Chapter Text
Definitivamente las cosas no salieron como lo habia planeado, de ser por él jamás habría tomado la decisión de revelar sus secretos, no importa cuanto Jazz insistiera en que debía decir la verdad, se creía lo suficientemente maduro para resolver sus problemas solo y por encima de eso contaba con el apoyo de Sam y Trucker asi que… por que necesitaría compartir la verdad en su naturaleza semi fantasmal?
Bueno… pues por que aun era un niño, la adolecencia es complicada, tu cuerpo crece a un ritmo que tu cabeza no puede asimilar y súbitamente crees que por que tu estatura eres un adulto, pero cuando te enfrentas a problemas de mayor magnitud, entonces te das cuenta de lo mucho que te queda por aprender.
No importaba las veces que Danny se lastimaba tras una pelea, su capacidad regenerativa le ahorro la necesidad de aprender primeros auxilios, pero cuando su núcleo empezó a debilitarse se dio cuenta que talvez debio prestar más atención en esa clase ciencias y salud.
Talvez fue el ambiente de Amity Park, y la forma que cambio un día mientras disfrutaba del almuerzo en la escuela , pero la concentración de partículas ectoplasmaticas se vio subitamente disminuida , sus amigos notaron la expresión severa en su rostro y aunque preguntaron Danny no dijo nada.
Por alguna razón y la forma que su núcleo se apretaba en el pecho, decidió cerrar la boca.
Error.
Esa solo fue la primera advertencia que sus instintos le gritaban , la segunda fue cuando camino de regreso a casa, normalmente la concentración de ectoplasma atmosférico debería aumentar gracias al portal en el sótano de su casa , sin importar si estuviera cerrado, pero cuando cruzó la puerta el ambiente era igual que en la escuela, el autobús y toda su trayectoria hasta la cocina.
-mamá? Papa!- llamo
Pero nadie contesto , aun asi las luces de la cocina estaban encendidas y las compuertas al sótano abiertas de par en par , tendría sentido… probablemente sus padres estaban trabajando en el laboratorio, tan absortos que no escuchaban sus llamados.
Si … eso debía ser…
Error
-mama!!! Algo le paso al portal?
Huye
-papa terminaste con ese ajuste del boomerang?
No es seguro…
Aferrarse a la esperanza de que "todo estaba bien" es una terquedad humana que actúa como domino, lo ignoras pero crece , crece y crece hasta que te supera y ahí... empieza lo verdaderamente difícil.
Cuando llego al final de las escaleras todo fue demasiado, para empezar el laboratorio estaba casi vacío, frascos de vidrio reventados por todas partes pero sin muestras derramadas por ningún lado, papeles y documentos ardiendo en una esquina y otro montón apilado junto a la computadora Fenton esperando su turno para arder y el portal... no estaba ..., cuando Danny se acercó notó las marcas limpias de la base de la maquina y alrededor mas oscurecida por la electricidad del día del accidente, nadie arrastró nada, solo desapareció, o esa era la primera impresión , regreso sobre sus pasos, hacia la computadora, retiro el fondo de pantalla de un emoticón de Jack Fenton que rebotaba en las esquinas y se dio cuenta que las claves normales no estaban funcionando.
"Acción restringida"
"Acción restringida"
Que rayos estaban haciendo los Fenton?!
"Biología Fantasmal"
El título de uno de los documentos del escritorio llamo su atención, esto no podía ser de sus padres, según ellos los fantasmas eran proyecciones ópticas de emociones que se almacenaban en un único núcleo de energía, no existía algo como "biología" en estos seres.
Reviso ligeramente, fijándose solo en los apartados del documento subrayados o letras mas grandes. "Ectoplasma, tangibilidad real, metabolismo fantasmal, alimento para fantasmas, partículas ectoplasmaticas" entonces escucho un zumbido, uno proveniente de su pecho, su núcleo rugía , era molesto... bien, en algo tenían razón, los fantasmas necesitaban una cantidad necesaria de partículas cargadas en ectoplasma para subsistir , dependiendo del grado de fuerza era su necesidad, igual que un ser humano promedio no necesitaba la misma cantidad de calorías que un atleta olímpico, Danny era de categoría 7, 4 puntos mas que un fantasma promedio, el zumbido de su núcleo podría asemejarse al de un estómago hambriento.
"ADN fantasmal, rayos de ectoplasma, zona fantasma" casi habia llegado a la mitad de los documentos cuando encontró la primera imagen entre tantas palabras.
Era una foto de Danny y un dibujo con especificaciones de "biología fantasmal"
"posesión física"
La pagina siguiente era un documento detallado sobre "como extraer un núcleo" para liberación del huésped. Danny salto hacia atrás, sudaba frío y le dolía la cabeza , era demasiado, grotesco , lo habían descubierto y querían abrirlo!!!, no se molesto en seguir leyendo y tiro los documentos uno tras otro al caldero de fuego , la computadora emitió un sonido de notificación.
"Documento Biología Fantasma eliminado con éxito"
Maddie Fenton era mas de plumones y cuadernos cuando escribir informes de experimentos se trataba, sin embargo Jack siempre prefería la tecnología, asi que con regularidad si habia un archivo en la computadora , también habria en papel.
Siguió quemando todo , no supo en que momento las lágrimas amenazaban con escapar de sus ojos , eran sus padres, lo amaban, no iban a hacerle eso.. verdad?
Documentos de rayos x y muestras de ectoplasma analizado, todo extraído de el
Cuando lo habían agarrado como conejillo de indias ? Habían aprovechado su regeneración para hacerlo mientras dormía?
"sedante fantasma"
ah! Claro que si... así no lograron despertarlo. Casi había terminado con todo cuando una carpeta negra con el sello de los Estados Unidos llamo su atención , que mas podría encontrar para empeorar ?, pero no pudo hacerlo, no cuando varios pasos atravesaron la puerta principal y se dirigían rápidamente al laboratorio , no podía concentrarse en lo que decían pero todos parecían discutir alterados, negando, preguntando, exigiendo. Danny no supo que hacer así que cuando se detuvieron en seco al final de las escaleras el también se congelo en su puesto, pasando la vista de papa a mama , de Sam a Tucker y por supuesto a Jazz también.
“Que es esto?, me hicieron exámenes sin mi consentimiento?, que esta pasando?”
Por mucho que quisiera preguntar las palabras no salían de su boca, en consecuencia solo obtuvo un par de quejidos y sonidos extraños que Jazz pensó era idioma fantasma.
-Danny!- Sam habia sido la primera en acercarse tratando de sacar al pelinegro de su estado de conmoción, mientras Jazz señalo los documentos y la computadora que su hermano estaba manipulando a sus padres, Tucker parecía querer acercarse junto a Sam pero lo que sea que estaba viendo en su laptop casera parecía tener mas su atención.
Madrid y Jack finalmente se acercaron , tentativamente queriendo tocarlo tambien
-Danny… nosotros…
Pero el mencionado retrocedió por instinto
-Eso querían hacer?!, iban a abrirme?!, descuartizarme?!, extraerme el núcleo?!!
Ya no tenia sentido fingir que los Fenton no tenían idea de lo que estaba pasando, de lo que Danny era, dolía admitirlo pero el echo de querer defenderse era mas fuerte por las atrocidades que había leído en esos documentos, tenia miedo
-Danny - dijo Maddie- esto no es lo que parece cariño- habia tomado otro paso hacia su hijo, esta vez se planto decidido frente a ella, levantando los brazos listo para defenderse
Era algo común para Sam y Tucker, despues de meses de peleas el carácter normalmente tímido de su amigo se habia endurecido en alguien listo para batir cualquier cosa que se le arrojara , pero el hecho de tomar esa posición a quien se supone era su madre tomo por sorpresa para todos, incluso Danny pero se sentía traicionado , como un vago recuerdo de lo que alguna vez paso.
Pero aun los amaba, por eso dolía, asi que cuando finalmente su madre se agacho a su altura tomándolo de los brazos no protesto.
-escúchame cariño… tu padre y yo nos enteramos hace un par de semanas, no nos dijiste nada!, no sabíamos cómo actuar, como decirte que… queríamos escucharlo de tus propias palabras!
-pe…pero los exámenes
-no somos solo científicos Danny- esta vez fue Jack quien hablo- no eres completamente humano, lo sabemos, si te lastimabas no sabríamos como ayudarte, asi que nosotros solo…”suspiro” lo siento hijo…
Danny relajo los hombros, el alivio casi instantáneo , quería llorar otra vez, lo amaban lo amaban…., un mal entendido, lo amaban….
En un momento estaba siendo abrazado por sus padres, reconfortandolo , flashbacks de algo similar vinieron a su mente, una mujer de ojos verdes a quien no podia poner un nombre, la similitud de ese recuerdo a este momento es la sensación de que era una despedida.
Deseaba que lo peor hubiera pasado pero solo fue la introducción del inicio de su pesadilla, el GIW habían estado investigando la actividad fantasmal de cerca desde que el portal se activo junto al accidente de Danny, pero cuando los fenton habian empezado a subir archivos sobre la biología fantasmal de su hijo los agentes no tardaron en hackear el sistema e interesarse por este “raro” espécimen, pero sobretodo según la organización “peligroso”
-enviaron una advertencia hace 2 días - señalo Jazz- creen que estamos en peligro junto a ti, vienen en camino… y quieren aprisionarte
Lo siguiente que Danny supo era que los archivos en la computadora y los documentos eran evidencia que habian estado quemando, Jazz mencionaba algo sobre huir de la ciudad, el condado de Illinois , incluso del pais, de hecho esa era una buena idea, empezar en otro sitio, Sam y Tucker estaban tratando de idealizar como acompañarlos pero eso era complicado ademas de necesitar nuevas identidades ,el matrimonio fenton parecia discutir esta parte aereadamente cuando Danny noto que entre los problemas de cambiar sus nombres nadie lo menciono, ni una sola vez.
-que hay de mi? como me llamare?
Su familia intercambio miradas preocupadas antes de mirarlo
-Danny... hijo - comenzo Jack - me temo que tendremos que separarnos
-que?! eso es ridiculo! eso de separarse para perder a los que te persiguen es una tonteria!!
Hubo un momento de silencio donde todos tenian una expresion que Danny no podia leer
-esperen... no creen realmente que... yo los pondria en peligro, verdad?
-No cariño..- dijo Maddie mientras se acerco para acariciar su rostro - somos nosotros los que te pondriamos en peligro...
Sam se acerco con esa carpeta negra llena de documentos y se la entrego a Danny
-que es esto?
-hay un sitio donde puedes estar a salvo... - explico Jazz - pero no podremos ir contigo
Iba a protestar , no queria nisiquera saber que tenian esos documentos, pero no llego a mucho cuando el cambio en el aire alerto a Danny
"alguien puso un campo de fuerza anti-fantasmas alrededor de la casa"
Seguido alguien habia tumbado la puerta de arriba, muchos pasos abriendose paso por la sala hasta la cocina, hablando por intercomunicadores con armas de ectoplasma cargadas y listas, gracias a su audicion Danny podia jurar que train armas comunes tambien, para herir humanos.
Maddie habia puesto los documentos en la mochila que Tucker le ofrecio mientras Jack alistaba sus propias armas para recibir a sus no tan agradables visitas , Jazz introducia codigos en la pared mas distante a las escaleras revelando una especie de capsula de escape mientras Sam tiraba de el adentro, lo ultimo que vio antes de salir disparado hacia arriba fue a su madre besando su frente
-Vive Danny
Entonces presiono el boton, saliendo por encima del escudo fantasma y de varios techos, hasta que finalmente aterrizo en un parque a 4 calles de su casa, no se dio cuenta pero abrazaba la mochila de Tucker cuando finalmente salio, mirando en direccion a su familia , se transformo en Phantom listo para volar de regreso y ayudar a quienes amaba, le parecia ridiculo que lo sacaran asi como asi, habia peleado con varios fantasmas antes, verdad?, incluso contra Vlad y su yo futuro malvado!!, podia manejar esto!, o eso creia , pues cuando apenas alcanzo la altura suficiente para divisar el tejado con el escudo fantasma este parpadeo, justo despues una gran bola de fuego se expandio.
Una de las habilidades de Danny no solo era su sentido fantasma , escondia un lado oscuro, el de poder sentir la muerte cuando reclamaba almas, le habia pasado un par de veces cuando alguien moria ocasionalmente por la calle por donde pasaba, pero era peor en los hospitales y por eso los odiaba, sin embargo el frio que le invadio junto con la conocida sensacion de la muerte fue mucho mas helado de lo que jamas experimentaria, se quedo en quieto en su lugar, procesando... que ya no tenia a donde regresar
Pero los enemigos no esperan a que estes en las condiciones optimas para enfrentarte, menos si te consideran algo inhumano y peligroso, asi que cuando un gancho de ectotecnologia atravezo su tobillo para jalarlo hacia abajo, Danny no lo sintio, o al menos el dolor no era peor que el que sentia en su corazon.
Chapter 2: Aire Toxico
Summary:
Resumen: los recientes acontecimientos de extraña energía eléctrica suben y bajan cuando Batman decide investigar, encuentra un rastro de aire tóxico al cual su computadora reconoce como “agua de Lázaro”
Notes:
Capítulo corto, pero prefiero que sea asi a dejar pasar otro día mas sin publicar.
