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Rating:
Archive Warning:
Category:
Fandom:
Relationship:
Characters:
Language:
Español
Series:
Part 5 of heartworm
Collections:
Soukoku Week 2016
Stats:
Published:
2016-06-18
Words:
698
Chapters:
1/1
Kudos:
19
Bookmarks:
1
Hits:
276

1 - dream fever

Summary:

"Para Chuuya, que no acostumbra a ser paciente, ni a descifrar los acertijos más complicados, Dazai es lo peor que ha conocido en su vida. "

Notes:

Semana Soukoku - Día 5
Prompts: Fantasy / Curse / “We could make it reality”

(See the end of the work for more notes.)

Work Text:

(dream fever.
el calor intenso en la piel de alguien que duerme, a consecuencia de una mente inactiva zumbando con ilusiones secretas. )


Sin pensar en ello, Chuuya había caído dormido. Después de estresantes horas, puede llegar a su pequeño cuarto con la satisfacción del trabajo terminado y con ganas de caer dormido y no despertar en toda la noche.

Desafortunadamente para él, el mundo no es tan justo ni mágico y tan pronto pone un pie fuera de la oficina de Mori, Elise se atraviesa en su camino, demandando un rato de juego. Y Chuuya no se puede negar a sus peticiones, no solo porque la pequeña es hija de Mori-san; también porque tiene una extraña debilidad por los niños pequeños (y esto último es uno de sus secretos mejor guardados). Así que, contra su voluntad y cansancio, sigue a Elise por los pasillos y se sienta en el suelo frente a ella, en una actuación reminiscente a la de una fiesta de té.

Ni siquiera se sorprende cuando ve llegar a Mori. Mucho menos le sorprende las palabras de su jefe una vez la chica se ha ido a dormir:

—Chuuya-kun, no has visto nada.

—No, señor. Usted solamente nos vigilaba —comenta Chuuya, con tono serio y tratando de borrar de sus recuerdos el previo falsete de Mori, agradeciendo por el té.

Para cuando llega a su casa, al fin. No se molesta en deshacerse de su ropa; más bien, se deja caer en la cama, medio cubriéndose con las cobijas y se olvida de todos los acontecimientos del día, desde los cuerpos en el rio, el robo en varias bodegas de la organización, la invitación de Elise y el temible falsete de Mori. Sin embargo, por primera vez en el día, se pregunta dónde estará Dazai.

Su compañero tiende a desaparecer, evitando a toda costa los trabajos pesados o aquellos que impliquen demasiado esfuerzo mental. Si a Chuuya se le ocurre buscarlo, usualmente lo encontrará metido en un pequeño bar, consumiendo cuánto licor pueda entrar en su cuerpo. Ya acostumbrado a las actuaciones de su compañero, Chuuya ni siquiera lo había extrañado, hasta ese momento.

Algo se mueve a su lado y suspira, sobresaltado, Chuuya se sienta en la cama y trata de descubrir a quién pertenece el perfil que se ve borroso en la oscuridad. Una vez define las líneas del desordenado cabello y los delgados brazos; sus propios hombros se relajan y se deja caer de nuevo en la cama

A su lado, la figura de Dazai se remueve y murmura algo.

Chuuya solo lo mira, mientras su pecho sube y baja al ritmo de su respiración, de vez en cuando, lo vuelve a escuchar decir algunas palabras por lo bajo, sin embargo, cuando intenta desenredar las frases, no logra distinguir algo específico.

No por primera vez, se pregunta qué pasará por la cabeza de su compañero. En apariencia, Dazai es igual, o quizá más débil, que el promedio, sin embargo, el enigma que está dentro de su mente es más complicado que cualquier rompecabezas. Para Chuuya, que no acostumbra a ser paciente, ni a descifrar los acertijos más complicados, Dazai es lo peor que ha conocido en su vida.

Y, a pesar de todo, no evita que se acerque más a él, ni le desagrada la calidez de su cuerpo contra la de él. Le parece, más bien, que el caos que ve con la luz del día, la diminuta semilla de destrucción que vislumbra cuando Dazai concibe alguno de sus planes y la terrible inteligencia detrás de sus esquemas, es la preparación de algo más, una llama que arde con la luz del sol y descansa con el brillo de la luna, renaciendo cada día más fuerte, como un fénix.

En algún lugar de su cabeza, Dazai piensa en el futuro. Y observa todo lo que pasa con atención, esperando el momento correcto, analizando cada persona que ve: a Mori, a Kouyou, quizá a Elise y, decididamente, al mismo Chuuya. No sabe que vendrá y tampoco se atreve a predecirlo, pero quizá tiene una o dos posibilidades, tal vez un millón.

Chuuya quiere saber cuál de ellas se hará realidad al final.


Notes:

El escrito del día 6 será una especie de secuela de este.

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