Work Text:
Capítulo 1
Desde el inicio de la historia humana, muchas existencias se han atribuido a la creación de la humanidad.
Dioses de distintos panteones, nombres distintos, rostros distintos.
Pero algo es seguro.
Todos ellos obtienen gran parte de su poder de los humanos.
La fe mueve montañas… y quizás incluso es capaz de engendrar a los propios dioses.
Ubicación: Séptimo Cielo
Registro: El Trono de Dios
Desde el final de la Gran Guerra de las Tres Fracciones, el Cielo se había quedado sin su gobernador supremo.
El dios más fuerte de entre todas las religiones murió hace muchos siglos.
En consecuencia, el sistema celestial se encuentra en decadencia.
Los intentos de sus hijos por mantener funcionando han sido constantes… pero insuficientes.
Los ángeles ya no nacen.
Los milagros son cada vez más escasos.
Mikael, el arcángel, hace todo lo posible por cubrir el vacío dejado por su padre.
Pero el hijo no puede reemplazar al creador.
[SISTEMA DEL TRONO]
Error.
La fe acumulada excede la capacidad de procesamiento.
El sistema de administración de Sacred Gears presenta fallas críticas.
Los humanos dejan de ser humanos.
Los demonios portan Sacred Gears.
Lo maligno y lo sacro se mezclan.
Los ángeles no nacen.
Los milagros se conceden al mínimo de su capacidad.
Los milagros concedidos son insuficientes.
Buscando solución…
Solución no encontrada.
Iniciando protocolo alternativo
Objetivo: crear un nuevo administrador.
Nombre clave: “Pequeño Dios”
Iniciando proceso de creación…
Error.
El sistema se encuentra demasiado dañado para generar una entidad completa.
Buscando alternativas…
Alternativa encontrada.
Se utilizará un humano como anfitrión y complemento del nuevo administrador.
Buscando humano compatible…
Humano encontrado.
Nombre: Asia Argento
Estado: humano puro.
Fe: excepcionalmente alta.
Bendecido con Sacred Gear
Sin influencias externas activas que interfieren en su desarrollo.
Compatibilidad: óptima.
Iniciando proceso de creación…
Nombre clave asignado: Ars Metá
Advertencia…
El sistema detecta una anomalía conceptual.
Por alguna razón…
El administrador creado presenta tendencia a la pereza.
Registro aceptado
Ubicación: Italia
Fecha: xx/xx/xx
Hora: 19:30 hrs
El viento frío de otoño recorre las calles y se cuela entre la ropa de las personas, haciendo que todos caminen un poco más rápido.
La ciudad está llena de vida.
Familias paseando, niños jugando en los parques, parejas saliendo en citas… incluso hay una boda ahora mismo en una iglesia cercana.
Yo los observa desde una banca del parque.
Supongo que no sería raro pensar que estoy deprimida, sentada sola mientras todos parecen tan felices.
Pero la verdad es que… también lo estoy.
Estoy feliz.
Es la primera vez que veo el mundo fuera del convento donde vivía.
Nunca antes había caminado por calles tan llenas de gente, ni visto tantas luces al mismo tiempo.
Aunque esa felicidad es… incompleta.
Hasta hace poco era considerada una doncella santa.
Digo, era, porque ahora ha sido excomulgado.
La razon…
Sané un demonio.
Por eso me acusaron de bruja y hereje.
Aun así, hay algo de lo que estoy completamente seguro.
—Aún si era un demonio… realmente no me arrepiento de haberlo ayudado.
—Si te das cuenta que el diablo ese ni siquiera estaba en peligro, ¿verdad? —responde una voz en mi cabeza—. Entra en razón, Asia. El tipo te timó. Te vio la cara. Literalmente se estaba riendo mientras lo sanabas.
Suspira bajito.
—Puede ser… pero aún así no podía dejarlo sufrir.
La voz soltó algo parecido a un bostezo.
—De verdad eres agotadora.
—Ah, y por cierto… llevamos una semana así, sentadas en bancas incomodas. Deberíamos conseguir un sillón. O una cama. O mínimo algo con respaldo decente.
Me quedé en silencio un momento.
—Cierto… casi lo olvidaba —murmuré—. Desde hace una semana, antes de mi expulsión de la iglesia… una voz no deja de regañarme y decirme que deberíamos conseguir un sillón más cómodo.
Mire el cielo que comenzaba a oscurecerse.
—Supongo que… eso tampoco es muy normal, ¿verdad?
La voz rió suavemente, como si estuviera recostada en algún lugar invisible.
-No.
—Pero ya que estamos aquí, Asia… será mejor que te acostumbres.
