Archive of Our Own ^beta

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La muerte ,al final, no era tan final

Un dolor agudo en su espalda. La esperanza de poder escapar y proteger esa nueva vida simplemente se perdía.
O sea ,no es que Hyun ju no estuviera acostumbrada. La vida hasta ese momento no había sido precisamente benigna con ella .Pero por alguna razón su espíritu siempre se había negado a rendirse.
Ni cuando su padre la corregía para transformarse en un verdadero macho alfa. Ni sus compañeros en el ejército quienes lo habían notado “delicado “. Esto antes de patear algunos traseros claro. Tampoco las burlas. El estar desempleada. Los abusos sexuales e incluso haber tenido que recurrir a la prostitución. Después de todo tenía que sobrevivir. El techo y la comida se conseguían con dinero. El único lenguaje universal moderno.
Sin embargo al sentir que la oscuridad vencía se sintió…derrotada.
La luz se fue de sus ojos. Y pese a su desazón aceptó su destino en la oscuridad.
Pero ¿quién dijo que iba a ser fácil?
Una voz profunda emergía:
-Una oportunidad más.
Y quién era ella para rechazar.
-Te daré conocimiento. Incluyendo el de Gi hun.
Y solo atinó a cuestionar:
-Él también vendrá ¿verdad?
-No. Dígamos que su situación está…disputada con otro. Pero eso no implica que no puedas acudir a él. Bajo tus propios términos y riesgos.
Y así sintió una cachetada.
Ese cabrón de voz profunda la dejó justo cuando había sido reclutada.

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Plaf….
Había olvidado ese picor en la mejilla. Aunque más esa sensación pesada mezcla de vergüenza y desesperación en su alma.
Ella había perdido y el hombre frente a ella se cobraba su premio. Esa sonrisa cínica recordando y sabiendo lo que ahora sabía solo encendía la rabia en su corazón y aceleraba sus pulmones intentando recuperar la compostura.
Se hizo una promesa. No alcanzaba con saber que moriría por mano propia.
Alzó nuevamente ese sobre. Azul. Amaba ese color. Paz. Pero a su vez, océano. El que puede aparentar calma en la superficie mientras se gesta tormenta que arrasa en el interior esperando a desatar su ira.
Recordó a Young mi. Su consejo en el Pentatlón. Otra vez la culpa y la impotencia. Pero esta vez iba a remediar eso.
Una jugada más….¡victoria! Y en lugar de emocionarse como la última vez…
¡Plaf!
Quería reír. Sin embargo con esa expresión adquirida y perfeccionada de años (lo que le ganó entre colegas del ejército que si participaban de actividades non santas siempre la llevaran:) de “no rompo un plato “ que funcionaba con casi todos,alzó su voz tímida:

-Oh, mis disculpas. Olvidé que usted me daba dinero. Juro que no fue mi intención golpearlo.

El rostro del hombre de traje gris no tenía precio. Los ojos ligeramente desencajados. La boca ligeramente entreabierta. Y esa marca roja donde podían vislumbrarse claramente los dedos. En estos momentos casi agradecía no tener sus hormonas. Casi.

-N-no hay problema. Seguro que…admiro su entusiasmo señorita.

Hyun ju inclinó ligeramente su cabeza. Sus mejores ojos de cachorro y postura de suricata. Pero en su mente ya se creaban un par más de lecciones a este infeliz abusador.

-Igualmente ya hemos jugado suficiente. Veo… su capacidad para estos menesteres Sírvase esta tarjeta. En su situación estoy seguro que necesita dinero. Y esta oportunidad que ofrezco es para personas seleccionadas y limitadas.

Y ahí estaba. La maldita tarjeta . La sentencia de muerte. La invitación al circo para privilegiados dónde ellos serían los fenómenos. Obviamente la tomó y la contempló.

-Gracias. Supongo que estaremos en contacto. Igualmente no gané tanto. Me acaban de despedir de esta granja . Bueno,el dueño prácticamente no me quería como empleada. Pero resulta que ebrio me quería meter mano en su oficina. Siquiera me ofreció extra por ello ¿Lo puede creer?

Iba a atesorar su expresión. Sin lugar a dudas no esperaba algo así.

L-lo siento.

Un último tiro. Solo eso.

-Usted ¿no estaría interesado? Como ya le dije no me alcanza esto. Puedo decirle que en el sexo rentado soy muy competente y tengo experiencia. Si fuera otras circunstancias incluso le ofrecería gratis.

El rostro del hombre era fuego puro. Y por primera vez vio un ligero pánico.

-L-lo siento. No es mi lugar. D-debo retirarme. Estaremos…esperando su llamada.

