Chapter 1
Summary:
Peter después de una serie de acontecimientos realmente malos que habían cambiado por completo su vida de una manera horrible acaba en Gotham City, cayendo desde el cielo sin recordar nada de su vida, ahora deberá de volver a construir una vida desde cero, pero mientras lo hace va recordando fragmentos de su vida qué hace que retroceda unos paso.
____________________________________________________Dick no sabia que hacer, pensaba que tenia todo en orden en su vida, todo estaba comenzando a irle muy bien, hasta que derrepente se enterra qué tiene un hijo perdido sin hogar en callejón del crimen (no le preguntes como lo sabes no te gustara la respuesta), no sabe que hacer esta entrando en pánico, pero antes de permitirselo se tranquiliza recordándose que tiene que sacar a su hijo de las calles y llevarlo a casa.
Notes:
Esta es mi primera historia, prometo que voy a mejorar la narración conforme continue :)
Posdata: Desde Este capitulo hasta el 5 están editados y corregidos. ^^
Chapter Text
Peter caía.
El viento rugía en sus oídos, y el vértigo le revolvía el estómago. No sabía por qué estaba cayendo. De hecho, no sabía nada. Su mente era un vacío incómodo, una ausencia de recuerdos que debería haberlo aterrorizado, pero el cansancio pesaba más.
El cielo sobre él era negro como tinta, con la única iluminación proveniente de las farolas y ventanas encendidas de los edificios cercanos. Calles estrechas y callejones oscuros se extendían debajo de él, acercándose con rapidez alarmante y de repente todo se volvió obscuro, para cuando recobro el sentido estaba más cerca de suelo qué antes apunto de chocar contra el y entonces, algo en su interior se activó. Un instinto (más bien memoria muscular) sus manos se movieron solas, dos dedos presionaron sus muñecas y, como si hubiera hecho esto mil veces antes, un delgado hilo blanco salió disparado de una pulsera en su muñeca, adhiriéndose a la pared de un edificio. El tirón fue repentino y brutal; su brazo dolió, y una punzada ardiente recorrió su bíceps—una herida abierta, notó vagamente—pero al menos no estaba muerto.
Se balanceó, frenando su caída a centímetros del suelo, temblaba, no solo por la adrenalina, sino por el miedo real de haber estado a punto de morir. Sus piernas apenas lo sostenían cuando aterrizó, sintiendo una punzada de dolor en la pierna al apoyar el peso, pero no podía quedarse ahí.
Miró a su alrededor, escaneando el área con la urgencia de alguien que sabía, instintivamente, que estaba en peligro. Los edificios a su alrededor estaban desgastados, muchos de ellos abandonados con ventanas rotas y grafitis cubriendo sus paredes. Sus instintos, que ahora parecían una voz persistente en su cabeza, gritaban peligro, peligro, peligro.
Necesitaba encontrar refugio y rápido, parecía que cualquiera sombra saldría corriendo y lo atacaria de repente, estaba comenzando a ponerse ansioso debido a eso.
Con pasos inestables, avanzó por la calle hasta que divisó un edificio que parecía más seguro que el resto: una vieja estación de bomberos, al verla, un sentimiento extraño se alojó en su pecho. No eran recuerdos, sino emociones crudas: amargura, pérdida y un inmenso sentimiento de soledad y tristeza, no podía recordar exactamente por que se sentía así al verla, era como si le recordará a su mente algo que había perdido hacia mucho tiempo, pero no podía decir exactamente que era eso, pero no tenía opción si quería sobrevivir.
Se forzó a trepar por una ventana rota y se deslizó al interior. El polvo flotaba en el aire, iluminado por la tenue luz de la calle que se filtraba por las rendijas de las ventanas. Había escombros por todas partes, pero al menos tenía cuatro paredes y un techo.
Buscó entre los restos hasta encontrar unos viejos uniformes de bombero apilados en un rincón, estaban sucios y llenos de polvo, pero no parecían infestados de bichos. Con un suspiro pesado, los sacudió y los acomodó en una pila improvisada antes de dejarse caer sobre ellos, cerró los ojos por un momento, ignorando por completo el dolor que sentía en todo el cuerpo, no tenia suficiente energía como para preocuparse por eso.
El silencio del edificio lo envolvió, interrumpido solo por su propia respiración entrecortada. No tenía recuerdos, no tenía hogar, no tenía idea de qué estaba haciendo ahí, pero al menos, por ahora, podía cerrar los ojos sin que sus instintos le gritaran que corriera, y eso era suficiente por el momento, ya podía preocuparse por todo lo demás después.
__________________________________________
Cuando despertó, el sol se filtraba por las ventanas sucias, parpadeó, sintiendo su cuerpo menos adolorido que la noche anterior. Sus heridas se habían curado más de lo que era normal. Su mente aceptó el hecho sin sorprenderse demasiado, como si ya supiera que su cuerpo no funcionaba como el de los demás (y difinitiva ya estaba acostumbrado, como no estarlo si ya no funcionaba como el resto de seres humanos desde que tenia 13 años).
Se puso de pie, explorando mejor el lugar a la luz del día. La estación estaba en un estado más lamentable de lo que recordaba en la noche (sorprendentemente podía ver bastante bien en la obscuridad, más de lo que esperaba), el segundo piso parecía derrumbado en varias partes, pero la planta baja aún se mantenía estable, lo suficiente como para quedarse por un tiempo.
No tenía recuerdos, pero sí una certeza: no tenía un hogar, así que decidió hacer de este sitio su refugio, (no un hogar, no tenía uno realmente desde que murió la tía May y llamar a un lugar su 'hogar' después de lo que había sucedido realmente lo hacia sentir miserable).
Durante horas, movió escombros, organizó lo poco útil que encontró y barrió con una escoba rota, sus manos trabajaban mecánicamente, y aunque su mente insistía en que debía sentirse triste, había algo reconfortante en la actividad, cuando terminó, ya estaba cerca del atardecer, al parecer habia estado limpiando durante horas sin darse cuenta.
La necesidad de entender su entorno lo impulsó a salir, si planeaba quedarse en este lugar por lo menos se iba a familializar con el, no quería vivir en un lugar totalmente desconocido, así que se deslizó por la ventana nuevamente, asegurándose de no pisar los cristales rotos que ahora había notado en el suelo.
Las calles estaban más activas que en la noche, observó a la gente que pasaba: personas vestidas con ropas modestas, algunas con miradas recelosas, otras ignorándolo por completo. Había una sensación en el aire, algo que lo hacía mantenerse alerta.
(No era Nueva York.)
Sabia que nunca antes había estado en este lugar, por lo menos eso lo sabía. Y aunque su mente estaba en blanco, había algo en esta ciudad que se sentía... diferente, más hostil y más peligrosa a lo que sus instintos estaban aparentemente acostumbrados.
Caminó sin rumbo, manteniéndose lejos de los callejones obscuros por qué xada vez que se acercaba a uno, sus instintos le gritaban que se alejara, corriera y que no se acercara, cuando trato de ignorar a sus instintos y entrar en uno gritaron con más fuerza, tanto que casi no notaba a un hombre con una navaja en la mano qué lo veía directamente.
No pasó mucho tiempo antes de que notara algunas miradas sobre él, no muchas miradas, probablmentenete solo 3 personas de todas las que habían pasado justo a el se habían detenido a mirarlo por un segundo, pero sus instintos todavía le advirtian sobre eso, sus instintos le decían qué era lastima, algo que lo extraño de inmediato, según el no había una razón para que lo miraran con lastima, así que busco un cristal que reflejará bastante bien y se vio en el reflejo de un escaparate y entendió por qué, su sudadera negra tenía rastros de sangre seca. Sus leggings estaban sucios y rotos en algunas partes, tambien con algunas manchas pequeñas de sangre pero no menos notorias. Un moretón oscuro se extendía por su ojo izquierdo, y un corte en su ceja aún estaba cicatrizando, no era un espectáculo agradable, al menos no en un chico de 16 años (¿como era qué recordaba eso pero no su vida antes de lo que había sucedido o siquiera su apariencia?), se detuvo a mirarse bien en el espejo, el tenía el cabello castaño pero bastante obscuro, con algunas canas en un montón espaciadas entre su cabello desordenado, casi parecía que eran parte de un mechón pero descartó al instante eso era algo imposible de suceder (por lo menos naturalmente), sus ojos eran verdes (¿siempre habían sido de color verde?), pero de un tono un poco anormal, se podría decir que incluso tenían un rastro a café en ello y era bastante delgado, un poco demaciado para un chico de su edad (siempre lo había sido después de la mordedura).
Antes de que pudiera reaccionar, sintió un golpe en el hombro, se giró de inmediato, su cuerpo poniéndose en guardia sin que tuviera que pensarlo como si alguien lo fuera a atacar por la espalda (eso difinitivamente había sido un reflejo de su cuerpo debido a años de experiencia).
—"¡Hey, hey, tranquilo chico! No te voy a hacer daño."—
El hombre frente a él era alto, de cabello castaño con un mechón blanco y ojos verdes, sorprendentemente similares a los suyos. Tenía las manos en alto, en un gesto de paz demostrandole que no ke haría daño.
—"¿Estás bien? Llevas un golpe desagradable ahí."—
Peter lo estudió, sus instintos no le advertían sobre un peligro, pero tampoco confiaban en él ais qué solo pudo continuar en guardia.
—"Estoy bien, no se preocupe, señor."—
Quería terminar la conversación. No tenía ganas de socializar, y realmente aun se sintia agotado (después se disculpara por haber sido tan grosero, su tía no había criado a un maleducado), así que se alejó antes de que el hombre pudiera responder, y siguió caminando, divagando por esta nieva ciudad.
__________________________________________
Cruzó una calle sin prestar demasiada atención, demasiado absorto en sus pensamientos sin mirar hacia donde iba, hasta que un claxon sonó con fuerza.
Peter levantó la vista justo a tiempo para ver las luces de un auto acercándose a toda velocidad, el mundo pareció ralentizarse por un momento, como si todo estuviera sucediendo a cámara lenta y entonces su cuerpo se movió antes de que pudiera procesarlo, sus reflejos se activaron, y en un movimiento imposible, saltó hacia atrás, evitando por centímetros el impacto.
El auto pasó de largo, su conductor gritando insultos que Peter no escuchó del todo bien, su corazón latía con fuerza en su pecho mientras trataba de respirar hondo, clavados después de unos minutos.
Se quedó ahí, parado en la acera, con la certeza absoluta de que no debería haber sido capaz de reaccionar así, no era normal (pero ya estaba acostumbrado a que eso sucediera) y tampoco tenía tiempo para pensar en ello, (relamente estaba muy cansado de todo en este momento, así que retomó su camino, esta vez estando más conciente de lo que sucedía a su alrededor, no quería que volviera a surgir otro casi accidente (más bien su casi atropello).
Después de un rato, llegó a un pequeño parque, que, aun que relamebte no parecía estar en su mejor estado se veía mejor que el resto de la ciudad, así que eso era un punto a favor.
El césped estaba bien cuidado, y algunas familias estaban allí: niños corriendo, parejas paseando de la mano, ancianos sentados en las bancas charlando en voz baja, Peter se detuvo, observando por un momento la tranquilidad qué parecia brindarle el parque.
Había algo extrañamente melancólico en la escena, no recordaba su vida, pero ver a esas personas interactuar le provocó una sensación de nostalgia. Como si alguna vez hubiera tenido algo así. Como si hubiera pertenecido a un mundo donde la gente reía y hablaba sin preocuparse de caer desde edificios o de ser atropellado (o bueno evitar eso lo más aue podía mientras vigilaba su ciudad, antes de que el lo arruinara todo con su necesidad de ayudar a todos, perdiendo todo lo que el importara en trayecto).
Pero ese no era su mundo ahora, lo sentia, lo sabía muy adentro suyo, no recordaba que había sucedido, pero sí podía sentir que este no era relamehte su 'lugar', asi que se dio media vuelta y se alejó.
Su camino lo llevó a un edificio discreto, con grandes ventanales y un cartel modesto en la entrada, una biblioteca qué realmente contrastada seriamente con el resto de la ciudad, o por lo menos las partes qué había visto.
Algo en su interior le dijo que era un buen lugar para entrar, así que lo hizo, sin preocuparse demaciado por lo que podría llegarle a suceder.
Chapter 2
Notes:
Segundo capitulo listo ^^
Este es un poco más largo qué el anterior :)
(See the end of the chapter for more notes.)
Chapter Text
Jason estaba confundido y algo frutado, acababa de encontrar a un niño nuevo en el callejón qué estaba golpeado por todos lados, tenia incluso marcas de manos en su cuello lo suficientemente grandes como para que las hubiera hecho un adulto, y para colmo el niño mostraba signos de abuso (posiblemente domestico) le había ofrecido ayuda (no tan explícitamente) y el chico la rechazo, aun que claramente la necesitaba, lo que le preocupaba, pero no podía culpar a chico de estar a la defencia, estábamos en Ciudad Gótica, aun peor (aun que le doliera admitir) en el callejón del crimen, era normal que todos desconfiaran de todos, aun más si eres un niño y un adulto se te acerca (realmente odia recordar eso).
Ya había estado sumamente estresado debido a que algo había sucedido la noche anterior, se habían reportado informes de magia descontrolada y destructiva, que era sumamente, según Zatanna (ella realmente parecía ser sensible a la magia), quien les había dicho explícitamente (mejor dicho a Bruce) qué si no iban, investigaban el caso y lo resolvían en una semana, ella misma iría para solucionarlo debido a que Bruce le había prohibido su participación por el momento, no era qué Bruce no confiara en ella, si lo hacia e incluso la respeta (eso era obvio hasta para el), pero primero Bruce quería evaluar la situación el mismo, así que le impidió participar por lo menos al inicio (como el idiota qué era) le prohibió participar a Zatanna activamente durante una semana, solo se le permitía ver que tipo de magia era y que daños podían causar hasta que pasara la semana, por lo que tenían una semana para averiguarlo por su cuenta (no querían poner en peligro a los ciudadanos, pero dejia de admitir a regañadientes que Bruce siempre fue protector con su ciudad) el normalmente no se involucraría e incluso llegaría a evitar participar, aun que sea solo para molestar a Bruce, pero para su desgracia y una ligera preocupación (el jamás admitira eso en voz alta) la anomalía se había presentado en el callejón, así que se tenia que involucrarse en este caso (estaba comenzando a odiar realmente a la magia).
Realmente era fastidioso todo este asunto de la magia y aun más por la situación de ese niño, no podía sacárselo de la cabeza (estaba también sumamente preocupado por el color de sus ojos que eran muy parecidos a los suyos) trato de no pensar el y continuar caminando (quería ignorar que el chico hubiera vivido algo parecido a lo que el vivio, la sola idea de que fuera asesinado y revivido teniendo que enfrentar su misma irá asesina le revolvía el estomago) trato de pensar en lo que había dicho Zatanna, había dicho que era una magia destructiva, posiblemente corrupta (no le preguntes que es, el no sabia a que se refería con eso) qué si no se tenia cuidado podría destruir a una persona, corrompiendola por completo, así que iba a tener todo el cuidado posible al manejarla, faltaban solo tres horas para que anocheciera y difinitivamente no estaba emocionado por lo que estaba apunto de venir, solo esperaba que todo saliera bien.
__________________________________________
Dick estaba de regreso a Gotham, había pasado aproximadamente una semana desde que estuvi en la ciudad, normalmente tardaba un poco más en regresar debido a que tenia su propia ciudad que cuidar, pero debido a las advertencias de Zatanna había vuelto, sea lo que sea que estuviera pasando en la ciudad no iba a dejar sola a su familia en esto, además esta era una buena excusa para pasar más tiempo con su familia, así que no se quejaba mucho, solo estaba preocupado por lo que podía suceder, desde que había llegado tuvo un extraño presentimiento de que algo estaba mal, era algo extraño que lo mantenia en alerta, un sentimiento que por más que trataba no era fácil de ignorar, pero aun así trato de demostrar que estaba bien, no quería que lo tratarán de loco si les hablaba sobre su presentimiento (el sabia que no lo harían, pero aun así se lo ocultaba a todos), así que se quedo callado y fingió qué todo estába bien, igual ¿que podía salir mal?
(Más tarde se está arrepintiendo de haber dicho eso).
__________________________________________
Barbara estaba preocupada, había un chico nuevo en su biblioteca terriblemente lastimado con golpes en su cara, un corte en la ceja, marcas de manos al rededor de su cuello y sangre en su ropa, tambien que parecía desnutrido y tenia una mirada perdida en su rostro, eso (para su preocupación) era no era normal para un chico de su edad, el pequeño parecía tener 15 años en el mejor de los casos (estaría más preocupada si fuera mejor a esa edad) y tenia ese desagradable color verde en sus ojos casi idéntico al de Jason, lo único que la mantenia vagamente tranquila era qué no tenia ese mechón blanco, solo tenia unas cuantas canas revueltas entre su cabello (ella rezaba para que fueran canas), el pequeño se había mostrado cauteloso al principio, pero jugando por su estado físico no lo podía culpar, el niño incluso trato de rechazo la comida que le ofrecía apesar de que se veía que la quería, el pobresito no quería aceptarla, diciéndole qué estaba bien cuando claramente no lo estaba, y aun qué ella sabia que las personas normalmente eran cautelosas en Ciudad Gótica no quería ni imaginar lo que le había pasado a este niño como para que le tenga miedo a los desconocidos (el chico nosotros miedo alguno, pero ella sabia muy bien como leer a alguien)
El niño solo había pedido permiso para ocupar una de las computadoras y unos cuantos libros, era muy educado y apesar de que ya se lo pidió seguia llamándole 'señorita Barbara' lo que se le hubiera hecho tierno si no fuera por su estado (en cuanto se enterara quien le había hecho daño a este pequeño ser inocente ella lo DESPELLEJARA VIVO, esa no era una amenaza vacía, lo jura por su vida, no conocía a el chico pero nadie merecía pasar por eso).
Aun qué estaba preocupada por el niño no podía hacer mucho, así que le dio la comida gratis qué tenia para sus clientes habituales (y puede que también le haya dado su almuerzo) para que comiera algo así como una botella de agua, ella sabía que no era mucho pero esperaba que por lo menos eso lo ayudara un poco, el chico parecía estar estudiado sobre historia, casi parecía que se estaba preparando para un examen debido a lo concentrado que parecía y años libros que había escogido, (lo cual no era raro, los estudiantes ya estaban entrando en épocas de exámenes) así que trato de no molestarlo más, dejándolo consetranrse en lo que sea que estuviera estudiado, dándole algunas miradas preocupadas de vez en cuando, preguntándose qué le había pasado como para que alguien lo hubiera golpeado (por que esos golpes difinitivamente alguien más se lo había hecho, ese moretón en el ojo era claramente el golpe de un puño) no pregunto por respeto a lo que sea que le hubiera sucedido al chico, pero aun así le preocupaba esos golpes, solo superaba qué no estuviera siendo abusado en casa.
__________________________________________
—"Buenas tardes señorita ¿Barbara?... ¿puedo utilizar las computadoras sin tarjeta de biblioteca?"—
Le pregunto educadamente después de entrar a la biblioteca (la tía May no había criado a un mal educado).
—"No, no se necesita, a menos de que te quieras llevar un libro no es realmente necesaria, utilizala sin problemas, ¿ehm?."—
La señorita sonrió tranquila, pero pude notar una leve preocupación en sus ojos que decidi ignorar, no quería hablar de mis heridas (que le iba a decir si preguntaba, ni siquiera sabía como me las había hecho).
—"Peter."—
Asentí antes sus palabras llendo rapidamente hacia una computadora, presentándome (¿Realmente me llamaba Peter? (¿de donde recordaba eso?) había salido de manera automática, pero no podía recordar si así me llamaba) encendiendola por un momento pensando en que podía investigar, hasta que recordé que en la entrada estaba escrito 'Biblioteca publica de Gotham City.' así qué creyendo que ahí era donde estaba comenzo a investigar un poco sobre el lugar, después de unos segundos decidió ir por unos libros de historia de la ciudad, agarrando solo tres hasta de regresar hasta donde estaba la computadora que esta utilizando (se me estaba complicando un poco utilizarla, no estaba acostumbrado a utilizar modelos tan atrazados), hasta que Barbara se le acerco.
—"¿No quieres algún bocadillo en lo que estudias? Parece qué tienes un poco de hambre."—
Pude notar que ella hablaba con toda la suavidad posible, como si estuviera hablando con un niño pequeño asustado.
—"No así estoy bien gracias."—
Trato de rechazarla educadamente, por que apesar de que tenia hambre no quería que ella sintiera lástima por mi.
-—"Insisto, llevas un raro aquí y necesitas algo que comer. No puedes estudiar con el estomago vacío."—
Ella insisto, y aun qué estuve apunto de aceptar la volvía rechazar.
—"Estoy bien así señorita Barbara, de verdad."—
La rechace, hasta que mi estómago gruño lo que me hizo sonrojar de inmediato.
—"Esta bien..."—
Dije avergonzado, mirando por un momento al suelo son las mejillas vagamente sonrojadas.
—"Aquí tienes Peter."—
Dije ella con uan sonrisa mientras me dejaba un sándwich perfectamente empaquetado en una servilleta, tres barras de granola y un agua en la mesa donde sábado sentado, justo al lado de la computadora.
—"Gracias."—
Le agradeci mientras le veía alejarse de mi, dejándome solo con mis pensamientos una vez más mientras volvia a investigar y le daba de vez en cuando un mordisco al sándwich.
__________________________________________
Peter esta feliz, no había comido nada en todo el día y la señorita Barbara había sido lo suficientemente amable como para darle algo de comer, sabía qué eran solo un sándwich y unas cuantas barritas de granola (ella juraba qué el sándwich era también una de las comidas qué daba gratis pero el no le creía, no se lo dijo por respeto), pero no había comido nada en todo el día así que estaba feliz de estar comiendo algo (realmente nesecitaba conseguir un trabajo urgentemente), al principio se había mostrado cauteloso con ella, sus instintos le habían advertido de que era peligrosa, no para el, (¿por que todas las personas de esta ciudad eran peligrosas?) aun así se mostró cauteloso, no podía confiar en desconocidos, nunca se sabia lo que pasaria.
Estuvo investigando sobre la ciudad en la qué se encontraba, y para no parecer sospechoso decidió agarrar también unos cuantos libros de historia, no sabia por que sentía la necesidad de mentir o siquiera fingir qué estaba haciendo otra cosa pero aun así lo hizo (una parte de su mente le susurro qué no debía de confinar en nadie, no después de lo que había pasado) solo ignoro el hecho de que estaba actuando cómo si estuviera haciendo otra cosa de lo que realmente estaba haciendo y continuo investigando, al parecer estaba en una ciudad llamada Gótica, que tenia una taza de criminalidad preocupantemente alta (el jamás había visto nada igual ni siquiera cuando era spider man ) tenia muchos villanos en ella, desde lo que más muertes había causado y que se veían algo intimidantes como Dos caras, El joker y El pinguino, hasta algunos con nombres más ridículos como El rey de los condimentos, Egghead (¿quien carajos tenia tan poca dignidad como para llamarse voluntariamente cabeza de huevo?) y Rey tut (este hombre era increíblemente estúpido, ¿como podía creer que era la reencarnación de Tutankamón?), esta ciudad también tenía un número preocupante de vigilantes (pero viendo la cantidad de villanos no le sorprendía), todos la llamaban la Bat-familia por una teoría que decía que todos eran familia, estaba conformada por Batman (el tipo llevaba un traje de murciélago qué lo camuflaba muy bien en la oscuridad), Nightwing (se dice que es el primer Robin), Red Hood (este era una especie de anti héroe y se sospechaba que era el segundo Robin), Red Robin (se sabia qué era muy inteligente y el tercer Robin), Spoiler (estaba chica tenia un muy bien estilo), Orphan (no se sabia mucho de ella, solo se le había visto unas cuantas veces y todas las fotos de ella eran muy borrosas) y Robin (el era demaciado pequeño como para hacer esto tipo de cosas, saldría lastimado si no se cuidaba lo suficiente (lo decía por experiencia propia)) y se rumoreaba que Signal (el único heroe diurno de la ciudad) también formaba parte de la familia o por lo menos era un amigo cercano, ya que se le había visto en un par de veces con todos los miembros de la familia excepto con Batman, Robin y Red Hood, podia sentir una mirada de ves en cuando, sabía que era de Barbara, sus instintos se lo decían ellos jamás se habían equivocado antes pero lo ignoro, pues sus instintos también le decían qué era por preocupación y no podía decir que su estado actual no era preocupante, así que lo soporto (apesar de que le incomodaba un poco).
Continuo investigando un poco abre la ciudad, queriendo saber todo lo posible encontrando diferentes datos como de la familia Wayne, primero estaba el Padre Bruce Wayne, un filantropo play boy, que después de la muerte de sus padres heder toda la fortuna familiar, después de un tiempo adoptó uno por uno a todos sus hijos hasta tener a su único hijo biológico, el tipo básicamente mantenia a toda la economía de su ciudad (o por lo menos la mayor parte) con su empresa, y también hace varias donaciones a diferentes causas benéficas, siguiendo los pasos de su madre en ese tema, quien hacia exactamente lo mismo cuando estaba con vida, apesar de su reputación de play boy el realmente tenia un buen historial, ayudando a los más necesitados y siendo amable con sus empleados.
Continuo así por un rato más, leyendo los libros por pura curiosidad, hasta que aprendió todo lo que necesitaba saber sobre esta estrana ciudad, no quedaba más información por absorber así que decidió qué era hora de irse, definitivamente regresaría pronto, le había caído bien la señorita Barbara a pesar de que se le quedaba viendo, (agradecía su preocupación) con pasos ligeros camino hacia la salida, no sin antes comodsr todos los libros en su lugar, borrar el historial y apagar la computadora.
—"Adiós señorita Barbara."—
Se despido, dandome una sonrisa educada antes de salir por la puerta, cuando choco con alguien lo que le hizo tambalearse un poco hacia atrás, era tan ligero qué estaba casi seguro de una briza de viento podría tirarlo, lo que le hizo fruncir el seño un poco molesto, definitivamente necesitaba subir de peso, se tambaleo por un segundo pero rapidamente se estabailizo evitando caer.
—"Perdón..."—
Murmuro una disculpa rápida antes de salir del edificio, sin siquiera esperar a una respuesta mientras se alejaba, pronto obscureceria, podía ver vagamente el atardecer y no se sabia el camino de regreso a la estación de bomberos pro lo que tenían qué darse prisa si quería llegar antes del anochecer (sabia que eso era un poco imposible, ni tenia el tiempo de su lado, pero soñar no tenia nada de malo).
