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Apenas abro los ojos noto un dolor punzante en mi sien, masajeo levemente la zona esperando que el dolor disminuya, pero en cuanto noto que no hace ningún efecto suelto un largo suspiro. Con pereza y pesadez me siento en el borde del colchón, miro el reloj que esta sobre la mesita de noche, son las diez de la mañana, demasiado temprano a mi parecer, me estiro levemente soltando un bostezo en el mientras, para luego, aun con ese dolor punzante y pesadez, levantarme y salir de la habitación.
Al llegar a la cocina noto un ligero olor a café aunque nadie se encuentra allí, al darme cuenta de que estaba solo suelto el segundo suspiro del día, enserio como él podía dormir menos de cuatro horas y empezar el día antes, miro que en la encimera se encontraba mi taza y debajo una nota.
"No olvides desayunar algo más que solo café antes de salir, nos vemos en la noche...
te quiero ♡"
Sonreí inconscientemente aun preguntándome como es que él podía vivir así, era como si no tuviera limites, como si fingiera... definitivamente esta loco, aunque me gusta un poco.
Con mi taza llena y ya sin dolor, gracias a la pastilla que tome, me siento en el sillón a disfrutar de mi café negro y del silencio que hay en la casa.
. . .
La desesperación con la que tiraba de mi cabello cada vez que mordía su piel y el como frotaba su cuerpo contra el mío, hasta me hacia olvidar como empezó esto, con pequeños besos y suaves caricias, el sabor dulce a vino blanco de sus labios contra el profundo whisky de los míos, era una combinación deliciosa y única.
-Fadel...- Al escuchar mi nombre, reaccione. -No me estas prestando atención- Hizo un pequeño puchero, el cual rápidamente bese.
-Perdóname bonito, me distraje- Subí mi mano que estaba en su cintura para acariciar levemente su mejilla.
Soltó mi cabello dejando caer sus brazos en mis hombros y volvió a abultar sus labios, estaba intentando parecer ofendido, pero para mis ojos solo era el ser mas bello del mundo. Sin contenerme aprete la mejilla que antes acariciaba y deje un leve beso en sus labios, casi llegando a ser solo un roce, estaban demasiado maltratados como para seguir abusando de ellos.
-Tengo que volver al trabajo- Dije suavemente mientras acomodaba su ropa, cuando llegue a su cuello me fije que había dejado marcas, seguro dentro de unas horas se pondrían violetas, a veces creía que era un animal.
-No suspires, tonto- Exclamo suspirando el también, paso lentamente sus manos por mi nuca y cuello hasta llegar a mis hombros, solo pude cerrar los ojos, disfrutando de su tacto. -Me gustan y me gustas vos, así que no te reproches- Termino de decir para darme otro beso, aunque este fue mas largo que el anterior.
A veces hasta me asustaba la forma en la que fácilmente podía leerme, con solo un gesto o unas palabras era como si supiera cada pensamiento que pasaba por mi cabeza. Según Bison cuando estas enamorado de alguien se hace fácil leerlo porque le prestas especial atención a todo lo que esa persona hace o dice, pero lo de este chico iba a otro nivel.
. . .
Bufe con aburrimiento, ya había limpiado las mesas, repasado los vasos e incluso se había acercado a los pocos clientes que se encontraban en el restaurante para ver si necesitaban algo, aunque ya sabia como era el turno noche en cuanto a los clientes y tareas, admite que sin su hermano era más tedioso de lo que era de por sí estando ambos. El sonido de mi teléfono me rescato el profundo pozo de aburrimiento en el que me estaba sumergiendo, rápidamente lo mire y era un mensaje de él.
"Amor, me dijo Kant que hoy trabajabas solo en el restaurante, estoy yendo para allá así te hago compañía"
Estaba por contestarle y justo envió un segundo mensaje.
"No acepto un no como respuesta Fadel, estoy llegando"
Una sonrisa se escapa involuntariamente de mis labios, los cuales muerdo al instante evitando reír más, aunque había pocos clientes igual tenia que mantener esa imagen del dueño serio y severo. El sonido de la puerta hacer que todos los presentes, incluyéndome, miremos en esa dirección y ahí estaba, con una remera colorida y corta hasta la cintura, dejando ver parte de su estomago, unos pantalones largos y con la sonrisa más brillante y pura que haya visto nadie nunca, excepto yo que ya la veía a diario.
-¡FADEL!- Ignorando las miradas de la gente a su alrededor se acerco a mi y, apoyando su cuerpo un poco sobre la barra, me beso. Ahí se iba mi imagen de dueño serio.
Negue con la cabeza levemente, aunque una sonrisa estaba instalada en mi rostro, lleve mi mano hasta su cabeza para despeinarlo con cariño, él solo sonrió más, haciéndome sentir cálido el pecho. Cuando terminamos de saludarnos y, por su parte, de reprocharme el no haberle avisado que hoy estaba solo, nos dedicamos a charlar del día del otro mientras bebíamos un poco, aunque intentaba concentrarme en lo que me contaba no podía dejar de ver sus labios, no sabia bien si era el vino o el labial que el usaba pero se veían tan apetecibles...
-Mis ojos están arriba, Fadel- Exclamo, agarrando mi barbilla buscando subir mi mirada.
-Style...- Solté junto con una leve sonrisa, me había atrapado.
-Eso déjalo para más tarde, aun es temprano- Me guiño el ojo para soltarme y volver a hablar como si nada, enserio me iba a matar.