sus hijos dando vueltas era una de las cosas que siempre recordaría pese a todo lo sucedido. La alegría que irradiaba era genuina. No podría borrar nunca de su mente sus palabras.
Eiki y Momoka Fujiwara, sus bien vestidos suegros. Gente nacida en cunas de oro, con dinero desde el tiempo de sus abuelos. Eran personas influyentes en el pequeño pueblo en el que vivían. Su suegro era el alcalde del pueblo, además de tener varios restaurantes a lo largó de todo Japón. Mientras que su suegra poseía tiendas de ropa, siendo los vestidos de novia su especialidad.
Yu, Ren, Tadashi, y Kazuo, sus cuñados, hombres jóvenes, pero que en su tiempo no lo trataron bien hasta saber que estaba embarazado de quienes serían sus primeros sobrinos. Fueron buenos con él después de saber todo, pero se notaba su incomodidad a la hora de hablar con él. Se veían entusiasmados con la idea de ser tíos, y lo llenaron de regalos para sus hijos. Más todavía cuando se enteraron que serían dos.
Itsuki, Chiyo, Mana y Sora, sus cuñadas y cuñado políticos, esposas y esposo de sus cuñados. Personas que también nacieron y crecieron en cunas de plata, pues para el oro no alcanzaban. Eran omegas hermosos, dignos de estar en una familia tan influyente como esa. Al menos ellas eran educadas, a diferencia de Sora, quien se la pasaba insinuando que solo estaba con Toshio por su dinero. Se notaba su disgusto de estar casado con el hijo menor, cuando todas en un principio se habían fijado por el mayor.
Al principió, no sabía porqué sus suegros mostraban un claro favoritismo entre él y sus cuñadas. Tardó, pero al final se dio cuenta. Sus suegros eran personas que cuidaban lo mejor posible su estatus, asegurándose y estando felices de los omegas que sus hijos habían escogido, siendo todos de familias acomodadas. En cambió él, era un huérfano. Un niño adoptado y devuelto al año. Alguien que no valía la pena.
Todo el mundo se lo recordaba, él no era nadie. Un omega incapaz de embarazarse, no es un omega. En su tiempo, esas palabras eran su pan de cada día, siendo de esa forma la razón por la que todo el pueblo lo conocía. ¿Al menos su hermana si pudo vivir cómodamente? Claro que sí, pues ella no fue devuelta como él.
Espera ¿Su hermana? Claro, tenía una hermana gemela. Una mujer omega normal, muy hermosa cabe recalcar. Ella tuvo la suerte de quedarse con sus actuales padres, personas con dinero, que se encargaron de cumplirle todos y cada uno de sus caprichos, dejándolo de lado.
Risa, aquel era el nombre de su hermana, algo que estaba seguro, había olvidado. Ella siempre fue una niña mala, malcriada y berrinchuda. Una niña que se aprovechaba de su hermosura para obtener lo que quería a toda costa. Por Dios, incluso logró que mataran a otra niña del orfanato por tener un vestido más lindo que los de ella, simplemente diciéndoselo a algunos adultos del pueblo, quienes se encargaron de hacer sufrir a la pobre niña para luego dejarla desangrarse en medio del bosque. Él escuchó cada cosa, los gritos, llantos y suplicas de la pobre niña, que terminó traumatizado con sus agoniosos intentos de pedir ayuda. A su hermana, por otra parte, simplemente se deleito cuando encontraron a la pequeña sin vida a la mañana siguiente. Ella incluso asistió al funeral con su ropa, sin dejar de sonreír, y aprovechando la fuerte lluvia para reír un poco.
¿Había tratado de decirle a alguien? Claro que sí, pero nadie quería creerle. “Das asco. Aunque es normal que un falso y asqueroso omega como tú le tenga envidia. Ni siquiera puedo creer que ambos sean hermanos” Continuó tratando de que lo escucharan, pero se detuvo en cuanto lo amenazaron con su propia vida.
Risa Agatsuma era su nombre. Aquel apellido era el de sus padres adoptivos. Decidió conservarlo al no haber ya nadie que le impidiera hacerlo. Era una hermosa rosa con filosas espinas. Una manzana podrida por dentro, pero hermosa por fuera. Siempre tuvo cuidado con ella, pero también estaba pendiente, pues pese a todo, seguía siendo su hermosa hermana mayor.
No era más que una mocosa malcriada que le restregaba todo lo que tenía en la cara, recordándole cada que podía “Nunca en tu vida podrás tener todo lo que yo tengo ahora” ¿Su hermana era la responsable de volver al orfanato? Probablemente, pues solo hablaba de la increíble vida de ser hija única. ¿Su hermana fue la responsable de cada cosa mala en su vida? Totalmente. Supo de inmediato que todos los rumores fueron iniciados por ella, celosa de su hermano menor por casi ser parte de la familia a la que nunca se pudo acercar antes. ¿Ella era la esposa de su ex prometido? Sí, sí, y sí. Cada pregunta era contestada con un sí. Ella era la desgraciada, la razón de la perdida de sus hijos.
¿Y luego de todo, Toshio no la aguantó y le era infiel? Obviamente, pues ellos no eran esposos, solo un par de extraños compartiendo la misma cuenta de banco. Podría decir que la infidelidad de Toshio era el castigo de ella, pero estaría mintiendo. Seguramente ella lo sabe, tal vez ella le incitó a que se encamara con cualquiera.
Tratándose de Risa Fujiwara, cada cosa le debía ser perdonada. De todos modos, sus ex suegros prefirieron a una arpía como ella, antes de quien les daría a sus primeros nietos.
—¡Zenitsu!— Reaccionó de la nada, el grito de Tengen lo sacó de sus pensamientos —¡Reacciona!— ¿Cuánto tiempo llevaba allí, recordando su vida? No lo sabía, pero a juzgar por el rostro de Tengen, de Makio, Suma y Hinatsuru, seguramente había sido mucho tiempo —¿Estás bien? ¿Te duele algo? ¿Mandó a buscar a Tomioka?—
—Uzui—Sentía como su rostro estaba empapado de lágrimas, que Tengen trató de limpiar con su ahora única mano —To... shio—
Tanto para Tengen como para sus esposas, aquel nombre era nuevo, tal vez se trataba de uno raro o único. Tengen se hizo una idea de a quien podría pertenecerle aquel nombre, pero no quiso sacar especulaciones apresuradas. Los cuatro se preocuparon bastante, podían ver en los ojos de Zenitsu algo que no podrían explicar. Pero se veía aterrado. Realmente aterrado.
Notaron como él volvía a envolver sus brazos al rededor de su plano vientre. Aquella acción la habían notado antes, pero no fue hasta que la volvió a hacer que finalmente le decidieron dar importancia.
—¿Qué sucede? ¿Te duele el vientre?— Tengen estaba preocupado, así que no tuvo mejor idea que sentar a un traumado Zenitsu en sus piernas, cosa que no le importó para nada a sus esposas —¿Necesitas más medicina?— Trató de abrazarlo, creyendo que así lo calmaría, pero a cambio, solo recibió un intento de alejarse por parte del rubio. Las chicas también trataron de calmarlo liberando un poco de sus feromonas, pero nada parecía funcionar. Es más, incluso parecía que Zenitsu solo se asustaba más con sus intentos de calmarlo «—Mierda ¿Qué puedo hacer?—» Estaba un poco desesperado. Zenitsu no parecía mejorar. Y el que pareciese que no era capaz de reconocerlo, era otra razón por la cual estar asustado «—¿Esperó hasta que lleguen los Kakushi? ¿Envió mi cuervo a por Tomioka? ¿Esperó a Kamado? ¿Qué diablos se supone que haga?—» Sus esposas notaron como él también comenzaba a desesperarse, sus feromonas solo lo confirmaban.
Para Zenitsu, este se encontraba completamente aterrado. Su mente le había jugado una mala pasada. Veía en Tengen a Toshio. Los ojos color vino fueron remplazados por los lima que admiró una vez. Y las feromonas que se supone eran de tres olores distintos, solo eran pinos y almendras para él.
Escuchaba la voz de Toshio, y veía sus rasgos marcados. Su cabello corto negro, siempre peinado a un lado. Su corta barba que trataba de mostrar perfecta todo el tiempo. Sus gafas color negro que resaltaban sus ojos, y su voz grabe que lo hacía temblar simplemente de escucharla. Ya no veía a Tengen, veía a Toshio.
Era igual a como lo recordaba. Se veía tan bien como siempre. Pero se sentía más asustado que aliviado. Recordaba la golpiza que la había dado una vez se confirmó la muerte de sus bebés. Él ya estaba casado con su hermana.
Qué hermoso recuerdo de ver a tu propia hermana casándose con el amor de tu vida, el día de tu boda, ocupando tu vestido y maquillaje.
—Tengen-Sama— Llamó su atención Suma —¿Por qué no intenta preguntarle?—
—¡Idiota!— Makio le jaló el cabello —¿Cómo piensas que vaya a responder en ese estado?—
—¡Ay!—
—Makio— Llamó Tengen, haciéndola parar —No es una mala idea, de hecho— Ella se sonrojó un poco por la vergüenza, solo para soltar los pelos de Suma lentamente —Veamos si funciona— Acercó su boca al oído del menor, provocándole un pequeño temblor por la cercanía —Zenitsu. ¿Qué estas recordando?— Interrogó justamente en su oído, pues conocía su buena audición, y el menor no parecía capaz de escucharlos antes —¿Quien es Toshio?— Zenitsu pareció reaccionar con aquel nombre, pues las lágrimas habían vuelto, solo que no tantas como antes.
—Toshio... Risa...—
«—Mierda, ahora tendré que preguntar por esa otra persona» ¿Quiénes son ellos? ¿Quiénes son Toshio y Risa?— Zenitsu guardó silenció, cada vez abrazando su vientre con más fuerza.
—Tengen-Sama, no creo que vaya a_—
—Risa, mi hermana Risa— Habló finalmente, sorprendiéndolos.
—¿Tenías una hermana? ¿Dónde está ella ahora? «¿Acaso Tomioka sabe de esto?—»
Y, nuevamente para sorpresa de ellos, Zenitsu finalmente pareció reaccionar. Las chicas se les acercaron, en busca de confirmar lo anterior. Él se sonrojó un poco por la cercanía, y más luego de notar en donde estaba sentado. La curiosidad de Uzui era mucho mayor a su alivió, por lo que no dudo en preguntar otra vez.
—Zenitsu— El nombrado lo miró, todavía un poco sonrojado —¿Quien es Toshio?—
—Oh, Toshio...— Pronunció aquel nombre con tristeza, pero a la vez con odio, cosas que fueron captadas muy bien por Tengen —Él era mi prometido— Comenzó a relatar, capturando la curiosidad de las mujeres —Ya lo sabes, estaba embarazado de él, pero perdí a mis bebés. Él y su familia me culparon, pero lo hicieron después de negarlos. Toshio, junto a su familia, creyeron en los rumores creados por una chica que me tenía envidia. Creí que me amaba pero a la primera mentira se casó con otra, el día de mi boda...— Abrazó su plano vientre, ahora dándole a entender a las chicas el porqué de sus acciones —Perdón, los estoy molestando con mis estúpidos problemas— Se limpió las pocas lágrimas que comenzaron a salir de sus ojos —Puede bajarme ya, no quiero molestar a sus esposas— Quiso alejarse de Tengen, pero este mismo lo atrajo a su pecho para abrazarlo. Las chicas, quienes no tenían problema alguno con las acciones de su esposo, se sorprendieron mucho al ver como Zenitsu trataba de alejarse desesperado del mayor —¡Uzui-Sama! ¡Suélteme!— Parecía que en cualquier momento lloraría —¡No quiero enojar a sus esposas! ¡Suélteme! ¡Por favor!— Estaba aterrado, no quería volver a pasar por tanto maltrato otra vez —¡Por fa_—
—Esta bien...— Hinatsuru acarició su cabeza con cariño, la razón por la cual Zenitsu se calló —No nos molesta, al contrario, nos hace muy feliz saber que nuestro esposo te quiere...— Liberó alguna de sus feromonas lavanda para calmarlo —No pienses mal de nosotras, por favor. No vamos a hacerte nada malo—
—Así es— Makio le frotaba la espalda para relajarlo —Todo esta bien—
—No sigas llorando, por favor— Suma le limpió las lágrimas con sus pulgares —Se te van a hinchar los ojos—
—¿Ya lo ves? Ellas son igual o más tercas que yo. No importa lo que digas, no las harás cambiar de opinión— Makio lo empujó hasta dejarlo recostado nuevamente sobre el pecho del mayor —Mira eso. Incluso quieren que estés más cerca mío. No hay nada de lo que preocuparse— Lentamente Zenitsu se fue acomodando en su pecho —Hinatsuru, tus feromonas parecen haberle dado sueño— Las tres rieron un poco ante esto.
—Creo que esa era la idea— Volvió a acariciar la cabeza del pequeño omega, mientras este la observaba —Puedes dormir, debes estar cansado. Hiciste un increíble trabajo peleando, te mereces un buen descanso—
Zenitsu parpadeó un poco, todavía sin creerse que ellas fuesen tan amables. Miró a Tengen por unos segundos, él le mostraba una sonrisa cansada, pero hermosa y comprensiva «—Tal vez esto no sea tan malo—»Sus parpados se sentían pesados, por lo que los cerró, listo para dormir gracias a las feromonas olor a lavanda que se sentían en el aire.
