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El mundo aún es hermoso.

Summary:

"A la muerte de su padre, el ultimo príncipe fue coronado como el rey del país del Hades y sin perder mucho tiempo, se dedicó a conquistar los países vecinos durante sus tres primeros años en el trono, convirtiéndose en el supremo gobernante del mundo. Ese fue el día que el mundo se tuvo que arrodillar ante la grandeza del Emperador de los fantasmas..."

Will Solace es el hijo menor del rey Apolo, el pequeño Ducado del Sol siempre ha sido su hogar y... bueno, eso es todo lo que sabe. Ya que conserva muy pocos recuerdos de su infancia que son claros para él, llegando a casi no saber nada de su pasado.

Un día, su padre le comunica a él y a sus hermanos que el Emperador de los fantasmas exige que uno de ellos sea enviado al país de las sombras para contraer nupcias... Inesperadamente Will sale sorteado y es enviado al país del Hades, sin esperar que una gran aventura le aguardaba en el siniestro castillo del Emperador Nico Di Angelo.

Notes:

⚠️ADVERTENCIA⚠️
Esta historia tiene una temática de BL (Osea ChicoxChico) Si no gustas de este tipo de contenido, abstente de leer.

Pareja protagonista: Solangelo

Saga: Percy Jackson y los héroes del Olimpo.

•Historia situada a un mundo alterno al de la historia original.

•SE ADVIERTE OMEGAVERSE

• Muchos giros inesperados ???

 

Todos los personajes son propiedad del tío Rick, yo solo adapte cada uno de ellos a mi historia :3 la cual cabe aclarar esta inspirada en mi shoujo favorito (Soredemo Wa utsukashi) y el cuento de "La Bella y la Bestia"

(See the end of the work for more notes.)

Chapter 1: Prólogo

Summary:

A la muerte de su padre, el último príncipe fue coronado como el rey del reino de Eliseum y sin perder mucho tiempo, se dedicó a conquistar los países vecinos durante sus tres primeros años en el trono, convirtiéndose en el supremo gobernante del mundo. Ese fue el día que el mundo se tuvo que arrodillar ante la grandeza del Emperador de los fantasmas..."

Will Solace es el hijo menor del rey Apolo, el pequeño Ducado del Sol siempre ha sido su hogar y... bueno, eso es todo lo que sabe. Ya que conserva muy pocos recuerdos de su infancia que son claros para él, llegando a casi no saber nada de su pasado.
Un día, su padre le comunica a él y a sus hermanos que el Emperador de los fantasmas exige que uno de ellos sea enviado al país de las sombras para contraer nupcias... Inesperadamente Will sale sorteado y es enviado al país del Hades, sin esperar que una gran aventura le aguardaba en el siniestro castillo del Emperador Nico Di Angelo.

Notes:

⚠️ADVERTENCIA⚠️
Esta historia tiene una temática de BL (Osea ChicoxChico) Si no gustas de este tipo de contenido, abstente de leer.
Pareja protagonista: Solangelo
Saga: Percy Jackson y los héroes del Olimpo.
•Historia situada a un mundo alterno al de la historia original.
•SE ADVIERTE OMEGAVERSE
• Muchos giros inesperados ???

Todos los personajes son propiedad del tío Rick, yo solo adapte cada uno de ellos a mi historia :3 la cual cabe aclarar esta inspirada en mi shoujo favorito (Soredemo Wa utsukashi) y el cuento de "La Bella y la Bestia"

(See the end of the chapter for more notes.)

Chapter Text


[Se recomienda escuchar la canción del multimedia mientras se lee para una experiencia más inmersiva]

 



En el pasado, el mundo era distinto a lo que conocíamos. 

Nacido de la retorcida relación del Caos y la Creación, sometido bajo la tiranía del emperador Cronos, el primer alfa de la historia... Este mundo solo conocían la desdicha, el hambre y la pena. 

Las razas inferiores solo podían agachar la cabeza y obedecer. No había libre albedrío, no había medicina, no había amor,  no había esperanza. 

Sin embargo, siempre basta con la mínima chispa, para encender la antorcha cuando ya has consumido hasta la última lagrima de un pueblo torturado.

Movidos por la indignación, el rencor y la ilusión de tener algo mejor, los hijos del emperador dieron el golpe de estado más sanguinario de la historia. Conocido como la caída del sol. Una batalla que duro más de 30 años en los que solo las plegarias podían escucharse en el silencio de la muerte de ciudades enteras.

No se tuvo descanso, hasta que el emperador fue decapitado y castrado a las puertas del palacio imperial, donde su cadáver fue expuesto hasta que las aves consumieron su carne y los insectos corroerán sus huesos.

Finalmente llegó el momento de elegir un nuevo gobernante. Pero esto solo fue el anuncio de una batalla aún más grande, sanguinaria y horrorosa que la recién terminada. Ningún hermano quería dar su brazo a torcer, cada uno ambiciaban el trono con desesperación. Un trono que si bien fue construido sobre huesos, sangre y lagrimas de miles de inocentes, representaba el máximo de los poderes. La supremacía.

Pero entonces, una profecía se hizo presente gracias al vidente Tiresias, quien transmitió sus últimas palabras a través de su discípula Casandra, la gran sacerdotisa.


El hierro en la sangre no dará victoria,
pues el trono vacío devora la gloria.
Si hermano contra hermano persiste en luchar,
el fin de los tiempos se habrá de acercar.

Si el poder en tres guardianes recae,
la sombra del caos lejos se halle.
Tres voces distintas en pacto de honor,
traerán a los pueblos sosiego y valor.
Y muchos años la paz morará,
mientras la balanza en tres se sostendrá.

Y así como siglos gloriosos vendrán, un día el velo caerá,
del norte sombrío la ruina llegará.
Ningún rey solo podrá resistir,
pues juntos los reinos deberán combatir.


  No había más que discutir, con una advertencia tan clara sobraba decir que ningún príncipe deseaba cortejar a la muerte. Por lo que después de un día de discusiones y debates sin descanso se crearon los tres reinos principales..

.Caelum: Reino del cielo, el que fue levantado para el gran  Zeus.

Thálassar: Reino de los mares, construido en honor a Poseidón.

Eliseum: Reino de las sombras, erigido en nombre de Hades.

Y así fue como la era dorada comenzó, años llenos de luz, esperanza y paz. Gracias a los tres grandes, que convivían en paz y armonía, bajo una gran cantidad de alianzas, amistades estrechas, buena diplomacia y comercio constante, la gente comenzó a olvidar la advertencia de los ancestros... Hasta que de un día para otro, el reino de las sombras se vio envuelto en desesperación por el repentino asesinato del rey Hendriksen y desde ese momento desató una enorme batalla que acabo con la paz del mundo.

El nuevo gobernante, el hijo menor del reino de Hades no fue para nada lo que todo el mundo esperaba. Con la ferocidad del dios de la guerra, el príncipe logró someter bajo su voluntad a los reinos del cielo y el mar...

Y en el año del crepúsculo, Nicola di Angelo, paso de ser el "Príncipe Fantasma" al soberano supremo, el Emperador del Mundo. Teniendo en la palma de su mano a los 3 reinos principales. A todo el mundo a sus pies.


Notes:

Ok... Hagamos esto, una vez más.

 

Próxima actualización: Viernes 5 de Septiembre del 2025.

Chapter 2: Mi propósito en el país de las sombras.

Summary:

Un extraño forastero llega a la Ciudad de Las Sombras con una misión.

Notes:

(See the end of the chapter for notes.)

Chapter Text

 

 

“Los titanes crearon al mundo.

Los dioses crearon las castas.

El sol dio poder a los alfas.

La luna dio un celo a los omegas.

Y el gran sauce dio magia a la naturaleza ”.

 

 

¡Tierra a la vista!

Fue lo primero que se escucho una mañana, justo después de días en alta mar que para él se habían sentido como años interminables. Por lo cual no dudo en salir de su camarote a toda prisa, esquivando a los integrantes de la tripulación que se preparaban para que una vez en el puerto, pudieran descargar la valiosa mercancia traida desde las islas ambulantes.

Algunos marineros sonreian al ver al entusiasta muchacho moverse entre ellos para poder llegar lo más pronto posible al mastil más carcano, recordando la emocion de sus años de juventud en sus primeras embarcaciones. Otros solo se quejaban al ver que a demas de cargar pesadas cajas, tenian que lidiar con un muchacho que se paseaba por el barco como si de su propia casa se tratara.

Cuando finalmente estuvo en la cubierta del barco, no dudo en subir por la red más cercana para tener total acceso a la vista que el paisaje le regalaba. La cual, genuinamente no era muy agradable que digamos. La espesa niebla comenzaba a hacerse presente y cada vez era más dificil distinguir lo que se encontraba detrás de esta. La humedad en el ambiente creaba una aura fria y algo tenebrosa, el aroma de la lluvia se podía sentir muy claremente por la fuerte corriente del viento. Finalmente había llegado, por lo menos al puerto comercial del pais que sería su nueva nación.

...

Una vez en tierra firme, se permitió poder soltar un poco de aire. Estaba cansado, de eso no había duda alguna, era exhaustivo viajar de un continente a otro y todavía ir por sus propios medios desde el puerto hasta la capital. Si bien por unos días estuvo viajando en una carretilla de heno, gracias a la amabilidad de unos ancianos granjeros, en cierto punto tuvo que continuar a pie, lo cual extendio por unos días más su camino.

Para cuando había llegado a la capital, en la cuspide del comercio, el chico rubio tenía las sandalias gastadas de la suela al punto de comenzar a sentir las piedras del camino principal, tenía una que otra mancha de polvo en la parte inferior de sus vestimentas debido a que ayudó en algunas tareas de la embarcación que le hizo el favor de llevarlo hasta las costas del país de las sombras y en su capa estaban atrapadas algunas ramitas de heno que se quedaron prenzadas a él por su trayecto en carretera. Su padre sin duda pegaría un grito en el cielo si lo viera en esas condiciones.

"Probablemente diría algo como: Eso no esta cool, hijo."

No pudo evitar soltar una sonrisa nostalgica ante ese pensamiento, comenzaba a extrañar a su familia.

Pero sus prioridades en ese momento le hicieron distraerse rapidamente de ese inecesario pensamiento, necesitaba un lugar donde descansar ese día, a la mañana volvería a emprender su camino al castillo imperial. Sin descuidar las indicaciones que el sumo sacerdote le dio antes de partir, ajusto su capa de tal forma que apenas era posible percibir sus labios con la poca luz de sol que se filtraba entre las densas nubes de lluvia eterna, el encantamiento de su capa si que era efectivo. Ante la vista de muchos era solo un forastero más que venia a la capital de paso como muchos otros guiados por la curiosidad o la sed de aventura, jamás se imaginarían que estaban frente al hijo menor del gran rey del estado vasallo del sol.

