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La vista desde arriba era aplastante sus piernas temblaban y sus ojos desenfocan el suelo tuvo un déjà vu de cuando Draxum lo tiro de un edificio había gritado para que lo salvarán y sin embargo aquí estaba otra vez apunto de volver a caer nuevamente pero está vez por cuenta propia.

Irónico
Hilarante por decir menos, su pierna se elevó fuera de la barda del edificio para dar el paso de gracia, todo su dolor desaparecería con algo tan sencillo parecía ridículo, un dolor tan agonizante, una liberación placentera a solo un paso.

Sufrimiento
     Tristeza
        Dolor
            Angustia
        Culpa
     Sufrimiento
Desesperación

Dolor
Dolor,
Dolor 
Dolor

¿Ya había dicho dolor? Le dolía mucho incluso después de los golpes y el abuso, después de salir de esa prisión fría y dolorosa incluso después de "curarse" si se le podía llamar así ni siquiera podía caminar bien su cuerpo era un terrible recordatorio de lo que le había pasado .

Abuso
Dolor
Abuso
Dolor

Miro nuevamente el final del edificio un final que garantizaba una muerte segura y rápida sin dolor, no merecía morir, merecía seguir vivo, vivir con miedo y con dolor por haber causado la invasión ¿porque aún no lo hacía?.

¿Miedo?

¿Esperanza?

¿Arrepentimiento?

Tal vez eran ambas Miedo porque ¿quien no le teme a la muerte? , Arrepentimiento porque sabía que sus hermanos jamás dejarían de culparse por lo que paso, Esperanza...¿Esperanza? Que ridículo después de todo seguía esperando que alguno de sus hermanos llegara y lo detuviera.

Cómo había dicho un amigo de luces rojas hace unos días la esperanza es inútil, cerro sus ojos con fuerza la suave lluvia mojo su rostro.

Respirar
Retener
Exhalar
Respirar
Retener
Exhalar

Su pierna se elevó contra la barda del edificio chocando con su liberación, absolutamente nada, su cuerpo se inclina sobre el borde.

Y entonces todo terminó el dolor se fue.

O eso fue lo que él pensó.

Era Viernes en una noche lluviosa.
Leo nunca toco el suelo.

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Ambos gemelos estaban acostados en una cama improvisada en el suelo,Leonardo giro su cabeza hacia Donatello dandole un suave golpe en el plastron con sus dedos.

"Hey Don".-el nombrado solo soltó un "mhm" como respuesta "como crees que morirás"

Donatello se levantó un poco del nido de mantas para mirar a Leo fijamente -"¿por qué preguntas eso?".

"Por nada en especial solo es un pensamiento" ahora con la mirada perdida en el techo decorado con estrellas fluorescentes que había puesto para Donatello hace años.

"Bueno no lo sé, no creo que sea algo importante" se dejó caer nuevamente sobre las mantas antes de voltear a ver a Leonardo nuevamente "¿Tu cómo crees que lo harás?".

Leonardo nunca respondió la pregunta pero sabía muy bien la respuesta.

Moriría solo y con dolor

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"Ah" 

Fue lo único que salio de la boca de Leo cuando un metal frío se envolvió en su estómago jalando a la superficie del edificio rodando sobre este mismo.

Se retorció de dolor mientras se agarraba el vientre con un quejido de dolor, apoyo ambas manos para levantarse del concreto, divisó una sombra a su lado antes de soltar una luz cegante cerca de el haciendo que cerrara los ojos.

"¿Te vas sin despedirte?"- Leonardo entreabrio sus ojos tratando de acoplarse a la luz.

"¿Donnie?". - Leo apartó la luz intermitente de su rostro para ver el rostro de su gemelo "¿Que haces aqui?".

"Podría preguntarte lo mismo"

Leonardo soltó un resoplido mientras se sobaba la mejilla que había sido arrastraba contra el concreto el dolor le parecía muy familiar.

D̶o̶l̶o̶r̶ E̶

Em̶p̶u̶g̶a̶r̶

Do̶l̶o̶r̶

G̶r̶i̶t̶o̶

̶Em̶p̶u̶g̶a̶r̶ ̶

"No voy a detener si es que lo quieres hacer" Miro el abismo del edificio para después ver a Leo "pero no te dejare irte hasta que me des la pizza que me debes" 

Leonardo levantó la mirada para ver a Donatello "oh...cierto" miro el suelo un par de segundos antes de levantarse y acomodarse junto a Donnie.