Tengen y sus esposas estaban totalmente encantados con la vista que tenían, Zenitsu durmiendo tranquilamente les calentaba el corazón. Los cuatro se miraron, sabiendo que en sus mentes estaba exactamente la misma idea. El futuro parecía ser muy prometedor.
[•••]
Aclaración de NAZURI14: Me di cuenta de que algo no quedó bien claro (para mí luego de releer) y es que no explique bien cómo Zenitsu quedo embarazado.
Nuestro bello Omega comenzó a trabajar en la mansión Fujiwara cuando tenía unos 12 añitos. Él se dedicaba a limpiar las habitaciones y la oficina de Toshio cuando este no se encontraba.
Un día que el bastardo de Toshio volvió más temprano de lo normal, se topó con una hermosa escena de un bello Zenitsu (con uniforme de sirvienta correspondiente a su trabajo) limpiando con mucha dedicación y cuidado el estante de libros que se encontraba detrás del escritorio, por lo que Zenitsu no podía verlo.
Él estaba tan metido en su labor que tampoco lo escuchó, por lo que se asustó enormemente en cuanto este le habló.
Toshio cautivo el corazón de Zenitsu con su belleza y amabilidad, terminando así siendo su amor platónico por tres años.
Un día, cuando había comenzado a trabajar jornadas completas y a vivir en una pequeña habitación de la mansión, Zenitsu entra en celo y se encierra en su cuarto. Dejó una nota indicando su situación y pidiendo perdón a la familia por los días en los que no trabajaría.
Toshio, un poco preocupado, decide llevarle por su cuenta algunos supresores para calmarlo y aliviarlo. La cosa es que luego de sentir las feromonas de Zenitsu, siendo estas de un olor a vainilla empalagoso, de inmediato abrió la puerta con la llave de repuesto que tenía.
Zenitsu se sorprendió bastante al ser atrapado con sus dedos dentro de su entrada, pero poco importó después de que fuese rápidamente penetrado por el alfa, estando apenas preparado para semejante miembro que entró en él.
Toshio fue duro con él, pero calmó su dolor con caricias y besos. Ellos comenzaron una relación secreta poco después, y muchas veces el mayor irrumpía en su cuarto a plena noche.
Pasado algunos pocos meses, Zenitsu calló el malestar que comenzaba a sentir con tal de no molestar a nadie. Ignoraba completamente las ganas de vomitar y el hambre que se hacía presente de la nada.
Un día, y por algún casual de la vida, descubre finalmente que esta embarazado, y su primera reacción es ir a decírselo al padre. Irrumpió la oficina de su amado, y con temor y un poco de alegría, contó sobre su residente descubrimiento.
Fue toda una sorpresa que Toshio saltara y llorara de la alegría, pero fue aún más cuando ese mismo día lo presentó como su prometido, pidiéndole así matrimonio frente a sus padres.
Chapter 15: Dolor al corazón
Chapter Text
—Giyuu, debes calmarte. Sé que piensas que no es verdad, pero te aseguro de que ellos están bien. Por favor, sólo siéntate un rato— Le suplicaría Murata, quien le miraba caminar de un lado a otro por la gran puerta de entrada. La cojera de Giyuu por su lesión en la pierna eran evidentes, pero eso no le impedía dar vueltas de un lado a otro en espera de que el tiempo pasase más rápido.
Incluso con las miles de veces en las que Murata le había asegurado de que todos estaba bien, pues así supuestamente lo decían los cuervos, él simplemente no podía mantenerse quieto. Sentía algo, su pecho dolía. Había algo que Murata claramente no le estaba diciendo, de lo contrario no sentiría quedarse sin aire al igual que la noche anterior, en la cual había llegado el aviso de la gran hazaña realizada por sus hijos. Estaba orgulloso, definitivamente que lo estaba, pero era la preocupación la que dominaba su ya atormentada mente.
Llevaba muchos minutos del mismo modo, su pierna comenzaba a arder como el infierno mismo, pero nada de eso se comparaba con el dolor que sentía en el alma. Había algo. Definitivamente había algo que no le habían dicho, su omega interno se lo aseguraba.
Definitivamente algo les había pasado a sus hijos en el camino.
Al poco tiempo comenzaron a llegar sus compañeros Pilares, razón por la cual la mirada de todos recayó sobre él. Sintió sobre su nuca la furiosa mirada de Sanemi, que sin razón aparente le odiaba más de lo que ya lo hacía sólo por mostrarse preocupado. Y al Murata notarlo nuevamente se le acercaría, sujetándolo de los hombros esta vez para que le mirase.
—Escucha, todo va a estar bien. Respira y relájate—
—No puedo. Murata, te juro que no puedo— Le respondería al borde del llanto, y las pocas lágrimas que apenas y habían salido de sus ojos fueron rápidamente limpiadas por los pulgares del beta.
—Shh... Tranquilo, no llores— Pero el pedirle que no llorara provocaría en el omega más llanto—Giyuu, respira. Ya no falta mucho para que los kakushis lleguen con ellos. Recuerda también que Kocho-Sama está preparada para atenderlos, ¿Verdad?—Preguntaría mirando a la beta, quien se mostró algo sorprendida por lo repentino que había sido.
—Claro que sí—Aseguró rápidamente, no queriendo volver a sedar a Giyuu como ya lo había hecho. Aún así guardaba en su uniforme una jeringa en caso de una emergencia—En cuanto lleguen los mandaré a mi finca para curarlos de sus heridas, y luego tú podrás ir a verlos—
—Tks—Sameni no evitó demostrar su enfado con aquel pequeño sonido. Al no encontrarse Iguro con él no tenía a nadie más con quien poder hablar mierda sobre Tomioka.
Verlo de esa forma le hacía enojar bastante. Desde que lo conoció había actuado como un completo idiota, siempre creyéndose mejor que los demás, y sintiéndose preferente a ellos sólo por ser, además de uno de los mayores, un omega. Claro, no era el único, todavía estaban Mitsuri y Muichiro, pero al menos con ellos podría entablar una conversación. El bastardo ni siquiera había abierto un poco la boca el día que lo ascendieron.
«—Maldito—»Fue lo que pensó, con grandes venas marcándose sobre su frente.
Sí, definitivamente odiaría toda su vida al bastardo al cual debía de llamar compañero.
—¿Tú también estás preocupado?—
—¿Qué?—Se giraría para mirar a Mitsuri, la que sabía era el “amor imposible” de su amigo.
—Qué si tú también estás preocupado—Le repetiría la pregunta—Te ves tenso. ¿Es por los hijos de Giyuu-San?—
—¿Y por qué debería siquiera de preocuparme por sus mocosos?—Evitaría insultar de una manera más adulta, aún debía de recordar que Mitsuri seguía siendo una niña inocente en algunas ocasiones.
—Por nada, simplemente era una pregunta—Le contestaría—Aún así lo pensé por lo ocurrido anoche—
—¿Te refieres a la pelea?—Seguiría con la conversación, pues por el momento era su única fuente de no aburrimiento, ya que fuente de diversión precisamente no era.
—¿No te han contado todavía? Anoche Giyuu-San tuvo un colapso nervioso mucho antes de que los cuervos avisaran de que habían ganado. Un grupo de kakushis le escuchó anoche gritando y llorando por sus hijos. Me siento muy triste por Giyuu-San—Le susurró cerca del oído, permitiéndole escuchar bastante bien sin que nadie más supiera de lo que estaban hablando.
—¿Un colapso nervioso?—Ok, eso definitivamente no se lo esperó—¿Estás segura?—
—Sé que no muchos se llevan bien con Giyuu-San, pero no creo que alguien sea tan cruel como para mentir sobre un tema tan delicado como ese. Shinazugawa-San, usted también debería de comprender que Giyuu-San apenas y comienza a experimentar lo que es ser madre, y tratándose de un oficio tan peligroso como este, es claro que va a preocuparse—Le explicaría, para su pesar—Yo misma conozco madres primerizas que con lo más mínimo son un mar de lágrimas.—
—¿Y qué tengo que ver yo con todo eso?—
—Nada, claramente, pero quiero que entienda que en estos momentos Giyuu-San se encuentra experimentando lo peor que una madre puede sentir. Una noticia mala más, y definitivamente empeorará—
—¡Y a mí qu_—
—¡KOCHO-SAMA!—El repentino grito de un kakushi alertaría a todos. Cuando se voltearon le vieron extremadamente cansado, como si hubiese corrido mucho más de lo que de por sí ya suelen correr diariamente.
—Por Dios, ¿Qué es lo que sucede?—Le preguntaría ella, a lo cual tendría que esperar un poco ya que el kakushi se encontraba recuperando el aire perdido.
—¡Se trata de los hijos adoptivos de Tomioka-Sama!—Respondería finalmente, a lo cual Giyuu detuvo abruptamente sus pasos. No. No podía ser verdad.
—¿Qué les pasó?—Volvería a preguntar, agarrando disimuladamente la jeringa escondida entre su ropa. Si Giyuu volvía a tener un ataque, debía de saber evitarlo antes de que algo malo sucediese.
—¡Todos!—Diría con desespero—¡Todos están mal! ¡No han hecho más que empeorar durante el camino!—
—¡Giyuu!—Murata apenas y pudo sujetarle antes de caer por completo al suelo. No se había desmayado, pero estaba a nada de estarlo—¡Respira! ¡Respira, Giyuu!—Le imploró, alejando partes de sus sueltos cabellos de su pálido rostro.
Pero Giyuu simplemente no podía hacerlo. Quiso hacerlo, de verdad que trataba de hacerlo, pero era incapaz de sentir el aire entrar a sus pulmones. Murata trató de guardar la calma, pero el ver de ese modo a Giyuu le dificultaba. Sus ojos inundados en lágrimas, su rostro pálido y sudoroso, el temblor que recorría su cuerpo y su clara falta de aire le aterraba.
Giyuu era alguien fuerte, lo sabía muy bien, pero al verlo de ese modo se sentía como si finalmente una máscara se cayera del rostro del omega que amaba, máscara la cual ya no le impediría mostrar sus verdaderas emociones. Pero este no era el momento de sentirse feliz por algo tan insignificante como eso. No, no era el momento.
—Giyuu, debes_—
—¡CÁLLATE!—Le gritó con desespero—¡SÓLO CÁLLATE!—Le temblarían aún más las manos del desespero—¡¿No comprendes lo que sucede?! ¡MIS HIJOS PODRÍAN ESTAR MUERTOS!—Sus manos temblarían con fuerza a los lados de su cabeza, evitando el fuerte impulso de jalar sus cabellos hasta que estos mismos fuesen arrancados de cuajo.
—Sólo cálmate. Lo único que quiero es que te relajes—Buscaría nuevamente el sujetar al omega de los hombros, pero con lo que no contaría Murata sería que el mismo Giyuu tratase de apartarse de su lado—Giyuu, no me rechaces, por favor_—
—¡NO TE ATREVAS A_—
—¡Hagan espacio!—Gritó con fuerza uno de los kakushis que llegaba corriendo al igual que su compañero—¡Kocho-Sama, esto es serio!—Le diría ya cerca de ella.
Ver como el rostro de la beta abandonaba su sonrisa fue un indicativo de que no mentían.
—Ah...—Giyuu no pudo hablar, su boca ya no podía emitir sonido alguno.
—¡Qué no vea!—Le gritó Shinobu a Murata, quien en cuanto pudo cubrió los ojos del omega con su mano mientras le abrazaba por atrás. Casi de inmediato Giyuu trató de soltarse.
—¡NO! ¡NO!—Trató de empujarlo, pero en aquellos momento no tenía la suficiente fuerza como para hacerlo—¡NO! ¡DEBO VERLOS! ¡DEBO VER A MIS BEBÉS!—Quiso quitarse las manos de Murata de los ojos, pero este mismo hacía todo lo posible para que no lo lograra, la adrenalina del momento le permitieron ser mucho más fuerte que un Pilar—¡NO!—
—¡Rápido, rápido!—Les apuró la beta. Ella, quien sí podía verlos llegar, estaba extremadamente desesperada. El estado en que veían era realmente malo. Claro, pudieron derrotar a un a Creciente, ¿Pero a qué costo?—¡Apúrense!—
—¡SUÉLTAME! ¡MURATA, SUÉLTAME!—Buscaría soltarse del cada vez más fuerte agarre del beta. Murata, en un intento por asegurar que Giyuu no fuese capaz de lastimarlo, ni de lastimarse, utilizaría su brazo libre para apresar los del omega, evitando a toda costa que nada sucediese—¡DEBO VERLOS!¡SUÉLTAME!—Pero al ser Murata un beta, la voz de mando de Giyuu no tendría efecto absoluto en él. El agarre sobre su cuerpo se afianzaría, impidiéndole ver el cómo los cuerpos moribundos de sus hijos finalmente ingresaban—¡¡¡MURATA!!!—
—Dios mío...—Mitsuri cubrió su boca por el horror de la escena que presenció por unos pocos segundos. No era tan fuerte como para mantener la mirada al frente, por lo que se voltearía—Giyuu-San definitivamente no lo soportará. Su corazón es demasiado débil como para lograrlo...—Mordió sus uñas por los nervios, no dándose cuenta de que Sanemi, quien aún permanecía a su lado, la mirada.
