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Henko

Summary:

Obito no podía creer su mala suerte.

En resumen, su vida era una constante de dolor y decepción y más dolor, pero estaba acostumbrado. Así que no sabía por qué se sorprendió cuando otra vez todo se torció en su contra y terminó en el altar con su ex compañero de equipo... alguien que lo odiaba y bueno, supuso que ésta vez no podía culpar a Kakashi por despreciarlo porque toda esta situación era por su culpa.

AU omegaverse dónde Obito vuelve a la aldea.

Chapter Text

Obito no podía creer su mala suerte y lo que es peor, que había arrastrado a alguien con él en su desafortunada mala fortuna.

Escaló con mucho esfuerzo desde que tuvo conciencia para pasar de ser un bastardo huérfano a ser legítimamente un Uchiha, a pesar de que a sus espaldas lo llamaban la oveja negra de la familia. Lo cual no era una gran mejoría si era sincero, pero ya no negaban su existencia o le volteaban el rostro. Como adulto aprendió a vivir con el desprecio familiar sin sentir la desesperación o dolor que sentía durante su niñez.

Y actualmente había estado más concentrado en aceptar la imagen que le devolvía el espejo todos los días, le era difícil verse pero lo seguía haciendo a diario porque tenía la esperanza de que talvez un día le costaría menos mirarse. Así que las estupideces de sus parientes pasaron a segundo plano hace mucho tiempo.

También aprendió a lidiar con las pesadillas y su terror a terminar encerrado nuevamente en una cueva con ese anciano senil (que resultó ser un pariente) y esos seres raros obsesionados con hacer caca. Fue un año de aguantar a esas cosas blancas hablando estupideces y preguntando aún más estupideces, aunque lo peor fue tener a Madara como maestro. Sí, aprendió en meses lo que jamás aprendió en la academia y con Minato sensei pero prefería seguir siendo el peso muerto de su equipo al hombre que era hoy en día.

A veces, luego de una muy mala noche de pesadillas, creía que hubiera sido mejor haber muerto cuando esa roca lo aplastó. A pesar de lo que proyectaba ante todo el mundo no pasaba un día en el que no se sintiera como un monstruo fingiendo tener algo de humanidad. Pero luego cuando pasaba el rato con Rin y ella lo trataba como si nada malo hubiera pasado se arrepentía de pensar de forma tan pesimista.

Y hablando de Rin...¡Hasta aceptó que nunca lo amaría de la forma que él quería! Dolía pero no podía forzar los sentimientos de nadie. Aceptarlo era el único camino para no perderla.

En resumen, su vida era una constante de dolor y decepción, pero estaba acostumbrado. Así que no sabía por qué se sorprendió cuando otra vez todo se torció en su contra y terminó en el altar con su ex compañero de equipo. Se estaba casando con alguien que lo odiaba y bueno... supuso que ésta vez no podía culpar a Kakashi por despreciarlo porque toda ésta situación era por su culpa.

Él sabía que era un Alfa desde los trece años, pero uno modificado por el experimento con las células del primer Hokage y que por lo tanto todo lo relacionado con su género secundario era diferente a lo usual. El no haber muerto cuando Kakashi lo atravesó con su chidori le dió una clara pista de qué tanto había cambiado su fisiología. Nada en él era "normal". Los médicos le habían dicho que debían estudiar más su cuerpo y por un tiempo los dejó hacerlo hasta que se cansó de ser un sujeto de estudio. Solo estuvo tentando a volver por más estudios de forma voluntaria cuando notó que todos los Alfas de su edad ya habían pasado por su celo y él no, pero la idea de ser estudiado de una forma más invasiva le hizo desistir y aceptar que tal vez lo que le hizo Madara no solo lo convirtió en casi inmortal, sino que también jodió todo lo que tenía que ver con su lado Alfa.

No se sentía atraído por las feromonas de Omegas en celo, es más hasta le daban náuseas. Tampoco se sentía amenazado y con el impulso de atacar o dominar cuando otros Alfas perdían el control e intentaban doblegarlo con sus feromonas. Las únicas veces que no ocultó sus feromonas fue cuando lo usaba a su favor en el calor de una batalla y era capaz de hacer que hasta los Alfas más fuertes sintieran la necesidad de mostrarle el cuello. Así que no era raro ser visto con miedo o desconfianza por shinobis y civiles que sabían de qué era capaz.

Y creyendo que jamás pasaría por el celo como los demás Alfas y sin preocuparse por el hecho de no atraer jamás a una pareja no creyó necesario examinarse. Aceptó que nunca sería de agrado ni siquiera como pareja pasajera de nadie porque las únicas veces que pudo producir feromonas fue para intimidar o advertir a alguien que si lo molestaba un poco más iba a atacarlo. Las feromonas que servían para calmar o seducir a una pareja nunca se hicieron presentes por mucho que lo intentara en secreto en la seguridad de su hogar. No necesitó que le confirmaran que la glándula donde su aroma (que también emitía un olor demasiado agresivo para cualquiera y por lo tanto debía mantener oculta siempre) también fue jodida por el experimento de Madara.

Entoces aceptando su destino los años pasaron y olvidó completamente todo el asunto del celo o apareamiento, estaba convencido que estaba atrofiado y sin arreglo en ese sentido. Se conformó consolándose con que todo estaría bien mientras tuviera la amistad de Rin y Asuma, hasta la rivalidad de Gai era bienvenida aunque todavía no sabe cuándo aceptó ser su segundo rival.

Hasta ya no le dolía tanto ver a Kakashi de lejos sabiendo que su ex compañero de equipo lo evitaba a propósito con éxito. Ni siquiera toleraba compartir el mismo espacio por más de unos minutos antes de irse como si estuviera evitando una plaga.

La única vez que Kakashi le había hablado desde que regresó a la aldea fue para preguntarle cuándo quería que le devolviera el ojo y la conversación había terminado muy mal. En ese tiempo todavía no sabía que sus feromonas eran demasiado agresivas y fuertes, no tenía control y por lo tanto cuando Kakashi se tambaleó y cayó de rodillas comenzando a hiperventilar se había asustado sin saber que al acercarse más daño le causaba. Kakashi había terminado inconsciente y una las enfermeras betas le habían gritado desde el pasillo del hospital que controlara sus feromonas antes de que él se alejara hasta llegar a una ventana para ventilar y que ellas pudieran acercarse con mascarillas. Kakashi había sido hospitalizado ese día y no lo dejaron verlo, después de ese incidente nunca estuvo a solas con él ni volvieron a dirigirse la palabra.

También luego de ese día jamás salió de su casa sin un parche inhibidor de feromonas en su cuello y muñecas, ningún producto podía bloquear sus feromonas por completo pero al menos lo hacían más tolerable para el resto. Rin lo había consolado diciendo que Kakashi no estaba enojado con él y que solo se culpaba a si mismo por todo lo que pasó, ella le aseguró que un día volverían a ser cómo antes. Obito le había sonreído y cambiado de tema. Antes de la misión del puente Kannabi no era exactamente el mejor amigo de Kakashi, pero habían crecido juntos y combatido codo a codo a pesar de los regaños y discusiones eventuales entre ellos. Obito había llegado a apreciar y a respetarlo, no solo se esforzó para volver a la aldea por Rin después de todo, y sabía a pesar del carácter desdeñoso y los regaños que Kakashi también lo apreciaba y le importaba su bienestar. Pero todo eso quedó atrás y la distancia nunca se acortó como Rin le había dicho que sucedería.

Pero esa distancia que creció entre ellos todos estos años se acabó de forma abrupta cuando el Hokage los llamó a ambos al mismo tiempo a su oficina y les asignó una misión que debían llevar a cabo juntos.

Kakashi no lo había mirado ni una vez durante todo el tiempo que estuvieron frente al escritorio del Hokage y abandonó el lugar sin darle un vistazo de reconocimiento. Minato le había dicho que esperaba que completaran la misión con éxito y que lograran arreglar sus asuntos de una buena vez, estaba cansado de asegurarse de no invitar a uno a su casa sin antes comprobar que Kushina no haya invitado al otro.

"Seguramente esto no estaba en los planes de Minato sensei" Se dijo Obito mirando de reojo a Kakashi, recordando la marca que estaba oculta detrás de la tela. Una marca de apareamiento que no podría borrarse.

Estaban sentados uno al lado del otro mientras se acababa la ceremonia de matrimonio. Su ex amigo, ex compañero de equipo y actual esposo tenía una expresión indiferente que podría engañar a todos con su falsa calma pero no a Obito, estaba lo suficientemente cerca para ver el calor en su mirada que le daba a entender que quería matar a alguien. Y era muy probable que en su mente estuviera asesinando a Obito.

Fuera del templo el agua caía haciendo que no se distinguiera mucho el exterior y dentro había un silencio sombrío bajo los ojos juzgadores de los ancianos y el líder del clan. Sintió que su piel se erizó cuando todo terminó y quedaron solos en el templo, se suponía que debían ir con el resto a beber y fingir que todo estaba bien.

"No puedo huir a Kamui" se reprendió cuando la idea de irse se le cruzó por su mente, no podía dejar a Kakashi en el complejo solo luego de meterlo en todo este problema.

Lo miró sin disimular y sabía que él estaba al tanto de su atención pero ninguno dijo nada. Era incómodo y no quería arruinar más la situación por el momento. Ya lo había arruinado bastante cuando no se preocupó por comprobar si sería capaz de tener un celo algún día y echó a perder todo cuando sus hormonas decidieron enloquecer en medio de la nada perdiendo el control.

En un momento estaban ignorándose mutuamente y luego se sintió afiebrado, tanto que Kakashi le había hablado por primera vez en años y él no había querido admitir que se sentía enfermo. Ese fue otro claro error que lo llevó a desmayarse en medio de la nada para despertar con Kakashi a su lado pareciendo igual de enfermo que él por culpa de sus feromonas descontroladas. Y luego todo se volvió peor.

—Kakashi...

—No digas nada, al menos por hoy— cerró la boca al escuchar su voz por primera vez en días y lo vio levantarse luego de decir aquello, su tono había sido plano y sin demostrar ninguna emoción alguna. —Vámonos.

Asintió mirando como la lluvia seguía cayendo fuera, pero a Kakashi no pareció importarle porque salió y caminó como si nada. Obito aspiró y exhaló aire antes de salir para caminar detrás de él porque ambos iban hacia el mismo lugar, su casa, la casa de ambos a partir de ahora. Porque se unieron, de alguna forma sus feromonas mutantes lograron que una marca de apareamiento se hiciera y no pudiera borrarse a pesar de que Kakashi no era un Omega ni tampoco un beta de rango bajo. Ahora eran codependientes de las feromonas del otro y aprendieron por las malas que no podían ignorar aquello. Y no podrían formar un vínculo de pareja con otras personas, no es como si él lo hubiera pensado, pero no tenía idea de qué esperaba Kakashi. Aunque estaba seguro que no esperaba unirse con un Alfa, no era algo posible y sus instintos deberían estar locos desde que se unieron por depender de las feromonas de un Alfa, uno que evitó por años y que seguro planeaba seguir ignorando por siempre.

Lo cual parecía que seguía siendo el plan de Kakashi ahora que lo veía entrar a la casa como si siempre hubiera vivido ahí y caminar hacia el baño para deshacerse de la ropa mojada y volver a aparecer con tan solo una toalla envolviendo su cintura para encaminarse a su cuarto cerrando la puerta sin verlo ni una sola vez y probablemente ponerse algo más para dormir. Al menos eso suponía Obito porque en todo momento se quedó parado cerca de la entrada esperando alguna señal de... algo.

Pero no hubo ninguna señal divina ni de Kakashi sobre qué hacer o decir, así que fue al baño a deshacerse de su ropa mojada y salió con una toalla al rededor de su cintura antes de caminar hacia el sillón que estaba en su sala.

"Tal vez debería comenzar a dejar ropa por aquí..." Asintió para sí mismo acostándose y felicitándose por haber elegido bien porque ésta sería su cama por ésta noche. Y probablemente las siguientes.

En ese momento comenzó su capacidad de adaptación y aceptación a ponerse en marcha. Mañana podría comprar un futón y acostumbrarse a que la sala sería su cuarto a partir de ahora, cederle el cuarto a Kakashi no le parecía mal después de todo. Él ni siquiera necesitaba dormir tanto, pero intentaba hacerlo todas las noches de cualquier modo porque notó que su mente estaba  más tranquila. Era lo mismo con la comida, su metabolismo era raro y comía solamente porque a pesar de no sentir hambre y poder estar sin comer por meses le gustaba el sabor de la comida y dulces.

"No hay mucho para comer en mi cocina..." pensó frunciendo el ceño. Comenzó a hacer una lista sobre todo lo que tendría que hacer, comprar comestibles era una de ellas teniendo en cuenta que ahora vivía con alguien que podía comer como una persona normal. También debía hablar con Rin y constatar que todavía contaba con su amistad a pesar de que él, de todas las personas, se unió con el hombre que ella amaba. Cerró los ojos concentrándose en el sonido de la llovía golpeando contra las ventanas, la tormenta solo iba a empeorar durante la noche y no daba un buen augurio para su futuro a partir de ahora.

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Desde que tenía uso de razón Kakashi se había determinado a ser el mejor shinobi y su modelo a seguir era su padre. Sakumo Hatake era el reconocido colmillo blanco de Konoha, quién podía hacerle frente a los tres sanin y un Alfa en todos los sentidos definido como perfecto.
Y lo fue hasta que aquella misión fallida sucedió, no importó nada de lo que logró hacer por la aldea durante toda su vida ni las amistades por las cual cayó en desgracia.

Kakashi observó en silencio sin saber qué hacer para recuperar al padre que tanto admiraba y amaba. Fue un testigo silencioso de cómo rápidamente Sakumo se marchitaba física y mentalmente hasta que ya no quedó nada, solo una mancha de sangre que nunca logró borrar por mucho que la limpiara.

Todo el proceso fue muy rápido, fue como si un día estuvieran festejando su quinto cumpleaños para que al otro día ese hombre apático llegara para remplazar a su querido padre. Le costó reconocer que ese hombre era su padre y que quién se quitó la vida también fue Sakumo. No discutió cuando lo llamaron hijo del traidor o el hijo de una escoria, tampoco agachó la cabeza, solo siguió su camino.

Kakashi cambió su enfoque de cómo debía ser. Su padre siguió siendo su modelo a seguir, pero como la  personificación de los errores que no tenía que cometer. Se aseguró de endurecer su carácter y no formar lazos de amistad con nadie, su padre había fallado por esa razón. Aquello solo le causaría dolor si llegara a tener que elegir seguir la misión o salvar a un amigo, porque él jamás elegiría a un individuo por encima de una misión. Su padre lo había hecho y no solo arruinó su vida al hacerlo.

No esperaba que dos genin arruinaran su determinación.

Había entrado en pánico en su hogar la primera vez que se dió cuenta que se encariñó con ellos y los consideraba amigos, aunque no lograra aceptarlo en voz alta. Rin era amable y aunque no era una kunoichi con las habilidades para pelear lo compensaba con su compañerismo y atención hacia ellos para curar sus heridas. Y Obito era todo lo que no debía ser un ninja. Kakashi no tuvo piedad en remarcarlo en casa ocasión que podía e intentar hacer de esa forma que recapacitara, creía que seguramente terminaría muerto hasta cumpliendo las misiones de rango D. Misiones que Kakashi odiaba volver a hacer desde que lo asignaron al equipo siete, fue un retroceso en su nivel y lo único bueno que había sacado de esa situación fue tener a Minato como sensei. Pero aún así, resentido con el retroceso, se desquitó con el más inútil del equipo por meses.

No tenía idea de cuándo fue que comenzó a apreciar la risa despreocupada del Uchiha y a querer que su estupidez no se le quitara porque eso significaría que pasaría por situaciones que marchitan la inocencia e idealismo. Y aún menos supo cuando comenzó a gustarle y, para su horror, que su atracción escalara hasta ser sentimientos románticos por el chico más inútil y tonto de su generación.

Fue como recibir una bofetada en el rostro por la ironía de estar enamorado de alguien que personificaba todo lo que él despreciaba. No seguía las reglas, algunas porque ni siquiera se tomó la molestia de aprenderlas; también era ruidoso, llorón, cómo ninja era peso muerto y no tenía ni siquiera un mínimo control de sus emociones o su chacra. Obito era un desastre y Kakashi estaba seguro que si no se mataba a si mismo por su idiotez haría que mataran al resto, por ello siguió presionando pero con el objetivo de que mejorara y se mantuviera con vida.

Luego se sintió confundido porque Obito se presentó como Alfa y él, al poco tiempo, también lo hizo. Y su confusión fue peor porque sus sentimientos no cambiaron y aunque sí sentía ganas de luchar y llevarle la contraria para su horror también seguía enamorado de otro Alfa. Y uno que seguía siendo bastante incompetente y torpe además.

Pero todo eso dejó de importar cuando ocurrió la misión del puente Kannabi.

Aprendió que no abandonar a un camarada y amigo, sin importar las consecuencias, era lo correcto. Las reglas, todo en lo que creía que era lo correcto solo lo convertirían en escoria. Deseó haberlo aprendido sin haber sufrido la perdida de Obito, quién a pesar de sus defectos era mejor persona de lo que él podría llegar a ser.
Y cada vez que veía el ojo que le obsequió antes de que le pidiera proteger a Rin, quien era la chica que amaba, las lágrimas caían no solo del ojo implantado sino que del suyo.

Se odio a si mismo por no haber logrado regresar con sus dos compañeros de equipo a salvo y, cuando las pesadillas se volvían insoportables, no podía evitar culpar a Rin por no ser lo suficientemente fuerte o hábil para defenderse o escapar. Pero luego ella llegaba en sus peores momentos para obligarlo a comer y cuidarse con paciencia y Kakashi entendía por qué Obito se enamoró de ella. Rin no solo era bonita, era amable y tenía un don para hacer sentir bien hasta la persona más miserable.
A veces verla le resultaba doloroso pero aún así se obligó a aguantar porque seguía siendo su amiga y el último pedido de Obito fue el que la protegiera.

No esperaba recibir una confesión de amor por parte de Rin.

Ella había estado vendado su brazo con el ceño fruncido. Él había sido apuñalado por un kunai porque, al ver que Rin estaba siendo superada por su adversario, decidió atacar al ninja que estaba luchando contra ella en vez de protegerse a sí mismo.

Le prometí a Obito que te protegería—fue lo único que le dijo cuando ella le remarcó que debía concentrarse en su propia seguridad.

Lo sé, desearía que él no te hubiera pedido aquello. Todos asumimos los riesgos al elegir este camino... Y sé que lo apreciabas mas de lo que  demostrabas, pero él no querría que te dejaras asesinar por mantenerme a mí a salvo.

—Probablemente él querría que hiciera eso— resopló mirando hacia cualquier sitio antes de levantarse sin dejar que terminara con el vendaje. No podía evitar estar resentido con Rin a pesar que no era su culpa que Obito la hubiera amado y que fuera todo lo que él jamás sería

Kakashi...— Rin lo había detenido al sujetarle la mano y él se había mordido el interior de la mejilla aguantando las ganas de alejarla, ese era uno de los días en los que se le hacía difícil el verla. —Jamás podría vivir si fuera a costa de tu vida, yo te...

—No sigas— la interrumpió alejándose luego de lograr soltar su mano y sin poder controlar su expresión haciendo que ella retrocediera  —Obito estaba enamorado de tí, él fue quien insistió en volver por tí y yo fui la basura que quería abandonarte por el bien de la misión. Gracias a él estás viva.— No supo distinguir si era decepción o tristeza lo que la mirada de Rin no podía ocultar, pero sea como sea decidió aclarar todo para poder cumplir con su deber —Te aprecio Rin, eres mi amiga, pero no te quiero de la forma que quieres y jamás voy a amarte.

Pudo sentir el odio de Obito por hacer llorar a Rin a través del dolor punzante de su ojo. Pero era necesario para que ella dejara de esperar que él confesara sentimientos que no sentía y lograran tener una amistad medianamente normal. Tardaron meses en volver a hablarse sin que se viera dolida y él culpable por ello. Pero con dificultad lograron tratarse con normalidad y comenzar nuevamente a tener una amistad.

Y luego todo volvió a empeorar cuando Rin fue secuestrada cuando fueron emboscados y el pánico se apoderó de él. No podía dejar que le hicieran daño, a pesar de todos los sentimientos contradictorios que le hacía sentir ella era su amiga y había prometido protegerla. Pero había llegado tarde y otra vez había fallado.

Rin era una Jinchūriki y tenía un sello defectuoso en ella conteniendo a la bestia de tres colas. Habían logrado escapar pero ambos estaban agotados y sabían que serían atrapados pronto. Por eso no soltó su mano mientras prácticamente la arrastraba lo más lejos del peligro de lo que podía y lo peor de todo es que ambos reconocían la situación y sentían el peso de la muerte de Obito nuevamente junto con el miedo de ser los próximos.

—¡Kakashi debes irte de aquí y dejarme!— había gritado antes de obligarlo a detenerse y soltar su mano con una mirada decidida que nunca antes le había mostrado, estaba claramente aterrada por la situación pero aún así entró el camino para mostrar determinación. Kakashi hubiera querido que lo hubieran logrado sin que su objetivo de determinación no fuera el suicidarse —Van a alcanzarnos y si no lo hicieran de todos modos sé que hay algo mal en mí, si regreso a la aldea el sello se romperá y este monstruo acabará con todos. No puedo dejar que eso ocurra, así que déjame, yo debo acabar con esto... Si muero ésta cosa muere conmigo.

—No voy a dejarte Rin— miró más allá de ella reconociendo que los ninjas que le hicieron ésto estaban cerca. Intentó agarrar su mano para que pudieran seguir escapando lo más que pudieran a pesar de saber que era inútil. Usualmente se hubiera detenido a pelear, pero la sola idea de fallar en cumplir el único pedido que Obito le hizo y perder a la única amiga que le quedaba lo mantuvo en movimiento.

Pero Rin no dejó que tomara su mano y se veía decidida.

No voy a pedirte que me ayudes a acabar conmigo pero por favor vete— ella le sonrió un poco acercándose a él cuando notó que ya no estaba intentando tomar su mano para seguir escapando —No nos veremos después de esto y sé que no quieres escucharlo y que no me correspondes, pero aún así quiero decírtelo...

—Rin— negó con la cabeza, no quería escucharla, solo deseaba poder salvarla.

Te amo Kakashi.— ésta vez ella no guardaba ninguna esperanza, ya tenía asumido que sus sentimientos no serían correspondidos y solo quería tener la oportunidad de confesarse en voz alta. Así que sonrió un poco antes de adelantarse y darle un beso a Kakashi sin bajar su máscara agradeciendo no recibir un empujón o que hubiera esquivado su acción.

Kakashi no pudo moverse, ya había aceptado que Rin haría lo mejor para Konoha y eso era acabar con ella misma. Si él estuviera en su lugar haría lo mismo. Y cuando le gritó que escapara solo negó corriendo hacía los shinobis enemigos que ya los habían encontrado, no podía mantener su promesa de proteger a Rin pero tampoco la abandonaría. Ésto era una muerte asegurada y estaba bien con ese final. Luchó usando el sharingan de Obito sintiéndose una basura por no cumplir su promesa y a pesar de estar agotado no se detuvo... Hasta que se preparó para usar su chidori sabiendo que eso agotaría su chacra aún más rápido y se lanzó para matar a un enemigo y Rin apareció frente a él. Ante la vista de ella frente a él su cuerpo se había abalanzado hacia atrás mientras intentaba cortar el flujo de su chacra en su brazo inmediatamente, pero fue inútil. Su brazo había atravesado su pecho... Excepto que estaba equivocado, Rin estaba en el suelo mirando la escena horrorizada y quién tenía frente a él era Obito que lo observaba incrédulo y sorprendido, con una forma que no había visto antes en su sharingan.

Obito estaba frente a él, no había muerto antes y ahora había vuelto a ellos para terminar siendo atravesado por su chidori.

Kakashi había sentido las lágrimas caer de sus ojos ante la situación, sintiendo el sharingan tomar aún más de su chacra y punzar de una forma dolorosa como nunca antes hizo. Había fallado otra vez y peor aún, asesinó con su propia mano a Obito.

Recordaba el grito de Rin y la voz entrecortada de Obito decir su nombre antes de que todo se volviera negro a su alrededor. Había deseado que todo fuera una pesadilla mientras caía inconsciente, pero al despertar con el sharingan vendado y reconociendo que estaba en el hospital supo que no había sido una pesadilla. Obito... Él había asesinado a Obito.

Se había arrancado la intravenosa del brazo con brusquedad para huir del hospital sintiendo su respiración agitada y el dolor en cada rincón de su cuerpo por moverse antes de recuperarse. No recordaba cómo había llegado al cementerio, pero se había quedado frente a la tumba de Obito que había estado vacía pero que ahora ya no debería estarlo.

No supo cuánto tiempo se quedó temblando sin control mientras pedía perdón por todo. Pero su balbuceo había acabado cuando sintió unas manos sobre sus hombros y al mirar notó que Minato estaba a su lado intentando llamar su atención. Y de un momento a otro estaba de nuevo en el hospital, intentando que Minato le soltara al darse cuenta hasta que notó que había alguien inconsciente en una cama cercana a ellos  y distinguió a Obito con el pecho vendando, respirando e innegablemente vivo.

Y por primera vez había sentido esperanza, se había permitido creer que todo estaría bien. Que la vida no era una total porquería y que todo comenzaría a tener más sentido.

No pasó mucho tiempo luego de ese momento para que se burlara de si mismo por aquel pensamiento. Nunca volvió a ser tan incrédulo.

*
*
*

—Jefe...— la voz de Pakkun junto con la sensación de ser mordisqueado en su mano lo hizo abrir los ojos para ver a sus ninken mirando preocupados en su dirección. —Nos pareció que tenías una pesadilla.

Se sentó y notó que estaba a punto de amanecer. No había logrado dormir mucho, pero francamente no esperaba dormir en lo absoluto así que las pocas horas de sueño fueron bienvenidas. Había convocado a sus ninken luego de casi entrar en pánico por sentirse atrapado al estar en un cuarto que no era suyo, rodeado de feromonas que no debería querer impregnadas en él. No había nada suyo aquí y solo se le ocurrió traer a sus ninken para evitar huir.

Llevó sus manos a su cabello alborotado y tiró un poco de el frunciendo el ceño molesto. No podía creer que de verdad estuviera en la cama de Obito y que ayer se hubiera casado con él durante lo que debió ser la ceremonia más deprimente y juzgada en aquel templo.

Fue todo mera formalidad para los registros familiares Uchiha, desde que había recibido el ojo de Obito y el jefe del clan había dicho que respetarían el último deseo del joven Alfa había comenzado a figurar como un "medio-Uchiha" en sus registros. Pero ahora figuraría como un Uchiha por estar casado con uno de ellos, algo que solo aceptaron para no perder a un usuario del Mangekyo Sharingan y porque no había riesgo de que hubiera una descendencia de ésta unión.

—¿Jefe?— la nariz de Pakkun empujó contra su codo y abrió los ojos para ver que estaba asustando a sus ninken.

—Estoy bien— dijo suspirando y mirándolos con menos tensión en su cuerpo. —Necesito que me traigan ropa y mis artículos personales, a partir de ahora voy a vivir aquí. Se los explicaré todo luego.

Los vio marcarse para cumplir su pedido y suspiró dejándose caer de espaldas sobre el colchón. El único que sabía sobre todo el asunto era Pakkun y tal como había prometido no había revelado nada a nadie.

Cuando había podido tener la fuerza suficiente para huir del hospital y llegar a su casa lo había convocado para que vigilara mientras se recuperaba en su departamento. Nunca antes había estado tan avergonzado como en el momento en que supo que no solo quienes atendieron sus heridas sabían que se había sometido a otro Alfa. Minato también estaba al tanto de lo que había ocurrido en la misión que no logró completar y la humillación de que alguien a quién admiraba tanto supiera lo ocurrido lo avergonzó lo suficiente para recluirse en su departamento.

Tuvo que confesarle todo a Pakkun cuando el Ninken notó que la herida en su cuello no sanaba y que estaba sufriendo dolores espasmódicos en todo su cuerpo. Él ya sabía que algo estaba mal con aquella herida, una herida causada por una marca de apareamiento que como Alfa no debió recibir jamás. Pakkun solo confirmó lo que ya sospechaba, de alguna forma aquella marca había sido aceptada y estaba unido a un Alfa, a Obito, y los dolores y su agitación se debían a que necesitaba de las feromonas de su Alfa. Lo cual le causaba rechazo también, porque no debería de tenerlo como pareja, su naturaleza estaba en conflicto con lo que necesitaba.

Si un Alfa marcaba a un Omega, ambos dependerían de las feromonas del otro. Y la unión debía reforzarse los primeros días posteriores de haber hecho la marca porque ambos cuerpos debían acostumbrarse. De no hacerse sería doloroso para el Omega y el Alfa podría volverse salvaje, pero también estaría la posibilidad de que la marcar se deshiciera. Rara vez ocurría, pero era posible si el Omega no recibía las feromonas suficientes de su Alfa y sus propias hormonas comenzaban a rechazar el cambio en su glándula de apareamiento.

Kakashi no era un Omega, pero creyó que su propia naturaleza lucharía contra la marca y la falta de feromonas más dominantes que las suyas ayudaría.

Mientras se retorcía de dolor en su departamento había recordado cuando Obito volvió a la aldea, cuando por fin pudo recibir visitas después de sanar la herida que él le había causado con su chidori y reunió el valor para verlo por fin despierto. Se había sentido asfixiado por más feromonas del Alfa y entendió por qué estaba en un área apartada del hospital y solo era atendido por betas de rango medio. Solo estuvo un par de minutos antes de darse cuenta que a pesar de sentir ganas de gruñir para luchar contra el claro dominio que había en el cuarto por otro Alfa también sentía ganas de enseñarle el cuello. Y Obito había estado vistiendo una bata de hospital demasiada grande, su cabello despeinado y largo, también estaba pálido como nunca antes y Kakashi solo quería abrazarlo y decirle lo mucho que le alegraba que estuviera vivo. Quería confesarle que lo amaba, aunque era antinatural y aceptaría su desprecio. Pero Obito le había pedido ver su ojo, el que le había dado antes de su supuesta muerte, y Kakashi se había congelado en su sitio recordando a Rin y lo que ella significaba para Obito. Francamente no recordaba qué dijo, pero antes de entender qué ocurría estaba de rodillas asfixiándose y sus músculos contrayéndose dolorosamente. Había sentido la necesidad de enseñarle el cuello pero su cuerpo no cooperaba y cuando Obito se acercó alarmado todo se volvió negro a su alrededor.

Gracias a ello supo que debía mantenerse alejado de Obito, luego de días donde sus hormonas estaban alborotadas y tenía la necesidad de algo que un Alfa no debía desear decidió evitarlo para no recibir el desprecio de Obito y una humillación aún mayor de la que sentía ya.

Pero todo su esfuerzo fue inútil y dos días después estar en su departamento su marca no desapareció y empeoró. Pakkun había buscado a Rin cuando quedó inconsciente en el baño luego de vomitar solo bilis y cuando volvió a despertar estaba de vuelta en el hospital con Obito a su lado.

Y no había pasado una semana del asunto que los Uchiha ya habían preparado todo y ahora estaba irrevocablemente unido a Obito, casado con alguien que no lo amaría o siquiera sentía atracción por él. Y se odiaba a si mismo porque él debió luchar más para evitar terminar así, en cuanto Obito había comenzado a salirse de control debió dejarlo y pedir refuerzos para contenerlo lo suficientemente para darle algún supresor. Pero no, había dudado de dejarlo solo y antes de poder enviar a sus ninken fue derribado por sus feromonas. Y al contrario de aquella vez que lo derribó de ésta forma ésta vez no estaba asfixiándose y en cambio comenzó a sentir que él también comenzaba a entrar en celo. Había sido confuso y solo se dejó llevar, se dejó dominar y aunque dolía le enseñó el cuello sometiéndose completamente.
Por eso se sentía asqueado consigo mismo y culpable porque debido a su naturaleza desviada creía que de alguna forma debió hacer algo para que los instintos de Obito se confundieran y lo tratara como un Omega.

El desprecio a si mismo era algo habitual en él desde hace años, pero ahora era peor porque había arrastrado a Obito en toda ésta situación antinatural. Y ya no podía ignorarlo, tenía que enfrentar toda ésta situación y hacerlo lo más soportable para ambos.

Cuando sus ninken volvieron con sus pertenencias sacó sus artículos de aseo y una muda de ropa limpia, se suponía que estaba libre de misiones y de servicio de guardia por una semana, aunque luego de terminar la semana tenía que ir a revisar que sus hormonas estuvieran controladas y pudiera estar lejos de Obito sin enfermarse otra vez.

Suspiró quitándose la remera que estaba unida a su máscara y aplicó un ungüento contra su marca para adormecer la zona. Miró de reojo a los ninken y se colocó una mascarilla facial que no estaban unida a otra prenda. Agarró una camiseta y pantalones correspondientes del uniforme Jounin, pero sin tomar sus vendas o la camiseta de red que usualmente usaría bajo la camiseta que agarró. Solo tenía mudas y más mudas de ropa para shinobi, lo único que no era así era la que usaba cuando debía ser Sukea pero no la usaría.

Fue hacia el baño sin hacer ruido y dejando al grupo de ninken en el cuarto, rodando los ojos por la negativa que recibió cuando les dijo que podían irse. Notó que Obito estaba dormido en el sillón, tapado por una manta que recordaba que estaba sobre ese mueble. Anoche no había podido dar la cara y temiendo que Obito fuera al cuarto para pedirle que lo compartieran o decirle que durmiera en otro sitio y que por fin se enfadara con él como debió hacerlo desde un principio. Pero Obito durmió en la sala y lo dejó usar su cuarto sin decirle nada.

Ya en el baño abrió el grifo de la ducha esperando que saliera agua caliente y se lavó rápido. Tomando una respiración lenta buscó entre sus cosas la crema que debía seguir utilizando por unos días, no había dejado que ningún médico lo revisara cuando estuvo consiente y aunque le habían dicho que debían revisarlo nuevamente porque había estado sangrando se negó. Los médicos se habían preocupado de controlar su presión y su desequilibrio hormonal mientras estaba inconsciente, como no detectaron un sangrado interno habían pensando que el desgarro no era demasiado grave. Pero luego él había huido a su departamento y cuando despertó no solo se había encontrado con Obito a su lado sino que con la noticia de que lo habían revisado y aplicado medicamentos.

"—Ellos me pidieron permiso... Y lo lamento pero tuve que dejarlos que te tratarán Kakashi.—" le había dicho Obito luego que la enfermera que fue a verlo le explicó que debía usar una crema dos veces por día, hacer una dieta y tomar unas pastillas para el dolor si las necesitaba.

La enfermera había huido de la habitación sintiendo claramente que él no estaba agradecido en lo absoluto y que en cambio estaba molesto. Y tenía razón, Kakashi estaba furioso. Ya se había sentido humillado porque los médicos sabían lo que había ocurrido y no quería sentirse aún más humillado de tener a cualquiera de ellos abriéndole las piernas y toqueteando esa zona. Él no era médico, pero sabía que estaba desgarrado porque no estaba preparado ni hecho para recibir a otro Alfa y solo había pensado en mantenerse limpio y esperar que en algún momento sanara.

"—Estabas sangrando Kakashi, debían revisarte."— pudo escuchar la urgencia en la voz de Obito cuando volvió a hablarle y en ese momento solo cerró los ojos frunciendo el ceño aún molesto, pero no lo suficiente para discutir así que prefirió fingir dormir.

Y ahora que lo pensaba no le había dirigido la palabra hasta que la ceremonia acabó. Pero eso debía acabar, ya no tenía sentido que se mantuviera alejado. Dejó la bolsa con sus cosas junto a lavado y pensó en que debían hablar sobre cómo se manejaría, no podía dejar su ropa en bolsas y tenía que traer al menos algo de su armamento. Podía dejar la mayor cantidad de cosas en su casa pero necesitaba al menos lo básico a mano aquí. Así que decidido a tener una conversación como un adulto salió del baño ya vestido y sin demostrar ninguna duda o nerviosismo en su expresión.

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Ignorar las miradas y hacerse el sordo ante los murmullos para nada disimulados de la gente a su alrededor era imposible. Pero su mirada clavada en su libro y la falsa calma era algo que ya tenía arraigado hace años y por ello podía fingir que no era consciente de su alrededor.

Sinceramente no había planeado salir, quería mantenerse el mayor tiempo posible evitando el mundo exterior fuera de las paredes de ese lugar. Pero hace unas horas, al salir del baño dispuesto a tener una conversación medianamente decente con Obito, se encontró conque estaba solo en la casa. A excepción de los ninken que seguían en el cuarto firmes en su negativa de dejarlo solo.

Ante la insistencia de Pakkun para que comiera algo había revisado la despensa y el refrigerador. Solo se encontró conque las despensas estaban vacías de cualquier comestible sin estar vencido y que en la heladera solo había un huevo y un recipiente con lo que en algún momento habrá sido comida pero que ahora era algo seco y mohoso. Shiba había aparecido a su lado con su billetera y no necesitó que se lo dijeran para saber que debía ir de compras.

