Actions

Work Header

Enseñando a amar

Summary:

Hachiman tuvo muchos traumas de adolescente patético, pero uno en particular lo persiguió hasta hoy... porque al parecer no solo esa chica de ojos estrellados vive en el mismo lugar, sino que además quiere que le enseñe a amar. ¿Y mencionó que tiene dos hijos casi tan extraños como ella y un misterioso padre ausente? Si, y su vieja comedia romántica tampoco está ayudando.

Publicado originalmente en Ff.net

Notes:

No sé qué debería agregar. Solo espero que no te decepciones de mi escritura. No soy bueno escribiendo romance, al menos no sin agregarle drama psicótico o absurdo. Espero que al que lea esto sin conocerla de antemano lo entienda.

A darle

Chapter 1: Capítulo 1

Chapter Text

Bueno, podemos confirmar que mi experiencia escolar aquí ha sido menos que deseable. Odio estos pasillos y todo lo que representan, ¡pero ya no más! Una vez que escape de la influencia de Orimoto, podré finalmente comenzar de nuevo. Hikigaya Hachiman será popular algún día, y todos solo podrán llorar de mi éxito... O eso me gustaría decirle al mundo, pero años de decepciones me han hecho temeroso del futuro. Quien sabe qué me llegue a pasar a futuro que arruine todo.

No es que esté creyendo que va a ocurrir un accidente o algo, pero... uno nunca puede estar confiado, ¿verdad? Y menos cuando soy yo. Ya con mi impulso asesinado brutalmente, comencé a andar normalmente hacia la salida, añorando el confort de mi cama y dándome ánimos con que en un par de semanas podré irme a un lugar mucho mejor. Ya no tendré que ver a nadie más aquí.

Eso me hizo acelerar un poco... pero no duró mucho, porque por desgracia me encontré con esa... desgracia para los ojos caminando justo al lado contrario, dejándome la horrenda vista de sus ojos raros ocupando demasiada visión. Hice una fea cara, pero aun así seguí avanzando, queriendo no verla nunca más. Ella es una de las tantas personas a las que no quiero volver a ver después de todo.

La niña es rara. No solo por sus ojos, sino porque pese a ser todo lo bonita que uno podría desear, se actitud a la vida distaba mucho de aquello que la podría volver popular. Era popular, pero podría ser la sensación de la escuela si tuviera un poco más de carisma. Sé que no tiene mucha validez que lo diga yo, pero bueno, ¿qué importa? Cuanto peor le vaya mejor. Es lo que se merece luego de decirme eso.

'Eres un perdedor'... Dios, solo de pensar en lo que dijo, en cómo me lo dijo, me hierve la sangre. Me han dicho cosas peores y odio menos a esa gente, asi que muchos se podrían preguntar qué es lo que me hace despreciar más de lo debido. Y mi respuesta se debe mucho al contexto en el que hablamos, en cómo tuvimos una buena charla y creí que podría tener una buena experiencia con el sexo opuesto al fin... pero entonces me soltó eso, carente de felicidad.

Cuanto más lo pensé, más me di cuenta de que ella no sonrió en ningún momento. Solo me escuchó por escuchar y luego me dijo eso. Nada más. Todo ese buen ambiente solo estuvo en mi cabeza, demasiado metido en su belleza exótica para notar la realidad. Ese choque que sufrí, ese golpe bajo, me afectó demasiado. Ya venía de un mal día y escuchar sus palabras me destruyo. Que una niña de doce años me llamara perdedor fue lo peor que pude escuchar.

¡Es como si Komachi me lo dijera! ¡Fue horrible!

¨...¨

Por eso la odio y me niego a tener algo que ver con ella. No quiero hablarle ni tan siquiera verla, pero cada tanto tengo la desgracia de encontrarme con su presencia y de repente el asco a mí mismo se vuelve mucho más fuerte. Incluso si ella nunca me mira porque no se debe ni acordar que habló conmigo, aún soy incapaz de enfrentarla. Por eso, sin querer, aceleré aún más el paso, queriendo dejar de escuchar sus pisadas cuanto antes.

Con el cielo naranja adornando lo que debería ser una bella escena pero que era una oda a mi juventud, finalmente la pasé de largo y me permití relajar mis musculos un instante antes de acelerar aún más para no pensar más en esa conversación.

¨Oye...¨

¨¡!¨

Me detuve en seco cuando escuché su voz, una que aún recuerdo por las palabras que nunca voy a olvidar. No me volteé a mirarla, sino que me quedé mirando al frente, dudando, temiendo que al girarme solo quedaré más en ridículo. Mientras mi corazón se aceleraba del pánico, escuché con dolor como esa chica se giraba y avanzaba un par de pasos hacia mí. Por suerte se detuvo a tiempo y evité cometer una idiotez.

¨... Me lo he estado preguntando un tiempo, ¿pero de casualidad todavía recuerdas nuestra conversación?¨

... Esa... Esa pregunta es tan... tan esperable de alguien con cero empatía y que vive en otro mundo, alejado del mío. Esta chica, Hoshino-san, no es más popular porque no quiere serlo: tiene todo lo que uno podría soñar... lo que yo sueño, pero no le ve valor. Eso... eso me enojó, me enojó tanto que mis hombros comenzaron a temblar al mismo tiempo en que tenía deseos de irme de aquí para no volver.

Aun con eso, me armé de valor, sabiendo que esta podría ser la última vez que me encuentre con Hoshino-san. Decidí que ya que me iba a ir de este lugar de porquería donde no aprendí nada útil, al menos podría irme atando unos cabos sueltos. Decirle a ella lo que siento, unas palabras sinceras de puro desprecio que me dejaran con una sensación de victoria, así sea falsa.

Mirándola de frente y tragándome el miedo que me daban esos ojos, dije lo primero que se me vino a la mente, mis pensamientos más genuinos.

¨¡¿Qué te importa, sociopata?! ¡Como si pudieras entender mis sentimientos! ¡Seguro no amas a nadie!¨

... Yo le habría agregado más insultos, pero bueno, es lo que me nació del alma, supongo. Satisfecho y sonriendo a un mundo que solo quiere hacerme daño, caminé a la salida, un poco más contento que antes. Caminé y caminé, con un peso horrible en mi espalda finalmente tirado al basurero donde pertenece. Sentí que, si bien lo de Orimoto es una mierda que nunca tendrá solución, al menos pude decirle lo que quería a una persona. Por lo menos una persona tuvo su merecido.

Salí afuera y el aire invernal nunca se había sentido más cálido. Sentí que ahora podía enfrentarme a todo lo que me rodeara a puñetazos... pero lógicamente ese instinto murió cuando vi un grupo de chicos de mi edad mirándome extrañados. Sabiendo cuáles son mis batallas, me tranquilicé y fui a casa, ya olvidándome de la existencia de Hoshino-san. Porque ella ya no importa.

Nunca más tendré que tratar con ella de nuevo.

... ¿Por qué me persigue la desgracia?

...

Para saber cómo fue que las cosas ocurrieron como ocurrieron y cómo se confirma una vez más que Hikigaya Hachiman nunca puede tener una victoria, tenemos que retroceder tres años... o más bien adelantarnos un par de años tras mi momento de liberación. De cualquier manera, todo fue más o menos igual en un inicio: me rechazaron.

Si, Yukinoshita Yukino me rechazó. No porque no me amara o no quisiera estar conmigo, pero dijo que era lo mejor para nosotros. Que nuestro vínculo estaba siendo demasiado tóxico y que lo mejor era que primero crecieramos como personas antes de pensar en tener una relación amorosa... Una mierda, por supuesto, pero en ese entonces poco me atreví a decir. Asentí lloroso, me fui a casa a seguir llorando y pasé todo el tercer año lamentándome de lo que perdí ese día.

Yuigahama... Bueno, ella sigue insistiendo en lo nuestro, pero a estas alturas, incluso si admito que su apoyo en mi etapa más vulnerable me hizo tener ciertos sentimientos de ese estilo hacia ella, no soy tan desalmado para elegirla como una segunda opción. Ella se merece algo mejor y lucho constantentemente por ello, pero hasta ahora mis resultados han sido nulos. ¡Ella literalmente se puso a hablar media hora de mí frente a su cita!

Dios, eso es tan... Pero continuemos: en resumen, aparte de Yuigahama, eventualmente me separé de los conocidos/casi amigos que hice en Sobu. Natural, y no me siento triste, pero es un poco molesto que las únicas que sigo viendo sean el duo del mal, ¿saben? Una cosa es que yo me desprecie para que Yuigahama consiga un buen novio y otra cosa es escucharlo de la perra de Miura. Y Ebina cuestionando mi sexualidad no ayuda en nada.

La universidad ha sido una perra, como esperaba. No pude ir a una de mucho renombre debido a que desperdicié mi último año siendo un llorón, así que acabé yendo a la universidad de mayor nivel a la que pude aspirar, que resultó ser una en Tokyo a una distancia cómoda de mi nueva casa. Yuigahama, casi poseida, acabó también yendo conmigo y su duo de amigas le siguió el paso. En resumen, no sé si debo estar feliz o enojado.

Yuigahama se ha vuelto más aplicada con el tiempo, y eso es bueno, pero cuando sé qué motivos la impulsan a mejorarse tanto me pone un poco... incómodo no es la palabra que usaría, pero si es algo de lo que podría prescindir. Además, aunque peque de nostalgico, extraño un poco a la vieja Yuigahama. Verla tan cambiada me recuerda que el tiempo ha pasado.

Que todo lo que tenía antes se perdió...

¨...¨

Mirando las hojas con problemas que aún no estoy resolviendo, suspiré y decidí que, si no iba a estudiar, bien podría desaprovechar el tiempo en un lugar más cómodo. Yendo a la cocina para agarrar la primera cosa que se viera comestible, decidí que si no iba a estudiar, bien podría ver la televisión. Mi celular no tiene bateria como para ponerme a jugar un juego de ahí.

Prendí la televisión una vez sentido y con mi banana pelada, vi algo que de inmediato me amargó un poco mi ya de por sí amargo día. Vi un grupo de idols cantando con una coreografía demasiado rimbonbante para mi gusto, con unad voces que, aunque lindas, me generan más molestia que otra cosa. Pero eso no fue lo que me molestó: dios sabe las veces que tuve que escuchar esta música de Komachi.

Esos ojos de estrella me trajeron un feo recuerdo del pasado, una remembranza de uno de mis momentos más humillantes.

¨... Se convirtió en una idolo, ¿eh?... Por alguna razón, tiene mucho sentido¨

Hoshino Ai es un rostro que aún recuerdo. Recuerdo la conversación que tuvimos aquel día y recuerdo también que me desquité de una forma que, ahora mismo, solo me genera pena. Tenía asco a mi yo de ese entonces y ahora puedo ver que esta chica, aunque lo dijo con crueldad, tenía razón: yo era un perdedor. Aún lo soy, pero me esfuerzo por serlo menos. Por eso la mayoría de mis sentimientos negativos hacia ella desaparecieron.

No obstante, todavía no me gusta. Y la vocación que eligió menos. Porque como alguien que aspira a encontrar lo genuino en esta vida, nada me parece más falso que una Idol. Las mentiras, las relaciones parasociales y el asco de esa industria me generan un malestar que alcanzaba hasta mi puro ideal. Yo, Hikigaya Hachiman, era demasiado incompatible con esa forma de pensar y ver a esa chica convertirse en eso me genera... casi que tristeza.

Podrá haber sido una perra, pero creí que era más genuina. Si algo pude admirar de Hoshino-san es que nunca mintió cuando la escuché hablar. Siempre fue honesta, por más dura que fuera. La nula empatía hacia los demás es quien era en verdad y ver como ahora oculta todo eso en una fachada de felicidad rancia me genera repeluz. Hoshino Ai me genera repeluz.

Ya cansado de pensar en eso, cambié de canal y dejé que el anime infantil de turno llenara el ambiente con ruido inútil. Pensando en cómo resultó mi vida a lo largo del tiempo, estuve a punto de rememorar lo desagradable que me pareció Hayama Hayato hasta el final cuando... de repente, escuché la puerta siendo tocada. Suspiré y sin levantarme siquiera, grité, no importándome si escuchaban los vecinos.

¨¡Si eres Yuigahama, tienes la llave! ¡No me voy a levantar!¨

Hubo unos segundos de puro silencio, pero de nuevo escuché el toque casi melodico que buscaba hacerme trabajar más. Molesto, grité un poco más fuerte. ¨¡Si viene a cobrar la renta, yo ya pagué! ¡Vaya a molestar a otro!¨

De nuevo silencio, pero esta vez solo fue un par de segundos. Ya con mi paciencia casi perdida, solté algo un poco más grosero. ¨¡Si viene por mis órganos, le aseguro que están destruidos por tanto café! ¡Pero al lado viven un par de niños, seguro que esos les da más dinero!... ¡O son más sabrosos!¨

No sé cómo sabrá la carne humana, pero cuanto más tierna la carne, mejor, ¿no? No sé, tendría que preguntarle a mi psicólogo... Y ahora que lo pienso, creo que tengo turno en un par de días. Pensando en la molestia que sería volver a verlo para sentirme peor conmigo mismo, los golpes comenzaron a ser más furiosos que antes pero manteniendo un ritmo peculiar, casi lindo de escuchar.

Pensé en ignorarlo... y eso hice. Acomodándome en mi sofá desgastado, le di un mordisco a mi banana y seguí apreciando la belleza de la repetitividad del viaje Pokémon de un chico que quiere ser el mejor que habrá jamás con los golpes apenas siendo una gota de agua en el mar de paz que es mi palacio mental. Seguí así un par de minutos en los que tuve el pensamiento pasajero de que a lo mejor me rompía la puerta, pero...

¨¡Hikigaya-san, esto ya no es gracioso! ¡Quiero hablar con usted!¨

¨¡!¨

Esa voz... me trae recuerdos. Recuerdos de hace instantes para ser específicos, cuando escuchaba un canto del que se podía respirar lo fabricado. Dudoso pero sin duda más interesado que nunca, me levanté pese a que mis piernas se arrepintieron al instante y fui a abrir la puerta, un poco temeroso de lo que me fuera a encontrar. Y lo que me encontré fue una vista... chistosa, cuanto menos.

Vi una chica de cabello purpura con una gorra cómicamente sospechosa, unos lentes que estoy seguro de haber visto en un violador en las noticias y una sonrisa tan perfecta que pasaba a dar miedo. Aún con todo, supongo que al menos no parece peligrosa... no en el sentido que estaba pensando. ¨¡Hikigaya-san! Al fin, estaba temiendo que te hubiera pasado algo. Pero solo eres grosero¨

¨... Tú eres la mocosa de aquella vez, ¿no?¨

Hoshino-san se tensó ante la forma en que me referí a ella, pero enseguida se tranquilizó y me dedicó una sonrisa más relajada y un poco menos falsa. Solo un poco. ¨El hecho de que me hables así es tan... Supongo que muestra que alguna gente no cambia. Hasta te ves igual aunque pasaron tantos años¨

Esta situación es extraña, pero aunque debería estar nervioso a más no poder o preocupado de que me estén filmando, lo cierto es que no me importa mucho. No soy tan paranoico y para empezar me es imposible actuar como un fan cuando para empezar su música me parece promedio en el mejor de los casos. Sonriendo, me permití mostrarme un poco más chistoso de lo normal

¨Hm, ¿por qué debería cambiar la perfección? Creo que la evolución alcanzó un tope conmigo. Después de mí, todo es cuesta abajo¨

Hoshino-san se rió ante mis palabras... quizás con más ganas de lo que me gustaría, pero tampoco es que creyera lo que dije. Por más que mi baja autoestima está lejos de cómo era en el pasado, también soy realista. Si tengo estos ojos, me descuido con la comida, tengo ojeras y no tengo dinero o un buen cuerpo, ¿cómo diablos podría ser atractivo? Estar en la clase media es donde merezco estar y estoy bien con eso.

Ya parando de reírse, la Idol sensación del momento se calmó y me miró, sin yo poder notar qué expresión tenían en esos ojos suyos. Transmitiendo un aura de tranquilidad que casi me atrapaba, la voz que soltó fue una de tal suavidad que, de verdad, me hacía entender porqué llegó a conquistar a tantos hombres sin amor.

¨Sé que es raro y que no hemos hablado en años, ¿pero puedo entrar? Quiero hablar contigo de algo¨

Una vez terminado su mensaje, me quedé pensando. Pensando en mi pasado con Hoshino-san y lo que me hizo sentir ese momento. Pensé en nuestra última charla hasta hoy, que resultó ser yo fallando en ser lo suficientemente grosero con ella. Pensé en cómo nuestras vidas resultaron tan distintas que somos aún más incompatibles. Pensé también en cómo habrá sido su vida, tan diferente de la mía y llena de cosas que solo pensarlas me generan un asco instintivo.

Pensé también un poco en mi yo de ese entonces, en un Hachiman lleno de aún más mierda que el de ahora y en cómo, con mucho esfuerzo, logré superar a mi yo de entonces. En cómo, a pesar de que nadie creía en mí, terminé teniendo relaciones que incluso ahora recuerdo y me enamoré genuinamente de una mujer maravillosa que me rechazó por motivos que escapaban de mí.

Porque ella me amaba. Yukinoshita Yukino me amaba. Incluso cuando no la merecía, ella me amó. Pero me rechazó porque no era lo correcto, porque todavía no estábamos listos. Y aunque es una tontería que a día de hoy me genera lanzar insultos nada gratos hacia todo lo que es sagrado... tal vez porque quiero ser esa mejor persona que ella quería que fuera, pensé que esto era una oportunidad.

¨... Seguro¨

Una oportunidad de cerrar un capítulo de mi vida como corresponde. Por lo menos uno.

...

Mi departamento no era lo mejor. Claro, cumplía mis necesidades básicas y me gustaba el espacio más limitado en comparación a mi antigua casa por el simple hecho de que era todo mío, pero admito que tal vez pude decorarlo un poco mejor. El espacio cuantioso para una persona no se ocupaba como debía, dando al lugar un ambiente que rozaba lo triste. Tampoco ayudaba que mi sala fuera una mesita, un par de sillas que usarían niños, un televisor que gritaba a todas luces volver a los año ochenta y con un sofá que vio dias mejores.

La expresión de Hoshino Ai no cambió ni un poco cuando vio 'la magia', pero aunque exteriormente trató de ocultar sus sentimientos honestos como lo demandaba su vocación, me considero lo suficientemente curtido en el arte de saber qué piensa la gente en verdad para notar que está juzgando cada centímetro de este lugar. Entendible: no dudo que ella debe vivir rodeada de lujos y no sepa como tiene que vivir la clase media estudiantil.

Por suerte no trabajo gracias a mis padres, pero necesito economizar gastos, ¿sabes? Y no puedo dormirme en la universidad: si bajo mis notas a un cierto punto, mis padres amablemente me dirán que me vaya a buscar un trabajo.

¨... Bonito lugar. Es... clásico¨

Bufé ante la manera pintoresca en que habló, pero no me molesté en darle una respuesta tal cual. Dejando la taza con café frente a ella, esperaba que a ella le gustara el exceso de azucar, porque es la única forma valida de beber café. Soplando fuerte mi propio recipiente, la dejé reposar, negándome a tomar algo caliente y sufrir la agonía. Hoshino-san me miró curiosa, pero por lo demás no demostró nada increpante y tomó un sorbo del café tras soplarlo.

... La cara que estás haciendo sé que es un engaño, pero la tomaré como cierta solamente porque no es mi plan echarte a la calle, Hoshino-san. Sé jodidamente agradecida. Molesto, me crucé de brazos y decidí acabar con esta mierda.

¨Antes de pasar a lo que me quieres contar, me alegraría mucho saber cómo supiste dónde vivo. No suelo divulgar mis datos personales por ahí. Para empezar apenas tengo a quien divulgarlo¨

La respuesta obvia es Yuigahama, pero lo dudaba. Esa chica, incluso con todos estos años, sigue siendo una tonta que busca una relación amorosa conmigo: dudo que esté en sus planes el que me reuna con una celebridad un par de años menor. De Miura podría esperarme algo así, pero ella está mucho más interesada en que me quede solo. No creo que tenga 'el corazón' de 'atar' a una chica como Hoshino-san.

Hm. Eres una perra también, Miura. ¿Por qué tenías que seguir en mi vida? ¿No pude tener de conocido casual a Totsuka? Hasta Isshiki es mejor.

¨Oh... Bueno... No sé si lo has notado. Creo que no, pero... ¿somos como, ya sabes, vecinos? Vivo arriba¨

...

¨... Eso es... curioso¨

Es una puta mierda. ¡¿Me estás diciendo que vivo en el mismo lugar que una estrella del pop?! ¡Esa es una receta para el desastre! Maldición, ¿qué voy a hacer si un lunático con falta de afecto femenino se entera y viene por mí? No quiero, bajo ningún concepto, vivir un Perfect Blue en la vida real, conmigo siendo el pobre diablo que es asesinado por 'venganza'.

¨Si, te he visto desde hace mucho, pero parece que nunca me notaste¨ Hoshino-san ignoró la crisis nerviosa que estaba teniendo y siguió hablando como si de alguna manera ella fuera importante ahora. ¡Necesito mudarme! ¨Al comienzo me costó creerlo, ¡pero de verdad eres el chico de aquella vez! Esos ojos solo podían ser tuyos. Son inconfundibles¨

Chasqueé los labios molesto, no apreciando la connotación que tienen esas palabras en mí. Ni siquiera Yuigahama quiere mis ojos, sino que le gusto a pesar de ellos. Yukinoshita... quizás ella sí los veía lindos debido a ese panda feo, pero pensar eso solo me amarga más. Con el café todavía faltando para que dejara de echar humo, de repente encontré mucho menos interesante el querer 'hacer las cosas de buena manera'.

Es horrible. Me esfuerzo de más, no obtengo el placer que debería y muchas veces sufro en el proceso. Es por eso que el Hikigaya Hachiman de antaño prefería hacer las cosas a su modo. No es que lo quiera volver a hacer, ya que eso sería como escupir en la cara de todos los que se esforzaron en que sea mejor, pero aun así...

¨Ya veo. La verdad es que no, no te he notado. Lo cierto es que solo conozco a mis vecinos de al lado y eso es solo porque los he visto casi todo el año¨ A las malas terminas teniendo que conversar con ellos así sea solo para pedir favores socialmente aceptados. El trabajo ocasional que les hago también es un buen dinero extra... dinero que tal vez perdí por mis comentarios gritados al aire, pero eh, tampoco es que para empezar lo gastara. Tan solo ahorro.

Hoshino-san asintió a mis palabras y se quedó pensándolas más de la cuenta, teniendo una expresión seria mientras parecía estar a punto de agarrar la taza, pero de repente se detuvo y volvió las manos a sus muslos. No me perdí el gesto y mucho menos lo perdono, pero mientras no me lo dijera a la cara, podría dejarla irse sin hacerla pagar. Cansado de no poder tomar mi delicioso café bien hecho, la agarré y empecé a soplar, buscando llenar el tiempo muerto entre nosotros.

Somos desconocidos después de todo. Antes lo fuimos, por toda nuestra vida posterior lo seguimos siendo y no cambió nada el hecho de queramos hablar entre nosotros. No se puede evitar: si ella no podía hablar y yo preferí no hacerlo, el silencio es la única respuesta. Mientras soplaba casi al son del tic-tac del reloj colgado en la pared, de repente sentí la presión de los lentes de Hoshino Ai mirarme.

Casi da miedo, te digo.

¨Hikigaya-san, yo no vine aquí solo para charlar. Creo que lo sabes, ¿no?¨ Una pregunta retórica que no buscaba respuesta después, ella se quitó los lentes, dándome el vistazo definitivo a esos ojos estrellados que no dejaban de darme un miedo instintivo. Se sentían raros, no importa cómo los mirara. ¨Yo... pensé mucho en nuestro último encuentro. Desde que te vi tras tantos años, cada tanto no dejo de pensar en tus palabras¨

¨¿Mis palabras?...¨

¿Supongo que eso de que es una sociopata? Eso seguro que quizás jodería el desarrollo de más de un adolescente recién llegado a la peor etapa de la vida, pero pensar demasiado en eso es un poco... Negando internamente sus palabras, finalmente vi que ya no soltaba humo y comencé a beber, dejando que Hoshino-san continuara su monologo antes de soltar lo que quería decir.

¨Sobre de que no amo a nadie, si¨

¨¿?¨

Eso detuvo abruptamente mi trago del elixir de la vida, la ambrosía de la glucosa. No empezando a toser por pura fuerza de voluntad, miré a Hoshino Ai sin entender, preguntándome de qué diablos estaba hablando. No recordaba haber dicho algo así, e incluso si lo hiciera, ¿qué diablos tiene eso de especial como para recordarlo incluso cuando pasó casi una década?

¨Desde que te escuché decir eso, nunca me lo pude quitar de la cabeza, ¿sabes? Cada tanto me volvía eso a la cabeza, y aunque pude ignorarlo todos estos años, el verte de nuevo reavivó todo eso. Por eso yo... quería hablar contigo, aunque sea una vez, para dejarte las cosas claras. Para superar ese momento, si se quiere¨

... Eso suena poderosamente similar a lo que yo quiero, Hoshino-san. Y no me gusta para nada eso. Y menos que de repente me mires fijamente con sentimientos extraños mientras vuelves el ambiente algo poderosamente parecido a un puto dorama. Queriendo contrarrestar este momento, tomé un trago bien ruidoso de mi café, pero eso no cambió ni un poco la cara de Hoshino-san.

¨...¨

¨Tú... Tú tienes razón, ¿sabes? Yo no puedo amar a nadie. Nunca lo hice hasta que te conocí y creo que incluso hoy no puedo hacerlo. Incluso si me siento mal, no puedo asegurarle a nadie que lo amo, solo puedo mentir. Por eso soy la mejor mentirosa¨ Soltó una risilla que sonaba demasiado hueca. Escucharla hablar así me hizo sentir mal, como si estuviera escuchando algo que no debería.

¨...¨

No respondí y en su lugar seguí tomando mi café ya frío, sintiendo que lo correcto era solo escuchar. ¨... ¿Sabes? Muchos dicen que me aman. Sé que muchos lo hacen y que son sinceros, pero... no puedo estar estar segura. Nunca lo estoy. Yo, sin importar cuánto lo quiere, nunca pude decir te amo. Ni siquiera a...¨

A Hoshino-san le costaba hablar. No sé mucho de ella, la verdad, y tampoco es que fuera de este momento me interese relacionarme con ella. Esto es algo de una vez, un encuentro que al parecer es necesario para los dos. Apoyé la taza en la mesita mientras miraba de frente a Hoshini-san, quien seguía intentando encontrar las palabras que quería decirme, sin ningún resultado bueno.

Créeme que he estado ahí, Hoshino-san. El no encontrar las palabras correctas es una absoluta porquería. Por eso... al menos se merece sinceridad de mi parte. Se merece que me abra un poco a ella: que sea genuino. ¨Yo... Lo cierto es que te odié mucho en ese entonces. Te odié porque me dijiste la verdad. Fui... quizás siga siendo un perdedor, y me dolió que alguien me lo dijera de frente¨

¨Ah... E-Esto...¨

Hoshino-san se veía nerviosa de repente, incómoda por lo que le estaba revelando. Sonriendo derrotado, miré a esos estrellados que de repente tenían un sentimiento que podía ser leído por mí. De repente Hoshino-san ya no se sentía tan alejada de mí, un simple mortal. ¨No pido que te disculpes: si, me afectó, pero tenías toda la razón. Era un niño tan patético en ese entonces y ahora estoy mejor... No por tus palabras, pero... bueno, supongo que puedo apreciar que hayas sido honesta¨

Ser genuino, no ocultarnos nada y obtener algo más... Aún con todos estos años, todavía sigo anhelando algo así. Anhelo una arrogancia sin futuro, que nunca se podrá realizar. Lo que formé con Yukinoshita fue algo que se alejó demasiado de esa idea y con Yuigahama ya de por sí tenemos valores atípicos. Ella entiende otra cosa por ser genuino, y eso está bien: no todos tenemos que ser iguales.

No todos queremos lo mismo. Sonreí al pensar en lo que me costó llegar a esa revelación tan sencilla pero que cambió todo. Isshiki, incluso si al final nuestra relación tuvo una definición que no sabría ubicar, me ayudó a entender eso y siempre le estaré agradecido por eso. Hayama también me aportó al estar, como yo, queriendo entender a Yukinoshita Yukino, sufriendo conmigo. Y nunca olvidaré todo el apoyo que recibí de Totsuka y Zaimokuza. O las palabras llorosas de Tobe.

Yo... Puede que no haya cambiado tanto como les gustaría a todos, pero no hay duda de que todo lo que obtuve se lo debo a ustedes. Ustedes mis... queridos casi-amigos.

Obteniendo la determinación de terminar mis palabras y de paso ayudar un poco a lo que sea que tenga Hoshino-san, continué. ¨Probablemente no sea la mejor persona para aconsejarte. Ni siquiera entiendo del todo qué te afecta, pero... Yo tampoco... Yo tampoco creo que amé nunca a nadie. Si, quería a mi familia, pero era un amor 'por compromiso'. No entendí nunca a mis padres y mi hermanita era casi una presencia eterea en mi vida. No fue hasta más adelante que sentí que de verdad amé a mi hermana y entendí a mis padres. Ni hablar de los vínculos que obtuve a lo largo de mi vida¨

Je, estoy empezando a sonar como Hiratsuka-sensei. Dios, me pregunto si esto se considera subir o bajar en la vida...

¨...¨ Hoshino-san me miraba fijamente, sin entender nada de lo que decía a juzgar por lo que transmitían esos ojos. Y era comprensible: no nos entendíamos, éramos desconocidos. Estaba bien no entenderse, nunca llegarle a la otra persona... siempre y cuando siguieras intentando, por más inútil que suene. Por más frustrante que sea o por más que sea un esfuerzo en bano... yo...

¨No te entiendo, Hoshino-san, así como tú tampoco me entiendes. Y eso está bien. Pero quiero que te llegue esto¨ Tomé una respiración un poco profunda ante lo que iba a decir, algo que me daba verguenza solo de pensarlo ¨Amar a alguien es... es estúpido, no tiene explicación y solo de tratar de racionalizarlo te dolerá la cabeza. No puedo decirte nada respecto a eso... salvo que es algo no necesita justificación. Si amas a alguien, no necesitas darle vueltas a eso, dudar de ti: si te nace querer amar a alguien, ámalo con todas tus fuerzas. Peor que mentirle a los demás es mentirte a ti mismo¨

¨¡!¨

... Si, supongo que puedo entender la sorpresa. Me sorprende que haya sido capaz de decir todo eso con una cara seria. Dios, por favor no me digan que voy a terminar siendo un profesor con una bata de laboratorio. Ténganme piedad, Dioses de la Comedia Romántica, que de verdad me gustaría tener una familia antes de los 30.

... Bueno, supongo que si vuelvo a ver a Hiratsuka-sensei y sigue soltera, ¿es una opción? Digo, ella era hermosa y supongo que no debió cambiar tanto en estos años. Hasta tal vez se... vea más madura.

... Dios, de verdad me doy asco. ¿Cómo se me ocurre pensar todo esto? Todo es culpa tuya, Hoshino-san. Con enojo obviamente justificado, miré a una Idol popular a más no poder que me miraba como pez salida fuera del agua y toda esa furia murió, sintiendo que esa cara no era la de alguien que estaba bien. Por mucho que mis palabras trataran de impactar, no creo que tenga tanto poder de oratoria. Carraspeé para cortar la creciente incomodidad en mí mientras agarraba de nuevo la taza con contenido delicioso.

Ummm~ Diabetes.

¨Pero si, no sé que más querías decirme, pero espero que mis palabras te hayan ayudado un poco a aclarar tu mente¨ Mis palabras fueron como un baldazo de agua fría para Hoshino Ai, quien después de verse como si nadara en hielo, me empezó a mirar un poco... ¿vacía, si se quiere? Lo que sé es que esa cara no me da buena espina. Nervioso, traté de acomodarme en la silla incómoda mientras la Idol no dejaba de verme a los ojos.

¨... Lo que quería decirte... Eso ya no importa... Porque yo...¨

¨¿?¨

Su voz era apagada y el contenido era inentendible. Sintiendo que esos ojos estrellados suyos ahora me miraban con un sentimiento opresivo, traté de calmrme tomándome el café con todo el ruido del mundo mientras no dejaba de ver a esos ojos que seguían devolviéndome la mirada, haciéndome sentir de repente un miedo recuperado por perder algún órgano mío.

¨Yo... Los amo a los dos. Si, eso es verdad. Los amo. ¿Cómo no los amaría? Son la mejor cosa que hay en este mundo. Sería una tonta por no hacerlo, y peor, una mentirosa. Si, si...¨

¨... Si, eso¨

¿Por qué siento que estoy hablando con una chica peligrosa? Esa felicidad tuya se siente extraña, Hoshino-san. Ya dejando de mirarme, de repente se levantó y, en lugar de abalanzarse para quitarme los ojos, se dirigió a la hermosa puerta, de repente calmando todos mis nervios claramente justificados. ¨¡Tengo que verlos! Necesito decírselo a ellos ahora mismo. ¡Gracias, Hikigaya-san!¨

De repente escuchando cómo se abría la puerta con una desesperación que hasta podía saborear, traté de ser una persona con modales.

¨¿O-Oh? De nad-¨

Y cerró la puerta. Con más fuerza de la necesaria. Me quedé en silencio, admirando todo el desastre emocional que exhudó esa chica llena de un montón de cosas que es mejor no preguntar. De repente tuve el impulso de terminar de beber mi nectar de la juventud eterna, y eso hice, siempre mirando adonde se fue Hoshino-san, preparado en caso de que venga con todo.

Cuando quedó claro que no iba a volver y mi café se acabó, suspiré con la taza a la altura de mi pecho.

¨Que chica tan rara... Y sin modales¨

De repente encontrando en mí el deseo de estudiar para volver a la bella rutina de siempre, me levanté, dispuesto a dejar que este momento quedará como eso. Creo que ayudé a Hoshino-san con su problema, sea cual fuera, y eso es suficiente. El Club de Servicio pudo haber muerto, pero la idea siempre vivirá en nuestros corazones... o creo que esa es una de las tonterías que diría Zaimokuza.

Aunque ya no nos veamos, sepa usted que soy uno de sus lectores más fieles, mi estado compañero de armas... Así que, por lo que más quieras, céntrate en solo una puta novela y terminala. Creo que he comprado como 4 'Volumen 1' en lo que llevamos de año, ¡y el año va solo a la mitad!

No dispuesto a volverme un esclavo corporativo antes de los 25, agarré la primera hoja dispuesto a resolverla antes de dormir... y luego agarré otra hoja cuando vi que esa era la peor.

Odio los números.

...

Al día siguiente, luego de volver de la universidad, pensé que todo fue moderadamente bien. Entendí lo importante y Yuigahama me regaló un MAXX Coffee. No pude evitar creer que ahora todo iba a mejorar.

¨¡Hikigaya-san, deja de ignorarme!¨

¿Entonces por qué escucho a esa chica en mi puerta otra vez?

¨¿Qué se te ofrece, Hoshino-san?¨

Claramente lo dije con la puerta todavía separándonos. Me niego a dejarla entrar de nuevo. Llamenlo presentimiento o simple paranoía, pero creo que si abro la puerta, algo muy malo va a pasar.

¨¡Necesito que me enseñes a amar!¨

...

...

...

¨... Adiós, Hoshino-san¨

Sin molestarme en seguir escuchándola, volví a centrarme en no hacer nada con los no tan melodiosos golpes de Hoshino Ai contra mi puerta mientras me llamaba la atención casi rozando la desesperación. Aun así me negué a envolverme en otra comedia romántica de mala muerte y seguí con mi vida, creyendo que esto terminaría más pronto que tarde. Deseando con todas mis fuerzas que fuera así.

Chapter 2: Capítulo 2

Summary:

Hombre traumado con el amor intenta enseñar a una chica que tiene traumas en el amor sobre como amar.

¿Que podría salir mal?

Notes:

Capítulo 2 aquí. Planeo ponerme al día antes del capítulo 4. Esperen el próximo el fin de semana, ¿si?

(See the end of the chapter for more notes.)

Chapter Text

¨Hikki, ¿qué te pasa? Hoy estás más cansado de lo usual. Mira, tus ojos son más aterradores. Y asquerosos también. No sueles ser taan horrible a la vista¨

Miré ligeramente a la mujer que caminaba a mi lado diciendo palabras crueles con una insensibilidad casi dignas de aplaudir. Pensé en comentar algo grosero por mero despecho, pero al final solo negué con la cabeza y seguí mi camino. Por mucho que quiera desquitarme con alguien, Yuigahama no es una de ellas. Sigue siendo una amiga.

¨... Yo he... tenido problemas para dormir ayer. Solo eso¨

Si, solo tuve que lidiar con una chica que no paró de tocar a mi puerta y llamarme hasta la jodida madrugada. No importa cuánto la ignorara, respondiera, gritara o suplicara, ella nunca dejó de querer que le abra la puerta. Creí que me iba a volver loco, y creo que mi cordura hoy no está al tope de su funcionamiento, pero al final hasta ella tuvo un limite. O más bien una mujer vino a llevarsela a la fuerza por no sé qué motivo.

Todo un sin sentido te digo, pero por lo menos me dejó dormir unas tres horas y media. No lo suficiente para estar al máximo, pero sí lo suficiente para estar caminando todavía. Aunque los bostezos no faltaron en todo el día. Hasta un profesor me llamó la atención, incluso si él es el ingrato que siempre enseña como si perdiera años de vida con cada oración. Eso es tiranía.

¨¿Seguro? Digo, esa cara de ahora no puede ser solo por falta de sueño. Algo te está molestando y te está volviendo más gruñón. Y también siendo más desagradable. Una de nuestras compañeras te miró con miedo¨

Sin decir nada de inmediato, me giré para ver a Yuigahama Yui viéndose igual de inocente que siempre, como si nada de lo que esté diciendo me esté enojando aún más.

¨... ¿Estás molesta?¨

Una risa que no le llegaba a los ojos escapó de mi amiga.

¨¿Molesta? ¿Por qué lo estaría? No es como si te la hubieras pasado todo el día siendo cortante, casi no hablándome y mirándome como si fuera un incordio en tus pensamientos. No, eso sería muy tonto, ¿verdad?¨

... Ahora que lo pienso, hice todo eso, ¿no? Difícil tenerlo en cuenta cuando lo único que quiero es recostar mi cara en el pupitre y no despertar más. Pero bueno, incluso en mi estado actual entendí que Yuigahama estaba en su derecho de ser cortante y un poco grosera conmigo. No me gusta, pero me lo merezco, la verdad. Por eso, en lugar de tratar de argumentar a mi favor, seguí caminando y decidí ser sincero.

¨Lo siento, Yuigahama. Es solo que... cuando me falta sueño, suelo ponerme de malas. No es nada personal contra ti¨

Nos quedamos en silencio en nuestra caminata hacia su departamento. Fueron unos segundos en los que la idea de tener que compensarla de formas que no quiero pasaron por mi cabeza, pero cuando escuché el mismo suspiro de siempre, me tranquilicé. Viendo como me miraba molesta, pero de una forma algo linda, agradecí que ella fuera una buena chica por una vez.

¨¿Qué voy a hacer contigo?... A este paso tendré que cuidarte toda la vida¨ Ya más relajado y viendo como su sonrisa apenas podía ser ocultada, me atreví a devolverle un poco la broma, todo porque somos amigos. Nada más

¨Dices eso como si te molestara¨

La expresión de Yuigahama ante mis palabras fue... extraña. Obviamente no estaba molesta, pero no sé si llamarla feliz. La felicidad es un sentimiento demasiado... bonito para lo que, a mis ojos, es algo más parecido a la esperanza. Arrepintiéndome un poco de seguirle el juego, una parte de mí, la que siempre trato de mantener enterrada en lo más profundo de mi corazón, se emocionó más de la cuenta.

Como dije antes, me gusta Yuigahama Yui. Como mujer. Ella me ha apoyado todo este tiempo, ha sido paciente en mi época más oscura e incluso aunque no le gusta estudiar aún así se esforzó al máximo para seguir a mi lado. Tendría que ser un hombre de piedra si eso no despertara algo en mí... pero como también dije antes, no es lo correcto iniciar una relación.

Si bien creo que... Yukinoshita ya no es un factor determinante en nuestra relación, no podemos negar que todo nace de ahí. Es innegable para los dos y quienes nos conocen que ella fue la chica que no elegí para enfocarme en Yukinoshita. Con eso, ¿con qué cara puedo atreverme a estar con ella cuando no fue mi elección? Siento que le faltaría el respeto a nuestro pasado, a nuestra relación y sobretodo a la propia Yuigahama.

Sé que ella no tiene esos problemas. Lo ha dejado bastante claro de hecho, pero... no creo que sea correcto.

Aun así...

¨Jiji¨ El sentir una presencia pegada a mi brazo me sacó de mis pensamientos. Sin todavía sentirme tranquilo del todo, miré hacia abajo, viendo a una mujer hermosa que miraba al frente con una gran sonrisa. Tuve un pequeño impulso de alejarla... pero al final soy una persona demasiado débil para hacer lo correcto, y seguí mis deseos. La dejé a mi lado y tuve el descaro de disfrutar el contacto cercano con alguien que me gusta.

¨...¨

Yo... si bien sé qué es lo correcto y las palabras de Yukinoshita todavía pesan en mí, a veces me gusta fantasear con aceptar sus sentimientos. Con olvidarme de lo que es correcto o la propia misión que me encomendó Yukinoshita y... ser feliz. Solo eso. Dejarme llevar por mis deseos y ser más... genuino en otros aspectos que estoy forzándome a ignorar.

Rechazar o aceptar a Yuigahama... creo que ambos pueden ser genuinos a su manera. Pero la elección correcta por momentos se hace difícil. Muy difícil.

¨Nee, Hikki, ¿crees que podríamos salir el sábado a estudiar juntos? Sé que no compartimos todas las clases, pero creo que podemos ayudarnos.,. si tú quieres¨

Me quedé en silencio, pensando muy bien qué decir. Pero al final las palabras cortantes son mi mejor arma. ¨Seguro¨

¨¡Que bien! ¿A las diez te parece bien? Así podemos almorzar en un lugar bonito. Hace mucho que no lo hacemos¨ Pese a que disfrutaba el momento, a veces me pregunto de dónde saca Yuigahama la energía para estar siempre tan contenta. A estas alturas sé muy bien que ella en parte quiere mostrarme su mejor cara, pero reconozco también que su personalidad es así. A diferencia de mí, ella siempre fue mucho más sencilla.

Y eso, creo, es lo mejor. Si fuera más como ella, no me la pasaría dudando de cada cosa que hago.

¨Creo que solo pasó un par de semanas¨

Ignorando mis palabras, Yuigahama comenzó una conversación sobre el lugar al que quería llevarme. Evidentemente puse una cara mala cuando mencionó a esas dos payasas y Yuigahama se rió de mi cara, dcsviando la conversación hacia cómo debería esforzarme más en ser más cercano a esas dos. Con mi repetida negativa faltaría más. Nunca me llevaré bien con esas dos por dos motivos distintos. Igual de terribles, pero distintos.

Pero aunque hablamos de cómo sus amigas me parecían mujeres nefastas, estaba lejos de ser una conversación negativa. Ella sonreía, aún más cuando explicaba de formas bastante creativas el por qué las fujoshis estaban, de hecho, podridas hasta la médula. Era una conversación que teníamos cada tanto y ella de hecho cree que hablar así de ellas es la extraña forma que tengo de demostrsar cariño.

Una mentira que solo se cree ella para tranquilizarse, pero allá ella.

Eventualmente comenzamos a hablar de más cosas nuevamente: de alguno de nuestros compañeros, de profesores que no merecen ese título e incluso a recordar un poco el pasado con los momentos más brillantes que tuvimos en nuestro tercer año. Tal vez nos pusimos un poco menos alegres cuando la conversación incluía a Hiratsuka-sensei, y por ende, a Yukinoshita, pero no es como si la odiemos.

Aún con todo, somos amigos. El que me haya rechazado o sea el 'rival en el amor' de Yuigahama no cambia eso. Sé que llegará el día en que podremos hablar de ella con la misma sonrisa que todo lo demás.

Hablamos hasta que llegamos a las puertas de su departamento. Y luego seguimos hablando un poco más, metido en nuestras charlas sobre todo y nada a la vez. Cuando tocó el momento de irse a cada uno hacer sus cosas, mientras me despedía, noté como ella tenía una sonrisa menos intensa que antes, pero... de alguna manera, mucho más hermosa. Más sincera.

Y no soy tan obtuso para no notar que yo también estoy sonriendo.


Ahora, creo que necesito aclarar que no odio a Hoshino Ai. Al menos no en la actualidad.

¿Me hizo sentir patético? Si. ¿Fue insensible en uno de mis momentos de mayor vulnerabilidad? También, pero ella no tenía la obligación de darme cualquier clase de comprensión. No era mi amiga o tan siquiera conocida. Nuestra 'relación', si es que siquiera se puede llamar así entre comillas, nunca existió como tal. Solo fui yo proyectando, queriendo que esa kouhai linda tuviera una genuina empatía hacia mí.

No la odio. Me es indiferente... Me tengo que recordar eso constantemente, porque a estas alturas quiero gritar.

¨¡Hikigaya-san, por favor!¨

¨...¨

Por supuesto que esto iba a continuar al día siguiente. Fue un milagro que para empezar no la tuviera molestando en la mañana. Aquí estaba yo, cansado, en la tarde, con mi entrada a mi casa siendo bloqueada por una chica que tenía un disfraz ciertamente pobre para lo que es su imagen y cuyos ojos de estrella afortunadamente estaban bloqueados por esos lentes gruesos y oscuros.

Me quedé analizando el momento un poco y luego, de un segundo a otro, intenté agacharme hasta pegarme a la puerta y empujarla desde atrás, pero ella vio a través de eso, agachándose a mi mismo nivel. Pero eso era parte de mi plan, ya que, dando un giro que solo podía venir de prácticar mínimante el basquetbol, fui al otro lado, queriendo hacer mi misma treta al lado opuesto.

Pero Hoshino-san puso su mano en el camino y mis buenos valores tradicionales me hicieron detenerme, sabiendo bien que si iba con un poco más de fuerza las consecuencias serían terribles. Para mi reputación quiero decir. Amargado, retrocedí y tuve el desagrado de que esta chica me sonriera como solo Isshiki Iroha había logrado hacer con el suficiente éxito para molestarme.

Mi estado de ánimo, feliz hace unos minutos, ahora estaba tan por lo suelos que ya acariciaba el nucleo interno del planeta. ¨Hoshino-san, por favor déjame entrar. Estoy cansado¨

Mis palabras dichas con sinceridad parecieron afectar ligeramente a la chica, viéndose un poco incómoda de sus acciones, y con justa razón. No obstante, al final primó el egoismo y levantó sus brazos para formar, cómo no, una estrella. ¨Lo siento, Hikigaya-san, pero de verdad quiero que me escuches. Necesito tu ayuda¨

Suspiré, exhalando toda la molestia que no paraba de regenerarse en mi cuerpo. Llevándome la mano a la cabeza para calmar mi cada vez más fuerte migraña, traté de mostrarme como el adulto responsable, el que tiene que hacerlo mejor e insistí en seguir jugando al abogado. De momento quise deshechar con todas mis fuerzas lo más... violento.

¨Escucha, Hoshino-san, no sé qué impresión te di para que me quieras de maestro en... eso, pero te aclaro que yo estoy lejos de poder enseñarte. A riesgo de asumir lo peor de ti, te aseguro que mi comprensión del amor no dista mucho de la tuya. Solo he amado a dos chicas en mi vida y ambas terminaron... bueno, si¨

Técnicamente ninguna terminó, ¿no? Yuigahama es obvio, pero Yukinoshita insistió en que la posibilidad de volver a estar juntos en un futuro no era cero. Lo más sano sería aceptar que todo con ella terminó... pero es un proceso. Es el motivo que nos llevó a separarnos en primer lugar.

Mientras tenía dudas sobre cómo catalogar mi estatus civil, Hoshino-san, inconsciente de aquello, me respondió como si fuera yo el que no está entendiendo nada.

¨Que hayas amado es suficiente. Eso te vuelve alguien mucho mejor que yo. Yo... no me atrevo a preguntarle a nadie más, así que por favor ayúdame, Hikigaya-san¨ Tras eso juntó las palmas y agachó la cabeza, haciéndome sentir como que de alguna manera estaba cometiendo algún crimen contra la moral pública. Si sus fanáticos se llegan a enterar de esto, soy hombre muerto.

Queriendo evitarme problemas, traté de instarla a cambiar su pose, pero lo único que conseguí es que ella se tensara aún más. Viendo que era inútil, me llevé las manos detrás de la cabeza y empecé a preguntarme qué debía hacer. Si valía la pena seguirle el juego, por lo menos hasta que ella viera la verdad o lograra dársela al primer diablo que me dé vía y que seguro estará mucho más emocionado en interactuar con Hoshino-san.

¿Yo? Aparte de mis opiniones personales sobre la industria de las Idols, el tener que ayudar a los problemas de los demás solo me trae deja vus de un pasado molesto. Y tras tanta experiencia lidiando con el sexo opuesto, una chica linda, por más linda que sea, no es suficiente para mover lo suficiente mi corazón.

Ahora... Digo todo esto, pero, por más que quiera negarlo, admito que estoy un poco interesado en sus palabras.

¿Enseñarle a amar? ¿Qué quiere decir con eso? Puedo entender que las Idols estén lejos de ser el pan de dios que siempre quieren mostrar, pero asumo que por lo menos ellas aman a alguien, ¿no? A una mascota, a algún o alguna amigo o por lo menos a sus padres. Incluso las jugadoras principales de esta versión parasocial de la falsedad deberían saber cómo amar. Por eso no me puedo tomar tan en serio a Hoshino-san.

Su petición, más allá de ser molesta, también me resulta difícil de comprender.

... Pero bueno, si tengo este monólogo es por una razón, ¿no? Como dije antes, incluso con el Club de Servicio muerto, todavía arrastro sus cadenas.

¨... Aaah~ Si con eso puedo entrar...¨

La sonrisa llena de felicidad que me mostró Hoshino-san fue tan genuina que dolía verla.

¨¡Muchas gracias, Hikigaya-san! Prometo darlo todo¨

¨S-Si...¨

Honestamente quisiera preguntar cuál es la vida de Hoshino Ai, qué la llevó a pedirme algo tan raro, pero cuanto menos sepa, mejor. No quiero volverme su amigo ni mucho menos algo más: tan solo cumpliré su petición dentro de lo que pueda y luego, con suerte, podré pedirle dinero en el futuro cuando sea una Idol retirada. Si, eso suena muy bien.

Decidido a hacer realidad ese futuro en el que extrañamente Miura era mi sirvienta, le insté a entrar conmigo para empezar esto de una vez. Dudando un poco, ella me dio paso y me vio abrir la puerta con un poco de ansiedad que creció a niveles definitivamente insultantes cuando la puerta fue abierta, dejándome con vía libre a hacer lo que, de hecho me dan ganas para responder el insulto.

¨... Sigue mirándome así y de verdad voy a dejarte fuera¨

¨A-Ah. Perdón¨

Entrando ya con menos ganas, Hoshino-san tuvo la decencia de verse avergonzada y entró. Cerrando la puerta, me dispuse a acabar esto para la hora de la cena. Los fideos instantaneos no se van a comer solos.


Por mucho que algunas personas quisieran forzarme a seguir los caminos de Hiratsuka-sensei más de la cuenta, lo cierto es que no me considero un potencial maestro. Claro, tengo conocimientos relativamente avanzados en ciertas y puede que en el pasado me viera obligado a guiar a gente menor para mejorar sus vidas. Pero si, no creo que pueda hacer un buen trabajo. De hecho tampoco quiero.

Por eso es que ya llevamos como un minuto en el que ninguno ha dicho ni una palabra. Sentados en el mismo lugar que la vez pasada casi como si una fuerza superior así lo dictara, me resigné a aceptar que por mucho que haya mejorado respecto a interactuar con las personas, todavía tengo un límite. No soy como el bienqueda de Hayama ni tampoco tengo la habilidad social del trío que se mete en mi camino más de la cuenta.

Aun así, estoy en mi deber de guía renuente a ser un maestro de esta chica... por motivos que, al igual que las mujeres, escapa a mi comprensión. Aunque sus necesidades no sean problema mío, ya no puedo echarme atrás, ¿verdad?... ¿O puedo?

Negando con la cabeza internamente, borré esos pensamientos extraños y decidí que primero necesitaba información.

¨Entonces... ¿Podrías contarme por qué quieres que te enseñe a amar?¨

Una mejor pregunta es porque necesita mi ayuda, pero paso a paso. Soy lo suficientemente avanzado en cuanto a interacciones sociales para saber que ahora no es momento de ir tan rápido. No sé qué tanto confía en mí, pero lo mejor es no agobiarla.

¨... Bueno. Es... es complicado¨

Oh no. Es de esos casos. Sonando desconfiada de su propio tono, de repente ya no pudiendo mirarme a la cara y destilando incomodidad con tanta fuerza que hasta a mí me afecta. Como pude traté de que no se notaran mis pensamientos e intenté ser una buena persona, a pesar de que esto gritaba problemas por todos lados.

¨Solo dime lo que puedas. No tienes que forzarte a contarme tu vida. Sé que es raro¨ Y no necesito enredarme en otro drama. Ya tuve suficientes en mi vida.

Hoshino-san se atrevió a mirarme a los ojos cuando dije eso. Sus lentes apoyados en la mesita con la lampara que alumbraba tanto como la sonrisa de mi tío sin dientes, pude ver sus ojos estrellados de frente. Eran unos ojos que me ponían incómodo, me hacían incapaz de leer como quería a través de ellos. Eran casi como una máscara que los protegía del mundo real, de la verdad.

No es de sorprender que a su público le encanten. No negaré que es cuanto menos curioso y un poco hermoso bajo cierta perspectiva, pero todo lo que puedo pensar es en que me hacen sentir a Hoshino-san como si no estuviera aquí. Como si fuera... falsa.

¨Yo... Trataré. Por algo quiero tu ayuda, ¿no?¨

Asintiendo a sus palabras, Hoshino-san, ya con su máscara de perfección puesta, se mostró como una belleza eterea a la que te daban ganas de admirar. No sé si es porque técnicamente intentar algo malo con ella podría meterme en problemas legales, pero la Hoshino Ai que suelo ver en el escenario y ahora aquí es una belleza 'linda', de esas que te causan ternura... O puede que solo no quiera ir a la cárcel y me estoy autoconvenciendo. Quien sabe.

¨...¨

¨Pues verás, mi infancia no fue la mejor...¨

¨Ajá...¨

Si, el drama familiar no puede faltar.

¨No quiero hablar mucho de eso, pero eso me volvió una chica algo grosera. Tú lo viviste, ¿no?Digo, me sorprendió mucho que aún recordaras eso después de tanto... pero creo que es comprensible. Cuando lo pensé, es obvio que un momento marcaría a casi cualquiera. Fui insensible, e incluso aún lo sigo siendo¨

¨...¨

¨Por eso, antes de pasar a mí, te pido disculpas. No debí decirte eso, o por lo menos no así. Fui una chica tont-¨

¨No. No lo fuiste¨

Mi interrupción la tomó por sorpresa. Quedándose con las paabras en la boca, me permití darme un momento para pensar bien cómo quiero transmitir mis palabras. No tanto por mí, sino porque este es mi intento de enseñarle de lo poco que sé del amor. Lo poco que he aprendido de mis pocas experiencias, de mis fracasos.

¨Tú... Como dije, tenías razón. Era un perdedor, y aunque me dolió, fuiste genuina. Eso lo puedo respetar mucho más que una falsa compasión. Si te nació decirme eso, así está bien¨

Porque al final eres genuino, no te enredas en las maquinaciones de los demás, en su juego de ser correcto o atender a lo que espera la sociedad de ti. Puede que mi yo de ese entonces no lo viera así, pero ahora puedo ver el valor de ser genuino.

Por eso no puedo evitar pensar en lo triste que es el hecho de que se entregara a la falsedad, a la mentira.

¨...¨ Hoshino-san estaba sin palabras, con sus ojos mirándome fijamente y sin yo poder entender bien qué es lo que sentían. Ignorando aquello, traté de darle una sonrisa comprensiva mientras jugaba a ser un guía.

¨El amor es, en mi opinión, una de las tantas formas en que somos genuinos ante el mundo. Claro, podemos no entenderlo o no poder explicarlo, pero el amar a una persona nace de tus sentimientos más profundos. Es una verdad que está ahí, aunque la renieges. Por eso el primer paso para ser genuino es ser honesta contigo misma. Solo as-¨

¨Um, ¿Hikigaya-san?¨

¨... ¿Qué pasa?¨ Y aquí creí que mi sarta de divagaciones estaba llegando a punto y luego Hoshino-san tiene que venir a ponerle un freno. Las mujeres de verdad le ponen un freno a las ambiciones de un hombre. Bakuman tenía razón y Tsugumi Oba no cree nada malo.

Pero saliéndome de mis desvarios mentales, la Idol, aunque no podía captar al completo sus sentimientos, sí noté cierta... incomodidad.

¨Sé que la verdad es buena, o eso dicen, ¿pero de verdad es un consejo que se puede aplicar a todos los casos? ¿No es mejor a veces lanzar... pequeñas mentiras aquí y allá? Creo que a veces la verdad puede lastimar más que las mentiras¨

Eso es... cierto. Hoshino-san tiene razón en su perspectiva: a veces es mejor mentirle a la otra parte en lugar de decir cómo te sientes. Lo pienso aplicando la lógica de Hayama: ese grupo, incluso si al final no llegó a nada a excepción del trío de mujeres, no se puede negar que lograron pasar su tiempo en Sobu siendo felices. Mucho más que yo de hecho.

Si Tobe hubiera dicho sus sentimiento a Ebina, lo más probable es que nada de eso existiera. Si Hayama rechazara los sentimientos de Miura, el grupo no podría mantenerse sin cambios desagradables. En general, para la mayoría de las personas, la visión de Hoshino-san es la correcta.

No obstante...

¨... Incluso si una mentira puede ser lo mejor para mantenerte unido a las personas, al final no se llegará a nada. Serán relaciones vacías y sin significado, todo lo contrario de lo que es el amor¨

¨...¨

Los ojos de Hoshino-san ahora eran más... peligrosos de cierto modo. No por un peligro en sí, sino porque ahora se sentían diferentes de todo lo que me ha mostrado. Eran unos ojos que me analizaban. Me juzgaban. Y lo más chistoso es que lo hacía de tal form que, si no fuera ya un experto en la materia, no me daría cuenta: tal es el poder que emplean los que viven en el mundo de las mentiras.

Cansado de este duelo de miradas, recosté mi cabeza en el sillón y miré al techo, con una sonrisa desagradable producto de rememorar viejos recuerdos.

¨¿Qué es el amor?... Es una pregunta que a veces me hago. Yo también tuve un pasado complicado y también llegué a una conclusión. Solo... creo que nuestras conclusiones son distintas. Incompatibles de hecho¨ Sin mirarla y todavía teniendo recuerdos variados de un pasado lejano, pregunté. ¨Hoshino-san, ¿para ti qué es el amor?¨

¿Cómo puede verlo alguien metida de lleno en las mentiras, en dar la mejor imagen al mundo y en fomentar la parte más parasocial de hombres tristes que no tienen amor en sus vidas? ¿Que visión tiene alguien así de mis palabras, de mis creencias y de quien soy yo en general? Traté de ser optimista, de ver si de casualidad había una forma en que podíamos entendernos.

¨... Yo... No lo sé. No lo entiendo y nunca lo he vivido hasta ahora, e incluso aún no me siento confiada de nada. Pero... no me gusta lastimar a las personas¨

'No me gusta ser honesta si hiere a las personas', y, si se me permite ser presuntuoso 'no me gusta decir la verdad' es lo que estoy captando de Hoshino-san.

Mi yo de hace un tiempo se habría enojado, pero ya pasé esa época...

Es una respuesta tan válida como la mía y nunca me cansaré de recalcarlo. Al final no voy a ir por la vida cuestionando las visiones de los demás: ellos vivieron su propia vida y sacaron sus respuestas. Lo único que puedo hacer es seguir aplicando mi visión y esperar lo mejor.

Por eso, bajando mi cabeza hasta mirar a Hoshino-san, admití que me sentía un poco... decepcionado de que mi tutoría acabara así.

¨El amor duele, Hoshino-san... La verdad duele. Si tenemos una visión tan opuesta de las cosas, entonces, temo decirte que no puedo enseñarte nada que te guste: las Idols son demasiado incompatibles conmigo¨

Eso último estuvo de más. La expresión sorprendida de Hoshino-san fue la prueba directa de que no se esperó para nada mis palabras. Con mi impulso de querer decir la verdad detenido temporalmente, admiré el cómo de a poco la sorpresa en su rostro se transformaba lentamente en algo difícil de describir, pero que estaba lejos de ser algo que me guste. Se siente como volver a experimentar los enojos de Miura.

Ella no va a ponerse así, ¿verdad?

¨Hikigaya-san, ¿qué quieres decir con eso?¨

¨...¨ Me quedé mirándola, preguntándome qué hice para meterme en esta situación.

¨Hikigaya-san¨

Al final terminé suspirando y, rendido con los hombros abajo, decidí que si tanto iba a defender la honestidad, bien podría aplicarla.

¨... Las Idols, para mí al menos, son casi el epitome de la falsedad, de las mentiras. Pueden decir cuánto aman a su público sin sentirlo en lo más mínimo y crean una relación parasocial en la utilizan las mentiras para hacer sentir cosas que no deberían ser en sus fanáticos. Son falsos¨

¨...¨

Ella... no está feliz.

¨... Pero no necesitas justificarlo ante mí. No soy tu público y no creo que deba importarte mi opinión. Como dije, somos demasiado incompatibles para entendernos. Lo mejor sería acabar con esto y volver a nuestras vidas, ¿si? Puedes irte. Prometo no dirigirte nunca más la palabra¨

Dios, sueno tan patético, pero de verdad tengo miedo de que ella le cuente a sus fans sobre mí y termine conmigo siendo escarmentado por la opinión de cuarentona a los que les urge meter la salchicha en cualquier lugar mínimanente órganico.

¨... ¿Hikigaya-san?¨

¨¿Si?¨

¨Tú... Me esfuerzo tanto, pero juro que no puedo entenderte. Puede que... tengas razón en que somos incompatibles...¨ La forma en que expresó sus últimas palabras me traían una remembranza a aquellas palabras de despedida de Isshiki Iroha el día de mi graduación. Era también de demasiadas emociones contenidas y a la vez dejando bien en claro que había una renuente aceptación.

De que lo nuestro, sea lo que sea que ella quisiera, no iba a hacerse... Incluso hoy, ya casi dos años después, de vez en cuando me quedo pensando en ese momento extraño. En si ella fue una chica a la que debo agregar a mis desventuras románticas.

... Incluso si es así, lo pasado es pasado. Ahora mismo lo importante es Hoshino-san.

¨Eso e-¨

¨Pero¨

Y ahí está el pero. Por supuesto que no iba a ser tan sencillo. Mientras me esforzaba un montón en no arrugar la cara, vi como la expresión de Hoshino-san, todavía molesta... de a poco pasaba a convertirse en la de una chica que, al parecer, llegó a una concenso. Encontró la paz.

¨... Pero creo que puedes enseñarme mucho. Creo que eres el indicado para enseñarme sobre el amor¨

¨... ¿Eh?¨

No, en serio: ¿Eh?

¨Aunque hayan cosas que dijiste que me molestaron y todavía espero una explicación...¨ Por un segundo su expresión se agudizó al mismo tiempo en que esos ojos estrellados obtenían un brillo peligroso. ¨... Creo que fuiste genuino, y según tú eso es el amor. No las mentiras, sino la verdad... Jeje, no creo que me sienta cómoda con ese pensamiento, la verdad¨

¨...¨

Las palabras dichas por Hoshino-san, aunque intentaban mostrarse bajo una luz positiva, irradiaban detrás de sí una carga difícil de describir, pero que sin duda me dejaban en claro que Hoshino-san es más compleja de lo que creo. Esa manera de hablar del pasado, de expresarse... me resuenan mucho a cómo actué los primeros días tras el desastre con Yukinoshita.

Todavía incómodo por cómo terminó resultando todo, ella siguió hablando, demasiado metida en sus palabras para notar mi expresión complicada. ¨Yo pedí tu consejo, tu ayuda... y todavía la quiero. Por más que seamos incompatibles, no quiero pasar toda mi vida sin saber lo que es el amor. Tal vez pude vivir así en el pasado, pero ahora me es imposible. Por esos dos yo... quiero amar apropiadamente¨

La manera de expresarse, la mirada en sus ojos... Es curioso como una chica que al parecer prefiere vivir en la mentira puede mostrarse tan genuina ahora mismo. Es casi cómico y fue la viva imagen de la contradicción inherente en los seres humanos, en nuestra hipocresía. No pude evitar soltar un pequeña risa, preguntándome cómo podíamos ser tan sencillos y complejos a la vez.

De repente envalentonado por la situación, me animé a tratar de asegurarme. ¨Aunque te dije todo esto, ¿todavía quieres que te enseñe? ¿No estás enojada?¨

La cara de Hoshini-san fue todo un poema indescifrable, pero pronto se transformó en un enojo que, aunque serio, era difícil de tomarse como tal cuando inflaba las mejillas de una forma caricaturescamente adorable. Tanto que de inmediato tuve el impulso de apretarlas a ver si eran tan suaves como parecían.

¨Por supuesto que estoy enojada. Acabas de insultar a toda mi industria¨ Tras soltar eso, de inmediato, pareciendo una máscara pero sintiendo que no lo era, ablandó su expresión a un punto que me hizo sentir... cosas. Cosas peligrosas. ¨Pero todos somos distintos, y yo también fui muy grosera contigo. Podemos decir que estamos a mano y empezar de nuevo, ¿de acuerdo?¨

Tras eso soltó una pequeña carcajada gustosa. Incapaz de saber cómo debía tomarme el desarrollo actual, tan solo me quedé en silencio con un rostro congelado, dando de seguro una imagen casi chistosa de lo patética que era. Tras unos diez segundos, Hoshino-san, todavía con restros de su aparente felicidad de ser despreciada como artista, me tendió su mano.

... No jodas, incluso su mano irradia lindura. ¿Cómo diablos es posible? ¿Qué clase de experimento del gobierno es Hoshino Ai?

¨U-Uh...¨

¨¡Espero que nos llevemos bien, sensei!¨

¡!

¨... Por favor no me llames así. Se siente como un mal augurio¨

Sin entender de qué estaba hablando, dejé que Hoshino-san no supiera de la solterona máxima llamada Hiratsuka Shizuka-sensei, una mujer increíble que probablemente estaría muy dispuesto a buscarla como mi esposa ahora que soy legal, pero que me niego a terminar como ella. Podré ser muchas cosas, hasta trabajar en la construcción incluso, pero nunca un profesor.

No importa cuánto ganen o que en este país sea una de las profesiones más valoradas, me niego a terminar volviendo al escenario de la juventud de cualquier forma. Como recién graduado de la adolescencia, estoy en mi derecho a afirmar que los adolescentes son el equivalente a la oveja negra en la etapa de la vida de los humanos. Son tontos, emocionales, creen saberlo todo y cometen errores que los terminan volviendo profesores de cosas que ni entienden.

Mientras afianzaba mis deseos de no recorrer ese camino, Hoshino-san, sin entender la gravedad de la situación, decidió que era un buen momento para fingir que éramos desconocidos muy interesados en nuestras vidas que nunca antes se habían conocido. Mientras me hablaba de cosas tan generales con la profundidad de un charco y yo respondí en consecuencia, esperaba que esto not trajera nada raro.

Llamenlo instinto, pero temo que Hoshino-san sea aún más complicada de lo que creo.


Un periodico enrollado golpeó la frente con más emoción de la debida. La expresión de la golpeada apenas cambió, y ese cambio bien pudo ser por la onda de viento entrando en sus ojos.

¨Ay. Eso dolió¨ Casi sonaba divertida ante esa agresión. Casi.

¨¡Por lo menos finge un poco! ¡También tienes que actuar!¨

Hoshino Ai, sin despeinarse siquiera, comenzó a recibir de lleno el arrebato casi tóxico de Miyako-san, quien parecía estar a punto de perder la cordura. Saitou-san, enojado igualmente, miraba la escena entre confundido y enojado, no sabiendo muy bien qué hacer en esta situación. Probablemente tambien quiera regañarla, pero Miyako-san tiene la suficiente intensidad para cuatro personas.

El nivel de sus gritos llegaron al punto de que Ruby puso una expresión dolorida. Saitou-san-san, notándolo, vio esta como su señal para tranquilizarla. Poniendo una mano en su hombro y atrayéndola hacia él como un padre protector, trató de decirle palabras dulces mientras seguía mirando con una furia claramente fingida en intensidad a Hoshino Ai, que miraba todo esto con la misma expresión que cargaba desde anteayer: sonriendo levemente y pareciendo estar más concentrada en pensar en cosas fuera de esta casa.

Mientras Miyako al fin lograba calmarse y ahora solo susurraba lo incómoda que se sentía teniendo que ahora estar al pendiente de tres niños, Saitou-san, ya más tranquilo, quiso probar otro enfoque, bajando la intensidad de su molestia hasta parecer solo una leve irritación. ¨Ai, ¿podrías decirnos en qué estás pensando? Molestar a un vecino es grave, pero hablar repetidamente con él ya es colmo de la insensatez. ¡Podemos estar corriendo peligro!¨

¨U-uh...¨

Ruby pareció querer decir algunas palabras, pero por el bien de mantener nuestras máscaras solo pudo hacer leves sonidos para llamar la atención. Yo, en cambio, estaba más interesado en aprender de todo esto. La curiosidad de enterarme de que tenía a Hoshino Ai tan ocupada estos días era sin duda algo que valía la pena escuchar. Sobretodo si al parecer incluía un 'él'.

La preocupación de Saitou-san puede parecer exagerada, pero la comparto totalmente. Por eso estuve muy atento a lo que diría Ai.

Sin cambia su expresión pero de repente adquiriendo un brillo peculiar en sus ojos, nos miró de reojo a nosotros dos y luego, encarando a Saitou-san, dijo las palabras que, como era de esperarse, no explicaron nada

¨Yo... Conseguí un profesor. ¡Y uno muy bueno! Me va a enseñar mucho¨

Todo lo dijo contenta... demasiado contenta para la salud mental de todos salvo yo, y por eso el resultado fue el esperado.

Las reacciones fueron variadas: Ruby puso una expresión cómicamente exagerada, vaya a saber uno porque. Saitou-san se llevó la mano derecha a la frente mientras hacía una expresión dolorosa. Miyako pareció que el mundo se le venía abajo, todavía estresada de lo que tuvo que lidiar estos días. Yo, en cambio, no pude evitar tener el presentimiento de que este 'profesor' no iba a ser más que problemas en nuestra vida actual. Un incordio a la relativa paz que mantiene todo en orden.

Espero que no traiga nada malo. Por el bien de Hoshino Ai... y sobretodo por el suyo, más vale que no se atreva a lastimarla.

Notes:

Gracias a quien leyó. Cuidense, ¿si?

Chapter 3: Capítulo 3

Summary:

Mucho se habla de lo que piensa el hombre, de lo que siente y a qué le da importancia. Pero ¿que esconde detrás de esa sonrisa la amada por todos?

¿Cual es su dolor?

Notes:

Capítulo 3 y ahora está al día con Ff.net. El martes se tiene planeado sacar el siguiente capítulo en Ff.net y si bien tengo claro que saldrá primero ahí, no sé qué tiempo esperar. Mi idea, de momento, es publicar a la tarde en Ff.net y aquí a la noche.

(See the end of the chapter for more notes.)

Chapter Text

¨¿Se encuentra bien? Ha estado incómodo desde que llegó. ¿Ha ocurrido algo?¨

Miré a la doctora y al final solo pude negar internamente, sabiendo que este era el momento de contar algo tan importante como lo ocurrido con Hoshino Ai, pero no atreviéndome a hacerlo por motivos que no me ponen orgulloso. Porque al final es obvio para todos que yo no quiero estar aquí, pero estoy aquí porque fue lo que quería Komachi.

Mi hermanita se preocupó por mí más que nadie tras mi recaida y una de las formas en que quiso ayudarme fue utilizar al psicólogo para contarle mis problemas. No me gustó en su momento, pero la insistencia y el hecho de que de verdad creía que esto me haría bien me hizo al final aceptar su idea. Y así es como conocí a la psicologa Muragawa-san, una mujer ya entrada en sus treinta que, la verdad, me ha tenido un montón de paciencia.

Porque el tiempo pasa, Komachi no está presente en mi vida y este es un gasto del que podría prescindir. No obstante, tal vez porque aún quiero hacer sentirla orgullosa de mis esfuerzo, todavía no le he contado mi sentir a nadie. Supongo que aún no me queda claro qué hacer con ella.

Pero bueno, pajas mentales a un lado, Hoshino Ai: ... Creo que puedo decirlo sin decirlo.

¨... Conocí a una chica rara hace un par de días. O más bien volví a reencontrarme con ella¨ Teniendo la delicadeza de no verme ya con deseos de analizar hasta cómo parpadeo, ella me sonrió, un poco feliz de que me animara a contarle cosas y vi como enderezaba su postura, preparada para que le cuente el chisme.

¨Entiendo... ¿Esta chica es una que ya has nombrado, o había pasado desapercibida hasta entonces?¨ Que preguntas tan complicadas hace, doctora, y bien que le sale tan rápido como Kamakura cuando vio a ese perro gigante.

¨Bueno, creo que hemos hablado de tantas cosas que no sabría decir, y mi relación con ella está lejos de ser de las más importantes que tuve. Sin embargo ella es... una chica bastante peculiar, por así decirlo. Incluso tanto como para de vez en cuando recordarla¨

Ayuda que se haya convertido en una celebridad de la que cuesta mucho disociarse. Hoshino Ai siempre estuvo destinada a destacarse para mí, por lo que, si bien yo la veía en otro rubro, no es descabellado que sea una Idol. Digo, es linda, es exótica y de verdad si sigo pensando esas cosas el FBI cruzará el oceano para atraparme. Para, Hachiman: aún es menor de edad.

¨Ya veo. ¿Su primer encuentro fue agradable? ¿O tuvo también un trasfondo desagradable de recordar?¨

¨Eh... Eso es...¨

Mi primer encuentro con Hoshino Ai... Hasta que nos volvimos a encontrar, ese momento es lo que más me quedó grabado a fuego de ella. Así es como vi su personalidad auténtica y probablemente aún lo crea porque sé que tiene una máscara conmigo. Con todos de hecho. Muestra una cara perfecta, su mejor versión y por más que la he provocado al punto de agrietar la máscara, sigue manteniendo una cierta perfección.

Hoshino Ai es falsa. Es una mentira, como tantas otras personas. Como todas las que están metidas en el mundo del espectáculo... Pero a diferencia de sus relaciones actuales, yo sí he visto a la Hoshino Ai del pasado. La que no tenía una máscara, la que decía todo sin filtro alguno, no importándole la opinión de los demás.

La que... era genuina.

¨Eres un perdedor¨

... ¿Eh? ¿Q-Qué dijo?

Incapaz de entender qué estaba pasando, solo me quedé mirándola con los ojos abiertos a un nivel preocupante. Dudando siquiera de que algo de esto fuera real, solo pude ver la expresión fría de Hoshino-san. El como, incluso cuando le conté cosas tan personales de mí, cuánto me abrí para contarle todo lo que estaba sintiendo por culpa de lo que pasó con Orimoto, ella...

¨...¨

Sin ya poder soportar esos ojos aterradores, me giré para mirar al frente, hacia las paredes frías que apuntaban a un salón de clases cualquiera. Aquí, con el calor del sol todavía en alto, sin casi sombras y con algunas personas alrededor, no pude evitar sentir que estaba solo. Muy solo. Que no tengo a nadie a mi lado en quien apoyarme, a quien contarle mis problemas o... que por lo menos le importe mi existencia.

A nadie le importo. Nadie es mi amigo y el soñar con que una chica quiera estar conmigo es solo un chiste. Debe serlo, y el que no lo pueda ver debe ser la razón por la que todos me ven como alguien patético. Y tal vez tengan razón.

... No, no es así. Yo... solo tengo mala suerte. Parto con desventaja.

¨... Todo es culpa de mi reputación...¨

Por eso todos me odian y siempre estaré solo aquí. Pero cuando me vaya... cuando inicie de nuevo, tendré una oportunidad. Tengo qué. Eso... si eso va a hacer así, entonces no hay nada que pueda hacer. Solo tengo que aguantar, ¿verdad? Hasta que el fantasma de mis errores... el fantasma de Orimoto ya no importe más.

Y en cuanto a esta chica...

¨...¨

Si... Mejor no decir nada. Seguro que mi reputación se arruinará aún más si le digo aunque sea algo de lo que píenso. ¿Y qué importa si ella me dijo eso? No me tiene que importar la opinión de una kouhai tan mala. Me abría a ella, le conté cosas tan personales y hasta me atreví a soñar con tener amigos para que ella... ni siquiera se dignara en contestarme con cortesía.

Hoshino Ai es la peor. Un monstruo sin sentimientos. Pensando así fue que le dediqué una mirada de asco, saqué la lengua y me fui, ya no dispuesto a enojarme más. Cuanto antes dejara de ver a esta chica horrible, más podré centrarme en sobrevivir en este entorno hostil. Satisfecho conmigo mismo por pensar es que me largué a otro lugar.

Sentí que Hoshino-san me miraba con sus ojos estrellados asquerosos, pero no le di importancia. Si a ella no le importan mis sentimientos, ¿por qué debería importarme los suyos? Y más cuando es una gran perra.

¨... Entiendo. Visto así, no fue la mejor experiencia. Menos para tu yo de ese entonces, ¿verdad?¨ Mientras ella aprovechaba el silencio para anotar todo lo que le dije en su librito, yo pensé un poco en ese entonces. En lo que sentí, lo que dije, lo que pensé y lo que terminó ourriendo. Porque ese Hachiman era un chico patético y eso se hizo notar en los siguientes meses.

Hoshino-san siguió ocupando mis pensamientos. Cada vez que la veía me ponía y mis deseos de vengarme se volvían más fuertes. Mi actitud hacia mi clase acabó por convertirme en el paria de la escuela, aquel al que nadie quería hablar. Antes de Orimoto la gente me hablaba sin pena e incluso después del rechazo publico por lo menos mis intentos fueron correspondidos, así sea con desgana.

Pero cuando dejé de hablar, nadie vino a mi lado, y eso terminó creando una bola de nieve que volvió mis últimos meses en esa escuela un infierno. Ya llegó el punto en que más de un día falté o decía que 'me sentía mal' para refugiarme en la enfermería. Fue el nacimiento de mi etapa más desastroza que acabó por completarse después de que el transporte de Yukinoshita me rompiera la pierna.

Pero eso es historia antigua. Si fuera eso nomás solo sería una curiosa anécdota que moriría conmigo, pero con Hoshino-san de nuevo en mi vida de repente aquella experiencia importa. Sobretodo porque...

¨... Escuche, Muragawa-san. Yo... La razón por la que esto es importante es porque... Bueno, podríamos decir que mi encuentro con esa chica no es algo de una sola vez. Será algo recurrente¨ Mis palabras generaron una pausa inmediata en las anotaciones de la doctora, ahora mirándome sí como un rompecabezas al que buscaba resolver la más mínima interrogante. Con esos ojos analíticos, bajó el librito.

¨¿A qué se debe eso, Hikigaya-san?¨

Ugh, solo de pensar en tener que decirlo a alguien ya me da grima. Aun así, tragándome el sabor que recuerda un montón a cuero cabelludo, me animé a responder, esperando lo mejor. Que esto no sea tan importante como parece y que la doctora me tranquilice diciéndome que no es la gran cosa.

Por favor.

¨... Podríamos decir que ella se transformó en algo así como... ¿mi alumna, tal vez?¨

... Si, con la mirada que me está dando, menos que no dije que le tengo que enseñar sobre el amor. Ante su mirada fija ahora en sus notas, yo suspiré porque a esta sesión todavíá le quedaba casi media hora. Preguntándome si era ya muy tarde para cancelar el tratamiento, pensé en qué diablos pasaba por la cabeza de Komachi al pedirme que asista a estas sesiones.

No me ayudan en nada.


Puede que suene un poco mal decirlo, pero en realidad soy un muy buen alumno. En la parte superior de la casta notaria de hecho. Como un tipo que quedó aquí debido a los errores de mi pasado, es evidente que, con eso superado, terminara por superar el nivel medio de la universidad. Es inevitable, pero lejos de conformarme con eso, me he esforzado en ser cada vez mejor. En volverme el rey entre los mortales. Por eso es que mis estudios son importantes.

Estudiar, ir a la universidad, tener psicólogo una vez al mes, hablar con Yuigahama, salir con ella y a veces con sus amigas: desde que he venido a Tokyo esa ha sido mi rutina, y a lo largo de los casi dos años desde que he venido aquí eso se ha mantenido sin cambios. Por eso creo que se me permite verme un poco sorprendido cuando, al llegar a mi departamento, veo a una mujer mal disfrazada frente a la puerta tarareando una melodia bonita.

No me costó mucho recordar quién era, pero desearía haberlo hecho. Tengo que estudiar, así que no tengo tiempo para estar con Hoshino-san ni aunque quisiera... Pero bueno, eso no quiere decir que no pueda hablar con ella un poco. Hicimos la paces o algo así, por lo que bien podría poner eso en práctica.

¨Hola¨ Diciéndolo desde una distancia respetable, corté la respetable melodia de Hoshino-san quien de inmediato se giró y puso una sonrisa no tan grande como las que solía mostrarme antes, pero que sentí mucho más radiantes. Que venían del corazón... o una de esas tonterías de las novelas románticas que Yuigahama me hace leer.

¨Al fin viniste. Me estaba preocupando¨ Mientras yo sacaba mi llave y ella se hacía a un lado, pensé en si era buena idea decirle dónde estaba yendo. Sé que en este país la ayuda psicológica no es bien vista, y aunque no creo que Hoshino-san vuelva a decirme perdedor... supongo que tampoco quiero entrar tan en confianza. O que se haga una idea equivocada de mí.

¨Estaba ocupado. Después de la escuela tuve que ir al doctor. Y antes de que digas algo, es solo una cita de rutina. Para asegurarme de que todo este bien¨ Provocando que Hoshino-san desistiera de preguntar, abrí la puerta y entré sin dudarlo. Escuché a Hoshino-san saludar a la propia casa antes de entrar. Cerrando la puerta con muchísimo tacto, yo en cambio prendí las luces, yendo de inmediato a la cocina para prepararme un café.

Dudé un segundo cuando tuve el frasco en mis manos, preguntándome si valía la pena hacerlo por la visita. Pero al final mis instintos de ser un buen ser humano pudieron y, dejando el café, agarré en su lugar lo necesario para hacer un té verde. Mientras trabajaba en eso con una habilidad que me forcé a aprender en mi tercer año de Sobu por motivos patéticos, Hoshino-san estaba sentada en la sala.

Viéndola desde mi lugar el cómo de alguna forma lograba verse como una acosadora con esos lentes y la gorra puestas, me reí recordando un poco algo chistoso que ocurrió con Totsuka hace un tiempo. Me trajo una agradable nostalgia, haciéndome trabajar con más ganas en el nexo de unión con un pasado agradable. No tanto en Yukinoshita, sino en toda la etapa del Club de Servicio.

Hiratsuka-sensei, Yuigahama y todos los que estuvieron ahí en mi momento más duro... La verdad es que tengo muchas más cosas para ponerme contento que triste. Conocí un montón de gente extraña, si, y que no son particularmente de mi estilo, pero que incluso hoy en día recuerdo como si fuera ayer. Incluso Hayama me trae ciertos recuerdos positivos, y él es todo lo que no quiero ser en este mundo.

Para cuando me quise dar cuenta, ya había terminado de hacer ambos tés. Sorprendido de que pudiera hacerlo sin prestarle atención, enseguida me recuperé y, apoyadas en una bandeja que me regaló Ebina, fui a la sala de estar donde Hoshino-san por lo menos se había quitado los lentes. La gorra se ve que es muy cómoda.

¨Gracias, Hikigaya-san. Huele muy bien¨ Contenta y, para qué mentir, aliviada de que no fuera mi glorioso café relleno de amor blanco, Hoshino-san comenzó a soplar mientras yo hacía lo propio con el mío antes de terminar dejándolo apoyado en la bandeja. Deteniendo su acción para mirarme curioso, le expliqué lo que le he tenido que explicar a cada persona que he conocido.

¨Mi lengua es sensible. No soporta el calor¨ Asintiendo en comprensión, decidí que era buena idea dejarle en claro mi situación. ¨Más importante, Hoshino-san, hoy tengo que estudiar un montón. Los examenes se acercan y aspiro a ser el mejor, así que...¨

Sobreentendiendo lo que quería decirle, Hoshino-san primero tomó un trago generosos del té que le hice y ya cuando lo apoyó en la bandeja, me dio una sonrisa de comprensión. ¨Entiendo. Lo cierto es que quise venir porque estos días sí los tengo libres, pero es verdad que ahora tienen que estar en examenes. No hay problema. Te dejaré estudiar¨

¨Gracias¨ Al final Hoshino-san era una buena chica después de todo. Mientras ella parecía estar disfrutando de la paz que da este ambiente y yo también, no pude evitar recordar un poco lo que pasó con la psicologa Muragawa-san hace poco. Es verdad que voy ahí más por obigación sentimental hacia Komachi, pero eso no quita que sé reconocer que ella es buena en lo que hace. He aprendido bastante más sobre mí mismo gracias a ella de lo que me gustaría admitir.

Por eso tomé en serio su consejo: el de tratar de acercarme a ella e intentar conseguir una amistad. El de expandir mi circulo social y, tal vez, con esto podría de paso quitarme un poco mis prejuicios hacia las Idols. O al menos entender otros puntos de vista, porque incluso yo debo admitir que me centro demasiado en mí mismo.

Hacerme amigo de Hoshino-san es... difícil de imaginarme, más que nada porque somos de mundos totalmente diferentes. Es verdad que Yukinoshita en esencia era similar a Hoshino-san en ese aspecto, pero no solo esta Idolo posee una distinción aún mayor, sino que pensar en compararlas se me hace un poco incómodo. No puedo evitar temer estar proyectando demasiado.

No quiero que mi comedia romántica siga expandiéndose, muchas gracias. Ya bastante tuve con descubrir que Isshiki y Kawasaki tenían ciertos sentimientos hacia mí. Lidiar con estas cosas no es para mí, sino trabajo de Hayama.

Mientras veía a Hoshino-san tomando el té verde y no desencajando para nada en el ambiente, me permití preguntarme qué pensaban de mí los Dioses de la Comedia Romántica para meterme en más de estas situaciones. Dudando de la mano negra detrás de todo esto, finalmente me atreví a agarrar el té y empezar a tomar un trago temeroso.

Evitando que saliera un quejido patético, lo alejé lentamente de mí y lo volví a apoyar en la bandeja, recordándome porque el café era mucho mejor. Porque MAXX Coffee era la marca suprema. Y más importante, que mis dotes actorales lograron engañar a Hoshino-san, quien no se dio cuenta de mi dolor.

¨Jiji~¨

Que no se dio cuenta he dicho.

Mientras la situación se volvía en mi contra, carraspee para llamar la atención de la Idol con habilidades de incognito tan incógnitas como el Modo Incognito. Haciendo un sonido tierno que de alguna forma lograba ser burlón, pensé que, mientras aún la tuviera aquí, bien podría intentar hacerme amigo de ella. ¨Entonces... ¿Qué tal fue tu día? ¿Hubo algo de especial?¨

Una pregunta vaga, amplia y que da paso a omitir detalles que sean molestos de narrar: un clásico aprobado por todo el mundo.

Hoshino-san hizo un gesto pensativo que pareció más un intento de posar para una revista antes de negar con la cabeza, cerrando sus ojos. ¨Nada especial. No sé qué clase de visión tiene la gente de las Idols, pero es una vida un poco aburrida fuera del escenario. Es ensayar, aprender qué decir y tener una dieta estricta sobre lo que puedes comer. Es... un poco agobiante a veces¨

¨Pero te gusta, ¿no? Sino no lo seguiría haciendo¨ Al margen de lo que pueda pensar de las Idols, no deja de ser un trabajo, y como todo trabajo seguro debe haber algunas personas que lo hacen por gusto. Y a menos que seas un talento casi irrepetible, es seguro que para estar en la cima en algún grado te tiene que gustar lo que haces. Y Hoshino-san, si algo le puedo aplaudir es que siempre se destaca.