—¿Qué?—Interrogó, aceptando que las palabras de ella le habían dado cierto nerviosismo.
—Shinazugawa-San—Se sorprendió en cuanto ella lo miró. Demasiado sería a como ya estaba acostumbrado a verla—Sé que no se lleva bien con Giyuu-San, pero por favor haga algo—A lo lejos, los gritos del omega mayor se seguían escuchando, pareciendo incluso aumentar en volumen.
—¿Qué cosa?—Cubrió su nariz ante las feromonas agrias que dominaban el ambiente. No hacía falta ser un genio como para saber que aquellas pertenecían a Giyuu. El olor a cerezas agrias y rosas marchitas hicieron doler con bastante fuerza su cabeza.
—Noquee a Giyuu-San...—A diferencia de él, ella parecía completamente reacia a las amargas feromonas.
—¿Eh?—
—¡¿Acaso no me escuchó?! ¡Noquee a Giyuu-San!—Le terminaría por gritar, igual o peor de desesperada que el resto de presentes.
—¡SÍ!—Contestó con rapidez, comenzando a caminar instintivamente hasta Tomioka. El olor de sus feromonas no hacían más que indicar que se alejase, pero no tenía ganas realmente de enfrentarse a otro omega enojado capaz de volver a humillarlo frente a todos.
Miró como el “novio” de Tomioka parecía comenzar a perder el control de la situación. Giyuu se seguía agitando con fuerza, pero al menos ya no gritaba como antes. Cuando el beta cuyo nombre había olvidado le miró, notó en su mirada una clara molestia por su presencia. Claro, Tomioka tuvo que inculcar el odio a su persona.
—¿Qué quiere?—Preguntó de modo desafiante, aguantando como podía que Giyuu se soltase de su fuerte agarre.
—No preguntes—
Murata no fue capaz de decir nada más cuando Sanemi levantaría a Giyuu por uno de sus brazos. Los ojos del omega le miraron fijamente completamente sorprendido, pero para el albino aquello no significó nada. No permitió que Giyuu hablase, pues antes de que fuese capaz de hacerlo, este mismo ya se encontraría desmayado sobre sus brazos. Al no haber esperado el golpe en su nuca Giyuu no tuvo la oportunidad de evitarlo.
—¡¿Qué hace?!—Rápidamente Murata se levantaría de su lugar, momento en el cual el cuerpo del omega caería sobre el suyo. Apenas y fue capaz de agarrar a Giyuu en pleno aire, pero mostró ser capaz de levantarlo al estilo nupcial sin problema.
—Lo que tú no fuiste capaz de hacer—Contestaría indiferente antes de irse.
Al comenzar a marcharse vio entrar a Uzui a pasos lentos. A sus lados y detrás se encontraban las mujeres que recordaba como sus esposas. No estaba del todo seguro, pues solamente las había visto una vez, pero al ver la forma en la que le ayudaban a caminar le daba a entender que podrían ser ellas.
No obstante, lo que verdaderamente le sorprendería sería el ve como, en los lastimados brazos de Uzui, un joven que recordaba ya haber visto se encontraba. Al entrecerrar los ojos para mirar mejor supo finalmente de quién se trataba.
«—Es uno de los mocosos de Tomioka—»Fue lo que pensó, algo sorprendido por lo que veía.
El ver cómo llegaban de ese modo fue una ligera sorpresa, ya que estaba bastante seguro de que, en otro tipo de escenario, seguramente habría dejado a los kakushi encargarse de los hermanos. Pero ya luego de un tiempo dejó de prestarle importancia. Lo haría luego de ver el rostro preocupado de Uzui por lo que fueron unos dos segundos. Y ya luego de eso simplemente continuaría con su vida.
«—Estoy rodeado de raros—»Fue lo que pensó como única respuesta a todo lo sucedido recientemente. No tenía mejor respuesta, por el momento.
Y como ahora no tenía nada más que hacer allí, simplemente se marcharía. Al pasar a un lado de Tomioka y su supuesto novio ni siquiera se molestó en mirarlos. No lo hizo, pero fue bien capaz de sentir sobre su nuca la mirada de odio que el beta se atrevería a darle. No le importó, claramente, lo odiara cuanto lo odiara, jamás sería lo suficientemente capaz como para siquiera insultarle.
—Bastardo...—Susurró entre dientes Murata, sujetando aún sobre sus brazos el cuerpo inmóvil de Giyuu.
O eso fue lo que pensó.
Un tiempo después…
—Veo que finalmente se pudo dormir—Hablaría en tono bajo un joven omega—Lo siento, yo debería de estar haciéndome cargo de ella. Yo soy su madre—Se disculparía, dejando suavemente la bandeja con comida y té a un lado—Se supone que eres mi invitado, pero aún así, gracias—Se sentaría con cuidado a un lado de él, todavía sintiendo algo de incomodidad por su repentino parto—Te he traído té, espero que te guste—
—Sí, gracias—Respondería finalmente él, quien en todo ese tiempo no había dejado de mecer a la bebé de apenas una semana en sus brazos.
—Pero cuánto duerme, ¿Verdad?—Sonrió divertido, agradeciendo de que su pequeña hija por el momento no le hubiese dado tantos problemas. Pero claro que todo eso se lo debía a su invitado—Me disculpo de nuevo, debió de ser difícil hacerla dormir. Eres mi huésped, después de todo—Sonrió con algo de tristeza, aunque trató de que él no se diese cuenta.
Se sintió algo incómodo de que aún la bebé no fuese devuelta a sus brazos, por lo que él mismo se levantaría para tomarla, dándole la oportunidad a su huésped de poder finalmente comer lo que le había llevado. Estando ya su hija en brazos se volvería a sentar donde estaba anteriormente, sintiéndose feliz sólo de tenerla. No importaba lo triste que estuviera, su hija sería siempre su más grande alegría.
—Debes estar cansado—Le diría él, cosa por la cual le volvería a mirar.
—Un poco, pero no tanto como para no preocuparme de mi hija—Respondería de manera sincera, pues si le decía o no la verdad no cambiaría nada.
—Dar a luz y criar a un bebé son labores arduas. Además, has estado desde que despertaste limpiando la casa—
—Ay, ¿Me escuchaste?—Un leve sonrojo adornaría sus mejillas de la vergüenza—Lo siento, mi intención no era despertarte—
—Debías de limpiar tu hogar—Diría, comprensivo.
—Yo no lo llamaría hogar—Besaría con cariño la frente de su hija—Habríamos muerto de no ser por ti, y te lo agradezco. Si no hubieses llegado a tiempo, mi hija no habría nacido. Ella jamás habría visto lo maravilloso que puede ser este mundo...—
—¿Por qué estabas solo?—
—Soy un omega que fue abandonado por su alfa. Mi ex esposa no quiso saber nada más de mí cuando la omega con la que siempre quiso casarse volvió. Me negó a mí, y negó a nuestra hija, pero tuvo la suficiente decencia para darme esta casa lo suficientemente alejada como para que no la volviera a molestar. Yo sólo acepte ya que no tenía a dónde más ir—
—¿Y qué hiciste tú?—
—Yo también puse mis condiciones. Le dije que después de colocar mi sello, no volviera a molestarnos más. Esa omega que siempre amó volvió, pero no volvió por ella, así que puede no existir el futuro que ella quiera. Si le va mal, no la quiero volver a ver aquí, ni cerca de nuestra hija. Eso fue lo que yo hice—
—Ya veo...—Entonces finalmente tomaría la taza de té entre sus manos—Partiré de aquí luego de tomar el té. No me atrevo a seguir recibiendo comida gratis. Mucho menos el quitarle a una madre el tiempo con su hija—
—No diga eso. Usted salvó nuestras vidas—Objetó, aunque no estuviera tan seguro de porqué lo estaba haciendo—No sólo salvó la mía, si no que también la de mi hija—Le miró con algo de preocupación por su decisión, pero la única respuesta en ese momento de su invitado fue darle un largo sorbo a su té. Suspiró al darse cuenta que sus palabras no funcionaron—Esta bien. Pero por lo menos permítame hablar sobre usted a las futuras generaciones—
—Eso no es necesario—
—Sin embargo, tiene el problema de no encontrar un sucesor, ¿No es cierto?—En su pecho había un ardor que estaba a nada de impedir su habla—Quizá sea imposible para mí, un humilde carbonero, pero algún día alguien_—
—No es necesario—Volvería a decir, dejando finalmente la vacía taza de té de vuelta en la bandeja. El joven omega, aún con su pequeña hija en brazos, le miraría con tristeza. Había un nudo en su garganta que no sabía explicar—Sumiyoshi—Le llamaría, momento en el que finalmente le miraría—El lugar al que llegan los que acabaron su camino siempre es el mismo. Aunque los tiempos cambien, y la ruta que los haya llevado allí sean diferentes, siempre se llega al mismo sitió...—Los ojos del omega le miraban expectante, y sus oídos estaban atentos—Al parecer, tú me ves como si yo fuera alguien especial—Al escucharle no pudo evitar sobresaltarse. Su pequeño corazón comenzó a latir con rapidez—Pero no es así...—Entonces se levantó, llevando consigo la katana que todo ese tiempo estuvo a su lado, la cual casi de inmediato sujetaría a su cinturón—Soy alguien que no pudo proteger nada que considerase preciado, ni llevar a cabo nada de lo que debería de realizar en la vida...—Con cuidado el omega de nombre Sumiyoshi dejó a su dormida hija sobre el futon armado de su habitación. Pero aún así no tardaría nada en levantarse del mismo modo en que él lo había hecho. Llevó las manos al pecho mientras le veía, sintiendo como las lágrimas que hace mucho tiempo no derramaba comenzaban a salir—Soy un hombre sin valor algu_—
—No...—Interrumpió sus palabras, aferrándose con fuerza a su espalda en un abrazo—No diga eso. No hable usted de esa manera—Gruesas lágrimas corrieron por sus ojos, mientras cada vez sus débiles brazos se aferraban con mayor fuerza a él—Se lo pido por favor. No hable así de usted—Rogó, tratando de no evidenciar su llanto—No lo haga. No lo haga...—
No lo haga...
No lo haga...
No lo haga…
No...
No...
No...
«—Qué tristeza—»Pensó, derramando lágrimas«—Me siento muy triste—»
Se sentía extraño, con el cuerpo extremadamente pesado. Su pecho dolía, como si hubiera una piedra pesada sobre este, al punto en que respirar se le hacía doloroso. Miraba desenfocado el blanco techo sobre su cabeza, sintiendo como algunas pequeñas lágrimas salían de sus ojos.
—¿Era un sueño?—Se preguntó, con voz átona, débil, comenzando poco a poco a reconocer el lugar en donde se encontraba. A sus oídos llegó el lejano sonido de algo quebrándose, pero ni siquiera contaba con la fuerza para mirar. Dolía el siquiera pensar en moverse—¿Dónde estoy?—Volvería a preguntar al aire, con un profundo dolor en la garganta que con esfuerzo le permitía hablar.
—¿Estás bien?—Escuchó que le preguntaban, pero tardó algo en reconocer la voz—Estuviste dos meses en coma después de la batalla—Un olor que reconocía llegó de pronto a su nariz. Un tenue olor a frambuesas, acompañadas de uno entre asombro y nerviosismo.
—Ah—Finalmente giró su rostro, mirando a quien tenía a su lado, reconociendo con los ojos a quien ya había reconocido por su olfato. Trató de sonreírle cuando un nuevo olor proveniente de la chica a su lado apareció, uno que caracterizaba a sus hermanos—¿Sí?—Preguntó, mirando a Kanao—Ya veo—
Los inmensos ojos entre rosa y violeta de ella le miraban con asombro, como si aún no fuese capaz de creer lo que veía. Pero claro, con una vista tan buena como la que poseía, era imposible equivocarse. Ella sonrió, ya con más calma en su acelerado corazón, aceptando que todo aquello era verdad. De sus ojos se asomaron un par de lágrimas, iluminando así mucho más sus ya brillantes orbes.
—Me da gusto que ya hayas recuperado el conocimiento...—Le diría en voz susurrante, algo ya típico en ella.
—Oye—Escuchó de pronto como alguien más le hablaba ahora—Aquí voy a dejar este castella. Retíralo después de un rato, ¿Sí?—Entonces notó que era a Kanao a quien le hablaban. Incluso cuando sus ojos apenas podían ver, notó como, incluso luego de mirarlo, el hombre a su lado no había notado que ya se encontraba despierto—Te lo puedes comer antes de que se eche a perder—Le diría, algo por lo que finalmente sonreiría. Le gustaba saber que aún pese a su falta de habla las personas la trataban bien.
—Muchas gracias—Respondió con voz tenue Tanjiro, ya comenzando a sucumbir ante el sueño que sentía.
Entonces no pasó mucho tiempo antes de que el kakushi a su lado dejase caer el postre que traía en sus manos, el cual cayó sobre su cama.