Mientras salía de la tienda con sus bolsas llenas de comestibles y leyendo aún la misma página de su libro suspiró molesto porque fuera de la tienda las miradas y comentarios continuaron. Pero si desaparecía o caminaba más rápido solo alentaría a que hablaran más así que fingió que todo era normal.

—¡Kakashi!— escuchó una voz quejumbrosa que lo hizo despegar la vista del libro y mirar la familiar cara de molestia de Sasuke.

El niño siempre parecía estar enojado por el simple hecho de que las personas a su alrededor respiraran y Kakashi se divertía mucho desde que se convirtió en su sensei en hacer cosas que lograran molestarlo aún más.

—¡Yo!— saludó sonriendo perezosamente antes de guardar el libro viendo cómo su alumno corría para estar a su lado y mirarlo con el ceño fruncido —¿Qué te trae por aquí tan temprano Sasuke-kun? No entrenaremos ni habrá misiones por una semana.

Sonrió sin disimular por el resoplido que el mocoso soltó al cruzarse de brazos.

—No soy un perezoso como tú así que voy a seguir entrenando.— tarareo asintiendo ante esa respuesta y comenzó a caminar de vuelta al complejo. Sasuke lo siguió viéndose más frustrado que molesto.

Kakashi suspiró para sus adentros, usualmente hacía enojar a su alumno a diario pero nunca le duraba tanto la molestia y dirigía su mirada fulminante o sus comentarios mordaces a otro (usualmente Naruto) dejando a su sensei en paz. Hoy, de todos los días, aparentemente no.

—Los campos de entrenamiento quedan hacia el otro lado Sasuke-kun— dijo ganando una mirada fulminante.

—¿Voy a tener que tratarte con respeto ahora?— masculló como si lo estuviera torturando y Kakashi levantó las cejas ya sabiendo con esa pregunta la razón de la molestia de su genin más temperamental. —Ya que estás casado con mi primo...

—Mah... sigo siendo el mismo sensei de siempre. — se encogió de hombros viendo al niño aflojar su postura. Aprovechó que el mal humor ya no estaba dirigido a él para agitar su cabello y sonrió un poco cuando se alejó gruñendo.

—Todavía tienes que enseñarme algo útil así que no extiendas tus vacaciones.

Kakashi contuvo el hacer alguna mueca por la mención de sus "vacaciones" y la posibilidad de que se extendieran. Él no había hablado con sus genin y seguramente Minato no les dijo que su licencia podría extenderse por su problema hormonal. Los mocosos seguro pensaban que tenía vacaciones voluntarias por una licencia matrimonial. Kakashi esperaba que al volver al hospital le dijeran que ya estaba todo normalizado y pudiera volver a su trabajo.

—¿No vas a dejar tu trabajo?— la pregunta lo hizo salir de sus pensamientos y mirar confundido al enano que todavía caminaba a su lado a pesar de que ya estaban ingresando al complejo —Mi mamá dejó de ser shinobi cuando se casó, todas las esposas lo hacen.

—Mah lo lamento Sasuke, seguirás teniendo a éste perezoso como tú sensei— dijo lo más despreocupado posible y el chico volvió a mirarlo con el ceño fruncido, todavía dudando.

—Si no serás como las otras esposas entonces vas a tener mucho tiempo libre. Así que vas enseñarme algo más útil estos días.— fue una declaración y no una pregunta. Kakashi suspiró mirando el cielo falsamente devastado, no había esperado tener a uno de sus genin acosando pero la distracción era bienvenida.

Lo escuchó hablar sobre cómo Naruto le había presumido que su padre le estaba enseñando un jutsu impresionante y en su tono de voz se notaba lo frustrado y celoso que estaba. Kakashi solo asintió con la cabeza cuando sentía su mirada sobre él y, sorprendido, se encontró agradeciendo la compañía del niño cuando llegó a la casa y ambos entraron. Sus quejas e insultos al hijo del Hokage lo distrajeron bastante de la atención no deseada. Obito aún no había vuelto de donde sea que se había ido así que tenían la casa solo para ellos.

Sasuke lo siguió y ayudó a acomodar cada cosa en los estantes y la heladera, hasta lo ayudó a preparar el desayuno. Pero su ayuda solo fue dada porque "eres muy lento y organizas mal las cosas Kakashi, mi mamá lo hace mejor" y aparentemente eso ofendía personalmente al mocoso. Y tal vez puso algunas cosas que iban en la heladera a propósito en los estantes para ver como inflaba los cachetes y fruncía el ceño conteniéndose de gritarle por su error, era gracioso verlo así y no podía evitar provocarlo. El único momento en el que no lo miró con desaprobación fue mientras desayunaban, aunque estaba seguro que antes de salir de su casa Mikoto debió prepararle algo y en su cabecita estaba comparando sus platillos.

—Es una buena decisión no dejar tu trabajo, no creo que vayas a ser bueno como las esposas del clan. Si el matrimonio no funciona al menos tendrás tu trabajo.— sonrió por su comentario buscando con la mirada si había algo más para limpiar, pero al no encontrar nada miró a Sasuke que estaba con los brazos cruzados mirándolo exasperado. —Pero si te preocupa puedo pedirle a mi madre o a alguna de mis tías que te enseñe como serlo. Porque también eres perezoso e impuntual para ser sensei.

—Lo tendré en cuenta Sasuke-kun— dijo palmeando su cabeza como si fuera un cachorro antes de alejarse. Lo último que necesitaba era a una perfecta esposa Uchiha dándole instrucciones y no quería explicarle a Sasuke que su matrimonio no era como el de los demás.

Esquivó a los ninken que dormían en distintos lugares y se encaminó hacia el patio trasero, había esperado que el lugar pareciera abandonado o un mini bosque por el aspecto de la casa en general. No es que estuviera muy sucia y destartalada, pero al igual que la cocina había una capa de polvo sobre cada superficie excepto en el cuarto y el baño que parecían ser los únicos lugares que Obito utiliza cuando está en casa. Pero el césped estaba cortado y había alguna que otra planta que Kakashi no reconoció más allá de saber que no se trataba de mala hierba. Por la lluvia que hubo durante la noche hasta pasada la madrugada habían muchos charcos y barro.

—Será mejor ir al sector de entrenamiento del complejo— dijo Sasuke mirando con desaprobación el lugar para entrar. —Debes enseñarme algo que sea tan bueno como lo que sea que está aprendiendo Naruto.

—Deberías enfocarte en tu entrenamiento y no en el de Naruto— dijo volviendo dentro de la casa para buscar algunas cosas para llevar. Olvidó por completo la conversación que tenía planeada durante la mañana y salió de la casa con su pequeño acompañante viendo a los parientes de su genin y Obito.

***

Cuando Obito ingresó a su casa con las compras que hizo supo de inmediato que Kakashi no estaba y que por el leve aroma de canela y jengibre que Sasuke debió estar con él antes de que se fuera. Saludó torpe a los ninken que encontró dormitando por el camino hacia la cocina y se sorprendió al abrir los estantes encontrando que había muchas cosas que antes no. Pero su cerebro le recordó que Kakashi vivía con él y por lo tanto debió encargarse de esto, suspiró guardando lo que trajo y luego quitó la tela que cubría la bandeja con comida sobre la mesa. Por los utensilios y cuencos lavados supo que Kakashi debió desayunar con Sasuke antes de irse así que esa bandeja debía ser para él.

Se sentó y miró los palillos antes de llevar sus manos hacia su rostro y dejar escapar un gemido lastimero. Había prácticamente huido bajo la escusa de ir por comestibles porque, aunque quería y debía tener una conversación seria, la incertidumbre sobre cómo iría la conversación lo acobardó lo suficiente para salir antes de lograr llegar a algún entendimiento con Kakashi.

Solo necesitaba tomar aire y pensar bien en sus palabras, lo último que quería era decir algo que fuera malinterpretado y causar una pelea. No sabía cómo reaccionaria si feromonas agresivas se expusieran en su territorio, si bien él reconocía a otro Alfa como si pareja si era desafiado cuando las hormonas estaban todavía inestables podría hacer que sus instintos se alocaran para que lo sometiera. Y no quería sentir aquello, el querer someter a su pareja no era algo que creyó alguna vez que haría. Aunque, a pesar de no recordar mucho, ya lo había hecho cuando convirtió a Kakashi en su pareja no quería que lo que resultara de éste emparejamiento girara en torno a someter de forma física o con sus feromonas a su pareja. Así que debía hacer un intento para que al menos pudieran convivir.

Pero sus pensamientos sobre qué diría se interrumpieron súbitamente cuando vio a Rin y sin pensarlo la alcanzó. Se arrepintió rápidamente cuando ella lo miró con los ojos levemente enrojecidos y el ceño fruncido. Recordó su última conversación y esperó no recibir un puñetazo como pensó que recibiría la última vez que se vieron.

Rin había sido quién atendió a Kakashi en su departamento luego de que huyera del hospital y luego de estabilizarlo y volver a intentarlo había buscado a Obito. En ese momento solo le había dicho que debía ir al hospital y que ambos se quedaran en el mismo cuarto. Las feromonas casi de inmediato habían ayudado a que él dejara de sentir que iba a salirse de su propio cuerpo y que su pecho dejada de oprimirse como si alguien estuviera aplastándolo y que Kakashi se viera menos dolorido y que el color volviera a su rostro, porque si bien tenía una tes clara el color que tenía en un principio era demasiado blanco. Rin había esperado hasta que ambos se vieran mejor para volver a ingresar con una enfermera, mirándolo sería pero claramente hirviendo por dentro por tantas emociones.

"—Firma." Había sido lo único que ella dijo dándole una lapicera, señalando un lugar en el papel frente a su rostro. Obito solo había parpadeado antes de tomar el papel y leer tal vez muy lentamente porque Rin volvió a hablarle "—Kakashi necesita más atención médica, como en su anterior internación se negó hay que preguntar de nuevo para poder tratarlo. Eres considerado su familiar ahora, así que podemos pedir tu permiso ya que él está inconsciente."

"—Pero si él se negó... no debo firmar ésto."

"—Lo marcaste y esa marca no se irá así que como su pareja puedes tomar decisiones cuando él no pueda hacerlo como ahora. Así que firma para que podamos curarlo, sus heridas pueden estar infectadas o ser peor de los que pensamos."

Ella había apretado los puños y claramente se estaba conteniendo. Y cuando Obito siguió dudando explotó levantando la voz y haciendo que la enfermera se acercara a ella para tirar de su brazo en un intento de sacarla del cuarto.

"—Tú le hiciste esto así que ahora haz que al menos podamos curar sus heridas." Y eso dolió más que recibir un puñetazo, había firmado sin pensarlo más y cuando Kakashi había despertado estaba claro que se molestó porque firmó a pesar de su negativa.

Rin no le había hablado luego de ese día y cuando la vio hace unas horas estaba mirándolo con dolor, como si hubiera sido traicionada. Y Obito sabía que ella amaba a Kakashi desde que eran niños, que ese sentimiento no había cambiado con el tiempo a pesar de que le confesó que no tenía esperanzas y que estaba abierta a enamorarse de otra persona si algún día le interesaba alguien más. Y aunque no habían hablado del tema desde hace años sabía que ella miraba con anhelo a Kakashi. Seguramente se sentía especialmente traicionada porque eran amigos y de todas las personas que fue a marcar y convertir en su pareja terminó marcando a Kakashi.

Escuché que la ceremonia fue anoche— dijo suspirando y mirando hacia otro sitio que no fuera el rostro de Obito. —Por el bien de ambos realmente espero que logren llevarse bien.

Rin, lo lamento. No quería que ésto pasara, no quería hacerle daño a Kakashi y atarlo a mí. Nunca tuve esas intenciones, lo sabes...

—¿Por qué te disculpas conmigo?— la tensión que vio en ella hace días volvió e hizo una mueca dando un paso atrás, no le gustaba ser visto de esa forma por Rin.

Se que todavía lo amas y yo no...

—¿Crees que estoy así por despecho?— sonó incrédula y molesta en igual medida cuando lo interrumpió y cuando él no respondió ella frunció el ceño —Sí estoy molesta porque le hiciste daño a alguien que es muy importante para mí, pero también estoy molesta porque confiaba en tí Obito. No tienes idea de cómo me trataron por defenderte y tratarte como mi amigo, lo hice porque te quería y confiaba en que seguías siendo ese buen chico que no dañaría a sus amigos. Pero al final perdiste el control como todos decían que harías y atacaste a Kakashi... así que sí, estoy furiosa contigo pero no por algún sentimiento tonto por robarme al chico que amaba o lo que sea que estabas pensando.

Rin... me odias— dijo sin preguntar porque debía de ser así, ahora también lo odiaba como todos los demás.

No, no te odio— eso lo hizo mirarla confundido y no entendió porque todavía podía ver molestia y decepción en sí mirada —Tampoco te desprecio, no creo que pueda hacerlo alguna vez. Te quiero Obito, pero también quiero mucho a Kakashi y por eso lo mejor va a ser que me mantenga al margen por un tiempo. Quiero ayudarte pero siendo Kakashi parte de todo esto no estoy segura de cómo y no sé qué sería correcto decir o hacer en ésta situación.

Y luego de decir aquello ella se había alejado para continuar su camino al hospital. Él había sentido ganas de llorar cuando la vio alejarse y sabía que no podría contenerse, le dolía que Rin se sintiera así hacia él. Había huido a Kamui antes de desmoronarse y soltar toda la frustración y angustia que sentía desde hace días carcomiendolo por dentro. Rin no lo odiaba pero él sí lo hacía.

Tardó mucho tiempo en calmarse y poder respirar con normalidad, maldiciendo porque no podía mantenerse oculto para siempre en Kamui. Ya habían pasado muchas horas desde que había salido de su casa y con desgana se obligó a volver a la tarea de hacer algunas compras antes de volver.

Y ahora estaba en su cocina mirando comida que realmente no quería comer pero que de todos modos comió. No tenía hambre ni ganas de probar cualquier alimento pero no quería hacer un desplante ante lo que con suerte era un gesto de paz de Kakashi.

Limpió cuando acabó y miró de reojo como los ninken lo observaron en silencio, era extraño tenerlos en su casa pero no les dijo nada. Caminó hacia el cuarto encontrando a un ninken en la cama y lo que seguro eran las pertenencias de Kakashi en el suelo. Su armario no era muy grande y sólo contaba con ropa ninja y cajas con armas o pergaminos. Intentó acomodar todo de una forma que quedara espacio para la ropa de Kakashi aunque pensó que debía comprar otro mueble para hacer las cosas más cómodas. Cuando se acercó a una de las bolsas vio de reojo que el Ninken sobre la cama levantó la cabeza atento y pensó que lo mejor era que Kakashi se encargara de acomodar sus cosas.

Salió sin saber qué hacer, realmente sus rutinas cuando no tenía misiones o rondas que hacer por la aldea eran limpiar su cuarto, lavar la ropa que acumuló y pasar tiempo con Rin o Gai. Ocasionalmente le pedían que asistiera a alguna reunión del clan o Minato lo invitaba a su casa... supuso que Kushina debía estar molesta por lo que pasó y francamente no quería ser el receptor de su ira en el futuro cercano así que no iba a arriesgarse a encontrarse con ella.

Cuando la hora siguió pasando y llegó el atardecer suspiró cerrando los ojos. Se concentró y no tardó en detectar el chacra eléctrico a pocos metros de distancia. Kakashi debía estar en el sector de entrenamiento del clan con Sasuke. Estaba seguro que el mocoso estaba aprovechando la oportunidad porque no le gustaba ser entrenado por su padre y su hermano no tenía tiempo para ayudarlo, así que no sería una sorpresa si tuviera a su primo dando vueltas en su casa todos los días y a cualquier hora en busca de su sensei.

Reprimió el impulso de buscarlo, se había comenzado a sentir inquieto de un momento a otro y supo que era porque sus feromonas (a pesar de tener los parches puestos) habían borrado casi por completo las más débiles de Kakashi. Sabía que era su instinto el buscar a su pareja, verificar que estuviera bien y perfumarlo con sus feromonas para que ningún idiota se le ocurriera siquiera mirarlo. Lo cual era bastante malo porque no quería ser así.

Para casi el final del atardecer escuchó la puerta abrirse y vio a Kakashi ingresar a la sala. Apenas se notaba que estuvo entrenando y solo tenía un poco de tierra en su pantalón, pero conociéndolo dejó a Sasuke totalmente sucio y con algunos moretones. Lo saludó con la mano y recibió el mismo saludo tenso e incómodo en respuesta antes de que siguiera su camino hacia el baño y poco después escuchara el sonido de agua. Tardó en salir y cuando lo hizo fue solo con una toalla alrededor de su cadera para ir directamente hacia su cuarto. Obito esperó un momento para que pudiera vestirse sin molestarlo con su presencia antes de ir con él.

—Hice espacio en el armario, pero voy a comprar otro así habrá más espacio para tus cosas. Y si quieres mover algo o cambiar las cosas solo hazlo ésta... ésta es tu casa así que eh...

Suspiró llevando una mano a su rostro, no estaba funcionando. Se sintió como si estuviera condenándolo a prisión cuando dijo que ésta era su casa y la mirada en blanco que recibía no ayudaba a que se calmara para comenzar una conversación.

—Voy a traer algunas de mis cosas, no hace falta que compres otro armario y si hiciera falta yo puedo hacerme cargo— asintió volviendo a mirar a Kakashi y recibiendo esa misma mirada carente de emociones. Pero podía notar que estaba tenso y había un sutil rastro de feromonas que delataban que estaba nervioso.

Y evitó aspirar el aire como un asqueroso para captar con más precisión esas feromonas, que aunque eran un poco ácidas porque delataban ansiedad aún así sus instintos le decían que debía olfatearlo y hacer algo para que se volvieran dulces. Se concentró en seguir hablando para alejar cualquier pensamiento extraño.

—Está bien, puedes hacer lo que quieras aquí — suspiró apoyándose contra el marco de la puerta —Y el cuarto es tuyo.— quiso decir que la cama era suya y que no iban a compartirla pero supo que entendió a que se refería sin que se lo aclarara —También quería que supieras que lamento mucho lo que pasó. Sé que las disculpas no arreglan nada y que todo ya está hecho, no hay vuelta atrás, así que voy a intentar poner todo de mi parte para no hacer más compleja ésta situación.

—Bueno, también lo haré— dijo haciendo que Obito levantara las cejas un poco impresionado porque le hablara y no le llevara la contra.  —Pero debemos dormir juntos. No solo necesito tus feromonas, también hace falta un poco de contacto o al menos estar cerca. Quiero volver a mi trabajo para el final de esta licencia y nuestro vínculo seguirá siendo inestable si no nos acercamos.

—¿Quieres dormir conmigo?— preguntó levantando las cejas antes de poder contener su sorpresa. Pero Kakashi siguió igual, sin demostrar sus emociones más allá de su ligero rastro de feromonas.

—Solo dormir y no, no quiero. Pero últimamente hacemos cosas que no queremos, que más da una más— dijo encogiéndose de hombros haciendo que Obito hiciera una mueca desviando la mirada —Tomalo como una misión si tanto te molesta. Entre más rápido se normalice el asunto hormonal más rápido volveremos a nuestras rutinas.

Obito terminó asintiendo, esperando que ésto fuera lo correcto y suspiró volviendo a ver a Kakashi que ya no lo miraba y en cambio estaba comenzando a revisar sus cosas. Aunque parecía más un acto para mantenerse ocupado.

—¿Quieres hablar de lo que pasó o de otra cosa?— apretó los labios guardándose cualquier otra pregunta cuando vio que la fachada de indiferencia de Kakashi se esfumó por un momento y lo vio tensarse. No sabía si reaccionaria agresivamente si se sentía acorralado o si se desmoronaría y no estaba seguro de si él sería capaz de lidiar con ello si pasaba ahora porque él también estaba perdido con todo.

—No, no quiero. Como dijiste ya está hecho y no hay vuelta atrás así que quiero ver hacia adelante.— su tono fue cortante a pesar que sus intenciones era evitar crear más tensiones. Kakashi se llevó una mano a su cabello para tirar un poco de sus mechones en un gesto nervioso que pensó dejar atrás antes de poder evitarlo y suspiró —Obito, no te culpo por lo que pasó. Pero no estoy cómodo con ésta situación y quiero recuperar un poco de la normalidad que conozco lo más pronto posible.

Eso sorprendió a Obito, y no solo porque esta era la primera vez en años que Kakashi le habló más de unas pocas palabras, sino porque dijo que no lo culpaba. No lo esperaba. Realmente quería créelo pero él se lo reprochaba a si mismo y estaba enojado por su naturaleza. Y por ello realmente quería tratar de hablar sobre qué harían más allá de controlar y estabilizar su vínculo.

Sabía que Kakashi debió pensarlo también, los supresores no le harían efecto y en algún momento debían formar un plan para evitar que en su próximo celo lo buscara. Pero decidió hablarlo con Minato aunque estuviera avergonzado por todo y dejar que los médicos le hicieran los estudios que quisieran para saber con exactitud cuánto tiempo podría pasar de nuevo por un celo. Lo último que quería era atacar a Kakashi, la última vez por alguna razón lo trató como si fuera un Omega o un beta de rango bajo, pero la próxima podría ser agresivo y verlo como un rival o una amenaza. Las posibilidades eran bastante alarmantes para él y debía tener un plan para este preparado.

Decidió callar por el momento, al menos hasta  que tuviera sus análisis hechos y un plan de contingencia con Minato.

—¿Necesitas que te ayude con tus cosas?

—No soy un...— Kakashi dejó lo que estaba por decir tensándose pero volvió a hablar luego de una pequeña pausa —No necesito ayuda.

—Solo me ofrecí porque puedo usar Kamui para que todo sea más rápido.

—Puedo encargarme solo— Obito frunció el ceño por su tono y se tensó aguantando las ganas de reaccionar.

—Solo estoy intentando ser amable Bakashi...— hizo una mueca luego de solar aquel apodo y se sintió extraño por utilizarlo de nuevo. Y no fue el único por la leve sorpresa que Kakashi no pudo evitar mostrar haciendo el momento más incómodo de cuando se disculpó hace unos minutos atrás.

—Lo sé, pero no necesito ayuda. Gracias de todos modos— ahora lo dijo sin una molestia mal disimulada detrás de sus palabras y Obito asintió.

—¿Tienes hambre?— preguntó sin saber cómo continuar una conversación que esquivara los temas sensibles pero cuando vio otra vez que Kakashi se tensaba giró para encaminarse hacia la cocina —Voy a preparar algo para cenar.

Y fue cuando cortaba las verduras, pensando en qué podría decirle Minato cuando lo fuera a ver, que se percató de que tal vez Kakashi estaba a la defensiva porque su orgullo como Alfa le impedía aceptar algún tipo de ayuda de otro Alfa. O realmente lo odiaba y lo que dijo de no culparlo no era cierto y le estaba costando disimularlo por momentos. Las dos opciones podrían ser ciertas.

No intentó comenzar otra charla y cenaron en en silencio. Todo transcurrió de forma casi  mecánica hasta que llegó el miembro de acostarse y Obito prácticamente se encerró en el baño para tomar la ducha más larga de su vida. Para cuando salió y se vistió con un pantalón y una remera miró el lado de la cama que estaba libre y luego el otro que daba contra la pared, Kakashi estaba dándole la espalda y aparentaba dormir pero sabía que debía estar despierto aún. Evitó preguntar sí estaba seguro de querer hacer esto otra vez y solo se recostó en el lado libre evitando olfatear las feromonas que estaban en su almohada o peor perseguirlas la fuente de esas feromonas. No había esperado sentir esa necesidad de estar más cerca y cerró los puños dejándo sus manos sobre su estómago. Sintió un poco de movimiento a su lado y supo que no era el único, pero pronto se quedaron quietos. Y suspiró cerrando los ojos dejándose sentir bien que la calidez que irradiaba el cuerpo de la persona a su lado a pesar de no tocarse. Se relajó pensando que podrían llegar a un entendimiento y ser, con suerte, compañeros o volver a firmar una amistad.

Pero se sintió un idiota por haber pensado que sería tan fácil y que todo estaría bien cuando despertó por la luz del sol que ingresaba por la ventana y sintió movimiento debajo de él haciendo que recordaba dónde estaba y con quién.

No tuvo ni cinco minutos para notar como estaba sobre Kakashi, que su cabello plateado le hacía un poco de cosquillas en el rostro y que mientras dormía había terminado abrazándolo por la espalda y que prácticamente lo estaba aplastando. Tuvo el pensamiento extraño de que Kakashi encajaba perfectamente así. Pero feron casi cinco minutos de estar sorprendido y sin prestar atención a como quien abrazaba comenzó a moverse antes de que sintiera un dolor en su rostro que lo obligó a alejarse de él y sintiera su nariz sangrar.

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Obito miró como algunas gotas de sangre cayeron sobre la cama y su camiseta. Podía sentir el impulso de arremeter contra el causante, pero solo tensó los músculos y cerrando los ojos respiró por la boca lo más lentamente posible para regular su temperamento. Ya estaba totalmente despierto y si no fuera porque estaba intentando contener las ganas de dejar la nariz de Kakashi en el mismo estado que la suya ya se hubiera levantado.

"Mierda... mierda, cálmate."

Tocó su nariz cuando sintió que había más dolor que ira en él y siseó mientras se inspeccionó. Maldijo en su mente al comprobar que estaba desviada aunque por suerte no se rompió, al menos no se sentía como si algo se hubiera roto. Recordaba perfectamente la sensación de sus huesos romperse y específicamente más de una vez su nariz.

Sintió el movimiento en la cama y luego escuchó los pasos de Kakashi cuando salió del cuarto sin decir nada, lo cuál lo hizo fruncir aún más el ceño y apretar la mandíbula. Pero siguió con los ojos cerrados mientras tocaba su nariz, mentalizando que tendría que acomodarla de inmediato y esperar hacerlo bien para no tener que ir al hospital.

Lo último que quería era ir al hospital o más específicamente salir de su casa. Prefería dejar que su nariz se curara como se le antojara aunque quedara de forma extraña a salir nuevamente. Ya podía saber que hoy no podría con otro encuentro con Rin ni con nadie más.

Se obligó a relajarse un poco y controlar sus feromonas, lo último que necesitaba ahora era que Kakashi se sintiera amenazado y actuará en consecuencia. No quería pelear o discutir con él, no cuando temía volver a perder el control como aquel día y ésta vez tratarlo como un Alfa.
No esperaba comenzar su día así y aunque sentía un atisbo de molestia porque al menos podría haber recibido una disculpa intentó concentrarse en acomodarse el tabique.

Ésta sería la tercera vez en su vida que pasaba por esto. La primera fue con Madara durante uno de sus entrenamientos, Guruguru se la había arreglado luego de dos intentos fallidos. La segunda fue durante una pelea amistosa con Gai en la que bajó la guardia y, aunque ganó la pelea, terminó con la nariz desviada y luego rota cuando las buenas intenciones de Gai terminaron por romperla en su intento de arreglarlo. Ésta era la tercera vez y al igual que la primera iba a tener que esperar que todo sanara correctamente por su cuenta.

—Quita las manos— escuchó detrás de él y abrió los ojos con el ceño aún fruncido. Ya había parado de sangrar pero aún así sentía que su cara era un desastre por su intento de limpiarse.

Kakashi se sentó frente a él en la cama con una bolsa que contenía artículos de botiquín. Él solo tenía lo necesario para cocerse alguna herida en el baño y tal vez algunos analgésicos, así que esa bolsa debía ser suya. Kakashi no se veía alterado, pero rara vez mostraba emociones cuando él estaba presente así que no era una sorpresa, así que esperando lo mejor suspiró haciendo lo que le dijo antes.

Y en cuanto quitó las manos desconfiado sin previo aviso le enderezó la nariz haciéndolo sisear más por la sorpresa que por dolor.

Se quedó quieto y mirando la máscara facial de Kakashi como si fuera lo más interesante del mundo mientras le quitaba la sangre seca de su cara. Ya había visto a Kakashi sin máscara cuando salia de darse un baño o cuando comía y bebía, pero como fue natural su forma de quitarla él no lo miró fijamente ni hizo un alboroto por ver su rostro. Recordó la época en la que deseaba tanto saber qué escondía debajo de esa máscara, esperando que fuera algo horrible guiado por los celos cuando escuchaba a Rin y las demás niñas suspirar por Kakashi. Actualmente podía confirmar que no era feo, todo lo contrario y estaría más sorprendido si no fuera porque se sintiera como si caminara sobre una fina cuerda a punto de romperse en todo momento.

Aunque ahora ver su mascarilla lo hacía sentir mucha nostalgia por esos años de ignorancia de lo verdaderamente cruel y despiadado que podía ser el mundo a su alrededor. Pero sus pensamientos cada vez más oscuros se esfumaron cuando su mente volvió al presente y vio como Kakashi colocó su mano frente a su rostro, apenas rozando la palma contra su nariz, sorprendiéndolo al ver un leve resplandor verde.

—¿Cuándo...?— quería preguntar pero cerró la boca no queriendo desconcentrarlo. Podía sentir como el dolor palpitante que había estado intentando ignorar desaparecía hasta que ya no sintió nada y por inercia respiró por la nariz descubriendo que no tenía dificultad para hacerlo.

—Rin me enseñó, pero solo puedo curar heridas superficiales— asintió tocando su nariz aliviado por respirar con normalidad y no sentir dolor cuando alejó su palma. —Lamento haberte golpeado, no suelo dormir acompañado. Fue un reflejo.

Lo suponía o al menos eso esperaba porque si iban a comenzar a golpearse antes de hablar iban a terminar matándose como algunas personas pensaban que sucedería. Y aunque no eran cercanos sabía que Kakashi no era de los que andaban golpeando a la gente que le cayera mal o solo por impulso, pero la situación entre ellos era compleja así que no sabía muy bien qué esperar aún.

—Está bien no te preocupes— se encogió de hombros, ya no estaba molesto y había recibido una disculpa así que no le veía el sentido a seguir con el asunto. Él intentaría soltarlo más rápido si despertaban otra vez de la misma forma que hoy. Estaba por preguntar si Sasuke vendría hoy pero notó que todavía lo miraba fijamente y que no parecía apurado por alejarse de él —¿Qué?

—¿Ya no estás molesto?— la forma escéptica en la que preguntó lo hizo fruncir el ceño —Puedes devolverme el golpe, no voy a esquivarlo.

Resopló aún con su mano inspeccionando su nariz sin poder evitarlo, pero dejó de hacerlo para mirar incrédulo la mirada en blanco que aún estaba recibiendo.

—¡Mierda, no!— no pudo evitar gritar luego de lo que pareció una eternidad al comprender que no estaba bromeando. Kakashi no demostraba mucho con su expresión y esa estúpida mascarilla, pero hasta él pudo notar que estaba confundido por su negativa —Tengo mal temperamento y sí me molestó el golpe, pero no lo hiciste adrede y te disculpaste. Solo olvidado...

Suspiró aún con el ceño fruncido notando que no le creía y aunque fue de forma disimulada notó que estaba oliendo las feromonas que estaban rodeándolos. Debían haber algunas de cuando fue golpeado pero las que dejó salir cuando se tranquilizó debían ser más y estar enmascarando las demás.

—Es extraño que reacciones de ésta forma— lo vio encogerse de hombros, dejando de buscar algún signo de que estaba mintiendo.

Obito levantó una ceja por su comentario y el cambio de actitud a uno más relajado. Todavía se le hacía extraño que el chico altivo y molestamente obsesionado en marcarles los errores a los demás fuera el mismo hombre perezoso, silencioso y antipático que observó de lejos en los últimos años. Aunque hoy parecía que Kakashi se despertó bastante charlarán porque no parecía apurado por hacer como si no existiera y todavía se encontraba sentado con las piernas cruzadas frente a él.

—Supongo que todos cambian— le pareció que lo dijo más para sí mismo que para él así que solo asintió mirando en silencio el ojo cerrado. Se preguntó cuánto tiempo tardó en acostumbrarse a estar de esa forma, parecía que no se esforzaba mucho en mantener oculto el Sharingan —Te recordaba siendo agresivo ante la mínima provocación.

—Era un mocoso, tú no eras mejor...— resopló recordando que Kakashi era especialmente molesto con él. Pero apretó los puños sobre sus rodillas mirando hacia el espacio que había entre ellos en la cama por el pensamiento que cruzó por su mente de repente —¿Lo dices por cómo era de niño o por lo que pasó en la misión?

No recordaba mucho de lo que sucedió durante ese día y lo que sí quería bloquearlo de su mente, pero de esos fugases recuerdos no había alguno en el que lo golpeó. Aunque sí fue un bruto, no hacía falta los recuerdos para saberlo.

—Mah... no fuiste tan agresivo, podría haber sido peor...

—¿Estás bromeando?— lo interrumpió frunciendo el ceño incrédulo. Con la tensión y molestia con la que lo trató desde ese día francamente dudaba que ahora estuviera quitándole importancia a lo sucedido.

—No haría bromas sobre aquello.— se le hacía tan molesta la forma en la que se encogía de hombros. Tenía ganas de sacudirlo un poco para ver si dejaba de ser el único que parecía a punto de enloquecer a cada momento —De todos modos creí que no hablaríamos de lo que pasó.

—Tal vez deberíamos, al menos sobre la situación en general— dijo evitando tensar su postura al  notar que un poco de tensión se formó en los hombros de Kakashi.

—Tal vez, tal vez no.— a pesar de que arrastró las palabras como si estuviera hablando despreocupado era innegable que encontraba cada vez más tenso y cerrándose en si mismo. Probablemente preparándose para esquivarlo e ignorar su presencia como en los últimos años. Solo que esta vez Obito no se podía dar el lujo de solo observar cómo lo evitaba, ya no más.

—Siento que va a explotarnos en la cara en algún momento si no hablamos...

—Esto es frustrante— terminó suspirando Kakashi luego de decir aquello. Obito asintió aliviado de que no lo dejara y continuara intentando hablar aunque sea un poco. Estaba seguro que no habría intentado volver a tener una conversación si se hubiera levantado de la cama e ido. Pero las palabras salieron como si lo estuviera torturando para hablar —Sinceramente había querido tener una conversación contigo, pero no sé cómo hacerlo Obito. Y no tengo idea de qué quieres que te diga.

Eso era desalentador porque él tampoco tenía idea de qué decir. Aprendió muy bien a controlar no solo su temperamento explosivo sino que también sus palabras, tal vez demasiado bien.

Y supuso que Kakashi debía estar en una situación parecida. Solo que en su caso se debía a un miedo a lastimar a otros que por simple reserva hacia sí mismo. Si él perdía los estribos de mala manera podría hacer que el Mokuton se manifestara sin querer. Cuando estaba contento crecían flores a su alrededor, pero cuando se enojaba las ramas comenzaban a ondular y plantas con espinas salían a la superficie. Y también sus feromonas eran algo con lo que tuvo que trabajar para controlar y, aunque usaba parches supresores para que fuera más soportable para quienes lo rodeaban, sabía que no hacían mucho si dejaba que sus feromonas salieran el oleadas sin control.

Así que había trabajado duro para volverse el hombre controlado que se suponía que era ahora. Y aunque su mayor "tropiezo" había sido reciente, hace años no perdía el control de sus feromonas o de cualquier aspecto de su personalidad. Era algo asfixiante, pero era lo único que le daba una mínima seguridad a quieres lo rodeaban de que no sería un peligro. Y ahora tendría que comenzar de nuevo a construir esa frágil sensación de seguridad que los demás habían comenzado a sentir a pesar de su presencia.

Pero lo urgente era lograr que Kakashi no le rompiera la nariz cada mañana o lo esquivara como su tuviera una peste. Porque les guste o no estaban unidos y la marca no los dejaría alejarse por mucho tiempo, siempre habría ese tirón que los haría gravitar hacia el otro y aunque era un emparejamiento accidental seguía siendo un emparejamiento.

Suspiró mirando al hombre que aún estaba sentado frente a él, incómodo y compartiendo el sentimiento de incertidumbre. Y no lo reconoció como el niño de sus recuerdos, ambos eran completos extraños para el otro y tendrían que conocer a la persona en la que se convirtieron para lograr algún tipo de entendimiento.

—Podemos...— intentó pensar en qué decir para que siguieran hablando pero su mente le proporcionó demasiadas preguntas y temas. —Empecemos por lo básico. No quiero hacer nada que tú no quieras y espero lo mismo de tí. Cómo dijiste anoche, ya hicimos muchas cosas que no queríamos. Pero no tenemos que seguir haciéndolo, a menos que sea necesario no deberíamos. ¿Realmente estás bien con que sigamos durmiendo juntos?

Entendería si respondiera que no. Por lo que dijo cuando se disculpó Kakashi no compartía la cama con otra persona jamás al igual que él. Pero su razón era porque realmente no tenía con quién y había dejado atrás hace mucho tiempo aquella idea de unirse. Estar enamorado de Rin y luego de mucho tiempo aceptar que no estarían nunca juntos lo había desilusionado bastante, pero el esforzarse cada día en ser alguien útil para la aldea y no ser una amenaza terminó por enterrar aquel anhelo de ser más íntimo con alguien.

—Puedo hacerlo y es necesario.

—Eso no es lo que pregunté— no quería presionar, pero realmente necesitaba una respuesta sincera de su parte. Los dos necesitaban ser claros al hablar, lo más sincero posible.

