Chapter Text
“Estas mintiendo de nuevo, es como si no te conociera, así que tome una decisión, me unire al aquelarre de los bardos y… creo que deberíamos ver otras personas. Lo siento Eda, se acabó”
Sus ojos se volvieron oscuros y sus brazos se llenaron de plumas.
“¿Estás bien?¿es la maldición?” Raine se acercaba más a ella.
“No no pasa nada raine, solo vete”
Todo se volvió borroso y oscuro.
De un momento a otro podía observar lo que sucedió después.
Estaba transformada y Raine a tan solo pasos de ella, quería gritarle que se alejara pero su voz no salía.
La bestia búho miró a su dirección, decidiendo que sería su presa.
Todo pasaba tan rápido y lo único que podía hacer era gritar sin voz.
“RAINE”
Se despertó con el corazón acelerado y la piel pegajosa del sudor.
Solo fue un sueño.
Una distorsión de lo que en realidad había pasado ese día.
Habían pasado dos semanas desde que Raine terminó con ella, desde ese día todo se volvió rutinario.
Tenía las mismas pesadillas de siempre, donde terminaba lastimandole, para luego levantarse alterada y hundiéndose en su nido hasta que su estómago le exigia algo de comida.
Todo era tan doloroso.
Debería estar acostumbrada a ese sentimiento, a terminar alejando a la gente, así fue como perdió a su padre y a su hermana, pero la verdad es que nunca se imaginó perder a Raine.
Si tan solo hubiera sido más confiada, si le hubiera dejado ayudarla, quizás no estaría sola, pero no, otra vez volvió a cometer el mismo error y esta vez la terminó hiriendo mucho más de lo que pensaba.
Sin embargo hoy el día fue distinto, apenas se despertó la inundaron unas grandes náuseas. Ni siquiera es como si estuviera comiendo mucho estos días. Pero eso no importaba, tenía que llegar al baño antes de ensuciar toda su habitación.
Así que lo más rápido que pudo corrió hacia el inodoro, dejando todo el vómito salir.
“Eso fue raro” dijo limpiándose la boca para quitarse el sabor nauseabundo que le había quedado tras expulsar los restos de su última comida.
Quedó extrañada de por qué había sucedido eso, hacía mucho tiempo desde que se había enfermado por última vez. La única ventaja que tenía la maldición era que no se solía enfermarse fácilmente, aunque si tenía que soportar los dolores que esta le producía.
“EDA ¿está todo bien? Escuche que te sentías mal, ¿otra vez comiste ratones?” La voz chillona de Hooty no ayudaba a su dolor de cabeza.
“es muy temprano para que empieces a molestar Hooty, y no, no comí ratones” estaba frustrada y no sabía por qué, si, el gusano pájaro siempre solía molestarla, pero al parecer hoy todo la estaba irritando mucho más.
Sintiéndose un poco débil decidió bajar a la cocina y ver si capaz un desayuno la ayudaba.
“Solo necesito tomar mi sangre de manzana y estaré bien” se dijo sacando el tarro de uno de los estantes, preparando su clásico desayuno, solo que algo andaba mal, al simplemente abrir la tapa, el olor que llegó a su nariz era repugnante.
“Ugh ¿estará vencido?” Se cuestionó revisando la fecha, todo parecía normal, así que por qué no podía siquiera soportar el olor de su bebida favorita sin que las náuseas la ataquen.
¿Se había vuelto intolerante al alcohol?
Bueno quizás eso era una exageración, pero si era cierto que estas últimas semanas había persistido de tomar su bebida, no porque la disgustaba como en este momento, sino porque ni siquiera tenía fuerzas como para emborracharse lidiando con su dolor.
Probablemente era una fuerte intoxicación alimentaria, total estos días había estado sobreviviendo comiendo sobras que encontraba en la cocina, que quién sabe cuánto tiempo llevaban ahí.
“Debería haberlo pensado mejor antes de decir comer esos ojos sangrientos”
Y ahí fue cuando se paralizó, un presentimiento inundando todo su ser.
Pero, estaba siendo exagerada no podía ser posible ¿verdad?
Intento mantener ese pensamiento alejado pero solo la ponía más nerviosa.
Tenía que preparar la poción, esa era la única forma de alejar ese presentimiento, porque no había posibilidad de que salga positiva, por supuesto que no.
“No no no es posible, seguramente me estoy volviendo loca, es más, ya estoy hablando sola” empezó a murmurar mientras buscaba rápidamente ingredientes para comprobar si sus temores eran verdad.
“Eda tu sabes que nunca hablaras sola cuando estoy yo” otra vez Hooty parecía no entender que no lo quería escuchar.
“HOOTY ve a buscar alguna lombriz o algo que te distraiga, necesito estar sola”
“Uy se ve que es uno de sus días, ay mira un bicho de luz” al fin hooty estaba ocupado buscando lo que sea que dijo.
Sacando cinco frascos por si las dudas, Eda empezó a preparar la poción que podría llegar a cambiar su vida.
“Un poco de sangre y ahora solo tengo que esperar 5 minutos” suspiro luego de terminar las pociones.
Según la teoría, tras cinco minutos, pueden darse dos resultados: si el líquido sigue transparente, significa que la bruja que añadió su sangre no está embarazada. Si la poción se torna lila, significa que sí lo está. Y si obtiene cualquier otro color, está defectuosa y debe prepararse de nuevo.
Miles de pensamientos atravesaban su mente, ¿cómo podría ser posible? Obviamente sabía cómo se hacían los bebés, pero teniendo la maldición, después de ir a un montón de sanadores, todo indicaba a que sería infértil. Y si bien ella y Raine eran bastante activas, se cuidaban por las dudas de que esa pequeña posibilidad de que pase se cumpla, aunque…
Un recuerdo de la última vez que estuvieron juntos llega a su mente, pocos días antes de que terminaran, queriendo sorprender a su pareja con un encuentro matutino se había olvidado de hacer el hechizo.
“Fue solo una vez, no creo que haya pasado nada, no podría ser posible” se repetía constantemente mientras caminaba en círculos de los nervios.
Pero y si estaba embarazada ¿Qué haría? qué le diría a raine ahora que estaban separadas.
Ella nunca se imaginó teniendo hijos, no era del tipo maternal, al único que tenía era a Hooty y ya sentía ganas de cortarlo en pedacitos si la molestaba una vez más.
Decidió respirar hondo tras ver unas pequeñas plumas en sus muñecas.
“Tengo que dejar de sobrepensar, seguramente no es nada” suspiro tratando de tranquilizarse.
Hasta que finalmente llegó el momento, con los nervios a flor de piel se dio vuelta. Su corazón se detuvo y más plumas pequeñas llenaron sus brazos.
Las 5 pociones estaban teñidas de un color lila, que solo podía significar una cosa. Estaba embarazada.