"Bien vámonos después te enfermas con la lluvia" probablemente no habia sido la mejor solución para el problema, pero necesitaba tiempo para pensar en algo.

No dejaría que terminara lo que empezó.

Leo no tocaría el suelo 

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Dolor

Golpe

Dolor

Golpe

ESTRUENDO

Leo abrió sus ojos, levantándose de golpe de la cama con temblores en todo el cuerpo y lágrimas en sus ojos.

"Oh, ese mal sueño otra vez". Puso su mano en su rostro, tallando con fuerza para borrar las lágrimas. Desde que salió, tenía ese mal sueño; o al menos así le gustaba llamarle. Se negaba a admitir que eso realmente había pasado.

Se quedó mirando un punto en su habitación. ¿Por qué se había detenido? Ahora mismo debería estar estrellado sobre el frío concreto. Aplastó su rostro en sus manos, soltando un grito de frustración. En vez de eso, ahora tenía que volver a hacer un esfuerzo sobrehumano para levantarse de la cama.

Dolor

Dolor

Dolor

Siseo de dolor cuando se sentó recto en el borde de la cama. A veces se olvidaba de la fractura en su caparazón. Miró su rodillera en el suelo. ¿Cuándo se la había quitado? Cerró con fuerza sus ojos para después agacharse como pudo y tomarla del suelo. Dolió mucho, de inmediato se levantó y se volvió a hundir en su nido de mantas, tratando de calmar S̶u̶ ̶a̶g̶o̶n̶í̶a̶ el dolor que sentía. Pasaron un par de minutos antes de que las luces de la guarida se encendieran y se escuchara un chirrido en su puerta. Abrió un poco más los ojos para ver quién era el que entraba.

Rafael...

¿Rafael?

¡RAFAEL!

Antes de la invasión, nunca se había fijado en lo grande y fuerte que era Raphael, pero después de lo sucedido, le aterraba la diferencia de fuerza que había entre ambos. Podía fácilmente romperlo con un presionado. Aún sentía las secuelas de haber peleado con él; su garganta había quedado destrozada después del estrangulamiento.

Grande

Fuerte

Dolor

Miedo

Se acurrucó más en su nido, ocultando su rostro en las mantas. Sabía que Raphael nunca le haría daño, pero no podía evitar sentir un terrible miedo y estrés cada vez que lo venía a visitar y estaban ambos solos... como esa vez.

Era tan mal hermano como podía sentirse así por su hermano, después de todo lo que hacía y había hecho por él. Lo cargaba cuando debía subir escaleras, dejaba que lo usara como soporte para caminar, cada vez que gritaba de dolor estaba cerca para abrazarlo y lo ayudaba a bañarse. Aún así, le tenía un terror inmenso. Estaba cansado de tener miedo, temblaba de miedo cada vez que lo tocaba.

"Oye, amiguito, ¿cómo dormiste?" Raphael se sentó en el borde de la cama, mirándolo con una sonrisa.

Raphael se había vuelto más cariñoso y protector con Leonardo después de la invasión, lo cual no hacía que se sintiera menos culpable por tenerle miedo. Era tan bueno con él, y aún así, Leo se comportaba como si fuera un monstruo que lo lastimaría en cualquier momento.

"Dormí bien..." Lo cual era una vil mentira. Nunca había dormido bien; El insomnio era una maldición que tenía desde pequeño, el cual no era tan malo, sabía manejarlo. Pero después de lo que pasó... las pocas veces que dormía, despertaba lleno de temblores y lágrimas.

Raphael agarró la rodillera que Leo había dejado en la cama después de levantarla del suelo. "¿Te ayudo a ponerte tu rodillera?" Los ojos de Leo se llenaron de terror y se levantaron de golpe de la cama. Podía romperle fácilmente la rodilla, incluso si se lo proponía, aplastarla.

"¡No, no hace falta!" Forzó una sonrisa en sus labios, aunque no era muy convincente con todos los temblores que tenía.

"Siempre que tratas de ponerte solo esta cosa, terminas llorando del dolor". Agarró la pierna de Leo con delicadeza, aunque para Leo no lo era, lo miraba como si en cualquier momento fuera a arrancarle la pierna, finalmente termino de ajustar la rodillera, Leo suspiro de alivio cuando lo soltó.