—Estaré bien— respondió mirándolo a la cara y Obito entendió que no obtendría algo más elaborado, pero estaba siendo sincero y eso ya era algo —¿A ti no te molesta?

—Bueno...— maldijo por dentro porque si esperaba que Kakashi fuera sincero él también debía serlo. —No.

Por la ceja levantada de Kakashi cuando dió esa respuesta tan vaga como las que las de él supo que no le estaba creyendo.

—No tenemos que hacerlo si no quieres.

—No me molesta, de verdad— dijo con más firmeza y aguantó las ganas de suspirar y cambiar de tema —Estoy acostumbrado a mantener mi espacio personal y a no dormir acompañado. Pero no es porque me disguste, sabes lo que todos piensan de mí y hace años no me interesa estar con alguien.

Lo que quería decir era que era alguien que le gustaba la compañía y el despertar abrazando a otra persona fue agradable, aunque eso terminó con su nariz lastimada. Y no quería que sonara como si no le importara quién fuera esa persona y que estaría bien con cualquiera. Si bien el vínculo que tenían los hacía querer mantener contacto y sentir sus feromonas, había cierta familiaridad con un pasado más agradable que había comenzado olvidado. Por un momento se sintió como en esa época, se sintió como una persona normal.

—Entiendo— la voz de Kakashi hizo que volviera a verlo a la cara y sintió un poco de alivio de no tener que explicarle —Lo único que no quiero hacer es tener sexo. A menos que no se pueda evitar no quiero que lo volvamos a hacer.

Obito sintió el latigazo de pasar de las respuestas vagas de Kakashi a su forma directa de hablar ahora.

—Está bien— asintió aguantando las disculpas que quería decir de nuevo. —Hablaré con Minato sobre sellar mi Sharingan y tomar medidas preventivas. No va a volver a pasar.

—¿Hay algo que tú quieras o que no quieras hacer?

—Si algo nos molesta tenemos que hablarlo y si no podemos llegar a ningún entendimiento tenemos que alejarnos un momento para intentar hablar luego. No quiero pelear contigo, discutir las cosas está bien, pero si nos damos cuenta de que estamos siendo más agresivos hay que parar.

—Nada de golpes, está bien, tampoco quiero eso. ¿Algo más?— negó con la cabeza y Kakashi comenzó a juntar las gasas y algodones con los que limpió el desastre que había hecho en su cara con la sangre. —Debemos desayunar algo.

Y así concluyó su primera conversación. Obito estaba satisfecho, sinceramente no esperaba mucho pero se sorprendió al descubrir que podía llegar a tener un entendimiento con Kakashi. No se engañaba diciendo que serían mejores amigos o que serían como una pareja medianamente normal. Pero sí confiaba en que podrían llegar a algo que fuera bueno para los dos.

*
*
*

Habían logrado establecer una rutina y fue algo que dio paso a una tentativa normalidad. Kakashi no quería tener muchas esperanzas, había aprendido a no tenerlas desde hace tiempo y no quería ilusionarse con que lograrían mantener este ritmo pacífico. Y realmente no tuvieron mucho contacto con otras personas más allá de una reunión de Obito con Minato o las visitas imprevistas de Sasuke para acosarlo para entrenar. Fue como estar viviendo en una burbuja que los alejó del resto.

Y se felicitó por no esperar mucho cuando casi al final de la semana más extraña de su vida, un día antes para ser exactos, la tentativa normalidad comenzó a evaporarse.

Pero ambos decidieron fingir durante todo ese día que podían continuar de la misma forma que en los últimos días.
Podían fingir que los resultados de los exámenes de Obito no revelaron que era muy probable que mantuviera un ciclo de celo como los demás Alfas. Que Obito se había escapado a Kamui antes de que sus feromonas comenzarán a salir de él en oleadas por su ansiedad ante la noticia. O que Kakashi sacó un futón esa noche luego de una cena tan incómoda como la primer que compartieron y, aunque durmió en el mismo cuarto, no quiso compartir la cama y optó por usar ese futón.

Pero al llegar la mañana y levantarse para comenzar su día, no muy entusiasmado por ir en unas horas al hospital para hacer sus propios exámenes para ver si su problema hormonal se había solucionado, se movió de forma automática para preparar el desayuno como en las últimas mañanas. Pero Obito no parecía querer fingir como el día anterior y Kakashi suspiró esperando.

Todavía le sorprendía que el otro Alfa fuera tan distinto del joven revoltoso y explosivo que recordaba. Obito era propenso a golpear o gritar primero antes de intentar hablar, si es que siquiera hacía el intento de hablar civilizadamente. Actualmente el hombre en el que se convirtió era alguien que pensaba antes de decir algo, que prefería meditar bajo los rayos del sol por horas si no tenía nada que hacer y que intentaba tener alguna que otra conversación aleatoria. Aunque ambos eras silenciosos la mayor parte del tiempo, Kakashi porque no tenía idea de qué decir y Obito porque pensaba demasiado las cosas antes de poder expresarse.

Y aparentemente pensó demasiado las cosas durante el día anterior y la noche para la desgracia de Kakashi que quería fingir un poco más.

—Ayer me sorprendí por la noticia, de verdad esperaba que dijeran que fue cosa de una vez o que tardaría mucho tiempo en tener que pasar por aquello de nuevo— asintió y siguió masticando mientras veía a Obito para que notara que le prestaba atención, pero que no sería muy sociable ésta mañana —Dejaré que el Yondaime selle mi Sharingan durante mi próximo celo y que se encargue de impedir que pueda salir de aquí. Así que no tienes que preocuparte de que intente ir por tí.

Asintió intentando controlar los latidos de su corazón. Había hablado en serio cuando dijo que no quería tener sexo con él. La sola idea de terminar sucumbiendo de nuevo y someterse como lo hizo aquella vez le causaba náuseas. Había luchado contra su tonto enamoramiento durante su adolescencia y luego contra los impulsos antinaturales que sintió durante demasiado tiempo. Lo que pasó con Obito era algo que no podía dejar que pasara otra vez.

Él no tenía escusas para justificar que se sometiera a otro Alfa sin siquiera dar pelea, no de nuevo al menos sin levantar sospechas. Y de solo imaginar el asco en la expresión de Obito si supiera que no fue cosa de una vez, que siempre tuvo debilidad por otros Alfas de una forma antinatural, lo hacía querer desaparecer.

—Yo usaré supresores de celo y de todos modos intentaré no estar en Konoha— no iba a arriesgarse a que Obito oliera algún atisbo de sus feromonas durante esas fechas y captara su interés.

Los supresores apagaban los síntomas más fuertes, pero no todos y solo hacía de esos días más fáciles de controlar. La frustración ganó siempre al deseo durante la mayoría de sus celos y esperaba que eso no cambiara.

—Y cuándo no tengas que usarlos puedo quedarme en Kamui o hacer alguna misión que me mantenga alejado.

—Siempre uso supresores— razón por la cual debían hacer menos efecto y que Rin lo molestará por el uso inadecuado de esas cosas. Y Obito también debía pensar como ella por su ceño fruncido —Prefiero no perder ningún gramo de lucidez y de todos modos el celo es con fines reproductivos o de emparejamiento.

—Pero si no llegaras a tomarlos puedes estar tranquilo aquí, no te voy a molestar— Obito claramente decidió guardarse para sí mismo lo que pensaba sobre los supresores.

—No voy a dejar los supresores, pero si llegara a no poder usarlos me iré a mi casa durante esos días— dijo arrastrando las palabras, queriendo terminar su desayuno para continuar con su día. Pero cerró la boca y apretó los labios antes de cubrir la mitad de su rostro con la mascarilla.

Cada rincón de la casa estaba marcado por las feromonas de Obito, mientras que las suyas estaban extendidas de forma más sutil en los lugares que más ocupaba y sin superar las del otro Alfa. Pero ahora la cocina se llenó de feromonas dominantes y territoriales tan rápido que ni siquiera se le ocurrió ir hacia la ventana o alejarse de ese lugar. Estaba en su asiento y maldiciendo en su mente mientras intentaba controlar sus instintos de mostrarle el cuello o arrodillarse.

—¿Puedes controlarlas?— masculló mirando de nuevo la cara de Obito, pero manteniendo su vista fija en cualquier parte de su rostro a excepción de sus ojos.

—Mierda...— murmuró Obito y de inmediato las feromonas asfixiantes comenzaron a perder peso y en cambio unas que más agradables comenzaron a llenar el lugar. —Lo siento, no sé qué fue. Ni siquiera me di cuenta que estaba dejando salir feromonas de esa forma... ¿Estás bien?

Kakashi asintió aún con sus músculos tensos. Odiaba lo fácil que sus instintos le decían que mostrará el cuello al otro Alfa. Y sabía que Obito estaba siendo sincero, lo había observado y analizado en silencio todos estos días y sabía que era una persona que ignoraba el alcance de sus instintos. Obito no parecía conocer realmente aquel aspecto suyo por su afán de controlarse a sí mismo y seguramente ahora era más intenso en su autocontrol por el incidente que los llevó a ésta unión.

Pero había señales silenciosas y acciones inconscientes que Kakashi notó todos estos días.

Al dormir juntos lo abrazaba cada noche y marcaba con su olor una vez que se dormía. Y anoche cuando no durmió con él se despertó en mitad de la noche porque sintió que algo sujetaba su muñeca y notó que se trataba de una maldita rama que salía del brazo hecho por las células del primer Hokage. Mientras dormía Obito había dejado salir feromonas que gritaban claramente "mío" y como si eso no fuera suficiente lo había mantenido sujetado con aquella cosa la mayor parte de la noche. Y durante toda la semana, cada vez que volvía de entrenar a Sasuke se acercaba para conversar pero también comenzaba a aumentar la intensidad de sus feromonas. No lo suficiente para provocar alguna reacción en él pero sí para borrar cualquier feromona o aroma ajeno al suyo.

Obito es posesivo, todos los Alfas se supone que tienen ese rasgo, pero en Obito se sentía como si fuera una maldita bomba que les explotaría en la cara. Y Obito ignoraba qué tan posesivo y territorial podía llegar a ser con lo que consciente e inconsciente consideraba "suyo". Kakashi esperaba no averígualo.

—Fue porque mencioné mi casa, que me iría a mi casa— suspiró antes de decir aquello. La confusión de Obito por su arrebato era notoria y quiso iluminarlo un poco.

—Esta es tu casa ahora— y eso solo confirmó lo que pensaba. Y por la mueca de Obito él también comenzó a darse cuenta.

—Esta es tú casa Obito. Puede que ahora mi aroma, feromonas y algunas de mis cosas estén aquí pero no lo siento como si fuera mío.— y aunque era sorprendente que Obito no tuviera problemas con las feromonas de otro Alfa en su territorio y que lo considerara suyo no quitaba que este fuera solo su territorio —Si no pudiera controlar el estro necesitaré estar en un lugar que sea mío.

—Lo sé— dijo pero era obvio que no le gustaba y que estaba concentrado para controlar sus feromonas. Y terminó llevando sus manos al rostro frustrado —Creo que tambien tendré que sellar el Sharingan y la casa si tú te vas a otro sitio cuando estés en celo. No sé si pueda evitar buscarte y traerte de vuelta a casa...

Se estremeció ante esa posibilidad y frunció el ceño un tanto preocupado, pero también molesto. Si bien se sentía culpable por no haber luchado y haber terminado en ésta situación, también estaba enojado porque sentía que solo se la pasó perdiendo una cosa tras otra desde ese día. Ya no era Kakashi Hatake sino que todos lo reconocían como un Uchiha por su Unión y matrimonio. Su casa ya no era su casa porque pertenecían al clan Uchiha, Obito era quien dio la marca y los unió y por lo tanto quién dominaba en la relación. Nadie preguntó y él había aceptado que Minato hablara en su nombre con los Uchiha cuando estaba en el hospital de todos modos así que lo que se decidió, indirectamente, tenía su aprobación para todos. Y por su marca en el cuello se sentía como si perteneciera a otra persona, y si bien siempre se consideró una herramienta para la aldea nunca sintió como si alguien fuera su maldito dueño de forma tan directa como ahora.

Y sus instintos a veces se sentían en conflicto, como ahora.
Quería gruñir y exigir que hiciera todo lo posible para evitar que otra vez pasaran el celo juntos. Pero también quería apaciguar su frustración y calmarlo.

—Mah... Será mejor que hablemos luego. Tengo que ir al hospital— dijo encogiéndose de hombros para deshacerse de la tensión en su cuerpo y luego levantándose cuando Obito asintió entendiendo la situación.

No era una mentira lo que dijo pero era claramente un intento de dar por terminado esto. Tenían un acuerdo después de todo, si se daban cuenta que una conversación estaba por volverse algo más agresivo debían retroceder. Y aunque Kakashi se conocía para saber que no reaccionaría agresivamente a menos que se sintiera realmente en peligro no podía asegurar que podría controlar sus comentarios.

Tenía cierta tendencia a molestar a las personas a su alrededor con pocas palabras, lo cual era intencional. Por ello no le caía bien a casi nadie y se mantenía solo la mayor parte del tiempo.
Pero con Obito quiso controlarse al menos hasta conocer mejor qué lo haría reaccionar instintivamente.

No mucho después salió de la casa prácticamente cubierto por las feromonas del otro Alfa y enterrando su cara en su libro para ignorar las miradas de sus vecinos del complejo Uchiha. Realmente esperaba que levantaran sus restricciones para poder volver a hacer misiones, nunca imaginó estar tan ansioso por volver con las misiones de rango D y C.

Chapter Text

—¿Cómo que "período de prueba"?

Kakashi, en otro momento, sentiría un poco de admiración por la doctora que estaba sentada frente a él sin inmutarse por el claro descontento de un paciente que era dos cabezas más alto que ella, que debía verse a sus ojos más corpulento de lo que realmente es y que además resultaba ser un shinobi. La mujer era pequeña, no mucho mayor que él en edad y lo miraba sin molestia por su interrupción o miedo por su descontento.

—Señor Hatake, su situación es muy especial. Sabe que no hubo nunca un caso de un Alfa que fuera capaz de aceptar una marca de apareamiento de otro Alfa. Si bien las consecuencias de aquella marca parecen haberse estabilizado no puedo decir con certeza que no volverán a aparecer si se distancian de forma abrupta nuevamente. Estas son circunstancias muy particulares, sin precedentes. Y además el Hokage nos ordenó tener la mayor prudencia posible para evitar más incidentes desafortunados.

—Entiendo— dijo suspirando y cerrando un momento los ojos para relajar su expresión, ella no tenía la culpa de que estuviera pasando por esto y no debía perder el temperamento de todas formas —¿Si no fueran esas las órdenes del Hokage usted firmaría mi solicitud para regre...?

—No— lo interrumpió antes de que terminara de preguntar haciendo que levantara una ceja. —Tal vez no lo sepa pero pedí ser la doctora a cargo de su caso porque soy especialista en neurología y neurociencia. Y mi campo de trabajo usualmente es con las afecciones cognitivas, metabólicas, afectivas o emocionales en los Alfas que fueron expuestos a traumas producto del sometimiento por otros Alfas. Dichas afecciones neurológicas son producto de exposiciones a feromonas dominantes que alteran el nivel hormonal del individuo. Me tomo muy en serio mi trabajo y el buscar el bienestar para mis pacientes.

Kakashi asintió, sabiendo ahora por qué se le hacía familiar ésta doctora. Ella no era una médico ninja y por ello era extraño que estuviera atendiendo a un shinobi, pero por su especialidad comprendió por qué estaba tratándolo a él y a Obito. Recordaba haberla visto en el cuartel Anbu hace unos años para atender a unos pacientes que prácticamente vivían en el cuartel a pesar de contar con viviendas fuera de ese lugar. Kakashi no había prestado atención en ese entonces porque no eran hombres de su unidad, pero había escuchado que dos Alfas habían vuelto de una misión en la que fue descubierta toda la unidad y solo ellos lograron escapar luego de semanas de tortura. Podía adivinar qué tipo de tortura aplicaron en su contra sabiendo la especialidad de ésta mujer.

—No me siento enfermo— dijo solo para cooperar un poco y hacer más corto todo el proceso para poder irse.

—Esa es una buena noticia, su emparejamiento causó los síntomas comunes que se darían si una pareja recién unida fuera separada poco tiempo después de haberse dado dicha unión. Pero con la particularidad de que sus síntomas escalaron alarmantemente rápido.

Kakashi sonrió un poco, sin una pizca de gracia pero agradecido de que no mencionara que su unión era también algo "particular" o "fuera de lo normal". Hasta ahora cada doctor y enfermera que lo atendió no podía dejar pasar la oportunidad para mencionar lo rara de su situación prácticamente en cada oración con niveles palpables de curiosidad. También que siguiera refiriéndose a él como "Hatake" sin ser condescendiente ni falsamente simpatía, simplemente lo trataba como un paciente más y eso le agradaba.

>—Y, aunque sus síntomas también cesaron de forma particularmente veloz una vez que fue expuesto a las feromonas de su pareja, quiero mantenerlo bajo vigilancia por unos días más para evaluar cómo reacciona al alejarse de su compañero por períodos cada vez más largos.

Kakashi miró el papel que lo mantendría dentro de la aldea, pero que le permitía seguir supervisando a sus genin. Suspiró aceptando lo que la doctora ordenaba sabiendo que Minato no permitiría que él se saliera con la suya ésta vez.

Porque aunque le ordenó dejar su puesto como Anbu para convertirse en el Jounin sensei del equipo siete, mientras dejaba a sus estudiantes con tareas sencillas y francamente descuidando su entrenamiento, seguía buscando misiones de alto riesgo que podría pedir si no fueron asignadas por el Hokage a algún shinobi en específico. Así que lo único que cambió fue que ya no hacía las misiones con la máscara de Hound.

—¿Cuándo tengo que volver entonces?— preguntó para saber cuánto tiempo tenían planeado mantenerlo al margen de sus misiones habituales.

—Bueno, según lo que me dijiste te mantuviste lejos de tu pareja los últimos días entre cuatro o cinco horas sin sentir ningún malestar emocional o físico como en los primeros días luego de que se produjera la unión entre ustedes. ¿Cuánto tiempo llevarías lejos a partir de hoy solo cumpliendo tus deberes como sensei?

Hum... Kakashi se rascó el rostro mirando hacia la ventana pensando en su respuesta. Si fuera un sensei aplicado en su tarea definitivamente pasaría casi el día entero entrenando y supervisando a sus genin en sus misiones.

"Tal vez debería comenzar a seguir el ejemplo de Asuma y Gai..." se dijo pensando en el progreso de aquellos equipos y notando que el suyo daba un poco de pena a pesar que no llevaba mucho tiempo como una unidad.

No quería volverse tan cercano a sus estudiantes como lo hacían sus compañeros Jounin, si bien le agradaba el tiempo que pasaba con ellos y se sentía responsable no quería que fueran tan cercanos. Pero era obvio que sus genin necesitaban más atención y dirección por parte suya para que comenzaran a tratarse con respeto entre ellos y fueran realmente compañeros de equipo.

—El entrenamiento es por las mañanas, así que diría que estaría seis horas ocupado con mis estudiantes— dijo aún pensativo, recordando los pedidos de Naruto de que los llevara a almorzar cuando daba por terminado un entrenamiento en el que él supervisó. Nunca lo hizo diciendo que estaba ocupado y algunas veces era cierto ya que seguía tomando misiones que lo mantenían en movimiento constante. Y aún cuando se quedaba a supervisar el entrenamiento, aunque atento a lo que hacían, mayormente se mantenía alejado y bajo una sombra con sus libros —Pero supongo que estos días podré pasar tiempo con ellos así que deberían ser siete horas diarias. Y cómo deben cumplir misiones estaré por las tardes supervisando su desempeño extendiendo el tiempo que pasaré con ellos.

Hasta el momento solo los había visto desde lejos durante sus primeras misiones en las que debían recuperar una mascota o pintar casas, así que podía darse una idea de cómo era que trabajan juntos cuando él no estaba presente.

Pero a partir de ahora por falta de misiones y para avaluar si ya estaba completamente bien lejos de su pareja tendría que pasar mucho tiempo con sus genin y no sabía cómo se sentía al respecto. No había tenido opción cuando aceptó la orden de Minato, era ésto o cesar de sus deberes como shinobi por un tiempo indefinido después de todo.

Y actualmente no estaba tan resentido por la orden de Minato, entendía por qué no le dejó opciones. Y de alguna manera, a pesar de la distancia que trazó, estaba encariñado con esos pequeños y molestos niños con sus riñas sin sentido y actitudes de mierda.

—Estaba pensando que debemos vernos dentro de cinco días para evaluarte nuevamente y que anotes al final de cada día, a partir de hoy, si sientes o no algún síntoma extraño al finalizar cada entrenamiento.— asintió aceptando una pequeña libreta. Sería como escribir un informe diario de misión, solo que ésta vez era de su estado de salud. —Asumo que estarás a una distancia mayor a la de los últimos días de tu pareja, eso también es un factor a tener en cuenta.

Asintió pensando en que los primeros tres días que fue al campo de entrenamiento Uchiha con Sasuke sentía ansiedad y la necesidad de ubicar el chakra de Obito cada poco tiempo. También que se sentía más cansado de lo que debería al final de esos entrenamientos. Supo ubicar la razón, dándose cuenta que se debía a que las feromonas de Obito dejaban de ser tan fuertes a medida que pasaban las horas lejos de él. Esa ansiedad y demás malestares que lo hacía perder concentración dejaron de ser un problema los últimos días.

Los lugares donde estaría con sus genin serían lejos del complejo Uchiha y se preocupó un poco al pensar que algún síntoma extraño podría afectarlo y, aún peor, que sus estudiantes se dieran cuenta.

—¿Y cuándo debo tomar los supresores?— no tenía idea de si el incidente con Obito había cambiado su fecha estimada del próximo celo y quería asegurarse de tomar el medicamento con tiempo.

—Oh, eso es algo que quería hablar contigo. Debes comenzar a bajar la dosis. La tolerancia cada vez mayor y la dependencia que tienes al medicamento es alarmante. No puedo suspender la medicación por completo pero tendrás que bajar la dosis gradualmente. Para empezar los supresores son usados como último recurso y tú los tomas desde hace años de forma recurrente y en aumento. Y estoy muy segura que el que las consecuencias de la unión te afectara más a tí qué a tu pareja se debe a que ya estabas presentado un desequilibrio hormonal antes de emparejarte.

Kakashi suspiró despidiéndose de la relajación que había logrado sin darse cuenta en algún momento. Ya sabía que el automedicarse y pasarse del límite por años lo había hecho más tolerante y seguramente tarde o temprano tendría algún problema. Pero la vergüenza por sus instintos más bajos durante el celo que no podía ignorar le ganaba a la razón y prefirió correr el riesgo.

—No puedo bajar la dosis — intentó no demostrar cuánto le afectaba la posibilidad de que todo se fuera de su control nuevamente.

Y sí, había tratado de sonar seguro cuando dijo que si no pudiera evitar pasar por su celo iría a su casa, pero la conversación con Obito ésta mañana lo había dejado con más inseguridades que antes.

"—No sé si puedo evitar buscarte y traerte de vuelta a casa..."

No había sido una amenaza o algún tipo de advertencia, pero de todos formas sintió desafiado y para su descontento sus instintos estaban más inclinados hacia mostrar el cuello metafóricamente hablando.

—No puedo obligarte a dejar de automedicarte pero ya debes saber que el medicamento ya no hará el efecto que esperas y que subir aún más la dosis no te ayudará. Te aconsejo que aceptes bajar la dosis gradualmente. — asintió frunciendo el ceño, lo sabía pero de todos formas seguiría haciéndolo —No veo ninguna razón para que se haya arriesgado a una sobredosis o a alterar su sistema nervioso con la ingesta de esa medicación. Revisando su expediente médico, si es que lo que obtuve puede llamarse así, no encontré ninguna anomalía física así que cualquiera que sea el problema debe ser psicológico. Lo cuál podría ser tratado sin arriesgar su salud.

Kakashi evitó resoplar por lo que escuchó. No estaba escuchando nada que no supiera ya, pero era desagradable que otra persona lo notara y se lo dijera a la cara.

>—Mi intención no es incomodarlo, pero podría considerar el aprovechar este tiempo para tratar cualquier afección que le afecta. Por el momento nos concentraremos en si hay o no efectos negativos si se distancia de su pareja y ver que esté apto para volver a sus tareas habituales como shinobi.

Y con eso supo que daba por finalizada la cita médica de hoy pero dándole a entender que no había terminado con él. Ésta doctora no se intimidaba o tenía algún apego emocional ajeno al profesional con él, así que no sería una sorpresa que volviera a sacar el tema de los supresores de nuevo.

Suspiró saliendo del hospital para entregar el papel que lo dejaría volver a sus tareas como Jounin sensei. Fue directamente con los asistentes que se encargaban de aprobar éste tipo de tramites. Ignoró la mirada de la mujer que aprobó su regreso como sensei, ella sabía que habitualmente él iría con él Hokage en persona para que aprobara su permiso. No era como si estuviera enojado con Minato por asignarle esa misión o quitarlo de Anbu, pero todavía no podía verlo a la cara voluntariamente sin sentirse patético y avergonzado por cómo estaba yendo el rumbo de su vida.

Miró de reojo el camino que lo llevaría al sector donde dos chunin eran encargados de entregar los pergaminos a los shinobis que solicitaban las misiones que estaban en la pizarra. Pronto podría volver, pero solo para solicitar misiones apropiadas para genin recién graduados de la academia. Se preguntó si sus genin tendrían más éxito esta vez recuperando un gato perdido. Más tarde enviaría a sus ninken para avisarles a esos tres que mañana comenzarían nuevamente a entrenar con él.

Por el momento decidió seguir caminando e ignorando a cualquier conocido hasta llegar a los departamentos Jounin. Su contrato terminaría en unos meses así que todavía esa era su casa, entró por la ventana y se sentó en su cama mirando si cuarto mayormente vacío. Todavía quedaban prendas en el armario que tuvieron mejores días y que hace tiempo debió de tirar, cajas con armas que debía afilar, pergaminos y en un rincón una pequeña estantería con libros ninja y las distintas ediciones de la colección Icha Icha. Si salía del cuarto sabía que no había mucho que mirar, el lugar que más utilizo
fue su cuarto. Se notaba no solo por su pobre intento de amueblarlo, sino que por las feromonas aún existentes en el cobertor de la cama y en los libros que más leía colocados en la estantería.

Éste lugar fue marcado como suyo. Y dentro de unos meses sería de alguien más. Si bien podría llegar a un acuerdo con Obito, cuando su unión fuera suficientemente fuerte para que no les afectara el no estar juntos por períodos largos de tiempo, no valdría la pena el renovar un contrato sin estar seguro de qué acordarían. Todo era muy reciente para hablarlo, pero en algún momento podría acordar el estar separados.

No sabía qué tal saldrían las cosas, no eran una pareja normal después de todo, pero esperaba que pudieran encontrar la forma de resolverlo.

Ya no era tan común el acordar emparejamientos y por lo tanto las parejas unidas por ese método, que no lograban ningún vínculo afectivo, se juntaban solamente para compartir el celo y tener un intercambio de feromonas de vez en cuando para que no les afectara el haber terminado la relación. Muchas parejas todavía preferían llegar a ese acuerdo viviendo aún bajo el mismo techo y en cuartos separados, pero en los últimos años se podía ver que algunos no lo ocultaban eligiendo vivir completamente separados. Kakashi supuso que Obito siendo parte de un clan tan tradicional en sus costumbres preferiría lo primero para no causar más discordia con sus parientes. Y seguramente esa idea ni siquiera se había pasado por la mente de Obito por cómo reaccionó ésta mañana ante la idea de que él se fuera de su casa.

Se recostó en su cama frunciendo el ceño y bajando su máscara para oler el rastro de sus feromonas y el aroma de los ninken que usualmente elegían dormir en su cama de vez en cuando. Ahora las feromonas de Obito que estaban en su ropa también llegaban a su nariz y se molestó por percibir que todo olía mejor que antes.

Esa dependencia hacia las feromonas del otro Alfa, que su rechazo no fuera totalmente instintivo y que fuera mayormente por sus propias creencias sobre como deberían ser las cosas le resultaba agotador.

Hace mucho tiempo había superado aquel enamoramiento antinatural y se la pasó luchando contra deseos que no debería tener como Alfa desde ese entonces. Y que terminara ahora unido con aquel que lo hizo darse cuenta de sus imperfecciones era tan irónico.

Luchar tanto tiempo contra algo para terminar con aquella persona que lo hizo desear lo que no debía por primera vez fue el colmo. Resopló sin ningún gramo de gracia y miró lo que lo rodeaba con recelo. Luego de haber pasado por aquel primer celo que lo dejó, no solo frustrado, sino que avergonzado consigo mismo por como se convirtió en un ser guiado solo por sus más bajos deseos fue que su autodesprecio lo orilló a tomar supresores.

Rin le había advertido en esas primeras veces que si seguía haciéndolo podría volverse infértil, lo cual no le importó porque no estaba en sus planes vivir muchos años  por su estilo de vida o traer nueva vida a este mundo. Algo que muchos shinobi compartían, estaban entrenados para matar y el traer vida con el tiempo se volvía algo extraño sin importar el género secundario. La segunda vez que intentó advertirle fue hace unos años, según ella su estado depresivo no solo era producto de sus traumas sino que la medicación y el no pasar por un ciclo de celo estaba afectada su sistema nervioso. No le dió importancia, la depresión no afectaba su marca de éxitos como Anbu así que podría seguir de esa forma.
Y la tercera vez que le advirtió y se negó a darle medicación, llegando al punto de advertirle que se lo diría a Kushina, dejó de verla en el hospital. Desde entonces consigue las pastillas en otros sitios para ahorrarse los sermones y la mirada preocupada de su amiga.

Y ahora que la recordaba se preguntó si ella estaba esperando que él le diera permiso para entregar su expediente médico completo o qué, porque por lo fina que era la carpeta que la doctora tenía con su nombre y por lo que dijo seguramente no tenía su expediente completo.

Esa pequeña carpeta debería tener solo los archivos médicos de cuando se atendió con otros médicos cuando fue una emergencia, porque el registro de Rin eran mayor. Además no mencionó el incidente que causó su primer desequilibrio hormonal cuando Obito fue regresado a la aldea y sin querer lo noqueó con sus feromonas y le causó un shock. Pero sea la razón que tuviera Kakashi no estaba muy seguro de querer que esa mujer tuviera tantos datos personales suyos. Así que por el momento no pensaba preguntar a Rin qué hizo con su expediente médico. De todas formas sólo aceptó ser tratado por ésta doctora porque quería agilizar cualquier proceso que Minato exigiera para volver a la mayor normalidad posible.

Sacó el libro Icha Icha violencia de su bolsillo y comenzó a leer intentando despejar su mente. Había pasado casi toda la mañana en el hospital siendo pinchado y revisado hasta que fue la hora de la consulta. Se dispuso a constatar cuánto tiempo podría estar lejos de Obito sin sentir aquel tirón que lo hacía querer buscarlo o sentir algún malestar.

*

*

*

Obito vomitó su desayuno no mucho tiempo después de que Kakashi abandonara la casa. Sabía que su estómago no iba a retener cualquier alimento sólido por más tiempo, ya había sentido que iba a enfermarse desde hace tres días pero no había encontrado el momento oportuno para confesar a Kakashi que era aún más extraño de lo que sabía.

Su metabolismo y los detalles más específicos de su salud eran solo del conocimiento de Rin por convertirse en la única doctora que toleraba para examinarlo, Minato por ser el Hokage y Fugaku por ser el jefe del clan. Cuando regresó a Konoha totalmente cambiado, luego de que terminó de permitir que los médicos lo examinarán y que comenzó a intentar vivir nuevamente una vida normal, fue que se percató de un detalle que había pasado por alto por meses. En la cueva había estado más preocupado por no hacer enfadar a Madara y salir de allí para volver a su hogar. Y en Konoha se abrumó durante el tiempo que estuvo internado por los nuevos cambios que no dejaban de fascinar a los médicos que lo examinaban, había comido algunas de las comidas que recibía del hospital así que solo llamó la atención su poco apetito. Pero fue recién cuando el líder del Clan Uchiha lo escoltó a una casa y vio las despensas vacías por semanas que se percató que no necesitaba comer o al menos no tanto.

Su inclinación por perseguir los rayos del sol y quedarse horas si podía disfrutando del calor era algo que lo pensó como su intento de olvidar los meses encerrado en esa cueva fría. Pero luego, cuando por fin quiso entender cómo era que seguía en pie sin haber comido nada por un mes y sin haber adelgazado (es más, había ganado músculos y crecido) Rin lo examinó y descubrieron que las células del primer Hokage habían cambiado aún más de que pensaban su organismo.

Usualmente come dulces y ramen cuando tiene hambre, pero básicamente con luz solar y agua podía vivir tranquilamente. Al menos mientras no sea invierno, en esa época del año la necesidad de comer es casi a diario y también lo es el dormir la mayor parte del día sin que afecte su sueño por la noche hasta que llega al punto de que se duerme por un tiempo indefinido. Por esa razón Rin tuvo que decirle al Hokage luego de encontrarse con Obito invernando (término que no le agradó a él en lo más mínimo). No podía ser un activo entre las filas de shinobis de Konoha si se encontraba de esa forma y por ello en invierno se mantenía encerrado en casa. El tiempo que duraba dormido todavía no era exacto y dependía de varios factores que no se molestó en escuchar cuando Rin le habló sobre el tema, ya que algunos años duraba semanas y otros unos pocos días.

Minato inventa misiones para dejarlo en el registro y el clan mantiene la boca cerrada sobre como él está dentro del recinto. El Hokage creía que si había un momento en el que sería vulnerable sería durante esa época y por ello no quería que ningún enemigo se enterara.

Pero Kakashi ahora era su pareja, vivían juntos, así que en algún momento se daría cuenta que el hombre con el que convive se enferma si se alimenta diariamente y que al acercarse el invierno come sin problema hasta que llega un momento donde toda energía lo abandona y termina hibernando como un maldito oso.

Cerró los ojos antes de abandonar el baño luego de cepillar sus dientes por tercera vez en menos de dos horas para quitarse el amargo gusto del vómito. Solo una vez había comido a pesar de que sentía que no debería hacerlo, fue por capricho y terminó literalmente abrazando el escusado. Pero había cumplido diecinueve años en ese entonces y había sido un cumpleaños particularmente amargado lo que lo llevó a intentar alimentarse como lo hacía antes de ser un experimento de un anciano. Días después no había podido dejar de vomitar, sentirse afiebrado y básicamente sentir que la vida se le era exprimida. Fue luego de esa experiencia que decidió comer solo cuando tenía antojos o cuando Kushina y Minato lo invitan cenar o almorzar. Y fue así hasta esta última semana.

Pero ésta vez no fue a propósito, sinceramente no se dió cuenta que estaba comiendo como una persona normal hasta que comenzó a sentir que su estómago estaba duro como una piedra y su temperatura comenzó a subir por las noches y ésta mañana siguió subiendo. Se sentía literalmente como si lo hubieran golpeado repetidamente en el estómago y espalda, lo cual empeoró con los vómitos. Lo único que quería hacer era hidratarse como si hubiera pasado días sin beber agua y dejarse caer en la superficie plana más cercana, preferentemente bajo los rayos del sol a pesar de la fiebre que sabía que no bajaría pronto.

Francamente, la única razón por la cual olvidó y luego ignoró cuando recordó por qué no comía regularmente era porque esos momentos eran los únicos en los que podía sentarse cerca de Kakashi sin sentir que estaba invadiendo su espacio. Fueron momentos extrañamente pacíficos una vez que hablaron luego de aquella mañana en la que lo golpeó en la nariz o al menos lo fue hasta ayer. No pudo ocultar su miedo por tener un ciclo de celo como los demás Alfas y recordar lo que pasó con el primero que tuvo. Y ésta mañana simplemente las cosas siguieron su curso para peor.

Y ahora, mientras se dejó caer en el piso del pasillo fuera del baño, pensó en la conversación que tuvieron. Sinceramente, lo último que quería hacer era hablar. Pero era necesario que alguno de los dos diera el primer paso para comenzar una conversación. Solo que le gustaría no ser él esa persona pero dudaba mucho que Kakashi voluntariamente intentara comenzar una conversación sobre algo que lo incomodara. Y no quería que las cosas se volvieran tensas de nuevo, habían logrado una especie de normalidad los últimos días como para retroceder.

Pero Obito se arrepintió de abrir la boca ésta mañana. El tema de los supresores era aparentemente sensible e intentaría no volver a tocar el asunto a menos que sea necesario. Además de no hablar sobre el celo de ninguno hasta que fuera imposible evitarlo porque necesitaba tiempo para controlar lo que sintió ésta mañana cuando le dijo que se iría de la casa.

"—No voy a dejar los supresores, pero si llegara a no poder usarlos me iré a mi casa durante esos días."

Se quejó tapando su rostro con su brazo no afectado por las células del primer Hokage. Ni siquiera se dió cuenta que había dejado que las feromonas dominantes inundarán la cocina hasta que Kakashi se lo hizo notar. No esperaba unirse ni tener nada parecido a una pareja así que todo ésto de estar guiado por los instintos y feromonas de apareamiento era tan inesperado como extraño.

