Chapter 1: Capítulo 1
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La última esperanza del fuego.
El general Iroh recordaba el dolor de perder a su hijo Lu-ten, y recordaba el dolor de estar todos los días acompañando a su amado sobrino con la mirada llena de incertidumbre al no tener un rumbo claro en su vida, tener dudas a pesar de que la verdad estaba en su corazón. Sin embargo, nada pudo compararse al dolor que sintió al enterarse de la muerte de quizás su último familiar amado… Fue indescriptible, una agonía en vida que por un momento pensó en acabarla él mismo, pero no sería honorable en el nombre de Zuko, no.
Así que vivió para ayudar a detener esta guerra sin sentido, vivió para mantener el honor de la nación del fuego, vivió para mantener el recuerdo de su amado sobrino.
El príncipe Zuko.
La guerra lamentablemente aún no ha acabado, quedan unos meses para que el cometa Sozin cruce por los cielos, y el avatar aún no ha logrado manejar el elemento fuego y no lo culpa después de ver que tan volátil puede ser y que tan difícil de manejar, además que parece un juego caprichoso de los espíritus que no han querido que algún maestro fuego, como él o Jeong Jeong, enseñe al avatar, ya que sus enseñanzas no han dado fruto en todo este tiempo, como si su chi estuviera cerrado para el fuego control.
Han logrado recuperar Ba sing se y otros lugares del reino tierra con la ayuda del loto blanco, pero si bien el la nación del fuego ha quedado débil no pueden permitir que su hermano siga esparciendo el mal por el mundo junto a su sobrina.
Iroh suspiro con pesar, asi que decidió tomarse un descanso de planificar el entrenamiento de los nuevos reclutas a la causa, cada vez tenía más aliados de todas las naciones, alfas, betas, omegas valientes que ayudan a esta lucha que aprecia eterna, por esa misma razón un buen té le ayudará a calentar un poco su alma.
- General - llamó, uno de sus reclutas más jóvenes, Haru si no mal recordaba, un beta con grandes habilidades de tierra control, pero un horrible bigote.
- Adelante por favor - dijo con una sonrisa cansada el alfa, dejando el humeante té en la bandeja con tetera sobre el escritorio.- ¿Te apetece un té?
- No gracias pero se lo agradezco- Haru se acercó hasta el escritorio, frente Iroh- esto ha llegado para usted, estaba escrito en código. - sacó un pergamino de sus ropas y se lo entregó a Iroh que empezó a leer con detenimiento.- Mis hombres y yo tratamos de desencriptar los códigos donde fallamos, sin embargo después de asegurarnos que no era peligroso lo trajimos a usted. - el chico dijo todo esto bajo una reverencia, solo para que al levantar la mirada se encontrará a Iroh con el rostro serio.
esto es… -se dijo al notar que el código no era más que una canción que Lu Ten invento en uno de sus juegos de infancia, miró por entre las letras, habían unas marcas oscuras- escrito en limón - una pequeña llama surgió de su mano y leyó el pergamino- hay refugiados que piden asilo y hay omegas que necesitan atención médica. - Iroh se levantó y una corazonada causó un escalofrío por todo su cuerpo.- llama al avatar.
El Beta del reino tierra se retiró con una reverencia, dejando a Iroh con sus pensamientos.
“será posible….?”
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Aang suspiro, preparando a Appa para poder acercarse lo suficiente a la isla desde la embarcación del loto blanco. Al parecer la entrada, según las instrucciones de la carta, era por una cueva bastante pequeña para una embarcación, lo mejor seria ir con el bisonte. Esperaba que la carta no fuera falsa, es decir, confiaba en Iroh, pero ya han pasado 4 años desde que despertó del hielo, y desde ese día sin importar el maestro, no ha logrado hacer fuego control, como si los mismo espíritus estuvieran de acuerdo que no aprendiera y sin los 4 elementos dominados no podrá ganar esta maldita guerra.
- ¿Dónde rayos permanecieron ocultos durante tanto tiempo? ¿Bajo una roca?! - grito Sokka desde su asiento sobre el bisonte volador, preparado para arribar del barco, los años habían ayudado a que se notara mas esculpido su cuerpo, le creciera vello facial y aumentará su masa, lamentablemente sus lloriqueos también aumentaron.
-Bueno después de rebotar por todas las naciones y con el peligro de cruzarse con maestros fuego, no los culpo - respondió Toph cruzada de brazos tras la cabeza mientras jugaba con el metal que formaba parte de su armadura, los maestros tierra más prodigios se volvían discípulos de su mejorado metal control.
- Que triste debe ser tener una esperanza en una nación y que esta no te reciba - dijo katara con un gesto triste mientras se acomodaba junto a su hermano. ya listo a partir.
- Bueno, ahora podremos ayudarlos. ¡Appa! ¡yip yip!
El gran bisonte se aproximó a una pequeña isla que parecía totalmente muerta, con la apariencia de un volcán inactivo que poseía un hueco en su interior, sin vegetación o vida a simple vista, lo único que lograba destacar era una gran cueva como Boca de lobo llena de estalactitas y agua. Que parecía ser solo otro espacio vacío y muerto como el resto de la isla.
Appa se dejó caer en el agua para nadar y acercarse a la cueva, tratando de ser lo mas sigiloso que un bisonte gigante podría llegar a ser.
- Entonces debemos pasar esta… ¿Cueva? - Sokka señaló alrededor con desprecio.
- Sip - respondió Katara acercándose a la delantera para mirar junto con Aang.
- Y dentro de esta cueva… Maloliente ¿se refugió gente durante 3 años?
- Me alegra que lo entiendas y no tengamos que repetirlo- bromeó la alfa tierra apoyándose en el borde como si pudiera ver el agua en el que nadaba la gran bestia. Sokka hizo un gesto despectivo y miró atento al parecer la única dirección que tenían que seguir.
Llegaron a un camino que parecía un pasillo pasando una especie de burbuja de rocas dentro de la misma cueva, un camino que parecía lo suficientemente grande para ellos, pero no lo suficiente para Appa.
- Lo siento amigo - dijo el avatar cuando todos bajaron de la bestia- tendremos que seguir solos, puedes quedarte a descansar - recibió un gruñido en respuesta antes de que el bisonte se sacudiera el exceso de agua y se recostara en un espacio seco de la burbuja de rocas, y como el maestro aire dijo, todos siguieron el camino a pie.
- Esto me huele a trampa.
- Deja de ser tan paranoico Sokka.
- Mi paranoia nos ha salvado de varias situaciones, muchas gracias hermanita. - Katara rodó los ojos y entrelazo los dedos con su novio mientras este reía. El avatar aún no podía presumir un poco de vello facial como lo había hecho Sokka, pero estaba más alto que su novia, haciéndolo sentir más confiado para mostrar su afecto por ella, como ahora; acercó su mano a sus labios y le besó los nudillos.
- Alguien viene - anunció Toph- pero esperen… No vienen por el suelo. Vienen por… arriba?
Justo después de decir eso, un grupo de personas en trajes negros y gruesos, junto con unas mascaras que brillaban en la oscuridad, pareciendo mas un grupo de espíritus que un grupo de personas, porque eran personas… ¿Verdad?
Aang entrecerró los ojos, de cierta manera, las máscaras le recordaban al Espíritu azul. Los miembros del grupo aterrizaron frente a ellos amenazándolos con sus armas.
El equipo avatar se puso en guardia para pelear.
- ¡Lo sabía! ¡Sabía que era una trampa! ¿Pero alguien quiso escuchar al buen Sokka? Noooo
- Sokka. Cállate. - Dijo su hermana con un gruñido.
Fue entonces que el que parecía el líder se movió hacia atrás y bajó sus raras espadas dobles con forma de… ¿Gancho?
- ¿Katara? - todos miraron sorprendidos al líder que después de reconocer a los maestros y a Sokka, enfundó sus armas y se quitó la máscara junto con la capucha. - vaya, el equipo avatar entero.- dijo con ese tono tan engreído característico de sus años en el bosque.
- ¿Jet?
- ¿No te moriste en el lago Laogai? - la sonrisa confiada que les entregó este nuevo Jet; más alto que Sokka, con musculatura mucho más marcada y un aire de seguridad solo los hizo crispar. El grupo del avatar no sabía que estaba pasando pero se tranquilizaron un poco cuando Jet dio la señal de bajar armas.
- Para tu desgracia, no - respondió, haciendo una seña con la cabeza para que el grupo los siguiera, dejando la máscara sobre su cabeza.
- ¡Oh Jet! - Katara no pudo evitar sonreír con los ojos brillantes de alivio, siempre tuvo esa espina de culpa pensando que habían abandonado a los freedom fighters bajo el lago, y aunque por un momento quiso correr a abrazarlo, se contuvo, después de todo sabía lo a veces inseguro que era el beta del aire. - ¡Me alegra tanto que estés bien!
- Esto es extraño - dijo Toph- en el lago mentiste sobre estar bien.
- Bueno, no fue mentira, porque no estuve bien, pero pude recuperarme - una pequeña trenza que estaba sobre su hombro le hizo cosquillas, y parecía tocarla con cariño.- vamos, nos alegra ver que entendieran el mensaje. - Aang levantó una ceja ante la palabra “mensaje” abriendo la boca para preguntar por ello cuando Sokka lo interrumpió.
- Disculpa Jet, ¿pero a dónde nos llevan? - el susodicho sacó un trigo de alguna parte y lo puso en su boca, notando como la maestra agua apretaba su abrazo al brazo del maestro aire, notando el tipo de relación que estos tenían.
Así que estaban juntos, ya era hora.
- Vienen por Zuko ¿no es así? - el grupo se sorprendió y abrió la boca de forma cómica.
- ¡¿Zuko está vivo?! - gritaron todos haciendo resonar en la cueva. Jet solo seguía caminando dándoles la espalda, notando entonces la marca de mordedura en el costado de su cuello a medida que se acercaban a una fuente de luz que venía de, al parecer, el final del camino en cueva.
- Lamentamos que tuviera que fingir su muerte, aunque en realidad todos creímos por un momento que estaba muerto, creo que hasta él pensaba que estaba muerto. - empezó a relatar el ex líder de los freedom fighters- ya saben como es de impaciente este estúpido firebird, estuvo mucho tiempo recuperándose de sus heridas y es tan ansioso, prácticamente teníamos una nueva pelea cada vez que el intentaba levantarse y salir, preocupado por no poder contactarse con su tío- el moreno se rio como si el hubiera contado un chiste- ¿Se imaginan? ¿Yo tratando de impedir que alguien vaya a pelear? - sacudió la cabeza agitando su rebelde cabello- pero gracias a los espíritus este contacto de Longshot logró dar con uno de los miembros del loto blanco y mandar la carta, puede que estén dispersos por todo el reino, pero vaya que son difíciles de contactar.
- ¡¿Qué?! - Exclamó Sokka- Estoy confundido - masajeo su cien e hizo un gesto con su otra mano para detenerse y que el grupo lo mirara- estás diciendo que ¿ustedes mandaron esa carta?
- Si - respondió Jet
- ¡Lo sabía! - Exclamó Aang con una gran sonrisa en el rostro.
- ¿Y sabes que Zuko es un maestro fuego?. - Jet hizo un gesto al resto del grupo de los “máscara azul” para empezar a adelantar, poniendo un rostro serio a las preguntas.
- Si
- ¿Y aún así estás en el mismo lugar que él? ¿Qué es? ¿Tu prisionero o algo así? - Jet sonrió de una forma que lo hacía ver mas maduro, pero no dijo nada y solo siguió el mismo camino que su equipo.
Las Bocas abiertas de todos los del grupo, excepto Toph, lo hizo sacar una gran carcajada.
- Llegamos.
Jet corrió una cortina de maleza dejando ver lo que era una isla llena de vida y esplendor.
Una pequeña aldea con gente trabajando en sus cultivos y niños jugando. Todos no pudieron evitar ese jadeo de sorpresa al ver que la isla albergaba tal escondite y vida en su interior.
- Es una isla de refugiados de todas las naciones - dijo Jet avanzando por el verde pasto, dirigiéndose a la aldea mientras saludaba a las personas y hacía gestos de afecto a los niños. El grupo avatar aún asombrado decidió seguirlo por las humildes casas y las personas que a pesar de tener una lesión o pérdida de extremidad le sonreían con gratitud.- Al igual que el ferry de Ba sing se, los refugiados se movían por mar, pero no todos los puertos estaban dispuestos a recibir más bocas de las que podían alimentar, así que los dejaban a su suerte en el océano. - explicó jet notando como Katara se llevó una mano a la boca imaginando seguramente como era para esa pobre gente desamparada a su suerte en el mar. - no siempre podemos salvarlos a todos, pero hacemos lo que podemos. - El brillo en sus ojos, mostrando cordura, sorprendió a la chica del sur. Sin duda esta era la mejor versión de Jet, una que estaba dispuesta a ayudar y no caer ante el odio que causó la guerra por una sola nación. Se veía optimista y eso provocó un hilo de celos en su subconsciente, porque no hubiera sido ella el incentivo a mejorar como persona en su momento, para incentivar el cambio en el hombre. Aang le apretó la mano con afecto y la omega del agua le sonrió. Estaba feliz con Aang,así que dejó que los celos fueran llevados por el afecto que le tenía al maestro aire, como el agua fluyendo del río al mar. Se alegraba que al menos Jet encontrara a alguien que lo incitara a hacer ese cambio.
No es mucho - dijo en cuanto llegaron a la casa rústica más alejada del resto, con un pequeño huerto- pero podemos ofrecer nuestra casa para que descansen antes de partir.
- Jiang - escucharon que alguien llamó mientras el alfa se quitaba todo el conjunto superior del disfraz y lo dejaba colgando en la pared junto a la entrada- la cena estará lista, te dije que no tardarás en la patrulla o… Oh - quien hablaba era nada más ni nada menos que el ex príncipe perdido de la nación del fuego, con el pelo lacio y negro recogido en una media cola de caballo, con ropas del color de su nación y embarazado, muy muy embarazado.
- Ya volvía con los demás cuando me encontré con estos forasteros. - dijo Jet bromeando mientras se acercaba para rodear la cintura del maestro fuego y robarle un beso. Dejando aún más al descubierto para el equipo avatar la marca de mordida que tenía el alfa en el cuello.
- ¡Jiang! - regaño Zuko, soplando una pequeña llama al trigo en la boca de su alfa- no me beses cuando tienes esa porquería en la boca. - el hombre del reino tierra solo río, escupe lo que quedaba de su trigo y le robó otro beso.
El equipo avatar estaba estupefacto, parecían ver a alguien llegado del reino de los espíritus. y además ¿Quién diablos es Jiang?
- !!!¿Eres omega?!!! - el grito de Sokka y la miraba boquiabierta del resto del grupo los sacó de su burbuja.
- Hmm si. - respondió aun con las manos apoyadas en los pectorales del alfa que lo rodeaba con sus brazos.
- ¡¡¡¿Y estás embarazado?!!!
- Gracias por decir lo obvio, genio - respondió Jet de mala gana con un nuevo trigo en la boca y apretando a Zuko a su lado después de deshacer el abrazo.
- Humm - el príncipe frunció el sueño nervioso al no saber cómo hablar con el grupo del avatar, mismo grupo que intentó matar miles de veces y que persiguió hasta el polo Norte. - hey, Zuko aquí… - intento sonreír, pero falló al tener las miradas anonadadas del grupo sobre él- C-creo que les debo una disculpa… Por… ya saben… Seguirlos e intentar matarlos y eso… Lo siento. - terminó con un leve sonrojo, desviando la mirada y sintiendo el apretón de jet para infundir seguridad a través del vínculo.
- ¿¡Es en serio?! - dijo fuerte Katara con los brazos cruzados y Aang poniéndose nervioso ante el temperamento de su novia- ¿Después de todo este tiempo desaparecido? ¿Esperas que te aceptemos así nada más? ¿sabes lo triste que ha estado el señor Iroh por ti? - Jet frunció el ceño, apoyando una mano en la funda de sus espadas al sentir a su omega tensarse ante el tono de la maestra agua.- después de todo este tiempo ni siquiera fuiste capaz de enviarle un mensaje a tu tío. pensar… no sé ¿Ayudará antes a acabar con la guerra si no fuera tan cobarde?- pronunció con tono sarcástico- y tu jet ¿estás vivo? - exclamó más por querer ser justa en dureza con ambos que recriminarle al chico del reino tierra el que esté vivo- ¿y esperas que creamos que superaste tu odio a la nación del fuego y ahora son pareja? - Jet gruño ante el tono, mostró los dientes, por como la otra omega dudaba de su vínculo con el ex príncipe de fuego.
- Tuvieron 2 años para ayudarnos a terminar la guerra, a aparecer y ayudar a tu tío con la nación del fuego, y ahora ¿de verdad quieren que creamos que quieren ayudar? - reforzó el otro a su hermana, manteniendo una mirada de burla.
- Sokka tiene razón.
- Estamos del mismo bando, entienden eso ¿no? - respondió Jet sintiendo esa ira burbujeante en su interior, porque claro que ahora su ira no estaba por la nación del fuego, sino por cualquiera que fuera un bastardo, en Ba sing se se dio cuenta que ese tipo de bastardo podían esconderse bajo un color, justificar su acciones por la nación. Ellos no sabían que lo que su omega tenía que pasar para poder tener una oportunidad de enviarle una carta a su querido tío, de tener que pasar semanas en coma, pensando que los espíritus lo alejan de su lado y luego meses para recuperarse de sus heridas. Que dejaran de perseguirlo activamente y buscar un lugar seguro para sobrevivir, las dudas que tenía sobre sí mismo y la lucha interna que tuvo que sobrepasar todo este tiempo.
- Bueno… técnicamente lo que dice Jet es verdad.- respondió Aang interrumpiendo el regaño del beta y la omega de la tribu del sur que lo miraron con el ceño fruncido.- chicos- si bien Aang era un beta, la actitud dominante que tomaba podía doblegar hasta a los más fuertes alfas.- Estamos aquí para ayudar a esta gente- entonces el avatar miro al omega - me alegra ver que estés vivo Zuko, nunca pude agradecerte por desviar ese rayo- se inclinó de forma respetuosa ante la pareja y ambos solo pudieron parpadear algo desconcertados.
- Pero… pero el rayo te golpeó de todos modos.- Zuko frunció la boca ante el recuerdo- no pude ayudar
- No lo desviaste completo, pero sí lo suficiente para no morir a manos de la princesa Azula. - la maestra agua iba a intervenir cuando la voz de Toph ganó dominio.
- Ya es suficiente.- habló la alfa ciega que se había mantenido al margen- han sido sinceros todo el tiempo, si sparky intento algo contra ustedes, ya antes de que desapareciera dejó de hacerlo, así que supérenlo. - los regañó y se acercó a la pareja. - necesitamos un maestro fuego ¿entras?
- hm… ¿si?
- Excelente. Ahora, abran paso - Toph empujó al par de hermanos sacándoles un par de reclamos- tengo mucha hambre y lo que huele adentro debe ser delicioso.
Zuko sonrió, haciéndole un espacio a Toph para que entrara a su humilde casa. El príncipe miró nervioso al resto haciéndoles un gesto para pasar.
- Ya pasen de una vez - gruñó malhumorado el mayor, manteniendo el ceño fruncido hacia los hermanos, con sus hormonas esparcidas para que no olvidaran la advertencia- mi cachorro necesita comer y no esperaré a ustedes que se sientan dignos para entrar a mi casa - Jet empujo a Zuko dentro, mirando de reojo y con amenaza los hermanos agua que se quedaron cruzado de brazos mirando hacia la entrada. Katara no quiso reconocer el escalofrío que invadió su cuerpo al ser parte receptora de la mirada llena de violencia que el ex luchador por la libertad solo le dirigió en su tiempo a los del ejército de fuego.
- Esto sigue sin gustarme - dijo Sokka, haciendo suspirar a Katara que miró a su novio.
- ¿Qué piensas Aang? - el maestro aire solo sonrió.
- Después de lo que pasó en el polo norte dejó de perseguirnos. Tuvo la oportunidad de atraparnos uniéndose a su hermana en el reino tierra, pero no lo hizo. Su cabeza tenía precio entre su propia gente y el resto de las naciones, y aun así desvío el rayo de azula que pudo causar mi muerte. Creo que ya se ha disculpado lo suficiente ¿no? - entonces el monje entró.