A su pesar, utilizo las monedas que su hermana mayor le dio como regalo para comprar algo de merendar antes de acercarse a la primera posada que vislumbro en su camino. Debía descansar si quería continuar su camino sin ninguna interrupción, ya habían pasado los días limites para presentarse ante en la corte imperial y no podía seguir retrasando su destino, por más que así lo quisiera.

En todo momento se mantuvo con su capucha sobre su cabeza en un afán por ocultar su identidad. No era ningún secreto que en las tierras de Eliseum la gente solía tener rasgos mediterráneos, principalmente cabello negro, piel blanca y ojos de tonalidades oscuras. Se darían cuenta de inmediato de sus origenes y eso podría traerle serios problemas, cuando la instrucción de "llegar lo más discreto posible" le fue recalcada en multiples ocasiones. Quería evitarse cualquier confrontranción inecesaria lo más que se pudiera hasta que llegará al palacio de la capital... el lugar de donde seguro vendrían los verdaderos problemas y tendría el resto de su vida para lidiar con ellos.

Ya deja de pensar en lo malo, William

Una vez dentro de la posada, caminó directamente a la recepción donde sin mediar gran palabra, pidio una habitación para una noche y pago lo correspondiente. Si bien el casero lo miro con sospecha por su insisitencia en no revelar su rostro, esta parecio desaparecer en cuanto escucho el monedero del muchacho. Sin perder tiempo y tal vez con la intensión de obtener una jugosa propina, le guió con prisa a una de las mesas vacías del comedor principal donde le indico esperar pues la cena estaba próxima a servirse. 

— Escuche que el Emperador, pronto tomará una pareja.—Escuchó el cuchicheo de unos clientes borrachos mientras el recibía un plato humeante de algó que no supo decifrar si se trataba de un guisado de cordero. La verdad olia delicioso.

—¿Será que dentro de poco hará un llamado a todas las chicas del imperio como lo hizo el antiguo rey?— Respondió otro.

— ¿El viejo Rey Hendriksesn? Para nada, el emperador es mucho más juicioso. Yo había escuchado que pidió al ducado vecino un candidato para su pareja.

—¿Se imaginan? ¿Una reina extranjera? Dicen que las omegas del ducado del Sol o la peninsula de Afrodisia son muy hermosas.

—¿Qué te hace pensar eso?

—Son rubias. A todo el mundo le gustan las rubias.

Vaya idiotas...

Pensó el muchacho mientras terminaba de tomarse su café tras atragantarse un poco por tremenda estupidez que estaba escuchando, como si la belleza recayera unicamente en el color del cabello. 

Lo mejor será que me vaya a dormir, no tengo ganas de escuchar tonterias.

Soltó un pequeño suspiro y emprendió su camino a la habitación que ya se le había asignado pero la imponente figura de algo o de alguien, se lo impidió. Era un sujeto gigante, con cara de traer muchos problemas a un "enclenque" como Will que se atreviera a tan solo posarse en su mirada.

—Fijate por donde vas, imbécil.

—Usted debería quitarse del paso señor. Así seria más fácil poder pasar por el pasillo.—Ok, eso no escucho como él esperaba. La fatiga dek viaje había hecho que sonará más grosero de lo que pretendia y se dió cuenta de ello por que toda la taverna se calló al instante y miró con atención a los dos sujetos en cuestión.

—¡¿Qué dijiste gusano?!

—Sabe señor, de donde yo vengo es costumbre ser amable. No quiero empezar una pelea y perturbar la paz de los demás huéspedes, así que si me disculpa...

—¡YO TE ENSEÑARE A PEDIR DISCULPAS MOCOSO DE MIERDA!

¿Qué acaso todos en este país es ilegal elegir la paz?

Que conste que él intento mediar de forma amable. Se lamento el rubio mientras suspiraba con pesadez y esquivaba los primeros golpes que el enorme sujeto le propinaba. Se deslizaba con enorme facilidad entre los puñetazos del sujeto, quien comenzó a destruir mesas y a golpear a otros huéspedes en su afán por propinarle un buen golpe al otro adolescente. Era como ver en vivo y en directo la persecusión de un oso recien levantado de ibernar y un pequeño roedor con todas las ganas de sobrevivir.

Hasta ese momento al joven viajero le hubiera gustado mantener la calma y evitar tomar medidas más drasticas pero no se pudo contener al ver que el sujeto golpeaba a una de las camareras tan fuerte que la mandó al otro lado del comedor. Muchas de sus compañeras fueron a auxiliar a la chica para ver si se encontraba bien, pero esta estaba inconsciente y sangrando por la nariz.

Eso derramo la última gota de paciencia que el joven hijo de Apolo tenía.

—Mira grandulón.... tienes 2 minutos para disculparte con la chica, recoger tu desorden y desaparecer de mi vista si no te quieres quedar calvo.

—¡El único que perderá más que el cabello serás tu! Arrancaré tu cabeza y jugaré a la pelota con ell...

—No queda de otra.— Suspiro y sin más preambulo canalizó su energía en la palma de sus manos para después de eso materializar un arco que aparentaba ser hecho con ramas de oro enjoyadas, junto a una flecha perfectamente posiciónada, lista para dar en el blanco. Con la frialdad de un cazador, disparó en una escena que parecia congelada en el tiempo, dando oportunidad a que todos observarán como la flecha fue a dar justamente arriba de la cara del tipo.

La flecha era una común y corriente pero una especie de manifestación dorada la había envuelto justo en el momento que esta salió disparada del arco del muchacho. Desprendía un calor abrazador para aquellos que no soportaban las buenas intenciones del sol en una tarde de verano.

La puerta de local estalló en un resplandor de luz... al igual que toda la cabellera del sujeto en cuestión. Quien por la humillación y para que negarlo, el terror de presenciar tan asombroso poder,  no dudo en salir corriendo mientras gritaba improperios y una que otra amenaza donde  juraba que las cosas no se quedarían así.

Por su parte ahora todos miraron al chico en cuestión, quien después de todo reveló su imagen al mundo cuando su capa negra se deslizó por sus hombros debido al impacto de la fuerza con la que su flecha salio disparada.

Su apariencia era juvenil, de alta estatura y figura astral, con un muy atractivo rostro bañado en unas cuantas pecas, una piel bronceada que hacía el contraste perfecto con su cabello dorado que era adornado con una corona de laurel fresco y los ojos más celestes que habían podido ver antes. Vestía una túnica que le cubria hasta debajo de las rodillas de color blanco, amarrada desde el hombro derecho con un cinturón de oro que tenía grabado varias formas que claramente representaban al mismo sol. De igual forma unas sandalias doradas le adornaban las piernas fornidas hasta la pantorrilla y de los lóbulos de sus orejas caían dos hermosas joyas, zafiros específicamente, que combinaban a la perfección con sus ojos tan poco comunes.

 Supieron de inmediato que se trataba de un forastero, proveniente de un lugar muy lejano. Las tierras del sol.

El muchacho se giró hacia donde estaban las jovencitas que ayudaban a su compañera, quien ya había despertado del shock por impacto del golpe. Absolutamente todas se pusieron coloradas al ver a semejante muchacho acercarse a ellas.

—¿Te encuentras bien?— En un suave tono de voz preguntó, atontando aún más a las chicas. Todas asintieron frenéticamente con la cabeza.—Me alegro pero permíteme ayudarte. Ese golpe debe dolerte mucho.

El rubio posó su mano sobre la mejilla de la chica y susurro unas cuantas palabras en un idioma desconocido para los presentes, la mano del joven brilló en un fulgor dorado que resplandeció por el rostro de la chica. Para cuando retiró su mano, el golpe y el sangrado habían desaparecido.

Nadie se atrevió a decir nada tras la gran hazaña del joven y antes de retirarse a dormir a su habitación, informó que cargará los gastos de la puerta destrozada a su cuenta y que hiciera favor de mandarla al castillo de las sombras.

...

Al día siguiente, el muchacho partió de forma precipitada al castillo de las sombras, sin detenerse en ningún momento, de hecho parecia que en algun momento comenzo a correr con prisa como alguien que va tarde a un ritual particularmente importante... Aún que si era honesto, ese era su caso, ya que iba especialmente tarde para uno de los eventos más importantes de su vida. Para cuando llegó a los pies de la gran muralla del palacio, comprendió por qué llevaba semejante nombre... El lugar era aterrador.

El castillo era bastante imponente, las columnas eran altas y puntiagudas, todas de mármol y roca de obsidiana, dándole un característico color negro y amoratado en algunos rincones, a diferencia de el pueblo de la capital, parecia que toda la niebla se consentraba en los alrededores del palacio, dandole un aspecto demasiado macabro. Cualquiera pensaria que dentro de sus oscuras puertas se encontraba el resguardo de una criatura particularmente destructiva.

Cuando llegó ante la imponente puerta de madera negra. Un par de guardias le interceptaron e impidieron el paso.

—¡Alto Ahí! Ningúna persona que no tenga invitación al palacio, no puede pasar. Identificate.

—¿Así es como el imperio trata a sus invitados? No me quiero ni imaginar como será con la gente que viene a pedirle auxilio.—Ya hastiado un poco de la hostilidad de la gente en la capital, menciona el joven mientras dejaba caer sus cosas sobre el suelo.

—¿NO NOS ESCUCHASTE? IDENTIFICATE O TE...

— Ya, ya, ya entendi oye... no necesitan gritar.— Dijo calmadamente mientras desabrochaba su capa y esta se deslizaba sobre sus hombros, revelando de nueva cuenta su apariencia tan encantadora y deslumbrante.—Soy Will Solace, Hijo del Rey Apolo y estoy aquí... Para casarme con el Emperador del mundo.

Notes:

DATO CURIOSO DE ESTE MUNDO:

La capital de Eliseum tiene por nombre Elyndor.

Su nombre inspirado en Hades, evocando lo profundo y lo oculto. Ubicada al pie de las montañas centrales. Ciudad sagrada con torres de obsidiana que parecen absorber la luz. Templos subterráneos donde se celebran rituales secretos. En el centro de la ciudad se alza un círculo mágico grabado en la piedra, que brilla en las noches con fuego azul. Considerada el corazón espiritual y místico, es el lugar donde se cree que nació la magia.

....................................................................

 

Hola frijolitos. Años sin vernos literalmente.

Esto de ser adulto, no esta chido. Genuinamente extrañaba mucho mi lugar seguro que es la escritura, pero entre terminar mi primera carrera, encontrar trabajo, independizarme y lidiar con una vida social, descuide mucho mis historias.

Pero no crean que no me puse a trabajar todos estos años. Ya se los estaré demostrando con esta nueva versión de El mundo aún es hermoso y mis otros proyectos. Espero que lo esten disfrutando.

