Actions

Work Header

Cayendo al vacío (Qué alguien me atrape)

Summary:

Tras una cadena de eventos trágicos que destrozaron su vida por completo, Peter Parker termina en Gotham City bajo circunstancias misteriosas. Cae del cielo —literalmente— sin memoria, sin nombre y sin rumbo. Con el pasado en blanco y un profundo vacío en su interior, Peter se ve obligado a comenzar desde cero en una ciudad sombría que no perdona la debilidad, pero a medida que intenta adaptarse a su nueva realidad, pequeños fragmentos de su vida anterior comienzan a filtrarse en su mente. Cada recuerdo recuperado lo empuja hacia adelante y, a la vez, lo obliga a dar unos pasos atrás.

Dick Grayson creía que por fin las piezas de su vida empezaban a encajar. El caos constante al que estaba acostumbrado parecía haberse calmado y la estabilidad por la que tanto luchó comenzaba a tomar forma. Hasta que sin previo aviso y por medios que no entiende, se entera de algo que cambia todo: tiene un hijo. Un hijo que ha estado sobreviviendo solo, perdido en el callejón del crimen. Al principio el pánico lo consume ¿Cómo pudo no saberlo? Pero rápidamente se obliga a recuperar la calma, no tiene tiempo para el colapso, su hijo esta en las calles, y lo primero que debe hacer es encontrarlo y llevarlo a casa, cueste lo que cueste.

Notes:

  • Translation into English available: [Restricted Work] by Anonymous (Log in to access.)

Esta es mi primera historia, prometo que voy a mejorar la narración conforme continue :)

Chapter 1

Summary:

Peter después de una serie de acontecimientos realmente malos que habían cambiado por completo su vida de una manera horrible acaba en Gotham City, cayendo desde el cielo sin recordar nada de su vida, ahora deberá de volver a construir una vida desde cero, pero mientras lo hace va recordando fragmentos de su vida qué hace que retroceda unos paso.
____________________________________________________

Dick no sabia que hacer, pensaba que tenia todo en orden en su vida, todo estaba comenzando a irle muy bien, hasta que derrepente se enterra qué tiene un hijo perdido sin hogar en callejón del crimen (no le preguntes como lo sabes no te gustara la respuesta), no sabe que hacer esta entrando en pánico, pero antes de permitirselo se tranquiliza recordándose que tiene que sacar a su hijo de las calles y llevarlo a casa.

Notes:

Esta es mi primera historia, prometo que voy a mejorar la narración conforme continue :)

Posdata: Desde Este capitulo hasta el 5 están editados y corregidos. ^^

Chapter Text

Peter caía.

El viento rugía en sus oídos, y el vértigo le revolvía el estómago. No sabía por qué estaba cayendo. De hecho, no sabía nada. Su mente era un vacío incómodo, una ausencia de recuerdos que debería haberlo aterrorizado, pero el cansancio pesaba más.

El cielo sobre él era negro como tinta, con la única iluminación proveniente de las farolas y ventanas encendidas de los edificios cercanos. Calles estrechas y callejones oscuros se extendían debajo de él, acercándose con rapidez alarmante y de repente todo se volvió obscuro, para cuando recobro el sentido estaba más cerca de suelo qué antes apunto de chocar contra el y entonces, algo en su interior se activó. Un instinto (más bien memoria muscular) sus manos se movieron solas, dos dedos presionaron sus muñecas y, como si hubiera hecho esto mil veces antes, un delgado hilo blanco salió disparado de una pulsera en su muñeca, adhiriéndose a la pared de un edificio. El tirón fue repentino y brutal; su brazo dolió, y una punzada ardiente recorrió su bíceps—una herida abierta, notó vagamente—pero al menos no estaba muerto.

Se balanceó, frenando su caída a centímetros del suelo, temblaba, no solo por la adrenalina, sino por el miedo real de haber estado a punto de morir. Sus piernas apenas lo sostenían cuando aterrizó, sintiendo una punzada de dolor en la pierna al apoyar el peso, pero no podía quedarse ahí.

Miró a su alrededor, escaneando el área con la urgencia de alguien que sabía, instintivamente, que estaba en peligro. Los edificios a su alrededor estaban desgastados, muchos de ellos abandonados con ventanas rotas y grafitis cubriendo sus paredes. Sus instintos, que ahora parecían una voz persistente en su cabeza, gritaban peligro, peligro, peligro.

Necesitaba encontrar refugio y rápido, parecía que cualquiera sombra saldría corriendo y lo atacaria de repente, estaba comenzando a ponerse ansioso debido a eso.