¨... Si, me gusta mucho hacerlo. Creo que es obvio cuando me ves en el escenario¨ Asentí y traté con todas mis fuerzas de que no se notara que, de hecho, casi siempre que la veo cambio de canal. ¨Pero, ¿sabes? Creo que lo que me gusta más allá del canto en sí, es cómo puedo hacer sentir a las personas. Es como una forma de amor para mí. Sus sonrisas, la emoción... eso me gusta¨

¨...¨

Si... Puedo ver lo importante que es para ella. Desconozco qué es lo que motivó a Hoshino Ai a cambiar tanto su actitud, pero es innegable que le gusta lo que hace. Y eso puedo respetarlo, por más que tenga mis propias opiniones sobre el mundo de las Idols. Al final, ¿quién soy yo para cuestionar los anhelos de las personas? ¿Aún más cuando son tan genuinos? Ya hace tiempo dejé esa arrogancia.

Animándome a agarrar la taza de té porque así son los hombres, bebí un poquito para evitar una verguenza... y tuve mucha suerte de que Hoshino-san esté mucho más inmersa en su propio mundo personal para notar como alejé bien rápido la taza maldita.

Esta cosa da asco. Ya sé por qué nunca quiero hacerla.

¨Bueno, tal vez no te guste lo que diga, pero para mí el amor son las mentiras. Es mi manera de amar a la gente¨ Esa combinación de palabras fue suficiente para parar mis pensamientos en seco. Mirando ahora con seriedad a Hoshino-san, ella continuó con una expresión de disculpa. ¨Le doy al mundo mi mejor versión, la Ai perfecta. Quizás sea fabricada, pero lo que quiero transmitirles es amor. Quiero amarlos a todos y todo lo que creo, lo que hago, es para amarlos¨

... Me quedé mirando a Hoshino-san y ella me devolvió la mirada. Sintiendo que tenía que contestar y queriendo hacerlo, pensé bien en cómo transmitirle lo que pienso de sus palabras. De su ideal opuesto al mío. Decir no las palabras que quiero ni las que quiere ella, sino la que mejor sirvan para mi propósito.

Después de todo, tuve a la mejor sensei guiándome. Sé cómo ser un buen maestro.

¨... Si esa es tu manera de ver el amor, no te la reprocharé. Cada quien ama como quiere y no soy tan arrogante para imponer mis propias creencias¨ Tras mis palabras, afilé más mis ya de por sí afilados ojos, dándole una apariencia seguramente muy desagradable. ¨Pero creo que si me quieres como tu profesor, si quieres que sea tu guía, es por una razón, ¿cierto? Aceptaré tu forma de amar, ¿pero acaso tú la aceptas? Eso es lo más importante¨

¨...¨

Incluso si no dijo nada, pude sentir como sus ojos se volvieron más retraídos, como si quisieran analizarse a si mismos. Ahora mismo Hoshino-san está mirando dentro suyo, y como alguien que tiene que enseñarle, eso lo mejor que puedo pedir.

¨No te forzaré a que pienses como yo. Dios te libre si encuentras a una persona con mi visión de la vida: pero te enseñaré mi perspectiva y tú tomarás lo que quieras, lo que te llegue. Puede que te quedes con todo o puede que nada, pero será tu decisión. Incluso puedes rebatirme si quieres. Después de todo la que va a aprender eres tú¨

Tras decir eso, Hoshino-san hizo una expresión... extraña. Difícil de describir, pero lo que si sé es que hace a mis presentimientos forjados en el duro campo de guerra de la primaria hormiguear, avisándome de un mal augurio. Mientras pensaba en qué iba a pasar, Hoshino Ai, sonriendo con una lindura que me calentó el corazón, dijo las palabras que fueron mi Segundo Impacto.

¨De verdad eres un gran maestro, Hikigaya-san. ¡Deberías ser profesor!¨

...

...

¨... Por favor no. Todo menos eso¨

Quiero una novia carajo. Me niego a morir solo, y más importante, teniendo que ser un esclavo de lo caprichos de la juventud. La juventud sigue siendo el mal, solo que de una manera mucho peor.

Negando con la cabeza, finalmente decidí que bien podría dejar de verme tan patética y, a riesgo de generarme una molestia en la lengua que no se irá de aquí a un par de días, agarré la taza y tomé un trago generoso. Tan generoso de hecho, que no tardó en darme una picazón a cambio: porque es así de generoso.

Que te jodan, té verde.

¨Eres raro, Hikigaya-san¨

¨No quiero escucharlo¨

Tras reírse un poco, dudé un poco antes de tomar un trago ligero, esta vez no sintiéndome del todo mal... quizás, en parte, porque mi lengua a estas alturas está demasiado insensibilizada tras tanto maltrato. De cualquier manera, pude tomar a partir de ahí como una persona más o menos normal, pero eso no quitó a Hoshino-san su sonrisa, quien encontró mi sufrimiento muy entretenido, mucho más que su té.

Así nos quedamos un tiempo, conmigo tratando de terminar esta cosa endemoniada para ponerme a estudiar mientras Hoshino-san a mitad de camino dejó la taza en la bandeja de una vez por todas. Estando mucho más interesada en darle una nueva mirada a mi departamento bien cuidado, no pasó mucho para que pudiera acabar con el maldito liquido endemoniado, sintiendo en mi alma como un peso aplastante se iba cuando dejé colocada la taza en la mesa.

¨Yoshi Yoshi¨

Hoshino-san, podría prescindir de ese asentimiento continuo. Si no puedes detenerlo, por lo menos haz algo con esos aplausos. Se sienten peor que aquella vez que Tobe me pateó por accidente. Suspirando ante el recuerdo de ese tipo, me permití recostarme en el sillón y mirar el techo, embelesado por el pasado, en un breve tiempo donde parecía que se me iba a acabar el mundo porque una chica no quiso ser mi novia.

Que estupidez. Pasa el tiempo y la vida sigue: todos seguimos adelante. Incluso Yuigahama ha avanzado en todo lo que no tenga que ver conmigo. Y yo... a veces siento que no lo he hecho lo suficiente. Que aún me falta seguir moviéndome para llegar a la altura que Yukinoshita espera de mí. A la que yo mismo me impuse para demostrarme a mí mismo que valgo la pena.

Ese momento destruyó mi autoestima, pero... creo que, quizás, algún día pueda entender qué pensaba Yukinoshita en ese momento. En conocerla a ella, en saber al completo qué pensó ella. Y así, quizás, pueda alcanzar lo genuino.

...

...

Bueno, suficientes pajas mentales. Hora de estudiar.

Desganado pero decidido a darlo todo, me levanté con claras intenciones de someterme al castigo que son los estudios superiores. Yendo a mi cuarto como si algo me estuviera chupando la vida, no fue hasta que estuve frente a la puerta que noté que un par de pasos se escuchaban detrás mío. Que alguien quería invadir mi santuario privado donde leo cosas que no me gustan y, de vez en cuando, alguna novela de calidad.

Toaru no se va a leer solo, ¿saben?

¨... Hoshino-san, voy a estudiar¨ Traté de sonar amigable, en que ella entendiera que hay límites que no se deben cruzar. Pero como esperaba de una buena chica como ella, no tardó en destruir las expectativas que puse sobre ella.

¨Si, ya me lo dijiste¨ Y tuvo el descaro de sonar tan inocente...

Negándome a ceder ante esta tontería disfrazada de provocación, redoblé mis esfuerzos, queriendo sonar lo más desagradablemente obsceno posible ¨Voy a estudiar... en mi cuarto¨

Esperaba que si logró espantarme hasta a mí también lo hiciera con ella, pero me encontre con una boca abierta como una O que es más bien una o mientras hacía un sonido de estar asombrada. ¨Oooh. Eso suena muy profundo. ¡No puedo esperar a verlo!¨

¨...¨

¨...¨

Nos quedamos en este concurso de miradas más tiempo del que le admitiré a mi psicóloga, pero al final me negué rotundamente a ponerme el traje de mayordomo.

¨... Hoshino-san, largo¨

¨No quiero¨

Siento que algo quiere surgir de mí... Algo peligroso.

¨Hoshino Ai, quiero estudiar¨

¨Pues estudia¨

Sentí que algo se estaba rompiendo dentro mío, una paciencia que he cultivado todo este tiempo que he estado rodeado de esas dos insufribles 'amigas'. Tomando una bocanada de aire todo menos fresco, me permití darme un segundo para pensar qué y lo más importante, la forma de convencerla de irse sin necesidad de usar métodos bruscos. No vaya a ser que se lo cuente a uno de sus contactos y acabe enterrado bajo tierra.

Antes de que se me ocurriera soltar una tontería que de seguro no servirá de nada, Hoshino-san me agarró por los hombros. ¨¡Vamos, será divertido! No suelo tener contacto con chicos normales, así que verte estudiar será toda una experiencia. ¡Tal vez hasta pueda aprender algo!¨

¨En primer lugar, el estudio es muchas cosas, ¿pero divertido? Ni de chiste. Segundo, entiendo que su majestad esté interesada en los simples mortales como nosotros, pero le aseguro que yo no soy un ejemplo de nada. Y tercero, ¡deja de querer entrar en mi cuarto! ¡Siento que estoy cometiendo un delito!¨

¨¿Qué más da? Seré mayor de edad en unos días. Estoy segura de que unos días no cambiarán nada¨ Tal vez para ti, pero mi reputación estará por los suelos. Y lo más probable es que algún fan loco me acuchille. ¨Prometo no molestarte... más de lo debido. ¡Solo quiero aprender de ti! ¡Ver a mi sensei haciendo cosas de sensei!¨

¨¡Deja de llamarme sensei! ¿Y no tienes a nadie más a quien molestar? ¿Tu grupo de amigas Idols, tu agente o algún familiar?¨ Esperaba que remarcarle a gente importante en su vida la hiciera dejar de desperdiciar mi tiempo en esto, pero la negación casi adorable me crispó aún más los nervios.

¨No somos amigas. No nos llevamos muy bien de hecho. Mi agente está siendo un dolor de cabeza últimamente y mi familia... Bueno, quiero estar con ellos, pero estoy aquí precisamente por ellos. Si quiero atreverme a poder decirles que los amo sin mentir, necesito que me enseñe, sensei. Por favor, sensei. Si no lo hace, no dejaré de llamarlo sensei¨

¨¡Déjame en paz, sensei!¨ Empujando al reino de las sombras de donde vino el fantasma de Hiratsuka-sensei, lentamente fui aceptando que no había oportunidad de negociar. O más bien ganas: ya de por sí no quiero estudiar, así que bien podría preferir hablar con Hoshino-san a este paso. ¨Entiendo que estés desesperada si es por tu familia: sé lo importante que son. Pero créeme que no aprenderás nada de mí estudiando. No podré enseñarte nada¨

Ante mis palabras, Hoshino-san hizo una expresión contemplativa, tomando en serio mis palabras, analizándolas. Pero finalmente, siendo terca como ella sola, me rebatió con el aura que me emanaban sus ojos estrellados. ¨Con verte haciendo lo tuyo es suficiente. Quiero aprender más de ti, Hikigaya-san. Quiero saber qué clase de persona es la que me va a enseñar a amar, cómo es capaz de amar lo que hace¨

¨... Dices eso como si amara estudiar¨

¨Pues es obvio: ¿por qué la elegirías sino?¨

¨...¨

No... no creo que sea buena idea decir dinero, ¿verdad? Digo, esta charla parece estar demasiado cargada para de repente meter algo tan sucio. Incluso con mi poca conciencia social sé que eso no es bueno. Por eso, tras pensarlo un poco y que sus ojos estrellados fueran casi alguna especie de carga hipnotica porque juro que esas cosas se estaban moviendo, cedí el camino a Hoshino-san.

Pensaba recalcarle que se quedara en silencio, pero no me dio tiempo porque cuando abrí mi boca ella ya estaba adentro... Y si, eso no sonó bien para ninguna de las partes. Agradecido de que tuviera una mente tan activa que opacaba mi boca, suspiré mientras entraba a mi cuarto desganado, preguntándome en dónde salió todo mal.


Yo soy una gran mentirosa. Siempre trato de decir lo que todos quieren escuchar, lo que todos esperan de mí. Incluso ahora que quiero buscar mis propias aspiraciones, sigo anclada a no decir las cosas que debería decir. No quiero incomodar a la gente y quiero verme siempre en control de todo: por eso es que creo al final él acabó cediendo. Todo porque pude mantener la mentira de una Hoshino Ai despreocupada.

Una que no está agobiada por pensamientos intrusivos cada vez que lo ve.

¨...¨

Hikigaya Hachiman... Incluso cuando pasaron tantos años, todavía recuerdo ese nombre. Me es imposible olvidarlo. Fue algo así como uno de esos momentos que acabaron marcándome la vida junto con mi charla con Saitou. Pasaron años y años, pero aún no puedo olvidar las palabras que me dijo. Que me dijera en la cara que no amo a nadie.

No amo a nadie... Si, eso puede ser verdad. No, definitivamente es verdad. No puedo conectarme como quiero con la gente, siempre miento para hacerlas sentir mejor y ni siquiera mis hijos lograron darme la seguridad que quiero. Hay tanto que no sé de mí que no sé ni por donde empezar... Por eso me decidí por arrastrar a mi lucha al chico que convenientemente ha estado rondando mis pensamientos más veces de las que quiero reconocer.

No sé por qué me afectó tanto... O más bien no quiero pensar mucho en ello, pero es innegable que lo hizo. Fue una cachetada en la cara, un grito del mundo de que estoy podrida, de que no puedo amar a nadie. Recordar cómo fue nuestro pasado solo me hace sentir aún peor: a duras penas recordaba porqué me había dicho esas cosas. Es como si me forzara a olvidarlo para sentirme mejor conmigo misma.

Lastimé a mucha gente en el pasado. Con mis comentarios crueles, con las verdades que dije, con mis acciones... Tantas que solo pensarlas a todas hace que me dé un sentimiento que me cuesta definir, pero que no quiero pensar. En general, yo no quiero pensar en mis sentimientos. Cuando lo hago, cosas malas pasan. Cuando quiero pensar por mí misma, me vuelvo una persona horrible.

Lastimo, lastimo y lastimo... Lo cierto es que una mujer como yo no merece ninguna clase de amor. No puedo tenerlo cuando ni siquiera puedo entenderlo. Cuando soy como una marioneta que se mueve a conveniencia de quien está manejando... Pero, incluso si es verdad, estoy aquí, buscando aprender. Incluso si nadie de los que he herido lo quiera, quiero amar. Que cuando diga te amo, sea sincero.

Que no sea una mentira.

¨...¨

Hikigaya-san es al único al que puedo pedirle ayuda. Como alguien de mi pasado, conoce la otra cara que nadie de mis conocidos actuales ha visto, que he ocultado y ocultaré a mis hijos. Es el ideal de lo que estoy buscando de hecho: solitario, sabiendo lo justo, dispuesto a ayudarme y no representa ningún peligro. Es como un regalo caído del cielo... y que conveniente que sea justo él.

¿Por qué tenía que ser él? Otro habría sido mejor. Así... no estaría sintiéndome mal cada vez que hablamos. Que cada vez que abra la boca salga un recordatorio de que no puedo amar a nadie, que me recuerde mi mayor defecto. Estar con él, ser cercanos y esas cosas... cuando pienso en todo eso, se me aprieta el corazón. Sé que él es una buena persona: lo ha demostrado... pero aun así...

Esas palabras me lastimaron. No por quien las dijo o por el tono odioso... sino porque tienen razón incluso ahora. Con Aqua y Ruby conmigo, pensar en esas palabras me hacen sentir mil veces peor. Me agobia. Me hace sentir como la peor madre, tan mala o peor como lo fue esa perra.

Yo... no quiero estar aquí

¨...¨

Pero, aun así, me mantuve sonriendo a cada acción que hacía, dándole lo que todos siempre reciben de mí: una mentira.

Manteniendo el acto, pensé en el motivo por el que estoy aquí: para darme seguridad, para poder decirle a mis dos hijos que los amo sin dudarlo. Para que cuando me atreva a querer decirlo no me entre un pánico que me impida actuar. Para dejar de ser una cobarde y empezar a ser la madre que quiero ser. La que ellos merecen: es por eso que debo seguir aquí.

Él es necesario. Él es una buena persona. Él hará todo lo posible... Es por eso que tengo que tragarme estos malestares infantiles y ser una mejor persona. Él parece estar sufriendo estudiando eso pero aun así sigue: es justo que yo lo haga. Por eso seguí mirando, seguí aparentando una mentira. Haré realidad todas las mentiras que sean necesarias para encontrar esa única verdad.

¨...¨

Pero... Si, Hikigaya-san me hace sentir mal, no hay duda de eso. Es la persona que me recuerda mi fracaso como persona que nunca podré olvidar. Es un chico que no se cuida lo suficiente y que odia a las Idols. Y también debe ser esa clase de chicos que creen que una chica a su lado es una molestia. Él es todo menos sutil en que preferiría ver la televisión que hablar conmigo.

Su buen corazón es lo que le hace ayudarme, pero nada más.

...

Pero es un poco lindo, ¿no?

Digo, si, no se cuida de la mejor manera y esos ojos no son lo mejor, pero creo que con un poco de arreglo él se vería decente como mínimo. O si dejara de encorvarse tanto. No sé, creo que hay potencial en él.

¿Tal vez podría ayudarlo? Creo que es justo, ya que él me está enseñando. No sé qué tanto podré hacer o si él estará dispuesto a seguir mis palabras, pero por lo menos hay que intentarlo. Por más bueno de corazón que sea, todo entra por los ojos. Incluso si él cree en ser genuino, creo que eso excluye el cuidarse bien, ¿no? Amarse a uno mismo también es genuino.

¨¿Hikigaya-san?¨

¨¿Qué ocurre, Hoshino-san?¨

Sin verme tan siquiera de reojo, él siguió concentrado en las hojas que tenía delante.

¨¿Quieres que te enseñe cuidado personal? Te prometo que te sentirás mejor¨

Tras escucharme, paró en seco sus acciones casi con riesgo de romper el lapiz. Mirándome ahora sí con esos ojos mejorables, los afiló más de la cuenta, buscando analizar mis palabras. Luego, tras un momento de comprensión sorpresiva se pusieron más pensativos, tomando en consideración mis palabras por motivos que no sé pero son bienvenidos. Incluso sí, él era muy expresivo cuando bajaba la guardia.

Finalmente, llegando a un consenso y tras asentirme con una sonrisa que he visto en un montón de gente menos que agradable, volvió a centrarse en sus cosas de universitario.

¨Si, tienes razón. ¿Puedes ir a comprarme enjuague bucal? Prometo que te lo devolveré¨

... A veces los chicos son tan...

¨... No me refería a eso, Hikigaya-san¨

Viéndolo confundido casi como un cachorro que no entiende una orden más allá de sus capacides, no pude evitar cuestionarme a mí misma por mis deseos. Él tendrá potencial, si, pero el trabajo necesario para eso suena a toda una odisea. Lo mejor sería dejarlo pasar y vivir con eso.

... Es una lástima que no me conforme con menos que lo mejor.

Notes:

Bueno, gracias a todos los que le dieron una oportunidad y al que me dejó un comentario. No sé si todos/la mayoría son nuevos o si, en cambio, varios ya saben de esta historia en Ff.net.

Bueno, preguntas que quedarán en el aire, supongo.

Una vez que esté al día esta historia, pasaré a publicar la siguiente.

Chapter 4: Capítulo 4

Summary:

El estilo de moda de Hachiman es fuertemente cuestionado y los gemelos entran en acción.

Notes:

Perdón por tardar tanto. Sencillamente... me olvidé. Entre la vida, mis pasatiempos y el hecho de que surgieron temas con mis otras historias en Ff.net acabaron por hacerme olvidar de que, de hecho, subo cosas aquí.

Si alguien que me lee de aquí está enojado, tiene todo su derecho.

(See the end of the chapter for more notes.)

Chapter Text

Cuando abrí la puerta, aparte de un frío desolador que anunciaba el fin de un largo ciclo, también me recibió la figura de un tipo que me genera sentimientos conflictuados. Me quedé mirándolo un segundo, viendo como observaba el horizonte como si le fuera a contestar algo y, tras negar con la cabeza, me acerqué.

¨¿Y bien? ¿Por qué me llamaste ahora de todos los momentos, Hayama?¨

El tipo perfecto que últimamente parece mirarme por encima, en lugar de mirarme, se quedó observando el cielo anaranjado. El atardecer del invierno pegaba duro y aún más en la azotea. Pero, extrañamente, no tenía frío. Sintiéndome de cierta forma cobijado por una fuerza que se hizo presente hace instantes, supuse que el resfriado sería problema del Hachiman del mañana.

¿Ahora? Todavía me encuentro embriagado del ambiente. Y si, sé muy bien lo raro que es el que yo lo diga...

¨... ¿Te divertiste, Hikigaya?¨ Aún sin mirarme, me habló con un tono que no traicionaba ninguna expresión en particular. Lejos de molestarme, me tomé unos segundos para tratar de dar una respuesta que nos satisficiera a ambos. Cuando la encontré, no pude evitar pensar en lo mucho que habían cambiado las cosas.

¨... Más o menos. No me desagradó. La tarta estuvo buena¨ Una tontería es lo que nos llevó a hacer esta pequeña celebración en el Club de Servicio. Yuigahama estaba a un paso de poder tener las notas necesarias para ir a una buena universidad, Zaimokuza logró que uno de sus manuscritos ganara un concurso y el club de tenis, más bien Totsuka en específico, logró llegar a las nacionales. Todo un hito en la escuela.

Pequeñas cosas, victorias que sirven para hacer más amena la espera de lo que sé ocurrirá en un futuro cercano. Un futuro que nos afecta a ambos mucho más que el resto. Por eso, queriendo devolver el gesto, pregunté. ¨¿Y tú, Hayama? Sé que dijiste que querías tomar aire fresco, pero eso fue hace más de diez minutos. ¿Te pasa algo?¨

Pregunta retórica. Sé lo que le pasa. Lo que nos pasa.

En lugar de contestarme para seguirme el juego, Hayama me miró finalmente a los ojos. Con una expresión que decía un montón de cosas pero a la vez ninguna, sentí que, de cierta forma, estaba viendo algo que no debería. Una sensación que tengo. Devolviendo el gesto sin pretensiones, lo que sea que Hayama esperara en mí, no lo encontró, y suspiró para desestresarse.

Volviendo a mirar al horizonte. ¨Me iré a Estados Unidos a final de año¨

¨... Ya veo...¨

Es un secreto a voces entre yo, Kawasaki y él: nunca lo ha confirmado a nadie y Miura todavía guarda esperanzas de que puedan seguir juntos en el futuro. Pero escucharlo afirmar que se irá, que será esto efectivamente un fin de ciclo... no diría que me pone triste: nunca fui lo suficientemente cercano para eso. Pero me genera un sentimiento extraño, imposible de descifrar.

¨Mis padres querían que fuera a estudiar a Europa, pero insistí en ir a Estados Unidos. Siento que es lo mejor para empezar de nuevo. Hacer las cosas bien¨ Lejos de molestarme ese tono pretencioso, solo pude sonreírle amargamente mientras me reía sin gracia. Esta vez yo también queriendo ver ese cielo anaranjado, comunicarme con el mundo, nos quedamos como dos estatuas.

Inmóviles, inmutables y que solo pueden ver el paso del tiempo.

¨¿Ves las cosas un poco más desde mi perspectiva, Hayama?¨ Este último año ha sido especial en muchos sentidos. Caí en lo más profundo y logré estabilizarme lo suficiente para seguir de pie. No obstante... temo el día en que esto termine: en que deba hacerme cargo sin todo el apoyo que me han brindado esta gente. En que yo también deba comenzar de nuevo.

¨No lo sé. Hay mucho de mí que no sé, pero... me gustaría tener vínculos más fuertes. Aunque eso signifique abrirme más de lo que quiera¨

Una carcajada gustosa se escapó de mis labios mientras lo veía, encontrándome a un tipo que parecía saber tanto de sí mismo como la mayoría de la población: absolutamente nada. ¨Bueno, si te sirve de consuelo, no creo que tus vínculos actuales hayan sido tan superficiales. Quizás en el pasado, pero ¿con qué cara puedo decirte eso ahora?¨

No son malas personas. Son buenas de hecho, aunque Miura se esfuerce un montón por hacerme dudar de mis pensamientos.

Hayama sonrió amargamente mientras seguía mirando al cielo. ¨Tu y yo somos diferentes. Quizás el vínculo que formaste con ellos fue más honesto, pero conmigo las cosas no han cambiado nada... Incluso ahora, solo estoy huyendo de lo que hice. De lo que no hice¨

Es una pena, pero no es algo que pueda rebatirle a Hayama. No necesariamente porque no quiera, sino porque la cara es la de un tipo que de verdad piensa todo lo que dice. Es la de alguien que pensó y pensó las cosas hasta llegar a una conclusión, una que no se podrá quitar ni ahora o en el futuro cercano. Tal vez, incluso, sea un pensamiento con el que lidiará toda su vida.

Lo que pudo ser, aquello que se perdió y no se puede recuperar... Lo cierto es que iniciar de nuevo, por más cobarde que suene, es lo mejor. No puedes quedarte estancado en el pasado: tienes que avanzar. Es un hecho absoluto de nuestro mundo, uno que yo tendré que seguir tarde o temprano, aunque me lleve años. Aunque tenga que... dejarla atrás.

... Pero, dicho eso...

¨... Incluso así, al final te divertiste, ¿no?¨

Hayama se mostró sorprendido por mi respuesta y no pude evitar sentir que esto no se acercaba nada a quien quiero ser. ¿Desde cuando Hikigaya Hachiman valora las relaciones superficiales? Nunca lo ha hecho ni nunca lo hará... así que es obvio lo que quiero decir con esto, ¿verdad?

Aunque no sea como amigo ni nada semejante, yo... yo quiero ayudarte un poco, Hayama. Como tú me ayudaste a mí.

El rubio se quedó analizando mis palabras, mis intenciones y tratando de ver cuál era mi intención secreta con todo esto. Nos quedamos en esta situación incómoda para mí más tiempo del que me gustaría... pero cuando lentamente apareció en su rostro una sonrisa relativamente relajada, como si acabara de encontrar un poco de confort, sentí que todo valió la pena.

Dios, de verdad he cambiado. Me pregunto si esto durará cuando me quede solo.

¨... Si, me divertí mucho. Ellos... me hicieron pasar un buen rato¨ Con unos ojos que transmitían mil sentimientos diferentes, Hayama Hayato pareció encontrar su respuesta. O al menos encontró en él el valor para avanzar. Sintiéndome feliz por él, le sonreí a cambio... aunque una parte de mí tenía un poco de envidia.

Me gustaría un día mirar todo esto y sonreír igual...


¨... Um, Hoshino-san, ¿qué tienes ahí?¨

¨Una máquina de afeitar, por supuesto. ¡Es de muy buena calidad! ¡Deberías probarla!... Como, ahora mismo¨

Sus palabras, lejos de aclararme dudas, solo me generaron aún más. Miré a la sonriente Hoshino-san que parecía casi que orgullosa de sus acciones y luego bajé a la máquina de afeitar que, de hecho, exudaba derroche de dinero por el mero envase. Volví a mirar a Hoshino-san que no cambió ni un poco su expresión y luego terminé por cerrar los ojos para evitarme contagiarme de... esto.

Sobra decir que ayer no estudié de la mejor manera. Hoshino-san no incordió más allá de su presencia, pero es innegable que no pude concentrarme del todo con alguien más presente, sobretodo una chica tan distinguida como ella. Me fue imposible tararear una melodía, hablar conmigo mismo y todas esas cosas que suelo hacer para relajarme cuando estoy estudiando, por lo que todo acabó conmigo no siendo del todo productivo.

Comparándome con Yuigahama no estuve tan mal y prometimos ir a estudiar juntos pronto, pero... de verdad quiero tener tiempo para estudiar en paz. Por eso, a pesar de su buena voluntad, los deseos de pedirle amablemente que se fuera no eran escasos. Si no lo hice todavía se debe meramente a la cortesía... y a que me dio dinero.

El dinero es bueno. Puedes comprar la felicidad y el que diga que no es que no le han dado suficiente dinero. Pero divago. ¨Hoshino-san, aprecio mucho el sentimiento, pero no necesito una máquina de afeitar. La que tengo funciona perfectamente¨

¨Entonces, ¿por qué no la usas? Y cuando la vi estoy segura de que ya estaba vieja. Entiendo que eres un hombre, pero renovar tus productos de limpieza no está mal¨ Negué ante su insistencia mientras dejaba en la mesa mi taza de café.

¨Dejando a un lado el hecho de que tu opinión de los hombres es estereotípica en el mejor de los ca... Hoshino-san, ¿cuando entraste a mi baño?¨ Mi repentina comprensión de sus palabras parecieron extrañarla un segundo y luego volver a ponerme su sonrisa de Idol, una que siempre ha tenido un toque de falsedad pero ahora mismo era la mentira encarnada. Mientras se acrecentaba mi incomodidad, ella dejó el objeto del demonio en la mesa y sacó algo más de su bolsa de plástico.

¨¡Tachán! ¡También te compré una crema! ¡Dicen que es muy buena! ¡No vas a ni sentir la máquina! ¡Y me aseguraron que es muy suave!¨ Mi ceja derecha comenzó a temblar al imaginarme a Hoshino-san vestida de forma sospechosa siendo atendida por un hombre en sus cuarenta que le hablaba de estos productos como si fueran un regalo para su novio o una de esas mierdas. ¡Y de verdad creo que eso es así porque la bolsa tiene un corazón!

Dios... Esta mujer me va a dar algo.

Tratando de evitar hacer una escena ante las buenas intenciones, intenté explicar la situación de una buena manera. ¨Escucha, Hoshino-san, de verdad aprecio el dinero que te gastaste en mí y prometo que voy a devolvertelo, pero en serio no necesito esto. Mis productos son suficientes para mí¨ Mis palabras, lejos de hacerle entender a la chica que estaba haciendo algo innecesario, solo la mantuvieron sonriendo como siempre mientras rebuscaba algo más en su bolsa.

¿Ahora qué va a ser?

¨¡También tienes una colonia! Fue un poco difícil elegir una que no oliera demasiado fuerte: no soy fan de los olores fuertes en las colonias. ¡Pero este es perfecto! Es agradable, no se nota tanto y tiene el logo de un hombre haciendo flexiones. A los hombres les gusta eso, ¿verdad? ¡Serás un auténtico hombre, Hikigaya-san!¨

... ¿Acaso se está burlando de mí? Lo está haciendo, ¿verdad?

Quitándome de la cabeza esos pensamientos groseros, suspiré y, contra mis deseos, agarré la colonia 'bien masculina' que Hoshino-san me estaba ofreciendo. Como dijo, había un super hombre demostrando una vez más la inferioridad de la raza japonesa frente a la europea. Volví a suspirar al imaginarme qué habrán creído que éramos Hoshino-san y yo mientras compraba todo esto. Cuanto más veo este logo, más creo que me habrán considerado un infrahumano.

Que es un poco cierto, pero nadie tiene que saberlo.

Apoyando el insulto máximo a mi hombría junto al café con mucha azucar, miré a Hoshino-san antes de que fuera a sacar un preservativo o algo peor. ¨¿Por qué me compraste todo esto, Hoshino-san? Entiendo que no tengo... la mejor apariencia, pero debes entender bien cómo alguien podría tomarse todo esto. No amar es una cosa, pero debes tener conciencia social¨

... La tiene, ¿no?

Hoshino-san bajó un poco las revoluciones a su sonrisa de Idol perfecta y me dio, si bien todavía una sonrisa, se acercaba más a una que me daría una persona que quiere ser amable conmigo, que cree estarme haciendo un favor. ¨Bueno, si, ahora que lo dices quizás me excedí un poco, pero de verdad no se me ocurrió una mejor manera de transmitirte lo que quiero. No me gusta decirlo, pero tengo qué, ¿verdad?¨

Esas últimas palabras vinieron con una sonrisa un poco más cansada, algo que esperaba de la chica que tiene que lidiar con las mierdas del mundo del espectáculo a diario. Mientras asentía y dejaba que el silencio necesario para formular bien sus palabras hiciera su magia, pensé un poco, de nueva cuenta, en quién era Hoshino-san. En la mujer con la que estoy tratando y a la que debo enseñarles cosas que ni yo sé.

Yuigahama y Hoshino-san no son tan diferentes a nivel superficial. Quizás tengan pensamientos distintos en algunas cuestiones fundamentales, pero ambas son chicas que se muestran alegres ante el mundo, que esconden pensamientos no tan bonitos sobre sí mismas y que tienen una lucha cuesta arriba por obtener el amor. Quizás la clave es que Yuigahama hace tiempo que tuvo claro lo que quiere y es a mí. Hoshino-san... todavía tiene un camino que recorrer.

Es una chica hermosa, talentosa en su campo, con muchos fans y que no entiende muy bien del amor, o más bien tiene una versión del amor que es incompatible con mi visión. Es... no una chica problemática, sino lo suguiente. Tratar con ella es involucrarse en un montón de cuestiones que me son ajenas, pero así como eso me pasa a mí, ella no tiene nociones completas del mundo del que vengo.

No sé si tendrá a alguien que cumplió ese rol, pero dudo en serio que tuviera una Hiratsuka-sensei. Ni tampoco fricciones con compañeros de clase o algún noviazgo que salió mal. Es una chica que viene de otro lado, de otro mundo y que se maneja de formas distintas... Como por ejemplo...

¨Hikigaya-san, lo cierto es que no me gusta como te ves¨

¨... Si, lo suponía¨

Las apariencias físicas.

El valor que le encontramos al físico, al exterior, es muy diferente. Incompatible, como el agua y aceite. Mirándola de frente tras darle un vistazo de reojo a la colonia, dejé en claro mi postura. ¨Hoshino-san, entiendo que somos de mundos distintos y que no está bien pasarla mal por ello... pero le juro, de verdad, que no encuentro problemas en mi apariencia. Me representa como soy y no es algo que me moleste. Deberías aceptarlo y seguir enfocada en cuestiones más importantes¨

Si bien creo que es un posible punto muerto, la razón por la que ella vino a mí fue para que aprendiera a amar a través de mis palabras: que, mediante nuestras conversaciones, se conociera lo suficiente para llegar a su conclusión del amor, no necesariamente teniendo que ser la mía. No, y recalco el no, ser mi estilista.

Tristemente, Hoshino-san no lo vio de esa manera, borrando la sonrisa de su lindo rostro y afilando un poco sus ojos estrellados.

¨... Hikigaya-san, puedo entender que seas renuente al cambio. Yo también lo soy. Pero no hay discusión: te ves mal, te sientes mal y verte así no ayuda a tu autoestima. Necesitas arreglarte¨ Tuve el impulso de bufar ante sus palabras, pero me abstuve, entendiendo incluso yo que sería demasiado grosero con una persona que tiene las mejores intenciones, así no fueran las correctas.

¨Como dije, no hay discusión, Hoshino-san. No te pediré que lo devuelvas, pero no los quiero conmigo. Así que si eres tan amable...¨ Agarré la colonia con sumo cuidado y se la acerqué a Hoshino-san... quien a mitad del trayecto se interpuso, devolviéndola a mi lado con una sonrisa que era más forzada de lo normal. Mantuvimos este desafío por unos segundos, sin yo aplicar verdadera fuerza por obvias razones.

Debido a mis instintos de caballero, al final terminé quedándome con la colonia y viendo a una Hoshino-san con una sonrisa extrañamente orgullosa. Molesto por el resultado pero no lo suficiente para expresarlo con mi rostro, decidí mejor dejar el objeto de limpieza infame en la mesa y comenzar a tomar un poco de mi café olvidado. Manteniendo el ambiente de tensión ridícula por un tiempo más del debido, Hoshino-san de repente comenzó a hablar.

¨... Hikigaya-san, ¿de verdad no te afecta tu apariencia? Estoy siendo sincera. Yo... de verdad creo que estás viviendo mal¨ Si no respondí con una mala mirada se debió a que los ojos estrellados de Hoshino-san eran sinceros en sus palabras. Ella de verdad creía que me estaba haciendo un bien, ¿por lo que qué derecho tengo para enojarme? Ella está en el lugar correcto. Solo necesito hacer que lo vea desde mi perspectiva.

Lo cual, si lo piensas, suena demasiado difícil.

Dejando la taza de café apoyada en la mesa, declaré.

¨Si quieres una respuesta sincera, sin estar a la defensiva, entonces no: no me afecta. Pero no me afecta no porque crea necesariamente que está bien, sino porque... ¿cómo decirlo? Podría decirse que esto es parte de seguir mi propia creencia personal¨ Teniendo deja vú sobre una cierta conversación que tuve con Hayama Hayato un par de meses antes de graduarnos, pensé de nuevo en lo que en parte motiva mi descuido personal.

Ser genuino, demostrar una absoluta verdad de algo, cualquier cosa... creo sinceramente que, si bien el cuidado físico es necesario, llega un punto, el que siguen gente como Hoshino-san, en que pasa directamente a ser una mentira.

¨¿Hablas del amor, Hikigaya-san?¨ Esa combinación de palabras me provocaron una sonrisa, pero una sincera, delatando mi buen animo. Era casi como un chiste para mí dado todo lo que soy y también qué me hizo acabar como estoy. El amor quizás es una parte importante de mi identidad actual, tal vez más del crédito que quiero darle, pero empequeñece en comparación a lo que es verdaderamente importante.

¨No... Es algo mucho más grande que el amor¨ Quizás no sea algo que Hoshino-san entienda... así como la mayoría de la población, de hecho. Para bien o para mal, viviendo la experiencia o renegando de ella, para muchos es amor es uno de los pilares de la vida. La pasión por algo, el querer seguir experimentándolo... no hay nada más humano que perseguirlo en mi opinión. Lo sé de primera mano.

Solamente que... eso no es lo más importante para mí.

¨... Que raro eres a veces¨ Por supuesto que Hoshino-san diría algo así. No obstante, aunque pueda estar pecando de proyección, no sentí que sus palabras fueran dichas en un sentido acusatorio. Quedándome con eso, le devolví la mirada al mismo tiempo en que me alegré un poquito de tener a Hoshino-san. Por más que tenga sus momentos malos, estos pequeños momentos donde puedo expresarme un poco más profundamente son valorables.

Yuigahama seguro que trata de interesarse por casi todo lo que digo, pero al final es otra persona. Una con una visión tan distinta de las relaciones y quienes somos que, aunque podamos llevarnos bien, habrá momentos en los que tengamos que hacer concesiones por el bien de nuestra unión. No es algo malo, solo diferente.

Mientras seguía tomando mi café y Hoshino-san pareció más interesada en navegar por sus propios pensamientos, el tiempo pasó. Las prisas por estudiar como corresponde no desaparecieron, pero ahora la sensación de urgencia era menor. Tal vez porque me encontraba de buen humor o solo sea la cafeína tomando el control de mi mente. De cualquier forma, es un cambio bienvenido.

Pero como todo momento feliz, se tiene que terminar. Solo que esta vez no por influencia externa: una vez que acabé mi café y dejé la taza en su lugar, en mi mano derecha agarré la colonia. Queriendo demostrar que sí era un adulto, decidí hacer un trueque. ¨Escucha, Hoshino-san. Necesito estudiar como corresponde, pero sé que tengo una obligación contigo. Por eso me gustaría ofrecerte un trato¨

Mis últimas declaraciones encendieron algo en ella, haciéndola poner una sonrisa que me recordaba poderosamente a las que solía poner Isshiki, solo que un poco menos desagradable y más... ¿amable, supongo? Supongo que es un resquicio de ser una Idol tan supuestamente perfecta. ¨¿Oh? Estoy interesada en escuchar ese trato, Hikigaya-san. Siempre y cuando sea justo, claro¨

'Siempre y cuando me beneficie más a mí' es lo que transmite tu voz, Hoshino-san. De cualquier forma, ignoré aquello y di una sonrisa profesional. ¨Prometo usar todo lo que me compraste al menos una vez. Dos si no te parece suficiente. A cambio, te pido que en los próximos minutos te vayas para dejarme estudiar. Nada de quedarte en mi cuarto. Es... es un poco raro, ¿sabes?¨

Supongo que, viendo la expresión extraña que hizo al final, mis palabras no transmiten la mejor intención. Es mi culpa.

Tratando de no prestarle atención al ligero sonrojo en sus mejillas, miré de frente a Hoshino-san quien hizo un buen trabajó en ocultar su incomodidad como una profesional. ¨Eso... es justo, si. Entiendo que necesitas estudiar: sé lo importante que es el estudio. Y entiendo también que... bueno, eres un chico y todo eso¨ Eso último casi que me hace querer darme un golpe en la frente. Aguantándome aquella sensación, traté de arreglar la situación.

¡Ella es menor, maldita sea! Tengo estándares.

¨Oi, no me refería a es-¨

¨Y también sé que venir todos los días no es lo ideal para ninguno de los dos. Uno no va al doctor todos los días por un resfriado, ¿verdad?¨ Aunque digas todo eso con un tono relajado, casi feliz, el hecho de que ahora mismo no me estés mirando a los ojos y tu sonrojo sea un poco más notorio me hace ver que quieres entender todo mal, Hoshino-san. ¨Está bien. Charlemos un poco y te dejo en paz. Por unos días si quieres¨

Mierda, esto es...

... es...

...

Te estás aguantando la risa, ¿verdad? Mirándote bien, supongo que desde hace un tiempo te venías tratando de aguantarte, ¿verdad? Porque se ve que jugar con la posibilidad de ir a la cárcel de un pobre universitario como yo es muy divertido, ¿verdad?

¨... Pero qué put-¨

¨N-No termines esa oración o me voy a enojar, Hikigaya-san¨ Sintiendo como se me subía la presión al sentirme insultado y de paso disfrutando cada segundo de ello, traté de sonar lo más serio e intimidante posibles mientras al mismo tiempo era yo quien ocultaba su sonrojo furioso. Porque sí, esto es de enojo: ¿de qué más sería?

¨Esa amenaza sería más poderosa si no tuvieras la cara de querer inflar un maldito globo, Hoshino-san¨ Mi respuesta pareció romper algo en ella, ya que finalmente no pudo contenerla más y soltó una carcajada rota que estaba siendo hecha con demasiada alegría. Desesperado, traté de ahogar mis penas con café, pero ver la taza me recordó que ya no quedaba nada. Solo podía lidiar con la felicidad de Hoshino-san.

De verdad ella es una chica mala. O buena en este caso: el hecho de que, a pesar de todo, pueda sentir que ella no lo hace con mala intención es casi encomiable. Mas aunque eso sea cierto, la miré con enojo, queriendo al menos mantener una apariencia de normalidad. No lo conseguí, por supuesto, pero en mis libros esto es una victoria moral. Y así me contenté con eso hasta que Hoshino-san terminó de descargarse... un poco demasiado tarde.

Mientras ella estaba sonrojada y un poco más desaliñada de lo que me tenía acostumbrado, ella me regaló una gran sonrisa. ¨¡Sin duda eres un rarito! Pero eso es parte de tu encanto, ¿sabes? Es... eres diferente de lo que tengo acostumbrado. Y aunque no sé si me gusta del todo, es un cambio. Eso es lo importante¨

El hecho de que aún tuviera resquicios de esa carcajada a mi persona le baja muchos puntos a tus palabras, Hoshino-san... pero bueno, creo que lo que dices tiene sentido. Asintiendo y aprovechando esto para recuperar mi aura, hablé. ¨Si, aunque no sea lo mejor para el animo en ocasiones, conocer gente nueva, vivir cosas con ellas, es sin duda una experiencia necesaria. Es justamente la gente que te encuentras en tu camino la más importante¨

Recordando el Club de Servicio, Totsuka, Zaimokuza, Tobe, Hayama. Incluso recordando cosas de la época de Orimoto e incluso la primaria... Si, aunque no terminaron de la mejor manera y puede que en unos casos aprendiera las lecciones equivocadas, no hay duda de que me cambiaron. Me hicieron sino una mejor persona, sí una diferente. Una que aprendió. Ese cambio lo valoro.

... Jaja, ¿qué me pasa? Pienso como si fuera un cuarentón. Todavía me falta mucha vida por vivir.

¨Tienes razón. Experimentar nuevas cosas, nuevas personas es... puede ser tan increíble a veces...¨

Hm, no es esa la expresión que usaría... pero a juzgar por el tono y la cara que estás haciendo, supongo que esto es algo más personal tuyo, ¿no? No sé mucho de tu vida ni tampoco me muero por saberlo, pero solo puedo asentir ante tus experiencias. Dándole el visto bueno, me puse a pensar en qué tema podía sacar para hacer productivas nuestras sesiones. Tampoco quiero dejarle sin que aprenda nada.

Mientras pensaba qué sacar a continuación, Hoshino-san vio esta como una oportunidad para estirarse con movimientos que, de hacerlos yo, seguro acabaría tronando algo que no debería. Tras eso se acomodó mucho mejor en el sofá, el mío si quedaba alguna duda. Mientras esos sentimientos extraños de ver a una chica apenas conocida estando tan confiada en mi casa me provocaba sentimientos extraños que se acercaban mucho al miedo, ella habló.

¨Hikigaya-san, ¿podrías contarme algo más de ti? Quiero conocerte un poco más¨

Parpadeé. Parpadeé dos veces. A la tercera ya empecé a procesar lo que me dijo y en el cuarto al fin entendí el cómo una pregunta tan inocente puede traer tantas complicaciones a muchas cosas. Cosas como el hecho de que abrirme a ella, así sea en cosas pequeñas, siento que sería dar una confirmación de que nuestro vínculo sería más profundo del que quiero. Del que debería ser.

Si tuviera que decir qué siento por Hoshino-san, al menos confirmaría que no es nada negativo. Es molesta en varias cuestiones, somos incompatibles casi al completo y muchas otras cosas más... pero también mucho de esto lo viví con Isshiki en su momento. Con Yuigahama tampoco es que seamos muy parecidos. Yukinoshita podrá haber sido mi media naranja o alguna de esas tonterías melosas, pero incluso con ella tuvimos nuestras fricciones.

Hoshino Ai es... es sin duda una chica. Es sin duda una Idol. Es sin duda alguien que quiere mi ayuda. Es sin duda alguien que estoy ayudando: Hoshino Ai es todas esas cosas... pero aun así no creo que pueda decir mucho más allá que 'no me cae mal' ni aunque me apuntaran con un rifle. No es complicado, solo... hay muchas cosas que no sé.

Quizás esa sea la clave: no lo sé. Hay tanto que no sé de ella que me da un poco de malestar formar una relación más allá de lo profesional con ella. He superado mis peores complejos del pasado: ya no odio a la sociedad, estoy dispuesto a trabajar, he logrado, de un modo extraño, mantener un vínculo más allá del tiempo con otra persona. He logrado incluso que más de una chica sienta... cosas por mí, incluso si no lo entiendo.

A todas luces el Hikigaya Hachiman del pasado no existe más... Pero aun así... por más que sea diferente, por más que no compartan casi nada en común... yo... yo ya viví esta historia.

Una chica muy diferente, con sus propias metas, más metida de la cuenta en sus propios pensamientos. Una chica grandiosa, amada por un montón de personas pero que tiene problemas que nadie puede ayudar salvo, por alguna razón más allá de mi comprensión, yo.

Ahora mismo, cuando veo a Hoshino-san, mis ojos no dejan de ver paralelismos con Yukinoshita Yukino. Que esto sería cometer los mismos errores, repetir esa misma historia. Sé que es tonto y sé que con Hoshino Ai las cosas nunca llegarían a ese nivel, pero... pero si eso llegara a pasar... Si de alguna forma la historia se repite, si llega a tener el mismo final... ¿entonces qué habría aprendido del pasado?

¿Acaso al final seguiré quedándome en el mismo lugar que me dejó Yukino? Acaso yo... yo-

¨Hikigaya-san¨

¨¡!¨

De repente volví al mundo real. Volví a lo que de verdad importa, dejando atrás pensamientos inútiles que no vienen al caso. Vi a Hoshino-san mirarme con ojos preocupados, con sus pupilas estrelladas recordándome otra vez que ella es, de hecho, una existencia peculiar.

¨¿Estás bien? ¿Necesitas ayuda? ¿Quieres que te pase?¨

Mi respiración se calmó admirando esos ojos, muy diferentes de los que me podría haber dado Yukinoshita Yukino. Con una ropa que ella nunca habría usado y teniendo una belleza demasiado distinta... ella no es Yukino.

Si... ¿Qué estoy pensando? Debo estar estresado por la prueba que se viene. El estrés es lo que me hace pensar tonterías. Eso y tal vez tomar demasiado café no sea lo mejor para mis nervios: supongo que Ebina tiene razón. Suspirando y queriendo darle tranquilidad a Hoshino-san, estuve a punto de hablar... pero no salió nada, pues todavía no sé muy qué podría decir para tratar de devolver todo a la normalidad.

Lo pensé y lo seguí pensando... Cuando encontré lo que debía hacer, no solo por mi tranquilidad, sino también por ella, una sonrisa irónica adornó mis labios. Enfocándome aún más en ella, por un segundo el miedo de volver a conectarme con una chica, de volver a vivir una experiencia con más paralelismos de los debido con mi pasado, volvió con todas sus fuerzas... A lo que desapareció tan pronto como recordé la verdad, una que en su momento me lastimó.

'Lo que se pierde no puede recuperarse'... Je, ¿quién diría que una frase así ahora me daría consuelo? Como se nota que el tiempo pasa.

¨No... no te preocupes, Hoshino-san. Yo... yo estaré bien¨ Tal vez no hoy y definitivamente no mañana, pero llegará el día en que nada de esto importe. En el que valoraré aún más los recuerdos que vaya generando en el futuro que me reiré de lo exagerado que estoy siendo. Es solo debido a que este dolor es tan reciente en comparación a lo que he vivido y me queda por vivir que me afecta más de la cuenta.

No hay nada que el tiempo no cure... O mejor dicho: puedo curar cualquier herida que tengan si me dan el suficiente tiempo.

¨¿Estás seguro? Si quieres yo p-¨

¨Más importante que eso, Hoshino-san, tú querías saber más sobre mí, ¿verdad?¨ Mi interrupción la tomó por sorpresa y luego vino la extrañeza de sacar eso a colación ahora. Riéndome por dentro, le sonreí. ¨Aunque mi vida está lejos de ser interesante y mis problemas no son la gran cosa, si quieres saberlo, no tengo problema... Después de todo, yo también tengo que rememorar cosas¨

¨E-Eh.. E-Esto...¨ No sabiendo como reaccionar y viéndose un poco incomoda por la situación tan cambiante, al final terminó por, tras dudar un poco, asentir a mis palabras. Eso fue todo lo que necesité para tratar de nuevo con mi pasado, uno que busco, algún día, duela menos que ayer. Para ser mejor

Pero más que nada para superarte, Yukinoshita. Si quiero crecer, necesito formar nuevos vínculos. Tal vez no hoy ni con Hoshino-san necesariamente, pero sin duda te superaré.

Yo también avanzaré.


¨A-Agu. ¡Agu!¨

¨Si, si. Ya voy, Ruby. Dios, si que te gusta mucho la leche, ¿eh?¨

Dios, ella a veces es tan... No quiero ni decirlo: si lo hago siento que me voy a involucrar más de lo que debo en eso. Mientras seguía tomando mi leche artificial perfectamente hecha y Ruby se la pasaba siendo una degenerada, mi mente divagó un poco a Hoshino Ai. En lo que ha estado haciendo estos días y en cómo ella, aunque de forma apenas notable, es... diferente.

Empezando por su actitud, aunque Ai siempre ha sido una chica que está muy metida en su propio mundo, ahora lo está más de lo usual, y no de una manera típica de ella. Se queda en silencio más tiempo, a veces no nota cuando le hablamos y suele tener una cara un poco dolorosa, pero de esas que pondría alguien cuando está pensando mucho en algo. No es que Hoshino Ai no pensara, pero ahora es mucho más notorio que es otra mujer por dentro.

Luego, también está el hecho de que en ocasiones quiere decirnos algo, una cosa que su cara muestra lo importante que es. Al final se queda en silencio, pero incluso Ruby ha notado y se ha preocupado por ella. Si incluso la mayor fanática puede salir de su visión color de rosas, quiere decir que esto es serio. Como somos bebés no podemos hacer mucho, pero Ruby ha intentado todo para contentarla.

Y si bien yo no he intentado algo semejante, sí me he permitido analizar la situación. Y todo esto nos lleva a un mismo punto en común: Hikigaya Hachiman, el supuesto maestro de nuestra madre.

No sabemos mucho de él. Nadie lo ha visto, aunque Miyako ha soltado que él vive en el edificio. Por lo poco que ha contado Ai, parece ser un universitario con el que ella fue a la escuela secundaria un poco antes de conocer a Saitou-san. Según Ai, su relación no fue la mejor en ese entonces, pero ha aclarado un montón de veces que las cosas se han resuelto. Que ella se disculpó y él ya obtuvo su compensación.

... Si, por más que no tenga derecho a pensar de esa forma en Ai, incluso yo no pude evitar cuestionarme qué clase de 'tutoría' están haciendo. Incluso en mi época como su doctor, el contacto masculino que tuvo fue el mínimo, solo contando con Saitou-san. No hubo menciones de amigos, familiares y ni siquiera del padre. No es que pudiera esperar algo semejante de una Idol, pero es justamente por eso que esta insistencia es extraña.

Hoshino Ai sabe bien los riesgos que está corriendo. Si se llegara a filtrar que Ai tiene una sesiones privadas, por más inocentes que sean, bien podría despedirse de su carrera. Como Idol y como parte de ese mundo, ella debe conocer mejor que nadie los problemas que tiene su conexión con este Hachiman. Lo mejor para ella, y para él también, es que estas tutorías terminen y que cada uno siga con su vida.

... Pero Ai no quiere hacerlo, y es por eso que estoy intrigado. Si tanto quiere mantener esta relación y si logró que incluso Saitou-san estuviera de acuerdo tras tener una charla en privado, entonces esto tiene que ser muy serio. Ella necesita esto, por la razón que fuera, y como su hijo, como su doctor, solo puedo velar por su bienestar. Ruby también está de acuerdo y está desesperada por lograr algo.

Lo ideal sería que fueramos a encontrarnos con este Hikigaya Hachiman-san e interrogarlo, pero somos bebés, no podemos ir paseando por el edificio sin alguien que nos cuide y estoy seguro de que esto de alguna forma va a modernos el trasero después. Además, por muy desesperados que estemos y cómo Ruby insiste en darle un 'pequeño sermón' a este Hachiman, darnos a conocer a un extraño cuyas intenciones desconocemos puede acabar muy mal. Somos un secreto por una buena razón.

Entonces, con eso descartado y sin posibilidad de comunicarnos directamente, solo nos queda la opción de un intermediario, de alguien que pueda moverse a la vez que no levante sospecha. Y que casualidad de que ahora mismo esa persona super conveniente está mirando a Ai con una molestia palpable, a su vez que con un pequeño rastro de preocupación. Sonreí al sentir que no costaría mucho convencerla.

Ella ya conoce dónde vive y como esposa de Saitou-san tiene, de cierto modo, la potestad para hacer lo que todos creemos mejor para Ai. Con eso dicho, si bien está claro que Miyako va a ser nuestra vocera, eso no es suficiente para calmar los miedos de Ruby. Tampoco los míos para el caso. Necesitamos algo más, ir un paso más allá.

¿Pero qué podría ser...?

¨...¨

Honestamente esto es molesto. ¿Por qué tenía que aparecer de repente este Hachiman? Todo sería más sencillo si no tuvieramos que preocuparnos por él. Este tipo me está quitando la satisfacción de vivir una vida libre de preocupaciones. Molesto, seguí bebiendo la leche con más fuerza de la debida, mordiendo sin querer el biberón. Inaceptable para un adulto como yo, si, pero la única que puede juzgarme lo hace peor, así que está bien.

Y Ruby, por favor deja de beber tan gustosa. Mamá no es una vaca.

¨Si, si. ¡Dalo todo, Ruby! Quiero que crezcas fuerte y sana. Serás una chica increíble...¨ Ai, por el amor de Dios, deja de darle ánimos. Solo la vas a malcriar.

Dejando el biberón para suspirar, que se note mi frustración ante el mundo que siempre parece hacerme querer recorrer el camino largo, traté de seguir pensando en una forma de acercarnos a este desconocido de una manera que pueda tranquilizarnos. Lo ideal sería si pudiéramos tener una conversación, ¿pero cómo haremos eso? No puede vernos y ya de por sí que un par de bebés le hablaran le causaría un pánico mental totalmente comprensible.

¿Quizás si lo engañamos como a Miyako? Um, pero no sé si lo mismo funcionará dos veces. Aparte, con todo el respeto que se merece Miyako, creo que este Hachiman podría ser un tipo un poco más... 'avispado'. De no caer en el truco de los dioses, es muy posible que nuestras verdaderas identidades sean reveladas.

¿Qué hacer? Cuánto más lo pienso, la idea de esperar a que tengamos al menos tres años se vuelve una realidad, ¿pero quién te dice que en ese tiempo pase algo horrible? El riesgo de que ocurra algo muy malo en ese tiempo es una posibilidad. No podemos dejarlo todo al destino: necesitamos actuar.

...

...

...

¨... Ah¨

Eso... eso podría funcionar. Requeriría que Miyako estuviera de acuerdo y tendría que esforzarme mucho en que Ruby no dijera algo indebido que nos delatara, pero si todo sale bien, quizás tengamos una forma de influir en la situación. Una minúscula, pero que quizás sea la clave para evitar un mal resultado.

Ya con Ruby satisfecha de su banquete de degeneración y Ai yéndose a bañarse, lista para, según ella, dedicar unos cuantos días a su trabajo a partir de mañana, me acerqué a Ruby todavía soñando despierta y la desperté como todo buen hermano debe hacer: a base de un golpe de realidad.

¨¡Eso dolió! ¡¿Qué diablos haces?!¨

¨Sshh. Creo que encontré una forma de hablar con ese tipo, pero no te la puedo decir si no te callas¨

De inmediato Ruby cerró su boca con tanta fuerza que era casi ridículo. Estando emocionada, se acercó a mí y, como si esto fuera alguna clase de secreto sucio, puso su oido al lado de mi boca. Por supuesto que Miyako ya sabe que podemos hablar y solo hace esfuerzos para que no se note, pero bueno, así es Ruby.

¨¿Qué es? ¿Es peligroso? ¿Para él? ¿Se va a mantener alejado de mamá? ¿De forma violenta?¨

Ugh, ¿qué tan fanática eres, Ruby? Suenas como esos hombres asalariados que solo trabajan para vivir. Suspirando internamente, desistí de llamar la atención sobre sus actitudes cuestionables y le expliqué el plan.

¨Primero necesitamos convencer a Miyako y luego...¨

Aunque Ruby terminó mucho menos emocionada por el plan completó, entendió, tras un pequeño debate, que esto es mejor que nada. Mientras le empezaba a aclarar una y otra vez a Ruby que est no es una excusa para decir tonterías, no pude evitar pensar en que estábamos haciendo algo peligroso, indebido. Yendo en contra de los deseos de Hoshino Ai... de mamá.

Pero soy partidario de que, a veces, tienes que hacer cosas que pongan mal a tus seres queridos si tienes que protegerlos. Protegeremos a Ai de este desconocido, trataremos de saber qué diablos le está enseñando y, si de casualidad suena como un tipo asqueroso, en ese mismo momento llamaremos a la policía.

Nada de fans locos ni degenerados. El cuento del universitario abusando emocionalmente para fines sexuales de una adolescentes es un cuento que ya he leído y experimentado. Me niego a permitir que eso le pase a Ai.

Como fan, como doctor y como hijo.

Notes:

Con eso estamos verdaderamente al día (de nuevo).

Mientras saco un nuevo capítulo, pronto empezaré a subir otra historia. Me preguntó cómo le irá, dado que parece ser que el fandom de OnK es mucho más activo aquí. Igual, dudo que muchos de sus fans quieran leer a Hachiman, pero...

En fin, probablemente sea la que saqué en Abril. Tengo una historia mucho más popular y larga, pero aparte de que no sé cómo se recibirá aquí, tiene la particularidad de haber comenzado hace más de 4 años.

El tiempo pasa y mi escritura es diferente... Eso y su humor es... Si...

En fin, gracias a quien lee estás cosas.

Chapter 5: Capítulo 5

Summary:

Niños, niños, les tengo cariño... pero si fueran unos años mayores, irían presos.

Y Miyako, tú...

Notes:

Bueno, al final creo que esperar dos o tres días está bien. Quizás la próxima vez sea un poco menos. Tampoco quiero que ustedes se sientan marginados.

(See the end of the chapter for more notes.)

Chapter Text

La venganza no es buena: mata el alma y la envenenan dicen. ¿Mi opinión? Que es una frase que solo debería decirles a los niños pequeños. Como adulto legal y que tiene que mantener su casa medianamente habitable, les puedo asegurar que la venganza son de esos pequeños gustos que te da la vida para desahogarte un poco. Lo suficiente para fingir que los demás te importan.

Si bien yo no soy un caso tan extremo porque tengo a Yui, también es verdad que tengo a Miura y Ebina. Las dos malditas, siempre opinando de mi apariencia o como vivo, no dejan de ser un incordio. Por más que no digan ninguna mentira, me niego a dejarles a ellas decirlo. Solo yo puedo decirlo... y quizás Komachi también, ¡pero ese no es el punto! El punto es que me quiero vengar.

¿Y cómo haré eso? Seguro te lo estás preguntando, querida esquizofrenia mía. La solución más extrema sería hacer que esas dos aparezcan 'mágicamente' en Corea del Norte, preferiblemente frente al siempre venerable lider supremo, dueño de mis temores cuando viajo en avión. Pero si bien tengo contactos, creo que eso sería muy extremo, incluso aunque no me caigan bien.

La otra opción muchísimo más razonable es venderlas a un Culto de Corea del Sur que están invadiendo mi amado país, pero... como eso se hace aquí, en algún momento puede que Yui se dé cuenta de lo que he hecho y me trate mal un par de semanas. Eso no lo puedo permitir. Con todo lo que estoy viviendo debido a mis estudios y a cierta persona estrellada que en cualquier momento volverá a aparecer, necesito que Yui me brinde momentos agradables.

Pero bueno, sin ambas opciones principales disponibles, solo puedo ejecutar la muy lejana tercera opción, una que es un poco dolorosa. Me estoy perforando la piel incluso.

—Ugh. Papá no me enseñó bien esto— Entre que él está casi tan muerto como yo un domingo a la mañana pero todo el tiempo y que él se sintió un poco incómodo porque se ve que momentos padre-hijo no son su fuerte, no aprendí bien. Tampoco es que me esforzara lo suficiente porque preferí usar una máquina de afeitar que rebajara lo justo y necesario, pero... bueno, esto es por mi venganza.

En el espejo, aparte de pequeños cortes desagradables a la vista y mis ojos más estrechos de lo usual, vemos a un Hikigaya Hachiman con la piel tan limpia como la de un bebé pescado. Pasando mi mano por las partes no lastimadas, sentí una suavidad sin precedentes. De verdad esta máquina es un arma mortal. Un niño podría cortarse con esto.

Tal vez dos veces.

—... Bueno, por lo menos no fueron cortes fuertes. Apenas se rasparon— No es la mejor imagen, pero tampoco la peor. Solo espero que no me dejen manchas: esas cosas solo te hacen ver más masculino en la ficción estadounidense. Aquí, en la tierra del Arroz en sus millones de variantes, o te ves como un cantante de pop o eres un ser abominable. O peor: un extranjero que no habla inglés.

Feliz de que la tortura terminó, me envolví bien con la toalla y salí del baño. El nuevo shampoo huele bien y me dejó la cabeza bien fría. Si logro en algún momento tener las ganas de irme a correr una hora para ejercitarme, no hay duda de que seré un hombre relativamente superior al promedio.

Y cuando lo sea, ¡solo yo podré tirarme abajo! Ansío ver como lloran ustedes dos, chismosas de cuarta. ¡Lloren de la impotencia, como sus novios al verles en la habitación!

Mientras me secaba en la comodidad de mi habitación que solo es mía y no puede entrar nadie más porque yo lo digo, Hoshino-san. Deja de atosigar... Ejem, si, mientras me secaba y solo me quedaba esperar lo mejor en las notas que me fuera a sacar, mi mente, traicionera como ella sola, me hizo girar en dirección a la que siempre quería que apuntara esa Idolo de ojos peculiares.

Estos días no la he visto. Lejos de ser por ese momento personal que terminamos teniendo, fue que a ella se le agotaron las posibilidades de tomarse un descanso. La vida de una celebridad es dura y la competencia aún más. Si deja pasar el tren, la vida la va a comer... o eso fue lo que dijo que su jefe quería que me dijeran. En resumen, se acabaron los encuentros de 'estudio' hasta nuevo aviso.

Eso, como era de esperarse, me trajo una paz bien recibida. No me desagrada Hoshino-san y admito que una pequeña, muy pequeña, MUY, apreció algunos momentos que tuvimos. Yui es mi amiga más cercana, y es por eso que, con el tiempo, se terminó amoldando a mí. Ella cedió en algunas cosas por mí y yo lo hago por ella. Encontramos, en nuestra ya larga unión, un equilibrio sano.

¿Hoshino-san? Lo manda a volar de una patada giratoria hasta Costa Rica. Ella es otro ritmo.

Su ritmo, para ser específicos.

No es que me enoje eso de ella... Bueno, quizás un poco, pero mis experiencias pasadas con gente similar me ha hecho más receptivo a ese tipo de actitudes. Hoshino-san no es muy diferente a Isshiki Iroha en cuanto a imponerse ante mí se refiere. No me agrada mucho eso, pero tampoco me desagrada lo suficiente. Es como... un poco nostalgico, si tuviera que decir algo. Se siente como volver a Sobu.

No diría que es algo que me muero por vivir, pero... no estuvo tan mal.

Sonriendo ante mi estúpido pensamiento fue que me empecé a vestir para ponerme a malgastar mi tiempo. Como es domingo no tengo que ir a ningún lado y Yui decidió que quería pasar tiempo con sus amigas. Ebina luego me dijo que en realidad Miura se esforzó mucho en no incluirme en sus salidas, pero son detalles. No es que me muera por tratar con ambas precisamente.

Sin estudios, sin planes y sin Hoshino-san, oficialmente tengo la oportunidad de actuar como un vagabundo sin oficio ni beneficio. ¿Y saben? Eso no suena mal: sonriendo aún, solo que más porque de verdad me fascina mi genio, agarré la novela que tengo pendiente de mi mesa de trabajo y me fui a leer al sofá. Más bien, me tiré como si fuera una marioneta rota en él y empecé a leer en una posición incómoda pero gratificante.

Ah, seguro que me va a doler después, pero esto vale la pena. Poniéndome al día con las desventuras del pervertido con el Dragón Rojo en su brazo, no pude evitar preguntarme la extraña fascinación de la mente humana por leer basura. Porque esto es basura, pero aun así solo de terminar este volumen una expectación me inunda. Creo honestamente que todo hombre tiene que leer basura de vez en cuando.

Leer Kingdom está bien, pero leer solo Kingdom suena muy aburrido. Además, no podrás valorar lo bueno que es si solo lees obras similares. Al menos, como lector algo veterano, esa es mi opinión en el asunto.

—Veamos, ahora aparece la Dragón superpoderosa que, como no, es una niña. Bien, bien...— No es que me fascine el personaje o su diseño porque yo siempre he sido más fan de las que son legales según mi edad, pero bueno, no es que tampoco tenga a alguien aquí para juzgarme. Hoshino-san, si llego a ver que tenía este libro, no dijo nada... lo que es una pena, porque me habría ahorrado momentos incómodos.

No me está gustando mucho lo mente abierta que son los jóvenes de hoy en día. Esto debe ser culpa del Primer Minis-¿?

...

—... Mierda—

Alguien está tocando la puerta... ¿En esta hora, en este lugar, en esta economía, en este contexto social, alguien se atreve a tocarme la puerta? Que descaro. De verdad que sí. Creo que tienen bien merecido ser ignorados y que crean que no estoy aquí. A menos que empiece a gritar que no he pagado la renta, en cuyo caso el plan es hacerme bolita hasta que papá me envíe el dinero que falta.

Aunque creo que ya pagué, ¿no? ¿Entonces por qué estoy teniendo esta conversación?

—Hikigaya-san, sé que está ahí. Por favor ábrame. Es importante—

Ah... Ya recordé.

Enojado, frustrado y un poco asustado de que esa mujer viera lo que tengo entre manos, me senté mientras dejé la novela convenientemente debajo de una almohada. Levantando un poco la voz, traté de espantarla. —No sé quién seas, pero le advierto que he ido al gimnasio tres veces en los últimos tres años. No me provoque—

Suspirando visiblemente, la mujer pareció perder años de vida. —Ja. Ja. Ja. Muy gracioso, Hikigaya-san, pero usted ya me conoce. Soy la que lo salvó de esa t... pobre chica que no sabía nada mejor—

Dejando a un lado el odio ligero que destilaba su voz, me tranquilicé y molesté a partes iguales al mismo tiempo en que ahora era yo el que perdió años de vida. —Si es quien estoy pensando, gracias por ayudar a esa jovencita. Guardaré esa gratitud en el fondo de mi corazón hasta que solo sea un esqueleto... Ahora, shoo~—

Benefactora o no, ahora no estoy con ganas de lidiar con las consecuencias de Hoshino-san, en especial si la propia chica no está aquí. No me quiero meter en ese mundo lleno de mentiras y falsedades, gracias. Pensando así ya más relajado, volví a recostarme, contento porque la mujer entendió la indirecta al quedarse en silencio. Solo había paz: yo, mi novela y el sonido de una puerta abriéndose.

...

...

... ¿Eh?

—¿Qué mierda?— Sorprendido a más no poder de este desarrollo, miré detrás de mí con seguramente la mejor cara de estúpido que cualquier mujer podría ver. Dicha mujer, aparte de verse molesta por razones que no entiendo, también se mostraba un poco satisfecha mientras hacía gala a mi casa de una llave peligrosamente similar a la mía.

Golpeado por esto, ella aprovechó para sonreírme con educación más falsa que con la que te tratan los banqueros. —Ahora, sé que todos tenemos nuestros asuntos pendientes y no necesariamente queremos estar aquí, pero de verdad necesito hablar con usted, Hikigaya-san. O más bien, dos personas mucho más importantes que yo quieren hablar con usted—

Y tras eso, yo...

...

—... Voy a llamar a la policía—

Comprendí que Hoshino-san era un problema, si, pero mucho más lo es la gente que la rodea.

—¿Eh?— Tras cada milisegundo que pasaba, su rostro se iba poniendo más azul, hasta que terminó por explotar. —¡¿EEEEEEHHHHHHH?—

Mientras la mujer extraña y aterradora entraba en una ataque de pánico, fui con decisión y velocidad, sobre todo velocidad, a buscar mi celular en mi cuarto. Pero claro, como el mundo me odia porque no es yo, la mujer enseguida se recuperó del ataque. Mirándome con ojos ensangrentados hiper realistas a los que no le di importancia, de un movimiento veloz me agarró del hombro.

Y duele. Dios, como duele.

—¡E-E-E-E-Esto es un malentendido! ¡No soy n-ninguna criminal! ¡No puedes meterme presa! ¡No te dejaré ganar!— Mientras de a poco su intento de blanquear su imagen pasaban a ser amenazas directas, yo estuve más preocupado de que mi hombro dejara de ser lastimado. Las uñas largas nunca me generaron algo en especial, pero ahora no puedo evitar sentir un jodido desprecio.

Tal vez por eso Kamakura, en el fondo, nunca me abrió su corazón.

—Todo lo que hagas será usado en tu contra. Si no quieres pasar el resto de tus buenos años luchando por destacarte con mujeres aterradoras, te sugiero que me dejes en paz... Y por favor deja de clavarme tus uñas— Odio las modas y a quienes la popularizan. Odio a la gente en general, pero recientemente he ganado consciencia de que la farandula está podrida.

Mientras pensaba aquello, el rostro de la mujer pasó a un terror absoluto, demasiado convencida de mis palabras para cuestionar el hecho de que esto se puede girar en su dirección con demasiada facilidad. Igualdades de genero a un lado, la sorpresa que era un poema en su cara llegó al punto crítico de que liberó a mi hombro de esas agujas mortales, muy seguramente con sangre.

Pero, en vez del dolor, lo que recibí ahora fue el olor a metal sudado a una distancia tan cercana de mi cara que una parte me golpeó ligeramente la nariz. Yo me quedé congelado, sin saber cómo debía reaccionar, y ella aprovechó mi momento de debilidad para hablar con un tono casi como de un malo de una película de Disney.

—¡L-La casera me dio la llave! Y-Yo no hice nada. ¡S-Si me acusas de eso, ella estará de mi lado y te quedarás sin hogar! ¿Crees que alguien como tú podría conseguir un lugar mejor en esta economía? ¡A-A-Así que yo ganó! ¡N-No soy una criminal!—

... Dejando a un lado el hecho de que ahora quiero llevarla a juicio por puro despecho, es sorpredente, de un modo casi triste, el como ella puede verse patética incluso en la victoria. Casi me dan ganas de darle un abrazo y decirle que todo va a estar bien, porque la cara que está haciendo parece la que pondría mi bisabuelo si le pudiera preguntar del 1945. Por eso, decidí ser un poco más suave en mi ataque.

—Te ves tan horrible...— Y estoy siendo sincero. Todos saben que no puedes enojarte con alguien si dice la verdad: eso me lo enseñan desde que soy un niño.

—¡KUGH!— Pero al parecer, que no se puedan enojar conmigo no quiere decir que no pueda lastimar. La verdad duele, después de todo, y soy un maestro en causarle dolor a quienes me rodean. Con la llave cayéndose frente a mis pies y la mujer pareciendo entrar en un momento de dudas existenciales, pensé seriamente en irme a mi cuarto para que la policía continúe por mí.

Pero... no puedo hacerlo.

Con mis ojos, seguro creerán que yo la ataqué. Necesito que se vea por lo menos con la capacidad de entender oraciones simples. Por eso, renuente, me agaché a su altura mientras ella comenzaba a hacerse bolita sentada en el piso y le empecé a acariciar suavemente el brazo, con solo un dedo, porque no vaya a ser que esto sea un plan para acusarme de aprovecharme de ella.

Eso sería absurdo. ¿Cómo podría ser así de idiota? Valoro la libertad, muchas gracias.

—... Dime, ¿estás bien?— Hablé con la mayor suavidad que pude reunir... que sigue siendo el equivalente a que te consuele un camionero pasado de copas, pero eh, detalles. La intención es lo que cuenta y eso.

—... No— Olvidándose de que hace un instante ella acababa de cometer un jodido delito, ahora me miraba con ojos de una mujer derrotada, que necesita un buen trago o que su novio le dé un abrazo. —Mi esposo es un idiota, esa chica no para de meterme en líos, esos niños me van a volver loca y ahora tengo que lidiar con un tipo grosero que encima se afeita mal—

... Tú tampoco eres la gran cosa, ¿sabes?

Guardándome las ganas de decirle aquello, ella pareció recupera algo de animos, en un muy mal sentido: comenzó a haber ira en esa cara relativamente bonita. —De verdad esto es horrible. ¿Por qué tengo que pasar por todo? Todo lo que quería era un novio bonito, pero estoy atrapada con ese idiota... Digo, él no es mal tipo, pero tampoco es que me lo demuestre seguido, ¿sabes? Siempre está metido en su trabajo—

Ugh, problemas de matrimonio. Genial. En cualquier momento me va a salir con niños si la sigo dejando hablar. Por eso, antes de que ella empezara a derramar más cosas de su vida como si fuera su psicologo, dirigí la conversación hacia algo relevante.

—No parece que quieras estar aquí al parecer, entonces ¿por qué está sucediendo esto? ¿Te envió alguien, o es muy importante hablar conmigo por alguna razón?—

Por favor no vengas de parte de un fan loco de Hoshino-san. No hay nada peor que un fan de una Idol: son el mínimo de lo mínimo, lo más bajo que puede caer, y eso lo que dice un otaku de novelas ligeras; sé de lo que hablo.

La mujer desconocida me miró un segundo sin entender mis palabras de una forma un poco caricaturesca, pero pronto pasó a una sorpresa que duró un segundo, para luego convertirse en una de... molestia, mientras sacaba algo de su bolsillo. Afortunadamente no fue un cuchillo, sino un... celular.

Mirando el aparato sin entender muy bien, ella lo alejó de mí para empezar a llevarlo de un lado a otro, con una cara que parecía querer estamparlo contra el piso. Mi piso limpio y que tiene debajo a un molesto anciano que parece hacer de molestarme su pasión.

—Esos mocosos... Si no fuera por mi futuro, yo...— Lo que quería decir, se lo acabó guardando, no sin terminar soltando un sonido que... creo, sinceramente, haría una niña cuando la atrapan cometiendo una mala acción. Antes de que pudiera preguntar qué se traía, ella se dejó de juegos y directamente me golpeó con su celular en la mejilla.

... No estoy feliz, ¿saben?

—¿Qu-—

—Como sea, lo que quieras preguntarme, no es importante. Solo soy una pobre mensajera. Quienes deben contestarte las preguntas son esos dos...— Nuevamente teniendo las ganas de agregar algo más pero finalmente guardándoselo, lo despegó de mi mejilla con pequeñas heridas y comenzó a teclear con furia mientras yo me preguntaba si ella ya estaba lo suficientemente estable como para llamar a la policía.

De repente, ella empezó a gruñir... y pensé, sinceramente, que me podría arriesgar.

Preguntándome cuántas mujeres llenas de si mismas conocería en mi vida antes de que los Dioses decidieran que el cliché se había cumplido, ella dejó de teclear. Esta vez ofreciéndomelo a una distancia por lo menos no invasiva, se sopló un poco de pelo que estorbaba su visión... lo que me trajo preguntas importantes, como qué diablos estaba pensando el tipo que se casó con ella.

Es linda, pero no lo vale, amigo.

—Aquí tienes. Lo que pase ahora es culpa de ellos—

Me quedé observándola un segundo, sin entender muy bien qué hacer más allá de encerrarme en mi cuarto, pero cuando ella comenzó a impacientarse mientras acercaba más su celular, barajé seriamente las opciones que podía tomar. Si valía la pena meterme en el lío de esta mujer y su aparente jefe... pero bueno, si tienen el dinero para sobornar a la casera, supongo que por ahora tengo que estar de su lado menos malo.

Suspirando internamente, agarré el aparato que pesaba más que ninguno otro, viendo con desesperación derrotista el nombre de Hoshino-san como si fuera de alguna forma lo único que tendría sentido. Llevándomelo al oído con un mal presentimiento debido a una fuerte respiración que me recordaba a un viejo pervertido, dudé seriamente de si pronunciar una palabra... pero...

—¡HABLA YA! ¡SÉ QUE ESTÁS AHÍ!—

... De repente, al escuchar una voz tan chillona, descubrí que si iba a terminar tratando con esa voz, prefería al viejo pervertido.

Sorprendido por este bizarro giro de los acontecimientos, yo modulé una expresión de suma sapiencia, dignas de un Nobel.

—... ¿Pero que mierda?—

... Pero un Nobel a la paciencia, porque después de esto me merezco sentarme a la derecha de cualquier Dios a mi elección.

—¡AAAAHHH~! ¡¿CÓMO TE A-UHGKJ!—

—Eres demasiado ruidosa—

De repente escuché una voz igual de infantil, solo que un poco, aunque no demasiado, grave, además de escucharse mucho más madura. Quizás demasiado para un tono que destila tan corta edad, pero prefiero una ligera incomodidad que un chillido de perro salchicha taladrándome el oído.

—...—

Aun así, no encontré en mí respuesta alguna. En frente mío la mujer desconocida decidió que era un buen momento para hacerse finalmente una esfera cuasi-perfecta, dejándome a mí lidiar con esto... pero, si estos eran los jefes a los que servía, creo que puedo entender qué la llevó a volverse así de histerica. Casi me genera simpatía.

Casi.

—Si, perdonala a ella. Es un poco tonta, pero es una buena chica— De fondo pude escuchar gritos furiosos que decían palabras que horrorizarían a cualquier madre. Sin importarle la migraña que me estaba generando esto, el niño siguió como si nada. —Sé que no empezamos de la mejor manera, pero me gustaría presentarme. A ambos de hecho. Somos-—

—¡MISERABLE! ¡¿QUÉ LE HICISTE A M-¡KUGH!— Tras que un sonido que sonaba como piel chocando entre sí, hubo un segundo de silencio que lentamente se convirtió en un sonido familiar. Uno que, a pesar de la situación, todavía me toca una fibra sensible. —E-E-Eres muy malo. ¡E-Eso me d-dolió!—

La respuesta del niño fue, primero que todo, cubrir el celular para que no se entendiera lo que dijo al parecer, porque de repente todo solo fue volver a sentir ver televisión en la casa del abuelo. Sin distinguir muy bien de qué hablaban, pude por lo menos vislumbrar que el niño hablaba con un tono molesto, pero que guardaba un poquito de compasión: solo un poquito.

A la niña no le entendí nada, pero porque, a juzgar por esos ruidos que le partían el corazón a uno, se estaba aguantando las ganas de llorar. No obstante, tenía la madurez suficiente para al menos tratar de hablar en lugar de romperse, por lo que esa madurez no necesariamente es algo único del niño.

—...—

Si bien no estoy de acuerdo con lo que está sucediendo del otro lado, tampoco soy tonto: aunque creo que todos los hermanos se deberían amar en cierto grado, el cariño y la forma en que lo expresábamos con Komachi no era la esperada. Aunque de niños no nos llevamos tan bien, nunca se me pasó por la cabeza golpearla ni ella me dio motivos para ello.

Pero es algo común entre hermanos. Me lo han contado y lo he visto, así que... por lo menos me contento con que ese cariño se escucha. No está bien golpearse, pero si son niños, seguro que con el tiempo se las arreglarán: mientras haya cariño, yo al menos creo eso.

Mientras tenía esos sentimientos complejos productos quizás de sentirme algo emocional por mi última charla con Hoshino-san, lo que sea que hablaron se terminó arreglando. Aunque aún escuchaba a la niña respingar un poco, por lo menos solo me generaba una pequeña molestia. Tosiendo falsamente para hacer como que nada pasó, el niño volvió a hablar.

—Me disculpo de verdad. Tuve que tomar... medidas drásticas, pero le aseguro que somos buenos niños. Ella más que todo. Solo estamos... un poco alterados— Diciendo eso último con un ligero tinte acusatorio, no me costó mucho hilar los hilos, mas el motivo por el que existían en primer lugar me sobrepasaba.

—... Es bastante obvio que son algo de Hoshino-san. ¿Su familia, tal vez?— Eso último que dije generó que la niña pegara un grito de sorpresa que delató de inmediato sus intenciones. Mientras el niño decía algo tan chistoso como 'Ruru' con una seriedad genuina, yo decidí proseguir con mis adivinanzas. —Con eso aclarado, ¿qué son de ella exactamente? ¿Primos? ¿O algo más?—

—Si, somos primos de Ai. Primos lejanos— Respondiendo con un poco más de rapidez de la cuenta, el niño prosiguió. —No creo que ella quiera que sepas estas cosas y tampoco queremos decirlas, pero a pesar de que somos familiares lejanos, hemos convivido un montón en el pasado con Ai. Somos muy cercanos—

—Puedo verlo...— Solo eso podría explicar como se atrevieron a cometer un delito así. —Sin embargo, que un par de niños hayan hecho esto es sin duda impresionante. Supongo que lo excepcional de Hoshino-san viene de familia—

Y de su dinero también. No me quedó muy claro cuales eran los origenes de Ai en la escuela, pero no me extraña que sea de una familia con cierto nivel de dinero o prestigio. Mujeres como ella suelen nacer para triunfar, pero soy de los que creen que de dónde vengas influye demasiado. Más allá de ser grosera, recuerdo que ella tenía buenas notas: nacer con dinero es lo último que le falta para completar el combo de chica perfecta.

—Si... Podríamos decir que sí...— No sonando del todo convencido, este niño demostró también tener una modestia impropia de su edad. No hay duda de que debe ser un prodigio o algo así.

Pero más importante que alabar a este niño...

—Aunque ahora estoy más tranquilo porque resultaron ser solo ustedes, quiero que sepan que lo que hicieron no es una broma. Esto es peligroso, ilegal y se pueden meter en muchos problemas— Tratando de sonar firme, como un adulto debería, quise dejarlos claro que esto no es cualquier cosa. Que, en otras circunstancias, con otro tipo, esto fácilmente pudo acabar muy mal.

Pero por más debilidad que tenga por los niños, esto sigue siendo una mierda. Necesito dejarlo claro.

—...—

—No sé qué hacer, la verdad, pero antes de tomar una decisión, quiero escuchar qué los motivó a hacer esta tontería— Sonando un poco más indulgente, continué. —Si tienen un buen motivo para haber hecho esto, quizás considere dejar esto en secreto—

Con ustedes: algún día me voy a vengar de la casera. No sé cuándo ni cómo, pero no es una promesa, sino un aviso.

—... Le agradezco profundamente su comprensión, Hikigaya-san— No captando mentiras en su tono, hice un sonido leve de asentimientos mientras le daba pie a explicarse. —La verdad es que... aunque no podemos comunicarnos con Ai tanto como querríamos, la queremos un montón. Y... recientemente, en una de nuestras visitas, notamos que ella está... diferente—

—... ¿Diferente en qué sentido?—

Por supuesto que es bueno esto, o al menos debería serlo. Si Hoshino-san me quiso de tutor fue para ser diferente, ¿no? Entonces no debería haber problema... pero, por otro lado, Hoshino es una experta en mentir debido a su profesión, y no hay duda de que muestra otra cara cuando está con gente de confianza. Con extraños uno siempre tiende a dejar ver su mejor lado.

—Ella... ¿Cómo decirlo...?— No sabiendo bien qué decir, o quizás solo no atreviéndose a soltarlo, el niño se tomó un tiempo corto antes proseguir. —Ella está más... pensativa. No es que no piense, pero... notamos que nos ve de forma extraña, como si quisiera decirnos algo pero sin salir nada. Y también siento que ella... se ve menos feliz—

... Suspiré en el mundo real mientras me llevaba la mano libre a la cabeza, porque de verdad necesitaba, ahora más que nunca, que este domingo se sintiera como tal. Esto es comparable a toda la tarea que me dieron hace un par de días.

—Mira, tú... familiar de Hoshino-san— No sabía su nombre y la verdad no me apetece saberlo. Tampoco creo que me lo diga. —La verdad no sé mucho de Hoshino Ai y ella nunca ha mencionado nada de su vida personal. Bien puedes estar mintiéndome o en realidad ella te odia. Espero que entiendas lo sospechoso que se ven ustedes tres—

—Yo... lo veo, señor—

La mujer enfrente mío hizo un leve sonido que se sintió como una queja, pero ella puede chupar limón por todo lo que me importa.

—... Pero, a riesgo de pecar de ingenuo debido a que eres un niño, creeré que te preocupas en el fondo por tu prima. Tienes más derecho de saber esto que yo, la verdad, pero espero que luego le cuentes a tus padres lo que hiciste. Hazlo y podemos olvidarnos de todo esto...— Dudé de eso último debido a que el riesgo de que esto vuelva a ocurrir si les da la gana no es cero, pero creamos un poco en la juventud.

Hubo una pequeña conversación entre los dos mientras el niño volvía a tapar el sonido con sus dedos. Mientras pasaba eso, miré a la mujer extraña y un poco volatil todavía siendo todo eso, pero ahora más calmada. Ahora me miraba con sentimientos extraños, aunque no negativos. Me veía con... no lo llamaría orgullo, pero algo cercano a ello. Como si fuera un adulto responsable que tomó una buena elección.

... Alguno de los dos tiene que serlo.

—Yo... Ambos entendemos, ¿verdad, Ruru?—

—S-Si. ¡Ahora habla... p-por favor!—

Negué con la cabeza: por más que la madurez fuera compartida así fuera a nivel desigual, el respeto era tan disparejo que la balanza destruyó la mesa.

—De acuerdo. ¿Qué quieren saber primero? Ah, y sepan que puedo dar mi opinión en vez de un hecho: si son tan maduros como creo, deberían entender esto—

—Lo entendemos—

—¡HABLA... S-Señor!—

Dios, esa niña es tan...

—... No conozco mucho a Hoshino-san y no sé cómo es con ustedes, así que primero vamos a la información— Tomé un respiro necesario porque, de verdad, lo que voy a decir ahora es vergonzoso y complicado para un niño a partes iguales: tanto que prefiero comer chocolate de wasabi.

—...— Hasta la mujer se quedó curiosa mirándome.

—En pocas palabras, no sé por qué yo ni tampoco cómo lo haré, pero Hoshino Ai quiere que le enseñe a amar. De una forma más a mi estilo: 'genuina', si se me permite decirlo. Quiere amar de forma diferente, al menos, creo, con personas que definitivamente no son fanáticos cualquiera.

