Actions

Work Header

The Family. (System/SI)

Summary:

Un chico inadvertidamente termina en un universo crossover entre Grand Theft Auto y Rápido & Furioso con un Sistema Mensual de Recompensas.

 

N/A: La línea de tiempo es modificada para esta historia. Intentaré que los personajes actúen lo más cercano posible al canon pero a veces puede cambiar con motivo de la historia.

Chapter Text

 

▂▂▂▂▂▂▂▂▂▂▂▂▂▂▂▂▂

 

『New Life』

 

Se despertó como cualquier otro día, pero el dolor que sentía en el cuerpo era como si un camión lo hubiera atropellado. Abrió sus ojos dejando ver unos azules desorientados, no conociendo el entorno en el cual se encontraba. Pero entonces sucedió, como quien patea una puerta con fuerza, lo invadió una ola de recuerdos que no eran los suyos sino... de un tal Alexander da Silva.

Tenía nulos recuerdos de su padre, solo algunas pocas palabras de su madre como que era de origen italoamericano, recordaba una carta que amenazaba literalmente su vida en Miami y los obligó a irse de aquella ciudad dejando a su pequeño grupo de amigos, Brian O'Conner, Luis Fernando López y Roman Pearce.

Con siete años, y recién llegado a la ciudad, su madre fue diagnosticada con cáncer y un año después fallecido dejándolo solo para terminar en un orfanato. Fue allí donde conoció a otra mujer que sería igual de importante que su madre en su vida, Beverly Johnson, su segunda madre. 

Beverly hacía habitualmente grandes cenas para los niños del orfanato y terminó siendo en una de ellas donde conoció a sus hijos, Sean, Carl, Kendl y Brain. Formando rápidamente una amistad con estos dos últimos, quienes serían sus compañeros habituales en travesuras y bromas. 

Fue en 1989 cuando fue adoptado por Denise Clinton, una conocida de Beverly siendo tía del hijo de su hermana menor: Franklin. No le había molestado esto ya que, al fin y al cabo, vivía en el mismo barrio que la familia Johnson y, legalmente, se le podía considerar un miembro de la familia... aunque no hubiera lazos sanguinios por parte de él o Denise, solo el parentesco de Franklin con los Johnson.

Y, a pesar de toda la felicidad y alegría que parecía haber recibido en estos años desde la huída de su hogar y la muerte de su madre, la prematura muerte de Brian Johnson en 1991 en las canchas de Basquetball había arruinado a la familia en gran medida, ya que no solo fue el dolor de su muerte sino de la partida de CJ de los Ángeles.

Nada había sido igual para Alexander desde la muerte de Brian Johnson, no solo perdió a un amigo y un hermano, sino que perdió dos de ellos.

Finalmente los recuerdos se asentaron con fuerza, no pude evitar jadear... casi hiperventilar de la ansiedad. Todos los recuerdos pasaban frente a mis ojos, y asentarán como propios en mi mente, dándome cuenta que había entrado a un extraño mundo sin mi consentimiento... un mundo paralelo y peligroso por varias razones.

—Carajo...— Murmuré.

Observe a mi alrededor y, para mi sorpresa, la habitación sin duda era de mi agrado. Había varios posters de coches, raperos que desconocía y un grafiti de Grove Street adornando las paredes. Varios modelos de coches miniaturas, mayormente de profesionales, algunos de estos habían sido obtenidos con mi primera madre. 

—*Sigh* Estoy jodido...— Murmuré. Me senté en la cama, apoyando mi espalda contra la pared. —(No tengo habilidades de conducción, ni armas y... apenas se algo de boxeo. Solo un tipo que fue normal... en otro igual de normal)— Pensé con cierta frustración. —Al menos... descubriré cómo me veo— Con otro pequeño suspiró, me puse de pie, y camine hacia mi guardarropa en el cual había un espejo en la puerta.

Al mirarme no pudo evitar parpadear, y asentir satisfecho. —No está mal—

Tenía cabello rubio largo, ojos azules, y se notaba que estaba bien físicamente. De hecho era una mezcla entre Luke Eisner y Chris Hemsworth... aunque por la edad que tenía se parecía más al primero que al segundo.

[SISTEMA INICIANDO]

[Espere, por favor...]

—¿Qué cojones...?.

Murmuré con los ojos abiertos mientras un mensaje en azul se materializaba frente a mi, y al mover mi cabeza, me di cuenta que seguía en mi visión y no en el espejo. Finalmente, me di cuenta de lo que significaba.

—¡Si, carajo!— Apretando los puños con emoción. —¡De esto estoy hablando!.

Y, aunque quisiera gritar de emoción, mi mente me recordó que no vivía solo y la casa no era lo suficiente grande para que no se escuchara todo en ella, por lo que limite mi alegría.

[SISTEMA DE RECOMPENSA MENSUAL: ACTIVADO]

—¿Recompensa mensual...?— Murmuré, sin entender del todo que significaba.

[Ubicación del Usuario: Multiverso Crossover.]

[Información: El Usuario se encuentra en un Universo crossover entre Grand Theft Auto y Fast and Furious... principalmente. Los acontecimiento, años e individuos se ajustaron a preferencias tomadas del Usuario.]

[Año Actual: 1996]

[Ubicación Actual: California, Los Ángeles.]

[COMO USUARIO PRIMERIZO SE LE DA LA OPORTUNIDAD DE TIRAR DE LA RULETA PARA OBTENER HABILIDADES EXTRAS, SIN CONTAR EL KIT BÁSICO DEL SISTEMA]

[¿QUIERE INICIAR EL LANZAMIENTO DE RULETA?]

[SÍ/NO]

Okey... eso era mucha información para procesar.

Aunque toda la información que le estaba dando el sistema ya lo intuía por sus recuerdos, recordaba haber leído en alguna parte sobre el fallecimiento de Brian Johnson con diez años pero aquí había sido cuando tenía trece años. Había conocido a Brian y Roman de Fast and Furious, así que supuso que era una unión de mundos... pero el sistema lo confirmó del todo, aunque los años de Grand theft Auto eran diferentes, aun estaba ahí y como CJ todavía no había regresado según sus recuerdos.

Ese canon todavía no había comenzado.

Tendría un Kit Básico que, él personalmente, esperaba que fuera dinero... ya que no tenía mucho según sus recuerdos y le serviría para conseguir varios cosas que creía necesarias.

—(Sí)— Pensó en su mente, queriendo ver si el sistema lo reconocería con sus pensamientos para no hablarle a la nada como un idiota. Una ruleta con varias incógnitas se materializó frente a mis ojos, me di cuenta que sería todo al azar y no pude evitar rezar para que sean cosas que me puedan ayudar en este mundo, decidí tomar asiento antes de girar la maldita cosa.

Tenía tres oportunidades de obtener recompensas por ser primerizo. Y finalmente giré la ruleta con un suspiró, casi no quise mirar, pero me obligue a hacerlo.

[INTELECTO NIVEL DE GENIO]

[Información: Inspirado en el humano conocido como Tony Stark del Universo Marvel, esta habilidad te permite obtener dos subhabilidades importantes entre ellas: Ingeniero y Mecánico Maestro, Maestro de los Negocios, Científico Maestro, Hacker Maestro y Políglota.]

[¿Cual subhabilidad eliges?]

—Que buena onda.

Una sonrisa apareció en mi rostro mientras mis ojos brillaron de felicidad, sin duda, era mejor de cualquier habilidad que pudiera querer personalmente. Le daría un incremento de intelecto, Dios sabía que lo necesitaba, y además de ello podría aprender de una vez sin estudiarlo dos subhabilidades.

Estuve pensando durante varios minutos, la primera había sido elegida con bastante facilidad pero la segunda ya era un poco más complicada entre las diferentes opciones que tenía.

—Bueno, puedo aprender lo demás... creo— Murmuré, y finalmente elegí dos opciones.

[INGENIERO Y MECÁNICO MAESTRO]

[Información: Tu mente ahora trabaja al mismo nivel que uno de los mayores inventores del multiverso. Capaz de fábricas ideas, esquemas, armas, vehiculos y máquinas. Capaz visualizar esquemas mecánicos y tecnológicos con precisión sobrehumana. Capaz diseñar y construir casi cualquier cosa si tienes las piezas. Desde autos modificados hasta sistemas de vigilancia caseros.]

[POLÍGLOTA]

[Información: Puede leer, entender y hablar 3 o más idiomas.]

Sonríe, la primera opción era un claro deseo y necesidad en este mundo para modificar sus propios vehículos. Y la segunda opción había sido nada más que un deseo personal de poder hablar varios idiomas, siempre quiso aprender latín o italiano. 

No tenía interés en ser hacker, y un maestro de negocios... por ahora no se veía dirigiendo una empresa o construyendo una segunda bomba atómica.

Volví a girar la ruleta por segunda vez, hasta que paró en una nueva habilidad.

[INSTINTO DE SUPERVIVENCIA]

[Información: Inspirado en el Héroe, Spider-Man, y suerte absurda de Michael de Santa. Instinto de Supervivencia le da al Usuario la capacidad de percibir el peligro, detectando amenazas o cambios bruscos en el entorno con segundos de anticipación. Y menos probabilidad de acierto de balas enemigas.]

Una segunda habilidad que le serviría de mucho, no solo para sobrevivir a un posible tiroteo, sino a peleas mano a mano con mayor eficacia. En este momento estaba feliz de ser un usuario primerizo... sea lo que sea que eso significase para el sistema. 

Y, por última vez, volví a girar la ruleta para el tiro final.

[INSTINTO DEL PILOTO]

[Información: Conducir ya no es una habilidad. Es un instinto grabado en tu columna vertebral.
Sientes el motor como si fuera tu propio corazón. Sabes cuándo frenar, cuándo acelerar, cuándo girar sin pensar.
Puedes tomar curvas a 160 sin perder el control, evadir obstáculos imposibles y escapar de persecuciones como si el mundo se moviera en cámara lenta para ti.
Cada auto que tocas, lo dominas. Cada calle, cada atajo, cada pendiente... la ciudad se vuelve tu circuito personal.]

A mi rostro le iba a doler después de tanto sonreír.

—(Me preguntó si con esta habilidad podría derrotar a Toretto en una carrera callejera)— No pude evitar pensar, aunque había posibilidades dudosas de ello.

Dom tenía un don... valga la redundancia, a la hora de conducir y quizá ambas habilidades 'divinas' podría chocar entre sí. Tal vez podriamos llegar a un empate, tener un marcador ajustado o bastante igualado con derrotas y victorias.

No lo sabía, pero estaba dispuesto a descubrirlo en el futuro.

—(Quiero abrir el Kit Básico)— Pensé, y el sistema hizo lo suyo.

[KIT BÁSICO]

[Contenido:
Efectivo: $5.000 USD
Arma: Beretta 92 + 2 Cargadores.
Zona Desbloqueada: Depósito de Chatarra by Emmet.]

—Es mejor que nada— Murmuré, con un encogimiento de hombros.

Una mochila de color negro se materializó en el suelo frente a mi, y al levantarse y mirar su contenido, me di cuenta que era la recompensa. Agarré un poco de dinero para tenerlo a disposición, y escondió la mochila en mi guardarropa al fondo de todo. 