Raphael extendió sus brazos para que Leo se sostuviera de el y así llevar al comedor, que tortura que terrible suerte tenia, también sus brazos y se apoyo en el cuerpo de Raphael.

Era un buen castigo.

No merecía a su hermano no merecía que lo ayudara, como podría merecer a alguien tan bueno y pensar tan mal de el. Se acurrucó en los brazos de Raphael a pesar de que todo su cuerpo le gritaba que se alejara de el.

"Lo siento" murmuró mientras Raphael lo levantaba de la cama.

No merecía nada más que el concreto.

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Raphael lo había colado en una de las sillas del comedor suspiro aliviado cuando finalmente lo soltó y se alejo de el, se acurruco en el respaldo miro hacia la cocina donde estaban Mikey y Donnie.

Los ojos de Donnie siempre le gustaron era la prueba mas real que tenía para decir que ambos eran gemelos, un ojo azul y otro morado, tal como lo era con Leo, sin embargo ahora solo podía concentrarse en el color amarillento que tenían sus ojos, le recordaba a alguien...le recordaba a el.

Aunque sabía que era por el exceso de cafeina y horas sin dormir no podía quitarse de la cabeza la idea de que se le había pegado algo en el tecnodromo había sometido a Donnie y Raphael a varias pruebas para asegurarse que no tuvieran nada dentro de ellos, aún así eso no quitaba del  todo el miedo que sentia a ver otra vez a uno de sus hermanos convertido en un monstruo.

Salió de sus pensamientos cuando Donatello lo llamo y dejo un tazón en su lugar de la mesa para después sentarse frente a el, Avena...otra vez, no se quejaba sabía que Mikey aún no podía cocinar bien por quemarse las manos intentando salvarlo 

No lo merecía 

¿Por qué lo salvaron?

Así que ahora debía conformarse con avena a medio quemar hasta que Mikey sanará de sus manos, después de un rato ya todos estaban en la mesa,todos excepto Splinter pero bueno que podia esperar de el 

Los 4 hermanos estaban comiendo cuando finalmente Mikey rompió el silencio."Saben que estaba pensando en que podíamos hacer un pijamada como lo hacíamos de niños "

El cuerpo de Leo se puso rigido y levanto la mirada para ver a Mikey fijamente No, todo menos eso 

"Quería hacerlo desde hace unas semanas"

Porfavor detente 

"Pero Leo seguía algo herido , pero ya te sientes mejor verdad Leo?" Todas las miradas se dirigieron hacia Leo, sus manos empezaron a retorcerse bajo su asiento mientras desviaba la mirada, no podía decirles que no.

"Supongo que si" murmuró Leo deseando que uno de sus hermanos se diera cuenta que realmente no quería ir, no sucedio en cambio le sonrieron y siguieron hablando de lo que harían.

________

Era hora

Hubiera preferido quedarse en la enfermera por otro mes sin hacer absolutamente nada antes de tener que dormir con los juntos a sus hermanos y con los que más miedo le daban.

"¿¡Leo ya vas a venir!?" Grito Mikey desde la cocina.

"¡Si ya voy!" Leo agarro su sábana azul y un peluche de ballena que le había conseguido Donnie en una feria, al salir vio un tendido de sabanas y almohadas en la sala, sus tres hermanos estaban ya sentados con algunos cuencos con comida.

Ni siquiera se había sentado y ya se estaba arrepintiendo, todo estará bien Leo se tranquilizo mentalmente, solo sientate al lado de Mikey asi estaras lejos de esas cosas.

Leo rodeo a sus otros dos hermanos para asi sentarse al lado de Mikey pero este mismo apunto su lugar.

Debía estar bromeando 

Esto debía ser una broma 

Su lugar era entre Donnie y Raphael su gesto se llenó de horror sería una larga noche.

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Su gesto de horror no pasó desapercibido por sus hermanos.

"¿Te sientes bien?" Raphael lo toco del hombro causándole otro temblor por todo el cuerpo se alejo del agarre tratando de no parecer tan nervioso.

"Ja...si claro solo estaba pensando" soltó una risa forzada de sus labios mientras temblaba no parecían muy convencidos, pero aún así lo pasaron por alto, se acomodo junto a sus dos hermanos mientras Donnie prendía el televisor para reproducir una película de Júpiter jim.