Ambos hermanos se miraron y sólo pudieron escuchar un "¿puedo tocar al bebé?" seguido de un rotundo y brusco "no"
Chapter 2: Capitulo 2
Summary:
Gracias por la espera.
Recuerden que el fanfic esta en edición, por lo que hay cambios en la redacción y el orden de los acontecimientos.
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capítulo 2:
Jet lo vio por primera vez en el ferry, mirando hacia el agua, con el cuerpo tenso, como si fuera una cuerda que en cualquier instante fuera a romperse, el ceño fruncido prácticamente dando un área de mantengase alejado más de 3 metros. Pero lo que llamó su atención fue la gran cicatriz que cubría casi la mitad de su rostro, ese chico había visto las atrocidades de la nación del fuego con sus propios ojos y sobrevivió.
Li era un enigma, un misterio en toda su dureza exterior. Pero Jet sentía que si uno escarba un poco más allá de esa coraza, se vería un diamante en bruto. Lo admiraba por esa dureza que mostraba, pero al mismo tiempo le molestaba.
Cuando ambos lograron tomar la comida y repartirla entre la gente del ferry, Jet sintió una conexión, una especie de fuerza invisible y cálida que lo hacía querer estar al lado del muchacho con cicatriz, lo quería en su equipo, lo quería con él a su lado.
Asi que insistió en hablarle, en derribar esas barreras para que él también sintiera esa conexión, para que también sintiera esa fuerza que lo atraía hacia él, sin embargo Li, a pesar que mantenía silencio y escuchaba sus historias atentamente, nunca lo dejaba pasar más allá de unos cuantos monosílabos.
Jet se sentía frustrado de ver tan pocos avances con el chico, por no decir nulos.
Smellerbee rodaba los ojos y murmuraba que si todas las noches hablaba del chico, debería casarse con él. Pero Jet se volteo con disgusto en su improvisada cama en el suelo del bote, no dejando que sus amigos vieran su rostro al sentir su corazón acelerarse ante la idea, por supuesto solo era eso, un mal entendido, buscaba aliados, no relaciones. Después de todo no había sentido algún aroma que lo caracterizaba como alfa u omega, solo un ligero toque a azucena panda, o jazmín, pero no era difícil impregnarse con ese aroma al acercarse a la zona para abarcar el ferry.
Ya estaban tan cerca de la ciudad que para jet resultó imposible dejar de ignorar la existencia de las paredes que la rodeaban, paredes que parecían acercarse más y más, como una especie de monstruo que lo engullirá de un bocado. Jet sentía que su corazón saldría de su garganta, vomitando lo poco que comió ese día y mostrando debilidad a los otros refugiados en el ferry. Sentía que se acercaba a una prisión, a una con paredes más grandes de lo que realmente se veían a la distancia, no sentía que perteneciera aquí, pero estaba haciendo este sacrificio por Longshot y Smellerbee, se los debía por seguir a su lado.
Una respiración se mantuvo a su lado, al voltear vio como Li tensaba aún más los hombros y su mandíbula se apretaba al igual que los puños.
Ah
Li se sentía igual que él.
Y su corazón palpitó un latió más fuerte.
Jet vio a Lee y a su tío en el principio de la fila, recibiendo de vuelta los pasaportes para poder entrar a Ba Sing se, y Jet se movía ansioso desesperando a sus dos amigos que lo miraban con una ceja alzada.
- Es perfecto. -murmuró con el corazón acelerado.
- ¿Li es perfecto para ti?- bromeó la chica del grupo, cruzándose de brazos, mirando a su líder.
- ¿Qué? - el calor en sus mejillas por supuesto era por un factor ajeno a él, no porque se sintiera avergonzado o algo, claro que no.- No, para el equipo, los freedom fighter necesitamos a alguien como él.- Smellerbee suspiró rodando los ojos.
- Jet, ya dijo que no.
- ¿Qué opinas tú, Longshot? - el beta con sombrero le envió una mirada significativa.
- Respeto tu opinión, amigo.
Pero Jet aún no se rendía, sentía una extraña conexión invitarlo a ir a él, así que le pedía a Li una última vez que se uniera él… a ellos, si, si, a ellos.
Una vez pasaron a la desagradable mujer que verificó sus papeles, Jet se sentía con ganas de correr al lado de Li, pero se mantuvo en calma por su equipo.
Cuando finalmente pudo acercarse, recibió una nueva negativa de parte del pálido chico cuando lo alejó de su tío para hablar a solas, y no quiso admitir la decepción que cruzó como una dolorosa punzada en su corazón, no quería dejar de mirar al chico de la cicatriz, no quiso dejar escapar esa esperanza de que seguiría encontrándose quizás en la ciudad; quizás podrían salir… ser amigos ... y con el tiempo ver que buen equipo podrían ser al estar juntos, pensando para unirse a ellos, por supuesto.
Jet estiró la mano y sostuvo la manga de las ropas de Li, impidiendo que se fuera, el chico con la cicatriz, frunció el ceño.
- Ya dije que no.
- ¡Lo sé! ¡lo se! - trago grueso e intentó mantener su sonrisa encantadora para poder tener la atención de Li- pero, eso no es una negativa para que pueda seguir viendote ¿verdad? - el rostro serio desvió la mirada, mordiéndose los labios, Jet escuchó algo de un té frío a lo lejos y siguió esperando una negativa del otro que nunca llegó, y una sensación extraña le oprimió el pecho, llegando el deseo de poder tomar entre sus dedos la mano más fina del otro.
Por alguna razón, el destino o quien sabe, miró hacia el tío de Li, Mushi, que sonrió en su dirección, y entonces lo noto, el té del viejo estaba caliente cuando se había quejado de lo frío que estaba hace unos instantes.
Su mente terminó por conectar los hilos de pensamiento antes que pudiera detenerse.
Eran maestros fuego.
Su corazón dolió.
Li a sus ojos había cambiado, ya no era ese chico misterioso que se escondía bajo un ceño fruncido, sino ahora era un monstruo que vivía del fuego; el mismo monstruo que acabó con su aldea, el mismo tipo de monstruo que acabó con sus padres.
Soltó la manga como si literal lo quemara, un grito de atorado en su garganta.
- ¿Jet? - el llamado del pálido chico lo hizo desviar la mirada y notar entonces aún más la cicatriz, una cicatriz echa con fuego: quizás practicando, quizás matando.
- ¡Debo irme! - respondió bruscamente, ignorando el gesto confuso y quizás algo triste del refugiado.
Se sentía entumecido, como caminar en automático, tenía la mente en blanco mirando a sus pies cuando estos avanzaban con el resto de su equipo y otros refugiados al tren que los movería al anillo inferior, y sabía que era eso antes que ceder a la ira, a la violencia.
- Jet - llamó la beta, moviendo una mano frente al moreno- ¿sucedió algo? - la pregunta la escucho tan lejos, como si estuviera a kilómetros y no justo a su lado.
- no, nada - él respondió tan vacío, ni siquiera había una pizca de ira o rencor, solo el vacío en su interior al saber que Li había mentido, que quizás no venía a refugiarse y a tener segundas oportunidades como ellos, sino a conquistar desde dentro.
¿Por qué otra razón estaría ahí?, rebajado al nivel de un refugiado ¿verdad?
Fue como si su cuerpo respondiera por sí solo, sin poder pensar en sacar fuerzas para hacer algo.
- jet - miro a smellerbee y a longshot con el rostro en blanco.- ¿estas bien? - el moreno solo pudo asentir, y retomando su determinación, frunció el ceño mientras veía los edificios pasar por la ventana, tenía que idear un plan.
Consiguieron un departamento y Jet a regañadientes empezó a buscar un empleo para ayudarlos a mantener el pequeño lugar donde se quedaban los tres, sin embargo de sentir la nada, el sentimiento naciente de ira ardiente creció dentro en él, con el rostro marcado de Li grabado en todo ese sentimiento.
Caminando después de uno de sus trabajos esporádicos fue que lo vio, con un delantal barriendo la calle, como si nunca en su vida hubiera tomado una maldita escoba para hacer algo tan simple como barrer, le molestaba mirarlo. El freedom fighter se escabulló lo más cerca que pudo sin ser visto; lo vio refunfuñar, tirar la escoba y gritar algo dentro de esa tienda, luego salir tomar la escoba y seguir barriendo.
Sí, Jet había cambiado, se dio cuenta que dejarse llevar por sus impulsos llegaba también con graves consecuencias, así que ahora formulará un plan antes de actuar, sino ahora mismo iría a matarlo, sin importar los sentimientos cálidos que pudieron embargar su ser cuando compartieron en el ferry. No, debía pensar en sus amigos, en los sacrificios que habían hecho para llegar hasta ahí, Jet buscaría una debilidad, un momento donde hicieron fuego control y entonces los delataría a las autoridades y que ellos se encargaran.
Ya no tendría que cargar con más muertes en sus manos.
La primera semana entre sus pequeños trabajos se escabullida para ver como el par trabaja en la tienda de té de Pao, enterrando esos sentimientos entrañables al ver al otro chico ser tan torpe socialmente, siempre serio, siempre con el ceño fruncido y alerta. Jet gruño al sentir un picor en la parte baja de su estómago, con la emoción burbujeante de molestar al menor por ser tan estirado, así que reemplazó ese sentimiento por algo que conocía mejor; enojo.
Li de nuevo barría la entrada, esta vez más serio que enfadado y parecía dominar mejor la escoba, ambos notaron a una mujer con un bebe envuelto en un fular sobre su pecho, y algunas bolsas en sus manos. El bebe no dejaba de llorar, y la mujer no sabia que hacer con las bolsas en sus manos, Jet iba a yudar, pero Li dejó la escoba, tomó las bolsas y así la mujer pudo calmar los llantos de la niña, al parecer el marido de la mujer (que parecía haber corrido a su encuentro al estar sudoroso y lleno de tierra) llegó abrazando a su familia mientras la bebe se calamaro, el hombre después tomó las bolsas de las manos del joven de la cicatriz, con una reverencia agradeció el gesto de Li, quien se tensó demasiado ante el gesto, parecía algo perdido sobre cómo responder, así que lo vio asentir con la cabeza y solo dio media vuelta para volver a entrar en la tienda de Pao.
¿Quién se pone nervioso por recibir un gracias? Jet rodó los ojos, sintiendo la molestia subir por su garganta.
En otra ocasión se acercó a mirar dentro de la tienda de té, por una rendija en la ventana.
Li terminaba de limpiar las mesas, pero un poco de ruido en la parte de atrás de la tienda lo hace girarse para ver saliendo un Mushi con una expresión triste, demasiado exagerada para ser real, mostrando las cuerdas de su delantal rotas, al parecer se estiraron demasiado, Li bufo y se acercó detrás de la caja registradora para sacar un pequeño estuche de costura, se lo tendió a Mushi, quien trato por mas de 10 minutos, frente a la atenta y exasperada mirada del otro chico, y el mismo, insertar el hilo en la aguja, fallando por sus grandes dedos. Li hizo un gesto dramático son sus dedos, como si fuera a explotar y echar fuego por la boca en cualquier momento.
Jet sonrío porque eso era lo que necesitaba, el más mínimo desliz que revelara que son un par de maestro fuego.
Pero entonces tomó en sus manos los objetos de costura, el delantal de Mushi y con concentración, y también con ira, empezó a coser, pinchándose los dedos cada cierto tiempo, rugiendo y refunfuñando cada vez que sus dedos sufrían su poca habilidad en la costura, aun asi termino de coser unas amarras más largas para el delantal de viejo. Jet debía decir que el resultado final fue un desastre, pero el viejo solo sonrió y se lo amarró como si fuera hecho de las mejores telas, Li se dio media vuelta como si estuviera enfadado, pero noto entonces un ligero sonrojo en su mejilla sana, fue algo entrañable.
Inevitablemente pensó que el chico de la cicatriz tenía un aire doméstico y apacible por unos segundos, y jet se odio por siqueira encontrar un poco atractivo eso. Sacudió la cabeza con violencia alejándose de la ventana antes de que lo notaran.
¿entrañable? ¿adorable? ¿lindo?
No, no puede ser ni adorable, ni tiernamente torpe, ni ningún tipo de palabra que sea positiva para describir a alguien como él; un tipo que debe estar actuando porque sabe que los está observando, si debe ser eso, de otra manera estarían hablando de sus planes para dominar el reino tierra.
No había otra explicación.
Jet con confusión en su cabeza empezó a caminar lentamente por el anillo inferior. Suspiro frustrado y se subió al primer tejado que pudo tener buena altura para alejarse del ruido que provenía de la gente.
Extrañaba el bosque, extrañaba lo fácil que era odiar, y extrañaba no pensar en Li cuando miraba el atardecer.
Jet gruño juntando su frente en sus rodillas.
Esa noche antes que Mushi y Lee llegarán de la tienda de Pao, se adentro en el humilde departamento del par de refugiados, llevándose las rocas de chispa que usaban para encender fuego, si podían hacer algo mínimo como eso será suficiente para poder delatarlos. Mushi buscó por todas partes, caminando hasta desaparecer de su campo de visión, dejando al ceñudo adolescente dentro del departamento. Desde esa distancia Jet pudo ver como por un instante se miró en el reflejo de un pequeño tocador y se tocó el borde de la cicatriz, frunciendo más el ceño al mirarse. Jet no pudo evitar que aun con esa marca en su rostro, el chico era atractivo.
Gruño con el pensamiento.
Mushi llegó con una gran exclamación y entonces el chico guardó sus manos de vuelta entre sus brazos como si lo fueran a sorprender haciendo algo malo.
- Los vecinos fueron muy amables en prestarme sus piedras. - dijo el anciano con alegría y Jet guardó el impulso de lanzar sus propias piedras y ver si podía darle a la cabeza canosa.
Jet perdió la cuenta de cuantos días, o quizás ya semanas llevaba así.
- Gracias por la ayuda Jet - dijo el señor Pin después que lo ayudará a descargar pesados sacos de arroz.
- Por supuesto por una paga a cambio.
- Lo de siempre Pin - contestó después de recibir sus monedas, guardarlas en su pequeño saco y correr algunas calles más arriba para ir a la tienda de té y vigilar (no acosar como Smellerbee le gustaba decirle) al par de “refugiados” que trabajan con Pao.
La estrategia de Jet esta vez fue de vigilar la parte trasera, quizás no hagan fuego control en las zonas más visibles y transitadas, pero definitivamente en cuanto ellos no estuvieran a plena vista lo harían, el moreno estaba seguro.
Se escuchó ruido desde la puerta de atrás, era Li que iba saliendo mirando por todas partes de manera sospechosa.
Lo tenía.
Jet sonrió con satisfacción; el muchacho de la cicatriz tomó aire profundamente para luego soltarlo varias veces, como controlando su respiración. Había visto hacer eso de los maestros fuego antes de atacar, en cualquier momento haría fuego control.
Jet lo sabía, tenía que serlo.
Entonces sacó de detrás de su espalda un pequeño cuenco, caminando unos pasos hasta el contenedor para guardar madera, entonces Jet vio como un gato-hurón salía desde atrás del escondite para acercarse a Li y recibir la comida dentro del cuenco.
Jet abrió la boca, no sabía si era porque estaba sorprendido o frustrado.
Li acarició nervioso el lomo del pequeño animalito, como si tuviera miedo de hacerle daño con sus manos.
- ¡Li! - llamó el tío- hay más clientes esperando para atenderlos - el viejo se asomó por la puerta y como si fuera un resorte, el joven se levantó de golpe y gruñó en respuesta.
- ¡No puedo salir a tomar aire por 5 minutos!- dijo con aire de reproche y jet pensó que solo era una tapadera para que no vieran su momento de ternura con el gatito que seguía comiendo moviendo su colita de un lado a otro.
Pobre bebe, seguramente no sabía que el cuenco tenía veneno o algo por el estilo, porque no veía lógico que solo quisiera alimentarlo.
¿Verdad?
Más días pasaron, y Jet solo veía como el otro se forzaba a ser un trabajador de té, cuando en realidad el único momento donde relajaba sus hombros era cuando compartía con el pequeño gato, que seguía vivo de milagro, o era resistente al veneno.
Jet se sentía frustrado y molesto consigo mismo por dudar, por pensar, cada vez más seguido, que debía mantener la boca cerrada, que smellerbee tenía razón y solo era la paranoia de jet hablando, que solo era su modo alerta que no sabía cómo apagarse, de no estar acostumbrado a la vida que ofrecían dentro de los muros, y le molestaba que quizás tenía razón y podía empezar de nuevo, dejar en paz a Li.
Estaba molesto por prácticamente esperar con ansias terminar cualquiera de sus trabajos esporádicos solo para poder ver al supuesto maestro fuego.
Había tenido suficiente de estos sentimientos tan confusos.
Debía enojarse, la ira era conocida y un sector familiar por donde podía defenderse, y él se defendería de esos monstruos, se defendería de esos sentimientos que solo hacían confundirlo y volverlo débil.
Debió ser su plan todo el tiempo, hacer que confiara para atacar por la espalda, como solo los maestro fuego sabían hacer.
-Jet, has pensado que quizás… ¿Podría gustarte Li?- preguntó Smellerbee mientras lo apuntaba con sus palillos. Todos habían tenido una semana muy próspera en sus respectivos trabajos, siendo idea de los más jóvenes poder romper un poco con su rutina de solo llegar a casa después de un agotador día de trabajo.
-¡Pfff! -Jet escupe los fideos udon, longshot le soba la espalda sin dejar de sorber su caldo. - ¡¿qué?!
-Vamos jet, solo pasas a verlo cuando tienes tiempo, y no dejas de hablar de él cuando estamos en la mesa y lo malditamente incomodo es cuando alguien le da un cumplido.
-“Deberías darle un cumplido” - sintió que transmitió la mirada de Longshot cuando giró a verlo.
-¡No! -Grito exasperado, golpeando la mesa con las palmas, sintiendo la acidez conocida de la ira bajando por su garganta. Libero feromonas llenas de ira que pusieron incómodos a sus amigos- ¡Despierta smell! ¡Son maestros fuego! - las personas se exaltaron y miraron con cautela a su mesa.
-¡Jet! ¡dijiste que habías cambiado! ¡que empezamos de nuevo! - lo regaño smellerbee después de ver como Jet se levantó con un gruñido, estaba volviendo de la tienda de té.
-¡He cambiado! - grito nervioso a sus amigos, bajo la mirada de las personas que seguían su camino por las calles del anillo inferior - ¡delataré que son maestros fuego y dejaré que las autoridades se encarguen! - la niña movió la cabeza decepcionada y con aflicción en los ojos, demostrando las emociones que Longshot se mantenía a raya para no transmitir.
-No te creerán Jet ¡No tienes pruebas! - grito la chica con lágrimas de frustración en el borde de sus ojos.
-Son maestros fuego, y lo voy a demostrar. - negó con la cabeza enojado y triste por la actitud de sus compañeros, así que se alejó corriendo, buscando desesperadamente que pudieran creerle, ellos, las personas, la ciudad misma, de autoconvencerse que no porque dijeran que no había guerra en Ba sing se, significaba que ignoraria más de la mitad de su vida, que no podía ignorar e
-¡Jet por favor! - rogó por última vez Smellerbee siguiéndolo con apuro junto con Longshot hacia la tienda de té de Pao.
-¡Estoy harto de esperar! - dijo Jet con la frustración en la mirada, esa vigilancia solo había hecho que tuviera más sentimientos por Li, sentimientos que no podía permitirse, sentimientos que lo hacen débil y que traicionaba todo por lo que había luchado, haciéndolo sentir repugnante consigo mismo.
La marca de Li era todo lo que representaba su gente, Dominio, Violencia, Crueldad.
Entró a la tienda, gritando desde la entrada la verdadera naturaleza de los meseros, notando el brillo de reconocimiento en los ojos dorados y un olor dulce invadió el aire, haciendo que su corazón latiera con algo que no estaba dispuesto a reconocer.
Tomó sus ganchos entre sus manos y los apuntó.
-¡Son maestros fuego!
Entonces Li con agilidad tomó las espadas gemelas del guardia que estaba en el local, donde la pelea inició; pareciendo las espadas como una extensión más de su cuerpo, esquivando los fuertes y constantes ataques que jet trataba de acertar , pero Li era ágil, parecía un simple entrenamiento para él, aunque jet a pesar de estar enojado tenía la experiencia de su lado.