Cuando se trataba de sus parejas todos los Alfas tenían un rasgo posesivo mayor al de los betas y Omegas, lo sabía, pero una cosa era saberlo y otra sentirlo. Ni siquiera tuvo una relación cercana de amistad con Kakashi y mucho menos sentimental como para justificar que se sintiera de esa forma.

Había esperado que estar unidos fuera complicado y también que, si bien podrían llegar a llevarse bien, de vez en cuando las hormonas afectarían su juicio. De otra forma nunca pensaría en Kakashi de entre todas las personas como suyo o podría llegar a sentirse atraído físicamente por él, algo que era muy probable que sucediera cuando volviera a pasar por el celo. Y no le molestaba porque Kakashi no fuera atractivo sino porque nunca lo miró de esa forma.

Hasta con Rin no había pensado con su libido sino más bien de forma sentimental. Todo era nuevo para él. Y eso era lo que lo inquietó en primer lugar ya que la doctora le había dicho que era normal que ahora experimentará lo que normalmente un Alfa viviría durante la adolescencia. Aparentemente ya no sería como una ameba asexual ya que gracias a su primer celo sus hormonas sexuales decidieron despertar.

Pero Obito estaba seguro que podía seguir viviendo sin saber qué era el deseo sexual ni todo lo que implicaba ese despertar hasta el fin de sus días. La ignorancia sobre ese tema, ignorancia que descubrió que tenía hasta que se lo remarcaron en la cita médica, era algo que quería volver a tener. La ignorancia, en éste caso, le resultaba más satisfactoria.

Pero eso ya no era posible gracias a que no podía ignorar que en su próximo celo volvería a querer tener relaciones sexuales y era más que probable que le diera igual que su pareja fuera Alfa otra vez e intentaría buscar a Kakashi. Francamente había pensado que si no lo tenía cerca cuando ocurriera y sus feromonas se esfumaban de su casa no querría buscarlo, pero por cómo se sintió ésta mañana lo dudaba. Sus instintos le gritaron para retenerlo a pesar de no estar cerca de la fecha prevista para volver a sentirse fuera de control, lo cual fue... preocupante.

Se mordió el labio bloqueando en su mente los comentarios sobre él siendo un monstruo o un experimento fallido que pronto atacaría fuera de control. No podía perderse en esos pensamientos negativos. Aunque el temor de que al final algo de lo que escuchó fuera cierto no podía dejarse llevar por ese miedo, el resultado sería el mismo que si se dejara llevar por la maldición del odio de los Uchiha.

Así que luego de constatar que no terminaría vomitando otra vez se levantó del suelo y dejó de compadecerse de sí mismo.

Y a falta de algo mejor que hacer comenzó a limpiar, dándose cuenta de que realmente no tenía ningún apego por la casa en la que vivió hasta ahora desde su regreso a Konoha. Sí estaba marcada como suya, éste era indudablemente su territorio aunque ahora las feromonas de otro Alfa estuvieran en algunos sitios. Y se preguntó si hubiera sido un poco más fácil la transición de estar solos a vivir juntos si ambos hubieran empezado a vivir en un lugar que no le fuera familiar a ninguno.

Tenía entendido que Kakashi se había deshecho de todo lo que heredó de Sakumo cuando se unió a Anbu y que no era propietario de ningún terreno o inmueble, pero mantenía un contrato por el mismo departamento desde hace años así que tal vez el abandonar ese lugar fue difícil.

Si no fuera porque no era seguro para él estar fuera del distrito Uchiha durante el invierno, que incomodaría a la mayoría de los vecinos de Kakashi y era muy probable que no le renovarán el contrato por su presencia propondría el irse a su departamento. Pero recordó el sector donde vivía cuando era niño, el lugar dentro del dominio Uchiha pero destinado a los que realmente no eran aceptados por el clan y por lo tanto estaba alejado. Habían pocas casas habitadas actualmente en ese sector así que no tendrían varias miradas dirigidas a ellos apenas salieran y podría reparar alguna sin problema.

Vivir ahí podría ser lo mejor para ambos. Por lo menos a él, ahora que estaba vetado de cualquier misión por un tiempo indefinido, le vendría bien el poder sentarse fuera de la casa sin sentirse tan observado o que estaba molestando a alguien. Y aunque Kakashi no lo dijo, lo cual no era una sorpresa, era obvio que no apreciaba el tener a tantos vecinos. Los departamentos Jounin siempre parecían desocupados, aquí era todo lo contrario.
Así que con esa idea en mente esperó que Kakashi regresara.

Pero las horas pasaron y Kakashi no regresaba. Cuando comenzó a atardecer maldijo al reconocer que estaba preocupado sin razón y que sus músculos se contraían dolorosamente por aguantar el impulso de buscarlo. Fue consciente que ésta era la primera vez desde que no renegaron de su unión que estaban separados por tanto tiempo. De todas formas se mantuvo en su sitio y controló cualquier instinto fuera de lugar.

Pero su enfoque se perdió apenas sintió la presencia de Kakashi ingresando a la casa. Pudo captar las feromonas del otro Alfa de inmediato y sintió un alivio que lo avergonzó por un momento hasta que distinguió otras feromonas acompañando a las de su pareja. Fue como si las luces se pagaran por un segundo y cuando volvió a ver se encontró conque estaba sobre Kakashi manteniéndolo quieto bajo su peso. Sus feromonas dominaban en el lugar y claramente marcaban al otro Alfa como suyo borrando cualquier rastro de otra persona.

Y sabía que debía quitarse de encima, que debía disculparse por derribarlo como lo hizo. Pero cuando escuchó un gruñido y sintió las feromonas de Kakashi negándose a someterse, mientras intentaba zafarse de su alcance, su agarre se fortaleció y respondió con un gruñido que no tenía idea que podía hacer y se dejó llevar por sus instintos.

Chapter 6

Notes:

Hola, perdón por los errores. Me quedó muy largo el capítulo pero no quise acortarlo... ¡Gracias por leer a quienes siguen ésta historia! 💕

Chapter Text

Obito quería esconderse en kamui y no salir jamás, lo cual se estaba volviendo habitual y ésta vez el deseo de estar en ese lugar por un tiempo indefinido era muy tentador. No lo haría. Aunque tal vez, si era sincero, lo hubiera intentado si su cuerpo respondiera las órdenes de su cerebro ahora que estaba recobrando la conciencia de sus actos.

El ambiente seguía siendo pesado y cargado de feromonas dominantes. Las feromonas que habían estado impregnadas en Kakashi y que lo habían impulsado a reaccionar ya no se podían sentir. Solo podía captar las suyas y hasta el aroma característico de Kakashi estaba oculto gracias a lo que hizo y seguía haciendo.

Había mordido a Kakashi en la nuca luego de escuchar su gruñido negándose a someterse. Gracias a la tela de la máscara que estaba unida a su camiseta no había desgarrado la piel, pero estaba seguro que quedaría un gran moretón en ese sitio. Y solo aflojó su mandíbula cuando dejó de sentir que el cuerpo debajo suyo acabó de intentar alejarlo y que las feromonas contrarias dejaron de salir en oleadas haciendo que solo pudiera sentir las suyas.

Y ahora que su conciencia estaba volviendo comenzó a darse cuenta que Kakashi había llevado el tensar los músculos a otro nivel y que su respiración era muy rápida. Pensó que iba a intentar alejarse cuando por fin su cuerpo empezó a obedecer las órdenes de su cerebro y aflojó su mandíbula, dejando de morderlo y aflojando también el agarre de sus manos. Se preparó para ser empujado o hasta terminar golpeado, aunque no se movió de encima de su cuerpo.

Pero cuando nada pasó y solo escuchó el sonido de la respiración contraria dejó de mirarle la nuca y se acercó un poco ladeando el rostro para poder ver su cara.

"Mierda..."

Kakashi no se veía para nada bien. La parte visible de su rostro estaba enrojecida y sudada, y una vena en su frente sobresalía, pero lo peor es que parecía tener dificultades para respirar.

—¡Mierda!¡Respira!— gritó alarmado y sin saber qué hacer. Por impulso le bajó la mascarilla pero cuando eso no ayudó en lo absoluto, y es más hasta parecía que lo empeoró porque ahora Kakashi parecía que se estaba ahogando con el aire, Obito recordó el primer encuentro que tuvieron cuando regresó a la aldea. Sus feromonas habían noqueado a Kakashi en esa ocasión después de que tuviera una reacción como la que estaba teniendo ahora. Pero ya no se trataba un chico aprendiendo a interactuar con las feromonas ajenas. Claramente tenía más resistencia que cuando era un niño, pero aún así no era la suficiente. —Voy a arreglarlo...

Sus feromonas eran agresivas y aunque Kakashi se había sometido a su dominio fue un acto involuntario. Y a la vez que estaba luchando contra su propia respuesta física sufría por ser expuesto a feromonas más dominantes que debían estar haciendo que su mente estuviera creando muchos mensajes contradictorios. Obito no podía hacer mucho por lo primero, pero al menos podía intentar que sus feromonas dejaran de dañarlo.

Ignoró la parte de su mente que protestó cuando se alejó de él y rápidamente abrió las ventanas y la puerta principal sabiendo que nadie se acercaría a ver de cerca gracias a sus feromonas. Usó un jutsu de viento simple e inofensivo para despejar el lugar de sus feromonas agresivas que estaban en el aire y corrió al baño para quitarse los parches supresores de su cuello y muñecas para cambiarlos por otros. Y ya sabiendo que sus feromonas, aunque seguirían siendo dominantes, podía dejar de incitar al otro Alfa a someter a la fuerza y mantenerlas en un nivel más normal al que estaba acostumbrado se acercó a Kakashi nuevamente para quitar esas feromonas que habían quedado impregnadas en él y cambiarlas por unas menos agresivas.

Y parecía que habían pasado horas desde que comenzó a intentar arreglar todo este desastre pero una vez que se había quitado de encima de Kakashi había actuado con rapidez. Aunque lo que sí se le hacía eterno era la espera, ahora que estaba arrodillado a su lado viendo que aún estaba tenso y que, a pesar que parecía ya no estar ahogándose, respiraba como si le costara llegar el aire a sus pulmones.

"Al menos respira..." Se dijo para evitar entrar en pánico.

Estaba seguro que Kakashi lo odiaría aún más si lo llevaba al hospital, que se sentiría humillado por terminar en éste estado nuevamente por el mismo alfa y que sería peor ese sentimiento si lo exponía. Fue exactamente por ésto que dejó de hablarle en primer lugar hace años y no quería volver a lo mismo.

Pero no estaba mejorando más allá de poder respirar un poco mejor; aún seguía sudando inmóvil, con los ojos cerrados fuertemente, las venas siendo más visibles de lo normal y tan tenso que seguramente sus músculos dolerán luego. Y sus feromonas quedaron tan suprimidas por las suyas que era difícil poder sentir aunque sea un poco de su aroma. Parecía que se había estancado en éste estado en el que lo pusieron sus feromonas y no podía salir aunque ya no estuviera intentando dominarlo.

—Kakashi...— intentó llamar su atención diciendo su nombre y cuando no hubo ningún signo de reconocimiento alcanzó su hombro con la mano pero cuando eso solo causó que presionara su frente contra el suelo con más fuerza y que sus músculos se endurecieran impresionante más alejó su mano como si se hubiera quemado. —Vamos... Tienes que relajarte un poco.

Consideró abrir sus ojos e intentar distraerlo con un genjutsu inofensivo, pero lo pensó mejor y se negó a hacerlo. Kakashi era bastante resistente a aquello y con su suerte algo aparentemente inofensivo terminaría siendo catastrófico para su mente, así que decidió usarlo solo como un último recurso.

Fueron sus feromonas lo que lo causaron y solo estaba respondiendo a dichas feromonas, así que quería hacer el intento de hacerle saber que estaba preocupado y hasta asustado por no lograr que se calmara e intentar de ésta forma que saliera del estado en el que se estancó. Controlar que sus feromonas no alertaran su estado de ánimo a quienes le rodeaban había sido algo complicado y el hacerlo era un acto inconsciente en éste punto de su vida, pero estaba bastante desesperado por arreglar ésto que ni siquiera lo pensó una vez que la idea cruzó por su mente.

Sus feromonas, sin importar su estado de ánimo, resultaban ser demasiado agresivas para cualquier persona independientemente de su género secundario. Podía estar contento y los demás lo sabrían pero eran tan fuertes que sin importar que no estuvieran cargadas con agresión resultaban siendo invasivas y molestas.

Aguantó la respiración esperando no empeorar aún más la situación y dejó que sus feromonas no solo fueran notorias sino que transmitieran lo que sentía. Los parches supresores deberían ayudar a que no fueran tan fuertes. Cuando vio que Kakashi comenzó a dejar de respirar de forma agitada y se volvió cada vez más calmado suspiró aliviado.

Tentativamente volvió a tocar su hombro con su mano y dejó de estar arrodillado como si estuviera preparándose para sacudirlo o levantarlo. Se dejó caer sobre su trasero y apoyó la espalda contra la pared para esperar sin invadir tanto su espacio porque pudo sentir que sus músculos se aflojaron un poco. 

Seguía estando muy cerca, tanto como para seguir apoyando su mano en su hombro y ver que las venas dejaron de sobresalir y que aunque seguía con la piel enrojecida ya había bajado su tono a uno más claro. Kakashi dejó de estar prácticamente petrificado y comenzó a moverse lentamente, como si cada musculo protestara por la acción, hasta que se quedó con la frente apoyada sobre una de sus muñecas.

—Eso es... relájate— dijo agradeciendo que sus feromonas sirvieran al fin para algo bueno.

Se sintió un imbécil por sentirse complacido consigo mismo por estar logrando calmarlo. Primero porque no deberían de ser pareja para empezar y estar en esta situación y segundo porque él causó que terminara en una especie de shock. Y era consciente que se trataban de sus instintos y completamente su "lado Alfa" quién lo hizo sentirse un tanto contento por como su pareja estaba reaccionando ante sus feromonas.

Aunque no eran como las feromonas que otros Alfas podían emitir para calmar a sus parejas, su aroma no cambió y solo la intensidad fue menor.
Ya había notado que desde que se unieron Kakashi no parecía asqueado o abrumado por sus feromonas, a menos que perdiera el control de ellas. Así que pensó que la unión al menos en un aspecto sería menos estresante, las feromonas de Kakashi le agradaban y que las suyas fueran tolerables era mucho más de lo que podía esperar.

La mano que tenía sobre el hombro contrario se movió en un movimiento circular y sin aplicar mucha presión siguió haciéndolo sobre su espalda al notar que no lo alejaba o se tensaba en señal de rechazo por su toque. Es más, parecía que estaba ayudando a que se relajara más rápido. Recordaba que su abuela hacía aquello cuando era un niño pequeño para calmarlo. Y por un momento vergonzoso olvidó qué era lo que los llevó a terminar así. Por ese corto momento sintió lo que solo pudo describir como una calidez en su pecho y en su mente las palabras "pareja" y "mío" se repetían junto con el pensamiento intrusivo de que le gustaba tenerlo así de maleable debajo suyo, dejándose tocar y que no se alejara al tenerlo tan cerca. Pero el momento terminó cuando llevó su mano mas arriba y escuchó un jadeo que lo trajo de nuevo a la realidad de la situación.

Tenía su mano sobre la nuca de Kakashi y podía sentir lo húmeda que había quedado por haberlo mordido en ese sitio por encima de la tela. Hizo una mueca de desagrado al recordar lo que hizo y quitó la mano de ese lugar volviendo a intentar ese masaje, esperando que los buenos efectos no se revirtieran. 

Olfateó frunciendo el ceño al sentir un leve y casi imperceptible aroma dulzón en sus propias feromonas, pero así como las sintió desaparecieron rápidamente. Las ignoró de todos modos al notar que Kakashi intentaba reaccionar.

Alejó su mano cuando comenzó a moverse de nuevo. Ya no parecía dolerle cada musculo de su cuerpo pero era como si le pesaran y tardara mas en coordinar. Cuando se detuvo, estaba sobre sus manos y rodillas hasta que se dejó caer sobre sus codos en lo que parecía lo máximo que lograría hacer por el momento. Se pellizcó la pierna cuando el recuerdo de Kakashi haciendo ésto, pero sin ropa y con las caderas más levantadas mientras abría las piernas vino a su mente al obsérvalo hacer algo parecido ahora.

"Olvida eso" se dijo pellizcando más fuerte su pierna. No quería recordar ese día y mucho menos ahora, tenía que concentrarse en que Kakashi volviera a la normalidad.

Miró su rostro en busca de cualquier signo de angustia, ira o dolor. Pero vio como parpadeó un par de veces mirando hacia el suelo con el ceño levemente fruncido, respirando por la boca de forma profunda y exhalando de forma pausada. Se veía cansado, con la mirada un tanto confundida y con los ojos brillosos como cuando uno bebe alcohol.

Hum... creo que deberías descansar...— dijo con un tono bajo, volviendo a pasar su mano sobre su espalda y hombros dudoso de su estado aparentemente tranquilo.

Fue totalmente ignorado, no era adrede, se notaba que Kakashi estaba atontado todavía. Obito no quiso volver a hablar esperando que se le pasara solo y evitar por un poco mas la tensión que habría una vez que estuviera en sus cinco sentidos. Como ya no estaba asustado era consciente de que lo poco que lograron avanzar seguramente se vendría abajo. 

Aunque decidió arriesgarse a cualquier arrebato. Estar tanto tiempo en esa posición no era algo cómodo y sus estúpidos instintos estaban molestándolo porque, aunque Kakashi ya no estaba hiperventilando o con cualquier signo de pánico, en su mente comenzó a pensar en que debía llevarlo a un lugar mas cómodo. No le gustaba guiarse por sus instintos, en especial porque las ultimas veces no terminó nada bien. Pero este solo lo estaba incitando a llevar a Kakashi a la habitación y dejarlo descansar, así que lo instó a ponerse de pie lo mas gentilmente posible.

Era extraño que Kakashi estuviera en silencio o que se dejara tocar tanto, usualmente no era muy charlatán pero al menos fingía leer o prestar atención a la situación antes de buscar una escusa para irse. De todos modos pateó muy lejos de su mente la parte que estaba complacida mientras lo ayudó a quitarse el chaleco jounin estándar que llevaba cuando se sentó en la cama. Y luego mantuvo la mente en blanco lo más que pudo cuando le quitó la camiseta dejándolo solo con la camiseta sin mangas antes de también quitársela.

—Sudaste mucho, no deberías dormir con la ropa humeda— explicó aunque Kakashi no cuestionó sus acciones, pero notó que estaba frunciendo el ceño como si estuviera poniéndose al corriente de lo que pasaba. Por ello se apresuró en buscar una camiseta y ayudarlo a ponérsela. Si iba a reclamarle lo sucedido o insultarlo era mejor que lo hiciera vestido.

A Kakashi le gustaba estar cubierto sin importar si hacía frío o calor y solo se dejaba ver sin toda esa ropa cuando salía del baño después de una ducha. Pero siempre que estaba sin ropa se apresuraba para vestirse así que, cómo quería que estuviera cómodo, no insistió con los pantalones.

—Descansa un poco— dejaría las disculpas para  después, cuando pareciera estar más despierto.

—No— se negó y aunque no estaba tenso Obito pudo darse cuenta que ya estaba completamente alerta y consiente de todo a su alrededor. Se alejó cuando Kakashi apoyó su mano en su pecho y lo empujó sin aplicar fuerza —Voy a ducharme.

Asintió y apretó los puños para evitar ayudarlo a levantarse. Kakashi no necesitaba la ayuda ahora y la mirada de reojo que recibió mientras se encaminaba hacia el baño se lo hizo saber bien por si tenía dudas.

De todos modos se quedó parado frente a la puerta hasta que escuchó el sonido del agua por unos minutos antes de darse cuenta de lo que hacía y sentirse un raro por estar inmóvil ahí.

Cerró las ventanas y la puerta que olvidó que quedaron abiertas pensando en lo sucedido. Ignoró la sensación de su estómago en llamas y controló las pulsaciones que aumentaron al recordar el aroma de un Alfa que no debía estar en su casa y mucho menos en su pareja. Resintió el impulso que sintió de querer rastrear el dueño de aquellas feromonas y esperaba no reaccionar si lo reconocía en alguno de sus compañeros shinobi. Porque debía ser uno de ellos para que se acercara tanto como para dejar sus feromonas y debía también ser alguien cercano a Kakashi. Recordando aquel aroma podía descartar a Gai y a Asuma...

No, mierda... ya para con eso!" se dijo aguantando las ganas de tirarse del cabello al darse cuenta que estaba intentando ubicar al otro Alfa. Resopló y caminó hacia la cocina para no volver a pararse frente a la puerta del baño como un tipo espeluznante. Él no podía comer pero Kakashi sí y debía ocuparse con algo para no caer en un espiral de enloquecer por lo que pasó o enloquecer por querer saber quién dejó sus feromonas en su pareja.

*

*

*

El agua estaba fría pero no estaba ayudando a calmar el calor. Sabía que su piel debía estar helada pero la sensación de que estuviera caliente era por culpa de sus estúpidas hormonas.

Había tomado un supresor que siempre guardaba en su botiquín ante cualquier emergencia o que los que haya tomado no estuvieran ayudando. Esperaba que con este fuera suficiente. No se sentía como cuando estaba iniciando su celo  o como aquella vez que fue noqueado por las feromonas de Obito y tuvo un un "falso celo".
Pero aún así era molesto el tener esa sensación de calor en cada parte de su cuerpo y además ignorar que había comenzado a excitarse en algún  momento. Algo que esperaba que Obito no hubiera notado.

Tenía el leve recuerdo de estar ya sin Obito encima de su cuerpo aplastándolo y que sus feromonas dejaron de obligarlo activamente a someterse, quedando dispersas a su alrededor y sobre él. Pero todo fue muy confuso. Estaba tan inmerso en su desesperación por querer alejarse de las feromonas asfixiantes de Obito y el miedo al ser consciente de que no podría hacerlo que el que de repente no sintiera el peso de aquellas feromonas lo dejó mareado y cansado. Su mente había seguido repitiendo "mantente en el piso" a pesar que sentía que ya podía moverse. Y para su horror, ahora que estaba totalmente consciente de todo, su cuerpo había comenzado a relajarse y su mente a concentrarse solamente en una sensación placentera que luego supo que era la mano de Obito acariciando su espalda.
Si sus músculos no hubieran estado tan tensos por tanto tiempo seguramente se habría derretido ante ese toque.

Frunció el ceño al sentir un poco de calor en su rostro por su actitud en ese momento. Y que luego de esas caricias relajantes Obito tocara donde lo había mordido fue...negó con la cabeza sintiendo su cara incendiarse por la vergüenza. Sabía que las feromonas de Obito tuvieron algo que ver en esa reacción, no pudo distinguirlas pero si sentir que por unos momentos habían cambiado y hecho que se sintiera mas complaciente y agradable.

Se le hacía humillante como todo su cuerpo intentó presentarse como lo haría un Omega o un Beta de rango bajo ante un Alfa, por suerte su mente para ese punto estaba mas despejada y se detuvo antes de hacer algo mas humillante como lo hubiera sido si terminara aquella pose de presentación. Lo había hecho cuando Obito había entrado en celo y recordaba perfectamente cómo terminaron las cosas.

Y ahora Obito no estaba en celo, pero cuando vio sus ojos para comprobar su estado de animo notó el borde dorado de sus iris y como sus pupilas estaban dilatadas. Claramente estaba a un paso de perder el control y dejarse llevar por sus instintos, tenía que tener cuidado para no provocar una mala reacción

Sus feromonas eran demasiado fuertes como para indicar con exactitud qué estaba sintiendo, pero por su actitud y mirada estaba seguro que se estaba excitando por tenerlo así y a la vez también sus instintos de querer cuidarlo y proveerlo de lo que sea que pensara que necesitara. Si se hubiera puesto a la defensiva en aquel momento podría haber hecho que Obito lo dominara nuevamente para que volviera a estar sumiso o que lo dejara en paz para intentar calmarlo, no quiso arriesgarse a que intentara lo primero y volver a quedar con la mente y cuerpo entumecido.

Así que se guardó sus insultos y en especial sus ganas de gritar que no lo quería cerca porque necesitaba llegar al baño para tomar el supresor del botiquín que dejó ahí. Si se hubiera quedado el riesgo de que Obito se diera cuenta que se había excitado y que estaba teniendo problemas para controlarse era alto. Si se quedaba más tiempo a su lado sin hacer nada Obito se hundiría más en sus instintos y con sus feromonas lo terminaría influyendo para que se dejara llevar por éstas. Mientras lo estaba ayudando a cambiarse la camiseta había notado nuevamente el cambio de sus feromonas, solo que fueron más notorias que antes y distinguió que eran dulces. Obito se había estado emocionando de más por su cooperación...  Esa fue su señal para alejarse siendo lo más sutilmente posible para no causar ninguna reacción negativa. Lo que lo llevaba a su situación actual.

Suspiró frunciendo fuerte el ceño, ya llevaba mucho tiempo bajo el agua que caía de la ducha. El calor había bajado pero no lo suficiente y no necesitaba bajar la mirada para saber que su pene seguía erecto, estaba empezando a ser doloroso. No tenía tiempo para esperar que dejara de estar así y dudaba que lo lograra de todos modos, así que llevó su mano a su miembro y cerrando los ojos intentó no pensar en nada.

Pero su mente era una mierda traicionera porque no tardó en recordar que se sentía mejor cuando otra persona era quien lo tocaba y no cualquiera. Intentó recordar a alguno de sus compañeros con los que se enredó de forma pasajera cuando sucumbió a sus deseos y que luego negaba porque solo lo hizo cuando interpretó el papel de Sukea. Porque Sukea era un beta y no había nada de malo en dejarse tomar por algún alfa al azar cuando era él y por ello cedía y luego bloqueaba de su mente sus acciones para no sentirse tan mal luego de sucumbir. Pero de todos modos, aunque estaba intentando recordar a alguno de esos Alfas en este momento, rápidamente cualquiera de ellos se esfumó y fue reemplazado por su pareja.

Hacerlo con Obito no fue placentero, no tanto al menos, él solo buscó su placer y no estaba preparado para recibirlo así que lo lastimó. Fue doloroso y cuando por fin Obito comenzó a desacelerarse, tratándolo con más gentileza y haciendo que comenzara a sentir que le gustaba un poco a pesar del dolor todo había terminado cuando fue mordido en su cuello. En la glándula de apareamiento que no debía servir para ser marcada pero que de todos modos fue utilizada de ese modo y aceptó la unión.

Ahogó un gemido mordiéndose el labio, no se había dado cuenta que su mano libre había alcanzado su marca de apareamiento y pasado las yemas de sus dedos por ese lugar. Sabía que esa zona era erógena para muchos omegas o betas marcados por un Alfa, no esperó que ahora que estaba sanada también lo fuera para él. La sorpresa de aquello lo hizo detener el movimiento de su mano en su miembro al reconocer que no era suficiente.

Se quedó con los ojos cerrados hasta que comenzó a mover nuevamente su mano y alejar la otra de la marca para llevarla hacia abajo  tocando sus testículos. Se mordió más fuerte el labio, ese no era el lugar que quería tocar. Y luego de un momento de duda dejó a un lado el autodesprecio y siguió bajando mientras apoyó la frente contra la pared y arqueó la espalda un poco. Intentó hacer el menor ruido posible y comenzó a mover su mano mas lento recordando que se volvía demasiado si se tocaba en ambos lugares y con uno de sus dedos comenzó a bordear su agujero. Ya había sanado y desde que comenzó a vivir con Obito solo se había tocado en ese sitio para curaciones. Ésto se sentía bien, siempre odió lo receptivo al placer que resultó ser en ese sitio pero mientras se relajaba para meter aquel dedo y moverlo hasta que sintió que se movía con facilidad no le importó.

No tardó mucho en acelerar el movimiento de su mano sobre su pene y acomodarse mejor al abrir más las piernas y arquearse para poder encontrar aquel lugar que lo hacía sentir un placer indescriptible hasta cuando solo era rozado. Y ésta vez no fue la excepción, sintió sus rodillas aflojarse cuando logró encontrarla y comenzó a masajear ese sitio. Dejó de morderse el labio y en cambio los apretó con dificultad para mantener la boca cerrada y no dejar salir ningún sonido. Usualmente prefería llegar al orgasmo solo con estimular ese lugar dentro suyo pero aunque no lograba coordinar los movimientos no alejó la mano de su pene y siguió tocándose para poder terminar más rápido.

Pero dejó escapar algunos jadeos al final cuando sintió esa familiar sensación de estar a punto de correrse. Concentrándose en esa sensación y esperando sentir la culminación placentera que vendría. Imaginando que no era él quién se tocaba, que estaba siendo preparado para recibir algo más grande que su dedo. Pero detuvo sus movimientos cuando escuchó unos golpes en la puerta.

Tragó saliva y controló su respiración preguntadose si se imaginó el sonido, pero cuando volvió a escucharlo maldijo en su mente.

—Kakashi... Llevas mucho tiempo en el baño. ¿Estás bien?

Frunció el ceño alejando la mano de su pene para apoyarla contra los azulejos molesto, pero en vez de sacar su dedo empujó otro mas esforzándose para golpear aquel manojo de nervios que se sentía tan bien. Necesitaba acabar ya, no podía parar o esperar a que Obito se fuera.

—¿Kakashi?— escuchó y aceleró los movimientos de sus dedos —¿puedo pasar?

Soltó un jadeo tembloroso ante la idea de dejarlo entrar y que se hiciera cargo. Obito fue un bruto aquella vez pero se imaginó que si aprendía a hacerlo podría hacerlo sentir más que bien, mucho mejor que lo que se sentía solo con sus dedos. Y con ese pensamiento dejó escapar un gemido ahogado cuando comenzó a correrse sin estar preparado para aquella sensación de plenitud. Siguió moviendo sus dedos más despacio y sin presionar aquel lugar porque ya se sentía como demasiado hasta que se detuvo y los quitó sintiéndose agotado pero de una manera agradable.

Cerró el grifo del agua notando que estaba temblando. Su piel ya no se sentía como si se estuviera incendiado por dentro y aquella necesidad se esfumó dejándolo sintiéndose agradable hasta que volvió a escuchar la voz de Obito y se dió cuenta de lo que estuvo haciendo con el otro alfa parado detrás de la puerta.

—Voy a entrar...

—¡No!— logró gritar con la voz rara por estar aún agitado y sin poder recomponerse —Solo dame un momento.

—Está bien— suspiró al escuchar eso y se relajó saliendo de la zona de la ducha para tomar una toalla.

Se esforzó por ignorar los pensamientos degradantes que invadían su mente cada vez que se dejaba llevar por lo que deseaba. Envolvió la toalla alrededor de su cadera y salió encaminado hacia la habitación sin detenerse aunque sintió la mirada de Obito sobre él hasta que llegó al cuarto que compartían y cerró la puerta.

Estaba por buscar ropa y una mascara para ponerse cuando divisó unas prendas dobladas sobre la cama, incluida una de sus mascarillas. No lo pensó cuando las alcanzó y se vistió rápidamente, pero cuando se dió cuenta se sintió irritado consigo mismo por aceptar la ropa que otro Alfa eligió para él y también enojado con Obito por estar actuado como si estuviera emparejado con alguien que debía cuidar. Cómo si no lo hubiera derribado y obligado a someterse hace poco tiempo sin razón alguna.

Sabía que ese era su orgullo como Alfa manifestándose, pero no pudo evitar sentirse enojado ante aquello y tensarse cuando escuchó los pasos de Obito anunciando que estaba caminando hacia la habitación. Ya no estaba vulnerable por las feromonas más dominantes ni excitado como para estar preocupado por esconderlo. Su mente estaba despejada y no quería ser tratado como si fuera una cosita frágil y traumatizada.

Él pudo haber sido tomado por sorpresa y no lograr escapar cuando era afectado por las feromonas de Obito, pero de todos modos no era débil ni necesitaba ser mimado después de una pelea.

Así que respiró hondo agradeciendo tener su máscara cubriendo su nariz y boca antes de encaminarse hacia la puerta. Mantuvo una postura relajada para no dar la impresión de querer buscar una pelea, pero con la mirada atenta para que supiera que estaba nuevamente en sus cinco sentidos para que cortara con eso de tratarlo con tanto cuidado.

La cara de sorpresa Obito cuando abrió la puerta antes de que él terminara de decidir si golpear o dejarlo en paz lo hizo fruncir levemente el ceño. Claramente esperaba que se mantuviera dentro del cuarto escondido o algo así. Miró sus ojos constatando que volvieron a su color oscuro habitual.

Suprimió su irritación y decidió averiguar qué lo hizo enloquecer antes para no volver a pasar por aquello. De nada le servía evitarlo o enfrentarlo para buscar un enfrentamiento que le demostrara que no estaba tratando con alguien sumiso y frágil. Podía razonar a pesar de ese instinto agresivo que le instaba pelear.

—¿Qué lo provocó?— preguntó de forma directa para evitar cualquier disculpa o peor, que intentara consolarlo —Hasta ahora no me sometiste o derribaste al volver de algún lado, así que debió haber una razón para que lo hicieras. Quiero que seas claro para saber qué haremos para que no vuelva a pasa.

Obito estaba dudando en tener una conversación sobre el tema ahora, pero terminó por suspirar aceptando que hablarían en éste momento.

—Supongo que el que te alejaras por tanto tiempo y no supiera dónde estabas me puso nervioso y ansioso... Sé que suena estúpido, pero desde que estamos juntos no te alejaste tanto y por mucho tiempo.— dijo con un tono dudoso al revelar aquello. Kakashi recordó que él solo volvió a la casa cuando se le hizo difícil mantenerse concentrado y que sentía que una cuerda invisible lo tironeaba para regresar. Esto era algo que no podían pasar por alto y debía hacérselo saber a la doctora aunque no supiera cómo podría ayudarlos —Pero fueron las feromonas de otro Alfa sobre tí lo que me hizo perder el control.

Frunció el ceño por lo último que escuchó y rápidamente recordó que antes de salir de su departamento fue visitado por su kohai del escuadrón Anbu que lideró por años antes de que Minato lo sacará para ser un Jounin sensei. Tenzo había estado muy preocupado y Kakashi le permitió que le diera un corto abrazo asegurando que todo estaba bien. Pero aunque estuvo cerca Kakashi no captó sus feromonas, solo un leve rastro de su aroma particular pero fue muy sutil. Sus feromonas no deberían haber quedado impregnadas en su ropa.

—Tu olfato es más eficiente de lo que pensé— él mismo tenía un olfato muy bueno, pero no tenía idea que Obito pudiera captar hasta una minúscula parte de un rastro de feromonas que  él no pudo detectar. Dejando a un lado cómo reaccionó ese dato era muy interesante —No pude oler ninguna feromona sobre mí cuando...

—No, no me digas a quién pertenecía— lo interrumpió levantando la mano y negando con la cabeza —Eso es una muy mala idea.

Kakashi asintió cruzándose de brazos y analizando la situación. Su irritabilidad había bajado de a poco cuando comenzó a notar que Obito lo trataba como siempre y al distraerse por lo que podría ser un gran problema para volver a sus funciones como Jounin.

—Tienes que aprender a controlarlo, no puedes perder el control cada vez que alguien deje sus feromonas en mí.— dijo entrecerrando los ojos sin saber cuánto tardaría en lograrlo.

Ni siquiera se le había pasado por la cabeza hasta ahora que tendrían que lidiar con éstos tipos de efectos de estar unidos. Solo había pensado en lo que les causaba estar separados y la dependencia por las feromonas del otro.

—Lo sé, lo siento— Obito parecía no saber qué hacer o decir además de eso y Kakashi suspiró cansado. Ya no sentía ganas de discutir o tratar con él. —Kakashi no puedo hacer esto ahora, hablemos mañana. Y si no quieres descansar hay comida servida en la cocina. Yo me quedaré un momento afuera.

Kakashi lo vio irse y volvió a ingresar al cuarto no teniendo apetito y ya ganas de hablar tampoco. Se acostó en su lado de la cama, resoplando al darse cuenta que en algún momento comenzó a pensar en ese sitio como "su lugar" sin darse cuenta. Pensó de nuevo en lo sucedido y cerró los ojos sabiendo que no dormiría pero que igualmente necesitaba descansar.

Obito se quedó fuera pero sin alejarse de la casa durante toda noche. Y cuando la luz del sol comenzó a entrar por la ventana se levantó analizando si debía ir a hablarle o esperar a que él lo hiciera primero, ninguna de las opciones era de su agrado. Se estiró y hizo una mueca al sentir un tirón en su nuca y en la parte alta de su espalda. Evitó tocarse ese sitio sabiendo que se debía a que fue mordido, no sería visible al igual que su marca de aparcamiento así que podría ignorarlo. Fue al baño para poder dar comienzo a su día y luego salió para salir a la cocina. Estaba revisando qué usaría de la cena que ninguno comió anoche para sumarlo al desayuno cuando escuchó golpes en la puerta principal.

"Ahh... Maldición, es muy temprano para ésto" gimió lamentablemente en su mente al reconocer el chakra de la persona que golpeaba la puerta. Lo ignoró un momento esperando que se cansara y no se le volviera costumbre. Pero Obito no pensaba igual porque abrió la puerta trasera de la casa para entrar y caminar hacia la entrada.