__________________________________________
Camino durante un tiempo durante la noche, sin saber a donde iba, tratando de mantenerme alejado de los callejones lo más que podía, cada vez que se acercaba a uno sus instintos gritaban Peligro Peligro Peligro Cuidado Peligro Alejate Alejate Peligro Cuidado y eso le estaba comenzando a dar un dolor de cabeza ais qué les hizo caso y se mantuvo alejado de los callejones mientras aceleraba el paso, hasta que finalmente comenzo a reconocer las calles lo que lo tranqulizo por completo, camino ahora más seguro hacia donde iba hasta que llego al familiar edifico de bomberos, todavía no estaba para nada casado, pero aun así era un alivio llegar a ese lugar familiar.
Sonrió mientras se acercaba al costado del edifico, notando por primera ves qué había unas escaleras, curioso fue hacia ellas subiendolas hasta llegar a la sima, resultó qué esas escaleras daban directamente con el techo; camino un poco observando a su al rededor, mirando hacia el cielo por primera vez desde que cayo en este extraño lugar, notó que no se podía ver ningua estrella, lo que lo entristeció un poco (realmente esperaba ver alguna) pero ese sentimiento se disperso casi por completo en cuando vio hacia a bajo, mirando la ciudad a su alrededor, aun que no era una vista de lo más bonita por alguna extraña razón lo tranquilizaba (más bien lo tranquilizaba estar en la sima de ese edifico, sintiendo el aire chocar contra su rostro (realmente lo hizo extrañar los viejos días)) con cuidado se paro en el borde cerrando los ojos miestras inhalaba el aire a su alrededor (apestaba a diferentes cosas que realmente no se molesto en identificar), estaba tranquilo, hasta que sintió una presencia al otro lado del edificio lo que le hizo detenerse por un segundo, sus instintos le advirtieron qué no estaba solo Cuidado Peligro Tranquilo Mirando Observando esa presencia parecía que era peligrosa, pero no para el, por la forma en la qué sus instintos no le decían qué se alejara si no que más bien podía estar tranquilo, así qué lo acepto, ignorando la presencia, pero estando consiente de ella, hasta que la persona se le acerco levantando las manos.
—"Puedes, por favor, alejarte del borde, chico."—
La voz era firme, aunque no agresiva. Sonaba cautelosa, casi preocupada. No podía distinguir bien si era un hombre o una mujer a simple vista. La azotea estaba demasiado oscura para hacerlo, y aunque tenía cierta habilidad para ver en la oscuridad, no era perfecta como para poder distinguirlo a la perfección.
Entre la penumbra, logré percibir que la persona frente a mí estaba en posición de alerta, como si estuviera listo para correr hacia mí en cualquier momento y alejarme del borde si era necesario. Suspiro, dándome cuenta de lo que debía parecer desde su perspectiva: un chico de dieciséis años, parado peligrosamente cerca del borde de un edificio en plena noche. Eso era suficiente cómo para preocupar a cualquiera, cualquiera pensaría lo peor, cualquiera se preocuparía, incluso yo lo haría si viera a alguien más en mi posición, así que trate de tranquilizar al hombre, asegurandole qué no haria nada
—"No iba a intentar nada."—
Mi voz sonó tranquila, aunque algo cansada. Me giré levemente para ver mejor a la persona que me hablaba. Ahora, con más atención, pude notar que era un hombre por el tono de su voz, el cual no se relajó ante mis palabras, si no que parecía aun más sospechoso y preocupado.
Aún tenía esa postura de alguien que estaba decidiendo si debía intervenir o no. Se notaba tenso, como si estuviera listo para saltar hacia mí y jalarme hacia un lugar seguro, no lo culpaba por eso.
La ciudad se extendía bajo nosotros en un océano de luces artificiales. Desde aquí arriba, todo se veía diferente: más pequeño, menos abrumador, las calles llenas de gente parecían simples líneas de hormigas, cada una moviéndose en su propio mundo, sin importarles el mío. Era por eso por lo que estaba aquí, en la azotea. Era el único lugar donde podía escuchar mis propios pensamientos sin que el ruido de la ciudad me ahogara, tratando de recordar algo, cual quier cosa de lo que había sido mi vida, preguntándome por que no podía recordar nada, estaba inmensamente preocupado por eso último, ¿que tal y si jamás recordara nada? Eso me hacia sumergirme en un ansiedad un poco peligrosa, sabía qué había olvidado algo importante, alguien a quien mi mente trataba de recordar con fuerza, eso eraa algo que no me dejaba tranquilo, ¿quien seria tan importante como para que mi mente luchará tanto por recordarla? Suspire ante ese pensamiento, tratando de contratame en el presente y no dejarme llevar tan fácilmente por mis pensamientos.
El viento soplaba con fuerza, haciendo que mi cabello se agitara. Sentí el frío en la piel, pero no me molestaba, el hombre frente a mí, sin embargo, parecía cada vez más incómodo.
—"¿Seguro?"—
Su pregunta tenía un matiz de incredulidad, casi como si quisiera creerme pero no lo hacia en su totalidad.
—"Sí, seguro."—
Di un paso hacia delante, alejándome del borde para tranquilizarlo un poco. Vi cómo sus hombros bajaban ligeramente, pero todavía no se veía completamente convencido de que no intentaría nada.
—"¿Qué haces aquí?"— preguntó después de un momento. La verdad era que no esperaba compañía. Estaba acostumbrado a estar solo en esta nueva ciudad, a pesar de que hubiera pasado poco tiempo. Nunca me había encontrado con alguien más arriba de este edificio (eso era por que era mi primera noche aquí), y menos con alguien que se preocupara lo suficiente como para decirme que me alejara del borde (estaba acostumbrado a estar solo todo el tiempo desde ese día ).
—"Solo… pensando."—
Era una respuesta vaga, pero no tenía intención de compartir más detalles con un extraño. Él me observó por un momento antes de cruzarse de brazos.
—"Hay lugares mejores para pensar que el borde de un edificio."—
Solté una pequeña risa con un poco de humor.
—"Tal vez. Pero ninguno con una vista como esta."—
Él no pareció impresionado por mi respuesta.
—"Eso no vale la pena si terminas cayéndote."—
—"No voy a caerme."—
—"Nadie planea caerse."—
Me quedé en silencio. No había mucho que pudiera responder a eso.
El hombre se acercó unos pasos, con más confianza ahora que yo me había alejado del borde. La luz de un anuncio de neón cercano iluminó su rostro lo suficiente como para que pudiera verlo mejor. Tenía un traje negro con un murciélago azul en su pecho, este era Nightwing, me recordó mi mente sutilmente, reconociendolo como un vigilante de la ciudad en donde me encontraba a tiempo parcial. Sus ojos eran agudos, analíticos, como si estuviera tratando de descifrar lo que pasaba por mi cabeza.
—"¿Vienes aquí seguido?"—
No me gustaba que me hicieran tantas preguntas, pero solo era un adulto vigilante preocupado por un niño a sus ojo así que lo deje pasar.
—"No lo suficiente como para encontrarme con alguien más aquí."—
Él asintió lentamente, como si estuviera procesando mi respuesta.
—"¿Tú también vienes aquí seguido?"—
Pregunte, queriendo saber si tendría que mudarme de edificio, no quería que un desconocido me viera por accidente mientras dormía.
—"A veces."—
—"¿Por qué?"—
El hombre se rio por mi pregunta, como si un niño pequeño le hubiera preguntado a un adulto el porque de una pregunta un poco tonta, a lo que solo levante una ceja y espere su respuesta, el vigilante parecía demaciado educado como para dejarme sin respuesta.
—"Soy un vigilante chico, y este lugar está lo suficientemente alto como para poder ver a la perfección qué sucede por esyq sona de la ciudad."—
Había algo en la forma en que lo dijo que me hizo sentir que no estaba mintiendo. Nos quedamos en silencio por un momento, escuchando el sonido del viento y el lejano murmullo de la ciudad. Finalmente, él suspiró y se sentó en el suelo, apoyando la espalda contra una de las estructuras metálicas de la azotea.
—"Si no te molesta, creo que me quedaré un rato."—
Lo miré, sorprendido. No esperaba que alguien más quisiera compartir este espacio conmigo. Por un instante, pensé en decirle que se fuera, pero, por alguna razón, no lo hice tal vez porque, por primera vez en mucho tiempo, no me sentía completamente solo en esta ciudad desconocida.
Notes:
Decidi editar este capitulo, por lo menos la parte final por que no me convenció del todo como termino <3
Chapter 3
Summary:
Peter esta a punto de conseguir trabajo :)
Chapter Text
Dick estaba preocupado, esa era una manera suave de describirlo.
Frente a él, un niño de no más de quince años estaba parado peligrosamente cerca del borde del edificio. La tenue luz de los faroles apenas iluminaba su silueta, pero incluso en la oscuridad, Dick podía notar ciertos detalles inquietantes. Moretones visibles en sus brazos y rostro, una postura rígida y cansada, como si estuviera soportando más peso del que debería.
Intentó tranquilizarse. Tal vez el chico solo estaba allí por la vista, buscando un momento de soledad. Pero no podía ignorar el hecho de que estaba al borde, viendo hacia el vacío de la ciudad como si buscara respuestas en la oscuridad.
Dick no era de los que se quedaban de brazos cruzados ante algo así, mucho menos si se trataba de un niño.
Si el chico no se hubiera alejado por sí mismo, él ya habría cruzado la distancia entre ellos para apartarlo del borde sin pensarlo dos veces. Solo cuando el muchacho dio un par de pasos atrás, Nightwing permitió que la tensión en sus hombros disminuyera un poco, sin embargo, eso no resolvía su inquietud, se suponía que debía estar en otra parte, investigando una anomalía mágica en la ciudad, pero no iba a dejar a este niño solo. No cuando parecía tan vulnerable y perdido.
—"¿Qué haces aquí tan tarde, chico? Tus padres deben de estar preocupados."—
Mantuvo su tono de voz calmado, sin brusquedad, avanzando lentamente para no asustarlo. No quería que se sintiera acorralado o que pensara que iba a forzarlo a hacer algo. El chico apenas reaccionó a sus palabras.
—"¿Y te molestaría alejarte un poco más del borde? No queremos que ocurra un accidente desafortunado, ¿verdad?"—
Lo dijo con suavidad, pero sin dejar de transmitir preocupación.
Para su alivio, el chico obedeció y se alejó un poco más del borde. No era un rascacielos, pero con una altura de entre 12 y 20 metros, una caída desde allí podía ser letal o, en el mejor de los casos, causar heridas graves.
—"¿Así está bien?"—
Preguntó el chico después de un momento de silencio. Su postura era tensa, como si no estuviera acostumbrado a que alguien se preocupara por él (y eso lo preocupo aun más).
—"Sí, mucho mejor."—
Dick le sonrió, tratando de mostrarle que no tenía nada que temer. Ahora que el niño estaba a salvo de un posible accidente, pudo concentrarse mejor en él.
—"¿Qué haces fuera de casa tan tarde? Sabes que hay un toque de queda."—
Y era cierto. Gotham tenía un toque de queda por una razón. Después de las 9 de la noche, las calles se volvían demasiado peligrosas, incluso se aconsejaba que la gente se resguardara en sus casas desde las 8, para evitar alguna tragedia.
El chico se encogió de hombros.
—"Vivo cerca de aquí. No pensé que fuera un gran problema..."—
Su voz sonaba carente de emoción, como si estuviera acostumbrado a responder preguntas sin demasiado interés (una parte de él le dijo que eso estaba mal, aie ningún niño debía de carecer emociones al hablar, que debian de estar llenos de vida).
Dick lo estudió por un momento. No tenía razones para creer que estuviera mintiendo, pero tampoco le gustaba la indiferencia con la que hablaba. Le recordaba demasiado a otros chicos que había conocido en situaciones difíciles. Jóvenes que ya habían pasado por tanto que se habían vuelto insensibles a su propio bienestar, y por un segundo, se sintió viejo al pensar en eso.
—"Bien. Si ese es el caso, no lo hagas otra vez. Es peligroso salir a estas horas."—
Sabía que probablemente el chico ya había vivido en carne propia lo cruel que era Gotham, pero aun así quería protegerlo qué nada más le pasara (por qje claramente algo le había pasado) quería que este chico mostara emociones en si viz, como cualquier niño debía de hacer. Gotham no era amable con nadie, y mucho menos con los que no tenían protección, y aun así, Dick sintió la necesidad de advertirle al chico enfrente de del qué tuviera cuidado, que no se arriesgaras tanto solo por una vista, que se protegiera más.
—"¿Quieres que te acompañe a ca—..."—
Antes de que pudiera terminar, una voz familiar interrumpió sus pensamientos.
—"Nightwing, te necesito en la Avenida Murphy. Hay un reporte de un robo a mano armada. Se dice que hay posibles heridos y que uno de los criminales puede estar reteniendo a alguien."—
Esa era Barbara. Su voz, aunque profesional, tenía un matiz de urgencia qué no podía descartar del todo.
Dick frunció el ceño, sintiendo el peso de la responsabilidad tirando de él en dos direcciones. Miró al chico, aún parado en la azotea, y luego desvió la vista hacia la ciudad que necesitaba su ayuda una vez más.
—"¿No hay alguien más cerca, Oracle? Estoy ocupado con algo aquí."—
Sabía que no podía quedarse mucho tiempo, pero no se sentía bien dejando al niño solo, no después de encontrarlo en una situación tan preocupante.
—"No hay nadie más cerca que tú, Nightwing."—
Barbara no solía insistir a menos que realmente lo necesitara y eso lo hizo vacilar por un segundo, pero antes de que pudiera responder, la voz del chico lo hizo detenerse.
—"Señor Nightwing, debería irse."—
Dick parpadeó, sorprendido de que el chico hablaba con emoción en su voz, aun que era u tono qué no dejaba negativas, como si fuera una orden, podía sentir una pisca de preocupación y eso lo alivio, sin saber porque.
—"Voy a estar bien solo, lo prometo."—
Hubo algo en su tono que le hizo dudar. Tal vez solo era su imaginación, pero no sonaba como alguien que realmente creyera en lo que decía, como si no debiera de preocuparse más por el y se encargará de lo que sea que necesitará esta ciudad. El chico le sostuvo la mirada, esperando su respuesta, y finalmente, Dick asintió a regañadientes.
—"Bien… Solo prométeme que te mantendrás alejado de los bordes. Y que no saldrás más tan tarde. El toque de queda está ahí por una razón chico."—
Sabía que probablemente no seguiría su consejo, pero lo decía en serio. No quería encontrarse con este mismo chico en peores circunstancias otra noche.
Para su sorpresa, el niño sonrió por primera vez. No una sonrisa falsa o vacía, sino una genuina, incluso juguetona, el chico se llevó la mano a la frente en un saludo militar juguetón.
—"Sí, señor."—
Dick se rió entre dientes.
—"Ah, y no me llames 'señor'. Me hace sentir viejo."—
El chico no respondió, pero su sonrisa se mantuvo.
Con un último vistazo para asegurarse de que realmente estaba bien, Nightwing se giró y desapareció en la noche, escuchando a Barbara darle coordenadas más específicas de su destino.
A pesar de la urgencia del nuevo caso, no pudo evitar que su mente volviera al niño en la azotea.
Algo en él no encajaba del todo, Dick no podía ignorar esa sensación, tal vez, después de terminar con este asunto, volvería a buscarlo.
__________________________________________
Peter espero hasta que dejo de escuchar los pasos del señor Nightwing para bajarse del edificio, no sabia por que sentía la necesidad de esperar hasta que fuera lo 'suficientemente seguro' pero no se quejaba, difinitivamente estaba comenzado a sentirse cansado (una parte de él se sintió cómodo hablando con el justiciero, (su cara le recordaba a su padre pero no estaba muy seguro de eso, después de todo el murió cuando era pequeño) casi como si lo hubiera visto en alguna parte), no se molesto en siquiera descifrar ese extraño sentimiento de mantenerse seguro de todos (se sentía como si estuviera haciendo paranoico (pero realmente no podía confiar en alguien después de Mysterio)); bajo con el mayor cuidado posible las escaleras, a pesar de que estaban un poco oxidadas o les faltara alguna piesa seguían funcionando, lo que sinceramente lo sorprendía un poco.
Cuando finalmente estuvo a bajo pudo respirar tranquilo, ya sin el miedo de que podía caerse en cualquier momento y lastimarse de manera sería (eso era lo último que necesitaba en este momento), camino hasta su cama improvisada, no era lo mejor, pero no podía quejarse cuando no tenia nu un centavo a su nombre, difinitivamente necesitaba encontrar un trabajo lo más pronto posible y comensaria mañana, después de todo necesitaba algo que comer.
__________________________________________
Era un nuevo día y Peter difinitivamente estaba más feliz que el día de ayer, en lugar de haber despertado por los rayos del sol, se despertó mucho menos tenso y más temprano, antes del amanecer, por lo que tendría mucho más tiempo para realizar todo lo que quería hacer, además ¡sus heridas al fin estaban curadas casi por completo! esto tal vez se debía a que había consumido algo el día de ayer (no estaba cien por siento seguro de eso) no le dolía la pierna y cuando se toco el brazo le dolía un poco menos (eso era un avance).
Teniendo en cuenta de que estaba más despierto qué antes y, a que todavía no había salido la luz del sol, decidió investigar más a fondo el edifico, aun le faltaba el segundo piso, pero como no había escaleras se las ingenió para subir, suviendo por las escaleras y entrando por una ventana rota con cuidado de no cortarse con los vidrio.
Exploro todo el segundo piso encontrando algunos documentos tirados y más trajes, incluyendo a unos cascos, hasta que encontró un baño qué contenía un espejo (milagrosamente) casi intacto, con unos cuantos rasguños y algo sucio, pero aun así servía podía ver su reflejo en el (gracaus a eso pudo notar qué sus heridas estaba casi curadas por completo), sabía qué debía de haber un baño en este lugar por lógica pero aun así le sorprendió un poco que este lugar solo estuviera sucio y con algunas grietas sobre las paredes y suelo, busco en el baño hasta que encontró una pequeña ducha (ya sabía que este edifico iba a tener por lo menos una ducha el tío Ben le había dicho que era necesario bañarse después de salir de una emergencias por cuestiones de salud) y unas cuantas toallas tiradas, eso no le servía de mucho, pero de todos modos estaban hay, así que tendría que buscar un lugar donde pudiera tirarlas, obviamente no iba a utilizar unas toallas qué no eran suyas, no quería contraer una enfermedad por accidente, continuo explorando hasta que se encontró con una pequeña cocina desmantelada qué parecia qué no se había usado en décadas, una vieja sala de descanso realmente muy bien equipada, la mayoría de las cosas estaban rotas, desgastadas por el tiempo y sucias, pero aun así seguía teniendo muchas cosas dentro, tambien concontro una sala que El suponía que era para a guardar las cosas personales de las personas que habían trabajado en este lugar, también encontró una puerta bloqueada con algunos sofás rotos y unos cuantos escombros, pero por el momento no entraría ahí (algo le decía que debía de tener cuidado con esa habitación), continuo investigando pero no encontró mucho más arriba así que volvió volvió a la planta baja con la intención de investigar más a fondo el almacén, ya que solo lo había visto de manera superficial.
Caminando un poco más dentro del viejo almacén (ya sospechaba que era grande, todos los edificios de bomberos tenían uno muy grande donde se a guardaban muchas cosas), tenia varias codas interesantes dentro, como unos cuantos trajes más, algunos químicos (eso decía su etiqueta) qué suponía que era para algún tipo de incendio espesifico, herramientas de respuesto, algunas herramientas de rescate y varios botiquines de primeros auxilios (el estaba ignorando deliberadamente el como sabia tanto de todas las cosas que estaban en este lugar), eso último podría serle útil si se llegara a lastimarse con alguno de los cristales que estaban tirados por todo el edificio, eso si se fijaría muy bien en las fechas de caducidad de cada producto, no quería una infección o algo por el estilo (la tía May le había advertido muy seriamente sobre eso en el pasado), pero por ahora dejaría su investigación sobre la zona aquí, ya había amanecido por completo y debía buscar un trabajo para mantenerse con vida.
Con cuidado volvió a subir de la misma manera al segundo piso de la misma manera de la qué había subido esta mañana (no estaba seguro de si ya era medio día, no tenia un reloj pero lo suponía teniendo en cuanta la posición del sol) para llegar al baño, si iba a buscar al gun trabajo quería verse por lo menos de una manera presentable, así que con la ayuda del espejo se peino lo mejor que pudo y con una solución de peróxido de hidrógeno sonre una toalla limpia (o lo más limpia qué pudo encontrar) se limpio el rostro, quitándose toda la suciedad de la cara, no era la mejor opción (dado qué el recipiente que lo contenía decía que ya había caducado) pero si la más segura por el momento ya no te hacia ningún mal (aun que no era recomendable utilizarlo para desinfectar si ya estaba caducado), quería utilizar uan toalla de alcohol al principio, pero el no sabia seguro si su piel no se irritaria o algo por el estilo, además sus prácticamente le gritaron en cuanto pensó en la idea, así qué eso estaba del plan por ahora, no estaría cerca del alcohol hasta el nuevo aviso.
Termino de limpiarse la cara y sentía que ya estaba listo pata salir si no fuera por el estado de su ropa, así que decidió quitarse la sudadera, debajo (por suerte) tenia una camisa de manga larga azul en un muy buen estado considerando su ropa, no estaba sucia ni rota, así que se sentía mejor saliendo sin la sudadera que con ella, tambien acomodo su cabello de forma en que no se notará tanto el moretón, todavía no estaba completamente curado, y se negaba a recibir más miradas (realmente odiaba ser el centro de atención(aun más después de lo que paso)), sacudió y limpio lo mejor que pudo sus leggings, limpio sus zapatos y salió del edificio, era hora de buscar un trabajo.
__________________________________________
Peter camino durante un buen rato, tratando de parecer que sabía hacia donde iba, aun qué no tenia ni idea hacia donde caminaba, solo lo siguió haciendo hasta que vio un letrero (más buen una hoja de papel pegada al crital de la ventana) en una cafetería llamada 'Black Canary Café' donde decía que se buscaba mesero que tuviera desde 15 años a los 30 (no sabia si era del todo legal contratar a adolescentes, pero como el era uno no se quejaba), lo único que se tenia que hacer era una pequeña entrevista y pasar un periodo de prueba de un día como si fuera una jornada laboral completa es decir de 8 a 9 horas trabajando (esperaba que con algunos descansos de intermedio) para quedarte oficialmente con el trabajo o al menos eso decía el letrero, este realmente parecía un buen lugar, estaba decorado muy bonito por dentro, y parecia en su mayoría pacifico, pero no sabia si hacer la entrevista o no, después de un momento de pensarlo decidió hacer la entrevista, lo único que podía salir mal por el momento era que no le dieran el trabajo.
Peter se quedó de pie frente al pequeño café, respirando hondo antes de empujar la puerta de cristal. El sonido de una campanilla resonó en el interior.
—"Bienvenido a Black Canary Café."—
La voz provenía de una mujer rubia detrás del mostrador, quien alzó la vista de unos papeles que estaba revisando. No tardó en fijarse en él, era pequeño para su edad, delgado, con ropa desgastada pero limpia, y aunque intentaba parecer relajado, la tensión en sus hombros delataba lo contrario.
—"¿En qué puedo ayudarte, chico?"—
Peter forzó una sonrisa antes de responder.
—"Si, estoy aquí por el trabajo."—
Dinah levantó una ceja, claramente intrigada por la forma en que lo había dicho, como si no estuviera seguro del todo.
—"Chico, sin ofender, pero necesitas tener al menos 15 años para trabajar aquí."—
Su tono era amable, aunque con un dejo de curiosidad. En Gotham, ver a un niño buscando trabajo no era inusual, pero había algo en este chico que le llamaba la atención, para su sorpresa, él mantuvo la mirada con firmeza.
—"Tengo 16 años, señorita."—
Lo dijo con tanta seguridad que Dinah casi le creyó, pero luego lo observó mejor, era demasiado pequeño y delgado. No era imposible que tuviera esa edad, pero si era cierto, significaba que había pasado por algo que afectó su crecimiento.
Y entonces, lo vio, el moretón en su ojo, apenas cubierto con su cabello, la fina marca alrededor de su cuello, casi oculta bajo el cuello de su sudadera, Dinah sintió una punzada en el pecho, no quería asumir cosas, pero había visto suficiente en Gotham como para saber cuándo un niño estaba pasando por algo difícil. Tal vez solo tenía problemas económicos y necesitaba el trabajo. Tal vez había algo peor. Decidió no presionarlo.
—"Me llamo Dinah."— Le sonrió. —"En ese caso, podemos iniciar con la entrevista. Hoy es el último día para postularse, así que llegaste justo a tiempo. Sígueme."—
Peter asintió y la siguió a través del café hasta una pequeña oficina en la parte trasera.
________________________________
La oficina era simple, con un escritorio, dos sillas y una carpeta con algunos documentos. Dinah se sentó y le indicó a Peter que hiciera lo mismo.
—"Bien, empecemos."—
Tomó una hoja y un bolígrafo.
—"¿Cuál es tu nombre completo y por qué quieres trabajar aquí?"—
Peter pareció dudar un segundo antes de responder.
—"Peter Grayson."—
Dinah anotó el nombre y esperó la segunda parte de la respuesta.
—"Quiero trabajar porque necesito el dinero."—
Era una respuesta honesta, directa, Dinah lo miró fijamente antes de hacer otra pregunta.
—"¿Para ti o para tu familia?"—
Peter tardó un poco en contestar.
—"Para mi."—
No vaciló lo suficiente como para parecer que mentía, pero sí lo suficiente para que Dinah notara que no estaba diciendo todo, como si se estuviera tratando algunas palabras, pero decidió seguir adelante sin hacerle preguntas al respecto.
—"¿Tienes experiencia en trabajos similares?"—
—"No de manera oficial, pero he hecho reparaciones, entregas, cosas así."—
Dinah asintió, haciendo una nota mental.
—"¿Sabes preparar café con máquina y con granos?"—
—"Sí. Tengo algo de experiencia."—
—"¿Te llevas bien con la gente?"—
Peter no dudó antes de contestar, seguro de lo que iba a decir.
—"Depende de la gente."—
Dinah rió suavemente.
—"Buena respuesta."—
Siguió con las preguntas básicas del trabajo. Cuando llegó a la parte de los horarios nocturnos, preguntó:
—"A veces necesitamos a alguien que cubra turnos tarde en la noche. ¿Tendrías problema con eso?"—
Peter negó con la cabeza.
