Actions

Work Header

Tardío [Tododeku] [Hiatus]

Summary:

Con una buena vida, la carrera de sus sueños, buenos ingresos, estabilidad, y más, se siente más que listo para conocer a su pareja destinada.

Lo que no esperaba es que aquella persona se tratase de un chiquillo de diecinueve años el cual ingresó inconsciente a la sala de emergencias dejando solo a un bebé de tan solo tres meses de edad.

(Más capítulos en Wattpad).

Chapter 1: Capítulo 1: Te vi y lo supe.

Chapter Text

Empezó su día como cualquier otro siendo médico obstetra en el hospital público de Tokio. Kemy, su asistente le informaba acerca del número de pacientes que llegarían, tenía dos chequeos durante la mañana y una cesárea programada para la tarde, técnicamente estaría despejado.

Ama su profesión, eso le queda más que claro a todo aquel que lo ve ejercer, ver el inicio de una vida y acompañarla hasta el momento en que llegue a este mundo sin duda lo hacía feliz.

No puede decir que todo era color rosa en su ámbito laboral, hay días azules en los que siente que va en picada, pero hace sus mejores esfuerzos para que las cosas salgan bien.

Apenas cumplió veintinueve años, es altamente conocido y calificado en varios hospitales a los que fue a dar apoyo, el hecho de ser hijo del director de la clínica privada Endeavor también lo destacaba bastante entre la gente importante al igual que a sus hermanos.

Cualquiera que esté relacionado con la obstetricia conoce su nombre, Shōto Todoroki, aquel doctor que desde los veintiseis años ejerce con éxito y tiene un mínimo caso de pérdidas durante sus partos o cesáreas.

Es bastante solicitado por aquellos que desean la presencia de un especialista experimentado cuando el momento de que los cachorros nazcan llegue, su sola presencia significaba que todo podría estar bien, por lo que agendar un parto con él era bastante complejo a menos que haya monitoreado tu embarazo.

La primera paciente llegó con su pareja para determinar el sexo de sus bebés, la alfa tenía un embarazo de alto riesgo con trillizos en camino, pero lucía muy contenta e ilusionada con tener a sus cachorros y el peligro parecía no frenar sus deseos de ser madre, eso motivaba a Shōto para hacer realidad sus sueños.

—Hola bebés— Habló viendo la pantalla —Saluden a mami y papi— Hablaba con el rostro serio pero su voz era alegre.

—Míralos, cariño— El hombre tomó la mano de su esposa quien sonrió.

Comenzó intentando ver la intimidad de los cachorros, cosa compleja pero no imposible, la pareja lucía emocionada y hacían preguntas constantemente. Le gustaban aquellos pacientes que siempre tenían dudas, él con gusto se las aclaraba, todo con tal de darles tranquilidad.

Lamentablemente hoy no podría darles muy buenas noticias.

—Ellos están bien, sin embargo, acaban de llegar los resultados del laboratorio y se le ha diagnosticado preeclampsia...

Ambos pusieron un rostro de preocupación al instante.

Ya en la oficina comenzó a explicarles los peligros de aquel embarazo, los riesgos que corrían, y los cuidados y medicamentos adecuados para poder curarla.

La pareja se fue agradeciendo el chequeo, aunque algo desanimada por la enfermedad detectada, sin embargo tenían la esperanza de que todo saldría bien.

Kemy, su secretaria le informó que necesitaban apoyo en la sala de parto, aún faltaba para que llegue su siguiente cita así que no dudó en ponerse la cofia, mandil y salir corriendo para ayudar a sus colegas.

Ya ahí se puso la mascarilla, guantes y empezó su labor, todos se aliviaron con solo verlo ingresar, incluso la doctora Yaoyorozu, quien estaba a cargo.

Por suerte fue rápido, en cuestión de dos horas ya estaba de vuelta a su oficina.

Culminó con éxito su día, le hizo una ecografía Doppler a su siguiente paciente y luego se preparó para la cesárea, la cual nuevamente fue más que bien.

Se preparaba para salir, vestía ropa casual para regresar a su casa.

—¿Te llevo, Kemy?— Le pregunta a su asistente, ella afirma con una sonrisa tomando sus cosas.

—Es su deber hacerlo, doctor Todoroki— Suelta una risilla, tan risueña y bella como una omega enamorada solía ser.

Se van despidiendo del resto de personal conforme avanzan, viendo de paso a los del turno nocturno ingresar.

—¿Ya se retiran? ¿Puede esperar a que me cambie, doctor Todoroki?— Le pregunta un joven interno uniéndose a ellos, Shōto asiente.

El alfa y la omega toman asiento en la sala de espera para aguardar la llegada del omega, Kemy empieza a hablar sin parar y Shōto solo la escucha.

Pronto todo se vuelve un caos, enfocan su atención en varios enfermeros y paramédicos que salen corriendo hacia el estacionamiento y regresan con camillas, todos lucen apresurados.

—¡Todos los internos presentes deben quedarse a ayudar! ¡Diríjanse a la entrada y prepárense en caso de que se requiera alguna operación!— Dice la recepcionista por el parlante, perdiendo la calma al ver tantos cuerpos.

—¡Mierda! ¡Intenten reanimarlo!— Ordena un doctor al ver que un herido estaba perdiendo el conocimiento y dejaba de respirar.

Shōto mira a Kemy, ella entiende la señal y se acerca a la recepcionista para investigar la situación, luego regresa tomando asiento a su lado.

—Fue un accidente múltiple, un conductor ebrio se le atravesó a un autobús el cual estaba lleno y juntos arrollaron a algunos peatones... Varios fallecieron camino acá... Esto no es nada, tuvieron que enviarlos a otros hospitales también.

—¡Doctor Todoroki, que bueno que aún no se fue!— Un paramédico se acercó —Hay una beta que requiere una cesárea de emergencia, la doctora Yaoyorozu se está ocupando de otro omega.

No duda y corre para cumplir su deber, llegó y se le rompió el corazón al ver que la mujer estaba moribunda con parte del rostro destrozado y moretones en su pecho.

Aún semi inconsciente, ella sobaba su vientre rogando porque su bebé sea salvado.

Eran las cuatro de la madrugada, fue algo duro, la beta desfalleció por unos cuantos segundos en los cuales una de las enfermeras logró reanimarla hasta que él pudo ocuparse de extraer al cachorro, el cual por suerte no presentó más complicaciones.

Suspira de alivio saliendo, hallando a cientos de personas en la sala de espera, muchos llorando, otros rezando.

—Como cualquier otro padre, priorizó la vida de su pequeño— Escucha a la recepcionista conversar con otro.

Se acerca para pedir sus cosas, sabiendo que Kemy las dejó ahí.

—¿De qué hablan?— Pregunta.

—Mire, doctor— El beta se levanta, mostrando a un bebé en sus brazos —Muchos de los fallecidos murieron protegiendo a sus cachorros. Este no fue la excepción.

Ladea su cabeza curioso.

—Lo más probable es que sea llevado a servicios sociales hasta que su padre salga de la cirugía.

—¿No tiene familiares?

—No ha sido identificado aún, y tampoco tiene un número de emergencias en su teléfono, solo tiene contactos del trabajo, tampoco hay redes sociales.

—En caso de que fallezca, será llevado a un orfanato... Es una lástima, no es el mejor lugar para un cachorro tan pequeño.

—Míralo, está bien bonito, la mayoría de bebés son feos, este no.

Se asoma para ver al pequeño, efectivamente, era lindo. Tiene cabello blanco, el ceño fruncido y lo mira fijamente con sus grandes ojos verdosos, sus pequeños labios rosas y cachetes regordetes lo hacen ver realmente tierno.

—¿Él está bien?

—Sí... Su papá logró protegerlo con su cuerpo... Pero una barra del bus le perforó parte del pecho, está recibiendo un transplante de pulmón de uno de los fallecidos, con autorización de su familia... La verdad es que está muy grave, no sabemos si sobrevivirá.

—¿Llegó la asistenta social?— Pregunta una enfermera acercándose, el beta que carga al bebé niega —Mierda... Su padre ha sobrevivido a la cirugía, pero entró en coma... Claramente no puede ir a un orfanato si cabe la posibilidad de que despierte.

—¿Qué hay de una familia temporal?

—No sabemos si sea lo adecuado... Podrían encariñarse con el bebé y este podría hacer lo mismo con sus padres de acogida. Si su papá despierta y su cachorro lo rechaza sería un problema enorme.

Shōto no sabe cómo terminó enterándose de toda la situación y ahora sentía lástima y preocupación por un cachorro tan pequeño, él solo fue a recoger sus cosas y ahora buscaba aportar una solución.

Eso le pasa por andar de chismoso.

—¡Lo encontré!— La recepcionista sonríe — Según la identificación de sus huellas plantares, el cachorro está registrado como Ayari Midoriya, tiene tres meses... Sólo tiene a su papá omega, Izuku Midoriya, no hay otro progenitor a cargo ni un tutor legal, buscaré los datos de Midoriya-san.

Shōto suelta un suspiro, al parecer todo quedaría solucionado ahora, se acerca un poco al pequeño y acaricia su mejilla con un dedo, este cierra sus ojos ante el tacto y luego llora.

—Oh...

—¡Doctor Todoroki! ¡Ya lo hizo llorar! Ahora usted se encarga— El beta se lo entrega a Shōto, quien lo recibe sintiéndose culpable.

—Tal vez tenga hambre— Dice la otra enfermera —Iré a la sala de maternidad para preguntar si alguien se ofrece a amamantarlo.

Shōto mece al bebé intentando que se calme, lo cual era casi imposible, tomando en cuenta que ninguna de sus técnicas funcionaba, llega a la conclusión de que sí tiene hambre.

—El chico viene de la ciudad de Musutafu, al ser mayor de edad ya no está la identidad de sus tutores, buscar en el registro civil será tedioso— Suspira la recepcionista, estresada.

—Carajo— Todos en ese pequeño espacio parecen deprimirse.

—Doctor Todoroki, entrégueme al bebé, por favor, alguien está dispuesto a alimentarlo.

Deja al cachorro que sigue llorando en los brazos de la enfermera y suspira, finalmente decide que debe irse, con algo de pena toma sus cosas y se despide.


Apenas logra dormir tres horas y ya debe regresar al trabajo, llega puntual, como siempre, a las nueve de la mañana, suelta un bostezo, Kemy le sonríe entregándole una taza de café.

La habría rechazado pero en serio le hacía falta, agradece.

—Ocho citas para hoy, no tiene partos programados, puede tomar una siesta, la de las diez llamó para cancelar, yo me encargaré de su papeleo.

Mira hacia el techo agradeciéndole al universo aquella maravillosa noticia y a la chica también, va a la sala de reposo para poder descansar al menos otra hora más.

Pasa por la sala de maternidad, una mujer que fue paciente suya en su momento lo reconoce y llama sonriente, él se asombra al verla con cierto bebé en brazos.

—Doctor Todoroki, qué gusto verlo.

—Buenos días... ¿Y ese cachorro?

—Ah, vine en la madrugada porque mi pequeña tuvo fiebre y una enfermera solicitó ayuda para amamantarlo, yo me ofrecí al enterarme de que su padre está en cuidados intensivos... Es tan pequeño y está tan solito. Lo tuve un rato y también cambié su pañal, pero ya debo retirarme.

—Comprendo... Puede entregármelo.

—Gracias, doctor— Le sonríe la omega dándole al bebé el cual estaba dormido.

Shōto sale con el bebé en brazos y ahora no sabe qué hacer.

Eso le pasa por entrometido, primero en la madrugada y luego ahora.

Sin dejar de lado su idea de tomar una siesta, va a la sala de descanso y se acomoda en una camilla, poniendo al cachorro a su lado. Sus pesados párpados no tardan nada en cerrarse, ya luego se lo entregaría a quien se supone, deba hacerse cargo.

Al despertar gracias a la alarma de su teléfono, otra vez toma al cachorro, que no se movió en todo el rato y se dirigió a su oficina.

—¿Y ese bebé?— Le pregunta Kemy.

—No preguntes— Gruñe sin ganas de dar una explicación entregándoselo listo para atender a sus pacientes.

Cuando acaba el día, se da cuenta de que en realidad, nadie se acercó por el niño, nadie quería hacerse cargo, Kemy solo lo llevaba de vez en cuando a la sala de maternidad para que lo alimenten algunos pacientes voluntarios, pero este era devuelto una vez que comía.

Todos hacían la vista gorda cuando se trataba de hacer algo más por él, no los puede culpar, la verdad es que tampoco quiere acercarse mucho.

Kemy se ocupó de Ayari hasta que acabó su turno.

Shōto se sentía comprometido con el pequeño peliblanco, y moría de curiosidad por ver al padre del bebé, ¿Qué tan mal estaba?

El doctor Tokoyami, quien estuvo encargado del trasnplante del omega lo guió hacia la habitación del paciente, Shōto pensó que sería buena idea para el cachorro sentir su presencia así que lo llevó también.

Desde afuera podía sentir un delicioso y tenue aroma a limón, tan dulce, tan encantador, abrazó con un poquito más de fuerza a Ayari e ingresó.

Al instante, el bebé abrió los ojos empezando a llorar, exigiendo los brazos y calor de su papá. Se acercó a la camilla, cada vez más hipnotizado por la fragancia y su lobo aulló de tristeza al ver al joven postrado en la cama con varios tuvos conectándolo.

La bata estaba abierta en la parte del pecho, revelando un gran vendaje en este, además de algunos puntos en su brazo y manos.

Sintió mucha desolación, tristeza, dolor.

Entonces lo supo, que eran destinados.

Chapter 2: Capítulo 2: Papá por accidente.

Chapter Text

—Kemy, antes de irnos iré a Laboratorio para avisarles que le tomen muestras de sangre al papá de Ayari para un análisis, cuídalo unos minutos, por favor— Ordena Shōto regresando a paso rápido, ella lo ve confundida.

—¿Ocurre algo, doctor?

—Estoy 99% seguro de que es él, iré a que me tomen muestras a mí también— Murmura, mirando fijamente al bebé.

—¿De qué rayos está hablando?

—Mi destinado, Kemy, estoy seguro de que es él. Avisa a recepción que seré yo quien se hará cargo del cachorro hasta que el paciente despierte.

Ella abre sus labios con una perfecta "o" asintiendo.

—Vaya a hacerse los análisis, yo cuidaré a Ayari mientras tanto— Recibe al pequeño entre brazos y Shōto corre por el pasillo, ella frunce el ceño en cuanto percibe cierto olor —Oh, te cagaste.

—Doctor, este no es el camino a mi casa, ¿Se trata de un secuestro?

—Vas a acompañarme, iremos a comprar algunas cosas.

Se estacionan en en centro comercial e ingresan a una tienda especializada en la maternidad y cachorros para conseguir todo lo necesario.

Ayari descansa en el hombro del bicolor, este palmea su espaldita con suavidad mientras Kemy lleva el carrito. Terminó comprando una pequeña cuna colecho, algunos conjuntos de ropa, baberos, dos biberones de vidrio, una pañalera, termo, fórmula, tina, mantas, un cambiador, pañales, paños, un fular y una carriola Doona.

—Es increíble, gastó más de lo que yo gano en todo el mes— Se asombra Kemy cenando, Shōto la recompensó por su ayuda comprándole algo de comida —Ay, si tan solo hubiera estudiado obstetricia también.

—No habría funcionado, no tienes cabeza para ello, sin ofender.

Shōto opina enfocando su vista en el cachorro que yace dormido en su nueva carriola, sí, es muy lindo.

Le llega un mensaje de Kyōka, la analista, enviándole un archivo adjunto, lo abre y lee.

—Lo sabía.

—Entonces... ¿Sí es su destinado?

—Así es.

—Quién lo diría, todos nos preguntábamos porqué el doctor más guapo de toda Obstetricia seguía soltero, oyeras los rumores, algunos dicen que tu destinado te rechazó, otros que lo rechazaste, incluso dicen que falleció sin que se conozcan.

—Bueno, casi es así.

—Ya, al menos cabe la esperanza de que despierte... ¿No le da curiosidad su cachorro? Ningún alfa ha venido a reclamarlo o buscarlo... Tampoco lo llamó nadie preguntando por él, solo le llegó un mensaje de su jefe diciéndole que estaba despedido por falta injustificada. Parece que... No tiene a nadie.

Asiente intrigado y espera a que la omega acabe de comer para llevarla a su casa, luego va a la suya y acomoda las cosas en su lugar, sus vecinos lo ven curiosos por tener al bebé.

Llena el termo con agua caliente mientras Ayari duerme en la cuna que acomodó al lado de su cama, gracias a su hermana sabe que la mejor forma de mantener un descanso óptimo es con el colecho, pues el bebé siente que no está solo y le sería sencillo atenderlo cuando despierte.

Y para ser la primera noche, fue mejor de lo esperado, el menor apenas se despertó dos veces en la madrugada para pedir un cambio de pañal y comida.

Una vez limpiecito y lleno, retornó su sueño en paz.

Luego se despertó a las cinco, lo cual fue solucionado con otro poco de leche y Shōto pudo dormir hasta las seis, su hora habitual. Dejó que el pequeño siguiera durmiendo en lo que él alistaba la pañalera con las cosas necesarias y tomaba una ducha.

Regresar al hospital fue una cosa de locos, todos lo miraban y susurraban en lo que él avanza con la carriola, de seguro Tooru ya había difundido los resultados de las pruebas de destinados.

Kemy está en su sitio, esperándolo con una sonrisa, apenas llega le tira la pañalera a la mujer.

—Es usted un bruto, doctor— Frunce el ceño ella, acomodando la maleta —Hola, pequeño Ayari— Se acerca a saludar al bebé que duerme en el coche, el cual está extendido a 180°— Hoy está lleno, tiene dos chequeos, una cesárea y un parto.

Todoroki suspira ingresando a su consultorio con el cochecito.

Sus pacientes lo veían con curiosidad, pues de un día a otro aparece siendo papá, por supuesto tampoco faltan las ganas de mimar al bebé, que lucía enojado.

Le encarga a Kemy que se haga cargo de Ayari mientras ingresa a la sala de operaciones para comenzar con el trabajo pesado.

—Y acá estamos— Avisa ingresando a la habitación. Al igual que la vez pasada, Ayari llora al notar el olor de su papá.

Lo carga y pone al lado del omega que sigue inconsciente, el bebé patalea y mueve sus manos sintiendo la nostalgia.

Se quedan ahí unos minutos, permitiendo que el cachorro sea rodeado de la esencia de Izuku, aquello era importante para que lo acepte en cuanto este despertase.

No es fácil, pero puede con ello.

Él aceptó la responsabilidad con genuinas intenciones de facilitarle las cosas a su destinado, no soportaría que lo llevasen a servicios sociales o un hogar de acogida y que el chico sufra cuando se levante.

—Oh, no me digas que embarazaste a alguien y te lo dejó en la puerta con una prueba de paternidad— Dice Fuyumi con los ojos bien abiertos observando a Ayari.

—Deja de decir tonterías, no soy tan descuidado, es solo temporal— Él pega la frente de su hermana para luego echarse en el sofá, poniendo al cachorro sobre su pecho, este dormía profundamente.

—¿Entonces estás de niñera?— Se arrodilla ante él para observar mejor el rostro del bebé.

—Algo así...

—Ganas bastante bien y tiempo es algo de lo que careces, ¿Por qué accediste a cuidarlo? Estoy segura de que alguien con más disponibilidad podría hacerlo.

—En realidad es de mi destinado.

—Ah— Acepta conforme con la respuesta —¡¿Ah?!— Exclama al analizarla.

El bicolor rueda los ojos listo para explicarle la situación.

—Entonces eres un papá luchón.

—Si lo quieres llamar así...

Ayari abre sus ojos y empieza a llorar, Shōto revisa la hora en su reloj de mano tomando asiento y dejando al bebé a cargo de su hermana.

Va a la cocina, prepara la fórmula y regresa para alimentarlo, él devora contento su biberón, variando su vista verde entre los alrededores, moviendo sus pupilas de un lado a otro y pataleando, totalmente inquieto.

—Te pido que mantengas esto en silencio— Pide —Si papá se entera no lo aprobará aunque sea mi destinado, sabes cómo es él, me tachará de idiota por aceptar a un omega que ya tiene un hijo. Hablo en serio, guarda el secreto, no quiero que haga cosas turbias.

La omega asiente comprendiendo a la perfección la preocupación de su hermanito menor, no lo culpa, sabe lo imbécil que puede ser su padre.

En algún punto los días se volvieron semanas y las semanas, meses, Shōto llevaba cada día a Ayari al hospital, el pequeño se mantiene en su coche cuando toca chequeos o consultas, y Kemy lo ayudaba cuidándolo cuando este tenía operaciones de por medio. Al final de cada día o cuando lo tenía libre, ambos iban a la habitación del pecoso, el cual seguía sin despertar.

—Debes aprender a decir papá, Ayari, pa-pá— Deletrea.

—Ba-ba— Imita el menor, que ya tiene los siete meses y yace sentado al lado del omega, Shōto asiente besando su mejilla.

Kemy también lo ayuda cuando él tiene su RUT, alguna emergencia que lo obliga a quedarse más tiempo en el hospital o reuniones con su familia, no puede permitirse faltar, su padre lo considera una gran falta de respeto, mas tampoco puede aparecer con el pequeño así de la nada.

—Ba-ba— Ayari golpea con sus manitas el brazo de Izuku, este ahora solo tiene una leve cicatriz en el pecho y algunas otras en su brazo.

Admira el pulso y delicadeza que tiene Tokoyami a la hora de hacer puntadas, pues en su pecho casi ni se nota la marca... Cosa que no era lo mismo con el brazo y manos, de eso ya se encargó Satō.

Acaricia la mejilla del pecoso, le gusta mucho su omega físicamente, espera conocerlo cuando se despierte, quiere saber la clase de persona que es, saber porqué está solo, quién es el otro padre del bebé y porqué no está presente.

—Feliz cumpleaños— Susurra con una sonrisa. Ha investigado lo necesario del chico, se supone que hoy cumple veinte años.

Ayari estira sus manos en dirección al bicolor para que lo tome, este obedece a su petición, sentándolo nuevamente en su regazo.

El bebé lo mira, admirando la belleza de quien lo cuida y lo abraza, restregando su rostro en el pecho del alfa, quien lo recibe gustoso, sobando su espalda.

—Ba-ba— Murmura el pequeño, refiriéndose a Shōto, quien expande sus ojos, sorprendido —Ba-ba...— Repite.

Todoroki dirige su mirada emocionada hacia el omega en la camilla, como diciendo "¿Lo viste?". Sin embargo, la respuesta era obvia.

No, no lo vio.

Abraza con fuerza al bebé, besando repetidamente su mejilla, este suelta unas cuantas carcajadas por las muestras de afecto.

—Vendremos mañana— Le avisa a la nada levantándose —Despídete, Ayari. Dilo, "adiós".

—Ah— Es lo único que puede decir el cachorro.

Sale de la habitación con el bebé en sus brazos, Kemy los espera afuera con la carriola acomodada para que el pequeño pueda sentarse ahí.

Mientras tanto, dentro de la habitación Izuku mueve dos dedos, su respiración se vuelve algo pesada y entreabre sus ojos.

"Ayari..."

Finalmente los vuelve a cerrar.

Chapter 3: Capítulo 3: El abrir de tus ojos

Chapter Text

—¡Doctor Todoroki! ¡Doctor!— La enfermera Tsuyu lo intercepta en cuanto él llega, ladea su cabeza confundido —¡E-el papá de Ayari-chan ha despertado! ¡Exige verlo, está loco!

Se le corta la respiración y acelera sus pasos avanzando con la carriola, Ayari ríe por la velocidad.