Chapter Text
Capítulo 2
Ciudad Gótica
Las patrullas nocturnas podían ser muy tranquilas si solo de un par de criminales de poca monta se trataba, ya llevaban asi algunas noches y mientras los mas pequeños se quejaban de aburrimiento Jason y Dick disfrutaban de un poco paz.
-y si nos infiltramos en el club del pingüino? - dijo Robin
-que?!- replicó Red Hood - estas loco?! No hay manera
-mira, si entramos por la escotilla de la alcantarilla…
-no!
-espera espera , tiene razón!, por que no?, es lo mas interesante que haríamos en semanas! - esta vez era Red Robin quien apoyaba el entusiasmo del mas pequeño
-humm! De pronto ya no me desagradas tanto
-huy si! Muy rudo mocoso
-solo tengo 5 años menos que tu!!- grito robin
-tranquilo la diferencia mental es mas preocupante AHH !
De pronto el hermano mas pequeño se habia abalanzado sobre el adolescente en una lucha donde rodaban por el techo
Red Hood: agh!!! Al menos traten de no usar armas!!
Para estar en una noche de patrullaje sus hermanos ya habían peleado bastante sin ser interrumpidos, normalmente era Nightwing o Batman los que intervenían pero Red Hood se dio cuenta que todo estaba demasiado tranquilo , al voltear su hermano mayor miraba por encima de los edificios con expresión confusa y severa, se dio cuenta de que el chico del casco lo miraba y solo pudo señalar hacia arriba, Batman parecía absorto en que miraba a través de la pantalla de su batphone , una antena adicional sobresalía por encima del aparato emitiendo una luz roja parpadeante que empezó a brillar con más intensidad un segundo despues.
Después de tantos años conviviendo juntos no importa lo callado que el patriarca de la familia estuviera, o si llevaba puesta su mascara, el resto del equipo podía leer cuando algo lo molestaba y cuando el aparato en sus manos pareció agravar su alarma tambien lo fue la expresión del murciélago , abajo… Nightwing y Red Hood no pudieron evitar soltar un respingo de sorpresa cuando el hombre salto hacia ellos, para este punto hasta los 2 mas jovenes sintieron la presión en el cambio del ambiente y se detuvieron. Todos rodearon al adulto mirando el aparato brillar en sus manos, cuando Red Hood lo hizo no pudo evitar sentir un poco de emociones negativas elevarse por el centro de su pecho.
“Ira de Lázaro?!, no… llevaba días sin ataques y no los sufría a menos que estuviera bajo estrés severo, la noche había sido tranquila!, que pasa?!”
Batman: estas bien RH?
El mencionado había retrocedido un poco poniendo la palma de su mano en medio de su pecho, donde había sentido el ardor burbujear. No podía mentir tan evidentemente asi que mejor cambio la pregunta
Red Hood: que es eso?
Batman: hace unos días industrias Wayne habia sufrido un descenso considerable de circulación de energía , fue solo durante unos segundos pero me pareció demasiado extraño considerando el sistema de regulación de la empresa , asi que nos he estado movilizando en estas patrullas para escanear mejor la energía de campo y creo que encontramos el distrito de donde vino el problema.
N: eso no explica la luz de advertencia del batphone, se activa solo en caso de peligro tóxico
Batman: no es solo energía eléctrica la que parece estar liberándose por la ciudad, hay otra que la esta alterando
RR: y que es ?
Red Hood toma de la muñeca del murciélago y gira la pantalla para leer
AGUA DE LÁZARO
En grandes cantidades y estaba afectando su centro por la cantidad liberada en el aire, RH se enfado inmediatamente.
RH: por que no nos dijiste nada de esto?
B: no sabia de que tipo era la otra energía, hasta hace 20 segundos
Era razonable, pero aun asi la química alterada dentro de su cuerpo no pudo evitar que se enfadara, culpaba a los residuos del agua de Lázaro
R: están haciendo experimentación con pozos de resurrección? Creí que solo la liga de asesinos poseía algo asi
B: la radiación de los pozos era mucho mas alta que la que estoy detectando ahora mismo, nos tomo varios días en encontrar un punto localizado , pero sea cual sea la fuente uso ese tiempo para contaminar este distrito.
Durante la explicación del murciélago Nightwing no pudo evitar mirar ocasionalmente hacia Red Hood, aunque llevara un casco los años le habían dado la habilidad de leer sus expresiones sin importar lo que cubriera su cara y sin duda se estaba poniendo mas tenso. Jason jamás pudo aceptar lo que era una vez regreso de la muerte, lo tachaba como una lacra en su existencia, algo que cambio al hombre que veía en el espejo para jamás reconocerlo otra vez, habían pasado apenas un par de años y el hecho de que podrían hacerle eso a alguien mas lo enfermaba, Bruce fue paciente con el, al menos logro cambiar su objetivo mental, Jason Todd deseaba morir, tan pronto como se dio cuenta de lo que era deseaba quitarse la vida, pero su padre no lo dejaría , le tomo 8 meses de entrenamiento exhaustivo , llevando al limite su capacidad física , Alfred podía jurar que la baticueva habia crecido por la cantidad de derrumbos y golpes grabados en las paredes , pero todo era parte del plan, pues antes, durante e incluso al terminar el entrenamiento Bruce soltaba cualquier cantidad de armas verbales, a Jason le costo lagrimas y mucha ira responder a todas y cada una de ellas, pero estaban envueltas en amor y una profunda angustia por devolverle a su hijo las ganas de vivir, ahora era bastante evidente para el resto de la familia pero antes de esas sesiones les costaba mucho ver cuanto Bruce Wayne amaba a sus hijos, el entrenamiento termino cuando Todd vio finalmente todo lo que tenia, lo que le quedaba y era suficiente, suficiente para intentarlo otra vez, habia jurado dedicar su vida a evitar que alguien mas pasara por eso , y por eso lo enfurecía.
N: donde esta la fuente?
B: debajo de este distrito… pero no estoy seguro en donde
Regresaron a la baticueva para descargar los últimos datos de su patrullaje a la computadora, con un par de códigos de aproximación el mapa de la ciudad y el distrito sur señalaron un edificio parcialmente deshabitado, tenia 14 pisos, delgado y torcido con ventanas rotas , solo una tienda estaba en funcionamiento en el primer piso.
“Caza fantasmas”
Tim hizo una búsqueda en Google , era una tienda para fanáticos de las historias de terror y las teorías conspirativas , tenían productos de plástico sobre armas contra fantasmas, redes, detectores FMB, sal y agua purificada , todo lo “necesario” para capturar o realizar un exorcismo de fantasmas, era una tienda común, y cuando Bruce ingreso al sistema de seguridad las cámaras revelaban una circulación constante de niños pequeños o grandes ñoños obsesionados con las piezas mas caras y camisetas anti fantasmas, lo sospechoso vino cuando un par de clientes ingresaron a la tienda carentes del aspecto común de los otros compradores, la cajera, una adolescente de unos 16 años sonreía mucho cuando recibía potenciales clientes , sus aparatos bucales destacaban mucho por la forma exagerada que gesticulaba una sonrisa , aunque sus ojos parecían cansados, claramente desesperada por vender mas producto , pero cuando estos hombres de traje blanco (eso tambien era poco común) se acercaron susurrando algo la expresión de la chica cambio, inmediatamente abrió la puerta del mostrador y dejo que los hombres pasaran al cuarto detras de la tienda, según los planos que Dick ya estaba descargando, detras de la tienda solo habia una bodega para los propios productos “caza fantasmas”, era apretado y deducían que apenas entraba unos cuantos estantes y cajas, ademas de una repisa con una televisión y el propio sistema de seguridad, como sea el sitio era muy estrecho para que una persona se moviera cómodamente, pero estos hombres de aspecto alto y musculoso entraron sin problema , eso ocurrió hace 4 días y según el sistema de reconocimiento facial de la computadora no habían salido aun.
Idear un plan antes de proceder con calma y pasos calculados era normalmente el “modus operandi” del escuadrón murciélago , pero con un Jason molesto y la revelación del posible acceso de la fuente de energía de Lázaro Red Hood no tardo mucho en regresar sobre sus pasos para abrirse camino por el edificio , Bruce protesto y claramente fue ignorado , Robin fue el siguiente en ir tras Red Hood, estos 2 eran los peores en llevarse y antes de que Dick pidiera una explicación Damián le cerro la boca
R: no es por nada padre pero ya estoy oliendo un plan con una fantástica infiltración conmigo y Drake de niños estúpidos comprando productos “Caza fantasmas” y no gracias!!! Prefiero saltarme esa parte
El siguiente fue Red Robin, quien tras terminar la tercera taza de café de la noche arrojo el vaso de espuma con una precisión exacta al cesto de basura al fondo de la habitación
RR: despues de todo no estoy cansado y me niego a pasar otra noche aburrida de patrullaje
El ultimo fue Nightwing
B: tu tambien?!
N: normalmente te apoyaría Bruce … pero son 3 y alguien tiene que ver que no se metan en problemas
Ante eso Bruce solo pudo resoplar ligeramente divertido antes de seguir al mayor tras los demás.
Chapter 3: Instalaciones Secretas
Summary:
Los murcielagos entran al extraño sotano del "caza fantasmas" y no tardaran en encontrar al prisionero que resguardan
Notes:
(See the end of the chapter for notes.)
Chapter Text
Ingresar no era difícil si consideraban un plan de bajo perfil, pero la paciencia limitada de Jason no permitía que esto ocurriera. Mientras la familia se dirigía al edificio, Batman encontraba cada vez menos sentido en seguir los protocolos. Durante el viaje, no dejó de leer los reportes de la computadora sobre la actividad de la tienda. En realidad, tenían suerte si alguien los visitaba una vez al mes, y más suerte aún si alguien compraba algo. Era demasiado extraño; el negocio debió haber quebrado hace mucho tiempo.
Las cosas empeoraron al acercarse al distrito alterado. Quizá el movimiento progresivo de las últimas semanas había sido difícil de detectar, pero ahora que Jason era más consciente, pudo sentir la energía burbujeante, como un charco alterado por la caída de una hoja en otoño: pequeño y frágil, pero ahí estaba, acechando, listo para estallar.
Jason no había recuperado muchos de sus recuerdos desde su resurrección, pero recordaba con nitidez el color verde brillante y el burbujeo de los pozos de Lázaro tocando cada parte de su cuerpo, enviando una sensación helada y desagradable hasta el centro de su alma.
Sucio.
Recordaba que esa sensación fue lo que lo llevó a querer quitarse la vida. Sacudió su cabeza, tratando de disipar la idea; no dejaría que el largo entrenamiento de Batman se fuera al drenaje. Debía mantenerse firme, especialmente si había la posibilidad de otra víctima en la experimentación.
Pronto sintió el peso de una mano en su hombro, apretando con reconfortante firmeza, y no tardó en reconocerla como la de Nightwing. Jason nunca lo admitiría, pero al ser el único con algo de inteligencia emocional en la familia, era a quien más agradecía para no decaer. Se sentía apoyado, pero no lo diría. Así que, en un gesto, se sacudió su “apoyo”, tratando de reprimir una mueca divertida.
Finalmente llegaron al edificio, un sitio que Batman confirmó carecía de registros legales o planos oficiales en las cuentas de infraestructura de la ciudad. Esto ya había sido visto antes, con el club del Pingüino y otras guaridas de villanos de la ciudad. Sumado al hecho de que las demás construcciones a su alrededor parecían desoladas, demasiado indiferentes. Por eso, cuando estalló una alarma de seguridad en la tienda “Caza Fantasmas”, nadie se acercó, ni siquiera la policía envió notificaciones.
El sistema no estaba arraigado a nada en Gótica.
Era demasiado arriesgado entrar sin más, pero cuando Jason sintió un escalofrío por un incremento absurdo pero fugaz de las aguas de Lázaro, no pudo evitar caer de rodillas.
El mismo Batphone estalló en advertencia debido a la momentánea subida de energía.
RR: ¿Estás bien, Red Hood?
Y con Nightwing del otro lado, se incorporó y corrió hacia el edificio antes de siquiera dar explicaciones.
Las protestas de los otros murciélagos no surtieron efecto.
Dentro, no tardaron en encontrar las escaleras hacia una supuesta bodega en un sótano que se igualaba en tecnología a la Batcueva. Sin embargo, el olor a humo y el desorden que se filtraba en cada esquina de los túneles gritaba PELIGRO por donde sea que pisaran. No sabían lo que sucedía allí abajo, pero parecía ser lo suficientemente secreto como para que los primeros hombres armados que encontraron quisieran hacer de todo para detenerlos, incluso bajo el riesgo de morir quemados o aplastados en una estructura que parecía debilitarse a cada segundo.
No tardaría en colapsar sobre ellos.
Nightwing y Red Robin trataron de convencerlos de irse, pero Red Hood y Robin sabían que si el edificio colapsaba, podría enterrar las respuestas, para siempre.
Batman… bueno, esto era una investigación por un declive de industrias Wayne, no justificaba arriesgar la vida de sus pupilos. Sin embargo, la intuición no es algo que le haya fallado antes y arriesgar la vida de alguien… se podría decir que era una acción diaria.