Conociendo el Depósito de Chatarra de Emmet, quien realmente abastece a los Grove Street con armas, pero era un buen lugar para conseguir un auto que pudiera reparar. Después de todo, según sus recuerdos, a su disposición tenía una bicicleta que usaba para hacer acrobacias en su camino a la escuela... cosa que no le molestaría, pero quería conducir y mucho más con sus nuevas habilidades.

*Toc, Toc*

—¡Cariño, despierta el desayuno esta lista!— Escucho la voz de Denise Clinton al otro lado de la puerta.

—¡Ya voy!— Respondí, y la escuche alejarse de la puerta.

Tome un poco de aire, y asentí para mí mismo con convicción, ya no había vuelta atrás para regresar a mi vida anterior. Por esa razón decidí vivir esta al máximo, había mucho que podría hacer en estos años... no solo viviría para conocer a personajes que impactaron de alguna u otra manera mi vida anterior.

Sino para alzarme sobre todos ellos, era el personaje principal de mi historia.

 

▂▂▂▂▂▂▂▂▂▂▂▂▂▂▂▂▂

 

¿Qué les pareció?.

Chapter Text

▂▂▂▂▂▂▂▂▂▂▂▂▂▂▂▂▂

 

『The White Boy』

 

Antes de salir de mi habitación, me asegure que todo en ella estuviera acomodado y ordenado, no queriendo darle alguna razón a Denise para que tuviera que limpiarlo y por ello encontrará la mochila negra con el dinero y el arma. Tome algo de ropa para vestirme, y termine por seleccionar unos pantalones cortos de color negro con un pañuelo verde en el bolsillo trasero, zapatillas vans de color verde lima con unas medias blancas y una camiseta blanca con un diseño en su parte delantera y trasera.

Y, tampoco pude olvidarme de algo importante, una cadena militar con el nombre grabado de Brian Johnson.

Mi hermano.

Era extraño pensar lo importante que era aquel chico que no había conocido pero los recuerdos que tenía en mi mente hacían sentir triste al corazón. SIn duda, era un dolor la muerte de un amigo.

Y, antes de salir de la habitación, agarre una gorra verde lima con las iniciales "L.A.". Al abrir la puerta me inundó el olor del café y el tocino que llenaba la casa. Mi estomago gruño con hambre mientras caminaba por el pasillo en dirección a la cocina, allí pude ver a Denise Clinton terminando de cocinar el desayuno.

—Buenos días, cariño— Me saludó Denise, una sonrisa en su rostro.

Era una mujer relativamente joven, la cual se hacía cargo de dos chicos. Uno por adopción y otro familiar, el hijo de su hermano. Vestía ropa sencilla con su cabello de rizos oscuros dejándose caer a ambos lados de su rostro. Sobre la mesa había pan tostado, huevos revueltos y dos tazas de café caliente.

Observe al niño en la mesa, Franklin Clinton, el infame protagonista de la quinta entrega de la saga GTA. Ahora mismo no era nada más que un mocoso de ocho años. Comía de su tazón de cereales, pero estaba más centrados en jugar Super Mario Bros en su Game Boy.

—Buenos días, tía— Respondí, usando aquel apodo que había sido un término medio para ambos. Aunque legalmente era mi madre adoptiva, no podía reemplazar fácilmente el lugar de Olivia da Silva.

Le dí un suave beso en la mejilla, y pase al lado de Franklin para alborotarle el cabello para su fastidio, y me senté frente a él con una sonrisa divertida.

—¿Sigues sin pasar ese nivel?— Pregunté con diversión.

—Es tan molesto, los otros niveles lo pase más fácil— Se quejó el pequeño Franklin.

—Recuerda que debes finalizarlo para el viernes si quieres que te lleve al cine— Recordé como le había prometido llevarlo al cine, y como un pequeño reto le había dicho que terminará ese juego antes del viernes, pueda o no... lo iba a llevar de todas formas.

—Lo sé, lo sé— Gruñó Franklin con molestia.

Sonreí cuando Denise se acercó y le dio un suave golpe con la espátula a Franklin mientras dejaba el plato con el desayuno para mi. 

—Auch— Se quejo Franklin.

—Pon pausa a ese juego, y terminá tu desayuno que debemos ir a cortarte el cabello a lo del Viejo Reece— Ordenó Denise.  —Y tú come, que te levantaste muy tarde.

—Sí, señora— Respondimos casi al unísono, pero no pude sonreír al ver el dolor en los ojos de Franklin a la mención de Old Reece.

Uno de los fundadores de Grove Street.

Denise se giró de nuevo hacia la sartén y me guiñó un ojo. Siempre supo cómo mantener la autoridad sin perder el cariño. Era una buena mujer, y sin duda, también hermosa... tanto que usualmente lo molestaban con ella.

—Entonces, ¿Qué harás hoy, cariño?— Preguntó Denise, mirandome con curiosidad.

—Bueno, tengo algo de dinero ahorrado así que iré a ver a Emmet y si su basurero tiene algo digno de comprar para restaurar— Respondí tranquilamente, afortunadamente no había mentido del todo, ya que tenía dinero ahorrado pero no era nada comparado a los cinco mil dólares que me dio el sistema.

Franklin me miró con los ojos brillosos, según mis recuerdos, hace un año estaba intentando convencerme de tener un auto propio.

—Eso es genial, querido. Si consigues algo bueno tienes el garaje para arreglarlo por ti mismo— Sonrió Denise. —Dejaré mi auto afuera, solo avisame con antelación.

—De acuerdo, gracias tía.

Terminamos de desayunar rápido. Franklin se fue a cambiar para estar listo para cortarse el cabello. Yo, en cambio, fui a mi habitación para agarrar unos cuantos dólares más en la mochila, tres mil de hecho, y luego de despedirme de la familia adoptiva salí a las calles del Grove Street.

No pude evitar mirar el lugar con una pequeña sonrisa.

Por mis nuevos recuerdos todo lo que veía me resultaba familiar pero era gracias a mis recuerdos de mi vida anterior que podía apreciar cada detalle. Observé con curiosidad la parte delantera de la Residencia Clinton, era exactamente igual a como recordaba, solo que esta vez estaba más cuidado que el original.

De hecho, la residencia Clinton estaba en Ganton pero no en el centro del Grove Street como era el caso de los Johnson, sino en la entrada donde mi memoria podría jurar que en San Andreas era un lote completamente vació... por lo menos, no había un puente que atravesaba esa calle y la casa estaba debajo de dicho puente.

La Casa de Denise Clinton era muy apegada a mis recuerdos, solo se extendía una sección de la casa para crear otra habitación al final del pasillo destinada a Franklin. Allí, anteriormente, había otra puerta de salida que daba al garaje pero ahora debían salir por la puerta trasera que daba al patio.

Había mucho que se podría mejorar en la casa, pero dejaría ello para más adelante... cuando tuviera el dinero necesario para devolverle a Denise todo el amor que le dio desde su adopción.

El sol estaba fuerte, agradecía haberme vestido ligero para la ocasión, el asfalto de Ganton despedía ese aroma inconfundible de calle mojada con gasolina y sudor. Las casas eran las mismas que en mis recuerdos, una extraña combinación entre San Andreas y Gta 5. Había muchas más casas, de uno o dos pisos, un pequeño lote donde había juegos para niños y recordaba haber jugado allí. El sónido de los coches y las voces resonaban alrededor. Ganton tenía alma... pero también había muchas cicatrices recientes.

Y muchas de ellas por la muerte de miembros importantes del Grove Street.

Con un suspiró, no queriendo pensar en todas las muertes que había presenciado en esta vida, y salí del patio de la casa para ir hacia lo de los Johnson, pero antes de poder hacer mucho avance escucho un grito detrás mío.

—¡Hey, Baby!— Gritó uno de los chicos en la esquina.

Voltee, notando que era un miembro del Grove, y le saludo con un gesto habitual para la banda. —¡Que pasa, hermano!—

El apodo me seguía desde mi niñez, era por ser el más joven que rondaba a los “líderes” y por la cara de bebé que tenía en aquellos años. Otros preferían el típico “Chico Blanco” por razones obvias. Supongo que, con los años, estos apodos se habían vuelto parte de mi propia identidad callejera.

Todo el camino hacia la icónica casa de los Johnson fue un pulso al corazón, había estado cientos de veces allí, pero la incertidumbre y ansias de estar en el lugar personalmente eran mayores que cualquier tranquilidad que quisiera aparentar por fuera. 

Salude a muchos de los vecinos, el apodo de chico blanco estaba bien ganado en el barrio teniendo en cuenta que la gran mayoría eran afrodescendientes, todos me conocían y a su vez yo los conocía a todos ellos. Podía recordar sus nombres y rostros con bastante facilidad, agradecía que no sea como en los GTA donde todos tenían la misma apariencia. 

Finalmente pudo observar la icónica casa de los Johnson y, cabe recalcar, que era sin duda una de las más grande del vecindario. Pude distinguir con facilidad a Beverly Johnson, una mujer que era realmente importante en mi vida actual, quien estaba en la porche de su casa regando unas plantas con un suave tarareo.

Beverly levantó la vista y una sonrisa apareció en su rostro cuando me vio acercarme a la casa. —¡Xander, cariño!— Exclamó con una sonrisa, dejando la regadera a un lado para abrir los brazos.

—Señora Beverly— La abracé, con una sonrisa sincera. —Hace calor, ¿eh?.

—En el infierno hace frío en comparación— Respondió con su clásico tono burlón. —¿Ya comiste? ¿Quieres pasar?.

—Ya desayuné, gracias. Solo pasaba a saludar.

—Entonces quédate un momento. Kendl está dentro viendo televisión. Dice que no quiere salir hasta que alguien la invite a hacer algo “emocionante”.

Me reí por lo bajo. Kendl tenía la misma sangre de aventura que sus hermanos pero era la más consciente de los riesgos, y por ello siempre buscaba diversión más inofensiva a comparación de los chicos Johnson.

Decidí asentir e ingresar unos momentos, y la pude ver en el sofá con una expresión aburrida mientras comía unos Cheetos y se recostaba en el sofá largo.

—Hey, Blondie. ¿Te dignaste a visitar a tu otra familia?— Preguntó con una sonrisa.

—Algo así— Bromeé divertido, y levante sus piernas para sentarme a su lado. —¿Qué estás mirando?.

—Nada. No hay mucho para mirar y eso me tiene hasta arriba de aburrimiento— Suspiró Kendl con desgano. —¿Y tú, blondie? ¿Qué planes tienes para hoy?.

—Oh, no muchos por ahora, Kenny. Iré al Depósito de Chatarra de Emmet para ver si hay algo que valga para rescatar de ese basurero, con suerte pueda haber un auto que pueda restaurar.

—Finalmente reuniste algo de dinero, ¿eh?— Comentó Kendl con una pequeña sonrisa.

Y mi mente hizo click en un viejo recuerdo, y una pequeña promesa que le había hecho. —Sí, te llevaré a comer o donde quieras la próxima vez.

—Mmm~ crei que te había olvidado.

—Me iba a ser el tonto pero se que tu venganza seria mucho más dolorosa.