—¡Este ya recuperó la consciencia!—Gritó, espantando a la alfa—¡Debiste hacer un mayor escándalo!—Le gritó escandalizado, algo que por obvias razones asustaría a Kanao—¡No te quedes ahí petrificada! ¡Llama a alguien! ¡Grita que ya despertó! ¡Niña estúpida!—Le seguiría gritando, a lo que Kanao terminaría dando varias reverencias en forma de disculpa, mientras que él por su lado volvía a acercarse a la puerta abierta de la habitación—Todos están preocupados—Se quejó, aún molesto por la falta de consideración de la joven alfa—Ahora no importa quien tiene el rango más alto—Seguiría quejándose, aunque Tanjiro no tendría la fuerza para regañarlo por el insulto que le diría a Kanao—¡Kiyo! ¡Sumi! ¡Naho! ¡Aoi!—Les gritaría a las demás niñas de aquella gran finca—¡Tanjiro ya despertó del coma!—Les anunciaría, gritando desde el marco de la puerta.
Desde aquello no pasaría mucho tiempo hasta que las tres más pequeñas de la casa se encontraban llorando sobre su cama. Sonrió con cansancio al ya tenerlas cerca, y aún más cuando los aromas de ellas llegaron hasta su nariz. Ellas ya contaban con un olor característico, pero al igual que Kanao, había algo nuevo que le hizo sonreír aún más.
—Me da mucho gusto...—Diría entre llantos Kiyo, mientras que con sus pequeñas manitos limpiaba sus ojitos.
—¡Te regalo este pan!—Le diría de igual modo Sumi, extendiéndole un pan dulce con crema en su interior que seguramente ella misma estaba a nada de comerse cuando le llegó el aviso.
—¡Hay castella tirado sobre la cama!—Diría Naho, llorando de igual modo, pero siendo aparentemente la única en notar aquel pequeño detalle. El kakushi haría un sonido que confirmaba lo dicho por la niña, aunque también había sonado a clara decepción.
Ya estando mejor en sus sentidos escucharía junto a los demás pasos rápidos viniendo desde el pasillo, algunos golpes del mismo modo, hasta que de la nada la cerrada puerta sería abierta de un portazo. Un fuerte grito por parte de las niñas no se haría de esperar, quienes se espantarían con la figura bajo una sábana blanca que acababa de entrar.
—¡Un fantasma!—Gritó Kiyo, abrazándose a Kanao, quien por algún motivo ya parecía saber de quién se trataba. Para Tanjiro fue lo mismo, quien incluso antes de que aquello entrase ya sabía de quién se trataba, el sonido de sus pasos al correr era reconocible, y más cuando ya había entrenado por algunos meses junto a ella.
—Ah, pero si es Aoi-San—Diría aliviada Naho luego de que la ya mencionada se quitase finalmente la sábana de la cabeza—Se le pegó la sábana a la cabeza—Diría, anunciando lo obvio. Aoi, por su lado, del mismo modo que las pequeñas no tardaría nada en arrodillarse a un lado de la cama, aferrándose a la sábana blanca en sus manos como si de un pañuelo gigante se tratase.
—¡Qué bueno que ya hayas despertado!—Diría ella entre llantos, llorando incluso más que las pequeñas—Gracias a que ustedes fueron a esa misión en mi lugar...—Trataría de hablar, pero claro que no pudo siquiera terminar de hacerlo cuando una nueva ola de llanto le hizo callar. Kanao comprensiva pasaba su mano sobre la espalda de la beta, consolándola en su dolor. Aoi no hacía más que sentirse culpable de algo que ni siquiera era su culpa.
—Gracias—Volvería a agradecer a su preocupación—¿Los demás están bien?—Preguntó, sitiándose preocupado por el estado de sus hermanos. El no saber como se encontraban hizo doler un poco su pecho. Su instinto de hermano mayor lo terminaría matando algún día.
—El cabeza amarilla fue anteayer, ¿No?—Preguntó el kakushi que seguía allí junto a las chicas.
—Así es—Le respondió Sumi, ya más alegre y calmada.
—Ya está recuperado—Le informaría—Oí que ya partió a una misión. A regañadientes—Añadiría.
—Zenitsu abrió los ojos al día siguiente—Volvería a decir Sumi.
—Llegó hasta aquí sobre los brazos del Pilar del Sonido. Quien por cierto podía caminar, aunque le apoyaba de sus esposas para poder hacerlo. En todo el tramo nadie le escuchó quejarse del dolor ni una sola vez, y cuando llegaron rechazó la ayuda. Dijo que ese omega Zenitsu era más importante. Sus esposas estaban preocupadas, pero estuvieron de acuerdo con sus palabras—Suspiró un poco, como cansado sólo de recordarlo—Ya cuando estuvo estable se dejó examinar. Todos los Ocultos estaban pasmados. Nadie se lo podía creer. Verlo caminar, además de traer a alguien más sobre sus brazos era una gran hazaña—
—Ah... ¿Sí?—Sonrió un poco más, sintiendo en su bondadoso corazón algo que aparentemente nadie más había notado—¿Qué hay de Inosuke?—Volvería a preguntar, cosa por la cual volvería a ver a Aoi luego de que ella soltase un sollozo lastimero.
—Él estuvo en peligro por un tiempo—Le volvería a responder Sumi, a lo que volvería a verla.
—Su estado empeoró de forma crítica—Diría finalmente Aoi, quien en todo ese tiempo no había dejado de llorar. Ella misma se aguantó las ganas de limpiar sus ojos con la sábana seca que seguía en sus manos—Tardó en detener la hemorragia con la respiración por los efectos del veneno...—Seguiría llorando, todavía tratando de ser consolada por Kanao.
—Entiendo...—Fue lo que diría, mirando fijamente al techo—Entonces, el Inosuke pegado al techo es una alucinación mía, ¿Verdad?—Preguntó, a lo que lentamente todos los presentes mirarían al techo justo sobre la cama. Al hacerlo un Inosuke salvaje entraría en sus campos de visión.
—¡Ahhh!—Gritarían nuevamente las niñas, aterradas de la repentina figura que observaron. El kakushi claramente mayor a todos ellos gritaría de igual modo.
—¡¿Qué está haciendo ahí?!—Gritó el kakushi, incapaz de creer aquello. La típica risa del joven beta no tardaría en escucharse.
—¡Te pudiste dar cuenta, Tanpachiro!—Le felicitó de cierto modo, algo que aumentó por momentos la cansada sonrisa del omega de ojos rubí.
—Es que estoy bocarriba—Le respondió, sonando cada vez más cansado. Al hacerlo Inosuke finalmente se dejaría caer sobre la cama, algo que provocó que Naho casi saliese volando por el rebote, teniendo la suerte de apenas y ser agarrada por el Kakushi de nombre Goto.
—¡Yo abrí los ojos siete días antes que tú!—Se señalaría, mostrando grandes aires de superioridad por aquello.
—Me da mucho gusto...—Se alegró de lo que escuchaba, al menos todos estaban bien—Bien hecho, hermanito. Inosuke, eres extraordinario—Le felicitó con debilidad. Aún pese a su estado, su pequeño hermano volvería a reír, claramente nada preocupado de que aún se encontrase sobre la cama.
—¡Elogiame más!—Exigió—¡Pero que débil eres!—Le regañaría entonces—¡No hagas que me preocupe!—Admitiría en voz alta que efectivamente estuvo preocupado. Un sentimiento de ternura calentó el corazón del omega.
—Es que usted no es normal. Lo dijo la señorita Shinobu—Le diría Naho viéndole desde el suelo, a una distancia segura sólo por las dudas.
—Por cierto, Tanjiro, mira este libro—Llamaría ahora su atención Kiyo, quien con un libro abierto en sus manos se acercaría hasta él por el costado, del mismo lado en que se encontraban Aoi y Kanao. Señaló con su dedito una de las dos imágenes por unos segundos—Es una comadreja de tierras lejanas llamada Tejón Melero. Su gruesa piel es como una armadura. Y no le pasa nada aunque lo muerda un león—Relató lo que ya había memorizado.
—Qué bonito...—Le diría, algo que hizo sonreír a la pequeña. Kanao se acercó un poco para mirar, al parecer curiosa por la reciente información.
—Y es inmune a las toxinas, por lo que caza serpientes venenosas—Añadiría con emoción, algo que haría a Kanao acercarse aún más. Entonces Kiyo señalaría a Inosuke con su dedito—La señorita Shinobu dice que Inosuke es igual a este animal—
—No pensó mucho en la comparación—Añadió Goto, cruzándose de brazos.
—Tal vez se cansó de pensar cómo tratarlo, ¿No creen?—Preguntó Aoi, ya más calmada luego del llanto—¡Por cierto, ya bájate de la cama!—Le gritaría a Inosuke, quien muy cómodamente se había sentado sobre la cama, asegurándose de mantener sus piernas sobre las de su hermano casi sin aplastarlas.
—¡Eso quiere decir que soy inmortal!—Exclamó, ignorando de manera épica la exigencia de Aoi. Río en consecuencia.
—No, claro que no. Eres tonto, ¿Verdad?—Preguntaría aburrido Goto.
Y gracias a aquello es que ahora Inosuke no tardaría en lanzarse sobre el kakushi, jalando a su vez con fuerza de su uniforme. Aoi de igual modo no tardó en aferrarse a su cintura para tratar de detenerlo de no cometer una locura. Los gritos de Sumi se escucharon, ya que lastimosamente ella justamente se encontraba entre el beta y el kakushi.
—¡¿A quién le dices tonto, pedazo de imbécil?!—Insultaría Inosuke, jalando con fuerza del pedazo de tela que cubría el rostro de Goto. Era prácticamente un milagro que a la primera no se le haya desgarrado la tela.
—¡Deténganse, por favor!—Rogó Sumi, aterrada de encontrarse literalmente en el centro de la pelea.
—¡Ya quédate quieto!—Gritaría Aoi en consecuencia, jalando con mucha más fuerza—¡El veneno no te hace efecto, pero la medicina tampoco! ¡Debes cuidarte!—Le volvería a gritar—¡La señorita Shinobu así te lo dijo, ¿No?!—Continuaría jalando con fuerza, tratando como podía de alejar a Inosuke y de evitar una muy posible pelea—¡Pon atención!—
—Guarden silencio...—Pidió Kanao en tono bajo, nerviosa por lo que sucedía frente a sus ojos. A su lado las otras dos pequeñas se encontraban igual o peor de nerviosas.
—¡No me jales, enana!—Le gritaría ahora Inosuke a Aoi.
—Silencio...—Volvería a pedir Kanao.
—¡¿Qué?!—Exclamaría indignada—¡Tú tampoco eres tan alto!—Le respondió de vuelta.
—¡Guarden silencio porque Tanjiro se durmió!—Gritaría Kanao finalmente, cosa que, además de llamar la atención de todos, sorprendería bastante. Todos allí estaban seguros de nunca antes haberla escuchado siquiera levantar un poco la voz.
Y efectivamente, al momento de mirar, Tanjiro ya estaba completamente dormido.
—¡Otra vez cayó en coma!—Volvería a gritar Inosuke.
—¡No digas cosas de mal augurio!—Le pidió, o suplicó, Kanao.
—Ya no grites, por favor—Pidió esta vez Aoi, dejándole finalmente libre.
—Kanao, vayamos a preparar sopa de arroz—Pidió Kiyo mirándola con una sonrisa tranquila.
—Sí—Le contestó del mismo modo, sonriéndole con algo de cariño. Los últimos dos meses si que se había encariñado muchísimo más con las pequeñas. Más de lo que ya llevaba haciendo.
—Ojalá se recupere pronto para que pueda comer muchas cosas—Volvería a decir la pequeña, mientras que Inosuke lentamente se acercaba al rostro de su hermano mayor, observándole detenidamente incluso si seguía con su gran máscara puesta.
—Yo iré a avisarle a Tomioka-Sama—Diría Goto, algo que de pronto escandalizaría a las jóvenes.
—¡Mamá!—Gritarían de pronto, mirándose entre ellas.
—¡¿Cómo pudimos olvidarlo?!—Aoi tuvo que retener sus ganas de jalar sus coletas—¡Hay que avisarle a mamá cuanto antes!—Se giraría entonces a mirar al kakushi—Por favor, vaya rápido a darle el aviso. Asegúrele que se encuentra bien—
—Sí. Trataré de ser lo más suave posible—Fue lo último que le diría antes de irse corriendo por el pasillo.
«—Ay, por favor—»Pidió Aoi, viendo por última vez a su ahora hermano mayor«—Kami-Sama, por favor haz que mi hermano se recupere por completo. Haz que mamá pueda volver a dormir—»Pediría, rezando.
[•••]
—¿Sigue tratando de llamar la atención?—Preguntaría Iguro a Sanemi, su buen amigo, mientras ambos miraban llegar a Giyuu a pasos lentos, sin su uniforme, por cierto.
—Al parecer sí. Han pasado dos meses y el idiota sigue de ese modo—Le respondería, mirándole con desdén.
—¿Qué ha dicho el Patrón sobre su actitud?—
—No sé si le tendrá lástima, pero le ha permitido faltar a las misiones. El bastardo debe tener la suficiente valentía como para plantarse frente al Patrón con esa cara—
—Sí que se ha metido en el papel—Sanemi no tardaría en asentir en respuesta.