Pero el tiempo decidió por ellos cuando el primero de los tres derrumbes que sufrirían esa noche selló la salida y los separó a todos.
Red Hood, Robin y Nightwing terminaron solos, mientras Batman y Red Robin tuvieron la fortuna de seguir juntos. Desde ahí no hubo marcha atrás y, tras las indicaciones de seguir adelante, se separaron muy lejos los unos de los otros.
A diferencia de los otros, Jason tuvo que seguir por detrás de paredes derrumbadas, lo que inevitablemente lo llevó al epicentro del desastre. Terminó en un pasillo largo y desordenado donde, pese al movimiento, dos hombres con cascos y vestidos de blanco hacían guardia a lo que sea que estuviera al final.
Sacaron sus armas sin vacilación y atacaron a Red Hood sin siquiera hablar, lo cual estaba bien por él. Nightwing solía ser el de las negociaciones, y el hecho de que estuvieran tan a la defensiva en medio de un incendio que amenazaba con matarlos a todos despertaba aún más las alarmas en la cabeza de Jason. De todos modos, no tardó en dejarlos fuera de combate y, en lugar de ir hacia la salida, por supuesto que investigaría lo que resguardaban.
Había una extraña sensación en el aire, una que de alguna manera hormigueaba pero a la vez calmaba el arrebato de ira que había sentido al entrar en el distrito. Con esa sensación, palmeó su pecho.
Al final del pasillo descubrió una especie de celda, una donde la cuarta pared, la de entrada, usaba un complejo sistema de láser para materializar y deshacer algo parecido al vidrio templado, pero mucho más resistente. Dentro no había camas ni orinales, pero sí una cadena de brillo verdoso, extrañamente familiar, que mantenía atado al suelo a un pequeño bulto que parecía temblar en posición fetal.
El niño, probablemente más pequeño que Damian, parecía consciente pero no se había enterado de que sus guardias no estaban, ni que Jason lo estaba observando a escasos centímetros de proximidad.
De alguna manera, Jason sabía que la energía que sintió estallar afuera pertenecía a este niño, que más que niño, se asemejaba a una pobre criatura temblorosa.
Red Hood: Oye… niño, ¿me escuchas?
Susurró, pero al no recibir respuesta se arriesgó a tocarlo con la punta de su dedo. Por un segundo, la proximidad se sintió más fría que nunca, pero no llegó a una conclusión, pues el pequeño bulto despertó por completo. Consciente de la cercanía de un extraño, el niño retrocedió arrastrándose tan rápido como pudo al lado contrario de Jason, detenido solo por las cadenas que chirriaron cuando se estiraron hasta el final.
Niño: ¡Lo siento, lo siento! ¡Po.. por favor, ya basta… ya basta!
Y se cubrió la cara con ambas manos.
Notes:
Por favor si tardo mucho en actualizar mandenme al carajo.
Chapter 4: Mestizo
Summary:
Red Hood lidia con un ataque de lazaro frente a un niño que lo necesita
Notes:
Vamos con la inspiración a tope, vamooooooooos
Chapter Text
Jason no tenía tacto cuando se trataba de rehenes, víctimas o niños; ese solía ser el trabajo de Dick. Bruce lo sabía mejor que nadie, de lo contrario, no lo habría entrenado de la manera en que lo hizo para superar sus traumas. Normalmente, Jason compensaba esa carencia entrenando y volviéndose hábil con las armas y el más fuerte de los hermanos murciélago. Sin embargo, en ese momento, la impotencia que sentía no se comparaba con nada que la ira de Lázaro hubiera causado antes, y aun así se veía presionado a controlarse.
Delante de él yacía un niño asustado, demasiado pequeño y delgado, sollozando con una voz ronca y desgarrada. Parecía la de un adolescente en desarrollo, pero eso no era posible dada su contextura. Aun así, su voz estaba distorsionada, seca, y le picaba la garganta a Jason de tan solo escucharla, como si el niño hubiera estado gritando durante horas.
Sacudió esos pensamientos de su cabeza. No era el momento. Con un gesto, se quitó la chaqueta marrón para cubrir el cuerpo tembloroso del niño. El pequeño se encogió sobre sí mismo y un ahogado "no" escapó de sus labios al sentirse acorralado. Sin embargo, la calidez repentina que lo envolvió lo tomó por sorpresa, y en un acto súbito dejó de llorar.
Jason divisó un solo ojo asomándose entre el cabello negro y los brazos que se abrazaban con fervor. Un color azul demasiado familiar, aunque no podía atar cabos en ese momento. No aún.
Alguien se acercaba corriendo. Era Nightwing. "Menos mal", pensó Jason. Después de todo, no sabía cómo seguir; no podía dejarlo ahí, pero ciertamente no colaboraría sin un poco de "tacto".
Red Hood hizo un ademán con la cabeza, y Dick no tardó en descubrir al niño que aún los miraba con cautela, acurrucado lo más lejos que podía de los dos justicieros. Red Hood revisó la cadena de brillo extraño y Nightwing trató de razonar.
—Hola chico... ¿sabes quiénes somos?
Impasible, el niño no se movió; seguía mirándolos con ese ojo atento, frío, familiar, con demasiada tensión, aunque mayor era la fuerza con la que se aferraba a la chaqueta de Jason.
—¿Tienes un nombre?
Nada.
—Queremos ayudarte, así que si nos dejas, te sacaremos de aquí. ¿Cómo suena eso?
Lo que fuera que Red Hood estuviera haciendo para liberar al chico funcionó. Un click fuerte y claro resonó en las paredes de la prisión subterránea, de seguro llamando la atención del resto del equipo, o de más hombres de blanco. Como fuera, el tiempo se les agotaba. En cuanto sintió la tensión de la cadena suavizarse, el niño trató de pararse, quizá para huir; sin embargo, la fuerza en sus piernas había abandonado su cuerpo desde hacía algún tiempo. Eso lo dedujeron los murciélagos por la manera en que se tambaleó. Aun así, tenía suficiente energía para arrastrarse hasta quedar con la espalda apoyada en las paredes de la prisión. Fue ahí cuando se dieron cuenta.
Había un rastro de sangre. Estaba herido. La vista preocupó a Dick, quien se giró a mirar a Jason. La sangre era roja, pero también brillaba con un verde tóxico bastante conocido. Red Hood quedó paralizado mirando la fuente de sus angustias. Después de todo, era a quien había sentido afuera.
Quizá ya era demasiado tarde, quizá el niño ya había muerto y terminó como ahora.
Demasiado tarde.
Nightwing se puso de pie con una mano protegiendo al niño detrás mientras enfrentaba a Red Hood. Jason se molestó por la reacción del murciélago mayor, pero sabía que tenía razón. No era la primera vez que enloquecía y no podía culpar a Nightwing por querer ser cauteloso. Sin embargo, la serenidad antes de su tormenta no se debía a un ataque de rabia donde terminaría tratando de matar al niño. Extrañamente, se sentía abatido, con un profundo deseo de protegerlo. Aun así, no podía evitar sentir cómo la ira de Lázaro burbujeaba centellante desde que descubrieron el rastro de sangre.
"Oh, es verdad… está herido".
Red Hood miró al niño detrás del justiciero de azul y supo que él también sentía a Lázaro, pues su posición acurrucada había dejado dos brazos desafiantes delante. Aun ocultaba la mayor parte de su rostro, pero ambos ojos azules brillaban. El niño estaba aterrado, débil y herido, y aun así, tras sentir la "maldición" de Jason, había optado por tratar de parecer agresivo.
Una vez más, Red Hood se provocaba asco por lo que era. Un pensamiento que volvía de vez en cuando pese al entrenamiento de Batman.
Sin embargo, y una vez más, para coronar esa extraña noche de acontecimientos poco comunes, la ira de Lázaro se vio rápidamente desplazada cuando el lenguaje corporal del niño indicaba dolor, profundo dolor, angustia y aun así, determinación de seguir con vida.
Y el sentimiento de protección se transformó en compasión.
Sin planearlo, relajó los hombros y su figura imponente dejó de representar una amenaza. Nightwing sonrió para sí; de seguro lo felicitaría después de la manera más cursi y ruidosa posible.
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Confundido, Dany sintió cómo la visión de los dos enmascarados se tornaba borrosa y distante, al igual que sus voces. Se suponía que debía tratar de dormir todo el tiempo posible para incentivar su rápida curación, pero había demasiado, demasiado que sanar. Además, el movimiento provocó que las heridas bajo su delgada bata de quirófano se reabrieran. Finalmente, perdió la fuerza y, aunque quisiera, se dejó atrapar en los brazos del hombre de azul.
Dany había sentido algo extraño en el de rojo, sin lugar a dudas. Le recordaba demasiado a la energía fantasmal contaminada en el laboratorio de Vlad. Ahora mismo no podía lidiar con eso; sin embargo, en cuanto fue cargado por el otro, no pudo evitar sentir amabilidad y luz. Los fantasmas son entidades que se cargan de emociones, así que no le costó entender la naturaleza de este extraño hombre de traje oscuro pero corazón bondadoso. Muy a su pesar, debido al dolor y la experiencia, se dejó caer inconsciente.
Chapter 5
Summary:
Damian reconoce el rostro del niño que sus hermanos acababan de rescatar.
Chapter Text
¡Peligro, peligro, peligro! Tenía que encontrar un lugar seguro. Seguridad... ¿A dónde podría ir? La casa ya no existía, la familia tampoco. Aunque si lo pensaba con detenimiento, nunca estuvo completamente seguro en ningún lugar. En Amity, la ciudad estaba siempre llena de fantasmas y otras entidades que querían cazarlo. En casa, el miedo a sus padres no lo dejaba dormir tranquilo, ni siquiera en su propia habitación.
Imágenes de una vida pasada se proyectaron detrás de sus ojos, como un recuerdo antiguo lleno de angustia y dolor. Un dolor intenso, como aquel que sintió cuando creyó que sus padres lo venderían a los GIW. El dolor se expandía por sus huesos, desde el pecho hasta la punta de los dedos, lo paralizaba y le absorbía la energía. La traición es un sentimiento extraño; lógicamente quieres atacar, pero el cariño que aún sientes por aquellos que te clavaron el puñal por la espalda no te deja levantar la mano. Miedo, nuevamente el miedo; traición, miedo, traición... un par de ojos verdes. Danny sintió cómo lo movían en el regazo de alguien que salía del auto que los transportaba. El frío se mezclaba con el calor dentro de la cabina, lo que lo hacía estremecer.
—¿Por qué no lo dejamos en el hospital? —preguntó una voz.
—Es un meta, Robin —respondió otra.
—Creí que ahora estaban capacitados para eso.
Esa voz... llena de fastidio e ira. La conocía demasiado bien, pero ¿de dónde?
—Jason se opuso.
—¿Y ahora le haremos caso?
Había un rechazo palpable en esa voz que lo hacía temblar. No lo querían allí, no necesitaba que se lo recordaran. ¡No más! Danny luchó por liberarse; estaba débil, pero la sorpresa lo ayudó a alcanzar su objetivo y pronto cayó de los brazos del justiciero de azul.
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El niño cayó de sus brazos, demasiado repentino para reaccionar a tiempo, incluso para él mismo, que no pudo poner las manos para evitar golpearse la cabeza. Aún no habían llegado a la zona de la plataforma, por lo que el suelo rocoso de la cueva lo golpeó con toda su fuerza en el torso y el costado derecho.
—¡Ah! —gimió el niño.
Intentó apartarse y correr, pero sus piernas seguían demasiado débiles y arrastrarse le provocaba un dolor agudo en las heridas ocultas a los murciélagos. Sin embargo, el olor a hierro era un indicativo claro. Jason, por otro lado, era consciente de cómo esa sangre verde también parecía filtrarse de nuevo.
—¡Oye, oye! —dijo Nightwing—. Tranquilo, amigo, no vamos a hacerte daño.
El niño estaba lleno de pánico. Sus ojos volaban de un lado a otro, tratando de identificar la fuente de la voz que había escuchado antes. Entonces Robin se quedó paralizado, con una expresión ilegible, llena de incredulidad, que pronto fue reemplazada por una mueca de ira.
—¡Malditos! —exclamó mientras sacaba uno de sus cuchillos favoritos del cinturón. Apenas había dado dos pasos cuando Red Robin lo atrapó del brazo, ganándose una mirada furiosa de su hermano menor.
—¡Es un clon! ¿No lo ven? Seguro que mi madre lo envió para llevarme de vuelta.
Ra's al Ghul había muerto, pero no toda la Liga. Talia había dejado a Damian al cuidado de su padre, pero con la reconstrucción del grupo y su nueva líder, más de una vez le había pedido que regresara con ella. Su hijo se negó; no importaba la crianza que tuvo, vivir con Bruce había revelado su verdadera naturaleza bondadosa, oculta por años de sufrimiento, entrenamiento duro y una mano firme. No es que su padre fuera menos estricto, pero le dio dos cosas que jamás se le permitió sentir plenamente cuando vivía con la Liga: paz y cariño. Desvincularse de la Liga creó una brecha; si no regresaba voluntariamente, entonces crearían un clon del heredero perfecto. Demasiada responsabilidad para un niño de ocho años. Ahora tenía catorce, resentido por los ataques anteriores y por la mera idea de que podría ser reemplazado. Venció una y otra vez a esos clones defectuosos, y su distanciamiento de la madre que nunca lo defendió de un abuelo abusivo también se incrementó. Recordar aquellas épocas reavivó una ira, resentimiento y desprecio que a menudo se convertía en su principal fuerza. Otra ayuda por parte de Batman fue aprender a canalizar lo negativo.
