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ꟷ ¿Qué se supone que es esto? ꟷ Preguntó a Mu Qing con expresión horrorizada.

Feng Xin, quien estaba a su lado parecía a punto de desmayarse. Estaba seguro de que estaban contemplando un hecho nunca antes visto. Nadie, en ninguno de los tres reinos había visto algo así. Era una abominación total. Ese tenía que ser el maleficio más maligno nunca antes visto. Solo un ser con el corazón totalmente podrido podría haber hecho semejante cosa. Y peor aún, solo un ser con el corazón más negro que el carbón podría ofrecerle ese adefesio a alguien para que se lo comiera.

ꟷ Lo llamo El Sueño de los Mil Amores. ꟷ Dijo Xie Lian con la sonrisa más grande que alguien haya visto.

Sostenía dos cucharas de madera llenas de una especie de crema morada que tenía un verde fosforescente encima. Mu Qing podía jurar que ese polvo verde tenía brillo propio. Incluso parecía que parpadeaba. ¿Qué diablos tenía esa “comida”? Si es que a eso se le podía llamar comida.

ꟷ Xie Lian… ¿Por qué tú… por qué cocinaste? Sabes que a nosotros nos encanta hacerlo. Deberías descansar. ꟷ Dijo Feng Xin tratando de sonar amable.

ꟷ Pero Mu Qing y tú no han tenido ningún descanso en los últimos días. Además, hoy es nuestro aniversario. Hoy se cumplen 15 años desde que nos reconciliamos y emprendimos nuestro viaje juntos para ascender. Quiero agradecerles por haber estado conmigo cuando pasé mi peor momento. Tuvimos nuestros altibajos, pero ustedes no me dejaron solo cuando lo perdí todo. Y eso es algo que nunca voy a terminar de agradecer.

Feng Xin y Mu Qing se sintieron conmovidos. Abrieron la boca para responderle a su amigo, pero en ese momento Xie Lian aprovechó el momento y les metió una cuchara en la boca a cada uno. Cuando sacaron las cucharas, estaban vacías. Feng Xin y Mu Qing intentaron escupirlo, pero se dieron cuenta de que no podían.

Esa endemoniada sopa/crema/veneno era muy viscosa. Era como un pegamento que se les pegó entre la lengua y el cielo de la boca. Intentaron arrancarlo con los dientes pero en su lugar se pegó todavía más.

ꟷ ¿Qué les parece? Como quería demostrarles lo mucho que los aprecio, decidí echarle bastante natto. Dicen que es bueno para la piel.

ꟷ Mmmh, mmh. ꟷ Trataban de quejarse de sus dos amigos.

ꟷ Me alegra mucho que les gustara. Todavía queda una olla entera. Creo que con esto podremos alimentarnos por una semana. Estoy feliz de que les guste mi regalo de aniversario.

Mu Qing ya se había puesto morado y se desmayó. Pero, por otro lado, la piel de Feng Xin brillaba en verde. Incluso, cuando llegó la noche no hizo falta prender ninguna antorcha o llama con energía espiritual. Porque Feng Xin se había convertido en una lámpara humana.

Cuando Xie Lian se despertó a la mañana siguiente notó que la olla en la que había hecho El Sueño de los Mil Amores estaba completamente vacía. Incluso estaba reluciente. De hecho, estaba tan reluciente que parecía otra olla totalmente distinta.

Le alegró en verdad. ¡A Feng Xin y Mu Qing les había gustado tanto su comida que no pudieron esperarse al desayuno y se comieron todo en la madrugada!

Ahora el problema era que se habían comido toda la comida de una semana. Pero bueno, no había problema. Últimamente les había ido bien con la venta de sus armas, por lo que había podido comprar más ingredientes de la cuenta. Sorprendería a sus amigos con otra olla de El Sueño de los Mil Amores. Solo esperaba que no se emocionaran tanto hasta las lágrimas. Especialmente porque esta vez le echaría más natto a la sopa para demostrarles que los quería todavía más que el día anterior.

¡Lo iban a amar!

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Mu Qing no podía creerlo. De todas las cosas que podría haber traído Xie Lian a la casa, se le ocurrió que era buena idea traer un perro.