—¿De qué hablan?—Preguntaría una suave voz a sus espaldas, cosa que les espantó.
—¡Patrón!—Exclamaron, momento en el cual se arrodillarían frente a él.
—Jejejeje, lamento haberlos asustado—Sus hijas cubrieron sus rostros con sus mangas para evitar el reírse—Levántense, hijos mío. Aún no comienza la reunión—Les pediría de modo amable, consiguiendo que ambos finalmente se levantasen.
—¿Cómo se encuentra hoy, Patrón?—Preguntó Sanemi en tono calmado, ganándose una sonrisa por parte del beta.
—Tan bien como puede esperarse. Gracias por preguntar, hijo mío—
—¿A qué debemos su presencia?—Preguntó esta vez Obanai.
—No es nada interesante, sólo quería estirar un poco las piernas—Respondería con sinceridad, soltando incluso una tenue risa que no tardaría en ser acompañada por la de los alfas frente a él—Mmm—Lentamente se giró hasta la dirección en la que Giyuu se encontraba, observándolo con sus ojos incapaces de ver, ya sabiendo perfectamente en donde se encontraba—Ay, Giyuu—La repentina atención que le daría al omega no pareció gustarles mucho a los alfas—El mundo ha sido cruel con él, y el destino ha sido peor—
—¿Qué quiere decir con eso?—Volvería a preguntar Sanemi, tratando de mostrarse interesado por las palabras del Patrón.
—El corazón de una joven madre es fuerte, siempre es fuerte. Pero cuando se trata de un hijo, se rompe en pedazos. Giyuu en estos momentos simplemente no la está pasando bien. Sólo una mala noticia más, y definitivamente su corazón no lo aguantará—
—¿Acaso todos los omegas son de corazón débil?—Volvió a preguntar Sanemi, ganándose una mirada desaprobatoria de su amigo. Al ver como el Patrón volvía a “mirarle” pensó que tal vez no había sido una muy buena pregunta.
—Hijo, no tienes idea de lo cuan resistente puede llegar a ser el corazón de un omega. Por años aguantan penurias y pérdidas, pero siempre se mantienen fuertes. Es la razón por la cual se dice que son de corazón débil. Las personas no tienen idea de todo lo que tienen que resistir, y simplemente se fijan en lo que les hace mal—
—Entiendo—Respondió luego de aquella extraña explicación.
—Hijos, por favor les pido que no sean tan duros con Giyuu. Sé que entre ustedes tres no hay una amistad como me gustaría que hubiese, pero al menos les pido que sean comprensivos con su situación. Lo que menos necesita ahora es más estrés. ¿Pueden hacerlo?—
—Claro que sí, Patrón—Respondió esta vez Obanai, confiado de la inapropiada respuesta que podría dar su buen amigo.
—Bien. Ahora esperemos a los demás_—
—¡Tomioka-Sama!—Aquel tan repentino grito haría saltar un poco de la impresión a todos. Al mirarlo, ambos alfas lo identificaron como un kakushi. Este mismo se acercaba corriendo hasta el omega, quien con sus ojerosos ojos le miraría algo sorprendido.
El kakushi en cuestión no parecía haberse dado cuenta de la presencia del Patrón, pues ni la molestia de inclinarse por unos segundos se había dado. Fue directamente hasta detenerse frente a Giyuu, quien aún sorprendido no dejaría de mirarle. Al finalmente detenerse se tomaría unos segundos para poder respirar, como si hubiese dado una larga carrera hasta llegar allí.
—Dios. Qué difícil fue encontrarlo—Se quejaría, recuperando poco a poco el aire perdido. Y al escucharle, Giyuu pareció reconocerlo, por lo que se calmó.
—¿Qué sucede, Goto?—Le preguntó con calma, no queriendo hablar con nadie realmente en aquel momento.
—Su hijo...—Volvería a decir, tomándose un par de segundos para poder volver a respirar. Sus palabras alertaron a Giyuu.
—¡¿Qué sucedió?! ¡¿Mis hijos están bien?!—Se llevó las manos al pecho, esperando ya desesperado alguna respuesta del kakushi—¡Goto!—Ante sus gritos las miradas de todos se posarían sobre él.
—Cálmese, está todo bien—
—¡¿Entonces qué?!—Le agarraría de los hombros.
—Sólo quería decirle que su hijo Tanjiro ya despertó—Le respondió finalmente, asombrado por la actitud de quien siempre se mostraba totalmente calmado.
Y ante esto Giyuu no tardaría en salir corriendo. No haría como otras veces, en las cuales miraría al Patrón en busca de su permiso para marchar, no, esta vez no. Giyuu, en un acto que ante los demás podría tratarse de rebeldía, escapó. Corrió tan rápido como sus propias piernas se lo permitieron, y así continuó hasta que los ojos de los otros Pilares ya no lo vieron más. Al finalmente perderlo, estos mismos mirarían al kakushi, quien aún buscaba recuperar el aire.
—Ya veo—Dijo el Patrón, sonriendo—Con que finalmente ha sucedido. Es un milagro—
[•••]
—¡Aoi! ¡¿Tanjiro se encuentra bien?!—Preguntaría rápidamente a la beta, quien al darle una sonrisa lograría calmarle.
—Él está bien, mamá—Le respondió, no abandonando su sonrisa—Despertó hace poco, y hasta habló con nosotras, pero volvió a dormirse. Dejemos que descanse hasta que recupere todas sus fuerzas—Le tomaría de las manos antes de comenzar a caminar—Vamos, puedes verlo—Le diría, guiando a su madre por los largos pasillos hasta la habitación del omega.
Durante el corto trayecto Giyuu no hablaría para nada, su corazón latía y saltaba como nunca antes. Dentro de su pecho, su omega interno exigía apresurarse a llegar. Sus manos temblaron, cosa que su hija pudo notar, por lo que afianzó su agarre hasta que finalmente se encontraron frente a la cerrada puerta. Al abrir, Giyuu vio los rostros de sus hijas e hijo volteando a verle, cada uno dándole una sonrisa que lograba calmar su corazón por algunos segundos. Entró a pasos temblorosos, nervioso por alguna razón. Al estar finalmente cerca de la cama de su hijo, parado a uno de sus lados, sus ojos comenzarían a llorar.
—Mi amor—Salió tembloroso de sus labios.
Su hijo finalmente estaba bien, en su corazón ya no había duda de ello. Se dejó caer sobre sus rodillas, alertando a sus hijos por ello, y al hacerlo tomó entre sus manos la pálida y delgada mano de su pequeño. Su frente llegó hasta el dorso de su propia mano, ya que con estas cubría la de su hijo, y finalmente después de unos largos meses pudo finalmente liberar toda su angustia. Sus pequeñas hijas le abrazaron con cariño, apoyándole en su dolor, pero él no se movió de su sitio, sus manos no se apartaron ni por un segundo de la mano de su hijo. Su suelto cabello fue acariciado por la mano de una de sus hijas, que debido a la forma suave con la que lo hacía supo que se trataba de Kanao.
—Mi bebé. Mi hermoso bebé...—Besó su mano con todo el cariño que pudo transmitir, humedeciendo esta misma con sus propias lágrimas.
Sentía finalmente después de mucho tiempo como volvía a respirar. La angustia en su corazón lentamente se marchaba, los demonios volvían a lo más profundo de su mente, y la pesadez sobre sus hombros disminuyó hasta ya no ser nada. Ya podía descansar. Después de mucho podía volver a descansar.
—Mamá, ya todo estará bien—Le aseguró Kanao, con su voz baja y calmada.
Se aferró con mayor fuerza a la mano de su hijo, cuidando de no lastimarle con su propia fuerza. Levantó un poco el rostro sin apartar la vista de la áspera mano de Tanjiro. Con lentitud asintió a las palabras de su hija, estando completamente de acuerdo con ellas.
—Sí, mi amor. Todo volverá a estar bien...—Se juró. Y se juró cumplirlo costase lo que costase.
Sus hijos no volverían nunca más a ser tocados. Por nada ni por nadie.
Chapter 16: Reunidos otra vez
Chapter Text
—¿Mamá?— La suave voz de una de sus niñas le hizo abrir lentamente los ojos.
Comenzó a sentarse con cuidado, sintiendo una punzada en su espalda debido a la posición en la que se encontraba. Al acostumbrar su vista después de unos cuantos segundos notó que continuaba en la Finca Mariposa. Aparentemente se habría quedado dormido durante su visita supuestamente momentánea a su hijo. Miró la delgada mano todavía entre las suyas, finalmente soltándola al ya estar suficientemente seguro de que finalmente todo se encontraba bien. Besó por unos segundos esta misma antes de levantarse del suelo, y estirarse un poco. Al girarse vio a su pequeña Kiyo parada a su lado, mirándole con una pequeña sonrisa como ya era una costumbre en ella. La levantó con cariño, sentándola sobre sus brazos, y besó su mejilla repetidas veces, haciéndola soltar una infantil risa que calentó su corazón.
—Perdón, mi amor. No sé en qué momento me dormí— Le diría, dándole algunos besos más antes de finalmente bajarla.
—Estuviste durmiendo por cuatro horas, mamá— Le diría ella, algo que le sorprendió un poco.
—¿Cuatro? Vaya, no esperaba que fuese tanto. De todos modos no recuerdo la última vez que dormí por tanto tiempo— Se estiró un poco, dejando que los huesos de algunas partes de su cuerpo sonasen en sincronía.
—Eso es bueno. Ya no pareces tener tantas ojeras como antes— Ella entonces estiró su pequeña mano, la cual no tardaría en ser tomada por la mano de su madre —Vamos. Aoi preparó la comida. Tienes que comer algo, mamá—
—Pero...— Se giraría a mirar nuevamente a Tanjiro, quien como en un principio dormitaba tranquilamente sobre la cálida cama. La pequeña al notar su incomodidad jalaría levemente de su brazo en un intento por que la mirase.
—Ya todo está bien, mamá. Mi hermanito no irá a ningún lugar. Podremos volver una vez que comas algo— Le diría, bastante comprensiva incluso para su edad. Al volver a mirarla le regalaría una sonrisa, feliz de saber que sus hijas, pese a ser bastante pequeñas, contaban ya con una madures difícil de ver en algún otro infante. Con cariño volvería a levantarla, y ya un poco más tranquilo dejaría a pasos lentos la habitación.
—Tienes razón, Kiyo. Ya todo está bien— Respondería a sus palabras, frotando tiernamente su nariz contra la de ella —¿Tú ya has comido algo? ¿Tus hermanas?—
—Nadie todavía, mamá. Por eso me pidieron que viniera a despertarte, todas quieren comer contigo—
—¿E Inosuke?—
—Aoi tuvo que servirle antes para que no se desesperara, pero de todos modos le pidió que esperara un poco hasta que llegases tú. Comeremos todos juntos—
—Ya veo— Miró entonces por una de las ventanas, notando apenas en ese momento como el sol ya parecía estar ocultándose en el horizonte —Dios, ya parece ser muy tarde. ¿No han comido nada en estas cuatro horas?—
—Aprovechamos para limpiar un poco y revisar a algunos otros pacientes que tenemos. De todos modos no tuvimos hambre, e Inosuke parece haber aguantado bastante bien con las manzanas que Aoi le daba. Y ahora, como dije, puede que ya esté comiendo su tercer tazón de arroz y tempura—
«—Aoi hasta se molestó en preparar tempura...—» Pensó, con una calmada sonrisa formada en su rostro «—Ella es una buena hermana mayor...—» El pensar aquello le haría sonreír un poco más. El saber que entre sus hijos no había rivalidad alguna era algo que le alegraba profundamente.
El haber escuchado y visto de primera mano los problemas que una disputa entre hermanos o hermanas podían provocar en una familia le había dado el dichoso miedo de que en algún momento los pocos recuerdos que tenía de peleas de ese tipo fuesen reemplazadas por recuerdos de sus propios hijos. El saber que entre todos, por el momento, hubiese una buena relación lograba calentar bastante su corazón.
Que sus hijos fuesen unidos le daba la ligera esperanza de que, si por algún motivo el destino decidía que ya llegaba su hora, entre ellos se apoyarían hasta el final. El sólo imaginarlo le daba una pequeña pizca de esperanza de que tal vez ellos no lo necesitarían tanto como él mismo los necesitaba a ellos.
—¡Mamá ya está aquí!— Anunció sorpresivamente otra de sus pequeñas, Sumi, para ser exactos.
—Hola, mi vida— Se agachó, permitiendo que sus otras tres pequeñas se le acercasen. Nezuko estaba entre ellas, en su tamaño pequeño como ya era una costumbre —Qué maravilla, casi todos mis bebés están aquí— Abrazaría con cariño a sus pequeñas por un largo rato.
—Es una pena que Zenitsu haya tenido que partir pronto, pero de todos modos es un milagro que también haya sido el que más rápido se ha recuperado. Sus piernas estaban en perfecto estado, afortunadamente— Diría Aoi con una sonrisa.
