Work Text:
Unos acordes sueltos, otros con pauta, algunos sonaban bien, otros mal, pero poco a poco fueron desenredando mis dedos tiesos.
Desde que él se habia ido, mis dias en la escuela fueron menos alegres, menos caoticos, mas simples.
Misión.
Clases.
Misión.
Shoko en la enfermería.
Clases.
Nanami estudiando.
Mision.
Descansar unas pocas horas.
Misión.
Jugar en soledad unos videojuegos.
Misión.
Haibara conversando un momento conmigo.
Mision.
Pero nada se sentia vivo, como si con él se hubiera ido la alegria del lugar.
'¿Desde cuando habia tenido él aquellos pensamientos?'
No lo sabia, pero ya nada tenia sentido.
Una tarde, luego de otra mision mas, camine por aquellos pasillos y una voz se escucho entre ellos a lo lejos. Una voz que cantaba suave y melodica, y que me hizo sentir mejor al instante. Sorprendido avance mas, alli, pude identificar que también habia una musica de alguna radio en conjunto, pero la voz se destacaba, como si fuera el centro de todo, como si aquella canción hubiera sido hecha exclusivamente para aquella hermosa voz.
La segui sin pensar, siendo la guia para mis pies y termine frente a la puerta entre abierta de la enfermería.
La voz melodica paro y unos aplausos solitarios comenzaron junto con otra musica de la radio.
-Que hermoso senpai-aquella era la voz de Shoko.
-Muchas gracias Shoko-y escuche la voz de Utahime.
Alli recien identifique de quien era aquella melodica voz anterior.
Utahime.
Me quede quieto en mi lugar, sin hacer ruido, para no percatar mi presencia. Pero aun no podia salir de mi sorpresa. Sabia que la tecnica maldita de ella tenia que ver con algun baile, pero no sabia que también con su voz.
'¿O eso solo es parte de ella normal?'
-Serias una gran idol
-jaja no, para nada. Ya soy una hechicera, no creo poder cambiar eso.
-Entonces, ya que no podré escucharte en la radio ¿me cantarias cada vez que me vuelva a sentir estresada?
'Si, era parte de su técnica'
-Claro Shoko, si puedo ayudarte lo hare con gusto-su voz reflejo cariño, uno muy maternal.
Y la envidié, la envidié mucho, porque Utahime nunca habia usado aquel tono conmigo.
-Quizas podria acompañarte con un pandero, o una guitarra, o una flauta-divago Shoko con diversión.
-jajaj me encantaria.
Y eso me dio una idea.
Esa misma tarde tenia en mis manos una guitarra nueva junto con una guia practica para principiantes.
Mis manos se sintieron tiesas, adoloridas, pero mi mente estaba sumamente emocionada después de semanas de estar apagada.
La musica se creo, poco a poco y sin darme cuenta ya podia sacar algunas canciones con los acordes de la guitarra.
¿Cuanto me habia demorado?
Solo una semana.
Con los nervios a flor de piel, finalmente sali de mi escondite de prácticas, una vieja aula escolar, y me dispuse a tocar con tranquilidad en unos de los jardines interiores, donde solía pasear Utahime.
Mire de reojo a ambos lado, no habia nadie, pero bien me habia informado Ijichi que ella estaba proxima a llegar.
Bajo un arbol apoye mi espalda y toque en soledad disfrutando del momento, de la brisa y de la emoción de mi pecho. ¿Hace cuánto no latia asi? ya ni sabia, pero se sentia estupendamente bien.
Y tal como Ijichi había predicho, ella aparecio luego de unos minutos.
Al principio no dijo nada, yo la mire de reojo, ella me observo atenta, quizas con sorpresa, pero luego con calma para sentarse frente a mi. Nuestras miradas se cruzaron, sin que nada mas hubiera alrededor, solo nosotros dos en silencio, algo que nunca habia pasado. Mis ojos azules, atentos a sus ojos ambar, y sus ojos ambar atentos a mis ojos azules.
Un revoloteo se sintio en mi estómago.
¿Que era eso? ni yo mismo lo sabia. Solo supe que tuve unas enormes ganas de acercarme a ella, para tocarla.
Sus labios se apretaron y un pequeño rubor aparecio en sus mejillas. Aquello me hizo equivocar algunas notas y ella se rio sutilmente. Yo también me uni a su risa.
-¿Con que un nuevo talento?-finalmente pregunto divertida.
-Asi es-respondi con diversión- soy Gojo Satoru, para mi nada es imposible- ella solo fruncio su ceño.
Pero no le diria que habia sido exclusivamente para escucharla cantar para mi.
-¿Sabes alguna de Junko Yagami?
-Eh? esa es musica de abuelitas-me burle.
-Idiota, no sabes lo hermosa que es su musica-se cruzo de brazos molesta.
Pero solo me rei disimuladamente y comence a tocar una de sus canciones. Claro que las conocia, ya que una de ella habia sido la canción que ella habia cantado en la enfermería.
Me miro sorprendida y sonrio suavemente antes de comenzar a cantar con los ojos cerrados.