Antes de llegar a la puerta de la habitación, logra ver al omega gruñendo y gritando a todos, los paramédicos y guardias intentan retenerlo, algunos incluso presentaban rasguños y mordidas.

—¡¿Dónde está mi hijo?! ¡¿Dónde lo tienen?! ¡Los mataré si dejaron que le pasara algo! ¡Mataré a todos!— Ruge mordiendo a Mezo, que había logrado sostenerlo y aguantaba los rasguños, su brazo ya hasta sangraba.

—¡Ba-ba!— Grita Ayari sorprendido de ver a su durmiente papá despierto.

La vista verde de Izuku se enfoca en el cachorro en la carriola y deja de luchar, guardando sus uñas, sus colmillos también vuelven a su tamaño original.

Su mirada pasa de ser furiosa a aliviada y hasta parecía querer llorar, todos cortan su respiración aliviados por la calma instantánea.

Izuku ladea su cabeza entrecerrando sus ojos, ¿Ese era su cachorro? Su instinto le dice que sí, su corazón le dice que sí, pero sus ojos lo desconocen.

Bueno qué esperaba, estuvo inconsciente por cuatro meses, obviamente Ayari iba a crecer.

Pero está confundido. Él lo recuerda pequeñito, algo rosado y con poco cabello, este ya tiene la fuerza suficiente para sentarse, su tono de piel es un poco más blanco y su cabello albino está un tanto más largo.

—Es papá— Oye otra voz, despega su vista del cachorro para mirar un poco más arriba, un alfa bicolor sostiene la carriola.

" Mío "

Expande sus ojos con sorpresa. Su lobo pide ir a su lado, estar con él y descubrir su aroma para embriagarse hasta desfallecer.

Lo sabe entonces, los pensamientos intrusivos le recuerdan a las reacciones explicadas en su escuela, aquella reacción natural de posesividad y gusto instantáneo que presentan todos al conocer a su destinado.

Vuelve a enfocar su mirada en Ayari, ignorando las ganas involuntarias de querer lanzarse al alfa.

—¿Quiere tomar a su cachorro?— Le pregunta una enfermera con calma, asiente. Entonces ella se acerca al cochecito, desabrocha el cinturón y carga al bebé para acercarlo al omega.

Este extiende sus brazos y lo recibe, aspirando el olor de su niño, es distinto al shampoo que suele usar, pero está bien, es su cachorro, es él.

—¿Podemos seguir con sus análisis?— Le preguntan al peliverde, este asiente dándose la vuelta e ingresando otra vez a su habitación.

—Pues sí, solo quería a su bebé— La doctora Yaoyorozu suelta un suspiro.

—¿Qué ocurrió exactamente?

—Despertó bastante tranquilo, pero en cuanto le dijimos la fecha preguntó por Ayari, estábamos diciendo que su destinado se hacía cargo de él  y se puso como loco, parece que pensó que fue enviado a un albergue o... Ya sabes...

Asiente intentando avanzar hacia la habitación del omega, mas la voz de Kemy lo detiene.

—Doctor Todoroki, llegó el primer paciente para su chequeo.

Suelta un suspiro y da la vuelta, empujando de paso la carriola que ahora está vacía.

Siente miedo... Ahora que Izuku despertó... ¿Ayari se iría? Por la expresión del chico no está seguro de que lo quiera en su vida en realidad, si se iba, ¿Se llevaría al pequeño consigo?

Por supuesto que se lo llevaría, era su padre, mientras él... Él no era nadie.

Acaba su día laboral entre nervioso y emocionado. Pero a la vez melancólico, extraña tener a Ayari en el corral de su consultorio, sea jugando o durmiendo.

Kemy se acerca y toma su mano como muestra de apoyo, él la toma de regreso agradeciendo su compañía, viendo de paso la sortija en el anular de esta, es bonita, símbolo del compromiso que tiene con su alfa destinado.

Debe sentirse dichosa, ella encontró a su pareja a los diecinueve años y ahora con veintitrés, estaba a nada de casarse con él.

Por mucho tiempo se resintió consigo mismo por ser el único en su círculo sin haberse topado con su pareja aún, pensaba que el destino estaba siendo cruel no dándole algo que todos tenían, mas ahora que Izuku se presentó en su camino, haría de todo para ganárselo.

Y podría decirse que tiene ventaja, pues la mejor forma de tocar el corazón de una madre o padre, es por medio de los hijos, y tiene a Ayari ganado.

Por milésima vez en el día, suspira antes de ingresar a la habitación de Izuku, hallándolo jugando con el pequeño albino.

—Ba— El bebé hace muecas en cuanto lo divisa, extiende sus bracitos para que sea alzado por quien considera su padre —¡Ba-ba!— Vuelve a llamar.

A paso lento y bajo la mirada verde del omega, se acerca, toma las manos del cachorro para luego dirigir su vista al pecoso, esperando su aprobación.

Con una ligera sonrisa, el menor asiente,  Shōto entonces pone sus manos bajo las axilas de Ayari y lo levanta, el niño ríe satisfecho, pegándose a su pecho, aspirando su fresco aroma a lavanda, aquel que lo ayuda a dormir por las noches.

—Por la reacción de Ayari, asumiré que eres el doctor Todoroki— Dice el omega, completamente calmado, con la voz más suave y preciosa que oyó en su vida, nada que ver con los gritos en la mañana.

—Lo soy— Responde seco debido a su nerviosismo palmeando la espalda del bebé, que había recostado su cabeza en el hombro del alfa.

—El doctor Tokoyami me informó que es usted quien cuidó de él en el tiempo en que estuve en coma... Se lo agradezco mucho.

—Ha sido un placer, en realidad, es imposible no quererlo... Aunque de vez en cuando hace ciertos berriches— Bufa.

Izuku sonríe admirando el esbelto perfil del alfa, luego redirige su vista al pequeño, el cual tiene sus párpados lentos, símbolo de sueño.

—Midoriya... Disculpa si te molesto pero creo que hay algo que tenemos pendiente— Habla, suave y claro para captar su atención.

Y la consiguió.

—Yo...

—Solo para que lo sepas, tengo intención de acercarme a ti... Sé que estás confundido y hasta asustado por este suceso, quizás te tome un tiempo asimilarlo porque acabas de despertar, sin embargo yo quiero conocerte, pensé en que quizás y tomando en cuenta a Ayari, por supuesto, podríamos conectar más allá de este lazo.

Izuku levanta sus cejas, no esperaba que el hombre sea tan directo, si bien no fue con rodeos, tampoco fue malcriado o grosero. El alfa le está siendo honesto desde el principio y parece ser serio, además de que considera mucho a su hijo...

Pero ese olor a lavanda es tan similar a otro que nunca podrá olvidar y duele, duele porque lo regresan a aquella noche en que cambió su vida, e inevitablemente teme.

—No te forzaré a una marca ni forzaré nuestro lazo... Pero sí quiero conocerte, y que me conozcas a mí también, seré transparente contigo si eso me permite acercarme a ti... Y a Ayari.

Izuku sigue en silencio, sin saber qué responder aún.

Pero mierda, su lobo le dice que no se haga el difícil y se una a él casi al instante. Está seguro de que el de Shōto le pide lo mismo.

—Hay cosas que debo solucionar, Todoroki-san... Hay heridas que debo sanar, no puedo estar contigo ni con nadie mientras haya inseguridades en mí. Pero también me gustaría conocerlo.

—Gracias— Sonríe el alfa —Tengo entendido que mañana recibes el alta... Y el siguiente es mi día libre... Si te parece bien, podríamos salir... A donde sea que quieras o te sientas cómodo.

Izuku ríe. A primera vista el alfa da miedo y es serio, pero viéndolo ahora nervioso y tartamudeando hace que su lobo muera de ternura.

—Está bien, me parece bien. Mientras tanto, me gustaría tener mi teléfono de vuelta, necesito contactar a mi arrendador y jefe para explicar la situación.

—Respecto a eso... Tu jefe llamó para anunciar que estabas despedido, se le informó de tu accidente pero parecía no importarle. Y tu arrendador se mostró más comprensivo, pero dijo que no podía esperar quién sabe cuánto tiempo a que despiertes, dijo que guardaría tus cosas y podrías recogerlas cuando quieras, pero que pondría en alquiler tu habitación.

—¿Qué?— La sonrisa de Izuku se desvaneció.

—Puedes quedarte conmigo— Da la primera solución que se le viene a la mente, Izuku arquea una ceja —O sea, si quieres... O hasta que encuentres otro sitio... Solo digo. Además a Ayari seguro le sería difícil acostumbrarse a otro lugar.

—Sería de gran ayuda— Lo tranquiliza, la verdad es que no está en posición de negar ayuda, si estuviera solo quizás, pero tiene un cachorro por el cual velar —¿Te llevarás a Ayari hoy?

—¿E-estás de acuerdo con eso?

—No puede estar acá, prefiero soportar esta noche sin él y que esté cómodo, a tenerlo en una dura camilla de hospital.

—Bien, Ayari...— Mueve un poco al bebé, que se había quedado dormido y babeaba su hombro —Oh.

—Está bien, no quiero retenerlos mucho tiempo, se hará más tarde— Dice con una sonrisa el menor, levantando su mano para acariciar la mejilla regordeta y suave de su pequeño —Hasta mañana, mi amor— Se despide, mirando amorosamente a su descendiente.

—Nos vemos mañana, Midoriya, que descanses.

—Buenas noches, Todoroki-san.

Shōto sale de la habitación con un triste sentimiento. Regresa a la cabina de Kemy, ella se levanta, cubre al cachorro con una manta y juntos se dirigen al estacionamiento.

Utsushimi se encarga de desglosar la carriola para transformarla en un asiento de coche y lo asegura, luego ponen ahí al bebé y juntos emprenden su camino a casa. Deja a la omega a mitad del camino, donde vivía y continúa el suyo hasta su hogar.

Está contento, Ayari no sería apartado de su lado, e Izuku le estaba dando la oportunidad de conocerlo. Parecía un omega sensato, que veía por la comodidad de su hijo antes que su orgullo propio, eso era buena señal, no mostraba ser alguien poco pensante u orgulloso.

Chapter 4: Capítulo 4: Bajo el mismo techo.

Chapter Text

Tal y como Shōto lo pidió, Izuku fue dado de alta al mismo tiempo en que salía de su turno en el trabajo.

Ayari sonríe al ver a Kemy y se divierte ante las muecas de esta hasta que sus ojitos verdes divisan los de su progenitor acercándose al lado de Shōto.

—¡Ba-ba!— Grita.

La rubia se da la vuelta y se lo entrega con una pequeña sonrisa, Izuku lo recibe besando su frente, liberando su aroma para anunciar su presencia y confort al pequeño, que gracias a que Shōto lo llevaba diariamente a su habitación mientras estaba en coma, no lo había olvidado.

—Midoriya-san, espero que no le incomode mi presencia, es solo de rutina— Explica Kemy, tomando asiento en la parte de atrás, al lado del asiento de Ayari, que se divierte con una sonaja de madera.

—Está bien, no puedo interferir en ustedes si tienen una rutina ya— Se avergüenza un poco el pecoso que estaba sentado en el copiloto.

—Al contrario, tiene todo el derecho de hacerlo, hay un lazo que los une, así que si le molesta que yo esté acá siéntase en el derecho de decírmelo.

—No hace falta, de verdad. Además, Ayari también parece quererte mucho, no podría alejarlo de ti.

Kemy le devuelve la sonrisa.

—¿No se te hace atractivo el doctor?

—¿Cómo?

—Lo que oíste.

—Kemy-san, no... creo que pueda pensar en algo como eso. Tengo un cachorro al cual sacar adelante, siento que es demasiado pronto... Y tampoco creo que sea buena idea, su papá es alguien que me hizo mucho daño, tengo miedo, ¿Entiendes?

—Lo comprendo, Izuku-kun... Solo... El doctor no es una mala persona, es muy dedicado a su trabajo y lo ama, es el único de su familia que trabaja para el gobierno en vez de un hospital o clínica privada. Es muy solidario, gentil, paciente... En los años que llevo conociéndolo jamás ha tomado interés en alguien y... Es alguien de verdad que vale la pena conocer... Podrías darle la oportunidad. No te lo sugeriría si no fuera así.

—Tienes razón, se nota que es una persona maravillosa— Admite, viendo a su pequeño dormir tranquilo —Quizás nos dé una oportunidad.

Ella sonríe, encantada con el joven. Shōto, quien había salido para comprar algunas cosas y comida, abre la puerta del conductor y le entrega una de las bolsas a Kemy, que lo recibe alegre.

Lo bueno de tener amigos con dinero es que te compran comida.

—¿Te gusta el katsudon, Midoriya?— Le pregunta Shōto, al omega le brillan los ojos.

—Me encanta.


Luego de dejar a la chica en su edificio, fueron a la casa del bicolor.

Izuku admiraba lo bonita que era por fuera, y se puso mejor aún por dentro, pues estaba finamente amoblada entre los colores blanco, gris y azul, no teniendo únicamente los colores neutros como decoración.

Imitó a Shōto cuando dejó sus zapatos en la entrada y los cambió por unas pantuflas, él terminó poniéndose unas rosadas que al parecer, eran la únicas de su talla.

—Son las que usa mi hermana cuando viene, si quieres podemos conseguir otras.

—No, está bien, son bastante cómodas.

Ayari había despertado hace un par de minutos y fue puesto en la alfombra de la sala junto al control remoto.

Shōto no se tomó la molestia de comprar juguetes de bebé con colores chillones, sino controles, billeteras y cosas así porque al parecer, es lo que más llamaba la atención del pequeño.

—Aparte de la mía, tengo otras tres habitaciones libres, dos las uso como habitación de invitados y la otra como biblioteca— Explica Shōto sirviendo la comida en platos de cerámica —Cuando subamos te mostraré cuál es cuál.

Izuku se acercó a él con intención de ayudar.

—Ayari empezó hace poco a consumir más alimentos aparte de la leche, descubrí que le encanta en mango— Dice, cortando en cuadros la fruta.

Al final, mientras ellos comerían Katsudon, Ayari se llenaría con una sopa de verduras, una pequeña porción de mango y una pierna de pollo asada.

Las manos curiosas no tardaron en ingresar al plato y jugar con los brócolis y zanahorias, haciendo un desastre de su silla y ropa.

—A-Ayari...— Izuku intenta llamarlo, temiendo que Shōto se enfade por la molestia que causaría limpiar aquello, mas este parecía relajado comiendo lo suyo.

—Déjalo, la mejor forma de que aprenda es experimentando y conociendo, se está familiarizando con las texturas y sabores.

El pequeño pronto divisó la pierna de pollo y sus ojos brillaron, la tomó del hueso para empezar a devorar la carne (mentira, aún sus dientes son pequeños, solo puede chuparlo y apachurrarlo).

Decide tomar el consejo de Shōto y empieza a comer, disfrutando lo salado de su plato y la suave textura del cerdo.

Estuvo realmente delicioso a su parecer, redirige su vista al menor de todos, que embarraba los trozos de mango en lo que quedaba de sopa y luego se lo metía a la boca con mucho gusto.

Cuando Ayari empezó a retirar los platos de su mesita fue que Shōto supo que había tenido suficiente.

—Bien, primero limpiemos esto y luego es hora del baño.

Izuku se maravilla con aquel horario que tiene su bebé, parece acostumbrado, pues facilita el proceso de quitarse la ropa levantando sus manitos o alzando sus piernas. Definitivamente Shōto lucía comprometido con la educación y cuidado de su niño.

El baño fue una cosa sencilla, Ayari no chapoteaba tanto como se lo esperaba, de hecho parecía tomar aquel momento en el agua para relajarse y reposar un rato.

—A veces se duerme— Dice Todoroki, pasando el jabón en gel por su cuerpecito —Le gusta demasiado.

Finalmente le ponía un pijama ligero y lo echaba en la cuna que estaba al lado de su cama, el pequeño bosteza en lo que Shōto prepara su biberón y se echa a su lado para dárselo.

En cuestión de minutos, el bicolor deja de sentir movimiento en el tetero y lo aparta, para que Ayari duerma tranquilo.

Sale de la habitación con Izuku siguiéndolo.

—Estás haciéndolo mejor de lo que yo podía haberlo hecho jamás— Confiesa con su susurro, temiendo hacer ruido y despertar al albino.

—Mi hermana es pediatra y me ha recomendado algunos especialistas para su crianza, se lo debo a ella— Confiesa —Ven, puedes quedarte acá— Anuncia abriendo la puerta frente a la suya —Toma un baño, compré algo de ropa para ti, en un momento la subo.

Izuku agradece ingresando a la amplia habitación la cual tiene también un baño completo y armario.

A sus ojos, es increíble, pues el lugar en el que se estaba quedando anteriormente era de ese tamaño, sin mentir. Dormía en una pequeña cama con una cocina a gas al lado, algunos reposteros y las cosas de su bebé en una esquina.

Empieza a dudar de su capacidad como padre, no se siente capaz de alejar a Ayari de aquel gran y cómodo ambiente para luego traerlo de vuelta a la miserable vida que tenía antes.

Hará lo posible para darle a su pequeño la vida que se merece, o al menos intentarlo.

Cuando sale de la ducha, con una suave bata cubriendo su cuerpo, encuentra algo de ropa sobre la cama.

Termina de secarse para luego vestirse con aquel sencillo, pero seguramente costoso, pijama.

La suave tela tanto de la ropa como de las sábanas le hacen saber la calidad de ambas, y si antes tenía dudas respecto a su posible relación de Shōto, ahora hay más, pues podría fácilmente verse como un aprovechado o cazafortunas.

La gente no va a observar el lazo que los une o el amor con el que Todoroki veía a Ayari, solo verían las diferencias socioeconómicas y hablarían acerca de su situación.

—Midoriya, ¿Puedo pasar?— Oye tras la puerta.

—Adelante— Dice, levantándose para tomar asiento.

El alfa ingresa algo nervioso y se acerca, tomando asiento en el pie de la cama.

—Solo... Quería saber si te sientes bien, respecto a las heridas y eso.

—Estuve cuatro meses reposando, creo que fue suficiente tiempo para curarme, el doctor Tokoyami me dijo que solo no haga fuerza o aguante la respiración por dos meses más.

—Sí, claro... Y... ¿Te gusta el lugar?

—¿Mmm?

—Me refiero a la casa, si te gusta, o si hay algo que te incomoda y quieras cambiar.

—Está preciosa, Todoroki-san. Y siento que Ayari también es muy feliz contigo, no sé qué haré cuando tenga que irme.

—No es necesario que lo hagas, o sea, que pienses en ello aún. Mejor dicho, estamos viendo un posible futuro en el cual algo más que este vínculo nos una, en vez de pensar en que te irás o que deberé despedirme de él y de ti... Podríamos pensar en planes para fortalecer esta relación.

Izuku sonríe, apenado por la franqueza que tiene para decir las cosas.

—Lo tendré en cuenta.

—Y... Ya que mañana es mi día libre. Podríamos salir a hacer algo.

—Primero iré por mis cosas, no son muchas así que será rápido, luego con gusto saldremos.

—Está bien, entonces, descansa...— Se despide levantándose —Buenas noches, Midoriya.

—Hasta mañana, Todoroki-san.

Chapter 5: Capítulo 5: Cita de tres.

Chapter Text

Justo como Izuku lo dijo, no tardó casi nada en recoger sus cosas las cuales tampoco eran tantas, pues todo cupo en una sola valija y una mochila amarilla.

En cuanto el pecoso llegó a la casa de regreso, apenas eran las ocho (salió a las seis por temor a agarrar tráfico), y encontró a Ayari en su silla con su boquita sucia por una cremita rosa.

Estaba desayunando yogurt de frutos rojos con hojuelas de avena, tostadas y unos huevitos cocidos.

—¡Ba!— Le grita su cachorro.

—Ba para ti también— Se acerca a darle un beso en la cabeza.

—Buenos días— Saluda Shōto aún en la cocina, preparando lo suyo —¿Café o leche?

—Leche, por favor... Buenos días, ¿Te ayudo en algo?

Ingresó a la cocina tímidamente, ayudando al alfa a preparar un zumo de naranja en lo que él llenaba de jalea los panes.

Ayari los veía de vez en cuando, pero luego recordaba su comida y metía los huevitos cocidos en el yogurt de fresa para saborearlos. Delicioso.

—Compré boletos para una pequeña feria en un club campestre, venden productos orgánicos hechos por los mismos granjeros, hay una zona interactiva con los animales, juegos, restaurante y puedes cabalgar si así gustas, ¿Te agrada la idea?— Pregunta Todoroki, empezando a tomar de su taza de café.

—Suena divertido— Sonríe, sin recordar la última vez que fue a un lugar así. Ahora que lo piensa, sus padres no le permitían salir mucho por miedo a que se dañe, apenas podía ir al cine cuando era adolescente, pues los paseos escolares ni siquiera eran una opción ya que no estaba permitido que vaya un adulto.

La mañana es tranquila, él se ocupa de preparar a Ayari en la habitación de Shōto mientras este ordenaba algunas cosas relacionadas con el trabajo en la biblioteca, luego se encierra en el baño para tomar una ducha y vestirse.

—Déjamelo, ve a alistarte— Dice con suavidad el alfa saliendo del baño, portaba una camisa fresca blanca y un pantalón casual beige, algo sencillo y cómodo. Izuku sonríe agradecido. Le da un beso en la frente a su bebé antes de irse a su habitación.

Tiene entendido que estarán bajo el sol y en un ambiente caluroso, considera que una camiseta y short jean serán suficientes, toma una gorra para protegerse y sale a la sala, donde Shōto termina de empacar algunas cosas en su mochila, Ayari lo ayuda intentando guardar el control remoto en uno de los bolsillos.

—¿Listo?

—Listo.

Todoroki se pone la mochila y toma a Ayari con un brazo, abre la puerta con su mano libre para que Izuku pueda salir primero.

Juntos van al camino de entrada, donde el auto gris está estacionado y Shōto, nuevamente, abre la puerta del copiloto permitiéndole a Izuku ingresar.

En cuanto el pecoso está sentado y con el cinturón puesto, el alfa se va para los asientos traseros, dejando la mochila a un lado para poder acomodar al pequeño en su asiento de bebé.

Tomando en cuenta que al niño no le gusta estar sentado ahí, le pasa una cuchara de madera con la que él suele jugar, entreteniéndolo en lo que abrocha sus cinturones.

Izuku se siente un total desconocido en las interacciones de ambos, su corazón se oprime triste, pues su cachorro parecía preferir al bicolor antes que a él. Normal tomando en cuenta que pasó unos meses a su lado, creciendo con él.

Se pierde en sus pensamientos, por unos minutos y el camino silencioso le resulta relajante, sus párpados empiezan a pesar hasta cerrarse y quedar profundamente dormido.

.

.

.

—O-oye, basta, ¿ Q-qué haces? ¡Me estás asustando!

—Un omega y un alfa no pueden ser amigos, es tu culpa por seguirme tan estúpidamente aun cuando todos te advirtieron de mí.

—Por favor, por favor, detente. Para... ¡Para!... E-este no eres tú...

—Este siempre fui yo, solo que tú nunca lo quisiste ver.

.

.

.

—Midoriya, Midoriya... Llegamos.

Abre sus ojos confundido, Shōto está tomando su mano y lo mira apacible desde afuera del auto, Ayari está en su carriola chupando su mano, mirando los alrededores con curiosidad.

—Dormías profundamente, ¿Fue un buen sueño?

Sonríe incómodo y asiente. Por supuesto que no lo fue, pero no quiere arruinar la atmósfera explicando o siquiera recordando aquel trauma pasado.

—Lo siento, me desperté temprano y por eso me quedé dormido— Se disculpa desabrochando el cinturón y saliendo.

Toma la carriola, emocionado por la primera salida recreativa que tendría con su bebé.