Kendl río suavemente, y me golpeo el brazo. —Es bueno que conozcas a una chica.

Ambos sonreímos al otro.

Ciertamente había una tensión entre ambos, mis recuerdos me admitían que esto comenzó cuando cumplió los dieciséis, pero nada paso más allá de algunas bromas juguetonas. Ambos éramos como hermanos, crecimos juntos desde los tiempos del orfanato y la adopción, y estaba seguro que cualquier cosa entre ambos sería inutil de intentar si en algún momento iba a comenzar a salir con Cesar Vialpando.

Así que era mejor ignorar ello, y seguir como los mejores amigos que eran.

—De todas formas, ten cuidado con Emmet. Sabes que está como una puta cabra, y en cualquier momento, se hará estallar una mano si sigue experimentando con esas viejas armas.

Fue un consejo claro, ten cuidado con ese viejo o podría terminar en medio de una explosión.

—Tendre cuidado— Le guiñe el ojo, y me levante del sofá con cuidado, para dirigirme en la puerta.

—¡Y suerte! ¡Más te vale conseguir un auto y llevarme a dar una vuelta!.

—¡Lo haré!— Prometí despidiéndome con un gesto con la mano. 

Volví a salir, con una despedida a Beverly. Y me dirigí hacia la casa de Sweet, recuerdo que había vivido la madre de Big Smoke en el lugar antes de que este se mudara. Un par de miembros vestido de verde me saludaron al pasar.

—¿Qué onda, Baby? ¿Ya aprendiste a manejar esa bici?— Se burló uno de ellos.

—Mejor que tú el coche de tu hermano— Repliqué con una sonrisa torcida. Risas se escucharon a mi espalda.

Al acercarme a la casa del Sweet, lo pude ver tirando unos tiros al aro de baloncesto. Mientras Ryder, en cambio, estaba encendiendo un blunt sin ningún apuro en la vida sentado en una silla de playa con algunas cervezas alrededor.

—Hey, chico— Saludó Sweet al verme, chocamos puños y nos dimos un pequeño abrazo de colega. —Creí que no te vería hasta más tarde, ¿Todavía soñando con carros japoneses?.

—Ya me conoces, bro. ¿Que hay, Ryder?— Respondí, y saludé a su vez con un choque de puños al otro icónico personaje.

Una parte de mí todavía no podía creer cómo era capaz de hablar normalmente con ambos, pero se alegraba de que fuera tan natural.

—Aquí, ya me conoces, disfrutando de la vida— Comentó Ryder, sacando el humo de su boca. —¿Qué planes tienes para hoy?.

Me senté en la silla libre, y respondí. —Ire al Depósito del Viejo Emmet para ver si hay algo digno de rescatar de allí.

—¿A ese basurero?. Casi nunca hay nada nuevo que viejas piezas.

Sweet hizo un gesto, pensativo.

—Bueno, no es del todo cierto. Aunque lo realmente bueno lo incauta los de azul, según algunos chicos han estado llegando cosas interesantes el último mes. ¿Qué estás buscando exactamente?.

—Quiero un auto. No importa cual sea, quiero ponerme serio con la mecánica y quemar un par de llantas— Dije con una sonrisa.

Ryder silbó con sorna.

—Ya era hora que los Grove volvieran a tener un conductor en las calles.

—Primero tengo que conseguir un auto— Respondí divertido.

Sweet soltó una carcajada leve, y asintió.

—Vamos entonces. Si Emmet no nos dispara primero, capaz sea de alguna ayuda.

Y dicho eso, nos dirigimos hacía el auto de Sweet para ir hacia lo de Emmet. Era un primer paso importante en esta nueva vida, tenía algunas otras ideas que quería implementar si o si rondando mi mente... pero el tiempo lo diría.

Por ahora me concentraría en mi tarea actual, y sería conseguir mi primer coche.

 

▂▂▂▂▂▂▂▂▂▂▂▂▂▂▂▂▂

 

¿Qué les pareció?.

Chapter Text

▂▂▂▂▂▂▂▂▂▂▂▂▂▂▂▂▂

 

『Ironheart』

 

El auto de Sweet era un Chrysler Fifth Avenue de colores idénticos a lo que conocía por los juegos. Un ronroneo suave y grave salía del motor. Sweet era un conductor mucho más tranquilo de lo que creyó, Ryder iba fumando a su lado con la ventanilla baja. Y yo, por mi parte, sentado en la parte de atrás con la ventanilla abierta dejando que la brisa acariciara suavemente mi rostro.

El aire olía a verano, a gasolina, a humo de cigarro y a frituras baratas.

Las calles por las que íbamos me resultaban una mezcla confusa, como si alguien hubiera colocado piezas de varios mapas sobre el mismo tablero. Por un lado, había barrios que conocía de mis recuerdos de esta vida y podía identificar como Ganton, East Los Santos, Idlewood y Willowfield, donde nos dirigíamos. Pero por otro lado, en la lejanía la ciudad se veía más parecido al Downtown L.A. de la vida real, con sus rascacielos, carteles LED y autopistas elevadas que cruzaban como serpientes de concreto.

Era como si, el creador de este universo, hubiera fusionado San Andreas, GTA V, y una postal de los 90 de Los Ángeles. Todo me resultaba familiar y extraño al mismo tiempo.

La radio del coche sonaba bajita, dejando que MC Eiht llenaran el silencio con ese flow agresivo que definía a la ciudad. Sweet manejaba como siempre: con una mano en el volante, los ojos atentos pero relajados, como si conociera cada grieta del asfalto. Ryder, en cambio, era mucho más relajado por fumar tanto, bromeaba muy a menudo, contaba chistes y reía fuerte.

—Y, entonces, ¿Qué clase de auto buscas?— Preguntó Sweet de pronto.

—No lo sé. Solo necesito que tenga potencial de funcionar.

—¿Hablas de un auto o de una chica?— Bufó Ryder, soltando humo por la nariz.

—Ambas cosas me darían problemas— Respondí, sonriendo.

Sweet rió divertido. —¿Y piensas correr?. Siempre te han interesado las carreras callejeras.

—Tal vez. Tendré que tener cuidado que tu madre y mi tía no me descubran o no me dejaran salir a ninguno lado— Contesté, era una verdad universal que conocía bien gracias a mis recuerdos, a pesar de la existencia de Franklin y otros niños.

Para la Señora Johnson y la tía Denise de alguna manera seguía siendo el Baby del barrio.

Willowfield es un barrio ubicado al sureste de Ganton, una zona bastante industrial, los edificios medio abandonados, los lotes vacíos con grafitis y coches sin llantas. El tráfico era escaso, pero había vida en las esquinas: niños jugando a la pelota, pandilleros en bicicleta, mujeres regando las plantas en sus porches.

Era parte de la esencia de la ciudad. Por que la belleza en lo alto está acompañado de la estética sucia, decadente y peligrosa de los barrios bajos.

—Ya casi llegamos— Comenté Sweet con tranquilidad.

—No puedo creer que ese viejo loco tenga este lugar desde los setenta— Agregó Ryder, con un tono burlesco y de respeto.

Observe el camino en silencio contemplativo. Pasábamos junto a las vías del tren, el lugar estaba junto a la estación del barrio. El Depósito de Chatarra de Emmet, también conocido como "Reparación y Repuestos de Emmet"... al menos, eso decía el cartel gigante donde debería haber una publicidad. Los muros alrededor estaba grafiteados por ambos lados, y al ingresar por la reja abierta, observamos como no había nadie en la pequeña casa de la entrada. Se podía distinguir con facilidad la fila de autos y barcos, viejos, desechos o incluso destruidos. Al fondo, varias estructuras improvisadas con láminas de metal, vigas oxidadas y lonas viejas cubrían la verdadera esencia del lugar: caos mecánico, chatarra valiosa, y el leve olor a pólvora en el aire.

Sweet estacionó cerca de una pila de lavadoras rotas y bajamos del coche. No habíamos dado ni cinco pasos cuando un fuerte ¡PAM! resonó desde una esquina, seguido del clásico clic-clic de un arma mal calibrada.

—¡Jesús, mierda! ¡Ese viejo loco nos hará volar un día de estos!— Se quejó Ryder, cubriendo sus oídos.

Detrás de un auto desarmado salió Emmet, su actitud lo hacía ver igual de desquiciado a como lo recordaba. Llevaba una chaqueta de mezclilla de color verde gastado, una camiseta roja igual de gastada y sucia, y una gorra roja. 

—¡Eso fue arte, malditos!— Exclamó, levantando un revólver oxidado como si fuera un trofeo. —Si este bebé no me explota la mano, es que la arregle bien.

—Estás más loco que nunca, Emmet— Le dijo Sweet, acercándose para darle un apretón de manos. —¿Recuerdas a Xander?.

—¡El chico Baby!— Exclamó el viejo con una carcajada áspera. —Claro que lo recuerdo. Siempre buscaba nuevas piezas para sus bicicletas con Brian.

—Ahora busco algo con más fuerza, Viejo Emmet— Respondí con una sonrisa.

Los recuerdos de venir aquí para buscar piezas para sus bicicletas, y también cuando intentaron construir una motocicleta que no funcionó.

—Bueno, por aquí hay cosas interesantes. Si sabes mirar con ojos de mecánico y no de cliente de concesionario— Respondió Emmet, guardando el arma en su cinturón. —Pasa, echa un vistazo. Pero cuidado con las ratas, son muy grandes.

Solté una carcajada y comencé a caminar por el depósito, tomando una caja vacía para poner algunas piezas que encontrará interesantes.

No podía evitar rezar al Dios de los coches que hubiera algo bueno en el lugar.

Realmente todo el Depósito era un cementerio de máquinas. Carros con el techo colapsado, capós abiertos, piezas amontonadas sin mucho lógica. Pero había cierto orden oculto, uno que ahora podía ver gracias a mi nueva habilidad. Mi mente visualizaba estructuras, chasis, fallas mecánicas, potencialidades. Cada coche no era solo chatarra, era un proyecto esperando a nacer.

Mis ojos se detuvieron por un breve momento en un Impala del 64 sin motor, si no estuviera buscando algo hecho para correr, podía considerar comprarlo solo para restaurarlo e ir a las muchas fiestas que había en los barrios. Botes y lanchas en desuso, motos chocadas y otras tantas piezas.

Pero nada me llamaba la atención, al menos, nada que quisiera personalmente en este momento. 

Casi pierdo la esperanza que hubiera algo bueno, y tendría que ir a una concesionaria de verdad para conseguir un auto. Pero, entonces, finalmente algo llamó mi atención.

Deje la caja aun lado, y me acerque, estaba medio cubierto con una vieja lona azul, detrás de unas cuantas lanchas y un contenedor oxidado llenó de llantas usadas. Me acerqué, y aparté la lona con expectativa, me quedé en silencio unos segundos.

Contemplando lo que tenía adelanté mío.

Era un Chevrolet Camaro del 67. Un color rojo gastado y polvoriento, algunos rastros de óxido, y los neumáticos eran un chiste... pero el cuerpo general estaba entero.

—Carajo...— Murmuré, una sonrisa extendiéndose en mi rostro.