—"No tengo problema."—
—"¿Tu familia no se preocuparía si trabajas hasta tarde?"—
Peter esbozó una pequeña sonrisa. Esta vez, sin rastro de calidez.
—"No hay nadie que se preocupe."—
Dinah sintió un nudo en el estómago, lo sospechaba, pero en lugar de presionarlo, asintió y cerró la carpeta.
—"¿Cuándo puedes empezar?"—
Los ojos de Peter se iluminaron.
—"¿Eso significa que tengo el trabajo?"—
Dinah sonrió.
—"Significa que puedes empezar mañana, solo tienes que pasar el periodo de prueba, pero con todo lo que me has dicho el trabajo lo tienes asegurado chico."—
Por primera vez, Peter pareció genuinamente feliz, y aunque aún tenía muchas preguntas sobre él, decidió darle una oportunidad, tal vez este trabajo era justo lo que Peter necesitaba, y tal vez, solo tal vez, él necesitaba a alguien que se preocupara por él.
________________________________
Cuando Peter salió del café con una sonrisa, Dinah se quedó sentada, procesando la conversación.
Había algo en ese chico, no solo el hecho de que estaba solo, o que parecía haber pasado por cosas difíciles.
Era el apellido "Grayson." No era un apellido común en esta parte del país, y el parecido… Había algo en él que le recordaba a alguien, Dinah suspiró y tomó su teléfono, marcó un número sin dudarlo.
—"¿Barbara? Necesito hablar contigo."—
Sabía que Barbara tenía los recursos para investigar.
—"Puedes investigar a una persona llamada Peter Grayson? Así escomo se presentó, creo qué tiene alguna conexión con Dick, no se lo digas todavía por favor, no quiero preocuparlo si resulta ser solo una paranoia mía…"—
Quería asegurarse de que este niño no estuviera completamente solo, porque si había algo que Dinah sabía bien, era que nadie sobrevivía solo en Gotham por mucho tiempo.
__________________________________________
Después de pensarlo por un momento peter decidió ir a la biblioteca de Barbara, ella había sido amable con el e incluso le había dado comida, algo que no era necesario pero que lo agradecía profundamente (eso fue suficiente cómo para que la pequeña araña dentro de él la adorara), así qué decidió que sería bueno pasar a saludar, después de todo nontenia nada de malo hacer una amiga nueva y amable (nadie lo había sido durante un tiempo) y aparte tenia ganas de leer algo, realmente se wstaba aburriendo demaciado sin nada que hacer, con eso en mente se fue directo a la biblioteca ya pensando en que libro leería; el se había fijado muy bien en su alrededor durante todo el camino de regreso a la estación, así que recordaba a la perfección por donde estaba la biblioteca (¿siempre había tenido buena memoria?).
Notes:
Este capitulo esta también editado para que todo sea mucho más fluido y un poco más largo :)
Chapter 4
Summary:
Peter comienza a recordar un poco (lástima que no fuera nada bueno).
Notes:
Perdón si esto tiene faltas de ortografía, hice mi mejor esfuerzo para que no tenga ninguna, pero como no publique el episodio el día de ayer quise publicarlo lo antes posible, lo revisare una vez más y corrigire los otros dos episodios buscando alguna falta de ortografía.
Disfruten de este :)
Posdata: este difinitivamente es más largo qué todos los anterios y estoy orgulloso de eso. ^^
Chapter Text
Peter había llegado finalmente a la biblioteca tras una caminata de media hora, con pasos cautelosos, casi como si no quisiera romper el silencio que dominaba el lugar. Sabía que estaba en un espacio de calma y concentración, por lo que se esforzó en no hacer ruido al cruzar la puerta. Con un gesto amigable, saludó a Barbara, quien estaba ocupada frente a una pantalla, pero, a pesar de la distracción, le devolvió el saludo con una sonrisa fugaz. Sin perder tiempo, Peter caminó por los pasillos entre los estantes, buscando algo que le llamara la atención. Después de unos momentos de indecisión, sus ojos se posaron en el libro El hombre en busca de sentido, de Viktor Frankl. Había escuchado el nombre del autor en varias ocasiones, pero por alguna razón no podía recordar el contexto exacto en el que lo había hecho. A pesar de las críticas mixtas que había escindido (no recordaba donde), decidió darle una oportunidad. Se sentó en una de las mesas de la biblioteca, dejando que las palabras del libro lo absorbieran.
Pasaron unos minutos antes de que Peter se diera cuenta de una presencia extraña, algo que no podía identificar con claridad, pero que su instinto le decía que no debía ignorar. La sensación lo envolvía, como si alguien estuviera observándolo.
Con discreción, buscó con la mirada al causante de su incomodidad, y pronto se encontró con los ojos fijos de Barbara. En cuanto ella se percató de que él la había mirado, su expresión cambió, relajándose un poco antes de regalarle una sonrisa, una que él percibió como algo forzada. Al principio intentó ignorarlo, pero esa sensación persistente lo dejó inquieto. Decidió regresar a su libro, intentando pensar que se trataba de una coincidencia, aunque algo en su interior le decía que no lo era.
Después de un tiempo, finalmente terminó su lectura y, al mirar los estantes cercanos, se encontró con otro libro que llamó su atención: La estructura de la ciencia, de Ernest Nagel. Lo tomó con rapidez y, mientras se dirigía a una nueva mesa, sintió de nuevo la mirada de Barbara, que parecía seguirlo con la misma atención que antes. Esta vez, murmuraba algo mientras tecleaba en su computadora, y Peter, escucho con claridad lo que ella murmuraba, haciéndole sentir como si hubiera olvidado algo importante, hasta que algo en su mente hizo clic: No tenia documentos personales consigo a pesar de que ya había tratado de conseguir trabajo.
En ese momento, recordó que durante todo el proceso de la búsqueda de trabajo, había estado tan enfocado en el futuro que había olvidado un detalle crucial (algo que no hacia desde hacía un tiempo). Decidió que lo mejor sería buscar algo en línea. Con el libro aún en mano, se acercó a una computadora, se sentó frente a ella e inició sesión como invitado. Abrió una página al azar del libro, haciéndola pasar por lectura, pero pronto se desvió para realizar una búsqueda en el gobierno. Introdujo su nombre: Peter Parker, y lo que encontró lo dejó helado. No había registros de nadie con ese nombre, sintió que el aire se le escapaba de los pulmones ¿Cómo podía ser posible? Sin perder la calma (9 al menos tratando de no hacerlo), intentó con el segundo apellido que se le ocurrió, el que, aunque le dolía, parecía la única opción viable (no sabia por que razón). Sin embargo, tampoco había resultados. Fue como si el mundo se hubiera detenido por un momento, y una oleada de angustia lo invadió.
Comenzó a cuestionarse, a pensar en cada detalle. No podía ser real. Tal vez, y solo tal vez, la razón de las miradas de Barbara era que ella también había intentado encontrar algo sobre él y no había encontrado nada. Pero ¿por qué lo investigaría? ¿Acaso pensaba que él era un impostor o algo peor? Era una paranoia ridícula, lo sabía, pero aún así no podía quitarse la sensación de que algo no estaba bien. Trató de calmarse, pero la ansiedad seguía creciendo.
En su mente, todo se convirtió en una niebla. Sus dedos comenzaron a moverse en la computadora sin pensar, como si lo hubiera hecho miles de veces antes. El proceso era automático. (Había aprendido esto con Stark. Así había entrenado el Sr. Stark, lo había preparado para situaciones donde nada podía salir mal, para poder crear una identidad que pudiera esconderlo cuando fuera necesario). Y ahora estaba creando una historia desde cero, tomando hechos reales y mezclándolos con mentiras que encajaban a la perfección. Peter Benjamin Gayson Parker... un nombre inventado, pero que sonaba lo suficientemente plausible (ese era su nombre real después de todo, simplemente el Gayson no estaba ahí desde un inicio, ese le pertenencia a su padre, y suyo apesar de que a veces le costaba recordarlo, antes de que muriera su padre y el fuera adoptado oficialmente por la tía May y el tío Ben). Recurría a una historia que había encontrado en las noticias sobre un bebé perdido después de la muerte de su madre. Se sentía sucio, como si estuviera usando la muerte de una mujer que ni siquiera conocía para salvarse. Pero no podía evitarlo. (El Sr. Stark le había enseñado a sobrevivir a toda costa.) Y eso lo hizo entrar en pánico sin poder evitarlo por más tiempo, así que se obligó a ignorarlo a mantener su mente en blanco mientras continuaba haciéndo esos documentos, pero eso solo lo hizo disociarse.
__________________________________________
La escena había cambiado de repente, (una parte de su mente lo había llevado a un recuerdo de hacia unos años, antes de la muerte del señor Stark, antes de la pelea con Thanos). Estaba con Stark en su laboratorio, algo que nunca sucedía sin una razón importante. Había salido de su casa para pasar el día con MJ y Ned, pero la llamada de Tony había cambiado todo. No quería dejar a sus amigos plantados otra vez, pero la voz del señor Stark sonaba distinta, vulnerable.
—"Peter, esto es serio. Lo que viene es peligroso... estamos hablando de una batalla donde muchas personas podrían morir. Quiero que te alejes si las cosas se complican."—
Peter lo miró, incrédulo.
—"¿Qué? No me voy a alejar, esto también es mi batalla, lo sabes."—
—"No, no lo es. Te estoy dejando participar porque me lo pediste, pero si las cosas se ponen feas, me vas a escuchar y vas a salir de allí. No es una discusión, Peter."—
El tono del señor Stark no dejaba espacio a dudas. Peter sintió una presión en su pecho, como si el mundo estuviera empujándolo a hacer algo que no quería hasta que algo hizo clic en su mente, algo que lo hizo enojar casi de inmediato, pero trato de mantener la calma.
—"¿Me entrenaste para esto, para que corriera y me escondiera? ¿Para que crea una nueva identidad para salvarme? ¡¿Eso es todo lo que soy para ti?!—"
La ira lo invadió, las palabras salieron con fuerza, cada una con el peso de todo lo que había estado guardando. Los recuerdos de los entrenamientos, los consejos que el señor Stark le había dado, todo parecía llevarlo a este punto. ¿Acaso todo lo que había aprendido tenía como único propósito salvarse a sí mismo?
El señor Stark lo miró con tristeza.
—"Lo siento, Peter, pero todo esto es para protegerte. Lo hago por tu bien. Tienes que estar preparado para cualquier cosa."—
La tensión era palpable. Peter se sintió solo, como si estuviera perdiendo algo importante. ¿Por qué él no podía decidir su propio destino? ¿Por qué Tony lo veía como alguien a quien proteger de todo, incluso de sí mismo? Aun peor que eso, tener que alejarlo de todo lo que conocía con la excusa de estar a salvo, eso era lo más injusto y el pensamiento de siquiera irse y dejar atrás a la tía May lo hizo llorar.
__________________________________________
Con el rostro empapado en lágrimas, Peter volvió a la realidad. Estaba en la biblioteca, frente a la computadora. El libro que había abierto sobre ciencias ahora parecía una imagen difusa, como si todo lo que acababa de suceder fuera parte de un sueño. El sonido de Barbara llamándole rompió el silencio.
—"¡Peter! ¡¿Estás bien?!"—
Se giró lentamente hacia ella, tratando de hacer desaparecer las lágrimas. No sabía qué había pasado, solo que algo en su interior se sentía profundamente alterado. Su voz salió ronca, como si hubiera estado gritando por horas (algo qué esperaba no haber hecho, eso seria muy vergonzoso.)
—"Barbara... ¿Qué... qué pasó?"—
Barbara lo miraba preocupada, y él trató de sonreír, pero la expresión se le rompió antes de llegar a ser convincente. No podía esconder lo que había sucedido dentro de él, lo que había revivido en su mente. Sentía que todo lo que había creído hasta ahora, todo lo que había construido, se estaba desmoronando.
La voz de un desconocido lo interrumpió, un tono grave y tranquilo.
—"No parece que estés bien, chico."—
Peter giró bruscamente hacia el sonido, sus ojos encontrándose con un hombre que no conocía. ¿Quién era? ¿Qué quería?
__________________________________________
Tim hizo una mueca al ver como el chico (Peter lo había llamado Babarbara) se dio la vuelta para mirarlo tan rápido, tuvo miedo de que tuviera un latigazo cerebral si no fuera por que el chico le hablo, lo que lo distrajo (aun que solo un poco).
—"¿Qui-Quieres tu?"—
El chico parecía asustado por no haberlo notado antes, pero para ser justos con el chico acababa de despertar de disociarse durante por lo menos una hora y durante la mitad de ese tiempo había comenzado a llorar sin responder a Barbara, quien lo había llamado durante un rato de desde que regreso.
—"Soy Tim, un gusto conocerte."—
Se presento, el pobre chico ya parecía lo suficientemente asustado, ansioso y desorientado, además de que tenia un golpe en la cara como para agregarle algo más a la angustia del pobre.
—"Peter-..."—
No se molesto en lo que le iba decir Barbara al chico, ya sabía lo que ella diría, o al menos por donde iría la conversación así que no se molesto en escuchar, en cambio, se detuvo a mirarlo durante un tiempo mientras Barbara trataba de tranquilizar al chico, el tenía un moretón en el rostro a un costado de su ojo, claramente de un puño de tamaño de un adulto por como se había formado (parecía qué estaba casi curado solo dos días más y ese moretón en su cara con suerte se iría), el cuello del chico también tenía unos moretones, pero estos eran mas chicos que parecían dedos (no podía estar cien por siento seguro de eso), no parecía tener más heridas, la apariencia del chico no resaltaba mucho, pero algo en el le recordaba a Dick, de alguna manera extraña el chico se parecía a su hermano mayor, si bien el color de sus ojos (ese verde extraño y repugnante bastante similar al de Todd), la forma de su cabello y el color también eran bastante similares, el tono del cabello del su hermano era un poco más obscuro qué el del chico, pero se parecían bastante, el tono de piel aun que era un poco más pálido qué el de Dick todavía se podía comparar muy bien, eran esas y otras pequeñas cosas del chico que lo hacían parecidos a su hermano, no era una copia exacta de él, eso era obvio, eran similares pero diferentes a la vez de una forma extraña, pero todo esto ya era paranoia suya, su hermano mayor no podía tener un hijo perdido por el mundo del qué no sabia nada, al menos cinco personas ya se le habrian acercado exigiendo dinero por el chico, pero eso no había sucedido, el lo sabia si hubiera sucedido algo por el estilo, así que por el momento culparia a la falta de sueño por como estaba viendo cosas donde no las había, estaba sobrepensando demaciado las cosas, trabajar en este nuevo casi de magia le estaba pasando factura...
Pero por si las dudas le haría una prueba de ADN al chico, solo por si las dudas, llamalo loco, pero más valía prevenir qué curar ¿no?, solo tenia que acercarse un poco más y podría tomar una muestra de si cabello y eso era todo, solo para calmar a su mente y confirmarle (confirmarse a el mismo) que estaba sobrepensado otra vez, y eso era todo, wstaba apunto de hacerlo pero Barbara lo detuvo con una mirada mientras le indicaba al chico que debía de irse por que la biblioteca había cerrado hacia un tiempo (veinte minutos exactamente), ella tenia suficiente chantaje sobre el como para que Alfred no lo dejara salir durante un mes (a la lista de Barbara se le había agregado recientemente una herida qué se había hecho ayer en la noche, que había llegado después de las 4 de la mañana a la mansión y que no había dormido en tres días) así que sabiamente no hizo nada (por el momento) y le dio la sonrisa más dulce a Barbara que pudo mientras se despedía del chico agitando la mano, Barbara solo le dio una mirada molesta rodeado los ojos poniéndolos en blanco (aun que había algo de cariño en ellos).
—"Adiós Babs, ya casi es hora de comenzar con las patrullas."—
Sonrió mientas se despedía de Barbara, alejándose de la biblioteca para volver a Wayne Manor y salir a las calles de Gotham una vez más.
___________________________________________
.
Peter estaba sentado en la cima de un edificio, observando la ciudad extendiéndose ante él, una maraña de luces brillantes que parecían no tener fin. Las piernas balanceaban sin rumbo, suspendidas sobre el abismo. No sentía miedo, solo una calma extraña, como si todo lo que lo rodeaba fuera irrelevante. El sonido de la ciudad se apagaba de alguna manera en su mente, dejando solo el eco de sus pensamientos. No sabía cómo había llegado allí, ni cómo había terminado en ese borde, pero ahora no podía moverse, como si algo lo hubiera anclado a ese lugar.
Todo lo que sucedió antes de ese momento estaba borroso, como si una niebla espesa lo hubiera cubierto. La biblioteca, el regreso a lo que él pensaba que era la estación... todos esos momentos parecían desvanecerse en su mente. Había sido tan rápido, tan confuso.
En cuanto salió de la biblioteca, un recuerdo se coló en su mente. Un recuerdo que lo azotó con tal intensidad que casi lo hizo tambalear. Era como si hubiera estado sumido en un mar de emociones, como si la indignación y el dolor de haber sido dejado de lado lo hubieran ahogado. ¿Por qué le dolía tanto? El recuerdo de esa conversación, de lo que él había interpretado como una forma de rechazo, lo perseguía. Recordaba cómo las lágrimas comenzaron a caer sin previo aviso, pesadas, y cómo se sintió completamente impotente, incapaz de detenerlas. No podía recordar por qué había llorado con tanta desesperación, pero el peso de la culpa y el abandono seguían presentes.
Respiró profundamente, buscando algo de calma. Se obligó a pensar en cada detalle, a recordar con claridad. Repitió lo sucedido en su mente una y otra vez, como si al hacerlo pudiera entender lo que realmente había ocurrido, hasta que estuvo cien por ciento seguro de que aquello era un recuerdo verdadero. Y, por fin, tras lo que pareció una eternidad, pudo respirar con algo de tranquilidad.
Pero entonces, la siguiente ola de pensamientos lo invadió, y con ella, la sensación de que no merecía estar tranquilo. Estaba utilizando la tragedia de una mujer muerta para justificar su vida, para seguir adelante en un mundo que parecía no tener espacio para él. Esa mujer, la que había sido parte de su mentira, había sido alguien con una historia propia, alguien que ya no estaba allí. Él la había transformado en una herramienta para vivir, y eso lo hacía sentir como un monstruo. La culpa lo estaba devorando, y sus lágrimas no se detenían. Era un bastardo egoísta, lo sabía. No podía evitarlo. ¿Cómo podía dormir por la noche sabiendo que todo lo que había hecho se basaba en una mentira elaborada? Sabia que tenia que sobrevivir, pero utilizar la tragedia de alguien lo hacia sentir sucio por dentro.
Peter cerró los ojos con fuerza, tratando de ahogar los pensamientos. Sabía que necesitaba un trabajo, que no podía seguir viviendo como lo hacía, pero hacerlo a costa de la vida de alguien más… era demasiado como para poder soportarlo. Aunque su mente le decía que debía seguir adelante, que no podía rendirse, (su corazón le gritaba que estaba equivocado.) Sentía una desconexión entre lo que sabía que debía hacer y lo que realmente quería hacer. (¿Cómo podía siquiera seguir viviendo tranquilamente después de todo lo que había sucedido?)
Había algo que le seguía susurrando en su mente pero que no podía escuchar del todo claro. (Una de las últimas cosas que el señor Stark le había dicho antes de que todo cambiara: "Vive, Peter. No dejes que la culpa te consuma. Vive por todos los que te quieren, por los que ya no están, pero también por ti. Disfruta la vida, aunque te duela". Esas palabras le daban fuerzas, sí, pero también lo hacían sentir más perdido.) Quería vivir, pero no sabía cómo hacerlo sin que la culpa lo aplastara. (La muerte de Ben lo había cambiado por completo, jamás había vuelto a ser el mismo desde esa noche.) Algo le había sucedido, no podía recordar que, pero ya no podía ver el mundo con los mismos ojos desee esa noche, lo sabía, lo pida sentir. (y desde entonces, se había vuelto experto en llorar en silencio.Había aprendido a esconder sus emociones para no preocupar a la tía May.) No sabía cuándo exactamente lo había aprendido, pero sí sabía que ya no podía hacerlo de otra manera. (El dolor lo desgarraba por dentro, pero solo él lo sabía. Nadie más.)
Y aquí estaba, en lo alto del edificio, llorando sin hacer ruido. (Ni siquiera el viento parecía querer consolarlo). A su alrededor, la ciudad seguía su curso, ajena a la tormenta interna que lo consumía. (No podía quedárselo todo para sí mismo, quería hablar con alguen, quien sea sobre como se sentía, pero estaba solo, lo había estado desde hacía mucho tiempo y eso le comenzaba a costarle su cordura. ¿Cómo podía seguir viviendo bajo esta máscara de normalidad cuando sabía que la verdad era mucho más compleja, mucho más dolorosa, que ya no tenia a nadie a su lado?)
Fue entonces cuando algo en su interior se agitó, una necesidad de hacer algo, de moverse, de no quedarse allí estancado. El impulso de saltar fue tan fuerte que lo invadió completamente (había algo dentro de él qué quería volar sobre la ciudad, volver a acostumbrarse Spider-Man por un último minuto antes de despediger por completo de esa identidad). El viento en su rostro lo llamaba, como si el aire frío pudiera liberarlo de todas sus cargas. ¿Podría volar, incluso por un momento? (No, las arañas no volaban, pero podía imaginarse volando como ellas, balanceándose entre los edificios con sus telarañas, escapando de todo lo que lo ataba.) El deseo de sentir la libertad lo consumió. Quería sentir el viento golpeando su rostro, quería sentir que era capaz de hacer algo, incluso si eso significaba escapar, aunque solo fuera por un momento.
Estaba a punto de dar un paso adelante, con la mitad de su pie fuera de la cornisa, cuando algo le detuvo, un fuerte brazo lo agarró y lo tiró hacia atrás con una fuerza que lo dejó sin aire. El impacto lo tomó por sorpresa, y por un instante no pudo hacer nada, solo cerró los ojos con fuerza y trató de alejarse de esa mano que lo sostenía con firmeza. ¿Quién lo había detenido?
Cuando abrió los ojos, se encontró cara a cara con un hombre. Un hombre que lo miraba con una expresión seria, como si estuviera evaluando cada uno de sus movimientos, no pudo reconocerlo por el momento pero algo en su mente le devia qué ya había interactivo con este hombre por lo menos una vez.
Peter intentó zafarse, pero el hombre lo mantenía cerca de él, como si no estuviera dispuesto a soltarlo. No podía ver quién era, estando completamente enfocado en alejarse de su agarre, pero la presión de su agarre era inconfundible. Una parte de Peter quería gritar, quería liberarse, pero otra parte, una parte más pequeña y más racional, lo mantenía quieto, porque en el fondo sabía que esa mano lo había salvado de una decisión irrevocable, quien sabía que le hubiera pasado si hubiera saltado.
—"¡¿Qué demonios estás haciendo?!"—dijo la voz del hombre, fría, agitada pero cargada de preocupación.
Chapter 5
Notes:
Capítulo 5 terminado por fin. ^^
No que tan largo sea este, pero al fin comencé a editar los anteriores capítulos, ahora son más largos y un poco más fluidosque antes, y cambie (solo un poco) la narración, aun que por el momento solo edite el capitulo 2 y el 3, el cuatro lo estoy editando pero casi esta terminado y el uno apenas comencé a editarlo, pero poco a poco le estoy cambiando algo. :")Disfruten este capitulo. :D
Chapter Text
Su cuerpo fue jalado con fuerza hacia atrás, haciéndolo tropezar y casi caer de espaldas y un brazo firme lo sujetó, impidiendo que se desplomara, Peter giró la cabeza con sorpresa y se encontró con una figura familiar.
—"¡¿Pero qué…?!"—
Nightwing, supo casi al instante gracias a que sus instintos le había dicho (aun que el realmente no les estaba prestándoles mucha atención que digamos en este momento).
El vigilante lo miraba con cautela, su mano aún cerca de él, como si esperara que intentara un movimiento brusco. Peter parpadeó, aturdido por la repentina intervención.
—"Aléjate del borde, chico."—
La voz de Nightwing era firme y algo preocupada pero no agresiva.
—"No quiero tener que detenerte otra vez esta noche."—
Peter frunció el ceño ante eso, el no estaba intentado suicidarse, pero aún a si hago caso y me alejo aun más de lo que el vigilante lo había alejado del borde.
—"Está bien, señor Nightwing, pero no iba a hacer nada."—
Nightwing soltó una risa corta, sin humor.
—"Claro, y yo soy Santa Claus."—
Peter bufó.
—"Hablo en serio."—
—"También yo."—
Nightwing cruzó los brazos.—"Mira, puedo reconocer cuando alguien está a punto de hacer algo estúpido. Créeme, he estado en situaciones como esta antes."—
Peter apartó la vista un poco avergonzado y frustado, el no tenia la intención de que parecía que estuviera a punto de suicidarse (solo quería sentir el aire en su cara una ves más como en sus épocas no tan pasadas de Spider Man, solo queria sentirse libre, volver a ser SpiderMan durante un minuto).
—"Te vi chico."— Nightwing lo miró completamente serio, pero su expresión se suavizó un poco, aun que su mirada no perdió intensidad. —"Estabas demasiado cerca del borde, demasiado concentrado en algo que no era el paisaje. Sé reconocer esa mirada."—
Peter no duda que el reconociera una mirada de ese estilo, este hombre por lo que había leído era un justiciero desde hacía mucho tiempo, el problema era qué Peter no iba a suicidarse.
—"No estaba a punto de saltar."—
Murmuró una vez más, a lo que Nightwing solo suspiro suspiró, pero su postura no se relajó en lo absoluto, más bien parecía más fruatdo qué antes.
—"¿Seguro?"—
—"Segurísimo."—
El silencio se extendió entre los dos, solo interrumpido por el sonido lejano del tráfico, Peter sintió su mandíbula apretarse, no quería seguir con esta conversación, no quería que alguien más lo viera como un caso perdido, como alguien al borde de un colapso, eso no era lo que el era, el estaba completamente bien mentalmente, el no quería acabar con todo (por que a pesar de todo seguía con vida y eso era lo que contaba ¿No? El había sobrevivido, aun que un par de veces a contra de su voluntad, pero había sobrevivido.)
Nightwing lo estudió por un momento antes de hablar de nuevo.
—"Está bien, te creo."—
Peter lo miró, sorprendido, eso lo había tomado totalmente desprevenido, no se lo había esperado (no esperaba una respuesta similar a este si no todo lo contrario).
—"¿En serio?"—
—"No."—Nightwing esbozó una sonrisa irónica.—"Pero te dejaré la ventaja por ahora."—
Peter resopló, pero antes de que pudiera responder, Nightwing lo interrumpió.