Ahí estaba, otro maldito clon, otro intento de reemplazarlo, otro intento de "selección divina". Los demás aún no lo habían asimilado. El niño estaba delgado, demacrado y pálido, pero ahora que el más pequeño de los murciélagos lo había señalado, se dieron cuenta del parecido. Sin embargo, había algo que no cuadraba.
—¡Espera! Sus ojos son azules, no puede ser un clon —dijo Jason.
Robin respondió casi susurrando, mientras el agarre de Tim se aflojaba.
—Nunca dije que fuera un clon mío...
Se lanzó al ataque, pero Jason, furioso, se metió en medio. Forcejearon, intercambiando golpes y patadas. La paciencia de Batman se estaba agotando.
—¡Es suficiente! —su voz resonó en la cueva, dejando a todos en completo silencio, hasta que la voz baja y temblorosa del niño se escuchó.
—Yo... yo no quiero problemas... solo... déjenme ir...
La compasión no era algo que Damian pudiera sentir en ese momento. El recuerdo de un hermano muerto parecía tan real ante ese triste intento artificial que tenía frente a él. Lo peor fue la manera en que el niño usó sus palabras, las mismas que Danyal había utilizado cuando los obligaron a enfrentarse, cuando su madre le dijo que lo resucitarían con el agua de Lázaro, cuando el dolor de estar intentando matar a su hermano fue tan grande que quiso hacerlo tan rápido e indoloro como pudo. Pero Danyal no era así, era más compasivo, más dulce. La pelea apenas había comenzado cuando tiró sus armas y usó esas mismas palabras mientras se protegía con las palmas de las manos, siempre ocultando su rostro. En ese entonces, Damian había manipulado la lanza para dejar un corte en esas mismas manos, por reflejo Danyal las retiró por el dolor y justo después su hermano lo había empalado.
El cuchillo de Damian cayó al suelo, incrédulo, viendo esa herida hecha cicatriz.
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Danny parecía tener los mismos recuerdos, regresando a él gracias a la presencia de ese Robin, junto con el dolor de ser traicionado. Alguna vez lo quiso, de eso estaba seguro, y con ese mismo cariño lo había asesinado. Cómo estaba vivo después y terminó con los Fenton no estaba claro. Pero sí recordaba cómo murió otra vez para convertirse en Phantom y, tal vez, una tercera con el GIW.
Damian se acercó, y por instinto Danny retrocedió. Era el más pequeño de las imponentes figuras que se levantaban en la cueva y, aun así, le tenía terror. Muy familiar, muy doloroso. Danny comprendió por qué siempre tuvo problemas de confianza, por qué nunca le dijo nada a sus padres sobre Phantom, por qué después de tantos años solo había hecho dos amigos. Todo comenzó con él, con ese enmascarado de colores brillantes que lo veía como si realmente estuviera en su forma fantasma. Entonces Robin se quitó la máscara y el verde de sus ojos pareció brillar, no tanto como si fuera una ectoentidad ni tan claros como los tenía Phantom, pero sí del tono perfecto que siempre se pintaba en sus pesadillas.
Danny comenzó a balbucear, preso del pánico, disculpándose, haciendo intentos inútiles por levantarse y huir. No sabía qué hizo en el pasado para que esos ojos lo empalaran, pero no quería quedarse a averiguarlo ni vivirlo por segunda vez.
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—¡Lo siento, lo siento! ¡Por favor, perdóname! ¡Pero no me hagas daño! —suplicó el niño.
Las palabras de Danyal golpearon diferente, más directas, más dolorosas. Él debería disculparse, ¡él debería lamentarlo! Que su hermano pequeño fuera nuevamente quien diera el primer paso lo frustraba y también le dolía. Tenía un orgullo muy grande, siempre lo había tenido, pero jamás en su vida había deseado tanto suplicar por perdón como ahora, cuando el cuerpo inerte de su hermano cayó en sus brazos tras esa pelea. El hermano pequeño que siempre juró proteger, asesinado por sus propias manos. Desde entonces, la culpa lo había hecho rehuir del cariño que incluso sus hermanos adoptivos le ofrecían. Con el tiempo, y gracias a Dick, había aceptado un poco de ese calor, pero siempre pensando que no lo merecía. Ahora podía redimirse, podía...
Su hermano lo veía con los mismos ojos de antes de su muerte: aterrados, traicionados. Danyal no lo quería allí.
—Niño... estás hiperventilando, por favor... déjanos ayudarte, estás sangrando demasiado —dijo Dick, con suavidad.
Había un nuevo charco de fluidos rojos y verdes debajo del cuerpo de Danyal. Tenían que ayudarlo, y él no podía hacerlo. Resignado y aún en shock, Damian empezó a retroceder lentamente, obligándose a confiar en la inteligencia emocional de su hermano mayor para calmar esos ojos azules que no podía seguir mirando. Pareció surtir efecto, porque cuando volvió la vista a Dick, este parecía estar arrodillado, tratando de levantarlo nuevamente. Alfred apareció poco después, anunciando algo sobre la enfermería preparada y luego reportando sobre los documentos confiscados de esas extrañas instalaciones de GIW.
—Damian —lo llamó Batman. Su voz era severa y profunda. Estaba preocupado, sí, pero también muy, muy enojado.
Chapter 6
Summary:
Damian no sabe como reaccionar y huye, Batman descubre que tiene otro hijo y Danny, Danny solo quiere dejar de sentir miedo.
Notes:
(See the end of the chapter for notes.)
Chapter Text
Ser un justiciero abría las puertas para ser testigo de toda clase de atrocidades, desde ejecuciones en masa hasta presenciar la muerte de personas tan cerca y tan intimidante como la realidad de que tenían un corazón latente hace solo dos minutos. Incluso el de presenciar la muerte misma, regresando con toda clase de traumas y heridas internas. Pero lo que presenciaron esa noche los murciélagos sería solo un fragmento de las atrocidades a las que se enterarían después, de tal magnitud que Batman tendría que contactar a la Liga de la Justicia. Pero centrémonos en lo que pasó luego del intento de asesinato de Robin.
Jason fue el que activamente se interpuso mientras Dick actuaba como un segundo escudo en caso de ser necesario. Algo de la ira de Lázaro había burbujeado en su pecho y amenazaba terriblemente con corresponder de forma violenta contra su hermano más pequeño, pero si había aprendido algo era que no podía juzgar inmediatamente a nadie y menos dejarse influenciar por esos sentimientos tan irracionales. Agradeció que Damian se detuviera antes de llegar más lejos.
Dick, por su lado, por fin pudo presenciar a profundidad esa expresión de tristeza y arrepentimiento que siempre había visto en Damian en sus horas más privadas. Aunque en ese entonces solo eran atisbos de algo que no terminaba de asentarse o que no tenía la confianza suficiente para abrirse. Una parte de él se alegró, sentía que finalmente había desenterrado esa piedra que necesitaba sanar, pero por otro lado tenía el terrible presentimiento de que el niño estaba más involucrado con su familia de lo que creía.
Nadie en la familia tenía una verdadera estabilidad emocional, de hecho Dick era el que mejor la poseía. Su trabajo, además del pájaro azul dentro de la familia, correspondía al corazón. Por años, al mismo Batman le pareció algo ridículo si intervenía con las metas, pero pronto comprendió cómo una correcta psicología ayudaba a prevenir las peores reacciones de los enemigos impredecibles. Y desde que ocurrió el accidente con Jason, Grayson se volvió un encuentro constante para tratar de mantener la calma.
El niño que habían rescatado era el que necesitaba su ayuda. Muy a pesar del sangrado, no llegarían a nada si no se calmaba. Con cautela, trató de razonar nuevamente.
—Hola amigo, escucha, lamento todo eso pero estás sangrando y necesitas ayuda —dijo Dick.
El niño trataba de concentrarse en la voz calmada de Dick, fingida tal vez, pero terriblemente honesta. A pesar de su miedo, presentaba ojos vivaces y muy perceptivos. Grayson lo anotó para después, "perspicaz", eso no era bueno. Descartada la idea de un ciudadano promedio que terminó en malas manos, sea cual sea el momento que su lado meta se hubiera presentado, este chico ya tenía algún tiempo lidiando con gente que quería lastimarlo. Similar a Damian, y eso le encogió el corazón.
Trató de acercarse cuando notó que se fijaba en Damian, quien retrocedía lentamente una vez roto el contacto con el herido.
—Está bien, chico... Disculpa a mi hermano pequeño, suele ser un poco explosivo —dijo Dick.
El niño se estremeció, como si de un mal recuerdo se tratara.
—Mira, te llevaremos a donde podamos curarte y...
—¡NO! ¡SIN DOCTORES! ¡NO QUIERO HOSPITALES! —exclamó el niño.
El súbito pánico hizo retroceder a Dick tres, sino diez pasos, en sus intentos por que cooperara. Con las manos en alto, lo intentó de nuevo.
—¡Hey, hey, hey! No, no, nada de hospitales, prometido. ¡Ni doctores! ¿Ves a ese amable señor? —señaló a Alfred—. Se llama Alfred, no es médico, pero ha pasado mucho tiempo cuidándonos y es todo un experto en cuanto a heridas. Él será el único que te atienda, lo prometo.
De nuevo, el niño comenzaba a hiperventilar. Si trataba de decir algo, no eran palabras ni oraciones completas. Dick era paciente y habría intentado todo para calmarlo, pero las heridas y la constante pérdida de sangre imponían un límite de tiempo. Apenas estaba pensando en cómo continuar cuando sintió la presencia de su hermano acercándose.
**Jason:** —Está bien, es suficiente. A menos que quieras morir desangrado aquí, haciéndonos esperar, o fuera si te dejáramos ir, cooperarías con nosotros, ¿entiendes?
No había malicia en su voz, aunque sí una irritación palpable, al borde de su propio límite. El niño asintió vacilante antes de comenzar a sentir náuseas y aturdimiento.
**Dick:** —Voy a levantarte ahora. No te sobreesfuerces.
Los movimientos de Dick eran lentos y predecibles, aun cuando su conciencia parecía vacilar. El niño tampoco extendió sus brazos para facilitarle el trabajo; resignado, se apretó sobre sí mismo, tenso y desconfiado, pero consciente de que no había mucho más que hacer. Su corazón se apretó aún más en dolor al verlo completamente dócil y pasivo, seguro de que lo herirían, y buscando la mejor manera de sobrevivir.
La enfermería de la Baticueva estaba tan reluciente y aséptica como Alfred siempre la preparaba después de cada patrulla. El niño se estremeció en los brazos de Dick y recordó el aspecto de las instalaciones subterráneas donde lo habían encontrado. Seguramente no era un ambiente agradable, pero no tenían otra opción.
**Pensamientos de Danny:**
La cama era suave y cálida, a pesar del olor aséptico. No lo abrirían, no otra vez.
Su cabeza daba vueltas; estaba demasiado cansado para huir o siquiera protestar, pero tampoco para desmayarse. Un montón de desconocidos y unos ojos que recordaban sus pesadillas eran demasiado, demasiado para calmar la adrenalina.
Uno a uno, todos los murciélagos entraron en la enfermería. Al menos era lo suficientemente grande para no causarle claustrofobia, y todos, excepto el mayordomo, se arrinconaron lo más lejos posible de la cama, al menos parecía darle espacio.
**Red Robin:** —¿Qué descubriste en los archivos de la base subterránea, Alfred?
**Alfred:** —Unos cuantos videos desastrosos, Maestro Tim. Me parece importante que los revisen, pero creo que la carpeta de archivos confiscados es más relevante.
Un sonido de confusión se escuchó al unísono, y Batman se aproximó a Alfred, quien le tendía una carpeta de cartón, muy común y anticuada en comparación con toda la tecnología que había visto antes.
Espera… ¡Esos documentos son los que le habían dado sus padres!
Danny intentó incorporarse. Ni siquiera él había tenido tiempo de leerlos, pero seguro decían algo relacionado con su “condición”. Rogaba que no fueran las advertencias de “amenaza ectoplasmática”. Sin embargo, su cuerpo no respondía; el dolor era demasiado. Abandonó toda esperanza cuando ese otro murciélago, Red Hood al parecer, presionó su pecho de regreso hacia abajo.
**Red Hood:** —Tranquilo, niño. Nadie te lastimará.
Danny quería creerles, ¡de verdad que sí! Pero no podía. La frustración regresó cuando se dejó caer en la camilla sin fuerzas.
Pasaron unos segundos antes de que escuchara a los murciélagos dejar los documentos muy lentamente sobre una encimera. Debido al intercambio de miradas entre los demás, sabía que no era una buena señal. Debido a su lado fantasma, Danny era muy sensible a las emociones, y la tensión en la habitación era tan afilada que podía cortarse con un cuchillo.
