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Si no fuera por sus guantes de cuero y su autocontrol adquirido con la madurez ya estaría comiendo sus uñas por la pura ansiedad que se gestaba en su estómago, ya no era un adolescente que se crispaba por todo y reaccionaba de mala manera, las circunstancias y todos los momentos vividos habían limado asperezas de su comportamiento.
Pero estos momentos de absoluto silencio eran como una lluvia torrencial que caía sobre él, tantos recuerdos de golpe se mezclaban con el caos mental dado por su desconcierto.
Ya no estaba encadenado a vivir en las sombras por su asociación con los explorers, toda esa etapa de servicio y malas obras lo había dejado atrás. Su camino volvió a enderezarse con ayuda de los Rising Volt Tacklers. El líder de un escuadrón persiguiendo a una inocente niña por un misterioso collar y aquella travesía caótica ya no existía, solo era Amethio, un chico arrepentido de sus acciones, cansado de ser manipulado por una organización malvada y con ganas de poder salir adelante para volver a tomar sus ideales con sus propias manos y no dejarlos ir.
Friede fue el primero en ver la duda en sus ojos violetas y un pequeño temblor que dejaba intuir las primeras grietas de un quebradero interior. Encuentro tras encuentro su dilema se acrecentaba, la disconformidad con las acciones de la organización y propias lo golpeaban duro. Fueron incontables las ocasiones en que aquellos cuestionamientos hacía mella en él, ciertos “errores”, como él consideraba en esos momentos fueron cometidos ante esto: ayudó a Liko cuando estaba en peligro antes de preferir hacerse por fin con el collar en una oportunidad única que podía reivindicar su puesto como explorer, animó a Roy cuando lo vio en su peor momento dudando de sus capacidades de entrenador luego de una aplastante derrota con otro miembro de los explorers, incluso los había ayudado a escapar de una situación fatal.
Friede también fue el primero en extender su mano cuando su destitución y expulsión fue revelada por un alto cargo de los explorers en frente de todos, aquella humillación y golpe para su ego no fue comparada cuando momentos después quisieron acabar con él y sufrió el abandono por parte de Conia y Zir quienes se doblegaron ante la organización, sabía que no tenían opción. Aquel líder de cabellos plateados lo puso tras su espalda incluso con el cansancio de los combates que se había tenido en la disputa entre los Explorers y los Rising Volt Tacklers.
Liko y Roy no tardaron en saltar también a pelear a su lado, aquellos niños novatos que ordenaban sin pensar mucho los ataques a un sprigatito y fuecoco ahora eran unos combatientes dignos que hacían deslumbrar y arder el campo de batalla con unos poderosos meowscarada y skeledirge.
Ese día se quebró, fue recogido como piezas por quienes alguna vez pensó como enemigos, resguardado de la organización que juró lealtad. Poco a poco se recompuso, esa mano que le fue extendida y tanto abofeteó fue acogida con fuerza, la calidez le sorprendió, todos a bordo no tardaron en dejar atrás el pasado y el infierno que les había hecho pasar con sus acciones para aceptarlo como uno más. Quien diría que pasaría a ser miembro de los Rising Volt Tacklers.
Los meses fueron pasando acostumbrándose a la rutina y una que otra interrupción de parte de los explorers a quienes por fin pudo dar cara luego de todo el daño emocional. Asumió las consecuencias de sus actos y trató de remendar buscando ayudar a quien podía viajando a lado de sus animados compañeros.
Pero algo más había ocurrido entre todo la travesía que había pasado, algo que había crecido y estaba tratando de descartar con todas sus fuerzas desde el primer pensamiento que tuvo en sus días de explorer: “Friede es genial” “Friede se ve muy bien hoy” “Friede tiene una sonrisa radiante”, simples pensamientos que fueron escalando y eran cubiertos con su pelea interna por el conflicto de los explorers, hasta que aquel conflicto explotó y fue aminorando por fin en su corazón con el cambio de aire.