Lo único bueno de la situación es que Donatello siempre había tenido cierto repudio hacía el contacto físico y después de los eventos de la invasión eso solo empeoró así que podía estar seguro de no tener a Donatello encima de el, el problema era...

El cuerpo de Leo se tenso cuando Raphael lo abrazo, un abrazo familiar, algo que solía hacer muy seguido con el antes de la invasión, un abrazo que cubría la mayor parte de su cuerpo y lo apretaba para hacerlo sentir seguro y cálido.

Ahora solo sentía horror, sentía que iba a asfixiarlo, su corazón empezó a latir muy fuerte en algún punto dejo de importarle que su hermano se diera cuenta que no le estaba gustando el abrazo, puso sus manos en los hombros de Raphael y empezó a empujarlo, aunque eran difíciles de sentir ya que no tenía nada de fuerza, sus uñas se encargaron en la piel de su hermano el cual se quejo y lo alejo la mirada de los tres estaba fija en el.

Ojos.
Ojos amarillos.
Ojos negros.
Ojos como esa vez.

Leo tembló más fuerte, se arrastró hacia atrás solo para chocar con Donatello el cual lo miraba con el ceño fruncido.

-"¿Te sientes bien?".

Amarillo, el había estado en la nave su caparazón tocó directamente los tentáculos asqueroso de esa cosa, no podía estar bien, nada podía estar bien con eso, Leo lo miro con horror para después levantarse torpemente del tendido de mantas.

Quería huir.
Quería estar lejos de esas cosas.
Esas cosas no eran sus hermanos.

Leo trato de correr hacia su habitación pero una manta se enredo en su pie y cayó de cara.

-"¡Leo!" Raphael se acerco a Leo para tratar de levantarlo del suelo pero este se alejo lo más rápido que pudo.

Sus ojos eran iguales a los que había tenido cuando pelearon, sin brillo y llenos de horror. ¿acaso tenía miedo de el?.
¿Pensaba que lo iba a lastimar?.

Su mano tembló un poco, para después alejarla de Leo, vio su reflejo en los ojos de horror de Leo, no podía culparlo lo lastimo y lo hirió, hirió a su hermano pequeño, al ser que se supone debía defender y cuidar.

Donatello miro a sus dos hermanos que estaban totalmente quietos y con los ojos abiertos como un venado viendo las linternas de un carro antes de ser atropellado, se acerco lentamente a sus hermanos, agarro el hombro de Raphael y lo empujó hacia atrás apartandolo más de Leo, el cual ahora estaba mirando fijamente a Donnie como si fuera una amenaza.

-"Cálmate soy yo Donnie" Acerco su mano al rostro de Leo "No tienes por qué tener mied-" los colmillos de Leo atravesaron la piel de la mano de Donnie "¡Mierda! ¡¿Que te pasa!?" Su mano tenía marcada los dientes de Leo.

Leo miro a ambos hermanos para después girarse y salir corriendo hacia su habitación.

Dolor
Dolor
Empuje 
Dolor 
Dolor

Al llegar a su cuarto cerro la puerta con llave,  jadeando suavemente antes de dejarse caer al suelo, sus piernas estaban temblorosas. ¿Que acababa de hacer? 
Lastimo a sus hermanos.
¿Se dieron cuenta del miedo en sus ojos?.
Los lastimo después de todo lo que hicieron por el.

No valía la pena

Era un mal hermano

Una mala persona

Merecía el concreto 

Si se hubiera matado nada de eso hubiera pasado, se acurrucó en la puerta como si fuera un lugar seguro donde nadie lo lastimaría o tocaría.

Cómo esa vez.

Los gritos y los golpes no tardaron en llegar a su puerta gritos que le imploraban que abriera la puerta y los dejara pasar.

¿Por qué querían estar con el?

No lo merecía

No lo merecía, cuando sabía bien que sus hermanos estaban limpios de cualquier sustancia rosa, todos en esa casa en los que sospechaba estaban limpios.

Menos el.

Leo se levantó como pudo del suelo, su cuerpo dolía, como si una garras estuvieran desgarrando su cuerpo.

Cómo sus garras
Cómo esa vez
Cómo esa vez 

Camino hasta el espejo aferrándose a la pared para no caer, una vez llego miro su reflejo.

