Chapter Text
Nie Huaisang se encontraba entusiasta, después de días convenciendo a sus padres de poder ir a la secta Wen al fin había logrado su cometido. Visitar a sus amigos.
No paso mucho para llegar a la secta Wen donde Jiang Cheng y Wen Ning ya lo esperaban. Sin perder el tiempo con saludos comenzó a correr al campo de conejos del Wen menor no sin antes gritarle a la pareja que lo siguieran.
Llegar a su destino no fue tan difícil después de todo cualquiera lo conocía en la secta y el ya se sabia el camino de memoria. Se detuvo después de unos minutos de corres mientras se tiraba en una se las bancas para descanso que había en el lugar mientras que a los pocos minutos llegaba el Jiang y el Wen.
—Por más que me entusiasme que hagas ejercicio a que vino eso. — exclamo el Jiang limpiándose el poco sudor que comenzaba a recorrer su mentón.
—Por esto— dijo el Nie sacando de entre sus túnicas un libro con empastado verde. Ante la poca explicación el Jiang solo pudo alzar una ceja mientras el Wen mira con curiosidad el libro. Huaisang solo resoplo ante la falta de imaginación de su amigo y dijo: —Esto Cheng-Cheng es nuestro nuevo proyecto.
"Como cultivar (nabos) fresas, una guía escrita por (Wei Wuxian) un cultivador responsable"
—¿Esto es legítimo? —pregunto Wen Ning logrando más o menos descifrar las palabras tachadas, pero sin ganas de hacerlas notar.
—¡Ning, hermano!, ¿Cuándo yo tu más fiel compañero no ha traído a estas reuniones información legítima? — grito el Nie ofendido con una mano en su corazón.
—El hada de los dientes.
—La bola de pelos que resulto ser un perro demonio.
—Decir que con las piñas de los pinos podrías a traer ardillas.
—La pesca con fruta.
—Que la lluvia eran los escupitajos de los dioses.
—Cuando-
—Bien, bien, ya entendí. Pero esta vez esto de aquí amigos míos es real, lo tome del estudio de mi Da-ge y si Da-ge lo tenía entonces es verdad.
Jiang Cheng compartió una mirada con Wen Ning quien solo se encogió de hombros. —Bueno, ¿por dónde comenzamos? — pregunto sentándose en el pasto.
Huaisang sonrió sacando su abanico y respondió despreocupadamente —Mira, plantas la semilla, la riegas y esperar. No puede ser tan difícil.
—¿No deberíamos al menos abrir el libro? — pregunto el Wen, pero al ver como el Jiang ya comenzaba abrir un hoyo le dio un último vistazo al libro y lo dejo en el suelo sin darle mucha importancia. Después de todo un libro escrito por Wei Wuxian no podría ser tan bueno.
Jiang Cheng ya llevaba 5 hoyos cuando vi como el Nie seguía sentado en la sombra sin la intención de moverse. —¿No vas a ayudar? —pregunto.
—Vamos, yo traje la idea, el libro y hasta las semillas no puedes esperar que yo hago todo Cheng,Cheng. — Pero la mirada de su amigo le hizo callar y arrodillarse en el mismo lugar en el que ya se encontraba. —Que genio por dios. — murmuró agarrando un buen puño de semillas comenzó a tirar una por una, alrededor de él mismo.
Wen Ning, decidió seguir el ejemplo. Pero en lugar de esparcir las semillas uniformemente, terminó acumulándolas en un solo lugar. — Oh no— murmuró, tratando de corregir su error sin mucho éxito.
Jiang Cheng observo a sus amigos y satisfecho con su propio trabajo se fue a buscar una regadera, dejando al Wen a cargo aun con las protestas del Nie. En el laboratorio del área médica se encontró a su prima quien buscaba a su hermano al no saber su paradero, pero Jiang Cheng la tranquilizo diciéndole donde y que se encontraban mientras seguía buscando la regadera una vez la encontró se despidió de ella y regreso a su labor. Wen Qing solo vio como su primo menor se iba ya cubierto de tierra y lodo. —Espero que la reunión de mi tío ya haya finalizado— murmuro para si misma imaginando el desastre que su hermano menor y primo junto a su amigo se encontraban realizando en el campo de conejos.
A un par de salas de distancias el líder de la secta Wen soltó un estornudo alarmando a las personas a su alrededor.
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Jiang Cheng regreso con sus amigos solo para encontrarse grandes hoyos de tierra y largos charcos de agua por todo el lugar.
—¿Ning?— llamo a su primo, viendo por todos lados. Se acerco a un charco que parecía no ser profundo pero retrocedió de un salto provocando su caída al ver una mano salir.
—¡Cheng! Ayuda— grito la voz que luchaba por salir.
Jiang Cheng se arrastró por el campo sin darse cuanta que caía en otro hoyo no muy lejos de donde ya estaba.
No muy lejos de ahí había un bulto tirado boca abajo con muchas semillas y conejos a su alrededor.
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No muy lejos de ahí los guardias observaban a sus jóvenes maestros tratando de salir de un charco de lodo, un hoyo o despertarse después de ser ataco con bolsas de semillas.
—No se ustedes, pero ese conejo parece estar a punto de hacer una llave al maestro Nie.
—¿No es el mismo conejo que quiso usar como sacrificio para invocar un Dios?
—Si, pero...
—Pero como mi mamá dice, hay que dejar a los niños expresarse.
No muy lejos de ahí se podía ver como una bola de pelo se imponía satisfecho junto a sus hermanos y hermanas
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Wen Qing solo podía observar como llevaban de un lugar a otro a su tío con su padre detrás por haber estornudo en medio de una reunión.
—¡Traigan el té!
—¡No, es la miel, la miel!
—¡¿Como que miel?! ¡Sacrifiquen un pollo y que hagan caldo!
—Señor por favor, coma este ajo
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