—...—

—...—

—...—

... Si solo tengo un par de ojos mirándome, ¿por qué siento que son seis?

—... Si se me permite opinar, creo que la vieron más pensativa porque, de hecho, está pensando en todo lo que le dije. Y si está más infeliz... aparte de las sospechas obvias hacia mi persona, ¿tal vez solo está intentando verse más... natural o algo así? No sé cómo sea con ustedes, pero conmigo siempre muestra una cara perfecta. Quizás, en cierto grado, lo hace con todos—

—...—

—...—

—...—

... De verdad esto es lo peor que he experimentado desde la secundaria. ¿Cuando volví a tener trece años?

Justo cuando pensaba seguir hablando para ver si algo de lo que decía lograba hacerme sentir menos mal...

—... ¿Pero qué mierd-—

—¡Ruru!—

—¡Deja de llamarme así!—

... Estos dos niños comenzaron a pelearse y la mujer me miró con ojos extraños, como si me estuviera acusando de un delito que quizás no cometí.

De verdad odio el mundo del espectáculo. Por eso el manga y anime son el medio superior de Japón.


—Chiiii~—

—...—

—Chiiii~—

—... Ruby, ¿por qué me estás mirando como si hubiera hecho algo malo? Esto no es mi culpa—

—... Chiiii~—

Suspiré ante la inmadurez de mi compañera en esta cruzada, tristemente la única aliada con la que podía ser sincero al completo. Miyako-san estaba preparando la leche para ambos en la cocina, pero seguro con una cara que no es feliz. Tampoco triste, sino... rara. Si, rara, como todo lo que ha pasado últimamente. Esta situación es un maldito desastre y lo peor es que no veo una solución a corto plazo.

La verdad, habría preferido seguir hablando con Hikigaya-san incluso ahora, pero lo que terminó contándonos lo hizo imposible. Traté de guiar la conversación hacia un rumbo productivo, pero Ruby lo hizo imposible y, según Hikigaya-san, Miyako-san no ayudó a su comodidad. Prometiéndome que volveríamos a hablar después, cuando todo se calmara, fue que me fui no del todo amargo.

Pero estoy amargado. Mi boca sabe horrible, me duele la cabeza y Ruby no está ayudando con esa mirada. Sé que ella es una fanática de Hoshino Ai: yo también lo soy, así que entiendo de donde viene, pero ¿por qué tengo que ser yo con quien se desquité? No me parece justo. Si no fuera por mí, todavía seguiríamos en blanco con todo esto.

... Aunque saber esto no sé si fue mejor...

—... Aqua, tienes cara de estar pensando. ¿Ya se te ha ocurrido algo que hacer? Sino no entiendo porque estás tan tranquilo. ¿Acaso odias a mamá? No la odias, ¿verdad, Aqua-kun? No, Aqua-san. Aqua-yaro— Ante semejante exhibición de odio, solo pude mirarla con un poco de asco. Más que una hija, Ruby ahora mismo me recuerda a los fans más rancios de las Idols.

Me pregunto si yo me veía así cuando era Gorou... Negando internamente con la cabeza, traté de, como al parecer era mi trabajo, encarrilar este tren a punto de estrellarse.

—... Primero, aleja tu cara de mí. Me llega tu respiración— Y no es que huela precisamente bien. —Segundo, por mucho que estés desesperada y creeme que yo también lo estoy, hacer algo precipitado nos va a llevar a la ruina. Lo mejor es pensar un plan que tenga la menor probabilidad de fall-—

—¡PERO MAMÁ...! ¡ELLA SE ESTÁ C-CONTAMINANDO!—

—...—

Ruby es mi hermana en esta nueva vida, pero estamos lejos de tener una relación como tal. Por supuesto que trato, a mi modo, de ser un adulto responsable de la que creo es una adolescente o una veinteañera posiblemente hikkikomori, pero nada más allá de eso. No somos hermanos mentalmente hablando y por eso no tengo reparos en tenerle un poco de desprecio a lo que está diciendo.

Ai... Si bien como su hijo debería tener un poco de peso en lo que ella hace, como antes fui Gorou, no lo puedo hacer. Es más: como dependiente de ella en todo sentido, ella tiene derecho a hacer lo que quiera y yo solo lo puedo aceptar. Si ella quiere relacionarse con ese hombre, por más que sea riesgoso dado su trabajo, solo puedo mirarla y desearle lo mejor. Quiero que ella sea feliz, y si lo quiere ser así, entonces está bien...

...

Pero... aunque no sea por las mismas razones de Ruby, yo...

—Ruby, yo tampoco quiero que esto continue. Nadie quiere— Quizás ni siquiera Ai del todo, pero eso ya es suponer mucho.

Ruby pareció calmarse un poco cuando le dije. Todavía tenía los ojos dilatados, pero sentí en ella un poco de cariño. Camaradería más bien: lo que sientes cuando encuentres otra alma que comparte tus pensamientos o vivencias. Es una mirada que, de una forma que sé está mal, me alegra. Me alegra que ambos y al parecer también Miyako-san no queramos que esto siga.

Yo... yo de verdad soy egoísta...

—...—

—Pero hacer un movimiento precipitado no es una buena idea. Para empezar, ¿qué podemos hacer? ¿Revelar estas reuniones a la prensa? Aparte de que eso podría destruir su carrera, ese tipo no se merece ese hostigamiento mediático. A sus ojos él no está haciendo nada malo, y tienes razones para creerlo si lo que dijo es cierto—

'Ella me pidió'... Dijo que no sabe cómo o por qué, pero que así fue. Ella dio el primer paso por... razones y él solo correspondió como un favor.

Por supuesto que es sospechoso y no hay que creerle del todo. Puede que estemos ante un manipulador que se está escondiendo como un tipo normal. Quien sabe si en su habitación guarda un altar a Ai o algo peor. Si lo que nos dijo Miyako sobre él es cierto, su apariencia no es precisamente la mejor y sus ojos son especialmente horribles. A riesgo de presuponer demasiado, podría ser de esos otakus tristes y solitarios.

No agraciado, solitario según lo que Miyako descubrió 'hablando' con sus vecinos, hogar mal cuidado: he visto ese patrón demasiadas veces cuando era más joven. Diablos, yo mismo en cierto modo lo fui en algún momento. Me obsesioné muy fuerte con Slayers en su momento.

Me moví en círculos extraños, pensé cosas fuera de lo normal, compré tantas cosas... raras: en definitiva, conozco a los de su tipo y sé lo peligrosos que pueden ser cuando hay una chica en el medio, especialmente una tan hermosa como Ai.

Hikigaya Hachiman es un peligro, y debe ser detenido.

—Kuh... T-Tienes razón, pero aun así...—

Suavizando mi expresión, traté de, nuevamente, jugar a ser una especie de hermano mayor. —Por ahora tratemos de saber mejor quién es él y cómo es su vida más allá de Ai. No podemos hacer nada sin tener pruebas primero y tampoco podemos ir pensando lo peor de las personas. Ai no querría que pensemos así de la gente, menos de... él, si es lo que... creemos que es—

Eso último lo terminé soltando con un poco de... no desprecio, pero algo más parecido que diferente. Ruby se veía frustrada, con ganas de decir muchas más cosas, pero se lo guardó y se dejó alzar por una Miyako todavía ida, pensando en un montón de cosas en esos ojos apagados.

Al menos podemos contar con que intente sacarle respuestas a Saitou-san, que le diga a ella y por extensión a nosotros, en qué diablos pensó al permitir que Ai se relacione de esa manera con un hombre. ¡Uno mayor encima! Esos son los peores.

Mientras Ruby tomaba la leche sin ganas, me pregunté, por centesima vez en la hora, qué diablos está pensando nuestra madre para enamorarse y buscar enamorar a un universitario humilde, casi que un 'chico malo', que es también un presunto perdedor.

Tomando mi leche a la fuerza, traté de meterme en la mente de Ai, de entender qué la pudo haber llevado a hacer todo esto.

...

... Si, estoy en blanco.

Notes:

Como dije en Ff.net, pude hacerlo mejor, pero creo que es aceptable y disfruté mucho hacerlo, que creo es lo más importante al final del día.

Sigo pensando qué historia traerles. Eroge es la más popular, pero entre que sufrió de mi pausa de 3 años y medio y que no sé si el publico de AO3 tome bien mi humor negro/ofensivo, dudo en traerla ahora que me "estoy construyendo una reputación" y eso.

Ya veré.

Chapter 6: Capítulo 6

Summary:

Aunque duela, no estás justificado y no te hace bien. Te convenciste de dejar el pasado, de aceptar lo que ocurrió y seguir adelante... pero tienes que hacerlo, ¿sabes?

Notes:

Bueno, esto es lo que suelo tardar en subir un capítulo. Debería ser un poco menos ahora que me centraré más, pero tres semanas es lo esperable.

(See the end of the chapter for more notes.)

Chapter Text

Sentado frente al computador, no pude evitar sentir que estaba en un interrogatorio con una mujer que me entiende más de lo que me siento cómodo. Es como si Hiratsuka-sensei nunca se hubiera ido.

Hikigaya-san, me gustaría saber si ya se ha podido recuperar de ese suceso en particular— La sonrisa profesional de la psicologa no ayudó en nada a mi humor. Pensé en responder con crueldad, pero seguro que Komachi me quitaría muchos puntos. Suspirando por dentro, contesté.

No necesita ser tan indirecta, doctora. Ya no me afecta tanto— Recordé decir el 'tanto' porque la última vez que no dije eso, comenzó un interrogatorio que desembocó en una escena que prefiero olvidar. —Sobre eso, yo... me siento mejor, si, aunque ahora tengo miedo de lo que viene ahora. El año se termina y mis notas no son las mejores.

Si no fuera por la ayuda de todos, capaz hasta habría repetido el año. Tengo suerte de tener a... amigos o algo así, si.

Si, esta es una época de gran importancia para ustedes, jóvenes. No hay duda de que te encuentras en un momento que decidirá tu futuro— La sonrisa que me transmitió a través de la pantalla fue una que hablaba de la experiencia, de las que solía ponerme Hiratsuka-sensei. —Pero no desesperes, pues esta es una de varias. No te diré que la tendrás fácil después, pero alguien de tus capacidades seguro saldrá adelante. Creo en ti.

... Dios, que me diga eso la mujer a la que mis papás pagan y no mis jodidos padres dice... dice tanto. Tanto mal.

Evitando las lágrimas de la impotencia y el rencor, traté de quedarme mirando al frente. Tenemos una internet decente, pero esta lejos de ser la ideal. A veces la pantalla se queda congelada unos segundos y que se quede ahí mientras miro a la ventana, por mucho que abogue por ser libre de las cadenas de la sociedad, me hace sentir mal.

A lo mejor es el primer paso para ser un esclavo corporativo.

Gracias, doctora. Confío en que todo saldrá bien... de algún modo— No sé cómo ni si es posible que una universidad seria me tome con mis notas actuales, pero de todas maneras nunca fue mi intención volverme un erudito de ciertas prácticas para acabar siendo el lamebotas de un viejo cascarrabias que ya debería retirarse. No, lo que importa en esta vida es el dinero. Dinero ganado con el esfuerzo requerido.

¿Trabajo duro? Al demonio con eso. Si voy a volverme un engranaje del sistema, será a mí manera. Pronto crearé un séquito a mi alrededor que seguirá todas mis órdenes como un evangelio. Lo llamaré Hachiismo y será la religión dominante en el mundo en los próximos 100 años, luego de que muera heroicamente protegiendo mis ideales de la reina demonio Haruno.

Si, puedo verlo.

... Hm, que sonrisa más peculiar. ¿Acaso así es como lo hacen los jóvenes hoy en día— La forma en que lo dijo fue extraña.

Doctora, no quiero que se haga una idea equivocada ni que me mande preso, pero le aseguro que le faltan unos cuantos años para decir cosas así— Es más joven que mi madre y que varias más. No es posible que los adultos estén tan desconectados de cómo piensan los que serán sus futuros esclavos sociales, ¿verdad?

Vaya, menos mal me aclaraste que no me hiciera una idea equivocada. Lo que dices es muy peligroso, Hikigaya-san— El tono con el que habló era cómico, como el que haría una mujer adulta que se está riendo de un jovencito... pero no se estaba riendo.

Incluso si no espero nada, de algún modo esto me hace sentir decepcionado. Una cosa es que no me tomen en serio y otra ya es tratarme de criminal...

En fin, antes de pasar a otro tema, me gustaría hablar d-

Antes de que me preguntes sobre qué vamos a hacer cuando vayas a la universidad, quiero preguntarte algo.

¿Eh? ¿Cómo ella...?

... ¿Y eso sería?

¿Por qué las mujeres en mi vida siempre me ven como un libro abierto? No quiero que todas sean como Tobe, porque eso sería para irse a un bosque y no volver, pero me vendría bien no estar tan expuesto al sexo opuesto que me puede interesar de una manera no pura. No quiero que mi vida universitaria acabe en un desastre policial.

¿De verdad estás bien? ¿Cómo te sientes con respecto a Yukinoshita Yukino?

...

...

...

... ¿Sabe? Usted me recuerda un poco a una maestra que tuve.

Puedes matar al pensador pero no a la idea, supongo.


—Hikki, deja de mirarlas así. Es raro.

—...

No es que ellas me estén mirando bien precisamente, Yuigahama. Entre que Miura se está aguantando las carcajadas y Ebina está intentando tomarme fotos para vaya uno saber qué motivo, es evidente que mi respuesta no va a ser positiva. Faltaría más que me tomara bien lo que quieren estas brujas sedientes de ver mi caida... Pero, por desgracia, soy débil de vez en cuando a esta femina, así que asentí y me enfoqué con fuerza en lo que tengo delante.

Oh, café, ¿qué haría sin ti? Te diré lo que haré contigo: ponerte más azucar. La suficiente para quitarme la amargura de esta situación. Yuigahama me acarició la cabeza como si fuera un niño, lo que provocó que ambas mujeres hicieran ruidos que son ofensivos. Aun así, demostrando que soy el adulto en esta relación, las dejé estar. Total, algún día tendré mi venganza.

Tenemos cerca a Corea del Norte, ¿saben? Solo necesito contactos...

—Bueno, que Hikio actue como un perrito es divertido, pero no es a eso a lo que vinimos. Tenemos que estudiar, ¿verdad?— El tono que no habría lugar a debates fue respondido con un trago duro por parte de Yuigahama. Como siempre, por más que algunas cosas cambien, no necesariamente tiene que ser tan distintos. Lo que se pierde no puede ser recuperado, pero eso es algo específico. Otra cosa es lo general, en este caso la esencia de la persona.

... Todo para decir que, aunque se esfuerza al máximo, a Yuigahama no le gusta estudiar y se esfuerza mucho en volver a cuando éramos adolescentes.

—A-Ah... Si, ¡tienes razón!— Riéndose de forma forzada para ocultar su intento de ser una adolescente, negué con la cabeza y tomé de mi café debidamente azucarado. Ebina comentó algo que no presté atención pero que provocó una respuesta explosiva en Yuigahama que, para qué mentir, tampoco escuché. Estoy mucho más enfocado en mi libro.

No uno que tenga que ver con lo que tengo que estudiar. Por fortuna estos días me permitieron estar incluso un poco adelantado a mi campo de estudio. Por supuesto que está el riesgo de que lo que diga el profesor sea algo que contradiga o no esté en consonancia con lo que aprendí, pero pensemos en positivo. Por muy a libre interpretación que puedan ser algunos elementos, esto no debería traerme más complicaciones

Aunque digo eso, pero quizás debí enfocarme solo en la carrera que me va a dar dinero. ¿Por qué decidí entonces hacer un curso virtual en Letras? ¿Qué me motivó? Lo pienso a veces, pero tampoco es que me quite mucho el sueño. Más que un curso que dé un diploma con el que ejercer una profesión, lo que hago es tan solo una manera de matar el tiempo. De desestresarme de tantos números y letras mal colocadas.

A veces pienso en si debí seguir en lo que era bueno, mi 'pasión' como diría Hiratsuka-sensei, en lugar de lo que me dará de comer. Quizás pude intentar más seriamente ser un escritor que se pueda pagar el pan. Si ser uno serio no servía, a lo mejor pude intentar en el mundo de las novelas. Tengo ideas que podrían haber servido... Pero al final nada de eso importa, ¿verdad?

Incluso si la esencia no se pierde, a veces se vuelve tan irreconocible que no es diferente de la muerte. Si ya elegí mi camino, no puedo retractarme ahora, ¿verdad? Además, siempre puedo intentar en la escritura cuando sea ya un anciano retirado al que su esposa le abandonó por estar ausente. A lo mejor ahí sí pueda meterme de lleno en el mundo de las novelas ligeras.

... Digo eso, pero no me gustaría decepcionar a Shinomiya-sensei, principalmente porque esa mujer da miedo cuando se enoja. Es absolutamente maniatica. Si así es cuando está en una pantalla, temo al que vea su ira en vivo. Pobre diablo.

—... Hikki está haciendo esa cara de nuevo.

—Déjalo. Seguro está reviviendo otro de sus tantos traumas.

Eso es... dolorosamente cierto, pero no quiero escucharlo de ti, rubia teñida.

Suspirando internamente, empecé a leer mi libro mientras Ebina y Miura intentaban ser las maestras de una Yuigahama que de verdad se estaba esforzando. Al parecer lo que están viendo ahora es algo super difícil en comparación a lo que estábamos viendo hasta ahora. Yo no lo sentí así, pero cada quien con sus demonios.

Aunque ni Miura ni Ebina están en el mismo campo que nosotros dos, quizás por el hecho de que quisieron ser buenas amigas o quizás porque en realidad son más inteligentes de lo que la camarilla de Hayama les dejó mostrar, tenían la capacidad de al menos enfocar su pensamiento de tal forma que podían ayudarla a aprender sin enseñar nada realmente.

Haciendo las preguntas correctas, guiándola y animándola cuando se frustra, su trabajo aquí es apoyarla, ser una especie de oradoras motivacionales. Parece poco, y en realidad lo es, pero Yuigahama siempre ha sido más inteligente de lo que se cree. Solo necesita no rendirse y que alguien esté ahí para ella. ¿Y qué mejor apoyo que dos amigas que la conocen bien desde hace años?

Cuando Yuigahama gritó de la emoción al entender algo que, según sus palabras, era tan fácil, sonreí para mis adentros, mi trabajando estando más cerca de empezar.

¿Cual es el mío, se preguntarán? Todavía falta para eso, así que mientras tanto podríamos intentar leer esta novela de una vez. Por más que las novelas ligeras hayan destruido parte de mi gusto y lo envenenaran con cosas que harían llorar a los más elitistas, los 'verdaderos lectores', todavía puedo apreciar los clásicos.

No es que esté sea un libro conocido, pero tiene toda la pinta de ser de esas obras demasiado complejas para ser populares que tienen un séquito de seguidores que no me cabe duda serán tan molestos como el otaku más rancio. En fin, ya le di muchas vueltas.

Bendita y horrorosa soledad, ¿eh?... Solo espero no quedarme con un trago muy amargo.


Anastasia... Mi Anastasia, ¿por qué no me diste una oportunidad?

¿Por qué, a pesar de todo lo que pasamos, de cuánto hemos crecido uno al lado del otro y de cómo nuestros corazones se volvieron uno, al final me dejaste? ¿Por qué te fuiste del continente, queriendo borrar tu presencia de todos quienes apreciamos tu belleza?

¿Acaso quisiste huir? ¿Fueron las expectativas que la multitud puso en ti, que yo puse en ti, demasiadas para enfrentarlas? ¿Acaso pequé de idealista, confiando en que mi visión de ti, tan perfecta y tan hermosa, era la verdadera tú? ¿Sufrí acaso, por culpa de mi incapacidad de ver al otro lado, las consecuencias de no entender? ¿De no ver lo que nos separa, lo que eras tú?

Lo pienso y pienso aún más, pero nada me llana. Las teorías te envenenan la mente, corroen tu ser y evitan que veas la realidad en favor de tu propio mundo imaginario, tu mundo de ideas personal, en donde todo lo que tú creas es la realidad. Tal vez ese fue mi error... centrarme demasiado en mí, en lo que sentí y lo que sufrí, que no llegué a ver lo que escondías.

¿Lo escondías realmente, o mi mente estuvo tan nublada de mi visión de tu perfección que no fui capaz de ver las señales? Anastasia de mi vida, dueña de mis anhelos más profundos, ¿acaso te fuiste de mi lado porque no logré entenderte? ¿Te decepcionaste de mí por no cumplir tus expectativas y por eso fuiste a buscar pastos más verdes?

¿Buscas, en tierras lejanas, a ese alguien que pueda entenderte genuinamente? ¿Buscas, sin mí a tu lado, a esa persona que sea capaz de llenarte el alma como tú me la llenaste a mí? Anastasia, mi musa, dueña de mi corazón, ¿buscas acaso a ese hombre que sea digno de ti? ¿Buscas, diciéndome esas palabras de confianza, de cariño, hacerme olvidarme de ti para poder irte con la frente en alto?

¿Buscaste, confiando en mi capacidad de mejorar y recalcando una y otra vez lo mucho que podemos crecer separados, en realidad consolarme porque fui indigno de ti? ¿Porque carecí de la fuerza para estar a tu altura?

Anastasia. Oh, mi Anastasia...

Eso no se hace. No puedes hacerme esto, no después de todo lo que me hiciste sentir, de todo lo que aprendí, de todo lo que intenté. No puedo dejar pasar semejante acto. Por esto, muy a tu pesar, te estoy escribiendo esta carta. Este mensaje, lejos de ser una promesa vaga, es algo más acorde a la situación. Una promesa si se quiere.

Anastasia. Oh, mi Anastasia.

Voy a matart-

—¿Hikki?

...

Suspiré, liberando todo el cansancio que tengo acumulado por recuerdos que no vienen al caso. Bajando el libro para que sea ahora problema de la mesa, miré al frente, encontrando confort en la pared pintada de un feo color rojo. Sin atreverme a moverme de ahí, fue cuando escuché a una persona levantarse de la silla que, finalmente, comprendí que la acababa de cagar en grande.

Sin mirar aún, sentí una mano suave tocarme el hombro. Un pensamiento fugaz me dijo que era el primer paso para tocar mi cuello, pero es solo el libro todavía afectando mi psique. Mientras pensaba en todo eso, escuché a Miura chasquear los labios pero, por lo demás, no diciendo nada. Cortesía puede ser, aunque yo siento que es más bien la incomodidad propia de la situación.

Ninguno de los dos ha podido superar del todo el pasado, no importa cuántos novios se consiga ella. Aunque yo en lo personal siento asco de esa comparación, no hay duda de que Hayama Hayato fue su equivalente mío a Yukinoshita.

Matando cualquier clase de introspección cuando mi cabeza fue apoyada en el hombro de una chica de pelo rosado, de verdad no pude evitar tener ganas de golpearme la cabeza contra el muro. Por más que ahora estemos en la universidad, todos me siguen tratando como si fuera un adolescente lastimado. Y puede que en parte sea verdad, pero no es tan así.

De verdad no lo es. Yo... yo tengo algo diferente. Algo más... asqueroso, un sentimiento que llegué a tener en mi peor momento, cuando estaba afectado a un nivel inimaginable por la decisión de Yukinoshita. Fue un sentimiento horroroso, del que hoy lo miro y me provoca desprecio, pero... el solo hecho de que llegara a existir a veces me genera estos momentos.

—Hikki, ya está. Estamos aquí contigo, ¿sabes? Somos un equipo.

—...

Yuigahama es una buena chica, y esa bondad se acaba contagiando a todos los que la rodean. Miura no será la mujer que más aprecio y Ebina no me parecerá la más cuerda, pero no hay duda de que Yuigahama... de que Yui saca lo mejor de ellas. Ni que hablar de mí. Ya sin Hayama fungiendo como líder y con Miura estando en un momento difícil, fue el turno de Yuigahama de ser la líder, así sea a un nivel emocional.

—... Tch. Que rarito.

—Jeje.

Escuchándolas no tomando como se debe las palabras de Yuigahama, pero tampoco rechazándolas, ellas ya habían aceptado la relación. Eramos lo que se podría decir un grupo de amigos, si, pero creo que la comparación más acertada es la de gente herida que se consuelan entre sí: un grupo que se unió en base a la necesidad que más tarde acabó desarrollando una especie de apego.

Mi yo del pasado no se habría tomado bien algo así: lo aborrecería, diciendo que está demasiado lejos del ideal genuino que buscaba alcanzar en las relaciones, de hecho siendo un ideal que mantengo hasta el día de hoy... pero, al final, si algo aprendí de las personas, si tengo que quedarme con una enseñanza de todas las que aprendí, es que a los humanos nos es imposible no ser hipócritas.

Sonriendo, no sabiendo si de forma positiva o negativa, finalmente miré a Yuigahama. —Ya está bien. Solo me afectó mucho el libro. No... no creo que esté para leer cosas así.

—¡Pues no las leas!— Sonriendo como siempre lo suele hacer, ella se volvió a dirigir hacia su par de amigas que me miraban de forma rara, aunque no de mala manera. —Entiendo que esto te puede resultar muy fácil, pero ponerte a leer mientras estás rodeado de gente es de mala educación. Pareciera que estás aparte de nosotros.

—... ¿Y la mentira?

El puchero que me hizo no tiene derecho a ser tan lindo. Ya no estás en esa edad, Yui. —¡Cállate y ven aquí! Necesito tu ayuda y tú necesitas socializar— Tras eso, se acercó más a una desabrida Miura mientras me indicaba que pusiera mi silla ahí, como si fuera un niño o una especie de perro muy listo. De cualquier manera, negarme a ella es imposible, por lo que mejor hacerle caso.

—... Aaah. Está bien.

Somos un grupo extraño cuanto poco. Una chica podrida, una chica superficial que se esfuerza en ser algo más, una chica burbujeante que esconde cosas que todavía no soy capaz de descifrar y un chico que al parecer es incapaz de dejar de ser un perdedor. Todos tenemos nuestras luchas y todos nos seguimos esforzando en ser mejores versiones de nosotros, pero... si se me permite aguar un poco la fiesta, creo que es imposible.

Siempre he creído que la gente puede cambiar hasta cierto punto. Puedes aprender, mejorar incluso, pero todo en base a quién terminas siendo casi desde que naces. Mucho antes de que puedas tomar tus propias decisiones, el mundo, tu entorno, ya habrá hecho lo suficiente para distorsionar tu imagen en aquello que luego querrás o no deshacer, pero está ahí. La rebeldía adolescente no deja de ser una tonta lucha contra esas ideas que más tarde o temprano se acaba abandonando.

...

—...

—... Hikitani-kun, deja de hacer esas caras. Si no te conocieramos, llamaríamos a la policía.

—¡Si, si Hikki no fuera nuestro amigo, ya lo habríamos hecho!

—... ¿Y si lo hacemos?

—¡Y-Yumiko!

... Me reí internamente, desechando aquel intento de filosofía profunda para niños de catorce años.

No he hecho lo mejor en mi vida y nadie aquí es lo suficientemente inteligente para ser un ejemplo a seguir, pero bueno, paso a paso, ¿no? Por más pesimista que sea en cuanto a mis posibilidades, creo que luchar por alcanzar ese bello sueño, el de un hombre que superó todos sus complejos, que alcanzó su final feliz, es una meta de vida que no da miedo recorrer.

Tengo toda la vida para hacerlo.

—De verdad son increíbles...

Incluso si no conozco del todo a quienes me rodean, si se mes incapaz de comprender la verdad absoluta de algo, estoy feliz de que al menos ellas se muestren lo suficientemente confiadas en que se puede mejorar. Sea su intención o no, me inspiran a seguir avanzando y... y creo que eso es lo que hacen los amigos o algo así, ¿no? Al menos siento que esto es lo que te quiere vender la ficción cuando hablan de amistad.

—¡!... H-Hikki...— Sin quererlo ni beberlo, logré que Yuigahama no solo se sonrojara como un feo tomate, sino que también me diera esos ojos de chica enamorada que, la verdad, temo el día en que tengan el efecto deseado en mí.

—Tch. Como digas— También sonrojada, al menos sé que Miura Yumiko no está enamorada de mí. Podríamos decir que, tras años de haberla conocido, me he hecho a la idea de que le gusta mucho ser halagada, si, pero más cuando cree que están siendo sinceros, y no hay nada más sincero que mi estupidez.

—Que lindo~— Vete al diablo, Ebina. Todavía no olvido que les contaste a tus compañeras de trabajo que yo estuve interesado en Totsuka. ¡Mi amor hacia él es demasiado puro para tus descripciones de burda e insipida lujuria!

Negando con la cabeza, hice lo que Yuigahama me pidió, esperando de verdad que el ambiente raro que dejé desaparezca ahora. ¿Dije ahora? Quise decir para ayer.


¿Cómo lo pongo?... Hay muchas cosas que no entiendo de las personas. Me cuesta comprender del todo sus sentimientos, pensamientos y esas cosas. Mi busqueda de algo genuino fue una lucha que decidí pese a lo imposible que suena, pese a que no hay nadie que comparta mi sueño. Ni siquiera Yukinoshita lo hizo, por lo que ese sueño mío es solo para mí. Es mi meta personal.

Pero... pero incluso si ese sueño nació de mis experiencias, de vivir mi vida, no estoy tan metido en mi cabeza. Yo lo vi en ellas: vi el cómo vivieron, aprendieron y mejoraron conmigo. Este viaje no fue solitario, sino entre los tres. Nos costó mucho arrancar y aún más conciliar nuestras visiones distintas de lo que queríamos entre nosotros, pero... pero aunque Yuigahama quería algo distinto, Yukino y yo... Nosotros dos...

Yo... Yo sentí que ella quería lo mismo.

Puede que me estuviera proyectando y puede que solo me forzara a creer en eso cegado por el amor, pero... pero de verdad creí que queríamos lo mismo. Al comienzo no, claro, pero al final creí que habíamos encontrado lo mismo: más bien, creí que siempre quisimos lo mismo, solo que no supimos comunicarnos. Que ambos queríamos caminar por esta vida juntos, como un equipo.

Yo... yo creí que había encontrado a mi compañera, alguien que creía lo mismo que yo, pero...

Lo siento, Hikigaya-kun. Yo... yo no puedo... No quiero.

... Ella estuvo en todo su derecho. Faltaría a todo ese desastre que creyera tener potestad sobre sus sentimientos. Si Yukinoshita Yukino no aceptó mis sentimientos, si mi visión de nosotros dos fue solo una proyección, de un malentendido, eso está bien. Lo permito. No, ni siquiera eso: ella no necesita mi permiso. No lo necesitó antes ni tampoco ahora. Ella es una mujer libre.

Pero... pero incluso así...

—... Incluso así, sigo luchando.

Soy un tipo que aún necesita esforzarse más. Por mucho que dijera que mejoré, por mucho que crea de verdad que mejoré, apenas me enfrenté a mi primera derrota, a mi primer rechazo, todo se vino abajo. Es increíble, de un modo jodidamente patético, el cómo todo lo que fui construyendo todo ese año lo perdí con simples palabras. Si no fuera yo el que sufrió eso, consideraría reírme.

A veces me río.

No me considero tan extremista como algunos de mis iguales suelen ser, pero no hay duda de que tengo problemas con las mujeres. Más concretamente, tengo problemas con el rechazo y toda mi vida han sido las mujeres quienes me dieron los peores rechazos. Si bien nunca tuve amigos, llegué a ser ese conocido con el que hablabas de vez en cuando con varios chicos, pero chicas... si, esas historias me dan terror.

Ser rechazado es un sentimiento horroroso, si, pero que creí manejar mejor con el tiempo. Creo que haberme ilusionado en primer lugar fue lo que dio paso a mi rotura o algo del estilo: cuando más alto subes más duele la caída y eso. Es un error mío que una parte de mí le haya tenido odio a Yukinoshita. Por más que eso ahora sea del pasado, no cambia que siento asco hacia mí.

Necesitamos crecer, Hikigaya-kun. Lo nuestro es... es... me gusta, p-pero no es sano. No puedo seguir dependiendo de ti ni tú tampoco de mí. No puedo seguir dándote validación.

Y-Yo...

Tienes que ser mejor, y yo también. Tenemos que crecer antes de poder empezar algo. Yo... puede que esté siendo egoísta, p-pero es lo que creo. Lo pensé y lo pensé, y...

...

Así que... H-Hikigaya-kun, p-por favor hazlo, ¿s-si?... O sino yo...

A veces me pregunto qué iba a decirme Yukinoshita si la instaba a hablar. La parte cínica en mí dice que solo era una manera de hablar, pero incluso alguien tan denso como yo entiende que las lágrimas que se derramaban de sus ojos eran sinceras. Era dolorosas. Eran amorosas.

Tal vez, si me mantenía firme en mi deseo de estar con ella...

... D-De acuerdo.

... Habría aceptado ser mi pareja. Porque sino, ¿cómo explico la decepción en sus ojos cuando acepté su petición?

Que mujer tan difícil resultó ser ella. Somos tal para cual, pero aun así...

—Ese fue el problema, ¿verdad?

Dicen que los opuestos se atraen y yo digo que es una mierda. Dicen que ser demasiado similares es la verdadera manera de tener una relación feliz, a lo que yo también me niego. Claro, se tienen que tener cosas en común, pero demasiado de una cosa puede hacerte mal, más aun si esas semejanzas no son las mejores.

Con Yukinoshita compartí varias cosas, pero no muchas fueron buenas. La mayoría fueron malas, de hecho. Si, queríamos tener una conexión significativa y quizás tuvimos la fortuna de encontrar una soledad que, aunque nacida de circunstancias opuestas, siguió afectándonos como si fuera lo mismo. Eso está bien, pero no fue todo lo que compartí con ella.

Mi tendencia a no encarar los problemas de frente, de siempre buscar una salida, fue solo una manera indirecta de las escapadas de Yukinoshita. Nuestras ansias de encontrar alguien que nos entienda nos llevó a desarrollar una relación que a la larga nos habría afectado de mala manera: una felicidad tóxica, como le dicen. Nuestras dificultades para confiar en las personas debido a nuestras experiencias nos hicieron un par de inadaptados que, definitivamente, nos habría hecho una pareja solitaria.

Por eso ella tuvo un punto. Sé que lo tuvo y... y aunque a veces me duele demasiado, creo que es lo mejor. Pude haber retrocedido, pude haber guardado un odio inmerecido a ella y pude haber terminado que no son las que ambos queríamos hace unos años, pero... pero si ella puede estar avanzando, entonces yo también debo, ¿no?

De repente noté que mi celular dejó de temblar, aunque ahora los nervios fueron reemplazados por un vacío extraño en mi pecho. Puede que sea algo a lo que tenga que acostumbrarme un tiempo, pero seguro que llegará el día en que no, ¿verdad? Si sigo caminando, llegaré a algún lugar.

—... Jeje, parece que soy capaz de ser monologando para darme ánimos. Me trae recuerdos.

Recuerdos dolorosos y recuerdos hermosos: ambos convergen en mi dedo que presionó hacia atrás, volviendo a la pantalla de inicio. Suspiré lentamente, aliviado de lleg-

De repente la puerta del baño empezó a ser tocada muy intensamente.

—¡HIIIIKIIIIII! ¡Sé que estás ahí! ¡No escaparás!

Y luego la puerta siguió siendo tocada, con cada vez más intensidad y... ritmo, supongo.

—... Bueno, mierda

Ai me está haciendo mal. Todo es por esa conversación que tuvimos. De verdad espero haberla espantado al meno-

—¡HIIIIKKKIIIII!—

—Ugh, ¡ya voy!—

Yuigahama me quiere como su novio, pero a veces siento que no soy distinto de Sable.


—Buen trabajo a todas. Seguro el espectáculo saldrá muy bien. Descansen— Tras las palabras del director, todas nos fuimos por nuestros propios caminos, sin mirarnos siquiera. No porque nos llevaramos mal o algo así, sino porque habíamos acordado hace un tiempo que cada una haría sus cosas. Por supuesto que me gustaría ser más cercanas y eso, pero tampoco es el fin del mundo.

Es una buena relación, solo que un poco apagada.

—Uff— El ensayo fue más duro que las veces anteriores, pero es natural. Este es el concierto más importante que hemos tenido desde mi regreso y todos queremos dar lo mejor. Mis fanáticos me esperan y todos cuentan conmigo para ser la estrella. Siempre hay que brillar en el escenario, pero esta vez tiene que ser mucho más.

Tengo que esforzarme más.

—Buen trabajo, Ai. Lo estás haciendo bien— Le sonreí a Saiitouoi mientras aceptaba la bebida. Solo de ver la marca sé que no es lo mejor para mi cuerpo, pero el día está lejos de terminar. Necesito el azucar.

—Gracias— Caminando hacia el camerino con él siguiéndome a una respetable distancia, no pude evitar querer ponerme al día con lo que pasó. —¿Ruby está bien? Me preocupé mucho cuando Miyako me llamó diciendo que no paraba de llorar. ¿Se solucionó?—

—Bueno... Podríamos decir que sí...— No respondí y solo me quedé mirándolo. Viendo como comenzó a verse nervioso, empezó a reírse de una forma muy intranquila. —R-Ruby dejó de llorar si eso es lo que te preocupa, pero...—

—¿Pero?

Viéndose aún más confundido que yo, él suspiró mientras se agarraba los pelos de una forma no muy cuidadosa y que no ayuda a la calvicie. —Si bien esos dos están actuando raro desde hace unos días, ni siquiera yo puedo entender qué están tramando o cómo Miyako se metió en todo esto. A veces siento que esos niños piensan más de lo que deben—

—Por supuesto. Es porque son mis hijos— Mi gesto adorable fue respondido por otro suspiro y una cara que parecía estar sufriendo. Supongo que él tiene sus propias batallas, ¿eh? La verdad solo puedo pensar en lo increíbles que son. Seguro que serán unos genios en unos años. Lo puedo ver.

Me gusta pensar que eso lo sacaron de mí. Ellos se quedaron con la apariencia de él y con mi talento: ¡es justo!... O algo así. No recuerdo haber sido tan lista a esa edad... Bueno, no recuerdo nada en general. Tal vez sí fui inteligente y solo no me acuerdo. Mientras trataba de recordar mi más tierna infancia, de repente Sato-san me miró con enojo.

—Como sea, quiero que sepas que desapruebo totalmente tus acciones, Ai— Diciéndole con un tono tan grave, casi sentí que estaba siendo regañada por mi papá. O algo así. No es que tuviera los mejores referentes de crianza y eso.

—¿No hemos tenido esta conversación unas cuantas veces ya?— Lo que dije pareció activar algo en él, ya que de repente pude ver como la vena en su frente se hizo mucho más marcada. Da un poco de miedo... de una manera un poco divertida.

—¡Y serán muchas más hasta que entren en tu linda cabecita!— A pesar de gritar, se aseguró de medir la voz suficiente para que nadie nos escuche a menos que esté a pocos metros. No es que haga falta cuando estamos solo nosotros, pero debe ser cosas de adultos. Hikigaya-san también es un poco así a veces.

—¿De verdad crees que tengo una linda cabeza? Grac-— Antes de que pudiera terminar las palabras, de repente Saitou-sansan se me acercó a una distancia un poco rara mirándome desde abajo, con una cara que me recordaba a esos matones en las películas estadounidenses que veía esa señora. Parpadeé, un poco sorprendida.

—No me cambies el tema. Ya dejé que lo hicieras demasiadas veces y me estoy cansando de que estés mirándome como si siempre estuvieras pensando una broma. Ahora vas a escucharme y te va a gustar, ¿entendido?—

—... ¿Tienes que escupir tanto?— Su respuesta fue escupirme un poco más.

—¡Ai!—

—... Está bien.

Así no da gusto buscarte apodos.

Retrocediendo a una distancia más normal, se acomodó los lentes mientras trataba de aparentar ser un adulto serio y respetable cuando no es serio a la vez que no respeta el espacio personal. —Mira, yo entiendo... o más bien trato de entender que esto es muy importante para ti. Yo en lo personal preferiría que siguieras aplicando lo que te enseñé a tus hijos, pero como adulto, incluso sin ser padre, sé que no debo pedirlo—

—...

—Pero— Sonando muchísimo más firme de un segundo a otro, sentí que ya no era mi representante hablando, sino un adulto. Un auténtico adulto. —Aunque respetaré tus decisiones siempre y cuando no excedas el límite, lo que estás haciendo es peligroso y muy imprudente. Si lo permito es porque eres demasiado insistente con él: estoy siendo demasiado permisivo contigo. Lo entiendes, ¿verdad?—

—... Si—

Incluso si no cambie mi expresión para seguir viéndome bien, Saitou-san notó algo. O creyó ver algo. De cualquier forma, su rostro se suavizó y sus palabras siguientes fueron mucho más amables. —Quiero confiar en ti, Ai y... y voy a hacerlo. De cierta forma que pienses así es mi culpa y quiero lo mejor para ti. Lo sabes, ¿no?—

Aunque mi rostro fue el mismo, incluso yo lo sentí...

—Si—

... que esto me gusta más.

Satisfecho consigo mismo, Saitou-san asintió. —Todavía no confío en Hikigaya Hachiman, pero incluso así, dudo que quiera arruinar su vida haciendo una tontería. Pensaré en positivo y dejaré que hagas eso, ¡pero más vale que no haya otra sorpresita en unos meses!

Queriendo hacerle una broma, sonreí de forma un poco más arrogante. —Prometo intentarlo~

—¿P-P-Prometes intentarlo? T-Tú... Aaah, un día me va a dar un ataque de algo y va a ser tu culpa—

Me reí un poco por cortesía, pero no pareció que estuviera bromeando.

Como sea, más importante que eso, necesito prepararme bien. La noche es joven y va a ser muy larga. Espero que Hikigaya-san no ponga muchas excusas.

Notes:

Un capítulo que quizás no les guste a los que vienen por Ai, pero los personajes de Oregairu ocuparán un rol importante en esto. No por nada Yui y Yukino están como parejas.

Chapter 7: Capítulo 7

Summary:

Aunque sea un cliché despreciado por tantos, al final termina siendo un poder capaz de grandes cosas. Uno auténtico, que te puede impactar en la vida real.

Así que, Hoshinl Ai, ¿quieres...

Notes:

No mentiré. Estos días he estado muy agobiado por los finales. A duras penas puedo mantener las fechas que prometí en FF.net. Sé que me queda nada, pero eso me hace sentir por alguna razón.

Esperaron 3 días (aunque técnicamente no llega a 2 días y medio), pero pudo ser peor. Pueden ser lectores de mi otra historia publicada.

Jajaja... Ja, si...

(See the end of the chapter for more notes.)

Chapter Text

—...

—¡Jiji~!

... Miré a una chica que DEFINITIVAMENTE NO tenía que estar aquí no solo estando aquí, que eso ya debería haberme roto algo, sino también teniendo lo que solo puedo describir como la Caja de Pandora en forma de sabanas con una almohada encima. Con una bella sonrisa que estaba derritiendo mi cordura, empecé a lamentar no haber aceptado dormir en la casa de Yuigahama.

Por mucho que tener que pasar la noche con una Miura y Ebina borrachas, es una alternativa mejor que... que esto... —... Hoshino-san, ¿puedo saber qué estás pensando? Quiero una explicación concisa, que no me haga doler la cabeza y que no termine conmigo queriendo gritar.

Mis palabras lograron que Hoshino-san borrara la sonrisa de su rostro para poner una expresión pensativa que trataba de parecer linda y... y de hecho lo era, ¡pero ese no es el punto! —Bueno, lo estuve pensando estos días y pensé que, para compensar el tiempo perdido, podríamos pasar la noche. ¡Una auténtica pijamada!

... Creo que se me acaba de romper algo.

—... Primero que todo, eso no fue breve. Y segundo...— Retrocediendo un paso como un auténtico ninja, agarré la puerta e intenté librarme de esta loca con planes aún más locos. Con toda la fuerza y la ira que llevo cargando desde que tuve la desgracia de decidir ser universitario, esperaba salvarme de esta. Esperaba, de verdad, que todo se solucionara como aquella vez.

Pero... no contaba con la astucia de un pie firme, ni de que al parecer tuviera esta cosa llamada dentro mío que se llama corazón.

—Eso no está bien, Hikigaya-san. No, ¡Hikigaya-kun!— De repente sentí un dolor fantasma corroerme el alma.

—Por favor no me llames así— Desistiendo de mi intento de escape demasiado fácil para mi gusto, supuse que estaba demasiado cansado física y emocionalmente como para esforzarme al máximo. Soltando la puerta, Hoshino-san entró como si de alguna manera esto fuera su victoria y no mi derrota. Dándole lugar por puro instinto como el buen hombre herbivoro que soy, suspiré.

De verdad, ¿siempre fui tan débil con las mujeres? Creí que tenía mis impulsos bajo control desde lo de Orimoto y luego de verdad tras lo de Yukinoshita, pero parece que al final solo me quiero seguir auto convenciendo de eso. —Hoshino-san, por favor sé razonable. Quiero dormir, es de noche y esto debe ser alguna clase de delito.

—¡No seas tan exagerado! No irás preso... creo— ¿Crees? —Como sea, ¡será divertido! Nunca tuve la oportunidad de tener una pijamada. Así como sabes que no tuve amigos cuando estuve contigo en la escuela, así fue antes y después. De verdad quiero ver que tiene de bueno todo esto.

Wow... Eso... eso es tan lamentable y triste que me conmueve hasta a mí, el rey de las experiencias vergonzosas de la infancia. Eso es... wow. Todavía un poco descolocado por semejante información soltada de la nada, traté de seguirle el ritmo, o más bien detenerla de irse a mi habitación. —Eso es algo loable, Hoshino-san: nunca es tarde para arreglar tus problemas.

—¿Verdad que sí?

Ella avanzó un paso hasta mi cuarto. Yo avancé dos para detenerla.

—Pero, a riesgo de aguarte la fiesta, no estoy en edad o con la oportunidad de hacer algo así. Vengo de una sesión de estudios muy emocionalmente cargada y tengo que reforzar mis conocimientos para lo que viene. Estoy a nada de pasar de año, ¿sabes?

Sonriendo como una auténtica estrellada, ella trató de pasar por el otro lado. —Eso es increíble, Hikigaya-san. La vida de un universitario debe ser muy dura, pero también gratificante. Ojalá pudiera vivir algo así— No me dejé conmover por sus palabras esta vez y me interpuse entre ella y mi seguridad.

—Además, aunque entiendo tu deseo de una pijamada, eso no es algo que se hace con un chico que apenas conoces. Tienes que hacerlo con un grupo de amigas, ya sabes, como en las películas y eso. Lo suelen hacer las chicas esto, no los chicos, y menos los de mi edad— ... Creo. La verdad es que nunca viví algo así: incluso en mi tercer año lo máximo que viví fueron salidas a practicar deportes, no una juntada en la casa de Hayama.

—¿En serio? ¿Lo suelen hacer las amigas entre ellas?— Deteniéndose en su intento de violar mi santuario por segunda vez, ella me miró confundida, de una forma que, como todo lo que hace, es demasiado linda para mi comodidad. Agradecido sin embargo de esta oportunidad, asentí casi freneticamente.

—¡S-Si, es entre amigas! Así qu-

—Pero no tengo amigas. ¿Entonces no puedo tener pijamadas?

...

—...

E-Eh... No pensé en eso. Ella no tiene amigas, si... Si...

Mientras me esforzaba en seguir estorbando el paso de tal forma que nuestros ojos nunca tuvieran que encontrarse directamente, Hoshino-san, inconsciente de lo que me acababa de soltar de la nada y de como 'rompió el ambiente', acercó las sabanas y su almohada con dibujos de ositos hacia si misma. Creo que lo hizo sin darse cuenta, porque verse más vulnerable no parece algo que le guste.

—No tengo amigas, asi que no puedo tener pijamadas... Pero te tengo a ti, ¿no?— Diciendo aquello como si fuera lo más obvio, no pude evitar sentir que Hoshino Ai es una mujer demasiado peligrosa. —Claro, no somos amigos y todos no paran de decirme que estar contigo es peligroso, pero eres lo más cercano que tengo a un amigo aparte de una chica que no creo que quiera pasar el rato conmigo, así que solo me quedas tú.

—E-Eh.. Esto...

¡Esto es tan vergonzoso! ¡Y triste! ¡Y lamentable! Parece una mierda angustiosa que yo diría en mis momentos más vulnerables. Si antes no podía mirar a los ojos a Hoshino-san, ahora solo el propio concepto de sus ojos estrellados es suficiente para hacerme flaquear las piernas como un niño que ve al monstruo debajo de la cama. De verdad no puedes hacerme pasar por esto luego de tener una crisis con lo de Yukinoshita, mundo.

—¡Vamos, será divertido! ¡Prometo no ser una molestia! Odiaría hacer sentir mal a lo más cercano que tengo a un amigo.

Dios, esto es lo peor. Me estoy sonrojando como una maldita colegiala en un anime romántico genérico de temporada. Es casi tan efectivo como si lo hiciera el maldito Dios de las Comedias Románticas o... o...

—...

O una chica que tiene un talento para engañar a las personas.

—¡Jiji~! ¿Funcionó?

¡Y UNA MIERDA! ¡Devuelveme mi compasión, tú, rata embustera!

—¡Tú...!

Volviendo a aparentar ser la misma Hoshino-san de siempre, ella se aguantó muy mal las ganas de reírse de mí. —L-Lo siento, Hikigaya-san, ¡pero es tu culpa! Eres demasiado emocional para tu propio bien. Esta bien ser genuino, pero ser un libro abierto tampoco es lo mejor, ¿sabes?

... Lo peor es que no puedo rebatirle. Tiene razón. Trato de aparentar ser duro, pero al final soy un blandengue que se tuerce demasiado fácil a lo que quiere una mujer. Culpo a Orimoto: no sé cómo o si lo hizo, pero es tradición culpar a Orimoto cuando se trata de mi debilidad.

Aun así... —Sabes que ahora te voy a dejar quedarte aún menos, ¿verdad?

Me dio una sonrisa bella, digna de una Idol. —Si tú lo dices...

Pero con la voz de una banquera, el peor tipo de ser humano que jamás ha existido después del tipo que transporta los tomates.


—Grrr.

—Pareces un perro enojado, Hikigaya-san.

¿Me pregunto por qué, oh, violadora de dominios propios?

Suspirando internamente, traté de sentirme cómodo con la situación. Fue duro, intenté de todo, pero al final el cansancio y un poco la debilidad de una chica tan, TAN, insistente, me hicieron ceder a pesar de mi desgana. Mientras Hoshino-san festejaba como si de alguna forma esto fuera algo bueno, yo cerré la puerta con el presentimiento de que me estaba encerrando con el león.

Como solo había una cama y ni de chiste iba a llegar al punto de cederle mi espacio, ella acabó teniendo que dormir en el piso con un rejunte de sábanas que nunca usé haciéndole de colchón. Se quejó con sus ojos, pero no soy tan débil: sonriéndole con descaro y acomodándome lo más ruidosamente posible en mi cama, me sentí un poco reivindicado cuando Hoshino-san se enfurruñó.

Casi vale la mitad del castigo que estoy viviendo.

Por supuesto, esto tenía que ser una pijamada, asi que supe que esto no iba a quedarse en este silencio mucho tiempo. Como mínimo tenemos que hablar, pero no sé muy bien de qué: si conozco las pijamadas es solo por osmosis cultural; nunca las he experimentado y no es como si pudiera llamar a Komachi para preguntarle cuando está estudiando muy duro con sus examenes y el drama de su Club.

El Club de Servicio, siempre trayendo drama haya donde vaya, especialmente a los hermanos Hikigaya. Al menos todo apunta a un buen final, uno donde Komachi NO tiene que quedarse ese tipo peligroso y rastrero... aunque tampoco es que el hermano de Kawasaki sea una mejor opción.

Um... ¿Debería dedicarme a preservar la castidad de Komachi? Quizás papá y yo podamos unirnos como familia en esto...

—¿Hikigaya-san?— De repente escuché a Hoshino-san llamarme con un tono igual de despierto que antes. Pensé que apagar la luz serviría de algo. —Sé que la vida de un universitario es complicada y todo eso, ¿pero de verdad va a dormir un sábado cuando ni siquiera son las once? ¿Antes de los veinte?

—Maduro rápido— Poniéndome en una posición más cómoda para escucharla, me resigné a tener una conversación. —Nunca fui el tipo más energico, incluso cuando era niño. Y estudiar es duro. Hubo un tiempo en que fui un poco más productivo de la cuenta y por supuesto que tuve mis desveladas cuando no tenía obligaciones tan grandes, pero ya no soy un niño.

Tampoco me considero un adulto. Me falta demasiado conocimiento, demasiada experiencia y tener más independencia financiera para considerarme un auténtico adulto. En el mundo actual, el mundo adulto que es muy diferente del de mis padres, me considero un tipo que necesita aún muchas cosas para dejar de sentirme inadecuado.

Lo mismo para ellas y también para todos los que no sean Yukinoshita Yukino al parecer: todos aún estamos en proceso de alcanzar la adultez. Estamos mucho más cerca del final de la línea que el comienzo que antes: de hecho, para los adultos, estamos en la recta final o ya lo somos, pero yo no lo creo así.

Me falta tanto.

—Veo. Es verdad que no eras demasiado activo en la escuela. Recuerdo que apenas querías estar cuando tocaba gimnasia: siempre tenías cara de querer estar en cualquier otro lado según lo que me contaron.

—... Si...

No creo que sea buena idea decir que me sentía así porque eran los momentos donde más me rechazaban...

Por suerte siendo incapaz de ver mi reacción debido a la oscuridad, ella continuó como si nada —Por cierto, ¿seguiste en contacto con los chicos de ese entonces? No me hice necesariamente amiga de alguien, pero creo que había gente agradable ahí.

Gente agradable... si... si eres tan hermosa como una chica de ojos estrellados, sin duda sería así. O sea, ya he avanzado lo suficiente para que pensar en esa época no me haga sentir nada en particular, pero aun así no me genera nada más que apatía recordar esos días: prefiero mucho más recordar mi peor momento después de lo de Yukinoshita, porque por lo menos tenía gente a mi lado.

No queriendo que se me notara mis sentimientos, traté de decirlo con normalidad. —Bueno, no era necesariamente un amigo en ese entonces, pero en Sobu me encontré con un chico con el que compartía actividades de gimnasia. Fuimos por caminos diferentes, pero cada tanto hablamos para ver cómo estamos. Lo último que sé es que estaba a punto de publicar una novela.

De calidad cuestionable a más no poder, pero al menos su prosa es comprensible y la idea no está mal. Podría prescindir de unos cuantos miembros en el harem del protagonista, pero algunas chicas están bien y el protagonista destaca por sus intensos de ser un tipo lastimado y con sed de batalla de una forma un tanto entrañable. Se esforzó tanto en hacerlo destacar que da dos vueltas y de hecho destaca.

Tengo pensado comprarle el volumen uno por apoyo y porque las ilustraciones están bastante bien y... bueno, 'bastante bien' también.

—Eeeh. Con que un novelista. Eso es increíble. Espero que algún dia pueda leer algo de él.

—...

Espero que, como mujer, nunca tengas que leer algo de él. Cada genero tiene su basura, pero es SU basura: hurgar en la del otro solo traerá cosas malas. Mientras agradecí de nuevo que Hoshino-san no fuera capaz de ver la expresión que estoy haciendo, escuché como ella comenzaba a apoyar sus codos en la pila de sábanas o algo del estilo. De cualquier forma, esos sonidos hacen que tema por la legalidad de mis acciones.

—¿Conociste a alguien más, Hikigaya-san?— Fue una pregunta sencilla con una respuesta no tan sencilla. No porque me afectara, porque a día de hoy ya he superado a Orimoto Kaori, pero aun así no me sienta bien contarselo a los demás o que lo recuerden. Hoshino-san es una de esas personas que vivió todo ese momento, lo que la hace alguien que vio a mi peor yo.

... Pero dije que quería ser mejor, ¿no? Y hablar sin tapujos de Orimoto es un buen primer paso.

—También contacté con Orimoto Kaori— Como no tuve una respuesta inmediata, traté de agregarle más contexto. —Ya sabes, la chica que me rechazó y me hizo el centro del chisme por un tiempo. Nos encontramos cuando estábamos en segundo año... Varias veces, de hecho.

Tras lo de Yukinoshita, tuve la suerte de no volver a cruzarme con ella. Por mucho que arreglamos las cosas, no me sentaría nada bien encontrarme con Orimoto luego de sufrir otro rechazo por entender mal a una chica. Eso no evito que de repente me llegara una solicitud de amistad en una red social que ni uso. La acepté y puedo ver que le está yendo bien en la Corea buena, pero no hemos hecho esfuerzos por comunicarnos.

A riesgo de ser demasiado arrogante, sospecho que esta es su forma de dar un punto final a nuestra rara relación. Reconocemos la existencia del otro y vemos cierto valor en ella, pero no mucho más. He publicado algunas cosas que creo ella ha visto, y eso es suficiente. Si todos los traumas infantiles terminaran como Orimoto Kaori, el mundo sería un lugar más bello.

... Y con exceso de 'Sore aru', pero en un punto es casi entrañable. Casi.

—Hm. Ya veo— Sin mostrar una reacción en particular por motivos obvios, sentí que los ojos de Hoshino-san, particularmente sus estrellas, se volvieron mucho más notorias en esta oscuridad parcial. —Debió ser un poco duro, ¿no? No sé muy bien qué pasó en realidad, pero recuerdo lo que decían de ti. No era nada bonito.

No lo fue. —Si, al comienzo fue duro, y no es como que nuestros primeros encuentros fueran de las mejores maneras, pero al final nosotros lo resolvimos. Hicimos las paces, o más bien yo hice las paces con lo que le hice.

Incluso en la parcial oscuridad, pude ver como los ojos de Hoshino-san se abrían. —¿Hicieron las paces...? ¿En serio? Eso es... eso es bueno, pero creí que le guardarías más rencor por lo que te hizo pasar. O sea, si lo que dijeron que le hiciste es un poco cierto, ella estuvo bien al rechazarte, pero... pero hacerlo así fue... Y lo que pasaste fue... Jeje, ni yo misma me entiendo bien.

El hecho de que quieras aparentar no te hace lo suficientemente linda, Hoshino-san. —No te molestes, ya pasó. Si bien tuve malas experiencias y no me sentiría cómodo contándote si ya no la supieras, he seguido adelante. Ella también: aquí entre nosotros, el novio que se consiguió no es lo que esperarías de alguien como ella.

A sus ojos le faltan vida.

—Eeeh. Asi que se mantienen en contacto...— Antes de que tuviera tiempo de aclarar que no es tan profundo como se lo imagina, Hoshino se acomodó para mirar mi techo, dando al ambiente de repente un aire más pesado. —Eso es increíble. Hacer las paces con quienes te hicieron daño es algo muy loable. Dudo que pudiera hacer algo así... y dudo que los demás quieran hacerlo conmigo.

—...

Ese tono no es uno que suela usar Hoshino-san. Es uno más reflexivo, un poco más genuino de su yo normal pero sin tampoco revelar demasiado. Probablemente... no, no creo que sea bueno siquiera pensar en suponer cosas de ella. Por mucho que Hoshino-san a veces se imponga demasiado y sea en el mejor de los casos una conocida amable, ir de lleno con esta clase de pensamientos es la receta para el desastre.

Si empiezo a pensar estas cosas, eventualmente la trataré en base a esos pensamientos: a partir de ahí todo va cuesta abajo. Por eso, soportando mi impulso de sobre analizar todo, traté de darle una respuesta que fuera un equilibrio entre mantener las apariencias y ser genuino. —No es tan grandioso como lo haces parecer. No busqué activamente arreglar las cosas con ella ni tampoco es que ahora seamos amigos. Solo... avanzamos.

—¿Avanzar?

—Si, avanzar— Riéndome un poco de mí mismo por dentro por las tonterías que estaba pensando, acepté de mejor gana de antaño que esto es, también, parte de ser genuino: ser un genuino idiota. —La vida es... es molesta, te deja peor de lo que estabas antes muchas veces y es más probable que te persigan tus errores a tus aciertos. Pero... vivirla y avanzar te da revancha, ¿sabes?

—...

Sentí los ojos de Hoshino clavarse en mí, con sensaciones complejas que envolvían el ambiente. —Me equivoqué con Orimoto, pero no solo pude empezar de nuevo en un mejor entorno, sino que también arreglé las cosas con ella. Después ocurrió lo de ella y si bien me caí, fue esa revancha la que me permitió tener a... amigos que me apoyaron todo el proceso. E incluso cuando la mayoría de esas conexiones ya las perdí, todavía mantengo ciertos vínculos con el plus de poder empezar de nuevo, sin errores previos.

—...

—Suena... suena un poco tonto decirlo, pero creo que si sigues avanzando, algunas cosas seguirán siendo buenas o pueden finalmente serlo. Yo he perdido algunas conexiones, algunas mucho más valiosas que las que tengo ahora y es verdad que no todo lo nuevo que te encuentras brilla tanto como quieres... pero si avanzamos, habrán esas pequeñas victorias. Perderás, pero también ganarás. Creo que es un buen pensamiento.

—...

—... ¿Tal vez?

Ugh, hablar así es muy vergonzoso: no sé como hacen los actores de voz en el anime para decir todas estas líneas sin morirse de verguenza. De verdad, cuanto más me esforcé en sonar como un chico que aprendió demasiado de la vida y no un cualquiera con una vida cualquiera, peor me siento. Esto es lo peor. Todo porque Hoshino-san me está intentando forzar a ser un maestro con su sola presencia.

Fantasma de Hiratsuka-sensei que me está susurrando el oído, primero que me niego a ser sensei y segundo, usted no está muerta. La vi en las noticias hace poco, hablando sobre cómo de alguna manera logró evitar que un adolescente estúpido cometiera un acto aún más estúpido.

De verdad, no importa donde vaya, siempre encuentra la manera de encontrarse con los peores niños.

—... Eso suena muy... muy idealista, Hikigaya-san. No creí que pudiera decir algo así— Las palabras que soltó contenían una carencia total de la presión que sentía en el ambiente. En realidad Hoshino-san, como es de esperarse, es demasiado buena ocultando sus sentimientos o manipulando el ambiente. Es mi sensibilidad extrema a cosas que la gente no suele notar lo que me hace sentir todo esto a su alrededor.

Hoshino-san es... es como un cuadro que sí vale la pena de un museo serio: a nivel superficial, todo se ve perfecto en un sentido estético, pero cuanto más te fijas, eres consciente de esas pequeñas 'brasas' que te hacen ver más allá. Que sus ojos brillen más de lo usual, que su tono de voz tenga una cierta entonación o carencia total de una y querer vender demasiado una imagen.

En momentos de relajación o indefensión, ella es capaz de engañarme en sus juegos, pero cuando estamos tranquilos, hablando: en mi elemento, ahí es cuando soy yo quien se da cuenta de cosas. Y quizás sea lo mismo para Hoshino-san, pero yo no soy quien vive en un mundo de mentiras.

—Supongo que con el tiempo, si maduras bien, las cosas ya no te parece tan negras como en la adolescencia. Tranquila, ya llegará tu momento.

—Para que sepas, sensei, estoy a nada de ser totalmente legal. ¡Ya podré ir a la carcel!— Por supuesto que ella diría una broma para desviar mi atención, ¿pero como culparla cuando mis expresiones le están siguiendo el juego?

—No me llames sensei. Me trae malas vibras— No quiero ponerme a salvar a niños suicidas de sus propias acciones. Suena bonito en la ficción, pero en la realidad aquello suena a mucho trabajo emocional. Ya tengo suficientes emociones como para encima pensar en la de los niños.

Pero no tienes ni veinte, dicen, a lo que yo respondo que soy demasiado maduro para mi edad. —Si tú quieres... pero lo digo en serio, ¿sabes? Creo que tienes un aire a sensei. Es como... escuchas cuando te hablan, tratas de responder sinceramente y tienes una voz muy grave. ¡Creo que lo harías muy bien con los niños!

Eso... Bueno, es verdad que me gustan los niños, pero educarlos es algo... Siento que es demasiada responsabilidad para un tipo que es demasiado negativo en demasiadas cosas que tienen que ver con la infancia. Keika fue agradable, si, y creo que al final pude mejorar las cosas para Tsurumi Rumi, pero dudo que eso sea suficiente. Además, corregir tareas tiene que ser una de las actividades más aburridas de todas.

Me decidí hace tiempo que me enfocaría en ganar dinero con el intento de tener algo extra como escritor. Ya de por sí estoy sufriendo demasiado en este campo de estudio y forcé sin querer a Yuigahama a seguir mi mismo camino: si ahora me retirara, sería francamente lo peor.

—... Es bonito escucharlo, pero paso. Tengo otras pasiones— La respuesta de Hoshino-san fue quedarse callada un par de segundos antes de volver a recostarse en la pila de sábanas. Pensando en que se vendría un momento de paz, yo me permití relajarme también en este ambiente.

Entonces...

—¿Sabes por qué quise tener esto, Hikigaya-san? ¿Esta pijamada?— Sonando seria y sin aparentar mucho de su encanto, de repente sentí que. fuera lo que fuera que me iba a decir, no me iba a gustar.

—...

—Pensé en lo que me dijiste hace unos días, sobre Yukinoshita-san y Yuigahama-san. Te veías muy mal cuando hablabas de esa primera chica, pero también que de verdad la quieres. Eso es dulce, pero... no pude evitar tener un poco de 'curiosidad', por así decirlo, así que quise darte una prueba.

—¿Prueba?...

—Si— Volviendo a mirarme a los ojos, esta vez pude ver muy bien sus estrellas, si, pero con una particularidad bizarra que no me gustó para nada. —Es una historia que siempre he escuchado: de actores o cantantes que están muy heridos por dentro pero logran abrirse a una chica, logrando que se sientan especiales. Te sorprendería la cantidad de gente en el mundo del entretenimiento que no es la mejor pareja. Y pensé que tú querías usar ese método, ¿sabes?

—...

Con cuidado, con mucho amor, me quité las sábanas de encima, sin dejar de mirar a Hoshino-san, de sus ojos estrellados negros como un recordatorio de que, en efecto, es una chica que guarda muchas más cosas de las que muestra o quiere mostrar. Hasta qué punto me es desconocido, pero...

—Claro, tú no eres precisamente famoso y tus ojos te quitan algunos puntos, pero todo el mundo me considera bastante linda, y tú no debes ser la excepción. Pensé que, a lo mejor, creías que era demasiado vulnerable como para caer en tu juego. No sería raro, teniendo en cuenta que hasta donde vi eres un tipo solitario que no interactúa con ninguna mujer.

Apoyé mis pies con medias en el piso y, sin esperar nada, me erguí, viendo a Hoshino-san como una cosa mucho más indefensa de lo que parece ser. De como quiere hacerse parecer.

Pero yo sé la verdad...

—...

—¿Yukinoshita-san y Yuigahama-san son reales? Y si lo son, ¿esos son siquiera sus nombres? ¿No son chicas con las que apenas tuviste contacto y les pusiste otro nombre para evitar que pudiera investigar sobre ellas? Aunque suena un poco extremo pensar así, nosotras solemos lidiar con gente del estilo. No te ofendiste, ¿verdad?

—...

Hoshino-san en verdad es...

—... ¿Qué vas a hacerme, Hikigaya-san?

Es una chica que quiere simular que es perfecta, que está por encima de todos nosotros, simples mortales, pero la realidad es que Hoshino-san es como cualquier chica. Ella no se diferencia en nada. Está igual...

—...

—...

Es una chica sucia como...

—Ah... Aquí está.

—¿?

Como una...

—Este es tu castigo.

—¿E-E-¡!

¡Como una maldita idiota!

—¡Sufre! ¡Sufre! ¡¿A dónde vas por la vida acusando a un chico inocente de querer abusar de una menor?!

Tirando de sus mejillas con la fuerza justa para estar en el punto medio entre el dolor agonizante y esquivar la prisión, pude ver como, incluso en la oscuridad que cubría su rostro, como Hoshino-san estaba poniendo un rostro lamentable mientras sus cachetes se iban poniendo más rojos.

—¡C-Cho Shie-ento!

Por primera vez en mucho tiempo, sentí que alguien fue verdadera y absolutamente sincero conmigo.


Bueno, supongo que al final todo salió bien. Hikigaya-san tal vez fue un poco demasiado bruto y mis mejillas me arden demasiado, pero es mejor que lo que sea que pudiera haber pasado. Aunque no estaba nerviosa porque tengo un arma confiable a un movimiento de ser liberada, sí que me preocupaba que Hikigaya-san fuera el tipo de hombre del que todos tenían que preocuparse.

... Bueno, tal vez una parte de mí habría esperado algo así con los brazos un poco abiertos. Por mucho que mi busqueda de entender el amor sea importante, al final creo que una parte de mí todavía se siente incómoda con Hikigaya Hachiman. No dejo de sentir que es un hombre que me conoce demasiado bien para lo poco que hablamos y que siempre parece estar con pensamientos sobre mí que son... raros.

Supongo que es natural, ¿no? Siempre he sido creyente de que todos tenemos un mundo interno que solemos ocultar a los demás, y es algo que tiene que mantenerse: por el bien de una buena convivencia, de una forma en la que todos podamos relacionarnos, es que tenemos que ocultar nuestra realidad. Nuestra fealdad.

Hikigaya-san no cree en eso y lo ha estado aplicando. Salvo por momentos puntuales, él ha sido un libro que no teme ser abierto. Es expresivo, deja al aire pensamientos internos que tiene y está bien con tener conversaciones sentimentales. Eso está bien, pero cuando me mete a mí en eso, se vuelve... raro.

No es desagradable... No del todo, pero es totalmente raro. Que tenga y deje ver tantas opiniones sobre mí que distan demasiado de las que suele tener la gente a mi alrededor no es algo a lo que esté acostumbrado: he luchado toda mi carrera como Idol en ser la mejor mentirosa, la que pueda llevar alegría a las personas con belleza. Toda mi vida se centra en mentir por un bien mayor y por eso yo... yo no quiero que esto siga ocurriendo.

Sé que le dije a Saitou-san que quería hacer esto, pero... en realidad no quiero hacerlo. Si fuera por mí, ahora estaría enfocándome al completo en mi carrera o en mis dos hijos: desde luego no en un viejo conocido de la secundaria con el que encima no me llevaba bien. Un chico solitario, sin ninguna cualidad que justifique esta atención y que pone en riesgo mi prestigio.

...

...

Jeje... Digo eso, pero si sigo aquí es por una razón. Es una razón fea y que seguro asquearía a Hikigaya-san, pero es la verdad. Yo...

—Dios mío, mira que acusarme de mentir sobre la gente que he conocido... Quiero que sepas que Yukinoshita y Yuigahama son reales. TODOS son reales... algunos quizás demasiado para mi gusto, pero si: no estamos en la secundaria. He crecido.

Si, sin duda has crecido, Hikigaya-san. Las palabras que me dijiste ese día me hicieron imposible olvidarte y la imagen que me quedó de ti no fue la mejor. Eras... lamentable, de un modo que me generaba empatía. Al igual que yo, sentí que muchos no querían que conocieras el amor. Me sentí, de una forma retorcida, contenta de que estuvieras 'sufriendo como yo'.

Pero al final eso fue una idea mía. Al margen de que seguro tu familia fue mejor que la mía, el hecho de que me hables de esas dos chicas, de otras más y de gente con la que ya no te encuentras pero siguen unidos por la experiencia... Creo que no me equivoco al decir que tuviste y aún tienes amigos, aunque no los veas así.

Incluso tú, un hombre que tiene tantas cosas en contra, sabes mejor que yo lo que es el amor. No me equivoque al elegirte como mi maestro... pero no puedo ignorar a esa parte de mí que deseaba estar equivocada. Hikigaya-san, eres una persona amable con la que muchos querrían ser amigos, pero, para mí, eres un recordatorio de todo lo que me falta.

Siento... siento envidia, si.

—¡Ya dije que lo siento! Mou~, perdona a una chica por temer por su seguridad, ¿quieres?

—No, no quiero. Preocuparte por tu seguridad es una cosa, pero teniendo en cuenta nuestras especificaciones tan dispares, estabas a una llamada a la policía de arruinar mi vida sin que pueda defenderme— Caminando de un lado a otro, todavía igual de intranquilo que los últimos minutos, no pude evitar preguntarme si tenía alguna experiencia traumática con ser acusado falsamente.

Con las luces prendidas y el sonido de los pasos nerviosos de este chico, todo el ambiente de confort y tranquilidad que teníamos antes se esfumó. Sé que es mi culpa que eso pasara, pero aun así...

—En mi defensa, he escuchado esas historias, como dije. Y todos a mi alrededor están demasiado raros con todo esto. Me puso un poco nerviosa— Las historias que vi fueron escalofriantes. Si, tal vez eran películas, pero no quita que eso es algo que pueda pasar... ¿verdad?

... Hm, mi instinto me dice que no debería mencionar mis fuentes.

—Si, puedo verlo— Despilfarrando un sarcasmo hiriente, Hikigaya-san detuvo su andar temporalmente para sentarse en su cama, al fin dejando de verse demasiado alto para mi gusto. Me gustan los chicos altos, pero no los que pueden aplastarme. —De verdad esto es... bueno, es mi culpa por haber aceptado esta pijamada. En un punto tengo que dejar de ser tan crédulo.

—...

—Por cierto, Hoshino-san...— Encontrando la calma en su rostro y voz, dejé de tener pensamientos raros para concentrarme en lo que me fuera a decir. —¿La razón por la que querías tener esta pijamada era solo para comprobar si era peligroso? ¿Había otra intención detrás?

Pensé un poco en qué decir: en si valía la pena mentir o si en cambio podía tratar de aplicar sus enseñanzas sobre ser genuina. Al final yo elegí un punto medio entre ambos. —En parte fue eso, pero también de verdad quería experimentar algo así con alguien. Yo no he tenido una vida normal y tú... bueno, eres normal, ¿sabes?

La cara que puso Hikigaya-san fue sin duda una cosa.

—... ¿Gracias? ¿Se supone que es un halago o debo ofenderme? Si es lo último, por favor ven mañana. Ahora no estoy de humor.

Aferrándome más fuerte a mis sábanas, le aclaré mejor. —Me refiero a que la vida de una Idol es dura, extenuante y tiene cosas que para algunos serán feas. Yo personalmente estoy de acuerdo con todas ellas porque creo que la recompensa vale la pena, pero... supongo que al verte a ti, un chico normal, pensé en que podía tratar de tener experiencias más normales. Ver si lo que me perdí valía la pena o si tome el camino correcto.

Conforme le fui explicando sus ojos se fueron hablando. A pesar de solo contar la parte bonita de la verdad, él no solo se conmovió, sino que no lo cuestiono. A pesar de todos sus pensamientos y como me ve más allá de mi máscara, se deja convencer de mis palabras porque él, al final, es una buena persona.

De verdad él no parece en nada a mí. Por un tiempo coincidimos en algunas cosas, pero fuimos por caminos demasiado opuestos.

—... Ya veo— Diciéndome mucho más con la cara que puso que con sus palabras, pareció estar dudando un poco en si preguntarme algo o no, hasta que dentro de su cabeza encontró el valor de hablar. —Y... ¿Y al final a que conclusión llegaste, Hoshino-san?

—...

Si... Esa es una muy buena pregunta. Después de un día laborioso en el que apenas tuve el descanso suficiente, vine aquí a tener un encuentro amistoso con un chico que está demasiado alejado de ese mundo: ni siquiera es un fan. Si hay un momento en que puedo encontrar una respuesta, es este.

—... S-Si no quieres habl-

—Está bien.

—...

—Si soy honesta, se siente un poco extraño, ¿sabes?— Tratando de encontrar las palabras perfectas, esas que fueran una fusión entre las mentiras que aprecio y la verdad que quiero alcanzar, me decidí. —No quiero decirte que las Idol somos esclavas o algo así. No lo somos, pero... bueno, al menos yo no he podido disfrutar nunca de algo así. Ni ahora ni hace años. Ser tan... normal.

Sufrí en el pasado, pero eso no fue excusa para hacer sufrir a otros o que sufrieran al querer estar conmigo. No estoy capacitada para darle lecciones a nadie, pero creo que pude haber hecho las cosas mejor en el pasado. Si fuera un poco más abierta, más dispuesta a acercarme a los otros, a buscar el amor, puede que fuera una chica más feliz. O puede que no.

Puede que si intentara mejorar mi situación, terminara de peor forma que ahora. Sin Hoshino Ai, la Idol, solo sería Ai. No tendría a mis hermosos hijos ni tendría el apoyo de Saitou-san. Tal vez en realidad tomé la decisión correcta al aceptar las mentiras y... y no puedo decirme que rechazo la idea. Es lo que elegí: es normal que me guste ese pensamiento.

—...

No es la forma de amar. Así no puedo amar: solo estoy mintiendo una y otra vez deseando que esas mentiras algún día sean verdad. No es así, al menos no con mis hijos. Al menos con ellos quiero ser sincera, amarlos de verdad, sin mentiras. Se merecen eso y todo el mundo de hecho. Son tan lindos, hermosos, inteligentes y capaces: son, junto con mi carrera, mi mayor orgullo. Los amo.

... Quiero amarlos.

—... Pero al final es un poco difícil.

—...— No hubo ningún cambio en su cara y sus ojos intentaron mantenerse igual que siempre. Sentí que se estaba esforzando demasiado en verse indiferente, pero no me desagrada. Después de todo, él también puede mentir.

—No he tenido amigas y mis relaciones más cercanas o no se acercan a ser lo que yo llamaría normales o son tan extrañas que dudo en poder describirlas sin tener que contarte toda la historia de mi vida— Mi relación con él está lejos de ser normal y termino de una forma aún peor. Yo... yo creo que pude hacer las cosas mejor. —... Asi que aunque experimentar un momento de chica está bien, descubrí que ya no soy una chica normal. Este mundo ya no me va.

Desde que elegí convertirme en Idol ya perdí la oportunidad de tener ese tipo de crecimiento. La escuela, amistades, romances: todo eso lo deje atrás y en este punto, aunque quiera volver, yo ya estoy demasiado alejada de ese mundo para sentirme comoda. Ese mundo, el mundo de Hikigaya-san, ya no es para mí.

—... Ya veo— Por un instante no dijo nada más y su rostro se mantuvo impasible. Temí que no le agradara mi respuesta por ofenderlo o creer que no es lo mejor para mí. —... Bueno, si eso es lo que piensas, no se puede hacer nada.

—¿Eh?

Molesto, como si se sorprendiera porque dije algo tonto a una obviedad, me explicó.

—¿A qué viene esa reacción? ¿Que no fue lo que elegiste?— No sé qué cara habré hecho, pero puedo jurar que esta vez no estoy intentando generarte una reacción, Hikigaya-san. —Bueno, si quieres que me explaye... No estoy particularmente contento o dispuesto a aceptar eso, pero al final soy el que tiene que enseñar del amor, no de la vida. Si consideras que una vida 'normal' ya no es para ti, está bien. No es como si la normalidad fuera esta cosa maravillosa que debes tener si o si.

—... ¿No?

—Por supuesto que no: que le jodan a los raijuu, como diría un filosofo incomprendido de hace un par de años— Antes de que pudiera preguntarle a qué se refería con eso, me dio una extraña sonrisa que intentaba ser de un hombre sabio, pero que le quedaba un poco graciosa. —Si no quieres o no puedes encajar, no es el fin del mundo. Eres única, aunque sea un término usado en exceso. Solo tienes que encontrar tu lugar o fabricarlo tú misma.

Eso es...

—E-Eh...

—Además, aunque no sea el más apropiado para decirlo, hay que seguir hacia adelante. Si tanto te cuesta conectarte con la gente normal, busca a los excepcionales, los que puedan y quieran estar a tu altura. Por muy cruel que sea decirlo, aunque seas única, no eres la única excepcional. Seguro que por el mundo hay un montón de gente increíble que tiene tus mismas dudas y el mismo deseo de aprender lo que es el amor... aunque eso es una busqueda universal, pero aun así...

—Y-Yo...

Ignorando mis palabras o lo que me estaba haciendo sentir, él me dio una sonrisa, otro tipo de sonrisa, una que... que es... —Probablemente no confíes mucho en mí dado lo que acaba de pasar, pero hablo en serio cuando digo esto. Y también soy serio sobre que quiero que aprendas a amar. No sé si es tu magia de Idol, pero me convenciste de que te falta amor, Hoshino-san.

—¿Me... me falta amor? ¿Qu-

—Asi que, si me permites...— Con una cara peligrosa en un ambiente aún más peligroso, él extendió su mano hacia mí, timidamente y hasta temblando. De hecho él se veía tan desconfiado como yo al hacer esto. —Yo también caí en lo más hondo, pero me salvé de dejar de ser yo mismo por toda la gente que me ayudó. Que me siguen ayudando. Si no me hubiera abierto a ti, seguiría sin darme cuenta de que todavía me ayudan a no caerme... Así que quiero ayudarte a ti, que me ayudaste.

—Y-Yo...

Yo...

—Seamos amigos, Hoshino-san... No, Ai-san.

¡!

—¡!

¡E-E-Eh!

—Hay muchos tipos de amor y creo que todos tienen su poder, así que si quiero enseñarte a amar, tengo que amarte, ¿no? Y no hay amor que me haya ayudado más que el de la amistad. Es... es lo que conozco. Sé que es raro y espeluznante, pero... pero de verdad quiero ayudarte. Si te parece bien, yo...

—...

—... Um, ¿Ai-san? ¿Por qué de repente estás tan roja? ¿P-

—¡No pasó nada! ¡Nada de nada!

Que aterrador... Creí que Hikigaya-san era un tipo normal, pero es algo mucho peor. No lo parece por sus ojos, pero él... él es un mujeriego, ¿verdad? La mayoría de personas que mencionó en su pasado eran chicas. No parece que lo haga a propósito, pero... pero de verdad es peligroso.

Tanta sinceridad me aturde. No estoy acostumbrada a esto. Supongo que Saitou-san tenía razón al preocuparse de relacionarme demasiado con él, solo que de una manera que al menos yo no esperaba.

Necesitas calmarte, Hoshino Ai. Puede que te haya dicho palabras bonitas, DEMASIADO bonitas, pero no olvides que esta es una relación temporal con un chico que te trae malos recuerdos. No deberías ceder tan fácil. Definitivamente yo no soy tan fácil: he manejado demasiado afecto como para que me moleste algo así.

—... Um, ¿Ai-san?

¡!

—E-E-Estoy bien, H... Hachiman-san—

... Ahora que lo pienso, nunca salí con un chico normal. Ni él ni yo eramos normales ni terminamos de forma normal. A comparación de él, Hikigaya Hachiman es un chico demasiado genérico, tan alejado del glamour que he perseguido. Es la mundanidad encarnada, una sencillez extraña para mí.

...

No tiene derecho a gustarme tanto como lo hace. Pero, por otro lado, si estas sesiones van a continuar, mejor que lo sean con un amigo, ¿no? Es más práctico. Tan práctico como el hecho que, de verdad, debo evitar que él se entere del taser que tengo en mi bolsillo. Mataría totalmente el ambiente.

Notes:

Bueno, espero les haya gustado. Nos vemos antes de que termine el año con otro capítulo.

PD: Se siente raro escribir a Ai. Es de esos personajes que, aunque viste todo lo ofreció en la serie, no puedes entenderla del todo. Espero que ningún fan de Oshi no Ko se ofendiera con cómo la escribí. No me siento tan confiado, la verdad...

Chapter 8: Capítulo 8

Summary:

Paso a paso se irá construyendo una amistad. No será hoy no mañana, pero su destino es ser amigos.

¿Después? Quien sabe...

Notes:

Espero que sus navidades hayan sido prósperas: las mías carecieron de espíritu navideño y le sobró el cansancio. Ya estoy demasiado viejo. Bueno, al menos tengo el Año Nuevo para compensar.

En fin, vamos allá.

(See the end of the chapter for more notes.)

Chapter Text

Magia de la amistad a un lado, todavía no olvidaba el susto que me hizo pasar Ai-san. Fue duro aguantarse las ganas de seguir recriminándole su actitud, pero el momento y sobre todo mi estado de sueño me impidieron hacer mucho más que dejarlo para otro día. Ahora, en su lugar, me estoy tratando de convencer de que todo lo que le dije fue una buena idea. No porque no lo crea, sino porque... ¿cómo decirlo?

Es... si, no engaño a nadie: lo que dije fue MUY vergonzoso. Ni el otaku más otaku se atrevió a tanto y mi yo chunni me vería con pena ajena. Afortunadamente Ai-san no pareció pensar así y de hecho le gustó mucho, pero aun así es difícil evitar que mi cara se sonroje un poco. Este tipo de charlas no las he tenido desde la preparatoria. Si algo no extrañé nunca de Sobu fueron esos momentos de 'demasiada sinceridad'. Te hacen sentir horrible después.

Al margen de eso, hablar de mí se siente tan extraño cuando no son cosas profundas. Desde Sobu no he tenido las ganas o necesidad de conocer a nadie más realmente. Claro, hay conversaciones aquí y allá asi como conocidos de la universidad con los que me llevo bien para mis estándares, pero nunca tuve que contarle este tipo de cosas a esas personas.

—¿Asi que no te gusta el tomate?— Totalmente interesada en lo que dije como si fuera importante, asentí a duras penas.

—Si, me dan asco. Ni en salsa, ni en pizza y desde luego no como crece: no sabría explicarte de donde viene mi odio, pero creo que estoy en lo correcto. La sociedad se está equivocando gravemente con los tomates y ver la Torre de Pizza solo me genera pensamientos que no quiero tener.

Estúpidos italianos y sus comidas. Generaron una oleada de defensores del tomate únicamente por su emblema culinario. Italia fue un error y Europa también... De hecho, ahora que lo pienso, creo que todos los países son un error. Deberíamos unirnos contra un enemigo en común para alcanzar la paz mundial.

Si, hablo del genio que creyó que era una buena idea crear las novelas ligeras de harem. Hay que destruir todo eso. Mejor aún: hay que confiscarlas todas y darmelas a mí para que las vigile.

... Aaah, de verdad tengo mucho sueño, ¿eh? Extraño ser joven.

—Um, no creo que sepa tan mal... Digo, no es que me guste mucho, pero comer frutas y verduras es necesario para una dieta balanceada, ¿sabes?— Hablándome como si fuera una nutricionista que también es madre, negué con la cabeza ante una inculta que está siendo corrompida por el objeto rojo.

—Si tú lo dices... Aunque no como tomates y estoy bien— A mis palabras, Ai-san de repente dejó su cara de doctora para mirarme de frente, con una sonrisa perfecta... Demasiado perfecta. No sabiendo qué estaba pensando pero ya dándome una idea, suspiré, desechando esa lucha para otro día.

Tras declarar nuestro intención de tener una amistad, Ai-san y yo nos terminamos trasladando al salón principal para tomar algo caliente. Ella con un té verde y yo con un café azucarado a la perfección, nos dispusimos a tener una conversación de amigos que más parecía una presentación para obtener un trabajo: lo normal para una chica que nunca ha tenido amigos y un chico que no ha socializado tanto como debería.

Hasta ahora ha ido bastante bien, creo. No es que antes las cosas fueran como un negocio, pero siento que de a poco, cuanto más hablamos, más están cayendo las caretas que nos pusimos frente al otro: de a poco el yo ideal que hemos presentado se ha desfigurado para pasar a mostrar un yo más imperfecto. Más genuino.

Tras un tomar un sorbo temeroso a mi café que por suerte ya tenía una temperatura manejable, fue Ai-san quien siguió con el juego. —Mi animal favorito es el conejo. ¡Son tan lindos! Sobre todo los peluches. Tengo uno que amo demasiado— Incluso para alguien que suele tener los ojos estrellados, que de alguna manera se vieran aún más estrellados de lo usual dice mucho sobre su amor.

—Ya veo...— En cuanto al reino animal prefiero los osos y creo que los gatos son más lindos, pero gustos son gustos. Aún con eso, me negué a dar una respuesta tan vaga. —Mi hermana tenía un par de peluches de conejito y una vieja... socia, solía preferir los pandas. La amiga con la que me sigo viendo dice que los perros son los mejores. Tenemos un gato y todos lo queremos mucho.

Kamakura no suele quererme mucho a mí, pero yo compenso el amor que no me das, gato afortunado. Más allá de que no vas a vivir hasta que tenga treinta años, vives la vida de un auténtico rey. En casa siempre fui tu esclavo... Bueno, más bien un bufón un poco feo, pero bueno.

—¡Oh! ¿Tienes un gato? ¡Siempre quise mascotas! Pero mi madre no era muy fan de cuidarlas o gastar dinero en ellas y desde que soy una Idol, no tengo el tiempo suficiente para darle amor. Y no creo que este lugar permita animales...— Su suposición de eso último era muy acertada: la casera ODIA a los animales. Ni siquiera me dejó traer un pez. Con eso y lo que me hicieron esos dos primos de Ai-san, me declaro enemigo jurado de la casera.

Un enemigo silencioso, pero enemigo al fin y al cabo.