—Y cuando vuelva, ya todos podremos ir a casa— Diría en respuesta, esperanzado de que así fuera. Un pequeño brillo iluminaría los ojos de sus pequeñas. Y al dar una rápida mirada a sus demás hijos vio como Inosuke parecía emocionado. Sin duda su finca se había vuelto el lugar favorito de su pequeño revoltoso —Además...— Llamaría nuevamente la atención, finalmente levantándose, esta vez teniendo a Nezuko en sus brazos —Sus habitaciones ya están listas— Nuevamente las dos mayores volverían a mirarse, como diciéndose cosas con la mirada. Al prácticamente haber crecido juntas les había dado la cierta habilidad de saber lo que la otra pensaba con sólo verse directamente —Lamento haberme tardado tanto, pero sus habitaciones necesitaban más arreglos. Con certeza puedo decir que ya está todo listo para que puedan ir a vivir conmigo...— Entonces pensó un poco —Claro, sólo si así ustedes lo quieren— Les aclararía, pensando que tal vez se había precipitado un poco con la noticia.
Claro, a diferencia que con los chicos, a ellas no podría sacarlas fácilmente de la finca en la cual habían crecido. Podrían ahora ser oficialmente hijas suyas, pero al ser literalmente las únicas ayudantes de su compañera Pilar, la tarea de sacarlas podría ser dificultosa. Por supuesto que estaba la posibilidad de que fueran a dormir a las habitaciones que preparó para cada una de ellas, pero ni siquiera estando en la Finca Mariposa contaban con un horario fijo. Al ellas dedicarse en su mayoría a las tareas predispuestas allí, siendo Aoi la principal estudiante de Shinobu en el arte de la medicina, el poder siquiera pasar una noche con él en su finca podría ser incluso riesgoso. No para ellas, claro, pues en su finca no estarían más que seguras, pero para otros sí. Aoi ayudaba durante horas a pacientes sobrevivientes a los crueles y sanguinarios ataques de un demonio, lo que podría ser literalmente a cualquier hora del día, incluso en la noche, por lo que el llevárselas no era una opción realmente fiable.
No obstante, también estaban los kakushi que se dedicaban a realizar pequeñas tareas en algunas de las fincas, como limpiar estas mismas, ayudar en lo que pudieran a los Pilares, sacar sus medidas para la fabricación de sus uniformes, como incluso ayudar con la tarea de curar heridas. Podrían ellos ayudar durante el tiempo que las chicas estuviesen a su lado, pero para eso tendría que, al menos, ir voluntariamente a pedir que le hicieran ese favor. Y precisamente él no contaba con el cariño de muchos.
—Pero...— Parecía que ellas tenían en la mente lo mismo que él —No sabemos cuando volverá la señorita Shinobu. Sin ella aquí, no podemos dejar todo abandonado— Explicaría Kanao —Perdón, mamá. Pero por ahora no podemos—
—No... Está bien. Debí consultarlo primero con Kocho. Lo siento. Olvidé por un momento que de ustedes depende esta finca— Se mostró comprensivo, aceptando que no siempre todo iría bien. Debía de rezar para que por lo menos ellas pudiesen pasar algunas noches en lo que, se supone, sería su nuevo hogar —¿Y tú cómo has estado, mi vida?— Preguntó a Inosuke mientras se sentaba a su lado, ganándose, sorpresivamente, un rápido abrazo del menor. Correspondió encantado de aquella muestra de afecto —Perdóname, no he podido estar a tu lado tanto estos últimos meses. Había...— Se detuvo abruptamente, suspirando, para luego besar su cabeza —No tengo excusa. Perdóname, mi amor— Volvería a pedir, abrazándole con más fuerza.
No había excusa, no. Simplemente no fue capaz de hacerlo. Al verlos allí, postrados en esas camas con sus cuerpos totalmente destrozados, simplemente se derrumbaba a llorar. Y él odiaba llorar. Pensó alguna vez que nunca más lo volvería a hacer, pero tras finalmente verlos, ya con sus cuerpos curados, pero todavía en peligro potencial, supo que ahora lo que más haría el resto de su vida sería llorar. La profesión que con sus hijos compartía era tan peligrosa como la palabra misma.
Esta no sería la primera pena que su joven y delicado corazón debía de soportar, y sin duda tampoco sería la última. Hasta que sus hijos no decidiesen retirarse por su propia cuenta, tendría que aguantar. Aguantar y aguantar hasta que finalmente todo se acabase.
Era todo lo que podía hacer.
—Mejor sigue comiendo. Todavía estás muy débil— Limpió las pequeñas gotas asomadas en sus ojos —Aoi, puedes sentarte. Yo les serviré a ustedes ahora— Besaría por última vez la frente de su hijo menor antes de finalmente levantarse —Dame eso, por favor— Pidió, refiriéndose al cucharón de madera en las manos de la beta.
—¿Seguro, mamá?— Le entregaría dicho cucharón en las manos —Puedo hacerlo yo—
—No te preocupes. Es lo mínimo que puedo hacer yo. Además, no he cocinado nada últimamente. La cocina de mi finca debe estar toda llena de polvo— Reiría un poco ante esto, pero el rostro preocupado de su hija le hizo volver a callar —Pero no se preocupen. Vendré mañana temprano a prepararles todo lo que quieran—
—De verdad no es necesario que te preocupes tanto, mamá. Nosotras preferimos que descanses— Hablaría esta vez Kanao —¿Verdad, Inosuke?— Buscaría la aprobación de su hermano menor, queriendo de algún modo hacer entender a su madre que ahora su salud era la importante.
—Sí— Respondería luego de unos cortos segundos, logrando captar la indirecta de su ahora hermana mayor.
—Pero no me encuentro cansado. ¿Cómo podría descansar sin tener sueño? Ya dormí unas buenas cuatro horas— Trataría de convencerlos, al tiempo en que también dejaba sus respectivos platos a las niñas.
—Con todo lo que no has dormido estos días, debiste al menos haber dormido hasta mañana por la tarde— Le diría Aoi, ignorando completamente su plato.
—¿Tanto? No creo que ni estando desmayado haya dormido tanto en mi vida— Volvería a reír, tratando de disipar la preocupación que sabía se encontraba en ellos. Para aliviarlos un poco se serviría para sí mismo un gran plato de comida, aunque en aquellos momentos no se encontrase realmente hambriento —Está bien. Comeré un poco y luego veré a Tanjiro por unos minutos más—
—Pero_—
—Y luego me iré a descansar un poco más— Interrumpiría a Aoi, quien le permitió continuar —Te haré caso, hija. Sólo déjame pasar unos minutos más al lado de tu hermano. Sabes que aún no lo he podido ver despierto— Llevaría una abundante cucharada de arroz a su boca —Quiero al menos poder decirle un buenas noches, incluso si no vuelve a despertar hasta mañana— Volvería a mirarla entonces, pues al momento de comer dejaría de hacerlo —¿Puedo?—
—Claro que puedes, mamá— Le respondería, con algo de sudor corriendo por sus mejillas —Come más después. Te ves mucho más delgado a como estaban es un principio—
—Sí. Lo haré—
[•••]
Suspiró con pesadez, mientras finalmente se levantaba de la silla —Ya es tarde, mi amor— Diría en voz baja, tratando de evitar el despertarle —Le hice una promesa a tu hermana, y ahora debo de ir a dormir... Solo— Se acercaría a su lado luego de sacar la silla de su camino, y con delicadeza posó por unos segundos su mano por sobre la dura cabeza de Tanjiro. Volvió a suspirar —Nos vemos mañana, mi amor. Vendré tan pronto como pueda, y te prometo que vas a volver a casa. Todos ustedes lo harán, y viviremos juntos como la familia que somos...— Se arrodillaría por unos segundos para poder dejar sobre su frente un corto beso. Con sus dedos alejó un par de sus mechones, y durante unos segundos se quedaría mirándole hasta que finalmente se levantó.
Acomodando el haori sobre sus hombros, Giyuu finalmente se voltearía para poder abandonar la habitación. Sintió en su pecho una presión que trataba de impedirle el abandonarle allí por segunda vez. Respiró para poder soportar la carga, y se calmó pensando que solamente serían unas pocas horas. Iría a su finca, dormiría un par de horas, y luego cocinaría para sus bebés. Había descubierto recientemente que sus niñas aman el pan de melón, por lo que se aseguraría de limpiar bastante rápido su cocina. No mentía cuando dijo que no había tenido las ganas de cocinar los últimos dos meses.
«—Espera... ¿No tenía yo algunas cosas ya preparadas?—»Se preguntó, tratando de recordar si de verdad algo se le habría olvidado durante ese tiempo «—Dios, espero que no—»Siguió caminando.
No obstante, el sonido de algo quebrándose le haría detenerse a medio camino. Con rapidez se volteó a mirar la puerta cerrada de la habitación de Tanjiro, y con algo de temor volvió a esta misma. Abrió con fuerza, casi destrozando la puerta, y con el sudor frío comenzando a caer sobre su frente, miró en el interior de esta misma.
—Tanjiro— Salió tembloroso de sus labios —¡Tanjiro!— Exclamó, yendo sin dudar más a abrazar a su hijo —¡¿Estás bien?! ¡¿Estás bien, mi amor?!— Preguntó, tomando su cálido rostro entre sus manos. Los ojos completamente abiertos de su pequeño le miraban con sorpresa, apenas captando sus palabras.
—Mamá...— Fue lo único que diría, todavía asombrado. Trató de levantarse, queriendo acercarse más a su madre, pero Giyuu de inmediato se lo impediría.
—No, no. Debes permanecer en cama. Todavía estás débil— Le empujaría con cuidado, asegurándose de volver a recostarlo —¡Aoi!— Le gritaría a su hija —¡Tanjiro ha despertado!— Anunciaría, a lo que no obtendría respuesta. Debía de confiar en que sus hijas le habrían escuchado.
Buscó con la mirada el objeto que habría ocasionado el ruido de hace unos segundos, algo dificultoso de cumplir al estar la habitación en negro casi total. Al haber nuevamente acostumbrado sus ojos a la oscuridad es que pudo ver como el pequeño florero colocado a un lado de su cama se encontraba roto en el suelo. Pudo haberlo tirado accidentalmente cuando trató de levantarse, pues no encontraba otra explicación a que de la nada estuviese sentado.
—Mamá— Nuevamente la débil voz de su hijo le haría salir de sus pensamientos. Importándole poco el agua derramada en el suelo, se arrodilló, y tomó entre sus manos la de su hijo.
—Aquí estoy, mi vida. Aquí estoy...— Repitió, dándole seguridad. Besó su mano, y se aferró a esta con más fuerzas —Aquí e_—
Entonces calló. Él estaba seguro de que sólo había desviado la mirada por una milésima de segundo. Pudo haber sido incluso menos, pero aquello había bastado completamente como para sorprenderse por ver lágrimas salir como cascadas de los hermosos ojos de su pequeño.
—Mamá...— Diría, continuando con su tono débil, pero acompañándolo esta vez con un ligero temblor —¡Mamá!— Soltaría finalmente, comenzando a llorar sin control alguno.
Giyuu se sentó sobre la cama, y le abrazó con cariño. Y en cuanto los brazos de Tanjiro le envolvieron de igual modo, él mismo se permitió llorar por una vez más. Besaba sin parar su rostro, queriendo calmarlo, utilizando sus feromonas por la misma razón, pero sin importar lo que hiciera, el llanto de Tanjiro no cesaba.
—¡Mamá! ¡Mamá!— Lloró cada vez con más fuerza, atrayendo finalmente la presencia de sus hermanas y hermano de vuelta a la habitación. Ahora, sentado nuevamente sobre la cama, Tanjiro no hacía más que aferrarse cada vez con mayor fuerza a los ropajes de su madre.
—Shh... Shh... Shh...— Siguió tratando de calmarlo, mientras acariciaba su largo cabello con mucho cariño —Aquí estoy... Aquí estoy...— Le repitió una y otra vez, haciéndolo incluso cuando ya había comprobado que no parecía ayudar mucho. Aún así, no paró de asegurarle y de confirmarle su presencia a su hijo.
Giyuu se mantuvo a su lado hasta que, luego de unas largas horas de llanto, gritos, y dolor, el alivio de la mañana oportunamente llegó. Y junto con ella un nuevo capítulo para esta, cada vez, más grande familia.
[•••]
—¡Miren esto!— Alegremente Tanjiro levantaba sobre su cabeza a la pequeña Kiyo. Ella se notaba muy alegre por aquello.
—¡Mira, mamá!— Sonrió encantada, mirando a su madre —¡Estoy volando!—
—¡Sigo yo!— Exclamó Sumi, ya queriendo que fuese su turno.
—¡Sigo yo!— Exclamaría de igual modo Naho, también ya queriendo ser levantada por los fuertes brazos de su hermano mayor.
A tan sólo unos metros de distancia, Giyuu, con una dulce sonrisa adornando su rostro, miraría con ternura en el corazón la adorable escena que los Dioses le permitían ver. Ya había pasado toda una semana, y el ver finalmente cómo los cuerpos de sus hijos comenzaban a mejorar, fue sin duda la mejor medicina para su ya bastante dañado corazón. Estaba seguro de que, si uno de ellos se iba, él se iría también. Sonaba egoísta, y lo sabía, pero por como se encontraba de demacrado durante los largos dos meses que sus hijos permanecieron en coma, sin duda no habría sido capaz de soportar tal noticia.