Kakashi suspiró sin preocuparse. Sasuke olía aún como un niño, sin género secundario que lo identificara y aunque lo hiciera aún olería como alguien inofensivo. Y Obito no era territorial ni agresivo con los niños así que no habría ningún problema.

—¡Qué te vayas mocoso de mierda, no me importa que seas hijo del jefe del clan, te haré volar a tu casa si sigues molestando!

Aunque tampoco era agradable cuando Sasuke se ponía intenso y se comportaba como un mocoso. Suspiró caminando hacia la entrada viendo Obito parándose derecho y viendo a Sasuke como si fuera un insecto. Y su pequeño genin estaba imitando su postura y viéndolo con una mirada altiva, pero cuando divisó que él se acercaba a ellos frunció el ceño y lo apuntó con au dedo.

—¡Ni siquiera pienses en llegar tarde Kakashi!

Suspiró aflojando la postura de sus hombres exageradamente. Que Sasuke supiera dónde vivía y tuviera acceso se iba a convertir en una pesadilla.

—¿Tarde a dónde?— preguntó Obito asiéndose a un lado para verlo y haciendo que Sasuke tomara ese movimiento como una invitación para que entrara a la casa.

—Hoy retomamos el entrenamiento— contestó agitando el cabello de Sasuke cuando pasó por su lado para ir a husmear en la cocina como lo hizo cada vez que vino a verlo. Cuando lo perdió de vista dejó a un lado su tono de voz relajado para mirar a Obito seriamente —Estaremos en el segundo campo de entrenamiento, puedes ir si quieres en cualquier momento. Y llevaré a los niños a Ichiraku a comer ramen para contarles cómo serán las cosas por un tiempo.

—¿Y cómo serán?— preguntó entendiendo que su invitación a ir a ver el entrenamiento no era para ser amistoso sino para que supiera que debía ir si necesitaba calmar cualquier síntoma de estar separados, en especial por lo ocurrido ayer.

—Las misiones serán dentro y en los alrededores cercanos de la aldea por un tiempo.— no dió más detalles para evitar oídos atentos y se encaminó hacia donde estaba su genin.

Ignoró la guerra de miradas y los comentarios entre los Uchiha en la casa para ver qué llevaría al entrenamiento. Sentía la tensión de Obito todavía por lo que pasó, pero ninguno dijo nada con Sasuke merodeando a su alrededor y dando un saludo descuidado con la mano caminó hacia fuera siendo seguido por su genin.

Notó las miradas de sus "parientes" apenas llegó a la calle, eran más intensas de lo normal y se preguntó cuánto sabian de lo ocurrido con Obito. Miró de reojo a su pequeño escolta levantando una ceja, no sabiendo quién era y hijo de quién es no pensó que hiciera falta decirle que no comentara nada que haya llegado a escuchar a sus compañeros.

—No camines tan lento Kakashi, no eres un viejo— Sasuke dijo con el ceño fruncido apurando el paso.

—Mah... Sasuke-kun ni siquiera me dejaste desayunar. No seas tan malo con tu pobre sensei.

Sasuke solo rodó los ojos y siguió caminando haciendo que él apurara también sus pasos. Pero cuando salieron del complejo Uchiha y se adentraron en la aldea levantó una ceja cuando se desvió del camino para ir a una tienda. Era la única del clan Uchiha que funcionaba fuera del complejo y a pesar de quienes eran sus dueños era muy concurrida.

—¡Obasan, buen día!— saludó Sasuke a la dueña de la panadería y Kakashi saludó torpemente con la mano recibiendo un saludo amistosamente entusiasta de parte de la mujer. Era extraño ver a Sasuke sonriendo, sonriendo de forma amistosa y no irónico o con malicia.

Le dio escalofríos la escena de su genin siendo agradable y educado. Pero por suerte terminó rápidamente y volvió a su lado con su actitud molesta normal. Aunque le sorprendió que le entregara una de las dos bolsas que aquella mujer le entregó y ver qué en el interior habían galletas.

—Obasan dijo que esas son para tí, puso bastantes y son saladas. Ya no tienes escusas para caminar como un anciano por no haber desayunado.

Resopló por lo que suponía era un gesto amistoso de su genin y siguió caminando tranquilamente y parando en tiendas al azar para la exasperación de Sasuke. Dejó a un lado todo el asunto con Obito y la posibilidad de verlo en mitad del entrenamiento. Se concentró en buscar una forma agradable de decirles a sus genin que estancados con él seguramente un largo tiempo.

Chapter 7

Notes:

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Chapter Text

Obito no solía tener dudas sobre las decisiones de Minato. Pero después del fiasco de la misión donde lo hizo hacer equipo con Kakashi y viendo ahora a al actual equipo siete empezó cuestionarlo.

Naruto estaba atado contra el tronco de un árbol intentando sin éxito liberarse. Sasuke a pocos metros se encontraba enterrado hasta el cuello en el suelo, gritándole a Naruto que todo era su culpa. Y Sakura estaba  libre, pero desmayada cerca del árbol donde Naruto gruñía molesto por el esfuerzo de intentar romper la cuerda.

Obito caminó hacia la chica de pelo rosa, ignorando a su primo luego de que el mocoso lo mirara de mala manera. Naruto no parecía estar mal herido, así que decidió comprobar el estado de la niña primero porque era la única inconsciente.

—¿Dónde está Kakashi?— preguntó a Naruto luego de confirmar que la chica no tenía ninguna herida preocupante.

Suspiró antes de quitar a la mocosa del genjutsu que la mantuvo de esa forma. Esquivó el cabezazo que casi estuvo a punto de recibir de Sakura cuando ella se sentó de repente. Nunca vio a alguien verse decepcionado por liberarse de un genjutsu, pero la niña lo miró como si el fuera un villano.

—¡Dijo que nos daría unos minutos para reflexionar... pero ya pasó una hora! ¡Debe haberse olvidado de nosotros, dattebayo!

Obito volvió a suspirar mirando su alrededor. El chacra de Kakashi le indicaba que no se encontraba muy lejos de los genin. Ni siquiera estaba intentando ocultarse. Ignoró a los niños y se encaminó hacia donde debía estar.

Cuando lo encontró bajo la sombra de un árbol con su libro tapándole el rostro, claramente durmiendo, rodó los ojos.

"¿En qué pensaba Minato sensei?"

Éste era el primer equipo que Kakashi no hizo que regresaran a la academia y aún así no parecía muy motivado en ser el Jounin sensei de esos tres. No tenía idea de qué fue lo que Minato vio en él y lo hizo pensar que sería una gran idea ordenarle ser un sensei.

El carácter de Kakashi debía estar demasiado endurecido por su carrera como Anbu para poder tratar con niños. Y ya de por sí, antes de ser de esta manera ya era un mocoso sin mucha paciencia o empatía con los demás. De adulto nadie debió esperar algo mejor.

Pero la edad o el cansancio del puesto seguramente estaba haciendo que Minato se pusiera más sentimental y por ello intentó alejar a Kakashi de su aislamiento y también unirlos como compañeros de equipo de nuevo.

Ninguna de sus acciones estaban tomando el rumbo esperado.

Miró cómo Kakashi dormía como si hubiera olvidado que debía de estar supervisando a tres genin. Y cómo si nada malo hubiera pasado hace unas horas atrás.

Obito había decidido venir hasta el campo de entrenamiento por precaución. No estaba ansioso ni tenía la necesidad de rastrearlo, pero teniendo en cuenta todo lo ocurrido ayer no quería arriesgarse.

Pero parecía que Kakashi no compartía su preocupación. Así que tal vez él no debía estar tan nervioso y el estar comprobando cómo estaba Kakashi era algo exagerado.

No quería presionar, ya se sentía como una mierda desde que creyó escucharlo llorar en el baño. Todavía se le hacía irreal que Kakashi tuviera la capacidad de soltar aunque sea una lágrima, pero estaba casi seguro que eso fue lo que pasó cuando se encerró en el baño para darse la ducha más larga de la vida. Aquello lo atormentó toda la noche.

Por suerte las feromonas de Kakashi estuvieron débiles y el extractor de aire del baño hizo lo suyo. No sabía si hubiera podido aguantar no seguirlo cuando se fue con Sasuke si sentía alguna feromona que le indicara que estaba angustiado.

—¡Kakashi sensei!— escuchó el grito de los niños. Se habían liberado y estaban acercándose a ellos.

El alboroto hizo a Kakashi exhalar aire lentamente antes de quitarse el libro del rostro y levantarse sin ninguna prisa.

Obito evitó moverse incómodo cuando tuvo la mirada contraria sobre él. Había algo más afilado en la forma en la que el ojo de Kakashi lo observaba desde ayer en la noche, trataba de disimular pero aún así podía notarlo. Ésta mañana cuando se enfocó en Sasuke cambió a la típica mirada perezosa y ahora volvió a hacerlo en cuanto los tres genin aparecieron a poca distancia corriendo hacia ellos.

Se giró en el momento exacto para ver cómo Sakura terminó en el suelo antes de llegar por culpa de Sasuke. Su pequeño primo había intentado empujar a Naruto, pero el Uzumaki lo había esquivado a último momento haciendo que la que recibió el manotazo fuera la niña de pelo rosa.

"Son unas pequeñas mierdas..." Suspiró negando con la cabeza al ver que, aunque Naruto pareció un poco preocupado por su compañera, siguieron con su carrera.

—¡Te dije que estaría holgazaneando!— gritó Naruto a Sasuke cuando llegaron y casi chocaron contra Obito antes de poder detenerse. Luego  centró toda su atención al líder del equipo —¡Kakashi sensei se olvidó de nosotros!

—Maa Maa... No lo hice. Justamente estaba a punto de ir por ustedes.

—¡Miente!— gritaron Naruto y Sakura, quién logró llegar a tiempo para enfadarse junto con su compañero rubio.

Kakashi solo se encogió de hombros y levantó las manos intentando aplacar la ira de los mocosos. Pero esos dos se habían unido para reclamar su falta de liderazgo y enseñanzas.

—¿Y tú qué haces aquí?¿Viniste a llevarte a Kakashi?— Sasuke no se unió a sus compañeros para atacar con gritos a su maestro. En cambio estaba con toda su atención puesta en Obito, mirándolo con su habitual mirada de fastidio.

—Solo pasaba por aquí — mintió ganando un resoplido de su pequeño primo.

—Esta bien, entiendo, soy un mal sensei... Así que supongo que no quieren ir a almorzar conmigo entonces.— eso hizo que la atención de Sasuke se desviara de nuevo a su sensei y que los otros dos dejaran de gritarle —Maa... Bueno, nos vemos mañana niños...

—¡¿Qué?! ¡No Kakashi sensei, vayamos a Ichiraku ramen!— Naruto se abalanzó gritando aquello y colgándose de uno de los brazos de Kakashi antes de recibir un manotazo de Sakura en la cabeza.

—¡Naruto eres un idiota! ¡Kakashi sensei nos llevará a comer carne!— La niña miró a Kakashi como si fuera el mejor sensei del mundo.

Obito resopló al ver lo fácil que era hacer cambiar de opinión a los niños cuando Sasuke volvió a unirse a sus compañeros de equipo para tironear de los brazos de Kakashi.

—¡Oh Obito-san también vienes, ¿verdad?!— ese fue Naruto, deteniendo el arrastre de los brazos de Kakashi de los tres.

Obito levantó una ceja sorprendido. Si bien Naruto lo conocía por sus visitas en la casa Uzumaki él siempre intentó mantener una relación cercana con sus padres pero no tanto con el niño. Podía decir que Naruto no le temía, pero no era ciego y vio como era visto y tratado por todos. El enano sabía que había algo malo con él.

Salió de sus pensamientos al notar la mirada cautelosa de Sakura y la de fastidio de Sasuke. Comenzó a negar con la cabeza cuando Kakashi empezó a hablar.

—Por supuesto que viene— dijo Kakashi sorprendiéndolo lo suficiente como para que lo mirara sin ocultar el desconcierto. Pero volvió a calmar su expresión después de verlo dando una pequeña sonrisa a sus genin antes de encogerse de hombros —¿Quién creen que pagará la cuenta?

Obito casi rueda los ojos. Los sigue cuando empiezan a caminar lejos del campo de entrenamiento. Se mantiene unos pasos detrás de ellos mientras escucha las quejas sobre lo tacaño que es su sensei. Es raro ver una faceta relajada de Kakashi, tanto que se pregunta hasta qué punto está actuando para los Genin y cuánto es genuino.

Las sutiles insinuaciones de que está todavía consciente de su presencia a pesar de la distancia hacen que sepa que no actúa del todo con los niños y que disfruta de la presencia de los tres. También que Obito es un extra que simplemente soporta.

Es cuando están caminando por la parte comercial de la aldea que recuerda cuánto odia salir a caminar por la aldea. Sus salidas son reducidas, demasiado consciente del desagrado o el miedo de la gente en cuanto perciben sus feromonas o ven su rostro y saben quién es. En especial los niños.

Los niños no pueden sentir feromonas y viviendo en una aldea de shinobis están acostumbrados a ver personas con heridas que dejan secuelas visibles como la suya. Pero aún así, en su mayoría, los más pequeños suelen ver a Obito con miedo o desconfianza.

Aunque estaba seguro que no lo mirarían como si fuera un monstruo si no fuera por las historias que se cuentan de él.

En realidad no estaría sorprendido si fuera el protagonista de las historias o amenazas para que los más pequeños obedezcan a sus padres. Era probable que la niña de pelo rosa lo miró con precaución hace unos momentos por esa razón en cuanto supo quién la liberó del genjutsu y estaba junto a su equipo en el bosque.

"Cuidado con el demonio Obito Uchiha. Que además de ser el resultado inestable de un experimento también es parte del clan de ojos malditos" recitó en su mente lo que escuchó hace años decir a una mujer a un grupo de niños que antes se habían topado con él en la calle.

Por suerte en esta calle no había muchos niños. A pesar de lo mal que lo hacían sentir consigo mismo le incomodaban menos las miradas de los adultos que las de los habitantes más pequeños de la aldea. Y mirando su alrededor supo que no escaparía de los murmullos y miradas en ésta ocasión, así que no quiso arruinar el que seguro era el primer almuerzo del equipo siete.

Estaba por detenerse para decirles que él seguiría con su camino y dejarlos cuando Kakashi se detuvo frente a un Izakaya. Los niños cerraron la boca viendo con curiosidad el lugar.

Obito solo levantó una ceja viendo mas allá de los cuatro para divisar al único cliente de la tienda. Era un shinobi durmiendo en una mesa con varias cervezas vacías.

—Aquí sirven carne.

—¡No, yo quería ir a Ichiraku!— Naruto se quejó intentando mover a Kakashi de nuevo tironeando su brazo.

—Mah... se un buen perdedor Naruto. Sakura y Sasuke te ganaron.— se encogió de hombros Kakashi sin moverse un centímetro de su sitio.

—¿Qué es este lugar Kakashi sensei?— Sakura se veía desconfiada. Al igual que cuándo reconoció quién era él, solo que ahora veía así el establecimiento.

—Es un Izakaya— contestó Kakashi ladeando el rostro un poco por las mirada de Sakura y Sasuke.

—¡No nos va a hacer almorzar en un bar de mala muerte!— se cruzó de brazos Sasuke y Sakura dejó de verse desconfiada para mirar con reproche a su sensei.

—No es un mal lugar, vengo aquí de vez en cuando con Gai.— Kakashi se veía francamente confundido por las protestas.

—Si no les gusta entonces vamos a Ichiraku por ramen...— Naruto intentó de nuevo lograr ir a su lugar preferido.

—¡No, yo gané así que no iremos por ramen!— gritó Sasuke ganando un grito quejumbroso de Naruto.

Nosotros ganamos— corrigió Sakura y luego miró a Kakashi —Sensei deberíamos ir a otro sitio.

—¿Qué tiene de malo este?

—Para empezar ¡¿qué no ve esa cosa?!— "esa cosa" era el shinobi dormido entre botellas de cerveza. Obito sintió su labio tironear un poco queriendo sonreír por la cara indignada de su primo. —Y dudo que la comida aquí sea muy buena.

Kakashi suspiró viendo a sus genin mascullar entre ellos sin entender por qué tanto escándalo. Obito suspiró acercándose.

Claramente Kakashi veía como niños a sus Genin, pero también era todo un shinobi prácticamente desde que aprendió a caminar. No tuvo una niñez ni remotamente tradicional. Pero Obito no siempre fue alguien tan practico y serio. Creció bajo la tutela de una abuela amorosa y civil a pesar de ser una Uchiha, lo cual lo hizo tener más en común con los niños de la academia como Rin que era hija de civiles. Fue despreciado por los niños como Kakashi, criados por shinobis que los preparaban desde que dejaban los pañales para servir a la aldea. Él estaba muy retrasado en todo y siempre se lo hacían saber, en especial Kakashi. Y estos tres niños nacieron y están siendo criados en un periodo de paz.

Son muy diferentes a los niños con los que crecieron. Hasta Sasuke y Naruto que son hijos de un matrimonio de shinobis y de clanes reconocidos en el ámbito ninja no tenían las mismas enseñanzas que los niños que crecieron durante los periodos de guerra, que vivieron al límite y madurando rápidamente.

Ellos no frecuentan bares "de mala muerte" como definió Sasuke desde que se graduaron de la academia como muchos hicieron acompañados de sus Jounin sensei en su época. Ellos son evaluados luego de graduarse y no enviados a morir o cometer su primer asesinato casi de inmediato.

Estos niños sí tuvieron una niñez antes de graduarse.

—Es un bar Kakashi— remarcó lo obvio y llamando su atención cuando se quedó a su lado con las manos en los bolsillos.

Medio esperaba que Kakashi le mirara mal o le dijera "¿Quién preguntó tu opinión?"

—No iba a dejarlos beber alcohol— Kakashi solo se encogió de hombros no viendo el problema. Obito resopló un poco divertido, al menos su compañero no pensaba ser como aquellos Jounin de su niñez. —¿Tú conoces otro lugar?

Había muchos lugares para comer. Pero Obito no conocía ninguno por obvias razones y solo le dedicó una mirada a Kakashi como respuesta. Tal vez no eran cercanos antes de terminar unidos y todavía no lo eran, pero él sabía cómo era tratado Obito así que estaba al tanto de que no frecuentaba lugares públicos de ese tipo.

—¡Yo sí conozco uno!— gritó Sakura llamando la atención de todos.

Kakashi se dejó arrastrar de nuevo por la aldea y Obito los siguió ésta vez sin estar a distancia. Los niños estaban animados por la experiencia y no parecían incómodos con su presencia. Y si Kakashi no le dijo que los dejara significaba que quería que pagara la cuenta como afirmó antes que haría y no le molestaba tanto tenerlo a su alrededor.

El lugar a donde Sakura los llevó era un restaurante familiar y entendió que ella frecuentaba ese sitio cuando dijo que ese era el restaurante favorito de su padre.

La cara de la dueña del lugar cambió en cuanto recibió el pedido que hicieron al mesero, un adolescente beta que los miró nervioso en todo momento. Dejó de verlo con desconfianza y temor, se concentró en los pedidos de los niños. Ordenaron muchas cosas, como si estuvieran muertos de hambre. Su billetera sufriría mucho.

La dueña los habían echo sentar deliberadamente lejos de los demás, casi en la parte "oculta" del establecimiento. Y estaba seguro que solo los dejaron ingresar porque eran civiles que tenían miedo y esperaban que ocurriera algún inconveniente que justificada que llamaran a la policía shinobi.

Eso no pasaría. Obito tenía experiencia en aparentar ignorar el desagrado de los demás y Kakashi estaba concentrado en los niños.

—¿Usted no come Obito-san?— la pregunta de Sakura lo hizo mirar hacia los tres mocosos que estaban comiendo sin remordimiento alguno por pedir las cosas más caras y una cantidad ridícula de comida.

—Más para nosotros— se encogió de hombros Naruto, engullendo más comida en cuanto el negó con la cabeza como respuesta.

—Que asco... ¡No hables con la boca llena!— Sasuke miró con desagrado al rubio. Más aún cuando Naruto abrió la boca para enseñarle la comida masticada.

Pero luego su primo sonrió y siguió comiendo contento cuando la cara de Naruto terminó estampada contra la mesa cuando Sakura lo golpeó.

—Nosotros no fuimos tan...— "idiotas" murmuró sin decir lo que pensaba.

Miró a Kakashi cuando lo escuchó resoplar, estaba sentado a su lado leyendo su librito porno mientras que los Genin estaban frente a ellos.

—Yo no lo fui y Rin tampoco— dijo pasando de página claramente insinuando que el único idiota del equipo fue él.

—Pues yo recuerdo a cierto idiota malhumorado arruinando los almuerzos con sus sermones— porque aceptaba que él gritaba mucho y era más torpe de lo que debía haber sido, pero Kakashi no se quedaba atrás con sus estupideces de sabelotodo.

—Mah... Mis sermones estaban justificados. Minato sensei debió agradecerme el hacer parte de su trabajo, él era muy blando contigo.

—¿Estuvieron en el mismo equipo Genin?— Sakura se veía sorprendida mientras Sasuke solo rodó los ojos y Naruto la miró confundido de por qué ella no lo sabía.

La niña no tendría por qué saberlo, pertenece a un clan que hace tan solo una generación atrás se consideraba como civil. Mientras que Naruto tiene en la sala de su casa las fotos del equipo genin de su padre y luego el equipo genin que lideró. Y Sasuke siendo hijo del jefe del clan creció viendo a Obito entrar a la oficina de su padre más veces que sus otros primos y también notando cómo era apenas tolerado por sus parientes, seguro sintió curiosidad haciendo que Itachi le contara su historia.

—Sí, yo obtuve las calificaciones más altas de mi generación mientras que él las más bajas. Tienes a un milagro viviente frente a tí Sakura-chan— dijo Kakashi dejando un momento su lectura para señalarlo con su libro. Obito se tensó esperando que no dijera que debía de estar muerto y por qué no lo estaba —Fue todo un milagro que se graduara.

—¡Cómo Naruto!— eso se ganó una risa apenas contenida de Sasuke y una mirada sorprendida del rubio.

—¿Tú también fallaste tus exámenes a propósito Obito-san?

—Uhmm... Sí— mintió y pudo notar la sonrisa de Kakashi. —Coman que se enfría.

Obito se movió incómodo en su sitio. Había pasado mucho tiempo desde que se había detenido a pasar el rato con alguien en un lugar público. Tanto que por unos momentos no fue consiente de las miradas ajenas. Pero entrecerró los ojos al notar que quienes comían en el lugar no le prestaban atención.

Fue extraño, usualmente sus feromonas alertaban a quienes le rodeaban que estaba presente si no lo habían visto.

Cuando los mocosos obviamente no pudieron terminar de comer Naruto llamó al mesero para pedirle que les envolvieran las sobras para llevar. Eso causó una pequeña discusión entre Sakura y Naruto por ver quién se llevaría qué. Obito los dejó para acercarse al mostrador y pagar.

La dueña del establecimiento se acercó para cobrarle y Obito levantó una ceja cuando ella le dijo "vuelva pronto" cómo si no lo hubiera visto en un principio como si fuera a dejar una maldición en su restaurante. Pero no se quejaría, aunque fuera su billetera lo que hizo que la mujer y el mesero cambiaran de actitud eso era mejor a como era tratado usualmente.

—¡Kakashi sensei, le diré a Kaa-chan que ya no eres tan malo!— Naruto estaba contento, olvidó por completo lo que sea que sucedió en la mañana. —¡Obito-san fue bueno verte! ¡Adiós!

Naruto salió corriendo luego de despedirse y Sakura se despidió de forma más tranquila antes de emprender su camino a su casa. Eso los dejo con la presencia de Sasuke.

"Que alegría" pensó Obito suspirando en su mente al ver la mirada fastidiosa de su primo que le decía sin palabras que no se podía deshacer de él.

—Vete a tu casa— lo echó sin vacilar en cuanto vio sus intenciones de seguirlos a la casa.

Sí bien no estaba entusiasmado de volver a estar a solas con Kakashi y tener que conversar con él para saber si estaría dispuesto a mudarse a una casa que no le haya pertenecido a ninguno antes debía hacerlo. En especial cuando divisó a sus vecinos y recibió una mirada más venenosa de lo habitual.

—Kakashi tiene que seguir entrenándome— dijo de forma altiva. Obito quería patearlo tanto.

—Mah... Sasuke-kun hoy no podremos entrenar. Tengo algo que hacer en casa, pero te prometo que nos pondremos al día pronto.

Sasuke infló los cachetes y enrojeció un poco, claramente aguantando una rabieta, hasta que suspiró y luego asintió antes de despedirse.

Obito se tensó un poco antes de ingresar a la casa. Kakashi pudo tomar esa invitación de Sasuke para evitarlo por la tarde, pero quiso volver para que estuvieran a solas. Y sabía que a Kakashi no le agradaba pasar tiempo a solas con él, menos después de lo de anoche. Así que él decidir quedarse con él debía ser  por algo importante.

Obito sintió que tenía piedras en el estómago viéndolo avanzar por la casa. No sé había olvidado de nada pero durante su salida con el equipo siete la presión que sentía había bajado. Ahora sentía que volvía a tensarse. Sus instintos le decían que hiciera algo pero no tenía idea de qué.

Solo pudo mantenerse en movimiento y caminar hacia el cuarto y quedarse parado contra el marco de la puerta. Leer la situación antes de decir algo.

—No comiste nada y tampoco desayunaste— comentó Kakashi, quitándose su chaleco y sus armas para guardarlas.

—No tengo hambre— decir eso ganó un vistazo rápido de Kakashi.

Concluyó que debió notar que, aunque comía todos los días, su apetito fue bajando de a poco. Pero no entendió porque quería tener una charla casual de esto. Seguramente quería hablar de algo serio en vez de esto.

—¿Notaste algo fuera de lo normal en ti hoy?

"Está pescando información" pero no tenía idea de qué era exactamente lo que quería saber.

—No.

Era cierto, recibió las mismas miradas de la gente fuera del recinto y aunque algunos de sus parientes lo observaron de una forma más intensa de lo normal tampoco era algo extraño. Lo único particular fue no ser acosado en el restaurante y no incomodar tanto a la dueña del lugar y al mesero. Pero tampoco llamó tanto su atención como para estancarse pensando en aquello.

—Deberías comer algo— Kakashi se encogió de hombros caminando hacia la puerta haciendo que le quitara de ahí para daré espacio para pasar.

—Estoy bien— de solo pensar en comer algo su estómago se retorció. —¿Comiste algo o solo los niños aprovecharon el banquete?

—Por supuesto que comí, no me gusta desperdiciar la comida.

No había observado a Kakashi hasta que hablaron brevemente. Así que no sabía si solo se la pasó leyendo porno en un restaurante familiar frente a tres niños. Todo se había sentido extraño pero bajo una comodidad que ahora mismo no sentía.

Solo había tensión ahora. Sin distracciones de sus presencias y lo que sentían.

>—¿Qué no me estás diciendo?

—¿De qué hablas?— frunció las cejas viendo la mirada para nada perezosa de Kakashi.

—No me estás diciendo algo. No sé qué es pero si es algo relacionado con tu estado físico debo saberlo. Puede ser algo que afecte a tus hormonas y feromonas.— entrecerró el ojo viéndolo detenidamente en el pasillo entre la sala y la habitación. —Y si eso hace que estés comprometido otra vez por tus hormonas y feromonas eso me afectará a mí. Así que no me ocultes nada.

Obito no sintió ningún signo de agresión a pesar de que su voz sonó más que firme. Fue bueno. El no quería arriesgarse en menos de veinticuatro horas desde que tuvo un arrebato de dominar al otro Alfa y seguro Kakashi no quería arriesgarse tampoco. Solo podían sentirse su aroma mezclado sutilmente con el de Kakashi dentro del hogar. No habían feromonas intentando alertar el estado de ánimo.

—No puedo comer...— decidió decirle porque tarde o temprano él se daría cuenta. Seguro estuvo viendo las señales de que había algo mal con él y la comida. Siguió recibiendo la misma mirada afilada, totalmente atento sin mostrar desconfianza o impresión alguna —Bueno, sí puedo comer pero no como una persona normal. Mi organismo no funciona como el tuyo, puedo estar períodos largos sin necesidad de ingerir alimentos sólidos. Si me alimento como deberías hacerlo tú me enfermo, no puedo metabolizar la comida sin problemas. Básicamente solo necesito un poco de luz solar y líquidos.

Fue una explicación bastante pobre y sin muchos datos científicos que Rin se había encargado de darle pero esperó que Kakashi entendiera.

—¿Estás enfermo ahora?— Kakashi ya no lo miraba tan intensamente pero seguía prestándole atención. No parecía preocupado pero sí buscaba algún signo de enfermedad.

—Un poco, ayer fue peor durante la mañana. Pero ahora solo volveré a enfermar si como algo. Voy a tardar un tiempo en poder comer algo de nuevo.

Kakashi parecía estar considerado sus palabras, pensando detenidamente antes de asentir para sí mismo ante la conclusión a la que haya llegado.

—¿Es por eso que no produces tantas feromonas?

Obito parpadeó confundido. Sus feromonas estaban "bien" y creyó que Kakashi debía estar volviéndose cada vez más tolerante a ellas.

—No hay cambios en mis feromonas— dijo con cuidado. No quería que Kakashi se tomará a mal que se estuviera adaptando a Obito de esa forma.

—No, sí los hay. Tus feromonas alertan a cualquiera cuando estás en lugares cerrados y cuando estás al aire libre usas más parches y te pones spray para ocultar tu aroma para que solo se den cuenta de tu presencia cuando estés cerca. Hoy solo tenías los parches, solo con eso tu aroma fue normal y tus feromonas solo nos rodearon a nosotros y a los niños en el restaurante. En la calle fue lo mismo.

"Eso no es posible" pensó frunciendo el ceño pero rememorando el tiempo que pasó en el restaurante.

En lugares cerrados su aroma y feromonas incomodaban a todos, pero esas personas aunque estuvieran lejos ignoraron su presencia. Cuando cenaba en la casa Uzumaki se aseguraban de tener las ventanas abiertas y ventilar el lugar. En el restaurante no había una ventilación y aún así no acaparó todo el espacio con sus feromonas.

"Algo está mal..." Apretó los puños molesto con su cuerpo que parecía querer fallarle cada vez que pensaba que ya estaba todo controlado. Enojado con Madara por no dejarlo morir y hacer que se convirtiera en un ser tan extraño.

—No te habías dado cuenta— masculló Kakashi levantando un poco las cejas y acercándose cuando Obito lo miró de nuevo —Deberías alegrarte un poco, si es un cambio permanente significa que podrás estar en lugares como el de hoy sin incomodar a los demás.

Obito resopló, eso lo decía porque no era su cuerpo el que no podía controlar como quisiera.

>—Voy a enviar a uno de los ninken para que pida una cita con la doctora para tí. Mientras tanto no deberías preocuparte tanto, eso no soluciona nada.

—Lo sé— suspiró dejando de estar quieto en su sitio y yendo hacia el sofa para dejarse caer de repente cansado.

Frunció el ceño dándose cuenta de por qué Kakashi no se fue con Sasuke. Él quería asegurarse que no fuera inestable hormonalmente y reaccionara de mala manera si se quedaba solo.

—¿Algo más que quieras decirme?— escuchó antes de ver a Kakashi sentándose sobre la alfombra frente al sofá. Haciendo que se sintiera extraño por la falta de tensión o precaución.

—No— contestó de forma automática cuando vio la mirada de Kakashi sobre él antes de que sacara su librito y comenzara a leer —Bueno, sí. Sí hay algo...— corrigió recibiendo de nuevo la atención de Kakashi sobre él. —Cuando comienza el invierno me voy quedando sin energía hasta que me duermo por un tiempo, nunca es preciso cuánto tiempo voy a estar inconsciente.

Kakashi lo quedó mirando aparentemente esperando que le dijera que estaba bromeando o agregada algo más.

—Hibernas como una tortuga— no lo dijo con tono burlón pero hubo algo en su mirada que le dijo que esa información le daba un poco de gracia. Obito se encogió de hombros, siempre se comparó con un oso. No sabía que las tortugas también hibernan. —¿Algo más? ¿Te salen garras y te vuelves peludo mientras aúllas a la luna llena?

—No, y no es gracioso idiota— de todos modos sonrió un poco. No sé sentía ofendido, más bien curioso por no estar en un ambiente tenso entre ellos de nuevo.

—Maa... No te enojes Obito. Solo estoy sorprendido porque me acabo de dar cuenta que me casé con una planta que se cree tortuga en invierno.

—Ja ja— Fingió reír sin gracia alguna. Nunca estuvo en el lado receptor de las burlas de Kakashi, fue interesante serlo. Molesto pero aún así interesante.

—¿Te tengo que regar antes o después de que tomas sol?— le lanzó una almohada del sofá resoplando cuando él la atrapó sin problemas. —Hablando en serio ¿Solo puedes beber agua todos los días?

—Sí pero las infusiones están bien, tal vez caldos de vez en cuando durante la semana no me causen daño.— contestó pensativo y Kakashi asintió volviendo su vista a su libro. No había tensión y este era un momento extrañamente agradable, así que no supo por qué su boca se movió y preguntó:—¿Quieres hablar sobre lo que pasó ayer?

Ya lo habían echo, un poco al menos. Fue una corta charla para saber qué causó que reaccionara de esa forma. Pero aún así una parte de él quería saber si todo estaría bien a pesar de otra vez demostrar su falta de control.

—No, solo quiero que no vuelva a pasar.— terminó escuchando y asintió sin saber bien qué decir además de asegurar que no volvería a pasar sin saber si podría cumplirlo. —Y por eso hay que entrenarte para que te acostumbres. Será de apoco, pero voy a hacer que otros dejen sus feromonas en mí. No íbamos a permanecer en una burbuja por siempre, no solo trato con mis Genin y como tu nariz es más eficiente de lo normal volverás a sentir el mas mínimo aroma y feromonas de otros.

Obito hizo una mueca al pensar en los peores resultados de ese "entrenamiento" teniendo en cuenta cómo reaccionó ayer. Pero terminó asintiendo, con suerte la costumbre lo haría menos susceptible a reaccionar mal.

>—Estamos bien entonces— concluyó Kakashi y Obito suspiró. Sintió menos peso sobre él.

Obito lo miró un rato largo mientras leía por quién sabe qué número de veces el mismo libro. Kakashi tenía razón en que no podían mantenerse en una burbuja. Pero aún así debían vivir en un lugar en el que ambos se sintieran cómodos. Y tener a sus pariente rodeándolos no era agradable para ninguno.

—¿Qué?— Kakashi estaba levantando una ceja, seguramente se le quedó viendo fijamente por demasiado tiempo.

—¿Qué piensas sobre mudarnos?— solo recibió una mirada en blanco, esperando que le diera más información —No renovaran el contrato de tu departamento y nadie va a rentarnos algo en el área para shinobis o la civil. Pero hay casas vacías a las afueras del distrito Uchiha, sin vecinos a poca distancia. Será más pacífico que aquí. Y será algo nuevo para ambos.

Kakashi parecía estar pensando mientras movía su libro cerrado entre sus manos antes de suspirar y volver a abrirlo para seguir su lectura.

—Lo pensaré— asintió aliviado por su respuesta. No fue una negativa rotunda.

Notes:

Hola! Éste es un capítulo tranquilo y solo con la perspectiva de Obito.
Tuve que cortarlo en la parte de Kakashi porque sino sería monstruosamente largo.

Gracias a los que siguen leyendo la historia y espero no tardar tanto de nuevo :')

Chapter 8

Notes:

(See the end of the chapter for notes.)

Chapter Text

"—¿Cuánto tiempo creen que dure con vida el Copy-nin?"

Esa era la pregunta que muchos hacían. Algunos con fingida preocupación pero muchos más con mórbida especulación. Kushina quería golpearlos a todos y callarlos por completo.

Y tal vez sus intensiones eran demasiado obvias porque todas las conversaciones morbosas y especulativas sobre el emparejamiento de Obito y Kakashi se acababan de inmediato en cuanto notaban su presencia. Kushina inhaló y exhaló lentamente antes de calmar su temperamento y continuar con sus compras.

También tenía que reponer los comestibles para la despensa de Rin. Ella solo iba al trabajo en el hospital y de nuevo a su departamento desde que fue obvio que explotaría contra cualquiera que especulara sobre el destino de Kakashi.

En un principio Kushina pensó que Minato se estaba preocupando de más. Rin ya no era aquella adolescente que estaba al borde de un colapso. Desestimó su pedido argumentando que ella ya era una adulta y una muy competente.

Pero cuando decidió ir a verla por la insistencia de su esposo entendió el por qué.

Por un momento Kushina se encontró otra vez viendo a aquella niña que estaba siendo consumida por una ira monstruosa y una maraña de sentimientos demasiado complicados para describir.

Así que entendió por qué Minato la envió a hablar y no fue él quien lo intentó. Hace años Rin no había reaccionado bien con Minato y, ahora que lo pensaba, jamás se retractó de las cosas que le dijo a su esposo.

El recuerdo tenía que estar muy presente en Minato. Seguramente debió querer evitar otro enfrentamiento con su alumna.

"Esos mocosos..." suspiró recordando a Minato años atrás nervioso por tener que ser el Jounin sensei de más niños además de Kakashi. Con el pequeño Hatake había tenido las manos llenas.