Todo esto lo decía mientras tiraba el dinero y las fichas en su maletín. Puso pies en polvorosa huyendo del demonio en forma de mujer que tenía delante.
Hyun ju no mentía. Literalmente había ido a buscar su paga encontrando al gerente ebrio. Y este trató de “seducirla “. Como si fuera a pasar. Un golpe seco. Una nariz quebrada. Recuperación de la sobriedad. Y se quedó sin empleo…una vez más.
Sopesó los billetes
Necesitaba un arma. Si iba a visitar a Gi hun al Motel Rosa necesitaba tomar precauciones.
Si alguien preguntaba sería como.tantas veces la asistente contratada de servicios sexuales. Después de todo sabía que todavía vigilaban al 456.
Sin embargo era consciente de que en esos momentos Gi hun estaba alterado emocional y psíquicamente. Como ex militar no iba a arriesgarse ni a dejar cabos sueltos. La misión de salvar a lo que consideraba su familia lo valía. No podía fallar.
Tendría que hacer una visita. Probablemente tendría incluso que dar una buena sesión de sexo oral junto a ese dinero. Pero necesitaba esa arma.
Suspiró. Y se puso en marcha.

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Carajo. Ya había olvidado lo asqueroso que se sentía. Tenía la capacidad de disociar. En caso de ser capturada es esencial para sellar la boca y no revelar nada al enemigo. Pero las circunstancias inusuales parecían interferir con esas habilidades.
O quizás estaba en desuso y era natural lo que ocurría.
Lo importante: en su cartera estaba un arma. Nada espectacular. Aunque teniendo en cuenta a Corea lo suficiente. Una Glock. Funcional.
Pero estaba mareada. Con náuseas ,se veía pálida. Maldito asqueroso. Si no hubiese vuelto del Infierno este tipo de situaciones hubiera sido lo que le había llevado a perder la fe en la humanidad.
Personas capaces de aprovecharse de otros para saciar sus instintos.
Ahora caminaba lentamente por la calle,recuperando la compostura y pensando en llegar al Motel Rosa. Tendría que sacarle dinero a Gi hun. Al menos para pagar algo del alquiler. No podía trasladarse al lugar así se lo ofreciera ( 456 era muy previsible). Nada de errores.
Se dió cuenta que pasaba por un antro bailable que a esa hora estaba todavía en preparativos. No le dio importancia. Pero al llegar a la esquina había un callejón. Y algo pasaba.
“Hyunju no mires. No te entrometas. Si no miras ni te mueves no te ven”. Cómo si eso funcionara.
Así que lo vio. Un grupo de cobradores. Encima de una bola negra. La posición fetal para protegerse de lo que le estaban haciendo. Patadas. Puñetazos. Una porra. Una maldita porra azotándole la espalda. ¿Ese cabello?
Corte de medusa. Rostro felino. Pequeño. Y visto así perturbadoramente joven ( expulsa la idea: no se veía como tu hermano pequeño; aunque sí).
¡ Mierda! 124. El drogadicto. Y sabiendo lo que sabía quizás uno de sus posibles asesinos. Aunque ahora no ocurriría.
No se supone que lo viera. Inclinar la cabeza y seguir. No era buena persona y menos parte de su grupo. Había matado a muchos X. Y por lo que recordaba de las memorias de Gi hun había muerto en el siguiente juego…
Pero la maldición de tener buen oído:

-Debes mucho. Firmarás este contrato para que podamos usar tus órganos. Viéndote de cerca no creo que al jefe le moleste que te usemos un poco para pasar el rato. ¿Sabías que hay rumores que dicen que te gusta todo,no?

Esas risas
Dos zancadas. Y parecía que la adrenalina servía contra las náuseas. Primero a los que estaban inmovilizando a 124 en el piso. Cuanto más grandes y más fáciles de hacer caer. ¿Ese crujido era un hueso roto? Qué pena…
Luego su atención fue al líder. ¿Un cuchillo;en serio? Bien. Ahora iba a tener otra arma.
Ese corte iba a necesitar puntos. Resoplando se dio vuelta. Su vista al suelo. Iba a tener que redoblar precaución con el animalito herido.

-Voy a acercarme. Solo quiero verificar si estás bien y si necesitas ir al hospital.
Un paso. Luego otro. Y de improviso un cruce de miradas.
Había dolor. Físico. Pero había también vacío. Cansancio. No lo miró con lástima. Lo miró como se mira al espejo. Ofreció simpatía. Y comprensión sin juzgar. Y hubo…conexión.
Permitió no solo que se acercara. Pudo tocar. Sus dedos calientes sobre la piel fría. Sangrante y amoratada.