—...— Pensar en la casera me hizo querer preguntarle sobre sus parientes y qué relación tiene con ellos. Esos niños, por lo poco que he visto, tienen pinta de que van a hacer desastres cuando les lleguen las hormonas. Pero, a riesgo de pecar de inocente, les dije que no le iba a contar a Ai-san sobre ellos y es algo que planeo cumplir. —Bueno, siempre hay muchos animales que quieren un hogar y te queda mucho por vivir. Cuando estés más tranquila, podrás tener todas las mascotas que quieras.

—Supongo... aunque de verdad creo que me vendría bien una ahora...— Esa afirmación me confundió un poco, pero antes de ahondar en eso, a Ai de repente se le iluminó la cabeza. —Hachiman-san, ¿cree que sería una buena idea ir a ver mascotas? Si llevo a un par de niños muy lindos, ¿les gustará o se sentirán mal por no tenerlo?

—... Que pregunta tan específica— Ai-san no tuvo el valor de mirarme directamente a los ojos, pero no es que hiciera falta ser un genio para conectar los puntos. Tomándome un par de segundos para pensarlo, contesté. —Creo que depende cuánto quieran realmente una mascota. Una cosa es que les parezcan lindos y otra es querer tener uno para que sea parte de la familia. ¿Ese par de niños de verdad quieren tener tanto una mascota?

Ai-san puso una cara pensativa que, como todo lo que hacía, encontraba la forma de hacerlo lindo. —No estoy segura... Esos niños suelen tener compañía, pero no creo que les guste estar con tantos adultos. Y es verdad que son muy jóvenes para tener mascotas, pero...

—¿Pero?

—... Tengo un poco de miedo, ¿sabes? Me gustaría que crecieran con 'algo más' aparte de ellos mismos y yo. Es como... me da miedo que empiecen a sentirse solos porque no les prestó suficiente atención— De algún modo mi instinto me dijo que esa no era toda la historia. De hecho me sonaba un poco raro que esos niños capaces de cometer crimenes sean demasiado pequeños para una mascota.

¿Cuantos años tendrán? Yo les daba como siete y a esa edad Komachi era más que capaz de cuidar un gato... Aunque, cuando lo pienso, cuando me refiero a 'cuidar' en realidad es jugar hasta que se aburra. Tal vez es verdad que esos niños no están para cuidar una mascota, ¿pero que no se arreglaría con los padres haciendo el trabajo duro?

... Hm, supongo que es un pensamiento que no tengo derecho a tener. Cada uno tiene sus demonios y todos nos sentimos mejor cuando no hurgan en los nuestros.

—... De alguna manera siento que me estoy perdiendo información importante, pero...— De todas formas la idea es acercarnos con el tiempo. Si llegamos a hacernos lo suficientemente cercanos, tal vez sea digno o me interese conocer su historia de fondo a profundidad. —Pero una mascota es una responsabilidad no solo material, sino también emocional. Todos tienen que quererla y darle lo mejor.

—Per-

—Eso te incluye a ti, Ai-san.

—¿?

Viéndose confundida no de una manera que quisiera dar una imagen, sino una genuina confusión, no pude evitar preguntarme que clase de vida llevó para que esta clase de pensamientos le parezcan algo tan extraño. —Te gustan los conejos, ¿pero de verdad quieres un conejo? No son animales fáciles de cuidar y pueden hacerte desastres si no tienen la mejor actitud o los tratas bien. Tendrás que comprarle comida, jugar con él, saber cuando no jugar con él, limpiar lo que salga de él y lidiar con las peculiaridades de su raza.

No existe el dicho de 'hacerlo como conejos' sin una razón y creo recordar que los conejos suelen ser violentos cuando están enojados, mucho más que tu típico perro o gato. Peor que querer una mascota y no tenerla es tener una, pero que las responsabilidades te sobrepasen, lastimando a todo el mundo.

—...— Ai-san mostró una expresión seria y un poco incómoda, probablemente imaginando posibles escenarios que podrían ocurrir de tener un conejo. A riesgo de pecar de buen chico, tampoco es mi plan hacerla sentir mal. Esto tiene que ser un momento en donde podemos unirnos y todas esas cosas que dicen en los animes.

—Igual no pienses mucho en eso. Recuerda que, al menos aquí, las mascotas están prohibidas. De nada sirve pensar en los hubiera— Tras mis palabras, Ai-san, con una cara de haber sido golpeada con algo fuerte, de a poco fue recuperando la calma que la suele caracterizar. En general ella suele ser más medida en sus expresiones... aunque bueno, yo también, ¿no?

Si, creo que el sueño nos está afectando. A este paso creo que me despertaré a las nueve como mínimo.

—Tienes razón. Si, no sirve de nada pensar en eso— Hablando más para sí misma que para mí, ella pareció sentirse muy cómoda con ese pensamiento. —Supongo que estoy un poco nerviosa con esos niños. Mis... sobrinos son un amor y quiero lo mejor para ellos. Pero tienes razones, sus papás no van a poder ayudarlos a cuidarlos y tampoco permiten mascotas donde viven. Es solo que quiero hacer las cosas bien con ellas, ¿sabes?

—... Si, lo entiendo. Me pasó con mi hermana.

¿Sobrinos? ¿Que no eran primos?

¿Acaso lo he entendido mal o me mintieron esos dos? Hmm, es un pensamiento inquietante que merece darle un par de vueltas, pero ahora mismo no: el día ya fue demasiado agotador y no tengo suficiente azucar para lidiar con esto. Desechando aquellas dudas para después, le di otro sorbo a mi café con temperatura ideal.

—Tu hermana, ¿eh? Debe ser lindo crecer con una...— Ante mi cara de confusión, ella enseguida aclaró las cosas, casi que de inmediato. —Mi hermana y yo crecimos en lugares diferentes por motivos que no recuerdo muy bien. Nos hemos visto ahora que somos más grandes, pero siempre queda esa distancia, ¿sabes? Como si hablaras con un desconocido, a pesar de que es tu familia.

—... Honestamente, lo que me cuentas suena como lo peor que me podría pasar— ¿Que Komachi y yo seamos desconocidos? El solo pensar que nos trataríamos con indiferencia me revolvía el estómago: es natural porque aunque quiero a toda mi familia, Komachi ocupa un lugar especial en mi corazón. Es como si mi propia hija me odiara o una parte de mí mismo incluso.

—Si, no es bonito que tu familia te odie— Ai-san también compartió mi desprecio a esa idea, aunque sentí que su enojo era más feo que el mío. Descartando aquello como mera proyección mía, decidí aligerar el ambiente trayendo a colación a la personita traviesa que seguro debe estar dándole dolor de cabeza a un montón de gente en Sobu.

—Pero Komachi nunca me odiaría, ni yo a ella. Somos demasiado cercanos para eso— Ya viéndome venir el verso a una milla de distancia, decidí dejar las cosas claras. —Nuestros padres fueron buenos en un sentido amplio, pero no estuvieron muy presentes: aún no lo están del todo. Fue por eso que Komachi y yo nos unimos. Nos ayudábamos mutuamente, a veces metiéndonos directamente pero otras solo desahogandonos con el otro. Fue... bastante agradable, dentro de todo.

No extraño tanto ese pasado. Si, ser un equipo fue agradable y nos hizo muchísimo más cercanos que el duo de hermanos promedio, pero fue lo mejor que nuestros padres se hicieran más presentes. Más que para mí, lo fue por Komachi. Por mucho que actuara dura y feliz de la vida, sé que en el fondo quería que todos fueramos más unidos. Más presentes en la vida del otro.

Los cuatro.

Aunque el motivo que llevó a ese acercamiento no fue el mejor, me cuesta no ver el como la segunda mitad de mi tercer año, tras las vacaciones, fue cuando vi a Komachi sonreír con más alegría. Por eso he intentado mantener el contacto tanto como me sea posible, aunque es verdad que la vida más acelerada de la universidad no me permite tantas llamadas. En parte por el poco tiempo, pero también porque en un punto solo quiero descansar.

... Como ahora. Que lindo sería dormir...

—Suena tan lindo. No la parte de tus padres, por supuesto, pero... de verdad me hubiera gustado tener a una aliada, ¿sabes? O un aliado. Ser la Onee-chan de un niño al que pudiera avergonzar sin que nadie me detenga no suena mal— Sonando más feliz de lo que debería ante ese pensamiento, supuse que el impulso de querer avergonzar a tu hermano o hermana menor es algo universal.

Yo también tuve esa etapa, asi que no juzgo. —Tiene sus problemas, te digo. Todos estamos cuando son tiernos, pero a veces Komachi tenía sus berrinches. Y es duro tener que pensar siempre en dar el ejemplo: ser un modelo a seguir o un aliado en el que puedes apoyarte. Y cuando son adolescentes es... dicen que es muy duro.

Komachi es una buena niña, la mejor, pero es verdad que tuvo sus momentos cuando recién entró en la adolescencia. No ayudó que estuviera en plena fase chuunibyou, cierto, pero pude prescindir de esos gritos o la experiencia incómoda de ser yo el que se enteró primero de que le sangraba ahí abajo: también de cómo fue una experiencia tan traumática para ella que no podía mirarme a los ojos sin ponerse a llorar por un par de días.

Eso fue lo peor.

—Hm, es verdad que las chicas podemos ser un poco difíciles a esa edad, pero depende del caso. Yo creo que nunca molesté a nadie de esa manera cuando llegué a mi 'etapa rebelde'... aunque es mi trabajo— Si, quizás la chica que fue entrenada desde muy joven para agradarle a todo el mundo no sea el mejor ejemplo de una chica normal con hormonas que está descubriendo quien es y no le gusta.

—Me alegra que seas tan consciente de ti misma. Te doy dos puntos.

—¿Eh?

Ahogándome con el espíritu del café que no llegué a tomar, de repente la temperatura de mis mejillas se multiplicó por tres. Tosiendo falsamente para darme tiempo, consideré seriamente hacer como si nada hubiera pasado y rogar porque Ai-san no lo nombrara. Por mucha charla para conocernos que tengamos, confío en que su necesidad de no incordiar a los demás le haga no hacer preguntas.

... Pero eso no sería genuino, ¿verdad? E iría contra todo lo que quiero de esta 'relación'.

Suspirando internamente, traté de que no pareciera tan raro. —Es un... un juego que teníamos Komachi y yo. Tratabamos de agradarnos unos a otros o mejorarnos para el otro y, en función de cuan bien lo hacíamos, nos dabamos puntos. Yo... por eso te di 2 Puntos. Me... me gustó que fueras tan genuina.

Dios, eso fue tan tonto. Y vergonzoso. Tonto y vergonzoso. No se suponía que esto saliera de nosotros e Isshiki, pero tu hermano no puede evitar meter la pata, Komachi. Con mi mejillas al rojo vivo, me esforcé por no verle los ojos a Ai-san, aunque no pude evitar notar como una sonrisa demasiado extraña hacia acto de presencia. Escuchando una ligera risilla que para mí se sintió como un martillazo en el pie, ella...

—Eso suena tan lindo.

—Si, es tan estú... ¿Eh?

Por puro instinto terminé mirándola a sus ojos estrellados y lo que me encontré fue, aparte de un divertimento obvio a mi costa, unos ojos que me veían con ternura, como si fuera algo abrazable. Es sin una de las miradas de todos los tiempos y la verdad es que no me gusta nada como me hace sentir, pero es mejor que la burla, ¿no? Aunque por alguna razón no se siente así.

—No digas eso. ¡Creo que es suuuper lindo! Si yo tuviera un hermanito, querría hacer algo así— Tomando un trago decente de su té verde como si de alguna manera la discusión se hubiera cerrado, yo solo me quedé mirándola como un tonto, preguntándome si este chiste llegaría a tener un remate. Pero no llegó y Ai-san me miró con una cara dudosa de una manera linda, como si yo fuera el que estuviera siendo incongruente.

Abrí mi boca para decir algo... pero, cediendo ante la situación, solo tomé un trago profundo de mi café apenas endulzado, dejando el vaso casi vacío. Menos sonrojado y con la mente más aclarada, consideré seriamente empezar a ponerle leche a mi café: tanta amargura de golpe no es bueno para mi corazón.

—Como sea...— Decidiendo cambiar el punto a algo menos molesto, seguí con el 'cuestionario de amistad'. —Has dicho algunas cosas de pasada, pero nada que me lo dejara claro: ¿qué se siente ser una Idol, Ai-san? ¿De verdad es tan gratificante como lo haces parecer?— Es una duda que llevo arrastrando desde que soy consciente de ese mundo.

Por mucho que vendan amor, lindura y la idea de que ellas están para ti, me niego a creer que existan chicas así. Una chica linda, muchas veces demasiado joven, rodeada de un montón de adolescentes y adultos que en el mejor de los casos son solamente demasiado apasionados, pero en el peor siendo auténticas escorias que ninguna mujer que se respete querría cerca. Las Idol se rodean, efectivamente, de hombres que solo una madre podría amar.

Los casos que he escuchado y el comportamiento de algunos idiotas con los que me encontré me pone los pelos de punta a mí, que soy lo más alejado a lo que ellos quieren. No me quiero imaginar qué sentirán esas chicas, lidiando con esos tipos día a día. Aunque en realidad ya me hago una idea y es en parte por eso que desprecio ese mundo: porque todo, pero especialmente ellas, son una mentira.

Un producto, algo que vender. Una mentira que todos sus fans quieren creer para sentirse un poquito menos miserables. Muchas veces esas mismas Idols en complot con los de arriba terminan alentando ese comportamiento. Es una industria podrida que se alimenta de parias sociales, de inadaptados o de gente a la que le falta amor en sus vidas. Si, claro que existen solo fanáticos de la musica, pero eso no fue para lo que son creadas las Idols.

No diría que las odio a ellas puntualmente, sino todo lo que rodean. Su musica puede sonar bien para un oido menos trabajado o que solo quiera desconectar, pero cada vez que escucho una canción, solo puedo pensar en una fabrica. No es arte, ni mucho menos genuino, al menos para mí.

Por eso yo...

—Uuumm... Es una pregunta un poco difícil. Si te soy sincera, nunca interactué con alguien que es tan poco fan como tú. Me recuerdas a un doctor que conocí, pero a la vez eres demasiado diferente de él— Teniendo una cara sonriente a secas que lograba dar una sensación de calidez a pesar de estar apagada, yo me quedé en silencio, esperando a que me contestara.

—...

—'Las mentiras también pueden ser amor' es algo que me enseñó una persona. Fingir hasta que ames de verdad es una mentalidad que creo. Puede que no sea lo que quieras escuchar ni tampoco lo que yo quiero escuchar, pero es lo que me ha hecho continuar en este camino. Es 'mi camino ninja', como dirían los chicos como tú.

—... Un momento, ¿a qué te refieres co-

—Creer eso me ha dado fuerzas para avanzar. Me hace levantarme por las mañanas y decirme a mí misma 'tengo que seguir'— Ai-san, ¿a qué te referías con eso? Por favor no evadas tu desliz. Ese corte a mi pregunta fue claramente intencional: lo he vivido demasiada veces con Miura. —Pero ahora, aunque sea la forma equivocada de amar a esos dos, todavía creo que puedo aplicarlo a varias cosas de mi vida, ¿sabes?

—... ¿Como por ejemplo?...

Esto será archivado, Ai-san. No me voy a olvidar de que me llamaste un fan del anime, con todo lo que eso significa socialmente según las chicas por encima de la media. O sea, tienes razón, pero no deberías decirlo.

—Como mi trabajo— Sonriéndome de una forma rara, un poco desagradable... pero también genuina y expresando un cariño que pocas veces veo en ella, solo pude mirarla como un tonto. —Ser una Idol es ser una mentirosa: es decir te amo una y otra vez aunque no sea verdad, es darles a todos tu mejor versión, que siempre es irreal. Es trabajar en tantas cosas que a veces te cuesta discernir en qué tienes que enfocarte: ¿tu canto, tu coreografía, tu quimica con tus compañeras, tu apariencia, tu reputación, sonreírle a todo el mundo, como hablarle a tus fans?

—...

—A veces es agotador.

...

—... Entonces, ¿por q-

—Pero también es divertido— ¡! —Cantar cada vez mejor, bailar cada vez mejor, ser cada vez más conocidas, que nuestros fans digan cuantos nos aman y que cada vez sean más: todo eso es divertido. Emocionante. Trabajar duro es molesto, pero cuando consigues tu sueño y haces lo que gusta, que salga bien hace que todo valga la pena. La gratificación que tengo cuando sé que lo hice bien no se compara con casi nada en el mundo.

—...

Yo...

—Sé que no te gustan las Idols— De repente toda la felicidad en su rostro pasó a convertirse en una de reproche lindo, mas pude sentir en ella una muestra de seriedad en su regaño. Por alguna razón, me sentí mal: tal es el poder de las chicas lindas. —Esta bien, no a todo el mundo le tiene que gustar. Tienes tus opiniones y... bueno, tan mal no estás en algunas cosas, pero... aunque lo que muestro es una mentira, lo que sienten es real.

—...

—Ellos son felices de verdad. Ellos me aman de verdad. Ojalá pudiera amarlos de la misma manera: me esfuerzo un montón para amarlos tanto como ellos me quieren a mí. Una Idol que no ama a su publico no es una buena Idol. Las mentiras no son el amor que quiero para esos dos, pero son el amor que le doy a mi publico.

Eso... eso es...

—Eso no es amor...

Lejos de enojarse por mi comentario, sonrió de forma aún más brillante. —Yo soy una chica ambiciosa, ¿sabes? Lo quiero todo. Quiero amar a esos dos de forma genuina como tú lo haces y también quiero amar a mi publico, incluso si es una mentira. ¿No pueden existir esas dos formas de amor? No hay una sola manera de amar para mí.

Eso... supongo que es cierto, pero no hay forma de que pueda aceptar algo así. Pero...

—... En mi opinión ambas formas de amor son incompatibles, de ideales demasiado dispares, pero si quieres seguir ese camino, más poder para ti. A lo mejor terminas teniendo razón— Lo dudo seriamente, pero aun así sería bueno que Ai-san lograra ese objetivo por ella misma. Un buen maestro es aquel que le da conocimiento a su alumno pero deja que tome sus propias decisiones.

La sonrisa que me dio Ai-san esta vez fue un poco más bromista. —Llevo pensándolo un tiempo, pero eres bastante idealista, Hachiman-san. Suenas como el profesor de filosofía que nunca tuve— Temblé del puro asco ante esa comparación y su risa no ayudó a mi estado de animo. En este punto temo que el mismo mundo se encargue de hacer realidad sus maldiciones solo para joderme.

—Como dije, no soy un profesor ni quiero serlo. Soy un consejero de vida— Rodando los ojos sin perder su sonrisa, sentí como el ambiente se relajaba hasta un punto en que me hizo más predispuesto a descansar los ojos. Ai-san, como si le hubiera contagiado un resfriado, también se vio como salida de una oficina con un jefe grosero y demasiado viejo para seguir en el cargo.

Quizás sería buena idea terminar aquí hoy. Creo que lo dejamos en un buen punto, ¿no? —¿Que te parece si lo dejamos aquí por hoy? Tengo café, pero no suficiente azucar y también tenemos responsabilidades— Me imagino que las Idols tienen que dormir a un horario impecable para mantener una actitud perfecta y no me vendría mal estudiar un poco mañana.

—Si, creo que tienes razón, Hachi.

Despertándome lo suficiente con esas palabras, me levanté de la incómoda silla. —Perfecto. Si quieres continuamos... mañana...

—...

Me quedé mirándola fijamente, tratando de confirmar que lo que acababa de escuchar no fue una ilusión auditiva, pero el sonrojo demasiado genuino de Hoshino Ai me hizo ser muy consciente de que acababa de escuchar algo que no debió decirse. Estuve a punto de decir una tontería, pero enseguida cerré mi boca. Nos quedamos en un silencio desagradable que duró unos segundos que parecieron horas antes de que me atreviera a decir algo.

—... ¿Eh?

... No dije que iba a decir algo bueno.

—Yo... Yo...— Manteniendo una máscara de perfección que se iba devaluando con cada micro-segundo que pasaba, a Ai-san le fue imposible ocultar su sonrojo, pero ni de cerca se acerca al ligero temblor en esos ojos de estrellas. Por mucho que quisiera mostrarme su yo perfecto, Ai-san estaba avergonzada.

Yo también, pero tenía que decir algo... Tenía, ¿no? —Estás cansada y dijiste mi nombre incompleto, ¿verdad? Es eso, así que no te preocupes. Todos nos podemos equivocar y estamos cansados. Cuando nos cansamos decimos tantas tonterías: yo lo sé mejor que nadie. Vamos a dormir.

Quizás hablé más rápido de lo que me gustaría, pero detalles, pues lo importante es cerrar esto antes de que explote en la cara. En la mía, para ser exactos. Dándole la espalda a Ai-san para evitarle la pena, estuve a nada de salir de la sala cuando... la escuché detenerme con una voz nerviosa, equivocada e insegura. Aquello, del puro shock, fue suficiente para detenerme, a pesar de que no usó ninguna palabra.

El poder de la voz de una Idol es sin duda aterrador.

—Yo... yo...— Lo que fuera a decir Ai-san no puede ser bueno. He vivido más situaciones de este estilo de las que me siento orgullosos de recordar, así que sé muy bien que lo que me espera es una noche de insomnio atroz. Tenía que detenerla, pero... a pesar de que quería hacer tanto, mi voz me traicionó al no pronunciarse ni mi respiración.

—...— Ni siquiera estaba viendo a Ai-san, enfocado en ese amoroso cuarto mío en el que tanto quiero estar, pero supe cuando tomó una respiración a un nivel de profundidad ya visto que, al final, quizás debí dejar de tratarlo como una desviación e irme de lleno a la ruta Totsuka. Con él habría sufrido menos.

—Yo... yo te puse un apodo— Diciéndole insegura y como si temiera mi reacción, le respondí con una no reacción. Como si eso fuera una invitación, ella continuó, para mi desgracia. —Sé que es raro y q-que no somos tan cercanos, pero... pero así es como era con tus amigas, ¿no? ¿No te ponen apodos lindos usando tu nombre? ¿No es eso lo que hay que hacer?

—¿Que... Qué diablos estás diciendo?— Encontrando valor en esa combinación de palabras atroz, al fin me atreví a entrar de nuevo en la sala, encontrándome con una Ai-san nerviosa, sonrojada, pero de alguna forma decidida en lo que dijo, como si fuera una creencia que tuviera alguna clase de sentido.

—¡E-Es que así es...! Ellas te llamaban 'Hikki' o 'Hikio', ¿verdad?— Preguntándome de una forma dolorosamente retorica, lo único que pude hacer fue poner una cara de haber tragado el limón más agrio del mundo a la vez que retrocedía un paso del puro asombro. Ai-san, lejos de estar mejor, era un lio extraño entre verse como una chica sonrojada y la cara de una Idol perfecta que está frente a las camaras.

Un ardor en la cabeza me recordó que, de hecho, ya habían pasado la una de la mañana y que ninguno estaba en sus facultades mentales apropiadas. Cuando uno está cansado suele decir o pensar cosas estúpidas, muchas veces siendo peor que cuando estás borracho porque al menos ahí tienes una excusa. Esto es solo jugar a ser niños cuando ninguno ha llevado la vida de uno en un buen tiempo.

Ai-san tal vez tenga la edad, pero su vida ha sido más ajetreada que la mía desde los trece años más o menos. Ella no ha podido hacer estar cosas en ningún momento de su adolescencia y se nota. Tratando de dar orden a la situación, intenté explicar de forma que nos dejara bien parados a ambos. —Eso... puede ser en algunos casos, pero 'Hikio' empezó como una forma incorrecta de decir mi nombre. Y por favor no me hagas recordar a Hikitani-kun...

De todas las cosas posibles que me hicieran extrañar a Tobe, esa no era una de ellas. Es una pena que Ebina encontrara divertido seguir su legado de mierda.

—... Pero...— Lejos de desistir o darme tiempo a buscarle una salida para que se recupere de la situación, ella se veía entre decidida y nerviosa, una combinación peculiar cuanto menos. Mirando sus ojos con mucha intensidad, no solo fui consciente de que sus parpados no estaban tan blancos como parecían a simple vista, sino que sus ojos estaban ligeramente desenfocados, señal de que el sueño le estaba ganando.

Le estaba haciendo cometer una estupidez.

—¿Pero...?— Aun así mordí el anzuelo, entre tonto y un poquito interesado en lo que quería decir. Puede que me arrepienta de darle la oportunidad, pero estamos queriendo formar una amistad, y la amistad muchas veces incluye actuar como idiotas entre nosotros y aguantarnos lo que venga con una buena cara. O sarcasmo ligeramente grosero: ambas opciones son igual de validas.

—... Pero quiero darte un apodo. Yo... yo quiero una amistad como la tuya. Quiero...— Ni Ai-san parecía segura de lo que estaba diciendo, entre queriendo hundirse más o recapacitando. Dicen que una forma en este estado suele ser cuando la gente es más honesta, pero esas son patrañas: en realidad te hacen ser tonto sin el beneficio de haberte emborrachado. —Quiero tener una amistad contigo. Quiero... compensar lo que te hice aquella vez.

—¡!

... Cualquier cosa que quise pensar, murió ahí. Solo pude abrir los ojos al máximo, despierto a tal nivel que casi vomito del puro shock. Ai-san no prestó atención a ello, siguiendo teniendo la cara de una chica que se está abriendo demasiado con un desconocido que apenas es un posible amigo con ni dos horas de antiguedad.

—Yo me equivoqué contigo y con él. Yo... yo me equivoque tanto y me sigo equivocando... Ya no quiero equivocarme— Sonriéndome, si, pero de una forma tan asquerosa, impropia de una chica como ella, que me puso los pelos de punto. Me hizo ser consciente, una vez más, de que todos tenemos máscaras. —Por favor ayudame a no equivocarme. Yo... sé que es raro y que te debes sentir incómodo, pero necesito... necesito ayu-

—Hachi suena demasiado infantil. Aunque no es lo ideal, 'Hachi-san' o Hachisan son apodos que prefiero más. Me hacen sentir como un señor, ¿sabes?

—...

Al final, por mucho que ella esté tan dañada, no siento que esta sea una conversación que debamos tener. No ahora, al menos. Recién nos conocemos lo suficiente para usar nuestros nombres y no dudo que hay cosas que ella no me está contando. No puedo evitar sentir que ella trae un equipaje emocional que no estoy capacitado para cargar. Que no sé si quiero cargar.

Apenas somos conocidos que quieren ser amigos. Lo que me está pidiendo es más de un psicologo o un amigo de toda la vida con un vínculo tan fuerte que avergonzaría a cualquier anime. Le tengo que enseñar a amar, pero hay límites que no podemos cruzar y ella fue consciente de ello de inmediato, apenas empecé a hablar.

Su cara de una sonrisa perfecta y un asentimiento alegre... falso. Todo falso. No conozco lo suficiente a Ai-san, pero me hago a la idea de que mis palabras no fueron tomadas de la mejor manera, mas creo que fue el mejor curso de acción. Para ambos, puesto que no me puedo quitar el presentimiento de estar reviviendo lo de Yukinoshita otra vez.

Lo cierto es que si bien ella está dañada, yo no estoy mejor. No estoy nada capacitado para enseñarle a amar, pero elegí hacerlo y tengo que cumplirlo, pero nada más. Lo ideal sería dejar que las cosas se queden así y todo sea más normal mañana. Conociendo a Ai-san, o más bien su vocación, incluso si está pensando cosas malas nunca me las dirá de frente. Ella tiene que mantener una imagen ante su publico y al parecer yo estoy incluido en ello. Y eso está bien.

... Es una pena, sin embargo, que nunca tome las mejores decisiones en mi vida.

—... No creo que esté capacitado o se me permita inmiscuirme en esa clase de problemas, Ai-san...

—... Si, tie-

—Pero...— El hecho de que mirara con suma atención cuando le interrumpí no... no da la mejor impresión de mis deseos, ¿verdad? —Si bien pienso eso, un muy buen amigo está capacitado para ayudarte de esa manera. No, no solo un muy bien amigo, sino una relación profunda que no pueda ser reemplazada o descrita tan fácilmente.

—¡!

De verdad soy... —Yo... puede que yo no pueda ofrecerte lo que estás esperando de mí, pero me gustaría llegar a ese nivel. Sé que tienes cosas guardadas en ti, cosas que no me quieres decir, y eso está bien. Cuando tengas el nivel de confianza suficiente y te aprecie lo suficiente, haré todo lo posible por ayudarte. Y da por hecho que me esforzaré al máximo en que lleguemos a ese nivel.

Probablemente no sea la mejor idea decirle esto a una chica que seguro verá todo esto con ojos más criticos una vez tenga una buena noche de sueño, pero...

—... Je, perdoname, Hachisan, pero eso me suena a todo menos amistad. ¿No quieres ofrecerme matrimonio también?

Lejos de incomodarme, me reí de buena gana. —No subestimes el poder de la amistad. Una buena amistad puede ser mucho mejor para tu vida que un romance. No me subestimes.

No ha sido la primera chica que ha cuestionado la intensidad de la amistad que ofrezco, pero como todas las anteriores, me aseguraré de dejarle bien en claro que el romance no tiene porque solucionar todo. Si bien tengo sentimientos complicados hacia Yukinoshita Yukino, nada se compara con lo que me ofrecieron esas personas. Me hicieron darme cuenta de que centrar todo en una comedia romántica estaba, de hecho, equivocado.

—Si tú lo dices~

No convencida a la par que burlesca, dejé que ella pensara lo que quisiera. No es como si esperara que creyera en mí solo porque yo se lo digo. Es un proceso largo que... la verdad, no me apetece seguir haciendo ahora mismo. Ofreciéndole la oportunidad de paz mental y la capacidad de razonar con todas tus tuercas funcionando mañana, comencé a dirigirme a mi habitación.

—De acuerdo. Ya hablamos suficiente, Ai-san. A este paso pareceremos dos borrachos hablando y estoy seguro de que nos sentiremos peor cuando nos despertemos de todo esto— No quiero presumir, pero forzar mi cerebro hasta el agotamiento es un requisito básico como universitario, por lo que no me sentiré mucho peor de lo que me siento, pero algo me dice que la Idol que tiene que ser perfecta no está bien...

—... S-Si, tienes razón, Hachi— Olvidándose de que no me gustaba ese diminutivo en concreto de mi nombre, ella se levantó, anunciándolo con una voz que, la verdad, no sonaba del todo bien. Bien podría dormirse apenas se acueste en sus sábanas a este paso, lo que también me hace pensar en que puede que una chica tan... bueno, chica, no despierte de la mejor manera por dormir en el piso, por más cosas rellenas que tenga encima.

Apenas vi eso supe que no iba a aguantar un cuerpo humano toda una noche, lo que me llevó a tener pensamientos complicados, equivocados dirían algunos, mas como estaba en un momento en que me siento capaz de enfrentar todo, en vez de dedicarle unas palabras, simplemente me tiré al montón de sábanas y frasadas de muy buena calidad. Que huelen bi-No, mal Hachiman. No estás taaan cansado para justificar esos pensamientos.

—Dormiré aquí. Usa mi cama— Diciéndolo en voz alta porque el peluche de conejito tapaba mi boca, me acomodé un poco, pero no demasiado. Escuché a Ai-san detenerse y pude saborear su mirada fija en mi espalda. Me pregunté por un segundo si que cada quien durmiera con las cosas del otro no era algo que fuera demasiado meloso para venir de un desconocido.

—... Gracias, Hachi— Escuchándose genuinamente agradecida, ella avanzó de largo y se tiró en mi cama recién limpiada para evitar chistes que no tengo ganas de lidiar. El arrepentimiento fue instantáneo, pero mi cansancio fue más rápido, asi que solo me acomodé lo mejor que pude y esperé que el dolor de espalda no fuera para tanto.

Que día, ¿eh? Demasiadas emociones para un joven adulto. Ya no estoy en preparatoria, por el amor de dios. Ojalá mañana sea un día más tranquilo.

Ojalá...


...

...

—Nee, Aqua.

—¿Qué pasa?

—¿Y si matamos a este sucio Hachiman?

...

...

...

—... Que sea nuestra cuarta opción, Ruby.


...

...

—...

La gracia salvadora de dormir incómodo es que es muy difícil desvelarte, no importa cuanto sueño tengas, por lo que acabé despertándome casi a la hora habitual, generándome sentimientos varios. Estuvo bien porque pude iniciar mi día con relativa normal y mal porque me siento como exprimido cual vaca en fabrica. Seguramente termine durmiendo más temprano de lo normal.

No es que tenga que hacer mucho hoy. Los examenes finales ya están prácticamente resueltos debido a que me maté estudiando antes, por lo que un día de relajación no es imposible. Sentarme, ver la televisión, tomar un café decentemente azucarado y desconectarme del mundo exterior no está mal si es por un día. Tras lo de ayer, creo que me merezco un momento para mí solo.

Y ahí radica el problema. No estoy solo.

—...

Ai-san, sentada al lado mío comiendo un desayuno que me esforcé tanto en preparar para que termine siendo consumido con una cara fría como la muerte, me hacía compañia. 'Compañía', si. Desde que se levantó no dijo nada y casi que ignora mi existencia salvo frases cortas o asentimientos. No es diferente de estar con una muñeca de Hoshino Ai... que, ahora que lo pienso, quizás si existe.

Y solo pensar lo que le hacen casi me hace escupir mi café. Por suerte me siento lo suficientemente superior para pasarlo por alto.

Aun así Ai-san se nota de mal humor. Ya había predicho que ese momento de sensibilidad no nació de toda su conciencia, pero verlo siendo verdad no quita que es una mierda para ambos. Cuando uno está dormido y tiene esta clase de conversaciones, lo que termina pasando es que dices cosas que no dirías normalmente a gente que no es la más apropiada. El no estar a tu máximo y que el sentimentalismo te gane es algo muy humano.

Y supongo que para una Idol, ese es un error casi comparable a un Pecado Capital. Por eso, queriendo ser el adulto, traté de quitarle peso a sus hombros. —No te preocupes: cuando uno está muy cansado termina haciendo cosas tontas. No creerás las cosas que hice cuando tenía sueño... y cuando no tenía sueño, pero ese no es el punto. Sé que esto te afecta más a ti que a mí, pero si te sirve de consuelo, todo lo que ofrecí lo mantengo.

—...— Haciendo una cara que me recordaba a cuando Yuigahama finjé ignorarme si la molesto demasiado, no pude evitar querer molestarla.

—... Jeje, pareces una niña. Eso es lindo.

Parte de haber vivido una comedia romántica es que conversaciones así ya no me afectan a un punto notorio. He dicho y me han dicho cosas muy vergonzosas, así que decir cosas de estilo, sobre todo si son sinceras, no tienen un significado taaan grande como en el pasado. Decirle cumplidos a Miura y Ebina, chica que valoran la positividad hacia sus apariencias incluso si vienen de mí, me quito la verguenza.

Pero...

—...

Aunque no dijo nada, no me miró y siguió comiendo con normalidad, el sonrojo notorio en sus mejillas me hizo seguir riendo. De repente el ambiente pesado se convirtió en una fiesta y tuve el presentimiento de que todo iba a salir bien.

—... Mujeriego.

—¿Eh?

Creí escuchar algo que sonaba muy peligroso, pero solo vi a Ai-san comiendo mientras veía la televisión, como si nada pasara. Tenso, de a poco me volví a centrar en mi bebida mientras veía a las Precure haciendo del mundo un lugar mucho más hermoso. Me relajé, disfrutando de la paz bien ganada.

Paz. Que bonita es la paz. Ojalá tener yo una paz que dure tras los créditos finales de mi historia. Es una pena que en la vida real las historias casi nunca terminan. Todo es una continuación de algo.

Me pregunto cómo continuará esto...

Notes:

Continuación del capítulo anterior, sin nada que destacar realmente. En términos de anime lo que nos queda ahora es la recta final de esta "primera temporada". Finalmente ocurrirá lo que llevo teniendo que hacer desde antes. Y los gemelos también harán su parte.

Chapter 9: Capítulo 9

Summary:

Planear una estrategia está bien, pero se tiene que pensar en los contratiempos. Al parecer ustedes dos no estaban preparados para ello

Notes:

Un capítulo que, aparte de iniciar un mini-arco divertido y necesario, también da una pequeña idea de lo que está por venir.

Puede que no sea hoy, mañana ni en un año, pero la tragedia va a querer tragarse todo. Depende de Hachiman y el elenco de Oregairu mover la marea lo suficiente para lograr el cambio.

(See the end of the chapter for more notes.)

Chapter Text

Ensayar los movimientos siempre es una nueva experiencia. Por mucho que los fanáticos tengan sus preferidas, siempre hay que lanzar canciones nuevas y eso significan pasos nuevos. Encontrar una nueva manera de mostrar la misma lindura y pureza es un reto que no siento que consigamos tanto como me gustaría, pero no puedo hacerlo todo yo. Mi trabajo es ser linda y cantar aún mejor.

Ser una Idol no fue necesariamente como creí que iría mi vida, pero no me quejo. Es lindo que te amen e intentar amar de vuelta. Con Aqua y Ruby siendo mis fanáticos número uno, eso me motiva a darlo todo. Por eso seguí la coreografía a pesar de que a este punto mis tobillos comenzaban a resentirse. No importa cuánto tenga que repetir una escena, en el momento en que todo salga perfecto, habrá valido la pena.

Además...

—Es suficiente. Son artistas, no deportistas. Sudar en exceso no trae nada bueno y tienen que comer lo debido. Se termina por hoy— La mujer a cargo de nuestros bailes, una antigua Idol que al parecer fue bastante popular en su momento, nos despidió con una cara amargada mientras iba a por sus cosas sin sudar ni una gota. Como se espera de quien cumplió el rol de una 'belleza helada' en ese grupo.

Ojalá yo pueda envejecer así de bien. Tiene más de cuarenta pero se mueve mejor que varias de nosotras.

—Ah, pero antes de irme...— Llamando nuestra atención, la mujer con su mochila ya en su espalda, me miró con unos ojos un poco más suaves de lo normal. —Hoshino, a pesar de que tus movimientos son más rígidos de lo debido, tienes ese 'brillo' que solo tienen las mejores. No sé qué te ocurrió en este último tiempo, pero bien hecho. Aunque los fanáticos no piensan mucho, ellos sienten en su corazón cuando una Idol transmite 'felicidad'.

Aunque la felicidad de la que hablaba no sonaba tan bien como debería, sonreí con humildad —... Yo-

—Pero no te relajes. Es un estado temporal: siempre lo es. Asegurate de que dure el tiempo suficiente para el próximo gran show— Sin agregar nada más, la señora con tres hijos se fue sin prestarnos atención. Me quedé con las palabras en la boca y las felicitaciones vacías del grupo no me ayudaron a quitarme esa sensación. Recuperada en cuanto vi a Saitou, fui hacia él con pensamientos extraños en mi cabeza.

Digo, ¿de verdad tengo ese brillo que ella dice? No me siento diferente y no creo que me haya pasado nada demasiado grandioso. Mi rutina estos últimos días se ha mantenido sin cambios salvo lo de visitar a Hachiman-san, que en realidad no es tanto una rutina como una acción especial.

... B-Bueno, es verdad que nuestro último encuentro fue... algo. Algo, si. No me gusta recordar toda esa verguenza que pasé o el hecho de que durmiera con un libro de portada obscena al lado, pero, cuando lo pienso, no todo fue malo. En realidad la mayoría es bueno, porque ahora tengo a alguien que quiere ser mi... mi amigo.

... Si, yo tampoco lo creo. Ese mujeriego seguro empieza con lo mismo con todas las demás chicas en su vida y no ayuda que mi experiencia social no sea la mejor. Es verdad que él de todas las personas no debería tener motivos para querer algo conmigo, pero, por otro lado, soy muy linda y en menos de una semana voy a ser legal.

Eso me recuerda, ¡tengo que celebrar mi cumpleaños! Bueno, tengo que hacer que Aqua y Ruby pasen el mejor momento de su vida dándome amor. ¡Eso sería taaaaaan lindo!

—Jejeje~

—... Lo que ayuda una cara bonita, ¿eh?— Saitou suspiró pero no dijo nada más allá de ofrecerme una botella de agua que acepté con una sonrisa. Las demás se fueron cada quien por su rumbo y pude sentir en una de ellas, la más especial de todas, un poco de sentimientos raros, pero nada a lo que no estuviera acostumbrada. Como la estrella, es normal que sea la favorita.

—¿Verdad~? Mis posters se venden muy bien. Debemos seguir impulsando mi carrera de modelo— Con todo el caos de mis hijos y el cambio de rutina en este último tiempo, hemos descuidado las fotos. Si, puede que varios de los compradores no sean precisamente los de las intenciones más puras, pero también es amor, ¿no? Mientras me amen, todo esta bien.

Ah, pero claro, nada de cosas sucias. Mis hijos son un amor, pero dos son suficientes hasta que estén en la secundaria por lo menos. Y si bien esa persona no fue el mal tipo en nuestra relación, me gustaría que cuando vuelva a hacer eso, sea con un chico con el que no vuelva a cometer esos errores.

Hm, me pregunto cómo estará...

—La humildad ante todo, ¿verdad?— Sonriendo como un asqueroso, devolví el golpe.

—Mejor que una falsa humildad es la honestidad, ¿verdad?— Nadie quiere a los arrogantes, pero son peores las personas que usan una falsa modestia. Esa clase de gente me hacen no querer amarlos: igual lo voy a hacer, pero el punto sigue ahí.

—Supongo... Veré si te consigo algo, pero después del concierto. Tienes que enfocarte en que esto salga bien, Ai— Caminando por el estudio hacia mi camerino, Saitou comenzó a regañarme como el padre que me habría gustado tener. —Puede parecer una simple tocada en un programa de televisión, pero este programa de concursos es el de más audiencia entre los jóvenes de 18 a 30: TENEMOS que llegarle a ellos. Piensa en la cantidad de fans nuevos que podemos tener.

—... Si, tienes razón— No me gusta mucho el que sea de esos programas en el que se busca encontrar el amor a través de una entrevista. Incluso si creo que el amor pueden ser mentiras, tengo mis límites. La burla, la crueldad y los inevitables finales tristes me generan rechazo. Si no fuera tan popular, definitivamente habría rechazado participar.

Pero si quiero brillar como una estrella, tengo que ir más alto. Además, no es el peor lugar en el que he estado.

—Claro que la tengo, pequeña pelota pro-estrés. No me puedes fallar ahora— Pese a sus palabras un poco groseras, Saitou siempre encuentra la forma de decir todo con un carisma inverso que lo vuelve carismático. Además, él de verdad quiere ayudarme con mi sueño y trabaja más que yo en eso. —Además... me debes una tras dejarte hacer esa estupidez la semana pasada.

Lo dijo como un susurro, pero lo escuché perfecto. Ya sabiendo a qué se refería, pensé en qué decir a continuación para demostrarle que no fue en vano. —Aunque no fue la mejor idea, me ayudó mucho. Gracias— Dejé un poco de lado la energía típica de la actriz Hoshino Ai y me mostré más como una chica a la que le hicieron un gran favor. Pero tampoco me mostré tan sensible.

No quiero incomodarlo más de lo que ya lo hago.

—Tú... Aaaah, mientras lo entiendas y me lo agradezcas, todo bien— Murmuró algo sobre que era demasiado bueno conmigo, algo con lo que no estuve en desacuerdo. Con mi camerino en frente, me despedí temporalmente de él y comencé a prepararme para comenzar la segunda parte del día. Emocionalmente, la más importante.

Una sonrisa algo más sincera escapó de mis labios.

—Mamá los... los quiere cuidar.

Tuve un sabor agrio al no haberme atrevido a decir esas palabras ni aunque estuviera sola, pero eso no me frenó. Mis niños están inquietos y quieren a su mamá con ellos, por lo que tengo que darlo todo.


—... Hikki, quiero p-pedirte algo.

Actualmente estábamos yendo a nuestras casas tras que todo el calvario por el que sufrimos terminó valiendo la pena. Las notas fueron buenas y otro año llega a su fin, por lo que tenemos un poco de tiempo de reponer energías antes de que la universidad vuelva a ser una perra. Ya me estoy imaginando durmiendo más de ocho horas, leyendo novelas basura a cualquier hora y pensando en lo bello que es vivir solo.

Las dos molestias al parecer también lograron superar la crisis y no pudieron estar más contentas con ello, diciendo que iban a ir a 'festejar' con unas amigas. Por supuesto que sé muy bien qué van a hacer y por supuesto que, ya quiera alejar a Yuigahama o no, me niego a dejar que se una a ese crimen contra el buen gusto. Yuigahama tiene que mantenerse pura hasta el casamiento: es lo que su madre hubiera querido.

Bueno, en realidad dijo que debía ser yo quien la guiara en ese ámbito, pero son detalles. ¿Que mejor guia hay que la que no puedes ver ni escuchar ni conocer? Honro fielmente la tradición del shinobi. Pero como sea, puede o no que haya tomado un exceso de café en pos de calmarme los nervios y puede o no que eso esté afectando mis pensamientos o su coherencia, pero nada que el azucar no arregle.

—Azucar...

—¡Hikki, te estoy hablando!

—... Yuigahama, cuanto tiempo. ¿Cómo has estado?

—¡HIKKI!

Me reí como un maleante ante la frustración que pronto se convirtió en verguenza para Yuigahama, quien no escatimó en golpearme con sus manos suavecitas que no daban una sensación suavecita. Me dolía un poco, pero aun así mantuve mi sonrisa, agradeciendo que a pesar de que el tiempo pasó, ella seguía siendo tan Yuigahama. Puede ser más aplicada y madura cuando es necesario, pero en general es como una mascota. Una que es...

—... Ahora que te veo, Yui, has crecido mucho— Si bien nunca será más alta que yo, tiene una altura relativamente alta para ser una chica y aunque claramente tiene un encanto juvenil que atrae miradas, siento que ella envejecerá con una cara más seria que su mamá, que parece una universitaria. Tal vez algo tenga que ver con que mamá se dedicó a las tareas del hogar en vez de ir a la universidad.

No es que las tareas del hogar no sean laboriosas: mamá me ha clavado esa idea casi como queriendo desahogarse cuando estaba irritable por su trabajo y lo poco que hice cuando quería cuidar a Komachi no fue sencillo. Como amo de casa en construcción, comprendo las dificultades de esa labor muchas veces menospreciada. Pero eso y esto no son lo mismo: el estrés, las desveladas y la presión de darlo todo o no obtendrás nada son el epitome de lo que es la universidad.

Tenemos que formar nuestro futuro y ya no tenemos profesores que nos estén guiando en momentos complicados. A ojos de la sociedad somos adultos y los fracasos que cometamos serán de adultos, no de niños que están aprendiendo. Ya aprendimos y solo nos queda elegir de qué tipo de mecanismos queremos ser una tuerca más. Por eso disfruto tanto estos momentos de calma y eso a veces me hace decir cosas que no suelo decir.

—¿Eh? ¿A qué te refieres?...— Me refería concretamente, aparte de la altura y su rostro cada vez más comparable a la de una adulta, a que esos ojos están un poco más apagados, pero no de una manera preocupante. Siento que veo en ellos una claridad que, por más que oscurezca un poco el mundo, te da una comprensión que te permitirá enfrentarte a la vida sin que te derribe.

Pero al ver como de repente bajó la mirada y sus mejillas adquirieron un rojo casi caricaturesco, me di cuenta de que, quizás, le estaba dando demasiado crédito a Yuigahama. —¿Q-Q-Qué estás diciendo? ¡P-Pervertido! ¡Eres el peor!— Cubriéndose 'esa zona' de manera tan tosca que solo logró resaltarlas más, pese a que mi disfrute no es cero, la amargura me pudo más.

—No es eso. Sabes que no suelo decir estas cosas— Las pienso y siempre he creído que Kawasaki notó más de una vez esas miradas curiosas a más de una chica de nuestro grupo, incluyendo ella misma. Seguro pensaba que era asqueroso, pero Kawasaki siempre tuvo la suficiente madurez para saber que era inevitable. Ni siquiera Hayama se salvaba, aunque el bastardo lo ocultaba mucho mejor que todos.

Mientras solo se quedara en eso y no hicieramos más, todo estaba bien. Y prueba de ello es que nunca tuvimos ningún incidente de ese estilo: fuimos un gran grupo de amigos que hacían cosas de amigos y se separaron siendo amigos. Dentro de lo que suelen ser los adolescentes hormonales, fuimos muy recatados.

Aunque... —¡Eso es aún peor! ¿Quién sabe qué es lo que piensas cuando te quedas en blanco? ¡Seguro pensaste cosas muy feas de mí cuando nos conocimos!

—... Bueno, recuerdo que te llame bitc-

—¡No quiero escucharlo!— Y seguí sus deseos, no diciendo nada. El resto de nuestra caminata relativamente solitaria transcurrió con ella criticando mi defectos como hombre a nivel biológico mientras de paso me reclamaba cosas más emocionales. Nada serio, puesto que extrañamente esta es su forma de liberar estrés. Ella se guarda todo para sí misma y es muy buena en eso, pero a veces es necesario tener una pelota antiestrés.

Yo soy la pelota, claro.

Aun así... Mirándola más detenidamente, me doy cuenta de que Yuigahama no está tan enojada como dice. Entre que su sonrojo no desaparece y como ahora directamente está realzando sus pechos con sus brazos, me doy cuenta de la 'cruel' verdad de que el malentendido que se gestó está lejos de molestarla. Como una chica obstinada, se aferra a cualquier cosa para seguir en su lucha, queriendo que haya una posibilidad.

Y supongo que el hecho de que, por más que trate, no pueda evitar darle una hojeada a esas dos cosas que, fuera de chiste, sí han crecido en este año, no ayuda en nada. No mentiré y diré que tengo la mente pura o que sigo siendo un adolescente timido al que la miedo pensar en tomarse de las manos con una chica. Supongo que ser adultos, el estrés que eso conlleva y... algo más oscuro, ya nos hacen jugar estos juegos.

Suspiré internamente, molesto porque la posibilidad de que terminara haciendo algo que no debo cada vez es más grande. Yuigahama es una gran amiga y ya bastante cosa me da el pensar en ella 'de esa manera' cuando el cansancio por el estudio desvía mi mente a horizontes que suelo cerrar con candado. Mi plan de consiguerle un buen tipo que la ame sin dejarla como segunda opción sigue en pie, pero definitivamente NO serán los que quiere Miura.

En mi opinión Hayama nunca fue tan genial, pero comparado a sus 'novios' actuales el príncipe se ve como uno genuino. Es increíble como el estándar está por lo suelos con esa mujer.

—...

—... Uum...— Tras hacer un ruido de estar convencida por una idea que solo se discutió en su cabeza, Yui me miró con un brillo peculiar en sus ojos a la vez que de alguna manera aumentaba su lindura más de lo que es posible. —Hikki, ¿puedo ir a tu casa hoy?

...

Suspiré en el mundo real, lamentando que una vez más perdiera ante su encanto. —Solo no te quedes a dormir. Tengo solo una cama.

Y me niego a dormir en el piso otra vez.

—Jeje~

Satisfecha consigo misma, volvió a mirar al frente, esta vez ya sin tratar de atraer mi mirada. Eso debería ser un alivio, y lo es, pero algo en la pureza de su felicidad me hace sentir... algo en el pecho.


—Esto es una muy mala idea, niños.

—Calla o serás maldecida, mortal.

—¡Hiiii!

Rodé los ojos ante el intento más que obvio de fingir ser alguien más madura y que de hecho haya funcionado en Miyako. Sé que debe ser sorprendente que un par de bebés hablen, pero aun así... Como sea, si bien no estaba del todo de acuerdo con el plan que ideamos, a estas alturas no es que nos quede mucho margen de maniobra. Es eso o dejar que Ai siga cometiendo cosas tontas por motivos menos que validos.

El hecho de que no volviera a casa ese día fue preocupante y lo fue aun más el hecho de que cuando volvió, a pesar de que trató de ocultarlo, sus ojos tenían un aura de alivio que nunca había visto. De una... 'felicidad' que ella nunca sintió ni debería sentir hacia nadie que no sea su familia o gente muy cercana. Un universitario matón no es alguien que debe tener ese efecto en ella.

Podemos estar actuando en base a miedos sobre 'perder a mamá': sé que Ruby lo hace con esa intención y una parte de mí, la más infantil, está de acuerdo con eso. Mas esto tiene un sentido más práctico: Ai no puede hacer esto por el bien de su carrera, del sustento que nos da de comer. Como una chica que ni siquiera hizo empezó la preparatoria, el futuro que nos espera si se llega a descubrir esto es sombrío.

Saitou-san probablemente no nos abandone, no de inmediato al menos, y siempre podemos seguir jugando a ser Dioses para mantener a Miyako de nuestro lado, pero Ai tendrá que estudiar y no parece que tengamos gente que esté dispuesta a costearnos la vida mientras. Nuestro padre, sea quien sea, no está en nuestra vida por una razón. Si no quiso estar con nosotros ahora, dudo que lo quiera hacer cuando tenga que mantenernos.

Además, a menos que Ai haya cometido un gravísimo error, nuestro padre también era un adolescente. Si es de la misma edad o un poco mayor, ahora está centrado en sus estudios universitarios. Si es menor, ahí estamos fritos: seremos una gran familia rodeada de miseria y comiendo migajas. Incluso si nuestro padre tiene familia, nada nos garantiza que sean comprensivos.

Es frustrante dudar de todo, pero es lo que nos queda. No sabemos nada.

Pero es por eso que tenemos que evitar tener que hacernos estas preguntas. No tenemos que dudar de la relación con nuestro padre o cómo vivir si el problema se corta de raíz. Si Hikigaya Hachiman desaparece, todo estará bien. Hay que espantarlo lo suficiente para que no se atreva a hablar más con mamá.

Y conozco dos niños que pueden lograrlo solo con hablar...

—Ugh, voy a ir presa... Ichigo me va a matar y luego voy a ir presa...— Desvariando con absoluto pavor sobre las consecuencias, me lamenté un poco de la situación de Miyako. Claro, al parecer no tuvo las mejores intenciones al casarse con Saitou-san, pero se nota que es una mujer normal metida en todo este drama. Que tu mayor pecado sea ser superficial y estar aquí me hace sentir un poco mal.

No la voy a detener, pero prometo que después de esto te vamos a dejar en paz un par de años, Miyako.

—¡Tranquila! No es como si fueran a quedar testigos— En el pasado las palabras de Ruby me habrían horrorizado, pero a estas alturas estoy tan insensibilizado que solo suspiré mientras veía a nuestro alrededor, buscando el mejor lugar para nuestro discurso.

La casa de Hikigaya Hachiman es... curiosa. No es linda ni tampoco está muy bien cuidada, pero grita a todas luces que es la de un universitario. Como alguien que pasó por todo eso, este desorden y dejadez se sienten casi nostalgicos, recordando una era más sencilla... Bueno, era una mierda y no era nada sencilla, pero supongo que mi situación actual aligera las cosas.

Aun así, ver tantas latas de café me hacen sentir como un veinteañero otra vez.

—Ugh, eso no me tranquiliza— Ruby bufó y ahí quedó el asunto. gateando por el lugar y viendo lo mejor que pude, lo más interesante que pude ver fue una calcomanía de unas chicas mágicas pegadas en las patas de las mesas. Peculiar, pero cada uno es otaku de algo y no es que esto lo haga más peligroso o algo así: si acaso me preocupa la posible corrupción que pueda sufrir mamá.

Los fans masculinos de las Magical Girls son una cosa, si.

—Puaj, un otaku— Por supuesto que una chica que tiene la pinta de crecer para convertirse en una diva en el futuro diría eso, y también sería lo suficientemente hipócrita para no reconocer que sus actitudes hacia las Idols, hacia mamá, superan a varios otakus que he conocido.

Negué con la cabeza, pero dejé que siguiera con su juego. Miré a Miyako que veía toda la casa como si se la fuera a comer y, con una Ruby al lado, decidí nuestro 'escenario'.

—Por favor súbenos a la mesa. Y luego escóndete: tendrás que llevarnos a casa después y tal vez pueda asustarse demasiado— No sabemos cómo es realmente Hikigaya Hachiman. Puede que él sea como Miyako y se asuste a un punto de reverencia con nosotros, si, o puede ir a por la escoba. Como bebés, temo lo que un golpe serio de un joven adulto pueda hacernos.

—... Solo quería un novio bonito...— Lamentándose hasta las lágrimas y con rabia en sus ojos, Miyako obedeció ante una emocionada (en el mal sentido) Ruby con un compasivo yo. A este paso tendré que intentar de verdad conseguirle un buen novio... O mejorar las cosas con Saitou-san: compasión o no, tenerla a nuestro lado es útil.

Tras sentarnos y ver mejor esta casa, solo nos queda esperar.

...

...

...

Un voraz rugido de dragón me sacó de mi meditación.

—... Aqua, tengo hambre.

...

—... Por supuesto que sí, Ruby.

Mientras Miyako iba casi que en modo automático a darle su leche, sentí que esto era una premonición de cómo nos iban a salir las cosas.


El resto de nuestra caminata transcurrió sin demasiados contratiempos más allá de que el perro que sacó a pasear una señora de veras tenía ganas de morderme el pie. Fue molesto, pero supuse que la risa de Yuigahama acabando con esa tensión extraña que se formó hizo que valiera la pena. Nos la pasamos en un silencio cómodo, de esos que llevabamos desde hace años.

Cuando pienso en esto, no puedo evitar sentir que es un remanente de ese pasado que compartimos en el Club de Servicio: es natural, puesto que ella me marcó demasiado en esa época y vive de eso. Usualmente eran cosas como esa las que me hacían querer alejarla de mí románticamente debido a mi dolor por lo de Yukinoshita, pero... quizás debido a toda esa introspección, ahora no me siento tan mal.

Puedo ver ese entonces y reírme de los buenos momentos o burlarme de nuestras tonterías. No hay duda en mí de que este es el primer paso para superar a Yukinoshita, de dejar esa molesta mancha y eso es... eso es bueno, supongo. Me cuesta pensar en ello como tal aún, pero en un momento llegaré a pensar así. Este es el primer paso, después de todo.

Llegará el día en que mis sentimientos solo serán un vergonzoso recuerdo que Komachi le contará a mis sobrinos. Así va la vida: de ser lastimado y recuperarte para la siguiente batalla.

—¡Pero aun así es increíble! ¡Sacaste muy buenas notas, Hikki! Yo me quedé muy atrás— Negué ante la baja autoestima de Yuigahama.

—Solo es que estudié como un enfermo. En Sobu tú eras muchísimo más vaga, pero basta con que te lo tomes en serio para aprobar de sobra. Estudiar lo que yo estudio no es bueno, Yuigahama: ¿que no ves mis ojos?— Ante eso último ella se centró en ver la fuente de mi mayor complejos y negar con la cabeza, entre derrotada a la par que decepcionada.

—Es verdad que tener tantas ojeras no es bonito, pero aun así es frustrante, ¿sabes?

... ¿Quien dijo algo de mis ojeras? Hablaba de mis ojos muertos.

Quería rebatirle mis ojeras perfectamente normales para un hombre de mi edad, pero el impulso murió tan pronto como llegó. Terminando de subir el último escalón, decidí que mi reproche vendría después. —Como sea, no sé qué planes tengas para querer venir conmigo, pero te quiero fuera antes de las diez. Recuerda que tengo que acompañarte.

Yuigahama me dio una mirada juguetona mientras se aguantaba una risilla. —No tienes que hacerlo, ¿sabes? Sé que es Tokyo, pero he ido a lugares más peligrosos y más tarde. Si no quieres acompañarme, no lo hagas.

—... Si, mejor no lo hago. Demasiado probl-¡Ouch!

Yuigahama, fiel a su yo emocional, me pellizcó el brazo con toda la intención de hacerme daño. —¡Eres horrible! ¡Demasiado cruel! ¡No has cambiado en nada!

Bufando y cambiando su enfoque hacia el frente, ella se me adelantó hasta mi puerta, a pesar de que soy yo quien tiene las llaves. Negué con la cabeza ante su incapacidad de tomar de vuelta un chiste inocente y dejé que se adelantara, prefiriendo dejar que se diera cuenta de que estaba siendo irrazonable al no poder abrir la puerta.

Y luego Yuigahama abrió la puerta y entró.

...

...

...

Me quedé congelado mirando el escenario por el que acababa de pasar una cosa incomprensible. Parpadeé una vez para confirmar que, de hecho, esto era la realidad. Lo hice de nuevo al sentir que no era suficiente. De repente sintiendo que esto de alguna manera era el karma por haber confiado en la voluntad de que el Dios de la Comedia Romántica se había aburrido de mí, solté:

—... ¿Pero que mierd-

—¡KYAAAAAA!

¡!

—... Mierda, ¡mierda, mierda, mierda!

¡Un ladrón! ¡Por supuesto que entraría un ladrón a mi jodido departamento de todos los posibles en este lugar de porquería! ¡¿Es que acaso no he aprendido que las cosas nunca me salen bien?!

Desistiendo de quedarme amargado ante mi mala suerte, entré con el corazón a mil a mi departamento con el pensamiento de que sí o sí tenía que impedir el peor resultado. A pesar de que el tiempo apremiaba, me detuve un momento en la entrada de mi departamento a ver qué podía usar de arma, encontrando para mi fortuna un paraguas de madera con la punta rota, y por ende, afilada.

Agradeciendo a mi abuelo por su viaje a Europa y que se acordara de que existo, agarré como pude esa cosa y avancé con sudor frío hacia la persona que, a pesar de no ser siempre la de intenciones más puras, es sin duda de las pocas personas que me quieren sinceramente. Si tengo que matar, mataré. Si tengo que morir, moriré.

Hubo un breve lapso de milisegundo en que consideré que era mejor idea ir a buscar ayuda, que Yuigahama no iba a morir... Y fue cuando pensé en qué podía pasarle si no era la muerte que, aparte de la determinación, fue una ira asesina lo que destruyó todo ese miedo. Mirando mi sala de estar, no encontré nada, por lo que, con mi mirada más aterradora, me giré hacia atrás, a la cocina, encontrándome...

...

—¡Kyaaa! ¡Son taaaaan lindos! ¡Parecen como estrellitas! ¡Y encima son idénticos!

—...

Si... Ahora que lo pienso, quizás el pánico que me invadió tras la sorpresa me hizo no prestar atención a qué más ruidos se estaban haciendo. Cuando me centro demasiado en algo, bloqueo todo lo que no sea yo y mi cerebro. Culpo a los estudios por eso, y como los estudios son una obligación de la sociedad, culpo a la sociedad.

—A-Aguu...

—Guuu...

Los dos causantes de mi momento más vergonzoso en lo que llevamos del año estaban agobiados por las caras tontas y un poco preocupantes de Yuigahama, actuando como adultos que podían bien sentir de primera mano la incomodidad que se siente al tener a una mujer tan cerca de ellos con caras que les lanzarías a un perro.

Pero solo son ideas mías: son bebés, al fin y al cabo.

—... ¿Acaso la casera me trajo esto para echarme de aquí? ¿O para tener algo con lo que sobornarme si quiero revelar lo de ese día?— Me puse a divagar sobre esa horrenda señora que tiene algo en mi contra a la par que me acercaba mientras jugaba con el paraguas con filo. Finalmente notando mi existencia, así sea por un segundo, ella me miró con unos ojos cautivadores.

—¡Son taaaan lindos! ¡Parecen peluches! No sabía que estabas siendo niñera.

Yuigahama es una chica mucho más racional de lo que quiere admitir, pero, ya sea por ser hija única o el hecho de que a ella le suelen gustar mucho las cosas lindas que se mueven, más de una vez ha estado fascinada por perros, gatos, bebés e incluso un maldito cuervo de todas las cosas solo porque tenía una ala herida. Si Miura no tuviera mano dura, temo que su departamento se convertiría en un hogar de animales.

Supongo que parte de esa emoción tiene que ver con que Sable está con su madre, pero aun así...

Negando con la cabeza mientras me centraba en ver a esos dos niños de ojos ciertamente atrayentes, hablé. —¿Te parezco alguien que puede servir de niñera? ¿Crees que cualquier padre querría a sus hijos conmigo a menos que quiera deshacerse de ellos?

Soy bueno con los niños, pero la gente no piensa eso: Tsurumi Rumi o la hermana de Kawasaki fueron de las pocas ocasiones en las que pude demostrar mi genuino aprecio a esas criaturas inocentes que no conocen nada de la vida. Ojalá Kawasaki hubiera venido a Tokyo así al menos mantenía el contacto con Keika, pero ella quiso estudiar en Chiba para estar más cerca de su familia.

No la culpo. Teniendo en cuenta el desastre que está haciendo Komachi y sin poder hacer nada, de verdad la entiendo.

—... Ahora que lo dices, no, ¿verdad?— Estando de acuerdo con una facilidad insultante, miré a los dos bebés que parecen rondar el año y me centré en sus ojos. Algo en ellos me llamaba la atención: eran... demasiado maduros para ser los de unos infantes que no pueden ir al baño todavía. Y puede que mis ojos no brinden seguridad, pero pude sentir en ellos un rechazo extraño. Odio.

¿Por qué sienten eso? ¿Desde cuando los niños de un año pueden mostrar abiertamente eso? ¿Ni siquiera pueden pensar palabras y ya pueden mirarme con un odio maduro? De verdad la juventud está perdida.

Bufando a esos infantes, centré mis ojos en Yuigahama. —Antes de que pienses algo grosero, yo nos los traje aquí. No soy tan idiota como para secuestrar niños e incluso si lo hiciera, no los dejaría en la mesa ni permitiría que vinieras a visitarme. Te aprecio demasiado para meterte en problemas.

—... Si, lo haces— Centrándose en eso último, ella se sonrojó más de lo debido y sonrió como una colegiala enamorada. Suspiré, más que acostumbrado a su actitud cada vez menos oculta. Los bebés pusieron una cara rara al ver esta escena, pero no es como si importara: no es como si fueran a recordar esto. ¿Y quién les dio el derecho de juzgar mi vida amorosa? Solo yo puedo hacer eso.

... Tch, ¿qué estoy haciendo? Pelear con bebés en mi mente no es productivo. ¿Tanto me afecta el animo haber sobrevivido otro año?

—Yo dejé la puerta cerrada, por lo que alguien los trajo. ¿Pero quien...?

Mientras pensaba en el par de sospechosos, Yuigahama me miró confundida. —¿Por qué harían eso, Hikki? ¿A quien hiciste enojar? Y traerte un par de ternuritas no parece un buen castigo.

Esas 'ternuritas' me están mirando raro y tú no te quedas atrás: su lindura está empañada. —Aparte de la casera, supongo que está esa mujer lamentable, ¿no?

—¡!

—Aguu...

Observando a los dos infantes de repente enderezándose, confirmé que estos niños son demasiado extraños. —¿Una mujer lamentable...?— El tono con el que lo dijo Yuigahama fue peculiar sin duda, como estar en el polo sur en traje de baño de un doujinshi.

—No te pongas celosa: no fue nada romántico.

—¡¿Q-Q-Q-Quién está celosa, tú, pervertido a-asqueroso?! ¡Desagradable! ¡Hikki!

—Hikki no es un insulto...— Respondí sin pensarlo mucho, porque en realidad hay algo en esos ojos que me llaman mucho la atención y también me traen recuerdos muy recientes de una chica más que peculiar. —Yuigahama, ¿no notas algo en los ojos de estos bebés? Parecen estrellas.

—¿Eh?... A mí me parecen ojos normales— Una segunda mirada de repente le puso una expresión rara. —Hum, pero es verdad que se sienten como estrellas. ¡Son super lindos! Me recuerdan a esa Idol que le gusta a tu hermana. A Komachi le gusta B-Komachi, jeje~

—Supongo que son tal para cual, si...— Más interesado en armar el rompecabezas con las piezas que tengo, aun así no me perdí el hecho de que ambos infantes de repente tenían caras raras de una forma menos ofensiva por alguna razón. —Sinceramente, algo en ellos no me gusta. Siento que me odian un poco demasiado intensamente para ser bebés, ¿sabes? Ni siquiera Miura me odió tanto al comienzo.

Por supuesto no hablé solo por el placer de hacerlo, ya que me centré mucho en cómo reaccionaban ambos: el niño, el de la mirada más fría, actuó con normalidad en el sentido de que siguió mirando con el mismo rechazo que antes, sin cambios, mas la que asumo es una niña se mostró de repente... ¿avergonzada? Y dejó de mirarme de frente.

—¿Tal vez sea por tus ojos? No es la primera vez que haces llorar a un bebé, Hikki. Si te vistieras diferente podrías parecer un yakuza.

—Demasiado riesgoso y agotador para un hombre que quiere hacer lo mínimo. Además, mi hermana se pondría triste y eso no lo puedo permitir. No hay nada más importante que la familia— Por mucho que varios digan que exagero, mi relación con Komachi es especial y lo será todo lo que pueda mantenerla. E incluso si llega el día en que ella ya esté demasiado lejos de mi alcance, seguiré viéndola de la misma forma.

Esa es mi manera de pagarle por hacerme tan feliz.

—Ugh, Siscon...— El desagrado fue tan exagerado que me reí un poco y ella me contestó con una sonrisa radiante. Enseguida la apagó y volvió a mirar a los bebés, quienes ahora definitivamente hacían unas caras demasiado extrañas para ser de seres que dudo puedan caminar hasta la salida sin caerse. —¿Entonces qué hacemos? ¿Llamamos a la policía o a tu casera? Si estoy yo seguro que no te mandan preso, asi que tranquilo, ¿si?

... Estoy tranquilo, si, pero muy herido, Yuigahama. Como siempre la sociedad es una perra.

—Si esto es un intento de difamación, esto no ha terminado: quienquiera que sea, volverá. Si es una broma de algún tipo, falta que venga el niño o sus padres para que les pueda enseñar cómo castigar a ese hijo de... una madre muy respetable— No me perdí la intensidad en los ojos de Yuigahama en mi nuca y actué en consecuencia. —Y si esto es algo diferente, bueno, espero que puedas servirme, ¿sabes?

Una sonrisa torcida se formó en mis labios y fue respondida por una extrañamente idéntica. —Si, dar un servicio es lo que solíamos hacer, ¿verdad? Es como volver a los viejos tiempos— Si bien sonaba feliz en gran parte al decir eso, había un sentimiento oscuro en esas palabras, uno que trata de ocultarme pero no tanto como en el pasado.

Supongo que no la puedo culpar. La elegí a ella, ¿no? Y dejando de lado que no me arrepiento de eso ni creo que deba ir por la otra opción, es normal que Yuigahama no vea con tan buenos ojos esa época.

Problemas para el futuro yo, supongo.

Volviendo a centrarme en esos dos infantes confundidos, pregunté. —Bueno, ¿qué hacemos con ellos? ¿Alguna idea?

—... Si... Tengo una.

... No me gusta el tono de eso, Yuigahama. Los bebés tampoco parecen muy emocionados.


—...

—...

—...

—... Ryusuke-san, no podemos seguir avanzando si está todo el tiempo en silencio. Ya es la tercera sesión.

... Miré a la mujer delante de mí e intenté que se formara algo, pero nada coherente salió. Salieron solo débiles quejidos, de un animal inmundo que fue abandonado por el amor y volví a bajar la cabeza, no dispuesto a seguir cediendo más en esta farsa que me conseguí solo porque me dijeron que era lo mejor.

—... Yo... he tenido muchos pensamientos en mi cabeza. Ninguno... ninguno es bueno, ¿sabe?

Ai me traicionó, Nino ya no está a mi lado y mis padres no quieren saber nada de mí. Estoy en mi punto más bajo, en el peor basurero que me pudieron crear y todo por culpa de una perra infiel que se negó a comprometerse con sus fans. Todas esas palabras que le dicen a nosotros, los débiles de corazón, son mentiras. Ella misma es una mentira y yo caí en ella.

Si tan solo aquella vez no se metiera ese doctor en mi camino...

—... Ryusuke-san, tener pensamientos negativos es natural. Todos atravesamos una mala etapa y el trabajo está en seguir a pesar de las voces— Dejando a un lado ese asqueroso y feo cuaderno donde anotaba cosas, ella me miró de manera un poco menos falsa. —Lo ideal que tendría que decirte es que entiendas tus demonios y trabajes en superarlos... pero no quieres escuchar eso, ¿verdad? No pareces dispuesto a ese proceso y no puedo evitar sentir que no piensas muy bien de mí.

No sentí verguenza y por eso seguí mirándola, pero aun así quise quedar un poco bien. —No es tanto usted, doctora, sino que... Descubrí que odio las mentiras, especialmente las que buscan hacerte sentir bien.

Eso me convirtió en un asesino, uno que, de existir el más allá, me hará pasar un infierno. No espero menos, pero si al menos pudiera vengarme...

—... ¿Sabe? Eso me recuerda mucho a otro paciente mío. A él tampoco le gustan las mentiras— Diciendo cosas extrañas con un tono más extraño, me permití analizar sus palabras antes de sonreír y reírme un poco, quitándome asi sea un segundo la amargura de haber sido traicionado. De estar solo en el mundo, sin ninguna clase de amor.

—¿En serio? Me gustaría hablar con él entonces. Siento que nos llevaríamos bien.

Tal vez pueda mantener estas sesiones hasta conocerlo. Sé que soy un paria, pero me gustaría no sentirme solo, aunque en realidad lo esté.

Je, que patético. Pero así soy yo y ya no puedo cambiar.

Notes:

Si, no lo pensaron muy bien...

Ahora se vienen cositas, si. Espero que les guste lo que está por venir. Cuídense.

Chapter 10: Capítulo 10

Summary:

Mientras un par de gemelos cuestionan y un par de muy buenos amigos pasan un momento singularmente no desagradable, una estrella empieza a tener dudas, si... pero también certezas.

Notes:

Aquí está. Capítulo de transición para el siguiente, que en teoría es el que vale la pena. A darle

(See the end of the chapter for more notes.)

Chapter Text

—Hoy cerraron nota, ¿eh?

No le hablé a nadie en especial. Porque estoy sola. Aunque me gusta comer con más gente que hagan ruido o incluso mis padres si tengo buen humor, últimamente disfruto mucho más de comer a mi ritmo, sin preocuparme del mundo que me rodea por más que éste no deje de preocuparse de mí. La maldición de destacar tanto, supongo, pero a estas alturas casi que es como un hecho.

... Je, que irónico decir eso cuando soy lo opuesto a un hecho. Soy una amalgama de mentiras que nunca ha sido descubierta. Tuve mi oportunidad en el pasado y por un breve momento me permití sinceramente un poco más con ese chico tan interesante, pero todo terminó en nada. Con ese chico todo acabó aún peor.

Por un tiempo, al menos.

—Parece hacerlo bien. Para él al menos.

Nuestra relación se trató meramente de su conexión con Yukino-chan, y una vez que terminó, no vi necesidad de seguir relacionándome con él, y eso hice. No volví a ver en persona a Hikigaya-kun y según él yo he desaparecido de su vida como si nunca hubiera estado ahí. Así tiene que ser y así lo hice parecer. Pero...

Bueno, supongo que me siento un poco culpable. Por mí y por él. Le di esperanzas, lo quise alentar a tomar ese camino y todos terminaron siendo miserables. No tomé en cuenta cómo habría crecido Yukino-chan, qué pensamientos se le habrían formado y cómo eso desbarató todo lo que se formó en mi cabeza. Incluso madre se sintió sorprendida de cómo acabaron las cosas.

Porque Yukino-chan no quiso terminarlo así. Ella no se quiso alejar de él y sin embargo...

—... Los adolescentes siempre creen saberlo todo, pero son todos unos estúpidos niños con hormonas.

No hay nada de malo en ser tontos sin remedio. Puede que yo me forzara a escapar de esas conductas, pero tuve mis momentos de debilidad, de soñar despierta con un chico y mostrarme patética al intentar atraerlo. De sentirme celosa de compañeras mías que tenían 'mejor cuerpo' o que eran populares de una manera que yo no podía ser. Ser idiota es parte de la vida y esto Yukino-chan debió haberlo usado para aprender. Para ser más fuerte para la verdadera vida, no una simulación controlada.

... Pero tampoco tomé en cuenta, más allá de que no ha pasado tanto tiempo, que Yukino-chan era más débil de lo que incluso yo llegué a inferir. Que ella de verdad es de esa clase de chica que necesita, que desea desesperadamente ser 'salvada' por su caballero.

... O más bien: que ella, la princesa, encontró a su caballero pero lo alejó por una falsa sensación de superioridad, y ahora es una perra infeliz que cada que deja ver un poco su verdadero yo en nuestras llamadas suena tan amargada como lo debería ser una mujer que me doble la edad.

De verdad mi hermanita es todo un caso. La quiero igual, pero intenta muy duro hacermelo difícil.

Es por eso que me he mantenido informada de cómo avanza la vida de Hikigaya-kun y, aparte de que es dolorosamente obvio que ya alcanzó su punto máximo de popularidad en la escuela preparatoria, parece irle bien. Se relaciona con esa chica molesta e incluso parece tener una relación oculta con una chica muy problemática. Supongo que es algo estándar en él llamar la atención de las chicas por razones que no entiendo.

¿Supongo que yo también cuento para ello? Todavía pienso en Hikigaya-kun después de tanto tiempo y es verdad que nunca me pareció feo, pero... No, mejor no pensar en eso. Ya tengo que ir buscando un compromiso serio y Hikigaya-kun no es mi marido ideal precisamente. Si todo sale mal, una aventura apasionante no estaría mal, pero me aseguraré de que todo salga bien.

—Esos dos tienen que arreglar sus cosas al menos.

Una relación es lo que ellos necesitan: entre ellos. Pero para eso tienen que arreglar sus diferencias y para arreglar el desastre causado por mi hermanita, tengo que hacer que se encuentren.

Mientras finalmente bebía la copa de vino abandonada y le sonreía al apuesto hombre que se estaba acercando a mí, ya estaba preparando algo para que esos dos tortolitos como mínimo dejen de ser tan infelices.

De verdad, sé que para mi hermanita soy un poco repelente, pero solo alguien que te ama como yo lo hago haría lo imposible porque tengas una segunda oportunidad. Seme agradecida.

Y por favor no lo arruines esta vez.


—... U-Ugh...

—Aguuu...

Si, yo tampoco la estoy pasando genial, niño.

Suspiré internamente mientras trataba de acomodar en mis piernas lo mejor posible a este bebé de ojos azules con una extraña aura aterradora. Al menos es callado, pero de alguna manera siento que no debería ser así, ¿verdad? Los bebés deben ser un manojo de nervios de controlar y deben hacerte cuestionar tu amor hacia la humanidad... o eso es lo que me dijo mamá en un arranque de 'educación'.

Como si fuera a tener un niño antes de los 30.

Por supuesto no me he perdido el hecho de que él tiene que comer y que matar de hambre a un bebé no debe ser algo muy legal, pero aparte de que no tenemos biberón, el pensamiento de que este bebé termine vomitando o 'expulsando' lo que consuma me hace querer largarme a la Corea mala.

Sentando en mi pierna derecha (lo que me inspira cero confianza), el varón se quedó mirando al frente casi como si fuera un adulto amargado. En un principio me obligaron a jugar con él, pero ni el mocoso ni yo parecíamos contentos con la idea, así que posar es lo que mejor podíamos lograr con el presupuesto.

La inflación no es motivo de risa.

—... ¿Sabes? Sé que suena desquiciado, pero de verdad creo que puedes entenderme, ¿sabes? Es un presentimiento— Más allá de que pude sentir como se enderezó, no mostró mayor cambio de ánimo.

—Aguuu...

Sonaba igual que siempre, sin delatar nada. Es un bebé perfectamente normal, pero... —Si, seguro que me enviarían a un psiquiatrico, pero es que tus ojos no ayudan, ¿sabes? Siento que no son los de un bebé. Son demasiado... apagados.

—... Aguuu.

Sonreí un poco, sintiéndome validado por mis pensamientos a pesar de que solo son desvarios de un chico raro. Contento con tener un momento de relajación en el sofá con un niño que es adorable porque es silencioso, le acaricié un poco la cabeza. —No sé qué clase de niño superdotado seas, pero esos ojos no me engañan, ¿sabes? Al menos sé que estás relacionado con Ai-san.

—... ... ... Aguuuuu...

Debido a que me recuerdan mucho a ella, he sido más receptivo a ellos en el sentido de que no son normales. Puede que no sintiera esa magia que muchos ven en Hoshino Ai, pero no puedo negar su encanto casi sobrenatural. Ella tiene algo... una manera de imponerse ante el mundo que nunca he visto, e incluso si sus ojos de estrella me parecen aterradores, definitivamente son unos ojos que no puedo olvidar.

Son tan llamativos, expresivos a la par que misteriosos: perfectos para una Idol, supongo. Para el mundo del espectáculo más bien.

No sé qué sean de ella. Si bien tienen los ojos, el pelo rubio en Ai brilla por su ausencia. Sé que tiene dos primos y dos sobrinos, pero al parecer son más grandes. Entonces, ¿qué son? ¿Hermanos recién nacidos de un nuevo matrimonio? Es posible y explicaría que compartan los ojos si son hereditarios, aunque siento que es algo extraño que un par de hermanos recién nacidos vengan al mismo lugar que su hermana Idol.

Por mucho que a mí me dé igual, es innegable que los malentendidos pueden arruinar su carrera o algo más. Ai-san dijo que se había separado de su hermana, ¿no? Asumo que eso incluye a sus padres, y si bien no me extrañaría que las cosas no estén bien entre ellos, no me creo que sean capaces de arruinarle la carrera a una de sus hijas y exponer a estos bebés... Aunque creo que si Haruno fuera mamá lo pensaría porque 'suena divertido'. A ella le encantaba expresar amor como si recibieras un puñetazo emocional.

—... Ai-san tiene una vida difícil, ¿eh?— Comenté sin pensarlo mucho, todavía metido en mis pensamientos internos. Fue cuando sentí que la presión que ejercía este extraño bebé aumentó que volví al mundo real. Lejos de intimidarme porque no soy tan patético, sonreí de forma extraña, seguramente asquerosa, casi que conmovido. —Mírate. Se ve que quieres protegerla cuando seas grande, ¿eh?

Ser un Siscon puede ser mal visto socialmente... asi que me alegra el tener un amor perfectamente normal con mi hermana, sin impurezas. Vas por buen camino, bebé azul: todavía no puedes cambiarte el pañal y ya muestras tanto potencial. Si estuviera Hiratsuka-sensei aquí, ella estaría orgullosa de ti... y también diría algo sobre la Voluntad de Fuego, asi que me alegra que no esté aquí.

—Guuuuu.

—Si, si, defiende a tu familia. Te apoyo— Riéndome un poco por todo lo que estoy diciéndole a esta bebé, me alegré de estar viviendo un momento de genuina paz. No fue hasta que la Nación de Yuigahama atacó que toda mi paz tuvo el mismo destino que Juana de Arco y fue quemado por herejía.

—¡Yahallo! ¡Ya estamos listas!

Si... Hurra...

Miré con desgana a la loca y su víctima que venían hacia nosotros y lo que encontré fue, aparte de lo que solo puedo definir como el comienzo de un juego de la casita muy extraño, una bebé de ojos rosados que parecían querer enterrar su cara en sus manos hasta fusionarlas. Con las pintas que llevaba, no la culpo y menos con el proceso que debió ser.

—... Yui, acabas de profanar los recuerdos de mi infancia y la integridad de una menor— Sentándose al lado mío con una normalidad pasmosa, ella me sonrió, exhibiendo a la pobre bebé como si hubiera hecho un buen trabajo. Como si esto no fuera el comienzo de traumas de la infancia.

—Exageras. ¡Solo le di un uso a la ropa que te dio Komachi-chan! Es verdad que eres un Siscon, pero ella no te habría dado esto si no quería que le dieras un uso, ¿verdad? Además, ¡este vestido es taaaan lindo! ¡No podía no ponerselo a esta preciosura! ¡¿No le quedo increíble?!

Yuigahama puso en el centro de mi mirada lo que ella creía era un buen trabajo, pero lo que yo veía era a una criatura rota que solo deseaba descansar en paz.

—A-Aguuu...

Si, estoy de acuerdo contigo. La pobre se está aguantando las lágrimas.

—... Komachi solo me dio toda esa ropa porque quería deshacerse de ellas por vergüenza pero nuestros padres no la dejaban. Si ella estuviera aquí y si lo que me dicen es verdad, ella lloraría sangre— Al parecer si bien tiene sus momentos de ternura, actualmente el culmen de la juventud y el paso previo a la entrada al infierno le pasó factura. No es que sea tan 'normal', pero lo que veo en sus redes es... si, no es bueno.

¡Esa falda es muy corta! ¡Tiene que llegarte hasta las rodillas COMO MÍNIMO!

—... Mira, ¡el rosa y blanco le quedan muy bien!— Por supuesto, al final cuando una idea se le mete a Yuigahama ella difícilmente la suelta. Es sin duda un gran cambio respecto a la Yuigahama del pasado, que dudaba demasiado de elegir sus propios deseos. Si bien su intento de obtener lo que quería le salió mal, aprendió la lección de perseguir sus deseos. De ser egoísta.

... ¿Pero no podría no involucrar a bebés ajenos a esto? Entiendo que ame todo lo lindo y que tenga una fascinación por ellos, pero tampoco es que sean tan increíbles.

—...

—¡Jeje~!

—... Se ve b-bien, creo...

Maldita sea... Creí que me volvería más frío con esa sonrisa, pero es todo lo contrario. Yuigahama tiene la mezcla entre ser la persona no familiar que más me importa en mi vida y ser también una mujer cada día más hermosa, una que me doblega con esa sonrisa, aquella que me animó en mis momentos más débiles. ¿Es acaso este el verdadero poder de las mejores amigas? ¿Contra esto combaten los protagonistas de las comedias románticas?

—Buuuu...

Lamentándome por tener que dejar a esa pobre criatura a merced de los gustos cuestionables de Yuigahama, empecé a fijarme más en lo que llevaba puesto esta bebé, asi sea solo por compasión. Aparte de las orejas de gato de color rosa, lo único que podía pensar al verla es en una muñeca de una bailarina: una bailarina bebé, por supuesto. Todo, desde el vestido hasta las medias blancas y los zapatitos a su medida le daban un aire a que iba a actuar en un musical.

En Cats o similares, para ser justos. En cualquier otro contexto yo veo a alguien vestido así y me falta tiempo para retorcerme, pero como es una bebé, ¿supongo que esta bien? Admito que se ve un poco adorable... solo un poco, debido a que sus ojos al borde del llanto y sus labios temblorosos casi rompen mis tímpanos ante el mero pensamiento.

—... Lo siento. No pude detenerla— Ofrecí mis más sinceras disculpas y aparte de que Yuigahama me miró sin entender, pude ver como sus ojos rubies, ahora mirándome a mí, contenían una ira que intentaba ser aterradora... pero que solo me generaban aún más lástima. Casi como si entendiera mi sentir, apretó sus puños tan débiles que uno no puede evitar enternecerse.

Ella tiene un cierto encanto, sin duda. Supongo que al ser una niña, está más en sintonía con el encanto de Hoshino Ai. El bebé varón es igual de atractivo, pero si la niña está más inclinada a la belleza de Ai-san, este niño lo está de su parte más 'aterradora'. No dan miedo ninguno de los dos, pero tienen... 'algo', por así decirlo.

—Jejeje~ Que bueno que vine...— Feliz de la vida e ignorando el sufrimiento ajeno, Yuigahama comenzó a jugar con los brazitos frágiles de la bebé, intentando hacer gestos que buscaran generar ternura. No fue lo suficientemente bruta como para hacer un movimiento peligroso, pero sí que la cara de la bebé hablaba de estar viviendo el equivalente de la silla electrica para infantes.

—Yuigahama, no creo que sea buena idea moverle los brazos a un bebé...

—¡Tranquilo! Yo también he estado cuidando bebés, ¿sabes? Sé lo que les gusta y también cual es su límite. Esa señora me lo dejó muy, muy claro— Por supuesto, su fascinación por los bebés no nació de la nada, sino que fue producto de una constante experiencia trabajando de niñera los domingos para una señora con mucho dinero y con deseos de tener más tiempo libre. Fue ese par de infantes recién nacidos lo que terminó despertando algo en ella.

Ser una mujer maternal no está mal y siempre ha jugado un poco a ese rol en nuestro grupo, incluso con Yukinoshita, pero... —Eso está bien, pero a veces ellos no quieren ser molestados, ¿verdad?— Y tampoco es lindo que te miren con enojo como si fueras el culpable cuando solo eres víctima de las circunstancias.

—Supongo... ¡Pero los bebés aman la atención! Una atención positiva y saludable según los libros que leí. Y no hay nada más saludable que ser amada, ¿verdad que sí?— Antes de que la bebé fuera forzada a ver la cara sonriente de Yuigahama, pude apreciar como su tristeza traumática estaba pasando al enojo. —¡De verdad eres taaan linda!