—¡Qué bonito!— Chilla una omega viendo al cachorro —¿Cómo se llama? ¿Cuántos meses tiene? ¡Cariño, ven!

Sin querer queriendo, terminaron haciendo un pequeño grupo de cuatro junto a otra pareja que también tenía niños y pasearon por los puestos, probando y comprando algunas artesanías o postres.

Shōto se ofreció a invitarles el almuerzo a sus acompañantes, agradecido por la calidez con la que los trataron y guiaron, al parecer ellos venían frecuentemente.

—No me canso de decirlo, Ayari-kun es realmente lindo— La pelinaranja está enternecida viendo a Shōto sosteniendo al cachorro sentado en su muslo chupando un tomate —Adivino, Todoroki-kun, usted es su favorito.

—¿Cómo?

—Por lo general los cachorros se pegan mucho a uno de sus padres, Tsuki-chan me prefiere a mí, mientras Zero-chan se queda con Tetsutetsu.

A Izuku ese comentario lo pone triste.

—Es una perfecta combinación de ustedes— Suspira con dulzura, Shōto arquea una ceja e Izuku se pone rígido y dirige su mirada a su hijo, para variarla entre él y Shōto.

Es jodidamente cierto.

Su cabello lacio y albino se asemeja a la mitad derecha del alfa, además de que era casi de su mismo tono pálido de piel, lo único que tiene de Izuku son los ojos.

Shōto parece notar la incomodidad en él y le pasa al bebé, mas este empieza a llorar, exigiendo no ser apartado de los fuertes y cómodos brazos del bicolor.

Eso solo parece empeorar la situación del omega, que se levanta repentinamente.

—I-iré al baño, volveré en un momento.

Sin esperar respuesta, corre hacia dentro del restaurante, sus ojos pican. Hipea un poco, ¿Era tan obvio para los ojos ajenos que Ayari no lo quería como debía hacerlo?

Se siente egoísta, no es culpa de Ayari, ni la de Shōto, pero no puede evitar sentirse mal, se siente insuficiente. El alfa era un excelente partido para cualquiera y mostraba ser un padre excepcional, debería sentirse contento de que quiera y mime tanto a Ayari como puede, pero en vez de eso, se siente inferior.

Porque sabe que ni trabajando un año podría comprarle u ofrecerle el estilo de vida que Shōto podía.

No podía hacer nada.

No era suficiente.

No es nada.

Solo un idiota que se enamoró tontamente de alguien aún con todas las banderas rojas existentes y quedó embarazado el día de su graduación.

No podría ir a la universidad como tenía planeado, no podría ejercer una profesión como le hubiera gustado, solo le quedaba tomar un trabajo tras otro, siendo mal remunerado para poder salir adelante con su bebé.

—¿Midoriya?

Limpia sus lágrimas y se echa agua en el rostro al instante en que oye la voz de Shōto, este ingresa con Ayari.

—¿Pasa algo?

Niega, avergonzado de sus preocupaciones y finge que se enjuaga la cara.

—Los Tetsutetsu acaban de retirarse, dijeron que querían retomar su salida familiar... Saliste tan de pronto que pensé que te sentías mal.

Izuku se muerde el labio.

—Estás mal— Acierta, prestándole más atención al omega a través del espejo, notando sus ojos un poco rojos —¿Por qué?

Niega otra vez fingiendo una sonrisa, la cual no convence para nada al alfa, y se acerca, levantando sus manitos para que Ayari quiera ir con él, sin embargo solo las vio unos segundos antes de girarse para abrazar a Shōto.

Y ya no lo aguanta.

Termina llorando.

—Ay— Es lo único que dice Todoroki, que no sabe qué hacer, por lo general , cuando alguien llora, él escapa, los únicos llantos que ha calmado son los de Ayari.

Tomando como ejemplo al pequeño, se acerca para rodearlo con su brazo libre y deja pequeñas palmadas en su espalda, tal y como hacía con el cachorro cuando este lloraba.

—A-Ayari... Siento que no me quiere... Apenas me recuerda. N-no logro que conecte conmigo otra vez...

—Despertaste hace dos días, le tomará tiempo acostumbrarse. A mí no me quiso por al menos dos semanas.

—M-me duele mucho, sobretodo ver lo feliz y saludable que es contigo, tú le ofreces algo que yo solamente en sueños podría— Limpia sus lágrimas con sus manos, mas vuelven a salir.

Shōto no sabe qué responder esta vez, tampoco iba a mentir tomando en cuenta las pocas cosas que había traído consigo el omega o la dirección que le dio el arrendador, se había tomado la molestia de investigar, resultando en un lugar bastante modesto.

Pero Izuku hace su mejor esfuerzo y lo sabe.

Solo se queda en silencio aún sobando su espalda.

—Pa— Ayari dice de repente, posando su manito en los cabellos esponjosos de su papá.

Izuku levanta la vista sorprendido, el pequeño mira su mano y luego pasa su atención a los ojos verdes contrarios.

—Pa— Repite.

—Pues yo creo que aunque aún le hace falta acostumbrarse, él te tiene muy presente y la posición que tienes en su vida— Le intenta consolar Shōto, quien estaba ligeramente emocionado por el nuevo monosílabo que dice el bebé.

Izuku sonríe un poquito, Ayari tímido pega su cabeza al mentón del alfa.

Vuelve a notar el parecido entre ambos y le resulta increíble aquella coincidencia.

—Si no supiera quién es su padre, pensaría que tú lo eres— Se le escapa, poniendo tenso a Shōto.

Mierda, ahora de seguro Shōto creería que se lo está emparentando.

Pero es que era verdad, Ayari no se parecía en nada a su papá alfa biológico, incluso se hizo una prueba de ADN para asegurarse de que no lo habían cambiado en el hospital donde nació, pero solo era que padecía albinismo.

—¿Q-quieres ir a la granja?— Cuestiona Todoroki.

—Ujum— Asiente, ignorando el incómodo momento.

Salen del baño, recogen el coche que sigue en su mesa la cual ya está limpia y retornan su camino. Van a la zona de animales, a Ayari casi le da un ataque en cuanto vio a los gallos.

Juegan acariciando a las cabras y pollitos, permiten que un conejo se pose en el regazo del bebé y alimentan a los cerdos.

Para finalizar, Izuku subió a un caballo y fue paseado por el guía mientras Shōto y Ayari lo veían a lo lejos comiendo unas uvas.

°


—Estoy agotado— Exclama Izuku tirándose en el copiloto, Shōto en la parte de atrás acomoda al cachorro en su asiento.

—¿Fue divertido?

—Mucho.

—Me alegro... ¿Cómo la pasaste tú, cariño?— Le pregunta al pequeño, picando su nariz.

El albino frunce el ceño y toma su dedo entre sus gorditas manos.

—Papá.

Izuku se gira anonadado, notando que el bicolor está igual de paralizado que él.

Todoroki no dice nada, solo besa su frente antes de salir para sentarse en frente al volante mientras un calorcito se instala en su pecho.

El corazón de ambos se acelera por el llamado del pequeño, ambos están tan extasiados como incómodos.

Shōto espera que a Izuku no le moleste que lo llame así.

Izuku espera que a Shōto no le moleste ser llamado así.

Chapter 6: Capítulo 6: Buscando qué hacer.

Chapter Text

—Oh, ¿Y Ayari-chan?— Pregunta Kemy curiosa al ver a Shōto llegar sin carriola, pañalero ni bebé.

—Se quedó en casa con Midoriya, está intentando recuperar su trabajo o conseguir otro.

—¿No es demasiado pronto?

—También pienso lo mismo, pero creo que no quiere sentirse en deuda conmigo. Hace de todo por ayudar y parece que ni siquiera quiere que sea notada su presencia, no hace ruido, no toca cosas si no lo ve necesario... Está alerta siempre...

—Normal, es un invitado y no quiere ser desconsiderado.

—Siento que hay algo más.

—Quizás le estás tomando demasiada importancia, es tu destinado, te preocuparás por él y sus reacciones así sean mínimas, tranquilo.

—Quizás tengas razón...

—Anda, prepárate porque hay una mujer con contracciones desde hace unas horas, apenas tiene dos de dilatación, la están alistando para ingresar a la sala de partos.

Asiente.

"Sí, debo estar dándole muchas vueltas".

Tal y como se lo esperaba, es demasiado difícil, la sociedad no acepta que los omegas tengan trabajos pesados, por los que pagan bien.

Consiguió una entrevista en sitios limitados y de dudosa procedencia legal, pero peor era nada.

Llamó y agendó una cita para el día siguiente, su única preocupación ahora era Ayari, ¿Quién lo cuidaría?

Consultaría con Shōto si podría llevarlo consigo como había hecho hasta ahora, en caso de que no, buscaría la manera, pero ahora mismo cuenta con esa carta.

Deja a un lado los anuncios en la mesa, el reloj de pared le indica que se acerca la hora de que Ayari coma.

El alfa le había dejado su horario y tipos de comida que podía prepararle al bebé.

Sale de la biblioteca y se acerca a la habitación de Shōto, tímidamente ingresa, el pequeño duerme tranquilamente en la cama de este con las almohadas protegiendo los bordes.

En cualquier momento despertaría, baja las escaleras en dirección a la cocina y prepara algo de legumbres, un poco de carne y su infaltable mango.

Deja todo en la mesa de bebé, regresa a la habitación de Todoroki, encontrando a su cachorro despierto y confundido, seguramente porque encontró un techo blanco en vez de la oficina de Shōto o el espacio de Kemy.

—Hola, mi amor— Suaviza su voz al ingresar, Ayari dirige sus ojos a su papá y llora —¿Tienes hambre ya?— Pregunta cargándolo, el bebé se apega a su pecho esperando ser consolado.

Lo llevó a la cocina y dejó al menor en su asiento, la comida captó su atención, logrando que apacigüe sus llantos.

Como siempre, empezó a hacer un desastre en la mesa y su ropa, pero la mirada de Izuku se expande con sorpresa cuando ve que en algún momento, su pequeño toma los cubiertos de plástico para intentar comer con ellos.

No dice nada, solo se maravilla al verlo desesperarse por no poder atrapar los trozos de carne en su cuchara.

En cuanto Shōto ingresó a su casa, no esperó que Izuku lo recibiera con una sonrisa emocionada, literalmente, en la puerta, como si hubiese estado esperando.

—Buenas noches— Le sonríe el pecoso.

—Buenas noches... ¿Pasó algo?— Pregunta, intrigado por la inusual poca timidez que presenta el omega.

—Ayari intentó usar los cubiertos para comer— Anuncia.

Shōto sonríe cambiando sus zapatos para acercarse al pequeño que jugaba en la alfombra con unos cascabeles, mas en cuanto lo ve, empieza a llorar y gatea hacia él.

—Papapa...—Solloza al momento de ser cargado, pegándose al pecho del alfa.

Todoroki se sienta en el sofá, palmeando su espalda, Izuku va a la cocina para prepararle algo de beber al alfa, quien seguramente estaba agotado.

—¿Cómo le fue hoy?— Pregunta bajo Midoriya acercándose con una taza de té, intentando entablar conversación.

—Gracias, Midoriya— Recibe el té con su mano libre y lo posa sobre la mesa de centro —Hoy solo me hice cargo de un parto, fue exhaustivo, eran gemelos, por suerte todo salió bien... ¿Qué hay de ustedes?

—Fuimos al parque luego del almuerzo, parece que le tiene miedo al césped.

—Ah, sí, tampoco le gustan las flores— Dice dándole un sorbo a su taza, mientras Ayari sigue sobando su rostro en el pecho del alfa, intentando envolverse con su aroma.

—Y... Quería hablar con usted de algo— Anuncia con cierto nerviosismo el omega arrodillándose para quedar a su altura y de paso jugar con Ayari, Shōto arquea la ceja indicándole que prosiga —Conseguí una entrevista para mañana. Me preguntaba si podrías llevar a Ayari contigo al hospital... Y en caso de pasar la entrevista, pensé que podríamos llegar a un acuerdo respecto a él, si no es mucha molestia.

—Claro, yo me ocupo, podríamos seguir la rutina en el hospital como siempre... Yo creo que aún está muy pequeño para ir a la guardería, no me siento cómodo dejándolo con un extraño— Lo calma, Izuku sonríe agradecido.

Continúan su noche jugando con Ayari. Izuku con todas las ganas del mundo de ayudar, preparó la cena para los tres, siguiendo las estrictas indicaciones de no condimentar o endulzar las comidas de su pequeño.

Comieron juntos y se ocupó de lavar los trastes mientras Shōto limpiaba la guerra de comida de Ayari para luego bañarlo.

Cuando el bebé estuvo dormido, Shōto fue a la biblioteca para buscar un libro que Kemy le había prestado meses atrás y ahora se lo reclamaba de vuelta.

Al ingresar, vio curioso que en la mesa, estaban algunos papeles, periódicos y números anotados. Se acerca interesado, de seguro son de Izuku, no piensa que está haciendo algo malo al echarles un ojo, tomando en cuenta que está en un área común y a la vista de todos.

Pero nada más ver el horario anotado, el nombre del lugar y los contactos de referencia hacen que una extraña sensación de molestia se aloje en su pecho.

Traga duro, no queriendo perder la compostura, no se siente cómodo con aquel sentimiento, quizás Izuku no tiene del todo claro el lugar al cual postula.

Toma la hoja con direcciones, números y nombres anotados.

Respira hondo caminando en dirección a la habitación que le pertenece al omega y toca con suavidad.

—¿Todoroki-san? Adelante.

Ingresa lentamente, hallando al pecoso sentado en el escritorio.

—¿Qué haces?— Pregunta, sin ganas de tocar el tema tan pronto, pues parecería que lo estaba recriminando.

—Mmm... Podría decirse que estoy jugando— Se hace un lado, revelando un libro de matemáticas avanzadas y un cuaderno abierto —Espero que no le moleste que los haya tomado, los encontré en la biblioteca.

—No, tranquilo, es mejor si les das un uso... ¿Te gustan las matemáticas?

—Sí, cuando estaba en la preparatoria estaba en el taller de matemáticas y formé parte del consejo estudiantil. Participé en muchos concursos, incluso gané una beca en la universidad de Tokio— Sonríe, emocionado por contar una época tan buena de su vida.

—¿Y qué pasó?— Cuestiona, queriendo saber más del chico, lo envidia un poco, él apenas y logró conseguir media beca. Pero en cuanto la sonrisa del chico se borra, se da cuenta de que tal vez hubiera sido mejor no preguntar.

—Quedé embarazado— Responde con una sonrisa fingida —No tuve el apoyo de mi familia, no había forma de mantener a Ayari y los estudios al mismo tiempo, tuve que escoger y dejar de lado mis sueños por un momento, me encantaría retomarlos en el futuro, cuando Ayari sea lo suficientemente mayor.

Shōto ahora no sabe qué responder. Es más, incluso duda si sería buena idea indagar acerca de los papeles encontrados.

—Oh... ¿Eso es...?

Al parecer no hizo falta, Izuku solito tocó el tema viendo la hoja en sus manos, Shōto se tensa.

—¿Vino porque quería hablarme de ello?

Shōto asiente con timidez.

—Midoriya, ¿Sabes el tipo de lugar al cual estás queriendo ir?

Izuku ladea su cabeza, no entendiendo.

—Puede que un bar no sea la opción más segura para un omega, pero el puesto es solo de mesero, la paga es buena por solo algunos días a la semana y un par de horas.

—Esos... No son bares normales, la razón por la que el sueldo de "mesero" es tan alto, es porque deben sentarse y tomar junto a los clientes por el tiempo que quieran. Algunos incluso, ofrecen otro tipo de servicios...

Izuku expande sus ojos, eso tenía sentido, nadie pagaría tal cantidad por simplemente llevar bebidas cuatro días a la semana.

—¿Cómo sabe eso?— Pregunta, intentando desviar el tema de conversación, avergonzado por haber creído ilusamente aquello.

Pero el silencio del alfa hace la situación incómoda.

—Mira, si tú realmente quieres trabajar ahí, no puedo negártelo... Sin embargo, me gustaría que sepas que, aunque no somos nada, hay un lazo que nos une y no me siento del todo cómodo con ello.

—Comprendo— Y sí que lo hace.

La falta de respuesta de antes le hace pensar que quizás, Shōto había ido a ese lugar anteriormente, algo completamente normal tomando en cuenta que está soltero y debe saciar sus necesidades como alfa, mas eso no evita que su lobo se sienta molesto al imaginar al bicolor con otras personas.

—Si te parece bien, me gustaría que te tomes como mínimo otros dos meses de reposo, Tokoyami pidió que no hagas mucho esfuerzo físico en ese tiempo. Quisiera que te quedes en casa y busques un pasatiempo más tranquilo... Tal vez podríamos inscribir a Ayari en clases de estimulación para que se distraigan, tampoco quiero que estén encerrados y aburridos. Y cuando él cumpla el año ya podríamos ver algo en lo que podrías trabajar.

—L-lo pensaré— Le sonríe, Shōto devuelve la sonrisa.

—Es todo lo que quería decirte, me retiro, buenas noches, Midoriya.

—Buenas noches, Todoroki-san, hasta mañana.

Chapter 7: Capítulo 7: Más cerca que antes.

Chapter Text

Las cosas entonces fueron como lo planeado, Shōto inscribió a Ayari en un curso de estimulación temprana durante las tardes, e Izuku parecía más contento también.

En esos dos meses, el omega había hecho algunos amigos de la clase de Ayari, se relacionó especialmente con dos chicas, Melissa y Ochako, dos madres del grupo de cachorros con las que suele salir para que sus bebés jueguen entre sí.

Melissa es una beta viuda extranjera de treinta y dos años, una científica muy bien remunerada la cual tiene las posibilidades de permitirse cuidadores y niñeros para que la ayuden con su bebé la cual era una copia exacta de su mamá.

Y Ochako es una omega ama de casa muy enérgica de veintiocho años, podría decirse que es su mejor amiga, comparten cotilleos y consejos, además de que sus hijos parecían también disfrutar su compañía mutua.

Durante este tiempo, se sentía como en un matrimonio tradicional, solo que no estaba en uno, pero de todas formas, se levantaba a mimar a Ayari mientras Shōto preparaba el desayuno, comían juntos, Shōto iba a trabajar y él se quedaba haciéndose cargo de la casa y el bebé, luego hacía el almuerzo y la cena hasta que llegara el alfa, quien siempre traía algún postre, fruta o la despensa completa.

Oh, y ama cuando Todoroki le trae libros de resoluciones matemáticas, sudokus o acertijos, pues el mayor había descubierto que al pecoso le entretenía tener su mente activa.

También, una vez a la semana le trae sutil mercancía de All Might, su superhéroe favorito desde que es un niño, desde bolígrafos y llaveros hasta accesorios.

—Por cierto, Izuku-kun, dijiste que querías trabajar en cuanto Ayari-kun cumpliera un año, ¿Verdad? ¿Qué te parece adelantarlo?— Dijo de repente Ochako jugando un poco con sus dedos.

Los tres estaban en la gran casa de Melissa, más específicamente en el jardín trasero haciendo un pequeño picnic.

—¿Qué quieres decir? ¿Tienes un trabajo para Midoriya?— Melissa ladea su cabeza, intrigada, sin dejar de aplaudir para que su cachorra no se aburra.

—Pues sí. Tenya acaba de abrir una nueva sede y ha ganado algo de popularidad, por lo que el personal de la tienda ya no es suficiente, pensé en que a Izuku-kun podría interesarle ya que es para omegas jóvenes y bonitos. Puedo enviarte los detalles por mensaje.

—E-estaría perfecto, Ochako-san, agradezco tu consideración— Emocionado, apachurra a su cachorro y lo sacude un poco, tanto él como las otras dos muchachas ríen ante ello.


Llega a casa luego de su pequeña salida con las chicas, Ayari está dormido, lo deja en su habitación, cubre los bordes de la cama con almohadas y va a preparar la cena para cuando se despierte y Shōto regrese de trabajar, está feliz, piensa que al alfa seguramente le pondrá contento la noticia también.

—Oh, ¿Dónde es?— Pregunta Shōto completamente interesado, Izuku le pasa su celular para que vea el mensaje de Ochako —¿Ingenium? ¿No es el dueño Iida Tensei?

—En realidad es Iida Tenya, es el esposo de Ochako-san.

—Ah, los conozco, fueron mis compañeros de clases en la secundaria.

—¿En serio?

—Ajá, si se trata de él me quedo más tranquilo, es un hombre muy correcto y protege a todos sus trabajadores,

—Solo... Me preguntaba qué hacer con Ayari...

—Buen punto. Podría llevármelo, pero creo que ya se acostumbró a la rutina en casa que creó contigo, ¿Qué te parece una niñera?

Izuku duda, no está seguro de sentirse cómodo con dejarlo a cargo de un desconocido por más recomendado que sea.

—No lo sé...

—Si te parece bien, mi mamá podría venir a cuidar de Ayari. Según el horario sales a las tres, a esa hora podrías regresar y hacerte cargo de él hasta que yo regrese y...

—¿Y...?

—Yo podría solicitar el cambio, estoy en un hospital público y hay veces en las que no puedo venir porque si me necesitan en una emergencia debo asistir sin importar si es mi hora de salida. Si voy a la clínica de mi padre tendría un horario más cómodo y flexible, más paga, y solo trabajaría en días particulares, además de que cuenta con una guardería. Podría hacer pasar a Ayari como el bebé de un paciente.

—Papá, ahhh— Ayari intenta alimentar a Shōto con un trozo de fresa, el bicolor se acerca y abre su boca.

—Yo creo que mientras te llame así no va a ser posible— Ríe Izuku —Ven, Ayari, ahora dale una fresa a tu papá Izuku— El omega también se acerca y abre su boca, Ayari le da lo que pide con una dulce sonrisa.

Shōto en cambio, está en modo tieso, ¿Acaso Midoriya acaba de autoproclamarse "papá Izuku"? ¿Eso quiere decir que lo considera a él "papá Shōto"?

Si tuviera cola está seguro de que la movería frenéticamente en estos momentos, aunque sabe que el pecoso ni siquiera se percató de lo que dijo.

—Midoriya... Creo que esto podría ser lo mejor, no solo para Ayari, sino también... Para nosotros.

Los vellos del omega se erizan un poco.

—En este tiempo no hemos tenido la oportunidad de avanzar realmente como pareja. Y quiero dejar las cosas claras, tengo intenciones de llegar a algo estable contigo, ¿Es igual para ti?

Mierda. ¿Ese hombre acaso no conoce la sutileza?

Lo pone en aprietos, aunque la respuesta es positiva, teme verse desesperado por aquello.

Pero sabe que así como el alfa es directo, le gustan las respuestas directas, si tarda en responder lo interpretará como una negación.

—Es inevitable no sentir lo mismo, Todoroki-san— Balbucea con las mejillas rojas desviando sus jades a su propia comida.

Por ello, no puede percatarse del leve tono rojo que toman las orejas del alfa, el cual hace todo lo posible para controlar a su lobo quien dentro suyo hace un desastre de euforia y alegría.


La primera semana en la tienda de Tenya fue realmente sencilla, pues se trataba de la capacitación. Ochako solía ir a visitarlo para asegurarse de que le iba bien.

Se trata de una tienda de maquillaje y cuidado personal de alta gama, ¿Su misión? Asesorar las dudas de los clientes y ayudarlos como cualquier otro encargado de tienda.

Shōto solicitó tanto su traslado como el de Kemy a la clínica privada de su papá, quien con tal de que su hijo sea parte de ella, facilitó el proceso moviendo una que otra influencia.

Su mamá, quien se encargaría de cuidar a Ayari, no hizo muchas preguntas respecto a la relación que ambos mantenían ya que creía que era obvia la respuesta.

El niño se sentía cómodo con Rei, pues en ella encuentra un olor similar al del bicolor, además del leve parecido entre ambos.