¡Qué! El gato ahora busca abrazos…escondía su cabeza en cuello. ¿Qué se supone que hago con los míos?

Y claro. Los del antro recién se desayunan de lo que pasaba en el callejón. Hijos de…
Obviamente desagrado. Aunque esta vez también dirigida al gatito maltratado.

-Ya te dijimos que tus problemas de deudas no pueden seguirte al club. El maldito cobrador de los Lee acaba de entrar con un corte gritando que lo íbamos a pagar. Maldición Namgyu…

Namgyu. Ahora tenía un nombre y podía dejar de decirle 124. O gato. Bueno esto último era más difícil. Sobre todo si seguía comportándose como uno.

-Escúchame puto cobarde [ese respingo y expresión asustada:todavía lo tenía] . Casi lo matan y lo violan. Vuelve a agredirlo y te juro…

-Quién carajo eres fenómeno…

-Es mi Noona.

Todos miramos. Nam Gyu había levantado la cabeza. Honestamente era una mezcla de oso panda con gato. O como se le llaman a los gatos manchados ¿tuxedo?¿gato vaca o dalmata? En fin. La voz semiquebrada. Pero extrañamente firme.
Disimulé mi sorpresa. De alguna manera me respalda.

-Tú mismo dijiste que no tenías familia.

-No. Dije que no podía acudir. Ella me estaba buscando y me encontró hoy.

-En realidad no me extraña. Dos fenómenos.

-Quizás. Pero ella te puede patear el culo con una mano atada a la espalda.
Igual no importa. Renuncio.

-No puedes. Estamos al abrir.

-Idiota. No podría trabajar así quisiera. ¿Podrías sacarme de aquí?

Mierda. Ojos de cachorro expectantes.

-Vamos primero a curarte. Luego puedes acompañarme a un lugar.

Simplemente lo tomé del brazo. Era demasiado liviano. ¿Cómo carajo no me había dado cuenta?

Salimos de allí con miradas qué podrían perforar nuestras espaldas.

‐¿Era la primera vez?

-No. Mis proveedores de droga ya se habían cobrado así.

Intentaba que su cabello ocultara su rostro.

-Eso no te define. ¿Crees que si comes y te doy un analgésico podamos llegar donde un amigo?

-Ahora soy tu responsabilidad .

Cielos. Expresión pícara. Y era adorable. Ya caí. Acabo de adoptar a este gato.

-Namgyu.

-Soy Hyunju.

-Eres linda y fuerte. Me agradas.

Por supuesto que te ibas a unir a Thanos . O a 333. Solo buscabas quién te adoptara. Bien. Ya vería cómo le explicaba a Gi hun.

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Bien. Forzar la puerta nunca era gran cosa.
-Como convenimos te quedas detrás de mí.
Un asentimiento mientras el gato estaba con la boca llena. Casi volteo los ojos.

-No está abierto.¿ No entendiste cuando te lo advertí por el comunicador? Vete con tu …novio.

¿En serio Gi hun podía ser tan irritante?
Le mostré simplemente la tarjeta por la mirilla. Previsiblemente cayó en su postura de maníaco.
Un arma apuntándome. Idiota.

-Tu me matas pero te quedas sin bolas. Y probablemente dado la arteria te mueres desangrado.

-¿Quién mierda eres? Trabajas para ellos…Contesta.

Meretriz (bueno esa sería yo). Qué aburrido. De fondo los sonidos ostentosos de mi gatito mascando y confiando.

[Horas atrás]
-O sea:vas a ir a visitar a este viejo y le cobrarás una deuda.

-Más o menos. Es un viejo…conocido. Tengo asuntos que arreglar.

-Para eso el arma…¿pero si te hace daño?

Esa sensación cálida no sólo por la pregunta sino por la mirada. Sep,oficialmente estoy atada

-No te preocupes. Ya viste que me sé defender sola. Te confieso algo: fui una boina negra. Me despidieron porque la milicia y los trans no hacen buen par.

-Definitivamente su pérdida. Y mi ganancia,Noona.

-Solo te quedas atrás y confía.

[El presente].

Hombres. Solo basta amenazar su fuente de orgullo.

-Necesitamos hablar. ¿Tienes algo de beber?

-Qué…

-Namgyu está atragantado. Necesita beber. Y así podemos hacer nuestro negocio.

-Noona…yo también tengo una tarjeta así…

Mierda,mierda…Ya lo habían reclutado. Eso cambiaba todo.

-¿Llamaste?

-Sí.