Entró en pánico, esto no podía estar pasando, seguramente sus cálculos habían fallado dañando el hechizo. No podía estar embarazada, eso simplemente no podía estar pasando, se repetía mentalmente llevándose las manos a la cabeza.
Pero así lo era, las pruebas frente a sus ojos parecían burlarse de ella.
Lágrimas empezaron a caer mientras se acurrucaba en el piso.
Que estúpida había sido y ahora estaba aquí, sola y embarazada.
Sola.
Raine.
Ella se lo tendría que decir, merecían saberlo. Aunque cuál sería el sentido, probablemente iba interrumpir el embarazo, contarle o no, no cambiaría nada.
Un sentimiento le estrujaba el corazón al pensar eso.
No tenía a nadie, prácticamente vivía en la basura, era perseguida por el aquelarre y también estaba su maldición. Todas las razones de porqué debería terminar esto rondaban en su cabeza.
Espera, LA MALDICIÓN.
“Oh no no no “ si se transformaba seguramente perdería al bebé, si, estaba pensando en interrumpir el embarazo pero era distinto que fuese por decisión propia a que en manos de el monstruo en el que se convertía.
Entre todo este pánico, se dio cuenta de que más allá de pequeñas plumas en sus brazos, la maldición no había avanzado más, como si no tuviera la suficiente fuerza.
Y si recuerda bien, cuando Raine terminó con ella, estando al borde de la transformación, nada más sucedió.
Algo era seguro, el embarazo evitaba que se transforme completamente.
Probablemente tenía relación con el hecho de que durante la gestación de una bruja, la magia de la madre se disminuye para la formación de la vesícula biliar del feto.
Pero eso no importaba, por más de que la maldición no le afecte eso no quita el hecho de que sigue sola y no se veía capaz de criar a un hijo, más aún sabiendo que era perseguida por el aquelarre y que su maldición volvería una vez terminado el embarazo.
Podría enumerar miles de razones por las cuales debería terminarlo ahora.
Con tan solo una poción.
Pero… había una parte de ella, enterrada en lo profundo de su alma, que tenía el deseo de continuar el embarazo. Que tenía el deseo de ser madre.
Porque aunque nunca se imaginó de esa forma, no era necesariamente porque no lo deseaba, sino porque creía que era algo imposible para ella, entonces para qué tener esas ilusiones si es que nunca se iban a hacer realidad.
Es por eso que viendo las pociones, viendo su vientre aun plano. Se imaginó la posibilidad, la de tener una pequeña brujita, una mezcla perfecta de ella y Raine.
Con este pensamiento en mente, comenzó a considerarlo una oportunidad, quizás por una vez el universo había tenido compasión por ella y le permitiría dejar de estar sola.
Se sentía egoísta por pensar así pero ese sentimiento tan solo crecía
“Titan creo que las hormonas realmente me están afectando ahora" suspiro levantándose y dirigiéndose a la cocina para buscar algo que no le resulte repugnante.
Necesitaba pensarlo más y justo ahora no estaba en un momento de claridad mental, por el Titan, tan solo hace una hora seguía lamentándose en su nido sin tener idea de lo que sucedía en su cuerpo.
Esta era una decisión muy importante como para tomarla en estas condiciones. Total, tenía tiempo.
Lo único que tenía que hacer es no encariñarse.
“Esta bien pequeña, solo dejame comer algo sin tener que correr al baño” mierda, ya le estaba hablando ¿siquiera escuchan en esta etapa?
“Hoot, dijiste algo eda?”
“¿qué te había dicho Hooty? No me molestes, ni siquiera pude desayunar todavía” exclamó mientras abría la heladera, buscando algo que no se vea muy asqueroso.
Tenía tiempo pero sin duda esto no sería fácil.
****
Hoy hacía un mes desde que se enteró del embarazo. Su vientre seguía bastante plano, pero tenía una ligera curva que solo ella notaba. Y las náuseas lamentablemente habían empeorado. Era insoportable, apenas podía retener la comida sin tener que ir corriendo al baño. Además sus hormonas la estaban hartando, se sentía muy sensible y cambiante.
Sin duda esto del embarazo no era para nada parecido a la propaganda que les inculcaron en Hexside o que le decía su madre, sobre cómo era lo mejor que te podía pasar.
A pesar de todo esto, había algo que si disfrutaba, cuando nada la molestaba, si concentraba su energía lo suficiente podía sentir esa presencia ahí. Aunque sabía que no debía encariñarse era reconfortante y cálida.
Pero eso no iba a durar mucho, había tomado una decisión.
Hoy iría a la clínica a interrumpir su embarazo.
Después de tanto tiempo de fingir que nada estaba pasando tenía que hacerlo, no podía seguir ignorando la realidad o aferrarse a esa pequeña posibilidad de que todo salga bien.
Así que lo haría. Ya estaba en camino.
Esta era la mejor opción, lo sabía, pero entonces por qué le costaba tanto llegar hasta la oficina, sentía como si tuviera ladrillos en sus zapatos, cada paso que daba se sentía cada vez más pesado. El sol pegaba cada vez más fuerte.
De repente respirar era muy difícil, su visión comenzaba a fallar. Podía jurar que oía su corazón latir.
“No puedo, no puedo hacer esto” corrió hacia una pasadizo en donde se tiró al suelo, mientras lágrimas caían de sus ojos y trataba de normalizar su respiración.
Si, era la mejor decisión. Pero eso no significaba que era lo que quería. Tenía esta oportunidad, no la podía desperdiciar, no podía volver a dejarse llevar por sus miedos.
Ella quería ser madre, quería tener a su hija.
Y si bien tenía todo en su contra, podía luchar contra ello, ella era Edalyn Clawthorne, la bruja más poderosa de Las Islas Hirvientes. Si bien no sabía cómo ser madre, mucho menos una buena madre. La amaba, por el titán, aún no había nacido y ya la amaba. Era su pequeña luz de esperanza.
Después de tranquilizarse se secó las lágrimas, decidió retomar su camino, aunque esta vez por un motivo distinto. Porque Titan, no podía estar un día más sufriendo por esas náuseas y tenía que asegurarse de que todo estuviera bien.
Una vez dentro de la oficina y luego de registrarse, se sentó a esperar que la llamen.
Por suerte esta clínica era bastante informal lo cual significaba que no corría el riesgo de ser descubierta por el Aquelarre del emperador.
Observando a las personas a su alrededor vio una bruja con un embarazo bastante avanzado, acompañada por su pareja.
Eso la hizo pensar en cómo se vería tan solo dentro de unos meses, iba a necesitar conseguir ropa antes de que su magia comience a fallar mucho más. Era raro imaginarse así pero no era del todo desagradable, aunque una angustia le llegaba, ella no tenía quien la acompañe.
Mierda, le tenía que decir a Raine, antes no consideraba necesario decirle ya que no lo iba a continuar. Pero, ahora no podía seguir ocultándoselo, tenía derecho a saber. Aunque eso no quitaba el hecho de que estaba muy asustada.