Con pasos inestables, avanzó por la calle hasta que divisó un edificio que parecía más seguro que el resto: una vieja estación de bomberos, al verla, un sentimiento extraño se alojó en su pecho. No eran recuerdos, sino emociones crudas: amargura, pérdida y un inmenso sentimiento de soledad y tristeza, no podía recordar exactamente por que se sentía así al verla, era como si le recordará a su mente algo que había perdido hacia mucho tiempo, pero no podía decir exactamente que era eso, pero no tenía opción si quería sobrevivir.

Se forzó a trepar por una ventana rota y se deslizó al interior. El polvo flotaba en el aire, iluminado por la tenue luz de la calle que se filtraba por las rendijas de las ventanas. Había escombros por todas partes, pero al menos tenía cuatro paredes y un techo.

Buscó entre los restos hasta encontrar unos viejos uniformes de bombero apilados en un rincón, estaban sucios y llenos de polvo, pero no parecían infestados de bichos. Con un suspiro pesado, los sacudió y los acomodó en una pila improvisada antes de dejarse caer sobre ellos, cerró los ojos por un momento, ignorando por completo el dolor que sentía en todo el cuerpo, no tenia suficiente energía como para preocuparse por eso.

El silencio del edificio lo envolvió, interrumpido solo por su propia respiración entrecortada. No tenía recuerdos, no tenía hogar, no tenía idea de qué estaba haciendo ahí, pero al menos, por ahora, podía cerrar los ojos sin que sus instintos le gritaran que corriera, y eso era suficiente por el momento, ya podía preocuparse por todo lo demás después.

__________________________________________

Cuando despertó, el sol se filtraba por las ventanas sucias, parpadeó, sintiendo su cuerpo menos adolorido que la noche anterior. Sus heridas se habían curado más de lo que era normal. Su mente aceptó el hecho sin sorprenderse demasiado, como si ya supiera que su cuerpo no funcionaba como el de los demás (y difinitiva ya estaba acostumbrado, como no estarlo si ya no funcionaba como el resto de seres humanos desde que tenia 13 años).

Se puso de pie, explorando mejor el lugar a la luz del día. La estación estaba en un estado más lamentable de lo que recordaba en la noche (sorprendentemente podía ver bastante bien en la obscuridad, más de lo que esperaba), el segundo piso parecía derrumbado en varias partes, pero la planta baja aún se mantenía estable, lo suficiente como para quedarse por un tiempo.

No tenía recuerdos, pero sí una certeza: no tenía un hogar, así que decidió hacer de este sitio su refugio, (no un hogar, no tenía uno realmente desde que murió la tía May y llamar a un lugar su 'hogar' después de lo que había sucedido realmente lo hacia sentir miserable).

Durante horas, movió escombros, organizó lo poco útil que encontró y barrió con una escoba rota, sus manos trabajaban mecánicamente, y aunque su mente insistía en que debía sentirse triste, había algo reconfortante en la actividad, cuando terminó, ya estaba cerca del atardecer, al parecer habia estado limpiando durante horas sin darse cuenta.

La necesidad de entender su entorno lo impulsó a salir, si planeaba quedarse en este lugar por lo menos se iba a familializar con el, no quería vivir en un lugar totalmente desconocido, así que se deslizó por la ventana nuevamente, asegurándose de no pisar los cristales rotos que ahora había notado en el suelo.

Las calles estaban más activas que en la noche, observó a la gente que pasaba: personas vestidas con ropas modestas, algunas con miradas recelosas, otras ignorándolo por completo. Había una sensación en el aire, algo que lo hacía mantenerse alerta.

(No era Nueva York.)

Sabia que nunca antes había estado en este lugar, por lo menos eso lo sabía. Y aunque su mente estaba en blanco, había algo en esta ciudad que se sentía... diferente, más hostil y más peligrosa a lo que sus instintos estaban aparentemente acostumbrados.

Caminó sin rumbo, manteniéndose lejos de los callejones obscuros por qué xada vez que se acercaba a uno, sus instintos le gritaban que se alejara, corriera y que no se acercara, cuando trato de ignorar a sus instintos y entrar en uno gritaron con más fuerza, tanto que casi no notaba a un hombre con una navaja en la mano qué lo veía directamente.