Sin más que añadir, nos vemos pronto.

PRÓXIMA ACTUALIZACIÓN: 20 de Septiembre del 2025

Chapter 3: Will Solace, el Príncipe del Sol.

Summary:

En el palacio de Eliseum no son muy hospitalarios, al parecer...

Notes:

(See the end of the chapter for notes.)

Chapter Text

Will era lo que se conoce como un viajero inexperto.

Era la primera vez que viajaba más allá del puerto de Delos, por lo cual era de esperarse que no supiera de las políticas de recibimiento para los emisarios de otros países, quienes se encargaban de todos eso eran  sus hermanas mayores y sus padres, quienes tampoco eran buenos referentes. De hecho, antes de partir su padre se había limitado a decirle que no tenía que hacer nada más que sonreír y decir que era su hijo e inmediatamente sabrían recibirlo con honor y respeto...

— Lamento la forma en la que los guardias le han tratado su majestad pero no tenían otra opción. — El mayordomo del lugar se expreso con una mirada que resaltaba su completo desinteres por la situación mientras que el pobre Will terminaba de acomodarse entre el agarre de los soldados que lo mantenían quieto en la entrada del palacio. 

Si antes de llegar al castillo, el rubio ya no poseía su apariencia pulcra y limpia de un príncipe Delico ahora realmente parecía un completo desastre con el pelo desordenado, varios cortes en los brazos y unos cuantos golpes en el resto del cuerpo, prueba de la reciente pelea de la que acababa de suceder. 

— Entienda que dada la forma en que se presentó sin avisarnos previamente por una carta, nos ha hecho tomar medidas drásticas, creímos que era un impostor.

— ¡Ya les dije que soy yo, ¿no?!

— ¿Desde cuándo los hijos de Apolo pueden contra doce guardias? —Preguntó con una ceja arqueada y sumamente inquisitivo un guardia que sostenía del antebrazo a Solace a manera de reclamo total, demostrando que tal vez el mayordomo ya se haya convencido de su identidad, pero él no.

— ¡Desde siempre! Y aunque me mires con esa mirada acusadora, te informo que actué en defensa propia. Si ustedes no hubieran hecho el primer ataque, jamás habría respondido así. Me atacaron incluso vistiendo un traje tradicional de Delos... —Alegó el rubio muchacho mientras agitaba sus manos con exasperación para liberarse del agarre del soldado. Sin duda, ese país no era más que una mina de hostilidad y malos tratos con los extranjeros. No pudo estar ni un día libre de violencia desde que se bajo del jodido barco.

Una vez que pudo liberarse del agarre de los guardias que lo tenían sometido, cayó al suelo de forma abrupta, se levanto con cuidado a la par de que se quejaba, froto sus muñecas y antebrazos para calmar la sensación de agarre que esos dos soldados le habían dejado. No sin antes enfocar su mirada de nueva cuenta al sujeto delante suyo, aquel que se había presentado como el mayordomo del palacio imperial, y notó que tenía un aspecto gracioso para el poder que tenía dentro del castillo. No era muy alto, tendría unos tres centímetros más de la estatura que Will a pesar de tener ya una edad avanzada, ¿Unos cuarenta... Cuarenta y cinco años, tal vez?, un mechón blanco de canas se asomaba entre el pulcro y estirado peinado hacia atrás del mayordomo, resaltando totalmente como un hilo de plata en la mata pelo moreno. Su cara pequeña comparada con un cuerpo corpulento que Will no sabría definir si era grasa o musculo. El lunar debajo de la mirada severa de color miel le habría dado un toque apuesto de no ser por que su cara era demasiado graciosa al contraer sus cejas y mejillas... Como si estuviera pujando en el baño.

En un inicio Will soltó un bufido, rastro de una carcajada que se aguantó debido a la situación en la que estaba. Burlarse del mayordomo de la casa, no era una opción si a partir de este día iba a vivir en esas oscuras paredes.

—Vuelvo a disculparme entonces. Sucede que esperábamos a una "princesa" ya que tenemos conocimiento de que el Rey Apolo solo posee unas cuantas hijas ...

— Que ha presentado en sociedad. Somos más de los que ustedes conocen.— interrumpió Will mientras se cruzaba de brazos. Su cara estaba contraída en una mueca de total disgusto. Era consciente de que alrededor de su familia merodeaban muchos rumores y se conocía poca información, lo cual siempre prestaba a ser parte de muchos malos entendidos o tener una reputación particularmente incierta rayando en lo mala. Solace intentaba ponerse en el lugar de todos a su alrededor y le era muy fácil comprender por que tomaban tantas precauciones ante la llegada de un nuevo consorte proveniente de la pequeña Isla dorada.

Su ducado era un lugar independiente de los tres reinos principales y los diez reinos menores restantes, sin alianzas ni conexiones cercanas mas allá de lo económico (cosa de la cual no podían escapar realmente) pues eran el territorio líder en el comercio de la medicina. Las plantas que crecían en su natal Delos poseían propiedades curativas más potentes que en ningún lado del mundo, lo cual les había hecho de hacerse de su propia fortuna y dado que el país era bastante pequeño y poco poblado, la hambruna y pobreza no era algo que conocieran realmente, tanto así que era posible mantener a la población con una vida acomodada y de buena calidad a pesar de las excentricidades de su padre junto a la vida de maestro del Harem que se daba al tener más de ocho cónyuges y quince hijos (sí no contábamos a los que venían en camino). 

¿Impresionante, no? ¡¿Cómo es que un rey con tantas esposas e hijos puede ser capaz de mantener a flote todo un país entero, dando excelente calidad de vida a sus súbditos sin necesidad de alianzas con sus reinos vecinos?! Apolo podría ser muchas cosas, un padre ausente, un esposo de broma, una persona molesta si querían pero no era mal gobernante, cuando no estaba en sumido en su mundo podía ser un curandero maravilloso e incluso un gran líder... Aunque si William era honesto, ver a su padre en modo gobernante era más raro que toparse un diamante en la acera, sí Delos seguía siendo una nación prospera se debía a que sus principales esposas se dedicaban a la administración del palacio, mientras que su abuela y su tía Artemisa compartían el poder con su padre para manejar la dirección del clero, la corte de los magos y las relaciones comerciales.

Pero al ser el monarca oficial de la Isla del Sol era normal que se relacionara el rostro de su padre con Delos, y a Apolo le encantaba la fachada de gobernante misterioso del que nada se sabía... Su padre era constantemente víctima de rumores y acusaciones por mantener tanta distancia de los demás, a tal grado que su reputación y la de Delos comenzó a ser cada vez mas dudosa y empezó a afectar el comercio, por lo tanto tuvieron que empezar a abrir ventanas al interior del palacio dorado; Apolo comenzó a asistir a reuniones y platicas comerciales en compañía de sus hijas, a quienes presumía y presentaba en sociedad con toda la emoción del mundo. Decía cosas como: 

"Si van a alardear tanto de mi, prefiero que sea por buenas razones y mis hijos son mi más grande orgullo".

A este punto de su vida, casi todos los hijos de Apolo habían salido de la Isla con excepción de los hijos varones y alfas, su padre evitaba a toda costa mostrar a sus hijos en ese tipo de eventos. Como Solace la pasaba más en el templo junto a su abuela nunca pregunto por ello o solicito acompañar a su progenitor en dichas reuniones, dado lo que había leído de guerras anteriores en la dinastía de Cronos, supuso que era para que los enemigos de Delos no se vieran amenazados ante la llegada de un heredero por parte del rey del Sol, un varón alfa siempre sería visto con malos ojos ante los demás en donde un mundo donde se peleaba con uñas y dientes por la supremacía del más fuerte. En ese entonces Will no se preocupaba mucho por eso, dejaba toda esa presión y carga emocional en sus hermanos mayores, quienes sí tendrían que pelear en algún futuro por el derecho a tener la corona... Para alguien como él, siendo el más pequeño de toda su familia y sin un segundo genero que lo respaldara, estaba confinado a dedicarse (como mucho) a ser sacerdote en el templo, heredar más que una pequeña dote y un campo de tierra.

Tomando esos factores en cuenta podía entender la primera idea que paso por la mente de los guardias en la puerta cuando lo vieron llegar sin un aviso de ante mano, ¿Pero era necesario golpearlo e incluso intentar someterlo? En la cabeza de William no entraba tal razonamiento.

— Al menos esperaba que me recibieran con algo de respeto.— dijo Will mientras dejaba una mano en su cadera.— De todas formas, no es como si estuviera aquí por qué quiero.

Y esto último era totalmente cierto. Will estaba ahí por qué prácticamente lo habían obligado en un matrimonio político. Recordar ese fatídico día le causaba grandes sentimientos de frustración y enojo, ¿Recuerdan que les comente que Apolo no era un mal gobernante pero que ciertamente no podían dejarle las decisiones más importantes a él? Esta es la razón por la que Solace y todos sus hermanos afirmaban con que no era bueno dejar solo a su padre en una reunión con otro monarca. Pues hacia solo unas cuantas semanas atrás, la vida de Solace era completamente normal y tranquila, sin preocupaciones, disfrutando con sus hermanos una merienda a base de frutas frescas y buena música cuando su padre entró abruptamente por la puerta del gran salón común.

—¡HIJOS MÍOS, ESTAMOS DE FIESTA! Gracias a su genial, estupendo y fabuloso padre.— La sonrisa de Apolo era enorme en ese momento, tanto que hasta daba un poco de miedo, miedo por que sabían que su padre siempre sonreía de esa forma cuando rogaba por el perdón de alguno de sus esposos o cuando quería pedirles un favor a sus hijos.

—¿Qué ocurre papá?— Habló con nerviosismo su hermano Austin mientras dejaba el arpa de lado. Su hermano era de tez morena y pelo casi negro, pero al igual que todos los hijos compartía unos bellos ojos azules.

—Acabo de regresar de una reunión diplomática con el gobernante del Eliseum.— Al decir esto, Will pudo asegurar que el cuarto se volvió terriblemente frío de un solo golpe.

—P-papá, ¿Por qué hablaste con el Emperador del mundo?— Ahora quién habló fue Kayla. Su hermana más pequeña quien solo alcanzo a mostrar enorme preocupación en su mirada celeste.

—Oh ya sabes hija, cosas de reyes, tips para ser genial como yo, comercio, uno que otro chiste por aquí, negociar la independencia de Delos — La voz de Apolo se fue apagando de a poco en poco conforme iba enumerando las cosas, delatándose frente a sus hijos en que la había cagado y necesitaba con urgencia su ayuda para evitar dormir en la bañera esa noche.

—¡¿QUÉ?!— Gritaron todos al unísono.