—Nos estamos retirando, Rei-san— Se despide Izuku dándole una leve reverencia a la mujer que mira enternecida a ambos mimar al pequeño antes de irse.

Shōto primero va a dejar a Izuku cerca a su lugar de trabajo, pues el menor no quería llamar tanto la atención llegando en un carro visiblemente costoso. Una vez despidiéndose del pecoso, iba a la clínica para comenzar su jornada.

Por lo general era Izuku quien salía antes, pero a veces, según su número de citas, Shōto lo hacía y lo esperaba para salir juntos a comer, ir al cine o de compras, conociéndose de paso un poquito más.

Rei no comenta nada acerca de lo bonitos que se ven juntos, tiene entendido que el omega es bastante tímido y reservado, por lo que se ahorra incluso los halagos, a sus ojos, el destinado de su hijo es realmente tierno y educado.

Y ni qué decir de Ayari, aquel pequeño se parece bastante a su hijo, aún no entiende porqué ocultan su supuesta relación si hasta una familia juntos tenían, tampoco sabe porqué no se casaron siendo soulmates, pues Enji no dudó en ir tras su omega en cuanto lo conoció, importándole poco el tener un matrimonio y cuatro hijos.

Y fue lo mismo con Fuyumi, quien al mes de encontrarse con su destinado, se casó con él.

—¡Papá!— Rei deja de cantar al oír la puerta ser abierta, sorprendida de la capacidad auditiva del bebé, pues parecía haberse percatado de la presencia de ambos cuando aún estaban afuera.

—Buenas noches, Rei-san— Saluda Izuku acercándose luego de cambiar sus zapatos, Ayari gatea hacia él —Hola, mi amor— Se sienta en el suelo y besa en repetidas ocasiones su rostro, causando risa en el cachorro.

—Buenas noches, mamá— Shōto ingresa detrás suyo y se pone de cuclillas al lado del chico para mimar también a Ayari, que está encantado por las muestras de afecto —Mamá... Queríamos saber si podrías ayudarnos la próxima semana con algo.

—Por supuesto, Shō, ¿De qué se trata?

Shōto mira a Izuku, esperando a que él responda, pues no se siente bien hablar de aquello como si fuera suyo.

—Es que... Se acerca mi celo— Confiesa algo avergonzado el peliverde.

Ya habían conversado y quedaron en que el alfa y Ayari irían a la casa de su madre para ello.

—Oh, comprendo, quieren que me lleve a Ayari-kun para que estén solos. No se preocupen, los comprendo. Es complicado hacerlo cuando hay niños en casa.

Shōto carraspea incómodo e Izuku desvía su mirada con un sonrojo.

—De hecho, madre, también quería decirte que me quedaré contigo.

—¿Eh? ¿No pasarán juntos el celo?

—Mamá, Izuku y yo estamos destinados, pero aún no... Aún no estamos saliendo.

Rei frunce el ceño, tiene más preguntas que respuestas.

—¿Me están diciendo que viven juntos pero aún no están en una relación?

—Madre...

—Incluso tienen un bebé, por cierto Shōto, no te perdono que me hayas ocultado a un yerno y nieto tan lindos, ¿Cuál es tu excusa?— Se cruza de brazos.

—Rei-san... Todoroki-san y yo apenas nos conocemos desde hace unos meses...

—¿Eh?

—Biológicamente, Ayari no es mi hijo, mamá— Se interpone Shōto —Midoriya tuvo un accidente que lo indujo al coma por cuatro meses, yo me di cuenta de que éramos destinados al instante y me hice cargo de Ayari hasta que él despertó... Nosotros apenas nos estamos conociendo.

—Oh...— Ahora Rei no sabe qué decir, por la expresión de su hijo al decir que el cachorro no llevaba su sangre, puede saber que le había dolido hablar de ello.

Y la sonrisa triste y nerviosa del chico indican que claramente tampoco está del todo cómodo.

—Lo siento, Izuku-kun, Shōto... Yo no tenía idea, pensé que ustedes estaban... Perdón.

—Está bien, tampoco debimos ocultarlo o mantenerlo tabú, es solo que no sabemos cómo llamar a lo que tenemos— La tranquiliza el omega con una sonrisa dulce, Ayari lo mira atento, completamente embobado por lo hermoso que es su progenitor.

—B-bueno... Entonces me retiro, por supuesto que podría recibirlos la próxima semana, Shōto, te espero con ansias, ya extrañaba tener a mi bebé conmigo— Toma las mejillas del alfa, quien cierra sus ojos ante el tacto y permite que su madre bese su frente —Adiós, Izuku-kun.

La albina intentó besar también la cabeza del omega, mas Ayari no se lo permitió, pues la apartó lo más que pudo con sus manitos y lo abrazó.

Rei se asombró.

—Parece que será un alfa— Suelta —Los cachorros alfas suelen ser posesivos con sus padres omegas, y los cachorros omegas hacen lo mismo con sus padres alfas, al menos hasta que crecen un poquito más.

—¿En serio?

—Por supuesto, Tōya y Shōto no dejaban que nadie más que su papá se acerque a mí, de igual forma Fuyumi y Natsuo con Enji.

—Eso no me lo contaste jamás, madre— Shōto la toma por los hombros —¿Te llevo a la salida?

—Por favor. Hasta pronto, Ayari-kun— Sacudió los cabellos blancos, el bebé ahora le sonreía.

Shōto acompañó a su mamá a la puerta mientras Izuku abraza y besa a su bebé.

—Un alfa, ¿Eh? Serás uno muy fuerte y protector, cuidarás a todos, ¿Verdad Ayari?— Le pregunta, este se mata de la risa solito.

—Aún falta que cumpla el año para hacerle su exámen de casta, pero la verdad es que yo también creo que lo será, es bastante grande y su esencia también es fuerte, ¿Verdad, cariño?— Le pregunta al cachorro, que extiende sus manitos para ser alzado —Ahora, gran chico, vamos a preparar la cena para que puedas ir a dormir.

Izuku se levanta, admirando al bicolor lanzar un poco por los aires a su pequeño y jugar juntos.


—Estamos entrando— Avisa Shōto abriendo la puerta con una mano, mientras en la otra tiene a Ayari recostado sobre su hombro, profundamente dormido.

Como cada noche, la luz estaba apagada y únicamente la lámpara del escritorio iluminaba el espacio en el que estudiaba.

Habían decidido que Ayari iría a la habitación de Izuku para que puedan dormir juntos nuevamente, por solicitud del pecoso, claro, ya que para ser honestos, Shōto no quería despegarse de él.

La cuna colecho estaba colocada ahora al lado de la cama del omega, quien también tenía el mueble con la ropa del bebé ahí.

Shōto deja al cachorro en la cunita y besa su frente, le resultaría extraño dormir solo.

—¿Estás haciendo ejercicios otra vez?— Pregunta con la voz baja tomando asiento en la cama, quedando frente al chico, que asiente orgulloso enseñándole su libreta de ecuaciones.

—Me costó resolver este, pero finalmente pude lograrlo— Admite con una sonrisa.

Shōto toma el cuaderno para analizarlo, efectivamente, le resulta complejo y probablemente le tomaría muchísimo tiempo resolverlo por su cuenta, pero el menor lo había logrado y parecía satisfecho con ello.

Y fue decepcionante ver que llenó toda la hoja para que al final la respuesta sea un miserable 2.

—Espero que a Ayari también le gusten las matemáticas...— Dice Izuku con ojos ilusionados tomando asiento en la cama, al lado del alfa.

—Sí, seguro que sí, de seguro sería una digna competencia para ti, yo no podría.

Izuku vuelve a tomar el cuaderno para repasar su ecuación, complacido de haberla vencido.

Shōto también lo hacía, al menos hasta que sintió cierto aroma hipnotizante.

Sin pensarlo mucho, acerca su nariz un poco más, buscando percibir y deleitarse más con ese embriagante olor a limón.

—¿T-Todoroki-san?

Cuando se dio cuenta, estaba invadiendo el espacio personal de Izuku, y su rostro cortaba distancia con la nuca del omega. Se quedó quieto sin saber qué hacer o cómo disculparse.

El chico giró su cara, ambos quedaron frente a frente y peculiarmente cerca. Shōto podía sentir la acelerada respiración caliente del contrario chocar con la suya.

Quiere besarlo, es una tentación enorme tenerlo tan cerca.

Traga duro antes de acercarse un poco más, rogando porque el omega no se aleje.

Y no lo hace.

De hecho, parece que también intenta acortar la distancia.

—Déjame hacerlo— Susurra —Permíteme besarte, por favor.

Izuku no responde. Es demasiado tímido con las palabras.

Pero no con las acciones.

Pues es él mismo quien posa su mano en el hombro de Shōto y junta sus labios con un dulce e inocente roce.

Solo dos segundos.

Por supuesto que no fue suficiente.

Shōto no lo permite apartarse y deposita otro casto beso en él.

Y otro, y otro, y otro. Todos son correspondidos.

El sonido de una notificación hizo que salieran de su burbuja.

Era un mensaje de Ochako, quien venía con cualquier otro chisme a Izuku, este se levanta para tomar el teléfono en sus manos, al acercarse al escritorio que está iluminado únicamente por la lámpara, Todoroki nota el intenso rojo en las mejillas pecosas.

—B-bueno... Yo... Creo que ya es hora de dormir— Dice el rizado sin girar, está demasiado avergonzado y no tiene idea de cómo dar la cara.

—Sí... Buenas noches— Se levanta el alfa para irse, pero antes se acerca al omega y toma su mano. Cuando este se gira a verlo, recibe otro beso y una sonrisa que a sus ojos, es la más perfecta que podría existir.

—Buenas noches...

Chapter 8: Capítulo 8: El regalo más bonito.

Chapter Text

Abre sus ojos y toca sus labios, los húmedos y castos besos de anoche siguen presentes en su memoria. Es como si hubiera sucedido hace apenas segundos, podía asegurar que aún siente el calor y aroma del alfa.

Gira su rostro, Ayari lo ve curioso, algo confundido por no despertar en la habitación de Shōto.

—Buenos días, mi niño— Rueda por la cama para quedar más cerca al cachorro, que le sonríe.

Juegan un rato, le hace cosquillas, y de paso aprovecha en quitarle el pijama para cambiarlo por ropa ligera, pues a su parecer hace calor.

Se viste también y sale del cuarto encantado por el aroma del desayuno, recordando que la noche anterior hizo las compras junto a Shōto y se excedieron al comprar tocino.

No pueden culparlos, estaba de oferta.

—Buenos días, Midoriya— Lo saluda Todoroki sin girarse para verlo, pues está igual de avergonzado.

—Buenos días— Murmura desde la sala, poniendo a Ayari en la alfombra mientras enciende la bocina con la canción favorita de su pequeño.

Suspira, debe enfrentarse a él tarde o temprano.

Se acerca nuevamente a la cocina, posándose tras él y pregunta.

—¿Puedo ayudarte en algo?

Shōto gira, encontrándose frente a frente con Izuku.

Aún con una camiseta simple, el pantalón de pijama y cabellos desordenados, Izuku se veía realmente hermoso.

O quizás eran los lentes rosas que le ponen a los destinados. No lo sabe, pero le agrada la vista.

Inevitablemente levanta su mano para tocar su mejilla, el pecoso parece ponerse tenso mas no se aparta.

—¿Te incomodo?— Pregunta, Izuku niega sonriendo, enternecido porque el alfa parece preguntarle todo siempre antes de hacer algo —¿Puedo... Besarte?

Sí, a pesar de que ya se dieron muchos besos anoche, hoy lo vuelve a preguntar.

Asiente con un rubor y Shōto se acerca rozando sus labios otra vez.

—Buenos días— Repite, como si este saludo fuera el que más relevancia tuviera —¿Puedes ocuparte de la carne un momento? Quisiera ir a saludar a Ayari.

Izuku toma la espátula, Shōto le da otro beso antes de huir en dirección a la sala alzando en sus brazos al bebé, que emocionado se deja alzar y mimar, todo mientras recita un "buenos días, campeón".

Izuku sonríe, era increíble el amor que Shōto parecía tenerle al pequeño, reitera que como padre, es el mejor.

Desayunan como siempre, hoy era fin de semana, por lo que no era necesario que Rei venga por ellos, pero sí que Shōto debía alistar algunas cosas para llevar a casa de su mamá.

Debido a que el celo de Izuku estaba pronto a llegar, no podían permitirse salir, pues cualquier desnivel o alteración podría hacer que entre en calor y definitivamente, eso sería peligroso.

Solo se echan en el sofá para mirar una película, con Ayari en medio de ambos jugando con un peluche, obsequio de Melissa.

Después del almuerzo simplemente aprovecharon que el pequeño dormía para sus propios intereses. Shōto leía en la biblioteca e Izuku resolvía otro de sus complejos libros en el escritorio del mismo lugar.

Y acabando el día, se despidieron nuevamente con otro beso, uno más largo, pero sin llegar a ser caliente o intrusivo, pues únicamente hubo succión de labios, no juego de lenguas.

Al día siguiente, fue Rei quien vino para ayudar a Shōto llevando a Ayari y sus cosas.

—Ponlo en su asiento, mamá, por favor. No lo cargues en el camino, será lo más seguro para él ir en su lugar.

—Sí, sí, ya entendí. Ve por tus cosas y a despedirte de Izuku-kun, te esperamos en el auto— Dice la mujer saliendo con el bebé en sus brazos.

Shōto sonríe y sube las escaleras rumbo a su habitación, toma la pequeña valija de mano y sale, antes de retirarse, toca la puerta de Izuku, esta se abre revelando al pequeño con un sonrojo en sus mejillas.

—¿Cómo te sientes?

—Caluroso y con fiebre, lo normal— Sonríe él, agitando las manos para darse aire a sí mismo.

El alfa pone su mano en la frente del chico, efectivamente, su temperatura corporal estaba elevada.

—Le echaré seguro a la entrada principal, enciérrate acá, ¿Tienes tus provisiones?— Pregunta, el pecoso asiente, ya había alistado la comida necesaria para esa semana —Bien, yo ya me estoy yendo, solo pasaba a despedirme... Si sucede algo, no dudes en llamar a mi mamá, por favor.

El pequeño asiente a medias, está un poco embriagado por el exquisito aroma que proviene del hombre en su puerta.

—Hasta la próxima, Midoriya— Se inclina para darle un corto beso al menor, suelta su maleta sorprendido cuendo este enrrolla sus brazos alrededor de su cuello y lo atrae con fuerza.

Entonces sale un poco del instinto omega, aquel que ruge ser penetrado por un alfa, su alfa.

Izuku toma la iniciativa en abrir su boca y jugar con sus lenguas, aquel vulgar beso provoca un cosquilleo en su zona baja.

—Midoriya...— Suspira Shōto queriendo apartarlo, sabiendo que el chico no está en sus cinco sentidos.

—S-Shōto...— En cambio, el otro gime y se pega al cuerpo del mayor, sonriendo al sentir que la entrepierna del alfa parece despertar.

Shōto sabe que debe detenerse, pero ¿Cómo negarse? Si ya de por sí era difícil oponerse a su instinto, peor es cuando se trata de su omega predestinado.

Lo alza y camina hacia la cama, devorando también sus labios, sin embargo apenas lo deja sobre el colchón, sale corriendo cerrando la puerta tras de sí.

Suspira queriendo recobrar la compostura, el bulto en sus pantalones duele, hace tiempo que está de abstinencia. Mejor dicho, desde que conoció al chico.

Toma la maleta y va al baño de abajo, donde el olor del pecoso se percibía con menos intensidad. Lava su cara y desabrocha su cinturón, esa cosa no iba a bajar sola.


—Shōto...— Izuku gimotea tirado en la cama, aturdido, sin poder creer que el alfa lo había dejado así.

Gruñe quitándose el pantalón, más que dispuesto a follarse con sus dedos e intentar saciar sus ganas de ser sometido y embarazado nuevamente.

Durante y después de su embarazo no le llegó el celo, por lo que ahora, luego de más de un año en el que su instinto se reprimió bastante, había llegado con mucha más fuerza e intensidad que antes.

Solloza por el dolor, el líquido que sale de él es extremadamente abundante y sus dedos no bastan para satisfacerlo, agudiza su nariz buscando percibir el olor de Shōto, bufa ya que es realmente leve.

Abajo la situación no es muy distinta, Shōto aspira las feromonas que el omega dejó sobre sí mientras se masturba. Su lado racional sentía que hizo lo correcto.

Aunque tomando en cuenta que son destinados e intentaban conocerse más para ser una pareja formal, el sexo eventualmente sucedería, mas no se siente cómodo tomando el chico en un estado vulnerable.

Apenas se habían besado. Y eso ya era saltarse un paso, pues aún no estaban en una relación.

Gruñe un poco eyaculando en su mano. Su mente se llena de imágenes en las que posiblemente Midoriya esté haciendo lo mismo allá arriba y reprime sus ganas de subir a corroborarlo.

Suspira lavando sus manos, liberando sus propias feromonas para quitarse las de Izuku, pues está seguro de que si las sigue oliendo, tendrá otra erección.

Enjuaga su rostro y más calmado, sale del baño tomando su valija.

Al llegar afuera de la casa, echa seguro a la puerta, solo por si acaso, y le encarga a un vecino que el pecoso no salga, explicando la situación, claro. Sino, podría parecer un secuestro.

—Tardaste mucho en despedirte— Le dice su mamá sentada al lado de Ayari.

—Sí... Sabes cómo es uno siendo padre, estaba asustado por alejarse de Ayari.

—Mamá— Ayari llama la atención de la mujer, intentando quitarle el collar que traía.

—Llámame loca, pero yo sí siento que se parece un poco a ti... Si se casan y adopta tu apellido nadie notará la diferencia.

A Shōto no le incomoda el comentario, al contrario, lo hace sentir bien ya que quienes lo ven sin conocer la historia de trasfondo, por lo general piensan que sí es suyo y eso lo pone feliz.

A sus ojos, Ayari es hijo suyo.


—¡Papá!— El pequeño llora levantando sus manos para abrazar a Izuku, que lo recibe con entusiasmo, había extrañado a su pequeño.

—¿Cómo te sientes?— Le pregunta Shōto dejando al bebé en brazos del omega, quien estaba enfocado dándole besos a su bebé.

—Muy bien, gracias— Le sonríe el menor, se miran por unos segundos antes de acercar sus labios en otro inocente roce.

—Me alegro— Le sonríe muy sutilmente.

Shōto va a su habitación para reacomodar sus cosas y las de Ayari en lo que Izuku lo mima.

Su celo había culminado hace dos días, días que usó para bañarse, limpiar y ventilar la casa. Sobretodo su habitación, que tenía toda su esencia en sí.

—¿Cuándo es tu rut?— Le preguntó al alfa, tomándolo desprevenido mientras almorzaban en un restaurante.

Incluso los de la mesa de al lado se quedaron en silencio curiosos por la repentina conversación, pues hace nada hablaban de series y películas.

—¿Qué?

—O-o sea, por curiosidad, preguntaba...

—Tranquilo... Mayo y noviembre.

—Oh, está cerca... ¿También te quedarás en casa? Tengo entendido que el ciclo de calor de los alfas es más fuerte que el de un omega y a veces no es suficient-

—Midoriya... Podríamos conversar de esto en casa— Dice en voz baja, solo entonces Izuku se percata de su imprudencia y enrojece.

Pero en casa ya no tiene el valor para volver a preguntar, así que se muerde la lengua.

—Me quedaré acá— Dice de pronto Shōto, desvistiendo a Ayari e Izuku, que regulaba la temperatura del agua para bañarlo, levanta su cabeza —En mi rut. Puedes ir a casa de mi madre también, o si te sientes incómodo, alquilar una habitación en un hotel para que te quedes ahí tampoco es mala idea.

Izuku sonríe.

—Me parece bien, siendo sincero... No sé cuál habría sido mi reacción o sentimientos si admitías que saldrías.

—No podría, ya te encontré, no me veo con alguien más.

—A veces eres demasiado directo— Suelta una risilla, acercándose con algo de confianza a besar los delgados labios del alfa.

Ayari los mira con curiosidad.

—A bañarse.

Juntos van a la tina, sentando a Ayari que, como cada baño, se recuesta en su respaldar y cierra sus ojitos para disfrutar del agua tibia y caricias en su cuerpo.

Midoriya no se imagina mejor padre que su alfa predestinado, es afortunado por el tipo de hombre que le tocó, tran gentil, paternal y caballeroso como pocas personas lo eran.

No es difícil desarrollar sentimientos por él, sin importar el género o casta.

—Oh, cierto, mañana cumple diez meses... Me parece asombroso lo grande que está— Sonríe Izuku viendo que, efectivamente, su cachorro goza de buena salud y se le ve reflejado en su crecimiento.

—Octubre, noviembre, diciembre... ¿Me estás diciendo que nació en navidad?

—Fue el mejor regalo del mundo— Admite.

Shōto observa a Ayari.

Efectivamente, tiene pinta de ser el regalo perfecto.

Lo levanta de la tina y se acerca al omega, quien ya tiene la toalla extendida listo para envolverlo. Posteriormente besa la mejilla del albino, que está más concentrado mirando la tina en la que fue bañado.

—No me cabe dudas... Yo también lo considero el regalo más precioso aunque no haya llegado a mí en navidad.

A Izuku se le encoge el corazón.

—Y tú también— Dice dándose la vuelta con el bebé, para evitar que el menor vea el rubor en sus mejillas.

El pecoso, sin embargo, estaba hecho un tomate desde el cabello hasta el mentón.

Chapter 9: Capítulo 9: Tus tormentas.

Chapter Text

—Midoriya... Hay algo que me causa intriga y no debes responder si no te sientes cómodo, pero me gustaría hablarlo contigo— Dice de la nada Shōto.

El omega, que terminaba de poner la mesa, ladea su rostro.

—¿De qué se trata?

—Es acerca del papá de Ayari... Me gustaría saber de él... Perdón.

A Izuku se le hace un hueco en el corazón. Había evitado siquiera pensar en aquel hombre que tanto daño le hizo a la joven edad de dieciocho años.

Aunque a veces se le hacía complicado, pues de vez en cuando se aparece en sus sueños transformándolos en pesadillas o siente ligeros Déjà vu cuando huele la lavanda natural que sale de Shōto.

Solo agradece que su bebé no se parece tanto a su papá alfa, gracias a que tiene albinismo no heredó su físico en lo absoluto, aunque sí sus ojos rasgados y tono de piel blanco, pero eso era aceptable para no verlo y sentir dolor.

—Era alguien con una muy buena máscara— Responde acariciando la mejilla de Shōto , comprendiendo la curiosidad que este sentía.

Y agradece tanto que quiera conocerlo a fondo, saber de él, de su pasado.

—Llegó a mi ciudad natal y rápidamente se ganó el respeto de todos, era brillante, culto, serio. Pero conmigo era tan... diferente, me mostraba una faceta que solo pocos conocían, era más divertido, amoroso, arriesgado, era alguien genial.

Shōto tuerce un poco la boca, no era agradable escuchar hablar a la persona que te gusta con tanta admiración de otra persona, más específicamente de un ex. Pero él preguntó, ahora debe escuchar calladito.

—Yo tenía diecisiete años y lo seguía a todas partes, quería ser como él... Y poco a poco me empezó a gustar. Creo que lo hice obvio, todos se dieron cuenta, incluso mis padres, quienes me prohibieron verlo por la diferencia de edad.

—¿Cuántos años tenía él?