Es una lástima que, de los tres del Club de Servicio, Yuigahama fuera la más efusiva y la menos consciente del entorno cuando cree que todo está bien. En su defensa, son bebés, pero no parecen normales. Algo en ellos, más allá de las actitudes extrañas, me ponen un poco incómodo y no es por Ai. Es... ¿cómo decirlo?

—... No se sienten como bebés— Lo solté así sin más, más preocupado por intentar darle una explicación a lo que siento: a mi instinto que no para de alertarme de algo malo aquí y al hecho de que pueden estar aquí por una razón que no es buena. No las hipotesis que he soltado sin pensarlo mucho, sino algo... más.

—Aguuu...

—...

Mientras me ponía a cuestionar todo lo que creía saber de los seres humanos con una calma que solo te puede dar el exceso de cafeína una vez empieza a pasar su milagroso efecto, Yuigahama comenzó a arrullar a la bebé de ojos rosados (o violetas) y el bebé en mis piernas siguió fingiendo que es solo un bebé normal silencioso, pero pude verlos mirarse con expresiones extrañas.

¿Supongo que esta es la comunicación que existen entre gemelos? Que... interesante.

...

Me pregunto si estos dos son algo sobrenatural. O anomalías. O gente reencarnada que conserva sus memorias. Todo puede ser, ¿verdad? Siento que con mi lucidez actual, la respuesta está en la punta de mi lengua.

...

...

Dios mío, Hikigaya. Deja de ser tan delirante y pensar que esos dos mocosos tienen algo especial cuando todo está en tu cabeza cada vez más ida por la falta de sueño acumulado tras tantos desvelos estudiando y el cansancio que te da el haber superado una gran prueba. Ya no estás en octavo grado: piensa como el adulto que eres.

... Tiene razón, ¿pero qué hace tu voz espectral aquí, Hiratsuka-sensei? Usted no está muerta... espero.


Me quiero morir. De verdad me quiero morir.

Yo... Yo era una niña tan pura, tan inocente. Me morí virgen a pesar de que quería tanto a Goro-sensei y en este mundo apenas cumplí un año. No hay manera de que pudiera vivir una experiencia de ese tipo hasta que fuera mayor. Hasta que me retirara de ser Idol, quería mantener mi pureza.

Y sin embargo yo... ¡yo fui violada!

¡Y se rió! ¡Este monstruo de pelo rosado disfrutó cada segundo de mi tortura! ¡¿Qué tiene de mal en su cabeza?! ¡Mi cuerpo era solo para que mamá me viera, no una cualquiera que encima tiene relación con este otaku patético que se ve como un cosplayer de yakuza! ¡Esto es lo peor de lo peor!

¡Y ENCIMA AQUA SOLO SE QUEDÓ SENTADO! ¡ESTO NO ES JUSTO! ¡NO ES JUSTO, NO ES JUSTO, NO ES JUSTO!

¡É-Él me las va a pagar! ¡No solo mi estúpido hermano que no me salvó, sino también de este miserable que se atreve a relacionarse con mamá! ¡Pero lo peor es para esta puta degenerada! ¡Ella va a vivir el infierno! ¡Va a vivir todo lo que yo sufrí diez, no, CIEN veces más! ¡Va a ver lo que se siente que te desnuden y te vistan como una...

¡Aaagh! ¡Ni siquiera sé qué es esto! ¡Es tan rosa y feo, feo muy feo! Si, es verdad que para todos menos mi estúpido y traicionero hermano soy una bebé, ¡pero en realidad soy casi una adulta! ¡No me pueden hacer pasar por estas cosas! ¡Tengo dignidad! ¡Me respeto a mí mismo mucho más de los que los estúpidos adultos quieren hacerme creer! ¡Definitivamente me voy a vengar!

¡Me las van a pagar! ¡Los mataré!

[Tranquilizate. El tipo está sospechando]

Mirando con puro enojo a Aqua, pude entender lo que decía sin palabras. Como no podemos hablar cuando está mamá, a veces tenemos que comunicarnos con miradas o gestos, así que lo entiendo... creo. Aguantándome un poco (muy poquito) mis ganas de acabar con todo, vi los ojos aterradores de este Hikimierda. Aparte de que son feos y me siento violada solo con verlos... es verdad que esos ojos no son los de un adulto normal.

Él... parece que él sospecha que somos algo más. Por alguna razón el muy idiota está sospechando de jodidos bebés, ¡y ni siquiera hicimos nada para llamar la atención!... O bueno, ¿tal vez sí? Si él está intentando generar una relación desagradable con mamá es, además de un chico que merece la horca, alguien lo suficientemente inteligente para engañar a una mujer tan increíble como mamá.

[Él es peligroso. No hagas nada imprudente]

Eso entendí viendo los ojos de Aqua y... ugh, tiene razón. Una cosa es que él sea solo un aprovechado pervertido al que podemos asustar y ya, pero si de verdad sospecha tanto de nosotros, es peligroso. ¿Quién sabe qué nos puede hacer si descubre que hablamos? Eso de que nos quiera golpear es cada vez más posible.

Yo... no lo pensamos muy bien, ¿verdad? Nos confiamos demasiaaaa-¡Oh!

—Sus papás deben ser super hermosos, ¿no crees? Seguro que se convertirán en gente muy guapa, los dos— Y sus halagos son excesivos... si, tienen toda la razón, ¡pero remarcarlo tanto tampoco es necesario! Con decirlo unas cuantas veces cada veinte, no, ¡quince minutos, es suficiente!

—... Preferiría no opinar de tal forma que pueda ser usado en mi contra. Todavía estoy nervioso de con qué intención están aquí— Mirándome a mí y luego a Aqua con sus ojos muertos que querían chuparnos el alma, sentí miedo de lo que podía llegar a hacer. —Estás demasiado tranquila, Yuigahama. No sé qué tan legal es lo que acabas de hacer.

—¡Puff~! ¡Eres un exagerado! Solo la cambié. Su ropa no olía muy bien y esto se le ve mejor— ... ¿Qué acabas de decir de mi ropa, perra? ¿Tienes algún problema conmigo? ¿Te crees superior solo porque eres una adulta, no tuviste enfermedades y encima tienes un pecho más grande de lo normal? ¿Sabes que esas son solo bolsas de grasa que después se te acabarán cayendo? ¿Sabes que el pelo rosa es objetivamente el color menos bonito desde hace cinco segundos?

No lo sabes, ¿verdad? ¡Asi que no digas nada más!

—Allá tú. Para mí huelen a bebés— El idiota manipulador no agregó nada más, pero la sutil expresión que hizo es la de alguien que no valoraba mucho el olor natural que tenemos. Porque si, al parecer aunque tengas los ojos de un pescado tienes derecho a criticar como huelen los demás cuando tus ojos son la cosa que peor huele aparte de los hospitales. De verdad los hombres siempre se creen más de lo que son.

—Jeje... Si, supongo que Hikki no se divierte mucho con los bebés— De repente todo ese fulgor de esta perra se apagó y aunque no le podía ver la cara, seguro era una expresión triste, como tiene que ser. Por fin estaba actuando de forma correcta: ¡solo falta que me vista como estaba antes, se arrodille y luego cometa sepukku!

—... Supongo. Me gustan los niños pequeños, pero los bebés son... raros. Al menos lo son conmigo. Siempre se me quedan mirando de más y a veces se ponen a llorar. Y estos dos son...— Lo que iba a salir de su boca se lo guardó para él, como si temiera darle demasiada información a sus enemigos.

Bien jugado, Hikimierda.

—Oh... Si, tus ojos...— De repente sintiendo que estábamos por vivir un momento que no quería ver, esta perra aflojó un poco su agarre de mí. —Es verdad que se ven mal. ¡N-No tan mal como antes! Pero si... Yo, Hina y Yumiko ya nos acostumbramos, pero...

¿Eh? ¿Qué mierda? ¿Por qué de repente aparecen el nombre de otras dos perras?

—No te sientas mal, Yui: así está bien— Aunque este maldito siguió viéndose por debajo del promedio, sus ojos se volvieron un poco más normales y su voz sonó casi agradable. Casi. —Ya no me acomplejo como antes. He aceptado que estos ojos son una parte de mí. Mientras piense eso, ¿qué más da que la gente se sienta intimidada? Si le empiezo a dar importancia, puedo terminar dándoles la razón... Además...

—¿?

Ahora sus ojos son mucho más normales y su voz sonó... aceptable.

—Mientras tú me aceptes como soy, estaré bien.

¡!

—¡!... E-E-Eh... S-Si. ¡Si, es correcto! ¡Ya estoy demasiado acostumbrada! ¡Incluso si de repente te transformas en un pescado, seguiré contigo!

—Por favor no me traigas mala suerte.

—¡L-Lo siento!

Que... Que...

¡Que asco!

¡Basura! ¡Desvergonzado! ¡Infiel! ¡Eres un puto infiel! ¡¿Te atreves a intentar atar a mamá a tus garras grasosas y encima quieres más?! ¡¿Quieres otra?! ¡¿Por qué?! ¡Mamá es suficiente y mucho más de lo que necesitas: cualquier hombre sería fiel con una mujer como ella y sin embargo tú... tú...!

[Contrólate]

¡Deja de darme órdenes, estúpido! ¡Ya estoy cansada de eso! ¡Siempre sigo lo que tú quieres y nunca podemos hacerlo bajo mis términos! ¡¿Es que acaso no te duele que mamá esté siendo jugada por un mujeriego que ni siquiera es tan guapo?! ¡Esto no es normal! ¡Tenemos que castigarlo! ¡Él va... él tiene que ser corregido!

Si... ¡Si, hay que corregirlo! ¡Tenemos que hacerlo! ¡Él tiene que entender lo increíble que es mamá y llorar sangre por atreverse a querer más de una mujer! Tiene que ver la luz: no puede ser que él le sea infiel a mamá cuando es tan linda, hermosa, increíble, con tan bonita voz, empática y... y la mejor mamá que he tenido.

... Yo no quiero que se le rompa el corazón.

[¿Qué diablos te pasa?]

Por primera vez le presté atención a Aqua. Lo pensé muy bien, todo debido a algo que me ha molestado desde que llegamos aquí. Puede que no sea tan lista como Aqua y que pueda ser más 'emocional', pero incluso yo puedo ver que esto es raro. No tiene sentido que mamá quedara encantada por un tipo tan feo como él: ni siquiera vive bien o es carismático. Siempre suena como esos otakus solitarios que veía en las series.

Es un perdedor, totalmente diferente de mamá. Por eso yo... tengo miedo, ¿saben? ¿Qué es lo que los volvió tan cercanos? ¿Qué sabe él de mamá que le obliga a vivir esta relación? ¿Y por qué su manager no dice nada sobre esto? Estoy segura de que él sabe de esto y lo permite: sino hace rato que habría detenido esto. Pero si no lo hace es... ¿es por una buena razón?

Yo no lo sé. No quiero saberlo tampoco, pero...

—No te preocupes, Yui. Después de todo lo que hiciste por mí, podrías matarme si quisieras y no me opondría— Sonriendo de una forma extraña y un poco asquerosa, Hikimierda fue golpeado por una almohada en su cara. Sin perder esa fea sonrisa, hasta pareció encontrar más diversión. —Auch

—¡E-Esto es serio! ¡Deja de bromear!

No sentí que estuviera bromeando.

—...

—Aguuu...

Aqua y yo nos miramos. Aunque no nos comunicamos nada en especial, sentí que habíamos llegado a un acuerdo entre nosotros. Me gustaría muchísimo más empezar a hablar como una Diosa y hacer que esta perra de pelo rosa se arrodille en vidrios rotos, pero supongo que esto es parte del espectáculo, ¿no? Mamá debe hacer esto todo el tiempo con gente aún más desagradable.

Solo hay que fingir un poco. Hasta conocer qué es lo que oculta este hombre de ojos aterradores.

Si este tipo solo fuera un pervertido cualquiera, podríamos haber resuelto esto mucho más fácil, pero la sensación que me da al verlo es... es como si él fuera de esos locos que ocultan un mundo dentro suyo que después termina por explotar. Yo no quiero que eso le pasé a mamá, pero aun así es... es extraño, pero no puedo evitar sentir que sus ojos se parecen un poco a los de Aqua.

Y a... y a los míos en mis peores momentos.

Si, esto no iba a ser tan fácil, ¿eh? Por supuesto que incluso si ya morí y me dieron una segunda oportunidad, el mundo iba a seguir encontrando la forma de meterse conmigo. Ni siquiera como Hoshino Ruby puedo tener paz.


—...

—... ¿Sabes? Si todo sale bien en este espectáculo, creo que podremos vivir en un lugar mejor en un tiempo.

—... Ya veo. Supongo que es natural ir creciendo.

Saitou-san no dijo nada más, teniendo una cara chistosa e incómoda. Tampoco vi la necesidad de agregar algo, asi que me quedé callada y miré lo poco que pude del mundo que me rodeaba. Nunca fui de las de que se quedan admirando la normalidad ni tampoco es que de repente aprecie las cosas sencillas, pero ver a una señora con empujando un carrito junto a un hombre me... me trajo cosas, si.

Recientemente he pensado mucho en Aqua y Ruby. Ellos son mi cosa más preciada, mi tesoro y quiero amarlos con locura... pero la vida que les estoy dando no creo que sea la mejor. Vivir escondidos del mundo, no tener a su papá con ellos y no estar tan presente como debería. Sé que los tiempos cambian y no quiero renunciar a mi trabajo, pero ahora entiendo un poco mejor a las mujeres que quieren ser amas de casa.

A veces tengo miedo de que les pase algo malo y yo esté centrada en bailar un poco mejor. Es una tontería y Saitou-san me ha dicho que se debe a que soy una madre primeriza, pero eso no me cambia las cosas. Sigo preocupada, sigo queriendo vigilarlos a cada momento y... a veces siento que esos dos necesitan a alguien más con ellos. No a Saitou-san ni a Miyako-san, sino... a alguien más cercano.

...

Hachiman-san es... no diría que es el hombre perfecto y desde luego está mucho más lejos de ser la figura paterna perfecta. Es un universitario que se la pasa más tiempo del que debería sufriendo por los examenes, por su futuro y que aun así dedica un poco de tiempo a mis peticiones egoístas. Es un buen hombre y creo que puede ser un muy buen amigo si todo sale bien, pero no es lo que necesito. No es que lo que ellos necesitan.

... Pero no hay nadie más.

Saitou-san hace su parte, pero él trabaja por mí y solo por mí. Se preocupa por mi bienestar, mucho más que cualquier otro adulto en mi vida, y creo que él será un padre divertido si decide tener hijos con Miyako-san. Pero aparte de que hay una distancia que no se puede cruzar, él ve a mis hijos como vería a un trabajo: se preocupa por ellos en la medida en que no afecten a mi rendimiento.

No es mal tipo, de hecho al contrario, pero no siento que sea la mejor compañía para esos dos: es MI mejor compañía.

Y Miyako-san es agradable y parece entenderlos mucho mejor que yo a veces... Pero no me gusta. Que ella los entienda, los cuide, se preocupe por ellos, que ellos lo hagan y crezcan para verla como la mamá que siempre quisieron es un rotundo no. Ellos son míos: me niego a que ocurran relaciones extrañas con mis hijos. Por mucho que no los merezca, tengo derecho a que me vean como su única mamá, ¿verdad?

Sé que no puedo amarlos como se debe, pero quiero que al menos ellos lo hagan conmigo.

Asi que no puede ser Saitou-san ni Miyako... ni tampoco él. Después del desastre que hice, no tengo derecho a pedirle que me ayude con los niños. Merece ser feliz, liberarse de todo lo que sufrió y convertirse en un buen hombre que pueda recibir el amor que siempre quiso. Que yo no le pude dar.

Por lo que solo queda Hachiman-san, y aunque él no me pueda ayudar con mis hijos, tampoco lo quiero ni debe hacer eso. Si me ayuda a por lo menos demostrarles un amor genuino, habrá hecho ya demasiado por mí... Pero...

—...

Era un pensamiento que me molestaba de vez en cuando, pero no le quise dar importancia, mucho menos ahora que me siento genuinamente cómoda con nuestra relación... pero es obvio que esta relación no va a durar lo suficiente. No porque no quiera o él me rechace, sino porque nuestros caminos se terminarán desviando más pronto que tarde. Yo seguiré avanzando en mi sueño y él trabajará en los suyo.

Puedo convencer a Saitou-san de retrasarlo un poco, pero al final me terminaré mudando a otro lugar y con ello nuestra relación se enfriará hasta la nada aunque no quiera. Creo que me enseñó lo suficiente para tener una leve idea de cómo amar de verdad, pero en un tiempo tendré que hacerlo sola.

Tendré que... estar sola otra vez.

—... Kuh. Que molestia.

Escuché un ruido raro, pero no le presté atención, todavía mirando el mundo por el que pasabamos.

El de la normalidad, aquella que rechacé hace tantos años para vivir de las mentiras.


Los senpais se van a graduar. Es algo tonto que no me importa en particular, pero aun así decidí venir a verlos por última vez: no por una sensación de perdida o de empatía, sino porque la alternativa era quedarse en casa y eso es algo que no puedo permitir. Me niego a quedarme con esa mujer si puedo impedirlo.

Por eso estoy aquí y por eso soy la única rarita que está mirando a todos lados, destacando como un pulgar morado. Me siento inadecuada y sobre todo pequeña en comparación a mis senpais. Más de uno me da una mirada curiosa, pero nadie se molestó en hablarme. Estaban más interesados en que habían completado un capítulo más de sus vidas y no los culpo.

Nadie me miraba mal: algunos chicos incluso me daban más de una mirada, pero con sus padres cerca y creo que también el hecho de que sea ya demasiado pequeña para ellos los freno. Hace un mes a nadie le habría importado demasiado, pero el hecho de que estemos en etapas escolares distintas ya lo vuelve todo más raro.

Es mejor así. No me gusta ese tipo de atención y ninguno de los senpais cumple mis estándares. Son demasiado 'masculinos' en el mal sentido para llamar mi atención de esa manera.

... Tch.

Un chasquido de labios, un sonido que destacó dolorosamente de las conversaciones inentendibles pero joviales de los demás me tensó el cuerpo como nunca antes. Fingí no darme cuenta de ello y presté especial atención a los ruidos de fondo, notando unos pasos extrañamente pesados que se iban alejando hacia la salida, sin ninguna clase de alegría o satisfacción de haber cerrado esta etapa.

Ni aunque fuera la peor para él. Quizás por eso mismo es incapaz de sentir alegría... como yo al escucharle.

... Yo... yo puedo amar, ¿sabes?

Sentí que tenía que decirle algo, cualquier cosa, antes de no verlo nunca más. Quería demostrarle que sus palabras eran falsas y que no significaban nada para mí. Que a pesar de que no he vivido la mejor y que no tenga la mejor vida social, soy una chica que puede amar.

Pero al final no hubo respuesta ni reconocimiento de nadie. Todos me ignoraron, y cuando me giré para verlo de una vez, ni siquiera pude reconocerlo entre tantos chicos con cabello negro.

Él, un cualquiera que encontrarías en todos lados, se fue de mi vida diciéndome que soy incapaz de amar.

Y aunque no lo dijo, creo que también dejó en claro que nadie me ama.

...

...

Él se equivoca...

...

...

...

Necesito irme de aquí. Ya no tiene sentido escaparse de los problemas si estar en este lugar me trae otros nuevos. Sin mirar a nadie, también salí de este lugar, deseosa de no tener que pensar nunca más en Hikigaya Hachiman ni en sus palabras innecesarias y crueles. Si, puede que me equivocara un poco al ser tan sincera, pero... pero decirme eso fue...

Deja de pensar en tonterías, Ai. Solo es cuestión de tiempo.

Incluso si es verdad, con el tiempo va a cambiar, ¿verdad? No es posible que esta realidad me dure toda la vida.

... Y supongo que no lo hará. Voy a confiar en Hachiman-san.

Notes:

Escribir a Ruby es difícil. Personajes más "simples" siempre lo son para mí. Espero no haya sido tan insultante.

En fin, nos vemos a fin de mes.

Chapter 11: Capítulo 11

Summary:

El final de una comedia romántico es el comienzo de su secuela al parecer y Hachiman odia ese mero concepto tanto como Yui siente peligro o Ai se divierte.

Notes:

Bueno, aquí está la actualización. Básicamente fue un capítulo un poquito apresurado debido a que todo lo que preparé no se pudo lograr en tres semanas. A la próxima me tomaré más tiempo.

Las ideas restantes se darán en el próximo capítulo, pero el drama, el núcleo, ya terminó. El final de este libro, por así decirlo.

(See the end of the chapter for more notes.)

Chapter Text

Hikaru... Si, no puedo decir mucho de él. Más bien, no me siento digna de hablar de él tras cómo acabaron las cosas. Le provoqué un dolor que seguro debió atormentarlo un montón de tiempo y tampoco ayuda que me fuera de su vida debido a mis propios problemas. No es que crea que, si volviera al pasado, me atreviera a hacer algo diferente, pero quiero por lo menos creer que algún día tendré las ganas de hacerlo mejorar.

Él se desapareció de mi vida y también, obviamente, nunca vio a nuestros hijos. No creo que quiera verlos tampoco y ellos dos son muy pequeños para que eso les afecte, pero... no puedo evitar sentir que he perdido algo muy importante por culpa de mis errores. Algo para ellos, en realidad, ya que nada de lo que pude haber perdido sería algo de lo que fuera digno de todas formas.

No he escuchado más de él desde entonces. Sé que debe estar haciendo algo por ahí, trabajando, estudiando o persiguiendo sus sueños. No... no sé si de la mejor manera o con las mejores compañias, pero quiero creer que sí. Si no lo hiciera yo... yo no sé si podré seguir viéndome al espejo. O de amar a alguien.

Lo que siento por Hikaru es... es complicado. No sé qué es el amor, pero incluso así estoy segura de que mis sentimientos no se pueden catalogar como algo tan 'sencillo'. No lo odio, como él debería hacerlo por todo, ni tampoco me es indiferente. Hikaru es... me hace sentir cosas extrañas. No, no las mariposas en el estómago, pero... tampoco creo que sea algo tan lejano.

Soy la peor, una mentirosa que no puede amar de verdad, pero creo que mis sentimientos hacia él no fueron mentiras. Tampoco una verdad: un doloroso tercer camino del que ni yo ni nadie sabe qué es. Si a día de hoy sigo pensando de vez en cuando en él o queriendo olvidarlo cuando me hace sufrir mucho, ¿eso quiere decir que lo amo?... No, no creo. No del todo, al menos.

Pero aunque no sea amor, Hikaru nunca dejará mi mente. Él vive en mi mente en forma de nuestros hijos. Cuando los veo, no dejo de pensar en Hikaru. Más allá del pelo rubio, se nota que sacaron muchísimo de él. Aqua ya de bebé es como un Hikaru en miniatura a veces y eso lo hace adorable de una forma que me hace sentir extraña. Lo amo con locura, por supuesto, pero... en realidad no tiene mucho de mí.

Si no los viera a los ojos, no tendrían nada de mí...

...

Bueno, al menos Ruby se emociona tanto como a mí me gustaría hacerlo. Al menos ella se parece a Hoshino Ai, la Idol.

Hikaru ya no está y no creo que vuelva a estarlo, pero, aunque no lo merezca, me dio dos hermosos regalos antes de que lo dejara. A pesar de que soy la peor y él quizás no la pase tan bien como debería, aun así me dio a Aqua y Ruby. Gracias a él tengo una motivación para empezar a amar de verdad. Ya no puedo posponerlo o seguir basando todo en mentiras. Por eso, aunque él me odie, solo tengo gratitud hacia él.

Una parte de mí piensa que esta es una manera de compensarle dándole todo el amor que merecíamos a nuestros hijos... la parte tonta, si. Dudo que él se sienta agradecido de esto. No... no estoy segura de si siquiera piensa bien de nuestros hijos, o si siquiera piensa en ellos. Cuando le conté la noticia, no reaccionó ni tampoco mostró deseos de conocerlos. No es que yo hubiera insistido, pero...

... Si, todo esto es tonto. Creo que todo esto de intentar entenderme a mí misma, de aprender a amar, me está haciendo cuestionarme y pensar en cosas que me parecía resueltas hace días. Nunca lo estuvieron, sino que me forcé a dejarlas de lado por el bien de mi estabilidad. Como Idol y como madre, no puedo flaquear. Tengo que ser firme, un hermoso retrato que inspire solo cosas buenas.

Una bonita mentira es lo que quise ser, lo que me hizo sentir cómoda... Es una pena que para amar de verdad, esa imagen tan cómoda la tenga que destruir. Ya la estoy rompiendo, de a poco y eso es bueno... creo.

No, aunque para mí pueda no ser lo mejor del mundo, definitivamente lo será para Ruby y Aqua. Me volveré en una gran mamá, no cometeré los mismos errores que en el pasado y, tal vez, pueda arreglar parte de mis errores con lo que aprenda gracias al maestro que me conseguí. E incluso si ese maestro me termina dejando un día, confío en que me dé las herramientas para luchar lo que se me aparezca, como un buen maestro.

Si, por mis hijos, por Hikaru y por mí misma, voy a darles un amor genuino. Voy a romper ese horrible ciclo.

Por eso... Para romper nuestros problemas necesito a...

—¡Mis hijos! ¡¿Dónde están?!

—¡Te dije que no sé! ¡Miyako no me contesta!

Aquí, en un departamento que parece normal salvo por tener la puerta abierta, manchas de sangre y un vaso roto, de repente me estoy dando cuenta de que mantener una máscara en todo momento no es tan fácil como creí. Saitou no para de llamar a su esposa y yo no dejo de sentir que el mundo que estuve imaginando, ese mundo perfecto, era destruido y escupido por auténticos demonios que quieren verme llorar.

Pero no quiero llorar. Hoshino Ai no llora, sino que soluciona. Y si las máscaras no sirven, entonces tengo que pasar a la acción.


—Quiero llorar...

Estoy llorando.

¿Por qué me pasa esto? ¿Por qué tengo que vivir esto? ¿Qué diablos he hecho para merecer esto? ¿Solo porque quería un marido apuesto tengo que sufrir todo esto? ¿Acaso, como he pecado como esposa, de repente los Dioses decidieron que tengo que sufrir tanto hasta desear la muerte? ¿Ese insensible en realidad está tan bendecido por los de arriba hasta el punto de lastimar a alguien tan hermosa como yo?

¡Inaceptable! ¡Me esforcé tanto para estar donde estoy! ¡Me rebajé, me arreglé y he sido una asistenta no remunerada por todo este maldito año! ¡Y encima de un maldito bastardo como él, que solo piensa en su trabajo y a veces ni recuerda que tiene una esposa! ¡Sin regalos, sin citas y muchas veces ni duerme conmigo! ¡¿Cómo quieren que sea pura cuando a ese idiota no le importo?! ¡Si él pudiera se casaría con su traje!

¿Pasar tiempo conmigo? ¿Ver una película? ¿Comer juntos? ¿Un misero abrazo? ¡No hay tiempo, porque Ai estornudó dos veces en menos de cinco minutos!

—Me duele...

Por supuesto que estuve nerviosa antes de venir aquí. ¿Es tan increíble que me terminara por dominar la presión? Si, rompí un plato y me corté un poco con la ceramica, ¡pero es perfectamente normal! ¡Lo que hago ahora es un delito, por dios! ¡Es un milagro que no me haya roto!... O quizás sí me rompí y solo estoy en un extraño estado, como si estuviera borracha.

Todo esto es algo que podría imaginar estando borracha: sollozando, escondida debajo de un maldito sofá y con mi dedo indice quemándome... Ah, si, y cómo olvidar ser la sirvienta de una madre adolescente que recibe más cariño de mi supuesto esposo que, pensándolo bien, se casó muy rápido conmigo... y con una cara muy plana.

Y ahora tengo que tratar con Dioses. Son tan volubles, tan mandones y extraños como auténticos Dioses. Está bien que se preocupen por Ai: yo también lo hago un poco, ¡pero hacerme hacer esto es cruel! ¡Es ilegal! ¡Voy a ir presa, sin un joven apuesto y con un marido que, incluso si me visita en la cárcel, será con ese mismo traje de mierda porque 'siempre tiene que estar al pendiente de ella'!

Maldita sea... Es tan injusto... Y lo peor es que todo esto lo hice para escuchar a escondidas una discusión de pareja de un par de universitarios melosos que juegan a ser papás. ¡Parezco una mujer desesperada cuando en realidad todavía estoy en la flor de mi juventud! ¡Mi imagen está destruida: ya nadie va a querer estar conmigo!

¡Esto es culpa de Ichigo! ¡Él permitió todo esto y no da ninguna explicación, solo nos deja a la sombra diciendo que es 'algo privado'!

¡Jódete! ¡Y jodeme a mí también al menos una vez! ¡A este paso me van a salir canas de todo este estrés!


—... Yuigahama...

—¿Sip?

—...

Miré a la bebé furiosa siendo arrullada con muchísimo cariño por una Yuigahama que estaba muy metida en su propia nebulosa cuya densidad es inimaginable: sino no me explico cómo diablos puede seguir haciéndolo sin notar que esa bebé vestida de forma pintoresca quiere matar a alguien. Particularmente, me quiere matar a mí y solo puedo culpar a mis ojos ricos en omega-3.

Al final nada salió de mi boca y Yuigahama, olvidándose rápidamente de mí, volvió a jugar con la bebé. Su amor por las cosas lindas y la carencia que ha tenido es una cosa, pero esta actitud hacia esa bebé no es ni medio normal. Si, ella es linda de una forma en que los bebés no suelen serlo, ¿pero es para tanto? Además de que no puedo evitar sentir algo extraño en ellos.

Hm, ¿tal vez tengan memoria fotogénica o algo así? La idea de que sean super genios sigue siendo fuerte, pero... Si, como que algo no cuadra con eso. No me imagino a Einstein sabiendo que odia fuertemente a alguien sin siquiera saber hablar. Claro, nunca traté con un super genio de bebé, pero aun así...

—Oye, Hikki...— Soltando un sonido de estar escuchando, Yui dejó de hacerle caras 'chistosas' a la bebé para mirarme de forma un tanto... extraña. —Tú, eh... ¿Crees que son lindos?... ¡E-E-Es que no pareces muy feliz! No es que esté pensando mal ni nada pero... recuerdo que te llevabas bien con Keika-chan.

Así que me estaba prestando atención, ¿eh? Supongo que eso me pasa por juzgar demasiado, por pecar de arrogante.

Dejando de lado eso, pensé en cómo explicarme de una manera que nos satisfaciera a los dos. Con los bebés de fondo y siendo espectadores curiosos, llegué a una respuesta que me gustó. —Obviamente son lindos. Se nota que sus padres son personas de muy buena apariencia: la genética los bendijo.

—Ugh, cuando lo dices así suena horrible.

Si, supongo que si. —El punto es... que aunque me parezcan lindos, es... es un poco difícil estar emocionados por ellos, ¿sabes? Aparte de lo obvio de que ya estoy temiendo escuchar a la policía venir aquí, yo... supongo que la diferencia entre ellos y Keika es que Keika me quería más. Yo... yo siento cuando los niños no me quieren. No lo esconden muy bien, ¿sabes?

Sobre todo la niña. El niño al menos se ha esforzado en mantener una cara de indiferencia fría que de seguro volverá locas a las chicas cuando sea mayor, pero la niña no ha parado de demostrar odio. Como si me culpara de sus problemas, como si pudiera ser consciente de ello. Y más allá de si son bebés normales o no, por lo menos tienen la facilidad de expresarse de unos.

—Hikki...

Yuigahama es una buena chica y una buena amiga: por supuesto que, tras años de conocernos, ella entendería más de lo que dicen mis palabras. Diablos, a veces me entiende mejor que yo mismo. Sonriéndole de una forma que no era ni alegre ni tampoco despectiva, traté de que ella no empezara a tener pensamientos raros.

—No te preocupes por mí. Si te encantan, adelante. No están llorando, asi que no les debe molestar esto. Solo soy yo— Y estaba siendo sincero. No, no quería rebajar mi autoestima ni tampoco quería entrar en un estado depresivo. Tras tanto tiempo, he aceptado que tengo limitaciones que otros no tienen. Y eso está bien: crecer, en cierto modo, es darse cuenta, de aceptar cosas que de más joven no quieres.

—...

—... Jeje, no me mires así. Solo te cuento como me siento.

—Aguuu...

El bebé que sostenía en mis manos siguió viéndose indiferente y la bebé por lo menos ya no me miraba con tanto odio. Eso, en mis libros, es una victoria.

—... No tienes que ser tan pesimista, ¿sabes? ¡Seguro que eso es solo una sensación tuya!— Como si todo lo que le hubiera dicho solo sirviera para motivarla aún más, Yuigahama de repente quiso transmitirme algo de su optimismo. —E incluso si es algo de verdad, ¡que no lo es!, puedes trabajar para arreglarlo. Tú lo hiciste con todos en el pasado y luego lo hicimos contigo. ¡Es posible!

... Si bien no sonreí, tampoco fruncí el ceño. Más que esperanza o renuencia, lo que creo que transmitía mi cara era la de reconocimiento: supe de ese camino, largo y espinoso como él solo, pero que ya transitamos en el pasado. Y es verdad que ese fue un camino que todos recorrimos y más allá de como resultara eso, no quita que Yuigahama tenga razón en que se puede intentar.

Pero hablar de eso con bebés desconocidos que me pueden meter en juicio es un poco...

Aun así, Yuigahama merecía una respuesta. —Creo que, a veces, el hecho de que algo se pueda hacer una vez no quiere decir que suceda la siguiente. Tuviste suerte, se dieron las circunstancias adecuadas o había un factor extra que no se suele repetir. Y aunque es molesto, creo que a veces está bien aceptarlo. No necesitas forzar el mismo camino para cada cosa.

El hecho de que me la pasara 'salvando' a los demás no quiere decir que estuviera bien o que las cosas salieran mejor que regulares ni tampoco que el hecho de haber sido rescatado del pozo profundo me vuelve el ser humano perfecto. Son caminos imperfectos con resultados imperfectos, y eso está bien. Valoro mucho el esfuerzo que hicieron y estoy seguro de que si no fuera por ellos ni siquiera me estaría animando a mejorarme por mi cuenta.

Y aunque mis métodos no fueron los mejores ni tampoco me siento orgulloso de ellos... fueron MIS métodos. Fueron Hikigaya Hachiman y por eso, claro, me avergonzaré o querré enterrar mi cara en la almohada, pero no rechazaré lo que fui. Ya no. Son tan yo como mi yo actual.

Pero...

—¡P-Per-

—Pero aun así vale la pena intentarlo, ¿no?— En un mundo en que no solo estábamos los dos, sin nadie más, sino que encima era una vuelta a un pasado no tan lejano, sentí que me estaba comunicando por última vez con una Yuigahama Yui que ya no está aquí. —Quizás ahora no me den ganas de salir de mi zona de confort, pero quiero que algún día lo haga. Quiero que llegue ese día y... quiero que estés conmigo.

Como amiga... Si, decir eso último suena feo hasta para mí. Ni yo soy tan insensible a los sentimientos amorosos.

—... Hikki...— Su cara, hasta entonces llena de sentimientos complejos, de repente fue convirtiéndose en una de felicidad amena. No estaba tan feliz con lo que dije y es obvio el por qué, pero a pesar de eso, siento que ella aprecia de verdad que mi respuesta continuara. En el pasado no lo habría hecho... Hace una semana no lo habría hecho.

Le sonreí sin decir nada y dejé de mirarla, de repente siendo consciente de que este momento estaba lejos de ser el de simples amigos. Como siempre, las cosas no son fáciles cuando se trata de Yui: nunca lo fueron en el pasado, cuando me daba miedo hablarle más de la cuenta, ni tampoco ahora, que tengo que lidiar con el hecho de que nuestras charlas tienen un peso detrás.

Yui es mi amiga... y al mismo tiempo algo más. No es una novia, pero...

—Aguuu...

¿Hm?... Oh, si, ustedes están aquí, ¿verdad? Mirándolos de reojo, ninguno parecía cómodo con este momento, especialmente la niña, que aparte de verse tan furiosa como siempre, de alguna manera se las arregla para sentirse diferente. Negando mentalmente, acomodé mejor al niño de ojos azules que tiene toda la pinta de ser un mujeriego cuando crezca. Un raijuu más bien.

¿Quizás sea un nuevo Hayama? Espero que al menos no mienta tanto. O que tenga amigos con los que pueda confiar a diferencia del príncipe, que se fue sin lograr concretar nada.

De repente escuché un golpe en la puerta al que le siguió otro par, de mucha más intensidad. —¡Si es la policía, le aseguro que soy inocente! ¡Soy una víctima de la sociedad!— Lo dije medio en broma, esperando que el mundo no tuviera de repente un sentido del humor comparable al mío.

Mientras Yui seguía teniendo una expresión más relajada y yo ya me preparaba para defenderme en un juicio, de repente una voz se escuchó. —¡Hachiman-san, necesito tu ayuda! ¡Por favor abre!

—¡!

—...

—...

—Aguuu...

Me quedé en silencio. TODOS nos quedamos en silencio cuando escuchamos a Ai-san hablar en voz alta, desesperada a un punto en que me es doloroso. La bebé puso una cara de sorpresa ridícula como si fuera parte de un anime, el niño se sintió más tieso que de costumbre y yo no paré de pensar de que, al final, los Dioses de la Comedia Romántica tienen una cruzada contra mí. Y Yuigahama...

—... Ve a abrir, Hikki~

Voz animada, una sonrisa de mil voltios y unos ojos brillantes es lo que mostraba Yuigahama Yui... pero yo la conozco. Tras años de ser amigos y sobre todo ahora que ella dejó de idealizarme tanto, reconozco los pequeños gestos. Esa sonrisa temblante, esos ojos erráticos de forma casi imperceptible y una voz que pecaba de agudez. Sumado al hecho de que hacía contacto fijo con mis ojos, me di cuenta de que Yuigahama es una buena chica.

Y se enoja como una.

—...

—¡Hachiman-san, por favor! ¡Es importante!— Ai-san, inconsciente de como cada letra pronunciada me expone más a un drama que debería pertenecer a mis padres o a mí con mi novia de alquiler, siguió golpeando. —¡Sé que debes estar cansado, pero por favor! ¡Por favor, Hachi!

—¿Hachi~?

—Aguuu...

No me sirve de nada tu compasión sin acción, pequeño.

Temblando con el bebé en manos, la presión en el aire comenzó a ser agonizante y ahora Yuigahama cerró los ojos. No me gusta cuando cierra los ojos: cuando lo hace, todo suele acabar mal para mí de una u otra forma. O peor aún es cuando de repente decide que es una buena idea irse a hablar con Komachi de cosas que nunca me deja escuchar y de las que solo tengo el ligero tono de desaprobación parcial cuando hablamos.

Peor que tener una amiga que va a hablar con mi hermana es tener una hermana que no solo está de acuerdo con eso sino que lo alienta. Si Yuigahama tiene ese comportamiento es solo porque Komachi está desesperada porque 'no me muera solo' y también porque le cae bien Yuigahama.

—Aguuu.

Despertándome de mis recuerdos gracias al niño, lo dejé sentado en el sofá con cierto descuido y caminé velozmente hacia donde estaba la causante de lo que se me viene encima y, a su vez, mi última oportunidad de tomar un respiro. Con los nervios al máximo y dudando en si es una buena idea desahogarme un poco con ella, apenas abrí la puerta me encontré con una cara histerica, desesperada y hasta llorosa.

Eso último se veía como una mentira a medias: Komachi también solía utilizar sentimientos genuinos para exagerarlos de tal forma que lograra mejor sus objetivos, sean cuales fueran. —¡Hachi, por favor ayudame!

Sentí que la oscuridad detrás de mí se hacía más fuerte. Necesitaba hacer control de daños. —En primera, ya te dije que no me gusta que me llames así. En segundo lugar, ¿qué pasa, Ai-san? ¿Se perdió algo importante?— Mis palabras parecieron generar una cara de dolor más genuinas en ella, pero no obstante pronto empezó a explicarme qué es tan importante.

—Mis... sobrinos vinieron a mi casa. Su mamá estaba ocupada en el trabajo y me los encargó a mí. Yo los dejé con una niñera pero... pero no están. ¡P-Parece que los secuestraron!

—¡!— Todo intento de cuestionar a Ai-san se esfumaron. Por mucho que no dé la impresión de ser un buen samaritano, no necesito de un impacto visual para entender lo grave que es esto. —¡E-E-Eso es...! ¡¿Llamaste a la policía?! ¡No tengo idea de cuando ocurrió esto, pero aún estamos a tiempo! ¡No pudieron ir muy... lejos...

...

...

De repente la oscuridad detrás de mí comenzó a ser oscura por otros motivos...

Por mucho que a veces pecara de ser muy analitico hasta un punto ridículo, de repente pensé en los ojos de esos bebés y el mundo se me vino encima. Ya me di cuenta de cómo es que pensaban arruinar mi vida los Dioses. De repente, la idea de destruir la sociedad por un mal día ya no sonaba tan mal. Quizás, sin el Hombre Murcielago, podría tener más éxito. Japón finalmente puede caer.

—... ¿Hachi-san?

Más allá de que este era mi fin social, aún me las arreglé para contestar con un intento de respuesta que terminó saliendo de forma inentendible hasta para mí. Sin prestarle atención a nadie que no fuera el cómo mudarme a Indonesia, entré en mi departamento por última vez tras invitarme con un gesto a Hoshino Ai. Sin mirar si ella entró o no, miré a Yuigahama Yui, quien de repente dejó de querer hacerme sufrir cuando mi cerebro ya estaba haciendo todo el trabajo.

—¿Hikki?

Y así, frente a una amiga celosa, con un par de bebés extraños y una Idol que le va a sobrar tiempo para hacerme una demanda, sentí que estas palabras mías debían ser dichas con mucho cuidado. Algo tenía que salir de mí, cualquier cosa, y fue cuando pensé en esos ojos estrellados, en su rareza a la par que belleza que, al final, terminé sonriendo. Derrotado, pero sonriendo.

—Si mirar al sol te deja ciego, mirar las estrellas es invitar a no ver nunca más.

... Eh, pudo ser mejor y pudo ser peor. Al menos creo que tiene calidad suficiente para una Web Novel de bajo presupuesto a la par que nula ambición.

—Qu-¡! ¡Aqua! ¡Ruby! ¡Están aquí!

Y así la historia de Hikigaya Hachiman encuentra el final que define su existencia: escuchando a una Idol correr hacia esos bebés como si fueran sus hijos y él fuera el depredador a punto de lastimarlos a todos, como cada chica de su secundaria creyó que terminaría haciendo debido a mis ojos muertos. Como si esas palabras que me dijo Yukinoshita fueran un temor auténtico y no un ataque a mi ego inexistente por aquel entonces.

¿Tal vez el problema fue que tuve un ego? ¿Volé demasiado alto?

—¿Quizás debí ir tras Totsuka?

Tal vez, al final, debí ir por el otro camino para ser feliz. O nunca haberme enamorado de Yukinoshita. Tal vez ser más como Zaimokuza y abrazar los delirios para dedicarme a hacer novelas ligeras mediocres.

Tal vez, tal vez... Siempre es un tal vez, ¿eh?

—Hikki...

—Aguuu...

—G-Guu...

Y así, mientras todos menos Ai-san me miraban de forma extraña, este capítulo de mi vida se cierra.


—¡Me tenían muy asustada! ¡No me quiero ni imaginar que habría pasado si de verdad los secuestraran!

Hoshino Ai, la Idol más prominente de B-Komachi y una estrella cada vez más en ascenso, tiene a dos bebés encima de ella, dándoles un cariño que me da diabetes. Los niños, lejos de todo ese odio visceral hacia mi persona, aceptaron con gusto el amor de su tía. Bueno, el chico, Aqua, intenta aparentar cierta molestia, pero en el fondo sé que le gusta. Es un presentimiento que tengo.

Aun así... Aqua y Ruby, ¿eh? Son unos nombres, eh... peculiares. No son los peores, los Dioses saben que he visto peores, pero no son nombres muy normales. Si, tienen ojos azules y rojos (¿rosados más bien?). También es verdad que sus ropas van a juego con sus nombres pero es... ¿cómo decirlo? ¿Unos nombres que se le ocurrirían a una adolescente? No siento que una mujer madura les pondría esos nombres.

Al menos son distintivos. No creo que haya un Aqua por Japón y Ruby es un nombre extranjero para empezar, asi que por ese lado los padres estuvieron bien.

—...

Yuigahama veía todo este suceso con una expresión extraña. No estaba contenta, aunque su enojo inicial terminó menguando. No quita que la aparición de una mujer que no está ocultando el hecho de ser una Idol le genere muchas más preguntas. Hasta ahora estuve aprovechando su confusión para prolongar el suceso, pero es solo temporal y no siento que vaya a terminar bien.

Si voy a caer, tiene que ser en mis términos.

—Ella es mi vecina, Yui. Me pidió una vez un favor y desde entonces hablamos de vez en cuando, ¿verdad, HOSHINO-san?— Mi repentino levantamiento de voz pareció devolverla al entorno que estoy padeciendo. Confundida por mis palabras, le bastó un segundo para sonreír ya no como una tía muy cariñosa que acababa de quitarse un peso de encima, sino como una vecina amable, de las que no hay tantas como me gustaría.

—Exacto. Hikigaya-san ha sido un salvavidas. Es muy amable y a veces no gusta quedarnos charlando.

... Eso último no fue necesario, Ai-san.

—... Hm...— Mirándonos a ambos con sospecha, Yuigahama demostró una vez sus superiores habilidades sociales. Pero así como ella puede ver que hay algo que no le estamos diciendo, también sabe que preguntarlo, sobre todo ahora, no es una buena idea. —Entiendo... Asi que Hikki es el vecino amistoso de una Idol. Si, eso es muy normal. No hay nada raro en esto.

... Honestamente uno creería que lo diría con sarcasmo, pero Yuigahama lo decía con una sinceridad casi que ofensiva. ¿Qué clase de imagen tiene de mi vida? El hecho de que viviera una comedia romántica no hace que de repente esté destinado a encontrarme chicas por ahí como si fuera un Entrenador Pokémon. Lo que ocurrió en Sobu fue un fallo del sistema que no se volverá a repetir.

...

De verdad espero que no se vuelva a repetir. No quiero que de repente me vuelva muchísimo más cercano con mi psicologa o que en mitad de la calle me vuelva a encontrar con una Hiratsuka-sensei todavía soltera. Y juro que si de repente alguna de mis medio amigas de Sobu aparecen en mi vida para querer algo más, me tiro de un puente.

...

... Ugh, de repente pensé en Tsurumi Rumi y pude saborear al FBi en mi nuca.

—Pues sí. Supongo que este es un paso para tener amigos, ¿no crees?— Sonreí. Yuigahama no lo hizo. Tosiendo falsamente para cambiar el ambiente incómodo, agregué. —Perdón si te lo estuve ocultando, pero Hoshino-san es muy famosa y me pidió que no le contara nadie sobre ella. Sabes cómo se ponen los otakus de las Idols.

Temblando del asco de forma que me hirió hasta a mí, Yuigahama asintió de mala gana. —Si, es razonable, ¡pero no a mí! Soy tu... persona más importante. ¿De verdad crees que le contaría a alguien que conoces a Hoshino-chan? ¿Qué clase de imagen tienes de mí?

No dudé en decir la verdad —Una que no sabe mentir.

El golpe a Yuigahama fue crítico. Se le ve en la cara. Hachiman está asustado: sus defensas han bajado.

—¿Me llamó 'chan'?

Pasando de largo del comentario de la Idol, Yuigahama me miró con un enojo muy emocional. —¡Que cruel! ¡Hikki es horrible! ¡El peor!

—Si, si. Soy el peor y no te merezco.

—¡Eso es obvio!

... Si soy honesto, la razón por la que le oculté a Yuigahama sobre Ai-san no fue solamente por su seguridad, que fue un factor, sino para no tener que lidiar con lo que se va a venir de ahora en adelante. Por mucho que no quiera aceptarlo, Yuigahama y yo tenemos una relación demasiado personal para que esto pase desapercibido.

Es verdad que ella no es mi novia y que, teóricamente, podría decirle que son mis asuntos en los que no tiene que involucrarme, pero... Si, no es tan sencillo. En este punto ni yo me creo esas palabras. Si tanto quisiera separarme de ella, para empezar no la mantendría tan cerca de mí. Directamente podría haberle ignorado o ser grosero de una forma que lastime de a poco, para desenamorar.

Pero no lo hice.

—... Jiji~ Ustedes se deben divertir mucho— Comentando con un tono divertido, Ai-san me miró como si le estuviéramos haciendo un acto de circo muy divertido. —Asi que ella es la chica del 'Hikki', ¿eh? Pensé que un apodo tenía que venir de una persona muy adorable, y así fue.

Noté, además de la buena voluntad, un sentimiento más complejo. Supuse, en toda mi presuntuosidad, que esta clase de relaciones no es algo que una Idol pueda vivir por lo general a menos que sea el mundo de Love Live o algo así. Como una solitaria 'genial' como Kawasaki, estuvo rodeada de admiradores distantes, no de amigos. Como mentirosa compulsiva, sin duda podría tener por lo menos compañia, pero es una Idol.

Los grupos de Idols son como compañeras de trabajo: claro, te puedes llevar bien con ellas y es hasta saludable hacerlo, pero en el trabajo tú trabajas, no haces amistad. No ayuda que ese entorno, como todo en el espectáculo, sea uno de estresante competencia a veces entre las propias miembros.

Quizás... Ai-san nunca tuvo amigas.

...

De repente sintiendo ya esa mirada de celos, decidí aprovechar a Ai-san para no solo evitar la bala, sino también para molestar un poco a mi querida amiga.

—... Bueno, si, Yuigahama es así de linda. Y también muy maternal. Me cuida como si fuera su hijo... o algo más.

—¡!

—¿Eeeh? ¿En serio? ¡Que envidia!

Mientras Ai-san seguía la conversación como si nada, me permití mirar de reojo a una Yuigahama extremadamente silenciosa, sin atreverse a mirarme a los ojos pero no por eso no notándose la cara rosada. Por mucho que Yuigahama maduró en muchos aspectos, sus defensas contra los cumplidos siguen siendo bajas. Ya no por su baja autoestima o su tendencia a querer complacer a los demás, sino a que le avergüenzan demasiado.

Los bebés estaban mirando todo el espectáculo con caras que oscilaban fuertemente el aburrimiento por parte del niño y de furia absoluta de la tal Ruby. No entiendo por qué ella está enojada, pero bueno, cosas de bebés. En este punto ya estoy aceptando la idea de que en unos años me va a dibujar como un malvado ogro en la escuela, incluso cuando la última vez que la vea sean años atrás.

Los niños son crueles y las mujeres guardan mucho rencor: terrible combinación que genera complejos con las mujeres desde antes que puedas dormir sin mojar la cama.

—Me alegra que los hayas encontrado sanos y salvos, Hoshino-san, pero ¿de casualidad sabe cómo terminaron aquí? ¿Tiene una pista?— Todo bien con la comedia romántica (en realidad no), pero ya he ignorado lo suficiente el hecho de que alguien busco incriminarme y que pueden volver a hacerlo. Tuve muchísima suerte de que fuera Ai-san la afectada, pero si llegaran a ser otros niños, yo tendría que aguantar las burlas de Miura en mi contra.

—No...— Sonando tan preocupada como yo, abrazó aún más fuerte a sus sobrinos, de forma maternal. —Es extraño. ¿Con qué intención alguien querría traerlos a otro departamento y ya? No tiene sentido... Y encima seguimos sin poder contactarnos con Miyako-san. Espero que esté bien.

Ah, si, la cuidadora de los sobrinos que de repente desapareció. Ese nombre genera algo en mí, como un presentimiento extraño. —Si los niños solo acabaron conmigo, dudo que le haya pasado algo grave. A lo mejor ella se fue a hacer algo y los raritos aprovecharon para llevarse a los niños.

Eso ignora el fin con el que lo hicieron y qué es más importante que el trabajo para esa mujer. Y según lo que comentó Ai-san, esa escena que encontró al llegar está lejos de ser una normal.

Mientras mi mente comenzó a notar cómo los niños se ven más tensos de lo normal, Ai-san asintió con desgana. Yuigahama pareció recuperarse lo suficiente del ataque para prestar un poco de atención ya. —Supongo... Aun así Saitou-san está MUY enojado. Estos niños son su responsabilidad también y él se toma su trabajo muy en serio.

Si, el representante, ¿eh? Sorprendentemente no lo he visto en ningún momento a pesar de que debe estar volviéndose canoso con mi sola existencia. No sé cómo sea ni qué relación tenga con Ai-san, pero por lo poco que he escuchado, parece un adulto que no tiene tanto poder como le gustaría.

Pobre tipo.

—Ya veo... Espero que Miyako-san no sufra demasiado. A lo mejor tenía una razón comprensible. Tal vez tuvo que atender los caprichos de los Dioses.

Ai-san se rió y hasta Yuigahama se permitió una sonrisa pequeña... Los niños de repente parecían querer estar en cualquier otro lugar menos este.

...

...

Si... extraño, ¿no?

—... Esto... ¿Hoshino Ai-san?

Sorprendentemente, Yuigahama se animó a hablar con Ai-san. Ella, curiosa mas con buena actitud, le devolvió el gesto. —Hoshino-san está bien. O solo Hoshino. Um, aunque Hoshino-chan tiene su encanto...

Como siempre, incluso en un entorno relajado, los poderes sociales de Ai-san entraron en vigor: no podía NO verse linda, como una muñeca, ante una desconocida. Yuigahama se mostró un poco abrumada ante eso, pero enseguida lo superó y, en lugar de una respuesta inmediata, tomó una respiración profunda a la vez que cerró los ojos.

Cuando los abrió, apareció una Yuigahama decidida... combativa.

—Usted es una Idol popular y es muy linda. Seguro que muchos chicos creen que usted es la más linda— Cualquier respuesta que quisiera dar Ai-san fue detenida con lo que casi se sintió una confesión de odio. —¡Pero Hikki estará conmigo! No importa si se trata de Idols, modelos o actoras, no voy a perderlo. Voy... ¡Voy a ganar.

...

...

Incluso cuando la comedia romántica llegó a su fin, el mundo no se cansa de crear secuelas innecesarias y basuras.

Mientras yo me quería hundir hasta desaparecer en el sillón barato y los niños tenían caras extrañas y molestas respectivamente (ya es obvio quien es quien), Ai-san se quedó perpleja ante palabras tan innecesarias... hasta que, sonriendo como una mujer adulta, responsable, pareció querer dar una respuesta que calmara este drama antes de que escalara.

—Me alegra por ti, Yuigahama-chan, pero aun así puedes compartirlo de vez en cuando, ¿no crees?

—¡!

—¡!

—¡!

—... ¿Por qué?

Sobreviví a una chica burbujeante, a una kouhai oportunista, a una solitaria genial y a una chica con cuchara de plata, pero al parecer también me hacía falta traer a una densa romántica que no entiende el peso de sus palabras.

—Jiji~

... Por favor díganme que ella no lo entiende.

Por favor...

Notes:

No mucho que agregar. Espero les haya entretenido aunque sea. Nos vemos luego.

Chapter 12: Capítulo 12/13

Notes:

Si, sé que llevo un tiempo sin aparecer, pero es que, al analizarlo bien, me queda claro que el capítulo 12 es mediocre, insuficiente y se siente corto, por lo que, aprovechando que en el 12 no ocurre nada, decidí fusionarlo con el 13 que... tampoco da taaanto, pero juntos hacen un decente capítulo de transición.

En fin, vamos allá.

(See the end of the chapter for more notes.)

Chapter Text

—... No puedo dormir...

No es que no lo haya intentado. Estoy seguro de que ya son la una de la mañana como mínimo, pero simplemente no puedo dormir. Algo en mí me lo impide. La parte más positiva de mí solo quiere tranquilizarme diciendo que es por haber superado otro año más de tormento... claro que, pensándolo más en frío, todo esto es solo matarse estudiando para luego matarse trabajando, por lo que técnicamente es como si me estuviera poniendo yo mismo la soga con la que me van a matar.

... Si, si esa es mi parte feliz, es normal que por otro lado me esté lamentando demasiado del maldito que hizo todo ese desastre con los sobrinos de Ai-san. Por fortuna ella no pensó nada malo de mí, tal vez porque estaba Yuigahama... lo que, de nuevo, me hace quitar la poca felicidad que trato de recrear en pos de pensar en el dolor de cabeza que será tratar con ella de aquí en adelante.

Yuigahama es una buena chica, una de verdad, pero una cosa no quita la otra; ES celosa. No lo pareció tanto con Yukinoshita porque eran amigas y ella de verdad nos quería a los tres juntos, ¿pero con las demás? ¿Sobre todo ahora que Yukinoshita se había ido a seguir con su vida? Tuvo al menos la decencia de no excederse tanto cuando estaba en mis momentos más bajos, pero cuando me recuperé fue... no fue bonito.

Con Kawasaki la cosa no fue tan mala porque aunque ella sin duda intentó hacer un avance, tampoco estaba tan interesada como para meterse en un drama amoroso, encima tras que el último que vio saliera tan mal, por lo que a lo máximo que se llegó fue a una salida 'de amigos' que se repitió un par de veces más.

Con Orimoto, dios la bendiga lejos de mí, las cosas fueron un poco más escabrosas. En todo momento dejamos en claro que no nos interesabamos de esa forma. Ella solo quería un amigo y yo quería un momento de respiro, por lo que nuestras charlas no tuvieron ningún tinte romántico... No quita que, una vez enterada de nuestro pasado, Yuigahama no paró de atosigarme con preguntas cada vez que la nombraba. Fue casi aterrador, pero por fortuna se calmó con el tiempo. Luego, cuando Orimoto se fue de nuestras vidas, eso ya casi está olvidado.

Pero Irohasu... Dios, ese demonio no me tuvo piedad. No solo estaba interesada en mí, sino que también estaba encantada de insinuarme cosas CON Yuigahama escuchando. Se divertía enojándola, diciendo que 'era emocionante' y que 'era un juego divertido'. El trio de aduladores de Hayama lo encontró gracioso al menos, pero las miradas que me daba a mí a pesar de ser una pobre víctima me hacían querer llorar.

Yuigahama es una buena chica... como se suelen mostrar las yandere. No digo que sea una yandere porque al final nunca fue mínimamente violenta con cualquiera de nosotros. Solo se enojaba, me miraba y lanzaba comentarios, pero nada más. A lo mejor era un poco tóxico, pero tampoco es que me negara las salidas, me hiciera sentir mal o hiciera cosas como pedirme el celular.

Ella solo... es celosa. Se llama a si misma 'egoísta' y aunque tiene sentido, para mí es celosa... Y ahora, tras años de calma, de repente apareció una Idol medianamente famosa y extremadamente hermosa que me dio apodos lindos a su vez que quiere seguir los pasos de Isshiki.

... Fue una fortuna que Yui quisiera irse con Ai-san. Puede que ahora se esté quejando fuertemente de esto con sus amigas malvadas, pero mientras no diga el nombre de Hoshino Ai, podré sobrevivir. A lo mejor mañana me pida una salida 'de amigos' pero conociendo a Yuigahama, a mitad de camino se empezará a sentir mal consigo misma por pensar así y querrá compensarme en nuestro 'salida de amigos'.

Yuigahama es una buena chica, y eso la hace incapaz de ser lo suficientemente mala para hacer cosas peligrosas. No dudo que cuando las cosas se calmen, si es que lo hacen, ella intente hacerse amiga de Ai-san o por lo menos ser amistosa. Todo depende de cuanto me quiera destruir esa Idol malevola por su entretenimiento.

¿Acaso este es el amor que estás buscando, Ai-san? Porque si es así, he fallado como maestro y tú como amante. Por favor recapacita.

—...

...

...

Estaban dando un espectáculo... curioso. No es de mi estilo y si soy honesto, me desagrada un poco, pero aun así soy capaz de reconocerles el esmero que están poniendo en esas mentiras. Los bailes, las voces, las sonrisas, los ojos; todo estaba hecho a la medida para generar una reacción de afecto parasocial que cautiva a cualquier hombre desprevenido. Claro que hay mujeres, pero el núcleo, los que dan dinero, son los perdedores.

Yo soy un perdedor. Soy su publico objetivo, y sin embargo...

¡Que genial! ¡B-Komachi, B-Komachi!— Komachi, mi hermana querida, no piensa como yo. Ella, lejos de mis problemas personales con esa musica y lo que representa, solo disfruta de una banda que casualmente tiene el mismo nombre que ella. Solo por eso vio un par de videos y se enamoró de la cantante estrella, la que se roba las miradas de todo el que la observa brillar.

Ella brilla mucho, si... tanto que te quema. Te destruye. Así es como es Hoshino Ai.

... Sigh— Si soy honesto, no es que no pueda apreciar su musica por motivos netamente ideológicos. Aunque me cueste admitirlo, hay un sesgo dañino producto de unas ciertas experiencias del pasado. Cuando pienso en Hoshino Ai, pienso en muchas cosas, casi ninguna buena. Ante todo, pienso en su crueldad interior y el cómo traicionó la honestidad que creí ella valoraba.

Ella valora más las mentiras. En lugar de mantener sus creencias, decidió abrazar una comoda falsedad. Un cómodo 'amor' como le gusta llamarlo... Y, al final, tras haber vivido mi comedia romántica, supongo que no estuvo tan equivocada. Al final lo genuino no te llevará por el mejor camino. Trae desdicha, sufrimiento y dudas que nunca se responderán. Para mí esa es la magia de lo genuino, pero no está mal rechazar ese camino.

Además, ¿quién soy yo para cuestionar a Hoshino Ai? Ella terminó ganando nuestra discusión tras dejarme vencer en solo unas pocas palabras. Como la vencedora, no puedo hacer nada más que arrodillarme ante ella, desearle lo peor y que al final de nuestras vida le demuestre que mis creencias eran las correctas. Que el Hachiman de 100 años le diga a la tumba de Ai que se lo dije.

... Aunque, quizás, la contaminación me impide poder respirar hasta llegar al cementerio. No es que importe cuando me pasaré esos días encerrado en mi casa, pero aun así...

¡Sign wa B~!—

Hoshino Ai es una chica hermosa que solo aumentará su belleza con el tiempo. Ya desde que la conocí hace años me di cuenta de que su destino siempre será atraer las miradas del mundo. Está grabado a fuego en su cara, en sus movimientos, en su presencia y sobre todo en esos ojos estrellados que no dejan de darme sensaciones extrañas de malas manera, pero no quita que te invitan a perderte en ellos.

... Je, casi sueno como uno de sus fans, pero no puede estar más lejos de la realidad. No soy ni seré fan de Hoshino Ai. Podré ser un perdedor, un desesperado, un chico con el corazón roto y alguien que ansía el amor de alguien, pero incluso así, jamás me rebajaría a amar una mentira. Jamás dejaría que el falso amor de Hoshino Ai me llegara. Puede bailar, cantar y prometerme amor sincero, pero todo es una mentira.

Si Hoshino Ai ama a alguien, claramente no somos ninguno de nosotros, simples mortales.

... Onii-chan es asqueroso, ¡pero Komachi te quiere igual!— Mi respuesta fue mirarla y, sin decir nada, darle el vaso de jugo de naranja que preparé con todo mi amor. Soltando un gracias adorable, Komachi bebió como si fuera una niña pequeña mientras yo iba a encargarme de mis propias cosas.

Yukinoshita Yukino se habrá ido de mi vida hace meses, pero no quita que sus consecuencias son algo que me perseguirá de aquí hasta el final. Tengo que esforzarme en levantar mis notas si quiero por lo menos tener un futuro decente. Kawasaki y Hayama están ayudándome a ponerme al día con las cosas que no entiendo mientras Zaimokuza trata de ser mi orador motivacional.

Y lo peor es que le sale bien. ¿Por qué diablos me inspira lo que me dice? ¿Será por su voz? Un Zaimokuza que decida usar sus poderes de convencimiento para tratar de engatusar a más gente a sus delirios es peligroso. Ya está a un par de pasos de convencer a Totsuka de leer sus 'libros' que son, en mi honesta, una colección de fetiches medianamente bien enmascarados en una trama promedio... Y lo digo con todo el afán de halagar.

Zaimokuza ha crecido como escritor, Hayama está destacándose como el mejor de la clase, Miura ya dejó ir su enamoramiento por Hayama, Kawasaki logró hacerse de un grupo de amigas e Isshiki se convirtió en una Presidenta del Consejo Estudiantil increíble, con un poder de convencimiento que me es horriblemente familiar. Es como ver a una Haruno-san un poco más linda y no tan manipuladora.

Que no quita que me siga forzando trabajitos aquí y por allá. Menos, pero aún tengo que tomar las responsabilidad según ella... mas no quita que la Isshiki de hoy es un paso por delante de la que conocí. Y ni hablar de Yuigahama, que se ha convertido en una universitaria antes de serlo. O como Tobe se volvió un tipo agradable. O como los dos cualquieras se consiguieron novias.

Totsuka planeando ser maestro de educación física, Sagami arreglando sus problemas personales para volverse una chica muchísimo más agradable, que Tsurumi Rumi tenga un grupo de amigos o que Orimoto quisiera tener una 'cita' conmigo no porque me tuviera lástima, sino porque genuinamente quería experimentar lo que pudo haber sido.

Todos están avanzando... Por eso...

También tengo que avanzar...

Ya no puedo quedarme quieto.

Decidido, subí a mi habitación dispuesto a enfrentar la tarea que he procrastinado mientras escuchaba a Komachi felicitarme como una mamá orgullosa.

... Cuando pienso en el pasado, pienso en un montón de cosas. Pienso en mis padres, en Komachi, en Yukinoshita, en toda la gente que conocí en Sobu, en mis cientos de rechazos amorosos, en Orimoto... Todas esas cosas me fueron muchísimo más importantes que lo que tuve con Hoshino Ai. No es porque no me afectara ni mucho menos, pero todo eso queda empequeñecido si pienso en todo lo demás.

Cuando vi en qué se había convertido, por supuesto que despertó algo en mí. Rechazo principalmente por todo lo que para mí representan las Idols y cómo manipulan a hombres sensibles que pudieron ser yo. Ya cuando me quito el desprecio, me queda algo de lástima por lo que terminó convirtiéndose, pensando que ella era una chica que no quería esconderse detrás de una máscara.

Y luego, si hablo de su música, simplemente no es mi estilo, aunque le puedo reconocer el esfuerzo, así sea mal enfocado. Pero su música me es indiferente, y es ahí a donde quiero llegar. Para mí, Hoshino Ai por mucho, mucho tiempo, me fue indiferente en el sentido de que me olvidé de ella. No pensé en esa experiencia, mucho más dolido por lo que terminó pasándome en Sobu ni tampoco es que me sintiera con derecho sobre ella por haberla conocido de antemano.

No la veo como un fanático. Tampoco como alguien importante en mi vida. Y sin embargo... no puedo negar que en el poco tiempo que nos hemos vuelto a poner en contacto, ella ha hecho todo lo posible para volverse una constante imborrable en mi vida. Desde nuestras charlas, su belleza mentirosa y como me ha hecho experimentar cosas que, sinceramente, podrían dar lugar a malentendidos.

No soy de los que abren fácil y estoy seguro de que ella tampoco, pero es innegable que se está formando un vínculo entre nosotros. Nos estamos uniendo a una velocidad que no creo sea la esperada para ambos. Diré que ella es de las que parecen necesitar una relación que le ayude a lidiar con algunas cosas molestas si se me permite inferir demasiado, pero nada tan romántico como Yuigahama teme.

Ella es rara, todo un caso seguro. Al ver a sus sobrinos, me doy cuenta de que, en realidad, podría ser algo genético que les haga ser un caso de estudio sus vidas; no me quiero imaginar en qué se van a convertir esos bebés cuando puedan caminar de un lado a otro. Diré que temo un poquito por mi seguridad, pero bueno, dudo que los vuelva a ver cuando nuestra relación concluya.

—...

Todo esto terminará y eso es algo que ya tuve asumido desde el comienzo. Hoshino Ai es una Idol cada vez más popular que tiene que seguir progresando. Tiene que escalar, irse de este lugar cuanto antes para no solo escapar de esta zona no digna de ella, sino también del posible escándalo que podría ocurrir. Ai-san es una celebridad que está destinada a dejar un legado en la vida de las personas y ese no es un lugar en el que alguien como yo pueda estar, ni como amigo.

Es en parte el motivo por el que la detuve de contarme cosas más personales aquel día en que durmió aquí. No solo porque sé que ella estaba atontada por la falta de sueño, sino porque sería crear algo que no puede ser creado, algo que será destruido en cuestión de meses a lo máximo. Ella lo debe saber y tal vez por eso mismo es tan confiada conmigo: porque es algo que un día va a terminar.

—... Aunque no cambia que es más emocional de lo que deja ver.

O quizás más parecida a mí sería la manera de verlo. Claro, nuestras creencias son opuestas, pero creo que tenemos varias cosas en común. Al menos, creo que nuestras creencias nacen de un lugar similar y nuestra renuencia a haber buscado otro camino por tantos años es familiar. De no haber tenido a nadie conmigo, habría sido como Ai-san, solo que sin popularidad, feo y no teniendo donde caerme muerto.

... Pero las Idols tampoco duran toda la vida, ¿no? Por triste que sea, no importa tu talento cuando llegas a cierta edad. Claro que en la sociedad actual en la que las tecnologías están abriendo muchas puertas es posible que ella sea capaz de seguir explotando su fama al público, pero son solo pequeñas conjeturas que hago basadas en pensamientos nacidos de la ducha.

Pero tiene familia, y eso siempre ayuda. Arreglar las cosas con mis padres es lo que me ha permitido seguir viviendo y no morirme de hambre en la calle. Komachi, siempre un amor, me ha hecho darme cuenta ahora más que nunca de lo importante que es tener apoyo incondicional. Y cuando salgo de la familia, tengo a Yui a mi lado y también, para mi desgana, a esas dos molestias. E incluso todos los amigos que hice en el pasado están ahí apoyándome aunque no estén ahí, como si esto fuera un manga shonen.

Por eso creo que, al final, Ai-san estará bien. Tiene a su hermana y tendrá en el futuro lindos sobrinos que, seguro, la amarán con locura. Creo que su representante, el tal Saitou, también aportará mucho en los siguientes años. Creo que Ai-san está muy bien acompañada y tendrá el apoyo que necesita.

...

...

... Aunque, es verdad que su vida no fue tan simple. Al menos esa fue la impresión que me dio en su momento, incluso cegado por mi odio infantil.

Esquivar cualquier clase de mirada ofensiva por parte de mis estúpidos compañeros es una tarea en la que ya estoy inmerso hasta lo más hondo. Bajar mi presencia al mínimo, caminar haciendo cero ruido y manteniendo la mirada lo suficientemente gacha para no mirar a nadie pero tampoco hasta el punto en que llame la atención. Estoy orgulloso de decir que en toda esta semana solo el idiota que me pidió un lapiz notó mi existencia.

... Y ahora que lo pienso, el idiota no me lo devolvió, ¿no? Pero no es una mala persona por lo que he analizado, al menos no comparado con los demás, asi que quizás solo se le olvidó. Eso habla muy bien de mí: mi plan para pasar desapercibido del mundo está funcionando. Mi habilidad especial está creciendo a pasos agigantados. A este paso podré empezar a borrar memorias de la gente.

...

Pero... Si, quizás debido a que estoy ocultándome a tal nivel es que, ahora mismo, estoy sufriendo del éxito. O torturado más bien, porque no hay otra forma de describir la escena que se desarrolla a literalmente dos metros de mí. Allí, sin que ninguna notara que yo ya estaba aquí comiendo mi almuerzo, se ponen a 'hablar' de cosas que de seguro me ganarían una buena cara de asco si me llegan a notar.

Ese es el predicamento que me obliga a no levantarme. Tratando de comer pese a que mi estómago se volvió un bulto minúsculo, achicharrado del pánico, en pos de camuflarme con el entorno a un grado mental, sufrí de una charla entre tres chicas de primer año, siendo el centro la que más desprecio.

¡Ya te digo que mi familia es suuuuper pesada! ¡No paran de controlarme! ¡Es muy molesto, ¿no creen?!— La chica de voz nasal y lentes más gruesos que el estereotipo de fujoshi promedio no paraba de hablar. Que si su perro deja pelos en su cuarto, que si su hermano mayor es un bruto, que si el pobre diablo con pésimo gusto no deja de querer una cita y ahora está hablando de sus padres. De los controladores que son.

Je, hablando de quejarse del agua en tus pulmones al tipo que se deshidrata en el Sahara.

Ni me lo digas. ¡Mi 'dulce' hermanito no deja de tocar mis cosas para molestarme! Le digo a mi mamá que lo detenga, pero ella está más preocupada en ver sus programas. De verdad, ¿qué tienen de interesante los programas de concursos? ¡Todos sabemos que están arreglados!— La que le sigue es una chica relativamente más atractiva y que siempre ha sido cercano a la rarita pero 'simpática del salón'. Las malas lenguas dicen que es solo por simpatía.

¿Yo? Según lo que le he visto, esta chica no deja de robarle pequeñas y casi imperceptibles miradas a los pechos de la rarita, que son... eh, s-si, son grandes. ¡Pero! yo puedo verlos, admirarlos y ser juzgado hasta la muerte porque es lo que se espera de mí, PRINCIPALMENTE de mí, pero que lo haga una chica es...

... Si, mejor no meterse en eso. No vaya a ser que alguna chica lea la mente: con ellas todo puede ser. Son el ente del mal que todo lo ven y todo lo juzgan. Todas son malas menos mamá y Komachi... Bueno, quizás exagero. Madre no es que sea precisamente la más devota de mí... o la más presente para el caso.

... Hm, a lo mejor Komachi tiene razón en que soy demasiado pesimista.

¡Ya lo suponía! Ese chico, con todo respeto, parece que solo puede pensar en cómo hacer sus 'bromas'. No le vendrían mal tener mejores modales— La chica más acomodada socialmente asintió como en piloto automático mientras yo trataba de no procesar nada de lo que dicen. Por el bien de mi salud mental y de todos los hombres o niños que son destruidos verbalmente por las mujeres cuando no los ven. Estoy con ustedes porque soy su hermano.

Estaba comiendo a un ritmo lento. No solo porque tengo las ganas de comer que un señor de 98 años con problemas de presión en un festival de hamburguesas, sino porque seguir comiendo ayuda a camuflarme con el entorno. Si ya no como, me veré obligado a ser ese chico raro que no se movió y escucha sin permiso. Mientras esté comiendo, tengo algo a lo que aferrarme, una manera en la que podré defenderme.

¿Y tú qué piensas, Hoshino-chan? ¿Tienes problemas con tus padres?

Ugh... ¿Por qué los Dioses me odian tanto? A este paso me voy a convertir en el nuevo Tokisada y haré del cristianismo la nueva religión dominante, con cruzadas y todo. Será glorioso y aún más cuando la Inquisición Española me avisa con antelación que me visitarán para decirme que hice un buen trabajo. Por supuesto que la idea de Hachiismo seguirá viva en mi corazón, pero estoy dispuesto a sacrificar mi amor por el odio.

Odio, como lo que le tengo a Hoshino Ai. La odio. Es la peor. Se cree la gran cosa con su honestidad grosera y porque es una chica linda. Como es mi kouhai (ugh) de repente está bien que haga todo lo que quiere porque todos la van a defender. La dejan pasar, le abren paso como si fuera el rio y ella una versión anime de Moises. Seguro Nasu podría sacar algo así, una versión Alter más bien.

Tch. Hasta tiene los ojos aterradores. Esas estrellas simbolizan todo el mal del mundo y no debieron nacer.

... Bueno, no tengo un pensamiento en concreto— Su voz sonó extrañamente apagado, lejos de la bravuconería o arrogancia que la caracteriza. También un poco más débil. —Papá, mamá, hermanos... Yo no tengo ninguna opinión de nada de eso. Lo siento, supongo.

... Bueno... Esto es incómodo...

Las dos chicas pensaron lo mismo a juzgar por ese silencio incómodo. No las vi: no me atreví a hacerlo por temor de llamar su atención, pero seguro se sienten incómodas también. De repente ya casi que me dieron ganas de donar mi comida a caridad, pero aun así me forcé a seguir comiendo, queriendo no pensar en todo eso. Al fin y al cabo, no importa cuanto se quiera hacer la víctima, Hoshino Ai es la peor.

Hoshino Ai no ama a nadie. Cualquiera que intente abrirsele a ella terminará arrepintiéndose y con traumas. Volviendo cada vez más grande la llama del odio que arde en mí fue que encontré el hambre suficiente para seguir con mi mentira. A pesar de que las mentiras son lo peor y estoy cansado de que me mientan, nada me quita que es una estrategia que puedo usar porque todos la usan conmigo.

Ya no le presté atención a lo que estaban hablando o si es que hablaron de algo para empezar, pero me da igual. Seguí con mi espectaculo propio de un solo hombre y sin público hasta que tocó la campana. Cuando sonó, en lugar de esperar a que se vayan o siquiera mirarlas, me levanté muy rápido para irme antes de que puedan procesar que estoy aquí. No las miré: no es que esperara que ellas me hicieran algo.

Con algo de comida restante que tiraré a la basura cuando tenga tiempo, me fui de ahí. Creí escuchar un sonido, alguien hablándome, pero seguro eran solo delirios míos.

... Bueno, ahora con el poder de la retrospectiva que me brinda el ser adulto, me doy cuenta de que esa chica de gafas gruesas, sospechosamente, siempre andaba rondando a mi alrededor casi cada momento en el que podía respirar o lo intentaba. Era una chica rarita como pocas al menos en lo visual y no es que tuviera muchas amigas. ¿A lo mejor quería 'mandarme señales' y eso fue lo mejor que se le ocurrió?

Una pena que nunca me hablara es lo que pensaría mi yo de ese entonces. Ahora, agradezco que nada surgiera de eso; dudo seriamente que las cosas hubieran terminado ni la mitad de bien que con Yukinoshita. Y si, sé cómo terminó todo con Yukinoshita. Si no estuve preparado para manejar un rechazo de ella, en ese entonces no podía ni manejar una amistad. Una pena por ella, supongo.

... Aunque bueno, creo que ella me demostró que, incluso en los peores momentos, siempre puedes encontrar una forma de destacar si tienes la mentalidad correcta. A veces tu nula autoestima te impide ver lo que podrías tener si abrieras los ojos.

... Je, si, sueno como salido de un manga. Y no uno bueno.

—... Pero bueno, basta de recordar cosas inútiles.

Hoshino Ai, la chica que sí importa para este momento, es todo un enigma. Es encantadora, dulce, hermosa y con deseos de tener cosas tan simples pero hermosas como vínculos genuinos... pero, como toda mujer, como todo humano más bien, posee una oscuridad que puede aterrar a las personas. No estoy de acuerdo con la idea de ser mentiroso, pero es lo normal y esperado. Lo que te 'hace feliz'.

Nadie quiere que vean su peor cara, sus defectos. Ni Yuigahama, ni Yukinoshita, Ni Hoshino Ai... y, a veces, yo tampoco quiero eso. Por más que luche con ese impulso, hay veces en las que es incontrolable y digo mentiras. Oculto hechos. Le oculto a Yuigahama mi conexión más cercana con Ai-san, asi como también le oculté sobre que hasta hace muy poco me seguía afectando de sobremanera Yukinoshita.

Ni hablar de que básicamente le obligué a Ai-san a no decirme cosas personales que cambiarían nuestra relación. Y por más que eso fuera lo correcto, que no fuera lo mejor decirme lo que fuera a decirme, no quita que eso fue una ofensa a todo lo genuino que digo defender. Soy un hipócrita en toda regla y... bueno, supongo que parte de crecer es lidiar mejor con eso que ayer.

Hoshino Ai tiene sus conflictos, sus problemas, varios que son muchísimo más graves de lo que deja ver. Una parte de mí desea entenderla, poder saber cómo ayudarla y, quizás, comprender de mejor manera qué es lo que la convirtió en lo que es hoy. Por supuesto, al final esto es solo una tutoria que es más que nada una lluvia de ideas. No estoy para ser su amigo íntimo y es algo que ambos sabemos.

... E incluso si ambos quisiéramos ser amigos íntimos, nuestros mundos de diferencias nos lo impedirán. Ser amigos casuales y, tal vez, conocerse lo suficiente para explicar las cosas necesarias que nos permitan formar de ese tipo de relaciones que no olvidas fácilmente. No puedo saber más allá de eso...

...

...

Hiratsuka-sensei, deje de intentar golpearme. Es un fantasma. Y no está muerta.


—Al final no pude dormir...

Lo intenté. Todos saben que lo intenté, pero al final el poder del cansancio extremo de alguna manera te hace sentir cansado para descansar. Cerrar los ojos y entregarme a la dichosa inconsciencia temporal suena a mucho trabajo, asi que decidí que bien podría ponerme a leer un libro de calidad de la más fina para los caballeros como nosotros, una que está por vivir un suceso de lo más dramático.

Pensar que el pervertido va a morir en el Volumen 11 de todas las cosas. O sea, si, sé que revive porque existe porque la serie sigue vendiendo a pesar de esto. Me niego a creer que este publico siga leyendo una historia que se atreva a quitarnos algo de la fantasiosa irrealidad que nos quieren vender. No dudo que haya un power-up o por lo menos un momento de heroicidad posterior.

... Aunque si, es un poco triste, ¿no? Y la dragona también le da un toque. Algo en un personaje kuudere que está viendo algo desgarrador enciende una presión en el pecho que es satisfactoria. Por supuesto, que sea una niña literal impide que me lo pueda tomar de otras formas, pero tampoco es mi intención. Creo que Ophis será una linda imouto para el protagonista cuando pase el tiempo.

... Espero que sea una imouto, autor-san. Koneko es lo más que puedo aceptar.

Por desgracia no tengo el siguiente volumen en mano, por lo que una vez terminé de leerlo lo que me quedó fue un extraño vacio que viene cuando te escapas del mundo de la ficción. Es un sentimiento extraño que puede ser llenado si agarro otra cosa para leer, pero, por respeto al autor y al protagonista, estoy dispuesto a darles un minuto de silencio.

—...

...

...

¡POM!

—¡I-I-ITAAAaaa...!

... Por mucho que quiera admirar los buenos momentos de la literatura basura, es difícil cuando mi departamento está siendo ultrajado por la peor ladrona de la historia. En este punto estoy temiendo que me rompa algo importante y ya me doy una idea de quién puede ser, por lo que suspiré, todavía más cansado que antes, si eso era posible.

—Las llaves de repuesto están debajo del cojín del sillón. Dejalo colgado en mi lado de la puerta y déjame procesar el duelo, ¿si?— Pude intentar amenazarla con destruirle la vida social si no hacía lo que quería, pero tras escuchar unos cuantos minutos a esa mujer haciendo sonidos de un ataque psicotico, me di cuenta de que, en el mundo, efectivamente hay gente que la pasa peor que yo. Que se enoja más.

Ellos ya sufren lo suficiente.

—... G-Gracias.

Mi respuesta fue una sonrisa torcida, pero nada más. Ya aceptando que el mundo del espectáculo es uno lleno de gente brillante a la par que loca, me pregunte desde cuando estos son problemas con los que tengo que lidiar. Recuerdo cuando mis mayores miedos eran una familia de clase alta relativamente normal más allá de una mujer de tantas máscaras. A este paso el chiste del acosador asesino se va a volver realidad.

Mientras la mujer a la que no le vi la cara pero cuya voz me suena familiar se despedía casi que llorando, me di cuenta de que lo que debo ver ahora no es otra novela complaciente que atienda mis deseos más primitivos, sino Love Live. Necesito que me vuelvan a mentir sobre que las Idols solo traen felicidad y no dolores de cabeza.

¿Es una mentira? Si, pero parte de crecer es que quieres que te mientan, asi sea por un tiempo.


—...

—...

Al día siguiente, luego de que durmiera lo mismo que mis padres un día laboral, Yuigahama me envió una solicitud amistosa que de amistosa no tiene nada para reunirnos a tomar un café para celebrar. Como el hombre inteligente que soy, le terminé diciendo que tenía cosas importantes que hacer que me impedían concretar esa tan increíble reunión para mi absoluta pena.

Entonces ella amenazó con decirle lo que pasó ayer a Miura y no tuve otra opción.

Obligado a tener que aguantar este suplicio por culpa de mis errores del pasado, tenía un café mediocre a mi servicio y un pedazo de pastel de frutilla que se ve de bueno lo que tiene de caro. El desgraciado me costó un dineral que se triplicó cuando Yuigahama pidió TRES porque no comió nada anoche... y lo peor es que, conociéndola, me lo creo.

Yuigahama es como esas amigas que se ponen celosas cuando consigues novia o te interesa una chica que no es ella. Como conocedor del fino arte de tener conocimiento inútil en mi cabeza, tampoco es una idea que tenga taanta validez... pero en este caso si, porque todo nace de que Yuigahama y yo tenemos una relación complicada, a un par de pasos de destruir todo o de besarnos.

Y encima es una chica celosa.

—...

—...

No ha tocado ni su café ni los dos pedazos de tarta que me obligó a comprar: tan solo me mira, esperando el momento para clavarme sus colmillos. En esta cafetería por la que no pasa mucha gente a esta, tenemos también la gracia de relativa privacidad, lo que es bueno, pero también me quita ese aire de seguridad de que no va a ocurrir una escena. De que no va a ocurrir ese tipo de conversación que tanto temo.

Sé que Yuigahama... Que Yui es una amiga querida y que su preocupación constante de mi inexistente vida amorosa nace, aparte de los celos típicos, por una genuina preocupación hacia mí como persona. Entiendo que nadie, especialmente yo, quiere que vuelva a ocurrir otra Yukinoshita Yukino. Es imposible dado todo lo que ha cambiado desde entonces, pero es un miedo respetable.

—...

—...

Pero esto es definitivamente por los celos.

—... Yui, deja de mirarme así. Actúas como si te hubiera sido infiel— Si bien no es la mejor manera de calmar una situación, sí que era la mejor forma de obligar una interacción. Sus sojos por un segundo se volvieron peligrosos, casi como los de una leona a punto de morder a este pobre venado, pero enseguida se calmó a un nivel humano.

De verdad das miedo así, Yuigahama.

—Hikki, decirme eso a mí de todas las personas es cruel, ¿sabes?— Por supuesto, Yuigahama no es tonta, mucho menos a nivel sociable. Toda esta tensión cuasi-sexual ella ya la tiene estudiada y la permite por consideración a mí. Golpeándome con una indirecta bien directa, puse mala cara de puro instinto, lo que provocó que ella sonriera un poco. Solo un poco, y en un par de segundos volvió a la típica mirada enojada un poco adorable.

Calmando mi corazón y evitando decir algo tonto, empecé a jugar con mi taza de café, sin mirarla, como si no fuera cosa mía.

—Pero es la realidad, Yui. Sé que nuestra relación es... complicadamente profunda por llamarla de alguna manera, pero hay cosas y cosas. Una cosa es que de repente una chica quiera pasar más tiempo conmigo del que le recomiendo y otra es ser amistoso con una simple vecina. No es una lucha por la que valga la pena sufrir.

—¿Ni siquiera por ella?

—...

... Por supuesto, más allá de su enojo o no, de si está justificada o no, no cambia el hecho de que esa vecina es todo menos simple. Incluso si no es una estrella mundial aún, nada quita que Hoshino Ai es una Idol que encandila a casi todo el que la ve. Es linda, de personalidad magnetica y con un encanto fuera de este mundo. También tiene unos ojos que me generan sensaciones no gratas, pero suman a su belleza de cierta forma. La vuelve más irreal.

Una Idol hecha y derecha... Esa mujer, tan inalcanzable para muchos y que es capaz de atrapar en sus redes a los bastardos como yo, es la que tengo de vecina. Como un tipo que puede ponerse en el lugar del otro, comprendo bien que los celos en este caso están muy, MUY justificados. Si, son irracionales, pero dudo que cualquier chica que conociera en el pasado no se sintiera al menos un poco cohibida. Ni Haruno estaría tan tranquila.

... Ugh, acabo de imaginarme a Haruno como mi novia. Ahora eso sí es irreal. Y de miedo. Dios me libre a mí y al pobre desgraciado que terminará casándose con ella: al idiota le espera una vida de sufrimiento.

—... Mira, Yui, sé que puede parecer un poco alarmante. Entiendo que desconfíes y que te preocupes por mi salud. No soy tan desagradecido— Incluso si no creo que sea la principal motivación de sus temores, es agradable escuchar que tienes un motivo más noble para hacer lo que haces, aún más si sientes y es verdad. Al ver como su rostro se relajaba, vi que iba por el camino correcto.

—...

—... Pero aunque lo entienda y de verdad que lo hago, no tienes que preocuparte— Puede que no sea la persona más apta para esto y que de seguro me veo raro, pero bajé el tono a uno más afable e intenté poner mi mejor cara de buen chico. Por lo menos confio en que ella no se va a reír a diferencia de sus 'queridas' amigas. —Nada va a pasar entre ella y yo. No solo no debe, sino que tampoco se va a poder. Somos de mundos distintos.