—No se angustien mis niños. Papi tiene todo arreglado.— dijo Apolo sin borrar su sonrisa, cosa que de igual forma causaba estragos en la mente de los chicos. Apolo y la palabra "Arreglar" no solían estar en la misma oración. Era como ver a alguien arreglando una fuga de agua con cinta adhesiva vieja, corría el riesgo de estropearse aun más si alguien no intervenía pronto.

— Y es por eso que nos preocupamos.— Susurró Helena, su hermana más grande y la primera hija de Apolo. Ignorándola de forma olímpica, el padre continuó.

—Verán, por las buenas el emperador intentó negociar para que nos anexáramos a su imperio, sin embargo ya saben que Delos es un país que emigra por el mar constantemente sin un rumbo que pueda ser controlado, no queremos causar discordia si llegamos a tocar otros territorios que no estén a favor del emperador y lo consideren una invasión de nuestra parte. A parte somos geniales siendo sólo nosotros, arriba la independencia hijos míos, en Delos amamos mucho esas cosas ¿verdad?, pues el Emperador no quiso escuchar razones y siguió presionando para que terminara firmando la anexión del territorio, al final conseguí calmarlo explicándole la situación, ¿y que creen? él aceptó con la condición de que uno de ustedes vaya y se case con su majestad. ¿No les parecen abrumadoras las habilidades de regateo de su padre, niños?

Por primera vez en toda la historia del palacio dorado, la sala común se lleno de un silencio incómodo y sumamente largo. Will podía sentir como de manera colectiva a todos los hermanos les subía la bilis por la garganta en una sensación de pánico colectiva.

¡ESTAS LOCO, VIEJO!

Esa frase gritada fue la manera en que todos terminaron por estallar en ese tenso y horrible momento. Su padre finalmente había cruzado la línea y demostraba una vez más, por que era peligroso cuando mamá, baba o quien sea que tuviera un poco de sentido común, dejará solo a su padre en una reunión tan importante como esa, encima negociando la unión de uno de sus hijos y la independencia de su país como si se tratara de intercambiar cartas de mitomagia con tu comarada.

Para Delos, el matrimonio era cosa seria, completamente sagrada, un ritual que se daba desde elegir una pareja, conocerse mutuamente en citas acordadas, empezar un tiempo de cortejo y finalmente casarse por acuerdo mutuo. Un ritual de coqueteo y autodescubrimiento en pareja hasta desembarcar en un matrimonio bien construido y estable. Así siempre ha sido y en la familia real no es la excepción, los príncipes y princesas alfas por derecho pueden cortejar a las parejas que les plazca para formar su propio Harem si así lo desean, en cuanto a los omegas se les arregla un matrimonio con gente del reino de entre los cuales pueden elegir quienes les atraen más de los posibles candidatos seleccionados por los padres, alfas honrados que conozca la tradición y respete el tiempo de cortejo.

Un matrimonio interracial que implique descuidar la parte más importante de este ritual sagrado, mezclarse con otra cultura y religión, unirse a alguien completamente ajeno a lo que el matrimonio representaba en Delos era una idea que la abuela considera una abominación contra el linaje familiar y la dignidad de cualquier hijo dorado. La hermana de Apolo, la tía Artemisa no pensaba muy diferente de su madre pero siempre ha argumentado que hacer matrimonios con otros países puede ir contra la política del país, pues de una forma u otra, con este tipo de matrimonios se están haciendo alianzas y Delos es totalmente autónomo, libre de ataduras.

Y ahora Apolo venía como si nada a decir que uno de ellos se vería envuelto en un horrible matrimonio político del cual no podrían zafarse por que el candidato no era otro que el mismísimo Oorori Raaja*, el emperador del mundo. Tal parecía que la ansiedad y el descontento de todos los chicos ahí presentes se empezaba a hacer muy evidente en sus aromas, al grado de que la sonrisa del rey desapareció completamente y sus hijos vieron por primera vez a su padre completamente pálido de la angustia y nerviosismo. Al parecer no estaba mintiendo cuando dijo que tuvo que ceder por la presión que el emperador ejerció encima suyo.

—Por favor hijos, comprendan que es la única manera de que nos dejaran en paz. Llevo años tratando de proteger el país en esas reuniones pero ahora el Emperador di Angelo no me ha dejado opción.— Era la primera vez que Will veía a su padre tan preocupado por la situación, su aroma alfa por primera vez no demostraba seguridad y desinterés a lo que le rodeaba, y tal vez verlo en esa situación fue lo que hizo a sus hermanos calmar su furia y mirarse unos a otros.

Como príncipes y princesas de Delos, estaba entre sus obligaciones ver por la familia real, el pueblo y el futuro del país, entrar en conflictos bélicos con el imperio era una idea suicida para la situación de la isla, sin aliados y con un ejercito que no estaba preparado para ser llevado a una guerra contra el ejercito de los muertos vivientes del Emperador Nicolai... Simplemente no estaban en condiciones de oponerse, no por el momento cuando la mayor desventaja la tenían ellos.

Todos los hermanos compartieron en ese momento una mirada significativa, los treinta iris zafiros se miraron unos a los otros y el aroma de todos los hermanos llegó a combinarse de tal manera que demostraba la unidad y el acuerdo mutuo al que habían llegado en ese momento.

—De acuerdo, no te angusties más padre. Te ayudaremos en esto.— La mirada de Apolo se ilumino y los laureles rosas de su aroma envolvieron con cariño y agradecimiento a todos sus hijos en una caricia suave, como si estas flores florecieran besando con devoción las mejillas de cada uno de los príncipes y princesas presentes.— ... Pero nosotros tomaremos la decisión y lo haremos a nuestro modo.

Apolo paso saliva con nerviosismo tras la advertencia por parte de su hijo, Tayler. Dejándolos hacer lo que ellos consideraban pertinente mientras se hacía a un lado en el inmenso cuarto.

— ¡SOL EN EL CENTRO!— Ordenó Helena con decisión. Esa era la señal para que todos se reunieran en el centro de la habitación donde justamente estaba pintado en el suelo un hermoso sol dorado, siendo este el punto de reunión de los jóvenes. Cuando todos estuvieron en un circulo perfecto y mirándose a las caras, con expresiones serias y los ojos llenos de ansiedad ante la importante decisión que estaba por llevarse a cabo, empezó "a la cuenta de tres" el único ritual equitativo que conocían para tomar elecciones importantes.

Un piedra, papel o tijeras.

Aún recordaba la cara de alivio de todos sus hermanos y la horrible sensación de querer vomitar todo su desayuno cuando tras la primera ronda, él resultó perdedor de forma inmediata. ¿Por qué mierda había elegido tijeras?

—Bueno está decidido, felicidades Will. — Hablo ahora su hermana Misha mientras le daba una palmadita en la espalda como muestra de apoyo.— En hora buena, te me casas hermanito.

—¡Felicidades William, serás el esposo del rey de los fantasmas! Es como ser una celebridad.— este tipo de comentarios no dejaban de ser dichos por cada uno de sus hermanos, mientras que Will solo podía sentirse atrapado en un remolino de emociones negativas que se le atoraban en la garganta y el borde los ojos de Will. En cualquier momento el rubio podría empezar a gritar o llorar de la frustración que sentía.

—¡Si tan bueno es, ¿por qué ustedes no van y se casan con él?! — Explotó el rubio mirando a todos sus hermanos con furia por las palabras de supuesto apoyo que recibía ante su situación de mierda.

— Por qué ni locos nos casaríamos con él.— respondieron al unísono los catorce chicos y chicas presentes.

¿Has escuchado hablar del rey de los fantasmas? Dicen que es mitad ogro. Su ira es terrible contra aquellos que lo traicionan ....

Escuche que cuando era niño asesinó a todos sus hermanos envenenando el agua donde se bañaban para asegurar su ascenso al trono.

Me han dicho que siempre que le ofrecen una consorte, en la noche devora sus corazones para así mantenerse fuerte.

Los alfas de Eliseum no son nada lindos. Soy muy rudos y sádicos en el sexo. Ni de joda voy a ir a cometer suicidio siendo su esposo. Menos cuando de por si, el rey es un tirano.

Cada pretexto oculto como justificación era soltado de manera aleatoria por sus hermanos mientras acorralaban a Will a un callejón sin salida donde el no podría escapar. Un deber que superaba con creceres su derecho a decidir por su vida, por su compañero de vida y por su libertad.

—... Gracias por su cariño hermanos. Me encanta que renuncien a tremendo partido por mi felicidad.— Aseguró deprimido, mientras observaba el alivio en los ojos de algunos de los hermanos más jóvenes y la angustia en los mas grandes. Parecía que ellos querían decirle muchas cosas, palabras que no salieron en ese momento pero que prefirieron callar...

—Tranquilo Willy, es posible que no la padezcas tanto.— Hablo su hermana Kayla dándole una abrazo por la espalda. Pero incluso este dulce gesto no aminoró para nada la intranquilidad de Will. Si tan solo Devanessa o su abuela lo hubiesen llevado de peregrinaje con ellas.— Eres un Beta, por lo cual no podrán atacarte con hormonas, a parte tu naturaleza suave y pacífica le podría ayudar al mal genio del emperador.

A diferencia de sus hermanos que en la mayoría eran Omegas y uno que otro Alfa, él había resultado ser el único Beta de la familia, lo cual nunca supo entender si era una buena señal o una mala jugada del destino ... Aunque si era sincero consigo mismo , toda su vida parecía un chiste.

Desde pequeño había sido aislado de su madre, siendo el único que fue amamantado por una nodriza, también era el único que recibió clases privadas con su abuela Leto y tía Artemisa, y eso a duras penas lo que podía recordar ... y solo por que era lo que le contaban sus hermanos. Pues cuando tenía 12 años, Will aparentemente había tenido una fea caída en las escaleras del palacio, perdiendo parte de su memoria y con ello todo lo que conllevaba su infancia y parte de la pubertad.

Incluso Will tendia a reirse de su propia desgracia.

No solo era el raro de su familia, también era el hermano con amnesia y el que aparentemente tenía la peor suerte. Mira que ir a parar como el consorte del emperador más temido y terrible de todos era una verdadera joda.

 

— Esta bien, lo llevaré a un lugar donde podrá arreglarse para ver al rey.— Volvió a hablar el mayordomo mientras le conducia a uno de sus aposentos, los cuales para el gusto de Will eran demasiado ostentosos.

Constaba de una recamara enorme, con una cama hermosa y de gran tamaño, por donde unas cortinas cubrían los laterales de dicho mueble, estas eran de una tela delicada y casi transparente, tal como el velo de una novia. En medio de la sala había un gran espacio hasta llegar al otro extremo donde un espejo enorme reflejaba casi toda la alcoba, al lado un armario de igual forma enorme (como todo en esa habitación). Will depositó su pequeña mochila en el centro de la cama y sacó otra de sus ropas ceremoniales que había empacado. Esta vez constaba de algo menos formal pero que de igual forma era tradición en Delos.

