Chapter Text
Jay tenía el sueño ligero.
Ni siquiera haber crecido en un desguace ruidoso lo cambió.
Claro, podía dormir con los ronquidos monstruosos de Cole y Kai juntos, pero era porque estaba acostumbrado. Cualquier otro ruido lo despertaba de golpe.
Fue el sonido del llanto, tan silencioso como podía ser, lo que despertó a Jay de su sueño esa noche.
Miró a su alrededor. Zane estaba rígido como una tabla. Cole tenía media cara hundida en la almohada. Kai estaba despatarrado, tras quitarse la manta de una patada. Y todos dormían profundamente.
Solo quedaba Lloyd.
Jay se levantó lentamente de la cama y se arrastró por el suelo, con cuidado de no despertar a los demás.
—¿Lloyd? —susurró.
Vio que Lloyd se ponía tenso.
Jay puso una mano suave sobre el hombro de Lloyd.
—Oye, ¿qué pasa? —preguntó en voz baja.
—Nada, estoy bien. Vuelve a dormir —dijo Lloyd rápidamente, apartando la mano de Jay y hundiéndose en las mantas.
Jay negó con la cabeza y se sentó en la cama de Lloyd, poniendo la mano sobre su hombro. Si algo se le daba bien a Jay, era molestar a alguien hasta que le contara sus problemas.
—No me iré hasta que hables conmigo —susurró, dándole un fuerte apretón al hombro de Lloyd.
Lloyd suspiró.
—¿Una pesadilla? —preguntó Jay.
—...Podrías decir eso —murmuró Lloyd.
Al menos estaban llegando a alguna parte.
Jay le frotó el hombro a Lloyd, recordando cómo lo hacía sentir mejor de pequeño.
—¿De qué se trataba? —preguntó Jay suavemente.
—... —Lloyd no respondió.
—Mira —comenzó Jay con un susurro de pasión silenciosa—. Sé que crees que eres el 'increíble Ninja Verde' y que debes desterrar toda debilidad. Pero no hay vergüenza en tu debilidad. Solo eres un adolescente. Y se necesita fuerza para mostrar debilidad.
—...
Jay esperó.
—... —Lloyd sollozó entonces.
—Era sobre Harumi —respondió con voz temblorosa, mientras las lágrimas volvían a brotar.
Jay abrazó a Lloyd.
—Lo que sea que estés pensando, no tienes la culpa...
—La vi morir —sollozó Lloyd, luchando por mantener la voz baja.— y no hice nada para salvarla.
Jay acercó a Lloyd.
—Lloyd, era una persona horrible.
—Pero ella no merecía la muerte —dijo Lloyd entrecortadamente.
—No pudiste hacer nada por ella —dijo Jay, apretándole el hombro a Lloyd—. Y ninguna culpa la va a traer de vuelta. No tienes la culpa.
—Sí, lo soy —inhaló Lloyd, hundiendo la cara entre las manos—. ¡Soy el Ninja Verde, el líder, el héroe! Debería haber...
—Puede que seas el Ninja Verde, ¡pero sigues siendo humano! —proclamó Jay junto a la oreja de Lloyd, abrazándolo—. No eres perfecto y no siempre puedes ser el héroe de todos. A pesar de las expectativas, a pesar de todo, sigues siendo humano.
Lloyd se recostó contra Jay y guardó silencio un momento.
Luego sollozó, con una leve sonrisa en los labios.
—Técnicamente soy mitad dragón, mitad Oni —dijo.
Jay le dio un pequeño empujón.
—Sabes a qué me refería —dijo con una sonrisa.— La humanidad que hay en ti.
Lloyd rió entre dientes en voz baja.
—En serio, tienes que recordarlo —le dijo Jay.— Por dentro, eres y siempre serás humano.
Lloyd asintió.
Luego volvió a sonreír.
—Gracias, Jay.
Jay le dio una palmadita en la espalda.
—¿Para qué están los hermanos?
Lloyd se inclinó hacia Jay, mirándolo avergonzado.
—¿Te quedarás conmigo esta noche? —murmuró.
Jay alborotó el cabello de Lloyd y le dio un beso en la frente, aumentando aún más su vergüenza.
—Me quedaré todo el tiempo que me necesites.