¿Y si la obligaban a terminar el embarazo?¿y si la entregaba a el aquelarre?¿y si la odiaba para siempre?
Está bien, sabía que Raine no actuaría así y que todos esos pensamientos eran sus propios miedos. Incluso probablemente estaría muy emocionade ya que siempre le gustó más la idea de tener hijos. Pero aun así tenía miedo de que la rechace.
“Señorita Clawthorne” una mujer de avanzada edad la llamaba al consultorio, se ve que estar tan perdida en sus pensamientos le hizo perder la noción del tiempo.
Una vez adentro observó todo su alrededor nerviosa, de cierta forma protectiva colocó una mano en su vientre.
La habitación contaba con varios posters educativos y en el escritorio de la sanadora se encontraba una pila de libros, varios de ellos sobre maternidad. Si bien contaba con algunos libros de sanación, solo tenían conocimientos básicos ya que los más específicos eran restringidos únicamente a sanadores adheridos a un aquelarre.
Odiaba ir a los sanadores, su madre la hizo ver a tantos, todos prometiendo curas ridículas para su maldición que no ayudaban en lo más mínimo.
Empezó a sentirse nerviosa, pero tenía que hacer esto, el primer paso de afrontar sus miedos.
“Buenas, mi nombre es Vera, en su registro indico que padece de una maldición, ¿su consulta tiene que ver con ello?”
“Ehm no, y-yo venía porque estoy embarazada” podía sentir los ojos de la sanadora escaneandola.
“Primera consulta supongo”
“S-si”
“No tienes que estar nerviosa, primero voy a hacer un hechizo para verificar que este todo bien y luego te haré unas preguntas de rutina”
Sin darse cuenta de que estaba aguantando la respiración, dejó salir el aire.
Bueno, aunque sea la curandera, era más amable de lo que aparentaba.
“Esta bien”
“¿Eres la hija de Gwendalyn no? Sabes yo fui quien la atendió en sus embarazos también, lo siento mucho por lo que te sucedió con la maldición” mencionó Vera mientras realizaba un círculo mágico en su dirección.
Ante la mención de su maldición se estremeció y solo se limitó a asentir.
“Todo parece estar normal, estas con alrededor de 10 semanas” vio como dentro del círculo mágico se veía una pantalla negra con manchas grises.”mira aquí se encuentra su cabeza y el resto de su cuerpo, en esta etapa es del tamaño de una fresa”
Logró distinguir la figura en el ultrasonido, se sentía tan extraña pero en un buen sentido. No podía caer en cuenta de que esa cosita tan chiquita era su bebe.
“¿Te gustaría escuchar los latidos?”
“Si, sí me gustaría” exclamó quizás un poco más entusiasmada de lo normal, no podían culparla, era la primera vez que escucharía a su bebé.
Con una sonrisa la mujer dibujó otro círculo y la habitación se llenó del sonido de un golpeteo.
Podía sentir las lágrimas llenar sus ojos, Titan realmente estaba muy sensible.
Este momento se volvió tan preciado, el latido del corazón de su hija, era lo más glorioso que había escuchado en su vida.
“Muy bien, físicamente todo está correcto"dijo la sanadora mientras cerraba los círculos.
“Antes de comenzar con las preguntas de rutina debo consultarte por tu maldición”
“Oh no hay problema con ella, al disminuir mi magia parece que mi maldición disminuyó con ella. Pero..”
“No tengas miedo de preguntar, estoy aquí para ello”exclamó con una sonrisa amable la curandera.
“¿E-es posible que el bebé herede la maldición?” murmuró con miedo a la respuesta que le podía dar.
“Mira, desconozco los orígenes de tu maldición, pero teniendo en cuenta sus características no parece muy probable que sea hereditaria ” el alma le volvió al cuerpo al oír esas palabras. “Aunque por las dudas si sería necesario que continúes tomando la poción que utilices”
“Esta bien, lo haré” un miedo menos de su lista.
“Ahora si con lo rutinario, ¿experimentas muchas náuseas?¿mucho dolor del cuerpo?¿sangrados?¿algún síntoma que consideres extraño o muy fuerte?”
“Un poco de dolor de cuerpo, aunque nada a lo que no esté acostumbrada. Pero las nauseas si están siendo un problema, no puedo digerir casi nada sin tener que correr al baño”
“Bueno no es algo muy fuera de lo comun, pero te receto pociones tanto para combatir las náuseas como para cubrir ciertas vitaminas que necesitaras”
“Es importante que mantengas una buena alimentación y tratar de no utilizar mucho la magia que te queda”
Como si fuera fácil.
“Pero necesito usar la magia para hacer pociones, es mi forma de obtener caracoles” bueno eso y robar, aunque no era algo que le diría.
“Lamentablemente tendrás que buscar otra alternativa, lo siento, pero si abusas mucho de la magia, te va a debilitar mucho y sería tanto un riesgo como para usted como para el bebé”
Mierda ¿Cómo lograria subsistir ahora?
“Por el momento eso es todo, si es que sientes algo raro no dudes en venir aquí y tu próxima cita será dentro de un mes”
La bruja podría haber sido amable y todo pero sin poder hacer pociones no iba conseguir suficientes caracoles para pagar otra sesión.
“Esta bien, nos vemos la próxima” murmuró mientras rápidamente realizaba un hechizo para llevarse los libros que había en el escritorio, al mismo tiempo que la curandera estaba distraída abriendo la puerta.
Una vez fuera escucho como la bruja se dio cuenta de lo que hizo y mandaba a que la persigan.
“Owlbert es hora de irnos, rápido, A CASA” escabulléndose entre las nubes logró perderlos.
Después de tantos robos ya había dejado de sentirse culpable, además seguramente la curandera tenía copias.
Aunque en él algo tenía razón la bruja, tenía que encontrar otra forma de conseguir caracoles y rápido.
¿Pero cómo lo haría sin usar magia?
Una vez que llegó a la casa Hooty la recibió charlando sin parar, estaba muy exhausta como para discutir.
Colocando los libros en su estante, vio un resplandor dorado.
La llave al mundo humano. Con todo esto se había olvidado en donde la había guardado.
Con la voz de Hooty a su espalda decidió dar un pequeño viaje.
Desde que descubrió la puerta, ese mundo se había vuelto un escape de su realidad, lo cual era algo que necesitaba en este momento.
Invocando el maletín, cruzó la puerta. Con un gran bosque recibiendola del otro lado, era un lindo día en el mundo humano.
“Ups casi me olvido de cubrir mis orejas” saco un pañuelo para luego atarlo en forma de vincha. Aunque con lo que conocía de los humanos, seguramente pensarían que son parte de un disfraz.
Esta dimensión era bastante pacífica a comparación de las islas, le gustaba aquí pero únicamente en estos momentos donde necesitaba claridad.