-Dónde carajo están esas bebidas….

-El cuarto de al lado tiene frigobar. Y más comida.

-Ve,pequeño. Luego te explico.

Maldita mirada condescendiente. Pero al menos había bajado el arma.

-Te preocupas por él .

Su mano sobre mi fue como electricidad. Me dejó sin aire mientras por delante de mí pasaron los recuerdos.
Boqueando levanté la vista. Él también estaba estupefacto.

-También lo viste…

-Esos eran….

-Mis recuerdos. Y los tuyos. Aunque tu parte es caótica . Soy….

-Hyun ju…

No te pongas sentimental,hombre. Concéntrate. Estamos en misión rescate.

-Pero significa que fracasé.

-Y de hecho sabes que morimos. Incluido….

-¡124!

-Namgyu. Tiene nombre. Y es mi gato,digo,mi amigo ahora .

-Siempre te gustó adoptar. La joven de Mingle que parecía un chow chow…095.

-Young mi.

-Y luego a Junhee y su bebé….Oh,carajo,¡la bebé!

Cachetada. Ahora veía el encanto de los métodos del Reclutador.

-Enfócate.

-No me la estás haciendo fácil.

-Me apuñalaron. Y tú decidiste tirarte como.bolsa de papas. No me hables de ponerla fácil.

Un sonrojo. Bueno al menos ahora parecía tener decencia. Se veía adorable…Enfócate Hyun ju. Sigue viéndolo como un venerable anciano (pero si acaso te lleva una década:dije que te calles).

-Por cierto necesito dinero. Me gasté lo del bastardo de traje en la Glock.

-Compraste un arma….
-Dice el que siquiera me abrió la maldita puerta y puso en mi frente una…
-Ni siquiera te reconocí
-Pudiste ser educado

¿Estaba inflando las mejillas? ¿Me acaba de sacar la lengua? Se quedó con mi imagen de suricata el desgraciado.

-Si quieres hacer ese tipo de gimnasia se me ocurren maneras más divertidas de emplear ese órgano en tu boca.

Lo tengo.

-No recuerdo que fuera tan osada. ¿Y por qué estás vestida así?

-Uniforme de trabajo y coartada por si te siguen vigilando.

-Uniforme de….Oh….

….
-Yo no usaría así a nadie

Estalló. Mezcla de vergüenza y dignidad ofendida.

Ok. Gi hun siempre había sido un bastardo con suerte . Los primeros Juegos los ganó gracias a otros. Ahora el destino había elegido ayudarlo al ponerle esta mujer enfrente
Él no recordaba que fuera así…El chándal verde no le había hecho justicia. Tampoco la inanición forzada. En otras circunstancias y sin importar su condición de trans definitivamente era del tipo de mujer que más de uno se daría vuelta a admirar. Carajo,era delgada pero esas dos ... .personalidades. Cuando venía. Pero cuando se iba tenía un maletero tonificado. Su mente estaba pensando cochinadas. Quizás y si tenía que darse una vuelta por las cariñosas.

-El dinero no es problema y lo sabes.

-Mi punto. Aquí hay que corregir cosas y no fracasar. Pero sin alterar demasiado en primera instancia para seguir teniendo control

-Adoptaste a 124.

-Y planeo que siga participando en los Juegos.

-¿Qué?

-Aplica a Jung Bae.

Y esperó el nuevo estallido.

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-¡Qué! Estamos ante la oportunidad de salvar a quienes amamos y me dices de mandarlos al matadero.

-No. Lo que digo es que sabiendo lo que sabemos es mantener las certezas. No puedes seguir introduciendo variables sin esperar perder el control.

-Tu no lo viste morir…Lo mataron frente a mi en castigo. Su mirada desesperada. Young Il …que no era Young Il

-¡No juegues al moralista conmigo! Vi morir a Young mi. Entregué mi vida y cuerpo para salvar a Junhee y a Geum ja. A quién por cierto no pudiste cuidar…Explícame mejor eso de Young il.

-Era el Líder. Nos engañó desde el principio. Fuimos títeres. Y resulta que su nombre es In ho. Es el hermano mayor y perdido del policía que me estaba ayudando. Jun ho.

-Ahora puedo ponerle nombre al chico guapo de tus recuerdos. ¿No te lo.dijo verdad?

-No. ¿Guapo,en serio?

-¿Bromeas? Es un papucho. Su cara parece tallada por los mismos ángeles …
Al margen tienes que decidir si lo vas a enfrentar cuando venga o sí te harás el tonto.

-Lo sé…
Y también sé que tienes razón. ¿Pero cuál es tu idea?