Cuando recién era un Genin Kakashi tenía grandes problemas para trabajar con otros shinobis. Por suerte admiraba a Minato a pesar de que intentaba no demostrarlo y por ello le obedecía.

Kushina había bromeado mucho sobre lo dramático que había sido en ese entonces. También sobre cómo se encariñó con ese niño que se le hacía parecido a un gatito gruñón.

Y cuando el Hokage le asignó dos genin recién graduados a Minato había vuelto a preocuparse. Kushina se había burlado de él, si las cosas no fueron un desastre con Kakashi... ¿por qué tendrían que serlo con esos otros dos mocosos?

Y con el tiempo todo apuntó a que Kushina tenía razón.

Minato le había asegurado que si los hubieran asignado al equipo meses antes Obito hubiera terminado en el hospital y Rin recibido un gran discurso para desmotivar sus sueños de ser ninja médico. Pero Kakashi solo golpeó a Obito lo suficientemente fuerte para ganarle en los entrenamientos e ignoró a Rin. Eso había sido un gran avance según Minato.

Kushina se rió muchísimo en ese tiempo al escuchar las interacciones de los alumnos de su novio. Esa época fue muy agradable a pesar del desastre que los rodeaban.

Y ante el relato de Minato sobre cómo Kakashi había comenzado a mirar con un poco de cariño a los otros niños cuando pensaba que nadie lo observaba tuvo curiosidad. Kushina no le creyó hasta que lo comprobó, fue adorable. Minato entonces se había concentrado en entrenar más a Obito e instruir lo mejor que podía a Rin. Ella era una estudiante fácil de enseñar y que no necesitaba tanta instrucción. 

Obito por otro lado... Fue un desafío.

De niño tenía mucho chacra y una personalidad igual de explosiva y volátil. Y aceptaba cualquier muestra de afecto e interés con emoción infantil. Todo lo contrario a Kakashi que era arisco como un gato y a Rin que contaba con una familia y no anhelaba afecto de su maestro o cualquier otro adulto.

Kushina le había tomado mucho cariño a los tres, pero fue casi inevitable tener más afinidad por Obito cuando era igual o peor de exaltado que ella y compartía su amor por el ramen.

Atesoraba los recuerdos de aquella época aunque nunca se sintió más inútil como en ese entonces. Era una kunoichi pero aún así ni siquiera se le permitió entrenar a un grupo de niños dentro de la aldea cuando Minato no estaba disponible.

Ambos sabían que él sería requerido en el frente y sus alumnos tendrían que quedar a cargo de otro shinobi. Fue un testigo silencioso de cómo Minato atrasó lo inevitable. Pero Kakashi ascendió a Jounin demasiado pronto y por lo tanto Minato ya no fue necesario para ese equipo. 

Kushina no había asistido ese día, pero sabía que Minato lo había felicitado por su ascenso y que también le recriminó en privado el no haber esperado como le había aconsejado que hiciera. Kakashi, manteniendo una mirada en blanco que perfeccionaba cada vez más mientras crecía, solo había contestado que si el Hokage lo aceptó significaba que estaba listo.

Todo lo relacionado con el equipo habían quedado en manos de Kakashi, un niño que fingía demasiado bien el ser un adulto pero que seguía siendo un niño. Confió en sus habilidades, pero no pudo ignorar que a pesar de ser un genio no contaba con la experiencia para liderar a sus compañeros y comenzar con una misión tan importante era un error. Ademas sabía que Obito no lo respetaba como un líder y Rin seguramente se distrairia siendo una mediadora entre ellos. 

Solo pudo animarlos y apoyar a Minato. Pero esas misiones en la que oficialmente se separarían fueron un desastre para todos. Aunque cumplieron y la aldea ganó una gran ventaja... ellos perdieron a Obito.

La misión del puente Kannabi los marcó.

Minato solo le habló sobre lo que pasó una sola vez, luego nunca quiso volver a mencionarlo. Kushina no recordaba el llorar alguna vez de forma tan desconsolada como lo hizo cuando la realidad de que Obito había muerto la alcanzó. Pero no hubo tiempo para lamentos.

El clan Uchiha había estado molesto por la decisión de Obito de regalar su sharingan. El consejo exigía enviarla a pelear como una demostración de fuerza sin tener en cuenta que ella no controlaba la transformación Jinchūriki como Han y Roshi. Y el estado de lo que quedaba del equipo no era mejor.

Minato no sabía qué hacer con ellos. No tuvo tiempo de estar de luto ni observarlos más de cerca. Fue a más misiones que decidirían el futuro de la aldea.

Su matrimonio se dió en un momento en el que nadie estaba con ánimos para festejar, ellos tampoco, pero sentían que ya no podían retrasarlo más. Se amaban y ambos se necesitaban. Todo fue como un borrón en su mente, tan rápido que cuando todo acabó sintió ganas de vomitar del latigazo al detenerse y darse cuenta que Hiruzen de verdad estaba entregándole el sombrero a Minato.

Kushina casi lo golpeó cuando él confesó una noche que se sintió como un fraude. Pero sin importar lo que decía él no se creía merecedor de la admiración de sus compañeros shinobis ni de la palpable adoración de los demás aldeanos. A pesar de haber perdido innumerables compañeros no pudo olvidar al niño que gritaba que él sería el próximo Hokage.

Kushina no lo dejó estancarse en el recuerdo de Obito, no debía recordarlo de esa manera. Pero sí le recordó que era hora de hacer algo por Kakashi y Rin. Entonces Minato quiso alejar a Rin de Kakashi lo más que pudo diciendo que lo mejor para ella era seguir su entrenamiento médico.

No quería que terminaran aquella amistad pero pensaba igual que Kushina. Se estaban volviendo dependientes del otro. Rin con una obsesión por estar pendiente de todo lo relacionado con Kakashi. Y Kakashi dejando a un lado su propia seguridad para proteger a Rin.

Necesitaban un poco de distancia porque a ninguno parecía hacerle bien mantenerse unidos. Estaban alimentando el trauma del otro.

Kakashi a veces miraba a Rin como si fuera lo único importante en el mundo, su responsabilidad más preciada. Y otros días cambiaba totalmente y la observaba con odio y rabia, como si quisiera atacarla. Minato comenzó a temer que un día lo hiciera.

Kushina no creía que fuera capaz de hacerlo, el recuerdo de Obito se lo impediría.

Intentó hablar con Rin cuando Minato le dijo frustrado que usaba su escaso tiempo libre para buscar a Kakashi. Pero no hubo caso, copió a la perfección los hábitos esquivos de Kakashi. Y Kakashi insistía en mantenerse activo y pedir misión tras misión, volviendo siempre mal herido y sin darse tiempo para sanar totalmente.

Así que Minato le concedió una misión personalmente. Debía llevar un pergamino para asegurar la paz entre Konoha e Iwagakure. Y a pesar de que Rin insistió para ir también tuvo que quedarse. En cambio fue Maito Gai y dos Anbu como escolta.

Sabía que Kakashi no estaba bien, pero necesitaba que él lo entendiera. Kushina no estaba muy segura de cuál sería el resultado, pero Kakashi sí colapsó como Minato pensó que lo haría y los Anbu procedieron con la misión mientras Gai regresó a la aldea con un inconsciente Kakashi.

Lo inesperado fue la reacción de Rin.

Quién fue la estudiante más obediente y tranquila enloqueció. Lo culpó por el estado de Kakashi y lo que pasó en la misión del puente Kannabi. No se contuvo a pesar del regaño de Kushina por hablarle de esa forma. Le recriminó la muerte de Obito y lo acusó a gritos de estar buscando también acabar con Kakashi.

Ella sufrió una crisis nerviosa. Kushina nunca pensó que la vería en ese estado. Y cuando Kakashi despertó supo con ver su mirada que él tomaría cualquier misión y terminaría muriendo de forma estúpida. Minato pensó lo mismo.

Ese día Minato tuvo a sus dos ex estudiantes en el hospital. Uno aceptó recibir tratamiento psicológico al despertar mientras que el otro ingresó a Anbu. Estaba seguro que mantendría a Kakashi más controlado de esa forma.

Kushina dejó de ver a Kakashi por un largo tiempo. Aún así supo que no volvió a colapsar durante sus misiones, pero sus emociones parecieron desaparecer por completo. Y aunque Rin mejoró aún podía ver la sombra de algo que no lograba superar.

Pero se sintió aliviada de ver que Minato parecía haber sobrellevado lo que pasó con su equipo. Así que cuando le hizo saber su deseo de tener hijos se sorprendió cuando él no pudo hacerlo. Pensaba en que si no pudo mantener a salvo a esos niños y no sabía cómo ayudarlos ¿Cómo podía convertirse en padre habiendo fracasado con ellos?

Kushina no volvió a mencionar el asunto diciendo que de todas formas, al ser una Jinchūriki, no era una buena candidata para ser madre. Pero sin planearlo los meses pasaron y se llevaron una sorpresa. De forma inesperada Naruto, lo mejor que le pasó en la vida, estaba en camino.

Durante ese tiempo escuchó los rumores de cómo Kakashi era una máquina para matar. Y Minato le había dicho que planeaba hacer que fuera su guardian Anbu hasta que finalizara el embarazo. Esperaban que la experiencia hiciera que algo de ese niño que recordaban volviera.

Pero hubo una misión en la que un escuadrón necesitaba un escolta Anbu y Minato asignó a Kakashi. En ese escuadrón Rin era la ninja médico y desde que ella había vuelto a asistir a misiones Kakashi solicitó ser su escolta o apoyo en casi todas. Ya habían desistido de hacer algo para que tomaran un poco de distancia.

Esa debió ser una misión más, no hubo nada fuera de lo común.

Minato nunca pudo explicarle qué fue lo que lo impulsó a dejarlo todo ese día. Solo explicó que había sentido un presentimiento y antes de darse cuenta había hecho los sellos de su jutsu y dejó a los Anbu que lo cuidaban sin saber qué pasó desapareciendo de su oficina. No fue algo racional, pero se había concentrado para ubicar otra de sus marcas y alejarse aún más. Cuando supo cuál buscar jamás esperó encontrarse con la escena que lo esperaba.

Cuerpos atravesados por lo que parecían estacas, sangre y restos humanos rodeando a sus estudiantes. Rin hiperventilando mientras sostenía el cuerpo de un joven que claramente fue golpeado por el chidori de Kakashi, mientras Kakashi estaba inconsciente frente a ella y apenas respiraba.

Pero lo más impactante fue que ese joven que Rin sostenía era Obito.

Kushina pudo ver en su mirada ese día cómo no podía ocultar lo que sintió mientras le contaba todo. Solo cuando lo vio con sus propios ojos le creyó cada cosa que le dijo.

Obito había sobrevivido...

Pero había regresado a ellos con un gran agujero en el pecho, una herida mortal. Nadie podría sobrevivir a eso, lo sabía y por la mirada de Minato él también. De todos modos siguió afirmando que todos estarían bien. Tenían que estarlo. Aunque sabían que nadie sobreviviría a algo así Kushina apretó la mano de su esposo sin decir lo que en verdad pensaba.

Tuvo tanto miedo porque si veían a Obito morir no solo Rin y Kakashi se quebrarían.

Cuando le preguntó qué pasó con los demás para distraerlo casi se había caído de su silla cuando le respondió. Kakashi casi había muerto por el agotamiento de chacra y permanecía inconsciente. Y había sido difícil convencer a Rin que dejara que él la llevara a una parte alejada de la aldea para revisar su sello. Cuando lograron estabilizar el sello pudo llevarla al hospital para mantenerla en observación y enterarse que Obito seguía con vida.

Kushina ese día dejó de ser la única Jinchūriki en Konoha.

"—Estarán bien, los tres lo lograrán"— Kushina había escuchado muchas veces ese día obligándose a mantenerse serena. Reflejando en su expresión el mismo estrés y esperanza que él sentía en esos momentos.

Y contra todo pronóstico Obito esquivó la muerte una vez más. Él lo había logrado, iba a sobrevivir.

Pero a pesar de todo el alivio y la esperanza Kushina sintió que algo iba a pasar. Y lo confirmó al poco tiempo cuando fue a hacerse un chequeo y los Anbu intentaron hacer que saliera del hospital antes de que terminara.

"—¡No lo llames monstruo y tampoco es un animal para sedarlo de esa forma!"

Desde aquella vez que le gritó a Minato no había vuelto a escuchar ese tono de voz ni visto la ira desbordante de Rin.

Kushina no tenía idea de qué había pasado, pero pudo sentir por primera vez que el chacra corrosivo del tres colas estuvo tomando fuerzas sobre el de Rin. Ella se había estado dejando llevar por su ira, solo que se había vuelto más peligroso que lo hiciera porque eso solo le haría dar el control a esa bestia.

"—Ese chico Uchiha perdió el control. Fue aterrador... Atacó a su compañero y ahora está en cuidados Intermedios, pero lo pasarán a intensivos. Nunca vimos algo así, sus feromonas están a otro nivel..."

Kushina entendió a qué se refería Rin entonces con aquello de "monstruo" y por qué estaba tan enfadada. Ella también lo estaba, pero crear un caos no hubiera ayudado a los chicos. Por suerte para esas enfermeras y los demás también sabía cómo distraerla.

"—¡Rin, déjalas! Obito estará bien, Kakashi te necesita ahora."

Y sus últimas palabras lograron el efecto deseado y la atención sobre esas mujeres se había esfumado. Rin había corrido hacia donde suponía que estaba Kakashi.

En ese entonces no le había prestado atención a Rin. Estaba más preocupada por hacer que Obito dejara de mirar a todos con terror porque él comenzó a creer que era un monstruo. También debía concentrarse en su embarazo y no perder el control del sello. Sabía que Kakashi estaba bien o al menos lo suficiente para comenzar a ser su guardia Anbu así que no insistió con él.

Actualmente se arrepentía de no haber prestado más atención y no lograr hacer que Obito dejara de alejarse de todos. Había esperado que él fuera como un hermano mayor para Naruto, pero fue imposible que dejara de pensar en si mismo como alguien peligroso y siempre mantenía distancia con el niño.

Kushina entendía por qué la presencia de Obito incomodaba a las personas, sus feromonas eran simplemente invasivas para cualquiera. No importaba su estado de ánimo sus feromonas causaban que sintiera que estaba tratando con alguien más peligroso. Prácticamente los hacía sentir a todos como presas frente a un depredador.

Pero ella lo quería, seguía siendo Obito, y podía controlar sus reacciones naturales ante él para seguir siendo parte de su vida.

Fue una lastima que solo muy pocos intentaran no alejarse de Obito. Hasta Kakashi mantuvo su distancia desde aquel incidente en el hospital. No hubo caso, cada vez que Kushina o Minato quisieron hablar con él sobre intentar un nuevo acercamiento los esquivaba. Kushina francamente pensó que no podían obligarlos a convivir, más aún cuando Rin les aseguró que Obito tampoco quería saber nada de Kakashi.

Pero hace unos meses Minato le había dicho que le preocupaba como Obito increíblemente estaba aislándose aún más y ambos sabían que a pesar de su cara estoica estaba sufriendo por estar tan aislado.

Intentaron hacer una reunión donde Kakashi y Rin asistieran y comenzar a trabajar desde ahí, que tomara confianza y se acercara a Naruto también. Tal vez hasta hacer que aceptara un puesto en la academia. El problema de sus feromonas no afectaba a los niños después de todo.

Esa reunió nunca se llevó a cabo. Kakashi no se había presentado, pero ella pensó que se debía más a que estaba todavía resentido con Minato por sacarlo de Anbu y hacer que se volviera un Jounin sensei. Nadie le había dicho que Obito estaría presente.

Se le hacía difícil creer que Kakashi no tuviera ni un poco de interés en arreglar las cosas con su ex compañero de equipo. Aunque Kakashi no era una persona sociable tendía a gravitar cerca de las personas que fueron importantes para él antes de ingresar a Anbu. Las cuales eran muy pocas.

Y Obito significó mucho para Kakashi, ya sea para mal o para bien.

Sinceramente creyó en que si ellos arreglaran sus problemas y superan lo que los mantiene alejados lograrían mejorar. Esperaba que Kakashi dejara de castigarse por lo que sea que lo atormentaba desde que volvieron de la misión del puente Kannabi. Y también que Obito no estuviera tan solo... Le rompía el corazón verlo cada vez más solitario.

Pero jamás esperó que la misión que les asignó Minato para ver si un tiempo trabajando juntos los ayudaría a enfrentar el pasado terminara como terminó.

—¡Mamá!— el grito de Naruto la sacó de sus pensamientos y la regresó al presente.

Observó a su hijo corriendo y trastabillar contra muchas personas en el camino para poder alcanzarla. Estuvo tentada a hacerse la desentendida del niño al escuchar los gritos de las personas que fueron atropelladas por su hijo.

Pero al final solo sonrió amistosa y disculpándose mientras seguía caminando para alejarse de los problemas. En cuánto estuvieron alejados le dio un manotazo en la cabeza a Naruto antes de que él pudiera esquivar.

—¡Naruto debes tener más cuidado, ya eres un shinobi no puedes correr así por la aldea dattebane!

—¡Es que estaba muy emocionado dattebayo!

Kushina había esperado que su hijo no heredara sus tics verbales pero el niño hablaba igual que ella. Además tenía también su carácter y tendencia a levantar el volumen de su voz sin darse cuenta. Resopló al ver la mirada ansiosa de Naruto esperando que ella le preguntara qué era lo que tanto lo emocionaba.

—¿Y a qué se debe tanta emoción?— sonrió alegre por haber sido sacada de sus pensamientos por su hijo —¡¿Acaso Sakura-chan se te confesó?! ¡¿O fue Sasuke-kun?!

Eso no pasaría y lo sabía. Esa niña estaba enamorada desde siempre de Sasuke y Sasuke veía a Naruto como un rival. Pero a Kushina le gustaba molestar a su hijo recordándole como él los seguía como perrito a su dueño cuando eran pequeños. Naruto pasó un tiempo totalmente flechado por la niña de pelo rosa e intentado ser el mejor amigo de ese niño Uchiha.

—¡Ahh claro que no! ¡Sakura ya no me gusta! ¡Y de todas formas ella tiene mal gusto porque gusta de ese Teme y Sasuke es un idiota, jamás me gustaría en ese sentido!— se rió al verlo enrojecer. Se apiadó de él y no siguió burlándose —¡Estoy emocionado porque ésta vez Kakashi sensei nos llevó a comer ramen!

—Eso es... ¡Genial!— logró decir gratamente sorprendida.

Hace unos días cuando Naruto les dijo que había tenido un almuerzo de equipo habían creído que se refería solo a Sasuke y Sakura. Pero cuando agregó que se trató de Kakashi invitándolos a almorzar y aún más sorprendente que Obito los había acompañado Minato y ella habían quedado boquiabiertos de la impresión.

Fue solo por la insistencia de Minato que todavía no se acercó a esos dos para ver cómo estaban. No quería abrumar a ese par teniendo en cuenta la delicada situación en la que estaban.

—¡Es más que genial Mamá, como es Obito quién paga Kakashi sensei nos animó a pedir todo lo que queríamos!

Y eso sonaba como algo que haría Kakashi. Kushina sonrió muy contenta, eso podía significar que ellos no estaban tan mal si Kakashi se aprovechaba de esa forma y Obito se lo permitía.

—¿Y Obito-kun se lleva bien con ustedes?

—Mmm... Sí, ya no se aleja de mi si me acerco. Se parece un poco a Sasuke solo que sin ser quejoso, idiota y presumido. Y creo que Sakura le tenía miedo pero ya no es así, hasta le pidió ayuda con su genjutsu hoy porque llegó mas temprano. Kakashi sensei estaba ocupado supervisando el jutsu que le enseñó a Sasuke mientras yo practicaba el que me enseñó papá. ¡Nos agrada y no solo porque paga la cuenta dattebayo!

—¡Qué alegría!— saltó antes de abrazar a su hijo, ganando un quejido suyo por su muestra de afecto aunque no la apartó. —¡Naruto tienes que ser amable con Obito y tener paciencia con Kakashi, sé que no se lució como tú sensei y que Obito no es muy simpático pero creo que las cosas mejoran! ¡Y aunque no lo parezca Obito es muy sensible así que no lo abrumes!

—¡Yo siempre soy amable con Obito-san!— se defendió alejándose de su abrazo y colocando las manos en las caderas. Kushina resopló al verlo hacer la misma pose que hace ella cuando se queja con Minato —¡Y en cuanto a Kakashi sensei... no prometo nada! ¡Nos asignó una misión para mañana, pero después de almorzar nos dijo que es para limpiar y ayudar con las reparaciones de su nueva casa!

Y así de rápido con esas últimas palabras su alegría se agrió.

—¿Nueva casa?

"¿Se están divorciando?" Aunque no era un matrimonio que considerara "real" llegó a pensar que si la marca que los convirtió en pareja pasó a pesar de que debía ser imposible tal vez ellos podían estar justos como compañeros de alguna forma, seguramente no románticamente pero...

—¡Sí, ¿Puedes creerlo? Sé que van a pagarnos pero esperaba que ya nos dieran alguna misión más interesante! Lo único bueno de todo esto es que podremos entrar al distrito Uchiha, jamás pude recorrer ese lugar.

—¿Y... se está mudando con Obito, verdad?

—¡Por supuesto que sí, si están casados. ¿Con quién se mudaría?! ¿Acaso ya lo olvidaste mamá? No creí que ya estuvieras tan vieja...

Y así de rápido su alivió hizo que su alegría volviera. Al menos hasta que lo de "vieja" llegó a su cerebro y se concentró en el mocoso que tenía frente a ella.

—¡¿A quién llamas vieja?! ¡No lo soy 'ttebane!

Naruto logró esquivarla está vez cuando intentó darle un golpe y salió corriendo hacia la casa dejándola atrás. Kushina resopló encaminándose hacia el departamento de Rin para dejarle sus compras.

Por un momento pensó que Kakashi estaba mudándose a una de las casas del distrito Uchiha para separarse de Obito pero manteniéndose cerca por las apariencias. No sería una sorpresa si lo hiciera, ellos no eran una pareja y seguramente lo harían en algún momento. Pero aún así que lo hicieran la hacía sentir mal aunque no tenía sentido porque sabía que ellos no quisieron unirse y por lo tanto estar casados no era algo que quisieran.

El resultado más optimista que esperaba de esa relación forzada es que lograran ser mínimamente amistosos el uno con el otro.

Dejó los comestibles y demás artículos en el departamento de Rin. Ella estaba en el hospital así que se encargó de guardar sus cosas y no le sorprendió ver que su despensa y heladera estaban casi vacías. Cómo Jinchūriki su apetito era enorme.

Miró su alrededor y su atención se quedó en las fotografías. Eran lo único que podía calificar como un adorno al que le dedicó un poco de esfuerzo. Los muebles y cualquier otro artículo en la casa no contaban con ningún valor emocional como las pocas fotografías esparcidas en cuadros elegidos con detenimiento para estar en las paredes.

Pero se sorprendió al ver la fotografía que sabía que Rin más atesoraba. El vidrio estaba roto y el marco partido. Pero miró hacia el suelo y no vio restos del vidrio. Supuso que al estar la fotografía en la pared, a pesar de su estado, ese fue el resultado de un arranque de ira del que luego se arrepintió. Acto que ya había visto hace mucho tiempo...

"—¿Sigue siendo nuestro Obito, verdad?"— le había preguntado Rin años atrás, luego del incidente en el hospital cuando Kakashi fue a verlo y Obito perdió el control de sus feromonas afectándole. "—Se ve como él pero ya no huele de la misma forma. Y aunque peleaba con Kakashi... Ambos siempre fueron idiotas el uno con el otro, pero jamás se harían un daño real. ¿Realmente es Obito?"

"—Es Obito y aunque no sabemos cómo sobrevivió y se ve diferente sigue siendo él. Solo pasó por mucho, hay que tener paciencia."

No había nada extraño en la escena pero aún así Kushina había sentido que había algo mal. Obito estaba inconsciente de tantos sedantes que le suministraron y Rin estaba sentada junto a su cama sujetando su mano. Era una imagen normal, de una amiga preocupada por su amigo.

"—Yo realmente deseaba que hubiera sobrevivido y que volviera con nosotros. Tardé mucho en aceptar que no volvería, me sentía tan culpable por todo. Lo quiero mucho, no... No quiero que vuelva a irse pero..."

"—No va a irse a ningún lado. Rin, va a necesitar de todas las personas que ama. Y él te ama a tí, a Kakashi, a Minato y a mí. Somos lo único que tiene y no podemos darle la espalda. Lo que pasó con Kakashi no define lo que es ahora. Jamás le haría daño a quienes ama a propósito, no es un monstruo, es nuestro querido Obito."

"—Kakashi lo ama..."— había murmurado acariciando la mano que sujetaba antes de soltarlo y ponerse de pie.

Pero antes de alejarse vio como chacra verde empezó a rodear su palma para luego pasarla por la mano que antes sujetaba. Kushina levantó las cejas al verla curar moretones en ese lugar que habían estado formándose y la escuchó disculpándose con Obito en voz baja.

"—Rin..." había comenzado para preguntar de alguna forma si debía preocuparse por ella también.

Pensó en que el regreso de un compañero muerto que tanto le afectó definitivamente estaba causando más que solo alivio por recuperarlo. Pero las siguientes palabras de Rin la hicieron desechar lo que pensaba.

"—Voy a apoyarlo, no importa lo que digan. Tienes razón Kushina-san, sigue siendo mi amigo sin importar qué y no voy a fallarle de nuevo. Ya no soy débil."

Y actualmente Kushina esperaba que Rin lograra canalizar sus sentimientos y no dañara de alguna forma a Obito. Porque sabía que ella estaba muy conflictuada por lo que sentía por su amigo. Obito podía ser una de las pocas personas que Rin amaba sinceramente, pero lo que sentía por Kakashi estaba a otro nivel.

Y solo porque sabía que en el fondo Rin entendía que lo que pasó no fue algo deliberado no intentó hacer nada contra Obito. Pero si las cosas salían mal, si Kakashi salía perjudicado o con el resultado que muchos creían seguramente ella perdería el control.

Kushina compartía la preocupación de Minato. La cual no era que Obito acabara con Kakashi, él pensaba que lo peor ya había pasado y que si biológicamente se unieron y ambos eran razonables podrían hacer funcionar la relación que eligieran tener a partir de ahora.

Lo que de verdad les preocupaba era que Rin intentara acabar con Obito si sentía que debía hacerlo por Kakashi y alguno terminara muerto o ambos.

"Debería hacerles una visita, comprobar que todo esté bien entre ellos..." Pensó mirando la fotografía rota, era del día en que el equipo se formó.

La imagen de Obito había sido en parte arrancada para luego ser pegada de vuelta. Su mirada se posó luego en su esposo, quien intentaba que sus alumnos en ese entonces se sacaran una foto decente. Esperaba no terminar causando una discusión con Minato, pero ya lo había decidido, iba a sacarle información a su hijo para saber cuándo sería el mejor momento para ir a verlos.

Además, no quería que Obito pensara que ella estaba enojada con él o que ya no lo quería.

Notes:

Hola, me acabo de dar cuenta que casi no contesté ningún comentario en ésta historia... Perdón 😓

Y gracias por lo que siguen leyendo ésta historia 💕

Chapter Text

Las casas abandonadas del distrito Uchiha no estaban tan mal.

Había alguna que otra gotera, encontraron unas cucarachas en los desagües avejentados por el desuso y un olor a viejo mezclado con humedad por el largo tiempo que se mantuvieron cerrada, algo que era difícil dejar pasar con su sensible nariz. Pero el no tener vecinos cercanos y obtener una relativa privacidad cuando estaba en el jardín delantero y no solo en el patio interior de la propiedad compensaba los defectos.

Además todo tenía arreglo. Y ahí es donde entraban en escena sus queridos genin, ellos se encargarían de los trabajos más asquerosos.

Los niños no estaban contentos cuando les habló de su siguiente misión luego de días de entrenamiento. Tampoco cuando les informó que por razones ajenas a ellos sus siguientes misiones serían dentro de la aldea.

Sakura estaba disgustada por no poder avanzar en los rangos de las misiones como su amiga o enemiga (no estaba seguro qué eran) Ino Yamanaka. Naruto pegó el grito en el cielo, se quejó y se quejó... Y se quejó durante toda la mañana, solo se calmó cuando aceptó llevarlos a comer ramen. Y Sasuke en esta ocasión fue el mejor portado porque solo hizo un berrinche silencioso.

Kakashi siguió empaquetando y sellando las cosas que debían trasladar, amontonando todo. Eran ya casi las ocho de la mañana y los niños debían seguir enojados por el trabajo de jardinería y de limpieza.

Él los había citado a las seis de la mañana en el campo de entrenamiento cercano al distrito Uchiha, pero pensó en ir por ellos un poquito más tarde de la hora acordada. Solo un poquito de tardanza, nada fuera de lo habitual cómo para hacer enojar a Obito como lo hizo.

Hubo tanta ironía en la indignación de Obito por su impuntualidad para reunirse con los Genin que no se molestó en remarcarlo.

Pero fue sorprendente ver que voluntariamente se encaminó para encontrarse con ellos, siendo que siempre era tan cauteloso a la hora de acercarse a cualquier ser vivo. Kakashi no demostró su sorpresa. Solo se encogió de hombros horas atrás cuando él terminó de molestarlo por la impuntualidad. Luego lo vio salir refunfuñando para guiar a los Genin a la casa que debían volver habitable.

Decidió dejarlo por su cuenta para que interactuara con los niños. Fue un pequeño experimento y no solo para ahorrarse unas horas de trabajo como sensei.

Todos estos días se había vuelto parte de la rutina que Obito apareciera en algún momento del entrenamiento. Y comprobó que una vez que Obito se acostumbra a estar tan cerca de otros y se convence que no causará alguna desgracia puede interactuar sin problemas. Tanto que el día anterior observó cómo ayudó a Sakura a mejorar su genjutsu mientras que él supervisaba a Naruto y Sasuke.

Y a pesar que se suponía que debía averiguar cuánto tiempo podían lograr estando separados sin tener algún efecto extraño lo dejó pasar. Fue agradable, nostálgico, el ver de nuevo una parte del Obito que recordaba antes de que todo cambiara. Aunque solo fuera al verlo discutir con una niña como un idiota.

Se preguntó cuánto tiempo tardaría Obito en darse cuenta que estaba completamente solo con los niños y qué haría. Aunque también era posible que el alboroto que causan esos tres lo mantuviera distraído de lo que estaba haciendo por su cuenta.

También se preguntó si ya habían terminado con lo peor de la limpieza para no tener que colaborar con aquello.

La casa era demasiado grande, le hizo recordar un poco a la de su infancia. Fue un tanto desconcertante que todas las casas de las que podían elegir fueran destinadas para familias de más de dos personas. Pero una vez que salieron del tema incómodo que ninguno mencionó, mientras una anciana Uchiha les señalizó cuales podían ver, pudieron decidirse.

Podían costear sin problemas la casa a pesar del espacio innecesario para dos personas. Obito entregaría su casa como parte de pago ya que no pensaba volver a ese lugar y Kakashi pagaría lo que faltaba. Ambos estarían como propietarios del lugar en el contrato. Lo cual fue agradable después de haber sentido que había perdido todo con ésta unión y matrimonio.

—Jefe, ¿Cuántas veces piensas mudarte?

—Maa maa... lo dices como si me la pasara cambiando de hogar todos los meses.

Habían tres de sus ninken además de Pakkun deambulando por la casa. Su pequeño ninken no estaba contento con otro cambio en su vida. Pero usualmente no estaba muy contento con nada y siempre gruñía, así que no se preocupó por su mal humor.

—¿Estás seguro que es una buena idea ir a esa casa?

—Todo estará bien— respondió acariciando la cabeza de Pakkun y luego resoplando porque los demás aparecieron para que también los acariciara.

Entendió cuál era la preocupación de Pakkun y también que tendría a alguno de sus ninken en cerca hasta que creyeran que su decisión fue la correcta.

Estaría alejado de los ojos y oídos curiosos de sus "parientes" y tendría más privacidad con Obito. Pakkun no estaba convencido de que esa fuera una buena idea. Pero Kakashi no temía estar tan a solas con Obito. Y de todos formas si pasara algo malo entre ellos aquí nadie intervendría.

Ya lo sabía desde que entendió que unos gestos de algunos Uchiha no eran solo de amabilidad. Los cuales eran que ya no lo miraban como un mosquito molesto y lo saludaban con un tosco movimiento de cabeza cuando sus miradas se cruzaban. La más normal era la tía de Sasuke que sonreía alegremente a todos, una rareza entre los Uchiha. Ella le regalaba galletas o panes mientras que al niño le daba panes dulces cuando los veía irse juntos al entrenamiento.

Fue desconcertante darse cuenta que esos cambios de comportamiento se debía a que le tenían lástima. Todos esos gestos amistosos habían comenzado luego de que Obito perdiera el control cuando captó feromonas de otro Alfa sobre él.

Y también notó que la mayoría de esos Uchiha "amables" eran esposas. Lo cual hacía que tuviera un poco más de sentido que intentaran ser más hospitalarios con él a su extraño modo mientras le dedicaban miradas más venenosas de lo habitual a Obito.

No supo si reírse o sentirse mal cuando se dió cuenta de ese detalle. Aún no sabía cómo sentirse por ello.

Ya no lo miraban como un completo extraño. Esas personas comenzaron a verlo como uno de ellos. Tal vez como uno de bajo estatus por no haber nacido en el clan, pero definitivamente esos saludos significaban que lo veían como una esposa del clan Uchiha.

"Esposa Uchiha" resopló evitando pensar en su padre y lo que diría de su situación actual. En cambio pensó en su yo pre-adolescente que hubiera estado secretamente encantado por todo esto.

Sonrió recordando su enamoramiento por su compañero de equipo y cuánto le molestaba sentir aquello. Todavía pensaba de vez en cuando en la ironía de estar pasando toda esta situación justamente con ese Alfa. Seguramente su yo más joven se hubiera enamorado perdidamente y sin poder disimularlo del Obito adulto que ya no era tonto, despistado y un peso muerto como shinobi.

Recordaba perfectamente que, aunque se avergonzaba, lo que más le molestaba de sus sentimientos no eran que le gustara otro Alfa. Lo que más lo inquietó fue que Obito representaba todo lo que un shinobi no debía ser y mínimo una vez al día pensaba que era un niño muy estúpido. Qué su primer amor resultara ser un Alfa fue una rareza y algo que lo incomodaba, pero que fuera un shinobi torpe, llorón y tonto fue un inconcebible para él en esa época.

Kakashi aceptó que en ese tiempo era un mocoso muy engreído y que tal vez aún lo seguía siendo aunque lo ocultaba mejor. Pero ya no era ese niño y tener sentimientos de ese tipo era algo aun más complicado ahora.

Al crecer entendió que sentirse atraído por Alfas lo incomodaba porque en el fondo debió saber que era antinatural e incorrecto. Como ANBU también aprovechó su entrenamiento para ignorar esas cosas y solo así logró sobrevivir todo ese tiempo.

Aprendió a soltar cualquier sentimiento que hubiera tenido por su amigo. Se conformó con tener unas cuantas amistadas para mantenerse cuerdo y rechazar sus deseos más personales.

Dejó de estar inquieto y confundido a estar completamente avergonzado de lo que quería y sus preferencias sexuales cada vez más hasta convertirse en un adulto asqueado de si mismo y solo cediendo cuando fingía ser otra persona.

Extrañaba estar en las sombras, mentiría si decía lo contrario. Pero no tanto como esperaba.

Ahora que estaba llegando a aceptar de verdad su situación y hacer algo al respecto para lograr algo bueno de todo esto pudo notar que tal vez... estaba igual de hambriento de contacto y compañía que Obito. No tanto como él, pero definitivamente se acostumbró a convivir con otra persona y dormir acompañado muy rapido y no tenía mucho que ver con las feromonas.

No estaba acostumbrado a algo así, ya no. Todo se estaba volviendo íntimo de una forma que no esperaba. Se suponía que podía respetar a sus compañeros shinobi, tal vez sentir aprecio... pero no encariñarse o tener una relación mas personal porque al igual que él su destino era morir durante una misión. Y si sentía afecto por cada persona que conocía más allá de un saludo diario sería un problema.

Kakashi no podía permitirse fallar, aunque había cambiado sus ideales seguía siendo una persona estructurada y con reglas. Hacía lo posible por mantener con vida a sus compañeros y no solo cumplir la misión. Pero tenía bien claro que esos compañeros podrían morir y evitaba volverse cercano a ellos.

Con Obito y los niños fue inevitable romper ese patrón.

Pensó que sería un Anbu por el resto de su vida y eso lo ayudó a no desviarse más de lo que ya lo hacía. Porque cumplir con su deber era más importante que ceder a caprichos personales.

Si al menos siguiera siendo un Anbu algo de su perturbación sería menor. Podría lidiar con más frialdad la situación con Obito y no sentirse tan perturbado por sus pequeños lapsus de debilidad.

Encontrar que le gustaba desayunar comida de verdad y no solo pastillas alimenticias siendo acompañado por otra persona era algo que lo inquietaba. Obito... Era buena compañía. No presionaba para hablar y a pesar de que no necesitaba comer igualmente lo acompañaba bebiendo té o un poco de caldo. La convivencia había cambiado, no estaban caminando sobre cáscaras de huevos y analizándose mutuamente.