Estos meses junto al acomodo de todas sus reflexiones por las cosas vividas volvieron a florecer aquellos pensamientos con más fuerza, del crudo invierno pasó a una primavera cálida, sus sonrojos se acrecentaban con simples acciones: sonrisas, comentarios y miradas que le daba Friede. ¿Cómo cayó tan fuerte? Al principio solo justificaba con sentimientos de exclusiva admiración pero también admiraba la fuerza de voluntad de Liko, las energías de Roy, la habilidad de Murdock para cocinar deliciosos platillos, el ingenio de Dot para recopilar información, la tenacidad de Orla en mantener la nave en pie, la sabiduría de Ludlow que lo aconsejaba en sus momentos de dudas, el empeño de Mollie por mantenerlos sanos a todos; Valoraba tanto a su equipo, a su familia, pero con Friede ya estaba rozando algo diferente a la admiración, estaba completamente embelesado.
Y esta situación lo tenía así, con nervios de punta al borde de comer sus uñas. Fue el comienzo de su crisis, una recapitulación de tantos eventos vividos.
Haciéndolo sentir con butterfrees en su panza como había escuchado decir a Ludlow cuando contaba una de sus anécdotas de joven, podría casi afirmar que aquel viejo había relatado esa historia a propósito, aunque estaba tratando de ser lo más discreto posible con sus reacciones su piel pálida lo suele traicionar y es muy probable que más de un tripulante se haya dado cuenta, solo rogaba para que Ludlow fuera el único al tanto, no quería volver a pasar esa vergüenza de entender la indirecta muy directa.
Pues bien entendía y podía definir lo que estaba pasando con sus sentimientos hacia Friede, él estaba enamorado y los sentimientos que trataba de ignorar florecían cual jardín custodiado por un Florges.
Ese era el problema, ya no podía contener sus sentimientos, sentía que en cualquier momento se desbordaría y terminaría por soltar todo lo que trataba de contener en su frágil corazón. Ya no sabía cómo reprimirlo, no podía sellarlo. Ya no sabía qué hacer.
O eso diría si no fuera porque la simple opción de confesar su amor. La simple acción que no puede realizar porque de simple no tiene nada, además… ¿Friede correspondería sus sentimientos? ¿Realmente funcionaría una relación cuando eran tan diferentes? ¿Tan siquiera eran compatibles?
—Amethio, ¿Estás bien? — la voz de Mollie le sacó del profundo trance, casi provoca que salte de la silla, ¿cuánto tiempo había pasado desde que se hundió en sus pensamientos? Estaba en la enfermería en un chequeo semanal de sus pokémon luego del entrenamiento con Friede, cosa que escaló hasta un punto donde él casi dice algo inapropiado para la situación. Arceus, casi su boca fue más rápida que su procesamiento cerebral para decirle a Friede que se veía lindo con el atardecer detrás y su sonrisa se equiparaba con el mismo sol. — ¿Amethio?.
—Sí, perfectamente bien, solo estaba muy concentrado en una estrategia para ganar a Friede, hoy estuve muy cerca —respondió rápidamente, de milagro no se había trabado en pronunciar toda la oración, Mollie todavía le estaba mirando raro pero esperaba que esa respuesta sea suficiente para calmarla.
—Okey…Como te estaba diciendo, Ceruledge se encuentra en perfecto estado y Corvinknight está realizando su cambio de plumaje con buen ritmo, no hay de qué preocuparse. —informó mientras le extendía la bandeja que contenía las pokéballs, Amethio las tomó acariciando con ternura antes de guardarlas, luego de un breve cruce de palabras de agradecimiento se despidió de la enfermera para encaminarse a su habitación, quería evitar a toda costa ampliar la conversación del porqué de su comportamiento.
—Amethioooo, oeee —el llamado detuvo su caminar y no quedó de otra que voltearse a ver qué quería su compañero, solo deseaba ir a descansar hasta que la cena esté lista pero parece que habría una pequeña interrupción de por medio.
—¿Pasa algo? —volteó y vio a Roy acompañado de Liko con una bandeja pequeña de pokélitos, recordó que Murdock los había hecho para la merienda pero apenas pudo probar unos cuantos cuando Friede lo llamó para entrenar, cuando por fin había hecho un hueco en su agenda, según entendía éste estaba ocupado con un encargo muy importante.