Tenía un aire en el, aquel que tenía un luchador retirado con cicatrices de sus peleas pasadas. Me pregunté por un momento, sino era un simple accidente encontrarlo, y fue la ubicación del sistema que lo tenía preparado para mi.

No tenía idea, pero tenía un bestia dormida con corazón de acero.

Abrí la puerta del conductor, con un quejido metálico, y me senté en el asiento. El cuero estaba rasgado, el volante pelado, pero nada de eso importaba. Cerré los ojos y dejé que el instinto hiciera su trabajo.

Vi que tenía la llave todavía, y sin dudar, hice el intento de encenderlo.

El motor gruñó, y la radio se encendió por un breve momento, hasta volver a apagarse.

Y eso no me desanimo.

Podía escucharlo.

Había mucho por hacer, pero podía hacer que el motor volviera a rugir con fuerza y las llantas volver a quemar asfalto. 

Era el auto, que estaba buscando.

Salí del coche, revise el motor mientras analizaba todo lo que podría necesitar. Y mientras volvía hacia donde estaba Sweet, Ryder y Emmet, fui recogiendo diferentes piezas que iba a necesitar para, al menos, la restauración inicial.

—Hey, Emmet— Dije llamando la atención, y los tres voltearon hacia mí. —Quiero ese Camaro que tienes medio escondido al fondo.

El Viejo Emmet frunció el ceño, pensativo, intentando recordar a cual me refería.

—¿El rojo del setenta y siete?— Se preguntó, rascando su barba, yo simplemente asentí. —Vaya, me olvidé de esa chatarra. Pensé que ya lo habíamos destruido.

—Me alegró que no sea así— Comenté, con una pequeño sonrisa. —Pienso darle una segunda oportunidad.

Me miró por un par de segundo. Y luego soltó una carcajada, asintiendo.

—De acuerdo. Dos mil y es todo tuyo, incluso lo que tengas en esa caja. Sin regateos, chico.

—Hecho.

Respondí con determinación, y nos dimos la mano con un fuerte apretón para cerrar el trato.

No me molestaba gastar esa cantidad, había recogido un buen auto y varias cosas necesarias para hacerlo funcionar, y estaba seguro que el dinero guardado podía ser de mucho ayuda para restaurarlo por completo.

Además, no iba a dejar que se pudriera en el garaje, tenía pensado que esa bestia dejará atrás a muchos otros autos.

Ryder soltó un silbido bajo. Sweet levantó una ceja, sorprendido.

—Un camaro del 67, ¿eh?— Comenté Sweet, y yo asentí. —Tienes agallas, baby.

—No sería parte del Grove si no las tuviera bien puestas— Agregó Ryder, y pude sentir una ola de respeto de parte suya.

—Mocosos, tengo un camión para prestarle y lleven ese pedazo de metal— Gritó Emmet.

Nos miramos, y reímos un poco, mientras planeábamos como íbamos a hacer para llevarlo al barrio... y más específico a mi casa.

Sweet y Ryder iban a ayudarme con ello, pero decidimos hacerlo al día siguiente para que yo pudiera liberar el Garaje de Denise de cualquier cosa innecesaria para que no estorbara a la hora de llevar el Camaro.

Así nos volvimos a montar en el Chrysler para regresar a Grove Street, y mientras miraba el camino, mi mente estaba en otra parte. Pensando ya en las herramientas y piezas que debería ir a comprar esa misma tarde.

En este mundo, donde la criminalidad y la velocidad iban a la par, lo que tenía que hacer para marcar la diferencia entre ser un extra más o sobresalir como mi propio protagonista, es tener un propósito.

Y poco a poco lo iba encontrando.

Las ideas rondaban mi mente, pero lo esencial era reparar aquel corazón de acero para volver a escuchar su motor rugir en las calles.

El Camaro del 67 era el primer paso para esta nueva vida.

 

▂▂▂▂▂▂▂▂▂▂▂▂▂▂▂▂▂

 

¿Qué les pareció?.

No me decidía qué clase de auto se podía encontrar el SI, hasta que volví a mirar un poco los catálogos de los Need For Speed.

Chapter Text

Canción recomendada: No Sleep Till Brooklyn - Beastie Boys.
(Cuando vean los signos de música debería ir la canción, y se comenzará a narrar en tercera persona ;))

 

▂▂▂▂▂▂▂▂▂▂▂▂▂▂▂▂▂

 

『No sleep till...』

 

Alexander "Xander" da Silva.

 

Mientras observaba las calles de Los Ángeles, una sensación increíble invadía todo mi ser, una de realización al conseguir mi primer coche y, el cual, podré modificar personalmente. Lo que le agregaba un nuevo valor sentimental a todo el asunto.

Sweet manejaba con tranquilidad, la radio sonaba un rap que desconocía por completo, mientras Ryder fumaba uno de aquellos porros que lo ponían más idiota... aunque el dijera que lo ayudaba a pensar.

—Tronco, hemos estado vuelta por el barrio sin parar— Se quejó Rydar, exhalando humo por su nariz. —¿Vamos por algo de tragar o que?.

—Estoy dentro. ¿Pizzería, McDonald's o Cluckin' Bell?— Propuse varias opciones para comer.

—Pizzería— Gruñó Sweet. —Nada de esas mierdas fritas de cartón o hamburguesas de ratas para mi. 

La vieja pizzería de Well Stacked Pizza en Idlewood, los neones iban parpadeando su encendió mientras el sol se comenzaba a ir lentamente. Luego de estacionar, nos bajamos del Chrysler y fuimos hacia la entrada. Al ingresar al local, el calor de los hornos y el olor de las pizzas me recibió como un viejo amigo. Con Sweet fuimos a sentarnos junto a la ventana, mientras Ryder iba a pedir la pizza "más grande y con extra queso" del lugar y le pedí de favor que trajera una soda para acompañar.

—Sabes que te costará mucho dinero reparar ese camaro, ¿cierto?— Cuestionó Sweet, con una ceja levantada.

—Tengo dinero ahorrado, Sweet. Y si me falta, supongo que buscaré algún trabajo de medio tiempo— Respondí, con un pequeño encogimiento de hombros.

No me molestaría buscar un empleo para cumplir mi meta con el Camaro, incluso podría intentar buscar en alguna tienda o taller de auto y que el pago sean algunas piezas que pudiera necesitar.

—Siempre haz sido el más motivado de los Chicos del Barrio— Sonrió Sweet, y agregó. —Por ello te ayudaré en lo que necesites para cumplir tu meta.

Sonreí, feliz de tener el apoyo del líder de los Grove Street, y seguimos charlando sobre el camaro, incluso cuando se unió Ryder a la mesa o la pizza recién salida del horno. Se habló del color, de la suspensión, incluso de agregarle nitro.

.

—Nos vemos luego— Saludé a Sweet y a Ryder con un choque simple de puños.

Ya era tarde, pero no tanto para cenar todavía, entre a la casa. Denise estaba en la sala mirando un reality, mientras Franklin jugaba con su Game Boy a un lado de ella. 

—Buenas tardes familia— Saludé con una sonrisa.

Denise se giró la cabeza, y me sonrió. —Bueno, bueno. Mira quien esta tan feliz, ¿Buenas noticias?.

—Increíble noticias.

Franklin alzó una ceja, curioso.

—¿Una chica?— Bromeó divertido.

Sonreí, y negué. —Mejor que eso. Encontre un Camaro del 67 en lo de Emmet, le falta un poco de amor pero es lo que estaba buscando.

—¡¿Un Camaro?!— Repitió Franklin, con una mezcla de incredulidad y emoción.

Denise sonrió, casi con nostalgia. —Mi padre solía tener uno, era un auto increíble. Lo cuidaba más que a mi madre.

—Luego de que lo repare, podrás usarlo tía— Aseguró con tranquilidad.

—Me encantaría.

Franklin interrumpió, y me miró curioso. 

—¿Lo vas a traer aquí?.

—Mañana mismo, esa es la idea. Pero primero hay que limpiar el garaje. ¿Me ayudas enano?.

Franklin asintió con emoción y corrió a buscar una escoba. Siempre estaba listo para ayudar si eso significaba algo a cambio. 

Esa noche, pasamos un par de horas limpiando el garaje. Tiramos cajas viejas, herramientas oxidadas, una de mis viejas bicicletas que ya no usaba y sería donada. Dejamos solo las cosas esenciales, aquellos que podría ser útiles las pusimos en una esquina y otras se metieron a la casa por Denise. Finalmente el lugar quedó reluciente para mañana.

Después de terminar la limpieza, me di una larga ducha de agua tibia para relajar los músculos. Esa mañana había despertado con cierto temor y sin una idea clara de lo que iba a ser más allá de sobrevivir, pero ahora... ahora tenía un propósito más allá. 

Y, cuando me acosté, lo hice con la convicción de que había sido un buen día y solo podía esperar que todo siguiera de la misma manera.

.

Franklin Clinton.

 

Estaba bastante molesto cuando me desperté esa mañana y, mi hermano mayor, ya se había ido luego de ser recogido por Sweet, Ryder y algunos otros miembros de los Grove según palabras de la tía Denise.

Tome el tazón de cereales para ir a sentarme al sofá, y ver alguno de mis programas favoritos de dibujos animados. 

No sabía cuánto tiempo había pasado mirando Tom y Jerry, pero la voz de mi hermano me hizo volver a la realidad.

—¡Un poco más!.

Dejé el tazón en la mesita frente al sofá, y corrí a la puerta con rapidez para salir y ver con los ojos abiertos como Xander y otros amigos de él bajaban el Camaro para empujarlo hacia el garaje.

—Santo cielo...— Murmuré con la boca abierta, se veía tan genial, igual que las fotos que tenía la tía Denise y que nos había mostrado la noche anterior.

No me di cuenta cuando la tía Denise salió de la casa para pararse a mi lado con su taza de té.

—Por Dios. Es igual a como lo recuerdo, pero para este vas a necesitar más que jabón y cera para limpiarlo.

—Lo se. Pero una vez que esté listo, dejará a todos con la boca abierta— Dijo Xander con un pequeño guiño, acercándose con una gran sonrisa.

Tía Denise asintió, y podía ver una sonrisa orgullosa en su rostro.

—No puedo esperar a verlo en acción— Comentó Ryder, desde la puerta del camión.

—Es un clásico, hermano. Es una bestia esperando para despertar— Sweet respondió.

Miré el auto con admiración, y no podía esperar a verlo reparado por mi hermano.

* 🎵 No sleep till... 🎶*

—¿Estás listo, Frankie?.

* 🎶🎶🎶*

Miré a mi hermano, y con una sonrisa emocionada, asentí.

—*Sigh* Muy bien... a darle.

*🎵¡Brooklyn!🎵*

El tiempo pasó. Días. Semanas. Los rayos del sol se colaban por las rendijas del garaje, y en su interior, se escuchaba el sonido del progreso.

Xander trabajaba sin descanso. Había comprado herramientas, recibido prestadas de Big Smoke, o recibiendo ayuda de los miembros de los Grove Street. Pudo hacer tratos satisfactorios con un conocido de un miembro donde consiguió buenas piezas para el auto, otro que le ayudó a cerrar un trato con una gomería para comprar neumáticos de mejor calidad a un precio reducido y uno lo ayudó a obtener una oferta por parte de su primo quien era dueño del Pay 'n' Spray.