Constaba de un pantalón que era abombado en tono blanco con empuñaduras doradas en los tobillos, una camisa color café bastante claro con detalles blancos de manga a tres cuartos, que de igual forma en sus puños había bordados de oro pero estos eran cubiertos por unos guantes dorados que se sostenían desde su dedo del medio en ambas manos, ambos guantes eran enjoyados y llegaban justo debajo de sus mangas.

Encima colocó un blusón color marrón con la cintura en color beige sin mangas que le llegaba arriba de las rodillas. A sus caderas amarró una tela naranja con detalles en rojo en un perfecto nudo que resaltaba de esa forma su figura (este detalle era únicamente utilizado con las chicas omegas para resaltar sus curvas y así llamar la atención de los alfas), sus hermanas se encargado de enseñarle a colocarlo correctamente antes de partir. Se enjoyo los tobillos con pulseras (o tobilleras) y se colocó unos pendientes de oro más grandes que los que habían llevado antes, solo que esta vez dejó uno de sus lóbulos libres de joyas largas.

Encima de todo se colocó un hijab dorado con incrustaciones de joyas y encajes de lo más finos, el último regalo de su padre antes de partir. Al parecer fue el mismo hijab con el que su madre se había presentado ante Apolo durante el periodo de coqueteo en su matrimonio.

"Tu madre estaba radiante, literalmente. Era la única omega que usó joyas en su hijab ese día, pero a parte eso, sus ropas eran humildes y sencillas. Es por eso que llamó mi atención, a pesar de que no me dejó ver su rostro en ningún momento, claro hasta que le robe un beso meses después y me enamore profundamente de ella Will. Era realmente tímida en ese entonces y hasta después de tenerte, no dejó de causarme ternura con su personalidad. "

Esas han sido las palabras exactas de su padre, tras entregarle la tela justo antes de partir.

Will se tomó un momento para apreciar la prenda en sus manos antes de colocarla sobre su cabeza y enrollarla de forma delicada alrededor de sus hombros y cuello, cubriendo su rostro hasta el puente de la nariz. Respiro hondamente y se percató de un leve aroma a Lirios y rayos de sol ... Probablemente era la esencia que solía tener su madre, pero eso no había forma de saberlo, después de todo para Will este aroma no era nada familiar y si lo era, no había forma de que él lo supiera. Puesto que no lo recordaba en absoluto.

Se admiro en el espejo por un instante y se sonrojo al verso reflejado en el cristal. Realmente parecía que se hubiera esmerado en verse hermoso para su majestad.

Y este pensamiento le hizo sentirse furioso consigo mismo. No sabía ni la apariencia del príncipe y ya estaba trabajando en gustarle.

Will nunca había visto al emperador del mundo en persona y menos en fotografías o pinturas. El único que tenía noción de su apariencia era su padre y puede que sus hermanos mayores Lee y Michael ... recordar a sus hermanos le hizo sentir el corazón muy apretado. Ellos eran, junto a su abuela y su melliza, una parte fundamental e importante en la vida del rubio. Quienes cabe aclarar, que cuando Will fue enviado a casarse, estaban fuera del país en busca de negociación con las amazonas de la isla vecina, por lo que no estaban enterados de todo este embrollo y probablemente no hubieran sido informados hasta su regreso, dentro de unas semanas más.

"No pude despedirme apropiadamente ..."

Decidió borrar esos pensamientos agobiantes lo más rápido que su mente le permitió y terminó por colocarse unas sandalias doradas cerradas, caminó con orgullo a la puerta y aviso a los guardias que estaba preparado.

Automáticamente fue conducido por un enorme pasillo con piso de marmol pulido, por el cual sus pies se resbalaban debido a la suela fina de sus sandalias. Will trataba de entender cómo es que sus hermanas podrían caminar con semejante par de zapatos. El rubio pensó de inmediato que prefería ir descalzo o con sus habituales sandalias con una suela más firme.

Finalmente llegó tras una puerta de color negro con lo que parecían ser ... ¿RESTOS DE HUESOS HUMANOS?

Un sudor frío le recorrió desde la nuca hacia la espalda y trago con algo de dificultad.

—Huum ... Linda decoración.— agregó mientras trataba de adoptar una pose relajada.

En su lugar el mayordomo enarcó una ceja con escepticismo y después añadió "Es la favorita de su Alteza."

A continuación le pidió que esperase tras la puerta en lo que confirmaba que el emperador estuviera dispuesto a recibirle y Will asintió cortésmente.

Sin embargo cuando la puerta se abrió para dejar al mayordomo entrar, Will pudo percibir un aroma muy dulce. Excesivamente atrayente y que despertó en él un deseo de entrar precipitadamente... ¿Qué era ese aroma tan dulce? Trató de calmarse y respiro concentrando su poder curativo en el origen de esa extraña sensación y solo de esa forma pudo calmarse.

Después el mayordomo volvió a aparecer detrás de la puerta, asintiendo con la cabeza. Estaba por entrar.

Las puertas terminaron por abrirse de par en par y lo primero que notó el rubio era que la habitación era un tanto siniestra, la alfombra principal era en tonos vino intensos, las paredes y columnas parecían ser de piedra sólida con incrustaciones de diamantes, tal como si fuera una mina. Alrededor de la sala, lámparas y candelabros con luz verde de fuego griego eran todo lo que llenaba de luz el lugar. En el centro, al fondo de la habitación estaba claramente el trono, y sentado en él pudo percibir dos pequeñas figuras.

Will avanzó con gracia y lentitud hasta que estuvo a una distancia prudente y se arrodilló bajando la cabeza. Alcanzó a escuchar un pequeño jadeo por parte de alguien en la sala, como un suspiro ahogado y de nueva cuenta, ese aroma dulce y atrayente impregnó el lugar.

Sin entender por qué, un sonrojo se formo en las mejillas de Will y su corazón latió con tal estrépito que sintió que podría salirse de su pecho.

— Alteza, este es Will Solace, hijo del rey Apolo. Joven Solace, le presento a su alteza real Nicola di Angelo I. Levántese por favor.— Will asintió. De forma suave y lenta levantó la cabeza para finalmente darle la cara a su destino.

No se esperaba para nada lo que vio enfrente suyo.

Notes:

GLOSARIO:

Orori Raja*: Literalmente significa "El rey más poderoso de todos" y es como se le conoce a Nico en el ducado del Sol.
 

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Hola frijolitos.

¿Qué les esta pareciendo el remake de momento? El primer cambio significativo que hice en estos capítulos fue comenzar a hondar más en la psique de Will y como fueron sus sentimientos al salir seleccionado para ser el consorte de Nico por que siento que en la primera versión no le di la importancia necesaria a esa marea de sentimientos, que son un gran obstáculo para el comienzo del romance. Cosa que me hizo apresurar las cosas al grado de que tuve que obligarme a retroceder todo el avance inicial de los personajes.

Afortunadamente este remake es para corregir y terminar con broche de oro esta historia.

También de seguro notaron que el título de Nico y su primer nombre han cambiado. Esto último fue más a raíz de la propuesta de mi Beta por que el nombre Nicola se escuchaba mal xD hahahahaha y pues al menos se mantiene la esencia del nombre ¿no?. En el caso del titulo, tuve que volver a Nico un emperador por necesidad de la trama y del personaje, los temas que voy a tratar en cuanto a movimientos políticos no eran los respectivos para un rey, por muy masivo que fuera su territorio, así que tuve que verme en la necesidad de subirle más a su poder.

BUENO, AHORA SÍ. SIN MÁS QUE DECIR NOS VEMOS EN EL SIGUIENTE

PRÓXIMA ACTUALIZACIÓN: 11 DE OCTUBRE DEL 2025

Chapter 4: Mi esposo es el rey del mundo... Y es un idiota.

Summary:

Will tiene su primer encuentro con su futuro esposo y no resulta como él esperaba... Por lo menos, su cuñada es amable y el perro del emperador es muy adorable.

Notes:

(See the end of the chapter for notes.)

Chapter Text

—Realmente... En este país son unos patanes.— Ahora Will estaba sentado de nueva cuenta en su recámara, justo en la esquina de su enorme cama. Un adorable puchero le adornaba las mejillas y estaban tan rojas como las manzanas del frutero en su buró. Estaba furioso en todo lo que esa palabra significaba.—¡No es posible que solo al verme me haya echado de la sala del trono!

Al pobre chico realmente le daban ganas de destruir todo en ese lugar con tal de liberar su frustración, algo muy raro en él tomando en cuenta que normalmente el rubio era una persona de lo más pacífica.
Pero esta vez, realmente le habían dado en todo lo que se llamaba orgullo. Recordar ese preciso momento en que por órdenes de su propio prometido fue sacado con premura de la habitación, le trajo un muy mal sabor de boca.

Esa realmente no era la imagen que Will tenía en su mente cuando le hablaban del Emperador. De hecho, cada que alguien le hablaba a Will de su futuro esposo, lo primero que se imaginaba era un viejo decrépito de 40 años, de mirada asesina, barba larga y enredada, con un aura de muerte por donde fuera que uno lo viera... Nada que ver con lo que tenía enfrente.

El rey del mundo no era nada más y nada menos que un chico de tal vez unos 13 o 14 años. De complexión delgada y angelical rostro... Un tétrico y angelical rostro si se lo preguntaban. Sus ojos oscuros brillaban con hostilidad en la penumbra de la habitación, y se clavaban en el cuerpo de Will como pequeñas flechas de punta de obsidiana, intimidándole, haciéndole sentir un frío choque eléctrico nada agradable... Pero a su vez, había algo en ese chico que para Will resultaba extrañamente atractivo. Un tipo de encanto misterioso y único que le ponía los pelos de punta. Un tipo de atracción que lo amarraba a ese chico desde el momento en que le fue ordenado que levantará la cabeza y le diera la cara a su prometido.

Fueron instantes en los que nadie dijo nada y por un momento eso preocupó al mayor, sobre todo por qué no sabía decir si era su imaginación o no, pero ese aroma extremadamente dulce que percibió minutos antes se había intensificado o el hecho de que la mirada del rey se volvía cada vez más terrorífica.

—H-hermano... ¿Estás bien?— la dulce voz femenina que venía del lado derecho del trono, ayudó en ese momento a Will para volver en sí y desviar la mirada a su lugar, encontrándose con una chica muy guapa de piel morena y ojos color ámbar, con su cabello en color caramelo que resplandecía cubierto de joyas en aquella oscuridad. Por un momento una desagradable idea le pasó por la mente antes de que todo estallara...