—Nop, nada demasiado serio, solo queríamos preguntarte si podrías hacernos el favor de llevar estos pokélitos a Friede, porfisss —respondió tomando la bandeja que cargaba Liko para entregarla directamente en sus manos. Estuvo a punto de objetar tan repentino pedido hasta que la explicación apurada de la chica salió.
—Iremos con Dot para discutir el tema del encargo de ciudad Algaria y como tu habitación queda más cerca nos ahorraríamos cruzar toda la nave, además tenemos miedo que Dot se enoje por hacerla esperar.
—Eh, vale, no hay problema —contestó un poco sorprendido con la rapidez con que recibió la excusa, Roy se veía muy sospechoso asintiendo enérgicamente. Al final no quedó de otra que aceptar y volver a su rumbo original sin embargo con el final del camino marcado hacia la habitación de Friede.
—Ah, por cierto, Murdock también manda decir que la cena se retrasa, el horno está dando problemas y Orla está viendo cómo arreglar porque quiere esa tarta a toda costa —comentó Liko luego de que diera unos pasos para alejarse, eso explicaba la explosión que había escuchado a lejanía cuando terminaba el combate con Friede.
—Bueno—sin más que añadir ni ser interrumpido, continuó su caminar, listo para encontrarse con aquel que hacía latir tan fuerte su corazón. Solo rogaba para que sea una visita corta sin tantos contratiempos.
No tardó en encontrarse frente a esa puerta con el letrero de Charizard con el nombre del ocupante y brillos, fue un regalo de Mollie como broma pero había terminado encantando a Friede y siendo colocado con orgullo. No pudo evitar sonreír con ternura ante el detalle y procedió a dar unos golpecitos en la puerta esperando que le den permiso para pasar.
No recibió respuesta de inmediato, lo cual fue extraño, por lo que le tocó golpear más fuerte, quizás había salido o se encontraba dormido aunque estas horas no eran normales para una siesta.
—¡Pasaaa!, estoy un poco indispuesto para abrir la puerta —soltó esa conocida voz dentro de la habitación antes que Amethio pudiera armar más posibles ideas a sus inquietudes. El chico no tardó en obedecer y giró la perilla con una mano adentrándose a ese territorio que solo había visto unas contadas ocasiones cuando le tocó unas tareas de recadero.
Vaya que había cambiado mucho a cómo lo recordaba había papeles con anotaciones sueltas por ahí al igual que unas cuantas ropas dispersas, parece que alguien no tuvo tiempo de poner orden y ese alguien estaba enfrascado frente a una computadora dándole la espalda y con el cabello todavía húmedo. Cerró la puerta tras de sí para más privacidad, nadie más necesitaba ver el desorden.
—Murdock, puedes dejar los pokélitos en la mesita de noche, porfa. Por fin caí en cuenta la solución para los errores que da la pokedex con la compatibilidad de los grupos huevos, esa ducha fue milagrosa como no te puedes imaginar —la voz emocionada de Friede inundó su cerebro, parece que por fin se libró de las ataduras del encargo, eso lo hacía sentir aliviado, a la tarde la culpabilidad de ocupar el tiempo de compañero le atravesaba pero no quería decir nada porque su corazón gritaba por pasar más tiempo acompañado.
—Lo milagroso no valdrá tanto si te resfrías por no secarte bien el pelo —respondió más suave de su voz habitual a pesar que era un reproche a la imprudencia del mayor. El sobresalto no se hizo esperar y la silla giró hacia su dirección.
—Ahh, Amethio no te esperaba —aquellos ojos lo miraban fijamente hasta que se centraron en los pokélitos con decoración de pikachu, la sonrisa que tenía se hacía más grande. Era tan precioso cómo se emocionaba con los dulces, pero ese no era el punto y debía focalizarse.
—Yo tampoco pero parece que hubo ciertos inconvenientes con el horno y Murdock se quedó a revisar con Orla, envió a Roy y Liko pero esto terminó en mis manos. La cena se va a retrasar un poco —procedió a informar acercándose con cautela, gran parte de las luces estaban apagadas y la pantalla del ordenador junto a la ventana de la habitación eran la única iluminación.