—"Voy a acompañarte a casa."—
Peter sintió un escalofrío recorrer su espalda, el no quería que eso sucediera, solo complicaría aun más las cosas, además ni siquiera tenia un hogar, pero eso no era algo que podía decirle al señor Nightwing, y mucho menos decirle que vivía en el edifico abandonado casi destruido de al lado (desde aquí arriba difinitivamente se veía peor de lo que era), eso solo preocuparía aun más al hombre frente suyo, cosa que estaba tratando de evitar de evitar.
—"Eso no es necesario."—
—"Lo es."—
—"Puedo cuidarme solo."—
—"No lo dudo, pero no voy a dejar que un adolescente camine solo por Gotham a esta hora."—
Peter reprimió una mueca, si Nightwing lo acompañaba, descubriría que no tenía un hogar. Y eso era lo último que quería.
Pero antes de que pudiera insistir más, el sonido de disparos resonó en la distancia, Nightwing se giró inmediatamente, su postura cambiando a alerta al igual que el (lo había hecho de manera inconciente).
—"Quédate aquí."— dijo con rapidez. —"Vuelvo en un segundo."—
Y sin esperar respuesta, el vigilante se lanzó al vacío, desapareciendo en la noche mientras se dirigía hacia fonde había prevenido el sonido de disparos.
Y Peter se quedó paralizado por un momento, pensando que hacer a continuación, sabía que lo correcto sería quedarse quieto, sabía que Nightwing solo intentaba ayudar, pero también sabía que el probablemente no tenia respuestas a las preguntas de Nightwing y que esas faltas de respues o las posibles mentiras que pudiera hacer solo lo preocuparía aun más, el ya sentía culpable por hacerlo preocupar tanto, de verdad que el no quería preocuparlo trato, el creía que ni siquiera se volverían a encontrar después de la última vez, pero ahora el hombre creía que era un suicida y realmente no sabía como sacarle la idea de que se suicidaria al vigilante.
Pero también sabía que no quería escuchar el discurso sobre el valor de la vida, así que hizo lo que mejor sabía hacer: escapar.
________________________________
Peter se movió con rapidez hacia 'su edifico', buscando una forma de bajar del edificio sin llamar la atención, eso difinitivamente era algo que no deseaba, la escalera de incendios era su mejor opción como siempre, después de todo esa era su manera de subir, se apresuró hacia ella y comenzó a descender con agilidad, aunque el metal oxidado crujía bajo sus pasos sigue sin realmente preocuparse mucho, tratando de bajar con la mayor velocidad posible, pero entonces, su pie resbalo, su cuerpo se inclinó hacia adelante y perdió el equilibrio.
—"¡Mierda!"—
Grito e intentó agarrarse del barandal, pero su mano no encontró apoyo. La gravedad hizo el resto, cayó, no era una gran altura, pero fue suficiente para que el impacto lo sacudiera por completo, rodó sobre el suelo de concreto, sintiendo el dolor irradiarse por su costado, se quedó jadeando por un momento, tratando de recuperar el aliento.
—"Estúpida escalera oxidada..."— murmuró frutado por hacerce caído, aun sabiendo que fue su culpa por confiarse demaciado e ir a gran velocidad, poniéndose de pie con dificultad se sujetó las costillas, sintiendo el ardor de un golpe mal amortiguado, pero al menos no se había roto nada.
Cojeando levemente, se apresuró hacia una ventana rota en el piso inferior y se deslizó al interior del edificio de bomberos abandonado que llamaba hogar.
________________________________
Dick corrió por los tejados en dirección a los disparos, su mente dividida entre el peligro inminente y el chico que había dejado atrás.
Había algo en él que no le cuadraba, no estaba seguro de si el niño realmente había querido saltar o no, pero la forma en que se había parado en el borde, la expresión en su rostro… lo había visto antes, lo conocía bien, había visto esa mirada antes, y eso lo preocupaba, el chico era demasiado joven como para tener esa mirada en los ojos, pero ahora no podía detenerse, los disparos significaban que alguien estaba en peligro.
Cuando llegó a la escena, vio a un hombre armado forcejeando con una mujer en un callejón, otro asaltante vigilaba los alrededores, Dick no lo pensó dos veces.
Saltó desde el edificio y aterrizó con precisión, golpeando al segundo asaltante antes de que pudiera reaccionar, el tipo cayó al suelo con un gruñido, el hombre con el arma se giró de inmediato, apuntándole.
Dick se movió rápido, lanzó un batarang que golpeó la muñeca del hombre, haciendo que soltara el arma, en un segundo, cerró la distancia y lo golpeó con un giro rápido, dejándolo inconsciente.
La mujer jadeó, asustada, pero ilesa, o eso pensó hasta que le vio la herida de bala en el brazo.
—"¿Estás bien?"— preguntó Nightwing, ayudándola a levantarse, ella asintió, todavía temblando, pero no la culpaba, la mayoría de personas a pesar de que vivían en Gotham no estaban acostumbras a que les disparan.
—"S-sí… gracias."—
Él le dedicó una sonrisa tranquilizadora antes de llamar a la policía, y a una ambulancia, amarrando a los asaltantes para que no se escaparan.
Pero su mente ya estaba en otro lado, en la azotea qué había dejado atrás, en niño qué había dejado solo en la azotea después de que intentara saltar.
Y cuando regresó… El chico se había ido, Dick frunció el ceño, recorriendo la azotea con la mirada.
—"Genial."—
Murmuró.
Se cruzó de brazos, exhalando con frustración, ese chico le recordaba demasiado a alguien, y eso no era bueno, no era bueno en absoluto.
__________________________________________
Peter cerró la ventana con un suave golpe y se apoyó en la pared, respirando entrecortado mientras trataba de calmarse, a pesar de la caída, el dolor no era lo peor, era la sensación de agotamiento, una qué no sabia de donde venia (la pesada carga de los días pasados que nunca parecía desaparecer de los días que no recordaba).
En el interior del edificio, el silencio se apoderó de todo, un edificio antiguo y descuidado, pero para Peter, su refugio temporal, no tenía mucho más en este momento, pero era suficiente para no sentirse completamente perdido u desorientado (realmente debía de comenzar a esforzarse más por recordar), cerró los ojos por un momento, permitiendo que el dolor de su cuerpo se instalara, pero solo por unos segundos, no podía permitirse caer completamente (se lo había prometido a la tía May).
Se dirigió al pequeño baño en la esquina, el único lugar donde podía mantener algo de privacidad. Tomó una caja de primeros auxilios que había encontrado en uno de los cajones, la abrió y comenzó a limpiar las heridas en su cuerpo. La caída había sido dolorosa, especialmente al aterrizar mal sobre sus costillas, pero no había nada grave, solo raspones, algunos moretones, y un par de cortes superficiales, realmente esperaba que se curara de la noche a la mañana, no quería llegar al café y estar todo golpeado (otra vez), camino hasta su cama improvisada y ahí comenzó a curarse, el baño estaba tan sucio qué estaba seguro que si trataba de curarse en ese lugar contraria una infección.
Con una mano temblorosa, empezó a desinfectar los cortes en su brazo, mordiéndose el labio para no gritar, se sentó en el suelo, buscando alivio en el proceso (ya había curado sus heridas solo antes, pero aun así la memoria muscular estaba ayudando demaciado), aunque sabía que su mente no lo dejaría descansar por mucho tiempo, mientras aplicaba una venda sobre el costado, pensó en la intervención de Nightwing ¿Por qué el hombre se había preocupado tanto? Si era sincero consigo mismo, Peter sabía que no había estado pensando claramente cuando estaba en el borde del techo, estaba tan perdido en sus pensamientos que no podía saber a la perfección qué estaba haciendo, solo hizo lo que su mente quería, estaba tan perdido en sus propios pensamientos, tan distraído por sus emociones y la sensación de vacío, que había olvidado lo peligroso que podría haber sido haber saldado de un lugar tan alto, pero Nightwing no lo había dejado (ignoro olímpicamente la parte de su cerebro qué le recordó que ni siquiera sabía que Nightwing estaría ahí), no había sido un simple desconocido más que se acercara por curiosidad.
De repente, la idea de lo que podría haber ocurrido lo hizo estremecerse, ¿Y si lo hubiera hecho? Sacudió la cabeza, desechando esos pensamientos, no quería pensar en eso en este momento, así que se centro en curar las heridas qué se acababa de hacer.
Se levantó, caminando hacia la cama improvisada que había armado en el suelo, su cuerpo estaba agotado, sabía que no podía seguir adelante sin descansar un poco, aunque sabía que eso no le aseguraba la paz mental. Se recostó sobre la colcha raída, la fría superficie del suelo lo ayudaba a mantenerse consciente de la realidad, se tapó con una manta delgada, pero no pudo cerrar los ojos inmediatamente.
Los recuerdos lo envolvieron como una niebla densa aun que no sabia muy bien de que se trataban. La Tía May, el Tío Ben… el calor de su cocina, las risas en su casa. Sus manos temblaron al pensar en ellos. Los veía claramente en su mente, como si estuvieran allí, vivos.
En su sueño, el Tío Ben estaba de pie junto a la estufa, revolviendo una olla mientras la Tía May cortaba verduras sobre el mostrador, se reían juntos, hablando de cosas simples, no había tragedia, no había preocupaciones, era solo el sonido de su hogar, el olor de la comida cocinándose, y el brillo de la felicidad, Peter los miraba desde el umbral de la puerta, sintiendo una paz que hacía mucho no experimentaba.
—"Todo estará bien, Peter."— Decía la Tía May, sonriendo mientras le ofrecía un trozo de pan recién horneado.
—"Siempre te cuidaremos."— El Tío Ben añadía, con esa mirada que lo hacía sentir seguro, sin miedos.
El sueño era tan vívido, tan cálido, que por un momento pensó que había vuelto al pasado, se sentó a la mesa con ellos, riendo, como si todo estuviera bien, como si nada hubiera cambiado, como si nunca hubiera perdido a esa familia.
Pero entonces, algo en su mente comenzó a distorsionarse, la imagen del Tío Ben se desvaneció lentamente, y la cocina se desintegró en sombras, Peter intentó aferrarse a esos recuerdos aun sabiendo que los olvidaría al depositar, pero sus manos no pudieron sostenerlos, se despertó bruscamente, respirando agitado, con el corazón latiendo con fuerza, el silencio de la habitación lo rodeaba, y la fría realidad de su soledad lo golpeó de inmediato, había sido solo un sueño, más que eso un recuerdo de probablemente de su infancia, un recuerdo que había olvidado tan pronto como se despertó, y eso le hizo sentir una amargura en lugar de felicidad, acababa de recordar algo de su infancia, pero con ello una amarga sensación de perdida, no recordaba muy buen el sueño, y aun qué recordaba algunas partes, eso solo lo deprimió, era como si hubiera sentido algo que ya no podría tener, había sentido como se le había escapado de las manos esa sensación de seguridad, felicidad y calidez, lo había perdido en menos de un minuto.
Con un suspiro, tratando de evitar llorar, se incorporó lentamente de la cama, frotándose los ojos, aún sentía el peso de la tristeza y la confusión, pero al menos el sueño le había dado algo de consuelo, aunque fugaz, ¿Quienes eran esas personas? La pregunta persistió en su mente. Se estiró, sintiendo una punzada de dolor en el costado por el golpe de la caída, pero estaba bien (había sobrevivido a muchas caídas peores).
__________________________________________
Las primeras luces del amanecer comenzaron a asomar en el horizonte mientras Peter salía del edificio y caminaba por las calles de Gotham.
La ciudad se despertaba lentamente, las luces de los autos iluminando las calles mojadas por la lluvia de la noche anterior, 3l aire era fresco, y a pesar de su dolor y agotamiento, Peter se sintió algo aliviado, el sol aún no había salido por completo, y Gotham, aunque siempre sombría, tenía una calma matutina que le ofrecía algo de paz después de lo que había sucedido esa noche, '¿Qué estoy haciendo?' Se preguntó, mientras sus pasos resonaban en las aceras vacías, pensó en lo que había soñado (en la familia que había perdido, en la vida que había dejado atrás cuando se convirtió en Spider-Man) había tomado tantas decisiones, algunas correctas, muchas equivocadas, podia sentirlo, era jn sentimiento de arrepentimiento qué había sentido desde que literalmente cayó en esta ciudad, como si su perdida de recuerdos hubiera sido su culpa (¿Pero fue así?), y aunque siempre trataba de seguir adelante, siempre había algo que lo mantenía atado al pasado (No podía seguir quedarse atrapado en lo que perdió, debía de seguir adelante, pero eso era muy difícil, no podía soportar vivir sin su familia, sin nadie a su lado qué lo escuchara, que lo apollara, y eso lo hizo sentir solo, pero que no tenia a nadie después de lo que había sucedido).
Cuando finalmente llegó a la cafetería, algo en su interior le dijo que estaba tarde, las personas ya comenzaban a llegar para su primer café del día, se apresuró a entrar, con la esperanza de al menos no haber llegado demciado tarde, fue entonces cuando, al dar la vuelta a la esquina, se chocó de frente con alguien.
—"¡Oh, lo siento!"—
Dijo rápidamente, levantando la vista.
—"¡Vaya, ten cuidado!"—
Respondió una voz familiar.
Peter parpadeó, sorprendidos. Estaba viendo a Tim, el.chicp qué había visto en la biblioteca el otro díaz, Tim se recuperó rápidamente del golpe, pero había algo en su expresión que le hizo detenerse.
—"¿Peter, todo bien?"—
Tim preguntó, al parecer recordándolo (el no sabia por que le habia extrañando eso, no era nada del otro mundo), mirando de reojo el estado de su ropa y su expresión cansada.
—"Sí, sí… solo un tropiezo. No pasa nada."—
Peter sonrió, aunque no de forma genuina, intentó ocultar su cansancio detrás de una falsa despreocupación.
Tim lo observó unos segundos, y luego asintió lentamente.
—"Hoy va a ser tu primer día de trabajo, ¿verdad?"—
Tim añadió, cambiando de tema rápidamente, el parecer el di había escuchado su conversación con Barbara ayer, el no ahorita creído qué eso fuera posible debido a que Tim había parecido perdido la mayoría del tiempo.
—"Sí, es hoy, Ya me estoy atrasando."— Peter dijo, mirando rápidamente a la cafetería al frente suyo, dándose cuenta de que realmente iba tarde.
Sin embargo, antes de que Tim pudiera decir algo más, Peter se dio vuelta rápidamente y comenzó a caminar hacia la entrada de la cafetería.
—"Nos vemos, Tim. ¡Tengo que correr!"—
Gritó mientras apuraba el paso, dejando atrás cualquier intento de conversación adicional.
A medida que entraba, la puerta se cerró tras él, y la sensación de estar un paso atrás en su vida lo abrumó nuevamente. 'Solo un paso más…' Pensó mientras se acercaba al mostrador. 'Solo un paso más.'
__________________________________________
Era temprano, mucho más de lo que había anticipado, aún faltaban unos minutos para que la cafetería abriera oficialmente, pero Dinah le había pedido que llegara con tiempo para aprender lo básico antes de que llegaran los clientes.
Se quedó allí un momento, frente al mostrador vacío, observando el espacio aún vacío, como una hoja en blanco esperando ser llenada, la cafetería era pequeña pero acogedora, la luz suave de las lámparas caía sobre las mesas de madera oscura, y el aroma del café recién hecho ya comenzaba a impregnar el aire, el sonido de la máquina de espresso le resultaba relajante, casi como una señal de que las cosas finalmente estaban comenzando a encajar en su vida, aunque fuera solo un poco.
— "¿Primer día?" —
Preguntó una voz desde el fondo, arrancándolo de su trance, era la voz de Dinah, que se acercaba a él con una taza de café en la mano, sonrió amablemente, pero había algo en su mirada que indicaba que Peter tendría que ganarse su confianza (aun que ya había algo de cariño en su voz).
—"No te preocupes, lo harás bien. Solo sigue el ritmo y todo saldrá bien."—
Peter asintió, intentando no mostrar la ansiedad que sentía.
En su mente, las instrucciones de Dinah se mezclaban con sus propios pensamientos, y aunque intentaba concentrarse, no podía evitar sentirse fuera de lugar, (¿Qué estaba haciendo allí? La culpa de lo que le había sucedido en pasado seguía persiguiéndolo apesar de que no podía recordarlo, pero no podía rendirse ahora, había prometido que viviría), pero a pesar de eso se centró en lo que tenía delante de él, observando cómo Dinah le mostraba cómo limpiar las mesas y preparar los utensilios.
La jornada comenzó lenta, Di lo guió con paciencia, mostrándole los detalles del funcionamiento de la cafetería: Cómo preparar un espresso perfecto, cómo calentar la leche sin que se quemara, y cómo mantener la limpieza del lugar, aunque al principio todo le pareció un caos, pronto fue sintiéndose más cómodo con los movimientos repetitivos de preparar el café, de servir con una sonrisa que no era falsa, pero sí una que debía aprender a dar.
'Hoy va a ser un buen día', pensó mientras organizaba las tazas y preparaba las máquinas para el ajetreo del día, para su sorpresa, la primera hora transcurrió rápidamente, las puertas se abrieron, y los primeros clientes comenzaron a entrar, Peter no pudo evitar sentirse nervioso, pero se concentró en lo que tenía que hacer, sirviendo cafés y limpiando las mesas cuando era necesario.
En un momento, mientras preparaba un par de cafés, escuchó el sonido de la puerta abrirse, seguido de unos pasos rápidos que se acercaban al mostrador. Peter levantó la vista, y allí estaba: un hombre alto, con una chaqueta de cuero negra, el cabello oscuro, con un aire desafiante pero también algo cansado, como si hubiera visto más de lo que le gustaría, sus ojos, de un color verde intenso, brillaban con una mezcla de curiosidad y agotamiento, este era el hombre con el que había chocado el primer día que estuvo aquí (su mente lo reconoció de inmediato).
— "¿Me puedes hacer un café fuerte?" —
Dijo el hombre, con voz grave.
Peter asintió con rapidez, recogiendo los utensilios necesarios mientras le echaba un vistazo 'Este señor no me reconcio', pensó con un poco de felicidad sonreído, (mientras menos personas conozca a menos personas lastimara) mientras preparaba el espresso, aunque sus manos aún temblaban ligeramente, logró manejar la máquina con suficiente destreza como para no causar una catástrofe.
El hombre observaba sus movimientos con atención, casi como si estuviera esperando que cometiera un error, lo qué lo inquieto un poco, pero Peter se concentró aún más, esperando que su café estuviera perfecto.
— "Soy Jason, por cierto."—
Dijo el hombre mientras Peter trabajaba en el café, rompiendo el silencio incómodo que se había formado entre ellos.
Peter levantó la mirada brevemente, sonriendo con amabilidad mientras terminaba de hacer el café.
— "Soy Peter."—
Respondió, entregándole la taza con una sonrisa liviana.
—"Aquí tiene."—
Jason tomó la taza y se sentó en una de las mesas cercanas, sin decir mucho más. Peter lo observó un momento mientras el hombre se acomodaba, y luego se dirigió nuevamente a las máquinas de café.
A lo largo de la mañana, la cafetería comenzó a llenarse poco a poco, la gente se apresuraba a conseguir su dosis de café antes de ir al trabajo o la universidad, y Peter, aunque todavía algo nervioso, ya comenzaba a moverse con más fluidez. El sonido de las máquinas de espresso y el murmullo de las conversaciones llenaban el aire, pero algo en el ambiente le hacía sentirse más tranquilo, (Al menos no estaba solo en todo esto) era un pequeño paso, pero un paso hacia algo diferente, algo que podría hacerlo sentir menos perdido, lo distraía lo suficiente de sus pensamientos y estaba conenzaod a ganar dinero, eso era suficiente para el.
En medio de todo el ajetreo, volvió a ver a Jason,.el hombre había estado sentado solo durante un rato, hojeando un periódico mientras tomaba su café con calma, Peter notó que había algo sombrío en su actitud, como si estuviera tratando de desconectarse de algo, o quizás de alguien, '¿Una mala noche?' Se preguntó internamente.
Mientras limpiaba una mesa cercana, no pudo evitar escuchar la conversación que Jason estaba teniendo con otro cliente, un hombre mayor que se le había acercado a saludar, aunque las palabras no eran claras, el tono de la voz de Jason era más relajado, más amigable, como si al final del día necesitara hablar con alguien, el intercambio fue corto, pero suficiente para que Peter pudiera escuchar sin querer un par de fragmentos de su charla (realmente tenia una buena audición, si no fuera por que literalmente escuchaba todo a su alrededor, lo que le abrumaba un poco, la agradecería)
— "No es fácil, ¿sabes?" —dijo Jason en voz baja, casi como si hablara consigo mismo.
—"Pero es lo que hay, supongo."—
Peter dejó de limpiar por un momento, sintiendo una extraña empatía por el hombre, aunque no lo conocía, 'todos estamos luchando con algo', pensó, antes de retomar su trabajo, tal vez no podía entender completamente lo que Jason estaba atravesando, después de todo no conocía al hombre, pero sí entendía el peso de la lucha interna, la necesidad de seguir adelante aunque todo pareciera estar en contra.
Finalmente, después de un par de horas y algunos cafés servidos, Peter sintió que las cosas comenzaban a fluir, la ansiedad seguía allí, pero se había reducido un poco, al menos por el momento, cada café que preparaba, cada cliente que servía, lo acercaba más a una sensación de normalidad que no había experimentado en mucho tiempo.
— "Oye, Peter"—
Dijo Dinah desde el fondo, donde se encontraba organizando algunas cajas.
—"¿Cómo vas?"—
Peter se giró hacia ella, sonriendo, un poco más relajado.
—"Bien... creo que lo estoy logrando. No es tan complicado, después de todo."—
Dinah asintió, satisfecha.
—"Eso es lo que me gusta escuchar, pero recuerda, si necesitas algo, solo dilo. Aquí todos somos como una familia, ¿vale? No apoyamos unos a otros "—
Peter asintió, agradecido por la comprensión en su voz.
Mientras continuaba con su tarea, observó a los demás clientes que se habían instalado en las mesas, sumidos en sus propias rutinas matutinas, pero algo en su interior le decía que, por fin, estaba comenzando a encontrar su lugar en esta ciudad, aunque fuera en este pequeño rincón de Gotham.
Chapter 6
Summary:
Peter oficialmente tiene trabajo, Barbara esta preocupado y primera interacción de peter con a batfamilia con alguien más que Nightwing en traje.
Notes:
Perdón por no actualizar en tanto tiempo, estuve muy ocupado últimamente y se me olvido publicar los capítulos :(
Lo positivo de todo esto, es que ya tengo los borradores para los siguientes capítulos hasta el 23, solo tengo que corregir algunas cosas de todos y los público, voy a tratar de publicar cada dia uno, o por lo menos un día si un día no :)
Posdata: Al fin termine de corregir el capitulo uno ^&
Chapter Text
El día transcurrió con una normalidad sorprendente, al menos dentro de lo que podía considerarse normal en Gotham. Peter había pasado su primer turno en la cafetería de Dinah, enfrentándose a clientes irritables, pedidos confusos y algún que otro enfrentamiento verbal que no tuvo que resolver directamente. Como le había explicado Dinah antes de comenzar, la gente en esa parte de la ciudad tenía un temperamento fuerte, y era común que algunos clientes explotaran por razones que no siempre eran claras o razonables.
A pesar de todo, Peter había logrado manejar la situación mejor de lo que esperaba. Aunque había un par de momentos en los que estuvo a punto de soltar algún comentario sarcástico, logró contenerse. Al fin y al cabo, ya estaba acostumbrado a lidiar con personas agresivas. (No era tan diferente de cuando enfrentaba a villanos o a clientes molestos en Nueva York, con la única diferencia de que aquí no podía responder con telarañas y chistes.)
Para su sorpresa, casi no necesitó la ayuda de Dinah. Solo acudió a ella en los momentos en los que algún cliente parecía demasiado hostil o cuando necesitó entender mejor el funcionamiento de algunas máquinas. Pero fuera de eso, se las arregló bastante bien.
Ahora, estaba en la oficina de Dinah, esperando su veredicto. El hecho de que ella lo hubiera llamado para hablar en privado le generaba una leve inquietud, pero trató de mantener la calma. Había hecho su mejor esfuerzo, así que solo quedaba esperar que los resultados fueran algo positivos.
Dinah estaba sentada tras su escritorio, observándolo con una leve sonrisa mientras organizaba algunos papeles. Finalmente, alzó la vista y se apoyó en el respaldo de su silla.
—"Te desempeñaste incluso mejor de lo que esperaba"—
Dijo con un tono relajado.
—"No muchos de tu edad o incluso mayores soportan que los insulten en su primer día, y mucho menos lo toman con la calma que tú lo hiciste."—
Peter sintió una oleada de orgullo ante ese comentario. Había aguantado muchas cosas ese día, pero se alegraba de no haber perdido los estribos. Era extraño sentirse tan orgulloso por algo tan simple como soportar los gritos de los clientes, pero después de todo lo que había sucedido estos últimos días, encontrar una pequeña victoria en algo tan cotidiano se sentía… bien.
—"Felicidades, Peter. Tienes oficialmente el trabajo."—
Anunció Dinah, con una leve sonrisa.
—"A partir de mañana comenzarás a ganar tu propio dinero."—
Peter sintió que algo dentro de él se aligeraba. Tenía un empleo. No era gran cosa, pero para alguien en su situación, significaba mucho.
—"Serán 8.75 dólares la hora."—
Continuó Dinah.
—"Te pagaremos siempre al final de la semana, así que tu primer pago será el domingo. Si trabajas todos los días sin inconvenientes, deberías recibir alrededor de 490 dólares."—
Casi 500 dólares. Peter trató de no mostrar lo aliviado que se sentía, pero era difícil. No solo significaba que podría comprar comida, sino que también podría ahorrar un poco por si las cosas se complicaban e incluso podría conseguir un lugar que vivir (algo que no consideraba sumamente necesario en estos momentos) y dejar ese edificio abandonado de bomberos (qué sinceramente ya le tenia algo de cariño).
—"Pero hay algunas reglas que debes seguir."—
Añadió Dinah con un tono más serio.
—"Si le faltas el respeto a un cliente, lo insultas o eres descortés, se te descontarán algunas horas de tu salario. Y si acumulas tres faltas en un mes, serás despedido."—
Peter asintió rápidamente, sin poder ocultar su felicidad.
—"Lo entiendo, no se preocupe, señorita Dinah, prometo que no la decepcionaré."—
—"Eso espero."—
Respondió ella con una leve sonrisa.
—"Ahora, solo queda el tema de la documentación."—
Peter sintió una punzada de incomodidad.
