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Hablando sobre nosotros

Summary:

Un par de relatos cortos de Aki y Ángel hablando sobre su relación y relacionados.

Chapter Text

Bueno… He de admitir que Ángel me caía mal en un principio, hasta podría decir que me caía mal, o que hasta lo odiaba. Pero esos sentimientos fueron más por prejuicio que por odio de verdad.

Mi primera impresión sobre él es que era terriblemente perezoso ya que rara vez hacía la tarea, y por eso mismo se metía en problemas seguido. Es una de las cosas que más detesto en una persona.

Aunque, esa impresión fue deshecha en cuanto la maestra Makima me comentó que a Ángel le costaba concentrarse mucho en clases y que eso le complicaba el hacer las tareas. Ella me dijo que soy un buen estudiante y compañero, así que me preguntó si podía ayudarlo con sus tareas. Obviamente acepté. No podía negarme a una petición suya.

Nos empezamos a juntar semanalmente en la casa de cualquiera de los dos para ayudarlo con las tareas y, sin darme cuenta de en qué momento pasó, me terminé enamorando de él, por cosas tan simples pero aún así significativas. Cosas como su sonrisa cálida, el rubor rosado que cubría sus mejillas cuando se reía melosamente, sus preguntas curiosas, su capacidad para escuchar, su comprensión, que soportara a mis hermanos… Todo. No sabría cómo explicarlo con exactitud. Simplemente me daban ganas de abrazarlo y besarlo.

Al darme cuenta de esos sentimientos, me sentí confundido y preocupado. En teoría, a mí me gustaban las mujeres, ¿No? O sea, ni siquiera lo podría decir en plural, ya que la única mujer que me gustó fue la maestra Makima. Pero… También me replanteé esos sentimientos. ¿Era amor, pubertad o lealtad? No llevó mucho tiempo para darme cuenta de lo que en realidad sentía. No era más que la adolescencia y la lealtad haciendo su efecto en mí.

Ya aclarados esos sentimientos, volví a pensar en Ángel. ¿Lo que sentía por él era amor, pubertad o amistad? Lo pensé un rato, mirando el techo de mi habitación. La respuesta no tardó mucho en llegar a mi mente; Era amor, con una muy, muy leve pizca de pubertad en ese torbellino de emociones.

Caí en una crisis. No podía creer que me gustara mi mejor amigo, y que encima era gay. Me sentí abrumado por ese sentimiento. Me empecé a hacer la cabeza con que eso estaba mal. Por lo menos en esa época, no estaba bien visto ser homosexual. En la que un chismoso se enterara, toda la secundaria lo iba a saber y por eso me iban a acosar hasta que me vaya a la universidad. Lo peor de todo sería que Ángel no iba a querer seguir siendo mi amigo.

O por lo menos así fue la película que me inventé.

La desesperación, confusión y ansiedad empezaron a sacarme de quicio. Sentí como mi respiración empezaba a ser pesada mientras la sensación de mi pecho apretándose me molestaba y abrumaba, y comencé a llorar sin siquiera darme cuenta.

Supongo que fue en ese momento que mis hermanos me escucharon, porque entraron a mi habitación y me preguntaron que pasaba. Cuando les conté, me consolaron y me apoyaron. Supongo que para ser tan pequeños no sabían que era ser gay, porque me dijeron que si era necesario, iban a ser “gayes” conmigo. Fue estúpido, pero tierno, y me hizo sentir mucho mejor.

Aunque Power y Denji fueron los que me sacaron del clóset con mi papá y le contaron a Ángel lo que sentía por él. Fueron las peores vergüenzas de mi vida, pero terminaron bien, al menos. Taiyo solo intentó tranquilizarlos, pero no lo logró. Le queda mucho por aprender.

Ahora somos novios desde hace unos meses, y me siento libre de hablar con él todo lo que quiera. Siempre me escucha y aunque no es bueno con palabras, siempre se preocupa por mí, me consiente, me da besos en la frente, me abraza… Lo amo, e intento darle todo el amor que merece. Ojalá pudiera hacer todo lo él quiere.

También me siento feliz de que él esté cómodo de comentarme lo que le hace sentir incómodo, o inseguro, o triste. Yo tampoco soy bueno con las palabras, pero intentó esforzarme por hacerlo sentir mejor, y parece siempre funcionar.

Una de las cosas que hago para demostrarle cuánto lo amo es hacerle una vianda solo para él, con mucha comida pero sobre todo con cosas dulces, porque es lo que más le gusta. Siempre se pone muy feliz, y lo come de un parpadeo. Me sorprende que esté tan flaco con la cantidad de porquerías que come, pero por lo menos está sano.

Bueno… Creo que además de eso no tengo mucho más que comentar. Decir cuánto lo amo sería repetitivo.

Como última conclusión: Espero que esto dure para siempre, y amo mucho a mi querido ángel ♡♡♡

Chapter 2: Ángel hablando de Aki.

Summary:

Ángel habla sobre como su relación con Aki fue creciendo.

Chapter Text

Honestamente, a mí tampoco me caía bien Aki, pero más que “odio”, fue… Envidia.

Yo no quería hablarle. Sentía como que… Presumía o algo así. Siempre traía cosas ricas a la escuela, pasaba siempre al pizarrón y encima estaba todo bien. Fue Makima quien me obligó a acercarme a él, porque dijo que podía ayudarme con mis tareas. No quería, pero iba a valer la pena para subir las notas.

En uno de los recreos, él se me acercó primero con esa voz toda monótona, diciendo que me iba a ayudar y blah blah blah… Dejé de prestarle atención a su discurso después de un rato. Me puse a prestarle más atención a la vianda que traía en las manos. Estuve a punto de comerlo. Tenía muchas verduras, pero se veía rico.

Bueno… Para que me ayude con mis tareas, nos juntamos en su casa, o a veces en la mía después de la escuela, así que prácticamente su casa se convirtió en la mía y la mía en la suya.

Supongo que cuanto más le hablaba, más me empezaba a gustar. Empezaba a sospechar que él también gustaba de mí ya que parecía ponerse nervioso más fácilmente a mi alrededor, pero lo descarté porque pensé que era terrible estupidez. No creía que alguien como él, tan atlético, inteligente y talentoso se enamorara de alguien como yo, tan… Opuesto.

Él hace muchos deportes o cosas así; Atletismo, tiro con arco, boxeo, algunas cosas medio olímpicas, creo, y hasta clases de autodefensa. Ver los deportes en los que participa es emocionante, sobre todo cuando él gana.

También sabe. Me contó que no solo hace su propia vianda, sino también para sus tres hermanos, y ahora me hace a mí también, porque ese es uno de sus lenguajes del amor. Mierda que cocina bien.

También por esas cosas me dió un poco de inseguridad.

Empecé a sentir que no era suficiente para él, que tenía que hacer más, hacerle regalos o algo. En cuanto le comenté lo que sentía, me dijo que era algo estúpido, no porque yo lo fuera ni mi pensamiento. Según él, es común sentirse así. Me contó que pensó que era estúpido porque para él, el amor es algo recíproco que se devuelve con cualquier forma de apreciamiento. Así como él me lo demostraba con comida y apoyo, yo lo hacía con un montón de cosas que mencionó él.

Todas esas palabras que usó para describirme se hicieron tan bien. Además de mi ex, nadie me había tratado tan bien. Me hizo sentir tan… valioso, amado y apreciado.

De ahí no me cabe duda de que es el mejor novio del mundo.

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