El perderlos era el peor de sus miedos.
—Ten cuidado, por favor— Por mucho que se sintiese feliz por la rápida recuperación de Tanjiro, en su interior continuaba pesando la preocupación por su pequeño —Recuerda que todavía estás en recuperación—
—Sí, mamá— Le contestó, ya bajando lentamente a Kiyo —¿A ver? ¿Quién es la siguiente?— Preguntó a las tres pequeñas, quienes comenzaron a saltar emocionadas.
—¡Yo! ¡Yo!— Le dirían a la vez, saltando cada vez más alto con la esperanza de ser escogidas.
—Niñas, tengan cuidado con su hermano— Advirtió por última vez antes de irse, pues todavía tenía cosas por hacer —Volveré en unas horas. Vigílenlo— Pidió desde la puerta, mirándolas en espera de una respuesta.
—¡Sí!— Le contestaron Naho y Kiyo, pues ahora el turno de “volar” era de Sumi.
—¡Confío en ustedes! ¡Los amo!— Se despidió por una última vez, preparándose para partir.
—¡Nosotras también!— Volvieron a contestar con alegría, asegurándose de ser bien escuchadas.
—¡Yo también!— Contestaría Tanjiro de igual modo, no tardando nada en volver a jugar con sus pequeñas hermanas.
Ya con más alegría Giyuu finalmente saldría de ahí. Durante todo el tiempo que duró el coma de Tanjiro, incluso un poco antes, no habría hecho nada más que llorar. Suspiró con pesadez, sabiendo que ahora muy probablemente se tendría que encontrar con algún compañero para nada de su agrado. Aún así debía de saber ir a hablar con el patrón, y pedir disculpas por todo el tiempo que permaneció sin trabajar. Por Dios, si hasta ni se había molestado en solicitar una nueva espada, por lo que debía de ir a misiones las próximas semanas con una katana de repuesto. Con aquello la tendría difícil, pero se las sabría apañar.
—¡Mamá!— Se detuvo, volviendo a sonreír. Al voltear miró a Aoi acercarse corriendo hasta quedar frente suyo. Ella sostenía una caja alargada, pero polvorienta, en sus manos —Gracias a Kami. Pensé que ya te habrías marchado— Respiró, recuperando el aire perdido. Se abrazó un poco más a la caja mientras lo hacía.
—¿Qué pasa, mi amor? ¿Qué tienes allí?— Preguntó, algo curioso de lo que su hija llevaba en los brazos.
—¡Ah! Claro— Extendió la caja, sorprendiendo ligeramente a su madre —Pensé que tal vez tendrías que pedir una katana para poder trabajar. Por eso traje esto— Hizo un gesto con la cabeza, indicando que a abriera. Giyuu se acercó más, y levantó con cuidado la tapa de madera negra. Se sorprendió bastante de ver una katana cubierta con un gran pañuelo de color blanco.
—¿Y esto?—Preguntó, no seguro de tomarla todavía.
—Esa es mi katana— Respondería, mirándola con tristeza —Sabes que yo no fui lo suficientemente fuerte como para continuar siendo una cazadora, y que terminé retirándome para dedicarme a ser enfermera. Estar en esta finca me dio la oportunidad de dedicarme a algo más sin que me sintiera culpable...— Dejaría la caja en el suelo para poder tomar la katana con sus manos. Giyuu haría lo mismo dejando la tapa en el mismo lugar —La guardé sin usar por muchos años, pero ya va siendo tiempo de que vuelva a la acción— Entonces se la acercaría, volviendo a sorprender a su madre —Tómala, mamá—
—¿Qué?— No comprendía las acciones de su hija.
—Que la tomes— Y con una sonrisa se la entregaría directamente en las manos.
—Pero, Aoi— Trataría de devolvérsela —Es tuya. Es un recuerdo—
—Mamá— Le tomaría de las manos, volviendo a mirar con ligera tristeza —Si la ves, notaras que no tiene ni la más tenue tonalidad de color— Aquello no se lo esperó —Sabes bien que el que no tenga color es un indicativo de falta de capacidad. Yo ni con todo el entrenamiento por el que pasé fui capaz de hacerla cambiar de color. Y por eso que el miedo de morir en el campo de batalla comenzó en mí— Entonces volvería a mirarle— Pero esta katana ya lleva mucho tiempo esperando volver a ser usada. Y si alguien puede darle esa oportunidad, eres tú, mamá—
—Aoi...—
—Quiero que te proteja, tal y como me protegió a mí en su tiempo. No es tan especial como lo era la tuya, ni está hecha específicamente para ti, pero es fuerte, nunca necesitó reparación alguna cuando estuvo en mis manos. Y pese a lo polvorienta que estaba la caja, yo me mantuve cuidándola estos últimos años— Lentamente volvería acercar la katana hasta que esta misma tocó el pecho del omega —Mamá, no te estoy pidiendo que la conserves. Lo único que pido es que te protejas de los demonios. Es todo lo que quiero—
—Gracias, mi amor— Y con cariño la acercaría de igual modo hasta su pecho, atrapándola en un cálido abrazo —Muchas gracias, de verdad. Me aseguraré de cuidarla tan bien como lo harías tú— Con una sonrisa llevaría la katana hasta su blanco cinturón, colocándola allí tal y como haría con cualquier otra —Volveré, y la traeré devuelta en una pieza. Lo prometo— Entonces acariciaría su mejilla con cariño, siendo algo bien recibido por su adorable hija.
—Mientras esa katana pueda protegerte, todo me parecerá bien—
[•••]
—Jajajaja, veo que tenemos buenas noticias de Zenitsu— Giyuu estuvo feliz de que su primera misión no durase tanto como se esperó, a lo mucho unos dos días. Y más feliz estuvo de ver, al momento de volver, que fue en ese preciso instante, que una carta a nombre de su adorable Zenitsu había llegado —Me imagino que lo único que quiere ahora es volver, pero me gusta saber que hace todo lo posible para no sucumbir ante el miedo de encontrarse bastante lejos— Miró con una sonrisa la carta aún sobre sus manos, hasta que finalmente tomó la decisión de guardarla entre su ropa.
—Tanjiro también se ha esforzado mucho. Entrena apropiadamente todos los días sin falta. Se ve que estuvo guardando toda esa energía— Aoi se sentaría a un lado suyo en la terraza de la finca, uniéndose junto a su madre para poder observar que con Tanjiro ya no sucediese nada malo —Lo hace con todas sus fuerzas para poder recuperarse pronto— Le verían entonces volver a adentrarse a la finca por una entrada diferente, pues lo que hacía en esos momentos era correr buscando rodearla con facilidad —Pero ya va siendo hora de que las niñas se hagan cargo—
—¿Hablas de los ejercicios?— Ella asintió —Bien. Llámalo, mientras yo veré que puedo hacer en la cocina —Se levantaría entonces.
—Está bien, mamá— Comenzaría a caminar —Pero, espera— Le detendría ella, a lo que se voltearía a mirarla —No hagas nada tan complicado. No quiero que te la pases todo el día cocinando como la otra vez— Le miraba con algo de preocupación, pues era cierto que hace unos días tuvo la magnifica idea de preparar algo, pero que le tomó la mayoría del día terminar.
—Sabes que no te voy a prometer nada, Aoi— Sonrió ante la clara rendición de su hija.
—Bien. Pero aún así. No creo que las niñas se esperen todo el día otra vez—
—No te preocupes. Lo que haré ahora puede que no me tome más de una hora—
—Eso espero—
Y aquello sería lo último que diría Aoi antes de ver a su madre adentrarse cada vez más a la gran finca por el pasillo. Al voltear vería a Tanjiro finalmente tomarse un descanso de tanto correr. Él respiraba cansado, pero con calma al ya saber cómo debía de hacerlo. Le llamaría, y al entrar las niñas ya les estarían esperando. Casi al instante de llegar las niñas le ayudarían a estirar su cuerpo. Con toda la fuerza que sus pequeños cuerpos acarreaban ayudaron a su hermano a estirar el cuerpo como parte de su entrenamiento de recuperación. Tal vez en un mejor estado Tanjiro no se habría quejado, pero el dolor que aún permanecía en su cuerpo le forzaba a no mostrarse tan flexible como antes.
—Ay, ay, ay...— Se quejó un poco de dolor mientras Naho empujaba su espalda con fuerza. La idea era que con su pecho pudiese tocar el suelo, pero los dolores le hacían temblar —Qué frustración. El vigor no me regresa tan fácilmente— Algunas pequeñas lágrimas se asomaron por sus ojos. De por sí ya era doloroso el mantenerse con las piernas totalmente abiertas.
A lo lejos Aoi lo miraba con una sonrisa. Ver como se recomponía con rapidez no sólo era una alegría para su madre. Para ella, que no hizo más que sentirse culpable por todo, el saber que los tres se encontraban mejor que bien, era más que una buena noticia.
Era un sentimiento parecido a la esperanza.
—¿Mamá no estaba contigo?— Le preguntaría repentinamente, tratando de distraerse para hacer del ejercicio algo más fácil para él.
—Fue a la cocina a preparar algo de comer. Aún así planeaba traer algo para que puedas beber. Cuando regrese podrás descansar— Anunciaría, ya habiendo caminado hasta la puerta. Al voltear por unos segundos vio a las niñas volver a jalar con fuerza sus brazos, logrando que más quejidos de dolor salieran de su hermano.
Seguiría entonces con su camino, yendo a pasos lentos hasta la cocina espaciosa que ella misma solía utilizar para poder cocinar. Al llegar vio a Kanao limpiar sus manos con un pañuelo, mientras que ella misma observaba a su madre observar algo recientemente colocado en el horno.
—¿Ya terminó el entrenamiento de Tanjiro?— Preguntaría Giyuu, quien claramente había detectado su presencia incluso antes de que llegase.
—Todavía no. Le llevaré algo de beber para que pueda descansar un poco. ¿Tú cómo vas?—
—Nada mal. Tu hermana me ha ayudado bastante, ¿Verdad, Kanao?— Besaría con cariño la mejilla de su hija, quien se sonrojaría por aquel acto.
—Sí— Respondería con timidez, escondiéndose entre los brazos de su madre. De Giyuu saldría una pequeña risa por la actitud de su pequeña. Sin duda la amaba demasiado.
—Ya todo está en el horno, y lavé lo que utilicé. Ahora sólo toca esperar—
—¿Cuánto tiempo?—
—Eso ya depende de la masa. Puede que esté listo mucho antes de lo que pensemos. Aún así, por experiencia, puedo decir que no tardará nada—
—¿Y qué es lo que tienes en el horno?—
—Eso ya lo verás. Ahora llévale algo a tu hermano. Debe de estar muy cansado—
—Sí, ahora voy—
Y tal como su madre había pedido, Aoi no tardó en volver a la sala de entrenamiento, en donde Tanjiro se mantendría aún siendo sujetado por las pequeña, sólo que ahora claramente se encontrarían en una pose diferente.
—Ya pueden descansar. Eso será todo por ahora— Dejaría entonces la bandeja con té verde aún sin preparar sobre una pequeña mesa. Kiyo se acercó para encargarse de prepararlo. Nadie sabía cómo, pero el té de la pequeña Kiyo siempre tenía un mejor sabor a cuando otro lo preparaba. Y eso que no hacía nada más que lo mismo que el resto de personas.
—Por cierto— Tanjiro llamaría la atención de todas —¿No llegó mi katana mientras dormía?— Pregunto, sobando un poco su espalda por el dolor que sentía —Era una que tenía el filo desgastado— Y repentinamente las niñas se tensarían.
—¿Katana, dices...?— Naho miró a Sumi, quien miró a Kiyo a su vez. La pequeña de cabello corto adornado con pequeñas mariposas de tono rosa pálido se tensó más, pero eso no le impidió en seguir con su tarea de servir el té.
—Llegó una carta de Haganezuka-San...— Diría, con voz nerviosa, dejando finalmente a un lado la tetera, claro que lo haría de una forma rara, casi como si tuviera tieso el cuerpo —¿Quieres leerla?— Preguntó, más nerviosa que antes.
—“ES IMPERDONABLE. YO TE MALDIGO”—
—“NO TE PIENSO DAR MÁS ESPADAS”—
«—Esto se ve muy mal...—» Atrás suyo Kiyo trataba de calmar el miedo que sintió de sólo volver a leer las cartas. Muy poco en ellas era entendible, pero en definitiva no podrían tratarse de algo más que insultos.
—¿Y esas caras?— Giyuu por fin volvía, trayendo consigo una bandeja con dulces de un tamaño grande. La dejó sobre la mesa antes de él mismo sentarse —¿Qué lees, hijo?—
—No... No es nada— Las guardó, sabiendo que si su madre llegaba a leerlas iría él mismo tras Haganezuka.
—Han pasado dos meses, y en todo ese tiempo no llegó ninguna katana— Le diría Sumi, algo por lo cual Giyuu finalmente entendería el rumbo de la conversación.
—Ella tiene razón. Pero puede que sea porque se encuentra enfermo—Diría, claramente pensando aquello al desconocer por completo el contenido de las cartas.
—¿Enfermo? ¿Haganezuka-San está enfermo?— Preguntó, a lo cual Kanao negaría en señal de no saber.