En un momento las espadas empujaban las del otro chico cerca de su rostro, y entonces lo captó… un aroma agradable que le hacía recordar a casa, al jarrón trizado que usaba su madre para poner la azucena panda que cada cierto tiempo traía su padre para ella.
Jet sacó un gruñido, liberando sus feromonas para doblegar el dulce olor, empujo con fuerza y Li dio un salto para caer casi desequilibradamente pero su cuerpo tomó la postura de lucha nuevamente. Mushi se interpuso, los comensales se pusieron de su lado, mirando con desaprobación a Jet, haciéndolo sentir acorralado.
¡Él decía la verdad!
¡Debían creerle, eran de la misma nación!
MIro desesperado buscando rostros comprensivos entre la multitud, pero solo vio como Smellerbee lloraba en el hombro de Longshot.
El mundo se entumece para Jetl.
Lo último que recordaba de esa formidable pelea fue como era arrastrado por el Dai li, y los ojos dorados siguiéndolo en su arresto, con más tristeza que nunca.
El tío de Li se lo llevó nuevamente dentro de la tienda de té.
Todo fue un borrón después de eso, su garganta dolorida por gritar, sus brazos sujetados con firmeza por los Dai Li.
El lago.
La luz que daba vueltas perpetuas.
Encontrar al avatar.
Pensar en la dorada tristeza de Li.
El espíritu azul se precipitó con sigilo a través de los túneles del lago Laogai, esquivando a los agentes cada vez que los sentía acercarse.
Si de algo había servido que su fuego control llegara tarde, era precisamente el entrenar su habilidad con la espada y la agilidad de la que podía lucir en momentos así.
Camino por entre los túneles, escuchado a través de las puertas que estaban en uno de los pasillos, cuando el ruido de gruesas cadenas y un gran gruñido fue suficiente para ir a ver del otro lado de una de las puertas de roca , y se aventuró a abrir encontrándose con el bisonte perdido del maestro aire.
¡Por fin!
¡Por fin podría atrapar al avatar en sus manos!
¡Por fin su padre estaría orgulloso!
¡Podría volver a casa!
La puerta se abrió y entonces se puso en guardia con un movimiento de sus espadas, preparado para los agentes Dai li o incluso el avatar, pero solo estaba…
- Tío.
- ¡Oh! el espíritu azul - dijo con ironía cruzándose de brazos- me pregunto quién estará tras la máscara - se tocó la barba espesa al mirar al chico frente a él, que solo suspiro y se quitó la máscara.
- ¿Qué haces aquí?
- Estaba a punto de preguntarte lo mismo -camino mientras hablaba, buscando hacer recapacitar a su adorado sobrino- ¿Qué pretendes hacer ahora que encontrase al bisonte del avatar? ¿Encerrarlo en nuestra casa nueva? - Zuko desvió la mirada al tener a su tío a unos pasos de distancia- ¿los esperamos con una taza de té? - el tono se hizo más grave, se notó más su naturaleza de alfa.
- Primero me lo llevaré - miro al bisonte ya que era más fácil que enfrentar el enfado de su tío.
- ¡¿Y después que?! - se llevó la mano al ceño, gesticulando para regañarlo como si fuera un niño de 5 años- ¡tú nunca piensas antes de actuar! ¡Esto es exactamente lo que pasó cuando capturaste al avatar en el polo norte! - lo regañó duramente, sin dejar de mirar esos ojos dorados - ¡lo atrapaste pero no tenías a donde dirigirte!
- ¡Se me habría ocurrido algo!
- ¡NO! - el rugido del alfa pudo resonar por las paredes, haciéndolo estremecer- ¡si sus amigos no te hubieran encontrado no habría sabido qué hacer! - el ex príncipe cerró los ojos un segundo para darse fuerzas y enfrentar a su tío Iroh.
- ¡Conozco muy bien mi destino!
- ¿Es ese tu destino? o ¿Es el destino que alguien más ha tratado de imponer sobre ti?
- ¡Basta tío! - se volteó, mirando a la asustada criatura, sin poder soportar la decepción en los ojos de su familiar- ¡es algo que tengo que hacer!
- ¡Te lo ruego principe zuko! ¡Es hora que mires en tu interior y empieces a hacerte estas dos grandes preguntas! ¿Quién eres? y ¿Qué es lo que tú quieres?
¡¿Por qué tenía que estar tan confundido?!
¡¿Por qué no podía dejar de tener estos sentimientos tan confusos?!
¡Ser cruel y decidido!
¿como su padre?
¿como Azula?
Zuko grito molesto, asustado y frustrado.
Sentía un ardor en los ojos, incapaz de dejar que sus sentimientos se desborden, incapaz de no sentir desprecio hacia sí mismo. Aun así, la mano de su tío le trajo un poco de desazón y calidez.
- Te amo como a un hijo - dijo despacio el anciano, sintiendo los temblores de la lucha interna de zuko- no quiero que salgas lastimado nunca más. Quiero protegerte, pero no puedo decidir por ti lo que tu quieras para tu vida.
Zuko se levantó, pensando que desde antes de ser un traidor, de antes de ser desterrado, desde antes incluso del agni kai… su tío quien no buscaba humillarlo o dejarle una cicatriz.
Tomó ambas espadas y golpeó las cadenas, haciendo gritar al gran animal.
- shhh - tranquilizó el príncipe exiliado- te sacare de aqui.- zuko ignoto la lágrima que se deslizó por su mejilla.
Al caer la última cadena de sus patas, Appa lo miró como viera más allá de su nación por primera vez, dándole una lamida inesperada.
- Te está agradecido - dijo su tío con orgullo y una risita.
- Vete - dijo con enojo - antes que me arrepienta y quiera capturarte de nuevo.
Entonces Appa emprendió vuelo, tomando una salida por arriba, gruñendo una última vez antes de desaparecer.
- Debemos irnos - dijo Iroh abriendo la puerta, ambos adentrándose por los pasillos Dai li.
Zuko sigue a su tío, recorriendo los pasillos donde el único sonido que dejaba atrás era el de sus pisadas, pero un aroma lo distrajo, un aroma que estaba seguro había sentido antes, que le hacía sentir nervioso, acelerando su corazón y extraño en su estómago.
El ex príncipe se detuvo para concentrarse en detectar el aroma, a pesar de las protestas que le dio el tío y a las que hizo oídos sordos.
Encontró el rastro del aroma, su cuerpo se movió solo, antes de procesar que estaban desviándose del camino, antes de procesar como su tío corría detrás de él tratando de que no se metiera en más problemas.
- Deben irse.
Esa voz…
Un jadeo se atoro en su garganta al escucharlo tan herido y compungido, resonando en las cuevas subterráneas
- Long feng... escapara si no se van ahora -un gemido escapó de sus labios, como un silbido errante- nosotros... nos quedaremos… iugh - un golpe seco, como alguien cayendo.
Se mantuvo escondido junto a la entrada, con su tío serio a su lado.
Estaban cerca, más cerca de lo que creía, era el olor del alfa, el alfa que creía se escondía tan bien entre el tejado, que los miraba por la ventana y trataba de ignorar en las calles de ba sing se, Jet.
- Estaré bien.
- ¿Sobrino? - una fuerza invisible lo hizo correr con más fuerza en esa dirección, llegando para ver como el avatar se iba junto a sus amigos, dejando a Jet recostado con los freedom fighter alertas ante una nueva batalla con el dai li, smellerbee lo recostó en sus piernas, acomodando su cabeza en su regazo y ahogando los sollozos.
Los dai li entraron por el techo antes de que se dieran cuenta de su presencia o la del tío, Longshot no podria con todos, y smellerbee esta con un cuchillo en mano, gruñendo de forma protectora. Zuko se movio como si las espadas fueran su elemento de nacimiento, utilizando sus espadas para acabar con los guantes de piedra antes de que alcanzaran al alfa y a sus amigos.
- Li… - murmuro sin aliento,como si poco a poco sus pulmones tiraran el aire pero este no pudiera volver a entrar, sosteniendo su costado que lo sentía arder, reconociendo el aroma de azucena panda que caracterizaba al chico del té, pero este estaba enmascarado y sintió una tristeza invadirlo, un arrepentimiento como nunca antes al pensar que sería la última vista que tendría de el enigmático chico seria su rostro triste y resignado al atacar.
El ex príncipe se unió a la lucha, enmascarado, disfrutando de descargar sus frustraciones con los maestros tierra y no queriendo reconocer ese sentimiento de protección que lo impulsaba a proteger al mayor.
En menos de lo que los agentes Dai li esperaban, ya estaban derrotados en el suelo.
- ¡Jet! - Llama smellerbee alarmada, sacando a zuko de la adrenalina de la lucha.
Se deslizó por el suelo, buscando heridas sin encontrar nada visible, cerró los ojos con fuerza, porque eso significaba que el problema era desde adentro.
- Li… - Llamo mirando al espíritu azul, acercando su temblorosa mano a la máscara del otro.
Zuko se la quitó, ignorando el jadeo de Longshot y las palabras “no puede ser” de bee. Jet sonrió arrogante con sangre en su boca, apenas teniendo fuerzas para rozar la mandíbula del maestro fuego. El chico de la cicatriz temblaba de impotencia, manteniendo las manos en las rodillas mirando como el chico, con ese extraño aroma que lo confundida tanto, se extingue frente a sus ojos, sintiendo como la culpa lo embargaba porque tenía la oportunidad de salvar una vida, y no pudo, tenía la oportunidad de ayudar y no pudo lograrlo, pensó que podía hacer una diferencia pero era tan inutil como su padre profesaba, un sollozo involuntario se atoro en su garganta.
- Dame tu daga muchacha - Zuko levantó la mirada hacia Iroh, que en algún momento había abierto las ropas de jet y palpaba al lado de los pulmones, el mayor golpeó un lugar a su costado, Jet siseo de dolor.
- ¡Lo estás lastimando! - demandó la chica del grupo, mirando mal a Iroh que no se había inmutado, y recorre el costado de jet con su chi.
Zuko miro los ojos cerrados con fuerza de jet.
- ¿Puedes salvarlo tio? - Longshot se tensó, al igual que smellerbee. Miroh con una mirada severa asintió, y la daga ya estaba siendo ofrecida a su mano.
- si el sale lastimado, o muere en tus manos esta misma daga te rebanara el cuello.
- no dudo que eso pueda pasar - restándole importancia a la amenaza, tomó la daga en sus manos, y miró a zuko, quien solo trago grueso y sacó un trozo de cuero protector de sus ropas.
- jet… - hablo despacio, con amabilidad, como si nada hubiera pasado entre ellos y solo pudiera recibir misericordia- muerde esto.
El luchador anestesiado por el dolor hizo caso, y dejó que el otro pusiera el cuero entre sus dientes, incapaz de hacerlo por él mismo, sus manos temblaban, sintiéndose frías. Li tomó su mano, sintiendo un gran apretón entre sus dedos.
- Ahora veamos… - iroh entonces encendió una llama con la punta de sus dedos, Longshot tenso el arco y apuntó a la cabeza del tío, smellerbee apretó los puños en sus piernas y zuko se puso rígido. El anciano quemó el cuchillo, haciéndolo arder hasta que logró cambiar su forma a una especie de aguja. y antes de que cualquiera pudiera reaccionar apuñaló a Jet en el costado. El grito ahogado por el cuero resonó en las catacumbas,
- ¡¿Qué está haciendo?! - smellerbee se levantó gritando y con otro cuchillo en mano, lista para atacar, Longshot ahogó un gemido y el sonido dolorido de Jet absorbió todo el ruido.
Entonces jet abrió la boca,como si estuviera cogiendo aire después de estar mucho tiempo bajo el agua, Zuko incluso creyó que le quitara la mano de tan fuerte que la agarro, y después de tirar un suspiro su cuerpo se relajó y su caja torácica empezó a subir y bajar de nuevo.
- ¿Jet?- Smeller se inclinó, viendo como el pecho de su amigo subía y bajaba, respirando. Vivo
- se ha desmayado - dijo Iroh levantándose a pesar de la amenazante flecha de longshot apuntando a su cabeza.- En la batalla un gran golpe debió colapsar el pulmón. - los freedom fighter se miraron recordando el golpe con la gran roca que recibió su líder.- dependiendo de la zona y de la lesión es buena idea ayudar a la persona a respirar hasta tratar con un experto su herida.
- ¿Cómo supiste dónde hacerlo?- Pregunto zuko, inconsciente de que su mano aún se aferraba a la de Jet, su tío finge no mirar.
- El manejo del chi ayuda de muchas maneras sobrino- El anciano se levantó- Ahora el aire entrara de nuevo a sus pulmones.
Zuko miró una última vez el rostro dormido del jet, antes de dejar su mano sobre el pecho del otro, dándole un poco de su chi y levantarse.
- Es hora de que se vayan niños, tomen a su amigo y vayan con yi sheng, él los ayudará, es más fácil tratar eso que dejar que muera ahogado.
Ambos chicos levantaron con cuidado a Jet y se dieron la vuelta, empezando a caminar sin mirar atrás. Entonces smellerbee hablo.
- Son maestro fuego.
Claro, solo eso importaba, solo eso es lo que siempre ha importado. Zuko no dijo nada y se mantuvo erguido al lado de iroh.
- Gracias. - Cuando levantó la mirada, los freedom fighters ya estaban alejándose con el alfa a cuestas.
- Hiciste lo correcto sobrino - dijo Iroh, pero él solo podía mirar en la dirección que se fue Jet, junto con el aroma de petricor y brasas distintivo del moreno.
- ¿cómo supiste que hacer? - preguntó empezando a caminar de vuelta a la ciudad.
- cuando estas en batalla se ven todo tipo de heridas y uno aprende cómo tratarlas- recito iroh con ojos en el pasado.
-veo…
Zuko lo pensó, y a pesar de toda la lucha que tuvo con jet, no pudo evitar sentirse aliviado de que no había otra vida siendo quitada por su sangre, que pudieron evitar más daño.
- gracias tio.
Entonces ambos salieron por otra salida, llamando la atención de los Dai li para que jet con sus amigos pudieran salir.
Que después ambos pudieran ver al avatar sobre su bisonte, y zuko dejando caer la máscara en el lago no tuvo que ver con el colapso que lo hizo desmayar en los brazos de su tío.
Chapter 3: Capítulo 3
Summary:
Zuko tiene trata de no sobre pensar mucho trabajando en la tienda de te, una tarea dificil cuando jet esta involucrado.
Notes:
(See the end of the chapter for notes.)
Chapter Text
Zuko tuvo una intensa fiebre, durante días solo pudo sentir el calor abrasador recorrer subpropio cuerpo, llegando a creer que era un castigo de Agni por ir en contra del destino impuesto por su padre, pero fueron los mismo delirios lo que le mostraron una y otra vez que lo que su progenitor le hizo padecer, justificando siempre que era por “afecto”, llevándose la mano al rostro y sollozando abiertamente sobre el futón, sin ser consciente de cómo el rostro de su tío se deformaba con temor y tristeza cada vez que lograba sostener su mano libre.
Otra imagen recurrente, antes de despertar, era ver a los aldeanos tierra, la tribu agua y sus mismos compatriotas de la nación del fuego, todos frente a él, quemándose por las llamas, gritando con dolor y angustia, gritos desgarradores que se colaban en lo profundo de su piel, clamando por perdón mientras sus antepasados estaban a su espalda riendo, susurrando con burla sobre el dolor ajeno y acerca de cómo era compartir la grandeza del fuego a las otras naciones. Zuko estaba encadenado con fuego, ardiente y dolorido y por más que tratara de ayudar, de hacer que los gritos se detuvieran, no podía. La risa de Ozai lo congelaba en su lugar y un dragón miraba la escena desde la distancia.
Pero esta vez al despertar pudo ubicarse en su habitación y no sintió que flotaba, podía sentir el cuerpo y percibir el futon contra su piel. Reconoció la presencia de su tío a su lado, casi soltando un jadeo, ya que nunca había visto al anciano con tanto agotamiento, haciéndole demostrar más edad de la que creía su tío tenía.
- ¿tio? - iroh levantó la mirada algo somnolienta, pero en un segundo se lanzó a los brazos de su sobrino y suspiró con alivio.
- he sido bendecido por los dioses al verte despertar.- Zuko sintió remordimiento por hacerle problemas al tío, pero le devolvió el abrazo suavemente de todos modos.
Iroh le contó que solo estaba esperando a su despertar para mudarse a los anillos superiores tenían sus pertenencias listas para iniciar una nueva tienda, buscando distraerlo de esa mirada perdida que parecía tener desde que despertó. Apenas pusieron un pie en su nuevo hogar zuko decidió desligarse de todo aquello que lo atormentaba, después de todo esta era una nueva vida, no habría más honor y exilios.
- Solo ser Li, el refugiado- Se miro al espejo, tocando su cicatriz, llegando a un pensamiento fugaz sobre cierto refugiado atrapado bajo el lago. Sacudió la cabeza y gruñó alisando su delantal antes de bajar a la recepción.
Le sonrió algo incómodo a su tío, queriendo demostrar lo agradecido que estaba por no abandonarlo, y seguir con él a pesar de todas las veces que podrían haberlo matado, a pesar de seguirlo por una proeza estúpida bajo el lago Laogai.
Iroh estaba ansioso de poder abrir su nueva tienda de té, y aunque a zuko realmente no le agradara la idea, quería hacer un esfuerzo por su tío esta vez y las que vinieran después para poder compensar todos los malestares y la carga que pudo ser para él durante todos estos años en tierra y alta mar.
- Vamos, sobrino, a abrir la tienda. - no pudo evitar sonreírle al viejo, se veía tan pleno con su tienda de té y tan feliz, como si nunca hubieran estado en el mar por 3 años ayudándolo a buscar recuperar su honor.
Ese pensamiento le hizo bajar un poco la mirada.
No, no, no debía pensar negativamente, no frente a la única familia que le quedaba y parecía importarle lo suficiente para aguantarlo, debía ser feliz y ayudar a su tío en su sueño.
- Estoy feliz por ti tío. - mencionó con toda la sinceridad que pudo en sus palabras.
- Gracias por estar aquí y compartir este día conmigo. - un calor se instaló en su pecho ante esas palabras, no pudo evitar abrazarlo.
- Iré a atender algunos clientes.- aviso el joven, parpadeando más rápido para evitar las lágrimas y el sentimiento de culpa que tenía por no sentir que perteneciera aquí.-
- ¡Si! - dijo entusiasmado Iroh - ¡vamos a hacer te! - Zuko le dedicó una sonrisa una última vez antes de empezar a atender las mesas.
De verdad quería cambiar, ayudar a su tío con el local, aunque fuera tratando con clientes , y quería sonreír, de verdad, pero ellos no lo hacían fácil.
- ¿Y qué tal el de jazmín? ¿O quizás quiero un té verde?- no quería gruñirle a la anciana pero había más clientela esperando para atender y ella no cooperaba para que pudiera continuar con su trabajo.
- Si no quiere nada… - se quedó callado a última instancia antes de decir algo que la hiciera enfadar y creará un de escándalo. Aun así la señora no debió darse cuenta.-
- Hmmm… - la vieja lo escrutinio con la mirada - Deberías sonreír más hijo, los de tu clase siempre deben lucir sus mejores atributos.
- ¿Mi clase?- zuko hizo una mueca ofendido.
- Omega. - el maestro fuego lo considero hasta finalmente tratar de sonreír, pero solo salió una mueca extraña e incómoda. - hu… creo que sonreír no es lo tuyo hijo. - zuko gruñó y volvió a su ceño pero mas marcado su enojo.
- ¿ que va a querer señora? - respondió malhumorado y fingiendo que no escucho como se trizaba su lápiz.
- Oh cierto. Hmmm … ¿quizás azucena panda?…
El lápiz se rompió por la mitad.
Si no era por su seriedad, era por la cicatriz.
Y trataba, de verdad que trataba de fingir que no se daba cuenta que los clientes, sobre todo del anillo superior, miraban por más tiempo su lado cicatrizado. A veces no importaba y podía hacer su trabajo, otra veces miraban más su cicatriz de lo que observaban en el menú.
Bien, dijo que haría un esfuerzo por el tío, pero era más difícil de lo que pensó.