—Oh, ya veo. Disculpa el desastre, este inconveniente de la pokedex no pensaba que iba a llevarme tanto. —Y vaya que se notaba por los apuntes esparcidos y pestañas abiertas en los monitores.
—No importa, come —solo negó con su cabeza antes de depositar la bandeja en una mesa cercana y agarrar un pokélito con su respectivo papel de cocción todavía pegado para ofrecerlo a Friede. Iba a comentar algo más pero el hombre se acercó con todo a la silla y dio un mordisco al pokélito que estaba en su mano… no lo agarró.
El pánico interno lo paralizó de inmediato, acababa de sostener un pokélito y alimentó a Friede. Esto no estaba por completo en sus planes, él solo quería una visita rápida, pasar un rato tranquilo juntos, no que escalara a un nivel así, si hasta le parecía mucho compartir un sorbo de una misma botella de agua. Que Arceus lo ayude.
—Está muy bueno, aunque casi me como el papel de cocción, esta nueva receta de Murdock realmente está increíble —Friede rompió el silencio luego de tragar aquel pedazo dulce. Amethio solo quería concentrarse en la cara deformada que traía el pikachu por el mordisco sin embargo sus ojos estaban clavados en la boca del mayor, como esa lengua limpiaba el rastro de migajas con merengue dejando una capa fina de saliva que resaltaba aquellos labios —¿Amethio?
Algo reaccionó en su cerebro, necesitaba repetir esa experiencia, poder acercarse de esa forma, no solo físicamente sino afectivamente, para él dar de comer a alguien era muy íntimo, los recuerdos de su infancia estaban plagadas de vacíos afectivos, este tipo de contacto era extraño, solo llegó a compartir la comida con sus pokémon quienes tenían su completo afecto y confianza, un lazo forjado por años de batallas. Y ahora poder hacerlo con el hombre del cual estaba enamorado era algo nuevo.
Tragó saliva antes de sacar el papel de cocción y ofrecer el resto de pokélito, el de cabellos blancos no tardó en acercarse y comer lo que faltaba, le hacía mucha ilusión las reacciones de Amethio ante sus acciones, no esperaba que se paralizara de tal manera y luego prosiguiera por cuenta propia, el sonrojo que adornaba se notaba incluso con la iluminación difusa.
—Actualización completa btzzz —la vocecilla de rotom llenó la habitación requiriendo atención, Friede giró de vuelta para comprobar cómo había quedado ese trabajo y confirmar que era libre del encargo por fin. El chico de cabello bicolor volvió a respirar luego de aquel momento, se había expuesto demasiado, necesitaba un descanso urgente de todo, al menos agradecía que ningún pensamiento haya sido liberado por sus cuerdas vocales, eso sí hubiera sido demasiado vergonzoso.
—Ya funciona, soy libre de esta penuria —festejó levantando los brazos en señal de victoria, generalmente las cosas de programación se los deja a Dot pero este era un encargo especial de un profesor quien fue su compañero y requería sus conocimientos para solucionar errores con la mezcla de información acerca de las compatibilidades de los diversos grupos huevos.
—Entonces me retiro y te dejo descansar —realmente no quería ser una molestia para Friede, consideró que dejarlo en paz y bien alimentado podría aliviar todo el estrés que sufrió por aquel encargo, eso y necesitaba salir de ahí para poder procesar todo lo ocurrido. Ya no podía mirarlo a los ojos y tratar de enfocarse en cualquier otro punto brillante tardaba en dar efecto. Atontado y en las nubes era descripciones demasiado acertadas para su estado actual.
—¿No quieres probar la nueva actualización de compatibilidad de grupos huevos recién solucionada?— preguntó rápidamente Friede quien se sentía muy cómodo con Amethio cerca y más ahora que sabía la disposición del chico de ser un poco más cercanos.
—Si me dice la compatibilidad que tengo contigo estaría encantado —soltó de golpe con tanta naturalidad, no podía caber en la sensación de haber hecho una acción de afecto tan cercana la cual daba una calidez a su corazón y…
—...
—...
El silencio cayó de golpe, se podía escuchar hasta el sistema interno de la computadora trabajando.
—Si que tienes una vena humorística —la risa del mayor resonó por la habitación.