Y que Obito asistiera a los entrenamientos con los Genin y tuviera a alguien más con el cuál tratar, además de Kakashi, hizo que se relajara poco a poco y tuviera menos cuidado para comunicarse.

En realidad, Kakashi creía que Obito tenía más afinidad para tratar con los Genin.

Ser sensei de un equipo Genin tal vez para algunos era algo más sencillo que ser un shinobi regular o uno del rango para estar en Anbu. Pero para él significaba tener completamente la responsabilidad de esos jóvenes shinobis. La supervivencia de ellos dependían directamente de las decisiones que él creyera mejor. Y Kakashi no se sentía calificado para esa responsabilidad, no quería esa responsabilidad.

Tuvo que aceptarlo de todos modos y ahora estaba comenzando a mentalizarse en esforzarse de verdad y no esperar a que tal vez el Hokage asignara a otro sensei para el equipo.

Y sospechaba que otro defecto de volverse un sensei era que lo estaba ablandando.

También el convivir con otra persona de forma tan íntima estaba ayudando a que todo su trabajo en endurecer su carácter se desmoronara.
Compartir su vida con Obito, sentir apego por los niños... Le aterraban los cambios. Pero hizo su mejor esfuerzo en no enfocarse en eso.

Al menos aún podía enterrar algunos sentimientos para poder enfocarse en otras cosas. Como por ejemplo ir a ver el progreso de sus Genin.

Salió de la casa después de las nueve de la mañana, casi siendo las diez. Saludó con el mismo gesto a los Uchiha que lo saludaron. Solo que él agregó su "sonrisa de ojos" ganando alguna que otra mirada perpleja.

Pensaba invitar a los niños a almorzar si seguían muy molestos por su misión de jardinería y limpieza. Les había dicho que llevaran algún bocadillo para cuando tomaran un descanso, así que no se molestó en llevarles nada.

Y esperó que ninguno haya confiado de nuevo en los Bentos de Sakura. La niña tenía buenas intenciones, pero la última vez Kakashi creyó que fue envenenado.

*

*

*

"Kakashi es un vago"

Obito no sabía cómo aquel niño altivo, que siempre estaba entrenando, preparándose para las misiones y buscando la perfección en cada detalle de su vida se volvió un hombre tan... Vago.

Aunque para ser justos no era como si se la pasara haciendo nada todo el día. Cuando estaban en la casa él hacía más quehaceres domésticos que Obito, como si fuera una rutina diaria de toda la vida. Y cuando no estaba haciendo esas cosas o leyendo entrenaba y practicaba sus katas. Pero fuera de la casa... Su eficiencia apenas se hacía presente.

Notó que estaba esforzándose un poco con los mocosos, creyó más de una vez que por fin se dejaría de juegos y los entrenaría como era debido. Pero luego hacía cosas como llegar tarde a propósito como hoy y sus defectos como sensei se notaban más allá de cualquier esfuerzo que haya hecho.

Lo que lo llevó a enojarse ésta mañana y salir de la casa para evitar una discusión porque francamente no entendía su comportamiento.

Sí entendía que Minato lo obligó a dejar de ser un Anbu y volverse un Jounin sensei, pero aún así... Obito más de una vez sintió el impulso de agarrarlo de los hombros para sacudirlo y decirle que se esforzara más.

A veces verlo ser tan perezoso lo desesperaba. Lo desesperaba muchísimo.

Jamás pensó que extrañaría un poco al mocoso engreído que alguna vez fue Kakashi. Ese niño molesto exigía a los demás ser mejores y jamás llegaba tarde a nada.

Obito se había acostumbrado a buscar la eficiencia en cada cosa que hacía, ya no se conformaba con esforzarse un poco. Así que sus feromonas no fueron lo único que alejó a los demás shinobis de él. También lo hizo su temperamento de mierda que le impedía disimular en su mirada cuando veía a alguien siendo inepto.

Y esa rigidez junto con su falta de tacto al hablar tampoco debía ser apta para tratar con los Genin recién graduados de la academia. Y aunque estos últimos días bajó un poco la guardia y a regañadientes ayudó con el entrenamiento de los niños, en especial de la niña al ver su afinidad con el genjutsu siendo desperdiciada, seguía consciente de que aún era el mismo de siempre.

Así que Kakashi, además de un vago, también era un irresponsable.

—Obito-san...— Sakura lo sacó alejó de sus quejas en su mente y la miró con una ceja alzada —¿Podemos tomar un descanso?

Obito miró con los ojos entrecerrados a los mocosos que estaban esperando su respuesta pero fingiendo que no estaban escuchando.

Había notado que Kakashi era más "blando" con la niña, a ella evitaba golpearla en los entrenamientos y era menos imbécil cuando le dirigía la palabra. Obito también tenía problemas para ser más estricto con ella, la niña a veces le recordaba a Rin.

Sakura a pesar de no ser parecida físicamente le recordaba a su compañera de equipo durante su época Genin, y también con el carácter temperamental que le costaba contener vio un parecido con el cambio de carácter de Rin cuando durante su adolescencia. Así que ser un imbécil con la mocosa a veces se le dificultaba también.

Y los mocosos también debieron notarlo y por ello le encomendaban las peticiones a Sakura.

—Descansen— terminó diciendo aunque estaba tentado a decirles que dejarán de quejarse y siguieran trabajando.

Sabía que eran Genin, pero aún así tenía el impulso de ser más duro con ellos. No como lo fue Madara con él... Pero aún así podía escuchar su voz intrusiva en sus pensamientos cuando Naruto y Sasuke se veían más interesados en sus disputas infantiles que en el entrenamiento o a Sakura esforzándose por verse más dulce y femenina, desperdiciando su cerebro las habilidades que podía mejorar.

Madara ya los hubiera roto en pedazos para luego volver a unirlos a su gusto y convertirlos en algo verdaderamente letal. Pero Obito no era Madara por mucho que aún después de tanto tiempo pudiera escucharlo en su mente y tampoco era el sensei de esos niños...

—¿Qué mierda está haciendo Kakashi?

Y como si lo hubiera invocado divisó al otro Alfa a lo lejos, caminando hacia la casa de forma calmada. Como si no llegara varias horas tarde.

Obito entrecerró los ojos cuando lo saludó casualmente con un gesto de su mano al llegar a la entrada de la propiedad. Estaba por gritarle lo que debió decirle ésta mañana, pero los mocosos le ganaron al salir despavoridos a recibir a Kakashi.

—¡Kakashi sensei!— Naruto lo abrazó como si no lo hubiera visto hace mucho tiempo y lo extrañara demasiado.

—¿Sensei por qué tardo tanto?— Sakura parecía aliviada y uso ese tono de voz de niña buena y dulce que todos ya sabían que rara vez era verdadero.

Y Sasuke, para su sorpresa, se había acercado más de lo habitual a Kakashi y aunque no lo abrazaba o intentaba adular también se notaba que lo esperaba. Y se hizo más notorio cuando Kakashi acarició su cabeza al igual que lo hizo con los demás y no lo esquivó.

Obito rodó los ojos. Tal vez les gruñó y les gritó algunas veces y también los incitó a trabajar más rápido. Pero si hubiera dejado que los tres pelearan por cada pequeña cosa y se tomaran su tiempo para realizar cada tarea no hubieran hecho ni la mitad de lo que hicieron hasta ahora.

Vio como Kakashi levantó las cejas levemente al ver el jardín delantero. Obito resopló, si eso lo sorprendía entonces el interior de la casa y el patio trasero lo dejarían pasmado.

La propiedad ya no parecía abandonada.
Básicamente lo único que faltaba por hacer era darle una última limpieza profunda y cambiar las puertas shoji y esteras de tatami. Pero eso último debía esperar a que les entregaran ésta tarde las puertas y esteras para remplazarlos.

—Creí que esto sería un trabajo de dos días— lo escuchó decir antes de alejarse. Ya había pasado mucho tiempo supervisando solo a esos ingratos.

Decidió ir hacia el interior y dar un último vistazo a los arreglos que hizo con los mocosos, en busca de algo que hubiera pasado por alto.

Sé sentía extraño el pensar que este sería su hogar y que también lo sería de Kakashi. Y a pesar de las circunstancias que los llevaron a estar unidos no podía negar que se forma inesperada eran compatibles. No se parecían en muchos aspectos personales pero aún así todo estaba encajando entre ellos.

Kakashi a veces lo desconcertaba y su falsa actitud relajada mayormente lo irritaba, pero no sentía que no pudiera soportarlo y tenía que admitir que era particularmente entretenido a pesar de los disgustos. No podía enojarse de verdad con él.

—Hey Obito— Kakashi se asomó dentro del cuarto que estaba inspeccionando y lo miró con una ceja alzada prestándole atención. —¿Trajiste tu billetera? Hay que pagarles a los Genin.

"Hijo de puta..."

—¡Tú... Tú los contrataste!— gritó indignado por segunda vez en el día.

Aunque no sabía por qué no vio venir ésto. Aparentemente Kakashi había cultivado en los últimos años la costumbre de hacer que otros pagaran por él cada vez que salía a comer acompañado. Había escuchado a Rin una vez hablando sobre eso con Kushina. No lo había creído en ese entonces, pero desde que comenzó a acompañar al equipo Kakashi no había pagado ni una sola vez.

Y por lo visto no pretendía pagar esto tampoco.

—Maa maa lo sé, pero pensaba pagarles mañana y tú los hiciste terminar el trabajo hoy así qué...

—Aún quedan cosas por hacer— no era mucho pero de todos modos era parte de lo acordado cuando fueron contratados.

—Maa... Nosotros podemos terminarlo— se encogió de hombros mirando la habitación con curiosidad. Obito lo observó en silencio hasta que volvió a verlo al no recibir respuesta o el dinero —¿Qué?

—¡¿Kakashi sensei podemos ir a comer ramen?!— el grito de Naruto lo hizo cerrar la boca cuando estaba por insultarlo por imbécil. Salió de la habitación para ver a los tres enanos esperando dentro de la casa.

—Es temprano para el almuerzo— les dijo sacando su billetera, acción que hizo que tres pares de ojos se iluminaran antes de que les entregara el pago.

—¡No existe un horario correcto para comer ramen!— saltó Naruto con su monedero de rana luego de que guardara su parte del dinero.

—Yo sí tengo un horario— rodó los ojos negándose a ceder. Perder sus ahorros por alimentar a los alumnos de Kakashi no estaba en sus planes —Buen trabajo.— masculló a regañadientes. Estaba tentado a enumerar las tonterías que hicieron hoy, pero se contuvo. —Y ahora lárguense a sus casas, ya no tienen nada qué hacer aquí.

Los despidió haciendo como si espantara bichos y se alejó de ellos adentrándose en la casa para terminar de revisar que todo estuviera en orden. Pudo escuchar que conversaban entre ellos pero no quiso prestar atención a la conversación.

Si era sincero en realidad no le molestaba ser quién pagara las cosas, en especial si era por Kakashi. Había algo instintivo que le instaba a actuar como el "proveedor" entre ellos dos. Y eso se debía a que era un Alfa y se suponía que él debía proveer a su pareja.

Todos los Alfas tenían ese instinto e impulso. Y de mala gana tenía que admitir que no hacía falta que Kakashi le insistiera o le dijeran más de una vez que pagara la cuenta cuando salían con esas sanguijuelas.

Por mucho que quisiera gritar que Kakashi era un tacaño y aprovechado de mierda, cada vez que veía su intención de hacerlo pagar por todo, la parte estúpida de su cerebro era más fuerte y cedía fácilmente.

Su cara de desagrado y mal humor era porque claramente Kakashi quería utilizarlo. No veía a Obito como su proveedor sino como un idiota fácil de embaucar.

Pero de nuevo, no le molestaba realmente ese instinto estúpido de proveer cosas, en este caso dinero. Aunque sí le daba curiosidad que a Kakashi no le molestaba no ser el proveedor. Es más, parecía gustarle mucho no serlo. Al principio pensó que fingía que no le causaba rechazo que otro Alfa tomara esa actitud, pero desde que se relajaron el uno con el otro notó detalles como éste.

Lo cual era curioso. Recordaba perfectamente que a Kakashi no le gustó al principio cualquier insinuación de que no lo tratara como un Alfa. Siempre a la defensiva aunque intentara disimularlo. Pero desde que se relajó y ya no se encontraba a la defensiva Obito notó que Kakashi podría ser el Alfa menos instintivo con el que haya tratado.

Y trató con muchos Alfas. Todos querían demostrar que eran fuertes y líderes natos en cualquier aspecto. Obito no era la excepción. Pero con Kakashi, si bien cualquiera al verlo identifica sin necesidad de oler sus feromonas que es un Alfa, al convivir y pasar prácticamente veinticuatro horas juntos se dió cuenta que es un Alfa bastante particular.

Su nivel de dominio era muy bajo. Había pensado que sus feromonas hacían que las suyas fueran débiles, ese era el efecto que tenía sobre otros Alfas. Pero aunque no sabía cómo pasó o si sería algo permanente notaron desde hace días que su glándula se había regularizado y su aroma y feromonas solo eran invasivas para otros si lo hacía a propósito.

No podía pasar desapercibido, pero si lo controlaba podía caminar por las calles sin provocar que todos se alejaran instintivamente de él sin siquiera verlo.

Y se estaba controlando perfectamente. Así que, a menos que esto fuera el resultado de su unión, Kakashi siempre fue de éste modo. Y si ese era el caso debió pasar como un Alfa con perfecto control de feromonas e instintos ante los demás todo este tiempo.

No lo analizó mucho, no sabía mucho sobre las castas. Pero supuso que, al igual que los betas que se los cataloga en tres categorías, también debían haber casos de alfas y Omega de menor rango.

Si Kakashi como Alfa tenía un nivel bajo explicaría el por qué no luchó contra él cuando se unieron. De por sí Obito podía someter a los Alfas más dominantes con sus feromonas, así que supuso que con uno tan... dócil, instintivamente debió someterse de esa forma para obedecer a un Alfa mucho más dominante que él.

Y Obito creyó que también debió saberlo instintivamente y no pudo verlo como una amenaza o rival cuando estuvo en celo e inconsciente siguió  siendo así hasta ahora.

No estaría seguro de esto hasta que hablara de nuevo con la doctora, aunque sin que Kakashi escuchara. A pesar de que fuera cierto estaba seguro que a ningún Alfa le gustaba escuchar que lo describieran como "dócil".

Pero entre más lo pensaba no encontraba otra forma de describirlo como alfa. Cómo shinobi podía ser letal, siempre lo fue, pero cuando se trataba de los instintos primarios de su casta no podía decir lo mismo.

Fue un alivio darse cuenta de ello. Si Kakashi fuera un Alfa como los demás hubieran luchado por el dominio por cada pequeña cosa y eso hubiera terminado muy mal. No olvidaba los comentarios sobre que probablemente uno de ellos mataría al otro.

Pero, tomando en cuenta esos pequeños detalles que solo pudo notar gracias a la convivencia, podía ahora relajarse también y dejar de reprimir con tanta fuerza algunos instintos suyos sabiendo que realmente no molestan a Kakashi.

—¿Fueron muy problemáticos?— la persona en la cuál pensaba se hizo presente y resopló como única respuesta. No se perdió la diversión en la mirada contraria y le costó trabajo mantener su ceño fruncido. —Pronto aprenderán a comportarse. Probablemente...

No sonaba muy preocupado por el comportamiento de esos tres. Obito se guardó cualquier comentario, no quería involucrarse mucho más de lo que ya estaba con ese equipo. Pasar el rato con ellos y tal vez darle algunas lecciones de genjutsu y taijutsu a la niña era una cosa, no había ningún compromiso. Si se metía más podría dar la idea equivocada de que quería ser parte de este o cualquier otro equipo.

O peor, que a Minato se le ocurriera la gran idea de que a él también le vendría bien volverse un sensei.

—Kakashi— lo llamó, interrumpiendo su inspección de olores aparentemente por cómo estaba sin la mascarilla mientras recorría todo el lugar.

Si buscaba olor a humedad o a viejo no lo sentiría. Ese problema fue el primero del que se encargaron esta mañana.

Usó a Naruto para comprobar que cualquier olor que afectara sensible nariz de Kakashi fuera eliminado. Obito podía tener un olfato muy bueno con respecto a feromonas, pero ante otros aromas tenía un olfato normal. Sabía que Naruto tenía un gran olfato, como los Inuzuca y Kakashi. Así que Naruto tuvo la tarea de comprobar luego de cada limpieza y desinfección. El mocoso lo acusó de estar torturándolo.

—¿Qué pasa?— dijo cubriéndose con su mascara de nuevo para verlo atento.

—Te tomaste tu tiempo para venir— dijo sin querer dejar pasar aquello.

—Lo sé, fue sorprendente la cantidad de cosas que había para empacar.

—Si claro...— resopló para nada convencido de que necesitó horas para poder hacer eso. —No me dejes solo con tus mocosos de nuevo.

—Maa... Yo no te dejé solo con ellos, tu te fuiste por tu cuenta— era cierto y cuando se dió cuenta que estaba solo con esos tres ya había pasado un par de horas.

Pero ese no era el punto y se cruzó de brazos no interesado en dejarse llevar por la actitud perezosa de Kakashi que lo instaba a relajarse también y dejar pasar cualquier cosa. Kakashi solo rodó los ojos ante su actitud.

>—No volverá a pasar. Aunque te fue muy bien con ellos, podrías quedarte con mi trabajo.

—Eso no va a pasar— negó haciendo una mueca de desagrado ante la idea.

—Pobres Genin, nadie los quiere— Kakashi suspiró antes de encogerse de hombros —No hay mucho que hacer aquí, terminaremos luego de que cambien las puertas y esteras.

—Deberíamos poder mudarnos mañana— comentó mirando la habitación vacía —¿Tenemos... Hay que comprar algo? Ya sabes, porque es una "casa nueva" debe tener algo nuevo.

Recordaba a las ancianas cuando era niño diciendo algo así cuando veían a una pareja a punto de mudarse. Siempre les decían que compraran algún jarrón o algo que hiciera falta. No sabía si era algo que todos hacían pero el recuerdo le vino a la mente y no pudo evitar preguntar.

—¿Cómo qué?

—¿...Cortinas?

—Que tacaño...

—¡Oh... callate Bakashi!— gritó por el descaro de ser llamado así justamente por él, que no saltaba ningún centavo a menos que fuera muy necesario. Y el idiota se rió por su arrebato.

—No hay nada para hacer aquí y echaste a los Genin así que tengo el resto del día libre.— comentó caminando hacia la salida y siendo seguido por él —Ya que no tenemos nada qué hacer podemos ir a alguna tienda. Cada uno comprará una cosa para ésta casa.

Obito asintió caminando junto a Kakashi hacia las afueras del distrito Uchiha. Otra ventaja de la vivienda tan alejada, podrían tomar otro camino para salir sin pasar por la calle de las viviendas. Fue solo cuando llegaron a la parte comercial de la aldea que se dió cuenta que ésta era la primera vez que salía con Kakashi solo por salir y sin la compañía de los Genin.

No supo por qué se sintió repentinamente nervioso por darse cuenta de ello. Pero logró calmarse rápido para no perder el control de sus feromonas.

Cuando entraron a una tienda y vio a quiénes se encontraban recorriendo el lugar se dió cuenta que ellos también parecían solo otra pareja normal. Claro que sin los apodos cariñosos o los abrazos, pero aún así... Se preguntó si Kakashi se dió cuenta y si pensaban igual.

Chapter 10

Notes:

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Chapter Text

Obito recordaba que antes de terminar en aquella cueva podía sentir y reconocer emociones sin problemas. Era muy fácil enojarse y frustrarse en un mal día, pero también lo era el alegrarse por cosas simples y volverse optimista a pesar de que en su mayoría los desprecios y su mala suerte predominaban a diario.

Pero luego de volver totalmente cambiado, reconociendo el alcance de los cambios a los que fue sometido, lo que más sintió fue ira y frustración. No poder reconocerse por completo cuando veía su reflejo, notar cómo era visto por casi todos como si se tratarse de un impostor y también comenzar a tener miedo de si mismo fue lo único que sintió por mucho tiempo. Tanto que se acostumbró y sentir otras cosas se le hacían tan difíciles de reconocer.

Y otra cosa de la que se dio cuenta ahora, por más absurdo que sonara, es de que tan solo se sentía.

Sabía que se había vuelto alguien solitario, acostumbrado a tratar con un grupo muy pequeño de personas. Pero no se había dado cuenta de cuan sólo se sentía. Porque había creído que ya no sentía nada más allá de la gratitud de tener la amistad de Rin o el miedo ante las infinitas posibilidades de hacer hacer algo malo que justificara que lo vieran y trataran como un monstruo.

Así que ese miedo era lo que lo mantuvo alerta y adormilado de cualquier otra emoción.

Francamente estaba convencido de que moriría solo y lo había aceptado, pero ahora... Estaba en una casa más grande, estúpidamente grande para que vivan solo dos personas. Y reconoció que sentía miedo, pero esta vez no era por la latente idea de que iba a dañar de alguna forma a alguien y que debía apartarse y mantenerse aislado. Su miedo esta vez fue por lo contrario.

Temía que Kakashi lo alejara, que se diera cuenta de que todo esto era una mala idea y que buscara una solución para no afectar su unión y mantenerse lo más lejos de él.

No sabía si se debía a que Kakashi era un Alfa e instintivamente lo sentía como alguien fuerte pero a la vez no lo suficiente para sentirse a la defensiva. Realmente no le importaba mucho el por qué. Solo... Estaba seguro que todo esto de la unión hubiera terminado muy mal de no ser porque Kakashi era con quien se unió.

Luego del arrepentimiento y la culpa logro calmarse y llegar a tener un frágil equilibrio entre ellos. Y eso lo llevó a no concentrarse constantemente en dañar o incomodar a los demás.

Era casi absurdo lo fácil que fue ignorar algo que lo atormentó por años.

Ni siquiera se había dado de cuánto tiempo pasaba durante el día, cuando no estaba cumpliendo alguna misión, pensando en cumplir otra misión para mantenerse lejos de la aldea o esperando poder pasar tiempo con Rin. Porque podía esquivar a Asuma y a Gai mucho tiempo, cediendo de vez en cuando a tener una pequeña charla con Asuma o cumplir algún reto de Gai. Pero Rin siempre fue su ancla.

Se había convencido de que si la perdía su mundo se caería a pedazos irreversiblemente. Así que aunque se esforzó por mantenerse ocupado y aislado no cortó definitivamente su lazo con la sociedad por ella.

Siempre manteniéndose al margen y a la espera, como si fuera una planta olvidada o una mascota a la espera que sus dueños le den un poco de atención.

Era extraño y una parte de él pensó que si hace años hubiera buscado a Kakashi luego de su primer encuentro en el hospital, tal vez todo esto... Lo que provocó su unión, tal vez si no hubiera aceptado ser ignorado por él durante todo ese tiempo habría terminado en esta situación hace años.

Y se sentía un completo egoísta por ya no sentir culpa cada vez que veía su marca en el cuello de Kakashi. Una basura por encima pensar en que esto hubiera podido pasar hace años y no sentir rechazo ante la idea. Todo estaba mal, pero no podía evitar querer hacer que su relación funcionara.

Quería su amistad, su compañía y ser querido.

Y eso último deseo lo perturbaba. Pero no lo suficiente para desterrarlo al fondo de su mente...

Kakashi no era perfecto, nadie lo es después de todo, pero se encontró relacionándose de nuevo y conociendo al adulto en quién se convirtió. Y con todo lo bueno y malo que conoció de él inevitablemente comenzó a verse atraído.

Lo cual era peligroso. Porque una cosa era ver a su pareja como un compañero de vida, alguien con quién estaría unido por siempre y que podría ser su compañero de un modo no romántico pero igual de importante y serio.

Y otra distinta era comenzar a prestar más atención a sus labios cuando estaba sin la mascarilla dentro de la casa, a ese bonito lunar en su rostro, a su cabello desordenado y con apariencia esponjosa cuando se levantaba en las mañanas, al calor que irradia su cuerpo cuando están recostado uno al lado del otro, a las ganas de querer tocarlo y abrazarlo no solo cuando están dormidos cuando puede culpar a que estaba inconsciente...

Se negó rotundamente a indagar en ese atracción física que comenzó a tener. Quería ser querido pero descubrió que la forma en la que lo quería no era puramente fraternal.

No quería arruinar lo que estaban construyendo aquí, en éste nuevo comienzo. No quería que Kakashi lo abandonara porque estaba siendo codicioso y deseando más de lo que podía tener.

Porque eso era lo que significaba el mudarse: un nuevo comienzo para ambos como pareja unida, tratándose como iguales en la relación que estaban averiguando aún cómo sería.

Su nueva casa contenía ya todas sus cosas y las de Kakashi. Y ésta vez, siendo su segunda mudanza, el departamento que el otro Alfa rentaba ya no tenía ninguna de sus pertenecías esperando. Habían vaciado por completo ese lugar.

"—¿Estás bien?" Había preguntado cuando dejó la última caja con todo lo que encontró en aquel departamento.

No había mucho, pero al menos pudo deducir que había objetos que Kakashi sí conservaba porque realmente le gustaban. Cómo aquella colcha verde con la que tuvo cuidado al sacarla de su la caja y que colocó en la cama que compartían. También notó la taza gastada en la cocina que guardó eligiendo con detenimiento el sitio en el estante mientras que a las demás las colocó en sin pensar demasiado el orden.

Que no haya llevado ningún objeto que realmente le gustara o por el cual tuviera un poco de cariño cuando se mudó por primera vez seguro no se debía a que la mudanza fue apresurada. Y que ahora estuviera mudándose con todas sus cosas, dedicado un tiempo para darle un sitio a cada cosa debía volver toda ésta situación de convivencia mal real.

Daba una sensación de sin retorno. Y por ello estaba preocupado al principio sobre qué reacción tendría Kakashi durante todo el proceso.

"—Ya me hiciste esa pregunta." Kakashi, como ya era habitual, se veía relajado.

Así que se había obligado a no estar detrás suyo como un rarito y también comenzó a acomodar cosas, solo que sin tanto cuidado. Nunca se apegó a ningún objeto.

Al principio de toda la mudanza y cuando vaciaron el apartamento había notado que la calma de Kakashi era falsa. Pero ahora que estaban acabando de tener todo en orden podía decir que ya no estaba fingiendo.

Se preguntó si Kakashi querría quedarse con él aunque ya no fuera necesario. Si él también apreciaba su compañía y se lo pensaría un poco cuando pudieran mantenerse alejados por más tiempo.

Quería que considerara esta casa también como su hogar y que siempre quisiera volver a este sitio, volver con él.

—Quedó mucho espacio...—  Kakashi habló acercándose hasta estar a su lado.

Obito ya llevaba un rato acomodando la ropa de ambos en el armario. Su paseo de compras de ayer había concluido con su compra de un armario para la habitación que seguirían compartiendo y dos zabuton para el kotatsu que creyó que se vería bien en la sala ahora que tenían más espacio. Y no tenía que olvidar el par de cortinas por parte del hipócrita de Kakashi.

"—Son de las costosas y hasta tienen ganchitos personalizados" había dicho con simpleza Kakashi mientras Obito lo miraba intensamente luego de que él pagara su propia compra.

Ambos tenían los mismos uniformes jounin, camisetas y pantalones ninjas, un conjunto de ropa formal y uno funerario. Aunque Obito notó unos conjuntos de ropa de civil junto con un estuche que supuso que Kakashi debía utilizar cuando se hacía pasar por otra persona. Así que el armario estaba repleto de ropa negra, y una caja con artículos personales de Kakashi que Obito guardó en ese lugar para que ocupe espacio.

Unos goggles anaranjados pasaron por su mente, durante su niñez se hubiera disgustado muchísimo por la elección de colores de su yo adulto.

—Mah... esa caja no va ahí.

Obito lo observó sacar la caja y sujetarla con cuidado. Él no la había abierto para ver qué contenía cuando la guardó, esa caja estaba cerrada desde que fueron a empacar las cosas del departamento. También había estado en el armario que estaba en el departamento, así que supuso que no estaría mal guardarla en éste armario.

—¿Quieres dejarla en el estante?— preguntó cuando no lo vio abrirla ni buscar otro sitio para dejarla. Parecía indeciso de qué hacer con la caja.

Kakashi suspiró antes de negar con la cabeza y salir del cuarto. La sala estaba repleta de cajas vacías, pero ya todo estaba más o menos en orden.

—La gente suele colgar las fotografías, ¿verdad?

—Supongo— su abuela solía colgar fotografías en su casa de la infancia y guardar muchas en álbumes que estaban a la vista.

Obito se preguntó otra vez después de tanto tiempo qué fue de todas sus cosas luego de que él "murió". Pero rápidamente se negó a pensar en ello, conociendo a su clan debieron deshacerse de todo. Porque si no fuera así en algún momento debieron de haberle dado sus cosas y las de su abuela.

Observó como la caja era colocada sobre la mesa y al igual que Kakashi se sentó en uno de los zabuton cuando se dió cuenta que no era una molestia para el otro que estuviera husmeando.

La caja no era pesada así que lo que había dentro debía ser algo pequeño. Levantó un poco las cejas al ver que al quitar la tapa lo que había dentro eran unos cuadernos viejos y fotografías sueltas, entre ellas una enmarcada.

—¿Esa es...?— acercó su mano para tomarla, pero se detuvo al darse cuenta de lo que hacía.

Había visto la misma fotografía en el departamento de Rin y no esperaba que Kakashi también la conservara. La suya, al igual que todas sus pertenencias de la infancia, ya no estaba entre sus posesiones.

Kakashi la sacó de la caja y la dejó sobre las mesa dándole un permiso silencioso para que pudiera agarrarlo. Obito la alcanzó para poder mirarlo más de cerca. Fue una sensación extraña verse en esa fotografía, sabía que era él pero a la vez no se reconocía. Con los demás también sentía algo similar pero no tanto como lo que le causaba su reflejo.

Dejó de mirar la fotografía en su mano y miró las demás que estaban dentro de la caja. No eran muchas y todas eran de Sakumo con una mujer de cabello castaño, muy pocas de la misma mujer pero sola, aunque se notaba que estaba con el vientre hinchado así que debía estar en distintas etapas de un embarazo. Y luego otras de un bebé en brazos de Sakumo que claramente se trataba de Kakashi. La mayoría de las fotos de Kakashi eran de cuando era un bebé y de antes de cumplir tres años. Solo había una de él siendo ya un niño grande y era de cuando ingresó a la academia así que debía tener cinco años.

—Siempre usaste máscara— dijo dándose cuenta que la mascarilla estaba presente en todas las fotos, excepto en las que era un bebé.

—Mi olfato era un problema, mi padre entrenó mi olfato como sus padres hicieron con él y como haría cualquiera con un niño Hatake. Pero me acostumbré a usarla y no pudo quitármelo cuando era el momento de hacerlo y dejar de usarla después me hacía sentir incómodo.

—¿Así que nunca vas a dejar de usarla en público?— observó el rostro de Kakashi con atención en la mascarilla.

No pudo evitar el pensamiento de que era bueno que continuará usándola porque de no hacerlo llamaría mucho la atención.

—Nah... Mantener mis rasgos del rostro ocultos me ayudan a ocultarme mejor cuando debo usar mi otra identidad.

—Andas con el rostro descubierto y nadie te reconoce...— podía imaginar a Kakashi ocultando su identidad y caminando con el rostro descubierto y cambiando el color de su cabello y usando algo para cambiar el color de sus ojos y ocultar su cicatriz.

Conociéndolo probablemente se hizo pasar por otra persona y caminó con el rostro descubierto entre sus conocidos para burlarse de ellos.

>—¿Quieres que colguemos las fotografías?— decidió preguntar recordando su pregunta de hace un rato y dejando de imaginar a Kakashi sin mascarilla. —Podemos pasar por una tienda más tarde para comprar unos marcos...

—No— lo interrumpió Kakashi. No fue con enojo o de forma precipitada. Aún seguía relajado, pero ya no miraba las fotografías como si le causaran buenos recuerdos.

—Tu padre debe seguir estando orgulloso de ti— dijo mirando la fotografía de Kakashi de cuando ingresó a la academia.

Se veía muy pequeño y fastidiado, seguramente por tener que sacarse una foto, pero era innegable que estaba apegado a su padre por la forma en que se dejó abrazar y se apoyo contra Sakumo, quién al contrario del niño sonreía a la cámara.

No fue hasta que se dió cuenta del silencio que se percató de lo que dijo y que Kakashi se tensó.

—Prefirió morir antes de quedarse conmigo y enfrentar las consecuencias de sus acciones...— masculló frunciendo luego el ceño antes de comenzar a guardar las fotografías en la caja —No debería importarme si está o no orgulloso de mí.

—Kakashi...— maldijo en su mente, no debió de haber hablado sin pensar. Y ahora no sabía si disculparse por tocar un tema sensible o decir algo más.

—Esta bien, lo superé hace tiempo.— Kakashi no parecía creer sus propias palabras, pero era obvio que no quería hablar sobre su padre así que no insistió. —Debería deshacerme de esto.

Miró la caja con el ceño levemente fruncido. Realmente no parecía molesto ni dolido por lo que sea que le causara el recuerdo de su padre, solo parecía estar frustrado.

—¿Esto también?— preguntó acercándole la fotografía de ellos junto con Rin y Minato. —No pensé que la tuvieras aún.

Aunque ahora aparentemente terminaría en la basura.

—¿Qué pasó con la tuya?— Kakashi no hizo ademán de guardarla en la caja junto con las demás fotografías. Eligió de buena gana cambiar de tema y dejar atrás lo que sea que causaron las palabras de Obito sobre su padre.

—Seguramente fue incinerada con el resto de mis cosas cuando creyeron que estaba muerto.— comentó como si eso no le hubiera causado un gran pesar cuando regresó de su estadía en aquella cueva.

—Los Uchiha y su pasión por quemar cosas...— comentó Kakashi mirando la fotografía un momento antes de sonreír ligeramente —Tu fotografía tenía mi rostro tapado con cinta.

Obito resopló sabiendo a dónde quería llegar al recordar aquello.

—Era un niño, imbécil— dijo sonriendo para su pesar por el recuerdo de ser atrapado por Kakashi de entre todas las personas mientras hacía una tontería.

—Mah... eras un bicho raro, quién sabe cuántas veces besaste el rostro de Rin como un pervertido— dijo sin apartar la vista de la fotografía y sin un gramo de sensibilidad siguió hablando —Seguro tardó en quemarse por la cantidad de baba qué contenía.

—Lo dice el pervertido que se la pasa leyendo porno en publico...— dijo rodando los ojos para nada avergonzado por las estupideces que hacía de niño, más bien sintió un poco de nostalgia.

Aunque se preguntó qué estaría haciendo Rin en estos momentos, probablemente trabajando y aún enfadada con él.

—Quien diría que ese pequeño pervertido se convertiría en una planta con mal temperamento que se cree tortuga en invierno...

"Por Kami... Tiene la sensibilidad de una roca." Negó con la cabeza sin enojarse.

Ahora podía decir que los comentarios de este tipo no eran producto de la malicia, sino de la falta de tacto.

—¿Quieres que queme todo esto?— preguntó volviendo a ver la caja, tardíamente dándose cuenta que le estaba ofreciendo quemar lo que seguro eran los únicos recuerdos que le quedaban de Sakumo y su madre.

"No es el único idiota e insensible" suspiró para sí mismo antes de entregarle la fotografía del equipo a Kakashi.

—Mah... No, lo guardaré por un tiempo.— la tensión se había ido por completo cuando cerró la caja, pero Obito notó que la fotografía enmarcada se quedó sobre la mesa.

La caja no fue devuelta al armario de la habitación y fue dejara en el último estante de la estantería con libros que dejaron en la sala. Obito volvió a agarrar la fotografía y la dejó en el estante, usando unos libros para mantenerla recta.

Aún se le hacía extraño verse cuando era tan... Normal. Pero viendo los rostros de los demás en la fotografía pensó que no todo fue malo en el pasado, que no debió concentrarse solamente en las cosas malas que le ocurrieron y en no causar problemas.

—¡Kakashi sensei! ¡Obito-san!— escuchó unos gritos antes de que los golpes contra la puerta.

Obito fingió no escucharlos y dejó de mirar la fotografía para ir a aplastar las cajas para después atarlas. Una parte de él quería lanzar todo a alguna de las habitaciones vacías pero eso solo atraería alimañas.

—¡Kakashi sensei! ¡Podemos escucharlos dentro, sabemos que están ahí!

"Yo no escucho nada..." Suspiró atando el primer grupo de cajas aplastadas.

Kakashi por el contrario parecía no ser sordo por elección y apareció en el pasillo junto a la sala, donde él se encontraba aplastando las cajas, y sin estar apurado fue a la puerta para abrir.

La voz estridente de Naruto acaparó todo el lugar. Obito los saludo de mala gana cuando vio a los tres genin atravesar el genkan.

—¡Qué cruel eres Obito, no te mereces los regalos  dattebayo!

Los regalos eran una pequeña planta ("se llama señor Ukki") por parte de Naruto, una canasta de frutas de Sakura y un juego de tazas de té con su tetera de Sasuke. Estaba seguro que el último regalo fue también idea de Mikoto.