—"Necesitaré tus documentos básicos: acta de nacimiento, identificación, certificado médico si padeces de alguna enfermedad… ese tipo de cosas."—
Él no pudo evitar hacer una mueca qué rapidamente disimulo. No tenía nada de eso.
Y Dinah pareció notarlo y, antes de que él pudiera decir algo, agregó:
—"No te preocupes demasiado por ese tema, sé cómo son las cosas en Gotham. Esos documentos suelen perderse o terminar calcinados la mayoría del tiempo, así que tendrás hasta finales de mes para conseguirlos."—
Peter no supo qué responder a eso. ¿Cómo podía decirlo tan casualmente? ¿Acaso era tan común que la gente perdiera su documentación en incendios? No es que él se quejara, porque en este caso jugaba a su favor, pero aun así era algo inquietante.
—"De verdad, muchas gracias por esta oportunidad, señorita Dinah."—
Dijo, inclinando un poco la cabeza.
—"Se lo agradezco muchísimo."—
—"No hay de qué, Peter. Nos vemos mañana."—
Peter salió de la oficina con una sonrisa que no pudo ocultar. Hacía mucho que no sentía esta clase de felicidad. Tal vez no tenía recuerdos de su pasado, pero al menos estaba avanzando en algo.
Ahora solo tenía que sobrevivir hasta el domingo y finalmente obtendría la cantidad de comida que quisiera.
__________________________________________
Dinah sentía una inquietud persistente.
Desde el momento en que conoció a Peter, había algo en él que le resultaba… extraño. No solo era su actitud reservada o su falta de pertenencias (por lo que había visto), sino la manera en que evitaba preguntas personales y cómo parecía esquivar cualquier conversación sobre su pasado. Algo no cuadraba, y eso la tenía preocupada.
Barbara ya había investigado sobre él, pero lo que encontró no era precisamente nuevo. Peter Parker, según la poca información disponible, recordaba su identidad, al menos su nombre. Sin embargo, su historial estaba lleno de lagunas. Oficialmente, había sido dado por desaparecido hace más de una década, y la única pista sobre lo que le ocurrió apuntaba a que fue secuestrado por alguien cercano a su madre. No había pruebas sólidas sobre qué le pasó en ese tiempo, ni de lo que había vivido antes de terminar en Gotham.
Dinah suspiró, cruzando los brazos mientras observaba el informe en su pantalla. No había fotos recientes del chico, solo algunas de cuando era niño. Y la diferencia entre aquel niño sonriente y el joven de mirada cansada que había conocido era abismal.
No tenía suficientes pruebas para asegurar que Peter era el mismo niño desaparecido hace doce años. Oficialmente, la única manera de comprobarlo sería con un examen de ADN, lo cual Barbara ya estaba gestionando, por lo que le habia dicho, pero iban a tardar por como habían estado las cosas últimamente en Gotham. Al parecer, ella conocía al chico desde antes de que Dinah lo viera en la cafetería.
Eso también la inquietaba.
Barbara no solía apegarse demasiado a desconocidos. Sí, tenía un gran corazón y ayudaba cuando podía, pero esta situación era diferente. Había algo en la forma en que miraba a Peter, en cómo se preocupaba por él. Como si lo conociera de antes, o como si significara algo más para ella de lo que estaba dispuesta a admitir.
Dinah tamborileó los dedos sobre la mesa, intentando ordenar sus pensamientos.
Lo que más le preocupaba no era la identidad del chico en sí, sino la posibilidad de que siguiera en contacto con quien quiera que lo tuvo cautivo.
Peter tenía moretones.
No eran evidentes a simple vista, pero si uno observaba con atención, se notaban. La primera vez que lo vio, ya tenía algunas marcas, y aunque con los días habían comenzado a desvanecerse, aún quedaban rastros. Dinah podía reconocer el uso de maquillaje para cubrirlos, aunque fuera mínimo (no podía confirmar eso al cien por siento). No cualquiera sabría cómo hacerlo de manera discreta, y eso le indicaba que Peter estaba acostumbrado a ocultar heridas.
Y eso era un problema.
Lo peor era que los golpes no parecían ser algo nuevo para él. Dinah recordaba claramente cómo el chico había reaccionado cuando ella, sin querer, chocó contra su costado. Fue apenas un roce, pero Peter se tensó y reprimió un gesto de dolor. No se quejó, no se apartó de inmediato, solo reaccionó con la naturalidad de alguien que ya ha pasado por eso muchas veces.
Eso la inquietaba aún más.
Porque no solo significaba que había sido golpeado antes. Significaba que estaba acostumbrado al dolor, y eso nunca era una buena señal.
Además de los moretones, Dinah había notado vendajes en sus muñecas y algunos rasguños en sus manos, posiblemente de una caída reciente. Sin embargo, lo que más le llamó la atención fue un enorme moretón en su hombro derecho. Parecía una lesión reciente, pero lo que le preocupó no fue la marca en sí, sino el hecho de que Peter no parecía consciente de que estaba ahí. Lo ignoraba por completo, como si su cuerpo ya no le avisara al cien por siento de cuándo algo debía dolerle.
Era difícil decir si estaba en peligro o si simplemente venía de un entorno donde la violencia era parte de su día a día.
Dinah exhaló lentamente, apoyando los codos sobre la mesa y frotándose las sienes.
La idea de que Peter pudiera ser aquel niño desaparecido le daba un mal presentimiento.
Había dos opciones:
Si realmente era ese niño, entonces su historia debía ser horrible. Doce años es mucho tiempo para estar desaparecido. Lo que fuera que le pasó durante ese periodo, no podía haber sido bueno.
Y la otra opción…
Si no era aquel niño, entonces seguía siendo alguien que había pasado por demasiado.
En ambos casos, no podía evitar preguntarse cuánto había sufrido.
Dinah no era de las que se involucraban fácilmente con desconocidos, pero en este caso, no podía mirar hacia otro lado. Peter no era solo un chico sin hogar buscando un trabajo. Había algo más en él, algo que lo hacía diferente.
Y, sin importar cuál fuera la verdad, lo último que quería era que siguiera sufriendo en silencio.
__________________________________________
Peter finalmente salió de la cafetería, pero no quería regresar aún. No mientras el sol seguía en el cielo. Ese edificio, por más que le ofreciera refugio, se sentía como una prisión: cuatro paredes vacías que solo le recordaban lo solo que estaba. No quería volver tan pronto, así que optó por su refugio habitual: la biblioteca.
Desde que llegó a Gotham, se había vuelto prácticamente un cliente habitual, día tras día, terminaba en ese lugar, perdiéndose entre las páginas de los libros. Ya incluso tenía una pequeña lista mental de títulos que quería leer, y sumergirse en esas historias le ofrecía una distracción invaluable. Leer lo alejaba del hambre que lo carcomía desde hacía días. Apenas había comido algo: los bocadillos que le dio Barbara, el panecillo que le ofreció Dinah… y nada más. El estómago vacío le recordaba constantemente su situación, pero al menos la lectura lo ayudaba a olvidarlo por un rato.
Sin dudarlo, caminó hasta la entrada de la biblioteca y entró con la confianza de alguien que conocía cada rincón de ese lugar.
—"Buenas tardes, señorita Barbara."—
Su saludo fue cortés, pronunciado con naturalidad mientras se dirigía a los estantes. Con movimientos rápidos pero medidos, escogió tres libros antes de sentarse en una de las mesas y comenzar a leer el primero.
—"Buenos días Peter."—
La voz de Barbara lo sacó de su concentración. La bibliotecaria sonrió con amabilidad antes de inclinarse ligeramente hacia él en su silla de ruedas.
—"¿Cómo has estado?:—
Su tono no era solo educado, sino genuino. Estaba preocupada por él, y no podía culparla, ma última vez que la vio, no estaba precisamente en su mejor momento.
Peter levantó la vista del libro y le devolvió la sonrisa, intentando tranquilizarla.
—"He estado bien, señorita Barbara. No se preocupe."—
Ella frunció el ceño apenas, como si dudara de su respuesta. Sus ojos escanearon su rostro con atención, y tras un breve silencio, se inclinó un poco más en su silla de ruedas.
—:¿Estás seguro? ¿No necesitas nada?"—
Peter abrió la boca para insistir en que estaba bien, pero Barbara continuó antes de que pudiera decir algo.
—"Pareces hambriento."—
Señaló, con una suave preocupación en su voz.
—"Aquí, come esto."—
Extendió un sándwich envuelto en papel, colocándolo sobre la mesa. Aunque su expresión se mantenía serena, su tono la delataba. Se preocupaba por él más de lo que quería admitir.
Peter negó con la cabeza de inmediato, levantando las manos en un intento de rechazarlo.
—"No lo necesito, estoy bien, señorita Bar-"—
Un rugido profundo interrumpió sus palabras. El sonido de su estómago vacío resonó en la silenciosa biblioteca como un trueno en medio de la calma.
La mirada de Barbara se suavizó con comprensión.
—"Tómalo, Peter. No lo rechaces más. Come, lo necesitas."—
Dejó el sándwich sobre sus libros con un gesto firme pero amable y luego giró su silla para regresar a su escritorio. No le dio oportunidad de negarse de nuevo.
Peter la observó marcharse, sintiendo un nudo en la garganta. No le gustaba recibir cosas que sentía que no merecía (sabía que era una idea irracional, que alguien en su pasado le había dicho lo contrario… pero no podía recordar quién. (Solo tenía un eco en su mente:"Te mereces el mundo por todo lo que has sacrificado, por todos… incluso por tu propia felicidad y seguridad." Le habja dicho una vez la tía May)). Pero por mucho que intentara aferrarse a ese pensamiento, la sensación de no ser digno persistía.
Aun así, el hambre era un problema real. Sus dedos temblaron ligeramente cuando tomó el paquete y lo abrió. Le dio un mordisco, masticó… y al tragar sintió una punzada de emoción en el pecho.
Por un instante, pensó que iba a llorar.
No estaba seguro de si era por el alivio de finalmente comer algo o porque alguien se había preocupado por él. Se sintió extraño (llevaba tanto tiempo sin que nadie le ofreciera algo por simple bondad…)
Respiró hondo y parpadeó rápidamente para contener las lágrimas. No quería preocupar aún más a Barbara. Así que, en silencio, terminó el sándwich y regresó a su libro, sumergiéndose en las páginas hasta que la biblioteca estuvo a punto de cerrar, se levantó con calma, asegurándose de colocar los libros en su lugar antes de dirigirse a la salida.
—:Adiós, señorita Barbara."—
Dijo, con una ligera inclinación de cabeza.
—"Y… gracias por el sándwich."—
Barbara le sonrió con calidez.
—"De nada, Peter. Hasta pronto."—
Con eso, no necesitó más. Salió sin hacer ruido, asegurándose de no darle más trabajo a Barbara por quedarse más tiempo del debido.
El camino de regreso al edificio de bomberos fue diferente esta vez. Peter caminaba con pasos ligeros, casi con un dejo de felicidad que no recordaba haber sentido en mucho tiempo.
El día había sido largo. Pasó horas en la cafetería, luego en la biblioteca, y finalmente en su día de prueba en la estación de bomberos. Había aprovechado el tiempo al máximo, observando cómo se acomodaban los equipos, cómo se reparaban las máquinas, cómo responder a alguien que te gritaba (gracias a la “lección” que le dio la señorita Dinah).
Pensar en ella lo hizo sonreír un poco. No entendía por qué le ayudaba tanto, por qué le daba oportunidades que sentía que no merecía. Pero, al mismo tiempo, estaba agradecido, y sin embargo, algo le resultaba extraño, Dinah nunca le preguntó por su tutor legal, aún era menor de edad. Cualquier otro empleador habría pedido un permiso o una firma de un adulto responsable, pero ella no lo hizo, de inmediato, su instinto le dijo que algo estaba mal, quizás se le había pasado por alto. Tal vez pensaba mencionarlo después. O tal vez…
No. No podía permitirse preocuparse por eso ahora. Era algo que jugaba a su favor, si Dinah había olvidado pedirle un permiso, significaba que tenía una oportunidad. No podía darse el lujo de perder ese trabajo. Si mencionaba el tema, corría el riesgo de que Dinah recordara y le negara la oportunidad.
Así que tomó una decisión, no mentiría, pero tampoco diría nada si no le preguntaban, técnicamente, no era ocultar información… ¿verdad? Aun así, algo en su interior le hacía sentir culpable, pero se obligó a convencerse de que era necesario, necesitaba sobrevivir en este lugar, y en Gotham, la supervivencia era lo único que parecía importarles a todos por lo que había estado viendo últimamente, era lo único qué les importaba a todos.
__________________________________________
Barbara respiró profundamente, su mente sumida en un torbellino de pensamientos. Si antes se sentía preocupada, no podía encontrar palabras para describir lo que sentía ahora. La situación había tomado un giro aún más inquietante.
Peter había llegado a la biblioteca esa mañana con más vendajes, nuevos moretones que se asomaban a través de su ropa, señales claras de que algo no estaba bien. Su apariencia ya no era algo que podía ignorarse. A simple vista, uno podría pensar que hacía sido un asaltos fallido o un accidente, pero las señales físicas no contaban toda la historia, había algo más detrás de su mirada ausente, esa forma en que se movía como si quisiera evitar que alguien lo tocara. Era el tipo de miedo sutil, como si estuviera esperando que lo golpearan, como si la violencia fuera algo normal para él.
A pesar de que no tenía pruebas definitivas, Barbara ya había llegado a su propia conclusión. Estaba segura de que Peter estaba siendo abusado, probablemente en casa. No podía ser de otra manera, no con los moretones y las heridas que aparecían y desaparecían bajo sus ropas. Si sumábamos todo lo que había encontrado sobre él durante su investigación, la imagen se volvía aún más aterradora.
Después de la misteriosa muerte de su madre, un hombre, que aparentemente era un amigo cercano de la familia Parker por parte de madre, había tomado a Peter bajo su custodia, nadie sabía con certeza qué había ocurrido en ese tiempo. Aunque en los registros oficiales se mencionaba que la madre de Peter, Mary Parker, había muerto por desangramiento después del parto, Barbara no lo habia creído, algo no cuadraba. Había revisado los documentos forenses de Mary y encontró inconsistencias, detalles que no encajaban con la explicación oficial. Lo que le pareció aún más extraño fue lo que descubrió después: según los informes, Mary había reportado haber recibido amenazas de muerte una semana antes de su fallecimiento. Alguien la había estado acosando, buscando a su bebé, y las amenazas eran claras: si no entregaba a su hijo, la mataría.
Esos documentos, Barbara pronto descubrió, habían sido mantenidos en secreto, casi como si alguien hubiera querido asegurarse de que nadie supiera de su existencia. ¿Por qué habrían ocultado esas amenazas? ¿Por qué eliminar los rastros de una posible investigación? Si la muerte de Mary Parker había sido tan simple, como la pérdida de sangre durante el parto, ¿por qué habrían tomado tantas precauciones para ocultar la verdad? La respuesta estaba clara para Barbara: no podía ser una coincidencia. Algo estaba mal, y las piezas del rompecabezas no encajaban.
El trabajo de investigación sobre Peter parecía ser una tarea sin fin, pero cada nuevo hallazgo la dejaba más desconcertada. Si se trataba realmente del mismo niño que había desaparecido años atrás, ¿qué le había sucedido en todo ese tiempo? ¿Cómo había llegado a convertirse en el chico que veía frente a ella ahora?
Y luego estaban las preocupaciones de Dinah, que también la atormentaban. Después de sus conversaciones sobre Peter, Barbara no podía dejar de ver las similitudes entre él y Dick. ¿Podía ser que Peter realmente fuera el hijo perdido de Mary Parker? ¿Podría ser que estuviera vinculado de alguna manera con Dick? Estas preguntas rondaban su mente sin cesar.
De todas formas, Barbara no iba a permitir que estas dudas la consumieran. Lo primero era lo primero: tenía que asegurarse de que Peter estuviera bien, de que no estuviera siendo maltratado. Así que decidió hacer algo que debería haber hecho desde el principio: realizarle un examen de ADN. Si realmente era quien pensaba que era, entonces necesitaba saberlo de inmediato. Pero también sabía que el tiempo no estaba de su lado. El día estaba llegando a su fin, y su atención debía dividirse entre varios frentes.
El otro gran problema que ocupaba su mente era la creciente amenaza de magia en Gotham. Durante semanas, había estado tratando de desentrañar el misterio detrás de los sucesos extraños que se estaban dando en la ciudad, pero hasta el momento no había obtenido ninguna pista clara. Los informes eran vagos, los testigos no podían proporcionar detalles útiles, y el temor en la ciudad se iba apoderando de todos.
Afortunadamente, Zatanna, estaba llegando al día siguiente para investigar más a fondo. Barbara confiaba en ella más que en nadie, pues Zatanna tenía un don para entender y manipular fuerzas que otros solo podían temer. Esa era una de las pocas razones por las cuales Barbara se sentía un poco más tranquila, aunque sabía que eso no resolvería el problema de inmediato. Las fuerzas mágicas que estaban operando en Gotham no eran algo con lo que pudieran tratar a la ligera.
Pero mientras esperaba a Zatanna, la presión seguía aumentando. La ciudad no dejaba de demandar atención, y la Batfamilia nunca descansaba. Aunque Barbara se sentía agotada, tenía que seguir adelante. No solo tenía que investigar los crímenes mágicos, sino que también debía ocuparse de los crímenes convencionales en Gotham, que, como siempre, seguían siendo numerosos.
El reciente ataque del Espantapájaros había dejado varias personas heridas. Los efectos de sus toxinas aterradoras se sentían por toda la ciudad, y las víctimas de su gas psicótico estaban ahora en recuperación. Al mismo tiempo, los robos a bancos habían aumentado de forma alarmante, y la gente estaba cada vez más nerviosa. Y si eso no fuera suficiente, esa misma mañana Gotham había sido testigo de un ataque en masa por parte de Bane y el Joker, que habían sembrado el caos por toda la ciudad.
Ese día había sido uno de los peores en mucho tiempo. No era común que los villanos de Gotham se aliaron de esa manera, y la coincidencia de tantos crímenes en un solo día le daba a Barbara la sensación de que algo mucho más grande estaba ocurriendo. Tal vez había una conexión entre la magia que se estaba desatando y la actividad criminal que había llegado a niveles alarmantes. Lo que era indiscutible es que Gotham no estaba en paz, y cada vez más parecía que ni siquiera la Batfamilia podía controlarlo todo.
A pesar de la presión, Barbara no mostró signos de rendirse. Sabía que tenía un trabajo que hacer, y, aunque la situación parecía desesperante, siempre encontraba la forma de seguir adelante. Estaba acostumbrada a la presión, a la incertidumbre, al caos. Después de todo, había nacido y crecido en Gotham, una ciudad donde la desesperación parecía ser la norma. Y, por mucho que le pesara, eso era lo que la había formado: una luchadora, una persona que no conocía el significado de rendirse.
Así que, mientras el peso de todo el caos de la ciudad caía sobre ella, Barbara se armó de paciencia y continuó con sus investigaciones. No había tiempo para rendirse. No había tiempo para lamentos. Solo quedaba seguir adelante, hacer su trabajo, y esperar que las piezas del rompecabezas finalmente encajaran.
Y en el fondo, aunque se sentía exhausta, Barbara sabía que Gotham necesitaba más que nunca su fuerza, su intelecto, su capacidad de enfrentar la oscuridad que acechaba en cada esquina de la ciudad. No importaba lo que se cruzara en su camino, ella nunca dejaría que Gotham cayera.
En el fondo, la ciudad necesitaba una heroína, y ella estaba dispuesta a ser esa heroína, aunque nadie lo supiera.
__________________________________________
Peter se encontraba en lo alto de un tejado en Gotham, como ya se había vuelto una costumbre últimamente. Había algo en estar allí, en el borde de un edificio, mirando a la ciudad iluminada por las luces de los coches y las farolas, que le ofrecía una sensación de paz. No quería sentirse atrapado entre las paredes de la estación de bomberos, ni en la habitación que había improvisado como su refugio temporal. El aire fresco de la noche le hacía sentir una ligera calma, aunque la incertidumbre seguía marcando cada uno de sus pasos.
Se sentó en el borde del tejado, balanceando las piernas sin importar el peligro inminente. Sin embargo, su mente seguía atorada en un pensamiento que no lograba despejar, un recuerdo que, por más que lo intentaba, no conseguía recordar con claridad. Las piezas del rompecabezas de su vida no encajaban y ese vacío en su memoria le resultaba cada vez más angustiante. Lo único que parecía tener claro era que alguien le había enseñado a codificar y hackear computadoras, enseñándole incluso a crear nuevas identidades cada vez que fuera necesario. A veces, sentía como si eso fuera lo único que le quedaba de su pasado, pero esa habilidad, esa forma de pensar en términos de programación y contraseñas, se le sentía ajena. ¿Por qué necesitaba aprender a hacer todo eso? ¿Por qué alguien lo habría entrenado en eso? No podía recordar nada de su vida antes de llegar a Gotham, ni una sola pista que le indicara por qué se encontraba aquí, ni qué lo había llevado a este punto.
Lo que más le frustraba era la sensación de haber olvidado algo importante, algo que definía quien era, podía sentirlo, lo tenía dentro de él, pero no lograba recordar qué era, ese pensamiento lo atormentaba constantemente, pero se esforzó por calmarse, sabía que no serviría de nada dejarse llevar por la frustración, si se enojaba o se tensaba demasiado, solo complicaría las cosas aún más, así que, con un suspiro profundo, trató de centrarse en el presente y alejarse de esas preguntas que parecían no tener respuestas.
Fue en ese momento cuando escuchó unos pasos acercándose rápidamente desde la oscuridad de la noche, rompiendo el silencio que lo rodeaba. Un reflejo instintivo hizo que sus músculos se tensaran, sus ojos buscando en la oscuridad la fuente de ese sonido.
—"Hola Nightwing."—
Saludó, girando hacia el origen de los pasos, esperando encontrar a quien lo había esatado acompañandolo últimamente en las noches.
Pero, para su sorpresa, cuando se giró, no encontró a Nightwing, sino a un hombre que no reconoció de inmediato.
—"Tú no eres Nightwing." —dijo Peter, analizando al hombre frente a él. El desconocido lo observaba con una mirada seria, pero algo en la forma en que se movía le resultaba familiar. De alguna manera, sabía que había visto a ese hombre antes, después de un momento, algo hizo clic en su mente, y recordó donde había visto esa figura.
—"No estoy completamente seguro de que no lo soy."—
Respondió el hombre con un tono que mezclaba diversión con seriedad, como si estuviera acostumbrado a que lo confundieran.
Peter frunció el ceño.
—"¿Eres... Red Robin, verdad?"—
El hombre asintió, una sonrisa dibujándose en sus labios.
—"Ese soy yo."—
Peter lo observó por un momento más, como si estuviera evaluando si podía confiar en él. Red Robin era un miembro del equipo de Batman, un chico que se había hecho conocido después de la desaparición de un antiguo Robin. La imagen del joven héroe había estado en las noticias. Aun así, algo en su presencia le decía que no podía confiar en su instinto de desconfianza tan fácilmente.
El justiciero dio un paso hacia él, con la misma firmeza que su compañero Nightwing solía tener.
—"Y tú, chico, necesitas alejarte del borde antes de que lo haga yo mismo."—
Peter, sin querer, levantó una ceja. No estaba seguro de si esa era una amenaza o una advertencia, pero sus instintos estaban divididos. La voz en su cabeza susurraba peligro, pero también le decía confía, (Peter sabía que había aprendido, a la mala, a escuchar esas voces internas.) Así que, con algo de reticencia, decidió hacerle caso y alejarse del borde, un gesto que probablemente habría ignorado en cualquier otro momento, pero que esa noche parecía lo suficientemente sensato.
—"No iba a saltar."—
Respondió, levantando las manos en señal de paz, intentando restar importancia a la situación.
Red Robin no parecía convencido. En lugar de relajarse, su expresión se mantuvo en guardia, le lanzó una mirada incrédula, la clase de mirada que decían mucho más de lo que las palabras podían.
—"Nightwing me contó lo contrario." —comentó con un tono seco, como si realmente esperara que Peter tuviera una razón sólida para estar en el borde del tejado a esas horas de la noche.
Peter se sintió avergonzado por el comentario, sabiendo que su instinto de hacer lo que quisiera sin pensar muchas veces lo metía en problemas.
—"Bueno... Yo solo estaba pensando, ya sabes, en algunas cosas."—
—"Pensando... No creo que debas pensar mucho cuando estás tan cerca de la caída."—
Respondió Red Robin, su tono de voz grave pero no hostil. A pesar de su juventud, había algo en él que transmitía autoridad, como si su juventud no fuera un obstáculo, sino una ventaja para entender a los demás.
Peter se rió un poco, sin saber si lo que iba a decir era bien recibido o no.
—"Tienes razón, pero estoy bien cerca con los bordes, nunca saltaría de un lugar tan alto, de verdad."—
Red Robin asintió, sonriendo de nuevo de una manera casi paternal.
—"No deberías de estar aquí de todos modos, ya paso el toque de queda."—
Peter se quedó en silencio por un momento, mirando la ciudad que se extendía ante él. Todo estaba en calma, pero por dentro sentía que una tormenta lo amenazaba, tanto en Gotham como dentro de su propia mente. ¿Quién era él realmente? ¿Por qué había llegado a esta ciudad y cómo se conectaba con todo lo que había sucedido a su alrededor? Cada día se sentía como si estuviera persiguiendo sombras, y la idea de encontrar respuestas se estaba volviendo cada vez más lejana.
Red Robin observó a Peter en silencio por un momento, dándose cuenta de que había algo más en el chico frente a él. No era solo la confusión y la soledad que solían acompañar a los nuevos en Gotham. Había una sensación de pérdida, algo mucho más profundo.
—"No te preocupes. Gotham puede ser un lugar difícil, pero no estás solo aquí."—
Dijo finalmente, con voz tranquila, como si hubiera pasado por lo mismo.
Peter lo miró, sin saber exactamente cómo responder. No podía identificar qué era lo que sentía al escuchar esas palabras, pero algo en su interior le dijo que estaba tratando con alguien que entendía la oscuridad de la ciudad.
—"Gracias, supongo... Simplemente me sino mal..."—
Murmuró, sin querer admitir completamente lo que le pesaba a un desconocido, pero también quería tranquilizarlo, después de todo realmente no iba a saltar.
Red Robin lo miró con una expresión más suave, con la mirada fija en Peter.