—Olvídalo —la súplica no tardó en escapar también de su boca, sentía que el peso de sus acciones las cuales generaron una gran presión en su cuerpo, no debió decir eso, tan vulgar e inapropiado. Su confesión no debía ser así, ni siquiera debía estar confesándose, cómo se atrevía a pronunciar algo así frente a su líder.
—Pero si fue muy bueno, tengo que responderte ¿no? Esa frase lo merece, veamos, la respuesta científica y nerd sería de que no hay investigación definitiva que avale la confirmación de ser nosotros pokémon aunque algunos de ellos hayan desarrollado similitudes, comportamientos y hobbies similares a los nuestros, más bien ambas especies bebemos un poco de la otra por años de relacionamiento y coexistencia. Tomando en cuenta ello, la agrupación de grupo huevo también no se aplica a nuestra reproducción, lo más similar que tenemos serían los grupos sanguíneos porque aunque la mayoría presenta una compatibilidad sin problemas, la incompatibilidad de RH puede generar complicaciones en el embarazo. Sumándole a ello también debemos considerar que ambos somos hombres por lo que no debemos preocuparnos por ello. Y la respuesta más sencilla dejando el tema del sobreanálisis sería… —las palabras se deslizaban de su boca con rapidez, su profesión latente salía a relucir, no lo podía evitar expresar aquello, el tema de la teoría de la relación de los pokémon y humanos era muy debatido incluso en sus días de estudiante, su contestación comenzó a morir cuando vio la reacción de Amethio, el chico estaba cabizbajo, su cabello era una cortina a la luz que no dejaba ver su expresión pero sus puños apretados fuertemente con el cuero de por medio decía mucho.
Friede se levantó de golpe de su silla ante esto, se dio cuenta de su gran error, definitivamente no debió contestar de tal manera. Su repentino movimiento tuvo una rápida reacción en el chico, un retroceso tembloroso en alerta máxima, en cualquier momento se echaría a correr.
—Yo creo que somos altamente compatibles —soltó subiendo su tono de voz, no era su intención pero verlo así lo asustó de sobremanera, no quería que esto se quede así, con una respuesta tonta soltada a una oración de ligue torpe, debía aclarar cuanto antes sus intenciones.
—Deja de burlarte de mí —murmuró Amethio dándole la espalda por completo, sus ojos comenzaban a arder y las lágrimas se estaban acumulando demasiado rápido temía no poder retenerlas a tiempo, suficiente humillación estaba pasando para dejar que Friede lo vea llorar de nuevo.
El mundo le caía encima y solo quería desaparecer de la existencia, había tirado todo sus esfuerzos en mantener en secreto para ser descubierto por su ineptitud. Era un idiota y odiaba que Friede le tratara con lástima solo para no hacerlo sentir mal, qué le costaba rechazarlo de una vez, creer que había esperanza de ser correspondido dolía más, ya era lo suficiente iluso creyendo que existía una mínima posibilidad cuando Orla le comentó de casualidad que Friede era bisexual y estaba soltero. Arceus, Orla también sabía.
—No me estoy burlando de ti, firmemente sostengo que somos compatibles y no solo eso… Amethio, me gustas, tengo sentimientos por ti, los he tenido incluso cuando eras un explorer, eso nunca me importó, sabía que sufrías y ese no era tu verdadero yo por completo, ahora que te has mostrado como realmente eres ante nosotros yo no podía estar más feliz, tenerte cerca, ser tu apoyo, poder compartir mismo tiempo y espacio. Realmente te quiero —las palabras salían de Friede, las podía escuchar, no sabía cómo sentirse, cómo reaccionar, era demasiado: ¿Era amado?, ¿era correspondido?, ¿era verdad todo esto? unos brazos lo rodearon, lo estaban abrazando, había pasado tiempo desde ello o por lo menos de parte de un humano, la última vez también fue Friede cuando tuvieron esa charla, se había desmayado del cansancio después de llorar por aquel día donde había sido expulsado ni siquiera pudo corresponder el abrazo, solo estaba quieto como ahora, escuchaba los latidos ajenos, sabía que su corazón estaba igual, dolía y le costaba respirar.