* 🎶🎶🎶*

Otro día. El garaje de los Clinton se iluminaba por las bombillas colgantes, y en la esquina de la habitación un equipo de música daba paso a una melodía. Xander se inclina sobre el motor, su camisa sin mangas empapada de sudor. En sus manos lleva una llave inglesa mientras desmonta las partes oxidadas con cuidado quirúrgico. A un lado, Franklin lo observa con una soda en la mano, su Game Boy descansando sobre una caja.

*🎵Foot on the pedal, never ever false metal 🎵*

Pasaba tiempo con Franklin, enseñándole a usar la llave de cruz, a entender los sistemas de suspensión, a leer diagramas eléctricos. La Tía Denise les preparaba limonada, los observaba trabajar juntos o le daba sándwiches para que no se olvidarán de comer algo.

*🎵Engine running hotter than a boiling kettle 🎵*

En el garaje, el Camaro cobraba forma. Primero fue la limpieza, luego la restauración del motor. Cambió bujías, ajustó válvulas, soldó escapes. 

*🎵My job ain't a ojb, it's a damn good time 🎵*

Chispas vuelan cuando conecta los cables del encendido. El nuevo sistema eléctrico empieza a mostrar señales de vida. Las luces del Camaro parpadean. Xander suelta una carcajada breve y eufórica.

*🎵City to city, I'm running muy rhymes 🎵*

Los días no eran todos para el auto por parte de Xander. Seguía yendo a jugar partidos de baloncesto a las canchas con los chicos del barrio. Ayudaba a Beverly con las compras y las bolsas del mercado. Llevó al cine a Franklin para ver una nueva película de estreno.

Y salió con Kendl a dar un paseo por la playa.

—Se que... Sweet habla mucho del barrio y de la familia— Comentó Kendl, sentado al lado de Xander mirando la distancia bajo la sombra de una palmera. —Siempre haz sido un chico especial, mejor que muchos en el barrio... no desperdicies tu vida.

Xander la miró, contemplativo, asintió con una sonrisa. Las palabras que se expresaron esa vez... era solo para ellos.

*🎵On location, touring around the nation 🎵*

Xander sale debajo del auto, y pide una llave diferente para hacer un ajuste para que, un brazo metálico, le acercara la llave. —Gracias, Dum-E— Sonrió, y volvió a bajo del auto.

*🎵Beastie Boys always on vacation 🎵*

Alexander en una tienda de autopartes, revisando un carburador, discutiendo precios con un hombre de bigote blanco. Devuelta en el garaje lo vemos soldando, las chispas volando como luciérnagas encendidas.

*🎵Itchy trigger finger, but a stable turntable 🎵*

Las ruedas nuevas llegaron en una caja grande que Sweet ayudó a montar. Ryder llenaba el olor del garaje con sus porros, observando el trabajo del chico. Big Smoke trajo provisiones para aquellas largas noches que seguía despierto. Un par de miembros menores de la banda ayudaron con los amortiguadores y los frenos, felices de meter mano en un proyecto que no implicaba armas.

*🎵I do what I do best because I'm illing and able 🎵*

Kendl se une una noche, le pasa una linterna mientras él trabaja en los faros delanteros. Conversan de cualquier cosa mientras Beastie Boys sigue rugiendo desde el radiocasete. La música se convierte en banda sonora de una rutina familiar y frenética.

*🎵Ain't no faking, your money I'm taking 🎵*

En la cancha del barrio, Alexander lanza el balón y lo clava en la canasta. Sweet le choca los cinco. 

*🎵Going coast to coast watch all the girlies shaking 🎵*

La escena cambia a una rampa de skate, donde Alexander intenta un truco y cae de culo, mientras Ryder se desternilla de la risa.

*🎵While you're at the job working nine-to-five 🎵*

Lo probó por el barrio en las calles vacías. El rugido del motor sacudía ventanas. Los niños salían a ver. Algunos viejos decían que ese sonido no se escuchaba desde los setenta.

*🎵The Beastie Boys at the Garden cold kickin it live 🎵*

Denise observaba por la puerta como, incluso en la noche, las luces del garaje seguían encendidas con música baja y el sonido de las herramientas. Suspiró, orgullosa, pero preocupada.

* 🎶🎶🎶*

Una tarde, acompañado por Sweet y Ryder, lo empujaron hasta el Pay 'n' Spray cerca del barrio donde había conseguido un buen precio. Salió de allí reluciente, con un color verde oscuro, que brillaba con los reflejos de su alrededor. 

* 🎵 No sleep till 🎵 *

El Camaro se veía más vivo que nunca. El motor rugiendo ante la sonrisa de Xander. La carrocería, antes gris y muerta, ahora brillaba con la profundidad del tono verde oscuro y metalizado.

* 🎶🎶🎶*

* 🎵 No sleep till 🎵 *

Denise se paró a su lado, con una mirada orgullosa en su rostro. —Es como volver a ser una niña. Mi padre decía que los muscle cars tenían alma.

—No se equivocaba.

Las palabras seguras de Xander, sacaron una sonrisa de la mujer. —Anda, debes estar ansioso por probarlo con toda su capacidad— Le dijo con un ligero golpe en el hombro.

Xander sonrió, mirando su propia obra de arte.

* 🎵 No sleep 'till Brooklyn 🎵 *

La música comienza a desvanecerse lentamente.

* 🎶🎶🎶*

La cámara se acerca poco a poco hacia el garaje de los Clinton, había un silencio en el barrio... como una señal de que algo estaba por pasar. La puerta del garaje estaba cerrado. Las luces apagadas. El silencio era expectante.

.

..

...

Hasta que, de repente...

VRRRRRRRROOOOOOM.

El Camaro ruge con vida propia, vibrando con fuerza, mientras el garaje entero se llena del eco de su motor.

 

▂▂▂▂▂▂▂▂▂▂▂▂▂▂▂▂▂

 

¿Qué les pareció?.

Creo que, sin dudarlo un segundo, este es uno de mis capítulos favoritos que he escrito.

Así es como me imagino al auto:

Es una captura de Need for Speed Heat de este video:

Aunque, al igual que se muestra en la miniatura, el coche termina en color morado... cosa que no podré hacer por el lore de GTA.

Sin más, espero que les este gustando la historia <3

Chapter Text

▂▂▂▂▂▂▂▂▂▂▂▂▂▂▂▂▂

 

『Race Wars (Parte 1)』

 

Dominic "Dom" Toretto.

 

No importaba cuánto tiempo había pasado, el rugido de un motor siempre me va a hacer girar la cabeza.

Había algo sagrado en esa mezcla de gasolina, humo y sol del desierto. Estábamos a casi dos horas de la ciudad, pero ya se podía sentir la presión temprana y la presión electrizante de la competición. El buen clima de sol y cielo azul sin nubes. Los motores rugían en la distancia, mezclados con música hip hop, gritos emocionados, el olor de los puestos de comida y el estruendo ocasional de neumáticos chirriando. Todo ello, y más, anunciaba el evento anual de Race Wars. 

El viejo aeropuerto a las afueras de la ciudad, con sus pistas abandonadas y hangares oxidados, se había convertido en el último santuario de la velocidad sin reglas.

Un corona adornaba mi mano, mientras me apoyaba en mi auto, observando con detenimiento el caos organizado frente a mi. Vestía una camiseta blanca sin mangas que marcaba cada fibra de sus brazos curtidos, y llevaba conmigo el crucifijo plateado que nunca me quitaba, un recuerdo de mi padre.

Hacía apenas unos meses había salido de Lompoc, y aunque el tiempo tras las rejas había dejado marcas invisibles, también me había dado claridad. Jakob ya no se encontraba en la ciudad, y ese era un capítulo de mi vida que quería dejar atrás... abandonado. Y, una vez que vencí a mi hermano, el respeto comenzó a crecer poco a poco hasta que me trajo a este momento de mi vida.

—¡Hey, Dom!— Exclamó Vince, mi mejor amigo desde el tercer grado. —Esto es jodidamente hermoso— Extendió sus brazos con una sonrisa, alrededor veía autos tuneados, algunos haciendo competición de quién tenía las mejores bocinas para escuchar música, otros bailaban al son del hip hop y la larga fila de autos alineados listos para correr.

Todos aquellos autos alineados como soldados listos para la guerra. Mazda, Dodge Charger, Ford Mustang, Chevrolet, Honda, y tantos otros. Todos afinados, pulidos y preparados para correr en las calles. Cada uno reflejaba el alma de su conductor. No había dos iguales.

—Me encanta esta vista— Comenté tranquilamente.

—Tantos caballos de fuerza juntos en un sitio. Y ni un solo poli cerca— Sonrió Vince.

—Gracias a los contactos de Héctor— Agregó Jesse, uno de los chicos del vecindario que había llegado para nunca irse de su lado. 

Leon se acercó también, sin poder evitar la carrocería de unas chicas que pasaron a su lado. —Es raro ver a todas esas bandas sin querer matarse entre sí. Aunque creo que vi algunos intentos de conseguir alguna pelea.

—Si, creo que hay más miembros de las bandas que el año pasado.

—Todos quieren hacerse un nombre en las calles, y no hay mejor lugar que este— Respondí. —Por eso es zona neutral. No se trata de peleas. Se viene a correr por el respeto a los autos.

Aquí se venía a ganar o perder.

Sea tu dinero o tu propio auto, no importaba. Ese era el trato. No había lugar para las disputas territoriales aquí, y la gran mayoría de los líderes de bandas estuvieron de acuerdo, y aquellos que no... bueno, no fueron considerados.

—Eh, Dom— Saludó Héctor, acercándose con una cerveza en la mano. Tenía una sonrisa de oreja a oreja, y un entusiasmo casi comparado al de Vince, el cual no podía ocultar.

A pesar de sus conexiones con los Aztecas, Héctor era un hombre de confianza. Y, por sobre todas las cosas, lento. No podría escapar aunque lo deseara, era bueno con los números, y por ello se encargaba de la contabilidad y organización de los corredores.

—¿Las cosas van bien, Héctor?.

—Sobre ruedas, Dom. Las carreras avanzan sin problemas, y las apuestas no paran ni un segundo.

—Buen trabajo, Héctor. Creo que esta mejor que el año pasado— Comentó Vince con una sonrisa.

—Race Wars, carnal. Cada año debe ser mejor.

Sonreí, hasta que algo llamó mi atención.

Un rugido.

No como el de los Honda con turbo o un Ferrari. Esto era más grande, más visceral. Una bestia furiosa, y americana.

Faltaban dos competiciones, pero ese Camaro del 67 estaba llamando la atención.

—¿Y ese? ¿Es de los tuyos?— Cuestioné a Héctor.

Héctor negó con la cabeza, y miró hacia el auto. —Naah, pero participó en algunas de mis carreras rápidas. Es un niño nuevo. Salido de Ganton, lo vi con Ryder y Sweet en algunas de ellas. 

—Un niño de Grove Street, eh— Comentó Vince, mirando el auto con curiosidad.