Caminando a la ciudad, recordó la última vez que viajo, era con Raine,a elle siempre le ponía nerviose venir aquí pero se veia muy linde con su gorro con orejas de gatito, “regalo” que ella le había hecho luego de robarle a una adolescente que estaba cerca, ya que se había olvidado de traer algo para cubrir sus orejas.
Ugh tenía que encontrar la forma de decírselo pero cómo lo haría “hola raine, se que no me quieres ver pero la jodimos y ahora estoy embarazada, y me lo voy a quedar, solo quería que lo sepas, asi que adios”
Bueno esa idea era una mierda.
Odiaba sentirse así, sabía que por más que terminaron Raine nunca la trataria mal y que era de confianza, pero su instinto maternal la hacía volverse muy protectora de su hija.
“Mejor pienso en ello después, todavía tengo tiempo”
Sin darse cuenta había llegado a un parque repleto de humanos y sus niños.
Decidió sentarse en una de las banquetas observando el lugar.
Quien iba a pensarlo, Edalyn Clawthorne embarazada sentada en un parque del reino humano. Era muy inusual considerando sus últimos viajes en donde se divertía engañando o robándole a las personas.
Era muy divertido conseguir los distintos objetos raros que utilizaban, muchas eran basura aquí pero en las Islas Hirvientes seguramente, estarían fascinados, tanto que pagarían por conseguir cosas asi
Espera.
Pagarían por conseguir cosas así.
Cómo no lo había pensado antes, podía conseguir suficientes objetos y venderlos en un puesto de la feria, utilizando sus grandes habilidades de manipulación y venta.
Era una idea perfecta.
Así es como este viaje de claridad mental se transformó en una búsqueda de tesoros humanos.
Unas horas después de robar y conseguir objetos de la basura, decidió que era suficiente mercadería. Así que volvió a su casa.
“Sin duda tienes una mamá muy ingeniosa pequeña"
No se podía resistir a hablarle a su bebé, aunque probablemente no la escuche. Tenía que ponerse a leer esos libros de embarazo y natalidad. El universo sin duda le estaba pagando por no prestar atención en las clases de salud.
No fue sorpresa descubrir que Hooty seguía hablando cuando volvió, aunque al parecer había encontrado una araña a quien molestar.
Recostandose en el sofá, por segunda vez en el día pudo sentirse esperanzada de que todo saldría bien.
*****
Habían pasado varios meses desde que descubrió que estaba embarazada y desde su primera y única cita con la curandera.
Sin duda muchas cosas habían cambiado.
Su vientre que siempre había sido plano, ahora parecía un globo a punto de estallar.
Y ella estaba volando(como podía) hacia su casa, después de haber sido perseguida por los guardias del emperador.
Quizás no había sido una buena idea robar aquella canasta perfecta para su bebé, estando en el último mes de embarazo. Pero era necesario, no creía que era buena idea dejar a su hija en su nido o en una caja improvisada.
“Uhhh que es lo que tienes ahí"preguntaba hotty siguiéndola, ese pájaro sí que era molesto pero era lo único que le quedaba y a veces era de ayuda, como en este momento.
“es un canasto para la bebe, podrias colocarlo en mi habitación Hooty” le ordenó recuperando su respiración y quitándose la capa que utilizaba para ocultar su identidad y prominente embarazo.
“Ya mismo Hoot” por más de que a veces la sacaba de juicio, el tubo pájaro había sido de bastante ayuda durante estos meses.
Estaba exhausta, podría no haber robado ese canasto, pero había gastado sus últimos caracoles en reserva para sobrevivir estos meses sin tener que salir.
Estando en el último mes sabía que el parto podría comenzar en cualquier momento así que había ideado un plan.
Con su ganancia de la venta de objetos humanos logró abastecerse de pociones y comida (con largo tiempo de expiración) que sabía iban a ser difíciles de conseguir teniendo a una bebé recién nacida. Sabía que Hooty la podría cuidar pero no confiaba mucho. Además había logrado conseguir ropa y juguetes para su hija.
En cuanto a su parto, estuvo informándose con los libros que robó, así es como también se aseguró de que el embarazo esté yendo bien. Según lo que leyó iba a tener que utilizar el método antiguo, ya que no iba a ir a una clínica, lo cual significaba sufrimiento para su mala suerte, sin duda el parto era una gran razón por la cual reconsiderar su decisión.
Mientras se recostaba en el sillón una contracción la afectó, sabía que no necesariamente significaba que estaba en trabajo de parto por lo cual simplemente trato de respirar con dolor.
“Te amo niña pero en estos momentos solo quiero que salgas ya”
Sin duda esa pequeña ya era tan enérgica como ella, los recuerdos de sus primeras patadas le hicieron hacer una mueca.
Aunque sea sabía que era parecida a ella en algo.
Lo cual le hizo recordar al otro progenitor de su hija, Raine, quien no sabía de su existencia. Podría juzgarla pero había intentado contactar con elle, sin embargo había cambiado de numero y no sabia en donde vivia ahora.
Probablemente debería haberle buscado pero considero esas trabas en su encuentro como una señal de que no debía decirle. Eso no quitaba el hecho de que cada día se sentía culpable de negarles conocer a su hija. Quizás un día sería lo suficientemente valiente como para contarle.
Otra contracción interrumpió sus pensamientos, gimió del dolor que esta le había producido. Odiaba las contracciones “falsas”, excepto que esta vez no lo eran.
Controlando su respiración se dio cuenta de que su vestido estaba mojado en su entrepierna, por un momento pensó que se había orinado encima, pero no, esto se sentía distinto. Y así otra contracción la atravesó.
“la bebé ya viene” susurró asustada “mierda mierda mierda, no estoy lista para esto, no puede ser" gritaba entrando en pánico “okay Eda respira, tu puedes hacer esto, tu debes hacerlo, Hooty por favor mantente alerta, la bebé ya viene” trataba de tranquilizarse respirando como aquellos libros de maternidad recomendaban, mientras preparaba lo necesario para el parto.
“Todo listo Eda, ¿necesitas que te ayude en el parto? Aunque no lo creas tengo una historia con respecto a ello HOOT”
“Mira Hotty tengo mis razones para no confiar en ti, así que la única forma de que me ayudes es quedándote a proteger la casa” exclamó Eda, mientras trataba de no gritar de dolor al subir las escaleras.
“Todo está bien Eda, sabes cómo es el procedimiento todavía queda bastante tiempo, solo necesitas respirar” el dolor la hacía llorar mientras se recostaba en un nido improvisado que había preparado específicamente para esto.
“Por el Titan, por qué decidí hacer esto sola”gritaba mientras pequeñas plumas adornaban su brazo. Agradeció haber previsto esto y agarró una de las pociones que dejó cerca por si la transformación empezaba a suceder.