Debil
Sucio 
Asqueroso 

Sabía que lo tenía dentro de sus entrañas en su sangre, en sus órganos, en sus ojos, en su vientre, en sus venas, tal vez si se las arrancaba podría liberarse de la sustancia rosa del cuerpo, ese monstro lo lastimo lo marco de la manera más repugnante y mas deshumana, lo cual era irónico porque ni siquiera era uno, sus ojos miraron su plastrón, donde alguna vez se posaron los tentáculos de esa cosa, había rezado y rogado a Dios para que lo dejara en paz , para que alguien llegara y lo salvara pero ahora solo deseaba que hubiera terminado lo que empezó, que hubiera apretado solo un poco más para despedazarlo, que sus garras hubieran alcanzado su garganta y la hubiera cortado a la mitad.

Lo odiaba.
Pero no por lo que le hizo sino por lo que no hizo.

Lo odiaba por no poder terminar con su vida, finalmente los gritos de la puerta se apagaron , dándole un hermoso silencio donde solo se escuchaban Sus sollozos.

Cómo esa vez.
Todo era como esa vez.

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Eran probablemente alrededor de las cuatro de la mañana Leo estaba posado en el sillón ahora resintiendo el a ver corrió tan rápido su pierna ahora dolía más y le costó media hora volver a ir a la sala para prender el televisor el tendido seguía sobre el suelo pero ya no se encontraba ninguno de sus hermanos sobre el, duro horas en el sillón hasta que se hicieron las 6 de la mañana y salió el canal de las noticias, planeo cambiar el canal hasta que la mujer empezó a hablar de la invasión específicamente de las personas que perdieron su vida en ella.

Quería cambiar el canal, tenía el control en su mano pero esta misma no podía moverse hasta ver

La cifra
5 dígitos

Sus pupilas se retrajo de horror, personas con sueños, con familia, amigos y metas que cumplir todo se había acabado para ellas y todo por su culpa si le hubiera quitado la llave a Raphael nada de eso hubiera pasado ninguna de esas personas hubiera muerto, Leo se acurrucó en el sillón aun viendo el televisor hasta que este se apagó abruptamente Leo miro hacia los lados solo para encontrarse con Donnie quien tenía el otro control en su mano.

-"recuerdo vagamente que te dijimos que no vieras este tipo de programas" dejo el control en el sillón y se sentó al lado de Leo "¿Estás bien?"

Leo evito el contacto visual con Donatello mirando sus piernas que estaban siendo estrujadas por sus propias manos "si...estoy bien"

Donnie lo miro por un par de minutos como si esperara que añadiera algo más "bien en ese caso no tendrás ningún problemas con decirme porque te volviste loco hacer unas horas"

Leo agachó un poco más su cabeza "Perdón no quise morderte"

Donatello inclino un poco su cabeza "Me has mordido varias veces así que realmente no importa" se sentó al lado de Leo "aunque la mayoría de veces tienes alguna razón para hacerlo" apoyo su cabeza en el respaldo del sillón mientras veía de reojo a Leo.

Leo se alejo un poco de Donatello desviando su vista hacia el otro lado de la sala, seguía estrujando la carne de su pierna, pellizcando y rascando, Donnie agarro la mano de Leo y la aparto de su pierna "¿Que te pasa?"

Leo tembló ante el toque en su muñeca quería apartarla pero seguro que eso alertaría mas a su hermano "Nada"

"¿Nada?, has estado actuando raro toda la semana" apretó mas la muñeca de Leo, teniendo miedo a que volviera a huir "Sabes que puedes confiar en nosotros ¿verdad?".

"Lo se..."

"Entonces háblame , dime que te pasa" Leo finalmente alzo su mirada encontrándose con los ojos preocupados de Donnie, sus ojos le recordaban a el, apretó sus labios y volvió a agachar la mirada, un silencio largo e incomodo inundo la habitación, Leo solo esperaba que Donnie se rindiera y lo soltara, no sabia porque se aferraba tanto a no dejarlo, leo estaba inmerso en sus pensamientos hasta que la voz de Donnie perforo sus oídos "¿Esto tiene algo que ver con lo de ayer?"