-Formar el grupo desde el inicio. Salvar a las personas que sean nuestros aliados. Ganar tiempo hasta que los barcos puedan llegar. Y evidentemente descartar esa idea estúpida del diente. O sea hazlo. Pero ya tengo un plan B.

-¿Quieres que igual me saque un diente?

-Te lo mereces por idiota. Te moriste por olvidar presionar un botón,mártir de pacotilla. Pero sí. Necesitamos un señuelo.

-¿Y qué planeas?

-Ellos nos retienen nuestros teléfonos. Vamos a usarlos para contrabandear un faro en nuestros aparatos. Dividido.

-Pero eso implica meterse en las instalaciones.

-Yo me encargo. Ya lo he hecho antes. Me meto en la oficina . Lo armo y enciendo la señal. Debemos hacerlo antes del Mingle para tener más posibilidades y minimizar cualquier baja. Y esto debe mantenerse en secreto.

-Crees que había un traidor…

-Es la única posibilidad. Y no podemos darnos el lujo de caer de nuevo. Esto no es un bucle temporal de ficción.

-D-de acuerdo. Pero bajo protesta.
Porque ya modificaste cosas con 124.

-¿Crees que no lo sé? Pero lo estaban golpeando. Y lo iban a…

No te atrevas a mirarme con lástima. O te golpearé la cara. O la besaré. Lo que surja primero.

-Entiendo.

En eso sonaron golpes en la puerta.

-Adelante.

Un señor se asomó. De mediana edad.

-Señor Kim.¿Qué sucede?

-En realidad Señor Seong quería saber si necesitaba algo.

Claro. Miren con desconfianza a la trans.

-Es una amiga.

-Yo también vengo a cobrar.

Amo ese efecto asustado que generan mis palabras.
Detrás mi gatito bebiendo amistosamente con un panda rojo.

-Ve Señor Kim. Aquí como dijo Namgyu solo es cuestión de negocios….¡Guau! Buenas tardes señorita. Benditos mis ojos por estar en su presencia.

-No aplican descuentos. Tu Jefe teniendo este lugar le debe a Noona.
-Oh mi nuevo amigo,despreocúpate. El Señor Seong cumple y es honorable
Todo se resolverá.

O sea mi gato adoptó al panda. Interesante. ¿Se estaban palmeando las espaldas mientras compartían…?

-¡Gi hun! ¿Eso es alcohol?

-No es soju sólo es cerveza.

-Le diste cerveza a mi pequeño…

-Ni tan pequeño….

[Mierda me miró feo. ¿Estaré en edad de usar pañales? Enfócate Gihun]

-En mi defensa también había agua y refrescos.

-¿Y tú? Qué dirás en tu defensa

-Señor Choi,protégeme. Le dije que mi Noona podía volverse salvaje.

-Uy,que candente ... .digo señorita: lo lamentamos y le garantizo personalmente que no volverá a ocurrir.

Iban a ser mi perdición.

-Dadas las circunstancias necesitaremos quedarnos aquí. Solo hoy.

-Es afortunado el Señor Seong…

-Hay muchas habitaciones disponibles.

-Quiero la del jacuzzi.

Ese mocoso nos estaba llevando al límite.

-Bien. No hay problema.

-Ahora les pido que salgan. Tengo que ajustar algunos números con Gi hun.

Todos se retiraron. Volví de inmediato mi atención al hombre que tenía enfrente.

-¿Te habías percatado que Choi se parece a un panda rojo?

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-¿Puedo hacerte una pregunta?

Miró al hombre frente a ella. Su fragilidad. Estaba delgado. Siempre había pensado que su pérdida de peso había sido consecuencia de los juegos. Pero había algo más profundo.
Quizás su descenso en la locura y obsesión. E incluso si adivinara TEPT. Pensé en todas sus reacciones, eso tenía más sentido.

-Dispara.

Era hora de concesiones. De estrechar lazos. No iba a poder hacer esto sola. Eso lo tenía claro. Y si algo había demostrado hasta el final Gi hun eran sus valores. Los que ella compartía. ¿A quién quería engañar? Ella también se hubiera arrojado de esa plataforma para salvar a ese bebé.

-Realmente…¿te dedicas a la prostitución?

Y ahí estaba. En fin, el gato estaba afuera de la bolsa. Y quizás la oportunidad de mostrar un poco de debilidad.

-Cuando ha sido necesario.

Un suspiro y las palabras brotaron solas.