Obito no sé quejó tanto por la presencia de esos tres dentro de la casa, ya casi se estaba acostumbrado a verlos a diario. Solo esperaba que no se les hiciera costumbre venir aquí los tres juntos cuando se les diera la gana, eran muy ruidosos. Y viendo la clara falta de intención de irse antes de cenar los dejó con Kakashi para ver qué podía hacer para los cuatro. Él planeaba tomar algún caldo o té como se acostumbró a hacer para acompañar a Kakashi durante las comidas.

Fue una cena acompañada de algún que otro puñetazo de Sakura a sus compañeros de equipo, los insultos de Sasuke para Naruto y los gritos de Naruto por el trato que recibía de sus compañeros de equipo. Francamente, según Obito, se ganó cada insulto y golpe porque era demasiado inconsciente a la hora de hablar.

Solo se calmaban cuando Obito les gruñía y les ordenaba comportarse mejor. Y cuando por fin se fueron ayudó a Kakashi a limpiar el desorden que causaron para la cena.

—Con todo lo que pasó olvidé buscar las fotografías del equipo. Me sorprende que Naruto no se haya quejado por ello.

—Seguramente Sakura le advirtió para que no presionara, pero pronto se va a impacientar.— comentó terminando de secar los platos.

Había escuchado a la niña reprimir a Naruto más de una vez cuando iba a decir algo que ella consideraba fuera de lugar. Cómo cuando recorrían la casa con Kakashi y el rubio estaba a mitad de una pregunta sobre si tendrían hijos. La niña lo golpeó impidiendo que terminara su pregunta diciendo que no fuera un insensible y cambiando de tema rápidamente.

Claramente ella entendía que su unión era extraña y por qué no tendrían hijos, mientras que Naruto no entendía y Sasuke parecía recién darse realmente cuenta de ese detalle.

Cuando terminó de limpiar y acomodar las cajas se fue a prepararse para dormir. Oficialmente acabó su primer día viviendo en su nueva casa, la cual esperaba que se convirtiera en el hogar de ambos con el tiempo.

—Naruto dijo que Kushina vendrá a visitarnos pronto— dijo de repente Kakashi cuando se recostó a su lado. Cómo siempre estaba contra el lado de la pared.

—¿Crees que ella...?— no terminó la pregunta, estaba seguro que ella solo venía para comprobar el estado de Kakashi y que seguro no quería saber nada más con él.

—Si no la quieres aquí podemos dar alguna escusa— por su tono ya se estaba durmiendo.

—Hablemos mañana— suspiró no muy seguro de que negarse a la visita de Kushina fuera una buena idea. —Buenas noches...

—Buenas noches— masculló Kakashi y Obito apagó la luz de la lámpara sobre la mesita junto a la cama.

Por la oscuridad ya no podía ver bien nada dentro del cuarto, pero podía sentir la calidez del cuerpo a su lado. Estuvo tentado a alcanzarlo con sus brazos como siempre hacía una vez que se dormía, pero aún estaba despierto y no quería incomodar a Kakashi.

"No seas codicioso" se dijo cerrando los ojos y obligándose a dormir.

***

Podía sentir el dolor en todo su cuerpo y la desesperación por la oscuridad que lo rodeaba. Escuchaba a lo lejos los pasos de esos seres blancos caminando y hasta los de Madara arrastrando los pies mientras hablaba consigo mismo sobre Hashirama .

El anciano por las noches parecía perder la conciencia del lugar y la época en la que estaba. A veces peleaba con alguien que no estaba ya presente o se disculpaba. No se parecía en nada al hombre que era durante el día, regañándole y entrenandolo con fiereza y ninguna pizca de compasión por su estado físico.

Volvía loco a Obito no solo en el día sino que también durante la noche con sus lamentos y peleas consigo mismo.

—¿Otra vez estás llorando? ¿Soñaste con la niña bonita? ¿O se trata de Bakashi? ¿Con quién soñaste ésta vez?

Ese era Guruguru subiéndose a su cama para tocar sus lágrimas con fascinación. Obito solo suspiró. No había tenido tiempo para soñar si ni siquiera podía dormir desde hace ya varios días gracias a los gritos de Madara que hacían eco en la cueva.

Pero siempre pensaba en Rin y Kakashi. Quería volver a casa.

Quería que todo volviera a la normalidad.

—Madara quiere que te esfuerces más. ¡Esfuérzate más!— Guruguru seguía recolectado sus lágrimas. Podía distinguir sus ojos brillosos en la oscuridad —Si realmente resultas ser inútil él se deshará de tí.

—Que lo haga...— masculló cansado. Una parte de él quería rendirse.

—Debes esforzarte más— repitió Guguguru —Vas a retrasar el plan si resultas ser un inútil. Y tal vez el siguiente no sepa contar historias. ¡Cuéntame algo más de Bakashi!

—Hubo una vez... En la que debíamos cumplir una misión super importante: debíamos atrapar un gato. Y Bakashi, como siempre, no tardó en quejarse con Minato sensei sobre que debía dejarnos esas misiones tontas a Rin y a mí. Minato sensei le dijo que toda misión era importante.

—¿Hasta encontrar un gato? Creo que Bakashi tenía razón.

—No se trataba de encontrar al gato. Bueno, sí se trataba de encontrar al gato. Pero lo más importante era el trabajo en equipo... Y ese día por primera vez Kakashi me prestó atención cuando fue obvio que sus métodos no estaban logrando nada. Rin, Kakashi y yo por primera vez trabajamos juntos y colaboramos cada uno en algo. Rin nos curó a ambos las heridas que recibimos por aquel gato gordo y Minato nos llevó a comer ramen. Esa también fue la primera vez que Kakashi se quedó hasta el final y Minato sensei de veía orgulloso de los tres. De los tres, no solo de Kakashi o de Rin. Él estaba orgulloso de mí también.

Quería volver a ver esa mirada de su sensei y trabajar en equipo con Kakashi y Rin.

>—...Quiero volver a casa.

Su respiración se había acelerado luego de decir en voz alta lo que quería, dejando a un lado cualquier historia. Y cómo muchas veces se levantó de la cama para correr hacia la roca que impedía que escapara de esa cueva.

—¡Quiero ir a casa!— sus gritos rivalizaban con los que había comenzado a dar Madara a la distancia, otra vez discutiendo con alguna persona imaginaria.

No podía calmarse ni organizar sus pensamientos. Solo quería volver a casa.

***

No gritó al despertar, solo se quedó inmóvil y controlando su respiración. La habitación estaba oscura y con dificultad aflojo el agarre que tenía sobre Kakashi para alcanzar con una de sus manos la cortina de la ventana y correrla para ver que aún era de noche.

—¿Te hice daño?— preguntó con voz ahogada sin poder moverse aún.

Kakashi estaba despierto y podía sentir su mirada mientras se mantenía en silencio. No parecía nervioso o preocupado por estar debajo de él y haber sido abrazado con demasiada fuerza como para despertarlo.

—No— contestó Kakashi y Obito suspiró dejándose caer otra vez sobre él antes de pensarlo mejor. —Lo siento, ya me quito...

Aspiró y exhaló despacito antes de poder aflojar su agarre de nuevo para poder quitarse de encima de Kakashi y quedar sobre su espalda de su lado de la cama. Miró de reojo como Kakashi también se giraba para quedar boca arriba y esperó lo peor.

Tal vez estaba sensible por haber recordado su desesperación durante su estadía en aquella cueva. Lo cuál lo hizo sentirse estúpido porque ni siquiera era un recuerdo "de los malos". Pero no pudo evitar pensar que Kakashi lo abandonaría aquí y ahora... y se tensó para evitar hacer algo estúpido como rogarle o sujetarlo de nuevo.

Tardó en darse cuenta de la sensación de los dedos de Kakashi tanteando su mano. Y antes de que se alejara sujeto la mano contraria esperando no haberse precipitado. Tal vez lo había estado tocando por error. Pero cuando no la quitó y en cambio apretó también su mano suspiró relajándose.

—También tengo pesadillas, ya casi no las tengo... pero si llego a tener alguna agradecería que no me patearas de la cama.

—No haría algo así— aseguró acariciando con el pulgar la mano que sujetaba.

Podía sentir muchas cicatrices pequeñas, también era áspera como su propia mano. Kakashi no volvió a hablar y Obito se concentró en la mano que sujetaba y la calidez a su lado. No necesitaba dormir de nuevo, pero aún así se quedó el resto de la noche en la cama y se sintió un tanto fascinado cuando se percató que  Kakashi se había vuelto a dormir.

Cuando el despertador sonó aún sujetaba la mano de Kakashi y aunque no había dormido por el resto de la noche se sintió descansando. Prendió la lámpara junto a la cama. Lo vio despertar y pasar la mano que tenía libre por su rostro antes de bostezar y mirarlo adormilado.

Soltó lentamente su mano hasta que Kakashi la alejó para hundirse más en el colchón mientras estiraba los brazos para terminar de despertar.

Luego lo vio volver a bostezar antes de sentarse y correr las cortinas dejando entrar los rayos del sol haciendo a ambos cerrar los ojos por el cambio de iluminación en el cuarto.

—Te dije que eran de las cortinas caras.

Obito resopló levantándose de la cama dejando que Kakashi fuera al baño a prepararse para comenzar su día. Mientras él comenzó a preparar el desayuno, solo tomaría té pero Kakashi debía comer comida como una persona normal. Y desde que descubrió que a Kakashi no le molestaba que le preparara comida se encargaba de comenzar a cocinar y luego ayudarlo con lo que sea que quisiera hacer.

La calma de su mañana fue interrumpida por el golpe de la puerta principal. Kakashi aún se estaba duchando así que con desgana fue a abrir al enano más molesto del mundo. Y Sasuke entró a la casa como si hubiese sido invitado.

—Buen día para tí también— resopló volviendo a batir los huevos mientras apagaba la cocina cuando vio el agua para el té hirviendo. Planeaba ignorarlo pero cuándo sintió su mirada atravesando su cráneo lo miró con el ceño fruncido —¿Qué?

—Kakashi no tiene la culpa de ser un Alfa y ya sabías que lo era antes de casarte con él— habló parándose derecho y Obito frunció aún más el ceño no captando a dónde quería llegar con eso —Y está bien, está claro que no será como las demás esposas del Clan y que es vago, lee cosas inapropiadas y se comporta como un rarito a veces... Pero creo que se está esforzando.

—¿Y?

—Y creo que si querías hijos debiste pensarlo antes. Entonces... lo que quiero decir es que cómo hijo del jefe del clan es que Kakashi sensei es una esposa Uchiha y por lo tanto te exijo que lo respetes ahora y siempre.

"¿Qué bicho le picó a este mocoso?"

—Yo respeto a Kakashi.— se cruzó de brazos mirándolo aún con el ceño fruncido. No comprendía que demonios pasaba por la mente de Sasuke para que estuviese molestándolo esta mañana con algo así.

—Muy bien— asintió como si hubiese logrado su objetivo, sea cual sea.

Para cuando Kakashi apareció en la cocina Obito ya estaba a punto de lanzar al mocoso por la ventana por lo intenso que estaba siendo en lo que creyó que sería una mañana agradable.

Mientras se duchaba observó la mano con la que sostuvo la de Kakashi durante la noche.

"No seas codicioso" volvió a pensar y repetir en su mente mientras cambió el agua caliente a fría.

"No lo seas, no seas codicioso. Solo acepta lo que te dé..."

Notes:

Hola! Espero que el capítulo les agrade, no me gusta escribir capítulos largos pero no me cuesta hacer capítulos más cortos 😅

Chapter 11

Notes:

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Chapter Text

La atmósfera dentro del consultorio era agradable, pero extraña. Una pequeña paloma gorda se podía ver a través de la ventana y Kakashi se preguntó que tan difícil era entrenar a esos pájaros.

Era algo que no haría ya que causaría una huelga de ninken, pero su mente de a ratos decidía pensar en cosas más interesantes que los diagnosticos que ya había escuchado.

Si tuviera que elegir no estaría aquí. Prefería estar en cualquier otro sitio, pero al no tener otra opción tenía que admitir que no era tan malo. Ya se había acostumbrado a sus citas médicas. Y aunque todavía tenía el impulso de huir cuando llegaba al hospital, por suerte, ese impulso se esfumaba lentamente una vez que ingresaba al consultorio.

Suzuki era amable sin ser condescendiente y estricta sin pasarse de la raya. También tenía la habilidad de no inmutarse por tratar con un shinobi como lo hacen el personal civil del hospital. Y además no dejaba que Kakashi se pasara de listo como él acostumbra hacer con todos. De no ser por ello ésta mujer no lo hubiera vuelto a ver por muy obligado que estuviera a ser tratado por un médico.

Había esquivado el hospital y cualquier revisión médica por años después de todo.

Ni siquiera Rin había logrado que se examinara más allá de algún examen de rutina o revisión rápida en su casa. Así que tenía que darle un poco de crédito a ésta mujer por lograr, no solo tenerlo a él sentado y cooperando, sino que también a Obito: Otro desertor de cualquier cosa que involucrara tenerlo en el hospital.

Aunque tener a Obito a su lado era lo que hacía que se sintiera un tanto incómodo.

—Les agradezco que accedieran a atenderse juntos hoy, necesitaba comprobar algo y esta era la forma más rápida y efectiva de hacerlo.— ella sonrió levemente, profesional, y Kakashi asintió mientras vio de reojo a Obito fruncir el ceño.

—¿Se trata de mi próximo celo? Creí que tenía tiempo para tratar todo el asunto— fue dicho como si estuviera hablando de una misión de rango S.

Kakashi no se alteró al escucharlo mencionar su celo de forma despectiva, casi como si no fuera algo que les afectaría de alguna forma si no lo controlaban.

Aunque le sorprendió que Obito lo mencionara sin verse como si hubiera aceptado una sentencia de muerte o algo igual de trágico. Hasta parecía que hablaba del celo de otra persona.

—Recuerda que tus estadísticas no me permitían darte una fecha aproximada con más exactitud y que podría haber un gran margen de error con la fecha que te di— dijo sin inmutarse por el ceño fruncido de Obito e informando de algo que no sabía sobre el otro Alfa a Kakashi —Pero en las últimas semanas hubo un gran cambio en las estadísticas de ambos. Si se mantienen estables podría no solo volver sus ciclos de celo regulares, sino que también sus problemas hormonales también podrían establecerse. Es más, ya mejoraron considerablemente.

Kakashi guardó el dato de que había una fecha aproximada para el próximo celo de Obito para más tarde, sin alterarse por no ser informado de algo así. Él tampoco había informado a Obito que también tenía una fecha y todavía estaba decidiendo si se lo diría o no.

—Mis feromonas ya no son tan grotescas... ¿esto podría ser durarero?— Obito aflojó un poco su ceño pero aún se veía tenso.

Kakashi dirigió su atención a la doctora, su respuesta también le interesaba. Si Obito lograba ser como los demás Alfas su situación con el Clan y la aldea probablemente mejoraría. Y con un poco de trabajo en su personalidad tosca ya no sería un paria entre la gente.

Porque, al contrario de Kakashi, Obito estaba alejado de todos por el rechazo que recibía y la costumbre. No era ciego para no ver el anhelo del Uchiha cuando veía a los demás.

Ahora más evidente desde que podía ingresar a los establecimientos sin llamar la atención de inmediato y ser expulsado por las miradas y las feromonas incómodas de todos a su alrededor.

—Sí, podría ser duradero. Mientras sigas haciendo lo que haces— la respuesta fue prometedora, ambos se sintieron aliviados y se relajaron un poco. Pero Kakashi notó que el alivio de Obito se esfumó rápido y su entrecejo se frunció de nuevo. Aunque no por nervios o molestia, sino por confusión —Tus feromonas se mantendrán estables y solo tendrán un incremento más allá de lo considerado normal cuando tu celo se acerque. Así que te mantendré bajo estudios mensuales hasta entonces, pero seamos optimistas. La unión fue exitosa, tal cual sería con una pareja alfa y omega. Sus feromonas se mantienen en armonía a pesar de estar ambas en el rango dominante. Es poco probable que haya un incidente de agresión entre ustedes causado por sus instintos.

Kakashi recordó que sí hubo un incidente causado por los instintos y aparentemente Obito no lo mencionó, al igual que él, durante sus citas médicas individuales.

No era como si hubiese planeado guardarlo. Aunque no le gustaba ventilar cualquier aspecto de su vida Suzuki había dejado en claro que debían contarle todo mientras estuvieran bajo su supervisión médica. Casi dejó escapar un suspiro, tendrían que decirlo.

>—Y, si tus niveles hormonales se siguen manteniendo en el rango actual, los supresores podrán ser una opción para tí Obito-san. Si aún te sientes inseguro de ti mismo para cuando tengas que pasar por tu próximo celo podemos elaborar una medicación adecuada. No para suprimirlo, sino para mantener los síntomas en un nivel bajo.

—Entiendo...— dijo Obito luego de un corto momento para analizar lo que escucharon. Kakashi asintió también y vio a Obito removerse inquieto en su silla. —Pero... ¿Qué es lo que estoy haciendo bien?

La doctora levantó un poco las cejas antes de poder controlar su expresión. Aparentemente "lo que estaba haciendo" era algo obvio. Y tal vez lo era, pero no para el par de Alfas sentados frente a ella.

—Liberas feromonas— respondió sin sonar como si fuera obvio, pero ambos captaron el mensaje de que sí lo era. —Todos los Alfas y Omegas lo hacen, solo que usualmente necesitan hacerlo en menor cantidad y con menos frecuencia.

Obito volvió a removerse en su silla, seguramente sintiéndose un idiota por no saber esas cosas. O más específicamente no saber que estaba haciendo algo como eso. Sus feromonas siempre parecías salir de casa porro de su cuerpo sin freno alguno así que no pensó que lo estaba haciendo de otra forma también.

—Yo casi no lo hago— comentó Kakashi levantando un ceja.

Ni siquiera estaba seguro de haber liberado feromonas durante los pocos Celos que no pudo evitar tener. Estaba seguro que las veces que lo hizo conscientemente habían sido tan "débiles" para el olfato de los demás Alfas u Omegas que no valía la pena gastar energía en hacer algo así. Desde joven se esforzó por mantener una presencia sin depender de sus feromonas aparentemente casi inolora.

—Bueno, sufriste un problema hormonal por años. Tus niveles eran tan bajos que no era necesario y, en realidad, las veces que lo hiciste seguramente debiste sentir más cansancio y falta de energía en general de lo normal.

Eso explicaba por qué después y durante el celo se sentía como si hubiera pasado por una misión particularmente mala.

—¿Estabas enfermo...? ¿Sigue enfermo? ¿Yo lo empeoré?— Obito preguntó rápido y mirándolo primero a él y luego a la doctora frunciendo el ceño, como si ella tuviera la culpa del aparente malestar de Kakashi —¿Va a estar bien?

Otra vez, Kakashi admiró el temple de la doctora. Aún más cuando las feromonas de Obito se demostraron que estaba preocupado pero aún así, aunque ya no eran tan invasivas como antes, instintivamente daba señales de que era alguien con quién no debías meterte.

—En realidad ya se encuentra recuperado. Sus niveles hormonales se mantienen estables y en otros aspectos también mejoró— Casi rodó los ojos por lo que escuchó.

Ya había escuchado en su anterior cita que aún sigue teniendo un nivel hormonal menor al promedio para un Alfa. Pero que eso, según todos los valores que salieron en los resultados de sus últimos exámenes, es bueno para él. Aparentemente ese nivel bajo es aceptable y actualmente podía decir sin mentir que estaba sano.

Y se sentía sano.

No había dolores de cabeza regulares ni fatiga cuando no tendría que estar agotado.

—Oh... Eso es bueno— asintió Obito aliviado y Kakashi suspiró deseando que la cita terminara. Ya les habían sacado sangre a ambos y pasado por un examen rápido de feromonas.

—Por supuesto que lo es. Físicamente también es notable una gran mejora. Kakashi-san lograste subir de peso. Así que, como pensaba, solo hacía falta cambiar tus hábitos alimenticios— dijo mirándolo con una leve sonrisa por esa "gran mejoría" que a Kakashi se le hacía exagerada antes de mirarlo a Obito —Y en cuanto a tí, sé que no necesitas alimentarte con regularidad, así que si lo estás haciendo te recomiendo que te ejercites más ya que quemas calorías con más lentitud.

Eso le hizo sacar un sonrisa y más al ver de reojo a Obito entendiendo qué quería decir la doctora, mirando su estómago para comprobar que siguiera estando tonificado y con músculos.

—Maa maa... No puede ser Obito, serás la primera planta gorda del mundo— no pudo evitar decir sin siquiera intentar quitar la diversión de su mirada.

Eso le hizo ganar un gruñido de advertencia que últimamente estaba dirigido con regularidad a sus Genin.

>—No es como si hubiera elegido casarme contigo... Y ya acepté que seas Alfa, una planta y una tortuga en invierno. Pero todo tiene un límite Obito...

Cállate— dijo con un tono duro y autoritario que no solo hacía que los Genin dejaran sus tonterías sino que también haría temblar hasta un Jounin, pero no a Kakashi. —¿Cómo pudiste llegar a estar desnutrido?

Kakashi rodó los ojos ante la mirada juzgadora de Obito, como si él fuera el mejor para hablar sobre hábitos saludables.

—No estaba desnutrido.

—De hecho casi lo estabas. Que tuvieras músculos no significa que tuvieras un peso saludable para tu altura y compleción.— de repente ya no le parecía tan buena la mujer sentada detrás del escritorio. Él estaba seguro que se hubiera dado cuenta si estuviera tan mal —Pero ahora estás completamente sano, ambos lo están.

—Si todo está bien... ¿Entonces por qué quiso vernos hoy?

—Para observar cómo interactúan y comprobar los resultados de los estudios. Por separado puedo ver mejorías, pero si cuando están juntos las hormonas y feromonas se alteran entonces los otros resultados no importan. Y hoy pude comprobar que los resultados son los mismos y a simple vista puedo ver que sus feromonas no reaccionan de forma agresiva o para someterse el uno al otro.

"En otras palabras..." Pensó Kakashi casi dejando escapar un resoplido "que no me encojo con la cola entre las piernas cada vez que Obito respira en mi dirección o que Obito no está intentando hacerme caer y que le enseñe el cuello cada dos segundos".

—¿Ya no estoy en periodo de prueba?

—Eso lo decidirá el Hokage— le contestó sin dudarlo y después agregó —Aunque recomiendo que por un tiempo si deben salir de la aldea por varios días lo hagan juntos. No estoy familiarizada con el manejo de las misiones, pero sé que ambos son shinobi de élite así que no creo que haya problema en que ambos realicen misiones juntos.

Teniendo en cuenta cómo terminaron las últimas misiones que hicieron juntos la perspectiva no era muy buena.

La última y más reciente era la que estaba fresca en la mente de ambos, pero Kakashi recordaba la anterior que fue en la cuál creyó que Obito había muerto. Y si rememoraba la anterior antes de esa estaba la misión donde el hombre al que debían escoltar murió y aunque la misión fue marcada como "completada" porque entregaron el pergamino que ese hombre debía entregar aún así Kakashi la recordaba como un fracaso.

Y si seguía recordando misiones pasadas...

Evitó suspirar. Ya no eran esos niños. Los dos actualmente eran considerados dos de los mejores shinobi de Konoha. Pero aún así... Aunque no era supersticioso no quería arrastrar a sus Genin a la aparente mala suerte que tenían cuando ambos estaban involucrados en una misión.

—¿Pero mi celo va a ser normal? Quiero decir... el que tuve fue sin síntomas previos. ¿Es buena idea que hagamos misiones con los Genin sin saber si pasará otra vez de esa forma?

Kakashi se estremeció antes de poder evitarlo ante la posibilidad.

Podía sentir la hierba y tierra contra las palmas de sus manos y las rodillas, el escozor en cada parte de su cuerpo por el calor insoportable que sentía... Y cómo cada parte de él que obtenía contacto con las manos de Obito parecía refrescarse y encender un calor placentero a la vez. Hace tiempo que el recuerdo había quedado en el fondo de su mente, pero aún así al recordarlo podía sentir todo como si hubiera pasado hoy mismo.

Evitó estremecerse de nuevo ante el recuerdo que le vino a la mente y las sensaciones que rememoró. Por un momento el tacto de Obito había sido agradable, muy confuso pero placentero... Hasta que ya no lo fue y mayormente predominó la confusión y el dolor cuando dejó de ser tocado y quedó en la posición que el otro Alfa quería.

Y eso último era a lo que decidió aferrarse. Más ante la perspectiva de ser visto en esa posición por sus alumnos.

*

*

*

Al salir del consultorio sacó su Icha Icha del bolsillo y comenzó a releer las páginas con fingida atención. Esto solo era un aviso silencioso de que no quería hablar. Obito la entendió al instante y no intentó iniciar ninguna conversación durante todo el camino, tampoco cuando llegaron a la casa y guardo su libro.

El celo era algo que le preocupaba. La relación que estaban construyendo era agradable y no quería arruinarlo. Todavía todo era muy frágil entre ellos y el celo, ya sea que lograran pasarlos por separado o no, iba a hacer que retrocedieran varios escalones.

Kakashi no tenía planes concretos para el futuro, pero últimamente la idea de no alejarse de Obito había estado instalándose en su mente. Llevar sus pertenencias personales no había sido producto de un impulso. Realmente cuando comenzó a instalarse quiso llevar esas cosas a lo que Obito casualmente llamó "nuestra casa", incluyéndolo, como si fuera lo más normal del mundo. Y Kakashi también lo sintió normal.
Quería sentirse normal.

Y francamente no se estaba arrepintiendo.

Le agradaba considerar la nueva casa como suya. Y dejar que Obito fuera parte de un lugar al que podría considerar un hogar no se le hacía mala idea. Había dejado de darle importancia al por qué estaba con Obito en ésta situación. Y el recordatorio de que no eran simples compañeros de cuarto y amigos fue un golpe de realidad.

Obito es su Alfa por extraño que sonara. Y también el Alfa de la relación. Cómo pareja unida muchas cosas no podrían mantenerse de forma platónica.

Y no quería confundir las cosas entre ellos.

No iba a confundir las cosas entre ellos.

Había sentido atracción por los Alfas desde muy joven, sabía que estaba manteniendo cierta distancia y no observaba a Obito con tanto detenimiento porque no quería despertar sus propios instintos y deseos que siempre despreció. Y ésta cercanía que dejó que pasara en las últimas semanas hizo que recordara por qué Obito fue el primer y único Alfa del que se enamoró. Porque hubo sentimientos unilateral de su parte cuando se enamoró. Pero aún así fueron sentimientos que supo darle nombre y ese fue amor.

Después con los demás solo sintió atracción física, deseo... Pero con Obito tenía una obvia debilidad que era cada vez más notoria por mucho que quisiera ignorarlo.

Así que decidió que era momento de marcar unos límites.

Porque Kakashi no quería confundir a Obito como lo hizo cuando se unieron. Porque mientras su naturaleza era desviada desde siempre  no podía ignorar que Obito nunca se sintió atraído por él o otros Alfas en el pasado. Así que cualquier atracción que llegara a sentir sería falsa y en algún momento iba a resentirse con él si permitía que algo pasara.

Ya no era ese chiquillo secretamente esperanzado con que Obito lo mirara como él lo miraba.

Decidido a no dejarse llevar por la comodidad de la convivencia y cualquier sentir que no sería correspondido como él alguna vez deseó dejó de ignorar el elefante en la habitación y pedirle a Obito que lo siguiera a uno de los cuartos vacíos de la casa.

—Este cuarto... Lo vamos a preparar para cuando llegue mi celo o el tuyo.— pudo sentir a Obito tensándose aún sin verlo. Kakashi comenzó a recorrer el lugar fingiendo una tranquilidad que no sentía —La doctora habló de supresores que ayudarían a manejar tus síntomas, deberías tomarlos cuando llegue mi celo así evitamos complicaciones.

—¿No... No vas a suprimirlo entonces?— sonaba dudoso pero esperanzado. Kakashi no se hizo ilusiones.

Si Obito quería que no suprimiera su celo era porque le preocupaba su salud, nada más.

—Será como un experimento— dijo sonriendo un poco para no darle tanta importancia a lo que pasaría si todo salía mal —Si el medicamento hace que tus instintos sean más llevaderos y tu conciencia será más fuerte vas a recordar dos simples reglas.— lo miró a los ojos y levantó dos dedos —No vamos a pasar mi celo juntos, así que no puedes tocarme de ninguna manera. Y segundo, que no importa qué, no puedes entrar en éste cuarto.

Eran dos límites simples y que no deberían ser difíciles de seguir.

—Voy a respetar eso— dijo y luego comenzó a ver la habitación como si fuera lo más interesante y no un cuarto vacío que hasta hace unos días estaba repleto de cajas aplastadas.

Kakashi lo miró un momento más antes de también comenzar a ver este sitio como algo más que un intento de depósito. Obito estaba más... accesible. No sabía si el entorno más doméstico entre ellos lo ayudaba a ser de esa forma o qué, pero no iba a cuestionarlo.

Él también estaba siendo más accesible desde que se alejaron del centro del complejo y se encontraban rodeados de casas vacías y árboles. No queriendo fracasar en este intento de convivir dejó que algunas barreras autoimpuestas bajaran y no se molestó consigo mismo por permitir que algunas cosas sucedieran.

Dejó de repetir en su mente que compartir la cama con otro Alfa no era normal. Que dejarse marcar con su olor no lo deshonra. Y estaba aprendiendo a no recriminar su propia actitud por sentirse a gusto con compartir un territorio con otro Alfa, uno que con sus feromonas le hacía saber que aunque estaban juntos es quién domina.

Al final del día siempre quién más le exigió y lo hundió en la vergüenza fue él mismo. Y estaba agotado de sentirse asqueado de si mismo.

Sabía que ya no podía seguir haciéndolo. Y que si por una broma del destino terminó unido a otro Alfa y que Obito no intentara matarlo para deshacer de él entonces, aunque no era natural, podía dejar que algunas de sus imperfecciones como Alfa fueran visibles.

Y también no seguirse martirizando por lo que pensarán su sensei, los pocos amigos que tenía o su padre...

Pero el celo, el sexo con Obito... Eso era un no. Podía permitir que lo abrazara por la noche aunque sabía que está despierto y no dormido como cuando recién comenzaron a compartir la cama. También permitir que invadiera su espacio personal de forma casual, porque no lo hacía para sublevar o intentar causar una pelea. Y hasta podría permitir y llegar a corresponder un abrazo de su parte si estuvieran fuera de cama.

Pero no iba a permitir que las cosas se tornasen de forma sexual. No tenía la confianza en si mismo o en Obito para dejarse tocar de esa forma. La sola idea lo hacía sentir impotente y vulnerable de una manera que nunca antes sintió.

No mintió cuando le aseguró a Obito que no lo culpaba por lo sucedido cuando se unieron. Seguía pensando que su naturaleza desviada de alguna forma provocó que todo esto ocurriera. Pero de todas formas... con la mente en frío, que el celo se estuviera acercando para ambos lo hacía temer estar en esa situación otra vez.

Recordaba perfectamente que hace poco tiempo, cuando se encontraba influenciado por las feromonas de Obito, pudo hasta fantasear con cómo sería ser tocado y tomado nuevamente por él sin ser forzado a adaptarse sin preparación. Pero cuando se calmó y ya no estaba dejándose llevar por su imaginación esa fantasía ya no se le hacía atractiva.

Porque Obito como Alfa era, por mucho, más dominante y posesivo que él. Nunca haría de forma consciente un acto para someterlo, pero cuando sus instintos se salieran de control, cuando solo trataba con su lado Alfa... Ya había tenido una muestra de cómo era.

Y Kakashi prefería morir antes de volver a terminar en el hospital y ser humillado otra vez. De sentirse traicionado de si llegara a pasar otra vez. Porque si bien no confiaba del todo en Obito... sí quería confiar en él.

Así que su siguiente celo, que sería antes del de Obito, sería una prueba para saber si lo que están construyendo podía seguir creciendo o si debía acabarlo.

Y si debía acabar con todo... para ello tenía el Tanto de Sakumo restaurado y esperando en una de las cajas que trajo de su departamento.

Lo que un día acabó con la vida de su padre, el arma que intentó portar para restaurar el honor como Hatake y que al final volvió a guardar porque le recordaba a la misión del puente Kannabi... sería el arma que lo liberaría de su unión con otro Alfa, de la deshonra definitiva y la dolorosa humillación si volvía a ser usado sin poder siquiera intentar defenderse o negarse como aquel día.

—¿Kakashi?— la voz de Obito lo hizo darse cuenta de que se quedó quieto demasiadas tiempo mirando un punto fijo en un rincón del cuarto.

Obito se veía preocupado y se acercó luego de dudarlo un poco. Kakashi no se alejo o intentó apartarlo, lo cual lo hizo ser consciente aún más de cuánto le había permitido acercarse en estos días.

La cercanía aún hacía que despertara en el instinto de ponerse alerta, años de entrenamiento lo habían preparado para proteger su espacio personal y era difícil dejarlo a un lado. Pero acostumbrarse a la cercanía de Obito fue algo ridículamente fácil de lograr.

—Podemos...— comenzó a hablar con un tono dudoso, pero cerró la boca frunciendo el ceño antes de pararse un poco más recto y mirarlo serio pero sin parecer estricto—Podemos preparar este cuarto otro día, aún hay tiempo.

Asintió antes de salir del cuarto y comenzar a pensar en algo para cambiar de tema y salir de lo que se podría convertir en un momento incómodo rápidamente.

"Cediste muy fácil" no pudo evitar pensar antes de alejar esa pequeña voz que le recordaba lo que un Alfa no debía hacer.

Obito cerró la puerta con cuidado detrás de él y no hizo falta mirar hacia atrás para saber que estaba cerca de él, observando y decidiendo si podía acercarse de nuevo.

Kakashi suspiró y lo miró de reojo. No de forma hostil, aunque una pequeña parte de él se erizó por notar que siendo un Alfa estaba siendo "cuidado" de alguna forma por otro Alfa.

Francamente no sentía el impulso de ponerse a la defensiva y demostrar que no necesitaba un trato suave, así que intentando continuar con la convivencia que estaban construyendo no se esforzó por buscar en si mismo algún instinto para alejar a Obito.

—Maa... No me mires así.— lo despidió con un gesto de la mano para que dejara de mirarlo como si estuviera listo para consolarlo y estaba por decir algo más cuando sintió un chakra inconfundible fuera de la casa y vio como la atención de Obito se desvió totalmente al reconocer quien estaba fuera de la entrada.

Kakashi nunca se sintió tan aliviado de sentir la presencia de Kushina. Pero el alivio no duró mucho. Obito parecía listo para huir y a la vez tensando los músculos preparándose para ponerse a la defensiva.

Y cuando la puerta fue golpeada con unos rítmicos toques y vio la tensión aumentar en el otro Alfa no lo pensó mucho antes de acercar su mano a su brazo. Fue solo cuando su mano tuvo contacto con el calor a través de la tela de la camiseta de Obito que pensó que podría provocar una mala reacción.

Esperó unos segundos al sentir la contracción del músculo y la mirada atenta y sorprendida que estaba sobre él. No sabía si era porque jamás inició algún tipo de contacto o si se trataba que estaba haciendo creer al otro Alfa que quería detenerlo.

—Es solo Kushina-san— dijo con voz calmada, como si su corazón no estuviera acelerado ante la posibilidad de activar los instintos de Obito.

Terminar otra vez ahogado por feromonas más dominantes y estampado contra el suelo cuando la esposa de su sensei está detrás de una puerta no era algo que quisiera vivir en esta vida.

Y por lo que fue una eternidad, pero que solo fueron como mucho dos minutos, Kakashi contuvo la respiración hasta que Obito se relajó y dejó de mirarlo para fijar su vista hacia donde se encontraba el camino en el pasillo hacia la entrada de la casa.

—Lo sé...— dijo con voz ahogada antes de carraspear e intentar recomponerse.

—Maa... Estaremos bien.— dijo más seguro al saber que Obito no reaccionaria mal contra él por haberle sujetado el brazo de imprevisto —Y siempre podemos echarla sutilmente si se pone muy intensa.

Eso lo hizo resoplar y Kakashi lo soltó lo más naturalmente posible. Y no fue a propósito, pero dejó que Obito avanzara primero hacia el sonido de la puerta siendo tocada de nuevo. Y se quedó detrás, dejando que Obito fuera quien estuviera expuesto cuando la puerta fue abierta para revelar a una mujer con el celo levemente fruncido y su cabello rojo aún más iluminado por los rayos del sol.

Notes:

¿Esperaban crecimiento emocional en la perspectiva de Kakashi? 🙃 Hubo y no hubo, no estoy segura. Ya va a llegar, tal vez...

Ok, mis perros se enfermaron hace siete días... Los llevé al veterinario pero una murió a los dos días y estoy cuidando a mi otro perrito que aún sigue enfermo y no mejora. Esto me está volviendo loca, no poder curarlo mágicamente y que él me mire como esperando que haga algo para que se sienta mejor...

Volviendo a la historia, esta tiene un resumen de lo que quiero escribir en los siguientes capítulos. Estoy entre tomar dos rumbos... 😇...😈...

Bueno, gracias por leer hasta aquí. Todavía no me pude poner al día con las historias, pero estoy escribiendo porque sino me pongo a pensar y si pienso mucho enloquezco por la impotencia.

*El capítulo no está revisado así que perdón si hay algún cambio de nombre o error de ortografía.