Batman dio largas zancadas hasta Danny, quien no pudo evitar sobresaltarse. Se acabó… lo que sea que hubiera leído lo había sentenciado ahora. Sin energía para pelear o escapar, Danny cerró los ojos y levantó ambas manos frente a su rostro, un último reflejo de súplica. Pero el golpe final jamás llegó. Alguien tomó su mano y lo obligó a abrir los ojos. Batman estaba demasiado cerca, demasiado serio.
No lo vio venir cuando Batman tiró de su máscara, revelando el rostro de un hombre, no cualquiera, sino el de Bruce Wayne. El agarre en su mano se fortaleció, aunque sin dolor, algo cálido y reconfortante a pesar de la naturaleza normalmente fría de este hombre según Trucker. No era natural, pero aún así se sentía bien.
**Punto de vista de Batman:**
Alfred extendió los documentos, sereno a pesar de la gravedad de la situación. Lo que había ocurrido en ese laboratorio estaba lleno de atrocidades, por lo que priorizar una carpeta tan ordinaria era extraño.
La primera página venía acompañada de fotografías. Eran del niño en la mesa, un certificado de adopción con padres biológicos desconocidos. De hecho, muchos datos faltaban: su fecha de nacimiento, el lugar del orfanato y los jueces a cargo de firmar todo. Solo había un sello de “motivo extraordinario”.
Las siguientes páginas eran recortes de periódico:
“Niño hallado en el bosque, no existen registros ni aparentes padres que lo reclamen”
“El juicio se extiende otros 21 días”
“Resignación del cónsul: niño misterioso es adoptado por sus rescatistas”
Así que lo habían encontrado. El caso se cerraría ahí, pero la siguiente página estaba más actualizada.
“Búsqueda de origen por prueba de ADN”
**Informe de Prueba de ADN para Búsqueda de Parientes Biológicos**
**Nombre del Individuo:** Danny Fenton
**Fecha de Nacimiento:** [Censurado]
**Lugar de Nacimiento:** [Censurado]
**Resumen del Informe:**
Este informe detalla los resultados de la prueba de ADN realizada para la identificación de parientes biológicos vivos de Danny Fenton.
**Resultados de la Prueba de ADN:**
**Línea Materna:**
- **Ascendencia:** Se ha identificado una línea de ascendencia árabe.
- **Observaciones:** A pesar de la identificación de la ascendencia árabe, no se ha encontrado una coincidencia exacta que permita identificar a la madre biológica.
**Línea Paterna:**
- **Coincidencia:** Se ha encontrado una coincidencia del 99%.
- **Ubicación:** Estado de Nueva York, específicamente en Ciudad Gótica.
- **Padre Biológico:** Bruce Wayne
**Comentarios Adicionales:**
El análisis de ADN ha proporcionado resultados concluyentes respecto a la línea paterna, con una alta coincidencia que identifica a Bruce Wayne como el padre biológico de Danny Fenton. Sin embargo, la búsqueda de la madre biológica continúa debido a la falta de coincidencias exactas en la base de datos disponible.
**Certificado por:**
- **Nombre del Analista:** Doctora Maddie Fenton
- **Laboratorio de Análisis de ADN:** Laboratorio Fenton
- **Fecha del Informe:** [Censurado hace 4 semanas]
Batman sintió que dejaba de respirar; el agarre en el papel se había vuelto agresivo y el silencio en la habitación se intensificó con la detección de su estado por parte de sus hijos. Giró hacia el niño en la camilla, que lo miraba con esos ojos azules “sus ojos”, y el parecido con Damian, a pesar de su cuerpo demacrado, con la piel un poco más clara y las cejas menos fruncidas.
**Batman:** —¿Dónde está Damian?
Su voz profunda sonó como una advertencia.
**Tim:** —Volvió arriba poco después de la pelea con Jason.
Batman gruñó y con unos pocos pasos se puso al lado del niño en la cama, que se encogió. Tuvo que recordar calmarse. Este niño había pasado por demasiado. Observó sus manos cubriendo su rostro y, por un arrebato de remordimiento, tomó una de ellas. Frías, delgadas y demacradas; al menos no quería golpearlo. Le devolvió la vista a esos ojos azules, el reflejo de los suyos propios.
Un hijo… tenía otro hijo. Sabía que si sabía quién era o lo que representaba no era importante, había sufrido. Thalia no se lo había dicho y Damian, de seguro, tampoco. Era probable que fuera su mellizo; a pesar de la delgadez y las mejillas hundidas, parecía tener la misma edad. Solo había una forma de averiguarlo.
Se retiró la máscara, causando sorpresa entre los presentes. Había aprendido la importancia de mantener una identidad secreta, pero revelarse así era… demasiado. Sin embargo, no vio sorpresa más allá del hecho de que era Bruce Wayne, multimillonario de Ciudad Gótica.
Apretó su agarre queriendo ser compasivo, intentando transmitir seguridad, que dejara de verlo como una amenaza. Vestirse por años para infundir temor en sus enemigos lo había desprovisto de habilidades sociales para calmar a alguien. Ese era el trabajo de Dick, pero no ahora. Tenía que ser él. Pero, como si el niño fuera más receptivo de lo que creía, sintió un apretón correspondiente a su propio contacto. Desesperado, buscando seguridad, esos ojos azules lo miraban al borde de las lágrimas.
**Bruce:** —Está bien… yo te protegeré.
Y Danny… oh, Danny no sabía cuánto tiempo había estado esperando esas palabras sinceras, no solo por parte de Sam o Trucker, sino de alguien mayor, de alguien que le prometiera esa paz, de un padre que no quisiera destruirlo molécula a molécula.
Notes:
Como que me estoy picando con esta historia. Dos actualizaciones en 2 días?!
Chapter 7
Summary:
Danny cree que no vale para nada, Bruce se enfurece y confronta a Damián que prefiere hacer cualquier cosa menos hablar.
Notes:
(See the end of the chapter for notes.)
Chapter Text
Bruce dio la orden y, uno a uno, los murciélagos abandonaron la enfermería, alegando la importancia de curar al niño por encima de la curiosidad de por qué Batman se había quitado la máscara frente a un total desconocido.
Bruce: Richard...
Grayson se detuvo antes de salir junto a sus hermanos. Bruce le extendió la carpeta vieja.
Bruce: Estúdiala, y no hables con Damian sobre ella, pero mantén un ojo atento en él.
Con un asentimiento, el primer Robin salió. En la habitación, Alfred había preparado una pequeña mesa con toda clase de insumos. Parecían exagerados, pero no podían descuidarse, aún sin saber qué ocultaba el niño debajo de su bata de cirugía, bastante descuidada y sucia como para cumplir con un reglamento sanitario oficial.
Alfred: Muy bien, joven señorito, mi nombre es Alfred. ¿Puedo saber el suyo?
El niño tragó saliva y pasó su vista de Bruce al mayordomo un par de veces, debatiéndose entre decir la verdad o no. Abrió y cerró la boca, indeciso, hasta que finalmente optó por callarse.
Alfred: Está bien. Es solo para tener una forma de llamarlo. No haré nada que no consienta. Me temo que debo revisar sus heridas y controlar esa hemorragia.
El chico miró hacia sí mismo. Las sábanas suaves y cómodas estaban teñidas de rojo y verde. Aunque, a estas alturas, no podía ocultar su naturaleza inhumana, tampoco quería dar más pistas. Bruce Wayne no solo era un hombre de gran influencia, ¡también era Batman! Solo le tomaría una pequeña búsqueda para averiguar su nombre, y, a diferencia de los habitantes de Amity Park, unir un par de puntos para descubrir que era Fenton. Un paso más hacia el GIW, y lo regresarían al laboratorio. Pero eso no era posible, ¿verdad? El clan murciélago lo había sacado de ahí, no lo devolverían.
A menos que supieran la verdad.
Alfred se había acercado lo suficiente para sacarlo de sus pensamientos, lento y predecible. Danny se encogió al principio, pero se dejó retirar la bata. No había mucho que pudiera hacer, no había a dónde huir, y al menos ellos actuaban de una forma más considerada que metódica. Se aferraba a eso para recordarle a sus instintos que lo querían ayudar.
Las prendas pronto dejaron de envolverlo; la privacidad de su cuerpo desnudo también era un concepto que a Danny ya no le importaba mucho. No después de las últimas semanas. Lo habían tocado y sometido de todas las formas posibles en que un "objeto" pudo ser manipulado. Después de todo, eso es lo que decían de él.
"Es solo un cúmulo de emociones negativas que se niegan a dejar que un alma descanse en paz."
Quizá tenían razón, y no había forma de preocuparse por algo como la "decencia humana". Su cuerpo no era digno de ningún cuidado ni consideración. Había aprendido a no resistirse para evitar ser maltratado, y dado que solo les importaba su cuerpo, ¿qué valor encontrarían en su mente?
Pero no... esto era diferente. Danny era consciente de las atrocidades tatuadas en su cuerpo, sobre todo en el pecho, en la forma de una "Y". Esta había sido causada por el GIW. No había problema en que la vieran, y aun así, no pudo evitar sentirse avergonzado.
Cuando Alfred retiró la bata, Danny no pudo evitar inclinarse hacia adelante y rápidamente cubrirse el pecho con las sábanas. Su espalda quedó al descubierto, y sintió cómo ambos hombres en la habitación se quedaron quietos. Audible fue la forma en que Bruce apretó las manos en un puño. Quizá la espalda estaba igual de mal, pero Danny no podía saberlo.
Alfred explicó con suavidad el proceso para calmar a Danny, que en algún punto cerró los ojos y comenzó a respirar con fuerza. El temblor que se desató después era más una respuesta a su ansiedad que al escozor que el desinfectante le causaba en las heridas abiertas.
Bruce observaba, recordándose constantemente que Batman no mataba, que necesitaba arrancarle una explicación a Talia y hablar con Damian en busca de respuestas. Pero tampoco quería abrumar al pequeño. Él mismo parecía sumido en pensamientos contradictorios imposibles de aclarar. Quería quedarse hasta el final, pero llegó a su punto de quiebre cuando Alfred, paciente y persuasivo, convenció a Danny de dejarse tratar el pecho.
Al principio, y con terquedad, el niño se aferró más a la sábana, apretando la tela contra su cuerpo, negándose a dejarse ver. La sábana ya estaba arruinada, pero Bruce pudo notar cómo nuevas manchas de sangre la impregnaban.
Bruce: Tranquilo, nadie te hará daño, ¿está bien?
Danny escuchó otra cosa: "No puedes negarte."
¿Qué objetivo tenía resistirse? Si lo hacía, encontrarían la forma de someterlo.
Bruce respiró profundamente antes de continuar. Había visto muchas cosas en su vida, pero nada lo había preparado para lo que estaba a punto de descubrir. Cuando retiró con cuidado los brazos de Danny y Alfred apartó la sábana que cubría su pecho, lo que revelaron hizo que el aire en la enfermería pareciera congelarse.
La piel de Danny estaba marcada por una cicatriz profunda en forma de "Y" que cortaba a través de su torso con precisión espeluznante. La herida estaba irritada y roja, sostenida apenas por grapas quirúrgicas a punto de ceder, como si la hubieran abierto y cerrado varias veces sin ningún cuidado. Peor aún, alrededor de la cicatriz había rastros de quemaduras, marcas en zigzag que sugerían que lo habían sometido a descargas eléctricas. La piel alrededor de estas heridas estaba enrojecida e inflamada, señal de que no solo le habían causado un inmenso dolor, sino que lo habían hecho repetidamente.
Bruce sintió que la ira se arremolinaba dentro de él como una tormenta. No había duda de que Danny había soportado una tortura inimaginable. El horror se convirtió en rabia, una furia que apenas podía contener. Le temblaban las manos mientras intentaba mantener la compostura, pero sus ojos, duros y llenos de indignación, no podían apartarse de la herida tan maltratada. ¿Cómo era posible que alguien hubiera infligido semejante crueldad?
El niño tendría que haber gritado, ¡seguro que sí! ¿Qué clase de persona habría hecho oídos sordos?
Finalmente, incapaz de soportarlo más, Bruce se levantó de golpe y salió rápidamente de la enfermería, su cuerpo rígido y su mente nublada por la ira.
Danny, aunque extenuado, sintió cómo el hombre se tensaba al ver sus heridas, y por un breve momento pensó que le haría daño. Se encogió sobre la camilla, temeroso, pero cuando Bruce se fue de la habitación, lo que lo abrumó no fue el alivio. Era el dolor emocional de sentirse rechazado.
Las lágrimas se acumularon en los ojos de Danny. Sabía que su cuerpo era un desastre, una amalgama de cicatrices y heridas que le recordaban su condición. Era solo un cascarón roto. El agotamiento lo superaba, pero la tristeza se filtraba entre cada respiración, pequeña y dolorosa. Mientras el miedo crecía dentro de él, no podía evitar imaginar lo peor. Si Bruce Wayne revisaba los archivos del GIW, descubriría qué era realmente: mitad fantasma, un ser alterado por un accidente. ¿Qué haría entonces? ¿Lo encerraría? ¿Lo devolvería a los hombres de blanco?
Sus pensamientos sombríos lo invadían, y aunque quería llorar, las fuerzas ya no estaban de su lado. Apenas pudo soltar pequeños sollozos ahogados que palpitaban en su pecho, haciéndole sentir un dolor que iba más allá de lo físico.