—Treinta y tres... Yo era un adolescente harto de la sobreprotección de mis padres y escogí continuar a su lado aún con todos los castigos, regaños y advertencias... Al final él ya tenía a alguien más... E incluso así me usó... Y cuando me enteré de que estaba embarazado, ya era demasiado tarde para un aborto. A pesar de ello mi padrastro quiso deshacerse de Ayari, él tiene una reputación que mantener, y le importaba más lo que diría la gente a lo que yo sentía, pensé que me comprendería, me crió desde que era un niño. Es ahí cuando decidí huir, tomé todos mis ahorros y vine a Tokio, tuve que empezar desde cero, nadie estaba dispuesto a darle trabajo a un omega embarazado. Logré encontrar trabajo y asilo en una casa, aseando y cuidando a los cachorros, fueron muy amables conmigo incluso cuando nació Ayari, a los niños les gustaba cargarlo y a las madres, darle regalos a mi bebé, o regalarme algunas cosas de sus hijos. Lamentablemente los cuatro integrantes de la familia fallecieron durante las vacaciones, estaban regresando y el avión se estrelló.

Shōto hace memoria, recordando que durante los primeros meses del año, un avión tuvo problemas con el motor y cayó en un pueblo a orillas de la playa, terminando con la vida de habitantes y pasajeros. Aquella noticia estuvo mucho tiempo al aire.

—Tuve que salir y encontrar otro trabajo y lugar donde quedarme, el único en el que me aceptaban con Ayari, era una tienda de ropa, pero el horario era de trece horas diarias y apenas llegaba a casa para dormir. Fue saliendo del trabajo que el autobús en el que iba chocó y nos lleva a donde estamos ahora.

Shōto toma su mano y lo abraza, Izuku se deja envolver, aspirando aquel aroma que antes le aterraba y ahora podía considerar su lugar seguro.

—Hay muchas cosas por sanar, Midoriya... Te felicito por no haberte rendido y dar lo mejor de ti para Ayari— Se inclina a besar su frente —Pero solo no será fácil... ¿Te agrada la idea de ir a alguna sesión de terapia?

Izuku levanta su rostro, Shōto le da un piquito.

—Solo si quieres. Aunque preferiría que sea así, no puedo forzarte... Desde luego, voy a apoyarte sea cual sea tu decisión.

El menor asiente, la verdad es que también quiere soltar todo aquello que lo carcome por dentro.


Noviembre llegó pronto y con él, el ciclo de calor de Shōto.

—Adiós, campeón, te amo— Shōto besaba a Ayari y abraza su pequeño cuerpo con fuerza, todo antes de entregárselo a su madre.

—Será todo un placer tenerlo en mi casa otra vez— Rei recibe al bebé, quien la abraza buscando escapar de los mimos del bicolor, se sentía agobiado.

—Ma— Se queja, intentando golpear a Shōto con su manita, este se ríe y le da otro beso en la frente.

—Te lo repito, que vaya en su asiento, por favor.

—Sí, sí, ya lo sé... Nos estaremos retirando. Adiós, Izuku-kun— Se despide con la mano del chico, que sale de su habitación, pues estaba empacando algunas de sus cosas.

—Le estoy confiando mi vida, Rei-san...

—No te decepcionaré— Sonríe acariciando la mejilla pecosa —Bueno, nos vamos.

Shōto ayuda a su madre con las cosas de Ayari a llevarlas al auto y se despide de ella una vez más antes de regresar a la casa.

—¿Estás seguro de que te sentirás cómodo en el hotel...? Si te arrepientes o te sientes solo siempre puedes llamar a mi madre, le encantas, te recibirá con gusto.

—Estoy bien, Todoroki-san, pero lo tomaré en cuenta— Sonríe acercándose a darle un beso, Shōto rodea su cintura para profundizarlo un poco.

Sube sus manos hacia las mejillas del alfa y reparte más besos sobre sus labios.

Todoroki está contento, desde hace unas semanas que el pecoso iba al centro psicológico y podía notar la diferencia, mostraba una personalidad más alegre y confiada, sin dejar de ser del rodo tímido.

Claro, también era solo con él con quien lo demostraba, pues en la calle seguía siendo algo retraído, pero el avance era notorio.

Fueron a la habitación del menor, Shōto se sentó en la cama y apoyó su espalda en la cabecera mirando a Izuku terminar de guardar algunas prendas y cosas de aseo en su maleta de mano.

—¿Está todo listo?

—Sip— Suelta un suspiro estirándose sobre el colchón, esa misma noche se iría a un hotel, que por cierto quedaba más cerca de su lugar de trabajo.

Todoroki ríe y acaricia sus rizos.

Pronto, la nariz del pecoso percibe algo inusual. Curioso se levanta y aspira más, el alfa la mira sin entender.

Se trata del olor a lavanda de Shōto, está particularmente atrayente.

—Hueles bien— Izuku gatea un poco, provocando un rubor en los pómulos blancos.

—Ahora el directo eres tú, Midoriya— Ríe intentando no pensar en lo que dijo.

—P-perdón... Es solo que, supongo que como se acerca tu ciclo de calor, tu olor es más fuerte, ya sabes...

—Sí, pero no pensé que fueras a notarlo tan pronto ni mucho menos hacérmelo saber.

Izuku enrojece dándole la razón, provocando ternura en el alfa, quien abre sus brazos, clara señal de que quería un abrazo.

Obviamente el menor no se niega y se deja abrazar, aspirando de paso las frescas feromonas del bicolor,  se siente realmente bien estar tan a gusto entre sus bíceps con su calor corporal y su delicioso aroma.

Shōto empieza a besar sus cabellos, Izuku levanta el rostro para que sus labios también sean atendidos.

Por comodidad, termina sentado a horcajadas sobre su regazo, se besan tierna y lentamente mientras las manos tranquilas del alfa pasean por su cintura con suavidad.

Se supone que ahí debía acabar, pero sin saber porqué, empezaron a jugar con sus lenguas, haciendo de ese, un beso caliente.

El agarre en su cintura se hizo más fuerte y el olor de ambos empezó a salir con más fuerza, haciendo que la temperatura y ganas fisiológicas entre ambos suban más.

Se separaron con las respiraciones agitadas.

A vista de Shōto, tener a Izuku en su regazo con los ojos brillos y las mejillas sonrojadas, intentando regular su respiración, era una vista que no tendría pronto, pero ahí estaba.

Suficiente para que algo ahí abajo despertase.

Midoriya experimentó un cosquilleo al sentir algo rozando con su trasero, tragó saliva y se acercó nuevamente a besar al alfa, quien aunque estaba sorprendido, lo recibió gustoso.

Las grandes manos pasaron de estar sobre la ropa, a estar bajo la camiseta, haciendo caricias en su cintura y abdomen. Los brazos de Izuku estaban enrollados alrededor del cuello de Shōto, logrando que sea imposible apartarse, aunque tampoco es como que quisieran ello.

Las entrepiernas de ambos dolían, Izuku empezó a restregarse buscando aliviar aquella incomodidad, causando una placentera sensación entre ambos.

Vuelven a separarse entre jadeos, mirándose a los ojos.

Todoroki baja sus manos hacia las caderas del omega, las toma y alza, solo para finalmente hacerlo caer en su regazo otra vez, provocando un gemido en Izuku.

Maravillado por el sonido, vuelve a hacerlo, una y otra vez, Izuku no opuso resistencia y voluntariamente también mueve sus caderas para provocar fricción entre su trasero y el bulto en los pantalones de Shōto.

El alfa acerca su boca al cuello contrario y reparte besos, Izuku sigue restregándose contra el miembro del bicolor, esperando más contacto.

Jadean acelerando sus movimientos, aquella posición hace que puedan sentirse aún con la ropa puesta.

—Izuku, sigue así, por favor— Pide Shōto, sintiendo que por la estimulación, está a nada de correrse, el omega obedece entre jadeos —Bien, mi amor, lo haces bien...

Midoriya no dice nada, muerde su labio esperando no exagerar con sus gemidos, pero la punzada que roza con su entrada hace que se le dificulte.

Sintiéndose a nada de llegar al clímax, Shōto empuja a Izuku contra el colchón y se coloca encima, empezando a dar estocadas.

—Ngh... S-Shōto...

—Di mi nombre otra vez más, cariño— Le susurra acelerando las embestidas.

—¡Shōto! ¡Ah!— Arquea su espalda y atrapa con sus piernas la cadera del alfa, quien también jadea temblando un poco, eyaculando dentro de su propio pantalón al mismo tiempo que lo hace Izuku.

Respiran torpemente, intentando tomar aire, mirándose a los ojos.

Shōto recuesta su frente en el cuello del menor, oliéndolo, luego levanta la vista y se acerca a sus labios rosas para darle suaves besos.

Y continúan la tarde simplemente recostados abrazándose y besándose hasta que llega la hora en que Izuku se vaya.


—¿Entonces sí quieres llegar al sexo con él?— Cuestiona la mujer sobre su escritorio.

—Él me gusta mucho y es mi destinado, por supuesto que quiero llegar a ello... Pero me da miedo... Tengo miedo de arruinar el momento.

—¿Por qué crees que lo arruinarías?

—Me aterra que la situación me traiga recuerdos de aquel día... No tengo la certeza de que vaya a suceder, pero me gustaría que la primera vez entre Shōto y yo sea especial... Algo memorable, no terminar sintiéndome mal por relacionar una situación con otra y a dos personas que no tienen nada que ver. El recuerdo de él ya arruinó mi encuentro con mi destinado... En vez de sentirme dichoso al verlo, estuve dubitativo, no quiero que suceda lo mismo con algo tan importante como esto.

—Comprendo lo que dices— Le sonríe amable —Efectivamente, todo esto ha afectado no solo tu vida, sino también tu forma de verla y percibirla.

—Sí...

—Lo importante es que sabes perfectamente cuál es la inseguridad y nos saltamos el paso de indagar, haremos nuestro mayor esfuerzo para superar aquello que no debió suceder, ¿De acuerdo? Y para ello, necesitamos que Shōto también sea consciente de tu situación para que pueda apoyarte en todo.

—¿Está sugierendo... Que le cuente lo que sucedió?

Ella niega con una sonrisa.

—Estoy sugiriendo que confíes más en él.

Chapter 10: Capítulo 10: Son mías también.

Chapter Text

—Hay algo que quiero conversar contigo— Declara Izuku acostando a Ayari en su cuna. Shōto que lo observa desde la puerta tomando un juguito, ladea su rostro —Vamos a la sala.

Bajan las escaleras, Shōto se siente inquieto ya que Izuku parece algo ido y nervioso, jugueteaba con sus manos y desviaba la mirada, eran actitudes que no veía desde hace un tiempo.

Llegan a la sala y toman asiento en el sofá, el silencio los inunda, comienza a alterarse, ¿Está todo bien con Izuku? ¿Por qué luce ansioso? ¿Hizo algo que lo incomodara?

—¿De qué se trata?

—Es sobre nosotros— Suspira abrazando el cojín del sofá y subiendo sus pies a este mismo.

Ver el miedo en los ojos del menor, le hizo saber que no sería agradable para el omega hablar de ello, y no entiende porqué, pues se supone que hablar de sus sentimientos sabiendo que es mutuo, debía ser algo bueno.

A menos que... Izuku opte por no querer estar con él.

Aquello le resultaría doloroso, pues el ser destinados haría que se topen una y otra vez en sus vidas de ahora en adelante, pero no poder estar juntos... Sería un martirio en su opinión.

—Me gustas mucho— Suelta Izuku —Como hombre, como alfa, como padre... No fue difícil caer rendido a tus encantos— Ríe un poquito, para no llorar de vergüenza.

A Shōto se le corta la respiración y toma su mano.

—Y quiero estar contigo... Pero hay un único problema, al menos para mí.

Se queda en silencio, esperando a que el pecoso continúe hablando, este deja de lado el cojín y se sube a su regazo, Shōto lo envuelve en sus brazos al notar cierto temblor en él.

—La última vez que tuvimos esa cercanía tan... Íntima, me planteé si era bueno para ti estar conmigo, porque te deseo, quiero llegar a más que solo besos y abrazos contigo, quiero volver a estar en esa situación contigo y llegar hasta el final. Pero a la vez tenía miedo, no me sentía listo gracias a cosas del pasado.

El alfa empieza a acariciar los rizos esponjosos y deposita un beso en su oreja, escuchando atentamente.

Izuku aún dudaba en si debía seguir contándolo, pero si Todoroki realmente lo quiere, debe conocer sus miedos e inseguridades para apoyarlo, además de que tenía todo el derecho de saber con quién se estaba relacionando y no tener secretos de tal magnitud.

Luego de dos minutos de silencio, y con las manos sudando, piensa en que no puede alargarlo más.

—A mí, me violaron el día de mi graduación— Susurra — Y producto de esa violación fue que nació Ayari...

Shōto empieza a sentir un cosquilleo en su pecho, aquello le dolió como si la experiencia de Izuku hubiera sido suya.

El pecoso no lloraba, hace tiempo que dejó de hacerlo porque se cansaba de darle relevancia a aquel día tan horrible que cambió su vida para siempre.

—Debido a esa experiencia es que por un tiempo le tuve mucho pavor a los alfas. Es por ello que no pude emocionarme al verte, por un momento temí que fuerces una marca y me obligues a deshacerme de Ayari, estaba más que listo para rechazarte.

Shōto le da la razón, era muy usual que, si los alfas encontraban a sus destinados en una relación, en periodo de gestación, o con hijos, se deshagan de aquellos "obstáculos".

¿Lo peor?

La ley lo permite por tratarse de un lazo de soulmate. Por ende muchos no pagaban las consecuencias de haber asesinado a las actuales parejas de sus omegas, inducir sus abortos o abandonar (si es que no los matan) a los hijos.

Shōto y unos cuantos eran de los especiales casos que podían controlar sus instintos, razón por la cual tampoco se lanzó a Izuku en su celo.

En parte era por su trabajo, pues al estar especializado en la obstetricia, se rodeaba en su mayoría de omegas con fuertes aromas.

Y la otra parte, era gracias a la crianza que su madre le dio, pues cuando sus padres se divorciaron, fue el único de sus hermanos en querer quedarse con ella.

Aunque ahora se lleva bien con ellos, en su momento los odió bastante por darles la espalda a Rei, quien estuvo cercana a morir porque su estúpido padre no se esperó a que se haga una cirugía de borro de marca y marcó a su omega predestinado importándole poco el dolor que le causaría a ella.

Actualmente no hay resentimiento, él tenía solo trece años cuando eso sucedió, mientras sus hermanos quince, dieciocho y veinte, y pensaban más en sus estudios en una buena escuela que podría pagarles su padre, a quedarse con la mujer que les dio la vida y no tenía más que una pensión mensual.

—Agradezco que las cosas no hayan resultado así, que me aceptes con él y lo ames como si realmente fuera tuyo, así como él te ama a ti. Yo... Solo para aclarar, estoy más que listo para empezar algo contigo.

—¿Me estás proponiendo ser tu pareja, entonces?— Pregunta el alfa sobando su espalda —Porque de ser así, yo estaría más que encantado por ello. Es más, podríamos casarnos ya si quieres.

Izuku se ruboriza.

—¿No te incomoda que haya sido tocado a la fuerza por alguien más? Honestamente no sé cuándo podré estar preparado para llegar a la intimidad, podría ser pronto, podría no serlo...

—Lo único que me incomoda es el daño que causaron en ti... y está bien, esperaré y te ayudaré en todo lo que sea necesario— Sonríe abrazándolo con más fuerza.

Izuku lo corresponde sintiendo su corazón acelerarse con fuerza.

—Estoy muy feliz... Tenía miedo de que me dijeras que ya estabas listo para irte o... Para dejar en claro que no querías estar conmigo.

—¿Cómo podría?— Ríe, dejándose mimar.

—A veces eres espontáneo— Murmura, liberando su aroma, señal de que se sentía en confianza, Izuku tarda unos segundos, pero finalmente también lo hace.

La lavanda y el limón hacían una perfecta combinación, ahora se percatan de ello.

—¿Puedo dormir con ustedes hoy?— Pregunta Shōto, Izuku asiente con un rubor.


—Quizás sientas que es apresurado, pero me gustaría pedirte algo— Susurra Shōto abrazándolo por la espalda en la cama, mientras observan a Ayari dormir en la cuna al lado de esta.

—¿Qué es?

—Pensé... En adoptar a Ayari... Registrarlo como mío también...

—¿L-lo dices en serio?— Pregunta dándose la vuelta, Shōto besa sus labios en respuesta.

—Tan en serio como voy contigo... Y la razón por la que quiero hacerlo, es porque quiero presentarte a ti y a Ayari a mi familia... Papá es un poco a la antigua y aunque seamos destinados, será una molestia si Ayari no... Ya sabes, no lleva mi sangre.

—Comprendo.

—¿Entonces... Es un sí?

—Así es— Lo abraza de vuelta, ocultando su rostro en el cuello del alfa, deleitándose de paso con su olor.

—Enviaré la solicitud tan pronto como tenga tiempo... También mandaré nuestros resultados de destinados, eso facilitará mucho las cosas, ya lo verás— Lo apachurra entre sus brazos —Gracias, Izuku.

—Gracias a ti, Shōto.

Chapter 11: Extra: Primeros pasos.

Chapter Text

—Ven acá, cumpleañero, tu abuela Rei te quiere saludar— Toma al bebé en brazos y sale de la biblioteca.

Ahora que Ayari intentaba caminar, solía escaparse a todos lados con ayuda de las paredes u objetos, era lento pero escurridizo.

Baja las escaleras hacia la sala, la mesa de centro está decorada con un pastel, algunas cajitas con dulces, galletas y bocaditos.

Hicieron algo pequeño ya que Ayari solo cumpliría un año y no podía comer dulces, duda mucho que los bebés de sus amigas hagan lo mismo, además de que no tenía muchos amigos, y al no saber caminar, sus actividades de diversión eran limitadas.

Rei recibe al pequeño con una sonrisa, entusiasmada por tratarse del cumpleaños de su primer nieto, pues aunque Shōto sea el menor de sus hijos, ninguno de los demás tenía cachorros.

—Fuyumi está en camino, sale temprano de la clínica— Anuncia Shōto, depositando un beso en los labios de Izuku, que terminaba de preparar la comida.

—Ya quiero conocerla— Le sonríe —Ochako y su esposo están cerca, me dice que se han perdido por el vecindario, saldré para guiarlos, ¿Puedes ocuparte del resto?

—Déjamelo a mi— Deja otro beso en su mejilla y le quita el delantal, Izuku agradece saliendo hacia el camino de entrada, listo para esperar a su amiga.

Está algo emocionado, Ayari cumplirá su primer año con gente que lo quiere y sus dos amigos de la escuela de estimulación a la que dejó de asistir por trabajar, pero era Rei quien se encargaba de llevarlo.

Oh, Rei.

Esa mujer era la que más entusiasmada estaba porque él y Shōto formalicen, se enteró por su amiga castaña que en la escuela se presentó como su suegra y abuela de Ayari, cosa que nadie puso en duda gracias a la similitud que tenían.

—¡Izuku-kun!— Grita Ochako desde el asiento del copiloto con una sonrisa enorme.

—Buenas tardes, Ochako-san— Se acercó a la ventanilla para saludar —Pueden estacionarse por acá, por favor...

Luego de que el auto azul se colocara tras el de Shōto, la pareja salió, Izuku finalmente pudo conocer a Tenya Iida, el esposo de la chica y su jefe también, fueron presentados e ingresaron a la casa.

—¡Mierda!— Chilló la castaña saliendo nuevamente, arrastrando de paso a Izuku, dejando confundido y solo a Tenya, el cual tenía a Zero en sus brazos —¿Qué se supone que hace acá?— Pregunta en un susurro.

Izuku ladea su cabeza confundido.

—¿Te refieres a Rei-san o a Shōto?

—¡Pues obviamente que a Sh-!

—Izuku, ¿Todo está bien?— Pregunta el bicolor saliendo, curioso por su repentina desaparición junto a la castaña, preocupado de que se trate de una emergencia.

—Eso creo...— Responde el omega.

—Bueno... Es un gusto verla nuevamente, Ochako Iida— Le saluda amable —Si no se trata de nada malo... Regresaré adentro. Cielo, avísame cualquier cosa— Deja un beso en la mejilla pecosa y vuelve a entrar a la casa, sacándole un chillido a Ochako.

—¡¿Todoroki Shōto es tu alfa?! Oh, por Dios...— Grita entre susurros.

—¿Qué con eso?

—No tiene nada de malo, es solo que el chisme me carcome por dentro... Él ha estado monitoreando todo mi embarazo, es la razón por la que fuimos a un hospital público en vez de uno privado... También atendió mi parto... Chico, tienes un pez gordo.

Izuku frunce el ceño.

—Shōto no es gordo.

Ochako parpadea un poco antes de reír.

—Tan inocente como siempre... Vamos, esperemos a Melissa dentro.

Después de un rato, Melissa y Fuyumi aparecieron casi al mismo tiempo, finalmente Kemy también, junto a su prometido, Inasa.

Se enfocaron sobretodo en pasar el rato los adultos mientras los bebés interactuaban entre sí, jugando a perseguirse gateando. Excepto Hanna, la bebé de Melissa, pues ella ya sabía caminar, lo sabe desde los once meses.

—Aún no quiero tener hijos, pero ver a tantos bebes bonitos me dan ganas de apresurarme— Suspira Kemy. Fuyumi e Inasa le dan la razón.

—Silencio todos— Ochako calla al resto, todos la ven confundidos hasta que ella levanta su dedo en dirección al comedor.

Ayari se había soltado de la pared y estaba quieto como estatua, viendo con determinación a Hanna, que también lo veía, animándolo a avanzar.

Para no asustar al bebé, solo obedecen, mirando expectantes a lo siguiente que haría el albino.

Ayari mira el suelo y luego a Hanna una vez más antes de mover su piecito con rapidez, en un paso corto, muy corto.

Y lo hizo nuevamente con el otro pie.

Dio los pasos suficientes para llegar a la bebé y sostenerse de ella, cayendo ambos al suelo, mas no lloraron, se quedaron mirándose asimilando lo que acababa de suceder.

Shōto lo primero que hizo, fue mirar a Izuku, muriendo de ternura al verlo con los ojos brillosos, señal de que iba a llorar. Lo abraza con entusiasmo, la verdad es que él también quería hacerlo.

—Felicidades, Midoriya-san— Le sonríe Melissa.

—¡Esto merece una buena copa de vino para celebrar!— Se alegra Ochako aplaudiendo.

Luego de eso y de comer, fueron a por el pastel. Debido a que Ayari aún no sabía soplar, fueron Shōto e Izuku los encargados de soplar las velas al mismo tiempo, con el bebé en medio mirando hipnotizado el fuego.

Fue divertido hasta que al señorito se le ocurrió querer tocarla, dando como resultado al menor llorando por la caliente sensación en sus manos.

Al despedirse de sus invitados, Fuyumi y Rei se quedaron a ayudar con la limpieza, la cual no fue mucha en realidad, pero acabaron más rápido de lo previsto.

—Gracias por quedarse a ayudarnos Rei-san, Fuyumi-san... Pero no era necesario.

—Por supuesto que sí, es el primer cumpleaños de mi primer nieto, ¿Cómo iba a permitir que tú y Shōto hagan el trabajo solos?

—Puedes contar con nosotras para todo— Fuyumi le da un abrazo —Ha sido un gusto conocerte, Izuku-kun. Espero que lo hagamos más a fondo, quizá podamos ir a tomar un café o algo.

—De igual forma.

Se despide de las mujeres y sube a su habitación, Shōto terminaba de ponerle el pijama a Ayari, quien levantó sus manitos entusiasmado al ver a Izuku en la puerta.

—Amor, quédate ahí— Lo detiene Shōto antes de que pueda ingresar, Izuku obedece, viendo cómo el bicolor se sentaba en el suelo y ponía a Ayari frente a él, de pie —Llámalo.

—Oh— Entendiendo, Izuku se agacha un poco y extiende sus brazos —Ayari... Ven mi niño...