¿Ser el novio de Ai-san? La verdad, y quitándome la careta al completo, es que una idea que no me disgusta a nivel superficial. Por mucho que ella tenga un equipaje pesado detrás suyo, nada le quita su apariencia hermosa, su personalidad relativamente entrañable y que, en los momentos de sinceridad que tuvimos, la sentí como una chica con la que me gustaría charlar de cosas más íntimas.

Pero es solo un pensamiento pasajero, un remanente de las hormonas que todavía no se han reducido a niveles normales del todo, a mis propias fantasias en mis momentos más fantasiosos y a tener que verla bailar tanto en esos videos suyos que a veces, quizás, en momentos muy oscuros, me pongo a verla de... cierta forma. De formas que hasta hace nada era ilegal y es por eso que no es lo que están pensando. Nadie puede comprobarlo.

Pero chistes a un lado, Hoshino Ai es a simple vista una chica atractiva, de personalidad superficialmente agradable y con una profundidad emocional que, al menos en mi caso, me hace quererla como persona. Todo eso es NADA cuando tomamos en cuenta que es, de todos los trabajos posibles, una Idol. Una acumuladora de otakus tristes. La imagen misma de la pureza que no debe ser manchada.

Nunca va a salir nada de eso. No puede y no quiero.

—... Hikki— Por mucho que Yuigahama sea una chica celosa que quiere reclamar propiedad sobre mí a cualquier costo, no quita su bondad interior ni su conciencia social. Ella entiende a qué me refiero cuando hablo así. Entre el alivio que veo por entender lo imposible que es una relación y el conflicto interno por todo lo que conlleva el pensar en qué tipo de vida le espera, Yuigahama se relajó.

—... Ella tampoco espera algo diferente. Ya sabes como son los de su tipo. Probablemente ya esté viendo posibles nuevos departamentos en los que vivir. La gente de su tipo se mueve mucho. No pueden estar seguras por siempre— Al final nuestra relación tiene fecha de caducidad por pura lógica. Más allá de si en algún punto ella se volverá como Kawasaki en el sentido de que nos recordaremos con suficiente cariño para estar al pendiente de la vida del otro mediante redes sociales, nada más ocurrirá.

Una comedia romántica dura lo que requiere la trama y todo apunta a que Ai-san es solo un trampolín que quiere llevarme a dejar las cosas claras con Yuigahama de una vez por todas o algo peor. Es solo un personaje secundario en mi vida mientras ella me tiene como su terciario que será relevante en un solo arco.

—... Um...— Yuigahama bajó la cabeza, entre contenta porque sus miedos no van a hacerse realidad y compasiva de imaginarse lo que le espera a Ai-san en el futuro. Hemos escuchado historias y estoy seguro de que Yuigahama, como mujer, está mucho más al pendiente de los peligros que corren las mujeres, especialmente las que atraen a hombres problemáticos como vocación.

Solo espero que esto no se vuelva algo que recordaremos cuando ocurra una tragedia nacional y lo veamos por la televisión, sin poder hacer nada porque nos negamos a participar. Odiaría que una chica con tantas ganas de crecer acabara así. Si por lo menos puedo enseñarle a amar, al menos podré dejarla ir con la conciencia tranquila. Al menos habré hecho algo para mejorar su vida.

... Sé que pienso muy mal de todo, pero... tengo un mal presentimiento sobre todo lo que rodea a Hoshino Ai. Y es un presentimiento que Yuigahama comparte al parecer, así sea por otros motivos.

—Yo... Yo...— Intentando hablar las primeras veces sin éxito, finalmente Yuigahama levantó la mirada, mostrándome una expresión que, a pesar de cargar un poco de lástima, no dejaban de estar rebosantes de una felicidad egoísta. —Tienes razón. ¡Me preocupé por nada! Nada va a salir de eso y ninguno de los dos lo quiere. ¿En qué estaba pensando? A veces soy tan tonta...

—... Si... A veces.

Dejar de lado las incógnitas en favor de centrarse en la comodidad que trae la felicidad sin agujeros a los que prestar atención es algo que no apruebo... y es ahí en donde diferimos. Incluso si Yuigahama no lo va a olvidar y puede que de vez en cuando piense en ello, su lado más humano le hace querer centrarse, al menos exteriormente, en lo que le afecta personalmente a ella. Así es como fue capaz de 'perdonar' a Yukinoshita.

No la perdonó. Simplemente... ya no piensa ni habla de ella, al menos no como antes. Claro que la menciona si surge el tema y conmigo es capaz de recordarla sin problemas, pero hay una lejanía, una falta de 'sentimiento' cuando ella es parte del tema. E incluso en los raros casos en los que se muestra emocional, siempre es a un grado similar al que tiene cuando recuerda a Sable.

¿Yuigahama, entonces, odia a Yukinoshita?... Ja, ojalá. Estoy seguro de que ella preferiría no sentir su fantasma a un nivel tal que no es sano. Ya sea recordando a su amiga, a su inspiración o a la chica que 'se robó' al chico que le gustaba para después decir que eso no es lo que quería, Yuigahama piensa mucho en Yukinoshita. De buenas y malas maneras.

Pero no expresa nada. No quiere ser genuina al respecto. Y yo...

—¡Bueno, vamos a comer! Aah, el café se enfrió. Que pena.

... Solo puedo aceptar que, en nuestra relación, ambos cedemos en cosas que no nos gustan.

—Si... Es una pena.

Sonriéndole de forma medio sincera, comencé a comer primero mi tarta porque el café nunca puede estar lo suficientemente frío.

Y así, fue que comenzamos a comer mientras empezamos a tener una charla ociosa sobre cosas mundanas. Aprendí cómo le estaba yendo a su mamá, que Sable está un poco deprimido desde el papá de Yuigahama fue a un viaje de negocios a Hokkaido de todos los lugares y que parece ser que a Kawasaki le fue muy bien en sus examenes, algo que podemos saber gracias a que tenemos un poco de contacto debido a Ebina.

Por mi parte, le conté que Zaimokuza está de a poco teniendo una gran vida según sus propios deseos, que Komachi me comentó esta mañana lo aliviada que está de que todo finalmente terminó, sea lo que dolorosamente sea y que Hayama, de todas las personas posibles, me felicito por haber terminado otro año.

Por supuesto que ella también se sorprendió y no la culpo. Tras que todos dejáramos Sobu para ir por nuestros propios caminos, Hayama perdió el contacto con todos casi que de un momento a otro. No sigue a nadie porque, para empezar, nunca tuvo ni siquiera un Line; es una de esas cosas que te hacen replantear qué clase de persona se escondía detrás de su máscara de príncipe.

Pero lo peor no fue la felicitación de Hayama, sino que, como no tiene ninguna red social ni mi número, quien me envió el mensaje de parte de él fue...

—¡¿Haruno-san?!

—S-Si. Pero no lo grites tanto.

—Ah. ¡L-Lo siento!— Mostrándose muy avergonzada, Yui se quedó en silencio hasta empezar a casi que susurrar. como temiendo ofender a alguien. —Pero es que es increíble. Haruno-san de todas las personas... Es muy raro, ¿no?

—Y que lo digas— En el instante en que todo terminó con Yukinoshita, también lo hizo con Haruno-san y ni se diga de su madre. Desde el principio mi relación con la familia Yukinoshita se basó en la que tuve con ella: es obvio que, cuando todo se fue a la mierda, Haruno-san desaparecería mágicamente de mi vida. Si acaso, lo único que me dijo después es que 'es una pena que no se pudiera dar' y verse un poquito malhumorada.

No conmigo, si tengo que añadir.

Desconozco si Haruno y Yukinoshita hablaron sobre ese día, pero de cualquier forma eso fue lo último que escuché, asi que incluso si su Onee-san se puso de mi lado, ella no cambió. Es... curioso en cierto modo que incluso la mujer de las mil máscaras hiciera su parte para hacerme sentir mejor. No digo que lo hiciera o que lo pudiera ver en ese momento, pero es bonito pensar que tuve la aceptación de su hermana.

... Ahora que lo pienso, su madre tampoco es que me llamara indigno o algo así. Pese a tener toda la pinta de ser una perra fría de los negocios, recuerdo que en sus ojos vi algo mínimamente parecido a la aceptación cuando nos cruzamos por última vez en ese día en particular donde usé mis viejos métodos para sacar resultados.

Incluso si técnicamente nadie perdió más que yo, no dejo de sentir, mirando en retrospectiva, que me traicioné un poco en ese momento.

—... Hikki, ¿crees que signifique algo?

...

Mirando los ojos de Yuigahama, noté un conflicto interno muy poderoso. Noté, aparte de la incertidumbre, miedo, esperanza, rechazo y un millar de cosas más. Entendí sus miedos y comparto algunos, por lo que en lugar de dar una respuesta esquiva que oculte la situación, que la fuerce a hacerlo más bien, decidí ser honesto.

—... No estoy seguro. Sabes que nunca la entendí. Ella va a su propio ritmo, a costa de todos los demás— Hice una pausa para preparar lo siguiente, lo que verdaderamente puede empezar una bola de nieve horrorosa. —... Lo que quiere Haruno no es lo que tiene que querer Yukino... y eso lo digo incluyendo ese día. La posibilidad de que Haruno busque contacto no es cero.

Me creo que Hayama decidiera mandarme felicitaciones... porque Hayama, de todas las personas que conozco, es la que mejor conoce a Yukinoshita Haruno y está a su merced. No por manipulación o miedo, sino por algo más profundo, algo que dudo haya desaparecido del todo si ocurrió esto.

Asi como yo, a él también le cuesta dejar atrás el pasado.

—...

—...

Nos quedamos en silencio un minuto completo casi... hasta que, de repente, ella continuó la conversación, como si nada estuviera pasando. Fingiendo que no pasa nada e instándome con un segundo de su mirada a seguirle el juego.

No es que me guste mentir y siento que este tipo de conversación es una que debemos tener... pero estoy de vacaciones. Además, ya me estoy oliendo el siguiente ataque de Ai-san o de quien fuera esa mujer. De la casera incluso.

No, ESPECIALMENTE de ella. Es un ente del mal.

Seguimos charlando hasta que surgió un tema que he estado rogando porque no apareciera.

—¿Qué vas a hacer ahora, Hikki? Tenemos un tiempo de descanso por fin— Suspirando internamente, ya me vi venir las críticas —¡Hay que aprovecharlo y hacer cosas divertidas como-

—Dormir. Dormir mucho.

—...

—...

—... Que horrible.

Acepté el golpe con gracia, porque reconozco que es verdad. Incluso si la universidad es un infierno y el descanso nunca es realmente uno, no quita que incluso los más ocupados necesitan relajarse de vez en cuando. Muy de vez en cuando porque esto es Japón y tampoco hay que venirse tan arriba, pero definitivamente puedo ver el valor de una o dos salidas a tomar algo o incluso hacer cosas más divertidas.

Destiny Land... Bueno, hay uno por aquí, pero si el de Chiba estaba lleno, de este ni se diga. Es totalmente común escuchar a gente decir que la pasaron bien por subirse a tres atracciones en TODO EL DÍA. Por mucho que la sociedad japonesa esté más perdida que bala en el lejano oeste, me niego a ser parte de esa rutina. Me renta más tomarme el tren e irme directamente a Chiba si quiero divertirme con el capitalismo y el poder blando.

Bares también es un no. No me gusta beber ni lo que me genera y si es algo que estoy obligado a pasar cuando sea un empleado a las órdenes de un vejestorio, prefiero que mi riñon esté lo más limpio posible. Ir a escuchar una banda en vivo suena bien, pero hay algo que me está impidiendo disfrutar de la musica como suelo hacerlo.

Me pregunto qué será...

—Sé que hay gente que tiene que relacionarse entre sí y hacer actividades sociales para recargar energias— Cortando un pedazo de mi pastel con más fuerza de la debida, le sonreí. —Me alegra mucho no ser una de esas personas. Si hay algo que quiero hacer estas vacaciones, por muy cortas que sean, es dormir más de ocho horas. De poder ser sin salir de mi casa en todo ese día.

—¡Hikki! ¡Eso suena feo hasta viniendo de ti!

¿Hasta viniendo de mí dice...? Ugh, no es que pueda rebatirlo. Negándome a seguir hablando, me llevé el pedazo de pastel a mi boca con el ruido de una Yuigahama salvaje quejándose de fondo. Era una escena que se ha repetido más de una vez y siempre encuentra la forma de mantener su gracia. Me trae nostalgia de una forma difícil de describir, pero que aun así me resulta atrayente.

Puede que sea raro decirlo, pero en el pasado, muy en el pasado, antes de que incluso el Club de Servicio apareciera en mi cabeza como concepto, soñaba con tener a alguien que me criticara por mis comportamientos. Quería que alguien viniera y me dijera que todos mis pensamientos estaban mal, que las cosas no tienen porque ser así. Incluso si esa persona solía ser una chica por razones hormonales, un chico, un... amigo también era agradable.

Por supuesto que la idea murió cuando me metí de lleno en mis blasfemias a la juventud, pero admito que es una experiencia agradable el sentir que a alguien le importas lo suficiente para sacarte de tu oscuridad. Quizás ya no soy la clase de chico que se encandila hasta el noviazgo con algo así ni la chica linda que lo hace es tan pura como le había imaginado, pero está ahí.

La amistad... Ese alg-

—Un café está bien... No, pensándolo mejor, deme una tarta de manzana. Necesito comer bien según mi doctora.

Dejé mis pensamientos de lado para prestarle atención a la voz desconocida que, por alguna razón, se sentía muy clara pese a la distancia algo lejana. Quizás se deba a que, fuera de nosotros, no ha habido ningún otro ruido porque aparte de nosotros, solo hay dos ancianos con caras ariscas que no deben estar muy felices con el ruido que hacemos. Sin pensarlo mucho, seguí mirando al tipo que fue a sentarse en una mesa al lado nuestra, dejándome verlo bien.

Si tuviera que describirlo de alguna forma, con su pelo descuidado, sudadera gris ancha y un lenguaje corporal nervioso es que estoy ante la presencia de un posible hikkikomori rehabilitado o en su defecto un paria social. El que apenas le mirara un segundo y ya me devolviera la mirada casi que asustado lo confirmo.

Antes de que se pudiera malentender algo y Yuigahama sufriera el fuego cruzado, hablé. —La vida es acelerada para ti también, ¿eh? Yo tampoco he comido bien.

Mis palabras fueron tomadas con sorpresa, pero tuvieron un efecto inmediato; calmarlo y demostrar que no soy uno de sus abusadores. —Supongo... En esta sociedad llena de mentiras no puedes tomar un descanso. Hacerlo es como morir.

Me reí de buena gana, sinceramente conmovido. —Tienes razón. Este mundo está lleno de mentiras. Por eso creo que el café tiene que ser dulce...

Ahora fue su turno de reírse. Lo hizo de forma entrecortada y tímida, pero al menos sonó sincero. —La primera vez en mi vida que escucho algo semejante... aunque no te equivocas en que a la vida le falta más azucar— Ya relajado al completo, finalmente me giré a ver a Yuigahama, quien nos veía sin entender del todo nada y con un poquito de nervios por razones obvias.

Mientras escuchaba como alguien apoyaba un par de cosas en la mesa de al lado y soltaba una gratitud protocolaria, decidí presentarme, interesado en charlar con alguien que entiende más que la media sobre mis pensamientos. —Soy Hikigaya Hachiman. Normalmente querría que me llamaran Hikigaya-sama o san en su defecto, pero puedes solo llamarme Hikigaya. No me enojaré.

—Jajaja. Lo tendré en cuenta, Hikigaya— Riéndose de buena gana y dando lugar a un ambiente un tanto relajante, supuso que este era uno de esos raros en los que sabes que puedes congeniar con alguien y lo haces. Es el presentimiento haciendo acto de presencia y teniendo razón. —A mí... Bueno, llamame Ryosuke. Solo Ryosuke.

Asentí sin mirarlo, pero sentí que él sabía que estuve de acuerdo. Ya no seré el solitario que odiaba a la sociedad o a mis pares, pero todavía siento empatía y semejanza por ese estilo de personas. No dejé del todo aquellos pensamientos, aunque más bien es que junté lo poco que me quedó luego de que mi corazón de adolescente despechado destruyera todo. —Bueno, Ryosuke, puede que el mundo esté lleno de mentiras, pero comer es una verdad universal.

—Por desgracia, si.

Me reí un segundo y él dos, dando lugar a un entendimiento mutuo de que ambos sabíamos que este mundo no era tan simple como todos quieren creer que es.

—... Hikki actua raro. Otra vez.

¿Hm?... Bueno, supongo que esto es como una repetición de lo de ese tipo que encontramos en un bar hace medio año, ¿no? ¿Se llamaba Ishigami, tal vez? Aunque era un tipo un tanto raro, me recordó un poco a mí más allá del simple detalle de que él tenía dinero. Fuera de que uno tenía la vida resuelta y el otro por desgracia no, éramos como parientes lejanos. Como un primo.


—¿Asi que no te gustan las Idols, eh? Que envidia. Ojalá yo hubiera sido así desde el comienzo...

En base a lo que me está contando Ryosuke y de lo que puedo inferir, parece ser que él es un perdedor que se obsesionó de mala forma con una Idol en el pasado, motivo por el que de seguro acabó desembocando en lo que es. No lo digo como una burla, sino como un hecho, uno con el que puedo empatizar como alguien que en el pasado también fue un perdedor que cayó en cosas similares.

Dependiendo de cómo lo veas, lo mío fue peor. Si, obsesionarse con una persona en una relación parasocial nunca es bueno y es el inicio de películas de terror, pero dejar atrás una obsesión es mucho más fácil que dejar de lado unas creencias arraigadas por tus experiencias personales. Si él se estaba por convertir en un villano de un drama de acoso, yo me pude haber convertido en una oda a todo lo que está mal con la mentalidad 'masculina'.

No es que crea que es algo que solo experimentan las mujeres. Ser un perdedor con una mentalidad patética no discrimina géneros, pero viendo un poco lo que suelen decir las chicas que tristemente escucho en mi vida en Tokio, es seguro que si llegara a cometer una locura así, alguien (muchas mujeres) dirán que 'era algo obvio' o 'que se esperaba de alguien como él'.

Normal que haya gente patética que vaya por la vida odiando al cromosoma Y si al final te encasillan en cosas tan crueles. Es una profecia autocumplida, supongo.

—Bueno, es que ese tipo de música no es de mi estilo. Puedo escucharla en algunas cosas, pero soy más de algo un poco menos 'fabricado', ¿me entiendes?

El tipo se rió... de una forma un tanto exagerada. —¡Si, te entiendo! Créeme que te entiendo. Esas tipas son una maldita mentira, todas y cada una de ellas.

... De cierta forma entiendo a la gente que ve mal a este tipo de personas. No brindan seguridad e incluso cuando intentan superarse, el rechazo es algo inevitable. Es una pena, pero así es la realidad.

—...— Yuigahama, fiel a su estilo, solo está sonriendo mientras come, actuando como si no le importara nada de esto pese a que, según sus constantes patadas a mi pierna, no está contenta. El hecho de que pueda hacerme esto mientras sonrie es casi que un poder especial y me hace recordar que, por mucho que a simple vista seamos los mismos, hemos cambiado.

La relación que teníamos antes ya no es la de ahora. Cambiamos ese trato amistoso por su parte y tímido de mi lado por una confianza que nos permite hacernos cosas que solo la confianza provoca... como seguir pateando mi pie a pesar de que, por mucho que sean golpes ligeros, ya me está empezando a doler.

—No sé si lo diría de esa manera, pero estoy contigo. A veces las Idols juegan mucho con la imagen que buscan generar— Ai-san sin duda confirma que ese mundo está muchísimo más podrido de lo que podemos llegar a imaginar auténticamente. Que una cosa es escucharlo o inferirlo y otra es verlo de primera mano. Hoshino Ai, esa Idol en ascenso, representa a la perfección las dos caras de esa cultura.

—¡Se tienen que decir las cosas como son!... Aunque supongo que no es lo mejor, ¿no? Estoy intentando dejar esas emociones atrás...— A mitad de sus palabras acabó bajando el tono a uno lastimero, con tintes de odio dispersos. Confirmando nuevamente que este tipo es un paria en reformación, me permití sonreír de orgullo ajeno. Como antiguo tipo asqueroso, sé lo duro que es levantarse y no me quiero imaginar cómo sería sin aliados que te sostengan.

No quiero ser grosero, pero hay algo en sus pintas que me dice que muchos amigos no tiene. Él me hace pensar en una versión oscura de mí, que no logró recorrer ese camino que Hiratsuka-sensei me hizo seguir y que, siendo un solitario sin ya el apoyo que me brinda el control de una vida escolar, habría acabado siendo un otaku obsesionado con algo parasitario. ¿Quién te dice que no pude acabar como un fan obsesivo de una Idol que cumpliera mis casillas?

Solo de pensarlo me pone mal.

—Si, créeme que no está bien. No quiero contar mucho, pero yo también sufrí por creer algo... ¿Y sabes? No pude evitar sentir que estás pasando por lo que yo pasé: el resurgimiento— Mirándome con una cara complicada, Ryosuke se quedó congelado, con su café y tarta ya en su estómago. Sabiendo que ya se iba a ir y que este sería nuestro único encuentro, quise hacer mi buena acción del día. —Vas por buen camino. Espero que no recaigas.

—...— Sin decir nada, Ryosuke se levantó haciendo ruido de más para desgracia del viejo que chasqueo los labios. Quedándome en silencio, dejé de mirarlo para centrarme en acabarme mi pastel de fresa a la par que Yuigahama ya dejó de atosigar a mi pobre pierna izquierda. Sin molestarme en girarme cuando Ryosuke comenzó a irse, aun así escuché fuerte y claro su respuesta.

—Voy a intentarlo.

Y así, se fue otro tipo con el que sentí una conexión inmediata. Con Ishigami-san también ocurrió algo parecido y todavía pienso en ese tipo de vez en cuando, sobre todo porque se ofreció a pagarnos la comida en señal de buen tipo. Yuigahama dijo que solo quería hacerse el genial, pero incluso si así fuera, conmigo tuvo éxito.

Además, cuando recuerdo al otro tipo de pelo castaño y ojos dorados que me dio escalofrios con solo mirarme más de un segundo que me encontré mientras volvía a mi departamento aquel día, aprecio que la charla fuera con él. Dios me libre si tuviera que tratar con ese tipo y su aura aterradora. De verdad que Tokio tiene mucha gente rara.

Satisfecho con nuestro intercambio de valores y reafirmarle a un pobre diablo que ese era el camino, me encontré asediado por la expresión enfurruñada de Yuigahama, quien todavía tenía una tarta sin comer. Antes de que pudiera preguntarle qué le pasaba, ella me atacó con todo. —Hikki, aunque no somos pareja, ponerte a hablar con un tipo raro cuando me tienes en frente es lo peor. ¿Debería pedir otro postre a tu nombre?

—... Si quieres tener el estómago más grande, no me opong-

—¡H-H-Hikkiiiii!— Esta vez no se contuvo y golpeó con todo.

—¡Auch! ¡Esa si dolió!

De verdad que Yuigahama tiene demasiada confianza. Y lo peor es que no es injustificada.

Mientras movía de un lado a otro mi pierna para quitarme la sensación de dolor o, más bien, fingir que hacía algo, Yuigahama suspiró mientras miraba la mesa, al pastel que me hizo comprar y que tiene toda la pinta que vamos a llevar a nuestras casas. Ya me veo venir una sugerencia de 'dividir' el pastel porque es así de amable.

—... Pero, Hikki... ¿de verdad crees que está bien?— Soltando un sonido de no entender, ella arrugó el ceño, como pensando en qué decir hasta, finalmente, atreverse a decir lo que piensa. —S-Sé que eres amable y que piensas muy mal, DEMASIADO mal, de ti mismo, pero... ese tipo me parecía... ¿cómo decirlo? Un poco más... ¿alterado, tal vez? No creo que estuviera bien y... no creo que estuvieras tan mal.

—... ¿Tú crees?

Pensando en las palabras de Yui, traté de abrir un poco mi mente y no obsesionarme con mis propios sesgos. Respecto a la imagen que tengo de mí, creo que tengo razón, pero Yuigahama es un buen punto de comparación con los demás. Ellos piensan diferente, si, y puede que me crea más sabio que ellos... pero hay cosas que ellos ven y yo no. No soy tan arrogante ya para creer que lo veo todo.

Al margen de mis pensamientos, Yuigahama siguió hablando. —Yo sé qué quieres encajar con gente parecida a ti, t-tener a... conocidos más cercanos en lugar de solo tener a Yumiko y Hina. Lo entiendo y me parece hermoso que empatices tanto con las demás personas que sufren... pero como eres tan amable, sueles ver todo muy... ¿cómo lo digo?... ¿Como si solo fuera una u otra? Hasta yo sé que no es tan simple... Ojalá lo fuera.

—...

Yo... yo no me considero amable y mi empatía no es tan grandiosa. Cualquiera que pasara por algo similar a lo mío sería más empático con los problemas de este tipo. Incluso los que tienen una autoestima elevada estarían de acuerdo... Pero, al final, si puede ser que simpatice mucho con los demás perdedores.

Me pregunto si lo hago desde la arrogancia...

—...— Mi reflexión fue detenida cuando escuché el sonido de una cuchara levantada. Entre horrorizado, fascinado y un poco molesto, exclamé.

—... Yui, ¿de verdad vas a comerlo?

¿Su respuesta? Sacarme la lengua. De una forma tierna, lo que nuevamente deja en claro que, si Yuigahama fuera una maestra de primaria, sería de esas que se romperían a llorar si tiene a los alumnos incorrectos. Es así de indefensa.


Ummm... Hikki está pensando algo malo de mí otra vez. Es por eso que le cuesta tanto tener amigos. Sé que no los quiere de la misma forma que nosotros, pero, Hikki, puedo ver que quieres por lo menos poder hablar de tus cosas a alguien más. Seguro es por eso que sigues yendo a la psicologa, porque en este punto Komachi no te pondría peros si dejas las sesiones. Solo lo sugirió porque temía que volvieras a caer.

No caiste y no vas a caer, pero... creo que alguien como Yukinonnn-Yukino te ayudaría. Les encantaba discutir de formas que no entendía. Estoy segura de que, como universitarios, podrían hablar de cosas aún más raras.

...

... Aaaah~ De verdad soy así de insegura, ¿eh? En ese sentido no he madurado. Sigo siendo la misma tonta Yui de hace unos años. Sigo... siendo solo una amiga para Hikki. Se niega a verme como algo más.

Y... Y a veces pienso en que lo que quiere Hikki es lo mejor. Claro, no es que vaya a dejar de hablar con él y me aseguraré de siempre apoyarlo cuando esté sufriendo, pero tener un novio, uno que me tenga solo a mí en su corazón sería... sería algo muy lindo. Podríamos hacer cosas juntos, hablar de lo que nos gusta y no tendría que lidiar con ningún drama extraño de nuestro pasado.

Y podría ser un novio lindo. Hermoso. O un chico malo en apariencia pero dulce por dentro, sin nada violento. Podría ser alto, de voz grave pero no aterradora y que disfrute de reuniones con amigos. Podríamos establecernos como un matrimonio clásico en donde ya no tenga que sufrir por los estudios y, conmigo en casa, podría volver a estar con Sable para que pase sus últimos años conmigo. Y luego podemos tener hijos. Podemos ser una familia. Puedo... tener el novio que creo que me merezco.

...

...

...

... Pero... Aunque ese novio ideal sea mucho mejor en todo lo que me importa, él... él no sería mi Hikki. Y si no es Hikki, entonces yo no lo quiero.

Por eso... me niego a perder.

Voy a ganar. Voy a ser egoista.

Después de que Hikki y yo nos separemos, yo... yo voy a reunirme con Hoshino Ai, la Idol. Ya tengo su número y me dijo que hoy se quedaba en su casa a cuidar de sus hijos por el miedo a que vuelva a pasar algo. Y como Hikki ahora va a querer dormir como un vagabundo, esta es mi oportunidad. Voy a dejar bien claro que en este caso yo fui la que llegó primero y tengo derecho a tener mi oportunidad.

Vas a ver, Hoshino-san. ¡No soy cualquier cosa, ¿sabes?! ¡Yo ya tengo experiencia en que me rompan el corazón y sé cómo jugar este estúpido juego!

—Yuigahama, estás destruyendo tu pastel.

¡Cállate, maldito infiel! ¡Esto lo hago por nuestro bien!

—...

... ¿L-Lo dije en voz alta?

¡L-L-LO SIENTO MUCHO, HIKKI! ¡Me emocioné demasiado!

—T-Te doy el p-pastel... ¿si?

—...

Notes:

Ryosuke va a ser un personaje importante al final del juego y si bien no es que le tenga simpatía (faltaría más), también es verdad que solo despreciarlo es aburrido y algo que muchos ya hacen, así que para sentirme más especial, voy a intentar jugar con él. Desarrollarlo, si se quiere decir de ese modo.

En fin, ahora tengo que ponerme a escribir Segunda Oportunidad, así que hasta aquí llegué.

Chapter 13: Capítulo 14

Summary:

Por desgracia para cierta chica aspirante a recibir el amor que siente, la historia tiende a ser cíclica.

Notes:

Esta no ha sido mi época, pero aquí estamos. ¡Vamos allá!

(See the end of the chapter for more notes.)

Chapter Text

Desde que puedo recordar, me han recalcado que tenía algo especial. No me decían exactamente qué y dudo mucho que siquiera lo supieran en ese momento, pero decían que tenía algo especial en mí. Tenía una facilidad para conseguir amigos, que los demás me escuchasen y ganarme el cariño de los profesores. Incluso sin serlo realmente, todos me trataban de estudiante modelo.

Era Hoshino-chan, tu adorable niña que era un encanto de ver. Incluso si era grosera, que lo fui, todavía muchos encontraban la manera de volverlo algo lindo. Peculiar, como dijo un maestro una vez. Me volví una mini-celebridad en la primaria y eso lo trasladé ya de más grande. Podría decirse que, según la opinión de todos, Hoshino Ai nació para triunfar, para vivir de las cámaras.

Era buena cantando, me gustaba bailar, era hermosa y si bien no me considero especialmente interesante, todos sonreían genuinamente cuando les hablaba. Poseía un don para con la gente que me volvió quien soy ahora. Si puedo vivir haciendo algo tan divertido es porque nací para ello... ¿verdad?

...

Las palabras que me dijo ese chico son... ya no me duelen tanto como antes, pero todavía es molesto recordarlas. Entiendo que lo que hizo fue solo darme mi merecido por lo que le dije aquella vez, pero aun así me dolió más de lo que quizás pensó que haría. Fue un suplicio pasar esos últimos días temiendo que volviéramos a encontrarnos: menos mal que cuando nos vimos él estaba más preocupado en que ya se iba a graduar. Ya no pensaba en mí.

Ya más relajada, no puedo evitar sentirme un poquito mal por lo que le dije. Más allá de que su constante victimismo no fue nada bonito, me negué a explicármelo y en su lugar le dije cosas tan groseras. Cuando quise corregir y hacerme entender un poco mejor, él ya estaba corriendo lejos de mí. Luego traté de hacerme notar por un tiempo para ver si se animaba a hablarme para arreglar las cosas, pero no sucedió nada.

Debí haberle pedido yo directamente, ¿no? Reconozco que no sé manejar muy bien los dialogos emocionales, pero quizás, si hubiera hecho el intento, él no habría devuelto el golpe por mil aquella vez. Ahora ya no nos veremos más, ninguno aprendió nada del otro y cada uno lleva su propio dolor. Es el peor resultado, la peor manera de haber acabado un año. Para mí, cuyos recuerdos posteriores de la vida escolar no fueron mejores ni tampoco cuantioso, fue lo peor.

Yo...

... Jeje... Supongo que estoy un poco emocional— Suspirando para descargar toda la negatividad que me vino al querer pensar en mi pasado corto pero intenso en Chiba, acaricié mi estómago cada vez más geande. —Lo siento mucho, ¿si? A mamá todavía le falta mucho por aprender. Prometo ser más positiva.

Gorou-sensei ha hecho todo lo posible para que me sienta lo más cómoda posible, pero sigue siendo mi doctor y hay cosas que sencillamente no le puedo decir, sobre todo si no tiene nada que ver con el estado de mis hijos o mi salud por mantenerlo. Sato-san no sabe nada de esa experiencia porque no hay necesidad. Solo lo recuerdo porque me puse nostalgica y estoy muy llorosa.

No me gusta ponerme así cuando hay gente, asi que aunque no me gusta estar sola, aprovecho estos momentos para lidiar con cualquier escena vergonzosa que les haga preocuparse de más. Todo eso ya pasó.

Sonriendo en un intento de calmar ese regusto amargo que me trajo pensar en esas palabras, les hablé a mis hijos. —Ese chico malo quizás no estaba t-tan equivocado, pero su mamá sin duda los amará. Dará todo de sí para amarlos. No lo duden. No... no duden de mamá, ¿si? Porque sino yo...

Ay... Supongo que tendré que aguantarme así hasta que nazcan, ¿no? Por lo menos no van a tener que ver a su mamá tan lamentable. Cuando tengan conciencia, me volveré una mujer fuerte que pueda guiarlos hacia donde ustedes quieran. Quizás me llegue a equivocar, pero cualquier problema lo enfrentaré por ustedes. Van a tener una hermosa infancia.

Y... aunque me gustaría que siguieran mis pasos si llegan a ser niñas, al menos en lo que tiene que ver con las relaciones, con el amor, espero puedan ser mejores que yo, No, me aseguraré de que lo sean.

Soy una mujer egoista, ¿lo saben? Asi que solo quiero lo mejor. VOY a conseguir lo mejor.

Y hablando de egoismo...

Jejeje... Gorou-sensei, ya puede entrar. Ya terminé de calmarme.

... ¡Ah, Hoshino Ai-san, que alegria que ya esté despierta! Es hora su control.

A pesar de que mi privacidad fue ultrajada, no me sentí molesta. Si puedo tener a mis hijos y confiar en que todo saldrá es por Gorou-sensei y él ssolo lo hace porque soy una mujer egoista. Consideraré esto como su recompensa. Y también como una disculpa por involucrarlo en todo esto porque, aunque le pagan bien, el dolor de cabeza que debo darle no debe ser bonito.

¿Pero qué se le va a hacer? Todo por el futuro, ¿verdad?

Mientras mi humor mejoraba y Gorou-sensei trataba de actuar como si nada hubiera pasado, las palabras de Hikigaya Hachiman seguían rondando mi cabeza en un rincón, pero a una intensidad que podía manejar. Volvió todo a la normalidad.


... ¿Quien le diría a Ai de entonces que yo misma me encargaría de destruir esa normalidad?

[Toc Toc]

—¿Podrías ir a abrirle, Saitou-san?

—Si, si... Dios mío, lo que tengo que aguantar.

Me sentí un poco mal por él. No durmió casi nada porque se la pasó discutiendo con Miyako-san. Hablando de ella, no ha salido de su 'cuarto' desde entonces, que en realidad era el mío, pero no me negué a que lo usara. No sé qué hizo y no me siento cómoda con lo que descuidó a mis hijos, pero al verle la cara, me di cuenta de que necesitaba descansar y recibir un poco de apoyo.

Aqua y Ruby están durmiendo como los bebés adorables que son. Todo lo que vivimos ayer para ellos será solo algo que les contaremos para reír en unos años. De verdad debe ser bonito ser un bebé a veces. No es que todo sea bueno y no me gusta la idea de no poder caminar por mi cuenta, pero debe ser muy relajante... creo. Todo esto de ser mamá me ha dado pensamientos extraños.

—No se preocupe. Prometo no decirle nada a nadie. No soy de esas— La amiga de Hachi-san siguió intentando convencer a Saitou de que no iba a revela nada, pero él es terco como mula y su cara es digna de una. Entiendo que esto no le guste, pero no es como si yo tuviera otra opción. Si algo les llegase a pasar a mis hijos o pasara más tiempo sin encontrarlos, no sé cómo me volvería, pero no estaría bien.

—Sato-san, ya no se puede hacer nada. Lo hecho, hecho está, como dicen. Ahora solo nos queda vivir con eso— Intenté darle una de mis clásicas sonrisas que siempre alegran a todos, pero su cara de desagrado se acrecentó, asi como de repente pareció perder años de vida en su postura.

—¿Y de quién es la culpa...? ¿Por qué tenías que ser justamente tú la más problemática? Yo... yo no creo poder resistir mucho más— Lejos de sus típicos arrebatos de ira, él pareció apagarse a un nivel... no muy bueno, la verdad. Caminando como una marioneta hacia quien sabe donde, no pude evitar querer compensarle de alguna forma. Necesito darlo todo en nuestro próximo espectáculo. Y el que sigue también. —¡Y es Saitou!

Tras decir eso, se fue dejando aun más humo de enojo. Yuigahama-chan parpadeó de la incomodidad y de no estar acostumbrada a lidiar con él. No es un mal hombre, al contrario, pero siempre se estresa demasiado.

—E-Eeh... Parece u-un buen tipo... creo.

Asentí mientras miraba con una sonrisa conforme al adulto confiable que tengo la suerte de tener. —Es un hombre raro, pero es bastante inofensivo y me mima mucho. Es lo más cercano a un padre que tengo.

... Hm, teniendo en cuenta la cara que está haciendo Yuigahama-chan, no parece haber sido lo mejor para decir. Aunque creo que es bastante bonito decir eso de un representante. Habla de cuanto confianza nos tenemos.

Se formó un silencio incómodo entre nosotras. Esperado si tengo en cuenta qué es lo que ella parece sentir hacia Hachi-san, pero aun así hace tiempo que no me enfrentaba a este sentimiento de un ambiente incómodo. O me admiran, me odian o me tratan como cualquier cosa, pero esto es... curioso. Tampoco es agradable, pero la he tenido peor. Nino a veces se pone muy rara también.

Indicándole que podía sentarse sin decirle nada, ella dudó un poco antes de elegir el sillón ubicado a mi izquierda. Sería bonito tener algo justo en frente, pero creo que eso lo haría sentir todo más raro. Si, creo que es mejor si ella tiene la posibilidad de no mirarme a la cara. Después de todo soy la... Hm, me pregunto qué es lo que soy para Hachi-san y qué significa para mí.

Tenemos una relación rara, pero me gustaría que no lo fuera.

—... E-Entonces... ¿Que lindo día?

—¿En serio? Todavía no he mirado por la ventana. Entre esto y prepararme para hacer mi trabajo, no me ha dado tiempo— Intenté seguirle la corriente, pero su rostro fue el de alguien que no sabía cómo tomarselo. Supuse, tras analizar mis palabras, que puede que esté un poquito menos tranquila de lo que sueno o me veo. En cualquier contexto profesional podría poner una máscara perfecta, pero esto no es profesional.

Necesito mostrar mis emociones, aunque no sepa cómo. Todo eso de ser tan emocional, como Hachi-san todo el tiempo en sus ojos o Yuigahama-chan ahora con sus cambios constantes de caras no es algo a lo que me pueda acostumbrar fácilmente. Nunca fui muy expresiva de esa manera y mi trabajo depende de vender la perfección.

Somos... diferentes, de una forma fundamental.

—...

—¿Quieres un té? ¿O tal vez un café dulce?— Eso último generó un tic en la ceja de Yuigahama-chan, pero no dijo nada más. Sintiendo que acababa de decir algo equivocado, me levanté a preparar un té de manzana ante la atenta mirada de esta pobre chica universitaria que ya bastante tiene con el estudio. Ahora lo que debería hacer es descansar y sin embargo está aquí.

No es mi culpa, claro, pero aun así me siento mal. Todavia no sé bien qué pasó, pero Miyako-san tiene que hacerse responsable.

Pensando en cosas sin sentido, me puse a tararear el tema inedito que estábamos por estrenar en unos días para relajar a Yuigahama-chan. Sentí que ella me miró demasiado por un tiempo, pero pronto dejé de sentir sus lindos ojos y, creí, relajé un poco el ambiente con mi voz. Una vez más la gente encuentra la paz en la música.

Tras unos minutos, finalmente traje el té para mi invitada. Yo no tomo, puesto que ya probé ese café azucarado que tanto le gusta a Hachi-san. Sigo sin verle lo bueno y siento que en cualquier momento mi corazón se va a salir de tanto azucar. De verdad estoy preocupada por la salud de Hachi-san: a este paso él no va a vivir muchos años.

Yuigahama-chan miró el té sin entender bien y luego, lentamente a la vez que temblando, lo agarró de tal forma que se notó un leve temblor constante. Tomando un sorbo relajado a pesar de que estaba caliente, ella sonrió de una forma un tanto más relajada, haciéndome sentir orgullosa. Por lo menos la querida amiga de Hachi-san no tiene esa incapacidad de apreciar una verdadera bebida.

Tras unos cuantos segundos, finalmente tuvo suficiente por ahora y apoyó la taza en el plato, sin ningún temblor, de repente, tras una sonrisa satisfecha que ambas compartimos, llegó el momento en que la incomodidad volvió por su parte, de una forma muchísimo más fuerte que todo lo anterior. No sé qué le pasó por la cabeza por tomar un té y disfrutarlo, pero no debió haber sido bonito.

¿Acaso ella también tiene un trauma con el té? Hum... De verdad Hachi-san y su amiga son un grupo con mucho equipaje emocional. No es que yo sea alguien para hablar de eso, pero aun así...

—Ah... E...

Lo que me fuera a querer decir, no salió.

—~— Tararee un poco para calmar el ambiente, pero no tuvo mucho efecto por desgracia. ¿Quizás ella no sea fan de mi música? No, pero si estoy segura de que le relajé hace nada. Entonces qué...

No... no me gusta pensar eso, pero puede ser que ella se diera cuenta de que es una canción de Idol y sienta rechazo, como él; creo que la amiga de Hachi-san podría ser algo así. ¿Acaso ella también desprecia nuestra industria y cree que son solo mentiras? ¿Debería preguntarle algo de esto? No sé, hay tanto de lo que tengo dudas... Quizás yo también esté un poco nerviosa, a pesar de que no me doy cuenta.

Como tararear ya no funcionó, me quedé en silencio y esperé a que se animara a hablarme de lo que le preocupó tanto como para pedir una reunión a pesar de solo habernos conocido ayer. Tenemos tiempo antes de ir a practicar gracias a Saitou-san y yo ya estoy lista: debajo de este abrigo ya tengo mi ropa de Idol.

Quizás quede un poco arrugada pero... pero, ahora que lo pienso, eso es un gran problema. Todas se van a reir de mí.

Mientras ya me podía imaginar lo que iba a decirme Nino si llegaba a verme tonta, Yuigahama-chan finalmente se animó a hablar después de andar tartamudeando de forma muy, muy linda. —Yo... yo vine a dejar las cosas claras sobre Hikki, Hoshino-san. Por el bien de todos, yo... yo quiero arreglar cualquier malentendido.

...

Ya... Asi que es eso, ¿eh? Ya era muy obvio, pero que lo sea hasta el punto en que ella no lo quiere esconder y se enfrenta a mí de todas las personas es... es un poco admirable, la verdad. Me acomodé mejor en mi sillón y decidí enfrentar sus sentimientos con lo más cercano que puedo a la genuinidad.

—... ¿Tú lo amas tanto?— Mi pregunta la descolocó y de paso la hizo sonrojar más. Tragándome la sonrisa que podía llegar a interpretarse de otra manera, continué. —No necesitas ponerte nerviosa conmigo. ¡Sé mucho de esto!

No del todo convencida por mis palabras, aun así ella habló. —Yo a Hikki lo amo, si. Desde hace mucho tiempo, tanto que ya no puedo llamarlo un simple enamoramiento de colegiala. Lo amo mucho y... y no quiero que nadie sufra por todo esto.

Hm... No queda claro si se refiere puntualmente a Hachi-san o a ella misma, pero supongo que no siempre van a ser tan genuinos, ¿eh? Asintiendo ante tamaña sinceridad pese a que pareciera que puedo calentar el agua del próximo té apoyando el vaso encima de su cabeza, me reí un poco de buena gana.

La verdad es que hace tiempo acepté la existencia de las amigas íntimas de Hachi-san, pero verlas en persona y sobre todo ver lo que siente una mujer tan linda hacia alguien que, aunque tiene potencial, hace hasta lo imposible por bajarse puntos, es francamente hilarante.

—¿Sabes? Me sorprendió mucho cuando Hachiman-san habló de ti. Al comienzo no lo creí y tuvimos una pequeña 'discusión' por ello. Nada serio.

—¿Él te contó sobre mí...?— Yuigahama-chan se quedó en eso último. Supuse que eso debió ganarle unos puntos con Hachi-san si no ocultó la existencia de una querida amiga que quiere dejar de serlo para convertirse en algo más íntimo.

Recordando con un poco de verguenza y diversión aquellos momentos, comenté. —Pensé que eras un invento, ¿sabes? Me costaba creer que alguna chica linda podría llegar a fijarse en alguien como él. Él es... ¿cómo decirlo? ¿Un patético y cínico adorable? Aunque ya estoy trabajando e-

De repente Yuigahama-chan levantó muchísimo más la voz, tomándome por sorpresa a mí y a mi corazón agitado.

—¡H-Hikki no es así! Si, puede ser mal hablado, insensible, denso, tener pensamientos rar-¡Hikki no es así! ¡Él es... es un hombre genuino!— De todo lo que pudo haberme dicho, sentí que esa descripción, la del hombre genuino, es una que tiene mucho peso para los dos. Supongo que, al final, ella es su 'amiga' por una razón. Comparten esa idea en común, o al menos más que yo.

Queriendo evitar que esto se convirtiera en una discusión, agregué. —Lo entiendo ¿y sabes? Te creo. No conozco tanto a Hachiman-san tanto como me gustaría, pero puedo ver que es más de lo que deja ver. Claro, podrá tener un cuidado de su apariencia distante a ser perfecto, pero él es un ejemplo de no juzgar a un libro por su portada.

Y una portada que puede ser más atrayente con un debido cuidado. Claro que en mi opinión Kamiki-kun es superior, pero el potencial de Hachi-san está ahí. No como un príncipe o un chico de belleza increíble, sino algo más... salvaje. Algo que puede o no atraer mucho más a cierto tipo de mujeres.

Y puede o no que yo sea esa clase de mujer, ¡pero no importa! Nada va a salir de esto, asi que ¿por qué no hacer una buena acción y darle un hombre atractivo a la chica que eventualmente será su novia? Creo sinceramente que ella me lo agradecerá... si supiera de mi trabajo, cosa que no va a pasar.

—¡Eso n-...

En algún momento Yuigahama-chan pasó de la rabia a la genuina confusión, sin tener idea de cómo debería reaccionar. Sin nada a la vista que decir, ella se sentó de nuevo y puso una cara pensativa. La dejé estar, porque sé que para ella yo soy la tercera rueda que vino a estorbarle las cosas y... bueno, no es que no tenga motivos para pensar eso. Soy muy metiche cuando quiero algo.

—¿Hm?

Notando de repente como ahora Yuigahama-chan está sonrojada pero de una forma aun más adorable, la escuché casi que susurrar.

—Hoshino-san... ¿Qué tanto conoces a Hikki?— La pregunta que soltó venía cargada de un sentimiento difícil de describir, pero casi seguro que no había nada bueno dentro. En lugar de contestar con rapidez como probablemente él quiera, me tomé unos segundos para pensar qué decir, sin importarme que a cada segundo la cara de Yuigahama-chan se viera más preocupada.

Al final llegué a una conclusión. —Ni idea— Riéndome para afuera cuando ella soltó un '¿eh?' adorable, sentí que ya con esto podía quitarle un gran peso de encima. —Si me preguntas qué tanto lo entiendo, no mucho. Probablemente esas amigas tuyas que me comentó sepan más de él que yo. No es que yo sea la mejor en entender a la gente, aunque pueda sorprenderte. Las Idols no... solemos profundizar tanto. Por nuestro bien.

No hizo falta inferir más para que ella entendiera a qué me refería. Si solo hablar cada tanto con mi vecino es suficiente para levantar un escándalo, si se descubriera que estoy en una relación; si descubrieran a Ruby y Aqua, lo que podría pasarme es... no es algo en lo que me guste mucho pensar, pero es una realidad que tengo que tener presente. Yo amo mucho a mis fanáticos, pero ellos... me aman más de lo que puedo llegar a soportar.

Ojalá pudiera ser honesta, pero es algo con lo que tendré que vivir el resto de mi vida. Dudo que incluso cuando me retire pueda revelarlos a esos dos, no sin perder cualquier posible ingreso una vez me gradue. Después de ser Idol, necesitaré el cariño de mis fans si quiero dedicarme a la actuación o un canto más 'profesional'. Ya estoy pensando en aprender a tocar la guitarra.

Si tan solo Saitou-san me dejara de decir que escucharme tocar eso le 'destroza el alma a niveles inimaginables', estoy segura de que podría tocar algo decente.

—Ya veo... Conque es así— No se molestó en ocultar una sonrisa de genuina alegría y satisfacción. Si dijera que eso no me molesta, no sería una mentira, pero tampoco quiero pasar todo el tiempo siendo una desconocida. La amistad es eso genuino que tanto quiere darme Hachi-san, ¿no? Pues no me voy a ir de su vida sin antes recibirlo.

Aunque, por otro lado, su idea de la amistad es demasiado romántica. Incluso yo, que no siento nada de ese estilo por él, no puedo evitar sonrojarme un poco al imaginarme sus palabras hechas realidad. Es tan...

—...

—... ¿Hoshino-san?

¿Oh? Oh, vaya, parece que hice una cara extraña hace nada y ahora Yuigahama-chan no deja de mirarme de forma aterradora. Que problema... Intentando arreglar la situación antes de que todo nuestro progreso fuera tirado a la basura, intenté tranquilizarla. —No necesitas poner esa cara. Solo pensé en algo vergonzoso que me dijo hace un tiempo para romper el hielo. Algo de una tal Yukinoshita o algo así. No lo pienses mucho.

—...

A-Ah... Ahora se ve mucho peor. Ahora que recuerdo, Hachi-san dijo que tuvo un drama con ella en el pasado o algo así, ¿no? No fue muy claro y, al menos en sus palabras, parece algo que quedó en el pasado, pero no es tan así, ¿verdad? Si Yuigahama-chan, quien vivió de primera mano a juzgar por como él siempre las mencionaba como un duo, está así, solo puedo sentir un poco de envidia.

Un drama amoroso de escuela... Ojalá yo pudiera haber experimentado algo así. No es que me arrepienta de ser Idol y siempre elegiré este camino, pero... si Kamiki-kun y yo nos hubiéramos conocido en un entorno normal, quizás mis hijos pudieron haber tenido un padre amoroso que los cuidara cuando yo no esté. Quizás pude haberles dado la vida familiar que siempre deseé tener.

Por supuesto que ser universitaria no se ve muy bien y desde luego debe ser muchísimo más aburrido, pero a lo mejor esa es la vida que deberían tener Aqua y Ruby... creo. Igual, no es que pensar así sirva de algo.

—Pido perdón si toqué una fibra que no debía, Yuigahama-chan— Agachando la cabeza y sonando sincera al máximo fue como logré calmarla lo suficiente para que no quisiera ponerse a decir algo de lo que se pueda arrepentir. No es que estuviera mal en decirme algo feo por meterme donde no me incumbe, pero se nota que Yuigahama-chan no es la clase de chica que podría vivir con la conciencia limpia haciendo eso.

Es una chica amable.

—... No me llames 'chan'— Suspirando por cansancio, recién ahora me fijé en que sus ojos no estaban tan bien como ayer. No sé si es porque se la pasó haciendo cosas de universitaria o le afectó mucho el saber de mí, pero supongo que de cualquier forma es mi culpa, ¿no? Siempre terminó molestando a todos los que me rodean: es por eso que siempre me esfuerzo por mentirles a todos, por amarlos de tal forma que nunca me odien.

Sonreí, pero no dije. No sentí que hiciera falta y Yuigahama-chan no parece pensar muy bien de mí. Nos quedamos calladas, con el sonido de Saitou y Miyako peleando de fondo sobre cosas de pareja, mientras me invadía una extraña tranquilidad al estar así, en presencia de alguien con quien no me sirve la máscara que me pongo. No sé si es algo que le pasó Hachi-san o una habilidad suya, pero tengo el presentimiento de que los conocidos de él son, al menos, singulares.

Supongo que serían todo lo opuesto a mí y mi mundo. Sé que son personas normales, pero es algo que a veces me olvido porque Hachi-san es Hachi-san: es así de raro con todo y muy singular, pero aunque lo sea, en esto él es... en realidad normal. Las Idols somos las raras y quienes no encajamos.

Es...

...

—Soy sincera en que no planeo involucrarme de esa manera con tu 'amigo'. Claro, quizás hablemos de vez en cuando aquí y allá, pero nada más serio. Incluso si quisiera algo serio, no va a pasar por obvias razones. De mí no tienes que preocuparte—

Al final todo esto es solo una chica enamorada que se siente insegura de su hombre. Hachi-san no me parece de los que son infieles, pero tampoco de los que estarían en una relación. Es... ¿un solitario, tal vez?

Aunque creo que tiene más en común con un ermitaño con eso de ser tan gruñon como un oso. —... Supongo que... tienes razón. Nada va a surgir de que se conozcan un poco. Sus vidas podrían arruinarse, ¿verdad?— ... Aunque entiendo sus sentimientos y los comparto, no me gusta que ella suene tan feliz mientras lo dice. Me hace sentir como una mujer indeseable, una 'zorra' aunque solo quiero mejorar por mis propios seres queridos.

¿Acaso es verdad eso de que los hombres sacan lo peor de nosotras? Si tuviera que luchar por amor, ¿yo me vería igual? Da un poco de miedo, la verdad, sobre todo porque... bueno, ¿supongo que no soy tan de piedra? Nada serio y Hachi-san tampoco es TAN atrayente, pero puedo entender un poco las preocupaciones desmedidas de Yuigahama-chan.

Por muy bonita que sea ella y esto no es por ser arrogante, pero yo estoy en otra liga; en lo mediatico, en estatus, en dinero y, si se me permite agregar, en apariencia también, por más que Yuigahama-chan tenga dos buenas razones para sentirse más hermosa que yo. No puedo tenerlo todo.

—Si, así que no necesitas prestarle atención. ¿Y qué si nos reunimos cada tanto a charlar por la noche? Eso no significa nada.

—...

... ¿Ah? C-Creo que eso no debí decirlo, ¿verdad? De verdad a veces me sorprendo a mí misma. —... No significa nada, asi que nada va a pasar, ¿de acuerdo? No voy a entrometerme en tu camino... creo.

—¿CREES?

—¡Uf!

Ella es muy, muy celosa. ¿De verdad Hachi-san piensa tanto de una chica que no te deja respirar? Aunque está esa Yukinoshita en sus vidas y Hachi-san siempre se veía más emocional hablando de ella, con un brillo extraño en sus ojos... O-Oh, si, tuvieron como una comedia romántica en el pasado y Yuigahama-chan es la heroína perdedora o algo así. No leo mucho manga, pero conozco un poco por Kamiki-kun cuando, eh, sentía pasión sana por, bueno, cualquier cosa.

Yuigahama-chan, que se había levantado con toda la intención de hacerme cosas que me dan miedo, se calmó casi tan rápido como surgió. Sentándose como una marioneta rota, de repente sus ojos tenían una carencia de brillo que me preocupó profundamente.

—Yo... perdón. Yo no... no lidio muy bien con estas cosas. Ya no.

—... T-Te perdono, ¿si?

No reaccionó de ninguna manera, pero esos ojos seguían sin responder. Desconozco mucho de la historia que hay entre ellos dos y no tengo el derecho de meterme más allá, pero, así sea de segunda mano, me ha tocado ver el desamor y el que no te elijan. Yo mismo hago eso con mis fanáticos todo el tiempo, amándolos a todos pero no pudiendo elegir a ninguno por sobre el otro y ocultando lo que salió cuando elegí a ese alguien.

—D-De verdad lo siento, pero yo... yo lo amo mucho. ¿E-Está mal?

No sé qué es amar, pero entiendo lo que es sufrir por amor. Yo no lo entiendo y ella... ella no lo tiene. Siempre hablaba de Yuigahama-chan como una amiga preciada, si, pero diciendo tantas veces distintas variantes de la palabra amistad que sonaba casi molesto. Ahora que veo el otro lado, puedo, al menos, entender un poco de donde viene aquella insistencia; Yuigahama-chan ama a Hachi-san, pero este no quiere o no puede corresponderle.

Es... es horrible, amar a alguien y que este trate tu amor como algo que no debe ser. Lo peor es que no es reciente, sino que lleva por lo menos más de dos años y aun así ella sigue con él. Está enojada, insegura, seguro se siente menos y puede o no tener insatisfacciones preocupantes, pero aun así sigue insistiendo. Todo este enojo lo puede tener, pero aun así, cuando la vi, cuando habla o hablo de Hachi-san, sus ojos tienen un brillo hermoso.

Ella ama.

—... No, no está mal. Es.

—...

A pesar de todo, ella lo ama y eso es...

—... Increíble.

—¿Eh?

No pudiendo controlar mi sonrisa, dije lo que sentía. —Yuigahama-chan, ¡eres increíble! ¡Tu amor es increíble! ¡Te admiro profundamente!

—... ¡¿E-E-E-E-Eeeeeeh?!

No pudiendo aguantarme más, esta vez fui yo la que se levantó y se acercó a ella. Agarrándola sus tersas manos llenas de amor y llevándolas a mi pecho falto de amor, declaré con todo el afán de halagar. —A pesar de que él te rechaza por tener sentimientos hacia otra por más tiempo del que cualquiera podría aguantar, sigues aquí. ¡Esa es la máxima prueba de amor! ¡Yuigaham-No, Yui-chan, eres una Idol! ¡Eres mi Oshi! ¡Quiero ser como tú!

Con su cara cada vez má roja por decirle lo obvio, trató de zafarme de mi agarre, ¡pero mi determinación es más fuerte! —¡¿Q-Q-Qué d-diablos dices?! ¡No tiene sentido! N-no... no soy nadie comparado como t-

La detuve antes de que pudiera aplicar la clásica de bajarse la autoestima por no creer en sí misma. —¡Porque eres mejor! ¡Sabes lo que es el auténtico amor! ¡Eso te vuelve mucho mejor que una mentirosa como yo!— Eso último la tomó aun más por sorpresa y su tono colorado siguió creciendo hasta volverse como el de una caricatura. Seguí sonriéndole y dándole halagos para liberar lo que siento y de paso hacerla entender que está en lo correcto.

No quiero decir que está bien ser una arrastrada de un hombre que no se atreve a nada contigo, ¡pero tampoco está mal si ese es el hombre que has elegido! ¡Además, Hachi-san no está nada mal! Puedo ver a una chica enamorarse de él si llega a conocer su interior. Es de esa clase de hombres con las que una puede sentir que aprende algo. No porque sea maduro, sino porque quiere aprender y busca transmitir ese conocimiento.

¡Como un sensei! ¡Hachi-sensei es perfecto! ¡Es tierno y te sale fácil de la lengua! No sé qué está estudiando, pero seguro que no es para ser profesor, ¡y eso está mal! Encima dice que le gustan los niños, o sea que tiene todo para ser ese intimidante por fuera pero tierno por dentro profesor de primaria del que un adulto recordará con cariño. ¡Y hasta podría conseguirse una mamá soltera muy linda!

... O quizás no soltera, lo que no es tan lindo pero dolorosamente realista. Y quizás a Yui-chan no le gusta nada esa idea, lo que es un problema, si...

... ¡Pero es taaaaan perfecto para ser sensei! ¡Nació para ello!

—¡D-Deja de zarandear mis manos!

Yuigahama-chan dijo algo, pero honestamente no le estaba prestando mucha atención. Es que, la verdad, ¡ella se merece recibir este amor! Incluso si yo no sé qué es el amor y cómo darlo, a todos les gusta el refuerzo positivo. Satisfecha pensando así fue que no pude evitar soñar con la idea de seguir aprendiendo a amar. Estar tan segura de lo que es el amor es muy envidiable.


Al final me calmé cuando sentí que Yuigahama-chan estaba a punto de quemarse de lo roja que estaba, pero todavía seguía sonriendo. Me seguía imaginando lo bello que debe ser saber lo que es el amor y perseguirlo con confianza. Incluso si esa clase de amor no es necesariamente el que quiero, me encanta como es capaz de comprender algo tan sencillo pero que todos lo hacen tan complicado.

La idea de que ella sea la que me enseñe el amor cruzó por mi cabeza en mi momento con los animos más arriba, pero cuando me calmé, desistí de la idea por obvias razones; por mucho que su clase de amor sea tan atrayente por lo fácil que lo hace ver y que es una mujer que me puede entender mucho mejor que Hachi-san, sigue siendo una manera de amar que no se me da bien. Yo no soy tan... simple... No, esa no es la palabra, suena bastante grosera de hecho.

El punto es que lo que le funciona a ella no me tiene que funcionar a mí y, tambien, nuestra relación previa producto de malos entendidos hace más difícil que quiera enseñarme. No tiene por qué. Y... bueno, estoy segura de que si le contara mis problemas, de repente haría preguntas incómodas sobre qué es lo que estaba haciendo antes, lo que baja aun más las chances de una ayuda.

Al final, nada en mi vida es tan fácil. Ya bastante problemática soy yo: ¿por qué tienen que complicarmela más el resto? ¿Acaso esto es lo que significa tener relaciones profundas con la gente? ¿Todos los conocidos de Hachi-san tienen que volver las relaciones tan complicadas? Creo que podría ser más facil.

Oh, a lo mejor por eso Hachi-san quiere que encuentre mi propia respuesta, ¿no?

—Supongo que el B-Komachi no viene por nada...— Suspirando por agotamiento, Yuigahama-chan se recostó en el sillón como si acabara de vivir una odisea. Fuera de su respiración irregular no había ningún otro sonido porque esos dos parecieron arreglar sus diferencias lo suficiente. Me preocupa un poco lo que puede ser de su relación a futuro si siguen así. Necesito ahora más que nunca a Saitou y, por muy egoista que suene, lo necesito más que Miyako-san.

Los necesito a ambos, en realidad, y si se separan, temo que la inevitable niñera que contratemos termine siendo el clavo en nuestro ataud porque reveló lo que no debe. Si llego a perder a Miyako-san, yo... no es que quiera dejar mi trabajo, pero sería o de alguna manera convencer a todos, incluido al mismísimo, de que Hachi-san puede cuidar de los niños. Que podemos pagarle tanto dinero que no tenga necesidad de seguir estudiando.

Y después, eh... ¿Lo mantenemos como empleado a tiempo completo? Debería saber cocinar... creo.

—...

—... Hoshino-san, esa cara me pone incómoda— No lo hace de buena manera viendo como entrecerró los ojos, pero es algo que toda mujer que es mamá llega a experimentar cuando tiene que pensar en sus hijos... creo. Por lo menos confío en que una buena madre hará eso y no lo que me hicieron a mí.

—Lo siento, Yui-chan, pero es que tengo mucho en que pensar, ¿sabes?— Como rogar porque ni Ruby ni Aqua empiecen a llorar. Sé que ellos no suelen hacerlo porque son así de increíbles, pero temo el día en que lo hagan en el peor momento. No sé qué tanto pueda seguir usando la idea de la tia, pero cuanto menos los vean, mejor. Aparte, ellos tienen mis ojos y seguro que al menos Hachi-san se dio cuenta; se queda mirándolos más de la cuenta.

Y... no de la mejor manera. Casi que... asqueado no, pero no mucho mejor.

Pareciendo entender algo totalmente diferente gracias a mi buena suerte, ella sonrió de forma profesional. —Si, te entiendo un poco. La vida adulta te da responsabilidad que nunca desearías tener. Me gusta ser independiente y hacerlo a mi manera, pero es muy agotador. Imagino que ser una Idol es peor.

A pesar de que lo dijo por mera cortesia, acepté de buena gana el comentario. Aunque no me quiera tanto, yo sí a ella. —¿Quién sabe? De momento no he experimentado la vida adulta que ustedes viven. Directamente pasé de la secundaria a vivir de lo que amo. La universidad me suena algo muy lejano, ¡pero me gustaría vivir la experiencia un día! Aunque no lo parezca, me gusta leer.

—Ya... ya veo— Yuigahama-chan sonó de forma un tanto extraña, pero lo dejé pasar debido a que ella se siente así de todo lo que digo. Eventualmente me la voy a ganar y entonces, quizás, podamos pasar el rato los tres.

Todo bien con hacer bromas aquí y allá sobre mis 'verdaderos sentimientos', pero si eso afecta genuinamente a una pobre chica enamorada, necesito dejar las cosas claras. Podré no entender del amor, pero no soy una sociopata.

—Entonces, ¿ya has aclarado todas tus dudas? ¿Ya no tienes más miedos?— A mi pregunta, Yui-chan se quedó mirándome pensativa. Luego, en lugar de contestarme, agarró con una velocidad nunca vista la taza de té y se tomó todo lo que quedaba, que era mucho. Expectante y con una sonrisa en mis labios, esperaba que mi revelación no trajera problemas a H-

—No. Todavía tengo dudas.

—...

Me quedé en silencio, sin saber cómo responder. Yui-chan me devolvió la mirada de forma plana y luego suspiró, mostrándose de repente como una mujer que ya llevaba varios años luchando una batalla sin final. El impacto fue tal que mi cabeza retrocedió asi como mi estado de ánimo.

—Tienes razón. Hikki y tú son de mundos distintos. Es verdad que no les conviene a ninguno de los dos salir entre sí: es mucho problema porque vienen de mundos distintos. Y además, él sigue afectado por el rechazo de una chica. Es verdad que ha podido seguir adelante, pero no de la mejor manera. Es un proceso, pero por eso mismo no lo veo a él, ni a ti para el caso, en una relación romántica.

—... Ent-

—Pero eso ya lo viví, ¿sabes?— El tono... no frío, pero si capaz de generar un escalofrio en mi cuerpo, me tomó por sorpresa. Sus ojos seguían siendo en su mayoría carentes de emoción, pero... hay algo ahí. Algo oscuro. —Una chica hermosa, habilidosa, de un escalón social superior y que tiene razones de peso para no interesarse en Hikki... Esa porquería ya la viví, Hoshino-san. Y no fue lindo.

Aunque intentó mantener un tono neutro durante lo que creo es su desahogo, aparte de ese aumento en la voz, dejando ver un enojo horrible, ella también... sonó un poco llorosa al final. Su voz se quebró y... solo pude mirar. No entendía nada de lo que sentía y así tiene que ser, porque yo no soy la protagonista de esta historia, sino una secundaria que se metió en la vida de un pobre universitario.

En su drama.

—...

—Hoshino-san, te considero una persona que es consciente socialmente. No solo porque es tu trabajo y por lo que hablamos, sino porque Hikki no se habría molestado en querer ocultar su cercanía sino. ¿Por qué él querría ocultar algo entre ustedes cuando claramente no debería haber nada? Por eso seguro que eres capaz de entenderlo a él, y a mí también.

¿Ella... supo que Hachi-san ocultó nuestra cercanía? Eso es...

—...

—Por eso, por favor contestame esta pregunta. Solo esta pregunta...— De un segundo a otro, sus ojos mostraron un sentimiento feo: un enojo aterrador, lejos de considerarse algo tan nimio como los celos por su intensidad, me dejó de piedra. —¿Puedes asegurarme que no te vas a enamorar de Hikki? ¿Puedes asegurarme que no vas a sentir nada? Ahora mismo, ¿puedes decirme con seguridad que no estás interesado un poco de más en mi Hikki?

...

...

Yo... yo la entiendo. Ella lo ama mucho, mucho antes que yo, hasta el punto en que siguió a su lado a pesar del desamor que sufrió. Es un amor intenso, más intenso que cualquier otro, y por más que ahora me parezca menos saludable que nunca, como una mujer incapaz de amar, valoro mucho su confianza en sus sentimientos. Es una mujer que sabe lo que quiere y por eso la admiro.

Asi que solo tengo que ser sincera, ¿no? Le diré que no va a pasar nada. La tranquilizaré y admitiré que no me voy a meter en su camino. Es lo correcto, lo que tengo que hacer. Si ni siquiera puedo decirle a mis hijos que los amo, ¿qué me da derecho a insistir con un hombre que ni siquiera es el padre de mis hijos? ¿Quien me dio ese derecho?

...

...

—...

Por alguna razón, las palabras no salían de mi boca. Quería decirlas, gritarlas, pero no salían. Me quedé de piedra, mirando sus ojos iracundos que a cada segundo se volvían más fríos por una razón que no sé y me da miedo no saber. ¿Qué me pasa? Esto no está bien, Ai. No puedes hacer esperar a la enamorada.

—...

...

Vamos, dilo.

...

Y-Yo...

...

—... Y-Yo c-creo que Hachi puede decidir, ¿s-sabes?

—... ¿Hachi?

¿Eh? ¿Qué dije...?

¿Que acabo de decir? ¿Por qué dije eso? ¡Solo tenía que ser sincera, ¿verdad?! ¡Tonta Ai, siempre arruinas todo! ¡Por eso estás como estás!

—Y-Yo-

Intenté corregirlo, explicar que algo extraño me poseyó porque yo nunca diría algo así en este contexto, pero antes de hacerlo, Yui-chan... se rio. Una risa ligera, casi hermosa... pero que me provocó un pánico terrible. Dejando de mirarme, como si ya no tuviera nada de valor hacerlo, sentí que todo salió mal.

—Je, por supuesto que iba a ser así.

—Yo n-

—Siempre es así, ¿eh? Siempre... soy la segunda.

E-Eso no es verdad. ¡Tu amor es sin duda de primera categoria! ¡Lo pienso de verdad! ¡Por favor no te pongas triste!

...

...

Ella está triste y yo... yo no la estoy animando. ¿Por qué no la estoy animando? ¿Acaso tengo miedo de ella? ¿Me siento tan culpable? N-No entiendo...

...

—Y-Yo solo quiero que alguien esté ahí para mí. ¡Solo eso! Ya sabes, acompañarnos en los buenos y malos momentos, apoyarnos, pasar el rato, aprender del otro y mejorarnos entre nosotros. ¡S-Solo eso!

¡A eso te referías, ¿no, Hachi-san?! ¡Es solo una bella amistad! ¡Nada más!

—... Hoshino-san, eso es amor.

¡!

...

...

Nos quedamos en silencio, sin decirnos nada más. Ya no hay nada más que decir, al parecer. Ella se quedó con la mirada perdida, teniendo una expresión de estar recordando muy malos momentos mientras yo me quedé sin poder decir nada. Tan solo podía sonreirle, tratar de transmitir que esto no era nada serio, que nada estaba pasando. Que no estaba enamorada ni lo estaré de Hikigaya Hachiman.

Lo juro... ¡D-D-D-De verdad lo juro! ¡¿Por quién me toman?! Yo... yo nunca haría algo así.

Yo nunca...

...

Notes:

Bueno, aquí se cierra el Arco de Yui, por llamarlo de algún modo. En el siguiente capítulo volveremos ya a la trama de Hachiman y Ai como foco. Este "Volumen" recién empieza y en realidad hay otro momento dramático que me parece más fuerte que este, pero falta.

Me gustó el capítulo, creo que fue el mejor que he hecho para esta historia. Un usuario me comentó que Yui le pareció una yandere, pero eso fue accidental. Ya tengo una historia llena de yanderes. Digamos que Yui es un poco "tóxica" dada su experiencia, pero no esperen que vaya por el lado de Gasai Yuno ni mucho menos.

Ah, y aclaro que Ai no está enamorada de Hachiman, pero el interés existe y es algo que no puede negar porque "quiere ser genuina". No lo ama, de la misma manera en que Yukino no lo amaba al comienzo.

Digamos que si tuviera que titular este capítulo, "Nuevo comienzo" le quedaría bien... de la peor manera posible.

En fin, eso es todo. Nos vemos más pronto la próxima vez.

Chapter 14: Capítulo 15

Summary:

El surgimiento de algo hermoso nunca fue más horrible...

Notes:

Bueno, aquí estamos. A darle.

(See the end of the chapter for more notes.)

Chapter Text

Hikigaya, ¿todavía persigues lo genuino como antes?

Su pregunta me detuvo en el acto, deteniendo la caminata que he querido hacer sin bicicleta desde que en Tokyo voy a tener que dejarla atrás por seguridad. Miré hacia mi costado, un poco atrasado de mí, a un Hayama Hayato que me miraba con deseos de tener otra de nuestras charlas profundas que no suele terminar bien para los ánimos de nadie.

Pero aun así, era mejor que estar en silencio, creo. —Si, todavía creo que perseguir lo genuino es algo que vale la pena hacer, sobre todo para mí. Puede que me dejara llevar por otras cuestiones y puede o no que no lo esté siguiendo tanto como prediqué, pero aun así quiero seguir...

Mi respuesta generó en él una pequeña risa jocosa. —Asi que eres consciente de lo que estás haciendo con Yui. Esperable de ti.

Quizás lo peor de Hayama no es tanto su reputación o lo que simbolice para mí, sino que de alguna encuentra la forma para hacerte sentir inferior con simples gestos faciales. Es una cualidad del príncipe que ni queriendo mostrarse más genuino logra irse del todo. Es su pasiva, algo de su raza.

...

... No me mires así. Aunque quisiera meterme en sus asuntos, no tengo derecho a hacerlo— Negando con la cabeza, Hayama habló sorprendentemente relajado. —Me voy a ir dentro de nada y, la verdad, confio en que al final harás lo correcto. Yo creo en ti, por más que eso no te guste.

Y eso me gusta menos.

Lo miré con genuino asco y él solo se rio más, contento de sentirse el ganador de un enfrentamiento que nunca existió. Me sentía como su bufón, obligado a seguirle el juego aunque no quiera ni sea mi intención, lo que creo se debe a que estamos en dos puntos de vida dispares, que en antaño eran el del otro.

Desde que tuvimos esa charla sobre su futuro, de alguna forma siento que Hayama me ha superado de una forma que no logro comprender del todo aún. Es verdad que le di casi un año de ventaja y... y tampoco creo que el punto al que él llegó sea el mejor, pero aun así... él ha avanzado. Quiere avanzar hacia algo.

... Para responder a tu pregunta, no, no he cambiado lo que creo. Quiero ser genuino y eso es algo que no va a cambiar... pero...— Con los ojos de Hayama mirándome expectante para decirle algo que no suele ser cosas que nos diríamos, pude decirlo aunque no quería. —Pero puede que el genuino que quisiera antes y el que quiero ahora sean distintos.

Ante mi declaración, Hayama no mostró reacción, más interesado en seguir caminando hacia un destino incierto. Siguiéndole el paso, nos quedamos en un silencio no del todo incómodo mientras el tenue sonido de actividades de fondo. Junto con el clima fresco pero sin nube a la vista, daba de verdad un ambiente cálido.

Es una pena estarlo viviendo con Hayama, pero él me trajo aquí por una razón y yo, para agradecerle todo lo que hizo por mí, no tengo otra que serle honesto. Tras caminar unos cuantos segundos más en los que en serio se sentía la extraña relación que tenemos a un nivel físico, hablé.

Cuando hablaba de lo genuino, me enfoqué mucho en las relaciones, en mis conexiones con los demás, o la falta de ellas más bien. Cuando dije que quería algo así, pensé en lo que el Club de Servicio podía ser para nosotros, lo que quería que fuera. Quería que nos conociéramos, que hubiera plena confianza entre nosotros y que no rehuyeramos de nosotros cuando las cosas se pusieran incómodas. Quería... un vínculo que solo aparecen en los animes.

Al final todo eso quedó en nada, pero es lo que sentí en ese momento y aprecio ese momento a pesar de que todo terminó tan mal. Fue un momento catartico para mí, que me llenó de tantas cosas buenas y malas, de mi fealdad, asi como la tenue luz honesta que creo profeso a quienes me rodean. Fue vergonzoso, y que Isshiki de todas las personas también lo escuchara lo vuelve todo aún peor.

Pero... incluso así, no me arrepiento de lo que sentí, incluso si Yukinoshita distorsionó un poco ese momento. No lo dije pensando en ella, como creí hasta hace unos meses, sino en mí mismo. Pensaba en conexiones, en verdades, en escapar de la falsedad y el rechazo que fue toda mi vida escolar, no en si la chica rica que me gustaba se iba a conmover con mis palabras.

No todo en estos dos años se hizo pensando en ella, y es una verdad de la que ya me he dado cuenta.

... Ja, tienes razón en que suena muy ficticio e idealista, pero no desentona contigo.

Las palabras de Hayama me sacaron de mi mundo de pensamientos e ideas. Molesto, bufé ante lo que quería insinuar, pero no le di el honor de una respuesta. Se rio de forma principesca, pero no mucho más. Dejando que el ambiente y sobre todo mi corazón se calmaran lo suficiente, pronto agregué mi nueva visión de las cosas.

Una que quizás me cueste seguir del todo y que no tengo tan clara como me gustaría, pero es mi visión.

Ahora yo... pienso en que ser genuino va más allá de los vínculos. Tras darle vueltas a lo que pasó con Yukinoshita, me di cuenta de que mi error fue no ver lo que ella veía, su verdad. Cuando lo pensé así, llegué a la conclusión de que esa cosa genuina que quería seguir necesitaba ser más amplia... Necesitaba ver la verdad de las cosas y vivirlas también.

... No creo entenderte mucho, Hikigaya.

Ante su respuesta plana, esta vez fue mi turno de reírme. —Ni yo, ¿sabes? Pero es mi elección y lo que creo que es correcto. Una relación genuina con todo lo idílico que te dije es algo que me acelera el corazón solo de pensar en tener, pero una relación genuina no sirve de nada si quienes la tienen no son genuinos. Puede parecer algo tonto y sin sentido, pero eso es lo que pienso cuando veo las relaciones a mi alrededor. Las tuyas, por ejemplo.

Ouch. Eso dolió.

Diciéndolo sin sentirlo realmente, miré hacia el cielo anaranjado y más allá, pensando en el camino que quiero seguir y lo que puede significar. En los sacrificios, los malos momentos y los muchos buenos momentos de los que me voy a privar. En que, llegado a cierto punto, todo lo que tengo ahora nunca podrá ser recuperado cuando lo pierda. Pensando en todo eso y aun así decidiendo seguir mi camino, hablé.

No voy a cambiar el mundo, pero por lo menos quiero cambiarme a mí. Quiero ser genuino, actuar en base a la verdad y no depender de máscaras para desenvolverme en sociedad. Ese es mi ideal, Hayama...

Mi nuevo camino.

... Sabes que es casi seguro que, si Yuigahama deja de amarte, tendrás que recorrer ese camino solo, ¿verdad?

... Lo sé.

...


Girándome hacia el otro lado de mi cama para ignorar el ruido molesto que no deja de atosigarme en pos de arruinarme lo que hasta ahora fue hermoso, me puse a reflexionar sobre los momentos felices que viví desde mi última gran crisis.

Ha pasado ya tres días desde que Hoshino-san invadió mi dulce hogar alquilado por última y peor vez. Desde entonces, me he centrado mucho en desconectar del mundo que me rodea. Comí más sano, dejé de ponerle tanta azucar al café, recuperé las horas de sueño que había perdido, adopté un pez, enterré a un pez, creé un gobierno justo en el que los tomates fueron prohibidos y fui derrocado por los malditos italianos amantes de la pizza.

Unos días relajados, si debo decir. No diré que he sido feliz porque tampoco es que quiera hacerme el frío y solitario, pero no es una experiencia que rechace. Estar al pendiente de tantas cosas tanto tiempo me hace tener que desconectar. Incluso a Yuigahama le pasó lo mismo, no viniendo a exijir una salida en todo este tiempo y siendo muy cortante en los mensajes que nos envíamos. Se ve que ella también quiere descansar.

Más allá de mi amiga con escasos beneficios no requeridos, recibí un par de mensajes de Ebina sobre qué es lo que estaba haciendo, que al parecer era un pequeño viaje a Kyoto para, según ella, recordar un pasado que añora. Miura fue más fría y dijo que iba a buscar un novio, por lo que le desee lo mejor. Al novio, por supuesto. Y Komachi me actualizó las buenas nuevas que le sucedió en su etapa final en el Club de Servicio.

Parece que ahora tiene novio y su amiga también, lo cual es... curioso. Preocupante cuando le pregunté cómo fue que le consiguió un novio a su querida amiga, pero Komachi no dijo nada al respecto y de plano cortó la llamada cuando seguí insistiendo. Es en momentos como estos que me apena que Isshiki fuera un punto medio entre nosotros. Si tan solo tuviera la edad de Komachi...

Mis padres enviaron un par de mensajes cortos, dulces por parte de ella y reconfortantes a su modo de él. Lo devolví sin esperar respuesta y evidentemente no la hubo. La idea de aprovechar las constantes llamadas para intentar contactarme con Yukinoshita Haruno estuvo ahí, pero me sentía demasiado cansado para lidiar con ella. A este celular le hace falta cargarle la bateria.

Fuera de las comunicaciones más relevantes, recibí las felicitaciones habituales de mis viejos amigos cuando publiqué mis resultados en esa red social que apenas uso. Pude prescindir de tantos corazones de Isshiki, el texto especialmente largo de Kawasaki y lo que fuera que me escribiera Zaimokuza, pero todos me comentaron y yo respondí a cado uno, lanzando un comentario ocasional.

Me pregunto, a veces, si todo este intento de por lo menos no olvidarnos es una especie de preparación para la vida adulta llena de drama amoroso o interacciones de Slice of Life. Duele pensar que Zaimokuza va a escribir un 'libro' de eso si llega a pasar y que Hayama seguro se meterá de alguna forma para que tengamos una conversación más profunda de lo debido... Sin mencionar que lidiar con Ooka y Yamato siempre es un lío. Apenas tenemos nada en común y aunque los aprecio, no me quiero imaginar lo forzado que será nuestro momento de unión.

Pero bueno, querida voz en mi cabeza, te preguntarás por qué estoy pensando todo esto, ¿no? ¿Qué me hace recordar el pasado en este instante, en que debería seguir dormido aprovechándome de ser un mantenido monetario? Bueno, es sencillo, tanto que duele.

—¡Hachi-san, abreme por favor! ¡Tengo frío!

Duele mucho.

—Ignorala, Hachiman. Son la siete de la mañana, Hachiman. Duérmete, Hachiman.

Deja de pensar que tu nombre es raro, Hachiman.

Decidí probar la clásica de las películas y tapar el sonido con la almohada en mi cara. Sorprendentemente funcionó... como por quince segundos hasta que se volvió difícil respirar. Quitándomela de un golpe, me quise golpear al haberme indirectamente despertado aún más. Ya mi mente trabaja a un nivel que me impide cerrar los ojos solo al recostarme y también soy dolorosamente consciente de que los golpes a mi puerta son, aparte de rítmicos, muy, MUY molestos.

Estaba en camino a resignarme y volver a las andadas, pero todavía tenía algo de resistencia en mí. El puro despecho por ir en contra de la corriente es lo que me impulsó a acomodarme en mi camita calentita con la intención de que una Idol comprendiera bien lo que es el frío.

Entonces, por supuesto, escuché un golpe poderoso y furioso, ajeno a este conflicto proveniente de la pared frente a mi cuarto, para seguir con un rugido gutural aterrador. Fue ahí que supe que ya no tenía opción. Era levantarme o tener que soportar a la madre que me tiene en la mira desde que hablé de sus hijos medio en broma para defenderme de Ai la asesina canibal.

A veces pienso que una asesina canibal sería más cómodo. Ya no soy un adolescente lleno de deseos de vivir una fantasía romántica ni tampoco alguien que deifique el alto estatus. Pensando en la sencillez que brilla por su ausencia, me levanté de mi cama, no sin antes destaparme de la pura ira y arrepentirme al instante por el golpe helado que me invadió todo el cuerpo. Tras un chillido gatuno, me miré para ver como estaba vestido y al final salí a ver qué me esperaba hoy.


—...

—¡Hm!

En lugar de darle más importancia de la recomendada a dicha Idol que estaba vestido como una investigadora privada mediocre, miré el aparato peculiar que estaba apoyado injustamente en mi mesita. Lo miré y lo seguí mirando, esperando que me diera una respuesta, rogando que me hablara. Pero el maldito no lo hizo, dejándome a merced de una Ai-san que estaba refunfuñando de una forma un tanto infantil.

Tenía las mejillas infladas y todo la muchacha.

Dejé de observar a una jovencita llena de vida y energía que gastar para volver a observar el aparato peculiar con forma que me es familiar, pero desconocida al mismo tiempo. Es, sin duda, algo por lo que no valió la pena despertarse tan temprano. Ya sin nada que perder o ganar, me arriesgué a iniciar el bombardeo.

—Y Hosh-

—Um...

—... Ai-san...— Parece ser que mi intento de hacer un chiste no fue bien recibido, ¿eh? —Sé que no estás de humor por razones que escapan a mi comprensión, pero ¿qué es esto?

Respondiendo como si yo fuera el tonto, me respondió. —Es una tetera obvio. ¿Qué más podría ser?

¿Una bomba, quizás? Tiene algo de rojo.

Curioso por el aparato tan fuera de este mundo que mi mente ha borrado por ser tan ajeno a mí, toqué con mi dedo índice el objeto que, ya con esa información, si me parece una tetera, pero... es muy diferente. Tan diferente que no puedo evitar compararla con un objeto milenario que tiene dentro al espíritu vengativo del té, que me odia por elegir el camino del café, o sea, el del bien.

Pero hablando en serio, esta cosa tiene de tetera lo que yo de Bratt Pit. Para empezar, el color rojo está puesto de una forma en exceso chillona, dándole un color que me hace pensar en payasos. Segundo, y quizás más importante, es que no está bien... simetrico, por así decirlo. No tiene forma de tetera, sino más bien de un trabajo artesanal de un niño de primaria ansioso por crear un homunculo de sus dibujos que terminó venciendo a la Mona Lisa en un concurso.

Como debe ser.

Mirando a Ai-san, quien seguía queriendo mirar a cualquier lado menos aquí, declaré. —Está feo.

Mi declaración objetiva no fue bien recibida. —¿Cómo dices?

Sonando genuinamente ofendida por lo que dije, de repente sus ojos al fin me miraron, pero para mostrar una ira genuina y nunca vista en sus ojos. Hoshino Ai nunca me juzgó ni habló mal de mí. Es un amor de persona, o intenta serlo, por lo que verla ofendida de una forma que invitaba a una discusión de pareja no es algo que tomara bien. Tosiendo falsamente, traté de seguir sin retractarme.

—Digo... Parece que lo piso un camión... dos veces. Y luego fue golpeado contra el pavimente por una ardilla que creía que era una bellota. Es... ¿es de casualidad el tan famoso arte moderno, Ai-san? ¿Me estás mostrando arte abstracto?— Ofrecí mi tono más comprensivo y agradable porque en un punto los ojos de Ai, esas estrellas aterradoras, se escondieron detrás de su flequillo, lo que invitaba a corroborar que el anime es, de hecho, real.

Y es una tragedia, la adaptación al anime del manga de Jesus para ser precisos. Moriré por los pecados de todos los que no borraron su historial antes de dejar este mundo y de los que pecaron al decidir el camino incorrecto a la hora de elegir un bando sagrado... Claramente Asuka era la mejor chica por simple descarte, además de que hay un gran potencial ahí para una buena relación... creo. No sé, pero si mi yo de once años los eligió es por algo.

Saliéndome de mi propio mundo de fantasias en donde podía ignorar la mirada mortal de Hoshino Ai, la estrella del mañana, me vi forzado a reírme un poco, entendiendo que, de alguna forma que no sé, la acabo de cagar. Justo cuando sus ojos estaban a punto de disparar rayos lasers, volvieron a ocultarse.

—... Me costó mucho, ¿sabes? Estuve tres semanas haciéndolo— Su tono, lastimero y vacío de toda bondad, me golpeó como un yunque, haciéndome poner una mala cara que es todo un poema. —Yo... yo me esforcé mucho porque quería tenr mi propia tetera, una mía, y me esforcé. La maestra me alentó a pesar de que todos se reían de mí y... yo creí que mis sentimientos eran suficientes. Que mi tetera podía hacer feliz a mis muñecas a la hora del té. Que yo... podía hacer mi té.

... Oh... Ooooh...

Genial, Hachiman, acabas de abrir la caja de pandora y ahora tienes que lidiar con un trauma del pasado sin resolver de una recién mayor de edad. Excelente. Más allá de que todo esto empezó por su culpa y su idea de traerme esta cosa no... no simetrica, no quita que sus intenciones fueron puras. Demasiado puras para ser todavía ni amigos y que encima no hemos tocado esos temas.

Mientras Ai-san parecía estar teniendo un colapso emocional producto de, seguramente, experiencias complicadas, yo me estaba estrujando los sesos para ver qué diablos podía decir para arreglar la situación. Es evidente que ella hizo esto con un motivo especial y claro que después voy a descubrirlo, pero ahora lo importante es calmarla emocionalmente. Al menos yo siento que su dolor es en parte sincero.