- Por aquí - escucho a alguien llamarlo- un té de oh long - zuko asintió anotando en un pequeña libreta, antes de mirar y sentir un vuelco en el corazón, al levantar la mirada se topó con el rostro algo serio de Jet, que estaba sentado en una de las mesas.
Zuko no sabia que hacer y por unos segundos se quedó quieto en su lugar, en blanco, pero presa del pánico decidió que lo mejor era fingir demencia, aunque sintió que una roca era quitada de sus hombros al ver a jet vivo y en pie.
- s-si - le hubiera gustado que su voz no saliera tan forzada como lo hizo, pero no quería que Jet volviera a atacarlos, sobre todo ahora que su tío estaba empezando a ser tan feliz con el progreso de .a tienda de té. - tío - dijo Zuko en cuanto fue a la cocina a comentarle que el alfa estaba sentado en una de las mesas.- estaremos atentos esta vez, y lo arrestaron antes, no debería volver a buscar pelea.- Iroh miro hacia las mesas de té, notando a jet qe miraba de reojo a su sobrino.
El anciano sonrió con misterio, contento de que una joven vida tuviera otra oportunidad y en cierto modo la forma en que miraba a su sobrino le recordaba un poco a Jin, la jovencita que buscaba salir con su sobrino.
Acaso será…
Rezo a agni para no equivocarse.
- Descuida, mi sobrino, creo que está aquí para otro tipo de encuentro. - Zuko levantó la ceja sin entender, y solo chistó, buscando atender a los clientes e ignorar el escalofrío que la mirada de Jet le causaba.
En un momento, cerca de cerrar,el moreno se acercó a la caja, donde efectivamente se encontraba Zuko recibiendo el pago de unos clientes que se retiraron satisfechos. Jet se veia incómodo y con notable nerviosismo, se puso frente Zuko, quien tenso como una tabla no le apartaba la mirada.
- Quizás… agregar unos pastelillos no les vendría mal… - zuko frunció el ceño interrogante.
- ¡Es una gran idea! - el corazón de ambos chicos saltó cuando “Mushi” apareció detrás de su sobrino abrazando sus hombros.- ¡podríamos empezar a agregarlos la próxima semana! ¡podremos buscar recetas! ¿Qué dices Lee? - zuko por un momento se perdió, no recordando que él era Lee en esa ciudad amurallada.
- Humm ¿si?
- Excelente -Iroh sonrió a Jet, que no dejaba de estar tenso frente a los hombres- gracias por la idea Jet. Ahora Lee - zuko lo miró - recibe el dinero de este buen chico, yo volveré a la cocina-
“Claro” - pensó Zuko- '`buen chico”- y así se retiró dejándolos en un silencio incómodo y tenso.
- Así que… - saca unas monedas y se las entrega al pálido chico- el té… Estaba bueno.
- He… si.
- Si bueno… - Zuko suspiro, no dispuesto a arruinar el ambiente de un buen día en el Dragon jasmine, así que si Jet tramaba algo prefería hacerlo pronto y terminar con el asunto.
- ¿Qué quieres Jet? - el otro se rascó detrás de la cabeza y frunció los labios pensando en un letargo silencioso.
- Estuvo delicioso.- y se dio media vuelta y salió del local, entonces zuko se dio cuenta que estaba reteniendo el aire.
Pasó un día o dos antes de que Jet volviera, y como el otro día solo se sentó a pedir un té, esta vez de jazmín, mientras observaba a Zuko trabajar, haciéndolo sentir incómodo cada vez que tenía que pagar por el té.
Esa fue su rutina por un tiempo, Jet, mirando como zuko trabajaba en las tardes al sobre una única taza de té. Sin decirse nada entre ellos en cuanto jet pagaba la bebida, pasando un momento incómodo en silencio.
Supuso que no decían nada de lo que ocurrió en el lago lao gai para no levantar sospechas, después de todo no se sabía dónde podía tener oídos la tierra, así que siguió en “plan” de no mencionar nada.
- Hey - saludo jet esta vez cuando se sentó a pedir un té, más cerca de la cocina. zuko pensando que era para ver si en algún momento usaban fuego control.
- ¿Qué quieres? - gruño en respuesta, exasperado por el comportamiento del moreno que interfiera en su trabajo, dejado el nerviosismo atrás y volviendo al acostumbrado enfado mientras dejaba la taza con delicadeza, no podía romper sus propias tazas, no le importaba las de Pao, aunque salieran de su salario en ese tiempo en el, anillo inferior, pero estas tasas eran del tío, no iba a romper o trizar las preciadas tazas del tío.
- ¿A qué hora estás libre?
- No voy a pelear contigo, Jet - entonces el moreno se mostró sorprendido.
- ¿Qué? ¡no! ¡no, no! lo que quiero decir... - se aclaró la garganta, dejando salir el aroma de petricor con un toque de nerviosismo impregnado en él, Zuko arrugó la nariz no queriendo pensar lo agradable que era ese aroma.- ejem, quería decir si te gustaría pasear, solo pasear.
- ¿que? - lo miro confundido, pensando que nuevo plan estaba tramando jet para delatarlos.
- ¡Oh vamos lee!
- Dije que no jet - y se retiró a la cocina donde su tío solo se reía.
Jet empezó a ir todos los días al dragón Jasmine, a veces a parloteo de sus diversos trabajos esporádicos, ignorando la cara de hastió que mostro solo por que este iba a mirarlo trabajar. Zuko se sentía raro en su presencia, no queriendo confiar o dejar de estar atento con quien ya los había atacado una vez, no quería pensar qué haría si de casualidad descubre su pasado.
Ya sabía por experiencia que sin importar sus acciones solo contaría su nacionalidad para definir si era buena o mala persona, sin importar cuánto quisiera ayudar a pesar de eso. no quería ser una decepción mas, porque siempre terminaban decepcionados de zuko, de alguna manera.
Gruñó queriendo alejar esos pensamientos.
- ¿No tienes trabajo que hacer? - dijo zuko cruzando los brazos frente a un jet que comía un mayu dulce acompañando el té verde.
¿Por qué crees que tengo dinero para comprar té en esta zona tan alta de la ciudad? - dijo con la nariz fruncida, como si solo la diferencia entre los anillos le hiciera sentir un sabor amargo.
Zuko una vez más se dedicó a trabajar, mirando como a veces por arriba de las calles volaba el avatar junto a su mono- lémur, murciélago- gato, lo que fuera, y solo siendo notado por la veloz sombra que pasaba sobre los tejados. El príncipe exiliado no podía encontrar el deseo de capturarlo en su interior, busco en más de una ocasión la voluntad de perseguir al avatar que estaba tan cerca, pero nada llego, ningún deseo se instauró en su corazón y aunque pensó que si lo capturaban podría recuperar su honor, una voz más lejana dentro de su cabeza le acaba diciendo: ¿y de qué sirve si eres inútil? con o sin avatar. Pero también estaba ese deseo que no se había ido de su corazón, que rondaba en el fondo de su mente y esperaba que se quedara ahí, era el deseo de irse, de no quedarse a vivir resignado en esta ciudad de altas paredes.
Su cabello se hizo más largo, idea inequívoca que el tiempo no se detenía para él, ni la popularidad del dragón Jasmine.
A veces en la noche no podía evitar que después de una larga jornada de trabajo se subiera al techo, mirando las estrellas y el horizonte de esas paredes, añorando quizás algún día volver a casa, a su patria, no fingir que no era un maestro fuego y poder doblarse con tranquilidad.
Hoy era una de esas noches, suspirando al universo que al parecer nunca sería misericordioso con el.
Quizás ese era su destino, que su llama interior lentamente se apague para nunca poder despertar de nuevo, después de todo ya era una “suerte” que hubiera nacido. Oculto el rostro entre sus rodillas, queriendo alejar esos pensamientos para poder bajar y sonreírle al tío, a su amado tío que ha sacrificado tanto para poder ser feliz con su tienda de té, y sin doblarse, y formando una vida con una identidad que nunca fue suya.
- Hey - al otro día Jet volvía como siempre, cada vez más confiado, cada vez más sonriente, con el cabello más largo y más rebelde también. Pero esta vez no tenía tiempo para aguantar lo que sea que planea Jet, así que solo suspiro, dispuesto a no caer en su juego.
- ¿Qué vas a pedir? - hablo lo más formal que pudo, logrando que la sonrisa de Jet vacilara.
- Un té de camelia sinensis - Zuko asintió y se fue, ignorando la mirada que parecía quemarle la nuca ¡ha! ¡que irónico sentir la mirada de jet que le quemaban como el fuego cuando él mismo odiaba a toda su nación y lo que significaba.
La tarde pasó, y el día por fin acabó, tomando lo último que quedaba para limpiar las mesas. su cabello le molestaba así que trató de hacer una pequeña cola con una cinta que traía en su bolsillo, pero nunca fue diestro para esas cosas, así que falló en cada intento, haciéndolo enojar más.
- Déjame ayudarte - dijo jet que estaba apoyado en la puerta, junto a las mesas con las sillas arriba indicando que estaba cerrado.
- ¿Para que me cortes la garganta? - gruño Zuko como un animal herido, alejándose de Jet, que parecía dudar que decir, solo puso uno de esos palillos de hierba en su boca y desvió la mirada.
Un silencio incómodo se extendió, haciéndolo sentir al príncipe exiliado más torpe de lo que generalmente se siente con las personas, tomó una silla y la acomodó a pesar de que estaba ya sobre la mesa.
- tu herida… ¿Ya está bien?
- si… mira… - puede que el de la cicatriz se sobresaltara un poco por la repentina voz de jet- Lee… quería… ¿Por qué lo hiciste?
- ¿Que? - por Agni, sintió como su corazón se detuvo por un segundo muy largo.
- yo… si ustedes son… entonces ¿Por qué salvarme? - se acercó con cautela, con el ceño fruncido haciendo un esfuerzo por comprender algo que no era totalmente ajeno- me salvaste la vida. - Zuko gruño, desviando la mirada.
- Solo estabas en el camino- Jet se mantuvo serio y en silencio, mirando a “lee” que rehuía sus ojos.
- Eres un pésimo mentiroso - Zuko se crispó y enfrentó a Jet con enojo.
- ¡¿Qué importa?! ¡no se que es lo que quieres! ¡o lo que esperas escuchar!- explotó, sin darse cuenta que a medida que se acercaba enojado a Jet las luces tintineaban al exponer sus emociones- ¡vienes aquí tomando té, hablándome, fingiendo no ha pasado nada! ¡cuando lo único que quieres es encontrar un motivo para delatarnos a mi tío y a mi! ¡Me odias cuando ni siquiera me conoces! - entonces bajó la voz, sin darse cuenta que se había acercado lo suficiente como para sentir el aroma del alfa.- me odias cuando solo había querido ayudar… como todos. Porque no importa que ayude, que trate de ser bueno, solo importa de donde nací, y cada vez que lo intento otra vez explota en mi cara, hasta siendo bueno soy inutil, como en todo lo que hago, como todo lo que trato de hacer. - cerró los ojos con fuerza, dándose la vuelta no dispuesto a enfrentar al luchador de la libertad, no hoy, no mañana, ni nunca. - soy malo... queriendo ser bueno, así que entiendo que me odies.
- No te odio - Zuko se detuvo sin voltear.- fue un error… nunca mentí cuando dije que llegue a ba sing se en busca de una segunda oportunidad y querer cambiar.- sintió a jet tragar duro- no estoy orgulloso de algunas cosas que hice en mi pasado, y volví a cometer el error contigo cuando te juzgue sin conocerte - sintió la mano de jet tomar la manga de su traje, sin tocarlo realmente, no queriendo invadir su espacio, al igual que esa vez al llegar a la ciudad.- y aun con eso me salvaste la vida. - el chico tragó duro, tomando aire notando el esfuerzo que era formular la palabras y sacarlas de su boca - yo… no me importa de donde seas… que seas… ya sabes, un maestro fuego... - Zuko se dio la vuelta alarmado, sólo para encontrar la mirada cansada del otro, como si llevara años de penas y dolor- Eres bueno - un nudo bajo por la garganta de Zuko, porque el sabia que no lo era, no podía serlo.- eres diferente,aunque pareces estar enojado con todos - se rió un poco buscando aligerar el ambiente, no funcionó pero zuko agradeció el gesto.- Quiero conocerte… osea yo… quiero encontrar una razón para que no me importe que seas un maestro fuego.
Zuko mantuvo silencio, con ganas de explotar todo, quemar la casa del té, quemar la ciudad y gritar todo lo que tenía atorado en su garganta, quería confiar, pero…
Terminó asintiendo con la cabeza, conteniendo la respiración para que las emociones no se desbordaran por sus ojos.
Jet entonces soltó su manga y sonrió un poco, no engreído como solía hacerlo, solo una sonrisa ligera y tranquila.
- ¿Hay más secretos que este? - zuko no dijo nada, pero después de unos minutos asintió de nuevo. - con eso me basta.- subió entonces su mano extendida y se aclaró la garganta con la otra.- yo… Me gustaría empezar de nuevo. - zuko dudo, pero soltó un bufido como risa, y le dio la mano, noto como jet se tensaba pero no dijo nada al respecto.
- Lee - se presentó con el nombre falso, aun indeciso de entregar su nombre real.
- Mi nombre es Jiang
Notes:
Jiang significa rio en chino.
Busque por mucho tiempo un nombre adecuado para jet, y tiene sentido para mi, porque con su fuerza arrasa con todo en la tormenta, aunque tiene sus momentos de calma, es engañoso, y se lleva todo con brutalidad.Ademas que tenia "J" en la inicial, jajaja.
Pense quizas el papa de jet le dio un signficiado, y no quizo cambiar su nombre pro completo para mantener su memoria.
Ademas tarde en actualizar porque me entretuve haciendo un one shot jetko que espero poder publicar pronto, se llama el gatito de agni.
Espero disfrutaran este nuevo capitulo.
Chapter 4: Capitulo 4
Summary:
Jet se entera de la verdad.
Notes:
(See the end of the chapter for notes.)
Chapter Text
Capítulo 4:
Zuko se sentía extraño con el cabello tocándole el cuello, no recordaba la última vez que sintió el peso de su cabello sobre su cabeza, aunque la última que lo tuvo largo fue en un agni kai contra su padre… movió la cabeza para alejar esos pensamientos mientras terminaba de arreglarse para bajar y empezar a abrir la tienda de té.
- Hey lee - el nombrado volteo a ver a Jet que estaba recargado en la pared con el trigo en la boca, esperándolo para ayudarlo a abrir la tienda como últimamente tomo de costumbre, Zuko en cada ocasión ignoraba el revoloteo que le causaba en su corazón el que jet lo esperara en las mañanas.
- hey… - respondía bajo, y esquivando la mirada, no dejando que Jiang viera su sonrojo en la mejilla sana.
Para Zuko era un cambio radical tener un amigo que supiera a veces como se sintiera ser consumido por el odio y la extraña ira que siento por la conformidad que parecía el acostumbrarse a tanta paz, aunque ya de por sí tener un amigo era algo completamente nuevo.
- ¡Oh! Jet buenos días - decía su tío al verlos a ambos terminar de bajar las sillas de las mesas, y acomodar las mesas y manteles, listos para abrir la tienda.
- Buenos días - el ex príncipe rodaba los ojos ante la perorata que iniciaban ambos, en términos de comercio, después de todo ¿Quién diría que conocer a tantas personas entre trabajos esporádicos sirvieran para hacer nuevas relaciones de inversión?
Sin duda en esta ocasión Jiang, Jet, fue de mucha ayuda tanto para su tío como para esos trabajadores del anillo inferior, pero zuko procuraba no decirle nada sino se le subirán los humos a la cabeza y ya tenía suficiente con la presencia del freedom fighter todos los días alardeando de ello como para darle más valor a su ego.
Con el paso de las semanas los Dai li habían dejado de deambular tan regularmente por las noches, Jet y Zuko no estaban seguros pero preferían no llamar la atención de ellos nuevamente, sobretodo Jet que cada cierto tiempo tenía recuerdos sobre lamparas demasiado luminosas y se perdía en sus pensamientos.
- un té de oolong y una barba de dragón - Zuko anotó serio, ya rendido al no poder efectuar una sonrisa de manera natural para la clientela.
El chico de la cicatriz se acercó a la cocina con su tío para dar el pedido y después suspirar.
- vaya - dijo Jiang, Jet, con un saco de harina en los hombros para llevarlo a la bodega- y yo que creí que por estar en el anillo alto serías todo sonrisas.
- vete a la mierda Jet - gruño con la bandeja en las manos, acomodando las barbas de dragón en un plato para llevarlo a la mesa junto con el pedido. Quizás Jet no lo sabía, pero zuko trato de verdad de sonreir. Sin embargo no pudo hacer una mueca parecida a una sonrisa sin incomodar a los clientes, así que se rindió, sin saber que las chicas y chicos, tanto betas como omegas quedaban encantados con su “aire de misterio”- tomaré mi descanso, tío - murmuró hacia la cocina y antes de que el anciano pudiera responder el ex príncipe se encaminó por los jardines traseros, buscar estar fuera de tanta gente por un segundo.
- Hey - Jet llegó a su lado, y Zuko solo rodo los ojos, típico del destino, nunca le da lo que quería- ¿Como va el trabajo señor sonrisas?
- No estoy para tu molestia jet - y para demostrarlo le quitó el trigo de la boca y lo lanzó lejos, no queriendo reírse de la cara de sorpresa que tenía Jiang al quitarle tan rápido “la porquería”
- Está bien… - vio a Zuko sentarse en el pasto para acomodarse a su lado en silencio, tomando de entre el suelo otro pedazo de trigo para llevárselo a la boca.
- Que asco.
- Es mi asco, así que no molestes - se burló el freedom fighter recuperando el buen humor que siempre le invadía cuando estaba cerca del príncipe exiliado.
Jet no lo admitiría pero desde esa vez en el lago laogai, que siente ese aroma tan característico de zuko, y es inevitable que aunque esté rodeado de gente, rodeado de naturaleza, el olor de la azucena panda se robe toda su atención, llevándolo a recordar sus tierras; como en el campo las parejas se regalan esa flor para demostrar la importancia de su amor tomando el riesgo de ir a un volcán. Por un momento Jet pensó que ningún otro aroma podría caracterizar mejor a zuko, algo poco común, que podías entrar en el reino tierra pero, siempre al borde del calor, del fuego.
- no… - Lee se lamió los labios y Jet siguió el movimiento con la mirada ante la indecisión del otro, su corazón dio un vuelco- no recuerdo como hacerlo. - las palabras de Zuko lo sacaron de sus pensamientos y lo hicieron sentir algo triste por lo dicho, pero enojado con quien forzó la de la cicatriz a dejar de hacerlo.. Sin embargo Zuko no le prestó atención y solo suspiro para recuperar el coraje y volver a decirlo- no recuerdo la última vez… que pude hacer una sonrisa, a veces no entiendo cómo la gente puede hacerlo tan fácilmente.
¡Auch!
Quizás era una indirecta para él, pero solo se encogió de hombros y le sonrió de esa forma tan segura y coqueta que le caracteriza
. - creo que no se trata de saber sonreír si no el tipo de sonrisa que das.
- ¿acaso hay alguna diferencia? - jet se recostó con los brazos detrás de la cabeza y lo miró.
- Creo que la hay. A veces sonríes para los demás, a veces para ti mismo, sonreír para darte a ti mismo la seguridad de que todo está bien y las personas lo toman porque es lo que desean también, que todo está bien. - El otro lo miró con atención, aunque sin quitar ese ceño fruncido, jet solo se rio, pero sonó como una vibración de su garganta nada mas. - Pero no sonreir no es algo malo, no es como si no pudieras sentir cosas por no hacerlo - zuko lo miro en silencio, abrazando sus rodillas, recordando las sonrisas tristes que siempre vio en su madre, la sonrisa llena de arrogancia y sadismo que caracterizaba a azula y la sonrisa que le causaba escalofríos de su padre- pero hay sonrisas que a veces son inevitables.
- ¿inevitables? - Jet, Jiang, se levantó mirando a zuko, y el ex príncipe juró que su corazón pudo escucharse en todo el anillo superior, de la sorpresa que lo invadió al sentir la mano de jet rozar su oreja quemada y poner un cabello detrás, no sabe que lo poseyó para no lanzarle una llamarada de fuego en ese momento.