Así transcurrieron un par de horas, por suerte no se alargó tanto como se mencionaba que podía ser posible en los libros.
Pujando una última vez, la escuchó, ahí estaba su dulce niña. Aún cubierta de muchos fluidos podía notar una pelusa de cabello color menta y piel canela.
“Melody" colocándola en su pecho suspiró el nombre de su hija, que después de haberlo pensado mucho tiempo recordó una cita que tuvo con Raine donde elle le explicaba la magia bardo y le había parecido un lindo nombre para su hija.
Después de cortar el cordón umbilical y expulsar la placenta, comenzó a pasarle un paño húmedo a Melody, quien ya había calmado su llanto, mientras verificaba que todo esté bien.
“Eres igual a tu nini” suspiro nostálgica “ojalá elle pudiera saber de vos, te amaría tanto como yo, perdón hija” lloró, apenas tenía minutos de nacida y ya le había fallado.
Moviéndose un poco incómoda su hija parecía querer llorar.
“Parece que alguien tiene hambre” acomodándose para alimentarla, su hija se tranquilizo y abrió los ojos lentamente, eran dorados, como los de ella “al final no somos tan distintas mi melody” susurro cansada.
Una vez dormida la acomodo en su canasta al lado suyo, mirandola embelesada, no podía creer que ya tenía a su hija, de tanto cansancio que tenía cayó dormida.
Tan solo unos días habían pasado desde el nacimiento de su bebé y ya estaba entrando en pánico.
Sin duda había subestimado que tan difícil sería esto.
Su hija no paraba de llorar, ya la había alimentado, cambiado, pero seguía igual.
“Melody porfavor necesito que te calmes yo también estoy cansada” la acunaba en sus brazos intentando que cese su llanto.
“HOOT tu hija es muy ruidosa Eda”
“Vete hooty” El comentario del pájaro solo la ponía más nerviosa, tanto que sintió plumas empezar a salir en sus piernas.
“Mierda nonono” se apresuró a buscar una poción mientras seguía intentando calmarla.
Así es como su taliamigo le sugiere que intente cantarle. No sabía ninguna canción en ese momento excepto…Su mirada se dirigió al cofre de recuerdos donde estaba su mandolina.
Una vez que tomó todo el contenido de la poción, comenzó a tararear aquella canción que había compuesto para Raine, una tenue aura rosada llenando la habitación.
Observó como los llorosos de su hija comenzaban a pestañear, su respiración tranquilizandose hasta quedarse dormida con la música.
“Por supuesto que a una hija de Raine le gustaría la música” susurro mientras la recostaba suavemente en su canasto.
Ya tranquila se dejó caer en su nido, esto estaba siendo más difícil de lo que había pensado.
Estaba agotada, tenía que descansar pero era complicado teniendo una bebé recién nacida que se levantaba a cada rato.
Decidió disfrutar este momento de paz que por suerte fue bastante largo ya que la magia bardo la tranquilizó bastante. Sin embargo, un pensamiento comenzaba a llegar a su mente.
¿Y si se hubiera transformado?
Observando cómo su hija dormía plácidamente, comenzó a sentir miedo. Desde el embarazo ya era muy protectora con ella, pero qué haría si de quien la tenía que cuidar era de su maldición…
*****
Habían pasado 3 meses desde el nacimiento de melody. Y Eda debería estar feliz, su hija cada día crecía más y era lo más preciado que tenía, pero había algo que la carcomía por dentro.
Dentro de poco se quedarían sin alimento y elixires, no sabía cómo poder conseguir comida junto a melody. ¿Y si los guardias la veían? No podía arriesgar la vida de su bebé. Y además estaba su maldición, con todo el estrés y falta de sueño que estaba teniendo, estaba empeorando, su propio miedo de lastimar a su hija empeoraba la situación.
Estaba la opción de dejarla con Hooty, ni siquiera sería por mucho tiempo, pero no podía, cada vez se volvía más protectora hacía Melody. Necesitaba tenerla cerca y asegurarse de que esté bien.
“Mi dulce Melody no te preocupes todo va estar bien” le dijo a su hija mientras la acunaba, un poco diciendo esas palabras a sí misma. Sorprendentemente ella respondió con una suave risita.
“Mi niña risueña” la acunó en sus brazos, decidiendo ir a aquel lugar en donde iba en momentos estresantes como este. Colocandole un gorrito de orejas de gatito a su hija, cruzó el portal.
Con todos estos momentos de estrés ya estaba acostumbrada a ir al reino humano con Melody, quien siempre miraba asombrada esa dimensión. Lo cual probablemente se debía a que solo conocía las habitaciones de la casa buho.
Caminando en el parque le gustaba averiguar sobre las personas que iban allí, quienes solían ser las mismas. Entre esos humanos sus favoritos eran Camila y Manny, quienes se habian mudado recientemente, no muy lejos del parque, le recordaban bastante a ella y a raine cuando paseaban aquí.
Y con respecto a Raine, ella sabía que si le decía toda la verdad la iba a ayudar. Por el titan seguramente sería excelente nini para Melody.
Pero ese sentimiento de protegerla hacía que los peores pensamientos crucen su mente.
Un quejido la trajo a la realidad. Su hija tenía hambre.
“Al parecer hoy el viaje fue bastante corto pequeña”
Le era más cómodo volver a su casa para alimentarla ya que eso significaba que la tenía que cambiarla dentro de poco.
Y además no podía seguir evitando la realidad por mucho tiempo.
Ya en casa, Eda empezó a amamantar a su hija mientras tarareaba suavemente la canción que la calmaba.
La rapsodia de Raine.
Una vez completamente dormida la acostó en la canasta y ahí fue cuando se dio cuenta de que se había olvidado de algo.
Su elixir.
Solo le quedaba uno.
Mierda.
Mirando una vez más a su hija que dormía plácidamente decidió que no tenía otra opción.
“Hooty estate muy atento y ni te atrevas a lastimar a melody, volvere lo mas pronto posible” Okey quizás estaba siendo un poco paranoica pero era necesario, Hooty un poco impredecible.
“No te preocupes Eda, Hoot”
“Owlbert al mercado”
Mientras volaba los minutos se le hacían eternos, sabía que recién había salido pero los nervios ya la atacaban. ¿Y si Melody se había levantado cuando se fue?¿Y si Hooty la levantó?¿Y si había decidido sacarla de la cuna para intentar jugar con ella? Miles de escenarios cruzaban su mente.
“Ugh por qué todavía no llegamos" sus manos empezaban a sudar mientras volaba lo más rápido posible.
Después de unos minutos que le resultaron eternos llegó al puesto de Morton.
“Morton, no tengo mucho tiempo, necesito mis pociones”
“Eda, hace tanto que no venias, llegue a pensar que habías encontrado una cura”
“No estoy para chistes Morton, dame los elixires que tengas”
“Esta bien, tengo unos guardados en el fondo”
“Bueno, apurate”
Eda estaba muy nerviosa, solo podía pensar en que había dejado a su hija sola en casa. Estaba tan absorta en sus pensamientos que no se dio cuenta que la estaban observando.