No pasó mucho tiempo antes de que notara algunas miradas sobre él, no muchas miradas, probablmentenete solo 3 personas de todas las que habían pasado justo a el se habían detenido a mirarlo por un segundo, pero sus instintos todavía le advirtian sobre eso, sus instintos le decían qué era lastima, algo que lo extraño de inmediato, según el no había una razón para que lo miraran con lastima, así que busco un cristal que reflejará bastante bien y se vio en el reflejo de un escaparate y entendió por qué, su sudadera negra tenía rastros de sangre seca. Sus leggings estaban sucios y rotos en algunas partes, tambien con algunas manchas pequeñas de sangre pero no menos notorias. Un moretón oscuro se extendía por su ojo izquierdo, y un corte en su ceja aún estaba cicatrizando, no era un espectáculo agradable, al menos no en un chico de 16 años (¿como era qué recordaba eso pero no su vida antes de lo que había sucedido o siquiera su apariencia?), se detuvo a mirarse bien en el espejo, el tenía el cabello castaño pero bastante obscuro, con algunas canas en un montón espaciadas entre su cabello desordenado, casi parecía que eran parte de un mechón pero descartó al instante eso era algo imposible de suceder (por lo menos naturalmente), sus ojos eran verdes (¿siempre habían sido de color verde?), pero de un tono un poco anormal, se podría decir que incluso tenían un rastro a café en ello y era bastante delgado, un poco demaciado para un chico de su edad (siempre lo había sido después de la mordedura).

Antes de que pudiera reaccionar, sintió un golpe en el hombro, se giró de inmediato, su cuerpo poniéndose en guardia sin que tuviera que pensarlo como si alguien lo fuera a atacar por la espalda (eso difinitivamente había sido un reflejo de su cuerpo debido a años de experiencia).

—"¡Hey, hey, tranquilo chico! No te voy a hacer daño."—
El hombre frente a él era alto, de cabello castaño con un mechón blanco y ojos verdes, sorprendentemente similares a los suyos. Tenía las manos en alto, en un gesto de paz demostrandole que no ke haría daño.

—"¿Estás bien? Llevas un golpe desagradable ahí."—
Peter lo estudió, sus instintos no le advertían sobre un peligro, pero tampoco confiaban en él ais qué solo pudo continuar en guardia.

—"Estoy bien, no se preocupe, señor."—
Quería terminar la conversación. No tenía ganas de socializar, y realmente aun se sintia agotado (después se disculpara por haber sido tan grosero, su tía no había criado a un maleducado), así que se alejó antes de que el hombre pudiera responder, y siguió caminando, divagando por esta nieva ciudad.

__________________________________________

Cruzó una calle sin prestar demasiada atención, demasiado absorto en sus pensamientos sin mirar hacia donde iba, hasta que un claxon sonó con fuerza.

Peter levantó la vista justo a tiempo para ver las luces de un auto acercándose a toda velocidad, el mundo pareció ralentizarse por un momento, como si todo estuviera sucediendo a cámara lenta y entonces su cuerpo se movió antes de que pudiera procesarlo, sus reflejos se activaron, y en un movimiento imposible, saltó hacia atrás, evitando por centímetros el impacto.

El auto pasó de largo, su conductor gritando insultos que Peter no escuchó del todo bien, su corazón latía con fuerza en su pecho mientras trataba de respirar hondo, clavados después de unos minutos.

Se quedó ahí, parado en la acera, con la certeza absoluta de que no debería haber sido capaz de reaccionar así, no era normal (pero ya estaba acostumbrado a que eso sucediera) y tampoco tenía tiempo para pensar en ello, (relamente estaba muy cansado de todo en este momento, así que retomó su camino, esta vez estando más conciente de lo que sucedía a su alrededor, no quería que volviera a surgir otro casi accidente (más bien su casi atropello).

Después de un rato, llegó a un pequeño parque, que, aun que relamebte no parecía estar en su mejor estado se veía mejor que el resto de la ciudad, así que eso era un punto a favor.

El césped estaba bien cuidado, y algunas familias estaban allí: niños corriendo, parejas paseando de la mano, ancianos sentados en las bancas charlando en voz baja, Peter se detuvo, observando por un momento la tranquilidad qué parecia brindarle el parque.

Había algo extrañamente melancólico en la escena, no recordaba su vida, pero ver a esas personas interactuar le provocó una sensación de nostalgia. Como si alguna vez hubiera tenido algo así. Como si hubiera pertenecido a un mundo donde la gente reía y hablaba sin preocuparse de caer desde edificios o de ser atropellado (o bueno evitar eso lo más aue podía mientras vigilaba su ciudad, antes de que el lo arruinara todo con su necesidad de ayudar a todos, perdiendo todo lo que el importara en trayecto).

Pero ese no era su mundo ahora, lo sentia, lo sabía muy adentro suyo, no recordaba que había sucedido, pero sí podía sentir que este no era relamehte su 'lugar', asi que se dio media vuelta y se alejó.

Su camino lo llevó a un edificio discreto, con grandes ventanales y un cartel modesto en la entrada, una biblioteca qué realmente contrastada seriamente con el resto de la ciudad, o por lo menos las partes qué había visto.

Algo en su interior le dijo que era un buen lugar para entrar, así que lo hizo, sin preocuparse demaciado por lo que podría llegarle a suceder.