- si… - murmuro Jiang, sonriendo de una manera que zuko nunca había visto, de una forma amable y cálida, el ceño relajado. Zuko miro cada detalle de su rostro, no queriendo moverse creyendo que eso arruinaría todo y Jet dejaría de tocarlo de una forma tan amable, dejaría de verlo de una forma cariñosa.
- debo… - zuko tragó saliva, con el corazón en la garganta pero el rostro impasible, - debo volver…
- esta bien - jet se alejó con las manos en el aire, como si así evitará asustar a un animal herido mientras el más joven emprendió su camino a la tienda de té.- pero hey, Lee - ante el llamado el otro se detuvo de su camino y se volteo a ver al alfa.- está bien no sonreír también, eso significa que cuando lo hagas será algo sincero.
zuko sintio sus musculos faciales tirar los labios hacia arriba, pero lo contubo con un fubido y solo solto un: idiota. Y aunque no lo vio, supo que Jet estaba sonriendo.
Después de esa vez, sintió que algo cambió entre los dos, como si se buscaran con la mirada, como si inconscientemente quisieran acercarse. Zuko pensó que así se sentía tener un amigo, alguien con quien puedes confiar tus momentos y compartir el día.
A veces, en la noche, no podía evitar sentir un fuego cálido al saber que podría ver a Jet al dia siguiente.
- Un té de jazmín, un oh long, con galletas y un pastelillo de luna-enumero zuko mientras recibía los pedidos. Al menos ahora tenía más habilidad para servir de una manera más eficiente, aunque no le diría a su tío (que estaba tan feliz con su tienda de té) que le daba un retorcijón en el estómago cada vez que pensaba que podría quedarse entre esa ciudad amurallada para siempre.
- hey - saludó el moreno apoyado en su propia mesa, esperando su té, mientras movía su trigo de arriba a abajo solo porque sabía que exasperaba de cierta manera al chico de la cicatriz.
- ¿no hay trabajo hoy? - preguntó con brazos cruzados, no queriendo dar rienda suelta a esa sonrisa que quería tirar de la comisura de su boca.
- a veces es bueno que un hombre se dé un descanso - entonces pareciendo nervioso de repente se quitó el trigo de la boca y se rasco la nuca- bueno, ya sabes.... en un par de noches habrá un festival… y bueno si quieres ya sabes ¿salir? - el príncipe exiliado suspiro, y miro la tienda evitando que sus ojos cayeran en la mirada raramente insegura en el freedom fighter.
- no lo sé…
- ¡Está bien! - contestó Iroh más rápido de lo que ambos hubieran esperado, sin saber siquiera de donde salió para tomar a zuko de los hombros y apoyarse en él- ¡sin presión! Un té de azucena, para nuestro joven amigo - saca una pequeña bandeja con una elegante tetera y una taza dejándola frente a jet- Lee - dijo su nombre falso de forma muy sugerente, queriendo recuperar su seguridad ante una nueva negativa del otro.
- seguro…
Zuko camino hast la cocina pensativo, si bien el y jet habían llegado a una especie de “amistad” aun tenia un poco de cautela para hablar más allá de lo que habían compartido dia con dia, no queriendo hablar de su pasado, o siquiera de salir como se suponen los amigos deberían hacerlo, o la idea que tenía de salida de amigos, porque realmente nunca tuvo a alguien cercano que quisiera salir con él, zuko no sabía si era por no querer formar lazos en ba sing se, o el no tener la seguridad de formar lazos más fuertes con el chico que estaba jugueteando con un trigo en la boca.
- jet ha pedido bastante ese sabor ¿no crees? - mencionó el tío, pero el joven de la cicatriz solo se encogió de hombros. - parece más aficionado a ese sabor, o.. ¿será el aroma?
- ¿es sólo té? - Iroh hizo un gesto dramático de dolor ante lo dicho por su sobrino. Zuko se cruzó de brazos viendo de manera crítica a su pariente- ¿es otro de esos proverbios extraños?
- oh no, mi sobrino - Iroh término de servir una tetera con reverencia, tarareando mientras lo hacía- es solo una observación- respondió con una mirada pícara que hizo sonrojar al ex príncipe, este sin saber exactamente porque se estaba sonrojando.
Zuko no quiso decir mas, y después de entregar unas galletas, cortesía del mismo dragón del oeste, para acompañar el té más pedido estos días por el freedom fighter, se dedicó a atender las mesas, entregando miradas de reojo al moreno de vez en cuando, sin saber con exactitud qué es lo que esperaba precisamente, le daba la misma sensación al usar las piedras de chispas y mirar el fuego, era algo ajeno a sus manos, pero lo sentía como si fuera suyo propio, es así como se sentía con jet, Jiang, como el fuego de una fogata, intenso y cálido, ajeno a su ser, pero formando parte de él.
- vamos zuzu - dijo una sonriente Azula mientras corría por el pasillo del palacio al salón de las gemelas ancianas- el último en llegar es un omega.
- ¡Azula! ¡Has hecho trampa! - reclamo con un puchero mientras seguía a su hermana a uno de los salones del palacio donde los esperaban las ancianas, listas con el brebaje que determinaría el segundo género de los herederos al trono. Llegaron con una gran diferencia entre ambos, cuando Zuko atravesó la puerta, azula ya estaba con la espalda recta y sonrisa arrogante mirándolo atravesar la puerta junto a su padre. Zuko nervioso se aclaró la garganta y trató de entrar lo más digno que pudo, sintiendo la mirada crítica de su progenitor, un alfa.
- por favor - llamó una de las ancianas, haciendo que los 3 la miraran- tomen jóvenes entre sus manos el brebaje bendecido por Agni. - los niños recibieron los cuencos con agua de un tono rojo, dejando que el calor que desprendía se asentara en su estómago.
- dejen que el calor de Agni invada el centro de su fuego. - Zuko cerró los ojos, concentrándose en llevar el calor a su estómago, donde su tío le había dicho que nacía el calor, era la bendición de Agni para el control de su elemento. Sabía que no era primera vez que hacía la prueba del segundo género, iban 3 años consecutivos en donde no arrojaba nada, no alfa o beta, ni omega. El bufido de su padre le hizo crispar nervioso, rezando a los espíritus para que esta vez pueda mostrar a su padre ser un alfa digno de su herencia.
- ahora… - llamo la anciana tomando entre sus viejas y arrugadas manos una cuchilla con forjado de plata y mango con diseños de dragón- la mano… - azula entrega la suya sin dudar, esperando el corte para que la sangre callera en uno de los cuencos con aguas, cambiando rápidamente a un tono amarillo, alfa.
Azula bufo con confianza, sin dejar de ver el agua con satisfacción al igual que su padre que sonrió de lado con ojos brillantes. Zuko tembló un poco, guardó la mano en su pecho, al miedo del resultado…
- príncipe… - llamó la otra anciana con la mano extendida, esperando que el chico entregará su extremidad. Zuko se trago el gemido de dolor al sentir el corte, y dejo que callera al agua, tardano demasiado en cambiar de color, hasta que el agua lentamente empezó a cambiar su tonalidad, dejando a todos con un aire de tensión. Ni amarillo alfa, ni rosa beta, el agua se volvió rojo…omega.
Zuko ahogó un grito antes de sentir el golpe en su mejilla de parte de su padre que lo empujó al suelo.
- un estupido omega - rugió el señor del fuego, avivando las llamas en la habitación, calentando más el aire, sofocando a su hijo.
- ¡p-padre yo…!
- ¡no! - grito el hombre, en un momento desapareciendo todo a su alrededor, él rodeado de fuego, como en un agni kai.- ¡no habrá un omega en la línea familiar! ¡es preferible que seas un beta a un denigrante omega!
- Mi mamá era omega… - otro golpe llegó, y el fuego lo rodeo, el señor del fuego se hizo más grande, más imponente, la habitación lo asfixió.
- y mira lo que pasó; se fue… te dejo, como lo hacen todos los omegas, especies débiles, sin sentido y pocos racionales. ¡No tendré a un hijo que pase por un asqueroso celo! -y el calor abrazado lo rodeo, las llamas ardieron y en un grito el príncipe ardió hasta las cenizas.
- ¡NOOO! - grito Zuko, despertando con el cuerpo sudando, y temblando. su respiración se agitó con temor, miró a su alrededor ubicándose sobre la tienda de té de su tío, era antes del amanecer.
- ¡sobrino! - Iroh abrió la puerta de su habitación, entrando preocupado, acercándose para examinarlo y tocarle la frente- ¿estás bien? ¿que paso? - Zuko se mantuvo en silencio unos momentos, apretando las sábanas contra sí mismo.
- si… yo… estoy bien. - Zuko sabía que no podía mentirle a su tío, es un mentiroso terrible, pero no quería tener que recordar esa pesadilla, no… más bien...ese recuerdo. - estoy bien.
Fue a causa de ese sueño que cada vez que miraba al sonriente ex líder de los freedom fighter, sentía un apretón extraño en el corazón, su subconsciente susurrando palabras crueles por disfrutar demasiado de la compañía de “jet”, después de todo lo que había hecho, no podía ser feliz y contar con un amigo, no los merecía, menos con la condición “defectuosa” que cargaba como un secreto.
“Eres omega”
Escuchaba en su subconsciente con desprecio, como si fuera de la boca de su padre después que se presentará su casta de manera tardía, al igual que su manifestación sobre el control del fuego, “Una condición defectuosa en la casa del señor del fuego” “una deshonra” se escuchaba entre los altos mandos que visitaban regularmente a su padre y hablaban despectivamente aun en su presencia a pesar de que sin importar el segundo género mantiene su rango como realeza. Cuando su padre le dio esa marca en su rostro, y azula lo perseguía por el reino tierra recordó unas palabras igual de menospreciadas “oh zuzu, no solo podías avergonzar a nuestro padre siendo omega, ahora también siendo un traidor” zuko trago con dificultad, sintiendo repentinamente demasiado encerrado en la gran tienda de té, como para poder despejar su mente.
Su tío había salido esa noche a jugar pai sho con unos vecinos, y Zuko prefirió quedarse en la casa, pero al parecer fue un error quedarse solo con sus pensamientos, sin que la sensación del sueño dejará de rondar en su cabeza. Se quito con enfado los mechones que escurrian lacios por su rostro, agachandose para mirarse en un pequeño espejo en la sala, mirando su marca y tocandola con la punta de los dedos, sintiendose tonto por pensar que alguien podria gustarle de alguna manera con un rostro marcado con la humillacion y la verguenza.
Pensó en los niños que perseguía para tener un poco de aprobación de ese ser tan imponente como lo era el señor del fuego, porque eran más jóvenes que él, eran niños, se mire por donde se mire, y él buscaba capturarlos sin importar el final que pudieran tener.
La imagen de Jet moribuengo en el lago laogai inundó su mente.
Sentía el fuego correr con sus venas, con ganas de salir y arremeter contra todo ese “verde” frente a él, buscando desquitarse, recorriendo en sus entrañas el poder de su elemento que solo quería elevarse hasta tocar el sol, pero zuko cerró el puño sobre su corazón, manteniendo tenso por uno minutos, queriendo controlar su respiración y evitar hacer fuego control.
“se lo debo al tío”
“se lo debo al tío”
“se lo debo al tío”
Se repetía como un mantra, pero solo sentía unas inmensas ganas de llorar cada vez que esa frase pasaba por su cabeza, sabiendo que en su interior solo quería salir de Ba sing se, de ese “paraíso” entre paredes altas, que lo asfixiaba y lo hacían sentir como un prisionero.
“se lo debo al tío”
“se lo debo al tío”
“se lo debo al tío”
Pero no es lo que quiero.
- Lee - se dio vuelta con un jadeo de sorpresa al ver a Jiang entrando por la ventana, a tan solo unos pasos.
- jet- el moreno sonrió de lado, pero esa sonrisa pronto cambió a un ceño fruncido de preocupación al verlo al borde de un ataque de pánico.
- vete - ordenó el maestro, incapaz de dejar que su único amigo viera su debilidad.
- ¿estás bien?
- vete- habló más fuerte, pero Jiang solo tiró el aire por la nariz.
- no- dijo más fuerte y Zuko se levantó presa de un sentimiento de ira naciendo en la boca de su estómago.
- ¡maldición! ¡jet! - el otro lo miró a los ojos y se quedaron callados por unos minutos, para finalmente el freedom fighter suspirar, acercarse y poner sus manos en los hombros de Lee.
- no se lo que pasa contigo, “lee” - hizo énfasis en decir ese nombre con tono burlón, aún el maestro fuego de pie- pero solo se que… me asustas.
El corazón de Zuko se detuvo,congelado por el pánico que le causaron sus palabras.
- ¿me tienes miedo?
- no es eso -Jet se trabo un poco con las palabras, sin querer dejar los hombros del otro chico- es… un algo extraño que me hace temer por ti. - entonces Zuko lo miró sin comprender, indeciso y con los hombros encogidos sin saber cómo proceder.
- ¿miedo por mi? - Jet solo asintió y le dolió ver a Lee tan perdido, tan sorprendido por que alguien además de su tío mostrara preocupación por él.
- yo… perdí a mis amigos, a mi familia por mis malas decisiones… - empezó a decir Jiang dejándose caer, arrastrando a lee con el, soltando sus hombros con algo de renuencia para darle espacio, jugueteando con las manos en los pantalones sin saber que hacer con ellas en este momento de silencio para continuar sus palabras.- soy terco y un maldito idiota a veces yo… mira si…te ha pasado algo, si te han molestado en la tienda de te, dímelo y juntos iremos a golpear al maldito idiota.
- …- el pecho de Zuko saltó de una forma dolorosa.
Si Jet supiera la verdad; Quien es en realidad. Que trato de acabar con el avatar, la única esperanza de terminar la guerra… ¿diría lo mismo?
- Me arrepiento de todo lo que hice. - Esas palabras sobresaltaron a Zuko.
- ¿dices que te arrepientes de ser amigos? - preguntó casi con el dolor filtrándose en la voz.
- ¡no! - grito Jiang quizás demasiado rápido, y se aclaró la garganta- lo que quiero decir… me arrepiento de no haber hecho las paces contigo antes y ser amigos, pero es diferente, longshot y bee son mis amigos, son mis hermanos, porque compartimos la tragedia, la lucha, un propósito, pero contigo… es… Es la primera vez que trato de hacer amigos sinceramente, sin buscar un interés, no quiero decir que busque algo estando con long o con bee, yo… bueno - se aclaró la garganta de nuevo y Zuko se relajo un poco con verlo nervioso.- quizás no sé cómo comportarme contigo además de… acosarte. - Zuko sonrió un poco sin darse cuenta.
- ¿me estabas acosando? - jet se crispo, y desvió la mirada con el ceño fruncido.
- es que primero sospechaba de ti y tu tío, antes de que habláramos y nos hiciéramos amigos, y entonces ya éramos amigos y creo que no sabía de qué otra forma… de que otra forma acercarme a ti, y quizás yo te he molestado con todo… esto - se señaló a sí mismo entero y estuvieron un tiempo en silencio, poniendo aún más nervioso a Jet de haber arruinado quizás lo más lindo y sincero que había tratado de hacer con una relación, hasta ahora.
- yo…
- puedes decirlo, no me enfadaré. - Zuko se atraganto pensando en la razón inicial de que Jiang los vigilara a él y a su tío.
- yo… quiero dejar de mentir- Jet lo miró sin comprender- si… si te cuento todo, me prometes que escucharas hasta el final?
- Lee ¿que…?
- promételo.
- bien, bien - levantó las manos, dando una sonrisa, queriendo aligerar esta tensión que rodeaba al maestro fuego.
- ok… - de algún modo se acomodo, jugando con sus dedos de manera que parecían quedar blancos con cara rose, Jet se cruzó de piernas, buscando un aire relajado para que Lee ordenaba los pensamientos que revoloteaban en su cabeza para hablar. - hmm, mi nombre no es Lee.
- ya lo sabia- rio jet al recordar la charla avergonzada e incómoda que tuvieron tiempo atrás.
- mi nombre es Zuko, yo soy... hu… al menos lo era, ya no, es decir… - tomó aire y jet sintió como si los rayos del sol respiraran con el chico frente a él- el nombre de mi madre es Urza, el nombre de mi padre Ozai, soy el príncipe de la nación del fuego.
El aire se atoro en sus pulmones, y con un golpe se levantó, mirando con incredulidad al otro chico que solo se encogió sobre sí mismo.
- tu… - gruñó- mientes -rugió apretando las manos en puños, sabiendo que no traía sus colmillos, porque era lee, porque confiaba en lee, pero frente a él… no era el chico con olor a azucena panda, era alguien con olor a carne quemada y sangre.
- lo prometiste. - dijo totalmente tenso, y a regañadientes se sentó de golpe, sin perder su postura defensiva, alejado lo más que le permitió su oído para seguir escuchando, frunciendo el ceño y mirando a un nervioso príncipe, bueno, ex príncipe.
El olor a azucena panda invadía el departamento con el toque cítrico del miedo y el enojo, jet gruñó fuerte ante al sentir el olor invadiendo el espacio.
- yo… quiero que confíes en mi Jet… Jiang… -trago duro, sintiendo el pánico invadir su cuerpo haciéndolo sentir mareado y con ganas ácidas de vomitar, pero aferrándose a las telas sobre sus rodillas continuó- yo… creo que fue hace tres años, había una reunión de guerra. no debería haber estado ahí, el tío me dijo que no fuera pero no quise escuchar… hable fuera de turno sobre la cuadragésima primera división, eran chicos jóvenes, queriendo hacer la diferencia, y el general quería sacrificarlos- gruño revolviendo las entrañas del otro- a todos esos hombres, y yo… - trago tenso, con la mirada distante como recordando ese momento exacto-le falte el respeto al general, y faltarle el respeto al rey del fuego, así que… me desterró.
- ¿que? - la incredulidad en el tono de Jiang trajo un poco de esperanza a Zuko, pero ya conocía cómo era el destino con él, así que reprimió la ilusión, juntando aire en sus pulmones para continuar.
- Me desterró. Dijo que no podía regresar a menos que encontrara y capturara al avatar. recuperar mi honor, pero… no he vuelto desde entonces, pero el tío vino conmigo, consiguió un barco, una tripulación… Fue en el polo sur donde lo encontré, con sus amigos de la tribu agua, y bueno… pasaron muchas cosas - un paso a la vez, ya se sentía avergonzado y asustado de contar eso al chico frente a él como para revelar detalles que solo lo dejaron peor que un monstruo ante los ojos de Jiang, al menos quería que lo viera como un ser vil que seguía siendo un poco humano, pero continuó, esta vez sin querer apartar la mirada de jet, no para que viera su sinceridad sino para ver los ojos de jet y darse valor para continuar.
Jet había seguido la historia de zuko, con oraciones fragmentadas y vacilantes, pero en ningún momento apartó la mirada, viendo como solo era un chico nervioso y asustado de su reacción, sudando y gruñendo ante cada nuevo extracto contado, siendo parte de ese sudor y gruñidos su voluntad autoimpuesta para evitar acercarse más al chico y buscar darle consuelo, como si su alfa no quisiera que un monstruo como él sufriera.
Escucho los detalles de cómo fue etiquetado como traidor cuando estuvo tribu agua del norte por su propia gente, obligado a esconderse.
Gruñido.
Robar un caballo avestruz.
Gruñido.
Como casi moría de hambre en las llanuras.
Enterró sus garras en sus palmas sintiendo la ira bullir.
Había escapado de su propia hermana, pero al hacerlo perdió toda pista de Aang.
Tiro el aire por entre los dientes, sabiendo que daba un aspecto más peligroso pero no le importaba, solo quería seguir controlando su respiración para luchar contra el alfa que cada vez más buscaba salir para hacer sentir seguro al chico de la cicatriz, y fue toda su fuerza y voluntad que siguió escuchando sin dejarlo asomarse por su piel.
Como había salvado a una familia y estos lo rechazaron por su fuego control.
Empaqueto esa información adicional, ya que no sabia que hacer al sentir una roca oprimiendo el pecho, como si fuera golpeado otra vez en el lago laogai.
Parecía una historia de ficción para contar a los niños que se portaban mal, pero disperso esas dudas, nadie podía inventar algo tan elaborado y con tanto detalle solo para…¿Para que? ¿fastidiarlo? lee no era así, ¿pero podía darse el lujo de decir ahora que conocía a lee? ¿al chico frente a él?