—"Es normal. Nadie llega a Gotham con todo resuelto. Pero eso no significa que no puedas encontrar algo que valga la pena en medio de todo esto. A veces, las respuestas llegan cuando menos lo esperas."—
Peter asintió, aunque no estaba seguro de qué hacer con esa información. Estaba acostumbrado a estar solo en su mente, pero algo en las palabras de Red Robin lo hacía sentir menos perdido.
—"Escucha, no quiero que te quedes pensando en todo esto. Ya te lo dije, la caída no es lo peor. A veces lo peor es no levantarse después de ella."—
Red Robin hizo una pausa, observando la ciudad que se extendía ante ellos. —"Tengo que irme. Gotham no espera. Pero si alguna vez necesitas hablar, no dudes en buscarme. Eso es lo que los héroes hacen."—
Peter no pudo evitar sonreír ligeramente ante la actitud de Red Robin. Había algo reconfortante en esa confianza, en la forma en que parecía entenderlo sin necesidad de explicaciones, además parecía tener su edad o un poco más mayor que el.
—"Lo tendré en cuenta... Gracias, Red Robin."—
El joven héroe asintió, y antes de que Peter pudiera decir algo más, saltó del tejado con la agilidad de un gato, perdiéndose en la oscuridad de la noche.
Chapter 7: Capítulo 7
Summary:
Solo otro día para Peter :)
Notes:
Memoria Perdida.
Los días se escriben en niebla,
las noches se borran en sombras.
Un eco de nombres me ronda,
fantasmas de un ayer sin rostro.Soy un barco sin puerto,
un reloj sin manecillas,
una carta sin remitente
flotando en el viento.Intento atrapar un recuerdo,
pero se desliza como arena.
La mente me esconde secretos,
y el corazón, respuestas._________________________________________________
Este es un pequeño poema qué se me ocurrió por la historia de Peter, quise hacerlo como si Peter lo estuviera pensando, hice unos cuentos pero relamente no siento que estén relamente buenos, aun que tal vez en algunos capítulos de ahora en adelante probablemente tendrán uno ^^
(See the end of the chapter for more notes.)
Chapter Text
El amanecer en Gotham no traía consigo la calidez de un nuevo día, sino una luz grisácea que apenas lograba filtrarse entre los edificios altos y los callejones estrechos. La ciudad despertaba con la misma energía caótica de siempre: bocinas de autos, conversaciones apresuradas y el eco de sirenas que nunca parecían cesar.
Peter abrió los ojos lentamente, sintiendo el peso del cansancio en su cuerpo. No recordaba la última vez que había dormido de verdad. En realidad, dormir en aquel rincón improvisado del edificio no era descansar, era solo cerrar los ojos y esperar que la noche pasara sin incidentes.
Se sentó en el suelo, frotándose la cara con las manos. La sensación de piel áspera y un ligero rastro de polvo le recordó que necesitaba urgentemente un baño.
"No hoy," pensó, suspirando. No tenía tiempo ni dinero para preocuparse por eso ahora.
Se puso de pie, estirándose para aliviar un poco la rigidez en sus músculos. Se acercó a su mochila, una que había encontrado tirada 3n un callejón—su única posesión real—y revisó su contenido. Tenía un par de camisas viejas, una sudadera con la cremallera rota, algo de dinero suelto y un sándwich envuelto en papel de aluminio que había conseguido la noche anterior en un restaurante donde sobró comida. Este era su desayuno.
Lo sacó lentamente, sintiendo su estómago protestar por algo de alimento. Se sentó en el suelo y comenzó a comer, masticando despacio, como si alargar el momento hiciera que la comida se sintiera más sustancial.
Mientras comía, su mente se llenó de pensamientos sobre el día que tenía por delante.
Su primer día de trabajo.
Era un empleo sencillo en un restaurante pequeño, haciendo limpieza y ayudando en lo que necesitaran en la cocina. No era glamoroso ni bien pagado, pero era un comienzo. Y lo necesitaba.
"Concéntrate en esto. Solo en esto."
Pensar en el futuro era más fácil que pensar en su pasado.
Cuando terminó su desayuno improvisado, revisó su ropa. No tenía muchas opciones, así que se puso la camisa menos arrugada y la sudadera para cubrirla. Tomó un poco de agua de una botella que había guardado y se mojó la cara para despejarse.
Era hora de salir.
________________________________
Las calles de Gotham tenían una energía especial por la mañana. No era una ciudad que despertara lentamente; más bien, parecía que nunca dormía del todo.
Peter caminaba con las manos en los bolsillos, tratando de no llamar la atención.
Llevaba semanas aquí, pero todavía se sentía un extraño en este lugar. La gente pasaba a su lado con prisa, inmersa en sus propios problemas, demasiado ocupada para notar a alguien como él.
Mientras avanzaba, observó los rostros a su alrededor. Algunos eran inexpresivos, otros mostraban la marca de una vida dura. Aquí nadie confiaba en nadie.
En una esquina, vio a un hombre en el suelo, envuelto en una manta vieja. Era evidente que llevaba ahí toda la noche. Peter sintió una punzada en el pecho al verlo. No estaba muy lejos de terminar en la misma situación si no lograba mantener su trabajo.
Siguió caminando.
Pasó por un callejón donde dos tipos estaban discutiendo. Sus voces eran bajas pero tensas. Peter bajó la mirada y apresuró el paso. No quería problemas.
El restaurante donde trabajaría no estaba muy lejos, apenas a unas diez cuadras de su refugio, cuando llegó, tomó aire y cruzó la puerta.
________________________________
El interior del restaurante era pequeño y estaba impregnado del olor a grasa y café viejo. Había una barra con taburetes gastados y varias mesas con manteles que alguna vez fueron blancos. Solo un par de clientes estaban sentados, ambos absortos en sus propios asuntos.
Detrás del mostrador, una mujer com una expresión amable lo saludo mientras limpiaba una mesa, Dinah tenia el delantal lijeramente manchado con café.
—"Llegas temprano."—dijo sin levantar la vista de la mesa qué limpiaba, parecía estar de mal humor, no quería molestarla más. Y Peter simplemente asintió.
—"Sí, quería asegurarme de empezar bien."–
La mujer dejó el vaso que había levantado y lo miró de arriba abajo.
—"Eres más flaco de lo que esperaba."
Ella murmuro, aun que parecía más que habia sido para ella misma, era algo que estaba comenzando a notar qué probablemente solo el podía oír (Eso era gracias a sus poderes).
Peter dudó por un segundo. ¿Tenía que responder? No lo sabía, no recordaba si habia qué responder ese tipo de preguntas. Pero tampoco podía permitirse perder este empleo.
—"No lo soy tanto..." —
Respondió en un susurro. Dinah soltó un resoplido y asintió, pero aun así le sonrió amablemente.
—"Bien, sígueme."—
Lo llevó a la parte trasera, donde estaba la cocina. El calor era sofocante, y el sonido del aceite chisporroteando llenaba el ambiente. Había una mujer moviéndose entre las estaciones de trabajo con la eficiencia de alguien que llevaba años en esto.
—"El es Peter, es el nuevo."—
Dijo Dinah, mientras la mujer le lanzó una mirada rápida.
—"Que no estorbe."—
Dijo la mujer y Peter asintió de inmediato.
—"No lo haré."—
Dinah, le mostró sus tareas: lavar platos, limpiar mesas, sacar la basura. Nada complicado, pero trabajo pesado. Peter se puso a ello sin quejarse, el ya sabía sabía que haría algo como esto su primer día, por si alguna vez ella necesitaba que alguien más lo hiciera, Dinah quería que aprendiera el primer día a hacer un poco de todo, era algo de lo que ella le había advertido desde el principio, pero le había acegurado qué solo seria su primer día.
Mientras trabajaba, sintió algo extraño. Como si este tipo de esfuerzo físico no fuera nuevo para él. Como si su cuerpo recordara el movimiento de fregar, levantar y cargar, incluso cuando su mente no podía recordar de dónde venía esa habilidad.
Pasaron las horas.
El lugar se llenó de clientes en la hora del almuerzo, y Peter se movió lo más rápido que pudo para no retrasar a nadie.
A mitad del día, Dinah le lanzó un sándwich envuelto en papel.
—"Tómate diez minutos."—
Peter parpadeó sorprendido, aun que recordaba que esto no era nada que Dinah no hubiera hecho antes, el pensaba que ella solo quería acusar una buena impresión y que dejaría de hacerlo en cuanto fue contratado, pero aceptó el gesto con una leve inclinación de cabeza después de todo el realmente tenia hambre.
Se sentó en una mesa vacía y comió en silencio.
Por primera vez en mucho tiempo, se sintió... normal.
No era un héroe (Ya no). No era alguien con habilidades extraordinarias (Si lo era, pero no podía decircelo a alguien) Era solo un chico tratando de sobrevivir. (Eso era lo único que era completamente verdad).
Y por ahora, eso tenía que ser suficiente.
Este es solo el comienzo de su día.
__________________________________________
-Hace unas horas-
__________________________________________
Tim caminaba por las calles de Gotham, sumido en sus pensamientos mientras la brisa nocturna agitaba su capa. La imagen del chico de la azotea seguía rondando en su mente.
No era la primera vez que lo veía.
Dick había hablado de él en varias ocasiones después de sus patrullas nocturnas. Siempre mencionaba lo mismo: un chico que pasaba demasiado tiempo al borde del vacío, como si estuviera considerando la caída. Era algo que preocupaba a Nightwing, aunque lo disfrazara con comentarios casuales. Pero Dick no era el único que lo había notado.
Tim también lo había visto un par de veces y, a decir verdad, ahora que lo pensaba, lo había visto en más lugares que solo esa azotea.
El chico—Peter, recordó de repente su nombre—también era el mismo que había encontrado en la biblioteca, hojeando libros como si buscara respuestas en ellos. Y ahí, en la luz tenue del edificio, había algo en su rostro que le resultó extrañamente familiar.
La idea de que Peter y Dick compartieran algún tipo de vínculo lo inquietaba.
A simple vista, cualquiera podría decir que no tenían nada en común, pero cuando uno observaba los detalles... el parecido estaba ahí. Pequeñas cosas que pasaban desapercibidas si no prestabas atención.
El cabello oscuro, que aunque no era del mismo tono que el de Dick, tenía exactamente la misma forma rebelde. La nariz, con la misma estructura. Pero lo que más le había llamado la atención era la sonrisa. No la había visto muchas veces en Peter—parecía alguien que no tenía muchas razones para sonreír—pero cuando lo hizo, fue como un reflejo distorsionado de la sonrisa de Dick.
Tim apretó la mandíbula, sintiendo cómo una incómoda sospecha se formaba en su cabeza.
Si Peter tenía algún tipo de parentesco con Dick… ¿por qué nadie en la familia lo sabía?
O peor aún, ¿y si Dick tampoco lo sabía?
La idea lo inquietó aún más.
No es que creyera que su hermano mayor guardaría un secreto tan grande a propósito. No era su estilo. Dick Grayson no era de los que ocultaban cosas como esa, no a propósito. Pero… si por alguna razón nunca había sabido de la existencia de Peter, todo se volvía más complicado.
Porque entonces, ¿cómo le diría?
"Hey, Dick, ¿recuerdas a ese chico del que me hablaste? Puede que sea tu hijo."
No, no. Eso no era algo que simplemente se dijera así.
Pero si resultaba ser cierto… ¿qué debía hacer?
Tim sacudió la cabeza.
No tenía pruebas, solo una sospecha molesta que se aferraba a su mente como una espina enterrada en la piel.
Decidió que lo averiguaría. No podía quedarse con la duda.
Pero por ahora, tenía un asunto más urgente que atender. A unas calles de distancia, un asalto estaba en proceso.
Tim tomó aire, ajustó su máscara y se lanzó hacia la acción.
__________________________________________
Dick saltó de un edificio a otro, aterrizando con la agilidad que solo los años de entrenamiento le habían dado. Se movía con prisa, su corazón latiendo rápido, aunque tratara de convencerse de que no tenía motivos para estar tan ansioso.
Pero la verdad era que lo estaba.
Se dirigía a la azotea donde siempre encontraba a Peter. Era un patrón. Cada vez que salía de patrulla, se tomaba unos minutos para pasar por ahí, asegurándose de que el chico seguía con vida.
Esta vez, llegó tarde.
Varias intervenciones en crímenes menores lo habían retrasado, y cuando finalmente aterrizó en la azotea, la encontró vacía. Dick sintió un nudo formarse en su estómago. La idea de que Peter hubiera saltado mientras él no estaba se le clavó en la mente como un puñal helado.
Sabía que no debía pensar así. No podía asumir lo peor sin pruebas. Pero la imagen de ese chico al borde del abismo, de pie en la cornisa con la mirada perdida en la distancia, era algo que no podía olvidar.
Se llevó una mano al comunicador en su oído, dudando por un momento antes de hablar.
—Oracle, ¿puedes verificar algo para mí?"—
Hubo un breve silencio antes de que la voz calmada y eficiente de Barbara sonara en su oído.
—"Depende. ¿Qué necesitas?"—
—Peter. El chico de la azotea. ¿Lo has visto hoy?"—
Hubo otro silencio. Unos segundos en los que Dick sintió que el aire se volvía más pesado. Luego, Barbara habló.
—"Hoy estuvo en la azotea con Red Robin. Se fue poco después de que Tim se marchara. No te preocupes demasiado por él, Nightwing."—
Dick dejó escapar un suspiro aliviado.
No había saltado. No esta vez.
—Gracias, Oracle."—
—"Sabes que puedo vigilarlo si quieres"—Agregó Barbara, su tono sugiriendo que ya lo había considerado antes.
Dick negó con la cabeza, aunque ella no podía verlo.
—"No. No quiero que se sienta como si lo estuviéramos espiando."—
—"Tarde."—
Dick sonrió levemente.
—Solo... dime si algo cambia, ¿de acuerdo?"—
—De acuerdo."–
La comunicación se cortó, dejándolo solo en la azotea vacía.
Se quedó ahí por un momento, dejando que el aire nocturno lo envolviera. Se recordó a sí mismo que Peter estaba bien, al menos por ahora.
Pero la sensación persistía. No era solo la preocupación de que el chico pudiera caer. Era algo más profundo. Algo que le decía que había más en Peter de lo que él entendía, y mañana, se aseguraría de averiguarlo.
__________________________________________
-Presente-
__________________________________________
Peter despertó en el frío suelo del edificio abandonado, el techo alto y agrietado que apenas filtraba luz era todo lo que podía ver al abrir los ojos (Cuando habia caminado hacia su edificio. Cuando siquiera se quedó dormido o se hizo de noche). La sensación de confusión y desorientación habitual aún lo invadía, pero algo en él sentía que, al menos, ese día había despertado más descansado que otros. Se levantó con lentitud, sus huesos crujieron al hacerlo, pero nada serio. Una parte de él agradecía la calma que brindaba la rutina, aunque esa misma rutina también lo llenaba de una angustiosa sensación de vacío.
Recordó que no era hora de ir al trabajo aún. El reloj en la pared, ya sin manecillas, le indicó que la noche aún no había terminado. La tenue luz del alba apenas se colaba a través de las rendijas de las ventanas rotas.
Sus ojos recorrían el lugar, un espacio tan ajeno a lo que alguna vez fue un hogar. Un edificio que olía a moho, a polvo y a madera podrida, pero que había decidido convertir en su refugio temporal. En su mente, ese rincón frío y oscuro era lo único que tenía por ahora. Y no importaba que las paredes estuvieran desconchadas o que el lugar estuviera lleno de escombros. Este era su hogar.
Con la mente fija en lo que tenía que hacer, se dirigió a la parte trasera del edificio, donde había improvisado una pequeña sala de descanso. Las escaleras crujieron bajo su peso mientras subía con paso cauteloso. El lugar estaba oscuro, y el frío aún era penetrante, pero Peter tenía una cierta satisfacción al ver cómo poco a poco había ido haciéndolo más habitable. No mucho, claro, pero lo suficiente para sentirse, al menos, un poco cómodo. Aún quedaba mucho por hacer.
Encontró la escoba rota que había recogido días atrás, junto con otros objetos que había ido recuperando de la basura del vecindario. Con ella, comenzó a barrer el polvo acumulado en el suelo, moviendo cuidadosamente algunas cajas y montones de escombros para despejar el área. Sabía que no estaba en las mejores condiciones, pero al menos era mejor que nada. Se agachó, sintiendo sus músculos tensarse al hacerlo, pero no se quejó. A veces, el esfuerzo físico le daba la sensación de que aún podía controlarlo todo, incluso si no recordaba quién era en su totalidad. Era una forma de mantenerse anclado a algo tangible.
Decidió que lo primero sería mover los muebles. Había encontrado una mesa vieja y algunas sillas en la esquina del lugar. Usando toda la fuerza que no sabía que tenía, logró mover todo hacia una zona más apartada, asegurándose de que nada quedara al alcance de la luz del sol que comenzaba a colarse por las grietas. El movimiento de los muebles fue difícil, pero la adrenalina le permitió hacerlo sin demasiados problemas.
Sus pensamientos vagaron por un momento, preguntándose si todo eso era lo más adecuado para alguien que, (según sus instintos), debía estar haciendo algo más grande. Aquel lugar, por mucho que lo hablara de casa, no era su hogar real. Algo le decía que debería estar en otro lado, haciendo algo distinto, algo importante. Pero no sabía qué, y eso lo asustaba.
Sacudió la cabeza y continuó con su tarea, moviendo los objetos con más decisión. Se encargó de que no quedara nada encima de los muebles, utilizando una vieja cortina que había encontrado en los baños del edificio para separar el área de descanso del pequeño comedor improvisado que había creado en la planta baja. Las tablas rotas que había recogido de la basura formaban una especie de rampa, una conexión entre el segundo piso y el primero. No era mucho, pero le daba una sensación de orden que lo mantenía centrado.
Miró a su alrededor, viendo lo que había logrado. No era mucho, pero había hecho de este lugar algo más suyo, algo más habitable. No importaba lo que otros pensaran. No importaba si alguien más consideraba que era poco o que se trataba de una miseria. Para él, eso era suficiente. Estaba construyendo un refugio, un espacio al cual podría regresar después de su jornada de trabajo. Pensó en todo lo que había tenido que perder, en lo que probablemente ya no podria recordar, pero el simple hecho de tener un lugar para volver lo hizo sonreír. Esta era su nueva normalidad. Y le resultaba extrañamente reconfortante.
Sintió el hambre mordiéndole el estómago, pero lo ignoró. Había algo que le decía que no podía perder más tiempo. Miró a la ventana, donde los primeros rayos del sol ya comenzaban a colarse. Era hora de ir al trabajo. Se acercó al pequeño espejo improvisado que había encontrado en la sala de descanso y se limpió la cara lo mejor que pudo. No quería parecer un desastre en su primer día. Mientras lo hacía, se dio cuenta de que su sudadera, por alguna razón, estaba al revés. Sonrió para sí mismo, dándose cuenta de que era una de las cosas que podía hacer para verse un poco más presentable. Aquel reverso más limpio ocultaba las costuras rotas, lo que lo hacía lucir más ordenado de lo que realmente estaba.
—"No importa," pensó. "Es lo mejor que tengo por ahora."
Rápidamente se peinó con los dedos, y con un último vistazo al lugar que había transformado en su refugio, salió al exterior. Al principio, el aire fresco lo golpeó de inmediato, y por un momento, el miedo a lo desconocido lo invadió, como si todo fuera una gran mentira, una actuación que podría derrumbarse en cualquier momento. Pero sacudió esos pensamientos. No tenía tiempo para dudar.
Empezó a caminar por las calles de la ciudad, tratando de mantenerse lo más tranquilo posible. Los gritos a lo lejos, las sombras de los callejones oscuros, las personas que lo miraban desde detrás de él, todo formaba parte del paisaje al que se había acostumbrado. Había aprendido a escuchar sus instintos. Si algo no se sentía bien, lo evitaba. Sus pasos se apresuraron un poco cuando vio una figura acercándose, pero pronto se relajó al comprobar que solo era una persona pidiendo una limosna. Aún así, el miedo a ser asaltado estaba latente. No llevaba nada de valor, pero no quería arriesgarse. Sin embargo, tenía que admitir que su vida en las calles no era algo que hubiera imaginado en sus sueños. O al menos, no recordaba haberlo imaginado.
Finalmente, llegó a la cafetería justo a tiempo. La luz del reloj marcaba las 06:52 de la mañana. Entró al establecimiento, dejando escapar un suspiro de alivio al ver que todo parecía estar en orden.
Se acercó a Dinah, la mujer que lo había contratado, para recibir sus instrucciones para el día.
—"Buenos días, señorita Dinah," dijo con voz nerviosa, tratando de sonar lo más educado posible.
—"Hola, Peter, no me llames ‘señorita’, por favor. Ya somos compañeros de trabajo."— respondió Dinah con una sonrisa tranquila.
Peter vaciló por un momento, pero no pudo evitar sonreír también.
—"Lo siento, Dinah, pero mis tíos me enseñaron a ser educado,"—
Respondió con tono amigable (quienes eran sus tíos?).
—"Está bien, Peter, no te preocupes."—
Dinah soltó una risa suave antes de continuar.
—"Hoy solo cubres la caja registradora. Nada complicado."—
—"Entendido, señorita Dinah. Gracias."—
Peter asintió, tomando un pequeño respiro mientras la mujer se alejaba.
__________________________________________
Tim habia decidido saludar a Dinah, y de paso comprarle un café, así que decidió qué saliendo de sus clases iría.
Poco después, Tim entró en la cafetería, como solía hacer cada mañana para su dosis de café. Lo que no esperaba era encontrar a Peter allí, operando la caja registradora en lugar de Dinah. Por un momento, se quedó inmóvil, observando al joven detrás del mostrador. La forma en que sonreía, sus gestos, incluso la forma en que lo miraba, todo le recordó a Dick. La sorpresa le nubló el juicio por un momento, y se vio incapaz de hacer algo más que mirarlo.
—"¿Em? Señor, ¿se encuentra bien?"— preguntó Peter, rompiendo el silencio incómodo.
Tim parpadeó, despertando de sus pensamientos, y sonrió levemente, intentando disimular su sorpresa.
—"Sí, sí, estoy bien. Quiero un espresso con leche de almendras y una dona de chocolate, por favor."—
Peter asintió, procesando el pedido rápidamente, mientras Tim se retiraba a una mesa.
Se sentó, sacando su computadora portátil, pero no podía evitar seguir mirando a Peter de reojo. ¿Quién era este chico? ¿Por qué le resultaba tan familiar? Y, más importante aún, ¿por qué sentía que había algo más detrás de esa mirada inquietante?
________________________________________
Peter intentó concentrarse en su trabajo, pero no podía ignorar la sensación de ser observado. El chico de la biblioteca, Tim, no dejaba de mirarlo. Sus instintos le advertían que había algo extraño en todo esto, algo que no podía poner en palabras, pero que sentía.
Cuando finalmente terminó su turno y salió del trabajo, decidió ir a la biblioteca, buscando algo de paz. Caminó rápido por las calles, sin querer que nada interfiriera en su momento de desconexión. Al llegar, saludó brevemente a Barbara antes de adentrarse en la sección de ciencias. Encontró un libro viejo y lo hojeó con cuidado, casi como si esperara encontrar algo que le ayudara a desbloquear algún fragmento de su memoria perdida.
Poco a poco, sus párpados se fueron cerrando, y antes de que pudiera darse cuenta, el agotamiento lo venció. Dejó que el sueño lo arrullara, sumido en la quietud de un descanso que sentía necesario, como si fuera lo único que le quedaba.
Notes:
Realmente lo siento por tardar tanto en publicar otro capitulo, hace unos meses me caí de un autobús en movimiento y desafortunadamente se me rompió un brazo, tambein cambie mi forma de escritura, hay algunas cosas que cambiaron, aun que no son muchas y -para agregar algo positivo- a partir de hoy comenzaré a publicar más seguido :)
Realmente lo siento por tardar tanto ;(
Chapter 8
Summary:
Peter ve el caos del Joker por primera vez
Notes:
(See the end of the chapter for notes.)
Chapter Text
Peter había continuado con su trabajo hasta la hora de su salida, despidiéndose rápidamente de Dinah. Se fue directo al edificio de bomberos abandonado donde vivía últimamente. Mientras caminaba por una de las calles grises de Gotham, una explosión retumbó detrás de él.
El estruendo lo paralizó al instante. Se giró instintivamente y, para su horror, vio cómo unos tipos con la cara pintada de payasos lanzaban explosivos artesanales por doquier. Las risas eran agudas, sonaban casi como gruñidos de animales. El caos estallaba como una sinfonía de locura, y en medio de ello estaba un payaso, Joker, si mal no recordaba de su investigación.
Antes de que pudiera hacer algo un hombre vestido de murciélago cruzó su visión, Batman había llegado y con el la mayor parte de su equipo por lo que podía ver. Robin estaba controlando a las personas, Nightwing ayudando a salir de los escombros a algunas, no veía a Red robin por ningún lado, pero si podía ver por el rabillo del ojo a Red Hood golpeando a algunos payasos.
Se quedo paralizado por un momento hasta que el llanto de una niña con sus gritos por ayuda lo sacaron de su shock e inmediatamente reaccionó por instinto.
Peter no entendía del todo por qué su cuerpo reaccionaba antes que su mente. Al ver a una niña pequeña llorar mientras uno de los payasos la amenazaba, su instinto lo llevó a colocarse entre ambos. Golpeó al payaso con fuerza y lo empujó con una rapidez y fuerza que lo sorprendió. ¿De dónde había aprendido ese movimiento? En menos de cinco minutos la niña huyó y el payaso quedo inconsciente.
Peter jadeó. Su corazón latía con fuerza. ¿Qué acababa de hacer?
—"¿Qué rayos crees que estás haciendo?"—una voz rugió entre las sombras. Red Hood emergió, con sus pistolas apuntando al suelo, el casco rojo brillando a la luz de los faroles.
—"¿Estás loco? ¿Quieres morir?"—
Peter levantó las manos, sin saber qué decir. Su mente estaba nublada. Una sensación de déjà vu lo envolvía.
—"Y-Yo... lo siento..."—
Red Hood lo escaneó de pies a cabeza. Un chico flaco, ropa vieja, cara confundida. Ningún indicio de entrenamiento, ni armamento, ni identificación, pero demaciado rápido para ser simplemente un chico normal de Gotham. Peter prácticamente podía escuchar sus pensamientos volar mientras Red Hood lo analizaba.
—"Mira chico, buena intención, pésima ejecución. Esto no es un juego. Vete a casa."—gruñó. Luego, como si se le hubiera ocurrido a último minuto, Red Hood le hablo a Nightwing.