“Eda la dama búho, hace tiempo que no te encontrábamos por aquí, pensábamos que habías muerto” mierda, los guardias del emperador.
“Para tu desgracia no y ni piensen en molestarme, no estoy cometiendo ningún crimen” Titan Morton por favor encuentra rápido los elixires.
“Oh dama búho tus crimenes de ser una bruja salvaje siempre existen”
“Aquí tengo un saco de pociones Eda" al fin.
“Gracias Morton, quedate con el cambio” dijo mientras le daba un montón de caracoles que probablemente no cubrían su cuenta. Tenía que partir rápido.
“No vas a ningún lado Dama búho, rodeenla, que no se escape”
“Eso veremos, Owlbert, a casa y rápido”
Mientras volaba hacía piruetas esquivando los ataques que recibía y tratando de perderlos.
“Por el Titan necesito llegar rápido”
Sus manos se estaban empezando a llenar de plumas.
Había perdido a la mayoría de guardias, cuando llegó a divisar su casa, pero todavía la estaban siguiendo unos cuantos.
“Hooty déjame pasar y prepárate para atacar” grito.
A medio vuelo se bajó del bastón y corrió hacia adentro de su casa mientras escuchaba a Hooty atacar a los últimos guardias.
Ni siquiera se tomó tiempo de recuperar el aliento y subió corriendo a su habitación. Sin darse cuenta de lo que se estaba apoderando de ella.
Allí encontró a su hija aun dormida, totalmente absorta de lo que estaba sucediendo.
“Melody" logró decir antes de que todo se volviera oscuro, dándose cuenta que lo había arruinado y no había vuelta atrás.
Aquel monstruo que la venía atormentando desde hace años volvía a aparecer. Y lo único que podía hacer era correr.
Después de quien sabe cuanto tiempo volvió a la normalidad.
Un fuerte llanto inundaba la habitación, que ahora estaba hecha un desastre. Este provenía de un gran montón de plumas en donde se encontraba su hija, roja del llanto.
No.
Melody.
“¿Qué hice?” Sus nervios rozaban el inicio de una nueva transformación.
Estaba paralizada.
No sabía qué hacer ni qué había hecho.
¿La había lastimado?
El miedo de que su hija esté herida era más grande que el pánico que tenía ahora, así que se permitió acercarse y sacarla de las plumas.
Con sus manos temblorosas limpio las lágrimas de sus pequeñas mejillas, haciéndola derramar sus propias lágrimas.
“Lo siento lo siento tanto”susurró entre sollozos.
Si bien al revisar no había nada distinto, a excepción de un pañal sucio, que se apresuro a cambiar.
Aunque no haya tenido heridas físicas, sin duda había quedado muy asustada. Traumatizada del monstruo que era su propia madre.
Otra vez había lastimado a quien más amaba.
Abrazo el pequeño cuerpo de su hija, que ya se había calmado y ahora solo tenía un pequeño hipo.
“Perdoname porfavor”
Su mente solo reproducía la imagen de su hija asustada arriba de las plumas una y otra vez.
No podía hacer esto. Debería haber sabido que nunca podría tener una familia.
Debería haber sido que esto nunca iba ser para ella.
Que se merecía únicamente estar sola.
Teniendo a Melody ya calmada y dormitando, la colocó en su canasto, para salir de su habitación y dirigirse al living. Tomando la llave del único lugar al que podía ir.
“Hooty vigila a Melody, necesito irme”
Ni siquiera llegó a escuchar la respuesta, cuando ya estaba en la otra dimensión.
Comenzó a caminar sin rumbo, absorta de la realidad. Sus oídos zumbaban, con el llanto de Melody grabado en su mente. Ni siquiera se molestó en cubrir sus orejas.
Este había sido su castigo por creer que podía formar una familia, por creer que podía amar a alguien sin perderlo.
No se merecía tener una hija, debería haber terminado todo apenas se enteró de su embarazo. Así no tendría a su hija sufriendo, asustada de su propia madre.
Sin darse cuenta había llegado al mismo parque de siempre, casi vacío, a excepción de una pareja que conocía muy bien.
Escondiéndose entre los árboles podía oír su conversación.
La mujer, Camila, estaba llorando en los brazos de su pareja.
“No es justo, esto debe ser mi culpa” al parecer no era la única con ese dolor hoy.
“Amor no te culpes, no sabíamos que esto sucedería, nadie es culpable” Manny, su esposo, la estaba consolando.
“Lo sé, pero, no puedo evitarlo, ya es la segunda vez que nos sucede. No podremos tener hijos propios” sollozaba con la voz quebrada.
“No necesitamos tener hijos, ya somos felices así. Y si realmente lo deseas encontraremos una solución, hay más de una forma.”
“siempre sabes que decir amor, gracias por estar aquí”
“Tu me enseñaste todo, podremos con esto, no pierdas la esperanza cariño”
No queriendo husmear más la privacidad de la pareja comenzó su camino de regreso.
Con una decisión en mente.
Esperaba no arrepentirse otra vez.
Una vez de vuelta en su casa, comenzó a buscar desesperadamente un libro, específicamente uno de ilusiones y ocultación avanzado.
“Aquí está” su mente trabajaba a mil por segundo, buscando un hechizo que le sirva para lo que tenía planeado.
“Transforma cualquiera de tus joyas en una piedra de ocultación”
Eso era lo que buscaba. El hechizo funcionaba de la misma forma que una piedra de ocultación pero era más barato y, al ser una mezcla de magias,tenía un mayor poder aunque eso significaba que pocas brujas podían hacer el hechizo. Lo cual ni siquiera era un reto para ella.
‘Después de juntar los elementos base tienes que seleccionar ingredientes que representen las facciones que quieres cambiar
IMPORTANTE no olvidarse que tu joya debe tener un lazo emocional importante para que le de potencia al hechizo’
Rebuscando entre todos sus estantes reunió todos los elementos necesarios, solo le faltaba una cosa, la joya. La cual no podía ser cualquiera.
Así que subió a su habitación, tratando de evitar mirar a su hija quien, tras un día tan alborotado, dormía profundamente.
“recuerda, es lo mejor que puedes hacer para ella, merece una familia que la cuide, no una madre que la lastime”
Lágrimas ya amenazaban con caer. Tenía que seguir con su plan.
En su viejo baúl de recuerdos, encontró lo que necesitaba.
Era un collar con un dije de una C ligeramente deformada, fue el primer regalo que Raine le había hecho tras hacerse pareja; la había hecho elle mismo, eligiendo hacer la C de su apellido luego de varios intentos fallidos de hacer una E.
Si bien no era perfecto siempre fue un collar muy importante para ella, ya que de cierta forma reunía a todos aquellos que amaba.