—Sí, pero no parece pandillero. Tiene más pinta de modelo de revista.

No deje que nadie tome la palabra, y pregunté. —¿Cómo le fue?.

—Es bueno, Dom, realmente bueno. Creo que ganó casi diez mil dólares— Héctor respondió, y soltó una pequeña risa. —Y eso es divertido, ¿saben?.

—¿Por qué?— Preguntó Jesse, confundido.

—La primera vez no tenía dinero, y apostó su auto.

Esa simple frase me tomó por sorpresa, había que tener mucha confianza en las habilidades para hacer una acción tan temeraria. Nadie apostaría su coche, y mucho menos cuando se estaba iniciando en las carreras callejeras.

El niño se había ganado un poco de mi respeto por ello.

Miré a Héctor, y pregunté. —¿Cómo se llama?.

Héctor se encogió de hombros. —Oh, no lo se. Dio su apodo: Baby.

—¿Baby? ¿Que clase de apodo es ese?— Vince soltó una carcajada, y Leon y Jesse se unieron a él.

Héctor soltó un bufido divertido. —No tengo idea, solo soy el informante.

El sonido grave y agresivo de un motor V8 recién encendido llenó el ambiente. Todos voltearon al unísono. A lo lejos, avanzando lentamente por la pista entre los corredores y sus máquinas, venía el Camaro. El sol se reflejaba en su carrocería verde oscuro con reflejos cromados. Cada centímetro que avanzaba, la gente se acercaba más a observar el vehículo, cautivados por el rugido profundo del motor y la belleza de su color.

Miré hacía el auto con detenimiento, y no pude evitar murmurar con expectación. —Vamos a ver de qué está hecho el chico nuevo.

.

Mía Toretto.

 

Nunca me cansaba venir a Race Wars.

Había sido una actividad que comenzó con su padre y, a pesar de perderlo ya hace unos años en un fatal accidente, mi hermano quería seguir con la tradición de venir a ver las carreras. Y, ahora mucho más, teniendo en cuenta que era uno de los organizadores.

El sol se reflejaba sobre el asfalto agrietado del viejo aeropuerto abandonado, y la brisa caliente hacía que mis gafas de sol se cayeran lentamente por mi nariz. El calor, el ruido, el olor a gasolina y caucho quemado... todo era tan embriagador por sí mismo. Estaba sentada cerca de la línea de salida, con una botella de agua helada en la mano y recostada contra la reposera de playa. A mi lado, mi mejor amiga, Letty Ortiz masticaba chicle como si fuera un ritual de concentración.

Ambas compartimos esa adicción por la velocidad, algo que se nos pegó desde niñas. Crecer alrededor del garaje de mi padre, y donde también trabajaba el papa de Letty, escuchando hablar de carburadores antes de que muñecas, de herramientas y motores, y presenciar ciento de carreras... bueno, eso marcó una diferencia y se volvía parte de nuestra vida como respirar.

—¿Ves aquel Mazda?— Comentó Letty, dándome un codazo mientras señalaba con la barbilla. —Es uno de los Ballas, y lo estaba preparando como si fuera a volar.

Sonreí, y respondí. —Espero que no explote, creo que lo vi alardear y coquetear con algunas chicas. Es puro show.

Seguimos hablando de cosas triviales, mientras la música de los altavoces inundarán a lo lejos y el calor insoportable nos hiciera sudar levemente. Sabía más que la mayoría de los tipos de por aquí, y a pesar de no ser molestada por ser hermana menor de Dom, ellos nos veían como otras niñas tontas... era divertido ver como nos subestimaban y seguramente éramos mejores que ellos.

A veces la conversación iba para otro lado, charlando sobre la escuela y como pronto íbamos a tener que volver allí, un lugar donde a Letty personalmente no le importaba mucho. Pero yo, por mi parte, quería ser un doctora como lo había sido mi madre antes de retirarse y esperaba poder lograrlo en el futuro.

Pero entonces.... todo se detuvo.

El rugido de un motor V8 interrumpió el aire, vibrando como un bestia que les decía a toda la multitud que se apartara de su camino.

Ambas giramos nuestras cabezas al mismo tiempo.

Y allí estaba. Un Chevrolet Camaro SS del 67, color verde oscuro, cromado que brillaba a la luz del sol y el cielo despejado. El sonido que emitía a su paso no era solo ruido, o un intento de llamar la atención, era una declaración obvia de intenciones. Y vaya que lo consiguió, las miradas fueron hacia su auto. El tipo que conducía el auto sabía lo que estaba haciendo, no un alarde de palabras, sino de intenciones.

Mientras avanzaba hacia la línea al lado del Mazda por fin pudimos ver quien era. Las gafas de sol ocultaban sus ojos, el cabello rubio ondeando por el mínimo viento del desierto. Mantenía una postura tranquila, segura, y una sonrisa como si perteneciera a ese mundo.

Pero entrecerrando los ojos, me di cuenta que lo conocía.

—¿Es solo mi imaginación o ese tipo se parece mucho a...?

—No. No es tu imaginación— Respondió Letty, y adelantó un poco su cuerpo en la silla para ver mejor, y con un pequeño silbido agregó. —Es Xander.

No pude evitar morderme levemente el labio inferior al mirarlo bajarse las gafas con esa sonrisa suyo. Había sido siempre el chico popular, uno que hacía amigos con facilidad y se llevaba bien con los diferentes grupos escolares, pero ahora... había allí una nueva confianza y un nuevo fuego que acompañaba al que salía de su caño de escape. Cambio, podía verlo. Su forma relajada de sostener el volante, y esa sonrisa confiada, le recordaba mucho a su hermano. Podía lucirse un poco, y parecer arrogante, pero en sus ojos azules estaba la certeza de que podía ganar con facilidad su carrera.

—Wow... está mucho más...— Comencé a decir suavemente. 

—Guapo— Completó Letty por mí, soltando una risa.

Letty se acomodó en su asiento, con una sonrisa cómplice.

—Parece que esta carrera va a hacer más interesante.

.

Alexander "Xander" da Silva.

24 Horas Antes.

La noche cayo en Ganton, y la música a todo volumen se volvió protagonista.Las paredes de la Casa de Sweet vibraban con el beat de Madd Dogg que salía de un parlante modificado y, que curiosamente, había sido robado por uno de los miembros. La fiesta estaba en su punto más alto, el patio donde estaba la pequeña cancha de baloncesto estaba repleta mientras dos altavoces eran puestos desde las ventanas de la sala de estar, donde también había bastante gente... había mucha gente, hermanos del barrio, novias de los OGs, amigos, chicas, miembros de las otras facciones y conocidos que fueron invitados.

Vaya, juraría que la mujer que estaba hablando con Kendl en el porche, era Denise... una futuro posible novia de CJ.

Yo, por mi parte, no quería ingresar y oler los diferentes porros que aportaba Ryder. Prefería la tranquilidad de estar afuera, apoyado en mi Camaro, con una corona en la mano. Nunca había estado tan... orgulloso de algo que había hecho, y aunque lo pude lograr con la ayuda de las habilidades del sistema, había sido yo quien durante un mes entero pase respirando aceite, cambiando tuercas y tornillos, y escuchando el sonido del motor.

—Hey, Baby— Un miembro se acercó, y nos dimos un apretón de manos. —Felicidades por terminar tu auto, y me entere que ganaste ya algunas carreras, bien hecho.

Sonreí, y asentí agradecido. Cada elogio lo recibía con una sonrisa tranquila, no entendía como un auto y ganar algunas carreras callejeras podía hacerme ganarme el respeto de propios y externos. Los miembros de la banda ya no usaban el Baby para burlarse, sino con respeto.

Y eso se sentía bien, puede que fuera popular... sobre todo teniendo en cuenta que era amigo de los OG del Grove Street. Pero ahora tenía respeto y renombre propio, algo que significaba mucho para mi.

—¡Hey, X!— Ryder, quien salió de la casa sin las gafas de sol y mostrando sus ojos rojos por la hierba, acompañado por Sweet con una corona en la mano.

X. Se había vuelto otro apodo, dado por el propio Ryder, quien había dicho que necesitaba desligarze de Baby. Pero no me molestaba tanto, pero tener tantos apodos podría confundir a las personas ajenas a su entorno.

—Qué hay, chicos. ¿Qué pasa?.

Ya nos habíamos visto, pero nos dimos un apretón de manos amistoso como siempre. 

—Tu nombre comienza a ser conocido, chico— Dijo Sweet, y le dio un trago a su corona.

Ryder le dio una calada profunda al porro, y agregó. —Un colega mío a estado escuchando de tu actuación en las calles, y te ha invitado al Race Wars de este año. 

—¿Race Wars?.

—Sí, ya sabes. Las carreras en el aeropuerto abandonado a las afueras de la ciudad— Respondió Sweet, y agregó. —Se hacen anualmente, y es una zona neutral para todas las pandillas desde el noventa y uno.

De hecho, sabía de las Race Wars por las películas. Pero salió tan superficialmente que no entendía el verdadero impacto de ellas, así que esto era un desarrollo interesante para mi.

—Este colega mio es parte del equipo de organizadores, y te vio en una de las carreras y como los cabrones terminaban lloriqueando cuando los vencías. Así que se puso en contacto conmigo para hacerte saber de la invitación.

Me encogí de hombros, fingiendo modestia.

—No fue para tanto.

—Bullshit— Interrumpió Sweet, y me dio un golpe suave en el brazo. —No te hagas el modesto. Lo que lograste en una semana fue impresionante. No tenemos un representante en las carreras callejeras desde la muerte de Tony, es importante para la familia, hermano.

Tony, había escuchado de él. No solo era uno de los OG que menciona Sweet que murió años antes con la decadencia de las Familias del Grove en el cementerio, sino que sabía gracias a mis nuevos recuerdos que este había sido uno de los mejores representantes.

Lamentablemente murió después de una carrera en un tiroteo entre él y los ballas.

Respire hondo mientras me separaba de mi auto, y me adelantaba unos pasos, sintiendo los ojos de los OG en mi espalda. Era la primera vez que sentía por parte de Sweet un pedido y este era uno verdaderamente importante, sin duda. Sabía que los Families estaban en decadencia, vaya lo había visto y presenciado con mis propios ojos, muchos de los chicos que conocía estaban cayendo en las drogas pesadas que poco a poco se filtraron en el barrio y había escuchado los informes de las otras dos ramas de los Grove.

Y, los Grove Street eran familia. Lo había sentido así, no solo desde que desperté en este cuerpo, sino al pasar los días, semanas y meses con todos ellos. Sí, hacían cosas fuera de la ética común... era verdad. Pero también hacían otras grandes cosas, había ido personalmente a el orfanato donde trabajaba Beverly para llevar ropa, comida, entre otras cosas a los niños.

Muchos de ellos hijos de miembros de la banda, pero otros no y los cuidaban de igual manera.

La decadencia estaba aquí, y no podía esperar a la vuelta de CJ para que todo mejoraba por que, de hacerlo... estaría condenando a muerte a Beverly, una mujer que es un gran apoyo a la moral de la banda en general y para mi mismo. Seguramente habría otras formas de traer a CJ de vuelta al barrio, sin duda, con su ayuda todo sería mucho más fácil.