Alfred, trabajando diligentemente, trataba de concentrarse en el tratamiento de las heridas. Creía que el dolor físico era lo que hacía llorar al muchacho, así que sus palabras fueron amables, suaves y llenas de esperanza.
—Ya casi termino —le susurraba mientras ajustaba las vendas—. No te preocupes.
Pero Danny no lo escuchaba. Estaba desconsolado, roto en su interior. Lentamente, el agotamiento lo fue venciendo, y en medio de las lágrimas silenciosas y los sollozos irregulares, cayó en un sueño profundo y agotado. Alfred observó por un momento el rostro cansado del joven antes de seguir con su labor, consciente de que el camino hacia la recuperación sería largo tanto para el cuerpo como para el alma del chico.
Los pasos de Bruce resonaron por toda la mansión, cada uno reverberando con la intensidad de su frustración. Cualquiera que lo escuchara, incluso desde lejos, podía sentir el peso de su furia controlada. Cuando llegó a la puerta de la habitación de Damian, encontró a Dick Grayson, quien esperaba apoyado contra la pared, los brazos cruzados con una expresión seria.
—No hay forma de que puedas entrar en ese estado —advirtió Dick, la voz baja, pero firme.
Bruce lo miró con dureza, la mandíbula apretada.
—Apártate, tengo que hablar con él.
—“B”— Dick hizo una pausa, buscando las palabras adecuadas—.
Bruce ignoró su tono y, sin dejar de observarlo, extendió una mano.
—¿Tienes los documentos que te di?
Con un suspiro, Dick asintió y le pasó la carpeta que contenía los archivos. Antes de que Bruce pudiera avanzar hacia la puerta, Dick lo detuvo, poniendo una mano firme en su hombro.
—Él está tan confundido como tú, no lo olvides.
Bruce cerró los ojos un momento, controlando la furia que había contenido desde que vio el estado de Danny en la enfermería. Sin responder, empujó la mano de Dick y cruzó el umbral de la habitación.
Damian estaba sentado en el centro de su cama, su cuerpo tenso y concentrado. Tiraba estrellas ninja con una precisión mortal hacia un blanco que había colgado en la puerta de su baño. Sus ojos estaban nublados de ira y frustración, pero su rostro mantenía esa típica expresión endurecida que Bruce conocía tan bien: una mezcla de rabia contenida y sufrimiento silencioso.
Bruce caminó lentamente hacia él.
—Damian —dijo en tono grave, tratando de no perder la paciencia—, tenemos que hablar.
Damian no respondió, simplemente lanzó otra estrella, que chocó con un "clank" en el blanco. Bruce resopló con frustración, sintiendo cómo su ira empezaba a desbordarse.
—Damian —repitió, esta vez con más dureza—. No puedes seguir ignorando esto.
El joven siguió sin decir nada. Finalmente, Bruce, al borde del control, lanzó la carpeta que tenía en sus manos al pie de la cama de Damian. La carpeta se abrió parcialmente, revelando la fotografía de un niño de unos ocho años. La imagen se deslizó hacia Damian, quien, al verla, perdió el control por un segundo. La estrella ninja que había lanzado se desvió, chocando contra un florero y haciéndolo pedazos en una de las encimeras.
Bruce no se inmutó, pero Damian cubrió su rostro con una mano, tratando de recomponerse.
—Se suponía que no estaba con vida —murmuró Damian, su voz temblando con una mezcla de culpa y confusión.
Bruce lo miró con ojos duros.
—Explícate —exigió, su voz baja pero amenazante.
Damian bajó la mano lentamente, su mirada fija en la fotografía. Parecía luchar internamente con lo que estaba a punto de decir.
—Se llamaba Danyal... —comenzó, su voz apenas un susurro.
Las palabras fluyeron a duras penas mientras Damian narraba la historia de su hermano, un hermano que siempre había estado a su lado, su sombra fiel, su confidente silencioso. Danyal no era un rival; nunca había querido el título de heredero. Siempre había sido más soñador, más amable, una cualidad que Ra’s nunca valoró. Pero Damian sí lo hizo. En privado, lejos de los ojos despiadados de la Liga, Danyal era todo lo que Damian no se permitía ser.
—Thalia me dijo que lo hiciera rápido. Sin dolor —la voz de Damian se quebraba por momentos—. Me prometió que lo revivirían con el Pozo de Lázaro. Y yo... yo creí en ella. Fue la única manera de soportarlo, de... de hacer lo que me ordenaron.
Damian bajó la mirada, sus manos temblaban ligeramente. No quería recordar, pero las palabras se derramaban de sus labios como una confesión.
—Lo apuñalé. Vi su rostro cuando... cuando se dio cuenta de lo que iba a pasar. —Tragó saliva, la culpa aplastándolo—. No se resistió. No me odiaba... sólo... se rindió. Creyó en mí... —su voz se deshizo en un murmullo ahogado por el dolor—. Después de la pelea, se lo llevaron. Esperé, Bruce. Horas... días... Y cuando mi madre regresó, me dijo que el Pozo no había funcionado. Que Danyal estaba muerto.
Bruce lo escuchaba en silencio, cada palabra de Damian era como un golpe directo a su pecho.
—¿Por qué nunca dijiste nada? —preguntó Bruce.
Damian dudó por un momento.
—¿Por qué darte una razón para llorar a un niño que nunca conociste?
Bruce sintió el peso de esas palabras como un balde de agua fría. La ira que había contenido durante todo ese tiempo se desvaneció, reemplazada por una profunda tristeza. Se dio cuenta de que, detrás de la máscara de guerrero implacable, Damian era un niño.
Sin decir nada más, Bruce dio un paso adelante, su presencia ya no era intimidante, sino paternal. Aunque Damian trató de mantener su compostura, al sentir el toque cálido de su padre en su hombro, toda su fortaleza se desmoronó.
Después de un rato en silencio, Bruce se apartó y, con ambas manos firmes sobre los hombros de Damian, lo obligó a mirarlo directamente a los ojos.
—Está aquí. Está vivo —dijo Bruce con una voz que buscaba transmitir calma y certeza—. Eso es lo que debería importarte ahora.
Damian, sin embargo, desvió la mirada hacia un lado, incapaz de mantener el contacto visual. Sentía una confusión de emociones atravesándolo. No negaría que sentía sorpresa, alivio, incluso esperanza... pero junto a esos sentimientos también se aferraba una culpa pesada, casi insoportable, y un miedo que no podía controlar.
No sabía qué había sucedido con su gemelo después de que los separaron. Pero, considerando el estado en el que Danyal había sido encontrado, con el cuerpo marcado por el dolor y el sufrimiento, podía prometerse que no había sido nada fácil.
En ese momento final, cuando Danyal había aceptado su destino, no parecía guardar rencor. Pero, después de tantos años y tanto dolor, ¿seguiría su gemelo sin odiarlo? ¿Podría alguna vez volver a amarlo como lo hacía cuando eran niños, antes de que todo se desmoronara?
¿Antes de traicionarlo?
Notes:
Los estudios me tienen demasiado ocupada para avanzar como quisiera pero !haré un esfuerzo!
Chapter 8
Summary:
Mas traumas y dolor no intencional infligido por Danny a su gemelo del cual aun no tiene ni idea de quien es.
Chapter Text
El olor a antiséptico es inconfundible, pero no es tan fuerte como está acostumbrado a oler. Es más suave y, definitivamente, no le quema las fosas nasales, aunque siente los ojos húmedos. ¿Lágrimas? O ventilaron la estancia o ha estado llorando dormido.
Espera, ¿cuándo se quedó dormido?
¡Despierta, despierta!
Apenas logra que sus ojos tiemblen en un esfuerzo por despabilarse, pero todo su cuerpo se siente pesado. Ni siquiera parece poder inhalar por completo; la persistente sensación de ahogo está ahí. Se disipa con cada respiración, pero regresa tan rápido como se alivia. No debe concentrarse mucho en eso. Ha estado cerca de ahogarse muchas veces y sabe que es una respuesta normal a la ansiedad. Solo puede concentrarse en relajarse. Nada es real.
Alguien está ahí con él. Eso es real.
El miedo consigue que abra los ojos de golpe, pero lamenta hacerlo al instante, pues solo puede interpretar un brillo blanco, cegador, sin formas. El olor a antiséptico y la tenue sensación de plasma le hacen sentir cómo su control se desvanece, y no solo hacia aquellas semanas bajo el poder del GIW, sino mucho más atrás, donde el olor a plasma estaba contaminado, ahogándolo y devorándolo desde dentro, borrando cualquier recuerdo que pudiera tener antes de eso.
“Pi-pi-pi-pi…”
¿Es eso un monitor cardíaco?
Suena normal... para un humano, pero dada su biología tan “natural”, parece estar teniendo un ataque de pánico.
Xx: "Wow... relájate, estás a salvo."
Esa voz… Aparece como una mancha oscura en su visión borrosa, y al menos tiene la certeza de no estar en aquel laboratorio de los hombres de blanco.
Xx: "Tranquilízate, chico, estás a salvo."
Por fin Danny logra enfocar su vista y revela la figura de su guardián: cabello negro con mechones decolorados en el centro, ojos azules, y una contextura increíblemente musculosa. Por un segundo, Danny evalúa sus posibilidades si este sujeto decidiera atacarlo, pero un leve apretón a la sábana bajo sus manos le confirma que sigue sin fuerzas. Es más, no siente sus poderes fantasmales; probablemente están demasiado letárgicos para invocarlos. Necesita tiempo y… partículas ectoplasmáticas.
Vaya. Danny se siente vacío. El aire es diferente, y aunque el día en que destruyeron el portal en Amity Park fue peor, donde sea que esté ahora, la energía es mejor, aunque no tan concentrada como está acostumbrado. En resumen, se siente… hambriento.
Xx: "¿Tienes hambre? Alfred ha dejado un tazón de avena si lo deseas… deberías comer, ya que estás… bueno, no importa."
Jason no era particularmente bueno en estas situaciones, y lo sabía. Pero se había ofrecido a quedarse vigilándolo. Tenía muchas preguntas: ¿Por qué emanaba energía del Pozo de Lázaro? ¿Qué le habían hecho? ¿Había muerto? ¿O estaba vivo?
Danny: "Puedo… puedo oírte pensar desde aquí."
La voz de Danny es áspera y débil, como si le faltara mucha agua. Jason, reaccionando, se apresura a acercarle un vaso que descansaba junto a la comida. Tal vez lo hace demasiado rápido, porque Danny no puede evitar sobresaltarse cuando su mano se acerca.
Jason: "Yo… lo siento."
Hace una pausa antes de volver a ofrecerle el vaso.
Jason: "¿Quieres…?"
Danny: "Sí… lo quiero mucho."
El chico intenta incorporarse. Aún está recostado y no confía en su habilidad para beber de cabeza como alguna vez le demostró a Tucker. Pero la debilidad de Danny es solo una advertencia del dolor que siente cuando se esfuerza demasiado. El dolor llega como un pinchazo repentino, haciéndolo caer de vuelta a la cama. Gime en voz baja mientras trata de recuperar el aliento. No pensaba estar tan mal. Claro, el miedo y la adrenalina habían ayudado a amortiguar todo, pero después de pasar una noche en una cama de verdad y abrigado (a pesar de su poder de hielo), su cuerpo se había desacostumbrado.
Jason, dándose cuenta de su estado, deja el vaso a un lado y, tras dudar, le pregunta:
Jason: "¿Te parece bien si te ayudo?"
Danny, quien se había olvidado de su presencia por el dolor, mira sus manos con desconfianza, pero cualquier cosa es mejor que ese dolor. No asiente, pero tampoco se echa para atrás, así que Jason, con cuidado y lentamente, coloca sus manos en la parte posterior de su cabeza y espalda, levantándolo suavemente. Acomoda la inclinación de la cama y, una vez que Danny está más cómodo, le ofrece el vaso nuevamente, esta vez con una pajilla. Aunque torpe, Danny no puede evitar sentirse vulnerable bajo el cuidado de un desconocido, pero acepta el agua y suspira de alivio. ¿Realmente algo tan sencillo lo había cansado tanto?
Jason: "Duerme un poco más, no hay prisa."
Aunque Jason quería hacerle muchas preguntas, tuvo que recordar las palabras (o amenazas) de Dick. Obedecerlas era la única condición para permitirle quedarse a cuidarlo.
Por su parte, Danny no quería dormir. Aunque los ojos le pesaban, había demasiado agotamiento en su mente para siquiera considerar hablar, pensar, o planear una huida. Sus poderes fantasmales ni siquiera estaban presentes.
Las horas pasaron, con Jason inmerso en un libro mientras Danny iba y venía entre el sueño y la vigilia. De pronto, el vacío que sentía en su interior se hizo más agudo.
Observaba el tazón de avena por el rabillo del ojo, pero no podía dejar de sentir una punzada de desconfianza. Durante su tiempo en manos del GIW, apenas lo alimentaron, y cuando lo hacían, no era para nutrirlo, sino para observar cómo reaccionaba. Le daban sustancias que parecían inofensivas, pero que terminaban quemando su garganta o haciéndolo retorcerse de dolor.