Lo había usado siempre hasta que terminó con Raine.
“Esto será suficiente con lágrimas ya cayendo, bajo a comenzar el hechizo.
Este era una combinación tanto de pociones como ilusiones.
Una vez que terminó de mezclar los ingredientes necesarios en su caldero comenzaba la parte difícil. Colocó el collar dentro del brebaje y cerró los ojos recitando:
“Encerrados en este relicario quedan los aspectos no deseados
Toma la forma de lo que yo te he ordenado
Solo otro hechizo podrá quebrantarlo”
Una luz violeta rodeó el caldero mientras recitaba esas palabras.
Era el momento de ver si había funcionado.
Retirando el collar de la poción, con manos temblorosas, se dirigió hacia donde estaba Melody.
Cada paso que daba se sentía pesado, recordandole al día en el cual decidió continuar el embarazo. Pero esta vez no iba a desistir tan fácil, ya había tenido las pruebas de que no podía continuar esto.
Su pequeña princesa empezó a abrir su ojos una vez que se acercó al canasto.
“Hola pequeña” su voz salía naturalmente como un susurro, más lágrimas empezando a deslizarse en sus mejillas.
“Como lo siento mi niña, pero necesito mantenerte a salvo, es lo mejor que puede hacer para vos”
Decidió alimentarla por última vez antes de colocarle el collar. Se veía tan pacífica como siempre, tan contraria a ella, no la merecía, no merecía un ser tan perfecto a quien había lastimado.
A diferencia de otras veces en donde la alimento, esta vez no se había quedado dormida, lo que solo haría que verla cambiar sea mucho más difícil.
“Lo siento mucho” sollozo colocando el collar suavemente. Inmediatamente los grandes ojos dorados y el llamativo cabello color turquesa de su hija se oscurecieron a un tono marrón, al mismo tiempo que sus orejas puntiagudas se redondearon.
Más lágrimas cayeron mientras la abrazaba meciéndola, la bebe inconsciente de lo que estaba pasando comenzaba a quedarse dormida.
Eda la colocó en su canasta, cubriendola con una manta tejida de color amarillo, la cual habia sido uno de los tantos regalos tejidos que Raine le habia hecho en su epoca donde estaba obsesionada con el amarillo.
Rápidamente agarró papel y una pluma para escribir una carta que luego colocó junto a Melody.
Era hora.
Había hecho todo esa ilusión para poder dejarla en el mundo humano, donde sabía que estaría mucho más segura que en cualquier lugar de las Islas Hirvientes.
Colocándose su capa abrió el portal al reino humano, donde una noche lluviosa la esperaba.
Haciendo un hechizo para protegerse de la lluvia, comenzó a correr con la canasta en sus brazos.
Había averiguado la dirección de esa casa hace mucho tiempo, en una de sus salidas de búsqueda de tesoros.
Una vez en su destino la recibió una casa con varias ventanas y una escalera en la entrada.
Delicadamente, para no despertar a Melody, Eda colocó la canasta enfrente de la puerta.
“Te voy a extrañar mi Melody” susurró depositando un beso en su frente.
Luego de tocar la puerta salió corriendo a esconderse en uno de los arbustos.
Esta era la decisión más difícil que había tomado en su vida. Pero no sabia que mas hacer, no quería tener que velar a su hija y que sea por su culpa.
Vio como la mujer, Camila, salía sosteniendo un bate que luego, al darse cuenta de lo que había en su puerta, dejó en el suelo.
Vio cómo la llevaba dentro de su casa. Observando a su hija por última vez, volvió a correr de vuelta al portal, antes de arriesgarse otra vez y querer llevar a su hija de vuelta.
Una vez en su casa se dejó caer de rodillas, lágrimas sin parar de caer.
El vacío la inundó, dejándose llevar por la oscuridad.
……
Camila se encontraba en la sala de estar, ya era muy tarde pero no podía dormir. Si bien su esposo la había calmado, los recuerdos de hoy la abrumaban.
Afuera solo se escuchaba el sonido de la lluvia caer.
Hasta que un fuerte golpe a la puerta la sacó de su trance.
¿Qué podría ser a estas horas de la noche?
Sentía mucho miedo de abrir a ver que era pero a la vez tenía la necesidad de hacerlo.
Así que tomó su bate y salió a abrir la puerta, miró a los costados y no había nadie, quizás había escuchado mal.
Estaba a punto de volver a entrar hasta que escuchó un suave llanto viniendo de una canasta.
Dejó su bate en el suelo y se agacho para ver a la pequeña bebe.
“pero que cosita mas linda, quién te dejo aquí cariño” la levantó suavemente mientras la arrullaba en sus brazos.”¿Cómo fue esto posible?” Sintió un enojo repentino, había pasado por tanto dolor queriendo un hijo y alguien se atrevía a dejar el suyo como si fuese basura.
Mirando a la bebé arropada en una manta tejida de color amarillo, vio que era muy parecida a ella, su pelo castaño, ojos marrones y piel canela.
“qué extraño” murmuró mirando el collar con un dije de forma rara en el cuello de la niña.
Colocándola de vuelta en la canasta la llevo adentro, dejándola en el sofá. Ahí se dio cuenta que en el costado de la canasta había una carta. Al abrirla se encontró con que varias palabras eran prácticamente ilegibles debido a la tinta y manchas de lágrimas, lo que significaba que la habían escrito en apuros.
“Familia Noceda
Escribo esta carta con todo el dolor de mi corazón. Mi niña, mi dulce niña corre peligro al estar conmigo, quisiera no tener que hacer esto pero no encuentro otra opción.
Prefiero dejarla con ustedes, a quienes observe lo suficiente como para saber que cuentan con un gran corazón y que desean tanto tener hijos, a que termine siendo lastimada y que sea mi culpa.
Su nombre es Melody Clawthorne, es la bebé mas tranquila, risueña y perfecta. La música siempre la calma cuando está molesta. Ella no es como los demás humanos, ya lo van a entender, pero no puedo decir mucho.
Probablemente ya notaron su collar, es importante que nunca se lo quiten.
Disculpenme pero no puedo decirles más. Lo único que les pido es que la cuiden como si fuese suya, que le den todo el cariño posible.
Y que por favor le cuenten que siempre la ame, que esta decisión fue lo mejor para ella, que por favor me pueda perdonar.
E”
Camila terminó de leer la carta en lágrimas, su enojo había bajado luego de leer las razones por las que dejaron a la bebé.
“Amor esta todo bien?” su marido se levantó, probablemente porque había pasado mucho tiempo desde que había salido de su habitación.
Se dio vuelta mostrándole a la pequeña, intentando explicarle lo que pasó pero solo le salió un sollozo.
Su esposo se sorprendió al verla.
“¿C cómo? ¿De quien es la bebé?” Tartamudeo
“Al abrir la puerta ella ya estaba ahí, no se veía a nadie cerca, solo tenía esta carta” le pasa la hoja.