Pero hasta entonces...

—De acuerdo. Lo haré.

Hubo un momento de silencio.

—Te lo pregunte por que no hay nadie mejor que tu... pero tampoco quiero que te sientas obligado a hacerlo. ¿Estás seguro?.

Sweet preguntó, algo culpable en su voz, era un lider suave... pero eso lo hacía diferente y más acorde a mis propios valores.

Sonreí, y volteé la cabeza para mirarlo sobre mi hombro, y le guiñe un ojo.

—Déjalo a mi.

Presente.

De aquella manera me había convertido en el conductor oficial de Grove Street, un puesto olvidado desde la muerte del OG Tony. Pero ahora era mío, y con dicho lugar, tenía pensado volverme en uno de los miembros más importantes de los Families para evitar su caída... puede que CJ no estuviera para la banda, pero la banda me tenía a mi.

Grove Street volvería a la vida, y sería por mi mano.

 

▂▂▂▂▂▂▂▂▂▂▂▂▂▂▂▂▂

 

¿Qué les pareció?.

Es uno de los capítulos más largos hasta el momento pero uno que, sin dudas, me encantó escribir. Además, creí que era un buen momento para introducir varias cosas de la saga de Rapidos y Furiosos.

Espero que les haya gustado mi interpretación de los diferentes temas (los OG muertos de Grove Street, la Race Wars, y la introducción de personajes claves como Mia, Letty, Dom y los demás.)

Gracias por el espacio <3

Chapter Text

▂▂▂▂▂▂▂▂▂▂▂▂▂▂▂▂▂

 

『Race Wars (Parte 2)』

 

Alexander "Xander" da Silva.

 

Sonreí a una chica linda desde la ventana de mi auto, la brisa cálida del desierto acaricia mi rostro y mueve mi cabello rubio. Dicha brisa me traía los gritos de aliento de los miembros del Grove Street. Ryder, Big Bear, Sweet e incluso Big Smoke se hacían notar entre la multitud como una barra brava celebrando un partido de fútbol.

—¡Hazlo pedazos, X!— Escuche gritar a Ryder, y estaba bastante seguro que apostó mucho dinero a mi favor.

Ajuste el espejo con mi mano libre, apoyando el otro brazo que sostenía el volante contra la puerta con la ventana baja y me permití una sonrisa confiada. Estos momentos desde que... obtuve las habilidades del Sistema, me hacían sentir en casa.

Avancé despacio hasta la línea de salida. Mi Camaro rugía como una bestia vieja y orgullosa, lista para reclamar su territorio. Fue entonces que lo vi.

Un Mazda RX7 FD Series 6, morado oscuro, brillante bajo el sol californiano. Aerodinámico, agresivo, nuevo. El auto perfecto para alguien que quería presumir más que correr.

El conductor era un pandillero de los Ballas. Lo reconocí por el pañuelo púrpura que hacía cubriendo su cabello y los tatuajes en el cuello. Estaba sentado en el asiento del conductor, mirándome con arrogancia como si fuese una cucaracha que aplastaria en su cocina.

—¿En serio?— Bufó, casi con molestia. —¿Tu eres el famoso baby del que todos hablan? ¿Un mocoso con cara de niño bonito conduciendo un trasto de los sesenta.

No respondí. Me mantuve tranquilo, con mi sonrisa confiada.

—Hacía rato que los Families no mandaban a nadie decente a las carreras— Continuó, y escupió hacia mi auto. —Y hoy tampoco, si su mejor representante es un niño... realmente están en decadencia.

Sonreí, soltando un bufido divertido ante su intento de provocar algún tipo de reacción con sus palabras.

—Hablas mucho para alguien que solo verá mis luces traseras. 

El Balla entrecerró los ojos. Y antes de que pudiera decir algo, le di una mirada.

—Ya que estás tan confiado de tu victoria. ¿Por qué no hacemos esto más divertido?— Comente distraídamente. —Si no tiene miedos... apostemos los coches.

El silencio fue corto. Él se rió, como si lo hubiera desafiado a jugar a la rayuela.

—Sin duda estás loco, niño. ¿Quieres jugar en las grandes ligas?. De acuerdo, me va a encantar sacarte ese camaro y pintarlo como se debe. El verde de los Grove me da náuseas. A esa belleza le quedará mejor un morado.

Soltando una pequeña risa, me subí con un dedo las gafas de sol que tenía apoyado en la nariz. Y le sonreí como un cabrón.

—Te haré un favor— Le dije, en alto para que me escuchara. —Te ahorraré la pintura.

Él frunció el ceño. El RX-7 rugió como un felino recién soltado de su jaula. Pero mi Camaro... mi Camaro era un dragón que se despertó de su letargo, y tenía hambre... hambre de victoria. El público estaba prendido fuego mientras los dos autos vibraban en la línea de salida y sus motores rugían.

Miembros de los Ballas gritaban a su colega, pero nada comparado con la fuerza en que lo hacían los Families. Y, además de eso, este duelo llamó la atención de la gente que estaba alejada y se acercaban para ver el duelo entre los Grove y los Ballas.

Él frunció el ceño. El RX-7 rugió como un felino recién soltado de su jaula. Pero mi Camaro... mi Camaro bramó como un dragón viejo con hambre. Los dos autos comenzaron a vibrar en la línea de salida, y el público a cada lado se apretó para ver el duelo entre Grove y Ballas.

Un tipo con gorra, camiseta blanca y unas gafas de sol se posicionó entre los autos. Nos señalo a cada uno para saber si estamos listos.

Asentí, mientras ponía la mano en la palanca, apretaba con suavidad el volante y tenía los ojos en la meta.

Alzó sus manos.

El ambiente parecía silenciarse en mis oídos, solo era yo, la pista y mi auto.

Y, finalmente...

El hombre bajó los brazos.

¡Bang!

Los neumáticos chirriaron, el humo se levantó de las ruedas, y el Camaro rugió como un león enfurecido, y salió disparado hacia adelante cuando presione el acelerador. A mi costado, el RX-7 no se quedó atrás, su aceleración y velocidad eran adecuadas, y se mantenía a la par mía. 

Por unos segundos, estábamos cabeza a cabeza. Miré hacia mi izquierda, y miré hacia el Balla quien, iba mordiéndose el labio, concentrado, con los ojos bien abiertos.

Yo sonreí. Me sentía tranquilo. Seguro manejando. El Camaro se comportaba como una extensión de mí.

A mitad de la pista de carreras, giré la cabeza a mirarlo. No necesitaba ver el camino. Levanté mi mano de la palanca de cambio, y le sonreí.

—Hasta la vista, Baby.

Pisé el embrague, metía la siguiente marcha y podía ver como avanzaba para dejar a mi contrincante atrás.

Un cambio perfecto.

El Camaro se lanzó hacia adelante como si hubiera estallado un cohete en su interior. El RX-7 quedó atrás en un suspiro, siendo una figura que se veía en mi retrovisor. 

El rugido de mi coche se mezclaba con los gritos del público y el estruendo de mis latidos.

Cuando crucé la línea de meta, lo hice con el brazo fuera de la ventanilla y una sonrisa dibujada con fuego. Había ganado. No sólo una carrera... eso era lo de menos. Además del auto, había ganado algo más importante... respeto. 

Giré el auto, y volvía hacia donde estaba la multitud reunida, al llegar los gritos de los Families era estremecedor y muchos de ellos golpeaban el camaro con suavidad. 

Frené y el motor suspiró satisfecho. Me bajé entre aplausos, gritos y los brazos de los Grove rodeándome como si hubiera ganado un campeonato mundial. Salude a muchos de ellos con una sonrisa, antes de darme un apretón con un sonriente Ryder.

—¡Ese es mi chico!— Gritó Ryder, dándome una palmada fuerte en la espalda. —¡Así se corre, loco!.

El RX-7 llegó poco después, el Balla le dio un golpe al volante con frustración. Me acerque hacia el auto, podía sentir la mirada de todo el mundo y sobre todo la de los miembros de los ballas sobre mi. 

Golpeé el techo con suavidad, y el tipo me miró con la mandíbula apretada.

—¿Me das las llaves o también quieres que te enseñe a conducir?— Le pregunté con una sonrisa.

Me miró con furia. No dijo nada. Solo bajó, cerró la puerta del auto con fuerza y se fue mientras me lanzaba las llaves que atrape en el aire, podía oírlo mascullando insultos mientras se alejaba.

—Gracias por el regalo. Los Grove te mandan saludos.

Detrás de mi, los miembros de la banda festejaron y fui rodeado otra vez mientras recibía palmaditas en la espalda. 

Grove Street volvía a estar en el mapa.

.

El ambiente a mi alrededor era puro desmadre. Los Grove Street nos apropiamos de un lugar y, como resultado, parecía una fiesta pequeña. El Camaro, el Mazda y otros autos pertenecientes a varios miembros de la familia, un par de chicas conocidas con amigas que no conocíamos se acercaron para estar alrededor de los miembros y otros hermanos no se cansaban de darme palmadas en la espalda mientras brindaban con coronas.

Ryder era el más contento de todos, no dejaba de reírse, exagerando con la imitación de la cara que puso el Balla cuando le pedí las llaves.

—Hermano, ese cabrón parecía estar a punto de romper con la neutralidad del lugar— Decía Ryder, su sonrisa era contagiosa para los de su alrededor.

—Si lo hacía, hubiera sido más humillante para él— Respondí, provocando una risa general.

Tomé un sorbo de mi corona, no sabía lo que era pero... amaba estar aquí. Aun sabiendo todas las complicaciones que podría haber en este mundo, uno que unía dos universos diferentes pero parecidos, no sabía si era la estética o los años noventa. Pero me encantaba, tenía colegas que eran familia, familia más allá de la sangre, y un futuro mucho más prometedor gracias al sistema.

Estaba agradecido.

Había chicas que se acercaban, aunque no entendía si era por sentir realmente curiosidad por el camaro y las historias que se estaban contando sobre su restauración... o quizás con la simple necesidad de acercarse a mi. Una de ellas, de cabello castaño rojizo y cuerpo voluntarioso, me lanzó una mirada traviesa mientras se ponía a mi lado.

No había estado con una mujer desde que había renacido en este mundo y, con toda la sinceridad había sido lo último en su mente, pero al mirar a la chica a mi lado... realmente no me importaría disfrutar del momento.

Pero antes de que alguno de los dos pudiéramos decir algo. Ryder saludó a alguien con mucho entusiasmo. —¡Hey, Héctor! ¡¿Qué te dije?!.

Giré la cabeza con curiosidad, y vi a Héctor, el mexicano vestido como lo recordaba: camiseta blanca, pantalones cortos, y con su característico bigote. Avanzó a paso relajado entre la multitud, saludó a Ryder con una sonrisa y un apretón de manos. 

—Ryder, mi hermano. Debo decir que es la primera vez que tienes razón en algo— Dijo Héctor con una sonrisa divertida, provocando una risa de Sweet y el mismo Ryder.

—Todos tenemos una primera vez, eh, Héctor— Añadió Sweet, luego de saludarlo.