—No exactamente, pero pienso que puede ese ser el caso. Mientras me iba el otro día envié una carta solicitando una katana nueva, y mientras volvía me llegó el aviso de que mi herrero de confianza cayó enfermo. Por un tiempo tendré que asistir a misiones con la katana que Aoi me prestó—
—Ya veo. Es una pena. Espero que ese no sea el caso de Haganezuka-San— Diría, agradeciendo a su mente por pensar en algo que básicamente no era una mentira —En esta ocasión mi único problema era el filo desgastado— Recibió con gusto el dulce bastante grande que su madre le ofreció. Las pequeñas ya se encontrarían comiendo de este mismo «—La vez anterior la rompí en dos, y por eso se enojó. Tiene sentido, las katanas son su vida, pero no creí que se fuera a enojar tanto solamente por el filo. Dioses, ¿Ahora qué hago?—» Pensó, comenzando a comer con tranquilidad. Debía de mantenerse tranquilo para no alertar a su madre, quien pareciera ser capaz de oler los problemas.
—Es frecuente que las espadas sufran daño en las batallas— Sumi le miraría con algo de pena, dejando a un lado su vaso de té —Pero Haganezuka-San es una persona quisquillosa, ¿No?— Giyuu la miró.
—¿Acaso hubo otro problema con él? Porque si es así, entonce yo iré y le_—
—No, mamá. No hubo ningún problema— Le calmaría de inmediato —Es sólo que me preocupa un poco que se enoje— Giyuu suspiró, y pasó una de sus manos por los hermosos cabellos de Tanjiro.
—¿Por qué no mejor pruebas ir directamente a la aldea?— Le sugirió Kiyo.
—Me parece que será mejor que hables con él en persona. Así podría tal vez no enojarse tanto— Le siguió Naho, pensando igual que su hermana.
—No suena mal— Les diría Aoi.
—¿Su aldea?— Preguntó curioso.
—El lugar en donde forjan todas las katanas o armas parecidas— Respondería Giyuu, mientras que con su mano dejaría otro trozo del gran dulce dentro de su boca.
—¿No hay problema si voy?— Le preguntaría a Giyuu, cubriendo su boca con su manga para que los restos de dulce aún dentro no se notasen.
—Claro que no, mi amor. Pero no me parece adecuado ir ahora. Tú no te has recuperado por completo, y el viaje es bastante largo y agotador— Negó levemente en desacuerdo —No creo que sea bueno. No por ahora, al menos—
—Pero, mamá— Tanjiro trató de objetar —Te puedo prometer que no me tardaré—
—Tanjiro— Habló en cierto tono que alertó a las demás.
—Mamá, sólo quiero hablar. Además, también podría aprovechar de solicitar una nueva katana para ti también— Trataría nuevamente de convencer a su madre.
Giyuu se quedó mirándolo durante unos momentos. Buscaba en su hijo algún indicio de algo que le permitiese mantenerlo a su lado por un tiempo más. Trataba de no admitir lo que difícil que le fue el tener que soltar a sus hijos. Tanto Zenitsu como Inosuke ya habían partido, cada uno por su lado, y el tener que ahora dejar ir tanto a Tanjiro como a Nezuko le preocupaba mucho más que antes. Tenía miedo de que algo pueda volver a suceder, y que él no se encuentre allí para evitarlo.
Tenía miedo. Bastante miedo. El saber que un día simplemente no los volvería a ver destrozaba su corazón. Pero, aún así, suspiró, y con una pequeña sonrisa volvería a pasar su mano por los cabellos de su hijo. Debía de aceptar que ellos ya eran lo suficientemente grandes como para tomar sus propias decisiones. Aunque le doliese el alma.
—Está bien, mi amor— Le contestaría, a lo que Tanjiro no tardaría en abrazarlo.
—Gracias, mamá— Ocultaba felizmente su rostro entre el pecho de su madre. Giyuu continuó acariciando su cabeza con total cariño.
—Pero recuerda, Tanjiro. Si algo llega a suceder con el desquiciado de Haganezuka, yo mismo iré y me haré cargo de él, ¿Entendido?—
—Sí, mamá—
[•••]
—Bien, ya todo parece estar en orden— Acomodaba por doceava vez el haori de Tanjiro. El joven omega le miraba incrédulo —Dime, ¿Necesitas comer algo?— Tanjiro abriría la boca para contestar —Ay, pero que idiota soy. Claro que tienes— Y aprovechando que Tanjiro ya tenía la boca abierta, metió dentro un trozo de pan que quien sabe de dónde había sacado —¿Sed? Claramente sí— Y al tratar de que bebiera Tanjiro se alejaría un poco.
—Mamá, estoy bien, te lo juro—
—¿Seguro?— Trataría de arreglar una vez más el haori, aunque esta vez Tanjiro le sujetaría de las manos.
—Mamá, estoy bien. Sólo respira— Le indicaría, a lo que Giyuu obedecería. Suspiró con los ojos cerrados, y al abrirlos respiró hondo.
—Tienes razón. Lo siento— Le tomaría de las manos —Sólo... Estoy preocupado—
—Todo va a estar bien, mamá— Giyuu asentiría, buscando la forma de mentalizarse aquello —Iré, hablaré con Haganezuka-San, y volveré en menos de una semana, te lo aseguro—
—¿Y si algo te sucede?—
—Nada va a pasar. Nada me va a pasar— Le aseguró, viendo ahora como a lo lejos una mujer con el uniforme de los kakushi se acercaba a ellos.
—Oh, buenos días— Saludaría Giyuu a la joven.
—Mucho gusto— Saludaría ella con una pequeña reverencia —Oyakata-Sama autorizó su visita a la aldea, así que yo me encargaré de guiarlo—
—Encantado de conocerla— Tanjiro haría una reverencia, siendo copiado por las pequeñas que se encontraban detrás de él y su madre —Mi nombre es Tomioka Tanjiro— Diría, a lo cual Giyuu le miraría con asombro. Las pequeñas también pareciendo sorprendidas por esto —Cuento con usted— Le diría para ya finalizar.
—Debido a las reglas de los guías, yo no puedo dar mi nombre. Pero es un gusto—
—Bien, mi amor. Ya es hora— Tanjiro se giraría para nuevamente mirar a su madre. Las manos de Giyuu se posaron sobre sus hombros —Cuidate. Ambos— Agregaría, mirando la caja con algo de tristeza —Aquí voy a estar cuando regreses. Lo prometo—
—Sé que lo estarás, mamá— Y en eso, Tanjiro sería atraído a un abrazo por su madre. Giyuu aferró con fuerza el cuerpo de su hijo a su pecho. Tanjiro no rechazó el afecto, y luego de un tiempo ambos se separaron.
—Póngase esto, por favor— Volvería a hablar la joven, mientras extendía a Tanjiro una venda blanca con tapones para los oídos. Giyuu le ayudaría con la venda —La aldea debe permanecer oculta. También lo voy a tener que llevar a cuestas— Informaría —Además—Seguiría —Me informaron que usted cuenta con un buen sentido del olfato— Ella buscaría entonces en uno de sus bolsillos— Use tapones para la nariz —Y con esto le colocaría con algo de rudeza dichos tapones a Tanjiro, quien se quejó un poco por ello.
—¿Podrás cargar con dos personas?— Preguntaría Giyuu, viendo con algo de preocupación como Tanjiro ya comenzaba a subir a la espalda de la chica.
—Estoy entrenada para soportar el peso de cinco hombres. No hay problema— Respondería ella, acomodando de mejor manera al omega sobre su espalda.
—Ya veo. En ese caso, que les vaya bien a ambos. A usted también, señorita. Muchas gracias— Ella inclinaría un poco la cabeza en respuesta. Y tras eso comenzaría a correr.
—¡Qué te vaya bien!— Dijeron sus hermanitas, agitando sus brazos a forma de despedida. En secreto, ellas guardaban el pedido de su hermano mayor de cuidar a su madre.
[•••]
«—En la aldea, los herreros forjan las katanas nichirin. Es un lugar muy importante para la Compañía Cazademonios. Se debe impedir que los demonios den con ella y la ataquen. Por eso nadie sabe en donde está ubicada. Está de más decir que esta dama tampoco lo sabe—» Pensaba Tanjiro, sintiendo con fuerza el movimiento que la joven hacía al correr.
A cada cierta distancia lo entregaban a otro miembro de los Ocultos. Tanjiro llegó a pensar que debía de verse como un paquete cada que le permitían pisar el suelo por unos cortos segundos. Le explicaron que cambian continuamente a cada Oculto encargado de cada tramo, siendo guiados por un cuervo, los cuales también cambiaban con cada tramo, y que del mismo modo eran reemplazados por otros luego de un tiempo.
—¡Tenga mucho cuidado de regreso!— Le diría al Oculto que le dejó recientemente, siendo tal vez el séptimo.
«—Qué buen chico—»Pensó el beta, mientras posaba su mano sobre su pecho. Ya había escuchado por allí que los ahora famosos hijos del Pilar del Agua eran todos un amor. Y el comprobarlo le alegró.
«—Dicen que la mansión del Patrón está escondida de una manera más complicada. Vaya, las personas inteligentes son asombrosas, ¿Verdad?—»Pensaría, mientras que la imagen de Oyakata-Sama se formaba en su mente.
—Ya le voy a quitar la venda— Le diría la mujer Oculta quien se habría encargado de llevarlo el último tramo. Al ella hacerlo, Tanjiro se vería forzado a cerrar los ojos con fuerza. Llevaba ya muchas horas sin ver directamente la luz del sol, tanto que al ya no estar sus ojos cubiertos con aquella venda le habría provocado un poco de ardor.
Se mantuvo de ese modo por unos segundos, hasta que finalmente los abrió con lentitud. O eso planeó, pues al momento de mirar los abriría más del asombro.
—Qué edificios tan impresionantes— Miraba aún asombrado cada rincón de aquella pequeña aldea.
—Todos los que vienen hacen el mismo comentario— Le comentaría ella, pareciendo divertida por su reacción.
—Además, este olor... Parece que hay aguas termales cerca—
—Sí, sí las hay— Le respondería. Sonrió un poco bajo la máscara —Vaya para que se reponga del cansancio del viaje. Y para recuperar su vitalidad. Sabemos que aún se encuentra en recuperación—
—Mi mamá, ¿Verdad?— Le miró, a lo que ella volvió a sonreír bajo su máscara. Tanjiro suspiró ante esto.
—Aún así vaya. Pero, antes de eso, la casa del jefe de la aldea está al fondo a la izquierda. Tiene que ir primero a saludarlo— Le señalaría con el dedo dicho lugar.
—Muy bien— Afirmaría. Entonces ella se voltearía a mirarlo.
—Yo me despido aquí— Le diría, inclinándose ante él.
—¡Muchas gracias por su ayuda!—
Agradeció, aunque debido que el lugar era pequeño, y su tono de voz alto, se produjo un eco que duró un par de segundos. Sin saberlo, Tanjiro fue escuchado por todos los que se encontraban allí, incluyendo una persona que no esperaba ver. Algo lejos de el lugar en donde él se encontraba, una joven omega de cabellos rosados con terminaciones en verde pistacho logró escuchar, aunque con algo de dificultad, sus palabras.
—Se oye un eco de gratitud— Pensaría en voz alta, a lo que segundos después se levantaría. Las cálidas gotas de agua resbalaban por su cuerpo, y gracias al par central de las tres trenzas que diariamente se hacía, se podría decir que ella no se encontraba completamente como Dios la trajo al mundo —¿Habrá llegado alguien?— Volvió a preguntarse, curiosa al no haber reconocido la voz —Eso hace que me emocione un poco—

Dizzy_kpao on Chapter 1 Thu 13 Jun 2024 11:14PM UTC
Comment Actions
ShoutoIsBaby on Chapter 1 Sat 06 Jul 2024 04:44AM UTC
Comment Actions
Loremar96 on Chapter 1 Tue 22 Oct 2024 06:35PM UTC
Comment Actions
Loremar96 on Chapter 2 Wed 23 Oct 2024 05:28PM UTC
Comment Actions
Sunday ↖(^ω^)↗ (Guest) on Chapter 2 Sun 01 Dec 2024 12:26PM UTC
Comment Actions
Kim1003 on Chapter 3 Tue 07 May 2024 10:35PM UTC
Comment Actions
Stehxudhdheksiiejhsjkw on Chapter 5 Fri 21 Jun 2024 06:40PM UTC
Comment Actions
Horrifying_Forest_Entity on Chapter 6 Sat 03 Aug 2024 11:52PM UTC
Comment Actions
Haddocky_Senpai on Chapter 6 Sun 04 Aug 2024 06:02PM UTC
Comment Actions
Owooo on Chapter 7 Sun 14 Jul 2024 05:11AM UTC
Comment Actions
Marie_kuki04 on Chapter 7 Sun 04 Aug 2024 05:16AM UTC
Comment Actions
Jatzin1402 on Chapter 15 Sun 25 May 2025 05:50PM UTC
Comment Actions
Gris_Rose on Chapter 16 Sat 09 Aug 2025 09:25AM UTC
Comment Actions
Jazmin0696 on Chapter 16 Sun 24 Aug 2025 07:09PM UTC
Comment Actions