No sabe cuánto tiempo estuvo sentado frente al otro, quizás horas, pero el olor de la azucena ya no estaba tímido, estaba floreciente como la misma flor acercándose al calor de las abrazaderas fauces del volcán, era el olor de alguien que había abierto su debilidad y podía darse cuenta y que a medida que lee hablaba su tono iba en aumento y cada vez más seguro.
- entonces te conocí - esa frase trajo a jet de vuelta al presente, lejos de sus propios pensamientos, ni siquiera supo en qué momento guardó sus colmillos escuchando con atención la historia de toda realeza y honor.
Recordó al chico en la cubierta del ferry, su aroma, su mirada, su aspecto. Recordó el choque que tuvo al confirmar que era un maestro fuego, como esa emoción burbujeante que lo llenaba le explotó en la cara y se sintió caer al vacío, como ahora, sin rumbo, sin nada a lo que aferrarse.
- se que es… mucho, pero es la verdad, puedes… puedes preguntarme lo que quieras.
Y algo explotó en el pecho de jet, luego una ola de rojo vivo de humillación , diciendolo tan casual como si no supiera todo lo que su gene provocaba y todo lo que era esto. l
Sus manos se hicieron puños, golpeando el piso con fuerza, sintiendo sus espadas como un fantasma protector para arremeter contra la persona frente a él.
- la cicatriz -habló fuerte, rudo, buscando lastimar como un animal- ¿como lo conseguiste?- le pesaba más aún que fuera por que trató de lastimar a alguien inocente; que fuera por una práctica de guerra que salió mal, no sabia cual seria la respuesta, pero tan solo pensar que era la la primera opción le generaba repugnancia.
Zuko de algún modo logró que su mirada fuera distante, y acercó su mano al borde de su ojo, sin tocar realmente.
- insulte a un general, y eso trae consecuencias. - Jet bufo enojado.
- ¿Qué clase de respuesta de mierda es esa? - ladrón enojado, aun sentado y rígido, conteniendo todo dentro de sí mismo. Reprimió al alfa que quería salir a consolar a la criatura que apretó la mandíbula tenso, como un animal herido, pero en un parpadeo se cerró como Jet nunca lo había visto, la voz rígida.
- cuando insultas al general del señor de fuego en su sala de guerra, insultas al mismo señor del fuego. -Jet frunció el ceño ante lo que dijo el otro- me desafió a un agni kai, un duelo. Creí que sería contra el general y acepté, pero al ofender al señor del fuego, debía luchar contra el mismo señor del fuego. No pelearía con él, así que… - jet vio cómo su mano volvió a posarse sobre sus rodillas, apretando la tela- me castigó.
Y fue como si el tiempo se detuviera.
Jiang nunca había mirado fijamente a la cicatriz impulsado por el morbo de la duda, sino para buscar los ojos color dorado, el color de la savia, de la dulce miel, pero ahora veía la marca en su rostro, lo que creía podía ser un símbolo de lucha, se daba cuenta que era la marca de la vergüenza, la humillación, la marca que indica que su padre no sentía ninguna misericordia ni siquiera por su propio hijo.
Jet se levantó tan abruptamente que Zuko dio un ligero salto.
- Jiang… - Zuko quiso hacer el ademán de levantarse, pero Jet lo detuvo con un gesto de mano, no queriendo verlo a los ojos. el aroma de angustia llegó a sus fosas nasales.
- no digas nada - ordenó acercándose a la ventana y ante la aturdida mirada de “Zuko” se fue por entre los tejados.
En la soledad de la habitación y después de varios minutos, Zuko sintió como los ojos le escocían y el torrente de lágrimas no se detuvo en su inexpresivo rostro.
El destino nunca lo dejaba sonreír.
Notes:
Muchas gracias por su espera.
Tardo ero mi objetivo es tener mas gente que comparta el amor del jetko, y tener mas contenido en español, jajaja.
Chapter 5: Capitulo 5
Summary:
La batalla interna de Jet/Jiang
Notes:
(See the end of the chapter for notes.)
Chapter Text
Capítulo 5:
Su cuerpo se movía por sí solo, sintiendo las gotas de sudor caer por su cuerpo al suelo, golpeando y golpeando con los puños al desnudo esa figura que lo perseguía en su conciencia, haciéndolo sentir extraño en el pecho, creando un gruñido desde el fondo de su garganta que amenazaba con morder, arañar y arrancar gargantas. Sabía que a smellerbee y longshot no le gustaban estas nuevas salidas nocturnas, pero no sabía de qué otra manera desahogarse sin querer quemarlo todo, ha! que irónico.
- Muchas gracias joven - dijo el hombre mayor después que Jet colocara los pesados costales en el interior de una deteriorada casucha llena de animales.
- Muchas gracias a usted por dejarme practicar - había un destartalado y rústico espantapájaros duro como roca y ágil como bambú, un antiguo wing chung reutilizado para el campo.
- jejeje… Yo también fui joven y enérgico muchacho, es un placer. - termino de decir el anciano entregando una pequeña bolsa de papel con 3 baos dulces- yo también tuve conflictos que creí que solo podía solucionar con mi puños.
- ¿ y qué cambió?
- La guerra… - el hombre se ganó a su lado, mirando las murallas como si pudiera ver a través de ellas- te hace ver que lo que más importa es la vida de aquellos a quienes amamos… - Je frunció el ceño y miro como el hombre se acercaba a la puerta de una humilde casita donde la anciana le saludaba con una mano en el aire. Jet sonrió un poco y le devolvió el gesto antes de irse.
Llevaba días así, sin pensar realmente, solo dedicándose a trabajar y salir con Longshot y smellerbee, para en las noches golpear a ese destartalado espantapájaros tratando de dejar cada vez con más la imagen del maestro fuego solo dentro de ese departamento del anillo superior, hacia el fondo de su mente.
Sus amigos lo miraban preocupados, y cuando preguntaban por el chico del té, Jet solo se quedaba en silencio golpeando lo más cercano a él, una pared, unos sacos de harina o unas patatas. Smeller suspiraba mirando a longshot, esperando que lo que sea que estuviera pasando entre ellos pudiera solucionarse, al menos ambos nunca habían visto tan de control a jet, y bien todos sabían que al líder de los freedom fighter no le agradaba en su tonalidad ba sing ze, parecía haber encontrado algo a lo que aferrarse, solo pensaron que las sonrisas podrían durar un poco más.
En el silencio de la noche era donde el odio y el rencor invadía cada uno de sus pensamientos, caminaba alrededor de su piel, como miles de arañas que le hacían picar las manos por golpear, crujir los dientes para morder, hacerle daño a esa gente que solo lleva destrucción por donde pasa, pero todo eso desaparecía al pensar en lee… zuko, toda esa ira y sed de venganza quedaba opacado por los momentos que compartió con el chico de la cicatriz y eso le molestaba, le hacía enojarse consigo mismo y con zuko por mentirle, por dejar que su amistad avanzara a tal punto que a pesar de querer odiarlo con todo su corazón y su voluntad, no podía, a pesar de que sentia que debia tener ganas de golpearlo, de vengarse, esa sed de sangre nunca llegaba, y sentía que era injusto no sentirla contra alguien que era de la misma sanguinaria familia que empezó todo esto, que causo todo este sufrimiento, dolor y cenizas.
- maldita sea - gruño golpeando el wing.- ¡maldita sea! - su nudillo ensangrentado por tanta brutalidad, lo hizo detenerse, respirando con dificultad, dejando que el viento acariciara su piel llevándolo a cuando hablaba con zuko y se sentía así de ligero, como si estuviera en su hogar- maldita… sea… - se dejó caer de cuclillas sollozando, ignorando ese ferviente deseo de que una sombra apareciera en cualquier momento y lo acompañará en una danza de espadas.
¡que idiota!
jet siempre se había sentido un estratega, sabía en el bosque los movimientos que hacían las personas del pueblo, y era fácil armar un plan desde allí. sabía el modo de atacar a los maestros fuego, entonces podía hallar una forma de sobrevivir.
Había esperado que lee fuera un maestro fuego
¡maldición!
¡hasta armó un plan!
Aunque este fallo, lee era un maestro fuego pero bueno necesitaba pruebas, entonces armó un plan desde allí y hasta se dejó llevar por los sentimientos que florecen como las azucenas panda atraídas por el calor del volcán, pero no estaba preparado de nuevo con esto, este… zuko, que era príncipe, que era hijo y descendiente de lo que orquestaron la guerra, que era responsable de quienes le quitaron a sus padres, a su gente, a su pueblo.
- AAAAAAAAAAAAHHHH -Gritó con toda su rabia, tirándose de espaldas en el suelo, respirando con dificultad mirando las estrellas inamovibles del cielo.
Su tierra.
Pero no su hogar.
- Hey… ¿jet?- llamó a smellerbee desde la puerta de la habitación compartida que tenían en ese departamento tan reducido.
- Hmm - jiang no quiso moverse desde su postura mirando a la ventana, con su rostro apoyado en sus manos vendadas, sin dejar de ver al cielo en busca de que sus pensamientos fueran libres… libres de girar en torno a lee, no, no lee, a zuko.
- Has estado deprimido por varios días.
¿deprimido? ¿es así como se siente no tener deseo de levantarse porque al nuevo día donde cree que le está dando control a su vida es una farsa? ¿como pasó con lee, no lee, zuko?
jet gimió al notar cómo los pensamientos se iban de nuevo hacia el chico de la cicatriz, recordando su rostro afligido, humano que deseo mostrar por voluntad… está perdido.
- No se lo que me pasa bee
- Bueno, quizás si hablas con…
- ¡No quiero verlo! ¡maldición! ¡no todo se trata de él! - la chica levantó una ceja y se cruzó de brazos.
- Iba a decir con longshot y conmigo, pero ya veo que el problema es lee - jet desvió la mirada enojado consigo mismo, y sintiendo las mejillas calientes lanzó un gruñido.
- No quiero hablar de eso.
- No, ya veo que no - ella se acercó y se sentó junto a Jet, apoyando la espalda en la pared de la habitación- pero me preocupas jet, nosotros… Longshot y yo… se que ya no somos los freedom fighters y a ti más que a nadie le ha resultado difícil el cambio… - smellerbee le tomo la mano, manteniendo la vista al frente- pero eres mi familia, sin importar que pase no voy a querer verte preocupado, o lastimado, aunque sea por un chico lindo.
- Bee… - jet la miró entonces, sintiendo la mano sobre la suya, y recordando la razón por la que están aquí, por la que todos estaban aquí.
“insultar al general, era insultar al señor del fuego”
Jet entonces sintió ese conocido sentimiento de ira, la burbujeante sensación de la rabia inundando sus venas.
Tomo a smellerbee en sus brazos, como si aun fuera la pequeña niña que necesita que le den abrazos y solloza tan fuerte que a la chica le rompe el corazón y ella no sabe que hacer, como consolar a Jet o decirle lo que necesita escuchar, increíblemente Longshot es quien es mas bueno con las palabras de consuelo. Así sintió los ojos escocer, abraza a quien considera un hermano, y lo dejar llorar.
“insultar al general, era insultar al señor del fuego”
¿Y por eso merece ser marcado así? ¿ser tratado así? ¿Qué clase de aprendizaje es la humillación? ¿El dolor?
Una imagen de un zuko, más joven, llorando sobre la herida recién ardiente y el olor a carne quemada inundando sus fosas nasales, invadió cada gramo de su ser.
“insultar al general, era insultar al señor del fuego”
Un recuerdo llega entonces, fugaz, como si ni siquiera supiera que era parte de él, de su memoria; su padre cortando verduras mientras las echaba en una olla caliente, estaba a su lado, de pequeño, cortando un par más desiguales, pero a su padre no parecía importarle, las tomaba con orgullo para echarlas a la olla.
“Escucha jiang, el deber de un padre es a los hijos”” dijo mientras encendía el fuego con piedras chispeantes “y el deber de un alfa es proteger a su corazón” señala su padre por encima del pecho de jet, para luego mirar a su madre que sobaba su prominente estómago.
“insultar al general, era insultar al señor del fuego”
Si algo así le llegara a pasar a smellerbee, a longshot, algo como lo que sucedió con zuko, él mataría a los culpables, sin arrepentimientos, con toda la violencia que le prometa que sufrirán lo que sus amigos sufrieron. si el hubiera estado presente en esa pelea, el padre de zuko jamas recupera su mano, y lo quemaría con su tan precioso fuego para que sintiera la agonía que el príncipe sintió, y que viera su fiereza, su enojo
¡Nadie tocara así a su ome…!
¡Espera!
- Jet - llamo smell- ¿estas bien?- pero Jiang solo se apego mas a ella, jadeando entre el llanto.
- hmm… - estaban en la puerta trasera de la tienda de su tío cuando miro a sus propios pies sin saber cómo continuar.- sobre lo de esa noche…
- Hey - llamó jet rascándose la parte de atrás de la cabeza.- si no quieres ir… lo entiendo, yo tampoco soy muy aficionado a grandes masas de gente. no se- hizo un gesto raro con las manos al no poder explicarse- me siento como… ugh… encerrado. - zuko asintió, para jet sus ojos mostraban comprensión.
- Si, como si no perteneciera aquí, siento como si fuera para algo más que estar aquí. ¿no crees?- Jian solo le sonrió mientras le abrió la puerta con gesto burlón para sacar un bufido de parte de zuko, entonces cuando el chico pasó por su lado, sintió un dulce aroma.
Azucena panda.
omega.
La revelación le llegó como una fuerte descarga eléctrica, separándose de Smellerbee y mirándola fijamente.
- ¿Jet? - el nombrado negó con la cabeza, dejando que el aire entrara por sus pulmones, recordando el aroma característico de lee…no, de zuko.
- No es nada.
- ¿Seguro? -Smellerbee volvió a abrazarlo, y Jet se dejó, sintiendo como acariciaban su espalda y su cabello.
- No es nada… -murmuró con la respiración entre cortada. Entonces la puerta se abrió mostrando a Longshot que llegaba con unas bolsas de suministros, al encontrar los ojos de jet, dejó la bolsa a un lado de la habitación, se sentó frente a sus compañeros y apretó una de las manos de Jet. El mayor suspiro, separándose de Smellerbee, limpiándose el rostro - Necesito…hablar con ustedes.
Y se sentó, sabiendo que lo que les contaría sería un secreto para esa habitación, que con su alma podía jurar que sus amigos jamás revelarán algo de la información que les dará. Tomó aire, y cuando empezó a hablar y no pudo parar, aun cuando los rostros de sus amigos se iban transformando constantemente con el relato del príncipe exiliado.
- ¡¿Espera?! -Lo detuvo smellerbee con la respiración acelerada.- ¡Mierda! -Se sujeta la cabeza y mira a jet a los ojos- ¡¿Le quemó la cara?!
- Smell…
- No, no, mierda jet -La chica dio una respiración profunda mientras Longshot buscaba un poco de té, parecía que la conversación se alargaría un poco más. - ¿y qué hiciste?
- ¡¿Que?! -respondió Jet con indignación.- ¡¿cómo que qué hice?! -longshot puso la tetera y unas tazas en la mesita junto a ellos, volviendo a tomar asiento.- ¿no escucharon la parte en la que dije en que era un maestro fuego?
Longshot levantó una ceja con té en mano, preguntando de manera silenciosa a jet “¿crees que estamos sordos?”
- Si, te escuchamos -Dijo malhumorada la chica tomando una taza en mano- pero dime jet ¿como hace eso la diferencia?
- ¿A qué te refieres? ¡Lo cambia todo! -Jet se levantó y empezó a levantar los brazos mientras caminaba y se movía en círculos frente a sus amigos- todo este maldito tiempo pensé que era diferente, que las cosas podían ser diferentes.
- ¡Te salvo la vida!
- ¡No cambia que sea el príncipe de esa nación maldita! - gruñó golpeando la pared a su lado, atravesando su puño en el proceso y eso lo hizo enojar más.
- Jet…
- No cambia que pudo haber dañado a las personas, no cambia que le pudieron enseñar a ser malvado y cruel, no cambia que quizás disfrute haciendo daño a la gente - la imagen de su casa en Gaipan en llamas lo inunda - que esté de acuerdo con dañar pueblos.
- Jet… - la chica deja la taza a un lado, mirando a Jet con el pecho en la mano.
- No cambia que sea un estupido - se inclinó, hundiendo su rostro entre las rodillas, luciendo completamente derrotado.- no cambia que sea pésimo para mentir, que sea bueno con las espadas, que aunque lo enfrente y lo moleste tanto… él nunca mostró su fuego hacia mi.
- Oh jet - el sollozo resonó en la habitación.
- y no cambia que su papá lo quemo, que su maldita nación lo desecho como a un perro - se cruzó de brazos, mirando de reojo a su par de amigos con una ira abrumadora que a pesar de que las lagrimas salian sin presión, estremeció a los dos chicos frente a él- que quizás mancharon lo único bueno que podía tener su estúpida nación, que quizás quiero odiarlo, pero no puedo.- smeller lo rodeo con sus brazos en la misma posición, y longshot se unió a ellos.- trato de odiarlo, él viene de esa familia que acaba con pueblos como Gaipan, que dejan a niños huérfanos como el duque, y dejan sangre y cenizas por donde pasan… entonces - sollozó aún más al pensar en cómo “Lee” no, en como zuko vivió todas esas experiencias, como los gestos que pudo sacarle al chico de la cicatriz seguían sintiendo como el mayor logro del mundo.- ¿porque no puedo odiarlo? ¿porque siento que quiero matar a quien se atrevió a lastimarlo tanto? - En medio de su perorata, su amigo tomó su rostro entre sus manos, obligándolo a mirarlo fijamente.
- Lo quieres. - Dijo longshot, imperturbable. y fue como si las puertas que jet se esforzó por mantener cerradas se hubieran abierto con fuerza, como si una presa se rompiera para dejar entrar el agua en caudales tormentosos. y fue irónico y poético sentir que estaba entre las aguas que algunas vez hundieron el pueblo de Gaipan.- lo quieres.
Jet sollozo, abrazados a sus amigos.
Lo quiero
Pensó con fuerza y dolor.
Lo quiero, lo quiero, lo quiero, lo quiero, lo quiero.
Me odio por quererlo.
Pero odio más a quien lo lastimó.
La imagen de zuko, vulnerable en su departamento
“insultar al general era insultar al señor del fuego”
Odió mucho más esa imagen al saber que él fue el causante.
- Soy un estúpido ¿no?
Fue más tarde en esa noche, con longshot y smellerbee durmiendo acurrucados juntos a él, acariciando el cabello de ambos que miro hacia el cielo de esa ruidosa ciudad, buscando las estrellas, estrellas que no podían compararse con las vistas nocturnas en los bosques, entre lo árboles, pero le reconfortaba saber que viajando, e incluso entre esa ciudad amurallada podía encontrar aún las mismas estrellas devolviéndole la mirada, y pensó que quizás era lo mismo con zuko y eso era lo que mas temia.
Puede que el príncipe ya no estuviera ya en la nación del fuego, pero no sabía si mantenía la misma moral que en su nación.
Los dai li son maestros tierra, y dañan a los maestros tierra. No sonaba tan loco entonces que los maestros fuego dañen a otros maestros fuego.
Zuko quería salvar a esas personas, y lo lastimaron por eso, quizás por no ser igual a ellos, igual de cruel, fue que zuko terminó siendo un paria de su país.
“me arrepiento de muchas cosas”
Fueron las palabras del mismo jet, y pensó que no debía ser loco el confiar en que las personas quisieran ser mejores si el mismo, estando aquí con sus amigos, con su manada, buscaba ser mejor.
“Jiang…” resonó en su mente con la voz tranquila del príncipe, su alfa gruño tranquilo al pensar en sus padres, y se dio cuenta que la misma calidez sentía al pensar en Zuko.
Pensó, no por primera vez, que si las cosas hubieran sido diferentes, si el chico con la cicatriz hubiera crecido en Gaipan y no hubiera guerra… a su familia le hubiera agradado.
- Sobrino - pronunció Iroh con algo de inseguridad, desde que volvió ese dia de jugar pai sho que vio a su querido sobrino mas decaido y callado de lo usual, siento que no enojado como antes, pero le gustaría ver esa molestia y pasión adolescente que esos ojos sin brillo y aprecia sin propósito- heee ¿quieres tomarte un descanso?