"¿Que?" Leo alzo su mirada nuevamente. oh, claro su intento fallido de suicidio, un recordatorio que ni eso podía hacer bien. "No...bueno, si no lo se". Los ojos de Donnie eran terriblemente tristes, esto solo hacia sentir peor a Leo, era muy difícil que Donnie se mostrara triste "yo...gracias por no decirles"

Donnie soltó la muñeca de Leo y apoyo su cabeza en el respaldo mientras soltaba un suspiro de frustración "Ni creas que no les diré, solo te estoy dando tiempo para que sepas lo que dirás cuando vengan corriendo por respuestas".

Leo sonrió ligeramente y miro a Donnie, si lo veía bien de cerca, sus ojos no se parecían a los de EL, los ojos de Donnie eran bonitos y no tenían ni una pizca de crueldad, no era como EL, Leo cerro sus ojos y se apoyo en el hombro de Donnie el jamás seria capaz de lastimarlo. Por primera vez desde que salió de esa prisión no tenia miedo de Donnie y esto solo amplio su sonrisa.

"Que amable eres"

"y lo dudas"

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Leo seguía recostado en el hombro de Donnie mientras veían "Chicas pesadas". Había insistido para que Donnie pusiera la película, aunque sabía que a Donnie, en el fondo, también le gustaba. Sin embargo, Donnie siempre se negaba a admitirlo para mantener su imagen de "chico malo", cosa que a Leo no le encontraba sentido.

Giró su cabeza hacia arriba para mirar a Donnie y vio que se había quedado dormido. Probablemente llevaba días sin descansar. Leo soltó un suspiro y se levantó con cuidado para no despertarlo, y se dirigió a la cocina. Puso la tetera a hervir mientras esperaba a que hirviera. tararear la canción "Built This City".

Leo miró hacia el pasillo oscuro donde se encontraban las habitaciones de los demás y frunció un poco el ceño. No sabía si Donnie realmente les iba a decir algo, en caso de que les dijera... ¿qué se suponía que les iba a decir? "¡Oh, sí! Lo siento, familia. Hace unos días traté de suicidarme. Y ¿recuerdan lo que pasó hace unos momentos?... ¡era yo sufriendo un ataque de pánico y después me puse a llorar como un bebé!".

Suspiró con frustración y se inclinó en la estufa, sintiendo el calor del fuego calentar sus extremidades heladas. ¿Qué quería Donnie que les dijera? No era como si fuera el mejor expresándose con los demás. Sería más fácil si solo le contara a Donnie, pero ¿lo aceptaría? Lo más probable es que no, e incluso si aceptara ser el único en saber, una vez se lo contara, se pondría sobre él como una garrapata, lo cual solo llamaría la atención de los demás y, al final, igualmente sabrían.

¿Cómo podría hablar de algo que solo recordarlo lo hacía temblar y romper en llanto? No quería llorar frente a sus hermanos; se suponía que era el líder y debía ser fuerte. Lo que sucedió no debía afectarlo tanto, además... ya les había causado suficientes problemas a sus hermanos; ya no necesitaban encargarse de más.

El zumbido de la tetera perforó sus pensamientos. Apagó la estufa y escuchó cómo el zumbido se fue apagando. Le recordaba a algo, aunque no podía recordar qué era, o tal vez simplemente no quería. Agitó su cabeza, alejando cualquier otro pensamiento, y tomó su taza de unicornio. Si tal vez era algo inmaduro e infantil para alguien que decía que no quería molestar a sus hermanos ni ser débil, pero en su defensa, era de la princesa Luna, la mejor pony de My Little Pony.

Sacó un frasco verde del estante con algunas letras japonesas que no entendía. Había hecho un viaje con su portal para comprar ese té que, a su parecer, era el mejor té verde del mundo: "Dragonwell". Había valido la pena ir hasta el otro lado del mundo por esa cosa. Sacó un puñado de hojas del frasco y las colocó en su taza.

Cuando volvió al sillón, miró nuevamente a Donnie, que seguía dormido, mientras la película seguía reproduciéndose. Tomó la mano de Donnie, dudando si debía despertarlo y rogarle para que no le dijera a los demás, si debía despertarlo para contarle lo que pasó cuando quedó encerrado, si debía contarle lo que sentía cuando estaba cerca de Rafa o de él.

Leo sostuvo su mano por un momento antes de soltarla. ¿Cómo se sentiría sabiendo que le tenía miedo a él y a Rafa? Tal vez él se sentiría mejor cuando se desahogara, pero ¿qué había de Donnie? ¿Sería egoísta?.