-Ser como.soy no es fácil. Estoy sola. Después de declararme mujer todos me dieron la espalda. Mi padre me golpeó y cuando me defendí terminé en prisión una noche entera. Mi.madre me declaró muerto y solo lloró. Los trabajos que consigo son mal pagados y físicos. Y jamás puedo mantenerlos. Siempre hay alguien que me llama fenómeno pero resulta que quiere mi trasero o mi boca para sus perversiones.

Una válvula se abrió. Y se dio el permiso de llorar.

-Sé que no tenía que hacerlo. Pero no lo pensé. Fui egoísta. El mismo egoísmo que me llevó a votar por O durante las partidas. Pero pedí prestado. No solo para las hormonas sino para mi cirugía de pecho. Y los amo aunque me traen atención indeseada. El poder usar un sostén y ver mis pezones me hacen sentir que estoy un poco más cerca de ser una mujer. Esa mujer que no puedo ver en el espejo. Y que anhelo con toda mi voluntad y alma.

Gi hun se veía triste aunque comprensivo. Y sonrojado. Él también se había fijado en sus pechos. O sea era inevitable ¿no?
Las lágrimas ostensibles ahora eran acompañadas de un suave hipo.

-No soy una buena persona. En la milicia antes de retirarme …abusaron de mí. Me dejaron golpeada y sangrando. No le importaba a nadie hasta que llegue a los Juegos. Encontré una madre, hermanos y amigos . Me sentí útil una vez más. Me llamaron Unnie y me dijeron que era hermosa…Vi a un niño nacer…

Solo podía abrazarla. Mierda esta mujer era formidable
No sabía lo fuerte que era. Creía ser débil y solo se preocupaba por todos. Fue su corazón lo que la mató. No el cuchillo. No los jugadores ni los juegos. Fue el amor su.fuerza y su debilidad.
Ella correspondió al abrazo. Le besó la coronilla. Hacía mucho que.no se sentía tan bien el contacto humano.

-Cuando salí de los Juegos quise irme. Tomar el dinero. Y no tenía nada que me atara. Cumplí la promesa a una jovencita que estaba allí. Junté dos corazones que habían perdido a quienes amaban. Se sintió correcto. Sin embargo me pregunto siempre si solo evadí responsabilidad.

Pensó en Say beok. En Sang woo. En sus sacrificios.

-Compre un boleto de avión. Me iba con mi hija. Incluso cambié mi apariencia pensando que era una forma de lavar mis culpas y ser un nuevo hombre. Pero me encontré con el Reclutador. Y algo se encendió. La culpa ,la rabia,la venganza y algo de justicia…
Yo tampoco soy un buen hombre. No solo quiero acabar con los Juegos. Quiero demostrar que su Creador está equivocado. Y si quiero vengarme. No sentirme tan sucio y solo con ese dinero manchado de sangre.

Ella aún entre sus abrazos asintió. La culpa del sobreviviente era una perra. Ella sabía. Solo pudo acariciarlo.

-Cuéntame.

Y lo hizo. El Creador infiltrado. Sus aliados se volvieron amigos. El sacrificio final.
Todo envuelto en abrazos y caricias suaves. No había nada sexual. Solo confort. Y tan humano.

-¿Sabes 456? Has sufrido demasiado. Eliges sacrificarte por otros. Eres una persona generosa. Y es un honor emprender esta aventura contigo.

-Nunca tuvimos tiempo de conocernos del todo. No eres consciente de lo hermosa y fuerte que eres. También me alegra que podamos arreglar este lío….

Se miraban con ternura. Inconscientemente Gi hun apreció sus ojos oscuros. Profundos. Bajó su vista a sus labios. Carnosos. Se relamió casi sin darse cuenta mientras estaban nariz con nariz. Ella se dio cuenta. No se retiró. Solo.moverse un poco y…

-Nonaaaa

Carajo.
Namgyu los miró con sorna. Parecía el Gato de Cheshire. Sabía perfectamente que estaba interrumpiendo.

-El señor Kim pidió comida para todos. Así que en lugar de pagar saqué dinero del señor Seong.

-Qué mierda…

-Sep. Lo tiene a la vista. No se preocupe mientras estaban intercambiando saliva preparé un documento para registrar gastos. Ya sabe. Egreso y esas cosas. Hacia esto con los proveedores del club.

Gi hun lo miró…asombrado. No era el mismo muchacho de los Juegos. Ya habían cambios. Y extrañamente eso se sentía bien. Había esperanza. No somos caballos…

-Bien pero debes pedir permiso.

-No quería interrumpir. Parece que estás más calmada. Y te sienta bien. Pero si veo que te lastima…

Ok. Ahí estaba el demente. Para que se apresuraba con los unicornios y las flores.

-Vamos a comer y darnos un baño.