Ayari sonríe y, ayudándose de las manos de Shōto sobre sus costillas, da grandes pasos, mas se queda quieto cuando este retira sus manos.

Con duda, el bebé se gira a ver a Shōto, indignado porque le quitó la ayuda, y luego vuelve a ver a Izuku, que lo sigue esperando con sus manos extendidas.

Quiere llorar, tiene miedo.

Pero la voz y el olor de su papá omega lo obligan a no rendirse, y da otra vez los pasos cortitos y rápidos, uno por uno hasta llegar a Izuku, quien lo abraza atrapándolo.

—Anda ahora con tu papá Shōto— Le dice Izuku, haciendo que el corazón de Todoroki se acelere con amor.

Ayari fue girado, esta vez en dirección al alfa que estaba en la misma posición que Izuku segundos atrás. Tembloroso, vuelve a dar sus pasitos hasta llegar al mayor, mas cuando está llegando, pierde el equilibrio y está por caer hacia adelante.

Por suerte, las manos de Shōto logran sostenerlo y alzarlo, sentándolo en su regazo para repartir besos en todo su rostro.

Se ríe encantado por los besos y cosquillas que su papá le da, mientras su otro padre se acerca para mirarlo con una sonrisa, apoyando su cabeza en el hombro del alfa.

Cansado de un día tan movido, Ayari se queda echado quieto, regulando su respiración echado en el regazo del alfa.

Sus ojos verdes miran contentos a sus padres compartir un beso antes de levantarse los tres y acurrucarse sobre las sábanas.

No lo sabe aún, pero está muy pronto a ser un Todoroki.

Chapter 12: Capítulo 11: Superación.

Chapter Text

Shōto e Izuku están contentos, hoy era el gran día.

Bajan del auto y caminan con Ayari hacia el registro civil, tal y como tenían previsto.

Tensei, el esposo de Fuyumi y su abogado los acompaña con una sonrisa más que alegre, está particularmente emocionado por tratar con la familia de su esposa.

Luego de una reunión con la asistenta social y revisar los papeles, identificaciones y huellas de los involucrados, procedieron con las firmas.

—Eso sería todo— Sonríe la mujer dándoles una reverencia — En un par de días estarán llegándoles los certificados de adopción aprobados, por lo general esto no sería posible sin la autorización de su padre biológico, pero al no estar registrado y tratarse de destinados, es completamente válido. Pueden retirarse.

—Gracias por todo— Izuku hace una inclinación, no tanto porque tiene a Ayari en brazos, pero suficiente para demostrar su gratitud.

Tensei y Shōto, en cambio, si logran dar los perfectos 90°, Ayari los intenta imitar agachando su cabecita.

Felices con la situación, salen a un centro de juegos aprovechando su día libre, y se divierten a su manera con otros niños, bebés y padres, después van a comer y por último regresan a casa, agotados.

Ayari queda dormido en el camino, Izuku lo deja dormir en su cama para luego ir a la habitación de Shōto.

—Llegaron sus pruebas de casta, tal y como lo pensamos, es un alfa— Dice Todoroki revisando el correo.

—Bien...— Izuku se siente mal por aliviarse porque su cachorro sea un alfa, pero no puede evitar hacerlo.

Aquello significaba que no sufriría lo que él sufrió en el pasado como omega, ahora solo debía encargarse en que no se convierta en quien lo lastimó, no sería difícil teniendo a Shōto como ejemplo a seguir.

—Amor— Shōto lo llama expandiendo sus brazos, Izuku se refugia en ellos —Estuve pensando en que podríamos compartir habitación, y que la tuya pase a ser de Ayari, así tendría su propio espacio.

—¿No está demasiado pequeño?

—Amo a Ayari, pero tanto él como nosotros necesitamos nuestro propio espacio. Él ya duerme toda la noche, no será un problema levantarnos en la madrugada para ir a atenderlo.

—Tienes razón...

—Podemos ir la próxima semana para comprar lo necesario para su cuarto, necesita muebles a su medida y más cosas que seguro le interesan.

—De verdad estoy feliz porque eres tú quien el destino designó para mí— Izuku lo abraza y besa, sintiendo a su lobo completamente enamorado.

Shōto se echa para atrás y coloca sus manos en la cintura del omega, que seguía besándolo sobre su cuerpo.

No tardan demasiado en sentirse algo calientes, Izuku se da cuenta de la situación y sale de encima rodando por el colchón para darle la espalda. Está avergonzado.

—Amor... ¿Sigues sintiéndote incómodo?— Le pregunta el bicolor pegándose a su espalda y besando su nuca.

—No es eso— Murmura —E-es que... Ugh... Sí que quiero hacerlo, pero quiero que sea un momento especial, no ahora cuando Ayari pueda levantarse en cualquier momento o alguna emergencia pueda surgir.

—Yo también— Confiesa —Tranquilo, no hay prisa, lo mejor es tomarnos nuestro tiempo.

Midoriya se da la vuelta, causándole una taquicardia a Shōto solo por ver sus mejillas rojas.

Vuelven a besarse, con toda la intención de volver a estar calientes como antes, Izuku se pega al cuerpo del mayor para poder sentir sus entrepiernas rozarse.

El beso, el olor y las caricias logran su cometido, los dos empiezan a despertar ahí abajo, las manos de Shōto bajan lentamente de su cintura hacia el pantalón contrario, jugando con el elástico del jogger, se aparta por un segundo para hablar.

—Izuku, ¿Puedo...?

—Sí, sí puedes— Le susurra jadeando, volviendo a besarlo.

Con el permiso dado, mete su mano dentro del buzo, apretando sus glúteos sobre el bóxer del chico.

Se separan con las respiraciones cortadas, Shōto traga saliva por la imagen de su destinado sobre la cama sonrojado, con los labios hinchados y entreabiertos.

Se incorpora un poco y toma la liga del pantalón del chico, dirige su mirada dispar a los verdes del chico, quien asintió dando su consentimiento, solo entonces lo deslizó hacia abajo, con ayuda de Izuku quien alzó un poco sus caderas.

Bajó su rostro a la entrepierna del chico, notando cierto bulto bajo los bóxers, depositó un beso sobre la tela.

—Ngh...

Abrió su boca, empezando a succionar húmedamente el calzoncillo, dejando besos también y mordiendo con suavidad, deleitándose del temblor en las piernas que estaban abiertas para él.

Baja un poco el bóxer, liberando la erección rosada del joven, que estaba notablemente avergonzado por aquella exposición.

—Me gustas mucho, Izuku. Mi amor...— Susurra conforme besa y succiona los muslos ajenos antes de dirigirse al falo del menor y envolverlo con su boca, jugando con su lengua en el interior.

—S-Shōto...— Izuku suspira, no reprime sus gemidos, su lobo le dice que no lo haga, que así complacería más al alfa, y tiene razón. Shōto ama su voz.

Todoroki saca el pene de su boca y se concentra en succionar la base de este, pronto una idea se cruza por su mente.

Baja un poco más sus labios, dirigiéndose a una zona más sensible y erógena para un omega masculino.

—¡Ah!— Midoriya arquea un poco su espalda al sentir la lengua mojada del hombre introducirse en su agujero —Ngh...— Jadea, se siente bien, muy bien.

Todoroki levanta su vista, no queriendo perderse expresión alguna del chico, su chico; levanta su mano para masturbarlo mientras sigue comiéndose la entrada del menor.

Es inevitable sentirse hipnotizado y extasiado por el delicioso jugo que escurre entre las piernas del chico, aquel lubricante natural que lo ayudaría a recibirlo cuando el momento llegue.

El pecoso se retuerce bajo suyo, empezando a sentir espasmos, Shōto se encarga de absorber y succionar todo el líquido que sale de su trasero, bebiéndolo como si tuviera sed y fuera lo último potable a su alcance.

—¡Shōto, e-espera!

—¿Quieres correrte, amor?— Apenas se aparta un poco para decir esas palabras —Hazlo, quiero probar todo de ti— Finalizó volviendo a introducir su lengua, rozando directamente con la próstata, haciendo movimientos circulares y violentos.

El rizado muerde sus labios y suelta un chillido eyaculando finalmente, haciendo que su semen caiga a su vientre, y su entrada se apretara más, botando un líquido lechoso de ahí también.

Shōto se encarga de lamer todo eso hasta dejarlo limpio, luego se incorpora, viendo al chico controlar su respiración con los rizos pegados a su frente y ojos húmedos.

Se limpia la boca con el dorso de su mano, se pone encima del omega y besa su mejilla.

—Te quiero— Ronronea contra su oído —Este día no pudo terminar mejor, primero Ayari y ahora tú... Son lo mejor que tengo.

Izuku levanta sus manos para abrazarlo y besarlo, agradecido de tenerlo.

—Te quiero— Le susurra de regreso con un sonrojo, ocultando su rostro en el pecho del alfa, que se limita a besar su coronilla con cariño.

—Tuvimos un acercamiento muy íntimo— Se sonroja balanceando sus pies —No... No me sentí asustado en lo absoluto, al contrario, tuve la sensación de querer más... Él realmente me gusta, hace que me olvide de todo lo malo, o siquiera me importe.

—Es bueno saber que tu miedo no se está haciendo realidad.

—Su cumpleaños es dentro de poco, y una semana después es su rut... Me gustaría... Intentar pasarlo por él, pero antes de ello quisiera hacerlo en nuestros cinco sentidos, no únicamente dejándonos llevar por nuestros instintos.

—Es una gran idea, prueba conversar con él, podrías dejar a tu cachorro al cuidado de tu suegra y tomárselo con calma.

—Gracias...

—Gracias a ti, avanzas muy bien, en cualquier momento nuestras citas dejarán de ser necesarias.

 

Chapter 13: Capítulo 12: Primeras veces.

Chapter Text

—Que la pasen bien— Se despide Kemy con una sonrisa de la pareja y consolando a Ayari, que lloraba porque veía a sus papás salir sin él.

—Que duerma a las diez, por favor, Kemy— Advierte Shōto alejándose, inquieto por dejar al cachorro entre llantos.

Izuku no estaba muy diferente, también había cierta angustia, pero ya habían pasado toda la tarde los tres juntos por el cumpleaños número treinta del alfa, fue una tarde familiar muy divertida, ahora quería una noche de pareja.

Por supuesto que lo había conversado con Shōto días antes, ese día iban a tomárselo con calma, avanzarán hasta donde se sientan cómodos, y si es posible, hasta el final.

Les tomó un poco más de una hora llegar a su destino, un precioso teatro buffet en el cual Izuku hizo la reserva para sorprender al alfa, pues a este no se le permitió participar en la organización ni en los pagos.

Shōto obviamente se asombró al llegar, ahora entendía porqué Izuku le dijo que se pusiera traje, y se sorprendió más cuando los recepcionistas le entregaron una carta de cuero con la portada que se le hacía muy conocida.

—Kemy-san me dijo que hay un libro que te gusta mucho, me puse a investigar todos los lugares en que podría haber una función relacionada con ello y tuve suerte de encontrarlo, justo hoy es su último día en escena.

—Gracias— Le sonríe besándolo y siguen ingresando, siguiendo a las demás personas que van llegando.

Después de identificarse, una mesera les asigna su mesa en el segundo piso, cerca al balcón, con vista perfecta al escenario.

—Como deben saber y dicen las advertencias, los actores maniobrarán con fuego, es necesario apagar cualquier tipo de linterna, flash, espejos o cosas que puedan reflejar luz y alterar la vista de quienes darán el espectáculo. También pido que silencien sus teléfonos y verifiquen que no tengan alarmas para no incomodar a los demás comensales, en unos minutos iniciará la presentación— Explica amable la joven, dejando una botella de vino y dos copas antes de darles una leve reverencia y retirarse.

—Espero que disfrutes el show, Shōto— Le sonríe el pecoso, no iba a decir cuánto gastó ya que el lugar definitivamente no era barato, pero se había esforzado mucho tanto en averiguar el libro, los lugares y conseguir las reservaciones, pues prácticamente estaban agotadas, todo porque quería consentir y hacer feliz al alfa que lo hace feliz a él.

Quiere devolver al menos un poquito de lo que Shōto hace por él y Ayari.

—Créeme, lo haré si eres tú quien me acompaña— Toma su mano.

Se sonríen y conversan entre sí, al menos media hora más hasta que las luces amarillas se apagan lentamente, obligándolos a silenciarse tanto ellos como el resto de gente a su alrededor.

La moza llega con una bandeja llena de aperitivos, deja dos platos en su mesa, sin interrumpir su vista y avanza a la siguiente, lista para repartir la entrada a los demás.

El show empieza y van degustando poco a poco, concentrados en el espectáculo mientras que con cada platillo terminado, aparece uno nuevo.

 

Salen encantados, Izuku no conoce el libro en lo absoluto pero la actuación fue preciosa a sus ojos, lleno de magia en su opinión. Shōto en cambio luce más inquieto y emocionado, sin duda la adaptación lo ha dejado satisfecho.


Su función más anhelada, con buena comida y acompañado de una de sus personas favoritas es sin duda algo digno de recordar, este día fácilmente podría ser memorable.

Pero aun faltaba algo más y lo saben, era algo para lo que estaba más que listo, espera no incomodar a su omega con ello.

Conduce en dirección a casa nuevamente, no hay mejor lugar para sentirse cómodos que ahí mismo.

Entran con cierto nerviosismo, Izuku estaba más rojo de lo usual, supone que es por el vino y los cócteles, pues tiene entendido que el omega no suele tomar.

Entrelazan sus manos y suben hacia la alcoba.

Las únicas luces que prenden de la habitación, son de las lámparas al lado de la cama, Shōto se sienta en ella e Izuku sube a su regazo, deslizando el saco por los hombros y brazos del alfa, dejándolo solo en camisa.

Juntan sus labios, tímidos como si fuera el primer beso que se dieran.

Izuku acaricia el rostro del alfa y lo ve con miles de sentimientos invadiendo su cuerpo; gratitud, admiración, respeto, cariño, deseo, amor. Y Shōto parece demostrarle que es mutuo.

Es Midoriya quien nuevamente toma la inciativa, baja su mirada y con sus manos tranquilas desabrocha uno a uno los botones de la camisa hasta abrirla por completo.

Sus manos empiezan a pasear por la piel desnuda del pecho y abdomen del alfa, curioso por ser el primer cuerpo que puede apreciar sin miedo.

Shōto lo besa e invierte los papeles, dejando a Izuku sobre el colchón, también desabrochando cada botón de su camisa, para quedar iguales y darle la misma atención a su pecho.

Pero en vez de sus manos, usa su boca, su lengua, para repartir húmedos besos por todo el tronco del omega, deteniéndose en sus pezones.

Sabe que es una zona sensible y erógena para los omegas, no pierde el tiempo para succionar y mordisquear aquellas puntas, sacándole algunos gemidos al más joven, gemidos que son suficientes para despertar sus más íntimos y bajos deseos.

Sube un poco para llegar al rostro delicado y besarlo, sin dejar de atender los pezones con sus manos, que pronto bajaron por su cintura hasta el cinturón, desabrochándolo y bajando el cierre para poder retirar el pantalón.

Deja un último beso en sus labios antes de incorporarse y dejar caer el pantalón al piso, dejando a Izuku únicamente con la camisa abierta, tetillas hinchadas y bóxers ajustados los cuales ya estaban húmedos en cierto lugar.

—¿Ya estás mojado, cariño?— Le pregunta con una sonrisa, tomando su mano para besar su dorso y dejarla con suavidad.

Acaricia el pene del omega sobre la tela, apretando un poco, buscando que se endurezca más, aunque entre ellos dos, era él quien más palpitaba.

—S-solo por si acaso, me preparé...— Confiesa Izuku avergonzado, desviando su mirada.

—Ahora voy a comprobarlo... ¿Me permites?— Pregunta levantando un poco el elástico de la prenda, la cual fue retirada ante el asentimiento del omega.

El olor del lubricante lo enloquece, es intenso, demuestra excitación y deseo, nada de miedo o temor, eso era bueno.

Con ambas manos aparta las mejillas traseras del chico para poder apreciar su agujero, y con el consentimiento dado, ingresó dos dedos, robándole un gemido al omega.

—Sí, está flojo... Pero no será suficiente, cielo— Le dice, jugando con su medio e índice dentro del tembloroso cuerpo, haciendo ciertos movimientos y abriéndolos como tijera.

Está de más decir que sus dedos y parte de su mano están empapados por el líquido que sale de Izuku, el cual chorrea en las sábanas también.

—Te quiero— Le susurra Shōto al menor, incorporando su cuerpo para besar su mejilla, sin dejar de profanar al chico con su mano, la cual ya tenía tres dígitos dentro del menor.

Con su mano libre, desabrocha su propio cinturón.

—¡Ngh, Shōto, ahí!— Gime el omega particularmente fuerte cuando sintió su próstata ser acariciada, el alfa al instante retira sus dedos del omega, quien sin poder controlarlo, se queja al sentirse vacío.

—No dejaré que acabes pronto, amor— Gruñe, terminando de quitarse la camisa y el pantalón, a Midoriya se le corta la respiración por tenerlo semidesnudo, notando en el acto lo bien dotado que estaba el alfa.

El bicolor se acercó a la mesa de noche y del cajón sacó una tira de preservativos, tomó uno y el resto dejó sobre el mueble, solo por si acaso lo necesitan más tarde.

—Shōto...— Izuku se sienta en la cama y gatea a dónde está él —¿P-puedo ponerte el condón?

Aquella solicitud le sorprende y encanta al mismo tiempo.

—Por supuesto cariño, ¿Cómo podría decirte que no?— Acaricia su mejilla y abre el envoltorio, tirándolo por ahí para pasarle al chico el condón.

Deja caer sus bóxers al suelo, liberando su erecta y palpitante erección, Izuku la mira con detenimiento, ahora que cae en cuenta de su grosor y longitud, no está muy seguro de poder continuar.

—Si no te sientes listo...

—¡Puedo hacerlo!— Grita, luego baja la voz con pena —Q-quiero hacerlo...

Todoroki se inclina a besar sus labios y permite que el menor se tome su tiempo. Mordiéndose el labio inferior, Izuku logra apretar la punta del preservativo y colocarlaa sobre el pene que tiene delante suyo.

Tener las manos del omega sobre su hombría lo calentaba más.

—S-se hizo más grande...— Izuku se sonroja levantando la vista, sorprendiéndose de paso por ver al alfa avergonzado desviar su mirada.

Tragando saliva, continúa su labor, y con ambas manos, desliza suavemente para abajo el aro del condón hacia la base del miembro.

—C-creo que está listo...

—¿Tú estás listo?

Asiente, Shōto lo besa y empuja hacia atrás con delicadeza, luego toma una almohada para ponerla bajo la espalda del omega.

—¿Está bien esta posición o prefieres...?

—Estoy bien, Shōto— Le sonríe, encantado por lo atento que es el bicolor, toma la mano del alfa y besa sus nudillos, tal y como él lo hace siempre.

—No tienes idea de cuánto me encantas— Sonríe Shōto —Voy a hacerlo, amor, avísame si hay algo que te incomoda, ¿Sí?

Ante la afirmación del joven, Shōto separa las piernas del rizado y acaricia con su pulgar el agujero del omega otra vez, provocando que salga más lubricante.

Con la autorización del cuerpo ajeno, toma su falo y alinea su punta contra la entrada, antes de siquiera introducirse, siente un temblor ligero en el más bajo.

—Respira, cielo— Sugiere —Relájate...

Izuku asiente obedeciendo, respira hondo dos veces y suelta un jadeo al sentir una invasión en su parte baja.

—Mgh...— Jadea, electrizándose de pies a cabeza conforme siente que se internan en él, el aire escapa de sus pulmones y cierra sus ojos ante la deliciosa y placentera sensación.

Está sucediendo, finalmente está sucediendo. Y no siente miedo.

—Falta la mitad, amor, ¿Estás bien?

Izuku asiente frenético, esperando a ser llenado por completo.

Shōto, por su parte, permite fundirse en la estrecha calidez que le brindaba el hoyo de su omega predestinado, mientras más se desliza, más apretado es, gruñe un poco hasta que finalmente ya no puede entrar más.

—Está todo, Izuku— Avisa, viendo al omega abrir sus ojos, sonrojado, tomando aire por los labios, muere de ternura, se agacha para besarlo, besar su mejilla, besar su cuello.

Es el peliverde quien por cuenta propia menea sus caderas en busca de movimiento, luz verde para Todoroki, que se acerca más al centro de la cama y sujeta las piernas del chico.

Sin perderse ni un solo segundo los detalles en el rostro del pecoso, sale de él sonriendo por escucharlo quejarse y entra nuevamente, de una sola estocada.

—¡Ah!— Gime el menor.

Ladea su sonrisa, empieza con un vaivén acelerado, listo para complacer y derretir al chico bajo él.

De pronto a Izuku no le salen las palabras, solo balbuceos y gemidos entrecortados mientras es follado por el imponente alfa que está entre sus piernas.

Shōto termina retirando la almohada bajo su espalda y se agacha para besarlo, Izuku lo recibe sin dudar, lo rodea con sus brazos, apretando los grandes hombros y espalda con sus uñas.

Con cada embestida solo se aferra con más fuerza, las lágrimas no tardan en salir de sus ojos por el éxtasis que siente.

Ni siquiera cuando el alfa sale de él y le da la vuelta poniéndolo en cuatro es capaz de pensar con claridad, únicamente se concentra en Shōto Todoroki, su pareja, su alfa, su destinado, el que lo tiene bajo su merced.

—¡Ahí, Shōto, más, por favor!— Grita en cuanto cierto punto es tocado, queriendo sentir más de aquello.

Sus delgados brazos no dan más, termina dejando caer su pecho y rostro sobre el colchón, aún así no le importa y también mueve su trasero al mismo tiempo en que Shōto lo penetra, apreta las sábanas en cuanto siente un cosquilleo en la parte baja de su vientre.

—S-Shōto... Ngh, voy a... ¡Ah!

—¿Quieres terminar, cielo?— Cuestiona entre jadeos acelerando sus movimientos, Izuku asiente.

Ante la afirmación, el mayor continúa con el vaivén frenético, excitado por la vista de su pene desapareciendo en el agujero del omega, saliendo completamente mojado y resbaloso.

Sabe que está por correrse, apresura sus estocadas sosteniendo con fuerza la pequeña cintura del chico que empieza a tener cada vez más espasmos.

—Izuku, Izuku...— Repite el nombre del chico, sintiéndose pronto a llegar. Termina inclinándose y mordiendo el hombro del chico para saciar sus ganas de querer marcarlo antes de eyacular dentro del condón.

—Ngh...— Izuku termina por correrse sobre las sábanas —¡E-espera, espera!— Chilla, sintiendo que algo se hincha dentro suyo —Duele...— Se queja, llorando un poco.

Shōto besa su hombro, espalda y nuca, incapaz de hacer algo más para desvanecer su dolor.

Después de unos minutos, cuando el nudo bajó, sale de él, lo levanta y arropa  entre las sábanas. Se echa a su lado besando su cabeza múltiples veces.

El omega está adormecido pero también contento, pudo estar con su alfa predestinado sin pensar ni por un segundo en recuerdos pasados y tormentosos, solo en la persona que quiere y lo quiere.

—Oh, hay algo más que quiero darte— Masculla el omega soltando un bostezo, está tan cansado que casi lo olvida.

Todoroki mira con curiosidad cómo se incorpora un poco para abrir el segundo cajón de la mesita al otro lado de la cama y sacar un sobre, entregándoselo.

Bajo la atenta mirada verde, lo abre y lee detenidamente, sus ojos se expanden al llegar a cierto párrafo en específico, gira su rostro asombrado para ver a Izuku, que luce entre nervioso y feliz.

—Mira el sobre, hay algo más.