Tras unos segundos tensos, llegué a mi respuesta. Esperando que no saliera tan mal, tomé aire y la solté.

—... Pues está feo. No voy a mentirte: está feo y nada me va a hacer cambiar de opinión. Eso no sería genuino.

—¡!

El impacto inicial de mis palabras no se hizo esperar. Ai-san, tomada por sorpresa, se detuvo como congelada en el tiempo y me miró con un shock un poco lamentable. No se esperaba mis palabras y desde luego tiene razones para pensar así, ya que en todo este tiempo siempre he hecho lo posible por hacerla sentir cómoda. Por decirle, asi sea a mi manera, cosas que la hagan sentir bien.

—¡PERO...!

Y esta no es la excepción.

Ai me miró expectante, ansiosa por escuchar lo que le fuera a decir. Sigo creyendo que su reacción es exagerada dado a que soy, bueno, yo, pero entiendo un poco ese sentimiento de que pisoteen tus trabajos de la infancia y que eso duela. El día en que mi madre quitó los dibujos que había hecho en primer grado para poner los números importantes en caso de emergencias se murió una pequeña parte de mí. Mi niño interior se sintió triste.

Personalmente soy de la idea de que un niño interior debe ser atendido cada tanto para una mente sana. Obviamente tienes que ser un adulto y no está arrastrar traumas de la infancia al presente, pero no viene mal hacer lo que te hace feliz, muchas veces eso teniendo que ver con la nostalgia.

Por eso yo...

—Pero es porque eres fea, Ai-san— Antes de que esto fuera por un rumbo que podría terminar conmigo en un lago, me apresuré a proseguir. —Yo también soy feo. Yuigahama también es fea. Tus sobrinos todavía son muy pequeños para catalogarlos así, pero no me extrañaría que tuvieran algo de fealdad a futuro. Todos, sin excepción, tienen o tendrán una fealdad.

Aunque para mí ya la tienen. Ese odio que me tienen no es nada lindo.

—H-

Antes de que pudiera expresar su enojo, la detuve al seguir hablando para mismo con una forzosa oyente a la que tengo que hacer sentir mejor a la par que mantengo mis creencias de una genuinidad poco valorada.

—Pero ser feo es ser humano, Ai-san. Es lo que nos define como especie: nuestra fealdad— Me reí un poco al imaginarme cómo podría sonar lo que digo para cualquier ser humano socialmente adaptado. —Y no, no lo digo porque soy cínico, aunque eso pareciera. Creo sinceramente que todos nosotros tenemos una fealdad que, por más que ocultemos, sigue ahí. Somos feos por lo que somos, no por como nos vemos.

—Yo...

Sonando desconfiada y viéndose aún más, traté de hacerme entender de mejor manera. —¿Cómo decirlo?... Creo que todos tenemos nuestros demonios internos, hasta el de la mejor vida o el más santo. Tenemos problemas sin resolver, traumas, complejos o relaciones complicadas con ciertas personas. Y queramoslo justificar o no, lo que es eso es fealdad. No es lindo ni de chiste o algo que esté justificado.

—...

Viéndose como una ardilla tratando de aprender matemáticas, Ai-san tuvo el decoro de mantenerse en silencio, dejándome parlotear cosas que ni yo entiendo del todo bien y tratar de justificar mis palabras que atentaron contra la belleza. Agradecido, continué, mientras un sudor frío comenzaba a formarseme en la frente.

—Bueno, siendo justos, eso último lo digo como hiperbole. Si está justificado estar insatisfecho, molesto o odiar algo si es lo que sientes. No quiero invalidar los sentimientos de nadie. Solo... aceptar, que todos aceptemos, nuestra fealdad. Todos tenemos una parte fea. Tu creación de primaria es fea, ¡pero esa eres tú, asi que está bien! La cantidad de dibujos que hice pequeño también. ¡De hecho son más feos! Y tenían mucho menos esfuerzo detrás.

—... E-

—Quizá yo no sea el mejor para hablarlo, dado a que soy poco agraciado físicamente, pero la fealdad no es mala. Que seas mala en ceramica lo que sea esto no te vuelve una mala persona o algo así. Al contrario, yo... yo creo que esto que me mostraste te vuelve humana de una forma que nunca llegué a concebir. Y eso, en mi opinión, es hermoso.

... Admito que una parte de todo este parloteo surgió en un intento cutre de salvar la situación que yo mismo cree y sufrí, pero también esto es algo que creo de verdad. Podré decir tonterías, pero son tonterías que creo y defiendo. Llevo hasta el límite lo que decido creer como genuino y es por eso que, a lo mejor, me cuesta tanto formar nuevas conexiones más allá de Sobu o lo que sea Orimoto... o, para mi desgracia, la cutre conexión que tengo con Tamanawa.

El hecho de que quiera ser modelo de manos es a la vez tan chistoso y apropiado que no me puedo ni reír.

—... Yo... yo creo que entiendo, Hachi-san. Creo...

—¿En serio?

Ai-san me miró un poco enojada ante mi sincera sorpresa, pero se abstuvo de comentar. Cambiado su mirar hacia la tetera que tiene forma de todo menos tetera, sonrió de una forma nostalgica. —Esta tetera es fea, tienes razón. Está mal hecha, el color no le va bien y no creo que sea seguro hacer té ahí... pero es mía, me representa a mí y eso es hermoso. ¿Es a eso a lo que te refieres, Hachi-san?

—S-Si.

Es increíble como la sarta de tonterías que dije de algún modo suenan con mucha elocuencia cuando lo dijo ella. ¿Será acaso el poder que le confiere ser una maestra a la hora de desenvolverse en sociedad? De cualquier manera, mantuve mi honestidad, le enseñé una valiosa lección a Ai-san y sobreviví en el intento. Creo que mi lección del día está completa. No, ¿dije día? Quise decir semana. Aunque no creo que sea descabellado que sea la del mes.

Asintiendo para mí, no pude evitar que mi mente volviera a cierta sensei que espero ya haya encontrado a un hombre que la merezca de verdad. ¿Tal vez así es como se sentía por dentro cuando trataba de guiarme pero lo aparentaba en una máscara de genialidad exagerada? Eso confirma aún más que no quiero ser un maestro ni de primaria. Serlo es sufrir constantemente y luego sentir alivio cuando esquivas la bala.

No voy a seguir tus pasos, Hiratsuka-sensei, asi que deja de acosarme. No estás muerta.

—... Hachi-san, tú...

—¿Uh?

Ai-san dejó de verse tranquila para mostrar una especie de desconfianza extraña dado quien es ella. De repente sintiendo que el ambiente se ponía peligroso de otra forma, me preparé, preguntándome qué es lo que he hecho para merecer este maltrato tan temprano en la mañana. —Yo... yo he estado pensando si yo... si tú tienes alguna clase de miedo respecto a n-nosotros... eso, si.

...

Antes de que pudiera tomar todo de la manera equivocada y que diera lugar a algo muy malo, me desperté más de lo que era posible y la miré fijamente a la par que analicé toda la escena. Ai-san no me miraba a los ojos directamente y había un poco de rojo en sus mejillas, pero su tono y lenguaje corporal, lo poco que puedo notar, dista mucho de una especie de romance prohibido. De hecho, en mi corta experiencia de vida, diría casi seguro que ella siente... miedo.

Eso significa que es una pregunta seria, no una tontería salida de una extraña fantasia mía, asi que lo pensé detenidamente. Tras unos segundos en los que el silencio reinó a excepción de mis pensamientos, contesté como creí mejor. —Si soy honesto, a veces me preocupa que algún vecino te reconozca y mande mi vida social, mi vida en general, a la absoluta nada. Nada contra ti, pero sé un poco de cómo se lo pueden tomar los fans si su pureza se mancha o demás tonterías.

—... Entiendo...

Sentí que mis palabras habían golpeado un nervio en ella a juzgar por ese ligero sobresalto, pero no es algo que sea bueno hablar entre dos apenas más que conocidos. Queriendo aprovechar este momento para demostrar que mi intención de fortalecer este vínculo era sincero, no oculté mis temores. —También me preocupa la gente que te rodea. Sin ofender, y seguramente sean personas increíbles, pero son demasiado para mí. Incluso tus sobrinos tienen esa aura deslumbrante que me hace sentir cansado.

—¿De verdad?... Eso me sorprende. Te veías muy seguro con mis... sobrinos. Casi parecía que los conocías de antes por cómo te relacionabas con ellos. ¿En serio te sentías incómodo con ellos?— El hecho de que Ai-san sea incapaz de notar cómo esos dos bebés tenían una inteligencia que destila problemas no sé si habla de que es despistada o de que la gente excepcional está construida excepcionalmente.

Cuidando mis palabras para evitar posibles ofensas y terminen en una nueva 'lección', hablé como si fuera un político. —No diría que me hacían sentir incómodo en sí, pero... ¿cómo decirlo? ¿Eran demasiado excepcionales? Sentía que no estaba tratando con niños normales, si eso tiene sentido. Eran como... estrellas.

Las de Lucifer, si.

—... Jiji~ Ya veo...— Sonando extrañamente complacida por la que forma en que me referí esos dos revoltosos. Pese a no entender y que se me notara en la cara, no insistí en el tema. Dejé que la situación se desenvolviera naturalmente, que se tranquilizara a ese punto dulce que me cuesta alcanzar con Ai-san, pero que conseguirlo me hace sentir como el ganador de una cruenta batalla.

Escucha, Dios, yo ya pasé mi etapa de tenerle pánico a las mujeres, de endiosarlas y de despreciarlas, pero eso no quiere que esté listo para lidiar con una Idol, la imagen de la perfección femenina hecha persona. Creo que primero tendría que tener más de una amiga o una novia. Ni siquiera puedo decir tranquilamente el nombre de Yuigahama por todo lo que eso podría significar.

Quitando esos pensamientos de mi cabeza que no hacían más que amargar una situación que clamaba lo contrario, me relajé en mi asiento mientras veía el intento de manualidad abstracta con forma de tetera, la fuente de todo el problema que casi ocurre. Mirándola más detenidamente, me doy cuenta de que tiene un encanto extraño, una magia que solo algo hecho por un niño podría generar. No diría que pudiera o debería hacer té, pero si yo hiciera algo así, seguro estaría orgulloso.

Sonriendo para darle punto final a esta discusión, estaba a punto de invitar a Ai-san a tomarse un viaje no guiado a su trabajo, casa o cualquier lugar que me permita dormir por lo menos un par de horas más. Pero, como la vida no es justa y la mía menos, de repente Ai-san siguió hablando.

—Hachi-san, tú... eh, ¿c-cómo me ves?

...

...

Tras tener AÚN MÁS ganas de prestar atención al lenguaje corporal de Ai-san y analizar sus palabras, su tono, fue que llegué a la conclusión de que cualquiera fuera el tema que la aquejara, estaba lejos de estar resuelto. Una vez llegué a esa conclusión, fue muy sencillo maldecir mi infortunio y prometerme a mí mismo que Hayama Hayato iba a pagarlo de algún modo. No importa si tenga que viajar hasta el Congo, me las va a pagar.

—Te veo... Um, ¿normal? No te veo de una forma idealizada o fanática si eso es lo que te preocupa. Más allá de lo que piense o no de tu música, todo lo positivo que veo en ti lo hago sin tener en cuenta nada de eso. Diría que eres... más tolerable de lo que creí— Quizás me excedí con mi frialdad, pero sentí que era apropiada dado el contexto. No quiero dar a entender una cosa que no es.

—... Ya veo— Ai-san no se escuchó satisfecha a mis palabras, pero tampoco del todo insatisfecha. Más allá de cual sea el problema que le corroe la mente, por lo menos no es tan serio. Relajando mis músculos faciales, sentí que el problema estaba a punto de ser esquivado cuando, de repente, la aparente aceptación dio paso a un temblor desesperado. —¿M-M-Me ves como mujer?

...

...

...

Quien me manda a lidiar con esto, ¿verdad? No puedo culpar a otro más que a mí mismo.

Sonrojada por culpa de palabras tan vergonzosas, yo mismo admito que mis mejillas están más calientes de lo normal. Es una sensación desagradable, sin duda, que no he sentido en muchos años a este nivel. Este nivel de verguenza y pena ajena, a la par que propia, no es normal en mí desde que ocurrió la debacle de Orimoto. Con Yukinoshita por alguna razón estaba más valiente de lo normal y no me sentí con fiebre.

No pudiendo ni queriendo mirarla a los ojos, decidí centrar mis ojos feos en cualquier lugar que no involucrara a Hoshino Ai. Ella no hizo ningún sonido con su boca, pero pude escuchar como se resquebrajaba en su asiento, sufriendo casi como yo de soltar semejante combinación de palabra. No queriendo que esto siguiera más de la cuenta, la miré, me forcé a hacerlo más bien e intenté decir algo que tuviera sentido.

Algo que le diera sentido a... eso.

—... No... No tengo pensamientos tan inapropiados sobre ti, Ai-s-

—¿Tan?

—...

—...

Sentí que, mientras los ojos de Hoshino Ai eran un espectáculo que me generaba una especie de pánico existencial nada bonito, a veces tenían su magia. Cuando le miraba a los ojos, cuando miraba esas estrellas, a veces pensaba que estaba en presencia de un ser fuera de este mundo, pero que te quiere atraer al suyo. Una estrella, nunca mejor dicho, a la que solo puedo orbitar como un idiota.

Este no es uno de esos momentos. Tengo miedo. Esos ojos están tan fijos en mí que, incluso si en realidad pertenecen a una chica que está muy lejos de ser intimidante y pareciera más bien una conejita... un animal adorable asustado, seguía generando en mí pavor. Caminando por hielo muy delgado que tiene debajo lava y por tanto ya no hay hielo, di todo de mí para aclarar la posible confusión.

Y entonces recordé que todo esto nació de estar pregonando el principio de ser genuino, por lo que las palabras murieron tan pronto como se pensaron.

Asqueado de la situación y de mí, me debatí dentro mío si valía la pena mantener tan al pie de la letra mis creencias por el bien de mi propio orgullo; si, en cambio, no era mejor valorar mi propia conservación como ser humano que tiene derecho a no estar tras las rejas. Lo pensé y lo pensé otra vez... pero al final, incluso alguien de tan baja categoría como yo tiene esa cosa llamada orgullo o de querer defender lo que creo.

Resignado, acepté recorrer mi último pasillo.

—Si soy honesto, yo... yo... yo creo que eres una chica que está por encima de la media y aunque nunca mantuve ningún pensamiento inapropiado porque no quiero ir preso, ahora que al parecer ya eres mayor de edad, yo... y-yo... Bueno, soy un hombre perfectamente saludable que no tiene ninguna clase de problema, ¿sabes? No es el fin del mundo y nunca irá a la vida real, asi que... asi que no pienses mucho en eso... ¡Por favor no me envies a la cárcel!

Al final todo intento de defender mis creencias de forma burda, sin abordar el tema central, me hicieron acabar por aceptar que no hay forma de hacer que eso suene bien, por lo que rogar a Ai-megami es lo único que podía hacer. Inclinando mi cuello como ningún japonés ha hecho jamás y juntando las palmas de forma hermosa, le rogé que, si nuestra relación iba a encontrar un final tan lamentable, por lo menos me salvaría de la carcel.

O de sus fans. Por favor no quiero lidiar con tus fans, Ai-sama. Ten piedad de mi alma torturada: ya bastante se tortura sola.

Esperé y esperé una respuesta. Una parte de mí ya se enlistaba para las palabras de desprecio, una más desquiciada se esperaba un golpe y una pequeña parte de mí, la esperanzada, rogaba porque se empezara a reír para luego decirme que no era para tanto, que ella nunca pensaría demasiado de cosas así.

Quise, anhelé, que fuera la tercera opción. Que la esperanza me sonriera aunque sea una vez.

—...

—...

—... Yo, eh, también creo que, eh, eres más lindo de lo que pareces pensar. Sip, tienes un encanto peculiar.

Ah, asi que es la cuarta opción; la de 'esto es tan jodidamente incómodo que no sé qué decir para cambiar la conversación'.

Mierda, ni lo uno ni lo otro, ¿eh, Dioses?

—... Gracias, creo.

—¡Pues bien! ¡Ya aprendí mucho de ti y ahora tengo que ir a ensayar! Sé que mi tetera no es muy buena, pero me gustaría que hicieras algo con ella. Este es un regalo sincero de mí para ti. Quería compensarte todas las molestias que te he dado estos días.

Aun así era un punto medio que me tranquilizó. Si, se siente fatal y lo más seguro es que este sea el inicio de una separación de nuestros caminos lenta pero segura, pero al menos no trajo consecuencias. Sé que no todas las chicas por encima de la media son Miura Yumiko, pero aun así siempre está ese medio. Por cada Yuigahama hay miles de Miuras que piensan lo peor de tipos como yo y se lo quieren hacer saber a los de mi especie siempre.

Hoshino Ai es una chica buena, una que es más verdadera de lo que ella quiere creer, asi que no había forma de que se lo tomara de tan mala manera. A veces sin duda soy un personaje, ¿eh? Exagero todo como si estuviéramos en un anime o manga shonen. La vida no es un manga y Hiratsuka-sensei lo puede llorar todo lo que quiera, que no va a cambiar nada.

Aliviado, cansado pero de cierta forma cargando una sensación de vacio que me cuesta definir, finalmente dejé de destruirme el cuello para mirar a Hoshino Ai a los ojos.

...

—... ¡!

—Uhum. Si, eso es todo por hoy. Prometo que nuestra próxima sesión será en un mejor horario, pero es que ahora estoy y estaré muy ocupada estos días, asi que no encontré un mejor horario. ¿Podrías abr... ... Hachi-san, ¿por qué me miras así? ¿Tengo algo en la cara?

Ai-san... tú... tú estás...


—Bien. Lo han hecho bien. Quizá una brillo más de lo normal, pero en general todas están yendo a buen ritmo. Sigan así.

Suspirando de alivio tras al fin terminar otro día de ensayo, no pare de desear que llegara el día en que pudiéramos brillar de una vez. No es que me disguste practicar ni mucho menos, pero deseo ya pasar a algo nuevo. Siento que estoy para hacer algo más fresco y que les guste más. Estoy inspirada, mucho más de lo que suelo estar.

Yendo a sentarme en la silla más cercana, relajé mis músculos y me prepare para el eventual dolor. Siento que nuestra entrenadora fue más dura que de costumbre y aunque pude seguir el ritmo, no significa que no me resienta. Ojalá pudiera tener el cuerpo de una atleta, pero suena muy duro y a los hombres no les suelen gustar las mujeres con músculo. Nos quieren a todas como muñecas.

Mirando al grupo, todas tienen mi mismo cansancio pero elevado a la décima potencia. Una incluso está tirada en el piso y respira con mucha, mucha dificultad. Ella... ella no parece estar muy bien. Quería ir a ver si la podía ayudar en algo, pero estaba demasiado cansada para moverme. Lo siento.

Quien no estaba tan cansada era Nino, quien me miraba con exasperación y con ganas de darme un coscorrón. Acercándose hacia mí a paso tembloroso y respiración agitada, una vez que estuvo frente a mí se tomó unos segundos para calmarse. Ahora que la veo más de cerca, ella está casi que empapada. Todas lo están, incluida yo.

De verdad que hoy fue exigente, ¿eh?

—E-E-Escucha, tú... E-Entiendo que eres la estrella, ¡p-pero see más consideradaa con nosotros! ¡Siento que me va a dar algo! ¡Yo... y-yo no me inscribí para esto!— Apenas terminó de decirlo con un esfuerzo fuera de este mundo, volvió a agachar la cabeza, respirando como si acabara de correr un maratón... y creo que el esfuerzo no debe ser muy distinto. Ya me está viniendo el dolor.

—Yo no sé por qué me hablas como si fuera mi culpa. Soy tan víctima como tú— Mi intento de defensa le dio ánimos a Nino, quien ahora me miraba con deseos de darme dos coscorrones. Daba un poco de miedo, pero también era simpática. Nino en general es una persona simpática, aunque a veces tiene una mirada rara.

—¡N-No te metas conmigo! ¡¿No ves que puedes hablar normal?! ¡¿Dónde diablos sacaste tantas ganas de lucirte, mujer?! ¡No estás siendo humana!

...

...

¿No estoy siendo humana? Bueno... creo que eso es lo opuesto, de hecho. Me siento muy, muy humana. Tengo ganas de hacer tanto y por todo el mundo. Siento que un peso se me quitó de encima y ahora tengo el mundo en mis manos... pero también siento que hay... algo... que no debería estar ahí. Que algo se activo en mí y eso no trae solo cosas buenas.

Es algo que sé que no es amor, pero... pero puede ser algo más cercano de lo que me siento cómoda. Es... es... No es...

...

Cuando me sentí validada por él, cuando elogio el aspecto estelar que sé que tengo, cuando me di cuenta de que la posibilidad no es cero, cuando me di cuenta de que los temores de Yui-chan no son infundados; cuando me di cuenta de todo eso, yo... yo... ¿yo qué?

—... Me pregunto. No lo sé.

Y espero nunca saberlo.

Todo por esa conversación que tuve con Miyako. ¡Que mala!

—¡¿AAAH?! ¡¿A que vienen esas?!

Notes:

Algo que querría aclarar es que Ai no se está enamorando, pero se está encariñando un poco más de la cuenta. Diré que el proceso está sucediendo y que hay un capítulo que no se mostró que incluye a Miyako. Planeo volver a él a futuro, pero por ahora considerenlo un pequeño misterio.

En fin, una vez termine algunas cosas, estoy pensando en entrar en otros fandoms o hacer otro crossover con OnK, pero con los personajes principales. O ya de plano hacer una historia de OnK, que su final, más allá de polémicas, me inspiró una idea interesante.

Ya veré. De momento es todo.

Chapter 15: Capítulo 16

Summary:

Tomar decisiones es difícil. Tomar las decisiones correctas lo es aún menos.

Que te dejen tomarlas es...

Notes:

... Perdón.

(See the end of the chapter for more notes.)

Chapter Text

—... Las estrellas nunca se vieron más extrañas.

Mi comentario casual, cargado de un peso que no debería ser, fue respondido por un bufido molesto a la par que una aplastante necesidad de largarme de aquí. —Sólo tú podrías decir algo así de raro en este momento, Hikio. No importa cuánto tiempo pase, no cambias lo suficiente.

No me molesté en responder el intento de ataque de Miura Yumiko, puesto a que hace tiempo desistí de intentar ganarle de frente. Miura no es que sea idiota, pero tiene la densidad de una; no importa lo que diga ni cómo lo diga, me es imposible penetrar esa cabeza suya llena de desamores y nuevos amores. Todo un enigma que de algún modo pudiéramos seguir juntos, incluso si es a a través de Yuigahama.

Seguí mirando el cielo estrellado a través de la ventana de este restaurante relativamente bonito, con una muy mala compañia que está aquí porque Yuigahama tuvo una emergencia que atender sobre su situación en casa y Ebina de repente decidió que este era un buen momento para ir al baño. Solo nosotros dos es imposible que podamos plantear una conversación placentera para ambas partes.

—...

De verdad las estrellas se ven muy raras...

—... Oye, Hikio, ¿qué tanto estás mirando? ¿Qué tiene de interesante las estrellas?— Sorprendido por un tono rebajado en intensidad destructiva, parece ser que Miura tiene uno de esos extraños momentos en los que busca que nos entendamos mejor. Por mucho que solo nos toleremos, tras tanto tiempo y sobre todo ya aceptar que Yuigahama no me va a dejar fácil, Miura a veces insiste en que 'nos llevemos bien'.

Consideré en decir que no es nada y seguir comiendo mi comida o hasta incluso soltar un comentario grosero, pero como ya estoy muy cargado de drama, no estoy con ánimos de sumar a Miura Yumiko a la lista. Suspirando internamente como siempre hago, traté de ser lo más vago posible. —Podría decirse que no tienen nada de interesante, pero digamos que tuve una experiencia rara con algo relacionado con ellas.

Esos ojos estrellados, ese cambio fundamental en sus ojos... No puedo solo ignorar que pasó y seguir con mi vida, ¿verdad? Eso no sería genuino ni tampoco lo correcto a hacer: no porque me rechazaran en el pasado tengo la excusa perfecta para siempre tratar mal los sentimientos de las mujeres. No soy tan rastrero.

—¿Te peleaste con un astrónomo o algo?— Quise reírme de su humor involuntario, pero no encontré en mí las fuerzas, demasiado agotado tras un día en que no dormí las doce horas recomendadas por mis santas pelotas. Finalmente mirando a Miura a los ojos, decidí decirlo de una manera que evitara que esto escalara de proporción.

—Digamos que es más cercana a una astrónoma o algo así. Es... es complicado de describir, pero piensa en una estrella que te quiere dejar ciego.

—... Hikio...— De un segundo a otro Miura pasó a demostrar porque fue llamada la Reina de Fuego en Sobu al destilar una ira quizás no muy volatil, pero más aterradora que muchísimas otras. No cambié mi expresión ni tampoco me asusté en demasía, pero sí me preparé para lo que se venía. —... ¿Te peleaste con una chica? ¿Con una chica de verdad, que no es inventada o sacada de tus libros rancios?

Ahora directamente estoy molesto. —Yo no critico la basura que consumes, ¿sabes? Los libros que lees no son mejores— Antes de que ella se quedara con eso y empezara una discusión sobre cuál cosa es el mejor 3/10, continué. —Y si, es una chica de verdad, de las auténticas, no como tú. Y no, no fue una pelea en sí, sino algo... raro.

Me costaba definir qué era eso. No es algo que me asqueara, pero tampoco algo que me gustara. No fue amor ni odio, pero se inclinaba más hacia un lado que al otro. No pude responder de una manera que fuera apropiada: por responder lo único que hice fue repetir un dialogo en mi cabeza que ni llegaba a completarse antes de que tuviera que irse.

De eso hace unas horas nada más, asi que sigo golpeado. No solo eso, sino que encima estoy recordando las palabras que me dijo Yuigahama ese día, después de la debacle de esos dos niños problema. Yuigahama no es realmente tóxica o una fantasía que leen muchos fans de mangas cutres, entre los que me incluyo, pero tampoco es el ser puro que yo asumí durante nuestro segundo año.

Ella es celosa y vivió lo mismo que yo. Ella... puede que no lo reconozca ni que ninguno de los tres le queramos echar en cara eso, pero aunque no fue al mismo grado que yo, sí que le afectó lo de Yukinoshita. Por supuesto que lo lleva de mejor manera y no es que sea un trauma, pero Yuigahama es una auténtica chica amable, y las chicas amables tienden a sufrir en silencio, prefiriendo centrarse en el dolor de los demás.

Mientras rememoraba un pasado no tan lejano pero que ojalá algún día llegara a serlo, Miura, tras una pausa mental, finalmente habló. —Escucha, Hikio, no... tú ya sabes qué es lo que pienso de tu 'relación' con Yui, ¿verdad?

Asentí. Lo cierto es que Miura no ha sido sutil sobre que quiere que Yuigahama consiga otro interés amoroso, uno que no esté cargado de toda la mierda emocional de ya más tiempo del debido. Es verdad que también Miura, con pequeños gestos o comentarios ocasionales, ha dejado en claro que esta no es una manera de alejarme de su grupo. Que, incluso si Yuigahama sigue adelante, eso no significa que me tenga que quedar solo.

Es un pensamiento un tanto curioso, que sea Miura quien me aclare eso. No somos amigos y puede que nunca lo seamos, pero supongo que tras tanto tiempo es inevitable que se formara un vínculo entre nosotros. No sé qué tan sano sea, pero al menos ya no la deifico como en antaño; no me parece ese ser del averno que escupe fuego y quiere comerme, sino solo una chica amargada y de mal carácter.

—Estoy de acuerdo contigo. Lo que quiere Yuig... Yui no es lo mejor para ella. Sé que no es sano y que ella puede hacerlo mejor— No quiero decir que yo la estoy hundiendo conmigo porque para empezar, en todo caso, sería al revés, pero desde el punto de vista de Miura entiendo que así se ven las cosas. No se me ha pasado desapercibido las miradas que recibe ella, varias de chicos que en mi opinión totalmente heterosexual se ven bien.

—Es justamente por comentarios como ese que sé que Yui puede hacerlo mejor, Hikio...— Curioso por lo que comentó y sin entenderlo del todo, Miura dejó de lado mi confusión y siguió avanzando. —Como sea, he tolerado la actitud de Yui y tu pasividad todo este tiempo porque, mal que me pese, eres así de importante para ella. Te quiere tanto, tanto, que no te haces una idea...

Lo último fue dicho con una mezcla de sentimientos que me cuesta definir uno solo. Había en su voz tanto frustración, enojo, tristeza y algo un poco más positivo del resto, destacándose como un pulgar dolorido.

—...

—Pero también Yui puede ser una auténtica idiota que se puede lastimar a propósito porque cree que es lo mejor— Sus ojos se afilaron, pero no de una forma iracunda. Eran los ojos de una Reina de Fuego, pero una que pasó por un proceso de maduración: eran los ojos de una Miura Yumiko que, incluso con todos sus errores, ha madurado respecto al pasado. —No quiero que te lo tomes mal, pero creo sinceramente que estar enamorada de ti lástima a Yui. Los lástima a ambos y lo sabes.

Su última declaración me impactó poderosamente por un segundo, trayéndome recuerdos no solo de Yukinoshita, sino de todo lo que vino después, de una Yuigahama que, aún sufriendo por no haber sido elegida y todavía amando, tuvo que seguir aferrada al chico que la rechazó, buscando que él se re-compusiera. Un auténtico acto de bondad... pero también de una auténtica estupidez.

—...

No tengo derecho a echarle en cara eso tras todo lo que fui ayudado por ella y sus conexiones, pero, tras tanto tiempo, finalmente llegué a un punto en que puedo reconocer que eso no estuvo bien por mi parte. No lo pedí y ni siquiera Miura me culpa por haber dependido de ella... pero eso no quita que debo hacer mi parte para, esta vez, yo ayudarla a sanar.

—... No fue tu culpa, Hikio. Nadie te culpa, pero...— Inclusive con su capacidad para siempre anteponerse a mí con su mero espíritu, Miura no supo cómo dirigirme la palabra. Esto es, en parte, la razón por la que he llegado a respetarla lo suficiente. No es una buena chica, pero es una auténtica, a su muy particular modo. Es, como diría Komachi si estuviera aquí, 'solo una mujer normal'.

Tiene matices, como todo. Incluso el actuar de Yuigahama no es tan blanco o negro como creemos. Quizás, en su cabeza, haya un motivo que la lleve a actuar así o su amor sea así de desmedido. No lo sabremos hasta que le preguntemos... algo que un día definitivamente llegará.

—Lo entiendo, Miura. Créeme que te entiendo— Hablándole ya no como un pseudo-amigo forzado ni como alguien que sueña con que se vaya del país, sino como alguien que entiende la lucha por la que está pasando, fue que le prometí no solo a ella, sino también a mí. —No será hoy y tampoco mañana, pero definitivamente llegará el día en que arregle esto. Tienes mi palabra.

Miura se quedó mirándome un par de segundos... y luego otro par de segundos antes de suspirar como una veterana de mil batallas. Diciéndose algo respecto a que 'Hikio siempre será Hikio' fue que la conversación pareció encontrar un final temporal. Lo que le prometí es algo que ya he hecho en el pasado, pero esta vez ni ella ni yo lo tomamos de la misma manera.

Esta vez es serio. No quiero echarle la culpa a Ai-san, pero lo que hizo sin duda aceleró algo que esperaba se diera naturalmente, cuando Yuigahama siguiera su camino hacia un hombre mejor. Pero, al final, el error no fue creerme menos que casi todo hombre existente, sino de subestimar su amor hacia mí. Creer que era algo sencillo o incluso un mero capricho.

Digo y pienso mucho sobre el amor, incluso lo enseño forzosamente, pero puede que Yuigahama Yui sepa algo que nosotros no. Que tenga la certeza de lo que es el amor y se niegue a soltarlo, como todo el mundo. O incluso si está equivocada como todos, el que cree de forma tan sincera ya la pone en un escalón superior al mío.

Susurrándolo de forma que Miura no escuchara y empezara a hacer preguntas, comenté en tono jocoso. —... Ai, ¿eh? Que coincidencia tan morbida.

Riéndome de como el mundo, los mal llamados Dioses de la Comedia Romántica, tienen un sentido del humor tan peculiar, fue que empecé a tener pensamientos extraños sobre un montón de cosas, algunas no necesariamente relacionadas al amor, sino a mi pasado. A Orimoto, a Zaimokuza, al montón de chicas que me traumaron sin quererlo ni recordarlo y a esa chica de ojos estrellados.

Hoshino Ai... Je, sus padres debieron tener una visión ese día. Ojalá los míos me pudieran decir porqué me llamo Hachiman. Que lindo debe ser tener una familia que se preocupe tanto por ti y con la que puedes seguir unida: más allá de Komachi, nunca fui cercano a ninguna prima, primo, tío, tía o abuelos. Hasta hace un par de años ni cercano era a mis padres.

Aun así...

—¡Lo siento! Es que no encontraba el baño.

Diciendo aquella mentira salida como una simple respiración, Ebina Hina se unió a la conversación, una en la que me vi envuelto sin quererlo. Olvidándome de esos pensamientos que no tengo derecho a tener, seguí con mi vida, justo como debería hacer.


—Demasiado picante...

Es la última vez que dejo que Ebina elija mi plato por mí. A este paso siento que mi estómago se va a incendiar.

Caminando por una zona que se me ha hecho mucho más familiar de lo que esperaba, me entretuve viendo a los mismos esclavos corporativos siendo forzados a beber hasta el desmayo, al par de perros que revolvían todo a su alrededor mientras su dueño los miraba sin mucha preocupación, al cuervo gigante que se posa encima de todos nosotros como el rey que es y a las decenas de personas que individualmente son desconocidas, pero en mi multitud me son familiares.

Sé que es obvio y una estupidez, pero es recién ahora, tras más de un año, que me doy cuenta de que esta zona es mi hogar. Que ya no estoy en Chiba ni vivo con mis padres y hermana. No diría que es algo revolucionario, pero el sentir que estoy en una etapa diferente es la prueba de que he crecido. Todos estamos creciendo, alejándonos de esos días en los que nuestros dramas emocionales eran el fin del mundo.

Mirando ahora hacia el cielo estrellado, por un segundo tuve las ganas de pedirle un favor a esa estrella en particular, que brilla más que nada. No lo hice y enseguida dejé de quedarme expectante a vivir una fantasía literaria, pero el sentimiento que tuve, creo, habla de que estoy avanzando. Gracias a seguir con mi vida, a mis conexiones que me han seguido apoyando y a esa Idol, estoy superando a Yukinoshita Yukino.

Aunque aún me gustaría, un día, volver a verla. No por amor o por querer que todo vuelva a ser como antes, pero... sería bonito que el Club de Servicio volviera a reunirse y pasar un tiempo juntos; que Yuigahama y Yukinoshita se lleven bien, que yo sea el amargado que está en su mundo, si, pero que también podamos tener esas conversaciones significativas que no pudimos tener.

¿Qué pensamos sobre nuestras vidas? ¿Qué queremos de ella? ¿Hemos cumplido partes de nuestras metas o siquiera vamos encaminados a ellas? ¿Logramos formar conexiones significativas?... ¿Yukinoshita pudo conseguir a ese hombre ideal para ella? ¿Siguió pensando en nuestra conversación sobre lo genuino? ¿Qué piensa ella y Yuigahama realmente sobre esa confesión de aquel día?

Hoy en día no me da miedo admitir que no soy lo suficientemente maduro para enfrentar todas esas preguntas con la frente en alto, pero voy en camino. Definitivam-

—Oye, tú.

—¿?

De repente siendo cortados mis pensamientos que buscaban darme ánimos, me giré hacia atrás, de donde provenía aquella voz grave, masculina y un poco rasposa. Lo que vieron mis ojos fue, en primera instancia, a lo que solo puede describirse como un hombre sospechoso, pero no de la manera convencional.

Vestido con un traje que destilaba despilfarro, unos lentes negros que impedían verle los ojos y un cabello rubio fuera de lo que se entiende por un japonés, mi primer pensamiento fue que finalmente el haber molestado tanto en el pasado a Damon-san por culpa de esos números falsos finalmente me vino a cobrar el pago. Ahora yo, Hikigaya Hachiman, me vi envuelto en un drama mafioso, de los de la vieja Italia.

Qué hombre eres, Damon-san.

—No sé qué piensas que soy, pero no lo soy. Deja de mirarme como si fuera un tipo sospechoso— El tipo sospechoso dijo mientras se acercaba a mí como si me conociera de toda la vida. Casualmente estando en un punto en que la gente que pasa está demasiado adelante o atrás de mí, solo tuve a este señor cerca mío, quien más allá de lo que quiera aparentar, noto en su voz cierta amargura fuera de lugar.

No hay duda de que lo hice sufrir de algún modo. La experiencia me lo dice.

—Si no quiere que dude de sus intenciones o su persona, podría presentarse. Dicen que conocerse ayuda a la comunicación o cosas así— No es que hacerlo saliera muy bien en el pasado: conocer o creer conocer demasiado bien a Yukinoshita Yukino me trajo muchos problemas al final mientras que apenas saber lo esencial me hizo que le terminara agarrando cariño.

El hombre, sin saber de los pensamientos que estoy teniendo producto de demasiado picante distorsionando mi mente, siguió hablando. —¿Tú crees? En mi experiencia, cuanto menos sepas de la otra persona, más capaz eres de hacer lo que tienes que hacer. La amistad en el trabajo es mayormente un mito, salvo que te vuelves un familiar honorario o algo más peligroso de la otra persona.

Me quedé pensando un segundo sus palabras y a como él, una vez parado en frente, demostró verse aún más fuera de lugar, casi pareciendo un estadounidense de no ser por sus evidentes rasgos asiáticos. ¿Supongo que la mafia italiana finalmente está queriendo expandirse en nuestra sagrada tierra de guerreros maleantes con tatuajes de dragón? ¿Se viene finalmente la guerra yakuza-mafiosa?

Que hito historico. Hay que celebrarlo llamando a los narcos colombianos.

—... Asi que es así como es la mafia, ¿eh?

Mis palabras dichas con toda intención de seguirle acariciando el ego para evitar que me mate solo provocó que su andar hacia mí se detuviera de forma casi cómica. La boca abierta era definitivamente cómica y el hecho de que incluso yo sintiera que acababa de lastimarlo de alguna manera me hizo sentir... no mal, pero algo parecido, si.

—¿Mafia? ¿Yo? ¿En esta época de mi vida? ¿En esta economía?...— Pareciendo, de algún modo, que acababa de golpearlo en un lugar un poco personal, el hombre sospechoso se llevó las manos a la cabeza mientras estaba intentando, sin mucho éxito, imitar a El Grito, solo que asiático y de forma más fea.

No todos envejecen como la madre de Yuigahama. Los genes YuiYui son sin duda de temer. Los míos solo dan ojos de pescado y una predilección por el café azucarado. Ah, y frío también; eso es muy importante.

—... Así es como trabaja la mafia, si. Eres como un Boos de Nivel 30, ¿no? Porque tienes treinta años... creo— Esos lentes no sé si le quitan o aumentan la edad, pero definitivamente no lo favorecen. Se ve como la clase de hombre raro del que Komachi comentaría que una vez quiso atraerla con caramelos.

Mientras tenía esos pensamientos para nada groseros contra el tipo de experiencia, no me perdí, por desgracia, una pequeña risa suya bastante fea, si tengo que opinar. A la par que temía las consecuencias de mis actos y de no borrar mi historial, el hombre sospechoso asintió para si mismo con efusividad.

—... Ya veo— Tras decir eso y recomponiéndose de una manera sorpresiva de su posible ataque psicotico, volvió a su temple, ahora más bien intento de temple de sereno, acomodándose los lentes negros, viéndosele aún peor.

—E-Eh...

—Treinta, ¿eh? Si, treinta es correcto. Tengo treinta años, si. Uno no deja de tener treinta incluso si ya pasó ese momento, sobre todo cuando me veo tan fabuloso. Si, tienes razón, jejejeje~

—...

—Y es 'Boss', no 'Boos', niño.

Sé lo que dije.

Negando con la cabeza ante un chiste interno salido de mi propio éter, finalmente encaré como corresponde al señor sospechoso, dándome cuenta de que, a pesar de sus características, estaba lejos de verse intimidante. Era como ver a un tío intentando entrar a la moda, ahora que lo pienso. Por lo menos no es feo, por no decir de que está por encima de la media.

Tosiendo falsamente para volver a comenzar. —Asumo que si me llamó es porque ya sabe quién soy, pero yo no sé quién es usted. Antes de decidir si debo correr, llamar a la policía o patearlo, agradecería que se presentara— Soné demasiado formal, pero a un nivel que quedó en evidencia que estaba exagerando por el bien del humor. No es que pueda hacer mucho con mi estómago ardiendo, asi que estoy abierto a malos finales.

Riéndose un poco, puso una cara seria a niveles que me hacían no tomarlo tan en broma. —Bueno, no puedo revelarme ante posibles oyentes, pero... soy el que está a cargo de un brillo en el cielo.

—... Aaah~

Por supuesto que iba a tratarse de Ai-san. De hecho, conocer a su representante, manager o como le llamen en ese mundo del espectáculo suyo era algo que estaba tardando. Sé que él no se toma tan en serio su trabajo si decidió que nos podamos reunir ella y yo, pero ya me imaginaba que en un punto iba a intentar ir contra mí. De avisarme, amenazarme y esas cosas que se hacen cuando tienes la capacidad de joderle muy feo la vida.

Rendido ante la palabra del mundo, bajé la cabeza mientras caminaba por donde había venido, renuente a seguir llenando mi estómago de más cosas. —Usted paga. No se preocupe, no tengo apetito. Conozco un buen lugar donde no nos molestaran y esas cosas que hace la gente sospechosa.

—Ah... Si— Golpeado por mi capacidad para guiar la conversación hacia su inevitable conclusión con tan pocas palabras, me permití sentirme menos asqueado de que esta fuera una habilidad enseñada por Hayama. Es verdad que luego la refinó Kawasaki e Iroha ayudó un poco, pero el núcleo de saber hablarle a gente importante viene de Hayama. De él y su familia.

En serio, vale que no quisiera invitar a ninguna chica para mantener el orden y que ninguno de sus amigos fuera el más apropiado para eso, pero hacerme ir a una fiesta de niños ricos como su vaya a saber uno qué es, de forma no hiperbolica, lo peor que me pasó desde la vez que, tras salir de la escuela, me vi las caras con un pájaro muy grande y feo. Fue igual de traumático.

Caminando unos cuantos pasos hacia atrás antes de meterme en un callejón relativamente espaciado con un hombre sospechoso siguiéndome el rastro como una fea sombra, una vez vi el cartel luminoso que no iluminaba un carajo, me preparé mentalmente para volver a luchar con el que atendía a estas horas, un tipo que, fuera de toda broma, se siente como una versión más muerta de mí a pesar de que el tipo parece tener una vida social o algo del estilo.

Entrando en el lugar a unas horas en las que muy pocos se atreven a tomar algo que no sea alcohol, me saludaron unos ojos muertos de un tipo que era como yo, pero más apuesto y sin ojos de pescado. Me miró un segundos antes de asentirme y volver a quedarse mirando al frente, sabiendo que su trabajo es solo asegurarse de que no entre nadie indeseable.

Que mal que entrara yo entonces, Oreki-san, pero poco se puede hacer.

—Se ve bastante... hogareño. Y lo digo en serio— Las palabras del que hace un mal trabajando administrando a Hoshino Ai me hicieron admirar por un segundo el lugar en el que de vez en cuando vengo a leer en paz, uno que solo conozco yo.

El piso era de una madera bien resistente que hacía un sonido relajante al pisarla, mientras la iluminación provenientes de bombillas en forma de flores pegadas en las paredes le daba un toque peculiar, quizás demasiado infantil, pero que sumado al rosa de las paredes junto al techo daban al lugar la sensación de estar dentro de la habitación de tu hermana menor o algo del estilo.

Bueno, nunca la he visto, pero he escuchado de Oreki-san que la dueña es así 'de brillante', sea lo que signifique. Las mesas redondas y de un blanco más puro del estándar de alguna manera validan su comentario.

—La dueña del lugar es así al parecer. Dijo que quería dar la sensación de que era un lugar íntimo, donde podías pasar el rato simplemente al quedarte sentado— En mi opinión es demasiado femenino y no me extraña que casi todas las clientes sean mujeres. Por suerte la dueña tiene esta manía de abrir más allá de la hora que uno esperaría para posibles clientes que quieran relajarse de noche.

Según Oreki-san, es una excusa para tenerlo a su lado y que no se vuelva a escapar, sea lo sea que signifique. Tomando asiento, dejé que mi trasero se hundiera en el asiento acojinado, mucho más cómodo que incluso los que tengo en casa. El hombre sospechoso, incómodo pero dispuesto a todo con tal de tener la charla que debería haber ocurrido antes, se sentó a mi lado.

Nos quedamos mirándonos, cada uno metido en sus propias cavilaciones. Lo cierto es que, por mucho que aceptara esta charla de inmediato, es solamente porque, así como el tomate, quiero que desaparezca lo más rápido posible. Los dolores de cabeza están asegurados y no descarto recibir alguna que otra acusación infundada sobre mi persona. Tampoco es que estuvieran del todo erradas, dado lo que pasó hace unos días con Hoshino Ai.

No sé si lo sepa, pero en todo caso haré como si lo supiera y no diré nada al respecto. Si él me sigue la corriente, por algo será, ¿no?

—Entonces... Supongo que tengo que presentarme— Llegando a una conclusión en su cabeza, el hombre sospechoso finalmente decidió dejar atrás el misterio. Temiendo escuchar un nombre italiano, me preparé para correr, esté mi estómago capaz o no. —Soy Saitou Ichigo, representante de esa cierta persona. Yo fui, de hecho, quien la metió en este mundo hace ya unos años.

Asentí, procesando la información más rápido de lo que me siento cómodo. —Un placer, Saitou Ichigo-san. Mi nombre es Hikigaya Hachiman, como ya debe conocer. Soy un universitario que está estudiando una cierta carrera que no quiero pensar que existe hasta que me toque volver.

Lo digo en serio. No es broma, sino un pedido de ayuda.

—Y-Ya veo... La universidad es dura, si— Nervioso pero a la vez compasivo, Saitou Ichigo-san estuvo de acuerdo conmigo, como se esperaba de un adulto. La universidad es el culmen de todo lo malo de la sociedad, el ente que te quita los sueños o las ganas de querer socializar. Por mí que el mero concepto de trabajos grupales se muera en el olvido.

Mientras esperaba a que Oreki-san se dignara en aparecerse a tomarnos las órdenes, contesté. —Por supuesto que sí. Y podría dedicarme horas a hablar de todo lo que está mal, pero como dije, no quiero pensar en eso. En otras cosas, soy el hijo mayor de una familia con dos hijos y un rey gato. No trabajo gracias a mis padres y siempre les estaré agradecido por eso... Ah, y me gusta el café. Eso es lo esencial que debes saber de mí, eh...

Entendiendo mi predicamento, vino al rescate. —Ichigo-san o Saitou-san: me es indistinto cuál elijas. Tras todo lo que has tenido que lidiar por culpa del deseo de esa persona, me parece que tienes derecho a llamarme como quieras—

...

—... Lo cierto es que, aunque he vivido más cosas malas que buenas y tengo una tetera extraña para comprobarlo,— ya comencé a tomarme esto en serio dadas las palabras que utilizó, afilando mis ojos podridos para que se vieran aún peores. —... no llamaría 'lidiar' a lo que pasó con esa persona. No lo hice por gusto, pero no hubo disgusto. No me conoce, pero debe saber que si algo me disgusta de verdad, habría abandonado.

Una risa contenida se escuchó de su parte y una sonrisa cansada floreció. —Puedes decir eso, pero lo que trajo esa persona a nuestro lado solo han sido desastres emocionales y, aunque no ahondaré mucho en tu vida, tú tampoco has salido ileso, ¿cierto?

Hikki...

Eso es...

—... Puede ser verdad, pero son mis problemas productos de mis decisiones. Es algo con lo que tengo que lidiar, y de hecho creo que debí hacerlo desde mucho antes— Esto ha explotado un problema que vine arrastrado de hace años y que tal vez incluso llegué a aceptar como realidad. —Y lo que hice por esa persona no estuvo mal. Al menos no me creo que ella saliera sin nada de nuestras conversaciones.

Hubo un segundo de silencio que fue cortado por un ligero golpe, apenas un sonido, del puño de Saitou-san contra la mesa. Su rostro no cambió tampoco, pero había algo... diferente. —Esa persona podrá decirte eso, ¿y sabes? Creo que tienes razón. Aunque no me siento orgulloso, a pesar de mis intenciones honestas, puede que las palabras que utilizara con esa persona para convencerla no sean las mejores a día de hoy.

... Ya veo.

No entiendo el contexto y tampoco necesito o tengo derecho a entenderlo. Solo me basta con entender que aquella idea de que el amor pueden ser mentiras perfectamente pueden venir de un adulto trabajando para el mundo del espectáculo, famoso por tener la gran cantidad de CERO personas honestas.

Si soy personal al respecto, lo que hizo me repele... Pero como no tengo derecho a ser personal y entiendo que mi visión de las cosas es una utopía que solo puede existir debido a mi contacto limitado con la sociedad, lo dejé pasar. De todas formas, no es que Hoshino Ai necesite llevar mi ideología al extremo; basta con que la aplique donde crea que tiene que ir.

Su trabajo es mentir, después de todo.

—...

Me quedé en silencio, dándole vía para hablar, algo que él tomó sin reparos. —Pero, y esto es algo que escapa a tu entendimiento de las cosas, esa persona no es normal. No tiene que ser normal para poder destacarse. Y su situación anormal trae consigo problemas anormales, que escapan a lo que tiene que lidiar un universitario cualquiera.

No me perdí la frustración en su voz, pero no iba del todo hacia mí, sino hacia él mismo; a la situación que le supera. Como alguien normal, mentiría si dijera que lo entiendo, pero como alguien que también ha lidiado, a su escala correspondiente, con situaciones que escapan a su control por la intromisión de un tercero, pude empatizar. Entiendo que él no la tiene fácil.

—...

—... Yo... yo aprecio lo que has hecho por ella— Esta vez su tono sonó con empatía sincera. —No sé cómo lo hiciste ni porqué ella confia tanto en ti, pero es innegable que la has cambiado para mejor, al menos en lo que más importa. Sé que soy el encargado de velar por ella, pero no tengo las herramientas para ayudarla. No más de las que ya estoy usando al menos, por lo que me has quitado un enorme peso de encima.

Si soy honesto, su tono me recordó un poco, salvando las distancias, al que tenía mi padre cuando tuvimos esa conversación sincera en la que nos abrimos como nunca hasta ese entonces y como nunca más haremos.

—...

—Pero, y esto es a riesgo de meterme en territorios que no me involucran, no todo lo que has traído ha sido bueno, Hikigaya Hachiman— No sonaba furioso ni tan siquiera de reproche, sino que el hombre que tengo en frente hablaba de un hecho fáctico, de algo que no tiene otra explicación. —Tu intromisión ha sido quizás lo que ella necesitaba para tener una mejor vida emocional, pero como su responsable... como quien vela por su carrera, ya has cruzado el límite.

Sus palabras me hicieron pensar en esos ojos estrellados, que poseían algo peculiar, que escapaba a algo tan sencillo como el amor, pero que no estaba tan lejos. ¿Aprecio sería el término correcto? Puede ser, pero no es algo que crea sea la mejor respuesta. Desde luego no es una respuesta que alguien del mundo del espectáculo espere o quiera: incluso con mis pobres conocimientos de la farandula, sé cómo opera a nivel de relaciones.

Más allá de la falsedad, de cómo venden una imagen que no es cierta, lo cierto es que, así como los millonarios acaban por juntarse con gente del mismo estatus, los famosos suelen juntarse entre sí. No por desprecio a la multitud o porque crean que solo alguien así de importante es digno de ellos... sino porque solo ellos pueden entender las complicaciones del otro.

Ellos viven las mentiras, las fomentas, son incapaces de mostrar su auténtico rostro o pensamientos profundos. Tienen que ser perfectos, un ejemplo a seguir, el motivo por el que los ojos de muchas personas pueden brillar y volverse un símbolo que escapa a ser simples personas, porque no son simples. No pueden ser simples. Son ídolos que gente como yo solo puede admirar desde la distancia.

Hoshino Ai y Hikigaya Hachiman viven en mundo distintos. El solo hecho de que se reunieran y chocaran más de una vez es un milagro que debe ser estudiado. No es lógico, va contra todo lo que entendemos por normalidad. Nuestra relación, en el 'mejor de los casos', sería de yo teniéndola como mi 'Oshi' y ella agradeciendo con un rostro genuino mi apoyo en el par de segundos en los que nos estrechamos la mano antes de que venga el siguiente.

¿Amigos? Si fuera de la infancia, quizás... No, incluso así, sería de esas relaciones que no se deberían mantener. Hoshino Ai es una Idol, una subespecie altamente peligrosa de una cantante famosa. Todo ser masculino que se atreva a respirar el mismo aire que su Ai-chan será destruido, ya sea públicamente o inclusive con un arma blanca. Solo de vivir en el mismo edificio me expongo a un peligro aterrador.

Y si somos algo más... Si por alguna razón esos ojos que ya son algo más acaban volviéndose en ese sentimiento, entonces...

—...

—... Je, supongo que los elogios hacia ti no fueron inmerecidos. Se ve que ya pensabas todo eso y estás de acuerdo conmigo— Relajando su postura, Saitou Ichigo-san pareció un hombre vencido, más viejo de lo que incluso yo pienso. —Me alegro. Sé que tal vez a los jóvenes de hoy en día no les guste escuchar esto, pero eres un buen chico, Hikigaya-san. Mejor que muchísimos otros.

Solté un bufido mientras me relajaba de esos pensamientos. —¿Mejor? No creo eso. En mi opinión, solo soy más lógico que el promedio de mi edad. Pienso en los riesgos de cada acción, si, pero no soy mejor.

—Y encima humilde.

No parece que le pueda hacer cambiar de opinión, pero no es lo que tengo que hacer. Mi objetivo no es el mensajero, sino el contenido del mensaje. Tengo que tomar acción, hacer lo que tengo que hacer no solo con Ai-san, sino con lo que ella trajo. Tengo que arreglar mis cosas con Yui, superar mi pasado respecto a Yukinoshita de modo definitivo y volverme un adulto funcional que, a lo mejor, puede soñar con tener una novia y no volverse un mago.

Y todo empieza con Ai-san: con nuestro vínculo nacido de una conexión de hace tantos años que se trasladó a la actualidad y de un posible surgimiento de algo que puede volverse peligroso para todos. Es un vínculo que, incluso desde mi lado, el del cínico, va en camino a tal vez volverse importante. O puede que no lo termine siendo y nos distanciemos para ir cada quien por nuestro lado.

Pero es un riesgo que no estoy dispuesto a correr.

—No prometo arreglarlo hoy— Mirándolo a los ojos y sin retroceder, dejé en clara mi postura. —Más allá de que esté de acuerdo contigo, nuestras 'enseñanzas' no han terminado y siento que hay cosas que puedo seguir 'enseñándole', sin mencionar que dudo que cortar el vínculo de la nada, sin que ella pueda procesarlo o dar su opinión, sea la manera más saludable de manejarlo, sea de ese mundo o no.

—Yo... entiendo.

No parece muy conforme, pero al menos es un buen hombre. Se preocupa por Ai-san más que el representante promedio y eso no sé si es lo más saludable dado cómo se maneja dicho mundo, pero supongo que es una fantasía idílica que no todas pueden vivir. Es algo que solo puede verse en los animes.

—Pero lo voy a hacer y eso téngalo por seguro. No quiero que esto se convierta en algo incómodo para todos. Llegará el día en que nuestros caminos se separen y me aseguraré de que cuando llegue, ella lo acepte. Tiene mi palabra.

Saitou Ichigo-san asintió a mis palabras, entre emocionado y aliviado, a la par que un sentimiento ominoso me llenaba el cuerpo. —Haz tomado la mejor decisión, chico. Cuento contigo y yo haré mi parte también.

—Si...

Yo... puede que esté pecando de pesimista, pero en mi experiencia, las cosas que me propongo a conseguir... nunca salen como quiero.

...

...

...

... No, no, no pienses así, Hachiman. Es absurdo pensar lo contrario. No importa cuánto se parezca a una comedia romántica, somos adultos y Ai-san tiene una visión del mundo, unas responsabilidades, que escapan a un posible cariño desmedido de un cualquiera como yo. No estamos en Sobu y ni siquiera es una universitaria.

Sé positivo por una vez en tu vida, Hachiman.

—... ¿De qué hablan?

La voz de Oreki-san no me tomó por sorpresa porque siempre me hace eso, pero al pobre hombre que nunca experimentó lo mismo...

—¡Aaah!

Si... Lo tomó mal. Tan mal que, sin quererlo, terminó por patearme. Y dolió mucho.

—...

... ¿Es esta una señal?

Notes:

No hay mucho que comentar, ¡pero oigan! El próximo capítulo viene en dos días. Eso es bueno...

... Uy.

Chapter 16: Capítulo 17

Summary:

Por desgracia para los que buscan detener el movimiento, la gravedad es una fuerza más fuerte...

Notes:

Tardé un poco, pero fue porque tampoco quería que los capítulos se juntaran tanto. Lo siento por darme cuenta tarde y no avisar.

(See the end of the chapter for more notes.)

Chapter Text

El día amaneció como siempre, en el mismo tono apagado que suelen darte los ojos de una vida cada vez más adulta. Ayer dormí mejor de lo que esperaba dada la charla que tuve con Saitou-san hace unos días y que me dio problemas nocturnos hasta ahora, pero sigo molesto por todo lo que eso implicó. Lo cierto es que saber que tengo que enfrentar estas situaciones, aunque es algo que quiero hacer, también es algo que me gustaría posponer.

No porque sea un cobarde o un vago, pero es que una cosa es querer hacer algo y otra es saber cómo. Ser sutil no va a ayudar y también tengo que tener en cuenta que Yuigahama tiene un equipaje demasiado pesado, uno que yo le forcé a cargar. Con Hoshino Ai las cosas son más sencillas, pero sigue siendo difícil encarar sus hipotéticos futuros sentimientos por mí y no verme como un pedante en el intento.

No es amor lo que me tiene y desde luego no va a surgir nada de esto ni en mis mejores sueños o pesadillas, pero no quita que es un sentimiento que no debe permitirse florecer. Ahora, saber cómo guiar las cosas hacia un resultado óptimo y sin verme como un cabrón en el intento está más allá de mí. Y estoy solo en esto, ya que ninguna de mis conocidas puede saber de esto.

¿Entonces para qué sirvió solo rodearme de mujeres, te preguntarás?... Y sigue haciéndolo, porque yo también.

Tomando un café decentemente azucarado mientras veía las noticias, me pregunté qué hacer hoy. La universidad me dio un merecido descanso después de tanto dolor, Yuigahama parece estar en su propio mundo y Hoshino Ai tiene que centrarse en su concierto, el cual es... hoy, al parecer.

—...

Lo que van a hacer es abrir la presentación de una banda más famosa, pero no por eso es algo menor. Si hasta yo sé de eso es porque de verdad es cosa seria y no me cabe duda de que este puede ser el inicio de una nueva etapa en su carrera. También está el hecho de que, tras un repentino descanso por problemas de vaya a saber uno qué hace un tiempo, esta es la oportunidad más grande que han tenido.

—... Je, casi parece que soy fan.

No soy fan de las Idols ni de canciones que no se toquen en determinados animes. Aprecio las canciones, muchas locales y algunas extranjeras, pero no me llamaría un fanático de nada en particular. Para mí la música es algo que escuchas para pasar un rato agradable o desconectar del mundo exterior, ni más ni menos. Es por eso que, más allá de mis opiniones respecto a la música de Hoshino Ai, tampoco es que sea un elitista musical.

Hoshino Ai canta bien y destaca dentro de su grupito de acompañantes, ni más ni menos. No me vuelve loco su música y tampoco diría que me gusta, pero cada que Komachi ponía una canción de ella o me veía forzado a ver un vídeo, no hacía muchos peros. Supongo que se me podría llamar un indiferente.

... Y sin embargo, soy mucho más consciente estos días de su mundo musical que en todos los años anteriores.

—Supongo que no soy de piedra— También puedo llegar a acercarme a otros. Más razón para frenar el avance del vínculo.

Mientras veía al ciclista salvados de perros con sentimientos encontrados, tomaba mi café. Consideré, mientras veía los musculos bien formados del aspirante a atleta, en si podía aprovechar este corto respiro para mejorar mi cardio. Tristemente mi bicicleta ya no puede campar a sus anchas en pleno Tokio, pero no me vendría mal recuperar el ritmo. Al menos correr cuando lo crea necesario.

Pensando en esas cosas ociosas fue que me levanté con el sonido de la televisión de fondo. Yendo a llenar nuevamente mi taza, estaba en un estado de paz tibia que costaba que pudiera romperse así como así... hasta que, de un momento a otro, me encontré casi tirando la taza del susto que me dio un par de golpes.

Tragándome el insulto que se me quería escapar, consideré fingir que estaba dormido en caso de que fuera la casera, pero un nuevo par de golpes decentemente molestos me hicieron abandonar la idea. La casera era de esas que solo tocaba un par de veces y luego esperaba a que le abrieran, no importa cuánto pasara... Yo lo sé bien.

Dejando la taza en la mesa y temiendo lo peor, fui a abrir la puerta rogando a que no fuera nada peligroso. Tras la conversación que tuve con ese tipo, la idea de ser de repente apuñalado por un fan obsesivo de Hoshino Ai no es cero. Es como diez veces más que cero y aumenta a cada minuto que lo pienso.

Pidiéndole a los dioses que, si fuera un asesino, que por lo menos no fuera rubio, fue que abrí la puerta y...

—¡Hikitani-kun!

... Lo que vi no fue algo peligroso, sino estúpido.


—¡Lo siento por venir tan temprano! Es que era ahora o nunca, ¿sabes?— Tobe Kakeru se reía de su comentario nada gracioso ni ingenioso mientras se comía los postres que me compré hace un par de días y que guardaba para una ocasión especial.

Por supuesto que esta no es esa ocasión, pero como Tobe tiene tanta confianza, me siguió cuando fui a la cocina y vio, por desgracia, lo que tan celosamente he guardado. Una persona cuerda le diría que no y yo lo que hice fue decírselo dos veces, pero como el hombre no atiende a razones, directamente me lo arrancó de las manos para llevarselo a la sala, todo mientras hablaba de cómo estaba la liga de beisbol o algo así.

Encantador, de un modo estúpido, pero su novia diría que es encantador... por... razones, creo.

No queriendo decir lo que pensaba, agarré un postre y me lo comí de una, apenas masticando. Con Tobe hablando por él, el fantasma de Hiratsuka-sensei y yo, no hay mucho que pueda hacer salvo comer. Con la televisión ahora mostrando el canal deportivo y algo referente a la selección de fútbol, Tobe Kakeru parecía estar pasando el mejor momento de su vida a costa mía.

—Pero en serio, ¡¿quién diría que te vendrías a vivir a Tokio?! Eso es, como, lo opuesto a lo que es Hikitani-kun. Pareces alguien que preferiría vivir en Hokkaido o algo del estilo, ¿no?

—... Bueno, no me disgusta la nieve...— Ya atreviéndome más a abrir la boca después de que pasara el shock del tsunami kakerunesco, me puse a intentar centrarme en los aspectos positivos de esta visita sorpresa. —Y admito que pensé en irme a Hokkaido de vacaciones, pero eso sería a futuro. De momento busco el título y todo eso.

—Si. Ya lo creo que es importante es importante el título. Mi novia no para de trasnochar por estudiar y estudiar. Es un poco preocupante, ¿sabes? Me hace sentir afortunado de que me lo pueda tomar con calma— Viéndose más serio... y un poco avergonzado, fue que asentí sin pensarla demasiado.

El nepotismo es malo a menos que te incluya a ti, supongo. Por lo menos nada ha explotado por su culpa. —No te sientas mal. Seguro que ella te lo habrá dicho de mejor forma, pero aunque hayas entrado al mundo laboral con un poco de ayuda, todo lo que sigue lo lograrás por tu propio esfuerzo. Además, no hay nada de malo en que tu padre te dé una mano. No todos podemos tener eso.

Mi papá es, a falta de un término mejor, 'un hombre de viejos valores', entre los que se incluye el construir tu propio futuro. Me da dinero y me puedo centrar solo en mis estudios gracias a él, pero a futuro el plan es volverme independiente. No me quejo, porque tampoco es que me interese mucho su trabajo y además ya me prometió que no va a hacer lo mismo con Komachi, asi que todo está perdonado.

—Hikitani-kun...— Conmovido a un punto incómodo, él se fregó los ojos más brillosos de lo normal y asintió. —Tienes razón. ¡Todo lo que consiga ahora es gracias a mí! Tengo que esforzarme y ayudar a Erina en todo lo que necesite. Eso es lo que un hombre hace, ¿verdad? Hacer lo que se tiene que hacer.

...

—Si... Un hombre hace eso, Tobe.

No notando el peso que cargaban esas palabras para mí, él acrecentó su sonrisa en señal de acuerdo. Enfocándose en seguir comiéndose mi comida, me tomé en un momento para pensar en esas palabras antes de sonreír de tal forma que mis ojos no llegaban a transmitir nada. Tomando un poco de mi café todavía a temperatura excesiva, me dejé envolver por el ambiente.

—¿Y qué tal están ustedes? De verdad quería verlas a ellas también, pero solo voy a estar aquí por hoy y no quería molestarlas.

Dejando a un lado el hecho de que tácitamente admitió que no le importaba molestarme a mí, contesté. —Miura está igual de indecisa como siempre, saltando de pareja en pareja. Yuigahama tiene que resolver cosas personales, pero nada grave... Ebina está con sus cosas: lee menos yaoi y tiene un par de amigos hombres con los que puede pasar el rato sin incidentes raros.

—Jaja, ya veo. ¡Me alegro que les vaya bien!

... Enfocándome en su rostro, traté de ver si su positividad era genuina o un mero acto, pero, al final, no había nada que indicara algún sentimiento negativo al respecto. Por supuesto que Tobe ahora tiene novia y el amor que tienes en la adolescencia no debería dictar tu vida, pero una parte de mí temía que quedara un regusto amargo de sentimientos que no se dieron. Que, asumo, él sabe que Ebina no quería que se dieras a estas alturas.

Me alegro de que esté bien. Es bueno que al menos alguien haya seguido adelante al completo.

—Gracias. Les diré a ellas cuando les cuente esto— Dando lugar a un silencio cómodo para envolvernos en el ambiente, me permití transportarme a épocas más sencillas, antes de todo pareciera que se iba a ir a la mierda. Recordé aquel segundo año en Sobu, en donde todo parecía tan irreal y conocí a tantas personas. A una época en la que me molestaba Tobe y también a una en la que eventualme tengo llegué a verlo con mejores ojos.

Aunque el 'Nanitani-kun' sigue siendo molesto. Tanto que, al parecer, todo el mundo lo ha olvidado. Yo también hasta ahora, pero es que Tobe es sencillamente mágico.

—¿Y cómo te ha ido, en general? ¿Algo especial que contar más allá de lo que dejas ver en redes sociales?— Mi pregunta fue respondida con una sonrisa más apagada, no por tristeza, sino porque provenía de una autenticidad que Tobe no suele mostrar.

—Me atreví a pedir vacaciones finalmente y eso, por supuesto, generó algunos problemas, pero nada que unas pizzas no arreglen— Asentí, más por compromiso. Como alguien que ha escuchado sus buenas dosis de historias, me doy ya una idea de que la relación entre sus compañeros y él está destruida a un punto irremediable. —Mi hermosa novia también acaba de terminar unos exámenes duros hace un tiempo y ahora está más tranquila. Aunque duerme demasiado...

Le miré, queriendo ver si era dormir o 'dormir', pero a juzgar por la naturalidad, supuse que era de verdad. Además, Tobe no me parece de los que son activos ni su novia tampoco: es una nerd de manual, de esas que se la habrán pasado toda la escuela en la biblioteca en su tiempo libre.

—Me alegro. Yo también terminé ese suplicio hace poco y Yuigahama también está relajándose, aunque ya sabes cómo es ella, ¿no?— Los extrovertidos no descansan realmente, sino que regulan energia. De hecho, supongo que esas tres serían las chicas extrovertidas que me han adoptado como su mascota. Es un pensamiento que... no suena tan desacertado, por desgracia.

—Ya lo creo. Debe tener muchas amigas. Todas deben tenerlas. Y... si, también eso, ¿no?

... Eres muy malo para soltar indirectas, Tobe.

Dudando en cómo responder de forma que no exprese demasiado sin sonar esquivo, decidí centrarme en las que no me afectan. —Miura pasa de novio en novio. Está buscando un príncipe azul y todo eso.

—... Ajajaja.

No buscaba hacerte reír, Tobe, pero acepto el halago indirecto. —Ebina es más reservada que antes, pero tiene un grupo de amigos numeroso fuera de su círculo. También está soltera, por si te lo preguntas; no ha cambiado de opinión desde Kyoto— Las bromas sobre su orientación sexual, con su renuencia a buscar una relación seria y su obsesión con el yaoi, son ciertamente constantes.

Pero Ebina solo prefiere ir a su ritmo. No le faltan pretendientes y quizás solo está esperando a que todos nosotros tengamos nuestra vida sentimental bajo control para traer a alguien extraño al círculo raro que formamos.

—Ya veo...— Viéndose serio para los estándares que él maneja, de alguna manera sentí que los ojos de Tobe se volvían aún más claros que antes. —Jeje, bueno, espero que le vaya bien. ¡Ojalá algún día pueda ser la mitad de feliz de lo que soy!

La posibilidad de que Tobe y Ebina puedan ser una pareja es... nunca fue posible. En el pasado por el miedo a que las cosas entre su camarilla se estropearan y ahora porque cada uno ha seguido su camino. También está el hecho de que esa chica que vio un buen novio en Tobe (por razones que aún no entiendo) es una buena chica y se nota que tienen algo especial con las cosas que hacen juntos, por cómo se ven.

Quién diría que, de todos los hombres de nuestro grupo, sería Tobe el de mejor vida romántica. Ni Totsuka ha tenido tanta suerte.

—Le mandaré tus deseos. Tranquilo— Sonriéndome de vuelta, no como alguien que busca alegrar el ambiente, sino como su aliado en esta lucha que nos espera a todos, me permití devolverle el gesto. —Y ya que te tomaste las molestias de venir aquí, ¿asumo que también encontraste con alguien más en tu viaje?

Me parece recordar que Kawasaki dijo que iba a venir a Kanto estos días.

Levantando el mentón en señal de orgullo, Tobe se vio muy satisfecho con si mismo. —¿Sabes? ¡Iroha-chan está en Tokio! ¡Me la encontré ayer y hasta charlamos un rato! Me hizo invitarla a un café y todo— Todo orgullo que mostraba se fundió al terminar de contar la historia, por lo que ya me puedo hacer una idea de que esa invitación fue barata.

—... Si, eso suena a algo que ella haría.

No diré que extraño esas sesiones de citas falsas con ella, pero tampoco me desagradaban y ahora es nostálgico pensar en ello. —Asi que se volvió para Japón, ¿eh?

—Si, pero solo por una semana y ayer fue su último día— Sonando un poco triste, siguió. —Me la encontré cuando se estaba yendo al aeropuerto e hicimos la reunión ahí. ¡No sabes lo caro que fue! Con razón casi nadie come ahí.

Me reí un poco al imaginar esa situación y a que Isshiki perfectamente pudo haberlo hecho a conciencia. Todavía no le perdona del todo la vez que la llamo una niña en tercer año, concretamente cuando estábamos celebrando una fiesta para los que se graduaban, que eran todos menos ella y Komachi.

No es como si esas actitudes ayudaran, pero Isshiki Irohasu siempre fue y será una chica que viva como quiere, sin pensar en los demás.

—Es una pena. Tal vez pudimos haber hecho una reunión los seis más temprano. No en un aeropuerto, por supuesto— Tobe parecía estar a un paso de empezar a lagrimear, por lo que enseguida decidí cambiar el rumbo de la conversación. —Pero bueno, por cómo se la ve en redes, parece estar haciéndolo bien. Alemania y todo eso, ¿no?

Estudiar sobre moda suena a algo duro y de lo poco que sé de la industria de la moda, me da la impresión de que, aparte de que algunas necesitan comer más, es una industria super competitiva. Espero que le vaya bien.

—¡Tenlo por seguro!... Créeme que lo está haciendo muuuy bien.

No parece emocionado por eso. Al parecer ella no pudo evitar hablar y hablar de su vida, ¿eh? Suena a algo que haría una niña.

—Jaja.

Antes de que pudiera terminar mi segundo 'ja', Tobe se recuperó. —Y ella pensó en hacer una salida entre los seis, pero solo estuvo por esta zona ayer porque pasó casi todo el tiempo. Dijo que fue a visitar a Kawasaki-san y todo. Nuestro encuentro fue suerte... si, fue suerte, ¿verdad?

¿Pero como cuánto dinero te chupó, Tobe? ¿Al menos te abrazó?

Negando con la cabeza entre divertido y compasivo, decidí ir al quid de la cuestión. La charla estuvo buena y saber de los movimientos de los demás a nivel más personal es agradable, pero lo es mucho más dormir. —Bueno, me alegro por este momento, Tobe, pero me imagino que no viniste aquí a desayunar mi comida para compensar tus bolsillos... ¿verdad?

Por favor dime que Isshiki te dejó al menos dinero para pagarte el transporte.

—¿Eh?... ¡Ah, si!— De repente recordando el motivo para el que había venido aquí, dejó por fin de robarme los postres cuya cantidad se redujo a la mitad. Metiendo la mano en su bolsillo derecho del abrigo, lo que vi que sacó fueron dos papeles con dibujos extraños. —¡Tachán! ¡Esto es increíble, Hikitani-kun! ¡Me sudan las manos! Ten.

Tobe me ofreció ambos papeles y yo los recibí forzosamente tras un primer rechazo al empujarle las manos. Un poco asqueado, decidí darle el gusto y mirar bien qué diablos era esto. No era un dibujo en sí, sino el logo de una empresa o algo del estilo. Parece algo que te anunciaría un bar, la verdad. Dándole una mirada superficial a lo que tiene escrito, no pude quitar la incredulidad de mi voz.

—... ¿'FLOW'?

¿FLOW como, la banda?

¿FLOW como, ya saben, la segunda banda de la que menos quiero oír en este momento?

Tengo un muy mal presentimiento... Y como era de esperarse, Tobe no tiene ni idea.

—¡Increíble, ¿verdad?! ¡Me costó un montón conseguirlas! ¿Quién diría que fuera una banda tan famosa? Seguro va a ser increíble— Tras decir eso, hizo un sonidito de estar orgulloso de si mismo mientras yo seguía tratando de verle sentido a lo que estaba pasando. Desistiendo de seguir sosteniendo este papel de olor seguro cuestionable, lo apoyé en la mesa.

Si bien mi inteligencia social y de cultura no era alta producto de mi rechazo a todas esas cosas en la etapa más crucial de mi desarrollo, sí que habría que ser un caso de estudio para no juntar las cosas. —Asi que quieres ir a escuchar a FLOW... No te veía como alguien que le gustara esa banda. Es muy... específica en lo que es popular.

Tobe se vio confundido por un segundo, pero pronto me sonrió mientras negaba con la cabeza. —Oh, ¿hablas de que hacen muchas canciones anime? Si, eso he oído. Aunque me gustan algunas series, no soy tan de esas cosas como tú, Hikitani-kun. ¡Aunque me gustaba mucho Naruto!

Si, sin duda Tobe no es de esa cl-¿Cómo que 'alguien como yo', bastardo? ¿Desde cuando he dado pistas de que me gustan esas cosas? Estoy seguro de que nadie más que Komachi sabe que sigo leyendo novelas ligeras y tampoco es conocido mi gusto por la Precure fuera de la casa de mis padres. A todos los efectos yo solo debo parecer un rarito cualquiera, no un rarito que está en camino a ser un otaku.

Queriendo replicar pero negándome a desviar la conversación, hablé. —Puedo imaginarlo... ¿Entonces por qué tienes boletos para verlos hoy? ¿Acaso tu novia está por aquí y es fan de estas cosas?

—Para nada. Ella sabe menos que yo. Dice que solo los perdedores consumen esas cosas.

—...

... Ouch.

—¡Pero es algo que siempre quisimos hacer! Ah, hablo de Ouka y Yamato. A ellos si que les gustaban esas cosas, mucho más de lo que te gustaban a ti.

—¿En serio?

Tratándome de formarme la imagen mental de esos dos consumiendo con gusto cosas como anime. Ellos me parecieron el estereotipo de chicos populares cuyo mayor acercamiento a las cosas peculiares es haber visto Super Sentai cuando eran niños y tener algún juguete. Nunca me mostraron esas cosas de ellos... lo que, de nuevo, habla de que si bien nuestro vínculo fue más especial de lo que uno esperaría, al final no hubo tanto acercamiento.

No me enoja ni me cambia lo que siento por ellos. Seguiré con mi vida, ellos con la suya y a futuro tal vez tengamos una reunión en la que hablemos de cómo nos fue en la vida.

—Sip. ¡Eran SUPER fanáticos! Aunque les daba un poco de verguenza— Tobe, genuino de una forma peligrosa, no se molestó ni pensó en el hecho de que esos dos habrían, a lo mejor, querido que eso se mantuviera en secreto. —Y es por eso que nunca pudimos ir a verlos. Y ahora estamos muy lejos, por lo que no podemos reunirnos como en el pasado. Tal vez ya no les guste FLOW...

—... Tobe...

Lo cierto es que las posibilidades no son cero. Más allá de que hubieran sido más fanáticos de estas cosas que yo, el ser sociables y estar expuesto a la presión que ejerce la comunidad puede distanciarlos de sus gustos. No necesariamente odiarlos, pero sí que empiecen a centrarse en otras cosas más 'correctas' como salir con amigos, estudiar o estar en pareja. Así es como los adultos suelen dejar atrás sus gustos 'infantiles'.

¿Quién sabe? A lo mejor ahora les gustan las carreras de caballo o el fútbol.

Pero si, aunque la melancolía de Tobe por ese deseo incumplido no es saludable, tampoco lo es aferrarse a algo que no va a pasar. Es duro, pero es el camino que elegimos. Solo podemos dar la mejor cara y d-

—¡Por eso vas a ir conmigo, Hikitani-kun!

... ¿Eh?

—... Pero q-

—¡Es que es perfecto!— Interrumpiendo mi intento de diatriba elocuente y para nada vulgar, Tobe extendió los brazos hacia arriba como si quisiera abrazar el mundo, cuando en realidad lo que sostiene es el tamaño de la explosión que va a suceder cuando mi cerebro estalle de tanta mierda. —Tú eres un fanático de estas cosas y yo de verdad quiero hacer esto con alguien por ellos, ¡asi que es perfecto! No hay un mejor arreglo... y además solo tengo dos boletos.

Me llevé la mano izquierda a la frente y empecé a cerrar los ojos para no seguir viendo semejante sonrisa a cada nanosegundo más molesta.

Ya no estoy para lidiar con esto. —Mira, aprecio la oferta, Tobe, pero no puedo simplemente ir a escuchar una banda que ni siquiera es de mis favoritas solo porq-

—¡Oh, vamos! Hikitani-kun no está estudiando y estoy seguro de que no tiene ningún plan. ¡Esto es muchísimo mejor que quedarte solo en casa comiendo curry!

... Es increíble como puede apuñalar tan profundo sin siquiera intentarlo. Su poder es aterrador.

Aguantándome el enojo y la frustración, intenté evitar un posible desastre. —Aunque así fuera, el no es definitivo. No tengo las energías para ir a un concierto de todas las cosas.

Lo que decía era razonable y no debería haber mayores complicaciones en aceptarlo, pero Tobe es una cosa diferente. Es peor que Yuigahama en ese sentido. —¡Pero va a ser divertido! ¡Hasta va a tocar primero un grupo de Idols! Te gustan las Idols, ¿no? Y la principal es muy, muy linda. Seguro que vas a quedar encantado.

Precisamente por eso no quiero ir. Más allá de que quiera o no cumplirle el sueño frustrado a Tobe o que la experiencia no suena tan mal, es por la banda que va a inaugurar ese concierto que no puedo ir. No puedo... Solamente no.

—Tobe...

—¿Eh?... Ah, solo hablo de ti. Yo ya tengo una novia hermosa.

Definitivamente NO puedo ir a ese concierto para ver a Hoshino Ai. No lo puedo permitir.


Me dan ganas de tomar algo fuerte. Dios, que mierda es todo esto...

—Aaah...

Por supuesto que tenía que tener una charla con él. Debió ser mucho antes y me arrepiento de haber sido tan pasivo, pero ¿qué conseguí con eso? ¿Básicamente mandar a ese chico a hacer todo el trabajo que yo no sé cómo hacer? Incluso si él lo aceptó y no es un niño según la ley, sigue dejándome un mal sabor de boca. Esto se supone que debe ser entre Ai y yo, no entre ella por un cualquiera.

Por supuesto que sé también que esto es mi culpa. No me arrepiento de lo que hice, ni como representante ni como persona; sé que Ai no la estaba pasando bien en su vida diaria y que necesitaba un escape. Más que por su talento innegable, también creí que esta era una oportunidad de conseguir algo mejor que un hogar roto. Ai es una buena chica y no merecía una vida así.

Pero mis métodos... pudieron ser mejores.

—...

Mientras tomaba otro trago de mi licor de fuerza insuficiente, una imagen mental de nuestra charla de aquel día me amargó aún más la boca.

No fue mi intención que ella tuviera ese problema. No lo pensé mucho porque pensé que era obvio que me refería a yo del escenario. No quería involucrar nada más que eso ni que tampoco tomara tan en serio palabras que solo usé para animarla a cantar en el escenario sin ningún pensamiento extraño. Las Idols mienten y esa es justamente su forma de amar: eso no ha cambiado en mí.

Pero los hijos... La familia no tiene que amarse de mentiras.

¿Por qué quieres reunirte con ese tipo, Ai? ¡Perdiste la razón! ¡Sino no me explico como pudiste ser tan irresponsable.

...

El que se me quedara mirando en silencio sin la más mínima muestra de culpa o de cualquier sentimiento en general me enojaba más.

¿Que te enseñe? ¿Él, un cualquiera que no tiene nada que ver con nosotros? ¿A qué te refieres con eso? ¡¿Y por qué él?!

...

Dios, las adolescentes son tan terribles como dicen. ¡No soy su padre pero me están saliendo canas como uno! Esto está muy mal...

¡Ya podemos hablar de educación cuando te toque retirarte, que será en la mayor cantidad de años posibles! ¡Y prometo estar ahí para ayudarte en todo eso, pero piensa un poco! ¡Si algo sale mal todo se terminó! Esto es peligroso para ambos, para mí también, y si se llega a saber de estas interacciones tu carrera puede irse a la basura... Y no solo tu carrera.

He escuchado casos. He visto casos. De Idols que no pudieron controlar sus impulsos emocionales o deseos sexuales y arruinaron todo. No todas fueron como Aya Hirano que pecaron de orgullosas o no les importó lo que hacían, pero eso no quita que los fans se sientan traicionados si la imagen de pureza se destruye. Si, Aya Hirano no fue una Idol y lo que quiere hacer Ai no es tan grave... pero sigue siendo un riesgo mortal.

Si algo malo le llega a pasar a Ai, yo... yo no sé lo que haría. No solo como representante, sino como... como persona. Si a esta chica idiota con toda una vida por vivir le llega a pasar algo por mi culpa, yo... yo creo que no podría vivir conmigo mismo.

...

Por eso tengo que impedirlo. ¡Aunque a esta tonta no parezca importarle nada o no comprenda la gravedad de lo que hizo, tengo que ponerme los pantalones y hacerlo! Soy el adulto aquí y mi deber es evitar que cometa estupideces. No quiero otra Aya Hirano ni tampoco una que acabe mucho peor.

No puedo. Solo no.

En nuestra industria la imagen lo es todo, el amor que damos es todo— Estaba a punto de soltar un soliloquio genial, pero enseguida se me vinieron a la cabeza imagenes del pasado y... me calmé. Un poco. —... Entiendo que puedes sentirte sobrepasada por todo... No es fácil lo que quieres hacer y sé que alguien de tu edad quiere y necesita cosas de ese estilo... pero no puedes.

Fui claro, duro, en mis palabras.

...— Ai seguía sin reaccionar, solo mirándome con sus ojos con una calma pocas veces vistas a ese nivel en ella. Incluso en momentos importantes, ella era capaz de mantener la calma, pero... pero este nivel se siente fuera de lo normal. Es una Ai diferente ¿o tal vez sea la Ai que se oculta en privado? Es verdad que las jóvenes no le querrían mostrar todo a un hombre adulto que ni siquiera es su papá.

No dejando que eso me domine, fui claro en mis órdenes. —Aqua y Ruby ya son un exceso que cualquier otro menos yo habría dado por imposible, pero lo acepté porque veo un increíble potencial en ti. Te voy a apoyar para que crezcan bien y tú puedes seguir brillando. Si quieres, a futuro, puedo hacerlos pasar por mis hijos; seguramente no te gusta la idea, pero de esa forma, en el futuro, podrás interactuar con ellos en el exterior sin que nadie te pueda arruinar la vida.

Ser padre... No, no es algo que pueda hacer. No puedo hacer lo que hizo mi madre por mí y no quiero ser como mi padre para el mocoso que traiga a este mundo, asi que es algo que no se va a poder. Ya estoy grande encima y no quiero que Miyako pierda su belleza por 'belleza'... y no parece de las que quieran hijos. Por eso la elegí.

...

Y por eso elegí ser tu representante, Ai. Tu carrera como Idol es el único hijo que quiero criar.

¿Te interesa ese chico? Perfecto: espera al final de tu carrera y si sigues pensando en él, además de si se mantiene soltero, prometo pagar todas sus citas. ¿Pero ahora? Olvídate de esa clase de amor o de interactuar más de la cuenta con cualquier miembro del sexo opuesto. Búscate una amiga si quieres, pero no novi-

No es eso.

¡!

Ai, quien hasta ahora se mantuvo en silencio mirándome, de repente habló. Su voz era clara, hermosa como pocas, pero con un peso que me cuesta creer venga de una adolescente. Ai, la Idol, es mi todo, pero no es ella quien está aquí, sino en su lugar una cara de ella que no he visto en años. De la que, honestamente, me he olvidado hasta ahora.

Ai Hoshino, la persona.

No es como piensas. No lo amo. Sé que no puedo ni tampoco quiero— Su voz no era la de una chica enojada o asqueada por la posibilidad, sino de una neutralidad admirable, como si fuera una obviedad, un dato científico. —También sé que mi carrera corre peligro si me expongo mal y seguro que él sufrirá más si todos se enteran... Lo sé, pero aun así yo... necesito su ayuda.

Incluso queriendo destruir más la imagen que tenía de ella hasta ahora, los ojos de Ai mostraron duda y no pudo mantener la vista hacia el frente de la misma manera. Se veía... joven, como alguien de su edad. No la Ai que brilla como ninguna otra en el escenario ni tampoco como la que decidió ser mamá con una naturalidad impensable en alguien de su edad.

Dudaba, no estaba segura, tenía... miedo.

El impacto que me generó me hizo perder el equilibrio por un instante, pero me recuperé; mi trabajo consiste en recuperarme de todo y actuar en consecuencia. Sorprendido y curioso por lo que ella quería, pregunté.

... ¿Su ayuda para qué?

Si soy honesto, esperaba muchas respuestas de ella.

Tal vez quería sentirse como una jovencita normal por unos momentos al día y vivir la infancia que ya no podrá experimentar. Tal vez, en cambio, lo que quiere es acercarse a ese chico que le llamó la atención y sentirse como una colegiala enamorada mientras fantasea con un cuento de hadas. Quizás, cuando lo llamó un maestro, es porque de verdad quiere estudiar; experimentar una etapa que abandonó y que ahora puede arrepentirse de hacerlo.

Todas las posibilidades son válidas de sentir, pero cada una de ellas tenía la misma respuesta negativa que iba más allá de un deseo o llenar un vacío. Estaba preparando ya a mi mente para decirlo de la mejor manera posible y evitar destruir muy bruscamente los sueños de una menor de edad.

Para que me enseñe a amar a mis hijos.

...

...

...

Si, no esperaba PARA NADA eso.

Claro que le di un consejo, pero no solo no esperaba que lo aplicara a algo tan grande como sus hijos, sino que encima me dijo que quería que le ENSEÑARAN a amar. No solo eso, sino que quien quería que lo hiciera era un jovencito cualquiera del que no tenía idea que existía hasta ese mismo día. Al parecer es alguien de su pasado, de antes de que lograra dar con ella, pero aun así...