-¿Juntos?

La mirada de muerte de Hyunju le hizo ver lo estúpida de la pregunta. Estaba intentando morder algo que todavía no podía masticar. Todavía si se dejaba llevar por los indicios y señales que ella le daba. Quizás y hasta salía con novia…

Moviendo sus caderas se dirigió a la puerta.

-¿Vienes?

Gi hun definitivamente estaba perdido. Pero que linda manera de perderse.

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La cena transcurrió sin contratiempos. Algunas risas y alegre conversación entre el gatito y el panda rojo. Los ojos de Hyunju se cruzaron en el Señor Kim. Sabía que se sacrificaría por su amigo. Y se encontró cuestionando si quizás en esta línea de tiempo podría evitarlo. Y, para su culpabilidad, si no era indispensable que las cosas siguieran su curso. Gihun observó a la castaña que tenía enfrente. La vio con una suave sonrisa hasta que su mirada se oscureció al mirar al usurero devenido en detective particular. Mentalmente se preparaba para luchar incluso contra ella: no iba a permitir que fuera un sacrificio. Aunque sabía que todos los acontecimientos habían derivado en su encuentro con Jun ho. Después de todo, si ella ya había involucrado al chico gato un cambio no podría hacer más daño ¿no? Por cierto se estaba exasperando con 124: o sea, estaba consciente que miraba a Hyunju como si fuera la última botella en el desierto (hombre, no somos caballos: bueno quizás un poco de espíritu garañón pero ¡quién podía culparlo! ese top no dejaba mucho a la imaginación) pero tampoco era que estuviera apuñalando su bife mientras lo.miraba con un dejo de loco muy parecido al del.juego del escondite. Y tomar los huevos y partirlos a la mitad en clara amenaza. Namgyu miró al viejo: claramente quería algo con su noona. Porque era suya. No de manera romántica. Era su familia encontrada y elegida. El siempre se escondía. Y no le gustaban las mujeres. O sea, sí aunque también los hombres. Pero las encontraban intimidantes. Él siempre había sido débil. Asustado. Siempre al límite intentando encajar. Ni él mismo entendió como dentro de él conviven el Doctor Jekyll y Mister Hyde. Como puede complacer a los demás, ser tan metódico e incluso ambientar para el disfrute y gozo ajeno. Mientras su otra parte sufriría de soledad sin conexiones reales. Veía que las mujeres que frecuentaban el club lo.miraba como mierda en el zapato. Y apareció su heroína. No en el sentido de drogas claro (aunque estaba convencido de que ese afecto sin duda era adictivo). Con esa mirada que no era lástima. Ni compasión. Era un poco de simpatía. Pero básicamente era un te entiendo tácito. Un estoy aquí. Así que ese viejo para estar con ella debería demostrar ser un héroe. Nada menos se merecía Hyunju. Él se iba a encargar de ello. Despejado el tema de saciar el apetito Namgyu se dirigió a la habitación que había elegido: -¿Vienes? Hyunju tomó una decisión. Iba a seguir el teatro. Y de paso incomodar a 456. Se veía muy gracioso y recuperaba algo de humanidad con ello. -Voy a estar en la habitación con Seong. Procura descansar mañana debemos ir a tu apartamento para sacar algunas cosas y te quedas conmigo. Puchero mediante se retiró no sin antes darle una mirada de muerte a Gihun. -Afortunado señor Seong… Así suspiraba Woo seok. Este hombre era un coqueto… ¿En serio dijo que iba a dormir con él? Casi da brincos. Hasta que se dio cuenta que eso no iba a pasar.Bueno en su defensa hacía mucho que no se interesaba en ninguna persona. -Bien, duermo en el suelo y tienes la cama. Qué carajos. Evidentemente le.salia.lo de Sargento. Mandoña. Qué clase de caballero sería si permitiese ese arreglo. -¡De ​​ninguna manera! Las damas necesitan una cama. Yo dormiré en el suelo. Ella colocó su cabello detrás de la oreja y lo miró socarrona. -Abuelo no me voy a arriesgar a que te dé algo por dormir incomodo. Parecía ofendido. Tal vez una rama de olivo. -Compartimos la cama. Vio su mandíbula caer. Y ese sonrojo le aceleró un poco el corazón. Caramba 456, no te había visto bien. - C-cómo… -Somos adultos. Y no morderé. A menos claro que me lo pides. -No,está bien…o sea,no quiero que te sientas incómodas. -Gihun: tengo tus memorias de otra vida. Compartimos juegos y una rebelión. No se me ocurre ya mayor intimidado La miró. Profundo. Con una serie de