Tragando saliva, nota cierto rectángulo de plástico dentro, se trata de una identificación, mejor dicho la identificación de Ayari.

Figurando como Ayari Todoroki.

Su corazón se acelera y aún con las cosas en manos se ocupa de abrazar a Izuku, besando repetidamente su cabeza y mejilla.

Ayari era oficial y legalmente su hijo, y la noticia le llega el día de su cumpleaños.

Está tan contento que no teme cometer una locura... De hecho, ¿Por qué no?

Mira al joven sentado a su lado con el pecho desnudo mirándolo enternecido y con un brillo particular en sus ojos, haciéndolo sentir como si fuera lo único existente en la tierra.

No lo piensa mucho.

—Cásate conmigo.

Los ojos verdes se expanden sorprendidos y la mirada de ensueño se le va, como si le hubieran tirado un balde lleno de agua helada para despertarlo.

—¿Lo dices en serio?

—Muy en serio. Por favor, cásate conmigo... Cuando tengamos tiempo podemos ir a ver lo del anillo, pero ahora mismo solo necesito que me digas que sí, seamos una familia, Ayari ya tiene mi apellido, solo faltas tú.

—Shōto...

—Di que sí— Murmura ocultándose en el cuello del menor, que ríe.

—Entonces sí, vamos a hacerlo, vamos a casarnos— Responde sonrojado.

Quizás era apresurado, pero ya no había más pasos para saltarse, eran destinados, tenían un hijo, convivían, ambos aportaban a la casa y aunque todavía quedaban cosas por descubrir, estaban seguros que eran lo que querían.

—Cuánto te amo— Continúa, incorporándose para besarlo —Mucho, mucho más de lo que piensas, y no lo digo por la emoción del momento, lo juro— Susurra.

—Siento lo mismo— Da un piquito a la nariz recta del bicolor.

Comparten un beso lento, sin pensarlo demasiado Izuku termina sentado sobre él a horcajadas y ya va haciendo cierta fricción.

El mismo peliverde es quien, sin separar sus labios, estira su mano hacia el mueble al lado de la cama para tomar la tira de preservativos.

Chapter 14: Capítulo 13: Alguien del pasado.

Chapter Text

—Me encanta— Susurra el pecoso admirando la bella sortija dorada en su dedo anular, Rei y la encargada de la joyería lo miran enternecidas.

—Es perfecto para ti, Izuku-kun. Es sencillo pero hay algo que te obliga a mantener la vista en él, no te veo con otro anillo.

Convencido por el comentario de su suegra, se da la vuelta, Shōto le sonríe admirando la joya en su dedo.

—¿Ese es el indicado?

—Es el indicado— Afirma quitándose el aro, entonces la encargada lo toma y pone dentro de la cajita de terciopelo.

—¿Les gustaría grabarlo?

—Por supuesto— Todoroki se acerca para seguir conversando con la mujer mientras Izuku recibía a su hijo que estaba en los brazos de Rei, ella luce emocionada.

—Finalmente todos mis hijos estarán casados... Gracias Izuku-kun por hacer que esto sea posible.

El omega sonríe algo avergonzado mirando a su ahora prometido a lo lejos. Desde que decidieron contarle a Rei sobre la repentina propuesta de matrimonio, ella regañó a Shōto por no organizar algo para aquello, además de que parecía querer involucrarse con su boda casi al cien por ciento.

A Izuku no le molestaba, al contrario, lo agradecía ya que no estaba de humor para llenarse la cabeza con planes.

Habían optado por algo realmente pequeño, una reunión con un almuerzo y quizás una fiesta, pero solo con familia y amigos muy cercanos.

Izuku no tenía a nadie de su familia a quien quería invitar, la última vez que vio a su madre se había llenado de mucho rencor porque prefirió a un alfa en vez de protegerlo a él y sus decisiones.

Y ese alfa al cual llegó a considerar padre en algún momento, terminó mostrando sus verdaderos colores los cuales hicieron que terminara huyendo de aquel que en algún momento fue su hogar.

No tenía a sus amigos, todos empezaron a repelerlo y burlarse de él por ser tan fácil como para intentar seducir al hombre que lo embarazó.

Y todos podían dar fe de que, efectivamente, Izuku seguía a todas partes a aquel alfa malhumorado que aunque a vista de todos parecía alejarlo, cuando estaban solos terminaba siendo alguien dulce y paciente.

Se refugió en la boca del lobo sin saberlo.

Prefiere ignorar que tuvo una vida antes de Shōto. Él y Ayari eran su familia ahora. Kemy, Ochako y Melissa son sus nuevas amigas, y Rei era la mamá que en algún momento perdió.

—¿Entonces una cena en mi casa te parece bien?— Parpadea un poco ante la repentina pregunta, encontrándose a Reí mirándolo expectante con un ligero brillo en sus ojos.

—¿E-en su casa?

—Sí, cuando me divorcié me quedé con la casa y tiene espacio suficiente para ese tipo de eventos, tiene un jardín grande. Podríamos organizar una cena para que conozcas al resto de la familia ahí. Como Ayari-kun tiene el apellido de Shōto, no veo problema en que Enji lo conozca.

—Entonces... No puedo negarme, yo también quiero conocer a la familia de Shōto e involucrarme más con ustedes... Me encantaría.

—¡Perfecto! Y ya que quieren un matrimonio sencillo, pensé que también podríamos hacer la boda ahí, en el jardín, obviamente primero deberías ir y verlo para asegurarte de que te gusta el lugar, sino...

—Rei-san, tranquila...— Toma la mano de la albina —Agradezco mucho su ayuda, pero todo a su tiempo. Por el momento veamos la cena, luego podemos encargarnos de la fecha de nuestra boda.

—P-perdón, es que estoy muy entusiasmada... Shōto es mi hijo menor y...

—Lo comprendo, usted tranquila, de verdad.

—Papá— Ayari, que se había mantenido tranquilo en el regazo del peliverde, empezó entonces a patalear y moverse, gruñendo de poco en poco.

—Quizás está aburrido, iré a apresurar a Shōto— Rei se levanta yendo al mostrador, donde el alfa bicolor parecía firmar algunas cosas.

—¿Quieres ir a dar un paseo, Ayari?— Le pregunta al bebé, que asiente.

Con cuidado lo pone en el piso y toma ambas manos para hacerlo caminar, pues él aún no aprendía del todo a hacerlo bien.

Mientras salían de la tienda y paseaban por el amplio pasillo del centro comercial viendo las demás tiendas, un olor captó su atención.

Alarmado, se incorpora tomando a su bebé en brazos y mira en todas direcciones, buscando de dónde proviene, sin embargo, el hecho de no saber su origen solo lo altera más y su único pensamiento es regresar a la seguridad del calor de su alfa.

Corre de regreso hacia la joyería, aliviándose al instante por verlo salir con su madre.

Apenas los intercepta, se lanza a abrazarlo con su mano libre, siendo recibido por un confundido bicolor.

—¿Estás bien, Izuku?— Pregunta Shōto —¿Qué pasó? ¿Por qué estás asustado?

Rei, preocupada, toma a Ayari del brazo de Izuku, el pequeño también parece consternado.

—Todo está bien, solo... Me asusté porque me alejé y sentí que me había perdido...

—Está bien, no lo pienses demasiado, amor, estás a salvo.

La verdad es que Shōto no se lo cree. Varias veces se han separado en la calle y nunca hizo tal escena, además si bien su aroma no demostraba miedo, sí que había nerviosismo y angustia.

—Estamos acá, Izuku, tranquilo— Acaricia su cabello y deposita un beso en la coronilla —Vamos a la zona de juegos para que Ayari se distraiga.

Sin dejarse llevar por el cosquilleo nervioso en su mano, asiente tomando el brazo del alfa, mientras Rei y Ayari van delante señalando las demás tiendas.

Al ingresar a la zona de juegos, él y su suegra toman asiento empezando a devorar sus deliciosas hamburguesas mientras Shōto y Ayari iban a jugar. Nada mejor para calmar la ansiedad que la comida chatarra.

—Eso se ve divertido, iré con ellos— La enérgica mujer se levantó para salir de la zona de comidas e ir a la mortal sala de juegos, donde decenas de niños traviesos, jóvenes revoltosos y padres desesperados corrían empujándose de aquí para allá.

Había tanta gente que apenas podía ver a sus acompañantes, pero se acomodó de forma que estén al alcance de su vista.

Nota a lo lejos a Shōto metido en la cama de pelotitas jugando a tirarlas junto a su bebé y otros padres, sonríe al ver que hicieron equipo entre algunos para atacar a los demás.

Disfrutaba la vista de los seres que quiere, cuando nuevamente aquel olor llamó su atención por segunda vez en el día. De inmediato y angustiado levantó su mirar al reconocer la pólvora, buscó con su mirada hasta dar con cierta cabellera ceniza.

Quiere huir, pero sus nervios lo obligan a quedarse quieto mirando de forma directa al alfa que al parecer, también lo buscaba entre la gente.

Hasta que dio con él.

Empezó a respirar rápido, su corazón se aceleró, sus vellos se erizaron, iba a tener otro ataque con cada paso que el de ojos color carmesí daba en su dirección, acercándose.

Mierda, él salió de Musutafu para empezar de cero y así, nadie lo reconociera, ¿Por qué él estaba ahí? ¿Por qué de todos sus conocidos, precisamente él? No quería a nadie de su pasado en su presente.

—¿Deku?

Mierda, estaba parado justo delante suyo. No hay forma de ocultarse.

—¿Qué haces aquí? ¿No se supone que estabas estudiando en el extranjero? No, primero, cálmate, respira...— Al llegar frente a él, el rubio se arrodilla y levanta sus manos para indicarle que no le haría daño, cosa que funciona —Soy yo, idiota, sé que metí la pata contigo la última vez, pero me conoces y sabes que no soy malo... ¿Desde cuándo me tienes miedo?

—Yo...

—¿No se supone que estás saltando con los canguros?

—¿Qué?— Frunce el ceño, tan aturdido por su presencia como confundido por la pregunta—¿Cuáles canguros?

—Tus padres dijeron que estabas en Australia porque conseguiste una beca o algo así...— Baja sus granates de los ojos verdes hacia la carriola al lado de Izuku.

—Lo que dijeron e-es mentira... Quisieron obligarme a abortar para no manchar su reputación... Huí de casa con todo lo que pude.

—¿Abortar? ¿Qué demonios? ¿De qué mierda me perdí? Esa carriola...

—Sí, Kacchan, tengo un hijo.

—¿Es de...?

No hace falta terminar la pregunta, Izuku asiente y Katsuki se calla.

—¿Dónde está él? ¿Está acá?

—No estoy con él, y no sé dónde está... La última vez que nos vimos fue el día de nuestra graduación, me confesó algo y...

—No digas más, no quiero saber qué cochinadas hicieron, ya puedo verlas— Acusa mirando el cochecito de Izuku, quien se encoge.

Por supuesto que Katsuki no sabe qué cosas hicieron, si supiera que su agresor se divertía mientras él lloraba, no estaría tan tranquilo, sino que buscaría a ese maldito bajo cada piedra para hacerle pagar por el dolor y sufrimiento causado.

—¿En serio no sabes nada de él?

Niega con la cabeza, Katsuki jala la silla libre en la que antes estuvo sentada Rei y la ocupa.

—¿Qué demonios fue lo que pasó, Deku?— Tomó su mano, su corazón explosivo se quebró al sentir un temblor en ella —Un día de pronto... Desapareciste, dejaste de responder mis mensajes y luego... Tu viejo salió diciendo que estabas en Australia, no te despediste ni por llamada... ¿Sabes cuánto me dolió?

—Lo siento, Kacchan— Apreta su mano brindándole una sonrisa —Solo... Metí la pata y cuando me enteré, ya era demasiado tarde para hacer algo al respecto. Acepté tenerlo, pero entonces papá y mamá se enteraron y... Solo pude huir, no lo pensé mucho en realidad. Perdón por no avisarte, estaba demasiado asustado como para pensar en algo más.

—Tranquilo, nerd, está bien. Actuaste con la cabeza caliente, pero ya pudimos aclarar todo... Dime, ¿Cómo estás? ¿Estás bien?

Asiente con una pequeña sonrisa que calienta el corazón del alfa.

—Tomaré eso como un sí. Ahora estoy más tranquilo, dime a quién se parece más tu hijo.

—Digamos que no salió a él en lo absoluto— Ríe un poquito.

—¿Y dónde está?

—Está con... Con mi destinado... Me encontré con él.

El corazón del alfa se rompió.

Siempre estuvo enamorado de Izuku, desde niños. Razón por la cual no le gustaba aquel tipo raro que llegó a la ciudad de la nada, pues notó el gusto y admiración inmediatos que sintió el omega hacia él.

Y ahora que dice haberse encontrado con su destinado, el cual por cierto parecía haber aceptado al cachorro, se da cuenta de que ya no tiene oportunidad.

—Kacchan, ¿Tú... Cómo llegaste a Tokio?

—Estudios...— Balbucea, aguantando el mal sabor de boca que le daba pensar en Izuku con alguien más —Recibí media beca deportiva y me mudé... No pensé verte acá.

—Yo tampoco...—Le sonríe, mas esa sonrisa se convierte en un gesto incómodo —Kacchan... En estos momentos soy muy feliz, tengo un trabajo, amigos nuevos, un hijo precioso... Me voy a casar pronto con un hombre fantástico y mi suegra es maravillosa... Todo es muy distinto a la vida que tenía antes... Preferiría que no le cuentes nada de mí a mis padres o... A nadie que conocemos en realidad.

—¿Me ves con cara de chismoso, nerd?

—De hecho...

—No respondas— Interrumpe, sacándole una risa al omega —Cuenta conmigo.

—Gracias... De verdad lo aprecio. Estoy feliz de haberme topado contigo.

—Y... ¿Dónde están tu destinado y tu hijo?

—Mmm...— Izuku se estira un poco para ver a lo lejos, confundido por no hallar a Shōto donde lo recordaba.

—Papá.

Se da la vuelta, Shōto está detrás suyo con una sonrisa y su niño exige su atención, alzando sus manos.

—Mamá fue a recoger el anillo. Aún nos queda un rato antes de que se nos acabe el tiempo— Se inclina para besar su mejilla, luego posa su mirada en Katsuki —¿Quién es tu amigo?

—Ah... Es Kacchan, mi mejor amigo de la infancia... Me lo encontré por mera casualidad.

—Shōto Todoroki— Se presenta el mayor extendiendo su mano.

—Katsuki Bakugō— La toma dando un ligero apretón, devolviendo el saludo.

—Ah— Ayari le da la mano, queriendo participar también, Katsuki la toma con suavidad y el bebé sonríe ocultándose en el pecho de su papá con un sonrojo.

—Él es Ayari Todoroki, nuestro hijo— Dice Shōto, viendo amorosamente al pequeño en brazos de Izuku.

Al rubio le parece sorprendente el leve parecido que hay entre el bebé y Shōto, si no conociera al papá biológico del niño, a quien no se parecía en lo absoluto, pensaría que era suyo.

Pero lo que dijo Izuku momentos atrás era verdad, Ayari no se parece en nada a quienes lo concibieron, apenas y sacó los ojos verdes de Izuku.

Supone que debido a la similitud es que se le hizo fácil al bicolor aceptar al cachorro y no deshacerse de él como la mayoría de alfas hacen al encontrar a sus omegas predestinados.

—Bueno yo... Me separé de mi grupo porque te vi, Deku. Dame tu número para seguir en contacto... Debo regresar con ellos.

—Seguro— Responde el omega, dictando los dígitos conforme el cenizo anotaba en su teléfono.

—Hasta pronto, Deku.

—Nos vemos, Kacchan.

Un calorcito se aloja en el pecho de ambos.

Se habían distanciado por un malentendido que no sabían, pero había sido provocado por alguien más.

Ahora que podría decirse que hicieron tregua nuevamente, esperan recuperar aquella amistad tan bonita y genuina del pasado.

Chapter 15: Capítulo 14: Cena desastrosa.

Chapter Text

—¿Cómo dices que dijiste? ¿Tu destinado? ¿Un hijo? ¿De qué mierda me perdí?— Gruñe Enji dejando de lado su periódico.

—Lo conocerás pronto, mamá está organizando una cena de presentación precisamente para que lo conozcan, a él y a mi hijo.

—¿Por qué ella lo sabía y yo no?

—No estás para reclamarme nada, viejo. Agradece que me estoy tomando la molestia de invitarte, no planeaba hacerlo.

—Entiendo perfectamente que hayas escogido apartarme de tu vida después de mi divorcio con Rei, Shōto. Pero sigo siendo tu padre y esto de lo que me estás hablando es algo importante.

—No me pienso disculpar.

—Es tu pareja, Shōto, tienes una familia ¿Por qué no nos dijiste nada? ¿Tus hermanos saben acaso? ¿O solo Rei?

—Fuyumi lo conoce, pero no interactuaron demasiado. Es mamá con quien convive más, ella nos ayuda a cuidar a Ayari.

—¿Tōya y Natsuo no saben de él?

Niega con la cabeza.

—Que me lo ocultes a mí puedo comprenderlo, pero ¿A tus hermanos?

—Solo... No encontré el momento adecuado para decírselos y cuando menos me lo esperé... El tiempo pasó.

—Claro, el tiempo pasó y lo embarazaste, ¿Cuánto tiempo tiene tu hijo?— Se levanta y camina intentando relajarse.

—Un año— Y dos meses también, pero mejor no le dice o le dará el patatús.

—¡¿Un año?! ¡¿Por cuánto tiempo más planeabas tener esto en secreto?!

Shōto se muerde la lengua para no decir nada, era evidente que cuando le dijo a Enji que tenía un omega y un hijo, este pensaría que biológicamente sí era suyo. No iba a decirle que no era así, pues no aceptaría a Izuku, y aunque eso le importara una reverenda mierda, temía que haga algo al respecto con Ayari.

Podría hacer con sus propias manos lo que él "debió" hacer.

—El punto, padre, es que vamos a casarnos.

—¿Aún no se han casado?

—¿Pues qué estás oyendo?— Enji frunce el ceño y Shōto desvía la mirada.

—Continúa.

—Queremos algo realmente íntimo. Es muy reservado y no tiene familia que venga. Sería incómodo para él estar en una fiesta con gente que no conoce. Primero haremos una cena para que se integre a la familia y si le gusta la casa, haremos la ceremonia ahí.

—¿Cuándo es la cena?

—El fin de semana.

—¿Me estás jodiendo? Es en tres días y tengo demasiado trabajo atrasado, debo arreglar todo para poder asistir.

—No vengas si no quieres.

—Iré, Shōto. Y deja de jugar conmigo.

—Tch.

—Guau...— Si Izuku creía que la casa de Shōto era grande, pues se quedaba corta al lado de la de Rei —¿Acá creciste?— Pregunta mirando por la ventana del auto mientras este se va estacionando.

—Sí, luego te mostraré mi habitación.

Shōto desabrocha su cinturón y va al asiento de Izuku para que este baje, luego se va al lugar de atrás para sacar a Ayari de su sitio.

Lo pone en el césped y deja que este dé unos cuántos pasos torpes intentando seguir al omega, en lo que Shōto saca la pañalera.

Cierra la puerta, asegura el vehículo y toma la mano del pequeño para caminar juntos hacia el peliverde, que yace en la entrada conversando con Rei, quien toma sus manos, encantada de tenerlo ahí.

—¡Mamá!— Ayari acelera sus pasitos cuando ve a la mujer, que se pone de cuclillas y extiende sus manos para recibirlo.

—Mi niño bonito, qué feliz me hace que estés acá. Ven, vamos a conocer la casa con la abuela— Ignora por completo a Shōto para enfocarse en el cachorro que se restriega contra ella.

—Y pensar que yo era su bebé— El bicolor se toca el pecho, Izuku ríe poniéndose de puntillas para besarlo antes de ingresar.

—¡Izuku-kun!— Fuyumi sale de la cocina y los intercepta con mucho entusiasmo, secando sus manos. Un hombre la sigue desde atrás —Este es mi esposo, Iida Tensei— Presenta al peliazul que le da la mano.

—Buenas tardes, Izuku-kun.

—E-es un gusto...

—Ven, mamá fue con Ayari-kun al jardín, te va a encantar— Lo toma del brazo arrastrándolo por la casa.

Shōto se queda quieto.

—¿Todos se olvidaron de que existo?

Tensei se ríe.

—Mejor ayúdame a terminar de cocinar.

Izuku mira encantado el gran jardín, lleno de un césped verde y próspero demostrando lo bien cuidado que estaba.

—Estas amarílis son mis bebés— Sonríe Rei acercándose a ciertos arbustos con flores azules y sencillas —Me gustaron desde la primera vez que las vi y Enji me trajo algunas semillas. Sin querer, mi afición se hizo más grande y terminé haciéndolas protagonistas del vergel.

Izuku le dio la razón, pues aunque haya más flores como calas, tulipanes y radiolas, las amarílis sobresaltaban más. Incluso había un arco de ellas.

—Izuku-kun, si se casan acá, podríamos usar el arco como altar— Fuyumi menciona emocionada tomando su brazo —Es un espacio amplio pero no demasiado, perfecto para una boda íntima.

—Sí...— Suspira viendo que un poco más alejado había un pequeño estanque.

—Hay algunas carpas ahí, vamos a verlas.

En algún punto empezó a oscurecer y los pequeños farolillos del jardín y estanque brillaron en automático, haciendo una vista realmente bonita, Fuyumi regresó a la casa y pronto Shōto hizo acto de presencia hallando a Izuku y Rei descalzos en el borde del estanque, remojando sus pies, Ayari descansaba con su cabeza en el regazo de la mujer.

Se sentó en medio de ambos, abrazándolos al mismo tiempo.

—Mamá, dame un momento con él, por favor— Pide dándole un beso en la frente —Todos acaban de llegar. Ve a saludarlos, en un momento iré con Izuku.

Ella asiente con una sonrisa. De todas formas tenía planeado entrar, pues Ayari era demasiado pesado como para tenerlo cargado mucho más tiempo.

Una vez estuvieron solos, Shōto abrazó a Izuku empezando a repartir numerosos besos en su mejilla, sacándole risas y sonrojos al más bajo.

—¿Te gusta el lugar?

—Es perfecto. Fuyumi-san me dio tantas ideas que tiene para la boda... Me veo casándome acá, contigo.

—¿Con quién más, sino?— Pregunta con una sonrisa, Izuku ríe un poquito más y se acerca para besarlo —¿Entonces nos casaremos acá?

El pecoso asiente.

—Eres realmente adorable— Piensa en voz alta enrrollándolo con sus brazos, aspirando el limón que desprende naturalmente de él.

Izuku se dejó mimar, hace tiempo se había acostumbrado a ser tratado con esa dulzura y delicadeza que le brindaba el alfa, sonríe en el pecho de este y le devuelve el abrazo, encantado.

—Beso— Pide, apartándose un poco.

El mayor le cumple el capricho encantado.

—Vamos adentro, amor, debes conocer al resto de mi familia.

—Un ratito más— Ruega no queriendo apartarse del bicolor, quien concede su petición sin rechistar.

—¿Es él nuestro sobrino?— Cuestiona Natsuo acercándose a su mamá, que entraba con el bebé en brazos.

—Está dormido, pero debe levantarse para comer, espero que no llore...

—Déjame verlo— Ordena Enji, Rei se acerca alegre y lo entrega con delicadeza.

Keigo miraba curioso al pequeño.

—De hecho... No creo que se parezca demasiado a Shōto— Gruñe Enji.

Rei y Fuyumi se miran entre sí, con ciertos nervios, Tensei se pone al lado de su mujer para tranquilizarla.

—Nop, o sea sí tiene un parecido, pero tampoco es tanto... Quizás se parece a su otro papá, ¿Cómo es que se llamaba?— Pregunta Tōya.