No podía decir nada, el habla simplemente se suprimió de su ser, quería contestar, quería preguntar, quería hacer tantas cosas. De a poco se giró como podía en el firme abrazo, el pánico se apoderó de Friede pensando que ya se había sobrepasado, inhaló un poco antes de tirarse sobre aquel hombre y abrazarlo con fuerza, enterró su rostro, ambos estaban temblorosos, con el corazón a punto de explotar. No sabía ni donde estaba parado, si estaba haciendo lo correcto solo quería aferrarse a Friede, creer en sus palabras.
Su cabello y espalda fueron acariciados con ternura como si se pudiera deshacer en cualquier momento y no estaba lejos, había mucha calidez en aquellos brazos, las lágrimas salían y se derramaban en la camisa de aquel que correspondía sus sentimientos, estaba desconcertado, con miedo e incertidumbre pero un gozo indescriptible se extendía en su persona, sobrepasando a los otros sentimientos. Un tiempo después Friede se alejó y levantó su rostro secando aquel rastro de lágrimas con su pulgar suavemente.
—Estoy perdidamente enamorado de ti— pronunció el de cabellos blancos, una sonrisa fue entregada junto un beso en su frente. Por ahora solo pudo asentir mientras sus labios se curvaban de felicidad, también podía corresponder la sonrisa llena de amor. Friede retrocedió un poco y tomó un pañuelo de su respectiva caja ubicada cerca de la computadora, ya varías veces había derramado el café por ahí. Lo extendió a Amethio para que pueda limpiarse la cara y sonar un poco.
El chico no tardó en hacer eso y desechar el pañuelo en la papelera cercana, al menos ahora estaba más presentable y tranquilo para poder hablar, necesitaba contestar aquellas palabras.
—Toma asiento —antes de que pudiera decir algo Friede se sentó en su silla, lo hizo con fines de poder entablar la conversación necesaria acerca de ellos y su relación de ahora en adelante. Pues el mayor quería hacer esto bien y aclarar todos los puntos para que no haya confusiones. Se preocupó cuando Amethio siguió sin poder responder y su cara se ponía más roja de lo que ya estaba. No alcanzó a preguntar cuando el chico avanzó un poco rígido en frente de él antes de sentarse sobre sus piernas cara a cara, eso no se lo esperaba en absoluto.
—Es esto lo que hacen las parejas ¿verdad?— susurró tímido aferrándose a la remera del otro, no pensaba que en menos de 30 min su relación de compañerismo escalara a tal nivel, Friede le profesado su amor y ya sugería ese tipo de cercanía, no iba aguantar tanto si seguía así.
—Me refería a que te sentaras en la otra silla, la que está ahí — Amethio se quedó boquiabierto cuando le señalaron la silla a un costado, ni la había notado por el abrigo que tenía colgado encima y antes que pudiera levantarse por la vergüenza Friede lo agarró por la cintura — No te preocupes, no me molesta en absoluto que me uses como silla mientras, tenerte cerca mío me hace muy feliz y más que asumas nuestra relación como pareja aunque no te lo he pedido adecuadamente.
La mano de Fiede subió hasta su cara toda roja para que no desviase la mirada a otro lado, quería verlo frente a frente cuando realice la proposición tan importante y significativa.
—¿Quieres que sea tu novio?— preguntó suavemente mirando directamente a los ojos, aquellos que ya no reflejaban dolor, inconformidad de estar bajo órdenes incorrectas, solo había añoranza, esperanza y determinación al presente y al futuro.
—¡Sí, claro que sí! —pronunció, su cabeza se movía en asentimiento hasta apoyar por completo su peso en la palma de la mano contraria, la sonrisa se extendió por ambas partes antes que Amethio pidiera algo que tenía en mente hace tanto tiempo — ¿Puedo besar a mi novio?
—Por supuesto, tienes el pase libre definitivo.
Poco a poco se fueron acercando sus rostros hasta que por fin sus labios se sellaron en un suave contacto. Tenue e inocente, efímero pero eterno a la vez. El primer roce de muchos.