—Fuera... — una voz ronca susurró en la penumbra y de nueva cuenta Will se enfocó en aquel muchacho de ojos negros.

—Alteza...

—F-Fuera... ¡SÁQUENLO DE AQUÍ, AHORA!— estupefacto, Will se levantó y cuando estaba por protestar, fue tomado por el brazo y escoltado fuera de la sala del trono, sin que se le diera una explicación de lo que acababa de ocurrir.

Lo cual nos hace regresar al momento actual.

—Padre... Si vieras la cantidad de groserías que me han hecho, mandarías a Lee para que viniera por mi.— Se lamentó Will mientras miraba de reojo por la alcoba. Después se desplomó sobre la cama, sintiendo la suave seda de las sabanas en contacto con su dorada piel. Para ese momento se había quitado el hijab y parte del traje ceremonial. Estaba seguro de que al menos por ese día, no lo usaría más.

Trató de calmar su enojo recordando sus días alegres en el país de Delos, su reino del sol y hogar. Recordó esas competencias con sus hermanos en la costa de la isla para ver quién nadaba más rápido, las tardes en el templo mientras practicaba su canto con su abuela y su melliza, las meriendas de frutas frescas en el salón del harem con todos su hermanos y sus madres. Incluso pesó en las animadas cenas donde su padre sacaba su lira y cantaba para el deleite de su familia. 

La nostalgia lo invadía con cada imagen que divisaba en su mente, dándole cierta paz pero también dejándole un sentimiento de vacío en el pecho. Deseaba tanto volver a casa... 

Sin darse cuenta de lo que estaba haciendo, él mismo comenzó a cantar las canciones de su padre, solo que unas notas más altas tratando de canalizar toda su rabia. Su voz era hermosa, no tanto como la de su querida Devaa o la de su hermano mayor, Lee. pero Will podía presumir de que su voz era de las más veneradas entre los hermanos cuando sus madres les pedían cantar para ellas.

Su voz era de las pocas cosas que Will podía sentirse orgulloso. Siendo el menos destacable de sus hermanos por su condición de segundo género, su voz era de las pocas cosas que le daban estabilidad a su inseguridad crónica. Lo único que Will sabía que siempre había sido suyo y que siempre lo sería...

Y mientras Will recitaba estas notas que inundaron cada rincón del palacio, en otra parte...

  —¡Nicola di Angelo! ¡¿Qué ha sido eso?! No puedes correrlo así como sin más...

— ¡¿Crees que no lo sé Hazel?! Pero es que...

— ¡Nada de "peros", en cuanto te sientas mejor vas a ir y en persona te vas a..!—  La pequeña morena se vio interrumpida por el eco de la bellísima voz de Will. La cual se había extendido hasta la sala del trono, desconcertó a ambos adolescentes quienes levantaron la mirada hacia la salida.

  — A-Agh...—  Se quejó lastimeramente el chico mientras se tocaba el pecho con desesperación.— H-hazel...

— ¡Nico!—  Su hermana volvió a abrazarlo con fuerza, notando el calor abrazador que emanaba del cuerpo del mayor. El aroma dulce no se disipaba y los espasmos que recorrían al muchacho aumentaban con cada nota que cantaba.—  Trata de calmarte... de otra forma el supresor no te va hacer efecto.

  — ¡¿QUIERES CALLARTE?!—  Con agresividad respondió su hermano, haciendo que la pequeña Hazel retrocediera unos cuantos pasos temerosa.— ¿Acaso buscas que esos esbirros de la corte te escuchen? 

— N-no Nico yo... Sabes que yo jamás...— Trato de calmarle aminorando su voz y tratando de perfumarlo con su propio aroma para poder darle algo de paz, buscando la forma de relajarlo tal como solía hacerlo su madre cuando se dejaba llevar por todas esas emociones negras.

Pero ella podía ver como claramente, su hermano estaba pasándola verdaderamente mal. Un calor intenso le invadía las piernas, su estómago estaba ardiendo y sentía como su piel sudaba copiosamente mientras el fuerte sonrojo de sus mejillas parecía expandirse hasta sus orejas y el puente de la nariz.

Estaba experimentando esa horrible sensación de nuevo. Este tipo de ataque solo le había ocurrido una vez en su vida por lo que no estaba para nada acostumbrado a ello. Las medicinas de Delos y los suplementos siempre le habían ayudado a evitarlos por completo, pero bastó solo la presencia de ese... chico en la sala para alterar todo su sistema. Pensó que toda esa situación no podía empeorar, hasta que su cuerpo le demostró que estaba muy lejos de ser así. Era el colmo que con solo la voz de ese chico bastará para que el celo se volviera mil veces más intenso, incluso logrando que los supresores no funcionaran. ¿Qué significaba eso?

Bueno, el moreno ya sabía la respuesta. Pero quería evitarla a toda costa...

—C-claramente le pedí a Apolo que enviará... A una omega.

—¿Una omega? Eso es lo de menos ahora hermano. Tenemos que calmar el celo... Tú aroma se puede esparcir por todo el palacio y si...— su hermana se mordió nerviosamente el pulgar tratando de calmar un poco su angustia. Nadie podía saber el secreto de su hermano. Nadie...

  — E-es su voz Hazel... hagan que se calle.

Will continuó  con su canción de forma tranquila, era una canción que solían ofrecer como ofrenda al cielo para que continuara la prosperidad de su nación

Will continuó  con su canción de forma tranquila, era una canción que solían ofrecer como ofrenda al cielo para que continuara la prosperidad de su nación. Su país era famoso por ofrecer ese tipo de ofrendas a sus dioses,   y tal vez era por esta razón que daban prioridad a la educación musical dentro de la sociedad Dielense. La voz de una persona nacida en Delos era prestigiosa en las buenas salas de concierto en Olimpus, la capital del reino de Caelum. Pero escuchar la voz de un miembro de la familia real, era lo más cercano a una fantástica leyenda. 

Los rumores decían que escuchar su voz era lo más cercano a escuchar el canto de una sirena, solo que con la diferencia de que este canto, en vez de llevarte a tu muerte, te llevaría a la gloria. Tu vida sería bendecida y prosperidad sería lo único que le depararía a tu familia por las próximas cuatro generaciones.

Will creía genuinamente que todos esos rumores eran una mera glorificación propiciada por su vanidoso padre. Pues él sabía de primera mano, que escuchar una alabanza a los dioses cantada por su familia, no garantizaba la buena fortuna.

Pero, por lo menos era una maravillosa forma de reconfortarse a sí mismo, en momentos de estrés.

El sonido de unos golpes en su puerta le hicieron callar de forma abrupta y se acercó a paso lento a abrir las puertas. Cuando estas despejaron el pasillo se topó con la misma guapa chica de antes, de pelo caramelo y piel oscura.

—Hola.— le saludó con voz tranquila y suave. Como si le apenara enormemente hablar con él. Cosa que Will, detectó al instante, despertando en él una especie de necesidad de aclararle que no tenía por qué apenarse de esa forma. Así que mejor optó por ofrecerle una cálida sonrisa.

—Hola.

—S-siento lo de hace un momento, debido a ese incidente no pudimos presentarnos correctamente.— a continuación la chica le dio una leve reverencia, desplazándose como la hermosa caída de una pluma.— Soy Hazel Levezque, segunda princesa del reino del Hades.

Will parpadeó unos instantes sintiéndose mil veces más avergonzado que antes. ¡POR UN MOMENTO PENSÓ QUE SU CUÑADA ERA UNA AMANTE DE SU FUTURO ESPOSO!

—N-no majestad yo... Yo debí presentarme antes, usted no... ah, es decir. Disculpe mi mala educación.—  Solace se reverenció en modo de disculpa  y el movimiento tan brusco obligó a la chica para retroceder unos dos pasos, anonadada por ver las orejas rojas de su cuñado. El  nerviosismo en su voz causó en la joven princesa cierta ternura que se manifestó en una suave risa.

  — No son necesarias tantas formalidades su alteza Solace, después de todo a partir de hoy somos familia.—   Con una suave delicadeza levantó el mentón de Will para que la mirase.— Sin embargo, en nombre del rey te pido disculpas. Estaba indispuesto justo en ese momento, suele ser temperamental pero no todo el tiempo. Debes creerme.

  — Si bueno... realmente no esperaba esa falta de respeto cuando pidió mi mano en matrimonio.

La chica le ofreció una nerviosa risa mientras volvía a disculparse. Más que nada ahora por que había tenido que irrumpir en su alcoba con el pretexto de presentarse cuando en realidad había sido mandada por su hermano mayor para hacer que el príncipe del sol guardase silencio.

  — ¿Te parece si damos una vuelta joven príncipe?—Añadió de la nada con la esperanza de que el joven se olvidara de los malos tratos. — Me gustaría que platicaramos un poco.

Solace le dirigió una mirada extrañada y sin estar del todo convencido, aceptó dar una vuelta.

Los largos pasillos del lugar estaban desorientando de cierta manera a Will

Los largos pasillos del lugar estaban desorientando de cierta manera a Will. 

Su casa en Delos era grande y en cierta manera lujosa pero comparada con los largos y tétricos pasillos del palacio de Hades, su casa era mucho más humilde. Un mundo totalmente...

  — ¿Es muy diferente?

— P-perdón, ¿dijó algo majestad?—  Habló Will un tanto desconcertado por la pregunta de la joven.

— Me da la impresión de estar con un niño que sale de casa por primera vez.— Hazel le sonrió con dulzura y desvió su mirada hacia la vuelta de uno de los pasillos.—  Ya te acostumbrarás.

Will dejó que sus labios se curvaran en una mueca que denotaba el hecho de que no estaba del todo convencido por esa afirmación, más no respondió a las palabras de la princesa, la cual se volteó a verlo algo preocupada por su silencio, el cual podría ser interpretado como una negativa... Ella solo rezaba por estar equivocada ante esa corazonada. 

Continuaron caminando en total silencio, el cual con el paso de los minutos se sentía mucho más pesado, donde el tintineo de los zapatos de la chica y las sandalias del otro no ayudaban mucho a que este se disipara, al contrario, parecían destacar aún más la densidad del aire en ese momento.

  — En verdad te ofrezco una disculpa por lo sucedido esta tarde.— Will se giró a mirarla de forma imparcial. Ahora mismo lo que menos quería era tocar ese tema después de que ya se habían instaurado un silencio tan incomodo.

—Ya no se preocupe por...— las palabras de Will se vieron abruptamente interrumpidas por el llegar de la suave brisa. Un viento travieso que se había colado en los pasillos por culpa de una ventana abierta, le hizo girarse para mirar hacia el exterior. Un dulce aroma llegó al muchacho y al asomarse notó que había un hermoso jardín en el centro del palacio. Colmado de flores rojas y amarillas, colores muy brillantes y llamativos, con una inmensa variedad de pétalos y un aroma de lo más dulce.