Su voz poco a poco impregnó el alrededor, mi corazón latio fuerte y tuve que tratar de concentrarme aun mas para no perder el ritmo. Pequeños fragmentos de energía maldita bastante brillante se vieron mientras su voz salio tan melodica y bella como antes. La energía fluctuo a nuestro alrededor, suave, calida, casi como si nos abrazara y calmara nuestro pecho. Ya ni siquiera sabia si me equivocaba o no en las notas, ya que su voz era lo unico que estaba en mis oidos. Ella resplandecia, si, lo hacia bastante, pero mi mirada se desvío a su boca, unos labios suaves, carnosos y brillantes. Su voz me regocijo, me llenó, me hizo sentir vivo y sus labios rosas me hipnotizaron. No pude apartar la mirada aunque lo intente varias veces. Su voz flujo calida alrededor mio, se junto con mi cuerpo y no se aparto. Quise acercarme, tocar aquellos labios apetecibles. Su voz subio levemente la nota y se concentro en ambos. Solo un poco más, si me acercaba la podría tocar directamente a los labios. Su voz me arrulló, calmo mi dolor. Mi mano solto la guitarra, estaba a un paso, solo un paso de tocar aquellos labios suaves.
Y su voz paro abruptamente para mirarme con duda frente a mi cara.
-Te .. te equivocaste..-hablo totalmente roja.
-Ah?-mire mis manos con duda.
Ni siquiera sabia en donde me habia quedado de la canción, pero si sabia que una de mis manos estuvo a punto de tocarla a ella.
'Espera..'
Casi como si fuera un golpe directo al estómago, aquello me golpio al entender que exactamente estuve a punto de hacer.
Besarla.
'¡¿Que diablos?!'
Inmediatamente oculte mi cara de ella, ya que sabia que estaba completamente rojo, pero no podia evitarlo.
-Estas bien?-pregunto.
Pero más me oculte, disimulando con mis lentes.
-Si.. si.. estoy bien, solo estoy limpiando mis lentes.
-Si tu lo dices...-y se paro para luego sacudir su traje- en otro.. otro momento seguimos, recorde que tengo un informe que entregar-dijo con voz temblorosa.
Y se fue caminando rápidamente, sin saber que estuve a punto de besarla. La vi alejarse con mi corazón aun completamente acelerado.
-Wow! eso no se ve todos los dias.
Casi salte del susto.
-Mei mei...-dije observandola detras del arbol.
-Diria que es un gusto verte, pero no creo que para ti lo sea-ella definitivamente se estaba divertiendo conmigo.
Claro que no era de mi agrado en aquel momento, porque nos habia visto y sabia que su silencio mi saldria caro.
-Cuanto?-pregunte directamente.
-Con que estamos desesperados?-ella sonrió para sentarse al lado mio.
La mire fijamente, pero ella no cedió.
-Es muy bueno para soltarlo por menos de 20.000 yenes.
Solo suspire derrotado. No dejaria que nadie sepa lo que estuve a punto de hacer.
-Esta bien, voy por mi billetera.
Ella me siguio.
-Se te olvida la guitarra.
-Ya no la quiero.
-Te aburrio aquel pasatiempo o en realidad te "entretuvo" demasiado?
-Algo asi..
Aunque en realidad comprendi, por el hormigueo de mi estomago, que si volvia a tocar para Utahime definitivamente la besaria sin medir donde ni con quien estuvieramos alrededor. Por lo que ya no me podia arriesgar mas.
Aquella tarde perdi 20.000 yenes y también la guitarra, ya que al dia siguiente, cuando volvi debajo del arbol, ya no estaba.
Y con el tiempo la olvide, hasta ahora.
El partido de béisbol habia terminado, los alumnos habian salido a disfrutar cada uno en grupos hacia algun karaoke cercano. Pero Utahime, al igual que todos los demás encargados, nos habiamos quedado a organizar y ordenar todo el papeleo después del Evento de intercambio de escuelas. En definitiva, dos horas de completa burocracia y aburrimiento.
Ya estaba comenzando a anochecer, los alumnos aun no volvian y escuche algunas notas al azar de una guitarra al caminar por los pasillos.
'Quizas alguien matando el tiempo' pensé, pero cuando escuche su voz, su hermosa voz, ante alguna melodia suave, supe que era ella.
Mis pies se pararon inmediatamente.
Luego de aquel casi accidente, la habia vuelto a escuchar cantar un par de veces, en algunos karaokes o en algun bar con musica, pero siempre me alejaba o salia un momento del recinto por temor a cometer el mismo error. Con el pasar de los años me acostumbré, ya que siempre estaba Shoko o Mei mei o Ijichi o alguien más junto a ella para no caer en su burburja de calidez. Pero ahora, no habia nadie y su voz me llamaba, tan fuerte que me era difícil resistir.
Dude si seguir adelante o dar media vuelta, pero su voz volvio a sonar y calentar mi pecho. Y después de años, finalmente flaquie y camine hacia adelante, hacia ella.