sensaciones encontradas. No quería volver a enamorarse. El amor es peligroso. En cualquiera de sus formas. Pensó en su propia madre que murió sola y con la convicción de que su hijo era un fracasado. En Sang woo que se sacrificaría. En el rostro asustado de Jung Bae cuando el maldito de In ho le disparó. En Jun hee saltando al vacío. En Saebyok transformándose en su conciencia y rescatando su humanidad. Y ahora estaba ella aquí. Sus ojos con esa chispa. Esa fuerza pero esa sensibilidad que traspasaba todo. Ese salvaje instinto de protección que incluso había significado su propia muerte. Y todos los indicios de que él no le era indiferente. Sobre todo teniendo en cuenta el celo protector del joven gato de dos patas que había adoptado. Se hizo una nota mental que tendría que ganarse al muchacho después de todo. -Tienes razón. ¡Reclamo el lado derecho! Entre risas empezaron una lucha por lugares y sábanas. Risas llenaron esa habitación. Una promesa. Dos adultos que habían sufrido tanto y que la vida o el destino les había dado una oportunidad. Finalmente se acomodó. Hyunju le dio la espalda. El solo pudo abrazarla. Y ambos notaron lo bien que encajaban. Entre sueño solo un comentario pequeño. Pero a su vez inmenso. -Me gusta Gi hun. El alivio lo inundó. Y dándole un beso casto en el pelo solo atinó a susurrar… -Tu también me gustas Hyunju.Compartimos juegos y una rebelión. No se me ocurre ya mayor intimidado La miró. Profundo. Con una serie de sensaciones encontradas. No quería volver a enamorarse. El amor es peligroso. En cualquiera de sus formas. Pensó en su propia madre que murió sola y con la convicción de que su hijo era un fracasado. En Sang woo que se sacrificaría. En el rostro asustado de Jung Bae cuando el maldito de In ho le disparó. En Jun hee saltando al vacío. En Saebyok transformándose en su conciencia y rescatando su humanidad. Y ahora estaba ella aquí. Sus ojos con esa chispa. Esa fuerza pero esa sensibilidad que traspasaba todo. Ese salvaje instinto de protección que incluso había significado su propia muerte. Y todos los indicios de que él no le era indiferente. Sobre todo teniendo en cuenta el celo protector del joven gato de dos patas que había adoptado. Se hizo una nota mental que tendría que ganarse al muchacho después de todo. -Tienes razón. ¡Reclamo el lado derecho! Entre risas empezaron una lucha por lugares y sábanas. Risas llenaron esa habitación. Una promesa. Dos adultos que habían sufrido tanto y que la vida o el destino les había dado una oportunidad. Finalmente se acomodó. Hyunju le dio la espalda. El solo pudo abrazarla. Y ambos notaron lo bien que encajaban. Entre sueño solo un comentario pequeño. Pero a su vez inmenso. -Me gusta Gi hun. El alivio lo inundó. Y dándole un beso casto en el pelo solo atinó a susurrar… -Tu también me gustas Hyunju.Compartimos juegos y una rebelión. No se me ocurre ya mayor intimidado La miró. Profundo. Con una serie de sensaciones encontradas. No quería volver a enamorarse. El amor es peligroso. En cualquiera de sus formas. Pensó en su propia madre que murió sola y con la convicción de que su hijo era un fracasado. En Sang woo que se sacrificaría. En el rostro asustado de Jung Bae cuando el maldito de In ho le disparó. En Jun hee saltando al vacío. En Saebyok transformándose en su conciencia y rescatando su humanidad. Y ahora estaba ella aquí. Sus ojos con esa chispa. Esa fuerza pero esa sensibilidad que traspasaba todo. Ese salvaje instinto de protección que incluso había significado su propia muerte. Y todos los indicios de que él no le era indiferente. Sobre todo teniendo en cuenta el celo protector del joven gato de dos patas que había adoptado. Se hizo una nota mental que tendría que ganarse al muchacho después de todo. -Tienes razón. ¡Reclamo el lado derecho! Entre risas empezaron una lucha por lugares y sábanas. Risas llenaron esa habitación. Una promesa. Dos adultos que habían sufrido tanto y que la vida o el destino les había dado una oportunidad. Finalmente se acomodó. Hyunju le dio la espalda. El solo pudo abrazarla. Y ambos notaron lo bien que encajaban. Entre sueño solo un comentario pequeño. Pero a su vez inmenso. -Me gusta Gi hun. El alivio lo inundó. Y dándole un beso casto en el pelo solo atinó a susurrar… -Tu también me gustas Hyunju.