— ¿Eso es...?

— Es el Jardín Real joven Solace. La reina Perséfone mandó a hacerlo en memoria de nuestro padre, antes de su suicidio.— con voz queda respondió la muchacha mientras se colocaba al lado del joven rubio.

La palabra "suicidio" desconcertó un poco a Will, quien con una mirada demostró su horror ante el uso tan casual de una palabra tan fuerte como esa. Y de hecho, ahora que lo pensaba, no había visto a su suegra en todo ese tiempo. A parte del mayordomo, unos cuantos guardias, el propio Emperador y su cuñada menor, parecía que el castillo se encontraba en total abandono. Le había parecido extraño, sí, pero escuchar que un miembro tan importante de la familia como la antigua reina viuda, sería una noticia que sin dudas se habría extendido por todo el mundo. Pero Will no sabía nada de su repentina muerte... 

Hazel asintió soltando un pesado suspiro. La familia Real del país del Hades siempre había mantenido su vida privada muy en secreto. Ni siquiera en su momento la muerte del rey Hendriksen de Eliseum había llegado a los oídos de los demás, hasta que el joven príncipe de los fantasmas subió al trono oficialmente, unos meses después.

— Cuando mi padre murió la reina cayó en una terrible depresión al grado que perdió al único hijo que pudo concebir con mi padre.— Hazel posó su suave mano en el marco de la ventana, sin despegar en un solo momento la vista del horizonte.— en honor al amor que le profesaba a mi padre mandó a construir este lugar. Poco tiempo después ella cometió suicidio utilizando las mismas flores que ves ahí.

Will tragó grueso al enterarse de que tales flores con colores vibrantes eran venenosas, tan letales que fueron capaces de matar a la reina...

— V-vaya...

— Nuestro país es famoso porque la mayoría de las yerbas que crecen aquí de manera natural son venenosas.— A modo de cerrar la conversación añadió Hazel.— Nunca te dejes ir por las apariencias Will.

Will se giró a mirar a su cuñada pero ella ya estaba dándole la espalda, avanzando lentamente por el pasillo para continuar con el paseo, como si buscase escapar de ese lugar lo más rápido posible. El rubio se detuvo un momento más para mirar esas flores tan bellas y letales para después tratar de alcanzar a la morena.

 El rubio se detuvo un momento más para mirar esas flores tan bellas y letales para después tratar de alcanzar a la morena

Continuaron su breve recorrido hasta terminar en los establos. En este momento el aire era más ligero y ahora a la princesa se le notaba visiblemente más cómoda, como si estar en ese lugar fuera su actividad preferida. Aún así Solace guardó una distancia prudente con respecto a la princesa quien no dudó en acercarse al lugar donde un precioso potro de color beige y una crin azabache, relinchaba con emoción al reconocer quien era la persona que se acercaba a su corral.

—Hola amigo...— Susurró la princesa antes de depositar una suave caricia en la frente del animal.— Acerquese su alteza, me gustaria presentarle a alguien.

Will se acercó con cautela pero formando una linda sonrisa en su rostro al notar como la voz de la princesa Hazel se había hecho mucho más suave y emocional en cuestión de segundos.

—Este es Arión. Es mi caballo.

Will admiró al hermoso animal quien se frotaba contra su dueña como si ella fuera lo que más amaba en el mundo. Era algo hermoso de ver, la conexión entre un animal y una persona siempre le habían parecido algo digno de admirar, pero el ver que tipo de animal estaba involucrado en toda esta escena, lo desconcertó un poco al recordar un detalle que había escuchado de la cultura del país del Hades.

— Pensé que las princesas no podían montar en el país del Hades.— Añadió sin afán de molestar a la muchacha, sino con genuina curiosidad.— Son famosos por creer que una persona virgen se ve muy vulgar sobre un potro.

— Lo es, está muy mal visto que una virgen monte a caballo pero tengo la autorización para mantener a Arión dado que es un regalo de mi prometido.

Will parpadeó un par de veces antes de darse cuenta de lo que decía esta chica. ¿Un prometido? ¡ELLA SE VEÍA MUCHO MÁS JOVEN QUE ÉL! Y eso que Will consideraba un insulto ya estar comprometido con 17 años.

—... ¿Su prometido?

— El hijo del rey Vulcano, el príncipe Leonidas Valdez.— Añadió con cariño la muchacha para después sonreírle al rubio.

Will asintió sin enterarse de mucho, a juzgar por la expresión de la princesa, el estar comprometida con ese joven no implicaba algún sentimiento de infelicidad. Más bien se le notaba complacida o al menos lo bastante resignada como para hablar de su matrimonio arreglado con una cálida sonrisa en su rostro. Por un momento se preguntó si a diferencia suya, la princesa habría tenido el suficiente tiempo como para aceptar su destino al lado de alguien que otra persona escogió para ella... Y si él habría hablado con la misma tranquilidad de su matrimonio, si tan solo hubiera tenido el suficiente tiempo cómo para hacerse a la idea de que algún día tendría que casarse fuera de su país.

El sonido de las puertas traseras de los establos abriéndose llamó la atención de ambos jóvenes para toparse con un chico fornido, de facciones asiáticas muy atractivas y el pelo corto de un negro azabache intenso. Llevaba la ropa manchada de barro y unos cubos con agua y comida en las manos, las cuales eran claramente para los caballos.

Will notó un aroma dulce en el ambiente con la llegada del joven, se giró hacia dónde él suponía que provenía dicho aroma, topándose con el sonrojado rostro de la princesa y cómo esta se sostenía el puño al lado del corazón, sus ojos brillaban de ilusión y la mirada estaba totalmente perdida en el chico que acababa de entrar. Algo completamente diferente a lo que había visto en ella cuando habló de su prometido.

—Princesa... No esperaba verla por aquí hoy.— Habló el joven con una tímida sonrisa, el mismo rubor en las mejillas y un brillo que no pasó desapercibido por Solace.

—Hola... Frank.— Hazel se levantó un mechón de su dorado cabello y lo colocó detrás de la oreja en un movimiento suave y coqueto. Pero de un coqueteo inocente, de esas veces que ni uno mismo se da cuenta de lo que hace con tal de llamar la atención de quienes estén a su alrededor.

Una fina sonrisa se dibujó en los labios del príncipe del Sol. Dando por fin algo de sentido a las descripciones sobre el amor que tantas veces había leído en los libros de poesía que su padre escribía, o en las historias de romance heroico que su madre de crianza le leía antes de ir a dormir. Al fin le estaba dando una rostro a la viva imagen de lo que debía ser el amor.

Realmente no quería destruir la hermosa atmósfera que se había formado en ese momento, pero él sentirse algo fuera de lugar lo llevó a carraspear su garganta, rompiendo la dulce burbuja de ambos chicos.

— ¡Ah, p-perdóname Will! Él es Frank Zhang, es el encargado de los caballos de la familia real.— agregó apuradamente Hazel en un afán de remediar sus modales. Se había dejado llevar.

— Un gusto ¿joven...?

— Solace, William Solace.

— ¿Has dicho Solace?... — extrañado el joven miró directamente a los ojos de Will. Sabía que su apellido era conocido, así que no le extrañaria que al chico le sonará familiar y pusiera esa expresión de "me suena tu nombre pero no puedo decir de donde exactamente"

— Will es el príncipe de Delos, el prometido de su majestad...— Agregó Hazel con una suave sonrisa conmovida, buscando ayudarle un poco al otro chico a recordar quien era el rubio junto a ellos.

— ¡POR EL SAGRADO DRAGÓN! Perdone mi imprudencia majestad, yo no sabía... Perdóneme por dirigirme a usted de manera tan irrespetuosa, yo...— añadió apresuradamente Frank al notar la familiaridad con la cual le había hablado al rubio instantes atrás. Pero en vez de lo que esperaba, el príncipe sólo le dedicó una melódica risa que hizo que los vellos de su piel se erizaran. 

— No te preocupes, como tú mismo has dicho. No lo sabías.— La cálida sonrisa de Will hizo que otra un tanto menos amplia se formará en el rostro del más fornido. Realmente la sonrisa del príncipe era tan única que hasta contagia con solo mirarla instantes.

Will desvió la mirada a las manos de Frank y pensó que llevaba demasiadas cosas en manos. Solace acostumbraba a ser diligente, por lo que no dudó en acercarse al muchacho y ofrecerle una mano para llevar las cubetas con agua y comida. Frank trató de mil maneras para convencerlo de que estaba perfectamente bien, pero el príncipe o era en exceso amable y servicial o un terco de primera.

Cuando Will consiguió hacerse con un par de cubetas empezó a recorrer los establos para repartir el agua fresca y la comida entre los potros del lugar. Cuando terminó con su tarea, vio que a propósito Frank había dejado una porción de agua y comida alejada del resto, también alcanzó a notar que uno de los caballos no contaba con el agua limpia y la alfalfa. Extrañado Solace quería preguntar por ello pero cuando se giró para hablar con el joven, lo encontró en medio de una conversación con la princesa acerca de la forma correcta de cepillar a Orión, quien parecía a la defensiva e incluso celoso del muchacho.

No quería interrumpir de nueva cuenta en esa atmósfera tan dulce, así que optó por hacer como si las diosas le hablaran y continuar con lo suyo. Tomó las cubetas y se encaminó hacía los corralones, encontrándose con una hermosa yegua de crin oscura, pelaje platinado y con unos bellísimos ojos dorados. Era una yegua muy bonita, Solace no estaba seguro de haber visto a un animal más majestuoso que ella.

Por unos instantes, Will solo la admiro con la boca un poco abierta sin avanzar más. El relinchar del animal fue lo que rompio un poco del hechizo en el que se encontraba. Se notaba ansiosa al ver que Will portaba sus alimentos del día, golpeando repetidamente el suelo con su pezuña, como si intentara apurar a Solace para que le diera de comer. 

Con cuidado se fue acercando, tratando de no alterarla más de lo debido pero un gruñido feroz le hizo detenerse rápidamente.

De las sombras emergió un enorme e imponente perro negro. De afilados colmillos y ojos rojos que despedía un aura total de muerte y violencia. Solace sudó frío al mirarlo. Mentiría si no dijera que el perro le causaba terror con solo obsérvalo.

Un grito ahogado de Hazel causó que Will se volteara a verla por el rabillo del ojo. Frank estaba con una cara llena de horror.

— Will aléjate ahora mismo...— le advirtió el chico.— Cerbero es muy agresivo...

—¿¡Cerbero?!

— Es el perro de mi hermano... Él custodia a Serafín...— Añadió Hazel con la voz temblando de miedo.