Tomó su té hasta que lo terminó, miró la taza vacía y las hojas dentro de ella, y suspiró. La puso en la mesa frente al sofá.

Leo se arrepentía en varias partes del día de no haber saltado de ese edificio ; deseaba haberlo hecho. Sin embargo, había algunos momentos en los que agradecía no haberlo hecho.

Apoyó su cabeza en el sillón y miró el techo. Estar deprimido era extraño. ¿Estaba deprimido? No podía decirlo con certeza. Tal vez haber querido aventarse de un edificio era una señal, aunque cuando estuvo en ese borde, realmente esperaba que alguien llegara. Cuando estaba ahí, solo podía pensar que él realmente no quería morir.

Talvez solo deseaba no haber crecido tan rápido, poder volver a ser un niño, saltar en los charcos de lluvia, mirar las estrellas, no tener que preocuparse por su vida, no tener ninguna lección que le impidiera dormir del dolor.

Ser un niño para siempre no sonaba tan mal.

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Lo primero que sintió cuando abrió los ojos después de la explosión fue dolor. Un dolor desgarrador que se extendía desde su cabeza hasta la punta de los pies.

Con esfuerzo, logró empuñar los escombros que lo cubrían y, al alzar la cabeza, vio al Kraang acercándose. Parecía estar diciendo algo, pero la interferencia en su cabeza no le permitió escucharlo. Antes de que pudiera huir o decir algo para distraerlo, un puño se dirigió hacia su rostro.

Golpe.
Dolor.
Golpe.
Agonía.

Cada impacto generaba más interferencia en su cabeza. Sentía que su cráneo estaba a punto de estallar. Los golpes eran constantes, uno tras otro, hasta que, en un intento desesperado por detener el dolor, levantó los brazos para protegerse. Pero esto solo empeoró las cosas: uno de sus brazos se torció en un ángulo antinatural. El dolor en su extremidad pasó a un segundo plano cuando el Kraang lo golpeó en el plastrón con tal fuerza que el suelo cedió bajo ellos, haciéndolos caer.

Leo rodó por el sucio pavimento. Su cabeza rebotó varias veces contra los escombros hasta quedar parcialmente enterrada. Permaneció así unos segundos, hasta que finalmente levantó la cabeza con la esperanza de que, por un milagro el hubiera muerto. Para su desgracia, lo primero que vio fue al Kraang avanzando hacia él, listo para golpearlo de nuevo.

A pesar del dolor, extendió su brazo sano e intentó arrastrarse. Apenas avanzó unos centímetros antes de que un tentáculo rodeara su tobillo y lo jalara hacia atrás. Leo gritó de dolor y desesperación. Con su brazo sano, se aferró a un alambre incrustado en el pavimento y pateó frenéticamente el tentáculo, intentando liberarse. Escuchó una risa proveniente del Kraang cuando alzo la cabeza el Kraang estaba enfrente de el

**Crujido.**

Leo abrió los ojos. Su rostro estaba empapado en sudor y su cuerpo se sentía frío. ¿En qué momento se había quedado dormido?

Se limpió el sudor con el brazo y miró a ambos lados. Donnie ya no estaba, pero en la cocina se distinguía una sombra. Tal vez era Donnie... o Mikey.

Apoyó la cabeza en el sillón nuevamente, solo para encontrarse con los ojos marrones de Raphael observándolo fijamente. Su cuerpo se sobresaltó, pero no se atrevió a moverse.

"Ya despertaste. Dormiste mucho tiempo" —Dijo Raphael con una cálida sonrisa. Leo le devolvió una sonrisa temblorosa.

"¿Dormiste bien, amigo?"—Preguntó Raphael con un rostro preocupado y una expresión cariñosa. Probablemente Donnie les había contado algo de lo que ocurrió en la madrugada.

Leo forzó una sonrisa.

"Claro, muy bien" —Respondió, levantando el pulgar o lo que él creía que era su pulgar. Solo esperaba no haber hecho ningún sonido raro mientras tenía su "pesadilla".

"Oye, ¿te sientes bien?" —Raphael le puso una mano en la frente, y Leo se tensó ante el contacto—. Estás sudando mucho.

"Ah… sí, es que, ya sabes, hace mucho calor" —dijo con una risa nerviosa mientras jalaba la parte del cuello de su pijama.