- No tio, pero gracias - respondió sin levantar la vista de las mesas que estaba limpiando. Hasta los mismo comensales se veían preocupados por la actitud tan pasiva del mesero, pero nada podían hacer ya que si bien antes el chico era antisocial, parecía haber aumentado estos días.
- En unos días será un festival ¿no? - La limpieza de su sobrino se detuvo por un segundo, Iroh sonrió.- ¿porque no vas a buscar a tu amigo jet para que…?
- NO. -Se sobresaltó ante su tono- no gracias. no… no está disponible. - Estrucho el trapo y se fue a la trastienda.- Sacare mas te. - el anciano miró como los suministros estaban llenos, y suspiro con pesar por su sobrino, si bien sentía un enojo abrasador en pensar que el muchacho del anillo bajo tubo el descaro de lastimar a su pariente, no quería invadir la privacidad de quien consideraba su hijo, puede que no pudiera amenazara a jet con hacerlo cenizas, pero esperaba que su sobrino sintiera que podía contar con su compañía pase o que pase.
- ¡SEÑOR MUSHI! ¡DE LA TIENDA JASMINE DRAGON!- el llamado saco a iroh de sus pensamientos por su sobrino y salió a recibir al cliente con una gran sonrisa.
- ¡Soy yo señor! dígame ¿en qué puedo servir…?- No pudo terminar de hablar cuando el elegante hombrecito le entregó una cofre frente a sus ojos, con una carta en su interior.
- ¡invitación especial del rey!
Pasaron un par de días en los que increíblemente jet se sintió más en sintonía consigo mismo después de mucho tiempo, quién diría que llorar y gritar tuviera ese efecto. Sin embargo a pesar de sentirse así, aun no sentía el valor de ver a zuko a la cara y poder arreglar las cosas.
- Muchas gracias jovencito - Dijo la anciana mientras le daba una palmadita en la mejilla a Jet, que descargaba algunos sacos de harina para la tienda.
- No es nada, señora - la vieja entró y jet suspiro, levantado unos cuantos sacos antes de suspirar de nuevo y caer sobre los sacos, para mirar el cielo.
Hoy era un día especialmente soleado, parecía todo más brillante y bonito, incluso en el sector como el anillo inferior, Jet sacó un trigo y se lo puso en la boca, disfrutando un poco de esa fresca brisa.
- ¡Hey jet! - solo pudo levantarse antes de que le golpearan con un trapo sucio en el rostro, cortesía de smellerbee - ¡no te quedes suspirando! ¡Es un buen dia para hablar con el! - Jiang la miro molesto, sintiendo las mejillas enrojecer por pensar en el príncipe de la cicatriz.
- ¡ugh! ¡no es tan fácil! - dijo echando sobre los sacos una vez más, tratando de no pensar en cierto ex príncipe, pero fallando al suspirar nuevamente con su imagen en la cabeza.
Un nuevo golpe llegó, pero esta vez fue un saco de harina lo que golpeó su rostro.
- ¡solo ve! ¡tonto! - dijo la chica, terminando de sacudir su trapo sucio y volver a una tienda para limpiar varios abarrotes. No debió aceptar el trabajo solo porque quedara cerca de semeller, y no, no estaba evitando a zuko, es solo que… ugh.
jet suspiro de nuevo.
y un trapo sucio le cayó en la cabeza.
- ¡Bien! -dijo levantándose, sintiendo que los sacos ya no pesaban tanto y quiso terminar rápido. Esta noche hablaría con zuko, no sabe qué rayos dirá pero puede apostar que todo quedará solucionado, quizás lo espere afuera de la tienda de té, y lo invite a ir por los tejados, quizás a la tienda cerca que vende dumplings, son muy decentes.
- Ese es el espíritu - dijo la anciana, dándole una fuerte palmada en la espalda, si jet gimió de dolor nadie lo escuchó.
- Deja de suspirar y muévete. -Jet se rió con ganas, si hoy fue un buen dia.
Pero pensar en poder ver después de días al chico de fuego lo hizo sentir aún mejor.
o eso planeaba.
Entre risas y con renovadas fuerzas tomó los sacos de harina, notando que el comer un poco más decente ayudaba a que su fuerza se acentuara, y pensar que quizás zuko notara el cambio le hizo sentir un orgullo que desconocía el mismo que tenía. Así que tomó dos sacos para ponerlo sobre sus hombros y se acercó a la tienda.
- Señora donde quiere…- el retumbar que se escuchó silencio a toda la ciudad. Jet se detuvo y escuchó a Smellerbee jadear. un nuevo retumbar y las aves salieron volando por los tejados.
El corazón parecía un ruido ensordecedor ante aquel silencio, entonces un crujido se escuchó en la ciudad, como rompiendo las almas de todos los que estaban dentro de esas paredes que jugaban a dar seguridad.
y la muralla cayó.
¡¡¡¡ZUKO!!!!
Notes:
Muchas gracias si llegaste hasta aquí.
Chapter 6
Summary:
la pelea contra azula y el reencuentro que esperaba toda latinoamerica unida (?)
Notes:
(See the end of the chapter for notes.)
Chapter Text
capítulo 6:
- Muchas veces me imagine aquí- dijo iroh con tranquilidad mientras caminaba al palacio junto a su sobrino- frente a este palacio, pero me imaginé entrando como un conquistador- entonces sonríe y mira con ojos brillantes a el ex príncipe- y ahora somos invitados personales del rey. le servimos te - zuko no pudo evitar sentirse orgulloso por su tío, sabía que estaba preocupado por él y como modo de distracción lo trajo en su compañia, pero agradeció su preocupación y con esta vista, de un gran palacio que no fuera el de fuego ante sus ojos, no puedo evitar sentir que ante tantos cambios su tío era la constante en su vida.- el destino a veces es impredecible.
- Tienes mucha razón tío - la imagen de Jiang llegó a su mente, pero por lo dejó en lo más escondido de su corazón, era el momento de su tío, y no quería arruinarlo.
Los hicieron pasar a un elegante salón, con la mesa servida con los utensilios para el. Zuko quiso ayudar pero su tío le hizo un gesto con la mano restando su ayuda, para el joven de la cicatriz fue inevitable hacer un puchero sabiendo que su tío lo hacía para no arruinar la presentación y el arte de servir te. Pero después de los largos minutos de preparación aún no había rastro del rey, se guardó sus comentarios sobre lo descortés del rey para con el pueblo.
- ¿Por qué se tarda tanto? – bueno la paciencia nunca fue una de las virtudes del omega.
- Tal vez el rey tierra se quedó dormido - eso solo hizo tensar más aún su ceño. Fue cuando llegaron los Dai li- Esto no me gusta- le susurro a su tío.
Entonces captó su aroma, el peor aroma que solo estaba presente como un augurio de destrucción y muerte. el aroma de su hermana menor.
- La hora del té.
- ¡Azula! - se levantó con rapidez, sintiendo esa pesadez en la boca del estómago al verse en desventaja.
- ¿Ya conoces a los dai li? son maestros tierra, pero tienen un instinto asesino al estilo maestro fuego. me gusta mucho - el aroma a sulfuro llenó la habitación, haciendo que todo el cuerpo se zuko se tensara listo para la batalla.
- ¿Alguna vez te conté porque me llamaron el dragón del oeste? - preguntó su tío levantándose con su taza de té en mano.
- No me interesan tus aburridas anécdotas querido tío - dijo examinando la limpieza de sus finas uñas.
- En realidad es una demostración sobrina. - Iroh bebió de la taza y Zuko sonrió.
Iroh empezó a escupir fuego, como un dragón entre sus fauces. los dai li no podían acercarse. Zuko rompió la pared con un ataque de fuego y empezaron a correr por el pasillo, los dai li lanzaban sus ataque con manos de piedra, pero si algo había hecho su cruzada era darles velocidad y resistencia. Iroh junto sus dedos para lanzar un rayo y abrirse paso hasta el exterior, saltando a los arbustos, y aunque cayó sin gracia, las hojas amortiguaron su caída. Miró a su sobrino que aún seguía en las alturas.
- ¡Vamos! - Gritó el tío- ¡tienes que saltar!
zuko miró hacia los arbustos, debatiendo si debía correr o si quizás este era el momento de quiebre, miró a su tío, pensando en jet, en lo que le esperaba si se dejaba caer, una vida de escapes y hambre, y su tío aún podía darse ese lujo, solo lo dejaría a él y no sería gran pérdida, pero para zuko, para zuko era sentirse acorralado nuevamente y sentir que perdía algo más de sí mismo. Sintió que de algún modo la imagen de jet le daba valor.
- ¡No! ¡Estoy cansado de correr! - fue sincero en sus palabras- ¡tengo que enfrentar a azula! - y lo que no dijo antes de voltear fue que quizás así pudiera expiar un poco los pecados a sus espaldas, y sentir que quizás es lo correcto.
Corrió por el pasillo, sintiendo que la falta de obstáculos era una señal del inevitable encuentro con su hermana, y así fue:
- Eres patético Zuko- mencionó la alfa con el grupo de dai li a sus espaldas- ¿Que? ¿acaso me retaras a un agni kai? - dijo con burla.
- ¡Si! te desafío - dijo con rencor, pero solo pudo sentir la ira bullir por sus venas ante las palabras burlescas de su hermana.
- No gracias.
Zuko atacó, pero los dai li levantaron un muro de piedra defendiendo a la alfa, lanzando sus manos para sostenerle de los pies y hacerlo perder el equilibrio y caer, los dai li enviaron un segundo grupo de manos de ropa que lo dejó inmovilizado al suelo. Y su hermana con una última sonrisa satisfecha le dio la espalda.
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Iroh sabía que aún estaban en la ciudad, así que aunque su primer instinto fue volver a la tienda de té para formar una estrategia, sabía que contra su sobrina necesitaría más que eso, así que sería su última carta para poder llegar hasta quien considera su hijo. Golpeó la puerta y puedo escuchar desde el otro lado.
- En realidad ya se quien es. Es un viejo amigo - y su joven amiga ciega fue la que abrió la puerta- me alegra ver que estás bien.
- Necesito ayuda - fue directo al grano, quitándole importancia a las caras sorprendidas del avatar y el joven beta de la tribu agua.
- ¡¿Ustedes dos ya se conocen?! -Grito el maestro aire, señalando con un dedo acusador, mientras la joven tierra se acercaba a su espacio.
- Lo conocí en un bosque y lo derribe sin querer- Iroh sonrió ante el recuerdo.- luego me dio té y un excelente consejo.
- ¿Puedo entrar? - preguntó el hombre a lo que toph asintió. - la princesa Azula se encuentra en ba sing se. El avatar continuó la respiración y su amigo se cruzó de brazos con el ceño fruncido.
- ¡Debe tener a Katara!
- También capturó a mi sobrino- dijo con pesar.
- Entonces lucharemos juntos para rescatar de azula a katara y a zuko - y aunque lo dijo con convicción frunció el ceño.
- ¡Un momento! - el joven mayor se acercó tenso- me pareció haber escuchado zuko.
- Se lo que debes pensar de mi sobrino- dijo apesadumbrado. pero iroh lo entendia despues de que su sobrino no fuera el mejor para generar amistades con su hocico, ejem, persecución a muerte, de su comportamiento.- pero tienes que creerme - lo tomó de los hombros- cuando te digo que hay bondad dentro de él.
- ¡Pero no basta con tener bondad adentro! - grito de vuelta el joven de ojos azules, tomando las manos de iroh y alejarlas de manera brusca- ¡¿porque mejor no regresa cuando la haya exteriorizado?! ¡¿Está bien?!
- Katara está en peligro. Toda ba sing ze esta en peligro- recrimino aang- trabajar juntos es la única opción- soka de mala gana asintió de acuerdo.
- Traje conmigo a alguien que podría ayudarnos. - iroh se acercó a la puerta, y al abrirlas el equipo avatar vio a un agente dai li amordazado y amarrado en su pórtico.- toph lo puso de pie con su tierra control para que roh quitarla la mordaza, adoraba la eficiencia de la muchacha.
- Azula y ong feng quieren planear un golpe, planeta derrocar al rey tierra - canto el dai li
- Mi hermana- sota acerca su arma al rostro del hombre- ¡¿donde tienen a katara?!
- En las catacumbas de cristal de la antigua ba sing se. debajo del palacio. y con esas palabras, se fueron.
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Lo tenía fuertemente sostenido de los brazos, además de las malditas manos de roca que lo sujetaban como un terrible bandido, sin posibilidad de poder liberarse más que forcejear para generarse una oportunidad.
- Vaya, parece que su espíritu no se ha apagado - mencionó uno de los soldados, levantándole desde el mentón. Zuko le gritó en advertencia.- un guerrero. - Se acercó de forma descarada hasta su cuello, inhalando descaradamente, haciendo que Zuko se congelara en su lugar. - Pero no huele como uno. - el chico de fuego frunció el ceño y utilizó la fuerza del agarre para impulsarse y patear con gran fuerza en la mandíbula del dai li.
- ¡Jefe! - solo el gruñido se zuko quedó como advertencia.
- Maldito… cof cof… saquenlo de aqui.- señaló la pared por donde se abrió un túnel por donde lo lanzaron sin delicadeza,
- Tienes compañía- fue lo último que escuchó al ir rodando, tratando de golpearse lo menos posible, hasta llegar al suelo.
- Zuko - fue lo que escucho al levantar la mirada. era katara la maestra agua… bueno… mierda.- ¡¿por qué estás aquí?!- le gritó la omega de la tribu agua mientras zuko solo volteaba, buscando ignorarla.- ¡Ya se! adivinare- empezó a caminar por la cueva con irritación- es una trampa para que cuando Aang venga por mi, por fin puedas atraparlo en tus garras de maestro fuego. - dijo recalcando con sus manos como si fueran garras, mirando con enojo al ex príncipe. Aunque a estas alturas zuko entendía su enojo, pero estaba cansado de pelear, que incluso en su nación o fuera de ella tuviera la marca del enemigo, como si no hubiera lugar para el, que incluso era malo siendo bueno, y quizás Jiang tenía razón y el solo era una piedra más en la pared de la guerra que su familia construyó. - eres una mala persona ¡¿lo sabías?!
si, zuko lo sabía.
Y dolía porque con esas palabras vino la imagen de un jet, un Jiang mirándolo herido y enojado al descubrir su verdadera nación, porque a pesar de que trato de ser bueno, Jiang escapó de entre sus dedos, eso solo podía significar que era malo ¿verdad?
- Siempre nos sigues para cazar al avata- continuaba katara a pesar de que zuko aún le diera la espalda- que es la última esperanza para que este mundo tenga paz- los pasos dejaron de escucharse por un momento y zuko creyó que ya se había cansado de decirle sus errores en la cara, pero esa vez volvió a hablar - pero que te importa - dijo con más rencor del que recordaba haberla escuchado- hijo del señor del fuego, propagar la guerra y la violencia está en tu sangre - y en algún momento ya no era la voz de katara la que sonaba en la cueva era la de Jiang, diciendo esas mismas palabras, pero zuko no quería eso, no era cierto.
- No sabes de lo que estás hablando- respondió volteando un poco para mirarla.
- ¡¿A no?! - respondió con enojo- ¡¿cómo te atreves?! - el rostro de Jiang lleno de ira y dolor se vio reflejado en katara, y el dolor que le causó en el pecho fue demasiado para sostener la mirada- no sabes todo lo que me ha quitado esta guerra, solo yo lo se - terminó con la voz quebrada, dándole la espalda a quien considera su enemigo. Zuko solo la miro. - la nación del fuego me quitó a mi madre para siempre - terminó con un sollozo que resonó en la cueva.
Y por un momento zuko sintió que él quizás no era tan malo si podía entender el dolor de esas palabras.
- Lo siento - dijo suavecito, pensando que si lo decía en voz más alta sus disculpas no podrían cargar con las emociones que él sentía al pronunciar esas palabras. Pero ante el llanto de la joven agua zuko se giró- es algo que tenemos en comun.- y con Jiang pensó con tristeza, pero lo dejó para sus adentros. Katara lo miró sorprendida entre el llanto.
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- Bueno ¿quién lo diría? - dijo toph con su palma en el suelo- es verdad que hay una ciudad antigua aquí. Muy abajo- Iroh solo escucho el sonido de la tierra cuando un túnel se abrió paso.
- Tendremos que separarnos - Dijo el joven de la tribu agua.- Aang tu ve con iroh a buscar a katara y al amargadito, sin ofender - dijo tocándole el hombro como consuelo al anciano.
- No hay problema- respondió quitándole importancia ya que la verdad era verdad, y estos últimos días si su amigo Jet su sobrino se veía más sombrío y solo que nunca.- Toph y yo avisaremos al rey tierra sobre el ataque de azula. - Con esas palabras y un asentimiento de cabeza iroh siguió al joven avatar por el túnel, cuando ya este se hizo más profundo encendió una pequeña llama pero fingió ignorar el estremecimiento del maestro aire.
Caminaron en silencio por unos buenos momentos, Iroh, observando de primera mano la habilidad del joven para con la tierra control, pero Aang era joven e inquieto, el silencio era una tortura para el mismo.
- Así que… - dijo rascándose un poco la calva- toph dijo que le diste un buen consejo. Y un buen té - terminó sonriendo, contagiando al ex militar.
- La clave está en envejecer de buena forma. - dijo con humor.- ¿que tienes en mente? - Aang se puso en postura y continuó haciendo camino por la tierra.
- Bueno, lo que pasó es que conocí a un gurú que podía enseñarme a controlar el estado avatar para controlar su gran poder. pero para hacerlo… tenía que olvidarme de alguien que quiero… - aang se detuvo con pesar, iroh se quedó a su lado escuchando y sintiendo todo el significado y la importancia que tenía para el muchacho frente a él- y no pude.
- La perfección y el poder se sobre estiman. Me parece sabio que hayas elegido la felicidad y el amor- lo que iroh no le dijo a aang fue que esas mismas decisiones le gustaría que las tomara su sobrino, que antes que la guerra, antes que complacer a otros, escogiera su felicidad ante todo, el amor era un motor muy poderoso y lamentablemente zuko carece de ello la mayor parte de su vida. El avatar siguió creando el túnel y continuaron su avance.
- No puedo salvar a nadie si no venzo a Azula. Sin el estado avatar, quizás no tengo suficiente poder.
- Yo no sé la respuesta - miro alrededor- la vida puede ser como este túnel oscuro. No siempre puedes ver la luz al final del camino, pero si sigues adelante- aang movió las rocas frente a ellos, dejando entrar una luz azulada- puedes llegar a un lugar mejor.
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- Lamento haberte gritado antes- se disculpó Katara.
- No importa - le resto importancia, después de todo parecía que el mundo se empeñaba en hacerle encontrar con gente que se desquitaba por él en nombre de su nación, aunque no podía culparlos después de todo.
- Es solo que por tanto tiempo cuando imaginaba el rostro del enemigo, veía tu rostro- con esas palabras zuko pensó en Jiang, en si acaso él también ahora podría su cara en los rostros de las personas que quemaron su aldea, si vería su cara como el rostro del asesino de sus padres. Si ahora era su cara la que veía al pensar en el enemigo.
- Mi rostro… - se tocó la cicatriz, y pensó en los clientes que lo veían y comentaban sobre su cicatriz, cuando imagino que en otras circunstancias no era alguien que llamar la atención de los jóvenes, si no era su personalidad era su… marca, sintió una punzada en el pecho, al imaginar que si fueran otras las circunstancias, Jiang se alejaria después de conocer el origen de la cicatriz, que jamás lo vería como alguien digno de afecto, de amistad al estar marcado de esa manera, Al estar más “defectuoso” de lo que ya era. -ya veo.
- ¡No! - se apresuró a decir katara- n-no, no no quise decir eso.
- Está bien. sabía que esta cicatriz me marcaba, la marca del príncipe desterrado, condenado a perseguir al avatar para siempre. Pero ahora se- La ultima vez que Jiang le sonrió, como el destello de un sueño vino a su mente- que tengo las herramientas para elegir mi destino- que la imagen de un freedom fighter tomándolo de la mano entre risas, mirándolo con afecto e imaginando cómo sus dedos rozaban su feo rostro, no tenía nada que ver con sus palabras y el dolor que le dejó tal visión.- Aunque nunca me liberare de esta marca.
- Tal vez podrías liberarte de ella.
- ¿Qué?
- Tengo poderes curativos - explicó ante la incredulidad del ex príncipe.