Will se volteó a mirar de nueva cuenta al can, cuando este le ladró de manera violenta. Solace posó sus iris azules en las rojas del perro y le sostuvo la mirada con decisión. 

Mirar los brillantes ojos del animal le hizo rememorar el momento exacto en que conoció a su prometido; La misma ferocidad y amenaza asomaban de la hostil mirada que había recibido por parte de su futuro esposo, esa misma advertencia de "acércate más y date por muerto" le observaba ahora en la forma de un perro negro de tal vez cinco años.

Pero Will era persistente... O muy estúpido, por qué siguió avanzando con ambas cubetas en las manos sin dejar de mirar al animal.

Avanzaba lento, pero sin perder seguridad en sus pasos y aunque sudaba copiosamente debido a la intensidad del momento, mantuvo una sonrisa cálida en el rostro, como buscando que esta tomara el mismo efecto en el perro como lo había hecho con el mozo de los establos, momentos antes.

Extrañado por su acción Cerbero dejó de gruñir para ahora acercarse más al rubio y comenzar a olerlo con insistencia. Como si tratara de buscar una señal que le obligará a volver a levantar al guardia y abalanzarse contra el chico. Pero no pudo encontrar nada que le hiciera sospechar.

Cerbero y Will intercambiaron una ultima mirada antes de que el perro, dejara de acosar a Solace y se dirigiera a tomar su lugar en una pequeña cama de terciopelo rojo que había al lado de la yegua.

Will dejó escapar un suspiro aliviado, al ver que ya no era el objeto de estudio del guardian del establo y terminó con su tarea antes de que al animal se le diera por volverle a gruñir. Por otro lado, la yegua golpeaba ansiosa el suelo con sus pezuñas en un ritmo fluido, Will le sonrió con ternura y terminó la tarea de cambiar el agua.

Caminó fuera del pequeño cuarto del equino para toparse con que el perro ya no le miraba de forma amenazadora, más bien parecía que estaba esperando algo de su parte, moviendo ide forma sutil la cola de un lado a otro y esta vez observandolo de una forma para nada hostil. Así que confiando en que el perro fuera igual que los lobos de su tía Artemisa, se acercó lentamente dejando una suave caricia en la cabeza del can, quien alegre meneó aún más rapido la cola y sacó su lengua en señal de estar totalmente cómodo y agusto.

— He... Así que no eres tan letal después de todo.— Solace seguía jugando con el animal, rascando la barriga que el canino no dudo en mostrarle una vez que el muchacho empezo a ser más afectuoso con sus caricias, todo ante el asombro de los dos chicos tras suyo, quienes lentamente se acercaron solo para confirmar como el perro mostraba su lado más dócil ante un desconocido como el príncipe de Delos.

— ¿Cómo... lo has hecho?— Susurró Hazel asombrada mientras mantenía su distancia.

— ¿Hacer que?— Con inocencia preguntó Will.

— Cerbero... El perro de su majestad suele ser muy agresivo con la gente. Solo... El Emperador Nicola puede acercarse tanto como tu...

Asombrado Will formó una O con sus labios mientras parpadeaba repetidamente. Eso si que eraun dato... extraño, por nombrarlo de alguna manera, pero decidió adjudicarlo a que siempre se le dio el trato con los animales, principalmente los canes. Su madre de crianza solía decir que al igual que Naomi, el rubio poseía un aura tan tranquila y cálida, tan agradable que cualquier criatura caía rendida a sus pies, por más violenta que está fuera.

— Oh... Siempre se me ha dado el trato con los animales, por favor no se sorprendan de esa manera. Me da la impresión de ser un especimen raro.— Solace se rascó la nuca con nerviosismo para después lanzar una mirada tímida a los otros dos, pero esta se transformó rápidamente en una mueca de preocupación al fijar su mirada en el rostro de la joven princesa. Hazel sudaba copiosamente, el sonrojo en sus mejillas crecía con intensidad, así como el dulce aroma se volvía penetrante, al grado de que le causaba cierta náusea.

— ¿Princesa...?— Con preocupación habló y la chica apretó las piernas por debajo de la falda mientras sus puños se cernían sobre la tela de esta con fuerza.

— Y-yo...

En ese momento Hazel colapso de rodillas al suelo y el aroma inundó todo el sitio. Will no dudo en correr a socorrerla. Esto no podía ser otra cosa que el...

— Oh por los dioses... Frank ayúdame a...

— ¡No!— Apresuradamente agregó el otro muchacho mientras retrocedía con mucho esfuerzo y se tapaba la nariz con una mano.— Yo... Yo no puedo... Lo siento.

— Frank...

— L-Llévese a la princesa, su majestad... Yo no soy... la persona indicada para ayudarle.— La voz de Frank sonaba entrecortada, con un deje de desesperación. Como si un fierro caliente le estuviese atravezando la traquea en ese momento con solo respirar.

Viendo la gravedad de la situación y que el estado de la chica empeoraba a cada segundo que pasaba, Will asintió rapidamente y con la chica en brazos corrió al interior del plació. Mientras que Frank se recostaba cerca de la puerta del corral de Arion, quien relinchaba preocupado por ver como su compañera era llevada en brazos con urgencia.

— Perdoname... Perdoname Hazel... — Fue lo ultimo que susurro Frank, con el rostro enrojecido y un destello rojo en sus castaños ojos, antes de sacar una pequeña botella de supresores para alfa, y tomarlos de un solo trago hasta quedar inconsciente. 

 Con apuro, Will llegó de nueva cuenta al palacio y entre gritos solicitó que le llevaran con el médico real

Con apuro, Will llegó de nueva cuenta al palacio y entre gritos solicitó que le llevaran con el médico real. Una sirvienta que pasaba por ahí en ese momento, corrió a socorrerlo y lo guió por los pasillos que daban con el aula del médico. 

Cuando finalmente habían llegado, la sirvienta llamó a la puerta con urgencia donde un señor de barba larga y mirada cansada les abrió. No necesitó que le explicaran la situación, en cuanto vio a la chica en los brazos de Will, los hizo pasar rápidamente a su despacho.

Will dejó a la princesa en una camilla con delicadeza y el médico comenzó a hacer su trabajo. Mezclando extractos de plantas para formar una especie de jarabe y dejando un pañuelo húmedo sobre la cabeza de la chica con la esperanza de bajarle la fiebre lo más pronto posible. Le dió el extraño brebaje a la joven y esperó unos minutos a que los medicamentos hicieran efecto, pero comenzó a palidecer cuando notó que los síntomas no disminuían en lo absoluto.

— Maldición...—Susurró el médico.

—¿Qué ocurre doctor?—Preocupado habló Will después de haber estado tanto tiempo en silencio.

—Es el supresor... — Susurró con nerviosismo mientras continuaba revisando el pulso de la princesa sobre la camilla. Will apenas alcanzo a escucharlo y empezo a temer lo peor cuando el doctor acompleto — No está funcionando.

Will observo preocupado a su cuñada, y toco su frente para comprobar que en efecto, el supresor no estaba haciendo ningun efecto sobre el celo de Hazel. Esto era muy grave.

Solace solo había visto una vez en su vida un caso como el de la princesa. Era muy raro que un Omega saludable creara resisitencia a los supresores, puesto que el uso de estos medicamentos se daba única y exclusivamente bajo ciertas condiciones, como lo eran la aparición del celo... Que Hazel tuviera una resistencia tan fuerte a este tipo de medicamentos, implicaba que por años ella hubiera estado abusando de su uso de forma indiscriminada... 

Pero ella era solo una niña... ¿Cómo podía una omega tan joven abusar de esa manera de un medicamento tan controlado? 

—¿Qué no está funcionando?— Una voz lúgubre y cargada de enojo sonó desde la puerta de la enfermería, obligando tanto al galeno como al príncipe a girarse en su dirección, topándose con nada más y nada menos que el Emperador Di Angelo.

Genial, las cosas no podían ir peor ahora...

DATO CURIOSO: En la version pasada de este fic, mucha gente y me incluyo yo, tenían dudas con respecto a las edades de Will y Nico jajajaja


DATO CURIOSO: 


En la version pasada de este fic, mucha gente y me incluyo yo, tenían dudas con respecto a las edades de Will y Nico jajajaja. 
Esta vez ya lo tengo claro.


Will tiene 17 años, mientras que Nico tiene 15 años. Pero debido a la desnutrición de Nico y al abuso de supresores, su cuerpo se ve como el de un niño de 13 años. No se preocupen, en cuanto Will empiece a cuidar de su salud, Nico tomará la apariencia que le corresponde. Y si, no habra cuchiplancheo hasta que ambos sean mayores, así que no se me apaniqueen con eso.

Notes:

No iba a borrar este maravilloso meme de este episodio jajaja.

Buen chicos, aquí les vengo con la actualización un poco tardia del fanfic. Digamos que estuve algo enferma en los últimos días y no me había podido sentar a corregir y darle el tiempo que este fanfic se merece.

Sé que de momento hay cambios que no parecen muy relevantes en comparación a la primera versión de este fanfic. Pero les juro que serán muy importantes y necesarios para la trama, así que tengan paciencia y lean este fanfic como si fuera la primera vez que ustedes lo leen.

La siguiente actualización será hasta pasado el 2 de noviembre, ya que en estas fechas es cuando tengo más comisiones de disfraces y cosplays, así que tengo mucho trabajo pendiente. Sin mencionar que estas fechas son sagradas para mi y mi familia, y prefiero desconectarme un poco del internet para disfrutarlas a gusto. Pero no se preocupen, después de esta fecha, volveremos a las actualizaciones quincenales y una vez que haya resubido todo el fanfic hasta donde se quedó hace años, veré que tan viable sea actualizar cada semana. No prometo nada pero espero que sea posible <3

Sin más que agregar, ¡Felices Fiestas paganas!

PRÓXIMA ACTUALIZACIÓN: 8 DE NOVIEMBRE.

Notes:

BIENVENIDOS A LA VERSION CORREGIDA DE MI HERMOSO FANFIC SOLANGELO.

Comenzamos con un prólogo cortito. Pero es necesario si voy a concentrar toda la historia en los capítulos.

Esta historia originalmente iba a ser un fanfic de 30 o 50 episodios tal vez... pero con esto de la nueva version corregida y extendida, ya no estoy tan segura de que vayan a ser solo esos... así que básicamente les digo de una vez que esto se va para largo jajaja.

 

He estado trabajando en la corrección de mis fanfics desde que me mude para acá y es por eso que no me han visto tan activa, pero ahora tengo toda la intención de comenzar este mes con la publicación de la versión corregida y extendida del fanfic que me hizo conocidilla en wattpad.

Los capítulos son semanales, así que ténganme un poco de paciencia.

¡Sin más que decir, nos vemos la próxima semana!