El hambre estaba ahí, apretando su estómago, pero algo dentro de él no podía olvidar esas sensaciones. Cada vez que intentaba acercarse a la comida, su mente retrocedía a esas ocasiones en las que, con desesperación, comía o bebía algo solo para sentir cómo su cuerpo colapsaba. ¿Y si la avena también le hacía daño?
Jason lo observaba desde el otro lado de la habitación. Sabía que algo andaba mal. Danny tenía hambre, las miradas furtivas al tazón lo delataban, pero parecía incapaz de atreverse a comer. Al principio, pensó que era simple debilidad, pero había algo más.
Jason: "¿Sabes? Alfred es un buen cocinero. Incluso un simple tazón de avena es espectacular. No conozco a nadie mejor."
Danny apretó la mandíbula. Quería creerle, quería confiar en que solo era comida. El olor de la avena acentuaba su hambre y le hacía producir saliva, pero al mismo tiempo, su mente lo paralizaba.
Danny: "No… no tengo hambre."
Jason bajó el libro.
Jason: "No te voy a forzar."
Las palabras flotaron en el aire, pero no lograron disipar del todo el temor que Danny sentía. Por ahora, aceptó el vaso de agua, sorbiendo despacio. El agua era lo único que su mente podía aceptar sin sentir pánico. Tal vez más tarde intentaría comer algo, pero por el momento, la simple idea lo paralizaba.
Jason asintió, respetando su espacio. Danny podía sentir el peso de su mirada, no intimidante, sino vigilante, como si estuviera esperando. No como los científicos, con frialdad y cálculo, sino con una extraña mezcla de paciencia y preocupación.
Cuando Bruce Wayne entró, iba vestido de manera civil, sin la armadura de Batman. Ya no era el Caballero Oscuro; ahora, era un hombre con demasiadas preguntas y muy pocas respuestas. La mirada de Bruce era intensa, aunque intentaba suavizarla. Ya había revelado su rostro a Danny antes, con la esperanza de obtener alguna pista, pero la única reacción que había recibido era reconocimiento por ser el famoso millonario de Ciudad Gótica, no el padre perdido que esperaba encontrar.
Bruce: "Jason, ¿puedes dejarnos solos un momento?"
Jason se tensó. No era secreto que el Pozo de Lázaro seguía afectando sus emociones, especialmente en presencia de Bruce y Tim. Ahora, con Danny, sintiendo esa misma energía familiar, despertaba en él una especie de rabia que trataba de controlar. Danny, al sentir la ira latente en el aire, gimió suavemente, lo que hizo que Jason retrocediera.
Jason: "Está bien, me voy."
Lanzó una última mirada a Danny antes de salir. "Trata de descansar."
Cuando la puerta se cerró, el silencio en la habitación se sintió aún más espeso. Bruce dio un paso hacia la cama, con cautela, sus ojos buscando cualquier señal de reconocimiento o de comodidad en el chico frente a él.
Bruce: “¿Cómo te sientes?”
La pregunta era suave, casi paternal, pero Danny seguía sintiendo la distancia. Intentó recomponerse, aún sintiendo el vacío en su estómago y el peso en sus extremidades, pero sus ojos volvieron a moverse hacia el tazón de avena en la mesa.
Danny: “Estoy… bien.” No era del todo cierto, y ambos lo sabían.
Bruce se sentó al borde de la cama, sin dejar de observarlo. No podía lanzarle todas las preguntas que ardían en su mente: ¿Sabes quién soy? ¿Recuerdas algo de tu vida antes de los Fenton? ¿Sabes que tienes un hermano gemelo? Pero no podía correr el riesgo de sobrecargarlo.
Bruce: “¿Recuerdas algo de lo que pasó? ¿Cómo llegaste a Gotica?”
Danny negó con la cabeza, intentando tragar el nudo en su garganta.
Danny: “Solo que me trajeron aquí… esos hombres. Los de blanco.”
Bruce asintió. El cuadro de interrogatorio seguía ahí sin poder unir ninguno de los puntos, era necesario actuar para protegerlo, pero tenia que trazar un plan y necesitaba información que no podía presionar a sacar de Danyal, ¿o si? ¿Había sido atrapado en su intento de regresar a Gotham? ¿O simplemente había caído en las manos equivocadas?
Danny: "Ustedes... ¿saben lo que soy, verdad?" Preguntó sin atreverse a continuar. Tenía miedo de que lo trataran como el GIW, como un experimento. Sabía que su archivo decía mucho, y sentía que estaban observando cada uno de sus movimientos.
Bruce: "Sabemos que has sufrido . No tienes que preocuparte por eso aquí."
Mientras Bruce intentaba formular su siguiente pregunta, Danny sintió algo más. Una mirada desde la oscuridad, como una presencia oculta que lo seguía. Lo había sentido antes, pero ahora estaba seguro. Los pelos de su nuca se erizaron, y sus ojos se movieron hacia la esquina de la habitación, donde la sombra de alguien se ocultaba.
Danny: “Hay alguien más aquí, ¿verdad?”
Bruce frunció el ceño, pero no era sorpresa lo que mostraba, sino resignación.
Bruce: “Damián. Sal de ahí.”
Hubo un momento de silencio antes de que Damián apareciera, caminando lentamente hacia la cama. Vestido con ropa civil, Damián no era el feroz Robin que enfrentaba enemigos con una determinación implacable; en su lugar, parecía más bien un chico con miedo y dudas. Evitó la mirada directa de Danny, observando su cuerpo con un análisis crítico. Aunque compartían la misma edad y eran gemelos, Danny era notablemente más pequeño, más frágil. Su piel, pálida y marcada por cicatrices, hacía que Damián se sintiera inmensamente más grande y fuerte en comparación.
Danny, sintiendo el escrutinio, intentó mostrarse relajado, aunque su cuerpo no cooperaba.
Danny: “Yo… no soy una amenaza.” La voz de Danny era suave, pero su tono revelaba un deseo de paz, una necesidad de disipar cualquier tensión.
Damián no respondió de inmediato.
¿Tan mal lo estaba mirando? ¿Por qué? ¡¿Por qué crees que eres una amenaza?! ¡yo fui el que te asesino!
Sus manos estaban rígidas a los lados de su cuerpo, y aunque quería decir algo, no encontraba las palabras adecuadas. Necesitaban hablar, privacía, así que Bruce fue el primero.
Bruce: “Creo que quiere hablarte – Damian apuñalo a Bruce con la mirada
No… no me obligues a
Bruce: pero al menos dense tiempo para conocerse.”
Sin más, Bruce se levantó y salió de la habitación, dejando a los gemelos solos por primera vez.
El silencio entre ellos era incómodo, pero no hostil. Danny podía sentir la tensión en Damian, y aunque no sabía la razón exacta, entendía que no era fácil para él. Decidió intentar romper el hielo.
Danny: “Así que… ¿cómo te llamas?”
Damian finalmente levantó la mirada
No sabe quien soy
¿alivio o puñalada? Aunque sus ojos no se fijaron en los de Danny directamente.
Damian: “Damian.”
Danny asintió lentamente, su cerebro trabajando para procesar toda la situación. Sabía que había algo importante en ese nombre, algo que debía recordar, mas por el destello de aquellos ojos verdes, pero su mente estaba demasiado cansada para atar cabos. En cambio, solo intentó ser amable.
Danny: “Bueno, Damian… parece que nos va a tocar estar juntos un rato.”
Damian no dijo nada, pero en su mirada había una mezcla de alivio y culpa. Alivio porque su hermano, al que creía muerto, estaba vivo, y culpa por haber sido la causa de su aparente muerte. El peso de esas emociones lo hacía sentir pequeño, a pesar de que su tamaño y fuerza física decían lo contrario.
Danny, por su parte, sentía que cada mirada de Damian era una evaluación. Era como si el chico estuviera midiendo su capacidad, tal vez incluso juzgando lo débil que se veía. Y eso … eso era vergonzoso.
Danny: “No te preocupes,” agregó con una leve sonrisa cansada. “No soy tan fuerte como parezco.”
Damian frunció el ceño sin entender, pero aún evitaba la mirada directa.
Damian: “Eso lo sé.”
Notes:
Nara: !!POR QUE ME ENCANTA QUE UN PERSONAJE INOFENSIVO HAGA DAÑO AL SENTIRSE CULPABLE POR ALGO QUE NO HIZO!!
Chapter 9
Summary:
La aberracion que siente Damian hacia el estado de Dany es objeto de malos entendidos
Chapter Text
El zumbido constante de las máquinas de la enfermería llenaba la habitación con un incómodo silencio. Damian estaba de pie, a cierta distancia, con los brazos cruzados, observando a Danny. Tenso e incierto. Danny, recostado en la camilla, podía sentir la mirada sobre él y trataba de ignorarla, pero era casi imposible. Lo estaba analizando, juzgándolo, y eso lo ponía aún más nervioso.
Damian: "¿Cómo te sientes?"
La pregunta fue directa, casi cortante. No era el tipo de cosa que Damian solía preguntar, pero no sabía cómo empezar una conversación con alguien que le era tan familiar y extraño al mismo tiempo.
Danny: "He estado mejor" —respondió, evitando el contacto visual—. "¿Tú qué opinas? ¿Vas a seguir observándome como si fuera una especie de espécimen raro?"
Damian frunció el ceño ante ese comentario. Una respuesta rápida e irritable estuvo a punto de salir de su boca, pero se obligó a contenerse. No quería arruinar este momento. No después de haberlo encontrado.
Damian: "No es eso. Es que… es extraño verte así."
Danny: "¿Verme cómo?"
Damian: "Olvídalo…" —Las palabras salieron casi con pesar, y por un segundo, Danny captó algo detrás de esa fachada seria.
Se quedó en silencio, sintiendo un incómodo tirón en su interior. Había algo en esa respuesta que despertaba una curiosidad que no podía ignorar.
Danny: "Así que… ¿Robin, eh?" —admitió finalmente, su voz más baja, pero con un tono de frustración—. "Todo esto es raro para mí. Ustedes, esta cueva, las miradas… Uno esperaría encontrarse con un montón de personas vestidas de negro, pero tú…"
Damian: "Es complicado."
El silencio se instaló entre ambos nuevamente, pero esta vez no era tan cargado de tensión. Ambos parecían lidiar con pensamientos no resueltos, buscando respuestas que no querían pedir directamente. Finalmente, fue Danny quien rompió el hielo, alzando una ceja.
Danny: "Entonces, ¿quieres explicarme por qué actuaste como si fueras a matarme antes?"
Damian apretó los labios, claramente irritado consigo mismo. No estaba acostumbrado a este tipo de conversación, donde las palabras parecían tan pesadas como cualquier golpe. Había peleado contra enemigos más grandes, había enfrentado situaciones de vida o muerte, pero hablar con Danny era… diferente. No se trataba de un interrogatorio brutal ni de simples discusiones con sus otros compañeros. Normalmente, su trato rudo era su sello, pero no podía hacer eso con él. No ahora, y tal vez nunca más.
Damian: "Me equivoqué." —dijo con esfuerzo, como si las palabras le costaran—. "Pensé que… eras otra cosa."
Danny: "¿Un clon, tal vez?"
La respuesta directa de Danny pilló a Damian por sorpresa. Danny soltó una risa amarga y seca.
Danny: "Te vi mirándome como si fuera uno."
Damian: "¿Cómo sabes eso?" —preguntó Damian rápidamente, su tono más serio y agudo—. "¿Cómo sabes cómo se ve a un clon?"
"Porque son experimentos de laboratorio, y es difícil olvidar esa mirada de desprecio en el rostro de otras personas, tan hiriente y profunda que sobrepasa la máscara de un traje blanco", pensó Danny, pero no lo diría en voz alta. Había aprendido a leer las miradas frías y calculadoras de los científicos. Sabía lo que era sentirse como un simple experimento, como un clon sin alma, y eso le había dejado cicatrices más profundas de lo que quería admitir.
Danny: "No soy un clon" —respondió, esquivando la pregunta—. "Eso ya lo dejaste claro, ¿no?"
Si tan solo recordara la testarudez de su hermano.
Damian: "No es lo que pregunté" —dijo con firmeza—. "¿Cómo sabes lo que es ser mirado como un clon?"
El corazón de Danny latió un poco más rápido. No sabía cuánto debía revelar. Había sido cauteloso hasta ahora, manteniéndose en silencio sobre lo que había pasado con el GIW. No confiaba plenamente en nadie, ni siquiera en estos extraños que, de alguna manera, lo habían rescatado. Pero había algo en la forma en que Damian lo miraba… una orden implícita, un impulso de obedecer.
Danny: "No es algo que quiera explicar ahora" —respondió al fin, su voz más apagada, pero con un tono definitivo—. "Solo sé que no quiero ser tratado como un experimento."
Damian apretó los puños al escuchar eso, pero no dijo nada. El sufrimiento era algo común en su "trabajo", pero ver a su hermano en ese estado, herido y desconfiado, era un dolor que él no podía soportar. Si alguna vez Damian había confiado plenamente en alguien, había sido en Danyal. Y ahora, se sentía indigno de ese privilegio.
Damian: "No lo serás" —murmuró con la mayor sinceridad que podía reunir—.
Danny lo miró a los ojos por primera vez desde que comenzó la conversación. En esos ojos verdes que tanto lo inquietaban, pudo ver una promesa. No entendía por qué, pero creyó en esas palabras, aunque solo fuera por un instante.