—"Hey Nightwing, tu pajarito se está poniendo en peligro!—
Peter Lo observó confundido al ser llamado descaradamente pajarito en su cara, pero lo que más le confundido fue que Red Hood le había hablado a Nightwing con claras intenciones de que lo sacara de ahí. Hasta que lo vio, el Joker riendo maniático mientras dejaba caer explosivos por toda la calle mientras qué Batman trataba de someterlo y Red Hood se tensaba claramente, como si se contuviera de hacer algo. Casi podía sentir la ira qué irradeaba de él.
Por un segundo desgio la mirada para ver al el hombre que todos en Gotham temían. El Joker. Delgado, vestido de morado, caminando entre el caos como si fuera el director de una orquesta siniestra. Su risa... era como una navaja en el oído.
Algo dentro de Peter gritó. No su sentido común. Algo más profundo. Algo dormido. Algo que no entendía. Se quedó paralizado, viendo cómo ese ser irradiaba algo completamente diferente. Algo inhumano. (Como era qué este hombre después de todas las muertes qué había causado seguía con vida?)
Antes de que pudiera decidir si huir o tratar de ayudar, dos brazos lo envolvieron con fuerza. Nightwing descendió desde los tejados y lo levantó sin decir palabra.
—"¡Espera!"—gritó Peter, agitando brazos tratando de que lo bajaran.
Nightwing, en cambio, no respondió. Solo saltó por los edificios, alejándome de todos los gritos y explosiones al fondo. Peter no podía ver su expresión, pero sentía el juicio y la desaprobación de Nightwing.
Fue depositado finalmente en un parque oscuro, alejado del caos. Nightwing lo dejó en el suelo y se fue sin decir una sola palabra regreso hacia donde estaba el Joker con rapidez. Peter se quedó sentado, preguntándose qué demonios acababa de suceder.
—"¿Qué demonios fue eso...?"—susurró.
Confundido, frustrado pensado por unos minutos hasta dividir qué hacer.
Caminó por la ciudad hasta llegar a la Biblioteca Pública de Gotham. Allí, la calma lo abrazó como una madre silenciosa, no había nadie en ella, ni siquiera Barbara estaba en su lugar habitual, lo que lo hizo dudar por un segundo si entrar pero al ver el letrero de abierto colgado en la entrada se decidió. La sección de ciencias parecía esperarlo y el casi con una sonrisa fue hacia ella, se sumergió entre libros de bioquímica, agarrando un libro que no recordaba haber leído pero aun así sintiéndose familiar. (Ya se estaba acostumbrando a esa sensación.)
En uno de los libros, al pasar las páginas, algo se encendió. Un recuerdo. Vago. Una sala de laboratorios. Una máscara blanca. Un hombre de barba hablándole con voz calmada. "Eres brillante niño" . Luego, otra imagen: una batalla. Luces. Dolor. Un nombre : "Señor Stark".
Peter se sujetó la cabeza. Un zumbido se apoderó de su mente. Recuerdos fragmentados que no reconocía. Rostros que no podía nombrar. Un escudo rojo y azul. Un guantelete brillante. Una sensación de caída, de desaparecer, despies una luz, un sollozo y luego nada.
No recordaba su vida. Solo pedazos y solo ahora sentía vacío, como si esos fragmentos de recuerdos hubieran abierto algo en él. Se sentía como si alguien hubiera arrancado páginas enteras de la historia de su vida. Algo importante de él.
__________________________________________
Despues de eso Peter volvió al edificio de bomberos. Subió por la escalera trasera hasta la azotea. Gotham se extendía frente a él como un monstruo dormido, el podía escuchar algunos gritos y disparos a la lejanía. Las estrellas apenas eran visibles debido a lo nublado qué estaba, pero ahí estaban. En silencio. (A penas se daba cuanta de que en Gotham nunca habia sol, al menos no desde que llegó.)
Peter se sentó. No sabía quién era, lo único que recordaba eran fragmentos y su nombre. Un nombre qué no estaba seguro de que era suyo, solo un presentimiento y su instinto. Algo dentro de él lo llamaba hacia otra vida. Una, por lo que presentía, llena de dolor.
—"¿Qué estás haciendo aquí otra vez?"—preguntó Nightwing, apareciendo como una sombra.
Peter no se sobresaltó, lo había oído llegar a la distancia. Solo suspiró, repentinamente cansado.
—"Miró las estrellas."—
—"No te tenias que meter. Casi mueres."— El dijo en cambio, con un tono de preocupación y frustración.
—"No podía dejarla sola a la niña."—respondió Peter al instante, defensivo.
Nightwing se sentó a su lado, el silencio cayendo como una manta entre ambos. Luego, con voz suave le pregunto:
—"¿Dónde están tus padres?"—
Peter miró al horizonte.
—"En casa."—mintió descaradamente
—"¿Por qué estás herido?"—
—"Me tropecé en un callejón. Nada grave."—
—¿Y la escuela? ¿Cuántos años tienes?"—
—"Dieciséis. Estudio en casa."—
Nightwing lo miró. Sabía que mentía al menos en eso último.
—"Tienes talento. Movimientos que no tiene un civil. ¿Alguna vez entrenaste?"—
Peter asintió con la cabeza.
—Mis padres me enseñaron defensa personal."—Respondió, sabiendo que Nightwing no lo cuestionaria, no cuando literalmente estaban en Gotham.
—"No vuelvas a hacer eso chico. Pudo haberte costado la vida."—
Nightwing suspiró. Se quedó con él un rato más. Vigilando. Observando.
—"Cuidate niño."—
Luego de unos minutos, cuando la noche se volvió más fría, se fue después de que Barbara le informará de un asalto a dies cuantas de ahí.
Peter lo vio marcharse. No dijo nada. Bajó de la azotea, volvió a su cama improvisada entre mantas y madera vieja, y cerró los ojos.
Soñó con telarañas. Con alturas. Con un tipo que le decía: "Con gran poder..."
Y despertó al día siguiente sin saber por qué lloraba.
Notes:
Capítulo corto, pero sinceramente me gusto como quedo ^^
Si tiene faltas ortográficas o algo que no sea coherente me gustaría que me lo señalaron por favor, para poder mejorar los capítulos :)
Espero y hayan tendió un buen día ^^
Chapter Text
Para Peter, la semana pasó como si el tiempo se estancara en un ciclo inquebrantable. Se despertaba en el viejo edificio de bomberos, cubierto por mantas raídas que olían a madera húmeda y ceniza vieja.
Se aseaba con lo poco que tenía, me ponía la misma ropa de siempre —camisa gris, sudadera roja, jeans gastados— y caminaba a la cafetería. Lavaba platos, trapeaba pisos, ayudaba con lo que podía. Dinah siempre era amable con él. No preguntaba demasiado, lo cual él agradecía más de lo que ella sabía.
Después del turno, se dirigía a la biblioteca. Ahí todo estaba muy silencioso, pero los libros le ayudaban a distraerse, de alejar esos fragmentos de recuerdos que le hacían doler la cabeza cada vez que trataba de armarlos como si fueran un rompecabezas. Podía perderse entre libros de ciencia, bioquímica, física, genética. Algunos conceptos le resultaban inquietantemente familiares, como si su mente supiera cosas que su cerebro no lograba recordar.
Peter pasaba horas en silencio, leyendo hasta que cerraban, luego regresaba a su escondite, donde dormía profundamente, sin soñar. Evitaba la azotea. Por alguna razón, estar tan alto le provocaba un vacío en el estómago que no podía explicar. Como si algo le dijera que ya había estado ahí muchas veces… y había caído, tal como en su primer día en Gotham. (Ignoraba el hecho de que eso se sentía diferente, antes era por culpa, después libertad y al final, lo hacía por tener algo a lo que aferrarme.)
Esa rutina se mantuvo hasta que llegó el domingo.
__________________________________________
Era la primera vez que recibía un pago. 490 dólares. Miré el dinero con una mezcla de sorpresa y orgullo. Sonreí. Era mi dinero. Lo había ganado justamente. Salí con paso ligero y me dirigí al centro de Gotham en donde estaban todas las tiendas de segunda mano.
Primero fui a una pequeña tienda de comestibles. Compré pan enlatado, barras energéticas, paquetes de galletas, agua embotellada. Todo lo que no necesitara refrigeración para tener algo que comer, pero que me durará, tambian había comprado más cosas de primeros auxilios por que después de mi última caída me había quedado sin vendajes.
Luego pasé por una tienda de segunda mano. Tras casi una hora de buscar entre estantes apretados y estantes polvorientos, encontré tres cambios de ropa decentes. Una camiseta azul oscuro, un suéter negro con capucha, y una chaqueta de mezclilla. Lo que habia sobrado había decidido ahorrarlo para un departamento para más tarde o emergencias.
Sentí algo parecido a felicidad. Tal vez no tenía recuerdos, pero estaba construyendo algo. Poco a poco.
Me metí por un callejón para cortar camino hacia la biblioteca. Fue un error.
—"Mira lo que tenemos aquí."—dijo un tipo con gorra rota y cuchillo oxidado.
—"Un niño bien con bolsitas."—
—"Oye, solo quiero pasar"—dije levantando las manos. Otro salió de las sombras. Dos. Tres. Todos armados.
—"Vamos a hacerlo rápido."—gruñó uno, acercándose.
No sé cómo lo esquivé. Mi cuerpo se movió por reflejo, pero aún así, uno de ellos logró darme un tajo en el costado. Grité, más por sorpresa que por dolor. Me tambaleé, pero no caí. Entonces algo estalló frente a nosotros.
—Les recuerdo que este es mi territorio imbéciles."—La voz retumbó como una amenaza viva. Red Hood emergió de entre la sombra con sus armas en alto. Los asaltantes no lo pensaron dos veces. Huyeron como ratas.
Me quedé de pie, jadeando por la sorpresa, presionando mi costado con fuerza.
—"¿Estás bien?"—preguntó Red Hood, bajando sus armas y mirándome con atención.
—"Sí."—mentí, tratando de ocultar la herida con mi suéter rojo— (No quería armar una escena, no después de la que ya había causado.)
Jason frunció el ceño detrás del casco.
—"Te apuñalaron"—
—"No es nada. Estoy bien. En serio."—
—"Eso no se ve bien. Te llevaré a una clínica."—
—"No. Estoy bien."—repetí, retrocediendo.
Su voz se volvió más dura.
—"No es opcional, chico."—
Entonces una voz sonó en su comunicador.
—"Oye, Hood, ¿te importaría traerme algo cuando vengas?"—era Nightwing.
Jason gruñó, distrayéndose por un segundo.
Corrí.
Corrí con todo lo que tenía. Me perdí entre callejones, crucé calles, salté un par de vallas. No miré atrás. Mi costado ardía, pero el miedo me impulsaba. No quería ir a ninguna clínica. No quería que me analizaran, que me vieran. No quería explicar nada. Ni ser observado como un bicho raro. (O que vieran qué mi sangre no era normal, que tenia radiación en ella o que tenia ADN de araña en mi.)
Después de media hora de correr, me escondí en un callejón tras la biblioteca. Red Hood no me siguió. Al menos no lo vi.
Entré, saludando con una sonrisa forzada a Barbara. Fui directo al baño, cerré la puerta, me quité el suéter. La herida no era profunda, pero sangraba bastante. Mojé unas toallas de papel, limpié con cuidado y saqué de mi mochila un vendaje que recién había comprado. Me vendé el costado, respirando hondo. Por suerte, la sangre no había traspasado mucho la ropa.
—"Gracias por ser rojo."—susurré al suéter.
Salí, fingiendo normalidad, Barbara estaba en el escritorio. Le sonreí con un gesto tímido, disculpándome por haber estrado corriendo y fui a la sección de ciencias. Tomé un libro sobre neurociencia. Me perdí en él, aliviado. Sentado entre estanterías, sentía que el mundo se hacía más fácil de soportar.
__________________________________________
El mocoso había huido. Otra vez.
Nightwing estaba muerto de risa en el comunicador, pero yo solo apreté los dientes.
—"No es gracioso, Dick. Estaba herido. Lo vi."—
—"¿Qué quieres que te diga? Es bueno corriendo. Tal vez deberías practicar tus habilidades de niñera."—
—"No es un civil normal. Tiene reflejos. Evitó un ataque directo. No es un novato."—
—"¿Te está preocupando?"—su tono cambió—"¿Crees que está metido en algo?"— habia preocupación en sí voz, aun que el no lo admitiera ya se había encariñado con el chico
—"No sé. Pero no es seguro. Podría estar solo, sin ayuda. O peor…"— Llamé a Barbara.
—"¿Oye, Babs? ¿Has visto a un chico con sudadera roja, herido, flaco, parece que no ha dormido en días? Es el chico de Dick"—
Hubo una pausa.
—"Jason. Sí. Está aquí. Está leyendo en la sección de ciencia como si nada pasara."—
Suspiré. Ese chico tenía suerte... o estaba completamente perdido.
__________________________________________
Las palabras en el libro se mezclaban en mi mente. Peter leía, pero su mente flotaba. Pensaba en el atajo, en la sangre, en Red Hood. Lo había salvado otra vez.
Pero lo peor fue su mirada. No era de furia. Era de preocupación. Como si le importara. Él, un adolecente completamente desconocido para él. Qué se acababa de topar con el por primera vez en días.
__________________________________________
Cuando Jason llamó, Barbara lo reconoció al instante. Peter. El chico con ojos cansados, el que venía todos los días a leer bioquímica como si su vida dependiera de ello, el qué siempre estaba golpeado, con nuevos moretones en sus brazos, el chico que parecía demaciado delgado para su edad. El mismo chico que acababa de entrar a la biblioteca con sangre en su suéter.
Lo observé de lejos. Estaba encorvado sobre un libro, completamente absorbido.
—"Jason."—dije al comunicador en un susurro, con miedo a que Peter me escuchara—"Está aquí. Pero si quieres acercarte, hazlo con cuidado. Está asustado."—
Me levanté lentamente. No me acerqué. Solo lo observé. Era evidente que no era un civil cualquiera. Nadie vendaba su propio costado en el baño de una biblioteca con ese tipo de precisión.
Notes:
He estado reescribiendl los capítulos y los he hecho más cortos por que me di cuenta de que estre más largos sean, más rápido pierdo motivación. Pero si planeo terminar la historial, ya tengo la mayoría de capítulos planeados ^^
Chapter 10: Capítulo 10: Las cosas que no deberían saberse
Notes:
Perdón por no haber actualizado chicos, pero me habían robado mi teléfono y ahí es donde tenia todo :"(
Afortunadamente pude recuperar mi cuenta aun que me llevo algo de tiempo :D
Lo único malo es que perdí todos los capítulos qué ya habia terminado así que tengo que escribirlos todos otra vez, afortunadamente tengo en una libreta escrito vagamente todo lo que planeaba que sucediera.así que por lo menos no estoy en blanco y la historia va a continuar tal como la había planeado desde el inicio aun que con algunos ajustes por obvias razones
Espero y puedan perdonarme por tardar tanto en actualizar jajajaja :)
Y Les deseo un excelente día a todos :D
Pdt: Al fin aprendí que debía de hacer para que estuvieran escritos de la manera que yo quería, próximamente corrigire todos los capítulos anteriores para que todos estén igual y posiblemente les daré un nombre a todos conforme lo haga :")
Chapter Text
________________________________________________
El silencio de la biblioteca siempre había sido amable.
No era como silencio incómodo que te empujaba a llenar el espacio con palabras inútiles o recuerdos innecesarios, sino que era uno que te permitia existir sin dar explicaciones, y eso era justo lo que necesitaba. Por eso Peter permaneció ahí incluso después de haber pasado la última página del libro de neurociencia. Sus dedos seguían apoyados sobre el papel, como si al retirarlos los fuera a romper.
Había leído el mismo párrafo tres veces sin procesarlo. Alzó la vista, recorriendo la sección de ciencias. Todo parecía normal. Estanterías viejas, mesas de madera, una lámpara parpadeando levemente. Barbara seguía en el escritorio, tecleando algo con expresión concentrada con un hombre a su lado.
Había Notado todos los cambios qué habían sucedido en la habitación, incluso la llegada de un hombre, Jason, que no se tomo el tiempo de procesar de donde lo recordaba porque ya estaba cansado de siempre estar alerta (aun que saberlo no lo tranquilizó).
Se quedo en la misma posición por un tiempo, sintiendo los ojos de Barbara en su nuca mientras él fingía leer hasta que escucho a Barbara hablar.
La biblioteca cerraba en diez minutos. Así qué se esforzó por leer al menos algo el día de hoy.
Peter pasó la página sin realmente leerla. Las palabras se le amontonaban en la cabeza como si alguien hubiera cambiado el idioma sin avisar. Neuroplasticidad. Memoria episódica. Trauma inducido.
Todo le resultaba inquietantemente familiar, como si ya lo supiera todo en algún lugar de la mente, pero cuando trataba de pensar en ello se quedaba en blanco. A este punto se estaba comenzando a acostumbrar a la sensación de haber olvidado algo realmente importante, pero lo dejo pasar (como siempre lo hacía a este punto) por que no había nada fuera de lugar.
Y aun así, el cosquilleo en la nuca, el mismo que llevaba sintiendo desde que despertó en esta ciudad, regresó.
No fue inmediato. Fue gradual, como si alguien subiera lentamente el volumen de una radio invisible. Peter tensó los hombros sin darse cuenta. Cerró el libro con cuidado, demasiado cuidado, y lo colocó en la pila de devoluciones.
—"Respira."— Se dijo
—"No estás en peligro. Te estás sugestionando."— Trato de tranquilizarse, de convencerse de que lo que estaba sintiendo era algo de su imaginación (sus instintos arácnidos le decían todo lo contrario, le advertían de un peligro).
Fue entonces cuando lo sintió.
No un sonido.
No un movimiento.
Una presión en la nuca, pero distinta, no ala mirada de Barbara o Jason, ni siquiera como la de Nightwing, era como si el aire mismo se tensara detrás de él (como si estuviera en peligro).
Levantó la vista con cuidado.
El reflejo del vidrio de una ventana le devolvió su propia imagen: delgado, ojeroso, con la sudadera roja un poco más grande de lo necesario.
Y detrás de él…
Algo estaba mal.
No era una persona del todo.
Era una sombra fuera de lugar, demasiado alta, demasiado quieta para pertenecer al reflejo de la biblioteca.
Peter parpadeó.
La sombra seguía ahí.
Su pulso se disparó. Fingió acomodar su mochila, bajó la mirada solo un segundo y, cuando volvió a alzarla…
Ya no había nada.
—Genial… —murmuró, llevándose una mano al costado vendado—. Ahora veo cosas.
Cerró el libro y salió con rapidez, despidiéndose de Barbara con una sonrisa que no llegó a sus ojos.
Esa noche, el viento parecía seguirlo.
El viejo edificio de bomberos estaba en silencio cuando regresó. Subió las escaleras con cautela, revisando cada rincón como si esperara encontrar a alguien esperándolo.
No había nadie.
Pero algo sí estaba diferente.
Sobre la manta andrajosa que usaba para dormir había una gasa limpia. Nueva. De mejor calidad que la que él había comprado.
Perfectamente doblada.
Peter se quedó inmóvil.
—…¿Hola? —susurró.
El eco le devolvió su propia voz.
Tomó la gasa con manos temblorosas. No había nota. No había explicación.
Solo una certeza que le heló el pecho:
Alguien había estado ahí.
Alguien que sabía que estaba herido.
Alguien que sabía dónde dormía.
Esa noche le costó quedarse dormido.
Y cuando lo hizo, soñó por primera vez.
No con imágenes claras. Ni siquiera había sido un sueño completo.
Fue más como una sensación.
(Una sala blanca.
Un olor metálico.)
Solo recordaba una voz que decía:
—"Es algo necesario para el bien de todos los que conoces.”—
...
—"Esto va a doler menos si no recuerdas."—
________________________________________________
...
Peter despertó sobresaltado, con un jadeo ahogado.
La sensación de haber sido observado… no se había ido.
________________________________________________
...
No debía haberse acercado tanto.
Eso lo sabía.
La biblioteca había sido un error. Demasiada luz. Demasiadas cámaras. Demasiadas personas que podían notar anomalías.
Pero necesitaba verlo de cerca.
Confirmarlo con sus propios ojos.
Activó un pequeño dispositivo y revisó los monitores portátiles. Signos vitales estables. Nivel de estrés elevado. Actividad cerebral irregular, pero dentro de lo esperado.
Demasiado pronto para recuperar recuerdos.
Peter seguía reaccionando igual.
Los mismos microgestos.
La misma rigidez en los hombros cuando se sentía observado.
El procedimiento había sido un éxito… en teoría.
La memoria consciente estaba sellada. Fragmentada. Protegida.
Pero el cuerpo recordaba.
Siempre lo hacía.
Dudo por un momento pero al final activo un pequeño dispositivo y revisó los monitores portátiles. Signos vitales estables. Nivel de estrés elevado. Actividad cerebral irregular, pero dentro de lo esperado.
Era demasiado pronto para recuperar recuerdos.
—Demasiado pronto —murmuró desde las sombras del edificio contiguo, observándolo entrar en su refugio—. Te dije que no debías caer aquí niño.—
La gasa había sido un riesgo, pero era necesario. El sangrado no era grave, pero sí constante.
Y si moría, todo habría sido inútil.
No era protección.
Era control de daños.
El problema era que Peter empezaba a hacerse las preguntas correctas.
Y Gotham no perdonaba a quienes buscaban respuestas sin estar preparados.
—No puedes recordar todavía —dijo en voz baja—. Si lo haces… no vas a soportarlo.—
Él había dudado cuando lo hizo. Mucho.
Pero también sabía lo que pasaría si Peter recordaba todo de golpe. La culpa. El peso. Las decisiones imposibles.
—Gotham no es lugar para verdades completas —susurró para si mismo. Peter le había rogado para que lo hiciera.
"Haz que se detenga esto. Haz que me olviden si es necesario."
Él cerró los ojos un segundo.
—Yo solo cumplí lo que pediste chico...— suspiro cansado. —Solo espero que sea lo mejor...— añadió —. Aunque me odies cuando lo recuerdes.—
Desde un edificio cercano, una silueta azul cruzó los tejados.
Nightwing.
Él retrocedió un paso más en la oscuridad.
Aún no era tiempo.
Todavía no podían encontrarse.
No si queria mantener a todos a salvo.
________________________________________________
...
A la mañana siguiente, Peter despertó con la sensación de haber olvidado algo importante.
Como cuando una palabra está en la punta de la lengua, pero se niega a salir.
Se tocó el costado.
La herida estaba mejor, casi completamente sana.
Eso no tenía sentido, ni siquiera habían pasado veinticuatro horas aun.
Se sentó en la cama, con el corazón acelerado.
—No estoy solo… —susurró, recordando lo que había sentido el día anterior.
Y por primera vez desde que llegó a Gotham, el pensamiento no le dio consuelo.
Le dio miedo.
Porque quien quiera que estuviera observándolo…
Llevaba haciéndolo durante un tiempo...
________________________________________________
...
El trayecto al trabajo se sintió más largo de lo normal.
No porque la ciudad hubiera cambiado, sino porque él sí lo había hecho.
Caminaba con las manos enterradas en los bolsillos de la sudadera roja, los hombros encogidos, atento a cada reflejo en vitrinas, a cada sombra que se estiraba demasiado en los callejones. El recuerdo de la noche anterior se repetía en su cabeza como un disco rayado: la gasa, el silencio, la voz en de su sueño.
—"Es necesario."—
No sabía por qué esas palabras lo molestaban tanto.
Se detuve en un semáforo y miró sus manos. Temblaban un poco. Cerró los dedos, respiré hondo. El costado ya no ardía. De hecho… casi no le dolía.
Eso no tenía sentido.
La herida había sido real. Había sangrado bastante. Recordaba claramente el ardor, la presión del vendaje improvisado, el cansancio después de correr. Y aun así, esa mañana, al moverse, no sentía más que una molestia leve, como si hubieran pasado días y no solo una noche.
—Tal vez estoy exagerando,— pensó.
Pero algo dentro de él, ese mismo algo que lo hacía querer ir a las azoteas, que lo empujaba a los libros de ciencia, no estaba de acuerdo.
Llego a la cafetería casi por memoria muscular qué nada y Dinah lo saludó con una sonrisa cálida en cuanto entro.
—Llegas temprano—dijo.
—No pude dormir mucho —respondió, encogiéndose de hombros.
No era mentira. Solo que no le dijo por qué y ella no le habia preguntado nada más, probablemente acostumbrada a ese tipo de respuestas.
Mientras lavaba platos, mi mente seguía dando vueltas. Cada ruido metálico me hacía girar la cabeza. Cada cliente que entraba me ponía en alerta. Me sentía… observado. No de una forma directa, sino como si alguien hubiera memorizado mis pasos y ahora solo comprobara que seguía el patrón correcto.
¿Por qué yo?...
No tenía recuerdos. No tenía nombre completo. No tenía pasado. Y aun así, alguien había decidido que yo merecía ser vigilado. Protegido. Controlado.
La palabra me dio escalofríos.
Control.
Una imagen cruzó mi mente sin aviso: luces blancas, una camilla fría, una presión desagradable en la cabeza. Me llevé una mano a la sien, respirando hondo hasta que la sensación desapareció.
—Oye —la voz de Dinah me sacó del pensamiento—. ¿Seguro que estás bien Peter?— Ella parecía genuinamente preocupada.
Asentí demasiado rápido.
—Sí. Solo… cansado.—
Ella no insistió. Nunca lo hacía.
Y por alguna razón, eso me dolió un poco (Tony siempre preguntaba).
________________________________________________
...
Salí del turno con la cabeza llena y el cuerpo tenso. Caminé hacia la biblioteca por costumbre, aunque parte de mí quería evitarla. El reflejo en la ventana aún me quemaba en la memoria.
No volví a ver la sombra.
Pero la sensación no se fue.
Mientras leía, mis ojos se movían rápido por las páginas, pero mi mente estaba en otro lado. Pensaba en la voz del sueño. En cómo había sonado… cansado. No cruel.
No burlona.
Casi triste.
Yo había pedido esto.
La idea apareció sin aviso, clara y aterradora.
—No —murmuré, cerrando el libro con fuerza—. Eso no tiene sentido.
¿O sí?
Me quedé quieto, respirando despacio.
No quería recordar.
Pero tampoco quería que alguien más decidiera por mí.
Cuando salí de la biblioteca esa tarde, tuve la extraña certeza de que no estaba caminando solo, aun que este punto parecía paranoia mia después de lo de ayer.
__________________________________________
No me gustaba.
Eso fue lo primero que pensé, apoyado en el borde de un edificio, observando la entrada de la biblioteca a través del visor del casco.