"Leo… es diciembre".

"Y después enero" —Respondió con una sonrisa forzada mientras se enderezaba en el sillón.

Raphael suspiró y, tras un momento de silencio, el lado derecho del sillón se hundió bajo su peso.

"Leo… después de todo lo que pasó, pensamos que morirías" —Dijo en voz baja. Tenía la mirada gacha y sus manos apretadas con fuerza—. "Así que cuando despertaste, estábamos tan felices que no consideramos lo que sufriste mientras estuviste ahí dentro".

La sonrisa de Leo vaciló un poco.
"¿De qué hablas?"

"Creo que deberíamos hablar sobre lo que pasó" —Raphael intentó tomar su mano, pero Leo la apartó rápidamente.

"No necesito hablar de nada. ¡Estoy bien!" —Exclamó con otra sonrisa forzada.

Raphael frunció el ceño.

"¿Le llamas estar bien a lo que pasó ayer?"

"¿Lo que pasó ayer? No tengo ni idea de qué hablas. Seguro te golpeaste la cabeza" —Rió estrepitosamente. Ugh, sonó demasiado falso.

Raphael golpeó su pierna, haciendo que Leo se sobresaltara y lo mirara con recelo. "Ya déjate de eso. No estoy de humor, y esta no es la situación para hacerte el payaso".

La sonrisa de Leo se desvaneció lentamente. Lo miró con una mezcla de enojo y recelo. "¿Qué?" — Soltó una risa irónica y se cruzó de brazos—. "¿Ahora te harás como Mikey y hablaremos de cómo nos sentimos?"

"No es eso…" —Raphael se pasó una mano por el rostro, frustrado—. "Somos tus hermanos. Deberías confiar en nosotros".

Leo se rió con amargura.

"Deberías aplicar tus propios consejos".

"¿Qué acabas de decir?"

"¿Acaso tienes amnesia selectiva como Donnie?" —se levantó del sillón, intentando no verse tan pequeño frente a Raphael… aunque no funcionó mucho—. "Te asustas con cualquier ruido fuerte y ni hablar de que siempre entras a nuestros cuartos en la noche." —Le dio un golpecito en el plastrón con su dedo—. "¿Por qué no nos hablas de lo que pasó cuando te capturaron? O de lo que pasó mientras me estabas matando a golpes".

—"¿Entonces es por mí?" —Raphael intentó tocarlo otra vez, pero Leo se alejó de nuevo—. "Sabía que seguías enojado por lo que pasó…".

Leo entreabrió la boca. No quería pelear con Raphael. Cerró los labios y simplemente lo miró con molestia. "No hablaré de esto contigo" — Se dio la vuelta para marcharse, pero sintió una presión en su muñeca.

**Dolor.**
**Agonía.**

"¡¿Oye, qué haces?!". —Forcejeó con fuerza para soltarse, lo que solo hizo que Raphael lo sujetara con más firmeza—. "¡Suéltame ya!".

**Dolor.**
**Agonía.**

"¡No! No dejaré que huyas de esto como siempre haces" —Raphael lo jaló hasta ponerlo frente a él—. "Vas a hablar de esto, quieras o no".

Ambos comenzaron a forcejear en la sala.

***

El aire se le escapaba de los pulmones. No sabía cuánto tiempo llevaba corriendo ni cuántas habitaciones equivocadas había atravesado ya. Todo se veía igual: los pasillos, las puertas… cada rincón era idéntico al anterior.

Los corredores del Tecnódromo parecían infinitos, un laberinto interminable. Finalmente, decidió entrar en una de las salas. Había un corredor que llevaba a una enorme ventana. A cada lado, un espeso líquido rojo anaranjado burbujeaba. No quería averiguar si era lava o algo peor.

Se acerco a la ventana.
Todo estaba en llamas desde lo lejos se podían ver aun algunos misiles siendo proyectados para después ser destruidos por la nave.
Había gente corriendo sin un rumbo aparente, miles de esas cosas de carne corrían tras la personas y destruían el armamento militar, Miles de cadáveres, miles de personas infectadas.
Era su culpa.

"¿Gozando de la vista? "

Una voz áspera y burlona, acompañada de un ruido metálico e infernal.

Leo giró la cabeza, horrorizado.

Era el Kraang. Y junto a él… estaba su hermano.
Era su culpa.

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