Girando la cabeza ligeramente hacia Damian, Danny lanzó una nueva pregunta.
Danny: "¿Hay una razón específica por la que querías verme?" —preguntó, arqueando una ceja—. "Parecía que querías esconderte detrás de Bruce todo el tiempo."
Damian frunció el ceño al escuchar eso, claramente ofendido, pero vaciló un segundo antes de responder.
Damian: "No me estaba escondiendo." —dijo con su tono cortante habitual, aunque algo en su voz revelaba una pequeña grieta—. "Solo… estaba esperando el momento preciso para…"
Danny lo observó con interés. Damian había dejado la frase en el aire, como si le costara encontrar las palabras correctas. Entonces lo entendió.
Danny: "¿Disculparte?" —su voz era incrédula, pero había un tono de comprensión—.
Damian tensó la mandíbula, evitando mirar a Danny por un instante. No quería admitirlo abiertamente. Aunque el reciente ataque estaba en su mente, el peso de su disculpa era mucho mayor. Damian no lo revelaría, al menos no aún.
Antes de que pudiera decir algo más, Damian notó el tazón de avena tibio a un lado de la cama. Había estado ahí desde que Alfred lo dejó.
Damian: "¿Has comido algo?"
La reciente jovialidad de Damian se esfumó de repente. Danny sintió una punzada en el estómago al escuchar la pregunta, pero rápidamente intentó ocultarlo.
Danny: "No tengo hambre."
Damian lo observó, sus ojos verdes penetrando la fachada de indiferencia que Danny intentaba mantener. Demasiado brusco.
Damian: "¿No tienes hambre o no quieres comer?"
Danny: "Es lo mismo." —respondió rápidamente, evitando el tema y esquivando la conversación—.
Damian y Jason compartían la misma impaciencia y carácter directo, pero las emociones de Damian siempre estaban involucradas de una forma más intensa. No aceptaría un "no" como respuesta.
Damian: "No, no lo es."
El tono de Damian comenzaba a caldear la conversación, y Danny sintió el impulso de cortarla. Sin embargo, antes de que pudiera insistir en que no tenía hambre, su estómago rugió, fuerte y doloroso. La protesta sonora reverberó en la habitación, arrancándole un gemido involuntario de frustración y vergüenza. Se llevó una mano al abdomen, su rostro tenso.
El silencio que siguió fue pesado, incómodo.
Damian, tras mirarlo unos segundos, tomó el tazón de avena y lo acercó bruscamente a Danny, con una mirada intensa que no admitía réplica.
Damian: "Come." —ordenó con una voz tan directa que Danny casi se estremeció—.
Danny se sintió como un cachorro asustado, incapaz de decir que no. Esa mirada, esos ojos verdes… eran del mismo color que habitaba sus pesadillas. La presión de Damian lo intimidaba, tanto que no pudo hacer más que tomar la cuchara con manos temblorosas. Se sentía acorralado, y su cuerpo reaccionaba como lo había hecho en el GIW: paralizado, sin capacidad de rebelarse.
La cuchara de avena temblaba en su mano mientras intentaba levantarla, el peso parecía demasiado para sus débiles músculos. Cuando finalmente logró llevar una pequeña cantidad a su boca, apenas podía saborearla. Estaba decidido a no comer demasiado, pero su cuerpo clamaba por sustento, y la saliva empezaba a acumularse, traicionándolo.
Después de unos pocos intentos, sin que Danny lo notara, el rostro de Damian comenzó a cambiar. Su expresión, habitualmente dura y estoica, se transformó en una mueca horrorizada. Internamente, Damian luchaba contra una ola de emociones: rabia, tristeza, desesperación. Quería gritar, llorar, y sobre todo, encontrar a los responsables de dejar a su hermano en este estado… y acabar con ellos de la manera más dolorosa posible.
Antes de que Danny pudiera derramar más avena por la falta de control, Damian movió su mano rápidamente, colocando la suya sobre la de Danny. La mano pequeña y fría de Danny se sintió insignificante en comparación con la de Damian.
Damian: "Déjame ayudarte." —dijo, con un tono más duro de lo que pretendía—.
Danny lo tomó como una orden, y una oleada de recuerdos aterradores lo golpeó. Su mente lo transportó a su tiempo en el GIW, donde cualquier resistencia significaba más dolor. No podía oponerse, así que dejó que Damian tomara el control. Este le ofreció una cucharada nueva, esta vez llena, y aunque Danny quería gritar, derribar el tazón y escapar de la situación, se quedó quieto, paralizado por la presencia de Damian.
La primera cucharada entró lentamente en su boca. El calor de la avena se sintió pesado en su estómago vacío, provocando una sensación de náuseas que tuvo que ocultar. Aceptó dos cucharadas más, su cuerpo deseando más, pero su mente resistiéndose a cada sensación, odiando el proceso.
Damian: "Es suficiente." —dijo de repente, rompiendo el ciclo—.
Danny: "¿Qué?" —preguntó, confundido, apenas procesando lo que acababa de suceder—.
Damian: "Necesitas comer, pero está claro que esto no te está sentando bien." —respondió con calma, casi con preocupación—. "Descansa. Podrás comer más conforme tu cuerpo se acostumbre."
Damian se levantó entonces, sin esperar respuesta, y apagó la luz de la enfermería, sumiendo la habitación en una oscuridad total. Danny, recostado en la camilla, quedó completamente inmóvil. La oscuridad se sentía como un peso adicional, pero al menos ocultaba su vergüenza por haber sido alimentado por un extraño.
Fuera de la enfermería, Damian salió abruptamente, casi huyendo de la escena. Todo era demasiado. Llegó a la cocina, todavía con el tazón de avena en las manos, y lo dejó caer en el fregadero sin cuidado.
Tim: "¡Oye! ¡Tienes que lavar lo que ensucias! ¡Es la regla!"
Damian le gritó:
Damian: "¡No me importa, déjame en paz!"
La agresividad en su voz fue un látigo que dejó a todos en la cocina en completo silencio. Alfred, Tim, Jason, Duke y Dick lo miraron sorprendidos. Estaban acostumbrados a su temperamento, pero nunca había reaccionado sin razón y, menos aún, evadiendo las reglas. Jason frunció el ceño, dispuesto a decir algo, pero Dick levantó una mano antes de que cualquiera pudiera intervenir. Sin una palabra, Richard salió en busca del más pequeño de los murciélagos.
Damian caminaba rápido, sin rumbo, sus pensamientos una maraña de furia y confusión. Apenas llegó a su habitación, intentó encerrarse allí, lejos de todo y todos, pero Dick se coló justo antes de que pudiera cerrarle la puerta en la cara.
Dick: "¿Qué sucede?" —preguntó con calma el hermano mayor, cruzando los brazos—.
Damian: "Nada." —respondió, evitando el contacto visual—.
Dick soltó una pequeña carcajada, intentando aliviar la tensión, y lanzó una broma.
Dick: "Sabía que eras un duende demonio, pero hoy tus niveles de maldad están descontrolados… para alguien de tu tamaño, claro."
Esperaba que Damian le respondiera con algún sarcasmo o incluso con un grito, pero en lugar de eso, el joven simplemente se encogió de hombros, manteniéndose en un silencio preocupante. La sonrisa de Dick se desvaneció al notar el cambio. El aire se sentía espeso, cargado de algo más que ira.
El rostro de Damian era una máscara de contención, pero eso no engañaba a Richard, jamás lo había hecho.
Dick: "Damian…" —intentó acercarse con más delicadeza esta vez—.
Cuando su mano tocó el hombro del adolescente, Damian se giró bruscamente, explotando en una tormenta de gritos que Dick no vio venir.
Damian: "¿Cuál es el maldito objetivo de este trabajo de mierda?! ¿Para qué?! Sé que somos humanos y nos limitamos a Gótica, ¡pero de qué sirve atender esta posilga si aún queda más gente putrefacta allá afuera?!! ¿Por qué Bruce se empeña en limpiar esta ciudad?! ¡No es más que un nido de ratas! ¡Nadie merece salvarse! Deberíamos destruirla y dedicarnos a otros sitios, otras ciudades que merezcan ser salvadas!! ¡Como esa organización del GIW, los sobrevivientes de la Liga de Asesinos!! ¡Incluso las personas que convirtieron a Danyal en alguien con la piel muy fría y el corazón demasiado lento!!" —blasfemaba, su voz quebrándose con cada palabra—. "¡Los Pozos de Lázaro, mi abuelo, mi madre que no me dijo nada! ¡Maldita sea, todos!"
La furia de Damian era palpable, su voz temblaba mientras arrojaba palabras cargadas de odio y dolor. Golpeó una lámpara de la mesa, que se hizo añicos contra la pared. Algunos adornos en su habitación sufrieron el mismo destino mientras su ataque de ira continuaba.
Dick permaneció en su lugar, dejando que Damian gritara todo lo que tenía dentro. Cada palabra que Damian escupía era como una puñalada que Dick soportaba en silencio.
Al final, cuando Damian ya no encontró más objetos para golpear, se volvió hacia Dick con los puños cerrados, su respiración agitada, los ojos encendidos de furia. Con un último esfuerzo, lanzó un golpe directo a Dick, esperando que su hermano lo esquivara como siempre. Pero Dick no se movió. No levantó ni un dedo para defenderse. Dejó que Damian lo golpeara de lleno.
El impacto fue fuerte, pero lo que realmente detuvo a Damian fue que Dick no lo esquivara. Su puño se quedó inmóvil sobre el pecho de su hermano mayor, temblando, y de repente, todo el aire que tenía dentro pareció escaparse.
Damian bajó la mirada, todavía con el puño apretado contra Dick, y su cuerpo entero empezó a temblar.
Damian: "No puedo creer… que todas esas malas personas, todas esas malditas situaciones… converjan solo para atacar a Danyal. A él." —su voz era un susurro, cargado de incredulidad y dolor—. "El más puro y bueno… de todas las personas que he conocido… Ni siquiera haber sido criado con asesinos lo corrompió, Dick. Jamás. A diferencia de mí."
Dick sintió el nudo formándose en su garganta mientras Damian comenzaba a derrumbarse frente a él. Las palabras del joven estaban llenas de culpa y autodesprecio.
Damian: "Ni siquiera allá abajo y en el estado en que está… me trata como a un extraño, pero sigue siendo tan jodidamente amigable y comprensivo. En cambio, yo… Si alguien debió sufrir lo que él sufrió… debería haber sido yo. No él. Nunca él." —confesó Damian, su voz quebrándose por completo, su cuerpo colapsando al suelo—.
Perdió el control de sus emociones. Se dejó caer de rodillas, el peso de todo lo que había contenido aplastándolo. Dick, sin decir una palabra, se arrodilló junto a él en la alfombra, envolviendo a su hermano menor en un abrazo firme y protector.
Dick: "Damian, escúchame… No es tu culpa. Deja de hablar tan mal de ti." —susurró con suavidad, apoyando una mano en la espalda del joven, frotándola lentamente—. "Todos sobrevivimos como podemos. Es normal corromperse cuando hay malas influencias, pero sobreviviste. Y Danyal lo hizo también. No es tu culpa lo que les hicieron."
Damian sollozó más fuerte contra el pecho de Dick, aferrándose a su hermano como si fuera un salvavidas en medio de una tormenta.
Cuando las lágrimas comenzaron a secarse, Damian habló en voz baja, rota, dejando caer el peso de sus palabras sobre su hermano mayor.
Damian: "Lo mataban de hambre." —admitió, con el dolor evidente en su voz—. "Y no solo eso… de alguna manera lo hicieron temer por eso. Lo vi… Tiene miedo de comer… a pesar de que su cuerpo se lo pide. Él… su cuerpo y su mente se ponen en su contra."
Dick lo abrazó más fuerte, sintiendo el dolor de su hermano menor profundamente.
Dick: "Tranquilo. Sé que suena mal, pero no podemos alterarnos si queremos curar su mente." —dijo suavemente, con la voz firme—. "Tal vez tome tiempo, pero vamos a ayudarlo. Te lo prometo, Damian. Lo ayudaremos."
Damian asintió en silencio, aferrándose al calor y la seguridad del abrazo de su hermano mayor mientras las sombras de sus pesadillas se alejaban, al menos por un momento.
Krorine on Chapter 1 Wed 31 Jan 2024 05:38AM UTC
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Jack_Liam on Chapter 3 Sun 07 Jul 2024 05:36AM UTC
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MerrickLioncourt on Chapter 4 Tue 09 Jul 2024 03:25AM UTC
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Tony281100 on Chapter 6 Sun 25 Aug 2024 03:34PM UTC
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Andh_Cub on Chapter 7 Sun 01 Sep 2024 04:28PM UTC
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IvanRedwood on Chapter 7 Mon 02 Sep 2024 11:22AM UTC
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Andh_Cub on Chapter 7 Tue 03 Sep 2024 05:29PM UTC
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Tony281100 on Chapter 8 Tue 01 Oct 2024 11:26PM UTC
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IamTheOceansWater on Chapter 9 Fri 29 Nov 2024 04:56PM UTC
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Tony281100 on Chapter 9 Fri 21 Mar 2025 02:24AM UTC
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