La vi sentada en un rincon de una aula con la misma guitarra que habia dejado botada hace tantos años atras. Ella aun usaba su traje de béisbol y algunos cabellos se mesian suavemente con la brisa de la ventana abierta a su lado.
Era una postal dificil de olvidar.
Su voz me llamo y me deje guiar, me sente a su lado y ella paro al darse cuenta de mi presencia.
—Wow! habia olvidado mi vieja guitarra-fui el primero en hablar.
—Yo también, pero aun seguia donde te la habia guardado antes.
—Eh?
—En la oficina de reportes, idiota. ¿Acaso no la habias notado alli luego de tus misiones?
Eso tenia sentido, hace años que no pasaba por alli, ya que le ordenaba a Ijichi entregar mis informes.
'Con que siempre estuvo alli'
Puse mi mano en mi mandíbula pensativo y ella un momento apreto sus labios un poco incomoda. Lo sabia ya que con los años habia aprendido a descifrarla con la vista.
—Me tocarias una cancion..?-finalmente pregunte.
Ella guardo la respiración, pero luego la boto con tranquilidad, casi relajandose.
—El gran Gojo Satoru esta estresado?-se burlo, pero un pequeño rubor aparecio en sus mejillas, uno que me gusto mas de lo que hubiera imaginado.
—No, solo quiero saber si aun sigues cantando aquellas canciones de viejitas-me burle de vuelta.
—Idiota-susurro, pero aun asi comenzo a cantar mientras tocaba la guitarra con los ojos cerrados.
Su energía maldita volvio a fluir suave, brillante, junto a nosotros y mi corazón latio tan energico como aquella vez en el pasado, calentandome, abrazandome a su voz. Habia extrañado aquella sensación, pero mis manos se empuñaron acostumbrado a alejarme. ¿Pero a quien engañaba? esto era lo que quería, lo que anhelaba hace años, por lo que las solté y acerque mi cuerpo mas a ella.
Su voz arrulló mi pecho, mi respiración se agito, mire su boca, estaba tan apetecible como siempre. Su voz melodica, las notas de la guitarra, su energía maldita calida, sus labios. Todo me llamaba a ella.
'Te has resistido demasiado tiempo' me dije.
Y finalmente acepte aquello que me pasaba con ella, lo que siempre quise y evite. Pero cuando elevé mi mano para tocarle la mejilla, su celular sonó y su voz paro. Con discreción oculte mi mano y sus ojos se abrieron asombrados posandose en mi cara frente a ella.
—Tengo ... tengo que contestar-dijo nerviosa.
Me aleje, pero esta vez dolio.
Me quede en un rincon, observando atentamente como ella sacaba su celular del bolsillo y se quedaba mirando con una pizca de temor la pantalla, para luego salir de la sala a contestar, lejos de mi.
—Cariño- igualmente escuche.
'¿"Cariño"?'
—Si.. si, estoy bien.... Si, mañana vuelvo. Te llamare cuando este en Kioto otra vez... Si, también te extraño. Luego te llamo. Adios.
Cuando volvio a entrar al aula, evito mi mirada y solo se acerco a la guitarra sin decir nada.
—Y yo que pense que moririas sola-dije para que no supiera que tan destrozado estaba.
—Respetame-reclamo.
—¿Es serio?-no pude evitar preguntar.
—No es de tu incumbencia.
Y tomo la guitarra para pasarmela.
—Quedatela, ya no toco-dije despreocupado, para comenzar a salir de alli antes que me ahogara.
—Gojo..
Me pare en la entrada y la mire por mi hombro.
Su mirada estaba rara, dudosa.
'¿Deseosa? no, imposible'
Pero aquella mirada distinta hizo despertar algo en mi, algo que me hizo querer acercarme, decirle lo que habia reprimido, que tanto me dolia aquel novio suyo, pero me contuve otra vez más.
—Yo..-dijo con voz temblorosa, pero finalmente cerro los ojos un momento, agito su cabeza y me sonrió suave de vuelta- nada, no es nada-dijo ya tranquila.
—Ok..-me gire, no pude verla a la cara o doleria mas-quedatela antes que me arrepienta-y agite una vez mi mano en despedida para alejarme de ella definitivamente.
'Quedatela para que tengas al menos algo de mi' quise decir, pero no lo hice.
Al fin habia aceptado aquello que habia reprimido con fuerza, pero me habia demorado tanto que ya no habían posibilidades.
Esa noche, desde lejos, la vi reir, reclamarles a sus alumnos y también arrullarlos maternalmente. La vi feliz a pesar de las pequeñas ojeras que tenia y la arruga en su frente que se marcaba, pero feliz junto con sus alumnos y su vida de Kioto.
Y aunque ella me habia devuelvo la vitalidad que una vez perdi, yo solo la observe, no me acerque a menos que sea exclusivamente necesario, como ya me habia acostumbrado a hacer por tantos años.
Solo la observe y la escuche, disfruntando de su voz aunque ella no supiera que lo hacia.
******