…
—Les juro que si tengo que aguantar un suspiro más de idiota enamorado en crisis por parte de esos me voy a volver loca— declaró Mollie dando un fuerte mordisco a su pedazo tarta. Todos los tripulantes estaban reunidos en la mesa del comedor listos para comer, el horno había sido reparado con éxito y podían cenar como era merecido.
—Dices eso pero fuiste la primera que escribió en el grupo toda preocupada sobre cómo Amethio estaba en medio de una encrucijada y otro un empujón para que pase tiempo con Friede y capaz algo mágico suceda — remarcó Dot mientras miraba algunas cosas en su celular. Había avisado hace rato que ya había cena pero los tortolitos todavía no se asomaban, si no venían alguien tendría que sacrificarse para irlos a buscar.
—Al menos yo no propuse sugerir a Amethio que le regale a Friede un applin con la excusa que lleva años pidiendo uno desde que era niño amante de los dulces— devolvió Mollie, la tensión entre Friede y Amethio era el pan de cada día, hasta crearon un grupo aparte para poner en marcha varios planes en busca de darles unos empujones, efectivamente todo la entrega de los pokélitos y poner el incidente del horno como excusa para hacerlo creíble era parte de la idea surgida a último momento.
—Sigue siendo un niño amante de los dulces —todos concordaron ante la afirmación por parte de Murdock.
—Es demasiado obvio regalar applin, Amethio no es ajeno a esa tradición y Friede es un profesor, un nerd — opinó Orla, sirviéndose la comida en su plato, se estaba muriendo de hambre y ver a sus pokémon devorar la parte que le correspondía no ayudaba.
—¿Qué significa regalar un applin? — preguntó todo inocente Roy, todos sus ojos se fijaron en él para luego mirarse entre sí viendo a quien le tocaba explicar la tradición que rondaba acerca de regalar aquel peculiar pokémon. Ludlow asumió la responsabilidad y cuando estaba a punto de abrir la boca para relatar todo el contexto fue interrumpido por Liko quien estaba más cercana a la ventana.
—Ahí vienen— exclamó y todos cambiaron rápidamente el tema de conversación, los concursos pokémon eran lo principal ahora.
—Wallace es el mejor, necesitamos ir a verlo todos para que te tragues tus malditas palabras.
—Perdón por la tardanza, estábamos terminando los últimos detalles del encargo — Friede entró tranquilo detrás de Amethio, todos los ojos fueron directamente a ellos buscando el mínimo cambio, ambos estaban presentables y no se veían sospechosos. Parece que el plan fracasó otra vez y el suspiro de resignación tuvieron que contener para no verse obvios.
Amethio se dirigió a soltar sus pokémon para que cenaran, ambos casi le saltan encima, para los demás esto fue muy extraño pero el chico solo se rio asintiendo con la cabeza, le estaban felicitando por su relación, por momentos había olvidado que sus queridos pokémon habían escuchado toda la declaración y conversación que tuvo con Friede, agradecía que fueron lo suficiente respetuosos para no interrumpir en aquellos momentos. Esta noche les compensaría llenándolos de mimos.
La cena transcurrió sin problemas aunque con la nueva pareja en las nubes participando muy poco en la conversación que se desarrollaba. Lo más destacado eran las miradas clavadas de Ceruledge y Corvirnight a Friede. Todos los tripulantes estaban al tanto de ello y más de uno no pudo evitar la ceja ante el hecho, necesitaban el chisme completo pero nadie soltaba algo.
Ya el tiempo lo dirá. Friede se estaba muriendo internamente por contarles a todos que Amethio y él eran oficialmente pareja pero respetaba la decisión del chico de esperar un poco más, había pasado por tanto hoy que necesita procesar y él admitía que tenía toda la razón seguía asimilando, era todo un sueño estar juntos, tanto tiempo esperando que Amethio esté más predispuesto a mostrar sus sentimientos sin cohibirse demasiado, no quería presionarlo, sabía de que ambos tenían sentimientos latentes pero debían avanzar a su ritmo. La espera había valido la pena aunque se había dado de manera inesperada, no pensaba que reaccionaría tan fuerte al ver a Amethio tan afectado, agradeció a su yo pasado de animarse a confesar todo, fue la mejor decisión de todas.