—...

Mentiría si dijera que esa declaración fue suficiente para convencerme. Intenté, a pesar de todo, plantarme firme en mi decisión final, pero... no fue tan fácil. Ai no me hablaba como Idol, ni como adolescente ni tan siquiera como una amiga... sino como una madre que quiere lo mejor para sus hijos. No podía meterme en eso ni aunque quisiera. Hace tiempo rechacé la idea de involucrarme con la paternidad.

Es por eso que no pude hacer algo tan simple como ayudarla en vez de ese chico. Es decir, ni siquiera estoy seguro de poder decirle algo respecto al amor para empezar. Tampoco creo que un jovencito que sabe de la vida apenas un poco más que Ai y estoy siendo generoso con él pueda sacar algo mejor... pero Ai cree que sí. Dijo que tras hablar con él entendió que él es la clave para entender el amor.

Sigo sin creerlo, pero no es mi trabajo hacerlo. Mi trabajo es apoyar a Ai, ya sea dentro o fuera del escenario y eso incluye por desgracia a esas dos bombas de tiempo. Un mejor representante o uno más frío habría sido cortante y acabado con el tornado antes de que se forme. Un representante más despiadado le habría dicho que tenía que poner a esos bebés en adopción si o si... y uno inteligente habría dejado que el barco se hunde sin él arriba.

Pero soy mejor que todos ellos y por eso decidí creer en Ai. Creer en Ai la madre. Fue duro y ahora puedo ver que eso trajo problemas esperables pero no menos tumultosos, pero ha dado sus frutos. Puedo ver en los ojos de Ai que está más segura cuando tiene a sus hijos o solo los ve. Dio un paso adelante.

... Y eso no quita que me sienta como una basura por no haberme dado cuenta de esto antes o de que, en general, hay un montón de cosas de Ai de las que no me he dado cuenta por culpa de sus máscaras. Me hace sentir un poco... bueno, si, me hace sentir MUY mal. Esto no es algo que pueda pasar por alto, ni como representante ni como jodido adulto. ¡Fui tan ciego!

—... Supongo que yo también aprendí algo de ese sensei, ¿eh?

Esa relación no puede seguir durando. Por el bien de todos nosotros tiene que terminar cuanto antes. Ese chico parece tener más cerebro que el estándar y puedo ver porque Ai lo vio como un potencial maestro... pero el problema es que ella ve más potencial de la cuenta y puede joderlo todo. Es una bendición que él sea consciente de ello y no quiera abusar de ello. Menos mal...

Ai va por buen camino y no me cabe duda de que este cambio es para mejor. Ahora yo soy consciente de una parte de sus 'mentiras' gracias a él y puedo actuar mejor. Una salud mental en una Idol es esencial para que rinda al máximo y no ceda ante la presión. He descuidado demasiado esa área, creyendo que todo estaba bien porque Ai 'no se veía mal'. 'Siempre estaba sonriendo'.

Esas sonrisas fueron una mentira, pero no voy a dejar que lo sigan siendo. Es mi trabajo hacerla feliz y que haga feliz a todo el mundo a cambio. Es mi trabajo.

Asintiendo hacia mi mismo, miré con determinación hacia la reunión final de B-Komachi. Todas estaban listas para darlo todo, algunas más que otras, pero estoy seguro de que todo saldrá bien. Mal que me pese el motivo, los ánimos de Ai están mejor que nunca y esos ojos me dicen que se viene una noche especial.

Ha sido difícil volver a lo más alto desde el embarazo, pero esta es una oportunidad de oro. FLOW es una banda que está en un muy buen momento y tienen renombre tras tantos años. Su música no es la misma que ofrecemos y puede que no todos sus fans ansíen una canción de B-Komachi.

O creen que no quieren. Pronto les vamos a abrir los ojos.

Ya estamos viendo papeles para que Ai pueda entrar en la actuación. Todavía es una posibilidad que no está a nuestro alcance, pero seguro que si esto sale perfecto tendremos una oportunidad. Puede que hasta adelantemos los planes de lo perfecto que va a salir esto. Ai está más brillante que nunca. Seguro que hasta a un vejestorio le encantará como nunca nada le ha encantado.

Todo va a salir bien, Saitou Ichigo. Esta noche será perfecta y no hay nada que pueda arruinarlo. Los bebés están seguros en casa con nuevos cerrojos, Ai está que arde y mi querida esposa no está aquí para entorpecer mi trabajo con un drama que no puedo encarar ahora. ¡Pero nada que una cita bien planificada no arregle! Cuando tenga tiempo, claro, pero aun así lo tengo todo controlado.

Sonriéndome a mi mismo, pude ver la luz al final del tunel. Una vez que ese chico tenga bajo control a su loca 'amiga' y pueda cortar la relación con Ai de forma limpia, todo irá perfecto. Irá perfecto, asi que sé positivo, Saitou.

Se positivo. La positividad ante todo. Ese chico es maduro y sabe dónde está parado, asi que él se encargará. Y luego yo me encargaré de ayudar en lo posible y más a Ai para que, al menos fuera del escenario, no tenga que mentir tanto. Si, es perfecto. Todo va sobre ruedas. No, ¡va volando! Está recorriendo el mundo en menos de ochenta días incluso. Si, si.

...

...

...

...

... No sé por qué, pero... tengo un mal presentimiento.

Notes:

Capítulo de transición hacia el siguiente evento, pero como está Tobe, automáticamente es un buen capítulo. Mañana traigo Eroge y el Domingo el de Segunda Oportunidad.

Nos vemos antes de fin de mes.

Chapter 17: Capítulo 18

Summary:

Una auténtica estrella, que brilla en lo más alto...

Notes:

Bueno, he tardado. La buena noticia es que ya estarán al día...

... Si, creo que es un buen momento para decirles que en FF.net suelo dar fechas específicas para actualizaciones y las cumplo como ya se las estarán imaginando.

A darle.

(See the end of the chapter for more notes.)

Chapter Text

Siempre me rechazan... Siempre, siempre, siempre.

Haga lo que haga, todos me hacen a un lado. Nadie se detiene a pensar que tengo sentimientos o que solo quiero encajar. Desde que fui un niño, yo fui visto como el raro del salón, aquel que tiene que mantenerse alejado de los demás para evitar que se contagien de mis gérmenes. Era un odio infantil, si, pero aún dolía. Aún duele.

Crecer no hizo más que empeorarlo todo. Ahora no solo tenía que lidiar con el rechazo por culpa de mis ojos, sino que encima se sumaba mi interés por las chicas y su desagrado hacia mí. De repente, todo el odio y rechazo que me tiraban dolía de una forma que nunca lo había hecho. Ahora cada que una chica me decía que era asqueroso o que no quería que le hablara, dolía.

Duele.

Todo está peor que cuando era niño. Madre siempre me dijo que todo esto iba a pasar una vez que creciera y todos maduraran, ¿pero esto? Esto no es diferente de los niños de primaria. La única diferencia es que ahora no atacan con balones en la cara o burlas que solo buscaban hacer reír al resto, sino que son insultos con toda la intención de que me lastimen. La única cosa que cambió para mejor es ya no recibir abuso físico.

Ahora todo me duele por dentro, pero al menos ya no sangran las rodillas.

Todo está mal. Todo salió mal. Yo... yo no pido una novia, sé que eso es pedir demasiado a alguien como, pero ¿al menos una amiga? ¿Un grupo de amigos? Creo que soy decente en tenis y podría ser un buen miembro del club. No digo competir con otras escuelas, pero si tuviera el valor... Si cuando me quise acercar todos esos ojos no me vieran como el bicho al que hay que aplastar, quizás yo...

...

...

Jeje... Zaimokuza tenía razón: los parias como nosotros tenemos que estar unidos. No porque queramos o porque haya algo beneficioso en ello, sino porque no nos dan otra opción.

Pero... pero creo que puedo ser mejor. Zaimokuza no es tan mal tipo y nos protegemos las espaldas cuando debemos, pero yo... yo quiero una juventud más normal. No quiero ser popular, pero al menos quiero... a gente a mi lado. No quiero sentirme solo. Quiero que cuando esté triste, alguien, que sea, esté ahí para levantarme los ánimos. Para decirme que estoy exagerando, que todo mi pesimismo está en mi cabeza.

¿Es mucho pedir tener a alguien que quiera escucharme? Si me dieran la oportunidad, verían que soy más de lo que aparento. Creo que es una buena idea dejar de lados sus prejuicios e intentar conocerme.

—Esta es una muy mala idea... Llamame prejuicioso, pero desconfío de todo esto de la música, Tobe.

Tobe, ajeno a mis preocupaciones y temores, me palmeó la espalda con más fuerza de la debida mientras se reía del buen chiste que es mi vida. No me dijo cosas totalmente inútiles como 'no es para tanto' o 'será divertido' porque, cuando se le mete una idea en la cabeza y tiene que ver conmigo, él suele hacer oídos sordos. Básicamente me estuvo insisitiendo toda la mañana, mediodía y parte de la tarde hasta que...

Bueno, digamos que experimenté lo más cercano que estaré jamás a una debacle mental en la que cosas como 'Hachiman' o el sentido del ser de las cosas se volvieron ideas que no era capaz de procesar. Fue bastante horroroso y aún me sigo recuperando de cómo creo haber visto a un hombre con un tridente rojo mirándome desde abajo, pero Tobe no es capaz de esperarme. Ni siquiera a que comieramos algo.

No es que tenga hambre y él siguió comiendo mis postres hasta que ya no quedó nada, pero aun así, ¿no pudo al menos darme un poco de tiempo? ¿O darme dinero? Siempre es bueno tener dinero: te da la felicidad, después de todo. Ah, aunque creo que me convendría tener más postres en caso de que venga Yuigahama de visita. Algún día ella tiene que hacerlo, ¿no?

Mientras divagaba sobre cosas que solo me importan a mí, caminaba a duras penas al ritmo de Tobe, quien estaba muy emocionado por escuchar a una banda de la que ni siquiera es que sea fanático. Yo, que le tengo más aprecio, tampoco quiero escucharlo ni me cambiará la vida haber ido a un concierto. Si no quise ir ni en mis momentos más soñadores, ¿por qué querría ir siendo un tipo de veinte años que solo quiere relajarse?

Ir a conciertos es cosa de adolescentes y adultos con alma de adolescentes o que gusten de adolescentes. Seguro que voy a desentonar demasiado entre ellos y como se pongan a saltar o dar ánimos, estoy frito.

... Pero no es eso lo que me preocupa. Claro, escuchar en vivo a FLOW no es mi idea de un día ideal, pero puedo dejarlo pasar si es por un motivo tan noble como el de Tobe. Y no es que me disguste su música, pero... pero el tema es que Tobe quiere que estemos ahí cuanto antes y cuanto más temprano lleguemos, más tiempo tendré que ver a Hoshino Ai en vivo. Estoy más cerca del desastre.

Uno podría cuestionarse la gravedad de la situación, porque Hoshino Ai estará centrada en su actuación y yo seré uno más en la multitud, pero es ahí cuando golpea duro mi mala suerte. Mi mala suerte 'amorosa' para ser precisos. Desde mis rechazos amorosos del pasado, Orimoto, Yukinoshita, Yuigahama, Kawasaki, Isshiki y, dependiendo de que tanto sobreanalice, Miura: SIEMPRE que hay una mujer con la que me llevo relativamente bien, tiene que ocurrir una escena vergonzosa.

Es ley. No puedo no existir. Inclusive hubo veces en la que yo mismo me busqué la pena ajena con mis declaraciones sobre lo genuino. Es algo que no puedo evitar, no importa cuánto luche contra ello. Ebina bien dijo que pareciera que estoy maldito de alguna forma con todos esos momentos que invitan a formar una relación que le han pasado a un tipo promedio que nunca ha besado a una chica.

Eso lo vuelve aún peor, y más cuando ya no estamos en Sobu. Esos momentos, con mujeres adultas que tienen sus propias vidas alejadas de nuestros encuentros a niveles inimaginables comparado a hace un par de años, lo vuelve todo un lío del que ya ni aprendizaje puedo sacar. Ahora los celos de Yuigahama no son una cosa de risa o de no pensarlo demasiado, sino de un problema serio que necesita solución.

Del mismo modo que la inmadurez de Miura le juega una mala pasada con sus parejas o la renuencia a encontrar pareja se ha convertido en algo que todos toman en cuenta con mucha más seriedad entre quienes la conocen, mi tendencia a vivir como el protagonista de una comedia romántica equivocada puede dar lugar a demandas, desprecio social o, en este caso en puntual, un cuchillo en mi pecho.

Ya no es de risa, ya no hay un Club de Servicio o una Hiratsuka-sensei. Ahora estoy solo yo al mando y mi cuidado.

Y además.

... Esos ojos...

No es amor, pero es más cercano a ello de lo que debería. Si quiero evitar un desastre mediático, tengo que cortar esta 'relación' antes de que sea demasiado tarde. E ir a un concierto suyo, por más que solo esté como aperitivo antes del plato principal, es pedir a gritos que haya un escándalo.

No tiene que ser algo excesivo: una pausa en su canto al verme, una mirada que dura más de la cuenta o una tendencia a acercarse a donde estoy yo si tengo la desgracia de tener un lugar cercano. Cualquiera de esas cosas y menos es suficiente para esos parasitados sociales. Solo eso necesitan para cometer locuras.

—Mi vida peligra... Joder, esto n-

Antes de que pudiera terminar de quejarme, Tobe aulló como un lobo y empezó a arrastrarme del brazo, empezando a correr como un auténtico monstruo. —¡Ahí está, ahí está! ¡Al fin estamos aquí! Dios, Tokio es demasiado grande. ¡Deberían hacerlo más pequeño, ¿no crees?!

—¡Woah!

Apenas pudiendo seguirr el ritmo sin terminar cayendo y probablemente siendo arrastrado de todas formas fue que nos recibió de lleno el lugar donde probablemente mi vida termine. Como vinimos relativamente temprano, no es que hubiera mucha gente en comparación a lo que terminará siendo, pero una fila más larga de lo recomendable me saludó desde la distancia.

Según dijo Tobe en medio de las tantas cosas que dijo, al parecer faltaban más de media hora para que pudiéramos entrar y otra media hora para que empiece el concierto de Hoshino Ai. De hecho, lo que ven mis ojos a una extraña y peculiar mezcla entre los que van a escuchar esto: desde gente normal, jóvenes, más jóvenes y no tan jóvenes vestidos como personajes de anime mientras se destacaban aún más de lo normal el grupo que claramente vino por B-Komachi.

Era una proporción 28-40-32 respectivamente, o algo del estilo. Claramente los más numerosos son los fanáticos de FLOW, pero había más seguidores de Idols de los que uno podría esperar dado a que son solo la introducción al 'verdadero espectáculo'. ¿Tal vez este era el amor que tanto defendía Hoshino Ai, que logra atraer a sus seguidores a lugares que a priori no serían esperados?

Difícil saberlo, pero bueno, soy un tipo normal, asi que no tengo opiniones fuerte de ningún fanático. Tampoco quiero entender ese amor parasitario que solo te hunde más en un escapismo que al final no arreglará nada.

Así, mientras por fuera demotraba una cara de indiferencia total a diferencia de todos los demás, me fui al fondo de la fila, que estaba a la vuelta y caminando más de lo que me siento cómodo. Tobe en ningún momento paró de hablar de cualquier cosa que se le viniera a la cabeza, tal vez porque la emoción de cumplir lo que no se pudo hacer en el pasado con esos dos finalmente va a completarse.

—...

Si tengo que ser honesto, tampoco es que la idea me desagradara lo suficiente para no hacerla posible. Si, puede que aceptara porque en un punto temí que mi alma abandonara mi cuerpo, pero aun así no quita que Tobe es... es mi amigo, y esto es algo muy importante para él. Para los tres, aunque esos dos ya no estén; estoy seguro de que si ellos supieran de lo que vamos a hacer, se reirían... pero aún estarían de acuerdo.

Es algo tonto, sin sentido y que nadie nos pide hacer... pero es lo que los amigos hacen. Y mal que me pese, estoy más cerca de ser amigo de esos dos que de estar alejado de ese mundo. Todavía les debo mucho por lo que quisieron hacer por mí cuando estuve a punto de tirar mi futuro a la nada.

—¡Kuuu! ¡No puedo esperar! ¡Esto va a ser lo mejor!

Tobe Kakeru es un tipo molesto, sin consideración por los demás, amante de comerse mi comida sin permiso y con un feo apodo hacia mi persona que en este punto ya quedó para la historia. Temo el día en que me vaya de este mundo y alguien que no preste mucha atención decida poner en mi lapida 'Hikitani-kun Hachiman'.

Es para abrir el estadio. Los Tobe hacen eso.

—... Espero que lo sea, Tobe.

Pero somos amigos y los amigos estamos para apoyarnos cuando es importante. Por mucho que pueda correr peligro con Hoshino Ai, mi relación con Tobe es más importante que el vínculo que comparto con cualquiera del mundo del espectáculo. No soy un actor, ni mangaka ni cantante, sino un tipo normal que empatiza con las vivencias de la gente normal. Cosas como mi relación con una Idol no me tienen que importar.

Y encima, cuanto más lo pienso, más absurdos son mis miedos. ¿De verdad ella va a arruinar mis planes solo por verla cantar? ¿En serio soy tan pusilanime? Bien podría también mandar al desague todos mis vínculos de Sobu por todo lo que no importaron si mi desarrollo de personaje se rompe tan fácil.

Soy diferente. He crecido. Si ya puedo empezar a dejar atrás a Yukinoshita, empezar a planear cómo solucionar lo de Yuigahama y dejar atrás definitivamente la idea de que conozco tan bien a las personas como quiero creer, entonces puedo escuchar una canción de un grupo de Idols que no me generan nada. Quizás hasta pueda aprovechar este momento y tomar unas fotos para Komachi.

Ella se va a morir de envidia, pero es de esas cosas que no puedo no contarle. Solo me aseguraré de tomar unas buenas fotos, tal vez un vídeo y listo.

Dejando de lado mis pensamientos vigorizantes, saqué mi celular para ver que la hora era buena: suficiente tiempo para calmarme los nervios pero no tanto como para empezar a impacientarme. Sonriendo para darme ánimos, miré un segundo de más la foto que tengo como pantalla de bloqueo.

El último gran momento en el que todos nuestros caminos convergieron. Ahora son solo recuerdos y cada quien está con sus cosas, pero nunca voy a olvidar esas relaciones. Algún día nos reuniremos y todos tendremos una sonrisa.

—Je.

Guardándolo, decidí ser amable y empezar a charlar con Tobe. O intentarlo, porque de verdad vamos a velocidades muy dispares.


A pesar de que la hora del almuerzo debería ser un momento donde se socializa y se refuerzan los vínculos, yo era el único desgraciado que usaba ese momento para esconderse de todos. En la parte de la escuela donde no se reune nadie a esta hora, estaba sentado cabizbajo, sin nada que comer o querer. Como olvidé recoger el bento, es lo que me queda.

No tengo el valor de ir a comprarme el almuerzo. No quiero que me empiecen a juzgar solo por mis ojos o mi actitud 'desagradable'.

Pensar en eso hizo que apretara las manos hasta volverlas puños y quisiera golpear algo, cualquier cosa.

Maldición... Siempre me pasa lo mismo... Nunca cambia.

¿Por qué todo siempre me sale mal? Yo no he hecho nada para merecer esto. Me he portado bien, he sido amable y me he esforzado en ser un tipo agradable, pero todo lo que recibo es rechazo. ¿Es mi culpa por siempre creer que las chicas sienten algo por mí? Puede ser, ¡pero no tienen derecho a ser tan groseros? Me he esforzado mucho para no incomodarlas y les he dejado de hablar en cuanto me lo pidieron.

No les he hecho nada. Las dejé en paz después de que me lo pidieron y les dije que no había problema, que ellas no tenían la culpa de nada. Me aleje como un caballero y les desee lo mejor, sin importar qué es lo que pensaran de mí... Eso, creo, debería al menos darme la reputación de ser una buena persona. Si por lo menos una chica, solo una, pudiera rechazarme sin ser hiriente, no me importaría nada.

Es... es duro que te hablen como si tus sentimientos no importaran. Nunca hice mal a nadie y siempre me aseguré de ser agradable. No pido una novia, ¿pero al menos no debería recibir una amiga? O que los chicos no me usen como saco de boxeo para ganar puntos con las chicas. Yo también importo, ¿saben? Mis sentimientos también son importantes.

Todo es por mis ojos... Estos ojos feos, asquerosos, repugnantes y más son los que alejan a todos. Todos creen que soy un tipo feo y raro por culpa de mis ojos. Los ojos de papá y que ni siquiera mamá ama tanto como dice. Por culpa de estos ojos con los que nací y no puedo cambiar, ¿estoy condenado a ser despreciado? ¿Mi destino es no tener ningún amigo a mi lado? ¿Ni una novia?

Eso... eso no me gusta...

... Maldición... Es tan frustrante... No quiero esto...

Eso es una mierda. No es justo...

Dejé de compadecerme en cuanto escuché pasos acercarse. Mi primer pensamiento fue que tenía que huir para evitar que alguien tuviera carta blanca para seguir riéndose de Hachiman el Llorón. Estoy demasiado sensible para aguantar algo así en lo que queda del día, asi que eso hice: me levanté y, sin mirar hacia atrás, comencé a casi trotar hacia cualquier lugar menos este.

Espera.

¡!

... Una chica...

... Una chica, de todas las cosas... Genial. Simplemente fantástico. Creo que esta vez sí que voy a llorar.

Pero, a pesar de que quería estar en cualquier lugar menos aquí, no me moví. El pánico por no saber cómo actuar fue suficiente para congelarme, con un ligero temblor que hasta a mí me daba asco. Intenté mantener una cara firme, pero no hubo mucho caso cuando los pasos se acercaron tanto que se detuvieron. No tuve que ser un hombre socialmente inteligente para saber que estoy jodido.

Estoy JODIDO hasta un punto que solo puedo rogar porque quedé algo de mí después. Si esto llega a terminar con el peor resultado, quiero dejar bien en claro desde ya que Komachi tiene que destruir mi PC y que Zaimokuza debe borrar toda evidencia de que alguna vez estuvimos en contacto y lo que debatimos. Ah, y que cualquiera que no sean mis padres deben quemar mis revistas con gasolina.

Dios, estoy temblando tanto que parezco un perro feo con frío. ¿Eso no me haría tan patético que se apiadarán de mí? Aunque mi suerte nunca me ha dado algo tan bueno.

...

¿Eres Hikigaya Hachiman-senpai?

Aún temblando y temiendo lo peor, me giré de forma robotica hacia la chica, al parecer, menor que yo y lo que encontré fue... fueron unos ojos... peculiares.

... ¿No?

Pese a que mi intención fue clara, por desgracia no lo dije con la suficiente convicción...

No, definitivamente lo eres. Esos ojos son tan cual lo describieron.

Tch.

Odiando de nueva cuenta estas cosas cuya labor principal parece ser no dejarme ver el mundo feo, sino que el mundo me vea feo a mí.

Un placer conocerlo, senpai. Mi nombre es Hoshino Ai-san. Llámame Hoshino-san, por favor y yo lo llamaré Hikigaya-senpai. Creo que es apropiado.

Mi incomodidad siempre está alta y no soy muy bueno en ocultarla, pero incluso yo creo que estoy dejando ver el colmo del ridículo.

... Yo... ¿supongo?

Esos ojos de verdad son...

Bien. Ahora...— Esos ojos aterradores, más aterradores que cualquier otra cosa que haya visto en mi vida, brillaban de una forma que, irónicamente, los hacían parecer apagados. —Me gustaría hablar con usted un rato... Que usted me cuente cosas sobre usted, quiero decir. Estoy interesada en usted.

...

...

... Eh... Y-Yo... ¿gracias? Eso suena... bien... creo.

Dios mío, ¿pero qué diablos está pasando? ¿De verdad una chica, una kouhai nada menos, mostró interés en mí? Eso suena tan... tan raro, inverosimil, ridículo y tantas cosas negativas más que no puedo sino largarme de aquí antes de que el pastel se aplasta contra mi cara. Esto tiene que ser actuado.

Esto no puede ser real... ... ... pero...

... Pero ¿y si tal vez...?

Ese tal vez, al final, fue la nada misma...

Quedándome pensando en recuerdos del pasado que creí olvidados, de cierta forma me ayudaba a disociar el estar dentro del teatro en las primeras filas porque, por supuesto, tenía que ser en las primeras filas. No había otra opción, porque sino Hikigaya Hachiman estaría cometiendo un fallo en la matrix.

Tobe en algún punto se quedó callado y la única prueba de que era él es su sonrisa boba que en estos momentos no es tan boba. Aunque lo quería ocultar bien con su parloteo, no me queda duda de que le pesa el pasado con esos dos. Por mucho de que para mí fueran conocidos que recuerdo con cariño, para Tobe ellos eran auténticos amigos, mucho más de lo que yo llegaré a ser.

El paso del tiempo no perdona nada, ni siquiera a los más creyentes de vivir el momento. O, en realidad, puede que a Tobe le afectara esto mucho más por haber tenido la creencia de que la juventud es una etapa gloriosa que merece respeto. Como todos somos adultos, esa idea de una juventud ideal ya no existe.

... Ya no existe, ¿eh?

Me pregunto si este deseo mío de reunirnos todos en el futuro para compartir cómo nos fue en la vida en realidad podrá hacerse realidad. O si las pocas conexiones de Sobu que aún tengo en mi día a día se mantendrán hasta ese momento. Tal vez ese día nos tenga a mí y a Yuigahama en vidas totalmente separadas, en donde solo podamos hablar de los viejos tiempos como algo que ya no existe.

... No me gusta pensarlo, pero por culpa de lo que tengo que hacer, la posibilidad de que este sea el principio del fin de nuestra relación no es cero. Si deja de estar enamorada no dudo de que aún quiera mantener nuestro vínculo, ¿pero el día en que se interese por otro chico? ¿Y cuando ese chico sepa que yo existo? Si, no dudo de que algo así no puede llegar a pasar.

Y si yo llego a conseguir una chica... en el remoto caso en que eso pase, no sé si a ella le gustaría saber que Yuigahama es una pieza fundamental en mi vida. Ni que con ella vienen dos chicas que en algún momento han expresado lo cercanas que sienten a mí. Ya me veo venir los dramas.

Mientras el teatro se iba llenando de un montón de fanáticos de distinta índole, los nervios por todo lo que está pasando se hicieron más fuertes. Me conozco lo suficientemente bien para esperar un desastre y, cuanto más veo el escenario que tengo delante, más desprecio ser más alto que todos los que me rodean. A menos que cierre los ojos, es obvio que me va a reconocer.

... Cerrar los ojos... ¿Eso servirá?

—Oye, Hikitani-kun...

—¿Qué pasa, Tobe?

Y llámame por mi verdadero apellido, por favor. Entiendo que para todos sea un apodo, pero para mí es el peor apodo.

—¿Sientes algo con todo esto? A mí se me está revolviendo el estómago, jeje— Tobe dijo todo eso con un temblor bien ocultado. Mi impulso fue decirle que me siento con diarrea y que lo mejor es irme al baño más lejano... pero como tengo un corazón más grande del que me siento orgulloso, decidí ser un poco más sincero.

—Tengo nervios, si... Nunca viví algo como esto...

En más de un sentido, todo esto es irrepetible.

Tobe hizo una cara rara al oírme, y no supe si era algo bueno o malo, pero en cuanto volvió a sonreír como el mismo Tobe de Sobu, supe que mis preocupaciones estuvieron fuera de lugar. —¿Verdad? ¡Esto es super misterioso! Ojalá esto lo pudiéramos compartir con los demás. Si Iroha-chan estuviera aquí al menos...

Me reí de forma seca. —Si Isshiki estuviera aquí, ten por seguro de que nos habría hecho comprarle más cosas como recuerdos y sin duda habríamos tardado más en llegar... Y casi que no comerías postres.

Mis postres.

—Eso es, jeje, cierto— Isshiki es una amiga decente, pero no una buena chica. Es egoísta, malcriada y quiere que todo siempre se haga a su manera. No es particularmente una chica que puedes querer de formas que no sean una admiración romántica o de índole más sexual, pero eso no quita que es nuestra amiga.

—Aunque si, habría estado bueno tenerla con nosotros— Si pudiera hablarle de todo lo que me pasa, ¿ella sería capaz de ayudarme? Tiene mucho más conocimiento que yo en estos temas amorosos y, al ser mujer, seguro que puede entender mejor cómo llegarle a Yuigahama o cómo cortar las cosas de buena manera con Hoshino Ai. Tal vez de una forma en la que no termine 'mal' como con ella.

Isshiki no parece guardarme rencor por haber ignorado sus sentimientos hasta el final. Conociéndola, probablemente esté más interesada en sus cosas ahora que ya no formo parte de ellas y hasta pudo haberse conseguido un nuevo interés romántico con un tipo mucho mejor que yo... Pero eso no quitaría que me pueda guardar rencor por lo que le hice en su momento.

Isshiki no es una buena chica, y por eso suele ser vengativa con quienes la lastimaron de verdad. En comparación a Hayama, quien al menos le dio una respuesta honesta, yo evadí todas las señales para hablarlo y en un punto pasé un par de semanas evitándola todo lo posible.

Es verdad que no estaba (ni estoy) con la mentalidad para una relación, pero aun así...

—¿Verdad? ¡Ella estaría muy emocionada! A ella le gustan las cosas bonitas y esas Idols deben ser lindas, ¿no? Tal vez le hubiera dado inspiración— Mientras Tobe se ponía a sonar con cosas que no vienen al caso, me dejé envolver por el ambiente de expectación, tanto de fanáticos de FLOW como de los que vinieron a ver a B-Komachi.

Ver a tanta gente feliz me da la sensación de que todo va a salir bien... Espero que no se quede solo en una sensación.

—Falta poco...

Nada malo va a pasar, Hachiman. Relájate.

Tras inhalar y exhalar un par de veces, sentí que estuve listo para el espectáculo. Para Hoshino Ai.


Y eso sería todo...

Aaah.

Me animé a contarlo. Dios, eso fue tan... tan raro. Es la primera vez que puedo contarle mis sentimientos a una chica. ¿Acaso eso me hizo ver como un desesperado o alguien que busca compasión? Porque eso... bueno, no está muy errado, pero preferiría que no me vieran de esa manera. Sé que no tengo derecho a pedir nada, pero en serio me gustaría que no miren de menos mi dolor.

Yo... no es que me crea muy importante. Sé muy bien que no lo soy y que de seguro hay chicos y chicas que la pasan peor. Sé que es así, pero... pero eso no significa que yo no pueda recibir un poco de apoyo, ¿no? Estoy seguro que mucha de esa gente que la pasa peor que yo por lo menos tiene gente a la que le puede contar sus preocupaciones. Tienen aliados, gente que está ahí para ellos.

Yo tengo a Komachi, claro, pero Komachi es mi hermana. Está obligada a entenderme y aconsejarme porque nos conocemos desde que nacimos: no puedo concebir una vida sin Komachi y seguro que ella tampoco se imagina una vida sin mí. Pero aparte de Komachi, yo... yo no tengo a nadie. Si, está Zaimokuza, pero Zaimokuza es... no es lo mismo. No dejo que sea lo mismo.

¿Quizás ese fue mi error? ¿Si, en cambio, me abriera a Zaimokuza, podría encontrar también ese confort que deseo? Yo... admito que soy un poco prejuicioso y que me creo mejor que él, pero... pero aún estoy a tiempo. Puedo cambiar, ¿no? No es como si hubiera cometido un pecado imborrable. Además, seguro que a Zaimokuza no le importará. Él es demasiado relajado, más que yo al menos.

Seguro que, si le cuento esto, él...

Que perdedor.

¡!

...

...

... ¿Eh?

¿Q-Qué acaba de decir? Yo... yo no creo haber escuchado bien. Me parece que ha habido un error aquí, ¿verdad?... ¿Verdad?

... Ahora que le miro a esos ojos de estrella, supongo que no me equivoqué, ¿eh? Lo que dijo fue cierto y yo... yo fui un tonto, ¿no? Fui un tonto, tonto, tonto, tonto, tonto. Un tonto sin remedio que se creyó la mentira. Se creyó que esta kouhai linda vino aquí a tratar de entenderlo por interés, compasión o cualquier tontería más que exista. Si... todo es mi culpa. Este dolor es mi culpa.

Yo... yo me equivoqué.

...

No me atreví a reaccionar de ningún modo. Mi cara, por primera vez en muchos años, no me traicionó y pude mantener el rostro indiferente que siempre he soñado con tener. No dejé ninguna abertura para que esta chica crea que me ha lastimado. Para ella, lo que ve ahora mismo es una reacción fría de un senpai al que no le afectaron sus palabras. Para ella yo... yo soy la nada misma, y reacciono como tal.

Si... eso está bien. Mantente fuerte, Hachiman. Tu dignidad, que nunca te ha importado proteger en toda tu vida, ahora tiene un valor. No puedes dejar que las palabras de una chica desconocida que no sabe nada de ti te domine. Devolviéndole la mirada a esos ojos estrellados, ahora con una fealdad que me había negado a ver, asentí para demostrar que sí escuché sus palabras. Que recibí el mensaje.

El mensaje de que nunca, NUNCA, debo abrirme de nuevo. Zaimokuza quizás sea un buen tipo, pero no viene mal ir de precavido. Es lo que me ha permitido sobrevivir hasta ahora. Con esa determinación, me levanté como si cargara detrás de mí el peso del mundo y comencé a caminar a una velocidad más miedosa de lo que me siento cómodo hacia cualquier lugar que no la tuviera a ella.

Al final, esta kouhai aterradora es solo una nueva herida más, Hachiman. Es tan relevante como cualquier otra y el tiempo te demostrará que este dolor no es diferente de los otros. Sigue avazando, sigue hiriéndote y algún día encontrarás lo que estás buscando. Tal vez no hoy, ni mañana y puede que ni en esta escuela, pero algún día lo tendrás.

Algún día... Algún día mirarás atrás y te darás cuenta de que este dolor, de que estas lágrimas que quieren escapar, son estúpidas.

... Razón no me faltó. Al final sí que me di cuenta de que ese dolor era estúpido. Bastó el paso del tiempo, lo de Orimoto, decirle lo que pensaba en la cara y toda la debacle de Sobu para darme cuenta de ello, pero al final sí que tenía razón el Hachiman del pasado. De las pocas cosas que acertó el infeliz.

Yo... Bueno, supongo que exageré las cosas en ese entonces. No, no creo que Hoshino Ai estuviera bien ahí y aún me siento amargado de haber recibido esa respuesta después de abrirme sobre mis sentimientos. Es un recordatorio de que la confesión de lo genuino tuvo un resultado muy fuera de lo común y que lo normal es que las chicas sientan asco de mí si me abro demasiado, y claro que aprecio la enseñanza... pero a la vez la odio con todo mi ser.

Pude seguir adelante por el mero paso del tiempo. Si tuviera que comparar la madurez de mi yo de ese entonces y el que entró al Club de Servicio, pues la única diferencia palpable entre ambos es la respuesta a la que llegaron sobre la juventud, uno queriendo vivirla y el otro despreciándola como el mal... No tengo claro cuál postura es más tonta, pero sin duda sé cuál fue más cobarde.

Fui un cobarde. Huí de todo, escondiéndome detrás de una máscara para hacerme el superior. Logré engañar a muchas personas con ella, del mismo modo en que las máscaras que tenían yo no las descifré del todo hasta que me lo mostraron personalmente. Todos somos cobardes, pero eso no cambia que me equivoqué al actuar así.

... Que me estoy equivocando al actuar así.

He huido de todo, incluso ahora. Huyo de mis sentimientos por Yukinoshita, huyo de mi responsabilidad en contestar los sentimientos de Yuigahama y estoy huyendo de Hoshino Ai. A pesar de toda la charla que le di sobre ser genuino, sobre abrazar la verdad y con tener un vínculo más importante que el común... estoy haciendo lo mismo que critiqué en su momento.

'Ai-san' ya no existe, sino que es 'Hoshino Ai'. Estoy intentando desligarme de ella, de volver a tener la distancia que teníamos en un comienzo. No es como si nos hubiéramos acercado demasiado ni tampoco es que este vínculo sea uno que pueda durar, pero... pero aun así estoy escupiendo en la relación que estamos formando, sea cual sea y la entienda o no.

No soy diferente de Hayama o Ebina, que buscaron mantener el statu quo, lo conocido, por sobre lo nuevo pero desconocido. Esos dos prefirieron mantener las cosas como estaban en lugar de arriesgarse a tener algo diferente y yo estoy siguiendo sus mismos pasos. Me estoy volviendo cada vez más parecido a Hayama.

¿Supongo que esto es lo que te trae ser adulto? Pero incluso si así fuera o si al final las cosas para él terminaron en la nada, Hayama me dijo que quería mejorar las cosas. No dijo que quería seguir mis pasos y no le conviene, pero algo aprendió de mí. Él vio algo de valor en mis ideales y quiso aplicarlo para sí mismo. Yuigahama también es así, deseando y buscando que sus deseos se hagan realidad.

Incluso Yukinoshita tuvo un cambio gracias a mí, diciéndome que nuestro vínculo no era esa cosa que yo buscaba, que ella quería buscar. Esos tres... No, todos creyeron que mis creencias tenían valor y tratan de seguirlas, a su modo.

Kawasaki, Isshiki, Tobe, Ooka, Yamato, Zaimokuza, Totsuka... Todos creen que lo genuino que defiendo no es una tontería y que se puede rescatar algo de ello... y sin embargo, ¿qué estoy haciendo sino es escupiendo todo lo que me la pasé despotricando en mi cabeza esa noche? ¿Qué me hace esto diferente de un Hayama o Haruno cualquiera? ¿Tengo derecho a seguir creyéndome diferente de ellos?

La respuesta es obvia.

Hikigaya Hachiman no está siendo genuino.

Hikigaya Hachiman está huyendo, tal como hizo en la primaria. Tal como hizo en la secundaria y tal como intentó hacer en Sobu. En cierto punto, debería empezar a preguntarme si todo lo que viví en Sobu fue un espejismo ilusorio de lo que iba a ser mi vida y si ahora estoy en la normalidad que me corresponde. Quizás, de hecho, sí sea de esa clase de adultos que alcanzó su versión ideal en la juventud que tanto dijo odiar.

Es tan irónico y gracioso que de seguro es cierto... Y es por eso que yo, supongo, necesito pensar mejor qué es lo que voy a hacer. No solo con Hoshino Ai, sino también con Yuigahama y el resto. Con Komachi, con mis estudios, con hacer las paces de una vez y para siempre con lo de Yukinoshita. No tengo las respuestas: hace años que ya no estoy seguro de nada... pero tengo que encontrarlas.

Por todos... Por mí mismo.

—Aaah. ¡Ya va a empezar!

Todo este monólogo, estas palabras de aliento y también de regaño fueron para prepararme. Ver a Hoshino Ai tras tantos días en los que no se me quitó la sensación incómoda de que estábamos yendo por un camino peligroso me genera unos nervios comparables a los que viví en mis peores etapas de secundaria. Ella, la Idol mentirosa, se siente como una espina que no sabía que tenía y que debo deshacer si quiero avanzar.

Pero no huyendo, no. Necesito ser un hombre, un adulto que es capaz de encarar sus propias decisiones sin necesitar de la ayuda emocional de gente demasiado compasiva. Y el primer paso para encontrar esa respuesta está en no huir del problema. En ver a Hoshino Ai actuar y no esconderme.

Estoy listo, Hoshino Ai. Dame tu mejor golpe.

—...

Mientras una parte del público aclamaba como si estuviera pasando lo mejor de su vida y el otro daba aplausos corteses, el grupo B-Komachi comenzó a reunirse. Eran un grupo de Idols promedio, con algunos brillos ocasionales. Casi ninguna de las Idols que lo conforman es realmente famosa por sí sola y el hecho de que tuvieran un cese por casi un año no ayudó a su reputación.

Pero, a pesar de eso, es un nombre que he escuchado incluso de antes de todo este problema y es por una razón que todos saben. Más allá de lo que piense de su música o de la persona en cuestión, es innegable que Hoshino Ai posee una cualidad impresionable para destacarse incluso con auténticas bellezas. Es linda y atrayente de un modo que invita a admirarla, a apreciarla.

Es cierto que las Idols suelen vender mucho esa idea de pureza, de estar viendo algo precioso, pero Hoshino Ai no solo destaca muchísimo más que ellas, sino que encima sientes que es auténtico. Sientes que su belleza inocente es verdadera y que ella de verdad es esa fantasía que quieren venderte. Que hay una verdad detrás de sus palabras de amor y esos ojos estrellados.

La realidad, por supuesto, es decepcionante. Hoshino Ai no ama realmente a la gente, o más bien, no ama de la manera en que sus fans creen. Para ella, las mentiras son amor y no ve nada de malo en ello. Puede que quiera mejorar esa visión retorcida, pero es evidente que lo hace para su gente cercana, amigos o familiares. ¿Sus fanáticos? Ellos recibirán esas mentiras hasta el fin de los tiempos.

Por eso no me hice ilusiones con su atractivo y ahora menos. Hoshino Ai tiene un lado auténtico y no es una mala persona, pero hablando solo como consumidor, ella es un producto que no quiero consumir.

Mientras la veía entrar en el escenario como una más, con los ojos cerrados y aun así llamar la atención de los más indiferentes, me convencí de ello. Estaba confiado en que lo que iba a ver era solo un espectáculo mentiroso con una voz algo bonita y nada más. Cuando ella se puso en el medio y comenzó a sonreír, ese pensamiento se hizo más fuerte.

Y entonces...

—¡!

... Abrió los ojos.

—Que...

Incluso Tobe, quien era indiferente a todo este fenomeno, soltó un intento de frase que se quedó a medias. Todo el teatro estuvo en un silencio colosal que me asustó. Golpeado por lo que estaba viendo y que hacía ver esos ojos que me mostró hace unos días como un mero chiste sin gracia, su sonrisa se ensanchó de forma normal.

Pero esos ojos convirtieron una simple sonrisa en algo más. Les dio una magia que ni el más cínico podía negar. No era atractivo sexual ni tampoco algo que invitara solo a admirar desde lejos. No, la belleza en esos ojos estrellados, brillando más intensamente que inclusive varias estrellas del firmamento, eran algo que buscaba atraerte. Buscaban que Hoshino Ai se convirtiera en lo único que podías pensar.

Tragué saliva de manera dolorosa y desee, con todas mis fuerzas, tener la voluntad para irme al baño. Esto fue un auténtico error.

—Esto se lo dedicamos a todos los que nos aman. Disfruten, ¿si?— Un guiño y una sonrisa que evocaba reírse con ella en lugar de reírse de ti, de algún modo, destruyó toda la normalidad del teatro. No se hicieron esperar el ánimo de los fanáticos de Hoshino Ai y a eso se le tuvo que sumar el aliento de los más neutrales, cautivados por su belleza radiante.

Si, Ai, ahora mismo, irradia un amor que, incluso a mí, me cuesta ver que sea falso.

Sé que lo es... No hay forma de que sea genuino con todo lo que la conozco, pero... pero entonces, ¿qu-

—¡Woaaaah! ¡Ustedes puedes, chicas! ¡Las apoyo!— Tobe, un auténtico tipo promedio con intereses promedio, quedó cautivado por la magia de A-Hoshino Ai y empezó a unirse al apoyo. Yo no tuve el valor de unirme a la multitud creciente y solo me quedé mirando como empezaba el show.

B-Komachi hace música que uno solo puede definir como 'esperable. Dentro de su nicho no es mala música y un neutral puede por lo menos decir que suena bien, pero su atractivo reside en la magia que irradian las chicas. Venden una imagen, no música y eso nunca va a cambiar.

...

...

¿Entonces cómo diablos solo una chica puede convertir una canción pop estándar en algo tan... tan fuera de lo común?

¿Cómo logra que gente que a todas luces no está interesada en la música fabricada se emocione como si esto fuera un partido de fútbol?

¿Y cómo es que, aún sabiendo todo esto, a mí me esté costando horrores no disfrutar de lo que estoy escuchando?

Sus movimientos no eran diferentes de una típica coreografía hecha para que creas que son lindas y su canto no era tampoco algo tan deslumbrante... pero... pero incluso si eso era verdad, la intensidad con la que se movían y la pasión con la que lo cantaban eran un poder muy superior al que una simple canción bien cantada no puede aspirar.

El poder de sentirte atrapado por una charla, una canción o cualquier otra cosa, en realidad, puede venir de la pasión que siente la otra persona en lugar de un genuino interés propio. Es así como pueden no gustarte los deportes y aun así emocionarte por como lo vive tu padre o como lo relatan. Es así como uno puede escuchar el tema más absurdo o de nulo interés solo porque el que habla tiene un carisma increíble.

Y es así como, incluso si no me gusta la música de Hoshino Ai, no puedo hacer otra cosa que maravillarme con cómo lo hace y como su esfuerzo impulsa a sus compañeras a dar más del 100% para no quedarse atrás. Una estrella brila más de la cuenta, otras estrellas más pequeñas no quieren ser menos y ese esfuerzo provoca que el público se emocione más, lo que crea un círculo vicioso.

Sé todo eso, comprendo lo que está pasando y sé que es una tontería... pero...

—... Es hermoso.

Es la primera vez en mi vida que no sé qué más decir. No tengo una respuesta ingeniosa a esto. Es... es simplemente hermoso.

Parece que incluso yo me puedo conmover con algo, incluso si no es de mi estilo.

¿Podría preocuparme de qué es lo que provocó este cambio en Hoshino Ai? Desde luego que la posibilidad de que yo esté involucrado no es cero y no es bueno.

Pero es un problema para después, ¿no? No puedo hacer nada ahora y ni siquiera su representante debe querer que esta magia termine.

Así, mientras todos se volvían locos y yo miraba esto como si por primera vez supiera el auténtico valor del arte, de como lo que importa es lo que te haga sentir, Hoshino Ai brilló hasta cegarnos a todos con su presencia. Hasta el final de su show, ella fue lo único que nos importaba a todos.

Fue una auténtica estrella, una que tristemente, como todas, se tuvo que apagar lo queramos o no. Y fue justo cuando ella dio su última vuelta que...

—¡!

... que sentí a esos ojos estrellados no solo mirarme A MÍ, sino que ese guiño que uno pensaría, que yo quiero pensar, va dirigido a cerrar con broche de oro todo este espectáculo... en realidad iba dirigido a mí.

—¡INCREÍBLE, GENIAL! ¡LAS IDOLS SON INCREÍBLES, ¿VERDAD, HIKITANI-KUN?!

Tobe, no pudiendo contenerse, me atrajó hacia él y empezó a darme todo el amor que quería repartir. Yo me quedó mirando a Ai con la mirada perdida, sin saber cómo tomarme todo esto. Sin saber qué sentir o qué hacer.

Yo... ¿en qué mierda me acabo de meter?

Notes:

Dejaré que el capítulo hable por si solo, aunque espero que les haya gustado. Un deseo mío.

Chapter 18: Capítulo 19

Summary:

"Somos amigos, ¿no?"

Notes:

Recuerden que hay un capítulo anterior a este.

Y bueno, vamos allá.

(See the end of the chapter for more notes.)

Chapter Text

La vergüenza es un sentimiento que nace de la impotencia de no ser lo suficientemente bueno, de haber fallado como ser humano o a las aspiraciones que tenías de ti mismo. Es algo por lo que todos los humanos pasamos en algún momento de nuestras vidas, nos guste aceptarlo o no. Incluso el más cercano a la perfección ha sufrido de ese sentimiento.

La gran mayoría de mortales, por tanto, vivimos rodeados de verguenza, de ese deseo de que las cosas fueran diferentes, de ser mejores. De ser tan buenos como creemos y que el mundo nos vea como tales. La verguenza nace, más que de todo lo anterior, de querer complacer a los demás, de que te vean como tu mejor versión posible.

Gustarte algo raro, no ser tan sociable como te gustaría, no encajar con las personas, tener opiniones en contra de la mayoría, verte feo, tener complejos con tu altura o peso: todo eso puede generarte verguenza y no hay mucho que puedas hacer por ello excepto mejorarte lo suficiente para que no sea un factor, así no puedas quitarte ese complejo.

Tristemente, ser pequeño no se puede solucionar tan fácilmente... Ni tampoco de una forma sana.

Por eso yo, un experto en sentirme inadecuado en sociedad, empatizo mucho con las personas que pasan verguenza. Los siento como personas cercanas por ese breve instante, gente que sabe lo que sufro casi todo el tiempo y que pueden sentir una fracción de lo que siento yo. Por ese momento, así sea con el hombre más hermoso del mundo o de la mujer con más dinero, me siento cercano a ellos. Compartimos el mismo mundo.

Si... Comparto el sentimiento, pero...

...

...

... Bueno, podríamos decir que, a pesar de que en el pasado podría haber sido así, ya no lo veo de esa forma. Ahora, tras estar en esta etapa de mi vida, me doy cuenta de que esa gente exitosa que pasaba por el mismo contratiempo que yo, en realidad, no sufrieron nada de verguenza. Ni yo tampoco hasta ahora, que soy consciente de que soy la peor escoria.

Lo soy. ¿Por qué las cosas tuvieron que terminar así? Nada de esto habría pasado si... si fuera mejor persona, si fuera más hombre. Ahora por mi culpa mis amigos la pasaron peor en nuestro último año. Por mi culpa, aparte de todo el estrés de estar a punto de terminar esta etapa en nuestras vidas, les tuve que agregar el dolor de huevos de cargar conmigo.

Yo... estoy agradecido, pero... pero siento que pude haber hecho más. Si tan solo hubiera sido más hombre, si tan solo hubiera dejado de seguir pensando en una mujer que está haciendo su propia vida en otro continente, queriendo triunfar... Si no fuera Hikigaya Hachiman y en cambio fuera alguien mejor, yo... yo podría haber disfrutado mucho más estos momentos.

Yo... yo en verda-

—¡Hachiman, deja de dormir en el escritorio! ¡Te vas a lastimar la espalda y el cuello!

¿Eh?

Confundido y atontado, me erguí de repente, encontrando que esa voz misteriosamente angelical, de hecho, tenía razón en que no fue la mejor idea tomar una siesta en el salón de clases, sea hora del almuerzo o no. Por mucho que esté agotado de haber rendido los últimos examenes y no tenga ganas de comer nada hasta la noche, no fue mi idea más inteligente.

Mietras me estiraba lo mejor que podía sin provocar un daño peor, la voz bufaba de forma linda, como si buscara tentarme al pecado. Tras unos segundos tensos en los que de verdad temí por mi seguridad, finalmente me recuperé lo suficiente para mirar bien al ángel que tengo en frente. Al ángel que me mira con desaprobación, pero de una forma tierna y que encima venía de la preocupación.

Sonriendo como un tonto enamoradizo, lo saludé.

—Oh, hola, Totsuka.

—Sa-i-ka. Hachiman, deja de usar mi apellido. ¡Somos mejores amigos!

Sonreí, feliz por sus palabras... y con una sensación rara muy en el fondo de mi mente, pero a la que rápidamente silencié.

—Si... Lo somos, ¿no?


—¡FUE INCREÍBLE! ¡INCREÍBLE, TE DIGO! ¡NUNCA IMAGINÉ QUE LAS IDOLS FUERAN TAN BUENAS! ¡CREÍ QUE SOLO ERAN CHICAS BONITAS!

—... Mis oídos.

Desde que terminó el concierto de Hoshino Ai-san, el cual había sido solo un aperitivo para el supuesto plato principal, nada fue lo mismo para mis oídos. Tobe no es un mal tipo, por más que a veces sea demasiado molesto. Sé que en el fondo es una buena persona y que mis problemas con él se deben a una incompatibilidad de personalidad más que a algo malo con él. Lo sé, pero... de verdad grita muy fuerte.

Y puedo decir mucho porque he aguantado los gritos de Ebina cada que emociona demasiado por cualquier cosa o a Miura gritando lo harta que está de que todos los hombres sean iguales. Tobe es solo otra cosa, una mezcla horrible entre la efusividad de Ebina y los tonos molesto de Miura. Por eso, recuerdo bien, fue que me negué a salir con él a jugar videojuegos todo lo que me fuera posible.

El tipo se emociona demasiado, lleva su corazón en la manga y no teme exhibirlo. Supongo que es verdad que eso es mejor que las máscaras que llevan casi todos los demás, porque por lo menos Tobe es genuino, pero... si, no me gusta. Es netamente cosa mía y soy un hipócrita, pero no puedo ocultarlo. Estoy molesto por tener que oirlo hablar a todo volumen del concierto de Hoshino Ai-san.

¿Y lo peor? Que sea justamente de esa chica. Si por lo menos hablara de FLOW, sería más comprensivo y hasta me uniría un poco a los gritos porque es un deseo personal que nos involucra a los dos y a esos otros dos, pero que sea de ella... Si, es normal que mi cara esté a punto de esconderse en sí misma de todo lo agrio que me hace sentir esto.

Yo no vine para esto. Yo no esperaba que Hoshino Ai-san lo hiciera todo tan bien, MUY BIEN. Si, es buena en el escenario y no he escuchado ninguna mala canción suya, pero el nivel que demostraron fue... fue otra cosa. Nunca vi algo así, ni siquiera cuando la gente se emociona por los deportes o la Copa del Mundo. Fue... único.

Si tuviera que hacer una comparación, por más injusta que sea con B-Komachi, sería con la banda improvisada que se formó en el Festival Cultural para darle tiempo a Sagami de dejar de estorbar. Si, ni de chiste se puede comparar el nivel de habilidad, por más que Yukinoshita y Yuigahama cantaron mucho mejor de lo que esperaba, pero ese impacto en el público fue muy parecido.

El canto puede o no ser de tu gusto, pero la pasión con la que todos se movían, tocaban y cantaban te genera brillos en los ojos. Sientes que estás viendo algo fuera de este mundo, que eres un privilegiado de vivir esa experiencia. Las sonrisas, el esfuerzo, las ganas... todas esas cosas son las que te permiten apreciar cosas que normalmente no harías. Te atrapan en su mundo y vibras con él.

Es por eso que, aunque odie que Tobe esté tan emocionado... no tengo el valor de detenerlo. Después de quedar tan fascinado por su actuación, ¿qué derecho tengo de evitar los halagos? Incluso alguien tan cínico como yo tiene que admitir que ella y todo el grupo en general merecen el reconocimiento. Como un tipo que valora el trabajo duro porque, a diferencia de tus sueños, no te traicionan... admito que me equivoqué.

El trabajo duro, a veces, puede hacer que cumplas tus sueños. Puede hacer que te amen, Hoshino Ai-san. Si es esto lo que querías, no me queda más remedio que admitir la derrota.

Las Idols siguen estando mal para mí, pero tú eres... diferente. Mucho mejor que las demás. Brillas como una estrella, la más alta y hermosa de todas.

—...

Por eso tengo que detener esto. No puedo dejar que Hoshino Ai-san siga en mi vida. Si, quizás ahora me pueda quedar mirando sus vídeos musicales si mantienen la misma calidad, pero eso es todo. No debo seguir relacionándome con ella: si se puede, tengo que acabar con esta relación hoy mismo. Si la veo, tengo que dejarle las cosas en claro.

Esto no puede seguir. Mierda, ahora que opacó a una banda consolidada que era quienes vendieron la mayoría de entradas, ¡el peligro ha aumentado! Seguro se consiguió muchos más fanáticos y el boca a boca solo hará embellecer aún más su figura. Y seguro que el maldito manager previó esto y grabó todo el espectáculo.

Ya me imagino las millones de visitas. Estoy frito, rostizado, quemado, echado a perder.

—... Jiji, ¡ánimo, Hikitani-kun! ¡Definitivamente tu novia no va a ser menos! Ella también es muy linda.

... Oh, dios, no.

—... Si tú lo dices.

Preferí dejar mi horror por el bien de Tobe y seguir caminando hacia la estación. Por suerte estamos a tiempo y el último tren de la noche está tan lejos que podemos incluso bromear entre nosotros. Es mejor que Tobe se vaya con este buen sabor de boca y que se vuelva un fan lejano de B-Komachi a empezar a saber los líos en los que me metí.

La idea de contarle estas cosas y tener un aliado o por lo menos un oyente que no sea una psicóloga pasó por mi cabeza, pero de inmediató lo descarté; Tobe es un buen tipo, pero no es el más brillante y tampoco es el más sutil sobre los problemas emocionales. Conociéndolo, seguro dirá que solo tengo que hablarlo bien o, peor aún, volverme un buen amigo de Hoshino Ai-san.

Para Tobe, el mundo es así de simple... Y, a veces, no puedo evitar desear que el mundo fuera como Tobe lo ve. Si las relaciones interpersonales fueran según la visión de Tobe, muchos de los conflictos emocionales o románticos estarían resueltos, seguro que muchas guerras también.

Si tan solo pudiera ser yo como tú, Tobe...

—Bueno, ¿cuál es tu plan a partir de ahora, Tobe? ¿Te vas directo a casa o te dan ganas de comprar algo de B-Komachi?

—Ojalá pudiera, Hikitani-kun...— Me sorprendió que él sonara tan dolido cuando dijo que no podía hacer eso. No de la mejor manera, por supuesto. —Pero mi novia es un poco celosa. No es tan malo, ¡desde luego que no! Pero si de repente compro mercancía de B-Komachi o de Ai-chan, ella me verá un poco raro. Al parecer, no tuvo la mejor experiencia con las Idols.

Um... No quiero suponer mucho porque no conozco a esa chica ni me apetece hacerlo, pero teniendo en cuenta que es, dentro de las bellezas que nos rodearon en Sobu, una chica tan normal, me puedo imaginar que puede tener un poco de inseguridad ante las chicas muy lindas. Tal vez por envidia o tal vez algo tan loco como que un novio o interés romántico fue un poco demasiado pasional con su amor a las Idols.

Tampoco la puedo juzgar, sobre todo porque las Idols tienen un poder aterrador en todo hombre que se deja atrapar por sus redes. De hecho, solo puedo sentir pena por los pobres bastardos que desperdiciaron una buena oportunidad por tener tan poca confianza en adorar algo que no fuera una mentira.

Seguro que más de un tonto cayó de la misma manera por Hoshino Ai-san.

...

...

—Ya veo... Es una pena, pero creo que es lo mejor.— Tobe estuvo de acuerdo sin muchas dudas. Se ve que su novia, por más normal que pueda parecer, posee el carácter suficiente para tener controlado a Tobe. Eso puede parecer malo, pero teniendo en cuenta que este tipo me comió todos mis postres y me forzó a ir a un concierto que duró demasiado, pues para mí ella es lo que él necesita.

Con ese pensamiento seguimos caminando en un cómodo silencio... tan silencioso como podía ser Tobe Kakeru emocionado y con ganas de que todo el mundo lo sepa. Ya no había mucha gente a nuestro alrededor, cada uno de los que compartieron la experiencia Hoshino yéndose por sus propios caminos. Había unos cuantos a nuestro alrededor todavía, pero lo suficientemente pocos para sentir la calma de la soledad.

Al final, supuse que no muchos vienen de donde Tobe, de mi madre patria. Me pone triste que nosotros, como sociedad, no valoremos la grandeza de Chiba y todo lo que representa para nuestro país, pero no puedes forzar el buen hacer en la población... todavía no. Además, tampoco es que FLOW sea LA banda por la que vendrías de todo el país.

No son desconocidos, pero son de esas bandas que son más apreciadas por los occidentales que ven anime que por nosotros. Parece que en occidente ellos son una especie de 'marca de calidad' cuando se escuchan en las anisongs. Puedo creerlo teniendo en cuenta que Naruto es muy popular en el extranjero.

Te estás desviando, Hachiman. Piensa en lo importane.

...

... Si... es algo que me cuesta hacer. Es... es difícil pensar en lo que acaba de pasar. Básicamente caí en los encantos de Hoshino Ai-san. No me volví ni volveré su fan porque ni la mejor actuación de la historia me haría un amante de las Idols, pero es innegable que la respeto como artista. Que yo... que una parte de mí quiere ver eso de nuevo. En vivo.

—Ah...

Dios, ¿por qué me tenía que pasar esto? Justo cuando había tomado una decisión...

—... Hikitani-kun...

—¿Ah?

Salí de mi pesimismo en cuanto escuché a Tobe llamarme. Extrañado de escucharlo tranquilo después de tantos gritos, me encontré con un Tobe Kakeru que pocas veces veo, pero que sin embargo me atrapa cada vez: un Tobe que me miraba no para pasar un rato agradable o lanzar un chiste, sino un... amigo que quería ayudarme.

Tragué saliva con fuerza y me quité esos pensamientos extraños. —¿Qué pasa? ¿Por qué tan serio de repente?

Por supuesto que sé por qué está tan serio. Lo conozco bien. Él puede ser relajado, ruidoso y un poco torpe, pero como todos nosotros, tiene una profundidad que sale cuando es necesario. Una sonrisa afable, una palmada a mi hombro y un silencio cómodo fue todo lo que necesité para saber que él... no es tan malo.

Lo volví a confirmar. —No sé qué te tiene preocupado, pero no pienses mucho en eso. Aunque siempre has tenido esas cosas raras sobre ti, ¿no basta solo con ser sincero con los demás? Eso seguro que arreglará todo de algún modo. Ten fé.

—...

Sincero... Genuino... Si, es eso lo que creo, ¿no? Tobe puede no ser consciente del todo de los problemas emocionales o sociales que viví o vivo, pero él no necesita entenderlo para tener razón. Ser genuino es lo que defendí, ¿no? Una relación auténtica, donde conozcamos al otro al completo y estemos seguros de que sabemos todo... es una idea arrogante, vil e imposible... pero es mi deseo.

Quiero ser genuino no solo en mis ideales sobre la sociedad o mi manera de ver a las personas, sino también una relación auténtica. Eso fue lo que quería cuando se los dije a esas dos, ¿no? De ahí vinieron todos los problemas y me arrepiento un poco de algunas cosas que hice para ser genuino, pero no del deseo. Nunca dejé de desear. Siempre quise eso.

Lo quiero.

Entonces, ¿con qué cara puedo querer algo así cuando me da miedo encarar esto de frente? Y encima lo que quiero es huir del problema sin tratarlo realmente. ¿Acaso no está todo mi plan sobre Hoshino Ai-san inclinado a huir sin que nada salga mal? ¿A no enfrentar la cosa que está surgiendo entre nosotros? ¿Es eso lo que quiero realmente, o es lo que es 'mejor'?

¿Realmente me da tanto miedo seguir viendo a Hoshino-san o es solo la presión de que se forme algo más entre nosotros? Y no, no hablo de romance, sino de algo tan inocente como una amistad. ¿Me da tanto miedo relacionarme, así sea temporalmente, con una Idol? ¿Tanto es mi desprecio hacia ellas?

... No... No desprecio a Hoshino-san. Yo... no sé si la quiero del todo, pero no la odio. Y ella desde luego no me odia si tengo que tomar ese guiño hacia mí como una señal. Yo puedo ser su amigo.

Aunque solo sea mientras me necesite, aunque cuando nos separemos no nos volvamos a hablar. Aún con todo eso yo... yo puedo ser cercano a ella, ¿no? No todo gira en torno al romance, y no hablo de nosotros dos especialmente; no todo gira alrededor de mis traumas con Yukinoshita. Yo PUEDO ser mejor, abrirme sin miedo. Sin temer quedarme solo.

Si es lo correcto, ¿qué problema hay con eso? No voy a volver a retroceder a mi yo de adolescente: no tengo el valor de escupir de esa manera los esfuerzos y sentimientos de todos los que me ayudaron. Incluso si acabo solo, definitivamente aprendí a hacerlo mejor. Incluso si me quedo solo el resto de mi vida, lo que viví no lo voy a olvidar.

... Je, pero es una exageración, porque no voy a estar solo. Aunque no esté en una relación extraña con Yuigahama y eso me aleje de esas dos, no me voy a quedar solo. Sé que ellas no tienen el valor de dejarme solo, incluso si es lo mejor o si termino por romperle el corazón a Yuigahama. Si no me han dejado a estas alturas, no creo que lo hagan; no van a desperdiciar todo lo que hicieron.

Y encima están los demás. Todos ellos están haciendo sus cosas, viviendo sus vidas, pero... pero aun así ellos...

—... Jeje, parece que hice un buen trabajo al animarte, ¿eh? Me alegro.

Ellos no me van a dejar solo.

—... Si, si lo hiciste.— Con la mente mucho más clara y con ganas de comerme el mundo, esta vez fui yo quien le sonrió a Tobe. —Gracias, Tobe. Eres un buen tipo.

Tras una pequeña risa relajada, finalmente Tobe se transformó de nuevo en su yo enérgico que no para de ver emoción en todo. —¡Soy el mejor, si! ¡Y además soy el mejor en animarte! Es una pena que no podamos vernos más seguido ahora, pero nunca podría dejarte tirado, Hikitani-kun. ¡Nunca me lo perdonaría!

Quizás, en el fondo, el Tobe calmado y centrado sea el auténtico Tobe y lo qe siempre he visto es la máscara que se pone para enfrentarse al mundo. Tal vez crea que de esta manera se puede desenvolver mejor en sociedad y puede que tenga razón: después de todo, aunque es demasiado emocionable para el japonés promedio, es verdad que fue esa manera de actuar que llamó la atención de Hayama. Fue esa actitud la que le dejó vivir una juventud ideal.

Y su novia... Je, siempre me pregunté cómo una chica tan centrada e introvertida decidió que Tobe era una pareja para ella, pero... a lo mejor, el Tobe que ella ve no es el mismo Tobe que vemos los demás. Tal vez con ella él se siente más cómodo mostrando su mundo interior.

No lo sé... y no creo que vaya a saberlo nunca. Pero no lo necesito, porque no lo veo ni quiere ser visto como lo ve su novia. Para mí Tobe es Tobe, y no necesita nada más. Sin embargo...

—... Gracias. De verdad.

Siguiendo nuestro camino, no miré a mi lado. Dejé que Tobe tuviera la privacidad que quiere, algo que le debo después de aclararme la mente. No esperaba una respuesta: no la quería.

—... No hay de qué.

... Pero el mundo no gira alrededor de lo que quiero.

No respondí, pero sonreí. No sé si Tobe lo hizo también, pero lo que si sé es que la caminata hasta la estación tuvo el silencio más cómodo que he experimentado nunca. Se sentía como tener a algo cercano a tu alrededor.

A un amigo.


Después de que Tobe me diera las fuerzas para seguir adelante, estuvimos en silencio hasta que llegamos a la estación y luego tuvimos una pequeña charla hasta que vino el tren a los cinco minutos. No nos dijimos nada de valor y probablemente no recuerde de lo que hablamos en unos días, pero es porque lo importante ya lo hablamos.

—Okay...

No diría que fue un viaje a la nostalgia tener a Tobe rondando a mi alrededor, pero sin duda es algo que no solía vivir desde que nos graduamos. Pero, por desgracia, no tengo el tiempo de ponerme a recordar el pasado o de pensar en lo 'divertido' que fue interactuar con Tobe este día. Porque en cuanto subí a mi piso, supe que se vendría algo importante.

No hay nadie afuera y no se escucha ningún ruido, pero eso no es importante. Sé que no falta mucho para que ocurra algo importante y molesto, así sea en unas horas. Mirando la hora, me doy cuenta de que aunque es tarde, para mucha gente, y sobre todo para quienes trabajan en ciertos trabajos glamorosos, el día está lejos de terminar.

Hoshino-san seguro que está ocupada celebrando con su grupo de compañeras o ya viendo cómo lucrarse con lo que acababa de hacer. Si hay una cosa falsa que siempre me dice algo auténtico, es internet. Ya me veo venir los vídeos sobre la actuación, tanto el 'oficial' como los que grabaron ciertos fanáticos. Y la gente siempre quiere compartir experiencias.

Ella tiene un día lejos de terminar, por lo que es tonto suponer que ella vendría a hablar conmigo... pero mi instinto me dice que eso va a pasar. Ya no soy el yo adolescente, que no es capaz de imaginarse que una chica fue consciente de él o que mi Stealth Hikki funcionó alguna vez. Ella me notó y va a querer interrogarme.

Y no va a esperar hasta mañana: ese no es su estilo.

Asi que solo me queda esperar a que llegue ese momento.

Me saludo al entrar un departamento tan muerto como siempre. El único testigo que quedaba de que por un momento este lugar se llenó de vida son las migas que rondan todo el piso de mi sala, que aún siguen aquí a pesar de que me esforcé en dejar todo decente. Con el ceño fruncido del asco, me dispuse a recoger la basura antes de que vinieran cosas indeseables.

Mientras juntaba todo, no pude evitar sentir un respeto renovado por mi madre. Podrá haber sido una trabajadora explotada, pero se encargaba de que la casa siempre quedara reluciente porque padre no se puede agachar por culpa de una 'juventud malgastada'. Y ahora que vivo solo, me doy cuenta de que agacharse constantemente te lástima mucho.

—Debí hacer más ejercicio. Kawasaki tenía razón.

La solitaria alfa, la auténtica, me dijo que necesitabas cuidar bien tu cuerpo para cuando nos tocara vivir solos porque mantener en orden una casa trae consigo un gasto físico importante. Y aunque le creí, pensaba que no iba a ser para tanto... y tampoco ayudó que por una buena parte de mi tercer año tuve que lidiar con mi depresión autoinducida.

Al final, como mi padre, yo también malgasté mi juventud, solo que no en trabajos físicos.

Una vez que todo quedó tan bien como estoy dispuesto a trabajar para que esté, me pregunté qué podía hacer. La posibilidad de leer algo pasó por mi cabeza, pero enseguida lo deseché. Y quiero olvidar que soy un universitario el mayor tiempo posible. Me niego a volver a ese mundo hasta que sea obligatorio.

—Entonces la televisión es...

Por desgracia, Viita-chan se perdió en los caminos de la vida... y con eso quiero decir que Kamakura, literalmente, me lo tiró de mis manos y se rompió, pero el punto es que solo me queda ver la televisión. No tengo el tiempo para jugar a una consola ni tampoco el dinero, de todas formas.

Y a futuro todo será peor, lo quiera o no, por lo que debería hacerme a la idea de que no podré ser un adulto feliz. Lo máximo que tendré son novelas ligeras malas, y eso solo mientras aún me entretengan. No descarto que llegue el día en que quiera leer 'literatura de verdad' y es ahí, ahí mismo, cuando Hikigaya Hachiman habrá muerto.

—A ver... Barcelona ganó, mi 'equipo de beisbol' lo sigue haciendo bien, oh, hay un duelo de sumo ahora mismo... ¿Quizás eso sea lo mejor?

Dudando un poco, al final el patriotismo en mí siguió sin ser el más fuerte y cambié de canal. A esta hora solo había programas de realidad y programas de concursos: todos malos y ni uno bueno, por cierto. Cambiando de canal con más fuerza de la debida, me terminé encontrando con la repetición de una película de Shin-chan.

Cambié de canal otra vez y lo que vi fue peor: con decir que lo mejor que mostraron fue un comercial de un Tokusatsu ya digo todo. Por desgracia, los animes que podrían interesarme están muy lejos de transmitirse aún y ya pasé la hora en la que muestran los animes que sí son populares. Aburrido a más no poder, seguí cambiando y cambiando hasta que...

—¡FUE IN-CRE-Í-BLE! ¡SE LO DIGO! ¡SE LO RECALCO! ¡SE LO AFIRMO!

—...

... ¿Tenían que moverse tan rápido?

Ahí, más allá del presentador excesivamente efusivo y que gritaba con todo que era solo un personaje, estaba la grabación de Hoshino-san en todo su esplendor. De alguna la cámara, por una vez, logró hacerle justicia al espectáculo y ella, junto con sus acompañantes, brillaban de tal forma que me hacían sentir algo parecido a lo que viví hace unas horas.

Por supuesto que ese tipo iba a aprovechar esto y pagarle a un canal para mostrarlo. Me sorprende que sea capaz de publicitarlo en un programa que se me hace conocido, y por tanto debe ser una eminencia entre las personas normales. ¿Tanta es la influencia de ese tipo? ¿O es que le debían un favor?

... Tch, ¿y qué hago yo preguntándome cosas de esa industria podrida? Claramente hay algo malo detrás.

—¡El grupo B-Komachi, quienes hasta hace poco estaban disfrutando de la moderación, de repente sueltan esta bomba! ¡Es fantástico lo que estamos viendo! ¡Es a la vieja Hoshino Ai-chan, la que supo iluminar todo Japón con su encanto fuera de este mundo! ¡Como es de esperarse de una gema como ella!

—Asi que si es un favor...

No solo se esfuerza demasiado en alzar la figura de Hoshino-san, sino que encima le tiró una pequeña indirecta al poco ruido que estaba haciendo el grupo de Idols hasta ahora. Es un comentario dicho anterior a halagos excesivos hacia Hoshino-san, y solo a ella. Un espectador corriente de estas cosas nunca se daría cuenta del insulto, pero alguien tan cínico como yo, que está acostumbrado a las indirectas, solo puede reírse de esa falta de sutileza.

Hayama era mucho mejor para mentir. Ni hablar de Yukinoshita Haruno.

Me debatí si valía la pena ver esta cosa o si es mejor seguir buscando algo que ver. Ninguna de las dos opciones era buena.

—Tch.

Es en momentos como estos que lamentó un montón haber dejado en Chiba mis DvD con las series de mi infancia: ahora más que nunca me vendría bien desconectar de la realidad, recordar tiempo mejores.

Desganado y un poco interesado en si soltará información importante, dejé que el presentador siguiera hablando. El tipo continuó con sus halagos hacia la estrella del grupo sin dejar de lado la ocasional indirecta bien directa por la 'carencia de brillo' de las demás integrantes. Y aunque sé que para esas chicas esas palabras deben doler, no están equivocadas.

Son seguidoras, extras en la vida de Hoshino-san y que tienen que hacerla quedar mejor de lo que ya es. ¿Es una mierda? Por supuesto, pero es en ese tipo de industria en la que decidieron meterse.

—Pero bueno, basta de hablar tanto de la actuación. Por más estelar que fuera, me imagino que quienes nos siguen prefieren que ya nos centremos en otras cosas, ¿verdad? ¡Y yo siempre me entrego a mi público!— Tras hacer una pose de reina del drama, comenzó a hablar como un auténtico reportero. —Actualmente B-Komachi se encuentra en el Hotel Tenrou, en una reunión para los fanáticos.

—... Mierda.

Esto va para rato, ¿no?

—Es algo inaudito teniendo en cuenta que solo cantaron una canción para inaugurar a una banda muchísimo más consolidada, pero no es algo que carezca de sentido. El público fue CORRIENDO. Vean.

Tras sus palabras, el televisor mostró a un montón de hombres que superan por exceso la edad mínima para beber y a unas cuantas chicas adolescentes cuya mejor descripción sería ROSA. Ahí, en la lejanía de la cámara pero en el centro de todos los ojos, estaban las integrantes de B-Komachi deslumbrando a todos con sus sonrisas perfectas y una belleza maquillada por las mentiras.

Era mucha gente, tanta que apenas se podía ver a las chicas y eso es solo porque seguro estaban en una plataforma. Vi los ojos de Hoshino-san más vivos que nunca, casi dejándome ciego.

—Al parecer, esta reunión de fanáticos fue algo planeado con antelación pero que pasó desapercibido en general. Es decir, ¿pueden culparlos? ¿Un sábado, a la noche encima? Es normal que solo resonara entre los más fervientes seguidores de B-Komachi, pero las noticias, el brillo, si que vuela.

Pese a que pudiera parecer que se estaba metiendo con la reputación de B-Komachi, esta vez su tono era sincero. Hablaba como un auténtico presentador que estaba tan sorprendido como el público que lo ve. Eso habla muy bien de él en mi opinión, al menos en cuanto a su profesión.

—Asi que el tipo ya lo tenía planeado.

No me extraña que el tal Ichigo se 'arriesgara' a planear esto: él mejor que nadie vio el potencial de destrucción que poseía Hoshino-san y que iluminó al resto del grupo. No me extrañaría que apenas terminara su presentación el tipo estuviera desesperado ordenándole a alguien que subiera todo al internet y a la gente importante de la industria

Seguro que las redes están locas y su popularidad entre los más casuales se disparará. Si es lo suficientemente fuerte para llenar la reunión de fanáticos en cuestión de horas, no me quiero imaginar cuales son las consecuencias a largo plazo.

Debo cortar este lazo por mi seguridad...

...

—... Tal vez sí...

Viendo más detenidamente las imagénes de B-Komachi, pude notar, más allá de que algunas chicas estaban más cansadas de lo que querían dejar ver, que Hoshino-san estaba sonriendo de una manera... muy... ¿genuina? O más genuina de lo que suele mostrar en los conciertos que he visto de forma forzada.

Incluso en el escenario, de hecho, sonreía de una manera que distaba mucho de las mentiras con las que la asocio. Tampoco era el amor hacia sus fans, sino una alegría por... ella misma, supongo. Como si estuviera orgullosa de lo que logró. Era puro egoismo, pero no uno malo.

El trabajo duro no te traiciona a diferencia de tus sueños, pero... si...

Y ese guiño fue... De verdad me sigo preguntando en qué diablos pensaba al hacer eso o si esta es su forma de hacerme pagar por haberla lastimado cuando éramos estudiantes de secundaria los dos. Espero de verdad que ese tipo no haya grabado que ese guiño fue en mi dirección.

Sé que es estúpido que alguien piense que ese guiño iba dirigido a mí, que no soy tan especial y que, incluso con eso, Ichigo-san habría hecho hasta lo imposible por editar para que no se notara... o gritarle a alguien para que lo haga.

Ya aburrido de ver a Hoshino-san vivir el sueño y viendo que el tipo estaba por darle la despedida a este tema, cambié de canal.

—Oh, una película de Pokémon.


...

...

...

—... No puedo... A este paso me voy a dormir...

El día fue muy pesado. Así no es como me imaginaba pasar un día de descanso. No me siento diferente de cuando me mataba estudiando o tenía que ir de un lugar a otro para comprarme cosas para la casa. El cansancio físico no es tanto, pero el problema es la mente. El estrés mental que cargué todo el día, que todavía cargo, me está haciendo querer dormirme en este sofá horrible.

Me di una ligera cachetada para despertarme, pero no dio resultado. Tuve el impulso de golpearme más fuerte, pero no tenía las ganas de sufrir tanto. Enojado, supe que este era un buen momento para tomarme un café... pero está muy lejos. ¿Quién fue el genio que puso a la cocina lejos de la sala de estar? Esto es abuso.

—Dios, son casi las dos de la mañana.

Extraño ser joven. Y si, sé que lo que digo es insultante para los auténticos vejestorios que nos torturan en la universidad, pero es que la diferencia de mi época previa a Sobu con la actual es muy diferente. Recuerdo cuando podía pasar toda la noche sin dormir si me enganchaba mucho a un juego en vacaciones, y ahora siento que estoy a un paso de volverme loco.

... ¿O ya estoy loco? No, espera, eso es algo que se preguntaría un loco, ¿no?... O puede que no...

Negando con la cabeza para dejar de tener ideas raras, quise seguir mirando con atención el anime nocturno de baja calidad pero no de bajos valores que me generan nostalgia. Mira, Hachiman, están manoseando una teta; a los hombres les gusta, y tú eres un hombre, asi que despierta.

...

...

—... Son muy pequeñas.

Me recuerdan poderosamente a Yukinoshita Yukino y su constante deseo de que esas cosas tan planas como el llano mismo crecieran. No tengo problema con las tetas pequeñas ni con ningún tipo, pero ¿dónde están las tetas tan comicamente que no puedes excitarte y en su lugar te ríes? Esos si son los buenos valores. Juro que esta tendencia a hacer a algunas chicas planas es...

—... Je, ¿qué estoy pensando? Creo que me estoy metiendo demasiado en el papel de pervertido que ni siquiera puedo excitarme. A este paso todas las mujeres en mi vida van a ser Komachi y eso es perturbador. Jeje.

... ¿Supongo que todavía tengo la suficiente consciencia para saber que lo que estoy soltando es estúpido? Es bueno saberlo, pero, cerebro, agradecería un montón que mi mente y mi boca estén sincronizados. Parece que me estuviera poseyendo el alma de Hyodou Issei y eso no es bonito.

Issei... Es un buen nombre, ahora que lo pienso. Si tuviera un hijo, creo que le pondría Issei. Suena bien, pero no es tan típico y puede dar un aire a protagonista. Seguro que mi hijo heredará las buenas virtudes de su madre, nada de mí y tendrá una juventud normal, sin tanto drama.

... No más drama del que le corresponde a su edad. Dios mío, solo recordar el mínimo que fui como persona por culpa de un rechazo amoroso es... es una prueba más de que Hikigaya Hachiman no está listo para el amor. La amistad es lo más lejos que puede tener e incluso eso depende de la persona.

Por eso Yuigahama tiene que conseguirse a un mejor hombre. Conmigo está condenada a sufrir de estrés, de insatisfacción y de perder todo respeto por sí misma. No merezco amor, no después de todo lo que les hice a pasar a todos por culpa de mis problemas. Nadie debe tenerme como novio, o por lo menos no esas personas.

Kawasaki, Isshiki, Yuigahama... Están mejor lejos de mí. Quizás Yukinoshita, siempre un paso por delante de todos, se dio cuenta de eso y se quiso alejar de mí. Ella vio la verdad y la respeto más por eso, ¿pero no pudo al menos decirme eso en lugar de que lo esté comprendiendo ahora? Me habría ahorrado un montón de problemas. Nadie tendría que seguir sufriendo.

Nadie tendría que seguir a mi lado.

...

...

... Suspiré y me dejé caer la cabeza en el sofá. No me importa que el cuello me duela mañana.

—... Asi que esos son mis pensamientos más profundos, ¿eh?... Je, normal que esas tres siempre vayan de puntitas conmigo. Estoy a un mal de día de cometer una locura.

Seguro que ellas lo ven. Con quienes me relaciono en el día a día fuera de mi círculo cercano seguro que no, y estoy seguro de que Ai tampoco vio lo podrido que estoy por dentro, pero mis amigos de Sobu seguro que sí lo saben. Ellos más que nadie debieron haber visto cómo soy en verdad, qué es lo que pienso y por eso me miman tanto.

No es por culpa de Yukinoshita, ni tampoco algo que pueda achacar al amor no correspondido. Lo que siento, estos pensamientos tan profundos que solo salieron cuando mi mente no es normal, deben ser por un sentimiento de culpa no resuelto. Por verguenza u odio a mi debilidad.

¿Me siento tan mal por haber estorbado tanto la vida de los demás? ¿Porque ellos vieron al Hachiman débil, caído y patético, en lugar de la máscara de neutralidad que siempre aparenté? ¿Me odio tanto por haberles generado ese sentimiento de culpa a todos?

¿Creo que ellos siguen conectados a mí por esa simpatía? ¿Porque sienten que tienen el deber de cuidar al pobrecito Hachiman?

Eso es... demasiado para pensarlo a las dos de la mañana, antes de una charla que definirá mi futuro, el de una celebridad que cada vez apunta más alto y la miles de fanáticos rabiosos que pueden o no querer matarme.

—Bueno, al menos ya estoy despierto.

Dejando de destruir mi cuello con esta postura incómoda, agradecí que mi debacle mental y emocional fuera suficiente para mantenerme. No tengo idea de cuándo vendrá Hoshino Ai, pero aunque pueda parecer tonto seguir pensándolo, de verdad creo que ella vendrá. Lo presiento. Es una sensación que no se me va.

Parpadeando un par de veces, fui a ver qué podía comer. Literalmente qué podía comer, porque me doy cuenta de que el estrés y el cansancio me hicieron olvidarme de que los humanos tenemos que comer o sino nos pasan cosas tan molestas como la muerte. El problema es que...

—No hay nada.

Lo más cercano que hay a comida son algunos vegetales sueltos, pero nada con qué acompañarlo. No hay fideos instantaneos o alguna barra de cereal. Por no haber, no hay ni té. Hay café, si, pero me gustaría dormirme apenas termine de arreglar las cosas, no tres horas después.

Mierda, ¿de verdad estoy tan mimado por todos? Yuigahama siempre tiene que recordarme de comprar comida, y justo cuando ella está en su mundo, ahora no tengo nada que comer. Con el gruñido de mi estómago lastimando hasta mi alma, cerré con enojo la alacena también.

—¿Qué hago? ¿Voy a comprar?

Podría. Hay una tienda cerca y no está lejos caminando a paso relajado... El problema es que en esos ocho minutos que me toma ir y volver, Hoshino Ai puede tocarme la puerta, ver que no le contesto, asumir que estoy dormido y dejarlo para mañana. Y no, esto no puede quedar para mañana.

Necesito terminar con esto... de alguna forma.

Mientras me debatía sobre qué hacer o de qué decirle a la Idol, un par de golpes rítmicos a mi puerta fueron todo lo que necesité para que mi estómago se cerrara de tal forma que me provocó un dolor punzante.

—Hachi-san, ¿estás despierto? Veo que pasa luz debajo de tu puerta. Yo... quiero hablar contigo.

... Si, estoy jodido.

Sin decir nada, rápidamente fui a apagar el televisor para que mi imagen no quedara más manchada o desviara el tema de conversación de lo que de verdad importa. Una vez que apreté el botón, me tomé un par de segundos para respirar y calmarme. Los nervios estaban al máximo, pero también lo era mi determinación.

—Puedes hacerlo, Hachiman...

No es momento de darle más vueltas. Tobe tiene razón y eso es lo único que te debe importante. Trata tus problemas de confianza o verguenza con la psicóloga después, pero ahora tienes que tener tu mejor versión. Tu yo ideal, que actua como el maestro de esta chica.

Diciendo que ya iba para que dejara de tocar la puerta, me acerqué como si en cualquier momento me fuera a atacar un monstruo. Mi corazón no paraba de palpitar como si acabara de correr un maratón, pero, a pesar de esos dos problemas importantes, no bajé el ritmo. Seguí mirando al frente.

Agarré la llave y la puse en el cerrojo... Al tercer segundo del temor logré calmarme lo suficiente para encajarlo donde corresponde. Con un último respiro y unos ojos cerrados como si fuera a recibir un golpe, abrí la puerta de un tirón. Abrí la puerta como si el monstruo me fuera a comer. Como si me fueran a matar.

—... ¿Qué estás haciendo? ¿Tienes sueño?— Ignorante de mi sufrimiento, Hoshino Ai expresó una preocupación adorable, como suele hacerlo para mantener sus mentiras. Eso fue suficiente para que dejara de hacer el ridiculo y miré de frente a Hoshino Ai, la Idol, la estrella más brillante del cielo.

Estaba... hermosa como siempre, de una forma casi eterea. Sus ojos brillaban como nunca antes, como si todavía estuviera intentando enamorar a los espectadores. Pero, a pesar de eso, también se notaba el cansancio en cosas tan pequeñas como el ligero temblor de sus parpados o su respiración más fuerte de lo usual. Estaba agotada, por el canto, por el baile y por la sesión de fans.

Y aunque no sé muy bien qué se hace en esos lugares, tener que hacer algo tan simple como saludar a cada fanático que se te acerca con una actitud perfecta te cansa. Es un trabajo agotador, ingrato muchas veces para las que no tienen la capacidad de estar en lo más alto.

Hoshino Ai, sin embargo, es capaz de seguir de pie a las dos de la mañana con una sonrisa de oreja a oreja... y, al menos para el Hachiman que está volviendo a querer dormirse de pie, se ve genuina.

Todo en ella últimamente es genuino. Es... ¿es este el poder de la pasión por algo? Si yo tuviera semejante amor por algo, un pasatiempo o un sueño, ¿también podría hacer esa sonrisa? ¿O es imposible para los mediocres como yo?

Mientras pensaba todo eso, retrocedí unos pasos para dejarla entrar.

—Que casualidad. Yo también quiero hablar de algo contigo, Hoshino Ai.

Mi determinación no flaqueará.

—... ¿Hoshino... Ai...?

...

...

...

... Mi determinación no flaqueará a partir de ahora.

Notes:

A ver, ¿que decir? Prefiero explicar más a profundidad estos capítulos en el siguiente, cuando lleguemos a la conclusión emocional de este arco, pero para contar algunas cosas, sigo sin saber cómo funcionan las universidades japonesas, OnK es de dónde saco todo mi conocimiento de las Idols ya que nunca he visto ni Love Live/Idolmaster ni Perfect Blue, por lo que ya pueden intuir cuánto sé realmente.

Pero bueno, esto es un fanfic y no uno que pueda hacer una novela cambiando nombres como hacen ciertas autoras del genero romántico, así que seré laxo. Ahora estamos al día y veré si me animo a sacar un One-Shot de OnK en solitario y otro crossover: todavía quiero una manera de interactuar con el elenco actual. Y tengo una idea muy... curiosa que involucra a ambos protagonistas masculinos.

En fin, eso es todo. Nos vemos pronto... O en un mes jaja.