Había limpiado hacía media hora y ahora parecía que un tornado pasó por el interior de la choza. Solo se descuidó 15 minutos en los que fue a recoger leña para encender la chimenea. ¿Cómo fue que al regresar la casa estaba puesta patas para arriba? ¿Qué estaba haciendo Feng Xin? Solo encontró a Xie Lian barriendo los trozos de un jarrón roto, pero nada más.

ꟷ Xie Lian ¿Qué rayos pasó aquí?

Xie Lian le dedicó una sonrisa de disculpa mientras enderezaba la mesa caída.

ꟷ Fue Fu Yin. Estaba persiguiendo un pajarito.

ꟷ ¿Fu Yin? ¿Quién es Fu Yin y por qué destrozó nuestra choza?

ꟷ Fu Yin es nuestro perro.

ꟷ ¿Nuestro perro? ¿Desde cuándo tenemos un perro?

Mu Qing estaba seguro de que si hubiera tenido una escoba en la mano la habría partido en dos por la cólera que sintió.

ꟷ Lo adopté hace menos de media hora. Mejor dicho, él me adoptó a mí. Volví del pueblo cuando me di cuenta de que me estaba siguiendo. Pobrecito. Seguro se perdió y ya no pudo encontrar a sus dueños. Y como no quiero que muera congelado en la nieve decidí adoptarlo hasta que se comience a derretir el hielo y podamos buscar a su familia. Sus dueños deben estar muy preocupados.

Mu Qing no pudo hacer más que suspirar. Xie Lian siempre hacía ese tipo de cosas cuando estaba solo. Por eso era peligroso dejarlo ir solo al pueblo. ¡Una vez trajo a la casa a un asesino serial! Sino fueran cultivadores altamente entrenados podría haber terminado muy mal.

Eso le planteó una pregunta.

ꟷ ¿Dónde está ese idiota?

ꟷ Mu Qing, ya sabes que Feng Xin no es un idiota. Al menos no lo es la mayor parte del tiempo.

ꟷ Permíteme discrepar.

ꟷ Pero, ꟷ interrumpió Xie Lian ꟷ fue a buscar a Fu Yin. Parece que nuestro perrito se perdió al perseguir al pajarito.

Mu Qing no podía creerlo. Ahora no solo tenían una boca más que alimentar, sino que dicha boca también era tan tonta como para perderse dos veces en un mismo día.

Bueno, qué más daba. Al menos ya no tendrían que turnarse las guardias nocturnas. Si ese perro quería vivir con ellos una temporada tendría que ganarse su lugar y su comida. No importaba lo que dijera Xie Lian, no lo dejaría holgazanear.

Dos horas después regresó Feng Xin acompañado.

ꟷ ¿No dijiste que era un perrito? ꟷ Le reclamó Mu Qing a Xie Lian.

La sonrisa de Xie Lian no vaciló.

ꟷ ¿No es un perrito bonito? Es muy tierno. ꟷ Dijo mientras le acariciaba una de las cabezas.

ꟷ ¡Eso no es un perro! ¡Es un cerbero!

Al lado de Xie Lian se erguían tres cabezas que medían la mitad del tamaño de Xie Lian. La del centro comenzó a frotar su cabeza contra el cuerpo del príncipe, la de la izquierda comenzó a olfatearlo y la de la derecha comenzó a lamerlo.

Feng Xin parecía a punto de cortar al perro por la mitad. Y lo hubiera hecho de no ser porque estaba agarrando de las patas al “pajarito”. En realidad, era un pájaro del trueno. Aunque apenas era un polluelo, era del tamaño de una oveja. No podía considerarse precisamente un pajarito.

ꟷ ¿Y tú por qué se supone que trajiste a ese pajarraco para acá? ¿Quieres destruir nuestra cabaña?

ꟷ No pude abandonarlo.

ꟷ Lo sabía. La estupidez es contagiosa. Pasas mucho tiempo con Xie Lian.

Mu Qing ignoró la mirada que le dirigió Xie Lian.

ꟷ No seas tonto. No quería traerlo. Pero se subió al lomo del cerbero y no quiso irse. Creo que son amigos.

Xie Lian sonrió todavía más.

ꟷ Parece ser que ahora tenemos dos mascotas nuevas.

Ni Feng Xin ni Mu Qing entendían cómo Xie Lian siempre atraía a las criaturas más peligrosas. No les extrañaría si un día de tantos terminaba adoptando a un peligroso fantasma como uno de los suyos.

Siglos después se darían cuenta de que tuvieron que detener esa costumbre de Xie Lian.