Mientras Manny leía la carta, la bebé parecía haberse despertado, se veía un poco asustada ante el nuevo entorno y su carita se estaba empezando a arrugar, a punto de llorar.
“Shh shh tranquila pequeña todo esta bien” la levantó de la canasta y la comenzó a arrullar.
Una vez que Manny terminó de leer, levantó la mirada al ver a la bebé con su esposa.
“Entonces supongo que nos la quedaremos, es un milagro” sonrió apreciando el momento.
Fundiéndose en un abrazo la pareja observó este nuevo comienzo en sus vidas.
“Después de todo lo que pasamos hoy” rió camila” se siente como la luz al final del túnel”
“Luz, ese puede ser su nombre” susurró su pareja acariciando la cabeza de la bebé
“es perfecto” lloro Camila.
Mientras en esta dimensión una pareja había logrado formar una familia en otra dimensión una pobre bruja había tenido que abandonar la suya.
********
Nuevamente en las Islas Hirvientes..
Eda se levantó al día siguiente, estaba hecha un desastre, había llorado toda la noche y todo su cuerpo le dolía, no le quedaban más fuerzas. Quería a su hija, sabía que fue la mejor decisión, pero era muy difícil, todo lo que quería era volver allí y traerla de vuelta.
“No puedo hacer eso, tengo que pensar en lo que podría pasar si se quedaba conmigo “ se recriminaba mentalmente.
No creía poder seguir viviendo así, todo le recordaba a quien perdió, como volvía a estar sola y era su culpa otra vez.
Hundiéndose más en su nido podía sentir como pequeñas plumas comenzaban a salir en sus brazos, sin energía de buscar su elixir dejó a la maldición tomarla.
Contracturandose del dolor pero a la vez sintiéndolo merecido, como un castigo por lo que hizo.
Era raro estar en ese lugar oscuro sin fuerzas ni de correr, pero parecía que la bestia tampoco estaba muy bien, sus gritos eran desgarradores, también estaba sufriendo.
Se sintió enojada, por supuesto que debía estar sufriendo, era su culpa que haya tenido que abandonar a su hija. Era la culpa de esa bestia que haya tenido que perder a todas las personas que amo. Que había tenido que sacrificar tanto en su vida.
Perdiéndolo todo.
Arrodillándose hacia su dirección grito
“TODO ESTO ES TU CULPA”
Después de esto su visión se volvió a oscurecer y se despertó en su cuerpo normal.
“Tengo que ir a buscarla, no debe ser demasiado tarde”
Se levantó demasiado rápido, lo que hizo que se mareara, cayendo de vuelta en su nido.
Que pensaba hacer, ¿volver allí y traer a Melody así como si nada? ¿Olvidándose de todo lo que pasó?¿Olvidándose de que alguna vez la dejo?
Por más elixires que consiga, esto podría volver a pasar y cada vez sería más difícil.
De por sí ya sentía como su cuerpo se adelantaba a su edad, como más canas cubrían su cabellera anaranjada, como su magia se debilitaba poco a poco.
Y si el problema fuese un ataque del aquelarre.
¿Qué haría en ese momento?
¿Cómo se defendería y al mismo tiempo protegería a su hija?
Si bien dolía, fue lo mejor que pudo haber hecho para el futuro de Melody. Así podía tener una familia normal.
Pero cómo podía seguir viviendo recordándola a cada momento, queriendo ir a buscarla o aunque sea verla.
Sabía que no podía abstenerse por mucho tiempo.
No había forma de olvidarla…
Excepto que si la había.
Tomó fuerzas para levantarse y comenzó a buscar su libro de pociones.
Rebuscando entre las páginas ahí estaba, la poción de borrar memoria.
Otra gran decisión que tomar, pero era necesario, no podía confiar en que dejaría de pensar en ir a buscar a su hija, así que, si no la recordaba la mantendría protegida.
Este hechizo era muy poderoso pero a la vez bastante vulnerable. Funcionaba asignándole los recuerdos de la persona o lo que querías olvidar a distintos objetos que tengan relación con ello. De esta forma siempre cuando estos se mantengan ocultos lo que hayas querido olvidar también lo estaría, pero si por alguna razón los llegaba a encontrar, entonces sus recuerdos volverían.
Así que reunió todos los objetos que tenía de melody, sus juguetes, ropa y fotografías, olocando todo en un pequeño cofre.
Ya estaba comenzando a llorar, temía recordar dónde había escondido el cofre así que se lo pidió a Hooty.
“Hooty necesito que entierres esto lo más lejos que puedas y que no vuelvas a mencionar a melody. Haz como si nunca hubiera existido ” exclamó sin siquiera mirar a Hooty fallando en contener las lágrimas.
“Pero eda"
“Haz lo que te digo, es lo mejor para todos”
“Esta bien” mientras tomaba el cofre y se estiraba a lo lejos.
“Yo puedo, es solo otra poción más” tomando valor comenzó a preparar la poción, como pudo ya que tenía los ojos llorosos.
Mientras la preparaba, todos los recuerdos que tenía junto a su hija bailaban en su mente.
El día en que se enteró que estaba embarazada.
Cuando la sintió por primera vez.
Cuando decidió quedarsela y la vio por primera vez en la ecografía.
Sus patadas durante el embarazo.
La primera vez que vio sus ojos, dorados como ella.
Cuando descubrió su amor a la música.
Cada uno de sus pequeños descubrimientos.
Su risa.
Su asombro.
Su carita asustada al verla transformada.
Y la última vez que la vi, durmiendo tan pacíficamente antes de dejarla.
Una vez listo el liquido de color azul cristalino, tomo aire, concentrandose en lo que tenia que hacer.
“Te voy a extrañar mi melody” suspiro Eda tomándose todo el contenido de un trago, derramando las últimas lágrimas.
“Eda ya hice lo que me pediste”exclamó Hooty, con un semblante triste.
Eda quien parecía estar confundida simplemente asintió, no recordaba que le había pedido pero no debía ser muy importante¿ verdad?
Levantándose sus huesos crujían y sentia muy raras algunas partes de su cuerpo. Además de que sentía que algo le faltaba pero no podía pensar que era.
"Bueno esto si que es inusual" murmuro al sentir su pecho hinchado, cada dia la maldición le daba sintomas mas extraños.
Sus recuerdos eran vagos, difusos. Probablemente había abusado de la sangre de manzana, porque sin duda su cabeza parecía a punto de reventar.
“Qué habré hecho para que me duela tanto el cuerpo” se quejaba Eda, sin duda hoy era uno de esos dias donde la maldición le pasaba factura. Así que decidió ir a su habitación.
“Nada que una larga siesta no solucione” rindiéndose en su nido, cayó en un sueño profundo en donde recordaba a su expareja y la que podía haber sido una familia con elle.