No me gustaba porque no encajaba.
El chico —Peter— salió con la mochila colgada de un hombro, la sudadera roja demasiado grande, la postura encorvada de alguien que intenta ocupar menos espacio del que existe. Parecía inofensivo. Demasiado
.
Y sin embargo, lo había visto moverse.
Lo había visto esquivar un ataque directo sin pensarlo. Había visto cómo corría, cómo se perdía entre calles como si conociera Gotham mejor que muchos adultos que llevaban años ahí.
Eso no era normal.
—Ahí está —murmuré por el comunicador.
—¿El chico fantasma? —respondió Dick con tono ligero—. ¿Otra vez siguiéndolo?
—No lo estoy siguiendo —gruñí—. Solo… observando.
Hubo una pausa.
—Jason —dijo Dick, más serio—. ¿Qué es lo que realmente te preocupa?—
Apreté la mandíbula.
—No actúa como un civil...—respondí al final con un recelo qué no me digne a ocultar—. Y no actúa como alguien metido en problemas comunes. Es como si estuviera… esperando algo.—
Desde mi posición, lo vi detenerse un segundo en la acera, mirar el reflejo de una ventana y tensarse.
¿Lo sientes, chico?— pensé.
—¿Crees que esté relacionado con alguna pandilla? —preguntó Dick, con cautela.
Esa fue una pregunta válida.
—No lo sé —admití—. Pero hay algo en él que me resulta familiar. No su cara.— al menos no del todo. Pensó para si mismo.
—Su forma de cargar el peso. Como si hubiera perdido algo grande… y siguiera caminando igual.—
Dick no respondió de inmediato.
—Barbara dijo que se cura rápido —añadí—. Demasiado rápido.
—Eso sí es nuevo —murmuró Dick.
Observé cómo Peter retomaba el paso, perdiéndose entre la gente.
—No creo que sea una amenaza —dije—. Pero alguien más sí podría serlo. Porque no está solo.—
—¿Estás seguro?—
Miré los tejados. Hacia una parte particularmente obscura. Los espacios donde alguien podría esconderse.
—Sí —respondí—. Y quien sea que lo esté observando… no quiere que lo sepamos.—
—Entonces hay que adelantarnos —dijo Dick.
Apagué el visor y me incorporé.
—Sí —dije—. Porque ese chico no sabe lo que es.—
—Y cuando lo descubra…—
Miré en la dirección por la que Peter había desaparecido.
—Puede que ya sea demasiado tarde.—
________________________________________________
Chapter 11: Lo que se nota cuando nadie dice nada.
Notes:
Este capítulo es mucho más largo porque sentí que el anterior estaba muy corto, espero y lo disfruten :)
Pdt: al leer mis anteriores capítulos para editarlos me di cuenta de cuanto mi escritura fue cambiando este años, eso me emociono pero siento que puede confundir a algunos, así que avísenme si no se entiende algo ;)
Chapter Text
________________________________________________
El problema con los fantasmas no es que no existan
Es que dejan huellas.
Peter "Parker" dejaba demasiados.
Tim estaba sentado en la azotea opuesta a la cafetería, con la tableta apoyada en una rodilla y los guantes táctiles ajustados. Gotham bullía abajo, como siempre, pero su atención estaba fija en una sola figura detrás del vidrio empañado del local.
Sudadera roja.
Postura encorvada.
Movimiento contenido.
—No encaja —murmuró para sí mismo
No lo decía como opinión. Lo decía como conclusión.
Tim había revisado cámaras, informes médicos, registros de refugios, archivos de menores desaparecidos. El chico no existía en ningún sistema formal, y aún así aparecía demasiado seguido en lugares donde no debía sobrevivir alguien “normal”.
Curación acelerada.
Reflejos automáticos.
Instintos de evasión sin entrenamiento consciente
Y lo más inquietante:
Alguien ya había intentado protegerlo antes.
—Necesito su ADN —susurró.
No para exponerlo.
No para arrestarlo.
Para saber qué era… y quién lo estaba manipulando
El plan era simple. Demasiado sencillo.
Una muestra mínima. Cabello. Sangre seca. Cualquier cosa.
Peter salió de la cafetería unos minutos después, limpiándose las manos con una toalla de papel. Tim activó el rastreador óptico y descendió por la escalera de incendios, manteniendo la distancia.
No iba a acercarse directamente.
No iba a asustarlo.
Solo necesitaba que el chico no lo notara.
Peter caminaba rápido, pero sin rumbo aparente. Giraba la cabeza a cada reflejo, como para verse y arreglarse el cabello pero en realidad estaba buscando algo en el reflejo. Tim notó al patrón al instante.
—Siente que lo observan —pensó—. Pero no sabe dónde.
Eso lo hacía peligroso.
No violento.
Impredecible.
En un cruce, Peter se detuvo abruptamente. Tim frenó también, ocultándose tras un vehículo estacionado. El chico se agachó para atarse el tenis
Perfecto.
Tim avanzó dos pasos, extendiendo el dispositivo recolector, calibrado para capturar una sola fibra…
Peter se enderezó de golpe.
No miró a Tim.
No miró a nadie.
Simplemente se movió.
Un paso lateral.
Un giro torpe.
El brazo rozó el contenedor de basura y una bolsa cayó al suelo
-¡Ey! —exclamó un transeúnte.
Peter se disculpó de inmediato, ayudando a recoger. Tim retrocedió instintivamente.
Cuando volví a mirar…
…el chico ya estaba a dos metros más lejos.
Tim revisó el recolector.
Vacío.
—No es posible… —murmuró.
No había sido consciente.
No había sido intencional
Pero Peter había evitado el contacto exacto en el último segundo.
Como si algo dentro de él supiera lo que estuvo apunto de hacer.
Tim guardó el dispositivo, en serio.
—Definitivamente no es solo un civil —pensó—.
________________________________________________
Jason odiaba seguir órdenes cuando no tenían sentido.
Y esta, definitivamente, no lo tenía.
— No lo sigas tan de cerca —le había dicho Barbara—. Ya estás asustado.
Jason observaba desde una azotea más atrás, con el visor apagado y los brazos cruzados. Abajo, Peter caminaba con la mochila colgada de un hombro, como si el mundo pesara más de ese lado.
—No estoy acosándolo —gruñó por el comunicador—. Solo me aseguro de que nadie más lo haga.
— Jason… —la voz de Barbara sonó cansada—. Desde fuera, esto sí parece acoso.
Jason apretó la mandíbula.
—No tienes idea de lo que he visto —respondió—. Ese chico se mueve como alguien entrenando, pero reacciona como alguien roto. Eso no pasa solo.
Peter se detuvo frente a una tienda cerrada. Miró su reflejo en el vidrio, tensándose.
Jason contuvo el impulso de moverse.
—Ves? —dijo—. Estás esperando algo.
— O está traumatizado —replicó Barbara—. Jason, escúchame. Si cree que lo están siguiendo, lo vamos a perder. Y si realmente está siendo abusado por alguien más…—
Jason no respondió de inmediato.
Abuso.
La palabra le cayó mal.
—Por eso quiero saber quién lo vigila. —dijo finalmente—. No puedo protegerlo si me mantengo lejos
Barbara suspiró.
— Déjame manejar esto a mi manera —pidió—. Confiaba en mí
Jason miró cómo Peter retomaba el paso, desapareciendo entre la gente.
—Confío —dijo—. Pero si algo le pasa a este chico…
— No le pasará —lo interrumpió ella—. No hoy.—
Jason dio un paso atrás, fundiéndose con las sombras, aunque cada instinto le gritaba que se acercara.
—Más te vale tener razón, Babs —murmuró.
Porque si el chico estaba siendo observado por alguien más…—
Jason quería ser el primero en llegar cuando eso explotara.
________________________________________________
Dinah había aprendido a dar vueltas a la normalidad mejor que nadie
Sonreír.
Servir café.
Escuchar quejas triviales.
Todo mientras contaba salidas, rostros, armas ocultas
La cafetería no era su trabajo habitual. Era un punto de vigilancia. El traficante de armas que buscaba aparecía una o dos veces por semana, siempre discreto, siempre observando más de lo que hablaba.
Y en medio de todo eso…
Peter .
—Llegas temprano otra vez —le dijo esa mañana, deslizando una taza hacia él
Peter irritante, pero no con los ojos.
—No dormí mucho.
Dinah notó el leve temblor en sus manos. El cuidado excesivo con lo que se movía. Como si temiera romper algo invisible
—¿Te duele todavía la herida? —preguntó con suavidad.
Peter dudó una fracción de segundo.
—Ya casi no —respondió.
Dinah no insistió. Pero su preocupación creció.
No era solo el chico.
Era lo que lo rodeaba.
Había notado miradas desde la calle dirigida a Peter. Presencias que desaparecían cuando ella alzaba la vista.
Vigilancia profesional.
No pandillas.
No clientes armados.
—No es justo —pensó—. Él es solo un chico
Ella estaba ahí para una misión.
Peter estaba ahí por necesidad.
Y cuando ella se fuera…
La idea le apretó el pecho.
—Peter —dijo de pronto—. ¿Tienes alguien aquí? ¿Familia?
Él se balanceó con la cabeza, pero ella vio como dudo por un segundo.
—Sí, mi tía, ella me cuida.—
Dinah asintió.
—Si algún día necesitas ayuda… —comenzó.
Peter la miró, atento
—¿Sí?
Ella sonrió, obligándose a mantener el papel.
—Avisa si quieres cambiar de turno
No era suficiente.
No era justo.
Cuando Peter salió al final de su turno, Dinah lo siguió con la mirada hasta que desapareció
—Ojalá no te quedes Gotham cuando yo me vaya —susurró—. Porque esta ciudad no es amable con los chicos solos...
Y por primera vez desde que aceptó esta misión, Dinah deseaba poder quedarse.
_______________________________________________
Tim observó el intercambio desde la distancia
La mujer —Dinah— no era una civil común.
Eso era evidente.
Demasiado alerta.
Demasiado cuidadosa.
—Todos giran alrededor de ti —pensó, mirando a Peter—. Pero nadie dice por qué
Tim cerró la tableta.
El ADN podía esperar.
Lo que no podía esperar era descubrir quién había comenzado todo esto primero.
Porque si Peter Parker estaba cayendo…
…alguien ya había decidido cuándo soltarlo en esta ciudad.
________________________________________________
Desde otra azotea, Jason miró al cielo oscurecerse
—Resiste un poco más, chico —murmuró—. No sé qué eres… pero no estás solo. Aunque aún no lo sepas.—
Por primera vez en mucho tiempo, Jason Todd no estaba seguro de si llegaría a tiempo para atrapar a alguien que ya estaba cayendo.
________________________________________________
Dick había aprendido a reconocer cuando algo no estaba bien mucho antes de que Gotham lo enseñara a golpes.
Era una habilidad vieja. De circo. De familia.
De observar silencios.
Y últimamente, el silencio entre sus hermanos era… distinto
No incómodo.
No hostil.
Cauteloso.
Jason evitaba mirarlo demasiado tiempo cuando hablaban. Respondía rápido, como si cada palabra estuviera tomada, y luego cambiaba de tema. Tim, por otro lado, hacía lo contrario: se quedaba callado más de lo habitual, analizando cada gesto de Dick como si esperara que dijera algo que no debía
Como si Dick fuera el que podía romper algo sin saberlo.
— ¿Pasa algo? —preguntó una noche, apoyado contra la mesa de la cueva, brazos cruzados.
Tim levantó la vista de la pantalla demasiado rápido.
—No —respondió.
Jason soltó una risa corta.
—¿Por qué siempre crees que pasa algo?
Dick los miró a ambos, en silencio.
Había que aprendido presionar solo hacía que se cerraran más.
—Está bien —dijo al final—. Solo preguntaba.
Pero no dejó de notarlo.
Los susurros que se detenían cuando entraba a la habitación.
Las miradas que se cruzaban entre ellos y luego se apartaban.
La sensación constante de que había una pieza faltante… y que esa pieza estaba relacionada con él.
O con algo que Dick ya había visto .
...
Peter .
El pensamiento le llegó sin aviso, como una punzada
No lo había visto desde aquella noche en la azotea.
Desde que Jason lo había mencionado una vez, casi de pasada, como si fuera un detalle menor.
El chico fantasma.
Así lo había llamado Dick, medio en broma. Porque apareció y desapareció entre calles, entre multitudes, entre sombras, como si Gotham no terminara de aceptarlo del todo.
Pero la broma se le había quedado atorada en la garganta.
Porque Gotham no perdonaba a los chicos que se volvían invisibles.
Dick se apoyó contra la barandilla de una azotea, observando la ciudad extenderse debajo. Había recorrido las zonas donde solía verlo. La cafetería. La biblioteca. Las calles cercanas al viejo edificio de bomberos.
Nada.
No había rastro de Peter.
Y eso era peor que encontrarlo en problemas
—No desapareces así sin motivo —murmuró.
Jason había dicho que no lo seguía de cerca.
Barbara había insistido en no presionar.
Pero Dick no podía sacarse la idea de la cabeza.
La forma en que Peter caminaba encorvado, como si intentara hacerse más pequeño.
La manera en que sonreía sin convicción.
La rapidez con la que se disculpaba por existir.
Eso no era solo timida.
Eso era tristeza.
Y Dick sabía, mejor que muchos, cómo terminaban las historias de chicos tristes en Gotham
Mal.
Muy mal.
—No puedo ignorarlo —pensó—. No otra vez.
Había visto a muchas personas perder a alguien solo por asumir que “alguien más” estaría atento
La ciudad no funcionaba así.
Dick saltó al edificio contiguo, recorriendo los tejados con facilidad. Cada sombra le parecía demasiado larga. Cada espacio vacío, una ausencia.
—Jason —dijo por el comunicador—. ¿Cuándo fue la última vez que lo viste?—
Hubo una pausa más larga de lo normal.
— Hace unos días —respondió Jason—. ¿Por qué?
—Porque yo no —dijo Dick—. Y eso no me gusta.
Silencio.
—Dick … —comenzó Jason, con un tono extraño—. No es tan simple
Dick frunció el ceño.
— ¿Qué no me estás diciendo?—
Jason exhaló.
—Nada que puedas arreglar saliendo a patrullar —dijo finalmente
Eso no tranquilizó a Dick.
Al contrario.
—No me gusta cuando hablan así —respondió—. Como si yo fuera el problema
— No eres el problema —intervino Tim de pronto, entrando en la frecuencia—. Solo… confía en nosotros.—
Dick cerró los ojos un segundo.
Confiar no era lo mismo que ignorar.
—Voy a seguir buscándolo —dijo—. Si aparece, avísenme.
Ninguno respondió de inmediato.
Y eso fue respuesta suficiente.
________________________________________________
Peter supo que algo estaba mal desde que salió del edificio esa mañana
No fue una sensación clara.
Fue acumulativa.
Primero, una mirada desde la esquina opuesta de la calle.
Luego, el reflejo de alguien en una vitrina que no coincidía con el ritmo de la gente
Después, una presencia arriba… en las alturas.
Tres.
Eran tres.
No sabía cómo lo sabía.
Solo lo sabía
Su cuerpo se tensó de forma automática, los hombros encogiéndose. Caminó un poco más rápido, encontrando normalidad.
—No entres en pánico —se dijo—. Gotham está llena de vigilantes.
Y eso era cierto.
Los reconocerán sin dificultad, incluso sin verlos directamente. El peso de sus pasos. La forma en que se movían entre sombras. La vigilancia cuidadosa, no agresiva.
No pandillas.
Sin criminales.
Ellos.
Los justicieros de Gotham
—Genial… —murmuró—. Ahora soy estando vigilado.
Lo dejó pasar.
No porque no le importara, sino porque estaba cansado de vivir en alerta constante. Si empezaba a reaccionar a cada mirada, nunca iba a poder respirar
Además… no sentí peligro inmediato.
Solo observación .
Como si estuvieran esperando algo de él.
En la cafetería, Dinah lo recibió con la misma sonrisa de siempre. Pero Peter notó el cambio al instante.
Sus ojos.
Más atentos.
Más preocupados.
—¿Dormiste mejor? —preguntó ella, mientras le servía café
Peter ascendiendo, sin pensarlo demasiado.
—Sí. Alguien me cuida.
La mentira salió fácil.
Demasiado fácil.
Ni siquiera siguió la cuarta que había usado antes. No mencionó un nombre ficticio. No explicó demasiado
Simplemente lo dijo.
Y Dinah lo miró en silencio.
—¿Alguien? —repitió
Peter se encogió de hombros.
—No es importante.
Eso fue un error.
Lo supo en cuanto lo dijo
Porque Dinah frunció apenas el ceño, como si esa respuesta no encajara en ningún lugar seguro.
—Pedro… —comenzó—. Si hay algo que—
—Estoy bien —la interrumpió él, más rápido de lo necesario—. De verdad.
Ella no insistió.
Pero eso no lo hizo sentir mejor.
Durante el turno, Peter volvió a sentirlo
Las miradas.
Una desde el fondo del local.
Otra desde afuera
Una tercera… arriba.
Se le cayó un plato. Lo atrapó antes de que tocara el suelo, reflejos rápidos, precisos
Demasiado.
Dinah lo miró con atención.
—¿Seguro que estás bien? —preguntó de nuevo
Peter sonrió.
—Solo estoy siendo torpe.
Ella sonrió de vuelta pero más débil, forzado
Cuando salió del turno, el cielo estaba nublado. Caminó con las manos en los bolsillos, intentando no mirar hacia los tejados.
—No les debo nada —pensó—. No tengo por qué explicarles quién soy.
Pero la sensación no se iba...
Al doblar una esquina, estuvo seguro de que alguien iba a aparecer frente a él.
No pasó.
En cambio, sostuvo pasos detrás.
Se giró.
Nada
—Esto se está volviendo ridículo —murmuró.
Llegó a su refugio al anochecer. Cerró la puerta con cuidado, apoyándose un segundo contra la pared.
Su pecho se sentía apretado.
—No estoy solo —susurró.
No como consuelo.
Como constatación.
Se dejó caer sobre la manta, mirando el techo
La mentira que le había dicho a Dinah volvió a su mente.
Alguien me cuida.
¿Era verdad?
No lo sabía.
Porque no había nadie a su alrededor, a pesar de que había tres personas diferentes, por qué lo seguían, el seguía sintiéndose solo porque no era lo mismo tener compañía real
Y la vigilancia solo empeoro todo.
Eso… eso lo hacía sentir pequeño. Como si fuera un objeto frágil en una vitrina, observado desde todos los ángulos, sin derecho a moverse mal.
Cerró los ojos.
Por un momento, pensé en escuchar una voz.
Sin palabras
Una presencia.
—Solo quiero que paren —susurró—. Solo quiero saber qué está pasando.
Pero nadie respondió.
________________________________________________
Dick se detuvo en seco cuando lo vio
No directamente.
Un reflejo.
Sudadera roja.
Mochila gastada
Movimiento rápido, nervioso.
—Ahí estás —murmuró.
No se acercó
Grabó las palabras de Bárbara. El tono de Jason. El silencio de Tim.
Respiró hondo.
Peter caminaba con la cabeza baja, como si cargara más peso del que podía permitirse. Dick sintió una punzada en el pecho
—Está empeorando —pensó—. Y nadie me lo dijo.
Siguió a distancia, cuidando cada paso. Vio cómo Peter miraba hacia arriba una vez, como si supiera.
Dick se detuvo.
—¿Nos sientes, chico fantasma? —pensó.
No quería asustarlo
Solo quería asegurarse de que no cayera sin que nadie estuviera listo para atraparlo.
Y mientras lo observaba perderse entre las sombras, Dick supo algo con una claridad incómoda:
Jason y Tim no lo estaban excluyendo para protegerse a ellos.
Lo estaban excluyendo para proteger a Peter .
La pregunta era…
¿ Protegerlo de qué ?
Y si todavía llegaban a tiempo...
________________________________________________
...
Tim supuso que Jason lo estaba esperando incluso antes de verlo.
Sin sensores
No por cámaras.
Por la forma en que el aire cambiaba cuando Jason Todd decidió plantarse en un lugar y no moverse hasta obtener respuestas
La azotea estaba silenciosa, demasiado. Jason estaba apoyado en la barandilla, de espaldas, el casco bajo el brazo. No parecía enojado. Eso era peor.
—Sabía que ibas a venir —dijo Jason sin girarse.
Tim se quitó la capucha despacio.
—Y yo sabía que no ibas a decir nada por el comunicador.
Jason soltó una risa seca.
—Esto no es una conversación para micrófonos.
Tim se acercó lo justo para no invadir el espacio. Aprendió hace tiempo que con Jason, el respeto se medía en metros.
—Me seguiste —dijo Jason.
No era una pregunta.
Tim no lo negó.
—Y tú evitaste responderle a Dick —replicó—. Así que estamos a mano.
Jason se giró por fin. Sus ojos verdes brillaban apenas bajo la luz de la ciudad. No había burlado en su expresión. Solo… algo tenso. Reconocible.
—Dime que tú también lo ves —dijo Jason de golpe.
Tim tragó saliva.
No era sí.
Era qué.
—Intenté conseguir su ADN —admitió Tim—. Fallé
Jason alzó una ceja.
—¿Fallaste… cómo?
—Me evitó —respondió Tim—. Sin saber que lo estaba haciendo. Su cuerpo reaccionó antes que su mente
Jason exhaló lentamente, como si eso confirmara algo que ya sospechaba.
—Entonces no estoy loco.
Tim negó con la cabeza.
-No. Y eso es lo que me preocupa.
Jason caminó unos pasos, inquieto.
—Cuando lo vi moverme por primera vez —continuó Tim—, pensé que era entrenamiento. Pero no lo es. No del todo. Es... memoria muscular sin memoria consciente.
Jason se detuvo.
—Exacto —dijo en voz baja—. Como despertar sin saber por qué sabes pelear. O correr. O sobrevivir
Tim lo miró con atención.
—Jason…
—Tiene el mismo latido que yo —soltó Jason de repente.
Tim parpadeó
—¿Qué?
Jason se llevó dos dedos al pecho, como si marcara un ritmo invisible.
—No el mismo corazón —aclaró—. El mismo ritmo. Desacompasado. Como si hubiera tenido que volver a aprender a funcionar.—
Tim sintió un escalofrío.
—Eso no es algo que puedas notar en cualquiera.
—Lo sé —dijo Jason, mirándolo fijo—. Por eso no se lo dije a Dick.
Tim asintió lentamente.
—Hay algo más —añadió Jason—. Sus ojos.
—¿Qué pasa con ellos?
Jason dudó un segundo. Eso, en él, era raro.
—La tonalidad —dijo finalmente—. No es solo verde. Es ese verde raro, casi radiactivo o tóxico. El tipo que cambia con la luz.
Tim entendió de inmediato.
—Como los tuyos.
Jason apretó la mandíbula.
—Como los míos después...—
El silencio cayó pesado entre ellos.
Tim fue el primero en romperlo.
—¿Crees que…?
—No lo sé —interrumpió Jason—. No quiero creerlo. Pero tampoco puedo ignorarlo
Tim pasó una mano por su cabello.
—Si fue revivido… —comenzó—. No hay registros. Nada que lo conecte a un pozo, a tecnología conocida, a rituales…
—Eso es lo que me asusta —dijo Jason—. Que alguien lo haya hecho mejor.
Tim levantó la vista, serio.
—O peor.
Jason soltó una risa amarga.
—Mira al chico, Tim. No recuerda. No sabe quién es. Pero su cuerpo no lo dejó morir
Tim recordó cómo Peter había evitado el contacto exacto. Cómo se había movido fuera del alcance sin saber por qué.
—Y alguien lo está vigilando —añadió Tim—. No solo nosotros.
Jason asintió.
—Lo sé.
—¿Amigo o carcelero?
—¿Importa? —respondió Jason—. Nadie debería decidir por él
Tim respiró hondo.
—Dick sospecha que le ocultamos algo.
—Porque lo hacemos —dijo Jason sin rodeos—. Y porque si Dick se acerca ahora, lo va a romper sin querer
Tim no discutió eso.
—¿Qué hacemos? —preguntó.
Jason miró la ciudad.
—Nada… todavía
Tim frunció el ceño.
—Jason—
—Escucha —lo interrumpió—. Si es como yo… si pasó por algo parecido… entonces lo peor que podemos hacer es arrancarle la verdad de golpe.— Tim cerró los ojos un segundo
Jason bajó la voz.
—Yo sobreviví porque alguien me sostuvo cuando no podía ni respirar —dijo—. Y aun así, casi no lo logro.
Tim lo miró.
—Entonces lo vigilamos —dijo—. Pero no lo tocamos. No todavía.
Jason asintió.
—Y cuando llegue el momento…
—Que sea él quien pregunte —terminó Tim.
Ambos se quedaron en silencio.
Abajo, Gotham seguía latiendo.
Y en algún punto de la ciudad, un chico con sudadera roja caminaba sin saber que dos personas acababan de aceptar algo terrible y necesario a la vez:
Que no estaban persiguiendo un misterio.
Estaban cuidando a alguien que ya había muerto una vez.
Y que tal vez no sobreviviría a hacerlo de nuevo.
________________________________________________

Guest (Guest) on Chapter 1 Fri 19 Sep 2025 06:33PM UTC
Comment Actions
Guest (Guest) on Chapter 1 Wed 01 Oct 2025 06:05PM UTC
Comment Actions
Liam_Akiko on Chapter 1 Sat 20 Dec 2025 04:39AM UTC
Comment Actions
BlomMrPato on Chapter 2 Sun 26 Jan 2025 04:51AM UTC
Comment Actions
Liam_Akiko on Chapter 2 Sun 26 Jan 2025 07:58AM UTC
Comment Actions
cale2912 on Chapter 3 Sat 01 Feb 2025 12:15AM UTC
Comment Actions
Liam_Akiko on Chapter 3 Mon 10 Feb 2025 04:41AM UTC
Comment Actions
mirabeldance on Chapter 5 Sun 02 Feb 2025 05:09AM UTC
Comment Actions
Ann (Guest) on Chapter 9 Sat 23 Aug 2025 12:15AM UTC
Comment Actions
Atalantlia on Chapter 9 Mon 06 Oct 2025 02:29AM UTC
Comment Actions
Flash12345 on Chapter 10 Sat 20 Dec 2025 04:51AM UTC
Comment Actions
Liam_Akiko on Chapter 10 Sun 21 Dec 2025 11:30PM UTC
Comment Actions
Ijda on Chapter 10 Sat 20 Dec 2025 06:21AM UTC
Comment Actions
Flash12345 on Chapter 11 Wed 24 Dec 2025 03:23AM UTC
Comment Actions