—Izuku.

—Izuku... Ya, bueno, a lo mejor se parece más a él— Razona, relajado. Su esposa, al lado de él, rueda los ojos con molestia.

—Nosotros también podríamos haber tenido un cachorro.

—No empieces, Himiko.

Ella aguanta sus ganas de llorar y se interna a la cocina, Tōya bufa siguiéndola para conversar.

Ella quería tener un bebé desde siempre, mas Tōya había sido especialmente cuidadoso a la hora del sexo y hace un año, ante la insistencia de la rubia, terminó haciéndose la vasectomía, poniendo fin a su discusión.

—Podrán ser destinados, pero son pocas las veces que los veo llevarse bien— Suspira Fuyumi con preocupación.

—Es ahí donde aplica la regla de que los destinados no siempre deben estar juntos— Sonríe con tristeza Rei, Tensei soba su espalda como consuelo.

—Bueno, toma, te lo devuelvo— Enji se lo intenta devolver a Rei, pero fue algo brusco y casi se le cae, provocando un grito ahogado entre los presentes, gritos que despertaron a Ayari.

 

Quien asustado por el lugar desconocido, gente extraña, ruido y encima la cara del hombre que la sostenía, terminó llorando, esparciendo su agrio aroma a menta lleno de disgusto.

 

Solo entonces Enji sonrió.

 

—¡Míralo, un alfa! ¡Carajo, excelente!

—¡Ayari!

Ante la voz de su papá, Ayari solo lloró más y lo buscó, extendiendo sus manos en dirección suya.

Enji lo entrega a Izuku sin problemas, que lo consuela sobando su espalda. Shōto, a su lado limpia las lágrimas del menor, que estaba algo traumatizado por el rostro grande y sonriente del pelirrojo.

Hasta podría jurar que salía fuego de su barba.

—Padre, apenas te conoce y ya lo espantaste— Frunce el ceño Shōto, Enji chasquea la lengua.

—Es un alfa y se trata del primer nieto, es normal que me emocione. Aunque no ha sacado nada mío, se parece demasiado a tu madre.

—Yo no diría que se parece tanto a mamá— Comenta Natsuo encogiéndose de hombros —Se parece más a Tōya que a ella o Shōto.

—¿Yo qué?— Cuestiona el albino saliendo de la cocina, algo ofendido de oír su nombre.

Y nuevamente las feromonas agrias empezaron a inundar el lugar, pero esta vez no provenían de Ayari, sino de Izuku, quien miraba aterrado al hombre al otro lado del comedor.

Todos enfocaron su vista en el omega, que abrazaba a su hijo, retrocediendo lo más que podía.

Los orbes turquesas de Tōya también mostraron sorpresa y cierta angustia, Himiko entonces afiló su mirada.

—D-Dabi-san...

—¡¿Qué hace esa zorra aquí?!— Gruñe ella intentando acercarse, sin ser consciente de la ansiedad que le generaba al menor —¡¿No te bastó acostarte con mi marido y ahora también buscas meterte en nuestra familia?!

—Himiko-san— Murmura el omega aterrado ante la fiera amarilla que lo enfrentaba.

Shōto no tardó en ponerse frente a Izuku para protegerlo. Luego buscaría una explicación a lo que sea que estén diciendo, de seguro se trataba de un malentendido.

—Himiko...

—¡Aléjate, déjame sacarle la mierda a esta puta!— Sisea ella, mas es retenida por Keigo y Enji, aún así ella luce alterada.

—¿Izuku?— Pregunta Tōya también, intentando ver tras su hermano, que no se lo permitió.

—Shōto, quiero irme— Logra susurrar el omega, con la respiración entrecortada, el llanto de Ayari solo hacía que la situación sea más exasperante —S-Shōto, sácame de aquí.

—Nos vamos— Anuncia el bicolor, no le gustaba para nada la mirada que su hermano mayor le brindaba a su prometido.

Sin esperar respuesta de los demás, posa su mano en la espalda de su omega y avanzan a la par hacia la puerta, protegiéndolo de las miradas de los demás.

—Sí, lárgate, maldita perra— Escupe la rubia cuando se iban, aún así fue audible para el pecoso que se limitó a derramar algunas lágrimas abrazando aún a Ayari, que también lloraba.

Llegaron al auto del alfa, Shōto abrió la puerta del copiloto para que este tome asiento y se recupere, consolando de paso, a Ayari.

Solo liberó sus feromonas para calmarlos, lo cual pareció funcionar.

Al menos el bebé quedó tranquilo recostado en el pecho de Izuku, que solo daba leves palmaditas en su espalda, Izuku, por otra parte, parecía mirar a la nada.

—¿Amor?—Pregunta tomando su mano, el menor se sobresalta un poco antes de mirarlo —¿Qué pasó ahí adentro? ¿Conoces a mi hermano?

—Shōto, lo siento— Murmura quitándose la sortija para depositarla en la mano del alfa, que siente su corazón oprimirse por tal acción —No creo que pueda casarme contigo...

—¿P-por qué dices eso? Himiko seguro te confundió con alguien más, te aseguro que por lo general ella no es-

—Shōto, no sé si quiero involucrarme contigo o tu familia... No quiero tener nada que ver con Dabi-san.

—¿Dabi?

—¡T-tu hermano! Quiero paz, Shōto, y también te amo— Toma su mejilla —Pero no importa cuántas veces vaya a terapia, jamás voy a olvidarlo a él ni el día en que... No puedo, Shōto. No puedo estar contigo si él va a estar cerca, no puedo...

—Amor...— Siente sus ojos picar.

Hace nada estaban perfectamente bien admirando el lugar en que se supone que se casarían, compartiendo besos y mimos... Y ahora todo parecía haberse ido al mismísimo carajo.

—Izuku, ¿Tōya acaso...?

—Así que ni siquiera supe su nombre— Ríe con sarcasmo limpiando sus ojos con el antebrazo —Tu hermano, Tōya, es el papá de Ayari... Es el alfa que me violó con la idea de marcarme para tener un motivo para divorciarse de su esposa...

El silencio invade la casa, todos aún asimilan lo que sucedió, Tensei mantiene a Rei y Fuyumi tras su espalda para protegerlas, Enji hacía lo mismo con Keigo.

Los presentes miraban atentamente a la rubia, quien había enloquecido segundos atrás, Tōya también luce molesto.

Natsuo interroga a su cuñada.

—Himiko, ¿Qué suced-?

—¡No tenías por qué asustarlo!

Todos se asombran cuando Tōya toma a Himiko por los hombros para gritarle.

—Tōya, esa no es la forma de tratar a tu destinada— Enji interviene al ver que la rubia empieza a sollozar.

—Me importa una mierda el destino, ¡No tenías ningún derecho de tratar a Izuku así!— La zarandea con más fuerza.

—¡Él quiere robarte de mi lado!— Grita ella limpiando sus lágrimas —¡Izuku, Izuku! ¡Estoy harta de oír su maldito nombre de ti! ¡¿Por qué mierda sigues pensando en él?! ¡Ya pasaron dos años y continuas comparándonos!

—Te equivocas— Gruñe, soltándola con brusquedad, haciendo que caiga, Natsuo se apresura a recogerla —Entre él y tú no hay punto de comparación. Él lo es todo, tú no eres ni mierda.

—¡Cállate!

—¡Cállate tú! ¡Si acepté seguir contigo fue porque Izuku se fue, no porque realmente te quisiera!

—¡Tōya basta!— Grita Rei.

Todos se giran a verla, ella nunca alzaba su voz.

Ella tiene la mirada rota, hay decepción e ira en sus ojos, se acerca al peliblanco y mira su rostro con atención, luego solloza.

—Claro... ¿Cómo no lo noté antes?... Es idéntico a ti.

Fuyumi entonces ahoga un jadeo, dándose cuenta de la situación.

—¿De qué hablas?— Pregunta Enji.

—Tú eres el papá de Ayari-kun...— Susurra —El hijo de Izuku-kun es tuyo, ¿No?

Tōya expande sus ojos, Himiko llora con más fuerza.

—Imposible— Enji interviene —Shōto no pudo aceptar a un omega con un hijo. El cachorro es de Shōto.

—Papá, no— Fuyumi se acerca a él—Cuando Shōto conoció a Izuku-kun, Ayari-kun tenía tres meses de nacido.

—¡Es tuyo, maldito imbécil!— Himiko se lanza a golpear a Tōya, Keigo la toma para intentar calmarla —¡Saca la cuenta! ¡Es tuyo! ¡El tiempo coincide, se parece a ti! ¡Ese bastardo es tuyo!— Grita, su rostro está rojo de ira, las lágrimas y los mocos invaden su cara —Me negaste una marca, pero querías marcarlo a él, me negaste un cachorro... Y tienes uno con él— Llora aferrándose a Keigo que sobaba su espalda —¿Por qué no puedes amarme como a él?

Todos miran a Tōya, luce molesto.

—Debo ir con Izuku, de seguro está confundido, asustado y-

—No irás a ningún lado, es el destinado de tu hermano. Si alguien debe acompañarlo, es él— Rei demanda, fuerte y claro.

—Izuku debe estar conmigo, yo lo amo y él me amaba... Solo debo disculparme con él, ir a terapia conyugal y... Seguir juntos, no lo entienden...

—Tōya, ¿Qué relación tenías con Izuku?— Pregunta Fuyumi acercándose a él.

Himiko gruñe.

—Izuku fue una perra que lo sedujo, él solo fue débil y cedió ante sus instintos. Yo los vi, los encontré en la cama.

—Que te calles, no hables así de él.

—¿Te duele que insulte a tu putita?

—¡Que no vuelvas a llamarlo así!— La abofetea, ella no parece adolorida, pero sí molesta. Tōya se acerca más, tiene intención de atacarla para defender el honor de la persona que ama.

Entonces Natsuo y Tensei saltan sobre él para detenerlo y forcejean entre sí, desatando otro caos peor que el anterior.

Chapter 16: Capítulo 15: Mi primer amor.

Chapter Text

Llegaba a su casa después de su trabajo de medio tiempo cuando vio unos autos aparcados en el camino de entrada, entonces recordó que su padrastro le dijo que hoy regresaría con un amigo para cenar.

Con naturalidad ingresa, era normal que llegaran compañeros del trabajo para hablar de quién sabe qué cosas, cenar, convivir, etc, cosas de adultos.

—Cariño, regresaste— Su madre lo recibe con una sonrisa —Dabi-san ha llegado, no olvides tus modales y saluda.

Asiente besando la mejilla de su madre y la sigue por el vestíbulo hasta el comedor, donde su padrastro conversa alegre al lado de un hombre, tenía el cabello negro y los ojos turquesas más preciosos que alguna vez notó.

—Oh, Izuku, ven acá— Lo llama el rubio con una sonrisa, él se acerca curioso y toma asiento a su lado —Te presento a Dabi Tākoizu , es el nuevo Presidente de la junta de Fiscales de Musutafu.

—Hola, Izuku. Tu papá me estaba hablando de ti y ya ansiaba conocerte— Sonríe el azabache, causando un sonrojo en el menor.

Aquel hombre era muy atractivo.

—Por supuesto, Izuku es mi único hijo y tengo altas expectativas para él con toda la educación que recibe, es el número uno en la escuela y va a participar en las olimpiadas matemáticas nacionales en julio— Ríe Yagi sobando sus cabellos, orgulloso del omega —Es realmente responsable y tiene el respeto de toda su escuela, ¿Cuándo viste a un omega lograr eso?

—Ciertamente es alguien interesante...

—Y podrá tener todo servido, pero mi niño no es conformista y le gusta trabajar, desde hace un año hace tutorías en una escuela primaria, así se gana su propio dinero.

—Sí, alguien difícil de encontrar, cualquiera se sentiría afortunado de conocerlo...— Responde, mirando atentamente al chico, que solo sonrió con cierta timidez.

—Debes descansar, hijo. Come y ve a tu habitación a terminar tus deberes, solo quería presentarte a Da bi para que lo conozcas, lo verás muy a menudo por acá.

—Está bien, papá. Fue un gusto conocerlo, Takōizu -san— Extiende su mano al hombre, que la toma.

—Llámame Dabi.

Pero en vez de dar un apretón o sacudirla, la acerca a su rostro y deposita un beso en el dorso de esta, mirándolo fijo a los ojos.

—El placer fue todo mío.

Asiente frenético y huye a la cocina, causando gracia en su padre, quien consideró aquello como la natural timidez de su pequeño.

 

—Hola, Izuku.

 

—¿Tākoizu-san?— Cuestiona el menor acercándose al auto del pelinegro —¿Qué hace acá?

 

—Ya te dije que puedes llamarme Dabi, no pasa nada; y salía de una reunión con el director, justo cuando me iba, logré verte. Espero que no te moleste si te acompaño a casa, de todas formas iré más tarde, quizás primero podríamos ir a comer un helado o...

 

—¡Oye, Deku!

 

Una voz grave los interrumpe, Izuku se da la vuelta para enfrentar al rubio que se acerca.

 

Apresúrate , tenemos poco tiempo para comer antes de ir al trabajo.

 

—Sí— Le sonríe y se da la vuelta para volver a hablar con el de ojos turquesas —Siento mucho ser descortés, Dabi-san, pero hoy iré a almorzar en casa de Kacchan así que tendré que declinar su oferta.

 

—No, está bien, ve con tu... Amigo.

 

Izuku asiente y se retira, tomando el brazo del rubio quien se gira a verlo con molestia y avanza rápido, llevándose a Izuku.

 

Cualquier intento que Dabi hiciera para llamar la atención de Izuku, era en vano. Sí, lograba sacarle sonrojos al menor o hacer que se le acelere el pulso, pero eran reacciones momentáneas, pues no había tenido oportunidad de estar a solas con el chico que parecía muy enfocado en su propia vida, estudios, familia y amigos. Como si no tuviera espacio para alguien más.

 

Él se ganaría aquel espacio.

 

 

Estaba malherido en un callejón cercano a la primaria en la que Izuku trabajaba, tenía cicatrices, sangre y moretones por todo el cuerpo... Y aún así se tomaba la molestia de fumar un cigarrillo como si no estuviese en un estado crítico, solo hacía falta esperar.

 

—¡¿D-Dabi-san?!— Bingo.


Había investigado todo lo posible de Izuku. No podían culparlo, aquel niño le había atraído bastante, así que no dudó en quitarse el anillo nupcial de la mano para ir tras él.

—Ah, Izuku— Fue lo primero que salió de la boca del hombre, que lo veía con "cansancio".

—¿E-está bien?— Cuestiona agachándose para quedar a su altura —¿Qué le pasó?

—Ja, ¿Te parece que estoy bien?

—N-no...

—Pues para que lo sepas sí lo estoy, acabo de ganar una pelea contra seis tipos que intentaron asaltarme , podré estar herido pero no vencido.

Izuku ríe un poco, viendo la sonrisa altanera del hombre, aquella sonrisa que le recuerda a Kacchan, eso lo hizo sentirse más cómodo, se sentó cruzando sus piernas con confianza frente al azabache.

Le gustaba que haya visto lo bueno en una situación tan mala.

—Fumar no le traerá nada bueno— Comenta acercando su pequeña mano a los labios del alfa para tomar el cigarro y apagarlo en el asfalto.

—Izuku, ¿No tienes miedo?

—¿Miedo?

—Soy un alfa y eres un omega, ya conoces el lema, "los alfas y los omegas no pueden ser amigos".

—Usted no es un desconocido, Dabi-san, todos acá lo conocemos y admiramos, además necesita ayuda, llamaré a mi padre para-

—No, déjalo así. Mi coche está a una cuadra, solo ayúdame a llegar ahí y conduciré a casa.

—¿Tiene a alguien que cure sus heridas?

En realidad no, ¿Te molestaría ayudarme?

¡Para nada! Lo haré con gusto.

—¿Un omega tan lindo prestándole ayuda a alguien como yo? ¿Estoy soñando acaso?

Izuku se sonroja.

—Está bien, entonces vamos, ayúdame a sentirme mejor.

Izuku se levanta primero y extiende su mano al mayor, que se incorpora con cierta dificultad, luego pasa aquel brazo duro y bien amoldado por su cuello.

Dabi podría estar en traje, pero aún así podía sentir lo bien trabajado que estaban sus músculos.

No queriendo pensar en nada inapropiado de una persona herida, Izuku pasa su mano por la cintura del alfa que se apoya en él, y caminan juntos hacia el auto rojo, aquel que en algún momento logró ver en su camino de entrada.

Se sonrojó apenas ingresó, todo el auto olía a jacintos, a Dabi. Bajó la ventana solo para ventilar un poco su olfato y disminuir su temperatura, Dabi sonrió al notarlo.

No estaban muy alejados de la casa, la urbanización en la que vivían era pequeña y todos se conocían entre sí, incluso varios compañeros de clase lograron tocar el tema del apuesto presidente fiscal que había llegado a la ciudad, reconociendo sus obras, casos y ganando el respeto de todos nada más con mencionar su nombre.

Al llegar a la vivienda, ayudó al alfa a bajar e ingresar, y finalmente ingresaron a la sala, recostando al mayor en uno de los sofás.

—El botiquín está en el baño.

Izuku asiente y corre para buscar el baño y, por ende, el botiquín. Regresa exitoso con la cajita en manos y se sienta cerca al alfa para tratar la sangre y golpes visibles mientras el mayor lo observaba atento.

—¿Por qué no se dejó asaltar, Dabi-san?

—Como todo alfa, soy muy orgulloso, tengo un ego y reputación que mantener, no puedo permitirme caer por algo así.

—Pudo haber acabado mal, ¿Y si llevaban armas?

—Veo que te preocupas mucho por mí— Sonríe, Izuku se paraliza unos segundos, embobado por la sonrisa del pelinegro y se sonroja.

—P-podría preocuparme por cualquiera— Murmura volviendo a pasar el algodón por el rostro blanco del mayor.

—Ouch, y yo creyéndome especial.

Midoriya rueda los ojos con una sonrisa, continuando con su labor.

—Ese alfa rubio... ¿Era tu novio?

—¿Quién?

—Con el que te fuiste la vez pasada.

—Ah, ¿Kacchan?, no, es mi mejor amigo.

—Un alfa y un omega no pueden ser amigos, ¿Lo sabes?

—Eso es un mito, por supuesto que pueden, Kacchan y yo lo somos desde siempre.

Para finalizar, le puso algunos parches y curitas en su nariz, pómulos, frente y labios.

—Gracias, debería contratarte como mi enfermero personal— Le sonríe el de ojos turquesas.

Ignorando su sonrojo, Midoriya recibe una llamada, se trata de su madre.

—¿M-mamá?

—Cariño, ¿Dónde estás? Ya van a ser las diez, ¿Tienes problemas? ¿Quieres que pasemos por ti? ¿Estás bien?

—¡¿Las diez?! ¡Lo siento mamá, estoy en camino, me distraje viendo algo! E-estoy cerca, hasta luego... Te amo.

—Yo también, cielo, tu papá y yo te estamos esperando, ven con cuidado.

Cuelga la llamada y mira con tristeza al hombre frente a él, no quiere dejarlo solo en ese estado, aunque no es tan grave realmente, su sentido de protección lo obliga a querer cuidar del alfa.

—D-debo irme...— Avisa —Siento mucho no poder quedarme a ayudar más, pero de verdad es tarde.

—Tranquilo, no es tu deber atenderme, ve a casa— Le sonríe tomando su mano, sacándole otro sonrojo al más pequeño —Déjame darte un abrazo.

El omega asiente y se acerca, siendo envuelto por los brazos fuertes de Dabi y su fragancia a jacintos.

Se separan luego de unos segundos con sus corazones latiendo a mil.

—Bien, Izuku, espero verte pronto. Ahora ve a casa.

—A-adiós ...— Se despide dedicándole una última mirada para luego salir de la casa e ir a su hogar, donde sus padres seguro lo esperaban con un regaño por la hora.

Sus padres sobreprotectores, lo primero que hicieron al verlo llegar, fue interrogarlo, su padrastro lo regañaba recordándole los peligros de las calles para los omegas mientras su mamá le preguntaba si estaba bien en repetidas ocasiones.

Llegó a su habitación después de un rato, suspirando con pesadez al notar que su mamá, otra vez había leído su diario, revisado su calendario de celo y contado sus pastillas supresoras.

Entiende que se preocupan por él, aunque a veces parecía ser demasiado.

La semana siguiente, no esperó encontrarse con el compañero de trabajo de Yagi al que ayudó la vez anterior.

—¿Dabi-san?— Pregunta algo sorprendido en cuanto lo ve bajar la ventanilla del auto.

—Sorpresa— Sonríe el azabache acercándose con una sonrisa —Sube, te llevaré a casa.

—Seguro, pero en realidad voy al trabajo— Ya en confianza entra en el asiento del copiloto y se abrocha el cinturón.

—¿Quieres pasar por algo de comer primero? Yo te invito como agradecimiento por lo de antes.

—Ah...— Respondió con cierta incomodidad desviando su mirada verde —¿Un helado estaría bien?

—Lo que quieras, pequeño— Empieza a conducir por la pista dispuesto a tener una cita con el chico —¿A qué hora sales?

—A las ocho.

—Mmm...— Se recarga en el asiento y aprovecha el semáforo en rojo para admirar el rostro del más joven, que evita su mirada, eso provoca una risilla en el mayor —Perdón que te lo diga, pero eres lindo.

Izuku sigue sin saber qué decir, no está acostumbrado a los halagos, el único alfa con el que convive aparte de su padrastro, es Katsuki y se la pasa diciéndole todo el día lo feo que es, ¿A quién debería creerle?

—¿Tú no estás en el trabajo con papá?— Le pregunta al mayor, que sonríe ante ello.

—Nah, puedo hacerlo desde casa, no hace falta ir al ayuntamiento y a la fiscalía para ello.

—¿Por qué?

—Porque no me gusta salir de casa.

—Pero está usted acá.

—Es porque quería agradecerte de alguna u otra forma— Izuku se encoge ante ello causando ternura en el más alto —Saliendo de tu trabajo podría mostrarte mi oficina.

—No he pedido permiso para llegar tarde a casa...

—Será un vistazo rápido, tenemos el auto, iremos y te regresaré al toque.

Empiezan a conversar entre sí, descubrió que Dabi tiene treinta y tres años, estudió negocios un tiempo, pero se salió por aburrimiento y continuó por el camino de las leyes e investigaciones, incluso intercambiaron números.

Comieron sus conos de helados y luego Dabi lo llevó a la escuela primaria, donde Katsuki lo esperaba en la entrada, no lucía feliz al verlo bajar de ese auto.

—Kacchan...

—Hablaremos dentro— Gruñe retando con la mirada al conductor y avanzando mientras su mano sostiene la cintura del omega, quien sabe aue está en problemas.

—Kacchan.

—¿Qué demonios, Deku? ¿Qué haces con el fiscal? ¿Tu papá lo mandó a recogerte acaso?

—N-no, solo lo ayudé antes y en agradecimiento me compró un helado.

—Un helado mis huevos, ¿Eres idiota? ¿No notaste cómo te mira? Vienes apestando a él, te ha marcado con su olor.

—¿D-de qué hablas? Él no se fijaría en alguien como yo... Es tan cool y.. .

—Y nada, soy un alfa, sé de lo que te hablo, y te mira como si quisiera comerte, aléjate de él.

—Bueno, está bien.

Katsuki suspira aliviado.

—Vamos con los mocosos.

Obviamente no le haría caso, ¿Por qué se perdería la oportunidad de hacer amistad con alguien tan genial como lo es Dabi?

Le escribió al hombre para decirle que lo espere antes de llegar a la primaria y en cuanto acabó su trabajo, fue en busca del alfa.

Con una sonrisa entró al auto.