Héctor río divertido, y me miró y me extendió la mano que no dude en tomar para saludarlo. —Buena carrera, chico. Tienes estilo— Dijo, y su mirada se desvió hacia el Camaro con curiosidad.

Sonreí, y asentí a sus palabras. —Gracias. 

—No es nada. Conozco a tipos como tu a los que les gusta ganar.

—A todo el mundo le gusta ganar., no hay mejor sensación que eso.

—Bien dicho— Respondió Héctor, asintiendo a mis palabras. —Y sí estás dispuesto, tienes una oportunidad de ganar otra carrera.

—¿Otra carrera?.

Levanté la ceja con curiosidad, tenía algunas más para correr y estaba seguro que muchos Ballas querían competir contra mi, no solo para vengar la humillación de su colega, sino para intentar ganar mi auto como una venganza más dulce.

—Sí, un circuito. Al atardecer— Contestó Héctor. —Uno de los organizadores te quiere en ella. Dominic Toretto me pidió que te llevará con él para explicarte las reglas.

Los Families se quedaron en silencio un momento, el nombre por sí solo había ganado mucho peso en las calles desde la salida de Dom del reformatorio y, mucho más, luego de ganarle a su hermano menor, Jacob, una carrera que hizo que este último se fuera de los Ángeles.

Ryder arqueó una ceja, sorprendido.—Dom, ¿eh? Esas ya son ligas mayores, Xander.

Yo lo miré con una sonrisa confiada, y le guiñe un ojo para voltear a ver al latino y decirle. —Estoy dentro, veamos esas reglas. 

Héctor asintió satisfecho. —Perfecto. Sígueme, está por allí.

Choque puños con Ryder, Sweet, y los otros miembros de la Familia, ya comenzaban a darme porras y palmadas en la espalda. Esta oportunidad no era alguna que pudiera rechazar, y mucho menos ahora en el ascenso de mi propia reputación, el peso de Dominic Toretto ya estaba en despegue y que él mismo me quisiera en una carrera de circuito significaba que mi actuación le gusto.

Ya no solo se trata de bandas callejeras, sino de los pesos pesados... aquellos que podían crear un lugar neutral para las carreras.

Estaba decidido a que mi nombre se dijera con respeto.

.

Héctor me guió a través de un par de caravanas, parecía ser el lugar donde más se quedaban los organizadores ya que el ruido de la música bajaba de intensidad y las charlas eran más evidentes. Pasamos algunas, hasta que pudo ver finalmente a Dominic Toretto y su gente. 

Dom se mantenía firme, tenía ese aspecto de tipo duro con su cabeza todavía no calva del todo, pero se notaba su juventud y la falta de experiencia que vendría con los años. Aun así, ya vestía con camisetas sin mangas y su rosario colgado en el cuello. Vince debía ser igual o un poco más joven, tenía esa expresión de conflicto que te decía: "No me caes bien". Leon sonreía de forma relajada e indiferente, Jesse jugueteaba con un destornillador como si no pudiera quedarse quieto. Y, por supuesto, las dos chicas del grupo que me miraban con una curiosidad intensa.

Y mis recuerdos me decían que ya las había visto mucho antes, y era en la escuela.

Letty tenía ese aspecto de chica ruda, aunque ahora tenía un año menos que yo. Parecía estar yendo en esa dirección, y no podía decir que me disgustaba, había algo en aquella actitud que me gustaba de ella. Mía, por otro lado, incluso ahora tenía el aspecto de una chica dulce con las metas bien claras incluso a esta edad. Y por lo que me decían mis recuerdos, ambas eran mejores amigas.

Algo que me gustaba de estar en este mundo, era poder enterarme de estas pequeñas cosas que nunca se les dio tanta importancia a la vida en sus películas o, en caso de los Families, en su videojuego.

—Hey, Dom. Este es Xander— Anunció Héctor.

Me acerqué al lado de Héctor, y levanté la mano en forma de saludo. —¿Qué hay?— Dije con una media sonrisa.

Jesse fue el primero en levantarse con cierto entusiasmo. —¡Viejo, me encanta lo que hiciste con el motor de Camaro!— Dijo, podía notar fácilmente la fascinación que sentía por los carros en su voz.

—Gracias— Dije, chocando los puños con él.

—¿Y eso que, Jesse?. Tiene un aspecto de muerte, amigo... bien hecho— Agregó Leon, y me asintió mientras me daba un apretón de manos.

—Quería representar a mi Gang— Respondí con una sonrisa, agradecido por los elogios de Jesse y Leon, dos personas que merecían mucho más en las película. Uno murió demasiado pronto, y otro no volvió a aparecer.

—Así que eres el famoso corredor de Ganton— La voz de Letty atrajo mi atención, y ella se acercó con su sonrisa confiada. —Haz cambiado, Xander.

No recuerdo haber tenido mucha interacción con ninguna de las dos en la escuela, más allá de saludos esporádicos en los pasillos, usualmente al original le gustaba pasar más tiempo haciendo trucos con su bicicleta, skateboard o ir a las canchas a jugar baloncesto después de clase.

No le interesaban tanto las 'citas' en ese momento.

—¿Se conocen?— Preguntó Leon, con una ceja levantada con curiosidad.

—Un poco, vamos a la misma escuela— Respondí tranquilamente. —Es un placer verte, y a ti también, Mía. 

—Hola— Saludó Mía, su voz fue tímida, y se acomodo un cabello detrás de la oreja. 

Parecía una sorpresa para el resto que conociera a las dos chicas del grupo, supuse que no se lo comentaron hasta este momento. Pero no me dio mucho importancia, cuando Dom dio un paso adelante, cortando cualquier conversación que pudiéramos tener. 

—Vayamos al grano— Dijo Dom, con gruesa. Imponiendo la autoridad que le dieron sus amigos como su líder. —Cómo Héctor te habrá dicho, hay varias carreras extras que serán más tardes. Pero no como las que estás acostumbrado a ganar. Esto no es solo ir en línea recta y cambiar de marcha. Es un circuito, curvas y cambios de ritmo... corredores experimentados que lo vienen haciendo hace mucho tiempo. ¿Crees que estás listo para ello?.

Podía sentir la mirada de todos en mi. Y no pude evitar quedarme en silencio un segundo. Hasta ahora, como el mismo Dom había mencionado, todas las carreras que había participado desde que arregle al Camaro fueron en un solo sentido, pura velocidad en línea recta. Esto sería diferente, otra liga... pero no vine hasta aquí a decir que no.

—Suena bien. Estoy dentro— Respondí con una sonrisa.

Dom asintió, casi podía ver el destello de respeto en sus ojos, volteo a mirar a Jesse. —Jesse dale uno de los dispositivos— Dijo, y yo lo miré con un poco de duda. —Esto es lo que usamos— Explicó, y observe un dispositivo negro, con una pantalla compacta y un par de cables. —GPS en tiempo real. Te muestra el mapa del circuito, tu posición y la de los demás autos. Solo tienes que montarlo en tu tablero y conectarlo al sistema.

—No debe ser tan difícil— Dije, con un encogimiento de hombros.

Tenía una inteligencia superior gracias al sistema, lo iba averiguar en cuanto pusiera mis ojos en mi auto.

—No te preocupes— Intervino Letty, sonriendo con un aire desafiante. —Yo y Mía te ayudaremos.

Mía dio un paso hacia mía con timidez, pero sonrió suavemente. —Sí, será más rápido si te decimos cómo hacerlo. Además queremos ver tu auto.

No vi razón para rechazar su ayuda, podía ser una buena oportunidad para conocerlas más allá de la información que tenía de las películas.

—Claro, no hay problema— Dije, sonriendo a ambas. 

Miré a Dom, quien no parecía importarle mucho que su hermana y, quien sería su futuro esposa, vinieran conmigo. Así que no comente nada, y le extendí la mano. —Nos vemos luego.

El me dio un apretón, y asintió. —Te estaré observando, Xander— dijo, con esa mirada que era mitad advertencia, mitad aprobación. Aunque no sabía si era por ir con Mía y Letty o por la carrera.

Me aleje hacia donde estaba mi Camaro y los miembros del Grove, la música poco a poco fue llenando mis oídos mientras charlaba casualmente con Mía y Letty. Pero mi mente ya no estaba en la charla, sino en la carrera por venir. Ya que no sería solo para mostrarme en las calles, era para probarme a mí mismo... y aumentar el respeto que hubiera en mí nombre.

 

▂▂▂▂▂▂▂▂▂▂▂▂▂▂▂▂▂

 

¿Qué les pareció?.

He estado enfermo estos últimos días y no me ha hecho ningún favor para escribir nada, ahora me siento un poco mejor, pero dependiendo de si mejoró por completo o no actualizare tan seguido como pueda.

Chapter 7: Personajes, Vehículos y Más.

Chapter Text

▂▂▂▂▂▂▂▂▂▂▂▂▂▂▂▂▂

 

Personajes:
(Al menos, los que fueron nombrados hasta el momento)

 

Alexander "Xander" da Silva.
(Joven: Luke Eisner)
(Adulto: Chris Hemsworth)

(Joven: Luke Eisner)(Adulto: Chris Hemsworth)

 

Grove Street:

 

Denise Clinton.
(Nyomi Banxxx)

Franklin Clinton.
(Niño: Dean Scott Vázquez)

Beverly Johnson.
(Alfre Woodard)

Sean "Sweet" Johnson.
(Ice Cube)

Carl "CJ" Johnson.
(Corey Hawkins)

Kendl Johnson.
(Meagan Good)

Brian Johnson. [F]
(Shad Moss)

Lance "Ryder" Wilson.
(Jason Mitchell)

Melvin "Big Smoke" Harris.
(Jamal Woolard)

 

 

Toretto Team:

 

Dominic "Dom" Toretto.
(Vin Diesel)

Mia Toretto.
(Jordana Brewster)

Leticia "Letty" Ortiz.
(Michelle Rodriguez)

Vincent "Vince".
(Matt Schulze)

Jesse "Jess".
(Chad Lindberg)

Leon Scott.
(Johnny Strong)

 

 

Otros personajes:

 

Brian O'Conner.
(Paul Walker)

Roman Pearce.
(Tyrese Gibson)

Luis Fernando Lopez.
(Michael B. Jordan)

Emmet.
(Glynn Turman)

Denise Robinson.
(Harley Dean)

Jacob Toretto.
(John Cena)

 

 

~~~~~~~

 

Autos de Alexander:

(N/A: Se irá actualizando con el avanzar de la historia.)

Chevrolet Camaro SS (1967) {Modificado}

Chevrolet Camaro SS (1967) {Modificado}

 

Autos de Sweet:

Chrysler Fifth Avenue (1989)

Chrysler Fifth Avenue (1989)

 

~~~~~~~

 

Actualizaciones: Mayormente cuando terminó un capítulo lo subo o espero al día siguiente si ya he publicado uno. Pero, mientras que a veces pueda subir un capítulo al día, otros simplemente tardaré más. Dependiendo mucho de mi estado de ánimo y las ganas de escribir que tenga.

No me molesta que algunos me quieran dar algunas ideas que le gustaría ver en la historia. La analizaré y veré si puede ser implementada con la línea temporal que tengo escrita.

Espero que les guste la historia.