- Yo se que las cicatrices no pueden sanar - no quiso sonar como un niño explicando lo obvio, así que solo desvió la mirada ante lo que parecía una sonrisa de la joven maestra. Katara sacó antes los ojos de fuego, un pequeño frasco.
- Esta es agua del oasis de los espíritus del polo norte, tiene propiedades especiales- dijo acercándose al omega- la guardaba para algo importante- miró al rostro marcado- no se si funcione pero… - katara se quedo sin aire, viendo como zuko cerraba los ojos con absoluta confianza hacia ella, y al momento de tocar esa cicatriz ignaro como el joven se estremeció levemente por su acción. La guerra dejaba marcas en todos, y aunque no eran visibles como la de zuko a veces, si eran esas heridas en el alma, ese estremecimiento ante la amabilidad lo que podían tener en común.
La muralla explotó.
- ¡Aang! - gritó Katara aliviada y sorprendida, corrió hacia él y lo abrazó. El avatar la sostuvo en sus brazos, disfrutando del aroma mentado que la omega dejaba salir cada vez que se relajaba lo suficiente o sentía alivio, aang se regocijo por ser el causante de tan maravilloso aroma, pero miro con saña al príncipe exiliado, que le devolvió la mirada hasta que iroh lo estrechó contra sus brazos. - aang, sabía que vendrías.
- Tío, no lo puedo comprender- señaló a aang- ¿qué haces con el avatar? - ugh maldición, como lograba que su voz saliera como la de un niño refunfuñando, era un adulto maldita sea, ya discutir eso consigo mismo más adelante.
- Salvandote ¿no lo ves? - zuko se lanzó, más por costumbre que por verdadera ira.
- Principe zuko -regaño su tío- tenemos que hablar. - miro a los miembros del equipo avatar ayudando a sus otros amigos. - Los alcanzaremos- Aang le dio una última reverencia a iroh y se marchó con katara, quien no puedo evitar pensar que eran más parecidos de lo que creían… ella con el príncipe de fuego… quizás en otra vida pudieran ser amigos.
- ¿Por qué tío?
- No eres el mismo de antes Zuko- y el joven lo sabía, y no sabía si tomar esos cambios como algo bueno o malo. - eres más fuerte, más sabio y más libre que nunca jamas en tu vida. - su corazón dolió ante las palabras de su tío, ya que a pesar de todos esos aspectos, no se sentía bueno, no se sentía fuerte- has llegado a la encrucijada de tu destino, ahora tienes que elegir. - Zuko cerró los ojos con fuerza- es hora de que elijas el bien…
Zuko no podía responder o siquiera pensar antes que la tierra se moviera de forma brusca y su tío estuviera atrapado entre cristales. Zuko se puso en posición de batalla al ver a su hermana descender por una pendiente junto a agentes Dai li.
- Me esperaba esta traición de nuestro tio.- dijo con solemnidad- pero tu zuko, príncipe de la nación del fuego, eres muchas cosas, pero no eres un traidor. - miró a su hermano de arriba a abajo y levantó una ceja- ¿o si?
- ¡Liberarlo inmediatamente!
- Todavía no es tarde para ti zuko- dijo azula con voz dulce- aun puedes redimirte- le sonrió a su hermano. Y para zuko esas palabras fueron tentadoras, y su hermana lo notó.
- ¡El tipo de de redención que te ofrece no es para ti! - dijo con fuerza iroh, esperando que no sólo fueran palabras para su querido sobrino.
- ¿Por qué no lo dejas decidir tio? - lo callo azula, mirando de forma triste a su hermano sabiendo que era el más emocional de ambos, que un poco de cariño él fácilmente sería atraído a su red- te necesito zuko, tengo todo planeado para ese día, el más glorioso de la nación del fuego- dijo con orgullo imaginando el mañana de sus propias palabras- y la única forma de ganar, es unidos.Y al final del día, habrás recuperado tu honor- Zuko se estremeció y azula sintió que había ganado.- tendrás el amor de nuestro padre sin importar tu casta, y todo lo que quieras.
- Zuko… te lo ruego.- el joven volteo en su dirección- mira en tu corazón y ve lo que realmente quieres…
zuko cerró los ojos, angustiado, cansado, evocando la imagen de un Jiang que no estaba a su lado, que cuando pensó que había formado una amistad por sí mismo esta se termino, tan profundo y efímero como una lluvia en la sequía, como una pequeña chispa en una tormenta de invierno.
- No voy a presionarte - dijo azula dando una seña a los dai li para que se retiraran y ella también se retiró, caminando para pasar junto a su hermano, en dirección del avatar.
Y por un momento zuko lo deseo, dejar las decisiones de su vida a los demás, no tener que preocuparse si estaba haciendo algo bueno, algo malo, su rol en la guerra. tener que ocultarse, tener que usar otro nombre…
“Lee…”
Estaba tan cansado.
Azula encontró al avatar corriendo junto a la chica agua, pero para ella era fácil acorralados, ese niño calvo no sabía de la grandeza del elemento del fuego, era normal que le temiera con una mente tan débil, no lograba entender cómo su hermano en su mejor momento no pudo atraparlo, pero bueno, ella era mejor que su hermano, como un depredador que estaba dispuesto a manipular a su presa, no había nada más delicioso que devorar al débil cuando tenían más altas las esperanzas.
Así que atacó, lanzando un rayo directamente al par, creando una gran explosion a pesar de que el avatar logró levantar un muro de piedra en el último momento. El maestro aire cruzó miradas con azula, pero ella sonrió, emocionada por la batalla que se avecinaba.
La maestra gua con el agua del subterráneo creó una gran ola, pero azula la evaporo con su pared de fuego, ambos estaban distraídos y ella era muy buena en usar el ambiente a su favor, se camufló con el vapor para lanzar unas bolas de fuego, pero el avatar y la omega se resguardaron con agua. Azula se estuvo de un pilar de piedra, pero el maestro uso la tierra control para destrozar su refugio. Y puede que pensara que el joven es más hábil de lo que pensó pero no se dejaría intimidar por dos maestros de elementos inferiores, a punto y en guardia mirando a ambos, dispuesta a destrozarlos por completo.
Entonces una rafaga de fuego llegó desde el lado del avatar, sorprendiendo al maestro aire que deshizo su postura de ataque.
Era zuko.
Azula sonrio son sorna, sabia que su dulce hermano tonto era como un animal de la calle, a la minima muestra de afecto y lo tendrias entre tus manos para que hacer lo que quieras con el.
¡ja! ¡tan manipulable!
- Azula… - gruñó su hermano, y su postura y sus ojos apuntaron hacia ella. oculto la sorpresa en su rostro apenas la sintió.
- Bueno, debo decir que es muy decepcionante- trino los dedos, y el resto de agentes dai li saltaron del techo.
Zuko lanzó una llamarada de fuego pero el Dai li la desvió hacia aang que lo esquivo con aire control. Azula sonrió y atacó a la maestra agua.
Zuko fue rodeado por maestros tierra y sintió como la ira bullía desde el centro de su chi, así que lanzó golpes y golpes de fuego.
Perdido en su ira.
- Zuko ¡muévete! - Aang llegó por los aires, cayendo junto a zuko para lanzar a unos agentes dai li por los aires. el maestro fuego pateó en el aire, alejando los que venían detrás de aang. el avatar dio una gran salto y Zuko vio como los dai li estaban en las estalactitas apuntando al joven aire, lanzó fuego hasta ellos.
- No te cansas, omega - gruñó uno de los agentes que se acercaba desde atrás, zuko gruño y atacó, pero muchos más agentes empezaron a rodearlo, con sus puños creó látigos de fuego que empezó a mover alrededor. Escuchó un crujido y una de las estalactitas iba cayendo hacia él, no pudo esquivar demasiado el impacto y chocó contra los cristales.
- ¡Zuko! - grito aang, pero los dai li lo rodeaban evitando que fuera en la ayuda de su amigo. Azula estaba siendo retenida por katara en ese momento, pero el dai li con una roca filosa rompió las cadenas que tenían a azula sujeta, entonces ella dejó a la maestra agua con los dai li y se dirigió al avatar. katra hizo sus látigos de agua pero no eran rival para tanto dai li, entonces unos látigos de fuego se unieron a ella.
- Es bueno ver que si cambiaste - mencionó la joven omega espalda con espalda con el ex príncipe de fuego.
- Si, creo que lo hice- dijo antes de continuar sus ataques, pero el grito de aang a lo lejos los distrajo, azula dio un gran golpe de fuego y ni siquiera aang con su armadura de cristal pudo alivianar el golpe.
- ¡Aang!
- ¡Cuidado! - grito zuko, pero los dai li impidieron que pudiera protegerla del golpe de azula que la hizo golpear contra los mismos cristales que iluminaban el lugar. Zuko se volteó, tratando de mantener los brazos firmes a pesar que sabía que su agotamiento le estaba pasando factura.
- ¿Qué sucede, zuko? tanto tiempo holgazaneando entre los pueblerinos que ya no soporta el ritmo de la batalla? - zuko gruño en respuesta, pero el grito del avatar a lo lejos acercando con una gran bola de roca lo hizo desviar la mirada, pero un Dai li cayó directamente desde arriba, cortando su camino.
Habían cientos de ellos.
Katara se despertó y al verse rodeada por agentes dai li, trato de mantener sus tentáculos de agua, alerta a los ataques, zuko no se quedaba atrás al lanzar llamas para alejar a los maestros tierra. Sin embargo en algún momento el avatar se encerró en un capullo de cristal, y pudo sentirlo, el maestro aire había entrado en estado avatar. Impresionado al igual que el resto observó cómo se elevaba por el aire, pero de reojo vio a azula mover los brazos de una manera especial, el… reconoció esa técnica.
- ¡No! - grito cuando se interpuso entre el rayo y el avatar, pero aún no había dominado por completo esa técnica- ¡agh! - grito de dolor, cuando el rayo fue por sus brazos a los costados, sintiendo como la piel quemaba y el fuego salía por la punta de sus dedos, haciéndolo caer de dolor y aunque fue su instinto el que lo guió, jamas podria haber evitado lo que sucedería.
- ¡AAAAAAhh! - una raíz del rayo había llegado hasta el maestro aire, sacándolo del estado avatar, haciéndolo caer. Pero el agua los cubrió a todos por unos segundo, katara había logrado llegar hasta aang. Zuko se acercó hasta ellos,poniéndose de frente, pero las piernas le temblaban, y su costado ardía, no podía mantenerse en pie.
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Jiang corría desesperado por entre el pánico de la gente de Ba Sing se. Los ciudadanos que estaban desacostumbrados a la guerra ahora estaban en pánico viendo como su hormiguero se volvía su propia tumba. Jiang no pudo soportarlo más, después de darle instrucciones a bee y a la señora Xiang entrando en modo lider de los freedom fighters, no dudo en hacer lo mismo con la gente a su alrededor, señaló la salida más segura por ahora, y de lo que sabía de la gente en pánico es que seguirán a los que están a su alrededor. Su paranoia ahora estaba dando frutos, aunque no se sentía orgulloso de eso. Le dijo a bee y a longshot que los encontraría fuera de las puertas, y que no importara que no miraran atrás.
- p-pero jet… - refuto smellerbee, pero Jiang la tomó de los hombros y la miró serio y decidido.
- Esto no es una misión suicida bee - le dijo entre los gritos de la gente- volveré, traeré a zuko conmigo y los veremos fuera de las murallas. - la joven a la que considera su hermano lo miró con angustia.- Soy un hombre diferente - dijo con una sonrisa, pensando sin decir que era una mejor persona desde que empezó a tener una relación con el ex príncipe de fuego.- Confía en mí, por favor.
- Si - respondió con fervor, chocando sus frente sin dejar de mirarlo con determinación- Confio en ti.
- bien- le lanzó la mochila de lona con provisiones para casos como este- Mantenlos a salvo bee. - se inclinó por la ventana para ir a los anillos superiores.
- ¡Jet!- volteó a ver a la joven- Mantenlo a salvo.
- Sabes que si. - Y se lanzó contra ese mar de gente, corriendo hacia el lado contrario, buscando la tienda de té de lee, no, la tienda donde estaba zuko. Pero la gente era un maldito estorbo. Con agilidad trepó por una tubería hacia el techo, así podría llegar más rápido hacia donde se encontraba el joven de la cicatriz. - más vale que estes bien, estupido zuko.
Cuando llegó a la casa del té, no había clientela y la gente corría despavorida de un lado a otro.
- ¡Lee! ¡Mushi! - grito Jiang, desesperado. Forzando la puerta trasera para entrar a la tienda, buscandolos arriba, en las habitaciones. No había nadie, pero todos los objetos personales de ambos se encontraban dentro, no tenía sentido, no encontraba nada que le dijera si escaparon o no, pero encontró un cofre en el centro de la mesa.- una invitación del rey tierra…. ¡No puede ser! - Miro por la ventana hacia el castillo, no era tanta distancia, y el instinto le decía que debía ir hacia allá si no quería que fuera demasiado tarde, y si algo había aprendido a través de los años era escuchar a su instinto, después de todo con él pudo encontrar a sus freedom fighters a su… a zuko.- ¡maldición! - gruño con enojo, buscando una bolsa para guardar algunas pertenencias de ambos y llevarlas consigo y as poder escapar, pero al buscar por la habitacion de lee, noto que la debajo de la cama había una protuberancia extraña, un madero sobresale, y jet lo levantó. Eran sus espadas dao, un bolsa con monedas y una ficha de un loto blanco. - mas te vale que de algo sirva tu paranoia… Zuko.- y emprendió su camino al castillo, siguiendo el aroma a azucena panda hasta un túnel por los jardines que lo llevarían a una cueva.
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- ¡Zuko! - gritó katara, pero zuko se levantó como pudo, con su kata lista para seguir la batalla.
- Es inutil hermanito, igual que tú.- se rió de forma cruel por su broma, acercándose con las manos levantadas listas para atacar su propio familiar- la derrota es un hecho, y mientras más pronto lo aceptas mas rapida sera la muerte.- pero su ataque quedó inconcluso, una gran rafaga de fuego puso distancia entre azula con sus agentes.
- ¡Tío! - grito zuko, cuando Iroh bajó deslizándose entre las rocas, lanzando llamaradas de fuego para imponer aún más distancia.
- Lamento llegar tarde sobrino - cuando liberó a airoh se habían visto rodeados de agentes, pero su tío se quedo a pelear mientras él seguía a su hermana para detenerla, pero parece que eran más de los que él y su tío habían pensado.- tienen que salir de aquí, distraere lo más que pueda.- zuko miro a katara, y se levanto lo más erguido que pudo.
- Deben irse - dijo el ex príncipe.
- Pero tu… - protesto katara.
- No podrán salir si voy con ustedes- y la omega de la tribu agua se mordió el labio porque sabia que tenia razon, solo podía llevar un herido a la vez.- el avatar está herido, llévatelo - katara cerró los ojos con fuerza antes de mirar a zuko y asentir con la cabeza.
- ¡Puedes huir! - grito azula, cuando katara llegó a la base de la cascada- ¡pero sera muy tarde, porque las paredes de ba sing ze han caído! - zuko jadeo ante la noticias, pensando en Jiang, allá afuera, pero también.
- ¡Vete! - grito zuko, lanzando una rafaga de fuego a los Dai li que se acercaban, sus dedos ardieron, pero no había nada mas que luchar. Y así fue, katara ya se había ido cuando zuko apoyo su espalda contra la de su tio, tratando de evitar los proyectiles de roca tanto como atacaban, y fue algo tan fugaz que escucho la risa de su hermana por días posteriores.
- Sobrino… debes irte- habló entre ataques iroh, mirando de soslayo al joven en su espalda, sintiendo como su corazón latía desbocado al pensar en el daño que tenía su amado sobrino.
- Es- estoy bien…. - lanzó un par de ataques más pero una roca le llegó en su costado- esta vez… es mi elección quedarme - y ante las palabras de zuko, iroh pudo sentir como sus instintos le gritaban que protegiera a su cachorro que lo sacara de ahí, pero no había manera de poder salir ilesos esta vez. Iroh… sentía que perdía las esperanzas. Un Dai li lanzó una gran roca directa a su sobrino e Iroh no sabía si podría detener el ataque a tiempo, pero una espada de gancho se cruzó en su camino.
- ¡Jet! - grito sorprendido por ver al joven.
- ¡Malditos! ¡dai li! - gruño como un animal salvaje, atacando con ferocidad, corriendo directamente hacia los agentes para acercarse a la princesa, una escoria que no dudaba en atacar de manera cobarde.
- ¡Jet no! - grito iroh, pero Jiang ya estaba cerca de Azula, que con una sonrisa lanzó un ataque de fuego azul, pero Jiang lo esquivó agachándose con rapidez, tomando con su espada una pierna y un brazo y haciéndola voltear por el aire hasta caer de costado.
- Maldito… ¡campesino! - grito azul, lanzando fuego por los pies, pero Jiang sabía el truco sucio de los maestros fuego, así que se impulsó hacia atrás, golpeando a varias agentes en el camino, hasta llegar junto a el dragón del oeste y al ex príncipe.
- Jiang…- escuchó pronunciar su nombre casi de manera referencial, tenía miedo de mirar, pero sabía que si no lo hacía, los ojos más tristes que hubiera conocido seguirán allí.
- Hey… -saludo, inseguro de que decir a continuación, que nombre pronunciar, pero una roca voladora lo sacó de sus cavilaciones. Zuka en un momento se interpuso entre Jiang y una rafaga de fuego que venía directo hacia él, pero el omega la desvió hacia arriba, Jiang sintió como el corazón casi se salía de su pecho.
- ¡Ugh! - gimió zuko, cayendo al suelo, Jiang inmediatamente lo tomó entre sus brazos, su costado sangraba.
- ¡Zuko! - Grito iroh con preocupación, colocándose frente a los jóvenes como un escudo- Jet… - el nombrado miró al hombre frente a ellos- debes sacarlo de aquí….
- Tío…
- Escucha, yo los distraigo y sacalo.- Jiang mira fijamente la espalda de quien él conoció como “mushi”, un impostor, un engaño- por favor…. - un maestro fuego- te lo ruego… -Y por un momento Jiang vio la espalda de su padre, el alfa que defendió su hogar hasta el final, a su familia, a su corazón….
- Lo prometo - tomó a zuko entre sus brazos, que estaba al borde del desmayo.
- ¡No! - grito agitado, pero su cuerpo estaba demasiado débil- ¡tio!
- Gracias… - Dijo Iroh antes de tomar una gran exhalación, ignorando las rocas y ataques que llegaban a su persona, entonces exhaló fuego en el riachuelo a sus pies. Jiang vio la oportunidad y con zuko entre sus brazos se adentro en una de las cuevas ocultas, detrás de la cascada, por donde había llegado, mirando solo cuando noto a “mushi” no hacer ningún movimiento para que lo llevaran con ellos, encarcelado cual prisionero.
Agradeció que en ese momento el cuerpo de Zuko cedió y se desmayó.
Cuando salió al exterior nuevamente ya estaba oscuro, pero no se detuvo y con su preciada carga desapareció entre los tejados de Ba sing ze hasta las afueras de lo que fue el lugar más seguro en su momento. Para Jiang fue increíble como esta gran ciudad en un par de horas ya había sido cambiada completamente.
Ba sing ze había caído, ante la nación del fuego.
Jiang no dejo de correr hasta que salió de entre las murallas hasta un bosque, subiendo a los árboles para buscar refugio. Se recostó en una gran rama, con suko en su pecho y sintiendo la falta de aire y el sudor correr por su cuerpo. Miró el rostro de zuko, cubierto de sudor y dolor, noto el líquido a un costado, así que rompió la tela y vio una nueva quemadura fresca en la nacara piel.
- Jiang…. - dijo entre sueños, buscando acercarse al calor que irradiaba el alpha.
- No te preocupes - dijo Jiang casi en un susurro, abrazando mas a zuko contra su pecho- te tengo… - le acarició el cabello suavecito, mirando con una nueva ira hacia la ciudad,- te tengo flamebird
Notes:
Como siempre, espero que disfrutaran su lectura. Es evidente que no soy la mejor en ortografía, pero aun asi espero que les gustara el capitulo.
Muchas gracias por todos sus comentarios, siempre me alegra y me motiva a terminar la historia el leerlos.
¡Gracias! <3
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